Diferencia entre revisiones de «Venancio Flores»
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A través del intercambio de cartas durante el conflicto en Argentina, Flores le comunicó a Mitré sus intenciones de regresar e intervenir en Uruguay. Mitre le prometió inicialmente su apoyo, pero posteriormente Mitre buscó disuadirlo de todo propósito de invasión, intentando rehuir de compromisos y posibles complicaciones que el gobierno de Buenos Aires no estaba dispuesto a enfrentar. Entre tanto, el 1 de marzo de 1860 terminó el mandato de Gabriel Pereira, y fue electo como su sucesor Bernardo Prudencio Berro, de raíces blancas, que encabezó otro gobierno fusionista. Berro no tardó en tomar providencias contra una posible invasión de emigrados orientales: dividió el país en cuatro zonas bajo el mando de [[Diego Eugenio Lamas|Diego Lamas]], [[Lucas Moreno]], [[Bernardino Olid]] y [[Dionisio Coronel]]; y Anacleto Medina asumió la Comandancia General. Asimismo, desde el comienzo de su gobierno, Berro propuso la amnistía a los emigrados, pero fueron prohibidas las divisas políticas tradicionales —blanca y colorada—, desde su uso hasta su alusión. El 5 de septiembre de 1860 se excluyó de la amnistía a quienes tomaron parte de la breve revolución de César Díaz de 1858 —que terminó con la «Hecatombe de Quinteros»—, lo que Flores acusó de ser una «media amnistía». En octubre de 1861, Berro envió al diplomático Octavio Lapido para convencer a Flores de que regresara.<ref name=":2" />{{Sfn|Lockhart|1976|pp=47-51}} |
A través del intercambio de cartas durante el conflicto en Argentina, Flores le comunicó a Mitré sus intenciones de regresar e intervenir en Uruguay. Mitre le prometió inicialmente su apoyo, pero posteriormente Mitre buscó disuadirlo de todo propósito de invasión, intentando rehuir de compromisos y posibles complicaciones que el gobierno de Buenos Aires no estaba dispuesto a enfrentar. Entre tanto, el 1 de marzo de 1860 terminó el mandato de Gabriel Pereira, y fue electo como su sucesor Bernardo Prudencio Berro, de raíces blancas, que encabezó otro gobierno fusionista. Berro no tardó en tomar providencias contra una posible invasión de emigrados orientales: dividió el país en cuatro zonas bajo el mando de [[Diego Eugenio Lamas|Diego Lamas]], [[Lucas Moreno]], [[Bernardino Olid]] y [[Dionisio Coronel]]; y Anacleto Medina asumió la Comandancia General. Asimismo, desde el comienzo de su gobierno, Berro propuso la amnistía a los emigrados, pero fueron prohibidas las divisas políticas tradicionales —blanca y colorada—, desde su uso hasta su alusión. El 5 de septiembre de 1860 se excluyó de la amnistía a quienes tomaron parte de la breve revolución de César Díaz de 1858 —que terminó con la «Hecatombe de Quinteros»—, lo que Flores acusó de ser una «media amnistía». En octubre de 1861, Berro envió al diplomático Octavio Lapido para convencer a Flores de que regresara.<ref name=":2" />{{Sfn|Lockhart|1976|pp=47-51}} |
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[[Archivo:Mons. Jacinto Vera, Primer Obispo de Montevideo, 1878.jpg|izquierda|miniaturadeimagen|289x289px|[[Jacinto Vera]], sacerdote católico proclamado en 1878 como primer [[obispo de Montevideo]] y [[Beato|beatificado]] en 2023. El destierro que sufrió en 1862 por el gobierno de Berro fue usado posteriormente por Flores como uno de los emblemas de su revolución. ]] |
[[Archivo:Mons. Jacinto Vera, Primer Obispo de Montevideo, 1878.jpg|izquierda|miniaturadeimagen|289x289px|[[Jacinto Vera]], sacerdote católico proclamado en 1878 como primer [[obispo de Montevideo]] y [[Beato|beatificado]] en 2023. El destierro que sufrió en 1862 por el gobierno de Berro fue usado posteriormente por Flores como uno de los emblemas de su revolución. ]] |
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La noticia, por ese entonces, de que Flores había dejado Buenos Aires tras el fin del conflicto argentino para reintegrarse a sus tares en los saladeros de Lezama tranquilizó al gobierno uruguayo. Sin embargo, el gobierno de Berro experimentó nuevas tensiones a nivel doméstico a raíz de dos conflictos con la [[Iglesia católica]]. El primero ocurrió en abril, cuando el párroco de [[San José de Mayo|San José]] se negó a enterrar al médico Enrique Jacobson, un [[Pueblo alemán|alemán]] [[masón]], en el cementerio local. Este conflicto se resolvió relativamente rápido y con pleno acuerdo entre el presidente Berro y el [[vicario]] [[Jacinto Vera]]: los cementerios fueron secularizados, y a cambio la Iglesia tuvo permitido bendecir las tumbas de los difuntos católicos. El segundo conflicto, más grave, ocurrió en septiembre, cuando el vicario Jacinto Verá intentó remover de su cargo al padre [[Juan José Brid]], quien era masón, senador de la República y comulgaba con el gobierno, alegando que cometió conductas impropias de su cargo. Berro se valió del [[Patronato regio|derecho de patronato]], heredado del [[Imperio español]] pero rechazado por la jerarquía en Uruguay, que dictaba que para otorgar o remover [[Eclesiástico|cargos eclesiásticos]] era necesario que la autoridad religiosa contara con el visto bueno del gobierno. El vicario Vera solicitó en distintas ocasiones, pero sin éxito, el apoyo de Berro, por lo que decidió removerlo por su cuenta. Tras ser removido de su cargo, el padre Brid se negó a entregar las llaves de la [[Catedral metropolitana de Montevideo|Catedral de Montevideo]] por un año, hasta que en septiembre de 1862 Jacinto Vera le prohibió a Brid ejercer su ministerio sacerdotal. Entonces, el 8 de octubre de 1862, el gobierno de Berro ordenó el destierro del vicario Vera y del [[presbítero]] [[Victoriano Conde]], su suplente.<ref>{{Cita web|url=https://nautamedia.com/es/el-dia-que-el-presidente-bernardo-berro-desterro-jacinto-vera|título=El día que el presidente Bernardo Berro desterró a Jacinto Vera {{!}} Nautamedia Historia|fechaacceso=2025-01-02|apellido=Ibáñez|nombre=Pablo|sitioweb=nautamedia.com|idioma=es}}</ref><ref>{{Cita web|url=https://www.xn--lamaana-7za.uy/opinion/en-honor-a-la-verdad-historica/|título=En honor a la verdad histórica {{!}} La Mañana|fechaacceso=2025-01-02|fecha=2021-12-08|idioma=es}}</ref><ref name=":2" />{{Sfn|Lockhart|1976|p=51}}{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=365-366}} Además, Berro resistió durante su gobierno la reconstrucción del Partido Blanco, que experimentó una discordia interna en dos facciones: los «amapolas», moderados que confraternizaban con el caudillismo, y los «vicentinos», más cercanos a las políticas de Berro.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=363}}{{Sfn|Lockhart|1976|p=51}} |
La noticia, por ese entonces, de que Flores había dejado Buenos Aires tras el fin del conflicto argentino para reintegrarse a sus tares en los saladeros de Lezama tranquilizó al gobierno uruguayo. Sin embargo, el gobierno de Berro experimentó nuevas tensiones a nivel doméstico a raíz de dos conflictos con la [[Iglesia católica]]. El primero ocurrió en abril, cuando el párroco de [[San José de Mayo|San José]] se negó a enterrar al médico Enrique Jacobson, un [[Pueblo alemán|alemán]] [[masón]], en el cementerio local. Este conflicto se resolvió relativamente rápido y con pleno acuerdo entre el presidente Berro y el [[vicario]] [[Jacinto Vera]]: los cementerios fueron secularizados, y a cambio la Iglesia tuvo permitido bendecir las tumbas de los difuntos católicos. El segundo conflicto, más grave, ocurrió en septiembre, cuando el vicario Jacinto Verá intentó remover de su cargo al padre [[Juan José Brid]], quien era masón, senador de la República y comulgaba con el gobierno, alegando que cometió conductas impropias de su cargo. Berro se valió del [[Patronato regio|derecho de patronato]], heredado del [[Imperio español]] pero rechazado por la jerarquía en Uruguay, que dictaba que para otorgar o remover [[Eclesiástico|cargos eclesiásticos]] era necesario que la autoridad religiosa contara con el visto bueno del gobierno. El vicario Vera solicitó en distintas ocasiones, pero sin éxito, el apoyo de Berro, por lo que decidió removerlo por su cuenta. Tras ser removido de su cargo, el padre Brid se negó a entregar las llaves de la [[Catedral metropolitana de Montevideo|Catedral de Montevideo]] por un año, hasta que en septiembre de 1862 Jacinto Vera le prohibió a Brid ejercer su ministerio sacerdotal. Entonces, el 8 de octubre de 1862, el gobierno de Berro ordenó el destierro del vicario Vera y del [[presbítero]] [[Victoriano Conde]], su suplente.<ref>{{Cita web|url=https://nautamedia.com/es/el-dia-que-el-presidente-bernardo-berro-desterro-jacinto-vera|título=El día que el presidente Bernardo Berro desterró a Jacinto Vera {{!}} Nautamedia Historia|fechaacceso=2025-01-02|apellido=Ibáñez|nombre=Pablo|sitioweb=nautamedia.com|idioma=es}}</ref><ref>{{Cita web|url=https://www.xn--lamaana-7za.uy/opinion/en-honor-a-la-verdad-historica/|título=En honor a la verdad histórica {{!}} La Mañana|fechaacceso=2025-01-02|fecha=2021-12-08|idioma=es}}</ref><ref name=":2" />{{Sfn|di Nicola|2012|pp=44-45}}{{Sfn|Lockhart|1976|p=51}}{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=365-366}} Además, Berro resistió durante su gobierno la reconstrucción del Partido Blanco, que experimentó una discordia interna en dos facciones: los «amapolas», moderados que confraternizaban con el caudillismo, y los «vicentinos», más cercanos a las políticas de Berro.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=363}}{{Sfn|Lockhart|1976|p=51}} |
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A mediados de 1862, el gobierno uruguayo incautó varias cartas de Flores donde invitaba a dirigentes para que lo acompañaran en un movimiento revolucionario. En septiembre de ese año, Berro decretó una amnistía sin excepciones incluyendo a los acompañantes de César Díaz, varios de los cuales aceptaron y fueron reintegrados al escalafón militar aunque con carácter de pasivos. Poco después, Berro despidió de sus ministerios a [[Eduardo Acevedo Maturana|Eduardo Acevedo]] y a [[Tomás Villalba]], partidarios de Urquiza, con el fin de evitar desavenencias extras con Mitre. A fines de ese año los rumores de una invasión se fueron convirtiendo en una convicción: [[Manuel Flores Barrios|Manuel Flores]], hermano de Venancio Flores, fue detenido en territorio uruguayo; [[Fortunato Flores]], uno de los hijos del caudillo, es visto en el país; y Diego Lamas, jefe político de Salto, se enteró de que Flores viajó a [[Palmar (Uruguay)|Palmar]] a entrevistarse con [[Nicasio Borges]] y otros jefes.{{Sfn|Lockhart|1976|p=52}} Mediante cartas, Mitre se comprometió con Berro de adoptar medidas para impedir una invasión de Flores.{{Sfn|Lockhart|1976|p=54}}El 3 de marzo de 1863 Flores pidió la baja del ejército argentino, y en la noche del 16 de abril de 1863, Flores se embarcó en [[Tigre (Argentina)|Tigre]], en una ballenera, acompañado del coronel Francisco Caraballo, del teniente coronel [[Clemente Cáceres]] y del asistente [[Silvestre Farías]].{{Sfn|Lockhart|1976|p=52}} |
A mediados de 1862, el gobierno uruguayo incautó varias cartas de Flores donde invitaba a dirigentes para que lo acompañaran en un movimiento revolucionario. En septiembre de ese año, Berro decretó una amnistía sin excepciones incluyendo a los acompañantes de César Díaz, varios de los cuales aceptaron y fueron reintegrados al escalafón militar aunque con carácter de pasivos. Poco después, Berro despidió de sus ministerios a [[Eduardo Acevedo Maturana|Eduardo Acevedo]] y a [[Tomás Villalba]], partidarios de Urquiza, con el fin de evitar desavenencias extras con Mitre. A fines de ese año los rumores de una invasión se fueron convirtiendo en una convicción: [[Manuel Flores Barrios|Manuel Flores]], hermano de Venancio Flores, fue detenido en territorio uruguayo; [[Fortunato Flores]], uno de los hijos del caudillo, es visto en el país; y Diego Lamas, jefe político de Salto, se enteró de que Flores viajó a [[Palmar (Uruguay)|Palmar]] a entrevistarse con [[Nicasio Borges]] y otros jefes.{{Sfn|Lockhart|1976|p=52}} Mediante cartas, Mitre se comprometió con Berro de adoptar medidas para impedir una invasión de Flores.{{Sfn|Lockhart|1976|p=54}}El 3 de marzo de 1863 Flores pidió la baja del ejército argentino, y en la noche del 16 de abril de 1863, Flores se embarcó en [[Tigre (Argentina)|Tigre]], en una ballenera, acompañado del coronel Francisco Caraballo, del teniente coronel [[Clemente Cáceres]] y del asistente [[Silvestre Farías]].{{Sfn|Lockhart|1976|p=52}} |
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=== Inicio de la invasión === |
=== Inicio de la invasión === |
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[[Archivo:Venancio flores.png|miniaturadeimagen|Fotografía de Venancio Flores.]] |
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El 19 de abril de 1863, 39 años exactos después del desembarco de los Treinta y Tres Orientales, Flores y sus acompañantes pusieron pie en territorio uruguayo, al norte del actual [[Fray Bentos]]. Además de la fecha especialmente elegida para el desembarco, en una proclama fechada el 20 de abril, Flores exhortó a combatir «los escándalos originados en la bárbara hecatombe de Quinteros», abrazando abiertamente dicha causa como uno de los motivos de su revolución. Aunque inicialmente muchos «doctores» colorados rechazaron la invasión de Flores, solo vinculándose a ella cuando resultó triunfante. En esta primera etapa, Flores recorrió el norte del país contactando con caudillos y reclutando hombres para su causa, burlando a su paso a efectivos del gobierno. Asimismo, Flores adoptó «la defensa de la Iglesia» como una causa, en respuesta al previo destierro del vicario Vera; Flores empleó banderolas blancas con una cruz roja, la misma seña que los [[Cruzadas|cruzados medievales]]. Berro, por su parte, impuso la divisa celeste para el ejército y para todos los ciudadanos, y como bandera el [[Bandera de Uruguay|pabellón nacional]]; Berro trató de que no se considerara la contienda como una lucha entre partidos políticos.<ref name=":2" />{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=362-363}}{{Sfn|Lockhart|1976|pp=52-55}} |
