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Varios-Los Motores Ocultos Del Renacimiento

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LOS MOTORES OCULTOS DEL RENACIMIENTO

LOS MOTORES OCULTOS DEL

RENACIMIENTO

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LOS MOTORES OCULTOS DEL RENACIMIENTO

NDICE Presentacin M. Dolores F.-Fgares COMENTARIOS GENERALES El Renacimiento vuelve Jorge Ruiz Tres claves para el Renacimiento: Minerva, Venus y Mercurio Harry Costin El Humanismo en el Renacimiento Isabelle Ohmann y Fernando Schwarz El Hermes del Renacimiento Fernando Schwarz Influencias orientales en la filosofa renacentista. M. Dolores F.-Fgares LA FILOSOFA EN EL RENACIMIENTO El Humanismo y la va filosfica Isabelle Ohmann y Fernando Schwarz Juan Luis Vives, un humanista comprometido. Jean Francois Buisson Traducido del francs por Adega Gmez El Maestro Juan Hus Eva Zhornack Las enseanzas del Maharal de Praga Ruthie Itzhaki Agrippa de Nettesheim Rein Blumeberg Los platnicos croatas del Renacimiento Andrija Joncic 44 6 4

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EL PENSAMIENTO JURDICO-POLTICO EN EL RENACIMIENTO La doctrina revolucionaria de Jorge Gemistos Plethon Juan Manuel de Faramin Tommaso Campanella, un filsofo poltico Antonia Cotignola LA CIENCIA EN EL RENACIMIENTO Miguel Servet, mdico humanista Antonio Alzina Paracelso, mdico, mago y alquimista Beatriz Diez-Canseco Tadeo Hayek de Hayek. Slavica Kroca Johannes Kepler, entre la Edad Media y el Renacimiento. Pablo Cid Cosmogona y holismo en Tycho Brahe Estela Tejeda EL ARTE EN EL RENACIMIENTO Leonardo da Vinci y el ideal del hombre universal Leonardo Santelices Rabelais Jean-Claude Serres Bibliografa 143 153 163 106 114 123 86 97

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PRESENTACIN

La imagen de una poca en la que los esfuerzos individuales y colectivos parecen coincidir en la misma direccin, hacia el ensanchamiento de sus horizontes vitales y una cierta facilidad para plasmar la belleza, nos sigue fascinando an ahora, que constatamos el peso de las inercias y los desgastes de la Historia y nos resulta difcil vislumbrar una posibilidad semejante. Por eso, nos afanamos en buscar qu mgicos resortes invisibles se activaron en aquel perodo que reconocemos en la memoria como el del Renacimiento, es decir, de la renovacin, del regreso a la vida de la filosofa, de las artes, de las ciencias, de la poltica. Quedan todava muchas preguntas sin respuesta sobre la potencia generadora que se despert y extendi un soplo de primavera por las sociedades, impulsando toda clase de proyectos, desde el descubrimiento de nuevos mundos hasta los experimentos de una nueva ciencia, sin olvidar el hallazgo de la perspectiva o la recuperacin de cnones de armona olvidados o perdidos. Si supiramos desvelar el misterio del Renacimiento quiz seramos capaces de poner en marcha un movimiento semejante; sa es nuestra esperanza para un mundo lleno de desconcierto y desorden. Y, sin embargo, todava hoy seguimos disfrutando del legado renacentista, no slo cuando admiramos el esplendor de las obras de arte que han llegado hasta nosotros, surgidas de aquellos talleres legendarios, sino en sentimientos o valores que conforman la forma renacentista de vivir: cuando asumimos nuestros compromisos ciudadanos, cuando recurrimos a las imgenes para hacer visible lo invisible, cuando vemos en el individuo el sujeto activo de la Historia, cuando aspiramos a una ciencia con conciencia, cuando nos aplicamos en el estudio del saber antiguo que nos dejaron los sabios de Oriente y Occidente... Delia Steinberg Guzmn puso en marcha hace algunos aos un proyecto de investigacin, llevado a cabo en varios pases, que lograse sacar a la luz aspectos menos conocidos de aquel fascinante movimiento cultural, con cuyos principios se identificaba plenamente. Se trataba de aplicar el calidoscopio al fenmeno renacentista y descubrir la gama de los matices de sus variadas facetas. Como resultado de aquella iniciativa vieron la luz una cantidad de trabajos cercana al centenar, una seleccin de los cuales presentamos al lector, como una primicia, o una invitacin a seguir buscando sus claves menos evidentes, que subyacen como cimientos del bello edificio de las obras renacentistas. A travs de miradas diversas y puntos de vista diferentes, el Renacimiento nos revela algunas de sus claves ocultas, y se nos manifiesta en toda su complejidad, en su riqueza de matices y sugerentes aspectos. La bsqueda no debe darse por cerrada, pues muchas preguntas aguardan las respuestas de los investigadores que se afanan en despejar las incgnitas.

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No es casualidad que la filosofa aparezca como un lazo comn unificador de las expresiones recogidas en este volumen, pues en el amor a la sabidura se encierra el gran secreto de los avances que la Humanidad ha podido realizar en su largo camino hacia la libertad y la felicidad y es lgico que en nuestras pesquisas tras el fundamento del gran fenmeno renacentista, una y otra vez nos encontramos con un inusitado despertar de la filosofa a la manera clsica, es decir, como forma de vida y de accin, a salvo de las ensimismadas disquisiciones teorticas. En verdad, tras los grandes y pequeos nombres que construyeron el esplendor del Renacimiento encontramos que la bsqueda filosfica, como el mtico hilo de Ariadna, nos sirve para andar por el laberinto. No todas las escuelas surgidas al amparo de la vitalidad del perodo alcanzaron la misma altura en su vuelo hacia las elevadas regiones donde se gestan las nuevas ideas, y tambin resulta apasionante distinguir, con la perspectiva del tiempo, las que resultaron especialmente fructferas, porque sus huellas permanecieron ms all de aquel primer esplendor y pudieron hacer llegar sus mensajes hasta nosotros. Los filsofos y los poetas supieron preparar y abonar los espritus mucho antes de que se produjera la eclosin de la fertilidad creativa y se hicieran visibles sus efectos. Sin esa anticipacin hubiera sido imposible la potente regeneracin que vino despus. Tal es la leccin de la Historia y, por ello, merece la pena considerar que el Renacimiento se fue gestando en medio de una poca oscura y difcil, como una semilla valiosa y resistente, puesta a prueba en medio de las dificultades. El soplo de Cfiro, despertando la primavera dormida en el amanecer del mundo, nos llega como un benfico impulso cada vez que hacemos del Renacimiento la palabra clave para el pensamiento y la accin; he aqu el saludable mensaje que nos llega de quienes nos han transmitido los resultados de sus pesquisas. Desde los recintos de la Villa Careggi, todava en pie, en las afueras de Florencia, nos llegan de nuevo las viejas consignas que mand escribir en los muros Lorenzo de Medici, inspirado por el filsofo Ficino: Todo procede del bien y al bien se dirige y deja los excesos, deja las preocupaciones, algrate en el presente.

M. Dolores F.-Fgares

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EL RENACIMIENTO VUELVE

Introduccin Poco despus de la muerte de santo Toms de Aquino, telogo y filsofo italiano del s. XIII, la cultura unitaria cristiana empez a agrietarse. La filosofa y la ciencia se iban desprendiendo cada vez ms de la teologa de la Iglesia. El hecho de que la fe y la ciencia tuvieran una relacin ms libre entre ellas dio paso a un nuevo mtodo cientfico y a un nuevo fervor religioso. De esa manera se establecieron las bases para dos importantes cambios en los siglos XV y XVI: el Renacimiento y la Reforma. Por Renacimiento entendemos un extenso florecimiento cultural desde finales del s. XIV. Comenz en el norte de Italia, pero se extendi rpidamente hacia el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. Renacimiento significa nacer de nuevo: volvi a nacer el arte y la cultura de la Antigedad. La denominacin indica que representa una vuelta a la cultura clsica; sin embargo, no es slo una imitacin, sino tambin una nueva comprensin de aqulla. El Renacimiento es una poca de captulo grandioso dentro de la historia del arte mundial. Hubo un florecimiento impresionante en todos los campos, la msica, la filosofa y la ciencia. El Renacimiento es el surgir del individualismo, el despertar de una bsqueda insistente en pos de la belleza, la marcha triunfal del placer mundano y de la felicidad vital, la conquista de la realidad terrenal por el espritu, la renovacin de los placeres paganos de la vida, la toma de conciencia de la personalidad en su relacin natural con el universo. Surgi una pronunciada conciencia de poca. Fue en ese periodo en el que se introdujo el nombre de Edad Media para denominar todos aquellos siglos entre la Antigedad y su propia poca. El Renacimiento tambin puede considerarse un periodo histrico de carcter muy complejo, ya que marca el paso hacia la Edad Moderna.

El hombre renacentista;el Humanismo renacentista El hombre renacentista es una expresin con la que se designa a una persona que participa en todos los campos de la vida, del arte y de la ciencia.

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En esa relacin entre el Renacimiento y la Antigedad, fueron los humanistas los primeros en difundir los conocimientos de la tradicin clsica, por ser los conocedores de la literatura de esa poca. Solemos hablar de humanismo renacentista porque se coloca al hombre en el centro frente a la perspectiva divina de la Edad Media. La consigna era ir a los orgenes. Se pone de moda estudiar la cultura griega. Los humanistas renacentistas sostuvieron una nueva fe en el ser humano y en sus valores, algo que contrastaba con el nfasis que haba puesto siempre la Edad Media en la naturaleza pecaminosa del hombre. Los humanistas del Renacimiento pusieron al ser humano como punto de partida. Respecto al humanismo de la Antigedad, el Renacimiento se caracterizaba an ms por el individualismo, idea que poda conducir a un culto al genio. Esta nueva visin despierta un inters por la anatoma del cuerpo humano. Se volvi a disecar muertos para averiguar la composicin del cuerpo. Todo ello fue muy importante para la medicina y el arte. En el arte volvi a aparecer el desnudo, tras mil aos de pudor. La nueva visin del hombre trajo consigo un nuevo ambiente vital. En cuanto se permiti al hombre desarrollarse libremente, ste tuvo posibilidades ilimitadas. Esta era una nueva idea en relacin con el humanismo de la Antige-dad, que haba sealado que el ser humano debera conservar la serenidad, la moderacin y el control.

Platn Cicern La filosofa platnica domina el pensamiento del siglo XVI. Cicern es el gran dolo literario y representa gran parte del pensamiento platnico. Cicern: cuando la voluntad humana se sublima, venciendo lo animal, lo bajo, dentro y fuera de s, en la vida privada y en la vida pblica, el hombre se transforma en agente consciente de la Historia y la realiza. La Historia no es ms que la realizacin en la Tierra y en la Humanidad de un destino, de una finalidad csmica. As, el hombre tiene un derrotero histrico, y lo cumple o deja de ser histricamente (vivir autnticamente en la realidad; lo otro no es vivir).

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Nuevo concepto de la Naturaleza El Renacimiento trajo consigo un nuevo concepto de la Naturaleza. El hombre se senta bien con su existencia. La vida en la Tierra ya no era una mera preparacin para la vida en el cielo y esto cre una nueva actitud ante el mundo fsico. La Naturaleza fue considerada como algo positivo. Muchos pensaban que Dios estaba presente en la Creacin. Es infinito y, por tanto, tambin debe estar en todas partes. Tal interpretacin se llama pantesmo. Los filsofos medievales haban subrayado ese enorme abismo que exista entre Dios y su creacin. Ahora se deca que la Naturaleza era divina, o ms an, que era una prolongacin de Dios. Ideas como stas no fueron siempre bien recibidas por la Iglesia. Ejemplo dramtico lo tenemos en lo que le sucedi a Giordano Bruno (Dios est presente en la Naturaleza y el espacio es infinito) quemado en la Plaza de las Flores de Roma en el ao 1600.

Nuevo mtodo cientfico Consista ante todo en investigar la Naturaleza con los propios sentidos. Cualquier investigacin de la Naturaleza tena que basarse en la observacin y el experimento. Esto es lo que llamamos mtodo emprico: Mide lo que se pueda medir y lo que no se pueda medir, hazlo medible, dijo Galileo Galilei, que fue uno de los cientficos ms importantes del siglo XVII. Tambin dijo que el libro de la Naturaleza est escrito en un lenguaje matemtico. Este nuevo mtodo abri el camino a la revolucin y el progreso tcnicos, y a todos los inventos que llegaron despus, que produjeron una verdadera revolucin. La brjula facilit la navegacin y fue un apoyo importante para los grandes descubrimientos. La imprenta contribuy a que la Iglesia perdiera su viejo monopolio como transmisora de conocimientos. El catalejo fue importante para el desarrollo de la astronoma. Un factor de relevancia fue la transicin de la economa en especie a la monetaria. Hacia fines de la Edad Media emergi una burguesa que comienza a emanciparse de los seores feudales y del poder de la Iglesia. Los hombres haban empezado a independizarse de las condiciones de la Naturaleza. Comenzaron a intervenir en ella y a dominarla.

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Desde un punto de vista moderno y teniendo en cuenta las grandes amenazas a que se enfrenta hoy en da el medio ambiente, muchos consideran el progreso tcnico como un peligroso desvo de las condiciones de la Naturaleza. Se dice que los hombres hemos puesto en marcha un proceso que ya no somos capaces de controlar. Otros ms optimistas opinan que todava vivimos en la infancia de la tecnologa. Quizs los dos puntos de vista tengan algo de razn. En algunas cosas los hombres deben dejar de intervenir en la Naturaleza, en otras lo podemos hacer con ventajas.

El Renacimiento como objetivo poltico y cultural El Renacimiento no es un mero estilo, sino que supuso un instrumento persuasivo desarrollado durante un perodo especfico de la Historia de Italia y vinculado indisolublemente a ella, en tanto fue utilizado para legitimar una autoridad espiritual. La aspiracin a un poder caracteriza a la Iglesia y al papado a finales del siglo XV pero, sobre todo, en el XVI. El papa Nicols V exiga el uso de imgenes que reforzaran esa aspiracin. Necesitaban, ms bien, espectculos grandiosos. En la misma medida, la Arquitectura deba expresar la autoridad eclesistica con sus edificios de grandeza igual a los de la Antigedad. Pero esta aspiracin al poder y su representacin terrenal provocaron la oposicin de muchos creyentes. La ilimitada ambicin de poder y la ostentacin ruinosa de los papas conducirn finalmente a finales de siglo a la primera crisis profunda de la Iglesia y a las llamadas en pro de reformas religiosas fundamentales. Los papas se mostraron especialmente receptivos a las innovaciones arquitectnicas, tanto de sus aliados como de sus antagonistas, y continuaron perfeccionando sus propios medios para expresar el papel universal del reino de Cristo en la arquitectura religiosa, manteniendo un equilibrio refinado dentro de la multiplicidad explosiva de formas arquitectnicas de representacin. La infatigable actividad constructiva de los papas contribuy a mantener intacta la imagen de su poder universal. La obra ms importante que se emprendi fue la edificacin de la Iglesia de San Pedro sobre la tumba del apstol.

El antihumanismo Durante el Renacimiento tambin floreci el antihumanismo. Con ello queremos decir un poder eclesistico y estatal autoritarios.

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Abundaron los procesos contra las brujas y la quema de herejes, la magia y la supersticin, las sangrientas guerras de religin, y tuvo la conquista de Amrica. Ninguna poca en la Historia es totalmente buena o mala. El bien y el mal constituyen dos hilos que atraviesan la historia de la humanidad y a menudo se entrelazan.

Debemos prescindir de la experiencia del pasado? Es tal la sed de un mundo mejor en el hombre de todas las pocas, que en su desesperacin cree que no lo realiza por culpa de su propio pasado, y aun arremete contra los objetos que representan ese pasado. Querer construir un mundo nuevo prescindiendo de lo anterior es como querer levantar una torre que no tenga base y est sostenida en el aire. En la realidad, es inexorable poner piedra sobre piedra. Y cimentar todo bien para que esa obra resista los embates de la adversidad. Adems, esa etapa que llamamos Pasado no es ms que la suma de infinidad de Presentes y Futuros antiguos, que fueron encarados por otras generaciones con gran entusiasmo y optimismo. La frase que asegura que todo tiempo pasado fue mejor no es correcta..., pero tampoco lo es concebir todo tiempo pasado como malo y oscuro. Los ciclos del ro de la vida sobre el que boga la humanidad son complejos, y no es de inteligentes despreciar lo que se desconoce. Lo nico que sabemos firmemente es que la experiencia de los tiempos pasados es til para nosotros en este presente que vivimos; y que de nuestros aciertos y errores nacern ms experiencias tiles para los hombres que con humildad y sabidura vivan cuando hayamos muerto. De ah que atesorar esas experiencias y sus circunstancias bajo la forma de una Historia sincera sea muy necesario para el progreso humano. Tenemos, por lo tanto, que promover en nosotros un ser equilibrado, en que el pasado, presente y futuro se conjuguen como una unidad funcional.

Conclusin Sabemos, por el conocimiento de la ciclicidad de la Historia, que vendrn nuevos renacimientos y que los hombres que impulsaron el anterior, probablemente reaparezcan, pues somos los hombres los que hacemos la Historia, cuando tenemos realmente algo mejor que mostrar a la humanidad, nuevos senderos que muestren una forma de vida ms plena y libre para todos; ser la misma ley de necesidad quien nos d esa oportunidad. A estar atentos, pues, a no perderla.

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TRES CLAVES PARA EL RENACIMIENTO: MINERVA, VENUS Y MERCURIO

Introduccin Es curioso observar cmo los estudiosos del llamado Renacimiento italiano se maravillan ante las creaciones artsticas y descubrimientos cientficos del perodo, pero no atinan a comprender en su plenitud la importancia de la labor realizada por decenas de filsofos inspirados en las tradiciones del mundo clsico. Tome el lector cualquier Historia de la Filosofa y ver cun poco espacio se dedica al perodo. Da la impresin de que el Renacimiento fue rico en todo menos en filosofa. Aparte del llamado Humanismo, la filosofa del Renacimiento slo ha suscitado el inters de unos pocos especialistas, como Kristeller, quien, pese a ser un renombrado estudioso de la filosofa renacentista comenta que desde Jacob Burckhardt la mayora de los historiadores sobre el Renacimiento han prestado poca atencin al pensamiento filosfico del perodo, y los historiadores de la filosofa, en sus cursos y libros de textos, an tienden a saltar con algunos pocos y a menudo confusos comentarios desde Toms de Aquino o Guillermo de Ockham a Bacon y Descartes. Existen algunas razones plausibles para esta situacin. El Renacimiento no parece haber producido filsofos de primer orden, y aunque existieron muchos pensadores interesantes, su obra parece carecer de importancia, pues fue sobrepasada cuando la ciencia y filosofa modernas recibieron un fundamento nuevo y ms slido en el siglo XVII a travs de Galileo y Kepler, Bacon y Descartes1. Otra manera de entender lo anteriormente dicho es que se valoran los efectos culturales del Renacimiento, es decir, su arte, arquitectura, literatura, y un renovado inters por la investigacin cientfica, pero se tiende a ignorar algunas de sus fuentes inspiradoras ms importantes, por no comprenderse y por no coincidir con lo que en la actualidad se concibe como el papel de la filosofa y la descripcin de lo que es o debiera ser un filsofo.

Mito y filosofa Como nos interesa en particular el neoplatonismo renacentista buscaremos en el mismo Platn algunas claves fundamentales para comprender el Renacimiento. De la obra de Platn se desprenden una lnea y un estilo que tienen algunas de las siguientes caractersticas: 1. Platn es fiel a una escuela filosfico-esotrica e incluye en su obra tradiciones egipcias (vase el TIMEO), las enseanzas de algunos destacados
Renaissance Platonism. Paul Oskar Kristeller. Facets of the Renaissance. New York, 1959. Harper: p. 103-104.
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presocrticos como Parmnides (dilogo EL PARMNIDES) y Pitgoras (TIMEO y CARTA VII), la doctrina espiritual-cosmognica del Amor y la Belleza (FEDRO y BANQUETE) y el ejemplo moral y espiritual de Scrates (CRITIAS, APOLOGA, FEDN). 2. La filosofa de Platn dispersa la ignorancia pero no provee respuestas finales a problemas existenciales y espirituales. Es una puerta abierta ms que un sistema lgico cerrado (una de las grandes diferencias entre las obras de Platn y las de Aristteles). 3. El vehculo que utiliza Platn para hablar de los grandes misterios es el mito. 4. Las obras de Platn tocan una gran variedad de temas: filosofa, poltica, educacin, psicologa, leyes, cosmologa, esttica, matemticas, astronoma y mitologa entre muchos otros. Recordando la lnea y estilo marcados por Platn, no resulta difcil entender el espritu y forma que toma la filosofa renacentista, especialmente aquella de inspiracin platnica, y que podemos reconocer en grandes filsofos del Renacimiento como lo fueron Gemistos Plethon, Marsilio Ficino, Pico de la Mirndola y Giordano Bruno, entre otros. Para fines de este trabajo nos concentraremos en la interpretacin de una de las claves platnicas expuestas anteriormente, aquella que se refiere a la importancia del mito como complemento del discurso filosfico.

Claves mitolgicas Nos atrevemos a sugerir que el Renacimiento logr recuperar y revigorizar antiguas tradiciones filosficas y esotricas ocultas bajo la forma de mitos y dioses. Los mitos pueden ser interpretados como complejos emblemas cuyas unidades fundamentales se hallan representadas principamente por dioses. Siguiendo esta hiptesis, nos concentraremos en comprender el rol de tres dioses en particular durante el Renacimiento italiano: Minerva-Atenea, Venus-Afrodita y Mercurio-Hermes. Como fuente principal utilizaremos algunas obras de filsofos de lnea platnica, especialmente Marsilio Ficino, Giordano Bruno y Pico della Mirndola, adems de conocidas obras artsticas y arquitectnicas del perodo. En otras palabras, sugerimos como mtodo mirar aquello que se encuentra frente a nosotros con otros ojos. Queremos aclarar que los tres dioses que hemos elegido no son los nicos importantes durante el Renacimiento. Sin embargo, como se mostrar, su comprensin abre importantes puertas a la comprensin del Renaci-miento como movimiento espiritual e histrico.

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Minerva-Atenea Segn la mitologa griega, Atenea haba nacido adulta y armada de la cabeza de Zeus, y era una diosa guerrera vrgen (Partenos) que simbolizaba la sabidura. Atenea, como es bien conocido, era la diosa protectora de Atenas, ciudad que tom de ella su nombre. Platn sugiere que se trata de una diosa muy antigua al hablar de la ciudad egipcia Sais, dedicada a la misma diosa-patrona bajo la forma egipcia de Neith. En LA ILADA vemos a Atenea tomando partido por los griegos e inspirando a su protegido Ulises. Los troyanos, en cambio, se hallaban bajo la proteccin de Venus, madre de Eneas y tambin de Poseidn. Sin embargo, Atenea no se hallaba ausente de Troya, pues una antigua estatua de culto a la diosa era uno de los Pignora, objetos sagrados que fueron llevados a Roma por Eneas y que all eran custodiados por las vestales en el templo circular dedicado al Fuego sagrado. Otro de los hroes atenienses protegidos por Atenea fue Perseo, quien le ofrend la cabeza cercenada de Medusa, que la diosa llevara prendida como talismn sobre su coraza (la gida). En la Italia renacentista reencontramos a la diosa bajo la forma de Minerva y Pallas en mltiples representaciones, de las cuales podemos destacar algunos ejemplos: En la Plaza de la Signoria en Florencia se encuentra una estatua del hroe ateniense Perseo, quien, simblicamente, ofrece a su diosa la cabeza cercenada de Medusa. No es difcil inferir que Florencia, uno de los centros espirituales ms importantes del Renacimiento, se considerase heredera de Atenas, un nuevo santuario de las artes, las letras y filosofas bajo la benvola proteccin de personajes de la grandeza de Cosme de Mdicis y Lorenzo el Magnfico. En una interesante asociacin simblica encontramos reunidos a Minerva y Hermes en una cmara del palacio pentagonal Farnese de Caprarola (siglo XVI). En otras palabras, nos hallamos frente a una referencia directa a una concepcin doble de la cultura del Renacimiento: la primera, representada por Minerva, nos habla del Renacimiento como un perodo de restauracin de ciencias, artes y letras; la segunda, simbolizada por Hermes, hace referencia a una tradicin espiritual-esotrica que se pierde en la noche de los tiempos. Ambas son facetas de una misma realidad, el gran proyecto renacentista. Botticelli, miembro del Crculo de la Academia neoplatnica dirigida por Marsilio Ficino, nos ha legado una bella representacin de Minerva y el centauro, es decir, la sabidura que domina las pasiones en clave exotrica, o la relacin entre la sabidura y el conocimiento del pasado de la humanidad en clave esotrica. En la obra de Marsilio Ficino nos encontramos con numerosas alusiones a la diosa Minerva o Pallas, a quien Ficino considera su patrona espiritual.

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Carta de Marsilio Ficino a Pietro Placentino, Comisario Apostlico: La verdad no requiere de otra defensa que su propia fortaleza2. El Papa te ha enviado, como vigoroso general, a tomar armas contra los enemigos de la divina sabidura. Pero son los sacerdotes de Pallas antes que los soldados de Marte quienes se levantan en defensa de la sabidura. Dios me prohibi servir bajo el traicionero Marte; me orden seguir el estandarte de la invencible Minerva. Que logre xito encontrndola puesto que la he seguido voluntariamente durante tanto tiempo!... Carta de Marsilio Ficino a Sebastiano Salvino, su primo: La filosofa da nacimiento a la sabidura, la sabidura conduce a la felicidad3. Cuando Juno, diosa poderosa y plena de bondades, no nos es propicia, antes que reprochar a las Parcas debiramos experimentar aquel poder divino el cual, puesto que vive por doquier, se halla presente en abundancia para todos aquellos que quieren estar en su presencia. Escucha al hombre antes de su llamado, y concede su favor a quien sabe pedir. Por ello, Salvini, debiramos buscar toda nuestra ayuda en Minerva, de modo que algn da podamos elevarnos de la tierra y ascender al mundo superior. Sin ninguna duda, la nica que puede elevar al hombre a la cabeza celestial del universo es aquella que naci de la cabeza del supremo Jpiter. Pero, puesto que no escucha sino que a aquel que sabe pedir correctamente, esforcmonos, amigo mo, al mximo para buscar ayuda de esta fuente del modo apropiado... En la obra de Giordano Bruno tambin nos encontramos con frecuentes referencias a los dioses, y de manera destacada a Minerva. Pero Bruno va ms all que Ficino, mostrando cmo los dioses representan complejos emblemas que nos permiten no solo comprender las ocultas leyes de la vida, sino reconstruir al hombre, el microcosmos, a imagen de la perfeccin que podemos observar en el macrocosmos. sta es la esencia de la magia bruniana. Segn Yates, en una calurosa despedida en la Universidad de Wittenberg, Bruno ofreci un clebre discurso en el cual, dirigindose a los doctores, expres que l al contrario que Paris haba elegido a Minerva entre las tres diosas. Ver a Minerva lleva a la ceguera; el ser sabio a travs de ella es ser necio, pues ella es Sophia, la misma Sabidura, bella como la Luna, grande como el Sol, terrible como ejrcitos en marcha, pura, pues nada impuro puede tocarla, honorable pues es la imagen misma de la bondad, poderosa, pues siendo una puede realizar todas las cosas, amable, pues visita las naciones que le son sagradas y hace a los hombres amigos de Dios y los profetas. A ella he amado y buscado desde mi juventud, desendola por esposa, y me he convertido en amante de su forma... y he orado... que fuese enviada para morar junto a m y trabajar conmigo, para que yo pudiese comprender lo que me falta, y lo que es

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The Letters of Marsilio Ficino. New York, 1985. Gingko Press. Vol. 2; Carta 9. The Letters of Marsilio Ficino. New York, 1985. Gingko Press. Vol. 3; Carta 35.

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aceptable a Dios; pues ella sabe y comprende, y me guiara sobriamente en mi trabajo y me protegera4. En la obra de Bruno las referencias a Minerva como diosa o emblema principal son numerosas. Por ejemplo, en la Antorcha de las treinta estatuas, segn Yates, Minerva es mens, lo divino en el hombre reflejando al divino universo. Ella es memoria y reminiscencia, recordando el arte de la memoria que era la disciplina de la religin de Bruno. Ella es la continuidad de la razn humana, que posee inteligencias divina y demonaca, representando la creencia de Bruno en la posibilidad de establecer este tipo de comunicaciones a travs de imgenes mentales. A travs de la escalera de Minerva subimos de la primera a la ltima, coleccionando las especies externas en sentido interno, y ordenamos las operaciones intelectuales en un todo a travs del arte, como en las extraordinarias artes de la memoria de Bruno5.

Venus-Amor El Renacimiento integra en la imagen de la diosa Venus no slo la concepcin del Amor como fuerza de atraccin terrenal (Eros) o espiritual (Agap) sino tambin la concepcin mitolgica de Hesodo que nos habla de Eros, el Amor, como del ms antiguo de los dioses. En su Comentario al BANQUETE de Platn Marsilio Ficino retoma las ideas cosmolgicas de Platn del TIMEO y explica el papel que desempea aquella fuerza que conocemos como amor. Dios es el principio y fin de todos los mundos. Luego vienen tres mundos: La inteligencia anglica es el primer mundo hecho por Dios. El segundo, el alma del cuerpo universal. El tercero, toda esta mquina que vemos. En estos tres mundos han de considerarse tambin tres caos. Al principio Dios crea la sustancia de esa inteligencia que tambin llamamos su esencia. Esta es, en el primer momento de su creacin, informe y oscura. Pero, puesto que ha nacido de Dios, por un apetito ingnito se vuelve hacia Dios, que es su principio. Vuelta hacia Dios, es iluminada por su rayo; con el fulgor de este rayo, este apetito se inflama. El apetito inflamado se adhiere por entero a Dios. Adhirindose recibe su forma. Pues Dios, que todo lo puede, imprime en la inteligencia a l adherida la naturaleza de todas las cosas por crearse. En esta inteligencia, pues, estn pintadas, por as decirlo, de modo espiritual todas las cosas que los sentidos perciben en los cuerpos de este mundo... ... Afirmamos que esta esencia, antes de recibir forma, es el caos. Su primera conversin hacia Dios, el nacimiento del Amor. La infusin del rayo, el alimento del Amor. El incendio subsiguiente lo llamamos incremento del Amor. A la aproximacin la
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Giordano Bruno and the Hermetic Tradition. Frances A. Yates. New York, 1964. Vintage Books.p. 311-312. 5 The Art of Memory. Frances A. Yates. Chicago, 1974. University of Chicago Press. p. 290.

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llamamos mpetu del Amor. Su informacin, su perfeccin. Al conjunto de todas las formas e ideas lo llamamos mundus en latn, en griego kosmos, esto es, ornamento. La gracia de este mundo y de este ornamento es la belleza hacia la cual el Amor, desde que nace, arrastra y conduce a la inteligencia llevndola de inteligencia antes deforme (fea) a inteligencia hermosa (con forma). Pues la condicin del Amor es que arrebata hacia la belleza y une lo deforme con lo hermoso6. El amor tambin es el principal tema de dos clebres obras de Botticelli, quien frecuentaba la Academia neoplatnica de Florencia dirigida por Marsilio Ficino. Las dos obras son LA PRIMAVERA y EL NACIMIENTO DE VENUS.
PRIMAVERA.

Segn Jorge ngel Livraga EL NACIMIENTO DE VENUS es la continuacin de LA La primavera es el alma humana que despierta al mundo espiritual. La deidad que domina el conjunto del cuadro es Venus.

Esta deidad del amor es la central, domina el pasado, el presente y el futuro; es el eje de todo. Es el amor platnico que domina todo lo manifestado y se plasma segn la necesidad y el grado de conciencia de cada uno7. Podemos decir que el Amor-Venus es el eje del Renacimiento, la fuerza que al igual que Cfiro provee el impulso espiritual que en un tiempo-espacio relativamente limitado dio maravillosos frutos que nos inspiran a creer en la posibilidad de un mundo nuevo y mejor.

Hermes-Mercurio Si Minerva simboliza la sabidura o el ideal del Renacimiento como civilizacin, y Venus el impulso espiritual que permite el renacimiento, Hermes-Mercurio entronca el Renacimiento con la ms remota sabidura. Al contrario que Minerva o Venus, las referencias que encontramos en las obras renacentistas acerca de Hermes-Mercurio se refieren a ste no slo como a un dios o emblema (por ej. en las obras de Bruno), sino como a un personaje histrico o dinasta de sabios que se pierde en la noche de los tiempos. Esta concepcin permea la obra de Bruno, quien al hablar de la magia hace referencia a las diversas escuelas de magia o sabidura: En primer lugar, Mago equivale a sabio, como eran los Trimegistos en Egipto, los druidas en la Galia, los gimnosofistas en la India, los cabalistas entre los hebreos,

Comentario al Banquete de Platn. Adolfo Ruiz Daz, Tr. Mendoza, 1968 Universidad Nacional de Cuyo. pp. 34-35. 7 Interpretacin esotrica de La Primavera. Jorge ngel Livraga. Revista NA n. 136. Marzo de 1986.

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los magos en Persia desde Zoroastro, los Sophi en Grecia, los Sapientes entre los Latinos8. Tambin comenta Bruno en La sombra de las ideas que no cesa la providencia de los dioses, han dicho los sacerdotes egipcios, de enviar a los hombres ciertos Mercurios en los tiempos dispuestos para ello, aunque sepan de antemano que stos o bien sern mal aceptados o no lo sern en absoluto. Tampoco cesa el intelecto, ni este Sol sensible, de iluminar siempre, aunque no siempre, ni todos, lo advirtamos9. Pico della Mirndola tambin se refiere de manera directa a la sabidura-una que permea a todas las religiones, y emprende un ambicioso proyecto que consiste en resumir esta sabidura en 900 Tesis o proposiciones filosficas y cabalistas que estaba dispuesto a defender pblicamente. Pico tambin explica que (segn lo ha resumido Edgar Wind). Pico mantena... que las religiones paganas, sin excepcin, utilizaron imgenes jeroglficas; ocultaron sus revelaciones en mitos y fbulas que fueron diseados con el fin de distraer la atencin de la multitud y para proteger los misterios divinos contra la profanacin: mostrando slo la cscara de los misterios al vulgo, y reservando la mdula para los espritus ms elevados y perfectos. Como ejemplo, Pico se refera a los Himnos rficos, que ocultaban una revelacin religiosa que slo deba ser entendida por un pequeo grupo de iniciados10. En sus 900 Tesis Pico ofrece un resumen de la doctrina de Hermes Trismegisto: Conclusiones segn la primitiva doctrina del egipcio Hermes Trismegisto: 1. Dondequiera que hay vida hay alma y dondequiera que hay alma hay mente. 2. Todo movimiento es corporal, todo mvil es incorpreo. 3. El alma est en el cuerpo, la mente en el alma, en la mente el verbo y de todo es padre Dios. 4. Dios est en todas las cosas y acta por todas ellas, la mente est en el alma, el alma en el aire y el aire en la materia. 5. Nada hay en el mundo que carezca de vida. 6. Nada hay en el universo posible de muerte o de corrupcin. Consecuencia: en todas partes hay vida, en todas partes hay providencia, en todas partes hay inmortalidad. 7. Dios anuncia al hombre las cosas futuras por seis vas: los sueos, los portentos, las aves, los intestinos, los espritus y la Sibila.
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Mundo, magia, memoria. Giordano Bruno. Seleccin de Ignacio Gmez de Liao. Ediciones Taurus. Madrid, 1973. 9 Giordano Bruno: filosofa y textos. Antonio Castro Cuadra. . Ediciones del Orto: Madrid, 1997, p. 64. 10 Pagan Mysteries in the Renaissance. Edgar Wind. Norton. New York 1968, pp. 17-18.

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8. Es verdadero lo que no est perturbado, determinado, coloreado, figurado ni roto y es desnudo, perspicuo, comprensible por s mismo, intransmutable, bueno y completamente incorpreo. 9. Dentro de cada uno de nosotros hay diez enemigos: la ignorancia, la tristeza, la inconstancia, el deseo, la injusticia, la lujuria, la decepcin, la envidia, el fraude, la ira, la temeridad y la malicia. 10. Los diez enemigos que he nombrado segn la conclusin procedente de Hermes se corresponden mal con la coordinacin denaria de la Cbala y su prefecto, como llegar a ver el profundo contemplador, acerca de los cuales nada puse en las conclusiones cabalsticas, pues es secreto11.

Relaciones entre los dioses Si cada uno de los dioses tiene un significado particular como smbolo, la relacin entre los dioses permite un complejo lenguaje emblemtico, que puede ser interpretado segn claves muy diversas. Algunos ejemplos son: Relacin entre Minerva y Mercurio (sala del Palacio Farnese pentagonal de Caprarola): En clave histrica esta relacin puede ser interpretada como la doble vertiente de la tradicin del Renacimiento: el ideal civilizatorio e inspiracin de Atenas, representado por Minerva-Atenea, y la tradicin esotrica representada por MercurioHermes. Sin tradicin esotrica la civilizacin no es sino cscara vaca. Relacin entre Venus y Mercurio (La primavera de Botticelli): En clave alqumica la esencia incorrupta (Venus) atraviesa en su proceso de purificacin una etapa de sublimacin regida por Mercurio. Relacin entre Minerva y Venus (juicio de Paris al cual alude Giordano Bruno): En clave psicolgica y antropolgica, cuando hallamos juntas a Minerva y Venus, Minerva representa el alma espiritual y Venus el alma terrenal. El hombre debe elegir entre una y otra.

Conclusin A travs de este breve ensayo hemos querido demostrar que la filosofa del Renacimiento en su vertiente platnica fue particularmente fiel a la concepcin clsica de la filosofa como amor a la sabidura. Siguiendo a Platn hemos sugerido que los
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Pico della Mirndola: filosofa y textos. Carlos Goi Zubieta. Ediciones del Orto. Madrid, 1996, pp. 81-82.

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mitos representan una fuente particularmente rica para referirse a verdades exotricas y esotricas, y que este mtodo de exposicin fue tenido en alta estima por los filsofos del Renacimiento. Finalmente, tomando como fuentes obras literarias, artsticas y arquitectnicas del perodo, hemos sugerido como hiptesis que el estudio de los dioses Minerva, Venus y Mercurio puede aportarnos claves importantes para la comprensin de las fuentes histricas exotricas y esotricas del Renacimiento y tambin de su oculto motor espiritual. Nota: las traducciones al espaol de las citas de las obras mencionadas en este trabajo son del autor.

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EL HUMANISMO EN EL RENACIMIENTO

El Humanismo fue el fermento de una cultura que consideraba las relaciones del hombre con el mundo de manera completamente nueva. Este movimiento se afirm en sus principios como una filosofa de la accin, entre aquellos hombres que participaban de la vida de la ciudad. La razn del hombre se torna hacia la conquista de su propia dignidad gracias a otra manera de sentir, de pensar, y a la nueva toma de conciencia que el hombre est desarrollando sobre cul es su lugar en el mundo. De espectador pasivo de un mundo inmvil, imagen instaurada por la escolstica aristotlica de la Edad Media, el hombre del Renacimiento se torna actor y creador en un mundo dinmico en el que las distintas partes se relacionan entre s constituyendo una red compleja de correspondencias. Retomando una comparacin de la poca, la transicin de la Edad Media al Renacimiento es anloga a la de un cuerpo en reposo y su puesta en movimiento. Es el paso de la visin del hombre encerrado en s mismo, sometido a un orden que se le ha impuesto, a la de un hombre poeta, es decir, creador, confrontado a infinitas posibilidades, a virtualidades sin lmites. Esta transicin no est libre de angustias , pues el hombre pasa de un mundo claro y tranquilo a un mundo ambiguo, sin predeterminacin, en el que tiene que asumir su propia responsabilidad. La incertidumbre reemplaza a la seguridad. As, como afirma Eugenio Garin12 el Humanismo es ante todo una escuela para una nueva educacin del hombre, un mtodo sin prejuicio alguno, libre de todo dogma, la fuerza de un espritu libre.

Una filosofa de la accin Para los humanistas esta educacin debe ser activa: su objetivo es transformar al hombre y al mundo. De esta voluntad de transformacin nace la cultura cientfica del Renacimiento, llamada magia para distinguirla de la ciencia moderna, y cuya riqueza y originalidad se deben, justamente, a que proviene de una postura filosfica previa y no slo de un resultado emprico. Los humanistas del Quattrocento insistieron en la necesidad de combinar una cultura sapiente con un arte de la accin en la ciudad, haciendo del filsofo un ciudadano, segn la tradicin platnica. Los humanistas insisten sobre la libertad de hacer, sobre el hombre que construye y se construye, que no copia un modelo sino que se forma, que como Dios es creador, con el riesgo constante de un fracaso. Es una nueva imagen del hombre, independiente de todo determinismo, conocedor de las leyes de la Naturaleza que puede combinar y transformar por medio de la magia.

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Moyen Age et Renaissance, Gallimard.

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Volver al hombre libre y creador, desarrollando un poder moral y espiritual sobre s mismo. As puede definirse el ideal humanista del Renacimiento. Esta libertad y este poder nunca se alejan de las fuerzas celestes, de Dios y de las influencias divinas que se expresan en todo momento a travs de las diferentes facetas de la Naturaleza. Esta pluralidad de facetas de lo divino se integrar hbilmente con las antiguas sabiduras redescubiertas. Cada gran figura de la filosofa perennis, desde Zoroastro a Plotino, pasando por Hermes Trismegisto, Pitgoras y Platn, son un momento de la revelacin del espritu divino que la inspira y la difunde. El contacto con los Maestros, dice Ficino, produce un efecto estimulante que nos alienta a que nos engendremos a nosotros mismos. De manera natural, el humanismo renaciente preconiza un ecumenismo tolerante, que le da ms importancia a la bsqueda de la unidad del mensaje divino que al estudio de sus diferentes formas. Aunque la Iglesia se muestra al principio dispuesta a colaborar, y hasta hacer representar a Hermes Trismegisto en el pavimento de la catedral de Siena, el cisma religioso de la Reforma llevar a la cristalizacin irreversible de sus posiciones, y con ello al fin del mpetu del Renacimiento.

La savia filosfica La filosofa medieval se preocupa menos de buscar la verdad que de encontrar argumentos racionales en favor de una verdad ya revelada, pues la nica verdad para la poca es la religiosa. Como afirma Jean-Franois Revel13 se trata de imbricar las respuestas en otras respuestas, soluciones hechas en otras soluciones hechas. Durante el Renacimiento todo cambia. La filosofa se libera de la teologa, no para fundar una actividad aparte, sino para tomar ese lugar original que es el centro escondido de un amplio movimiento cultural que va a irrigar toda Europa. La filosofa es la savia de ese rbol resplandeciente que fue la cultura del Renacimiento. En los siglos XV y XVI, la filosofa est comprendida en todas las dems actividades ms que constituir ella misma una aparte. La filosofa est presente tanto en las obras de los historiadores como en las de los educadores y de los tericos polticos, en los tratados de arquitectura como en las obras de medicina y los libros sobre el arte de la pintura... Se confunde con el pensamiento matemtico y astronmico...14. Dirigida hacia el hombre, preocupndose por su papel de ciudadano, por su lugar en el universo, por sus lazos con lo divino, por sus poderes sobre la Naturaleza, la filosofa neoplatnica y hermtica que vuelve a nacer en Florencia fue el punto de partida de una nueva creatividad.

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Histoire de la philosophie occidentale, p. 263. J.F. Revel, op. cit. p. 281.

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El hombre interior Me pregunto de qu sirve conocer la naturaleza de los animales feroces, de los peces y las serpientes, si se ignora o no se intenta saber cul es la naturaleza del hombre, por qu hemos nacido, de dnde venimos y adnde vamos. Petrarca El tema central de esta filosofa renaciente es el hombre interior, es decir, el alma inmortal. Segn la concepcin de Plotino, es el alma la que contiene, anima y domina al cuerpo y no el cuerpo a ella. Segn Pico de la Mirndola, el hombre posee dos cuerpos, uno llamado vehculo celeste (nos) por los platnicos, que es la envoltura inmortal del alma racional (psique). El otro, compuesto de los dems elementos, est sometido a las leyes del crecimiento y de la decadencia (COMMENTO SOBRA UNA CANZONA DE AMORE, 1486). Asimismo, la tradicin hermtica describe al hombre doble, mortal por su cuerpo, inmortal por el hombre esencial (CORPUS HERMETICUM, I,15). Segn Ficino, el hombre verdadero no est constituido por su envoltura mortal sino por su alma inmortal, y solamente el que ve esta alma ve al hombre. Siempre segn Ficino, el alma humana posee dos deseos naturales: de la misma manera que la piedra tiende a ir hacia abajo, el alma se ve empujada por un deseo natural a descender en el cuerpo; de la misma manera que el fuego tiende a ir hacia lo alto, el alma se ve impulsada por otro deseo de elevacin hacia Dios. La coexistencia en la conciencia humana de un deseo dirigido hacia el mundo sensible y otro hacia el mundo inteligible explica la posicin central del alma humana en el universo. Parecida a un Janus bifronte que mira simultneamente a los dos lados, es una forma intermedia entre las formas superiores y las inferiores, y asegura la unidad dinmica y viviente del mundo.

El triple mundo Por lo tanto, el hombre es triple, se compone de cuerpo (soma), alma (psique) y espritu (nos), tal y como es triple el mundo: hay un intelecto o mente del mundo, un cuerpo del mundo y, entre los, dos un alma del mundo. En la mens divina o intelecto encontramos las Ideas; el alma del mundo contiene las razones seminales, reflejo de las Ideas de la mens; los poderes creativos que permiten a las ideas manifestarse o ser engendradas en la materia o cuerpo del Mundo. Marsilio Ficino explica en su COMENTARIO DEL BANQUETE DE PLATN que el nmero tres es la medida de todas las cosas, y por ello estimo que con el nmero tres Dios gobierna a todas las cosas, y tambin que con este nmero las cosas se perfeccionan. Por eso una sola trada puede servir como llave para todo el universo, pues la Creacin contiene en ella los vestigios de la Trinidad divina. Pico de la Mirndola declara: Quien-quie-ra que haya comprendido profunda e intelectualmente cmo la unidad de Venus se divide en la trinidad de las Gracias, la unidad de Destino en

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la trinidad de las Parcas, y la unidad de Saturno en la trinidad de Jpiter, Neptuno y Plutn, podr ver cmo avanzar correctamente en la teologa rfica. (CONCLUSIONES SOBRE LOS HIMNOS DE ORFEO, n. 8). Segn los hermetistas, Hermes Trismegisto representa este tres en uno, un solo personaje divino que indica una triple naturaleza y una triple accin en el tiempo15.

El individuo y el cosmos El hombre no es solamente un microcosmos (pequeo mundo) sino que es el punto nodal de la creacin entera, el lazo que une el mundo celeste y la Naturaleza. En la obra de Ficino encontramos el tema del hombre como ojo del mundo, espejo del universo que proyecta la imagen de Dios omnipresente, elevndose poco a poco hasta contemplar la imagen divina que resplandece en el interior de su propia alma. El hombre como microcosmos es el punto focal donde se funden en una boda espiritual todos los planos de la realidad, donde el mundo de arriba se une al de abajo. Es as que Pico de la Mirndola escribe: (Heptaplus, V, VI): sta es la diferencia existente entre el hombre y Dios: Dios contiene en l todas las cosas porque es el origen, mientras que el hombre contiene todas las cosas porque es el centro. El hombre es la cpula del mundo, segn la celebre frase de Pico de la Mirndola, es decir, el lazo carnal entre lo de arriba y lo de abajo, la coincidentia oppositorum. Aunque el esquema del universo est jerarquizado, la Unidad domina. La filosofa tiene como objetivo el restablecimiento de la comunicacin entre esos dos mundos que son el hombre (microcosmos) y el universo (macrocosmos). Esta comunicacin es posible gracias a los lazos vitales que los unen. Estos lazos obran a travs de las jerarquas intermediarias, mediadores que son tambin reflejo del todo. Cada nivel est iluminado por el grado superior y cada ser est conectado a la totalidad por una especie de cables, lazos, eslabones, (vinculas), la cadena de oro de los hermetistas, que nos recuerdan la relacin entre el nio y la madre por medio del cordn umbilical. A pesar de este gigantesco sistema de analogas, cada plano mantiene su identidad y sus especificaciones. Sin embargo, aunque como lo ensea la Teologa, las jerarquas divinas son distintas, hay que comprender que estn todas en todas segn sus modos particulares (Pico de la Mirndola, CONCLUSIONES SEGN PROCLUS, n. 17). Segn la clebre frmula de Proclo, el todo est en la parte o segn el concepto de Parmnides Hen kai Pan (Uno el Todo), que tambin es el axioma hermetista simbolizado por el ouroboros, (la serpiente que se muerde la cola). Los humanistas del Renacimiento presentan una visin hologrfica del mundo aplicada a los conceptos filosficos, que la funcin simblica hace perceptible.

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Gilbert Durand, Les structures anthropologiques de limaginaire, p. 347.

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La dignidad del hombre: libertad y responsabilidad El hombre es un ser admirable, digno de estima y de respeto, que asume el modo de ser de un dios como si fuera l mismo un dios. Asclepios Verdadero manifiesto humanista del Renacimiento, el DISCURSO SOBRE LA de Pico de la Mirndola define el lugar del hombre con unas palabras que atribuye a Dios: No te hemos dado, Adam, ni un lugar fijo, ni un aspecto que te sea propio, ni privilegio particular alguno, de manera que el lugar, el aspecto, los privilegios que puedas desear, los obtengas y los guardes segn tu deseo y tu sentimiento. La naturaleza bien definida de las dems criaturas est aprisionada por las leyes que hemos dictado, pero t, que no eres prisionero de ninguna constriccin, t determinars tu naturaleza segn tu propio libre albedro, pues entre sus manos te he puesto. Te he colocado en medio del mundo para que desde all puedas percibir mejor todo lo que est en el mundo. No te hemos hecho ni celeste, ni terrestre, ni mortal ni inmortal, para que libre seor y escultor de ti mismo te puedas esculpir segn la forma que habrs escogido. Podrs degenerar y caer hacia los seres inferiores que son las bestias; podrs, si as lo decides, regenerarte y alcanzar los seres superiores que son divinos.
DIGNIDAD DEL HOMBRE

El aspecto milagroso del hombre depende de su posicin nica en el centro de un universo ordenado: puede descomponerlo y destruirlo todo, como redimirlo todo en una transfiguracin liberadora. No obtiene su humanidad por simple nacimiento: debe forjrsela; es una eleccin y un esfuerzo. Es su accin la que le da forma. Segn la imagen de Pico, el hombre es un camalen. Puede escoger el bien o el mal, ser ngel o bestia. Es responsable de su infinita libertad. Entre lo diablico y lo divino, tiene la responsabilidad de trazar el buen camino: el de la glorificacin de la obra que utiliza el orden que se le ha entregado para construir una escalera ascendente. La ambigedad de la naturaleza humana hace que el hombre tenga que enfrentarse a esta siempre incierta y peligrosa aventura.

