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Caso de la Comunidad Chupanky y otra Vs.

La Atlantis

Integrantes: Hernando Rico Martnez. Ernesto Rosales Jaramillo. Guillermo Uribe Armella.

Rol: Comunidad Indgena.

1.Exposicin de los hechos del Caso

1. Desde la conquista europea, las comunidades autctonas que han habitado en lo que actualmente es el territorio de la Repblica de la Atlantis han sido perseguidas, acosadas y esclavizadas tanto por conquistadores como por el mismo Estado. Durante el siglo XIX y mediados del siglo XX existi una poltica de exterminio de los pueblos aborgenes, posteriormente en los aos 70s se adopto la poltica de la asimilacin con el fin de erradicar el linaje indgena lo cual desato conflictos intercomunitarios. 2. En 1990 se dio el Acuerdo de Reconciliacin Nacional que conllevo a que en la Constitucin de 1994 se les reconociera a los indgenas el derecho a la libre determinacin y desarrollo, y a su vez se les otorgo personalidad jurdica. Sin embargo, no se tiene certeza respecto de otros grupos que fueron divididos durante el lapso de la poltica de asimilacin. 3. Con la reforma constitucional del 2008 se reconoci por primera vez los derechos humanos recogidos en la constitucin y en los tratados internacionales de los cuales la Atlantis hace parte. As mismo, se garantizo una interpretacin de dichos instrumentos orientada a favorecer a las personas, es decir, pro persona. 4. Durante el 2003 se llevo a cabo el Plan Nacional de Desarrollo que estaba orientado a erradicar la pobreza del pas, para lograr este objetivo se realizaron diversas acciones a travs del sector pblico y privado las cuales tenan como propsito acabar o por lo menos mitigar uno de los problemas que ms afectaban a la isla que era la falta de electricidad, para ello se dispuso la creacin de una hidroelctrica la cual abarcara por un lado la parte Oeste del rio Motompalmo, afectando a la comunidad campesina de la Loma que reside all con 75 familias y por otro lado la parte Este del rio, territorio donde habita la comunidad indgena Chupanky con 215 familias. 5. El pueblo indgena Rapstan es un pueblo que se ha establecido desde sus orgenes a las orillas del rio Motompalmo, o como se conoce en su dialecto Xuxani. La comunidad indgena Chupanky hace parte de este pueblo indgena el cual se ha regido a travs de sus usos, costumbres y tradiciones propias, as como la cosmovisin que los identifica. Esta comunidad a pesar de tener un porcentaje mayor de mujeres que de hombres, es patriarcal, donde la principal autoridad es el Consejo de Ancianos, seguida por los Mayordomos y por ltimo los Chamanes que son como las autoridades espirituales. Desde sus comienzos el territorio habitado

por los Chupankys ha abarcado 10.000 Hs de terreno, sin embargo sus asentamientos y forma de vida estn estrechamente ligados al rio Motompalmo por tres razones: primero porque es sagrado de acuerdo a su cosmovisin; segundo porque es la principal va de transporte martimo que les permite conectarse con las otras comunidades Rapstan que habitan en la parte sur y norte; y tercero porque les da la posibilidad de llegar a la costa Este que es lugar donde ellos van a vender sus productos fruto de la pesca y la siembra, que adems de ser una forma de ingreso es su principal fuente de alimentacin, as mismo all tambin ofrecen las artesanas que hacen. 6. La comunidad de la Loma se conformo durante los aos 80s, cuando el gobierno mediante la poltica de asimilacin dividi a las comunidades Rapstan, promoviendo matrimonios mestizos lo cual ocasionaba que las mujeres que participaran de este mestizaje fueran expulsada de sus comunidades sin poder regresar. Las parejas mestizas se radicaron en el lado oeste del ro Motompalmo y formaron su comunidad, en la cual preservaron muchas tradiciones culturales de sus respectivos pueblos las cuales estn profundamente ligadas al ro y al territorio que lo bordea. Sin embargo, ha habido cierta evolucin en sus costumbres, pues ya no usan la misma vestimenta, no se dedican a la fabricacin de artesanas, mantienen parcialmente su parcialmente original y ya no conservan las formas de jerarqua de las comunidades Rapstan pues de una organizacin patriarcal pasaron a ser una comunidad matriarcal. En 1985 mediante decreto el gobierno les otorgo a la comunidad de la Loma el reconocimiento oficial de comunidad campesina, lo que le permiti recibir subsidios del gobierno. Por otra parte las comunidades de la Loma y Chupanky pusieron fin a los aos de tensin con el establecimiento de un acuerdo de buenos oficios para preservar y garantizar el acceso fluvial en el ro Xuxani. 7. En enero de 2005, la CED decidi otorgar la concesin para la construccin de la Hidroelctrica Cisne Negro a la empresa Turbo Water (en adelante TW) con 40% de capital estatal y 60% dividido entre empresarios de Tripol y capital extranjero. El proyecto se dividi en tres fases. Fase 1: alcanzar acuerdos con los propietarios de los territorios afectados; Fase 2: etapa de saneamiento y construccin de embalses; Fase 3: etapa de irrigacin, pruebas y operacin.1

