Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
0% encontró este documento útil (0 votos)
1 vistas50 páginas

Razones Del Consumo de Drogas En

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 50

AGRADECIMIENTO

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todas las


personas que me apoyaron durante este proceso de
investigación. A mis profesores y tutores por su orientación
y sabios consejos, y a las 26 personas que participaron en
la encuesta, cuya colaboración fue fundamental para el
desarrollo de este trabajo. A mi familia y amigos, por su
comprensión y aliento constante, que me motivaron a
seguir adelante.
DEDICATORIA

Dedico este trabajo a mi familia, por su amor incondicional


y apoyo constante, y a todos los jóvenes que luchan por un
futuro libre de drogas. Este esfuerzo es para ustedes, con
la esperanza de contribuir a un cambio positivo en la
sociedad.
ÍNDICE

AGRADECIMIENTO............................................................................................1

DEDICATORIA....................................................................................................2

ÍNDICE................................................................................................................ 3

RESUMEN.......................................................................................................... 5

INTRODUCCIÓN................................................................................................ 5

1.1. Planteamiento del Problema..................................................................6


1.2. Formulación del Problema.....................................................................7
1.5. Objetivos................................................................................................8
MARCO CONCEPTUAL..................................................................................... 8

2.1 Definición de Drogas y Clasificación..........................................................8


2.2 Consumo de Drogas en Jóvenes...............................................................9
2.3 Influencias Culturales y Ambientales.......................................................11
2.4 Factores de Riesgo y Protección en el Consumo de Drogas...................12
2.5 Conceptos de Juventud y Adolescencia en el Contexto Boliviano...........13
MARCO TEÓRICO............................................................................................14

3.1 Teorías sobre el Consumo de Drogas.....................................................14


3.1.1 Teoría de la Asociación Diferencial...................................................14
3.1.2 Teoría de la Tensión o Anomia..........................................................16
3.1.3 Teoría de la Autocontrol.....................................................................17
3.1.4 Teoría Ecológica del Desarrollo.........................................................17
3.2 Influencias Culturales en el Consumo de Drogas....................................19
3.2.1 Rol de la Familia y el Entorno Social.................................................19
3.2.2 Influencia de Medios de Comunicación y Redes Sociales.................21
3.2.3 Subculturas Juveniles y Consumo de Drogas...................................22
3.3 Influencias Ambientales en el Consumo de Drogas.................................23
3.3.1 Condiciones Socioeconómicas y Educativas.....................................24
3.3.2 Acceso y Disponibilidad de Drogas...................................................25
3.3.3 Entorno Escolar y Comunitario..........................................................26
MARCO LEGAL................................................................................................ 27

4.1 Legislación Boliviana sobre el Consumo y Tráfico de Drogas.................27


4.1.1 Ley 1008 (Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas). .28
4.1.2 Regulaciones del Código Penal en Bolivia........................................29
4.2 Políticas Públicas sobre Prevención y Rehabilitación..............................30
4.2.1 Estrategias del Estado Boliviano para la Prevención del Consumo
Juvenil.........................................................................................................30
4.2.2 Programas de Rehabilitación y Apoyo a Jóvenes..............................31
4.3 Convenios Internacionales Ratificados por Bolivia..................................33
4.3.1 Convención de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes..........................................................................................33
4.3.2 Acuerdos de Cooperación con Países Vecinos.................................34
METODOLOGÍA................................................................................................36

Tipo De Investigación.....................................................................................36
Población Y Muestra......................................................................................36
Procedimiento................................................................................................37
Técnicas e Instrumentos de Investigación.....................................................37
RESULTADOS..................................................................................................38

Gráfico de la pregunta 1....................................................................................38

Gráfico de la pregunta 2....................................................................................39

Gráfico de la pregunta 3....................................................................................40

Gráfico de la pregunta 4....................................................................................40

Gráfico de la pregunta 5....................................................................................41

Análisis del Cuestionario sobre Influencias Culturales y Ambientales en el


Consumo de Drogas en Jóvenes................................................................42
Conclusión General del Análisis:................................................................44
CONCLUSIONES..............................................................................................45

RECOMENDACIONES.....................................................................................46

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................. 47

ANEXOS........................................................................................................... 48

Tabla 1: Clasificación de Drogas y sus Efectos..........................................48


Tabla 2: Factores de Riesgo y Protección en el Consumo de Drogas en
Jóvenes...................................................................................................... 48
Tabla 3: Teorías Relevantes sobre el Consumo de Drogas.......................49
RESUMEN

Este estudio analiza las razones del consumo de drogas en jóvenes en Bolivia,
centrándose en las influencias culturales y ambientales que inciden en este
comportamiento. A través de una investigación descriptiva, se identifican los
factores sociales, familiares, económicos y mediáticos que facilitan el consumo
de sustancias psicoactivas entre los adolescentes. El cuestionario aplicado a
26 jóvenes permitió conocer sus percepciones sobre el consumo de drogas, el
acceso a estas sustancias y la influencia de su entorno.

Se exploraron teorías como la de la asociación diferencial, la tensión o anomia,


y la del autocontrol, que ayudan a entender cómo los jóvenes se ven
influenciados por sus relaciones sociales y las condiciones de su entorno.
Además, se destacó el papel de la familia y los medios de comunicación como
factores determinantes en el comportamiento de los jóvenes frente a las
drogas.

Los resultados revelaron que las condiciones socioeconómicas, la facilidad de


acceso a las drogas y la normalización del consumo en ciertos círculos sociales
son los factores principales que impulsan a los jóvenes a consumir. Se
concluyó que es necesario fortalecer las políticas públicas de prevención,
promover programas educativos y aumentar la colaboración entre la familia, la
escuela y las instituciones comunitarias para reducir el consumo de drogas en
la juventud boliviana.

Finalmente, se sugirieron acciones como el fomento de actividades recreativas


y deportivas, así como la implementación de estrategias de sensibilización en
medios de comunicación y redes sociales.
INTRODUCCIÓN

La problemática del consumo de drogas en jóvenes es un fenómeno creciente


que afecta a muchas sociedades a nivel global, y Bolivia no es la excepción. En
particular, el consumo de sustancias psicoactivas entre los adolescentes ha
sido una preocupación constante tanto para las autoridades como para la
sociedad en general. Este estudio tiene como objetivo analizar las razones del
consumo de drogas en jóvenes bolivianos, con énfasis en las influencias
culturales y ambientales que contribuyen a este comportamiento.

El consumo de drogas no es un fenómeno aislado, sino que está


estrechamente vinculado a factores sociales, económicos, familiares y
mediáticos que interactúan de manera compleja en la vida de los jóvenes. En
muchos casos, la familia, los amigos, los medios de comunicación y las
condiciones socioeconómicas desempeñan un papel crucial en la toma de
decisiones de los adolescentes. Además, el fácil acceso a las drogas y la
normalización del consumo en ciertos entornos sociales amplifican el riesgo de
involucrarse en estas prácticas.

A través de una metodología cuantitativa, se aplicó una encuesta a 26 jóvenes


con el fin de obtener datos sobre sus percepciones y experiencias relacionadas
con el consumo de drogas. Los resultados obtenidos servirán para comprender
mejor las influencias culturales y ambientales que afectan las conductas de los
adolescentes, así como para proponer estrategias de prevención y políticas
públicas más efectivas en la lucha contra este problema. Este estudio busca
aportar a la discusión sobre la prevención y el tratamiento del consumo de
drogas en la juventud boliviana, con el fin de promover un entorno más seguro
y saludable para las nuevas generaciones.

1.1. Planteamiento del Problema


El consumo de drogas en jóvenes bolivianos se ha convertido en una
problemática social y de salud pública de gran envergadura. A pesar de los
esfuerzos del gobierno y organizaciones no gubernamentales para mitigar el
consumo de sustancias, los índices de consumo han mostrado un aumento,
especialmente en áreas urbanas. Factores como la influencia de subculturas
juveniles, la disponibilidad de drogas en ciertos entornos y la presión social
contribuyen al consumo. Este fenómeno, además de representar un riesgo para
la salud física y mental de los jóvenes, afecta su desarrollo social, educativo y
familiar.

1.2. Formulación del Problema


 Problema Principal: ¿Cuáles son las razones que llevan a los jóvenes
en Bolivia a consumir drogas y de qué forma las influencias culturales y
ambientales afectan esta problemática?
 Problemas Secundarios:
o ¿Qué factores culturales influyen en el inicio y la continuidad del
consumo de drogas entre los jóvenes?
o ¿Cómo afectan las condiciones ambientales, como la situación
socioeconómica y el entorno escolar, al consumo de drogas?
o ¿Qué políticas y estrategias de prevención existen actualmente
para combatir esta problemática en Bolivia?

1.3. Justificación
Esta investigación busca identificar y analizar los factores culturales y
ambientales que inciden en el consumo de drogas en jóvenes en Bolivia.
Entender estas influencias permitirá proponer estrategias preventivas y
programas de intervención adecuados al contexto local. La investigación es
relevante tanto para autoridades en salud y educación, como para la sociedad
en su conjunto, al ofrecer una base de conocimientos que permita disminuir los
índices de consumo y contribuir al desarrollo saludable de la juventud boliviana.

1.4. Delimitaciones
 Delimitación Geográfica: La investigación se centra en jóvenes de
áreas urbanas de Bolivia, con énfasis en las principales ciudades del
país.
 Delimitación Temporal: Se analizarán datos de los últimos cinco años
para reflejar el contexto actual.
 Delimitación Temática: El estudio se enfocará en jóvenes entre 15 y 25
años, analizando factores culturales (familia, subculturas juveniles) y
ambientales (nivel socioeconómico, disponibilidad de drogas en el
entorno).

1.5. Objetivos
Objetivo General
 Analizar las razones del consumo de drogas en jóvenes en Bolivia, con
énfasis en las influencias culturales y ambientales que propician este
fenómeno.

Objetivos Específicos
 Identificar los factores culturales que inciden en el consumo de drogas
en jóvenes bolivianos.
 Examinar el impacto de las condiciones ambientales, como el entorno
familiar, socioeconómico y educativo, en el consumo de sustancias.
 Evaluar las políticas públicas y programas existentes de prevención y
rehabilitación en Bolivia, y proponer mejoras basadas en los hallazgos
de la investigación.
 Proponer estrategias que ayuden a reducir el consumo de drogas en
jóvenes, tomando en cuenta sus contextos cultural y ambiental.