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EL HERMES DEL RENACIMIENTO

Introduccin Hermes es un dios de mltiples revelaciones y renacimientos. Su nombre esconde varias figuras divinas que, aunque emparentadas, tienen orgenes y significaciones distintas. Jung afirma que Hermes es una de las figuras ms llenas de contradicciones del sincretismo helenstico, del cual emanaron decisivos desarrollos para el hombre occidental16. Podemos distinguir tres figuras de Hermes antes del Renacimiento : El egipcio Thot Hermes (del cual habla Platn). El grecorromano, que es el Hermes Mercurio de la mitologa. El egipcio-helenstico-rabe Hermes Trismegisto, el tres veces grande, ya conocido en el Medioevo a travs de ciertos textos del Asclepius, transmitido por los rabes17. Todas estas figuras del dios estn relacionadas con la idea de la transmisin hermtica, que busca garantizar la perennidad de un saber primordial inicitico, transmitido por el Verbo (Logos) de Hermes, a aquellos filsofos o adeptos que a travs de diversas prcticas perpetan el espritu. El hermetismo o transmisin hermtica, se configura a travs de una familia de almas que pueden pertenecer histricamente a movimientos o instituciones diferentes, pero que poseen en comn el ferviente deseo de trabajar para que los hombres sobrepasen todas las formas de dualismo (Bonardel, LHERMETISME). Abiertos a la pluralidad, se mantienen orientados en un constante deseo de unidad. De espritu plstico, conciben tcnicas de realizacin diferentes dentro del mismo sendero. Su visin del mundo est fundamentada en la existencia de fuerzas de simpata que unen al macrocosmos (universo) y al microcosmos (hombre) promoviendo la alianza o pacto entre los hombres y la Naturaleza, la Naturaleza y Dios, Dios y el hombre.
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Las races de la conciencia, Karl Gustav Jung. Hay que tener en cuenta que en el renacimiento medieval que tiene lugar en el siglo XII jug un importante papel el Asclepius, cuya influencia se deja notar en el Picatrix, escrito originalmente en rabe, en el siglo XII, en el que se menciona frecuentemente a Hermes Trismegisto, autor y gobernante de la ciudad de Adocentyn. Se trata de una obra con fuerte influencia de los sabeos de Harrn. Alfonso X el Sabio mand traducir la obra al latn, versin que fue muy difundida en la Italia renacentista y estaba en la biblioteca de Pico, completo manual de magia talismnica y simptica, sobre la base de la filosofa natural (El Corpus Hermeticum, M.D. Fgares).

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Hermeneuta, gua de todos los viajes, Hermes preside la propia visitacin interior que precede a cada renacimiento, a cada transformacin. Hermes Thot Los antiguos egipcios traducan el nombre de su dios Thot escriba divino, inventor de la palabra y de la escritura, Maestro de todo conocimiento oculto por el de Hermes a sus visitantes griegos de la poca clsica (Pitgoras, Platn, Herodoto...). Dios mediador, ritualista, mago, ms que a una persona seala una influencia espiritual que atraves los milenios asimilada a la bsqueda de la piedra filosofal y al origen de la civilizacin egipcia como espejo del cielo, patria de los conocimientos primordiales. Hermes Mercurio Asume la forma del elemento alqumico mercurial, es voltil y fugitivo. Smbolo de la transformacin-transmutacin, se acerca ms al Maestro como pastor que como dios. Homero lo representa como el ingenioso y creativo hijo del rayo, Zeus, y de la Tierra Madre, simbolizada por la ninfa Maya; negociador de las transiciones, mediador que conduce las almas y los mensajes, es un conductor por excelencia. Hermes Trismegisto Modelo mtico del Iniciado Adepto y del hermeneuta, depositario de un saber secreto que despierta la reminiscencia, su saber es anterior al diluvio; su camino nos lleva al camino de la Creacin, al reencuentro consciente con nuestra verdadera identidad. Acta como un espejo, refleja el cielo en la Tierra y la Tierra en el cielo, lo invisible en lo visible y viceversa. Ensea el secreto de las imgenes y de la imaginacin. El Renacimiento reactualiza los tres rostros del dios y produce una nueva sntesis. De Hermes Toth, mediador, inventor de la escritura, surgir el reconciliador que restaura el sentido y la importancia de las antiguas sabiduras para el nuevo saber. De Hermes Mercurio, el pastor alqumico, surgir la transmutacin de la conciencia, que descubre el poder creativo del microcosmos y ayuda a liberarse de la fatalidad. De Hermes Trismegisto, seor de los secretos y de las imgenes, se activa el poder de la imaginacin para recrear el cielo en la Tierra.

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Las caractersticas del Hermes del Renacimiento El reconciliador que restaura los conocimientos olvidados que liberan el alma Profeta, mediador, restaurador de conocimientos olvidados, el dios Hermes impulsa e inspira a los hombres del Renacimiento. El dios doble de Gminis simboliza para Leonardo la facultad del artista y del cientfico de desdoblarse de la realidad, de proyectarse con la imaginacin. Leonardo lo toma como modelo ideal de un sabio mago, arquetipo del filsofo politcnico. El Hermes del Renacimiento reorienta el saber, impulsa una transformacin del sentido a travs de la reunin de los contrarios. Sus ms fervientes servidores son todos espritus reconciliadores como Marsilio Ficino o Pico de la Mirndola, hombres de fe, cristianos y platnicos. La hermenutica sincrtica que practican (platnica, hermtica, cristiana y mgica) libera al hombre del Renacimiento del respeto medieval al orden pasivo y esttico, y al alma de las preguntas demasiado evidentes, de las respuestas demasiado fciles, de las soluciones aparentes. Cual nuevos Orfeos, los humanistas rescatan de los infiernos a la Eurdice platnica y la luz zoroastriana, pero tambin, como Pico de la Mirndola, la cbala hebraica que se integra a este nuevo hermetismo que tiene como objeto la restauracin de la antigua sabidura y su actualizacin a travs de verdaderos individuos de voluntad. Hermes, bajo su forma de Trismegisto, es su profeta, Platn su culminacin y el Cristo la ltima epifana de esta sabidura. El Hermes profeta se convierte tambin en Mercurio mediador en los escritos de Pico de la Mirndola. En su DE LA DIGNIDAD DEL HOMBRE, Pico afirma: la filosofa natural calmar los conflictos de opinin y las discusiones que hacen tambalear al alma en todos los sentidos... habla de manera tan gentil; invita con tanta sutilidad, nos alegra con la paz deseada.... La figura del Hermes del Renacimiento se revela intuitivamente a Nicols de Cusa un cuarto de siglo antes de que los texto hermticos, (POIMANDER), fuesen traducidos en Florencia por Marsilio Ficino18. Nicols de Cusa, de retorno de Constantinopla en 1437, despus de haber convencido al emperador de Bizancio, Juan VIII Palelogo, de seguirle a Occidente, (Concilio de la Unin de Ferrara y Florencia) para negociar la unin de las Iglesias

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El manuscrito estaba formado por catorce de los quince tratados de que constaba el Corpus Hermeticum y Ficino le dio el ttulo de Pimander, que es el de uno de dichos tratados. En l se ensea cmo, elevndose por encima de los engaos de los sentidos y de las nubes de la fantasa, podemos dirigir nuestra mente hacia la mente divina; de la misma forma en que la Luna se vuelve hacia el Sol, Poimandro, es decir, la mente divina, puede penetrar en la nuestra infiltrndose hasta el punto de que ella pueda contemplar el orden de todas las cosas tal como existe en la mente de Dios. El texto tuvo una enorme difusin, despus de su primera impresin en 1471 se hicieron diecisis ediciones (El Corpus Hermeticum, M.D. Fgares)

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latina y griega, tiene una fulgurante iluminacin que le lleva, quizs sin saberlo, a definir la caracterstica esencial del dios: ... de dos argumentos opuestos el uno descarta al otro. Esto es lo que nos han enseado. Si una mesa es negra no puede ser blanca, ni la noche puede ser al mismo tiempo oscura y luminosa. Hasta ahora sta ha sido la base de todo pensamiento racional, ningn sabio ha tenido el atrevimiento de avanzar ms, por temor a entrar en la tinieblas. Pero, aparte de la razn, poseemos la inteligencia y la intuicin y esta noche se me ha revelado como la luz de un rayo, una aparicin y una bendicin, el conocimiento de la coincidencia de los puntos opuestos ...esta coincidentia oppositorum... est por encima de nuestra razn, pero al alcance del intelecto; todos los puntos opuestos se encuentran en una perfecta armona, lo negro y lo blanco, lo luminoso y lo oscuro, lo temporal y lo atemporal, el hombre y Dios , lo finito y lo infinito. En el limitado mundo de la razn, en el mundo de mi sabia ignorancia, los puntos opuestos se anulan mutuamente, pero en el mundo de la Verdad superior (inteligencia-intuicin), que se me ha abierto hoy, estn y deben estar en armona. Puesto que los puntos opuestos se reencuentran en lo infinito, esto permite el conocimiento de la Unidad en lo infinito y la existencia de lo Uno en la mltiple existencia de lo temporal. En la Unidad de los puntos opuestos, el plomo puede convertirse en oro y el hombre tiene la posibilidad de vencer la muerte y alcanzar la vida eterna. Esta revelacin ...har pedazos todos los dogmas conocidos hasta ahora, toda la Escolstica y toda la filosofa (Nicols de Cusa, JUAN EL PEREGRINO). Las diferencias, las oposiciones, pueden reconciliarse sin por ello dejar de existir como dos hermanos que se pelean y vuelven a confraternizar. Cada extremo expresa su propia verdad, no estn equivocados desde su punto de vista, pero la Verdad nace de la unin de los contrarios. Cusa emplea metforas matemticas para explicar su visin, tan difcil de describir: El universo es una esfera infinita, cuyo centro se encuentra en todas las partes y su circunferencia en ninguna. Insiste en que su conocimiento no niega la fe sino que la revelacin obtenida es el ltimo peldao de la sabidura humana, y que mas all comienza la mstica divina. Esta coincidentia oppositorum que redescubre Nicols de Cusa est simbolizada en el caduceo del dios Hermes en que figuran dos serpientes que se enfrentan y se renen en torno a un bculo alado que simboliza la trascendencia de los opuestos. El Hermes del Renacimiento es un espritu reconciliador que, como Cusa, busca con su voluntad la unin de los contrarios sin negar las partes ni disolverlas o uniformizarlas, respetando las diferencias, propiciando la unidad en la diversidad. La filosofa hermtica es ante todo el rechazo de la fragmentacin del saber en regiones rivales (Bonardel, pg. 59, LHERMETISME).

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La revelacin de la coincidentia oppositorum propiciar un encuentro excepcional entre la figura del dios Hermes y el espritu renaciente del siglo XV, enamorado de reconciliaciones, de unificacin de la diversidad, de retorno a los orgenes y de progreso. Inspirados por Hermes, los filsofos humanistas del Renacimiento buscan una comunidad de ideas o esencias que permita a las religiones y filosofas no oponerse ms como incompatibles. El dilogo reemplaza al anatema. El hermetismo del Renacimiento propone una comprensin del mundo capaz de conciliar lo uno y lo mltiple; la fe y el conocimiento; la razn y la imaginacin. El reencuentro con el dios Hermes se efecta en los confines del mito y de la historia. En el siglo XV en Italia se dedican iglesias a Hermes, a Sanctus Hermes, Hermes Catolicus Cristianus, San Mercurio. Hermes aparece como un santo, un protector de la Iglesia y un Mago (ibdem). La catedral de Siena lo representa en su pavimento de entrada (1469) como un sabio venerable, tendiendo un libro a un oriental bajo el ojo aprobador de un hombre del Renacimiento. Aparece Hermes acompaado de dos sibilas que sostienen sus profecas acerca del advenimiento del cristianismo, segn la versin de Lactancio, y otras con las restantes. Hay una inscripcin que dice: Hermis Mercurius Trimegistus contemporeneus Moysi. Moiss est representado en una figura oriental, tocada con turbante, que se encuentra a la derecha de Hermes. Detrs de esta figura aparece un severo personaje, que parece tomar parte en los dilogos hermticos, tal vez su hijo Asclepio o Tat. La mano izquierda de Hermes reposa sobre una tablilla, soportada por esfinges, en la cual se lee: El Seor y creador de todas las cosas, a quien con toda razn hemos llamado Dios, despus de haber creado al segundo Dios, visible y sensible (...). As pues, despus de haberlo creado, solo y nico, se le apareci bello y colmado de todo bien posible; entonces l lo santific y lo am en todo como a un Hijo. Moiss sostiene un libro sobre el cual tiene la mano derecha Hermes y sobre este libro est escrito: Dedicaos a las letras y a las leyes, egipcios (esta inscripcin procede de la frase de Cicern citada por Lactancio, que sostena que Hermes haba proporcionado leyes y letras a los egipcios, y podra interpretarse como una exhortacin para revivir ese espritu). Por otra parte, el papa Alejandro VI encarg al Pinturicchio en las dependencias vaticanas de los Borgia una serie de frescos llenos de motivos egipcios, en los que se glorifica la religin egipcia, como seal de proteccin a la magia y a la cbala y a la defensa de Pico de la Mirndola, condenado por su antecesor, Inocencio VIII. (De hecho, el 18 de junio de 1493 Pico es absuelto de hereja, aunque se mantiene la condena sobre las 900 tesis y la APOLOGA). En ellas Hermes aparece representado frente a Moiss, presididos por la diosa Isis (El CORPUS HERMETICUM, M. D. Fgares).

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El que revela a la conciencia su propio poder interior En el Renacimiento, la nocin de microcosmos obtiene una significacin dinmica que el Medioevo le neg, y aunque probablemente fuese conocida en los antiguos Misterios, es promulgada hacia lo profano pblicamente como base de una nueva espiritualidad y filosofa en el Renacimiento. En la DOCTA IGNORANCIA Cusa seala que slo integrando a la vez nuestra naturaleza intelectual y sensible se puede llegar al lmite supremo y participar de la plenitud de todas la perfecciones del universo y de todos los seres que lo componen. A partir de Nicols de Cusa, los filsofos del Renacimiento no conciben al hombre como una pasiva imagen reducida del universo sino como un centro de fuerzas potenciales que se activan con la voluntad y la imaginacin. El hombre microcosmo del Renacimiento puede conquistarse, transformar la Naturaleza, vencer la adversidad; es un ser dinmico en devenir, libre de elegir su condicin y su destino. El hombre no descubre solamente en s mismo el orden del universo, sino tambin su propio dinamismo conquistador. Aunque Hermes en el mundo medieval dictaba las correspondencias, lo haca dentro de un universo esttico y cerrado. Su propia naturaleza mvil e imprevisible estaba prisionera de un mundo en donde oposicin, separacin y limitacin dictaban la ley. Con el Renacimiento ya nada es esttico y los viejos aforismos hermticos, todo vibra, todo est en todo, cobran realidad. Las jerarquas ya no se superponen sino que se relacionan entre s. Dios est en cada cosa, como las cosas estn en l (Nicols de Cusa), por lo que el hombre tiene un potencial divino que debe ser actualizado. En vez de estar cmodamente instalado en el interior de un universo cerrado y mecnico, el hombre toma conciencia de su propio poder interior, y concibe la posibilidad de elaborar y producir conjeturas, proyectos, conquistas materiales y espirituales. Puede ser mejor sin perder a Dios. Durante el Medioevo slo Dios tena voluntad. En el Renacimiento, el hombre tiene o puede conquistar la voluntad (Delia Steinberg, EL RENACIMIENTO). Con el hombre del Renacimiento el aspecto creador del individuo se libera y la libertad de movimiento emerge de la voluntad de elegir un destino. Marsilio Ficino describe con entusiasmo los poderes del alma. sta no imita pasivamente al macrocosmos sino que se define por sus propias capacidades de accin. Inquieta, preocupada, en devenir, el alma no se contenta ms con la contemplacin pasiva del esplendor del universo, sino que busca perfeccionarse y lograr la inmortalidad. Potencia realmente maravillosa que torna infinito al Uno y Uno al Infinito (Pico de la Mirndola, Teologa platnica, VIII, 16.). Pico de la Mirndola explicitar an ms en su Discurso sobre la dignidad del hombre este voluntariado del alma que

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nos lleva a una filosofa activa que da un sentido positivo a la obra del hombre en el mundo. Es as como podemos comprender la influencia extraordinaria de la magia o de la astrologa en la poca: el filsofo hermtico del Renaci-miento no quiere soportar pasivamente las influencias de los astros o de los demonios, quiere descubrir los principios que le permitirn vencer a la fatalidad. Para los filsofos del Renacimiento, la magia no hace milagros sino que es natural. Para Pico no es la utilizacin de fuerzas oscuras o demonacas, independientes de las leyes del universo, sino una operacin natural que la ciencia podr explicar algn da, pero que aprovecha propiedades insuficientemente conocidas de fenmenos naturales que hoy llamamos secretos o misterios. La magia dice Jacob Behme no es nada ms que una voluntad, y esa voluntad es el gran misterio de toda maravilla y todo secreto: ella se opera a travs del deseo del Ser. Marsilio Ficino reconoce tres guas celestes para el peregrino terrestre: Mercurio, Febo y Venus. La Voluntad, la Inteligencia comprensiva y la Memoria que lleva a los orgenes, deben acompaarlo para llegar a su propia iluminacin y unin en la visin de su propia luz, esa luz que nos atrae hacia la patria perdida de la beatitud. El hombre no es solamente el pequeo mundo, es el punto nodal de la creacin entera, la focal receptiva y activa del estremecimiento inicial, proveniente del Dios Infinito (Bonardel, pg 68, LHERMETISME).

El mensajero de la imaginacin que libera de la fatalidad Tal como postularon Bruno, Paracelso o Jacob, la imaginacin puede efectivamente mover montaas, poner en marcha a los pueblos, y con ella los sueos pueden hacerse realidad. Pero para operar la transformacin de la visin en la realidad, el operador debe proyectar su voluntad con el sentimiento ms puro que posea. Segn Ficino, la imaginacin produce cuatro sentimientos: deseo, placer, temor y dolor. Si no los controlamos agitan nuestra alma perdindola (fantasa). La imaginacin es el vestido del alma para Ficino y Bruno. Bruno crea una tcnica del uso de las imgenes no slo como mnemotcnica para mejorar la memoria sino como instrumento para relacionarse con el espritu y las fuerzas de la Naturaleza mas all de las encantaciones y talismanes, una suerte de visualizacin de formas en correspondencia simptica con las leyes y principios que el operador quiere servir y movilizar. Para Paracelso la imaginacin activa es el intermediario entre el pensamiento y el Ser. Concibe la imaginacin como la encarnacin del pensamiento en la imagen (smbolo). Concebir, imaginar, es engendrar, dice Paracelso: Qu es la imaginacin sino un Sol en el hombre?.

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El valor que se le dio en el Renacimiento al poder de la imaginacin no es el poder de la fantasa. Es el poder de nuestra imaginacin para conectarse con las imgenes arquetpicas y, segn enseaba G. Bruno, grabar estas imgenes arquetpicas en nuestra memoria. Cada idea tiene una imagen. Si captamos la imagen, captamos la idea, si recordamos la imagen, recordamos la idea. (Delia Steinberg, EL RENACIMIENTO). Con su voluntad y conviccin el hombre puede determinar su lugar en el universo. Nada est predeterminado de antemano. El Hermes del Renacimiento trae consigo la conciencia y la necesidad de asumir la incertidumbre. La nocin de microcosmos no se identifica ms con un orden existente e impuesto desde el exterior, sino que se torna un campo de fuerzas abierto sobre el infinito. La dignidad renacentista consiste en la capacidad de recobrar esta facultad de superacin interior, que permite trascender la fatalidad de las circunstancias. A la totalidad pasiva, que se reflejaba en el microcosmos, se sustituye una unidad conquistada mas all de las diferentes fuerzas que nos constituyen. El hombre compuesto de la diversidad del universo se unifica y se transforma en un Individuo. Una conciencia unificadora capaz de armonizar en su seno la diversidad contradictoria que la compone; ya no es la suma de las partes, sino su interrelacin, revelando potenciales hasta ahora ocultos. El Hermes del Renacimiento nos permite imaginarnos como una unidad. Toda la materia y todo el espritu de la tierra se encuentran concentrados en el hombre, microcosmos capaz de operar prodigios. Nada es imposible para una imaginacin suficientemente fuerte. Pomponazzi afirma: Dios cre el universo imaginando, el hombre a su vez crea a la imagen de Dios... dispone de poderes analgicos similares por lo menos en potencia. Y Febo (A. Faivre, ACCS LSOTERISME OCCIDENTAL, pg 185): La imagen eficaz se forma en la interseccin del deseo divino descendiendo sobre el hombre y nuestro deseo que viene a su encuentro. La imaginacin divina (ideacin), que es pensamiento (primordial) se encarna en formas y figuras, se plasma en imgenes sensibles (cuerpos). Dios se manifiesta engendrando a travs de Fiat (Fohat), el universo es una imagen real de una imagen que Dios ha imaginado. Dios imagina en Sofa (la sabidura). Expresndose, Dios se manifiesta en un universo que se sita entre el espritu puro y el real concreto, es decir un mesocosmos, el mundo de la imaginacin creadora. Imaginar es crear, revelar. La imaginacin crea en el hombre la esencia de sus propsitos, la potencia de su devenir. Esta imaginacin que representa las cosas como son y no como queremos que sean, nada tiene que ver con la fantasa. Tiene el poder de simbolizar, de ser mediadora, y de poner en relacin lo visible con lo invisible, lo que es y lo que no es todava. Cuando el hombre imagina, y se relaciona con las leyes del cielo y la tierra, se vuelve

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un smbolo en la tierra. Y sta es su facultad primera, la que lo diferencia de todos los seres vivientes en el planeta. El hombre como smbolo activo es otra de las figuras del Renacimiento.

Renacer como individuos El Hermes del Renacimiento, heredero de los tres Hermes del pasado, transmite su espritu pero tambin actualiza un nuevo potencial de su propia esencia, transforma al hombre de sujeto en actor y le hace renacer como individuo. Como muy bien seal Ficino, es el Mercurio de la voluntad individual que ejerce su libertad para luchar contra la fatalidad y forjar su destino actualizando el potencial universal reflejado en l y vuelto una fuerza activa, y es el agente que provoca el renacimiento interior, que transmuta al sujeto pasivo en individuo activo. El infante se transforma en adulto y la travesura en aventura que transmuta.

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INFLUENCIAS ORIENTALES
EN LA FILOSOFA RENACENTISTA

Aunque comnmente se identifica al movimiento renacentista con una recuperacin de los valores de la Antigedad grecorromana, una mirada un poco ms atenta nos permite apreciar el importante papel que desempea en la escena del resurgir de los estudios filosficos una corriente de pensamiento que se armoniza con el neoplatonismo florentino de la Academia de Careggi y que podramos considerar de carcter esotrico. En ese sentido, se ha estudiado con cierta profundidad19 el inters suscitado por la aparicin del corpus de escritos atribuidos a Hermes Trimegisto y su contenido lleno de alusiones a la Iniciacin en los Misterios, y la instruccin de un Maestro (Thot) a sus discpulos (Asclepios y Tat) sobre las grandes verdades del conocimiento esotrico. Pero son menos conocidas otras influencias igualmente trascendentales. Marsilio Ficino, que recibi el encargo de traducir los textos hermticos, en la dedicatoria de la traduccin a Cosme de Mdicis establece una genealoga de saber teolgico o Prisca theologia, que tiene su origen en Mercurio y culmina con el divino Platn. Esta suerte de cadena de sabios estara formada por Zoroastro, Mercurio Trimegisto, Orfeo, Aglaofemo (que haba sido iniciado por Orfeo y cuyo sucesor sera Pitgoras), Pitgoras y Platn. Se basa Ficino en la autoridad de San Agustn, Cicern y Lactancio, el cual en sus INSTITUTIONES recoge abundantes citas del CORPUS HERMETICUM y termina afirmando que la obra resplandece una luz de iluminacin divina. En ella se ensea cmo, elevndose por encima de los engaos de los sentidos y de las nubes de la fantasa, podemos dirigir nuestra mente hacia la Mente divina. De la misma forma en que la Luna se vuelve hacia el Sol, nuestra mente puede fundirse en la Mente divina hasta contemplar el orden de todas las cosas tal como existe en la mente de Dios. El texto tuvo una enorme difusin, hasta tal punto que despus de su primera impresin en 1471 se hicieron diecisis ediciones. Las condenas de San Agustn sobre algunos prrafos del Asclepius, que contenan elementos mgicos, haban desprestigiado el nombre de Egip-to, pues se asociaba a una magia anatematizada ya en la Edad Media. El CORPUS HERMETICUM, extraordinariamente piadoso, vena a rehabilitar la figura de Hermes, relacionndola con la filosofa platnica. La posicin extraordinariamente elevada que se asign a Hermes en esta nueva era trajo como consecuencia la rehabilitacin de Egipto y de su sabidura, a la vez que produjo idntico efecto con respecto a la magia a la que iba asociada tal sabidura20. Pero no es slo Hermes el antiguo sabio que ense a los hombres los Misterios divinos, pues antes que l, en la genealoga ficiniana, aparece Zoroastro, y si los escritos hermticos resultaron trascendentes para el despertar a la sabidura de aquellos filsofos del Quatrocento, junto con tales textos se encontraba un conjunto de enseanzas
19 20

Vid. Frances Yates: Giordano Bruno y la tradicin hermtica. Ariel. 1983 (para la edicin espaola). Frances Yates op. cit. pg. 36.

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conocido como Orculos caldeos , equiparados a aqullos en su carcter mgico y esotrico e igualmente venerados y respetados. Hermes y Zoroastro, a travs de oscuros textos metafsicos, hicieron presente la tradicin esotrica de Oriente, la magia y la tergia21 de las Escuelas de Misterios de la Antigedad. Como dice Kristeller, el platonismo renacentista era plenamente consciente de ser parte de una tradicin22 que se remontaba a la Antigedad egipcia y persa, pues los sabios de la Antigedad y Platn mismo representaban una philosophia perennis, trmino acuado, curiosamente, por Agostino Esteuco, telogo catlico del siglo XVI.

La llegada de Gemistos Plethon Con toda probabilidad fue un sabio bizantino el encargado de dar a conocer en Florencia los textos caldeos. En efecto, cuando Jorge Gemistos Plethon llega a Florencia en 1437, acompaando al emperador de Bizancio Juan VIII, y ofrece a Cosme de Mdicis la idea de fundar una Academia platnica, segn el modelo de la que l haba fundado en Mistra, en el Peloponeso, tena en su bagaje intelectual un complejo trabajo de sntesis entre Oriente y Occidente, quiz simbolizado en su propia trayectoria vital23. Aunque aparentemente podra creerse que la aportacin original de Plethon era el conocimiento de los textos platnicos y plotinianos, dado que la Academia florentina centr sus trabajos en los escritos de Platn y Plotino, debemos considerar la aportacin de Plethon en consonancia con sus mismas obras publicadas, de un contenido que nos remite a una sntesis ms audaz con las doctrinas persas. Cosme le encomend la ctedra de Filosofa en Florencia y lleg a ser el maestro del cardenal Besarin: extract y coment las obras de Appiano, Teofrasto, Aristteles, Diodoro Sculo, Jenofonte, Porfirio y Dionisio de Halicarnaso. Escribi obras de teologa, msica, retrica, oraciones fnebres, historia y tratados de geografa. Su obra DE GESTIS GRAECORUM POST PUGNAM AD MANTINEAM, a partir de Diodoro y Plutarco, se edit en 1503 en Venecia, y se hicieron numerosas ediciones en varios idiomas, entre ellos el espaol. Otras obras suyas fueron: DE REBUS PELOPONESIACIS CONSTITUENDIS, ORACULA MAGICA ZOROASTRIS, PROLE-GO-MENA ARTIS RHETORICAE, ORATIONES FUNEBRES DE INMORTALITATE ANIMAE, los tratados ZOROASTRI ET PLATONICORUM DOGMATUM COMPENDIUM, DE FATO; DE VIRTUTIBUS; DE LEGIBUS y DE PLATONICAE 24 ATQUE ARISTOTELICAE PHILOSOPHIAE DIFFERENTIA .

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Recogemos la acepcin de dicha palabra segn Blavatsky en el Glosario Teosfico. Paul O. Kristeller: El pensamiento renacentista y sus fuentes. Fondo de Cultura Econmica, 1993, pg. 185. 23 Haba nacido en Constantinopla en torno a 1389 y muri en Peloponeso en 1450, donde residi durante bastante tiempo. A causa de sus conocimientos fue llamado Gemistos (el ms brillante). Ocup un puesto importante en la corte del emperador Juan VIII (1425-1448), que viva los ltimos tiempos del imperio bizantino, herido de muerte tras las luchas dinsticas que precedieron a la llegada al trono de Manuel II (1391-1425), tras eliminar a su hermano Juan VII. 24 De las obras de Plethon se han traducido al espaol hasta el momento solamente el Tratado sobre las leyes y el Memorial a Teodoro. Ver edicin de Francisco L. Lisi y Juan Signes. Tecnos, Madrid, 1995.

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Entre tal diversidad, comprobamos su intencin de conciliar las teogonas orientales con las doctrinas del estoicismo y los dos pilares del pensamiento clsico: Platn y Aristteles. Para Plethon, Zoroastro era la ms antigua fuente de sabidura, cuya genealoga terminaba con Pitgoras y Platn, y los Orculos caldeos eran la fuente prstina de la sabidura de Zoroastro, una obra que se consideraba contempornea de los textos de Hermes Trimegisto y que haba sido escrita en el siglo II d.C. en tiempos de Marco Aurelio. Plethon era uno de los pocos pensadores que se declaraban paganos (de religin mitrdica) y que consideraban el platonismo como una religin fundada en tiempos remotos por Zoroastro, cuyo principal profeta era Platn y cuyos sacerdotes fueron los filsofos neoplatnicos de los primeros siglos de la edad cristiana25. Gemistos Plethon haba editado y comentado los Orculos realizando una composicin bajo el ttulo de ORCULOS MGICOS DE LOS MAGOS DISCPULOS DE ZOROASTRO26, una de sus primeras obras, y es el primero en atribuir la doctrina esotrica de los mismos a Zoroastro, siguiendo a Proclo, con idntica pretensin de vincular su pensamiento al de una tradicin oriental antigua a la que las corrientes hermticas haban simbolizado en la figura de Hermes Trimegisto, va la exgesis neoplatnica alejandrina. Por lo dems, abundan en sus obras alusiones a la antigedad de las enseanzas de Zoroastro, con las que coinciden segn el Pitgoras y Platn: nosotros nos unimos a esta (doctrina) de Zoroastro que es la ms poderosa, con la que coincide la filosofa de Pitgoras y Platn, puesto que supera en exactitud a todas las otras y al mismo tiempo es la concepcin de nuestros padres27. Los filsofos helensticos iranios haban tomado la figura de Zoroastro para encuadrar la tradicin antigua y su vinculacin con los antiguos Misterios Iniciticos babilnicos. Desde la poca de los Aquemnidas, al oeste del Irn, desde Mesopotamia al mar Egeo, existieron centros de estudio y trabajo encabezados por una casta de sacerdotes llamados los Maguseos, abiertos a doctrinas diversas, entre ellas las de los sacerdotes de Babilonia y alejados de las ortodoxias zoroastrianas promovidas por las reformas.

Platn y el esoterismo oriental En Florencia ya se haban dado a conocer los textos griegos con anterioridad a la llegada de Gemistos Plethon por parte de ciertos humanistas bizantinos, como Manuel Crisoloras, iniciador de una corriente que pone en contacto el mundo bizantino con el
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Pedro Azara, notas a la traduccin de Sobre el furor divino y otros textos de Marsilio Ficino. Anthropos, 1993. 26 Segn aparece en la obra Les mages helleniss,I, Pars 1973 de J. Bidez-J.Cumont y estara recogida en lengua inglesa segn se indica en la obra Zoroaster the prophet of ancient Iran, A.V.W. Jackson, Nueva York, 1928. No existe una edicin cientfica de esta obra de Plethon. En cuanto a la edicin de los Orculos, la primera se debe a W. Kroll en Breslau 1894, reeditada en 1962 en Hildesheim. Existe una traduccin al ingls indita y en 1991 Francisco Garca Bazn ha traducido por primera vez al espaol el texto y los comentarios de Proclo, Psellos y Numenio de Apamea, editado por la Biblioteca Clsica Gredos. 27 Gemistos Plethon: Tratado sobre las leyes. Tecnos, 1995. Pg.130.

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incipiente ambiente renacentista italiano. Llegado a Florencia desde Constantinopla en 1397, inici la primera traduccin al latn de la REPBLICA de Platn, que continu Uberto Decembrio, su discpulo. Tambin tuvo contacto con Leonardo Bruni, de Arezzo, traductor de dilogos platnicos y de obras de Aristteles como la TICA A NICMACO y la POLTICA. A principios del siglo XV Juan Argiropulos imparta en Florencia lecciones de griego y de filosofa platnica con gran xito. De hecho, l fue quien dio a conocer a Plotino en Florencia aunque se atribuy despus a Ficino. Las lecciones de Argirpulos se dividen en sus comentarios pblicos sobre Aristteles, en parte por imperativos acadmicos de la poca y en parte porque consideraba que era el saber ms externo, y las lecciones privadas que imparta a un crculo ms interno sobre una secreta y oculta doctrina de Platn, segn afirma Garin28. La referencia a Platn como maestro de enseanzas secretas tambin la encontramos en Ficino, cuando afirma que Cosme buscaba en Platn y en los escritos hermticos los secretos internos de la misma sabidura. Ghirlandaio incluye al filsofo bizantino en su cuadro de LA ADORACIN DE LOS MAGOS en 1487. En la controversia de Besarin contra los aristotelistas, opt por la armonizacin de las filosofas de Platn y Aristteles. Uno de sus discpulos, Donato Accaiuoli, dijo que Argiropulos les haba revelado secretos y las enseanzas ocultas de Platn a algunos de sus discpulos ms aventajados. Consideraba que la enseanza filosfica deba comenzar por la lgica y la dialctica, continuar con tica, filosofa natural y matemticas para finalizar con la metafsica, un esquema que tambin haba propugnado Psellos en Bizancio. En cuanto a la doctrina secreta de Platn, se una a los escritos hermticos y los orculos caldeos. Las lecciones de Argiropulos sirvieron de preparacin para el acceso a la Academia de Ficino, pues muchos de sus estudiantes accedieron despus a la escuela como sucedi con Donato Accaiuoli, el cual difundi las lecciones sobre la TICA A NICMACO29. No es frecuente encontrar referencias a las influencias orientales explcitas en los textos platnicos, si bien el propio filsofo alude a las enseanzas que los reyes persas hacan que conocieran sus hijos. Las ideas caldeo-iranias, pertenecientes a un cierto mazdesmo heterodoxo, se manifiestan en diversos pasajes de la obra platnica: en el TIMEO en primer lugar y sobre todo en el mito de Er, en la REPBLICA, que pone en boca de Er el Armenio, originario de Panfilia, identificado ms tarde con Zoroastro30, subrayando as su origen oriental, el relato sobre lo que vio en el ms all, uno de los mitos de mayor contenido mistrico de las doctrinas platnicas referentes a la inmortalidad del alma y a nociones de astronoma esotrica, que muy bien pudieran inspirar a Dante su COMEDIA. Debemos mencionar a Numenio, natural de Apamea, floreciente ciudad de Siria, y a Cronio, su compaero y seguidor, pertenecientes a la corriente neopitagrica, los cuales influyeron notablemente en Plotino, que sola leer y comentar sus obras.
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Citado por Arthur Field, en obra citada en nota 11. Vid: The origins of the Platonic Academy of Florence. Arthur Field. Princeton University Press, 1988 30 As lo indican Joseph Bidez y Franz Cumont en: Les Mages Helleniss I, Societ dEdition Les Belles Lettres, Pars, 1973, pg.185.

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Numenio fue contemporneo de Juliano el Tergo, pues su floruit habra estado en torno al ao 160, por lo que habra nacido en 120 d..C. Una de las obras de Numenio, titulada SOBRE LOS SECRETOS DE PLATN, fue comentada por Proclo y Jmblico en su da. En su escrito SOBRE EL DIVORCIO DE LOS ACADMICOS de Platn conocemos que con los primeros sucesores del maestro, Espeusipo, Jencrates y Polemn, el carcter de las doctrinas se mantuvo siempre el mismo31, ya que an no se haba producido la influencia escptica. Sin embargo, el pitagrico se lamenta de que a veces con rapidez, a veces lentamente, se distanciaban, por deliberacin o ignorancia e incluso por alguna otra causa que probablemente no estuviese exenta de ambicin. Y aade: me molesta que no hayan hecho todo lo posible por conservar ntegramente, en lo que se refiere a Platn, en toda doctrina y constantemente, una total conformidad de opiniones. Y eso que Platn se mereca esto de ellos, porque, sin ser superior, no era, empero, inferior al gran Pitgoras. La influencia neopitagrica lleg a la Academia platnica y sirvi para reorientar las enseanzas en gran medida.

Los orculos El texto a que nos referimos, cuyo ttulo en griego era LGIA CHALDAIK se debi a un personaje misterioso llamado Juliano el Tergo, hijo de Juliano el Caldeo, que habran vivido en Atenas en la segunda mitad del siglo II, poca en que gobernaba el emperador Marco Aurelio. Tanto el padre como el hijo fueron magos potentes, obradores de prodigios, como hacer llover y conocedores de los secretos de los talismanes y los dmones. Se trataba de hierofantes que dirigan una escuela o fraternidad mistrica, donde se investigaba la herencia de la magia persa y babilnica, conocimientos astronmico-astrolgicos y matemticos, junto con la prctica de rituales y la filosofa platnica propia del movimiento neopitagrico. Se ha querido ver igualmente la influencia de la Gnosis. Debemos a otro filsofo platnico bizantino, Miguel Psellos, del siglo XI, un resumen de la doctrina caldea, que haba conocido a travs de los textos de Proclo. No obstante, su interpretacin est presidida por una visin cristiana, que le impide apreciar ciertos matices que s valor Plethon: Sostienen que hay siete mundos corporales, uno gneo y primero, tres etreos y despus tres materiales, el ltimo de los cuales se denomina terrestre y enemigo de la luz; se trata de la regin sublunar, que encierra en s, adems, la materia, que denominan abismo. Creen en un Principio nico de todas las cosas y lo celebran como Uno y Bien. Despus honran a un cierto Abismo paterno, compuesto de tres tradas. Cada trada incluye Padre, Potencia e Inteligencia. Despus est la ynga inteligible, despus de ella los ensambladores, el gneo, el etreo y el material. Despus de los ensambladores los teletarcas. Despus de stos los padres fuentes, tambin llamados guas del mundo, el primero de los cuales es el que se dice ms all unitariamente.
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Ver la edicin de Fragmentos y testimonios, publicada por Biblioteca Clsica Gredos. Madrid, 1991, pg. 255.

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Despus de l est Hcate, despus el indicado como ms all dualmente. Despus de ste tres indoblegables y en ltimo lugar el que est ceido por debajo32. Psellos narra el rito anaggico que marc la sucesin de los dos Julianos, padre al hijo, cmo puso en contacto el alma de su hijo con todos los dioses y con el alma de Platn quien comparte la existencia de Apolo y de Hermes y por medio del arte hiertica lo elev hasta la visin directa (eppteia) de este alma de Platn para que le interrogara sobre lo que quisiera33. Encontramos en LA DOCTRINA SECRETA de H.P.B.34 alusiones y citas de los Orculos caldeos, tomadas de la obra de Miguel Psellos, uno de sus comentaristas como preceptos filosficos y mgicos de Zoroastro, indicando que sus doctrinas estaban muy alejadas de la supersticin. Los fragmentos que han llegado hasta nosotros sugieren el lenguaje metafsico, con alusiones a la iniciacin, a los misterios, a la experiencia contemplativa y mstica. La palabra caldeo (chaldaios-chaldaeus) segn Cumont designa a los habitantes de la baja Mesopotamia y posteriormente a los miembros del sacerdocio babilonio, en la poca aquemnida. Tambin se utiliz como ttulo honorfico para los griegos que haban estudiado en Babilonia, en los templos. La palabra caldeo se hizo sinnima de mago-iniciado, consagrado a la tergia35. En un determinado momento, la magia caldea, es decir, la iniciacin, se encuentra con la doctrina platnica, tras recibir sta las influencias neopitagricas. Uno de los primeros en comentar los textos fue Numenio de Apamea, de quien ya hemos hablado y Porfirio conoci de la existencia de los misteriosos textos por Numenio, los cuales le ofrecieron sugerencias simblicas para su obra EL ANTRO DE LAS NINFAS, un estudio sobre el simbolismo rfico de un fragmento del Ulises de Homero, concretamente los versos 102-111 del libro XIII de la ODISEA36, que contena las enseanzas esotricas que recibi de Cronio y Numenio. Precisamente, en su
Cita de la Exposicin caldaica de Miguel Psellos, incluida en la Introduccin general a los orculos caldeos, Francisco Garca Bazn. Biblioteca clsica Gredos. Madrid, 1991, pg. 18. 33 Ibdem 34 H.P. Blavastky: La doctrina secreta, Kier, Buenos Aires, 1979 Vol V., pg. 48. 35 H.P.B. nos explica en El Glosario Teosfico que la tergia consiste en una comunicacin con los ngeles y espritus planetarios los dioses de Luz y medios para atraerlos a la Tierra. Los sacerdotes que la ejercieron tenan como oficio evocar a los dioses durante la celebracin de los Misterios. Y subraya la perfecta concordancia entre la antigua Teurgia y la de los neoplatnicos de la escuela de Jmblico. Ver Glosario, voz teurgista. 36 En concreto, son los siguientes versos: En lo alto del puerto se alza un frondoso olivo / y a su lado se encuentra una grata y sombra cueva / consagrada a las ninfas que se denominan Nyades. / En su interior hllanse tambin crteras y nforas / de piedra en las que las abejas fabrican sus panales / y tambin ptreos telares de grandes dimensiones, donde las ninfas / tejen sus mantos coloreados de prpura marina, encanto visual. / Igualmente, manatiales de agua perenne, y dos accesos: uno, hacia el norte, se destina como entrada a los mortales; el otro, orientado al medioda, se reserva a los dioses, y nunca por l / penetran los hombres porque es el camino de los inmortales. Para Porfirio, la gruta o cueva era un smbolo platnico de origen pitagrico que representaba al universo. Ver Porfirio: La gruta de las ninfas. Ediciones Clsicas. Madrid, 1992.
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comentario a los referidos versos homricos, Porfirio indica que segn Eubulo, filsofo acadmico de la mitad del siglo II d.C., Zoroastro fue el primero que consagr en los montes prximos a Persia, en honor de Mitra, autor y padre de todas las cosas, una cueva natural florida y con manantiales, porque sta representaba para l la imagen del universo37. La Academia de Atenas renaci de la mano de Jmblico, natural de Calcis, en Siria, considerado como fundador de la magia teurgia entre los neoplatnicos, entre los siglos III y IV y restaurador de los misterios prcticos fuera del templo o santuario38. Fue dicho filsofo platnico sirio quien convenci a Porfirio de incorporar la magia teurgia a la escuela neoplatnica as como los misterios prcticos fuera del templo, cosa a la que en principio eran reacios tanto el mismo Porfirio como Plotino su maestro. Porfirio relata en su VIDA DE PLOTINO cmo un sacerdote egipcio le mostr en el templo romano de Isis su daimon familiar: la evocacin tiene lugar en el Iseo, ya que aquel era el nico lugar puro que dicen que dijo el egipcio haber encontrado en Roma. Pero cuentan que, al evocar la presencia visible del Demon, el que se apareci fue un dios y no uno del linaje de los Dmones. Cuenta Porfirio que a raz de este incidente Plotino escribi su tratado SOBRE EL DEMON AL QUE HEMOS CABIDO EN SUERTE. Tambin sobre los demones escribi Jmblico un tratado y otro SOBRE LOS MISTERIOS EGIPCIOS, y una VIDA DE PITGORAS que presenta ciertas analogas con la VIDA DE APOLONIO DE TYANA, de Filstrato, escrita en el siglo II. Los neoplatnicos Porfirio, Jmblico, Plutarco y Proclo mostraron la influencia doctrinal de los textos caldeos, como enseanza esotrica de la Academia platnica, con la teurgia como praxis central, a la que se accede tras la preparacin filosfica. Se parta de la base de que la enseanza dada por Platn tena elementos ocultos, envueltos en velos, cuyas claves podran desvelarse solamente al crculo de los iniciados en los misterios. As suceda en concreto en el siglo V en la Academia de Atenas, cuando era regida por Plutarco al cual fue presentado Proclo por Siriano, cuando llega a Atenas desde Alejandra donde haba acudido a estudiar filosofa. Proclo haba nacido en Bizancio el 8 de enero del ao 412 y muri el 17 de abril de 485 en Atenas, segn su discpulo y sucesor inmediato Marino. Cuando Plutarco iba a morir encomend a Proclo a Siriano y a su nieto Arquadas y encarg a Siriano que completase el ciclo de formacin de Proclo al estilo de la escuela, empezando por dos aos de filosofa de Aristteles, tres de Platn y por ltimo explicaciones sobre los poemas rficos y los orculos caldeos. Sabemos que los antecesores de Plutarco pertenecan a una misma familia: Plutarco, Nestorio el Mayor, Nestorio padre de Plutarco, Siriano y Proclo, que a su vez siguen una lnea de transmisin de los ritos secretos de la teurgia que probablemente se remontase hasta la poca de los Julianos antes mencionados. Estos maestros que tanto inspiraran a los filsofos bizantinos como a los renacentistas se dedicaron tambin a
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Porfirio, obra citada, pg. 38. H.P.B. Glosario teosfico, Kier, Buenos Aires, 1977, pg. 294. Nos indica que estaba versado en los misterios caldeos.

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conciliar la antigua sabidura egipcia con la filosofa platnica, ya que en ellas se encontraban los Misterios. El propio Plutarco en su obra Isis y Osiris afirma: nuestro discurso se dedicar en especial a conciliar la teologa de los egipcios con la filosofa de Platn39, el cual a menudo se expresa de modo encubierto y velado. En dicha obra, Plutarco se refiere a Zoroastro como mago, del que se dice que vivi unos cinco mil aos antes de la guerra de Troya40 y dedica un cierto espacio a la explicacin de las doctrinas de un zoroastrismo tardo. A la muerte de Plutarco, su hija Asclepigenia queda como sacerdotisa de los misterios y Siriano como instructor filosfico, pero tal herencia vuelve a unificarse en Proclo, el cual estuvo 25 aos al frente de la Academia. Entre sus obras, la mayora de ellas comentarios a las obras de Platn y de Plotino, tratados de matemticas y astronoma, se destaca su COMENTARIO A LA FILOSOFA CALDAICA. Gemistos Plethon se inspir en los escritos de Proclo para su propia interpretacin alegrica de las divinidades griegas, que le vali la acusacin de querer implantar el paganismo.

Los textos caldaicos Carecemos de espacio aqu para intentar un anlisis comparado entre los fragmentos conservados de los Orculos y algunas de las estancias del LIBRO DE DZYAN, referentes a cosmognesis. El contenido de los textos, altamente mstico, proporciona instruccin sobre el universo y el alma, as como sobre el camino de ascenso de sta hasta la contemplacin de los misterios, finalidad de la teurgia. Para el discpulo aspirante a la sabidura resulta relativamente accesible identificar los principios fundamentales de la gran doctrina secreta universal, y el lenguaje de los grandes Maestros. Tratar de realizar mi propio resumen sobre los mismos: Comienza afirmando la realidad inteligible, comprensible si dirigimos a ella la parte ms elevada de nuestro intelecto, denominada la llama alargada de un intelecto extendido, pues lo Inteligible est ms all del mismo. El poder de los smbolos est presente, empezando por el del tringulo, o espada de tres puntas: arroja en tu inteligencia el signo total de la tra-da. Estas apreciaciones permitirn captar las doctrinas sobre cosmognesis, que diferencian a lo Uno, o el Padre, del creador, el Intelecto y el Fuego: el artesano del cosmos gneo es un intelecto de Intelecto, en referencia a la doctrina de las emanaciones de un Intelecto primero (o mente csmica, Maat) a un Intelecto segundo, o Demiurgo, Logos, que da forma al cosmos, con el fuego de Fohat ya que todas las cosas en tanto que engendradas pertenecen a un Fuego nico.

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Plutarco: Isis y Osiris. De Lidium, Buenos Aires, 1986, pg. 51. Plutarco, obra citada, pg. 48.

