El príncipe
Apariencia
El principe | |||||||||||
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Tudalen flaen argraffiad 1550 |
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Título original | Il Principe | ||||||||||
Autor | Nicolás Maquiavelo | ||||||||||
Publicación | 1513 (hace 511 años) | ||||||||||
Idioma | italiano | ||||||||||
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El príncipe [1] es un tratado político escrito por Nicolás Maquiavelo en 1513.
Citas
[editar | editar código]- «Me parece que es más fácil conservar un Estado hereditario, acostumbrado a una dinastía, que uno nuevo, ya que basta con no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores, y contemporizar después con los cambios que puedan producirse».
- Fuente: Capítulo II. De los principados hereditarios.
- «Un cambio deja siempre la piedra angular para la edificación de otro».
- Fuente: Capítulo II. De los principados hereditarios.
- «Cuando se adquieren Estados en una provincia con idioma, costumbres y organización diferentes, surgen entonces las dificultades y se hace precisa mucha suerte y mucha habilidad para conservarlos».
- Fuente: Capítulo III. De los principados mixtos.
- «A los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse».
- Fuente: Capítulo III. De los principados mixtos.
- «De donde se explica que todos los profetas armados hayan triunfado, y fracasado todos los que no tenían armas».
- Fuente: Capítulo III. De los principados mixtos.
- «Hay tres modos de conservar un Estado que, antes de ser adquirido, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: primero, destruirlo; después, radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista». [2]
- Fuente: Capítulo V. De qué modo hay que gobernar las ciudades o principados que, antes de ser ocupados, se regían por sus propias leyes.
- «El único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla. Quien se haga dueño de una ciudad así y no la aplaste, espere a ser aplastado por ella». [2]
- Fuente: Capítulo V. De qué modo hay que gobernar las ciudades o principados que, antes de ser ocupados, se regían por sus propias leyes.
- «Los hombres siguen casi siempre el camino abierto por otros y se empeñan en imitar las acciones de los demás». [2]
- Fuente: Capítulo VI. De los principados nuevos que se adquieren con las armas propias y el talento personal.
- «Las ofensas deben inferirse de una sola vez para que, durando menos, hieran menos; mientras que los beneficios deben proporcionarse poco a poco, a fin de que se saboreen mejor». [2]
- Fuente: Capítulo VIII. De los que llegaron al principado mediante crímenes.
- «Un príncipe necesita contar con la amistad del pueblo, pues de lo contrario no tiene remedio en la adversidad». [3]
- Fuente: Capítulo IX. Del principado civil.
- «[...] no es victoria verdadera la que se obtiene con armas ajenas». [3]
- Fuente: Capítulo XIII. De los soldados auxiliares mixtos y propios.
- «[...] porque hay tanta diferencia entre cómo se vive y cómo se debería vivir, que aquel que deja lo que se hace por lo que debería hacerse marcha a su ruina en vez de beneficiarse, pues un hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno es inevitable que se pierda entre tantos que no lo son». [4]
- Fuente: Capítulo XV. De aquellas cosas por las cuales los hombres y especialmente los príncipes, son alabados o censurados.
- «A veces, lo que parece virtud es causa de ruina». [4]
- Fuente: Capítulo XV. De aquellas cosas por las cuales los hombres y especialmente los príncipes, son alabados o censurados.
- «Surge de esto una cuestión: si vale más ser amado que temido, o temido que amado. Nada mejor que ser ambas cosas a la vez; pero puesto que es difícil reunirlas y que siempre ha de faltar una, declaro que es más seguro ser temido que amado». [4]
- Fuente: Capítulo XVII. De la crueldad y la clemencia; y si es mejor ser amado que temido, o ser temido que amado.
- «El amor es un vínculo de gratitud que los hombres, perversos por naturaleza, rompen cada vez que pueden beneficiarse; pero el temor es miedo al castigo que no se pierde nunca». [4]
- Fuente: Capítulo XVII. De la crueldad y la clemencia; y si es mejor ser amado que temido, o ser temido que amado.