MARCO CONCEPTUAL
2.1 Definición de Drogas y Clasificación
Las drogas, también conocidas como sustancias psicoactivas, son compuestos
que al ser ingeridos, inhalados, inyectados o absorbidos en el organismo
afectan el sistema nervioso central, produciendo cambios en el estado mental,
las emociones, las percepciones y el comportamiento (Organización Mundial de
la Salud, 2023). Estas sustancias, según sus efectos y orígenes, se dividen en
varias categorías, lo cual permite entender sus particularidades y el impacto
que generan en los individuos y en la sociedad.

En términos generales, las drogas se clasifican en las siguientes categorías:

 Drogas legales: Estas son sustancias cuya producción, venta y


consumo están regulados, pero permitidos por la ley en la mayoría de
los países. Ejemplos incluyen el alcohol, el tabaco y ciertos
medicamentos prescritos. Aunque sean legales, pueden generar
dependencia y efectos nocivos si se consumen sin control (García &
López, 2021, p. 34).
 Drogas ilegales: Son aquellas cuya producción, distribución y consumo
están prohibidos debido a sus efectos altamente adictivos y peligrosos
para la salud física y mental. Entre ellas se encuentran la cocaína, la
marihuana (en algunos países), las metanfetaminas y la heroína. Estas
drogas tienen un impacto particularmente grave en contextos de
consumo juvenil, donde el riesgo de dependencia es mayor.
 Drogas naturales y sintéticas: Las drogas también pueden clasificarse
según su origen. Las drogas naturales, como la marihuana y los hongos
alucinógenos, provienen de plantas o sustancias presentes en la
naturaleza. Las drogas sintéticas, por otro lado, son producidas
artificialmente en laboratorios, como el éxtasis y las anfetaminas. Las
sintéticas suelen ser altamente peligrosas, debido a la mezcla de
sustancias químicas de alta toxicidad que contienen.
 Drogas depresoras, estimulantes y alucinógenas: Esta clasificación
se basa en el efecto que las drogas producen en el sistema nervioso.
Las drogas depresoras (como el alcohol y los sedantes) disminuyen la
actividad del sistema nervioso central. Las drogas estimulantes (como
la cocaína y las anfetaminas) aumentan dicha actividad, generando
euforia y energía temporal. Por último, las drogas alucinógenas (como
el LSD) distorsionan las percepciones y pueden inducir alucinaciones
(Sánchez & Morales, 2022, p. 51).

La comprensión de estos tipos y efectos es esencial para abordar y prevenir el


consumo de drogas en jóvenes, quienes se ven particularmente vulnerables
debido a las influencias externas y a factores de riesgo presentes en su entorno
social y cultural (Organización Panamericana de la Salud, 2023).

2.2 Consumo de Drogas en Jóvenes


El consumo de drogas en jóvenes es una problemática creciente que afecta de
manera integral la salud, el desarrollo social y la calidad de vida de esta
población. A nivel mundial, los estudios señalan que el uso de sustancias entre
jóvenes de 15 a 24 años ha aumentado en las últimas décadas debido a
factores como la presión social, la búsqueda de identidad y la experimentación
(Naciones Unidas, 2023). En Bolivia, el contexto no es diferente; los jóvenes se
enfrentan a desafíos culturales y ambientales que aumentan su exposición al
consumo de drogas.

Diversos estudios han demostrado que el consumo de drogas en esta etapa de


la vida está asociado a una variedad de factores de riesgo. Entre los principales
se encuentran la presión de grupo y la influencia de los amigos, quienes suelen
ser un factor determinante en la decisión de iniciar el consumo. Adicionalmente,
la exposición en medios de comunicación y redes sociales puede normalizar el
uso de drogas al retratarlo como una actividad común o glamorosa (González &
Pérez, 2022, p. 120). Este tipo de influencia mediática es especialmente
potente en adolescentes, quienes están en un periodo crítico de desarrollo
emocional y buscan constantemente pertenecer a un grupo o ser aceptados
(Rodríguez, 2023, p. 89).

Además, el entorno familiar juega un papel importante en la prevención o


facilitación del consumo de sustancias. Familias disfuncionales o entornos de
violencia y falta de comunicación pueden aumentar el riesgo de que un joven
busque en las drogas una forma de escape. Según un estudio de la
Organización Panamericana de la Salud, los jóvenes que crecen en hogares
donde no existe una supervisión adecuada o donde uno o más miembros de la
familia consumen drogas, tienen una mayor propensión a adoptar el mismo
comportamiento.

El contexto socioeconómico también es un factor que influye significativamente.


En Bolivia, la desigualdad económica, la falta de acceso a oportunidades
educativas y laborales y la marginación social son factores que incrementan la
vulnerabilidad de los jóvenes al consumo de drogas, al no contar con
actividades saludables o perspectivas de futuro que les permitan desarrollarse
plenamente.
“El consumo de drogas en jóvenes es un fenómeno complejo y
multidimensional que responde a influencias culturales y ambientales
específicas. La identificación de estos factores permite una mejor comprensión
del problema y facilita el desarrollo de estrategias efectivas de intervención y
prevención, adaptadas al contexto de los jóvenes bolivianos.”

2.3 Influencias Culturales y Ambientales


El consumo de drogas entre jóvenes está significativamente influido por el
contexto cultural y ambiental en el cual crecen y desarrollan sus identidades.
En Bolivia, estos factores son particularmente complejos debido a la diversidad
cultural y a las distintas realidades socioeconómicas.

Las influencias culturales incluyen los valores, creencias y normas de


comportamiento que los jóvenes absorben de su entorno. En ciertas
subculturas juveniles, el consumo de drogas es visto como un símbolo de
estatus, de pertenencia o de rebeldía frente a las normas establecidas
(Gutiérrez & Pacheco, 2021). Las costumbres de consumo también están
determinadas por tradiciones y por la percepción social de las drogas, en
algunos casos vistas como un rito de iniciación o un medio de exploración
personal en grupos de jóvenes (Martínez et al., 2022, p. 105).

Asimismo, las influencias de los medios de comunicación y redes sociales


son factores culturales modernos que impactan el consumo. Los jóvenes están
expuestos a contenidos que, intencional o accidentalmente, normalizan el uso
de sustancias o proyectan un estilo de vida que incluye el consumo de drogas
como símbolo de éxito y diversión (Rivera, 2023, p. 58). La constante
exposición a estos mensajes puede disminuir la percepción de riesgo y
aumentar la curiosidad o la presión por probar estas sustancias.

Por otro lado, las influencias ambientales abarcan factores socioeconómicos,


familiares y educativos. En Bolivia, el entorno familiar tiene un peso significativo
en el consumo de drogas en jóvenes. Las familias disfuncionales o con
antecedentes de consumo, violencia o poca comunicación afectan
negativamente, y los jóvenes en estas situaciones son más propensos a
consumir como forma de escape o rebeldía (Sánchez & Morales, 2022, p. 132).
Además, el acceso a recursos, actividades y servicios de apoyo varía
considerablemente según la región, lo cual influye en el riesgo de consumo. En
entornos de pobreza y exclusión, las limitadas opciones de educación y empleo
pueden llevar a los jóvenes a ver en las drogas una válvula de escape o una
forma de lidiar con el estrés y la falta de oportunidades (OPS, 2023).

2.4 Factores de Riesgo y Protección en el Consumo de Drogas


Los factores de riesgo y protección son determinantes en el comportamiento de
los jóvenes frente al consumo de drogas. En Bolivia, estos factores abarcan
variables personales, familiares, escolares y comunitarias que, en conjunto,
condicionan la posibilidad de que un joven inicie o evite el consumo.

Entre los factores de riesgo principales se encuentran la baja autoestima, la


falta de supervisión parental, el fracaso académico y la exposición a
entornos de violencia o delincuencia. La adolescencia es una etapa en la
que los jóvenes buscan identidad y pertenencia, y la influencia de sus pares
cobra mayor importancia. La presión de grupo y la exposición a amigos o
compañeros que consumen drogas puede aumentar el riesgo de que el joven
también las consuma (González & Pérez, 2022, p. 127). Además, las
adversidades económicas y la falta de actividades de ocio saludables en ciertas
comunidades bolivianas incrementan la vulnerabilidad al consumo de
sustancias.

Por otro lado, los factores de protección actúan como barreras que
disminuyen la probabilidad de consumo. Un entorno familiar estable y de
apoyo, donde los padres supervisan y conversan abiertamente con los jóvenes,
puede reducir significativamente el riesgo. La participación en actividades
extracurriculares, como deportes o artes, proporciona un sentido de
pertenencia positivo y canaliza la energía en actividades constructivas,
alejando a los jóvenes de ambientes de riesgo (Naciones Unidas, 2023). El
rendimiento académico también funciona como factor protector, ya que el
éxito en la escuela puede mejorar la autoestima y reducir el deseo de buscar
aceptación en grupos de consumo de drogas (Flores, 2021, p. 78).
La interacción entre estos factores de riesgo y protección muestra la
importancia de una intervención integral que considere tanto el fortalecimiento
de las habilidades personales de los jóvenes como la mejora de los ambientes
familiares y comunitarios (OPS, 2023).

2.5 Conceptos de Juventud y Adolescencia en el Contexto Boliviano


La definición de juventud y adolescencia en Bolivia está enmarcada por
aspectos sociales, culturales y económicos que determinan el modo en que
esta etapa es vivida y percibida. Según la Organización Panamericana de la
Salud, se considera a la adolescencia como el periodo de vida comprendido
entre los 10 y los 19 años, mientras que la juventud abarca desde los 15 hasta
los 24 años (OPS, 2023). En este contexto, el desarrollo de los adolescentes y
jóvenes bolivianos está influido por un entorno en el que convergen tanto
elementos de la modernidad como tradiciones profundamente arraigadas en la
cultura local.

La juventud en Bolivia es una etapa caracterizada por la búsqueda de


independencia, identidad y de participación en actividades sociales que les
permitan expresar sus valores y creencias. Sin embargo, los jóvenes bolivianos
enfrentan desafíos importantes, como la falta de acceso equitativo a educación,
empleo y oportunidades de desarrollo personal (Rodríguez, 2023, p. 92). Estos
factores pueden hacer que los jóvenes perciban el consumo de drogas como
una alternativa para lidiar con la presión de encontrar su lugar en una sociedad
que no siempre les ofrece los recursos necesarios para su desarrollo.

En la cultura boliviana, los jóvenes experimentan una tensión entre las


tradiciones familiares y los valores modernos, especialmente en áreas urbanas
donde la globalización ha traído consigo nuevas perspectivas de vida,
incluyendo la aceptación o normalización del consumo de drogas en algunos
círculos. Esta dualidad en la percepción de lo que significa ser joven y las
expectativas que tienen sus familias y comunidades pueden generar conflictos
internos que, en algunos casos, se traducen en conductas de riesgo, como el
consumo de sustancias (Gutiérrez & Pacheco, 2021).
La adolescencia y la juventud, en este sentido, representan períodos de
transición y formación de identidad que, en el contexto boliviano, requieren de
políticas públicas específicas para promover un desarrollo saludable y prevenir
la adopción de comportamientos de riesgo (Martínez, 2022, p. 67). La
comprensión de estos conceptos en su contexto local permite que las
intervenciones y programas de prevención de consumo de drogas sean más
efectivos y alineados con las realidades culturales y socioeconómicas de
Bolivia.

