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Clima: La estepa neuquina se caracteriza por un clima frío y seco, con escasas
precipitaciones (entre 100 y 270 mm anuales) y temperaturas que oscilan entre
5.75 °C y 13.4 °C. Las heladas son comunes durante todo el año y los vientos pueden superar los 100 km/h. Vegetación: Predomina la vegetación xerófila, con arbustos bajos y espinosos como el neneo y el matasebo. Se encuentran estepas de arbustos y herbáceas, con una alta adaptación al viento y la sequía. Las especies vegetales presentan un alto grado de endemismo, especialmente en las familias de Leguminosae y Compositae. Fauna: La fauna incluye mamíferos como el guanaco, choique y mara, así como diversas aves que habitan en el suelo. La estepa alberga una rica biodiversidad, aunque muchas especies están amenazadas por la actividad humana, como el pastoreo excesivo. Geografía: La estepa se extiende desde la precordillera andina hacia el este hasta el Océano Atlántico, cubriendo una vasta área de más de 54.200.000 hectáreas. El paisaje es mayormente llano, con mesetas y montañas bajas. Áreas Protegidas: Existen varias áreas protegidas en la región, como el Parque Nacional Laguna Blanca, que resguardan la biodiversidad y los ecosistemas de la estepa patagónica. La vegetación de la estepa neuquina se caracteriza por su adaptación a condiciones climáticas severas, predominando los siguientes tipos: Estepa Arbustiva: Este tipo de vegetación es la más común y se compone de arbustos bajos y espinosos, como el neneo (Mulinum spinosum) y el matasebo. Estos arbustos tienen hojas reducidas o en forma de cojín, lo que les permite minimizar la pérdida de agua y resistir los fuertes vientos. Estepa Graminosa: Compuesta principalmente por gramíneas resistentes, como los coirones (Stipa, Festuca, Poa). Estas plantas son duras y presentan adaptaciones que les permiten sobrevivir en suelos áridos y escasamente nutritivos. Vegetación Semidesértica: Incluye comunidades vegetativas que se adaptan a la sequía, con un alto grado de endemismo. Es común encontrar especies como el colapiche (Nassauvia glomerulosa) y el quilénbai (Chuquiraga avellanedae), que forman matas compactas y bajas. Áreas Desérticas: En algunas zonas de la estepa, hay áreas con escasa o nula cobertura vegetal, donde el suelo está mayormente expuesto. Praderas Húmedas: Aunque son menos comunes, existen praderas húmedas en la región que pueden alcanzar una cobertura vegetal cercana al 100% durante ciertas épocas del año. Esta diversidad de vegetación refleja la adaptación de las especies a un entorno hostil, caracterizado por la aridez y los vientos intensos. ¿Qué son las especies endémicas? Las especies endémicas son aquellas que se encuentran limitadas a un ámbito geográfico específico y no se encuentran de forma natural en ninguna otra parte del mundo. Algunas características clave de las especies endémicas: Su hábitat es restringido y no existen otras poblaciones más allá de esos límites Usualmente tienen áreas de distribución muy pequeñas Muchas se encuentran en peligro de extinción Son fundamentales para la biodiversidad de su región geográfica Aseguran el correcto funcionamiento de los servicios ecosistémicos de los hábitats que ocupan ¿Qué define que una especie sea endémica? Varios factores pueden hacer que una especie sea endémica: Presión ambiental: Algunas especies solo pueden sobrevivir en determinadas condiciones climáticas o ambientales Restricciones geográficas: Si el hábitat de la especie está aislado, como en una isla, la especie no puede expandirse más allá de esos límites Especiación alopátrica: Cuando una barrera geográfica como una cordillera montañosa aísla a una población, puede llevar a la evolución de una nueva especie endémica Importancia de las especies endémicas Las especies endémicas son clave para la biodiversidad de un territorio: Muchos países megadiversos se definen por su alto grado de endemismo Son un indicador del estado de salud de un ecosistema Permiten la variedad de especies y la proliferación de la vida Son fundamentales para el proceso de especiación y evolución Sin embargo, su vulnerabilidad es enorme al tener poblaciones reducidas, por lo que su protección frente a amenazas como especies invasoras o cambio climático es crucial para conservar la biodiversidad