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HISTORIA DE LA FILOSOFA TEXTOS Y COMENTARIOS

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Friedrich Nietzsche, El gay saber

Libro V. Nosotros, los sin miedo [La muerte de Dios como acontecimiento histrico]
343. Lo que va junto con nuestro buen humor
[El acontecimiento de la muerte de Dios y su sentido para nosotros los filsofos] El ms grande de los ltimos acontecimientos que Dios ha muerto, que la fe en el Dios cristiano se ha hecho increble comienza ya a lanzar sus primeras sombras sobre Europa. Por lo menos para aquellos pocos cuyos ojos y cuya suspicacia en sus ojos es lo bastante fuerte y fina para este espectculo, precisamente parece que algn Sol se haya puesto, que una antigua y profunda confianza se ha trocado en duda. Nuestro viejo mundo tiene que parecerles a estos cada da ms vespertino, ms desconfiado, ms extrao y ms viejo. Pero en lo esencial puede uno decir que el acontecimiento mismo es mucho mayor, mucho ms lejano y ms apartado de la capacidad de muchos que cuanto su conocimiento siquiera se permitiera tener por alcanzado. Y no hablemos de que muchos sepan ya lo que propiamente ha acontecido con esto, y todo cuanto en lo sucesivo tiene que desmoronarse, una vez que esta fe se ha corrompido, porque estaba edificado sobre ella; por ejemplo, toda nuestra moral europea. Esta amplia plenitud con sus consecuencias de ruptura, destruccin, hundimiento, derrumbamiento que ahora tenemos ante nosotros, quin sera capaz de adivinar ya hoy bastante de todo ello, para tener que hacerse el maestro y pregonero de esta ingente lgica de horror, el profeta de un oscurecimiento y eclipse de Sol, cuales no hubo probablemente nunca sobre la Tierra? Nosotros mismos, adivinadores de enigmas por nacimiento, quienes esperamos por as decirlo sobre las montaas, situados entre hoy y maana y tendidos en la contradiccin entre hoy y maana. Nosotros, primicias y primognitos del siglo futuro, a quienes debieron haber llegado ahora ya a la cara propiamente las sombras que han de envolver en seguida a Europa, en qu consiste, pues, que nosotros mismos, sin una justa participacin en este oscurecimiento, esperemos con ansia su llegada, sobre todo sin preocupacin y sin temor por nosotros? Puede que estemos an demasiado bajo las consecuencias inmediatas de este acontecimiento, y estas consecuencias inmediatas, sus consecuencias, no son para nosotros, al contrario de lo que se pudiera esperar, tristes y tenebrosas en absoluto, antes bien como una nueva especie de luz difcil de describir, como una felicidad, un alivio, un recreo, un sustento, una aurora Efectivamente, nosotros, filsofos y espritus libres, ante la noticia de que el viejo Dios ha muerto, nos sentimos como iluminados por una nueva aurora; nuestro corazn se inunda entonces de gratitud, de admiracin, de presentimiento y de esperanza. Finalmente se nos aparece el horizonte otra vez libre, por el hecho mismo de que no est claro, y por fin es lcito a nuestros barcos zarpar de nuevo, rumbo hacia cualquier peligro; de nuevo est permitida toda aventura arriesgada de quien est en camino de conocer; la mar, nuestra mar se nos presenta otra vez abierta, tal vez no hubo nunca, an, una mar tan abierta.