El 19 de abril de 1863, 39 años exactos después del desembarco de los Treinta y Tres Orientales, Flores y sus acompañantes pusieron pie en territorio uruguayo, al norte del actual [[Fray Bentos]]. Además de la fecha especialmente elegida para el desembarco, en una proclama fechada el 20 de abril, Flores exhortó a combatir «los escándalos originados en la bárbara hecatombe de Quinteros», abrazando abiertamente dicha causa como uno de los motivos de su revolución. Aunque inicialmente muchos «doctores» colorados rechazaron la invasión de Flores, solo vinculándose a ella cuando resultó triunfante. En esta primera etapa, Flores recorrió el norte del país contactando con caudillos y reclutando hombres para su causa, burlando a su paso a efectivos del gobierno. Asimismo, Flores adoptó «la defensa de la Iglesia» como una causa, en respuesta al previo destierro del vicario Vera; Flores empleó banderolas blancas con una cruz roja, la misma seña que los [[Cruzadas|cruzados medievales]]. Berro, por su parte, impuso la divisa celeste para el ejército y para todos los ciudadanos, y como bandera el [[Bandera de Uruguay|pabellón nacional]]; Berro trató de que no se considerara la contienda como una lucha entre partidos políticos.<ref name=":2" />{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=362-363}}{{Sfn|Lockhart|1976|pp=52-55}} |
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El 25 de mayo de 1863 cruzó el río Negro hacia el sur, disponiendo ya de 1.400 hombres, mal vestidos y armados pero bien [[Caballería|montados]], factor fundamental en la guerra. El 2 de junio las avanzadas de Flores chocaron contra las del ejército de Servando Gómez que mandaba Olid, cercanos al arroyo Coquimbo, departamento de Soriano. La [[batalla de Coquimbo]] resultó en una victoria para Flores, donde además conoció y adoptó a un perro, a quien bautizó como «Coquimbo». El can acompañó a Flores durante la guerra, y hasta en su posterior gobierno; cuando falleció el animal, Flores ordenó su [[Taxidermia|embalsamiento]] —el perro embalsamado se encuentra hoy en día en el [[Museo de la Casa de Gobierno]]—. Después de la batalla de Coquimbo, Flores siguió su paso entrando el 7 de junio en [[Florida (Uruguay)|Florida]], luego de derrotar sin esfuerzo a la guarnición. Continuó marchando evitando combates formales, acompañado por sus hijos Venancio, Fortunato y Eduardo, de 23, 22 y 20 años. El 25 de junio Flores derrota en [[Batalla de las Cañas|combate en Las Cañas]] al general Diego Lamas. En agosto Flores vuelve al sur, llegando a situarse a tres leguas de Montevideo, entonces el gobierno cerró ''El Siglo'', deportó a un centenar de sospechosos y nombró un Consejo de Guerra integrado por Ignacio Oribe y José Brito del Pino. Entonces gestiones de paz comenzaron a ser promovidas por el banquero [[Irineu Evangelista de Sousa|Barón de Maúa]], pero rechazadas por la exigencia de Flores que las amnistías fueran garantizadas por el gobierno argentino, en alusión al precedente de Quinteros. El 16 de septiembre ocurre la denominada «[[Batalla de las Piedras (1863)|segunda batalla de Las Piedras]]», con la derrota de Flores por parte del militar Lucas Moreno. Al terminar el año 1863, Flores recorrió el litoral uruguayo donde recibió material de guerra desde la Argentina.<ref name=":2" /><ref>{{Cita web|url=https://nautamedia.com/es/coquimbo-el-perro-de-venancio-flores|título=Coquimbo, el perro de Venancio Flores {{!}} Nautamedia Historia|fechaacceso=2025-01-02|apellido=Ibáñez|nombre=Pablo|sitioweb=nautamedia.com|idioma=es}}</ref>{{Sfn|Lockhart|1976|pp=56-59}} |
El 25 de mayo de 1863 cruzó el río Negro hacia el sur, disponiendo ya de 1.400 hombres, mal vestidos y armados pero bien [[Caballería|montados]], factor fundamental en la guerra. El 2 de junio las avanzadas de Flores chocaron contra las del ejército de Servando Gómez que mandaba Olid, cercanos al arroyo Coquimbo, departamento de Soriano. La [[batalla de Coquimbo]] resultó en una victoria para Flores, donde además conoció y adoptó a un [[Canis familiaris|perro]], a quien bautizó como «Coquimbo». El can acompañó a Flores durante la guerra, y hasta en su posterior gobierno; cuando falleció el animal, Flores ordenó su [[Taxidermia|embalsamiento]] —el perro embalsamado se encuentra hoy en día en el [[Museo de la Casa de Gobierno]]—. Después de la batalla de Coquimbo, Flores siguió su paso entrando el 7 de junio en [[Florida (Uruguay)|Florida]], luego de derrotar sin esfuerzo a la guarnición. Continuó marchando evitando combates formales, acompañado por sus hijos Venancio, Fortunato y Eduardo, de 23, 22 y 20 años. El 25 de junio Flores derrota en [[Batalla de las Cañas|combate en Las Cañas]] al general Diego Lamas. En agosto Flores vuelve al sur, llegando a situarse a tres leguas de Montevideo, entonces el gobierno cerró ''El Siglo'', deportó a un centenar de sospechosos y nombró un Consejo de Guerra integrado por Ignacio Oribe y José Brito del Pino. Entonces gestiones de paz comenzaron a ser promovidas por el banquero [[Irineu Evangelista de Sousa|Barón de Maúa]], pero rechazadas por la exigencia de Flores que las amnistías fueran garantizadas por el gobierno argentino, en alusión al precedente de Quinteros. El 16 de septiembre ocurre la denominada «[[Batalla de las Piedras (1863)|segunda batalla de Las Piedras]]», con la derrota de Flores por parte del militar Lucas Moreno. Al terminar el año 1863, Flores recorrió el litoral uruguayo donde recibió material de guerra desde la Argentina.<ref name=":2" /><ref>{{Cita web|url=https://nautamedia.com/es/coquimbo-el-perro-de-venancio-flores|título=Coquimbo, el perro de Venancio Flores {{!}} Nautamedia Historia|fechaacceso=2025-01-02|apellido=Ibáñez|nombre=Pablo|sitioweb=nautamedia.com|idioma=es}}</ref>{{Sfn|Lockhart|1976|pp=56-59}} |
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=== Desarrollo de la invasión === |
=== Desarrollo de la invasión === |
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[[Archivo:Venancio Flores2.jpg|miniaturadeimagen| |
[[Archivo:Venancio Flores2.jpg|miniaturadeimagen|Venancio Flores con indumentaria militar.|280x280px]] |
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En enero de 1864 Flores se unió a Caraballo, que sitiaba la ciudad de Paysandú defendida por el militar [[Leandro Gómez]]; tras dieciocho días las fuerzas floristas abandonan el sitio, por lo que las fuerzas gubernamentales fueron premiadas por Berro con una medalla en la que se leía «Defensa de Paysandú». Flores volvió a Montevideo llegando hasta el [[Paso Molino|Paso del Molino]], mientras que las fuerzas que salieron de la capital lo buscaban por el interior. |
En enero de 1864 Flores se unió a Caraballo, que sitiaba la ciudad de Paysandú defendida por el militar [[Leandro Gómez]]; tras dieciocho días las fuerzas floristas abandonan el sitio, por lo que las fuerzas gubernamentales fueron premiadas por Berro con una medalla en la que se leía «Defensa de Paysandú». Flores volvió a Montevideo llegando hasta el [[Paso Molino|Paso del Molino]], mientras que las fuerzas que salieron de la capital lo buscaban por el interior. A un año de invasión, las fuerzas floristas no tenían más de 2.000 hombres, pero tenían a su favor estar mejor montados y disponer de dinero.{{Sfn|Lockhart|1976|pp=59-60}} El 18 de febrero de 1846, tras múltiples conflictos entre los «amapolas» y los «vicentinos» dentro del gobierno de Berro, el presidente logró reunir al senado y lograr que la presidencia de dicho cuerpo recayera en [[Atanasio Cruz Aguirre|Atanasio Aguirre]].{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=380}}Como presidente del Senado recayó en Aguirre la titularidad interina del Poder Ejecutivo una vez finalizó el mandato de Berro el 1 de marzo de ese año; el Partido Blanco, a diferencia del gobierno de Berro, se identificó entonces con la situación política presidida por Aguirre.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=380}} Apenas ungido Aguirre, Flores lanzó un extenso manifiesto denunciando el hecho como ilegal, sosteniendo que el poder estaría acéfalo y que correspondería efectuar elecciones libres.{{Sfn|Lockhart|1976|p=64}} |
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[[Archivo:Antonio Saraiva 00.jpg|izquierda|miniaturadeimagen|[[José Antônio Saraiva|José Saraiva]], diplomático del Imperio de Brasil.]] |
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En mayo de 1864, llegó a Montevideo el diplomático brasileño [[José Antônio Saraiva|José Saraiva]], quien le aseguró a Aguirre la amistad del [[Emperador de Brasil|emperador]] [[Pedro II de Brasil|Pedro II]] y le dijo que portaba un pliego de reclamos; al tiempo que una división naval brasileña comandada por el [[Joaquim Marques Lisboa|Barón de Tamandaré]] entraba al [[Río de la Plata]].{{Sfn|di Nicola|2012|pp=67-68}}<ref name=":2" />En junio de 1864 se trasladaron a Montevideo [[Rufino de Elizalde]], [[Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto|ministro de relaciones exteriores de Argentina]]; el diplomático británico [[Edward Thornton]]; y el diplomático brasileño José Saraiva, buscando iniciar una mediación para poner fin a la guerra.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=381}} El gobierno de Aguirre precisó distintos puntos para la paz como: amnistía plena a los que despusieran las armas, pleno goce de derechos civiles y políticos, y realización de comicios legislativos.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=381}} Andrés Lamas y Florentino Castellanos acompañaron a los extranjeros hasta la conferencia con el general Flores, pero los representantes del gobierno no empeñaron su misión directamente ante Flores porque para el caudillo equivalía a reconocer la autoridad del gobierno de Aguirre.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=381-381}} El 18 de junio de 1864, en [[Puntas del Rosario]], en el departamento de Colonia, Flores presentó sus puntos a los mediadores extranjeros, que fueron aceptados y luego ratificados por el gobierno el 23 de junio.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=382}} Pero Flores, como garantía para el cumplimiento de las cláusulas pactadas exigió luego, mediante carta particular dirigida a Aguirre, la formación de un nuevo ministerio que asegurase la libre reorganización de los poderes; un reclamo rechazado por el gobierno y, por el cual, el 30 de junio los mediadores se trasladaron nuevamente al campamento del caudillo.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=382}}{{Sfn|Lockhart|1976|p=64}} Flores insistió en su pretensión sobre el ministerio sin éxito, e hizo movimientos con sus tropas que equivalían a la ruptura del armisticio subsistente desde el comienzo de las negociaciones, por lo que finalmente se dieron por terminadas las negociaciones.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=382}}{{Sfn|Lockhart|1976|p=64}} |
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=== Triunfo de la invasión === |
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Flores aceptó apoyo del gobierno liberal del [[Imperio de Brasil]] en los conflictos en la campaña generados por la purga nacionalista aliada al gobierno del Paraguay. También recibió apoyo del gobierno liberal de Mitre de [[Buenos Aires]] para la campaña hacia Montevideo. A principios de 1864, asume interinamente Atanasio Aguirre, al no poder realizarse elecciones. Flores ocupó [[Florida (Uruguay)|Florida]] el 4 de agosto de 1864, donde murió su hijo tocayo, apodado "Venancito". En enero de 1865 tomó [[Paysandú]], sitiada por los brasileños (véase el artículo [[Defensa de Paysandú]]), y separó al [[José Gregorio Suárez|Goyo Jeta]] por desobedecer sus órdenes y ejecutar a [[Leandro Gómez]] habiéndole prometido varias veces respetar su vida si se rendía. El 20 de febrero de 1865 entró en Montevideo.<ref name=":2" /> |
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[[Archivo:Uruguayan War-es.svg|miniaturadeimagen|238x238px|Movimiento de las tropas brasileñas en su [[Invasión brasileña de 1864|intervención de 1864]].]] |
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Ante el fracaso de las negociaciones, la guerra continuó. El 4 de agosto de 1864, cayó la ciudad de Florida ante las tropas de Flores, batalla en la que murió el hijo [[tocayo]] del caudillo.<ref name=":10">{{Cita web|url=https://www.elpais.com.uy/cultural/el-otro-martir|título=El otro mártir|fechaacceso=2025-01-02|fecha=2015-08-07|sitioweb=EL PAIS|idioma=en}}</ref>{{Sfn|Lockhart|1976|p=65}} La versión más extendida indica que Flores mandó a fusilar al [[mayor]] [[Jacinto Párraga]] y a otros tres oficiales gubernamentales; pero otras voces afirmaron que fue obra del caudillo [[Eduardo Bertrand]].<ref name=":10" />{{Sfn|Lockhart|1976|p=65}} Ese mismo día, el 4 de agosto, en Montevideo, el brasileño José Saraiva presentó ante el gobierno un ultimátum para resolver reclamaciones por daños a súbditos brasileños residentes en Uruguay desde fines de la Guerra Grande, con un plazo de respuesta de seis días que, en el caso de no darse satisfacciones al Imperio, Brasil amenazó con intervenir militarmente.<ref name=":10" />{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=385}}{{Sfn|di Nicola|2012|p=368}} El 9 de agosto Juan José de Herrera, ministro de relaciones exteriores uruguayo, rechazó mediante una carta el ultimátum de Saraiva.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=385}} El 22 de agosto en Buenos Aires, Saraiva y el ministro argentino Elizalde firmaron el [[Protocolo Saraiva-Elizalde]], por el que Argentina y Brasil disiparon los temores de un choque ante la inminente intervención brasileña en territorio oriental.{{Sfn|di Nicola|2012|pp=68-72}}{{Sfn|Pivel Devoto|1942|pp=365-366}} El 28 de agosto Flores tomó Mercedes, donde permaneció hasta el 5 de septiembre.{{Sfn|Lockhart|1976|pp=65-66}} A fines de septiembre Leandro Gómez abandonó brevemente Paysandú para enfrentar a Flores, quien no se movió de su campamento, debiendo regresar a la ciudad sin haber entablado combate.{{Sfn|Lockhart|1976|pp=66-67}} |
