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Modelo Isi en America Latina

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UNIDAD EDUCATIVA

HERMANO MIGUEL DE LA SALLE

Nombre: Renato Bermeo C.

CURSO: 2 IB “B”.

MATERIA: Historia.

PROFESORA: Lic. Mónica Arévalo, Mgtr.

FECHA: 09/10/2024.

INVESTIGAR SOBRE LA IMPLEMENTACIÓN


DEL MODELO ISI EN AMÉRICA LATINA
EL MODELO ISI EN AMÉRICA LATINA
En 1929, en Estados Unidos ocurre “El Crack del 29” sufriendo una caída económica donde el
mercado de la bolsa de valores se derrumbó, ocasionando que su economía se redujera en su
mínimo posible afectando a toda una nación que hace unos años vivían de manera privilegiada,
pero esta crisis llegó a una magnitud global, afectando a los países de América Latina
fuertemente ya que ellos dependían de Estados Unidos para sus exportaciones, la industria y la
minería, los países latinoamericanos se quedaron expuestos ante el mundo al tener una gran
dependencia hacia los estadounidenses, creando en 1930, el modelo de Industrialización por
Sustitución de Importaciones (ISI). Fue una estrategia económica adoptada por varios países de
la región, con el objetivo de dejar la dependencia de muchos países de América Latina hacia
Estados Unidos, tras La Gran Depresión y años después en 1939, la Segunda Guerra Mundial
interrumpió el comercio internacional viéndose obligados a buscar formas de reducir la
vulnerabilidad económica, proponiendo remplazar las importaciones de productos fabricados por
bienes producidos de cada país afectado, fomentando la creación y expansión de industrias
nacionales, para esto los gobiernos de América Latina tuvieron que implementar políticas de
protección arancelaria, subsidios a industrias locales y en sectores clave de la economía.
Argentina
A fines de los años 20, el modelo agroexportador que dominaba la economía argentina comenzó
a mostrar signos de agotamiento, aunque el país había experimentado un crecimiento sostenido
superior a los medios mundiales, factores como la concentración de la tierra y la alta presencia
de capital extranjero obstaculizaron su desarrollo. La crisis de 1929 afectó gravemente la
demanda mundial de materias primas, lo que redujo el valor de las exportaciones argentinas y
forzó un cambio hacia la producción interna. Durante la Primera Guerra Mundial, Argentina
había mostrado un principiante desarrollo industrial, pero fue la crisis de 1929 lo que motivó una
transformación más profunda, las políticas proteccionistas, como el control de cambios y la
creación del Banco Central en 1935, fueron clave en este proceso, ya que el país enfrentaba
dificultades para importar bienes manufacturados y obtener capitales extranjeros. Esto impulsó la
creación de industrias locales para reemplazar los productos importados ocasionando que entre
1930 y 1945, Argentina vivió su primera fase de industrialización significativa, donde sectores
como textiles, vidrio, papel y caucho comenzaron a crecer, esta fase estuvo marcada por un
crecimiento en el Producto Bruto Interno (PBI) industrial, que se duplicó entre 1935 y 1939, este
proceso fue espontáneo al inicio, debido a las restricciones externas, se consolidó con la llegada
de Juan Domingo Perón al poder. Durante el gobierno de Perón (1946-1955), la industrialización
por sustitución de importaciones se volvió una política central, el Estado asumió un rol activo
como productor de bienes y servicios, y se estatizaron sectores clave como los ferrocarriles,
Perón promovió un Estado de bienestar, con mayores inversiones en infraestructura y servicios
públicos haciendo que la industria se considere esencial para generar empleo y consumo, por lo
que se implementan políticas de restricción a las importaciones y estímulos crediticios. Sin
embargo, este proceso enfrentó críticas sociales ya que la industria no logró desarrollar sectores
clave como los insumos básicos, lo que generó ineficiencias y dependencia de fondos nacionales.
El sector agropecuario también sufrió, con precios fijados por el Instituto Argentino de
Promoción del Intercambio (IAPI), lo que afectó su productividad y capacidad para generar
divisas, la falta de inversión extranjera limitó el desarrollo de la industria, hacia el final del
periodo, la inflación comenzó a ser un problema creciente. A pesar de los esfuerzos del gobierno
