examen política
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CAPÍTULO 1:
ESPECULACIÓN, CULTURA Y ANTROPOLOGÍA: LAS BATALLAS DEL
MUSÉE DE L'HOMME
El Estado francés no pujó por obras de arte (arte primitiva/exótica), en una venta
en la que la población francesa estaba segura de que el Estado participaría o la
impediría. Sin embargo, el Estado dejó que se dispersara, mostrado en el cambio
de rumbo que Francia había tomado en cuanto a su relación con el patrimonio
que hasta el momento era considerado “nacional” o que retrataban la
“singularidad cultural francesa”.
Franz Boas (1858-1942) comenzó como antropólogo con una expedición clásica
para estudiar elementos físicos ajenos a la antropología. Entre los esquimales de
Baffinland descubrió su vocación como etnógrafo, hizo además en esa época su
primera visita a EEUU. Otros aspectos importantes de su carrera están vinculados
al Museo de Historia Natural de Nueva York, en el que tenía un cargo de
conservador, relacionado también con la universidad Columbia. Fundó también
la escuela de arqueología y etnología en México y algunas revistas. Desde el punto
de vista social, era un inmigrante que triunfaba en el país de acogida.
Queda influenciado por los alemanes Guillermo y Alejandro Humboldt.
Guillermo tenía la intención de llevar a cabo un estudio comparativo entre las
lenguas (vasca), llevando así una antropología comparativa a través del estudio de
la psicología popular (comparando caracteres nacionales). Los seguidores de esta
corriente recurrían a la geografía y la historia para ver cómo modelaban la lengua
y el carácter de los pueblos. Hay que destacar que no dan una visión fijista en
cuanto a lo raciológico. Todas estas influencias (historia, lingüística, medio físico,
filosofía de Dilthey...) de una manera u otra están presentes en la mirada
culturalista y comparatista de Boas.
Gregory Bateson fue espía durante la II Guerra Mundial (OSS). Cuando tuvieron
lugar las explosiones atómicas en Japón, motivó a realizar un enfoque
antropológico de las consecuencias. Concibe el nacionalismo como una
prolongación de actitudes tempranas relacionadas con alcanzar la seguridad y el
prestigio. Se muestra partidario de una “World Authority” que se encuentre bajo
el dictum y la amenaza del poder nuclear para acabar con el estadio infantil de la
humanidad que es el nacionalismo, a veces unido al racismo. Se interesa en sus
estudios por la relación entre cultura y personalidad “nacional”, pensando por
ejemplo en la lengua francesa, que enseñada sin expresar movimiento con los
brazos pierde significado. Además, propone descartar los esencialismos
introduciendo una bipolaridad.
CAPÍTULO 5:
LA ANTROPOLOGÍA EN EL DIVÁN INDIGENISTA: NIMUENDAJÚ Y
ARGUEDAS
I
Curt Unkel (1883-1945) dedicó su vida a las culturas amazónicas. Vivió durante 40
años en la Amazonia. Publicó varios artículos además de las siguientes obras:
- The Apinayé - 1934
- The Serente - 1942
- The Eastern Timbira - 1946
- The Tukuna – 1952
Se ha dicho que Nimuendajú era taciturno y veía el futuro de los indígenas con
melancolía. Solo hay una fotografía del autor y cuando se le preguntó por su
biografía la resumió en una “interrumpida serie de exploraciones”. Se describió
a sí mismo como indio entre indios, totalmente incluído y participe en su
cultura/costumbres. También como un investigador curioso con genuino
idealismo humanitario. Al asociar su destino al de los guanaríes y otros pueblos
amazónicos, Nimuendajú sabía que su causa no tenía destino ni esperanza,
carecían de posibilidades de salvación y entrarían en colapso.
El autor llamaba cataclismología a las explicaciones sobre el fin del mundo que
los guaraníes le habían dado:
- antes de que Ñanderuvusú crease la tierra, hizo el yuý ytá (sostén de la tierra).
Colocó una viga de este a oeste y encima puso otra de norte a sur y desde
la intersección (Yuyrá iosá rekoypoý) rellenó los cuadrantes con tierra. Como
la tierra ha de ser aniquilada Ñanderykéy toma la extremidad este del brazo
inferior de la cruz y la retira, mientras que la viga superior queda asegurada
en su sitio. Así la tierra pierde el soporte occidental. Simultáneamente
comienza el incendio en la tierra (yuý okay) por el extremo oeste,
devorando la superficie interior hasta que llegue a perforar la tierra. La
destrucción va aumentando en velocidad.