8. En abril de 2005, el Estado emiti la declaratoria de utilidad pblica a la zona del proyecto. En junio del mismo ao, la CED ofreci otorgar tierras alternativas de calidad agrcola a 25 km del ro Motompalmo, solo el 25% de la poblacin de la Loma aceptaron la oferta, el restante 75% la rechazo argumentando que estaban ligados
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culturalmente al ro. En noviembre, el estado inicio el proceso de expropiacin de los terrenos de la comunidad de la Loma ante el juez civil, con el fin de determinar el monto de la indemnizacin. En febrero de 2006 se dicto el auto de ocupacin de los terrenos que haban sido declarados de utilidad pblica en la Loma con la finalidad de iniciar los trabajos de adecuacin de los terrenos en el lado oeste del ro, lo cual conllevo al despojo de las tierras de los miembros de la comunidad de la Loma los cuales fueron reubicados en campamentos provisionales. En 2006, el 75% de los propietarios que no estaban de acuerdo con la expropiacin de los terrenos, demandaron ante juez civil la expropiacin por considerar que no se haba agotado el requisito de consulta previa, ante lo cual el juez fallo rechazando el recurso pues la consulta previa procede solo cuando se trata de comunidades indgenas o tribales y este no era el caso de la Loma. El juez procedi a ordenar un peritaje al cual los habitantes de la Loma se opusieron pues no queran vender sus tierras, aun est pendiente la decisin al respecto de la expropiacin y los habitantes de la Loma siguen ubicados en campamentos provisionales con precarias condiciones. 9. En relacin con la comunidad Chupanky, se llevo a cabo una consulta previa y negociacin con la comunidad indgena para encontrar una solucin satisfactoria para las partes. Para tal negociacin, se constituyo un comit intersectorial entre la empresa TW y el gobierno con la capacidad de alcanzar acuerdos con las comunidades. Se pacto un procedimiento de consulta interno en la comunidad para determinar si aceptaban o no las propuestas. 10. La comisin intersectorial planteo el otorgamiento de tierras mayores que las actuales, oportunidades laborales en la construccin de la Hidroelctrica, una vez finalizada la obra se les otorgara electricidad a toda la comunidad, mejoras tecnolgicas y pozos de agua as como una carretera que conectara su nueva ubicacin con el ro. En diciembre de 2007, se aprob en la asamblea la fase 1 y continuar a la fase 2. Una vez concluida esta se volvera a citar una reunin para decidir sobre la fase 3. En enero de 2008 el consejo de ancianos de la comunidad Chupanky informo las labores de trabajo as como una exhortacin para que las mujeres trabajaran tambin en tareas designadas por la empresa TW. 11. El 20 de enero de 2008, Mina Chak Luna y otras 13 mujeres de la comunidad Chupanky, se manifestaron en contra del proyecto formando el grupo guerreras del arcoris. El mencionado grupo demando que las mujeres no haban sido consultadas y que por ende dicho proceso estaba viciado y era discriminatorio. Remitieron una comunicacin a la comisin intersectorial solicitando una reunin, a lo cual la comisin respondi que los oficios haban finalizado y no podan recibirlas en ese momento y que

no acudira a la comunidad hasta dentro de 6 meses, sin embargo sealo que estudiara la peticin. 12. En febrero de 2008, se designo a la organizacin de Recursos Energticos Verdes, la realizacin de estudios de impacto ambiental, los cuales arrojaron que el proyecto era favorable y no tendran mayores efectos ambientas ms que pequeos daos geolgicos y cambios en el ecosistema, as como generacin de sedimentos en el agua que no son dainos para el ser humano. Se envi copia del informe a la comunidad de Chupanky.

13. La empresa encargada de la construccin de la hidroelctrica se comprometi a contratar a miembros de la comunidad para realizar ciertas labores en la ejecucin del proyecto, para ello requeran la prestacin de servicios de buceo y albailera que contaran con una remuneracin de 4.5 dlares y de servicios domsticos a cargo de las mujeres que tendra una remuneracin de 2 dlares diarios. Las guerreras Arcoris solicitaron que sometieran a los buzos a unos exmenes mdicos los que arrojaron como resultado que algunos de los hombres que realizaban esta labor presentaban una discapacidad parcial derivada de una afeccin proveniente del uso de equipos inadecuados, de igual manera lograron documentar que a los albailes les cambiaron las condiciones de trabajo debido a que les aumentaron las jornadas laborales sin incrementarles el sueldo lo que a su vez afectaba el horario de las mujeres ya que no podan compartir el mismo tiempo con sus familias. Por otro lado varios miembros de la comunidad expresaron su preocupacin por las alteraciones producidas en la zona que afectaban la pesca y de igual forma podran afectar la conmemoracin del Da Uno. 14. Mina Chak Luna y las Guerreras Arcoris lideradas por Lupe Gamborza decidieron ir a la capital del pas para demandar las irregularidades que se presentaron por parte de Turbo Water frente al CED y al MARN ya que de las actuaciones de TW se desprendan conductas de discriminacin contra la mujer, de igual manera advirtieron sobre las malas condiciones laborales y sobre los daos ambientales que no fueron previstos. Cuando lograron reunirse con miembros de la CED y de la MARN estos se comprometieron a estudiar el caso y a remitirlo a las autoridades competentes en la materia. 15. Una vez el Consejo de Ancianos tuvo conocimiento de las pruebas, se decidi convocar a una asamblea comunitaria en la cual se veto la ejecucin de las fases dos y tres del proyecto, posteriormente se les notifico la decisin tanto al Comit Intersectorial como a la empresa, esta ltima con el argumento de que ya se haba invertido mucho capital en el proyecto se neg a detener sus actividades y dijo que si los miembros de la comunidad no cooperaban serian despedidos y tendran que ser reubicados en terrenos alternos.

