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Diferencia entre revisiones de «Solaris (novela)»

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De esta forma, el libro hace un estudio de la [[psicología]] humana enfrentada a acontecimientos perturbadores, a priori imposibles. Kris Kelvin es un científico brillante, un psicólogo, su entrenada racionalidad le enfrenta a la realidad empírica que experimenta en la base y para la que no está preparado. Deberá flexibilizar su mentalidad y superar numerosos "apriorismos" para tener una oportunidad de comprender lo que sucede.
De esta forma, el libro hace un estudio de la [[psicología]] humana enfrentada a acontecimientos perturbadores, a priori imposibles. Kris Kelvin es un científico brillante, un psicólogo, su entrenada racionalidad le enfrenta a la realidad empírica que experimenta en la base y para la que no está preparado. Deberá flexibilizar su mentalidad y superar numerosos "apriorismos" para tener una oportunidad de comprender lo que sucede.


De manera paralela, Hari, la esposa de Kelvin revivida, seguirá un camino hacia la humanización, en un proceso muy semejante al que años más tarde nos mostrarían los [[replicante]]s de [[Blade Runner]]. Inicialmente ella no sabrá que no es humana, sino una creación del océano; pero pronto se evidenciará su verdadera naturaleza y se verá obligada a superar la crisis de descubrir que no es humana, que quizás sólo es un instrumento. El lector crecerá al mismo tiempo que el personaje, sentirá la misma aversión que Kelvin en los primeros momentos para terminar empatizando con un ser que, aunque no es enteramente libre (no puede morir y no puede separarse de Kelvin), sí es capaz de establecer sentimientos de forma independiente a como originalmente fue creado.
De manera paralela, Hari, la esposa de Kelvin rediviva, seguirá un camino hacia la humanización, en un proceso muy semejante al que años más tarde nos mostrarían los [[replicante]]s de [[Blade Runner]]. Inicialmente ella no sabrá que no es humana, sino una creación del océano; pero pronto se evidenciará su verdadera naturaleza y se verá obligada a superar la crisis de descubrir que no es humana, que quizás sólo es un instrumento. El lector crecerá al mismo tiempo que el personaje, sentirá la misma aversión que Kelvin en los primeros momentos para terminar empatizando con un ser que, aunque no es enteramente libre (no puede morir y no puede separarse de Kelvin), sí es capaz de establecer sentimientos de forma independiente a como originalmente fue creado.


Y ésta parece ser la respuesta de Stanislaw Lem a su segunda cuestión: si ser humano no significa únicamente una inteligencia y una voluntad, quizás signifique además la posesión de unos sentimientos, poco racionales y que a veces contravienen nuestra propia voluntad.
Y ésta parece ser la respuesta de Stanislaw Lem a su segunda cuestión: si ser humano no significa únicamente una inteligencia y una voluntad, quizás signifique además la posesión de unos sentimientos, poco racionales y que a veces contravienen nuestra propia voluntad.

Revisión del 11:53 15 ene 2010

Solaris
de Stanisław Lem
Género Ciencia ficción, novela
Subgénero Novela psicológica, Ciencia ficción dura, novela planetaria, ciencia ficción, ficción filosófica y metaphysical science fiction Ver y modificar los datos en Wikidata
Idioma Polaco
Título original Solaris Ver y modificar los datos en Wikidata
País Polonia
Fecha de publicación 1961
Páginas 204

Solaris es el nombre de una novela de ciencia ficción de Stanisław Lem que transcurre en el planeta de nombre homónimo, publicada en Varsovia (Polonia) en 1961. Se trata, sin duda, de la obra más conocida del autor y ha sido adaptada al cine por Andrei Tarkovsky, Solaris (1972) y por Steven Soderbergh, Solaris (2002).

Argumento

Océano de Solaris.

El estilo literario de esta novela se caracteriza por describir toda la acción desde el punto de vista del protagonista. En todo momento se trata de una descripción de los acontecimientos vividos por él, y contiene descripciones muy detalladas y vívidas de las escenas. Gran parte del libro no relata los sucesos en sí sino descripciones de investigaciones pasadas sobre el planeta en cuestión y demás detalles que no hacen a la historia en sí sino que completan la narración dando un carácter general más creíble. Estos hechos hacen a la historia idónea para su adaptación al cine, donde no hay tiempo suficiente para un relato largo, ya que es posible eliminar todos estos detalles sin alterar la historia en sí.

