Mara
Mara
Mara
CUADERNILLO 1
ESCRITO N° 1
Sobre los videos, uno mucho no entendí porque hablaba en inglés, creo. La traducción escrita
salían las palabras cortadas en mi celular. Sobre la pandemia es una situación actual muy triste
y dolorosa, lo cual creo que tendrían que reflexionar un poco la sociedad de cambiar para bien,
con más humanidad, respeto, solidaridad, ayudar desde lo que cada uno pueda, ya que la
mayoría está más violenta y trata a la gente cada vez peor, la mayoría, incluyendo médicos y
policía, los cuales creen que por un título son mejores personas, los cuales pueden pasar por
arriba faltando el respeto. Pienso, pobres personas, mucho título pero son carentes de
humanidad, solidaridad. Lo que sí me gustó y felicito, la organización y ayuda de los otros
videos, la organización para la sociedad, el pueblo ayudándose, respetándose como humanos
que somos. Dios toque el corazón de muchas personas más, para que haya humanidad entre
todos y ayudarnos entre el pueblo. La verdad, los admiro de corazón. Acá nos venden la
mercadería de “prohibida su venta”, los remedios de entrega gratuita, hasta médicos han
hecho esto, y cuando tenés muy poco lo terminás comprando, porque lo necesitás. Me ha
tocado hasta iglesias que te venden la ropa o exigen comprar rifa. Dios, cuánta falta de
conciencia, si vos no necesitás no vas a ir a comprar a una iglesia. Cada vez se pierden más loa
códigos, la humanidad. Y sobre lo argentino, tal cual somos.
ESCRITO N° 2
Mara Paola Aravena
Hola me presento, soy Mara Paola, tengo 45 años. Tengo que contarles que me sorprendió
mucho cuando decidí volver a retomar los estudios, dejados por situaciones muy difíciles, y
encontrar esta nueva forma de estudio tan distinta. Hoy he hablado con alguien de esto, lo
cual me dejó sorprendida por pensar primeramente si yo había interpretado mal esta forma de
estudiar, y no entendí bien. Se basa en nuestra propia historia, nuestra realidad, nuestros
problemas presentes, y fue algo que me sorprendió por el hecho que yo de chica siempre tuve
esta ideología, más allá de libros, historias del pasado, próceres y guerras, etc., vale contar
nuestros comienzos, nuestra vida, y cómo logramos llegar hasta nuestro presente, para
entendernos entre nosotros mismos y nuestra forma de pensar que eso se nace día a día, con
lo que vamos pasando cada día, buenos y malos. Pienso que cada persona es como un libro,
porque llevamos de por vida nuestra propia y única historia de ella, aprendemos cada nuevo
día de vida. Unos llevan historias bonitas y de buen pasar, y otros llevamos libros personales
muy diferentes, difíciles, pero son lo que cada nuevo día nos hacen más fuerte, y vemos como
héroes sacar una fuerza interior que no sabíamos que la teníamos, y así damos gracias por
vivir, seguir cada nuevo día con un nuevo aprendizaje. No conozco mucho de mis antepasados,
sé muy poco de la historia de mi familia, pero bueno, les contaré lo poco que sé y recuerdo.
Me llamo Mara Paola Aravena, tengo 45 años, nací el 24 de septiembre de 1975, en Capital
Federal, Buenos Aires. Mi madre se llamaba Nora Beatriz Ortiz, y mi papá se llama Miguel
Ángel Aravena, nacido en Santa Fe. Tengo dos hermanos, mi hermano Leonardo Javier
Aravena, 46 años; mi hermana Myriam Noelia Aravena, de 40 años; mi abuelo materno se
llamaba Neri Pérez y Oscar Ortiz, abuelo paterno, Ángela Presentado Baltazar, que era
descendiente de indios. Eso es lo que sé de mi infancia. Vivimos en Quilmes con mi madre
cuando era chica y luego ella se ahorcó cuando yo tenía 6 años, estuvimos con mi abuela
paterna uno o dos años, la cual nos llevaban a mí y mis hermanos a pasar meses en el campo,
Santa Fe, “Los Quirquinchos”, con mi tía paterna Gloria y mi tío Gringo, nunca supe su nombre.
Con sus hijas, 5 mujeres, Sandra, Luchi, Carina, Andrea y Patricia. Ahí aprendí muchas cosas de
la vida en el campo, ver cómo en la madrugada se ordeñaban las vacas a mano, con días fríos,
días de calor, había que hacerlo todos los días, igual como buscar los huevos y sus nidos.
