Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Trabajo N1 La Luna

Descargar como pptx, pdf o txt
Descargar como pptx, pdf o txt
Está en la página 1de 54

LA LUNA

DATOS BASICOS :
La luna es el satélite natural del planeta tierra, y con el sol es la responsable de las mareas.
Es uno de los cuerpos mas grandes del sistema solar ,y su orbita casi circular (excentricidad
ε=0.05),esta inclinada respecto del plano de la orbita de la tierra.
La distancia media entre los centros de la Tierra y de la Luna es 384.400 km, por lo que la
luz solar reflejada sobre ella tarda 1,3 seg en llegar a la tierra.
El diámetro lunar es de 3.474 km es de menos de un tercio del terrestre que varia
entre 12.757km y 12.714km.
La masa terrestre es 81 veces mayor que la lunar, y la gravedad en la superficie terrestre 6
veces superior.
La Luna no posee atmósfera, por lo que su temperatura superficial media, varía entre
+117°C en el día y -153°C en la noche.
LA LUNA EN EL SISTEMA SOLAR
El Sistema Solar es un sistema planetario en el que se
encuentran la Tierra con su satélite natural la Luna.
El sistema Tierra-Luna hace parte de los cuatro
planetas más cercanos al Sol, que son los planetas
considerablemente más pequeños compuestos
principalmente por roca y metal, donde sobresale la
Luna como satélite, dado que los dos pequeños
satélites de Marte, parecen ser asteroides capturados.
Contrariamente, los planetas externos, más masivos,
tanto los gigantes gaseosos compuestos
mayoritariamente de helio e hidrógeno (Júpiter y
Saturno), como los gigantes helados formados
principalmente por agua congelada, amoniaco y
metano (Urano y Neptuno), suelen presentar gran
cantidad de satélites naturales.
OTROS SATELITES DEL SISTEMA SOLAR

Un satélite es un objeto secundario que gravita en una órbita


cerrada alrededor de un planeta, tal cual lo es la Luna para La
Tierra.
Los cuatro satélites de Júpiter descubiertos por Galileo Galilei
en 1610: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, en orden descendente
para la imagen. En Ío , el satélite más cercano a Júpiter, las
fuerzas de marea provocan un vulcanismo activo. Ganímedes el
mayor de los satélites jovianos y del Sistema Solar, con 5.262 km
de diámetro, está compuesto de silicato y hielo.
Titán, es el mayor de los satélites saturninos y único
del Sistema Solar que posee una atmósfera
importante, cuyo diámetro es de 5.150 km (contra
3.474 km de la Luna). Su atmósfera está compuesta
principalmente, por nitrógeno (94%) es rica en
metano, etano e hidrocarburos. Otros satélites
notables de Saturno, son: Mimas, Encelado ,Tetis,
Dionis, Rea y Japeto.
Similarmente, en Urano los satélites importantes
son Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberon; y en
Neptuno: Triton.
Mientras Plutón que es un planeta enano tiene
satélites como Caronte, y Marte posee dos satélites:
Fobos y Deimos, de sólo 21 km y 12 km de diámetro,
Mercurio y Venus, no poseen ninguno.
EL MODELO ARISTOTELICO
La teoría aristotélica explicar la caída y movimiento de los cuerpos, afirmando que ellos buscan su
lugar propio, dependiendo de su mayor o menor balance de gravedad y levedad. Entre los cuatro
elementos, el elemento tierra presenta máxima gravedad y el elemento fuego, máxima levedad.
El modelo aristotélico contempla la Tierra quieta en el centro del Universo y rodeada primero por tres
esferas materiales sucesivas de agua, aire y fuego. Esto en el espacio sublunar, que es el de las
imperfecciones.
Y más allá de estas esferas elementales, y por lo tanto de la Luna, estará el mundo supralunar de la
perfección. Allí, dentro de un conjunto concéntrico se ubicaban las esferas cristalinas y transparentes,
primero de los planetas y luego de las estrellas.
Esta teoría geocéntrica y la de un Universo considerado finito, perdura hasta el Siglo XVI cuando
Copérnico cambia el concepto.
LA
FILOSOFIA
La súper nova de 1572 visible de día, conmovió a Tycho Brahe,
quien expresó este concepto sobre el hecho: no se mueve entre las
estrellas, está con ellas, y por lo tanto es del firmamento y no un
fenómeno sublunar o de la atmósfera. Además se advierte en
dicha postura que el cielo cambiaba, lo que contradice la visión de
Aristóteles quien suponía inmutable la esfera supralunar.
El Plenum de Descartes es un fluido material que ocupa todos los
vacíos y que impulsa a los planetas, y por lo tanto es materia en
forma de energía. Para Aristóteles el éter es el elemento material
en el mundo supralunar, mientras en el sublunar lo son sus cuatro
elementos.
Contra un espacio lleno de Éter, Newton considera un espacio
vacío a modo de contenedor.
El Vórtice de Descartes, es lo que excluye del movimiento
rectilíneo a los planetas.
TRASLACION DE LA LUNA
ALREDEDOR DEL SOL

Al desplazarse en torno del Sol, la Tierra arrastra a su


satélite y la forma de la trayectoria que esta describe es
una curva de tal naturaleza que dirige siempre su
concavidad hacia el Sol. La velocidad con que la Luna se
desplaza en su órbita alrededor de la Tierra es de 1
km/s.
CONSECUENCIAS DE LOS MOVIMIENTOS DE LA LUNA

A consecuencia de estos movimientos lunares, tenemos algunos tipos de meses que habrás oído
nombrarlos pero que no conoces muy bien. Vamos a explicártelos uno a uno.