344. En qu medida somos piadosos nosotros tambin


[Ciencia y creencia. Examen crtico de la ciencia] Se dice con razn que las convicciones no tienen derecho alguno de ciudadana en la ciencia. Solo cuando se resuelven a descender a la modestia de una hiptesis, de una previa posicin para una prueba, de una ficcin normativa, puede concedrseles la entrada y un cierto valor dentro del imperio del conocimiento en todo caso con la limitacin de permanecer bajo vigilancia policial, bajo la polica de la desconfianza. Pero esto, si se considera ms exactamente, no quiere decir que solo cuando la conviccin deja de serlo le es permitido conseguir su acceso a la ciencia? No comienza el cultivo del espritu cientfico cuando uno no se permite ya ms convicciones? As es probablemente. Solo resta por preguntar, para que este cultivo pueda comenzar, si no ha de haber ya una conviccin, y por cierto tan imperiosa e incondicional que se sacrifiquen por ella todas las restantes convicciones. Se ve que tambin la ciencia se apoya sobre una fe, no existe ciencia alguna libre de presupuestos. La pregunta de si es necesaria la verdad, no solo tiene que responderse afirmativamente ya con anterioridad, sino que ha de afirmarse hasta el extremo de que con ello se expresa al mismo tiempo el juicio, la fe y la conviccin de que nada es ms necesario que la verdad y todo lo dems, con relacin a ella, tiene solamente un valor secundario. Esta incondicional voluntad de verdad qu es? Es la voluntad de no dejarse engaar? Pues tambin en este ltimo sentido pudiera interpretarse la voluntad por la verdad: suponiendo que entre la generalizacin de no quiero engaar est comprendido tambin el caso particular de no quiero engaarme a m mismo. Pero, por qu no engaar?, por qu no dejarse engaar? Obsrvese que las razones para lo primero alcanzan un mbito completamente distinto que las del segundo. Uno no quiere dejarse engaar, suponiendo que ser engaado es nocivo, peligroso y funesto; en este sentido, ciencia sera una gran prudencia, una precaucin, una utilidad, contra la cual empero podra objetarse con razn: cmo?, es realmente menos nocivo, menos peligroso y menos funesto no-querer-dejarse-engaar? Qu sabis de antemano acerca del carcter de la existencia para poder discernir si la mayor ventaja est del lado de los absolutamente desconfiados o del de los enteramente confiados? Pero en el caso de que uno y otro debiera ser necesario, mucha confianza y mucha desconfianza, de dnde podra entonces la ciencia tomar su fe incondicional, la conviccin en que se apoya de que la verdad es ms importante que ninguna otra

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cosa, y aun que toda otra conviccin? Precisamente no hubiera podido surgir esta conviccin si se demostrase que de continuo son tiles ambas, verdad y no verdad, que es precisamente lo que ocurre. Por tanto, la fe en la ciencia, que ahora es indiscutible, no puede haber tenido su origen en semejante clculo de la utilidad, sino ms bien en que continuamente se hace patente esta, a pesar de la inutilidad y la peligrosidad de la voluntad por la verdad, de la verdad a todo precio. A todo precio, esto lo entendemos bastante bien una vez hemos inmolado y degollado una fe tras otra sobre este altar! Por consiguiente, voluntad de verdad no significa no quiero engaarme a m mismo, sino pues no queda otra eleccin no quiero engaar, ni siquiera a m mismo, y con esto estamos sobre el terreno de la moral. Pues uno se pregunta fundamentalmente a s mismo: por qu no quieres engaar?, particularmente si debiera mantener la apariencia y la mantiene! como si se hubiese instalado la vida sobre la apariencia, mejor quiero decir sobre el error, el engao, el disimulo, el deslumbramiento y la obcecacin voluntaria, y si por otra parte la forma grande de la vida se hubiese mostrado siempre realmente del lado de los ms incuestionables polutrpoi. Un propsito semejante pudiera ser tal vez, interpretndolo suavemente, una quijotada, o una pequea exaltacin disparatada. Pero pudiera ser adems algo peor, acaso un principio destructor antivital Voluntad de verdad esto pudiera ser una oculta voluntad de muerte. De este modo, la pregunta para qu ciencia? nos lleva de nuevo al problema moral: para qu moral en general si la vida, la naturaleza y la historia son amorales? No cabe duda de que quien es sincero, en aquel sentido ltimo y atrevido que presupone la fe en la ciencia, afirma al mismo tiempo un mundo distinto del de la vida, de la naturaleza y de la historia. Y por el hecho de afirmar ese otro mundo no tiene que negar, precisamente por esto, su correlato, este mundo, nuestro mundo? Con todo se habr comprendido cmo yo quiero pasar acto seguido ms adelante, a saber que siempre existe adems una fe metafsica en la que se apoya nuestra fe en la ciencia, que tambin nosotros, los que hoy estamos en el camino de conocer, nosotros ateos y antimetafsicos, encendemos tambin nuestro fuego en la lumbre que ha encendido la fe de milenios, esa fe cristiana, que fue tambin la fe de Platn de que Dios es la Verdad, que la Verdad es divina Pero qu ocurre, cuando esto precisamente se hace cada vez ms increble, cuando ya no se presenta nada divino, de no ser el error, la ceguera, la mentira, cuando el mismo Dios se nos presenta como la mayor mentira?

