PhD African Studies, ISCTE-IUL. Lisboa, Portugal (currently) MSc African Studies (with Merit Scholarship), ISCTE-IUL. Lisboa, Portugal. Researcher, collector and independent consultant of classical African art (@africanclassicart) Admin of Amazigh Visual Fund and Research Author: El Aroma de los Mangos (2019) (Novel/ Contemporary fiction) Address: Lisboa, Portugal
The African Union (AU) agency and the African sovereignties: Between a rock and a hard place, 2022
On the game board of international relations, Africa has a very modest role: no permanent represe... more On the game board of international relations, Africa has a very modest role: no permanent representative on the UN security council, no member in the multiple intergovernmental economic forums: G-7, G-10 or G-12, and just a single representative, South Africa, in the broader G-20. These elitist “clubs” can only be accessed after reaching the status of military power, for the first, or economic power for the others. Normally, military and economic power go hand in hand, since diplomacy between nations is played in these two fields, as we can see today with the war in Ukraine between Russia and the West.1 In the most exclusive economic forums, the European Union usually attends as a bloc. For example, in the elitist G-7, in addition to France, Germany and Italy, individually, the rest of the countries of the Union are represented through the ‘non-enumerated membership’ of the EU. Africa, for its part, with 54 countries, with almost 1,500 million inhabitants, possessing a quarter of the planet's arable land and a third of the world's mineral reserves (it has more than 60 unique minerals, 90% of the platinoid reserves, 80% of coltan, 60% of cobalt, 70% of tantalum, 46% of diamonds and 40% of world gold reserves)2, like Europe and its European Union, has, a priori, a similar organization: the African Union. This being the case, how is possible that it does not have any representative, neither individually nor as a supranational organization3 in those forums? What kind of agency can Africa have if it doesn't have a seat at the top-level negotiating tables?
Há mais de sessenta anos desde as primeiras transferências de capital ‘ocindentais’ para os paíse... more Há mais de sessenta anos desde as primeiras transferências de capital ‘ocindentais’ para os países africanos que iam, naquela altura, adquirindo, formalmente, suas independências. Esse envio de dinheiro, na forma de empréstimos ou doações, está sempre embrulhado em rótulos de “ajuda ao desenvolvimento” (Aid). Mas, depois de seis décadas, bilhões e bilhões de dólares foram transferidos para os países africanos, e eles continuam na lista dos “países em desenvolvimento” (Moyo, 2008:22) Será que, realmente, o objetivo desta “ajuda” por parte do Ocidente (Europa, Estados Unidos e, mais recentemente, novas potências emergentes como a China) é colaborar no desenvolvimento dos países africanos ou, pelo contrário, será que seu propósito é o de mantê-los em um perpétuo estado de “subdesenvolvimento”* por interesses não diferentes dos da era colonial?
Surpreendentemente, nas eleições de 2016/17, o presidente da Gâmbia, Yahya Jammeh, foi derrotado ... more Surpreendentemente, nas eleições de 2016/17, o presidente da Gâmbia, Yahya Jammeh, foi derrotado nas urnas por uma coalizão liderada por Adama Barrow. Sua reação inicial foi admitir a derrota, mas uma semana depois mudou de ideia e disse que as eleições tinham que ser repetidas. Isso provocou uma enorme reação internacional. A CEDEAO, um órgão regional transformado no ‘guardião’ da democracia na África Ocidental, liderada pela Nigéria e pelo Senegal, interveio e pressionou Jammeh para aceitar a derrota e ceder o poder pacificamente. A intervenção da CEDEAO foi um sucesso e isso gerou um aumento no reconhecimento da organização, sendo a resolução do conflito aplaudida como uma demonstração da agência africana nos assuntos domésticos. De qualquer forma, a intervenção bem sucedida no pequeno país africano foi possível porque, como veremos, ocorreu no “cenário perfeito”, com as condições certas. Nas intervenções anteriores e posteriores, a CEDEAO não teve o mesmo resultado e tem sido alvo de críticas no continente africano. Neste ensaio, tentarei explicar por que a intervenção foi bem-sucedida na Gâmbia e por que isso não aconteceu noutras intervenções. Além disso, tentarei esclarecer as críticas que apontam a organização como um instrumento neocolonial do Ocidente e assim poder determinar se é correto falar de ‘soluções africanas para problemas africanos’. Para isso, analisarei a literatura acadêmica escrita sobre a referida intervenção, bem como outras informações e dados de organizações oficiais sobre a CEDEAO.
Sorprendentemente, en las elecciones de 2016/17, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, fue derro... more Sorprendentemente, en las elecciones de 2016/17, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, fue derrotado en las urnas por Adama Barrow. Su reacción inicial fue admitir la derrota, pero una semana después cambió de opinión y dijo que las elecciones tenían que repetirse. Esto provocó una gran reacción internacional. La CEDEAO, organismo regional convertido en ‘guardián’ de la democracia en el Oeste de África, liderado por Nigeria y Senegal, intervino y ejerció presión para que Jammeh aceptase la derrota y cediese el poder pacíficamente. La intervención de la CEDEAO fue un éxito y esto generó un incremento del reconocimiento de la organización, siendo la resolución del conflicto aplaudida como una demostración de la agencia africana en asuntos domésticos. De todos modos, la intervención exitosa en el pequeño país africano fue posible porque, como veremos, se dio el ‘escenario perfecto’ con las condiciones propicias. En anteriores y posteriores intervenciones, la CEDEAO, no ha tenido el mismo resultado y ha sido objeto de críticas dentro del continente africano. En este ensayo, intentaré explicar el por qué del éxito de la intervención en Gambia y por qué ese éxito no se dio en otras intervenciones. Además, intentaré arrojar luz sobre las críticas que señalan a la organización como un instrumento neocolonial de occidente y poder así determinar si es correcto hablar de ‘soluciones africanas para problemas africanos’. Para ello, analizaré la literatura académica escrita sobre dicha intervención, así como otras informaciones y datos de organismos oficiales sobre la CEDEAO.
