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Bonet Mata 2001

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Organización del territorio y poblamiento en el País Valenciano entre los ss.


VII al II aC

Article · January 2001

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2 authors, including:

Consuelo Mata Parreño


University of Valencia
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BIBLIOTHECA ARCHAEOLOGICA HISPANA 8

ENTRE
CELTAS E ÍBEROS
LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS
DE LAS GALIAS E HISPANIA

por

LUIS BERROCAL-RANGEL
y
PHILIPPE GARDES

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA


CASA DE VELÁZQUEZ
MADRID
2001
CASA DE VELÁZQUEZ

ENTRE Celtas e Íberos. Las poblaciones protohistóricas de las Galias e Hispania


/ editado por Luis Berrocal-Rangel y Philippe Gardes. — Madrid : Real Aca-
demia de la Historia : Casa de Velázquez, 2001. — 248 p. : il. ; 30 cm. —
(Bibliotheca Archaeologica Hispana ; 8).
Actas de la Mesa Redonda organizada por la Casa de Velázquez y la
Universidad Autónoma de Madrid los días 12 y 13 de enero de 1998.

D.L. M. 4.808-2001.

1. Celtas - Civilización - S. VIII -I a.C. - Congresos y asambleas. 2. Íberos -


Civilización - S. VIII-I a.C. - Congresos y asambleas. 3. Antropología cultural y
social - Europa - S. VIII-I a.C. - Congresos y asambleas. I. Berrocal-Rangel, Luis.
II. Gardes, Philippe. III. Real Academia de la Historia (Madrid). IV. Título.
V. Serie.
III. CDU 930.85 (364) “-08/-01” (063)
III. CDU 930.85 (365) “-08/-01” (063)
III. CDU 39 (4) “-08/-01” (063)

Esta edición forma parte del Programa de colaboración de la


R EAL A CADEMIA DE LA H ISTORIA con las Fundaciones
«BANCO BILBAO-VIZCAYA», «RAMÓN ARECES» y «CAJA MADRID»

Portada: Plano de las ruinas de Numancia, realizado por D. Manuel Aníbal Álvarez.

© REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA


I.S.B.N.: 84-89512-82-5

© CASA DE VELÁZQUEZ
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Depósito Legal: M. 4.808 - 2001


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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
COMISIÓN DE ANTIGÜEDADES
Presidente: Excmo. Sr. D. FERNANDO CHUECA GOITIA
Vocales: Excmos. Sres. D. JOSÉ M.A BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, D. JOSÉ M. PITA ANDRADE
y D. MARTÍN ALMAGRO-GORBEA

PUBLICACIONES
DEL
GABINETE DE ANTIGÜEDADES

BIBLIOTHECA ARCHAEOLOGICA HISPANA

CONSEJO CIENTÍFICO
Presidente:
Prof. Dr. JOSÉ MARÍA BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, de la Real Academia de la Historia
Secretario y editor:
Prof. Dr. MARTÍN ALMAGRO-GORBEA, Académico Anticuario de la Real Academia de la Historia
Vocales:
Dr. JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ MARTÍNEZ, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Director del Museo Nacional
de Arte Romano, Mérida
Dr. MIGUEL BELTRÁN LLORIS, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Director del Museo de Zaragoza
Prof. Dr. MANUEL BENDALA GALÁN, Catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid
Prof. Dr. GERMÁN DELIBES DE CASTRO, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid
Prof. Dr. GUILLERMO FATÁS CABEZA, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad de Zaragoza
Prof. Dr. FRANCISCO JAVIER FERNÁNDEZ NIETO, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Catedrático de
Historia Antigua de la Universidad de Valencia
Prof. Dr. LUIS A. GARCÍA MORENO, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad de Alcalá de Henares
Prof. Dr. MAURO HERNÁNDEZ, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante
Prof. Dr. MARC MAIER, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Catedrático de Lengua Latina de la Universidad
de Barcelona
Prof. Dr. JOSÉ REMESAL, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y Catedrático de Historia Antigua de la
Universidad de Barcelona
Prof. Dr. GONZALO RUIZ ZAPATERO, Catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid
Dr. MANUEL SANTONJA, Director del Museo de Salamanca
ÍNDICE

Páginas
PRESENTACIÓN ................................................................................................................................................. 9
por M.A ROSARIO LUCAS PELLICER y PATRICE CRESSIER

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................ 11
por LUIS BERROCAL-RANGEL y PHILIPPE GARDES, Coords.

I. DEMOGRAFÍA, TERRITORIALIDAD Y POBLAMIENTO DE LA EUROPA PROTOHISTÓRICA .. 17


MANUEL BENDALA GALÁN
Procesos de poblamiento, urbanización y evolución social en Iberia ................................................... 19
PATRICE BRUN
Échelles d’intégration politique et contrôle des moyens de production en Europe ............................... 29
MARTÍN ALMAGRO-GORBEA
Aproximaciones a la demografía de la Celtiberia .................................................................................. 45
JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS / GONZALO RUIZ ZAPATERO
Cementerios y asentamientos: Bases para una demografía arqueológica ............................................. 61
JAVIER DE HOZ
Algunas reflexiones sobre fronteras étnicas y lingüísticas ..................................................................... 77
LUIS BERROCAL-RANGEL
Aproximaciones metodológicas a la demografía protohistórica ............................................................ 89

II. PROCESOS DE URBANIZACIÓN Y COMPLEJIDAD SOCIAL EN LA EUROPA PROTOHIS-


TÓRICA ........................................................................................................................................................ 107
OLIVIER BUCHSENSCHUTZ
Habitat et société celtique: la tentation urbaine ..................................................................................... 109
PHILIPPE GARDES
Habitat, territoires et évolution sociale en Aquitaine ............................................................................. 115
PATRICE ARCELIN
Territoires et habitats dans l’évolution de la Gaule Méditerranéenne .................................................. 137
JOAN SANMARTÍ / CARMEN BELARTE
Urbanización y desarrollo de estructuras estatales en la costa de Cataluña ....................................... 161
8 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

