PALEONTOLOGÍA DEL
CENOZOICO
Adan A. TAUBER1, Jerónimo M. KRAPOVICKAS1,2 , Hugo G. MARENGO3 y José A. HARO1,2
1
Cátedra y Museo de Paleontología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba.
adantauber@gmail.com
2
CONICET. Córdoba. jerokrapo@yahoo.com.ar; augustoharo@gmail.com
3
SEGEMAR. Mendoza. hugomarengo@gmail.com
RESUMEN
El registro paleontológico del Cenozoico de Córdoba es muy extenso e históricamente significativo, ya que los primeros
hallazgos de fósiles en esta provincia datan de la segunda mitad del siglo XVI. El mismo comprende algunos restos del
Eoceno, siendo abundantes y diversos entre el Mioceno, y el Holoceno. Los principales tipos y grupos de fósiles registrados
incluyen icnitas de invertebrados y vertebrados, trazas de raíces o rizolitos, estructuras de biodepositación, carofitas,
diatomeas, fitolitos, foraminíferos, poríferos, gastrópodos, ostrácodos, anuros, reptiles, aves y mamíferos. Actualmente
se están estudiando polen, megaflora holocena y contenido isotópico en materia orgánica. Los depósitos fosilíferos del
Paleógeno y Neógeno afloran en la región serrana y periserrana de la Provincia de Córdoba (Formaciones Cosquín, Saguión, Brochero, Casa Grande y La Playa), o yacen en el subsuelo de la Llanura Chaco Pampeana (Formaciones Laguna
Paiva y Paraná). Los yacimientos paleontológicos cuaternarios se encuentran mayoritariamente en los valles interserranos,
en el piedemonte oriental de las sierras, en las fajas fluviales de los principales cauces de la llanura cordobesa y en la
llanura oriental y austral de la Provincia. Las principales formaciones fosilíferas cuaternarias son Toro Muerto, Pampeano,
General Paz, La Invernada, Río Primero, Chocancharava, Mina Clavero, Lagunilla del Plata y Tezanos Pinto. Se presenta
una síntesis de los principales resultados obtenidos durante las últimas décadas sobre el registro paleontológico del territorio cordobés, actualizándose las asignaciones taxonómicas. Se analizan aspectos bioestratigráficos y biogeográficos,
comparando con otras regiones de Argentina.
Palabras clave: Fósiles, Paleógeno-Cuaternario, Centro de Argentina, Bioestratigrafía, Biogeografía.
ABSTRACT
Ceonozoic Paleontology. The fossil record of the Cenozoic in Córdoba Province (Argentina) is very extensive and historically significative, given that the first fossil findings in this province date from the second half of the XVIth century.
They comprise some Eocene remains, and are abundant and diverse from Miocene to Holocene. The principal remains
of the fossil record include invertebrate and vertebrate icnites, root traces or rhizoliths, biodepositional structures, carophytes, diatoms, phytoliths, foraminifera, porifera, gastropods, ostracods, anurans, reptiles and mammals. Today, investigation also includes study of pollen, holocene megaflora and the isotope content of organic material. The Paleogene
and Neogene fossiliferous outcrops occur in the mountain areas and near mountain regions of Córdoba (the Cosquín,
Saguión, Brochero, Casa Grande and La Playa formations) or lie in the sub-soil of the Chaco Pampeana plain (Laguna
Paiva and Paraná formations). The Quaternary paleontological deposits are principally found in the valleys, in the eastern
foothills of the sierras, in the fluvial belts of the main channels of the Córdoba plain and southwestern plain of the
province. The principal quaternary fossiliferous formations are Toro Muerto, Pampeano, General Paz, La Invernada, Río
Primero, Chocancharava, Mina Clavero, Lagunilla del Plata and Tezanos Pinto. A summary of the principal results obtained in recent decades on the fossil record from Córdoba Province is presented with updated taxonomic assignments.
Biostratigraphic and biogeographic aspects, in comparison with other regions of Argentina are analysed.
Keywords: Fossils, Paleogene-Quaternary, Central Argentina, Biostratigraphy, Biogeography.
INTRODUCCIÓN
El registro paleontológico del Cenozoico de Córdoba es
muy extenso y antiguo, ya que los primeros datos sobre hallazgos de fósiles de esta provincia datan de la misma década
de 1570 de fundación de su ciudad capital durante la segunda mitad del siglo XVI (ver Tauber en este volumen). El
mismo comprende algunos escasos restos fósiles del Eoceno,
pero es más abundante y diverso en grado creciente a partir
del Mioceno, hasta el Holoceno. Los principales tipos y grupos de fósiles registrados incluyen icnitas de invertebrados
y vertebrados, trazas de raíces o rizolitos, estructuras de biodepositación y otras evidencias de actividad (crotovinas, pisadas de mamíferos, rizoconcreciones, moldes de raíces, túbulos, coprolitos, nidos de escarabajos, entre otros), oogonios y girogonites de carofitas, diatomeas, fitolitos, foraminíferos, poríferos, gastrópodos, ostrácodos, anuros, reptiles,
aves y mayoritariamente mamíferos entre los vertebrados.
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
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Geología de Supericie
Asimismo en los últimos años se están analizando polen,
megaflora holocena (Krapovickas 2014) y materia orgánica
para analizar el contenido de isótopos (Piovano et al. 2006,
Silva et al. 2011).
Las unidades litoestratigráficas donde se hallaron restos
fósiles del Paleógeno y del Neógeno afloran en la región
serrana y periserrana del centro y noroeste de la Provincia
de Córdoba, como las Formaciones Cosquín, Saguión, Brochero, Casa Grande y La Playa, entre otras. Sin embargo, el
registro paleontológico del Neógeno cordobés abarca también a los depósitos principalmente marinos del subsuelo, situados hacia el este de la provincia en localidades de la llanura, como las Formaciones Laguna Paiva y Paraná (Marengo 2000, 2006, ver Astini et al. en este volumen) y hacia
el sur, en el Departamento General Roca, donde se hallaron
restos de mamíferos continentales (Castellanos 1944).
Los depósitos cuaternarios más intensamente explorados
hasta el presente se encuentran mayoritariamente en los
grandes valles interserranos y en el piedemonte oriental de
las Sierras Chicas y Sierra de Los Comechingones, y en las
partes occidentales de las fajas fluviales de los principales
cauces de la llanura cordobesa, como los ríos Suquía (río Primero), Xanaes (río Segundo), Ctalamochita (río Tercero) y
Chocancharava (río Cuarto). Las principales unidades portadoras de restos fósiles cuaternarios son las Formaciones
Toro Muerto, Pampeano, General Paz, La Invernada, Río
Primero, Chocancharava, Mina Clavero, Lagunilla del Plata
y Tezanos Pinto, entre otras. En los últimos años, se aumentó
la exploración en las regiones oriental y austral de la provincia, sobre la llanura cordobesa, registrándose interesantes
asociaciones tafonómicas en la ciudad de San Francisco
(Zurita et al. 2007, Cruz et al. 2012), Isla Verde (Cruz 2011),
el Departamento Río Cuarto (Cruz 2007, Cruz et al. 2010) o
la región de la Laguna de Mar Chiquita (Cabrera y Luna
2011, Luna y Giraudo 2012, Martínez et al. 2012, Luna y
Prieto 2013, Zacarías y Luna 2013).
En este trabajo, se presenta una síntesis de los principales
resultados obtenidos, fundamentalmente durante las últimas
décadas, de las investigaciones sobre el registro paleontológico publicado e inédito del territorio de la Provincia de Córdoba, teniendo en cuenta aspectos sistemáticos, bioestratigráficos, biogeográficos, paleoclimáticos y paleoambientales.
Para realizar esta sinópsis se han tenido en cuenta las sinonimias vigentes de los diferentes taxones citados, sin que esto
signifique un estudio exhaustivo de los mismos. Asimismo,
se advierte que solamente se ha citado la bibliografía que
consideramos más relevante.
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ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
PALEÓGENO
Los depósitos paleógenos continentales afloran en la
región serrana, en las partes más bajas del valle de Punilla
(Formación Cosquín), sobre la vertiente oriental de la Sierra
Chica (“Fanglomerados del Valle del Sol” y Formación Villa
Belgrano; Santa Cruz 1972, 1978, Piovano et al. 1992, Oviedo
2012) y se encuentran en el subsuelo de la cuenca Chacoparanense, correspondiente al Miembro Palermo de la Formación Chaco (Marengo 2006, ver Astini et al. en este volumen).
Los materiales paleontológicos más antiguos del Cenozoico de la Provincia de Córdoba fueron recolectados en la
Formación Cosquín (Linares et al. 1961, Lencinas 1971),
donde se hallaron en varios sitios, restos óseos muy fragmentarios de vertebrados. Esta unidad se halla compuesta
por tres miembros: el inferior está constituido por 15 a 70 m
de arcosas conglomerádicas rojizas o grisáceas con abundante matriz arcillosa o limosa, dispuestas en estratos gruesos y poco notorios; el miembro medio está formado por 8
a 15 m de limos arcillosos y calcarenosos de color pardo
abajo, que pasa a rojizo hacia arriba, conteniendo una mineralización vanadio uranífera; y el miembro superior, integrado por 15 a 50 m de arcosas sábulo conglomerádicas con
matriz limo calcárea, alternantes con limos calcarenosos de
color pardo rojizo claro. Uno de los sitios paleontológicos
se encuentra en las labores de la Mina Rodolfo, en las proximidades del sector norte de la localidad de Santa María de
Punilla (31°16’21”S y 64°26’43”O, 735 m s.n.m.; Fig. 1). Uno
de los fòsiles recuperados es una porción mandibular derecha incluyendo parte del segundo molar y el tercer molar
completo, determinada como Eohyrax rusticus, procedente
del miembro medio de esta formación. Este registro permitió
asignarle a la Formación Cosquín, más precisamente al
miembro medio, una edad eocena (Linares et al. 1961; Casamayorense: Vaquense-Barranquense, equivalente al Luteciano-Bartoniano, Vucetich et al. 2007; Cuadro 1).
NEÓGENO
Microfósiles marinos del Neógeno
El conocimiento de estos fósiles se limita al estudio de las
muestras de unas pocas perforaciones localizadas en el
oriente cordobés, ya que las unidades marinas neógenas no
afloran en la provincia, con la posible excepción de delgados
niveles en la Formación Saguión (ver Astini et al. en este volumen) de afinidad marina discutida. Los únicos anteceden-
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Figura 1: Localidades fosilíferas paleógenas y neógenas de la Provincia de Córdoba. 1-Mina Rodolfo, (Santa María de Punilla, Valle de Punilla); 2-Pan de
Azúcar; 3- Cinco Pozos de la Llanura Chacopampeana (región oriental de Córdoba con microfósíles, Marengo, 2006); 4-Borde sudeste de las Salinas Grandes
(Formación Saguión); 5-Barrancas de Heredia (Río de los Sauces, Valle de San Alberto); 6-Nono (Río Chico de Nono, Valle de San Alberto);7-Quinta Vieja
(inédito, Valle de San Alberto); 8-Panaholma; 9-Barranca Colorada (Valle de Los Reartes); 10- Las Caleras (Sierra Blanca, Departamento Calamuchita); 11Casa Grande-Molinari; 12-Alpa Corral; 13-Estancia El Ombú, Pedanía El Cuero, Departamento General Roca; 14-La Playa (Departamento Minas); 15-Río La
Cruz (Departamento Calamuchita).
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Geología de Supericie
Cuadro 1: Principales formaciones estraigráficas con contenido paleontológico de la Provincia de Córdoba.
Abreviaturas: 1- Fm. Mina Clavero; 2-Fm. General Paz; 3- Fm. Tezanos Pinto; 4- Fm. La Invernada; 5- Fm. Lagunilla del Plata; 6- Fm. Chocancharava; 7- Fm. Río Primero; 8-Fm. Pampeano. Biozonas de asociación propuestas: 9- Biozona de N. hennigie-P. bullifer; 10- Biozona
de N. ornatus-C. tarijensis; 11-Biozona de N. paskoensis- Equus (Amerhippus) (Cruz, 2013).
tes corresponden a Zabert y Barbano (1984), Herbst y Zabert
(1987) y Marengo (2006). Este último autor estudió los foraminíferos y ostrácodos del Neógeno de la cuenca Chacoparanense, y presentó el análisis de los microfósiles de las
perforaciones San Francisco 1, Ordóñez 3 y General Levalle
1. Además resumió todos los antecedentes micropaleontológicos en la región, y el estudio regional de estos depósitos
le permitió dividirlos en dos eventos transgresivos con una
aceptable precisión estratigráfica. A continuación se sintetizan los hallazgos de Marengo (2006), a partir de sus criterios
estratigráficos, y se destacan otros hallazgos previos en la
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ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
provincia; las consideraciones sedimentológicas y litoestratigráficas sobre estos depósitos se desarrollan en el capítulo
sobre la cubierta cenozoica de este volumen (ver Astini et al.
en este volumen).
Los depósitos marinos más antiguos corresponden a la
Transgresión de Laguna Paiva (TLP), que incluye a las sedimentitas marinas del subsuelo de la cuenca Chacoparanense, reconocidas previamente (Stappenbeck 1926) con los
términos “capas o estratos de Paiva” y formación Mariano
Boedo, relacionadas con una transgresión previa a la del “entrerriense” o “paranense”, y posiblemente correlacionables
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
con algunos tramos de la Formación Las Chilcas, de la
cuenca del Salado. El segundo evento marino corresponde a
la Transgresión del “Entrerriense-Paranense” (TEP) y abarca
a todas las sedimentitas depositadas por las transgresiones
marinas del Mioceno Medio-Tardío? que son poseedoras
de megafósiles relacionados con los del SE de la Provincia
de Entre Ríos y de península Valdés.
Transgresión de Laguna Paiva
Este evento marino es prácticamente desconocido en el
subsuelo del centro y norte del país, aunque en la Patagonia
equivale a los depósitos del “patagoniense” s.l., depositados
entre el Oligoceno Tardío y el Mioceno Temprano. Inundó
la costa oriental de la Patagonia, ingresó en las cuencas del
Colorado y Macachín (sección inferior de las Formaciones
Barranca Final y Macachín), y en la cuenca del Salado (posiblemente corresponda parcialmente a la sección superior
de la Formación Las Chilcas), a partir de la cuál ingresa en
la cuenca Chacoparanense. En esta última, la mención más
antigua corresponde a Stappenbeck (1926), quien describió
una o más intercalaciones de sedimentitas marinas en perforaciones de las provincias de Santa Fe (Laguna Paiva), Córdoba (Seeber, Ordóñez, Guardia Vieja, Justiniano Posse, y
Cotagaita), Buenos Aires (Villa Sauze y Pehuajó) y La Pampa
(Meridiano Quinto), separadas de los depósitos del “paranense” por las “arcillas pardas”. Stappenbeck definió las
“capas de Paiva” o “estratos de Paiva”, como una serie de capas
de arcillas verdes, intercaladas con capas de arcillas pardas y
yeso, y las correlacionó tentativamente, con la “formación
patagónica miocena”. Este trabajo de Stappenbeck, fue prácticamente olvidado, y los estudios sobre la cuenca se reanudaron recién en la década de 1960, cuando los trabajos prospectivos de YPF establecieron un nuevo criterio estratigráfico, vigente en forma casi exclusiva en los años posteriores.