345. La moral como problema


[El problema de la moral: origen y valor de la moral para la vida] La falta de personalidad ejerce su venganza por doquier. Una personalidad debilitada, menguada, amortiguada, que se niega y reniega de s misma, ya no sirve para ninguna cosa buena mucho menos es til para la filosofa. El desinters no tiene valor alguno ni en el cielo ni en la tierra. Los grandes problemas reclaman todos gran amor, y solo los espritus fuertes, redondos y seguros son aptos para esto, los que se sienten firmemente seguros de s mismos. La diferencia ms considerable consiste en si el pensador se entrega personalmente a sus problemas de tal modo que en ellos ponga su destino, su necesidad y su mayor felicidad o, por el contrario, impersonalmente, es decir, que solo sabe tocarlos y cogerlos con las antenas del pensamiento fro y curioso. En el ltimo caso, no se conseguir nada de ello por mucho que se haya podido prometer; pues los grandes problemas, aun suponiendo que puedan cogerse, aun as se les escapan a las ranas y a los sietemesinos; tal es su gusto desde la eternidad un gusto que comparten por lo dems con todas las mujerzuelas valientes. Cmo es posible que no haya encontrado a nadie, ni siquiera en los libros, que se situase en esta posicin como persona con respecto a la moral, que reconociese la moral como su necesidad, tormento, placer y pasin personales? Visiblemente hasta ahora la moral no fue problema, sino ms bien aquello en que venan a ponerse de acuerdo unos con otros despus de toda la desconfianza, discrepancia y contradiccin, el lugar santificado de la paz, donde los pensadores descansaban incluso de s mismos, tomaban aliento y surgan de nuevo. No veo a nadie que se haya atrevido a hacer una crtica de los juicios morales. Con respecto a esto, noto la falta incluso de tentativas de la curiosidad cientfica, de la imaginacin pretenciosa y tentadora de psiclogos e historiadores, la cual fcilmente prev un problema y lo coge al vuelo, sin saber a ciencia cierta lo que ha atrapado con ello. Apenas si yo he encontrado escasas piezas sueltas para conducirlo a una gnesis de estos sentimientos y valoraciones (lo cual es algo distinto de una crtica de los mismos y an ms distinto de una historia de los sistemas ticos). nicamente en un caso he hecho yo todo para estimular una inclinacin y capacitacin en esta especie de historia, pero intilmente segn hoy me parece. Ello tiene poca importancia para estos historiadores de la moral (especialmente para los ingleses); se sitan regularmente, hasta con ingenuidad todava, bajo el mundo de una moral determinada y se deshacen, sin saberlo, de sus escuderos y de su squito; algo as como para esa supersticin popular de la Europa cristiana, siempre de nuevo tan sinceramente repetida que ha puesto lo caracterstico de la accin moral en el desinters, en la negacin de s mismo, en sacrificarse-a-s-mismo, o en la simpata, en la compasin. Su defecto ms comn en los presupuestos consiste en que ellos afirman cierto consensus de los pueblos, por lo menos de los pueblos domesticados, acerca de ciertos principios de la moral, y de ah concluyen su obligatoriedad incondicional incluso para ti y para m; o por contrario, una vez que se les ha descubierto la verdad de que las valoraciones morales son necesariamente diferentes en diversos pueblos, llegan a la conclusin de que ninguna moral es obligatoria, una y otra cosa son grandes nieras. El defecto de los ms sutiles entre ellos consiste en que descubren y critican las opiniones, acaso disparatadas, de un pueblo sobre su moral o de los hombres sobre toda moral humana, y del mismo modo la supersticin de la voluntad libre y cosas por el estilo acerca de su origen y de su sancin religiosa y precisamente con esto se figuran que han criticado esta misma moral. Pero el valor de un mandamiento t debes es todava fundamentalmente distinto e independiente de semejantes opiniones acerca del mismo y de la maleza del error junto con lo cual haya podido desarrollarse. Esto es tan cierto como que el valor de un medicamento para un enfermo es independiente por completo de si el paciente tiene una idea cientfica de la medicina o tiene la idea de una vieja. Una moral pudiera incluso haber surgido de un error; aun vindolo as no se hubiese tocado siquiera todava el problema de su valor. Nadie ha puesto, pues, a prueba hasta ahora el valor de la ms famosa de todas las medicinas, la llamada moral, para lo cual es de todo punto necesario en primer lugar que alguien por fin la ponga en duda. nimo, esta es precisamente nuestra tarea!

