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EL DIÁLOGO EN LA TERAPIA SISTÉMICA. JM de Pablo

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EL DILOGO EN LA TERAPIA SISTMICA

JUAN MIGUEL DE PABLO URBAN, Psiclogo y Psicoterapeuta de Familia. Director de la revista SYSTMICA. Director del Servicio de Atencin Familiar de COOPERACION, Instituto de Formacin Sistmica, S.C.
(Este texto pertenece a la conferencia leda en el 2 ENCUENTRO INTERDISCIPLINAR SOBRE RETORICA, TEXTO Y COMUNICACION, celebrado en Cdiz en diciembre de 1994, organizado por la Universidad de Cdiz. Publicado en DIALOGO Y RETORICA. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cdiz, 1996. Pgs. 313-320).

1. INTRODUCCION Antes de comenzar necesito hacer alguna aclaracin. Hablaros del dilogo en Terapia Sistmica puede ser sumamente complejo. Podemos hablar de las formas comunicacionales que se consideran en la prctica de la Terapia Familiar pero podra resultar extrao, cmo contaros lo que hacemos sin convertirlo en una exposicin de los fundamentos o de las teoras que cimentan el trabajo en terapia y, en qu medida, en un seminario como este, es lo adecuado. Ante este planteamiento, he decidido hablaros de una forma de entender el dilogo en terapia sistmica que est cercano a corrientes filosficas y epistemolgicas, a corrientes que parten de las narrativas, a algo que no es exclusivo de los psiclogos y los psiquiatras, a una forma de hablar que compartimos con antroplogos, epistemlogos, lingistas, bilogos y filsofos de la ciencia. Esto que suena extrao, al principio, vamos a llamarlo Enfoque Sistmico Constructivista. Y corresponde a una forma de explicar lo que hacemos ante nuestros pacientes: familias, individuos y/o grupos.

2. CONSTRUCTIVISMO BIOLOGICO: QU ES LA REALIDAD? Podemos partir de una importante consideracin: qu es la realidad?. Alguien me podra responder a esta pregunta, o intentar responderla respecto a algo, por ejemplo, si me explicarais cmo es una fresa, dirais que es un fruto, de color rojo, pequeo en comparacin con otros, rugosa en su textura, que tiene el cascabullito verde, etc. Cosas que est claro que todos podemos entender. Imaginad, por un momento, que esto lo explicarais

a un perro, a un perro muy inteligente, y le comentais estos mismos calificativos. El perro tiene un sistema perceptivo, en lo que respecta a la visin, que no reconoce los colores, ve en blanco y negro. Qu entidad tiene "rojo" para l, qu consistencia tiene para este animal una descripcin basada en los colores que nuestro, y repito, nuestro sentido de la visin nos regala. Cmo explicara la realidad de una fresa: dira que su olor es X, un calificativo que otro perro entendera bien, pero que nosotros difcilmente podramos compartir. Pero si repentinamente se acercara un caballo, cuyo campo de visin tiene una amplitud muy superior al nuestro, cmo entenderamos una descripcin del camino por el que ha llegado hasta nosotros si nuestro reducido campo perceptivo tiene serias limitaciones. Cmo nos dira un murcilago que es la realidad de ese mismo camino o de la fresa. El constructivismo biolgico, H.Maturana y F.Varela entre otros, han desarrollado trabajos muy interesantes en este sentido. La realidad se construye por nuestro sistema perceptivo, no podemos hablar de la realidad sin mediatizarla a travs de una estructura biolgica que la transforma para nosotros. Es eglatra pensar que nuestra visin de la realidad es la realidad, bastara que nos desapareciera un ojo para que empezaramos a reconstruir otra realidad distinta. Esto quiebra gran parte del paradigma empirista y reduce la tradicin positivista de la ciencia a una fantasa orgullosa en la que todos hemos afirmado que todo poda ser reducido al laboratorio, recrear la realidad y responder a los fenmenos y sus problemas. Podeis decirme, "bueno, todos sabemos qu es una fresa y reconocemos lo que dice alguien como propio de la fresa porque tambien nosotros la vemos as". Cierto, nuestro sistema perceptivo es comn y nuestra realidad fsica puede ser compartida en tanto que las estructuras biolgicas y orgnicas que poseemos son muy parecidas. Ahora bien, permitidme un paso ms en este camino. Cmo se construye la realidad en lo relacional, lo afectivo y lo cognitivo?.