Existe una idea generalizada y bien arraigada de que el desierto del Sáhara es una barrera natura... more Existe una idea generalizada y bien arraigada de que el desierto del Sáhara es una barrera natural que divide, y ha dividido siempre, el continente africano en dos partes totalmente diferenciadas, llevadas tan al extremo en esa separación que son referenciadas como ‘África blanca’ y ‘África negra’. Los adjetivos, evidentemente, se basan en ideas raciales, una población blanca al norte y una población negra al sur. Esta conceptualización no puede ser más errónea, en primer lugar, porque el Sahara, con más de 9’4 millones de km2, el tamaño aproximado de toda Europa, es reducido a una línea divisoria o un muro inexpugnable. Segundo, porque esa división cromático-racial simplista es irreal, descontextualizada, y responde a intereses políticos, religiosos y sociales, siendo heredera de nociones y procesos históricos concretos. La idea de “las dos áfricas” es antigua, surge ya en la Época Clásica, continúa con Roma y se acentúa con la llegada de los árabes, con la islamización como factor clave, y se consolida con los europeos. El aspecto racial está presente desde los tiempos preislámicos, aunque es con los árabes y con las ideas religiosas, como ‘la maldición de Cam’, que se refuerza la visión negativa de las personas identificadas como ‘negras’. Los europeos traerán sus ideas ‘pseudo-científicas’ sobre las razas y la supuesta superioridad de los blancos. Evidentemente, la Trata Transatlántica y, después, el Colonialismo, serán determinantes para el arraigo de estas ideas. Numerosos mitos, mentiras e interpretaciones maliciosas de las fuentes históricas se han difundido, colaborando a que, aún a día de hoy, existan toda clase de prejuicios, estereotipos, e ideas equivocadas acerca de África, de los africanos y, más concretamente, de las personas ‘negras’. En este ensayo, utilizaré la información recogida en textos y libros (referenciados al final) de diversos académicos expertos en Estudios Africanos, concretamente Saharianos o del Norte de África, para rebatir algunas de esas ideas preconcebidas. Lo primero, será intentar desmontar la idea de que el comercio transahariano comienza con los árabes a partir de su llegada a África, y de que, antes de ellos, el Sahara era una barrera impenetrable que dividía efectivamente el continente en dos mitades totalmente aisladas. Para ello, después de una visión más general, me centraré en la ‘controvertida’ figura de los Garamantes. Lo siguiente, será el analizar, desde una perspectiva crítica, si es correcto o no afirmar que los Garamantes eran esclavistas, lo que me servirá para exponer ejemplos de interpretaciones sesgadas, centrándome, sobre todo en un texto de Fentress (2011). Aquí veremos como la ‘raza’ juega un papel muy importante, y me servirá para introducir la última parte, en la que intentaré, de forma sucinta, analizar la terminología ‘racial’ utilizada en la mayoría de los estudios saharianos y norteafricanos, centrado, particularmente, en términos cómo ‘negroide’ o ‘bereber’, y cómo ésta influye en la percepción del concepto de ‘África blanca’.
The Millennium Development Goals settled in 2000 were defined as “a response of the
internationa... more The Millennium Development Goals settled in 2000 were defined as “a response of the international community to increasing disparities in the living standards observed in the global economy (…)” (Katarzyna, 2015:1). However, 15 years later they were seen as not enough as “they do not embrace the complexity of development and reduce it to poverty eradication” (Saith, 2006). Then, the goals were reformulated and the Sustainable Development Goals were born. The SDGs inherit the unfinished agenda of the MDGs with additional challenges of inclusiveness, equity, and urbanization and further strengthening global partnership by including CSOs (Civil Society Organizations) and the Private Sector (Kumar, et al., 2016: 2) In this paper I’m going to analyze if including the Private Sector in the formula is a natural step of improvement in the Development Agenda or is it the definitive confirmation that the real agenda, under the alibi of development, is the prolongation of the exploitation of Africa, and Africans, under a Neo-colonial regime?
#afrolisboa #lisboaafricana #racismo #lisboaracismo #racismoportugal #presenciaafricanaportugal #afrodescendientes, Jan 11, 2023
En 2018 la pegadiza canción Nova Lisboa de Dino D’Santiago resonaba por todos los rincones de la ... more En 2018 la pegadiza canción Nova Lisboa de Dino D’Santiago resonaba por todos los rincones de la capital portuguesa, reforzando esa nueva imagen de ciudad abierta y cosmopolita en que Lisboa, supuestamente, se ha convertido en la segunda década de este siglo tras entregarse al salvaje turismo de masas y a la captación de inversión extranjera con políticas de dudosa ética, como los Vistos Gold1. Pero la alegoría contenida en las letras del louletano de ascendencia caboverdiana va en otro sentido. Se refiere a la presencia africana en la ciudad, muy visible, muy evidente, muy influyente a nivel cultural, pero, desde luego, nada nueva. ¿Se referirá entonces a una Nueva Lisboa tan multicultural como igualitaria? ¿Habrá alcanzado Lisboa en particular, y Portugal en general, esa utópica armonía racial en la que precisamente lo racial, la raza, pierde su significado primigenio, es decir, el de categoría discursiva en torno de la cual se organiza un sistema de poder socio-económico, de explotación y exclusión (o sea, el racismo)2, y del cual los “racializados”, en este caso, los afrodescendientes, son las víctimas?
