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Psicotrónica-El Arma Kamamanasica

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PSICOTRNICA: EL ARMA DE LA GUERRA KAMAMANSICA Parte I

ESPIONAJE ASTRAL, MANIPULACIN PSQUICA, SUPUESTAS ABDUCCIONES, HISTERIAS COLECTIVAS, ESTUPIDIZACIN DE MASAS, FENMENOS PARANORMALES DE DIFERENTES ORGENES Y ETIOLOGAS... Han pasado veinte aos y ya no existen los estamentos que me ligaban a secreto jurdica, tica y fcticamente, as que contar -por fin- sobre los experimentos de psicotrnica (despus de la investigacin piramidal, el ms importante en el que he trabajado en grupo). An as omitir datos que puedan revelar identidades o comprometer a personas de las cuales no tengo su consentimiento para esta revelacin. Por mi parte, estoy harto de callar cosas, a veces por precaucin personal, otras por secreto impuesto, pero veo que lo peor que hay en estos tiempos, es la desinformacin y confusin sobre temas que ataen a todos, tengan o no consciencia de lo que ocurre. Eramos en principio, amigos reunidos sin nuestro conocimiento de que las cosas no eran casuales, con las mismas inquietudes y diversos conocimientos. Juan y yo, bastante formados en parapsicologa cientfica; Alberto es ingeniero tcnico en electrnica y radioaficionado por herencia (hijo y nieto de radioaficionados), que en ese tiempo tena casi 50 aos. Otro, militar de carrera, Mayor, con cultura general muy amplia y algunos conocimientos de psicologa social y guerra psicolgica. Pedro era informtico, agente de inteligencia militar y se incorpor porque necesitbamos un experto en electrnica e informtica, arreglaba todo tipo de aparatos de medicina nuclear y ordenadores, que en aquellos aos funcionaban con tarjetas y los ms modernos con fsforo amarillo. Estos ltimos no estaban en el mercado, sino que los tenan las F.F.A.A. El equipo fue reunido por el Coronel Aldo, por orden del Estado Mayor Conjunto. Todos tenamos alguna base terica de psicotrnica, los modos de aplicacin y referencias histricas, como la guerra de Vietnam y algunas avanzadillas experimentales de USA, sobre poblaciones latinoamericanas, especialmente con aparentes fines comerciales. En principio, el grupo no pareca oficial, pues nos reunamos dos o tres veces por semana para conversar el asunto y analizar las posibilidades de hacer cosas en un orden que el Mayor iba planteando. Yo haba sido contratado por el ejrcito con la aparente misin de evaluar las capacidades psicolgicas de oficiales y suboficiales (y con una tapadera de jardinero), pero tampoco saba que el verdadero propsito era formar parte de ese equipo, destinado a estudiar, desarrollar y experimentar con armas psicotrnicas. Haba estudiado en el Panamerican Parapsicology Institute of Canad, donde adems de la licenciatura en psicologa se daba la primera licenciatura en parapsicologa. Aunque tena mis ttulos ad referendum en mi pas, el inters estaba en que la inteligencia militar saba que ese instituto, con una tapadera oficial canadiense, preparaba psquicos para experimentos al servicio de USA.

Estaba terriblemente ansioso -ms que los dems- por pasar a la prctica, as que pisando el palito propuse que intentramos construir un psicotrn, porque no tena ganas de perder el tiempo en charlas infrtiles. Como en realidad el sentimiento de los dems era idntico, comenzamos esa misma semana con un diseo terico de un psicotrn. Pero nos faltaban elementos o eslabones en la cadena de aplicacin prctica: No sabamos cmo controlar o estar seguros de estar en estado alfa o cmo entrenarnos para ello de modo fiable, y no tenamos idea de cmo convertir una onda cerebral en una onda de radio que se pudiera emitir con efecto sobre otros cerebros. Lo haba estudiado en la teora, pero la prctica planteaba problemas que se fueron resolviendo rpidamente, gracias a la perfecta composicin del equipo humano. Nuestro Mayor y jefe del equipo consigui lo que nos faltaba: Un mdico; Pablo es neurocirujano y psiquiatra. Despus de unas cuantas reuniones estuvo listo el psicotrn terico y ms o menos diseado el mtodo de entrenamiento. El aparatero prctico demor algunas semanas ms, porque hubo que conseguir dos electroenfalgrafos, una radioemisora de gran potencia y algunos instrumentos ms. Surgi entonces una cuestin en la que mis experimentos con pirmides fueron muy tiles. El campo magntico de la pirmide abarca un espectro muy amplio dentro del magnetismo sutil y adems es estabilizante de la actividad cerebral, de modo espontneo y natural, sin perjuicio alguno para el sujeto. Se me encarg la construccin de una antena piramidal, con una funcin que yo desconoca hasta ese entonces. Eso me demostr cun avanzados suelen estar algunas investigaciones en el mbito cientfico-militar. Los militares tambin haban experimentado con pirmides, pero no hallndoles aplicaciones destructivas, todo qued archivado. Cuando estuvo todo listo, nuestro jefe propuso poner el asunto bajo "secreto militar", cosa que aceptamos en vista a la importancia y potenciales peligros del caso. El Mayor consigui una radio de 5.000 vatios de salida, en un lugar bastante alejado, y cinco militares ms (desconocedores del experimento) formando nuestro cerco preventivo. Tras cerca de dos meses intensivos de entrenamientos y ensayos menores, se hizo la primera experiencia en un campo de trigo del que la mitad -longitudinal- fue arado. Como en la zona hay -al menos hasta aquellos aos- plagas de langostas, que suelen arrasar los cultivos, estuvimos dos das de guardia permanente, durmiendo en el lugar, hasta que se dio la ocasin. Los mejor entrenados (Juan y yo) debamos hacer que las langostas