En esta línea, Padula y Mingramm (1963 y 1968) mencionaron la formación Mariano Boedo para el subsuelo de las
provincias del Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe
y Entre Ríos; sobre la base de las relaciones estratigráficas
regionales y sin hallazgos paleontológicos, la asignaron al
lapso Cretácico Tardío-Paleoceno y la correlacionaron con
las Formaciones Asencio y Mercedes, del Uruguay, y con la
Formación Baurú de Paraguay y Brasil. Con posterioridad,
varias contribuciones discutieron la edad y el origen de la
formación Mariano Boedo, asignándola a un origen marino,
continental, o mixto, y aunque en ningún caso mediaron hallazgos de fósiles ni algún otro criterio objetivo de datación,
la correlacionaron con la transgresión maastrichtiana-da-
niana de la cuenca del Salado o de las cuencas del noroeste
argentino, en algunos casos vinculándola con las “capas
de Paiva” de Stappenbeck (Yrigoyen 1969, Bracaccini 1972,
Zambrano 1974, Russo et al. 1979, Uliana y Biddle 1988) o
la consideraron de origen continental y algo más antigua
aún (Chebli et al. 1989, Pezzi y Mozetic 1989). Por su parte
Spalletti et al. (1999) consideraron que la formación Mariano
Boedo habría comenzado a depositarse durante el Campaniano-Maastrichtiano, caracterizada por facies fluviales y lacustres, mientras que la transgresión marina del Cretácico
Tardío se habría limitado a las cuencas del Salado y de Punta
del Este, representada por la Formación Las Chilcas. Por último, Bracaccini (1980), propuso otorgarle rango formacional a los “estratos o capas de Paiva” y eliminar en lo sucesivo
el uso de la formación Mariano Boedo; consideró que la
formación Paiva fue esencialmente marina y mencionó los
primeros foraminíferos, aunque no especificó la edad ni la
composición de las faunas.
La distribución de la Transgresión Laguna Paiva fue muy
extensa en toda la cuenca Chacoparanense (ver detalles en
Astini et al. en este volumen), y en la Provincia de Córdoba
ocupó todo el sector oriental y austral, en tanto que es posible que haya llegado a inundar parte del sector noroeste.
Microfósiles: Las faunas de foraminíferos de la Transgresión
Laguna Paiva halladas en la Provincia de Córdoba son muy
poco diversas (Cuadro 2), y están dominadas por Ammonia
parkinsoniana, Nonion? sp.1, Quinqueloculina seminulina y
otras pocas especies, generalmente típicas de aguas hiposalinas La preservación es moderada a mala, con frecuente recristalización y disolución de las conchillas de foraminíferos y ostrácodos. En la figura 2, se muestran los principales
taxones, hallados en San Francisco 1 y Ordóñez 3.
Los ostrácodos son mucho más escasos que los foraminíferos, y solamente fueron hallados en tres perforaciones
de la cuenca Chacoparanense; en general poseen conservación regular a mala. Se hallaron diez géneros de podocópidos, Candona?, Cyamocytheridea, Cyprideis, Cytherura?,
Eucyprinotus?, Henryhowella, Huillicythere?, Perissocytheridea?, Rotundracythere? y Soudanella, la mayoría presentes
en San Francisco 1.
En San Francisco 1 se hallaron numerosos ejemplares
de oogonios de carófitas, que no fueron estudiados en detalle, aunque serían indudablemente neógenos y muy diferentes de los descriptos para el Cretácico Tardío de Saira
(Musacchio, com. pers.; Cuadro 2).
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Geología de Supericie
Figura 2: Microfósiles de la Transgresión Laguna Paiva en el subsuelo de Córdoba (la escala representa 100 micrones). a) Quinqueloculina seminulina
(Linneo, 1767). SF 1, 518-520 m b.b.p. b) Peneroplis sp. SF 1, 490-500 m b.b.p. c) Nonion? sp. 1. SF 1. 460-470 m b.b.p. d) Ammonia parkinsoniana (D`Orbignyi, 1839). SF 1, 510-520 m b.b.p. Vista ventral. e) Elphidium macellum (Fichtel y Moll, 1798. Ordoñez 3, 480-490 m b.b.p. f) Cyprideis aff. multidentata
Hartmann, 1955. SF 1, 510-520 m b.b.p. Caparazòn, vista lateral derecha. g) Cytherura? aff. C. cf. purperae Omellas y Fallavena, 1978. SF 1, 510-520 m
b.b.p. Caparazón, vista lateral derecha. h) Soudanella cleopatrae Bertels, 1975. SF 1, 520-530 mbbp. Caparazón, vista lateral derecha.
Paleoambiente: Pese a la pobreza de las faunas, se hallaron
algunos elementos de gran utilidad para definir las condiciones temperatura del agua de la Transgresión Laguna
Paiva; el género Peneroplis, restringe la temperatura de las
aguas a climas tropicales (Murray 1991), característica concordante con la abundancia de oolitas. El resto de las condiciones de la Transgresión Laguna Paiva son muy similares
a las reconocidas anteriormente para la Transgresión del
“Entrerriense-Paranense”: el dominio de Ammonia y Nonion
o Haynesina, con requerimientos ambientales similares a los
de Protelphidium, y la notoria escasez de miliólidos son buenos indicadores de aguas muy someras y con salinidad baja;
por otro lado, la abundancia de pirita en algunos niveles, indicaría la acción de bacterias reductoras típicas de fondos
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ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
poco oxigenados. Según Echevarría y Marengo (2006), el
estudio de los ostrácodos permitió estimar que el ambiente
de sedimentación fue probablemente un mar somero con variaciones de salinidad; en San Francisco 1 (440-510 m b.b.p.)
se presume aporte continental por la presencia de girogonites
de carofitas y de Candona? sp.
La Transgresión Laguna Paiva formó un mar muy somero,
con sucesivos avances y retrocesos de la línea de costa, como
se deduce de la intercalación de pelitas verdes, y pelitas y areniscas arcillosas castaño rojizas con alto contenido de yeso y
girogonites de carofitas, típicos de cuerpos de agua dulce.
Edad: Se cuenta con varios elementos de juicio para asignar
el comienzo de la Transgresión Laguna Paiva a la base del
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Cuadro 2: Microfósiles de la Transgresión Laguna Paiva (TLP) y Transgresión “Entrerriense-Paranense” (TEP) en el subsuelo de la Provincia
de Córdoba (modificado de Marengo 2006).
Mioceno, quizás a fines del Oligoceno, pero no hay certeza
sobre su finalización, que podría haberse producido a fines
del Aquitaniano. El hallazgo de nanoplancton calcáreo en el
margen norte de la cuenca del Salado, muy cerca de la base
de la Transgresión Laguna Paiva, constituye el elemento
más seguro de datación. Según lo indicado por Marengo y
Concheyro (2001), Triquetrorhabdulus carinatus y Cyclicargolithus abisectus permiten asignar la Transgresión Laguna
Paiva al Oligoceno Tardío-Mioceno Temprano, Zonas NP25NN1.
Los géneros Ammonia y Peneroplis, aparecen en el mundo en la base del Mioceno, y fueron registrados cerca de la
base de la Transgresión Laguna Paiva en San Francisco 1, Ordóñez 3 y Pozo del Tigre 1; en consecuencia, se podría acotar
con algunas dudas el inicio de la Transgresión Laguna Paiva
al comienzo del Mioceno. El resto de los foraminíferos son
endémicos o poseen un biocrón muy amplio, y no son útiles
para acotar la edad de los depósitos. Sin embargo, la abundancia de algunos de estos taxones endémicos podría servir como fósiles guía para la Transgresión Laguna Paiva en
la cuenca Chacoparanense, como es el caso de Peneroplis sp.,
Nonion? sp. 1 y Nonion depressulus?
Los datos obtenidos mediante los ostrácodos dieron resultados similares, aunque menos precisos. Echevarría y
Marengo (2006) estudiaron los ejemplares de Pozo del Tigre
1, San Cristóbal l y San Francisco 1, y hallaron solamente una
especie reconocida previamente en el país, S. cleopatrae, descripta en depósitos oligocenos del centro sur y sudeste de la
Provincia de Santa Cruz, en tanto que dos especies poseen
semejanzas morfológicas con otras halladas en depósitos
del Holoceno de las plataformas continentales argentina, brasileña y uruguaya.
Por último, se dispone de elementos indirectos pero muy
consistentes con el registro fósil descripto (Fig. 3), como la
curva de variaciones eustáticas globales (Haq et al. 1987), y
los valores de tasa y oblicuidad de convergencia entre Nazca
y Sudamérica (Somoza 1998). Se observa una buena correlación entre las edades halladas para los micro y nanofósiles,
los eventos tectónicos del margen pacífico de Sudamérica, y
los cambios globales del nivel del mar.
Según el análisis de todos estos factores, se concluye que
el comienzo de la Transgresión Laguna Paiva habría ocurrido
entre fines del Oligoceno y la base del Mioceno. Según los
microfósiles no es posible determinar una edad para la finalización de la Transgresión Laguna Paiva, pero el descenso
eustático global y de la tasa y oblicuidad de convergencia
hacia fines del Aquitaniano, indicarían la edad máxima para
la regresión del mar de la Transgresión Laguna Paiva.
Transgresión del “Entrerriense-Paranense”
Esta transgresión formó un mar muy somero que ingresó
desde la cuenca del Salado, inundó toda la cuenca Chacoparanense, y posiblemente alcanzó el sur de Bolivia, pasando
a través de la región del noroeste argentino; además, es probable que algunos brazos hayan avanzado hacia el oeste, bordeando las sierras Pampeanas por el norte, y alcanzado algunas regiones actualmente ocupadas por la cordillera de los
Andes (ver discusión al respecto en Astini et al. en este vo-
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
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Geología de Supericie
Figura 3: Edad de la Transgresión Laguna Paiva y la Transgresión “Entrerriense - Parenense” según información micropaleontológica, eustática y tectónica;
según Marengo (2006).
lumen). Las dudas sobre su distribución geográfica real
surgen a partir del descubrimiento de la Transgresión Laguna Paiva, a la que probablemente correspondan algunos
de los registros asignados en forma previa a la Transgresión
“Entrerriense-Paranense” en la región cordillerana, el noroeste argentino y el sur de Bolivia; esta incertidumbre solamente se podrá aclarar mediante una revisión de las microfaunas halladas en las Formaciones San José (Valle de Santa
María), Anta (noroeste argentino) y Yecua (Bolivia), y mediante el estudio de nuevos perfiles. En el subsuelo de Córdoba tienen una distribución muy similar a la Transgresión
Laguna Paiva, quizás ligeramente menor, pero su espesor
es sensiblemente menor (ver mapas y cortes estratigráficos
en Astini et al. en este volumen). Los antedecentes sobre esta
transgresión son vastísimos, y pueden consultarse en Aceñolaza (2000) y Marengo (2006).
Estos depósitos son reconocidos bajo diferentes nombres, dada su gran distribución: Formación Paraná (sudoeste de Entre Ríos y subsuelo de las cuencas Chacoparanense y del Salado), sección superior de la Formación Barranca Final (cuenca del Colorado), sección superior de la
Formación Macachín (cuenca de Macachín) y Formación
Puerto Madryn (península de Valdés), entre otros. Además,
ha sido correlacionada con varias unidades aflorantes en el
ámbito andino, pero tanto su origen marino como su edad
son controvertidos hasta el momento: Formaciones Chinches, Saguión, San José, Yecua, Anta, etc.
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Microfósiles: Las características micropaleontológicas son
bastante homogéneas en casi toda la Transgresión “Entrerriano-Paranense”; en general, las faunas de foraminíferos
pertenecen a la zona informal de Protelphidium tuberculatum
(Malumián 1972; Fig. 4), caracterizada por foraminíferos
bentónicos hialinos de aguas poco profundas, con escasos
miliólidos y aglutinados.
Los foraminíferos dominantes en todas las perforaciones son P. tuberculatum y Ammonia parkinsoniana, especies
de una amplia tolerancia a la baja salinidad (Malumián 1978,
Murray 1991). Las asociaciones características de aguas algo
más profundas y de salinidad normal se restringen a algunas
muestras de la cuenca del Salado, sudoeste de Entre Ríos y
este de Santa Fe. En el subsuelo cordobés son muy pobres y
solamente se hallaron nueve formas, ya que además de las
detalladas en el Cuadro 2, Zabert y Barbano (1984) hallaron
Cancris sagra en la Transgresión Entreriano Paranaense de
la perforación Devoto (profundidad no informada) y Quinqueloculina seminulina en la perforación La Francia 5 (214
m b.b.p.). Por su parte, Herbst y Zabert (1987) citaron algunos ejemplares de P. tuberculatum, A. parkinsoniana y Buliminella elegantissima en perforaciones de Camilo Aldao y
Saira, aunque las muestras (792 y 793 m b.b.p.) corresponden
en realidad a depósitos de la Transgresión Laguna Paiva.