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346. Nuestro interrogante


[Relacin del acontecimiento de la muerte de Dios con el problema del nihilismo] Pero no entendis esto? Efectivamente, les costar trabajo entendernos. Buscamos palabras y acaso buscamos tambin odos. Quines somos, pues, nosotros? Si quisiramos denominarnos sencillamente con expresiones antiguas, ateos o incrdulos y adems inmoralistas, no creeramos con eso ni mucho menos habernos caracterizado; somos las tres cosas en un estadio demasiado tardo, para lo que se comprende, para lo que podis comprender vosotros, mis seores curiosos, segn el humor de cada uno. No!, fuera con la amargura y la pasin del desarraigado que de su incredulidad tiene que componerse una fe, una finalidad y hasta un martirio. Hemos sido templados en la visin proyectiva y nos hemos hecho fros e insensibles a que nada absolutamente en el mundo es divino, y aun ni siquiera razonable, compasivo o correcto conforme a la medida humana. Lo sabemos, el mundo en que vivimos no es divino, ni moral, ni humano, nos lo hemos entendido por demasiado tiempo falsa y engaosamente, pero conforme a deseo y voluntad de nuestra veneracin, esto es, conforme a una necesidad subjetiva. Pues el hombre es un animal que venera. Y al mismo tiempo es tambin un desconfiado, y el hecho de que el mundo no vale tanto como habamos credo, es acaso lo ms seguro de cuanto se ha apoderado al fin de nuestra desconfianza. Cuanto haya de desconfianza, tanto de filosofa. Nos guardaremos muy bien de decir que vale menos. Hoy se nos antoja como cosa de risa que el hombre quiera proponerse encontrar valores que debieran sobrepasar el valor del mundo real, precisamente estamos de vuelta de eso como de un extravagante desvaro de la vanidad y sinrazn humanas, que durante mucho tiempo no se les ha reconocido por tales. Su ltima expresin la tiene en el pesimismo moderno, su expresin anterior y ms fuerte en la doctrina de Buda. Tambin se encuentra en el cristianismo, si bien de manera dudosa y ambigua, pero no por ello menos seductora. Toda esa actitud de hombre frente a mundo, el hombre como principio que niega-al-mundo, el hombre como medida valorativa de las cosas, como juez de los mundos, que pone la misma existencia, en ltimo trmino, en los platillos de su balanza y encuentra que pesa muy poco la inmensa insulsez de esta actitud se nos ha hecho consciente tal cual es y nos quita todo gusto. Ya nos remos cuando encontramos que se pone juntos a hombre y mundo, separados por la sublime arrogancia de la partcula y. Pero qu pasa? No hemos avanzado un paso ms, al rernos, precisamente por esto, en el desprecio del hombre? Y por lo mismo tambin en el pesimismo en el desprecio de la existencia que nos es cognoscible? No hemos sucumbido precisamente por esto ante la suspicacia de una oposicin, de una oposicin del mundo en que nos encontrbamos hasta ahora, como en nuestra casa con nuestras veneraciones y tal vez a causa de esto nos sostenamos viviendo y del otro mundo que somos nosotros mismos. Un recelo inexorable, fundamental y muy hondo sobre nosotros mismos que se apodera cada vez ms y cada vez peor de nosotros, los europeos, y fcilmente pudiera poner a las generaciones futuras ante la ms terrible disyuntiva de elegir o acabis con vuestras veneraciones o con vosotros mismos!. Lo ltimo sera el nihilismo, pero no sera tambin el nihilismo lo primero? Este es nuestro interrogante. Friedrich Nietzsche, El gay saber, libro V, austral, 1986 (trad. de luis Jimnez Moreno)

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1 | Contextualizacin de El gay saber