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La primera trada, a quien denomina los padres, permanece en el Abismo del Silencio alimentado por Dios, en la premanifestacin, conteniendo todas las cosas pues todas las cosas estn sembradas en el seno de esta trada. La sustancia primordial recibe la denominacin de Hcate en cuyo seno la trada extiende la fuerza vivificante del fuego muy poderoso, en una suerte de fecundacin csmica que da nacimiento al Alma del mundo, segn el poder de los ensambladores, o arquetipos, segn los cuales se efecta la distribucin de la vida de donde brota la materia multifactica, desde donde todo comienza a extenderse, a medida que la parte ms brillante y potente del fuego se lanza a las cavidades de los mundos. El torbellino de fuego as activado produce rayos indoblegables que el alma del mundo-Hcate recibe como el aliento, o soplo poderoso y la Inteligencia divina coloca a las estrellas en sus lugares, por surcos de fuego inflexibles, siguiendo un orden jerrquico. Surgen tambin las ideas intelectivas, o arquetipos, a partir de la fuente primera paterna perfecta en s misma. El Intelecto paterno, a la manera egipcia se considera engendrado por s mismo y mediante el lazo cargado de fuego que podramos relacionar de nuevo con Fohat, y que el orculo interpreta como amor con cuya ayuda los elementos del cosmos persisten fluyendo. Este lazo admirable est en relacin con el surgimiento de las almas, formadas por el Amor, la Inteligencia y la Voluntad, trada divina. Hcate como Madre del Mundo, tambin llamada Rea, sirve de espacio en cuyo centro se efecta la unin entre el Intelecto no manifestado y el Logos creador, en su costado derecho surge la vida de los mundos mientras que en su costado izquierdo reside la fuente de la virtud que permanece ntegra, y sobre sus espaldas se balancea una naturaleza inmensa, como vida universal. Los mundos se extienden en siete firmamentos y en el corazn se fija el fuego solar, desde donde el fuego alcanza los planos de materia densa, de fuego y de agua, de tierra y de ter, o aire. A partir de las analogas macrocsmicas, la enseanza va derivando suavemente hacia la explicacin de la doctrina de las almas, definidas en estos trminos: porque el alma, que es como un fuego brillante por la potencia del Padre, permanece inmortal, es seora de vida y contiene las plenitudes de los mltiples senos del mundo. Hombre, eres un artificio de naturaleza audaz! Esta exclamacin nos recuerda la de Hermes cuando define al hombre como magnum miraculum en el dilogo titulado Asclepios, citado tambin por Pico de la Mirndola en su DISCURSO. Hay instruccin prctica para poder realizar las potencias latentes del alma pues es necesario que quien es un mortal con posibilidades de pensar embride el alma, para que no choque contra la tierra infortunada, sino que se salve. Y recomendaciones para no dejarse llevar por las apariencias de las cosas, ni por su manipulacin a travs de las artes adivinatorias, sino ms bien tratar de descubir las bellezas indecibles que la mente divina ha dejado en el mundo como smbolos, a travs de los cuales el alma se remonta hacia la luz, una vez que ha conseguido elevarse por el mismo camino por el

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que descendi, cuando unas la accin a la palabra sagrada, expresin que hace referencia a los ritos propios de la Tergia. Es necesario que te apresures hacia la luz y hacia los esplendores del Padre, desde donde te ha sido enviada el alma vestida con un intelecto mltiple, dice el orculo, pues hay que aprender a dominar las pasiones de la tierra y dejar de pensar segn el cuerpo, para poder despertar el poder interno del alma. Hay que aprender tambin a protegerse de los dmones inferiores terrestres, que intentan apartar a las almas de los ritos. A algunos ha concedido comprender, por el estudio, el smbolo de la luz; a otros, incluso mientras duermen, los ha hecho fructificar con su poder. Guarda silencio, iniciado, recomienda, dando a entender que lo que viene a continuacin (lamentablemente bastante fragmentado) es una doctrina mistrica, relacionada con las invocaciones que se hacen a los bienaventurados que se dejan ver en determinadas condiciones: habiendo invocado as, contemplars o un fuego que semejante a un nio se apresura a saltos sobre la onda del aire, o tambin un fuego sin forma desde donde se lanza una voz, o una luz exuberante que se enrolla silbando en torno al campo; pero tambin un caballo de aspecto ms resplandeciente que una luz, o incluso un nio subido sobre el dorso de un caballo, inflamado o cubierto de oro o, por el contrario, desnudo, o, incluso, disparando el arco y erguido sobre el lomo. La doctrina de la reencarnacin tambin est presente, aclarando que se vuelve a la vida entre los hombres y no entre los animales. Pero el tergo debe mantenerse elevado, por lo que le advierte varias veces: no te inclines hacia abajo, porque los tergos no forman parte de la muchedumbre dominada por la fatalidad...que va en tropel.

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EL HUMANISMO Y LA VA FILOSFICA

La conversin de la visin (del amor fsico al amor de la sabidura) Nada es ms grande que el hombre aqu abajo; nada en l es ms grande que el espritu y el alma; si te elevas hasta all, pasars las puertas del cielo Pico de la Mirndola

Alguien le pregunt a Ficino por qu los hombre llevan en la Tierra una vida atormentada, y respondi describiendo el espectculo que los acrbatas hacen en la calle: caminan sobre las manos, las piernas para arriba; se esfuerzan en mirar con un ojo las cosas de la tierra y con el otro las cosas del cielo, lo cual es incmodo; se las ingenian para agarrar lo que est en el suelo con sus labios, y lo que cuelga del cielo con sus pies. El espectculo vergonzoso que nos ofrecen es, precisamente, el mismo que nos muestran los hombres interesados en las cosas exteriores. De ah la exhortacin final de Ficino: Detn este juego, vuelve a ponerte de pie. Para Ficino, como para los humanistas del Renacimiento, filosofar es amar a Dios y volver a l. Desde siempre el camino del filsofo es un retorno a los orgenes, como lo seal Mircea Eliade. El sabio es el que busca, no para encerrar el mundo en una prisin de conceptos sino para volver a descubrir el misterio del poder creador y volverse creador a su vez. El CORPUS HERMETICUM habla de regresar hacia las cosas antiguas y primordiales (IV,9). El primer paso es conocer la naturaleza divina del alma inmortal escondida en el fondo de s mismo. Para ello el filsofo deber desarrollar una mirada interior, que los artistas del Renacimiento simbolizan como una ceguera fsica. Cuando el hombre se ve a s mismo con sus ojos fsicos, su imaginacin le muestra cierta imagen de l mismo que slo luego se preocupar de juzgar. Para realizar este ejercicio del alma, vuelve su mirada interior hacia el concepto y la razn de ser del hombre, que es, por esencia, luz divina. Desde ese momento su verdadera naturaleza le aparece gracias a una iluminacin repentina, y lo mismo sucede para las dems cosas. Ficino41.

El amor ciego y la conversin de la mirada Orfeo dice que el amor es sin ojos porque est ms all del intelecto Pico de la Mirndola

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citado por E. Garin, op. cit. p. 230 a 232.

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Segn Pico de la Mirndola, el hombre posee dos rganos de la visin: uno para el mundo sensible y otro para el mundo inteligible. Pico da una interpretacin alegrica de la fbula de Tiresias que cuenta Callmaco: por haber mirado a Diana desnuda, que significa la Belleza arquetpica, fuente de toda sabidura autntica, Tiresias se volvi ciego: perdi la vista corprea pero recibi el don de profecas, de la vista incorprea. Esta visin interna est tambin simbolizada por Cupido con los ojos vendados, representado en los cuadros de los pintores del Renacimiento. En los Furores Heroicos, Giordano Bruno seala las nueve razones por las que a veces ocurre que el alma sea ciega respecto de su objeto divino. Y concluye que para ver a Dios mejor vale cerrar los ojos a las especies representadas que abrirlos (II, Dilogo 4). El filsofo debe abrir en l el oculos spiritalis rgano interno que se le ha revelado por medio de la meditacin asidua. Es la conversin de la mirada, preconizada por el CORPUS HERMETICUM.

El amor y la mstica del conocimiento El conocimiento quiere incluir lo infinito dentro de nuestra facultad de razonamiento; el amor dilata el espritu hasta los confines de la misericordia divina. Ficino. Esta conversin de la mirada pone en accin una fuerza infinita, una atraccin divina que atrae irresistiblemente hacia Dios. Esta fuerza, que estar en el centro de las meditaciones del Humanismo del Renacimiento, es el amor. Es la visin de su propia luz que incita al espritu a intentar recobrar la luz divina, y en la atraccin que ella ejerce reside el verdadero amor (Ficino 1). El amor divino es el motor de la bsqueda. Produce una iluminacin interior que permite percibir la faz de Dios, que es Belleza. El sueo de Polifilas (Hypnerotomachia Poliphili) de Francesco Colonna, publicado en 1499, que significa combate de amor durante el sueo, pone en escena por medio de grabados la unin mstica de Polifilas con Polia despus de haber recorrido el camino del conocimiento. Segn Platn, la comunin entre mortales y dioses se establece por la mediacin del amor. Este amor es personificado por Venus. Define as el sistema de interdependencia que permite la circulacin de los dones divinos. Venus es el centro de un proceso que rene a los dioses y a los hombres, con un ritmo en tres tiempos: la emanacin, que es la creacin; la conversin o rapto, que produce un xtasis vivificador de donde surge el amor; y la reintegracin o perfeccionamiento, que permite regresar al cielo y reunirse con los dioses. Este ternario ser mostrado en las representaciones artsticas del Renacimiento bajo la forma de las tres gracias; la del centro, a menudo llamada Amor, nos da la espalda, para indicar que la conversin a las cosas divinas supone apartarse de este mundo para abrirse al Todo Otro. La dimensin imparable de lo sagrado es la doble cara de Venus que ilustra la dualidad del alma: Venus Pandemos, atrada por los placeres terrestres, y Venus Urania, que tiende hacia la felicidad celeste. En una clebre

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composicin, la PRIMAVERA, Botticelli presenta a Venus que domina el pasado, el presente y el futuro. Es el eje central. Es el amor platnico que domina todo lo que est manifestado y se concretiza segn las necesidades y el nivel de conciencia de cada cual, como lo ha analizado Jorge ngel Livraga42. La fusin del alma: la conquista de la contemplacin activa Conocer no es saber, pues el conocimiento es un proceso de fusin con el objeto de la bsqueda. Conocer es ser. Desvelar el misterio divino necesita una reintegracin que implica una disolucin, que es la muerte del sabio. Segn el CORPUS HERMETICUM, se trata de sumergirse en un crter relleno de Dios Intelecto. Esta inmersin transforma al hombre en Hermes. Giordano Bruno, en los FURORES HEROICOS, hace la distincin entre el amor que tiene como objeto una mujer, y el que tiene como objeto la Divinidad. El amor divino est sostenido por un impulso divino que le pone alas, alusin al mito de Fedro y a las alas del alma, que, estropeadas por el evento ruinoso de nuestra venida al mundo, podrn ser recuperadas slo por algunos seres elegidos, tales como entre otros ciertos filsofos. Su finalidad es la gracia del espritu. De qu gracia se trata? No es el don esperado y recibido pasivamente, sino una conquista por medio de la contemplacin activa. La hazaa de los Furores Heroicos es la conversin del hombre en dios, afirma E. Garin. El mito de Acten ilustra el tema del amor mstico: el joven cazador que, tras sorprender a Diana desnuda bandose en una fuente, fue transformado en ciervo por la diosa y devorado por sus propios perros. Solamente el busto de Diana emerge de las aguas, smbolo del poder y operacin extremas que los mortales o los dioses pueden ver por medio la Naturaleza y el acto de contemplacin intelectual. Diana simboliza la sombra del Sol, es decir, el universo, y Acten, el sujeto que busca la verdad. Los perros son mastines y galgos, y representan respectivamente la voluntad del sujeto y el intelecto discursivo, corriendo detrs de las presas, es decir, de las especies inteligibles de los conceptos ideales. Pero el intelecto da solamente un conocimiento parcial e indirecto. La unin exttica fulmina a Acten: la caza contina nicamente gracias a la accin de la voluntad, que transforma el sujeto en objeto ... pues el amor transforma y cambia la cosa amada...Es por lo que los perros, es decir, los pensamientos sobre las cosas divinas, devoran a Acten, matndolo en su aspecto de hombre social, comn, liberndolo de los lazos de los sentidos perturbados, de la prisin carnal de la materia. La muerte de Acten es un rito de paso hacia el conocimiento directo del mundo inteligible. Acten ya no es hombre, se ha vuelto un dios. Porque la contemplacin de la verdad desnuda transforma al espectador, hombre ordinario, en hombre divino despojado de sus caractersticas comunes.
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Jorge ngel Livraga, La primavera de Botticelli, en revue NA, n. 91, p. 20.

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Entonces los perros, pensamientos de las cosas divinas, devoran a este Acten, de manera que ... liberado de los obstculos de los sentidos perturbados, liberado de la prisin carnal de la materia, ya no ve a su Diana por unos agujeros... la totalidad de su mirada cubre todo el horizonte. Y todo, desde entonces, bajo su mirada es uno... ve la Anfitrites, la fuente de todos los nmeros, de todas las especies... la Mnada, esencia del ser entre todos los seres verdaderos Giordano Bruno, FURORES HEROICOS43. Encontramos esta misma inspiracin en Pico de la Mirndola. Segn Pico, la muerte por amor o muerte del beso es una extincin corporal que se acompaa de un xtasis intelectual. Nadie puede elevarse hasta la vida inteligible sin haber renunciado antes a la vida sensible; pero cuando el alma haya abandonado su cuerpo mortal, escuchar la llamada de una nueva forma de existencia por regeneracin espiritual. Segn una interpretacin cabalstica, Pico afirma que el amante es el smbolo del alma, la amada es la inteligencia, y su beso es la unin exttica. La muerte del beso significa el rapto intelectual durante el cual el alma se une tan fuerte a las cosas de las que est separada, que, saliendo del cuerpo, lo abandona completamente (COMMENTO SOPRA UNA CANZONA DAMORE, 1486).

Eros y la mstica de lo Bello La bsqueda de lo bello es inherente a la mstica del Renacimiento. En el trptico simbolizado por las tres Gracias, encontramos Pulchritud-Amor-Voluptas (la Belleza, el Amor, el Placer). Segn Ficino, en De amore (II) el amor comienza en la belleza y termina en el placer. Esta funcin de mediador del Amor corresponde a la definicin que dio Platn en el BANQUETE, es decir que el amor es el deseo que la belleza ha despertado. Si la Belleza no es la fuente, el deseo solamente no sera amor, sino una pasin animal; mientras que la belleza sola, sin ningn lazo con la pasin, no sera sino una entidad abstracta que no engendrara el amor. Solamente la fuerza vivificante del amor puede llegar a unir los contrarios, si el amor contempla el Todo Otro. Por otro lado, el placer puede comprenderse como la felicidad, finalidad ltima del filsofo, que debe conquistar el Todo Otro por medio de esta contemplacin. Esta felicidad (la eudaimonia de los antiguos44 es el Bien supremo. La inteligencia sigue al placer, que es el Bien supremo ms autntico y ms duradero (Pico de la Mirndola, HEPTAPLUS, VI). Eros es un instrumento que ayuda a recorrer los peldaos inteligibles que separan a Dios de sus criaturas... El deseo instaura un fantasma en el interior del sujeto. Este fantasma posee la facultad de despertar la voluntad adormecida de sus criaturas, de propulsarlas y acompaarlas en su viaje por el cosmos inteligible. Se llegar a un furor heroico que terminar en una fusin exttica entre el cazador y el objeto de su caza, segn una imagen utilizada por Ficino y retomada ms tarde por Giordano Bruno.
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II, Dialogue 2, p. 374. Ver La voie du bonheur, la philosophie vivante de Socrate, Fernand Schwarz.

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El poder de la imaginacin y las percepciones interiores Segn Eugenio Garin, Ficino consideraba la filosofa como una iniciacin a los misterios, como una elevacin intelectual gradual, que reciba en torno al mundo inteligible una revelacin fantstica bajo la forma de figurae. Estas figurae son personajes de una fantasmagora interior que el alma pone en escena, y representan la modalidad en que el alma se abre a la visin espiritual. Ficino explica cmo las influencias divinas actan como sellos en el momento de la encarnacin del alma en el cuerpo humano. Tal como la matriz fsica engendra al embrin, el alma desciende en la matriz csmica que forman los siete planetas o siete compartimentos. Lo cual significa, segn Ficino, que desde el origen de la generacin se imprime en el velo celeste del alma y en el alma misma cierto tipo de imagen. Esta huella inconsciente en el alma no es un fantasma, sino una matriz que condiciona el proceso de la imaginacin. Las imgenes recibidas conforman un arquetipo prenatal. Segn Pico de la Mirndola, el alma racional baja de su estrella. En los treinta sellos Bruno retoma la metfora de Platn en el TEETETOS, cuando Scrates supone que en nuestras almas hay un bloque de cera cuya calidad vara segn los individuos. Franoise Bonardel45 estima que esos sellos o firmas son las seas de lo invisible en lo visible y buscan ser reanimados por la accin de la magia. Como lo dice E. Garin, se llega a la visin de Dios por medio de una ascesis que es una reconquista y una regeneracin interior, un renacimiento. La filosofa ficiniana es una invitacin a ver con los ojos del alma la esencia de las cosas, una exhortacin al amor gracias al relato de una experiencia personal que ofrece como modelo; una incitacin a descender en s mismo, en lo ms profundo de la conciencia, pues la iluminacin interior desvela el mundo entero. Para hacerlo utiliza las imgenes, que al final terminan por reducir el dato bruto de la experiencia a su representacin simblica, pero partiendo siempre de lo abstracto hacia lo concreto, de lo esttico y rgido hacia lo viviente y personal. Fiel al tema platnico segn el cual toda realidad desciende de una forma, Ficino considera el conocimiento como el proceso que va de la impresin sensible a la idea, y se le acerca menos por un concepto verbal que por una imagen sugestiva, la nica capaz de hacernos presentir la luz suprema. El conocimiento se obtiene gracias a esta visin reveladora por la que se accede a lo invisible, y supone la utilizacin de la imaginacin y de la facultad simblica. La imaginacin activa es, segn Franoise Bonardel, una fuerza de informacin sin la cual ninguna cosa podra crecer segn su ser propio... Imaginar segn la Naturaleza es tener el poder de simbolizar. No obstante, no se trata en la filosofa del Renacimiento de una revelacin en el sentido religioso sino de una gnosis. Como afirma Mircea Eliade, no hay que perder de vista que la revelacin contenida en los grandes tratados del Corpus Hermeticum constituye una gnosis suprema; la ciencia

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Lhermtisme, Franoise Bonardel, p 59.

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esotrica que asegura la salvacin, por el simple hecho de haberla comprendido y asimilado, implica una iniciacin.

La unin de los contrarios Los contradictorios coinciden en la naturaleza del Uno. Pico de la Mirndola La unin de los contrarios implica la existencia de un mediador (como en el trptico Belleza-Amor-Placer) como ya lo explicaba Proclo: lo mediano sirve como mediador: se extiende de un extremo al otro, lo rene todo a l mismo; esto confiere a todas las cosas un carcter comn, tambin en el sentido en que los que dan y los que reciben constituyen un orden nico completo que converge en lo mediano como en un centro. Hermes es el gran mediador, el que sabe cmo reconciliar los opuestos, el seor de la coincidentia oppositorum. Es el agente activo de la unidad por medio de las analogas y las simpatas. El hermetismo del Renacimiento propone una comprensin del mundo que sea capaz de conciliar lo uno y lo mltiple, la fe y el conocimiento, la razn y la imaginacin. Ahora bien, comprender es ms que abarcar la multiplicidad, es reanudar esa dimensin original de la conciencia, que gracias a la claridad de la unidad primordial contenida en ella puede unificar lo mltiple con toda la diversidad de significaciones que le corresponden. Es el smbolo, sede de mltiples significaciones, agente privilegiado de esta comprensin. Pero la verdadera reunificacin no est nunca en una doctrina o herramienta exterior. Es el individuo quien debe hacerla y se realiza slo en el espritu de aquellos que buscan la unidad original que llevan en s mismos. En anttesis a todo dualismo, que produce inevitablemente el racionalismo materialista, la filosofa del Renacimiento introdujo la oportunidad de una visin sinttica e integral del mundo. El redescubrimiento del hermetismo propuso una filosofa del equilibrio, sntesis entre la tica aristotlica del justo medio y la mstica platnica. Pues la filosofa hermtica es ante todo el rechazo de fragmentar el saber en regiones rivales46.

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Mircea Eliade, Histoire des croyances et des ides religieuses, vol. 2

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JUAN LUIS VIVES,


UN HUMANISTA COMPROMETIDO

El Humanismo es el resultado consciente, libre, histricamente preparado al injerto de la conciencia cristiana en la conciencia estoica, heredera de la tradicin universalista y clsica del hombre Eugenio Imaz (LUZ EN LA CAVERNA), quien proclama y realza la dignidad infinita del ser humano

Juan Luis Vives naci con las alas ms anchas que el nido, privilegio o servidumbre de los hombres demasiado dotados. Comparado a un Erasmo o a un Bud, Vives forma parte del trptico de los ms grandes humanistas, encarna el espritu del Renacimiento, la conciencia de su siglo. Como la mayora de los autnticos filsofos que marcan el increble cambio histrico operado con el Renacimiento, la vida de Vives reproduce el eterno y universal mito del hroe en lucha perpetua y siempre enfrentado a sus tribulaciones. Escapando de su Espaa natal y de las persecuciones que padeca su familia de judos conversos, se encontrar en el centro de todas las luchas de su tiempo. Contestatario, luchador acrrimo, Vives es un ejemplo de valenta y de afirmacin. Visionario, es ante todo lcido. Su clarividencia lo libera de las obsesiones y limitaciones de su poca, y le atribuye una grandeza propia de los hombres de excepcin. Como personaje del Renacimiento, est totalmente investido por el ideal humanista, y fuertemente comprometido con las evoluciones de su tiempo. Vives es un hombre paradjico e integral. De una sensibilidad extrema, dedica un verdadero culto a la cortesa, a la afectuosa inteligencia entre los hombres, a la concordia, sin aceptar jams ningn tipo de compromiso impuesto. Su lema es sin quejas. Dotado de un gran rigor crtico, se enfrenta, con la vehemencia de un Giordano Bruno, a todos los pedantes, sofistas y profesores que ensean a la juventud a no saber nada. Est convencido de que el eclectismo lleva a la prctica de la virtud socrtica. Juan Luis Vives nace en Valencia en 1492, ao del descubrimiento de las Amricas, y muere en Brujas en 1540. En 1500, su ta y su primo son sentenciados a la pira por haberse adherido al judasmo. Huye hasta Pars, donde cursa sus estudios superiores, bajo el reinado de Luis XII. Aprende la doctrina de los dialcticos escolsticos de la Sorbona, enseanza que criticar ferozmente ms tarde. Luego se establece en Brujas, en 1512. Entabla amistad con Erasmo, a quien considera como su Maestro. En Pars, conoce a Guillaume Bud.

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En 1519 es profesor en la universidad de Lovaina. Encuentra al futuro papa Adriano VI, y es preceptor del joven Guillaume du Croy, quien ser ms tarde obispo en Toledo. Este ltimo protagonista lo introducir Carlos V. Despus de una estancia en la universidad de Alcal de Henares, parte a Oxford. All, su amistad con el Canciller, Toms Moro, le abre las puertas de la corte de Enrique VIII y de Catalina de Aragn. Vives ser el preceptor de la infanta Mara Tudor. En 1524, su padre es quemado por el tribunal de la Inquisicin en Valencia. Por la misma poca es condenado en Londres por su reprobacin ante el divorcio de Luis VIII, y se instala definitivamente en Brujas. Por aquellas fechas conoce que el cuerpo de su madre ha sido exhumado por el Santo Oficio. Vives muere el 6 de mayo de 1540 y es enterrado en la iglesia de los Donatios, al lado de su esposa.

Un luchador Es a partir de 1519, diez aos despus del final de sus estudios en Pars, cuando empieza a hacer pblicos los primeros ataques que marcan, como reconoce Alain Guy, el despertar general de un sentido y gusto por la filosofa. Esos percances acaban con el largo perodo anterior, que era de una completa esterilidad intelectual. Empujado por una corriente invisible, zarandea a todos los niveles de la sociedad. Vives se enfrenta sobre todo a los sofistas, ya maltratados desde el siglo XII, y a los pseudo-dialcticos, profesores en la Sorbona. No condena la dialctica, sino la corrupcin que se hace de su uso. La dialctica tiene como fin abrir el acceso a varias materias del conocimiento, pero no es una finalidad en s. Debe ser usada como instrumento para progresar hacia el saber y no para adquirir un arte de bien hablar. Nuestro filsofo denuncia el uso que hacen los dialcticos, mediante una terminologa incomprensible al comn de los mortales. Los que pretenden que los matices de la filosofa slo pueden resaltar a travs de un lxico complejo, pronto soportarn la ira de Vives. Para l, la filosofa, para ser amor a la sabidura, tiene que transmitirse en trminos simples, accesibles a todos, en cualquier lengua. No acepta que sea necesario crear nuevas palabras para expresar ideas filosficas. Recusa el principio de que las palabras conllevan el sentido arbitrario que le atribuye cada individuo. Segn l existe un genio del lenguaje que reparte el sentido de las palabras en todo un pueblo. La lengua, sobre todo la del filsofo, tiene que ser comprendida por todos, para poder transmitir el sentido que lleva. Antes de todo, Vives atribuye a la dialctica un deber educativo, y al que la emplea, el de educador. La corrupcin que atraviesa la dialctica por aquellos aos le hace perder su vocacin.Condena el hermetismo estril de la escolstica, til slo para satisfacer a una pseudolite de intelectuales que oscurece todo postulado filosfico.Desde entonces, la dialctica encuentra su inters en ella misma, y en este caso puede tratar de temas ftiles, ociosos y totalmente desprovistos de valor.

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Vives condena la pedantera de esos profesores que imponen con una tirana sin fin que su placer propio, sus ensueos ms pueriles, sean de inmediato respetados como si fuesen una ley. Ese vicio afecta a numerosos escritores y trae a las disciplinas memorables y perniciosos errores, porque cada uno prefiere ser el autor de su sentencia, en vez de defender la del prjimo.

La enseanza tiene que ser aplicada La doctrina que no sea una respuesta a la vida es cosa perniciosa y vergonzosa. En la poca de Vives, la filosofa natural, la moral y la metafsica son abandonadas en provecho de la dialctica. Vives constata que muchos supuestos filsofos permanecen toda su vida como dialcticos. Siguen el ejemplo de Aristteles que se prestaba a asambleas de disputadores. Hace tiempo que Timeo, Platn, Plotino, Plinio, Cicern y Sneca han sido excluidos de las escuelas. El acercamiento a la contemplacin de la Naturaleza no es cosa simple.Los sucesores de Aristteles pretendan que el talante intelectual era el nico instrumento capaz de hacernos entender la naturaleza de las cosas. Es la prueba de la imprudencia y falta de piedad, tanto como de una ignorancia crasa. Para Vives, la Naturaleza dio a los hombres los sentidos en el cuerpo, un espritu cuya penetracin intelectual permite al hombre ver, especular, comprender, aprehender; adems, le dio el juicio que une lo que est disperso y esparcido, con el fin de llegar a la verdad. El hombre tiene como auxilio lo intuitivo en el espritu y la fuerza de su voluntad. Y si eso no basta, le queda la ayuda del prjimo, la enseanza transmitida de hombre a hombre. El hombre es tambin ayudado por la experiencia, por el uso de las cosas, el estudio, la diligencia, la memoria, la prctica. Como Scrates, Vives tiene la conviccin de que esas cosas son ofrecidas a cada mortal, sin ninguna distincin, y de que el espritu nos anima a todos, con una facultad igual para conocer la verdad. Existen en cada uno de nosotros las simientes de las artes, de la prudencia y de las dems ciencias. Por eso deca Platn que recordamos, no aprendemos. Como Scrates, Vives piensa que la finalidad de la razn tiende a la contemplacin de la Verdad, y que la razn es la accin y el Bien. Vives considera la amistad como uno de los sentimientos ms elevados. Por supuesto, la amistad nace en el amor. Y el amor se da cuando una cosa es amada por s misma (...), poniendo de lado toda consideracin personal para nuestros intereses propios.

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La cortesa es una virtud. El filsofo est en la bsqueda de la unin y se aplica a hacer reinar una sabrosa concordia. Estas artes se llaman artes humanistas; nos hacen llegar al estado de hombre. Vives coincide igualmente con los preceptos estoicos, cuando afirman que no debemos usar de nuestra sabidura para un provecho egosta, sino para el inters comn. Orientemos nuestros cuidados hacia al pueblo, no en vista de ejercer cualquier tipo de poder, sino como obligacin, para restituir gratuitamente lo que gratuitamente hemos recibido. El hombre tiene el deber de comunicar a los dems toda su erudicin. Al igual que Cicern, considera que el mundo es una ciudad, en la cual cada uno de nosotros es un ciudadano de igual valor. Tomando la famosa mxima socrtica, Vives recuerda el deber de conocerse a s mismo, y la experiencia que el filsofo tiene que hacer de sus propias fuerzas. Dominar sus opiniones, formar su espritu.

Algunas reglas de erudicin Sea que leas, sea que escuches algo, hazlo con atencin. Que tu espritu no se pierda, furzalo a estar presente y a hacer lo que te incumbe y no otra cosa. Si tu espritu empieza a salirse de su camino, llmalo con un pequeo murmullo. Aplaza para otro momento todos tus pensamientos ajenos a los estudios. Tienes que saber que pierdes tu esfuerzo y tu tiempo, si no tienes cuidado con lo que lees o con lo que escuchas. No temas preguntar lo que no sabes. No te avergences en aprender algo de otra persona, porque ninguno de los grandes intelectuales se avergonz de preguntar. No ocultes lo que ignoras. Pregunta ms bien a los que pueden saberlo. Si quieres parecer sabio, esfurzate en serlo; es el camino ms recto para llegar a ese resultado. De la misma manera, conseguirs ser estimado, en cuanto lo seas realmente.

La educacin Para Vives, los humanistas tienen un deber sagrado, el de acordarse de que un da debern dar cuentas a Dios del uso que hicieron de sus ciencias. Y stas tienen que estar al servicio de la humanidad. Vives se interes con una atencin particular en la educacin y en las condiciones que ofrece su ejercicio. Conviene restituir a la educacin su papel fundamental: traer la sabidura; por consiguiente, hacernos ms buenos. La bsqueda del bienestar, de la honra o de privilegios no son los resortes de la educacin. Se trata de desarrollar en los jvenes virtudes morales por una parte, pero

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tambin ofrecer la posibilidad de la expresin espontnea de la personalidad de cada estudiante, con el fin de que cada uno se conozca a s mismo y de que los profesores puedan orientarlos en conformidad con su naturaleza y con sus capacidades. Vives propone que el Estado consagre una considerable parte de su energa a la educacin de los nios que sern los futuros adultos. Los profesores tienen que ser ejemplos de virtud. Tienen que tener la ciencia, pero tambin seguir una existencia austera. Vives sugiere que la remuneracin del cuerpo docente sea suficientemente alta para evitar de-sa-nimar ciertas vocaciones, pero tambin que el sueldo sea suficientemente bajo para apartar a los candidatos interesados nicamente por el dinero. Los profesores tienen que ser un grupo de hombres doctos y buenos, unidos en la voluntad de transmitir esas cualidades que tienen a los que vienen a ellos. Los estudios empiezan a los quince aos. Por estudios se entiende los que se refieren al contenido mismo del saber. Pero la formacin no se queda ah. A la edad adulta, alrededor de los veinticinco aos, el joven seguir aprendiendo, pero esta vez en contacto directo con el mundo, con la vida en su integridad. Medicina, anatoma, higiene alimenticia, visitas a los enfermos bajo la vigilancia de mdicos expertos, pero tambin tica, economa, poltica y derecho. El objetivo es siempre la universalidad. La existencia tiene que ser aprovechada, con el fin de ensanchar cada vez ms el conocimiento y la conciencia que el hombre tiene de s y de la vida en general. Vives sabe que el hombre es parecido al mantillo sobre el cual Dios dispone todas las semillas de la verdad. La educacin sirve para regar esa tierra y a ofrecer la posibilidad de brotar a las invisibles semillas. En suma, la ltima puerta del saber se abre con los arcanos vertiginosos de la teosofa y de la teologa, para los que estn atrados por la va de la trascendencia, si son capaces de seguirla. Discpulo de Erasmo, Vives se comprometi ms que cualquier otro filsofo del Renacimiento con la realidad de su tiempo. Humanista completo, se implic en las luchas sociales, polticas y militares para promover la justicia y la paz, agrupando con una perfecta coherencia las exigencias filosficas y las realidades concretas.

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EL MAESTRO JUAN HUS

Busca la verdad, oye la verdad, aprende la verdad, ama la verdad, defiende la verdad hasta tu muerte, ya que la verdad te liberar!

Toda la historia de la Humanidad se caracteriza por el hecho de que existen perodos luminosos y perodos en que esta luz se hunde en la oscuridad, que penetra en todos los corazones. Estas etapas son particularmente difciles para la Humanidad porque tiene que andar a tientas, guiarse a ciegas por los que la engaan. No alza ms sus ojos hacia arriba, sede de lo eterno e inalterable, sino que se concentra en lo inferior y terrenal. Todos los valores ticos van perdiendo fuerza Sin embargo, la oscuridad nunca es absoluta y, en alguna parte, nace una pequea llama que trata de mostrar el camino a seguir. Los que sienten el calor y la luz van en seguimiento de esta llama y otros tratan de extinguirla. En un perodo semejante, en Husinec, una pequea ciudad de la Bohemia del sur, nace en el ao 1370 un hombre que lleva una llama para devolver a la gente lo que le ha sido negado: la esperanza de un mundo mejor. Juan Hus naci en una familia modesta, en la que reinaba el amor y la estima mutua. Ya en los primeros aos de sus estudios se puso de manifiesto su talento. Sus padres lo mandaron a estudiar a la Universidad Carolina de Praga, que pasa a ser testigo de los acontecimientos posteriores en su vida.

Al borde de la decadencia espiritual En aquel tiempo, Praga era una de las ciudades ms grandes de Europa, la perla no slo del reino de Bohemia sino tambin del imperio romano. En este perodo, cuando Juan de Husinec lleg a ser el Maestro Juan Hus, se produjo una gran crisis que influy en toda la sociedad de la poca y se manifest de una manera considerable tambin en los pases checos. La Iglesia atenda prioritariamente a sus intereses materiales y de poder, y la crisis culmin con la llegada de una epidemia de peste que afect prcticamente a todas las capas de la poblacin. La gente la consideraba una manifestacin de la ira de Dios. En aquella poca, las instituciones eclesisticas eran muy poderosas e intervenan en todas las esferas de la vida humana. Los dignatarios eclesisticos ocupaban los puestos de trabajo en altas posiciones y se dedicaban ante todo a acumular fortuna, en perjuicio del desarrollo del autntico sentimiento religioso. Se alejaban del camino original del cristianismo y creaban sus propias verdades, las que inculcaban a la gente, presentndoselas como el nico camino a travs del cual conocer a Dios. La Iglesia no fue una madre amable y acogedora que demostraba comprensin a sus hijos, sino una duea dominante a la cual se someta el mundo entero de aquella poca. Es obvio que cualesquiera opiniones ajenas a su concepcin o en contradiccin

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con ella fueron criticadas con dureza, y exista un esfuerzo por suprimirlas lo ms severamente posible. Por parte del pueblo se oa un llamamiento cada vez ms fuerte a la purificacin de la Iglesia.

Prender el fuego interior Juan Hus, que lleg a Praga para estudiar, al comienzo fue deslumbrado por la belleza de la Iglesia y no vio las discrepancias ni las contradicciones que existan entre la religin popular y la vida real de esta institucin. Pero entendi pronto que detrs de ese clarsimo esplendor haba una desmoralizacin y un vaco interior que haba sido sustituido por medios externos. Se despert pronto del embelesamiento inicial y en la universidad aument las filas de los que clamaban por el resurgimiento de la Iglesia, convirtindose en el defensor y el propugnador ms decidido de sus ideales. Se gradu en la Facultad de Artes Liberales y de Teologa en la Universidad Carolina y, a partir de 1398, empez a dictar conferencias. En el ao 1401 pas a ser sacerdote e inici un camino lleno de obstculos. Se inspir en la obra del pensador reformista ingls John Wycliffe, cuyos trabajos llegaron a ser conocidos gracias a los contactos culturales con las islas britnicas (Ana, la hija de Carlos IV, fue esposa del rey ingls Ricardo II). Wycliffe vio la enmienda de la Iglesia ante todo en la restriccin de su influencia poltica y de sus riquezas, as como en su retorno a la pura vida espiritual. Estuvo convencido de que la realidad ms perfecta e impecable la representaba el mundo de las ideas divinas, a las cuales el mundo terrestre debera acercarse lo mximo posible. Las opiniones de Wycliffe fueron condenadas por la Iglesia romana como herticas, lo que ms tarde tuvo influencia tambin en la vida de Hus.

El maestro Juan Hus predica a la gente A partir de 1402, Juan Hus empieza a predicar en la Capilla de Beln, que fue destinada sobre todo a la liturgia en lengua checa. En este perodo, unido estrechamente a sus actividades de escritor y predicador, comienza la verdadera lucha por reintegrar los valores espirituales en el tejido social. En Hus se unen todos los deseos y anhelos de la nacin formando el ideal armonioso y generoso del hombre que busca la pureza y la belleza de corazn y que vive plenamente de acuerdo con sus pensamientos, palabras y actos. Adems de sus predicaciones relacionadas con la exposicin de la fe, se concentr tambin en los problemas y deficiencias de la sociedad de la poca, ante todo de la clereca. Logr expresar muy bien lo que el pueblo necesitaba, y entendi que no haca falta un predicador implacable y fulminante, sino un maestro amable y modesto, digno de confianza. Gracias a sus predicaciones en lengua checa, Juan Hus logr una enorme cantidad de oyentes y se dio cuenta de qu insuficientes y reducidos son los conocimientos de la doctrina cristiana en amplias capas de la poblacin urbana. Se requera un gran esfuerzo y un trabajo infatigable para poder ofrecer el mensaje de la Biblia a la gente comn. Por esta razn, dio impulso a la traduccin de la Biblia al

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checo y particip tambin en aquel trabajo. Se esforzaba sobre todo por que la gente entendiera correctamente el texto para poder aplicarlo en su vida. Quera despertar en los hombres su propia conciencia, para que no creyeran ciegamente todo lo que se les presentaba y fueran capaces de reconocer, sobre la base de los conocimientos adquiridos, qu era la verdad y qu no lo era.

Los valores morales En sus predicaciones Juan Hus no se concentr slo en la crtica de la sociedad de la poca, sino que sembr unos valores morales, con los cuales quera contribuir al cambio del individuo y la sociedad. Hus subraya la libertad de la voluntad y la plena responsabilidad del hombre por sus actos, de acuerdo con su madurez moral. En sus obras se refiere a la conciencia de cada individuo. La actitud y el comportamiento que estn en contradiccin con la conciencia incurren en pecado. Y para que el hombre pueda actuar de acuerdo con su conciencia, segn Hus, es importantsimo el conocimiento de s mismo y de la Ley que rige este mundo, a la que denomina verdad. Slo en el caso de que actuemos y nos conduzcamos en consonancia y armona con ella podremos hablar de una vida moral. La Ley de Dios est por encima de las leyes humanas e invita a crear armona entre ellas. Hus pide al pueblo que no se dirija en sus oraciones a los representantes eclesisticos, sino a Dios, que es el nico que puede juzgar sus acciones. Comprando las indulgencias nadie puede purgar sus pecados. Instiga a que los hombres dediquen su amor a Dios, que est presente en todas las cosas y en ellos mismos. Habla de la oracin, que debe salir ante todo del corazn y proyectarse tanto en las palabras como en los hechos. La fe que no se apoya en buenas acciones est muerta. Ten cordura y haz uso de la razn! Como Dios es el espritu, se encuentra en todas partes, encima de ti, en ti, debajo de ti, as que est siempre a tu disposicin para que puedas rezarle, dirigindote a l con tu pensamiento y alma. Aunque tengas temores de que sea necesario buscarlo en otras partes y si no oras en una iglesia de piedra no te oir, anda sin recelo. Sabe que San Juan Crisstomo dice: El lugar santo no hace santo al hombre, sino el hombre santo hace santo el lugar. En uno de sus primeros escritos checos, Exposiciones, Hus se ocupa de la cuestin de las virtudes y de los vicios (que llama pecados). Menciona las cuatro virtudes bsicas: la prudencia, la justicia, la valenta y la sobriedad. Dice que si el hombre empieza a desarrollar una de las virtudes, va despertando paso a paso las dems. Si sustituimos la prudencia con la palabra juicio o sabidura, tendremos las cuatro virtudes bsicas, de las cuales hablaba el filsofo griego Platn.

El decreto de excomunin Es obvio que Hus pas a ser pronto una espina para la Iglesia de la poca, que empez a tender poco a poco redes alrededor de l. No obstante, por el momento poda seguir predicando y divulgando sus pensamientos sin ser molestado, porque fue apoyado por parte de la corte real de Wenceslao II y de la nobleza, las cuales vieron en

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su movimiento una nueva posibilidad de reforzar su poder estamental en detrimento de la Iglesia. Pareca que Hus era apoyado tambin por el arzobispo praguense Zbynek Zajc de Hasenburgo, pero fue slo cuestin de tiempo que tambin ste se sometiera a las opiniones acerca de la hereja de Hus, que adquiran fuerza cada vez ms intensa. Y eso ocurri pronto. El arzobispo mand quemar todos los libros de John Wycliffe, arroj varias veces el anatema a Juan Hus como hereje y le prohibi toda predicacin en la Capilla de Beln. Al principio, Hus no conceda mucha importancia a estas amenazas, hasta el momento en que difiri en pareceres con el rey Wenceslao IV, que permiti la venta de indulgencias en Bohemia. Hus se le opuso en duros trminos y, como consecuencia de su crtica, el Papa mismo decret su excomunin. Esta vez Hus tuvo que obedecer porque Praga se encontraba bajo una grave amenaza del interdicto que prohiba la celebracin de oficios, liturgia, entierros, etc., lo que significara un gran desastre que poda dirigirse contra el movimiento reformista. Por ello, Hus se ausent de Praga, retirndose al castillo de Koz Hrdek y, ms tarde, a Krakovec, donde segua predicando a los campesinos. Despus de irse de Praga, Hus pasa por un difcil perodo de inseguridad interna, porque como un hombre moral y generoso no puede reconciliarse con el hecho de abandonar a su pueblo. Sigue manteniendo correspondencia permanente con sus amigos y se dedica a escribir sus obras. Esta etapa de la vida de Hus es la ms fructfera en cuanto a obras escritas. En su obra LA EXPOSICIN DE LA FE, LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS Y LAS ORACIONES DEL SEOR se dedica sobre todo a la crtica de la clereca y al anlisis de si el clero observa los mandamientos o no. La obra LA HIJA: SOBRE EL CONOCIMIENTO DEL CAMINO POPULAR A LA REDENCIN la escribi para las jvenes que vivan en comunidades de tipo claustral y cuidaban de los necesitados.

Su obra SOBRE SEIS ERRORES En esta obra estn resumidos los puntos claves de su crtica a la Iglesia y en los cuales se peda su enmienda. El texto de la obra fue escrito tambin en las paredes de la Capilla de Beln, para que la gente tuviera siempre en cuenta lo que deba evitar. Apuntando los seis errores que puedan desviar a muchas personas, he puesto la escritura santa en el muro de Beln para que la gente se proteja de ellos. He aqu los seis errores e interpretaciones errneas: sobre la creacin, sobre la fe, sobre la remisin de los pecados, sobre la obediencia, sobre la excomunin y sobre la simona. En este tratado Juan Hus acenta la diferencia entre lo que es eterno y est sujeto a la Ley de Dios y lo que est subordinado a las leyes temporales y efmeras. Seala que la actitud y la actuacin de la clereca est en contradiccin con las leyes de Dios. Somete a crtica la altanera de los dignatarios eclesisticos que se ponen por encima de Dios y critica, acaso todava ms, el hecho de que ellos se consideran a s mismos creadores del mundo. Se atribuyen el derecho de decidir a quin se le perdonarn sus pecados y a quin no, sin darle a la gente la posibilidad de dirigirse a Dios mismo.

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Alude a que la obediencia no debera ser ciega. Uno no debe obedecer a cualquiera, solamente en base a su posicin externa. Lo decisivo son sus caractersticas internas y sus valores morales. Es prfido afirmar que un hombre, miembro de un estado ms alto, no puede ser criticado por su sbdito que lo supera en cuestin de moral. Hus no est de acuerdo con la venta de las indulgencias, que estaba muy extendida y contribua, en gran medida, al enriquecimiento de la clereca. No admite la posibilidad de que lo espiritual se pueda comprar o vender.

El ltimo viaje del maestro Juan Hus El ltimo viaje del Maestro Juan Hus lo llev al concilio eclesistico que tena lugar en la ciudad de Constanza, en Renania, en el ao 1413. El concilio fue convocado por el rey Segismundo, hermano de Wenceslao IV, para resolver el problema del cisma existente dentro del papado, ya que la Iglesia estaba representada en aquel momento por tres papas. Al concilio invitaron tambin al Maestro Juan Hus para que defendiera pblicamente su doctrina. La proteccin en el viaje se la aseguraba un salvoconducto expedido por el rey Segismundo, quien lo tom de esta manera bajo su amparo. Hus sostena una lucha interna sobre si aceptar o no la invitacin, pero el anhelo de defender sus enseanzas y demostrar la veracidad de sus ideas, palabras y actos fue tan fuerte que acept asistir al concilio y, acompaado por sus amigos, emprendi el ltimo viaje, en el cual puso todas sus esperanzas de victoria. Despus de su llegada a Constanza se diluyeron todos los recelos iniciales y Juan Hus se prepar para la audiencia pblica. La tranquilidad aparente no dur mucho tiempo. El Maestro fue detenido por sus adversarios y encarcelado en un convento dominico. A pesar de estar enfermo y debilitado por las malas condiciones de vida, su mente volaba como un pjaro a su pueblo y a sus amigos. Siempre que era posible, enviaba cartas para que se leyeran a su pueblo en la Capilla de Beln. Sus amigos escribieron una serie de peticiones demandando su puesta en libertad, pero no tuvieron ningn efecto. Mientras tanto Juan Hus sigui esperando una audiencia pblica en la que defenderse contra las acusaciones planteadas. Se efectuaron en total tres audiencias, durante las cuales lo trataron como hereje, presentndole partes de sus escritos, junto con los de J. Wycliffe. No le fue dada prcticamente ninguna posibilidad de defensa y tuvo solamente dos opciones: retractarse o morir. Juan Hus fue quemado como hereje en la hoguera, el 6 de julio de 1415.

La lucha por la verdad eterna El Maestro Juan Hus opt por una muerte heroica. Nunca renunci a la verdad, por la cual luch toda la vida. Cada uno de sus pensamientos, cada una de sus palabras y actos estuvieron llenos de anhelo por encontrar esta verdad. Su corazn generoso y moral nunca le permitira someterse a lo temporal. En sus ruegos se diriga a Dios, y a la parte eterna del mundo, la que le infundi fuerzas y audacia para perseverar hasta el final. El cuerpo s lo pueden quemar los verdugos, pero la verdad no la aniquilarn

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nunca. Toda su vida estuvo llena de herosmo y modestia. Gracias a sus esfuerzos, Juan Hus pas a ser el Maestro de su pueblo y lleg a ser el hroe que tuvo el valor de oponerse contra un poder superior, no contando con otro apoyo que su propia conciencia.

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LAS ENSEANZAS DEL MAHARAL DE PRAGA

El rab Yehuda Livay Ben Betzalel, conocido como el Maharal de Praga, fue uno de los ms grandes sabios del judasmo del siglo XVI. Reconocido en las disporas judas como rabino del Talmud, su nombre aparece en diversas leyendas, la ms conocida de las cuales es la del Golem. Las leyendas relativas al Maharal acentan el carcter inicitico y el esoterismo de la filosofa juda medieval. l dio al pensamiento judaico una nueva forma, autntica y vital, caracterstica de la poca del Renacimiento. Las dos grandes corrientes, la de la poca medieval y la del Renacimiento, se encontraron en su pensamiento y dieron luz a una gran sntesis. El Maharal vivi en la poca del desarrollo de las ciencias. Conoci a Coprnico; aun as sigui fiel a la estructura del universo segn los sabios judaicos. Por lo general, extraa sus explicaciones cientficas de la doctrina natural de Aristteles, muy estudiado en la poca medieval, aunque se opona a la filosofa basada nicamente en argumentos racionales. Rechaza la opinin aristotlica, expuesta principalmente en las escrituras del Rambam, en la cual la mente racional es el valor supremo del ser humano. Su percepcin filosfica espiritual se basaba en Platn. De l adopt la estructura de los tres mundos en el cosmos y en el ser humano. Segn el Maharal, los dos mundos inferiores son perceptibles, se encuentran en el campo de la ciencia y cambian frecuentemente. Pero el mundo superior es slo fe y misterio. Ah la ciencia y el tiempo no tienen lugar. Es una unidad integra para el ser humano, y ste siempre debe aspirar hacia este mundo. El Maharal es el nico sabio ashkenazi (los judos de Europa central) cuya sabidura espiritual se ha formado en contacto con los sefardes (los judos de Oriente y frica del norte), y con diversos filsofos del mundo. Trat de demostrar a sus discpulos que todo filsofo puede y debe aprender de las dems sabiduras del mundo. Esta tendencia de intercambio filosofal era tpica de la poca del Renacimiento y el Humanismo. Una de sus formulaciones sobre la vida social y el hombre se adelanta sobre su poca en un par de siglos, aunque en otros temas el Maharal permaneci fiel a la forma de pensar medieval. stos fueron los fundamentos de su pensamiento filosfico y religioso. El Maharal no slo forma un puente entre la filosofa medieval y la del Renacimiento sino tambin entre ciencia, religin y filosofa. Naci en 1515 en Pozna (su fecha exacta de nacimiento no se conoce) y muri en Praga en 1609. Fue miembro de una familia noble. No nombra a sus maestros en ninguna de sus obras y no se sabe de quin hered sus conocimientos. A los treinta y dos aos se cas con Feril, la hija de rab Shamuel Ben Jakob, uno de los ms ricos de Praga. Este matrimonio le permiti una vida decente y una autonoma econmica. En 1553 fue nombrado rabino principal de Niklesburg y del

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Estado de Meharin. Durante veinte aos sirvi en el rabinato y reforz los estudios de la Torah y el estado espiritual de su comunidad. En 1573 se traslad a Praga, donde fund una escuela de Torah llamada Kloiz. El Maharal no serva en el rabinato de Praga y, sin embargo, era conocido como el lder de su comunidad. En 1584 se fue de Praga por unos aos y fue nombrado rabino principal en Pozna; en 1588 regres a su escuela en Praga. Era reconocido como un gran sabio judo. Su nombre lleg a odos del rey Rodolfo II, que lo invit a una larga entrevista (1592). Su conversacin qued en el misterio. Dicen que su mutuo inters en la Alquimia fue la razn de su encuentro. Dos meses despus, el Maharal deja Praga y llega a Pozna, donde sirve de nuevo como rabino principal de la ciudad. En Pozna dirige un trabajo espiritual, y aporta correcciones sobre la forma de ensear la Torah a los nios. En 1597 regresa por tercera vez a Praga, a los 85 aos, y es nombrado rabino principal. Se queda en Praga hasta su muerte en 1609. El Maharal fue unos de los primeros en criticar la forma de ensear de su poca. Exigi enseanzas sistemticas y graduales de la BIBLIA, la MISHNA y la GUEMARA. Deca que enseanzas confusas y no sistemticas no sirven de nada. Pidi regresar a la forma antigua de ensear, basada en las edades: desde los cinco aos de edad, aprender la Torah; desde los diez aos, la MISHNA; y desde los quince aos, el TALMUD. Tambin en la educacin de los adultos propuso cambios y nuevas formas de ensear. Estaba contra la forma de estudiar de esta poca: argir en vanidad, que tiene como finalidad demostrar quin es ms sabio para obtener una mejor posicin social. Sus discpulos siguieron formando una nueva estructura de enseanzas. Su obra literaria es diversa y su gran personalidad se ve reflejada en ella. Era un frtil escritor y muy hbil predicador. En sus libros se pueden encontrar ideas originales sobre Dios, el mundo y el hombre, Israel y los dems pueblos, la Dispora y la salvacin, la paz y la totalidad, etc. Generalmente, escribe de manera asociativa, con citas de la Biblia y leyendas de los sabios de Israel. La leyenda forma un parte importante en sus escrituras, pues hace uso alegrico de ellas para exponer su forma de pensar. Tiene una forma peculiar de mezclar la forma racional de pensar y otra mas all de lo racional, una mezcla de fe, ciencia y esoterismo. Destaca siempre que la finalidad de sus estudios filosficos es el trabajo sagrado y no la vanidosa especulacin metafsica. Cuando penetramos en la profundidad de los libros del Maharal, encontramos a veces cosas que escribe sin explicarlas. Aparentemente esa es su intencin. Igual que otros sabios, no revela lo que no se debe revelar. En los estudios del Maharal se encuentran partes ocultas y reveladas. Lo oculto en sus enseanzas se encuentra asociado a la Cbala, aunque tambin es diferente en su esencia. l pertenece a la escuela esoterista. Algunos dicen que en sus

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escritos no se encuentra la sabidura cabalstica. Hace uso de los diez Sefirot una sola vez en su comentario sobre la Mishna: Diez cosas fueron creadas el Viernes entre los soles, y lo comenta en el idioma original del libro de YETZIRA. Tampoco se encuentran en sus enseanzas los cuatro mundos de la Cbala: el mundo de la nobleza (Azilut), el de la creacin (Briah), el de la expresin (Yetsirah) y el de la accin (Asiah). Se encuentran los tres mundos conocidos en la filosofa clsica griega (nous, psiche y soma). Sin embargo, Gershon Shalom comenta que el Maharal est realmente vinculado al mundo cabalstico. La influencia de la Cbala aparece principalmente en su forma de ver al ser humano en la creacin y su superioridad en ella: l tiene la forma de Dios... es la luz de Dios que se apeg al ser humano (El rumbo de la vida). El Maharal afirma que la forma de Dios est en todo el hombre, en todos sus rganos, pero no como en los dems animales; no sirven slo para una funcin fsica, porque tambin ellos tienen forma de Dios. Aqu se puede ver la influencia de la Cbala, que sostiene que el ser humano est formado igual que los diez sefirot. Segn el Maharal, el saber de la Torah acerca al hombre existencial. Aunque la Torah se refiere a cosas perceptibles, permite llegar a entender la realidad trascendental. Los mandamientos, hechos smbolos a travs de los cuales el hombre se acerca a su Creador y secretos. Esa es la verdadera razn de los mandamientos prcticos. a su finalidad al ser humano materiales, son penetra en sus

El Maharal comenta que la mente humana tiene dificultades para percibir las diferentes maneras de pensar. Por eso cada uno recibe una parte, segn lo que le corresponde, pero aun as no hay que ignorarla.