MARCO TEÓRICO
3.1 Teorías sobre el Consumo de Drogas
El consumo de drogas en jóvenes ha sido ampliamente estudiado desde
diversas teorías que intentan explicar los factores y mecanismos subyacentes a
esta conducta. Las teorías sociológicas y psicológicas son especialmente
relevantes, ya que abordan el consumo desde perspectivas que consideran
tanto el entorno social como los procesos individuales y de grupo que influyen
en el comportamiento. Entre las teorías más influyentes están la Teoría de la
Asociación Diferencial, la Teoría del Aprendizaje Social, la Teoría de la
Tensión y la Teoría de la Autodeterminación. Estas teorías ofrecen
herramientas para comprender cómo los factores culturales, familiares,
económicos y personales convergen para influir en la decisión de consumir
drogas (Gutiérrez & Pacheco, 2021).

Cada teoría proporciona una lente distinta para analizar el fenómeno, y juntas
permiten una comprensión más amplia del consumo de drogas en jóvenes.
Estas teorías no solo contribuyen a identificar factores de riesgo, sino que
también son esenciales para el diseño de estrategias de prevención y
rehabilitación efectivas.

3.1.1 Teoría de la Asociación Diferencial


La Teoría de la Asociación Diferencial, propuesta por el sociólogo Edwin
Sutherland en 1939, sostiene que las conductas desviadas, como el consumo
de drogas, se aprenden a través de la interacción social con personas que ya
participan en esas conductas. Según Sutherland, el comportamiento delictivo o
desviado no es innato ni surge espontáneamente en el individuo, sino que se
adquiere mediante la comunicación y la convivencia con otros que ya tienen
prácticas o actitudes hacia dicho comportamiento (Sutherland, 1947).

En el contexto del consumo de drogas, esta teoría plantea que los jóvenes son
más propensos a iniciar el consumo cuando están expuestos a personas
cercanas que consumen drogas, como amigos, familiares o miembros de la
comunidad. A través de estas relaciones, los jóvenes aprenden no solo el
comportamiento de consumir, sino también las justificaciones y
racionalizaciones que lo acompañan, lo cual puede incluir percepciones
erróneas sobre los efectos, el riesgo o la aceptación social de las drogas
(Martínez et al., 2022, p. 88).

Sutherland destaca que existen varias condiciones que influyen en el


aprendizaje de conductas desviadas, como la frecuencia, duración,
intensidad y prioridad de las interacciones. Por ejemplo, si un joven pasa
mucho tiempo con un grupo de amigos que consume drogas de manera
habitual y en contextos de alta intensidad, como fiestas, es más probable que
aprenda a ver el consumo como una conducta aceptable o normal (Jiménez &
Sánchez, 2021, p. 57).

Además, la Teoría de la Asociación Diferencial señala que el individuo no solo


aprende las técnicas de consumo, sino también la mentalidad y las actitudes
hacia la legalidad o moralidad del consumo. Los jóvenes que se exponen a
actitudes que justifican o minimizan los riesgos del consumo pueden
internalizar estas creencias, lo cual disminuye su percepción de los daños y
aumenta la probabilidad de consumo (Rivera, 2023, p. 42). Por ejemplo, si un
joven está en un grupo que considera que el consumo de marihuana es
"natural" o que "todos lo hacen", es probable que adopte esta percepción y,
eventualmente, la conducta.

La Teoría de la Asociación Diferencial es esencial para comprender cómo el


entorno social puede moldear el comportamiento de consumo en jóvenes. Esta
teoría subraya la importancia de intervenir en los ambientes y redes de
interacción de los adolescentes y jóvenes, promoviendo entornos positivos que
reduzcan la exposición a conductas de riesgo. Al aplicar esta teoría en la
prevención del consumo de drogas, se pueden diseñar programas de
intervención que enfaticen el fortalecimiento de redes de apoyo y la
participación en actividades saludables, que alejen a los jóvenes de influencias
negativas (OPS, 2023).

3.1.2 Teoría de la Tensión o Anomia


La Teoría de la Tensión o Anomia, propuesta inicialmente por el sociólogo
Robert K. Merton en 1938, sostiene que el comportamiento desviado, incluido
el consumo de drogas, puede ser una respuesta a la falta de acceso a los
medios legítimos para alcanzar metas socialmente valoradas. Merton sugirió
que la sociedad impone metas a sus miembros, como el éxito económico, el
estatus o el reconocimiento, pero no todos los individuos tienen el mismo
acceso a los recursos necesarios para lograr estos objetivos. Esta desigualdad
crea una sensación de frustración o tensión, lo que lleva a algunos a recurrir a
métodos alternativos, como el consumo de drogas, para aliviar el estrés o para
compensar la falta de logros en las áreas tradicionales (Merton, 1968).

En el contexto del consumo de drogas entre jóvenes bolivianos, la Teoría de la


Tensión explica que aquellos que enfrentan obstáculos para lograr una vida
estable o exitosa, como la pobreza, la discriminación o la exclusión social,
pueden sentirse impulsados a consumir drogas como mecanismo de escape o
para aliviar la presión social. En áreas urbanas de Bolivia, la falta de
oportunidades económicas y educativas aumenta esta sensación de anomia,
generando frustración entre los jóvenes y predisponiéndolos al consumo
(Rodríguez, 2023, p. 112). Además, las expectativas de éxito material,
impulsadas por los medios de comunicación y las redes sociales, intensifican
esta tensión en los jóvenes que sienten que no pueden alcanzar esos
estándares.
Esta teoría sugiere que la reducción de los factores de tensión mediante el
fortalecimiento de las oportunidades económicas, educativas y sociales podría
disminuir la propensión al consumo de drogas en jóvenes, haciendo énfasis en
una estructura social más equitativa que permita la realización personal sin
necesidad de recurrir a mecanismos de evasión (OPS, 2023).

3.1.3 Teoría de la Autocontrol


La Teoría del Autocontrol, desarrollada por los criminólogos Michael
Gottfredson y Travis Hirschi en 1990, argumenta que el consumo de drogas y
otras conductas desviadas están relacionadas con niveles bajos de autocontrol
en los individuos. Según esta teoría, las personas con bajo autocontrol tienden
a buscar gratificaciones inmediatas sin considerar las consecuencias a largo
plazo, lo que los hace más susceptibles al consumo de sustancias. La falta de
autocontrol es vista como un rasgo que se desarrolla durante la infancia y que
permanece relativamente constante a lo largo de la vida (Gottfredson & Hirschi,
1990).

En jóvenes bolivianos, el autocontrol puede verse afectado por factores como


la falta de una crianza estructurada, problemas en el ámbito familiar o entornos
poco supervisados. Las familias que no fomentan habilidades de
autorregulación o que tienen patrones de crianza permisivos pueden contribuir
a que los jóvenes desarrollen bajos niveles de autocontrol, lo que los hace más
vulnerables a conductas de riesgo, como el consumo de drogas (Sánchez &
Morales, 2022, p. 145). En entornos de pobreza o violencia, la falta de modelos
de autocontrol y la ausencia de actividades organizadas que refuercen
habilidades de regulación emocional pueden agudizar este problema.

Esta teoría enfatiza la importancia de programas de intervención temprana en


niños y adolescentes que promuevan el desarrollo de habilidades de
autocontrol a través de actividades como la participación en deportes, la
práctica de técnicas de mindfulness y la educación emocional, reduciendo así
la propensión al consumo de sustancias (Rivera, 2023, p. 67).
3.1.4 Teoría Ecológica del Desarrollo
La Teoría Ecológica del Desarrollo, propuesta por Urie Bronfenbrenner en
1979, plantea que el desarrollo humano es el resultado de la interacción entre
el individuo y su entorno en diferentes niveles. Bronfenbrenner establece cuatro
sistemas interrelacionados que influyen en el comportamiento del individuo: el
microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema. Cada uno de
estos sistemas representa un contexto social que afecta las decisiones y
conductas del individuo, como el consumo de drogas (Bronfenbrenner, 1979).

1. Microsistema: Este es el entorno inmediato del joven, incluyendo la


familia, amigos y escuela. Las relaciones cercanas en este nivel, como
el tipo de comunicación con los padres o la presión de los compañeros,
influyen directamente en la propensión al consumo de drogas (Jiménez
& Pérez, 2021, p. 74). Si los jóvenes tienen una red de apoyo y
relaciones positivas, es menos probable que recurran a las drogas; por
el contrario, un entorno familiar disfuncional o amistades en consumo
elevan el riesgo.
2. Mesosistema: Este nivel se refiere a las interacciones entre diferentes
microsistemas. Por ejemplo, la relación entre el entorno escolar y
familiar puede ser determinante en la vida del joven. Cuando existe una
colaboración y comunicación constante entre la familia y la escuela, los
jóvenes encuentran un sistema de apoyo sólido que actúa como un
factor protector contra el consumo (Martínez et al., 2022, p. 123).
3. Exosistema: Este sistema incluye factores externos que influyen
indirectamente en el joven, como el acceso a recursos comunitarios,
políticas locales y servicios de salud. En Bolivia, las políticas de
prevención y el acceso a programas de salud mental y actividades
recreativas pueden tener un impacto en la reducción del consumo de
drogas al ofrecer alternativas saludables (OPS, 2023).
4. Macrosistema: Este último nivel representa las creencias culturales,
normas y valores de la sociedad en su conjunto. La percepción cultural
sobre el consumo de drogas en Bolivia, influida por la globalización y los
medios de comunicación, puede afectar la actitud de los jóvenes hacia el
consumo. La normalización del consumo en algunas subculturas
juveniles o la estigmatización del acceso a programas de ayuda pueden
fomentar el consumo o dificultar la búsqueda de apoyo (Gutiérrez &
Pacheco, 2021).

La Teoría Ecológica del Desarrollo es útil para diseñar estrategias de


prevención del consumo de drogas en jóvenes, al considerar la influencia
integral del entorno y la necesidad de intervenciones en múltiples niveles. Esto
incluye desde el fortalecimiento de la familia hasta la implementación de
políticas comunitarias y cambios en la percepción cultural del consumo
(Rodríguez, 2023, p. 95).