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[[Archivo:Campagne de l'Uruguay, prise de Paysandu. — D'après un croquis de notre correspondant spécial.jpg|izquierda|miniaturadeimagen|280x280px|[[Defensa de Paysandú|Sitio de Paysandú]] (''[[L'Illustration]]'', Vol. XLV, n.º 1.151, 1865).]] |
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Finalmente, el 12 de octubre de 1864, aniversario de la batalla de Sarandí, [[Invasión brasileña de 1864|el Imperio de Brasil invade territorio uruguayo]].<ref name=":10" />Con el apoyo terrestre del general [[Antônio de Sousa Neto]], y el marítimo de la escuadra del Barón de Tamandaré, se pone sitio a la ciudad de Salto en noviembre de 1864, cayendo en pocos días después de ser evacuada la plaza por iniciativa de un grupo de vecinos que Flores permitió que se retiraran.{{Sfn|Lockhart|1976|p=67}} Posteriormente, el 2 de diciembre de 1864 inició el [[sitio de Paysandú]]; los sitiadores permitieron salir a las mujeres y niños hasta la isla argentina de Caridad, situada frente a Paysandú, en donde 1.500 civiles fueron espectadores de la defensa de la ciudad, encerrados sus mil defensores dentro de un rectángulo de ocho manzanas bajo el mando del coronel Leandro Gómez.{{Sfn|Lockhart|1976|p=67}} Entre tanto, el 16 de diciembre el gobierno de Aguirre declaró «rotos, nulos y cancelados» los tratados suscritos con Brasil en 1851, y ordenó su quema pública en la plaza Matriz.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=388}}{{Sfn|di Nicola|2012|pp=88-90}} El 31 de diciembre se inició el asalto final a la ciudad, cayendo esta el 2 de enero de 1865.{{Sfn|Lockhart|1976|p=68}}<ref>{{Cita web|url=https://contenidoseducativosdigitales.edu.uy/files/036-la-heroica-paysandu.pdf|título=La heroica Paysandú - Biblioteca del Plan Ceibal}}</ref>Estando Gómez en calidad de prisionero, el caudillo [[José Gregorio Suárez|Gregorio Suárez]] ordenó su fusilamiento, matando a Leandro Gómez y a otros defensores.{{Sfn|Lockhart|1976|p=68}}{{Sfn|di Nicola|2012|pp=98-99}} Tanto Flores como Tamandaré expresaron su indignación ante Suárez, quien negó haber ordenado los fusilamientos.{{Sfn|Lockhart|1976|p=68}}{{Sfn|di Nicola|2012|p=99}} El 15 de febrero de 1865, terminado el interinato de Aguirre, se eligió como nuevo presidente del senado a Tomás Villalba, también encargado del Poder Ejecutivo.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=388}} El 20 de febrero de 1865, aniversario de la batalla de Ituzaingó, las tropas brasileñas y floristas entraron en Montevideo, y se firmó el convenio de paz que consagró el triunfo absoluto de la revolución de Flores.<ref name=":2" /><ref name=":10" />{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=389}} |
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== Gobernador provisorio == |
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=== Asunción === |
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El convenio de paz del 20 de febrero de 1865 consagró el triunfo absoluto de la revolución de Flores y lo ungió como «Gobernador Provisorio» de Uruguay.{{Sfn|Pivel Devoto|1942|p=389}} El 23 de febrero entró a la capital, y el 26 de febrero designó un gabinete diverso compuesto por: [[Francisco Antonino Vidal Silva|Francisco A. Vidal]] en Gobierno; [[Juan Ramón Gómez|Juan R. Gómez]], hermano de Leandro Gómez, en Hacienda; [[Carlos de Castro (abogado)|Carlos de Castro]] en Relaciones Exteriores y Lorenzo Batlle en Guerra.{{Sfn|Lockhart|1976|p=72}}<blockquote>"Orientales todos, contemos este día como el primero de una nueva era de felicidad y de ventura para toda la familia oriental; para que la paz que alumbra no sea como otras veces una tregua para volver de nuevo con más rencor a la pelea que rompe los vínculos queridos de la familia separando a los padres de los hijos, al esposo de la tierna esposa y al amigo del compañero de la infancia, [...] Honor a todos los que han contribuido con su esfuerzo a la obra de paz, pero sobre todo al bravo ejército imperial que confundiendo su sangre con la de los orientales ha sabido deponer justos resentimientos para ayudarnos a cimentar el triunfo de las instituciones sin nueva efusión de sangre..." (Proclama al asumir como Gobernador Provisorio en febrero de 1865).<ref name=":5" /></blockquote> |
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(Proclama al asumir como Gobernador Provisorio en febrero de 1865).<ref name=":5" /></blockquote> |
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=== Guerra de la Triple Alianza === |
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[[Archivo:Montevideo. — D. V. Florès, nommé chef du povoir exécutif.jpg|thumb|Dibujo de Flores.]] |
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Ejerciendo el cargo provisorio se aprobó el ''Código de Comercio'' en 1866. En 1867 se realizó la primera conexión telegráfica con [[Buenos Aires]] y al año siguiente se aprobó el [[Código Civil de Uruguay|Código Civil]] y se inauguró la primera línea de [[tranvía]]s de tracción a caballo. <ref name=":2" />Además, se impulsó la concreción de caminos [[Macadán|macadamizados]] y el empedrado de numerosas calles, además de nuevos edificios, como la inauguración de la Bolsa de Comercio (hoy desaparecido) y el edificio central de la Administración del Correo.<ref name=":5" /><ref name=":2" /> |
Ejerciendo el cargo provisorio se aprobó el ''Código de Comercio'' en 1866. En 1867 se realizó la primera conexión telegráfica con [[Buenos Aires]] y al año siguiente se aprobó el [[Código Civil de Uruguay|Código Civil]] y se inauguró la primera línea de [[tranvía]]s de tracción a caballo. <ref name=":2" />Además, se impulsó la concreción de caminos [[Macadán|macadamizados]] y el empedrado de numerosas calles, además de nuevos edificios, como la inauguración de la Bolsa de Comercio (hoy desaparecido) y el edificio central de la Administración del Correo.<ref name=":5" /><ref name=":2" />Se realizó el otorgamiento de las primeras concesiones para la construcción de las líneas de ferrocarriles con capitales nacionales (la primera fue instalada entre Montevideo y Las Piedras en 1872), que serían entregados a inversores ingleses en 1872. También se derogó el decreto de [[expulsión de los jesuitas]], buscando promover una política conciliadora con la [[Iglesia católica]].<ref name=":2" /> |
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Flores es uno de los pocos gobernantes orientales homenajeados durante su mandato con el bautismo de un lugar público. En 1866 se denominó como "Plaza General Flores" el espacio en donde hoy se encuentra el [[Palacio Legislativo del Uruguay|Palacio Legislativo]].<ref name=":5" />En 1867 se inauguró el primer monumento público de [[Montevideo]], la Estatua de la Paz, obra de [[José Livi]], que aún se encuentra presente en la [[Plaza de Cagancha]].<ref name=":5" />El gobierno provisorio vivió una época de gran prosperidad económica, marcada por un gran crecimiento de la industria textil, un aumento notable de las exportaciones ganaderas y una inmigración europea sostenida. Durante el período instaló en [[Fray Bentos]] la [[Liebig Extract of Meat Company|planta industrial Liebig]], posteriormente convertida en el [[Frigorífico Anglo del Uruguay|Frigorífico Anglo]], y se equipó a la ciudad con alumbrado eléctrico un año antes que a la capital. En 1865 se creó la Unión de Tipógrafos, el primer sindicato del país. El ingreso per cápita de los uruguayos bajo Flores representaba más del doble del [[Estados Unidos|estadounidense]].<ref name=":2" />[[Archivo:Gral. Flores.jpg|miniaturadeimagen]]Flores llevó a cabo una fuerte defensa de las tierras fiscales, que habían iniciado un proceso de privatización rápido y gradual por el gobierno de Berro. El 11 de marzo de 1865 fueron derogados los decretos de enajenación de terrenos públicos promovidos por el gobierno anterior y suspendidas las ventas de tierras estatales tramitadas. Con la intención de establecer un [[catastro]] nacional y recuperar las tierras públicas se creó la Comisión de Tierras, cuya obra se enfocó principalmente en la regularización de terrenos ocupados.<ref>{{Cita libro|apellidos=Duffau|nombre=Nicolás|título=Breve Historia sobre la propiedad privada de la tierra en el Uruguay (1754-1912)|año=2022|editorial=Ediciones de la Banda Oriental|ubicación=Montevideo, Uruguay}}</ref>Flores promovió una fuerte descentralización y regionalización del poder entre los caudillos locales, lo que construyó un fuerte entramado de complejas [[Red social|redes sociales]] que aseguró el apoyo al gobierno de parte de los peones y pequeños propietarios. La iniciativa respondía en parte a un deseo de revitalizar el caudillismo, debilitado luego de los gobiernos de fusión. La política de fortalecimiento de las relaciones de dependencia tradicionales en las zonas rurales llevado adelante por el gobierno a través de jerarquías institucionalizadas ha sido comparado con el [[feudalismo]] medieval.<ref>{{Cita libro|apellidos=de los Santos|nombre=Clarel|título=Historia de los conservadores y las derechas en Uruguay: De la contrarrevolución a la Segunda Guerra Mundial|año=2022|editorial=Banda Oriental|isbn=978-9974-1-1261-2|ubicación=Montevideo|páginas=54-69|capítulo=Escenarios y redes conservadoras en las primeras décadas del Estado oriental (1830-1876)|nombre-editor=Magdalena|apellido-editor=Broquetas|apellido-editor2=Caetano|nombre-editor2=Gerardo|enlace-editor2=Gerardo Caetano}}</ref> |
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Se realizó el otorgamiento de las primeras concesiones para la construcción de las líneas de ferrocarriles con capitales nacionales (la primera fue instalada entre Montevideo y Las Piedras en 1872), que serían entregados a inversores ingleses en 1872. También se derogó el decreto de [[expulsión de los jesuitas]], buscando promover una política conciliadora con la [[Iglesia católica]].<ref name=":2" /> |
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Flores es uno de los pocos gobernantes orientales homenajeados durante su mandato con el bautismo de un lugar público. En 1866 se denominó como "Plaza General Flores" el espacio en donde hoy se encuentra el [[Palacio Legislativo del Uruguay|Palacio Legislativo]].<ref name=":5" /> |
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En 1867 se inauguró el primer monumento público de [[Montevideo]], la Estatua de la Paz, obra de [[José Livi]], que aún se encuentra presente en la [[Plaza de Cagancha]].<ref name=":5" /> |
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El gobierno provisorio vivió una época de gran prosperidad económica, marcada por un gran crecimiento de la industria textil, un aumento notable de las exportaciones ganaderas y una inmigración europea sostenida. Durante el período instaló en [[Fray Bentos]] la [[Liebig Extract of Meat Company|planta industrial Liebig]], posteriormente convertida en el [[Frigorífico Anglo del Uruguay|Frigorífico Anglo]], y se equipó a la ciudad con alumbrado eléctrico un año antes que a la capital. En 1865 se creó la Unión de Tipógrafos, el primer sindicato del país. El ingreso per cápita de los uruguayos bajo Flores representaba más del doble del [[Estados Unidos|estadounidense]].<ref name=":2" /> |
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Flores llevó a cabo una fuerte defensa de las tierras fiscales, que habían iniciado un proceso de privatización rápido y gradual por el gobierno de Berro. El 11 de marzo de 1865 fueron derogados los decretos de enajenación de terrenos públicos promovidos por el gobierno anterior y suspendidas las ventas de tierras estatales tramitadas. Con la intención de establecer un [[catastro]] nacional y recuperar las tierras públicas se creó la Comisión de Tierras, cuya obra se enfocó principalmente en la regularización de terrenos ocupados.<ref>{{Cita libro|apellidos=Duffau|nombre=Nicolás|título=Breve Historia sobre la propiedad privada de la tierra en el Uruguay (1754-1912)|año=2022|editorial=Ediciones de la Banda Oriental|ubicación=Montevideo, Uruguay}}</ref> |
