Performance Del Canto Coplero La Baguala y La Vidala Como Práctica Cultural Andina
Performance Del Canto Coplero La Baguala y La Vidala Como Práctica Cultural Andina
Performance Del Canto Coplero La Baguala y La Vidala Como Práctica Cultural Andina
Foz do Iguau
2016
INSTITUTO LATINO-AMERICANO DE
ARTE, CULTURA E HISTRIA (ILAACH)
PROGRAMA DE PS-GRADUAO
INTERDISCIPLINAR EM ESTUDOS
LATINO-AMERICANOS (PPG IELA)
Foz do Iguau
2016
BANCA EXAMINADORA
________________________________________
Orientador: Prof Dr Alai Garcia Diniz
UNILA
________________________________________
Prof Dr Diana Arajo Pereira
UNILA
________________________________________
Profa. Dra. Maria del Carmen Tacconi
Universidad Nacional de Tucumn - Argentina
Membro __________________________________________
(Suplente)
Profa. Dra. Mercedes Yasmn Lpez Lenzi
UNILA
Membro_________________________________________
(Suplente)
Profa. Dra. Ximena Diaz Merino
Universidade Federal Rural de Rio de Janeiro
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN
Las performances musicales de un grupo social minoritario que habita poblaciones
localizadas en la regin andina y subandina pesquisada presentan los lazos que unen esos
grupos a un pasado histrico mantenido en su memoria social. Ese repertorio vivo,
representado por efmeros momentos donde predomina la oralidad en la voz entonada o
declamada del sujeto coplero puede definirse como performance y no como un objeto
folclrico. La tradicin es necesaria para manutencin de un repertorio que pasa de
generacin a generacin a travs del ejemplo de cantar coplas - estrofas de cuatro versos
octoslabos de rima consonante, ritmo lento y sentimental en bagualas, vidalas y tonadas y
de versos hexaslabos en canciones con ritmo ms alegre y rpidos, en el cancionero
andino pero jams podr estar presa a una memoria archivista y ser catalogada de msica
folclrica, siendo delimitada a fronteras geogrficas regionalistas. La primera parte de este
trabajo tuvo una base terica a partir de epistemes de la performance, msica, sociologa,
filosofa, etnomusicologa, entre otras. Como segundo momento, fue realizada una pesquisa
de campo cuyos resultados mostraron la hegemnica del pensamiento folclrico en la regin
andina, el poco valor que an se le da a los cantores copleros, dentro de la sociedad que all
habita, quedando relegados a pequeas comunidades mestizas de originarios; a sus
representantes que emigraron para los centros urbanos y por la apropiacin de la industria
cultural que escoge, a partir de festivales y encuentros destinados a sujetos copleros
bagualeros, principalmente aquel (mujer u hombre) que posee una performance
diferenciada, eximia, para ofrecerle grabar un CD y as mostrar su imagen de bagualero
convertido en icono del folclore regionalista con reminiscencia indgena - para el mundo
global. La pesquisa permiti diferenciar tambin los dos tipos principales de performances
realizadas por los sujetos copleros: la particular, cotidiana, dirigida a un selecto pblico
compuesto por familiares, amigos y conocidos, o, para s mismo, sin audiencia y otra
performance pblica, subvencionada y estimulada por la media, entes gubernamentales
que representan la industria cultural, dirigidas o producidas (reperformatizadas) para un
pblico diferente. Estas performances son realizadas en festivales, encuentro internacional
de copleros, programas televisivos, etc.
ABSTRACT
The musical performances of a minority social groups that inhabit the researched area
present the bonds that join those groups to a historic past maintained in their social memory.
That alive repertoire, represented by ephemeral moments, where predominates the intoned
or declaimed voice of the folkloric subject can be defined as performance and not as a
folkloric object. Tradition is necessary to maintain the repertoire handed down from
generation to generation, but it can never being stuck in an archivist memory and be
cataloged as folkloric music, being delimited to regionalist geographic borders. The first part
of this work had a theoretical base from episteme of performance, music, sociology,
philosophy, ethnomusicology, among others. As a second moment, it was conducted a field
research, which results have shown the hegemonic of the folkloric thought in the Andean
region; the little value that is still given to the copla singers on society that exists there, being
relegated to small originated hybrid communities; to their representatives who emigrated to
urban centers and for the ownership of the cultural industry that chooses from festival and
meetings, which are destined to copla and baguala singers and players especially to the
ones (woman or man) who have a differing and outstanding performance, to offer them to
record a CD and, this way, to show their bagualero image becoming an icon of the
folklore with regional Indian reminiscences to a global world. In addition, the research
allowed to differ two main types of performances done by the copla singers and players: a
particular, ordinary, directed to a selected group formed by family members, friends,
acquaintances and for themselves, without audience or any other public performance,
subsidized and encouraged by the media and governmental authorities that represent the
cultural industry, directed or produced (re-performed) to a different public. These
performances are undertaken in festivals, international meetings of popular singers,
television programs, etc.
Keywords: Coplero Singing; Performances. Bagualas. Vidalas;.Folklore.
LISTA DE ILUSTRACIONES
LISTA DE FOTOGRAFIAS
COFFAR
CD
FM
RAE
NOA
Noroeste Argentino
TVU
UNESCO
NAPs
MEC
SUMARIO
PREMBULO ........................................................................................................... 13
CAPTULO 1 ASPECTOS INTRODUCTORIOS .................................................... 19
1.2 EL CANTO COPLERO EN LA REGION ANDINA .............................................. 26
CAPTULO 2 - LA RESISTENCIA DEL CANTO COPLERO: LA BAGUALA ......... 33
2.1 DIACRONA DE LA COSTUMBRE DE CANTAR COPLAS ................................ 34
2.2 TEATRALIDAD Y PERFORMANCE DEL CANTO: COPLAS, VOZ Y CAJA. ...... 38
2. 3 EL CANTO COPLERO: UN MESTIZAJE CULTURAL? ................................... 43
2.4 LA BAGUALA Y SU PERFORMANCE EN LA REGIN ANDINA ...................... 47
2.5 LA PESQUISA Y ALGUNAS DE LAS PERFORMANCES ENCONTRADAS ..... 53
2.6 PERFORMANCES DE LOS SUJETOS COPLEROS .......................................... 54
2.6.1 El Bagualero Severo Bez: Su Performance Cotidiana .............................. 54
2.6.2 El Bagualero Vzquez y su Performance Cotidiana .................................... 65
2.6.3 Una mujer Bagualera: Julia Ortiz. ................................................................. 71
2.6.4 La Performance de Blanquita Valdiviezo, Bagualera de Anta. ............... 74
2.6.5 Bagualeros entre poetas: Rosita Herrera y Juan Jaime ............................. 76
CAPTULO 3 - LOS CALCHAQUES: RELACIN CON EL CANTO COPLERO .... 80
3.1 GEOCULTURA ANDINA: LOS DIAGUITA-CALCHAQUES ............................... 83
3.2 LA LENGUA GUTURAL DE LOS DIAGUITA-CALCHAQUES .......................... 88
3.3 LA MUSICALIDAD DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ANDINOS .................... 90
3.4 RITMO, SONIDO Y TONO EN EL CANTO COPLERO ...................................... 95
3.5 EL CANTO COPLERO ANDINO Y SU ESTRUCTURA ...................................... 98
3.6 EL ALMA DEL CANTO COPLERO: LA CAJA ................................................ 105
CAPTULO 4 CULTURA POPULAR, RESISTENCIA Y FOLCLORE ................ 108
4.1 LO POPULAR-MASIVO EN PERFORMANCES ACTUALES ........................... 110
4.2 EL CANTO COPLERO COMO CULTURA POPULAR ..................................... 117
4.3 LA DIFERENCIA ENTRE BAGUALA Y VIDALA .............................................. 120
4.4 LA BAGUALA ACTUAL APROPIADA POR LA INDUSTRIA CULTURAL? ..... 123
4.5 DISCURSO Y HEGEMONA DEL FOLCLORE ................................................. 129
4.4 PONT Y DE DVALOS Y SUS DISCURSOS ................................................ 132
4.5 PERFORMANCE Y SUBALTERNIDAD DE COPLERAS MESTIZAS ............... 136
4.5.1 Bagualera Lencia en el Festival del Locro, El Carril, Salta, 2015. ............ 136
4.5.2 Un cono vivo de la baguala: Eulogia Tapia, de La Poma ......................... 139
13
PREMBULO
Cuando tena ocho aos, mi padre decidi que yo deba aprender a ejecutar
el clarinete, instrumento que ejecutara mi abuelo paterno, ngel Gutirrez, un
mestizo de calchaqu y espaol peninsular oriundo de la provincia de Catamarca. era
un artista mltiple: pintor, escultor, msico, restaurador de imgenes y estatuas de
santos, precursor de la fotografa en la ciudad de San Fernando del Valle de
Catamarca, a principios del siglo XX, pero sin valor dado por la aristocrtica clase
criolla catamarquea. Mi casa quedaba a solo algunas cuadras del centro de la
ciudad, donde est la plaza principal y, siguiendo la tradicin espaola de
construcciones del siglo XVII, en ese mismo lugar fueron edificados el cabildo, la
iglesia matriz y, posteriormente, en el siglo XIX, la casa de gobierno.
Me acostumbr desde muy joven a devorar libros clsicos (principalmente
toda la coleccin de Vctor Hugo, del cual hered su nombre): Molire, Rousseau,
Erik Mara Remarque, Homero, Emilio Salgari, Jos Hernndez, entre otros autores,
imitando a mi padre que era un asiduo lector de libros y revistas mensuales o
hebdomadarios como Leopln y Selecciones del Readers Digest.
Tambin, desde los ocho aos, comenc a estudiar msica (clarinete) con un
maestro particular de origen italiana: el inolvidable Maestro Miguel A. Grosso. As,
contando la cantidad de aos que performatizo msicas ejecutando algunos
instrumentos de viento como el clarinete, ocarina, flauta y saxofones - puedo afirmar
que soy msico semisecular. Primero estudi con el Maestro grosso y luego rend
libre varias materias de clarinete y oboe en la Escuela Superior de Msica Jos Lo
Giudice, de Salta, un establecimiento educacional a nivel terciario, esto es, sin
formacin superior.
En mi adolescencia, tuve la oportunidad de presentar mis performances en
Festivales de Msica y otros eventos presenciando de cerca otras performances,
especialmente aquellas producidas por mestizos de algunos pueblos originarios
andinos que llegaban a la ciudad grande en busca de su sueo de triunfo, trayendo
consigo su voz, su Caja (instrumento de percusin) y su repertorio de coplas. Pero
en los aos 70 era poco el valor que se les daba y ellos conseguan ganar su
sustento actuando solo en algunas fiestas populares de diferentes localidades donde
vendan su arte por un plato de comida y unos vasos de vino tinto.
14
y, al ao siguiente,
comenc a trabajar como maestro primario en zona rural de los valles calchaques.
Fue difcil el adaptarme al campo despus de haber nacido y vivido en el medio
urbano. La mayora de mis alumnos de esa zona rural era de origen colla
(inmigrantes
mestizos de diaguitas-calchaques.
Eran escuelas rurales de jornada completa y, despus del almuerzo, los
alumnos mayores de 7 grado (especialmente las nias) se reunan debajo de uno
de los pocos rboles frondosos que haba en el patio y comenzaban a entonar
coplas. Todas ellas entonaban una copla (en su gran mayora picarescas y dirigidas
indirectamente a algn chico, como seal de amor o de predisposicin para
enamorar) y otra (la nica del grupo que tena esa misin) tocaba una caja de
percusin cuyo retumbar se escuchaba por toda la escuela: ese instrumento
indgena, milenario, que evoca el eco de las altas montaas y performatiza con su
unsono sonido la melancola del cuidador de llamas o de cabras.
Mayoritariamente, mis alumnos eran hijos de caeros (recolectores de caa
de azcar): alumnos migrantes que nunca conseguan establecer vnculos de
permanencia en el lugar. Algunos docentes permitan esta prctica incorporada, pero
otros despreciaban al canto coplero; por ejemplo, mi colega de rea no aceptaba
que los nios (principalmente las nias) cantasen coplas porque, para l, era un
canto de indio bruto. Infelizmente, como era ms antiguo que yo y el que enseaba
lengua castellana, la reprimenda para con ese grupo pintoresco de performances
preadolescentes fue desintegrndose sumisa y mansamente, pues ante la
prepotencia de la autoridad, ellos desarrollaron una defensa silenciosa.
En 1975 acaeci la dictadura militar que se instaur con fuerza y violencia en
mi pas y los docentes debimos cumplir al pie de la letra lo que el interventor militar sin ningn conocimiento pedaggico y sin el menor respeto a las clases subalternas
ordenaba a travs del Consejo de Educacin de Salta. De esta forma, muchas
maestras y maestros primarios abusaban de ese poder conferido por la dictadura
para gritar, castigar fsica y moralmente a sus alumnos. Este modelo de
modernidad que la alta cpula oligrquica de los militares quera imponer o
continuar imponiendo como herencia de un pensamiento que se arrastra desde el
siglo XIX, despus de la Independencia con Espaa es lo que Mignolo (2007, p.
15
26) define como una hidra de tres cabezas: una es la retrica, la segunda es la
idea de salvacin y la tercera, ms cruel, la de progreso.
Al imponer este pensamiento colonial moderno, la parcela social subalterna
del pas y porque no decirlo, de toda Latinoamrica, continuara dentro de los
parmetros de la pobreza material y de raciocinio mantenida, fomentada y
aumentada por esos docentes que, aun sin ser europeos (porque la mayora de ellos
eran mestizos, as como yo) sustentaron, desde la poca colonial, un pensamiento
etnocntrico a favor de la clase dominante, despreciando a su propia etnia originaria.
Y cuntas veces yo, docente primario, mestizo de originario con madre de
sangre europea belga-catalana no ira a actuar de la misma forma que los otros
colegas. Fue despus de salir de Salta y residir en el Brasil, trabajando en
escuelas primarias fronterizas de Puerto Iguaz, Misiones (ARG) que percib la
importancia que se le da al folclore y a la escritura, principalmente a travs de los
contenidos curriculares primarios exigidos dentro de las instituciones escolares. As,
en todas las ciudades donde he vivido Salta, Puerto Iguaz, Foz do Iguau,
Curitiba fue posible percibir la fuerza hegemnica del saber culto y de la
escritura, a pesar de que todos empleasen coloquialmente, la oralidad en el
cotidiano popular. Martin-Barbero explica que la ilustracin consideraba al pueblo
lo opuesto a lo popular, representando con este vocablo a prejuicios como
supersticin, ignorancia y desorden. Es posible pensar en un pensamiento ilustrado
defendido por la clase poltica de Argentina y apropiado, en este caso, por la clase
docente.
Como sustenta Rodolfo Kush (1976, p. 15), la cultura americana y por
extensin la argentina valoriza el saber enciclopdico que nos hace fingir ser
alguien a fin de esconder un posible y esquizofrnico complejo de inferioridad. Tal
vez sea as, y, sin nimo de pretender ser diferente, puedo afirmar que por mucho
tiempo viv aceptando paradigmas que diferenciaban el saber enciclopdico de
aquello que era del pueblo, un saber repasado y mantenido de generacin a
generacin por un repertorio vivo, basado en la voz y en la un ritual envolviendo
aspectos corporales (gestos, entonacin de voz) junto a aspectos semiticos como
vestimenta e instrumentos.
Dej esa escuela y retorn a la ciudad de Salta en busca de mejor
oportunidad, como cualquier individuo de clase social subalterna lo hace, inclusive
los mestizos de originarios andinos que dejan sus lugares para buscar mejor vida
16
17
18
mestizos
de
culturas
indgenas.
La
performance
como
19
20
supra expuestas como las que irn surgiendo a lo largo de este trabajo, podran
permitir la iniciacin de nuevos estudios ms profundados, entendiendo que
cualquier prctica incorporada precisa ser estudiada a partir del paradigma de los
estudios de la performance, alejndose de las hegemonas que continan
mantenindose con fuerza en Latinoamrica, como el folclore, lo nacional-regional,
lo tradicional y lo autctono, pues estos conceptos cristalizan un vasto repertorio
artstico que circula por el territorio en cuestin desde hace siglos, pero que muchas
veces es silenciado o circunscripto al poder hegemnico, segn el momento
histrico y la conveniencia de la elite de turno (criollos, mestizos-blancos, militares,
minora oligrquica, etc.).