Mes sidéreo: Es el que dura 27 días, 7 horas, 43 : minutos y 11


segundos. Este mes ocurre cuando la fase de la luna ha completado un
círculo completo. El círculo horario es el máximo sobre la esfera
celeste.

Mes sinódico: Es el tiempo que tarda en pasar dos fases iguales y suele
durar 29, 5 días. Es conocido también por el nombre de lunación.

Mes trópico: Se trata del tiempo donde hay dos pasos seguidos de la
luna por el círculo del punto de Aries. Suele durar 27 días.

Mes anomalístico: Dura 27 días y 13 horas y es cuando hay dos fases


consecutivas en el perigeo.
Libración en latitud: Se relaciona con la inclinación que hay entre la órbita de la luna y el
plano de la elíptica. Esto hace que sólo se logre ver el norte y el sur de la luna a la vez. El
LIBRACION punto del plano del Ecuador de la luna está por arriba y por debajo del plano de la órbita.
LUNAR Esto nos garantiza que hay más superficie que observar de la región polar opuesta.

Libración diurna: En este


Debido a la excentricidad de la órbita
parte tiene mucho que ver
lunar, la inclinación del eje de rotación de
en la posición donde se
la Luna con respecto al plano de la
encuentre el observador al
eclíptica y al movimiento de rotación de la
momento de captar la
Tierra en el curso de una revolución
imagen de la luna. Hay que
sideral, se logra ver, desde la Tierra, un
considerar muchos
59% de la superficie de la Luna en vez del
aspectos geométricos.
50%, como si estuviese animado de ligeros
balanceos de este a oeste y de norte a sur.

Libración en longitud: Se debe a que el movimiento de rotación que tiene la luna es


totalmente uniforme, mientras que el de traslación no lo es. Esto hace que el perigeo sea
la parte donde la luna se desplaza más rápidamente y el apogeo más lentamente. Algo
similar ocurre con la Tierra y su órbita alrededor del sol cuando está en el afelio y
perihelio. Como consecuencia de este movimiento tenemos un vaivén hacia el Oeste,
haciendo que sólo podamos ver una sola cara en las regiones orientales y occidentales de
la luna.
La Luna por su tamaño es el quinto satélite del Sistema Solar.
No obstante si se adopta como criterio de comparación el
cociente de masas con su planeta resulta que Ganímedes es
SISTEMA BINARIO 1/12500 la masa de Júpiter, Titán es 1/4700 la masa de
Saturno y la Luna es 1/81,3 la masa de la Tierra. De esta
manera se podría considerar el sistema Tierra-Luna como un
sistema binario.

PLANETA DOBLE

Es la denominación que algunos científicos dan al


sistema Tierra-Luna debido al desmesurado tamaño
que presenta el satélite con relación al planeta, de solo
81 veces menor masa, es decir solo 3,6 veces menor
que la Tierra en diámetro (si el planeta fuese del
tamaño de una pelota de baloncesto, la Luna sería
como una pelota de tenis).
ORBITA LUNAR

La órbita de la Luna es la trayectoria que sigue ésta en su


movimiento alrededor de la Tierra. Esta trayectoria se
describe como una elipse de baja excentricidad que
discurre a una distancia media de 384 402 km de la misma y
que se recorre de oeste a este, es decir, en sentido
antihorario. No se puede considerar una órbita fija pues
diversas perturbaciones influyen en ella, haciendo que
evolucione a lo largo del tiempo. En todo caso, la órbita
Luna-Tierra está inclinada respecto al plano de la órbita
Tierra-Sol, por lo que solo en dos puntos de su trayectoria,
llamados nodos, la Luna puede producir eclipses de Sol o
sufrir eclipses propios.
ECLIPSES Penumbralesː la Luna llena pasa solamente por la zona de la penumbra del cono de
sombra terrestre. Su luminosidad relativa muy poco, por lo tanto no se percibe una vista
simple.