Páginas
HELENA BONET / CONSUELO MATA
Organización del territorio y poblamiento en el País Valenciano .......................................................... 175
FRANCISCO BURILLO MOZOTA
Etnias y poblamiento en el área ibérica del Valle Medio del Ebro ........................................................ 187
CONCEPCIÓN BLASCO BOSQUED
El poblamiento en las cuencias de los ríos Duero y Tajo ....................................................................... 201
VIRGILIO H. CORREIA
O povoamento do Noroeste no 1.o Milénio a de C. ................................................................................. 213
CARLOS FABIÂO
O povoamento do Sudoeste peninsular: continuidades e rupturas ........................................................ 227
ORGANIZACIÓN DEL TERRITORIO Y POBLAMIENTO
EN EL PAÍS VALENCIANO ENTRE LOS SIGLOS VII AL II a.C.
HELENA BONET ROSADO - CONSUELO MATA PARREÑO
Servei d’Investigació Prehistòrica de València - Universitat de València

ABSTRACT
The aim of this paper is to show the transformation mechanisms of the indigenous habitat in Pais Valenciano during the
VII century b.C. as well as the birth of the iberian states from the VI century b.C. on, their acme and finally their disappear-
ance after the Roman conquest. Spatial studies in that area are very unequal: there is a pioneer work in the central zone
around the town of Edeta and a recent one in process in Villares; in the north there are recent spatial studies concerning the
littoral, south of the Ebros river, around Puig de la Nau; whereas in the southern areas, despite the important monografs of
the principal settlements, we lack, for the moment, studies on the evolution of spacial organisation, except for La Serreta.

RESUMEN
El objetivo de este trabajo es mostrar los mecanismos que transformaron el poblamiento indígena en el País Valenciano
en el siglo VII a.C. así como la gestación de los estados ibéricos a partir del siglo VI a.C., su apogeo y, finalmente, su des-
aparición tras la conquista romana. Los estudios territoriales de este área son muy desiguales: la zona central cuenta con el
trabajo pionero en torno a la ciudad de Edeta y el más reciente en curso de realización de Los Villares; en el norte, tenemos
los estudios territoriales sobre el área litoral al sur del Ebro, en torno al Puig de la Nau, mientras que para las tierras más
meridionales, a pesar de contar con importantes trabajos monográficos sobre los principales yacimientos ibéricos, carece-
mos, de momento, de estudios evolutivos sobre la organización de los territorios, a excepción de La Serreta.
176 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

1. INTRODUCCIÓN 2. APERTURA DE NUEVOS MERCADOS A PARTIR DEL


2. SIGLO VII a.C.
En la península Ibérica, el siglo VIII a.C. supone
un punto de inflexión para las comunidades indígenas El siglo VII a.C. inaugura en el País Valenciano la
al producirse un contacto continuado con los coloni- etapa conocida como Primera Edad del Hierro. La con-
zadores fenicios asentados definitivamente en las costas solidación de las colonias peninsulares impulsó la nece-
del sur y sureste peninsular (Alvar, 1990, 20; González sidad de buscar nuevos mercados y más accesibles, de
Wagner, 1993, 451). ahí la creación de asentamientos en la costa y la dis-
La primera oleada colonizadora, con asentamientos tribución de productos hacia el Norte del Mediterrá-
estables, se extiende hasta la desembocadura del río neo occidental. La colonia fundada en Ibiza —Sa
Segura donde, desde 1996, se está excavando el ya- Caleta— fue un nuevo punto de apoyo para este co-
cimiento de La Fonteta (Guardamar del Segura) cu- mercio (Gómez Bellard, 1995, 762-770) y serán las
yos materiales proporcionan una datación entre fina- desembocaduras de los ríos de la costa valenciana el
les del siglo VIII y principios del siglo VI a.C. (González lugar donde se encuentran los hallazgos submarinos
Prats et alii, 1999). Este enclave colonial tuvo efec- que indican zonas de recalada.
tos inmediatos en su hinterland más próximo pues En este siglo se va a producir una reestructuración
Penya Negra (Crevillent) y Los Saladares (Orihuela) del poblamiento, pues algunos de los lugares ocupa-