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Flores promovió una fuerte descentralización y regionalización del poder entre los caudillos locales, lo que construyó un fuerte entramado de complejas [[Red social|redes sociales]] que aseguró el apoyo al gobierno de parte de los peones y pequeños propietarios. La iniciativa respondía en parte a un deseo de revitalizar el caudillismo, debilitado luego de los gobiernos de fusión. La política de fortalecimiento de las relaciones de dependencia tradicionales en las zonas rurales llevado adelante por el gobierno a través de jerarquías institucionalizadas ha sido comparado con el [[feudalismo]] medieval.<ref>{{Cita libro|apellidos=de los Santos|nombre=Clarel|título=Historia de los conservadores y las derechas en Uruguay: De la contrarrevolución a la Segunda Guerra Mundial|año=2022|editorial=Banda Oriental|isbn=978-9974-1-1261-2|ubicación=Montevideo|páginas=54-69|capítulo=Escenarios y redes conservadoras en las primeras décadas del Estado oriental (1830-1876)|nombre-editor=Magdalena|apellido-editor=Broquetas|apellido-editor2=Caetano|nombre-editor2=Gerardo|enlace-editor2=Gerardo Caetano}}</ref> |
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La presidencia de Flores se vio marcada por un fuerte [[militarismo]] y [[unipartidismo]] colorado. Si bien no se llevó a cabo persecución política violenta y se respetó la vida y libertad de sus antiguos opositores, todos los funcionarios gubernamentales y políticos del Partido Nacional perdieron sus cargos. El mandato provisorio acabó en febrero de 1868 tras la celebración de las elecciones democráticas prometidas durante el alzamiento.<ref name=":2" /><blockquote>"Orgulloso y satisfecho de mi obra, yo me retiro al hogar doméstico: Al entrar en él, no voy dominado por el temor de que algún remordimiento pueda venir a turbar esas horas solitarias de reposo que son el pobre consuelo del hombre público cuando se aleja del mando, porque como lo sabéis, compatriotas, la dictadura no se ha manchado con una sola gota de sangre, no ha hecho derramar una sola lágrima, no ha perseguido a nadie, ni ha establecido la prepotencia de los unos en perjuicio del abatimiento de los otros. Para mí todos eran orientales. Como a tales los he tratado, estableciendo el ejercicio de esa justicia distributiva que hace imposibles los resentimientos que engendra la cólera y que produce el contento que ocasiona la satisfacción de todos". (Manifiesto de Venancio Flores el 15 de febrero de 1868, publicado al entregar el gobierno)''.''</blockquote> |
La presidencia de Flores se vio marcada por un fuerte [[militarismo]] y [[unipartidismo]] colorado. Si bien no se llevó a cabo persecución política violenta y se respetó la vida y libertad de sus antiguos opositores, todos los funcionarios gubernamentales y políticos del Partido Nacional perdieron sus cargos. El mandato provisorio acabó en febrero de 1868 tras la celebración de las elecciones democráticas prometidas durante el alzamiento.<ref name=":2" /><blockquote>"Orgulloso y satisfecho de mi obra, yo me retiro al hogar doméstico: Al entrar en él, no voy dominado por el temor de que algún remordimiento pueda venir a turbar esas horas solitarias de reposo que son el pobre consuelo del hombre público cuando se aleja del mando, porque como lo sabéis, compatriotas, la dictadura no se ha manchado con una sola gota de sangre, no ha hecho derramar una sola lágrima, no ha perseguido a nadie, ni ha establecido la prepotencia de los unos en perjuicio del abatimiento de los otros. Para mí todos eran orientales. Como a tales los he tratado, estableciendo el ejercicio de esa justicia distributiva que hace imposibles los resentimientos que engendra la cólera y que produce el contento que ocasiona la satisfacción de todos". (Manifiesto de Venancio Flores el 15 de febrero de 1868, publicado al entregar el gobierno)''.''</blockquote> |
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| [[Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay|Guerra y Marina]] || [[Lorenzo Batlle]] || 1865-1868 |
| [[Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay|Guerra y Marina]] || [[Lorenzo Batlle]] || 1865-1868 |
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El gabinete de Flores, caudillo rural por excelencia, en su "gobierno provisorio" resalta por su composición heterogénea que brindaba la idea de "unidad nacional". Como Ministro de Gobierno se desempeñó el médico Vidal, hombre de confianza de Flores, pero resaltan las presencias de los otros: <ref name=":8" /> |
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* Gral. [[Lorenzo Batlle]], en la cartera de Guerra y Marina, siendo un "doctor" opositor al caudillismo y antiguo miembro del Partido Conservador. |
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* [[Carlos de Castro (abogado)|Carlos de Castro]], otro "doctor" que sirvió como Canciller, fue el [[Gran maestre|Gran Maestre]] de la [[masonería]] uruguaya por muchos años. |
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* [[Juan Ramón Gómez]] como ministro de Hacienda, hermano del militar [[Leandro Gómez]], fusilado por órdenes del "[[José Gregorio Suárez|Goyo Jeta]]" tras la [[defensa de Paysandú]]. |
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== Muerte de Flores y Berro == |
== Muerte de Flores y Berro == |
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[[Archivo:Asesinato del general Venancio Flores.jpg|thumb|350px|''Asesinato del general Venancio Flores'' (19 de febrero de 1868), óleo del pintor uruguayo [[Juan Manuel Blanes]].]] |
[[Archivo:Asesinato del general Venancio Flores.jpg|thumb|350px|''Asesinato del general Venancio Flores'' (19 de febrero de 1868), óleo del pintor uruguayo [[Juan Manuel Blanes]].]] |
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Venancio Flores | ||
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Flores a mediados de la década de 1860 | ||
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Gobernador Provisorio de Uruguay (gobierno de facto) | ||
20 de febrero de 1865-15 de febrero de 1868 | ||
Predecesor | Tomás Villalba | |
Sucesor |
Pedro Varela (como presidente interino) Lorenzo Batlle (como 8.º presidente constitucional) | |
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5.º Presidente Constitucional de Uruguay | ||
12 de marzo de 1854-10 de septiembre de 1855 | ||
Predecesor | Triunvirato de Gobierno de 1853¹ | |
Sucesor | Manuel Basilio Bustamante | |
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Triunviro de Uruguay (Con los exiliados Rivera y Lavalleja, en el Triunvirato de Gobierno de 1853) | ||
25 de septiembre de 1853-12 de marzo de 1854 | ||
Predecesor | Juan Francisco Giró | |
Sucesor | Él mismo como Presidente constitucional | |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Venancio Flores Barrios | |
Nacimiento |
18 de mayo de 1808 Trinidad (de la gobernación de Montevideo, intendencia de Buenos Aires del Virreinato del Río de la Plata) Imperio español | |
Fallecimiento |
19 de febrero de 1868 (59 años) Montevideo Uruguay | |
Sepultura | Catedral Basílica Metropolitana de la Inmaculada Concepción y San Felipe y Santiago | |
Nacionalidad | Uruguaya | |
Familia | ||
Padres | Felipe Flores Almada, Cecilia Barrios | |
Cónyuge | María García Zamora | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar, político | |
Rango militar | General de brigada | |
Partido político | Partido Colorado | |
Notas | ||
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Venancio Flores Barrios (Trinidad, 18 de mayo de 1808-Montevideo, 19 de febrero de 1868) fue un militar, caudillo y político uruguayo, que gobernó Uruguay en dos ocasiones. La primera como miembro del Triunvirato de 1853 y luego como 5.º presidente constitucional de Uruguay (1853 - 1855), y la segunda de manera de facto como «Gobernador Provisorio» (1865 - 1868).
Desde la década de 1850 hasta su muerte fue el caudillo más importante del Partido Colorado, sucediendo al liderazgo de su fundador Fructuoso Rivera.
Entre 1863 y 1865 encabezó una revolución contra el gobierno del presidente fusionista de origen blanco, Bernardo Prudencio Berro, contando con ayuda militar de Buenos Aires y del Imperio de Brasil. Consecuentemente formó parte con Brasil y Argentina de la Triple Alianza contra Paraguay.
Durante su gobierno de facto se continuó el proceso de modernización de Uruguay; resalta la aprobación del Código de Comercio (1865) y el Código Civil (1868), además de la realización de la primera conexión telegráfica con Buenos Aires (1865), la inauguración de la primera línea de tranvías a tracción de caballo y las primeras concesiones para la construcción de ferrocarriles (1867).[1][2]
La dictadura de Flores terminó con su renuncia, el 15 de febrero de 1868. Cuatro días después, en medio de una revuelta armada encabezada por el expresidente Bernardo Berro, fue asesinado en las calles de Montevideo por un grupo de desconocidos.[1]
Infancia y juventud
Venancio Flores nació el 18 de mayo de 1808 en villa Porongos, actual ciudad de Trinidad. Era hijo de Felipe Flores, un acaudalado estanciero dueño de extensos campos situados al este del Arroyo Grande, y de Cecilia Barrios, cuya familia era oriunda de Víboras, al norte del actual departamento de Colonia.[3][2]En total, la pareja tuvo tres hijos: Manuel, Cecilia y Venancio; siendo este último el más joven.[4]
La familia poseía una estancia con quince esclavos y una casa en Porongos a media cuadra de la iglesia.[3] Felipe Flores, muy vinculado a José Artigas, y en especial a Fructuoso Rivera, se adhirió a la Revolución oriental, por lo que el pequeño Venancio de solamente tres años debió marchar junto a su familia en el Éxodo oriental siguiendo a José Artigas en 1811.[1][2][5]La familia fue acompañada por una numerosa escolta de sus esclavos, la más grande entre las que registró «la redota», y transportando muchas de sus pertenencias en la caravana formada por sus cinco carretas.[3]
Las circunstancias de la época impidieron que Venancio Flores recibiera una educación sistemática, pero sus padres se encargaron personalmente de que tuviera por lo menos los rudimentos de una enseñanza elemental.[2]
Primeros conflictos armados
Cruzada Libertadora
Era habitual en las familias pudientes del siglo XIX que los progenitores impulsaran que uno de sus hijos hiciera una opción de vida a favor del sacerdocio. Venancio era el elegido, pero su vida da un cambio con el desembarco de los Treinta y tres orientales el 19 de abril de 1825.[5]
Flores se incorpora rápidamente en territorio oriental a la Cruzada Libertadora, en las milicias del coronel Adrián Medina. Participó activamente durante toda la Guerra del Brasil, luchando en la batalla del Rincón el 24 septiembre de 1825, comandado por Fructuoso Rivera, y luchando luego en la batalla de Sarandí el 12 de octubre de ese mismo año, comandado por Juan Antonio Lavalleja. Más tarde acompaña a Fructuoso Rivera en su campaña en las Misiones Orientales, estando presente en la victoria de la batalla de Ituzaingó, en febrero de 1827.[2]
Durante el conflicto fue nombrado como alférez del 2.º escuadrón de línea que comandaba Bernabé Rivera, sobrino de Fructuoso Rivera. Luego sería ascendido a teniente y más tarde a capitán, grado con el que, terminado el conflicto, juró la Constitución de 1830, la primera Constitución de Uruguay, en San Pedro de Durazno, alineado en la compañía N.º 4, en la que ejercía como mayor en forma provisoria.[6][2]Continuó en servicio durante pocos meses, retornando a sus pagos en 1831 para, desoyendo los pedidos de Rivera, dedicarse a las faenas camperas en la estancia de su padre.[6]
Rebeliones lavallejistas
Sus rurales durarían poco tiempo. En 1832, el gobierno de Fructuoso Rivera, primer presidente constitucional de Uruguay, experimentó una sublevación militar urdida por Juan Antonio Lavalleja, por lo que Flores regresó al ámbito militar dentro de la causa del gobierno tras ser convocado por el coronel Gregorio Salado con el grado de capitán.[6] En 1833 también colabora para sofocar contra otra insurrección lavallejista de parte de Eugenio Garzón y Manuel de Olazábal.[7][2]Sofocados los movimientos, volvió a la estancia de su padre.[6]
Guerra Grande
En el año 1836 Fructuoso Rivera se levanta en armas contra el gobierno de Manuel Oribe, segundo presidente constitucional de Uruguay, a raíz de una polémica sobre la titularidad del cargo de «Comandante General de Campaña».[8]Venancio Flores, partidario incondicional de Rivera, se proclamó en rebeldía contra el presidente Manuel Oribe, por lo que fue preso y conducido a Montevideo antes de que pudiera incorporarse a la rebelión. Sin embargo, logró fugarse y acudir a las filas sublevadas de Rivera, llegando a participar el 15 de julio de 1838 en la decisiva batalla del Palmar, que significó una fuerte derrota para el bando oribista —identificado con la divisa blanca—.[2][6] En octubre de 1838, Manuel Oribe renunció a la presidencia de la República y se dirigió a Buenos Aires, buscando el apoyo del gobernador Juan Manuel de Rosas.[9] A su vez, el 10 de noviembre, Rivera y su hueste entraban a Montevideo. Acto seguido, ordenó realizar elecciones y la Asamblea General lo eligió como presidente de la República el 1º de marzo de 1839.[9]Una de sus primeras acciones fue declararle formalmente la guerra a Juan Manuel de Rosas el día 10 de marzo.[10]Este evento sería el inicio formal del conflicto conocido como la «Guerra Grande».[11] Además, Rivera designó a Flores como jefe político y de policía de San José —que en aquel entonces también comprendía los territorios de los actuales departamentos de Flores y de Florida—.[6][12]