Es de destacar que pocos estudios se han llevado a cabo desde la
epistemologa de la performance del canto coplero en la regin andina,
mencionndose aqu las aportaciones del etnomusiclogo espaol Enrique Cmara
de Landa (1994; 2006), y de los pesquisidores franceses Michel Plisson (1987) y
Sarah Milliard (2012), y con fecha ms antigua (1935), las investigaciones del
musiclogo argentino Carlos Vega1; adems de la bagualera saltea Karina Guanca
Aramayo (2012) que expone sobre la diferencia entre canto lrico y coplero
(bagualas) en su tesina de grado en Licenciatura en Artes Musicales con orientacin
en canto.
Intentamos aqu, aportar con los estudios performticos del canto coplero,
teniendo como eje de estudio sus variantes musicales definidas con los nombres de
baguala y vidala, aunque las mismas posean una misma base: las coplas cantadas.
Se aclara que en ese trabajo las citaciones directas o indirectas que en su original
estn en lengua portuguesa o francesa, fueron traducidas al castellano,
manteniendo la fiel reproduccin de su sentido y en la versin final en nota de pie
de pgina el lector podr leer el mismo texto en el original.
Esperamos que otros investigadores se interesen en leer, criticar, corroborar,
rectificar y profundizar los resultados aqu expuestos que humildemente se ofrecen
de manera provisoria - porque el canto coplero, en muchas de sus variedades
andinas, subandinas, vallistas y quebradeas -, circula y se mantiene en la memoria
colectiva e individual de los que deciden performatizarlo de aqu en adelante sern
llamados de sujetos copleros -convirtindolo desde hace siglos en performances
1
21
sociologa, la
mencionados en las
referencias.
La segunda etapa correspondi a la pesquisa de campo realizada en parte de
la regin andina, en julio de 2015 y los resultados obtenidos compuestos de
entrevistas, filmaciones, encuentros de copleros a nivel informal y en un festival. El
estudio de las performances ha adquirido mayor fuerza despus de la segunda
mitad del siglo XX porque su caracterstica principal es la multivocalidad2 que lo
convierte en un estudio interdisciplinar posmoderno. Al emplear los estudios
performticos resaltamos aqu que es preciso reorientar los modos cmo se han
estudiado tradicionalmente la memoria y la identidad cultural en Amrica Latina especialmente en Amrica del Sur -, ya que se contina empleando el discurso en
defensa del folclore (que se apropia de la memoria colectiva), siendo un vocablo
que, a pesar de ser presentado en este trabajo, no condice con nuestro
posicionamiento como pesquisidores pues, como sustenta Certeau (2005, p. 146), el
mismo representa el aspecto cultural constituido por una sociedad que se apropia de
l para usarlo como un objeto de una comercializacin econmico-poltica.
Por ser el folclore una palabra polismica y muchas veces cargada de una
ideologa a favor o en contra de ella, es preciso tomar cuidado al analizar tal objeto.
Por ello, habr una parte dedicada al folclore con un posicionamiento imparcial y
Un conjunto de voces que hablan en unsono pero desde diferentes puntos de vista.
22
crtico de nuestra parte ya que este estudio busca contemplar las prcticas
incorporadas convertidas en performances dentro de un determinado espacio
geogrfico. Es dentro de ese espacio pesquisado, as como en la mayora del
continente americano, donde la elite se apropi de lo subalterno a travs de la
industria cultural y de la ideologa a favor del folclore, haciendo que memorias,
prcticas culturales, rituales y creencias pasen a pertenecer a un archivo o acervo
histrico y folclrico, mantenindose jerarquas sociales que deben ser respetadas,
donde el mestizo y el indgena constituyen los niveles inferiores.
Como explica Carolina Santamara Delgado3 (2007, p. 199), la diferencia
racial/colonial se mantuvo y se ha seguido manteniendo aunque rearticulada a
travs de otros trminos y otros discursos gracias a mecanismos sociales que
perpetan esta divisin. Uno de esos mecanismos sociales seria el concepto de
folclore, dominante el Latinoamrica y muy perceptible en la regin andina
pesquisada. Conforme lo ha detallado el Magister Goulart (2016, p. 21) en su estudio
sobre la artista Marina Abramovic4, los estudios de performance representan una
forma de alejarse del pensamiento colonial moderno y una forma de entender que la
decolonialidad empieza por casa; o sea, por el propio autor de este trabajo que
durante mucho tiempo ha sido dominado por una forma de pensar positivista y
etnocntrica herencia de la vieja escuela que rigi y contina rigiendo la
educacin de los pases latinoamericanos.
Mediante los estudios sobre performance aplicados al canto coplero, ste
puede ser considerado como una prctica incorporada; porque la performance
destituye todo tipo de estudio tradicional y etnocntrico, el cual ha dado nfasis
mucho ms al archivo que al repertorio cultural de una sociedad o de un grupo social
minoritario, pues el archivo cristaliza y permite su conservacin documentada,
mientras que el repertorio representa aquellas prcticas performticas que son
efmeras y muchas veces, se pierden al no ser registradas. Esto acontece
mayoritariamente cuando el canto coplero es performatizado dentro de un ambiente
23
familiar, en el seno del hogar o en ruedas de amigos y copleros, como fue el caso de
la entrevista5 realizada en el Patio de las Empanadas, en la ciudad de Salta (2015).
Segn Taylor (2013, p. 46), todo acto incorporado nos permite hacer, o sea,
construir un momento performtico, a partir de un aprendizaje, almacenamiento y
transmisin de un conocimiento que, en el caso del canto coplero, representara una
forma de aprender o un arte de hacer que se transmite por la oralidad y que no
precisa, indefectiblemente, de ser registrado a cada instante. Sin embargo, sin ser
demasiado radical con este paradigma tayloriano, podemos sustentar que la
tecnologa puede ayudar, muchas veces, a registrar performances que se originan
en un ambiente cotidiano, informal y que se pierden para siempre, imposibilitando
conocerlas, valorarlas y estudiarlas. Es lo que explica Cmara de Landa (2006, p.
13) cuando sustenta que el conocimiento de algunos gneros musicales andinos es
mayor para aquellos que tienen contacto con algn medio masivo tecnolgico
(televisin, filmes). De cualquier manera, es imposible negar la fuerza que
actualmente poseen la industria cultural y la hegemona de las tecnologas
mediticas que continan cristalizando y archivando muchas de esas prcticas
incorporadas, cuando son realizadas en ambiente pblicos como festivales,
encuentros de copleros (nacionales e internacionales), entrevistas en TV o
grabacin de CD, convirtiendo muchas performances en archivos fcilmente
encontrados en redes virtuales como el YouTube, Facebook, Portales virtuales,
entre otras.
Adems, es preciso entender el valor semntico de algunos vocablos
empleados en este trabajo como, por ejemplo, archivo y repertorio; para ello,
precisamos remitirnos a la explicacin dada por Taylor (2013, p. 49) para cada uno.
As, el archivo se refiere, mayormente, a todo lo que es guardado por la escritura y
la media como, por ejemplo, documentos, textos, CD, videos, textos literarios u
objetos en los museos. Ya el repertorio, a diferencia del archivo, es todo aquello
considerado efmero, representativo de prcticas y conocimientos incorporados,
como, por ejemplo, el canto coplero de la regin andina. De esta forma, los estudios
sobre la performance propuestos por Taylor (2013) y su denotada diferencia entre
el valor que se le debe dar al repertorio aunque tambin al archivo - permitirn
entender la diferencia entre esos dos vocablos supracitados, as como la importancia
5
Iba a ser una entrevista formal pero se convirti en una rueda de amigos donde tres bagualeros
performatizaron coplas con la participacin de tres poetas salteos y el autor de este trabajo.
24
presentado por Mignolo (2007, p. 47). Al intentar aqu unificar criterios definitorios
llegamos a la conclusin de que el canto coplero podra ser entendido como:
1. Un proceso de hibridismo: porque prcticas culturales que existan
separadamente, por un lado, tradas por los conquistadores y por otro lado,
25
como
uno
de
los
baluartes
latinoamericanos
de
la
26
La regin andina es definida aqu como transnacional porque comprende un territorio constituido
actualmente por pases como Argentina (noroeste); Bolivia (sur, sudoeste y centro), Chile (norte) y
Per (sur y sudeste). En la pgina 56, la Figura 2 muestra parte de este territorio, donde fue realizada
la pesquisa de campo.
27
28
rtmicamente en comps de 2/47. Ya los ritmos de 3/4 (ritmo de vals) y 6/8 usados
en este canto, pueden ser encontrados en otros patrones rtmicos latinoamericanos,
como explica Carolina Santamara Delgado (2007, p. 199)8, lo que indica que los
mismos ya eran usados y practicados por muchos pueblos originarios, sin,
necesariamente, haberse apropiado de ellos, despus de la conquista espaola. La
emergencia del canto coplero en este momento histrico condice con la importancia
de ser estudiado a travs de la ptica de los estudios performticos, alejndose del
dominio del folclore, pues esta ltima categora an mantiene una estructura
etnomusical europea y anglosajona contempornea.
Tal vez, el canto coplero sea mejor valorizado y comprendido mediante la
juncin de la performance junto a los estudios poscoloniales latinoamericanos. La
performance proporcionar elementos que ayuden a entender una prctica
incorporada como repertorio aprendido en la oralidad, mucho ms que un archivo.
Por su parte, los estudios poscoloniales proporcionarn el marco terico apropiado
para deconstruir crticamente las maneras cmo se constituy el conocimiento
folclrico y etnomusicolgico latinoamericano en lo que se refiere a las coplas, su
performance y su historicidad, como afirma Delgado (2007, p. 197).
El primer paso para el estudio performtico del canto coplero est en conocer
la recreacin que el pueblo originario andino hizo al combinar al ritual de las
performances ancestrales quechuas y diaguita-calchaques (con su ritmo, tesitura de
la voz, instrumentos) la tradicin castellana de la copla popular. La hibridacin o
mestizaje entre estas dos culturas sera una explicacin fehaciente de cmo el canto
coplero se convirti en una mezcla cultural que perdura desde siglos anteriores y
contina con dinamismo hasta los das actuales. Los diaguitas-calchaques uno de
los tantos pueblos originarios que habitaron la regin andina y subandina
pesquisada - tenan, entre sus costumbres o tradiciones, el ritual de un cntico
compuesto nicamente de un solo tono musical: el ji-ji (onomatopeya del sonido
gutural que emitan estos indgenas).
Posiblemente esa fue la base rtmico-meldica que luego se transformara en
el canto coplero. Conforme el Director Nacional del Consejo Federal del Folclore
Lase dos por cuatro. En Teora de la Msica, representa la estructura de dos figuras negras por
cada comps, siendo que cada negra representa 1 tiempo. El comps de 2/4 es empleado para
marchas militares y otros ritmos antiguos, debido a su fuerza intencional dada en el primer tiempo.
29
30
que est incluido sine qua non en un grupo social y en una determinada sociedad actualiza sus informaciones a travs del lenguaje. De esta forma, surgen tres tipos
de memorias - conforme lo explica Le Goff al mencionar la clasificacin propuesta
por Leroi-Gourhan (2013, p.390) - : la especifica (de los animales); tnica (social) y
artificial (virtual), siendo importante en este trabajo la tnica o social. Se podra
decir que los sujetos copleros (aquellos que performatizan coplas diariamente)
forman parte de un grupo subalterno y minoritario que mantienen su memoria
colectiva. Luego, la memoria es un elemento muy poderoso que mantiene
recuerdos vividos fehacientemente o que fueron impuestos a las nuevas
generaciones como si fuesen propios de ella y de su poca.
La memoria colectiva de los sujetos copleros estar constituida por prcticas
incorporadas que se mantienen en y por la oralidad y que constituirn la base de las
performances que ellos practican. El ritmo o pulso discursivo podra ser encontrado
entonces en la entonacin de la voz y en el acompaamiento rtmico del mismo, con
el apoyo de un instrumento de percusin, la caja. Pero la memoria colectiva de cada
grupo social se une entre s para formar algo ms fuerte: la memoria social. Para
comprender mejor el concepto de memoria, es preciso delimitarlo como un
fenmeno individual, ntimo y luego estudiado como un fenmeno colectivo y social,
sometido a fluctuaciones, transformaciones y cambios constantes.
Por cierto, la memoria individual tiene una base mnemnica que se hereda
(por ejemplo, la forma de cantar entonando tan solo tres tonos o notas de la escala
pentatnica mayor o menor; o la manera de ejecutar la caja), pero, as como
conserva, tambin incorpora nuevos conocimientos, conforme el momento histrico
vivido por el ser humano. De esta forma, la memoria contempornea de los sujetos
copleros y sus performances tendr relacin directa con los eventos histricos y
geogrficos contemporneos su geocultura contempornea -, porque, como afirma
Pollak (1992, p. 201),la memoria est constituida por personas vivas.
En el habitante de la regin andina pesquisada, esa memoria individual y
colectiva - presenta marcas ideolgicas aferradas a conceptos que cristalizan,
como folclore y tradicin y as, muchas performances de copleros dejan de ser
consideradas como repertorio y pasan a formar parte de un archivo que, en nombre
del folclore, busca protegerlas. Este tipo de performance acontece, en mayor
grado, cuando son realizadas para un pblico o audiencia desconocida, dentro de un
ambiente dedicado a la tradicin y al folclore, como son las fiestas populares,
31
fuerza, transformada por las voces que la recreaban a lo largo de los siglos y gracias
al empleo de la oralidad, hasta convertirse en el actual canto coplero.
Esta prctica incorporada fue heredada, transformada y mantenida oralmente
en las voces de muchos sujetos copleros de ambos gneros y de diferentes
edades de la regin andina. Algunos, se autodefinen como bagualeros(as); otros,
como vidaleros(as) o, simplemente, como copleros(as). El adjetivo bagualero es
muy empleado en las provincias de Salta y Catamarca y parte de Tucumn. El
32
33
34
Tomando como punto de partida para este estudio el siglo XVIII, es posible
sustentar que cantar coplas populares en Espaa, data de mucho antes, tal vez
originadas en la costumbre rabe de cantigas populares. El escritor, poeta e
historiador tarijeo Fanor Ortega Dvalos9 (2015), en entrevista a l realizada
durante la pesquisa de campo relata que: la copla viene de los primeros
cancioneros que salieron en Espaa [] Estos cancioneros recogan viejos
romances. El romancero espaol es la base fundamental de donde surgi la copla.
De este discurso se desprende que la copla referente a aquella que es
empleada por sujetos copleros desde hace mucho tiempo atrs hasta hoy es de
origen espaol, pero a su vez, podra considerarse como una hibridacin de una
costumbre de cantar que tenan los moros que, al invadir Espaa, posibilitarn que
el proceso de mezcla cultural se haya producido a lo largo de siete siglos de
dominacin. La siguiente copla recitada por el seor Dvalos (2015) pertenece,
segn l, al poeta espaol Baltasar del Alczar 10 (1530-1606) y presenta una copla
parte de una poesa - de su autora con versos octoslabos:
Tres cosas me tienen presos
de amores el corazn:
la bella Ins y jamn
y berenjena con queso.
35
36
11
Se cita a modo de ejemplos, el Manual del Alumno de la Editorial Kapelusz; Manual Santillana para
la secundaria; Lengua y Literatura para 3 Ao secundario del autor Hctor V. Cufre, Ediciones
Polimodal, etc.
37
principalmente
en
Andaluca
donde,
obviamente,
Ecuador o en
no
tendrn
la
38
potica espaola, la mtrica y la rima. Pero el canto coplero, aunque pueda ser
llamado de una hibridacin o mezcla es, sobre todo, fruto de la creatividad, ingenio y
potica de los pueblos originarios que habitaron la regin andina, as como de sus
descendientes directos y de los mestizos de stos con culturas forneas, como la
espaola. Al incorporar la estructura de la copla, los sujetos cantores andinos
consiguieron crear un nuevo estilo propio y performatizarlo continuamente hasta
conseguir superar la forma de cantar que vino de Espaa.
Este vocablo coloquial es usado para sealar a una mujer joven con rasgos aindiados parecidos
a los de un natural de la China -. El diccionario lunfardo argentino indica que la palabra china por
extensin su diminutivo carioso chinita corresponden a una mujer india; mujer del pueblo; esposa
o manceba. Cariosamente el gaucho llamaba as a su mujer. Disponible en:< http://quesignifica.com/significado.php?termino=china>.
