Vol. 39, No. 1, enero-marzo de 2016 / RPNS 0099
ISSN 0864-0394 (Versión impresa) / ISSN 2078-8452 (Versión en línea)
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teMÁticas
• Introducción, evaluación y difusión de recursos
fitogenéticos afines a la rama agropecuaria..
• Manejo agroecológico de sistemas
de producción.
• Producción pecuaria sostenible.
• Conservación de forrajes y subproductos
agroindustriales para la alimentación animal.
• Agroforestería para la producción animal
y agrícola.
• Sistemas de producción integrados
de alimentos y energía en el medio rural.
• Utilización de la medicina alternativa
en los sistemas agropecuarios tropicales.
• Adaptación y mitigación al cambio
climático en ecosistemas agropecuarios.
• Aspectos económicos, gerenciales y
sociales de la producción agropecuaria.
• Extensionismo, innovación agraria y
transferencia de tecnologías.
• Desarrollo rural y local.
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Vol. 39, No. 1, enero-marzo / January-March / 2016
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CONTENIDO
| ARTÍCULO DE REVISIÓN / REvIEw PAPER |
Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios. Parte I.
Generalidades. Análisis del ciclo de vida (ACV) y de las redes
ecológicas (ENA)
Methodologies for evaluating farming systems. Part I. Generalities. Life
cycle analysis (LCA) and ecological network analysis (ENA)
Fabien Stark, Charles-Henri Moulin, Chloé Cangiano, Mathieu Vigne,
Jonathan Vayssières y Eliel González-García........................................ 3
| COMUNICACIÓN CORTA / SHORT COMMUNICATION |
Uso de estimuladores en la supervivencia y desarrollo foliar
de propágulos de Morus alba
Use of stimulators in the survival and leaf development of Morus alba propagules
Giraldo Martín-Martín, Yolai Noda-Leyva, Yuseika Olivera-Castro y
Gertrudis Pentón-Fernández ................................................................ 14
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Efecto de la inoculación con Bradyrhizobium sp. y Trichoderma harzianum en
triticale (x. Triticosecale Wittmack), en condiciones de estrés por sequía
Effect of the inoculation with Bradyrhizobium sp. and Trichoderma harzianum
in Triticale (x. Triticosecale Wittmack), under drought stress conditions
Carlos J. Bécquer-Granados, Adelaida B. Puentes-Pérez, Urbano Ávila-Cordové,
Maribel Quintana-Sanz, Yaldreisy Galdo-Rodríguez, Fernando
Medinilla-Nápoles y Analeydi Mirabales-Valdés................................ 19
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Inluencia de la aplicación de Azospirillum lipoferum en Megathyrsus
maximus vc. guinea tobiatá en un suelo Pardo Grisáceo
The inluence of application of Azospirillum lipoferum in Megathyrsus
maximus vc. guinea tobiatá in Pardo Grisáceo soil
Lázaro J. Ojeda-Quintana, Layda Toledo-Vazquez, Consuelo HernándezRodríguez, Yoandy Machado-Díaz y Eduardo Furrazola-Gómez ............ 27
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Intercalamiento de Canavalia ensiformis (L.) inoculada
con hongos micorrízicos arbusculares para la producción
de forraje de Morus alba (L.)
Intercropping of Canavalia ensiformis (L.) inoculated
with arbuscular mycorrhizal fungi for the production
of Morus alba (L.) forage
Gertrudis Pentón-Fernández, Ramón Rivera-Espinosa, Giraldo J. Martín-Martín,
Katerine Oropesa-Casanova, Francisco Soto-Carreño
y Juan Adriano Cabrera-Rodríguez ......................................................... 33
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Variación de los componentes de la mesofauna edáica
en una inca con manejo agroecológico
Variation of the components of the edaphic mesofauna in a farm with
agroecological management
Ana Socarrás-Rivero e Irma Izquierdo-Brito ................................................. 41
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Desempeño y balance económico-inanciero de la producción
de alimentos en una inca diversiicada
Economic-inancial balance and food production performance in a
diversiied farm
Francisco Reyes-Ocampo, Edel Pérez- Pérez, Jesús Suárez- Hernández
y Juan Francisco González- Nodarse ................................................... 49
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Cadenas de valor de productos agropecuarios en seis municipios de Cuba.
I. Metodología para su diseño
Value chains of farming products in six municipalities of Cuba.
I. Methodology for their design
Miguel Suárez-Castellá, Gilberto Hernández-Pérez, Carlos Roche-Hernández,
Marisol Freire-Seijo, Osmel Alonso-Amaro y Maybe Campos-Gómez .... 56
| ARTÍCULO CIENTÍFICO / SCIENTIFIC PAPER |
Caracterización de los sistemas de producción caprina en la provincia Ciego de Ávila
Characterization of goat production systems in the Ciego de Ávila province
Randolph. Delgado-Fernández ........................................................................64
| COMUNICACIÓN CORTA / SHORT COMMUNICATION |
Caracterización de la torta obtenida del prensado del fruto de Jatropha curcas
Characterization of the cake obtained from pressing the Jatropha curcas fruit
Rosa M. Rodríguez-Calle, J. Suárez-Hernández y Yanet Támbara-Hernández ......72
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios
3
Artículo Reseña
Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios.
Parte I. Generalidades. Análisis del ciclo de vida (ACV)
y de las redes ecológicas (ENA)
Methodologies for evaluating farming systems.
Part I. Generalities. Life cycle analysis (LCA) and ecological
network analysis (ENA)
Fabien Stark1,2,3*, Charles-Henri Moulin4,5, Chloé Cangiano6, Mathieu Vigne8,
Jonathan Vayssières7 y Eliel González-García4
1
Centre International de Recherche Agronomique pour le Développement (CIRAD), Unité Mixte de Recherche Systèmes
d’Elevage Méditerranéens et Tropicaux (UMR 868, SELMET), 2 place Pierre Viala, 34060 Montpellier, France
2
AgroParisTech, Centre de Montpellier, France
3
Institut National de la Recherche Agronomique (INRA), Unité de Recherches Zootechniques (UR0143, URZ), Guadeloupe, France
4
Institut National de la Recherche Agronomique (INRA), Unité Mixte de Recherche Systèmes d’Elevage Méditerranéens
et Tropicaux (UMR 868, SELMET), France
5
Montpellier Supagro, Unité Mixte de Recherche Systèmes d’Elevage Méditerranéens et Tropicaux (UMR 868, SELMET), France
6
Agrosup Dijon, France
7
Centre International de Recherche Agronomique pour le Développement (CIRAD), Dakar, Sénégal
8
Centre International de Recherche Agronomique pour le Développement (CIRAD), La Réunion, France
*Autor para correspondencia: fabien.stark@iavff-agreenium.fr
RESUMEN: El objetivo de esta revisión es ofrecer las bases generales de una selección de metodologías actualmente
disponibles a escala internacional para la evaluación dinámica de sistemas de producción. Después
de un análisis de conceptos esenciales relacionados con el enfoque de sistemas, se presentan (en dos
trabajos sucesivos) las metodologías análisis del ciclo de vida (ACV), análisis de redes ecológicas
(Ecological Network Analysis –ENA–), eiciencia energética integral (EMERGY), y trayectoria
de sistemas; así como un ejemplo de la aplicación de algunos de sus principios en la construcción
de un modelo de evaluación integral de sistemas agropecuarios (denominado GAMEDE). Para
cada una de las metodologías, se describen los principios y bases generales de su aplicación, los
objetivos y el tipo de análisis que se puede abordar, así como las claves para la correcta utilización
e interpretación de los resultados. Se utilizaron referencias que remiten a ejemplos concretos, en los
que se emplean las metodologías que fueron descritas sucintamente. En cada una de las secciones
del artículo se trata de contextualizar los principales elementos a tener en cuenta en la elección de la
metodología más adecuada para llevar a cabo un determinado estudio, su dependencia en función
de la naturaleza de los objetivos planteados, así como las eventuales posibilidades de combinación de
una o más metodologías en el mismo marco de análisis.
Palabras clave: análisis de redes ecológicas, emergía, trayectoria de sistemas, visión de sistema.