recibieron los primeros objetos importados ya en el siglo dos con anterioridad se abandonan, surgen otros nue-
VIII a.C. (Arteaga Matute y Serna, 1979-1980, 109, fig. vos y, lo que es más importante empiezan a consoli-
32; González Prats, 1993, 184). Ambos yacimientos, darse algunos asentamientos como lugares centrales de
con niveles del Bronce Final, se encuentran ubicados su territorio inmediato. Sin embargo, el proceso, le-
sobre dos de los caminos de penetración hacia el in- jos de ser uniforme, va a tener sus variantes en fun-
terior: Los Saladares sobre el río Segura y Penya Negra ción de las peculiaridades del sustrato indígena y de
sobre un afluente del Vinalopó. De forma casi simul- la proximidad a los centros coloniales.
tánea, pues el registro no permite afinar más allá de
finales del siglo VIII a.C., se funda el pequeño recin- 2.1. LA OCUPACIÓN INTENSIVA DEL TERRITORIO
to fortificado de Cabeç de l’Estany (Guardamar del Se- ENTRE LOS VALLES DE LOS RÍOS SEGURA Y VINALOPÓ:
gura), en la margen derecha del Segura (García Menár- La ruta a lo largo del Segura, en cuya desembocadu-
guez, 1995, 226-227). ra se halla el yacimiento fenicio de la Fonteta, y su
Por consiguiente, en el valle bajo del río Segura afluente el Guadalentín se conoce poco, pero aún así
se está produciendo una situación similar a la cono- se puede seguir la progresión de los materiales impor-
cida en el Bajo Guadalquivir y a la del litoral mur- tados hacia el interior (Roldán et alii, 1994).
ciano, en donde se han localizado el enclave costero Mejor documentada está la vía del Vinalopó, a pesar
de Punta de los Gavilanes (Mazarrón), con abundante de la ausencia de prospecciones sistemáticas y de la
material fenicio, y los pecios de La Isla de Mazarrón falta de información sobre un asentamiento de gran im-
y Punta de la Campana en Cartagena, de la misma portancia como es l’Alcúdia (Elx). Desde Penya Ne-
cronología (Roldán et alii, 1994). gra, y a través del Vinalopó, se distribuyen con flui-
En nuestra opinión, la colonización fenicia, incluidos dez los productos costeros —en El Monastil (Elda) se
los viajes esporádicos previos a cualquier asentamiento han encontrado restos de ánforas producidas tanto en
definitivo en tierras extrañas (Alvar, 1990, 20; González Penya Negra como en las colonias (Poveda Navarro,
Wagner, 1993, 451), aceleró un proceso que ya se estaba 1994)—, llegando hasta su nacimiento y alcanzando
gestando desde el Bronce Reciente/Final, es decir, im- los valles interiores de l’Alcoià a través de la Valleta
pulsó el aumento de la demanda comercial, utilizan- d’Agres.
do para ello canales de distribución que ya existían y En la costa de la actual Dénia, no sólo hay un
que, a pesar de su heterogeneidad y poca precisión hallazgo submarino, sino que además se encuentra uno
cronológica, remiten a ambientes precoloniales (Ruiz de los asentamientos más interesantes de este período
Zapatero, 1992, 105). Recientes estudios sobre el Bronce —L’Alt de Benimaquia— (Gómez Bellard et alii, 1993).
Reciente/Final en la península Ibérica y el Mediterráneo En este lugar se ha documentado, por primera vez, la
central están poniendo de manifiesto la existencia de producción de vino desde el siglo VII a.C., demostrando
redes comerciales a larga distancia cuyo objeto prin- el grado de complejidad alcanzado por los indígenas.
cipal de intercambio sería el metal aunque no el único Los numerosos valles que penetran hacia el interior
(Ruiz Gálvez, 1998). Así, el modelo de comunidad de (comarcas de l’Alcoià-El Comtat) están jalonados de
paso descrito por Hirth (citado por Ruiz Zapatero, 1983- yacimientos de cronología similar a L’Alt de Benima-
84, 59) se ajusta a la realidad arqueológica del sur del quia (Costa Chulbi, 1990; Castelló Marí y Costa, 1992).
País Valenciano, mientras que en el resto del terri-
torio habrá que esperar al siglo VII a.C. para que los 2.2. LA BÚSQUEDA DE NUEVOS MERCADOS ENTRE
efectos de la colonización sean patentes (Bonet y Mata, LOS RÍOS XÚQUER Y PALÀNCIA: El río Xúquer y sus
en prensa). afluentes el Magro y el Cànyoles son también cami-
ENTRE CELTAS E ÍBEROS 177