El gay saber (la ciencia alegre), que tambin ha sido editado con el ttulo La gaya ciencia, est formado por cinco libros y un eplogo potico. los cuatro primeros vieron la luz en 1882. Cinco aos despus, cuando las intuiciones del proyecto filosfico de Nietzsche, tales como la crtica de la metafsica occidental o la afirmacin de lo real como voluntad de poder, estaban ya desarrolladas en otros textos, se hizo una segunda edicin, que incorporaba el quinto libro y las Canciones del prncipe Vogelfrei. la obra de 1882, libros i-iV, funciona como puente que comunica su segundo perodo filosfico, el Nietzsche crtico ilustrado de la cultura, cuya obra ms representativa es Humano demasiado humano (1878), con el de plena madurez, iniciado con los dos libros de As habl Zaratustra (1884), que culmina con el gran proyecto inacabado de La voluntad de poder, del que lleg a publicar obras tan relevantes como Ms all del bien y del mal o El anticristo. el libro V, que arranca con la noticia de la muerte de dios, se sita en el corazn de esa filosofa del medioda, cuya razn de ser es destruir la vieja metafsica platnica, con todas sus secuelas, tales como la moral cristiana o la filosofa optimista y progresista de rousseau y hegel. Pero no se trata solo de destruir los errores de la falsa cultura, sino de despejar el camino para edificar la nueva filosofa que Nietzsche concibe como una transvaloracin de todos los valores. No dios, sino la vida con su inocencia y poder constituye el fundamento de todo cuanto hay (de valor) y la veracidad de todas las interpretaciones. Cuando Nietzsche concibe estas ideas, europa ha consumado la primera revolucin industrial y est a punto de convertirse, gracias a la tcnica, en la duea del mundo. embriagada de sus ideales de progreso y libertad, no necesita ya al viejo dios cristiano. Nuestro filsofo se limita a registrar el hecho histrico: el ms grande de los ltimos acontecimientos que dios ha muerto [] comienza ya a lanzar sus primeras sombras sobre europa. dios es la realidad-valor que funciona como fundamento metafsico de la cultura occidental desde Grecia, y sus ms evidentes manifestaciones son el desdoblamiento platnico de mundos o la moral cristiana del sacrificio y la renuncia. su muerte significa el fin de una fe cultural, de una forma de interpretar lo real y de vivir de acuerdo a ella. termina una poca y comienza otra caracterizada por el surgimiento del nihilismo. el significado que tiene el trmino nihilismo en la obra nietzscheana es complejo y ambivalente. Por un lado denota, de acuerdo con su etimologa, un amplio conjunto de fenmenos culturales y valores puramente negativos como el budismo o el cristianismo, religiones que niegan con sus falsas promesas la verdadera fuente de valor, la vida material sensible y finita, o el platonismo de los dos mundos, que pone los valores trascendentes de la cultura Bien, Verdad, Belleza en el mundo inmutable ordenado y eterno de las ideas, desprestigiando as todo lo mudable y perecedero de las cosas terrenales. tambin contienen sntomas nihilistas el pesimismo moderno de su maestro schopenhauer, el idealismo de Kant o los proyectos polticos ilustrados de emancipacin inspirados en la revolucin francesa. Ni la voluntad de verdad de la ciencia moderna est libre de sospecha. Pero la destruccin de los errores en los que ha vivido hasta ahora el individuo europeo no es solo un motivo de preocupacin y angustia. tambin, de alegra y esperanza. la muerte de dios, cimiento teolgico de la historia, es el suceso que libera el horizonte y proporciona al ser humano la ocasin para la creacin y el experimento. este es el lado afirmativo del nihilismo. la destruccin de los viejos valores no significa la desaparicin de todo valor, sino el hundimiento de los falsos valores. la ltima parte de la obra de Nietzsche, tal y como qued antes de caer en la locura (enero de 1889), incluye una interpretacin metafsica de la realidad en torno a la idea de vida como voluntad de poder. la transvaloracin de todos los valores, la moral del sobrehombre y el eterno retorno de lo idntico son variaciones de una misma idea que gira en torno a una afirmacin dionisaca del mundo, entendido como aceptacin de la vida tal y como se manifiesta, con su gozo y su dolor, con su potencia de ser y con su muerte.

