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Tema 1.L Gran Exposición y El Sistema Americano.

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Orígenes y evolución del diseño industrial

• El Diseño Industrial busca que el diseño de


objetos sea un acto creativo que, concilie la
función utilitaria con un componente estético,
y además abarque todos los factores en juego:
formales, funcionales, estéticos, tecnológicos,
constructivos, económicos, ergonómicos,
simbólicos y legales.
• Refiriéndonos al universo de los objetos de diseño
industrial, podemos decir que comprende aquellos
que responden a las siguientes características:
  Son respuestas a necesidades, deseos o demandas de
la sociedad, es decir tienen una finalidad determinada.
Son el resultado de un trabajo de preconcepción.
Son materiales, o están pensados como objetos
materiales.
Están pensados para la producción industrial
• El diseño industrial como actividad específica es un
producto del siglo XX, aunque sus orígenes se remontan
al siglo XIX y en algunos casos antes también. Nosotros
tomamos como punto de partida para analizar lo que
hoy llamamos diseño industrial, la Gran Exposición
Internacional de 1851 (Londres), cuando, como
consecuencia de cuestionamientos a la calidad estética
de los productos fabricados industrialmente, se
comienza a plantear la necesidad de proyectar estos
productos teniendo en cuenta el nuevo sistema de
producción.
“Las masas constituyen el elemento social
en torno al cual giran los diseños, así como
las artes tuvieron como eje al individuo y
las artesanías religiosas a la feligresía”.

Juan Acha.

“Introducción a la teoría de los diseños”.