por estimular la industria y mejorar la distribución del ingreso, la balanza de pagos se volvió
negativa en 1949, lo que marcó el inicio del declive del modelo ISI, el modelo tuvo un impacto
significativo en la reestructuración de la economía argentina, pero también mostró sus
limitaciones, en gran medida por la falta de una visión estratégica para identificar los sectores
industriales que debían ser incentivados para un desarrollo más sostenible.
México
En México, la Gran Depresión afectó a sus exportaciones ya que después de la revolución
mexicana en 1910-1920 se volvieron grandes exportadores de caña y tabaco, en el Porfiriato,
donde el pueblo mexicano estuvo bajo el control autoritario del militar oaxaqueño José de la
Cruz Porfirio Díaz Mori (1830-1915), en esta época la agricultura hizo que la producción cree
exportación al exterior. Al finalizar la Gran Depresión, el presidente Lázaro Cárdenas de 1934-
1940, inició la reforma agraria en 1935, se nacionalizó la industria del petróleo y de los
ferrocarriles, esperando que la Reforma Agraria cree empleos que la industria no fue capaz,
llevando políticas y proyectos que suavizaron la situación de los campesinos en la venta de
productos, obteniendo la participación activa del gobierno como promotor de cambio y del
desarrollo. El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), fue
implementado en México en 1940 hasta 1982, con el objetivo de impulsar el crecimiento
industrial y reducir de la dependencia exterior, llevando al Estado a intervenir, promoviendo la
creación de infraestructura, también directamente apoyó el desarrollo de la industria a través de
políticas proteccionistas y incitaron a la producción nacional. El ISI en México, vivió tres etapas,
en la primera etapa que fue desde 1940-1955, la industrialización se centró en la producción de
vienes de consumo no duraderos, aprovechando la disminución de las importaciones debido a la
Segunda Guerra Mundial para comenzar a fabricar productos que antes se importaban, mientras
que las divisas necesarias provenían de exportaciones agrícolas, la nacionalización de la industria
petrolera (PEMEX) en 1938 y la creación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en 1960
permitieron que el Estado se convirtiera en clave proveedor de recursos básicos, a precios
subsidiados, para la industria. La política estatal implementó mecanismos para proteger y
estimular la industria nacional, como la creación de aranceles, subsidios y la inversión en
sectores estratégicos como el petróleo y la electricidad. Durante la segunda etapa de 1955 a
1970, México profundizó la industrialización, enfocándose en la producción de bienes
intermedios y duraderos, para financiar este proceso se recurrió al endeudamiento externo, este
periodo es conocido como el “desarrollo estabilizador” caracterizándose por un crecimiento
sostenido con baja inflación y una estabilidad cambiante, México logró un crecimiento
económico notable, con tasas de hasta 6% anual, no obstante, la demanda de importaciones
seguía creciendo, lo que generaba presiones sobre la balanza de pagos y evidenciaba una
creciente dependencia del financiamiento externo. La alta protección arancelaria y dependencia
del capital extranjero comenzaron a generar ineficiencias en la industria nacional. La tercera
etapa fue la última del modelo ISI en México desde 1970 hasta 1982, mostrando síntomas de
agotamiento donde la economía se vio afectada debido a problemas estructurales, como el
creciente endeudamiento externos y el déficit en la balanza de pagos, en el sexenio de Luis
Echeverría (1970-1976), México se enfrentó a una crisis económica caracterizada por inflación,
devaluación y fuga de capitales, el siguiente sexenio, con José López Portillo, el auge petrolero
pareció aliviar temporalmente la situación, la economía se volvió altamente dependiente del
petróleo. A pesar del aumento de los ingresos petroleros, las políticas fiscales y monetarias
expansivas llevaron a una inflación acelerada y a un déficit en la balanza comercial, sumado a la
caída de los precios del petróleo en 1981, agravó los desequilibrios económicos. Cuando
finalmente en 1982 con la devaluación del peso y la nacionalización de la banca, que fueron
respuestas de emergencia ante el colapso de la economía mexicana, resultado de la crisis de
