Mejor conocido por su frase " El fin justifica los medios " , Maquiavelo escribe en un tiempo med... more Mejor conocido por su frase " El fin justifica los medios " , Maquiavelo escribe en un tiempo medieval. Italia se encontraba dividida entre el poder de la Iglesia católica, los grandes príncipes y señores feudales, la amenaza intervencionista de potencias y grupos militares extranjeros, y la utilización indiscriminada de ejércitos de mercenarios que veían la guerra como su negocio y su primer motivo, ofertaban sus armas y habilidades al mejor postor. Nicolás Maquiavelo critica a los príncipes que basan su poder en la construcción de fortalezas y la erección de murallas, sin preocuparse por una cuestión fundamental y mucho más valiosa que las propias murallas y fortalezas que era el no construir odios. El odio es una fuerza avasalladora, incontenible, no controlable, destructiva y autodestructora. El decía que un buen príncipe debe evitar ser odiado por el pueblo a toda costa, porque no hay fortaleza o muralla que pueda contener el odio del pueblo. Un príncipe debe cumplir con su deber y evitar privar de sus bienes y, especialmente de su honra, a sus súbditos. Debe cultivar un carácter firme, definido y decidido, que le gane el respeto y el aprecio del pueblo. Maquiavelo decía que en el amor es mejor ser amado que ser temido, en política es al revés, es mejor ser temido que amado, sin embargo, Maquiavelo señala que representa mayores ventajas para un príncipe manejar el poder del temor que el temor al poder, en algunas ocasiones la crueldad puede ser empleada para asegurarse el temor y el poder. Maquiavelo asegura que es mejor que el príncipe sea amado y temido a la vez, porque el exceso de bondad es generador de desórdenes, entonces debe buscar un punto medio adecuado en donde la humildad, la moderación y la prudencia regulen su forma de actuar. En política es mejor ser temido que amado, según Maquiavelo, el príncipe puede no ser amado, pero sí temido y nunca odiado o despreciado. Este autor señala que la primera impresión que la gente de forja de un príncipe, está relacionada con la capacidad y fidelidad de los integrantes de su equipo de colaboradores. Si el primer error del príncipe es en la elección de sus colaboradores, será criticado. El carácter y el actuar del príncipe deben guiarse permanentemente por la búsqueda y el uso de la verdad efectiva, la objetividad, así como por el evitar la infamia de vicios, estos son fundamentales para el prestigio o desprestigio del gobernante, para su censura o su halago, para su gloria o desgracia. El Príncipe debe ejercer el poder con sabiduría, basándose en buenas leyes y las mejores armas, porque forman la infraestructura y los cimientos de la organización estatal. La infraestructura legal permite al príncipe gobernar con la razón, la persuasión y la justicia, mientras que las armas le permiten gobernar con el uso de la fuerza legalmente reservada al Estado. También se considera que las tropas son indispensables para la seguridad del Estado y la población. El príncipe a su vez debe investigar, interrogar, escuchar, y reflexionar atenta y pacientemente sobre sus opiniones, procediendo finalmente a resolver los problemas de acuerdo con su exclusivo y mejor albedrío, juicio y conciencia. Jorge Roberto Hernández Ríos Sociedad, tecnología y deontología 1CV11
Mejor conocido por su frase " El fin justifica los medios " , Maquiavelo escribe en un tiempo med... more Mejor conocido por su frase " El fin justifica los medios " , Maquiavelo escribe en un tiempo medieval. Italia se encontraba dividida entre el poder de la Iglesia católica, los grandes príncipes y señores feudales, la amenaza intervencionista de potencias y grupos militares extranjeros, y la utilización indiscriminada de ejércitos de mercenarios que veían la guerra como su negocio y su primer motivo, ofertaban sus armas y habilidades al mejor postor. Nicolás Maquiavelo critica a los príncipes que basan su poder en la construcción de fortalezas y la erección de murallas, sin preocuparse por una cuestión fundamental y mucho más valiosa que las propias murallas y fortalezas que era el no construir odios. El odio es una fuerza avasalladora, incontenible, no controlable, destructiva y autodestructora. El decía que un buen príncipe debe evitar ser odiado por el pueblo a toda costa, porque no hay fortaleza o muralla que pueda contener el odio del pueblo. Un príncipe debe cumplir con su deber y evitar privar de sus bienes y, especialmente de su honra, a sus súbditos. Debe cultivar un carácter firme, definido y decidido, que le gane el respeto y el aprecio del pueblo. Maquiavelo decía que en el amor es mejor ser amado que ser temido, en política es al revés, es mejor ser temido que amado, sin embargo, Maquiavelo señala que representa mayores ventajas para un príncipe manejar el poder del temor que el temor al poder, en algunas ocasiones la crueldad puede ser empleada para asegurarse el temor y el poder. Maquiavelo asegura que es mejor que el príncipe sea amado y temido a la vez, porque el exceso de bondad es generador de desórdenes, entonces debe buscar un punto medio adecuado en donde la humildad, la moderación y la prudencia regulen su forma de actuar. En política es mejor ser temido que amado, según Maquiavelo, el príncipe puede no ser amado, pero sí temido y nunca odiado o despreciado. Este autor señala que la primera impresión que la gente de forja de un príncipe, está relacionada con la capacidad y fidelidad de los integrantes de su equipo de colaboradores. Si el primer error del príncipe es en la elección de sus colaboradores, será criticado. El carácter y el actuar del príncipe deben guiarse permanentemente por la búsqueda y el uso de la verdad efectiva, la objetividad, así como por el evitar la infamia de vicios, estos son fundamentales para el prestigio o desprestigio del gobernante, para su censura o su halago, para su gloria o desgracia. El Príncipe debe ejercer el poder con sabiduría, basándose en buenas leyes y las mejores armas, porque forman la infraestructura y los cimientos de la organización estatal. La infraestructura legal permite al príncipe gobernar con la razón, la persuasión y la justicia, mientras que las armas le permiten gobernar con el uso de la fuerza legalmente reservada al Estado. También se considera que las tropas son indispensables para la seguridad del Estado y la población. El príncipe a su vez debe investigar, interrogar, escuchar, y reflexionar atenta y pacientemente sobre sus opiniones, procediendo finalmente a resolver los problemas de acuerdo con su exclusivo y mejor albedrío, juicio y conciencia. Jorge Roberto Hernández Ríos Sociedad, tecnología y deontología 1CV11
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