FIGURA 1.—Distribución del poblamiento en los territorios de Edeta y Arse/Saguntum


(Datos de Arse según Martí Bonafé, 1998). 1: Hierro Antiguo. 2: Ibérico Antiguo.
178 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

nos naturales que se encuentran jalonados, desde su tienen numerosos asentamientos con cerámicas feni-
desembocadura, de asentamientos con cerámicas feni- cias, que se ponen en relación con la fundación de la
cias. Desde 1996, las excavaciones en L’Alter de Vint- factoría de Sa Caleta y que se fechan a partir de la
i-huitena (Albalat de la Ribera) junto al Xúquer, es- segunda mitad del siglo VII a. C. (Gracia Alonso et
tán poniendo al descubierto un gran asentamiento en alii, 1994-1996; Oliver Foix, 1994-1996; Clausell Canta-
el que, además de la cerámica a mano indígena, hay vella, 1995). Estos contactos comerciales producirán
un interesante conjunto de cerámicas fenicias 83. Re- un cambio en el poblamiento indígena del Bronce Final,
montando el río y a lo largo de su afluente el Magro, caracterizado por una cultura material con elementos
se encuentran otros dos asentamientos con cerámicas de Campos de Urnas.
fenicias —La Carència (Torís), en primer lugar, y, más La estrecha franja costera de Castellón, surcada por
al interior, Kelin/Los Villares (Caudete de las Fuen- valles transversales que, desde la costa, penetran ha-
tes) (Mata Parreño, 1991, 29-32; Mata Parreño et alii, cia el interior, jugará un papel esencial en el intercambio
1994-1996, fig. 9)—, siguiendo uno de los caminos de mercancías entre las poblaciones indígenas y los
de penetración hacia el interior. comerciantes foráneos, convirtiéndose estos pequeños
Mucho más importante es el valle del Cànyoles, por valles (ríos Sénia, Cervol y Millars) en verdaderas rutas
donde discurrió la vía Augusta en cuya entrada se en- comerciales con grandes concentraciones de yacimien-
cuentra Xàtiva, la futura Saiti ibérica, en donde se han tos. Esta organización dispersa parece responder a la
encontrado varios fragmentos de ánforas y barniz rojo explotación de las minas de hierro del Alto Maestrazgo
fenicio (Cerdà, 1989; Mata Parreño et alii, 1994-1996, y al control de las vías de penetración hacia las mis-
200, nota 13). A lo largo de este valle se han locali- mas. Otros hábitats, en cambio, como Puig de la Nau
zado también materiales fenicios (Pérez Ballester y (Benicarló), Orpesa la Vella (Orpesa) y Vinarragell
Borredà, 1998, 141) pero, sobre todo, en el Castellar (Borriana) ya existían con anterioridad, por lo que el
de Meca (Ayora) (Pla Ballester y Bonet, 1991), ciudad comercio colonial aprovechó estos asentamientos, si-
ibérica enclavada al final del valle, ya en la Meseta. tuados en puntos estratégicos de comunicación, y que,
En el valle del río Palància, en cuya desemboca- probablemente, ya controlaban redes de distribución.
dura se encuentra Arse/Saguntum, apenas se conocen Para la mayoría de autores (Ruiz Zapatero, 1983-
restos fenicios (Rouillard, 1979, 69-70), sin embargo, 1984; Oliver Foix, 1994-1996) se puede hablar en esta
recientes prospecciones están documentando yacimien- etapa de una jerarquización del hábitat, con puntos de
tos con cerámicas fenicias jalonando el río (Mata Parre- vigilancia dependientes de centros mayores, lo que
ño et alii, 1994-1996, fig. 16, Martí Bonafé, 1998). supone una sociedad donde la jefatura vendría dada
El valle del Túria presenta una problemática distin- por el control del comercio o la explotación minera.
ta. Su tramo inferior desemboca en una llanura aluvial Este modelo está bien documentado en las comarcas
con un litoral de marjal, mayor en la antigüedad que hoy del curso inferior del Ebro (Asensio Vilaró et alii, 1994-
en día, que debió dificultar el poblamiento y la utiliza- 1996) donde, para este período, se aprecian cuatro tipos
ción de este río como vía de comunicación. En esta de asentamientos distintos con funciones específicas,
comarca, las cerámicas fenicias se concentran en el mayor que reflejan la complejidad social de estos grupos, lo
núcleo, el Tossal de Sant Miquel (Llíria) antigua Edeta, que implica la existencia de una autoridad que ase-
siendo el resto de hallazgos testimoniales (fig. 1,1). gure el control del territorio y su explotación y de las
La información existente entre los ríos Xúquer y rutas comerciales.
Palància nos muestra una situación similar a la zona La situación entre los ríos Millars y Palància, es
meridional del País Valenciano, sin que exista, por el bien distinta. A mediados del siglo VII, y en relación
momento, un asentamiento colonial permanente. Los con los primeros contactos foráneos, estaría el yaci-
navíos fenicios recorrerían periódicamente la costa, miento de nueva planta de La Torrasa (La Vall d’Uixó)
fondeando en la desembocadura de los ríos, en cuyas que, situado en una amplia llanura rica en mineral de
proximidades se encontraría un asentamiento indíge- hierro, debió tener un importante papel, dada su gran
na que se encargaría de introducir los productos ha- extensión y elevado número de cerámicas fenicias.
cia el interior (fig. 3,1). Como en el siglo VIII a.C., Si bien La Torrasa es un gran centro redistribuidor
pocos lugares recibieron, en un primer momento, ob- y punto de intercambio de mercancías auspiciado por
jetos importados, como demuestran los datos propor- la explotación del hierro, el Puig de la Nau y Vinarragell
cionados por las prospecciones desarrolladas en los te- corresponderían a los denominados asentamientos de
rritorios de las ciudades ibéricas de Edeta/Tossal de paso (Ruiz Zapatero, 1983-1984, 59) que controlaban
Sant Miquel y de Kelin/Los Villares. el comercio, a través de los corredores naturales de
comunicación entre áreas de riqueza agropecuaria y
2.3. UN POBLAMIENTO DISPERSO ENTRE LOS RÍOS mineral y la costa, con la oferta de productos manu-
PALÀNCIA Y EBRO: Las tierras al norte del río Millars facturados (fig. 3,2). Este modelo se confirma con la
existencia de puntos clave de tránsito, como El Torrelló
(Almassora) a 5 km. de Vinarragell, que van jalonando
83
Agradecemos a Xavier Vidal y Carmen Martínez, directores de las
excavaciones, la información sobre este yacimiento. el río Millars y definiendo las rutas hacia el interior
ENTRE CELTAS E ÍBEROS 179

FIGURA 2.—Distribución del poblamiento en los territorios de Edeta y Arse/Saguntum


(Datos de Arse según Martí Bonafé, 1998). 3: Ibérico Pleno. 4: Ibérico Final.
180 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

