JND - EstudioUniversitario 2024 Digital

II ESTUDIO SOBRE CONSUMO
DE DROGAS EN ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS DE URUGUAY
Informe
Informe de
de investigación
investigación 2024
2024
Junta Nacional Observatorio Uruguayo

de Drogas - Uruguay de Drogas
ISBN: 978-9974-742-76-5
Depósito legal
Presidente de la Junta Nacional de Drogas
Dr. Rodrigo Ferrés
Secretario General de la Junta Nacional de Drogas

Dr. Daniel Radío
Coordinador de investigación
Héctor Suárez
Equipo de investigación
Jessica Ramírez
Leticia Keuroglian
Héctor Suárez
Diseño muestral / Dirección de campo

División Estadística - Universidad de la República
Coordinación técnica: Nicolás Fiori
Muestra: María Noel Mesa
Validación y consistencia: Rodrigo Horjales
Trabajo de campo: Agustina Cano
Contraparte técnica por la Udelar

SECIU - Servicio Central de Informática, Universidad de la República
Desarrollo del formulario de encuesta en la plataforma de Udelar

Andrés Sellanes
Martín Olazábal
Procesamiento estadístico y redacción del informe

Jessica Ramírez
Leticia Keuroglian
Héctor Suárez
Montevideo, Uruguay, 2024

Agradecimientos
Agradecemos a la División de Estadística y al Servicio Central de Informáti-
ca, ambos de la Universidad de la República, por la colaboración y el trabajo
realizado, sin los cuales no hubiera sido posible hacer este estudio.
También agradecemos a la Asociación Profundación para las Ciencias Socia-

les por contribuir a la ejecución del proyecto.
Por último, y en forma muy especial, agradecemos a los estudiantes por brin-
dar información personal de gran utilidad para avanzar en el conocimiento
del fenómeno estudiado.
Prólogo
Esta investigación tiene por objeto contar con más información acerca de la
situación de consumo de drogas en los estudiantes universitarios del Uru-
guay, y constituye un insumo muy importante que colaborará con el diseño y
con la implementación de las políticas públicas relacionadas.
La lectura y la interpretación habrá de hacerse, teniendo presente que, en

cierto modo, los comportamientos de la población universitaria, sus explica-
ciones y sus consecuencias, más tarde o más temprano, pueden tener algún
nivel de extensión o de incidencia, también hacia el resto de la población.
Por lo tanto, contar con datos fidedignos acerca del uso, no solamente nos
obligará a razonar acerca de las razones o de las circunstancias que puedan
estar incidiendo en las peculiaridades de estos consumos, sino que, además,
colaborará con la planificación de las acciones de prevención de los usos pro-
blemáticos, en esta población en particular. Y en, cómo esa circunstancia
repercute en la sociedad en su conjunto.
Lo cual, de alguna manera, representa una carga adicional de responsabili-

dad, aún antes de pensar en las acciones a ser implementadas, a la hora de
interpretar y de significar las decisiones de consumo de los individuos y de
sus grupos de pertenencia.
Uruguay ha tenido, en materia de política de drogas, un abordaje diferente

y característico. Quizás en un principio de manera un poco más intuitiva y,
progresivamente, de manera más conciente y reflexiva, el centro de grave-
dad siempre ha estado puesto en las personas y no en las sustancias.
Y cuanto más racional ha sido el abordaje de la temática, más nos hemos ale-
jado de aquellas miradas que tienden a la demonización de algunos consumos
y menos hemos negado la realidad. Más hemos incorporado la noción de vín-
culo. Y mucho más fuimos haciéndonos cargo de una temática dinámica y
compleja que refiere a un fenómeno altamente prevalente en la sociedad con-
temporánea. Y que, como la experiencia parece demostrar, no es tributario de
presuntas soluciones radicales, fáciles, ni de acciones rápidas e irreflexivas,
basadas en lecturas de reojo o en opiniones más o menos interesadas, que nos
convocan a la acción empuñando la máxima de que “algo hay que hacer”.
Pero también, con el transcurso del tiempo, hemos aprendido que, para quie-
nes pretendemos desarrollar políticas públicas con una mirada centrada en
las personas, con el mayor énfasis puesto en el respeto y en la promoción de
los derechos humanos, es aún mucho más importante tener un sustento en la
evidencia científica.
Porque cuando nos proponemos acciones racionales, planificadas en torno a

una estrategia a ser sostenida en el tiempo, valorando logros parciales y sin
falsas apuestas a un horizonte de punto final (tan utópico como indeseable)
estamos asumiendo un desafío.
Deberemos contrastar nuestra acción y nuestros resultados, no solo contra

la realidad, sino además contra la falsa esperanza que provocan las fórmulas
mágicas y las martingalas.
Emprender acciones racionales, nos garantiza la oposición. Supone enfren-

tar los prejuicios más arraigados. La genial ocurrencia. Los manuales de au-
toayuda que todo lo pueden. Los discursos tribuneros que generan expectati-
vas falsas y que son el mejor prólogo de la perpetua e inevitable frustración.
Entonces no. No hay que hacer algo. Hay que diseñar acciones basadas en
información obtenida a través de procesos metodológicos estrictos. Los pro-
blemas complejos, no admiten soluciones fáciles. Nos demandan más inves-
tigaciones sistemáticas y sostenidas para que la formulación de políticas pú-
blicas esté basada en investigaciones rigurosas y sistemáticas y de este modo
para que nuestras acciones se vuelvan más racionales y estratégicas.
Es preciso que reemplacemos la toma de decisiones basada exclusivamente

en convicciones arraigadas, en principios ideológicos, en creencias a priori o
en intereses inmediatos vinculados a otro tipo de prioridades, por una toma
de decisiones sustentada en evidencia científica, que permita darle mejor
pronóstico y mayor precisión a las respuestas y a las soluciones.
Y que permitan, además, establecer relaciones de causalidad sobre los efec-

tos de las intervenciones. No se pueden tomar buenas decisiones sin evalua-
ciones sistemáticas, rigurosas y científicas de las acciones.
Y para eso se necesita información. Se necesita ir a buscar la información,

procesar los datos y presentarlos, de manera tal que puedan ser útiles para la
formulación de las políticas.
Este es un trabajo riguroso del Observatorio Uruguayo de Drogas en línea con
las consideraciones que hacíamos previamente. Más que un procedimiento o
un método, hemos adoptado un enfoque o una visión donde, la obligación de
tomar decisiones de responsabilidad y de inversión pública, nos exige poner
los recursos donde hay más posibilidades de transformarlos en beneficios, y
nos obliga a ponderar estratégicamente las alternativas de acción.
Adoptando este enfoque, probablemente podamos colaborar a reducir la

confrontación respecto a las decisiones de gobierno, y podamos contribuir
a mejorar el nivel del debate público. Y, adicionalmente, ayudar a mejorar
la calidad democrática y social, aportando información y conocimiento que
ilumine las eventualidades de actuación.
Dr. Daniel Radio Presta

Secretario General de la Junta Nacional de Drogas
Contenido
Prólogo 5
Introducción 11
1. Objetivos del estudio y aspectos técnico-
metodológicos 15
1.1 Objetivo general del estudio 15
1.2 Objetivos específicos 15
1.3 Población objetivo 16
1.4 Características del estudio 16
1.4.1 Condición de elegibilidad 16
1.4.2 Diseño muestral 17
1.4.2.1 Estratificación 17
1.5 Procedimiento para la recolección de datos 18
1.6 Edición, control y tratamiento de los datos 19
1.7 Ficha técnica 19
1.8 Significación estadística: límites de la interpretación 19
1.9 Otras limitaciones 20
1.10 Glosario: definición de principales indicadores 20
2. Situación del consumo de drogas a nivel nacional
en estudiantes universitarios de Uruguay 23
2.1 Consumo alguna vez en la vida 23
2.2 Consumo últimos 12 meses de sustancias psicoactivas
26
2.3 Consumo últimos 30 días de sustancias psicoactivas 28
3. Patrón de consumo de tabaco 31
4. Patrón de consumo de alcohol 37
4.1 Consumo problemático de alcohol 38
5. Patrón de consumo de cannabis 45
5.1 Consumo problemático de cannabis 49
5.2 Facilidad de acceso y origen del cannabis 53
6. Patrón de consumo de cocaína 57
7. Facilidad de acceso y oferta de drogas 63
8. Consumo de otras drogas 67
9. Consumo de psicofármacos 71
9.1 Patrón de consumo de tranquilizantes 73
9.2 Patrón de consumo de antidepresivos 78
9.3 Patrón de consumo de opioides 83
9.4 Patrón de consumo de estimulantes 87
9.5 Síntesis sobre el uso de psicofármacos en población
universitaria 91
10. Síntesis 93
11. Referencias bibliográficas 97
Introducción
Desde siempre la juventud ha sido una etapa vital que concita especial in-
terés cuando de consumo de drogas se trata. Por un lado, las posturas vin-
culadas a la perspectiva prohibicionista han fomentado históricamente una
visión estigmatizadora de los jóvenes que podría sintetizarse en el binomio
«joven-adicto», el cual se ha reproducido y reforzado a lo largo de las déca-
das a través de diversos actores. Esta imagen y asociación de la juventud con
el consumo de drogas es parte del corpus de representaciones sociales que
tempranamente han moldeado las miradas y, en ocasiones, posicionado en
situaciones de vulnerabilidad a este sector poblacional, a la vez que también
ha perjudicado el adecuado abordaje y entendimiento del fenómeno de dro-
gas (Goltzman y Pawlowicz, 2008).
Por otro lado, el consumo de drogas en jóvenes también ha sido objeto de

consideración desde otros ámbitos, como la ciencia. La investigación cien-
tífica, y en particular la neurociencia, ha señalado en más de una oportu-
nidad los riesgos asociados al consumo de drogas en población joven. Se
estima que la maduración de la corteza prefrontal del cerebro se alcanza al-
rededor de los 21 años, por lo que el consumo de drogas previo a esa edad po-
dría tener incidencia en las funciones cerebrales a nivel de la planeación y
toma de decisiones, entre otras. Asimismo, los consumos crónicos, intensos
o sistemáticos de drogas podrían tener una afectación directa en la plastici-
dad cerebral y en su desarrollo (Mercadillo y Enciso, 2017; Sánchez Vázquez,
2018; De Caro, 2013).
12 Junta Nacional de Drogas
Por su parte, la epidemiología internacional, así como la nacional, muestra

que los consumos de sustancias psicoactivas suelen ser más altos en estos
grupos poblacionales, en comparación con la población adulta. De hecho, la
serie de estudios realizados por el Observatorio Uruguayo de Drogas a tra-
vés de los años (2001-2018) sobre consumo de drogas en población general
da cuenta de que el uso de sustancias psicoactivas está más extendido entre
las personas de 18 a 35 años, tanto para drogas reguladas, como el alcohol,
tabaco y cannabis, como para aquellas consideradas ilegales (UNODC, 2023;
OUD, 2018).
Pese a esto, no debe perderse de vista, tal como coinciden en señalar varios
autores, que el uso de drogas puede presentarse con patrones diferenciados
de consumo entre los jóvenes (experimental, social, regular, intenso y com-
pulsivo) que no necesariamente se presentarán de manera secuencial has-
ta la dependencia; pueden alternarse (Becoña y Vázquez, 2001; Pérez, 1999 y
2000; WHO, 2004; Cáceres et al., 2006).
Esto podría estar explicado por diversos factores asociados a la sustancia

(tipo, cantidad y frecuencia de uso) y su capacidad para producir cambios fi-
sicoquímicos en el cerebro, a las expectativas y factores de vulnerabilidad de
la persona y al contexto en el que se realiza el consumo, entre otros (Cáceres
et al., 2006).
Conocer de qué forma y con qué magnitud los jóvenes universitarios con-
sumen y contactan con las drogas, y fundamentalmente si existe una inci-
dencia importante del uso problemático de drogas entre ellos, es el objetivo
principal del estudio que se está presentando en este documento. Esto nos
permitirá saber si su comportamiento respecto al consumo de drogas pre-
senta manifestaciones o características diferenciables, y observar si es gene-
ralizable u homogéneo entre los distintos subgrupos que conforman a esta
población o, por el contrario, si existen distintas manifestaciones o caracte-
rísticas específicas asociadas a segmentos particulares.
Como antecedentes nacionales encontramos el I Estudio Piloto sobre Con-

sumo de Drogas en Estudiantes Universitarios de Uruguay, realizado en el
año 2015 por el Observatorio Uruguayo de Drogas (OUD), con el apoyo y su-
pervisión técnica del Observatorio Interamericano de Drogas de CICAD/OEA.
El estudio abarcó a estudiantes de la Universidad Católica, Universidad de
Montevideo y de las siguientes facultades de la Universidad de la República:
II Estudio sobre Consumo de Drogas en Estudiantes Universitarios de Uruguay 13
Humanidades y Ciencias de la Educación, Arquitectura, Veterinaria, Cien-

cias Económicas y de Administración, Ingeniería y Psicología.
Para ello, se sorteó una muestra por unidad académica (universidad/facul-

tad) y se aplicó un cuestionario dispuesto en un servidor de la Organización
de Estados Americanos, de tal forma que los estudiantes seleccionados pu-
diesen responder en línea. Este fue el primer estudio que el OUD realizó en
modalidad virtual.
En total se alcanzaron 3048 encuestas efectivas. Los resultados están dispo-

nibles en la página web de la Junta Nacional de Drogas (https://www.gub.uy/
junta-nacional-drogas/observatorio-uruguayo-de-drogas/).
Cabe puntualizar que estos resultados no son comparables con el estudio