Willem Schmidt fue uno de los enólogos más famosos. Tenía claros ideales
racistas y antisemitas (culpaba a los judíos de la caída del Imp Austrohúngaro)
pero difería con los nazis en la subordinación de los alemanes del sur (católicos)
a los del norte (protestantes), los judíos no los consideraba una raza, sino un
pueblo de orígenes raciales mixtos.
CAPÍTULO 2:
ANTROPOLOGÍA Y DEMOCRACIA: VASOS COMUNICANTES
La antropología social asociada al gobierno indirecto tuvo mala prensa entre las
élites indígenas africanas, llegando algunos antropólogos a ser increpados. Las
jóvenes élites africanas en acelerado proceso de modernización estaban en
contraposición a la antropología.
La mala fama de esta como disciplina depredadora es evidente en la clase
intelectual marroquí. Los pocos antropólogos de este país tuvieron que iniciar su
carrera académica con la negación de los presupuestos de los trabajos llevados a
cabo por etnógrafos extranjeros (franceses y norteamericanos) para dejar
sentadas las bases críticas de su oposición por la antropología. Aún así, la
antropología marroquí está llena de grandes obras basadas en trabajos de campo
hechos por personas externas al país. El rechazo inicial a la disciplina se parece
más a una manera de posicionarse políticamente que muestra la “zona de
culpabilidad colonial”.
La importancia de los debates entre antropólogos marroquíes y científicos
extranjeros muestra la respectiva importancia que le sugería a E. gellner el papel
de las gentes del libro en la constitución del poder político. Se utiliza a
antropólogos e historiadores para dar legitimidad (ej: Marcha Verde), mediante
actos místicos.
Los antropólogos más críticos con la teoría segmentaria, sin que ello colisione
con el nacionalismo marroquí, prefieren inclinarse por la interpretación del
fondo cultural del poder político de Marruecos como la subordinación del
discípulo al maestro dotado del aura de santidad. El poder teme la emergencia
del carisma como una amenaza a la estabilidad. Todo esto se introduce en las
zauiyas religiosas, donde se subordinaría la segmentariedad al vínculo
patrón/cliente. Por tanto, sería el clientelismo el verdadero magma de la relación
política de la sociedad civil. La destribalización del debate lleva a la preeminencia
de la teoría clientelar para las sociedades tradicionales y las surgidas de las
transformaciones operadas en la modernidad. John Waterbury fue el fundador
de los trabajos de crítica a las élites y sus vínculos patronales, mientras que Rémy
Leveau lo fue de desentrañar la relación entre élites coloniales de origen tribal y
las nuevas élites ligadas a los centros urbanos para garantizar la gobernabilidad
del país. Ambos trabajos muestran las relaciones de clientelismo. Adjudicar en
exclusiva al colonialismo la culpabilidad de los problemas presentes es
insuficiente.
Desde el prisma autóctono en la década de los 90 comenzó a construirse un juicio
crítico desembarazado del peso de la culpa colonial. Se desveló el vínculo del
poder político con el clientelismo universitario, de manera que las luchas
aparentemente académicas se presentaron como la expresión misma de la lucha
entre clanes. Los investigadores tuvieron, por lo tanto, que buscar
reconocimiento exterior. También se constató la parálisis de la creatividad
individual mientras se establecía una “movilidad vertical” que administraba
exclusivamente el poder político. M. Ennaji señalaba que la economización de las
ciencias sociales era la otra alternativa a su incardinación en los asuntos
directamente humanos y culturales. Hace unas décadas ya existía la demanda
seminal de restituir las ciencias sociales a la vida pública marroquí.
Hay varios antropólogos cuyas prácticas profesionales han ligado con combates
democráticos:
- Paul Rivet y Germaine Tillion en Francia
- Margaret Mead en EEUU
Además, existe una conexión entre la resistencia europea y la antropología
triunfante de EEUU.
Mead convirtió sus obras en una reedición del buensalvajismo, que oponía la
armonía samoana a la estridencia norteamericana. Al contribuir a la formación
del mito del “buen salvaje” polinesio, cumplía una función política guiada por los
deseos de construir el “mito bueno” que contribuyese a desarrollar el
igualitarismo (un poco ingenuo).
