Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Documento

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Caso Ayotzinapa: nueve años en busca de verdad y justicia para los 43

desaparecidos

Se cumple un año más del ataque a los normalistas en Iguala, y las


familias siguen luchando para que el Ejército proporcione información
que podría confirmar lo que pasó con los 43 jóvenes desaparecidos

Ayotzinapa

Familiares de los 43 normalistas desaparecidos y grupos de apoyo se


manifiestan en Tixtla (Guerrero), el 6 de junio de 2015.

REBECCA BLACKWELL (AP)

Sara González

SARA GONZÁLEZ

México – 26 SEP. 2023 – 18:08CEST

A nueve años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el


clamor de las familias sigue siendo “vivos los queremos”. La lucha por
saber qué ocurrió con los jóvenes estudiantes la noche del 26 de
septiembre de 2014 ha llevado a sus familiares —convertidos en
activistas y defensores de los derechos humanos a consecuencia de la
tragedia— a encarar al Ejército mexicano y al presidente, Andrés Manuel
López Obrador, quien asegura que las Fuerzas Armadas han colaborado
con la investigación y que se ha entregado toda la información que se
tiene sobre el caso.

El 26 de septiembre, los alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro


Burgos viajaron a Iguala, al sur del estado de Guerrero, con la intención
de secuestrar autobuses para poder trasladarse días después a Ciudad
de México, donde participarían en la marcha y otras actividades
conmemorativas de la represión del 2 de octubre de 1968. Mientras
salían de Iguala, los cinco autobuses con normalistas (dos en los que
viajaban, mas otros tres que tomaron en la terminal tras una trifulca)
fueron interceptados en distintos puntos por policías municipales,
federales y sus socios del crimen organizado. En la emboscada murieron
tres estudiantes y tres personas ajenas al contingente. Uno de los
normalistas heridos sigue en coma tras los disparos de los policías.
Aquellos que fueron obligados a bajar de los vehículos, en total 43
estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, fueron detenidos y hasta hoy
siguen desaparecidos.

Tomás Zerón, entonces director de la Agencia de Investigación Criminal


de la Fiscalía federal, fue quien lideró las investigaciones del caso bajo la
Administración de Enrique Peña Nieto. De acuerdo a la versión del
Estado, los policías de Iguala y Cocula se asociaron y entregaron a los
muchachos al grupo criminal Guerreros Unidos. El Gobierno aseguró que
ellos fueron quienes los asesinaron y presuntamente se deshicieron de
ellos incinerándolos en un basurero cercano al río San Juan. Esta línea de
tiempo de los hechos pasó a ser conocida como “la verdad histórica”,
pero los padres y forenses coincidían con que la investigación carecía de
fundamentos científicos y se calificó como un intento de las autoridades
para cerrar el caso apresuradamente. Fue el hallazgo de un fragmento
óseo de Christian Rodríguez en el sitio conocido como “la barranca de la
Carnicería” lo que finalmente comprobó la manipulación por parte de la
Fiscalía.

Ante la incertidumbre, se pusieron en marcha diversas pesquisas por


parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y organismos
independientes a través de la Unidad Especial de Investigación y
Litigación para el caso Ayotzinapa (UEILCA), la Comisión para la Verdad
Ayotzinapa (COVAJ) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI), organismo que hace dos meses presentó su
último informe en el que se señala el espionaje realizado por el Ejército
en Iguala. “El desafío ha sido monumental. El informe muestra los
distintos niveles de implicación y responsabilidad de los distintos niveles
del Estado en el ataque de los 43″, dijo el investigador Carlos Beristáin.

En el marco del noveno aniversario de la tragedia, la actual


administración entregó un nuevo reporte en el que se reitera que toda la
evidencia se ha entregado a las autoridades y los familiares de los 43
desaparecidos, sin embargo, la ruptura del diálogo con el Gobierno de
López Obrador parece inminente, ya que se ha sentenciado que en las
últimas reuniones con el mandatario y su equipo se ha vuelto a
criminalizar a los jóvenes, al igual que en los años posteriores al brutal
ataque y quita la responsabilidad del Estado en la desaparición y el
encubrimiento del paradero de los normalistas de Ayotzinapa.