Los ostrácodos del subsuelo de Córdoba han sido muy
poco estudiados; en general, son escasos, muy poco diversos
y se encuentran mal preservados. Zabert y Barbano (1984)
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Figura 4: Microfósiles de la Transgresión “Entrerriense - Paranense” en el subsuelo de Córdoba (la escala representa 100 micrones). a) Protelphidium tuberculatum (D`Orbignyi, 1846). SF 1, 150-160. b) ?Protelphidium tuberculatum (D`Orbignyi, 1846). SF 1, 200-220 m b.b.p. c) Buccella peruviana (D`Orbignyi,
1839) f. campsi Boltovskoy, 1954. SF 1, 190-200. Vista umbilical. d) Ammonia parkinsoniana (D`Orbignyi, 1839). SF 1, 150-160 mbbp. d1) vista dorsal; d2)
vista umbilical. e) Argenticytheretta miocenica Rossi de García, 1969. Puerto Diamante 2, 12 m b.b.p. Valva derecha, vista externa. f) Argenticytheretta
aff. patagoniensis Rose, 1975. SF 1, 190-200 mbbp. Caparazón, vista lateral derecha. g) Perissocytheridea aff. Perissocytheridea sp. Ferrero, 1996. Selva
2, 201, 45-204, 75 m b.b.p. Valva izquierda, en vista externa. h) Buntonia sp. SF 1, 180-190 m b.b.p. Valva izquierda, vista externa.
hallaron Bensonia sp., Cytherura sp., Echinocythereis boltovskoyi, Henrihowella aff. evax y Henrihowella alwinae en
la perforación Devoto (profundidad no informada). Herbst
y Zabert (1987) mencionaron Paijemborchella sp. y Perissocytheridea ornata? en el problemático nivel de 792 m b.b.p. de
la perforación de Saira. Por último Marengo (2006) y Echevarría y Marengo (2006), en tres perforaciones de la cuenca
Chacoparanense, en Córdoba, Santiago del Estero y Formosa, describieron nueve géneros podocopidas (Argenticytheretta, Buntonia, Cyprideis?, Cytheridea?, Cytheridella, Hemicytherura, Loxoreticulatum?, Perissocytheridea? y Semicytherura), cuatro con dudas y dos indeterminados, y 11 especies; en la Provincia de Córdoba, los ostrácodos provienen
de San Francisco 1 y están representados solamente por
cuatro especies (Cuadro 2).
Paleoambiente: En general, el mar de la Transgresión Entreriano Paranaense fue muy somero, hiposalino, excepto en
los momentos de máxima inundación para las cuencas más
cercanas al Atlántico. Las microfaunas de foraminíferos son
muy similares a las actuales del mar Argentino y, por lo tanto,
la temperatura del agua debe haber sido aproximadamente
la misma. La única excepción es Disconorbis bulbosa (suroeste de Entre Ríos y cuenca del Salado), foraminífero bentónico actualmente restringido a las costas del norte del Brasil, que indicaría que la temperatura de las aguas de la Transgresión Entreriano Paranaense podría haber sido levemente
mayor.
Los ostrácodos sugieren que los sedimentos fueron depositados en ambientes marinos someros y con variaciones
de salinidad; por su parte, Cytheridella ilosvayi (Pozo del
Tigre, Formosa) indicaría condiciones oligohalinas.
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
599
Geología de Supericie
Edad: Los foraminíferos bentónicos no permiten mayores
precisiones sobre la edad que lo indicado por Malumián
(1972) para la zona informal de P. tuberculatum, asignando
una edad miocena media-tardía en las cuencas del Colorado
y del Salado. Los foraminíferos planctónicos hallados en la
cuenca del Salado son muy pequeños y pertenecen a ejemplares juveniles; de todos modos, se determinaron algunos
ejemplares de Globorotalia prescitula y de Neogloboquadrina
continuosa, transicional a Paragloborotalia mayeri, que poseen biocrones amplios que culminan entre las Biozonas N12
y N14, edad muy similar a la señalada por los nanofósiles.
Los ostrácodos de la Transgresión Entreriano Paranaense
no tienen mucha utilidad bioestratigráfica; de todos modos,
algunas especies son comunes con depósitos del MiocenoCuaternario de la cuenca de Pelotas, del Mioceno TardíoPlioceno Temprano de las cuencas del Colorado y de Valdés,
del Eoceno-Mioceno Temprano de la cuenca Austral, del
Oligoceno del centro sur de Santa Cruz y del Mioceno Temprano de Tierra del Fuego. Además, algunas especies poseen
semejanzas morfológicas con especies descriptas en el Eoceno del sur de Santa Cruz, en el Plioceno Tardío del sudoeste del Océano Atlántico, en el Holoceno del sudeste de la
Provincia de Buenos Aires, y en el Reciente de las costas de
Chubut, Santa Cruz y este de Tierra del Fuego (Echevarría y
Marengo 2006).
En algunas perforaciones de la cuenca del Salado, se hallaron nanofósiles calcáreos, característicos de la Biozona o
Intervalo D (Young 1998), comprendida entre la última aparición de Sphenolithus heteromorphus y la primera aparición
de Catinaster coalitus, y caracterizada por Reticulofenestra
pseudoumbilicus, Coccolithus pelagicus, Calcidiscus leptoporus,
Discoaster exilis, Helicosphaera carteri, Umbilicosphaera jafari
y U. rotula. Otras especies comunes en la asociación la restringen a la Zona NN6 (Young 1998), correspondiendo cronológicamente a la parte media del Serravaliano, Mioceno
Medio, para los dos tercios inferiores de la Transgresión
Entreriano Paranaense (Marengo y Concheyro 2001).
Según el estudio de estos grupos de fósiles, se concluye
que la edad de la Transgresión Entreriano Paranaense está
indicada con mayor precisión por los nanofósiles. No se hallaron elementos que permitan conocer la edad del comienzo
y del final de la Transgresión Entreriano Paranaense, aunque
la correlación con los ciclos eustáticos globales y de deformación en la cordillera (Fig. 3) sugiere que la Transgresión
Entreriano Paranaense se habría depositado entre fines del
Langhiano y la base del Tortoniano, con una edad aproximada de entre 15 y 11 millones de años.
600
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
Depósitos previos a la Transgresión Laguna Paiva
Según lo considerado previamente, algunos autores indicaron una edad cretácica-paleocena para la formación
Mariano Boedo y, en consecuencia, para todos los depósitos
equivalentes a la Transgresión Laguna Paiva. Es necesario
destacar que en la cuenca Chacoparanense, en ninguna de
las perforaciones revisadas se hallaron sedimentos marinos
cenozoicos previos a los del Mioceno Temprano, por encima
de los depósitos continentales mesozoicos; además, la mayor
parte de los depósitos continentales infrayacentes a la Transgresión Laguna Paiva pertenecen, aparentemente, al mismo
ciclo depositacional Neógeno, ya que poseen características
muy similares a los sedimentos continentales intercalados
entre la Transgresión Laguna Paiva y la Transgresión Entreriano Paranaense (ver Astini et al. en este volumen). En consecuencia, no existen razones para seguir considerando que
la transgresión del Maastrichtiano-Daniano haya inundado
esta cuenca.
Los depósitos continentales previos a la Transgresión
Laguna Paiva se habrían depositado en discordancia sobre
rocas del Cretácico Temprano o más antiguas; en algunas
zonas donde son más potentes de lo habitual, podrían ser
paleógenos o más antiguos, como los estudiados por Musacchio (2000) y Musacchio et al. (2002) en la perforación YPF
Cd-S-ex.1 (Saira), donde hallaron los girogonites Nitellopsis
supraplana (s.l.), Porochara gildemeisteri y Gobichara (Pseudoharrisichara) sp., característicos del Cretácico terminal.
Formación Saguión
La Formación Saguión, aflora en pequeñas exposiciones
sobre el borde sudoriental de las Salinas Grandes, en la zona
del Río Saguión, Sauce Punco, Lomas de Quilino y El Durazno (Bertolino et al. 2000), donde se encuentra una secuencia predominantemente compuesta por conglomerados
finos matriz sostenidos, limolitas, arcilitas con intercalaciones de areniscas y pelitas de colores muy variados. Se reconocieron dos miembros, el inferior llamado El Simbolar y
el superior o Los Tártagos. En ambos miembros de la formación se registran trazas fósiles, pero en el miembro basal
y la base del superior hay mayor abundancia y variedad, atribuidas a los icnogéneros Arenicolites, Diplocraterion (en su
forma Bifungites), Helminthopsis, Palaeophycus, Phycodes,
¿Rhizocorallium, Skolithos y Teichicnus, entre otras no determinadas debido al alto índice de bioturbación (Bertolino et
al. 2000). Sobre la base de estas icnitas y de algunas litofacies, estos autores interpretaron, para este tramo de la secuencia, un paleoambiente de origen marino litoral de costas sa-
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
lobres mixtas, con influencia marina y de agua dulce, como
calidad fuera del ámbito serrano donde se ha documentado
por ejemplo deltas y estuarios. Sin embargo, Ruskin et al.
la presencia en el subsuelo de sedimentitas portadoras de
(2011) realizaron un nuevo estudio mediante el análisis de
mamíferos continentales, en el extremo austral de la pro-
isótopos estables en los carbonatos y reconsideraron las evi-
vincia; la Estancia El Ombú, pedanía El Cuero del Departa-
dencias icnológicas y facies sedimentarias mencionadas an-
mento General Roca, donde Castellanos (1944) citó la pre-
teriormente, reinterpretando un paleoambiente de origen
sencia de restos atribuidos a Nonotherium sp., Lagostomopsis
lacustre durante la depositación de esta formación y sugi-
sp. y Paedotherium sp.
riendo que el antepaís andino Mioceno estuvo elevado sobre
En todos los valles y regiones mencionadas se recolec-
el nivel del mar, manteniéndose como un área en gran parte
taron restos fósiles de vertebrados, especialmente de mamí-
plana que se extendía al oeste de la llanura pampeana y el
feros; sin embargo, en la mayoría de los casos las asociacio-
Chaco.
nes de taxones registrados hasta el presente son diferentes
de un yacimiento a otro, dificultando las correlaciones bioes-
Edad: Bertolino et al. (2000) asignaron a la Formación Sa-
tratigráficas regionales.
guión una edad Mioceno temprano, correlacionándola con
la Formación Paraná y otras representantes de la ingresión
Formación Brochero
marina Paranense. Ruskin et al. (2011) mediante los estu-
El área tipo de la Formación Brochero se encuentra el
dios de isótopos estables en los carbonatos le rasignaron a la
el valle de San Alberto, donde existen muy buenos aflora-
Formación Saguión una edad Mioceno-Plioceno?
mientos, especialmente en los ríos Los Sauces, Panaholma
y Chico de Nono (Bonalumi et al. 2000, Krapovickas 2014).
Depósitos continentales de los valles interserranos
Otras exposiciones menores que pueden correlacionarse li-
Otras unidades litoestratigráficas fosilíferas neógenas y
toestratigraficamente con esta formación se encuentran en
continentales de la Provincia de Córdoba tienen una dis-
el borde sudeste de la Pampa de Pocho, en los valles de Los
tribución esencialmente en la región serrana y periserrana,
Reartes y Calamuchita, y sobre el piedemonte oriental de la
debido a que el origen común de estos depósitos está rela-
Sierra de Los Comechingones. Además, en estas últimas re-
cionado con la formación de los grandes valles, producida
giones, se recolectaron y estudiaron restos de vertebrados
durante el Mioceno tardío y Plioceno (ver Astini et al. en este
fósiles, especialmente mamíferos, que permitieron referir
volumen). Esto se debió a la horizontalización de la placa
estos depósitos al Plioceno (Montehermosense-Chapadma-
de Nazca, provocando la deformación compresiva andina
lalense).
(Jordan y Allmendinger 1986) que sufrió el basamento ígneo
metamórfico expuesto en el área serrana. De esta manera,
Valle de San Alberto: En esta región, la secuencia sedimen-
comenzó la acumulación de materiales predominantemente
taria comienza con la Formación Brochero, cuyo contenido
clásticos y la formación de productos volcánicos y subvol-
paleontológico se conoce desde las últimas décadas del siglo
cánicos como los del Departamento Pocho y los travertinos
XIX (Burmeister 1874, Castellanos 1942, 1944, Tauber 1989,
fosilíferos de La Playa y de la mesada La Argentina (Olsacher
Bonalumi et al. 2000, Álvarez y Tauber 2004, Cruz, 2013).
1960; Kay y Gordillo 1994; Kay y Mpodozis 2002; Breccia
Los sitios fosilíferos hasta ahora conocidos de esta unidad li-
2008; Dávila et al. 2004, 2005, 2010).
toestratigráfica fueron registrados y descriptos por Castella-
El registro paleontológico neógeno de origen continental
nos (1942, 1944), encontrándose en las localidades: barran-
se encuentra prácticamente restringido a los grandes valles
cas de Heredia, Pedernera, El Divisadero y “la barranca con
interserranos de San Alberto, Punilla, Los Reartes, Calamu-
Nopachthus coagmentatus”, sobre las márgenes de los ríos de
chita y localidades como La Playa en el Departamento Minas,
Los Sauces (o río Grande de Nono, según Castellanos) y Pa-
Sierra de Guasapampa, Las Caleras sobre la Sierra Blanca
naholma, entre el arroyo de Los Chiflones al norte de Villa
en el Departamento Calamuchita, Alpa Corral en la vertiente
Cura Brochero y el Rincón de La Mora (31°46’S y 65°00’ O),
oriental de las Sierras de los Comechingones, en el Departa-
cerca de la desembocadura del arroyo de la Aguadita.
mento de Río Cuarto y, probablemente, en el piedemonte
Esta formación yace directamente en discordancia o en
oriental en la ciudad de Córdoba (Castellanos 1936, 1942,
contacto tectónico con el basamento ígneo metamórfico y
1944, 1951, 1958; Bondesio y Pascual 1981; Tauber 2000 a;
está cubierta por las Formaciones Las Rabonas, Mina Cla-
Cruz 2013; entre otros). Hasta el momento, hay una sola lo-
vero, Toro Muerto y Charbonier, de diferentes edades cua-
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
601
Geología de Supericie
ternarias (Castellanos 1942, Sayago 1978, Kraemer et al.
1993, Bonalumi et al. 2000, Cruz 2013). La Formación Brochero está compuesta por dos secciones granodecrecientes;
el miembro inferior, descripto originalmente como “Brocherense” por Castellanos (1942), está formado en su base por
conglomerados y sabulitas con matriz limo arenosa; el
miembro superior, constituido principalmente por limolita
arenosa en parte arcillosa de color pardo rojizo y tonalidad
más oscura que la sección precedente, y se observan algunas
intercalaciones menores de conglomerado fino matriz sotén
limo arenosa, dispuesta en cuerpos de 50 cm de espesor
como máximo. Las facies más finas de la sección superior se
pueden observar en sitios topográficamente más altos, como
en La Toma, Las Maravillas y especialmente hacia el este y
noreste del valle. Esto estaría relacionado con una posición
distal en relación con antiguos conos aluviales dispuestos con
cabeceras hacia el oeste, donde dominan las facies proximales gravosas, al pie del cordón de Achalita. La procedencia
de estos abanicos ha sido interpretada con ápices ubicados
en el cordón de Achalita y desarrollados hacia el este (Kraemer et al. 1993: Fig. 4). Por tal motivo, generalmente los restos fósiles son más frecuentes y están mejor conservados en
los niveles de granulometría más fina de la sección superior.
En general, estos fósiles muestran un alto grado de desarticulación de los elementos óseos, pero sin evidencias de
abrasión, sugiriendo un corto transporte posmortem. Además de los restos óseos, se ha observado en el miembro superior la presencia de escasas crotovinas, marcas de disolución producidas por raíces en huesos y pequeñas rizoconcreciones.