CAPÍTULO 4:
EL ENIGMA DEL SECRETO. DE LA ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y EL
ESPIONAJE POLÍTICO
Frente a los siglos oscuros, la posibilidad del sujeto transparente ha sido una ficción
de gran fortuna en los momentos de mayor optimismo histórico del mundo
contemporáneo. Tras los primeros fracasos revolucionarios se abrió paso a la
teoría conspirativa. En la segunda mitad del S. XIX, en el mundo babilónico, el
héroe literario fue un “conspirador” que trabajaba clandestinamente contra
Napoleón y la plutocracia parisina. Marx no soportaba al bohemio conspirador
ajeno a toda disciplina y espíritu científico. Sin embargo, para Balzac, Zola o
Baudelaire estos bohemios conspiradores eran los héroes más genuinos y
fundamentales para sus literaturas respectivas.
Recordemos la vinculación existente entre el rousseaunismo ilustrado y el
fascismo literario de Céline. Céline proclamaba la supremacía de la verdad
representada por el hombre sin secretos. Sin embargo, encerraba la mentira con
que Céline había encubierto su propia vida.
Tras la paz de Brest-Litovsk de 1918, Trotsky buscó una “paz sin secretos”. Esto
chocó a Weber, quien pedía más profesionalidad para la diplomacia americana
ante su falta de discreción en algunos aspectos.
En las ciencias sociales el secreto como fuente de análisis fue abordado por Georg
Simmel, cuando los servicios de espionaje alemanes estaban más activos. Simmel
afirmaba que las sociedades secretas eran el cemento de la vida social. También
Pierre Boutang se ha adentrado en la filosofía del secreto. Es objeto de los medios
académicos liminales, estudiando su función social.
CAPÍTULO 5.
Este capítulo aborda los intentos de romper con el "encierro ideológico" que el
marxismo, especialmente en sus versiones más ortodoxas, ha impuesto sobre
disciplinas como la antropología y la sociología. Se centra en los esfuerzos de dos
figuras clave: Ernesto de Martino y Pierre Bourdieu, quienes buscaron
alternativas para superar las limitaciones del pensamiento marxista aplicándolo
de manera innovadora a sus campos de estudio.
En el caso de Ernesto de Martino, su obra se caracterizó por una búsqueda
constante de integración entre el historicismo y el marxismo. Influenciado por
Benedetto Croce, De Martino intentó devolver a la historia elementos que habían
sido marginados por el cartesianismo histórico, como la magia y lo irracional. Su
obra Il mondo magico (1958) es un ejemplo de esta tentativa, ya que proponía un
historicismo marxista más profundo, capaz de abarcar áreas prehistóricas y
culturales que estaban fuera del alcance de la historia tradicional. Sin embargo,
esta propuesta fue ignorada en gran medida por sus compañeros socialistas, a
pesar de que encontró en Antonio Gramsci una fuente de inspiración. Gramsci,
conocido por su concepto de "hegemonía" y su interés en las culturas populares,
fue un puente importante para combinar antropología y marxismo. En sus
Quaderni dei Carceri, escritos bajo condiciones de vigilancia intelectual,
Gramsci abogó por un estudio del folklore no como un elemento pintoresco, sino
como una forma de concepción del mundo de ciertos estratos sociales, en
contraste con las concepciones oficiales.
CAPÍTULO 6.
LAS OPACIDADES DE LA MEMORIA EN MAURICE HALBWACHS
PARTE C
CAPÍTULO 1
LA PRODUCCIÓN IDEOLÓGICA DEL CONOCIMIENTO SOBRE LA
COOPERACIÓN Y EL CONFLICTO: EL ESPÍRITU DEL FACULTY CLUB
El "síndrome del Faculty Club", descrito por el sociólogo Peter Berger, alude al
poder de las universidades occidentales como centros de producción ideológica.
Estas instituciones promueven valores como el feminismo, el ecologismo y los
derechos humanos, pero desde una perspectiva imperialista que refuerza la
hegemonía cultural de Occidente. Edward Said, aunque crítico del colonialismo
europeo, también evidenció cómo la expansión del inglés como lengua global
perpetúa dinámicas de dominación cultural.
El autor critica a las ONG como actores clave del liberalismo económico. Aunque
presentadas como agentes de cooperación y filantropía, estas organizaciones a
menudo perpetúan dinámicas de dependencia y explotación en los países donde
operan. Inspiradas en el modelo de los Peace Corps, las ONG explotan conceptos
como la compasión y la solidaridad para justificar intervenciones que desplazan
responsabilidades estatales hacia una sociedad civil idealizada. Este enfoque ha
convertido a las ONG en negocios lucrativos para sus participantes, generando
complicidades con actores locales y globales.
El texto subraya cómo algunos de los intelectuales criticados, como Lacan, han
sido objeto de sospechas de impostura incluso en su tiempo. Lacan, por ejemplo,
es presentado como un autor que evolucionó hacia un "misticismo laico", con
escritos cada vez más crípticos y oscuros. Su trabajo es contrastado con el de otros
estructuralistas, como Lévi-Strauss, quien minimizó el impacto del psicoanálisis
de Lacan al enfocarse en temas de arte y literatura.