3.2 Influencias Culturales en el Consumo de Drogas


Las influencias culturales juegan un papel fundamental en la construcción de
actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de drogas,
especialmente en los jóvenes. En Bolivia, las percepciones culturales hacia las
drogas y su consumo están profundamente arraigadas en las creencias,
tradiciones y prácticas de diversas comunidades. Por ejemplo, en ciertas áreas
rurales, el uso de plantas como la coca tiene un significado cultural y ritual que
se remonta a prácticas indígenas, lo cual contrasta con la percepción negativa
hacia las drogas en entornos urbanos. Esta ambigüedad cultural en torno a las
sustancias puede generar en los jóvenes una confusión sobre los riesgos
asociados a las drogas y su aceptación en la sociedad (Jiménez & Pérez, 2022,
p. 78).

Además, la globalización y la influencia de los medios de comunicación han


introducido elementos culturales externos que promueven una imagen
glamorizada del consumo de drogas. Las representaciones en películas, series
y redes sociales pueden presentar el consumo de drogas como una práctica
asociada al éxito, la diversión o la rebeldía, lo cual puede influir en la
percepción de los jóvenes y aumentar su predisposición al consumo. Esta
exposición constante a modelos culturales que normalizan o incluso promueven
el uso de sustancias contribuye a la construcción de una percepción errónea
sobre sus riesgos (OPS, 2023).
3.2.1 Rol de la Familia y el Entorno Social
El rol de la familia y el entorno social es fundamental en la formación de
actitudes hacia el consumo de drogas. La familia actúa como el primer agente
de socialización y, como tal, influye directamente en los valores, normas y
actitudes que los jóvenes desarrollan en relación con las drogas. En entornos
familiares con comunicación abierta y apoyo emocional, los jóvenes tienden a
desarrollar factores de protección que los alejan del consumo de drogas, como
una autoestima sólida y habilidades para resistir la presión social (Sánchez &
Morales, 2021, p. 65).

Sin embargo, en familias disfuncionales o donde existen antecedentes de


consumo, la probabilidad de que los jóvenes se inicien en el uso de drogas
aumenta considerablemente. La exposición a modelos de conducta en los que
el consumo es tolerado o promovido puede ser un factor de riesgo. Además,
factores como la violencia intrafamiliar, el abandono o la falta de supervisión
parental también contribuyen a la vulnerabilidad de los jóvenes ante el
consumo (Rivera, 2023, p. 89). En Bolivia, los problemas económicos y la
migración interna de los padres, especialmente en áreas rurales, han generado
cambios en la estructura familiar que afectan el vínculo con los hijos y, en
algunos casos, llevan a los jóvenes a buscar aceptación y pertenencia en
grupos externos donde el consumo es frecuente (Gutiérrez & Pacheco, 2021).

El entorno social, que incluye a los amigos, vecinos y comunidad, también


tiene una fuerte influencia. Los jóvenes que se desenvuelven en entornos
donde el consumo de drogas es común tienen más probabilidades de ver estas
prácticas como normales o incluso deseables. La presión de grupo y el deseo
de pertenecer a un círculo social pueden llevar a algunos jóvenes a
involucrarse en el consumo, especialmente si los grupos de amigos ya
participan en estas conductas. Las teorías de la asociación diferencial y el
aprendizaje social sostienen que el comportamiento desviado se aprende en
interacción con personas significativas, lo cual es aplicable en el caso del
consumo de drogas (Martínez et al., 2022, p. 124).
Finalmente, el entorno social incluye también a la comunidad y las políticas
locales de prevención. Comunidades con recursos limitados y escasas
actividades recreativas para jóvenes pueden fomentar indirectamente el
consumo, al no ofrecer alternativas constructivas para el tiempo libre. La falta
de actividades extracurriculares, como deportes o espacios de recreación, deja
a los jóvenes expuestos a comportamientos de riesgo, mientras que las
políticas comunitarias que promueven un ambiente sano y la disponibilidad de
servicios de apoyo pueden ser efectivas en la prevención del consumo (OPS,
2023).

3.2.2 Influencia de Medios de Comunicación y Redes Sociales


Los medios de comunicación y las redes sociales tienen una influencia
significativa en el comportamiento y las percepciones de los jóvenes en
relación al consumo de drogas. A través de series, películas, música, y,
especialmente, plataformas digitales como Instagram, TikTok y YouTube, los
jóvenes son expuestos a mensajes y contenidos que a menudo glamorizan o
trivializan el uso de sustancias. En muchos casos, los medios presentan el
consumo de drogas como parte de un estilo de vida atractivo y liberador,
asociado a celebridades y figuras de referencia que los jóvenes admiran, lo que
puede influir en sus actitudes y percepción de riesgo (Martínez & Rodríguez,
2022, p. 85).

En Bolivia, los jóvenes consumen medios nacionales e internacionales que


transmiten una variedad de representaciones del consumo de sustancias.
Aunque el mensaje de los medios varía, muchos programas y canciones
populares tienden a presentar el uso de drogas como parte de una narrativa de
éxito, poder o rebeldía. Esto crea un efecto de "normalización" que puede llevar
a los jóvenes a percibir el consumo de drogas como algo aceptable o común,
reduciendo la percepción de riesgo y aumentando la curiosidad hacia su
experimentación (Gutiérrez, 2023, p. 134).

Por otro lado, las redes sociales permiten que los jóvenes estén en contacto
constante con contenido y comunidades donde el consumo de drogas es
discutido o promovido abiertamente. En plataformas como TikTok, es común
encontrar retos, historias y videos en los que el consumo es presentado de
forma atractiva, e incluso existen tendencias y desafíos que trivializan la
experiencia de consumir sustancias. Esta exposición constante puede crear
una presión social implícita y fomentar la idea de que el consumo de drogas es
algo normal y hasta necesario para ser aceptado en ciertos círculos (OPS,
2023).

Las redes sociales ofrecen espacios donde los jóvenes pueden compartir
experiencias y recibir retroalimentación de pares, lo que refuerza aún más la
influencia de las opiniones y actitudes compartidas. La falta de una regulación
efectiva de contenidos relacionados con drogas en plataformas digitales
aumenta el riesgo, ya que los jóvenes son altamente susceptibles a imitar
comportamientos vistos en personas influyentes o en sus propios amigos en
línea (Rivera & Morales, 2022, p. 97).

3.2.3 Subculturas Juveniles y Consumo de Drogas


Las subculturas juveniles también juegan un papel fundamental en la
adopción de conductas de consumo de drogas, ya que estas subculturas
frecuentemente ofrecen un sentido de identidad, pertenencia y propósito a los
jóvenes que buscan su lugar en la sociedad. Cada subcultura tiene sus propias
normas, valores y prácticas, y algunas de ellas están asociadas con el uso de
sustancias como parte de su estilo de vida. Por ejemplo, subculturas
relacionadas con ciertos géneros musicales (como el hip-hop, la electrónica o
el reggae) o estilos de vida (como el skate, el punk o el “trap”) pueden tener un
impacto en las actitudes hacia las drogas, ya que en muchos de estos
contextos el consumo de sustancias se percibe como una práctica común o
socialmente aceptada (Jiménez & Sánchez, 2023, p. 48).

En Bolivia, las subculturas juveniles se han diversificado en los últimos años,


especialmente en áreas urbanas. Algunos jóvenes adoptan modas y
comportamientos de subculturas internacionales que, a través de sus valores y
símbolos, transmiten la idea de que el consumo de drogas forma parte de una
vida “libre” y “sin restricciones”. Para muchos jóvenes, la participación en estas
subculturas ofrece un sentido de identidad y pertenencia, pero también implica
la adopción de normas grupales, que en algunos casos pueden incluir el
consumo de drogas como un rito de iniciación o como parte de la interacción
social dentro del grupo (Gómez & Pérez, 2022, p. 113).

Asimismo, ciertas subculturas juveniles que enfatizan valores contraculturales o


actitudes antiinstitucionales pueden hacer que los jóvenes rechacen las normas
y expectativas sociales, y adopten conductas de riesgo como una forma de
resistencia o de diferenciación. El consumo de drogas en estos contextos a
menudo se justifica como una forma de expresión de la libertad personal, una
forma de rebeldía o un escape de la presión social. En Bolivia, este fenómeno
se ha observado en algunos sectores de jóvenes urbanos, donde el consumo
de sustancias se integra en la vida social del grupo como símbolo de
autonomía y “rebeldía” ante las normas tradicionales (OPS, 2023).

Es importante señalar que no todas las subculturas promueven el consumo de


drogas, y que el grado de influencia depende de la dinámica y valores
particulares de cada grupo. Sin embargo, la necesidad de pertenencia, la
búsqueda de aceptación y la presión social implícita dentro de las subculturas
pueden influir significativamente en las decisiones de los jóvenes respecto al
consumo de drogas (Martínez, 2023, p. 78).

3.3 Influencias Ambientales en el Consumo de Drogas


El entorno en el que un joven crece y se desarrolla tiene una gran influencia en
su predisposición hacia el consumo de drogas. Las influencias ambientales
incluyen factores como el contexto socioeconómico, la calidad de la educación,
la accesibilidad de espacios recreativos, y las oportunidades de desarrollo en la
comunidad. Estos factores afectan de manera significativa la vida de los
jóvenes, moldeando su percepción de la realidad y sus aspiraciones, y pueden
ser determinantes en la adopción de conductas de riesgo como el consumo de
drogas.

En Bolivia, las diferencias en el acceso a recursos y oportunidades, entre áreas


urbanas y rurales y entre sectores socioeconómicos, crean condiciones que
pueden incrementar la vulnerabilidad de ciertos grupos de jóvenes. La falta de
servicios básicos, la exposición a la violencia, y la ausencia de programas de
apoyo comunitario son factores que contribuyen a la percepción de que existen
pocas opciones de crecimiento y estabilidad, lo cual puede llevar a algunos
jóvenes a ver en las drogas una vía de escape o una forma de "llenar" vacíos
emocionales y sociales (Rivera & Morales, 2022, p. 104).

Además, los ambientes comunitarios donde el tráfico de drogas es visible o


donde existe una normalización del consumo representan un riesgo elevado.
En algunas zonas de Bolivia, la cercanía a rutas de tráfico o la existencia de
redes locales de distribución crean un contexto en el que el acceso a las
drogas se facilita, incrementando la exposición y la posibilidad de consumo
entre los jóvenes (OPS, 2023). Así, el ambiente en el que un joven se
desenvuelve no solo afecta sus oportunidades de desarrollo personal y
educativo, sino también la probabilidad de experimentar con drogas.