actual, dado que en ambos se representan poblaciones diferentes: el estu-
dio actual, de 2024, abarca únicamente a la Udelar y representa a todas sus
facultades, mientras que en el estudio del año 2015 se representó únicamen-
te a seis facultades de dicha institución, además de incluirse dos universi-
dades privadas.
1. Objetivos del estudio
y aspectos técnico-
metodológicos
En este apartado se exponen los objetivos del estudio, las características del
diseño metodológico y su implementación, aspectos que refieren a la pobla-
ción objetivo, el procedimiento de muestreo, la representatividad y la orga-
nización del trabajo de campo.
1.1 Objetivo general del estudio
El objetivo general de este estudio es conocer la situación del consumo de

drogas en población universitaria de Uruguay con la finalidad de obtener evi-
dencia científica para apoyar el diseño y evaluar políticas dirigidas a preve-
nir y gestionar los riesgos y daños del consumo de drogas.
1.2 Objetivos específicos
Para el estudio se han definido los siguientes objetivos específicos:
estimar la prevalencia de vida, la prevalencia últimos 12 meses y la

prevalencia últimos 30 días del consumo de drogas, considerando las
variables sexo, edad y región;
estimar la edad de inicio en el consumo de drogas;

estimar la tasa de uso problemático de alcohol, según los criterios de

AUDIT;
estimar la tasa de usuarios con signos y síntomas de dependencia de

cannabis según los criterios establecidos por la CIE-10;
determinar los patrones de consumo de drogas;
estimar el nivel de percepción de facilidad de acceso y oferta directa de

algunas drogas;
determinar los factores de riesgo y protección asociados al uso de dro-

gas en general.
1.3 Población objetivo
La población objetivo del estudio está compuesta por los estudiantes de gra-
do del año 2023, incluyendo todos los niveles de formación establecidos en la
Ordenanza de Estudios de Grado de la Universidad de la República (Udelar).
Cabe señalar que las unidades de análisis son los estudiantes en tanto perso-
nas, independientemente del número de carreras a la que estén inscriptos.
1.4 Características del estudio
Se realizó un diseño de investigación cuantitativa mediante encuesta. Esta se

aplicó a una muestra probabilística de estudiantes de la Udelar y fue autoad-
ministrada a través de la plataforma web de formularios autogestionados de
la Udelar (FormA).
1.4.1 Condición de elegibilidad
Fueron elegibles para participar en la encuesta todos los estudiantes de gra-

do universitario que completaron el FormA-Estudiantes 2023 hasta junio de
ese año.
1.4.2 Diseño muestral
La muestra es de tipo probabilístico y se realizó mediante muestreo aleato-

rio simple. Se determinó un tamaño de muestra de 6500 casos, con un 95 %
de confianza, con base en una prevalencia de consumo de drogas cercana al
20 % en los últimos 30 días y una precisión del 1 %.
La tasa de respuesta obtenida fue 48 % (3098 casos); con esta cantidad de ca-
sos, el máximo error esperado (en el peor escenario <p=0,5>) sería de 1,76 %.
1.4.2.1 Estratificación
Para obtener estimaciones más precisas, se posestratificará la muestra de

manera que las estimaciones de la encuesta coincidan con las provenientes
del FormA-Estudiantes de grado 2023, completados hasta junio de 2023. La
calibración se llevará a cabo utilizando las siguientes variables auxiliares:
sexo,
edad en tramos,
región de residencia.
Tabla 1. Distribución de la población universitaria y muestra efectiva por sexo
Sexo Población Muestra
Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Mujer 62.608 66,5 2121 68,5
Varón 31.556 33,5 977 31,5
Total 94.167 100 3098 100

Tabla 2. Distribución de la población universitaria y muestra efectiva por edad
Edad en tramos Población Muestra
Menos de 20 años 16.833 17,9 538 17,4
20 a 24 años 37.933 40,3 1138 36,7
25 a 29 años 18.331 19,5 575 18,6
30 años y más 21.070 22,4 847 27,3
Total 94.167 100 3098 100
Tabla 3. Distribución de la población universitaria y muestra efectiva por

región de residencia
Región de resi-
Población Muestra
dencia
Montevideo 59.652 63,3 1935 62,5
No Montevideo 34.515 36,7 1163 37,5
Total 94.167 100 3098 100
1.5 Procedimiento para la recolección de datos
El formulario estuvo disponible del 3 de abril al 16 de mayo de 2024. Duran-

te este período, los estudiantes seleccionados en la muestra recibieron ocho
recordatorios (cuatro correos electrónicos y cuatro mensajes de WhatsApp)
para completar el formulario. Estos recordatorios se enviaron a intervalos
regulares y alternando las vías de comunicación. Además, se respondieron
las dudas y se recibieron sugerencias de los estudiantes.
1.6 Edición, control y tratamiento de los datos
La revisión, análisis de consistencia y consolidación de la base de datos estu-

vo a cargo de personal técnico de la División Técnica de la Dirección General
de Planeamiento de la Udelar. El control de calidad se basó en la revisión y
supervisión de todo el proceso de trabajo.
Fue responsabilidad del OUD el procesamiento estadístico de los datos y la

redacción del presente informe.
1.7 Ficha técnica
Población objetivo: estudiantes de grado de la Universidad de la República del

Uruguay. Se incluyeron todos los niveles de formación establecidos en la Or-
denanza de Estudios de Grado de la Udelar.
Instrumento: cuestionario autoadministrado a través de la plataforma web de

formularios autogestionados de la Udelar (FormA).
Tipo de cuestionario: cerrado.
Diseño de la muestra: aleatorio simple.
Tamaño de la muestra: 3098 encuestas efectivas.
Error muestral: 1,76 %, para estimar prevalencias de drogas al nivel de toda la

población, con 95 % de confianza.
1.8 Significación estadística: límites de la interpretación
Para facilitar la lectura, en el presente informe se presentan solo las estima-

ciones puntuales para cada uno de los indicadores. No obstante, no puede
perderse de vista que al trabajar con muestras, como en este estudio, cada
estimación realizada tiene asociado un margen de error que define un inter-
valo de confianza dentro del cual se moverá el verdadero valor poblacional.
Lo anterior puede llevar a que estimaciones para dos subpoblaciones —por
ejemplo, varones y mujeres— que inicialmente se presenten diferentes pue-
dan no serlo debido a la ausencia de significación estadística, lo que implica
que hay solapamiento en los intervalos de confianza. Al comparar datos en

el análisis se indicará, cada vez que corresponda, si existe significación esta-
dística o no.
1.9 Otras limitaciones
Como todo estudio de estas características, tiene limitaciones que conviene

establecer. La primera limitación tiene que ver con el sesgo eventual entre
quienes respondieron y aquellos que no lo hicieron, y la pregunta es si este
hecho afecta las estimaciones obtenidas sobre la fracción de estudiantes
que respondieron. En general, no habría razones para pensar que los que no
responden hayan tenido razones específicas atribuibles al estudio mismo, y
que hubiesen respondido diferente a los que sí lo hicieron. Sin embargo, este
tema siempre causará controversia y por lo mismo debe estar presente a la
hora de sacar conclusiones del estudio.
Por otra parte, está la pregunta con relación a los sesgos que pudiese haber
frente a una tasa de respuesta inferior al 50 % y el potencial impacto en los
errores de estimación. Respecto de lo último, este informe en particular no
se vería afectado, ya que el tamaño de muestra es más que suficiente para
tener errores de estimación bajos a nivel global.
1.10 Glosario: definición de principales indicadores
PREVALENCIA DE VIDA: las preguntas sobre prevalencia de vida de todas

las sustancias están orientadas a conocer si la persona consumió alguna
vez en su vida la sustancia sobre la que se consulta (alcohol, tabaco, tran-
quilizantes, cannabis, cocaína, anfetamina, etcétera). Incluye a exconsu-
midores y experimentadores. Se pretende medir la presencia y el contacto
de las personas con las sustancias. Estrictamente, este indicador muestra el
consumo de distintas drogas, aunque el uso manifestado refiera a una única
oportunidad en la vida, y aunque este haya sido ya bastante tiempo atrás
en la trayectoria vital. De esta forma, la respuesta positiva a este indicador
incluye los consumos experimentales, ocasionales y habituales, pero tam-
bién a los exconsumidores.
PREVALENCIA EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES: las preguntas sobre prevalencia

en los últimos 12 meses están orientadas a conocer si la persona consumió
por lo menos una vez en los 12 meses previos a la encuesta la sustancia sobre
la que se consulta. Es el indicador que desde el punto de vista epidemiológico
mejor estima la presencia actual de la sustancia en la población. Al mantener
una referencia temporal acotada y cercana, el indicador permite dar cuenta
del consumo reciente, a la vez que limita la incorporación de situaciones de
exconsumo. Este es, entonces, el indicador utilizado para establecer el pano-
rama actual de consumo en una población.
PREVALENCIA EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS: las preguntas sobre prevalencia en

los últimos 30 días están orientadas a conocer si la persona consumió por lo
menos una vez en este período de tiempo la sustancia sobre la que se consulta.
Es un indicador que cuenta con fuerte correlación con el consumo habitual.
EDAD DE INICIO: edad en que se presenta el primer consumo (experimenta-

ción) con cada una de las sustancias.
PREVALENCIA DE USO PROBLEMÁTICO DE ALCOHOL: a aquellas personas

que declararon haber consumido algún tipo de bebidas alcohólicas en los
últimos 12 meses se les aplicó el instrumento AUDIT,1 sugerido por la Organi-
zación Mundial de la Salud.
Se define de esta manera entonces a la proporción de personas que cumplen

los criterios de consumo de riesgo o perjudicial, así como una posible depen-
dencia de alcohol, basados en el AUDIT, con puntos de corte de siete para las
mujeres y ocho para los hombres (de un total de cuarenta puntos).
ABUSO POR INGESTA (alcohol): consumo en una sola ingesta superior a cua-
tro tragos (equivalente a ochenta gramos de alcohol puro o más). Puede ser
definido también como uso problemático, ya que su ocurrencia puede pre-
sentar eventos agudos y eventualmente graves contra la salud de la persona
o terceros.
PREVALENCIA DE USO PROBLEMÁTICO DE CANNABIS: en el caso de los

usuarios del último año de cannabis, se utilizó una escala basada en la Clasi-
1
Babor, T. F., Higgins-Biddle, J. C., Saunders, J. B., y Monteiro, M. G. (2001). Cuestio-
nario de Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol. Organiza-
ción Mundial de la Salud.
ficación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial

de la Salud, que incluye varios ítems que se vinculan a la dependencia.
Cabe destacar que la dependencia de sustancias psicoactivas está asociada a

síntomas autodeclarados de privación (se usa alguna droga para evitar algu-
nos problemas, o estos aparecen cuando la droga se deja de usar), tolerancia
(se requiere consumir más que antes para producir el mismo efecto, o la mis-
ma cantidad ingerida tiene menos efecto que antes) y uso compulsivo (se usa
la droga de referencia a pesar de que se tiene el propósito de no hacerlo o de
que ella provoca manifiestamente problemas o trastornos que se desearían
evitar). Se calcula a partir de la existencia de tres o más criterios de un total
de seis, reunidos en una lista total de diez indicadores establecidos por la
CIE-10. Los resultados se presentan como proporción con relación a los con-
sumidores de la respectiva droga durante el último año.
En el texto mencionamos a los resultados positivos como «signos de uso pro-

blemático», ya que el dato no se recoge en un contexto clínico y, por lo tanto,
puede presentar limitaciones propias de los cuestionarios autoadministrados.
DEPENDENCIA AL TABACO: se usó como medida proxy a la dependencia de

tabaco la frecuencia mensual (20 días y más de consumo) y la frecuencia dia-
ria (más de 10 cigarrillos por día de consumo).
USO INDEBIDO: la referencia al uso indebido corresponde a psicofármacos

y resulta así definido cuando su consumo es por cuenta del paciente, sin la
correspondiente prescripción médica.
2. Situación del consumo
de drogas a nivel
nacional en estudiantes
universitarios de
Uruguay
2.1 Consumo alguna vez en la vida
Casi la totalidad de los estudiantes universitarios han consumido alguna vez

en su vida alcohol (93 %). No se presentan diferencias por sexo ni por tramo
de edad, es apenas algo más elevado el consumo entre los universitarios resi-
dentes en Montevideo que entre los radicados en el resto del país.
El cannabis y el tabaco son las sustancias más prevalentes en vida luego del
alcohol, alcanzan un 50,5 % y 48,2 %, respectivamente. En ambas sustan-
cias, varones y mujeres muestran la misma magnitud para este indicador. El
análisis por grupos etarios revela que los niveles de consumo, también para
ambas drogas, son más elevados entre los universitarios de mayor edad que
entre los más jóvenes; en tanto, solo en el caso del cannabis la prevalencia es
más elevada en los residentes de Montevideo que en aquellos que viven en el
resto del país.
Los tranquilizantes (con y sin prescripción médica) constituyen el tipo de

medicamento con mayor prevalencia de consumo en la vida en esta pobla-
ción (23,3 %), y se eleva entre las mujeres al 28 %, mientras que entre sus pa-
res varones la magnitud es del 14,1 %. Adicionalmente, el nivel de consumo
en vida entre aquellos que tienen 25 y más años de edad (32,9 %) es sensible-
mente más elevado que el reportado por los menores de dicha edad (16,4 %);
al tiempo que no se observan diferencias por región.
El consumo alguna vez en la vida de antidepresivos y opioides en cualquier

modalidad (con prescripción médica o sin ella) alcanza aproximadamente al
19 % de los encuestados, y tal como se observó en tranquilizantes, su uso se
encuentra más extendido entre las mujeres universitarias y los mayores de
24 años.
Los alucinógenos presentan una prevalencia vida de 8,7 % en esta población,

aunque entre los varones esta magnitud se eleva al 12,4 %, mientras que entre
las mujeres alcanza el 6,9 %. Además, la prevalencia de uso en vida de esta
sustancia se incrementa con la edad.
Un 6,3 % de los encuestados señala que ha consumido éxtasis alguna vez en la

vida; esta prevalencia es progresiva con la edad y superior entre los residen-
tes de Montevideo, respecto a sus pares del resto del país. Las magnitudes son
similares estadísticamente entre varones y mujeres.
En cuanto al clorhidrato de cocaína, la prevalencia vida fue declarada por el

