Se aproxima el renombrado siglo XXI. Este mundo parece llegar al fin del milenio enfras-cado en u... more Se aproxima el renombrado siglo XXI. Este mundo parece llegar al fin del milenio enfras-cado en una veloz carrera que se nos muestra tan emocionante como trágica. Una carrera de ideas y de hechos, una b ŭsqueda de respuestas a conceptos como los de Libertad, Justicia, Igual-dad, Progreso...; teriida de luchas, envuelta en cambios. Una competición donde se mezcla lo innovador con lo más arcaico, donde participantes, antaño vigorosos, como el marxismo, han quedado atrás, y otros, aparentemente abandonados en la cuneta de la historia, como la esfera de lo religioso, parecen recuperar un terreno perdido. Donde unas altemativas suceden a otras, en un mundo que vive zambu-llido en un dinamismo sobrecogedor, que parece sumergirse en una situación sin certeza alguna, donde todo aparece relativizado, y en el que las antiguas certi-dumbres pierden todo su sentido. Se trata de una humanidad sumida en una crisis profunda, crisis de las ideologías, crisis de las relaciones intemacionales, de la secularización, de la idea de progreso, etc. Es este un momento idóneo para lo que algŭn autor ha dado en calificar como la revancha de Dios (Kepel, G.; 1991). A fines del siglo XX el hecho religioso ha cobrado un nuevo y des-tacado papel en el acontecer de la humanidad. En el mundo musulmán, el Islam se configura como un elemento determinante en la vida social y política de sus sociedades, mientras, en el seno del catolicismo asistimos a una reacción ante los excesos de la modemidad por parte de una Iglesia a la que los tiempos han relegado a la marginalidad. El judaísmo conoce también un crecimiento y progreso significativo de los movimientos religiosos nacionalistas e incluso el hin-duísmo parece manifestar una clara tendencia en este sentido. Surgen movimientos integristasi ' Los términos integrismo yfundamentalismo en los ŭltimos tiempos ha adquirido un sentido genérico que viene a englobar diversos movimientos, actitudes y comportamientos fanáticos, excluyentes, intransi-gentes y autoritarios, especialmente de índole religiosa, pero incluso extendidos a la órbita social, política y cultural. En este sentido al referirnos al conjunto de movimientos de este tipo de las diferentes religio-nes hemos optado por su uso. Sin embargo cabe la posibilidad de que los térrninos puedan ser empleados en su sentido restringido, en un respeto a su acepción primigenia, lo que pondría de manifiesto a nivel ter-rninológico las indudables diferencias existentes entre determinados movimientos, con rasgos comunes, pero con características propias y bajo circunstancias y realidades muy diferentes. A este respecto en su sentido literal y primigenio el términofundamentalismo cabe entenderlo aplicado a todas aquellas tenden-cias del protestantismo conservador nortearnericano que, viendo en las corrientes del moderr ŭsmo una amenaza teológica y cultural, exaltan la literalidad de la Biblia y se oponen al evolucionismo. Integrismo, sin embargo y en principio, ve restringido su significado al ámbito católico, refiriéndose a la intransigencia
Se aproxima el renombrado siglo XXI. Este mundo parece llegar al fin del milenio enfras-cado en u... more Se aproxima el renombrado siglo XXI. Este mundo parece llegar al fin del milenio enfras-cado en una veloz carrera que se nos muestra tan emocionante como trágica. Una carrera de ideas y de hechos, una b ŭsqueda de respuestas a conceptos como los de Libertad, Justicia, Igual-dad, Progreso...; teriida de luchas, envuelta en cambios. Una competición donde se mezcla lo innovador con lo más arcaico, donde participantes, antaño vigorosos, como el marxismo, han quedado atrás, y otros, aparentemente abandonados en la cuneta de la historia, como la esfera de lo religioso, parecen recuperar un terreno perdido. Donde unas altemativas suceden a otras, en un mundo que vive zambu-llido en un dinamismo sobrecogedor, que parece sumergirse en una situación sin certeza alguna, donde todo aparece relativizado, y en el que las antiguas certi-dumbres pierden todo su sentido. Se trata de una humanidad sumida en una crisis profunda, crisis de las ideologías, crisis de las relaciones intemacionales, de la secularización, de la idea de progreso, etc. Es este un momento idóneo para lo que algŭn autor ha dado en calificar como la revancha de Dios (Kepel, G.; 1991). A fines del siglo XX el hecho religioso ha cobrado un nuevo y des-tacado papel en el acontecer de la humanidad. En el mundo musulmán, el Islam se configura como un elemento determinante en la vida social y política de sus sociedades, mientras, en el seno del catolicismo asistimos a una reacción ante los excesos de la modemidad por parte de una Iglesia a la que los tiempos han relegado a la marginalidad. El judaísmo conoce también un crecimiento y progreso significativo de los movimientos religiosos nacionalistas e incluso el hin-duísmo parece manifestar una clara tendencia en este sentido. Surgen movimientos integristasi ' Los términos integrismo yfundamentalismo en los ŭltimos tiempos ha adquirido un sentido genérico que viene a englobar diversos movimientos, actitudes y comportamientos fanáticos, excluyentes, intransi-gentes y autoritarios, especialmente de índole religiosa, pero incluso extendidos a la órbita social, política y cultural. En este sentido al referirnos al conjunto de movimientos de este tipo de las diferentes religio-nes hemos optado por su uso. Sin embargo cabe la posibilidad de que los térrninos puedan ser empleados en su sentido restringido, en un respeto a su acepción primigenia, lo que pondría de manifiesto a nivel ter-rninológico las indudables diferencias existentes entre determinados movimientos, con rasgos comunes, pero con características propias y bajo circunstancias y realidades muy diferentes. A este respecto en su sentido literal y primigenio el términofundamentalismo cabe entenderlo aplicado a todas aquellas tenden-cias del protestantismo conservador nortearnericano que, viendo en las corrientes del moderr ŭsmo una amenaza teológica y cultural, exaltan la literalidad de la Biblia y se oponen al evolucionismo. Integrismo, sin embargo y en principio, ve restringido su significado al ámbito católico, refiriéndose a la intransigencia
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