16. En enero de 2009 el Consejo de Ancianos representando a la comunidad deciden instaurar un recurso administrativo ante la CED, argumentando vicios en el contrato de concesin e irregularidades en el proceso de consulta y ejecucin que son opuestas a las normas internacionales, as como los daos ambientales. El recurso fue desestimado debido a que la autoridad que lo resolvi considero que la comunidad si haba sido informada y que est a su vez haba aprobado el proyecto, por lo tanto no habra lugar a la existencia de causales para suspender la ejecucin del mismo. 17. En abril de 2009, la comunidad llevo su reclamo ante el Tribunal Contencioso Administrativo, el cual uno meses despus profiri sentencia. Dicha sentencia estableci que la consulta haba cumplido con los requisitos plasmados en la Constitucin, los tratados internacionales. Adicionalmente con base en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos considero que las comunidades indgenas no tenan derecho de veto ante este proyecto. Por otro lado, de acuerdo con el principio pactam sum servanda la comunidad acepto y debe completar el proyecto hasta el final. 18. En mayo de 2010, se presento una peticin ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos. Los representantes de las presuntas vctimas alegaron que se han configurado violaciones a los artculos 4.1, 5.1, 6.2, 21, 22, 23, 8, 25 y 26, de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y las obligaciones de la Convencin de Belem do Par, en perjuicio de los miembros de las comunidades Chupanky y La Loma. De igual forma solicitaron se ordenen reparaciones con perspectiva indgena y de gnero2 En septiembre del mismo ao la Atlantis presento su escrito de observaciones respecto de la denuncia realizada, en el cual el estado sealo que no haban ocurrido dichas violaciones y que se haba cumplido a cabalidad con las normas pertinentes. 19. En marzo de 2011 la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emiti su informe de admisibilidad y fondo. La CIDH encontr que en el caso de la comunidad Chupanky Existen violaciones a los artculos 1.1, 4.1, 5.1, 6.2, 21, y 25 de la Convencin Interamericana de Derechos Humanos. De la misma manera encontr que en el caso de la comunidad de la Loma se violaron los artculos 5.1, 21 y 25 de la mocionada Convencin. Por esto, recomienda al estado de La Atlantis que implemente medidas de reparacin integral tomando en cuenta las caractersticas culturales de las dos comunidades. De la misma manera solicito al estado medidas cautelares a fin de detener los trabajos de la empresa hasta que sea resuelta la controversia.

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20. Vencido el plazo para cumplir las recomendaciones y medidas cautelares, la CIDH someti el caso a conocimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Adicionalmente solicito que se reconociera a la comunidad indgena en general como vctima en aras del inters general. As mismo, pidi a la Corte que adoptara medidas provisionales a favor de la comunidad de Chupanky, a fin de suspender la obra. En noviembre de 2011 la Corte admiti el informe de la CIDH, lo transmiti a las partes y fijo fecha de audiencia para el 25 de mayo de 2012.

2. Anlisis legal de Caso

2.1 Requisitos de Procedibilidad De acuerdo con la Convencin Interamericana de Derechos Humanos la Corte Interamericana de Justicia si es competente para conocer este caso con base en los siguientes argumentos: a. El 1 de enero de 1995 el Estado la Atlantis acepto la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de conformidad con el artculo 45 de la Convencin Americana de Derechos Humanos. Por lo cual se someti a su jurisdiccin. b. Con base en el articulo 61 solo los Estados partes y la Comisin tienen derecho a someter un caso a la decisin de la Corte, en este caso en particular la Comisin lo hizo el 9 de marzo de 2011. c. La Comisin analiz y constato que se cumplieron todos los requisitos de procedibilidad consagrados en los artculos 48, 49 y 50 de la Convencin. d. La Corte admiti conocer del caso el 11 de noviembre de 2011. Por lo dicho anteriormente se cumplen a cabalidad los requisitos necesarios para que la Corte sea competente.