Cuando cacareaban las gallinas, donde apuntaban sus colas, estaban los nidos, y saber
distinguir los huevos cluecos serían con pollitos y cuál no. Saber cortar leña con hacha más
grande que yo. Cómo dar de comer a distintos animales, cómo montar a caballo, cómo se
mataba un cerdo y se hacía mucha comida de ellos, incluido chorizo; hacer dulce de leche
casero, manteca con la grasa de la leche. He tenido que planchar con las planchas que están en
los libros de historia, esas planchas pesadas las cuales llevaban carbón prendido adentro y
pesaban y calentaban mucho. Cocina de hierro, solo a leña. Lo más duro, el baño, un pozo en
el campo, lo cual daba terror que saliera alguna víbora o algo así, y en la noche sin luz. Sólo ese
farol antiguo, que muy poco alumbraba. He comido vizcachas y bichos muy feos. He visto
cómo se hacían tantas cosas con el caparazón del quirquincho. Hacíamos muchas cosas con las
cañas de azúcar, y así supe lo que es vivir en el campo, y hoy en día ver cómo todo ha
cambiado, que fácil en realidad es tener las cosas en el presente, y no se valoran. Lo que
significa tener una canilla con agua, cuando antes había que hacer mucha fuerza bombeando
la bomba de agua, la cual salía de un pozo, rogar que girara el molino, para tener agua. Tener
una llave de luz, una plancha liviana que no te queme los brazos, y muchas cosas como ir a
comprar un pote de dulce de leche y no tener que hacerlo con mucha leña, el tiempo que
llevaba esa leche recién sacada del ordeñe de una vaca. El pan ahora vas, comprás, y ya está
entregado en una bolsita. Antes había que amasar y hacerlo en el horno de barro. He pasado
por campos inundados, barro, bichos, insectos, cosas que hacían muy dura y difícil la vida. Hoy
en día todo cambió, para mejor calidad de vida. Pero lo que me entristece mucho es que
teniendo tantas comodidades en el presente, se perdió lo mejor de la mayoría de las personas,
el respeto, el ser buenas persona, el ayudar al prójimo, el decir “gracias”, “por favor”, “si
puede”, se perdió lo más valioso de la gente, la humildad, el respeto, lo solidario, la educación,
a mí me da mucha tristeza la realidad que vivimos, lo mal que está la sociedad. Hoy en día
saludar o decir gracias es mal mirado. Hasta en los niños se perdió la inocencia, antes se
respetaba a un mayor, siempre se lo escuchaba. Antes los niños jugábamos a cantar,
inventábamos historias de hadas y príncipes, por lo menos yo lo hacía. Armábamos casitas y
adornos con barro. Jugábamos con bolitas de los árboles, escondidas, éramos niños con
trabajos de grandes. Ahora los niños no juegan; los grandes, la mayoría, no trabaja; las niñas
son madres; los padres, en mi caso, soy mamá y papá, ahora soy abuela y están todos
conmigo. Yo conocí a los 15 años al padre de mis hijas. Fuimos un año amigos, luego novios, y
me ayudó junto a su mamá a salir de mi casa por tema de violencia, por juzgado, la cual el juez
dio mi tenencia a la madre del padre de mis hijas. Esto fue a los 18 años. Tuve que vivir con mi
suegra por las visitas de la asistente social, por orden del juzgado, y así empecé a hacer mi casa
con el padre de mis hijas. Rodolfo Walter Sosa, nacido en Avellaneda, Buenos Aires, el 2 de
enero de 1976. Con él, con trabajo, comenzamos a hacer nuestra casita. Luego tuvimos
nuestra primer hija, Dalma Gabriela Sosa, 24 de agosto de 1994. Y a los años mi otra hija, Nora
Yanet Sosa, 17 de octubre de 1999. Lo cual me separé cuando quedé embarazada de mi
segunda hija, por motivos de infidelidad de parte del padre de mis hijas. Lo perdoné por no
dejar sin padre a mis hijas, y siguieron los engaños, así que decidí seguir sola, con mis hijas, lo
cual nunca negué a su padre verlas, pero él nunca cumplió como padre. Así que me tocó criar,
mantener y salir sola adelante junto a ellas. He trabajado mucho para que no les faltara nada a
ellas y tuvieran sus estudios. He vendido, trabajado de limpieza, de albañil, cartoneando,
cuando no cartoneaban las mujeres, sólo hombres cartoneaban en esos tiempos. He pasado
muchos fríos y calores fuertes en la calle para que no les faltara nada a mis hijas. Tal vez
muchos se preguntarán por qué no busqué otro trabajo. Porque desgraciadamente a la mujer
no se la valora como un hombre. El hombre gana mucho más que la mujer, en cualquier