La visin del Maharal sobre la creacin El Maharal ve en el sistema de la creacin dos lados opuestos: uno material y otro espiritual. A veces hace uso del trmino mental cuando se refiere al espiritual, porque lo mental es espiritual en s mismo. Y declara que esta dualidad existe slo en los seres humanos y superiores, y no en los inferiores. Todo lo que existe tiene su origen en el plano espiritual y es parte de la creacin divina, pero aun eso es temporal. Esta temporalidad es parte de su ser, pues si bien tiene una parte divina, hay tambin una deficiencia. Cada cosa que existe tiene una parte divina, su esencia, y una parte material o ilusoria, como dos polos opuestos, positivo y negativo. Estos dos polos son iguales en sus valores y calidad. Cada ser en la creacin est completo slo cuando estos dos elementos se unen en l. El polo negativo la deficiencia es la materia; y el polo positivo es su esencia real, lo que lo relaciona con su ser, y que es la forma. La forma no es la imagen exterior de lo existente, sino lo esencial.

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Aunque la materia es ms evidente que la forma, no tiene existencia completa, tiene deficiencia, no tiene todas las cualidades de la existencia real. La forma da a la materia ley y limitacin. La material est constantemente cambiando. Por eso la naturaleza material es como un ro. Como deca el griego Herclito: Todo fluye, el hombre no se sumerge en el mismo ro dos veces, porque la segunda vez ya es otro ro. Pero el que nunca descansa no tiene existencia real. As tambin piensa el Maharal: Este ro que nunca descansa no tiene existencia evidente. El Maharal afirma que toda la realidad pertenece al bien, como se menciona en el Gnesis: Y vio Dios todo lo que haba creado y estaba muy bien. El mal es simplemente menos realidad. La realidad envuelve el bien y tambin la luz: Dios vio que la luz es buena. Por eso, forma y materia son como luz y oscuridad, y la forma es mejor que la materia. Todas las cualidades y los valores llegan de las formas, y los defectos de la materia. Pero diferentes formas tienen diferentes cualidades, y diferentes relaciones con lo material. Hay diferencias entre las formas que estn en la materia, y las otras. Las primeras son como prisioneras de la materia, y las otras pasan nicamente por encima, y en consecuencia no pierden sus cualidades cuando se expresan en el plano material. Por ejemplo, los animales son formas dentro de la materia, pero el ser humano puede elegir expresar la materia o la forma. El concepto forma existe tambin dentro de todas las cosas que Dios cre. Cada una de stas acta segn sus propias cualidades y formas. La Tierra acta en la germinacin de plantas y rboles. Las aguas actan saciando la sed de la Tierra, y permiten tambin el nacimiento de las plantas. El fuego, como el Sol, da calor y permite el crecimiento de todo. De la misma manera, todos los animales cada uno desde su propia raza y los diferentes seres humanos viven, se desarrollan, y actan en el plano al que pertenecen. El hombre es la forma del Mundo, Israel la forma de los pueblos, Moiss la forma de Israel, etc..... En el mundo hay agentes influyentes. El que influye irradia su propia luz al que recibe la influencia. As, por ejemplo, el hombre influye en los animales porque tiene un grado de evolucin superior a ellos. No hay creacin en el mundo que no est conformada de materia y de forma, y no hay relacin ms significativa que la existente entre la materia y la forma, que son una sola cosa. La materia es el principio, la forma es la finalidad, y la relacin entre las dos induce a una tercera dimensin, diferente de la naturaleza de las dos primeras. En la creacin existe el orden siguiente: la vegetacin, de grado superior al mineral, porque hay en cada vegetal un principio natural, lo que le permite crecer y multiplicarse. En el plano de los animales existe el principio nima en hebreo, Nefesh-, que permite la sensacin. En el plano humano existe el principio mental (espiritual); en el plano del hombre perfecto, del ngel, el principio divino. Cada uno de esos seres debe y puede actuar segn sus propias cualidades. As, el hombre es diferente, por esencia mental, de todos los animales. Todo el mundo y

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todo lo que contiene estn en relacin unos con otros. El secreto y el principio de la existencia est siempre relacionado con el Creador, y por eso: Dios es la ltima forma del mundo, es decir, la ms perfecta. La existencia de los seres creados no tiene importancia por s misma. La creacin es divina porque su fuente es divina, as como su finalidad, y es la plenitud divina la que permite su propia expresin. Todo est en su propio lugar segn la voluntad divina, y as expresa su belleza. El hombre puede ver en la creacin la presencia de Dios. La magnificencia y la belleza estn en relacin con la parte divina en la creacin, porque la belleza no tiene ninguna relacin con lo manifestado. Es decir, que la manifestacin en la creacin expresa nicamente la belleza divina, o como dice Plotino: La flor no es belleza por s misma, sino que expresa la belleza divina.

Los tres mundos en la Creacin El Maharal divide la creacin en tres planos. El mundo inferior es el de la materia grosera, el medio es el de una materia ms fina, y el superior es un plano inmaterial. Cuanta menos materia hay, ms realidad, porque la escalera de los mundos, de abajo hasta arriba, tambin es la escalera de la realidad. As hay en el mundo superior mucha ms realidad que en el inferior. Segn el Maharal, la simplicidad es la cualidad superior. El mundo inferior es el ms complicado porque contiene los 4 principios y formas, y el superior es el ms simple porque contiene nicamente las formas. En ninguno de estos tres mundos se encuentra la real simplicidad. Eso es atributo exclusivo de la Divinidad. El mundo inferior Es el mundo de la Naturaleza en que vivimos, y el de la composicin. Todo lo que existe aqu est compuesto de materia y forma. La materia en s est compuesta de los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra. Estos elementos, manifestados en nuestro mundo, son diferentes en su esencia y en su forma. Por eso, cada ser manifestado pertenece a un eslabn diferente de la realidad, segn su cualidad y su forma, pero todos componen la realidad. Ms all de la multiplicidad existe la unin, la cual se describe en la fbula tan querida por el Maharal del rbol: el rbol tiene races, tronco y ramas. En sus partes lejanas tiene zonas pequeas y de menos importancia. Cada uno de los seres manifestados, como cada parte del rbol, tiene sus propias caractersticas, y adems estn relacionados los unos con los otros. As, el rbol es uno, con todas sus partes que se complementan. La realidad es un sistema integral en el cual no todas las partes tienen las mismas virtudes. Hay una parte principal, y sta se llama principio. De este principio, de esta unidad, se forma la multiplicidad de nuestra vida. El mundo inferior no est separado de los dems, pero el verdadero impulso llega del superior. Cada cosa que ocurre en nuestro mundo tiene su causa en uno ms espiritual. La Naturaleza en la cual vivimos es tan slo una imagen de lo que ocurre en los mundos superiores, los cuales estn ms all del concepto de accin y reaccin:

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toda cosa tiene una causa natural, y cada causa natural tiene su causa divina, que sera la causa de la causa. En nuestro mundo hay cambios constantes, pero existe una naturaleza firme que acta segn leyes constantes. La Naturaleza es un intermediario divino. Todo el mundo manifestado es como una pantalla que nos impide descubrir la Divinidad. La Naturaleza es delegada por Dios; si hay cambios en sus actos es por intervencin divina temporal. El mundo intermedio Es el mundo del zodiaco, y es tambin un mundo material. Tiene sus leyes naturales y los seres manifestados en este mundo estn compuestos de materia y forma, pero su materia no est compuesta de los 4 elementos. Se trata de un elemento en s, una materia muy fina, pura y relumbrante. La materia tiene como cualidad ser turbia, y todo lo que es menos materia es menos turbio y da ms luz. El zodiaco tiene menos deficiencia que los seres manifestados en el mundo inferior, pero ellos (sus habitantes) tampoco son eternos, porque en ellos tambin existe la deficiencia y hay en ellos una parte de materia. Segn el Maharal, el mundo intermedio es el mundo de la paz. Los seres manifestados en este mundo son diferentes unos a otros, pero no existe competencia entre ellos. Por eso es el mundo de la paz. El nuestro es el de la separacin y la controversia. Segn el Maharal, el mundo inferior depende del intermedio, y recibe de ste luz y calor. Existe una divisin en aos, meses y das, que est relacionada con el movimiento del Sol, de la Luna y de las estrellas. Tambin existe la influencia del origen del tiempo; esta influencia acta sobre los seres manifestados en la materia, en el mundo inferior. Tambin se da una influencia del mundo intermedio sobre el inferior; la influencia de los signos zodiaco. Este mundo tambin trabaja segn leyes constantes, ms poderosas que las de nuestro mundo. Tambin las leyes de los signos del zodiaco son naturales, pero de una naturaleza mas elevada. El Maharal y otros filsofos de su poca rechazan la existencia de la mente activa como un poder espiritual, como un ngel que se hace cargo de procesos vitales e intelectuales. Segn el Maharal, el mundo divino trabaja sin intermediarios. Cada excepcin de la ley existe por intervencin directa del mundo superior y es un milagro. El mundo superior Es el mundo de las formas sin materia; por eso se llama el mundo separado o mental. No es tan solo un mundo de paz, como el intermedio, sino el mundo de la unidad. El inferior y el intermedio son los dos mundos materiales, los cuales estn comprendidos en el terreno de la ciencia con sus verdades relativas. Pero el mundo superior es todo fe y misterio, y la ciencia con su relatividad y sus cambios no le rige. El mundo superior es eterno y por eso no es sensible a la influencia del tiempo. Los seres manifestados en este mundo son los ngeles. Cada ngel rige una fuerza especial, y l mismo es una fuerza superior. Pero tambin los ngeles son manifestaciones en cuanto

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tienen una cantidad de materia. En relacin con nosotros, los seres manifestados en este mundo son ms completos que nosotros, pero en relacin con el mundo de Dios, que expresa la verdadera totalidad, el mundo superior tambin tiene deficiencia. Segn el Maharal, un milagro es una intervencin temporal del mundo superior en nuestro mundo. Al contrario del Rambam, el Maharal sostiene que el milagro no fue creado en uno de los seis das de la creacin, sino que sucede en el momento necesario a travs de la intervencin del mundo superior en el nuestro, y va ms all de la materia. La naturaleza est apegada a sta, y cuando se revela una fuerza diferente, no material, la existencia de la materia parece retroceder ante ella. ste es el sentido de la sentencia: el mar vio y retrocedi en el xodo del pueblo judo. El milagro no destruye el orden de nuestro mundo porque es un orden diferente, de otro mundo. La relacin entre el mundo superior y el inferior no es slo desde arriba hacia abajo, sino tambin en sentido opuesto. Porque segn el Maharal, todos los milagros sucedieron a travs de seres humanos que se alzaron de su materialismo y llegaron en sus virtudes al mundo superior, como Abraham, Moiss, Yehoshua y los profetas. La comunicacin se da desde abajo hacia arriba en el caso de personajes con una fuerte espiritualidad, y la capacidad de captar el mundo superior, y desde arriba hacia abajo en el caso de los milagros, cuando la prosperidad y las bendiciones llegan del mundo superior. El mundo superior es el alma del inferior, justo como el alma en el cuerpo humano.

El ser humano en la Creacin El ser humano ocupa un lugar especial en la creacin, y como todo en ella, est compuesto de tres mundos. El ser humano tiene tres partes: el cuerpo, el alma y la mente (o espritu). El cuerpo es material, es la parte turbia del ser humano. El alma es el elemento vital, el poder que acta en l. En el alma se encuentran poderes opuestos, pero todos se unen formando el alma. Los animales tambin tienen alma, pero la tercera parte, la mente, la tiene slo el ser humano. El Maharal afirma que el origen de la mente es el mundo superior. En el alma, el ser humano es parecido al ngel. El mundo de los ngeles, segn la filosofa, es llamado el mundo de las mentes separadas (separadas de la materia). Por eso esta mente superior no es una cualidad o una capacidad, sino una parte espiritual que nos conecta con el mundo superior. Solo en el ser humano se encuentran realmente los tres mundos: el cuerpo corresponde al mundo inferior, y la mente tiene su origen en el superior, as que el ser humano contiene en s mismo la conexin entre los mundos, porque se juntan en l. Esta percepcin es ms amplia que la del microcosmos en la filosofa. El Maharal encuentra similitudes entre los tres mundos y el recorrido de la vida humana de la juventud a la vejez. En su juventud el cuerpo domina a la mente, de la misma manera que en el mundo inferior la materia domina a la forma. En la

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adolescencia existe un equilibrio entre el cuerpo y la mente, como en el mundo intermedio. Pero en la vejez, la materialidad disminuye y la mente se despega de su conexin con la materia. Adems de la mente, que se identifica con el mundo superior, existe en el ser humano algo ms, que conforma como una corona, ms all de la mente. Es algo especialmente divino, en la forma de Dios, algo que existe en el ser humano pero no en los ngeles. Esto es lo que permite al ser humano alzarse al mundo superior y gozar del esplendor de la Divinidad, lo que no es accesible a los ngeles. La forma especifica de caminar del ser humano no es slo una seal externa, sino algo interno que lo diferencia de los dems animales. Por eso los animales estn sometidos al hombre, como los hombres al Rey. El ser humano es el rey de todos los seres manifestados en el mundo inferior. Su estatura sirve para recordarle su misin en el mundo: dirigir su mente y sus acciones hacia arriba, hacia el cielo. El ser humano es llamado rbol, pero invertido. Las races, que son una, se encuentran abajo, en la tierra, pero en el ser humano, su raz, que es una, est hacia arriba, porque el alma es su raz y sus pies y manos son como las ramas. Por eso, el ser humano debe ser como un rbol invertido. Los actos del ser humano, como su estatura y su cabeza, deben dirigirse hacia el cielo, y su nombre (adam, en hebreo) llega de la tierra (adama). Como la tierra, el hombre es creado con deficiencias, pero tiene la capacidad de perfeccionarse por sus actos, y de hacerse nacer de nuevo. Como la tierra, en la cual se encuentra el poder de hacer crecer diversas plantas, as el ser humano es la tierra de s mismo, porque tiene el poder de hacer crecer de s mismo todas las virtudes. Pero para eso tiene que trabajar su tierra. Cada uno nace para trabajar, para perfeccionarse, y hasta que no muere, su trabajo no se termina, porque el ser humano naci para la labor. El hombre puede desarrollase, crecer y perfeccionarse, porque cada grado que alcanza exige subir uno ms. No hay lmite para la exigencia del espritu humano. Las facultades humanas permiten subir, pero tambin bajar. El hombre es el nico ser creado que puede subir la escalera de las virtudes, pero tambin bajarla. El ser humano es la escalera de s mismo. En un extremo toca el cielo, y en el otro baja hasta el infierno. La posibilidad de elegir sus acciones es una facultad humana y no existe en los dems seres manifestados inferiores ni superiores. Los dems seres manifestados en el mundo inferior no tienen libre arbitrio, porque forman parte de la materia, y los seres superiores que son formas sin materia no tienen libre arbitrio porque no necesitan de l, pues no son compuestos de elementos opuestos. Tambin los seres manifestados compuestos de materia y forma, estn en equilibrio, sin conflictos internos, y la materia y la forma humanas son una composicin de dos centros que tiran hacia trminos opuestos, y por eso el ser humano es una arena de conflicto eterno. Los extremos en el ser humano estn alejados uno de otro. Por una parte, el hombre pertenece al mundo superior, el mundo de los ngeles, y en su forma divina

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puede llegar an mas alto, y por otra parte, est compuesto de materia turbia. En cada ser humano se anan virtudes y defectos. Cuanto ms altas son las virtudes del hombre, ms posibilidades tiene de caer, porque segn el orden natural, existe una oposicin a todo lo que est ms all de lo natural: el que tiene virtudes ms altas que el resto de los humanos tiene en la misma medida un poder de destruccin mayor que los dems. Y la vida le traer mas dificultades que a los otros. El cuerpo del hombre es una crcel para su alma, aunque segn el Maharal es importante, porque es tambin un templo para el alma. La muerte debe entenderse, segn el Maharal, no como la salida del alma del cuerpo, sino como el desapego del cuerpo y del alma. Adems de este proceso natural de disminucin de la materia hasta su desaparicin, existen mtodos espirituales para esclavizar la materia a la forma, hasta lograr su purificacin total. Hay diversos grados de purificacin del cuerpo. ste puede recibir la consagracin del alma divina exactamente como un templo de piedra recibe su consagracin porque Dios decidi habitarlo. Esto no existe en los ngeles. Ellos siempre tienen luz, pero no reciben ms de lo que tienen. En el ser humano, su capacidad divina crece en proporcin a sus valores. La creacin del mundo, segn el Maharal, llega de la completura divina. Dios es el origen y en la creacin existe la multiplicidad, pero existe tambin algo principal que concentra todo alrededor de l: el ser humano, residente del mundo inferior. El ser humano es el nico ser manifestado que tiene juntos un alma especfica y un cuerpo material, y su posicin en la creacin es como el punto central en el crculo. De todos los seres creados, el ser humano es el nico con libre albedro, siempre entre el bien y el mal, y con una guerra continua en su alma. Es el nico ser creado en el cual el fin de la creacin podr manifestarse totalmente. De ah que el mundo fuese creado para el ser humano y aun para cada uno por separado, porque cada hombre contiene en s el mundo entero. El ser humano tiene la posibilidad de acercarse a la totalidad y de alejarse de ella. En esta posibilidad se encuentra la escala humana, y de ese modo existen diferencias entre los seres humanos. La primera diferencia existe entre el hombre y la mujer, que son como forma y materia; segn los griegos, el hombre y la mujer representan dos polos opuestos: la forma representa el elemento masculino, y la materia el femenino. El Maharal sostiene que slo los dos juntos son el ser humano completo, como est escrito en la Torah: y los denominaron hombre. La conexin entre el hombre y la mujer es una cuestin divina. Cuanto ms grande sea su conexin ms divina ser, porque de su nombre llega el nombre de Dios. Pero si esta conexin no es buena, los dos poseen poderes destructores, poderes de fuego que existen en el nombre del hombre (Ish), y de la mujer (Isha) ,(fuego, Esh). Desde el punto de vista de la vida, la mujer aventaja al hombre, porque es la parte complementaria en el ser humano. Su labor es invocar la Divinidad entre los dos, y tratar de impedir que se manifieste el poder

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destructor en ellos. El Maharal afirma que la mujer est mas preparada para el prximo mundo, y que su paso para la eternidad es ms corto. El hombre, que representa el lado activo, lo es ms en este mundo y tiene que adquirir su parte en el prximo mundo con ms trabajo. En la mujer es al revs, pues representa en este mundo el lado pasivo, el que recibe.

70 naciones Ms all de la diferenciacin biolgica entre varones y mujeres, los hombres se diferencian segn su pertenencia a naciones. La nacin no es nicamente una cuestin de nacimiento o de lugar geogrfico como se entiende generalmente en la concepcin moderna. Al contrario: en cada nacin hay una especial significacin metafsica. Por eso, a cada nacin corresponde una tierra particular, natural, aunque la fuente de la nacin no est en la tierra sino en un plano ms elevado. Cada nacin tiene sus propias particularidades, y por eso tiene que cuidar su propia independencia. La esclavitud de una nacin por otra va contra las leyes de la Naturaleza. El Maharal es el primero, se dice, que expresa de manera clara los derechos naturales y divinos de cada nacin. En una nacin, como en cada cosa, se encuentra materia y forma. La especificacin de cada nacin se encuentra en su esencia, en su forma. Cada nacin expresa en sus particularidades un aspecto de la naturaleza humana, pero 70 naciones son la sntesis de todos los aspectos del ser humano. El nmero 70 simboliza la totalidad de los aspectos que forman la perfeccin del ser humano. Todas las naciones son las descendientes del hombre primordial. Las races de cada nacin ya existan en el hombre primordial, el cual contena en s mismo, como potencialidad, todas las razas humanas, como todas las fuerzas superiores. El Maharal escribe tambin sobre la importancia particular del pueblo judo, que ha recibido la Torah de Dios, y aqu el Maharal sostiene que los judos tienen una relacin especialmente cercana con Dios, aunque como cada pueblo, Israel tambin ha pasado momentos histricos de cada. En cada cualidad superior hay un defecto, porque cuanto ms superior es la cualidad, ms difcil es lograr la perfeccin. Y un defecto atrae a otro.

La Verdad Una El Maharal pone el acento en la unidad de la verdad, y en la multiplicidad de la mentira. Cuando se aparta de la verdad se revela la mentira, como se sac la letra Aleph de la palabra Emeth (verdad). En hebreo, la palabra Emeth significa verdad, y sin la primera letra de la palabra, la letra Aleph, nos quedamos con la palabra Meth, cuya significacin es muerte. La verdad es una cosa viva y real, al

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contrario que la mentira. Por eso, Dios es la ltima realidad porque l es la ltima Verdad, y por eso l es Uno. No puede ser que haya una segunda verdad. Por ejemplo, si se pregunta: qu es el hombre?, y se responde que es como un animal, o un pjaro, o un mineral, eso son mentiras. No hay lmites para la mentira. Al contrario, la verdad es Una, el hombre es un hombre, y no otra cosa. La realidad donde vivimos an no es perfecta; slo Dios expresa la realidad perfecta y la verdad absoluta. El Maharal afirma tambin que en el mundo donde vivimos no hay verdad absoluta, como no la hay en el hombre. El hombre, finalidad de la creacin, se elevar de su materialidad y se acercar a la verdad. Si en nuestro mundo se encontrara paz y verdad, no sera significativa de la creacin misma, como la presencia del hombre en la creacin. La funcin del hombre no es juzgar: sa es la funcin de Dios. La funcin del hombre es la caridad y la bondad.

La leyenda del Golem El nombre del Maharal est relacionado con muchas leyendas; la ms conocida es la del Golem. Es casi imposible pronunciar su nombre sin recordar esta leyenda, relatada en diversas versiones. Segn una de ellas: como instrumento en su polmica con los cristianos, el Maharal ha creado el Golem de materia (los cuatro elementos), y le ha dado vida a travs de los nombres de santos colocados en un papel en su boca. Este Golem sirve al Maharal en todo lo que le pide. Se dice que cada viernes por la tarde, el Maharal le sacaba de la boca los nombres sagrados, y el Golem caa de inmediato al suelo hasta el fin del sbado (para respetar el Shabbat). Se cuenta que un da el Maharal se olvid de sacarle los nombres. En mitad del descanso, vinieron a decirle que el Golem estaba vagando por la ciudad y amenazaba destruirla. El Maharal, rpidamente, fue y le sac de la boca los nombres sagrados. Entonces el Golem se calm. Segn la leyenda el Golem est en la sinagoga de Praga..., y se dice que es muy peligroso verlo.

Conclusin En el Renacimiento todo es percibido como una totalidad viva, en oposicin a la forma de pensar medieval, desde la multiplicidad y la separacin. El Maharal, como otros filsofos de su poca, sostiene que la existencia de los seres creados no es una prerrogativa exclusiva, sino que todo est vivo y trabaja, y sus trabajos afectan a otros seres creados. As, el Maharal encuentra la relacin entre todos los pueblos del mundo en que constituyen juntos todos los lados que forman la humanidad. La raz de cada pueblo se encuentra en el primer hombre (adam rishon). En el ser humano tambin hay una multiplicidad que conforma una totalidad.

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En el Renacimiento el ser humano retoma su papel principal en la creacin. A travs de su espritu debe elevarse sobre su materialismo, y expresar su ser interior, su alma que lo conecta con la Divinidad. Se dice que el Maharal es el nico de los sabios de Israel que ha recibido una formacin espiritual y religiosa en Europa, en contacto con el pensamiento de filsofos de todo el mundo. Ense que cada ser humano debe investigar otras sabiduras, porque la verdad, como la sabidura, es una. En esto se plasma, en realidad, el humanismo y la sabidura, como agua de vida que fluye. Dos formas de pensar se anan en el Maharal. De un lado se percibe la influencia de filsofos judos anteriores, que pertenecen al Medievo, como Rab Itzhak Barbanel, y de otro lado, la Hasidut corriente fundada 90 aos despus de su muerte lo concibe como uno de sus fundadores. En diversos aspectos, el Maharal es nico. Su percepcin original es una combinacin de lo nuevo y lo de siempre. En unos campos, sus pensamientos abrieron paso a percepciones modernas (por ejemplo, los descubrimientos revolucionarios de la ciencia contempornea muestran una idea de interrelacion y de identificacin entre tiempo y lugar, y esta idea aparece en uno de sus libros, El tiempo y el lugar son uno). Cuando determina el mundo intermedio, reconoce la influencia de la astronoma y de la astrologa sobre la vida en nuestro mundo. Esto tambin es caracterstica de los filsofos de su poca. El Maharal se opona a la filosofa aristotlica basada exclusivamente en la comprobacin racional como arma suprema del ser humano. El Maharal, como otros filsofos de su poca, crea que el ser humano tiene un espritu, y que este espritu es superior a la comprensin racional; que la ciencia, con todos sus cambios, debe servir al hombre y no a la inversa.

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AGRIPPA DE NETTESHEIM

Nace en Colonia, Alemania, en 1486; estudia letras, Medicina y Filosofa. Este interesante personaje del Renacimiento se encuentra casi siempre mencionado en las obras que tratan el tema del ocultismo y su filosofa. Fue inmortalizado por Rabelais bajo el nombre de Herr Trippa. Ms mago que filsofo segn sus comentaristas, tena fama de impo. Lo curioso es que, a pesar de tan mala reputacin, tuvo una influencia considerable sobre destacados renacentistas. Gracias a l se propaga por toda Europa la Cbala y el pensamiento de Ficino y Pico de la Mirndola. En su obra DE OCCULTA PHILOSOPHIA, escrita hacia 1510, pero publicada en 1533, Agrippa sintetiza sin mucha precaucin todo aquello que el hermetismo del Renacimiento reconoce como suyo. En el tiempo que pasa en Pars funda una sociedad secreta en la cual participan italianos y franceses que llegaron a ser clebres, como Germain de Ganay, Synphorien Champier y Charles de Bonelles. Su sustento proviene de mltiples trabajos: soldado, ingeniero, astrlogo, profesor, mdico, cortesano. Se introduce en la corte de Maximiliano y, sobre todo, de Margarita de Austria. Viaja mucho en su funcin de propagacin de las ideas renacentistas, principalmente por Alemania, Austria, Inglaterra, Francia e Italia. Va a defender y refutar las falsas acusaciones de brujera de la Inquisicin contra los precursores del pensamiento renacentista. Esquiva hbilmente los ataques y la persecucin de que es objeto tanto por los dominicos como por la Inquisicin. Despus de muchas peripecias, finalmente es apresado en Bruselas, censurado en Lovaina y aparece pletrico de leyenda. Fue un mago, un filsofo escptico, un defensor de la causa feminista? Sus libros se prestan a las ms diversas interpretaciones. Ejemplo de ello es su obra DE VANITATE SCIENTIARUM, manual que contiene una crtica muy directa de todos los vanos saberes de su poca, la ciencia oficial, la ciencia que afirmaba que la Tierra no se mueve, que no es redonda, y toda suerte de falsas afirmaciones.

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En parte para defender tanta estupidez y a sus promotores se cre la Inquisicin. Su obra TRAIT SUR LEXCELLENCE DES FEMMES puede ser considerado un manifiesto dirigido contra la teologa misgina. Pero regresemos a DE OCCULTA PHILOSOPHIA, obra cumbre de Agrippa, sntesis del hermetismo renacentista apoyado sobre una gran cultura. Es evidente su inclinacin al neoplatonismo de Ficino y a las conclusiones de Pico de la Mirndola. El libro es un compendio de todo aquello que se puede decir sobre los tres mundos: el elemental, el intelectual y el celeste. Es en estos mundos donde seala la influencia del Creador (Dios trino y uno) a travs de los ngeles sobre las estrellas, los elementos y las piedras. Esta influencia del cielo en la Tierra se efecta siguiendo tres ejes: la magia natural, la magia celeste y la magia ceremonial. Su definicin de magia es clsica: La magia es una facultad que tiene un gran poder de accin, lleno de misterios muy relevantes y que encierran su profundsimo conocimiento de las cosas ms secretas, de su naturaleza, poderes y cualidades. Agrippa aconseja sobre el secreto y el silencio que conviene observar frente al vulgo y, sobre todo, frente a aquellos que no estn preparados ni moral ni intelectualmente para transitar por la va del misterio. La magia produce efectos maravillosos por la unin y la aplicacin de diferentes virtudes de seres superiores sobre los seres inferiores. Es decir, la transmutacin por lo superior del plano de la personalidad en el oro de la trada. Las herramientas son la fsica, que es la ciencia de la Naturaleza, la matemtica, que nos permite comprender el movimiento y la marcha de los cuerpos celestes y la teologa, que es el conocimiento de las sustancias inmateriales. De esta aplicacin de las virtudes segn el eje alto/bajo nace, a travs de las ideas, el Alma del Mundo, y de los rayos de las estrellas las virtudes singulares de cada cosa, las transmutaciones, las simpatas y antipatas, la accin a distancia y el poder de la imaginacin. Este esquema neoplatnico y a veces estoico implica una visin jerrquica del cosmos y su unidad a travs de la procesin que desciende de las virtudes ms altas hasta aquellas cadas en la materia. Agrippa sostiene que todas las cosas materiales requieren ideas que les den su modelo de ser, formas inmutables, en oposicin a las sombras que son las cosas mismas. El libro II, consagrado a la magia celeste, tratado de aritmtica, muestra las propiedades misteriosas atribuidas a los nmeros. Afirma que hay un solo Dios pero que se expresa como tres, la trinidad.

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Da mucha importancia a las imgenes de los planetas y de los astros. Correctamente grabadas, estas imgenes poseen el poder de proteger contra la enfermedad y la maldad. No duda en afirmar que la Naturaleza puede ser trascendida, y que el Iniciado puede subir ms alto que los ngeles, hasta el arquetipo mismo. El libro III lo consagra a la magia ceremonial, es decir, a la manera de conocer las leyes de la religin. Afirma la superioridad de la religin cristiana sobre su forma catlica. Desarrolla una teora sobre los sephirots inspirada en el DE ARTE CABBALISTICA de Reuchlin y de Pico de la Mirndola. En Italia tom contacto con los cabalistas cristianos Francesco Giorgi y el cardenal Gilles de Viterbo. En Metz, Alemania, tuvo contacto con los crculos prximos a la Reforma, y en Inglaterra, donde su influencia es grande, fue defensor de la reina Catalina de Aragn, repudiada por Enrique VIII. Todo esto lleva a pensar que Agrippa no era considerado una persona peligrosa ya que se movi entre los crculos ms altos de su poca. Su magia ceremonial debe ser juzgada en funcin de los intereses cambiantes de un perodo de gozne histrico que genera estas ventanas de la Historia abiertas a todas las culturas.

Lo divino y la forma humana La visin mgica del universo de Agrippa von Nettesheim (1486-1535), que dejar huellas en el trabajo de Durero, est influenciada por las doctrinas gnsticas de Hermes Trismegisto que circulaban en las traducciones de Marsilio Ficino. De acuerdo con estas doctrinas, el hombre no solamente fue hecho a imagen de Dios, sino que tambin fue dotado de su omnipotencia. Agrippa liber al hombre de un cosmos de varios pisos y lo coloc en el centro de la creacin. Solamente el hombre goza del honor de participar en todo. El hombre participa en la materia de su propio sujeto y en los elementos a travs de la constitucin cuaternaria de su cuerpo; participa en las plantas, a travs de su fuerza vegetal; en los animales, a travs de los sentidos; en los

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cielos, a travs del espritu etreo; en los ngeles a travs de su sabidura; en Dios, a travs de la eptome de todo; y as como Dios, conoce todo lo que puede ser conocido (DE OCCULTA PHILOSOPHIA, Aggripa, Die magischen Werke, Weisbaden edition, 1988). El hombre puede tambin dirigir sus influencias astrales a voluntad. Agrippa tom las figuras geomtricas del hombre como la medida del universo de las figuras de Vitruvio en la Exempada de Francesco Giorgio, al cual se presume tuvo acceso en forma de manuscrito. El hombre, como la obra ms bella y perfecta de Dios, tiene una estructura corporal ms armnica que otras criaturas, y contiene todos los nmeros, medidas, pesos, movimientos y elementos. Es la obra maestra ms sublime llegada a la perfeccin. No hay parte del cuerpo humano que no corresponda a un signo del zodiaco, a una estrella, a una inteligencia, a un nombre divino en la idea de Dios mismo. La forma del cuerpo humano es redonda (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA). Pero un cuerpo humano completamente formado equitativamente tambin representa un cuadrado. As, un hombre de pie, con los brazos extendidos y los pies juntos, forma un rectngulo de lados iguales, cuyo centro est localizado en la parte inferior del hueso pubiano (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA). Si uno dibuja un crculo desde el punto central sobre la cabeza y baja los brazos hasta que las puntas de los dedos toquen la periferia del crculo, y los pies sobre la circunferencia se encuentren a la misma distancia de separacin que las puntas de los dedos desde arriba de la cabeza, el crculo se divide entonces en 5 partes iguales y se produce un pentgono regular, as como ambos tobillos forman un tringulo equiltero con el ombligo. Si con los brazos levantados de esa manera, los pies y las piernas se colocan a una distancia de separacin en que el nmero se reduce a un catorceavo de su posicin vertical, la distancia entre sus pies y la de la parte inferior del hueso pubiano forma un tringulo equiltero; y si uno coloca el punto en el ombligo, la periferia del crculo tocar la punta de los dedos de las manos y de los pies (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA).

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Si ambos pies se separan hacia izquierda y derecha, con las pantorrillas hacia adentro, y las manos se levantan en la misma lnea, la punta de los dedos de manos y pies forman un cuadrado perfecto, cuyo centro est encima del ombligo. Si los brazos se estiran lo ms alto posible sobre la cabeza, y si un hombre se para en esta posicin, con sus pies juntos, se coloca en un cuadrado perfecto cuyos lados opuestos tocan sus plantas y puntas de los dedos. El centro del cuadrado cae en la regin del ombligo, el cual forma tambin el centro entre la parte superior de la cabeza y las rodillas.

El plano de una baslica, medida de la figura humana Francesco Giorgio (1460-1540) en sus escritos uni la teora pitagrica de la armona con las especulaciones hermticas y cabalsticas. Los antiguos tambin dividieron sus templos, edificios pblicos y otros similares de acuerdo con la estructura del cuerpo humano, tal como l (Dios) mismo dio a toda mquina del universo la simetra del cuerpo humano (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA).

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Armaduras

La proporcin de las coyunturas de los dedos (falanges) en relacin con los intervalos musicales. De igual forma los elementos, cualidades, humores y fluidos gozan de relaciones particulares (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA, 1510). (A. Kircher, Roma, 1650). MUSURGIA
UNIVERSALIS,

La palma de la mano se lee como un paisaje de montaas, valles y ros. Las siete montaas o elevaciones de la mano corresponden a los siete planetas. Sus diferentes formaciones proporcionan informacin sobre el desarrollo del rea de vida asignada al planeta en cuestin. El Monte de Venus del pulgar, por ejemplo, nos informa sobre los asuntos amorosos del sujeto, mientras que el Monte del Sol, debajo del dedo anular, lo hace sobre su creatividad y su sensibilidad a la belleza (Agrippa von Nettesheim, DE OCCULTA PHILOSOPHIA).

La Luna Puesto que la Luna pasa a travs de todo el zodaco en veintiocho das, los astrlogos ms antiguos asumieron que existan veintiocho etapas. Dentro de estas veintiocho etapas residan muchos de los secretos de los antiguos, que afectan milagrosamente a todas las cosas bajo la Luna (Agrippa von Nettesheim, DE OCULTA PHILOSOPHIA, 1510). De: WB. Yeats, A vision, London 1925.

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LOS PLATNICOS CROATAS DEL RENACIMIENTO

En las postrimeras de la Edad Media surge una nueva situacin econmica y poltica cuyas formas, diferentes y a la vez parecidas a la que encontramos en Italia, se desarrollan por toda Europa. Esta situacin es la base de una nueva orientacin vital que se refleja en la nueva imagen del mundo y en la definicin del lugar y el papel que le pertenecen al hombre en este, tanto como en su nueva valoracin. El regnum hominis, en el cual el hombre se convierte en la medida de todo, requiere nuevas respuestas a multitud de preguntas en todos los aspectos de la vida: ciencias, artes, religin, relaciones sociales y estructura poltica, pero donde se ven expresadas con ms claridad y precisin es en la filosofa del Renacimiento, en el Humanismo. El espritu filosfico del Renacimiento vuelve hacia la vida y la Naturaleza, liberando la fuerza renovadora en el hombre, que lo contiene todo y es capaz de conocerlo todo. La Antigedad se convierte en el ejemplo y modelo de esta revolucin espiritual, y, a la vez, en la anttesis de la Iglesia, que hasta entonces haba sido la nica autoridad ideolgica. El antiguo mundo grecorromano se convierte en la fuente y apoyo de toda la cultura. Esta Antigedad no se presenta como una visin uniforme, sino como una compilacin de diferentes corrientes de la antigua filosofa griega, desde el platonismo, aristotelismo y estoicismo hasta el materialismo de Lucrecio. En la mayora de los casos, el platonismo era la oposicin al aristotelismo oficial de la escolstica eclesistica. Por otro lado, sabemos que no todas las enseanzas de Aristteles se recomendaban para el estudio de teologa, pues ya en el ao 1110 el colegio provinciano en Pars prohbe la lectura privada y pblica de las obras cientfico-filosficas de Aristteles. Se permitan nicamente los libros sobre la lgica, los cuales entraron ntegramente en la doctrina filosfica del cristianismo. Sin embargo, el enfrentamiento de aristotlicos y platnicos del Renacimiento en el siglo XV fue una de las luchas dialcticas ms caractersticas, de las cuales naci el espritu de aquella poca. A pesar de que las dos escuelas eran adversarias, ambas luchaban a su vez contra el tradicionalismo escolstico. El platonismo renacentista nace en cierto modo en la corte de Csimo Mdici, un comerciante de Florencia, lder de un partido poltico y gobernador de la ciudad. Con su gran respeto por la filosofa de Platn y su buen conocimiento de la misma, Csimo la presenta como el ms grande logro del espritu y la cultura de la antigua Grecia. Incluso mand que en el momento de su muerte le leyeran un dilogo de Platn. El estudio de la obra de Platn, para Csimo, era ms que una simple espiritualizacin adicional de su vida, ya rica y exitosa. Con su conocimiento y amor Csimo influye en los que estn a su alrededor y despierta en ellos un respeto entusiasta por las enseanzas de Platn, que llegan a ser una necesidad interior profunda para estos hombres. En 1440 Csimo fund la Academia Platnica en Florencia, cuyo primer director fue Marsilio Ficino, a quien llamaban el hijo espiritual de Csimo. El ms grande y ms conocido gobernador de Florencia, Lorenzo el Magnfico, nieto de

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Csimo, fue conocido como el hombre que ahond todas las profundidades del platonismo y el mecenas que generosamente apoyaba a la Academia en Florencia. Al principio, el platonismo no supona una oposicin al aristotelismo medieval, sino que se apreciaba como el logro ms grande del espritu humano en el plano filosfico. En la Academia de Florencia se encontraban todos los platnicos ms importantes de la poca, entre los cuales destacaban Georgios Gemistos Plethon, Basilius Bessarion y Juan Pico de la Mirndola. A todos los platnicos del Renacimiento les guiaba la misma idea, pero cada uno se opona a su manera al dogmatismo filosfico de la poca, al tratar de expresar el espritu de la filosofa de Platn.

Juraj Dragisich (Benigno de Salviatis) (1445?-1520) La literatura internacional le conoce como Georgius Benignus de Salviatis, y el ttulo nobiliario de Salvatis le fue concedido en Florencia. Naci en Srebrenica, en Bosnia, vivi en Dubrovnik, ciudad que dejara al iniciar sus estudios en Italia, y despus en Pars y Oxford. Era discpulo directo del neoplatnico Bessarion, y miembro importante de la academia de Gemistos Plethon. Era rector del colegio de frailes en Florencia, y, luego, profesor de filosofa en la Universidad de Pisa. Lorenzo Magnifico, su amigo y protector, consideraba a Juraj Dragisich el ms culto y honrado de los hombres, que nos dice mucho de su reputacin. Era uno de los mejores conocedores de lenguas orientales en Europa de aquella poca. Apoy a Pico de la Mirndola, Reuchlin y Savonarola en su conflicto con el Papa, y despus de haber defendido excelentemente a Savonarola en la corte, tuvo que dejar Florencia. Huy y fue cordialmente recibido en Dubrovnik, que ya en aquella poca era una ciudad bajo la influencia de las ideas de la Ilustracin. Dragisich describe la vuelta a su patria as: Cuando, despus de treinta y tres aos, empujado por la ira de mis enemigos y por el amor de mis parientes, sal en busca de la patria que ya me era desconocida, pues era yo un extranjero para mis hermanos y un extrao para los hijos de mi madre, ustedes me acogieron con mucho amor.... En Dubrovnik dicta conferencias y organiza debates pblicos con los cuales deja una huella profunda de espritu humanista en las tierras croatas. En el plano de la filosofa, muestra un inters particular en la lgica y es autor de varios libros sobre este tema. Extiende el campo de la lgica tradicional y la trata como ars dialectica, que no slo es una disciplina teortica, sino tambin prctica (logica utens). En el plano de las ciencias naturales, Dragisich formula sus ideas sobre la organizacin del universo reflejando las ideas platnicas. Observa la relacin entre microcosmos y macrocosmos que, segn l, estn vinculados por un Amor nico. El mundo est ordenado de forma que lo superior rige lo inferior, y las sustancias

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materiales causan las inmateriales. Una accin mgica obra en todo el universo, as que: el cielo obra en las entraas de la Tierra y produce muchas cosas a distancia, igual que un imn atrae el hierro a distancia. Durante su estancia en Oxford, Dragisich conoci sus tradiciones astronmicas y empez a interesarse por la problemtica de loscalendarios. En 1514 escribi un tratado llamado CORRECTIO ERRORI QUI EX EQUINOCTIO VERNALI IN KALENDARIO PROCEDERE SOLET (Correccin del error que debe proceder del equinoccio primaveral). Dragisich advierte cules son los errores del calendario juliano, segn el cual cada 133 aos el equinoccio llega con retraso, y sugiere que se salten diez u once das y que con eso se corrija el error de los siglos pasados. En 1582, el papa Gregorio XVIII manda aceptar la reforma de calendario propuesta por el astrnomo Hloisius Lilius; en otras palabras, manda que se salten diez das entre el cuatro y el catorce de octubre, con lo cual, en realidad, acepta la sugerencia de Dragisich, que ya haba sido olvidada.

Nikola Vitov Guchetich (Gozzius) (1549-1610) El pensamiento filosfico humanista contina su desarrollo en el siglo XVI en Dubrovnik. Uno de sus autores ms destacados es Nikola Guchetich (Gozzius) porque, a pesar de que nunca dej su ciudad natal, sus numerosas obras sobre filosofa fueron conocidas por toda Europa. El hecho de que Guchetich, sin haber estudiado en el extranjero, diera a luz libros que recibieron un reconocimiento general como valiosas obras filosficas y cientficas es indicativo del alto nivel de la cultura humanista que exista en Dubrovnik, una ciudad que no tena ni universidad ni academia. Guchetich desempe varias funciones administrativas en la Repblica de Dubrovnik, y fue elegido duque siete veces. Su obra fue reconocida y recibi un doctorado honorario de Filosofa. En sus libros filosficos, ticos y poltico-jurdicos, la mayora de los cuales fueron escritos en forma de dilogo, siguiendo el modelo de Platn, Guchetich expresa sus ideas de manera que stas muchas veces representan una compilacin eclctica de conceptos de Aristteles y de Platn. Escribi sobre todos los temas caractersticos del espritu renacentista: metafsica, ciencias naturales, psicologa, filosofa de derecho, esttica, pedagoga, etc. Su platonismo muestra la influencia del neoplatonismo de Marsilio Ficino. En su obra principal sobre la organizacin de Estado describe la creacin, el desarrollo y la desaparicin de las estructuras estatales. La base de su estado popular es la libertad, y afirma que los que estn en el poder tienen que ser hombres sin ningn tipo de privilegios.

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Benko Benkovich (1460?-1523) Adems del territorio independiente de la Repblica de Dubrovnik, la mayora de las ciudades de la costa oriental del mar Adritico eran gobernadas desde Venecia. En una de estas ciudades, Zadar, vivi Benko Benkovich, ilustre profesor de Filosofa en la Sorbona en Pars, quien llevaba el ttulo de monarcha scientarum (campen de ciencia). Fue un sagaz intrprete de los comentarios de Duns Scot sobre las obras de lgica de Aristteles. Bajo la influencia de Platn y los neoplatnicos, se opona al intelectualismo uniforme escolstico y afirmaba que la voluntad era la base del desarrollo de la conciencia y del conocimiento, tanto como de la existencia humana en general. En su libro Navigium, lleno de meditaciones de carcter filosficocontemplativo, demuestra su educacin extraordinaria, su imaginacin y la elegancia de su estilo. Desafortuna-damente, los manuscritos de Benkovich se han perdido. Franjo Petrich (Francesco Patrizio) (1529-1597) La Historia recuerda su nombre latino: Franciscus Patritius, el ms conocido filsofo renacentista de origen croata. Naci en la isla de Cres, y estudi en las universidades de Venecia y Padua. Era profesor en la academia platnica de Ferrara (1576-1593), y luego fue invitado a desempear el mismo cargo en Roma, donde dict clases hasta su muerte. Es uno de los ms importantes neoplatnicos y crtico intransigente de la corriente aristotlica en la escolstica. A la vez era representante de la filosofa de la Naturaleza de la nueva era. berweg cree que Petrich era antecesor y maestro de Giordano Bruno. De hecho, Bruno conoca la filosofa de Petrich, y hay semejanzas entre los dos; muchas ideas de Petrich las encontramos tambin en la obra de Giordano Bruno. Por otro lado, Bruno le reprochaba a Petrich su exagerada crtica juvenil de Aristteles que, segn l, daaba a la filosofa ms que ayudarla. Histricamente no est comprobada la influencia que Petrich pudo haber tenido sobre Giordano Bruno, pero s sobre Bernardino Telesio (Bernhardinus Telesius). En su crtica de Aristteles, Petrich lleg al punto de negarle el valor que originalmente le otorgaba la Historia, afirmando que todo lo valioso de su enseanza era en realidad una compilacin del pensamiento de los filsofos que le precedieron, y lo nico original era su interpretacin equivocada de la herencia filosfica. Si tomamos en consideracin que la doctrina oficial de la Iglesia tambin se basaba en los principios de la filosofa de Aristteles, es evidente que la actitud de Petrich era furiosamente antiaristotlica. l era paladn de la filosofa de Platn e intentaba probar que el platonismo era mucho ms prximo al pensamiento cristiano, por lo cual deba ser incluido en la filosofa cristiana en vez de Aristteles. El pensamiento filosfico de Petrich lo dividimos en dos fases. En la primera, negativa, Petrich critica a Aristteles y alaba a Platn, y en la segunda, positiva, propone su propia filosofa, la que fue concebida hace poco tiempo y que se basa en las antiguas filosofas piadosas: la caldaica de Zaratustra, la egipcia de Hermes Trismegisto, la egipcia mstica y la platnica. Lo que Petrich intenta con su filosofa piadosa es llevar a los hombres a Dios. As, Petrich cita las palabras de Hermes Trismegisto, que sostiene que es imposible ser piadoso sin filosofa, porque el alma

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que ha conocido a su Creador siente un amor ardiente y olvida todos los males; ella ya no puede volver atrs, y, siendo parecida a Dios, se convierte en la mente pura, en Dios. Petrich quiere demostrar que Platn continuaba una tradicin ms antigua que Moiss y Cristo. Subraya que Platn continuaba la transmisin de la sabidura de los sacerdotes egipcios pues haba pasado trece aos en Egipto recibiendo las enseanzas hermticas. A la vez, Petrich intenta comprobar la existencia de semejanzas entre la filosofa de Hermes y la doctrina cristiana utilizando los testimonios de las autoridades eclesisticas. Su obra principal titulada NOVA DE UNIVERSIS PHILOSOPHIA (1581) form parte de la lista de los libros prohibidos. En ella, Petrich explica los principios de su filosofa. NOVA PHILOSOPHIA tiene cuatro partes: Panaugia, Panarchia, Panpsychia y Pancosmia. Estas cuatro partes representan las cuatro formas de emanacin que crean el universo y definen su estructura: luz, fuerza, psique y orden. En la primera parte, Panaugia, Petrich define la luz como el origen de todo, ya que segn l todo lo existente refleja una luz primordial. Descarta la hiptesis aristotlica segn la cual el movimiento fue lo primero en la creacin de todo lo existente. Sostiene que el movimiento es un fenmeno secundario cuya causa y fuente es la luz, y no, como afirmaba Aristteles, la causa inmvil. As, de la luz trascendental nace la luz que da vida y mantiene el universo. En Panarchia, la segunda parte de Nova philosophia, Petrich defiende abiertamente el concepto neoplatnico de emanacin. Aqu explica cmo todo proviene de una fuente primordial y segn un orden determinado. Del Uno proviene lo Primero (esencia), en el cual todo est contenido como potencia. Luego, jerrquicamente, nacen la Vida, la Inteligencia, el Alma, la Naturaleza, la Calidad, la Forma y, finalmente, el cuerpo. El alma humana est en el punto medio entre el espritu y la materia, y representa el principio mediador entre la esfera material y la inmaterial. En la tercera parte, Panpsychia, Petrich nos muestra su concepto del alma. Diferencia entre el alma humana o nima y el alma del universo o nimus. El alma humana representa una parte del alma universal presente en todas las cosas. Habla de que el cuerpo (materia) no puede existir por s solo; lo que compone la materia muerta, le da vida y la mueve, es el alma, un reflejo del espritu primordial. Defiende la visin de pan-psi-quismo. Toda la Naturaleza est llena del espritu. En Pancosmia, la ltima parte, Petrich extiende su pensamiento a todo el cosmos. Los mismos principios que forman el orden del microcosmos existen en el macrocosmos y rigen su orden. El orden universal del cosmos se manifiesta en todo. Es la teora de unidad total (unomia) que tena una importancia vital para el sentimiento vital en el Renacimiento. Justamente por eso la filosofa de Petrich tuvo tanta influencia en toda Europa.