3. CONSTRUCCIONISMO EXPERIENCIA?

SOCIAL:

CMO

SE

CONSTRUYE

LA

Contemos una historia, una historia ms en el catlogo de las historias que todos nos contamos:

Hace tiempo, mucho tiempo, naci un nio en una aldea pequea, de un condado cualquiera de un pais cualquiera. A medida que creca, miraba a su alrededor y se preguntaba qu soy, para qu valgo, qu esperan de m. Escrutaba las miradas de los otros que devolvan, alguna vez sonrisas, alguna vez afecto, alguna vez enfado, otras desprecio. Almacenar miradas en el saco del recuerdo para encontrar respuestas. Un da, quizs de primavera, mientras cargaba un haz de lea, pesado y molesto, cruz por una de las calles del pueblo. La fortuna no le acompaaba aquella jornada, su despertar fue pausado pero un mal sabor en la boca le traa imgenes de un mal sueo. Estaba especialmente sensible, ya con doce aos sus ojos estaban vidos de gestos, de confirmaciones o refutaciones. Paremos por un momento. Todos hemos sido ese chico vido de respuestas, de confirmaciones y de refutaciones. El Dr. Maldonado recordaba un retazo de la obra "SHAME" del perseguido S. Rusdhie que dice: "Cada historia es un acto de censura que excluye otras historias distintas". Este chico tiene ahora una gran cantidad de historias. Muchos das carg lea, muchos das se despert de humores diversos, muchos das cruz por la calle de ese pueblo. Todos sabemos que cada da pudo ser distinto, porque muchos de nuestros das han sido distintos. Pero ese da, ay!, parece un da especial: Cruzaba por la calle del pueblo, cargado con su haz de lea, molesto y pesado. El suelo estaba mojado, resbaladizo y el cansancio estaba acusndose en su espalda. Un paso, dos pasos, una duda rpida, el pi aqu o all, quizs... y, el haz de lea se desplaz levemente a su derecha, su cuerpo intent enderezarse pero poco se poda hacer ya. La lea y l cayeron sobre un gran charco.

Todos hemos vivido acontecimientos "especiales", es decir, algn da ocurri algo que nos define ante los dems, que nos define de una forma muy clara. Los hombres que estaban en la taberna y le vieron caer, rieron, o le socorrieron, o se asustaron. Posteriormente en su hogar, quizs sus padres entendieron que era demasiado pesada la carga, o le regaaron: "tan despistado y tan tonto como siempre". Pero ese da una historia de torpeza censur otras historias, realz otras muchas pequeas historias de equivocaciones, de ensayos fallidos o de errores simples, desaparecieron aquellas otras que decan: "que bien cortas la lea", "eres un chico fuerte", "sabes caminar con seguridad". Todo empieza a tener respuesta, cada

acontecimiento est ms claro. Hay personas importantes alrededor de este chico que le miran en su torpeza, en su timidez, en sus dudas al caminar. "Este chico parece tonto". El chico se rebelaba contra todo esto, "no soy tonto", "no me entienden", y as pasaron los aos... En nuestra vida hay muchos, demasiados das especiales, donde vidos de respuestas nos miramos en las miradas de los que nos rodean. Las lagunas se llenan con palabras, las ms insistentes, con los sentimientos ms palpables. Se va construyendo un sentimiento de ser ..., de ser capaz de..., de querer .... Pas el tiempo, durante algunos aos, las cosas simplemente ocurran, creca en cuerpo y en conocimiento pero aquel lugar le asfixiaba. Haba que buscar fuera de all, donde se le comprendiera y valorara. "l no era tonto". Un buen da, cogi sus pertenencias y sali al camino. Un hombre amable le recogi y le llev con l hasta un lugar muy distinto, una ciudad lejana donde nadie le conoca. Llevaba un mes en aquella ciudad y empez a sentirse mal. Incmodo, inquieto, no poda dormir por las noches. La gente era agradable, le queran bien pero haba algo que no saba explicar. Se despertaba sudando y angustiado. Una maana, con el sufrimiento reflejado en el rostro, caminaba por la calle. Esa incomodidad tan presente, esa necesidad de mirar hacia el suelo..., ese andar rpido como quien huye. Y al cruzarse con una pareja de lugareos, tropez con ellos de forma violenta cayendo al suelo. Al levantar la mirada, observ las miradas de los dos hombres que, sonriendo, le dijeron: "Chaval, ests tonto...". Y el sinti como si desapareciera esa inquietud, como si volara su angustia. El tiempo construye, con esas miradas y esas palabras, dentro de nosotros una "realidad". Esta realidad es lo que llamaramos "la historia oficial", esa historia que nos contamos cada maana al mirarnos al espejo. Yo fu un nio o una nia..., mis padres hicieron..., yo no sirvo para... Llegado a este punto, todos podemos reconocernos en ese chico. Todos nos hemos creido, entre comillas, una historia de nosotros que ha censurado otras muchas historias diferentes. Pero si una historia tiene tanto peso y tanto espacio dentro de nosotros nos obliga a estar recluidos entre sus mrgenes. Cada paciente, familia o individuo, que viene a terapia nos dice que lo que ocurre

en su vida, en sus relaciones tormentosas, en su angustia, en su tristeza sin fin es as porque as es.

