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Por qué A MI

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¿POR QUÉ A MI?

El problema del
sufrimiento y el mal
• Para muchas personas el
principal problema con el
cristianismo no es su
exclusividad, sino la
existencia del mal y del
sufrimiento.
• El problema de las tragedias, el sufrimiento
y la injusticia es un problema que nos
afecta a todos por igual, y sin posible
excepción. Es, como mínimo, un problema
igual de grande para no creer en Dios como
para sí hacerlo. Es, por lo tanto, un grave
error, aunque comprensible, pensar que si
se rechaza la creencia en Dios el problema
del mal se convierte en algo más fácil de
solventar.
• Al contrario si se rechaza la idea de la
existencia de Dios, el problema del mal
se hace mas complicado de explicar.
• Por ejemplo trata de explicar el mal y el
sufrimiento desde otra postura que no sea el
Cristianismo y te darás cuenta que trae mas
problemas, mas preguntas, mas
interrogantes y mas incógnitas que
explicarlo desee el cristianismo.
•Sin Dios no hay de que quejarse, si
Dios no existe no hay de que quejarse

• El problema del sufrimiento sin sentido no


desaparece cuando dejas de creer en Dios. Si no
hay Dios, ¿por qué tener un sentido de indignación
y horror cuando se inflige un sufrimiento injusto a
cualquier grupo de personas? La violencia, el
sufrimiento y la muerte son fenómenos
completamente naturales.
• Y si no hay Dios ¿Sobre qué te basas para
señalar que la crueldad es incorrecta?
• La afirmación tan común de que el
sufrimiento y el mal simplemente refutan la
existencia de Dios ha sido casi
completamente abandonada en los círculos
profesionales y académicos, “porque la
carga de demostrar que no hay posibilidad
alguna de la coexistencia de Dios y… el mal
es demasiado pesada para los ateos”. El
argumento del mal contra Dios ya no se
considera convincente.
• Según la teología cristiana, todo sufrimiento tiene
un propósito, pues Dios se propuso derrotar al
mal de una manera tan exhaustiva en la cruz que
todos los estragos del mal algún día serán
deshechos y nosotros, a pesar de haber
participado tan profundamente en él, seremos
salvos. Dios no está logrando esto a pesar del
sufrimiento, la agonía y la pérdida, sino por medio
de estas cosas; es por medio del sufrimiento de
Dios que el sufrimiento de la humanidad
finalmente será superado y destruido.
POR EJEMPLO:
• José sufre y su ayuda no llega y tiene que soportar un
largo tiempo de confinamiento. La experiencia de la
esclavitud y la privación de su libertad fueron limando
las asperezas del carácter de José, fortaleciéndole en las
pruebas. La situación cambia entonces de forma
espectacular y José es nombrado primer ministro de
Egipto. Haciendo uso de las prerrogativas de su cargo,
salva miles de vidas –incluida su familia–.Si Dios hubiera
impedido esos años de prueba y sufrimiento, nuestro
protagonista no habría podido convertirse en agente
BENEFICIOS DEL SUFRIMIENTO