Memorias Situadas

#MemoriasSituadas, CIPDH – UNESCO

Mapa Interactivo Lugares de memoria relacionados

Con graves violaciones a los derechos humanos

Marcha por la Desaparición Forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa

Inmaterial

Inmaterial

Tema: Persecución política

Dirección

Plaza de la Constitución

País

México

Ciudad

Ciudad de México

Continente
América

Objeto de memoria

Recordar la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa en


2014.

Nombre conocido

Marcha por la Desaparición Forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa

Fecha de creación / identificación / declaración

2014

Acceso al público

Libre

Descripción del lugar

Cada 26 de septiembre se realiza una manifestación en Ciudad de


México exigiendo el esclarecimiento del caso de los 43 estudiantes
desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que se
encuentra ubicada en el Municipio de Tixtla, Estado de Guerrero.
La marcha, encabezada por los padres y las madres de los normalistas
desaparecidos, comienza en El Ángel de la Independencia y concluye en
la Plaza de la Constitución, también conocida como El Zócalo. En ella
participan miles de personas junto a los familiares de los estudiantes
desaparecidos y organizaciones sociales y políticas que unifican su
reclamo al grito de “¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!”.
Llevan pancartas y expresiones artísticas donde predominan sus fotos y
el número 43.

Proceso Histórico

Proceso de Memorialización

Durante el periodo 2006-2014, diversos organismos internacionales y de


la sociedad civil denunciaron que la desaparición forzada y la detención
arbitraria constituían prácticas persistentes en México. Si bien la
Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB) calcula casi 40.000
desapariciones forzadas, las organizaciones de familiares denuncian que
los datos estatales se encuentran descentralizados y contienen errores.
Es por eso que las movilizaciones en el país que denuncian estas graves
vulneraciones a los derechos humanos han aumentado en los últimos
años.

El 9 de octubre de 2014, miles de personas fueron parte de la gran


primera marcha de apoyo a los familiares de los 43 normalistas
desaparecidos luego de los episodios del 26 y 27 de septiembre con la
consigna “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”. Al día siguiente,
se organizó la primera Asamblea interuniversitaria de estudiantes que
impulsó la movilización “Una Luz por Ayotzinapa” del 22 de octubre, que
contó con la presencia de 50.000 personas. En cada aniversario para
conmemorar y continuar exigiendo justicia, las marchas se inician en El
Ángel de la Independencia y concluyen en la Plaza de la Constitución
también conocida como El Zócalo.
A la par de la movilización, se organizó el Día de Acción Global por
Ayotzinapa, con la participación de intelectuales de al menos 60 países,
exigiendo la aparición de los normalistas. Se envió una petición al
Gobierno de México criticando la arbitrariedad y falta de investigación
firmada por más de 500 académicos y académicas. Las movilizaciones
se repitieron anualmente al cumplirse cada aniversario de la
desaparición de los normalistas, no solo en México sino también en
varias ciudades del mundo.

En la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa donde estudiaban los


normalistas desaparecidos se erigió un monumento con una tortuga –
este animal se convirtió en un símbolo de lucha por la desaparición de
los normalistas– y el número 43. En las paredes se pintaron murales
alegóricos que también refieren a los dos estudiantes asesinados en el
Conflicto de Ayotzinapa de 2011. En Iguala, ciudad donde
desaparecieron los estudiantes, el día previo o posterior a la
movilización en México, los familiares de los normalistas e integrantes
de la Escuela encabezan otra marcha reclamando justicia