5,7 % de los estudiantes y es más elevada entre los varones (7,6 %) que entre
las mujeres (4,8 %). Tal como se observó para las otras sustancias, se eviden-
cia un aumento en la prevalencia de uso a medida que se incrementa la edad
de los universitarios.
Los medicamentos del grupo de los estimulantes, o también llamados «psi-

coestimulantes», fueron alguna vez consumidos por el 4 % de los universita-
rios, sin diferencias estadísticamente significativas por sexo, edad o región.
Las restantes sustancias indagadas alcanzan prevalencias más reducidas,

que en ningún caso superan el 2,4 %.
Tabla 4. Prevalencia vida del consumo de sustancias psicoactivas por sexo,

edad y región de residencia. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024.
Montevi- Resto del

GENERAL Mujer Varón <25 >= 25
deo país
Alcohol 93,1 92,8 93,7 92,2 94,3 94,3 90,8
Marihuana 50,5 49,3 52,9 47,2 55,1 54,9 43,1
Tabaco 48,2 49,5 45,6 41,7 57,1 49,3 46,3
Tranquilizantes 23,3 28 14,1 16,4 32,9 23,8 22,5
Antidepresivos 19,4 22,9 12,4 15,6 24,6 19,8 18,6
Opioides 19,1 20,9 15,5 15,3 24,2 19,4 18,4
Alucinógenos 8,7 6,9 12,4 6,4 11,9 9,7 7,1
Éxtasis 6,3 5,9 7 4,4 8,9 7,9 3,5
Cocaína 5,7 4,8 7,6 2,4 10,2 6,3 4,7
Estimulantes 4,2 4,4 3,7 3,5 5,1 4,8 3
Metanfetami-
nas/anfetami- 2,4 2,6 2 2 2,9 2,8 1,6
nas
Ketamina 1,8 1,6 2,2 1 2,9 2,1 1,2
Pasta base 0,2 0,2 0,2 0,1 0,5 0,2 0,2
Base: total de la muestra.

2.2 Consumo últimos 12 meses de sustancias psicoactivas
El consumo en los últimos 12 meses previos al estudio es un excelente indi-

cador del panorama actual del consumo de drogas en la población estudiada.
Da cuenta de la presencia y magnitud de su consumo, ya sea experimental,
ocasional o habitual en el período más cercano al estudio.
Nuevamente, y tal como se observa en población general, el alcohol se pre-

senta como la sustancia más prevalente, alcanza una magnitud de casi el
81 % entre los universitarios. Los niveles de uso de esta sustancia entre va-
rones y mujeres y por grupos de edad son similares. El análisis por región,
sin embargo, muestra que el consumo actual de los residentes de Montevideo
(82,8 %) es superior al de sus pares del resto del país (77,1 %).
El consumo de tabaco en el último año es reportado por el 26,6 % de los uni-

versitarios, y no se detectan diferencias por las principales variables de seg-
mentación presentadas en la tabla 5.
El consumo de cannabis en el último año es declarado por 1 de cada 4 estu-

diantes de este nivel. Entre los varones esta cifra alcanza al 29,1 %, mientras
que entre las mujeres se reduce al 21,7 %, y estas diferencias son estadística-
mente significativas. Por región, nuevamente los residentes de Montevideo
muestran niveles más altos de consumo de esta sustancia. No se observan
diferencias por edad.
En el caso de los psicofármacos, una vez más los tranquilizantes lideran este
grupo con una prevalencia total, en los últimos 12 meses, de 12,8 %, seguidos
por los antidepresivos, con un 10,1 %. En ambos casos, las diferencias obser-
vadas por sexo revelan nuevamente que el consumo de este tipo de sustan-
cias se encuentra más extendido entre las mujeres que entre los varones, y
entre los mayores de 24 años. En ningún caso se detectan diferencias signifi-
cativas por región.
El consumo de opioides, tanto con prescripción médica como sin esta, es in-
formado por el 6,9 % de los universitarios; alcanza entre las mujeres al 7,9 %,
mientras que entre sus pares varones la cifra es de 4,9 %.
Por otro lado, el consumo de alucinógenos se presenta en el último año en el

2,6 % de esta población, mientras que el consumo de éxtasis es reportado por
el 2,2 %. Las prevalencias de consumo de ambas sustancias son más elevadas

entre los residentes de Montevideo que entre sus pares del resto del país.
Finalmente, la prevalencia últimos 12 meses de cocaína alcanza al 1,4 % sin

mostrar diferencias para las principales variables de segmentación.
Las restantes sustancias indagadas muestran guarismos marginales de consumo.
Tabla 5. Prevalencia últimos 12 meses del consumo de sustancias psicoactivas

por sexo, edad y región de residencia. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Resto
GENERAL Mujer Varón <25 >= 25 Montevideo
del país
Alcohol 80,7 80,6 80,8 81 80,3 82,8 77,1
Tabaco 26,6 26,8 26,4 25,3 28,5 27 26,1
Marihuana 24,2 21,7 29,1 25,7 22,1 26,8 19,6
Tranquilizantes 12,8 15,9 6,7 9,4 17,6 13,4 11,8
Antidepresivos 10,1 12,3 5,7 8,5 12,2 10,6 9,2
Opioides 6,9 7,9 4,9 6,3 7,8 7,6 6
Alucinógenos 2,6 2 3,8 2,3 3,1 3,2 1,6
Éxtasis 2,2 2 2,7 2,2 2,3 3,1 0,8
Cocaína 1,4 1 2,2 1,1 1,7 1,7 0,8
Estimulantes s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
Metanfetami-
nas/anfetami- 0,9 1 0,8 1,2 0,5 1 0,7
nas
Ketamina 0,4 0,3 0,4 0,4 0,3 0,5 0,1
Pasta base 0 0 0 0 0 0 0

2.3 Consumo últimos 30 días de sustancias psicoactivas
El consumo en los últimos 30 días es un buen indicador para estimar el con-

sumo no experimental de una sustancia, y habitualmente correlaciona posi-
tivamente con un consumo habitual. Por esto, tanto por su magnitud como
por sus características, puede presentar diferencias respecto a los dos indi-
cadores utilizados anteriormente.
Casi 6 de cada 10 estudiantes declaran haber consumido alcohol en los úl-

timos 30 días. No se presentaron diferencias significativas entre varones y
mujeres y tampoco por región. El análisis por rango etario revela mayores
prevalencias de consumo entre los universitarios de más edad.
Respecto al tabaco, los menores de 25 años son los que presentan la preva-
lencia más baja de consumo; casi siete puntos porcentuales inferior a la de
aquellos con más edad. No se registran diferencias estadísticamente signifi-
cativas por sexo ni por región.
En cuanto al uso de cannabis, se observa que algo más de 1 de cada 10 es-

tudiantes declara haber consumido esta sustancia en los últimos 30 días, y
que los varones presentan un consumo mayor que las mujeres, además de
que existen diferencias significativas por región, con un mayor consumo en
Montevideo. No se observan diferencias para los grupos de edad aquí consi-
derados.
Las estimaciones del consumo de antidepresivos y tranquilizantes en los úl-

timos 30 días se aproximan al 8 % y reiteran los hallazgos ya observados en
otros indicadores: las magnitudes son más elevadas entre las mujeres y en los
de mayor edad (más de 24 años).
Las restantes sustancias indagadas presentan guarismos marginales de con-

sumo, además de no reflejar diferencias significativas por sexo, región o gru-
po etario, con excepción de lo observado para la cocaína, que presenta una
mayor prevalencia de consumo en Montevideo.
Tabla 6. Prevalencia últimos 30 días del consumo de sustancias psicoactivas

por sexo, edad y región de residencia. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Resto del
GENERAL Mujer Varón <25 >= 25 Montevideo
país
Alcohol 57,4 56,5 59,2 54 62,2 60,5 52,1
Tabaco 16,8 16,9 16,5 13,7 21,1 16,8 16,7
Cannabis 11,9 9,9 16,0 11,8 12,1 13,5 9,1
Antidepresivos 8,2 10 4,7 7 9,9 8,7 7,4
Tranquilizantes 7,8 9,6 4,1 5,5 10,9 8,2 7,1
Opioides s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
Alucinógenos 0,7 0,6 0,9 0,6 0,9 0,9 0,4
Éxtasis 0,6 0,6 0,6 0,5 0,8 0,9 0,3
Cocaína 0,5 0,5 0,6 0,4 0,7 0,8 0,1
Estimulantes s/d s/d s/d s/d s/d s/d s/d
Metanfetami-
nas/anfetami- 0,3 0,3 0,3 0,4 0,3 0,3 0,4
nas
Ketamina 0,1 0,1 0,2 0,1 0,2 0,2 0
Pasta base 0 0 0 0 0 0 0

3. Patrón de consumo
de tabaco
En este capítulo, en primer lugar, se presentan los indicadores que resumen

el fenómeno del consumo de tabaco entre los estudiantes universitarios de
Uruguay, profundizando en el patrón que asume, y en segundo término se
compara el patrón de consumo en esta población con el de la población gene-
ral en el mismo rango de edad.
El 48 % de estudiantes universitarios uruguayos declara que fumó cigarrillos

de tabaco alguna vez en su vida, en tanto el 27 % manifiesta haber fumado du-
rante los últimos 12 meses, y el 17 %, en los últimos 30 días. La fidelización del
consumo de tabaco es del 35 %, es decir que de cada 100 personas que experi-
mentaron con tabaco, 35 lo siguieron consumiendo en los últimos 30 días.
Tabla 7. Indicadores de consumo de tabaco.

Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Prevalencia de vida 48,2
Prevalencia en los últimos 12 meses 26,6
Prevalencia en los últimos 30 días 16,8
Edad de inicio 16,98
Consumo problemático2 3,4
La edad media de inicio del consumo de tabaco se ubica en 17 años; no se

observan diferencias entre varones y mujeres, ni entre los que residen en el
departamento de Montevideo y fuera de este.
Ambos datos (prevalencias y edad de inicio) se diferencian bastante respec-

to a lo encontrado en investigaciones similares en estudiantes de enseñanza
media, donde las prevalencias y la edad de inicio son sensiblemente menores
a las halladas en este estudio.
Parte de la explicación se encuentra en el hecho de que hay casi un 40 % de

universitarios que consumieron por primera vez luego de la edad mínima de
ingreso a la Universidad. Esto estaría indicando, para esta población espe-
cífica, que la política pública ha sido muy exitosa para el retraso de la edad
de inicio, aunque el tabaco no deja de tener una presencia importante en los
jóvenes posadolescencia.
En lo que refiere a la cantidad de días que fumaron los universitarios, se en-

cuentra que el promedio en los últimos 30 días es de 16,5 días. El análisis
por sexo y región de residencia no muestra significación estadística para dis-
criminar el comportamiento de este indicador, por lo que debe considerar-
se que el promedio de días de consumo de cigarrillos mensual es el mismo,
independientemente de estos factores. En el caso de la edad, se observa que
2
Se estima un consumo problemático (en este caso dependiente) a los casos de 20
o más días de consumo en el último mes y con una frecuencia igual o superior a 10
cigarrillos diarios.
los universitarios de más de 25 años consumen tabaco más días que los que
tienen menos edad (tabla 8).
Por su parte, el promedio de cigarrillos diarios consumidos en los días que

fumaron durante el último mes es 5,7. De la misma forma que se observó
con la cantidad de días de consumo, la cantidad de cigarrillos no muestra
variación estadísticamente significativa entre varones y mujeres ni entre los
residentes en Montevideo y fuera de este departamento. El único factor que
imprime diferencia en su comportamiento es la edad, ya que los estudiantes
universitarios de 30 y más años tienen un promedio de cigarrillos diarios
más elevado que los demás universitarios.
Tabla 8. Promedio de días de consumo de tabaco en los últimos

30 días según sexo, región de residencia y edad. Estudiantes
universitarios. Uruguay 2024
Promedio de días Promedio de

de consumo cigarrillos diarios
General 16,5 5,7
Varón 15,5 5,2
Mujer 16,9 5,9
Montevideo 15,9 6,0
Interior 17,4 5,1
Hasta 19 años 11,9 3,0
20 a 24 años 13,2 4,8
25 a 29 años 17,6 4,9
30 y más años 21,2 8,1
Base: total de consumidores de tabaco en los últimos 30 días.
La mirada conjunta de ambos indicadores permite delinear un perfil de uso

probablemente dependiente de tabaco en aquellos que muestran 20 o más
días de consumo en el último mes y más de 10 cigarrillos diarios cada uno de
estos días. En esta situación se encuentra el 20,5 % de los universitarios con-
sumidores de tabaco del último mes, lo que se traduce en el 3,4 % del total de
la matrícula universitaria del país. Esta distribución no muestra diferencias

estadísticamente significativas entre los varones y mujeres ni según ámbito
de residencia; solo se observa una mayor proporción de universitarios con
uso problemático de tabaco entre aquellos que tienen 30 y más años, donde el
37 % de los que consumen muestran este patrón.
Tabla 9. Proporción de estudiantes universitarios con uso problemático

de tabaco según sexo, región de residencia y edad. Estudiantes
Sobre los consumidores Sobre el total

de los últimos 30 días de universitarios
General 20,5 3,4
Varón 18,2 3,0
Mujer 21,6 3,7
Montevideo 21,4 3,6
Interior 19,0 3,2
Hasta 19 años 3,1 0,4
20 a 24 años 12,0 1,8
25 a 29 años 20,0 3,6
30 y más años 37,2 8,8
Base: total de consumidores de tabaco en los últimos 30 días y total de la muestra.
Comparado el comportamiento de esta población universitaria con la po-

blación general,3 en el mismo tramo de edad se observa que la magnitud de
consumo de tabaco entre los uruguayos de 18 a 35 años (donde las prevalen-
cias de vida, últimos 12 meses y últimos 30 días se ubican en 64,7 %, 37,7 % y
30,6 %, respectivamente) es más alta que la de la población universitaria del
país (48,2 %, 26,6 % y 16,8 %).
3
Las estimaciones del consumo de drogas en población general referidas a lo largo
del presente informe de investigación tienen como fuente la VII Encuesta Nacional
sobre Consumo de Drogas en Población General, realizada por el Observatorio Uru-
guayo de Drogas en el año 2018.
https://www.gub.uy/junta-nacional-drogas/comunicacion/publicaciones/vii-en-
cuesta-nacional-sobre-consumo-drogas-poblacion-general-2018
Respecto al consumo dependiente, alcanza al 14,9 % de la población general

entre 18 a 35 años, con lo cual multiplica por cuatro el nivel evidenciado entre
los estudiantes universitarios.
En resumen, al comparar la población universitaria con la población general

del mismo rango etario se evidencia que es menor la proporción de universi-
tarios que consumen tabaco, y además lo hacen con una intensidad más baja,
por tanto presenta un número sensiblemente menor de dependientes a esta
sustancia, fundamentalmente en las generaciones más jóvenes.
También la población universitaria presenta una menor fidelización del con-

sumo de tabaco que la población general del mismo tramo de edad (34 % fren-
te al 47 %).
Se podría plantear la hipótesis de que el uso de tabaco en esta población se

presenta inicialmente más como un acto social que como conducta asociada
a una dependencia.
Tabla 10. Prevalencias de consumo de tabaco. Estudiantes universitarios,