Em 2018 a cativante canção Nova Lisboa de Dino D'Santiago ressoava em todos os cantos da capital ... more Em 2018 a cativante canção Nova Lisboa de Dino D'Santiago ressoava em todos os cantos da capital portuguesa, reforçando essa nova imagem de cidade aberta e cosmopolita em que Lisboa, supostamente, se tornou na segunda década deste século depois de se render ao selvagem turismo de massa e a atração de investimentos estrangeiros com políticas de ética duvidosa, como os Vistos Gold1. Mas a alegoria contida na letra do Louletano de ascendência cabo-verdiana vai em outra direção. Refere-se à presença africana na cidade, muito visível, muito evidente, muito influente a nível cultural, mas, naturalmente, de nova não tem nada. Está então a referir-se a uma Nova Lisboa que é tão multicultural como igualitária? Terá alcançado Lisboa em particular, e Portugal em geral, aquela harmonia racial utópica em que justamente o racial, a raça, perde o seu significado original, isto é, o de “categoria discursiva em torno da qual se organiza um sistema de poder socio-econômico, de exploração e exclusão (o racismo)”2, e do qual os racializados, neste caso, os afrodescendentes, são as vítimas?
En la primera mitad de la década pasada, se dieron en África una serie de importantes movimientos... more En la primera mitad de la década pasada, se dieron en África una serie de importantes movimientos sociales: la mal denominada ‘primavera árabe’1, Lucha y Filimbi de la R.D. del Congo, Y’en a marre en Senegal o la Balai Citoyen burkinabé. Las revoluciones del norte han tenido gran resonancia mediática internacional, no así las de más al sur. Sin embargo, tanto por la manera en que se llevaron a cabo, como por el éxito cosechado, las movilizaciones senegalesa y burkinabé, han sentado unos precedentes importantes. En este texto me centraré en el movimiento Balai Citoyen, o ‘escoba ciudadana’, de Burkina Faso que, en poco más de un año, desde su fundación en julio de 2013 hasta octubre de 2014, alcanzaron su objetivo: acabar con el régimen de veintisiete años de Blaise Compaoré. Esta hazaña venía precedida de un largo historial de movimientos sociales, principalmente sindicales. Además, como movimiento social, en su forma y metodología, daba continuación al previo éxito de Y’en a marre en Senegal, que también habían puesto fin al régimen corrupto de Abdoulaye Wade. La medida del éxito de estos movimientos del oeste de África debe ser analizada en base a su encuadramiento (‘framing’). Los objetivos marcados fueron alcanzados, entonces el éxito es innegable y sienta un precedente de movilización social frente a regímenes autoritarios. Ahora bien, atendiendo a las consecuencias que estas ‘victorias’ tuvieron en los años posteriores a nivel social, podemos decir que el éxito alcanzado no supuso el deseado cambio en las condiciones de vida de la población, por tanto, en realidad, dan la impresión de haber sido ‘revoluciones estériles’, lo cual lleva a preguntarse: ¿Qué es lo que ha fallado? o ¿dónde está el problema?
Han pasado más de 60 años desde las primeras transferencias de capital hacia los países africanos... more Han pasado más de 60 años desde las primeras transferencias de capital hacia los países africanos que iban, formalmente, adquiriendo sus independencias. Ese envío de dinero, en forma de préstamos o donaciones, siempre va envuelto en etiquetas de “ayuda al desarrollo” (Aid). Pero después de seis décadas, billones y billones de dólares han sido transferidos a los países africanos, y estos continúan en la lista de los “países en desarrollo”. ¿Será que, realmente, el objetivo de esa “ayuda” por parte de Occidente (Europa, EEUU y, más recientemente, nuevas potencias emergentes) es colaborar en el desarrollo de los países africanos o, por el contrario, su propósito no es otro que mantenerlos en un perpetuo estado de “subdesarrollo” * por unos intereses no diferentes a los de la época colonial?
The African Union (AU) agency and the African sovereignties: Between a rock and a hard place, 2022
On the game board of international relations, Africa has a very modest role: no permanent represe... more On the game board of international relations, Africa has a very modest role: no permanent representative on the UN security council, no member in the multiple intergovernmental economic forums: G-7, G-10 or G-12, and just a single representative, South Africa, in the broader G-20. These elitist “clubs” can only be accessed after reaching the status of military power, for the first, or economic power for the others. Normally, military and economic power go hand in hand, since diplomacy between nations is played in these two fields, as we can see today with the war in Ukraine between Russia and the West.1 In the most exclusive economic forums, the European Union usually attends as a bloc. For example, in the elitist G-7, in addition to France, Germany and Italy, individually, the rest of the countries of the Union are represented through the ‘non-enumerated membership’ of the EU. Africa, for its part, with 54 countries, with almost 1,500 million inhabitants, possessing a quarter of the planet's arable land and a third of the world's mineral reserves (it has more than 60 unique minerals, 90% of the platinoid reserves, 80% of coltan, 60% of cobalt, 70% of tantalum, 46% of diamonds and 40% of world gold reserves)2, like Europe and its European Union, has, a priori, a similar organization: the African Union. This being the case, how is possible that it does not have any representative, neither individually nor as a supranational organization3 in those forums? What kind of agency can Africa have if it doesn't have a seat at the top-level negotiating tables?
Há mais de sessenta anos desde as primeiras transferências de capital ‘ocindentais’ para os paíse... more Há mais de sessenta anos desde as primeiras transferências de capital ‘ocindentais’ para os países africanos que iam, naquela altura, adquirindo, formalmente, suas independências. Esse envio de dinheiro, na forma de empréstimos ou doações, está sempre embrulhado em rótulos de “ajuda ao desenvolvimento” (Aid). Mas, depois de seis décadas, bilhões e bilhões de dólares foram transferidos para os países africanos, e eles continuam na lista dos “países em desenvolvimento” (Moyo, 2008:22) Será que, realmente, o objetivo desta “ajuda” por parte do Ocidente (Europa, Estados Unidos e, mais recentemente, novas potências emergentes como a China) é colaborar no desenvolvimento dos países africanos ou, pelo contrário, será que seu propósito é o de mantê-los em um perpétuo estado de “subdesenvolvimento”* por interesses não diferentes dos da era colonial?