Saltar al contenido

Contacto

Directorio

Aviso de Privacidad

Español

English

FacebookXYouTubeInstagram

Centro Prodh Logo

Ayotzinapa

La noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, tuvo lugar


uno de los más emblemáticos episodios de violación a los derechos
humanos en la historia reciente de nuestro país.
Los hechos sucedieron cuando un grupo de estudiantes de la Escuela
Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, de entre 17 y 25 años,
acudió a la ciudad de Iguala, Guerrero, ubicada en ese mismo estado,
con la finalidad de “tomar” autobuses que requerían para participar en
la conmemoración del 2 de octubre, que cada año mantiene viva en
México la memoria de esa represión contra estudiantes acaecida en
1968. Aunque la retención y el uso temporal de autobuses por los
estudiantes para realizar sus actividades había sido habitual en Guerrero
y contaba incluso con el aval tácito de empresas y autoridades, el 26 de
septiembre la respuesta de las autoridades no fue la ordinaria: Policías
Municipales de Iguala abrieron fuego contra los estudiantes para impedir
que salieran de la ciudad con los autobuses. De esta manera, auxiliados
por otras corporaciones y por civiles, los policías lograron cerrar el paso
a cinco autobuses -tres que transitaban por una calle céntrica y dos que
lo hacían por una calle periférica-. En esos dos escenarios fueron
detenidos 43 estudiantes que habrían de ser desaparecidos. Más tarde
esa misma noche, continuaron las agresiones contra los estudiantes y
contra la población en general, ya no sólo por parte de agentes estatales
sino también por civiles que, como después se demostró, eran parte de
la estructura de una organización criminal fuertemente imbricada con
las instancias estatales presentes en esa zona de Guerrero, denominada
Guerreros Unidos.

El saldo de la cruenta noche de Iguala fue brutal: 43 jóvenes estudiantes


que siguen desaparecidos; 6 personas ejecutadas, entre ellas 3
normalistas, incluyendo el caso de un joven cuyo cuerpo apareció al día
siguiente en un paraje inhabitado con claras muestras de tortura; al
menos 40 personas fueron lesionadas, contando a dos estudiantes que
resultaron con afectaciones graves y permanentes a su salud. En total,
más de 180 personas fueron víctimas directas de violaciones a derechos
humanos esa noche y alrededor de 700 personas resultaron víctimas
indirectas, considerando a los familiares de los agraviados.

A pesar del proceso de búsqueda de verdad y justicia que iniciaron las y


los familiares de los desaparecidos y de las víctimas de ejecución, la
obstrucción de la investigación por parte de las Autoridades ha impedido
que la verdad de los hechos ocurridos a los normalistas de Ayotzinapa el
26 y 27 de septiembre de 2014 sea conocido por las familias y por toda
la sociedad; y por ende, tampoco se ha investigado, procesado y
sancionado a todos los responsables de dichos sucesos.

Sin embargo, gracias a la información proporcionada de Angela Intriago,


integrante del (GIEI), señaló que se encontraron irregularidades durante
la investigación, entre ellas alteración de pruebas y ocultamiento de los
responsables de este crimen de lesa humanidad. ¿Cuál fue la razón de
esta infame acción? Ocultar los vínculos entre el crimen organizado y las
autoridades federales, estatales y municipales.

Igualmente, el representante del ejecutivo indicó que insistirán en la


extradición de Tomás Zerón de Lucio, extitular de la Agencia de
Investigación Criminal, quien apareció en un video torturando a Felipe
Rodríguez Salgado, “El Cepillo”, posible líder de Guerreros Unidos para
que confesara que su organización fue responsable de homicidio y
cremación de los normalistas.

Por su parte, el 20 de agosto del presente año, la CNDH emitió un


pronunciamiento donde refrenda su solidaridad con los madres y padres
de los normalistas, además de que confía en la impartición de justicia en
el caso. Los crímenes de lesa humanidad como la tortura y desaparición
forzada y su castigo resultan fundamental para la construcción de un
estado de derecho ya que, tortura y desaparición forzada Derechos
violentados privación de la libertad, homicidio y la participación[13].

También podría gustarte