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Petrich formula su concepto infinitista del tiempo y del espacio (que ms tarde ser expresado con ms claridad por Giordano Bruno), basado en la hiptesis del poder infinito de la primera causa: pues es necesario que la accin del poder infinito, bondad, voluntad en la creacin del universo, tambin sea infinita... As el poder mximo, la bondad mxima, la voluntad mxima para la mayor gloria de Dios, como el testimonio ms grande de su propia abundancia mxima, cre el universo infinito.... Petrich estudia los fenmenos fsicos como el espacio, la luz, el calor y la humedad. Habla tambin de la matemtica y la geometra, y de la aplicacin de los principios filosficos en la investigacin cientfica de la Naturaleza, usando los ejemplos de la astronoma y la oceanografa. Sostiene la idea de un principio inmutable de orden y armona en el universo, que se esconde detrs de una multitud de fenmenos individuales. Segn Petrich, el papel de cada cientfico consiste en descubrir esa ley. NUEVA FILOSOFA GENERAL, a pesar de haber sido dedicada al papa Gregorio XIV y a todos los papas que le sucedieron, con la solicitud de que protegiesen y promoviesen su filosofa, no fue favorablemente recibida por las autoridades eclesisticas, y no tard mucho en encontrarse en la lista de los libros prohibidos. Petrich pudo haber sufrido un destino mucho peor si no hubiera sido por su amistad con algunos prohombres de la Iglesia y por su deseo de unificar la filosofa con la teologa. A Petrich le interesaban vivamente la metodologa de la Historia, la teora del arte, la poesa, y la retrica. En su obra DELLA POETICA vuelve a criticar y rechazar los principios de la potica de Aristteles, demostrando a la vez su extenso conocimiento de las diversas opiniones ya expresadas sobre la poesa y formulando los principios de su propia teora de la potica. No acepta la probabilidad como un principio de la misma. Afirma que el arte no se basa en la imitacin, y que es absurdo acreditar la enseanza sin ningn tipo de arte potica. La poesa requiere un don cuyas bases son el entusiasmo y la inspiracin. Niega tambin la hiptesis de Aristteles que afirma que el verso no es una caracterstica imprescindible de la poesa. Petrich tiene un lugar muy importante dentro del pensamiento creador renacentista. Su mayor contribucin al pensamiento filosfico internacional fue el esfuerzo puesto en la sntesis del conocimiento; Petrich traduce las obras perdidas de la filosofa tradicional e intenta acercarlas a sus contemporneos.

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LA DOCTRINA REVOLUCIONARIA DE JORGE GEMISTOS PLETHON

Analizar y alcanzar a conocer la influencia que han tenido determinados movimientos filosficos en el mundo renacentista resulta un trabajo ciertamente didctico; hasta qu punto una serie de personalidades esclarecidas han podido cambiar el curso de los acontecimientos en momentos sumamente difciles para la historia del pensamiento, particularmente a finales de la Baja Edad Media. Su impulso intelectual dio comienzo a las bases del pensamiento renacentista. Jorge Gemisto, apodado Pleto o Plethon, fue uno de ellos. El siglo XIV se convirti en un hervidero de inquietudes, pues la inminente cada del Imperio bizantino alboreaba un cambio de rumbo en la historia de Europa ante la expansin imparable del Imperio otomano, que terminara absorbiendo al bizantino con la cada de Constantinopla47

Su formacin entre los turcos Durante el perodo de gobierno del emperador Juan V Palelogo, ste, ante la falta de apoyo de la Iglesia, termina por convertir su Imperio en un protectorado de los turcos, en 1373, lo que significaba otorgarles el reconocimiento a la legitimidad de sus avances (en el ao 1372, las tropas de Murad I haban tomado la ciudad de Visa, a dos das de camino de la capital bizantina). El Imperio otomano haba comenzado a convertirse en un centro de encuentro de intelectuales, filsofos, cientficos que buscaban en la corte turca la estabilidad y el movimiento cultural que comenzaba a perder la ciudad de Constantinopla, debilitada por guerras intestinas y por la presencia cercana del turco en sus fronteras. Muchos intelectuales de la poca se trasladan a Adrianpolis, que tras tomarla Murad I haba convertido en su capital. Se sabe que Plethon se movi por el Imperio turco y que, adems, tom, segn parece, contacto con un personaje singular, que se mova en aquellos medios y que ejerca las funciones de juez. Adems, este hombre era considerado un erudito en temas griegos y se le reconoca un gran ascendiente sobre la corte otomana. Se trataba de Eliseo, un judo vinculado a la escuela del persa Shorawardi, filsofo hermtico del siglo XII , de obediencia politesta, de corte platnico, pero con claras y notables influencias hermticas y zoroastrianas. l fue, con toda probabilidad, el que introdujo a Plethon en el conocimiento pagano. La corte otomana se haba convertido en aquellos das en un punto de encuentro, en un eje del pensamiento de la poca, donde convergan pensamiento y religin sin ningn tipo de prejuicios, ya que alrededor del sultn pululaban los ms destacados
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Debo agradecer a Mara Dolores Fernndez-Fgares que, con sus conocimientos del mundo renacentista, me ha introducido en el laberinto pletnico.

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filsofos que ayudaron a que en aquellos das imperara una verdadera tolerancia religiosa. Como recuerdan Lisi y Signes, esa tolerancia (...) se evidenci tambin cuando, tras la conquista de Constantinopla, el sultanato sigui rindiendo a la Iglesia ortodoxa los mismos honores que los emperadores bizantinos48 La ciudad de Brusa se haba convertido en el centro intelectual y cientfico de la poca, y, segn parece, all tambin recal Plethon y probablemente tomara all contacto con el Islam, lo que le llev a escribir tambin una historia del islam.

Su trabajo en Bizancio A su regreso a Constantinopla sigui los pasos de su maestro Eliseo, pues no tard en convertirse en un erudito en materia filosfica en la corte del emperador de Bizancio, en especial en el conocimiento de la filosofa griega, as como en leyes, lo que le llev a ocupar el cargo de Juez General, la ms alta distincin en la magistratura del Imperio. Aquellos fueron aos de paz para Bizancio, ya que, cuando se produce la derrota de los turcos en la batalla de Angara en 1402, el emperador Manuel II Palelogo, que se hallaba sometido como vasallo bajo el poder del sultn Bayecid, logra gozar de unos aos de tranquilidad. Son sos los aos en los que Plethon aparece en la escena bizantina, y en los que aprovecha para crear un crculo de discpulos y para producir y publicar numerosas obras. Sin embargo, estos aos de paz poltica no lo son para la vida de Plethon, ya que el contenido pagano de sus doctrinas alarma a la Iglesia, que consigue su expulsin de Constantinopla aproximadamente entre 1405 y 1409, en base a la naturaleza subversiva de sus enseanzas, segn narra Escolario49 Le expulsan a Mistra, donde se instala durante varios aos, y aprovecha para acompaar al hijo del emperador, el joven Teodoro II, que parece ser que fue discpulo suyo y, a pesar de la persecucin de la Iglesia, se le concede un destacado cargo de magistrado en Morea, donde gobernaba Teodoro. La importancia de Mistra crece con los aos, especialmente ante la anarqua que asola todas las ciudades de un Imperio desmembrado y decadente, al punto de convertirse en la segunda ciudad del Imperio y reflejo, en alguna medida, del encuentro de culturas y el gusto por la tolerancia y la libertad de pensamiento. Su prestigio fue creciendo hasta llegar a ser consejero de los emperadores, que le convierten en un hombre influyente y rico, lo cual permite a Plethon adquirir una independencia econmica que le posibilita moverse con tranquilidad en el terreno de la poltica, a pesar de las crticas que permanentemente recibe de la Iglesia. Va conformando una Escuela a la que se van sumando seguidores que se consideran discpulos del maestro. Para entonces, Jorge Gemisto habr adoptado el sobrenombre de Plethon, y su Escuela destacar por sus convicciones neopaganas y, sobre todo, neoplatnicas. Para Ficino, el sobrenombre que adopta pudiese estar relacionado con su
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vid. Estudio preliminar, traduccin y notas de Lisi, L.F. y Signes, J. al Tratado de las leyes de Plethon, ed. Tecnos 1995, pg. XV. 49 vid. Masai, F. Plthon et le platonisme de Mistra. Les Clasiques de lhumanisme, tudes 5, Pars, 1956, pg.58.

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admiracin al divino Platn50 y tambin hay que tenerlo en cuenta era una manera de rechazar el nombre del bautismo y adoptar un nombre nuevo.

La cosmogona y teogona en Plethon El origen del cosmos y el nacimiento y funcin de los dioses se encuentra en los escritos de Jorge Gemistos ntimamente ligado al orden poltico. En particular porque para Plethon, los dioses son hombres a los que la sabidura y el tiempo les llevaron a ser divinos, en el marco de la mxima platnica Dioses sois y lo habis olvidado. Afirma, en su Tratado sobre las leyes, que las leyes principales que hemos recibido de los hombres que a lo largo del tiempo llegaron a ser divinos, son stas. Los dioses, de una naturaleza superior y ms beata que la humana, se ocupan con la abundancia de su bondad de los hombres, sin ser causa de ningn mal, sino de todos los bienes y, por medio de un destino inmutable e inalterable, siempre otorgan a cada uno lo mejor de esas circunstancias51. Vemos que el principal de entre ellos representa una fuerza csmica y tambin un principio divino. Zeus es en s mismo completa y absolutamente no generado, puesto que ni depende de nadie en absoluto ni nunca naci, sino que es su propio padre y el nico que depende de s mismo52, lo cual nos recuerda al uno sin segundo, al Uno de Plotino. Y adems, en otra clave teognica, es el Padre de todas las dinastas olmpicas, padre y demiurgo primordial de todos los otros dioses. Zeus es el ms igual a s mismo y, por tanto, a diferencia del resto de los dioses, trasciende el espacio y el tiempo. Para manifestarse entre los hombres necesitar de una serie de mediaciones divinas que se conforman en torno a la Ley que rige el universo, segn la cual toda causa debe producir un efecto de acuerdo a su naturaleza. Estas fuerzas divinas, que son los dioses, representan la manifestacin de un principio nico en la materia, ya que para poder expresarse Zeus, el principio, el No Ser, necesita de una potencia y un acto, que representa en el Ser manifiesto, Poseidn, la absoluta actualidad, y en Hera, la potencia, la absoluta potencialidad. De ah que Poseidn, como Ser manifiesto, es primero y ms poderoso de sus hijos, la ms bella y ms perfecta posible de todas sus obras. Se trata de formas puras de intelectos inmviles, cada uno siempre activo en todas las cosas de manera simultnea con la sola actividad propia del pensamiento53, con una esencia que proviene de Zeus. Hera constituye la primera imagen suya que produjo Zeus, y es la materia primordial, frente a Poseidn, que es la causa y el productor de la forma, el acto. Para explicarlo, Plethon utiliza un smil con el esperma y la sangre menstrual, ya que aunque tanto el esperma como la sangre menstrual, tienen los dos, no en acto, sino en potencia, la misma forma de lo que ha de nacer, el esperma est ms cerca del acto y produce ms la forma. La sangre menstrual est ms lejos del acto y es ms bien la materia ms

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vid. Ficino, M., Prefacio a la traduccin de Plotino. vid Lisi F. L. y Signes, J. (traduccin realizada por Lisi, F. L.): Tratado sobre las Leyes, ed. Tecnos, Madrid, 1995, pg. 29). 52 vid. op .cit., pg.29. 53 vid. op .cit., pg. 30.

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apropiada para el ser que ha de nacer54. De manera tal que Poseidn es la causa y el productor de las formas en acto de este mundo y Hera, de la materia correspondiente; y de la unin de estos dos dioses se engendran una siguiente generacin de dioses inmortales. Sus dos hijos ms poderosos son el Sol y la Luna, que tienen entre s una relacin semejante a la que tienen sus padres, engendraron seres mortales de manera similar a como aquellos dioses los engendraron a ellos, y de este modo se producen los cuerpos celestes. A ellos se asocian entonces dos dioses inmortales para la generacin de los seres mortales, Cronos y Afrodita, que vuelven a repetir la misma ley de generacin, ya que el primero les proporciona la forma y la segunda la materia; esta no es la materia primordial e indestructible , sino la (...) ms apropiada para los cuerpos perecederos55. Con verdadera maestra, Plethon analiza el origen del universo desde las doctrinas arcaicas y es capaz de utilizar la teogona griega para explicar las fuerzas que gobiernan este universo, para llegar a la creacin del gnero humano y su vinculacin con el plan divino, cuando indica que la generacin de los seres mortales est a cargo no solo de los dioses asociados al Sol, sino que tambin cooperan con ellos dioses eternos llamados Titanes que habitan en el Trtaro y a los que Cronos gobierna56. Finalmente ser Plutn quien presida la forma humana, pues el cuerpo estar atado bajo el yugo del alma y el alma bajo el de la inteligencia.

Su presencia en Italia En 1426, con ocasin de la preparacin del Concilio de Ferrara y Florencia, el emperador Juan VIII Palelogo recaba su opinin en relacin con la conveniencia de asistir al mismo, y Plethon compone la delegacin que viaja a Italia en 1398. Aunque en su calidad de laico no puede asistir al cnclave, sus opiniones se hacen sentir en la delegacin griega, en particular porque no era partidario de la unin entre las dos iglesias, la de Roma y la ortodoxa, bajo el argumento de que ello debilitara al Imperio bizantino. Cuando el concilio se traslada de Ferrara a Florencia, Plethon aprovecha para tomar contacto con los intelectuales florentinos. En la Florencia de aquellos das la figura de Leonardo Bruni result ser un elemento aglutinador del pensamiento neoplatnico, ya que ste se haba convertido en uno de los principales traductores de las obras de Platn. En Florencia estaban Nicols de Cusa, Toscanelli y Alberti, entre otros y, por supuesto, Cosme de Mdici, a quien Plethon introduce en el Corpus Hermeticum, del que l haba bebido junto a Eliseo en su estancia entre los turcos. Su temporada en Florencia es importante, pues sus encuentros con las personalidades intelectuales de la poca producen un giro en su vida y en su pensamiento y, sin lugar a dudas, l mismo con sus aportaciones impulsa cambios en el pensamiento florentino. Deja una obra escrita sobre el Concilio de Ferrara y Florencia. Las referencias que nos quedan son posteriores y vienen de la mano de Marsilio Ficino, quien relata de qu
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vid. op. cit., pg. 58. vid. op.cit., pg. 58-59. 56 vid. op.cit., pg.59.

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modo su personalidad y sus enseanzas influyeron sobre el gran Cosme de Mdici, el padre de la patria por decisin del Senado, de tal manera que su verbo ferviente lo entusiasm de inmediato a tal punto que concibi entonces una academia que habra de fundar en la primera oportunidad57, a causa de or disertar acerca de los misterios platnicos a un filsofo griego de nombre Gemistos y de sobrenombre Plethon, casi otro Platn, y as lo hizo fundando en Florencia una Academia platnica. Como seala Racionero, Gemistos Plethon, que acompa al patriarca de Constantinopla y al emperador Juan Palelogo en el concilio ecumnico de 1439, prendi en Florencia la llama del saber griego, que se propagar por toda Italia58. La presencia de Plethon en la comitiva del emperador Juan Palelogo no fue casual, sino, con toda seguridad, parte de un plan urdido para realizar un hermanamiento filosfico entre griegos e italianos, en momentos en los que se vea inminente la cada de Constantinopla en poder de los turcos y la necesidad de afianzar el conocimiento hermtico en Occidente. No en vano llevaron a Florencia un manuscrito de Platn que segn Diller se encuentra depositado en la Biblioteca Laurenciana59,y todo ello traera como consecuencia no slo la fundacin de la Academia platnica de Florencia sino tambin la difusin de la obediencia a un modelo de religiosidad sincrtica y de corte politesta. Plethon dej importantes discpulos en Florencia y, a su regreso a Mistra, muchos jvenes italianos iban all a continuar sus estudios. Incluso despus de muerto Plethon, bajo la frula de Mosco, alumno y sucesor de Plethon, incluso despus de que la ciudad cayera en manos de los turcos en 146060. No sabemos si por el deterioro que el tiempo produce en los datos a los que podemos tener acceso o por voluntad de discrecin de los propios aclitos de la nueva doctrina neopagana ante la persecucin de la Iglesia, las relaciones existentes entre griegos y italianos parecen diluirse por momentos. Incluso, llama la atencin el hecho de que Nicols de Cusa, contemporneo y participante en el Concilio de Ferrara y Florencia, no se haga eco de manera explcita de la influencia de Plethon y, sin embargo, como seala Woodhouse, existe una velada referencia al bizantino en su tratado DE DOCTA IGNORANCIA. y por su parte el propio Plethon, en una traduccin al Libro Segundo, Acerca del Destino, en su Tratado sobre las Leyes, est dedicada a Nicols de Cusa61. Todo ello nos hace pensar que las doctrinas hermticas y zoroastrianas fueron introducidas en Occidente de la mano del neoplatonismo, con la cautela oportuna que imprima la constante persecucin de la Iglesia a estas revolucionarias corrientes del pensamiento y de la religin. Durante su estancia en Italia, Plethon profundiz en las diferencias entre la doctrina platnica y la aristotlica, y entre la concepcin helenizada del pensamiento de la mano de Platn y la visin cristianizada de la mano de Aristteles, en una obra que publica con el ttulo SOBRE LAS
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vid. Ficino, M. : Prefacio a la traduccin de Plotino, realizada en Florencia en 1492. vid. Racionero, L.: Florencia de los Mdicis, ed. Planeta, Barcelona, 1990, pg. 9. 59 vid. Diller A.: Pletho and Plutarch Scriptoriun, 8, 1954, pg 126. 60 vid. Lisi y Signes, Estudio Preliminar cit. pg. XLVI: De los humanistas italianos que sufrieron la influencia de Plethon, los casos ms importantes son el de Segismundo Malatesta, Francesco Filelfo, Leonardo Bruni, y Ciriaco dAncona, sin olvidar al Cardenal Besarin, que fue arzobispo de Nicea y uno de sus mejores discpulos. 61 vid. Woodhouse, C.M.: George Gemistos Plethon, The last of the Hellenes, Oxford, 1986, pg. 132.

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DIFERENCIAS ENTRE

PLATN Y ARISTTELES, con la que abrira una polmica que permanecera durante todo el Renacimiento.

El filsofo, el jurista y el poltico Resulta harto difcil poder separar las enseanzas de Plethon de estos tres conceptos. Incluso podra agregarse un cierto perfil de mstico que se esconde entre los pliegues de sus conceptos filosficos, en lo que l bautizaba como los Himnos a los dioses, ya que, como exponente del pensamiento renacentista, globaliza el conocimiento y el modo en el que ste se integra en el hombre. El sentido prctico de su pensamiento tambin es una constante, ya que no slo se dedica a investigar y reflexionar, sino que tambin trabaja como juez en Morea, asume el cargo de senador y, como administrador en Fanarin y en Brusis en el Peloponeso, asesora a la familia real, y sta incluso recurre a l como moderador en la solucin del conflicto en la guerra civil que se plantea entre Demetrio y Toms, los hijos del emperador Manuel II Palelogo. La influencia platnica en su pensamiento es notable, al punto de que es capaz de adaptar el pensamiento clsico a las corrientes polticas de la poca, inculcando la razn filosfica en el gobernante, como se desprende del MEMORIAL A TEODORO dirigido a Teodoro II Palelogo, dspota de Morea e hijo del emperador Manuel II Palelogo, a quien tambin dedicara ms tarde otra obra de consejos polticos, el MEMORIAL A MANUEL. En la Exhortacin final al dspota aconseja a Teodoro, en el Memorial que le dedica, medidas para el buen gobierno: si quieres hacer justicia y lo ms provechoso para ti como para el resto del pueblo y vencer con el placer verdadero y puro, apropiado a un hombre virtuoso, sigue con toda urgencia este camino, sin prescindir de nada, sin poner excusas (...) aunque vayas a hacer algo que disguste a algunos. Moviliza todos tus recursos, intenta todo lo que pueda llevar a la salvacin de la comunidad. (...) A ti te compete especialmente velar por la salvacin comn y no demorar o retrasar ya ms tu intervencin. No est permitido demorarse an ms, ahora que los males acechan de cerca, ni es bueno retrasar de modo alguno tales medidas. Hesodo parece decir no sin acierto: Siempre forcejea con desgracias el hombre que retarda su trabajo62. Estos consejos presentan una atemporalidad que les permite adaptarse a cualquier momento histrico y tienen el perfume de LA REPBLICA de Platn. En su TRATADO SOBRE LAS LEYES recuerda tambin a Las Leyes de Platn, aunque sus fuentes de inspiracin son ms arcaicas, y se remontan a Zoroastro y a Pitgoras (que tambin sirvi, como es sabido, de referencia a Platn). Como dice en su TRATADO SOBRE LAS LEYES, noso-tros seguimos a estos maestros: en primer lugar, el ms antiguo de los legisladores y sabios del que tengamos noticia, Zoroastro, el gua espiritual ms clebre

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vid. .Lisi F. L. y Signes, J (traduccin realizada por Signes, J.): Memorial de Plethon al dspota Teodoro sobre la situacin del Peloponeso, ed. Tecnos, Madrid, 1995, pg.165-166.

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en teologa y en la mayor parte de las otras cuestiones de importancia que tuvieron los medos, los persas, y gran parte de los restantes pueblos antiguos de Asia63. Para Plethon, el universo est regido por la Ley que gobierna toda la realidad existente y, de algn modo, establece los cnones de toda la existencia. Recuerda las teoras egipcias del KYBALIN: as como es arriba es abajo, tan caras en nuestros das a Planck, en la idea de que las leyes que rigen el macrocosmos son similares a las que rigen el microcosmos. En Plethon, el orden poltico es un reflejo del orden divino, es decir, que de acuerdo con esa gran Ley que rige el universo, las leyes entre los hombres son un reflejo, una sombra de la gran Ley natural, por lo que el orden poltico debe tender a la armona. Su teora poltica parece vinculada a las grandes utopas que reverdecen en el Renacimiento, con Tomasso Campanella y su CIUDAD DEL SOL, y, por supuesto, en el fondo todas ellas se sustancian en LA REPBLICA de Platn. Se trata de una sociedad virtuosa, donde los hombres son sinceramente libres, dueos de s mismos en tanto se dominan a s mismos; aunque sean gobernados, gobiernan; se trata de una forma de gobierno que busca la salvacin de la comunidad, o dicho en trminos ms actuales: su felicidad. Esa gran Ley que gobierna los hechos de los hombres se encuentra directamente emparentada con el Destino, con el Fatum, o sea, que recoge ese sentido de inexorabilidad del que es imposible sustraerse y, sin embargo, el hombre es libre de seguir o no su destino, y en la medida en que lo acepta y acepta sus circunstancias es ms libre y ms feliz. En este determinismo se vislumbra una influencia estoica en el pensamiento de Plethon y, por supuesto, las teoras orientales sobre el Karma, que seguramente conoca, como la ley de accin y reaccin, de causa y efecto. En su libro segundo Acerca del Destino, del TRATADO SOBRE LAS LEYES, afirma que es evidente que todo est determinado64. Se ha visto en el determinismo de Plethon una reaccin contra la doctrina de la Iglesia, pues segn Dedes, el Destino es la ley de la Naturaleza y la forma de accin de la Divinidad, lo que permite conocer la racionalidad de la realidad. Esto hace que el hombre no sea entendido como un pecador a la manera cristiana, y que la historia de la humanidad no sea la historia de la cada en el pecado, dado que esto implicara reconocer la limitacin de la Divinidad suprema65. Segn Plethon, la salvacin del hombre est en el intelecto, los dioses dominan la naturaleza, pero la opinin del que ejecuta una accin domina su accin. l entiende que los hombres son dueos de s mismos, y no por no estar sometidos a nadie en absoluto, sea ste otro hombre o los mismos dioses, sino por tener en s mismos un principio rector, el intelecto, y la mayor parte de su ser sometida, de modo tal que lo uno de esa multiplicidad, lo que piensa y es lo mejor de nosotros por naturaleza, sea el amo66. En definitiva, el hombre libre es aquel capaz de seguir su destino, aceptando con dignidad las circunstancias que la ley de las causas y efectos descarga sobre l.
vid. Lisi F. L. y Signes, J. (traduccin realizada por Lisi, F.L.): Tratado sobre las leyes, ed. Tecnos, Madrid, 1995, pg.19. 64 vid. Tratado sobre las leyes, pg. 30-40. 65 vid. Dedes, D., Die Wichtingsten Grnde der Apostasie des Georgios Gemistos (Plethon) 1985-86, pg. 353 y ss, citado por Lisi ,F. L. y Signes, J. Op.cit, pg.39. 66 vid. Tratado sobre las leyes, pg. 42.
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La ciudad ideal La ciudad ideal debe ser un reflejo del orden celeste. Por lo tanto, gobernar es una imitatio Dei entre los seres humanos. Sin embargo, su ideal no es utpico, ya que en su vida demuestra un gran sentido prctico y su influencia poltica se hace sentir en la corte del emperador Manuel II. Para Masai, su relacin con el emperador y con los dspotas de Morea hace pensar en un proyecto con proyeccin de futuro, lentamente madurado y con posibilidades de concretarse67. Manuel II, Juan VIII y Teodoro II le tienen como confidente y siguen con atencin sus consejos. Junto a sus seguidores, que fueron numerosos, tambin tuvo grandes detractores que le persiguieron, sobre todo desde la Iglesia, por sus ideas neopaganas. Su Tratado sobre las Leyes nos llega fragmentado y gracias a los traductores rabes que se ocuparon de los restos de la obra que se salvaron de la quema. No debemos perder de vista que la Escuela de Plethon se cierra poco despus de que los turcos tomaran el Peloponeso. Quienes hubiesen podido conservarla la desecharon, como Demetrio y su esposa Teodora Ansina, que rechazaron su contenido, o como el patriarca de la Iglesia ortodoxa, Jorge Gennadio Escolario, que mand quemarla para evitar la propagacin de sus doctrinas, y lo que no deja de ser una irona, la nica interpretacin completa que nos llega ha sido la del mismo Escolario en su Carta al exarca Jos, un monje de Tesalnica. A pesar de la estulticia de algunos, la obra sobrevivi fragmentada y pudo pasar a Europa, donde lleg a manos de Erasmo de Rotterdam, y a travs de l, a Toms Moro, pues en su UTOPA se encuentran reflejos de las Leyes y de los Memoriales de Plethon. Como sealan Lisi y Signes, en su ESTUDIO PRELIMINAR A LA TRADUCCIN DEL TRATADO SOBRE LAS LEYES, es obvia la intencin: recuperar la idea de la filosofa como un estilo de vida que conduce a la felicidad, al orden poltico y al individuo, y como indican con acierto, Plethon, ms que el ltimo de los helenos, fue el primero de los modernos68. Para Plethon la Constitucin es la base del Estado, pues no hay otra causa de que los Estados funcionen bien o mal ms que la de que su constitucin sea buena o mala. Si un Estado actuase al azar y segn su arbitrio, no sera sino algo inestable y tales cosas acostumbran a cambiar muy rpido. Las ms de las veces los Estados se conservan y levantan por la virtud de la Constitucin y, por el contrario, declinan y desaparecen cuando su Constitucin se ha corrompido69. Como todos los textos de la poca, cuando se refiere al modelo ms ptimo de gobierno, se inclina por la monarqua, pero siempre que el monarca est rodeado de un nmero moderado de hombres cultos como consejeros70. Incluso, l mismo, en el MEMORIAL A MANUEL II se ofrece al emperador como consejero, con el fin de asesorarle para llevar a cabo las reformas que le propone. No hay que olvidar su influencia en la corte. Para Plethon, un consejero debe buscar slo lo que beneficia a la comunidad. Por ello, recomienda que sean seleccionados entre personas de recursos
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Masai, F. Plthon et le platonisme de Mistra, cit. pg. 302. Op. cit, pg. L y LVI. 69 vid. Lisi, F. L. y Signes, J. (traduccin de ste ltimo), ed. Tecnos, Madrid, 1995: Memorial de Pletn al dspota Teodoro sobre la situacin del Peloponeso, pg. 140. 70 vid. Memorial a Teodoro, op.cit, pg, 142.

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moderados, es decir, que no sean ricos en exceso ni extremadamente pobres, ya que los primeros por su deseo de riqueza, no suelen aconsejar generalmente otra cosa que aquella de donde les pueda venir alguna ganancia y los otros por su pobreza, no consideran otra cosa sino cmo socorrer sus propias necesidades; contrariamente, los de fortuna moderada estn dispuestos a preocuparse en cada momento de lo que beneficia a la comunidad71. Se echa en falta, en Plethon una referencia ms clara, como en el caso de Platn, a que los consejeros sean filsofos, cuyo silencio puede derivarse de un cierto oportunismo poltico, que le lleva a limar muchas de las propuestas ms radicales del sistema poltico platnico, teniendo en cuenta, sobre todo, que Plethon se siente filsofo y se considera apto como tal para las labores de asesor del emperador o del dspota a quienes dedica sus Memoriales. Como parece deducirse, su experiencia poltica le hizo ver hasta dnde podan llegar, desde un punto de vista prctico y adaptado a su momento histrico, las reformas que propone. Al modo platnico, divide tambin la sociedad por rdenes de ciudadanos. Son las leyes, las buenas leyes, como las llama, las que delimitan las funciones propias de cada una de las partes del Estado. Estamos frente a un sistema que se estructura mediante un equilibrio muy bien establecido por las leyes y en el que existe un modelo de vasos comunicantes entre los gobernantes, los artesanos, los comerciantes y los campesinos, donde, siguiendo el esquema divino de funciones, as como es arriba en el orden divino cada divinidad cumple sus obligaciones, en el orden terrestre cada uno deber cumplir sus funciones, la tarea que le es propia. Unos sirven a otros y a s mismos, y todos sirven al cuerpo del Estado, los artesanos producen objetos que no existan y que los hombres necesitan para vivir; los mercaderes compensan los excedentes y la caresta en los distintos pases con el intercambio de productos de uno a otro y se encuadran ellos mismos en este servicio, puesto que los trabajadores manuales carecen de tiempo libre por estar ocupados por sus propios asuntos; y los comerciantes, despus de comprar al por mayor de los trabajadores manuales o de algunos mercaderes, distribuyen a cada cual segn su necesidad todo cuanto necesita, siempre que se lo pida. Hay tambin otros que viven de alquilar la fuerza de su cuerpo y de servir a unos y a otros segn el caso72. En el MEMORIAL A MANUEL, agrega sobre los campesinos un dato que resulta sugerente, y sin lugar a dudas revolucionario, cuando se refiere a que la tierra debe ser para el que la trabaja73, lo que nos indica el sentido social de la reforma propuesta por Plethon, y que iba, entre otras cosas, en contra de la acumulacin de tierras por parte de los seores feudales de la poca, que junto a otros factores, fue una de las causas que provoc la decadencia del Imperio. En cuanto a la forma de vida de los ciudadanos, y especialmente de los gobernantes, no debe ser suntuosa, sino moderada74. Se debe buscar el respeto a la ley y la imitacin de lo bello75, se debe combatir la corrupcin, si bien las penas no deben

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Op. cit., Memorial..., pg. 144. Op.cit. Memorial..., pg. 145. 73 vid. Memorial a Manuel 260, 1-12. 74 vid. op.cit. pg. 151. 75 vid. op.cit, pg. 155.

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ser brbaras, ni ajenas a nuestras costumbres76; sobre todo, resulta peligroso que entre los ciudadanos y, en especial, entre los gobernantes, surjan aquellos que no respeten las leyes y que tomen la justicia, la verdad y el bien comn como sombras y palabras vanas y mientras no estn en juego el oro y cosas similares (...) son los ms vehementes oradores en pro de la justicia y la verdad, pero, cuando se les muestra oro o alguna cosa de mucho valor, se les traba al punto la lengua, se les sella la boca, dejan de hablar de justicia y dirigen toda aquella vehemencia suya a favor de lo contrario77. Los soldados tambin se han previsto al modo platnico, separados de los ciudadanos, pero sin la comunidad de bienes y mujeres, lo cual hubiese herido la sensibilidad de sus contemporneos, dedicados a velar por la seguridad de los ciudadanos. Un ejrcito formado de conciudadanos y nacionales y no de extranjeros, pues generalmente los extranjeros son poco dignos de confianza, cambian de bando a menudo y suelen convertirse en enemigos en vez de salvadores y protectores78. La clave de su proyecto est en los gobernantes, y en el respeto de stos a las leyes y al servicio de la comunidad, ya que los Estados gobernados por gobernantes no afectos a la virtud siempre funcionan mal, porque por ms que se hayan dotado de las mejores leyes, estas carecen de vigencia al estar todo mezclado al azar y sin orden. No es preciso, agrega Plethon slo que los Estados tengan siempre buenas leyes, sino tambin leyes en vigencia, ya que si no tienen vigencia, aun siendo las mejores leyes, poca o ninguna utilidad reportaran. Las leyes adquieren, pues, vigencia por la virtud de sus gobernantes79.

Su vejez en Mistra En 1440 volvemos a encontrarle en Mistra, otra vez como magistrado, cargo de jurista que ejerce hasta el final de sus das, y donde contina la polmica sobre las dos corrientes filosficas. En cambio, no aborda expresamente ninguna otra de las polmicas de la poca como la de la unin o divisin de las dos Iglesias. En la primera polmica se enzarza con el monje Gennadio Escolario, un enemigo difcil con gran influencia en la corte (que a la muerte de Jorge Gemistos quemar, como se ha sealado, su obra fundamental), quien publica una rplica contra Plethon conocida bajo el ttulo de En defensa de Aristteles(a la que, a su vez, Gemistos responde con otra obra titulada CONTRA LAS OBJECIONES REALIZADAS POR ESCOLARIO EN LO QUE CONCIERNE A ARISTTELES) donde Escolario le reprocha sus intentos de restauracin de la religin pagana. Su teora sobre la inmortalidad del alma y la metempsicosis se adapta perfectamente a la concepcin clsica y pagana de la existencia, ya que para Plethon el alma es inmortal y retorna a los cuerpos en perodos determinados de tiempo. Si bien

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vid. op.cit. pg. 152. vid. op. cit. pg. 158. 78 vid. op. cit., pg. 146-147. 79 vid. op.cit. pg. 158.

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estos datos fueron pasto de las llamas por la censura que ofici sobre ellos el patriarca Gennadio, se reflejan en la carta que le enva al exarca Jos. Muere en Mistra en 1452 con ms de noventa aos, y sus restos fueron llevados a Rimini por uno de sus discpulos, Segismundo Malatesta, para sepultarlos en el muro exterior del Tempio Malatestiano en 146680. Su larga vida le permiti afianzar sus doctrinas en momentos de gran inestabilidad poltica, y a pesar de las persecuciones que sufri, supo encontrar los asideros necesarios para influir en su tiempo y, lo que es ms importante, logr abrir un camino, como filsofo, a la enseanza hermtica entre Oriente y Occidente. Como jurista supo enlazar la teora y la prctica, y buscar las causas de la Justicia en la Ley primordial, sin olvidar la necesidad de conformar un Estado ms social y ms justo.

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vid. Lisi, F. L y Signes, J.: Estudio Preliminar, cit. pg. XXIX.

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TOMMASO CAMPANELLA,
UN FILSOFO POLTICO

Introduccin Se mi sciogli, io far scuola Ti prometto Di tutte le nazioni A Dio liberator, verace e vivo. Gli Idoli abbatter, far di culto privo Ogni Dio putativo E chi di Dio si serve e a Dio non serve; por di ragione il seggio e lo stendardo contra il vizio codardo; a libert chiamar le anime serve, umiliar le proterve. Tempio far il cielo, altar le stelle.

Si me liberas, te prometo ensear de todas las naciones al Dios liberador, veraz y vivo. Abatir los dolos, privar de culto a cada dios putativo, y quien de Dios se sirve y a Dios no sirve; (poner) por derecho la sede y el estandarte contra el vicio cobarde; llamar a la libertad al alma sierva, humillar al protervo. Ser templo el cielo, altar las estrellas.

Io nacqui a debellar tre mali estremi: tirannide, sofismi, ipocrisia; ondor maccorgo con quanta armonia possanza, senno, amor minsegn Temi. Questi pricipii son veri e supremi Della scoverta gran filosofia, rimedio contro la trina bugia, sotto cui piangendo, mondo, fremi. Carestie, guerre, pesti, invidia inganni, ingiustizia, lussuria, accidia, sdegno, tutti a qu tre gran mali sottostanno, che nel cieco amor proprio, figlio degno

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dignoranza, radice e fomento hanno. Dunque a diveller lignoranza io vengo.

Yo nac para derrotar los tres males extremos: tiranas, sofismas, hipocresa; As ahora advierto con cunta armona, poder, juicio, amor, me instruy Temis. Estos principios son ciertos y supremos de la descubierta gran filosofa, remedio contra la triple mentira bajo la cual llorando, mundo, tiemblas. Carestas, guerras, pestes, envidia, engaos, injusticia, lujuria, pereza, desprecio, todos bajo los cuales estn tres grandes males, que en el ciego amor propio, digno hijo de la ignorancia, tienen raz y fomento. Por lo tanto vengo a desvelar la ignorancia. Traduccin: M. ngeles Fernndez Estas dos poesas, escritas en un refinado italiano renacentista, de difcil traduccin, constituyen la mejor presentacin de Giandomenico Campanella, llamado Tommaso, fraile de la orden dominica, que vivi entre el 1500 y el 1600, y fue vctima de la Inquisicin. Para apreciar el valor de estas poesas es preciso entender lo que afirman las siguientes rimas: chi di Dio si serve e a Dio non serve81 es la Iglesia y la trina bugia, sotto cui piangendo, mondo, fremi82 es el cristianismo. Tommaso Campanella es el ltimo filsofo del Renacimiento italiano y, en cierto sentido, sus obras constituyen el testamento espiritual del Renacimiento. Su importancia es tal que se las compara con aquellas de Dante Alighieri, que a su vez fueron el testamento espiritual de la Edad Media caballeresca e imperial.

El contexto histrico Como ya sabemos, el Renacimiento se desarroll entre las clases altas de Europa (clero catlico y aristocracia), y supuso un regreso a la esttica y a la filosofa clsica de inspiracin platnica. Tambin resurgi la visin antigua de la Naturaleza, que nuevamente fue considerada como un ser viviente habitado por entidades invisibles. No nos debe maravillar la referencia al clero porque, curiosamente, a lo largo de 250 aos, el Renacimiento fue sostenido y protegido por la Iglesia catlica que conden a la hoguera a los sacerdotes integristas que se oponan, como por ejemplo, el fraile Savonarola en Florencia.
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Traduccin literal: Quien se sirve de Dios y no sirve a Dios Traduccin literal: la triple mentira bajo la cual t, oh mundo, tiemblas

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Entre las clases sociales ms humildes (los campesinos) el Renacimiento se manifest a travs de la aparicin de ingenuas y simples prcticas de magia, que tendan a restablecer el contacto con los Espritus de la Naturaleza. En cambio, la naciente burguesa (artesanos y comerciantes), mojigata y puritana, nunca acept ni las nuevas orientaciones culturales y estticas del clero y de la nobleza, ni las prcticas de magia de los campesinos. Hasta cierto punto, en la primera mitad del siglo XVI, el descontento de la burguesa europea fue aprovechada por los monjes, sacerdotes extremistas y radicales, como Lutero, Calvino, Zwinglio y otros, para alejar del catolicismo a sus propios seguidores y dar vida a movimientos cristianos autnomos por protesta, en contra del regreso de la Iglesia al paganismo. El conjunto de estos movimientos, que nacieron por protesta, tom el nombre de protestantismo. El hecho provoc terribles guerras civiles que ensangrentaron Europa hasta la mitad del siglo XVI. La Iglesia catlica, para detener la difusin del protestantismo, empez a alejarse de los valores renacentistas para no dar pie a la acusacin fundamental que la propaganda protestante le haca, es decir, la de ser pagana. As naci en la segunda mitad del siglo XVI el movimiento de reaccin catlica denominado Contrarreforma. Este movimiento tena como objetivo reconducir doctrinalmente al mundo catlico hacia la Edad Media, eliminando toda la influencia del Renacimiento. La Reforma protestante y la Contrarreforma catlica lograron destruir el Renacimiento a travs de la persecucin sistemtica de sus exponentes. Las vctimas ms ilustres en las reas catlicas de Europa fueron: Galileo Galilei, Giordano Bruno y Tommaso Campanella, mientras que en las reas protestantes podemos recordar a Toms Moro y a Francis Bacon. La represin se extendi incluso a los campesinos, con el fin de extinguir sus primitivas prcticas de magia a travs de la as llamada caza de brujas, que fue practicada con igual fanatismo por catlicos y protestantes, y lleg hasta Amrica (pensemos en los procesos protestantes del siglo XVII contra las brujas de Salem). En el mundo catlico el instrumento principal de represin fue la Inquisicin. Existieron dos formas: la espaola y el Tribunal del Santo Oficio. La Inquisicin espaola (por lo menos hasta la muerte de Felipe II en 1598) era un rgano judicial formado por sacerdotes ligados por juramento de fidelidad al rey de Espaa. Sus funciones eran de represin poltica bajo el pretexto de la religin. Se caracterizaba por el hecho de golpear masivamente a los potenciales opositores del Estado absoluto espaol con la justificacin de la religin. Fue responsable de verdaderos genocidios en perjuicio de los protestantes de Blgica y Holanda, de los

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rabes y judos residentes en Espaa, de los indios seguidores de cultos precolombinos en las colonias americanas y de mucho ms. El Tribunal del Santo Oficio era un rgano judicial que dependa del Papa, sin polica propia. Poda actuar solamente si los estados catlicos aceptaban prestarle sus propias fuerzas de polica (el as llamado brazo secular). La poltica que persegua era la de golpear a los personajes importantes uno a uno (Bruno, Galileo, etc.) para silenciar a travs del terror a todos aquellos que compartan sus ideas sin necesidad de perseguirles personalmente.

Vida de Campanella Tommaso Campanella naci el 5 de septiembre de 1568 en Stilo, Calabria, una regin de la Italia meridional que en aquellos tiempos estaba bajo la dominacin espaola. Sus orgenes eran humildes; su padre, Geronimo Campanella, fue un zapatero analfabeto. En su poca se deba pagar para ir a la escuela, y su familia, realmente pobre, no poda hacerlo. Pero Campanella tena un amor innato por el conocimiento. Dicen que desde nio cada da se colocaba junto a la puerta de la escuela de su pueblo, en la parte de afuera, para escuchar las clases, que despus repeta de memoria sin el auxilio ni de libros ni de notas. Se cuenta que un da, durante las preguntas a un estudiante y escuchando que ste responda errneamente, Campanella no pudo resistir, entr en el aula y dio la respuesta correcta al maestro. Este ltimo, un cierto Agazio Solea, nombre evidentemente de origen griego, qued impresionado por la fuerte personalidad del joven y decidi tomarlo como alumno sin hacerle pagar nada. Fue Solea quien introdujo a Tommaso Campanella al estudio de la filosofa griega. A la edad de quince aos el padre lo hizo entrar en la orden de los dominicos, para permitirle, segn la costumbre de la poca, obtener una buena posicin econmica y social. As Campanella pudo continuar sus estudios filosficos en diferentes conventos, gracias a sus ricas bibliotecas. En 1588, a los diecinueve aos de edad, durante su estancia en el monasterio de Cosenza (otra ciudad de Calabria), Campanella tuvo un encuentro que cambi para siempre su vida; un da se le acerc en la calle un astrlogo judo del cual slo conocemos su nombre, Abraham, el cual le dijo que lo haba reconocido gracias a siete signos que haba visto en su rostro, y se ofreci a transmitirle su sapiencia. El vnculo entre Campanella y Abraham dur slo dos aos, porque en 1590 Abraham fue arrestado y despus asesinado por la Inquisicin espaola. Pero antes de morir pudo presentarle a Giovan Battista Della Porta, un noble napolitano dedicado a los estudios esotricos. As, Campanella continu su discipulado con l en Npoles hasta el ao 1592.

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En aquel mismo ao sus cofrades dominicos se dieron cuenta de que sus ideas y las prcticas que realizaba, no eran exactamente apostlico romanas, y lo sometieron a un procedimiento disciplinar dentro de la misma orden, es decir, sin denunciarlo a la Inquisicin. Como consecuencia, fue condenado a partir inmediatamente a un convento dominico en Calabria, de donde no deba alejarse. l desobedeci la orden y escap al norte, donde vivi algunos aos bajo un nombre falso. Por ello su orden lo denunci a la Inquisicin vaticana que, en el 1595, lo localiz en Padua, donde Campanella entretanto tuvo un encuentro con Galilei. Arrestado, fue llevado a Roma y recluido en la Crcel del Santo Oficio junto a Giordano Bruno. Puesto bajo tortura, prefiri retractarse de sus ideas y, despus de un proceso que dur dos aos, fue sometido a una ceremonia de rehabilitacin que entonces se haca para aquellos que se arrepentan. En 1597 fue reenviado a Calabria con la prohibicin de alejarse del lugar. Llegado a Calabria, Campanella organiz una revuelta contra los espaoles. El objetivo de la revuelta era el de transformar Calabria en un protectorado turco, para evitar la influencia del mundo cristiano, y poder as formar un gobierno con filsofos y aristcratas. Campanella demostr un carisma excepcional, logrando convertir no slo a lo mejor de la nobleza calabresa de su tiempo sino tambin a los mismo frailes de los conventos dominicos. La revuelta deba estallar en el 1600, ao que Campanella consideraba astrolgicamente favorable. Pero la conspiracin fue descubierta a finales de 1599 y Campanella arrestado por la Inquisicin espaola. Esta vez se neg a retractarse de sus ideas, y fue torturado sin interrupcin por ms de 40 horas seguidas. No obstante el atroz dolor y la abundante prdida de sangre, mantuvo un silencio estoico, limitndose de vez en cuando a dirigir a sus verdugos frases irnicas como por ejemplo: Veo diez caballos blancos que pasan delante de mis ojos... o Por qu no me besis? Yo soy un santo..., o tambin Qu es la excomunin, alguna cosa que se come?. Luego, mientras lo llevaban a su celda, dijo con colorida vulgaridad: Qu pensaban, que yo era un cojn que hablara?. Estas frases fueron utilizadas por la Inquisicin para declararlo loco (dijeron que solamente un loco osara hablar as a sus jueces), por lo cual, en vez de condenarlo a la hoguera, lo condenaron a cadena perpetua en 1602. Campanella pas el perodo entre 1602 y 1625 en la crcel espaola de Npoles donde, en consideracin a su calidad de sacerdote (que nunca perdi), se le concedi el permiso de escribir. l aprovech este permiso para escribir casi cien obras. Su extraordinario carisma nunca disminuy. Logr formar discpulos entre sus mismos carceleros, y con su complicidad haca llegar los manuscritos de sus libros a editores en Alemania, que los editaban con sus propios medios. En el ao 1626, por intercesin de algunos nobles influyentes, logr que lo transfirieran a Roma y fue entregado al Santo Oficio. Despus de dos aos, el papa

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Urbano VIII en persona le dio la autorizacin de circular libremente dentro de todo el Palacio del Santo Oficio. En el ao 1636 Campanella aprovech la libertad de movimiento otorgada por el Papa para escapar de la crcel ayudado por la embajada de Francia y se refugi en Pars, donde fue protegido por el rey Luis XIII y el cardenal Richelieu. All profetiz con precisin el futuro nacimiento de Luis XIV, el Rey Sol, y cmo se desarrollara su reinado. El 21 de mayo de 1639 Campanella muri en una casa de calle St. Honor despus de haberse encontrado con Descartes.

Sus obras Las casi cien obras de Tommaso Campanella se dividen tradicionalmente en tres grupos: escritos filosficos, polticos y poesas. En el primer grupo recordamos: EL SENTIDO DE LAS COSAS Y DE LA MAGIA, APOLOGA DE GALILEO, LA PREDESTINACIN, LA REMINISCENCIA, PHILOSOPHIA RATIONALIS, METAPHISICA y THEOLOGIA.
DEL MESAS, DISCURSOS SOBRE LA LIBERTAD

Al segundo grupo pertenecen la muy famosa CIUDAD DEL SOL, LA MONARQUA y AFORISMOS POLTICOS.