Un eclipse lunar es un evento astronómico


que sucede cuando la Tierra se interpone
entre el Sol y la Luna, generando un cono
de sombra que oscurece a la Luna. El Parcialesː la Luna llena no
diámetro del Sol es 400 veces más grande entra completamente en el
que el de la Luna, pero también está 400 cono de sombra de la
veces más lejos, de modo que ambos Tierra, es decir parte
abarcan aproximadamente el mismo queda en la penumbra y
ángulo sólido para un observador situado parte en la umbra, será
en la Tierra. La Luna en un eclipse lunar entonces parcial.
puede contener hasta tres veces su
diámetro dentro del cono de sombra
causado por la Tierra. Los eclipses lunares
se clasifican en 3 tipos. Estos sonː

Totalesː la Luna llena entra completamente en el cono de sombra terrestre adquiriendo


distintos colores desde un amarillento, anaranjado, cobrizo suave hasta uno oscuro.
LUNA AZUL

Eclipse lunar de diciembre del 2009 con una Luna azul


Se denomina Luna azul a la segunda luna llena ocurrida durante un
mismo mes del calendario gregoriano (el usado habitualmente en Occidente), lo
que sucede aproximadamente en promedio cada 2,5 años y, originalmente, al
tercer plenilunio cuándo en una estación cualquiera del año se dan cuatro lunas
llenas en lugar de tres. El fenómeno «Luna azul» cobró popularidad cuando se
produjo dos veces en 1999 (enero y marzo). Los medios de comunicación
reseñaron ampliamente el acontecimiento, poco conocido hasta entonces.
Naturalmente, en el mes de febrero de 1999 no se produjo ninguna luna llena.
Origen del término: en el calendario gregoriano, su uso se difundió probablemente en la
Europa medieval. La traducción castellana no es del todo completa, ya que la expresión
proviene del inglés blue («azul»), el cual a su vez viene de una deformación del inglés
antiguo belewe, que en realidad significa «traidor», ya que una luna adicional en la primavera
implicaba extender el ayuno de la cuaresma. Entre tres y siete veces en cada siglo hay dos lunas
azules en un mismo año. Debido a que el mes de febrero es el único cuya duración es inferior
al ciclo lunar, la primera siempre se produce en enero y la segunda, en orden decreciente de
probabilidad, en marzo, abril o mayo. Se observaron dos lunas azules el 2 y 31 de diciembre de
2009, coincidiendo que el 31 de diciembre de 2009 hubo un eclipse parcial de luna, cuyo
plenilunio fue en diciembre.
El término belewe quedó abreviado como blwe y luego se transformó en blue, y así pasó
a la cultura latina traducido como "azul". Así, según el significado de belewe se trataría
de una luna traidora, aunque lo que realmente sería traidor es el mes gregoriano de 31
días en el sentido de que su duración es 1.5 días más que el mes natural marcado por la
luna, de 29.5 días. La propia palabra inglesa month tiene como raíz moon y de hecho
significa "lunar", pero ocho de los "meses" del calendario gregoriano (romano
cristiano) no son lunares, y cuando se da la casualidad de que el inicio de un mes de 31
días coincide con la fase llena se da un mes belewe o belewe month, blwe month, y de ahí
evoluciona por analogía sonora como blue month y blue moon. Al no ser un evento
astronómico sino una curiosidad cultural del calendario cristiano también se le
llama belewe month o mes traidor, denominación menos popular pero más coherente
con el sentido original. El mes traidor no existe en las culturas que usan calendarios
lunares, como la judía y la musulmana para las que el calendario es sagrado, creación
de Dios (Yahvé, Alláh), y por ello perfecto y parte de la religión.
SUPERLUNA

La superluna del 14 de noviembre de 2016 estaba a


356 511 kilómetros del centro de la tierra, la más
cercana desde 1948. No estará más cerca hasta
2034.
Una superluna ocurre cuando la órbita de la luna está más cerca (perigeo) a la Tierra al mismo
tiempo que está llena. Entonces, ¿por qué es tan especial una superluna? Resulta que es un poco más
sutil de lo que parece, pero para el observador interesado, hay mucho que ver y aprender.
La Luna orbita la Tierra en una elipse, un óvalo que la acerca y la aleja de la Tierra a medida que
gira.
El punto más lejano en esta elipse se llama el apogeo y está en promedio a unas 253.000 millas
(405.500 kilómetros) de la Tierra.
Su punto más cercano es el perigeo, a una distancia promedio de aproximadamente 226.000 millas
(363.300 kilómetros) de la Tierra.
Cuando una luna llena aparece en el perigeo, luce ligeramente más brillante y grande que una luna
llena normal, y de ahí nace una "superluna".
¿Cuál de estas vistas de la Luna es una superluna? ¡Ambas! Esta es una comparación
del tamaño de la Luna en la noche de "superluna" del 13 al 14 de noviembre de 2016.
A la izquierda, la Luna estaba más cerca del horizonte, y a la derecha, la Luna estaba
muy alta en el cielo. Observa la línea azul inferior que atraviesa el polo sur de la Luna
en la imagen derecha.
La imagen izquierda de la figura fue tomada después de la salida de la luna, a las 6 p.m. hora
local, cuando se despejó el horizonte montañoso local. La imagen derecha fue tomada con la
Luna cerca de su altitud máxima esa noche, alrededor de las 12:30 a.m. Las líneas a través del
par de imágenes muestran la diferencia aparente en tamaño: la luna naciente es más pequeña
porque estaba más lejos cuando emergía en el horizonte. En ese momento, el centro de la Luna
estaba aproximadamente a la misma distancia del centro de la Tierra y del observador. En el
momento de la segunda imagen, la Tierra había girado alrededor de un cuarto de vuelta y la
Luna estaba más alta en el cielo. En ese momento se situaba casi 4.000 millas más cerca del
observador porque la rotación de la Tierra ha acercado al observador más directamente bajo
la Luna; el centro de la Tierra estaba ahora más lejos de la Luna que el observador. Excepto
por el pequeño cambio en la distancia entre sus centros debido al movimiento orbital de la
Luna en esas 6,5 horas, la disminución de la distancia del observador a la Luna es demostrada
en el par de fotografías.
En realidad, la Luna no gira en torno a la Tierra, sino que la Tierra y la
Luna giran en torno al centro de masas de ambos. Sin embargo, al ser la
Tierra un cuerpo grande, la gravedad que sobre ella ejerce la Luna es
distinta en cada punto.