entraran al campo, que se fueran hacia el terreno arado, y volvieran luego al campo cultivado, alternativamente, describiendo un zig-zag. Esto no es posible por causas naturales, que las langostas lo hagan, as que comenc el experimento ponindome en alfa, conectado al psicotrn y con un mapa-croquis sobre la mesa. Tena algunos bolgrafos de diversos colores, para hacer marcas de intensidad si fuera necesario, etc.. El tcnico controlaba mis ondas cerebrales y Juan me ayudaba a relajarme, concentrarme y dirigir el pensamiento, mientras los otros observaban desde la torre de la radio. En pocos minutos, la manga de langostas se diriga hacia el centro del campo, transversalmente, as que la indicacin del Mayor fue que la dirigiera hacia el extremo ms cercano. As lo hice, convirtindome mentalmente en un yo langosta, centrando mi pensamiento en ser una langosta dirigente, afinndome con el espritu grupal, cosa para la cual el entrenamiento fue imprescindible. Creo que llegu a

sentir-pensar como langosta. Cuando escuch al Mayor decir, Increble!, esto es Increble, me distraje, pero ya la manga haba entrado por el extremo y no por el medio. Mi compaero, en diez segundos, qued en relevo, y yo en su lugar, ayudndole a concentrarse, inducindolo a sentir-pensar como langosta. Juan tom el bolgrafo rojo y fue llevndolo hacia el campo arado, donde no haba una brizna de vegetal comestible, salvo algunas hojarascas secas que raramente come la langosta. Otra vez el Mayor diciendo por el interfono, Es increble!... Pero ahora que vuelvan al campo. As lo hizo Juan-langosta y medio minuto despus tom el relevo, repitiendo el proceso, con el agregado de hacer permanecer a las langostas estacionarias en el campo arado, hasta nueva orden. Lo consegu por casi diez minutos, hasta que perd la concentracin, con lo que las langostas se avalanzaron sobre el cultivo. El Mayor grit Que vuelvan al campo arado, que vuelvan al campo arado, no las quiero en el cultivo! y yo-langosta volv a concentrarme. Las retuve unos minutos ms all, hasta que me orden nuevamente el Mayor, llevarlas disciplinadamente al campo cultivado, sin comer nada. Las hice formar una fila cuadrada, las llev al cultivo y las hice avanzar un tramo de unos veinte metros sin comer nada, hasta el nuevo reemplazo. Juan estaba cansado y tenso, pero volvi a llevar a las langostas al terreno yermo, y tambin las mantuvo por varios minutos. Al Mayor se le ocurri que las volviera a llevar al principio del terreno, en vez que hacia el extremo opuesto, pero el grupo se le dividi y la manga se dispers bastante, as que sacudi la cabeza y se sac los cables, y me puse nuevamente en su lugar. Yo tambin estaba cansado, pero logr reunirlas imperativamente, amenazndolas conque seran quemadas (cosa que era cierto porque al final del campo, uno de los militares estaba con el lanzallamas preparado para combatir la plaga). Las llev al inicio del terreno, y Juan, ofuscado consigo mismo, me pidi el relevo nuevamente. El Mayor dijo que si estbamos cansados podamos dar por terminado el experimento llevndolas hacia el extremo opuesto. Una vez en su sitio, llev las langostas a lo largo de todo el terreno yermo, hacia donde el soldado esperaba para quemarlas. Pero tuvo que convencerlas que no les pasara nada, porque evolucionaran espiritualmente y otros rollos mentales por el estilo, ya que mi amenaza anterior estaba presente en la memoria colectiva de las langostas. Ese fue el primero de los experimentos y ya pueden deducir los lectores lo que a partir de eso (con material relativamente precario y siendo unos pocos) puede hacerse con ms personal entrenado y medios tcnicos como los de hoy. El segundo experimento fue bastante ms escalofriante, pero es importante tanto saber cmo funcionan estas cosas, as como las reglas de vida para estar realmente a salvo de influencias psicotrnicas. EL SEGUNDO EXPERIMENTO Tuvo una fase de preparacin de unas diez semanas, en que, entre contentos y asustados por los logros del anterior, debamos rumiar bien lo ocurrido, porque lo que habamos demostrado era muy fuerte. El cerebro humano con un entrenamiento bastante ms simple de lo que parece -aunque no tan fcil-, y con unos pocos medios tcnicos, puede controlar una plaga como las langostas, enviarla a cualquier parte o facilitar su eliminacin. Al experimento lo llamamos simplemente Langosta, pero el archivo militar fue bautizado Hamelin, que seguramente la mayora conocer la

Fbula? del flautista. Tenamos un pequeo problema Juan y yo, que comentamos casi como ancdota en el informe oficial, pero unos das despus debimos conversarlo porque nos preocupaba. Esto puede parecer una ridiculez, pero os ruego no hacer como los idiotas, que se suelen rer de lo que no conocen... Nos sentamos langostas. Si, tenamos sueos, que nos los empezamos a contar slo l y yo, y nos empezamos a afinar de tal manera, que casi nos hablbamos sin palabras. Se haba establecido entre Juan y yo un lazo teleptico, pero con algunos elementos muy desagradables. Sobamos que ramos langostas, y en muchos momentos hasta temimos convertirnos en langostas. Era una especie de obsesin psictica, y cuando pensbamos racionalmente, sabamos que a lo sumo terminaramos en un manicomio, y hasta esa posibilidad era un alivio. No nos sentamos mal sintiendo como langostas. Era algo simple, difcil de explicar, pero que entraba en conflicto con cosas cotidianas. Juan empez a temer al fuego, cuando le encantaba sentarse frente a los fogones, y yo le tom asco al trigo, que antes me daba igual que el arroz. Eso era lo ms objetivo, pero los sueos, imgenes y otras sensaciones durante la