• El diseño industrial tiene fuertes raíces que son consecuencia
del cuestionamiento a la estética de los primeros objetos de
producción industrial.
• No puede dejar de mencionarse un antecedente significativo,
los muebles Thonet, muebles de madera curvada cuya
producción en serie se remonta a los años 40 del siglo XIX.
• Michael Thonet (1796-1871), artesano ebanista de origen
alemán, se transfiere a Viena y con el apoyo del gobierno
austríaco -que le concede el privilegio de trabajar toda clase
de madera curvándolas por procedimiento químicos o
mecánicos, instala una fábrica de muebles.
• Frente al mueble macizo, Thonet plantea las
ventajas prácticas de la finura y de la ligereza, y al
mismo tiempo la necesidad fundamental de
comodidad, y con ese concepto concibe sus
productos.
• La Revolución Industrial estaba en su auge y Thonet
pasa de la artesanía a la producción industrial. Sus
productos originales y de calidad transformaron el
concepto de mobiliario de su época y adquirieron
fama universal.
• En la Gran Exposición Internacional de 1851
Thonet presenta sus creaciones y recibe una
medalla.
• Lo que podemos llamar la gran época de
Thonet termina en 1914, cuando comienza la
Primera Guerra Mudial, hasta entoces había
fabricado 50 millones de sillas.
Michael Thonet nació en Boppard (Alemania) en 1796 y
se le puede considerar como el gran creador de las
técnicas del curvado de madera. Curvando al calor varas
de madera sólida y uniéndolas con tornillos y colas,
consiguió un tipo de mueble fácilmente industrializable
(sin machihembrados, realizado en madera de haya y con
asientos y respaldos de un encañizado compuesto por
tiritas de hoja de palmera desecada, trenzada formando
polígonos regulares). Instalada en Viena, su fábrica llegó
a producir 400.000 unidades anuales, que alcanzaron
una fama extraordinaria y son, aun hoy, constantemente
imitadas.
El gran éxito sin duda de sus muebles comenzó a partir
de 1851 con motivo de la “Exposición Universal de
Londres”. Entre sus diversos modelos destaca la célebre
silla indicada en el catalogo de su producción con el
numero 14.
Silla 214 (Silla nº 14 ó silla Thonet).
La silla Thonet revolucionó el mundo de la decoración cuando en 1910 comenzó su
producción. Convertida en uno de los asientos más habituales en los hogares de
todo el mundo, la silla Thonet, en su primera versión, revolucionó el mundo del
diseño a finales de 1856 porque su creador Michael Thonet había conseguido una
banqueta de madera curvada ligera, fácil de transportar y de formas muy sencillas.
El secreto residía en que el maestro carpintero consiguió moldear la madera
mediante un sistema que utilizaba el vapor como herramienta de trabajo, lo que
permitió una ductilidad desconocida hasta entonces en este material. El original
estaba elaborado en contrachapado y posteriormente se crearon las versiones de
tela o de cuero.
Las claves de su diseño son:
1. Su forma. Para montarla, el modelo original tenía sólo seis piezas.
2. Material. Se construía en madera curvada de haya maciza.
3. Producción. Debido a su éxito, en el año 1930 se habían vendido en todo el
mundo 30 millones de unidades.
4. Poco voluminosa. Su perfecto tamaño la convirtió en uno de los modelos más
utilizados en los lugares públicos, como bares y restaurantes.
Mecedora Thonet n° 1
210R Bentwood Armchair.
• Con la producción industrial (a máquina y en
serie), que como consecuencia de la
Revolución Industrial se instaura
definitivamente en el esquema productivo de
bienes, se plantea la separación de las tareas
de concepción de las de fabricación,
actividades que estuvieron durante siglos a
cargo de una sola persona que concebía y
construía el producto.
• Si bien las tendencias a su separación ya se habían manifestado en
la especialización planteada en la artesanía, en algunos casos para
acrecentar la producción como consecuencia de la expansión del
comercio, en otros para satisfacer requerimientos específicos
(ejemplo: la manufactura de Gobelinos), fue la revolución industrial
la que marcó definitivamente la separación entre concepción y
fabricación, actividades hasta ese momento, en general, en manos
del artesano. Como consecuencia de esta separación se produce
una fragmentación y descalificación de las actividades del trabajador
que no puede más sentirse autor totalmente responsable y
orgulloso de su obra. La máquina comienza a marcar en forma
indeleble al producto que pasa a ser impersonal en su producción.
• Durante la primera mitad del Siglo XIX los objetos
elaborados por el nuevo sistema de producción no se
caracterizaban precisamente por la calidad del diseño, lo
que provocó cuestionamientos y encendidas críticas que
hicieron eclosión con motivo de la Gran Exposición
Internacional de 1851 (Londres), donde estaba expuesto
todo lo que la técnica de la época permitía producir,
desde locomotoras, telares mecánicos, máquinas para la
fabricación de productos industriales, hasta objetos de
la vida cotidiana (cubiertos, platos, etc.).
• La calidad estética de muchos productos industriales
expuestos, que imitaban el aspecto de los objetos hechos
a mano, en general era mala; hay que tener en cuenta que
en la producción industrial se buscaba lograr, con ayuda
de la máquina, la apariencia de un elaborado trabajo
manual, pero lógicamente con ahorro de mano de obra.
• La industria exigía cantidad aún a expensas de la calidad.
Críticos de la época escribían al respecto: «La carencia de
todo principio de diseño ornamental es evidente [] El
gusto de los fabricantes revela falta de formación».
• Se estaba ante una crisis del diseño, se había
perdido el sentido de la vinculación entre forma y
decoración. La simple substitución del trabajo del
hombre por el de la máquina, sin haber replanteado
el problema del diseño, provocaba desajustes.
Tengamos en cuenta que la tendencia de la época
era "embellecer" los objetos mediante la
decoración, en otras palabras, agregarles elementos
auxiliares de valor artístico, con la finalidad de
mejorar su calidad estética.
• Se hizo evidente la necesidad de analizar el
tema de las relaciones entre el arte, la
artesanía y la industria, y se llegó a plantear
que la falta de calidad estética y de factura de
los productos industriales era consecuencia de
un descenso del nivel moral y ético de la
sociedad y que la educación artística podía
llegar a ser un factor de cambio que permitiría
reformar la sociedad.
• El cuestionamiento a la industria ya la producción industrial
no se limitó a lo estético sino que se hizo extensivo al mismo
sistema de producción, al que se responsabilizó de subordinar
al ritmo de la máquina, la actividad de la nueva clase
proletaria, enajenada por un trabajo uniforme e impersonal
que provocaba una descalificación de las aptitudes
profesionales. Se acusó a la máquina de destruir la alegría del
trabajo. «La división del trabajo también alteró de otra
manera la vida social. El trabajo se volvió más fragmentario,
monótono, tedioso, alienante y la autosuficiencia de los
individuos se restringió notablemente.»
La Gran Exposición Internacional de 1851. El Sistema Americano.
La última mitad del siglo XIX presenció un número
impresionante de exposiciones internacionales que reflejan
el entusiasmo y el optimismo con los que el mundo
occidental perseguía las innovaciones técnicas. Además al
reunir los productos y los pobladores de muy diversas
naciones, estas grandes ferias mundiales, que comenzaron
con la Exposición de 1851 en el Crystal Palace de Londres,
aceleraron el desarrollo de la tecnología a través del
intercambio de ideas e informaciones.