Efecto de la atracción gravitatoria de la luna sobre las mareas


gravitatorias
LAS MAREAS
En el punto más próximo es mucho mayor que en el centro de masas de la Tierra, y mayor en
este que en el punto más alejado de la Luna.
Así, mientras la Tierra gira en torno al centro de gravedad del sistema Tierra-Luna, aparece a
la vez una fuerza que intenta deformarla, dándole el aspecto de un huevo.
Este fenómeno se llama gradiente gravitatorio, el cual produce las mareas.
Al ser la Tierra sólida la deformación afecta más a las aguas y a la atmósfera y es lo que da el
efecto de que suban y bajen dos veces al día (sube en los puntos más cercano y más alejado de
la Luna).
Un efecto asociado es que las mareas frenan a la Tierra en su rotación (pierde energía debido a
la fricción de los océanos con el fondo del mar), y dado que el sistema Tierra-Luna tiene que
conservar el momento angular, la Luna lo compensa alejándose, actualmente, 38 mm cada año,
como han demostrado las mediciones láser de la distancia, posibles gracias a los retro-
reflectores que los astronautas dejaron en la Luna.
Hasta el año 2009 se debatió en la comunidad científica la posible existencia
de agua en la Luna. El ambiente selenita hace casi imposible la presencia de
agua: a no ser en forma cristalizada microscópica en las rocas, la existencia
de agua líquida es prácticamente imposible, ya que, en la mayor parte de la
superficie lunar, por momentos la temperatura asciende mucho.
Esto y la falta de una atmósfera implican que toda agua expuesta al
ambiente lunar típico se sublime y que sus moléculas se fuguen al espacio.
Sin embargo dos descubrimientos, uno en 1996 por parte de la
sonda Clementine, y otro en 1998 debido al Luna Prospector detectaron
imprevistas presencias de hidrógeno en los polos lunares.
AGUA EN LA LUNA

Una hipótesis para explicar tal fenómeno es que ese hidrógeno esté en forma
de agua y que algunos cometas, al impactar en las zonas polares, puedan
haber creado cráteres donde no llega la luz solar. En tales cráteres quizás
pudiera encontrarse agua congelada de origen cometario (es decir: agua
exógena). En el interior de los cráteres polares nunca llega la luz solar,
permanecen en una eterna oscuridad y jamás suben de los −240 °C. En estas
gélidas oquedades hay agua congelada o un compuesto con hidrógeno como
el metano (CH4). El 24 de septiembre de 2009, la India reportó que su
primera nave de exploración lunar
la Chandrayaan-1 utilizando el Moon Mineralogy Mapper
(Trazador Mineralógico Lunar) de la NASA, ha encontrado
evidencias de una importante cantidad de agua endógena (no
procedente de otros astros) por debajo de la superficie de la
Luna, tal agua sería en gran parte producto de las reacciones
químicas desencadenadas por las fuertes radiaciones que el
mencionado satélite recibe, más concretamente: el viento
solar durante el día lunar haría que los iones de hidrógeno
presentes en los materiales superficiales selenitas
originen hidróxilo (OH) y agua (H2O), en cuanto al
posible hielo lunar algunos científicos sugieren que pudiera
haber hasta 300 millones de toneladas en los cráteres polares
que nunca reciben luz ni calor solar.
Descubrimiento de agua en la luna
El 13 de noviembre de 2009, la Agencia espacial de Estados
Unidos NASA anunció el hallazgo de agua en la Luna. Cuando, el 9 de octubre la
NASA estrelló la sonda LCROSS y su impulsor Centauro en el fondo del
cráter Cabeus en el polo sur de la Luna, en una operación que buscaba confirmar
la presencia de agua en el satélite natural de la Tierra. La colisión levantó una
columna de material desde el fondo de un cráter que no ha recibido la luz del Sol
en miles de millones de años.
El agua que se levantó por el impacto de la sonda podría llenar una docena de
baldes de ocho litros, dijo el científico Anthony Colaprete. Los datos preliminares
obtenidos del análisis de esos materiales “indican que la misión descubrió,
exitosamente, agua y este descubrimiento abre un nuevo capítulo en nuestro
conocimiento de la Luna”, afirmó la NASA.
La Luna tiene una atmósfera insignificante debido a su baja
gravedad y ausencia de campo electromagnético, incapaz de
retener moléculas de gas en su superficie. La totalidad de su
composición aún se desconoce. El programa Apolo identificó
átomos de helio y argón, y más tarde (en 1988), observaciones
desde la Tierra añadieron iones de sodio y potasio. La mayor
parte de los gases en su superficie provienen de su interior.
ATMOSFERA DE LA LUNA