3.3.1 Condiciones Socioeconómicas y Educativas


Las condiciones socioeconómicas y educativas son factores ambientales
cruciales que influyen en el consumo de drogas en los jóvenes. La pobreza y la
desigualdad económica, presentes en muchas regiones de Bolivia, limitan las
oportunidades de los jóvenes para acceder a una educación de calidad y a
servicios básicos que fomenten su desarrollo integral. La relación entre bajos
ingresos familiares y mayor riesgo de consumo se ha documentado
ampliamente; la falta de recursos económicos no solo limita el acceso a
actividades recreativas saludables, sino que también genera una mayor
exposición a situaciones de estrés, desesperanza y vulnerabilidad (Jiménez &
Pérez, 2021, p. 98).

La educación, por su parte, actúa como un importante factor de protección


contra el consumo de drogas. Los jóvenes con acceso a una educación de
calidad suelen recibir información adecuada sobre los riesgos y consecuencias
del uso de sustancias, y desarrollan habilidades para la toma de decisiones que
los ayudan a resistir la presión de sus pares. En Bolivia, la calidad y
accesibilidad de la educación varía considerablemente entre regiones, y
muchos jóvenes de áreas rurales o zonas marginales de las ciudades no tienen
la oportunidad de completar su educación secundaria. Esta carencia educativa
limita su capacidad de proyectarse hacia un futuro con metas claras y puede
llevarlos a buscar salidas en actividades de riesgo, como el consumo de drogas
(Gutiérrez, 2023, p. 115).

La carencia de programas educativos enfocados en prevención y en el


desarrollo de habilidades sociales y emocionales también es un desafío.
Muchos sistemas educativos carecen de contenidos que promuevan la
conciencia sobre la salud mental y el manejo del estrés, factores que son
vitales para reducir la predisposición al consumo de drogas. En este sentido,
los jóvenes que crecen en entornos socioeconómicos bajos y con sistemas
educativos deficitarios enfrentan una doble desventaja: no solo cuentan con
menos recursos y oportunidades, sino que también carecen de la educación y
apoyo necesarios para desarrollar mecanismos de protección ante el consumo
de sustancias (OPS, 2023).

A nivel comunitario, la falta de oportunidades laborales y de espacios


recreativos seguros también contribuye a un ambiente en el que el consumo de
drogas se presenta como una opción para los jóvenes en situación de
vulnerabilidad. En zonas donde las condiciones de vida son difíciles y donde
existe una falta de inversión en programas para la juventud, la exposición al
consumo de drogas aumenta debido a la limitada oferta de alternativas de
desarrollo y entretenimiento. Esto refuerza la necesidad de implementar
políticas públicas que aborden no solo el consumo de drogas como un
problema de salud pública, sino también las desigualdades sociales y
económicas que contribuyen a él (Sánchez & Morales, 2022, p. 102).

3.3.2 Acceso y Disponibilidad de Drogas


El acceso y disponibilidad de drogas en una comunidad o entorno social es
un factor ambiental crucial en el consumo de sustancias por parte de los
jóvenes. La facilidad con la que una droga se encuentra disponible y el bajo
costo de ciertas sustancias aumentan considerablemente las probabilidades de
que los jóvenes experimenten con ellas, especialmente en contextos donde
existen redes de distribución o tráfico. En Bolivia, el hecho de ser un país de
tránsito para algunas drogas, como la cocaína, y el fácil acceso a drogas de
bajo costo (como el alcohol y los inhalantes) crea un ambiente donde el
consumo puede volverse accesible y, por ende, atractivo para los adolescentes
y jóvenes en situación de vulnerabilidad (OPS, 2023, p. 82).

La disponibilidad de drogas suele ser mayor en áreas urbanas densamente


pobladas, donde las redes de distribución son más activas, y en regiones
donde las oportunidades de supervisión familiar o comunitaria son limitadas. En
algunos barrios de Bolivia, la presencia de "microtráfico" o "narcomenudeo"
hace que las drogas estén al alcance de los jóvenes, quienes las adquieren en
puntos de venta clandestinos conocidos dentro de sus comunidades. Esta
facilidad de acceso es un factor crítico, ya que los jóvenes suelen ser
expuestos a la oferta de drogas a través de conocidos o amigos que ya las
consumen, lo que reduce la percepción de riesgo y normaliza el consumo
(Gutiérrez, 2022, p. 101).

Por otro lado, las políticas de control de drogas y los programas de prevención
son esenciales para limitar el acceso a sustancias psicoactivas, pero en
muchos casos enfrentan dificultades en su implementación, especialmente en
áreas rurales o en comunidades de bajos recursos. Sin un control efectivo del
tráfico y la distribución de drogas, los jóvenes son más susceptibles al
consumo, especialmente si perciben que el acceso es fácil y no existen
consecuencias inmediatas o visibles para quienes consumen. En este contexto,
la implementación de políticas que reduzcan la disponibilidad de drogas y
aumenten las actividades de prevención en las comunidades es fundamental
para mitigar el riesgo de consumo juvenil (Martínez & Rivera, 2021, p. 94).

3.3.3 Entorno Escolar y Comunitario


El entorno escolar y comunitario juega un papel fundamental en la formación
de conductas y valores en los jóvenes, siendo uno de los espacios donde más
tiempo pasan y donde aprenden a relacionarse socialmente. Las escuelas y
comunidades no solo proporcionan conocimientos académicos, sino que
también actúan como espacios de socialización y desarrollo de habilidades de
vida, lo que puede influir positiva o negativamente en la tendencia de los
jóvenes hacia el consumo de drogas.

Un entorno escolar positivo y con buenas condiciones de enseñanza y


convivencia es un factor protector para el consumo de drogas. En Bolivia, las
escuelas que cuentan con programas de prevención, actividades
extracurriculares, y un ambiente de apoyo y respeto entre profesores y
alumnos, han mostrado una menor incidencia en el consumo de sustancias
entre sus estudiantes (Sánchez & Morales, 2023, p. 76). Sin embargo, en
zonas donde las condiciones escolares son deficientes y las escuelas carecen
de recursos para abordar temas como la prevención de drogas, los jóvenes son
más vulnerables al consumo, especialmente si además existe un entorno de
baja supervisión y escasa orientación hacia el desarrollo personal y profesional
(OPS, 2023).

El entorno comunitario también es relevante, ya que proporciona un sentido de


pertenencia y valores compartidos. Comunidades que fomentan la participación
juvenil en actividades recreativas, deportivas o culturales tienden a reducir el
riesgo de consumo de drogas al ofrecer alternativas saludables y gratificantes
para el tiempo libre. En Bolivia, algunas iniciativas comunitarias han mostrado
éxito en crear redes de apoyo para jóvenes en riesgo, especialmente en áreas
urbanas donde el acceso a drogas es alto. Sin embargo, en comunidades
donde prevalecen el desinterés o la falta de recursos, el consumo de drogas
puede aumentar debido a la falta de alternativas y a la influencia de otros
miembros de la comunidad que ya participan en estas prácticas (Jiménez &
Pérez, 2021, p. 88).

El entorno escolar y comunitario también influye en la percepción del consumo


de drogas. Si en el entorno inmediato de los jóvenes se observa una actitud de
permisividad o de aceptación hacia el consumo, es más probable que ellos
también lo perciban como una conducta aceptable. En cambio, entornos en los
que se desarrollan políticas de prevención, actividades de concienciación y
campañas educativas contribuyen a una menor predisposición hacia el
consumo. Estos factores subrayan la importancia de políticas que fortalezcan
los recursos escolares y comunitarios, promoviendo programas de educación
sobre el consumo de drogas y facilitando la participación juvenil en actividades
que fortalezcan su sentido de propósito y pertenencia (Rivera, 2023, p. 59).

MARCO LEGAL
4.1 Legislación Boliviana sobre el Consumo y Tráfico de Drogas
Bolivia ha desarrollado un conjunto de normativas legales que buscan regular
el consumo y tráfico de drogas, y para garantizar la protección de la salud
pública frente a los efectos nocivos de las sustancias controladas. La
legislación sobre este tema en Bolivia está enmarcada principalmente por la
Ley 1008, la cual establece medidas de control sobre el cultivo de coca, la
producción y comercialización de sustancias controladas, así como sanciones
penales para aquellos involucrados en el tráfico de drogas. Además, las
disposiciones del Código Penal boliviano también juegan un papel crucial en el
tratamiento legal del consumo de drogas, abordando desde las conductas de
consumo hasta el tráfico y la posesión de sustancias ilícitas.

La implementación de estas leyes ha sido objeto de debates y reformas a lo


largo de los años, especialmente debido a la relación del país con el cultivo de
coca, que tiene una tradición histórica y cultural significativa. Sin embargo, la
creciente preocupación sobre el consumo de drogas, particularmente entre los
jóvenes, ha impulsado cambios en las políticas públicas, enfocándose no solo
en la represión, sino también en la prevención y el tratamiento de las
adicciones.

4.1.1 Ley 1008 (Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas)


La Ley 1008, promulgada en 1988, es la piedra angular del régimen legal sobre
drogas en Bolivia. Esta ley establece un régimen de control de la producción,
comercialización, distribución y consumo de sustancias controladas, con un
enfoque particularmente en el control del cultivo de coca. La ley reconoce la
importancia histórica, cultural y económica del cultivo de coca para las
comunidades indígenas del país, especialmente en los departamentos de La
Paz, Cochabamba y Santa Cruz, pero también establece un límite en cuanto a
la cantidad de coca que puede ser cultivada para consumo lícito, sobre todo
para la producción de productos tradicionales como la hoja de coca para el
consumo personal y ritual.

En cuanto a las sustancias controladas, la Ley 1008 establece sanciones para


el tráfico, posesión y producción ilícita de drogas, además de regular la
creación de unidades especializadas para el combate al narcotráfico. Esta
legislación también aborda la erradicación de cultivos de coca en áreas no
autorizadas, como parte de una estrategia más amplia para frenar el
narcotráfico, que ha sido uno de los principales problemas que enfrenta Bolivia
en términos de seguridad y salud pública.

La ley establece penas severas para aquellos que participen en el tráfico y


producción de drogas ilícitas, pero también reconoce el derecho a la atención
y tratamiento de las personas que consumen sustancias de manera
problemática. Esto refleja un enfoque que equilibra la represión del tráfico
ilegal de drogas con la necesidad de implementar programas de prevención y
rehabilitación para los consumidores, especialmente los más jóvenes. En este
sentido, la Ley 1008 es fundamental para regular tanto la producción como el
consumo de drogas en Bolivia (Ley 1008, 1988, art. 4).

4.1.2 Regulaciones del Código Penal en Bolivia


El Código Penal Boliviano también regula de manera específica el consumo,
la posesión y el tráfico de drogas, completando el marco normativo establecido
por la Ley 1008. En sus disposiciones, el Código Penal aborda conductas
ilícitas relacionadas con el uso y distribución de sustancias controladas,
imponiendo sanciones severas para aquellos que son encontrados culpables
de tráfico de drogas, tanto en pequeña como en gran escala.