Vertebrados fósiles y edad: Recientemente, Cruz (2013) realizó un estudio bioestratigráfico completo del Cenozoico
tardío de la Provincia de Córdoba y propuso una Biozona de
Asociación de Nonotherium hennigi–Propanochthus bullifer
con el perfil y el área tipo sobre el río de Los Sauces en el
Valle de San Alberto, referida al intervalo Montehermosense–Chapadmalalense (Plioceno temprano-Plioceno tardío) y comparable a la Biozona de Buenos Aires de Trigodon
gaudryi, Neocavia depresidens y/o Paraglyptodon chapadmalensis. Asimismo, determinó la presencia en esta biozona cordobesa de Phlyctaenopyga sp., Propanochthus bullifer, Plohophorus sp., Paedotherium bonaerense y Nonotherium hennigi
(Cruz 2013). Sin embargo, las especies Nonotherium hennigi
y Propanochthus bullifer no cumplen con los requisitos para
ser consideradas guías, entre otras cosas porque su representación es extremadamente escasa.
602
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
Además se conocen nuevas localidades sobre el río Chico
de Nono que permitieron ampliar el registro fósil de esta
Formación con los siguientes taxones son: Rhinella (citado
originalmente como Bufo), Criptodyra?, Achlysictis lelongi,
Macrochorobates chapalmalensis, Lomaphorus corallinus,
Lagostomus (Lagostomopsis) sp., Eumegamyinae gén et sp.
indet., Proterotheriinae gén et sp. indet., Pseudotypotherium
sp, Tremacyllus cf. T. impressus (Tauber 1989; Álvarez y Tauber 2003, 2004). A esta lista se suma el registro de “Chapalmatherium” cf. “C.” novum en la localidad de Villa Cura
Brochero, que sugiere que los niveles portadores de la Formación Brochero serían correlacionables con el Chapadmalalense (Cruz et al. 2013).
Valle de Los Reartes: Este valle tiene un origen tectónico con
orientación norte sur y un relleno sedimentario de edad neógena y cuaternaria que contiene varias localidades y niveles
fosilíferos, portadores de restos óseos de mamíferos, crotovinas de grandes mamíferos y rizolitos. Los estudios sobre la
estratigrafía y la paleontología de este valle fueron iniciados
por Alfredo Castellanos, quien decribió detalladamente numerosos perfiles ubicados sobre las barrancas del río de Los
Reartes, arroyo Seco del Portezuelo (la “Barranca Colorada”),
arroyo de San Pedro, río de Los Espinillos, arroyo del Tala,
arroyo de Las Higueras, barrancas de “El Bajo”, Las Taperas,
el “Horno Viejo”, “Corral de Barrancas” y “Comedero de las
Piedras Negras” (Castellanos 1922, 1925, 1936, 1944, 1951,
1958, 1959; Tauber 2006ab). La mayoría de estas localidades
fosilíferas hoy se encuentran cubiertas por el agua del Embalse de Los Molinos y, por lo tanto, inaccesibles, especialmente los niveles basales de la secuencia (sedimentos neógenos) (Castellanos 1936, Pasotti, 1961). Sin embargo, algunos de estos afloramientos aún se pueden observar en las barrancas del arroyo Seco del Portezuelo (e.g. la “Barranca Colorada”), en el borde suoriental del Embalse de Los Molinos.
La secuencia sedimentaria neógena comienza con una
unidad compuesta por depósitos granodecrecientes que varían desde areniscas finas en la base hasta niveles limo arcillosos en el techo de colores predominantemente pardo rojizos. Este depósito tiene una estructura débilmente estratificada, paralela y horizontal con contactos difusos. Internamente se observan estructuras en bloques, moteados, cutanes
y bioturbación. Además, se observan capas intercaladas arcillosas delgadas y contínuas, de color blanquecino, que corresponderían a niveles originalmente volcanoclásticos y
luego alterados químicamente (bentonitizados?, Castellanos
1936). Estos depósitos fueron correlacionados por Castella-
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
nos (1958) con los niveles equivalentes que aflora en el Valle
de San Alberto (“Brocherense”).
Entre los mamíferos neógenos registrados en estos depósitos se encuentran: Doellotatus sp. (citado originalmente
como Eutatopsis sp.), Plaina brocherense, Isolinia reartense,
Nopachtus coagmentatus, Palaeocavia brocherense, Microcavia (Xenomicrocavia) isolinense, Orthomyctera brocherense,
Nonotherium sp., Paedotherium isolinense, Felis pumoides,
Macroeuphractus sp., Lagostomopsis sp. y Paedotherium sp.
(Castellanos 1936, 1944, 1951, 1958, Berta 1983).
Es preciso realizar algunos comentarios sobre la validez
de las especies propuestas por Castellanos. Por ejemplo, la
especie Isolinia reartense fue aceptada por Fernícola (2008)
en su listado; sin embargo, Zurita et al. (2005) la sinonimizaron con Scelrocalyptus cordubensis y, más tarde, Zurita et
al. (2009) asignaron Sclerocalyptus a Neosclerocalyptus, resultando la especie como N. cordubensis. Los restos asignados a Nopachtus coagmentatus fueron reasignados a Hoplophorus sp. por Cruz (2011). La especie Plaina brocherense fue
aceptada, pero se indicó que posiblemente sea transferible al
género Vassallia (De Iuliis y Edmund 2002). De acuerdo con
Verzi (2002), Ctenomys (Paractenomys) cordubensis es una
especie válida, pero de un género diferente de Ctenomys. Con
respecto a Felis pumoides, se ha considerado que puedo corresponder a Puma concolor y se han señalado dudas con
respecto a su registro estratigráfico y su antigüedad (Berman 1994, Soibelzón y Prevosti 2008). También se ha citado
Nonotherium hennigi para los depósitos neógenos del valle
de Los Reartes (Castellanos 1944, 1958); sin embargo, esta
determinación es muy dudosa, ya que el material referido es
una cadera y el holotipo de la especie es un cráneo y no se
conocen aun asociaciones de restos craneanos y postcraneanos de este taxón. Las especies Orthomyctera brocherense,
Paleocavia brocherense y Xenomicrocavia isolinense nominados por Castellanos (1958) merecen ser revisadas con criterios taxonómicos modernos, ya que se definieron sobre
materiales fragmentarios.
Edad: Esta unidad fue correlacionada por Castellanos (1958)
con el “Brocherense” (o Formación Brochero) que aflora en
el valle de San Alberto, pudiéndose fundamentar más claramente esta correspondencia por los caracteres litoestratigráficos, mientras que la relación bioestratigráfica no es tan
clara. La asociación de algunos mamíferos fósiles (Doellotatus sp., Macroeuphractus sp., Holplophorus sp., Lagostomopsis
sp., Paedotherium sp.) registrados en el valle de Los Reartes
sugiere una edad Montehermsense-Chapadmalalense (Plio-
ceno temprano-tardío); sin embargo, otros fueron considerados dudosos por su asignación taxonómica o por haberse
interpretado que representaban una mezcla de taxones de
diferentes edades (e.g. Felis pumoides; Berman 1994, Cione
y Tonni 1995). En la actualidad, esta última interpretación
es prácticamente imposible de verificar, ya que la mayoría de
las exposiciones se encuentran cubiertas por el Embalse Los
Molinos y solamente afloran los niveles estratigráficos más
altos de estos depósitos. Una posibilidad que podría explicar
esta situación es que los materales fósiles procedan de dos
cuerpos sedimentarios de diferentes edades, una más antigua
con Hoplophorus sp. y otra más moderna con Neoscrlerocalyptus sp. y Felis pumoides (Cruz 2011). Otra explicación
de esta aparente mezcla de taxones es el registro de la mayor
concentración de crotovinas de grandes mamíferos documentado en la región central de Argentina (Tauber 2006 ab;
Tauber et al. 2011, 2012; Bárcena Esquivel 2013; Krapovickas
2014). Algunas de estas estructuras son de difícil observación por la similitud entre el tipo de litofacies del sustrato y
del relleno, contiendo éste último, algunos restos de mamíferos pequeños, especialmente roedores. Debido a que el relleno es más moderno que el sustrato que lo contiene, el hallazgo de fósiles en su interior puede inducir a interpretaciones geocronológicas erróneas.
Río de La Cruz: Recientemente, Tauber et al. (2013) comunicaron el registro de nuevas localidades con restos de mamíferos neógenos en el Departamento Calamuchita. La unidad sedimentaria portadora de los fósiles se encuentra expuesta en el cauce del río de Los Sauces y las barrancas que
lo bordean, alcanzando un espesor visible de unos 10 m. Está
compuesta por una sucesión de paleosuelos muy maduros
con estructura prismática y moldes calcáreos de raíces, intercalados con cuerpos lenticulares de grava fina matriz
sostén; la matriz es limo arenosa y en parte arcillosa, conteniendo estructuras calcáreas muy desarrolladas con formas
irregulares, sugiriendo un origen freatogenético. En estos
cuerpos lenticulares se hallaron restos óseos desarticulados
y sin evidencias de abrasión.
Edad: La antigüedad de estos sedimentos se pudo determinar por el hallazgo de fósiles determinados como Ringueletia
simpsoni y Pseudotypotherium cf. P. exiguum. El registro de
esta asociación de especies indica una edad Montehermosense (Mioceno tardío–Plioceno temprano). Es preciso aclarar que las especies de Pseudotypotherium, P. exiguum (Montehermosense) y P. subinsigne (Huayqueriense) son muy se-
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
603
Geología de Supericie
mejantes entre sí (Cerdeño y Montalvo, 2001), pudiendo ser
la primera un sinónimo de la segunda y por lo tanto estos
materiales deben ser estudados con mayor profundidad. Por
el momento no se puede hacer una correlación bioestratigráfica más precisa con otros niveles atribuibles a la Formación Brochero, ya que las especies aquí mencionadas no fueron registradas en otros afloramientos de esta unidad. Ringueletia simpsoni también fue documentada en los depósitos
de relleno cárstico de Las Caleras de edad Chapadmalalense
(Plioceno tardío).
Alpa Corral: Sobre la vertiente oriental de la Sierra de los
Comechingones, en el Departamento Río Cuarto, afloran depósitos fosilíferos neógenos continentales. Sobre el margen
derecho del río de las Barrancas, en las proximidades de Alpa
Corral, se reconoció una secuencia compuesta por dos unidades separadas por una discontinuidad erosiva, la superior
corresponde a depósitos aluviales y contiene restos de mamíferos cuaternarios. La unidad inferior tiene un espesor visible de 20 m, estando compuesta por sedimentos limo arcillosos pardo rojizos, en los que se observa una estructura masiva, en bloques, moteado y cutanes. En la parte basal de ésta
(5 m), se registraron cinco niveles fosilíferos desde abajo
hacia arriba, con los siguientes taxones: Nivel 1: Proscelidodon patrius, Nivel 2: Nopachtus coagmentatus, “Pithanotomys” cordubensis, Actenomys sp. y Paleocavia sp., Nivel 3:
Xenodontomys ellipticus y Caviidae gen, et sp. indet., Nivel
4: Lacertilia indet., (Iguanidae?), Caviidae gén. et sp. indet.
y Nivel 5: Lomaphorus corallinus, Eucelophorus chapadmalensis y Dankomys simpsoni. En un trabajo preliminar, los
niveles fosilíferos 1 a 4 se correlacionaron tentativamente
con el piso/edad Montehermosense (Plioceno temprano) y
el nivel 5 con el piso/edad Chapadmalalense (Plioceno tardío) de la costa atlántica bonaerense (Giannoncelli y Tauber
1997). Sin embargo las determinaciones taxonómicas de
“Pithanotomys” cordubensis y Xenodontomys ellipticus deben
ser reconsideradas, ya que la primera especie sería un nuevo
género de Octodontinae (sensu Verzi et al. 2002) y la segunda debería ser comparada con Xenodontomys elongatus,
una especie reconocida y descripta con posterioridad (Verzi
et al. 2003). Deschamps (2005) propuso la biozona de Xenodontomys ellipticus para el Mioceno tardío (Huayqueriense)
de la Provincia de Buenos Aires.
El paleoambiente correspondería a áreas abiertas con
pastizales, desarrollados en una llanura de inundación, bajo
condiciones climáticas más cálidas y húmedas que las existentes en la actualidad. Esta unidad yace en discordancia
604
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
sobre el basamento metamórfico, infiriéndose que el valle
del río de las Barrancas se habría originado probablemente
durante el Mioceno (Giannoncelli y Tauber 1997).
Formación La Playa
La Playa: En la región noroeste de la Provincia de Córdoba,
en las localidades de La Playa y La Argentina, aflora una
serie de travertinos y calcretes incluidos en la Formación
La Playa (Olsacher 1960). El cuerpo travertínico de La Playa
se encuentra entre la Sierra de Guasapampa y la de Ciénaga
del Coro, Departamento Minas, entre los 21°00’41,90” y
31°01’6,85” de latitud sur y 65°21’45,19” y 65°21’26,45” de
longitud oeste. Estos depósitos calcáreos fueron considerados como el producto de la actividad del complejo volcánico
de Pocho, en sus etapas finales (Gordillo y Lencinas 1979).
Este vulcanismo se produjo en dos etapas, la primera hace
7,9 Ma y la segunda hace 4,5 Ma (Kay y Mpodozis 2002). El
análisis de las facies y de las asociaciones de facies permitió
inferir un ambiente de depositación lacustre somero o palustre para el travertino y un origen vinculado con niveles
acuíferos para el calcrete (Breccia 2008). Los travertinos de
La Playa tienen, en partes, abundantes incrustaciones de macrofitas en una fábrica de tufa y además se registraron allí
valvas de gastrópodos indeterminados y restos óseos de vertebrados, entre otros tipos de fósiles (Breccia 2008, ver Astini
et al. en este volumen).
Los restos de vertebrados fósiles mejor estudiados procedentes de estos depósitos aportaron información sobre el
ambiente sedimentario y la edad de los mismos. Estos materiales paleontológicos fueron hallados en el yacimiento de
La Playa (no confundir con Las Playas citado erróneamente
por Kraglievich y Reig 1954, Bondesio y Pascual 1981) y, más
precisamente, en la facies de travertino macizo con rizolitos
(Breccia 2008). Se recolectaron restos atribuidos a Proterotheriidae (Litopterna), Toxodontidae (Notoungulata) (Kraglievich y Reig 1954, Bondesio y Pascual 1981) y un supuesto
roedor Erethizontidae, Neosteiromys? sp., que según Candela
(2004) corresponde a otro taxón. Desde el punto de vista ambiental, la presencia de “Chapalmatherium” cf. “C.” novum
(citado originalmente como Cardiatherium sp., Bondesio y
Pascual 1981) y Cyonasua groeberi, entre otros taxones, sugieren la existencia de cuerpos de agua lénticos o lóticos someros, coincidente con la interpretación de la facies portadora, próximos a áreas con pastizales y vegetación arbórea
y/o arbustiva distribuida en “islas” (Bondesio y Pascual 1981).