AbSTRACT: The objective of this paper is to provide the general bases for a group of internationally available
methodologies, used for the dynamic evaluation of production systems. After an analysis of key
concepts related to the system approach, the methodologies are presented (in two successive
works): life cycle analysis (LCA), ecological network analysis (ENA), integral energy eficiency
(EMERGY) and system trajectory; as well as an example of the application of some of their
principles in the construction of an integral evaluation model of farming systems (called
GAMEDE). For each of the methodologies, the overall principles and bases for their successful
application are described, as well as the objectives, the kind of analyses possible to be carried
out, and the keys for the correct utilization and interpretation of the results. References were used
that provided concrete examples, illustrating the use of the methodologies that were succinctly
described. Each of the sections of the paper attempts to contextualize the main elements to be
taken into consideration in the selection of the most adequate methodology to carry out a certain
study, its dependence on the nature of the stated objectives, as well as the eventual possibilities of
combining one or more methodologies in the same analysis framework.
Key words: ecological network analysis, Emergy, system trajectory, system approach.
4
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Fabien Stark
INTRODUCCIóN
El desarrollo de sistemas sostenibles para la
producción agrícola y ganadera requiere de herramientas metodológicas que permitan una evaluación rigurosa de los procesos implícitos y de sus
dinámicas. Estas herramientas permitirían avanzar
en el estado del arte acerca del funcionamiento de
una diversidad de sistemas complejos (por ejemplo,
sistemas integrados agricultura-ganadería u otras
variantes de sistemas agroecológicos). Además,
facilitarían el diálogo entre los investigadores, los
extensionistas, los productores y otros actores decisivos de la cadena de producción de alimentos (Van
Mil et al., 2014), para acompañar los procesos de
transferencia tecnológica, de extensión y de políticas decisionales (decision making).
En la literatura internacional existe un amplio
espectro de metodologías para la evaluación de sistemas (Bockstaller et al., 2006; 2008; 2009); sin
embargo, una gran parte de ellas se concibieron
para las condiciones especíicas en que se hizo el
estudio. Es por ello que, al seleccionar la(s) metodología(s) más idónea(s) que se deben aplicar en un
contexto determinado, se recomienda efectuar un
análisis previo de sus ventajas, desventajas, posibilidades de aplicación y modiicaciones en el contexto de interés.
El enfoque de sistema. Conceptos
y relexiones
Los sistemas se pueden deinir como un conjunto de elementos o componentes que comparten
la estructura de un todo y que están relacionados
entre sí, con complementariedad y coherencia entre
sus diversas funciones, y grados variables de interdependencia en el tiempo y el espacio.
Existen una serie de conceptos clave alrededor
de la noción de sistemas (Packham et al., 2007);
entre los que se encuentran: A) la identidad (cómo
reconocer y caliicar el sistema); B) el propósito u
objetivo principal, o sea, la prioridad del sistema;
C) la identiicación de: a) el ambiente (¿cuáles son
los principales factores medioambientales que afectan el sistema?, sobre todo aquellos que este es incapaz de controlar), b) las fronteras dentro de las que
el sistema posee algún control, c) los subsistemas
–que son sistemas en sí mismos y poseen una jerarquía entre ellos–; D) la emergencia: en cada nivel de
la jerarquía, se presentan propiedades emergentes
que no pueden ser identiicadas en el estudio «por
partes» (pues constituyen «sorpresas») y que requieren de monitoreo, evaluación y ajuste continuo.
El feedback o retroalimentación constituye
también una noción importante para comprender el
potencial de adaptación del sistema. Este es negativo cuando la respuesta del sistema a una perturbación o cambio de práctica de manejo se opone al
efecto de tales acciones, lo cual conduce al mantenimiento del balance y al equilibrio dinámico. En
cambio, el feedback positivo es aquel en el que la
respuesta del sistema sigue en el mismo sentido de
la perturbación, lo que provoca cambios deseables
o indeseables. Un sistema posee un estado de equilibrio inestable cuando las respuestas a los cambios
son siempre positivas. Por otra parte, la noción de
comunicación y control se reiere a los mecanismos
en los que el sistema se basa para sus operaciones
principales; con la comprensión de tales mecanismos se podrá inluenciar el sistema hacia vías deseables (Packham et al., 2007).
Además, existe la noción de sistemas abiertos o
cerrados, la que depende del número o abundancia
de entradas (inputs) y salidas (outputs) que ocurren
a través de las fronteras del sistema y de la relación
con su entorno. Así, un sistema será más abierto
cuanto más inputs y outputs ocurran a través de sus
fronteras.
A partir de lo expuesto anteriormente, se puede
asumir que para lograr el equilibrio de los sistemas
y sus componentes, es decir, para lograr que estos
sean sostenibles, se requiere tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. La necesidad de conocer bien el sistema y su
funcionamiento, en relación con:
• La diversidad de sus componentes biofísicos.
• El papel de cada componente dentro del todo
(sistema).
• La interdependencia entre los componentes y sus
variaciones en tiempo y espacio (noción dinámica).
• La naturaleza y los límites de los mecanismos
especíicos y genéricos, que garantizan la supervivencia del sistema (sostenibilidad) en situaciones de choque o perturbación (capacidad
adaptativa).
2. Una vez conocido el sistema, este se podría modular, acompañar, regular y manejar para extraer
los resultados deseados a corto, mediano y largo
plazos.
Sin embargo, con relativa frecuencia no se obtienen los objetivos de sostenibilidad o de equilibrio
del sistema, lo que se relaciona íntimamente con el
desconocimiento de su funcionamiento. Entre las
causas más frecuentes se encuentran: a) ignorar la
diversidad y concentrarse en los componentes –o
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios
subcomponentes– aislados, unitarios (rasgo característico de la ciencia reduccionista); b) concentrarse
en funciones y/o mecanismos a escalas demasiado
reducidas, sin considerar los efectos acompañantes,
colaterales y secundarios, y las interdependencias
(efecto dominó o zoom); c) concentrarse en el «ahora» (noción estática vs. dinámica); d) desconocer los
límites (positivos y negativos) de los mecanismos y
funciones que componen el sistema. Como consecuencia, frecuentemente se es incapaz de modular,
acompañar, regular y manejar de forma correcta el
sistema, con un enfoque holístico que lo haga sostenible.
En este sentido, desde el punto de vista conceptual, la idea central del system-thinking (visión de
sistema) pretende sentar las bases para evitar dicha
visión unilateral del «todo» (Van Mil et al., 2014).
En síntesis, el concepto o visión de sistema aborda
tres puntos fundamentales:
• El todo es diferente a la suma de las partes (contraste con la visión de la ciencia reduccionista).
• La interacción entre las partes le proporciona al
sistema la propiedad del todo.
• El establecimiento del todo en el que estamos interesados constituye un dilema y uno de los retos
principales que se deben resolver cuando se comienza un estudio profundo de sistema. En este
sentido, se recomienda evitar «resolver todos
los problemas del universo» al mismo tiempo,
cuando se analiza una problemática especíica.
Para ello, en primer lugar, se sugiere identiicar
un conjunto de interacciones, que no sea tan ambicioso pero que esté lo más relacionado posible
con el objetivo global prioritario. Una vez identiicado, inmediatamente se deben establecer sus
fronteras.
Las metodologías para la evaluación
de los sistemas como herramientas
acompañantes esenciales
La literatura internacional dispone de una
gran diversidad de metodologías a partir de las
preocupaciones relativamente recientes en torno a
temas sensibles como la seguridad alimentaria, la
sostenibilidad, el crecimiento demográico, la crisis
energética y/o el cambio climático (Verstegen et al.,
1995; Van der Werf y Petit, 2002; Singh et al., 2012;
Cinelli et al., 2014). Dichas herramientas son de naturaleza variable (cualitativas, cuantitativas), con
niveles de riqueza, complejidad/profundidad y lexibilidad luctuantes y con aplicaciones de carácter más o menos cientíico o de soporte a políticas
5
decisionales (Figueira et al., 2005; Gasparatos et
al., 2008; Gasparatos y Scolobib, 2012). Estas se
pueden clasiicar como metodologías inalizadas
(closed) o en construcción o evolución (open), es
decir, que admiten mejoras continuas en su estructura y funcionamiento. En la fase de aplicación de
estas herramientas, la modelización desempeña un
papel crucial en los procesos de diagnóstico, simulación de escenarios, predicción de resultados y estimación de impactos. Para la correcta ejecución de
dichas metodologías resulta esencial, ante todo, poseer una visión y enfoque integrado y holístico del
sistema. Por tanto, se fomenta entonces una visión
de convivencia y compromiso entre especialidad y
multidisciplinariedad, en la dinámica de trabajo en
equipo.
