Practicas Seguras
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Practicas Seguras
1.INTRODUCCIÓN
La Seguridad del Pacientes (SP) es un componente esencial de la calidad asistencial.
Proporcionar al paciente una atención exenta de daños innecesarios es nuestra labor
como profesionales comprometidos con la calidad asistencial. Sin embargo, toda
atención sanitaria lleva inherente el riesgo de aparición de eventos adversos (EA) que
pueden ocasionar en los enfermos lesiones, discapacidades e, incluso, la muerte.
A finales de los años 90, el Instituto de Medicina de los EEUU, publica el informe
“Errar es Humano”, en el que se estimaba que los errores médicos ocasionaban entre
44.000 y 98.000 muertes anuales. Esto tuvo un gran impacto social, y fue cuando los
sistemas sanitarios y los responsables políticos trabajaron de manera conjunta en
desarrollar estrategias encaminadas a mejorar la seguridad de pacientes y la
prevención de eventos adversos relacionados con la atención sanitaria.
En los últimos tiempos, en el Sistema sanitario español, los avances en la tecnología
en el ámbito de la medicina, así como la complejidad de los procesos, la
fragmentación de la asistencia y la intervención de muchos profesionales ha supuesto
un beneficio para la atención del paciente y al mismo tiempo un riesgo potencial de
aparición de eventos adversos. Desde el punto de vista de los profesionales, los
avances en la tecnología, hace que se tenga disponible mucha y compleja información
lo que hace de la toma de decisiones un momento crítico. Por otro lado, el paciente es
vulnerable y requiere cuidados especializados, procedimientos diagnósticos y
terapéuticos intervencionistas, a veces en condiciones de presión asistencial donde el
tiempo y la urgencia hacen que la exposición al riesgo en estos pacientes sea muy
alta. Además, el entorno del hospital es un ambiente hostil, el estrés, la comunicación
a veces “ineficaz” entre los miembros del equipo o entre los diferentes especialistas
que intervienen en la atención del paciente, hacen del ámbito de atención un entorno
vulnerable a la aparición de eventos adversos.
Era necesario, en este contexto, dimensionar el problema de los eventos adversos en
el ámbito de los Hospitales y en Atención Primaria en nuestro país y para ello se
desarrollaron diferentes estudios:
Siendo todos ellos aspectos claves de nuestra práctica diaria que nos debían llevar a
la reflexión necesariamente. De ahí el protagonismo del personal de enfermería como
profesional clave en impulsar el cambio hacia una atención más segura.
1.1. Definición de Seguridad del Paciente.
Se entiende por Seguridad de Pacientes: “la ausencia, para un paciente, de daño
innecesario o daño potencial asociado con la atención sanitaria”. Esta seguridad de
pacientes incluye no solo la prevención y mitigación de los actos inseguros dentro de
los sistemas de salud, sino también el uso de las mejores prácticas conocidas que
conduzcan a la evolución óptima del paciente.
El concepto de atención sin riesgos no existe, la atención que prestamos está en un
“continuo riesgo-seguridad” que exige una estrategia a varios niveles para inclinar la
balanza al lado de la seguridad:
Por tanto, ante la interpretación de los incidentes de seguridad del paciente de los
eventos citados anteriormente, podríamos decir que ocurren por diversas causas y
factores predisponentes relacionados a variables estructurales, fallas en los procesos
y controles, problemas con la tecnología y en algunos casos a fallas humanas.
Es por ello, que se hace evidente la necesidad de determinar con precisión los
factores involucrados a fin de establecer medidas eficaces que pueden servir como
guía para adoptar estrategias de mejora:
Uso seguro de medicamentos etiquetado y almacenamiento diferencial de
drogas de alto riesgo: los medicamentos de alto riesgo presentes en los stocks
de las unidades de cuidados intensivos deben estar debidamente etiquetadas y
poseer un esquema de almacenamiento diferencial del resto de fármacos para
evitar la administración errónea. Este almacenamiento diferencial puede
realizarse a través de la habilitación de mobiliario específico que contenga
cerradura mecánica o digital con acceso limitado.
Las estrategias citadas anteriormente son sólo algunas de las más relevantes
utilizadas en el desafío de aumentar la seguridad del paciente. El desarrollo de otras
disciplinas como las de Control de Infecciones y Gestión de la calidad aportan
herramientas robustas para la mejora de procesos de seguridad del paciente.
Sobrecarga de trabajo: influye de forma directa (por fallos activos como olvidos o
imprecisiones a la hora de llevar a cabo un procedimiento) o indirecta (estrés,
cansancio del profesional) en la ocurrencia de errores en la administración de
medicación. La sobrecarga genera otro error en la administración de medicación que
es la violación de protocolos de administración segura de medicación; y para
reducirlo:
Procedimientos invasivos.
Desnutrición.
Edad avanzada.
Incontinencia urinaria/intestinal.
3. CULTURA DE SEGURIDAD
Una cultura positiva sobre seguridad del paciente en las instituciones sanitarias es un
requisito indispensable para prevenir y minimizar incidentes relacionados con la
seguridad del paciente y poder aprender de los errores para reducir la probabilidad de
que se vuelvan a producir.
Para mejorar la cultura de seguridad se debe continuar desarrollando acciones
dirigidas a medir y mejorar el clima de seguridad, informar y formar a todos los
profesionales sanitarios en temas de seguridad, fomentar la formación en cuidados
efectivos, entrenar a los equipos de trabajo en gestión de riesgos, fomentar el
liderazgo en seguridad, comunicar y aprender de los incidentes y mantener
informados a los profesionales de los datos de evaluación de sus centros sanitarios
estimulando su participación activa en las mejoras propuestas.
Para mejorar la cultura de seguridad podemos considerar los siguientes objetivos:
Recomendaciones:
Establecer en los centros sanitarios planes de acción en seguridad del
paciente con objetivos anuales, evaluación y plan de difusión de resultados.
Incorporar líderes clínicos que promuevan la implantación, desarrollo y
evaluación de prácticas clínicas seguras en los centros/unidades.
Incluir la seguridad del paciente como uno de los aspectos a abordar en
los planes de acogida de nuevos profesionales.
Evaluar periódicamente, a través de instrumentos validados, el clima de
seguridad de la organización como ayuda al conocimiento de los puntos
débiles y fuertes con respecto a la seguridad del paciente.
Consensuar un currículum mínimo de formación básica en seguridad del
paciente para los profesionales sanitarios que incluya conceptos sobre
prácticas clínicas seguras, comunicación, el trabajo en equipo, y factores de los
servicios de salud que influyen en la seguridad del paciente.
Promover la formación básica en seguridad del paciente de los
profesionales sanitarios durante el grado, la formación especializada y la
formación continuada.
Identificar, difundir y compartir a nivel nacional, regional y local buenas
prácticas, información y experiencias sobre seguridad del paciente, a través de
diferentes medios como congresos, jornadas, conferencias, páginas web...
Difundir de forma periódica las recomendaciones actualizadas para evitar
los cuidados sanitarios innecesarios, de escaso valor o perjudiciales para el
paciente.
BIBLIOGRAFÍA