2.2 Derechos Vulnerados La CIDH determino que existieron transgresiones en las siguientes disposiciones legales: 4.1, 5.1, 6.2, 21 y 25 de la Convencin Americana de Derechos Humanos, a los miembros de la Comunidad Chupanky y violaciones a los artculos 5.1, 21 y 25 en perjuicio de los miembros de la comunidad de La Loma.

Artculo 21. Derecho a la Propiedad Privada 1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al inters social. 2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnizacin justa, por razones de utilidad pblica o de inters social y en los casos y segn las formas establecidas por la ley. 3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotacin del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley.3

Los pueblos indgenas tienen una relacin muy estrecha e intima con la tierra, lo cual ha sido ampliamente reconocido por el derecho internacional y en especial por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La comunidad Chupanky no es la excepcin a este parmetro, la tierra en la que habitan hoy en da les ha pertenecido desde antao, para este caso en particular esta relacin es muy importante debido a la proximidad del terreno con el rio, el cual tiene una gran relevancia en las creencias religiosas de esta comunidad indgena. Y Segn han reiterado la CIDH y la Corte, la preservacin de la conexin particular entre las comunidades indgenas y sus tierras y recursos se vincula con la existencia misma de estos pueblos, y por lo tanto a merita mediadas especiales de proteccin. 4 Si bien para la mayora de personas de la sociedad occidental la tierra es solo un bien enajenable, para las comunidades indgenas la propiedad sobre la tierra tiene una connotacin mucho ms profunda, es de carcter no solo material sino tambin espiritual, es el legado de sus ancestros, por lo tanto es importante destacar que la misma sociedad indgena se estructura con base a su relacin profunda con la tierra5 En este caso en particular, los Chupanky son los propietarios legtimos sobre estas tierras por dos razones: la primera de ellas es porque ostentan un ttulo que los reconoce como dueos de estas tierras con base en el reconocimiento otorgado por el Estado a las comunidades indgenas en el Acuerdo de Reconciliacin Nacional de 1990; y la segunda que es la ms relevante para esta comunidad, es la legitimacin que recibieron segn sus tradiciones por el hecho de que estas pertenecieron a sus ancestros. El derecho a la propiedad que ejercen estas comunidades no es de carcter individual sino colectivo, la tierra pertenece a todos los miembros de la comunidad sin excepcin, lo cual no permite una fragmentacin de la misma que conllevara a la posible exterminacin de dicha cultura. En este caso la Corte ha sealado el derecho a la propiedad territorial como un derecho cuyos titulares son las personas individuales que conforman los pueblos indgenas o tribales, y cuyo ejercicio se desenvuelve en un sistema de propiedad colectiva. En forma simultnea, la CIDH ha reiterado que el derecho a la propiedad de

Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 21 4 CIDH, Democracia y Derechos Humanos en Venezuela. Doc. OEA/Ser.L/V/II, Doc. 54, 30 de diciembre de 2009, Prr. 128. 5 CIDH, Quinto Informe sobre la Situacin de los Derechos Humanos en Guatemala. Doc. OEA/Ser.L/V/II.111, Doc. 21 rev., 6 de abril de 2001, Captulo XI, prr. 56.