Asimismo, se ha interpretado que las precipitaciones plu-
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
viales habrían superado los 600 mm anuales durante la formación de estas rocas, debido al registro de Tupinambis teguixin (Donadío 1982). Sin embargo, esta hipótesis podría
ser inconsistente con el desarrollo de calcretes en el depósito
calcáreo de La Argentina.
Edad: La edad de la Formación La Playa ha sido uno de los
principales objetivos de estudios de diversos autores y con
diferentes tipos de evidencias, como las relaciones estratigráficas, el contexto geológico regional y el contenido paleontológico. El cuerpo calcáreo de La Argentina tiene una intercalación de depósitos valcanoclásticos (Breccia 2008), por lo
que se relaciona a esta formación con la actividad volcánica
de Pocho. Esto coincide en líneas generales con la interpretación de Bondesio y Pascual (1981) sobre la base del registro
del roedor Cardiatherium sp., asignándole una edad Mioceno tardío-Plioceno temprano (Huayqueriense-Montehermosense) al travertino de La Playa. Sin embargo, la revisión
de este material fósil permitió reasignarlo a “Chapalmatherium” cf. “C.” novum e interpretar, al menos para estas rocas,
una edad pliocena tardía (Chapadmalalense; Deschamps et
al. 2013); esto indica que la formación del travertino de La
Playa estaría relacionada con la segunda etapa volcánica de
Pocho.
Formación Casa Grande
Esta unidad posee una extensa distribución geográfica,
abarcando desde el piedemone oriental y nororiental de las
Sierras Chicas, en el sector oeste y noroeste de las sierras de
La Higuerita, Quilino y Lomas de El Durazno, borde oeste y
sur de la Sierra de Sauce Punco, oeste y noroeste de la Sierra
de Macha, en El Simbolar, Saguión, Chuña, hasta el extremo
austral de las Sierras Chicas, donde hay afloramientos de reducida extensión areal (ver Astini et al. en este volumen).
Esta Formación fue definida y nominada por Lencinas
(1971) en el Valle de Punilla, donde fue ubicada y posicionada en relación con la estratigrafía de esa región, encontrándose allí las mejores exposiciones y el área tipo.
En el valle de Punilla fue registrada una asociación de
reptiles y mamíferos de edad neógena, permitiendo determinar la presencia de las tortugas Chelonoidis chilensis (De
la Fuente y Cabrera 1988) y Acantochelys cosquinensis (De la
Fuente 1992) y de los mamíferos Promacrauchenia y Xotodon
(De La Fuente 1986, 1992). Los restos fósiles fueron recolectados “de sedimentitas arcillosas de coloración pardo rojiza
aflorantes en las barrancas del río Cosquín entre las localidades de Cosquín y Santa María, frente a Villa Bustos, Provincia
de Córdoba, Argentina” (sic; De La Fuente 1992). Estas sedimentitas pertenecen a la Formación Casa Grande (Lencinas
1971), una secuencia de conglomerado matriz sostén granocreciente de hasta 180 m de espesor en el valle de Punilla
(Gordillo y Lencinas 1979). Los niveles de esta Formación
que afloran sobre el cauce del río Cosquín frente a Villa Bustos están compuestos por sedimentos finos, predominantemente areniscas y limonitas arcillosas con grandes cuerpos
concrecionales carbonáticos y de formas irregulares.
Edad: La edad de esta unidad fue referida al Plioceno temprano (Lencinas 1971, Gordillo y Lencinas 1979) por las características y relaciones litoestratigráficas de la misma y, por
la presencia de la asociación Promacrauchenia sp. y Xotodon
sp., fue referida al lapso Montehermosense–Chapadmalalense (De La Fuente 1992). En la actualidad, el registro de
estos géneros se considera más amplio (Reguero y Candela
2011), suguiriendo una edad comprendida entre Huayqueriense y Chapadmalalense (Mioceno tardío-Plioceno tardío).
Sin embargo, estos materiales aun no fueron decriptos ni
ilustrados y esta hipótesis geocronológica merece ser verificada y acotada con nuevos hallazgos.
Depósitos de relleno cárstico de Las Caleras
En las Sierras Pampeanas de Córdoba se ha desarrollado
un relieve cárstico que afectó a los cuerpos de mármoles
dolomíticos y calco dolomíticos, sobre las laderas orientales
y áreas cumbrales de los diferentes cordones montañosos
de la provincia. En el área cumbral de la Sierra Blanca, en la
localidad de Las Caleras del Departamento Calamuchita
existe un extenso afloramiento de mármoles dolomíticos y
calcodolomíticos de edad precámbrica tardía que constituyen una megaestructura consistente en un pliegue sinforme
isoclinal volcado hacia el nordeste [plano axial buzante hacia
el este (N 134°/20°) y con eje en dirección e inmersión hacia
el sureste (N 134°/24°)]. En este cuerpo rocoso se desarrolló
un incipiente relieve cárstico que, en parte fue rellenado con
sedimentos clásticos de granulometría variable, desde brechas gruesas hasta niveles de sedimentos y sedimentitas silicoclásticas polimícticas de cohesión muy variable y con intercalaciones de rocas químicas (costras calcáreas).
En algunos cuerpos, el relleno clástico contiene una abundante cantidad de restos de vertebrados: anuros, reptiles,
aves y mayoritariamente mamíferos. Los taxones documentados hasta el presente son restos indeterminados de anuros,
Tupinambis cf. T. teguixin, restos indeterminados de aves de
talla pequeña, Lutreolina sp., Thylophorops chapalmalensis,
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
605
Geología de Supericie
Doellotatus chapadmalensis, Ringueletia simpsoni, Macro-
Consideraciones bioestratigráficas y biogeográficas
euphractus outesi, Scelidotheriinae indet., aff. Dankomys
En general, las áreas y depósitos sedimentarios neóge-
simpsoni, Eumysops sp., Lagostomus (Lagostomopsis) sp.,
nos de Córdoba mejor conocidos desde el punto de vista
Dolichotis sp., Cardiatheriam aff. C. talicei, Tremacyllus im-
bioestratigráfico y geocronológico son los afloramientos de
pressus, y Xotodon sp. (Tauber 2000 a; Fig. 5). Algunos ma-
la Formación La Playa, Formación Brochero en el valle de
teriales fósiles de este yacimiento, determinados como
San Alberto y el cuerpo sedimentario de relleno del paisaje
Cardiatheriam aff. C. talicei, fueron reasignados reciente-
cárstico de Las Caleras, cuya edad se asignó al Chapadma-
mente a “Chapalmatherium” cf. “C.” novum (Deschamps et
lalense tardío (Plioceno tardío). El registro paleontológico
al. 2013).
analizado de toda la cubierta sedimentaria continental de la
región serrana y pedemontana, sugiere una edad, en general,
Consideraciones tafonómicas: La asociación tafonómica
Montehermosense a Chapadmalalense (aunque puede haber
registrada en Las Caleras permite plantear algunas hipótesis
algún taxón considerado más antiguo). Además, tiene la ca-
sobre las condiciones de acumulación de los restos de verte-
racterística de presentar asociaciones de taxones en general
brados en este depósito. La mayoría de los restos óseos re-
muy diferentes entre los distintos yacimientos estudiados,
cuperados corresponden a vertebrados de talla pequeña a
dificultando la correlación bioestratigráfca a nivel regional.
mediana y de probables hábitos cavícolas o potencialmente
Esto puede deberse a que los niveles fosilíferos de las dife-
habitantes de las anfractuosidades de las rocas, que sugieren
rentes localidades representen distintas antigüedades o que
un registro selectivo (e.g. Tupinambis cf. T. teguixin, Lutreo-
la diferenciación se deba a causas biogeográficas, tafonómi-
lina sp., Thylophorops chapalmalensis, Doellotatus chapad-
cas o por defectos en el registro.
malensis, Ringueletia simpsoni, Macroeuphractus outesi, Aff.
Las Sierras Pampeanas de Córdoba ocupan una posición
Dankomys simpsoni, Lagostomus (Lagostomopsis) sp., Doli-
geográfica intermedia entre la región noroeste de Argentina,
chotis sp. y probablemente Eumysops sp. y Tremacyllus im-
la costa atlántica bonaerense y la región Pampeana. Por tal
pressus). Contrariamente, los restos asignados a taxones no
motivo, es importante analizar los diferentes conjuntos de
cavícolas (e.g. Xotodon sp.), son fragmentarios y se habrían
taxones de los yacimientos paleontológicos de Córdoba con
depositado en el relleno de un sumidero.
la finalidad de interpretar acerca de las conexiones biogegraficas entre estas regiones durante el Neógeno. Al respecto,
Consideraciones paleoecológicas: Entre los componentes
Reguero y Candela (2011) interpretaron que la diferencia-
esenciales que intervienen en el desarrollo del ciclo cárstico
ción faunística, a nivel de género, entre el noroeste, noreste
en rocas carbonáticas está el clima, especialmente cuando es
y de la costa atlántica comenzó aproximadamente en el límite
más cálido y húmedo. Precisamente, la asociación de taxones
Mioceno medio a tardío; además, en el noroeste argentino el
registrados en el yacimiento paleontológico de Las Caleras,
endemismo de la fauna se incrementó en el Mioceno tardío.
parece indicar condiciones climáticas templado cálidas du-
La distribución geográfica de los taxones registrados,
rante la depositación del relleno cárstico (Tauber 2000a);
sugiere que en las Sierras Pampeanas de Córdoba hubo aso-
estos taxones son, Tupinambis cf. T. teguixin, Thylophorops
ciaciones faunísticas intermedias, entre las del noroeste
chapalmalensis, Doellotatus chapadmalensis, Ringueletia
argentino y la región Pampeana. Las especies Thylophorops
simpsoni, Macroeuphractus outesi, Eumysops sp., Tremacyllus
chapalmalensis, Ringueletia simpsoni, Macroeuphractus ou-
impressus y, probablemente, Lutreolina sp. y Xotodon sp. Con
tesi, Macrochorobates chapalmalensis, Plohophorus sp. (ver
respecto a la humedad, en general la asociación de verte-
Cruz 2011), Nopachtus coagmentatus (ver Zamorano 2012),
brados no es muy indicativa. La mayoría de los taxones re-
Xenodontomys ellipticus, Eucelophorus chapadmalensis, Dan-
gistrados indican un ambiente predominantemente abierto
komys simpsoni, Pseudotypotherium subinsigne y “Chapal-
con pastizales o semiabierto (Tauber 2000 a y bibliografía
matherium” cf. C. novum son caraterísticas de la region Pam-
allí citada).
peana (provincias de Buenos Aires, La Pampa y parte sudoriental de San Luis; Plohophorus también en Uruguay). En
Edad: La asociación de taxones registrados en este yaci-
Córdoba, estos taxones fueron registrados principalmente
miento indica una edad Chapadmalalense, probablemente
en las localidades situadas en el sudeste de la región serrana
tardía (Tauber 2000a). El reconocimiento de “Chapalmathe-
(Alpa Corral, Las Caleras y el río de Los Sauces, Calamuchita)
rium” cf. C. novum apoya esta hipótesis geocronológica.
y Macrochorobates chapalmalensis se registró en Las Caleras
606
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Figura 5: Algunos taxones de vertebrados fósiles encontrados en la Provincia de Córdoba. a) Tupinambis cf. T. merianae, dentario derecho en vista labial;
b) Doellotatus chapadmalensis, osteodermo de una banda móvil; c) Ringueletia simpsoni, osteodermo de una banda móvil; d) Lutreolina sp., dentario
izquierdo con la serie p3-m4 en vista labial; e) Thylophorops chapalmalensis, dentario izquierdo con las raíces del p1 y la serie p2-m4 en vista lingual; f)
Tremacyllus impressus, mitad anterior del cráneo con los I1 y las series P2-M3 en vista ventral; g) Dolichotis sp., rama mandibular izquierda con i1 y la
serie m1-m3 en vista labial (tomado de Tauber 2000 a); h) Megatherium americanum, cráneo y mandíbula completos en vista lateral izquierda (tomado
de Tauber et al. 2008); i) Glyptodon sp. juvenil, osteodermos correspondientes a la coraza dorsal (tomado de Luna y Krapovickas 2011); j) Smilodon cf S.
populator, cráneo parcialmente completo (modificado de Goya 2003, Tauber y Goya 2006); k) Hippidion principale, cráneo completo en vista lateral izquierda (tomado de Krapovickas 2014) (Escalas a-g, 1 cm; h, 20 cm; i-j, 5 cm; k, 4 cm).
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
607
Geología de Supericie
(datos pers.) y el valle de San Alberto. Contrariamente a esto,
los taxones que tienen una distribución en la región noroeste
de Argentina fueron registrados en el valle de San Alberto
(Phlyctaenopiga sp.). La especie Plaina brocherense del valle
de Los Reartes, descripta por Castellanos (1958), fue reconocida como una probable especie válida, pero sería transferible al género Vasallia (De Iulis y Edmund 2002), género
cuyas especies conocidas se registraron solamente en la región noroeste de Argentina (Catamarca y Tucumán, Reguero
y Candela 2011). A esto se suman los taxones cononocidos
solamente por hallazos de las sierras cordobesas, como Nopachtus coagmentatus, Propanochthus bullifer, Nonotherium
hennigi, “Ctenomys” (Paractenomys) cordubensis y un octodontino de Alpa Corral que está en estudio, entre otros. En
síntesis, el registro paleontológico de las Sierras de Córdoba, parecen coincidir con las interpretaciones de Reguero
y Candela (2011).
La diferenciación faunística entre las regiones del noroeste y Pampeana, y el aumento del endemismo durante el
Mioceno medio y tardío, coincide temporalmente con el
arribo de la placa de Nazca subducida con bajo ángulo, produciendo el fallamiento y el corrimiento de los bloques del
basamento hace unos 10 Ma (Jordan y Allmendinger 1986).
Las regiones montañosas tienen un alto potencial para producir diferenciaciones faunísticas, endemismo, distribuciones discontinuas y son refugios de especies amenazadas (e.g.
Cantero et al. 2011). De esta manera se generó un importante
relieve que condujo a la fragmentación de los ambientes en
la región de las Sierras Pampeanas, siendo esta una de las
causas probables e importantes de la diferenciación faunística y del endemismo mencionado.