Surpreendentemente, nas eleições de 2016/17, o presidente da Gâmbia, Yahya Jammeh, foi derrotado ... more Surpreendentemente, nas eleições de 2016/17, o presidente da Gâmbia, Yahya Jammeh, foi derrotado nas urnas por uma coalizão liderada por Adama Barrow. Sua reação inicial foi admitir a derrota, mas uma semana depois mudou de ideia e disse que as eleições tinham que ser repetidas. Isso provocou uma enorme reação internacional. A CEDEAO, um órgão regional transformado no ‘guardião’ da democracia na África Ocidental, liderada pela Nigéria e pelo Senegal, interveio e pressionou Jammeh para aceitar a derrota e ceder o poder pacificamente. A intervenção da CEDEAO foi um sucesso e isso gerou um aumento no reconhecimento da organização, sendo a resolução do conflito aplaudida como uma demonstração da agência africana nos assuntos domésticos. De qualquer forma, a intervenção bem sucedida no pequeno país africano foi possível porque, como veremos, ocorreu no “cenário perfeito”, com as condições certas. Nas intervenções anteriores e posteriores, a CEDEAO não teve o mesmo resultado e tem sido alvo de críticas no continente africano. Neste ensaio, tentarei explicar por que a intervenção foi bem-sucedida na Gâmbia e por que isso não aconteceu noutras intervenções. Além disso, tentarei esclarecer as críticas que apontam a organização como um instrumento neocolonial do Ocidente e assim poder determinar se é correto falar de ‘soluções africanas para problemas africanos’. Para isso, analisarei a literatura acadêmica escrita sobre a referida intervenção, bem como outras informações e dados de organizações oficiais sobre a CEDEAO.
Sorprendentemente, en las elecciones de 2016/17, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, fue derro... more Sorprendentemente, en las elecciones de 2016/17, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, fue derrotado en las urnas por Adama Barrow. Su reacción inicial fue admitir la derrota, pero una semana después cambió de opinión y dijo que las elecciones tenían que repetirse. Esto provocó una gran reacción internacional. La CEDEAO, organismo regional convertido en ‘guardián’ de la democracia en el Oeste de África, liderado por Nigeria y Senegal, intervino y ejerció presión para que Jammeh aceptase la derrota y cediese el poder pacíficamente. La intervención de la CEDEAO fue un éxito y esto generó un incremento del reconocimiento de la organización, siendo la resolución del conflicto aplaudida como una demostración de la agencia africana en asuntos domésticos. De todos modos, la intervención exitosa en el pequeño país africano fue posible porque, como veremos, se dio el ‘escenario perfecto’ con las condiciones propicias. En anteriores y posteriores intervenciones, la CEDEAO, no ha tenido el mismo resultado y ha sido objeto de críticas dentro del continente africano. En este ensayo, intentaré explicar el por qué del éxito de la intervención en Gambia y por qué ese éxito no se dio en otras intervenciones. Además, intentaré arrojar luz sobre las críticas que señalan a la organización como un instrumento neocolonial de occidente y poder así determinar si es correcto hablar de ‘soluciones africanas para problemas africanos’. Para ello, analizaré la literatura académica escrita sobre dicha intervención, así como otras informaciones y datos de organismos oficiales sobre la CEDEAO.
Existe una idea generalizada y bien arraigada de que el desierto del Sáhara es una barrera natura... more Existe una idea generalizada y bien arraigada de que el desierto del Sáhara es una barrera natural que divide, y ha dividido siempre, el continente africano en dos partes totalmente diferenciadas, llevadas tan al extremo en esa separación que son referenciadas como ‘África blanca’ y ‘África negra’. Los adjetivos, evidentemente, se basan en ideas raciales, una población blanca al norte y una población negra al sur. Esta conceptualización no puede ser más errónea, en primer lugar, porque el Sahara, con más de 9’4 millones de km2, el tamaño aproximado de toda Europa, es reducido a una línea divisoria o un muro inexpugnable. Segundo, porque esa división cromático-racial simplista es irreal, descontextualizada, y responde a intereses políticos, religiosos y sociales, siendo heredera de nociones y procesos históricos concretos. La idea de “las dos áfricas” es antigua, surge ya en la Época Clásica, continúa con Roma y se acentúa con la llegada de los árabes, con la islamización como factor clave, y se consolida con los europeos. El aspecto racial está presente desde los tiempos preislámicos, aunque es con los árabes y con las ideas religiosas, como ‘la maldición de Cam’, que se refuerza la visión negativa de las personas identificadas como ‘negras’. Los europeos traerán sus ideas ‘pseudo-científicas’ sobre las razas y la supuesta superioridad de los blancos. Evidentemente, la Trata Transatlántica y, después, el Colonialismo, serán determinantes para el arraigo de estas ideas. Numerosos mitos, mentiras e interpretaciones maliciosas de las fuentes históricas se han difundido, colaborando a que, aún a día de hoy, existan toda clase de prejuicios, estereotipos, e ideas equivocadas acerca de África, de los africanos y, más concretamente, de las personas ‘negras’. En este ensayo, utilizaré la información recogida en textos y libros (referenciados al final) de diversos académicos expertos en Estudios Africanos, concretamente Saharianos o del Norte de África, para rebatir algunas de esas ideas preconcebidas. Lo primero, será intentar desmontar la idea de que el comercio transahariano comienza con los árabes a partir de su llegada a África, y de que, antes de ellos, el Sahara era una barrera impenetrable que dividía efectivamente el continente en dos mitades totalmente aisladas. Para ello, después de una visión más general, me centraré en la ‘controvertida’ figura de los Garamantes. Lo siguiente, será el analizar, desde una perspectiva crítica, si es correcto o no afirmar que los Garamantes eran esclavistas, lo que me servirá para exponer ejemplos de interpretaciones sesgadas, centrándome, sobre todo en un texto de Fentress (2011). Aquí veremos como la ‘raza’ juega un papel muy importante, y me servirá para introducir la última parte, en la que intentaré, de forma sucinta, analizar la terminología ‘racial’ utilizada en la mayoría de los estudios saharianos y norteafricanos, centrado, particularmente, en términos cómo ‘negroide’ o ‘bereber’, y cómo ésta influye en la percepción del concepto de ‘África blanca’.