Desafortunadamente, algunas de las metodologías disponibles presentan un exceso de tecnicismo,
de complejidad de algoritmos, y un papel exagerado
de la matemática y la estadística, a pesar de que son
imprescindibles para garantizar el adecuado rigor
en el análisis e interpretación de los resultados. En
ocasiones, esto restringe el acceso de un tipo de
usuario, lo que limita el aprovechamiento de las potencialidades y utilidades que se pudieran extraer
de estas herramientas. Por otra parte, los avances
en la concepción y construcción de estos métodos
se han obtenido, principalmente, en centros y países desarrollados, con signiicativos recursos inancieros y cientíicos. Sin embargo, existen grandes
oportunidades para la generación, aplicación y validación de metodologías novedosas en las condiciones de países con menos recursos, en los que se
están poniendo en práctica sistemas de producción
innovadores, creativos y complejos, que han surgido –curiosamente– como respuesta a la escasez de
recursos materiales y inancieros.
Por ello, en el artículo se ofrecen las bases
generales de cuatro metodologías utilizadas para
la evaluación de sistemas agropecuarios: 1) análisis del ciclo de vida (ACV), 2) análisis de redes
ecológicas (ENA), 3) eiciencia energética integral
(EMERGY), y 4) trayectoria de sistemas. La selección se basó en que se dispone de experiencia en
su utilización, y en que estas cuentan con un gran
potencial de aplicación y adaptación a un rango
lexible y diverso de condiciones biotécnicas y socioeconómicas.
1) Análisis del ciclo de vida (ACv)
El análisis del ciclo de vida de un producto es
una metodología relativamente reciente y en proceso
6
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Fabien Stark
de evolución, que cobró auge a partir de la década
de 1970, a propósito de los fenómenos relacionados
con el cambio climático global y sus efectos colaterales sobre la mayoría de los sectores productivos y
socioeconómicos. Actualmente, es una de las más
extendidas y empleadas a nivel internacional, con
una amplia literatura disponible en diversas esferas
(Pennington et al., 2004; Rebitzer et al., 2004; EPA,
2006; Hellweg y Milà i Canals, 2014).
Esta metodología es utilizada por investigadores, especialistas y productores de todas las ramas
para calcular los impactos potenciales relacionados
con el ciclo de vida de un producto, e identiicar las
posibles formas de reducir el consumo de recursos
y evitar efectos negativos sobre el medioambiente.
Como su nombre lo indica, mediante esta se
analiza el ciclo de vida completo de un producto
–con sus procesos implícitos–, desde el inicio hasta
el inal. En la igura 1 se muestran las posibles fases
de un ACV, con las típicas entradas y salidas, desde
la creación, producción o colecta del conjunto de
materias primas involucradas, hasta la generación,
la distribución y el consumo del producto por los
«clientes potenciales» y las emisiones relacionadas
durante todos los procesos.
Tipos de ACv
En general, existen dos tipos de ACV: el ACV
atributivo o descriptivo y el ACV consecuencial u
orientado al cambio (Rebitzer et al., 2004). En el
primer caso, se describe la serie de lujos que ocurren en el sistema y que están «asociados a» o son
«atribuibles a» la liberación/producción de una
cantidad especíica de la unidad funcional (UF). La
UF es la base que posibilita la comparación de los
procesos en estudio, implicados en la producción
de bienes y/o servicios (por ejemplo: kilogramos
equivalentes de CO2 para comparar el potencial
contaminante de una práctica o tecnología). Los
resultados a todos los niveles son lineales, al igual
que la modelación del sistema, por lo que la magnitud de los lujos resulta de poca importancia.
Por su parte, el ACV consecuencial hace énfasis en el estimado del conjunto de cambios que
pudieran ocurrir en el sistema, en relación con su
potencial de contaminación y emisiones y con el
lujo de recursos, como respuesta a los cambios provocados en el nivel de la UF. Por tanto, el sentido
y efecto de los lujos puede depender signiicativamente de la magnitud del cambio provocado.
Estructura y componentes de un ACv
En la serie 14000 de la International Standard
Organization (ISO) se estableció la estructura del
ACV (ig. 2). La ISO 14040 (International Standard
Organization, 1997) se relaciona con los principios
y la estructura; la ISO 14041 (International Standard Organization, 1998), con la deinición de los
objetivos, el marco y el análisis del inventario; la
ISO 14042 (International Standard Organization,
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios
2000a), con la estimación del impacto del ciclo de
vida; y la ISO 14043 (International Standard Organization, 2000b), con la interpretación del ciclo de vida.
El ciclo de vida completo, junto con los lujos
de materiales y de energía asociados, es comúnmente conocido como «sistema-producto». En este
sentido, se reconocen cuatro componentes metodológicos, fases o etapas en los ACV (Rebitzer et al.,
2004; Hellweg y Milà i Canals, 2014):
Etapa 1. Deinición de los objetivos y marco de
intervención, fronteras del sistema (goal and scope)
Con esta etapa se garantiza la descripción detallada del sistema en términos de fronteras y de la UF.
Etapa 2. Inventario del ciclo de vida (ICV)
Con esta fase de trabajo, que consta de tres partes
(1: compilación, 2: tabulación, y 3: análisis preliminar de todos los intercambios con el medioambiente
–emisiones, consumo de recursos, etc.–), se pretende
estimar el consumo de recursos y las magnitudes de
lujos, residuos, desechos y/o emisiones, por UF, que
son provocados en el sistema y causados por, o atribuibles a, el ciclo de vida de un producto.
Etapa 3. Estimación del impacto del ciclo de
vida (EICV)
En esta etapa se seleccionan los indicadores
pertinentes para el análisis de las contribuciones
potenciales a la extracción y utilización de recursos, y las emisiones/desechos, sobre la base del inventario previo (etapa 2) relacionado con una serie
de impactos potenciales.
Etapa 4. Interpretación y propuesta de mejora
del ciclo de vida (mejora EICV)
En esta fase se interpreta el ciclo de vida en cada
etapa del ACV, lo que conlleva realizar comparaciones
7
transversales entre categorías de impacto, particularmente cuando hay compromisos (trade-offs) entre productos alternativos, o si es deseable priorizar
áreas de interés en el interior de un ciclo en análisis;
además, se establecen los límites en magnitud y profundidad de los análisis e interpretaciones, los cuales
serán el resultado de decisiones colectivas entre los
actores incluidos/interesados en el análisis. Asimismo, la multidisciplinariedad del equipo que aplica el
ACV desempeña un papel decisivo, ya que resulta
imprescindible para realizar las interpretaciones
transversales, en las que se combinan, por ejemplo,
las ciencias naturales, las económicas y las sociales.
Aplicaciones del ACv
La metodología ACV se puede aplicar a cualquier tipo de producto o tipo de decisión en el que
los impactos ambientales de los ciclos o una de sus
partes resulten de interés para un colectivo determinado, como es el caso de la agricultura (Brentrup
et al., 2001; Brentrup et al., 2004; Basset-Mens y
Van der Werf, 2005; Renouf et al., 2008; Bessou et
al., 2013) o la ganadería (Beauchemin et al., 2011;
Dick et al., 2015).
Dicho colectivo puede representar a uno o a
diferentes actores presentes en la cadena del ciclo
(por ejemplo: organizaciones gubernamentales o
no gubernamentales, la industria y una amplia variedad de sectores, de manera autónoma o con la
ayuda de centros de investigación o consultores).
Aunque se reconoce la importancia creciente de
los ACV en el diseño de políticas públicas, hasta la
actualidad las actividades en el sector industrial, junto
con los cambios en el comportamiento de los consumidores, son inalmente los factores cruciales en el
8
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Fabien Stark
aumento o la reducción de los impactos medioambientales asociados a los productos.