vigilia y especialmente poco antes de dormirnos, eran -si bien subjetivas e indescriptibles- sensaciones de langosta. Ambos tenamos ya, mucho ms conocimiento de psicologa que los freudianos, as que era absurdo pensar en contar con apoyo psicolgico, cuando para colmo, estbamos bajo secreto militar. As que lo hablamos en el grupo, al que se haban sumado tres de los militares que siendo testigos del Hamelin, era conveniente incluir, y afortunadamente, tras varias charlas, en que contbamos lo que nos ocurra, todo volvi a la normalidad. Creo que lo ms acertado fue hacer una especie de ritual, en que por medio del psicodrama nos convertimos en langostas (incluso tom dos capas impermeables verdes para asemejarnos ms a las langostas) e hicimos una representacin entre ridcula, muy humorstica y divertida, pero tambin muy seria. A las indicaciones del Mayor nos fuimos convirtiendo en humanos nuevamente, despidindonos para siempre de la vida de langosta. Yo tuve algn que otro sueo relacionado, pero Juan ninguno, posteriormente. As que tras un tiempo de charlas y anlisis de conveniencia y mtodo, diseamos el experimento Visitante Nocturno. El Mayor dise un mtodo por el cual slo l y uno cualquiera -elegido por l- del grupo sabra quin sera el conejito de indias del experimento. Slo sabamos que alguien sera visitado por alguien en la noche, pero el nico que conoca el libreto de lo que ocurrira, era el Mayor que lo haba diseado con conocimiento de los casos de abduccin que ya ocurran en USA, y que nosotros desconocamos completamente por esos aos, salvo por unos artculos de la extinta revista Cuarta Dimensin. El primer visitante que eligi, fui yo, y la vctima -el visitado- fue la persona supuestamente ms cuerda y escptica del equipo: El tcnico en electrnica, Pedro. Y Alberto -el radioaficionado- tuvo que aparselas para reemplazarlo en algunas funciones con apoyo de uno de los nuevos, que tiene algunos conocimientos ms sobre aparatos, y es mdico militar. Me tuve que estudiar el libreto -muy similar a los que desde hace algunos aos es de pblica difusin televisiva- y convertirme en Pedro, viviendo la visita de un hermanito extraterrestre. La noche elegida, los abductores fuimos a nuestra central, donde usamos una radio militar de slo 1000 vatios y me conectaron a las dos

y media de la maana, a los aparatos. Me concentr en el dormitorio de Pedro (la vctima) y finalmente era -mentalmente- yo mismo, el propio Pedro. Es decir que cuando me dijo el mdico que estaba en alfa, me convert imaginaria y mentalmente en l. Asum todos los caracteres que recordaba de l, y comenc a soar segn el guin estudiado. La sesin de abduccin dur unos doce minutos, y le modifiqu algunas cosas que a mi parecer, le haran a Pedro -si resultaba- ms llevadera la cosa, y menos traumtica. Luego le inform de los cambios al Mayor, lo que le pareci muy bien. Al da siguiente, la esposa de Pedro -tambin empleada del ejrcito- llam al Comando porque no podan ir a trabajar. El Mayor me avis y fuimos inmediatamente a su casa. Estuvimos ms de tres horas para tranquilizar a la esposa y convencerle a l de que era parte del experimento segn las pautas acordadas. Cuando llegamos a media maana, acababa de salir de la ducha, envuelto en un albornoz. Pero estaba muy demacrado y asustado. Le mostramos el libreto escrito por el Mayor, y yo le describ el sueo que yo mismo hice, con sus modificaciones correspondientes. As y todo no poda comprenderlo. Me han dicho que tengo una gran misin!, Y es as!. Ellos saben todo lo que hacemos...!!, pero yo no se qu hacer, ni por dnde empezar... Y tras nuestras pacientes explicaciones nos miraba incrdulo y nos deca que lo que haba vivido l, no tena nada que ver con el experimento. Mientras tanto la mujer nos confirmaba que efectivamente, lo que le haba contado en la madrugada, era exactamente lo que nosotros decamos. Pero l estaba empezando a mentir agregando cosas; buscaba llenar un hueco psicolgico, necesitaba que aquello fuese verdad. Se lo peda su arquetipo redentor. Porque a muchos -y creo que a la mayor parte de los mortales- nos gustara salvar al mundo. Y nos gustara con delirio (nunca mejor dicho), que una civilizacin extraterrestre nos protegiera, nos sacara de la miseria moral, espiritual y econmica en que se debate nuestro mundo; de la misma manera que un nufrago en una isla llena de peligros y sin sentidos, suea con la llegada de un barco que lo rescate. Pero la realidad -al menos en ese momento- era muy diferente. Habamos hecho un experimento y el peligro se pona en evidencia. Yo empec a sentir en ese mismo momento, una identificacin con Pedro, como pocas veces la he sentido con un compaero o amigo. Me pasaba lo mismo que con Juan tras el Hamelin, pero ms intenso. Incluso me di cuenta que hablaba con su mujer como si fuera la ma, aunque el sentimiento era fraternal y no marital (quiz por el hecho de que yo estaba enamorado de mi esposa). En un momento de la charla, sent ganas de llorar y Pedro empez a hacerlo desconsoladamente. Creo que la causa fue su angustia y me la trasmiti, porque yo estaba sereno, a pesar de todo. Pero en varios momentos, los argumentos de Pedro parecan convencerme. Y lo dije, as que el Mayor hizo un gesto de preocupacin y con la mirada me mand a callar. Cuando entendimos que Pedro tena ya claro que haba sido el sujeto de nuestro experimento y su vivencia un sueo inducido, nos fuimos, pero estuvimos preocupados hasta el da siguiente, en que Pedro fue a la reunin normalmente. Me encontr con l en un pasillo y me dijo, medio en broma, medio en serio: Si no fuera que te siento como a un hermano, te rompera los huesos.

