Conociendo A Mi Padre Dios
Conociendo A Mi Padre Dios
Conociendo A Mi Padre Dios
Juan 4:24
24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Colosenses 1:15
Reconciliación por medio de la muerte de Cristo
15
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
1 Timoteo 1:17
17
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Hebreos 11:27
27
Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al
Invisible.
Éxodo 2:14-15
14
Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas
matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente
esto ha sido descubierto. 15
Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a
Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.
2 Corintios 4:16-18
16
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17
Porque esta leve
tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso
de gloria; 18
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las
cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Juan 1:18
18
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha
dado a conocer.
Juan 3:6
6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
[a]
Juan 14:6
6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 17
Jesús ora por sus discípulos
17 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad
sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que
hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve
contigo antes que el mundo fuese.
6
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los
diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has
dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las
recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me
enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque
tuyos son, 10
y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11
Y ya no
estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que
me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12
Cuando
estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los
guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se
cumpliese. 13
Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo
cumplido en sí mismos. 14
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15
No ruego que los quites del mundo,
sino que los guardes del mal. 16
No son del mundo, como tampoco yo soy del
mundo. 17
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18
Como tú me enviaste al
mundo, así yo los he enviado al mundo. 19
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para
que también ellos sean santificados en la verdad.
20
Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos, 21
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que
también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22
La
gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos
uno. 23
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has
amado. 24
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos
estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde
antes de la fundación del mundo. 25
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te
he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26
Y les he dado a conocer tu
nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos,
y yo en ellos.