los pueblos indgenas y tribales tambin es un derecho colectivo, cuyo titular es el pueblo correspondiente6 En el caso particular, observamos que al despojar a los Chupanky de su tierra ancestral y a la comunidad de la Loma del territorio en cual ejercen las tradiciones religiosas y culturales que conservan de sus races Chupanky, se est generando una violacin no solo a su propiedad sobre estas tierras sino que tambin se atenta contra todo su modo de vida e inclusive existe la posibilidad de que puedan desaparecer. A los Chupanky se les vulnero su derecho a la propiedad privada por cuanto se incumplieron las obligaciones contradas en la Consulta Previa del proyecto, ya que lo
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Segn la caracterizacin del derecho de propiedad comunal indgena avanzada por la CIDH y la Corte Interamericana, uno de los elementos fundamentales de este derecho es su titularidad comunal o colectiva. Ambos rganos han reconocido el aspecto colectivo de los derechos de los pueblos indgenas y tribales, en el sentido de ser derechos que se realizan en parte o en todo a travs de su garanta a grupos u organizaciones de personas [CIDH, Informe No. 75/02, Caso 11.140, Mary y Carrie Dann (Estados Unidos), 27 de diciembre de 2002, prr. 128]. Al decidir sobre las quejas presentadas contra los Estados en el contexto de los pueblos indgenas, la CIDH ha explicado que las disposiciones de la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre deben interpretarse y aplicarse con debida consideracin de los principios particulares del derecho internacional en materia de derechos humanos que rigen los derechos individuales y colectivos de los pueblos indgenas [CIDH, Informe No. 75/02, Caso 11.140, Mary y Carrie Dann (Estados Unidos), 27 de diciembre de 2002, prr. 131. CIDH, Informe No. 40/04, Caso 12.053, Comunidades Indgenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice), 12 de octubre de 2004, prr. 98]. En el mismo sentido, en aplicacin del artculo 29 de la Convencin Americana, en casos relativos a pueblos indgenas y tribales la CIDH ha afirmado que se debe interpretar la Convencin Americana incluyendo los principios sobre los derechos colectivos de los pueblos indgenas [CIDH, Alegatos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Awas Tingni v. Nicaragua. Referidos en: Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, prrs. 140()]. El derecho a la propiedad territorial ha sido reconocido por la CIDH como uno de los derechos de los pueblos indgenas y tribales que tienen un aspecto colectivo [CIDH, Informe No. 40/04, Caso 12.053, Comunidades Indgenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice), 12 de octubre de 2004, prr. 113]: Los derechos de la comunidad se encuentran protegidos por la Convencin Americana y por disposiciones de otras convenciones internacionales [CIDH, Alegatos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Awas Tingni v. Nicaragua. Referidos en: Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, prr. 140(c)]. El derecho de los pueblos indgenas al reconocimiento, la titulacin y/o la devolucin de sus tierras y territorios ancestrales es, as, un derecho colectivo, que se encuentra protegido bajo el derecho a la propiedad consagrado en la Convencin Americana sobre Derechos Humanos [CIDH, Acceso a la Justicia e Inclusin Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. OEA/Ser.L/V/II, Doc. 34, 28 de junio de 2007, prr. 244. Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, prr. 149. Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, prr. 137. Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146, prr. 118]; para la CIDH, el artculo 21 de la Convencin Americana reconoce el derecho de propiedad de los pueblos indgenas en el marco de la propiedad comunal [CIDH, Informe de Seguimiento Acceso a la Justicia e Inclusin Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. OEA/Ser/L/V/II.135, Doc. 40, 7 de agosto de 2009, prr. 156]. En la misma lnea, la CIDH ha valorado positivamente, como un avance, la consagracin de disposiciones constitucionales sobre los derechos colectivos de los pueblos indgenas, en particular sus derechos a las tierras y territorios, y ha llamado a los Estados a remitir informacin sobre su implementacin [CIDH, Informe de Seguimiento Acceso a la Justicia e Inclusin Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. OEA/Ser/L/V/II.135, Doc. 40, 7 de agosto de 2009, prr. 134, y nota al pie No. 147].

pactado por la Comisin Intersectorial encargada de la negociacin no se llevo a cabo en su totalidad e inclusive la empresa TW abuso de las condiciones laborales de los miembros de la comunidad que decidi emplear para este trabajo, incumpliendo lo estipulado. Es importante hacer relucir que si bien los Chupanky llegaron a un acuerdo en la negociacin, es claro que se da un conflicto en cuanto a la asimetra de la informacin debido a que no se puede comparar el conocimiento del tema entre la empresa con sus tcnicos especializados al poco conocimiento que tienen estos pueblos, esto se puede ver en distintos hechos. Si bien es cierto que el nuevo terreno presenta una extensin mayor y es apto para la agricultura, este queda ubicado a 35 kms del rio, que como se dijo previamente es una deidad y la forma de vida gira en torno a este. Por otro lado, la empresa ofreci construir una carretera, sin embargo dada la distancia de los nuevos terrenos sera casi imposible ir y volver al rio caminando en un mismo da, por lo tanto se podra llegar a deducir que los integrantes de estas comunidades iran pocas veces al Motompalmo lo cual afectara el ejercicio de sus tradiciones religiosas, culturales, y a su vez influira en sus medios de subsistencia ya que estas comunidades viven de la pesca. Con base en lo anterior consideramos que se dio una violacin del artculo 21 #2 de la Convencin, por cuanto no se dio una indemnizacin justa. Adems de esto, en el punto que la empresa les ofreci el servicio elctrico no se especifico como se dara este, ni se acord la gratuidad del mismo. Esto puede terminar generando conflictos, una relacin de dependencia constante y perturbar el orden cultural de la comunidad. De la misma forma, cuando se acord la construccin de los pozos de agua, no se determino las caractersticas (profundidad, nivel del agua en tiempos de sequa, etc.) de estos ni la forma en que serian mantenidos. En lo referente a los miembros de la comunidad de La Loma, estos vieron sus derechos transgredidos por cuanto solo el 25% de la poblacin de la comunidad aprob la negociacin hecha con la empresa, el otro 75% se opuso rotundamente por su vinculacin cultural y religiosa con el rio, as mismo fueron expropiados y desalojados de sus terrenos sin su consentimiento y sin indemnizacin, lo cual constituye una grave violacin del derecho a la propiedad privada. Los argumentos esgrimidos por los tribunales de la Atlantis acerca de la utilidad pblica de los terrenos desconoce la ascendencia indgena de los habitantes de la comunidad de La Loma y su vinculacin cultural y religiosa con el rio, el hecho que los tilden de campesinos no puede significar un desconocimiento de sus races, por lo tanto se les debe brindar una proteccin de carcter especial, como la que tienen los indgenas sobre sus territorios. Son claras manifestacin de esas tradiciones, los rituales con cuales honrar a sus muertos y su vinculacin espiritual al ro.
Artculo 4. Derecho a la Vida 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estar protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepcin. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.7

Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 4.1

Segn la Corte Interamericana de Derechos Humanos el derecho a la vida es un derecho humano fundamental, cuyo goce pleno es un prerrequisito para el disfrute de todo los dems derechos humanos 8 Frente al tema particular de las comunidades indgenas, se ha dicho que el Estado, al no garantizar el derecho de la comunidad a su territorio ancestral, ha incumplido el deber de garantizar la vida de sus miembros, ya que ha privado a la comunidad de sus medios de subsistencia tradicionales, obligndola durante aos a sobrevivir en condiciones deplorables y dejndola a merced de la asistencia estatal.9 Y tambin ha dicho la Corte que en esencia, este derecho comprende no slo el derecho de todo ser humano de no ser privado de la vida arbitrariamente, sino tambin el derecho a que no se generen condiciones que le impidan o dificulten el acceso a una existencia digna.10 La comunidad Chupanky con este acuerdo queda privada de su territorio ancestral, especialmente de acceso al rio, la pesca y el agua de este, con lo cual pierde la capacidad de tener una existencia digna. En primer lugar, no van a poder volver a pescar en su territorio lo que cambiaria los patrones alimenticios al no tener acceso a los pescados los cuales son su principal fuente de protena, conllevando un grave detrimento en los valores nutricionales de la comunidad. En segundo lugar no van a tener acceso al agua que provea el rio, la alternativa es sacar agua del subsuelo para tomar, pero queda la duda de si esta ser suficiente en todo momento tanto para tomar como para otras necesidades como limpieza y manejo de residuos, para lo cual tradicionalmente se utilizaba el rio. Los ros desde el comienzo de la civilizacin humana siempre han sido una prioridad, motivo por el cual todos los asentamientos humanos, desde las ms grandes ciudades, pasando por los pueblos hasta los ms pequeos caseros, siempre han estado localizados a orillas de ros. El tener un asentamiento humano alejado del rio condenara al mismo a desaparecer. La comunidad Chupanky no podr vivir en condiciones dignas por este motivo. Con el tiempo se observaran graves consecuencias en la salud, alimentacin, higiene, y mtodos de subsistencia.
Artculo 5. Derecho a la Integridad Personal 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad fsica, psquica y moral.11

Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa vs Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo. Serie C No. 146, prr. 150. 9 CIDH, Alegatos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Yakye Axa v. Paraguay. Referidos en: Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, prr. 157(b). 10 Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, prr. 161. Corte IDH. Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri Vs. Per. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No. 110, prr. 128. Corte IDH. Caso "Instituto de Reeducacin del Menor" Vs. Paraguay. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112, prr. 156. Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Serie C No. 101, prr. 152. Corte IDH. Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, prr. 144.
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Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 5.1.

Como consecuencia de la violacin del artculo 21, al ser los indgenas forzados a salir de su tierra y tener que adaptarse a un nuevo medio, con nuevas fuentes de produccin y subsistencia les genera dificultades de carcter psquico, los obliga a tener una relacin totalmente distinta a la que tradicionalmente estaban acostumbrados, sin acceso a su rio y todo lo que este otorga a la comunidad. Por otro lado se ven obligados a adoptar nuevas costumbres y realizar nuevas labores a las cuales no estaban acostumbrados y que no siempre acarrean resultados positivos. De la misma manera al haber sufrido un cambio tan radical en su modelo de vida, son mas susceptibles de ser explotados por terceros. Todo esto va en contra de su integridad psquica. La Corte IDH en el caso Xkmok-Ksek vs. Paraguay expreso que varias de las presuntas vctimas que declararon ante la Corte expresaron el pesar que ellas y los miembros de la comunidad sienten por la falta de restitucin de sus tierras tradicionales, la prdida paulatina de su cultura y la larga espera que han debido soportar por el transcurso de ineficiente procedimiento administrativo.12 En cuanto a la integridad fsica esta se ver afectada por las mismas razones, habr un detrimento en los valores nutricionales de la alimentacin de los integrantes de estas dos comunidades, en la salubridad y en los trabajos no tradicionales que se vern obligados a aceptar, y que por consiguiente les han generado y posiblemente les generaran en el futuro problemas fsicos. De la misma manera todo esto llevara a que la fibras morales dentro de la comunidad se rompan, al verse sometido a un cambio tan abrupto lo cual generara problemas en la integridad moral de la comunidad. Por lo visto anteriormente es evidente que al ser removidos de su tierra, en un proceso poco justo y al ser forzados a aceptar nuevas condiciones de vida, a los miembros de estos grupos se les est violando su derecho a la integridad.
Artculo 6. Prohibicin de la Esclavitud y Servidumbre 2. Nadie debe ser constreido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio. En los pases donde ciertos delitos tengan sealada pena privativa de la libertad acompaada de trabajos forzosos, esta disposicin no podr ser interpretada en el sentido de que prohbe el cumplimiento de dicha pena impuesta por juez o tribunal competente. El trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad fsica e intelectual del recluido.13

A lo largo de la historia se ha visto que cuando un grupo de habitantes es desplazado de su lugar de origen provocando que sus medios tradicionales de subsistencia dejen de ser tiles, estos se vern forzados a buscar nuevos medios. Sin embargo dada su falta de conocimiento y experiencia para llevarlos a cabo, son susceptibles a ser contratados bajo condiciones laborales que rayan con el ordenamiento jurdico que ha plasmado el derecho internacional en esta materia a travs del tiempo, ya sea por bajos salarios o por el uso de elementos inadecuados para realizar las actividades que pueden ocasionar trastornos a la salud mental y fsica.