Despus nos fuimos a la cafetera y conversando pude quedarme completamente tranquilo porque l lo haba asumido. Recordando lo hecho, analizndolo, catartizbamos todo para volver a la normalidad y sacar conclusiones. El Mayor me dijo en esos das, que me prepara porque a la semana siguiente haba que abducir a Juan. Porque era importante saber la diferencia de reaccin de una persona con un entrenamiento psquico mejor. Todos fueron entrenados por nosotros, pero ellos -como Pedro- llevaban slo unos meses de trabajo. Juan era el mejor entrenado de todos; con menos tiempo de resistencia en concentracin, pero con ms intensidad y estabilidad. Es decir que se mantena en alfa menos tiempo, pero con una onda muy estable y el pensamiento muy concentrado.
Pero a la noche siguiente, yo fui abducido. Eso, aunque nadie -ni mi esposa- estara dispuesta a creerme, fue lo que me ocurri y tuve la vivencia que han tenido miles de personas desde hace poco menos de medio siglo. El hecho fue en algunas cosas, parecido a lo del guin que habamos usado con Pedro, pero yo no poda haber sido la siguiente vctima del experimento, que era Juan, y para una semana en adelante... Llam a las cinco de la maana al centro de emisin psicotrnica, y nadie contest, lo que confirmaba la realidad de mi vivencia, a pesar de que desde el hecho haban transcurrido casi dos horas y diez cigarros. Fui hasta el Comando y me dijeron en la guardia que el Mayor haba llegado haca un rato y se haba ido otra vez, y que seguramente estara en su casa. As que fui para all, porque tambin estaba cerca, pero su mujer, -lgicamente muy molesta- me dijo que no estaba. Volv a mi casa, tratando de mantenerme neutral, sin pensar, porque cada vez ms me convenca de haber sido abducido realmente, y haban elementos en la vivencia, como un moretn en el brazo, que me indicaban que aquello no era un sueo. El extraterrestre me haba apretado el brazo con su enorme fuerza, y luego me haba pedido disculpas, al comprender mi fragilidad. Cuando llegu a casa me prepar un caf, porque ya no volvera a dormir, y en eso estaba cuando lleg el Mayor, junto con Juan, y me fui con ellos porque no quera involucrar a mi mujer, ya bastante enojada con los habituales secretillos militares y horarios dudosos y no saba si deba aguantar o ponerse celosa. As que estuvimos conversando el Mayor, Juan y yo hasta media maana, y supe -ms que nunca- por lo que haba pasado Pedro. An sabindolo todo!. Yo me haba tragado el anzuelo de que el prximo era Juan. Y a pesar de saber todo el asunto -al guin evidentemente se le haban cambiado unas cuantas cosas- estaba seguro de que haba sido abducido, y que los extraterrestres, sabiendo lo que estbamos haciendo, haban decidido intervenir. Me mostraron el nuevo libreto, exactamente como me haban ocurrido las cosas. Pero yo no estaba dispuesto a reconocer que se trataba de un sueo inducido. Me quedaban dudas. Especialmente porque tena una marca fsica, el moretn. Eso qued sin explicacin hasta que volv a mi casa, y le mostr a mi mujer el brazo, porque no terminaba de aceptar que ella no se hubiera despertado cuando me estaban visitando. Me dijo A quien se le ocurre tratar de sostener esa moto... Y la mente dio un salto, como si se iluminara. Un par de das atrs iba con un cubo de agua y toqu mi moto que la tena sobre unos tacos de madera para cambiar la cadena, y cuando me di cuenta que se caa, puse el brazo, que se encaj entre el manillar y la palanca del embrague. Haba olvidado completamente aquello, y all me di cuenta a nivel vivencial, como la mente tiende a llenar agujeros para sostener lo que un factor emocional desea hacer real. La verdad es que el libreto nuevo era mas agresivo y desagradable que el redentorista guin que usamos con Pedro, pero as y todo, yo quera que fuera real, o no poda creer que no lo fuera. Hicimos dos abducciones ms y finalizamos esa etapa. Porque si bien nadie sali demasiado afectado, el peligro es muy grande. Adems, se crea un estado psictico que se suma a la afinidad teleptica, lo cual pasa a ser muy comprometido en medio de esta civilizacin tan grotesca e injusta. Pero dos aos antes yo haba recibido una oferta de trabajo en proyectos de investigacin paranormal en EE.UU.., que rechac de plano, al comprender que saban absolutamente todo de mi. Y semejante inters -adems de la gran limosna- me hizo desconfiar. As que pregunt al Mayor si poda averiguar algo, ya que la mayora de mis compaeros de estudio, haban aceptado aquella propuesta. Le di al Mayor un par de nombres y su posible lugar de residencia. Unos das despus me dio la nmina casi completa de mis compaeros y su actual paradero: dos en manicomios y catorce en el cementerio, una en Mxico y otro en Argentina (aparte mo), y los dems, desaparecidos buscados. En total ramos cuarenta y dos. Los treinta y nueve que aceptaron fueron quiz, las primeras vctimas de la Guerra Psicotrnica -al menos en Occidente-.