Sus enseanzas Emanacin El punto de partida del pensamiento filosfico de Tommaso Campane-lla es la teora de la emanacin de Plotino, expresada a travs del concepto de continuacin. Campanella enseaba que el mundo (la Natura-leza) es una continuacin de Dios, y la materia lo es del espritu. Por lo tanto, no existe oposicin entre Dios y el mundo, ni tampoco entre espritu y materia, porque esotricamente lo uno es la continuacin del otro. No existe una real dualidad entre Dios y el espritu, porque cada espritu individual es una parte de Dios y regresar a l, porque todas las cosas regresarn a sus principios. Los espritus individuales son los instrumentos de los cuales Dios se sirve para actuar en el mundo y conocerse a S mismo. Las tres Primalit Campanella ensea que Dios est conformado por tres principios metafsicos que constituyen su versin trinitaria. Estos principios, que l llama primalit, son: Potencia, Amor y Cordura.

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Potencia es Voluntad, y Cordura es la Inteligencia que plasma las formas y establece los destinos. La funcin de las tres primalit es causar la emanacin; en la Naturaleza ellas se manifiestan como: Necesidad, Armona y Destino. La animacin universal de las cosas Si Naturaleza y materia son una continuacin de Dios y del espritu, todas las cosas (el cielo, las estrellas, las plantas, las piedras, la Tierra, el Sol, la Luna, etc.) son animadas, es decir, dotadas de autoconciencia; adems, la verdadera relacin de causa y efecto procede de lo invisible hacia lo visible, gracias a la Magia. El mundo en su totalidad tiene un alma que esotricamente no es Dios, sino un espritu individual dirigido por Dios. La constitucin ternaria. Cada ser humano se halla conformado por tres elementos: cuerpo, alma corprea (es decir, psiquis), y alma infusa (el espritu individual). Los dos primeros son mortales, por lo cual existen esotricamente una primera y una segunda muerte, respectivamente, del cuerpo y de la psiquis. En cambio el espritu individual es inmortal. En este contexto Campanella introduce la doctrina de la reencarnacin. Su enseanza principal sobre este tema es que cada encarnacin es una misin: los espritus individuales, incluso los humanos, son como manos o brazos al servicio de Dios. Por lo tanto, segn Campanella, cada reencarnacin se produce a causa de una particular decisin divina, que otorga a un espritu desencarnado la tarea de cumplir una misin en el mundo. Cuando termina su misin, el alma desencarna otra vez y vuelve a Dios, en espera de nuevas tareas. No existen ni infierno, ni paraso, ni premios o castigos por lo que se hizo en la vida. No existe el pecado, original o actual, y no existe culpa, el alma inmortal es y quedar siempre pura y sin mancha. Evidentemente, esta concepcin se aleja de las clsicas sobre la reencarnacin, y Campanella mismo lo admite, declarando expresamente en LA CIUDAD DEL SOL que conoca las enseanzas de los pitagricos y de los brahmanes sobre este tema, pero que no les crea. La unidad trascendente de las religiones De la religin atemporal nica, la religio naturalis nacen todas las religiones, que se adaptan a circunstancias particulares de tiempo, de lugar y de caracteres humanos. Por lo tanto, todos los hombres practicaron siempre sin saberlo una misma religin, cada vez modificada para armonizarla con las exigencias del momento. Por ello, las guerras de religiones son solo fruto de la ignorancia. Existe un gobierno oculto de la humanidad

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Campanella expone esta tesis en su obra LA CIUDAD DEL SOL, bajo la apariencia de un escrito que pertenece al gnero literario de las utopas. En esa obra, narra que existe una isla en un lugar a lo largo de la lnea del ecuador (lnea equinoccial), que por lo tanto est en una posicin central con respecto al resto del globo terrestre. En el centro de esta isla encontramos un monte. Sobre este monte surge una ciudad, llamada la Ciudad del Sol. Para entrar en ella se tienen que atravesar siete murallas concntricas, cada una de las cuales lleva el nombre de uno de los siete planetas. Dentro de la ciudad se encuentra una Acrpolis, constituida por un templo sin paredes, formado tan slo de columnas dispuestas en crculo que sostienen una cpula. En el centro del templo surge un altar con dos imgenes, una del cielo y otra de la Tierra, iluminado con siete lmparas eternamente encendidas. La ciudad est gobernada por un Prncipe Sacerdote, que hace de puente entre Dios y la Humanidad. Es asistido por tres Mximos Jefes, que son el reflejo de la triple primalit y llevan el mismo nombre: Potencia, Amor y Sabidura. Esta pirmide jerrquica se complementa con 49 sacerdotes. Esta ciudad mistrica encierra en sus siete murallas los arquetipos de todas las cosas, y de ella salieron en misin por la Tierra los ms famosos legisladores, guerreros y sabios, tales como: Moiss, Isis, Jpiter, Mercurio, Mahoma, Jess, Csar, Alejandro y todos los romanos ms famosos. El proyecto poltico La Humanidad tendra que conformarse segn el modelo de ese Gobierno Oculto. Campanella enseaba que se tiene que llegar a un nuevo orden mundial, barriendo las tiranas, los sofismas y las hipocresas. Considera que, puesto que la Humanidad es una, uno debe ser el Estado que la gobierne, y este Estado visible tiene que modelarse en el Gobierno Invisible que ya existe. Por lo tanto, tendr que existir una estructura piramidal, con una figura solar que unifique en s la autoridad espiritual y el poder temporal. Filsofos-sacerdotes deben asistir a este Rey. Tres sern las funciones del Estado, reflejo de la triple primalit: seguridad, educacin y trabajo y produccin, que son tambin herramientas de formacin interior. Entre aquellos que empiezan una vida filosfica, y slo entre ellos, se deber evitar la propiedad privada, porque alimenta el egosmo del hombre, y cada cosa ser en comn, as como lo prescriba Platn en La Repblica tan slo para los Guardianes.

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Conclusin Enamorado de esta aspiracin, Campanella intent realizar este ideal poltico con un ncleo de personas seleccionadas. Pero se ilusion mucho sobre la naturaleza humana, no preparada para ciertas experiencias. Algunos de sus seguidores lo traicionaron y su proyecto fracas. Pero l no fracas, ya que super con valenta las terribles pruebas a las que fue sometido, dejando a la posteridad un extraordinario ejemplo de victoria filosfica de un caballero que se enfrenta con las pruebas del destino sin doblegarse ni quebrantarse, y que recobra fuerza y valor para seguir plasmando su ideal.

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MIGUEL SERVET, MDICO HUMANISTA

Introduccin Grandes figuras del Renacimiento reconocen la relacin esencial del hombre con la Naturaleza, y es sobre esta base como la corriente humanista establece la premisa fundamental de la investigacin experimental moderna. La nueva investigacin est fundada en la observacin y la experiencia, aspectos que slo pueden ponerse en accin a travs de un inters vital, resultado del reconocimiento de que el hombre est imbricado en la Naturaleza y que sus facultades cognoscitivas ms eficaces derivan precisamente de su relacin con la Naturaleza y con Dios. En este sentido nos interesa destacar un personaje sorprendente y no suficientemente conocido del Renacimiento: Miguel Servet.

Apunte biogrfico Miguel Servet bien merece ocupar un lugar destacado junto a los otros grandes mdicos del siglo XVI: Ambrosio Par, Andrs Vesalio y fundamentalmente Paracelso. Todos ellos representan vivamente el espritu del Renacimiento, cada uno desde su especialidad, defendiendo la libertad de investigar teoras y experimentos ms all de lo que la tradicin haba aceptado hasta ese momento. Podemos afirmar sin equivocarnos que Servet fue uno de los mdicos ms cultos de su siglo, sin por ello desconocer la teologa, que haba sido la pauta inamovible de todo otro conocimiento. Adems, le interesaron profundamente la filosofa, las leyes y todas las ramas de la ciencia de su tiempo. Acerca de su nacimiento, sabemos que fue en Espaa, aunque no es seguro que haya sido en la actual provincia de Lrida o en Tudela, en el reino de Navarra. Nos inclinamos por esta segunda opcin y por la fecha de 1509. Muy pronto mostr disposicin para los estudios, tanto que a los catorce aos ya conoca el latn, el griego y el hebreo. Se dedic intensamente a la Teologa, y si bien se apasion por la Medicina, quiso relacionarla con los misterios originales de la Divinidad. Casi con veinte aos su padre lo envi a Toulouse, en Francia, a estudiar leyes. Fue aqu donde despertaron sus fuertes aficiones teolgicas. Tambin se comenta que previamente estuvo en Italia, en el cortejo del emperador Carlos V; all tom contacto con un movimiento heterodoxo de arrianos renovadores. En Alemania y en Suiza conoci el movimiento protestante, contndose en esa poca de su vida entre sus amistades ms frecuentes al mismo Calvino.

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En 1531 public su obra De Trinitatis Erroribus. Esta obra le vali duras crticas de los protestantes, especialmente de Zwinglio, quienes lo consideraron orgulloso, disputador, blasfemo y hereje por su doctrina antitrinitaria. En Basilea se prohibi el libro y algunos magistrados propusieron perseguirlo. Un ao despus public un segundo libro sobre el mismo tema, debido al cual tuvo que abandonar Suiza y marchar a Francia, sin dejar sus ideas teolgicas pero dedicndose a otros estudios. Para su seguridad personal, cambi su nombre con el que haba firmado sus escritos por el de Miguel Villanovano o Michel de Villeneuve. Durante los siguientes veinte aos se dedic a la Medicina, pero su espritu inquieto lo llev tambin a indagar en la Geografa, la Astrono-ma, las Matemticas, etc. En la Universidad de Pars alcanz el grado de Doctor en Medicina. Pero tambin en esta ciudad tropez con quien habra de ser su implacable perseguidor: Calvino. ste fue quien lo delat ante la Inquisicin de Viena, que lo conden a ser quemado vivo con sus libros, y que sus cenizas fuesen aventadas. Por huir de su delator, Servet fue a Ginebra, donde tropez otra vez con Calvino; lo apres, lo denunci nuevamente y lo llev a la hoguera junto con sus escritos. Pero antes de tan triste fin, pas por Lyon empleando su tiempo en estudios de Geografa y Matemticas. En 1535 public un trabajo admirable para su poca: una nueva edicin de la Geografa de Ptolomeo. En 1536 volvi a Pars, donde profundiz sus estudios de Anatoma, como tutor y compaero del gran Vesalio, un poco ms joven que Servet. Adquiri gran fama y renombre, no slo como mdico sino como matemtico y astrlogo, reuniendo entre sus discpulos a muchos personajes eminentes de aquel entonces. Como en sus clases hablaba de la ignorancia de los mdicos de Pars en temas astrolgicos, fue denunciado por sus colegas como sospechoso de hereja. Para defenderse de estas acusaciones escribi un opsculo que, adems, contiene datos tan interesantes como la descripcin de un eclipse de Marte por la Luna, que Servet interpretaba como productor de pestes, guerras, catstrofes y persecuciones contra la Iglesia. El Parlamento de Pars decret que poda continuar Michel de Villeneuve haciendo profesin de Astrologa, pero sin hablar de los particulares influjos de los astros, y le oblig a entregar todos los ejemplares de su opsculo. Tras unos aos de vagar inquieto de una ciudad a otra, vuelve a Lyon en 1541, donde publica la segunda edicin de Ptolomeo que dedica al arzobispo de Viena, antiguo discpulo suyo. Al ao siguiente publica la BIBLIA LATINA, con notas propias e interpretaciones sobre las profecas, de tal suerte que algunos de sus bigrafos opinan que Servet es el padre de la exgesis racional de las doctrinas evanglicas, adelantndose en ello a Giordano Bruno, a Spinoza y a otros destacados racionalistas. Luego se traslada a Viena llamado por el arzobispo, y all vivi tranquilo y apreciado por todos como mdico durante doce aos, sin olvidar los asuntos teolgicos.

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Sus relaciones con imprentas y libreros de Lyon le pusieron otra vez en contacto con Calvino, y le llevaron a intercambiar correspondencia con l. Servet no pudo evitar las inmediatas disputas teolgicas y el empleo de trminos poco halagadores para quien, en el fondo, pretenda redimirlo. Las cartas del mdico comenzaron a llenarse de ironas y por fin le mand el borrador de su libro Christianismi Restitutio, recomendndole que lo leyera despacio pues en l hallars cosas estupendas e inauditas (en efecto, ya describe la circulacin pulmonar), y si lo prefieres, ir yo mismo a Ginebra a explicrtelas. Calvino no quiso recibirlo, pero escribi as sobre Servet: ... pues si viniere, no saldr vivo de mis manos o poco ha de valer mi autoridad. Tras muchas peripecias, Servet logr publicar esta obra que era una dura crtica contra las ideas teolgicas, tanto catlicas como protestantes. A pesar de que puso mucho cuidado en la distribucin de los ejemplares, uno de ellos cay en manos de Calvino, quien lo utiliz para la mencionada denuncia ante la Inquisicin de Viena. Toda su vida fue un conjunto de sucesos extraordinarios que lo convierten en un pensador de primera lnea, tanto en lo religioso como en lo cientfico. Sus osadas opiniones teolgicas, sus discusiones con los reformadores de la poca, sus disputas con los doctores de la Escuela de Pars y, sobre todo, su trgica muerte, despertaron la curiosidad de los estudiosos aunque, desgraciadamente, ms fuera de Espaa que dentro de ella. Tras su muerte en 1553, en Ginebra, quemado en la hoguera junto con sus escritos, el olvido lo cubri durante ms de un siglo y medio. Una primera, aunque incompleta biografa de Servet apareci en Londres en 1712. En Espaa, debemos al ilustre Menndez Pelayo una biografa completa de Servet en su HISTORIA DE LOS HETERODOXOS ESPAOLES.

Sus ideas teolgicas Por la amplitud de su espritu, el rigor racional con que analiz los dogmas de la Iglesia y la audacia de sus conclusiones, puede compararse con otros dos brillantes pensadores del Renacimiento: Nicols Maquiavelo y Giordano Bruno. Igual que Maquiavelo, Servet vio la necesidad de regenerar instituciones polticas y religiosas volvindolas a sus cauces primitivos. Desde muy joven atac el dogma de la Trinidad, y ya en su madurez filosfica propuso claramente el regreso de la Iglesia al cristianismo primitivo. Su pantesmo heterodoxo le vali una muerte similar a la de Giordano Bruno, en Roma, en el ao 1600. Podemos apreciar en las ideas de nuestro mdico telogo muchos elementos gnsticos que interpretan el dualismo de la materia y del espritu como una constante oposicin en el orden csmico y moral. Pero mientras la filosofa clsica intentaba armonizar estos dos opuestos, durante la Edad Media la vida terrenal se convirti en

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despreciable frente a la salvacin del alma. Cabe al Renacimiento devolver al hombre su integridad en tanto que espritu y materia, y la capacidad de investigar la Naturaleza en tanto que parte de ella misma, y de realzar la Vida en todos sus aspectos. Entre los clsicos favoritos de Servet se contaban Parmnides, Proclo y Plotino, sin dejar de lado los Libros Hermticos que tanto impacto produjeron en el pensamiento renacentista. En el siglo XVI volvieron a florecer las ideas platnicas, tanto las clsicas como aquellas de la Escuela de Alejandra que tambin motivaron a Nicols de Cusa, Marsilio Ficino y Giordano Bruno. Esta filosofa neoplatnica fue la ms cultivada en la poca que nos ocupa y la base de la Academia de Florencia, que produjo tantos personajes geniales. El pensamiento de Miguel Servet, como hombre religioso y mstico que era, se diriga a la meta tantas veces soada de conjugar el cristianismo con la filosofa clsica pantesta. No deja de impresionar la fuerza de este mdico telogo que viva solitario, alejado de su patria, desconocido por muchos, rompiendo una lanza, en aquella poca tan peligrosa, por esta apertura de criterios. No fue aceptado ni por los catlicos ni por los protestantes, y si escap a la hoguera de la Inquisicin catlica de Viena, fue para consumirse en la pira que le prepar Calvino. Como a muchos otros, a Servet no le bastaba con la fe. Quera razonar, pensar y saber. Este deseo le llev a presentar a Cristo como hombre y como Dios, basndose en la tradicin neoplatnica de la indivisibilidad de Dios en su esencia increada. Para el pantesmo renacentista, Dios es un principio vivo y activo que se funde con la Naturaleza porque es la Naturaleza misma. Dios no est por encima de las cosas, sino en todas ellas. El fundamento de la doctrina de Servet parte de Dios como Ser Supremo, del cual emanan las ideas, y de ellas, por fin, las cosas; pero Dios, ideas y cosas constituyen una unidad. La idea de sta en la concepcin del mundo es muy antigua y se encuentra en la base de todos los sistemas religiosos y filosficos. Por eso, nuestras almas son emanacin de Dios, pero en todas ellas existe una deidad sustancial. En el interrogatorio, Calvino, durante su proceso en Ginebra, le pregunt: Sostienes t que nuestras almas son emanacin de Dios y que hay en todos los seres una deidad sustancial? Servet contest: Yo lo mantengo. Pero, miserable! le dijo Calvino golpeando el suelo con el pie, este pavimento es tambin Dios? Sin duda. Entonces, el mismo diablo es Dios? Y t lo dudas? respondi Servet.

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Servet convirti la figura de Cristo en el arquetipo eterno de la Huma-nidad, en la idea a travs de la cual podemos llegar hasta Dios. Segn su teora cristolgica, Cristo, en tanto que idea de la Humanidad, es quien vuelve comprensible a Dios. Cristo es como el centro y suma de todas las ideas, concepto que nos recuerda a Platn. Servet crea en el nacimiento milagroso de Cristo y en su resurreccin sobrenatural, y distingua a este Cristo real del otro ideal sin principio ni fin que se hizo real. Aqu vemos su pretensin de fundir el neoplatonismo que aprendi probablemente en la Escuela de Florencia con el cristianismo, pero no el ortodoxo, sino el que surge de su propio examen racionalista de los misterios y los dogmas. Debemos recordar que las ideas teolgicas fueron expuestas en dos de sus libros principales, separados entre ellos por ms de veinte aos. En su obra de juventud apenas s aparecen elementos neoplatnicos, destacando ms bien ideas tomadas de los textos sagrados y de la filosofa hebrea. Presta ms atencin al Cristo histrico, que sera Dios por su espritu y hombre por su carne. Ms adelante se va plasmando en Servet la idea platnica, a travs de la cual Cristo se convierte en el Alma del Mundo; es en este momento cuando aparecen sus concepciones metafsicas y filosficas ms profundas. Consideraba que el Espritu Santo est representado por los movimientos del alma, por la energa o inspiracin que le presta la potencia de Dios. Sus manifestaciones son el soplo de vida, el aliento vivificante que todo lo anima, pero sobre todo, el viento, el fuego, los ngeles y, en la cima, el alma humana. Queda por dilucidar si la doctrina teolgica de Servet era antitrinitaria o no, tarea difcil. l crea en las tres personas de la Trinidad, pero estas tres personas no tenan el mismo significado que para los Padres de la Iglesia, ya que las consideraba tres formas o aspectos de la Divinidad. As, Servet es antitrinitario desde el punto de vista ortodoxo, pero no en sentido estricto, porque afirma que el Padre es la sola sustancia divina de la cual descienden los otros grados o personas. An ms: afirma que el Logos de San Juan, el Elohim de Moiss y el Cristo de las Escrituras son una misma cosa. Cristo no es una criatura sino partcipe de todas las criaturas. Cul era el panorama poltico y religioso de la Europa del siglo XVI donde impactaron estas ideas? Nos encontramos ante una renovacin de las ideas clsicas frente al concepto cultural medieval y, por otra parte, ante la ruptura de la unidad catlica y el fenmeno de la Reforma. En aquella poca no bastaba con ser neutro en materia religiosa; por eso tantos espritus destacados pertenecieron a la jerarqua eclesistica en algunos de sus grados. Toda desviacin de la doctrina ortodoxa era considerada un foco de infeccin, y en cuanto a ortodoxia, haba que enfrentarse a la catlica por una parte y a la de las iglesias reformadas por otra. Servet pertenece an en parte a la poca medieval, ya que la verdadera heterodoxia moderna empieza con Bruno y Spinoza. Su doctrina es ms teolgica que cientfica y filosfica. La de Bruno es ya filosfica porque busc la ley, no como religin, por encima de la Naturaleza, sino en la Naturaleza misma. Con Bruno la filosofa sita a Dios en la Naturaleza, y rene el idealismo platnico y el realismo naturalista, admitiendo una sustancia universal y nica.

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Su trayectoria como mdico Adems del contenido teolgico, sus obras lo acreditan como gegrafo y como mdico eminente. Servet public muy poco sobre Medicina, pero sin embargo merece un puesto especial en la Historia de la Ciencia Mdica, por su descubrimiento de la circulacin de la sangre en el circuito menor o pulmonar (conocida como la circulacin menor). Gracias a ello, Harvey prepar la gran sntesis de la teora circulatoria unos setenta aos despus. Pero lo curioso es que este gran descubrimiento de Servet est expuesto en su obra CHRISTIANISMI RESTITUTIO, al hablar del Espritu Santo. Este libro fue editado en 1553, ao de su muerte, e influy mucho en su trgico final. Unos aos antes, en 1537, haba publicado en Pars un muy buen tratado de teraputica titulado Siriporum Universa Ratio, que alcanz cinco ediciones en once aos. Nos detendremos en la descripcin de la circulacin pulmonar tal como la explica Servet: No son tres dice los espritus, el natural, el vital y el animal, sino en realidad dos distintos. El espritu vital (as se llamaba en aquella poca la sangre arterial) es el que pasa de las arterias a las venas (advirtase que hasta ms de un siglo despus no se descubren los vasos capilares por Malpigio y Leeuwenhoek), en las cuales se llama espritu natural. El espritu animal es como un rayo de luz y se asienta en el cerebro y los nervios (equivale, pues, a lo que despus se llam fluido nervioso). El espritu vital, o sea la sangre arterial, procede del ventrculo izquierdo del corazn, y los pulmones intervienen en gran modo en su generacin. Es de color rojizo claro; representa lo ms puro de la sangre y contiene en s las tres sustancias elementales: aire, agua y fuego. Se forma por la mezcla en los pulmones de la sangre elaborada que el ventrculo derecho transmite al izquierdo. Pero esta comunicacin no se hace a travs del tabique interventricular, como cree el vulgo, sino por un magno artificio desde el ventrculo derecho del corazn durante el paso de la sangre sutil cuando recorre el largo camino a travs de los pulmones. En ellos toma el color; los pulmones la preparan; de la arteria pulmonar pasa a la vena pulmonar, mezclndose con el aire inspirado en el pulmn, y por el aire inspirado se limpia de toda impureza. La demostracin la tenemos en las mltiples conjunciones (exacto) y comunicaciones (presenta los capilares pulmonares) de la arteria venosa con la vena arteriosa. Por la tanto, la mezcla del aire y la sangre se hace en los pulmones, y los pulmones y no el corazn dan a la sangre su color rutilante. En el ventrculo izquierdo no hay capacidad bastante ni espacio para una elaboracin tan amplia, y la pared media del corazn no tiene vasos y no sirve para establecer la comunicacin y transformacin. Si no tomamos en cuenta lo anticuado del lenguaje, la descripcin es maravillosa porque, adems de descubrir la circulacin pulmonar, tambin descubre el mecanismo de la respiracin y de la hematosis, pues atribuye la transformacin de la sangre venosa en arterial a su mezcla con el aire en los pulmones. Y si la descripcin no es detallada, hay que tener en cuenta que forma parte de un libro de teologa. Con todo, su exposicin es el producto de un profundo conocimiento anatmico, guiado por su inspiracin genial. Esto no pudo aprenderlo ni de su maestro de anatoma ni tampoco de Vesalio, que nunca lo describieron en sus obras.

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Proceso y muerte El drama del proceso y muerte de Servet tuvo dos actos: el primero se desarroll en Viena tras la oculta delacin de Calvino, y el segundo fue en Ginebra a causa de su manifiesta denuncia. Calvino posea varios manuscritos de su eterno contradictor y cartas; saba que entregar esto a la Inquisicin catlica era llevar a Servet a la muerte y, sin embargo, no dud en hacerlo. En abril del ao 1553 Servet fue tomado prisionero en Viena e interrogado. Pero entre los jueces se hallaba el obispo Paulmier, que guardaba gran amistad y afecto hacia l desde haca aos. Esto hizo creer a algunos que de esta forma se facilit su evasin. Efectivamente, dos das despus Servet logr escapar. Pero el proceso continu, se le confiscaron los bienes, papeles y dinero guardado en bancos, y le embargaron cinco paquetes con ejemplares de su obra. En junio de 1553 se hizo un auto de fe frente a la puerta del palacio del delfn, quemando una efigie de Servet en su ausencia, junto a sus libros. A partir de su evasin, se pierde la pista de Servet durante tres meses. Posiblemente intentaba ir a Npoles para seguir aprendiendo el arte de la Medicina, y en su camino se detuvo en Ginebra. Algunos de sus bigrafos creen que estuvo all cerca de un mes antes de ser detenido y apresado. El desgraciado mdico ya presenta que sus profundas convicciones y el ardor de sus exposiciones le resultaran fatales. Escribi a un amigo: Ya s, como cosa segura, que estoy destinado a morir por confesar la verdad; pero mi alma no pierde valor y yo quiero ser en todo digno discpulo del divino Maestro. Un domingo de agosto, invitado a ir a la iglesia por sus amigos, para or la palabra de su mortal enemigo, acudi para no despertar sospechas. Calvino lo reconoci desde el mismo plpito e hizo seas para que lo prendiesen. Tal vez, si Servet se hubiera retractado de sus doctrinas, hubiera alcanzado la libertad, o por lo menos no hubiera muerto en la hoguera. Pero con su espritu combativo, incluso atac las doctrinas de Calvino y pidi la pena de muerte para su adversario, ofreciendo la suya en garanta. No obstante Calvino era ms fuerte y le lanz, entre otras, las siguientes acusaciones: negar la Trinidad, negar la divinidad de Cristo y ser pantesta. Adems le acus de haber difamado en su persona a la Iglesia de Ginebra, de haber provocado escndalos en las iglesias de Alemania y de haber huido de la Inquisicin catlica en Viena. La cuestin de la Trinidad tampoco fue olvidada. Servet present una reclamacin ante las autoridades de Ginebra, alegando que es una nueva invencin la de perseguir criminalmente por materias de doctrina o de ella derivadas, ya que en la antigua Iglesia slo se aplicaba la punicin espiritual. Se le neg un defensor; redact varias cartas para los jueces quejndose del mal estado de su prisin, pero nunca consigui respuesta. La contestacin vino en octubre: los pastores de la Iglesia de Suiza aconsejaban reprimir con energa los errores de Servet, pero no pronunciaron explcitamente la palabra muerte. Calvino interpret la carta con el ms

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grande rigor e impuso al tribunal su propio juicio. As, el da 26 del octubre se decret la sentencia condenndolo a morir en la hoguera. Tras pedir a Calvino que le perdonase si lo haba ofendido, y todava asombrado por la magnitud de la sentencia, fue conducido al campo de Champel, sujeto a una picota y quemado vivo junto con sus libros, tanto manuscritos como impresos, hasta que todo quedase reducido a cenizas. Tras un siglo y medio de silencio despus de su muerte, Europa reivindic la memoria de este mrtir del pensamiento, devolvindole el puesto relevante que mereci como cientfico y como hombre de fe. El Renaci-mien-to dio sus frutos y sobre ellos volvemos otra vez en busca de inspiracin. Dios sigue expresndose en toda la Naturaleza y no es difcil verle a travs de espritus tan especiales como el de Miguel Servet.

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PARACELSO: MDICO, MAGO Y ALQUIMISTA

Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja, y la Naturaleza te considerar como uno de sus creadores y te prestar obediencia LA VOZ DEL SILENCIO H.P:Blavatsky

Prlogo El Renacimiento tiene entre su nmina de protagonistas a muchos personajes que, por la grandeza de su vida y de su obra, justifican numerosos trabajos de investigacin. Elegimos a Paracelso por una especial afinidad y admiracin, porque logr reunir la filosofa, el arte y la ciencia en una alqumica combinacin que le convirti en uno de los ms grandes sabios de su tiempo. Mdico, mago y alquimista, hombre de extraordinario valor y fidelidad a sus convicciones, pudo cumplir con su destino ms all de la incomprensin y envidias que lo rodeaban. Am profundamente a la Humanidad y trabaj por ella con incansable generosidad, rescatando para la posteridad los admirables remedios que Dios siembra en la Naturaleza. Conocer a Paracelso es tener la posibilidad de acceder a los Misterios de la Naturaleza y constatar, una vez ms, que el universo est habitado por sutiles formas de vida que esperan el despertar del hombre para restituir el viejo vnculo. Hay un saber que se ha perdido y es tiempo de recuperarlo. Hay un lenguaje que se ha olvidado y es hora de recordarlo.

Quin fue Paracelso? A mediados del siglo XIV brota una chispa de fuego que alumbrar el inicio de una nueva poca. Un viento de libertad despierta las artes, ciencias y filosofas que haban vivido recluidas en claustros y abadas, bajo el control de los obispos. Una radiante luz ilumin la mente de seres excepcionales, que tuvieron el valor de promover un nuevo estilo de vida. Inspirados en los clsicos, revitalizaron sus ideas fundamentales. Esta fuerza imparable se enfrent a todas las dificultades del oscurantismo an imperante, sembrando las semillas de una nueva poca a la que llamaron Renacimiento. Fue una autntica re-evolucin, impulsada por una renovada fuerza espiritual que permiti al hombre resurgir para crecer y mejorar. El conocimiento deba estar al

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servicio de la Humanidad, permitindole entender y ser parte de la Naturaleza que lo rodeaba y del universo que lo contena. No siempre comprendidos, muchas veces perseguidos, los hombres que impulsaron el Renacimiento, fieles a su misin, pagaron en ocasiones con su vida la osada de reabrir las puertas al conocimiento. Personajes como Pico de la Mirndola, Erasmo de Rotterdam, Leonardo da Vinci, Paracel-so, Giordano Bruno, Galileo y otros muchos, han pasado a la Historia por su coraje, su valor y su fidelidad a la verdad. Entre estos importantes sabios del Renacimiento encontramos a Para-cel-so, una de las figuras ms relevantes de su poca. La Medicina, la Botnica y la Qumica le deben gran parte de sus avances y descubrimientos. No sabemos con exactitud los detalles de su formacin esotrica. Hay muchas alusiones a viajes, a maestros astrlogos y alquimistas, pero ms all de todo lo que se narra sobre su vida, es seguro que Paracelso tuvo contacto con personajes de Oriente y fue iniciado en todos los secretos de la Medicina, ya que su sabidura sobrepas en gran medida a la de sus contemporneos. Su verdadero nombre era Felipe Bombast Aurelio Teofrasto de Hohenheim. Naci en Einsideln, Cantn de Zurich, Suiza, el 10 de noviembre de 1493. El nombre de Paracelso se lo da su padre cuando todava era muy joven, a fin de demostrar que su hijo era ya ms sabio que Celso, mdico clebre que vivi en tiempos del emperador Augusto, y aun cuando muy raramente lo hubiese incluido en su firma, lo adopt como propio rubricndolo en sus grandes obras. Sus discpulos le llamaban Paracelso, y ese nombre es el que apareci siempre en las controversias y en los ataques injuriosos de que fue vctima. Su padre, el doctor Hohenheim, senta una especial inclinacin hacia la medicina natural y el uso de las plantas con gran poder curativo, as como a todos aquellos mtodos teraputicos naturales. Esta preferencia le llev a compartir con su hijo numerosas excursiones y salidas al campo. Su padre, como Paracelso mismo lo menciona, fue su primer maestro, y a l le debe sus primeras lecciones de latn, botnica, alquimia, medicina, ciruga y teologa. Estas tempranas experiencias en ntimo contacto con la Naturaleza le dieron la oportunidad de descubrir y conocer los nombres y virtudes de las hierbas y plantas medicinales. Orgulloso el padre, lo llev en muchas ocasiones a la casa de sus amigos, con el fin de mostrar las cualidades intelectuales que adornaban a su hijo; pero, contra lo que esperaba, Paracelso no se haca simptico en ningn sitio, se mostraba esquivo a los halagos, brusco en el trato, hurao con las personas extraas y hostil en la convivencia con los muchachos de su edad. En el nico sitio donde se encontraba a gusto era en la abada, porque descubri una importante y nutrida biblioteca. Estos recintos fueron testigos de su temprana inclinacin al estudio de la ciencia, la filosofa y la metafsica; las obras y tratados sobre Pitgoras, Platn, Aristteles y

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otros eminentes filsofos de la Antigedad fueron alimentando su espritu. Desde entonces, tuvo la extraa sensacin de que estas enseanzas estaban dirigidas a l, y una misteriosa fuerza fue gestndose en su interior. Siempre mostr una gran sensibilidad al dolor humano; narra una ancdota de su infancia que un da acompa a su padre a una fundicin, donde tena que atender urgentemente a un enfermo. Ya que vas a ser mdico le dijo es necesario que empieces a familiarizarte con el dolor ajeno. Al llegar a la fundicin se encontraron con un caso de tuberculosis muy avanzada que haca intil todo remedio. El hombre enfermo morira en menos de una hora. Frente a esta inesperada situacin, el doctor Hohenheim quiso apartar a Paracelso de la agona de su paciente y lo envi a recorrer la fbrica. Por todos lados los mineros iban y venan, una gran agitacin se perciba en el ambiente. Paracelso caminaba observando con mirada curiosa las grandes mquinas y todo el barullo de esta vieja fbrica a la que su padre siempre dedicaba especiales cuidados. De pronto le llamaron la atencin los plidos y envejecidos rostros de los trabajadores de la fundicin. Por qu tienen esa desmejorada apariencia?, pregunt al anciano trabajador que le acompaaba. Matas era un viejo minero y se sinti incmodo frente al hijo del doctor y amigo de sus patronos, por lo que respondi casi sin darle importancia: Es normal, pues los hombres se pasan el da respirando el polvillo que arrojan las calderas. Este detalle no pas inadvertido a Paracelso, que imagin lo enfermos que deban estar los mineros. Sus primeros estudios le llevaron a concluir que una masa petrificada estaba formndose en sus pulmones, y ste era el motivo que los llevaba a la muerte. Escandalizado, se dijo: Cuando sea mdico, me esforzar por salvar a estos trabajadores de la fatalidad que los mata prematuramente. Aos ms tarde empez una vida errante, que le permiti estudiar en famosas escuelas y universidades y conocer a los ms grandes Maestros de su poca, como el obispo Eberhard Baumgartner, de la congregacin de los benedictinos del monasterio de San Andrs, y el abad Johannes Heindemberg, llamado Tritemio o Tritemius, por el lugar de su nacimiento: Treitenheim, cerca de Trves. Este reconocido sabio y alquimista dej una fuerte impronta en la inquieta mente de Paracelso y orient sus investigaciones al conocimiento de las fuerzas misteriosas del mundo invisible. Paracelso posea una inteligencia fuerte y clara, y afirmaba con mucho nfasis que el verdadero mdico, as como el verdadero sacerdote, es ordenado por Dios. Su alma buena y generosa se mostraba en el sacrificado amor hacia todos los hombres que lo requeran. Se cuenta que con sus pacientes era muy bueno y amable, y no cesaba de

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repetir a sus discpulos que el primer deber del mdico es el de demostrar afecto a sus enfermos. Si nuestro cario es bastante intenso, nuestra medicina dar buenos frutos; si nuestro amor es dbil, en los frutos habr gusanos. En aquella poca ya empezaba a adquirir renombre por la extraordinaria capacidad de curar los ms complejos males, pero con la misma intensidad que creca su fama, aumentaba la envidia de los mdicos y personajes apegados a la letra muerta de los escritos medievales. Con un ejemplar valor, sin temor a las crticas, acusaba de negligentes a sus colegas, por la ciega veneracin que profesaban a las autoridades del Medioevo. El polvo y las cenizas respetadas por estos espritus estriles se ha-ban elaborado y transformado en materia importante, escribi aos ms tarde, recordando aquella poca. Su filosofa, como la de todos los grandes del Renacimiento, tena sus races en el mundo clsico. Encontramos la huella del neoplatonismo en su constante anhelo por elevar y unir su alma con Dios, a fin de poder comprender la expresin de este espritu divino en el universo. Percibi la mano de Dios en toda la Naturaleza, en las profundas montaas y en la resistencia de sus piedras; en la bveda celeste y en la barca de la Luna que, acompaada por sus estrellas, ilumina en lo ms oscuro de la noche; en los verdes prados y en los bosques, donde crecen las flores y los frutos que nutren y sostienen la vida; en las aguas de las fuentes y manantiales con sus dotes curativas. Paracelso pensaba que la Naturaleza era la gran obra de Dios y el mdico deba esforzarse por conocerla y descubrir los remedios que el Sumo Boticario haba dispuesto para cada enfermedad. Paracelso fue un mstico, y este elevado sentimiento le acompa siempre en el tenaz esfuerzo por alcanzar la sabidura. Alentaba a sus discpulos para que se dirigiesen a la Naturaleza y buscasen el conocimiento mediante la profunda observacin. Abra las puertas de su laboratorio y organizaba excursiones para familiarizarles con las plantas medicinales, y en filosficas reflexiones les deca: Todas las praderas y los campos, todas las montaas y colinas son farmacias. Quien quiera investigar la Naturaleza debe recorrer sus libros con los propios pies. Los escritos se descifran por medio de sus letras, pero la Naturaleza se descubre yendo de tierra en tierra, y considerando a stas tan pronto como tierras, tan pronto como pginas. As como en el Codex Naturae, es menester dar vueltas a sus hojas. Es indudable que para la poca Paracelso resultaba un personaje misterioso, tanto por su vida enigmtica y solitaria como por sus profundos conocimientos acerca de la magia, alquimia y filosofa esotrica. A pesar de la incomprensin, de las injurias y ataques de que fue vctima, supo siempre mantenerse fiel a su vocacin asumiendo con valor y generosidad la difcil suerte que el destino le haba deparado. Vivi al servicio de sus pacientes y de la Humanidad entera, por la que trabaj incansablemente para curar los males de su alma y los dolores de su cuerpo.

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Fue acusado de haber hecho un pacto con el diablo, acusacin muy frecuente, por desgracia, para los grandes innovadores de la poca. Tampoco debe admirarnos que fuera asesinado por un enemigo desconocido, a la temprana edad de 48 aos, en Salzburgo. Muchas leyendas se inventaron alrededor de su muerte. Unos decan que sus colegas envidiosos haban contratado a un asesino a sueldo para que le siguiese a todas partes durante la noche, con la intencin de precipitarle a un abismo; otros cuentan que le dieron de beber vino envenenado. Lo cierto es que enferm gravemente y que da a da su mal fue progresando. La muerte no le causaba horror y supo reconocerla cuando le lleg el momento; sin embargo, le faltaba realizar el ltimo trabajo. Dispona de algunos bienes, sus libros, su ropa, sus hierbas, su laboratorio, y era preciso distribuir todo aquello con equidad. Como se vea imposibilitado de hacerlo legalmente en su laboratorio del Plaetz, alquil una habitacin espaciosa en la Posada del Caballo Blanco. Sentado en su lecho escribe en el primer artculo de su testamento: El muy sabio y honorable Maestro Teofrasto de Hohenheim, doctor en Ciencias y Medicina, dbil de cuerpo, sentado sobre un lecho de campaa, pero con lcido espritu, probo de corazn, cede su vida, su muerte, su alma, bajo la salvaguardia y proteccin del Todopoderoso. A los tres das muri tranquilo: La muerte es el fin de mi jornada laboriosa y la cosecha de Dios. Era el 24 de septiembre del ao 1541. El Prncipe Arzobispo orden que los funerales se celebrasen con toda pompa. Nadie pudo negarle a Paracelso el ttulo de sabio, pues con sus memorables investigaciones supo arrancar los ms recnditos secretos de la Naturaleza, secretos que hoy la ciencia empieza a redescubrir. Muchos de sus escritos han resultado ser profticos. Fue un clarividente de grandes facultades y uno de los ms ilustrados y eruditos filsofos y msticos.

Mdico y mago Todas las grandes culturas han atesorado una extraordinaria sabidura sobre Medicina Mgica. Desde tiempos inmemoriales, en los monasterios tibetanos y chinos y en las Casas de la Vida egipcias y griegas se han formado sacerdotes mdicos o mdicos magos. Esta medicina, como otras ciencias ocultas, estaban reservadas para los discpulos que, bajo estrictas exigencias reciban sus enseanzas. La medicina mgica se fundamenta en el conocimiento de las leyes universales que rigen todos los planos de una Naturaleza pensada y ordenada por el Demiurgo, el arquitecto de la maravillosa obra que llamamos universo. Es su inteligencia la que se muestra en cada detalle de orden y equilibrio y con su propia vida la vitaliza.

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Segn estas arcanas concepciones, el universo es el macrobios de Platn, el gran ser vivo, el macrocosmos. El hombre es un microcosmos. De ah la estrecha analoga que existe entre el gran universo y el pequeo universo, entre el hombre celeste y el hombre terrestre. Para la medicina antigua, el hombre est sano cuando todos sus planos estn en armona. Esta medicina verdaderamente esotrica se fundamenta en el reconocimiento de la vida ms all de todas las formas materiales. De dnde viene la Vida? La vida es energa y la energa es luz. Todo en el universo es luz, en diferentes planos de vibracin, desde la ms pura y metafsica hasta la ms densa, expresada en los cuerpos opacos. Paracelso llam a esta luz el fluido u oro potable. Segn Paracelso, esta luz es el agente creador. Sus vibraciones son el movimiento y la vida de todas las cosas; la vemos titilando en las estrellas, palpitando en los seres humanos, vegetando en las plantas, slida y brillante en los metales. Genera las bellas y multiformes criaturas de la Naturaleza entera. Equilibra todo mediante las leyes de la simpata universal. La encontramos en los fenmenos del magnetismo y en el ms recndito secreto de la sangre. La sangre es un verdadero elixir de la vida, y no hay mago que no haya reconocido su importancia en todos los procesos curativos y rituales. Paracelso conoca muy bien este secreto y no administraba sus medicamentos a la estructura fsica del organismo, ya que la consideraba totalmente pasiva. Por eso sus mtodos curativos estaban orientados a otro cuerpo interno y luminoso, vehculo de las sensaciones. Hay referencias a la forma en que curaba las heridas aplicando potentes reactivos a la sangre derramada, y cmo, a travs de este mtodo, purificaba y revitalizaba el alma y la energa vital. Para curar un miembro enfermo, confeccionaba una rplica en cera y mediante el poder de su voluntad, transfera all el magnetismo de ese miembro. Luego trataba la cera con vitriolo, hierro y fuego, logrando una respuesta curativa en el paciente. Era fundamental el poder de la imaginacin y la correspondencia magntica. Paracelso saba de la importancia de la sangre en los sacrificios y cmo la sangre derramada reclama venganza o misericordia. Son sus humores o luz la que atrae a los ngeles o demonios, y es el instrumento material de los sueos, porque est llena de luz astral. Sus glbulos estn magnetizados y metalizados, son simpticos o repelentes, y en resumen, pueden asumir todas las formas e imgenes, invocadas a travs del alma fsica de la sangre. Esto explica cmo, desde la ms remota Antigedad, se han relacionado los sentimientos con el corazn y cmo los llamados vnculos de sangre en los grupos familiares, o los pactos de sangre entre los miembros de una cofrada o clan, tenan tanta

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fuerza. Esto parece estar asociado asimismo con la estrecha afinidad que existe con la Luna, y el modo en que sta rige los ciclos vitales de la mujer y las pocas de siembra y cosecha de la tierra, as como la relacin vital entre la sangre y el agua. Quien no ha logrado develar el profundo misterio oculto en la naturaleza ntima de la sangre, no podr penetrar en el mensaje que se esconde en la inspiracin de los poetas que narran innmeras historias de amor y odio, de unin y guerras entre los hombres.

La alquimia, una obra espiritual Sus bigrafos le consideran uno de los ms grandes alquimistas, por el especial poder que tena de penetrar en el espritu mismo de la Naturaleza. La alquimia escribe en su FRAGMENTA MDICA no tiene por objeto exclusivamente la obtencin de la piedra filosofal; muchos han hablado de la Alquimia y afirman que con su ayuda se puede fabricar plata y oro, pero para nosotros, esto no es lo ms importante. La finalidad de la ciencia hermtica consiste en producir esencias soberanas y emplearlas debidamente en la curacin de las enfermedades. Y es que la alquimia, antiqusima ciencia esotrica, se aplic siempre con fines espirituales. El mdico mago, el alquimista, conoca los secretos de la obra del Demiurgo y su conocimiento deba estar al servicio de esta obra. Todo en el universo est en proceso de evolucin dentro de un tiempo y un espacio; conocer su trayectoria es tema de la alquimia, y acelerar este proceso se consider siempre una obra sagrada. La evolucin afecta tanto a los hombres como a las estrellas, a los animales, a las plantas y a los minerales. En las ms antiguas Escuelas de Misterios se trabaj para acelerar este proceso a travs de la transmutacin alqumica del hombre, es decir, de la transformacin de los elementos pesados de su constitucin en tomos de oro, para aligerarle y liberarle de la rueda de los sucesivos renacimientos. Fue la evolucin de los minerales lo que inquiet las mentes de los hombres cuando apasionadamente se lanzaban a transmutar el plomo en oro. A pesar del poco inters que puso Paracelso en la obtencin del oro, logr alcanzar la piedra filosofal, el Magnus Opus o Grande Obra, y sali triunfante de esta empresa. Sus trabajos sobre ciencias ocultas contienen frases oscuras que slo los iniciados conocen en todo su valor. Los alquimistas siempre velaron sus secretos mediante smbolos y alegoras que los profanos tomamos al pie de la letra, dndoles a veces las ms grotescas interpretaciones. Atrs, falsos discpulos deca Paracelso, que pretendis que esta ciencia divina no tiene sino un fin, el de hacer oro y plata. La Alquimia que deshonris y prostitus, no tiene sino un fin: el de extraer la quintaesencia de las cosas y preparar los

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arcanos (extractos poderosos), las tinturas y los elixires que pueden devolver al hombre su salud perdida. Los grandes salones de las universidades fueron testigos de las continuas y violentas discusiones que arrebataban a Paracelso. Los escolsticos no comprendan el valor de sus investigaciones. Muchos de estos mdicos que le calumniaban y denigraban injustamente, a sus espaldas se aprovechaban de sus descubrimientos y le robaron muchas de sus ideas. Paracelso, como mdico de formacin esotrica, supo unificar las ciencias y las artes, relacionndolas con la armona y la salud del hombre. La filosofa, la astrologa y la alquimia constituyen para l los tres principios fundamentales de la medicina. La primera capta la naturaleza invisible de las cosas, la segunda determina el influjo de los astros sobre el cuerpo humano y la tercera combina las virtudes de las diversas sustancias para obtener efectos teraputicos. Los cuatro elementos son bsicos. Paracelso combina stos con otros tres principios. Cada sustancia o materia en crecimiento est formada de sal, azufre y mercurio; la fuerza de la vida consiste en la unin de los tres principios; hay, pues, una accin triple, la de purificacin por medio de la sal; la de disolucin y consumicin por el azufre y la de eliminacin por el mercurio, pero cada una de las materias tambin ejerce su accin por separado. Hay enfermedades simples y otras complejas, que requieren de una curacin mixta. Hay que poner el mayor cuidado en el examen de cada enfermedad para reconocer si es simple, de dos especies, o triple; si procede de la sal, del azufre o del mercurio, y qu cantidad contiene de cada elemento o de todos; en resumen el mdico debe procurar no confundir dos enfermedades. La virtud aade Paracelso es la cuarta columna del templo de la Medicina. No se trata de fingir, hay que poseer no slo la teora sobre las enfermedades, sino el poder de curarlas uno mismo. Slo aquel que puede curar enfermedades es mdico. Ni los emperadores, ni los papas, ni los colegas, ni las escuelas superiores pueden crear mdicos. Pueden conferir privilegios y hacer que una persona que no es mdico aparezca como si lo fuera; pueden darle permiso para matar, mas no pueden darle el poder de sanar; no pueden hacerle mdico verdadero si no ha sido ya ordenado por Dios. El verdadero mdico no se jacta de su habilidad ni alaba medicinas, ni procura monopolizar el derecho de explotar a los enfermos, pues sabe que la obra ha de alabar al maestro y el maestro a la obra. Hay un conocimiento que deriva del hombre y otro que deriva de Dios por medio de la luz de la Naturaleza. El que no ha nacido para mdico, nunca lo ser. El mdico debe ser leal y caritativo. El egosta har muy poco a favor de sus enfermos. Conocer las experiencias de los dems es muy til para un mdico, pero toda la ciencia

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de los libros no basta para hacer mdico a un hombre, a menos que lo sea ya por naturaleza. Slo Dios da la sabidura mdica.

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TADEO HAYEK DE HAYEK

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El Renacimiento despert el inters acerca de numerosas cuestiones, a fin de revelar las fuentes del saber y de la existencia y de las perspectivas del futuro. Los humanistas del Renacimiento expresaron los anhelos de una nueva sociedad. Universales, multifacticos, no desestimaron ninguna de las esferas del conocimiento. En el regazo de esta poca, en el corazn de una Europa estremecida por las luchas, naci un hombre que lleg a convertirse en una eminencia gris de la vida cientfica en la corte del emperador Rodolfo II. Al bachiller Simn, empleado de la Capilla de Beln, y a la aristcrata Catalina, la ltima en el linaje familiar, les naci el 1 de octubre de 1525 1526 un hijo, al cual dieron el nombre de Tadeo. Su trayectoria deba tomar el mismo rumbo que solan seguir los miembros del estado llano, orientados a las ciencias. Su amor a los libros lo llevaba cada vez ms profundamente, en la medida de lo posible en el siglo XVI, a los conocimientos de carcter eclctico. La universidad de Praga fue para l slo un punto de partida para Viena, Miln, Bolonia... Estudia latn, griego, filosofa, matemticas y astronoma; sin embargo, es la medicina, ciencia del ilustre Paracelso, la que ser para l la perla de la instruccin. A Paracelso lo considerar su mayor maestro y, en la prctica, seguir frecuentemente sus consejos.

