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Chalcochima

De Wikipedia, la enciclopedia libre
(Redirigido desde «Calcuchimac»)
Chalcuchima

El general Chalcuchímac luchando contra las etnias del norte, según un dibujo de Guaman Poma.
Información personal
Nacimiento Siglo XV
Quito
Fallecimiento 13 de noviembre de 1533
Jaquijahuana, Cuzco
Causa de muerte Muerte en la hoguera
Información profesional
Ocupación Militar
Rama militar Ejército del Imperio incaico
Rango militar General
Conflictos Guerras de los Andes septentrionales
Guerra civil incaica
Conquista del Perú

Chalcuchima o Challcochima (ver sección onomástica) era, junto con Quizquiz y Rumiñahui, uno de los principales generales de Atahualpa en el Imperio incaico. Vivió hacia la primera mitad del siglo XVI y murió cerca del Cuzco en 1533. En la batalla de Quipaipán, en abril de 1532, derrotó y capturó al Inca Huáscar.[1]

Nombre

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Los registros tempranos del nombre del general incluyen, entre otras variantes, <Chaliquchima ~ Chalicuchima> (Pedro de Cieza de León, 1553),[2]​ <Challcochima ~ Chalcochima> (Juan de Betanzos, 1551;[3]Titu Cusi Yupangui, 1570;[4]​ "Relación de los quipucamayos", c. 1542),[5]​ <Chalco Chima> (Pedro Sarmiento de Gamboa, 1570-72)[6][7]​ y <Challcuchima> (Inca Garcilaso de la Vega, 1609).[8]​ A partir de esos registros, el lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino reconstruye la forma en quechua del inga como /tʃaʎqu tʃima/ (i.e. en ortografía moderna quechua: Challqu Chima).[9]

La forma <chima> /tʃima/ es recurrente entre la onomástica inca, incluyendo la panaca descendiente de Manco Cápac, y es de etimología oscura desde los quechuas modernos. En otro trabajo, el mismo Cerrón-Palomino propone el significado original para el lema propio Chima de ‘variedad de corequenque (Daptrius megalopterus)’.[10]

Posteriormente, aparecieron variantes del nombre con una letra <c> final que se hicieron bastante populares entre los estudiosos de la historia andina. Manteniendo la pronunciación grave, tales variantes incluyeron <Challcuchímac ~ Chalcuchímac ~ Challcochímac ~ Chalcochímac>. Inclusive, el término así alterado fue reingresado al quechua y aparece en textos bajo la ortografía moderna quechua como <Challkuchimaq>.[11]​ Sorprendentemente, apareció y se popularizó en trabajos académicos una variante más derivada de la anterior que comenzaba con una consonante oclusiva velar sorda [k]: <Calcuchímac> [kalku'tʃimak],[12]​ surgida probablemente por un fenómeno de asimilación a la consonante de la segunda sílaba.

Contemporáneamente, en los trabajos académicos, la versión escrita más usada en castellano y preferida por los historiadores modernos es Chalcuchima. También son usuales Chalcochima, Challcuchima y Challcochima. Las versiones más innovadoras Chalcuchímac y Calcuchímac están siendo abandonadas por los estudiosos andinistas, por considerarlas apócrifas.

Biografía

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Orígenes

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Prestigioso general de los ejércitos de Atahualpa, según algunos cronistas descendía de un linaje noble de Quito fue hijo de Epiclachima y, en su juventud, luchó contra los incas que, a las órdenes de Huayna Cápac, habían atacado su región.

Habiendo reconocido su valor, el Sapa Inca, una vez terminadas las hostilidades, lo habría convertido en un valioso aliado, llegando a confiarle uno de los más altos cargos militares de su ejército.

Guerra civil incaica

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Chalcuchímac fue el segundo al mando del ejército de Atahualpa durante la guerra civil, entre ellos y su hermano Huáscar, quien enardeció el Imperio incaico en los primeros años de la década de 1530.

Tras la derrota de los ejércitos del Cuzco, las tropas de Atahualpa ocuparon la capital y Chalcuchímac, junto con Quizquiz, operó una especie de purga entre las filas de los vencidos, eliminando, por orden de su señor, aquellos elementos que pudieran representar un peligro para su facción.

Sin embargo, la captura de Atahualpa en Cajamarca por los conquistadores españoles interrumpió cualquier acción para consolidar el poder y requirió una intervención directa en apoyo del Inca encarcelado.

El general Quizquiz prefirió quedarse en el Cuzco para controlar la situación y desbaratar cualquier intento de venganza de los huascaristas que, aunque vencidos, seguían representando una seria amenaza.

