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Unión de Hecho - Principios - Extinción

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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

IX CICLO

DERECHO CIVIL VIII


(FAMILIA)

Mag. Milagros Lévano Saravia


UNION DE HECHO
PRINCIPIOS - EXTINCIÓN
RECONOCIMIENTO LEGAL DE UNIÓN DE HECHO
CLASIFICACIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO
Doctrinariamente, la unión de hecho se clasifica teniendo en cuenta el cumplimiento de los requisitos que
legalmente se exigen para su reconocimiento y producción de efectos jurídicos. Tenemos la siguiente
clasificación:

UNIÓN DE HECHO PROPIA O EN SENTIDO ESTRICTO


Llamada unión de hecho en sentido estricto o concubinato carencial. Es aquella unión que cumple con todos
los requisitos establecidos por nuestra normativa para generar efectos jurídicos, tanto personales como
patrimoniales.
Se encuentra conformada por sujetos que se encuentran libres de impedimento matrimonial y que, por lo
tanto, en cualquier momento, cuando lo deseen, pueden contraer matrimonio.

Elementos
Los elementos que configuran a esta unión son:
- Dos personas de sexos complementarios.
- Libres de impedimentos.
- Determinación del estado de familia.
- Buscar finalidades similares al matrimonio (derechos, deberes y obligaciones).
- Genera efectos patrimoniales correspondientes a la sociedad de gananciales.
Unión de hecho impropia
Llamada unión de hecho en sentido lato o amplio o concubinato sanción.
Esta unión estable no cumple con los elementos o requisitos para su reconocimiento formal. La unión de
hecho impropia se presenta cuando dos personas que tienen impedimentos para poder contraer
matrimonio se unen entre sí. Crea una familia ensamblada, reestructurada o informal. Se entiende que
cuando no puede acreditarse que una determinada unión de hecho es propia, de conformidad con lo
establecido en el ordenamiento jurídico, dicha unión de hecho, en un criterio residual, tendrá el carácter
de impropia.
En el Perú, el primer indicio para referirnos a la unión de hecho impropia lo encontramos en el último
párrafo del artículo 326 del Código Civil (la unión de hecho que no reúna las condiciones de ley genera
la acción de enriquecimiento sin causa).
Los efectos que genera no son patrimoniales, son solo personales. Es una unión de hecho simple, sencilla,
que no requiere el cumplimiento de requisitos.
Esta unión de hecho, a su vez se clasifica en:
Unión de hecho impropia pura
En esta unión de hecho los convivientes desconocen que se encuentran incursos en una situación de
impedimento matrimonial. En tales supuestos, la relación familiar se desarrolla dentro de un clima de
buena fe en el que uno de sus integrantes está convencido, o al menos es parte de su ilusión, de la
posibilidad de formalizar en algún momento la relación convivencial en matrimonio.
Unión de hecho impropia impura
En esta subclasificación, los convivientes, o por lo menos uno de
ellos, conocen que se encuentran incursos en una situación de
impedimento matrimonial.

Héctor Cornejo Chávez, nos dice, que puede darse entre


personas libres o atadas por un vínculo matrimonial con
distinta persona, tengan impedimento para legalizar su unión
o no lo tengan, sea dicha unión ostensible o no lo sea; pero
siempre que exista cierto carácter de permanencia o
habitualidad en la relación. Por este motivo, el citado maestro
del Derecho de Familia excluye de la unión de hecho, aún
entendida esta en su acepción amplia, impropia a la unión
intersexual esporádica y al libre comercio carnal.
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LAS UNIONES DE HECHO
Unión de hecho impura paralela al matrimonio
Impuro, de mala fe son algunos de los términos despectivos atribuidos a aquellos
que viven este tipo de unión extramarital.
La diferencia entre el matrimonio y la unión estable putativa o concubinato puro
reside en una cuestión: el conocimiento que el compañero (a) está casado (a).

Maria Berenice Dias afirma que, la doctrina trata de hacer clasificaciones. A las
relaciones de concubinato adulterino se le procede a identificar las siguientes
especies: el concubinato puro o adúltero de buena fe y el concubinato impuro o
adúltero de mala fe.