En 1839 Flores derrotó en el arroyo La Virgen a una avanzada de 500 hombres comandados por el coronel Pascual Echagüe, y participó el 29 de diciembre de ese año en la victoria de la batalla de Cagancha, dirigiendo un regimiento de la reserva.[2][11] En 1842 fue designado como comandante del departamento de San José.[11] El 6 de diciembre de ese año las fuerzas riveristas sufren una dura derrota en la batalla de Arroyo Grande, en territorio argentino, que dio inicio a una retirada hacia territorio uruguayo, durante la cual Flores buscó retardar a las tropas rosistas y oribistas con guerrillas continuas, pero que llevó al inicio del sitio de Montevideo en febrero de 1843.[11] El asedio de Montevideo, que se inició el 16 de febrero de 1843 y se prolongó hasta octubre de 1851, provocó la convivencia en el Estado Oriental del Uruguay de dos gobiernos, uno sitiado en Montevideo y su línea defensiva —denominado por la historiografía como el gobierno de la Defensa— y el otro, conocido como el gobierno del Cerrito —por la zona en que se ubicó—, que en el correr de la década de 1840 controló los extramuros de la ciudad y la mayor parte del territorio.[13]
Al principio de esta nueva etapa de la guerra, Flores desarrolló sus operaciones militares principalmente en el departamento de Colonia, derrotando al militar Ángel Núñez en el combate de la Horqueta del Rosario, el 18 de julio de 1843; triunfando sobre Crispín Velázquez en el Real de San Carlos, impidiendo que este acudiera a reforzar a los sitiadores de Mercedes; y luchando contra efectivos de Servando Gómez.[11] A finales de ese año también intervino en combates en el este del país, como los desarrollados en las localidades de La Paloma y de Arequita.[11]
Recién a fines de 1844 Flores logró entrar en Montevideo, todavía sitiado por Oribe, y el 17 de febrero de 1845 logró infiltrarse entre los sitiadores con una división de 400 hombres para entrar en el Cerro de Montevideo y llevar a la guarnición allí sitiada los elementos de que carecía.[14] El 28 de marzo de ese mismo año, Venancio Flores, junto al italiano Giuseppe Garibaldi, lograron al frente de dos mil hombres una victoria en el Cerro ante el general Ángel Núñez, quien resultó muerto en la pelea con doscientos de los suyos.[15] Flores se acantonó en el Cerro, donde días después resistió un ataque de las fuerzas sitiadoras.[15] Ese mismo año se generó una situación de tensión entre el gobierno de la Defensa y los principales oficiales del ejército, instigado por el militar Melchor Pacheco y Obes, por lo que el presidente Joaquín Suárez encomendó a Venancio Flores el cargo de la «Comandancia de Armas», y con ello Flores arrestó y desterró a Pacheco en noviembre de ese año[15][2][16]
En 1845 se embarcó en Montevideo acompañado por 40 hombres, se escabulló de la escuadra marítima sitiadora de Guillermo Brown, y desembarcó en San José, cerca del río Santa Lucia, donde emprendió lucha y posterior retirada, logrando llegar a cercanías de Durazno donde fue herido en un combate.[15] Continuó atravesando la campaña, hasta que la grave derrota sufrida en la batalla de India Muerta, el 27 de marzo de 1845, obligó a los supervivientes, Flores entre ellos, a emigrar al Brasil junto a Rivera, lo que significó el alejamiento del fundador de la divisa colorada de la toma de decisiones del bando de la Defensa y un mayor predominio del sector «doctoral» en ese gobierno.[17][18]
En septiembre de ese año, Venancio Flores vuelve a Montevideo, en donde no se harían esperar las discrepancias con la clase doctoral de la Defensa; y a finales de ese año también se produce el regreso de Pacheco y Obes, quien no tardó en recuperar su posición. A inicios de 1846, se le encomendó a Flores una misión sobre los departamentos de Maldonado y de Minas, sufriendo el 16 de enero un revés que el gobierno de Montevideo, reacio a los sectores más cercanos a Rivera, condenaron como falta grave y dictando el arresto domiciliario de Flores. En abril se produjo y tuvo éxito un motín dentro del gobierno de la Defensa que logró el desembarco de Rivera en Montevideo y la renuncia de varios miembros «doctorales» del gobierno; Flores fue liberado y designado por el caudillo como Jefe de Estado Mayor.[19][18]
Como Jefe de Estado Mayor, y junto a Rivera, Flores intervino en 1846 en distintas escaramuzas como en la toma de Las Vacas y de pueblo de Víboras, en el combate del Arenal, en el combate de Piedras de Espinosa y en la toma de Mercedes; de esta última localidad las fuerzas del gobierno de la Defensa que luchaban en el litoral tuvieron que retirarse ante el avance de la columna comandada por Ignacio Oribe.[20]Posteriormente llegó a mantener una entrevista con Manuel Oribe, y en agosto solicitó al gobierno la autorización para «abrir negociaciones de paz», pero ante la falta de apoyos Flores renunció a su puesto, solicitó su baja y el pasaporte para retirarse del país; el gobierno le concedió todo menos la baja y Flores viajó a Rio Grande.[2][21]Flores retornó al país en agosto de 1851, como jefe de escolta en la invasión del gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza.[2] El 8 de octubre se da por finalizada la Guerra Grande —«la paz de octubre»—, que estableció que no había «ni vencidos, ni vencedores».[22][23] Pocos días después, el 12 de octubre, se firman en Río de Janeiro los cinco tratados entre Uruguay y Brasil.[24]
Gobierno de Juan Francisco Giró
Tras el final de la Guerra Grande, y con las principales figuras caudillescas debilitadas —Rivera desterrado; y Oribe derrotado y relegado—, el candidato a presidente aconsejado por Justo José de Urquiza fue su compañero el general Eugenio Garzón, pero su inesperada muerte en diciembre de 1851 desbarató esta intención. La nueva Asamblea General, electa por los pocos orientales que podían votar de acuerdo a la Constitución de 1830 y originados de listas acordadas por sectores «doctorales» de la sociedad, consagró a Juan Francisco Giró, asociado con la divisa blanca, como presidente de la República por 35 votos en un total de 38 el 1 de marzo de 1852. Los propósitos del nuevo presidente, en coincidencia con la nueva corriente conocida como «política de fusión», empezaron por ser de coparticipación política, asignado a figuras coloradas a cargos importantes como a César Díaz como Ministro de Guerra y a Venancio Flores como Jefe de Policía de la capital, y respetando la jerarquía de los jefes militares colorados.[25][26]
Ante las críticas a los tratados de 1851 entre Uruguay y Brasil realizadas por el jurista y diplomático Cándido Juanicó, el gobierno de Giró envió a Venancio Flores y a Bernardo Prudencio Berro ante Urquiza para cambiar su posición, quien apoyaba los acuerdos con muy leves recortes; pero no logrando convencerlo. En junio de 1852, Díaz renunció al ministerio de Guerra, por lo que Flores es designado en su lugar. Un amago de levantamiento armado del militar Servando Gómez en Paysandú obligó a Flores a acudir al lugar, y ayudó a incentivar la visita de Giró a varios departamentos del interior del país.[25][27]
Entre tanto, en octubre se efectuaron reuniones entre antiguos dirigentes colorados que fundaron una «Sociedad Amigos del País», que publicó un manifiesto redactado por Juan Carlos Gómez con propósitos de unión nacional que cedieron ante antiguas discordancias al rechazar a antiguos blancos que buscaron acercarse, como Cándido Juanicó, Juan José de Herrera y otros. Este movimiento derivó en la fundación del Partido Conservador —en alusión a «conservar los principios» del gobierno de la Defensa—, una facción colorada antifusionista y anticaudillista compuesta por «doctores». Mientras tanto, continuaron las tensiones dentro del gobierno, como fue el debate dado en la Asamblea General acerca de la vigencia de la última resolución del gobierno de Joaquín Suárez, que asignó medallas a los «héroes de Caseros»; lo que sirvió de pretexto a Flores, que no admitía cuestionamientos a la validez del gobierno de la Defensa, para renunciar al ministerio de Guerra el 16 de marzo de 1853. También se sospechó que el motivo principal de la renuncia consistió en que Flores había exigido el nombramiento de seis jefes políticos colorados en compensación de la disolución, aceptada por él, de la «División Oriental» que luchó en la Batalla de Caseros de 1852, cuando Giró pretendía conceder solo dos jefaturas. Giró aceptó la renuncia de Flores, y en su lugar designó al general José Brito del Pino, un blanco al frente de un ejército de línea en su mayor parte colorado. Posteriormente, también renunció Manuel Errazquín en Hacienda, y fueron vanos los intentos de Giró de llamar a dirigentes colorados para ocupar dicho cargo, ya que la condición de estos era que se nombrara a un ministro de Guerra colorado.[25][28][29][30]
El 18 de julio de 1853, con motivo de los festejos por el aniversario de la jura de la Constitución, Giró movilizó a la «Guardia Nacional» —milicia con simpatías oribistas—, pero esta fue dispersada en la Plaza Matriz por el 2.º batallón de Cazadores. Tras esto, Giró cedió ante las presiones de los conservadores: renombró a Venancio Flores como ministro de Guerra y asignó al colorado Manuel Herrera y Obes en Hacienda. De nuevo como ministro, Flores ordenó a todos los departamentos que disolvieran a la «Guardia Nacional», y Giró le encomendó una recorrida por el interior, donde visitó San José, Durazno y Cerro Largo. En San José se entrevistó con Oribe, y Flores juzgó que era conveniente que este regresara a Montevideo. Tiempo después, Flores se entrevista con Oribe en la capital, y logró convencerlo para que se fuera del país, partiendo este a Europa. Mientras tanto, la prédica conservadora impugnaba en la prensa cualquier tentativa de fusión, por lo que Berro —último «bastión blanco» en el gabinete—, le pide a Flores que firme de un decreto para acallar a la prensa opositora. Flores accede firmar si se nombraba a otros tres jefes políticos departamentales colorados, la mitad de los gobiernos departamentales, pero al ver a Berro irreductible, Flores resolvió nuevamente renunciar al ministerio. Giró recurrió al embajador brasileño José Paranhos, quien invitó a Flores a hablar con el presidente. Flores accedió y volvió al ministerio, con la condición de que se equilibren las posiciones de ambos partidos en los cargos de gobierno. Giró exigió por su parte que Melchor Pacheco y Obes se marchara del país, conociendo sus intenciones revolucionarias. Sin embargo, el 24 de septiembre de 1853, siendo Giró consciente de que los colorados conservadores y Flores contaban con el apoyo de Brasil, y de que su gobierno estaba en jaque, el presidente y su ministro Bernardo Berro tomaron asilo en la legación de Francia. El vacío de poder dejó a Flores, en ese momento ministro de Guerra, como dueño de la situación en el país.[25][31]
Triunviro de gobierno
Flores se dirigió a la Comisión Permanente de la Asamblea General y expresó que, ausente Giró, quedó en sus manos de ministro de Guerra la fuerza pública, y le pidió al organismo que se congregara y resolviera lo que juzgara conveniente. Desde su condición de asilo, Giró consideró tal pedido como una rebelión, pero su llamado no tuvo apoyos. El 26 de septiembre de 1853 se reunieron en el Fuerte —sede del Poder Ejecutivo del novel Estado uruguayo— figuras como Flores, Lavalleja, Pacheco y Obes, César Díaz, José María Muñoz, Juan Carlos Gómez, entre otros. Allí se resolvió la creación de un triunvirato provisional compuesto por los generales veteranos Lavalleja y Rivera, y el mismo Flores. Flores fue además designado Comandante General de la Campaña, y pocas horas después salió a efectuar una recorrida por el interior uruguayo. Los tres ministerios nacionales fueron ocupados por colorados conservadores —Juan Carlos Gómez en el de Relaciones Exteriores, Lorenzo Batlle en el de Guerra, y Santiago Sayago en Hacienda— y como Jefe del Ejército fue asignado Melchor Pacheco y Obes.[32][28]
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Venancio Flores
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Fructuoso Rivera
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Juan A. Lavalleja
Giró se escabulló hacia un barco francés, seguido por Berro, y ambos reclamaron desde allí la intervención de Brasil apelando a los tratados de 1851. Flores reclamó entonces ante la legación de Francia que no permitiera a Giró trasladarse a ningún punto del país. Berro volvió a tierra el 20 de octubre, y el 8 de noviembre se refugió en la embajada brasileña. Estando Rivera todavía en camino a Montevideo, el 22 de octubre falleció Juan Antonio Lavalleja en el Fuerte. Con la muerte de uno de los triunviros, el 27 de octubre se convocó a elecciones de la Asamblea Constituyente Legislativa —llamada como «Doble Asamblea», por haber duplicado el número de asambleístas establecido constitucionalmente—; los conservadores pidieron que se aplazara la elección, lo que Flores aceptó pero decidiendo el plazo sin consultarles, provocando la renuncia de los tres ministros Gómez, Batlle y Sayago, que fueron reemplazados por Juan José Aguiar, el general Enrique Martínez y José Zubillaga, respectivamente. El 24 de noviembre, Flores salió de la ciudad, quedando César Díaz a cargo del gobierno. Al regresar Flores a Montevideo, Pacheco y Obes abandonó el país para no volver tras un altercado con este. El 24 de diciembre de 1853, Flores volvió a salir a la campaña, quedando nuevamente Díaz a cargo del gobierno; este decretó una serie de medidas represivas que Flores se había cuidado de no establecer, como la orden de captura y fusilamiento sumario a Bernardo Berro, que no tuvo éxito. Flores regresó a la capital a principios de enero de 1854, tras eliminar el último foco de resistencia al gobierno. El 12 de enero de 1854 se volvió a convocar a la «Doble Asamblea», y al día siguiente llegaron las noticias de la muerte de Rivera en Melo, quedando Flores como único dueño de la situación nacional.[33][2][28][34]
Gabinete del triunvirato
Ministerios y ministros de la presidencia de Venancio Flores | ||