La agitación térmica de las moléculas de gas viene inducida por la radiación


solar y por las colisiones aleatorias entre las propias partículas atmosféricas.
En la atmósfera terrestre las moléculas suelen tener velocidades de cientos
de metros por segundo, pero excepcionalmente algunas logran alcanzar
velocidades de 2.000 a 3000 m/s. Dado que la velocidad de escape es de,
aproximadamente, 11.200 m/s estas nunca logran escapar al espacio. En la
Luna, por el contrario, al ser la gravedad seis veces menor que en nuestro
planeta, la velocidad de escape es asimismo menor, del orden de 2.400 m/s.
Podemos deducir entonces que, si la Luna tuvo antaño una atmósfera, las
moléculas más rápidas pudieron escapar de ella para, según una ley de la
teoría cinética de los gases, inducir a las restantes a aumentar su velocidad,
acelerando así el proceso de pérdida atmosférica. Se calcula que
la desaparición completa de la hipotética atmósfera lunar debió realizarse a
lo largo de varios centenares de millones de años.
La atmósfera lunar recibe también aportaciones de partículas solares durante el día, que cesa
al llegar la noche. Durante la noche lunar, la presión puede bajar hasta no ser más que de dos
billonésimas partes de la atmósfera terrestre, subiendo durante el día hasta las ocho
billonésimas partes, demostrando así que la atmósfera lunar no es una atmósfera permanente,
sino una concentración de partículas dependiente del medio exolunar.
La ausencia de aire, y en consecuencia de vientos, impide que se erosione la superficie y que
transporte tierra y arena, alisando y cubriendo sus irregularidades. Debido a la ausencia de
aire no se transmite el sonido. La falta de atmósfera también significa que la superficie de la
Luna no tenga ninguna protección con respecto al bombardeo esporádico
de cometas y asteroides. Además, una vez que se producen los impactos de estos,
los cráteres que resultan prácticamente no se degradan a través del tiempo por la falta de
erosión.
Al descubrir que la composición de la Luna era la misma que la de la
superficie terrestre se supuso que su origen tenía que venir de la propia
Tierra. Un cuerpo tan grande en relación a nuestro planeta difícilmente
podía haber sido capturado ni tampoco era probable que se hubiese formado
junto a la Tierra. Así, la mejor explicación de la formación de la Luna es que
esta se originó a partir de los pedazos que quedaron tras una cataclísmica
colisión con un protoplaneta del tamaño de Marte en los albores del Sistema
Solar (hipótesis del gran impacto). Esta teoría también explica la
gran inclinación axial del eje de rotación terrestre que habría sido
provocada por el impacto. En 2018 un estudio de las universidades de
California Davis y de Harvard ofreció una versión en la que la Luna hubiera
surgido en el interior de la Tierra, cuando nuestro planeta era una hirviente
nube de roca vaporizada girando alrededor de sí misma.
ORIGEN DE LA LUNA
La enorme energía suministrada por el choque fundió la corteza terrestre al
completo y arrojó gran cantidad de restos incandescentes al espacio. Con el
tiempo, se formó un anillo de roca alrededor de nuestro planeta hasta que,
por acreción, se formó la Luna. Su órbita inicial era mucho más cercana que
la actual y el día terrestre era mucho más corto ya que la Tierra rotaba más
deprisa. Durante cientos de millones de años, la Luna ha estado alejándose
lentamente de la Tierra, a la vez que ha disminuido la velocidad de rotación
terrestre debido a la transferencia de momento angular que se da entre los
dos astros. Este proceso de alejamiento continúa actualmente a razón de
38 mm por año.
Tras su formación, la Luna experimentó un periodo cataclísmico, datado en torno a hace 3800-
4000 millones de años, en el que la Luna y los otros cuerpos del Sistema Solar interior
sufrieron violentos impactos de grandes asteroides. Este período, conocido como bombardeo
intenso tardío, formó la mayor parte de los cráteres observados en la Luna, así como
en Mercurio. El análisis de la superficie de la Luna arroja importantes datos sobre este periodo
final en la formación del Sistema solar. Posteriormente se produjo una época de vulcanismo
consistente en la emisión de grandes cantidades de lava, que llenaron las mayores cuencas de
impacto formando los mares lunares y que acabó hace 3000 millones de años. Desde entonces,
poco más ha acaecido en la superficie lunar que la formación de nuevos cráteres debido al
impacto de asteroides, si bien no son infrecuentes los informes (tanto históricos como actuales)
que dan noticia de la presencia de fenómenos luminosos ocasionales sobre la luna,
denominados fenómenos lunares transitorios.
En 1610, cuando Galileo Galilei apuntó su telescopio hacia la
Luna, pudo distinguir dos regiones superficiales distintas. A
las regiones oscuras las denominó «mares», los cuales ahora se