39
El grito de esta coplera, al igual que de muchos otros sujetos copleros tienen un sonido
onomatopyico similar entre s. En este trabajo no se ha contemplado un anlisis profundado sobre el
significado de ese grito pero es posible pensar en que representa una forma de rebelarse contra el
poder hegemnico, reconocindose como parte de un grupo marginalizado, subalterno y
descendiente de indgenas.
40
debemos
reconocer que durante la performance artstica del canto coplero acontecer ipsofacto, una forma de teatralidad que la audiencia aprobar o no y eso determinar el
suceso o fracaso del mismo. Durante la pesquisa, en el Festival el Locro (2015),
cada coplero y coplera que se present para una audiencia dismil, formada por
lugareos y forneos, reivindic en su discurso y en sus coplas, ese espacio fsico al
cual estaban representando. La coplera Micaela Garca (2015) expresa su lugar de
origen con la copla:
41
Lleg carnavales
por aquella esquina (2 VECES)
Cudense seores,
soy Cochabambina (2 VECES)
Hombre:
Por qu me molestas
la puerta tocando?
(2 VECES)
En este momento
estoy galopando.
(2 VECES)
Mujer:
Contigo querido
Hicimos un trato
Yo a ti te quera
Solo para un rato.
(2 VECES)
(2 VECES)
Un somero anlisis del discurso de las coplas del Cuadro 1, dejan entrever un
carcter jocoso-libidinoso que el indgena y el mestizo se han apropiado a partir de
la idea del carnaval, como una fiesta pagana y libertina. Esta es una de las tantas
modalidades discursivas que se pueden encontrar en las coplas performatizadas en
la regin andina. Por cierto, las coplas hexasilbicas presentadas en el Cuadro son
representativas de la cultura boliviana.
Adems de estas coplas que nos remiten a la estructura de la seguidilla o
tonada, estn aquellas con mtrica de ocho y nueve silabas, empleadas de la
siguiente forma: octoslabas para cantos llamados de baguala o vidala, en parte del
territorio noroeste argentino y sur boliviano. Nonosilbicas en ritmos ms alegres
empleados en territorio boliviano y sur peruano, como las letras de carnavalitos y
huaynos. A continuacin, un ejemplo de coplas octoslabas usadas en territorio
boliviano con ritmo de carnavalito (ritmo de 2/4 rpido).
42
COPLAS NONOSILBICAS
Tema: Valluno Cholero Letra y Msica:
Ruffo Zurita, 2013.
De Nazareno es la copla
purita como su sueo.
Bien perfumada en albahaca
buscando su propio dueo.
En
Tarata
una
quinceaera
En Anzaldo mi gordita buena
En
Punata
una
linda
chola
y en Arani suegrita munani.
Coplas
recopiladas
bagualera
saltea
Gutirrez, 2004
Msica en
ritmo de
cochabambino (Bolivia)
por
la
Mariana
carnavalito
43
44
45
46
cantadas en el siglo XIX, por ejemplo, son idnticas en forma, ritmo, entonacin de
la voz, a las que actualmente son performatizadas por los sujetos copleros. Para
Cmara de Landa (2006, p. 248), la copla un vocablo polismico presenta una
proximidad entre los distintos gneros predominantemente trifnicos14 del Noroeste
argentino.
As, podramos definir a las coplas contemporneas como el resultado de una
mezcla entre dos culturas disimiles: una, la espaola, aport con la mtrica, la rima y
el lenguaje del dominador, la otra apropindose de estas categoras, las transform
en algo propio, aportando el ritmo, la entonacin tritnica de la voz yel timbre que los
pueblos originarios andinos quechua, aimara, diaguita-calchaqu empleaban en
sus rituales que, como Schechner (2012, p. 49) explica, representan las
performances de diferentes categoras artsticas, cotidianas, religiosas que
ritualizan la voz, los sonidos y los gestos, porque los rituales son una de las tantas
formas que las personas usan para recordar; esto es, para mantener en su
memoria individual, colectiva y social algunos ritos, creencias y prcticas
incorporadas.
El canto coplero podra, entonces, ser definido aqu como una forma
ritualizada de no-olvidar prcticas incorporadas de los pueblos andinos aprendidas
en la oralidad junto a los gestos por ellos empleados como parte de un ritual
semitico en contacto pleno con la Naturaleza (principalmente del viento y de las
montaas); del sonido monocorde y letrgico de la caja que representa el eco de las
montaas y que sirve para el habitante del chaco avisar de su presencia; de las
vestimentas de los originarios con sus vistosos colores, de la entonacin tritnica
aguda de la voz, junto al grito estertreo al final de cada copla y del discurso coplero
de diferentes matices que van desde la resistencia indgena y mestiza - colla,
diaguita-calchaqu, omaguaca hasta la sumisin de gnero, de la religin del
dominador, de la condicin social - dando como resultado la copla, performatizada
desde el interior de los hogares o en la soledad de las altas montaas hasta en
eventos con un pblico desconocido y diferente a cada vez.
14
Cmara de Landa (2006) utiliza este sustantivo para indicar los tres tonos (o notas) empleados en
el canto de coplas. En este trabajo se emplea el sustantivo tritnico, como sinnimo de trifnico.
47
= 6 slabas
= 5 silabas
= 7 silabas
= 6 silabas
= 8 silabas
= 7 silabas
48
= 8 silabas
= 8 silabas
= 8 silabas
= 7 + 1 silabas
Es posible encontrar una marca de sumisin por parte del gnero femenino
costumbre aprendida en la escuela donde, debido a las dictaduras militares, todo
discurso deba ser dirigido primero a los hombres cuando, en el primer verso, la
bagualera llama la atencin de los seores. El segundo verso, tambin demuestra
un cierto grado de sumisin y humildad al justificar su canto a travs de una prueba
que har con su garganta. El tercer verso llama la atencin de la audiencia por
definir el carcter de la copla que ya est finalizando. El cuarto verso, cierre de la
copla, presenta el espacio potico donde ella es cantada: Iruya, una pequea
poblacin de alta montaa en la provincia de Salta, casi lmite con Bolivia. El
bagualero Juan Jaime, por su vez, recit y enton (con otro timbre y tonalidad)
varias coplas, entre las cuales est la siguiente:
= 8 silabas
= 8 silabas
= 8 silabas
= 7 + 1 silabas
49
= 8 silabas
= 8 silabas
= 9 - 1 = 8 silabas
= 9 - 1 = 8 silabas
= 9 - 1 = 8 silabas
= 9 - 1 = 8 silabas
= 8 silabas
= 8 silabas
Mi caballo se emborracha
cuando llega el Carnaval
es cuando yo me ladeo
pa poderme equilibrar
= 9 -1 = 8 silabas
= 7 + 1 = 8 silabas
= 8 silabas
= 7 + 1 = 8 silabas
50
versificacin (mtrica y rima). Para Cmara de Landa (2006, p. 249), las coplas de
las bagualas en lnea general son cantos en los que se alternan coplas (estrofas
consistentes [] en cuartetas octosilbicas) y tonadas (estribillos de distintas formas
cuyos versos se intercalan de varias maneras entre los de las estrofas. pero no
siempre se sigue esta regla, pues depender del sujeto coplero y de su capacidad
de performatizar y reperformatizar coplas aprendidas en la oralidad, dndole un
toque particular, un sabor propio.
Porque as como otros cantos copleros (tonada, seguidilla, vidala, vidalita,
etc.), la baguala no est constituida de un menguo repertorio de algunas coplas
entonadas dentro del espectro tritnico o trifnico articuladas, como sustenta
Cmara de Landa (2006, p. 249), sobre un ritmo iscrono17 de subdivisin binaria y
ternaria de sus versos y s por un vasto repertorio de ellas con caractersticas
particulares
(entonacin
de
la
voz,
vibracin,
respiracin,
tonalidades,
Adj. Mtr. y Ms. Dicho de dos o ms movimientos o unidades rtmicas que tienen igual duracin.
Disponible en:<http://dle.rae.es/?id=MBj5n23>.
51
Para la coplera Rafaela Gaspar (2015) esposa del bagualero Severo Bez
existe una diferencia rtmica y tonal entre el canto coplero de los valles
calchaques y aquel que se canta en la provincia de Jujuy. El primero ser un canto
quejumbroso, un verdadero lamento tal vez, originado en la cultura diaguitacalchaqu y el sufrimiento de la misma tras siglos de explotacin, maltratos y guerras
sufridas en manos de los espaoles hasta su sumisin incondicional. Ya el segundo
canto Jujuy y Bolivia ser ms alegre. Como explica Cmara de Landa (2006, p.
74), en gneros musicales de la zona jujea - como los huaynos y coplas los
finales acentuados tpicos de los bailecitos provocan el desplazamiento del acento
literario cuando la palabra final del verso sea definida como llana o grave; por
ejemplo: viva mi amada (verso) por viva mi amad (palabra grave acentuada como
aguda). Eso le dar el matiz sonoro y, junto al ritmo ms rpido de 6/8 (seis por
ocho), provocar una sensacin de alegra.
La importancia de la voz es un destaque en la teora de Zumthor (2000, p. 14)
al sustentar que ella constituye en toda cultura, un fenmeno central y, por lo tanto,
representa la poesa vocal, un arte del lenguaje humano. Por cierto, la baguala ser
llamada as cuando el canto tenga un determinado ritmo o pulso. As lo explica la
coplera Rosita Herrera al ser entrevistada por m en julio del 2015: la baguala no es
exclusiva del noroeste argentino, pues pertenece a diferentes lugares, aunque tiene
la misma raz que es la vidalita. La baguala es muy subjetiva y lo que la diferencia de
la vidalita es su ritmo. Cmara de Landa (2006, p. 247) establece un espacio
geogrfico de la baguala como siendo la regin andina de dos provincias argentinas
(Salta y Jujuy), sustentando que el nombre de baguala representa a los gneros de
canto tradicional caracterizados por el uso de un sistema de sonidos []
exclusivamente limitados a tres alturas coincidentes con la triada mayor. Por cierto,
la triada mayor en msica representa tres notas de la escala mayor: fa-la-do.
Aunque la baguala represente el canto tritnico de triadas mayores, es posible
afirmar aqu que sern los sujetos copleros quienes determinen cul nombre darle al
canto, segn el momento y la regin o localidad a la cual ellos pertenecen o dicen
pertenecer. Aunque debemos pensar que la copla transportada por alguien que
sabe cantarlas representa una performance cuyo valor est en lo oral y en lo
gestual, como nos explica Zumthor (2000, p. 45) y, por lo tanto, podr circular por
otros espacios geogrficos presentando una costumbre y siendo performatizadas
por el sujeto coplero, como son los casos de bagualeros y bagualeras que se
52
18
53
54
55
56
Las performances del canto coplero practicado en la regin pesquisada pueden ser
compuestas al momento de cantar o declamar la copla y otra, como parte de una
prctica incorporada, que constituir el repertorio del sujeto coplero y mantenidas en
su memoria. Como primer caso, pongo el ejemplo del poeta salteo Hctor Gringo
Aguirre que compuso y declam dos coplas. La fotografa a continuacin presenta al
poeta salteo Gringo Aguirre, durante la entrevista al bagualero Bez, 2015.
Fotografa 2 - Poeta Gringo Aguirre, 2015.
La primera copla fue recitada por Aguirre mientras Bez estaba colocando su
sombrero de gaucho:
El bonito sombrero
que gallardo yo luca,
me lo llev el viento
por plata que le deba.
57
58
El nfasis tonal est dado en la ltima slaba del segundo y cuarto verso
El hemistiquio est en el primer verso: Pacha Mama (1 mitad del verso) y diosa Tierra (2 mitad del
verso).
59
viento que Aguirre mencion en una copla, Bez la emplear en una copla
dedicada al mismo:
Entre viento y remolino
Yo soy como el mes de agosto:
Traigo piedras en el camino
La copla recitada es ternaria, una tonada de tres versos cuya rima est entre
el primero y el tercero y present un ritmo iscrono, corroborando lo expuesto por
Cmara de Landa (2006, p. 249). Al preguntrsele si canta con acompaamiento
de la caja o sin ella, Bez explica que canta de ambas formas y tambin con
acompaamiento de bombo. Lo importante es que l precisa cantar. Forma parte de
su memoria colectiva, que segn este bagualero, lo ha aprendido desde el vientre
materno. Surge la temtica de la mujer y Bez performatizar una copla sin apoyo
de percusin:
Yo no corro atrs de las chinas.
las chinas corren del lado de m.
Por eso les tengo cario
y siempre las tengo para m.
60
20
El vocablo yuyo se refiere a cualquier hierba, tanto la medicinal como la daina y aquella que es
alimento de rumiantes.
61
Bez recita y luego entona, ms una copla cuyo discurso ser la mujer, no
siendo exaltada en su condicin femenina pero si mencionada en funcin de una
necesidad biolgica: la sexual.
Primero, amar a Dios,
Segundo, a la mujer.
Tercero, buscar mujer
Cuarto, dormir con ella.
Por el amor que te tengo
no te puedo dejar.
Yo soy Severo Bez
Quin puede ser mi par?
62
En esta copla, Bez se apropia del apellido del poeta Gringo para recrear o
reperformatizarla nombrando al poeta: los versos son del poeta pero el canto con
caja es de l, del coplero, de quien lo performatiza y le da vida. Adems, Bez ya se
define como un catlico creyente y devoto de una de las tantas vrgenes, que en su
caso, es la de Beln, pequea poblacin catamarquea. La segunda copla presenta
este discurso:
Las estrellas en el cielo
tienen escrito su nombre.
Y a m, las desgraciadas,
las llamo y no me responden.
21
63
Bienvenidos a mi casita. Me llamo Rafaela Gaspar. Soy de la Puna de Jujuy. Hace cuarenta
aos que vivo ac en Salta. Tengo mis hijos y Don Bez, mi esposo. Siempre he conservado
la tradicin, la costumbre que no se pierda. Desde que me vine para ac y antes, con mis
padres siempre lo que sea tradicional del campo (soy campesina). La llevo a la
costumbre de cantar coplas dentro de m. Ah aprend cantar cuidando de mis ovejas, a
hilar, a hacer ropa tpica. Y ac lo muestro igual, en un barrio perifrico de Salta. Pero sigue
la tradicin que nos e pierda a travs de mis hijos, mis nietos y mis bisnietos. Ellos van a
seguir cantando. Gracias por su visita y espero que vuelvan.
64
diferente que son los que ms buscan presenciar este tipo de canto, pues el
habitante de esa regin, independiente de su clase social popular o media no
tienen mucha afinidad con el canto coplero, marginalizndolo. Ya la industria
cultural
patrocinada
por
los
defensores
del
folclore,
los
productores
65
66
mostrando que ser la entonacin de cada verso en altura tonal grave o aguda la
que determinar el carcter de gnero atribuido a las coplas. Guachipas no dista
mucho de la frontera interprovincial entre Salta y Catamarca y es uno de los tantos
puntos tursticos de la regin. El cantar coplas fue, para Vzquez, un desafo que
comenz con la utopa (durante la ltima dictadura militar) de mostrarle a la clase
dominante de turno que el canto coplero no representaba a la clase popular
subalterna considerada por los militares como borrachos, vagos y lieros (que hacan
los, desorden) y s representando lo telrico, lo ancestral.
era para
borrachos que hacan los en Carnaval. Esa forma de pensar de la oligarqua criolla
67
68
podran entender a los copleros porque nacieron para ser milicos, o sea, no tienen
una visin amplia de lo que es cultura popular, a pesar de que el gran contingente de
militares (soldados y suboficiales) provenga de las clases subalternas y,
consecuentemente, conozcan y tal vez hayan compartido prcticas incorporadas del
canto con caja. El currculo musical de este bagualero es extenso23.