Asimismo, el registro paleontológico de mamíferos neógenos de las provincias de Córdoba y San Luis indican una
antigüedad algo mayor en esta última, siendo Huayqueriense
(Mioceno tardío) (Chiesa et al. 2011) y Montehermosense
(Mioceno tardío o Plioceno temprano). En las Sierras Pampeanas de Córdoba el registro indica una antigüedad Montehermosense y Chapadmalalense (Mioceno tardío–Plioceno temprano). Esto estaría relacionado con el sentido de
la propagación de la deformación andina.
CUATERNARIO
En los últimos años, los estudios paleontológicos dentro
de la Provincia de Córdoba se han centrado principalemnte
en el entendimiento de los registros bioestratigráficos, paleobiogeográficos y paleoclimáticos durante los últimos 2,5
608
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
Ma. Las unidades litoestratigráficas fosilíferas de este periodo en la Provincia de Córdoba se encuentran distribuidas
en ambientes sedimentarios muy disímiles como la llanura
pampeana y el área serrana.
Si bien el mayor número de localidades fosilíferas estudiadas se encuentran en la región pampeana y el piedemonte
oriental (e.g. Corralito, San Francisco, Isla Verde, Miramar,
ciudad de Córdoba, El Palmar, Marcos Juarez, Chuña, Río
Segundo, Río Tercero, Santa Catalina, Sampacho, Alpa Corral), esta tendencia se ha revertido en los últimos años con
el estudio de localidades serranas, en especial en “pampas de
altura” (pequeñas planicies elevadas por encima de los 1.000
m s.n.m. ubicadas en las áreas cumbrales de los cordones
montañosos) [e.g. Pampa de Olaen, Pampa Vaca Corral, Atos
Pampa, Atum Pampa, Panaholma, San Bernardo (Copina)]
o en valles interserranos (e.g. valle de San Alberto, Nono,
Paso de las Tropas, Huerta Grande, Valle Hermoso, San Clemente, Los Reartes, Santa Rosa de Calamuchita, Amboy,
Villa del Dique, Villa Rumipal, Elena, Anisacate; Fig. 6).
Región pampeana y piedemonte oriental de las
Sierras Chicas
Corralito: Esta localidad es importante tanto por sus hallazgos paleontológicos como por la sucesión de loess y paleosuelos interestratificados que allí se encuentran, correspondientes a la Formación Pampeana. Además, en aquel lugar
está expuesto el perfil con mayor cantidad de dataciones
absolutas realizadas en la provincia, mediante los métodos
de termoluminiscencia y termoluminiscencia ópticamente
estimulada por infrarojo (IRSL; Frechen et al. 2009), la que
es utilizada frecuentemente como referencia para realizar
correlaciones geocronológicas a nivel regional.
En Corralito se hallaron restos mandibulares y postcraneales de un Proterotheriidae, Neolicaphrium recens (Tauber
2000b, Bond et al. 2001). Estos materiales provienen de una
cárcava de 20 km de longitud, a 2 km al norte de la localidad
de Corralito, Departamento de Tercero Arriba, en la zona interfluvial entre los ríos Xanaes y Ctalamochita y próximo a
la unidad geomorfológica conocida como Plataforma Basculada (o Elevación Pampeana). Se interpretaron cambios
climáticos evidenciados por el desarrollo de un paleosuelo
de color rojizo, con bioturbación muy desarrollada, gran
cantidad de nidos de escarabeidos, grandes crotovinas y la
presencia de depósitos fluviales, intercalados con loess. El
diámetro de los pedotúbulos observados sugieren una vegetación de porte arbustivo, que concuerda con el hallazgo en
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Figura 6: Localidades fosilíferas cuaternarias de la Provincia de Córdoba. 1- Corralito; 2-San Francisco; 3- Isla Verde; 4-Miramar; 5-Pampa de Olaen; 6Pampa Vaca Corral; 7-Huerta Grande; 8-Atos Pampa; 9-Atum Pampa; 10-Amboy; 11- Santa Rosa de Calamuchita;12-Villa del Dique; 13-Nono; 14-Río Tercero;
15-Elena; 16-Santa Catalina; 17-Sampacho; 18-Anisacate; 19-Panaholma; 20- Los Reartes; 21-San Clemente; 22- El Palmar; 23-Alpa Corral; 24-Marcos Juárez
(inédito); 25- Chuña (inédito); 26- ciudad de Córdoba; 27-Valle Hermoso; 28-Copina; 29-San Marcos Sur.
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
609
Geología de Supericie
este nivel de un mamífero como Neolicaphrium recens del
porte de un cérvido de talla mediana.
Posteriormente, Tauber (2008) comunicó el hallazgo de
material craneal, mandibular y postcraneal asignados a Mesotherium cristatum. Este nivel puede ser correlacionado con
un depósito de loess datado en 115 ka (Sanabria et al. 2006).
También se ha extraído una importante cantidad de restos
de mamíferos, la mayoría de ellos depositados en el Museo
Florentino Ameghino de Río Tercero. Entre ellos, Toxodon
sp., Scelidotherium sp. y Smilodon sp.
Tauber et al. (2011) citaron la presencia de crotovinas de
grandes mamíferos (paleocuevas rellenadas) dentro del registro sedimentario de esta localidad, producidas antes de
la formación del suelo actualmente productivo. También se
interpretó una relación entre la presencia y la producción de
estas estructuras bioerosivas con áreas donde el porcentaje
de humedad era puntualmente mayor, en regiones con climas predominantemente áridos.
San Francisco: Zurita et al. (2007) dieron a conocer un conjunto de mamíferos pleistocenos provenientes del extremo
oeste de la región Pampeana. El conjunto de taxones esta
compuesto por elementos pampeano-patagónicos adaptados a los climas áridos y fríos del Pleistoceno más tardío con
la presencia de Equus (Amerhippus) neogeus y de Neosclerocalyptus paskoensis, lo que permitió acotar la antigüedad de
los sedimentos al Lujanense (ca. 130–8 ka AP) y correlacionarlos con la Formación Tezanos Pinto (ca. 36–8 ka AP).
Esta asociación sería congruente con el desarrollo de un período glacial. Desde una perspectiva climático-ambiental,
la evidencia sugiere el desarrollo predominante de ambientes
abiertos áridos o semiáridos, probablemente subarborizados.
Este escenario es compatible con aquel inferido para el Lujanense del sector oriental de la región Pampeana.
Cruz et al. (2012) y Cruz (2013) redescribieron los materiales estudiados por Zurita et al. (2007) y describeron dos
asociaciones: (1) la asociación faunística compuesta por Lomaphorus sp., Neosclerocalyptus ornatus, Catonyx tarijensis,
Scelidotheriinae indet., Macrauchenia patachonica, Hemiauchenia paradoxa, Smilodon populator y Panthera onca, asignable al Ensenadense (Pleistoceno Temprano–Medio), por
la presencia de Catonyx tarijensis (“Scelidodon” según otros
autores) (ver Discusión); y (2) la asociación faunística integrada por Neosclerocalyptus paskoensis, Glyptodon sp., Equus
(Amerhippus) sp., Toxodon sp., Arctotherium sp. y cf. Lagostomus, asignable al Lujanense (Pleistoceno tardío–Holoceno
temprano) de la Región Pampeana. Infirieron un paleoam-
610
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
biente de pantano o planicie aluvial inundada en los niveles
estratigráficos inferiores, seguido por la presencia de un paleosuelo de escaso desarrollo, que se encuentra interrumpido por un ambiente fluvial con llanuras de inundación y
desarrollo de paleocanales. Sobre este último paleoambiente
se habría desarrollado otro paleosuelo de mayor desarrollo
que el anterior. Todos estos paleoambientes, caracterizados
por una abundante humedad, son truncados por un loess,
del cual interpretaron un ambiente de estepa herbácea semiárida, siendo este el tope de la columna estratigráfica. Correlacionaron este último nivel de loess como perteneciente
a la Formación Tezanos Pinto, datada por termoluminicencia
en 35,89 ± 1,03 Ka AP, 31,69 ± 1,62 Ka AP, y 32,00 Ka AP en
su base y 8,15 ± 0,40 Ka AP y 9,39 ± 0,63 Ka AP en el techo
(Kröhling 1999 a y b, Kröhling e Iriondo, 1999).
Isla Verde: Cruz (2013) identificó tres unidades estratigráficas, donde la unidad 2, compuesta por arena con concreciones carbonáticas, contiene restos de mamíferos fósiles. El
conjunto faunístico que identificó se encuentra compuesto
por Eutatus seguini, Zaedyus pichiy, Tolypeutes matacus, Neosclerocalyptus sp., N. paskoensis, Lomaphorus sp., Scelidotheriinae indet., Macrauchenia sp., Equus (Amerhippus) sp.,
Ctenomys sp., cf. Lagostomus y Galea sp. Le asignó a los sedimentos hospedadores una edad Lujanense por la presencia
de N. paskoensis y Equus (Amerhippus) sp.
Miramar (Mar Chiquita): Montes (1960) comunicó el hallazgo de un ejemplar en parte articulado, de Stegomastodon,
una armadura dorsal y el extremo caudal de Glyptodon sp. y
una mandíbula de Equss (Amerhippus) neogeus sobre las
costas de la laguna de Mar Chiquita, en cercanías de la localidad de Miramar y en el mismo nivel restos de Homo sapiens. El perfil estratigráfico formado por cuatro estratos
principales, desde la base al techo: arcilla parda fosilífera,
loessoide rojizo, suelo fósil I (como el que se observa en
Pampa de Oláen) y capas superiores en gran parte denudadas.
Más tarde, se describieron restos de diferentes taxones
procedentes de la Formación Tezanos Pinto (Pleistoceno
Tardío-Holoceno; 36.000 y 8.000 años AP) y La Invernada
(Holoceno). Dentro de la Formación Tezanos Pinto, se encontraron taxones que evidencian cambios en la humedad
relativa durante el Pleistoceno Tardío. Así, por ejemplo,
Trachemys se encuentra relacionado con un evento húmedo
acontecido entre los 16.500 y 15.500 años AP, que pudo
haber sido lo suficientemente marcado y sostenido como
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
para posibilitar el ingreso de este género (y otros vertebrados) a cercanías de la laguna Mar Chiquita, unos 220 km
hacia el oeste de su distribución actual (Cabrera y Luna
2011). En contraste, se hallaron taxones que fueron propios
de regiones áridas, evidenciando un pulso más seco y frío
que el actual, que dominaron la región pampeana y patagónica: Lomaphorus elevatus (Luna y Giraudo 2012), Reithrodon auritus (Martínez et al. 2012), Eutatus sp., Tolypeutes sp.,
Lomaphorus sp., Neosclerocalyptus sp., Glyptodon sp., Megatherium sp., Smilodon sp., Camelidae cf. Palaeolama sp., cf.
Cervidae, cf. Tayassuidae, Equus (Amerhippus) sp. (Luna y
Prieto 2013) y Chelonoidis (Zacarías y Luna 2013). En sedimentos identificados como pertenecientes a la Formación La
invernada, dentro de esta localidad se encontró hasta el momento un espécimen de Lomaphorus elevatus (Luna y Giraudo 2012).
El Palmar: Tauber y Di Ronco (2000) describieron dos especímenes de Glyptodon reticulatus, articulados en posición
tridimensional. El primer espécimen descripto proviene de
la llanura que rodea a la ciudad de Córdoba, en la cantera El
Palmar, ubicada 8 km de esta capital y sobre la faja fluvial del
Río Suquía. En este yacimiento afloran dos unidades litoestratigráficas separadas por una paracordancia. La unidad
inferior, con una potencia de 20,43 m correspondería con el
miembro inferior de la Formación Río Primero (Santa Cruz
1972, 1978) y tiene una edad absoluta de 92.950 ± 5.090 años
AP en la base de la sección (Sanabria et al. 1996). Está formada por una alternancia cíclica de niveles mantiformes de
arcilla o limo arcilloso macizo de color marrón rojizo, bioturbado y con abundante materia orgánica. La unidad superior y portadora del espécimen en referencia tiene una potencia de 15,5 m, y correspondería al miembro superior de
la Formación Río Primero. Está compuesta por grava mediana de matriz soportada y arena gruesa y tiene una edad
absoluta en la base de 40.830 ± 3.200 años AP (Sanabria et
al. 1996). Otros materiales inéditos encontrados en El Palmar se atribuyen a Stegomastodon sp., Macrauchenia patachonica y Smilodon sp.
Anisacate: Tauber (1999) documentó el hallazgo de una vicuña fósil del Pleistoceno en esta localidad, ubicada en el
piedemonte de las Sierras Chicas. El mismo procede del margen izquierdo del Río Anisacate, a 3,2 km hacia el este de la
ciudad de nombre homónimo, en la pedanía Alta Gracia. El
individuo hallado consta de un fragmento mandibular con
i1-c y p4-m3 y corresponde a un individuo juvenil de Lama
(Vicugna) aff. L. (V.) gracilis. El autor propuso, sobre la base
de estos hallazgos, un clima más frío y seco que el actual, con
un ambiente abierto de pastizales de gramíneas microtérmicas, como el que se encuentra en la actualidad en el sector
norte de la Patagonia. La edad radiocarbónica máxima del
techo de la columna estratigráfica obtenida en esta localidad
arroja valores de 26.000 ± 500 años AP. Otro hallazgo importante en esta localidad fue el de un dentario, húmero y
elementos postcraneanos asignables a “Scelidodon” sp., en el
techo de la columna antes mencionada, de edad Lujanense
(Tauber et al. 2008 a). Ademas, se registraron materiales
inéditos de Panochthus sp., Megatherium cf. M. americanum, Felis (Puma) concolor, Glyptodon perforatus y Doedicurus sp.
Elena y Sampacho, arroyos Santa Catalina y Las Lajas y
río Las Cañitas. En la región del arroyo Santa Catalina, entre
Cuatro Vientos y Holmberg, en el Departamento Río Cuarto,
se estudiaron los depósitos fosilíferos del Pleistoceno Tardìo–Holoceno temprano, registrándose una abundante y diversa asociación de microfósiles, entre ellos: diatomeas,
gastrópodos y ostrácodos. Se identificaron dos asociaciones
de diatomeas, que permitieron diferenciar dos tipos de paleolagunas, que se distinguen en su concentración de sales y
en su contenido vegetal. También se propuso que la presencia
de dos diatomitas separadas por un paleosuelo es el resultado
de la existencia de dos periodos húmedos y uno seco intercalado, de relativa duración, durante la depositación de los
sedimentos estudiados (Prámparo 1982).