como ocurre con los enclaves fluviales, cada vez más cambio total en la organización territorial. Así, en los
frecuentes, que bordean el bajo Ebro, como Aldovesta territorios costeros al sur del Ebro se da un vacío
(Benifallet), Barranc de Sant Antoni (Ginestar), etc. poblacional, con la excepción de la Moleta del Remei.
(Asensio et alii, 1994- 1996). Esta disminución de poblamiento, con una reducción
del número de hábitats respecto a la etapa anterior, pero
de mayor extensión (entre 900 y 7.000 m²), contrasta
3. CONSOLIDACION Y CULMINACIÓN DE LOS TERRI- con el auge que se observa en el resto del País Valen-
3. TORIOS IBÉRICOS: DEL SIGLO VI AL III A.C. ciano (Oliver Foix, 1996, 129).
Este vacío podría explicarse como consecuencia de
El siglo VI a.C. es la fecha que se puede conside- un basculamiento del poder económico hacia otros
rar, a grandes rasgos, como la culminación del proce- centros más meridionales y costeros, de los que se
so de aculturación iniciado unos 200 años antes y que carecen estudios territoriales, como Torre La Sal (Caba-
da lugar a lo que Alvar (1990, 24) llama una muta- nes) (4 ha), El Solaig (Betxí) (2 ha) o la Punta de
ción. Esto es, el contacto entre dos comunidades cambia l’Orleyl (La Vall d’Uixó) (de 3’5 a 4 ha) (Oliver Foix,
sustancialmente a la comunidad receptora porque acepta 1996, 129; García Fuertes, 1998), que tomarán mayor
cambios, pero sin que haya una asimilación completa protagonismo a partir del siglo IV a.C.
(González Wagner, 1993, 457-460). Finalmente, ya en tierras claramente edetanas, la
En niveles de poblamiento, la consecuencia más ciudad de Arse/Saguntum, controla un territorio que se
inmediata es la formación de una serie de territorios corresponde aproximadamente con lo que será el ager
autónomos con un hábitat jerarquizado y organizado saguntinum y la actual comarca del Baix Palància.
alrededor de un lugar central. Este modelo, aunque con Presenta un modelo de poblamiento distribuido a lo
diferente patrón de asentamiento, se ha podido cons- largo del curso fluvial del Palància en donde se dis-
tatar, claramente, en dos comarcas valencianas, en torno tinguen cuatro categorías de asentamientos entre los
al Tossal de Sant Miquel y Los Villares. A su vez, se 24 yacimientos prospectados (Martí Bonafé, 1998, 231-
está perfilando un modelo diferente al norte del País 241): la ciudad de Arse/Saguntum con una extensión
Valenciano, mientras que para las tierras meridiona- entre 8 y 10 ha; una segunda categoría con un solo
les se carece, de momento, de estudios territoriales en yacimiento, El Rabosero (Torres Torres), de 5 ha; los
torno a los centros más importantes de este período oppida medianos (3) entre 0’5 y 1 ha; y un cuarto grupo
como l’Alcúdia o el Monastil. de asentamientos (17) que no superan los 2500 m² y
de función muy variada en el que se diferencian, a su
3.1. EL MODELO ENTRE LOS RÍOS EBRO Y PALÀN- vez, el puerto del Grau Vell, las atalayas (8), los alfares
CIA: A partir del Ibérico Antiguo, en las tierras al sur (4) y los pequeños asentamientos (9) (fig. 2 y 3).
del delta del Ebro, se aprecia una nueva estructuración
del territorio que coincide con la decadencia del co- 3.2. EL TERRITORIO DE EDETA/TOSSAL DE SANT
mercio colonial fenicio y las influencias de la iberiza- MIQUEL: El Tossal de Sant Miquel se halla en el centro
ción del sureste peninsular. Las excavaciones de la de una amplia llanura aluvial limitada por la sierra
Moleta del Remei (Alcanar), el Puig de la Nau, el Puig Calderona, al noroeste, la llanura litoral mediterránea,
de la Misericòrdia (Vinaròs) y las prospecciones rea- por el este, y el río Túria, por el sur. En este territo-
lizadas en esa zona (Oliver Foix, 1994-1996 y 1996) rio de unos 900 km², la prospección sistemática ha
muestran una organización territorial muy distinta a la proporcionado datos que muestran un territorio poco
de las zonas centrales del País Valenciano. poblado durante los siglos VIII-VII a.C., pero con un
Durante el Ibérico Antiguo no hay grandes asenta- centro, el Tossal, que es el mayor asentamiento de la
mientos de la categoría del Tossal de Sant Miquel o Los comarca, el único que tiene niveles del Bronce Me-
Villares, incluso algunos que fueron importantes, como dio/Reciente, y que va a centralizar las escasas impor-
La Torrasa, parecen no tener continuidad. Perdura el taciones del momento (Bonet Rosado, 1995) (fig.1,1b).
modelo de poblamiento gestado durante los siglos pre- El territorio de la ciudad de Tossal de Sant Miquel,
cedentes con poblados organizados en torno a la ex- ya en el siglo VI a.C., aparece claramente jerarquiza-
plotación de las minas, control de la costa y vías de do, perfilándose el patrón de asentamiento propio del
penetración. Destaca, en el área del norte de Castellón, Ibérico Pleno. Se fundan, ex novo, dos poblados en el
el Puig de la Nau como centro más importante por su llano La Seña (Villar del Arzobispo) y el Tos Pelat
potente sistema defensivo, por su mayor extensión (Montcada), de 8.000 m² y 1’5 ha de superficie res-
(6.000 m²) y una variedad y calidad en las importaciones pectivamente. Este último es uno de los más cercanos
desconocida en otros lugares (Oliver Foix y Gusi, 1995). a la costa y, dada la cantidad y variedad de la cerámi-
Su hegemonía, o capitalidad, en el litoral septentrio- ca importada que concentra (Burriel Alberich, 1997, 72),
nal de Castellón se mantendrá hasta el final del siglo podría ser el lugar que canalizara los productos costeros
V o principios del siglo IV a.C., momento en el que se hacia la ciudad; en este sentido hay que señalar que
abandona, como ocurre con muchos otros poblados del también es el yacimiento más próximo al fondeadero
área catalana y del sur de Francia, produciéndose un de La Malva-Rosa, donde hay ánforas griegas y etruscas
ENTRE CELTAS E ÍBEROS 181