Gan varios premios importantes en el Festival de Cosqun (Crdoba) y otros
festivales como La Serenata a Cafayate (Salta). Segn l, comenz a cantar coplas
desde que naci porque criado en el campo, aprendi con sus padres y con los
ancianos de la comunidad. El deseo de cantar, para l, brota de los poros del
hombre del campo que no se adapta a la ciudad por ms que en ella viva. Es
reconocido en toda la regin andina y en Argentina. Segn opinin del seor Pont
(2015) el bagualero Vzquez es importante por su experiencia y porque ha
conocido mucho mundo. Tiene su tendencia y su forma de ser. El modelo de canto
coplero es, segn Vzquez, producto de una imitacin que comienza desde pequeo
en las pequeas comunidades rurales, como ocurri con l, copiando o imitando. A
esta forma de aprendizaje oral Taylor (2013) la define como prctica incorporada en
la continuidad de la memoria colectiva. Vzquez aprendi de su madre, su maestra
como l la define y, desde pequeo la copla le sale por los poros. Dice que puede
cantar una copla en quince variedades tonales diferentes y, usando como modelo la
siguiente copla, canta en tres tonalidades diferentes:
Para que el lector consiga entender con palabras lo que la voz humana es
capaz de hacer y ser escuchada, tal vez la siguiente explicacin le sea de gran
utilidad: la tonalidad indica el empleo de alguna de los siete tonos (notas musicales)
y dos semitonos diatnicos que posee toda escala (mayor o menor). Luego, como el
canto coplero baguala, vidala o tonada emplea solamente tres tonos (o notas), el
canto de Vzquez consisti en emplear diferentes notas para cada ejemplo dado; o
23
Disponible
en:<http://www.eltribuno.info/el-bagualero-vasquez-un-eterno-defensor-nuestro-cantoancestral-n35581>.
69
70
comenta que sabe cantar coplas con tonadas de varios lugares: Anta, Jujuy. Recita
la copla en ritmo de 6/8, un ritmo compuesto que remite a ritmo de una balada (o
vals rpido).
Me ha salido una copla
y les quiero preguntar:
Cuando maten a la Tierra
dnde la van a encontrar?...
Sobre la tonada, una variacin del canto coplero, el bagualero explica que es
un canto coplero del altiplano muy parecido al que cantan en la provincia de Jujuy.
Segn Cmara de Landa (2006, p. 248), las tonadas identifican un tipo de copla
cantadas en Salta y algunos lugares de Tucumn. Vzquez, por su parte, explica
que en la regin de los valles Calchaques (Cafayate en la provincia de Salta y Santa
Mara, en la provincia de Catamarca) la caja se toca con dos palillos. Comienza a
cantar coplas:
Cuando yo est en el cajn
que mi poncho sea mortaja
por flores pnganme[n]
lo que ms quiero: mi Caja.
Llevo prendido en el aro
de mi Caja bagualera
un pedacito de trapo
que saqu de tu pollera
La mujer que a m me quiera
cuatro cosas hai de tener:
lindo cuerpo, casa, plata
y qu darme de comer.
La mujer cuando llora
son lgrimas del momento.
El hombre derrama una
que es un mar de sentimientos
71
Percbase que esta copla presenta una mtrica irregular con 8 slabas en el
1, 2 y 3 verso y un 4 verso con 7 slabas. Esa diferencia servir para la
entonacin de la copla al arrastrar el sonido de la voz en el ltimo verso. El ritmo
que acompaa al canto posterior es de 2/4 y entre el 1 y 3 verso, para dar la
72
mtrica exacta, la cantora unir la primera palabra del verso posterior (2 y 4) a los
versos anteriores: Chicoana-perocantar-con. La fotografa a continuacin presenta
a la bagualera Julia Ortiz.
Fotografa 5- Bagualera Julia Ortiz, de El Carril, Salta, 2015.
Estos dos versos anteriores forman parte del cancionero popular de la regin
andina y son muy antiguos porque recuerdo haberlos escuchado desde que era
nio. Cada coplero cambiar el lugar de origen por el propio: Salteo por Carrileo;
24
Adjetivo gentilicio que indica el lugar donde naci o habita. Disponible en:<http://lema.rae.es/drae/>.
73
Carrileo por Tarijeo, etc. La segunda copla presentada por esta cantora performer
de coplas dice:
Esta cajita que toco
sonidito como ensayo
chirlera25 de siringuilla26
retodito27 cuero i gallo28.
Carrilea, bien criollita29
bien saltea
Nuevamente la coplera remata su cantar con dos versos que refuerzan la idea
de formar parte de un patrimonio vivo: el lugar donde naci y vive, pero esta vez,
ampliado para la provincia a la cul ella siente pertenecer. La tercera copla cantada
dice as:
A mis hijos y a mis nietos
ense de corazn
a valorar lo que es nuestro
y defender la tradicin.
Por
ser
mujer,
las
coplas
que
ella
elija
para
performatizarlas
Cuerda de cuero bien fina que se coloca en la Caja para provocar un sonido de reverberacin.
rbol de cuyo tronco se extrae la goma elstica. Disponible en:<http://dle.rae.es/?id=Y1EL12v>.
27
Regionalismo en diminutivo que indica un exagero de todo: re (doblemente) + tod + ito (diminutivo
carioso).
28
Cuero i gallo. Piel fina pero fuerte, visto que el gallo representa lo macho o valeroso.
29
Diminutivo carioso de criolla.
30
Diminutivo del substantivo Dios.
26
74
Luego de recitar, suelta un grito cuyo sonido puede ser representado en esta
onomatopeya: iujuu! y luego declama:
-
El gaucho salteo es digno heredero de Don Martin Miguel de Gemes, aquel que dio la
vida por nuestra patria querida. Y por haber sido 9 de Julio y estamos en la semana de la
Patria voy a cantar una baguala a la Patria que dice as:
Para cantarle a la Patria
no hace falta tener linda voz
hay que ponerle el alma,
la vida y el corazn.
Despus de cantar esta segunda copla, grita: Que viva la Patria! Durante un
breve intervalo, el seor Rodrguez le explica a esta coplera el motivo de porque se
75
la est filmando. Le pide que cante ms una bagualita porque an tienen tiempo en
el programa. Blanquita explica que estuvo el 9 de Julio en la localidad de Campo
Quijano (portal de la Cordillera de los Andes en Salta) y mientras los gauchos
desfilaban ella bagualeaba. La fotografa abajo, presenta a la bagualera en su
performance virtual destinada a una gran audiencia de la ciudad Salta, regiones
aledaas y, tal vez, para el mundo entero, en compaa del suscripto, autor de este
trabajo. Beneficio de la industria cultural y el dominio de la media en estos tiempos
modernos? Es posible afirmar positivamente.
Fotografa 6 Blanquita Valdiviezo y el autor de este trabajo, 2015.
76
77
(frontera con Bolivia), Rosita Herrera, el bagualero de Anta, Juan Jaime, la coplera y
licenciada en Letras Natalia Cruz y los ms destacados poetas salteos: Jos
Cantero Verni, y Negro Gonzlez, tambin llamado de Director por haber sido el
idealizador y creador del grupo artstico Canto Diverso, dedicado a la poesa, la
literatura y el canto coplero. Como es costumbre de la mayora de los habitantes de
la regin andina, estaban bebiendo vino tinto y masticando (los hombres) las hojas
de coca. Para ellos, el arte es vida, es algo espontneo y libre de normas, reglas y
metodologa cientfica. Los miembros de ese grupo estn unidos por una memoria
colectiva que los motiva a considerar el arte como algo bacanal y sus
performances
composicin
de
coplas,
recitado,
canto
representan
31
Para salteos y jujeos, esa patria chica representa las hazaas del General Don Martin Miguel de
Gemes criollo de origen puramente europeo, del pas Vasco, representante de la burguesa
saltea del siglo XIX - y sus gauchos subalternos mestizos - que combatieron al ejrcito espaol del
Per durante la guerra de la independencia (1915 a 1860).
78
79
Aunque Taylor (2013) nos informa que una performance de una sociedad (o
grupo social) puede no ser considerada as en otro grupo social o sociedad, el cantar
coplas es costumbre adquirida o repetida de una numerosa parcela de la
populacin tanto andina cuanto subandina y chaquea. Una populacin constituida
por diversos grupos culturales que hacen de esta prctica incorporada algo comn,
cotidiano y continuamente modificado.
80
El objetivo principal de este captulo es presentar el contexto socio-histricogeogrfico de la cultura diaguita-calchaqu; su sufrimiento durante los primeros
siglos hasta ser casi diezmada por los espaoles como es la explicacin in supra
del Gobernador de Tucumn que en 1766 ya sustenta la explotacin que los
espaoles hacan de los indgenas - y, a partir del siglo XIX restituirse con sus
remanecientes como una cultura que perdura a travs de sus descendientes directos
y mestizos, aportando, entre otros elementos, su ritmo musical para la manutencin
de una prctica incorporada que, como se explica en el captulo I, puede ser
considerada como un mestizaje cultural: el canto coplero, en sus gneros musicales
ms conocidos: la baguala, la vidala y la tonada.
En el captulo anterior se hace mencin de este pueblo originario cuando se
explica cules fueron los elementos que contribuyeron para una hibridacin cultural
entre espaoles (con su lenguaje y su potica de coplas populares) y los diaguitascalchaques (con su ritmo entonado llamado de ji-ji y su instrumento de
percusin). A partir del concepto de performance propuesto por Taylor (2013) y
Zumthor (2000), procurase traer a luz cual era el tipo de performance que este
pueblo originario tena y, a partir del concepto mencionado, entender las prcticas
culturales que sus descendientes y mestizos mantienen desde hace ms de dos
siglos, especialmente por medio del canto, un ritual que, al ser performatizado,
permite al sujeto coplero contemporneo, a travs de su canto, mostrar su
desempeo en el cotidiano como parte de lo que Schechner (2012, p. 13) llama de
fluido de la actividad teatral.
Entre los diferentes tipos de performances que en toda cultura y a lo largo de
la vida de todo ser humano acontecen, las que interesan en este trabajo son las
81
Las localidades referidas son aquellas villas que se formaron entre los siglos XIX y XX, en zonas
aledaas a los centros urbanos como la ciudades capitales de Salta; San Miguel de Tucumn; San
Fernando del Valle de Catamarca y San Salvador de Jujuy, adems de ciudades que otrora
pertenecieron a la Gobernacin de Salta del Tucumn, en el siglo XVIII e inicios del XIX, como las
ciudades de la actual Bolivia: Tarija, Villazn, Potos, Yacuiba, entre otras.
82
las de los valles calchaques, los remanecientes, sus descendientes y sus mestizos
mantienen una prctica incorporada en base al canto que, como se explic en el
captulo I, es una forma hibrida o mestizada entre el canto rtmico diaguita llamado
ji-ji y la copla hispnica del siglo XVIII. La mezcla cultural que perdura hasta los
das actuales en la regin andina es la apropiacin de un grupo social mayoritariamente subalterno y descendiente de pueblos originarios, principalmente
del calchaqu de esas coplas, sea con mtrica libre o restringida a versos hexa,
octo o nonoslabos, incorporndola al ritmo citado anteriormente. Iniciemos la lectura
conociendo mejor a la cultura diaguita-calchaqu, antes y despus de la llegada del
espaol.
Los acontecimientos que se sucedieron diacrnicamente (desde la conquista,
pasando por la colonizacin, hasta el siglo XX) en una determinada regin
geogrfica andina y subandina -; son el punto de partida para entender la historia y
la prctica performtica de algunos gneros musicales cultivados y mantenidos
especialmente mediante la oralidad con los cantores copleros de ambos gneros
por comunidades descendientes de originarios que habitaron y habitan el territorio a
ser presentado.
Por cierto, los sujetos copleros de esa vasta regin continan representando
aspectos socioculturales de un pasado que, si bien no es muy distante33, contiene
aspectos culturales diferentes de los actuales como: forma de vestirse, canto
entonado con caja de percusin, accesorios, temas empleados en las coplas, etc.
De esta forma, es preciso apreciar la historia y geocultura de este pueblo originario
que vivi en valles, quebradas y cerros de una vasta regin andina y subandina,
dividido en grupos sociales diferentes pero unidos por una nica lengua ya
desaparecida el kakn.
33
Constituido despus de la formacin del Estado-Nacin argentino a mediados del siglo XIX.
83
La regin subandina del noroeste argentino, cuna de los diaguitascalchaques, se encuentra a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar y llega a los
5.000 metros en lugares como la Puna y la precordillera salto-jujea con alturas que
alcanzan los 3.000 metros. Los habitantes sufren con la presin atmosfrica
causada por la altura y, en la Puna, por ejemplo, los que all habitan muestran
siempre un andar lento, con tonada en su forma de hablar - que los caracteriza. En
esta vasta regin encerrada entre altas montaas y cerros bajos cubiertos de
rboles habitaban varias culturas originarias. El relieve est formado tambin por
valles anchos y frtiles y quebradas, adems de la Puna35. Algunos de esos valles,
localizados en la actual provincia de Salta (Argentina) son los calchaques,
bautizados as en recordacin a la cultura originaria que all habitaba y que obtienen
esa categora nominal (calchaqu) en homenaje a un jefe diaguita (Juan Calchaqu)
que en el siglo XVII se enfrenta a los espaoles en una guerra dividida en dos fases
los historiadores las denominaron Guerras Calchaques - que dur 37 aos (16301667) (ASSADOURIAN, 1998, p. 190).
El desaparecimiento casi total de esta cultura originaria comenzara despus
de las Guerras Calchaques (1630-1665), de singular ferocidad, que sirvieron de
justificativa espaola para el exterminio o la expatriacin y reparto por piezas de los
vencidos calchaques (BAZAN, 1985, p. 27).
La regin diaguita o valle serrana, donde vivieron estos pueblos originarios
presenta una vegetacin que vara entre la de la estepa (arbustos y cactus) y
bosques templados (valles y quebradas), con un clima seco y clido en verano y
extremadamente frio en invierno. Como la fertilidad del suelo est en los valles y
quebradas fue ah donde se instalaron las primeras poblaciones.
34
Los valles
Es el caso de combinar lo geogrfico - el espacio fsico donde ocurren los hechos internacionales
con la cultura, misma que "sigue siendo el campo en el que se dirime el sentido del desarrollo social".
De ah se deriva la llamada variable geocultura (MUJICA, 1999, p. 135).
35
Es una subregin montaosa y mesetaria muy elevada (ms de 3000 m) que ocupa parcialmente
el oeste de las Provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. Como espacio geogrfico tambin ocupa Per
y Bolivia, pases donde se la nombra Altiplano, y Chile, donde es conocida como "Puna de Atacama".
Su lmite oriental pasa por la cordillera Oriental o Salto-Jujea. La Puna presenta un clima de extrema
aridez (rido andino puneo), con fuertes amplitudes trmicas (hasta 50 en verano). La superficie de
la Puna est salpicada de salares y salinas (tales como el salar del Hombre Muerto, entre otros).
La densidad de poblacin es
muy
baja.
(MONOGRAFIAS.COM,
2016.
Disponible
en:<http://www.monografias.com/trabajos70/geografa-regiones-sunregiones-argentina/geografaregiones-sunregiones-argentina.shtml#lapunaa#ixzz41jpsp5yG>. Acceso en 01 dic. 2015.)
84
centrales de esta regin son tambin conocidos como valles subandinos, por
encontrarse a los pies de la Cordillera de los Andes. Estn subdivididos por tres
anchos y frtiles valles a saber: el valle de Lerma (donde est la ciudad de Salta), el
valle de Siancas y el de San Andrs. El primero se conecta al norte con Bolivia por la
Quebrada de Humahuaca (antiguo dominio da cultura omaguaca) y al sur con los
valles Calchaques (regin habitada por los diaguitas-calchaques). En el valle de
Lerma estn, actualmente, las ciudades de Cerrillos, Rosario de Lerma, Campo
Quijano, El Carril, Chicoana, La Merced, Coronel Moldes y Cafayate. Ya el valle de
Siancas est ubicado en la regin central de la provincia de Salta y en el extremo
norte del valle de Lerma. Las ciudades ms importantes de este angosto y
pedregoso valle son La Caldera y Vaqueros. Adems de pequeos poblados como
La Calderilla, La Caldera, El Gallinato, Vaqueros, Yacones, entre otros.
Algunos historiadores argentinos (Gonzlez y Prez, 1998, p. 85) afirman que
la cultura diaguita (formada por varias etnias en pequeos grupos tribales pero con
una misma raz biolgica) se radic en la regin actual del noroeste argentino
aproximadamente en el ao 850 de la era cristiana permaneciendo sin ser dominada
hasta 1.471 era cristiana - cuando los Incas invaden dicho territorio y lo incorporan
(junto con la cultura diaguita) a su Confederacin. Muchas de las culturas andinas,
aunque posean una lengua propia, fueron obligados a emplear la lengua quechua
de sus primeros dominadores: los Incas.