La diferencia se centra exclusivamente en el hecho de que el concubino no sea


consciente que su pareja permanece en el estado de casado o tenga otra relación
simultánea. Solo cuando no es consciente que su pareja tiene otro se reconoce que
actúa de buena fe y se acepta el establecimiento de la unión estable, con el nombre
de unión estable putativa.
ELEMENTOS Y CARACTERÍSTICAS DE LA UNIÓN DE HECHO PROPIA

La unión de hecho es la situación de un hombre y una mujer


que viven en posesión de estado de cónyuge sin haber
celebrado matrimonio.
No es una forma de derecho, simplemente es un hecho, una
situación jurídicamente existente, orgánica, provista de status y
cada vez más de toda fuerza obligatoria. Existen vínculos de
derecho entre los concubinos. Jurídicamente no son extraños
entre sí, por lo tanto, esa unión es fuente de derechos, de
obligaciones recíprocas para quienes la mantienen.
La unión de hecho propia es la que genera distintos efectos
jurídicos contemplados en nuestra normativa, específicamente
para esta institución jurídica. En este sentido, debe cumplir con
una serie de requisitos o estar dotada de determinados
elementos para ser susceptible de ser reconocida por nuestro
ordenamiento jurídico.
Del análisis de la doctrina y de la clasificación de las uniones estables podemos
determinar que las mismas cuentan con elementos de tipo objetivos y subjetivos:

Elementos objetivos
Convivencia
Un primer elemento está referido a la comunidad de vida, a la vida conyugal estable,
que distingue una unión de hecho de una mera relación circunstancial, momentánea,
accidental, esporádica. Implica el compartir la realización de actividades en la vida
cotidiana. Un gran sector de la doctrina es de la opinión, que si los convivientes
carecen de un domicilio común no es posible sostener la existencia de una unión de
hecho para los diversos efectos que pueden invocarse en el ámbito jurídico.

La convivencia no se debe entender como cohabitación a ultranza. Puede ocurrir que


por razones de trabajo uno de los convivientes deba vivir en otra residencia; en este
caso, la unión continuará, salvo que la separación vaya acompañada de una voluntad
real de disolución. En este sentido dice Pitt: “La convivencia no siempre habrá de darse
bajo el mismo techo, como ocurre cuando uno de los convivientes tenga que
desplazarse con regularidad de un lugar o país a otro, por razones de trabajo, de
salud, inclusive cuando se pierde la libertad”
Singularidad
Implica que la totalidad de elementos que constituyen la
unión de hecho debe darse entre dos sujetos: un hombre y
una mujer, configurándose una relación heterosexual y
monogámica.
En virtud de la singularidad surge el deber natural de
fidelidad que de no observarse podría provocar la
terminación por decisión del conviviente ofendido.
La opinión en gran parte es de no considerar como
uniones estables propias a uniones poligámicas en las
que, dicho sea de paso, su grado de estabilidad y
permanencia, sería de difícil probanza.
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Este elemento implica la notoriedad de la vida marital de hecho. Involucra la convivencia en
un mismo hogar y su trascendencia en la sociedad. La unión de hecho debe tener famma,
reconocimiento público o demostración externa de su existencia; ello desecha las uniones de
hecho clandestinas u ocultas. Lo importante es que los convivientes sean conocidos como
pareja, en razón que para tener la posesión de estado de convivientes deben tener trato y
fama. El trato deviene de la cohabitación y de las normas internas que regulan la convivencia,
y la fama del conocimiento público de la relación. Solo cuando esos caracteres aparezcan,
podremos reconocer relevancia jurídica a la unión de hecho.