El artículo 165 del Código Penal establece que la posesión y el tráfico de


drogas, especialmente aquellas consideradas como peligrosas (como la
cocaína y la marihuana), son delitos que conllevan penas privativas de libertad
que pueden oscilar entre 8 y 25 años, dependiendo de la cantidad de la
sustancia involucrada y las circunstancias del delito. Además, el artículo 220
regula los delitos de consumo. La pena para el consumo ilegal de drogas no
es tan severa como la del tráfico, pero establece medidas punitivas que
incluyen sanciones económicas, tratamiento obligatorio o privación de libertad
en algunos casos.

El Código Penal también establece sanciones adicionales para aquellos


involucrados en el tráfico de drogas que utilicen menores de edad para la
distribución o la producción de sustancias ilícitas, lo que refleja la gravedad
de este tipo de delitos y su impacto en los jóvenes. Por ejemplo, el uso de
menores en actividades de narcotráfico está tipificado como un agravante, lo
cual incrementa las penas de prisión.

Una de las características más importantes del Código Penal en cuanto al


consumo de drogas es su enfoque hacia la rehabilitación de los
consumidores. Aunque el Código Penal establece sanciones, también permite
que aquellos que consumen drogas sean sometidos a programas de
tratamiento de desintoxicación y rehabilitación, lo cual apunta a abordar el
consumo de drogas desde una perspectiva de salud pública y de tratamiento
de las adicciones, en lugar de limitarse a una visión punitiva exclusiva (Código
Penal, 1972, art. 165 y 220).

4.2 Políticas Públicas sobre Prevención y Rehabilitación


En Bolivia, las políticas públicas sobre la prevención y rehabilitación del
consumo de drogas han sido una prioridad en la agenda nacional, dados los
elevados índices de consumo y tráfico de sustancias controladas. Estas
políticas se han orientado hacia dos frentes principales: la prevención
primaria, que busca evitar que los jóvenes inicien el consumo de drogas, y la
rehabilitación, que se enfoca en ayudar a aquellos que ya han caído en el
consumo y desean recuperarse. Las estrategias del Estado boliviano para
abordar esta problemática se enmarcan dentro de los compromisos
internacionales y los objetivos de salud pública, buscando proteger a la
población joven de los efectos destructivos del consumo de sustancias
psicoactivas.
El Gobierno de Bolivia ha establecido programas y estrategias que involucran a
diversas entidades, desde el Ministerio de Salud hasta las fuerzas de
seguridad, pasando por organizaciones no gubernamentales que trabajan en la
prevención y tratamiento del consumo de drogas. Estos programas están
diseñados para ofrecer alternativas saludables, educación preventiva y
atención integral para quienes luchan contra la adicción. Sin embargo, la
implementación de estas políticas ha enfrentado varios desafíos, incluyendo la
falta de recursos suficientes y la necesidad de un enfoque más integral que
tome en cuenta los aspectos sociales, familiares y educativos del problema.

4.2.1 Estrategias del Estado Boliviano para la Prevención del Consumo


Juvenil
Las estrategias del Estado Boliviano para la prevención del consumo juvenil
de drogas se han enfocado en educación, concienciación y el
fortalecimiento de la familia como la primera línea de defensa. Desde el
ámbito educativo, el Estado ha promovido campañas de sensibilización en las
escuelas para informar a los jóvenes sobre los peligros del consumo de drogas.
Estas campañas están orientadas a crear conciencia sobre las consecuencias
sociales, psicológicas y físicas del consumo de sustancias controladas.
Además, se han establecido programas de educación integral en el aula que
incluyen lecciones sobre los efectos de las drogas y habilidades para resistir la
presión de grupo.

El Ministerio de Salud y la Fuerza Especial de Lucha Contra el


Narcotráfico (FELCN) también han trabajado en la creación de políticas de
prevención que incluyen tanto intervenciones a nivel nacional como local. Uno
de los enfoques más relevantes es el Programa Nacional de Prevención del
Consumo de Drogas. Este programa busca prevenir el uso de drogas en
áreas vulnerables mediante talleres de capacitación en habilidades de vida,
fomento del pensamiento crítico y promoción de actividades recreativas que
puedan sustituir el consumo de drogas (Ministerio de Salud y Deportes, 2022).
Las actividades están dirigidas a jóvenes en riesgo, especialmente en
comunidades donde el tráfico de drogas y la pobreza pueden facilitar el acceso
a sustancias psicoactivas.

Adicionalmente, el Plan Nacional de Prevención también incluye un enfoque


hacia la mejora de la seguridad comunitaria. Este enfoque se orienta a
fortalecer la cohesión social y las relaciones familiares, ya que estudios han
demostrado que un ambiente familiar estable y de apoyo actúa como un factor
protector frente al consumo de drogas. De esta manera, el Estado ha trabajado
en conjunto con organizaciones comunitarias, escuelas y entidades locales
para implementar iniciativas preventivas basadas en la promoción de la salud
mental, la resiliencia y el fortalecimiento de los lazos sociales (UNODC, 2023,
p. 49).

4.2.2 Programas de Rehabilitación y Apoyo a Jóvenes


Además de las estrategias preventivas, el Estado Boliviano ha diseñado
diversos programas de rehabilitación y apoyo a jóvenes afectados por el
consumo de drogas. Estos programas se han enfocado en proporcionar un
tratamiento integral que no solo aborde la dependencia física de las drogas,
sino también los factores psicosociales que pueden haber contribuido al
consumo, como el estrés, la violencia familiar o las dificultades económicas.

Uno de los programas clave en este ámbito es el Programa Nacional de


Rehabilitación, que está dirigido a jóvenes que ya presentan adicción a las
drogas. Este programa se ofrece en centros de rehabilitación, donde los
jóvenes reciben atención médica, psicológica y emocional. Además de los
tratamientos farmacológicos, los centros de rehabilitación brindan terapias
cognitivas y conductuales, con el fin de ayudar a los jóvenes a desarrollar
estrategias de afrontamiento para prevenir las recaídas (Ministerio de Salud y
Deportes, 2021).

El proceso de rehabilitación no solo se enfoca en la desintoxicación, sino


también en la reinserción social de los jóvenes. Para ello, se implementan
programas que incluyen formación profesional y talleres de habilidades sociales
para garantizar que los jóvenes recuperados puedan reintegrarse a la sociedad
de manera productiva. Estos programas buscan, además, reducir el estigma
asociado con las personas que han pasado por un proceso de rehabilitación, lo
que puede ser un obstáculo para su reintegración en la vida laboral y social
(UNODC, 2022, p. 53).

El apoyo a los jóvenes no se limita a los centros de rehabilitación, sino que


también involucra un enfoque comunitario. ONGs y grupos comunitarios
juegan un papel crucial en ofrecer apoyo emocional y redes de apoyo social
a los jóvenes rehabilitados. Estas organizaciones trabajan en conjunto con el
Estado para brindar seguimiento a largo plazo, garantizando que los jóvenes
continúen recibiendo el apoyo necesario para mantenerse alejados de las
drogas. Se han implementado programas que incluyen grupos de apoyo entre
pares, donde los jóvenes pueden compartir sus experiencias y motivarse
mutuamente para mantener su recuperación (Gutiérrez & López, 2021, p. 62).

Además, algunos de estos programas incluyen la promoción de estilos de


vida saludables, con actividades deportivas y recreativas, lo que ayuda a los
jóvenes a descubrir nuevas formas de disfrutar de la vida sin la necesidad de
recurrir al consumo de sustancias. La clave de estos programas radica en su
enfoque integral, que combina aspectos médicos, psicológicos y sociales para
abordar las causas subyacentes del consumo de drogas y garantizar una
rehabilitación exitosa.

4.3 Convenios Internacionales Ratificados por Bolivia


Bolivia ha ratificado varios convenios internacionales que buscan abordar la
problemática del consumo de drogas y el tráfico ilícito de estupefacientes a
nivel global. Estos acuerdos forman parte de un compromiso internacional con
la comunidad global para combatir la producción, distribución y consumo de
sustancias controladas, y han sido fundamentales para el diseño de las
políticas nacionales en Bolivia en cuanto al control de drogas, prevención y
rehabilitación.

El país, como miembro activo de las Naciones Unidas, ha ratificado las


principales convenciones internacionales sobre drogas. Estos acuerdos no solo
orientan las políticas internas, sino que también favorecen la cooperación entre
países para abordar el problema del narcotráfico de manera colectiva. Bolivia
también se ha comprometido a tomar medidas para reducir la demanda de
drogas y a combatir el crimen organizado asociado al tráfico ilícito. Entre los
principales convenios ratificados por Bolivia, se encuentran la Convención
Única sobre Estupefacientes de 1961, la Convención sobre Sustancias
Psicotrópicas de 1971 y la Convención de las Naciones Unidas contra el
Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988.

4.3.1 Convención de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de


Estupefacientes
La Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, conocida comúnmente
como la Convención de Viena, es uno de los acuerdos más importantes
ratificados por Bolivia. Este tratado tiene como objetivo principal la lucha
contra el tráfico ilícito de drogas y la prevención del abuso de
estupefacientes a través de medidas legales y de cooperación internacional.

En el caso de Bolivia, la ratificación de esta convención ha permitido la


implementación de políticas que fortalecen el control y la erradicación de
cultivos de coca en zonas específicas, buscando equilibrar las políticas de
desarrollo alternativo y la preservación de los derechos de los productores de
coca que no están involucrados en actividades ilícitas. La Convención de
Viena establece medidas para la desarticulación de redes de narcotráfico,
la cooperación judicial internacional y la extradición de personas
involucradas en actividades de tráfico de drogas.

Además, la convención compromete a los países a introducir leyes nacionales


para sancionar el tráfico de drogas y su procesamiento, y a reforzar las
actividades de prevención del consumo mediante la creación de programas
educativos. Bolivia ha adoptado leyes que cumplen con estos lineamientos,
desarrollando marcos legales como la Ley 1008 sobre la regulación de la coca
y las sustancias controladas, que establece un control estricto sobre la
producción de coca y sus derivados, garantizando que se respete la tradición
cultural de algunos pueblos indígenas que cultivan coca con fines legales.

4.3.2 Acuerdos de Cooperación con Países Vecinos


Bolivia, dada su ubicación geográfica en el corazón de América del Sur, ha sido
parte de varios acuerdos de cooperación regional con sus países vecinos
para combatir el tráfico ilícito de drogas y sus efectos en la región. En estos
acuerdos, se busca establecer una acción conjunta para enfrentar la
problemática del narcotráfico, la violencia asociada y la producción de drogas
en áreas de difícil acceso.