Homo universalis El sentido de la palabra filsofo, de carcter demasiado intelectual en el da de hoy, se aparta de su significacin original, la del amador de la sabidura, quien llena su afn de saber con una infatigable investigacin y aplicacin prctica de todo lo que influye en el hombre y de lo que el hombre forma parte inseparable. No se trata, en ningn caso, de un terico, sino de un ser inquieto que en su vida va averiguando permanentemente la influencia del macrocosmos en el microcosmos y anda en bsqueda de las causas para poder explicar las consecuencias. Si examinamos a cualquier persona o cualquier cosa desde diferentes puntos de vista, llegamos a obtener distintas imgenes que no representan, sin embargo, un conjunto, sino que forman solamente un mosaico. Precisamente de esta manera podramos hablar tambin sobre Hayek, quien pas a la Historia gracias a su investigacin y trabajo en diferentes ramas del saber. No obstante, todas estas ramas estn unificadas por su espritu filosfico, que entiende que las diversas sendas llevan al mismo objetivo: a la sabidura.
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en checo TADE HJEK Z HJKU

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Entonces, cul fue su profesin? Fue matemtico, astrnomo, cartgrafo, gegrafo, mdico o alquimista? Fue un filsofo que entenda que existe una sola fuente de luz, pero los rayos que alumbran la vida humana son numerosos. Cuanto ms cerca de esa fuente nos encontramos, tanto ms intensa es la luz del saber.

Maestro, mdico y consejero Muchos autores consideran muy importante el trabajo de mdico de Tadeo Hayek en la corte del emperador. No slo fue mdico de Maximiliano II y Rodolfo II, sino que al segundo lo inici en la ciencia alqumica y pas a ser su consejero. Fue l quien examinaba a los alquimistas que aspiraban a un puesto en la corte del emperador. Gracias a su colaboracin y amistad con Kepler y Tycho Brahe consigui que se estableciesen en Praga, que se convirti en el centro cultural y cientfico de la Europa central renacentista. Bajo el amparo del emperador Rodolfo, esta trada de cientficos alcanz extraordinarios xitos a travs de un intercambio desinteresado de los resultados de sus trabajos.

Astrnomo En calidad de mdico, Tadeo Hayek se interesaba por la influencia de las estrellas en el destino humano. Este inters lo llev lgicamente a la investigacin y al estudio de dos ciencias vinculadas estrechamente: la astrologa y la astronoma, que empez a adquirir en la poca renacentista una forma nueva, la del sistema heliocntrico. Hayek lleg a conocer la obra de Coprnico COMMENTARIOLUS, pero dado que en aquella poca el heliocentrismo, debido a su carcter revolucionario, llev a muchos pensadores a la hoguera,. Hayek lo propag slo parcialmente, a pesar de que en lneas generales estaba de acuerdo con l. Adems de los calendarios, el primer escrito impreso de ndole astronmica de este cientfico checo fue un tratado en latn sobre una estrella nueva en la constelacin de Casiopea que en 1572 empez a irradiar una luz tan intensa que alcanzaba el resplandor de Venus y, en noviembre del mismo ao, fue observable incluso a pleno da. Las investigaciones infatigables de Hayek en este campo sirvieron de impulso a Rodolfo II para abrir un centro de Astronoma, en el cual trabajaron renombrados e ilustres cientficos de su poca. Hayek pensaba que la nova no est compuesta de los cuatro elementos bsicos terrestres, sino que es un componente del mundo de ter que se manifiesta por un movimiento de rotacin, caracterstico tambin de planetas y estrellas. Su investigacin demostr la existencia de las estrellas y de los planetas detrs de la esfera de la Luna, aunque este hecho era tan revolucionario que provoc numerosas discusiones acerca de la validez de las opiniones aristotlicas sobre la Naturaleza y el universo. Hayek fue acaso el primero que utiliz en su indagacin el mtodo del trnsito de estrella por el meridiano, lo que le posibilit calcular las declinaciones y, con ayuda

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de otros clculos, definir su posicin. Al estudiar los cometas, descubri algunos errores cometidos por l mismo anteriormente en los clculos de la distancia de las estrellas y, por supuesto, no vacil en rectificarlos en sus siguientes tratados. Su significacin para la Astronoma es tan grande que uno de los crteres de la Luna lleva hasta hoy su nombre: Hagecius.

Mdico Una de las etapas de sus estudios mdicos se realiz en Miln, con el famoso Cardano. Hayek anhela aprender de l los fundamentos y principios de la metoscopia, que se ocupa del destino del hombre y de su temperamento y genio basndose en las caractersticas de la cara. Somete a examen ante todo las arrugas de la frente, ya que el nombre mismo de esta ciencia est relacionado precisamente con esta parte del cuerpo humano: metopon, la frente, scopeo, ver. A pesar de que el maestro de Hayek rechaza compartir sus conocimientos con su alumno, ste lo supera pronto, y su obra se llega a conocer por muchos autores posteriores que se ocupan de esta problemtica. Es interesante que numerosos historiadores consideran a Hayek, en primer lugar, como un astrnomo o botnico, sin mencionar el hecho de que estas dos ciencias, en la concepcin de su poca, estuvieron estrechamente unidas a la medicina. El mdico del Renacimiento vea al hombre como un ser complejo y no curaba solamente su cuerpo fsico sino tambin su parte espiritual. Por esta razn, es obvio que aplicaba a ello tanto la botnica y la alquimia como la astronoma y la astrologa. En medicina, Hayek alcanz el punto culminante de su carrera, ya que empez a trabajar de mdico militar en la campana contra los turcos y lleg a ser mdico provincial y de la corte real. Como los mdicos de su poca eran los que preparaban, en la mayora de los casos, los medicamentos para sus pacientes, no nos sorprende tampoco su inters en alquimia y botnica, as como sus conocimientos en este respecto.

Alquimista y botnico La obra ms conocida de Hayek de botnica es, seguramente, su traduccin del HERBARIO del autor italiano Matthiolus (1501-1577), quien estuvo perfeccionando su obra sin cesar, enriquecindola con nuevos dibujos. Como Matthiolus escribi una de sus ediciones tambin en Praga, Hayek tuvo oportunidad de encontrarse con l personalmente, aunque existe la posibilidad de que se conocieron antes, en Italia. Para comprender plenamente la extensin de este trabajo de traduccin, tenemos que darnos cuenta de que en la poca, cuando se realiz, la lengua checa careca de

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muchos trminos relacionados con el mundo de las plantas, sus partes, variedades y especies. Para poder realizar este trabajo, Hayek emprendi varios viajes, durante los cuales haca indagaciones sobre los nombres y las especies de las plantas que se hallaban en el territorio en cuestin. Algunas plantas no se encontraban en los pases checos; otras, no mencionadas en el Herbario de Matthiolli, se daban all. Como el libro deba servir al lector checo, fueron necesarias muchas gestiones. En el ao 1562, por fin, se publica la traducccin de esta gigantesca obra, provista de una gran cantidad de dibujos de las plantas, del retrato del autor y del traductor. Uno de los captulos indica tambin qu plantas se cultivaban en los invernaderos del jardn imperial de Praga, que gozaba de un gran renombre. En el caso de algunas plantas como, por ejemplo, la adormidera Hayek aplica toda su erudicin mdica, ya que llama asimismo la atencin sobre sus efectos nocivos, los cuales se olvidan frecuentemente a la hora de usarse la planta en cuestin. Se esfuerza por conseguir que la venta de tales hierbas se limite y se someta a control, porque pueden perjudicar fcilmente la salud. El prlogo del HERBARIO, escrito por l, ofrece a los mdicos una serie de consejos sobre cmo cuidar de las plantas y cmo utilizarlas. Es una perla del saber alquimista. Indica que las hierbas difieren en el color, el olor y el sabor. Nosotros las podemos distinguir por medio de cuatro sentidos que nos ayudan a conocer su naturaleza. Son la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Considera que el ms perfecto de todos los sentidos es el gusto, porque los dems pueden engaar. Naturalmente, de gran importancia son tambin las siguientes cualidades: lo fro y lo caliente, lo hmedo y lo seco, as como lo dulce y lo salado, lo cido y lo amargo, que estn relacionadas estrechamente con los cuatro elementos. El mdico tiene que conocer la influencia de todas estas cualidades y de otras numerosas en las personas en general y en cada hombre por separado, ya que se atiene a la regla de que no cura la enfermedad sino al ser humano. Asimismo, es importante saber en qu estacin del ano se pueden utilizar las plantas enteras y en qu temporada slo sus partes. Aconseja cmo sacar las plantas, cmo cuidarlas y manipularlas, subrayando la importancia de la limpieza a la hora de almacenarlas. Se refiere a muchas cuestiones que en su poca impedan mantener la higiene bsica en la prctica mdica.

Filsofo Hayek ve al ser humano compuesto de una parte mortal y de otra inmortal.

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Hayek llama la atencin sobre la importancia de lo que el hombre encierra en s. La base de su constitucin la forma su cuerpo el que vemos y tocamos, que tiene caractersticas de los cuatro elementos terrestres. El siguiente componente es el alma, de origen divino. sta se divide en dos partes. A la superior: la llama mente o razn porque es capaz de entender, reconocer, discernir, retener los hechos en la memoria y reflexionar, lo que la incorpora a una especie de categora de los rayos de la luz y sabidura de Dios que nos alumbran interiormente. La otra parte, la parte corporal la tenemos en comn con los animales; se manifiesta a travs de la clera, la envidia, la ira, el miedo, la tristeza, la alegra... En resumen, las pasiones. La primera parte del alma, llamada mente, est dividida en otras dos, de las cuales la superior es la voluntad, que dirige al hombre, y a ella se une la razn. Segn Hayek, el hombre debera guiarse por esta parte superior si no quiere parecerse a los animales en sus manifestaciones de la parte inferior, que tenemos comn con ellos. La mente o razn aconseja a la voluntad que rige al hombre. Para conseguir su objetivo, la razn tiene que distinguir entre lo bueno y lo malo. Por lo tanto, tenemos que adiestrarnos en las cuestiones de la moral, en la virtud y en la generosidad. Son la pereza, la inactividad, los pensamientos no convenientes para la razn y los vicios que uno debera superar, los que entorpecen y ofuscan la mente. Esta parte inferior desva al hombre de su camino, lo que causa que no pueda alcanzar su meta. Hayek advierte que igual que el suelo malo ahoga y mata la semilla, de la misma manera las cosas intiles y la holgazanera ofuscan nuestra mente. Por lo tanto, es importante saber en qu consiste la perfeccin del hombre. Esto es necesario para que se pueda cultivar y desarrollar. Los que llegaron a saberlo y lograron conseguirlo, fueron considerados dioses, porque se destacaron por su sabidura, ofrecindola en beneficio de la Humanidad. Su ejemplo despert en muchas personas el anhelo de conseguir esta gloria, lo que se manifest en el desarrollo de una serie de habilidades, destrezas y capacidades del ser humano. Una de ellas es tambin el arte mdico, el mejor amigo del hombre, ya que le libra de las enfermedades y le devuelve lo ms valioso: la salud. Tadeo Hayek, alias Hagecius, muri el 1 de septiembre de 1600. En su obra alude a la importancia del ejemplo, que tiene ms influencia que las palabras. l mismo sirvi de ejemplo a muchos cientficos que lo siguieron en las diferentes ramas del saber. En la actualidad, su Herbario representa un libro excepcional. Es necesario darle al cuerpo lo que es propio de l, as como al espritu lo que le corresponde. No se puede exagerar en ninguno de estos aspectos si queremos mantener el equilibrio que significa la vida. No obstante, es importante saber qu es lo que nos dirige.

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JOHANNES KEPLER, ENTRE LA EDAD MEDIA Y EL RENACIMIENTO

Platn atribuye a los astros no slo el movimiento esfrico en compaa del universo, sino adems a cada uno el de rotacin alrededor de su propio centro Plotino, ENADA II (Trat. II 2)

Nuestra nica seguridad interna es que en ello est Dios; pero no el Dios bueno, o con cualquier otro atributo humanizado. Simplemente Dios. Simplemente misterio Jorge ngel Livraga Rizzi Una pequea introduccin Esta historia se encuentra a mitad de camino entre la biografa y el relato; es la vida de un astrnomo de provincia y la resea de un momento histrico particular, fin de la Edad Media y comienzo del Renacimiento. Todos somos hijos de la poca en que vivimos y pensamos, y por lo tanto actuamosen consecuencia. He elegido recordar la vida de este grande de una pequea provincia de Alemania debido a sus cualidades personales, convicciones e ideas. Es muy probable que nunca haya tomado un arma para defender sus ideales, y celebro que as sea, porque ejerci la libertad de su pensamiento, tanto en medio de prncipes y reyes, como frente a la presin de los seores de la Iglesia, fuera sta catlica o protestante, para morir finalmente tan pobre como haba nacido. Johannes Kepler fue como una bisagra entre dos pocas; los residuos de una era oscura estn presentes en su persona: se le acusa de ser un mstico (siempre lo fue), y fue uno de los ltimos sabios de la Edad Media y el primer cientfico racional del Renacimiento. Supo tomar lo bueno de ambas pocas, las sabiduras antiguas escondidas celosamente en los monasterios y la racionalidad del pensamiento, integrando ambas en su revolucionaria obra cientfica y filosfica. Jams busc riquezas, ya que su obsesin era el conocimiento de las estrellas. Supo beber de las aguas del neoplatonismo renacentista, tom lo bueno y rectific lo malo de sus astrnomos contemporneos, y se alej tanto de las ambiciones mundanas como de la vanidad de los poderosos, ya que supo vivir de forma humilde hasta el final de sus das.

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Los comienzos Johannes Kepler naci el 27 de diciembre de 1571 en una villa imperial de Suabia, al sudeste de Alemania, llamada Weil-der-Stadt. Fue hijo de Heinrich Kepler, hombre provocador y sin escrpulos que luch contra los insurgentes protestantes de los Pases Bajos, particip como mercenario en Holanda y, a partir de 1588, abandon de forma definitiva a su familia. No sabemos si sta fue una gran prdida para el pequeo Johannes; lo que s se puede afirmar es que su madre, Katherine Guldenmann, permanecera junto a l gran parte de su vida; ya de adulto la correspondencia entre ambos era habitual, y slo Johannes entre, todos sus hermanos, fue el nico que tuvo el amor y el coraje de defender a su madre cuando fue acusada, al final de su vida, de brujera, ya que slo pudo salvarse de la hoguera gracias a la defensa que su hijo Johannes Kepler ejerci frente al tribunal acusador. De pequeo, y a pesar de los dolores fsicos, ya que era un nio enfermizo, tuvo sus buenos momentos que mitigaron un poco el dolor real o imaginario. En 1577, a la edad de seis aos, su madre lo llev a lo alto de una colina desde donde pudo ver un cometa, y a los 9 aos de edad, junto a sus padres, pudo ver un eclipse de Luna, y en sus propias palabras expres: La Luna apareci completamente roja. Joven impulsivo y de inteligencia extraordinaria para los estudios, progresaba en el seminario y en la universidad. Ingres en la universidad protestante de Tubinga que, como la de Wittemberg, necesitaba grandes intelectuales para hacer frente a la religin catlica en esos aos de tensin y conflicto, cuyo desenlace dara paso a la Guerra de los Treinta Aos. La Antigedad influy en el Renacimiento con su filosofa durante tanto tiempo silenciada, y el joven Kepler estudi por aquellos aos latn, griego, teologa, los clsicos, retrica, dialctica, matemtica y msica. Las universidades del Renacimiento en un principio dictaban clases de derecho cannico, derecho civil y medicina, pero luego ampliaron sus ctedras hacia los campos de la retrica, la filosofa y la astronoma, junto con la astrologa, ya que en aquellos tiempos estas dos ltimas fueron consideradas ciencias complementarias y no antagnicas.

Johannes Kepler y Nicols Coprnico Los conflictos en la vida acadmica de Johannes Kepler no tardaron en llegar, debido a que expres opiniones calvinistas en sus conversaciones con los clrigos y defendi abiertamente a un astrnomo que en 1543, con su libro De Revolutionibus produjo un cambio radical en la forma de concebir el universo. La Tierra hasta entonces se encontraba en el centro fijo (segn los cientficos de la poca) con respecto al cual los estudiosos calculaban los movimientos de los planetas y las estrellas; segn el nuevo modelo astronmico, el Sol ocupa el centro de los movimientos planetarios y la Tierra

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es un planeta ms entre tantos. Ese astrnomo al que defendi Kepler se llam Nicols Coprnico. Es verdad que Coprnico intercambi las posiciones entre el Sol y la Tierra, pero haba permanecido apegado excesivamente al sistema ptolemaico. Kepler tuvo la capacidad de tomar las especulaciones heliocntricas de Coprnico y de los antiguos neoplatnicos, y desarrollarlas hasta sutiles y firmes postulados cientficos y filosficos, ya que concibi al Sol como centro y seor del universo, fuente de luz y fuerza que rige los planetas. Kepler, si bien defendi la concepcin heliocntrica del universo, critic duramente los conceptos matemticos de Ptolomeo, sostenidos de forma consciente o inconsciente por Nicols Coprnico. Kepler se encarg de limpiar los residuos arcaicos presentes en DE REVOLUTIONIBUS. Haba mejorado el sistema matemtico de Coprnico aplicando estrictamente la teora copernicana84; despus de Johannes Kepler, quedaba demostrada con la fuerza de los argumentos matemticos la concepcin heliocntrica del universo.

El Misterium Cosmographicum Lo que atrajo a Kepler del sistema copernicano fueron las implicaciones msticas del sistema heliocntrico. En Johannes Kepler encontramos la unin de misticismo y ciencia en el sentido moderno del trmino. Aunque al expresarlo as divide y fragmenta, Kepler tuvo fe en esa unin que lo llev a establecer sus leyes astronmicas, as como su concepcin filosfica del poder que rige el universo. Era un neoplatnico convencido, hijo de su poca, fin de la Edad Media y principio del Renacimiento. El 9 de julio de 1595, en una de sus clases estaba enseando una figura geomtrica cuando de repente, como un rayo, crey ver dibujado en la pizarra el secreto del universo. Este consista en que el sistema solar est constituido en torno a los slidos pitgoricos. Los slidos son el tetraedro (la pirmide, formada por cuatro tringulos equilteros), el cubo, el octaedro (ocho tringulos equilteros), el dodecaedro (doce pentgonos) y el icosaedro (veinte tringulos equilteros), todos intercalados en orden entre las rbitas de los planetas hasta ese entonces conocidos, formando el esqueleto y la estructura del universo85. Estaba plenamente convencido de la divina geometra, que es Dios mismo, su forma de manifestarse y crear. A pesar de que su teora de los slidos pitagricos result fallida, fue su inspiracin para establecer las famosas tres leyes keplerianas que utilizamos hasta nuestros das.

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La revolucin copernicana. T.S. Khun. Ed. Planeta Argentina, 1993, pg 274 y 275. El secreto del universo. Johannes Kepler. Ed. Altaya S.A. Barcelona, 1994.

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El MISTERIUM COSMOGRAPHICUM es su primer libro, donde busc resolver la estructura del universo. La ciencia astronmica hasta ese momento solo haba sido descriptiva de los cielos; estrellas fijas donde el movimiento no tena lugar bajo el manto de la Edad Media. En el libro abundan especulaciones filosficas y msticas en su primera parte, y cientficas en la segunda, pero los distintos captulos del libro seran desarrollados posteriormente en las diversas obras de Kepler.

Johannes Kepler y Tycho Brahe Tycho Brahe era un astrnomo dans que trabajaba bajo la proteccin del rey Federico II de Dinamarca. Su vida, al igual que la de Kepler, estara signada por las manifestaciones del cielo. A los catorce aos pudo ver un eclipse de Sol, y a los diecisiete, la conjuncin de Jpiter y Saturno. En 1577 observ el mismo cometa que fascin a Kepler siendo nio. Pero el 11 de noviembre de 1572 Tycho Brahe pudo divisar una nueva estrella en el firmamento, nunca vista anteriormente. La importancia de este acontecimiento radica en que contradeca la ciencia astronmica de su tiempo; el surgimiento de una nueva estrella abra la posibilidad del cambio en el firmamento, donde todo no sera quieto e inmutable como sostenan la ciencia aristotlica y los doctores de la Iglesia. Hacia el ao 1596 el astrnomo dans tena los mejores datos del estudio minucioso de las estrellas. Contaba con la descripcin de casi mil astros, pero necesitaba un arquitecto para poder armonizar el movimiento de las esferas; a su vez, Kepler requera datos para plasmar sus teo-ras. Ambos se necesitaban y eran conscientes de ello. Despus de ser expulsado de la isla de Hveen, en Dinamarca, Tycho Brahe se dirigi con todo su squito de aduladores y oportunistas a la corte del rey Rodolfo II, en Praga; mientras tanto, en Gratz, provincia austraca de Estiria, comenzaba el exilio de Kepler, ya que el prncipe Habsburgo proclam segn sus propias palabras: quemar la ciudad antes que gobernar sobre herejes. Johannes Kepler se escriba desde haca tiempo con Tycho Brahe y parti hacia Praga para buscar refugio bajo el gobierno del rey Rodolfo II, amante de la astrologa y de la alquimia, y para estudiar con los fabulosos datos astronmicos de Brahe, pero grande fue su sorpresa al llegar porque si bien los datos existan, el trabajo de los dos astrnomos se volvi difcil debido al carcter de Brahe y a su corte excntrica que no permita la paz del trabajo a a cual estaba acostumbrado Johannes Kepler. Durante dieciocho meses trabajaron juntos y no hubo grandes progresos, pero el 13 de octubre de 1601 Tycho Brahe estaba invitado a cenar con el barn de Rosenberg en Praga, y rodeado de la realeza bebi ms de lo debido; luego enferm y en medio de delirios pronunci estas palabras: juradme que no he vivido en vano. Despus de una breve agona, falleci. Si bien tuvo una vida licenciosa y vulgar en medio de la riqueza

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material, desde el punto de vista cientfico fue uno de esos grandes que supieron admirar el cielo y conmoverse con la msica y el curso de las esferas. Con los datos de Brahe y como sucesor en el puesto de matemtico imperial, Johannes Kepler estaba en el umbral de sus tres leyes universales. Las public en dos libros: el primero es Astronoma Nova (1606), que contiene las dos primeras. La primera ley es la siguiente: los planetas se mueven alrededor del Sol no en crculos, sino en rbitas elpticas, uno de cuyos focos lo ocupa el Sol. La segunda ley reza: los planetas no se desplazan por sus rbitas a velocidad uniforme, sino de manera que una lnea trazada desde el planeta hasta el Sol barre siempre igual rea en igual tiempo. En su obra HARMONICE MUNDI (1919) desarrolla su tercera ley. En forma breve y sinttica sostiene que los cuadrados de los perodos de la revolucin de dos planetas cualesquiera son proporcionales a los cubos de sus distancias medias al Sol86. Quisiera transcribir un breve prrafo de la excelente obra de Arthur Koestler LOS SONMBULOS, debido a que interpreta en su verdadera dimensin la obra de Johannes Kepler. La obra HARMONICES MUNDI es la continuacin del MISTERIUM COSMOGRAPHICUM, y el climax de su obsesin de vida. Lo que Kepler intent fue, sencillamente, develar el secreto definitivo del universo en una sntesis global de geometra, msica, astrologa, astronoma y epistemologa. Fue el primer intento de esta clase desde Platn y el ltimo hasta nuestros das. Despus de Kepler se produjo de nuevo la fragmentacin de la experiencia, la ciencia se apart de la religin, la religin del arte, la sustancia de la forma, la mente de la materia.

Johannes Kepler y Galileo Galilei Jams se conocieron personalmente, pero Galileo Galilei al igual que Tycho Brahe eran dos magnficos astrnomos que ambicionaban gestiones con la realeza para conseguir algn rdito poltico. Galileo admiraba a Johannes Kepler, el astrnomo ms respetado del momento, pero slo lo utiliz para avalar su descubrimiento de los satlites de Jpiter que haba publicado en su obra Siderus Nuncius, en Venecia, en 1610. Mientras Galileo se debata con cientficos y telogos de Italia para que aceptasen su descubrimiento, Kepler, leyendo el Siderus Nuncius y aceptando la palabra de Galileo, dio amplio respaldo al descubrimiento a travs de sus manifiestos, dando un giro a la discusin cientfica a favor de Galileo Galilei. El astrnomo italiano se lo haba pedido, pero una vez conseguido el aval jams se lo agradeci, ni comparti sus descubrimientos, preso de un recelo egosta y ambicioso contra el cientfico alemn.
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Para una mayor comprensin de las leyes sugerimos consultar la obra de A. Koestler Los sonmbulos, tomo II. Salvat Ed., Barcelona 1994, pg. 267 y sig.

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Paradjicamente se recuerda ms a Galileo Galilei que a otros ms grandes y ms dignos que l en el estudio del cosmos y en la especulacin filosfica, tales como Nicols Coprnico, Johannes Kepler o Giordano Bruno, quien el 17 de febrero del ao 1600 fue entregado a las llamas preso por la intolerancia y el miedo a la libertad de pensamiento. Tal vez esto sea as simplemente porque Galileo Galilei abjur de sus escritos una vez detenido por la Inquisicin y, en cambio, otros grandes permanecieron fieles a sus convicciones a pesar de los seores del poder.

Juicio por brujera La magia fue practicada durante muchos siglos antes de que la cristiandad se estableciera y, una vez consolidada en el poder, en las distintas regiones o pagos, los antiguos cultos subsistan a pesar de las persecuciones contra las brujas o contra todo aquel considerado hereje por la Santa Inquisicin. La palabra latina con que se denominaba la adivina, saga (un tipo de bruja) es de la misma raz que la palabra sagaz. El mismo vocablo ingls witch (bruja), se cree que proviene del anglosajn wicce, que significa sabio. Se cree que en las prcticas de brujera (no tal cual las imaginamos) existi un conocimiento profundo y superior. Se acusaba a estas antiguas brujas de tener contacto con espritus de los bosques, elementales llamados por los antiguos celtas dusi, palabra traducida por incubi o succubi en latn; el cristianismo los consideraba demonios en contacto permanente con las brujas y los antiguos ritos paganos. Las brujas conocan el poder medicinal de antiguas hierbas y drogas, transmitido de generacin en generacin; a la vez, las asociaban con palabras y hechizos mgicos, prctica comn en la medicina de la antigua Europa. La mana de la caza de brujas, cuyo furor haba aumentado en el transcurso del siglo XVI, alcanz su punto culminante en la primera mitad del XVII, tanto en las zonas catlicas como en las protestantes. En 1615 Katherine, la madre de Johannes Kepler, al sostener una disputa con otra anciana, fue acusada de provocar una enfermedad a sta y a otras personas del pueblo de Leonberg, ya que segn ellas Katherine les haba dado a probar sus pociones mgicas. La madre de Kepler se cri con su ta, quien muchos aos antes fue acusada de brujera y quemada en la hoguera. Esto contribuy al descontento del pueblo y a formular la acusacin de bruja contra la madre de Kepler. El abogado lleg a Leonberg: era Johannes Kepler, su propio hijo, matemtico imperial. El proceso tuvo marchas y contramarchas, dur varios aos y la madre se mantuvo firme en su negativa de declararse culpable de brujera. Finalmente, despus de

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varios aos de disputa judicial, Kepler consigui la libertad para la acusada. Fue expulsada del pueblo y seis meses despus, falleci.

El final Las diferencias, tanto religiosas como polticas, que perturbaban el imperio, no se haban limitado a la oposicin entre catlicos y protestantes; los mismos catlicos no estaban unidos entre s, y los protestantes se dividan en luteranos y calvinistas, sin jams ponerse de acuerdo. En medio de este clima de tensin y conflicto previo a la Guerra de los Treinta Aos, Johannes Kepler perdi a su madre, a varios de sus hijos enfermos de meningitis, y su posicin de matemtico imperial, al caer el emperador Rodolfo II de Praga en poder de sus hermanos, quienes usurparon el trono. Viaj por Europa y busc refugio para l y su familia. Tambin public sus trabajos posteriores a las tres leyes, como las TABLAS RUDOLFINAS en honor al emperador Rodolfo II, y una novela llamada Somnium que narra un viaje a la Luna, y que le vali, si no una persecucin, al menos una reprimenda por parte de la Iglesia, que afirmaba la imposibilidad de viajar entre las estrellas. Hacia el final de su vida gran parte de los astrnomos se haban vuelto copernicanos gracias a los trabajos de Johannes Kepler. Al igual que Esquilo, el trgico de la Antigedad griega que dej escrito su epitafio en los campos de Gela, donde yace, Johannes Kepler escribi el suyo propio dos mil aos ms tarde en un pequeo pueblo de Alemania, y reza as: Med los cielos, ahora mido las sombras... Del cielo era la mente, en la tierra descansa el cuerpo

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COSMOGONA Y HOLISMO EN TYCHO BRAHE

Tycho Brahe (1546-1601) Tycho Brahe naci en Knudstrup, en Scania, entonces parte del reino de Dinamarca. Hijo de un noble feudatario y miembro del consejo del reino, Otto Brahe, y de la igualmente noble Beate Bille, Tycho no creci junto a sus padres sino junto a su to, el hermano de su padre, el igualmente feudatario Jorgen Brahe. Estudi en la universidad de Copenhague durante tres aos, desde 1559 a 1562, donde tuvo la posibilidad de introducirse en el mundo de las ciencias humanas y conocer la obra de Aristteles y la visin tolemaica del mundo. Desde 1562 a 1570 se traslada al extranjero. Primero, en Leipzig, estudia Jurisprudencia conforme a los deseos de su to, pero en realidad se aboc ms y ms a sus observaciones astronmicas. Ms tarde se traslad a Wittenberg, Rostock y Habsburgo para continuar sus estudios, donde pudo profundizar en los conocimientos de la poca sobre astrologa, astronoma y qumica, al mismo tiempo que investig en la doctrina de Paracelso. Despus de su regreso a Copenhague creci su fama de investigador y astrlogo, en parte a causa de la edicin de su libro sobre la Stella Nova. En 1576 el rey Federico II le concedi la isla de Hven, en el estrecho del Sund, como feudo libre de impuestos, as como los medios para la construccin de los edificios necesarios para sus investigaciones. Tycho Brahe se traslad a la isla en 1577, y en pocos aos construy los castillos de Uraniborg y Stjerneborg, conformando el centro de investigaciones para observacin astronmica ms avanzado de la poca. Despus de la muerte del rey Federico II, en 1588, comenzaron los problemas de Tycho Brahe en diferentes frentes, y especialmente con respecto a las doctrinas luteranas ortodoxas, y se vio obligado a detener sus trabajos en la isla de Hven en 1596. En 1597 abandon Dinamarca. Los ltimos aos de su vida los pas en el destierro en Bohemia, en la corte del emperador Rodolfo II, donde muri y se encuentra enterrado en la catedral de Teyn en Praga. A pesar de algunos desacuerdos, leg sus trabajos de investigacin a su joven discpulo J. Kepler, que fueron despus la base de los grandes descubrimientos que este ltimo realizara, entre otros, la rbita elptica de los planetas. Seguramente debe de haber olvidado las enseanzas de Kapila... Donde Haeckel no ve ms que fuerza y poder creativo de la materia en exclusiva. Kapila considera imposible adscribir cualquier cosa a prakriti sin la colaboracin de purusha. l los compara como sigue: prakriti es un hombre de robustas piernas, pero sin cabeza ni ojos, y purusha, un ser con ojos y cerebro, pero sin piernas ni movilidad. Para que el

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mundo evolucionase y finalmente produjese al hombre, purusha (el espritu), tuvo que subirse a los hombros de prakriti, (la materia), sin vida ni raciocinio; de esta manera purusha obtuvo la facultad de moverse mediante las piernas de prakriti y as manifestarse en la existencia. Si purusha es impotente en sus manifestaciones y, como antes, una mera abstraccin no-existente sin la ayuda de la forma objetiva de prakriti, ste ltimo lo es an ms; sin la ayuda del espritu y de su influencia vivificante, prakriti no vale ms que un montn de basura estril. POR CUEVAS Y SELVAS DEL INDOSTN H. P. Blavatsky

Introduccin El Planetario de Copenhague, que lleva el nombre de Tycho Brahe, es la mejor expresin de la moderna gestin de la herencia recibida del astrlogo y astrnomo dans y de los descubrimientos de la NASA en el espacio. El director del mismo, en diversos artculos, ha combatido activamente el flagelo moderno, pues para el Planetario y su director no existen dudas sobre la autoveneracin y la confianza ilimitada en las ciencias racionales y sus resultados y al progreso. Una de tantas paradojas de nuestra modernidad es que no toman en cuenta la visin matizada de Tycho Brahe como una figura de transicin, entre una visin holstica y la ciencia moderna. De hecho, en la mayora de las biografas sobre este astrnomo generalmente se margina todo lo relacionado con los llamados intereses y actividades ocultas de Tycho Brahe. No es que se niegue; la mayora de ellas menciona que Tycho Brahe estuvo influido por el Hermetismo y por Paracelso, que trabaj con visiones metafsicas de globalidad y que se dedic a la filosofa natural, a la alquimia y a la astrologa. Pero lo que interesa en general a sus bigrafos, principalmente Gassendi, desde el siglo XVII, es lo que seala hacia el futuro, lo que incluye el germen de la moderna y racional ciencia emprica, los valores pioneros de la modernidad. En cambio, Norlind se da cuenta de que Tycho Brahe trabaja con una extraa analoga entre lo terreno y lo celestial. Se reconoce su pensamiento analgico, pero se da prioridad a sus trabajos sobre Astronoma, a la que se dedica a pesar de sus prcticas y pensamientos ocultistas87. Todos lo alaban como pionero; pocos, casi nadie, le rinden homenaje como una figura de transicin entre una visin global y una ciencia emprica. Frances Yates, en una descripcin de los siglos XV y XVI, afirma: La historia de la ciencia puede explicar y seguir paso a paso los diversos estadios que llevaron hasta el nacimiento de la ciencia moderna en el siglo XVII, pero no explica el porqu de tal eclosin en este momento determinado ni cules fueron los motivos que condicionaron
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Friis, Tyge Brahe, en historisk fremstilling, pg. 8.

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el surgimiento de este nuevo inters por la naturaleza y por su funcionamiento. Ms adelante afirmar: Lo que realmente origina un movimiento intelectual es la aparicin de un movimiento de voluntades. Consecuencia de esta situacin es el surgimiento de nuevas actitudes ante el mundo y la realizacin de nuevos descubrimientos88. Frances Yates tambin se pregunta: Cmo y de dnde ha surgido esta nueva direccin? Una de las respuestas es Hermes Trimegisto. Bajo este nombre incluyo el ncleo hermtico del neoplatonismo ficiniano; la determinante vinculacin efectuada por Pico de la Mirndola entre el hermetismo y la cbala; el nuevo inters por el Sol visto como fuente de poderes mstico-mgicos; la universal animacin mgica de la naturaleza que intenta descubrir y utilizar de un modo operativo todo mago; la concentracin de la atencin en el nmero entendido como una va para penetrar en los secretos de la naturaleza; el concepto filosfico, presente ya sea en un manual mgico como el Picatrix, ya sea en los escritos filosficos hermticos, segn el cual el Todo es Uno...89. Al describir el perodo que nos interesa para ubicar a Tycho Brahe en un contexto histrico, nos dir Frances Yates tambin que: El reinado de Hermes Trimegisto puede ser cronolgicamente delimitado con toda precisin. Tiene sus inicios a finales del siglo XV con la traduccin llevada a cabo por Ficino del recientemente descubierto Corpus Hermeticum y termina en los albores del siglo XVII gracias a la crtica de Causabon90.

Tycho Brahe y su obra Tycho Brahe se mueve en un contexto ms abierto que nunca antes y despus. Para l, el monopolio del clero sobre Dios se ha roto. Dios est presente y accesible a travs de la palabra, pero sobre todo a travs de su obra: Casi tan importante como una verdadera y completa intuicin de Dios, que se nos revela en la Palabra, el objetivo por el que el ser humano ha sido colocado en la Tierra, centro del altar, es la contemplacin interior del maravilloso edificio del universo, el palacio celestial y brillante, que conforman los planetas invariables. As como conocer a Dios, como constructor de su ms sabia y plural obra, y alabarle por su bien ganada admiracin. Porque no brilla su sabidura y majestad en ningn otro lugar mejor que en el eterno escenario del cielo y las estrellas91. As, los seres humanos no solamente pueden ahora conocer a Dios; sino que deben hacerlo a travs de este canal. De no ser as deambulan ciegos en medio de esta obra de arte de Dios, sin comprender la construccin y la decoracin de esta casa que les rodea; entonces vive el hombre como un animal, doblado sobre la tierra. Se
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Frances A. Yates, Giordano Bruno y la tradicin hermtica, Ariel filosofia 1983, pg. 506-510. ibd 90 ibd. 91 Tycho Brahe, Tale om de matematiske videnskaber, pg. 348.

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proporciona el hombre a s mismo un sano disfrute, y le eleva a ser un igual con los cuerpos celestes sobre su destino mortal92. El ser humano est en la tierra, en el cuerpo. Pero tiene capacidad para conocer, venerar y rendir homenaje a Dios a travs de la investigacin de su obra. Si el hombre asume esta tarea participa del cielo. Tycho Brahe conoce su tarea y su significado: la investigacin de la Naturaleza es una obligacin elevada y que eleva. Pero no se sobrevalora. Investigar la obra de Dios no significa agotarla. Tycho Brahe es consciente de la grandeza y de los lmites de la Ciencia. l siempre deja claro lo que sabe y lo que no sabe, lo que la ciencia puede conocer y lo que no puede llegar a conocer. Cuando expone los resultados de su trabajo con respecto a la Stella Nova afirma: Por eso, aunque sobre esta nueva y por primera vez presentada Estrella, me decido a publicar mis resultados, reconozco abiertamente que nada s sobre su nacimiento y las razones del mismo. Yo simplemente investigo lo que est dentro de un contexto matemtico (...) su posicin en el horscopo, su distancia con la tierra, (...) y su tamao, luz y color, a lo que agregar hiptesis, recogidas de la astrologa, sobre los efectos de esta estrella93. Tycho Brahe no puede explicar la estrella, su nacimiento y sus causas. La ciencia puede investigar la obra de Dios, pero la naturaleza interior de la misma, su ser, permanece intocable. En la introduccin a LA NUEVA ESTRELLA, aclara que un fenmeno semejante solo ha sido informado una vez, y mal interpretado. Especialmente porque un fenmeno de esta naturaleza est en contra de los dogmas fundamentales religiosos y cientficos que en las altas eferas del cielo no acontecen cambios de nacimiento o desaparacin. Pocos aos ms tarde de la observacin de la nueva estrella, observa un cometa por primera vez. En el ao de Nuestro Seor de 1577, el 11 de noviembre por la tarde, poco despus del atardecer94, y contina diariamente sus observaciones durante los casi dos meses que el cometa es visible en el cielo. Al igual que hizo con la estrella, determina su posicin en el cielo y cada da escribe con respecto a las estrellas conocidas. Estas observaciones rompen con la visin de una serie de cielos fijos o esferas de cristal, unas sobre otras, como cscaras alrededor del huevo del mundo.Estas observaciones tendrn consecuencias ms amplias de las que a primera vista pudiese considerarse. Significa que los telogos y Aristteles no tenan razn en su concepcin de Dios, la Creacin y la Naturaleza. La estrella y el cometa demuestran que Dios trabaja libremente, que la creacin an est en marcha y que la Naturaleza est en un cambio constante. Crea una nueva vida en el Cielo y en la Naturaleza, y as el mundo adquiere una nueva visin: es variable. Como Paracelso95 y Flud96, Brahe asevera que el mtodo aristotlico es errneo en su fundamento: no se basa en la experiencia. Y tambin, como Paracelso y Flud,
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ibd. Tycho Brahe, Matematiske betragtninger over den Ny og Aldrig nogensinde fr sete Stjerne, pg. 12. 94 Tycho Brahe, Lille skrift om Kometen, pg. 27-29. 95 Paracelso (1493-1591), mdico suizo, trabaja con metales y minerales, botnica y filosofa natural, desafa la medicina establecida y defiende su visin holstica; muere en Salzburgo.

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remarca la importancia de la investigacin de la Naturaleza. Se identifica con la disputa de stos contra el dogma aristotlico y la escolstica: la observacin, la experiencia y la investigacin de la Naturaleza han de reemplazar los argumentos lgicos y sofisticados.

Microcosmos y macrocosmos La idea de que el conocimiento ha de basarse en la experiencia no slo lo aplica Brahe a la astronoma sino tambin a la astrologa. Su hiptesis fundamental es que las estrellas tienen fuerza e influencia en lo terrenal. El Sol calienta la tierra, la ausencia del Sol la enfra, la Luna influye en las condiciones de los mares, el calentamiento y el enfriamiento influyen en las lluvias, las nubes, el viento y el clima. Si seguimos el punto de vista de Tycho Brahe, las televisiones brindan con cada informativo un mnimo de cinco minutos de informaciones astrolgicas cuando dan sus partes meteorolgicos, ya que stos pertenecen a la parte previsible de la astronoma, la influencia de los cuerpos celestes en los elementos terrestres y los cambios en el aire. Otra parte de la astrologa es la influencia de estos cuerpos celestes en el ser humano, que tiene bases materiales y fsicas: Ya que el hombre se compone de elementos y est conformado por tierra, tiene necesariamente que estar bajo las mismas condiciones que rigen la materia de la que el hombre est compuesto97. A lo que hay que agregar otra relacin, que para Tycho Brahe es difcil de comprender, porque la experiencia sobre la que se basa no son los sentidos exteriores sino los del ser interior: El hombre vive y se alimenta del cielo de una manera ms oculta que el aire, el agua y cualquier otro elemento de este bajo mundo. Tiene una increble conformidad con estrellas afines... nuestra alma es una parte del mismo cielo98. La astrologa, entonces, no slo se basa en la astronoma y en las determinaciones de los planetas y sus movimientos, sino que tambin se divorcia de la misma: De aqu nace una nueva ciencia, que es ms oculta y separada de los sentidos exteriores. Ha sido llamada Astrologa99. A diferencia de la astronoma, la astrologa requiere ms que una creencia religiosa y una ciencia emprica como fundamentos. Requiere una verdadera visin global. Tycho Brahe no solamente habla de causas y efectos, influencia de lo superior sobre lo inferior, y de los cuerpos celestes sobre los terrestres por canales puramente fsicos. Habla tambin de las relaciones en un universo vivo y con alma, donde los cuerpos celestes son seres vivos y el alma del hombre una parte del cielo, y donde la experiencia tambin se realiza por el camino del espritu. Comparte as la visin de
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Robert Fludd (1574-1637) mdico ingls, con marcada influencia del neoplatonismo y la filosofa natural de Paracelso. 97 Tycho Brahe Tale om ..., pg 351 98 ibd. 99 ibd

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totalidad de Paracelso de un universo de analogas y equivalencias entre el macrocosmos y el microcosmos humano: Existe adems una cierta analoga entre las partes del cuerpo humano y las funciones especiales de los 7 planetas. Ocurre ms o menos lo mismo en nuestro cuerpo y en la naturaleza de los planetas celestes. As el corazn, que en el cuerpo humano es la fuerza vital, se compara con el sol celeste, de donde proviene el calor que es dador de vida para el mundo100. La semejanza es tan marcada que se piensa que el ser humano est conformado segn la idea ms alta del mundo. Por esta razn los hombres son llamados por los filsofos microcosmos101. Como en Paracelso, no abarca esta comunicacin solo al hombre, sino a toda la materia, de ah su gran inters tambin por la alquimia. Pero a pesar de esta relacin con lo divino y la razn humana, esta influencia planetaria sobre el hombre no tiene una calidad de obligacin, necesidad o determinismo. La influencia del cielo vara en relacin con la naturaleza individual de aquello a lo que influye. Frecuentemente se transfieren influencias contrarias, dependiendo de las diferencias de educacin, formacin y condiciones de vida. El libre albedro del hombre de ningn modo est sujeto a las estrellas... los astrlogos no afirman que todos necesariamente reciben las influencias estelares del mismo modo. Algunos reciben ms, otros menos, todo dependiendo de cmo se han hecho a s mismos receptivos o no receptivos...102. Estas influencias no son simples relaciones de causas y efectos. En parte Dios es Todopoderoso y libre, en parte depende de la receptividad del receptor en todos los niveles: el especfico fsico y corporal, las condiciones sociales especificas, la receptividad y el libre albedro individual. No es una unidad que se puede interrelacionar de un nivel a otro, sino que se influyen y estn interrelacionados entre s en la naturaleza de un modo ms complicado. En el currculo que Tycho Brahe escribi tres aos antes de su muerte, incluye abiertamente sus conocimientos de astrologa y especifica que las necesidades de la misma son las que exigen y hacen necesarios los estudios astronmicos. Por esta razn el cielo, los planetas y las estrellas son ms que utensilios para determinar el tiempo, los das y los aos. Los cuerpos celestes son signos y son en s mismos causas de aquello que indican. Y por eso son tan importantes para Tycho Brahe las observaciones empricas, y por esta razn tanto los planetas como los movimientos y las variaciones que provocan tienen que ser observadas y registradas cuidadosa y diariamente en la isla de Hven.

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ibd. ibd. pg. 352. 102 ibd.

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Tycho Brahe y su visin renacentista La visin de la realidad de Brahe contiene tres niveles: un nivel religioso, un nivel emprico basado en los sentidos, y entre estos dos niveles una visin de globalidad donde se renen las dimensiones de la realidad y los fenmenos puntuales. Desde su peculiar punto de vista religioso, los astros son creaciones de Dios, y sus causas y naturaleza intrnseca son inaccesibles para el hombre. Dios y su creacin son un prodigio y una totalidad plena de sentido. Desde un punto de vista cientfico, la estrella y el cometa son un fenmeno fsico cuyo tamao, forma, ubicacin y movimiento pueden ser medidos y observados, y consecuentemente podemos obtener conclusiones lgicas. Lo que tambin implica un fraccionamiento como producto de las observaciones de cada uno de los fenmenos observados para poder avanzar lo mximo posible en la investigacin. Pero esto no significa que el universo de Tycho Brahe se presente como una fragmentacin incoherente de fenmenos aislados o un inaccesible prodigio de totalidad. Los niveles del Universo estn relacionados. Desde una ptica de globalidad, la estrella y el cometa son tanto un cuerpo fsico como un signo de Dios, tanto fenmenos materiales como espirituales que forman parte de la red de correspondencias del Universo entre el macrocosmos y el microcosmos. De esta forma, su visin de la globalidad no se desarrolla en s misma, sino que seala la correspondencia en el Universo, la influencia macrocsmica en el microcosmos y las relaciones entre los aparentemente aislados fenmenos. No nivela creencia y ciencia, sino que establece un frtil y extensivo compromiso entre globalidad y ciencia emprica. Un compromiso que le permite mantener a Dios como un fenmeno espiritual e inagotable, interesante por la gran Ley de Correspondencia en la Naturaleza y dedicarse asimismo a observaciones empricas puras. Evita por una parte el reduccionismo y fundamentalmente el positivismo racionalista, donde el nivel cientfico de la realidad suplanta el religioso y al mismo tiempo recuerda que existe una gran diferencia entre la Naturaleza y lo que la ciencia explica sobre la misma. Un compromiso que se refleja tambin claramente en su cosmologa donde persiste en considerar a la Tierra como centro del universo, al tiempo que sostiene que los planetas giran alrededor del Sol, mientras que el Sol y la Luna lo hacen alrededor de la tierra. Como Frances Yates afirma en su obra ya mencionada: La historia de este perodo nos descubrir las races de la transformacin sufrida por el hombre cuando su mente dej de estar estrechamente ligada con la vida divina del universo. las zonas limtrofes entre magia y religin, magia y ciencia, y magia y arte, poesa o msica debern ser recorridas en la compaa de Hermes Trimegisto. Estos fueron los vagos dominios en los que habit el hombre del Renacimiento. Por su parte el hombre del

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siglo XVII acab por perder algunas claves importantes para la comprensin de la personalidad de aquel magnum miraculum103. Hoy, en que al menos en el mundo de la Fsica volvemos a hablar de holismo, con las teoras de David Bohm, nos encontramos frente a un nuevo desafo de la investigacin de la Naturaleza como se encontraron los reformadores del Renacimiento: la relacin entre la visin de globalidad y la ciencia emprica. El triunfo de la ciencia no ha dejado espacio a lo oculto, por eso las visiones de totalidad y su prctica son ridiculizadas y evitadas en la historia oficial, o consideradas como entretenidas, curiosidades irrelevantes. Por eso la ciencia debe volver a comenzar desde el principio, con una ruptura radical de su visin del mundo. El desafo es, nuevamente, la coexistencia entre tradicin y renovacin, entre lo oculto y lo cientfico. Debemos recuperar claves importantes que, segn Frances Yates, hemos perdido. Lo interesante, ms que la ubicacin histrica de ideas y filosofas, y una respectiva colaboracin de los reformadores a la historia de la Astronoma, Biologa, Qumica y Medicina, es el modo y la forma, la capacidad de los hombres para manejar la relacin entre globalidad y ciencia. Es aqu donde nosotros, hombres y mujeres de un nuevo Renacimiento, encontramos nuestro desafo, y donde el conocimiento de los pasos dados por los hombres anteriormente puede servirnos de gua, para encontrar junto a ellos, al igual que lo hiciera Tycho Brahe tambin nuestro frtil y visionario compromiso, hoy, aqu y ahora.

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Francis A. Yates Giordano Bruno etc., pg. 515.

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LEONARDO DA VINCI Y
EL IDEAL DEL HOMBRE UNIVERSAL

El Renacimiento es un perodo de caractersticas muy peculiares; es uno de esos giros que se producen en la historia humana que, como acertado golpe de caa de un timonel, produce cambios de rumbos en la permanente navegacin de la Humanidad. A travs de la Historia, aunque sea sta slo la parte que conocemos de la larga trayectoria de la Humanidad, encontramos muchas edades medias y tambin muchos renacimientos. Este captulo est dedicado a uno de esos personajes que con propiedad podemos mencionar como un hombre renacentista, Leonardo da Vinci, que encarna uno de los ideales de esa actitud, el Ideal del Hombre Universal.