Chalcuchímac, con un contingente, en cambio se dirigió hacia la ciudad de Cajamarca con la intención de liberar a Atahualpa, pero cuando llegó a las filas de los españoles, tuvo que refrenar su animadversión por temor a causar, con su acción, la pérdida de su señor.

Encuentro con los españoles y encarcelamiento

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Mientras que el conquistador Hernando Pizarro saqueaba la ciudadela de Pachacámac y Rímac, Chalcuchímac guiaba al contingente por la sierra central peruana, indeciso sobre qué hacer, hasta que fue llamado por Hernando de Soto quien le indicó que "sería un deshonor que tan prestigioso general no visite a su majestad inca".[13]​ Chalcuchímac, convencido de la buena fe del español, entregó el oro que traía consigo para facilitar el rescate de su señor, pero sólo después de mucha insistencia de los mismos hermanos de Atahualpa, accedió finalmente a ir a Cajamarca, lejos de su ejército, ahí el general fue traicionado y tomado preso por los españoles.

Cautiverio y encuentro con Atahualpa

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Su encuentro con Atahualpa nos fue transmitido por muchos de los cronistas. El anciano general entró en el cuarto donde estaba preso el Inca, descalzo, con los ojos bajos y una carga sobre los hombros en señal de humildad.

Atahualpa no se dignó mirarlo y se quedó en silencio escuchando sus lamentos como si estuviera frente a cualquiera de sus súbditos y no al más prestigioso de sus generales, despidiéndolo simplemente con un gesto.

Los españoles quedaron hondamente impresionados por esta manifestación de majestad imperial que no se alteraba en lo más mínimo por la condición de cautiverio en que se encontraba el supremo Inca.

Chalcuchímac, como prisionero de rango, sin embargo, no disfrutó de la misma atención que estaba reservada para Atahualpa. Convencidos de que el anciano general conocía los escondites donde se escondía el oro de los incas, los españoles llegaron a torturarlo (sufriendo de graves quemaduras) para revelar la ubicación de los más grandes tesoros incas, pero este sólo mencionó reinos y tesoros imaginarios.[14]

Muerte

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Tras la ejecución de Atahualpa por sus captores, Chalcuchímac y los demás presos acompañaron a los españoles en su marcha hacia el Cuzco. Estaban consigo Túpac Hualpa, el primer inca marioneta nombrado por Francisco Pizarro.[15]

El anciano general estaba muy vigilado porque se temía que de alguna manera estuviera en contacto con Quizquiz y que estuviera tramando un ataque a las filas conquistadoras. Cualquier oposición que obstaculizara la marcha de los españoles se atribuía regularmente a su intervención, ya fuera la destrucción de los puentes o se tratara de alguna escaramuza.

Cuando murió Túpac Hualpa, el Inca títere que había sido puesto en lugar de Atahualpa, nadie dudó que había sido envenenado por el general cautivo.

En pleno viaje, apareció un joven hijo de Huayna Cápac, que estaba convencido de que los españoles eran salvadores pues peleaban contra Quizquiz (quien había matado a Huáscar y hecho desmanes en la toma del Cuzco), se trataba de Manco Inca.[16]​ Manco Inca prometió ayuda y fidelidad a Francisco Pizarro. Estos le prometieron salvación frente a los terribles abusos que cometieron los partidarios de Atahualpa en la ciudad del Cuzco.

Pizarro, hasta entonces, lo había mantenido con vida con la esperanza de que su presencia impidiera a Quizquiz atacar, pero, dada la inutilidad de su maniobra, decidió deshacerse del voluminoso prisionero. El conquistador español acusó a Chalcuchímac de envenenar a Túpac Hualpa, luego lo condenó a muerte. Al negarse a ser bautizado, Chalcuchímac fue quemado vivo en la hoguera en Jaquijahuana, cerca del Cuzco.[17]

Su muerte fue recibida con alegría por parte de la nobleza cuzqueña.[18]