4. LA TERAPIA SISTEMICA CONSTRUCTIVISTA: MEDIOS NARRATIVOS PARA LA DECONSTRUCCION Y COCONSTRUCCION DE LA EXPERIENCIA La Terapia Sistmica, en general, se basa en una serie de presupuestos, de los que yo utilizar los que se acercan al objetivo de la definicin del dilogo en las terapias: a) En primer lugar, no considera la causalidad lineal adecuada para explicar e intervenir en los sistemas abiertos. Por ejemplo, no podemos decir que mi angustia se debe a una madre excesivamente acaparadora (psicoanlisis) o que mis delirios estn causados por un desequilibrio qumico en mi organismo (psiquiatra biolgica) o que mi fobia a las alturas est originada por un condicionamiento generalizado ocurrido a travs de unas experiencias concretas (conductismo). Seguramente todo esto ha ocurrido realmente, y con ello se aclara que no es un tema de teoras equvocas, estamos diciendo, por el contrario, que todo esto posiblemente ha podido suceder en la persona. Hay un ejemplo clsico que expone Watzlawick: si pateamos una piedra con una fuerza determinada y en una direccin concreta podremos asegurar qu ocurrir con esa piedra, donde caer o a qu velocidad se desplazar. Pero si pateamos a un perro no sabemos qu ocurrir. Puede ser que huya, que se revuelva y nos muerda, que se aleje corriendo antes de que le demos la patada, etc, etc, las posibilidades pueden ser infinitas. Pero esto nos lleva a un punto de crucial importancia, segn este perro responda nosotros modificaremos nuestra forma de volver a acercarnos a l, si nos muerde seremos cautos la prxima vez y, simultneamente, el perro tambin modificar su conducta hacia nosotros, y as sucesivamente. Un ciclo de realimentacin infinita. La Terapia Sistmica, por tanto, insiste en la causalidad circular, porque los ciclos de conducta de, por ejemplo, una familia estn en contnuo movimiento y, como una danza, circulan de unos miembros a otros con una precisin milimtrica, con una cadencia y un ritmo asumido por todos y cada uno de los miembros del sistema. b) En segundo lugar, la forma de interaccin en los sistemas abiertos se produce siempre a travs del intercambio de informacin, de la que llamamos comunicacin. Cuando hablamos de la comunicacin nos referimos a todas las posibles comunicaciones, la oral, la gestual, la que surge del silencio, la escrita...

c) En tercer lugar, y aqu aparece la perspectiva constructivista basada en narrativas, la experiencia sobre nuestras relaciones, la forma de comunicarnos, el cmo pedimos y en qu contextos, el qu esperamos de los otros, etc,. se articula como una historia, como una narracin.

Si volvemos por un momento a nuestra historia y recordamos que este chico se sinti desangustiado cuando le dijeron "tonto", podreis plantear que cmo es eso, acaso es que realmente lo era o es que hay truco en la historia. No, no hay truco. Seguramente este chico est en un momento crucial de su existencia, haba un programa oficial, as le llama el Dr. Elkaim, a m me gusta ms el trmino "historia oficial", que tiene reducido el mbito de los moviminetos vitales de este joven. Estos mrgenes establecidos le han sido sumamente tiles durante mucho tiempo para poder desarrollar sus actividades en el sistema familiar y social en el que se ha movido. Pero a todos nos llega el momento en que los requerimientos naturales de nuestro crecimiento nos exigen nuevas pautas, otras formas de movernos porque los anteriores son muy restrictivos. As que tenemos a este joven en un dilema: - si intento cambiar vuelvo a pasar por el calvario de la indefinicin, por la ausencia de historia, por la angustia de tener que recrear mi experiencia, mi vida, por el caos, la crisis, los sntomas... - si me quedo tal cual, vuelvo a pasar el calvario de una definicin nica, por el peso de una historia vieja y caduca, por la angustia de slo contar con una experiencia, la muerte. Por la paralizacin, los sntomas... Y en esto llega a terapia. Qu es la terapia?. Ante todo consiste en el encuentro de un sistema (individual, familiar o grupal) con una historia oficial pesada y rgida, restrictiva e insidiosa; con otro sistema (individual o grupal) llamado terapeutas. La creacin de un espacio llamado Terapia, tiene un gran poder, porque no es comn reunirse para hablar de lo ms ntimo, para confrontar seguridades, desvelar silencios. Si el sistema paciente y el sistema terapeuta se encuentran, se recrea un nuevo sistema, el SISTEMA TERAPEUTICO que consiste en el establecimiento de un dilogo en colaboracin que modifica al paciente y al terapeuta. Ambos reciben nuevas historias sobre ambos.