de los siglos VI y V a.C. (Fernández Izquierdo et alii, dos niveles de habitación fechados en el siglo VII a.C.
1988). Como ya había sucedido en el siglo VII a.C., sólo por las importaciones fenicias. Este dato, junto con los
los yacimientos mayores reciben los nuevos productos del poblamiento, señalan que sólo un asentamiento
comerciales de origen griego: Tossal de Sant Miquel monopoliza todos los beneficios del comercio colonial,
y Tos Pelat. Entre la segunda mitad del siglo VI a.C. que debía llegar a través de los poblados que jalonan
y primera mitad del V a.C., se aprecia un aumento de el Xúquer y el Magro, sin descartar otras posibilida-
la densidad de población que comienza a extenderse por des (Mata Parreño, 1991, 200).
los piedemontes de las sierras y los llanos de Casinos El panorama cambia radicalmente en el siglo VI a.C.
y del Villar, antes deshabitados. Una docena de nue- contabilizándose 34 yacimientos, entre los que se in-
vos asentamientos de pequeño tamaño, desgraciadamente cluyen los dos conocidos con anterioridad. En Los
muy roturados cuyas superficies parecen no superar los Villares la cerámica es a torno en un 70%, porcentaje
1.000 m², buscan, preferentemente, la ubicación en las entre el que hay que contabilizar las importaciones que
tierras bajas (fig.1,2b). ahora se diversifican con la llegada de los primeros
En la segunda mitad o finales del siglo V, coinci- productos griegos (Mata, 1991, 192). Como sucedía
diendo con el inicio del Ibérico Pleno, el modelo de en el siglo anterior, y en el Tossal de Sant Miquel,
organización del territorio en torno a Edeta está ple- Los Villares vuelve a monopolizar los objetos más
namente configurado, no apreciándose, a lo largo de valiosos que en este caso son las cerámicas griegas,
los siglos IV y III, cambios sustanciales ni en el pa- mientras que las ánforas fenicias tienen una distribu-
trón de asentamiento ni en los propios hábitats (Bonet, ción mayor, localizándose en 14 asentamientos.
1995, 522-525). El aumento de pequeños y medianos El Ibérico Pleno es también el momento de la ocu-
núcleos de población es espectacular pasando de los pación y explotación más intensa del territorio, cono-
12 de la etapa anterior a 50, de los cuales se pueden ciéndose 101 yacimientos, de los que sólo 20 tienen
medir y clasificar sin ninguna duda 39. Las excava- materiales del s. VI a.C. La jerarquización es eviden-
ciones en la propia Edeta, en los poblados de La Seña te pues sólo Los Villares tiene una superficie cercana
y la Monravana (Llíria), en el caserío del Castellet de a las 10 ha, mientras que el resto oscila entre las 3
Bernabé (Llíria) y en el fortín defensivo del Puntal dels ha y los 800 m². Con pocas excepciones se ubican en
Llops (Olocau), permiten establecer cuatro categorías suaves laderas y zonas llanas, cerca de cursos de agua,
de asentamientos en este territorio. El Tossal de Sant donde se encuentran los mejores suelos.
Miquel, con una superficie en torno a las 10 ha, se
convierte en una opulenta ciudad que controla políti- 3.4. EL POBLAMIENTO EN TORNO A LA SERRETA:
ca y económicamente su territorio; los pueblos o al- Las comarcas de l’Alcoià, el Comtat, la Foia de Castalla
deas (8), con superficies entre 5000 m² y 2 ha, se ins- y la Vall d’Albaida constituyen una gran unidad morfo-
talan en cerros de poca altura, o en el llano, en terrenos estructural, al norte de la provincia de Alicante, for-
de fácil explotación; los caseríos (15), o granjas for- mada por las cordilleras del denominado Prebético
tificadas, son pequeñas explotaciones agrícolas de entre Meridional que, con relieves de orientación SO-NE,
1000 y 2500 m²; y, finalmente, los fortines (15), pe- dejan entre ellas estrechos y alargados valles cuyo único
queños recintos entre 500 m² y 2500 m², que distri- elemento de discontinuidad es el valle del río Serpis.
buidos en puntos clave de visibilidad crean una red El modelo de poblamiento en esta comarca durante
defensiva de vigilancia y defensa de las granjas, pue- la Primera Edad del Hierro está en fase de estudio vién-
blos y tierras cultivables (fig. 2,3). dose que los materiales fenicios se recogen, en seis
yacimientos situados en el llano a excepción del Puig
3.3. EL TERRITORIO DE KELIN/LOS VILLARES: El (Alcoi) (Martí Bonafé y Mata, 1992; Espí Pérez y
territorio de Los Villares está bastante más alejado de Moltó, 1997, 89). Durante el Ibérico Antiguo, los mate-
la costa pues se sitúa en el primer escalón meseteño, riales fenicios se recogen en los yacimientos más gran-
a unos 800 m s.n.m. de altitud media, a pesar de lo des como Cabeço de Mariola (Alfafara) (3 ha), Covalta
cual se puede acceder a él con relativa facilidad a través (Albaida) (1´5 ha), la Serreta (Alcoi) (2,5 ha) o el Puig
del río Magro. Se encuentra bien delimitado geográfica- (3 ha) mientras que el resto de asentamientos mues-
mente por el río Cabriel, al Suroeste, y las Sierras del tra un doble modelo: por un lado, pequeños poblados
Tejo y Malacara al Noreste, configurando un espacio situados en altos cerros, en torno a los 1000 m, con
de unos 1500 km². amplia visibilidad; y pequeños núcleos establecidos en
El estudio del poblamiento se encuentra en una fase llano o laderas suaves con una posible vocación agrí-
preliminar, pero las excavaciones que se desarrollan cola (Grau Mira, 1998, 309).
en Los Villares permiten observar la evolución del A finales del siglo V, aumenta la densidad de po-
asentamiento desde mediados del siglo VII a.C. hasta blación destacando, en la cúspide de la escala jerár-
la primera mitad del I a.C. quica, 8 núcleos fortificados, situados en altos cerros
Desconocemos el poblamiento durante el Bronce y equidistantes entre sí, con superficies que oscilan entre
Final, pero en el siglo VII a.C. se han localizado sólo 1’5 y 3 ha. Los más importantes, como Cabeço de
dos yacimientos, uno de ellos el propio Villares con Mariola, Covalta, el Puig o la Serreta ya existían en
182 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