Uruguay 2024, y población general (18 a 35 años), Uruguay 2018
Estudiantes uni- Población general

TABACO
versitarios (18 a 35 años)
Prevalencia de vida 48,2 64,7
Prevalencia en los últimos 12 meses 26,6 37,7
Prevalencia en los últimos 30 días 16,8 30,6
Base: total de la muestra universitarios 2024 y población general 2018.
Tabla 11. Uso problemático de tabaco. Estudiantes universitarios, Uruguay

2024, y población general (18 a 35 años), Uruguay 2018
Estudiantes universi- Población general

TABACO
tarios (18 a 35 años)
Consumo problemático 3,4 14,9

de alcohol
Al igual que con el tabaco, en primer lugar, se presentan los indicadores que
resumen el fenómeno del consumo de alcohol entre los estudiantes universi-
tarios de Uruguay, y en segundo término se compara el patrón de consumo
en esta población con el de la población general en el mismo rango de edad.
Casi la totalidad de los universitarios ha experimentado con alcohol al me-

nos una vez en la vida (93,1 %), lo que resulta esperable al considerar el alto
consumo de esta droga en Uruguay, donde ya antes de los 18 años el 83 % la
ha probado (OUD, 2022).
El 80 % de los universitarios manifiesta haber consumido alcohol durante los

últimos 12 meses, y cerca del 60 % en los últimos 30 días. Esta es la sustancia
que mayor fidelización tiene, ya que de cada 100 personas que han probado
o experimentado con esta sustancia, aproximadamente 62 continuaron ha-
ciéndolo hasta los últimos 30 días.
Tabla 12. Indicadores de consumo de alcohol.

Consumo problemático 10,1
La edad media de inicio del consumo de alcohol se ubica en el entorno de los

16 años, y no muestra diferencias relevantes entre varones y mujeres, ni en-
tre los que residen en el departamento de Montevideo y fuera de este. Entre
las sustancias indagadas, es la que presenta la menor edad de inicio, y es la
sustancia con la que la mayoría de los estudiantes ha experimentado antes de
iniciar el ciclo universitario (92 %).
4.1 Consumo problemático de alcohol
De acuerdo a lo consignado por la Organización Mundial de la Salud (2001),

la mayoría de las personas que beben en exceso, ya sea en forma episódica,
ocasional o frecuente, no cuentan con un diagnóstico de uso problemático y
a menudo presentan síntomas o problemas que normalmente no los relacio-
nan con el consumo de alcohol.4 Este consumo problemático puede resultar
de abusos por ingesta, patrones de consumo de riesgo o síntomas asociados
al consumo habitual, como abstinencia, tolerancia o dependencia.
Para aproximarse a estimar el porcentaje de estudiantes universitarios que

pueden tener uso problemático de alcohol, se incorporó al formulario una
escala sugerida por la OMS y validada en nuestro país: AUDIT (Test de Identi-
ficación de los Trastornos Debidos al Consumo de Alcohol).
4
OMS (2001). AUDIT. Cuestionario de Identificación de los Trastornos debidos al
Consumo de Alcohol. Pautas para su utilización en Atención Primaria. https://www3.
paho.org/hq/dmdocuments/2009/AUDIT_spa.pdf
La aplicación de esta escala permite identificar si la persona presenta consu-

mo de riesgo, consumo perjudicial o dependencia de alcohol, según consigna
el Manual del AUDIT. Este define de la siguiente manera cada una de estas
categorías:
«El consumo de riesgo es un patrón de consumo de alcohol que aumenta el

riesgo de consecuencias adversas para el bebedor o para los demás. Los pa-
trones de consumo de riesgo son importantes para la salud pública a pesar de
que el individuo aún no haya experimentado ningún trastorno.
El consumo perjudicial se refiere a aquel que conlleva consecuencias para

la salud física y mental, aunque algunos también incluyen las consecuencias
sociales entre los daños causados por el alcohol.
La dependencia es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y

fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol.
Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol,
dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de
las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras
actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia
física cuando el consumo se interrumpe (OMS, 2001, p. 5)».
Para simplificar su lectura, se reportarán conjuntamente estos tres patrones

de consumo, y el resultado de AUDIT se identificará como «consumo proble-
mático de alcohol».5
Aplicada la escala AUDIT, se encuentra que el 12,5 % de los estudiantes uni-

versitarios que han consumido alcohol en los últimos 12 meses presenta uso
problemático.
No se constatan diferencias por sexo ni por lugar de residencia. Por tramo

de edad, se observa que los mayores de 29 años presentan una proporción
significativamente menor, con signos de uso problemático, respecto de sus
pares más jóvenes.
5
Desde lo operativo, la escala va de cero a cuarenta puntos. El punto de corte es de
ocho o más para los varones y siete o más para las mujeres. Se aplica a los consumido-
res de los últimos 12 meses.
Tabla 13. Proporción de estudiantes universitarios con uso problemático de

alcohol según sexo, región de residencia y edad. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024
Sobre los consumidores de Sobre el total

los últimos 12 meses de universitarios
General 12,5 10,1
Varón 14,2 11,5
Mujer 11,6 9,4
Montevideo 13,1 10,8
Interior 11,3 8,7
Base: total de consumidores de alcohol en los últimos 12 meses y total de la muestra.
Gráfico 1. Proporción de personas con uso problemático de

alcohol entre los consumidores de los últimos 12 meses por tramo
de edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Base: consumidores de alcohol de los últimos 12 meses.
Además de la aplicación de la escala AUDIT, se consultó a los universitarios

que habían consumido alcohol en el mes previo a la encuesta cuántos días lo
habían hecho y cuántas veces (días) su ingesta de alcohol había superado los
ochenta gramos.6
En el primer caso, el indicador —que evidencia los consumos frecuentes— da

cuenta de la probable dependencia actual o futura. En el segundo caso, el
indicador refiere al abuso de la sustancia en una única ingesta, lo cual en la
mayoría de los casos no suele estar vinculado a las personas dependientes
de alcohol, aunque supone una mayor probabilidad de episodios de urgencia
médica, accidentalidad, efectos adversos por interacción con medicamentos
u otras drogas, etcétera.
En esta población universitaria predomina un consumo ocasional de alcohol,

con un promedio de consumo declarado de entre 3 y 4 días en los últimos
30 días, asimismo el 80 % informó haber consumido 5 o menos días en un
mes. Las mujeres consumen con menor frecuencia que los varones, y a mayor
edad, mayor promedio de días de consumo.
No se reportan diferencias relevantes en lo que respecta a las características

del fenómeno entre Montevideo y el resto del país.
Con respecto al abuso por ingesta, el 36 % de los universitarios declara que

tuvo al menos un episodio de intoxicación en los últimos 15 días, guarismo
elevado si consideramos el corto período de tiempo especificado. Hay un ma-
yor porcentaje de varones con esta conducta, respecto a sus pares mujeres, y
no se presentan diferencias significativas por región de residencia. Por tra-
mo de edad, no hay divergencias, excepto para los mayores de 30 años, que
presentan menos episodios de abuso que sus pares más jóvenes.
Tomando en cuenta los dos indicadores, si bien los universitarios mayores de

30 años consumen más días, estos tienen menor porcentaje de episodios de
abuso por ingesta.
6
En forma aproximada equivale a dos o más litros de cerveza, tres cuartos de litro
de vino o más o cuatro o más medidas de bebidas destiladas como whisky, ron, vodka,
etcétera. Beber sobre este límite puede generar un nivel de intoxicación importante,
que es más peligroso en las mujeres.
Tabla 14. Promedio de días de consumo (últimos 30 días) y abuso por ingesta
en porcentajes (últimos 15 días). Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Promedio de días 1 o más episodios

de consumo de abuso por ingesta
General 3,35 36,2
Varón 3,77 43,5
Mujer 3,13 32,4
Montevideo 3,47 35,4
Resto del país 3,12 37,9
Base: consumidores de los últimos 30 días.
Gráfico 2. Promedio de días de consumo y abuso por ingesta en

los últimos 15 días por tramo de edad. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024
Base: consumidores de los últimos 30 días.

Es importante comparar el comportamiento de la población universitaria del

país con la población general en el mismo tramo de edad. La magnitud de
consumo de alcohol entre los uruguayos de 18 a 35 años7 se ubica en 95,6 %,
83,2 % y 65,8 %, según se trate de la prevalencia de vida, últimos 12 meses y
últimos 30 días, respectivamente; las que se muestran algo superiores a las
encontradas en población universitaria (93,1 %, 80,7 % y 57,4 %).
Sin embargo, al referir al uso problemático, y específicamente a los resulta-

dos que arroja el AUDIT, no se observan diferencias estadísticamente signifi-
cativas entre ambas poblaciones (12,5 % en universitarios frente al 10,7 % de
población general).8
En resumen, la población universitaria presenta prevalencias menores a las

de la población no universitaria, pero similares guarismos de uso problemá-
tico: aproximadamente 1 de cada 8 estudiantes que ha consumido alcohol
presenta consumo de riesgo, perjudicial o dependencia.
7
VII Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población General, Observa-
torio Uruguayo de Drogas, 2018.
8
Ajustado por tramo de edad y puntaje diferencial varón-mujer en población general.
de cannabis
La mitad de los estudiantes universitarios han indicado que al menos alguna

vez en la vida han consumido cannabis. Además, 1 de cada 4 universitarios
ha consumido esta sustancia en los 12 meses previos al estudio, y casi 1 de
cada 8 lo ha hecho en los 30 días previos. Respecto a la fidelización del consu-
mo, cada 100 universitarios que probaron cannabis, 24 continuaron su con-
sumo hasta los últimos 30 días.
Como se señalaba en el capítulo 2, se observan diferencias estadísticamente

significativas por sexo y región en el caso de las prevalencias últimos 12 me-
ses y últimos 30 días. En estos casos, los varones y los residentes en Montevi-
deo presentan niveles de consumo más elevados (ver tablas 5 y 6).
Entre aquellos que alguna vez en la vida consumieron cannabis, la edad

promedio en que consumieron por primera vez es 19 años, y no se destacan
diferencias por sexo ni región. Aproximadamente el 53 % experimentó por
primera vez con 18 años y más.
Tabla 15. Indicadores de consumo de cannabis.

Edad de inicio 18,7
Consumo problemático 3,7
Entre los usuarios actuales de cannabis (consumidores de los últimos 12 me-

ses), casi un 17 % consumió solo una o dos veces en la vida, mientras que
casi la mitad lo ha hecho algunas veces en el año. Los consumos intensos
(diariamente y algunas veces semanalmente) se constatan en el 17,5 % de las
personas. Esta distribución de frecuencia de uso no muestra diferencias por
región ni sexo; en tanto, por tramo de edad revela que el peso relativo del
consumo experimental entre los mayores de 29 años es sensiblemente infe-
rior con respecto a lo observado entre los más jóvenes. En contrapartida, se
presenta un consumo más frecuente en este tramo de edad.
El promedio de días de consumo —medido entre los universitarios que consu-

mieron marihuana en los 30 días previos al relevamiento— es 8 días al mes.
No se observan diferencias estadísticamente significativas entre varones y
mujeres ni entre los residentes de Montevideo y el resto del país. Los mayores
de 29 años presentan en promedio una mayor cantidad de días de consumo al
mes respecto a sus pares menores de 20 años (10 días frente a 5 días).
Tabla 16. Frecuencia de uso de cannabis entre los usuarios de los últimos 12
meses. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
30 y
20 a 24 25 a 29 Monte- Resto
Varón Mujer <20 más
años años video del país
años
Solo probó una

o dos veces en la 13,4 19,0 25,5 17,2 12,6 11,6 15,5 19,7
vida
Algunas veces
por año
49,7 49,8 46,1 52,7 48,8 46,7 51,3 46,0
Algunas veces
mensualmente
18,0 14,7 17,9 14,4 19,1 14,2 15,3 17,7
Algunas veces
semanalmente
12,7 12,0 6,4 12,6 11,7 18,3 13,1 10,3
Diariamente 6,2 4,5 4,0 2,9 7,7 9,2 4,7 6,3
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Base: personas que consumieron cannabis en los últimos 12 meses.
Gráfico 3. Proporción de estudiantes universitarios con consumo

semanal y diario de cannabis por tramo de edad. Estudiantes uni-
versitarios. Uruguay 2024
Base: consumidores de cannabis en los últimos 12 meses.