Estabilidad
La unión de hecho está revestida de permanencia, duración, continuidad, habitualidad, por tal
motivo se entiende que es una unión estable. Este elemento implica el establecimiento de un
plazo de tiempo mínimo. Nuestra Constitución no hace referencia alguna a la fijación de un
tiempo; lo que corresponde efectuar al legislador de acuerdo a cada circunstancia.
Es muy difícil determinar cuándo una unión es permanente y cuándo es esporádica o
transitoria si no existe una regulación legal que determine el plazo exacto, pero lo cierto es
que la duración de la relación es una condición sine qua non para producir efectos jurídicos.
Un elemento controvertido es el relativo al plazo de duración de la relación
convivencial. Nuestra Carta Magna no establece plazo de duración mientras que
nuestro Código Civil sí lo establece.
Al respecto encontramos posiciones predominantes en la doctrina:
La primera postura sigue el criterio de jerarquía de las normas. En tal sentido, busca
resaltar la primacía de nuestra Constitución Política, respecto de las normas de inferior
jerarquía; es decir, en la medida en que la Constitución no establece un plazo de
duración de la unión de hecho, tal elemento concreto no es exigible para el
reconocimiento jurídico de estas uniones estables, por lo que no se considera necesaria
la observancia del plazo determinado de dos años establecido en nuestro Código
Civil.

La segunda postura sigue un criterio de especialidad o especificidad de las normas. En


tal virtud, busca conjugar el texto constitucional con el Código Civil.
Se alega que las disposiciones genéricas del reconocimiento, amparo y protección de
las uniones de hecho las encontramos en nuestra Carta Magna, mientras que las
disposiciones específicas las encontramos en la normativa especial; es decir, en nuestro
Código Civil. En este sentido, se toma en cuenta el plazo determinado de dos años
continuos de duración de la relación convivencial, como elemento legalmente exigible
para el reconocimiento jurídico de dicha unión estable.
Elemento subjetivo
Es la voluntad de los convivientes, la que es esencial pues de ella depende no solo la
constitución de la unión de hecho, sino también su continuidad. Si cesa el acuerdo voluntario,
la unión desaparece. De ahí su carácter precario, puesto que la unión puede quedar sin
efecto por voluntad unilateral de cualquiera de las partes.

Inexistencia de impedimentos matrimoniales


Asimismo, tenemos como elemento de la unión de hecho la ausencia de impedimentos
matrimoniales en los sujetos que la componen. Esto distingue a la unión de hecho propia, en
la cual no media impedimento matrimonial entre la pareja, y la unión impropia, aquella en
la que sí existe impedimento matrimonial.
La cuestión de la existencia o no de los impedimentos cobra relevancia en los supuestos en
que el sistema jurídico regula los efectos de las uniones homosexuales, pues en estos casos,
los efectos pueden negarse a quienes tienen algún impedimento para contraer matrimonio.
Pero cuando solo se trata de regular las consecuencias jurídicas de un hecho no
contemplado en general por la ley, la posibilidad de que exista algún impedimento para
contraer matrimonio resulta indiferente, sin perjuicio de que esa situación pueda ser tenida
en cuenta para arbitrar soluciones diferentes según que los impedimentos se presenten o no.
El estado de familia deriva del emplazamiento de un sujeto en una familia
determinada, basado en la existencia de un título de estado. En la unión de
hecho, en la medida en que es notoria y estable, se advierte la existencia de un
estado aparente de familia, la posesión de un estado determinado de familia
que se da en los hechos, un aparente estado matrimonial que por implicar en sí
misma un valor jurídico, incidirá, en ciertos aspectos, sobre las negociaciones de
los convivientes con los terceros.

Título de estado de carácter declarativo


Cuando la relación convivencial cumple con los requisitos para ser una unión de
hecho propia, los efectos jurídicos de la sentencia que reconoce dicha unión
tiene un carácter declarativo y no constitutivo, consagrando una situación
jurídica preexistente y este efecto es ex tunc, no ex nunc, y consecuentemente se
incluye la tutela de sus efectos jurídicos al periodo comprendido entre el inicio
de la unión de hecho y la emisión de la sentencia judicial.
La unión de hecho implica una convivencia de carácter estable y permanente y en
este orden de ideas llegamos a las siguientes precisiones:

a) No es unión de hecho la unión sexual circunstancial o momentánea de varón y


mujer. Se requiere la comunidad de vida que confiere estabilidad a la unión y
se proyecte en la posesión de estado.