Por su parte, Rebitzer et al. (2004) describieron
cómo los ACV podían inluir en el funcionamiento
de diferentes actores, desde pequeñas y medianas
empresas o emprendedores hasta multinacionales y
organizaciones internacionales (por ejemplo: Unión
Europea, PNUMA), en el apoyo a la toma de decisiones y la planiicación de políticas públicas efectivas. Uno de los elementos más importantes durante
el proceso de aplicación de los ACV, y que depende
de la naturaleza de los actores que lo ejecutan, es la
«simpliicación» del ejercicio, la que es determinada, fundamentalmente, por una correcta deinición
del marco de acción que se debe cubrir (ig. 3). Uno
de los principales objetivos de un ACV, común a todos los niveles de aplicación, es la identiicación de
puntos ambientales «sensibles» (hotspots), que contribuyan a la toma de decisiones pertinentes para la
mejora del producto y la sostenibilidad corporativa
de la cadena a todos los niveles (Hellweg y Milà i
Canals, 2014).
Beauchemin et al. (2011) aplicaron los ACV
para contribuir con la evaluación de los impactos
potenciales sobre el medioambiente de los sistemas
típicos de producción de carne bovina en el oeste
de Canadá. Los efectos de una serie de estrategias
de atenuación de las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) a nivel del sistema productivo se
evaluaron a través de ciclos productivos sucesivos;
para ello se utilizaron diferentes estrategias y se
modiicó el sistema de alimentación y de manejo
del rebaño. Los ACV se aplicaron con el empleo de
la plataforma HOLOS –www.agr.gc.ca/holos-ghg–
(Little et al., 2008), la cual considera las emisiones
signiicativas de CH4, N2O y CO2 a nivel de la granja, para establecer el potencial de emisiones totales
en función de los escenarios. Las estrategias implementadas en el sistema de cría incluyeron cambios
en los niveles de inclusión de forraje en la dieta, la
suplementación con lípidos poliinsaturados, el uso
de residuos de granos de maíz seco de destilería, el
incremento de la longevidad del ganado de cría o la
mejora de los indicadores reproductivos. El estudio
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios
se basó en la simulación de una granja con un rebaño de 120 vacas, cuatro toros y su descendencia, la
cual completaba el ciclo productivo en un sistema
de ceba en estabulación ( feedlot). El sistema incluía
un área de pastoreo con pasto natural y parcelas de
producción de forraje. El ACV cubrió una estimación de ocho años sucesivos de producción. En el
escenario línea de base (baseline; sin aplicar las
estrategias de atenuación) se estimaron emisiones
de GEI de 22 kg equivalentes de CO2/kg de canal
producida; el 80 % provino del sistema de cría (vaca-ternero) y el otro 20 % del sistema de ceba en
estabulación. Las emisiones entéricas representaron
el 63 % de las emisiones estimadas en este escenario
base. La aplicación de las estrategias antes citadas
logró reducir las emisiones de GEI hasta el 8 %, para
cada una de ellas de manera aislada, y hasta el 17 %
cuando se combinaron. Sin embargo, las estrategias
aplicadas al ganado de ceba ( feedlot) tuvieron un
impacto mínimo sobre las emisiones, con una reducción de menos de 2 % en el caso de las aplicadas
individualmente y entre 3˗4 % al combinarlas.
Dick et al. (2015) realizaron un estudio similar
en las condiciones de la crianza de ganado bovino
de carne en pastoreo, en Brasil. Las estrategias incluyeron el incremento de la producción de forraje
y su calidad, la introducción de leguminosas para
reemplazar la utilización de fertilizantes nitrogenados, la mejora de los indicadores reproductivos
y el incremento de la eiciencia de utilización del
forraje. También se consideró la estabilización del
carbono almacenado en el suelo a largo plazo. Los
resultados mostraron que inducir cambios en la
producción y la calidad de forraje representó entre
7,8 y 20,7 % de los GEI producidos en el escenario
baseline, y mejoras en la reproducción entre 0,5 y
1,2 % de las emisiones. El uso de la tierra se redujo
entre 9,4 y 30,6 %, y la introducción de leguminosas
disminuyó el agotamiento de los recursos fósiles. El
análisis de sensibilidad indicó, inalmente, la posibilidad de aplicar estas estrategias con mejoras a
corto plazo, incluyendo el potencial de secuestro de
carbono. Se demostró que es factible aplicar mejoras en la productividad ganadera y en la protección
ambiental simultáneamente, sobre la base de los
pastos y forrajes, en sistemas ganaderos tropicales.
2) Análisis de redes ecológicas (ENA).
Aspectos prácticos para su aplicación en
el estudio de los agroecosistemas
El contexto agrícola mundial exige reconsiderar
los objetivos agrícolas, que se relacionan con alcanzar
9
mejores producciones con la utilización de menos recursos, para una población en aumento, en
un ambiente cada vez más vulnerable (Darnhofer,
2010; De Schutter, 2011; Dumont et al., 2013). Para
ello, en la actualidad existe un consenso sobre la
necesidad de desarrollar sistemas agrícolas basados
en los principios de la agroecología (Seré y Steinfeld, 1996; Herrero et al., 2010; Altieri et al., 2012),
los cuales aportan un nuevo enfoque que permite
la aplicación de metodologías que provienen de la
ecología, para analizar el desarrollo de los agroecosistemas. De las metodologías que existen, el
análisis de redes ecológicas (Ecological Network
Analysis, ENA) constituye una de las opciones más
interesantes para el análisis sistémico de los agroecosistemas. Este método es utilizado por los ecologistas para estudiar las relaciones que se establecen
entre las especies en un ecosistema determinado,
con el in de analizar las propiedades holísticas y
sistémicas a nivel del sistema. En este sentido, existen experiencias que utilizan la metodología ENA
en agronomía (Ruino et al., 2009a; Ruino et al.,
2009b).
breve reseña de la metodología ENA
La metodología ENA surgió a partir de la necesidad de los ecologistas de representar y analizar los procesos a nivel de ecosistema (Ulanowicz,
2004), a diferencia de enfoques más reduccionistas
que se centraban en un elemento especíico de las
interacciones, sin tener en cuenta los efectos indirectos y complejos que ocurren a distintos niveles
del ecosistema (Fath et al., 2007). Se utilizan técnicas de álgebra lineal, lo que parece ser más relevante para analizar las propiedades estructurales y
funcionales de los ecosistemas complejos, de una
manera sistemática (Ulanowicz, 2004).
Dicha metodología es una adaptación del análisis input/output aplicado inicialmente en economía, el cual se basa en técnicas cuantitativas que
permiten analizar las interdependencias entre diferentes sectores en una economía dada, como, por
ejemplo, sistemas de bienes y servicios relacionados
entre sí (Leontief, 1951). Los modelos de análisis
input/output producen índices que permiten medir
los efectos de los cambios que provoca un sector sobre otros, conectados indirectamente a la escala de
todo el sistema. Hannon (1973) introdujo esta teoría
en la ecología para estudiar las relaciones entre las
especies en un ecosistema a través de los lujos de
energía. Los modelos ENA permiten representar
los compartimentos ecológicos y las interacciones
10
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Fabien Stark
entre ellos, así como el análisis de redes, para determinar las relaciones globales y la importancia
de cada uno de los componentes del sistema en
particular (Fath et al., 2007). Otras contribuciones
provienen también de las teorías de la información,
y se aplican al analizar la diversidad y la organización de la red de lujos dentro del sistema (Rutlegde
et al., 1976; Ulanowicz, 1997; Latham, 2006).
Existe abundante literatura sobre estudios de
ecosistemas, en la que se analiza el papel de los
efectos indirectos en comparación con los efectos
directos entre compartimentos (Szymer y Ulanowicz, 1987; Baird y Ulanowicz, 1989); así como
consideraciones sobre el análisis de las relaciones a
nivel tróico (Higashi y Burns, 1991), y la cuantiicación del grado de reciclaje en una red determinada
del ecosistema (Finn, 1980; Allesina y Ulanowicz,
2004). Sin embargo, la metodología ENA se ha utilizado más para el estudio de los sistemas urbanos
(Liu et al., 2011; zhang et al., 2012), y en el caso
de los agroecosistemas, se ha empleado de manera marginal (Dalsgaard et al., 1995; Ruino et al.,
2009a; Ruino et al., 2009b; Álvarez et al., 2014).
Aplicación de la metodología ENA en el
estudio de los agroecosistemas
La aplicación de la metodología ENA para analizar agroecosistemas se puede sintetizar mediante
la ejecución de tres pasos: 1) la conceptualización,
2) la modelización, y 3) la aplicación de los algoritmos para calcular los indicadores (ig. 4).