La novela trata sobre los fútiles intentos de comunicar con una inteligencia alienígena totalmente diferente a la humana, básicamente un gigantesco océano saturado de substancias químicas disueltas en un planeta de un sistema binario de estrellas, y el cual se presume tiene vida y posiblemente, inteligencia. Empero los intentos seculares por descifrar la conducta del extraño océano solo resultan en la clasificación de los fenómenos que en él se observan. Cuando los investigadores intentan ser más agresivos en su exploración del océano, éste responde de forma inesperada y demuestra ser capaz de leer la mente de la tripulación que lo estudia y extraer de ella información sobre alguna persona que haya dejado un recuerdo muy poderoso, lo cual desnuda la personalidad de los investigadores humanos, sin decir nada de la del océano. Lem utiliza este argumento para hacer un profundo estudio de la psicología humana, las relaciones afectivas y los límites del conocimiento científico.

La novela empieza con la llegada a Solaris del psicólogo Kris Kelvin, venido a esclarecer recientes problemas de conducta en la tripulación de la única estación de observación solariana. Pronto se percata de que las cosas no van bien, al notar el desorden y abandono de las instalaciones y la conducta errática de los dos tripulantes que sobreviven. El primero que ve (Snaut) lo recibe con miedo y recelo y el segundo (Sartorius) rechaza salir de su habitación. El que debería ser el tercero, Gibarian, se había suicidado pocos días antes de su llegada. Snaut le advierte de manera críptica sobre "los visitantes". Para entender lo que les pasa a sus compañeros, Kelvin baraja hipótesis como la del envenamiento por infiltración de la tóxica atmósfera del planeta.

Pronto Kris descubre que cosas realmente extrañas suceden en Solaris, al ver a personas que no deberían estar allí. Sin mucha dilación, su visitante aparece. Al despertar de su primera noche de sueño, Hari, su mujer muerta por suicidio aparece junto a él, sin recordar en apariencia nada más que su vida con Kelvin. Éste, presa del pánico, la guía a un cohete y la lanza en órbita. Sin embargo, Hari regresa en poco tiempo, sin memoria de lo ocurrido. Kris nota que su "visitante" no puede estar físicamente lejos de él y, cuando se le separa, ésta, presa de un pánico inexplicable, adquiere una fuerza sobrehumana, rompiendo cualquier obstáculo físico que los separe.

Kris pasa rápidamente del pánico al estupor y del estupor a la resignación, al ver cómo la falsa Hari se torna cada vez más humana, a pesar de ser una copia, y sin demasiada dificultad vuelve a enamorarse de ella. Sin embargo, ésta pronto se percata de quién es realmente, y de quién no es, y trata de suicidarse de nuevo, pero falla, al revelarse que las creaciones solarianas son prácticamente indestructibles.

Una vez que Kris ha visto lo que sucede, Snaut y Sartorius están más dispuestos a hablar, puesto que al principio quizá pensaban que éste los tomaría por locos. Tratan en vano de hallar una explicación de lo que sucede, aunque ciertas cosas se aclaran: lo ocurrido parece ser respuesta a sus intentos de ser más proactivos en su exploración, al utilizar radiación intensa para intentar explorar el interior del océano. La respuesta demuestra que Solaris sí está vivo (se implica que había quienes dudaban que lo fuese), y sí es "consciente" de la presencia humana, los visitantes provienen de su subconsciente, demostrando que Solaris lo lee como un libro abierto. Lo que no saben es qué quiere decirles, o incluso si el concepto de "contacto" es siquiera aplicable entre dos formas de vida tan diferentes.

La novela describe que Solaris era un viejo misterio, al haberse descubierto más de un siglo antes de que Kris naciese, pero que sin embargo, guardaba todavía completo su enigma. La ciencia de la Solarística tuvo un inicio, un apogeo y un declive, al ser casi imposible hallarle razón a la conducta de la mega-mente oceánica.

Kris comienza a elaborar la idea de nunca abandonar Solaris para quedarse con la nueva Hari. Pero ésta no se halla dispuesta a permitir que Kris se sacrifique de tal forma, y se ofrece de voluntaria en los intentos de los otros tripulantes para deshacerse de los visitantes, lo cual al final logran.

Reflexiones

"Simetriada", una de las estructuras producidas por el planeta.
Una "Asimetriada".

Es de destacar, que el libro abunda en otras tantas precisiones como por ejemplo las formaciones marinas que evolucionan sobre la superficie del océano, generando un texto independiente de la saga de los personajes. Es recomendable leer detenidamente las descripciones de los "mimoides" que replican formas familiares a las terrestres; las "simetriadas" o las "asimetriadas" que se construyen como estructuras efímeras que terminan disolviéndose en el océano o los "fungoides" que crecen y se entrelazan como tejidos vivos. Detrás de la propuesta psicológica que escarba en la mente humana, está la construcción de otro cosmos alternativo donde la humanidad tiene la posibilidad de observar una representación teatral donde no alcanza entender lo que los actores quieren decir.