Dialogar en terapia sistmica empieza, desde la perspectiva del terapeuta, por escuchar esa historia oficial y, en lo que al sistema paciente se refiere, en convencernos, como a tantos, de que esa es la nica verdad. Ya sabeis aquello que siempre repetimos, esa letana de nuestros tormentos que dice: soy as por esto y aquello, dej a aquel chico por..., decid irme a estudiar para..., abandon el trabajo por..., mis padres nunca me permitieron..., yo habra conseguido todo aquello si no fuera por aquel..., y as se construye una historia, a la larga muy aburrida. O es que nos divierte ver siempre la misma pelcula?. La historia oficial es una historia que se alimenta del miedo, del miedo al dolor. Nadie construye una historia, su historia, caprichosamente. Uno se cubre, evita que se toque la herida, las heridas se esconden porque duelen, pero se infectan y supuran, y a esto lo podemos llamar sufrimiento. Sufrimiento y dolor no es lo mismo, la psicoterapeuta A. Snchez-Sarachaga clarifica esa diferencia: todo sufrimiento se basa en evitar el dolor. Por lo que recibimos a pacientes que sufren mucho para no sentir dolor. Despus podemos pasar a un segundo estado, consistente en el cuestionamiento de esa historia oficial, porque cuntas lagunas, tiene eso que contamos, cuntas cosas nos sorprenden de nosotros y las olvidamos automticamente. Hay mil otras historias que dicen de nosotros otras muchas cosas. A esto lo llamamos deconstruir narrativas y es una labor difcil, porque se est jugando, en la prdida de esa vieja construccin, muchas de las cosas que hemos utilizado durante aos para sobrevivir, para entendernos y para ser entendidos. El sistema paciente pretende ser coherente con su historia oficial, coherente en los medidos pasos de las relaciones con los otros. Lucha por no abandonar el papel que se le otorg en el reparto de la historia. El terapeuta duda y se pregunta si no ser mejor dejarlo. Pero, he aqu que a travs del dilogo en las sesiones, el sistema paciente empieza a cuestionarse seriamente la historia oficial, el propio terapeuta se ve cuestionado por lo que all est ocurriendo, porque es falso que uno pueda observar un acontecimiento sin recrearlo y hacerlo suyo. De la interaccin contnua de historias distintas surgen otras historias escondidas. Cuando emergen estas otras historias, empezamos a sorprendernos. Cmo es posible haber mantenido una historia oficial tan opuesta a las otras historias que comienzan a surgir? parece inexplicable. Las heridas salen

a la luz. El miedo, siempre el miedo, puede llevarlo todo al principio, pero nunca al mismo sitio. No podemos engaarnos tanto. Un tercer estado sera: la coconstruccin de historias. Esas historias escondidas, pequeas al principio. "El chico cortaba bien la lea", "Era fuerte"..., una vez focalizadas y con tiempo empiezan a ocupar ms espacio y tiempo. El nio rebelde que todo lo destroza, como un demonio, al que hay que poner cadenas empieza a ser visto de otra forma, puede ser cierto que est tan preocupado por la tristeza de mam?, que gracias a su conducta irritante consiga sacarla de la cama aunque sea para regaarle? Podr ser cierto que pap que nunca me dijo "te quiero" guardara en su mesilla mi foto? Estas historias, de pronto, irrumpen dentro de nosotros y recrean nuevos mrgenes de movimiento. Son historias de nuestra vida, siempre estuvieron ah, slo fueron censuradas por otras historias. Algunas demasiado tiempo escondidas. En cuantos cuentos, contados en la penumbra de una habitacin, nos dijeron que alguien olvid quien era y estuvo mucho tiempo por aqu y por all, y que despus de mil peripecias, trabajando en los lugares ms sucios y profundos, un buen da record y, a partir de ese momento, la fuerza le acompa durante muchos y muchos aos.

5. BIBLIOGRAFIA

- ELKAIM, M. (1989) Si me amas no me ames. Barcelona: Ed. Gedisa. - GRINDER, J; BANDLER, R. (1980) De sapos a prncipes. Santiago de Chile: Ed. Cuatro Vientos (1993). - MALDONADO MARTINEZ, I. (1994) "A critical evaluation of narrative and related concepts in Family Therapy". (En prensa: Family Process). - MATURANA, H; VARELA, F. (1990) El rbol del conocimiento. Madrid: Ed. Debate. - VARELA, F. (1988) Conocer. Barcelona: Ed. Gedisa (1990). - WATZLAWICK, P; BEAVIN-BAVELAS, J; JACKSON, D. (1967) Teora de la Comunicacin Humana. Barcelona: Ed.Herder (1989). - WHITE, M; EPSTON, D. (1980) Medios Narrativos para fines teraputicos. Barcelona: Ed. Paids (1993). - WHITE, M. (1989) Guas para una Terapia Familiar Sistmica. Barcelona: Ed. Gedisa (1994).

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