sabe que no tienen agua y llevan nombres tales como Mar de
la Serenidad y Mar de la Fecundidad; son planicies con
pocos cráteres.
El resto de la superficie lunar es más brillante, y representa
regiones más elevadas con una alta densidad de cráteres, tales
como Tycho y Clavius. En la superficie lunar también existen
cadenas de montañas que llevan nombres
como Alpes y Apeninos, igual que en la Tierra.
RELIEVE LUNAR
La Luna fue fuertemente bombardeada en su historia temprana, lo que originó que
muchas de las rocas originales de la antigua corteza se mezclaran, fundieran, enterraran
o desaparecieran.
Los impactos meteóricos aportaron una gran variedad de rocas «exóticas» a la Luna, de
tal forma que las muestras obtenidas en solo 9 de las zonas produjeron muchos tipos
diferentes de rocas para su estudio.
Los impactos también sacaron a la luz rocas lunares situadas a gran profundidad y
distribuyeron sus fragmentos sobre amplias zonas alejadas de su origen, haciéndolas más
accesibles.
La corteza subyacente fue también adelgazada y fragmentada, permitiendo que el
basalto fundido del interior alcanzara la superficie. Como la Luna no tiene
ni atmósfera ni agua, los componentes de los suelos no se deterioran químicamente como
lo harían en la Tierra.
Rocas con más de 4 000 millones de años todavía existen allí, permitiendo la obtención de
información sobre la historia temprana del sistema solar que no está disponible en la Planeta
Tierra. La actividad geológica en la Luna consiste en un grandes impactos ocasionales y la
formación continua de los regolitos. Sin embargo, se considera que está geológicamente
muerta.
Con una historia temprana tan activa de bombardeo y un final relativamente abrupto de los
grandes impactos, la Luna se considera fosilizada en el tiempo.
Los oscuros mares, con relativamente pocos cráteres, cubren aproximadamente el 16% de la
superficie lunar y se concentran en el lado cercano de la Luna, principalmente dentro de las
cuencas de impacto. Esta concentración podría ser debida al hecho de que el centro de masas
de está desplazado de su centro geométrico unos 2 kilómetros (1.2 millas) en dirección a la
Tierra, probablemente debido a que la corteza es más gruesa en el lado oscuro.
Es posible, por lo tanto, que los magmas de basalto procedentes del
interior hayan alcanzado fácilmente la superficie en el lado cercano. pero
encontraron dificultades en el lado lejano.
Las rocas de los mares son basaltos y la mayoría tiene una edad que va
de 3 100 a 3 800 millones de años.
Algunos fragmentos en las brechas de las mesetas tienen una edad de
4 300 millones de años y las fotografías de alta resolución sugieren que algunos
flujos en los mares rodean cráteres jóvenes y, por lo tanto, podrían tener una
edad de 1 000 millones de años.
Los mares tienen un espesor medio de pocos cientos de metros pero son tan
masivos que frecuentemente deforman la corteza subyacente lo que produce
depresiones parecidas a fallas y cordilleras levantadas. Las mesetas
relativamente brillantes, cubiertas de cráteres son llamadas terrazas.
Los cráteres y cuencas de las mesetas se forman por los impactos de
meteoritos y son, por lo tanto, más viejos que los mares, habiendo acumulado
más cráteres.
El tipo de roca dominante en esta región contiene altos índices de feldespato
plagioclástico (un mineral rico en calcio y aluminio) y son mezcla de
fragmentos brechados por los impactos de meteoritos.
La mayoría de las brechas de las terrazas están compuestas por
fragmentos de brechas todavía más viejos. Otras muestras de las terrazas
son las rocas cristalinas de grano fino formadas por fusión de impacto
debido a las altas presiones que se generan en los impactos.
Casi todas las brechas de las terrazas y la masa fundida por los impactos
se formó hace 3 800 o 4 000 millones de años. El intenso bombardeo
empezó hace 4 600 millones de años, que es la edad estimada del origen
de la Luna.
La luna ha fascinado a la humanidad a través de los tiempos. Mediante
la simple observación con el ojo desnudo, uno puede distinguir dos
grandes tipos de terrenos: las mesetas relativamente brillantes y las
llanuras más oscuras.
A mediados del siglo XVII, Galileo Galilei y otros astrónomos tempranos
realizaron observaciones telescópicas, notando un solapamiento casi
infinito de cráteres. Se ha sabido también durante más de un siglo que la
Luna es menos densa que la Tierra.
Aunque se han averiguado muchas cosas sobre la Luna antes de la edad
espacial, esta nueva era ha revelado muchos secretos difícilmente
imaginables antes de esta época.
LA OBSERVACIÓN LUNAR

El conocimiento actual de la Luna es mayor que el del resto de los objetos del sistema solar
exceptuando la Tierra. Esto conduce a una mayor comprensión de los procesos geológicos y
una mejor apreciación de la complejidad de los planetas terrestres.