la etapa anterior pero se crean otros nuevos como el lado, de 44 yacimientos prospectados, 26 tienen ma-
Xarpolar (Vall de Gallinera) o Pixòcol (Balones). El teriales del siglo IV a.C. lo que indica una continui-
resto de los asentamientos subordinados de ellos si- dad de ocupación; mientras que por otro lado se ob-
gue el modelo de la etapa anterior, es decir, peque- serva la creación de nuevos asentamientos de tamaño
ños poblados de función estratégica y pequeños hábitats pequeño, sin fortificar, situados en lomas o laderas
en el llano junto a las tierras fértiles. (Arasa i Gil, 1995, 176).
Este modelo, a fines del siglo IV o inicios del si- En la ciudad de Saguntum, la etapa republicana
glo III a.C., varía y el patrón de asentamiento basado supuso el inicio de su monumentalización con la re-
en oppida medianos, que no llegan a 4 ha, se modifi- construcción de parte de la muralla, la edificación del
ca, abandonándose algunos de los centros más impor- foro y la revitalización de su puerto (Aranegui Gascó,
tantes, como el Puig o Covalta, para destacar como 1995; Pascual Buyé y Aranegui, 1993), pero carece-
capital de todo el territorio La Serreta. Esta ciudad pasa mos de datos sobre el poblamiento en esta época.
de 2’5 ha a 5’5 ha, remodelándose todo el antiguo
núcleo, a la vez que su hinterland vive un crecimien- 4.2. LOS TERRITORIOS DE EDETA Y KELIN: En
to de población que afecta, sobre todo a los hábitats ambos territorios este cambio es drástico, sufriendo las
pequeños situados en alturas medias, que complementan dos grandes ciudades, a inicios del siglo II, una des-
el control de los oppida, y a los ubicados en el llano, trucción violenta, de la cual Los Villares, en el inte-
de carácter agrícola (Grau Mira, 1998, 313; Olcina rior, se recuperará en su propio solar y verá consoli-
Doménech et alii, 1998, 42-43). dar su posición mediante la acuñación de moneda. Su
Como se puede observar el núcleo principal de este verdadera decadencia se producirá con las guerras serto-
territorio, La Serreta, sólo alcanza una superfice con- rianas (Ripollès Alegre, 1983, 404- 413).
siderable, de casi 6 ha, en el siglo III a.C., por lo que Un panorama muy distinto ofrece su territorio, cons-
resulta difícil saber si, a su vez, dependería de otro tatándose una reducción considerable de los lugares ha-
núcleo mayor, que podrían ser las ciudades contestanas bitados que pasan de 101 a 53, de los que más de la
de l’Alcudia/Ilici o Saiti (Olcina Doménech et alii, mitad (36) son de nueva planta. No obstante, el pa-
1998, 43; Soria Combadiera y Díes, 1998, fig. 3). trón no cambia pues los hábitats siguen localizándose
en laderas suaves y zonas llanas, junto a cursos de agua.
En cuanto al territorio de Edeta, la destrucción de
4. UN CAMBIO GENERALIZADO EN LA ORGANIZACIÓN la red defensiva de fortines que controlaban su terri-
4. DEL TERRITORIO: EL SIGLO II A.C. torio arrastró en su caída a la ciudad y con ella su-
cumbieron la mayoría de los asentamientos ubicados
4.1. ÁREA SEPTENTRIONAL DEL PAÍS VALENCIA- en las tierras cultivables, ya fueran aldeas o caseríos.
NO: En las tierras más septentrionales de Castellón, la A lo largo del siglo II, el poblamiento se reestructura
nueva situación económica implantada por Roma lle- en un nuevo modelo de explotación agrícola donde la
vará a una gran revitalización de los hábitats, por ejem- ciudad, trasladada al llano (Llíria), continúa siendo la
plo en la zona costera del Bajo Maestrazgo pasará de capital política y económica de la comarca. De un total
haber un solo yacimiento (Moleta del Remei) a diez, de 55 yacimientos perduran 14 de la etapa anterior,
entre ellos el Puig de la Misericòrdia. A finales del configurando una nueva población rural, más disper-
siglo II, ambos yacimientos se abandonan y en la pri- sa, de hábitats pequeños, sin fortificar, que se ubican
mera mitad del siglo siguiente se deshabitan comple- en el llano y en los piedemontes (fig. 2, 4).
tamente el resto de asentamientos ibéricos desmantelán- Este patrón, que se forma a lo largo del siglo II,
dose la estructura indígena (Oliver Foix, 1996, 131-132). perdurará todo el I y tendrá su continuidad en las vi-
El aumento demográfico a partir del siglo II se apre- llas romanas ya de época imperial, con una mayor den-
cia también en el yacimiento de la Moleta dels Frares sidad de población y ocupación del terreno cultivable.
(El Forcall), la futura Lesera (Arasa i Gil, 1987) ubi-
cada prácticamente en tierras turolenses, cuyo núcleo 4.3. EL MODELO CONTESTANO DE LA SERRETA:
ibérico no debió de ser muy grande, dada la escasa Finalmente, el modelo en torno a la Serreta también
dispersión de materiales, pero que en la etapa ibero- se arruinará, en los primeros años de la dominación
romana alcanza las 6 ha. Con la romanización, la ma- romana, cuando se produzca la repentina destrucción
yoría de los poblados del área estudiada se abando- de la ciudad. Frente al violento final del centro más
nan, excepto los de mayor superficie, afectando el importante, se da una pervivencia de la mayoría de
cambio de modelo sólo a la base, es decir, a los asenta- los núcleos ibéricos que sólo con el paso del tiempo,
mientos menores, precisamente los más numerosos. y a lo largo de los siglos II y I a.C., irán abandonán-
En las comarcas meridionales y centrales de Caste- dose y estableciéndose en el llano. En esta etapa, y
llón, en el tránsito del siglo III al II a.C., los núcleos en los territorios circundantes, el fenómeno más des-
mayores como el Solaig o la Punta d’Orleyl se des- tacado será la fundación de ciudades romanas sobre
truyen observándose en el resto del poblamiento una ibéricas, como se documenta en Saitabi, Lucentum o
doble tendencia a lo largo de todo el siglo II: por un Ilici, (Olcina Doménech et alii, 1998).
ENTRE CELTAS E ÍBEROS 183

FIGURA 3.—Modelos de contacto con el mundo colonial en el País Valenciano.