The Millennium Development Goals settled in 2000 were defined as “a response of the
internationa... more The Millennium Development Goals settled in 2000 were defined as “a response of the international community to increasing disparities in the living standards observed in the global economy (…)” (Katarzyna, 2015:1). However, 15 years later they were seen as not enough as “they do not embrace the complexity of development and reduce it to poverty eradication” (Saith, 2006). Then, the goals were reformulated and the Sustainable Development Goals were born. The SDGs inherit the unfinished agenda of the MDGs with additional challenges of inclusiveness, equity, and urbanization and further strengthening global partnership by including CSOs (Civil Society Organizations) and the Private Sector (Kumar, et al., 2016: 2) In this paper I’m going to analyze if including the Private Sector in the formula is a natural step of improvement in the Development Agenda or is it the definitive confirmation that the real agenda, under the alibi of development, is the prolongation of the exploitation of Africa, and Africans, under a Neo-colonial regime?
#afrolisboa #lisboaafricana #racismo #lisboaracismo #racismoportugal #presenciaafricanaportugal #afrodescendientes, Jan 11, 2023
En 2018 la pegadiza canción Nova Lisboa de Dino D’Santiago resonaba por todos los rincones de la ... more En 2018 la pegadiza canción Nova Lisboa de Dino D’Santiago resonaba por todos los rincones de la capital portuguesa, reforzando esa nueva imagen de ciudad abierta y cosmopolita en que Lisboa, supuestamente, se ha convertido en la segunda década de este siglo tras entregarse al salvaje turismo de masas y a la captación de inversión extranjera con políticas de dudosa ética, como los Vistos Gold1. Pero la alegoría contenida en las letras del louletano de ascendencia caboverdiana va en otro sentido. Se refiere a la presencia africana en la ciudad, muy visible, muy evidente, muy influyente a nivel cultural, pero, desde luego, nada nueva. ¿Se referirá entonces a una Nueva Lisboa tan multicultural como igualitaria? ¿Habrá alcanzado Lisboa en particular, y Portugal en general, esa utópica armonía racial en la que precisamente lo racial, la raza, pierde su significado primigenio, es decir, el de categoría discursiva en torno de la cual se organiza un sistema de poder socio-económico, de explotación y exclusión (o sea, el racismo)2, y del cual los “racializados”, en este caso, los afrodescendientes, son las víctimas?
Em 2018 a cativante canção Nova Lisboa de Dino D'Santiago ressoava em todos os cantos da capital ... more Em 2018 a cativante canção Nova Lisboa de Dino D'Santiago ressoava em todos os cantos da capital portuguesa, reforçando essa nova imagem de cidade aberta e cosmopolita em que Lisboa, supostamente, se tornou na segunda década deste século depois de se render ao selvagem turismo de massa e a atração de investimentos estrangeiros com políticas de ética duvidosa, como os Vistos Gold1. Mas a alegoria contida na letra do Louletano de ascendência cabo-verdiana vai em outra direção. Refere-se à presença africana na cidade, muito visível, muito evidente, muito influente a nível cultural, mas, naturalmente, de nova não tem nada. Está então a referir-se a uma Nova Lisboa que é tão multicultural como igualitária? Terá alcançado Lisboa em particular, e Portugal em geral, aquela harmonia racial utópica em que justamente o racial, a raça, perde o seu significado original, isto é, o de “categoria discursiva em torno da qual se organiza um sistema de poder socio-econômico, de exploração e exclusão (o racismo)”2, e do qual os racializados, neste caso, os afrodescendentes, são as vítimas?
En la primera mitad de la década pasada, se dieron en África una serie de importantes movimientos... more En la primera mitad de la década pasada, se dieron en África una serie de importantes movimientos sociales: la mal denominada ‘primavera árabe’1, Lucha y Filimbi de la R.D. del Congo, Y’en a marre en Senegal o la Balai Citoyen burkinabé. Las revoluciones del norte han tenido gran resonancia mediática internacional, no así las de más al sur. Sin embargo, tanto por la manera en que se llevaron a cabo, como por el éxito cosechado, las movilizaciones senegalesa y burkinabé, han sentado unos precedentes importantes. En este texto me centraré en el movimiento Balai Citoyen, o ‘escoba ciudadana’, de Burkina Faso que, en poco más de un año, desde su fundación en julio de 2013 hasta octubre de 2014, alcanzaron su objetivo: acabar con el régimen de veintisiete años de Blaise Compaoré. Esta hazaña venía precedida de un largo historial de movimientos sociales, principalmente sindicales. Además, como movimiento social, en su forma y metodología, daba continuación al previo éxito de Y’en a marre en Senegal, que también habían puesto fin al régimen corrupto de Abdoulaye Wade. La medida del éxito de estos movimientos del oeste de África debe ser analizada en base a su encuadramiento (‘framing’). Los objetivos marcados fueron alcanzados, entonces el éxito es innegable y sienta un precedente de movilización social frente a regímenes autoritarios. Ahora bien, atendiendo a las consecuencias que estas ‘victorias’ tuvieron en los años posteriores a nivel social, podemos decir que el éxito alcanzado no supuso el deseado cambio en las condiciones de vida de la población, por tanto, en realidad, dan la impresión de haber sido ‘revoluciones estériles’, lo cual lleva a preguntarse: ¿Qué es lo que ha fallado? o ¿dónde está el problema?