Tabla 17. Promedio de días de consumo

en últimos 30 días. Estudiantes universi-
tarios. Uruguay 2024 (%)
General 7,72
Varón 7,98
Mujer 7,50
Montevideo 7,62
No Montevideo 7,96
<20 5,41
21 a 24 6,97
25 a 29 8,69
>29 10,30
Base: consumidores de cannabis en los últimos

30 días.
5.1 Consumo problemático de cannabis
El 15,2 % de los estudiantes universitarios que manifestaron haber consumi-

do cannabis en el último año presenta signos de uso problemático de esta
sustancia (medido por la escala CIE10), lo cual representa al 3,7 % del total
del universo estudiado. No se observan diferencias por sexo, edad o región.
Tabla 18. Proporción de estudiantes universitarios con uso

problemático de cannabis según sexo, región de residencia
y edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Sobre los consumidores Sobre el total

de los últimos 12 meses de universitarios
General 15,2 3,7
Varón 15,4 4,5
Mujer 15,1 3,3
Montevideo 15,3 4,1
Interior 15 2,9
Base: total de consumidores de cannabis en los últimos 12 meses y to-

tal de la muestra.
El consumo problemático de una sustancia suele estar asociado a la inten-

sidad del uso de la droga y a la extensión en el tiempo de esta práctica. De
hecho, en el caso del consumo problemático de cannabis en universitarios se
confirma este fenómeno y se observa que entre los usuarios con una frecuen-
cia intensa de uso de la droga (consumo diario y algunas veces semanalmen-
te) se presentan guarismos sensiblemente más elevados de uso problemático
de cannabis que en aquellos con uso ocasional (algunas veces mensualmen-
te, algunas veces en el año o una o dos veces en la vida).
Tabla 19. Proporción de estudiantes universitarios con uso

problemático de cannabis según tipo de consumo. Estudiantes
Uso problemático
CANNABIS
de cannabis
Uso ocasional 6,7
Uso intenso (algunas veces semanalmente o diario) 55,1
Base: total de consumidores de cannabis en los últimos 12 meses.
Con el objetivo de profundizar la mirada, se comparó el consumo de canna-

bis de los universitarios con el reportado en población general9 en el tramo
comprendido entre los 18 y 35 años. Según la evidencia disponible, no se ob-
servan diferencias estadísticamente significativas en el consumo en vida y
en últimos 12 meses, pero sí en la prevalencia últimos 30 días, asociada al uso
más intenso, donde el consumo de cannabis en población general del mismo
tramo de edad es mayor que el estimado para la población universitaria.
Otra diferencia importante es por sexo: mientras para la población general

los varones con uso problemático de cannabis son el doble que las mujeres,
en población universitaria se presenta el mismo porcentaje para ambos (ver
tabla 22).
A la vez, tampoco se encuentran distancias significativas entre las estima-

ciones de uso problemático de cannabis en población universitaria y la po-
blación general. En tal sentido, es relevante señalar que la estimación de uso
problemático en estudiantes de enseñanza media10 también se halla en los
mismos niveles encontrados para esta población.
9
VII Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población General, Observa-
torio Uruguayo de Drogas, 2018.
10
IX Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Me-
dia - 2022, Observatorio Uruguayo de Drogas, 2021. https://www.gub.uy/junta-nacio-
nal-drogas/comunicacion/publicaciones/ix-encuesta-nacional-sobre-consumo-dro-
gas-estudiantes-ensenanza-media
Tabla 20. Prevalencias de consumo y signos de uso problemático de cannabis.

Estudiantes universitarios, Uruguay 2024, y población general (18 a 35 años),
Uruguay 2018
Estudiantes uni- Población general

CANNABIS
versitarios (18 a 35 años)
Tabla 21. Uso problemático de cannabis. Estudiantes universitarios, Uruguay

Estudiantes Población general (18

CANNABIS
universitarios a 35 años)
Consumo problemático 15,2 17,4
Base: consumidores de cannabis en los últimos 12 meses en universitarios 2024 y pobla-

ción general 2018 entre 18 y 35 años.
Tabla 22. Uso problemático de cannabis por sexo. Estudiantes universitarios,

Uruguay 2024, y población general (18 a 35 años), Uruguay 2018
Población general entre 18

CANNABIS Población universitaria*
y 35 años**
Varón Mujer Varón Mujer
Consumo problemático 15,4 15,1 21,7 10,8
Base: consumidores de cannabis en los últimos 12 meses en universitarios 2024 y pobla-

ción general 2018 entre 18 y 35 años.
En este estudio también se intentó realizar una aproximación al patrón de

consumo de los «exconsumidores» de cannabis, es decir, aquellos que si bien
han consumido alguna vez en la vida, no han continuado el consumo durante
el último año. En ese sentido, se pudo conocer, respecto a la frecuencia de su
consumo, que el 57,4 % de las personas había probado la sustancia una o dos
veces en la vida, y un 26,1 % lo había hecho algunas veces en el año. No se
evidencian diferencias por sexo o por el lugar de residencia.
Tabla 23. Frecuencia de consumo de cannabis entre exconsumidores por

sexo, edad y región. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
20 a 24 25 a 29 30 y más Monte- Resto

General Varón Mujer <20
años años años video del país
Solo probó
una o dos
veces en la
57,4 57,2 57,4 72,6 57,5 55,6 53,4 58,5 55,1
vida
Algunas
veces por 26,1 26,3 26,0 18,6 28,1 26,7 25,6 26,1 26,1
año
Algunas
veces men- 7,4 7,5 7,4 6,2 6,8 8,3 8,1 6,2 10,0
sualmente
Algunas
veces sema- 5,8 4,7 6,3 2,7 4,4 7,4 7,6 5,8 6,0
nalmente
Diariamente 3,3 4,3 2,9 0 3,2 2,1 5,4 3,5 2,8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Base: personas que consumieron cannabis alguna vez en la vida pero no en los últimos
12 meses.
De esta forma puede constatarse que entre los exconsumidores tiene mayor
preponderancia el uso experimental de cannabis, mientras que entre los
usuarios que mantienen un uso actual se observa mayor presencia de patro-
nes intensos (diarios y algunas veces semanalmente) y ocasionales (algunas
veces al año o mensualmente).
Gráfico 4. Frecuencia de consumo de exconsumidores* y con-

sumidores actuales** de cannabis. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024 (%)
*Base: personas que consumieron cannabis alguna vez en la vida pero

no en los últimos 12 meses.
**Base: personas que consumieron cannabis en los últimos 12 meses.
5.2 Facilidad de acceso y origen del cannabis
El 46 % de los estudiantes universitarios del país considera que es fácil acce-

der al cannabis; en el otro extremo se encuentran lo que creen que es difícil,
pero podrían conseguir (15,8 %), y un 7,4 % que piensa que aun proponiéndo-
selo no podrá conseguir esta sustancia; en tanto, una proporción significati-
va (30,7 %) no sabe si es fácil o difícil el acceso a esta droga.
Tabla 24. Percepción sobre la facilidad de acceso al

cannabis. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Me sería fácil 46,0
Me sería difícil, pero podría conseguir 15,8
No podría conseguir 7,4
No sé si es fácil o difícil 30,7
Total 100 %
Consultados los estudiantes universitarios que declararon haber consu-

mido cannabis durante los últimos 12 meses sobre todas las formas en que
accedieron a la sustancia, se encuentra que el 85 % en alguna oportunidad
durante este período de tiempo lo obtuvo de alguna otra persona que le
compartió o regaló. Asimismo, un 13 % de los universitarios declaran que
lo compraron a alguien que cultiva o que es miembro de un club, y un 12 %
compró en una farmacia.
Al concentrarnos en el origen más frecuente del cannabis consumido en los

últimos 12 meses (tabla 25), se constata que el 51,1 % de los universitarios ac-
cede de forma legal a la sustancia en el marco del mercado regulado (cultivo
registrado, compra en farmacias, miembro de clubes y acceso compartido a
través de un tercero que comparte de estas tres vías).
Por otro lado, se identifica en el 16,9 % de los casos que el acceso más frecuen-
te puede considerarse ilegal o al margen del mercado regulado del país: se
considera aquí a aquellos que son cultivadores pero no están registrados, que
acceden través de la compra a cultivadores domésticos o miembros de clubes
o de un tercero que compra en una farmacia o que les comparten de cultiva-
dores no registrados.
El acceso frecuente por narcotráfico clásico (prensado) se observa solo en

el 1,7 % de los universitarios; en tanto, el 11,4 % recurre al narcotráfico para
adquirir cogollo.
Por último, al 18,8 % le comparten, pero desconoce el origen del cannabis que
le regalan.
Tabla 25. Origen del cannabis consumido en los últimos 12 meses (respuesta
múltiple). Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Soy autocultivador registrado 1,70 %
Soy autocultivador no registrado 1,70 %
Soy miembro de un club de cannabis 3,70 %
Compré en una farmacia 12,40 %
Compré a un dealer/boca prensado 0,70 %
Compré a un dealer/boca cogollo 7,60 %
Compré a una persona que cultiva o que es miembro de un club 13,30 %
Alguien compró para mí en una farmacia 5,30 %
Alguien compró para mí prensado a un dealer/boca 1,40 %
Alguien compró para mí cogollo a un dealer/boca 6,40 %
Alguien compró para mí a una persona que autocultiva o que es miembro

6,30 %
de un club
Me lo regalaron/dieron/compartieron 85,30 %
Base: consumidores de cannabis en los últimos 12 meses. Respuesta múltiple: el total pue-
de diferir de 100 %.
Tabla 26. Origen más frecuente del cannabis consumido en los últimos 12
meses. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Es autocultivador registrado 1,2
Es miembro de club de membresía 3,1

Acceso
Está registrado para adquirir en las farmacias 7,9
legal
Compartido de origen legal (farmacia, club, cultivo doméstico) 38,9
Total acceso legal 51,1
Compró a un dealer/boca prensado 0,3
Alguien le compró prensado en una boca/dealer 0,6

Narcotráfico
clásico
Compartido de narcotráfico clásico (prensado en boca/dealer) 0,8
Total narcotráfico clásico 1,7
Compró a un dealer/boca cogollo 2,1
Alguien le compró cogollo en una boca/dealer 1,6

Narcotráfico
cogollo
Compartido de cogollo de boca/dealer 7,7
Total narcotráfico cogollo 11,4
Es autocultivador no registrado 0,7
Compró a alguien que cultiva o es miembro de club 4,8
Alguien le compró para él/ella cogollo a un cultivador o es

1,7
Acceso ilegal miembro de club
nacional
Le compraron para él/ella en una farmacia 2,2
Compartido de cultivador no registrado 7,5
Total acceso ilegal nacional 16,9
No sabe - compartido sin conocer el origen 18,8
En cuanto a las características del cannabis que consumen, puede mencio-

narse que solo el 3,6 % de los consumidores de cannabis conoce la concentra-
ción de THC. De estos, la mitad declara que la concentración de este principio
activo está entre 11 y 20 %, y casi 4 de cada 10 dice consumir cannabis con un
rango de THC entre 1 y 10 %.
de cocaína
El 5,7 % de los universitarios consumió clorhidrato de cocaína alguna vez en

su vida, mientras que un 1,4 % lo hizo en los 12 meses previos a la encuesta, y
menos de 1 % en el mes anterior.
La fidelización a la sustancia es baja, ya que apenas alcanza al 8,7 %, es decir

que de cada 100 personas que experimentaron con cocaína, 9 continuaron su
consumo hasta los últimos 30 días.
Para la prevalencia alguna vez en la vida, se observa que el nivel de consu-

mo es más elevado entre los varones (7,6 %) que entre las mujeres (4,8 %), y
aumenta a medida que aumenta la edad; alcanza casi al 13 % en los mayores
de 29 años. No se presentan diferencias significativas entre Montevideo e in-
terior. Lo mismo ocurre para la prevalencia de los últimos 12 meses.
Entre aquellos que alguna vez consumieron cocaína, la edad promedio de

inicio son los 21 años, sin diferencias por sexo o región. A diferencia del alco-
hol, tabaco y cannabis, la mayoría de los estudiantes (65 %) consumieron por
primera vez ya cursando la facultad.
De aquellos que consumieron cocaína en los últimos 12 meses, la mayoría lo

hicieron en forma experimental u ocasional (ver gráfico 7).
Comparado con la población general del mismo tramo de edad, observamos

que las prevalencias de consumo de cocaína en vida y en los últimos 12 meses
de los universitarios son más bajas. Esto es explicado por una proporción ma-
yor de mujeres en la población universitaria y un nivel de consumo en varo-
nes sensiblemente menor a sus pares de la misma edad en población general.
Respecto a la distribución de las personas que consumieron cocaína pero

ya no lo hicieron en el último año (exconsumidores), predomina el consumo
experimental. De todos modos, dado el poder adictivo de esta sustancia, se
destaca que casi 1 de cada 3 consumieron con una frecuencia de varias veces
mensualmente y más.
Tabla 27. Indicadores de consumo de cocaína.


Gráfico 5. Prevalencia vida del consumo de cocaína según tramo

de edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Gráfico 6. Frecuencia de uso de cocaína en los últimos 12 meses.

Base: total de consumidores de cocaína en los últimos 12 meses.

Tabla 28. Prevalencias de consumo. Estudiantes universitarios, Uruguay

Estudiantes univer- Población general

Cocaína
sitarios (18 a 35 años)
Gráfico 7. Frecuencia de uso de cocaína entre los exconsumidores.

Base: total de personas que no consumieron cocaína en los últimos 12 meses.