Por lo tanto, el ingreso de esa lengua dominante, en una amplia regin andina
y subandina que comienza en territorio boliviano y se extiende hasta la provincia de
La Rioja, en Argentina, acontece en dos periodos histricos definidos as: en un
primer momento (hace ms de mil aos), debido a la expansin de los habitantes de
la regin del Per central para el norte y sur del actual territorio peruano. Una
expansin que dur hasta el siglo XV, antes de la llegada de los europeos y fue
marcada por la ocupacin inca en los territorios ocupados actual norte de Chile,
oeste de la actual Bolivia y noroeste de Argentina (formado por las provincias
argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumn).
En un segundo momento, a partir del siglo XV esta ocupacin algunas
veces pacficas y otras violentas fue mayor durante el reinado de Tupac Inca
Yupanqui, el 10 Inca, cuyo reinado se inicia en 1471. As, las comunidades menores
como los diaguitas, entre muchas otras, quedaron bajo el dominio poltico y cultural
85
86
La importancia del breve pero efectivo dominio inca sobre las sociedades
diaguitas fue la imposicin de la lengua quechua, convertida poco a poco en lengua
general del reino incaico. Segn los historiadores Gonzlez y Prez (1998, p. 115),
fue durante casi 60 aos de dominio inca que los diaguitas estuvieron obligados a
comunicarse en lengua quechua; sin embargo, la lengua del conquistador inca no
consigui suplantar la lengua verncula de diaguitas (el kakn). En el siglo XVII, an
despus del esfuerzo de los misioneros por catequizar a los indgenas usando el
quechua como lengua franca () en el Valle Calchaqu () entienden el quechua y
lo hablan mal porque no es su ordinario lenguaje materno. A pesar de la distancia,
la marca cultural inca se imprimi en las dems culturas indgenas dominadas y
controladas por ella y as continu durante los primeros aos de la conquista
espaola ya que los nuevos dominadores (representados por los peninsulares
ibricos) emplearon, para comunicarse a los yanaconas (indgenas ladinos o
mestizos hablantes de quechua).
El vocablo yanacona es un neologismo creado por los espaoles del siglo XVI
y proviene del vocablo quechua yana (nombre dado al criado o siervo) de
connotacin despectiva. Guamn Poma de Ayala as llamaba a la etnia de los
Wanka, primeros aliados y favorecedores de los europeos. Luego despus de la
invasin espaola al Cuzco, los dominadores europeos redujeron un porcentaje
elevado de indgenas a la condicin de yanas, para servirlos36. Los yanaconas siervos de los espaoles - no solo eran utilizados como intrpretes sino tambin para
todo tipo de servidumbre. De esta forma, el quechua adquirir un enorme valor
durante los primeros aos de la conquista al servir como lengua general para la
dominacin de los indgenas. La funcin de estos traductores era la de ayudar en
la catequizacin de las culturas prehispnicas37.
Hasta fines del siglo XVI, la lengua quechua continu vigente en la regin
andina y subandina antigua cuna de los diaguita-calchaques y, por su fuerza
unificadora, consigui establecer una configuracin social diferente que dio
caractersticas propias a toda esa regin: una mezcla entre diferentes culturas
indgenas de la regin (lules, cafayates, diaguitas, quilmes, toconots, etc.), los
36
Cmo los espaoles se derramaron por todas las partes de la tierra deste rreyno de dos en dos y
algunos, cada uno haziendo gente yanaconas, yndios, buscando cada uno sus venturas
(GUAMAN POMA, 1615, p. 397).
37
los espaoles viajaban acompaados de yanaconas, que eran indgenas ladinos o mestizos
hablantes de quechua (...) (CENSABELLA, 2007, p. 29)
87
figura
continuacin
representa,
imaginariamente,
como
era,
88
38
Muchas de las palabras en kakn comenzaban con la consonante F. Ejemplos: Figasta (pueblo);
Famatina (lugar para poblar; valle); Famayllau (Encomienda aplicada a diaguitas por espaoles);
Feloya (frontera). GENTILE, 2013.
89
Calchaqu, Catamarca, gran parte de La Rioja, parte de Santiago del Estero (la
sierra y el Ro Dulce) y norte de San Juan (ro Bermejo, Jchal y Valle Frtil). Esta
lengua perdur oficialmente hasta 1775 cuando una Real Cedula espaola ordena
que se extingan todos los diferentes idiomas y que solamente se hable el castellano.
Surgen entonces las escuelas para indgenas y mestizos a fin de ensearles a
hablar la lengua del invasor europeo (NARDI, 1979, p. 23). Semejanza o no, el
mismo sistema contina hasta ahora en la educacin primaria argentina obligando a
las diferentes culturas indgenas a aprender solamente el castellano (oral y escrito).
Pero la picarda humana siempre existi y existir y as, reducidos grupos de
diaguitas, refugiados en lugares inhspitos de la precordillera andina, continuaron
por mucho tiempo a hablar en su lengua nativa, hasta que desapareciendo ellos, las
nuevas generaciones se olvidaron de practicarlo, pasando el kakn, a partir del siglo
XX a ser una lengua muerta. La sentencia de muerte de muchas lenguas indgenas
en Argentina comenz en 1775 y continu durante todo el siglo XIX, despus de la
constitucin el Estado-nacin39 argentino en 1816, hasta despus de la ltima
dictadura militar en Argentina (1986).
As, la incipiente nacin Argentina dar continuidad al proceso de
destruccin de las lenguas indgenas desde 1816 hasta nuestros das, producto de
esa ideologa europea del siglo XVIII, donde el eurocentrismo y el etnocentrismo
marcaban las fronteras y an las marcan de lo que es civilizado y aquello
considerado como brbaro, que debe ser destruido y olvidado. El concepto de
nacionalismo, conforme Pamplone y Doyle (2008, p. 21), busca reivindicar o
contestar la legitimidad de algn evento, pero, sobre todo, para continuar con la
eliminacin de las minoras tnicas en busca de la pureza racial o cultural. Despus
de que la lengua kakn desaparece del cotidiano y la quechua es dejada de lado por
exigencia del espaol, lo que resta como herramienta de comunicacin es el
castellano peninsular que pasar a ser apropiado y usado perfectamente por el
originario, sus descendientes y sus mestizos, debido, principalmente a la exigencia
de concurrir a una escuela primaria, a partir de la constitucin de los Estadosnaciones a fines del siglo XIX. Veamos ahora como se dio y se mantiene a travs de
performances orales, la musicalidad del pueblo calchaqu.
39
La idea de nacin y nacionalismo comenz a movilizarse en Europa, a partir del siglo XVIII, para
designar la identidad de cada pueblo [] La construccin de una identidad nacional pasa [] por una
serie de mediaciones que permiten la invencin de lo que comnmente es llamado de alma nacional
(FIGUEREIDO; NORONHA, 2005, p. 189-205).
90
posean
sus
propias
performances
musicales
que,
As como los incas, tambin los diaguitas apreciaban la msica y tenan sus
propias composiciones musicales siendo una de ellas (la ms usada en su
cotidiano) era una msica ritual conocida como ji-ji. Sin embargo, para no
presentar una imagen etnocntrica en este trabajo, se ha procurado otras fuentes
de informaciones encontrando la del antroplogo Ricardo Nardi (1979, p. 29), quien
sustenta que los diaguitas tenan en su lxico kakn, el vocablo baguala para
designar un tipo de cancin tambin llamada de ji-ji. Sin profundizar el origen
filolgico del mismo, lo que importa aqu es entender que el canto coplero no es
absolutamente originario de la pennsula hispnica como tampoco lo es del cntico
ritual diaguita-calchaqu. l representa una mezcla cultural madurecida a lo largo de
los siglos, hasta convertirse en las performances actuales. La Figura representa un
dibujo realizado por Guaman Poma sobre los msicos del territorio inca (siglo
XVII):
40
En su obra Nueva Coronica y Buen Gobierno comenta sobre canciones y mcicas del Ynga y
de los dems seores deste rreyno y de los indios llamado haraui [cancin de amor] y uanca
[cancin] () el araui y cancin lastimosa que cantan las ustas [princesa] y los mosos tocan el
pingollo [flauta]() (GUAMAN POMA DE AYALA, 1615). Luego, haravi es una cancin sentimental
que an se performatiza en algunas regiones del actual Per, bajo el nombre de yarav peruano.
91
92
Vocablo usado para referirse a pequeas poblaciones del valle como: Guachipas, La Merced,
Chicoana, etc.
93
pero tambin, con la posibilidad que las masas populares tuvieron de apropiarse de
estos medios y radicarse en centros urbanos donde pudieron y lo continan
haciendo mostrar sus performances musicales, practicadas diariamente y
mejoradas a cada da en eso que Schechner (2012, p. 49) llama de comportamiento
reiterado y altamente estilizado.
Despus de ser casi diezmados por la mita, la encomienda y las guerras, los
sobrevivientes diaguitas-calchaques, segn Assadourian (1997, p. 191), retornan a
su tierra natal pero no ms habitarn el valle de Lerma, usurpado por etnias
forneas, y se ubicarn en villas aledaas a esa regin Valles Calchaques - ,
formando pequeas populaciones que con el paso del tiempo se convirtieron en
mestizas y son la cuna del canto coplero en la regin andina estudiada. Quiz fue
ese el momento en que las mujeres indgenas o mestizas de los calchaques
aprendieron, dentro del seno de un hogar castellano, no solo a hablar esa lengua
fornea sino tambin el arte de recitar coplas que los espaoles trajeron y
mantenan
culturalmente
en
territorio
americano,
aun
pasados
siglos
de
94
95
Personas mediterrneas respiran ms lento que las de alta montaa. La altura representa un
ambiente extremo [] Sin embargo hay poblaciones como los quechuas y aimaras en los Andes []
que viven y se reproducen en cotas cercanas a los 5.000 metros (Disponible
en:<http://www.efdeportes.com/efd42/altura.htm).
96
el ritmo psquico que, as como las ondas cerebrales, operan en diferentes fajas de
onda, presentando dos grandes dimensiones: la duracin rtmica y la altura
meldico-armnica (WISNIK, 1989, p. 19-20).
La msica presenta dos valiosos elementos formativos: el pulso y el ritmo,
dividido este ltimo en duracin y altura. Por ejemplo, golpear un tambor o caja de
resonancia como es el caso de los cantores bagualeros implica en un pulso
rtmico que ser diferente (o similar) en culturas que emplean este instrumento
(independientemente del continente o pas en que ella se encuentre). Algunas veces
golpearn con diferentes matices de velocidad (lenta, media o rpida) o
acompaando ese golpe con canciones cuya altura meldica sea propia de su
cultura (altisonante, aguda, grave).
Un sujeto de alta montaa (Bolivia, Per, Argentina), de las quebradas
(Quebrada de Humahuaca), o de los valles Calchaques (provincia de Salta), por
ejemplo, tendr una forma de ejecutar el tambor o caja de resonancia (Caja)
diferente de aquel perteneciente alguna cultura africana o afroamericana, debido,
principalmente, al factor sanguneo segn explica Wisnik (1989) -, a la altura sobre
el nivel del mar y a aspectos psicosomticos. Es posible afirmar que la msica
andina (quechua y diaguita, en este caso) era diferente de aquella que los europeos
conocan y ejecutaban en Europa, pero eso no significa que fuese de calidad
inferior o superior o igual una de la otra porque sus performances representan
su cultura y no un estilo.
Por ejemplo, los diaguitas (al igual que los incas), empleaban 5 tonos dentro
de una escala pentatnica mayor (5 tonos) que, diferentemente de la escala culta
europea, no utilizaba 2 tonos (mejor llamados de notas musicales).Segn Wisnik
(1989, p. 73), los intervalos bsicos de la serie armnica dan las referencias para
guiar el campo sonoro y delimitar en l un territorio. El intervalo ms importante es
el de quinta (5ta) que es la base para la construccin de las escalas pentatnicas
conocidas y empleadas ad continuum en todo el mundo (desde la China antigua
hasta el frica, Oceana y Amricas) desde tiempos inmemoriales. Ya la escala
diatnica (compuesta por 7 tonos o notas) era empleada en Europa por griegos y
romanos tan slo hace 2 mil aos atrs.
La escala pentatnica (en algunos casos mayor y en otros, menor) de las
culturas no-europeas estaba constituida de 5 sonidos o notas musicales a saber: do
re mi sol la. Por lo tanto, los diaguitas conocan y empleaban esa escala
97
mayor pentatnica del Do, formando una escala ascendente con las notas: do sol
re la m. Una excelente combinacin sonora que crea un aire de misterio,
calma, paisajismo. La msica, cuando forma parte del cotidiano de las personas
comunes, no precisa ser analizada desde un punto de vista culto, acadmico. Por
lo tanto, no les era importante ni preocupante a los diaguitas y a todas las culturas
prehispnicas, el saber la divisin de las escalas, sus tonos, semitonos, alturas y
accidentes (bemol, sostenido, doble sostenido, becuadro o doble bemol).
Originariamente, esta escala mayor - surgida en la Europa occidental a partir
de la esencia grecorromana - que empleaba una escala diatnica de 7 tonos no
posea una secuencia de grados conjuntos ascendientes o descendientes, sino
que era ejecutada por msicos ambulantes (juglares y trovadores) empleando un
acompaamiento repetitivo de una o dos notas. As los hacan tambin los diaguitascalchaques y otras culturas prehispnicas: cantaban empleando de una a tres notas
que usaban durante toda su cancin, repitiendo una especie de sonido ms bien
gutural onomatopyicamente representado por las silabas ji-ji.
Es importante resaltar, basado en el postulado musical de Alberto Williams
(1981, p. 34), que el tono es la localizacin de la escala diatnica en la extensin
sonora y que, diferentemente de la cultura europea occidental (que empleaba y
emplea la escala diatnica en sus diferentes tonos como unidades del discurso
musical occidental), las culturas prehispnicas (como la calchaqu) usaba, en su
discurso musical, la escala pentatnica mayor. La base del canto coplero el
sonido monocorde del ji-ji pertenecera tambin a culturas originarias; por su
vez, la forma de entonacin (de 2 o 3 tonos) sera producto de la hibridacin cultural
entre cultura originaria y espaola. Para entender lo que es una entonacin tritnica,
a continuacin, la figura que representa algunas de las variantes del canto tritnico,
usando tan solo 3 notas de la escala (mayor o menor):
98
99
los
mbitos
nativistas
extraos
la
prctica
tradicional
se
ha
100
= 8 slabas
= 7 + 1 = 8 slabas
= 8 slabas
= 8 slabas
44
101
102
103
De Alegra
(En poca de Carnaval
o
Encuentros
de
Copleros)
De Tristeza
Pcaras46 y Libidinosas
Sarcsticas
Un besito no es pecado,
me lo dijo mi confesor.
Si se da lengita y todo
al comienzo del amor.
De condicin social
Me ven de poncho
ushutas,
muchos se ren de m,
por juera, nada parezco,
por dentro, tal vez que s.
Morales
Alusivas al origen
104
MUJER
(responde
provocacin)
1 MOMENTO:
RESPUESTA AL HOMBRE:
cada
2 MOMENTO:
RESPUESTA A LA 2 PROVOCACIN:
Yo soporto a las pulgas
y a los piojos los aguanto.
Pero d esta garrapata
yo s que d eya me espanto.
Mocito, ya no me sirves
Nipa quitarme las ganas.
He probado otra cosa
que me hace cantar tonadas.
de
Tarija.
Disponible
105
106
Para
Balvina
Ramos48,
una
coplera
saltea
conocida
nacional
La explicacin de esta bagualera acerca de la Caja fue realizada en una entrevista en vivo en el
Canal 7 (TV Pblica), en el programa Ecos de mi Tierra conducido por Soledad Pastorutti y Marcelo
Iribarne, el 6 de noviembre del 2011. Disponible en:<www.balvinaramos.com.ar/> y
<https://www.youtube.com/watch?v=nrK_wYrSjlQ>. En Anexo, el video de esta bagualera y su
explicacin sobre la Caja.