- «Los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio». [4]
- Fuente: Capítulo XVII. De la crueldad y la clemencia; y si es mejor ser amado que temido, o ser temido que amado.
- «En las acciones de todos los hombres y especialmente de los príncipes, donde no hay tribunal al que recurrir, se atiende al fin. Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar su Estado, y los medios siempre serán juzgados honrosos y ensalzados por todos, pues el vulgo se deja seducir por las apariencias y por el resultado final de las cosas, y en el mundo no hay más que vulgo».[5]
- Fuente: Capítulo XVIII. De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas.
- «Hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La primera es distintiva del hombre; la segunda, de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre». [2]
- Fuente: Capítulo XVIII. De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas.
- «Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar». [3]
- Fuente: Capítulo XVIII. De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas.
- «No es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, pero es indispensable que aparente poseerlas. Y hasta me atreveré a decir esto: que el tenerlas y practicarlas siempre es perjudicial, y el aparentar tenerlas, útil». [3]
- Fuente: Capítulo XVIII. De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas.
- «Los príncipes deben encomendar a los demás las tareas gravosas y reservarse las agradables». [6]
- Fuente: Capítulo XIX. De cómo debe evitarse ser despreciado y odiado.
- «Al que no le importa morir no le asusta quitar la vida a otro». [3]
- XIX. De cómo debe evitarse ser despreciado y odiado.
- «No hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo, porque si el pueblo aborrece al príncipe, no lo salvarán todas las fortalezas que posea». [3]
- Fuente: Capítulo XX. Si las fortalezas, y muchas otras cosas que los príncipes hacen con frecuencia, son útiles o no.
- «Ninguna cosa le granjea más estimación a un príncipe que las grandes empresas y las acciones raras y maravillosas. De ello nos presenta nuestra era un admirable ejemplo en Fernando V, rey de Aragón, y actualmente monarca de España».
[Nissuna cosa fa tanto stimare un Principe, quanto fanno le grandi imprese, e il dare di sè esempi rari. Noi abbiamo nei nostri tempi Ferrando Re d'Aragona, presente Re di Spagna].[7][8]- Fuente: Capítulo XXI
- «Acepto por cierto que la fortuna sea juez de la mitad de nuestras acciones, pero que nos deja gobernar la otra mitad, o poco menos». [4]
- Capítulo XXV. Del poder de la fortuna de las cosas humanas y de los medios para oponérsele.
- «Es feliz el que concilia su manera de obrar con la índole de las circunstancias». [4]
- Capítulo XXV. Del poder de la fortuna de las cosas humanas y de los medios para oponérsele.
Referencias
[editar | editar código]- ↑ El Príncipe. Nicolás Maquiavelo. BoD – Books on Demand, 2016. ISBN 9783741208287.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 El Príncipe. Nicolas Maquiavelo. FV Éditions, 2015. ISBN 9791029901119.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 3,5 El Príncipe. Nicoló Machiavelli. BOD GmbH DE, 2020. ISBN 9788413266657.
- ↑ 4,0 4,1 4,2 4,3 4,4 4,5 4,6 El príncipe. Nicolas Maquiavelo. NoBooks Editorial, 1983.
- ↑ Maquiavelo. «Textos». Ministerio de Educación y Ciencia.
- ↑ El Príncipe. Nicolás Maquiavelo. SELECTOR, 2017. ISBN 9786074535310.
- ↑ Maquiavelo, Nicolás. XXI. «El príncipe». https://cervantesvirtual.com.
- ↑ Maquiavelo, Nicolás. «XXI». Il Principe (en italiano).
Bibliografía
[editar | editar código]- Maquiavelo, Nicolás (1821). El príncipe (traducido del toscano al español). En la imprenta de D. León Amarita, Madrid. En Google books en julio de 2020