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Corte IDH. Caso del pueblo Saramaka vs Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C No. 172 prr. 93.
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Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 6.2

La CIDH en repetidas ocasiones ha manifestado que la ocupacin y restriccin de los territorios indgenas, en la medida en la que impiden a los pueblos indgenas y tribales acceder a sus actividades tradicionales de subsistencia, exponen a sus miembros a situaciones de explotacin laboral (caracterizadas por malas condiciones de trabajo, bajos salarios y ausencia de seguridad social) e incluso a prcticas tales como el trabajo forzado o la servidumbre por deudas, anlogas a la esclavitud.14. Como es claro en los hechos descritos al inicio de este memorial, algunos de los miembros de la comunidad que fueron contratados por la empresa TW para realizar trabajos en la construccin de la hidroelctrica presentaron problemas fsicos causados por la falta de entrenamiento y equipos adecuado para realizar las labores, como es el caso de los 4 buzos que fueron diagnosticados con afectaciones ocasionadas por el sndrome de descompresin. Por otra parte, la empresa no respeto las condiciones laborales previamente pactadas con los trabajadores. En un principio se acordaron jornadas razonables y ajustadas al ordenamiento jurdico laboral, sin embargo con el transcurso de los das estas fueron aumentando sin justificacin alguna y sin reconocerles algn tipo de remuneracin por las mismas. El proceso de construccin estaba apenas en su etapa inicial, y la empresa someti a condiciones infrahumanas de trabajo a los miembros de la comunidad Chupanky, violando normatividad de la Organizacin Internacional del Trabajo, especficamente el convenio 3015 donde condena el trabajo forzoso y jornadas excesivas de trabajo. Los Chupanky fueron sometidos a 15 horas seguidas de trabajo, contradiciendo claramente las normas laborales internas e internacionales.

Artculo 25. Proteccin Judicial 1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rpido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitucin, la ley o la presente Convencin, aun cuando tal violacin sea cometida por personas que acten en ejercicio de sus funciones oficiales. 2. Los Estados partes se comprometen: a. a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidir sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b. a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y

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CIDH, Tercer informe sobre la Situacin de los Derechos Humanos en Paraguay. Doc. OEA/Ser./L/VII.110, Doc. 52, 9 de marzo de 2001, Prrs. 35, 37,40, Acceso a la Justicia e Inclusin Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. /Ser.L/V/II, Doc. 34, 28 de junio de 2007, prrs.257-268, 297-Recomendacin 8. 15 Convenio 30 de la Organizacin Internacional del Trabajo, sobre el trabajo forzoso.

c. a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisin en que se haya estimado 16 procedente el recurso.

En el caso de la comunidad Chupanky, en el acuerdo inicial el traslado se iba a llevar a cabo en la fase tres pero al iniciarse las controversias durante la fase la 2, de manera unilateral la empresa decidi negarse a interrumpir los trabajos y as mismo amenazo con despedir a los miembros de la comunidad y como si fuera poco demandarlos por incumplimiento de contrato. Lo anterior carece de lgica jurdica pues en primer lugar la empresa incumpli los acuerdos contrados, al explotar laboralmente a los indgenas. Ante la reaccin de la empresa TW los indgenas acudieron a las instancias judiciales con el fin de reclamar una solucin a sus problemas. La justicia se neg a validar los reclamos de la comunidad, tanto los recursos administrativos interpuesto ante la CED como las demandas judiciales ante los tribunales no prosperaron por considerar que TW no ha violado los acuerdos. Al acudir al amparo constitucional, la Suprema Corte de la Atlantis rechazo el recurso por considerar que las entidades haban cumplido a cabalidad los requisitos exigidos por la ley y las normas internacionales, as mismo la Suprema Corte estimo que la integridad cultural no es un derecho autnomo reconocido por la jurisprudencia Interamericana. Como podemos observar, las cortes desconocieron la normatividad interamericana pues es claro que la relacin de los pueblos indgenas con su tierra trasciende en muchos aspectos, y est profundamente vinculada con sus creencias culturales y religiosas. Por ende, es claro que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido este derecho mediante una variedad de jurisprudencia, la cual est ligada directamente a los derechos de propiedad sobre la tierra. Ligado a esto, la corte ha reconocido circunstancias donde la jurisdiccin local debe estudiar con especial atencin los casos donde la jurisprudencia interamericana ha identificado una serie de asuntos especficos respecto de los cuales los Estados deben garantizar el derecho de los pueblos indgenas y tribales de acceso a la justicia, que incluyen, las reclamaciones territoriales17. Si bien la corte establece que es acerca de reclamaciones territoriales, como hemos dicho anteriormente, no se puede negar que en este caso las reclamaciones estn intrnsecamente ligadas pues como lo considero la corte el uso y goce de la tierra y de sus recursos son componentes integrales de la supervivencia fsica y cultural de las comunidades indgenas y de la efectiva realizacin de sus derechos humanos en trminos ms generales18.