107
108
109
de una herencia del pueblo originario que all habit? Cul es la relacin entre
sujeto coplero, su canto y la modernidad que presenta una ideologa a favor de la
tcnica y la materialidad (lucro versus perdida) en tiempos actuales? Existe una
diferencia en la comunidad de copleros de una zona rural a la de aquella que habita
los centros urbanos? es posible definir a un sujeto coplero de ambos gneros
como bagualero(a) rural o bagualero(a) urbano(a)? O ellos mantienen intacta su
memoria individual a respecto de su lugar de origen?
Presentaremos adems, otras entrevistas obtenidas durante la pesquisa de
campo (2015), convertidas en subtemas que podrn ayudar al lector y a la academia
a desarrollar nuevas percepciones que permitan realizar nuevas y ms profundas
investigaciones sobre el canto coplero andino, en sus gneros musicales de
baguala, vidala y tonada. La entrevista al escritor, poeta, estudioso literario de origen
tarijeo seor Fanor Ortega Dvalos es de una gran riqueza informativa que
permitir entender algunos pormenores de por qu el canto coplero andino fue
apropiado por la hegemona de lo folclrico, su diferencia rtmica, meldica y
armnica con el yarav peruano; adems, algunos detalles sobre constitucin de la
mtrica de la copla usada por sujetos bagualeros, vidaleros o copleros, ser muy
importante.
Asimismo, el encuentro con un icono de la baguala, doa Eulogia Tapia,
anciana cantora de 90 aos, originaria de la localidad de La Poma (provincia de
Salta), descendiente mestiza de diaguitas, permitir que el lector perciba el
comportamiento performtico de ella y pueda compararlo con otras performances
ms modernas. De sus opiniones particulares podremos responder a cuestiones
como: la baguala mantiene actualmente una complejidad sociocultural que
demanda estudios ms profundados del tema? Cul es esa complejidad
sociocultural? De qu manera este estudio, somero por cierto, al mismo tiempo en
que es uno de los primeros a ser realizados por un salteo, permite, - lejos de
aferrarse a conceptos ultrapasados como lo folclrico, la industria cultural, la
incipiente decolonialidad, el dominio masivo de lo popular, la presencia constante y
hegemnica de los medios audiovisuales un estudio de las performances
culturales y artsticas de un sector de la populacin andina, definidos aqu como
cantores copleros (de ambos gneros)?
110
49
Clases subalternas populares que se reubicaron en las periferias de las grandes ciudades.
111
112
113
114
permiti a una de sus hijas y a su nietita de apenas tres aos, cantar coplas. Y en
este fortalecimiento, la performances aprendidas y practicadas dentro del seno del
hogar representan el bagaje coplero que tanto puede usarse para un encuentro
casero-informal (como lo fue la entrevista realizada) como frente a un pblico amplio.
Por cierto, no existe performance verdadera (las realizadas en el cotidiano
del hogar) o artificial (las presentadas en eventos), porque ella representa ambas
cosas, ya que existe un juego de apariencias entre lo que es artificial50 y lo que es
verdadero; pues este ltimo concepto representa una prctica incorporada real,
representativa de un tipo de cultura, de un grupo social popular, adems de
representar las fricciones sociales, la resistencia y la sumisin que actan como un
termmetro social representado por el actor-performance. Con respecto al adjetivo
verdadero, el mismo es empleado por algunos tericos para representar una
prctica incorporada real, representativa de un tipo de cultura, de un grupo social
popular.
Sin embargo, la performance no debe estar aferrada a estos conceptos, ya
que ella es empleada, por un lado, para representar las fricciones sociales, la
resistencia y la sumisin tres aspectos que funcionan como un termmetro social -;
por otro lado, ella representa al artista que performatiza su arte, repitindola a cada
momento, modificndola, apropindose de otros estilos, y, como en el caso del canto
coplero, de otras coplas, y de otros elementos semiticos, mejorando su
performance a travs de la oralidad practicada ad continuum. Como explican Vich y
Zavala (2004), el valor de la oralidad, su discurso y su significado valen no solo por
sus imgenes contenidas aspectos semiticos - como tambin por el modo de
produccin y por las circunstancias en la que se inscriben. se es el valor real de la
performance, realizada para un pblico o en el interior del hogar.
El canto coplero puede ser considerado entonces como un binomio
representado por dos vocablos: resistencia y sumisin. Resistencia representada por
la manutencin de la costumbre de cantar coplas y por el discurso empleado, junto a
un tipo de vestimenta, el empleo de un canto tritnico y un instrumento de percusin.
La resistencia puede entenderse a partir de la participacin mayoritaria de las
mujeres copleras. Pero esa resistencia tambin muestra aspectos de sumisin por
50
Imitacin de la voz de un coplero por otro), gestos y vestimentas (principalmente gestos faciales y
ropa de gaucho tanto en la regin del noroeste argentino como sur boliviano, compuesto por poncho y
sombrero.
115
parte de ellas: por el gnero, por la fe ciega para con la iglesia catlica, o por su
condicin social de subalternidad. Ya los hombres demostrarn su resistencia al
sistema capitalista insistiendo en que ellos son del campo y que se obligaron a
vivir en la ciudad por necesidad econmica, como es el caso del bagualero Vzquez
que en la segunda entrevista manifest: mi tata cometi el error de traerme aqu a
la ciudad. Error que hasta hoy no me gusta (Entrevista realizada el 04 de julio del
2015).
La resistencia de este coplero est en negar la escuela como nico lugar de
aprendizaje y reivindicar la vida campesina, como lugar de lo popular. Como explica
Radford (1982, p. 47), al analizar el pensamiento de douard Glissant, la historia no
se aprende en la escuela o en los libros y s en la oralidad, a travs de la memoria
social, contada de generacin a generacin y cantada por los poetas. El deseo del
bagualero Vzquez, cuando nio, era el de aprender a travs de la oralidad,
practicando el canto coplero y, por medio de l, adquirir los conocimientos
necesarios para su realizacin personal. La explicacin de Vzquez condice con la
experiencia que tuve cuando fui maestro rural, segn lo expuse en el prlogo de este
trabajo. Est comprobado que la escuela, como institucin poltica controlada por el
Estado, da nfasis en la escritura y en el pensamiento racional, buscando apagar
de la memoria colectiva de los grupos minoritarios, toda marca de resistencia y de
elementos que sean diferentes. Beverley (2004, p. 192) critica el proceso de
educacin formal donde se produce y reproduce la relacin subalterna dominante,
cuyo nico objetivo es formar intelectuales que, siendo subalternos, irn
representar esta categora.
El nfasis a lo folclrico como es el caso de Argentina - hace con que
algunas prcticas incorporadas como el canto coplero sean dejadas en segundo
plano, porque el currculo escolar obliga a los docentes a ensear todo tipo de
msica folclrica, categora en la que el canto coplero an no se ha consolidado en
todo el pas, limitndose a algunas localidades e identificndose con el sector
minoritario subalterno. Como sustentan Polo y Pozzo (2011, p. 195), las diversas
realidades argentinas [] la hibridacin y el mestizaje cultural nos obligan a
mirar la educacin musical como un complejo devenir de prcticas culturales
atravesadas por el contexto sociocultural de las escuelas en que se imparte.
Certeau (1995, p. 141), sustenta que la escuela expulsa una parte
considerable de la cultura representada por actividades profesionales que no son
116
reconocidas como culturales. Y el canto coplero es una actividad que puede ser
considerada por muchos como profesional porque con sus performances, el sujeto
cantor tendr un ingreso material til para su subsistencia, adems de hacerse
conocer a nivel nacional e internacional. Tal el caso de los bagualeros Vzquez,
Bez y de las bagualeras Mariana Carrizo, Balvina Ramos. Micaela Garca y Karina
Guanca Aramayo, entre muchas otras eximias copleras. As, ensear a cantar
coplas no es tarea que muchos docentes defensores del pensamiento
etnocentrico y oligarca propio de las dictaduras militares - se preocupen en hacerlo,
aunque algunos de ellos, que pertenecen a este grupo minoritario con herencia
gentica de algn pueblo originario de la regin andina, fomentan tal prctica
incorporada.
Es el caso del maestro primario Luis Vargas, mestizo de calchaqu, que
trabaja en la escuela Domingo Faustino Sarmiento, el cual ha buscado incentivar a
sus alumnos, habitantes de Animan, poblado que se encuentra en los valles
calchaques, al sur de la provincia de Salta, casi limitando con la provincia de
Catamarca, cuna de los originarios calchaques. Al incentivar a cada alumno,
mestizo de esta cultura originaria, el docente consigue que la prctica incorporada
de cantar coplas que all la llaman de baguala no solo se mantenga como
tambin sea reproducida por las nuevas generaciones.
Para Polo y Pozzo (2011, p. 192), la msica tradicional es un referente de
identidad para los argentinos y forma parte de las prcticas artsticas valorizadas
como patrimonio cultural de la nacin. Pero, cuando el canto coplero pasa a ser
apropiado por la ideologa a favor de lo tradicional y lo folclrico, se pierde la
oportunidad de mantenerlo como performances que representan, sobretodo, el
momento privilegiado de la recepcin de un enunciado potico, aquello que, para
Zumthor (1995, p. 51), es un texto potico performatizado que permite a la audiencia
percibirlo y apreciado. Porque eso es la performance: un acto de presencia en s
mismo donde el mundo est presente a travs del sujeto coplero. El canto coplero es
libre y representa lo no-hegemnico, lo subalterno, lo que resiste pero al mismo
tiempo se convierte en cmplice de lo actual, de la industria cultural y de lo
hegemnico, como forma de sobrevivencia.
117
lo
118
Director Nacional del Consejo Federal del Folclore de Argentina COFFAR, residente en la ciudad
de Salta y entrevistado por m en julio del 2015. En Anexo, la entrevista in supra mencionada.
119
a ser rural. Luego, los conceptos como popular y folclore marcan un territorio de
diferencias sociales. Al analizar las prcticas incorporadas de las culturas originarias
surge la problemtica de la hegemona discursiva en su complejidad sociocultural
cuya tendencia es rotularlas como folclore.
Adems, como parte de lo masivo, al vivir una transicin del colonialismo
moderno hacia la colonialidad global, las tecnologas consiguieron que se perdiese
el aura original de una obra de arte al conseguir reproducirla y recrearla. As ocurre
con la performance cuando es apropiada por la industria cultural y presentada en
eventos ante una audiencia desconocida. Este fenmeno acontece, no solo en la
regin andina con el canto coplero, como en otras comarcas latinoamericanas, por
eso hay que analizarse en su proceso histrico y geocultural en su contexto
capitalista y de la industria cultural (CASTRO-GMEZ, 2007, p. 13).
Para Martin-Barbero (2015, pp. 235-255), lo masivo ser atravesado por
nuevas tensiones nacionales de lo popular, nuevos conflictos y resistencias movidas
por un pensamiento transnacional. En su primer momento, surge la idea de una
nacin moderna asociada a la idea el progreso y as ser empleado el vocablo
masivo: lo que representa las masas en las ciudades. Luego, despus de los aos
80 este vocablo ser empleado por los medios de homogeneizacin y control de
masas y, ya en el siglo XXI, ser usado para representar un proceso continuo de
modernizacin a travs de nuevas tecnologas.
Lo masivo, en la regin andina, representa mucho ms la presencia de las
masas populares subalternas que viven en las ciudades, formando las villas
perifricas y manteniendo su memoria colectiva con vestigios de lo rural pero con
miras en el empleo de las nuevas tecnologas para sobrevivir. Representa la
manutencin de una prctica incorporada de algunos sectores menos favorecidos y
marginalizados como son los inmigrantes latinoamericanos y los mestizos de
culturas originarias que habitaron el territorio andino.
Es el caso de muchos copleros de ambos gneros como los bagualeros
Bez y Vzquez que se vieron obligados a dejar su lugar de origen para buscar
trabajo en la ciudad de Salta, viviendo desde lo urbano y lo masivo, forma parte de la
discografa regional que creci desde los aos 80, permitindoles mostrar sus
performances y archivarlas en CDs para ser vendidos. Este aspecto nos remite a
Zumthor (2005, p. 71) para reflexionar sobre la diferencia entre la performance
mediatizada (que necesita la expansin de la voz y los instrumentos con el uso de
120
121
52
122
Catamarca)
la
vidala
(o
vidalita53)
junto
con
otros
ritmos
Llamada as en la provincia de Santiago del Estero, Argentina, segn mencion Dvalos durante su
entrevista en el 2015.
123
54
124
El largo camino que recorri la baguala, desde el encuentro entre dos culturas
aportando cada una de ellas un elemento; la copla espaola y el ritmo indgena jiji, hasta convertirse en una prctica incorporada empleada por una clase
subalterna, est dejando, en este tiempo neoliberal, de ser solamente un tipo de
performance mantenida en la oralidad para ser usada por la hegemona criolla como
ms uno de los mecanismos de la tecnologa (representados por empresarios de
grabadoras) y la poltica (sustentadora de la ideologa del folclore como elemento
unificador de un tipo de cultura nacional) produciendo, como explica MartinBarbero (2015, p. 40), una dupla negacin: la negacin de lo cultural-popular y la
negacin del proceso histrico de esa cultura popular- importante en la formacin y
manutencin del canto coplero como canto popular -; lo que lleva a resaltarlas
diferencias culturales sumadas a la complicidad entre grupos sociales subalternos
y el hegemnico en un vaivn de dominacin, aceptacin-sumisin y exclusin por
parte de la elite criolla. Al quedar el canto coplero sin sentido histrico, surge visible
una cultura patrimonio, o cultura-folclore. As, por un lado, est lo hegemnico,
controlado o mantenido por la ideologa del folclore, donde el bagualero o vidalero
deben vestir a carcter para representar una tradicin y un arquetipo popular
argentino: el gaucho.
Fotografa 12 -Bagualero Severo Bez y Rosita Herrera en Salta, 2015.
125
126
el rea de dispersin de las bagualas abarcara las provincias
argentinas pertenecientes a la regin Noroeste del pas (Jujuy,
Salta, Catamarca, Tucumn y La Rioja), ms las zonas
atacameas y diaguita de Chile y la provincia boliviana de
Tarija, que perteneci al territorio argentino hasta 1826
(CMARA DE LANDA, 2006, p. 248).
La otra forma, presa por voluntad del sujeto coplero de ambos gneros -a la
industria cultural neoliberal actual y a la hegemona de la burguesa criolla, seran las
performances realizadas en vivo para diferentes tipos de audiencias con la principal
finalidad de lucros econmicos y obtencin de un reconocimiento social que le
permita al bagualero o bagualera ascender econmicamente a travs de su trabajo
artstico. Es el caso del bagualero Bez, entrevistado el 12 de Julio del 2015 en su
residencia, localizada en un barrio perifrico de la ciudad de Salta 56. Este coplero,
oriundo de la localidad de La Poma, provincia de Salta, es internacionalmente
conocido; sin embargo, vive en una humilde residencia localizada en Villa Primavera,
ciudad de Salta. A pesar de l ser oriundo de La Poma, en la Puna saltea, se radic
hace muchos aos en la ciudad de Salta en busca de un mejor futuro para l y su
familia, consiguiendo sobrevivir gracias a sus performances de bagualas de
diferentes regiones que l sabe performatizar de manera eximia.
Las coplas entonadas o cantadas forman parte de la dinmica cultural de
la regin andina y permiten apreciar el acto performtico de cada actor y su
conducta artstica cada vez que las performatice, sea en su da a da o frente a un
pblico diferente en cada ocasin, porque las performances son actividades
humanas que restauran a cada vez que se las emplean, conductas practicadas dos
veces, actividades que se realizan una y otra vez, hasta el infinito (BIANCIOTTI;
ORTECHO, 2013, p. 127).
Este acto performtico de los copleros presenta marcas discursivas tanto de
resistencia como de temas populares que agradan a todos, pues representan
sarcstica o irnicamente momentos de la vida cotidiana de todo ser humano: amor,
odio, venganza, traicin amorosa, etc. Como ejemplo, estn las coplas
performatizadas por un bagualero apodado El Gaviln que se present en el
Festival del Locro (2015):
56
En Anexo, la Entrevista realizada a este coplero, el da 9 de Julio del 2015, en la ciudad de Salta.
127
= 8 slabas
= 8 slabas
= 7 slabas
= 4 + 1 slabas
= 9 1 = 8 slabas
= 8 slabas
= 10 2 = 8 slabas
= 8 slabas.