Tabla 29. Frecuencia de consumo de exconsumidores y consumidores

actuales de cocaína. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Consumidores últimos
Exconsumidores*
12 meses**
Una sola vez 36,6 52,2
Algunas veces durante los últi-

39,8 19,9
mos 12 meses
Algunas veces mensualmente 17,6 14,3
Algunas veces semanalmente 6,0 10,8
Diariamente 0 2,7
Total 100,0 100,0
*Base: personas que consumieron cannabis alguna vez en la vida pero no en los últimos
12 meses.
**Base: personas que consumieron cannabis en los últimos 12 meses.

7. Facilidad de acceso
y oferta de drogas
La facilidad de acceso y la oferta de sustancias a los estudiantes universita-

rios dan cuenta del grado de proximidad y presencia que estas tienen en este
contexto. Si bien no son predictores de consumo, al formar parte del ambiente
cotidiano podrían constituirse en factores de riesgo para su experimentación.
Al ser población adulta, no se mide la facilidad de acceso a sustancias como

alcohol y tabaco.
Asimismo, el cannabis es una sustancia regulada por el Estado, con tres vías
de acceso para la población adulta, lo que lleva a que en general sea una sus-
tancia de relativo fácil acceso. Sin embargo, algo menos de la mitad de los
universitarios declara que le resultaría fácil, y 1 de cada 6 que le resultaría
difícil. Lógicamente las respuestas varían según la persona haya experimen-
tado o consuma cannabis. Por ejemplo, el 80 % de las personas que no saben
si les resultaría fácil o difícil conseguir nunca han experimentado con la sus-
tancia. El análisis por sexo revela que entre los varones la percepción de fácil
acceso al cannabis es algo más elevada que entre las mujeres, así como entre
los universitarios radicados en Montevideo, en comparación a aquellos que
residen en el resto del país.
En cuanto al resto de las sustancias, con prevalencias sensiblemente meno-

res al cannabis y de acceso ilegal, se encuentra que en todos los casos algo
más de la mitad de la población estudiada manifiesta no saber cuán fácil o

difícil es acceder. De todos modos, solamente en el entorno de 1 de cada 4 es-
tudiantes declara que no podría conseguir, excepto metanfetaminas, donde
la percepción de dificultad es algo mayor (29 %).
Al hacer foco en el indicador fácil acceso, se observa que en el caso de co-

caína y éxtasis los guarismos son más elevados entre los universitarios de
Montevideo y los mayores de 24 años. Para la primera de estas sustancias,
los varones reúnen mayor proporción de respuestas en este sentido que sus
pares mujeres.
Algo similar se detecta para el caso de alucinógenos, sustancia para la cual

el 10 % de los varones cree que le resultaría fácil acceder, mientras que entre
las mujeres esta declaración alcanza al 6,5 %.
Tabla 30. Percepción de facilidad de acceso según sustancias. Estudiantes

universitarios. Uruguay 2024 (%)
Metanfeta- Alucinóge-
Cannabis Cocaína Éxtasis
minas nos
Me sería fácil 46 7,1 5,8 3,8 7,8
Me sería difícil,
pero podría 15,8 15,1 12,8 8,8 15,1
conseguir
No podría
7,4 25,8 27,1 29,2 24,7
conseguir
No sé si es fácil o
30,7 52,0 54,3 58,1 52,5
difícil

Tabla 31. Proporción de estudiantes que les sería fácil acceder a la droga según
sustancia, sexo, región y edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Resto del
Mujer Varón Montevideo <=24 años >24 años
país
Cannabis 43,6 50,9 49,2 40,6 44,5 48,1
Cocaína 6,2 8,9 7,6 6,3 5,2 9,8
Éxtasis 5,1 7,2 6,9 3,8 4,6 7,4
Metanfetamina 3,4 4,8 4,5 2,7 3,1 4,9
Alucinógenos 6,5 10,3 8,7 6,2 7,4 8,3
Con respecto a la oferta concreta para comprar o consumir las diferentes sus-
tancias, nuevamente el cannabis es la sustancia más presente. Prácticamen-
te a 7 de cada 10 estudiantes le han ofrecido cannabis alguna vez en la vida,
y a 1 de cada 5 en el último mes, lo cual evidencia que está presente en la
cotidianeidad de los estudiantes. En particular, se observa que la proporción
de estudiantes que recibieron oferta de cannabis en el último año es más alta
entre los varones de Montevideo y en los menores de 25 años.
Del resto de las sustancias, la mayoría declara que nunca le han ofrecido ni
para consumir ni comprar. Los alucinógenos tienen una presencia mayor
que el resto de las sustancias indagadas.
Al controlar por sexo se detecta que la proporción de varones que recibió

ofertas de cocaína, éxtasis o alucinógenos en el último año es más elevada
que la de mujeres.
Tabla 32. Oferta según sustancia. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Cannabis Cocaína Éxtasis Metanfetaminas Alucinógenos
En los últimos
20,3 1,7 1,3 0,7 1,9
30 días
Hace más de un
mes, pero menos 21,5 3,4 3,4 1,6 4,9
de un año
Hace más de
27,0 11,9 8,0 4,9 13,2
un año
Nunca me
31,2 83,0 87,3 92,8 80,1
han ofrecido
Tabla 33. Proporción de estudiantes que recibieron oferta de drogas en

el último año según sustancia, región y edad. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024 (%)
Mujer Varón Montevideo Resto del país <=24 >24
Marihuana 38,2 49 45,9 34,8 46,2 35,7
Cocaína 3,3 8,6 5,4 4,6 5,6 4,4
Éxtasis 3,5 6,9 5,6 2,9 4,7 4,7
Metanfeta-
2 3,1 2,5 2 2,6 1,9
mina
Alucinógenos 5,2 9,7 7,8 4,9 6,8 6,5

8. Consumo de otras
drogas
En el presente relevamiento también se consultó por consumo de otras sus-

tancias, como alucinógenos, éxtasis, metanfetaminas, anfetaminas, ketami-
na y pasta base.
Respecto a la prevalencia vida, encontramos que la presencia de pasta base

es prácticamente inexistente en esta población, y presentan baja magnitud
de uso sustancias como la ketamina y metanfetaminas/anfetaminas. El vín-
culo con estas drogas sería básicamente experimental; se observan consu-
mos marginales en los últimos 12 meses y últimos 30 días.
Al contrario, los alucinógenos, al igual que el éxtasis, muestran una presen-

cia más relevante, con prevalencia vida de 8,7 % y 6,3 %, respectivamente.
Mirando estos consumos en conjunto, se puede concluir que 1 de cada 10 uni-
versitarios han experimentado con éxtasis o alucinógenos alguna vez en la
vida. En los últimos 12 meses, 4 de cada 100 estudiantes universitarios han
consumido una o ambas sustancias.
En el caso del éxtasis, el consumo no presenta diferencias por sexo y está más
presente en universitarios de Montevideo que en los del resto del país. En el
caso de los alucinógenos, en cambio, son los varones los que muestran un
porcentaje mayor respecto a las mujeres (12,4 % frente a 6,9 %).
Las prevalencias disminuyen significativamente en cuanto al uso en los últi-

mos 12 meses, al tiempo que las frecuencias de consumo muestran patrones
mayoritariamente ocasionales. El 60 % de los consumidores de alucinógenos
declara haber consumido este tipo de droga algunas veces durante los últi-
mos 12 meses. En el caso del éxtasis, el porcentaje desciende a 52 %.
Se observa policonsumo, no necesariamente en una misma instancia, para la

prevalencia vida tanto en los consumidores de éxtasis como de alucinógenos.
Entre aquellos que consumieron éxtasis hay un mayor consumo de otras sus-
tancias que en aquellos que no la consumen, por ejemplo, cannabis, tabaco,
cocaína, metanfetaminas y alucinógenos. Algo similar se detecta entre los
consumidores de alucinógenos en forma más atenuada, como se observa en
la tabla 35.
Las prevalencias de estas sustancias constatadas entre los universitarios no

presentan diferencias significativas con las estimadas para la población ge-
neral en el mismo tramo de edad, con excepción del consumo de pasta base,
que entre universitarios es muy marginal.
Tabla 34. Prevalencias vida, últimos 12 meses y últimos 30 días de consumo de

drogas y edad promedio de inicio. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Prevalencia
Prevalencia Prevalencia 30 Edad de
últimos 12
vida días inicio
meses
Alucinógenos 8,7 2,6 0,7 21,1
Éxtasis 6,3 2,2 0,6 22,1
Metanfetaminas/
2,4 0,9 0,3 22,1
anfetaminas
Ketamina 1,8 0,4 0,1 22,4
Pasta base 0,2 0 0 20,6

Tabla 35. Prevalencia vida de consumo de otras sustancias en consumidores

de éxtasis y alucinógenos. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024
Consumió éxtasis Consumió alucinógenos

alguna vez en la vida alguna vez en la vida
SÍ NO SÍ NO
Cannabis alguna vez en la vida 99,5 47,2 99,6 45,9
Tabaco alguna vez en la vida 86,2 45,6 86,2 44,5
Alcohol alguna vez en la vida 100,0 92,6 99,2 92,5
Tranquilizantes alguna vez en la

35,8 22,5 29,6 22,7
vida
Cocaína alguna vez en la vida 42,6 3,2 41,6 2,3
Metanfetaminas alguna vez en la

27,7 0,7 18,8 0,8
vida
Alucinógenos alguna vez en la

74,7 4,3
vida
Éxtasis alguna vez en la vida 54,0 1,7
Ketamina alguna vez en la vida 22,6 0,4 17,8 0,3
Estimulantes alguna vez en la

12,1 3,6 10,2 3,6
vida
Antidepresivos alguna vez en la

33,1 18,4 25,7 18,8
vida
Opioides alguna vez en la vida 21,1 18,9 22,9 18,7

9. Consumo de
psicofármacos
En este apartado se presentan los datos relacionados con el uso de los prin-
cipales psicofármacos consumidos en nuestro país, focalizando en aquellos
que requieren prescripción médica y que se comercializan bajo receta con-
trolada o son utilizados en el ámbito hospitalario.
Si bien la indagación permite aportar importantes datos descriptivos del

nivel de consulta y prescripción médica para el abordaje de la salud mental
de esta población específica, en este trabajo se centrará la atención en el
uso indebido de los psicofármacos, es decir, aquel consumo que se realiza
sin indicación médica alguna (automedicación) o que se aparta de la pres-
cripción profesional (ya sea a nivel de la dosificación y/o frecuencia de uso)
o que se sostiene por sola cuenta de la persona sin la debida supervisión de
un médico.
La prescripción de un medicamento constituye una de las acciones médicas

fundamentales, ya que sintetiza la evaluación realizada para un paciente
(agrupación sindromática, diagnóstico, fisiopatología, selección farmacoló-
gica), en la que se incorpora, junto a sólidos conocimientos técnicos, un con-
junto de circunstancias sociales, culturales, emocionales que deben consi-
derarse en cada caso particular en un proceso de salud-enfermedad. En este
marco, el uso racional de los medicamentos es uno de los cometidos centrales
de la terapéutica farmacológica, que requiere el ejercicio clínico constante
para aproximarse a la mejor prescripción para un individuo particular en un

momento dado (Garafoni, Viroga y Wood, 2024).
Según estos autores, a pesar de la relevancia que adquieren estas acciones en

el marco de los procesos de salud, las personas tienden a la automedicación y
desconocen los riesgos asociados. Si se desconocen las características de los
medicamentos, se pueden ignorar los efectos adversos potenciales, contrain-
dicaciones o interacciones con otros medicamentos que se están consumien-
do, o las dosis y formas de uso adecuadas. Estas situaciones pueden produ-
cir complicaciones graves, especialmente en personas con comorbilidades o
alergias, o enmascarar síntomas de enfermedades subyacentes más serias.
Asimismo, plantean que, al tratar los síntomas superficiales sin una evalua-
ción médica adecuada, las personas corren el riesgo de retrasar el diagnósti-
co y el tratamiento de condiciones médicas graves, lo que puede resultar en
un deterioro de su salud a largo plazo (Garafoni, Viroga y Wood, 2024).
En el presente estudio, el grupo de medicamentos de «venta bajo receta» que

se relevan son los opioides (potentes analgésicos, mayoritariamente receta-
dos para el dolor), otros depresores del sistema nervioso como los tranquili-
zantes y antidepresivos (recetados para los trastornos de ansiedad y los tras-
tornos del sueño) y los estimulantes (indicados para el trastorno de déficit
atencional con hiperactividad y la narcolepsia). El abuso de medicamentos
de prescripción puede producir efectos negativos para la salud, incluyendo
crisis de abstinencia y dependencia. Por ejemplo, en el caso de las benzodia-
cepinas, se recomienda que su uso racional no supere las cuatro semanas, ya
que luego de este período podrían comenzar los problemas de tolerancia y
dependencia, así como los síndromes de discontinuidad (rebote, recurrencia
y abstinencia) (Danza, Cristiani y Tamosiunas, 2009).11
«Aunque se discute sobre el potencial adictivo de los antidepresivos, se pre-

sume que los nuevos antidepresivos, Inhibidores Selectivos de la Recapta-
ción de Serotonina (ISRS), tienen un claro potencial de abuso y dependencia,
ya que dada su acción anticolinérgica, sus características farmacodinámicas
son semejantes a las de las anfetaminas y la cocaína. Aparecen frecuente-
mente síntomas de abstinencia en la retirada de estos fármacos, principal-
11
Danza, Á., Cristiani, F., y Tamosiunas, G. (2009). Riesgos asociados al uso de Ben-
zodiazepinas: Benzodiazepine-related risks. Archivos de Medicina Interna, 31(4), 103-
108. Recuperado el 16 de agosto de 2024 de http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?scrip-
t=sci_arttext&pid=S1688-423X2009000300005&lng=es&tlng=es
mente la paroxetina, como mareo, alteraciones del equilibrio, insomnio,

ansiedad, etc., síntomas que los laboratorios los denominan “síndromes de
discontinuidad” (Secades Villa et al., 2003)».12
Además, se ha observado que el consumo concomitante de estos psicofárma-

cos con otras drogas psicoactivas puede desencadenar riesgos importantes
desde el punto de vista de la salud. Por ejemplo, las drogas depresoras del
sistema nervioso disminuyen la función cerebral, y si se combinan con otros
medicamentos que causan somnolencia o con alcohol, pueden disminuir pe-
ligrosamente la frecuencia cardíaca y la respiración. Los estimulantes, por
su parte, tomados frecuentemente o en dosis altas, pueden causar ansiedad,
paranoia, temperatura corporal peligrosamente alta, latido irregular del co-
razón o convulsiones.13
El riesgo asociado al abuso y al uso indebido de los citados psicofármacos

justifican una mirada atenta sobre sus manifestaciones en poblaciones espe-
cíficas, en particular, como en este caso, en la población universitaria, que,
frente algunas dinámicas particulares de la vida académica, puede resultar
más vulnerable.
9.1 Patrón de consumo de tranquilizantes
El 23,3 % de la población universitaria ha consumido tranquilizantes alguna

vez en su vida (considerando el uso con y sin prescripción); en las mujeres los
guarismos se duplican respecto a sus pares varones (28 % frente a 14,1 %). El
análisis por tramo de edad muestra que la prevalencia de consumo alguna
vez en la vida de este tipo de psicofármacos aumenta significativamente a
medida que se incrementa la edad: pasa de 11,8 % en los menores de 20 años
a 36,9 % en los mayores de 29. No se presentan diferencias entre Montevideo
y el resto del país.
La edad de inicio promedio es cercana a los 22 años y no presenta diferencias

significativas por sexo o por región.
12
https://digibuo.uniovi.es/dspace/handle/10651/26747
13
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA). http://www.drugabuse.gov/
es/informacion-sobre-drogas/los-medicamentos-de-prescripcion
El uso actual de tranquilizantes (prevalencia últimos 12 meses) involucra al