b) No es unión de hecho aquella que carece de permanencia en el tiempo. La


permanencia está estrechamente ligada a la estabilidad. La posesión de
estado conyugal, o estado conyugal aparente, se nutre del carácter de
permanencia, de la perdurabilidad en el tiempo en que ambos convivientes han
asumido el rol de marido y mujer. Por eso se dice que en nada difieren las
personas casadas de las que viven en convivencia, y de ahí otros caracteres se
subsumen:
la singularidad de la unión respecto a cada uno de los convivientes y recíproca
fidelidad.
c) En cuanto a la singularidad de la unión se tiene en cuenta que la
posesión de estado de los concubinos se traduce en el hecho de la
unión estable y permanente monogámica, remedo del matrimonio
mismo. Por eso se requiere que los caracteres de estabilidad y
permanencia de la unión se den entre un hombre y una mujer.

d) En lo relativo a la fidelidad recíproca, la doctrina suele calificarla


de aparente. Se trata de una condición moral: las relaciones de los
convivientes deberán caracterizarse por conductas que manifiesten
el afecto y la aparente fidelidad.
Tratándose de una unión estable, permanente y singular, la fidelidad
queda también implicada; y así como en el matrimonio puede darse
la infidelidad sin que por ello pierda su carácter de tal, del mismo
modo en la unión de hecho puede darse la infidelidad por parte de
uno de los convivientes.
FINALIDAD:

Es criterio unánime en la doctrina que las uniones estables


se constituyen con el objetivo de cumplir derechos,
facultades, deberes, obligaciones y finalidades
semejantes, análogas al matrimonio, pero sin cumplir con
las formalidades que el acto matrimonial conlleva.
Las uniones estables se constituyen para crear una
comunidad de vida.
La procreación se encuentra entre sus finalidades aunque,
como se ha precisado, esta finalidad, hoy por hoy, es
colocada en un segundo plano, con una trascendencia
menor de la que anteriormente gozaba. La procreación
no es el objetivo esencial en virtud del cual se constituye
una unión intersexual, la comunidad de vida la ha
desplazado.
IMPORTANCIA

La unión estable es una fuente generadora de familia y es reconocida


constitucionalmente.

Este reconocimiento y positivización se debe al hecho de ser una


realidad social que se desarrolla dentro de un entorno familiar.
Tienen gran importancia práctica y se configuran en el fenómeno social
sustentado en que las parejas confían cada vez menos en el
matrimonio, adhiriéndose de esta forma a las uniones estables.

Esto ha validado de importancia y de fuerte reconocimiento social


como institución familiar. En efecto, muchas personas, especialmente las
de las últimas generaciones, prefieren esta forma de unión en lugar del
matrimonio. Ello debido a la pérdida de trascendencia del matrimonio
y a las nuevas conceptualizaciones de las relaciones familiares.
RELACIONES JURÍDICAS QUE GENERAN LAS UNIONES ESTABLES

Las uniones de hecho generan relaciones, de las más diversas, entre sus miembros.
Relaciones jurídicas entre los convivientes
En el Perú, conforme al artículo 326 del Código, se derivan las siguientes relaciones jurídicas:
 El surgimiento de una relación jurídica patrimonial a partir de la formación de una comunidad
de bienes sujeta al régimen de sociedad de gananciales; esto es, existen bienes propios y
comunes cuya administración es conjunta.
 En caso de extinción por decisión unilateral, a elección del abandonado, el juez puede
conceder una cantidad de dinero por concepto de indemnización o una pensión de alimentos.
 La posibilidad de demandar al conviviente la declaración judicial de paternidad
extramatrimonial, conforme al artículo 402 inciso 3 del Código Civil, esta acción se tiene pues
la presunción pater is est no es aplicable a la unión estable. Por lo general, se requiere la
presencia de ambos padres para establecer la parentalidad en relación a los dos. Es posible
que la declarante sea la madre y registre al niño a nombre de ambos cuando tenga
evidencia de la existencia de la unión estable, como una sentencia declaratoria judicial, o
incluso un certificado de matrimonio religioso.
 Alimentos.
Relaciones jurídicas frente a los hijos comunes
Con respecto a las relaciones filiales, las uniones estables
tienen incidencia respecto de las instituciones de la
filiación extramatrimonial y la patria potestad.
Las instituciones para legitimar las uniones intersexuales
(matrimonio o uniones estables) son independientes y
autónomas respecto de la institución de la filiación, la cual
genera sus propias relaciones y efectos jurídicos paterno-
materno filiales. Y es que la clásica división entre filiación
matrimonial y extramatrimonial, en virtud del principio de
isonomía, únicamente conserva sentido para la
determinación de la filiación, nada más que para ello.
EFECTOS JURÍDICOS DE LA UNIÓN DE HECHO

En principio, los efectos jurídicos consagrados en nuestra normativa


están dirigidos a la unión de hecho propia en consideración al
cumplimiento de los requisitos legalmente establecidos para su
reconocimiento jurídico.