= 8 slabas
= 8 slabas
= 9 1 = 8 slabas
= 8 slabas
57
128
variaciones
culturales
hoy
en
da
entre
comunidades,
debido
129
constituye una forma de pensar del sujeto andino que tiene sus
130
expresiones culturales que representan la idea de pueblo nacional creada por las
elites (SANTOYO, 2006, p. 6).
Folclore, por lo tanto, est ntimamente ligado a la memoria individual,
colectiva y social de un grupo humano, mantenido como sinnimo de cultura
popular. Por un lado, la memoria (como fue explicada en el captulo I Introduccin)
es inherente a todo ser humano y, cuando varios se juntan, constituyen y mantienen
por el tiempo que as lo decidan, una memoria colectiva que, para la comunidad de
sujetos copleros representar su geografa, elementos de la Naturaleza, su lugar de
origen, entre otros tpicos a ser resaltados. Todos los sujetos bagualeros que fueron
entrevistados o filmados durante una performance pblica (Festival del Locro)
siempre resaltaron de donde son oriundos, aunque solo dos (las mujeres bagualeras
Gaspar y Lencia), en diferentes lugares y entrevistas, insinuaron su origen indgena,
sea por el color de la piel o por alguna costumbre ancestral.
As, sin redundar en esta categora, es posible responder a la cuestin
supracitada a partir de lo que Gondar y Dodebei (2005, p. 8) explican sobre la
memoria: ella se insiere en un campo de luchas y de relaciones de poder. Si bien es
cierto que la comunidad de sujetos copleros no participa de una continua lucha
contra el poder hegemnico, si lo hace en luchas metafricas del cotidiano,
buscando cada cantor o cantora de bagualas, vidalas y/o tonadas obtener el
reconocimiento del pblico, de la clase hegemnica - que dicta las reglas para ser
parte de lo folclrico de esa regin -, de la media y la industria audiovisual y de su
destino de haber nacido en una comunidad subalterna y soar el sueo capitalista
que imprime el pensamiento actual.
Para el director actual del Consejo Federal del Folclore Argentino-COFFAR,
seor Pont (2015), la importancia del folclore en la regin andina permite la
preservacin del patrimonio cultural, de Salta y de la regin del norte argentino.
Cuando le comento sobre el valor bastante enftico que se le da al folclore en esa
regin considerado un patrimonio inmaterial, Pont responde que la esencia de toda
la regin nombrada por l es folclrica: en Salta se respira folclore, porque la cultura
es para el salteo, algo primordial. O sea, para los folcloristas como Pont (2015),
cultura es sinnimo de folclore y como resultado de esta simbiosis, surgen las
innmeras instituciones culturales de diferentes reas que vienen trabajando
constantemente tanto en la msica, como en el arte, la investigacin, la historia.
Cultura y folclore, dos enunciados y un nico resultado.
131
58
Guerra que trab el general Gemes con sus gauchos contra los espaoles que, del Virreinato del
Per intentaban retomar tierras ya independientes de Espaa, por orden del rey Fernando VII, entre
1815 y 1825. Disponible en:<http://www.iruya.com/content/view/256/45/>.
59
A pesar de que el salteo contemporneo quiera negarlo, los gauchos del terrateniente criollo de
origen vasco, General Gemes sirvieron para defender los intereses de criollos ricos a travs del
adoctrinamiento a favor de una comunidad imaginaria: la nacin.
132
de
decolonialidad
que
es
necesario
en
Latinoamrica,
para
133
134
p.
11),
nos
advierte
sobre
los
acontecimientos
socioculturales
latinoamericanos que vienen producindose desde final del siglo XX hasta ahora: el
devenir social de la cultura y la comunicacin dependen de la relacin de stas con
las tecnologas audiovisuales, informticas con poderosa fuerza econmicocultural que la podramos definir como una poderosa industria cultural aferradas a
una ideologa neoliberal que, en vez de socializar, hace lo contrario: desocializa.
Pero, tal vez, lo que el COFFAR y otras entidades culturales del norte
argentino, as como de Bolivia, Paraguay, Chile, etc. estn haciendo, es que para no
perder ese patrimonio cultural inmaterial de los performers - de cualquier gnero
musical catalogado como folclrico - nada ms hagan que asociarse por
conveniencia a esa hegemona de la industria cultural; pues, en esa asociacin
confabulada entre la poltica representada por Entes gubernamentales y las
tecnologas, el objetivo principal que es asociacin busca es el de legitimar al
mercado cultural a travs del poder de los medios masivos. Como aconseja Garcia
Canclini (2015):
a la hora de construir polticas culturales que enfrenten los
efectos desocializadores del neoliberalismo, ser importante
tener en cuenta que esas tecnologas inciden en las industrias
culturales para la construccin econmica y poltica de una
regin (CANCLINI, 2015, p. 11).
Tal vez por ello, como opina la profesora Dr Diniz (2016), los bagualeros de
Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumn, Santiago del estero, La Rioja y el sur boliviano
(Tarija) parecen depender de una nica visin sobre el patrimonio impuesta por la
hegemona del folclore y de la elite criolla desde el siglo XX tanto por Pern como
por los gobiernos militares que asumieron la presidencia del pas. Adems, el
nfasis que se le da a la cuestin del mestizaje en toda la regin andina tambin
parece estar asociado a la industria cultural asociada al folclore para sustentar que
gneros
musicales
considerados
tradicionales,
telricos
deben
ser
135
136
corroborarlo
expuesto
aqu
sobre
performance
del
canto
coplero
137
El canto de Doa Lencia que podra ser considerado como una tonada,
mucho ms que una baguala - es caracterstico y representativo de la regin
montaosa. La acentuacin rtmica que le da a sus coplas es de un ritmo rpido en
6/8. Recordemos que este ritmo representa un vals rpido, imponiendo un pulso que
representa al pulso sanguneo de los habitantes de las altas montaas cuyo corazn
bombea ms rpido la sangre a diferencia de los habitantes de regiones que estn a
nivel del mar. La entonacin de esta coplera, diferente de su ritmo, se aproxima a
un lamento y presenta una diccin de difcil comprensin, debido, principalmente, al
tono muy agudo de su canto:
138
Los dos ltimos versos no han sido repetidos. La performance de esta coplera
demuestra su profesionalismo, porque las performances que ella realiza son
representativas de una prctica incorporada que constituye el repertorio de esta
coplera, sea donde ella se presente (festivales, fiestas patronales, reuniones de
vecinos o amigos, individualmente, etc.). La segunda copla que ella canta, usa el
mismo primer verso anterior:
De Nazareno hei venido,
volando como un papel (2 veces)
Dando vueltas por el aire
como hilo carretel.(yiipi-yiipi)
139
la
clase
hegemnica.
Obsrvese
que
el
grito
ha
sido
cambiado
60
140
Quiere cantar una copla en agradecimiento, pero, como no est con su caja,
la recita, para despus entonarla como un canto gregoriano:
Aqu estn porque han venido = (10 2 = 8 silabas)
Qu ms quieren que lo diga?
= (8 silabas)
Solo le pido a Diocito
= (9 1 = 8 silabas)
y que la Virgen los bendiga. = (9 silabas)
141
Al cantar otras coplas, ella se define como una persona diferente de los que
son forneos y se encuentran presentes en ese momento:
Soy esa vaquita negra
que anda por la lomada.
En mi pelo traigo coplas
62
y en el resello , tonadas.
Yo soy hija de la nube
pariente del aguacero.
Vivo en los cerros ms altos,
63
donde me alumbra el Lucero .
Esa forma de performatizar coplas a travs de la voz nos remite al valor a ella
dado por Zumthor (2000, p. 21) cuando explica que una performance oral, se reviste
de elementos performticos no textuales como personaje, juego del interprete,
audiencia, circunstancias, ambiente cultural y relaciones intersubjetivas entre la
representacin y lo que es realmente una vivencia. La vivencia de doa Eulogia es
su hbitat montaoso del cual pocas veces sali. Una vivencia de convivio con la
Naturaleza (elementos, vegetales y animales).
Al identificarse con una vaquita negra, nada ms hace que reconocerse en
su mestizaje, que no la ofende pero la hace relucirse de los otros. es indmita
porque anda por los cerros. Es coplera y eso la hace partcipe de la comunidad
exclusiva de quien domina el canto coplero, el arte de hacer, recrear y
reperformatizar coplas y cantarlas en diferentes ritmos como baguala o tonada. Por
eso, como explica la profesora Dr Alai Diniz Garcia (2016) ella es hija de la nube y
pariente del aguacero. Nube que es un constante en el paisaje andino, algo que
est y desaparece ipso-facto de la vista, algo inalcanzable pero tangible cuando se
transforma en aguacero. Los cerros altos le dan poder de altura, aumentan y
mantienen su autoestima de bagualera en lo alto. La luz del Lucero es su gua, as
como metafricamente lo fue para los Reyes Magos segn la cosmogona cristiana.
Pero la subalternidad, tanto de ella cuanto de la bagualera Lencia las obliga a
representar una imagen que no les corresponde: la del gaucho salteo, el fiel
escudero del criollo blanco Martin Miguel de Gemes, porque ambas visten
sombrero gaucho y poncho salteo. Se percibe en esta anciana bagualera la
62
Vocablo espaol antiguo que probablemente signifique la marca que se le da a un animal bovino,
mular, caballar - a fuego.
63
Representa al planeta Venus, que en noche estrellada se lo vislumbra con luz brillante. Disponible
en:<http://es.thefreedictionary.com/lucero>.
142
inherentes a los
habitantes de pequeas
64
1. interj. p. us. U. para dar por cierto o asegurar lo que se dice, a veces con resignacin o
indiferencia. Disponible en:<http://dle.rae.es/?id=bTNdqUR>.
143
siglos de despotismo espaol, el festejo se repite ao tras ao, a partir del momento
en que la iglesia catlica perdi su poder hegemnico, desde los aos 40. Por eso
es un evento importante donde performances acontecen, producidas y apreciadas
por una gran audiencia. Y es por eso, que muchos sujetos copleros harn referencia
a esta festividad pagana, apropiada por la industria cultural, la clase poltica y la
religiosa, ya que la Iglesia Catlica la acepta como parte del ritual supuestamente
cristiano. Como toda performance se relaciona con el cuerpo del performer y con el
espacio fsico donde esta inserido, se constituir un lazo donde tenga gran valor la
teatralidad, segn lo explicado por Zumthor (2000, p. 47).
Pero durante la presentacin de doa Lencia, esta copla sobre el Carnaval,
no condice con el espacio fsico donde ella est presentando su performance del
canto coplero. Primero porque es un da muy frio, invernal. Segundo porque la
distancia de fechas carnavalescas es muy amplia y as, su teatralidad de performer
es desconsiderada por el pblico, ganando menges aplausos. La performance de
esta bagualera representa su aspecto pulsional, su actividad creadora, liberada de lo
que Foucault (2007) llama de aparato de control social. Eses es el valor del sujeto
performer, independiente de su clase social, su condicin de mestizo o su
pertenencia a una determinada cultura.
144
o aceptando
145
Adems,
en
estos
tiempos
de
modernidad
decolonial,
algunas
146
CONSIDERACIONES FINALES
coplas
mayoritariamente
annimas,
modernizndolas,
65
147
148
El canto coplero no est detallado como parte de ese folclore salteo, lo que
lleva a preguntarnos si su ausencia es una forma de destituirle el lugar que merece
como prctica incorporada fruto de una hibridacin pero con una fuerte marca de los
originarios del lugar, conocidos como diaguita-calchaques. El vocablo baguala es
encontrado en este Currculo (2014, p. 455), en el NAP66 para el Quinto Ao, del
rea de Lengua y no de Msica -, Eje: Elementos y Prctica del Lenguaje,
donde se sugiere al docente ensear sobre melodas propias de la regin en modo
mayor, menor y pentatnico, practicando la audicin reflexiva (a fin de discriminar la
altura meldica); el ritmo, la mtrica (pulsacin regular, irregular); diferenciando
compases binarios y ternarios (explicados en el captulo II de este trabajo).
Todo parece maravilloso en estas orientaciones curriculares a no ser que,
ms adelante, aparece nuevamente el pensamiento colonial moderno y su
hegemona a favor de lo folclrico. En el Currculo (2014, p. 456), mismo Eje, mismo
ao de estudio est escrito que el docente debe ensear: ritmos caractersticos del
66
149
150
sobre la decolonialidad propuesto por Mignolo (2007), procuraremos verlo como una
prctica incorporada que forma parte del repertorio cultural de un grupo social
andino, an en proceso de afianzamiento en el marco de las relaciones de poder
que continan por el lado hegemnico, a reivindicar las tcnicas, la razn y lo
folclrico y, por otro lado, las resistencias de la clase subalterna, considerada por
Martin-Barbero
(2015,
p.
82)
como
representativa
de
lo
popular-masivo,
aproximndose de lo que Walter Benjamin (1982) piensa sobre las masas, no como
algo nefasto surgido del rencor social y si cono el signo de una transformacin social
que encontr finalmente su sentido en esta vida. El origen de las coplas an
contina en discusin. Para algunos, el canto coplero, en una forma inicial, ya exista
antes de la llegada de los espaoles, como lo sustenta Nardi (1979, p. 29), cuando
justifica que los diaguitas posean dos tipos de canciones: una, la baguala y otra, el
ji-ji. Para otros:
la observacin de los ejemplares de copas y bagualas inducen
a suponer un origen mixto de sus componentes: sistemas de
frecuencias y timbre americano prehispnico, sistema literario
espaol, sistema rtmico procedente de ambos continentes
(CMARA DE LANDA, 2006, p. 250).
151
152
67
Disponible en:<http://www.minedu.gob.bo/files/Doss2_6_Curriculo_Base_SEP.pdf>.
153
por una clase subalterna principalmente por individuos del gnero femenino que
precisaran un estudio ms profundo sobre coplas y su relacin con este gnero
humano.
El folclore es un concepto polismico y, cuando es empleado a favor de lo
hegemnico sinnimo del poder de turno no es productivo ni eficiente, porque al
separar y clasificar, impide que haya una transformacin y que muchas
performances desaparezcan al no ser consideradas como una prctica incorporada
y si apenas, como algo efmero. Para Carlos Brando (1984, p. 9), para muchos, la
palabra folclore representa todo lo que el hombre popular hace y reproduce como
tradicin. Desde este punto de vista, no sera malo hablar de folclore. Pero este
vocablo encierra una pequea parcela de las tradiciones populares (aquella que es
determinada y escogida por la elite y no por el pueblo). Para algunos, folclore
representa a la cultura, pero para otros, este vocablo no existe o representa una
utopa, pero lo que s es verdadero y real es la cultura popular. Parece que,
conforme explica Brando (1984), folclore y cultura son conceptos sinnimos. Pero
para los estudiosos de la performance no es as: el folclore representa una memoria
archivista y la performance muestra prcticas culturales que muchas veces son
dejadas de lado por su carcter efmero.
Pero las performances, a pesar de ser efmeras, se renuevan, se mezclan, se
reperformatizan a cada vez que un sujeto las practica. Si, para el COFFAR es
importante el folclore porque permite rescatar un bien cultural que se est perdiendo,
para muchos tericos que emplean los estudios performticos para entender las
diversas prcticas culturales que acontecen en el mundo y, en nuestro caso, en
Latinoamrica andina, el folclore es algo que cristaliza.
154
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Disertacin de Maestras
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reprodutibilidade e reperformance em Marina Abramovi / Jos Ricardo Goulart.
Universidade do Estado de Santa Catarina. Programa de Ps-Graduao em Teatro.
Mestrado em Teatro. Florianpolis, 2016.
163
ANEXOS
la copla viene de los primeros cancioneros que salieron en Espaa. El primero fue el
Cancionero de Baena. Estos cancioneros recogan viejos romances. El romancero
espaol es la base fundamental de donde surgi la copla. Isaac J. Hassam, el judo,
recopil casi todos los romanceros espaoles. Menndez y Pelayo comienza a utilizar el
romancero como fuente principal para los cancioneros populares en Espaa, aunque el
primer cancionero surgi en Italia, con Petrarca que hizo un cancionero tosco.