13 % de los estudiantes y presenta características similares a lo observado en
el indicador de prevalencia vida, donde las mujeres presentan un consumo
sensiblemente mayor al de los varones, además de que no se detecta dife-
rencia por región. También se confirma que a mayor edad la prevalencia de
consumo también se incrementa de forma importante: pasa del 8 % en los
menores de 20 años al 18,8 % en los mayores de 29.
Por último, en lo que respecta a la prevalencia en el último mes, se halla que

casi el 8 % de los estudiantes universitarios han consumido tranquilizantes
con y sin prescripción médica en este período de tiempo.
Tabla 36. Indicadores de consumo de tranquilizantes

(con y sin prescripción médica). Estudiantes
Tabla 37. Prevalencia de vida, prevalencia últimos 12 meses y prevalencia

últimos 30 días de consumo de tranquilizantes (con y sin prescripción
médica) por sexo y región. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
General Varón Mujer Montevideo Interior
Consumo alguna vez en la vida 23,3 14,1 28,0 23,8 22,5
Consumo en los últimos 12 meses 12,8 6,7 15,9 13,4 11,8
Consumo en los últimos 30 días 7,8 4,1 9,6 8,2 7,1

Gráfico 8. Prevalencia de vida y prevalencia últimos 12 meses

de consumo de tranquilizantes (con y sin inscripción medi-
ca) según rango de edad. Estudiantes universitarios. Uru-
guay 2024 (%)
En lo que respecta al uso de tranquilizantes, discriminando según la pre-

sencia o no de indicación médica, la evidencia muestra que el 8,9 % de los
estudiantes universitarios ha consumido alguna vez en la vida sin tener la
prescripción de un profesional de la salud, mientras que el 14,4 % lo hizo con-
tando con esta. En el caso de estos últimos, el 55 % de los casos fue indicado
por un psiquiatra.
El uso indebido (sin prescripción médica) de estas sustancias en los últimos

12 meses alcanza al 5,2 % del total de estudiantes. Esto quiere decir que apro-
ximadamente el 40 % de los universitarios que consumieron tranquilizantes
en el último año lo han hecho por su cuenta.
El consumo sin prescripción médica presenta diferencias entre varones y

mujeres; los primeros son quienes consumen en mayor proporción (ver tabla
39) . En cambio, no presenta diferencias significativas por región.
Un dato importante es que si bien el consumo de tranquilizantes aumenta

con la edad, el uso sin prescripción médica de estos medicamentos dismi-
nuye. Es decir, a mayor edad, menor proporción de personas que lo usan de
forma indebida.
Gráfico 9. Prevalencia de vida y prevalencia últimos 12 meses de

consumo de tranquilizantes según prescripción médica. Estu-
diantes Universitarios 2024 (%)
Tabla 38. Proporción de consumo de tranquilizantes sin prescripción médica

en los últimos 12 meses por sexo y región. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024 (%)
Base: personas que consumieron tranquilizantes en los últimos 12 meses.

Gráfico 10. Distribución del consumo de tranquilizantes de los úl-

timos 12 meses según prescripción médica y rango de edad. Estu-
diantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Base: personas que consumieron tranquilizantes alguna en los últimos 12 meses.
Las mujeres universitarias tienen un consumo sensiblemente mayor al de

las mujeres de la población general del mismo tramo etario. En quienes han
consumido tranquilizantes, se presenta una mayor proporción de uso sin
prescripción entre los varones universitarios, que superan a los varones de
la población general para el mismo rango de edad.
Tabla 39. Prevalencia de vida, prevalencia últimos 12 meses, prevalencia

últimos 30 días de consumo de tranquilizantes y porcentaje de personas
que consumieron tranquilizantes en los últimos 12 meses sin prescripción
médica, en población universitaria y población general, por sexo (en %)
Población Población general

universitaria* entre 18 y 35 años**
Prevalencias
Prevalencia de vida con y sin

prescripción médica
14,1 28,0 14,3 22,7
Prevalencia en los últimos 12 meses

con y sin prescripción médica
6,7 15,9 6,6 8,8
% consumidores en los últimos 12

meses sin prescripción médica***
45,5 39,9 34,7 39,9
Prevalencia en los últimos 30 días con

y sin prescripción médica
4,1 9,6 3,8 5,2
*Total de la muestra.
**Fuente: VII Encuesta Nacional en Población General sobre Consumo de Drogas (pobla-
ción entre 18 y 35 años).
***Base: personas que han consumido tranquilizantes en el período analizado.
9.2 Patrón de consumo de antidepresivos
Los antidepresivos con y sin prescripción médica han sido consumidos al-
guna vez en la vida por casi 1 de cada 5 estudiantes (19,4 %). A diferencia de
lo que ocurre con los tranquilizantes, en la mayoría de los casos son consu-
midos bajo prescripción médica, realizada por médicos psiquiatras. Dentro
del universo que consumió antidepresivos, el uso indebido de la prevalencia
vida se acerca al 4 %.
Nuevamente el consumo (con y sin prescripción) es más elevado en las mu-

jeres (22,9 %) que en los varones (12,4 %). No se presentan diferencias entre
Montevideo e interior. La edad de inicio promedio es 22 años y no hay dife-
rencias significativas entre varones y mujeres ni por región.
También se constata que a mayor edad hubo mayor uso de este psicofármaco;
su uso alguna vez en la vida alcanzó al 27 % de esta población.
En cuanto al consumo en los últimos 12 meses, 1 de cada 10 estudiantes uni-

versitarios declara haber consumido antidepresivos. En este tipo de fárma-
co, el uso sin prescripción médica es más restringido que en el caso de los
tranquilizantes, aunque no deja de ser relevante.
Al centrar la mirada en el uso sin prescripción médica, se observa que en

los últimos 12 meses los varones usan estos medicamentos en mayor pro-
porción que las mujeres. En tanto, por región de residencia se evidencia que
los universitarios en el interior duplican la proporción de consumo indebido
respecto a los de Montevideo. Por rango de edad, se encuentra un mayor con-
sumo sin prescripción médica en los menores de 20 años, que disminuye a la
mitad para los restantes rangos de edad.
El consumo en los últimos 30 días es apenas inferior a la prevalencia de los

12 meses, alcanza al 8 % de los universitarios. Asimismo, se mantiene el com-
portamiento observado según las principales variables de segmentación.
Tabla 40. Indicadores de consumo de antidepresivos.

Edad de inicio 22,0

Tabla 41. Prevalencia de vida, prevalencia últimos 12 meses y prevalencia

últimos 30 días de consumo de antidepresivos (con y sin prescripción médica)
por sexo y región. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Consumo en los últimos 30 días 8,2 4,7 10,0 8,7 7,4

consumo de antidepresivos (con y sin inscripción medica) según
rango de edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)


consumo de antidepresivos según prescripción médica. Estudian-
tes Universitarios 2024 (%)
Tabla 42. Proporción de consumo de antidepresivos sin prescripción médica

en los últimos 12 meses por sexo y región. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024 (%)
Consumo en los últimos

3,1 5,2 2,7 2,1 5,3
12 meses
Base: personas que consumieron antidepresivos en los últimos 12 meses.

Gráfico 13. Distribución del consumo de antidepresivos de

los últimos 12 meses según prescripción médica y rango de
edad. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Base: consumidores de antidepresivos en los últimos 12 meses.
El consumo de antidepresivos en la población universitaria es sensiblemente

mayor al encontrado en la población general, particularmente en las muje-
res, donde se triplica la prevalencia de los últimos 30 días: 10 % frente a 3,4 %
(ver tabla 43).
Tabla 43. Prevalencia de vida, prevalencia últimos 12 meses, prevalencia

últimos 30 días de consumo de antidepresivos y porcentaje de personas
que consumieron antidepresivos en los últimos 12 meses sin prescripción
médica, en población universitaria y población, general por sexo (en %)

Prevalencias
Prevalencia vida con y sin

12,4 22,9 8,7 14,2
Prevalencia últimos 12 meses

5,7 12,3 4,0 5,8
con y sin prescripción médica
% de consumidores últimos
12 meses sin prescripción 5,2 2,6 1,7 10,2
médica***
Prevalencia 30 días 4,7 10,0 2,8 3,4
***Base: personas que han consumido antidepresivos en el período analizado.
9.3 Patrón de consumo de opioides
En el contexto de crecimiento de la epidemia de abuso de opioides en algunas

regiones del mundo, que tiene su origen en la expansión del uso indebido de
estos fármacos para el tratamiento del dolor, se incluyó una serie de pregun-
tas en la población universitaria del país con la finalidad de mantener la vigi-
lancia permanente sobre su prescripción, los posibles desvíos del circuito de
comercialización formal y el uso indebido.
Se consultó sobre los siguientes medicamentos opioides: morfina, tramadol,

oxicodona (ejemplo: oxycontin), meperidina (ejemplo: demerol), ibuprofeno
con codeína (ejemplo: perifar con codeína), dipirona con codeína (ejemplo:
novemina con codeína), entre otros.
Casi 1 de cada 5 estudiantes universitarios ha consumido alguna vez en su

vida medicamentos opioides; las mujeres presentan mayor prevalencia fren-
te a sus pares varones (21 % frente a 15 %). Se observa, además, que a mayor
edad mayor prevalencia de consumo de opioides: alcanza al 26 % entre los
mayores de 29 años. No se presentan diferencias entre Montevideo y el resto
del país.
El uso actual de opioides (prevalencia últimos 12 meses) involucra a casi el

7 % de los estudiantes y presenta las mismas características que las de preva-
lencia vida respecto al mayor consumo de las mujeres.
Se observa que un 42 % de los que han consumido este tipo de medicamentos

en el último año lo han hecho sin prescripción médica. Al respecto, no se pre-
sentan diferencias significativas por sexo o región. En tanto, el análisis por
edad evidencia que entre los más jóvenes es mayor la proporción (53 %) de los
que consumen sin prescripción médica, respecto a los de más edad: entre los
mayores de 29 años desciende al 28 %.
Tabla 44. Indicadores de consumo de opioides.

Prevalencia últimos 12 meses 6,9
Tabla 45. Prevalencia de vida y prevalencia últimos 12 meses de consumo

de opioides (con y sin prescripción médica) por sexo y región. Estudiantes


opioides (con y sin inscripción medica) según rango de edad. Es-
tudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)

opioides según prescripción médica. Estudiantes Universitarios
2024 (%)

Tabla 46. Proporción de consumo de opioides sin prescripción médica en los

últimos 12 meses por sexo y región. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Consumo en los últimos

42,0 42,3 41,9 42,6 40,8
12 meses
Base: personas que consumieron opioides en los últimos 12 meses.
Gráfico 16. Distribución del consumo de opioides de los últimos

12 meses según prescripción médica y rango de edad. Estudiantes
Base: personas que consumieron opioides en los últimos 12 meses.
Al comparar los guarismos observados en la población universitaria con los

de la población general en el mismo rango de edad, se encuentran diferen-
cias significativas en la magnitud de consumo: el de la primera tiene un con-
sumo sensiblemente mayor.
Tabla 47. Prevalencia de vida y prevalencia últimos 12 meses de consumo de

opioides en población universitaria y población general, por sexo (en %)