Efectos personales de la unión de hecho propia


En una unión de hecho la vida se desarrolla de modo similar a la que
sucede en el matrimonio, esto en virtud de la tesis de la apariencia del
estado matrimonial, la cual nos explica que las uniones de hecho
generan relaciones jurídicas entre sus miembros, no iguales, pero sí
parecidas a las generadas en el matrimonio.

Por ejemplo:
- Deber de asistencia, de la que derivan los alimentos.
- Deber de cohabitación.
- Deber natural de fidelidad.
Efectos patrimoniales de la unión de hecho propia
En el aspecto patrimonial la unión de hecho origina una comunidad de
bienes que se sujeta a las disposiciones del régimen de sociedad de
gananciales, en cuanto le fuere aplicable. Se trata de un régimen
patrimonial forzoso; es decir, que no puede pactarse en contra de él y
que la ley lo impone.

El artículo 326 del Código Civil condiciona la aplicación de las normas


del régimen de sociedad de gananciales a la comunidad de bienes
originada de una unión de hecho, siempre que la unión haya durado,
por lo menos, 2 años continuos.

Antes de los dos años de convivencia no existirá sociedad de


gananciales, por lo que se debe situar a los bienes adquiridos en dos
categorías. Si el bien fue adquirido por uno solo de los convivientes
debe operar las reglas de los bienes propios, en otras palabras, el
bien pertenece al adquiriente.
Efectos jurídicos de la unión de hecho impropia: la acción de
enriquecimiento sin causa

El último párrafo del artículo 326 del Código Civil refiere los efectos
que se pueden producir en el caso de la unión de hecho impropia. Se
señala que tratándose de la unión de hecho que no reúna las
condiciones señaladas en este artículo, el interesado tiene expedita, en
su caso, la acción de enriquecimiento indebido.
Estamos ante una unión de hecho impropia, cuando alguno de los
convivientes tenga impedimento, no se respete la diversidad de sexos o
las reglas de la monogamia.
En tales supuestos, la unión de hecho no produce los efectos
contemplados en la ley.

La acción de enriquecimiento sin causa procede cuando ha mediado


empobrecimiento de un sujeto y el correlativo enriquecimiento de otro
a expensas de aquel, sin que exista causa que lo justifique, nexo causal
y siempre que el perjudicado no disponga de otra acción para
reclamar su resarcimiento, artículos 1954 y 1955 del Código Civil. Se
dice que es el último remedio jurídico contra la arbitrariedad.
PROCESO DE RECONOCIMIENTO DE LAS UNIONES DE HECHO

El reconocimiento jurídico de una unión de hecho es el tema


medular de esta institución en la medida que permite a la
pareja reclamar sus derechos.

Una interrogante que encuentra diversas respuestas es si se


requiere, adicionalmente a la prueba, que los convivientes
inicien un proceso judicial y obtengan sentencia que reconozca
dicha unión.
Nuestra legislación no ha establecido tal requerimiento de
manera explícita. Asimismo, es una cuestión controvertida el
carácter que tiene la sentencia de reconocimiento de una unión
de hecho, por lo que hay que determinar si tiene efecto
constitutivo o declarativo; es decir, si sus efectos son a partir,
en primer caso, de la sentencia o a partir del inicio de la unión
de hecho con efecto retroactivo, en el segundo supuesto.
RECONOCIMIENTO NOTARIAL DE LA UNIÓN DE HECHO EN
LA LEY N° 29560

La Ley N° 29560(742) modifica el artículo 1 de la Ley N°


26662, Ley de competencia notarial en asuntos no
contenciosos, permitiendo que los interesados puedan
recurrir indistintamente ante el Poder Judicial o ante el
Notario para tramitar el reconocimiento de unión de
hecho.