Han pasado más de 60 años desde las primeras transferencias de capital hacia los países africanos... more Han pasado más de 60 años desde las primeras transferencias de capital hacia los países africanos que iban, formalmente, adquiriendo sus independencias. Ese envío de dinero, en forma de préstamos o donaciones, siempre va envuelto en etiquetas de “ayuda al desarrollo” (Aid). Pero después de seis décadas, billones y billones de dólares han sido transferidos a los países africanos, y estos continúan en la lista de los “países en desarrollo”. ¿Será que, realmente, el objetivo de esa “ayuda” por parte de Occidente (Europa, EEUU y, más recientemente, nuevas potencias emergentes) es colaborar en el desarrollo de los países africanos o, por el contrario, su propósito no es otro que mantenerlos en un perpetuo estado de “subdesarrollo” * por unos intereses no diferentes a los de la época colonial?
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In the most exclusive economic forums, the European Union usually attends as a bloc. For example, in the elitist G-7, in addition to France, Germany and Italy, individually, the rest of the countries of the Union are represented through the ‘non-enumerated membership’ of the EU.
Africa, for its part, with 54 countries, with almost 1,500 million inhabitants, possessing a quarter of the planet's arable land and a third of the world's mineral reserves (it has more than 60 unique minerals, 90% of the platinoid reserves, 80% of coltan, 60% of cobalt, 70% of tantalum, 46% of diamonds and 40% of world gold reserves)2, like Europe and its European Union, has, a priori, a similar organization: the African Union. This being the case, how is possible that it does not have any representative, neither individually nor as a supranational organization3 in those forums? What kind of agency can Africa have if it doesn't have a seat at the top-level negotiating tables?
Será que, realmente, o objetivo desta “ajuda” por parte do Ocidente (Europa, Estados Unidos e, mais recentemente, novas potências emergentes como a China) é colaborar no desenvolvimento dos países africanos ou, pelo contrário, será que seu propósito é o de mantê-los em um perpétuo estado de “subdesenvolvimento”* por interesses não diferentes dos da era colonial?
De qualquer forma, a intervenção bem sucedida no pequeno país africano foi possível porque, como veremos, ocorreu no “cenário perfeito”, com as condições certas. Nas intervenções anteriores e posteriores, a CEDEAO não teve o mesmo resultado e tem sido alvo de críticas no continente africano. Neste ensaio, tentarei explicar por que a intervenção foi bem-sucedida na Gâmbia e por que isso não aconteceu noutras intervenções. Além disso, tentarei esclarecer as críticas que apontam a organização como um instrumento neocolonial do Ocidente e assim poder determinar se é correto falar de ‘soluções africanas para problemas africanos’. Para isso, analisarei a literatura acadêmica escrita sobre a referida intervenção, bem como outras informações e dados de organizações oficiais sobre a CEDEAO.
De todos modos, la intervención exitosa en el pequeño país africano fue posible porque, como veremos, se dio el ‘escenario perfecto’ con las condiciones propicias. En anteriores y posteriores intervenciones, la CEDEAO, no ha tenido el mismo resultado y ha sido objeto de críticas dentro del continente africano. En este ensayo, intentaré explicar el por qué del éxito de la intervención en Gambia y por qué ese éxito no se dio en otras intervenciones. Además, intentaré arrojar luz sobre las críticas que señalan a la organización como un instrumento neocolonial de occidente y poder así determinar si es correcto hablar de ‘soluciones africanas para problemas africanos’. Para ello, analizaré la literatura académica escrita sobre dicha intervención, así como otras informaciones y datos de organismos oficiales sobre la CEDEAO.
La idea de “las dos áfricas” es antigua, surge ya en la Época Clásica, continúa con Roma y se acentúa con la llegada de los árabes, con la islamización como factor clave, y se consolida con los europeos. El aspecto racial está presente desde los tiempos preislámicos, aunque es con los árabes y con las ideas religiosas, como ‘la maldición de Cam’, que se refuerza la visión negativa de las personas identificadas como ‘negras’. Los europeos traerán sus ideas ‘pseudo-científicas’ sobre las razas y la supuesta superioridad de los blancos. Evidentemente, la Trata Transatlántica y, después, el Colonialismo, serán determinantes para el arraigo de estas ideas. Numerosos mitos, mentiras e interpretaciones maliciosas de las fuentes históricas se han difundido, colaborando a que, aún a día de hoy, existan toda clase de prejuicios, estereotipos, e ideas equivocadas acerca de África, de los africanos y, más concretamente, de las personas ‘negras’.