Podrn decirme todo lo que quieran los hermanitos extraterrestres, a travs de sus contactados, pero hasta la fecha, el nico grupo cuya seriedad y pruebas de contacto me ha llamado la atencin, es un pequeo grupo cataln que parecen tener contacto con los Intra-terrestres, y no con los extra. Y por sus arquetipos y funcin, detecto que no hay tras ellos otro inters que el de curar algunos casos psicosomticos de allegados, e investigar objetivamente los fenmenos. Aclaro que no estoy negando con sto, la existencia extraterrestre o espordicas visitas, pero como ya he dicho antes, ni deben ni pueden inmiscuirse en nuestros asuntos. Porque adentro de la Tierra y en los polos, estn los dueos verdaderos del planeta. Nosotros somos habitantes circunstanciales a los que en cualquier momento nos echan de casa por inadaptados. Todo lo dems que he visto sobre el tema, incluso entre personas de buena voluntad, pasa por la evidente manipulacin psicotrnica, cuando no directamente psicolgica por parte de pseudocontactados, como George Adamsky, Tuella, Eugenio Siragusa y Sixto Paz Wells, que no slo no han dado prueba alguna jams de sus contactos (ni siquiera una msera profesa o al menos una cita que asegure la presencia extraterrestre en tal parte, tal da, a tal hora). Hay casos en que la cuestin arquetpica religiosa es ms evidente, como el de Vernica Lizana (Mendoza, Argentina) donde presenta en su libro Isidris una ciudad subterrnea as llamada desde el tiempo de los Huarpes. Pero aparte de varias infantilidades y contrasentidos, dibuja la Estrella de David en las puertas de las naves de los intraterrenos. La ciudad es posible que exista. Aparte de que segn estudios de YPF en la regin, hay una vacuoide enorme a gran profundidad, he sido testigo, junto a varias personas, de la circulacin de luces (posibles vehculos), aparicin de Hombres de Negro y otros fenmenos anmalos. Pero el agregado de la estrellita juda -igual dara que lleven la cara de cristo, la cruz, o la media luna y la estrella musulmana- indica una infiltracin arquetpica, una manipulacin ideolgica-religiosa. As se ha ido elaborando una religin platillista, redentorista y mesinica, como la de Ashtar Geran y diversos personajes de ficcin. Cabe resear que en USA hay una cifra monumental de abducidos: 4.850.000. La casi totalidad son gente de ciudad o de pueblos grandes... Cmo es posible que nadie vea un vehculo y un rayo de luz llevndose a los secuestrados?... Salvo en la pelculas, claro... El mejor mtodo para apoyar un montaje psicotrnico o cualquier gran mentira, es combinacin de arte, imagen, sonido, que enlaza lo que se nos quiere hacer ver, con nuestras propias emociones, que nos manipula hacindonos llorar o rer, sufrir por millones de muertos sin diferenciar la ficcin de la realidad, o volar con las hadas y or hablar a los animales... El Cine. Hay sistemas o diseos psicotrnicos que se emiten sin ser percibidos en el momento, pero se activan en la mente cuando las vctimas ven una imagen llave o determinadas palabras. Entonces no son uno o dos los afectados, porque eso da tiempo a emitir en una amplsima gama de frecuencias cerebrales y bajo una amplia variedad de arquetipos. Una pelcula taquillera es el mejor vehculo para detonar esa psicosis aumentada, diseada e inducida con anterioridad. Lo ms lamentable en este rollo poltico, es que la Iglesia cada dos por tres est metida en los asuntos, aunque de manera ambigua hasta que decidan meterse hasta el cuello, tal como parece que estn hacindolo ltimamente. No nos extrae que en su momento aparezca la Virgen o Jess en el cielo, a la vista de todo el mundo; porque ya en 1943 los ingleses ensayaron un sistema de holografa atmosfrica, y esa tecnologa debe haber avanzado bastante en el lgico top secret. Quien haya sondeado la historia de la Iglesia Mormona habr visto como algn dios proyectaba a Joseph Smit la imagen de un ngel (Moroni), que se le cort tres veces y tuvo que recomenzar desde el principio. O sea que a la par de la psicotrnica pura, se suman los efectos especiales de las holografas y otras tcnicas muy avanzadas y secretas, como la electro-magnetodinmica, con la que hacen pequeos ovnis para producir los dibujos de los Crculos de las Cosechas... Ya les contaremos ms en prximos artculos, porque ciertamente, la Realidad, an dentro sus Lmites, es mucho ms increble que la ficcin. La manera de ponerse a salvo de ataques o manipulaciones psicotrnicas, psicolgicas y engaos con efectos especiales, ir en otros nmeros. Un Saludo Gabriel PSICOTRNICA: EL ARMA DE LA GUERRA KAMAMANSICA Parte II ESPIONAJE ASTRAL, MANIPULACIN PSQUICA, SUPUESTAS ABDUCCIONES, HISTERIAS COLECTIVAS, ESTUPIDIZACIN DE MASAS, FENMENOS PARANORMALES DE DIFERENTES ORGENES Y ETIOLOGAS...