En cuanto a conceptualización del sistema –de
manera similar al ACV–, este consiste en identiicar y deinir sus elementos e interacciones, los cuales se deben representar en forma de diagrama de
lujo (Fath et al., 2007). En esta etapa es necesario
delimitar las fronteras del sistema, a partir del conocimiento del entorno y los objetivos del trabajo.
Sobre esta base, los diversos compartimentos que
componen el sistema deben ser deinidos, al igual
que su nivel de agregación (Baird et al., 2009). A
continuación se identiican los lujos existentes entre los compartimentos, desde y hacia el entorno
del sistema, en función de su origen, el destino y
la naturaleza (por ejemplo: fertilización, alimentación, ventas, etc.). Estos elementos se utilizan para
construir el diagrama de lujo.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 3-13, 2016 / Metodologías para la evaluación de sistemas agropecuarios
Por otra parte, en la fase de modelización, que
se basa en el diagrama, se miden los lujos identiicados y se representan en forma de matriz (Fath
et al., 2007). Es importante seleccionar una unidad
común (como la UF del ACV) para analizar de forma homogénea los lujos del sistema, en función
de los objetivos del estudio (por ejemplo: nitrógeno, carbono, energía, biomasa, etc.). El siguiente
paso consiste en cuantiicar cada lujo, a partir de
mediciones directas, encuestas y estimaciones, o
sobre la base de la literatura existente. Por tanto,
la cuantiicación de cada lujo permite alimentar la
matriz; en el eje de las abscisas se representan los
compartimentos de origen, y en el de las ordenadas,
los compartimentos de destino.
Finalmente, la aplicación de la metodología
ENA consiste en calcular una serie de indicadores
con algoritmos lineales, a partir de cálculos matriciales (Ulanowicz, 2004; Latham, 2006). En el caso
de los agroecosistemas, esta metodología permite evaluar su estructura mediante un análisis «de
ruta» (Path Analysis) o de indicadores de organización (AMI, Hr). AMI (Average Mutual Information o información mutua promedio) cuantiica la
organización de los lujos en la red, mientras que
Hr (Uncertainty Statistical o estadística de incertidumbre) corresponde a la frontera superior del
AMI (Ulanowicz, 2004; Ruino et al., 2009a). El
funcionamiento de los agroecosistemas se puede
analizar con el empleo de indicadores de intensidad de los lujos, como el Total System Throughlow (TST o rendimiento total del sistema), que
calcula la cantidad total de lujo que se desplaza a
través de la red de compartimentos; o de indicadores de reciclaje, como el Finn’s Cycling Index (FCI;
índice de Finn o de reciclaje), que calcula el porcentaje de los lujos que son generados por ciclo (Finn,
1980).
Asimismo, esta metodología posibilita analizar
el estado de desarrollo del sistema (development
capacity o capacidad de desarrollo, ascendency o
ascendencia y overhead o gastos generales o dependencia del exterior), (Latham, 2006). La ascendencia (A) representa el grado de desarrollo real del
sistema, y Development Capacity (D), su potencial
máximo de desarrollo; mientras que Overhead se
reiere a la diferencia entre A y D, lo que ofrece
una idea de la capacidad de reserva de desarrollo
del sistema o de las posibilidades de mejora, por
ejemplo, en la optimización de los lujos. Además,
con la matriz de lujo también se pueden calcular
otros indicadores más tradicionales, como los de
11
productividad (outputs), autosuiciencia (inputs) y
eiciencia (relación inputs/outputs).
Por tanto, la aplicación de la metodología ENA
para el estudio de los agroecosistemas ofrece muchas oportunidades de análisis, desde las perspectivas de un posible espectro de modalidades
de funcionamiento y de desarrollo. El paralelismo
que se establece entre ecosistema y agroecosistema
debe ser examinado con precaución, ya que el propósito de un agroecosistema es producir alimentos;
mientras que el de un sistema ecológico es la conservación de los recursos y procesos, que mantienen su equilibrio. No obstante, en el contexto de la
agroecología, dicho paralelismo se considera relevante en términos de funcionamiento; por lo que el
uso de metodologías que provienen de la ecología
parece ser una alternativa pertinente e interesante
para analizarlos.
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Recibido el 4 de agosto de 2015
Aceptado el 30 de noviembre de 2015
14
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 14-18, 2016 / Giraldo J. Martín-Martín
Comunicación corta
Uso de estimuladores en la supervivencia y desarrollo foliar
de propágulos de Morus alba
Use of stimulators in the survival and leaf development
of Morus alba propagules
Giraldo J. Martín-Martín, Yolai Noda-Leyva, Yuseika Olivera-Castro y Gertrudis Pentón-Fernández
Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey,
Universidad de Matanzas, Ministerio de Educación Superior.
Central España Republicana. CP 44280, Matanzas, Cuba.
Correo electrónico: giraldo@ihatuey.cu.
RESUMEN: Se realizó un estudio con el objetivo de determinar el efecto del ácido naftilacético (ANA) y el agua
sobre la supervivencia y el desarrollo foliar de propágulos de Morus alba, y para ello se empleó un
diseño de bloques completamente aleatorizados con arreglo factorial. Los tratamientos consistieron
en tres variedades: tigreada, yu-62 y universidad mejorada, y dos sustancias estimuladoras del
enraizamiento de los propágulos: ANA y agua, además del testigo (sin productos). Se midió la
cantidad de plantas que sobrevivieron y el peso verde del área foliar. Los propágulos de la var.
tigreada mostraron entre 91 y 100 % de sobrevivencia; en el caso de las var. yu-62 y universidad
mejorada, este indicador fue favorecido por el uso del ANA y el agua. El menor peso del área foliar
lo presentó la var. universidad mejorada (14,55 g), al no ser inoculada. Este estudio permite concluir
que la variedad tigreada sobresalió en términos de supervivencia, por lo que se considera una de las
de mayor potencialidad en cuanto a establecimiento y eiciencia en la reproducción asexual. Con
el uso del agua como vehículo enraizador se puede lograr la propagación de las variedades nuevas
(universidad mejorada y yu- 62); además, el agua y el ANA permitieron que las plantas expresaran
un desarrollo adecuado de su área foliar desde edades tempranas.
Palabras clave: ácido naftilacético, agua, enraizamiento.
AbSTRACT: A study was conducted in order to determine the effect of naphtaleneacetic acid (NAA) and water
on the survival and leaf development of Morus alba propagules, and for such purpose a completely
randomized block design with factorial arrangement was used. The treatments consisted in three
varieties: tigreada, yu-62 and universidad mejorada, and two rooting-stimulating substances of the
propagules: NAA and water, in addition to the control (without products). The quantity of plants
that survived and the green weight of the leaf area were measured. The propagules of the var.
tigreada showed between 91 and 100 % of survival; in the case of the var. yu-62 and universidad
mejorada, this indicator was favored by the use of NAA and water. The lowest weight of the leaf
area was shown by the var. universidad mejorada (14,55 g), when it was not inoculated. This study
allows to conclude that the tigreada variety stood out in terms of survival, for which it is considered
one of those with higher potential regarding establishment and eficiency in asexual reproduction.
With the use of water as rooting vehicle the propagation of the new varieties (universidad mejorada
and yu-62) can be achieved; in addition, water and NAA allowed the plants to express an adequate
development of their leaf area since early ages.
Keywords: naphtaleneacetic acid, water, rooting.
INTRODUCCIóN
El uso de los árboles en los sistemas de producción ganadera en el trópico, y en particular en Cuba,
es una práctica que data de hace muchos años. En el
desarrollo histórico de la ganadería vacuna, los árboles
siempre constituyeron un componente en los potreros,
como sombra, cercas vivas y fuente de madera.
Las primeras investigaciones realizadas en Cuba en
este tema estuvieron centradas en el uso de Leucaena
leucocephala (Cáceres y Santana, 1990); posteriormente se efectuaron estudios con Albizia lebbeck
(Soca y Simón, 1995), Gliricidia sepium (Francisco
y Hernández, 1998) y Morus alba (Martín, 2004).