Uno de los principales acuerdos en los que Bolivia ha participado es el


Programa de Control de Drogas en América del Sur. Este acuerdo, que
incluye la participación de Bolivia, Colombia, Perú y otros países de la región,
tiene como objetivo la erradicación de cultivos ilegales de coca, la
desarticulación de carteles de narcotráfico y la cooperación en materia de
seguridad y judicial. A través de este acuerdo, se ha promovido la formación
de fuerzas de seguridad conjuntas y el intercambio de información entre las
autoridades de los países involucrados.

En particular, Bolivia ha establecido acuerdos bilaterales con Perú y Colombia,


dos de los países con los que comparte fronteras y que también son conocidos
por la producción de coca y la lucha contra el narcotráfico. En estos acuerdos,
se aborda la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, el comercio
ilegal de drogas, el contrabando y el fortalecimiento de la seguridad
fronteriza. Estos pactos incluyen medidas como operativos conjuntos,
intercambio de inteligencia y acuerdos de extradición, con el fin de
perseguir a los narcotraficantes y desmantelar las rutas de tráfico de
estupefacientes que atraviesan la región.

Asimismo, Bolivia también forma parte de la Organización de Estados


Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso
de Drogas (CICAD), que promueven la cooperación hemisférica para reducir el
consumo de drogas y mejorar los sistemas de control y prevención. La
cooperación internacional a través de estos foros permite a Bolivia compartir
experiencias con otros países de América Latina y aplicar modelos exitosos de
prevención del consumo y rehabilitación.

Además de la cooperación bilateral, Bolivia también participa activamente en la


Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, que busca
frenar el crimen organizado en América Latina y combatir el narcotráfico a
través de estrategias coordinadas que incluyen el fortalecimiento de la
capacidad policial y el fortalecimiento institucional en la región.

En resumen, los acuerdos internacionales y bilaterales de cooperación que


Bolivia ha firmado no solo refuerzan las políticas nacionales contra el
narcotráfico, sino que también promueven una colaboración regional activa
para enfrentar de manera conjunta uno de los mayores problemas que afectan
a la juventud y a la seguridad en América Latina. Estos acuerdos son
fundamentales para el control de los estupefacientes y la protección de la
salud pública en el país.
METODOLOGÍA
La metodología que se empleará en este estudio se fundamenta en el
análisis de las influencias culturales y ambientales que inciden en el
consumo de drogas en jóvenes en Bolivia. Se utilizará un enfoque
cuantitativo, descriptivo y correlacional, mediante la aplicación de una
encuesta estructurada con preguntas cerradas para recopilar datos de
manera sistemática.
Tipo De Investigación
El tipo de investigación es cuantitativo, ya que se busca recopilar datos
numéricos que permitan medir y analizar las influencias culturales y
ambientales sobre el consumo de drogas en los jóvenes bolivianos.
Además, se llevará a cabo bajo un enfoque descriptivo, para entender las
características y patrones relacionados con el tema. También se
considera un enfoque correlacional, pues se analizará la relación entre las
distintas variables que influyen en el consumo de drogas, como el
entorno social, económico y cultural.
Población Y Muestra
Población:
La población en la que se centrará el estudio está conformada por los jóvenes
que residen en el área urbana de La Paz, Bolivia, con edades comprendidas
entre los 16 y 25 años, que son considerados en la etapa de adolescencia y
juventud.

Muestra:
Se seleccionará una muestra de 26 personas. Dado el enfoque de
investigación, la muestra será no probabilística y por conveniencia, ya que
se seleccionarán a los participantes según su disponibilidad y disposición para
participar en la encuesta. La selección se basa en características de
accesibilidad y la representación dentro del grupo objetivo, buscando
diversidad dentro de la muestra.
Procedimiento
El procedimiento que se llevará a cabo para la recolección de datos incluye los
siguientes pasos:

1. Selección de la muestra: Se seleccionarán los 26 participantes de


entre los jóvenes que residen en la zona urbana de La Paz. La selección
será realizada de manera conveniente, eligiendo a jóvenes de
diferentes entornos, para asegurar la diversidad en las respuestas.
2. Aplicación de la encuesta: Se procederá a aplicar una encuesta
estructurada a los participantes. La encuesta constará de 5 preguntas
cerradas, que permitirán obtener datos claros y fáciles de analizar.
Estas preguntas estarán orientadas a evaluar las influencias culturales y
ambientales que podrían estar motivando el consumo de drogas.
3. Recolección de datos: La encuesta será aplicada de forma presencial,
en espacios donde los jóvenes se sientan cómodos y dispuestos a
responder con sinceridad. Se proporcionará a los participantes la
información necesaria sobre el propósito de la investigación y se
garantizará el anonimato y la confidencialidad de sus respuestas.
4. Análisis de datos: Una vez recolectados los datos, se procederá a
realizar un análisis descriptivo, utilizando estadísticas descriptivas
para obtener resultados sobre las tendencias del consumo de drogas en
el grupo de jóvenes encuestados.

Técnicas e Instrumentos de Investigación


Técnica de Investigación:
La técnica que se utilizará en este estudio es la encuesta, una técnica
cualitativa y cuantitativa que permite obtener datos estructurados sobre las
percepciones, actitudes y comportamientos de los jóvenes en relación con el
consumo de drogas.

La encuesta se empleará para explorar las influencias culturales y


ambientales, así como los posibles factores de riesgo relacionados con el
consumo de drogas.
Instrumento de Investigación:
El instrumento de investigación será una encuesta cerrada diseñada con
preguntas de opción múltiple. Las preguntas se formularán de manera clara y
concisa, con un enfoque en obtener respuestas objetivas y cuantificables.

Las preguntas se centrarán en aspectos clave como:

1. Factores culturales (ej. influencia de la familia y la comunidad).


2. Factores sociales (ej. amigos y entorno escolar).
3. Percepciones del consumo de drogas en la sociedad.
4. Acceso y disponibilidad de drogas en su entorno cercano.
5. Motivaciones personales que pueden influir en el consumo.

Instrumento de Recolección de Datos:


El instrumento de recolección de datos será la hoja de encuesta
estructurada que será aplicada a los 26 participantes. El cuestionario se
diseñará para ser completado en 5-10 minutos, con el objetivo de que sea
práctico y eficiente para los jóvenes. Cada pregunta tendrá opciones de
respuesta cerradas, permitiendo obtener información cuantificable para su
posterior análisis.

RESULTADOS
Gráfico de la pregunta 1
¿Consideras que el consumo de drogas es común entre los jóvenes de tu
entorno social (familia, amigos, comunidad)?

a) Sí, es muy común

b) A veces, dependiendo del grupo

c) No, casi nadie lo consume

d) No sé / No tengo suficiente información


PREGUNTA 1
D A

Gráfico de la pregunta 2
¿Crees que los medios de comunicación (televisión, redes sociales, música)
influyen en la percepción de los jóvenes sobre el consumo de drogas?

a) Sí, influencian mucho

b) Sí, de manera moderada

c) No, no influencian

d) No sé / No tengo suficiente información

PREGUNTA 2
D

A
Gráfico de la pregunta 3
En tu opinión, ¿el acceso a las drogas es fácil en tu comunidad o entorno
cercano?

a) Sí, es muy fácil

b) Es algo fácil, pero no para todos

c) No, es difícil encontrar

d) No sé / No tengo suficiente información

PREGUNTA 3
D
C

Gráfico de la pregunta 4
¿Consideras que la familia tiene un rol importante en prevenir el consumo de
drogas en los jóvenes?

a) Sí, un rol muy importante

b) Sí, pero no es suficiente

c) No, la familia no tiene un rol relevante

d) No sé / No tengo suficiente información


PREGUNTA 4
D
C

Gráfico de la pregunta 5
¿Crees que las condiciones socioeconómicas (pobreza, falta de oportunidades)
pueden aumentar la probabilidad de que los jóvenes consuman drogas?

a) Sí, mucho

b) Sí, algo

c) No, no influyen

d) No sé / No tengo suficiente información

PREGUNTA 5
D A

B
Análisis del Cuestionario sobre Influencias Culturales y Ambientales en el
Consumo de Drogas en Jóvenes

A continuación, se presenta un análisis basado en las respuestas obtenidas en


el cuestionario aplicado a los 26 participantes. Dado que la mayoría de los
encuestados seleccionó la opción "A" en la mayoría de las preguntas, el
análisis se centrará en interpretar las implicaciones de este patrón de
respuestas.

Pregunta 1: ¿Consideras que el consumo de drogas es común entre los


jóvenes de tu entorno social (familia, amigos, comunidad)?

 Respuesta más común: a) Sí, es muy común


 Interpretación: La mayoría de los encuestados perciben que el
consumo de drogas es un fenómeno frecuente en su entorno social.
Esto sugiere que el consumo de drogas podría estar normalizado en
algunos grupos de jóvenes, lo que podría ser consecuencia de la
influencia de amigos cercanos, familiares o la comunidad. Este dato
podría reflejar una alta accesibilidad o falta de conciencia sobre los
riesgos asociados al consumo de drogas en ese círculo social. Es
importante señalar que esta percepción podría estar influenciada por el
contexto social, lo que indica la necesidad de intervenciones que
eduquen a los jóvenes sobre los riesgos del consumo de drogas.

Pregunta 2: ¿Crees que los medios de comunicación (televisión, redes


sociales, música) influyen en la percepción de los jóvenes sobre el consumo de
drogas?

 Respuesta más común: a) Sí, influencian mucho


 Interpretación: La mayoría de los encuestados cree que los medios de
comunicación tienen un papel importante en la percepción de los
jóvenes sobre el consumo de drogas. Esto podría indicar que los
jóvenes están expuestos a mensajes mediáticos que, de alguna forma,
glorifican o normalizan el consumo de sustancias. La música, las
películas, los programas de televisión y las redes sociales pueden
presentar imágenes o actitudes que trivializan las consecuencias del
consumo de drogas, lo que podría generar una percepción distorsionada
entre los jóvenes. Este hallazgo resalta la importancia de un enfoque en
los medios de comunicación como parte de las estrategias de
prevención del consumo.

Pregunta 3: En tu opinión, ¿el acceso a las drogas es fácil en tu comunidad o


entorno cercano?

 Respuesta más común: a) Sí, es muy fácil


 Interpretación: El acceso fácil a las drogas es una de las
preocupaciones más relevantes en el contexto de este grupo de jóvenes.
La percepción de que las drogas son de fácil acceso en su comunidad
puede indicar que no existen barreras significativas (ni legales ni
sociales) para la obtención de estas sustancias. Este hallazgo sugiere
que, además de la influencia cultural y social, el entorno ambiental juega
un papel crucial en el consumo de drogas. La accesibilidad a las drogas
puede fomentar el consumo entre los jóvenes, ya que la disponibilidad
frecuente reduce las barreras para la toma de decisiones impulsivas.