Cruz (2007) comunicó el hallazgo de evidencias de megafauna en el Departamento Río Cuarto. Los restos fósiles
fueron asignados a las especies Mylodon darwini, Panochthus
sp., Megatherium americanum, Sclerocalyptus sp. y Glyptodon
clavipes. Sobre estos hallazgos, se asignó una edad Bonaerense y Lujanense a las Formaciones Chocanchavara y La Invernada, respectivamente, y se infirió un clima seco y frío
durante la depositación de esta última, en un paleoambiente
de estepa herbácea psamofítica y halofítica, asociada con
montes arbustivos rastreros y espinosos. La Formación Chocancharava sugiere un clima húmedo a subhúmedo, inferido
por la presencia de paleosuelos, denominados Geosuelos
La Colacha y Estancia El Cerrito.
Cruz et al. (2010) presentaron el primer fechado por radiocarbono (7550 ± 60 años 14C AP) para la Provincia de
Córdoba, obtenido a partir de colágeno presente en huesos
de Scelidotherium leptocephalum hallados en Elena. Los materiales fósiles fueron exhumados de la Formación La Inver-
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
611
Geología de Supericie
nada y la fecha mencionada es consistente con la asignación
temporal de esta unidad al Pleistoceno Tardío-Holoceno
temprano y permitió la correlación de estos sedimentos con
los eventos climáticos que tuvieron lugar durante ese período. Asimismo, es uno de los fechados por radiocarbono
más jóvenes de megamamíferos para la Argentina.
Alpa Corral: Nores y D´Andrea (1997) citaron el hallazgo
de “restos de caparazón de gliptodonte Neosclerocalyptus ornatus, indiscutiblemente asociados a elementos arqueológicos,
con evidencias de haber sido cazado y comido por los hombres
prehistóricos” en la localidad de Alpa Corral, al sur de la Sierra de Los Comechingones. Según estos autores, los restos
humanos asociados a estos materiales tendrían una antigüedad de 4,5 Ka AP, de acuerdo con las dataciones radiocarbónicas que realizaron. En la misma localidad, se registró un
dentario asignado a Glyptodon sp. (Krapovickas y Tauber
2010).
Región serrana: Pampas y Pampillas de Altura
Panaholma: Ubicada en la Pampa de Pocho, donde se estudiaron numerosos perfiles, observándose dos unidades litoestratigráficas principales (Krapovickas 2014). La unidad
basal está conformada por arcilla arenosa rojiza, aflorante en
barrancas sobre el río Panaholma, que fue correlacionado
con la Formación Brochero. En ella se encontraron restos
determinados como Proscelidodon sp. Sobre esta unidad se
encuentran, mediante contacto neto, varios niveles de arena
de color amarillenta, donde se hallaron restos mandibulares
asignados a Hippidion principale (Krapovickas 2014).
Pampa Vaca Corral: Goya (2003), Tauber y Goya (2006) y
Tauber et al. (2008 b) describieron la estratigrafía y los fósiles
de las pampas de altura de Cruz del Eje, desarrolladas en las
Sierras Grandes de Córdoba, al norte del cerro Los Gigantes.
En estas pampas reconocieron tres unidades sedimentarias
clásticas de origen fluvial (A, B y C), constituidas por arenas
limosas con clastos de tamaño variado y gran angulosidad
que alcanzan en conjunto un máximo de 6 m de potencia.
En la pampa Vaca Corral se halló la columna estratigráfica
más completa, mientras que en los sectores restantes sólo
aparecen las unidades B y C. En la Unidad inferior (A) se hallaron restos óseos fósiles, crotovinas de mamíferos de talla
mediana y grande, el primer coprolito de la provincia atribuido a un carnívoro y trazas de escarabajos. Mediante el
análisis de los registros paleontológico y sedimentario, se
612
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
asignó la edad a los sedimentos fosilìferos y se interpretaron
las condiciones paleoambientales y paleoclimáticas para la
región estudiada. La unidad inferior, portadora de fósiles,
fue asignada a la Edad/Piso Lujanense (Pleistoceno Tardío),
incluida en las biozonas de Megatherium americanum o
Equus (Amerhippus) neogeus. La unidad B, por su posición
estratigráfica, se asignó a la Edad/Piso Platense (Holoceno),
mientras que la Unidad C corresponde a la actualidad. En
cuanto al paleoclima y al paleoambiente, la unidad inferior
se habría depositado en un clima templado o frío, con una
etapa de mejoramiento climático en su interior, que generó
un suelo de gran desarrollo. Las diferencias estacionales serían marcadas, en un ambiente de pastizales subarbolados,
con uno o más cauces fluviales poco desarrollados. La unidad B correspondería al óptimo climático holoceno (9.000 a
5.000 años AP) con condiciones cálidas y de mayor humedad, desarrollada en un ambiente de dominio fluvial, con
flora bien desarrollada. Por último, la unidad C se habría
depositado bajo el clima y ambiente actuales.
Krapovickas (2014) reconoció a la unidad A antes mencionada como un paleosuelo de gran potencia, con trazas
como Coprinisphaera sp., crotovinas y rizoconcreciones.
Dató la base de este paleosuelo por OSL en 37.095 ± 2.020
años AP y reconoció el siguiente conjunto de mamíferos fósiles: Macrauchenia cf. M. patachonica, Smilodon cf. S. populator, Lycalopex cf. L. culpaeus, cf. Stegomastodon platensis,
Panochthus sp., Glossotherium sp., Megatherium americanum, Scelidotherium leptocephalum, Hippidion principale, Lagostomus cf. L. maximus y Ctenomys sp., siendo este el conjunto faunístico más diverso de las sierras de Córdoba. Sobre
este paleosuelo, se depositó un estrato de limo arenoso amarillento, cuya base esta datada en 14.040 ± 785 años AP. La
columna estratigráfica culmina con un paleosuelo de color
gris oscuro, de gran extensión areal, datado en otra pampilla
de altura, en 9.181 años AP por el método AMS (Sanabria et
al. Este congreso), que es el registro del óptimo climático en
las sierras de Córdoba (Krapovickas 2014).
Pampa de Oláen: En esta pampa, Montes (1956) describió
un estrato negro, que llamó Humus fósil I, con piezas arqueológicas con forma de puntas lanceoladas de tipo Ayampitín, equivalente a un estrato encontrado en el cerro Intihuasi, en San Luis, datado en 8.000 años y correlacionado
con el “óptimo climático”. Luego determinó el nivel de
Humus fósil II al que ubicó cronológicamente en los 3.000
años AP. Los dos estratos negros se habrían desarrollado
en un clima cálido y húmedo.
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
Leonardi (1961) describió la secuencia estratigráfica que
abarca el Pleistoceno Tardío y el Holoceno de la Pampa de
Oláen, mencionando el hallazgo de fósiles determinados
como Glyptodon reticulatus, Lagostomus maximus, Macrauchenica patachonica, Paleolama sp. y Equus sp.
Córdoba (2005) y Córdoba et al. (2005) plantearon hipótesis sobre la evolución paleoambiental de la Pampa de
Olaen a partir de datos estratigráficos, geomorfológicos, arqueológicos y paleontológicos. Describió seis facies principales presentes en esta pampa: 1) facies de limos arenosos y
arenas limosas de colores amarillentos o rojizos con mucho
carbonato de calcio, laminación horizontal incipiente y rizoconcreciones de hasta 2 mm de diámetro hacia el techo
de la capa; aquí se registran, según Montes (1956) y Leonardi
(1961), Glyptodon reticulatus, Paleolama sp., Lagostomus maximus, Toxodon sp., Mastodon sp., Scelidotherium sp., Equus
sp. y Macrauchenia patachonica. Esta capa es interpretada
como loessoide con procesos pedogenéticos sin participación del nivel freático; 2) facies de conglomerados y microconglomerados, en forma de lentes clastosoportados y sin
estructuras sedimentarias, interpretadas como corrientes encauzadas y flujos turbulentos, formados durante tormentas
excepcionales; 3) facies de limos arenosos fuertemente cementados, de color blanquecino, la cementación carbonática
formando mantos tabulares, interpretándose como calcretes
freatogenéticos; 4) facies de limo arcillitas pardo oscuras: con
abundante materia orgánica y estructura en bloques con pátinas de arcilla (cutanes), interpretado como un paleohorizonte Bt; 5) facies de limo arcillitas pardo rojizas, de color
rojizo con estructuras en bloques y menos contenido de materia orgánica que la capa anterior; se interpretó como un
paleohorizonte transicional con el material parental sin pedogenizar; 6) facies de fangos orgánicos, de color gris oscuro,
con mucha arena en la matriz y sin carbonato de calcio; se
interpretaron como depositos de cuerpos de agua estancos.
Luego, se agruparon las facies en: I) asociación de facies eólico fluviales y II) asociación de facies de paleosuelos. La
primera se caracterizó por depósitos de limos y arenas limosas eólicas (loess) y limos loessoides (loess retrabajados).
La segunda por la estabilidad y el desarrollo de paleosuelos.
Luego diferenciaron tres estadios sedimentarios en la secuencia; el primero, correspondiente a la asociación de facies
I, depositada bajo condiciones áridas a semiáridas durante
el último máximo glacial y el Tardiglacial. El segundo se encuentra relacionado a un cambio climático hacia condiciones
más cálidas y húmedas, vinculado con la asociación de facies
II, representando al Período Húmedo Hypsitermal. El ter-
cero, caracterizado por condiciones climáticas secas, y una
nueva depositación de la asociación de facies I. Determinaron la presencia de cinco taxones, que permitieron inferir
ambientes abiertos de pastizales y estepas con árboles aislados, con condiciones climáticas de templado a templado
frías, áridas a semiáridas (Krapovickas 2014). El tramo fosilífero se depositó durante el Pleistoceno Tardío-Holoceno
temprano (Edad Lujanense), comprendiendo tentativamente
los Estadíos Isotópicos 4, 3 y 2, y correspondería a la Biozona
de Equus (Amerhippus) neogeus. Según Córdoba (op. cit), el
inicio de la depositación sedimentaria en la Pampa de Oláen
habría comenzado en algún momento del Estadio Isotópico
4, caracterizado por el Segmento inferior de la Asociación
de Facies fluvio eólica, bajo condiciones semiáridas, frías y
ventosas. El Estadio Isotópico 3 está representado por el Paleosuelo inferior, indicando condiciones cálidas y húmedas
con el desarrollo de suelos. El Estadio Isotópico 2 estaría representado por el Segmento medio de la Asociación de Facies fluvio eólica, indicando condiciones muy similares al
EI4, semiáridas, frías y ventosas. Por último, se infiere que
el Estadio Isotópico 1, relacionado a un cambio climático
progresivo hacia condiciones más cálidas y húmedas durante
el Holoceno temprano (óptimo climático), estaría representado por el Paleosuelo superior con importante desarrollo de
suelos. Finalmente, entre el Holoceno Medio y el Holoceno
tardío, se depositó el segmento superior de la Asociación de
facies fluvio eólica bajo condiciones climáticas cálidas y
secas (Krapovickas 2014).
San Bernardo (Copina): En esta pequeña estancia delimitada por la ruta nacional Nº 20 y el viejo camino hacia la localidad de Copina, se encontraron perfiles muy potentes
compuestos por estratos de limos arenosos con alto contenido de materia orgánica, evidencia de bioturbación y un
nivel de paleoflora hidrófila que no se encuentra en la actualidad dentro de la región. Los restos fueron identificados
como Typha cf. T. dominguensis (Krapovickas 2014).
Atos Pampa: Esta es una pampa de altura situada a 1.100 m
s.n.m., sobre la vertiente oriental de la Sierra de Los Comechingones en el Departamento Calamuchita. La columna estratigráfica generalizada, de aproximadamente 4 m de potencia, yace sobre el basamento cristalino compuesto principalmente por migmatita, que muestra un perfil de meteorización muy desarrollado por la presencia de regolito y arcillas producidas por su alteración. Sobre este basamento se
depositaron tres unidades sedimentarias separadas por dis-
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
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Geología de Supericie
continuidades. En la primera se observa un cuerpo de limo
rojizo con tabiques calcáreos de gran espesor, al que aún no
se ha podido asignar una edad por falta de fósiles. En la base
de este cuerpo se encuentra un calcrete laminar posiblemente de origen iluvial. La segunda unidad sobreyace mediante contacto erosivo y está compuesta por un limo arenoso rojizo con intraclastos, tabiques y nódulos carbonáticos
en su base (interpretado como un horizonte Bk) y estructura
en bloques y cutanes en la sección media y superior (interpretada como un horizonte Bt). En el techo de esta segunda
unidad se encuentra un calcrete laminar en enrejado con láminas de potencia decreciente hacia el techo, que se interpretó de origen pedogenético. Esta capa es fosilífera, encontrándose aquí restos óseos, crotovinas de grandes mamíferos
(de hasta 1,3 m de diámetro transversal) y nidos de escarabeideos (Coprinisphaera sp.). Los taxones registrados son
Glyptodon reticulatus, Scelidotheriinae gen. et sp. indet.,
Macrauchenia sp. y Smilodon cf. S. populator. La tercera unidad suprayace mediante contacto erosivo y está compuesta
por un nivel limo arenoso, amarillento, carente hasta el momento de registro fósil, que es correlacionable con el “Cordobense” de la llanura, sobre el cual se desarrolla el suelo actual. La asociación paleofaunística hallada permite correlacionar a la segunda unidad con las biozonas de Megatherium
americanum y Equss (Amerhipus) neogeus (Bonaerense-Lujanense; Pleistoceno Medio-Tardío) de la llanura pampeana
bonaerense. Esta interpretación coincide con las realizadas
en otras localidades fosilíferas de las sierras cordobesas,
como Vaca Corral y Pampa de Oláen. Además, se infiere un
paleoambiente abierto con bosques en parche y galería durante la depositación de los sedimentos (evidenciado por la
fauna y las estructuras biogénicas) y un clima cálido y semiárido a subhúmedo con estacionalidad marcada durante la
formación del paleosuelo (evidenciado por el color y las estructuras pedogenéticas; Krapovickas y Tauber 2012, Krapovickas 2014).
Atum Pampa: Manzur (1995) describió cuatro facies sedimentarias principales para esta pampa e interpretó la génesis
de sus suelos, correlacionando con otras áreas de la provincia, tanto de la región serrana como de la llanura. Krapovickas (2014) describió nuevas columnas estratigráficas,
donde se observaron 5 estratos principales y los primeros fósiles. En un estrato compuesto por limo arenoso rojizo con
evidencia de bioturbación y características pedogenéticas
se encontraron restos asignados a “Scelidodon” tarijensis y
Eutatus sp. En un estrato suprayacente, compuesto por un
614
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
sedimento loessoide, se encontraron restos de Equus (Amerhippus) sp. El primer nivel estratigráfico mencionado es correlacionable con un paleosuelo basal de Vaca Corral, datado
por termoluminiscencia y perteneciente al Pleistoceno Tardío. La presencia de “Scelidodon” tarijensis en esta localidad
es entonces el registro más moderno de la especie, extendiendo su biocrón hasta el Lujanense, pudiendo ser un ejemplo de supervivencia de elementos de la megafauna cuaternaria dentro de las sierras.
