El Inframundo en La Mitología Grecolatina
El Inframundo en La Mitología Grecolatina
El Inframundo en La Mitología Grecolatina
mitología grecolatina.
El inframundo es un término general que
se emplea para describir a los distintos
reinos de la mitología que se creía estaban
situados debajo de la tierra o más allá del
horizonte …
Cada cultura tiene su
propia mitología y, por lo
tanto, su propia geografía
del más allá
Yggdrasil
Hela, diosa de
la muerte
La Duat era el inframundo de la mitología egipcia, el lugar donde se celebraba
el juicio de Osiris, y donde el espíritu del difunto debía deambular, sorteando
malignos seres y otros peligros...
La descripciones más antiguas del inframundo grecolatino pueden
encontrarse el las epopeyas de Homero ( Grecia) y Virgilio ( Roma)
EL DIOS HADES
Venus
Juno
En Cartago tendrá una relación amorosa con la
reina Dido, una relación que acabará en
desengaño, tragedia y suicidio.
Entrada de Eneas al inframundo
Encuentros de Eneas con criaturas en el
inframundo: las almas de las Gorgonas
Encuentros de Eneas con criaturas en el
inframundo: las almas de los centauros
Encuentros de Eneas con criaturas en el
inframundo: el alma de la HIDRA
Encuentros de Eneas con criaturas en el
inframundo: las almas de las Mantícoras
Ríos del inframundo: Aqueronte
Los muertos entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte en la barca
conducida por Caronte, quien les cobraba un óbolo (una pequeña moneda). Esta
moneda era colocada bajo la lengua del difunto o arriba de los parpados por sus
parientes. Los pobres y quienes no tenían amigos recorrían eternamente la costa,
sin medios para cruzar el río.
El río Cócito
(en griego ‘lamento’) , por
cuyas orillas vagaban
durante 100 años los que
no podían pagar al
barquero Caronte .
Era un afluente del
Aqueronte y su cauce se
nutría de las lágrimas de
las almas en pena de los
pecadores
El Flegetonte
( en griego “llameante” )
es un río de fuego
compuesto de sangre
hirviendo y las almas de
los violentos.
El río Estigia
(en griego "odio") en
la mitología griega
constituía el límite
entre la tierra y el
mundo de los
muertos, el Hades, al
que circundaba nueve
veces
El río Lete ( Olvido) Beber de sus aguas provocaba un
olvido completo, para que las almas antes de reencarnarse, no recordasen sus
vidas pasadas
El Cancerbero
La otra orilla del rio Aqueronte era vigilada por Cerbero, el perro guardián de tres
cabezas, quien cuidaba la puerta de entrada al Hades y se encargaba de que los espíritus
de los muertos pudiesen entrar y que nadie saliera. Además, vigilaba que ninguna
persona viva entrara al Hades.
El Juicio de Minos
Casi en el patio del palacio de Hades y Perséfone se sentaban los tres jueces del Inframundo:
Minos, Radamantis y Éaco. Allí, en usa estatua con 3 cabezas consagrado a Hécate, donde los
tres caminos se encontraban, las almas eran juzgadas, volviendo a los Campos de Asfódelos si no
eran virtuosas ni malvadas, enviados al camino del tenebroso Tártaro si eran impías o malas, o al
Elíseo con los heroicos o los benditos. Radamantis juzgaba las almas asiáticas, Éaco las europeas y
Minos tenía el voto decisivo y juzgaba a los griegos.
El TÁRTARO
El Tártaro es un lugar de
tormento y sufrimiento eternos,
parecido al Infierno de muchas
religiones
Está guardado por una hidra
con cincuenta enormes fauces
negras, que se sentaba en una
puerta chirriante protegida por
columnas de diamante. Dentro,
hay un castillo con anchas
murallas y un alto torreón de
hierro
Dentro hay un pozo del que se
dice que profundiza en la tierra
el doble de la distancia que hay
entre la tierra de los vivos y el
Olimpo. En el fondo de este
pozo están los Titanes y otros
muchos pecadores.