En muchas culturas prehistóricas y antiguas, la Luna era una deidad u otro fenómeno
sobrenatural. Una de las primeras veces que se intentó ofrecer una visión racional y científica
de lo que era la luna fue en la Antigua Grecia. La propuso el filósofo Anaxágoras quien razonó
que tanto el Sol como la Luna eran dos cuerpos gigantes, rocosos y esféricos y que la luz
emitida por la Luna no era más que luz reflejada del Sol.

En la Edad Media, antes de la invención del telescopio, cada vez más gente fue reconociendo
que la Luna era una esfera ya que se creía que tenía que ser «perfectamente lisa».
En 1609, Galileo Galilei observó por primera vez la Luna
con telescopio y afirmó en su libro Sidereus Nuncius que no era lisa ya
que tenía cráteres. Más tarde, aun en el siglo XVII Giovanni Battista
Riccioli y Francesco Maria Grimaldi trazaron un mapa de la Luna y
dieron nombre a muchos de esos cráteres, nombres que se mantienen hoy
día.
La Luna es el único cuerpo celeste en el que el hombre ha realizado un
alunizaje tripulado. Aunque el programa Luna de la Unión Soviética fue el
primero en alcanzar la Luna con una nave espacial no tripulada,
el programa Apolo de Estados Unidos consiguió las únicas misiones
tripuladas hasta la fecha, comenzando con la primera órbita lunar no
tripulada por el Apolo 8 (en 1968), y seis alunizajes tripulados entre 1969 y
1972, siendo el primero el Apolo 11 (en 1969).
Estas misiones regresaron con más de 380 kg de roca lunar, que han sido
utilizadas para desarrollar una detallada comprensión geológica de los
orígenes de la Luna (se cree que se ha formado hace 4 500 millones de años
en un gran impacto), la formación de su estructura interna y su posterior
historia.
LA EXPLORACIÓN LUNAR

Desde la misión del Apolo 17 (en 1972), ha sido visitada


únicamente por sondas espaciales no tripuladas, en
particular por los astromóviles soviéticos Lunojod.
Desde 2004, Japón, China, India, Estados Unidos, y la
Agencia Espacial Europea han enviado orbitadores.
Estas naves espaciales han confirmado el
descubrimiento de agua helada fijada al regolito lunar
en cráteres que se encuentran a la sombra
permanentemente y están ubicados en los polos.
Futuras misiones tripuladas a la Luna han sido
planeadas, pero no puestas en marcha aún; la Luna se
mantiene, bajo el tratado del espacio exterior, libre para
la exploración de cualquier nación con fines pacíficos
Las distintas formas que adopta la luna durante su ciclo de 28 días
(especialmente la reconocible silueta que recuerda a una letra "C"
denominada creciente) tienen una amplia presencia en diversas
manifestaciones, que abarcan desde la mitología hasta el arte, pasando
por la heráldica o su asociación simbólica con el islam. Esta última
vinculación (especialmente a los ojos de los no musulmanes) tiene su
origen en el siglo XVI, cuando el creciente fue adoptado por los turcos
como símbolo heráldico, y no adquiriría su actual connotación como
símbolo religioso hasta mucho tiempo después. Su presencia es habitual
en las agujas de las mezquitas, y forma parte de la bandera de algunos
países (generalmente de tradición islámica).
ICONOGRAFÍA
En heráldica, el creciente puede adquirir distintas denominaciones según esté orientado; la
silueta formada por cuatro crecientes enlazados (que recuerda a un trébol de cuatro hojas) se
denomina "lunel“.
Su presencia en el arte se remonta a la época de las pinturas rupestres (con ejemplos en Tassili
Ajjer, Argelia) y su aparición es omnipresente en todas las culturas de la antigüedad, desde
Egipto hasta Roma. Las artes plásticas (desde las ilustraciones literarias hasta el cine), han
producido numerosas imágenes más o menos antropomórficas de la Luna, algunas de ellas
convertidas en auténticos iconos de la cultura del siglo XX (como las históricas imágenes de la
película de 1902 Viaje a la Luna, obra de Georges Méliés).
Por último, como ejemplo de los variados usos que se dan a la silueta del creciente, cabe
recordar la relación de la forma del cruasán con la media luna, circunstancia ligada con el sitio
de Viena por las tropas turcas en 1683.
Todas estas cuestiones surgieron ya, como es lógico, durante la carrera
espacial que enfrentó a la Unión Soviética con los Estados Unidos de
América a mediados del siglo pasado, y que obligó a la comunidad
internacional a plantear sobre la mesa un cuerpo normativo y jurídico
básico que las regulase, al comprobarse que, efectivamente, estas
potencias tenían el nivel tecnológico suficiente para alcanzar otros astros
distintos a nuestro planeta. Para ello, a finales de los años 50, en el seno
de la Asamblea General de la ONU, se creó la Comisión del Espacio de
las Naciones Unidas, compuesta por un comité científico y otro jurídico,
encargada de redactar las distintas proposiciones sobre Derecho Espacial
que más tarde se decidirían en las votaciones de la Asamblea.
LA LUNA EN EL DERECHO
INTERNACIONAL
Los principales acuerdos aprobados por este organismo en materia de Derecho
espacial relacionados con la Luna han sido el Tratado del espacio exterior, de
1967, y el Acuerdo sobre la Luna, aprobado en 1979. Estos y otros tratados
forman el cuerpo de lo que se conoce como Derecho espacial, y que actualmente
regula el comportamiento de las naciones en la investigación y exploración en
el espacio exterior.
El Acuerdo que Gobierna las Actividades de los Estados en la Luna y otros
Cuerpos Celestes, más conocido como el Tratado de la Luna, es un tratado
internacional que transfiere jurisdicción de todos los cuerpos celestes (incluyendo
las órbitas cercanas a tales cuerpos) a la comunidad internacional. Así, todas las
actividades deben hacerse conforme al Derecho internacional, particularmente la
carta de las Naciones Unidas.
TRATADO DE LA LUNA