deuda externa y la sobreprotección. de industrias ineficientes. El modelo ISI generó un gran
cambio en México, logrando durante varias décadas la industrialización y un crecimiento
económico dependiente de la protección estatal, llevándolos a un endeudamiento externo, las
industrias nacionales impulsadas por el gobierno mexicano no lograron su eficiencia objetiva y el
modelo terminó culminando en una crisis económica profunda, marcando el fin de una
estrategia, pero el comienzo de un nuevo modelo político y económico más abierto.
Brasil
La Gran Depresión de 1929, que afectó gravemente las exportaciones agrícolas, especialmente el
café, y dejó al país en una situación de vulnerabilidad económica, ante la disminución de la
demanda de productos brasileños en el mercado internacional, el gobierno buscó promover la
producción local de bienes que antes se importaban. El Modelo de Industrialización por
Sustitución de Importaciones (ISI) en Brasil fue una estrategia de desarrollo económico que
buscó reducir la dependencia de productos importados mediante el fortalecimiento de la
producción local, la industrialización en Brasil fue favorecida por una combinación de políticas
proteccionistas, como altos aranceles sobre productos importados y subsidios estatales a las
industrias locales. Esta fase se enfocó inicialmente en la sustitución de bienes de consumo
duraderos como textiles, calzado y automóviles, y posteriormente se incluyeron bienes
intermedios y de capital como productos químicos y maquinaria. Este modelo se implementó en
varias etapas a lo largo del siglo XX, especialmente desde la década de 1930, cuando el país
comenzó a industrializarse como respuesta a las fluctuaciones de los precios internacionales de
productos básicos, como el café. En Brasil, el ISI fue impulsado principalmente por el Estado,
que protegió las industrias nacientes a través de medidas como aranceles a las importaciones,
incentivos fiscales y créditos subsidiados, el Estado también apoyó un papel activo en la creación
de industrias clave, como la automotriz, la siderúrgica y la petroquímica. Esto se hizo
especialmente evidente durante el gobierno de Getúlio Vargas (1930-1945), cuando se
implementaron las primeras medidas proteccionistas, y más tarde durante los años 50 y 60, bajo
los gobiernos de Juscelino Kubitschek, los regímenes militares y su famoso Plan de Metas, Brasil
aceleró aún más su industrialización, con la construcción de grandes proyectos de infraestructura,
el fortalecimiento del sector industrial, apoyado por la inversión extranjera directa. El impacto
inicial del modelo ISI fue positivo en términos de crecimiento económico e industrialización, ya
que permitió la creación de sectores industriales que antes no existían en el país, con el tiempo,
este modelo también generó importantes desafíos, como la ineficiencia en la asignación de
recursos, la dependencia de bienes intermedios y de capital importados para sostener la
producción interna, el crecimiento industrial se vio limitado por el tamaño del mercado interno,
lo que llevó a problemas como el desequilibrio comercial y el endeudamiento externo. Hacia
finales de los años 70 y principios de los 80, con la crisis de la deuda y la inflación galopante el
modelo ISI comenzó a mostrar señales de agotación en Brasil, la sobreprotección de ciertas
industrias había llevado a una baja competitividad internacional, mientras que el endeudamiento
aumenta externamente para financiar proyectos industriales. Esto condujo a una crisis de la
deuda en la década de los 80, conocida como la "década perdida" en América Latina, y marcó el
fin de la era del ISI en Brasil, a partir de entonces, el país se orientó hacia un modelo de apertura
económica y liberalización, con un mayor énfasis en las exportaciones y la atracción de inversión
extranjera.
Chile
El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) como estrategia para
solventar la crisis económica que vivía América Latina, ayudó a que estos países puedan
encontrar la manera de dejar la dependencia externa, este enfoque económico ganó relevancia en
América Latina, incluido Chile, a raíz de la Gran Depresión de 1929 y la Segunda Guerra
Mundial, que interrumpieron los flujos comerciales y obligaron a los países de la región a
desarrollar sus capacidades industriales internas. La estrategia consistía en establecer barreras