Véase también

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Notas y referencias

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  1. Huáscar Atahualpa. País de Jauja
  2. Cieza de León, P. de ([1553] 1984). Crónica del Perú : Primera parte (J. A. Vermejo, R. de Zela A., & J. A. Ramos, Eds.). Lima: PUCP/ Academia Nacional de la Historia, cap. lxxvii, ff. 103v-104r [p. 226 -7]; cap. xci, f. 117v [p. 256].
  3. Betanzos, J. D. de ([1551] 2015). Suma y Narración de los Incas (Gutiérrez Arbulú, L., Hernández Astete, F., & Cerrón-Palomino, R., Eds.). En Hernández Astete, F., & Cerrón-Palomino, R. (Eds.), Juan de Betanzos y el Tahuantinsuyo: Nueva edición de la Suma y Narración de los Incas (pp. 107-440). Lima: PUCP, parte II, cap. iv, f. 101v [p. 329].
  4. Titu Cusi Yupanqui ([1570] 1992). Instrucción al licenciado don Lope García de Castro (1570) (L. Regalado de Hurtado, D. Villa E., & J. Dejo B., Eds.). Lima: PUCP, ff. 10r, 10v, 25r, 26r [pp. 12, 13, 30, 31].
  5. Anónimo ([¿1542?] 2017). Los Quipucamayoc : Relación de la descendencia, gobierno y conquista de los Incas (J. J. Vega, Ed.). En Velaochaga Dam, C., Herrera Villagra, A., & Warthon Calero, R. (Comps.), Crónicas tempranas del siglo XVI (Tomo 2: "El patrimonio hegemónico de la escritura: Descripciones historiográficas del Cusco (1542-1590)"; pp. 41-83). Cuzco: Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco, pp. 44, 59, 62, 64-7, 78.
  6. Sarmiento de Gamboa, P. ([1570] 1947). Historia de los incas (A. Rosenblat, Ed., 3° ed.). Buenos Aires: Emecé.
  7. Sarmiento de Gamboa, P. ([1572] 2018). Segunda Parte de la Historia General llamada Índica, la cual por mandado del excelentísimo señor don Francisco de Toledo, virrey, gobernador y capitán general de los Reinos del Pirú y mayordomo de la Casa Real de Castilla, compuso el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa (A. H. Ortega, Ed.). En Ortega, A. H. Segunda Parte de la Historia General Llamada Índica (1572) de Pedro Sarmiento de Gamboa. Estudio y Edición Anotada (pp. 77-335). [Tesis doctoral en Culturas Latino-Americanas, Ibéricas y Latino. The City University of New York.] URL=<https://academicworks.cuny.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=3523&context=gc_etds;de>.
  8. Garcilaso de la Vega, Inca (1609). Primera Parte de los Commentarios Reales, qve tratan del Origen de los Yncas, Reyes qve fveron del Perv, de sv idolatria, leyes, y gouierno en paz y en guerra : de sus vidas y conquistas, y de todo lo que fue aquel Imperio y su Republica, antes que los Españoles passaran a el. Lisboa: Pedro Crasbeeck, lib. IX, cap. xxxiii, p. 256v.
  9. Cerrón-Palomino, R. (2015). Glosario de voces indígenas. En Hernández Astete, F., & Cerrón-Palomino, R. (Eds.), Juan de Betanzos y el Tahuantinsuyo: Nueva edición de la Suma y Narración de los Incas (pp. 441-463). Lima: PUCP, p. 446.
  10. Cerrón-Palomino, R. (2013). Las lenguas de los incas : el puquina, el aimara y el quechua. Berlín: Peter Lang, § III-3.1.4, pp. 92-93.
  11. Academia Mayor de la Lengua Quechua (2005). Diccionario quechua-español-quechua : Qheswa-español-qheswa simi taqe. Cuzco: Gobierno Regional del Cusco, p. 45.
  12. Por ejemplo, Titu Cusi Yupanqui ([1570] 1992). Instrucción al licenciado don Lope García de Castro (1570) (L. Regalado de Hurtado, D. Villa E., & J. Dejo B., Eds.). Lima: PUCP, p. 74.
  13. Víctor Angles Vargas, Historia del Cusco Incaico, pág. 123. Manco Inca, Challcuchímac y el mismo Atahualpa fueron engañados por mentiras y falsas promesas de los españoles
  14. Víctor Angles Vargas, Historia del Cusco Incaico, pág. 123. Los cronistas sugieren que Atahualpa influia temor en sus súbditos.
  15. Ciudad Inca. Los incas marionetas eran llamados así porque los españoles los nombraban para manejarlos a ellos y sus súbditos su antojo.
  16. Según palabras del cronista y soldado español: Pedro Sancho de la hoz.
  17. Andrade Reimers, Luis (1980). Hacia la verdadera historia de Atahualpa. Casa de la Cultura Ecuatoriana. p. 388. «Calicuchima prefirió ser quemado vivo antes que recibir un rito en el cual no tenía fe.» 
  18. Víctor Angles Vargas, Historia del Cusco Incaico, pág. 123. Manco Inca, Challcuchimac y otros generales atahualpistas como Quisquis mataron a muchos nobles cuzqueños e hicieron destrozos en la ciudad. Es por esa razón que fueron odiados por la mayoría del imperio, especialmente por los cuzqueños y huascaristas

Bibliografía

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  • Angles Vargas, Víctor (1998). Historia del Cusco incaico. Tercera edición, Lima: Industrial gráfica S.A., Chavín 45.