Kama = Estrato; Manas = Alma. La Guerra Kamamansica es la Guerra entre dos arquetipos o valor y contravalor mximo, que podemos comprender como la intencin raz o causa fundamental del mal y del bien: Esclavitud y Libertad. En enero de 1978 me lleg una carta del Panamerican Parapsicology Institute, adjunto a un certificado de calificaciones en que constaba que haba aprobado con excelentes notas, todas las asignaturas de la licenciatura en psicologa con especializacin en parapsicologa. Deba ir a retirar mi ttulo tras cuatro aos de intenssimos estudios... Fue una de las alegras ms grandes de mi vida, que pocos das despus represent, como contrapartida, una de las ms dolorosas decepciones. No por la calidad de los estudios, que era excepcional, sino por las intenciones polticas con que fue creado el instituto y lo que se pretenda de sus egresados. Una de las ms exigentes asignaturas durante 3 y 4 ao era Arqueometra, y en ella se conjugaban tres materias de estudio aparentemente incompatibles: Fsica, Matemticas y Proyecciones Psquicas. Estas ltimas no tenan una clasificacin en la parte prctica, sino que se pretenda que al menos se conociera la teora ( impecable, y muy comprobada despus). Pero... Qu tenan que ver la matemtica y la fsica con una experiencia como el viaje astral, el sueo, la proyeccin mental o fenmenos tan psquicos como la bilocacin?. Pues mucho. No es posible separar la fsica y la matemtica de ningn fenmeno. Muy a mi pesar, porque soy de los que cuentan con los dedos, tuve que encarar el aprendizaje terico de lo psquico, montado en nmeros y frmulas. La Arqueometra estudia la relacin y fenmenos entre materia y energa, y sin esa comprensin es imposible entender los fenmenos psquicos. Lo malo es que tras toda esta cuestin cientfica, hay una realidad POLTICA, que todo lo tiende a monopolizar, en manos de gente carente de valores espirituales y ticos. Como haba logrado saltar de la teora a la prctica, realizando algunos viajes astrales, proyecciones mentales perceptibles y otros efectos, me visitaron dos seores para ofrecerme un trabajo extraordinario: Seguir estudiando en un laboratorio ms especializado an, con un sueldo equivalente a diez veces el de mi padre, con ventajas diversas y slo deba aceptar algunas pautas aparentemente lgicas, como irme a vivir definitivamente a USA. Me preguntaba porqu a USA, si el Instituto era canadiense; porqu los visitantes portadores de tan interesante ofrecimiento eran yanquis; porqu la invitacin vino apenas das despus de informrseme sobre mis calificaciones... En una conversacin, en la que deba ser secreta, puse como condicin que se me permitiera la compaa de mi padre, que adems de buen consejero toda la vida, era muy perspicaz y dos mentes compatibles piensan mejor que una. Luego de una media hora, nos miramos con mi padre y dijimos al unsono saben demasiado sobre nosotros. Los dos sujetos se miraron entre ellos y se dieron cuenta que haban metido la pata. Se les escaparon detalles que slo podan conocer en un contexto de investigacin personal muy profundo; as que inmediatamente les dije que no me interesaba la propuesta. Hubieron otros intentos de convencerme, pero yo ya tena claro que no quera formar parte de ese algo que me ola muy mal. Cuando unos pocos aos despus pude conocer, gracias a gestiones de inteligencia

militar de mi pas, lo ocurrido con mis compaeros de estudio, me horroric de pensar lo que me habra ocurrido si me hubiera dejado tentar: De cuarenta y dos alumnos, dos estaban con camisa de fuerza, catorce muertos, veintitrs en paradero desconocido, buscados por sus familiares, y slo tres vivos y hallables: una mexicana, otro argentino y yo... Los tres que no aceptamos el dulce. Analizando nuestros avances en un equipo cientfico militar, y mis propios desarrollos, no me cabe duda del potencial que significa para una nacin dominadora como USA, contar con un grupo de gente que puede salir en astral y meterse conscientemente en casi cualquier parte sin ser percibido. Es, simplemente, ser un fantasma invisible, consciente, con clara memoria de lo que se ve y oye. Si se sale diariamente, en un par de meses es posible permanecer consciente ms de media hora en astral. Ello significa -con algn entrenamiento ms- poder meterse en una caja fuerte de cualquier tamao y leer los libros o documentos que hayan all aunque estn cerrados. Ms fcil an resulta pasear por instalaciones blicas, silos nucleares y todos los etcteras que fueran necesarios para un espa psquico. Hay una serie de condicionamientos, como el hecho de que es muy fcil viajar en astral de norte a sur o de sur norte, pero es muy difcil cubrir grandes distancias transversalmente a las lneas magnticas del planeta. Salir en astral en Buenos Aires para ir a Georgetown, 4.600 kilmetros al norte, o desde Quebec (Canad) hacer 11.100 kilmetros hasta Punta Arenas (al sur de Chile), es ms fcil que ir desde Barcelona a Lisboa, porque los casi mil kilmetros de Este a Oeste son dursimos. Ir en astral sobre el agua (para aquellos que pretenden cruzar el ocano), es ms