Eugene S. Ferguson.
Historia de la tecnología.
• La Gran Exposición Internacional de 1851 (Londres)
cuyo título era "The Great Exibition ofthe Works
oflndustry ofall Nations, 1851" fue la primera
exposición de productos industriales, y artesanales,
de carácter internacional; estuvo organizada por la
"Royal Society of Arts", cuyo Presidente era el
Príncipe Consorte de la Reina Victoria, Alberto de
Sajonia (1818-1861); el responsable de la
organización fue Henry Colé (1808-1882), miembro
del Comité de Exposiciones de la Sociedad.
• Para albergarla se construyó el llamado Crystal
Palace (Palacio de Cristal), soberbia estructura
modular y desmontable de hierro y cristal, proyecto
de Joseph Paxton (1801-1865), constructor de
invernaderos, que con audacia, habilidad y buen
gusto imaginó este edificio que rompió con los
viejos esquemas del clasicismo típico de las
construcciones de la época, anticipó la estética y los
métodos de los años a venir y marcó el comienzo de
la arquitectura moderna.
• Un escritor de la revista Punch fue el que acertadamente le dio el nombre
de Palacio de Cristal. El edificio de unos 555 metros de longitud (1851
pies, que corresponden al año de la exposición), de 125 metros de ancho
y de una altura de 19 metros, y de 32 metros en el crucero abovedado
central, de un ancho de 21,5 metros (no previsto en el proyecto original y
cuya finalidad fue conservar algunos grandes árboles que quedaron en el
interior), estaba cubierto con 9 hectáreas de cristal, 7 en el techo y 2 en
las paredes, sostenidos por una estructura modular compuesta por 3.000
columnas de hierro fundido separadas 7 metros unas de otras y unidas
con tirantes de hierro forjado; la construcción modular posibilitó su
rápido montaje (unos 4 meses), y una vez terminada la exposición, su
desmontaje y translado a una zona más alejada del centro de Londres
(Sydenham), donde subsistió hasta que el fuego lo destruyó en 1936.
• La Gran Exposición se inauguró el primero de mayo de 1851 y se clausuró
el 15 de octubre del mismo año.
• Desde todos los puntos de vista fue un éxito, aun desde el financiero (se
recaudó más dinero del que se había gastado), y si bien contribuyó a
«revelar la degradación estética de los objetos en el momento del paso
de la artesanía a la producción industrial», despertó la toma de
conciencia de la búsqueda de soluciones. Estas consideraciones en cuanto
a la estética de los productos no son válidas para todas las secciones de la
Gran Exposición, pues las dedicadas a las máquinas, instrumentos
técnicos y algunos muebles de serie, mostraban un momento muy
importante en el desarrollo del diseño (Por ejemplo: la locomotora de T.R.
Crampton, las máquinas agrícolas de Hornby & Sons, el telescopio de A.
Ross, instrumentos quirúrgicos, armas, muebles para escuela, etc.).
• La exposición de 1851 ofreció la oportunidad de conocer y
hacer un balance de la producción industrial de todas las
naciones.
• Desde el punto de vista estético se hizo evidente la ausencia de
armonía en los productos industriales, sobre todo en los de uso
cotidiano, lo que provocó una reacción general que en la
segunda mitad del siglo XIX se canalizó en la búsqueda de
solución al problema de las relaciones entre arte, estética e
industria, ésta se encontró en el siglo XX con el diseño
industrial, que abandonó el criterio de querer adicionar arte en
el producto, y planteó la síntesis de tecnología y estética en el
mismo proceso de diseño.
• Merece un comentario especial la representación de los
Estados Unidos, que mostró una nueva concepción en la
producción industrial caracterizada por la fabricación en
serie de objetos compuestos de piezas normalizadas
intercambiables fabricadas con ayuda de máquinas
herramientas.
• Este método de trabajo, que se llamó Sistema Americano
por ser Norteamérica el país donde más desarrollo tuvo,
condicionaba no sólo la producción sino también la
configuración y el estilo de los productos fabricados.
Sistema Americano.
• El Sistema Americano, que permitía la producción en serie
por la normalización e intercambiabilidad de las piezas, tenía
antecedentes en Europa, pero allí no había logrado desarrollarse,
posiblemente porque el artesano-artista europeo buscaba darle
mediante la decoración, ajena a lo estrictamente funcional, un
toque
de arte, distinción y personalidad al producto de su trabajo.

En los Estados Unidos, un país nuevo donde prácticamente no


había ese artesano-artista, la situación y sobre todo la
mentalidad del pueblo era otra.
• Entre los precursores europeos de este sistema de producción
mencionaremos a un armero francés, Le Blanc, que ya en la
segunda
mitad del siglo XVIII aplicaba el método de piezas normalizadas e
intercambiables a la producción de fusiles.