La berenjena no es espaola. Ella sali de la India pero la trajeron los rabes a Espaa
y en 700 aos lleg a ser folklore el comer berenjena con queso. Este vegetal aparece
en el Cancionero de Baena por primera vez trado por Baltasar del Alczar:
Tres cosas me tienen presos
de amores el corazn:
la bella Ins y jamn
y berenjena con queso.
-Ah vemos la influencia netamente del sejel, uno de los gneros rabes que trajeron a
Espaa, sobre todo a Andaluca. Estos gneros son: el sejel, la moaxaja - un cuarteto
octosilbico del cual surgir la copla actual y la casida que tuvo mayor influencia con
los gallegos que crearon de ella las cantigas de amor. El sejel tuvo mayor influencia en la
zona castellana. De l surgen los villancicos, canciones groseras de los villanos de
Espaa que en el 1200 sufren una modificacin y se convierten en temas religiosos,
cambiando la letra de estas canciones profanas y dedicadas al nacimiento del nio
Jess. Por eso hasta hoy, existe el concepto de que la copla es la cancin de las clases
bajas.
164
noroeste, pero en Bolivia es usado por las clases pobres, del campesino ms humilde,
del mestizo y del indio chapaco.
La copla esla estrofa o la letra que se utiliza para cantarla ya sea en forma de
baguala en la regin de Salta y Jujuy; como vidala o vidalita en Santiago del Estero,
Tucumn, Catamarca y parte de la Rioja, como tonada en Tarija; como ranchera en
Mxico, como copla llanera en parte de Venezuela y parte de Colombia, etc. Todos los
ritmos son latinoamericanos, siempre usando la copla espaola que se vino de Espaa
por dos corrientes: al Caribe con el fandango - y al sur con la jota cordobesa -. Es la
letra lo que importa. Un ejemplo de copla apropiada por mestizos puede ser sta:
Maimanta traje fiesta
Maimanta plata
Pa colmo mi mulita
Camina gata.
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-Tarija es una regin donde hay la mayor riqueza meldica para cantar coplas. Aunque
sea la misma copla. Para cada festividad hay un tipo de tonada que tiene como base la
copla octosilbica aunque hay excepciones.
No. La verdad es que no pude encontrar trazos. Lo mximo que encontr fue un yarav
de amor (el triste) que all por 1800 lleg incluso hasta la Patagonia (trnsito cultural).
Melgar ha sido uno de los grandes difusores del yarav. A respecto del yarav, es
interesante el estribillo del mismo. Los ritmos que ms perduran son los que tienen
temas de amor.
Sugiero al seor Dvalos que el yarav es una amalgama del ritmo quechua con
la copla espaola. El entrevistado explica que posiblemente puede ser una
amalgama, pero que es casi imposible encontrar yaraves antiguos cantados en
quechua sea porque tienen vergenza de cantar en esa lengua. A respecto de la
temtica picaresca de las coplas, Fanor me explica que:
-
Esa picarda fue empleada por los pueblos para burlarse de los gobernantes, como
ocurri con el villancico. Es una forma de rebelda, y la copla surgi como una condicin
poltica pero tambin con la temtica de amor y otras veces, como smbolo del
patriotismo sudamericano, como es el caso de la siguiente copla:
166
No es cuestin de irse muy all y resaltar la cuestin del folklore. Hay pueblos como
los de Catamarca que ellos insisten en decir que son descendientes directos de los
Incas. Yo soy seguidor del seor Jos de Guardia de Pont. Para m, el folklore nos
permite defender y mantener las tradiciones autctonas y nos libra de la globalizacin.
Aceptar culturas extraas es permitir que otras culturas nos sometan. El folklore ayuda a
que los pueblos mantengan su propia cultura. Es el caso de Salta, mucho ms que en
otras provincias argentinas.
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Insino que tambin el sur matogrosense del Brasil, a lo cual l condice conmigo.
Contina su explicacin:
-
La forma de tocar (los ritmos) en esa regin son muy parecidos. Todos los habitantes de
esa regin chaquea son parecidos. No hay fronteras (culturales). Por ejemplo, el
Encuentro de Violineros que se hace en algunas localidades de Formosa demuestra que
todos tienen la misma forma de tocar: el chapaco tarijeo toca el violn de la misma
forma que lo toca el chaqueo de Salta. Ya en el valle hay canto derivado de cantos
originarios porque el indgena ya tena el ritmo. Lo nico que adosa, cuando llega el
espaol, es la copla. O sea, la letra, picaresca; porque la copla, mal llamada de Arte
Menor por la Literatura, es una literatura picaresca referida a cuestiones de la vida,
principalmente a cuestiones ntimas, religiosas. El indgena o aborigen, luego
sincretizado en gaucho (o criollo) va a tomar esas coplas y va a transmitir su sentir y su
pensar por medio de la msica que l tena. Ahora bien, el originario tena su ritmo, no
tena meloda; la meloda venia de Europa. El indgena usaba cualquier cosa como
instrumento de percusin. Un ejemplo de ritmo montono es el ji-ji del norte argentino.
Luego se le incorporar la copla y va a cantar el bagualero del norte argentino con ese
ritmo y segn la regin. Por ejemplo, en diferentes partes de Iruya con comunidades
coyas vas a sentir diferentes cantos con diferentes tonos de voz y diferentes ritmos. Ya
en la zona de la selva el canto ser diferente, aunque est dentro de una misma regin
geogrfica con ritmo absolutamente diferente.
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Todos los gobiernos han tratado de manipular la cultura y usar el folklore. por ejemplo,
en 1880 la oligarqua criolla quiso eliminar al gaucho y ya haba eliminado al indio. Luego
vienen los inmigrantes europeos (la chusma) con ideologas como el fascismo, el
anarquismo, el sindicalismo. Es entonces que la oligarqua criolla resucita al gaucho
para enfrentar una nacionalidad que no exista porque siempre el criollo argentino mir a
Europa. As la oligarqua crea el arquetipo argentino: el gaucho y manipul el folklore.
Luego viene el radicalismo que reivindica la idea de un gaucho socialista (en la figura de
Martin Fierro y Don Segundo Sombra). Siempre hablando de un gaucho que ya no existe
pero que sirve como esperanza. Despus viene el peronismo que hace inmediatamente
un trabajo reivindicatorio del trabajo folclrico y de lo popular. Crea el Instituto Nacional
de Antropologa y Folklore. Surgen folclorlogos como Carlos Vega e Isabel Haretz y
nace la Folclorologa con gran fuerza y reivindica la figura de Rosas comparndola
con el gran Pern. Siempre el poder de turno quiere homogeneizar [conceptos
ideolgicos) para poder dominar [al pueblo]. Eso es fundamental y hay que tener mucho
cuidado porque todos los intentos de movilizacin fracasaron. Por qu? Porque el
folklore y la cultura no dependen del poder de turno ni de los medios de comunicacin.
No depende de la voluntad de pocos porque es del pueblo. Es del saber del pueblo, es
popularEs ah donde los folklorlogos trabajan, para decir la verdad Para hacer salir
la verdad Porque no se puede apreciar lo que uno no conoce ni defender lo que no se
quiere defender. Actualmente se trabaja para buscar la verdad, respetando tres
aspectos: investigar, estudiar lo investigado y preservar el patrimonio cultural.
171
por la UNESCO y que no tena una ley de proteccin a nivel provincial que
presenta un cuadro de devastacin, polucin (visual, auditiva), depredacin,
contaminacin cultural y fundamentalmente, prejuicio para los originarios que viven
en la zona que no tienen esa visin de lo que es la propiedad privada
Son los corruptos que compraron tierras fiscales y se las sacan a los originarios que
hace miles de aos que ah viven. Lo mismo pasa con el Camino del Inca. La UNESCO
quiere apropiarse de ese patrimonio que poco a poco, ser depredado porque la
provincia no tiene presupuesto para cuidarlo. se es el problema de la patrimonializacin
de la UNESCO.
Lo que pasa es que hay muchos nombres. Por ejemplo, el bagualero Vzquez es
importante por su experiencia y porque ha conocido mucho mundo. Tiene su tendencia y
su forma de ser. otros serian Severo Bez, Juan Jaime, Rosita Herrera, los Becoyas que
vienen de Iruya, Mara del Carmen Lobo, etc. En cada regin que vayas encontrars 20,
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30, 40, 50 bagualeros y uno mejor que otro. Uno ms viejo que otro. Esta cultura es
inagotable y se va transmitiendo de generacin a generacin.
sta es una cuestin que va de la mano del COFFAR. Estamos trabajando por la
Primera Academia Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial y es por eso que este
encuentro es para ponerse de acuerdo con los pueblos originarios. hemos convidado
para participar de la organizacin a dos mujeres de pueblos originarios porque el
COFFAR se mueve por direcciones regionales. Hemos creado una Direccin Regional
para los pueblos originarios y hemos convidado a dos mujeres para que sean Directora y
Sub-Directora. Una es de la comunidad coya y otra - una Waira, del Consejo de
Ancianos -, representante de los pueblos diaguita-calchaques. Ellas han entendido que
nosotros queremos la integracin. Queremos la integracin y no la inclusin. En la
inclusin hay una relacin de poder y en la integracin las personas deciden hacerlo.
Este primer encuentro de la hermandad de las culturas porque somos hermanos, porque
tenemos la misma historia, la misma geografa. Este encuentro ser histrico partiendo
del concepto de que existen vestigios culturales igualitarios.
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Pregntenle a mi sombrero
l les dir la verdad.
La mala noche que paso
y el sereno que me da.
Vengo de medio del monte
como todo chaqueo.
En el verano con las vacas.
Slo, para el invierno.
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Andte, andte
yo me quedar (2 veces)
haciendo errar mi caballo
maana te alcanzar (2 veces)
Ahicito, ahicito
en la planta de maicito (2 veces)
yo le hei dicho a la viditay
que me espere por ahicito (2 veces)
Que esta flor solo se planta
a principio de Ao nuevo (2 veces)
A buscar amor se ha dich
y amor que no tenga dueo (2 veces)
Vidita cuando tei visto
le dije a mi corazn: (2 veces)
que piedrita tan churitay
yo me gano un tropezn. (2 veces)
Piedra soy en el camino
piedra soy, piedra hei de ser : (2 veces)
el que tropieza conmigo
luego cae a mi poder : (2 veces)
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El barullo del ambiente no permite que se entienda la ltima copla recitada por
Aguirre. Recibe tambin aplausos. Luego es la vez de otro poeta: Jos Cantero
Verni que, calladamente estuvo escribiendo sus coplas para ser performatizadas, al
igual que Aguirre, a travs del recitado:
El brasileo-argentino
buscando coplas lleg
entrevist a la Rosita,
Juan Jaime y Fanor.
Despus sigui con la charla
con la coplita del Gringo
que cobr para dar la nota
cinco botellas de vino.
Vctor Hugo, reportero
que a Salta vino a buscar
las coplas y las bagualas
que a Foz do Iguau llevar.
O argentino-brasileiro
das coplas quer beber
As coplas do sentimento
mesmas coplas do querer.
Es salteo, Vctor Hugo
ahora de Foz, ciudadano,
reportando las coplas
pa cantarlas todo el ao.
Que viva la copla, que viva!
el vino y el buen vivir
Que viva el pueblo argentino
y tambin el del Brasil!
La copla, con la baguala
en Brasil van a quedar
as la cantan con fuerza
desde la sierra hasta el mar.
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(2 veces)
(2 veces)
(2 veces)
(2 veces).
pues, como
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Si la piedra de tu calle
tuviera sentimientos ( 2 veces)
Cada vez que yo pasara
llorar de sentimiento (2 veces)
Todos quieren hacer lea
de un rbol que est cado (2 veces)
Apuesto a que no lo haran
de un rbol florido (2 veces)
180
el
locro.
Tambin
estaban
otros
vendedores
de
artesanas
69
181
182
-Ustedes saben que la copla est por todo el mundo. Su origen es el latn
183
(9 silabas)
(8 silabas)
(8 silabas)
(9 silabas)
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alturas andinas, como un pimpollo que brota en medio del desierto rido de la Puna.
En el discurso de la coplera Micaela, la representatividad de ella, como argentina, se
debe no al hecho de tener una identidad que lo comprueba y s al de cantar coplas
que hablan y muestran esa argentinidad o salteidad, como explic el seor
Pont (2015) durante la entrevista realizada: el salteo respira salteidad, se
siente dueo y portador de una cultura.
A respecto de la mtrica, rima y entonacin es posible definir la performance
de esta coplera como una prctica incorporada que viene de mucho tiempo atrs,
preparada para una audiencia. Aun as, es importante como performance porque
muestra la capacidad artstica de esta performer y el dominio perfecto de su voz. La
mtrica de sus coplas es irregular porque ella decide siempre, en el primer verso,
ampliar la informacin que quiere dar. En la primera copla, informa su lugar de
origen, siempre refirindose al sexo masculino, al dirigirse mencionando la palabra
seores (por qu no, seoras?), costumbre ancestral indgena y espaola que identifica la sumisin de la mujer hacia el hombre. Como afirma Woodward
(apud Lezama-Lima, 1988, p. 39), las identidades son fabricadas a travs de la
marcacin de la diferencia, sea por sistemas simblicos representativos o por medio
de la exclusin social. La sumisin de esta coplera, mientras Vzquez y el locutor
hablaban, de estar de pie, silenciosa frente al micrfono, esperando ser autorizada
para cantar.
La performance de esta bagualera permiti presenciar un cambio de ritmo y
de estilo. Mientras las dos primeras coplas fueron cantadas sin repetir ningn verso,
la ltima tuvo la repeticin de los dos primeros y la marcacin de 3/4 con la caja.
Lamentablemente, al terminar su performance, esta eximia performer recibi pocos
aplausos, lo que demuestra el desinters del propio pueblo, representante de la
supuesta cultura popular exaltada por la clase hegemnica antes un evento
performtico nico, maravilloso, como es el canto coplero.
Aun as, educadamente, la coplera los bendice y agradece por esos
pauprrimos aplausos recibidos, cantando esta copla:
(2 veces)
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Hay referencia a estos dos versos, cambiados en su orden, pero que se cantan y se emplean en
muchas performances de la regin de Jujuy y sur boliviano: de arriba viene lloviendo, de abajo viene
tronando. Disponible en:<https://maxitell.wordpress.com/tag/tilcara/>. Acceso en 03 ene. 2016.
187
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72
1. interj. p. us. U. para dar por cierto o asegurar lo que se dice, a veces con resignacin o
indiferencia. Disponible en:<http://dle.rae.es/?id=bTNdqUR>.
189
Luego canta la ltima copla repitiendo dos veces a cada dos versos. La
mtrica de sus coplas es, salvo algunas excepciones, compuesta de versos
octoslabos. Su entonacin es diferente de las copleras anteriores que l repetir
durante toda su performance musical. Las tres notas musicales en clave de Sol usadas por este performer son, de grave a agudo, Si bemol, Re y Fa, lo que
representa una entonacin en escala mayor, de Fa (escala de Fa Mayor).
Esto es lo que se llama y que se expuso en el captulo II del trabajo de
escala tritnica o canto tritnico. La performance contina siempre presentando un
ritual, comn en copleros de la regin de alta montaa: recitar, antes de cantar. Este
bagualero, aunque est con una Caja, poco la usa, apenas si golpea en ella porque
lo que predomina es su voz entonada. Las prximas coplas recitadas y luego
cantadas en la misma escala tritnica anterior, continan con un discurso picaresco,
con tendencia a lo libidinoso y que hace rer a la audiencia, lo que muestra que este
tipo de discurso incita a la participacin del pblico:
A las viejas no las quiero
porque ellas saben de todo (2 veces)
Yo quera una de quince aos
para ensearle a mi modo.
(2 veces)
Debajo de su vestido
hay una linda perdiz.
Tiene plumas y tiene boca
solo le falta el maz
(2 veces)
(2 veces)
El amor de la mujer
es igual al alacrn:
cuando no est su marido
alza la cola y se va.
(2 veces)
(2 veces)
(2 veces)
(2 veces)
190
A mi mujer yo la quiero
porque es tan bonita y bella (2 veces)
Me voy a dormir con otras
para no lastimarla a ella
(2 veces)
73
Segn el diccionario tucumano online, es la onomatopeya de la suma de voy (ver Ir) + a (prep.). En
vez
de
decir
voy
a
se
dice
vu.
Disponible
en:<http://www.taringa.net/posts/humor/1453778/Diccionario-tucumano.html>.
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