En la década de los noventa, se introdujeron en el
país las primeras variedades de M. alba con el objetivo de validar, en las condiciones cubanas, los resultados que se habían alcanzado en el trópico húmedo de
Costa Rica.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 14-18, 2016 / Uso de estimuladores en propágulos de Morus alba
Posteriormente, en el año 2000, el Instituto
de zootecnia de Brasil facilitó la obtención de dos
selecciones (Iz-40, Iz-64) y tres híbridos (Iz-15/7,
Iz-13/6, Iz-56/4), y en 2005 se introdujeron las
variedades ichinose, super morera, cheongol y
ppong, de Corea del Sur, todas pertenecientes
taxonómicamente a la especie M. alba.
Más adelante, en el año 2011, la Estación Experimental de Pastos y Forrajes (EEPFIH) Indio Hatuey
amplió su germoplasma con seis variedades: universidad, universidad nueva, universidad mejorada, yu-12
y yu-62, introducidas de China, y la var. murcia de
España, de las cuales se desconoce su comportamiento agronómico y productivo en las condiciones
edafoclimáticas del país.
En el caso de las primeras variedades introducidas, la vía fundamental de propagación utilizada es la
asexual, con material vegetativo que cumpla con los
siguientes estándares: estacas de 25 a 30 cm de largo
y al menos tres yemas en buen estado, de 1,0 a 1,5
cm de grosor, extraídas de ramas maduras con más de
120 días de edad (Boschini y Rodríguez, 2002); y se
recomienda esta vía por ser una forma fácil y rápida
de conservar las características de la planta madre.
Sin embargo, en investigaciones preliminares
con las variedades recientemente introducidas se
ha constatado que estas presentan un buen porcentaje germinativo si se siembran por semilla, pero
no ocurre así cuando se utilizan propágulos como
método de reproducción.
Es conocido que los reguladores del crecimiento vegetal modiican las características normales del
crecimiento de las plantas (Ackerman y Hamemik,
1996) y producen diversas respuestas isiológicas
(Salisbury y Ross, 2000). Las auxinas regulan la proliferación de las raíces y su elongación, así como la
dominancia apical (Mok y Mok, 2001). El ácido naftilácetico (ANA) es una auxina sintética cuya aplicación, tanto en vivero como en campo, ha mostrado su
capacidad de inducir el proceso de enraizamiento en
diferentes cultivos: forestales, frutales y ornamentales (Hartman y Kester, 2001; Weaver, 2002).
El uso del agua también resulta un elemento
esencial para estimular el desarrollo radicular de los
propágulos, pues esta constituye un factor esencial
en el transporte de nutrientes, y regula la turgencia
de las células y todos los procesos isiológicos en
general (Olivera y Noda, 2011).
En relación con el efecto que pueda inducir
el empleo de las itohormonas o del agua como
vehículos que garanticen la eiciencia del enraizamiento de esquejes de morera existe muy poca
15
bibliografía, y los estudios se han realizado fundamentalmente con las variedades de Costa Rica; de estas
se plantea que no presentan problemas en la propagación por esquejes y los resultados han sido satisfactorios
(Boschini y Rodríguez, 2002; Noda et al., 2004).
Es por ello que el objetivo de esta investigación fue
determinar el efecto del ANA y el agua sobre la supervivencia y el desarrollo foliar de propágulos de M. alba.
MATERIALES Y MÉTODOS
Las investigaciones se realizaron en la EEPFIH,
ubicada en la zona central de la provincia de Matanzas
(Cuba), municipio de Perico; en el punto geográico
determinado por los 22°, 48’ y 7’’ latitud norte y los
81° y 2’ de longitud oeste, a 19,01 msnm (Academia de
Ciencias de Cuba, 1989).
El experimento tuvo una duración de 60 días,
comprendidos entre el 15 de octubre y el 15 de diciembre de 2013.
Las precipitaciones en este periodo fueron de
93,3 mm, y se consideran aceptables respecto al
corto tiempo de evaluación. La temperatura fue de
23,5°C y la humedad, de 81,8 % (valor que se puede
considerar alto).
El suelo donde se llevó a cabo la fase experimental está clasiicado como Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández et al., 1999), de topografía plana,
y el horizonte supericial se caracteriza por el predominio de minerales arcillosos del tipo 1:1, aunque
puede presentar mineral del tipo 2:1 en el 10 % del
contenido total de la fracción arcillosa.
Los propágulos procedían de variedades de morera introducidas en Cuba en el año 2011 (yu-62 y universidad mejorada), las cuales presentan una excelente
reproducción por semilla; sin embargo, su reproducción por vía agámica no ha resultado satisfactoria en
las condiciones del país. Se utilizó como testigo la var.
tigreada, incluida en el germoplasma desde 1996 y de
excelente reproducción por propágulos.
Estos se obtuvieron mediante el corte de ramas
jóvenes (de 30-40 cm de largo y con más de tres yemas
en buen estado); y se inocularon, según el tratamiento, con una mezcla (preparada previamente) de ANA
a una concentración de 4 000 ppm disuelta en etanol
al 70 %, o en agua, sumergiendo la parte basal de la
estaca (2-3 cm) en el producto, durante 30 minutos.
Para la plantación se construyeron canteros de 1 m
de ancho y 22 m de largo, los cuales fueron fertilizados
con cachaza a razón de 10 kg/m². Los propágulos se
plantaron de forma vertical, directamente en el suelo,
con un marco de 20 cm entre hileras y 10 cm entre propágulos, y a una profundidad de 8-10 cm. Se regó
16
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 14-18, 2016 / Giraldo J. Martín-Martín
durante todo el periodo de observación (60 días),
momento en que fue interrumpido el crecimiento
con el in de realizar el estudio.
Se utilizó un diseño de bloques completamente
aleatorizados, con arreglo factorial 3 x 3. Los tratamientos consistieron en tres variedades: tigreada,
yu-62 y universidad mejorada, y dos sustancias estimuladoras del enraizamiento: ANA y agua, además
del testigo (sin productos), para un total de nueve
tratamientos que se describen a continuación:
• Tratamiento 1: var. tigreada sin enraizador (testigo)
• Tratamiento 2: var. tigreada inoculada con ANA
• Tratamiento 3: var. tigreada embebida en agua
• Tratamiento 4: var. yu-62 sin enraizador (testigo)
• Tratamiento 5: var. yu-62 inoculada con ANA
• Tratamiento 6: var. yu-62 embebida en agua
• Tratamiento 7: var. universidad mejorada sin enraizador (testigo)
• Tratamiento 8: var. universidad mejorada inoculada
con ANA
• Tratamiento 9: var. universidad mejorada embebida
en agua
Cada tratamiento se replicó cuatro veces, para
un total de 36 parcelas. Cada parcela tenía 25 plantas, es decir, cada tratamiento quedó conformado
por 100 plantas.
variables. Las evaluaciones se realizaron en todas las plantas, desde los siete días posteriores a la plantación hasta que alcanzaron 60 días de edad, y en ese
momento se consideraron los siguientes indicadores:
• Cantidad de plantas que sobrevivieron.
• Peso verde del área foliar.
Modelo matemático. Se empleó el siguiente
modelo matemático:
Yij = μ + Vi + SEj + ViSEj + βk + εijkl
Donde:
Yij es el resultado del tratamiento i-ésimo, al bloque
j-ésimo
μ corresponde a la media general
Vi es el efecto i-ésimo de la variedad (i = 1, 2,..., n)
SEj es el efecto j-ésimo de la sustancia estimuladora
de enraizamiento (j = 1, 2,..., n)
βk es el efecto del k-ésimo bloque (k = 1, 2, 3, 4)
εijkl es el error aleatorio asociado a la observación
Análisis estadístico. Se utilizó la estadística
descriptiva en el análisis de los resultados de la variable cantidad de plantas que sobrevivieron; mientras
que en el caso del peso verde del área foliar se realizó
un análisis de varianza (ANOVA), después de veriicar
que los supuestos cumplían con el ajuste de homogeneidad de varianza y distribución normal, con el empleo
del paquete estadístico Infostat versión 1.1 (Di Rienzo
et al., 2002). Las medias se compararon a través de la
prueba de rangos múltiples de Duncan, para un nivel de
signiicación a p < 0,05 (Duncan, 1955).
RESULTADOS Y DISCUSIóN
En la variedad tigreada, la mayoría de los propágulos sobrevivieron al transcurrir el período de
evaluación (60 días), independientemente del producto enraizador utilizado; de 100 propágulos, sobrevivieron entre el 91 y 100 % (ig.1).