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Ministerio | Ministros | Período |
Gobierno y Relaciones Exteriores | Juan Carlos Gómez | 1853 |
Juan José Aguiar | 1853-1854 | |
Hacienda | Santiago Sayago | 1853 |
José Zubillaga | 1853-1854 | |
Guerra y Marina | Lorenzo Batlle | 1853 |
Enrique Santiago del Carmen | 1853-1854 |
Presidente de la República
Flores quedó dueño de la situación nacional, con el apoyo de la campaña y neutralizados los blancos y los conservadores. En las elecciones legislativas celebradas en febrero de 1854, en las que los blancos se abstuvieron y los conservadores criticaron la influencia de Flores en la confección de listas, los floristas consiguieron una amplia mayoría. El 12 de marzo de 1854 fue reunida la Asamblea General —la «Doble Asamblea»—, que con 57 votos a favor y 5 abstenciones eligió a Venancio Flores, de 45 años en ese momento, como presidente del Uruguay hasta el 1 de marzo de 1856, completando el período del presidente Giró. Asimismo, se debía llamar a nuevas elecciones legislativas en 1854.[2][25][28][35]
Para asegurar a la nueva administración, el novel gobierno resolvió pedir una intervención brasileña pero de acuerdo a las condiciones y tiempo que la Asamblea General admitiese. Así fue que el 4 de mayo de 1854 entraron nuevamente las fuerzas brasileñas a territorio oriental. Además, Flores trató de estrechar relaciones con Andrés Lamas, cónsul uruguayo en Río de Janeiro, comenzando un intercambio de cartas donde Lamas admitió ser contrario al golpe de Estado contra Giró, pero con Flores confirmándolo nuevamente en su cargo. Posteriormente, en septiembre de 1854, Flores comienza a recorrer la campaña en preparación de las elecciones, que se llevaron a cabo entre noviembre de 1854 hasta enero de 1855, siendo la nueva legislatura inaugurada el 15 de febrero de 1855. Poco después, el 28 de febrero de 1855, Flores fue ungido oficialmente como presidente titular de Uruguay por la Asamblea General. La oposición nacional, con el conservador José María Muñoz a la cabeza, se hizo sentir de entrada, mientras que Juan C. Gómez, desde Buenos Aires, pugnó por la incorporación de Uruguay a Argentina.[36]
En julio de 1855, Andrés Lamas, desde Brasil, hizo público y llegó a Montevideo un manifiesto «a sus compatriotas», en el que rechazó su divisa colorada, y también la blanca; un alegato en contra de las divisas y el caudillismo, y a favor de la creación de un nuevo partido y de la alianza con Brasil. El manifiesto fue bien recibido por las clases doctorales, y dio un sentido muy definido a la oposición del gobierno de Flores. Flores sintió la necesidad de tomar algunas contramedidas en el mismo plano de las declaraciones; auspició entonces la fundación de la «Sociedad de la Paz», por donde civiles y militares floristas publicaron un manifiesto contrapuesto al de Lamas, pero dicha sociedad fue denostada por los opositores como una imitación de la «Sociedad Popular» —identificada con la Mazorca— de Juan Manuel de Rosas. Flores tuvo en su contra a los blancos, a lo conservadores y a la diplomacia brasileña, cada vez más alejada de su gobierno.[37][28]
En agosto de 1855, al tiempo que Manuel Oribe volvía a Uruguay desde España, Flores mandó a cerrar el periódico opositor La Libertad, que al poco tiempo reapareció bajo la inmunidad parlamentaria de Muñoz, aumentando las tensiones. A finales de ese mes, al ser aprisionado un redactor de este periódico, una delegación compuesta por Manuel Herrera y Obes, Manuel Basilio Bustamante y Lorenzo Batlle, seguidos por una manifestación, se dirigieron a dialogar con Flores, pero este se encontraba rumbo a Las Piedras para recibir fuerzas que iban a Montevideo. En Montevideo, la guardia del Fuerte se replegó, y los blancos, de acuerdo a lo resuelto en una reunión el día anterior, se unieron a los conservadores. Ante la vacancia de la presidencia se invitó al presidente del senado, Manuel B. Bustamante, para que ocupe dicho cargo, pero Bustamante, amigo de Flores, opuso reparos y no aceptó. Se nombró entonces a un gobierno provisorio con el legislador Luis Lamas, padre de Andrés Lamas, como gobernador, y con Lorenzo Batlle, Manuel Herrera y Obes, y Francisco Solano Antuña, dos colorados y un blanco respectivamente, como ministros. Alrededor de este gobierno en Montevideo se fundó la «Unión Liberal», como un intento de formar un partido de fusión, con Muñoz y Berro a la cabeza, pero tuvo escasa vida.[38][28]
Estando Flores estacionado en la Unión con sus hombres, convocó a la Asamblea General para que se reuniera fuera de Montevideo, lo que consiguió el 10 de septiembre de 1855. Allí estuvieron presentes Manuel Oribe y los diplomáticos de Francia, España e Inglaterra. Reunida la Asamblea, Flores presentó su renuncia, asumiendo interinamente el Poder Ejecutivo Manuel B. Bustamante como presidente del senado. Esta acción, realizada dentro de la legalidad, dejó sin motivo a los rebeldes, los cuales finalmente depusieron sus armas. Flores abandonó la presidencia, pero momentáneamente el «florismo» se mantuvo en el poder. Tras esto hubo dos atentados, uno contra la casa de Bustamante y otro contra el coche de Manuel Oribe, pero no hubo luchas formales.[39][28]
Gabinete de la presidencia de Flores
Ministerios y ministros de la presidencia de Venancio Flores | ||
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Ministerio | Ministros | Período |
Gobierno y Relaciones Exteriores | Mateo Magariños Cervantes | 1854 |
Francisco Hordeñana | 1854-1855 | |
Alejandro Chucarro | 1855 | |
Hacienda | Eusebio Cabral | 1854 |
José Zubillaga | 1854-1855 | |
Guerra y Marina | Enrique Martínez | 1854 |
Lorenzo Batlle | 1854-1855 |
Gobierno de Gabriel Pereira
El 11 de noviembre de 1855, se divulgó un pacto firmado en la Unión entre Flores y Oribe. Ambos caudillos suscribieron que ninguno de los dos aspiraría a la presidencia, llamaron a la unión nacional y se acordó que defenderían la legalidad y al presidente que votara la Asamblea General. El 24 de noviembre de 1855, a media noche, comenzó un breve levantamiento conservadores cuando un grupo de hombres encabezados por Muñoz asaltaron y se apoderaron del Cabildo, el fuerte San José y del cuartel de artillería. El presidente interino Bustamante se refugió en la jefatura de policía, y nombró a Flores como Comandante de Armas, quien junto con Oribe procedió a organizar sus efectivos. La hostilidades durante casi una semana y terminaron tras el ofrecimiento de garantías y el embarque de múltiples jefes y oficiales conservadores.[2][40]
En enero de 1856, Oribe y Flores visitaron a Gabriel Pereira, hombre respetado y considerado como el más acaudalado de Uruguay, para instarlo a aceptar una candidatura a la presidencia. El otro candidato era César Díaz, quien hizo campaña contra el pacto de la Unión y sus firmantes, pero terminó por asilarse en la legación de España después de que Flores apoyara una declaración que afirmaba que Díaz era el candidato de los revoluciones de 1855. El 1 de marzo de 1856, la Asamblea General votó al nuevo presidente: 24 votos para Pereira, 7 para Florentino Castellanos —según Flores, candidato de los brasileños—, uno para José Longinos Ellauri y otro para Juan Miguel Martínez.[41]
A pocas horas de asumir el mando, Pereira suprimió el cargo de Comandancia de Armas, ocupado por Flores, y pidió informes detallados del uso y destino del armamento que se le confiara al caudillo. El 28 de marzo, César Díaz es puesto preso y deportado a Buenos Aires por sospechas de conspiración. Pereira buscó lograr una política de fusión creando una fuerza por encima de los partidos, lo que fue apoyado tanto por Andrés Lamas en Río de Janeiro como por antiguos dirigentes del gobierno del Cerrito como Berro y Luis de Herrera. Poco a poco Pereira se alejó más de Flores, y cuando el gobierno sospechó que el caudillo estaba en tratos con la oposición, Flores le dirigió a Pereira una nota desmintiendo las suposiciones y anunciando que estaba dispuesto a abandonar el país para evitar tensiones. El gobierno le concedió el pasaporte pedido y, apenas dio a luz su mujer, Flores partió el 18 de agosto de 1856 para Entre Ríos, tierras de Urquiza, siendo seguido por centenares de partidarios y donde pasó a administrar un saladero en Ibicuy de Paraná.[2][25][28][42]
En Argentina
Hecatombe de Quinteros
Radicado en Entre Ríos, Flores volvió momentáneamente a Uruguay para asistir a los funerales de Manuel Oribe, fallecido el 12 de noviembre de 1857.[43] A finales de ese año, se realizaron elecciones legislativas, donde triunfó el grupo que apoyaba al presidente Pereira —el «Club de la Unión»—, causando focos de rebelión y deportaciones, entre ellos la de César Díaz a Buenos Aires. El 6 de enero de 1858, César Díaz y otros setenta hombres desembarcaron en pleno día en el Cerro de Montevideo; intentaron copar la capital pero ante la carencia de apoyos fueron obligados a retirarse al interior. Este grupo fue vencido el 28 de enero por los hombres de Anacleto Medina en el Paso de Quinteros, sobre el río Negro; siendo todos fusilados el 1 de febrero. Este hecho se constituiría en una bandera de guerra para el Partido Colorado durante muchos años —bautizado como o «Hecatombe de Quinteros»—. Se sospecha que Flores estuvo dispuesto a entrar en la revolución, pero esta acabó rápidamente y careció de apoyos.[2][44]
Luchas en Argentina
Al año siguiente, en 1859, estalló la guerra entre la Confederación Argentina presidida por Urquiza, vinculada al gobierno de Pereira; y el gobierno de Buenos Aires, presidido por Bartolomé Mitre, quien colaboró con la revolución de César Díaz. En julio de ese año, Flores junto otros orientales como Francisco Caraballo, Máximo Pérez, Ambrosio Sandes y Fausto Aguilar se embarcaron para ofrecer sus servicios a Mitre. El 23 de octubre participó en la batalla de Cepeda, al mando del ala izquierda del ejército mitrista; la batalla terminó con la retirada de este ejército, pero Flores se destacó por cubrir la retaguardia, permitiendo que los remanentes del ejército se retiraran hasta San Nicolás. La batalla de Cepeda tuvo como consecuencia la firma del Pacto de San José de Flores, celebrado el 11 de noviembre de 1859, con el que Buenos Aires se incorporó a la Confederación Argentina. El nuevo gobierno confió a Flores la Comandancia del Ejército del Sur. Pero una vez reiniciada la contienda, en septiembre de 1861, Flores fue encargado de una división de cinco mil hombres. El 17 de septiembre de 1861 tiene lugar la batalla de Pavón, que significó una importante victoria mitrista y en la que Flores también participó. Posteriormente a Pavón, Flores protagonizó la batalla de Cañada de Gómez del 22 de noviembre de 1861, que afianzó el triunfo del mitrismo. Terminada la campaña, con Argentina unificada y Mitre encargado del Poder Ejecutivo, Flores volvió con otros emigrados a las tareas rurales en el establecimiento de José Gregorio de Lezama.[25][45][46]
«Cruzada Libertadora» de 1863
Antecedentes
A través del intercambio de cartas durante el conflicto en Argentina, Flores le comunicó a Mitré sus intenciones de regresar e intervenir en Uruguay. Mitre le prometió inicialmente su apoyo, pero posteriormente Mitre buscó disuadirlo de todo propósito de invasión, intentando rehuir de compromisos y posibles complicaciones que el gobierno de Buenos Aires no estaba dispuesto a enfrentar. Entre tanto, el 1 de marzo de 1860 terminó el mandato de Gabriel Pereira, y fue electo como su sucesor Bernardo Prudencio Berro, de raíces blancas, que encabezó otro gobierno fusionista. Berro no tardó en tomar providencias contra una posible invasión de emigrados orientales: dividió el país en cuatro zonas bajo el mando de Diego Lamas, Lucas Moreno, Bernardino Olid y Dionisio Coronel; y Anacleto Medina asumió la Comandancia General. Asimismo, desde el comienzo de su gobierno, Berro propuso la amnistía a los emigrados, pero fueron prohibidas las divisas políticas tradicionales —blanca y colorada—, desde su uso hasta su alusión. El 5 de septiembre de 1860 se excluyó de la amnistía a quienes tomaron parte de la breve revolución de César Díaz de 1858 —que terminó con la «Hecatombe de Quinteros»—, lo que Flores acusó de ser una «media amnistía». En octubre de 1861, Berro envió al diplomático Octavio Lapido para convencer a Flores de que regresara.[34][47]
La noticia, por ese entonces, de que Flores había dejado Buenos Aires tras el fin del conflicto argentino para reintegrarse a sus tares en los saladeros de Lezama tranquilizó al gobierno uruguayo. Sin embargo, el gobierno de Berro experimentó nuevas tensiones a nivel doméstico a raíz de dos conflictos con la Iglesia católica. El primero ocurrió en abril, cuando el párroco de San José se negó a enterrar al médico Enrique Jacobson, un alemán masón, en el cementerio local. Este conflicto se resolvió relativamente rápido y con pleno acuerdo entre el presidente Berro y el vicario Jacinto Vera: los cementerios fueron secularizados, y a cambio la Iglesia tuvo permitido bendecir las tumbas de los difuntos católicos. El segundo conflicto, más grave, ocurrió en septiembre, cuando el vicario Jacinto Verá intentó remover de su cargo al padre Juan José Brid, quien era masón, senador de la República y comulgaba con el gobierno, alegando que cometió conductas impropias de su cargo. Berro se valió del derecho de patronato, heredado del Imperio español pero rechazado por la jerarquía en Uruguay, que dictaba que para otorgar o remover cargos eclesiásticos era necesario que la autoridad religiosa contara con el visto bueno del gobierno. El vicario Vera solicitó en distintas ocasiones, pero sin éxito, el apoyo de Berro, por lo que decidió removerlo por su cuenta. Tras ser removido de su cargo, el padre Brid se negó a entregar las llaves de la Catedral de Montevideo por un año, hasta que en septiembre de 1862 Jacinto Vera le prohibió a Brid ejercer su ministerio sacerdotal. Entonces, el 8 de octubre de 1862, el gobierno de Berro ordenó el destierro del vicario Vera y del presbítero Victoriano Conde, su suplente.[48][49][34][50][51][52] Además, Berro resistió durante su gobierno la reconstrucción del Partido Blanco, que experimentó una discordia interna en dos facciones: los «amapolas», moderados que confraternizaban con el caudillismo, y los «vicentinos», más cercanos a las políticas de Berro.[53][51]