difcil an. A favor de los meridianos el asunto es menos problemtico, pero an as, para cruzar extensiones de agua hay problemas. En 1985, un grupo internacional independiente, liderado por el psquico brasileo Mauricio Boraldo, me invit a formar parte de un proyecto en el que no pude participar por cuestiones econmicas. Intentaron cuatro viajeros en astral, cruzar desde la ciudad turca de Ordu hasta Mosc, a fin de probar la posibilidad de hacer espionaje psquico y conocer si existira por parte de la URSS algn tipo de defensa en tal sentido; pero los cuatro viajeros astrales no podan mantenerse en vuelo sobre el Mar Negro y volvan al cuerpo con cierta violencia. Ante los repetidos fracasos, consiguieron ir semanas despus a la ciudad rusa de Maripol, a 960 kilmetros al sur de Mosc. All no tuvieron inconvenientes con el viaje astral, pero si en el lugar de destino. Pudieron entrar sin problemas a algunas instalaciones militares, pero cuando ingresaron a cierta dependencia de gobierno, se encontraron con una patrulla psquica compuesta de algunas decenas de hombres y mujeres muy entrenados que les persiguieron hasta su lugar de origen. Uno de los osados viajeros no lograba entrar a su cuerpo y qued en aparente shock catalptico. Intentaron sin resultado, reanimarlo con masaje cardaco, hasta que dos de los regresados volvieron a salir en astral, para encontrarse conque varios de los perseguidores le retenan al shockeado y no le permitan entrar a su cuerpo. Tras una pequea y confusa pelea consiguieron liberarle y volver todos a sus cuerpos fsicos. Media hora despus, justo cuando abandonaban en un taxi el hotel en que se alojaban, vieron llegar varios camiones militares y lograron salir del pas porque

consiguieron de inmediato un charter privado a Bulgaria. Los viajes astrales, lejos de lo que mucha gente cree hacer, son viajes fsicos en cierto sentido. El cuerpo astral de un adulto de ochenta kilos, pesa 2,7 gramos. No resulta visible en condiciones normales para la vista fsica de la mayora de las personas, porque su tasa vibratoria est sobre los trillones de ciclos por segundo, pero su peso se ha comprobado colocando a los viajeros astrales sobre una camilla-balanza. Al abandonar el cuerpo fsico, la balanza acusa inmediatamente la diferencia. En el caso de muerte, el peso perdido es algo mayor, porque tambin se desprende y disuelve una parte del cuerpo mental (urea Kirliam). Mucha gente cree hacer viajes astrales, utilizando un proceso de relajacin y visualizacin, pero ello no es ms que una oniria, un viaje absolutamente imaginario. Algo as como una pelcula autoproyectada. Los riesgos del viaje astral no son despreciables, y conviene conocerlos antes de intentarlo: 1) Un ruido estridente o un movimiento brusco que afecte al fsico, puede hacer volver violentamente al astral, causando daos cerebrales o en el mismo cuerpo astral. 2) La hipotermia es otro problema. Es algo mayor que durante un desmayo o un shock. Mientras mayor es el estado de consciencia en astral, mayor es la hipotermia. Aunque haga calor, es necesario dejar el cuerpo fsico bien abrigado. 3) El mayor de todos los peligros, es el MIEDO. Una persona que puede asustarse o sentir cosas desagradables cuando ve una imagen monstruosa, har muy bien en no intentar una experiencia astral, porque ese plano vibracional abarca un espectro muchsimo ms amplio que el plano percibido fsicamente. Por lo general, las primeras salidas no son al nivel que permite ver, desde el astral, el plano fsico. El viajero que sale por primera vez conscientemente, suele hallarse en cualquier lugar, aunque no lejos fsicamente, no ve su entorno fsico, sino lo que haya alrededor en una determinada tasa vibratoria. Las imgenes, objetos, seres y proyecciones mentales difusas que puede encontrar son tan variadas que abarcan desde cosas hermosas hasta las ms monstruosas que pueda imaginarse. Muchas de esas cosas reaccionarn de acuerdo a la actividad mental del sujeto. Dada la plasticidad enorme de la materia astral, si el sujeto ve un monstruo (que puede ser una proyeccin mental elaborada por un dibujante de comics o por un cineasta), y se imagina por una fraccin de segundo que el monstruo le atacar, pues eso mismo ocurrir. Su pensamiento, aparentemente innocuo en el plano fsico, resulta miles de veces ms potente con relacin a la materia astral. Suele costar bastante a casi todas las personas, y casi nada a unas pocas, lograr permanecer en el astral sin apenas contacto con elementos de ese plano. Cuando se adquiere la prctica suficiente, es posible moverse en astral viendo, oliendo y oyendo slo el entorno fsico, caminar, volar o trasladarse muchos kilmetros en un instante. El gusto y el tacto quedan completamente anulados respecto al fsico. Cuando se tiene ese dominio de la situacin y se aprenden unos cuntos trucos, es cuando el viajero puede ser un espa psquico apto. No obstante, las cuestiones de tica tambin generan karma, de modo que quien use esa capacidad, no tiene modo de librarse de sus consecuencias, buenas, malas o innocuas, segn su intencionalidad. TULPAS Y PROYECCIONES: Otra de las tcnicas aplicadas a la Guerra Kamamansica, son las proyecciones y los