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Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 25 17 Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa vs Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. 18 CIDH, Informe No.40/04, Caso 12.053, Comunidades Indgenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice), 12 de octubre de 2004, prr. 114.

Finalmente, despus de haber expuesto las violaciones a los derechos 4.1, 5.1, 6.2, 21 y 25 se demuestra la violacin al art. 1.1 de la Convencin Interamericana de derechos humanos el cual reza Los Estados Partes en esta Convencin se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que est sujeta a su jurisdiccin, sin discriminacin alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religin, opiniones polticas o de cualquier otra ndole, origen nacional o social, posicin econmica, nacimiento o cualquier otra condicin social19 El Estado olvido su condicin de garante y protector de las minoras, y se favoreci a la empresa TW en vez de respaldar y asegurar las mejores condiciones para las comunidades indgenas. Quizs sea la peor vergenza para La Atlantis no haber protegido en el proceso de negociacin a las comunidad Chupanky, y por esto permiti que se configurara una posicin de indefensin, donde la comunidad pacto en su propio detrimento debido a la falta de asesora. Resulta evidente, que cuando la tierra ancestral de una comunidad como la Chupanky est en riesgo, todo lo relacionado a la comunidad se encuentra en peligro tambin. Adems, a la comunidad Chupanky y de la Loma no solo se violenta su derecho sobre la tierra, cuando acudi a la jurisdiccin, esta desconoci la normatividad interamericana y deshecho los justos reclamos de las comunidades afectadas. Como conclusin a este anlisis legal, las violaciones a las normas tuteladas por el sistema interamericano de proteccin son evidentes, el solo hecho de violentar las tierras ancestrales en el caso de los Chupanky es un acto ilegal que desencadena en una violacin sistemtica de otros derechos de la comunidad. Esta violacin empieza cuando los Chupanky fueron explotados laboralmente y se les incumplieron los acuerdos contrados a cambio de su territorio. Por otra parte, la violacin al derecho sobre la tierra de la comunidad de la Loma es aun ms evidente pues las entidades judiciales y administrativas desconocieron las races de este pueblo y su profundo vinculo culturales y religioso con las tierras donde se han radicado. Petitorio A) Que se reconozca la violacin de los derechos 1.1, 4.1, 5.1, 6.2, 21 y 25 a la Comunidad Chupanky B) Que se reconozca la violacin de los derechos 5.1, 21 y 25 a la Comunidad de la Loma. C) Que se ordene la reparacin integral segn los estndares Interamericanos. D) Que dichas reparaciones sean con perspectiva indgena. E) Que se ordene detener las obras de construccin de la represa.

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Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. Art. 1.1

Bibliografa 1) Convencin Americana sobre Derechos Humanos suscrita en la Conferencia especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. 2) CIDH. Derechos de los pueblos Indgenas y Tribales sobre sus Tierras Ancestrales y Recursos Naturales. Doc. OEA/Ser.L/V/II. Doc.56/09. 30 de diciembre 2009. 3) CIDH, Informe No.40/04, Caso 12.053, Comunidades Indgenas Mayas del Distrito de Toledo (Belice), 12 de octubre de 2004, prr. 114. 4) Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa vs Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. 5) Convenio 30 de la Organizacin Internacional del Trabajo, sobre el trabajo forzoso. 6) CIDH, Tercer informe sobre la Situacin de los Derechos Humanos en Paraguay. Doc. OEA/Ser./L/VII.110, Doc. 52, 9 de marzo de 2001, Prrs. 35, 37,40, Acceso a la Justicia e Inclusin Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. /Ser.L/V/II, Doc. 34, 28 de junio de 2007, prrs.257-268, 297Recomendacin 8. 7) IDH. Caso del pueblo Saramaka vs Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C No. 172 prr. 93. 8) CIDH, Democracia y Derechos Humanos en Venezuela. Doc. OEA/Ser.L/V/II, Doc. 54, 30 de diciembre de 2009, Prr. 128. 9) CIDH, Quinto Informe sobre la situacin de los Derechos Humanos en Guatemala. Doc. OEA /Ser.L/V/II. 111, Doc. 21 rev., 6 de abril de 2001, Capitulo XI, prr. 56. 10) Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa vs Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo. Serie C No. 146, prr. 150. 11) CIDH, Alegatos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Yakye Axa v. Paraguay. Referidos en: Corte IDH. Caso Comunidad Indgena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, prr. 157(b).

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