Asimismo, se critica a Sokal y Bricmont por seleccionar las obras más débiles o
efímeras de autores como Baudrillard, en lugar de abordar sus textos más
influyentes, como Crítica de la economía política del signo o El sistema de los objetos.
Esto evidencia un sesgo en el análisis, que busca reforzar la idea de que el
posmodernismo representa un peligro para la racionalidad.
Conclusiones y reflexiones
A medida que las sociedades avanzaron, surgieron enfoques que buscaban ir más
allá de las interpretaciones simbólicas y normativas del poder. La genealogía,
propuesta por Nietzsche y desarrollada por Foucault, se posicionó como una
herramienta crítica para analizar cómo las estructuras de poder emergen de
eventos históricos contingentes, rechazando los orígenes únicos o teleológicos.
En contraste, el funcionalismo marxista redujo el poder a una herramienta
subordinada a la lucha de clases, dejando de lado su naturaleza intrínseca y
relacional. En este contexto, las instituciones adquirieron un papel central en la
configuración del poder. Según Mary Douglas, las instituciones políticas poseen
una cualidad "inmortal," operando como depositarias de estructuras abstractas
que trascienden a los individuos y garantizan la continuidad del orden social. Esta
perspectiva estructuralista subraya que el cambio real solo puede lograrse
transformando las instituciones mismas, en lugar de enfocarse únicamente en los
individuos.
CAPÍTULO 2
UNA DISCIPLINA MANIFIESTA: LA ANTROPOLOGÍA HISTÓRICA Y LAS
PROFUNDIDADES PSICOANALÍTICAS
CAPÍTULO 3
UNA APUESTA DE FUTURO INCIERTO: PROSPECTIVA E INGENIERÍA
POLÍTICAS
El capítulo inicia con una reflexión sobre la democracia como marco esencial
para que la antropología sociocultural ejerza su función crítica. La democracia se
fundamenta en principios como la libertad de palabra, la libertad de cátedra y el
respeto a la formalidad jurídica, elementos que trascienden la lógica partidista
representada en el voto. Además, la sociedad civil, a través de su trama asociativa,
y la opinión pública, entendida como un espacio de debate y deliberación,
conforman pilares fundamentales de la estructura democrática. Habermas, al
desarrollar el concepto de “espacio público,” resalta que en una sociedad
democrática la formalidad no solo organiza las relaciones sociales, sino que
también actúa como su núcleo. Sin embargo, el capítulo cuestiona cómo este
ideal se enfrenta a la realidad de la política contemporánea, donde la
antropología, lejos de ser una disciplina con impacto práctico, permanece
exiliada de los procesos de toma de decisiones.
Uno de los temas centrales del capítulo es el análisis de los sondeos electorales,
que ejemplifican cómo herramientas estadísticas, como el Eurobarómetro,
construyen una noción de opinión pública funcional a intereses políticos. Pierre
Bourdieu critica estas encuestas por imponer la idea de una opinión pública
homogénea y manipulable, subordinada a problemáticas definidas por elites
políticas. Este fenómeno se agrava cuando factores como el voto oculto y el azar,
típicamente ignorados por disciplinas más mecanicistas, alteran radicalmente los
resultados electorales. El ejemplo del 11M en España muestra cómo un atentado
terrorista puede transformar las dinámicas políticas en cuestión de días,
evidenciando la importancia de incluir la irracionalidad y el azar en el análisis
político, algo que solo la antropología parece considerar con seriedad.
La mediación cultural es otro ámbito donde la antropología podría tener un
impacto significativo, pero ha sido relegada a disciplinas ajenas. En España, por
ejemplo, instituciones como el Centro de Investigaciones Etnológicas Ángel
Ganivet fueron clausuradas debido a decisiones políticas arbitrarias, mostrando
la incapacidad de la antropología para generar debates propios sobre temas como
el futuro de los museos etnográficos. En Francia, decisiones como el cierre del
Museo del Hombre y otros espacios culturales revelan cómo la mediación
cultural ha sido sustraída del control antropológico, cediendo terreno a sectores
tecnificados con mayor influencia política.
CAPÍTULO 4
UNA REALIDAD PARA LA ANTROPOLOGÍA CRÍTICA: LA
ESPECULACIÓN CULTURAL
RECAPITULACIÓN
INTERPRETACIÓN Y PRÁCTICA ANTROPOLÓGICA DE LA POLÍTICA