• En primer lugar se dice que las personas al haber sufrido


y superado el sufrimiento, estas personas se vuelven
más resistentes. Una vez que han aprendido a
enfrentarlo, saben que pueden volver a hacerlo y viven
con menos ansiedad. Romanos 5:3-4 lo resume así: “El
sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia,
entereza de carácter; la entereza de carácter,
esperanza”.
• Segundo, fortalece las relaciones, generalmente
creando vínculos permanentes entre el que sufre y sus
amistades y familiares.
• El tercer beneficio es tal vez el más
significativo: el sufrimiento “cambia las
prioridades y las filosofías (forma de ver la vida,
forma de pensar)
• En ocasiones, el sufrimiento nos ayuda a buscar
más a Dios, a profundizar nuestras relaciones y
a procurar el bien de la sociedad, y trunca
nuestros sueños de independencia y comodidad.
Por eso es que los problemas y las pruebas
tienden a forzarnos a dejar ciertos planes de
• La Biblia está llena de gritos de lamento
y clamores de “¿por qué ?” que Dios no
censura. Sin embargo, Dios está tan
comprometido con derrotar al mal que
Su intención es ayudarnos a usarlo para
bien, incluso en las situaciones que
estemos atravesando en el día de hoy.
Haidt, James Davies y otros psicólogos
sostienen que existe un sentido común,
para la idea de que el sufrimiento
produce resistencia, carácter y
esperanza.
• Nuestros sufrimientos, si se manejan
correctamente, le dan gloria al Señor.
• Abecés nos creemos un Dios que siempre
actúa conforme a nuestras expectativas —un
Dios que siempre apoya nuestros planes y
nuestras perspectivas en cuanto al desarrollo
del mundo y de la historia.
• Ese “Dios” es nuestra propia creación, un
dios falso. En realidad, ese dios es solo una
proyección de nuestra propia sabiduría, de
nuestro propio yo.
• Cuando operamos de esa manera, Dios es
nuestro “cómplice”, alguien con quien nos
relacionamos siempre y cuando Él esté haciendo
lo que deseamos.
• Si hace cualquier otra cosa, queremos
“despedirlo” o eliminarlo de nuestra lista de
“amigos”, como lo haríamos con cualquier
asistente personal o conocido que fuera
insubordinado o incompetente.
• Muchas veces estamos tratando de
buscar la forma de lograr que Dios haga
lo que hemos planeado. Pero cuando
Dios frustra nuestros planes sufrimos,
pero el sufrimiento nos hace conocer un
a un Dios glorioso, infinitamente sabio,
bueno y poderoso, y dejamos a un lado
al “dios de mis planes”
• Se espera que los niños confíen en adultos a
quienes ellos no pueden comprender, la
mayoría de las personas modernas se
horrorizan cuando se les pide que confíen en
un Dios a quien no pueden entender y con
ello el sufrimiento que permite.
• Confiar en Dios cuando no lo entendemos es
reconocer que Él es Dios y no otro ser humano. Es
reconocer que Él es glorioso, infinitamente
•Por tanto, confiar en la sabiduría
de Dios en medio de nuestro
sufrimiento, aun cuando no lo
entendemos, es recordar la
gloria y el significado de la cruz.
Glorificando a Dios ante los demás
• Confiar en Dios en medio del sufrimiento también lo
glorifica ante los demás. Cuando los creyentes
manejan el sufrimiento correctamente, no solo
están glorificando a Dios ante Dios. Están
mostrando al mundo algo de la grandeza de Dios, y
puede que no exista nada más que pueda revelarlo a
las personas de la misma manera. “Porque es digno
de elogio que, por sentido de responsabilidad
delante de Dios, se soporten las penalidades, aun
sufriendo injustamente”, escribe Pedro (1P 2:19).
• En la iglesia primitiva, el primer mártir fue
Esteban, quien fue apedreado hasta la muerte por
su predicación pública del evangelio. El relato de
su muerte se narra en Hechos 6:8 − 8:1. Cuando
fue juzgado, se nos dice que no tenía temor, sino
que “su rostro se parecía al de un ángel” (Hch
6:15). Y mientras moría bajo la lluvia de piedras,
oró en voz alta: “¡Señor, no les tomes en cuenta
este pecado!” (Hch 7:60). El joven erudito Saulo de
Tarso estaba presente y vio toda la escena (Hch
7:58, 8:1).
• ¿Cómo pudo Esteban haber estado tan
tranquilo? ¿Cómo pudo haber estado
tan seguro de que estaba bien con
Dios? ¿Cómo pudo ser capaz de
perdonar a las personas que lo estaban
matando? No tiene sentido. La forma en
que Esteban aguantó el sufrimiento fue
más que simplemente “admirable",
• Quizás los primeros cristianos mártires
tomaron el ejemplo de Esteban. Los
primeros cristianos morían tan bien
que dejaban a los espectadores
preguntándose de dónde sacaban su
poder. “Los cristianos usaron el
sufrimiento para defender la
superioridad de su credo (PARA
DEFENDER SU CREENCIA )… [porque]
• Así que Pablo nunca olvidó ese principio después de
su conversión. Es por eso que más tarde pudo
escribirle a los creyentes que no se desanimaran por
su encarcelamiento (Ef 3:13).
• Es mas sufrimiento de Pablo era una manera de
mostrarle a las personas el carácter de su Salvador.
Dijo a los filipenses: “Hermanos, quiero que sepan
que, en realidad, lo que me ha pasado ha contribuido
al avance del evangelio. Es más, se ha hecho evidente
a toda la guardia del palacio y a todos los demás que
estoy encadenado por causa de Cristo” (Fil 1:12-13).
• En octubre de 2006, un hombre armado tomó
rehenes en una escuela pequeña de una
comunidad amish en el condado de Lancaster,
Pensilvania. Después de disparar a diez víctimas,
cinco de las cuales murieron, todas entre siete y
trece años de edad, se suicidó. Unas horas
después de los asesinatos, algunos miembros de
la comunidad amish visitaron a los padres del
asesino para expresarles sus condolencias por su
pérdida y ofrecerles apoyo durante los días
difíciles que se avecinaban.
• Cuando el pistolero fue enterrado unos
días más tarde, su joven viuda y sus tres
hijos se sorprendieron al descubrir que
la mitad de los asistentes al funeral eran
amish, quienes no mostraron más que
apoyo y preocupación por la familia del
asesino. Toda una comunidad cristiana
se enfrentó a su sufrimiento con la
misma paz que tuvo Esteban en Hechos 7
•Todo el país estaba hablando acerca
del perdón y el amor mostrado por la
comunidad amish hacia el asesino y
su familia. La forma en que
manejaron su sufrimiento fue un
testimonio poderoso de la
autenticidad de su fe y de la
• Una película sobre el incidente creó un personaje
ficticio llamado Ida Graber, una madre amish de uno
de los niños asesinados. En la película, ella está tan
llena de dudas y enojo contra Dios, y era tan incapaz
de perdonar al asesino, que casi abandona su fe.
• Aquellos que estuvieron realmente involucrados con
los amish después de los disparos respondieron que,
a pesar de la profunda pena y el dolor, simplemente
no había nadie en la comunidad que no estuviera
dispuesto a perdonar
• Muchos expertos y comentaristas en todo el país
decían que el sorprendente amor de los amish
era lo que sucedía cuando sacábamos “lo mejor
de ‘nosotros’”, ignorando las raíces profundas y
distintivamente cristianas de lo que hicieron.
• Los autores de Amish Grace dijeron claramente
que pensar de esa manera era ser ingenuo.
Argumentaron que esa capacidad de perdonar
que mostraron los amish se basaba en dos
cosas.
• En primer lugar, se basaba en una profunda
meditación y reflexión sobre la forma en que Cristo
perdonó a Sus verdugos y asesinos. En el corazón
de su fe había un hombre que moría por Sus
enemigos, y cuando uno es miembro de una
comunidad que habla, canta y celebra esto
constantemente, entonces la práctica de perdonar
incluso a los asesinos de nuestros hijos no nos
parece imposible.
• Pero, en segundo lugar, los autores señalaron que el
perdón es una forma de “renunciar a uno mismo”, es

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