En este ensayo, utilizaré la información recogida en textos y libros (referenciados al final) de diversos académicos expertos en Estudios Africanos, concretamente Saharianos o del Norte de África, para rebatir algunas de esas ideas preconcebidas. Lo primero, será intentar desmontar la idea de que el comercio transahariano comienza con los árabes a partir de su llegada a África, y de que, antes de ellos, el Sahara era una barrera impenetrable que dividía efectivamente el continente en dos mitades totalmente aisladas. Para ello, después de una visión más general, me centraré en la ‘controvertida’ figura de los Garamantes. Lo siguiente, será el analizar, desde una perspectiva crítica, si es correcto o no afirmar que los Garamantes eran esclavistas, lo que me servirá para exponer ejemplos de interpretaciones sesgadas, centrándome, sobre todo en un texto de Fentress (2011). Aquí veremos como la ‘raza’ juega un papel muy importante, y me servirá para introducir la última parte, en la que intentaré, de forma sucinta, analizar la terminología ‘racial’ utilizada en la mayoría de los estudios saharianos y norteafricanos, centrado, particularmente, en términos cómo ‘negroide’ o ‘bereber’, y cómo ésta influye en la percepción del concepto de ‘África blanca’.
international community to increasing disparities in the living standards observed in the
global economy (…)” (Katarzyna, 2015:1). However, 15 years later they were seen as not
enough as “they do not embrace the complexity of development and reduce it to poverty
eradication” (Saith, 2006). Then, the goals were reformulated and the Sustainable
Development Goals were born. The SDGs inherit the unfinished agenda of the MDGs
with additional challenges of inclusiveness, equity, and urbanization and further
strengthening global partnership by including CSOs (Civil Society Organizations) and
the Private Sector (Kumar, et al., 2016: 2)
In this paper I’m going to analyze if including the Private Sector in the formula is a natural
step of improvement in the Development Agenda or is it the definitive confirmation that
the real agenda, under the alibi of development, is the prolongation of the exploitation of
Africa, and Africans, under a Neo-colonial regime?
¿Se referirá entonces a una Nueva Lisboa tan multicultural como igualitaria? ¿Habrá alcanzado Lisboa en particular, y Portugal en general, esa utópica armonía racial en la que precisamente lo racial, la raza, pierde su significado primigenio, es decir, el de categoría discursiva en torno de la cual se organiza un sistema de poder socio-económico, de explotación y exclusión (o sea, el racismo)2, y del cual los “racializados”, en este caso, los afrodescendientes, son las víctimas?
Está então a referir-se a uma Nova Lisboa que é tão multicultural como igualitária? Terá alcançado Lisboa em particular, e Portugal em geral, aquela harmonia racial utópica em que justamente o racial, a raça, perde o seu significado original, isto é, o de “categoria discursiva em torno da qual se organiza um sistema de poder socio-econômico, de exploração e exclusão (o racismo)”2, e do qual os racializados, neste caso, os afrodescendentes, são as vítimas?
En este texto me centraré en el movimiento Balai Citoyen, o ‘escoba ciudadana’, de Burkina Faso que, en poco más de un año, desde su fundación en julio de 2013 hasta octubre de 2014, alcanzaron su objetivo: acabar con el régimen de veintisiete años de Blaise Compaoré. Esta hazaña venía precedida de un largo historial de movimientos sociales, principalmente sindicales. Además, como movimiento social, en su forma y metodología, daba continuación al previo éxito de Y’en a marre en Senegal, que también habían puesto fin al régimen corrupto de Abdoulaye Wade.
La medida del éxito de estos movimientos del oeste de África debe ser analizada en base a su encuadramiento (‘framing’). Los objetivos marcados fueron alcanzados, entonces el éxito es innegable y sienta un precedente de movilización social frente a regímenes autoritarios. Ahora bien, atendiendo a las consecuencias que estas ‘victorias’ tuvieron en los años posteriores a nivel social, podemos decir que el éxito alcanzado no supuso el deseado cambio en las condiciones de vida de la población, por tanto, en realidad, dan la impresión de haber sido ‘revoluciones estériles’, lo cual lleva a preguntarse: ¿Qué es lo que ha fallado? o ¿dónde está el problema?
In the most exclusive economic forums, the European Union usually attends as a bloc. For example, in the elitist G-7, in addition to France, Germany and Italy, individually, the rest of the countries of the Union are represented through the ‘non-enumerated membership’ of the EU.
Africa, for its part, with 54 countries, with almost 1,500 million inhabitants, possessing a quarter of the planet's arable land and a third of the world's mineral reserves (it has more than 60 unique minerals, 90% of the platinoid reserves, 80% of coltan, 60% of cobalt, 70% of tantalum, 46% of diamonds and 40% of world gold reserves)2, like Europe and its European Union, has, a priori, a similar organization: the African Union. This being the case, how is possible that it does not have any representative, neither individually nor as a supranational organization3 in those forums? What kind of agency can Africa have if it doesn't have a seat at the top-level negotiating tables?
Será que, realmente, o objetivo desta “ajuda” por parte do Ocidente (Europa, Estados Unidos e, mais recentemente, novas potências emergentes como a China) é colaborar no desenvolvimento dos países africanos ou, pelo contrário, será que seu propósito é o de mantê-los em um perpétuo estado de “subdesenvolvimento”* por interesses não diferentes dos da era colonial?
De qualquer forma, a intervenção bem sucedida no pequeno país africano foi possível porque, como veremos, ocorreu no “cenário perfeito”, com as condições certas. Nas intervenções anteriores e posteriores, a CEDEAO não teve o mesmo resultado e tem sido alvo de críticas no continente africano. Neste ensaio, tentarei explicar por que a intervenção foi bem-sucedida na Gâmbia e por que isso não aconteceu noutras intervenções. Além disso, tentarei esclarecer as críticas que apontam a organização como um instrumento neocolonial do Ocidente e assim poder determinar se é correto falar de ‘soluções africanas para problemas africanos’. Para isso, analisarei a literatura acadêmica escrita sobre a referida intervenção, bem como outras informações e dados de organizações oficiais sobre a CEDEAO.
