Documento sin título
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21 de Julio 2024
*Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.*
Hechos 1:8.
Que regocijo ver entre los conversos a tantos jóvenes de ambos sexos con corazones
suavizados y subyugados por el amor de Jesús, que reconocían la buena obra llevada a
cabo por Dios en sus corazones.
Es realmente una preciosa ocasión.
“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.
Romanos 10:10...
Es esencial que los que acaban de aceptar la fe tengan un sentido de su obligación hacia
Dios, que los ha llamado a conocer la verdad, y ha llenado sus corazones con su sagrada
paz, para que puedan ejercer una influencia santificadora sobre todos aquellos con quienes
se rélacionan.
“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová”.
Isaías 43:10.
A cada cual Dios le ha confiado una tarea:
Dar a conocer su salvación al mundo.
Todos debemos levantar la cruz, y asumir con modestia, humildad y sencillez intelectual los
deberes que Dios nos asigna, para realizar esfuerzos personales en favor de los que nos
rodean y que necesitan auxilio y luz.
Todos los que acepten estos deberes gozarán de una experiencia rica y variada, sus
propios corazones irradiarán fervor, y serán fortalecidos y estimulados para hacer esfuerzos
renovados y perseverantes con el fin de obrar su propia salvación con temor y temblor,
porque Dios es quien obra en ellos tanto el querer como el hacer según su buena
voluntad.—
*Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.*
Hechos 1:8