Condenados en Tártaro:
Sísifo
Sísifo
Fue promotor de la navegación y el comercio, pero también avaro y mentiroso. Recurrió a
medios ilícitos, entre los que se contaba el asesinato de viajeros y caminantes, para
incrementar su riqueza. Desde los tiempos de Homero, Sísifo tuvo fama de ser el más
astuto de los hombres. Cuando Tánatos fue a buscarle, Sísifo le puso grilletes, por lo que
nadie murió hasta que Ares vino, liberó a Tánatos, y puso a Sísifo bajo su custodia.
Pero Sísifo aún no había agotado todos sus recursos: antes de morir le dijo a su esposa que
cuando él se marchase no ofreciera el sacrificio habitual a los muertos, así que en el
infierno se quejó de que su esposa no estaba cumpliendo con sus deberes, y convenció a
Hades para que le permitiese volver al mundo superior y así disuadirla. Pero cuando estuvo
de nuevo en Corinto, rehusó volver de forma alguna al inframundo, hasta que allí fue
devuelto a la fuerza por Hermes.
En el infierno Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una
ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre
rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio. El motivo de
este castigo no es mencionado por Homero, y resulta oscuro (algunos sugieren que es un
castigo irónico de parte de Minos: Sísifo no quería morir y nunca morirá pero a cambio de
un alto precio y no descansará en paz hasta pagarlo)
Condenados Ixión
Ixión boda.
Este crimen, que vulneraba las leyes sagradas de la
hospitalidad horrorizó tanto a los reyes vecinos que
ninguno quiso purificarle, obligando a Ixión a vivir
escondido y huyendo del trato de los demás.
Abandonado y aborrecido por todos, imploró perdón al dios
Zeus, que se apiadó de él acordándose de que hasta los
mismos dioses hacían locuras por amor y, purificándole, le
invitó a la mesa de los dioses. Pero Ixión, lejos de estar
agradecido, intentó seducir a Hera, la mujer de Zeus,
que indignada se lo contó a su marido.
Zeus, pensando simplemente que el beber el néctar de los
dioses había trastocado a Ixión, se conformó con
desterrarlo simplemente. Pero cuando vio que el ingrato
presumía de haber seducido a Hera, le mató con un rayo
(la única forma de morir que tenían los que habían probado
la ambrosía), y le condenó al Tártaro, donde Hermes le
ató con serpientes a una rueda ardiente que daba
vueltas sin cesar. Sólo descansó de su tormento el
tiempo que Orfeo estuvo en los infiernos, pues su
maravilloso canto hizo que se parara la rueda.
Condenados en el
Tártaro: Tántalo
Tántalo
Se conoce a Tántalo por haber sido invitado por Zeus a la mesa de los dioses en el Olimpo.
Jactándose de ello entre los mortales, fue revelando los secretos que había oído en la mesa y,
no contento con eso, robó algo de néctar y ambrosía y lo repartió entre sus amigos.
Tántalo quiso corresponder a los dioses y les invitó a un banquete que organizó. Cuando la
comida empezó a escasear, decidió ofrecer a su hijo Pélope. Descuartizó al muchacho, coció
sus miembros y los sirvió a los invitados. Los dioses, que habían sido advertidos, evitaron
tocar la ofrenda. Sólo Deméter, trastocada por la reciente pérdida de su hija Perséfone, no se
percató de lo que era y se comió el hombro izquierdo del desdichado. Zeus ordenó a Hermes
que reconstruyera el cuerpo de Pélope y lo volviera a cocer en un caldero mágico,
sustituyendo su hombro por uno forjado de marfil de delfín, hecho por Hefesto y ofrecido por
Deméter. Las parcas le dieron vida de nuevo y así obtuvo nuevas cualidades.
Después de muerto, Tántalo fue eternamente torturado en el Tártaro por los crímenes que
había cometido. En lo que actualmente es un ejemplo proverbial de tentación sin satisfacción,
su castigo consistió en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla, bajo un árbol de
ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed,
intenta tomar una fruta o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su
alcance. Además pende sobre él una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarle.
Los Campos Elíseos: el paraíso
Los Campos Elíseos en la mitología eran una sección subterránea sagrada donde las
sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa
y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Aún así las almas que residían en los
Campos Elíseos tenían la oportunidad de regresar al mundo de los vivos, cosa que no
muchos hacían.