184 LAS POBLACIONES PROTOHISTÓRICAS DE LAS GALIAS E HISPANIA

5. CONCLUSIONES Saitabi, Saguntum, Kelin), si bien otros decaen y se


abandonan, como Edeta o La Serreta.
La forma alargada y estrecha del territorio estudiado
y las diferencias de sustrato del Bronce Final provo-
can una clara diferenciación en los modelos de con- 6. BIBLIOGRAFÍA
tacto e intercambio con el mundo colonial (fig. 3) que,
a su vez, condicionarán la configuración, a partir del ALVAR, J. 1990: «El contacto intercultural en los pro-
siglo VI, de los estados ibéricos. cesos de cambio». Gerión, 8, Madrid, 11-27.
Las comarcas meridionales están mediatizadas por ARANEGUI GASCÓ, C. 1995: «Un ánfora de TR. LOI-
el impacto colonial directo, con asentamientos perma- SIO en Sagunto (Valencia)». Extremadura Arqueo-
nentes (La Fonteta) y, por ello, el contacto es más lógica, V, Cáceres- Mérida, 247-263.
temprano y rápido; una vez establecida la primera ARASA I GIL, F. 1987: Lesera (La Moleta dels Fra-
relación mediante regalos a los jefes locales, los in- res, el Forcall). Estudi sobre la romanització a la
tercambios se canalizan al interior a través de un asen- comarca dels Ports. Monografies de Prehistòria i
tamiento (Penya Negra) que va a ser el máximo be- Arqueologia Castellonenques, 2, Castelló.
neficiario del comercio exterior (fig. 3,1). ARASA I GIL, F. 1995: Territori i poblament en època
Las comarcas centrales inician el contacto de for- romana a les comarques septentrionals del litoral
ma similar; los primeros objetos sólo llegan a los lu- valencià. Tesis doctoral. Universitat de València.
gares centrales (Edeta, Arse, Kelin y Saiti) desde los ARTEAGA MATUTE, O.; SERNA, M. R. 1979-1980: «Las
cuales, en un segundo momento, se distribuyen alre- primeras fases del poblado de Los Saladares (Ori-
dedor. Este papel de control en la distribución se uti- huela, Alicante). Una contribución al estudio del
liza para mantener y consolidar una red de asenta- Bronce Final en la Península Ibérica (Estudio crí-
mientos dependientes que explotan el territorio en tico 1)». Ampurias, 41-42, Barcelona, 65-137.
beneficio del lugar central (fig. 2,1). La diferencia con ASENSIO VILARÓ, D.; BELARTE, M. C.; FERRER, C.;
las comarcas meridionales estriba en la ausencia de un NOGUERA, J.; SANMARTÍ, J.; SANTACANA, J. 1994-
asentamiento colonial permanente y en una fecha de 1996: «El poblament de les comarques del curs
inicio más tardía. inferior de l’Ebre durant el Bronze Final i la Pri-
En el modelo septentrional, la distribución del pobla- mera Edat del Ferro». Taula Rodona «Models d’
miento en pequeños núcleos del Bronce Final se man- ocupació, transformació i explotació del territori
tiene con la llegada de los productos coloniales y, si entre el 1600 i el 500 a.n.e. a la Catalunya meri-
bien, la introducción se hace también a través de de- dional i zones limítrofes de la depressió de l’ Ebre»
terminados puntos costeros (Vinarragell, Puig de la (Sant Feliu de Codines, 1994), Gala, 3-5, Sant Feliu
Nau), la redistribución es mucho más regular, sin que de Codines, 301-317.
estos asentamientos consigan un control completo de BONET ROSADO, H. 1995: El Tossal de Sant Miquel
la red (fig. 3,1). de Llíria. La antigua Edeta y su territorio. València.
Esta diferenciación geográfica entre el norte y el BONET ROSADO, H.; MATA PARREÑO, C. en prensa:
resto del País Valenciano se mantendrá a lo largo de «Habitat et territoire au Premier Age du Fer en Pays
todo el periodo ibérico. Desde los inicios del Ibérico Valencien». Colloque Internationale «Mailhac et le
Antiguo, en tierras alicantinas y valencianas, las grandes Premier Age du fer en Europe occidentale», Car-
ciudades, entre las 8 y 10 ha, son la capital de un cassonne, 1997.
amplio territorio (Edeta 900 km², Kelin 1500 km²) cuyo BURRIEL ALBERICH, J. M. 1997: «Aproximació a la
poblamiento aparece estructurado jerárquicamente en ceràmica ibèrica d’el Tos Pelat de Montcada,
asentamientos de menor categoría y de funcionalidades L’Horta nord de València». Recerques del Museu
distintas (carácter defensivo, agrícola, comercial/por- d’Alcoi, 6, Alcoi, 71-85.
tuario o religioso) sobre el que ejercen su poder polí- CASTELLÓ MARÍ, J. S.; COSTA, P. 1992: «El jaciment
tico y económico. Por el contrario, en la franja coste- ibèric de Coll de Pous». Aguaits, 8, Estiu, 7-19.
ra de Castellón, no hay centro alguno de la categoría CERDÀ, J. M., 1989: «La Solana del Castell de Xàtiva».
de los anteriormente citados y el poblamiento se es- Papers de la Costera, 6, Juny, Xàtiva, 37-46.
tructura en torno a oppida entre 0’6 ha y 4 ha que CLAUSELL CANTAVELLA, G. 1995: «Nuevos hallaz-
controlan territorios no muy extensos. gos fenicios en la provincia de Castellón».Qua-
Este doble modelo se mantendrá hasta el siglo II, derns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 16,
momento a partir del cual se produce una importante 93-106.
cambio en el patrón de asentamiento y en la organi- COSTA CHOLVI, P. 1990: «Aportació a l’estudi de la
zación de los territorios ibéricos, ahora bajo la admi- distribució espacial del poblament ibèric a la Ma-
nistración romana, El aumento de población queda rina Alta». III Congrés d’Estudis de la Marina Alta
reflejado en un habitat disperso de pequeñas explota- (Dénia, 1989), Dénia, 119- 128.
ciones agrarias (futuras villas) y en una revitalización ESPÍ PÉREZ, I.; MOLTÓ GISBERT, S. 1997: «Revisió
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ENTRE CELTAS E ÍBEROS 185

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