A mediados de 1862, el gobierno uruguayo incautó varias cartas de Flores donde invitaba a dirigentes para que lo acompañaran en un movimiento revolucionario. En septiembre de ese año, Berro decretó una amnistía sin excepciones incluyendo a los acompañantes de César Díaz, varios de los cuales aceptaron y fueron reintegrados al escalafón militar aunque con carácter de pasivos. Poco después, Berro despidió de sus ministerios a Eduardo Acevedo y a Tomás Villalba, partidarios de Urquiza, con el fin de evitar desavenencias extras con Mitre. A fines de ese año los rumores de una invasión se fueron convirtiendo en una convicción: Manuel Flores, hermano de Venancio Flores, fue detenido en territorio uruguayo; Fortunato Flores, uno de los hijos del caudillo, es visto en el país; y Diego Lamas, jefe político de Salto, se enteró de que Flores viajó a Palmar a entrevistarse con Nicasio Borges y otros jefes.[54] Mediante cartas, Mitre se comprometió con Berro de adoptar medidas para impedir una invasión de Flores.[55]El 3 de marzo de 1863 Flores pidió la baja del ejército argentino, y en la noche del 16 de abril de 1863, Flores se embarcó en Tigre, en una ballenera, acompañado del coronel Francisco Caraballo, del teniente coronel Clemente Cáceres y del asistente Silvestre Farías.[54]
Inicio de la invasión
El 19 de abril de 1863, 39 años exactos después del desembarco de los Treinta y Tres Orientales, Flores y sus acompañantes pusieron pie en territorio uruguayo, al norte del actual Fray Bentos. Además de la fecha especialmente elegida para el desembarco, en una proclama fechada el 20 de abril, Flores exhortó a combatir «los escándalos originados en la bárbara hecatombe de Quinteros», abrazando abiertamente dicha causa como uno de los motivos de su revolución. Aunque inicialmente muchos «doctores» colorados rechazaron la invasión de Flores, solo vinculándose a ella cuando resultó triunfante. En esta primera etapa, Flores recorrió el norte del país contactando con caudillos y reclutando hombres para su causa, burlando a su paso a efectivos del gobierno. Asimismo, Flores adoptó «la defensa de la Iglesia» como una causa, en respuesta al previo destierro del vicario Vera; Flores empleó banderolas blancas con una cruz roja, la misma seña que los cruzados medievales. Berro, por su parte, impuso la divisa celeste para el ejército y para todos los ciudadanos, y como bandera el pabellón nacional; Berro trató de que no se considerara la contienda como una lucha entre partidos políticos.[34][56][57]
El 25 de mayo de 1863 cruzó el río Negro hacia el sur, disponiendo ya de 1.400 hombres, mal vestidos y armados pero bien montados, factor fundamental en la guerra. El 2 de junio las avanzadas de Flores chocaron contra las del ejército de Servando Gómez que mandaba Olid, cercanos al arroyo Coquimbo, departamento de Soriano. La batalla de Coquimbo resultó en una victoria para Flores, donde además conoció y adoptó a un perro, a quien bautizó como «Coquimbo». El can acompañó a Flores durante la guerra, y hasta en su posterior gobierno; cuando falleció el animal, Flores ordenó su embalsamiento —el perro embalsamado se encuentra hoy en día en el Museo de la Casa de Gobierno—. Después de la batalla de Coquimbo, Flores siguió su paso entrando el 7 de junio en Florida, luego de derrotar sin esfuerzo a la guarnición. Continuó marchando evitando combates formales, acompañado por sus hijos Venancio, Fortunato y Eduardo, de 23, 22 y 20 años. El 25 de junio Flores derrota en combate en Las Cañas al general Diego Lamas. En agosto Flores vuelve al sur, llegando a situarse a tres leguas de Montevideo, entonces el gobierno cerró El Siglo, deportó a un centenar de sospechosos y nombró un Consejo de Guerra integrado por Ignacio Oribe y José Brito del Pino. Entonces gestiones de paz comenzaron a ser promovidas por el banquero Barón de Maúa, pero rechazadas por la exigencia de Flores que las amnistías fueran garantizadas por el gobierno argentino, en alusión al precedente de Quinteros. El 16 de septiembre ocurre la denominada «segunda batalla de Las Piedras», con la derrota de Flores por parte del militar Lucas Moreno. Al terminar el año 1863, Flores recorrió el litoral uruguayo donde recibió material de guerra desde la Argentina.[34][58][59]
Desarrollo de la invasión
En enero de 1864 Flores se unió a Caraballo, que sitiaba la ciudad de Paysandú defendida por el militar Leandro Gómez; tras dieciocho días las fuerzas floristas abandonan el sitio, por lo que las fuerzas gubernamentales fueron premiadas por Berro con una medalla en la que se leía «Defensa de Paysandú». Flores volvió a Montevideo llegando hasta el Paso del Molino, mientras que las fuerzas que salieron de la capital lo buscaban por el interior. A un año de invasión, las fuerzas floristas no tenían más de 2.000 hombres, pero tenían a su favor estar mejor montados y disponer de dinero.[60] El 18 de febrero de 1846, tras múltiples conflictos entre los «amapolas» y los «vicentinos» dentro del gobierno de Berro, el presidente logró reunir al senado y lograr que la presidencia de dicho cuerpo recayera en Atanasio Aguirre.[61]Como presidente del Senado recayó en Aguirre la titularidad interina del Poder Ejecutivo una vez finalizó el mandato de Berro el 1 de marzo de ese año; el Partido Blanco, a diferencia del gobierno de Berro, se identificó entonces con la situación política presidida por Aguirre.[61] Apenas ungido Aguirre, Flores lanzó un extenso manifiesto denunciando el hecho como ilegal, sosteniendo que el poder estaría acéfalo y que correspondería efectuar elecciones libres.[62]
En mayo de 1864, llegó a Montevideo el diplomático brasileño José Saraiva, quien le aseguró a Aguirre la amistad del emperador Pedro II y le dijo que portaba un pliego de reclamos; al tiempo que una división naval brasileña comandada por el Barón de Tamandaré entraba al Río de la Plata.[63][34]En junio de 1864 se trasladaron a Montevideo Rufino de Elizalde, ministro de relaciones exteriores de Argentina; el diplomático británico Edward Thornton; y el diplomático brasileño José Saraiva, buscando iniciar una mediación para poner fin a la guerra.[64] El gobierno de Aguirre precisó distintos puntos para la paz como: amnistía plena a los que despusieran las armas, pleno goce de derechos civiles y políticos, y realización de comicios legislativos.[64] Andrés Lamas y Florentino Castellanos acompañaron a los extranjeros hasta la conferencia con el general Flores, pero los representantes del gobierno no empeñaron su misión directamente ante Flores porque para el caudillo equivalía a reconocer la autoridad del gobierno de Aguirre.[65] El 18 de junio de 1864, en Puntas del Rosario, en el departamento de Colonia, Flores presentó sus puntos a los mediadores extranjeros, que fueron aceptados y luego ratificados por el gobierno el 23 de junio.[66] Pero Flores, como garantía para el cumplimiento de las cláusulas pactadas exigió luego, mediante carta particular dirigida a Aguirre, la formación de un nuevo ministerio que asegurase la libre reorganización de los poderes; un reclamo rechazado por el gobierno y, por el cual, el 30 de junio los mediadores se trasladaron nuevamente al campamento del caudillo.[66][62] Flores insistió en su pretensión sobre el ministerio sin éxito, e hizo movimientos con sus tropas que equivalían a la ruptura del armisticio subsistente desde el comienzo de las negociaciones, por lo que finalmente se dieron por terminadas las negociaciones.[66][62]
Triunfo de la invasión
Ante el fracaso de las negociaciones, la guerra continuó. El 4 de agosto de 1864, cayó la ciudad de Florida ante las tropas de Flores, batalla en la que murió el hijo tocayo del caudillo.[67][68] La versión más extendida indica que Flores mandó a fusilar al mayor Jacinto Párraga y a otros tres oficiales gubernamentales; pero otras voces afirmaron que fue obra del caudillo Eduardo Bertrand.[67][68] Ese mismo día, el 4 de agosto, en Montevideo, el brasileño José Saraiva presentó ante el gobierno un ultimátum para resolver reclamaciones por daños a súbditos brasileños residentes en Uruguay desde fines de la Guerra Grande, con un plazo de respuesta de seis días que, en el caso de no darse satisfacciones al Imperio, Brasil amenazó con intervenir militarmente.[67][69][70] El 9 de agosto Juan José de Herrera, ministro de relaciones exteriores uruguayo, rechazó mediante una carta el ultimátum de Saraiva.[69] El 22 de agosto en Buenos Aires, Saraiva y el ministro argentino Elizalde firmaron el Protocolo Saraiva-Elizalde, por el que Argentina y Brasil disiparon los temores de un choque ante la inminente intervención brasileña en territorio oriental.[71][52] El 28 de agosto Flores tomó Mercedes, donde permaneció hasta el 5 de septiembre.[72] A fines de septiembre Leandro Gómez abandonó brevemente Paysandú para enfrentar a Flores, quien no se movió de su campamento, debiendo regresar a la ciudad sin haber entablado combate.[73]
Finalmente, el 12 de octubre de 1864, aniversario de la batalla de Sarandí, el Imperio de Brasil invade territorio uruguayo.[67]Con el apoyo terrestre del general Antônio de Sousa Neto, y el marítimo de la escuadra del Barón de Tamandaré, se pone sitio a la ciudad de Salto en noviembre de 1864, cayendo en pocos días después de ser evacuada la plaza por iniciativa de un grupo de vecinos que Flores permitió que se retiraran.[74] Posteriormente, el 2 de diciembre de 1864 inició el sitio de Paysandú; los sitiadores permitieron salir a las mujeres y niños hasta la isla argentina de Caridad, situada frente a Paysandú, en donde 1.500 civiles fueron espectadores de la defensa de la ciudad, encerrados sus mil defensores dentro de un rectángulo de ocho manzanas bajo el mando del coronel Leandro Gómez.[74] Entre tanto, el 16 de diciembre el gobierno de Aguirre declaró «rotos, nulos y cancelados» los tratados suscritos con Brasil en 1851, y ordenó su quema pública en la plaza Matriz.[75][76] El 31 de diciembre se inició el asalto final a la ciudad, cayendo esta el 2 de enero de 1865.[77][78]Estando Gómez en calidad de prisionero, el caudillo Gregorio Suárez ordenó su fusilamiento, matando a Leandro Gómez y a otros defensores.[77][79] Tanto Flores como Tamandaré expresaron su indignación ante Suárez, quien negó haber ordenado los fusilamientos.[77][80] El 15 de febrero de 1865, terminado el interinato de Aguirre, se eligió como nuevo presidente del senado a Tomás Villalba, también encargado del Poder Ejecutivo.[75] El 20 de febrero de 1865, aniversario de la batalla de Ituzaingó, las tropas brasileñas y floristas entraron en Montevideo, y se firmó el convenio de paz que consagró el triunfo absoluto de la revolución de Flores.[34][67][81]
Gobernador provisorio
Asunción
El convenio de paz del 20 de febrero de 1865 consagró el triunfo absoluto de la revolución de Flores y lo ungió como «Gobernador Provisorio» de Uruguay.[81] El 23 de febrero entró a la capital, y el 26 de febrero designó un gabinete diverso compuesto por: Francisco A. Vidal en Gobierno; Juan R. Gómez, hermano de Leandro Gómez, en Hacienda; Carlos de Castro en Relaciones Exteriores y Lorenzo Batlle en Guerra.[82]
"Orientales todos, contemos este día como el primero de una nueva era de felicidad y de ventura para toda la familia oriental; para que la paz que alumbra no sea como otras veces una tregua para volver de nuevo con más rencor a la pelea que rompe los vínculos queridos de la familia separando a los padres de los hijos, al esposo de la tierna esposa y al amigo del compañero de la infancia, [...] Honor a todos los que han contribuido con su esfuerzo a la obra de paz, pero sobre todo al bravo ejército imperial que confundiendo su sangre con la de los orientales ha sabido deponer justos resentimientos para ayudarnos a cimentar el triunfo de las instituciones sin nueva efusión de sangre..." (Proclama al asumir como Gobernador Provisorio en febrero de 1865).[2]
Guerra de la Triple Alianza
Fue uno de los firmantes del Tratado secreto de la Triple Alianza, que fuera redactado por el Vizconde de Rio Branco y daría inicio a la Guerra de la Triple Alianza contra el Gobierno del mariscal López en Paraguay. El presidente paraguayo había declarado recientemente la guerra al Imperio del Brasil e invadido la provincia argentina de Corrientes con la intención de llegar a Uruguay con 25.000 soldados para apoyar al gobierno de Berro.
Flores debió atender la participación de Uruguay en la guerra, a partir de junio de 1865, dejando interinamente el gobierno a Francisco Antonino Vidal. Lideró personalmente el ejército del Uruguay durante la guerra, resultando uno de los vencedores de la Batalla de Yatay a 42 kilómetros de la frontera. Habiendo llegado hasta el territorio paraguayo, Flores abandonó tempranamente la guerra y regresó a Uruguay en octubre de 1866, ya que el ejército uruguayo fue prácticamente aniquilado en la Batalla de Curupayty.