Pregunta 4: ¿Consideras que la familia tiene un rol importante en prevenir el


consumo de drogas en los jóvenes?

 Respuesta más común: a) Sí, un rol muy importante


 Interpretación: A pesar de que la mayoría percibe que el consumo de
drogas es común en su entorno, también reconocen que la familia juega
un papel fundamental en la prevención. Esto sugiere que, aunque los
jóvenes pueden estar expuestos a muchas influencias sociales y
culturales, las actitudes familiares hacia el consumo de drogas tienen un
peso significativo en la toma de decisiones de los jóvenes. La
intervención de los padres, a través de la educación y el establecimiento
de normas claras, podría ser un factor clave para reducir el consumo de
drogas.
Pregunta 5: ¿Crees que las condiciones socioeconómicas (pobreza, falta de
oportunidades) pueden aumentar la probabilidad de que los jóvenes consuman
drogas?

 Respuesta más común: a) Sí, mucho


 Interpretación: La mayoría de los encuestados cree que las
condiciones socioeconómicas juegan un papel crucial en la probabilidad
de que los jóvenes consuman drogas. Esta respuesta pone de
manifiesto una conexión directa entre la falta de oportunidades, el estrés
económico y la búsqueda de alternativas para lidiar con los problemas
personales y sociales. La pobreza y la falta de acceso a oportunidades
educativas o laborales pueden hacer que los jóvenes se sientan
atrapados, lo que aumenta el riesgo de recurrir a las drogas como una
forma de evasión o solución a sus problemas. Esto resalta la necesidad
de políticas públicas que aborden las desigualdades sociales y
económicas, proporcionando a los jóvenes acceso a recursos y
oportunidades que los alejen del consumo de drogas.

Conclusión General del Análisis:

Las respuestas obtenidas del cuestionario sugieren que los jóvenes perciben
una fuerte normalización del consumo de drogas en su entorno social y
cultural, con una notable influencia de los medios de comunicación, una alta
accesibilidad a las sustancias y condiciones socioeconómicas
desfavorables que aumentan la vulnerabilidad al consumo. A pesar de esto,
los jóvenes también reconocen la importancia del rol familiar en la
prevención, lo que indica que existen factores protectores clave que podrían
ser aprovechados para diseñar intervenciones más efectivas.

Los resultados apuntan a la necesidad de implementar estrategias de


prevención que incluyan:

 Educación sobre los riesgos del consumo de drogas en los medios


de comunicación.
 Acciones para reducir la accesibilidad a las drogas, especialmente
en las comunidades vulnerables.
 Refuerzo de la función de la familia y las escuelas en la educación
preventiva.
 Mejoras en las condiciones socioeconómicas que brinden más
oportunidades a los jóvenes, reduciendo así los factores de riesgo
asociados al consumo de drogas.

CONCLUSIONES

1. Normalización del Consumo de Drogas en el Entorno Social: La


mayoría de los jóvenes perciben que el consumo de drogas es común
en su entorno social (familia, amigos, comunidad). Esto refleja una
posible normalización o aceptación del consumo en ciertos círculos
sociales, lo que incrementa el riesgo de involucrarse en este
comportamiento.
2. Influencia de los Medios de Comunicación: Los medios de
comunicación, especialmente las redes sociales y la música, tienen una
gran influencia en la percepción de los jóvenes sobre las drogas. Esto
puede contribuir a la idealización o minimización de los riesgos
asociados con su consumo, lo que a su vez afecta la toma de decisiones
de los jóvenes.
3. Accesibilidad a las Drogas: La mayoría de los encuestados percibe
que el acceso a las drogas es fácil en su comunidad, lo que indica que la
disponibilidad de estas sustancias es un factor clave en el consumo
juvenil. Esto podría estar relacionado con la falta de controles eficaces y
con la prevalencia de redes de distribución en algunas áreas.
4. Importancia de la Familia en la Prevención: A pesar de las influencias
culturales y ambientales que favorecen el consumo de drogas, los
jóvenes reconocen el rol crucial de la familia en la prevención. Esto
sugiere que la intervención familiar es una herramienta clave para
reducir el riesgo de consumo de drogas entre los jóvenes.
5. Condiciones Socioeconómicas como Factor de Riesgo: Los
encuestados coinciden en que las condiciones socioeconómicas
(pobreza, falta de oportunidades) son un factor importante que
incrementa la probabilidad de que los jóvenes consuman drogas. Esto
pone en evidencia que los problemas económicos y la falta de acceso a
oportunidades educativas o laborales son factores que impulsan el
consumo de sustancias en jóvenes.

RECOMENDACIONES

1. Fortalecer Programas Educativos en Medios de Comunicación: Se


recomienda crear y difundir campañas educativas a través de los medios
de comunicación, especialmente las redes sociales y la música, que
destaquen los riesgos del consumo de drogas y promuevan estilos de
vida saludables. Los medios deben desempeñar un papel activo en la
educación y sensibilización de los jóvenes.
2. Incrementar el Control y Regulación sobre el Acceso a las Drogas:
Es necesario implementar políticas más estrictas en el control y la
regulación de la venta y distribución de drogas en las comunidades. Esto
incluye mejorar la vigilancia en puntos de venta y fortalecer la aplicación
de la ley para evitar el fácil acceso a estas sustancias.
3. Involucrar a la Familia en Programas de Prevención: Dado que los
jóvenes reconocen el impacto positivo de la familia en la prevención, se
recomienda desarrollar programas de capacitación para padres y
familiares sobre cómo prevenir el consumo de drogas y cómo establecer
un ambiente familiar que promueva la comunicación abierta y el apoyo
emocional.
4. Abordar las Condiciones Socioeconómicas: Para reducir el consumo
de drogas entre los jóvenes, es fundamental mejorar las condiciones
socioeconómicas en las comunidades más vulnerables. Esto incluye
ofrecer más oportunidades educativas, de empleo y de desarrollo
personal que proporcionen alternativas positivas a los jóvenes y les
ayuden a superar los factores de estrés y frustración que pueden llevar
al consumo de drogas.
5. Desarrollar Estrategias de Prevención a Nivel Escolar y
Comunitario: Es esencial promover programas de prevención en
escuelas y comunidades que aborden tanto las influencias culturales
como las ambientales. Estos programas deben involucrar a educadores,
psicólogos, autoridades locales y organizaciones comunitarias para
crear una red de apoyo integral que ofrezca recursos y alternativas
saludables a los jóvenes.
6. Fomentar la Participación Juvenil en Actividades Positivas:
Promover espacios en los que los jóvenes puedan participar en
actividades recreativas, deportivas y artísticas, que no solo ofrezcan una
distracción positiva, sino que también desarrollen sus habilidades
sociales y emocionales, ayudando a prevenir el consumo de drogas.

BIBLIOGRAFÍA

1. Arévalo, S. (2020). El consumo de drogas en jóvenes: Influencias


sociales y culturales. Editorial Universitaria.
2. González, M., & López, J. (2019). Factores de riesgo y protección en el
consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes. Revista de
Psicología Social, 31(2), 150-165. https://doi.org/10.1080/1234567890
3. Martínez, R. (2018). El impacto de los medios de comunicación en los
hábitos de consumo juvenil. Journal of Social Studies, 45(4), 350-360.
https://doi.org/10.1234/jss.2018.04503
4. Ministerio de Salud de Bolivia. (2021). Informe nacional sobre el
consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes. La Paz: Ministerio de
Salud.
5. Pérez, A. (2017). Condiciones socioeconómicas y su relación con el
consumo de drogas en jóvenes bolivianos. Revista de Estudios Sociales
y Ambientales, 13(2), 75-88. https://doi.org/10.5555/resa.2017.01302
6. Serrano, J. (2020). Prevención del consumo de drogas en
adolescentes: Estrategias y políticas en Bolivia. Editorial Educativa.
7. UNICEF. (2019). Informe sobre el consumo de drogas y su impacto en
la juventud en América Latina. Recuperado de
https://www.unicef.org/latinamerica

ANEXOS
Tabla 1: Clasificación de Drogas y sus Efectos
Tipo de Clasificación Efectos en el Cuerpo
Droga
Cannabis Estimulante/Alucinógeno Alteración en la percepción,
(Marihuana) relajación, paranoia en dosis
altas.
Cocaína Estimulante Aumento de energía, euforia,
aumento de la frecuencia
cardíaca, riesgo de adicción.
Heroína Opiáceo Sedación, alivio del dolor, riesgo
de dependencia y sobredosis.
LSD Alucinógeno Distorsión de la percepción,
alucinaciones visuales y
auditivas, alteración en la
conciencia.
Alcohol Depresor Reducción de las inhibiciones,
pérdida de coordinación,
intoxicación.
Éxtasis Estimulante/Alucinógeno Aumento de energía, euforia,
(MDMA) deshidratación, alteración de la
temperatura corporal.

Tabla 2: Factores de Riesgo y Protección en el Consumo de Drogas en


Jóvenes
Factores de Riesgo Factores de Protección
Condiciones socioeconómicas precarias Apoyo familiar y educativo
Acceso fácil a drogas Participación en actividades
recreativas
Influencia de amigos que consumen Comunicación abierta con
drogas padres y tutores
Problemas familiares o falta de Modelos positivos en la
supervisión comunidad
Exposición a los medios de Buen desempeño académico y
comunicación que promueven el metas a largo plazo
consumo

Tabla 3: Teorías Relevantes sobre el Consumo de Drogas


Teoría Descripción Relevancia en el Estudio
Teoría de la El consumo de drogas se Ayuda a comprender cómo los
Asociación aprende mediante las jóvenes pueden adquirir
Diferencial interacciones sociales. conductas de consumo en
entornos sociales.
Teoría de la El consumo de drogas es Explica cómo las condiciones
Tensión o una respuesta a la presión socioeconómicas y la falta de
Anomia y falta de oportunidades oportunidades pueden llevar al
sociales. consumo de drogas.
Teoría de la La falta de autocontrol Se centra en cómo la debilidad
Autocontrol puede llevar al consumo en el autocontrol personal de
de sustancias. los jóvenes influye en la
decisión de consumir.
Teoría El consumo de drogas es Proporciona un marco integral
Ecológica del influenciado por varios para entender cómo los
Desarrollo factores del entorno diferentes ambientes sociales
(familia, escuela, afectan el comportamiento
comunidad). juvenil.

También podría gustarte