Un breve esbozo de su vida y sus obras Leonardo nace un ao despus que Cristbal Coln, y cuarenta aos antes de que ste llegue a Amrica, el 15 de abril de 1452, en la villa de Vinci, a menos de un da a caballo de Florencia, el foco luminoso del Renacimiento italiano. Piero da Vinci, joven notario que comenzaba a hacer carrera en la prspera capital de la Toscana, en una visita a su villa natal conoce a una bella campesina, y del amor furtivo entre ambos va a nacer Leonardo, que legara a la posteridad, entre otras muchas obras, el nombre de este pequeo pueblo italiano. En esta primera poca, y ser la nica, compartir ms tiempo con su madre y con el campo, el bosque y sus senderos, que veremos luego en algunos de sus cuadros, las grutas, como aquella que dibujar en LA VIRGEN DE LAS ROCAS, el viento y la tormenta y las fuerzas de la Naturaleza: las fuerzas que producen el movimiento, que hacen que se formen las montaas, que crean las corrientes marinas, que para Leonardo son el sistema circulatorio de la Tierra. Su primer dibujo, o al menos el primero que conocemos, realizado en agosto de 1473, es el PAISAJE TOSCANO, un dibujo del Valle del Arno, en que ya muestra su concepcin dinmica de la Naturaleza. A mediados de 1460, la familia de Piero, se trasladar definitivamente a vivir a Florencia. Este centro vital del Renacimiento permitir que tome contacto con ese espritu renovador; rpidamente se hacen evidentes las habilidades artsticas del incipiente joven. Con objeto de que reciba una educacin integral, su padre le hace ingresar, a la edad de 14 aos, como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio, que a la sazn contaba con 30 aos y era considerado ya como poseedor de una tcnica perfecta. Su verdadero nombre era Andrea di Michele di Francesco di Cioni; el otro nombre se supone que lo tom de uno de sus maestros, el orfebre Giuliano Verrocchio. Otros maestros fueron, en escultura, Donatello y en pintura, Alesso Baldovinetti. Era

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entonces Andrea del Verrocchio el mejor educador que Piero encontr para su hijo; en el mismo taller se formaron Botticelli, Lorenzo di Credi y Perugino. En este taller, Leonardo aprende diferentes tcnicas: pintura, escultura en mrmol y bronce, pequeos trabajos mecnicos. Como era usual en este tipo de talleres, se reciban encargos que eran ejecutados por el maestro con la participacin de los aprendices. En 1476, un ao despus del nacimiento de Miguel ngel Buonarotti y a la edad de 24 aos, Leonardo era ya el asistente directo del Verrocchio. Pocos aos ms tarde participa de manera directa en EL BAUTISMO DE CRISTO, considerada una de las obras ms importantes del Quattrocento; es pintado por Verrocchio, pero el ngel de la izquierda y parte del paisaje es atribuido a Leonardo. En 1477 Botticelli pinta LA PRIMAVERA, y en 1478 Leonardo es ya un maestro independiente y comienza a recibir encargos de forma directa. Su primera gran obra ser LA ADORACIN DE LOS MAGOS, encomendada por el Monasterio de San Donato, que quedar, como muchas, inacabada; tambin se considera de esta poca la MADONA BENOIS, el retrato de Ginevra Benci y la obra tambin inacabada de SAN JERNIMO PENITENTE, actualmente en el Museo del Vaticano. A los treinta aos, Leonardo acude a Miln, a la corte de los Sforza, donde presenta un instrumento como una lira, construida en plata, con forma de cabeza de caballo, que l mismo haba diseado, y da muestras de su virtuosismo como msico y cantante. Despus de ello, el Duque de Miln, Ludovico Sforza, apodado el Moro, le solicita que se quede en Miln. Aunque la historia muestra que las decisiones polticas del Moro fueron desastrosas para Italia, durante su gobierno se favoreci notablemente el desarrollo de las artes, la tcnica y las ciencias, y nuestro personaje ocup un lugar destacado en este ambiente propicio para el despliegue de sus mltiples habilidades. A Ludovico le dirige una famosa carta, de la cual nos ocuparemos ms adelante, en la que Leonardo indica, de su propio puo y letra, las cosas que puede realizar. En Miln, Leonardo va a desarrollar principalmente sus inventos de ingeniera militar, vehculos de distinto tipo y trabajos de arquitectura y urbanismo. Es tambin aqu donde colabora con Luca Pacioli en el famoso libro DIVINA PROPORTIONE. Incursiona en otras actividades, en las cuales tambin destac, como por ejemplo, organizador de fiestas fastuosas. La ms famosa fue la Fiesta del Paraso, con gran despliegue de montajes escenogrficos, vestuario, etc., que se realiz en enero de 1490 con motivo del matrimonio de Gian Galeazzo Sforza con Isabel de Aragn. Un ao ms tarde se ocupa de los decorados y vestidos de las diversas actividades organizadas con motivo del matrimonio de Ludovico y Beatriz de Este. En Miln Leonardo va a tener varios aprendices y alumnos, para los cuales se supone que escribi el TRATADO DE LA PINTURA. En cuanto a obras pictricas, la ms importante de esta poca es LA VIRGEN DE LAS ROCAS. Entre 1495 y 1497 pinta, en el refectorio del Monasterio de Santa Mara delle Grazie, donde estaba enterrada Beatriz de Este, LA LTIMA CENA. Salindose de los esquemas de uso comn en este tema,

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Leonardo logra representar trece caracteres diferentes, pero todos fusionados en una unidad que transcurre en un plano ms all de lo humano. Otra obra destacada fue el modelo en terracota de la estatua ecuestre de Francesco Sforza, el padre de Ludovico, que era el molde sobre el que deba fundirse la escultura original en bronce, y que cuando las tropas francesas invadieron Miln en diciembre de 1499, fue utilizada como blanco por los arqueros y completamente destruida. Despus de unos meses en Venecia, Leonardo regresa a Florencia en abril de 1500. Recibe el encargo de hacer un cuadro y escoge el tema de Santa Ana con la Virgen y el Nio. La pintura fue expuesta, y durante dos das la multitud desfil emocionada admirndolo. En Florencia surge un nuevo personaje, Csar Borgia. Nacido en Roma, era hijo ilegtimo de Rodrigo Borgia, que luego sera el papa Alejandro VI. Un ao antes de que su padre fuera nombrado Papa, a los dieciocho aos de edad, fue hecho cardenal. Tristemente famoso por su vida licenciosa y temperamento violento, fue considerado sospechoso como cmplice del asesinato de su hermano Giovanni, Duque de Benavente y de Ganda. Fue nombrado Duque de Romaa por su padre en 1501. Csar Borgia fue un poltico inescrupuloso, traicionero, prototipo del gobernante astuto retratado por Maquiavelo en EL PRNCIPE. El 18 de agosto de 1502 Leonardo entra a su servicio como ingeniero y arquitecto jefe, cargo en el que le corresponde supervisar numerosas obras en el centro de Italia; tambin trabaja como ingeniero militar en la guerra con Pisa. Leonardo recibe como encargo decorar el gran saln del Palazzo Vecchio. El tema que se sugiere es la Batalla de Anghiari, donde las fuerzas florentinas haban obtenido una victoria sobre las de Pisa. Esta obra nunca lleg a ser realizada. Leonardo hizo muchos estudios, sobre todo de caballos, y lleg a realizar el boceto completo, que fue destruido en el siglo XVII, por lo que de esta composicin slo nos quedan copias, de la cual la ms famosa es la realizada por Peter Paul Rubens. Los caballos de Leonardo han sido considerados los precursores de los de Gricault y Delacroix. En este segundo perodo florentino Leonardo pinta varios retratos, del cual el nico que sobrevive es el ms famoso, la MONA LISA o GIOCONDA, actualmente en el Louvre; tena para el artista un especial significado y por eso siempre la conserv consigo. En 1506, cuando Bramante comienza las obras de la Baslica de San Pedro y muere Cristbal Coln, Leonardo regresa a Miln, solicitado por el gobernador francs, Charles dAmboise. En 1507 es nombrado pintor de la corte del rey Luis XII de Francia. En los seis aos siguientes, divide su tiempo entre Miln y Florencia. En Miln realiza varios proyectos de ingeniera y trabaja en otra escultura ecuestre, para el monumento a Gian Giacomo Trivulzio, comandante de la fuerzas francesas en la ciudad. Entre 1514 y 1516 vive en Roma, al servicio de Giovanni de Mdici, hijo de Lorenzo de Mdici, que fue electo Papa a los treinta y siete aos como Len X, y que continuando con la tradicin de su familia, se preocup notablemente del desarrollo de

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artes y ciencias. Leonardo se ocup principalmente, durante su estancia en Roma, en el Palazzo Belvedere, de realizar experimentos cientficos: trabajos de ptica y en general sobre la luz. En el otoo de 1516 deja definitivamente Italia y viaja a Francia, invitado por el rey Francisco I, que rein entre 1515 y 1547 y tambin fue un gran mecenas de las artes y las letras. Leonardo lleva una vida tranquila aunque con algunos problemas de vejez, como la parlisis del brazo derecho; se dedica a estudiar el curso del Loira y sus afluentes, organiza fiestas para el rey, le presenta un proyecto de renovacin y embellecimiento del Chateau de Amboise, donde, adems del lujo y el confort, pone nfasis en la higiene, aspecto que no destacaba en esta poca. Leonardo vive en el Chateau de Cloux, cerca de Amboise, donde muere el 2 de mayo de 1519, el mismo ao en que Hernando de Magallanes zarpa para circunnavegar la Tierra.

Las habilidades de Leonardo, presentadas por l mismo A los treinta aos, Leonardo era y se senta poseedor de una vasta experiencia, que expone en la ya citada carta dirigida a Ludovico Sforza, y que a continuacin ofrecemos, por considerarla mejor presentacin: Habiendo, seor mo ilustrsimo, visto y considerado ya suficientemente los esfuerzos de todos aquellos que se reputan maestros y constructores de instrumentos blicos; y que la invencin y composicin de tales instrumentos no es nada ajeno al uso comn, me esforzar, sin derogar a ningn otro, en hacerme entender por Vuestra Excelencia, exponindole mis secretos; y luego ofrecindoselos de acuerdo con sus deseos, y oportunamente operar efectivamente en todas aquellas cosas que, por brevedad, en parte se sealan a continuacin, y tambin muchas otras segn las necesidades de las distintas ocasiones: 1) Tengo especies de puentes liviansimos y fuertes, adecuados para llevarse facilsimamente, y con los que perseguir y algunas veces, en algunas ocasiones, hacer huir a los enemigos; y otros seguros e inatacables por el fuego y por las batallas, cmodos y fciles de levantar y colocar. Y maneras de incendiar y deshacer los del enemigo. 2) S, en el sitio de una plaza, sacar el agua de las zanjas, y hacer infinitos puentes, gatos, escaleras y otros instrumentos pertinentes a esas expediciones. 3) Lo mismo, si por altura de reparo, o por dificultad del lugar o de la posicin no se pudiese en el sitio de una plaza usar el oficio de las bombardas, tengo maneras de arrasar cualquier fuerte roca u otra construccin si ya no estuviese fundada sobre piedra. 4) Tengo tambin tipos de bombardas comodsimas y fciles de transportar con las que lanzar pequeas piedras o casi semejantes a tormentas; y con las humaredas de

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las cuales provocar gran espanto en el enemigo, con grave dao y confusin en el mismo. 5) Y si estuviese en el mar, tengo muchos tipos de instrumentos activsimos para atacar y defender los navos que hagan resistencia, al sacar de grandes bombardas plvora y humo. 6) Tambin tengo maneras de stanos y vas secretas y retorcidas, hechas sin ningn ruido para llegar a un determinado e indicado lugar y hasta si hubiese que pasar debajo de fosos o de algn ro. 7) Y tambin har carros cubiertos, seguros e inatacables, los que entrando entre los enemigos con sus artilleras no hay gruesa multitud de gentes de armas que no rompiesen. Y detrs de ellos puede seguir la infantera ilesa y sin impedimento alguno. 8) Lo mismo, si fuera necesario, har bombardas, morteros y pasavolantes, de hermossima y til forma, fuera de uso comn. 9) Donde no fuera posible la operacin de las bombardas, construir bricolas, manganas y tabucos, y otros instrumentos de admirable eficacia, y fuera de lo usado; en fin, segn la variedad de los casos, construir variadas e infinitas cosas para defender y para atacar. 10) En tiempos de paz, creo satisfacer muy bien, en comparacin con cualquier otro en arquitectura, en construccin de edificios pblicos y privados, y de conducir agua de un lugar a otro, hecho para atacar o defender. Lo mismo har en escultura de mrmol, bronce o tierra, lo mismo que en pintura todo lo que se pueda hacer en comparacin con cualquier otro, sea quien sea. Tambin se podr poner en obra el caballo de bronce que ser gloria inmortal y eterno honor de la feliz memoria del Seor vuestro padre y de la nclita casa Sforzesca. Y si alguna de las cosas antedichas a alguien pareciesen imposibles o irrealizables, estoy muy dispuesto a hacer con ellas un experimento en vuestro parque, o en el lugar que desee Vuestra Excelencia, a la cual humildemente, cuanto ms puedo, me encomiendo. Esta carta de presentacin nos muestra un Leonardo muy seguro de s mismo y con un despliegue de habilidades en diversos campos; es esta variedad de dominios un primer aspecto del tema que nos ocupa, el ideal del hombre universal.

Fcil cosa es hacerse universal Es esta una pequea frase escrita por un Leonardo joven, entre las ms de 5000 pginas que componen la maraa de apuntes, dibujos y estudios que han quedado para la posteridad, pero en pocas palabras nos muestra ese espritu tan clsico, de universalidad, que animaba a Leonardo da Vinci. Parece una frase presuntuosa, pero fue escrita en medio del trfago y diversas actividades en que se desenvolvieron todos los das de la vida de Leonardo; no es una

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frase escrita para que otros la lean, es una reflexin de s mismo y consigo mismo, un darse cuenta de algo, descubrir una posibilidad y constatar una realidad. No fue escrita para presumir sino, como en muchos otros apuntes, para tomar nota de un descubrimiento, pero ste no trata de un mecanismo o de una estructura anatmica, sino de su propia realidad como ser humano, descubrir que ms all de las peculiaridades propias y singulares de cada persona se esconde lo Humano, aquello universal de lo cual todos participamos, lo que nos hace formar parte de la Humanidad ms all de todas las legtimas diferencias. Pero, adems, en la frase hay otro aspecto fundamental: no dice que es fcil ser universal, sino que es fcil hacerse universal. Hacerse a s mismo es asumir la propia responsabilidad vital, sa que hoy a veces perdemos esperando que sean la familia, las instituciones, la sociedad, las que nos hagan, en vez de asumir la propia responsabilidad de hacernos a nosotros mismos. La visin parcializada de la realidad a que nos ha llevado la cultura moderna propicia que, adems, si asumimos la responsabilidad de hacernos a nosotros mismos, esto sea interpretado en forma parcial; el muy recurrido self made man usualmente se aplica a un hombre que ha crecido en los negocios sin heredar nada y se ha hecho a s mismo, pero como hombre de negocios. El desafo que plantea Leonardo es mucho ms grande, tanto que para nuestra cultura parece imposible: hacerse universal. Es este un paradigma para la educacin, hoy en que tambin se ha desdibujado sta transformndose en una mera instruccin para, ms que educar, simplemente capacitar a personas como buenos y dciles productores y consumidores, porque se ha puesto la economa como eje rector de la sociedad, en vez de utilizarla como herramienta que es.

El estudio de la Naturaleza como bsqueda de lo universal La vida y la obra de Leonardo muestran una amplia gama de intereses. Fue un hombre multifactico, aunque tambin podemos ver esa multiplicidad desde la perspectiva unitaria de lo universal, que es la que le permiti no slo abarcar una multiplicidad de mbitos en sus estudios, sino tambin sintetizarlos en sus obras. Las pinturas de Leonardo, adems de bellas, son un tratado de proporciones, un estudio de botnica, de anatoma, de geologa, etc. Quizs por eso son bellas, porque va en busca de la inteligencia de la Naturaleza, aquello universal que Platn explica como esa trinidad indisoluble de lo Justo, lo Bello y lo Bueno. Como ense el conocimiento tradicional y poco a poco est redescubriendo la ciencia actual, ms all de las diferentes formas que tome la Vida, sigue siendo una. La vida de Leonardo, bajo nuestros parmetros, se ve desordenada: obras inconclusas, inventos que nunca se pudieron aplicar, apuntes dispersos y multitemticos, estudios de diferentes reas. Todo esto ha llevado incluso a hacer estudios psicoanliticos, una forma poco adecuada de aproximarse a un genio, y que

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pretenden explicarlo como una constante angustia. Sin embargo, sus pinturas muestran un universo armnico, bello y proporcionado, donde no se ve reflejada esa angustia; por eso, a mi juicio, donde aparentemente hay desorden se esconde esa bsqueda de lo universal; de la misma forma en que la accin de las fuerzas de la Naturaleza, a travs de sus diversos agentes, parece un mosaico desordenado, pero detrs esconde la armona, la unidad y la coherencia que hacen que el universo sea eso, uno. Como ms adelante escribira otra luz del Renacimiento, Giordano Bruno, El universo es uno slo, como un continuo compuesto de regiones etreas y mundos. El filsofo nolano, Bruno, escribe, con la profundidad que le caracteriza y que le signific ser quemado en la hoguera inquisitorial: Comprender el Destino es lo mismo que llegar a ser conscientes de nuestra unin con Dios. Al comprender la unin con Dios, con el Todo, nuestro pecho se henchir de amor por todas las cosas. Para Leonardo, la pintura era un arte universal, una forma de comprender lo universal. Por eso en el TRATADO DE LA PINTURA escribe: Aquel que no ama en igual manera todas las cosas que estn contenidas en la pintura, no ser universal; como uno al cual no le gustan los paisajes y considera que son cosas de breve y simple investigacin. La inteligencia de la Naturaleza est presente en toda ella, sin importar la escala. Para Leonardo, el hombre es un microcosmos; por eso, desafiando los prejuicios de su poca, se lanza a hacer disecciones y logra excelentes estudios anatmicos. Otro de los temas que atrae a Leonardo es el vuelo. Se cuenta que compraba pjaros en el mercado y luego los soltaba para ver cmo volaban. Iba en busca de la mquina de volar, y por eso escribe Un pjaro es un instrumento que funciona segn la ley matemtica.... Leonardo, como hombre renacentista, valora ms la propia experiencia que el simple principio de autoridad que haba castrado el espritu de investigacin en la cultura medieval: Aquel que en una discusin invoca autores no hace uso de su inteligencia, sino de su memoria... Mis obras estn fundamentadas ms en la experiencia que en las palabras de otro.... En sus estudios geolgicos descubre fsiles marinos, y en vez de aceptar la autoridad de la poca, que sostena que stas eran una prueba irrefutable del diluvio universal, afirma: Si estas conchas hubieran estado en las aguas turbulentas de un diluvio, se encontraran mezcladas y dispersas una de otra, en el barro, y no en rangos regulares, por capas.

Las formas y el movimiento El estudio de las formas y proporciones le lleva a descubrir, detrs del aparente desorden, el orden inteligente del cosmos, los elementos bsicos con los que est construido el mundo, como ensea Platn en EL TIMEO es necesario recordar que Rafael, en el fresco de la ESCUELA DE ATENAS, en la Estancia del Sello, pinta a Platn con la figura de Leonardo y llevando en su mano EL TIMEO.

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Ms all de la escala, en la Naturaleza, las formas bsicas son simples y se repiten, por un principio natural de economa. Podemos encontrar en tamaos diferentes las mismas formas, como una manera de comprender esa continuidad y unidad de la Vida. En el TRATADO DE LA PINTURA, en sus recomendaciones a los jvenes pintores, Leonardo escribe: No dejar de colocar entre estas reglas una nueva invencin de investigacin para el conocimiento, la cual, aunque parezca pequea, es casi digna de risa. Sin embargo, es de gran utilidad para despertar el ingenio a varias invenciones. Esta es as si vuelves a mirar en algunos muros sucios de manchas o en piedras de varios tipos. Si tienes que inventar algunos lugares, podrs ver all, de diversas maneras, semejanzas entre diversos paisajes, adornados por montaas, ros, piedras, rboles, grandes llanuras, valles y colinas; an. podrs ver diversas batallas y acciones llenas de figuras extraas, de rostros y vestimentas e infinitas cosas, las cuales podrs transformar en una forma completa y buena; interviene en muros y piedras similares; como en el sonido de las campanas o en los repiques de ellas, escuchars cada nombre y vocablo que te imagines. No menosprecies este parecer mo, el cual te recuerda que no es demasiado esfuerzo detenerte algunas veces a ver, en las manchas de los muros o en las cenizas del fuego, o nubes, o fangos, o en otros lugares parecidos, en los cuales, si estn bien considerados por ti, encontrars invenciones maravillosas, que despiertan el ingenio del pintor a nuevas invenciones como composiciones de batallas, de animales y de hombres, de paisajes y de cosas monstruosas, como diablos y cosas parecidas, porque te harn honor, porque el ingenio se despierta con las cosas confusas. Pero antes debes saber bien hacer todas aquellas cosas que deseas representar, o sea, los animales, as como, piedras, plantas y cosas similares ...... Este pasaje es muy ilustrativo tambin para develar otra de las facetas paradjicas de Leonardo, el cientfico, el tcnico. El hombre que basa sus conocimientos en forma prioritaria en la experiencia, estaba tambin muy interesado en la invencin de paisajes y elementos fantsticos. En el TIMEO Platn escribe: Qu es el movimiento y qu el reposo? Cmo y por qu medios se han producido? Si no discutieramos ahora este punto, nos veramos en graves dificultades despus... En efecto, que haya una cosa movida sin un motor, o un motor sin una cosa movida, es muy difcil o ms bien imposible. Este va a ser otro de los grandes interrogantes que se va a plantear Leonardo: el movimiento, el motor del movimiento y los medios para lograrlo. Va a estudiar la anatoma humana y de los animales, especialmente de los caballos y de los pjaros, pero no como simples estructuras materiales, sino como soportes del movimiento. Va a buscar las formas que permiten transformar la materia en expresin del movimiento, en un medio para el motor. Pero tambin va a estudiar el curso de las aguas y el viento, los remolinos, y una de las formas ms evidentes como manifestacin del motor que produce el movimiento, la espiral.

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Con la espiral va a disear el tornillo sin fin, como un mecanismo de transmisin del movimiento; trpanos que permiten hacer perforaciones como una forma de trasladar slidos. Al pasar a otro estado de la materia, el lquido, tambin va a utilizar la espiral en forma de tornillo para subir agua y para hacer molinos hidrulicos, y con el mismo principio, una embarcacin movida por paletas. En el estado gaseoso, tambin utiliza la espiral para hacer un aparato volador que ha sido visto como el antepasado del helicptero y que permite perforar el aire produciendo un movimiento del aire en sentido vertical y que, por ende, permite al aparato subir o bajar. Para Leonardo la pintura es una cosa mental; l la prefiere a la escultura porque la pintura es luz; es pintarla, pero tambin hacerla visible. En esta constante bsqueda del motor, el movimiento y los medios que unen al motor con el movimiento, l siempre asume el lugar del medio, del que lo hace posible, como vimos en la carta que presenta a Ludovico Sforza. Dice: tengo maneras, tengo instrumentos; siempre tiene los medios, o es l mismo el medio. Esta perspectiva es la tradicional que ve al ser humano como unin entre el cielo y la tierra, entre las leyes naturales y las acciones; el ser humano es el medio eficiente de hacer visible la Luz y eso es lo que Leonardo va a hacer en su pintura. Sus cuadros ms importantes no imitan un modelo fsico; son expresiones de una idea, que se hace visible primero a travs de una forma geomtrica y luego en las figuras de los personajes y paisajes. As, por ejemplo, LA GIOCONDA, ms que el retrato de la MONA LISA, es una pintura de lo femenino; no es una mujer, sino la femineidad, en la forma geomtrica troncocnica.

El hombre universal Una de las caractersticas del Renacimiento es el Humanismo, que tiene diferentes perspectivas. Por una parte se da una revalorizacin de la persona. En el caso de los artistas, se pasa del annimo medieval al reconocimiento personal. En el Renacimiento, va a tomar importancia asimismo el espacio humano por excelencia, la ciudad. Buscar y encontrar lo humano es la base de todo Humanismo, y sa tambin va a ser una de las bsquedas fundamentales que motivar a Leonardo a lo largo de toda su vida. Este ser humano, en las antiguas tradiciones, era simbolizado por el divino andrgino. se es uno de los grandes logros en la pintura de Leonardo en uno de sus ltimos trabajos, JUAN EL BAUTISTA. Al Bautista lo pinta como un andrgino, algo muy difcil de lograr; no es un hombre con cara de mujer o su contrario, que en ambos casos resulta chocante; es un

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andrgino. Adems, surge de la oscuridad y apunta con su dedo hacia lo alto, en el mismo gesto que Rafael pone en Platn en el fresco de LA ACADEMIA. Si la pintura es cosa mental, como deca Leonardo, en JUAN EL BAUTISTA logra atrapar la esencia de lo humano, el hombre universal, aquel que no solo transita los caminos del mundo, sino del Tiempo, guiado por su Destino. Ese fue el motor que impuls el fructfero camino de Leonardo, camino lleno de recodos donde se escondan preguntas, de oscuras grutas donde se oculta el misterio caprichoso de las formas de la Naturaleza, pero tambin pleno de amplios paisajes que le permitieron encontrar respuestas y de formas armnicas que le permitieron hacer visible la Luz. A nosotros nos han quedado apuntes dispersos, diversos inventos que con el correr del tiempo se han ido aplicando, y cuadros que son como ventanas que nos permiten asomarnos hacia ese otro lado donde Leonardo vea la Luz.

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RABELAIS

Introduccin Librepensador o cristiano sincero, sostn de la poltica real o espritu subversivo, filsofo o cuentista embromador: estos y algunos otros papeles han sido atribuido a Rabelais, cuya obra se escapa a toda clasificacin. Las cuatro novelas publicadas durante su vida hacen rer y pensar, en una dualidad que no facilita la interpretacin. Estos textos donde se trata de todo son tambin fuente de reflexin crtica. Una retrospectiva histrica de su poca y de su vida activa, nos permiten aprehender mejor el hombre, la obra, la misin. Al igual que la mayora de los humanistas renacentistas, Rabelais estima que al hombre le toca ordenar el mundo, trabajar para hacerlo ms justo y ms feliz. La fabulacin bromista le permite expresar sus opiniones sobre la educacin, la vida social, la poltica y la moral religiosa.

La poca de Rabelais La herencia medieval Por su nacimiento a finales del siglo XV, Rabelais hereda la mentalidad, la formacin, el lenguaje y la cultura de la Edad Media. Efectiva-mente, no hay una ruptura abrupta y completa entre la sociedad de la Edad Media y el principio de los tiempos modernos. Muchos medievalistas subrayan la existencia de varios renacimientos medievales del siglo XII al XV. El Renacimiento del siglo XV en Italia, y del XVI en Francia, sera la culminacin de una serie de renacimientos menores. Lo que lee Rabelais es, ante todo, la inmensa obra de una Edad Media todava viva. La curiosidad por el pasado reciente no est muerta. Las obras latinas de los grandes prosistas se reimprimen an, as como las traducciones medievales de autores como Cicern, Valerio Mximo, Boecio y san Agustn. El xito de la NOVELA DE LA ROSA (siglo XIII), la obra ms leda de toda la Edad Media francesa que trata temas multiples, no se desmiente hasta el siglo XVI. Se pueden contabilizar 22 ediciones que aparecen entre 1481 y 1538. Los hombres de letras que frecuentaban a Rabelais Jan Bouchet, Clement Marot y los poetas que lee: Molinet, Juan Marot, permanecen fieles, en parte no desdeable, a la tradicin medieval.

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Para Juan Larmat, autor de una tesis titulada LA EDAD MEDIA EN EL GARGANTA RABELAIS: Es tan fcil mostrar todo lo que debe Rabelais a la Edad Media como hacer resaltar su espritu renacentista.
DE

Muy a menudo su obra se destaca por su ubicacin en un cruce, donde confluyen dos pocas. Segn Madeleine Lazard : Su individualidad particular le permite adherirse a la dualidad de su siglo, fiel a la tradicin y apasionado por la novedad, heredero de Goths y humanista. El nuevo espritu La conciencia que la poca tuvo de s misma y su conviccin de inaugurar una nueva era de la Humanidad son hechos histricos. Confieren al espritu renacentista su potente originalidad y su unidad territorial en toda Europa. Del siglo XIV al XVI, a travs de los tiempos, sucesivas familias de espritu afirman con entusiasmo su voluntad innovadora. La imagen de la claridad, de la luz, es continuamente recogida para designar el alba de los tiempos modernos, que se opone a los tiempos anteriores, los tiempos tenebrosos. Rabelais, en sus dos primeras novelas, el PANTAGRUEL (1532), y luego el GARGANTA (1535), subraya fogosamente esta oposicin. Las dos ltimas novelas, TERCIO LIBRO (1546) y el CUARTO LIBRO (1548-1552), aunque no marcan de una manera clara su entusiasmo por los tiempos modernos, manifiestan siempre su adhesin a la renovacin en todos los dominios del saber: letras, medicina, derecho, filologa, teologa, etc. Renacimiento y Humanismo La caracterstica esencial de la poca es ser una edad de fervor. Lo que V. L. Saulnier expresa as: hay en el Renacimiento una vuelta a los antiguos modelos, al espritu crtico, una invitacin general al esfuerzo humano, a quien casi todo es permitido, y a quien est reservada la gloria. Aunque nada de esto sera nuevo en esencia, la aparicin de estas voluntades con toda conciencia, su expresin elocuente en proclamaciones fcilmente difundidas, su estrecha alianza (...), su eficacia en producir obras maestras: todo eso bastara para hacer una poca. El antiguo pensamiento permite descubrir de nuevo al hombre, afirmar su dignidad, reivindicar su libertad, legitimar sus esfuerzos para realizarse plenamente, alcanzar la felicidad, ordenar el mundo en armona con la Naturaleza. Hacer del hombre el centro de las investigaciones en todos los dominios del saber para asegurar su pleno desarrollo, tales son los objetivos del Humanismo. Esta sabidura laica y humana no es pagana ni hedonista, porque la voluntad del regreso a las fuentes del paganismo y del cristianismo se acompaa de un deseo de reconciliarlos. El Renacimiento ha sido una poca de intenso fervor religioso. El holands Erasmo, verdadero maestro pensador de toda una generacin, domina la poca; su obra, redactada en su totalidad en latn es considerable.

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Su correspondencia, cuya importancia es comparable a la de Voltaire, lo relaciona con los grandes autores de su poca. Es un testimonio vivo del Humanismo europeo en los aos 1530-1535. Con esta obra y su influencia personal, Erasmo desempea un papel capital en la historia de las ideas. El pensamiento de Erasmo tuvo una gran importancia en la formacin de Rabelais. Una carta acompaando el envo del manuscrito a Erasmo, en 1532, nos permite destacar la amplitud de su reconocimiento hacia el humanista: Os he nombrado padre, y an dir madre, si su indulgencia me lo autorizaba. Efectivamente, las mujeres embarazadas, y la experiencia diaria nos lo prueba, alimentan un foetus que nunca han visto y lo protegen de la nocividad del aire ambiente; usted, precisamente, se ha afanado, nunca haba visto mi cara, mi nombre no era conocido y, sin embargo, ha hecho mi educacin, me ha alimentado de su leche perfecta, de su divina ciencia; lo que soy, lo que valgo, lo debo a usted solo. El perodo de la opresin El triunfo del Humanismo evanglico slo es aparente: en la noche del 17 al 18 de octubre de 1534 estalla el caso de los pasquines y panfletos contra la misa publicados por toda Francia y fijados hasta en la puerta de la habitacin del rey. Francisco I ve en ello una provocacin, tanto poltica como religiosa. Hasta entonces favorable al Humanismo, decide castigar con rigor a los innovadores reformistas de la religin. La persecucin de los evangelistas y de los humanistas cristianos es inmediata; algunos son llevados a la hoguera y otros se exilian . Francisco I va incluso a firmar una ordenanza prohibiendo el uso de la imprenta, que es anulada antes de ser sancionada por el Parlamento. Los aos que siguen a estos acontecimientos estn marcados por el endurecimiento de los mtodos dogmticos; los pleitos por hereja son asimilados a los pleitos criminales, y la justicia se hace auxiliar de la Iglesia. El conocimiento del clima nacional e internacional en los dominios polticos y religiosos aclaran el sentido de la obra de Rabelais y las variaciones de las intenciones polmicas de su autor, aumentados por la actualidad y los problemas de la poca. PANTAGRUEL y GARGANTA pertenecen al perodo de la esperanza, EL TERCIO y el CUARTO LIBRO a la poca de la opresin.

Una vida de investigacin y de accin La vida agitada de Rabelais, con muchos de su episodios que se nos escapan, resulta misteriosa y desconcertante. El prestigioso cuentista era a la vez un monje que rompi sus votos, sin abandonar nunca el estado eclesistico, humanista ferviente abierto a todas las curiosidades intelectuales, atento a todos los aspectos de la actividad humana, amigo del espritu iluminado de su tiempo, diplomtico y mdico clebre.

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El monje Nacido en 1483 (o 1494) en Turena, hijo del abogado real Antonio, pertenece a una familia burguesa y pasa la primera mitad de su vida entre los monjes. Su primera educacin se hace en la casa de los cordoleros (franciscanos) del monasterio de La Baumette, cerca de Angers. Durante sus primeros aos de estudios se beneficia de la enseanza del cursus studiorum, el trivium (gramtica, retrica, dialctica) y luego el quadrivium (aritmtica, geometra, msica, astronoma), segn los mtodos medievales. Sigue su formacin en el convento de Fontenay-le-comte, donde recibe el sacerdocio (1511) y profundiza en el estudio de las antiguas lenguas: el latn, el griego, el hebreo. Pero en este monasterio de la estricta observancia, la disciplina particularmente rigurosa no favorece de ningn modo la vida intelectual. El hermano Francisco, franciscano por doce aos, miembro de una orden mendicante de la que los humanistas, Erasmo en primer lugar, han denunciado la ignorancia, la adhesin pura y simple a la escolstica tradicional y la frialdad moral. Va a adquirir, en este ambiente monstico una slida cultura, y a hacerse sospechoso por su pasin del saber. Durante este perodo, coincide con Guillaume Bude, el mejor helenista de la poca, que le anima a estudiar griego. Esta lengua es considerada por la Sorbona como peligrosa: abre camino a la literatura pagana, y sobre todo permite corregir la Vulgata. As, en 1523, los superiores del convento confiscan los libros de griego que tena Rabelais. Hacia 1524-1525, pasa a la orden benedictina y vive muchos aos en el monasterio de Maillezais. El obispo Geoffroy de Etisac, uno de los primeros obispos designados por el rey Francisco I, prelado culto, hace de Rabelais su secretario y lo acoge bajo su proteccin. Rabelais le acompaa en sus viajes, se interesa por el folclore, por las leyendas locales, observa en las puertas de los monasterios a todos estos charlatanes, curanderos, monjes sin escrpulos que sacan provecho de los crdulos, pobres; enfermos y peregrinos, y explotan las supersticiones populares. Rabelais vive tambin en Liguge, donde Geoffroy de Etisac rene voluntarios letrados humanistas y juristas de Poitiers. El crculo de Liguge se interesa por la antigua cultura, pero se preocupa tambin por la moral y por la reforma de la Iglesia y de toda ciencia humana. El mdico No se conocen los motivos que llevaron a Rabelais hacia la Medicina, pero su estancia en Maillizais ha contribuido probablemente a estimular su curiosidad por esta ciencia. El crculo de juristas y humanistas que frecuentaba se interesaba mucho por las ciencias mdicas. Para obtener estos grados que slo concedan universidades tales como las de Pars o las de Montpellier, y seguir los cursos en la Facultad, Rabelais deba abandonar

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el convento y vestirse de manera laica, lo que hizo sin la aprobacin de sus superiores, cometiendo as un crimen de apostasa. La orden eclesistica prohiba a los monjes el uso del hierro y del fuego (del escalpelo y de la cauterizacin) y el derecho de curar siendo pagado. Lo encontramos en Montpellier en 1530. El 17 de septiembre se matricula en la Facultad de Medicina. Seis semanas ms tarde, en noviembre, es bachiller en medecina; puede entonces efectuar su perodo de prctica y empezar a ensear. Si es recibido tan rpidamente como bachiller, es porque haba iniciado antes en diferentes lugares, estudios mdicos. Los candidatos deban tener principalmente una formacin libresca y un saber completo contenido en los tratados tcnicos de griegos y latinos. Rabelais dispona de una prodigiosa memoria, su conocimiento de las antiguas lenguas y su curiosidad insaciable. El prestigio de la Facultad de Montpellier, donde se reuna gran cantidad de eminentes mdicos, se avena bien con su liberalismo, su preocupacin por la experiencia y por la prctica. Tanto en Montpellier como en Pars se confirmaba el movimiento del humanismo mdico, y la fe en el progreso de una medicina racional, metdica, descubierta de nuevo en los textos griegos reencontrados. La medicina rabe difundida por la Escuela de Salerno, cuyo representante ms clebre era Avicena, no ignoraba a los griegos, pero desde principios del siglo XVI el conflicto entre rabes y griegos divida al mundo mdico. El conflicto era de ndole filolgica: las traducciones latinas de los rabes eran a menudo errneas y esto, en Medicina, podra ser fatal. Los humanistas denunciaban los errores de sus botnicos caprichosos y sus complicados usos de drogas; criticaban tambin el espritu de la ciencia rabe basada en observaciones contingentes y desordenadas, que incriminaban y se oponan a las demostraciones metdicas de los griegos. Cuando Rabelais tuvo que realizar su curso de preparacin, opt por la materia y el espritu. Comenta textos capitales de Hipcrates y de Galeno, pero no a partir de la VULGATA como de costumbre se haca, sino de un manuscrito griego que tena, completando y corrigiendo la versin corriente (casi doscientas notas, esencialmente de orden lingstico). Era una gran innovacin.Tuvo xito. Toma entonces posicin en el conflicto entre griegos y rabes; la medicina griega recupera su derecho en detrimento de la rabe. No obstante, sabe tambin reconocer oportunamente los mritos, probndolo ms tarde inicindose en la lengua arbiga. Durante sus dos aos de estancia en Montpellier, Rabelais ha encontrado amigos, compaeros de estudio y de enseanza, ha confirmado su humanismo, ha precisado y fijado su pensamiento mdico.

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En noviembre de 1532 es nombrado mdico en el hospital de Nuestra Seora de la Piedad de Lyon. Rabelais encuentra un clima propicio para el entusiasmo humanista en esta ciudad; reina un espritu nuevo desde finales del siglo XV, con la influencia de Italia que se senta en todos los dominios debido a la presencia de una colonia italiana. Lyon era tambin la capital de la imprenta, introducida a partir de 1473. Se beneficiaba de las franquicias y de todos los privilegios. Los impresores, muy a menudo gente letrada, contribuan a su fama. Lyon escapaba a la censura del parlamento de la Sorbona, sus grandes ferias permitan la difusin de las obras publicadas. En noviembre de 1532, cuando entra en el Htel-Dieu, la institucin hospitalaria est en plena renovacin. Rabelais asume una enorme responsabilidad de acuerdo con su conviccin humanista. Se ve enfrentado a los problemas sociales de la medicina: higiene, contagios, mendicidad y prostitucin, de un pueblo pobre, donde los sexos se mezclan, y con un personal poco apto. Mucho tiempo excluidos de la comunidad hospitalaria, abandonados a la medicina emprica, sujetos al miedo y al desprecio, es a estos enfermos a los que el doctor procura ayudar y confortar, a diferencia de los telogos y de los predicadores que se ensaan contra ellos. Se opone a la concepcin trgica de la enfermedad: en algunos hospitales, los enfermos, antes de recibir sus tratamientos, eran azotados como castigo de sus pecados. La teraputica hospitalaria practicada por Rabelais aspira, adems de a curar al enfermo, a proporcionarle un poco de bienestar. Puesto que rer es propio del hombre, Rabelais tiene fundamento al utilizar la liberacin por medio de lo cmico, tanto en la prctica como en sus libros. Esta alegra, medio para reconfortar al enfermo, debe estar presente, ante todo, en el mdico. Recogiendo los principios de la antigua medicina y su concepcin de la enfermedad, Rabelais intenta una aproximacin entre el teatro juego y la medicina. En Lyon, en contacto con la experiencia, el profesor de Montpellier se confirma como excelente prctico. Las tablas del Sexto Libro del mtodo teraputico de Claudio Galeno, publicado por Francoise Juste en 1537, describen dos aparatos de ciruga: el glottocomon y el siryngotome, con esta indicacin: figurada por la invencin del Sr Francoise Rabelais, doctor en medicina. Estos dos aparatos inventados por Rabelais estaban destinados a reducir las fracturas y a hacer una incisin de las fstulas, y fueron utilizados seguramente durante su estancia en el Htel-Dieu. En Lyon, la experiencia mdica de Rabelais se profundiza. Enfrentado a nuevos problemas, es consciente del papel del mdico en una ciudad, y los combates librados por el Humanismo en contra de todas las formas de supersticin y de los prejuicios. La medicina polmica de los dos primeros libros reflejar esta experiencia. Los viajes a Italia Como todos los humanistas contemporneos, Rabelais deseaba ardientemente ir a Italia y a Roma, capital del mundo.

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En mayo-junio de 1533, la corte de Francia pasa algunas semanas en Lyon, y Rabelais es presentado a Jan de Bellay, obispo de Pars desde 1532. Poco despus el obispo tuvo que ir a Roma para una misin diplomtica. Recibe instruccin del rey Francisco I y debe partir lo ms pronto posible pese a su enfermedad, una crisis de citica. Viaja en litera el 12 de enero de 1534, y Rabelais le acompaa desde Lyon como mdico y secretario. Su primera estancia durar ms de dos meses. La misin del obispo es un fracaso pese a la calidad de sus prestaciones ante el Consistorio. Rabelais, esperaba encontrar sabios en este viaje, discutir con ellos, consultarles. Pero Rabelais afirma su insatisfaccin; desea descubrir nuevas plantas, animales y drogas no existentes en Francia: Italia es la desilusin de su curiosidad de botnico. Antes de su salida de Lyon Rabelais se haba documentado cuidadosamente sobre la historia romana. A su llegada a Roma, empieza a estudiar la topografa de la ciudad y de sus monumentos. Su mtodo consiste en localizar el centro de Roma por medio de un cuadrante solar y dividir la ciudad en cuadrantes segn los consejos de Vitruvio. Su estancia, por ser breve, no le permite llevar a cabo debidamente la descripcin de la ciudad entera y de sus monumentos. En este momento Marliani publica una obra sobre la Topografa de Roma. El italiano parte de una aproximacin diferente y basa sus planos sobre las colinas. La obra le parece estimable a Rabelais, y a su vuelta a Lyon la hace reimprimir introduciendo algunas correcciones. El inters de Rabelais y su participacin en el movimiento humanista no se limita a reproducir el texto, sino que aclara, corrige los errores de impresin y citas latinas errneas, y aade un ndice de autores para facilitar la consulta: para Rabelais, interesarse por la arqueologa y por las realidades de la vida romana es obrar para la reconstruccin de la historia de la Antigedad. Su segunda estancia durar ms tiempo, de agosto de 1535 a mayo de 1536. La Roma contempornea acapara su atencin. Se hace cronista; en sus correspondencias se dan detalles y precisiones sobre los prncipes italianos; anota sin comentar las intrigas de la corte pontifical, los hechos sangrientos, asesinatos, encarcelamientos, venganzas. Sus informaciones toman en cuenta, esencialmente, los temas de actualidad, y sabe evaluar con exactitud la situacin diplomtica europea y la rivalidad entre el emperador Carlos V y el rey de Francia Francisco I. Algunos afirman que Rabelais desempea el papel de consejero del cardenal; pero informaciones relatadas por los observadores presumen que ni el cardenal le protega, ni el embajador, constantemente a su lado, le puso al corriente de todas las maniobras diplomticas francesas. Aprove-cha su estancia para obtener del papa Paulo III la absolucin por su apostasa. Rabelais adquiri una gran fama mdica. Consagr ms de diez aos de su vida (de 1536 a 1546) al estudio y la prctica de la medicina. Efectivamente, fue recibido como doctor en Medicina en la Facultad de Lyon. No obstante, esta actividad

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profesional no le hace perder el gusto por los viajes. Entre 1539 y 1541, Rabelais va otra vez a Italia.

Su obra literaria En 1532 Rabelais public bajo pseudnimo HORRIBLES Y ESPANTOS HECHOS Y PROEZAS DEL MUY FAMOSO PANTAGRUEL. Obra satrica, sobre la educacin escolstica medieval, fue censurada por la Facultad de Teologa , as como la VIDA INESTIMABLE DEL GRAN GARGANTA, padre de Pantagruel, publicada en 1534 y que constituye cronolgicamente el primer libro de la obra novelesca; luego vienen el TERCIO LIBRO (1546), el QUARTO LIBRO (1548-1552) y el QUINTO LIBRO (1564), sin duda con una parte apcrifa. Bajo enormes bufonadas, Rabelais expresa abiertamente sus ideas consideradas peligrosas en su poca. Ataca la tirana de la escolstica, la ignorancia de los monjes, el absurdo de las guerras, y condena a la religin cuando se ve confundida con el poder temporal. Creador de un universo novelesco que abarca todas las formas de expresin, Rabelais confunde la bufonada con la emocin, el mito con lo real, la razn con el delirio, la cultura ingeniosa con la popular. Sus hroes Garganta y Pantagruel, gigantes con apetito insaciable, o Panurge, el hombre ingenioso en todo, son ahora legendarios, as como el monasterio de Thlme, donde una sociedad igualitaria se dedica a los placeres de la emocin (del corazn) y del espritu. El poder de lo imaginario En el prlogo de GARGANTA, Rabelais convida al lector a penetrar en el microcosmos del libro como si fuera a abrir una caja cuyo exterior no es ms que una invencin agradable y en cuyo interior se destacan una multitud de sorpresas. Durante mucho tiempo Rabelais fue considerado un maestro del pensamiento al que importaba comprender las tesis; ahora aparece como maestro de lo imaginario. Efectivamente, ha seleccionado gigantes cuya potencia es un desafo de lo real que nos lleva hacia el exterior. El nacimiento de Pantagruel se da en un momento de sequa extraordinaria, como si el orden natural hubiera sido perturbado por la aparicin del gigante. Un mundo maravilloso modelado por el espritu del autor:aqu tambin Rabelais conserva el tono del juego y sabe explotar todas las fuentes de la inverosimilitud acumulando, por ejemplo, nombres y testimonios ficticios. Estas novelas estn hechas de mil pequeas bromas todas verdicas. Mientras que lo maravilloso supone una adhesin al relato, este gigantismo no es ms que un pretexto para manifestar la violencia de la realidad, y pasa sbitamente de un orden de grandeza a otro descubriendo ciudades en la enorme boca de Pantagruel.

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La variedad de los lenguajes La novela rabelaisiana abarca una granvariedad de lenguajes: el del humanista, el del cuentista, el del orador, el del retrico, el del director de escena, el del lexiclogo. Los recientes estudios han mostrado, efectivamente, el inters de Rabelais por el problema del lenguaje. Recogiendo una tesis aristotlica, Pantagruel piensa que las palabras no tienen una relacin natural con las cosas: las palabras, segn dice, no significan naturalmente, sino al gusto personal. Es abrir un espacio ldico, puesto que esta convencin adoptada por cada pueblo puede tambin desdoblarse en una creacin individual. Algunos pasajes del CUARTO LIBRO desarrollan la teora inversa de Platn. Rabelais se pregunt muy a menudo sobre la adecuacin entre la palabra y la cosa, y supo explotar el artificio inherente al lenguaje. Se interes igualmente por los lenguajes cifrados y codificados, a los cuales consagr en modo humorstico un captulo del PANTAGRUEL. Se entiende mejor la diversidad de estilos utilizados en sus novelas cuando se dan en relacin con el carcter convencional del habla. Alternativamente el romancero sabe ser el viejo Garganta, que se dirige a su hijo en una larga epstola ciceroniana con perodos fuertemente montados, ricos en anttesis y en clusulas, y el galante Panurge, que encadena los espacios comunes de la retrica amorosa a la atencin de una bella parisina. Es tambin, desde la primera frase, el bufn Alcofrybas Nasier, nombre bajo el cual publica el PANTAGRUEL. La fuerza creadora de la palabra El personaje de Alcofrybas encarna el poder de la palabra como fuente de ficcin. En los prlogos multiplica los testimonios inverosmiles para que se entienda mejor que todo no es sino una invencin en su relato. Estos testimonios son como una puerta de lo imaginario. No obstante, Alcofrybas desempea un papel en la intriga. Palabra hecha hombre, se convierte en personaje existente, prueba de la energa latente en los vocablos. Le acompaa de una iglesia a otra, baja al gaznate de Pantagruel. Se le ve dar la Seora de Salmigondin, y se manifiesta en el Cuarto Libro por el yo o el nosotros que evoca su presencia. El estatuto de este narrador ha acaparado la atencin de la crtica, porque Alcofrybas representa la fuerza del habla oral: no olvidemos que en el siglo XVI se lea en voz alta; el autor dictaba su obra. Este gusto por hablar engendra no solo el universo donde se mueven Pantagruel y sus compaeros, sino tambin mundos complementarios; suscitados por los cuentos y las ancdotas que enriquecen el relato. Son cada vez ms frecuentes y contribuyen a transformar el TERCIO LIBRO y el CUARTO LIBRO en una comedia con numerosos personajes.

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El estudio de esta estructura ha permitido comparar la composicin de estas novelas con la tcnica del cuento popular que se basa en los relatos secundarios. Pero corresponde a una abundancia de invencin. Se dira que la fuerza creadora de la palabra desborda en otros espacios.

Conclusin La bsqueda de un mundo nuevo y mejor sustenta la vida y la obra de Rabelais. Desde muy joven, esta atraccin se manifiesta por su integracin voluntaria en un monasterio: efectivamente, en la Edad Media, el monasterio representa el camino hacia Dios, hacia lo superior. Se da cuenta rpidamente de que la fe y la devocin no son suficientes y no satisfacen una bsqueda que se quiere ms global, ms verdadera. Fue atrado por el conocimiento y por el estudio. Rpidamente, y pese a las prohibiciones, dese participar en el mundo y reunir fe y conocimiento. Para concretar esta vocacin opt por la va de la medicina, donde su xito fue efectivo. Pero lo fundamental para Rabelais fue actuar sobre las conciencias y lo hizo por medio de sus obras literarias, con un xito pleno desde sus primeras ediciones. Las ms recientes investigaciones confirman que su vida fue una bsqueda permanente en la cual descubri simultneamente espacios diferentes y nuevas fuentes de lecturas. Rabelais no fue, afortunadamente, el nico en seguir esta atraccin superior que caracteriza al filsofo en un perodo clave de la historia humana: el Renacimiento. La accin de los filsofos, artistas, y cientficos del Renacimiento ha contribuido a ajustar una nueva imagen del mundo y una nueva concepcin del hombre. Actualmente, la sociedad es muy crtica, y este espritu de regeneracin y de bsqueda de un futuro mejor est en muchos jvenes, tal como fue el caso a finales de la Edad Media. La valenta debe animar al que opta por esta va y desea participar con su energa, su amor y su inteligencia al emerger de un nuevo Humanismo. Todo esfuerzo de renacimiento choca con la inercia de la costumbre asegurada. Pero el genio de la Humanidad siempre supo extraer de las tinieblas la luz que ha iluminado la Historia.

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