Thomas Jefferson, que


había sucedido a Benjamín Franklin como embajador de los Estados
Unidos en Francia, visitó en 1782 el taller de Le Blanc y comunicó
por escrito a su país las ventajas del sistema, fundamentalmente en
cuanto a la disminución de los costos.
• Este sistema no tuvo éxito en Francia, tanto por
problemas burocráticos, como por la resistencia
que el mismo despertó entre los artesanos que
veían peligrar su medio de vida, y posiblemente
también, como hemos mencionado, por
problemas de sensibilidad artística. La fabricación
en serie requiere la simplificación al máximo de
las piezas, mientras que los objetos fabricados por
los maestros armeros eran elegantes y adornados.
• El sistema se aplicó en los Estados Unidos desde
comienzos del siglo XIX y rápidamente se generalizó;
posiblemente uno de los primeros que lo utilizó en gran
escala fue Eli Whitney; en 1798 propuso al gobierno
fabricar 10.000 fusiles en dos años (propuesta que no
alcanzó a cumplir sino varios años después). Donde
primero se consolidó fue en el campo de la producción de
armas de fuego debido a la gran demanda, consecuencia
de la expansión territorial; la falta de obreros
especializados y la inexistencia de una tradición artesanal
fueron factores que coadyuvaron en esta consolidación.
Sobre este tema, en el libro
de John Heskett leemos:

Breve historia del diseño industrial.

«La diferencia entre Europa y los Estados Unidos no se


limitaba, sin embargo, a los sistemas de producción utilizados, sino
que abarcaba en un sentido mucho más amplio la totalidad de los
valores culturales y sociales. Esto ya se comentaba en el catálogo
oficial de la Exposición Universal de 1851: "Dedicar meses e incluso
años de trabajo a la elaboración de un solo objeto, no con el fin de
incrementar su valor intrínseco, sino exclusivamente para aumentar su
precio o su apreciación como objeto artístico, no es algo común en los
Estados Unidos. Por el contrario, tanto el trabajo manual como el
mecánico tienen por objeto aumentar el número o cantidad de
artículos adaptados a las necesidades del pueblo entero, y destinado a
fomentar el disfrute de los recursos económicos de que dispone."
Se establecía, pues, una comparación entre la actitud europea,
basada en la tradición artesanal, para la cual el valor del
producto, tanto económica como estéticamente, dependía de la
cantidad de trabajo cualificado que exigía su realización, y el
enfoque norteamericano, basado en métodos industriales, que
ponía en primer lugar el volumen de producción y la utilidad
del producto para un amplio sector de la población.

Resumiendo podemos decir que la actitud europea se basaba


en la tradición artesanal, mientras que la actitud
estadounidense en la producción en gran escala para satisfacer
necesidades a nivel masivo.
En este segundo planteamiento está implícito un sentido comercial que
se puso de manifiesto también en lo que se conoce como venta a plazo,
hoy una modalidad corriente en la vida cotidiana.

Al respecto, merece mencionar a Isaac Merrit Singer que perfeccionó


una máquina de coser desarrollada en 1844 por Elias Howe y la lanzó al
mercado en 1851.
Con gran sentido comercial instauró la venta a plazo, y al comprender la
importancia del aspecto externo la rodeó de una cubierta autoportante de
metal charolado y adornada con volutas y dibujos dorados, para
adaptarla al contexto social en el que se empleaba la máquina y hacerla
más
receptiva en un ambiente doméstico.
Isaac Merritt Singer.

(Pittstown, Nueva York, 26 de octubre de


1811 - Paignton, Devon, 23 de julio de
1875) fue un inventor estadounidense,
actor y empresario.

Realizó importantes mejoras en el diseño


de la máquina de coser y fue el fundador
de Singer Sewing Machine Company
(Compañía de máquinas de coser Singer).

Varios inventores patentaron máquinas de


coser antes que él, pero su éxito se basó en
la practicidad de su máquina, la facilidad
con la que podía ser adaptada para uso
doméstico y que podía ser pagada a
plazos.
Otro caso típico fue la máquina de escribir, introducida
masivamente por Philo Remington en 1874, cuyas características
estéticas respondían a los mismos esquemas; a comienzos del
siglo XX dejaron de usarse los elementos decorativos agregados a
estas máquinas.
Los artículos estadounidenses presentados en la Exposición
Internacional de 1851 ya manifestaban lo que se llama la estética de la
máquina.
El revólver Colt y la segadora McCormick, por ejemplo,
eran productos cuyas formas demostraban abiertamente la
estandarización de su producción y el carácter intercambiable de sus
piezas, además de su función utilitaria.
Esta breve fase "protofuncionalista" del diseño
americano terminó pronto, muy pronto las máquinas
de coser y las aspiradoras se vieron adornadas con detalles rococó o
Art Nouveau, a imitación de la decoración europea, y con la intención
de satisfacer lo que se pensaba era el "gusto femenino". Tuvo que
pasar algún tiempo antes de que reaparecieran las formas geométricas
simples y sin decorar de la estética de la máquina.

La producción en serie, llamada Sistema Americano, marca


una etapa clave en la consolidación de una nueva forma de encarar el
diseño y abre una puerta más del camino al diseño industrial.

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