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Otodectes Cynotis

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OTODECTES

CYNOTIS
E N G AT O S
Produce en perros, gatos y otros mamíferos de pequeño tamaño una infección
en la oreja (otocarisis, sarna otodécica o sarna de la oreja); el ácaro es en este
caso un parásito externo que vive en el pabellón y la parte externa del canal
auditivo; se alimenta de la secreción de glándulas del conducto auditivo y de los
restos epidérmicos del mismo, produce aproximadamente, el 50% de las otitis
en gatos y el 10% en perros.
Es altamente contagiosa entre los animales y se contagia por contacto directo
con animales que la padecen.
Las hembras miden de 0.4 a 0.5 mm, son de color pálido y tienen en los dos primeros pares de patas
unas ventosas pedunculadas y en cada pata de los dos pares posteriores un par de largas setas.
Los machos son más pequeños, de
unos 0.3 mm, y tienen las ventosas
pedunculadas en todos los pares de
patas, mantenido las setas en los dos
últimos pares; tienen un par de
ventosas copulatorias en la parte
inferior posterior. El cuarto par de
patas es bastante más pequeño que
los restantes, tanto en los machos
como en las hembras.
Los adultos viven unas cuatro
semanas. Los huevos eclosionan en 3
o 4 días y cada estadío de crecimiento
dura una semana aproximadamente y
es seguido de un periodo de 24 - 36
horas de descanso. El ciclo completo
dura unas tres semanas.
El ácaro tiene un ciclo biológico de
21 días, los cuales aprovecha para
aparearse y poner huevos
SIGNOS CLÍNICOS Y LESIONES DE OTITIS EN
GATOS
Produce una inflamación del tipo de una reacción alérgica, con enrojecimiento y
edematización, produciendo una secreción marrón negruzca bastante característica,
que puede variar de una consistencia pastosa a seca.
El efecto irritante sobre el conducto, se traduce en prurito que en general es de baja
a mediana intensidad. Esto produce el típico sacudimiento de la cabeza y el rascado
de las orejas, produciendo heridas y falta de pelo en la porción posterior de las
mismas.
El animal puede estar nervioso, fácilmente irritable y con poco apetito por las
permanentes molestias.
Los repetidos traumatismos del cabeceo y el rascado pueden producir un hematoma
del pabellón auricular (otohematoma), con lo cual se complica el cuadro clínico.
DIAGNOSTICO
Mediante un examen del canal auditivo, pudiendo ver a este ácaro a simple vista. Es necesario
introducir el otoscopio sin luz, iluminando una vez dentro, para atrapar por sorpresa al intruso, y que no
le de tiempo a esconderse en las secreciones.

Si apareciesen secreciones y no se detectasen ácaros en el gato, se tomará unas muestras mediante un


hisopo y en el microscopio se pueden observar tanto los huevos como las larvas hexápodas (3 pares de
patas) y los adultos (con 4 pares de patas). En ocasiones, se utiliza una gota de aceite con el fin de
lubricar las secreciones, bastante secas, y facilitar la salida de estos artrópodos del escondite.

Si hay signos de otitis y no se observan los parásitos en forma directa, se deberá hacer el diagnóstico
diferencial con otras causas. Se puede hacer un estudio citológico de la secreción, y posteriormente
un cultivo y antibiograma. En las localizaciones cutáneas se debe diferenciar de los otros ácaros
posibles ( Sarcoptes, Notoedres, Cheyletiella, etc.).
TRATAMIENTO
Además de los tratamientos acaricidas, es importante la limpieza de las secreciones con un
limpiador adecuado, un mínimo de dos veces por semana al principio.
Para limpiar los oídos del gato, se introducirán unas gotas del limpiador en el pabellón auditivo y,
con una gasa estéril, se procederá a limpiar toda la zona, extendiendo bien el producto y
ejerciendo un suave masaje que, además, permite retirar algunos de estos parásitos.
Selamectina tópica (pipeta): La selamectina aplicada en la piel de la nuca se absorbe por los
capilares sanguíneos y alcanza unas concentraciones óptimas. Una dosis puede resultar
suficiente, pero se recomienda repetir al cabo de 3 semanas (el tiempo estimado de ciclo del
ácaro).
Ivermectina ótica: Se aplican cada 7 días durante varias semanas.
Imidacloprid: excita las células nerviosas pero no se desdobla o lo hace
lentamente afectando el sistema nervioso del insecto.
Ivermectina: potencializa la acción inhibidora neuronal en el cordón nervioso
central de los parásitos que es mediada por el acido gama amino butírico
(GABA). Estimula la liberación presináptica del GABA y/o su conexión a los
receptores post sinápticos. La activación de los receptores GABAérgicos abre el
canal del cloro, hiperpolarizando la neurona y por lo tanto, inhibe la transmisión
nerviosa. Resultando en parálisis flácida y la eliminación del parasito.
Praziquantel: actúa a nivel de la membrana celular, alterando el flujo de iones
como el calcio. Esto trae como consecuencia que la musculatura del parásito
se vea afectada, generando problemas en la contracción y relajación de la
misma.

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