Tras el Tratado del Espacio Ultraterrestre, el Tratado de la Luna pretendía establecer unas
normas para el uso de la Luna y otras cuerpos celestes. El tratado se aplica a la Luna y otros
cuerpos celestes ubicados dentro del Sistema Solar, distintos de la Tierra. Contiene 21 artículos
El tratado declara que la Luna ha de ser utilizada para el beneficio común de todos los Estados
y todos los pueblos de la comunidad internacional. Además, pretende que la Luna no se
convierta en una fuente de conflicto internacional. Ciertos puntos a destacar del tratado se
muestran a continuación:
Prohíbe el uso militar de los cuerpos celestes, incluyendo prueba de armas o bases militares.
Prohíbe la exploración y el uso de los cuerpos celestes sin la aprobación o el beneficio de todos
los Estados bajo el principio del patrimonio común de la humanidad..
El Secretario General ha de ser notificado de todas las actividades celestes
Todos los Estados tienen el mismo derecho de realizar investigaciones sobre
los cuerpos celestes.
Al menos parte de los datos obtenidos durante la investigación por parte de
un Estado han de ser puestos a disposición de la comunidad.
Esta prohibido alterar el ambiente de los cuerpos celestes y realizar
cualquier tipo de contaminación.
Se prohíbe a los Estados reclamar soberanía sobre los cuerpos celestes.
Prohíbe la propiedad de cualquier territorio extraterrestre por parte de
una persona u organización, a menos que sea internacional y
gubernamental.
Se ha de establecer un régimen internacional para garantizar que el
desarrollo y la gestión sean seguros y ordenados en cuanto a los recursos y
el reparto de beneficios de los mismos.
Durante siglos la gente creía que la Luna afectaba el
comportamiento humano. De hecho, la palabra "lunático"
(persona que padece locura por intervalos) proviene del
latín "lunaticus", que significa "lunar".
Tanto el filósofo griego Aristóteles como el naturalista
romano Plinio el Viejo creían que la locura y la epilepsia
eran causadas por el satélite natural de la Tierra.
Hasta el día de hoy se repite que las embarazadas tienen
más probabilidades de parir en una Luna llena, aunque las
evidencias científicas sobre nacimientos en las diferentes
fases lunares sean inconsistentes.
INFLUENCIA SOBRE EL COMPORTAMIENTO
HUMANO
Lo mismo ocurre con la evidencia de que el ciclo lunar aumenta la
violencia entre los pacientes psiquiátricos o los reclusos, aunque un
estudio reciente sugirió que la actividad delictiva al aire libre (incidentes
que ocurren en las calles o en entornos naturales como las playas) puede
ser mayor cuando hay más luz de la Luna.
Sobre el sueño sí existe evidencia de que varía a lo largo del ciclo lunar.
Por ejemplo, un estudio de 2013 realizado bajo las condiciones altamente
controladas de un laboratorio de sueño descubrió que en promedio las
personas tardaron cinco minutos más en quedarse dormidas y
durmieron durante 20 minutos menos en Luna llena, en comparación
con el resto del tiempo del mes, a pesar de que no estuvieron expuestos a
la luz de la Luna.
A su vez, la medición de su actividad cerebral sugirió que la cantidad de
sueño profundo que experimentaron se redujo en un 30%.
No obstante, un estudio de seguimiento no pudo replicar estos hallazgos.
ALUMNOS:
-ORTEGA ALVARADO,LLIRDIN CODIGO:17130050

-PALOMINO SANCHEZ, ALVARO CODIGO:17130063

-URDANIVIA MUSTIGA ,MILAGROS CODIGO:

-BULLÓN CHUQUIPUL,ABEL CODIGO:

También podría gustarte