trabajo, y con menos horas, y la mujer no. Y los trabajos que conseguía en la Capital, no tenía
para el boleto ni con quién dejar mis hijas. He pasado mucho hambre sin que mis hijas se
dieran cuenta de ello. Decía que me dolía la panza, que justo ya comí. Y con la misma yerba del
mate toda la semana. Para que alcanzara la comida para ellas y sus cosas escolares o lo que
necesitaran. Todo eso me causó una parálisis en mi cuerpo, a los 30 años y con ellas a cargo
estuve con la mitad de mi cuerpo sin mover, y luego mis dos piernas no las sentía. Y mi cadera
no quedaba estable, me arrastraba por el piso para poder moverme. Estuve sin caminar
dependiendo de una cama, silla de ruedas, muletas, con la ayuda de amistades sobrellevé a
mis dos hijas, fue muy duro. No tenía respuestas favorables de los médicos, dijeron que no
volvería a caminar nunca más. Conocí a alguien, un hombre con dos hijos, solo, lo cual la
madre los abandonó de pequeños, e intentamos algo juntos, lo cual tres años convivimos, me
separé por motivo de los chicos, los cuales hoy en día sigo viendo y me dicen mamá. Me dio,
una de ellas, dos nietos hermosos, que me llaman abuela. Y mis hijas me dieron nietos de muy
jóvenes. Tengo un angelito en el cielo, lo cual, cuando esto pasó volví a caminar por la fuerza y
el dolor tan grande que esto me dejó. Pienso que volví a caminar por sostener a mi hija por
esta gran y dolorosa pérdida. Luego me vinieron dos nietos más de mi hija y una de mi hija más
chica, lo cual viven mis tres nietos gracias a Dios, lo cual son mi vida y mi fuerza.
Sobre la reflexión de lo que cuentan los compañeros, creo que se refieren de distinta forma a
lo mismo, que hay que ser compañeros en casi todo lo cotidiano, porque en el trabajo de
fábrica por ejemplo, como dice de los alambres, la corriente y otras cosas, llevan varios pasos
que saber. Aprender la función que hace cada uno. Los compañeros que faltaban antes de
juzgarlos había que saber que estaban haciendo ayuda en el barrio, fue por un motivo solidario
que no estaban. La señora que sorprendida en la tarea se sintió importante en contar su
historia y con la ayuda de su familia, su hija, debe ser algo muy valioso en su historia poder
contar sobre ella. Y el último relato que hay, sí me siento identificada, que como conté al
principio, me sorprendió esta modalidad de estudio. Antes eran texto, historia, matemática,
etc., y ahora como dice ella, como un censo, yo dije “esto no es estudiar, es política”, y
también tiene poco de sus antepasados, pero si todos tenemos nuestra propia historia de vida
que con ella aprendemos día y día a día nos fortalecemos más, porque si saber cómo hacer,
salimos adelante cada nuevo día, aunque haya mil dificultades, obstáculos, seguimos adelante.
Procedencia familiar y personal. Como se los escribí anteriormente soy Mara Paola Aravena,
nací en Capital Federal, Buenos Aires, en 1975. Me crié con mi madre, padre y hermanos, hasta
que perdí a mi madre a los 6 años de edad, luego a mi abuela paterna y después madrastra.
Mis padres sólo sé de mi papá nacido en Santa Fe, y su padre descendiente de indios. Lo
demás no lo sé. Yo he hecho hasta la secundaria incompleta y varios cursos terminados. Mi
madre sé que sí tenía estudios varios, incluso hasta idioma chino. Sabía que dicen ser el más
difícil. Mi abuelo paterno fue militar y ferroviario. Mi papá trabajó en el puerto de Buenos
Aires. Yo vendo desde los 9 años y trabajé limpiando, de albañil y cartonera, niñera. Problemas
de salud que tengo actualmente son muchos. He quedado con una hemiplejia a causa de tanto
trabajo, no comer, y cosas así. El mal y forzoso ritmo de vida que he tenido, más los
antecedentes de violencia que he pasado de chica han provocado esto en mi cuerpo. Después
de 10 años sin poder caminar por mí misma, volví a caminar cuando falleció mi primer nieto,
aunque he quedado con muchos problemas de salud. Actualmente vendo muy poco por
motivos de violencia con el padre de mi nieta, recién estoy recuperando la memoria (tengo
memoria llamada laguna), sería un par de horas vuelvo al pasado, hasta que terminen de
desinflamar las venas de la cabeza, por el cortafierros con el que me han pegado y me han
puesto un arma en el pecho, lo cual todavía me dan mucho miedo muchas cosas.