Prevalencias
Prevalencia de vida
con y sin prescripción 15,5 20,9 8,0 12,5
médica
Prevalencia en los
últimos 12 meses con y 4,9 7,9 2,8 4,9
sin prescripción médica
9.4 Patrón de consumo de estimulantes
Este grupo de medicamentos estimula el sistema nervioso central y se em-

plea muchas veces para tratar deficiencias en la atención/hiperactividad
(TDAH), que son típicamente diagnosticadas en los niños, aunque también
las padecen los adultos (Cabral y Galarraga, 2024). Los estimulantes reducen
la impulsividad e hiperactividad, y aumentan la atención.
Otras condiciones que se tratan con estimulantes son la narcolepsia, los des-
órdenes alimenticios (en general por exceso de ingestas) y algunas veces la
depresión.
Sin embargo, el uso sin prescripción médica suele estar asociado a lo que se
conoce como «potenciación cognitiva», que supone el mejoramiento de las
funciones cognitivas, emocionales y motivacionales, y busca incrementar el
nivel de alerta, la atención, la concentración, la memoria y otras funciones
ejecutivas (Martins et al., 2020).
De acuerdo con la evidencia, el consumo de estimulantes asociados a la bús-

queda de una optimización de la capacidad de estudio y del rendimiento
académico no es nuevo en el contexto estudiantil. Por el contrario, existen
numerosos estudios que dan cuenta de ello y muestran los alcances a nivel
internacional (Martins et al., 2020).
También existen motivaciones para el uso vinculadas a un aumento de la

sensación de mayor rendimiento físico y los efectos estimulantes que su con-
sumo puede conllevar.
Recientemente, la Food and Drugs Administration (FDA) de los Estados Uni-

dos emitió una actualización sobre los riesgos que implica el uso indebido de
estas sustancias, y exigió a los laboratorios que actualicen las fichas técni-
cas y advertencias incluidas en los prospectos de estos medicamentos. Entre
ellas se señalan los riesgos relacionados con el abuso y adicción ante usos
sin la requerida supervisión médica. El mal uso y abuso de estos fármacos
puede aumentar la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria o presión;
también puede provocar transpiración, pupilas dilatadas, hiperactividad
(Cabral y Galarraga, 2024).
Además, se pueden identificar signos y síntomas de abstinencia después de

la interrupción abrupta de su consumo o ante una reducción de la dosis luego
de un uso prolongado, como «“estado de ánimo disfórico”, depresión, fatiga,
sueños vívidos y desagradables, insomnio o hipersomnia, apetito incremen-
tado y retraso psicomotor o agitación (Cabral y Galarraga, 2024, p. 3)».
La evidencia generada en este estudio entre la población universitaria del

país muestra que este tipo de medicamentos es de baja prevalencia: el 4,2 %
de los estudiantes declaran haber consumido alguna vez en la vida. Los datos
no presentan diferencias por sexo o por lugar de residencia.
Con respecto al uso indebido, se encuentra que está presente en más de la

mitad de los que consumieron (55 %), constituyendo el fármaco con el mayor
porcentaje de uso indebido. No se presentan diferencias significativas por
sexo, pero sí se encuentra un mayor uso indebido en Montevideo. El tramo de
edad que muestra un mayor uso indebido es el de 25 a 29 años, donde supera
el 70 %. En el caso del uso bajo prescripción médica, se constata que en el 75 %
de los casos fue prescripto por un médico psiquiatra.
Al igual que con los otros fármacos analizados, la población universitaria

presenta prevalencias mayores de consumo que en la población general en el
mismo tramo etario.
Tabla 48. Prevalencia de vida de consumo de estimulantes y porcentaje

de personas que consumieron estimulantes alguna vez en la vida sin
prescripción médica, por sexo y región. Estudiantes universitarios.
Uruguay 2024 (%)
Consumo con y sin pres-

cripción alguna vez en 4,2 3,7 4,4 4,8 3,0
la vida
% consumidores sin
prescripción alguna vez 55,0 51,3 56,5 57,9 46,8
en la vida*
Base:* personas que consumieron medicamentos estimulantes alguna vez en la vida.
Gráfico 17. Distribución del consumo alguna vez en la vida de es-

timulantes según prescripción médica y rango de edad. Estudian-
tes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Base: personas que consumieron estimulantes alguna vez en la vida.
Tabla 49. Prevalencia de vida de consumo de estimulantes y porcentaje

de personas que consumieron estimulantes alguna vez en la vida sin
prescripción, en población universitaria y población general, por sexo (en %)

Prevalencias
Prevalencia vida con y sin

3,7 4,4 1,2 1,3
% consumidores vida sin

51,3 56,5 74,6 43,1
prescripción médica*

9.5 Síntesis sobre el uso de psicofármacos en población

universitaria
Los datos nos revelan altas magnitudes de consumo en la población univer-

sitaria de los psicofármacos sobre los que se relevó, tanto por prescripción
médica como por uso indebido, entendido este como aquel que no tiene la
correspondiente supervisión médica.
El uso de tranquilizantes en Uruguay para la población en general se encuen-

tra muy extendido, con prevalencias altas respecto a la región. En el caso de
los universitarios, este consumo se muestra aún más elevado y con la parti-
cularidad de una preocupante extensión del uso sin supervisión médica.
No obstante, los datos más llamativos son las altas prevalencias de antidepre-
sivos y de opioides.
En el primer caso, se encuentra un uso extendido con prescripción médica,

pero con prevalencias significativamente altas: alcanzan a 1 de cada 10 muje-
res en el consumo en los 12 meses previos al estudio.
En el caso de los opioides, además del uso bajo prescripción, se observan al-
tas prevalencias de uso indebido, que es una alerta importante respecto al
desvío de estos medicamentos.
El análisis en conjunto del uso de estos fármacos deja en evidencia un perfil

de consumidores que ha usado por lo menos más de uno. Por ejemplo, casi el
60 % de las personas que han consumido antidepresivos también han usado
tranquilizantes.14 Asimismo, de los que consumen tranquilizantes, un 30 %
ha consumido opioides.
Más allá de que su prevalencia es baja, los consumidores de estimulantes son

los que presentan mayor policonsumo: registran porcentajes altos de consu-
mo de tranquilizantes, antidepresivos y opioides.
14
No se consigna si el consumo fue simultáneo o en diferentes momentos.
Tabla 50. Proporción de personas con uso combinado de psicofármacos

alguna vez en la vida. Estudiantes universitarios. Uruguay 2024 (%)
Tranquilizantes Antidepresivos Opioides Estimulantes
Tranquilizantes 58,8 36,6 49,1
Antidepresivos 48,8 27,7 48,1
Opioides 29,9 27,2 34,9
Estimulantes 8,8 10,3 7,6
Total 100 100 100 100
Nota: el uso combinado no necesariamente implica uso simultáneo de los psicofármacos.

10. Síntesis
Esta edición de la encuesta sobre consumo de drogas en estudiantes univer-

sitarios del año 2024 da cuenta de que las sustancias que presentan mayor
prevalencia de consumo en los últimos 12 meses son las siguientes, en este
orden: alcohol (80,7 %), tabaco (26,4 %), marihuana (24,2 %) y psicofármacos
(22,4 %).15 Con prevalencias significativamente más bajas, se observa el uso
de cocaína, alucinógenos y éxtasis. Sin embargo, cabe destacar que al menos
la experimentación con alguna de estas últimas tres sustancias alguna vez
en la vida alcanza al 12 % de la población estudiada.
Probablemente, los niveles de consumo detectados para el caso de los psico-

fármacos es uno de los hallazgos más relevantes de este estudio. De hecho,
las magnitudes estimadas en universitarios superan sensiblemente a lo ob-
servado en población no universitaria en el mismo tramo de edad. Emergen-
tes que abren interrogantes respecto a si las condiciones particulares de la
vida académica (adaptación y posicionamiento ante lo desconocido al inicio
de las carreras, presiones posteriores, sostenimiento de largas jornadas de
estudio, miedo al fracaso en el rendimiento académico, incertidumbre so-
bre el futuro profesional) tienen alguna incidencia específica en estos com-
portamientos de consumo. Serán fundamentales para poder profundizar en
este sentido estudios adicionales que tomen como foco la comprensión de
15
Esta categoría incluye tranquilizantes, antidepresivos y opioides.
este fenómeno y que se sustenten en metodologías adecuadas. Siguiendo las

reflexiones de Blasco (2023), estos estudios podrían preguntarse cómo inter-
vienen en el uso de psicofármacos algunos factores como la desinformación,
el desconocimiento sobre sus efectos y consecuencias, la variabilidad en las
motivaciones y contextos en los que se gestan estos consumos, la accesibili-
dad de estas sustancias en mercados distintos a los formalmente estableci-
dos, entre otros. Esta experta señala también la importancia de comprender
que los usos médicos y recreativos o por fuera de la prescripción de estos
fármacos no son estancos, y que, por el contrario, el pasaje de una situación
a otra parecería más probable de lo que a veces se cree. Por otro lado, sugie-
re cómo las cuestiones vinculadas al género podrían incidir al momento de
vincularse con estas sustancias, y en el reconocimiento de su uso. También
cabría analizar qué rol juegan los factores asociados a las dinámicas acadé-
micas, las exigencias asociadas a ellas y la necesidad de compatibilizar sus
desafíos con el resto de las demandas en otros ámbitos vitales (laborales,
vinculares, etcétera). Incluso, la autora entiende que cabe preguntarse por
la incidencia de las características más estructurales de la sociedad capita-
lista, con los ritmos de vida que conlleva y el riesgo de malestar psíquico que
podría propiciar. Aspectos que además podrían ser especialmente críticos
en un contexto pospandémico, con la agudización de los problemas de salud
mental en las poblaciones y las dificultades de los sistemas para responder a
estas (Blasco, 2023).
En términos de intervención, los centros educativos, en sus distintos niveles,

constituyen una ventana de oportunidad para alcanzar a la población que allí
transita y desplegar acciones con foco en la prevención y en evitar los daños
asociados al uso de drogas. Mientras en los primeros niveles, más asociados
a la adolescencia, las acciones podrían centrarse en prevenir o retrasar la ex-
perimentación con drogas, identificar de forma temprana casos con especial
vulnerabilidad o riesgo ante consumos problemáticos y promover el desarro-
llo de habilidades para la toma de decisiones y la socialización saludable, en
las universidades las intervenciones podrían apuntar a la promoción del uso
controlado de drogas o a su desaceleración (EUDA, 2022).
Por último, hay que subrayar que 1 de cada 10 estudiantes universitarios tie-
ne un consumo problemático de alcohol (según escala AUDIT), lo que ameri-
ta al menos una intervención para atender esta problemática. También hay
aproximadamente un 3 % de consumidores de tabaco que presentan signos
de dependencia, y similar porcentaje para cannabis. Estos datos revelan la
importancia de la existencia de un servicio o espacio de información, aten-
ción y tratamiento para esta población específica.
11. Referencias
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II ESTUDIO SOBRE CONSUMO
DE DROGAS EN ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS DE URUGUAY
Informe
Informe de
de investigación
investigación 2024
2024
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de Drogas - Uruguay de Drogas

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II ESTUDIO SOBRE CONSUMO

Junta Nacional Observatorio Uruguayo

Secretario General de la Junta Nacional de Drogas

Diseño muestral / Dirección de campo

Contraparte técnica por la Udelar

Desarrollo del formulario de encuesta en la plataforma de Udelar

Procesamiento estadístico y redacción del informe

Montevideo, Uruguay, 2024

También agradecemos a la Asociación Profundación para las Ciencias Socia-

La lectura y la interpretación habrá de hacerse, teniendo presente que, en

Lo cual, de alguna manera, representa una carga adicional de responsabili-

Uruguay ha tenido, en materia de política de drogas, un abordaje diferente

Porque cuando nos proponemos acciones racionales, planificadas en torno a

Deberemos contrastar nuestra acción y nuestros resultados, no solo contra

Emprender acciones racionales, nos garantiza la oposición. Supone enfren-

Es preciso que reemplacemos la toma de decisiones basada exclusivamente

Y que permitan, además, establecer relaciones de causalidad sobre los efec-

Y para eso se necesita información. Se necesita ir a buscar la información,

Adoptando este enfoque, probablemente podamos colaborar a reducir la

Dr. Daniel Radio Presta

Por otro lado, el consumo de drogas en jóvenes también ha sido objeto de

Por su parte, la epidemiología internacional, así como la nacional, muestra

Esto podría estar explicado por diversos factores asociados a la sustancia

Como antecedentes nacionales encontramos el I Estudio Piloto sobre Con-

Humanidades y Ciencias de la Educación, Arquitectura, Veterinaria, Cien-

Para ello, se sorteó una muestra por unidad académica (universidad/facul-

En total se alcanzaron 3048 encuestas efectivas. Los resultados están dispo-

Cabe puntualizar que estos resultados no son comparables con el estudio

1.1 Objetivo general del estudio

El objetivo general de este estudio es conocer la situación del consumo de

1.2 Objetivos específicos

Para el estudio se han definido los siguientes objetivos específicos:

 estimar la prevalencia de vida, la prevalencia últimos 12 meses y la

 estimar la edad de inicio en el consumo de drogas;

 estimar la tasa de uso problemático de alcohol, según los criterios de

 estimar la tasa de usuarios con signos y síntomas de dependencia de

 determinar los patrones de consumo de drogas;

 estimar el nivel de percepción de facilidad de acceso y oferta directa de

 determinar los factores de riesgo y protección asociados al uso de dro-

1.3 Población objetivo

1.4 Características del estudio

Se realizó un diseño de investigación cuantitativa mediante encuesta. Esta se

1.4.1 Condición de elegibilidad

Fueron elegibles para participar en la encuesta todos los estudiantes de gra-

1.4.2 Diseño muestral

La muestra es de tipo probabilístico y se realizó mediante muestreo aleato-

Para obtener estimaciones más precisas, se posestratificará la muestra de

Tabla 1. Distribución de la población universitaria y muestra efectiva por sexo

Sexo Población Muestra

Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje

Mujer 62.608 66,5 2121 68,5

Varón 31.556 33,5 977 31,5

Total 94.167 100 3098 100

Tabla 2. Distribución de la población universitaria y muestra efectiva por edad

Edad en tramos Población Muestra

Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje

Menos de 20 años 16.833 17,9 538 17,4

20 a 24 años 37.933 40,3 1138 36,7

estimar la prevalencia de vida, la prevalencia últimos 12 meses y la

estimar la edad de inicio en el consumo de drogas;

estimar la tasa de uso problemático de alcohol, según los criterios de

estimar la tasa de usuarios con signos y síntomas de dependencia de

determinar los patrones de consumo de drogas;

estimar el nivel de percepción de facilidad de acceso y oferta directa de

determinar los factores de riesgo y protección asociados al uso de dro-