arancelarias y proteccionistas para fomentar la producción local de bienes manufacturados,
sustituyendo así las importaciones de productos industriales por producción interno. El objetivo
era fomentar la creación de empleos y aumentar el crecimiento económico a través de la
industrialización, logró desarrollar sectores industriales clave, como el textil y el automotriz, al
tiempo que fomentaba la creación de empleo y una cierta estabilidad económica. No obstante, las
limitaciones estructurales del mercado interno y la falta de competitividad de muchas industrias
dificultaron el crecimiento a largo plazo, durante varias décadas, la política comercial chilena
estuvo caracterizada por elevados aranceles, licencias de importación y múltiples tipos de
cambio, con un fuerte control estatal de los sectores productivos y comerciales. Si bien el modelo
ISI permitió un crecimiento industrial considerable en sus primeras etapas, también se enfrentó a
varios problemas y crítica social, la industria chilena se volvió altamente dependiente de la
protección estatal y los subsidios, lo que limitó su competitividad a nivel internacional, el
mercado interno era insuficiente para sostener un crecimiento industrial significativo, lo que
condujo a una falta de especialización ya un bajo nivel de integración con los mercados globales.
Otro problema fue la sobreprotección de industrias ineficientes, lo que obstaculizó el desarrollo
de sectores más competitivos y orientados a la exportación, a medida que avanzaban los años 60
y 70, quedó claro que la estrategia de ISI estaba generando desequilibrios macroeconómicos,
como déficits fiscales y comerciales, junto con una alta inflación. En la década de 1970, la crisis
económica mundial, el aumento del precio del petróleo y la crisis del cobre agravaron los
problemas del modelo ISI en Chile, el país experimentó graves desequilibrios macroeconómicos,
incluyendo una inflación que alcanzó el 600% y un déficit de cuenta corriente superior al 7% del
PIB. Esta situación culminó en la crisis económica de principios de los años 70. Esta transición
hacia políticas de apertura y liberalización económica a partir de los años 70, particularmente
bajo el régimen de Augusto Pinochet. Chile optó por un enfoque radicalmente distinto, con una
serie de reformas económicas neoliberales que incluyeron la reducción de barreras arancelarias,
la privatización de empresas estatales y la promoción de exportaciones, este proceso de
liberalización se implementó en dos fases: la primera, de carácter unilateral, entre 1974 y 1989, y
la segunda, de liberalización bilateral a partir de 1990, con la firma de tratados de libre comercio.
Conclusión
El modelo ISI promovió el desarrollo de industrias nacionales destinadas a reemplazar los
productos manufacturados importados, protegiendo a través de aranceles y subsidios a los
productores locales, este proceso fue impulsado principalmente en países como Argentina,
Brasil, Chile y México, donde se implementaron políticas estatales de fomento industrial,
infraestructuras básicas y control sobre sectores estratégicos. Como resultado, el ISI contribuyó a
la expansión de la industrialización en la región, estimuló la creación de empleo y favoreció la
urbanización, a largo plazo, el modelo evidencia importantes limitaciones como la falta de
competitividad internacional, la concentración de industrias en sectores de bajo valor agregado,
el agotamiento del mercado interno y la creciente dependencia de insumos tecnológicos
importados generan desequilibrios estructurales. A partir de las décadas de 1960 y 1970, muchos
países latinoamericanos enfrentaron crisis de balanza de pagos, inflación y una creciente deuda
externa, lo que puso de manifiesto la insostenibilidad del modelo sin una modernización integral
y apertura gradual al comercio exterior. En conclusión, el modelo ISI fue una respuesta temporal
efectiva para la crisis económica de la Gran Depresión, fomentando el desarrollo industrial y
modificando la estructura económica de América Latina, pero, sus limitaciones estructurales, en
combinación con un entorno internacional cambiante, llevaron a su progresiva caída y eventual
reemplazo por modelos más orientados al mercado libre y a la integración global en las últimas
décadas.
Bibliografía
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