Tulpas. Esencialmente son la misma cosa, pero con una gran diferencia de intensidad y densidad: a) LAS PROYECCIONES MENTALES se utilizan para imprimir en una atmsfera o un lugar determinado, una imagen. Esa imagen, si posee adems de la densidad propia de la materia mental adecuadamente programada, una carga emocional y arquetpica, es algo que tiene mucha influencia sobre las personas que frecuentan el lugar. Un Ejemplo: Si en un sitio donde habitualmente hay desarmona imprimimos mentalmente una imagen bella, armnica, que invite a la mente a armonizarse, bajaremos -por contrapolacin- la intensidad de los factores desarmnicos. Si en un templo de una religin determinada imponemos as los smbolos de otra, estaramos haciendo una infiltracin arquetpica psinica (Psinica es el uso directo de la influencia mental, y psicotrnica cuando es ayudada por la electrnica). Las Oraciones de Misin que hicieron los jesuitas en Sudamrica, donde el grupo de misioneros imaginaba mientras rezaba, que el templo aborigen e converta en iglesia, dio en la realidad resultados muy concretos. All operan dos fenmenos: a) La imposicin y precipitacin de la proyeccin en el lugar, y b) La predisposicin personal de los visualizadores, que quedan ms ligados karmticamente a dicha precipitacin. b) EL TULPA es una imagen que tiende a permanecer en el plano en que se la crea, pero puede moverse, programarse... Es, por ejemplo, la imagen del propio visualizador; un doble etrico falso. En vez de materia mental sola, tiene una proporcin de materia astral, proveniente del propio cuerpo astral del visualizador. El Tulpa es una rplica casi exacta del conjunto astral-mental del sujeto. Si se hace bien, puede tener un peso de entre tres y cinco gramos, con un volumen idntico al del cuerpo fsico, y ser visto con la misma nitidez, a pesar del escaso peso e impalpable densidad. Es posible generar cualquier tipo de imagen: Un animal, un monstruo, etc.. Y de hecho, existen cantidades enormes de proyecciones mentales que podran convertirse en Tulpas si se los dotara de la densidad astral adecuada. Las proyecciones mentales de los cineastas son dotadas muchas veces, de cierto grado de poder por los millones de personas que replican mentalmente la proyeccin cinematogrfica. Por fortuna no existe una coherencia interpretativa en las imgenes, y sto hace que queden borroneadas e inefectivas. Pero un psquico bien entrenado, que practique el Tantra (que no derrame su energa seminal), que practique la yoga propia de su raza diariamente, puede hacer Tulpas muy potentes y con duracin de varios aos. Hacerlos palpables ya es otra cosa. El tipo de materia requerida sera plasmtica (psicoplasma) y la cantidad requerida sera enorme. En las crnicas tibetanas hay slo un par de casos de este logro tan impresionante, respecto a Tulpas de la propia persona, aunque hay varias narraciones -e incluso tcnicas- sobre dotar de materialidad a objetos simples, como vasos, puales, etc.. Cabe aclarar que sin la formacin adecuada, es decir la prctica ininterrumpida por muchos aos del Tantra y la Yoga, no hay tcnica que valga. Quien derrame su energa sexual en vez de transmutarla, jams lograr hacer ms que inconsistentes proyecciones mentales. El Milagro de los Panes y los Peces, de Jess, pudo haber sido un tipo de precipitacin similar, digamos que hizo Tulpas de panes y peces, pero en el mximo del fenmeno de precipitacin, con los que el objeto precipitado adquiere densidad

completamente material, molecularmente idntica al molde empleado. Actualmente -y como lo han hecho muchos maestros a lo largo de la historia- Sai Baba, en la India, produce los mismos fenmenos, que mucha gente escptica ha intentado desmitificar con filmaciones en cmara lenta y otros recursos, para concluir en que tanto el bibuti (cenizas astrales, similares a la de los inciensos), como algunas joyas, son autnticas precipitaciones. De todos modos, para los investigadores escpticos como el autor de este artculo -y a pesar de conocer por prctica y experiencia la produccin de Tulpas- todava no es posible afirmar la veracidad de los fenmenos de Sai Baba, por falta de contacto personal con l y comprobacin directa. Al margen de los fenmenos que podemos llamar paranormales, que de por si pueden tener muchas veces igual apariencia pero diversos orgenes o mtodos, existe otra faz de la Guerra Kamamansica, ms sutil, ms simple si se quiere, pero no menos importante. Si bien la Psicotrnica y sus variantes (as como los fenmenos relacionados) son el arma -o conjunto de armas- ms sofisticada en esta Guerra, la INDUCCIN DE IDEAS Y EMOCIONES es sin duda la mayor arma en cuanto a uso masivo. La cinematografa, la televisin, los libros, la prensa oral y escrita y la infiltracin de las instituciones son el campo de batalla principal. Pero sobre esta parte de la Guerra Kamamansica hablaremos en el siguiente artculo. Gabriel

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