2 | Anlisis y comentario del texto


La muerte de Dios como acontecimiento histrico
el texto comprende los cuatro primeros prrafos del libro V de El gay saber. a pesar del carcter aforstico de la escritura nietzscheana, contienen una estructura argumentativa que intentaremos mostrar a travs de los ttulos de los prrafos y de los significados a que remiten. El acontecimiento de la muerte de Dios y su sentido para nosotros los filsofos ( 343. Lo que va junto con nuestro buen humor) la muerte de dios es presentada en el texto como un suceso del que se da noticia, a medio camino entre el titular de peridico y la profeca histrica. dios es la cifra de todo fundamento, de todo valor, del orden cultural e histrico que ahora entra en crisis. dicha crisis tiene su origen en el hecho de que el dios cristiano no alimenta ya con su fe los principios morales y las actitudes de los seres humanos en sus vidas. desconfianza y agotamiento son las impresiones que tienen que experimentar aquellos que se dan cuenta de lo que realmente est pasando. el resto del prrafo est dedicado a meditar sobre las consecuencias que han de seguirse del acontecimiento. la filosofa debe descifrar enigmas. en cierto modo, Nietzsche rechaza la concepcin tradicional de la verdad. No hay verdades unvocas, sino interpretaciones abiertas, perspectivas sobre las cosas. el nosotros sita al filsofo frente al acontecimiento, pero orientado a su superacin: Primognitos del siglo futuro. la crisis es real y profunda: las sombras que han de envolver enseguida a europa. Pero Nietzsche la ve como la ocasin de un nuevo comienzo, iluminada por la aurora que permite ver un horizonte despejado.

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Ciencia y creencia. Examen crtico de la ciencia ( 344. En qu medida somos piadosos nosotros tambin) el proceso de crtica que ha conducido al estado de la muerte de dios ha sido el positivismo, la ilustracin; en suma, la ciencia moderna. de ah que Nietzsche se detenga a examinar los supuestos de la propia ciencia en relacin con la vida, la nica fuente de valor que l quiere salvaguardar. Pero la verdad cientfica, al moverse en la abstraccin de las leyes generales, tambin es sospechosa porque presenta la vida como apariencia y engao. resumamos la argumentacin nietzscheana: la ciencia lo somete todo a prueba. Por tanto, se presenta como un saber exento de convicciones. Pero la ciencia parte de una creencia no examinada crticamente o sometida a prueba: la fe incondicional en que la verdad es lo ms valioso. de dnde extrae la ciencia esa voluntad de verdad? No tendra que obtenerlo de la vida? Pero la fe en la ciencia presupone un mundo distinto de la vida. de ah que Nietzsche le extienda un certificado de sospecha: la ciencia es tambin una fe metafsica que no escapa al idealismo platnico. El problema de la moral: origen y valor de la moral para la vida ( 345. La moral como problema) en paralelo con el prrafo anterior, Nietzsche examina aqu el nivel crtico a que ha llegado la filosofa en el uso prctico de la razn, esto es, en moral. distingue entre las morales como sistemas de costumbres, normas y deberes que comparte un pueblo y se configura como un elemento estructural de la cultura. estas morales han sido discutidas y criticadas por filsofos e historiadores. Pero nadie se ha planteado la gnesis del sentimiento y la valoracin morales, el origen y el valor del mandato t debes. el filsofo de la moral da por probado el hecho de que el ser humano es un ser constitutivamente moral. la tarea que Nietzsche propone a su filosofa futura es examinar el valor mismo de la moral para la vida: poner en duda el valor de la moral. la llev a cabo en uno de sus libros ms celebres, La genealoga de la moral. Relacin del acontecimiento de la muerte de Dios con el problema del nihilismo ( 346. Nuestro interrogante) Podra decirse que Nietzsche quiere marcar el nivel de su propio radicalismo crtico y situarlo en relacin con la crtica ilustrada de sus maestros: el escepticismo de hume, el criticismo de Kant o el pesimismo de schopenhauer: lo sabemos, el mundo en que vivimos no es divino, ni moral ni humano. en este ni humano se sita Nietzsche, pues ampla su crtica al humanismo moderno que cree en la razn y en el progreso ilimitado. tambin el humanismo moderno incurre en el mismo juego de restarle valor a la vida al separar y oponer hombre y mundo, para convertir al hombre en el principio que niega-el-mundo. lo mostrado por el acontecimiento de la muerte de dios es el estado espiritual de nihilismo que caracteriza al siglo xix europeo. la pregunta a la que alude el ttulo es precisamente la que interroga por el sentido de ese nihilismo: es lo ltimo, el efecto final de descomposicin y agotamiento de una cultura que ya ha hecho lo suyo en la historia, o es lo primero, el desenmascaramiento de un error que permite un nuevo comienzo y una transvaloracin de los valores?