La guerra favoreció el comercio de tránsito por el puerto de Montevideo, aumentando las exportaciones de tasajo, algunas dificultades obligaron al gobierno a decretar en 1865 un decreto de libertad bancaria, por lo que ya no se precisaba autorización del Poder Ejecutivo para fundar bancos, tan solo necesitaban la aprobación de sus estatutos, exigiendo que la emisión de moneda debería convertirse en oro (primer curso forzoso de papel moneda) y que no excediera el triple del capital en efectivo. Muy pocos bancos cumplieron esto.[83]Esto incentivó la lucha entre "cursistas" y "oristas".
Administración
Ejerciendo el cargo provisorio se aprobó el Código de Comercio en 1866. En 1867 se realizó la primera conexión telegráfica con Buenos Aires y al año siguiente se aprobó el Código Civil y se inauguró la primera línea de tranvías de tracción a caballo. [34]Además, se impulsó la concreción de caminos macadamizados y el empedrado de numerosas calles, además de nuevos edificios, como la inauguración de la Bolsa de Comercio (hoy desaparecido) y el edificio central de la Administración del Correo.[2][34]Se realizó el otorgamiento de las primeras concesiones para la construcción de las líneas de ferrocarriles con capitales nacionales (la primera fue instalada entre Montevideo y Las Piedras en 1872), que serían entregados a inversores ingleses en 1872. También se derogó el decreto de expulsión de los jesuitas, buscando promover una política conciliadora con la Iglesia católica.[34]
Flores es uno de los pocos gobernantes orientales homenajeados durante su mandato con el bautismo de un lugar público. En 1866 se denominó como "Plaza General Flores" el espacio en donde hoy se encuentra el Palacio Legislativo.[2]En 1867 se inauguró el primer monumento público de Montevideo, la Estatua de la Paz, obra de José Livi, que aún se encuentra presente en la Plaza de Cagancha.[2]El gobierno provisorio vivió una época de gran prosperidad económica, marcada por un gran crecimiento de la industria textil, un aumento notable de las exportaciones ganaderas y una inmigración europea sostenida. Durante el período instaló en Fray Bentos la planta industrial Liebig, posteriormente convertida en el Frigorífico Anglo, y se equipó a la ciudad con alumbrado eléctrico un año antes que a la capital. En 1865 se creó la Unión de Tipógrafos, el primer sindicato del país. El ingreso per cápita de los uruguayos bajo Flores representaba más del doble del estadounidense.[34]
Flores llevó a cabo una fuerte defensa de las tierras fiscales, que habían iniciado un proceso de privatización rápido y gradual por el gobierno de Berro. El 11 de marzo de 1865 fueron derogados los decretos de enajenación de terrenos públicos promovidos por el gobierno anterior y suspendidas las ventas de tierras estatales tramitadas. Con la intención de establecer un catastro nacional y recuperar las tierras públicas se creó la Comisión de Tierras, cuya obra se enfocó principalmente en la regularización de terrenos ocupados.[84]Flores promovió una fuerte descentralización y regionalización del poder entre los caudillos locales, lo que construyó un fuerte entramado de complejas redes sociales que aseguró el apoyo al gobierno de parte de los peones y pequeños propietarios. La iniciativa respondía en parte a un deseo de revitalizar el caudillismo, debilitado luego de los gobiernos de fusión. La política de fortalecimiento de las relaciones de dependencia tradicionales en las zonas rurales llevado adelante por el gobierno a través de jerarquías institucionalizadas ha sido comparado con el feudalismo medieval.[85]
La presidencia de Flores se vio marcada por un fuerte militarismo y unipartidismo colorado. Si bien no se llevó a cabo persecución política violenta y se respetó la vida y libertad de sus antiguos opositores, todos los funcionarios gubernamentales y políticos del Partido Nacional perdieron sus cargos. El mandato provisorio acabó en febrero de 1868 tras la celebración de las elecciones democráticas prometidas durante el alzamiento.[34]
"Orgulloso y satisfecho de mi obra, yo me retiro al hogar doméstico: Al entrar en él, no voy dominado por el temor de que algún remordimiento pueda venir a turbar esas horas solitarias de reposo que son el pobre consuelo del hombre público cuando se aleja del mando, porque como lo sabéis, compatriotas, la dictadura no se ha manchado con una sola gota de sangre, no ha hecho derramar una sola lágrima, no ha perseguido a nadie, ni ha establecido la prepotencia de los unos en perjuicio del abatimiento de los otros. Para mí todos eran orientales. Como a tales los he tratado, estableciendo el ejercicio de esa justicia distributiva que hace imposibles los resentimientos que engendra la cólera y que produce el contento que ocasiona la satisfacción de todos". (Manifiesto de Venancio Flores el 15 de febrero de 1868, publicado al entregar el gobierno).
Conspiración de la mina
En julio de 1867 fue desbaratado un plan para matar a Flores, por medio de una mina colocada debajo del Fuerte de Gobierno (antigua sede del Poder Ejecutivo), desde un túnel desde una casa de enfrente. Había sido ideado el mecanismo por Neumayer, un ingeniero alemán, pero detrás de los hechos había militares que fueran compañeros de armas de Flores, los que tildados de sospechosos terminaron siendo liberados poco después por falta de pruebas.[2]
Rebelión de los hijos
Pocos días antes de renunciar a su cargo, a principios de febrero de 1868 surgió un levantamiento inesperado: sus propios hijos querían que su padre se mantuviera en el poder. Eduardo y Fortunato Flores, ambos militares, intentaron obligar a su padre a presentarse como candidato a la presidencia, sublevando al batallón "Libertad", al mando del nombrado en segundo término. El episodio terminó con el destierro de sus hijos, pese a la pena de la esposa de Flores. [2]
Gabinete del gobierno provisorio
Ministerios y ministros del gobierno provisorio de Venancio Flores | ||
---|---|---|
Ministerio | Ministros | Período |
Gobierno | Daniel Zorrilla | 1865 |
Francisco Antonino Vidal Silva | 1865-1868 | |
Relaciones Exteriores | Carlos de Castro | 1865-1866 |
Alberto Flangini | 1866-1868 | |
Hacienda | Juan Ramón Gómez | 1865-1866 |
Antonio María Márquez | 1866-1868 | |
Guerra y Marina | Lorenzo Batlle | 1865-1868 |
Muerte de Flores y Berro
Después de tres años de gobierno convocó elecciones, celebradas en noviembre de 1867 (resultando electo Lorenzo Batlle para el período 1868-1872) y dimitió de su cargo el 15 de febrero de 1868, antes de asumir Batlle, por lo que el gobierno fue asumido de manera interina por Pedro Varela, presidente del senado.
Los blancos no se habían presentado a las elecciones de noviembre de 1867 argumentando que “no existían garantías” y, ese mismo año, Flores se había salvado de un atentado fallido contra su vida conocido como la conspiración de la mina, presuntamente urdida por el "Partido Conservador", un sector del Partido Colorado al que pertenecía "Goyo Jeta", con quien, en ese momento, estaba fuertemente enemistado por haber negado apoyo a su pretendida candidatura presidencial.[86]
La muerte de Flores llegaría el 19 de febrero de 1868, el mismo día que el también expresidente Bernardo Prudencio Berro, ambos asesinados.
Ese día, miércoles 19 de febrero, a las dos de la tarde, Berro inició un levantamiento que llevaba preparando en secreto. Al frente de 25 hombres ocupó El Fuerte, sede de la Casa de Gobierno, al grito de: “¡Abajo Brasil!” y “¡Viva la independencia oriental y del Paraguay!”.[86] El Fuerte era un sólido edificio de dos plantas que ocupaba una manzana en el lugar donde hoy está ubicada la Plaza Zabala.
El presidente interino, Pedro Varela, junto al encargado de negocios de Brasil, escaparon por una puerta del fondo. Con El Fuerte ocupado, Berro proclamó la "revolución", pero un batallón gubernamental avanzó sobre la Casa de Gobierno. Berro huyó, pero el bote que habían pactado para su huida, el cual debía llevarlo a una fragata española, no estaba. Además, su pariente, Pedro Berro no le abrió la puerta cuando le pidió refugio. Finalmente, es detenido por el comisario Leonardo Mayabre y el comandante Manuel Lasota y llevado al Cabildo-Jefatura.
Mientras tanto, Venancio Flores, enterado de la insurrección, se dirigía junto a algunos acompañantes en un carruaje hacia el lugar de los acontecimientos. Las versiones dicen que iba acompañado por Antonio Márquez, Alberto Flangini y Amadeo Errecart, y que cuando estaban en la calle Rincón, entre Ciudadela y Juncal, se encontraron que la calle había sido cortada con un carro. Aquí la versiones difieren, pero todas concluyen que Flores fue asesinado. Se habla de que aparecieron en el lugar 5 o 6 encapuchados que atacaron el carruaje a tiros y cuchillazos. Se dice que Flores tuvo dificultades con una portezuela atascada y fue alcanzado por los atacantes, quienes lo mataron a puñaladas en un episodio que sería recreado dramáticamente en un conocido óleo de Juan Manuel Blanes.[87]
Muerto Flores, Berro se entera de este hecho en la Jefatura y niega estar involucrado. No obstante, es asesinado en represalia. El asesino difiere según la versión, algunas fuentes indican que fue el mismo carcelero que lo mató a puñaladas mientras que otras versiones dicen que fue asesinado disparándole con una pistola.[86] El tiro que mata a Berro se suele atribuir o a un policía o a Segundo Flores, uno de los hijos de Venancio Flores.[87]
En la actualidad, no está confirmado si el asesinato de Flores fue planeado por Berro. Algunas fuentes, como varias personas de la época, como la viuda de Flores, María García Zamora, acusaron como responsable a Gregorio Suárez, el "Goyo Jeta".
Tras la muerte de Flores, el cadáver fue llevado al Cabildo, donde estaban presentes Pedro Varela, José Bustamante, Julio Herrera y Obes, José Ellauri, Eduardo Flores. El cuerpo permaneció en el Cabildo desde el 19 de febrero hasta el 30 de marzo, cuando que llega el Dr. Estrada desde Buenos Aires para su embalsamamiento.[87]
Se difundió el rumor que el cuerpo estaba en tan avanzada descomposición que el Dr. Fleury solo habría conservado la cabeza en formol. Por lo que el embalador solo habría embalsamado la cabeza, así que en la exhibición del cuerpo se la colocó arriba de un monigote (dependiendo de la versión de madera o relleno de trapo y paja) vestido de uniforme militar. Eso fue lo que se exhibió en la Matriz por varios días y finalmente fue enterrado en la Catedral.[86][87]
Consecuencias de su muerte
La muerte de Flores y Berro desencadena una serie de venganzas en todo el país. Varela da de baja a todos los oficiales blancos y el cuerpo de Berro es degollado, paseado por las calles y puesto en una fosa común para muertos por la peste, sin ataúd, en el Cementerio Central.[86][87]
Desde Montevideo se enviaron mensajes urgentes a los jefes políticos colorados de los otros departamentos informándoles: “Mataron a nuestro querido general D. Venancio Flores: reúna su gente y véngase”, pidiendo que mandaran refuerzos a la capital. De este evento es recordado como el caudillo de Soriano, Máximo Pérez, ordena a ejecutar a varios jefes blancos por leer erróneamente “vénguese” en lugar de “véngase”.[86][87]
Versiones dicen que dentro de las venganzas que siguieron al asesinato de Flores, el almacén de la esquina de Florida y Mercedes, donde habrían estado los asesinos del general, fue saqueado y asesinados el dueño y su ayudante.[87]
La necesidad de poner orden llevó al gobierno a pedir el desembarco de la marina militar de las estaciones navales dependientes de los consulados en Montevideo (Inglaterra, Francia, España, Piamonte, Portugal, Brasil, Estados Unidos, Argentina, etc.). Para el 21 de febrero, según el diario “Progreso” los asesinados se calculan en 500, otros llevan la cifra a mil. La situación empeoró aún más cuando se comenzó a difundir el rumor de que muchas de las muertes causadas por la epidemia de cólera o por fiebre amarilla eran causadas porque los blancos habían envenenado el agua con estricnina.
Décadas después, durante el militarismo, la Ley N.º 1854 del 30 de diciembre de 1885, promulgada durante el gobierno de Máximo Santos, creó en su memoria el departamento de Flores.
En la cultura popular
En la película uruguaya filmada en 1982 titulada Mataron a Venancio Flores, dirigida por Juan Carlos Rodríguez Castro, se muestra el asesinato de Venancio Flores y los hechos posteriores a su muerte.
En 2021 el escritor Fernando Klein publicó un libro titulado Mataron a Flores: Intriga y poder en los albores del Uruguay moderno. Una novela narrada con rigurosidad histórica y ritmo de thriller sobre el fatídico día del 19 de febrero de 1868, día en el que murieron asesinados los dos expresidentes de la República, Venancio Flores y Bernardo Prudencio Berro, uno de los episodios más enigmáticos y violentos que vivió el Uruguay.
Familia
Casado con María García Zamora, fue padre de siete hijos: Fortunato, Eduardo, Segundo, Ricardo, Agapita, Máximo y Venancio. Tuvo un hermano: Manuel.
De la familia Flores proceden varios políticos: Manuel Flores Mora, Manuel Flores Silva, Eduardo Flores Contartese, Alfonso Costa Flores, Venancio Flores.
Véase también
Predecesor: Tomás Villalba |
Presidente de facto de Uruguay Gobernador Provisorio 1865-1868 |
Sucesor: Pedro Varela |
Predecesor: Triunvirato de Gobierno de 1853¹ |
Presidente Constitucional de Uruguay 1854-1855 |
Sucesor: Manuel Basilio Bustamante |
Predecesor: Juan Francisco Giró |
Miembro del Triunvirato de Gobierno de 1853 1853-1854 |
Sucesor: Él mismo como presidente constitucional |
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