Sobre el barrio, cuando yo vine a los 15 años, a este barrio “El Dorado”, era llamado “Barrio de
los Gitanos”, era casi todo descampado, oscuridad total, carpas y muy pocas casillas. Así que
en la actualidad es un barrio de mucho progreso. Hasta figura hoy en día como residencial.
Actividades hace mucho que no tengo por temas de violencia, miedo, he dejado de ir a muchos
lugares más, luego sumó la pandemia. Actividades físicas tuve cuando caminaba bien y estaba
sana. Me gustaba mucho las actividades físicas, caminar, correr, hacer pesas, viejos recuerdos
actualmente. Después de una hemiplejia de 10 años doy gracias a Dios y mis Santos, que
camino con dolor, pero camino y estoy viva.
La alimentación. Se come lo que se puede, hoy en día es más caro comer que vestirse, es más
caro el barrio que el centro. Gracias a Dios hoy en día tienen mucha ayuda las madres solas,
“luchonas” como le dice la mayoría. Son madre y padre a la vez, y la asignación y la tarjeta
alimentar ayuda mucho. Eso les toca a mis hijas. Padres ausentes y violencia de por medio (mis
nietos sobreviven con esta ayuda del gobierno). Yo solo tengo la pensión por invalidez,
mínima. Como muy poco, por el tema de tanta medicación tantos años. Sobre la alimentación
sí creo que hoy en día realmente es muy mala. Hay muchas cosas que al ser tan caras y tener
varios chicos complica mucho tenerlos seguido y más cuando hay que gastar en medicación y
otras cosas como limpieza, ropa, calzado y demás. Y las cosas comestibles son caras y muchas
no son como antes, son rebajadas, más pequeños los embaces y menor puro, menos
concentrado todo. Si se consume agua, que es otro gasto, porque hay que comprarla. Además
de pagarla de la canilla que no se puede tomar por el tan feo gusto que tiene. Yo fumaba
desde chica, pero hace muchos años que no fumo, y gracias a Dios mis hijas no fuman. Duermo
muy poco, incluso me han mandado pastillas para dormir los médicos y ni con esto logro
dormir bien.
Problemas de salud. Mis hijas tuvieron asma y actualmente mi hija mayor tiene problemas en
la columna. Mis nietos, dos de ellos de pequeñitos, problemas respiratorios y otras cosas. Yo,
como ya he dicho, tengo una pensión por discapacidad. Tengo varias cosas como hipertensión
nerviosa, hipotiroidismo, problemas por la hemiplejia, falta de fuerza en la mitad del cuerpo y
otras cosas como asma, se me agrandó el corazón, tuve dos preinfartos y otras cositas.
Medicación, obvio que sí. Vacunación tienen todos completas en mi casa, incluyendo los
chicos. La única cobertura es la mía, sería “profe”. Que en realidad no es cobertura porque no
nos dan casi nunca nada, sólo descuentos. Mis hijas no, sólo tenía la más chica, mediante el
juzgado que estoy desde el año 2005, por tema de tenencia y alimento, y ya voy por mi cuarto
nieto, sólo habiendo conseguido un 15% que en la actualidad me deposita menos de $2000. Y
por la pandemia no puedo seguir, habiéndome cambiado tres abogados y dos jueces. Concurrir
al hospital de Quilmes, que es el más cercano, más cuando es urgencia y hay que viajar en
remís.
REPREGUNTAS versión 1
¿Tendrías interés de averiguar o preguntar la descendencia de tu abuelo paterno?
¿Existe algún familiar aunque sea lejano que puedas contactarte e investigar? ¿Y sobre tus
abuelos maternos, si eran inmigrantes de algún otro país?
REPREGUNTAS versión 2
- Contanos un poco más acerca de tu vínculo con tus hijas y tus nietos, ¿cómo es tu día a
día con ellos?
- Contanos un poco más sobre los aprendizajes que forjaste en la vida del campo ¿Qué
cosas de las que aprendiste ahí pensás que necesitamos recuperar para la pelea
cotidiana de hoy?
- ¿Creés que se puede revalorizar el respeto y agradecimiento? ¿Creés que se puede
terminar el tiempo de violencia? ¿Cómo pensás que se puede solucionar? ¿Qué pensás
que hay que hacer para poder organizarnos como los vecinos del video que viste de la
Comuna de Venezuela?