3 | Otros planteamientos filosficos


El problema de la destruccin de la metafsica occidental y la crtica de la cultura en la historia de la filosofa
si identificamos como problema central del texto el sntoma de la muerte de dios, que anuncia la enfermedad del nihilismo e invita a los filsofos atentos a lo que llega del porvenir, a buscar la curacin el filsofo como mdico de la cultura, entonces podemos concluir que el enfoque de Nietzsche no tiene precedentes en la historia de la filosofa desde que se constituye en saber normativizado en la academia platnica. los sofistas griegos o los moralistas y enciclopedistas franceses (Montaigne, Chanford, diderot, etc.) no sirven como ejemplos porque hay en Nietzsche un radicalismo filosfico y un alcance sistemtico en sus reflexiones que no son desmentidos por una escritura que se da como aforismo, fragmento y metfora. hasta hegel y schopenhauer, la filosofa se haba presentado como tratados que plantean los problemas nodales de la tradicin: el problema del conocimiento, la estructura de la realidad (metafsica), el mtodo. Pero con Nietzsche, la filosofa se convierte en crtica, comentario y deconstruccin de las ideas establecidas. la filosofa no es un saber superior. Ya el primer Nietzsche, el autor de El nacimiento de la tragedia o Verdad y mentira en sentido extramoral, haba aproximado la filosofa al arte y le haba negado cualquier privilegio cognoscitivo. los conceptos no son constructos de un sujeto trascendental con valor universal, sino metforas que han tenido xito. la posteridad que aguardaba a estas ideas iba a ser inmensa, aunque inicialmente la filosofa acadmica le dio la espalda. su influencia, muy intensa a raz de su muerte en 1900, se hizo sentir primero en el mundo del arte y de la poltica. Nietzsche comparte con Marx el privilegio de haber sido la influencia dominante en el siglo xx, aunque con la diferencia de que en el comienzo del xxi la presencia del primero se ha acentuado ms an si cabe. su crtica del idealismo y su filosofa de la vida se convirtieron en el origen de una corriente filosfica que tendr sus ms altos representantes en filsofos de la talla de Georg simmel (1858 1918), Max scheler (1874 1928) y Jos ortega y Gasset (1883 1955). tambin est en el origen de la filosofa existencial de Jaspers o sartre. su crtica de la cultura y sus anlisis psicolgicos de las motivaciones humanas influiran en otro de los grandes constructores de ideas del siglo xx, sigmund freud (1856 1939), y de ah pasara a impregnar la crtica cultural llevada a cabo por la escuela de frncfort. su anlisis de la crisis de la metafsica marcara la filosofa de Martin heidegger y sus reflexiones sobre el lenguaje tendran un eco en el Wittgenstein de la teora de los juegos de lenguaje.

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Vocabulario especfico

Nietzsche no ano es un ser crdulo. conviccin el ser hum hay, a un lado, superstino cree que es un ilustrado porque as por la razn. Ve por otro, certezas demostrad ciones, y al una fe, pero a se apoya siempre en primera vez que la vid fe permaneautnticos motivos de la que con frecuencia los n de la filosofa de ah su concepci cen ocultos para la razn. las mscaras antar sospechas y quitar como la actividad de lev que en realidad para que sean lo ocultadoras a las cosas iste valor: el de la co punto de vista que rev son, desde el ni vida en su devenir. cin es la de eto metafsico, cuya fun Dios se trata de un obj la tradicin europea fundamento de representar el origen y o cuanto hay, y en la causa primera de tod en metafsica, oluto. el dios platnico a) el bien abs moral (la moral cristian d, deslida la valoracin de la rea cristiano ha condicionado : la del lidad, la nica que existe rea prestigiando la autntica

an nuestros enir de que nos inform mundo material en dev sentidos. sentidos y plea el trmino en varios nihilismo Nietzsche em o pasivo y activo. por ejemplo, nihilism distingue diversos tipos: situacin vital en la olgico, nihilismo es la en su sentido etim e en nada, que piensa sona que no cre que se encuentra la per es decir, que valen nada, cosas carecen de valor, que todas las que todo es igual. la filosofa es introduce Nietzsche en valor la novedad que es la cuestin del ser de esta no que el problema central as no depende de una or. la realidad de las cos sino la del val o del valor nente, que no tienen, sin supuesta esencia perma , en cuanto e, siendo la vida misma que la vida les confier realidad. solo ca fuente de verdad y voluntad de poder, la ni el mundo. los valores constituyen

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