El contacto

Stanislaw Lem, pensador multidisciplinar, dedica buena parte de la novela a filosofar acerca de la posibilidad de contacto inteligente con otras especies. Para ello se vale de un ejemplo extremo. El océano de Solaris parece albergar una monstruosa conciencia, pero es tan absolutamente diferente al ser humano que se tardan años siquiera en concebir que nos encontramos ante otro ser inteligente.

Cuando finalmente se hace ineludible la evidencia, a los científicos humanos se les plantea el terrible problema de cómo establecer ese contacto. Generaciones de físicos, planetólogos, biólogos y filósofos irán proponiendo hipótesis que expliquen el desconcertante comportamiento del océano, renuente a seguir los esquemas "humanos" de actuación. ¿Nos encontramos ante una inteligencia autista, indiferente a la presencia de otros seres a su alcance? ¿El océano acaso no ha detectado la presencia del ser humano como posible ser inteligente? ¿Quizás no concibe siquiera la existencia de otros seres inteligentes dado que desde que tuvo conciencia, quizás hace cientos de miles de años, él ha sido toda la inteligencia que ha conocido?

Lem nos abre los ojos sobre las posibilidades reales de establecer un verdadero contacto ante el que otros autores (como Carl Sagan) son tan optimistas. Lem nos dice, apoyado en sus conocimientos de lógica, que aunque existan otros seres inteligentes en la galaxia, ni siquiera nos es dado concebir cómo pudieran ser esas inteligencias. Las diferencias, mucho más allá de las simples divergencias culturales, pueden ser tan fundamentales que el contacto sería imposible aún presuponiendo buena voluntad por ambas partes.

El ser humano

Inevitablemente, vinculado a la inhumanidad del océano pensante, surge la cuestión de qué significa ser humano. El océano es algo indescifrable en su conciencia, casi metafísico, lo cual impide realizar muchas comparaciones y cualquier conclusión de las mismas carecería de base. No se puede comparar un gato con una piedra para determinar qué es un gato; de esa manera todo lo más a lo que podríamos llegar es a la conclusión de que un gato no es una piedra.

Por lo mismo, el ser humano no es como el océano de Solaris. Pero si no es la inteligencia ni la voluntad, ¿qué es lo que nos hace humanos?

Para ayudarse en este estudio, Lem se vale de otra creación en su novela, los visitantes que se aparecen a los tripulantes de la estación mientras duermen.

Tras la llegada a la estación, cuando Kris se despierta a la mañana siguiente, descubre que a su lado se encuentra su esposa, fallecida años atrás, por lo que quien (o lo que) hay a su lado debe ser una réplica.

Su primera reacción es de pánico e incomprensión y se deshace de ella por el expeditivo procedimiento de meterla en un cohete y arrojarla al espacio. Pronto descubre que de nada sirve eso: tras la noche aparece una nueva réplica a la que finalmente acepta. Todos los tripulantes han estado recibiendo a estos visitantes, éste es el origen de los problemas a bordo de la base. De alguna forma, Solaris es capaz de leer sus mentes durante el sueño y de crear estas réplicas, recreaciones de anhelos o recuerdos antiguos que no se sabe si son juegos crueles, regalos de bienvenida, espías o torpes intentos de comunicación por parte del propio océano.

De esta forma, el libro hace un estudio de la psicología humana enfrentada a acontecimientos perturbadores, a priori imposibles. Kris Kelvin es un científico brillante, un psicólogo, su entrenada racionalidad le enfrenta a la realidad empírica que experimenta en la base y para la que no está preparado. Deberá flexibilizar su mentalidad y superar numerosos "apriorismos" para tener una oportunidad de comprender lo que sucede.

De manera paralela, Hari, la esposa de Kelvin rediviva, seguirá un camino hacia la humanización, en un proceso muy semejante al que años más tarde nos mostrarían los replicantes de Blade Runner. Inicialmente ella no sabrá que no es humana, sino una creación del océano; pero pronto se evidenciará su verdadera naturaleza y se verá obligada a superar la crisis de descubrir que no es humana, que quizás sólo es un instrumento. El lector crecerá al mismo tiempo que el personaje, sentirá la misma aversión que Kelvin en los primeros momentos para terminar empatizando con un ser que, aunque no es enteramente libre (no puede morir y no puede separarse de Kelvin), sí es capaz de establecer sentimientos de forma independiente a como originalmente fue creado.

Y ésta parece ser la respuesta de Stanislaw Lem a su segunda cuestión: si ser humano no significa únicamente una inteligencia y una voluntad, quizás signifique además la posesión de unos sentimientos, poco racionales y que a veces contravienen nuestra propia voluntad.


Referencia bibliográfica

Véase también

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