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Sentencia C - 246 de 2002

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Sentencia C

– 246 DE
2002
M.P. Manuel José Cepeda Espinosa
Hechos Jurídicamente Relevantes
• 1. Se presenta demanda de inconstitucionalidad contra el siguiente artículo:

Art. 6 numeral 6 Ley 25


de 1992 “Son causales de divorcio”:
“(…)Toda enfermedad o anormalidad grave e incurable, física o síquica, de uno de los
cónyuges, que ponga en peligro la salud mental o física del otro cónyuge e imposibilite la
comunidad matrimonial”.

 
• 2. Considera el accionante que vulnera los artículos 1 y 95 de la Constitución Política de
Colombia por contrariar los principios de dignidad humana y solidaridad conforme al deber
constitucional consagrado en el numeral 2 del articulo 95 de la constitución, que indica:

• “Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias


ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas”

• 3. Los artículos mencionados, se estiman incumplidos en tanto se“brinda la oportunidad al


cónyuge sano de incumplir las obligaciones respecto del otro cónyuge contraídas al momento
de la celebración del matrimonio”, contribuyendo a “la desestabilización social y
consecuentemente a la desintegración del núcleo familiar, como quiera que se le abren las
puertas a la legitimación de la conducta deshumana del cónyuge que fría, indiferente e
insolidariamente resuelve divorciarse del cónyuge enfermo sometido a circunstancias difíciles
y quizás angustiosas, condenándolo en ese momento a padecer en soledad la enfermedad que
le agobia.
Problema Jurídico
“¿el contenido normativo que señala como causal de divorcio toda enfermedad o
anormalidad grave e incurable, física o psíquica, de uno de los cónyuges que
ponga en peligro la salud mental o física del otro e imposibilite la comunidad
matrimonial, configura una violación del deber de solidaridad al que alude el
artículo 95 en concordancia con el artículo 1 de la Constitución Política?” 
Normas jurídicamente relevantes para
caso
• Obligación de ayuda mutua como desarrollo del deber legal de solidaridad:

 Artículo 113 del Código Civil, que define el matrimonio.

 Artículo 42 de la Constitución Política que establece el matrimonio como acto


constitutivo de la familia y también la posibilidad de regular a través de la ley
civil el divorcio (este último en el inciso 9).

 Artículo 176 del Código Civil, que establece el deber de ayuda mutua entre los
cónyuges.
Decisión

• “Declarar EXEQUIBLE, por el cargo analizado, el numeral 6


del artículo 6 de la Ley 25 de 1992 en el entendido que que
(sic) el cónyuge divorciado que tenga enfermedad o
anormalidad grave e incurable, física o psíquica, que
carezca de medios para subsistir autónoma y dignamente,
tiene derecho a que el otro cónyuge le suministre los
alimentos respectivos, de conformidad con los criterios
expuestos en el apartado 7 de esta sentencia”.
Ratio Decidendi
“De este modo, para que se configure la primera condición contemplada por el legislador para
admitir el divorcio se requiere que además de la gravedad de la enfermedad o discapacidad, ella
sea incurable. Se requiere la existencia de una afección que tiene vocación de permanencia e
irremediabilidad, circunstancia que, en todo caso, deberá ser  concurrente con los otros dos
requerimientos establecidos por la disposición demandada”.

“(…) Se requiere, además, que esta situación incida en el otro cónyuge, esto es, que ponga en
peligro su salud. De esta forma, la causal de divorcio presupone unas circunstancias extremas
donde se verifica la afectación del derecho a la salud del cónyuge que invoca la causal y donde
cobra relevancia el deber que éste tiene de cuidado de su propia salud”.

“Se requiere, finalmente, que la situación afecte severamente el proyecto de vida familiar a tal
punto que la comunidad de vida se torne imposible. El legislador ha optado, de esta manera, por
proteger la autonomía de la persona quien, deseando mantener la comunidad matrimonial, se
enfrenta ante la imposibilidad fáctica de hacerlo, ya que la enfermedad o discapacidad grave e
incurable además de amenazar su salud impide la vida en comunidad matrimonial. Llegado a este
punto, el legislador considera razonable no exigir a la persona del cónyuge permanecer casada”.
“El hecho de que la persona gravemente afectada de una enfermedad o discapacidad
incurable quede expósita luego del divorcio, sin que el otro cónyuge deba prestarle
alimentos, atenta contra la autonomía del cónyuge enfermo, así como contra el
principio de dignidad humana. Es claro para la Corte, entonces, que se hace necesario
condicionar la constitucionalidad de la causal acusada en el sentido de que el
cónyuge divorciado que tenga enfermedad o anormalidad grave e incurable, física
o psíquica, que carezca de medios para subsistir autónoma y dignamente, tiene
derecho a que el otro cónyuge le suministre los alimentos respectivos, sin que ello
excluya la realización voluntaria de prestaciones personales de éste en beneficio del
cónyuge enfermo o anormal” (Partes resaltadas fuera del texto original).
Obiter Dicta
• “La obligación de socorro y ayuda que la ley  predica de los cónyuges casados (artículo
176 C.C.) comprende varias dimensiones que cobijan, entre otras cosas, prestaciones de
carácter personal y económico que hacen posible la vida en común y el auxilio mutuo. A
través de estos vínculos no sólo se manifiesta el deber constitucional de solidaridad,
sino que también se desarrolla el principio de reciprocidad que caracteriza la relación
conyugal. No está en juego, entonces, la simple materialización de un deber referido
por la Carta Política sino también la protección de la igualdad entre los miembros de la
pareja matrimonial puesto que la obligación es mutua y semejante para cada uno”.
• “La obligación de socorro y ayuda que emana del matrimonio impone a los cónyuges
auxiliar, acompañar y apoyar al cónyuge gravemente enfermo o discapacitado. Pero tal
obligación tiene límites constitucionales: a nadie le es exigible jurídicamente sacrificios
tan gravosos que pongan en peligro la existencia del propio ser, así como tampoco el
exponer a riesgo la propia salud o renunciar a la decisión autónoma de optar por
convivir armónicamente en una familia”.
Comentarios
• Lacorte refiere que, si bien la causal de divorcio analizada no implica la existencia de un cónyuge
culpable y uno inocente, ello no significa que no se puedan aplicar los criterios para la asignación
de alimentos y que le juez puede hacerlo por analogía. En este sentido, insta a que se analice, la
necesidad del alimentario, capacidad del alimentante y agrega el criterio de permanencia,
refiriendo que este supone que si la enfermedad disminuye también deberá guardarse la
proporcionalidad con la cuota de alimentos fijada.
• Delmismo modo, ilustra acerca de la posibilidad de que los cónyuges puedan fijar de común
acuerdo la cuota de alimentos, o que, de requerirse ante la no ocurrencia de este, se pueda
acudir a las vías procesales existentes respecto de los alimentos.
• Consideramos que el numeral 4 del artículo 411 establece de forma muy clara el evento que
habilita la procedencia de alimentos a favor del cónyuge no culpable del divorcio. En el caso
objeto de estudio se hace una extensión de este que abarca una función legilativa –el hecho de
determinar la titularidad de a quiénes se debe alimentos, lo que es taxativo-. Además, evidencia
una contradicción ya que el texto justifica la posibilidad del cónyuge de divorciarse por las
situaciones descritas pero le impone el deber de sufragar alimentos, dándole, básicamente, el
tratamiento de cónyuge culpable.

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