Valles interserranos
Valle de San Alberto: Castellanos (1944), Kraemer et al.
(1993) y Bonalumi et al. (2000) citaron mamíferos fósiles de
la Formación Mina Clavero (Pleistoceno Tardío–Holoceno
temprano). Cruz (2013) presenta una columna estratigráfica, en cuyos niveles 2 (compuesto por alternancia de conglomerado y arenas) y 3 (formado por arenas finas a gruesas
laminadas) registró los siguientes taxa: Eutatus seguini, Panochthus sp., Glyptodon sp., Megatherium sp., Macrauchenia
sp., Toxodon platensis e Hippidion sp. Si bien no discute la
edad de este conjunto faunístico, su conformación es típica
del Cuaternario pampeano.
Huerta Grande: Esta localidad se encuentra en el valle de
Punilla, allí se hallaron restos óseos atribuidos a un Glyptodonte en excavaciones realizadas para la construcción del
ferrocarril en la zona. El espécimen es un esqueleto completo, sin caparazón, que se encontraba en un nivel de “loes
(sic) areno arcilloso de color amarillento rojizo, con concreciones de carbonato de calcio esparcido por toda su masa”, desconociéndose hasta el momento la determinación y la edad
de estos materiales (Guiñazú 1938).
En una cantera de áridos se estudió otro perfil que se inicia con un conglomerado clasto soportado que contiene restos de Megatherium sp., Mesotherium sp. y Toxodon sp. Sobre
esta unidad se observa un estrato de arenas gruesas con la
acumulación de gran cantidad de carbonatos, la presencia
de rizoconcreciones y de una crotovina de gran tamaño (Tauber et al. 2011, Krapovickas 2014).
Valle Hermoso: Ubicado al norte del Valle de Punilla, sobre
la ruta nacional N° 38, se observa un perfil compuesto por
una alternancia de arenas gruesas laminadas y brechas matriz sostenidas. En el nivel de arenas, uno de los autores
(A.T.) halló restos postcraneales de un Proterotheriidae indeterminado, pero que posee características basales dentro
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
del grupo, como una monodactília imperfecta (Krapovickas
2014).
San Clemente: Ubicado en el Valle de Paravachasca, se observan diferentes perfiles fosilíferos compuestos por un fanglomerado rojizo que descansa sobre un paleosuelo decapitado rojizo. En el fanglomerado se encontraron restos de
Toxodon sp., Chaetophractus sp. y Lagostomus cf. L. maximus
(Krapovickas 2014).
Valle de Los Reartes: Castellanos (1936) realizó la primera
descripción sobre los sedimentos del “Pampeano inferior”
del Valle de Los Reartes y más tarde comunicó el registro de
las especies Glyptodon munizi, Glossotherium sp. y Stegomastodon sp. (Castellanos 1944).
Tauber (2006ab) y Bárcena Esquivel (2013) reconocieron
más de medio centenar de secciones de crotovinas aproximadamente distribuidas a lo largo de perfiles artificiales en
la ruta provincial Nº 5 y a orillas del Embalse Los Molinos.
Estas icnitas tienen diámetros laterales que varían entre 0,50
m y 1,90 m y diámetros verticales que varían entre 0,90 m y
2,20 m. Predominan las estructuras de secciones circular o
semicircular, algunas presentan una sección elíptica y se registraron tres crotovinas con sección triangular; en determinados sitios se documentaron hasta dos ciclos de generación en un mismo perfil. Determinaron la presencia de
Eutatus sp., “Scelidodon” tarijensis, cf. Megatherium sp., Ctenomys sp. y Myocastor sp., concluyendo que los depósitos
que conforman el sustrato de las crotovinas tienen una edad
Pleistoceno Tardìo–Holoceno temprano (Bonaerense–Lujanense). También describieron nuevas facies sedimentarias
de los sustratos y rellenos, diferentes a las observadas en
Buenos Aires y La Pampa. Aquí, la granulometría del sustrato varía desde gravas muy gruesas matriz soportadas y
arenas medias a gruesas hasta pelitas y limos (loess), frecuentemente cementados con carbonato de calcio.
Santa Rosa de Calamuchita: Tauber y Di Ronco (2000) describieron un ejemplar de Glyptodon reticulatus completo y
articulado en 3D. El perfil estratigráfico portador está situado 6,5 km al sur de la ciudad de Santa Rosa de Calamuchita y está compuesto por arena fina y gruesa grisáceas en
su base, sobreyaciendo un paraconglomerado con matriz
limo arcillosa y estructura maciza y moteada, pasando gradualmente a limo arcilloso en su techo. Se observan además
pequeños cuerpos lenticulares con estructuras calcáreas y
rizoconcreciones. Este es el nivel portador de Glyptodon re-
ticulatus y todo el conjunto fue cubierto, mediante un contacto erosivo, por limo macizo con cuatro niveles de calcretes, que contienen rizoconcreciones y gasterópodos.
Amboy: Álvarez y Tauber (1999) comunicaron el hallazgo
del cráneo casi completo determinado como Hippidion principale, procedente del “Bajo comedero de los Calchacos”,
situado aproximadamente a 2 km de la localidad de Amboy,
en el Departamento Calamuchita. Este es un pequeño valle
intermontano, donde aflora una secuencia de 10 m de potencia, en discordancia con el basamento. Esta secuencia está
conformada por un conglomerado basal con dos niveles intercalados de calcretes en cuyo extremo superior se observan
paleocanales. Sobre esta unidad suprayace un fanglomerado
rojizo de 6 m de espesor, macizo, en cuya base se encontró
el material fósil. Krapovickas (2014) describió también la
presencia de nidos de escarabeideos (Coprinisphaera sp.) y
crotovinas.
Villa del Dique: Luna y Krapovickas (2011) comunicaron el
primer registro de un ejemplar juvenil de Glyptodon sp. con
gran parte de la coraza dorsal y restos postcraneales, provenientes de las márgenes del Embalse del Río Tercero, al
oeste de Villa del Dique, en el Departamento Calamuchita.
El nivel fosilífero está compuesto por diversas facies sedimentarias, características de ambientes aluviales, como niveles de granulometría muy variable, variando desde limos
arcillosos hasta gravas medianas, que aun no fueron denominadas formalmente. El registro de Megatherium americanum en el mismo nivel fosilífero, permite asignar una antigüedad correspondiente al Piso/Edad Bonaerense-Lujanense
(Pleistoceno Medio-Holoceno temprano).
Bioestratigrafía cuaternaria
Tradicionalmente, los hallazgos paleontológicos del Cuaternario de Córdoba se comunicaban sin un control estricto
de la estratigrafía, la geografía o la taxonomía, dificultándose las correlaciones con otras regiones, donde los modelos
bioestratigráficos se encuentran aún en vigencia (principalmente, la región pampeana bonaerense; ver Cione y Tonni
2005). El registro paleontológico ha ido perfeccionándose
mediante el empleo de tecnologías y técnicas modernas,
mejorando el control geológico y cronológico de los hallazgos (e.g. Tauber 1999, Cruz 2007, Cruz et al. 2010). No obstante, estos hallazgos siempre fueron relacionados directamente con las biozonas descriptas en Buenos Aires. En los
últimos años, se propuso un modelo bioestratigráfico del
RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
615
Geología de Supericie
registro cuaternario de Córdoba, con los trabajos de Cruz
et al. (2012) y Cruz (2013), presentando dos biozonas de
asociación para esta provincia:
Biozona de Asociación de Neosclerocalyptus paskoensiseEquus (Amerhippus): definida por el registro conjunto de N.
paskoensis, Equus (Amerhippus) sp., Scelidotherium leptocephalum, Megatherium americanum, cf. Lagostomus, Toxodon
sp., Arctotherium sp., Eutatus seguini, Zaedyus pichiy y Tolypeutes matacus. Tiene una edad correlacionable con el Lujanense de la región pampeana bonaerense (Pleistoceno Tardío-Holoceno temprano, fundamentada por las dataciones
realizadas a la Formación Tezanos Pinto; ver localidad San
Francisco, en este capítulo).
Biozona de Asociación de Neosclerocalyptus ornatus-Catonyx
tarijensis (= “Scelidodon” tarijensis): definida por el registro
conjunto de N. ornatus, C. tarijensis, Macrauchenia patachonica, Hemiachenia paradoxa, Smilodon populator y Panthera
onca. Tiene una edad Ensenadense (Pleistoceno tempranoMedio).
Habitualmente, la presencia de “Scelidodon” tarijensis (o
Catonyx tarijensis sensu McDonald y Perea 2002) se considera como indicadora de Ensenadense en Argentina (Cione
y Tonni 2005, Cruz 2013 y referencias allí citadas), Ensenadense-Bonaerense para la Provincia de Buenos Aires o
pleistocena para Córdoba (Miño-Boilini y Carlini 2009) o
Ensenadense–Lujanense para la Provincia de Buenos Aires
y Corrientes y Pleistoceno para la Provincia de Córdoba
(Miño-Boilini 2012).
El hallazgo de un individuo de “Scelidodon” tarijensis en
Atum Pampa, dentro de un nivel correlacionable con los
paleosuelos de Vaca Corral (datado entre los 37.095 ± 2020
y 14.040 ± 785 años AP) permite proponer la presencia de
esta especie para el Lujanense de la Provincia de Córdoba.
A la luz de esta nueva evidencia, se propone avanzar con cautela en la asignación de una edad más antigua que la Lujanense al registrar esta especie en la Provincia de Córdoba
(Krapovickas 2014).
Por otra parte, Mesotherium cristatum es un notoungulado muy común en sedimentos de la Provincia de Buenos
Aires y es el representante con el registro más tardío dentro
de la Familia Mesotheriidae, acotando su biocrón a la edad
Ensenadense (Pleistoceno temprano-Medio) y por tal motivo fue considerado una especie guía desde la época de
Ameghino (Cione y Tonni 2005, Tauber 2008). El registro de
Mesotherium en la Provincia de Córdoba se encuentra li-
616
ASOCIACIÓN GEOLÓGICA ARGENTINA
mitado a muy pocos hallazgos. Tauber (2008) reconoció a
esta especie en loess de la localidad de Corralito, en la llanura
fluvio eólica central de Córdoba, datadas por IRSL en 115 ka
AP, extendiendo su biocrón hasta el Bonaerense; sin embargo, esta hipótesis debería ser verificada con nuevas dataciones absolutas, mediante el uso de otras técnicas.
Biogeografía cuaternaria
La presencia de Neolicaphrium recens o de Mesotherium
en niveles de aparente edad Bonaerense en Corralito y
Huerta Grande y probablemente Lujanense en la región de
la Laguna de Mar Chiquita (Tauber 2000 b, 2008, Bond et al.
2001, Luna y Prieto 2013, Krapovickas 2014) indica diferencias notables en cuanto a la composición de las faunas cuaternarias de la Provincia de Córdoba con respecto a la región
Pampeana de Buenos Aires. Asimismo, la presencia de Megatherium americanum y Glossotherium sp. en Vaca Corral
o “Scelidodon” tarijensis en Atum Pampa en niveles de edad
Lujanense (entre 37.095 ± 2.020 y 14.040 ± 785 años AP;
Krapovickas 2014), podrían estar evidenciando el retroceso
de algunas especies, en general de sur a norte, probablemente favorecido por causas climáticas. Es importante destacar que la región serrana pudo permitir a diferentes taxones su utilización como un corredor biológico, área refugio
o reservorio, manteniendo las condiciones propicias para
conservar a la fauna pleistocena en períodos donde en la llanura pampeana comenzaban a declinar (Krapovickas 2014).
Aún cuando se interpretan estos casos de supuesta supervivencia de mamíferos fósiles en la provincia, la distribución de la fauna cuaternaria en Córdoba muestra marcadas
similitudes con las asociaciones halladas en la llanura pampeana de Buenos Aires, especialmente los mamíferos de tallas
grandes y medianas (salvo por el registro de Neolicaphrium
recens). En el caso de los micromamíferos, el registro de Córdoba es aún relativamente escaso. Muchos de los megamamìferos registrados en Córdoba tienen, durante el Lujanense
tardío, una distribución muy amplia dentro del territorio Argentino.
El registro paleontológico de los gliptodontes Hoplophorinae de la provincia, sumamente abundantes en el Cuaternario de la Región Pampeana, se encuentra restringido sólo
a la llanura cordobesa, sin que se haya documentado su presencia hasta el momento en el área serrana (Krapovickas
2014). Neosclerocalyptus, el género del grupo con mayor frecuencia de hallazgos del período Cuaternario (Zurita et al.
2011), tiene además una amplia distribución, encontrándose
en Buenos Aires, la llanura pampeana de Córdoba, norte y
Tauber et al.: Paleontología del Cenozoico
centro de San Luis y Formosa (Alberdi et al. 1989, Zurita et
al. 2007, Chiesa 2008, Cruz et al. 2012, Cruz 2013). La falta
de registro de Neosclerocalyptus en el área serrana puede ser
indicativa de ciertas necesidades ecológicas o climáticas específicas de este género que habría impedido la invasión de
zonas altas. Neosclerocalyptus ha sido asociado tradicionalmente a un clima frío y árido (alto grado de neumatización
del rostro, Zurita et al. 2011), condiciones que reinaron en
el Pleistoceno Tardío en la Región Pampeana. La presencia
de un paleosuelo de edad Lujanense en las áreas cumbrales
de las sierras de Córdoba puede ser indicio de un clima más
benigno que el reinante en la llanura cordobesa, lo que podría explicar la distribución de este género de gliptodontes
dentro de la provincia. Además, actualmente la vertiente
oriental de las sierras cordobesas son las áreas con mayor
precipitación pluvial de la provincia, pudiendo ser este un
factor de control de organismos adaptados a climas fríos y
áridos como estos Gliptodóntidos.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se hizo gracias a intercambios de ideas con
una gran cantidad de colegas, sin embargo, agradecemos a
Ian Davie, quien tradujo el abstract, a Daniel Álvarez y José
Di Ronco, quienes colaboraron en tareas de campo. Además, agradecemos a la SeCyT de la Universidad Nacional
de Córdoba por subsidiar parcialmente estas investigaciones (Proyecto 05/1719).
TRABAJOS CITADOS EN EL TEXTO
Aceñolaza, F.G. 2000. La Formación Paraná (Mioceno Medio): estratigrafía, distribución regional y unidades equivalentes. En Aceñolaza,
F. G. y Herbst, R. (eds.) El Neógeno de Argentina. Instituto Superior
de Correlación Geológica, Universidad Nacional de Tucumán, Serie
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RELATORIO DEL XIX CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO - CÓRDOBA, 2014
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