Estos resultados concuerdan con los obtenidos por
Noda et al. (2004) al caracterizar el comportamiento
agronómico de esta variedad en la fase de establecimiento, donde se halló un 100 % de supervivencia de
los propágulos a los 42 días después de la plantación.
Está ampliamente demostrado que las variedades introducidas en Cuba desde Costa Rica, tales
como la indonesia, la criolla, la acorazonada y la
tigreada, se reproducen exitosamente por estacas; y
sin tratamiento con estimuladores de crecimiento, se
alcanza más del 90 % de supervivencia en cada caso.
Según Boschini y Rodríguez (2002), el periodo
en que se logra obtener una nueva planta formada
es de unos 90 a 120 días; sin embargo, en este estudio después de transcurridos 60 días se encontraron
plantas de la var. tigreada potencialmente formadas.
Para las variedades yu-62 y universidad mejorada, la supervivencia de los propágulos se favoreció
con el uso del ANA y del agua. Las medias de estos
tratamientos resultaron superiores al compararlas
con las del testigo; sin embargo, ningún valor superó
el 90 % (ig. 1).
Martín et al. (2014) evaluaron el poder de reproducción de estas variedades en condiciones naturales
de vivero, sin el uso de sustancias enraizadoras, y
constataron que la supervivencia inicialmente mostró un comportamiento similar al encontrado en el
presente estudio; sin embargo, después de transcurridos 80 días disminuyó la cantidad de plantas vivas.
Se conoce que muchas especies de plantas que
son recalcitrantes a la propagación responden eicientemente cuando se utilizan sustancias o itohormonas
que determinan no solo en la tasa de enraizamiento,
sino también en la calidad del sistema radical que se
forma, lo que garantiza la supervivencia y desarrollo
de la planta (Ruíz y Mesén, 2010).
El ANA que se empleó en este estudio es una
auxina, cuya función es estimular la expansión y división celular y fomentar el desarrollo de callos, de los
que se desprenden crecimientos similares a las raíces
(Weaver, 2002). Esta hormona, por difusión, llega a los
diferentes órganos mediante los tejidos vasculares (xilema y loema), y además puede ser transportada por
células no vasculares como las del cambium y las parcialmente diferenciadas, asociadas al loema (Acosta
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 14-18, 2016 / Uso de estimuladores en propágulos de Morus alba
et al., 2000). El transporte normal de esta auxina
comienza en las hojas jóvenes y sigue hacia abajo, a
lo largo de los haces vasculares (Salisbury y Ross,
2000).
A través de tal función se explica el resultado que
se obtuvo de este estudio, ya que con la formación
de nuevas hojas se favoreció la posterior emisión
de raíces, lo que proporcionó un mayor número de
propágulos sobrevivientes.
Por otra parte, las estacas embebidas en agua
respondieron eicientemente a la supervivencia de
las plantas. Según señalan Burgos et al. (2009),
embeber las estacas en agua unas horas antes de
la plantación asegura la ruptura por turgencia de
las células que se encuentran en diferentes tejidos
externos e internos, y propicia un estímulo en la
emisión de raíces, las cuales son muy importantes
en la absorción de nutrientes que determinan la supervivencia del cultivo.
Estos métodos son alentadores para las variedades de morera recalcitrantes a la propagación por
estacas, lo cual resulta importante desde el punto
de vista agrícola, por constituir una forma fácil y
rápida de conservar las características de la planta
madre (Boschini y Rodríguez, 2002).
En la tabla 1 se muestra el efecto de la interacción entre la variedad y la sustancia estimuladora
sobre el peso del área foliar.
La mayoría de los tratamientos no diirieron entre
sí; solo la var. universidad mejorada, al no ser inoculada, diirió del resto de los tratamientos y presentó el
valor más bajo en el peso del área foliar (14,55 g).
A pesar de ello, la var. universidad mejorada y la
yu-62 desarrollaron eicientemente su área foliar. Se
debe tener en cuenta que en estas variedades la supervivencia no alcanzó el 100 % (ig.1), y, sin embargo, el
peso foliar de los propágulos que sobrevivieron no diirió del de la tigreada, que se usó como testigo y tuvo
además un 100 % de supervivencia y buen desarrollo
de los propágulos.
Tabla 1. Efecto de la interacción en el peso del área foliar.
Variedad
Sustancia estimuladora
Peso del área foliar (g)
tigreada
testigo
29,90ab
tigreada
ANA
31,94a
tigreada
agua
30,23ab
yu-62
testigo
28,67ab
yu-62
ANA
31,29a
yu-62
agua
28,92ab
univ. mejorada
testigo
14,55c
univ. mejorada
ANA
29,98ab
univ. mejorada
agua
32,16a
ES (±)
17
6,52*
a, b, c, d: letras distintas en cada ila indican diferencias signiicativas (p < 0,05)
*p < 0,05
18
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 14-18, 2016 / Giraldo J. Martín-Martín
El peso del área foliar constituye un indicador
importante, por su correlación con la materia seca
(Garcés y Forcelini, 2011).
En el presente estudio se corroboró lo planteado
por Martín (2004) acerca de la excelente producción
de esta planta por unidad de área, de la cual, según el
autor, una alta proporción está compuesta por hojas
y tallos tiernos que son totalmente comestibles por
diferentes especies de animales.
Esta planta, desde edades muy tempranas en su
ciclo de vida, es capaz de expresar su potencial de
rendimiento; las variedades recientemente introducidas en Cuba y evaluadas en este estudio manifestaron aceptables valores en el peso de sus hojas, si
se tiene en cuenta que estos se obtuvieron a la edad
de 60 días de plantadas las estacas.
El uso del agua y del ANA favoreció, en sentido
general, la supervivencia y el desarrollo de los propágulos de estas variedades recalcitrantes a la reproducción
agámica. Martín et al. (2014) recomendaron el empleo
de sustancias estimuladoras en las estacas de las mismas variedades, ya que en su estudio no alcanzaron
resultados satisfactorios, a pesar de emplear un sustrato
con buen contenido de materia orgánica y riego.
Se concluye que la variedad tigreada sobresalió en
términos de supervivencia, por lo que puede ser considerada una de las de mayor potencialidad en cuanto a
establecimiento y eiciencia en la reproducción asexual.
Asimismo, el uso del agua como vehículo enraizador resultó eiciente, por lo que puede ser una
alternativa para lograr la propagación de las variedades nuevas (universidad mejorada y yu-62).
El uso del agua y del ANA permitió que las
plantas expresaran un desarrollo adecuado de su
área foliar desde edades tempranas.
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Recibido el 9 de abril de 2015
Aceptado el 26 de noviembre de 2015
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Inoculación con Bradyrhizobium sp. y Trichoderma harzianum en triticale
19
Artículo Científico
Efecto de la inoculación con Bradyrhizobium sp.
y Trichoderma harzianum en triticale (x. Triticosecale Wittmack),
en condiciones de estrés por sequía
Effect of the inoculation with Bradyrhizobium sp.
and Trichoderma harzianum in Triticale (X. Triticosecale
Wittmack), under drought stress conditions
Carlos J. Bécquer-Granados1, Adelaida B. Puentes-Pérez2, Urbano Ávila-Cordoví1, Maribel QuintanaSanz1, Yaldreisy Galdo-Rodríguez1, Fernando Medinilla-Nápoles3 y Analeydi Mirabales-Valdés1
1
Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes,
Estación Experimental Sancti Spíritus, Apdo. 2255, ZP 1, CP 62200, Sancti Spíritus, Cuba
2
Universidad de Sancti Spíritus, Cuba
3
Centro Meteorológico Provincial, Sancti Spíritus, Cuba
Correo electrónico: pastossp@enet.cu
RESUMEN: En la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Sancti Spíritus, se llevó a cabo un
experimento de campo en condiciones de estrés por sequía, para evaluar el efecto de la
inoculación con una cepa de Bradyrhizobium sp. y con el hongo Trichoderma harzianum,
en triticale (X. Triticosecale Wittmack). El diseño experimental fue completamente al azar,
con cuatro réplicas y siete tratamientos. Se utilizó un testigo fertilizado con NH4NO3 (150
kg N/ha), así como un control absoluto y cinco tratamientos inoculados. Se evaluaron las
variables peso seco aéreo, peso seco de la raíz, longitud del tallo, rendimiento de grano, peso
de mil semillas y número de granos por espiga. La aplicación simple de Bradyrhizobium
o en combinación con Trichoderma, de forma general, ejerció un efecto positivo en las
plantas, y resultó superior a la aplicación de fertilizante químico. Se observó, además,
que el desarrollo de la parte aérea y el rendimiento de grano no estuvieron vinculados
con la aplicación de nitrógeno mineral, sino con la inoculación. Se recomienda realizar
experimentos similares en diferentes tipos de suelo en la provincia Sancti Spíritus, en
condiciones de estrés por sequía.