Asimismo, se creó el Título III, de la citada ley,


denominado declaración de la Unión de Hecho,
estableciendo que procede el reconocimiento de la unión
de hecho existente entre el varón y la mujer que
voluntariamente cumplan con los requisitos establecidos en
el artículo 326 del Código Civil.
La solicitud del reconocimiento notarial debe incluir:

1. Nombres y firmas de ambos solicitantes.


2. Reconocimiento expreso de que conviven no menos de dos
(2) años de manera continua.
3. Declaración expresa de los solicitantes que se encuentran
libres de impedimento matrimonial y que ninguno tiene
vida en común con otro varón o mujer, según sea el caso.
4. Certificado domiciliario de los solicitantes.
5. Certificado negativo de unión de hecho tanto del varón
como de la mujer, expedido por el registro personal de la
oficina registral donde domicilian los solicitantes.
6. Declaración de dos (2) testigos indicando que los
solicitantes conviven dos (2) años continuos o más.
7. Otros documentos que acrediten que la unión de hecho
tiene por lo menos dos (2) años continuos.
Respecto al trámite:

La nueva norma dispone que el notario mandará a publicar un


extracto de la solicitud por una sola vez en el diario oficial y en otro
de amplia circulación, consignándose el nombre y la dirección del
notario ante quien se realiza el trámite. Transcurridos quince días útiles
desde la publicación del último aviso, sin que se hubiera formulado
oposición, el notario extiende la escritura pública con la declaración
del reconocimiento de la unión de hecho entre los convivientes.

Cumplido el trámite señalado, el notario remite los partes al registro


personal del lugar donde domicilian los solicitantes para la
correspondiente inscripción. En caso de oposición, el notario debe
suspender inmediatamente su actuación y remitir lo actuado al juez
correspondiente, bajo responsabilidad.
Si cualquiera de los solicitantes proporciona información
falsa para sustentar su pedido ante el notario público
será pasible de responsabilidad penal conforme a la ley
de la materia.

Finalmente, si los convivientes desean dejar constancia de


haber puesto fin a su estado de convivencia podrán
hacerlo en la escritura pública en la cual podrán liquidar
el patrimonio social. Para este caso no se necesita hacer
publicaciones.

El reconocimiento del cese de la convivencia se inscribe en


el Registro Personal.
LA UNIÓN DE HECHO: INSCRIPCIÓN ANTE LA
SUNARP
Al inscribir la unión de hecho en el Registro de Personas
Naturales de la Sunarp, la pareja precisa la fecha de
inicio de la relación así como la de su finalización, en
caso se produjera, ello con el objetivo de establecer con
exactitud los bienes muebles e inmuebles generados
durante la relación y así evitar, posteriormente, una
injusta redistribución de los bienes, una vez culminada la
convivencia.

En consecuencia, al inscribir su unión de hecho en la


Sunarp, los convivientes garantizan la preservación de
sus derechos patrimoniales o de propiedad y su plazo de
inscripción es de siete días hábiles.
EXTINCIÓN

Las uniones estables se extinguen por las siguientes causas:


- Muerte: Sea natural o legal, caso de la muerte presunta, dado que involucra la extinción
de la persona física de uno de los convivientes.
- Ausencia: El artículo 49 del Código Civil prescribe que transcurridos dos años desde que
se tuvo la última noticia del desaparecido se puede solicitar la declaración judicial de
ausencia. La desaparición de uno de los convivientes trae aparejada la extinción del
elemento básico de la unión de hecho, la convivencia. La ausencia implica el estado por el
cual no se localiza al concubino en su domicilio por el plazo de dos años, siempre y
cuando antes haya sido declarada la desaparición del mismo.
- Mutuo acuerdo: Decisión libre y voluntaria de ambos convivientes de poner punto final a
la unión de hecho.
- Matrimonio: La unión de hecho también se extingue en virtud de la formalización y
legitimación de dicha unión intersexual a partir del matrimonio. En ese sentido, los
convivientes pasan a ser cónyuges. Implica una situación jurídica decidida de mutuo
acuerdo.
- Decisión unilateral: Determinación de uno de los convivientes de poner fin a la relación
convivencial.
GRACIAS

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