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Tema10 Perdón Genuino

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TEMA 10

10 días

de oración
5-14 de agosto 2022

DEPARTAMENTO DE ESPÍRITU DE PROFECÍA Y MAYORDOMÍA


TEMA 10
Perdón genuino

Lucas 15:20

“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún


estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a
misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le
besó”.
Perdón genuino

INTRODUCCIÓN

El padre de esta historia no es un papá que perdona al hijo y luego le dice: te


perdono, pero no puedes usar mis cosas, o disfrutar de lo mío.
• La mayor prueba de que el padre perdonó a su hijo es que él mismo
procura todo lo mejor para el muchacho.
a. Es el padre el que ordena que le sea dado un nuevo vestido, nuevo
calzado, un anillo y manda a hacer un banquete en el que se serviría la carne
del mejor becerro.
Perdón genuino

b. Él no solo mandó a hacer la comida, la fiesta, sino que dijo: “comamos y


hagamos fiesta”. (v.23)

c. El padre era parte del grupo del cual la historia dice que: “comenzaron a
regocijarse”. (v. 24)

d. Fue el padre que dijo que esa fiesta era necesaria y que había motivos
para regocijarse con el regreso del pródigo. (v. 32).
Perdón genuino

• En realidad, este hombre estaba contento, feliz y regocijado.


• No cabe duda de que deseaba el bien para ese hijo y cuando pensaba en él
deseaba que le ocurriera lo mejor.

¡Su perdón era completamente sincero!


Perdón genuino

DESARROLLO

Perdonar libera

• Perdonar no es que usted renuncie a vengarse de alguien que le ofendió,


mientras desea que de todas maneras lo pague con otros o de alguna otra
forma.
Perdón genuino

Perdonar libera

• Cuando perdonamos, tal como lo hizo el padre del pródigo, debemos


desear que a la persona que hemos perdonado, le pasen cosas buenas, y
que esas cosas buenas cambien su vida, que le hagan ser mejor persona y
que le den una nueva visión de la vida y de las personas que están a su
alrededor.
Perdón genuino

Perdonar libera

• Mientras todavía nos guste la idea de que a esa persona alguien le haga
pagar lo que nos hizo, la realidad es que no hemos perdonado porque aún
hemos reservado deseos de venganza y eso compromete nuestro bienestar
espiritual y nuestra paz interior.
Perdón genuino

Perdonar libera

• Cuando el padre perdonó al hijo el más feliz era él.


• En la historia no se habla del pródigo feliz y contento con el vestido, los
zapatos, el anillo y la fiesta; porque es posible que estaba avergonzado
con todo eso, sabiendo bien lo que realmente merecía y cuando recordaba
de qué pocilga venía.
Perdón genuino

Perdonar libera

• Pero el padre está feliz porque no tiene rencores, ni odios, ni frustraciones


ni deseos de venganza.
• Puede celebrar porque es libre por dentro y por fuera.
• El perdón libera en primer lugar a quien lo da, y luego al que lo recibe, si
está dispuesto a aprovechar la oportunidad.
Perdón genuino

Perdonar libera

• El perdón de Dios no tiene como propósito que nos olvidemos de


nuestros errores, sino que nunca volvamos a cometerlos.
• Sería peligroso que al que le perdonan una ofensa se olvide de eso.
• Todo lo que hizo el padre, hacía muy difícil que el pródigo, el hijo mayor,
la comunidad y el padre olvidaran lo que pasó y cómo se resolvió.
Perdón genuino

Perdonar libera

a. Cada vez que el pródigo viera ese vestido, esos zapatos y ese anillo, recordaría
lo que pasó.
b. Cada vez que alguien en el pueblo recordara la fiesta que el padre hizo en
honor del hijo que regresó, todos recordarían lo que pasó y cómo se resolvió.
c. Cuando echaran de menos al becerro gordo, cuando viera el rostro de pocos
amigos del hijo mayor, recordarían lo que pasó y cómo se resolvió.
d. Pero, sobre todo, cada vez que viera el rostro de su padre, el hijo pródigo no
olvidaría durante toda su vida, ese abrazo, ese beso y ese amor tan grande que
le fue dado en el día de su regreso.
Perdón genuino

Un acto de gracia inolvidable

• La gracia de Dios que trae su perdón a nuestras vidas es inolvidable.


• Esa gracia también trae el recuerdo de nuestras caídas y errores, pero no
tenemos que pensar que algo está mal porque lo recordemos, porque
cuando la gracia nos recuerda lo que somos, nos habilita para nunca
querer volver al lugar de donde nos trajo.
Perdón genuino

Un acto de gracia inolvidable

• ¿Será que el hijo pródigo cuando veía su vestido, su anillo y la comida en


la casa de su padre no recordaba la pocilga de dónde vino? ¡Por
supuesto que sí!

• ¿Será que al recordar sentía deseos de volver a ella?


¡Por supuesto que no!
Perdón genuino

Un acto de gracia inolvidable

• Hasta el pecador más corrompido prefiere ser jornalero en la casa del padre que
convivir con los cerdos de la pocilga.
• Hay quienes dicen que no pueden perdonar porque aún no han podido olvidar.
• Esta idea es totalmente errónea.
• No se puede perdonar lo que olvidó, se debe perdonar lo que no se puede
olvidar, porque es la única forma de impedir que eso determine su presente y su
futuro.
Perdón genuino

Un acto de gracia inolvidable

• No debe ocurrírsenos pensar que Dios se olvida de nuestros pecados en el


sentido de que no tiene memoria de ellos.
• Si así fuera, el perdón sería más bien una enfermedad que afecta la mente.
• Lo que debemos entender es que Dios, aunque conoce todo de nosotros y
nuestros pecados están siempre delante de él, como dijo el salmista (Salmo
51:3), al perdonarlos, él decide no tomarlos en cuenta en su trato con
nosotros.
Perdón genuino

Un acto de gracia inolvidable

• No tienes que perder tu memoria para perdonar, sino que debes perdonar
para que cuando esas cosas vengan a la memoria, puedas decirte a ti
mismo:

“Eso ya está resuelto y en el pasado”.


Perdón genuino

CONCLUSIÓN

• El perdón es uno de los regalos más especiales que Dios nos ha dado a
los seres humanos.
• Es un verdadero poder capaz de sanar corazones, relaciones y vidas.
• Es una salvaguarda contra personas y circunstancias que, de otra manera,
podrían cambiar nuestras vidas en forma negativa para siempre y
arruinarnos, convirtiéndonos en depósitos de dolor, ofensas, resentimientos
y odios.
Perdón genuino

• Pocas veces podemos ser más semejantes a Dios que cuando perdonamos
sinceramente y de corazón.
• Sin el perdón, sencillamente, no puede vivirse en este mundo, no puede tenerse
una buena familia, no puede funcionar una iglesia, no pueden convivir las
naciones, y peor aún, nunca podríamos experimentar el perdón de Dios, pues
fue él quien precisamente nos enseñó a orar pidiéndole que nos perdonara, en la
misma forma en que nosotros perdonamos a los que nos ofenden. (Mateo 6:12).

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