De todos modos, la intervención exitosa en el pequeño país africano fue posible porque, como veremos, se dio el ‘escenario perfecto’ con las condiciones propicias. En anteriores y posteriores intervenciones, la CEDEAO, no ha tenido el mismo resultado y ha sido objeto de críticas dentro del continente africano. En este ensayo, intentaré explicar el por qué del éxito de la intervención en Gambia y por qué ese éxito no se dio en otras intervenciones. Además, intentaré arrojar luz sobre las críticas que señalan a la organización como un instrumento neocolonial de occidente y poder así determinar si es correcto hablar de ‘soluciones africanas para problemas africanos’. Para ello, analizaré la literatura académica escrita sobre dicha intervención, así como otras informaciones y datos de organismos oficiales sobre la CEDEAO.
La idea de “las dos áfricas” es antigua, surge ya en la Época Clásica, continúa con Roma y se acentúa con la llegada de los árabes, con la islamización como factor clave, y se consolida con los europeos. El aspecto racial está presente desde los tiempos preislámicos, aunque es con los árabes y con las ideas religiosas, como ‘la maldición de Cam’, que se refuerza la visión negativa de las personas identificadas como ‘negras’. Los europeos traerán sus ideas ‘pseudo-científicas’ sobre las razas y la supuesta superioridad de los blancos. Evidentemente, la Trata Transatlántica y, después, el Colonialismo, serán determinantes para el arraigo de estas ideas. Numerosos mitos, mentiras e interpretaciones maliciosas de las fuentes históricas se han difundido, colaborando a que, aún a día de hoy, existan toda clase de prejuicios, estereotipos, e ideas equivocadas acerca de África, de los africanos y, más concretamente, de las personas ‘negras’.
En este ensayo, utilizaré la información recogida en textos y libros (referenciados al final) de diversos académicos expertos en Estudios Africanos, concretamente Saharianos o del Norte de África, para rebatir algunas de esas ideas preconcebidas. Lo primero, será intentar desmontar la idea de que el comercio transahariano comienza con los árabes a partir de su llegada a África, y de que, antes de ellos, el Sahara era una barrera impenetrable que dividía efectivamente el continente en dos mitades totalmente aisladas. Para ello, después de una visión más general, me centraré en la ‘controvertida’ figura de los Garamantes. Lo siguiente, será el analizar, desde una perspectiva crítica, si es correcto o no afirmar que los Garamantes eran esclavistas, lo que me servirá para exponer ejemplos de interpretaciones sesgadas, centrándome, sobre todo en un texto de Fentress (2011). Aquí veremos como la ‘raza’ juega un papel muy importante, y me servirá para introducir la última parte, en la que intentaré, de forma sucinta, analizar la terminología ‘racial’ utilizada en la mayoría de los estudios saharianos y norteafricanos, centrado, particularmente, en términos cómo ‘negroide’ o ‘bereber’, y cómo ésta influye en la percepción del concepto de ‘África blanca’.
international community to increasing disparities in the living standards observed in the
global economy (…)” (Katarzyna, 2015:1). However, 15 years later they were seen as not
enough as “they do not embrace the complexity of development and reduce it to poverty
eradication” (Saith, 2006). Then, the goals were reformulated and the Sustainable
Development Goals were born. The SDGs inherit the unfinished agenda of the MDGs
with additional challenges of inclusiveness, equity, and urbanization and further
strengthening global partnership by including CSOs (Civil Society Organizations) and
the Private Sector (Kumar, et al., 2016: 2)
In this paper I’m going to analyze if including the Private Sector in the formula is a natural
step of improvement in the Development Agenda or is it the definitive confirmation that
the real agenda, under the alibi of development, is the prolongation of the exploitation of
Africa, and Africans, under a Neo-colonial regime?
¿Se referirá entonces a una Nueva Lisboa tan multicultural como igualitaria? ¿Habrá alcanzado Lisboa en particular, y Portugal en general, esa utópica armonía racial en la que precisamente lo racial, la raza, pierde su significado primigenio, es decir, el de categoría discursiva en torno de la cual se organiza un sistema de poder socio-económico, de explotación y exclusión (o sea, el racismo)2, y del cual los “racializados”, en este caso, los afrodescendientes, son las víctimas?
Está então a referir-se a uma Nova Lisboa que é tão multicultural como igualitária? Terá alcançado Lisboa em particular, e Portugal em geral, aquela harmonia racial utópica em que justamente o racial, a raça, perde o seu significado original, isto é, o de “categoria discursiva em torno da qual se organiza um sistema de poder socio-econômico, de exploração e exclusão (o racismo)”2, e do qual os racializados, neste caso, os afrodescendentes, são as vítimas?
En este texto me centraré en el movimiento Balai Citoyen, o ‘escoba ciudadana’, de Burkina Faso que, en poco más de un año, desde su fundación en julio de 2013 hasta octubre de 2014, alcanzaron su objetivo: acabar con el régimen de veintisiete años de Blaise Compaoré. Esta hazaña venía precedida de un largo historial de movimientos sociales, principalmente sindicales. Además, como movimiento social, en su forma y metodología, daba continuación al previo éxito de Y’en a marre en Senegal, que también habían puesto fin al régimen corrupto de Abdoulaye Wade.
La medida del éxito de estos movimientos del oeste de África debe ser analizada en base a su encuadramiento (‘framing’). Los objetivos marcados fueron alcanzados, entonces el éxito es innegable y sienta un precedente de movilización social frente a regímenes autoritarios. Ahora bien, atendiendo a las consecuencias que estas ‘victorias’ tuvieron en los años posteriores a nivel social, podemos decir que el éxito alcanzado no supuso el deseado cambio en las condiciones de vida de la población, por tanto, en realidad, dan la impresión de haber sido ‘revoluciones estériles’, lo cual lleva a preguntarse: ¿Qué es lo que ha fallado? o ¿dónde está el problema?