El Costo Del Discipulado
El Costo Del Discipulado
El Costo Del Discipulado
25
Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y
madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no
puede ser mi discípulo.
28
Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una
torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si
tiene lo que necesita para acabarla?
29
No sea que después que haya puesto el
cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo
vean comiencen a hacer burla de él, 30 diciendo:
Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
31
¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro
rey, no se sienta primero y considera si puede
hacer frente con diez mil al que viene contra él
con veinte mil?
32
Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos,
le envía una embajada y le pide condiciones de
paz.
33
Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
discípulo.
EL COSTO DEL DISCIPULADO