Palabras clave: microorganismos, rendimiento, Rhizobium.
AbSTRACT: At the Pastures and Forages Research Station Sancti Spíritus, a ield trial was conducted under
drought stress conditions, to evaluate the effect of the inoculation with a strain of Bradyrhizobium
sp. and the fungus Trichoderma harzianum, in triticale (X. Triticosecale Wittmack). The
experimental design was completely randomized, with four replications and seven treatments. A
control fertilized with NH4NO3 (150 kg N/ha) was used, as a well as an absolute control and ive
inoculated treatments. The variables aerial dry weight, root dry weight, stem length, grain yield,
weight of a thousand seeds and number of grains per ear were evaluated. The simple application
of Bradyrhizobium or in combination with Trichoderma, in general, exerted a positive effect
on the plants, and was higher than the application of chemical fertilizer. It was also observed,
that the development of the aerial part and the grain yield were not related to the application of
mineral nitrogen, but to the inoculation. It is recommended to conduct similar experiments on
different soil types in the Sancti Spíritus province, under drought stress conditions.
Key words: microorganisms, yield, Rhizobium.
INTRODUCCIóN
Los microorganismos del suelo contribuyen
con un amplio rango de servicios esenciales a la
sostenibilidad de todos los ecosistemas. Ellos ac-
túan como los principales agentes impulsores del
ciclo de nutrientes; regulan la dinámica de la materia orgánica del suelo, el secuestro de carbono y
la emisión de gases de invernadero; modiican la
20
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Carlos J. Bécquer-Granados
estructura física del suelo y el régimen de agua; y
mejoran la eiciencia en la toma de nutrientes por
las plantas (Singh et al., 2011).
Es conocido que la inoculación de cereales
con microorganismos promotores del crecimiento
vegetal conlleva el crecimiento de la planta y de
su rendimiento (Andrews et al., 2003). Existen antecedentes del efecto positivo de los rizobios y otras
rizobacterias en cereales pertenecientes al género Triticum (Bécquer et al., 2012a; Bécquer et al.,
2012b; Bécquer et al., 2012c).
Por otra parte, se conoce que el estrés hídrico
limita el crecimiento y la productividad de los cultivos, especialmente en áreas áridas y semiáridas
(Farooq et al., 2009; Yang et al., 2009). La sequía
es considerada como uno de los mayores desastres
naturales del mundo, el más frecuente y persistente,
el de mayor efecto negativo para la producción
agrícola, y también como la causante de impactos
adversos reales sobre el medioambiente (World Meteorological Organization, 1994).
Existen diversas formas de combatir la sequía,
y entre las más novedosas se encuentra la utilización
de inoculantes microbianos (Tikhonovich y Provorov,
2011). Se conoce que el efecto positivo de los microorganismos del suelo no radica solo en su inluencia en
el crecimiento, ya que estos también constituyen un
factor relevante en la tolerancia de las plantas al estrés
abiótico, como el causado por la sequía. Entre esas rizobacterias, los rizobios ocupan un lugar importante
(Uchiumi et al., 2004; Stiens et al., 2006).
Otro microorganismo que inluye positivamente en el desarrollo de las plantas es el hongo
ilamentoso Trichoderma spp. Los mecanismos directos relacionados con su efecto protector incluyen
la competencia, la antibiosis y el micoparasitismo
(Howell, 1998). Estudios más recientes indican la
inducción de mecanismos de defensa en las plantas
por Trichoderma, así como su actividad promotora
del crecimiento vegetal (Saber et al., 2009; Shaban
y El-Bramawy, 2011). Existen antecedentes del
efecto positivo de Trichoderma harzianum en trigo,
al combinarse con rizobios (Bécquer et al., 2015).
Por ello, el objetivo de este estudio fue evaluar
el efecto de la inoculación de Bradyrhizobium y
Trichoderma en triticale (X. Triticosecale Wittmack)
variedad INCA TT-77, en diferentes momentos, y
en condiciones de estrés por sequía agrícola.
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización. El experimento se realizó desde
enero de 2014 hasta abril del propio año, en una parcela
experimental perteneciente a la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Sancti Spíritus, situada
a 21o 53ꞌ 00ꞌꞌ de latitud norte y los 79o 21ꞌ 25 ꞌꞌ de
longitud oeste, y a una altura de 40 msnm.
Procedencia de las cepas y su identiicación
Cepa de rizobio. Se empleó la cepa JJ6, perteneciente al género Bradyrhizobium sp. (Bécquer
et al., 2002), la cual es un microsimbionte de Centrosema virginianum (leguminosa naturalizada de
Sancti Spíritus, Cuba).
Cepa de Trichoderma. Se utilizó el producto
TRICHOSAVE 34 (de LABIOFAM S. A.), compuesto por un sustrato de cáscara y cabecilla de
arroz inoculado con micelios esporulados de T.
harzianum A-34.
Material vegetal. Se evaluó el cereal triticale, procedente del INCA –Mayabeque, Cuba–. Este
cereal tiene antecedentes de altos rendimientos en
la provincia de Sancti Spíritus al inocularse con
rizobios (Bécquer et al., 2012b), y constituye una
alternativa para la alimentación animal en Cuba.
Preparación de los inóculos
Bradyrhizobium. Las cepas crecieron en medio sólido levadura-manitol (Vincent, 1970), y se resuspendieron en medio líquido levadura-manitol hasta
lograr una concentración celular de 106-108 UFC/mL.
Para la inoculación de las plantas, se procedió a diluir el inóculo en proporción 1:10 en solución salina al
0,9 %.
Trichoderma. Al producto antes mencionado,
por recomendación técnica del fabricante, se le añadió agua corriente a razón de 35 g/L, y se iltró con
gasa antes de inocular las plantas.
Inoculación de las plantas
Con Bradyrhizobium. La inoculación se realizó al germinar la semilla (a los 6 días); para ello se usó
una bureta graduada, cuyo contenido se vertió sobre
las plantas recién germinadas, y, al regular el surtidor,
cada planta recibió aproximadamente 8-10 mL del
inóculo líquido. La reinoculación se efectuó a los 15
días de la siembra, de igual forma, con un inóculo
bacteriano del mismo título.
Con Trichoderma. Se realizó la inoculación
al germinar la semilla (a los 6 días), con una dosis
equivalente a 250 L/ha de solución, mediante igual
procedimiento al usado para el Bradyrhizobium. La
reinoculación de los tratamientos se efectuó a los 15
días de la siembra, con un inóculo del mismo título.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Inoculación con Bradyrhizobium sp. y Trichoderma harzianum en triticale
Inoculación fraccionada. A los 15 días de aplicado el inóculo inicial del microorganismo, de acuerdo
al tratamiento, se realizó la inoculación fraccionada.
Preparación del suelo, siembra, riego. Se
hicieron labores convencionales de cultivo: roturación, grada, cruce, recruce, grada y surcado. La
siembra del experimento se realizó en la segunda
decena de enero, a chorrillo espaciado y con una
dosis de 60 kg/ha. El marco de siembra fue de 50
cm entre surcos. La semilla se cosechó de forma
manual a los 105 días, en la tercera decena de abril.
Cada parcela medía 2 m x 4 m.
Se aplicaron tres riegos, por aspersión: inmediatamente después de la siembra, al comienzo del
macollamiento y cuando la hoja bandera era visible.
Aunque la norma establecida por el INIFAT (2003) es
de 350 m3/ha, en este experimento se aplicó el 30 % de
esta, con el objetivo de favorecer solamente la supervivencia de los microorganismos rizosféricos.
variables climáticas en el área. Los datos
de temperatura, precipitación y humedad relativa
fueron proporcionados por la Estación Meteorológica Sancti Spíritus, perteneciente al Centro Meteorológico Provincial.
Precipitación. La precipitación tuvo un comportamiento irregular. En noviembre de 2013 fue
similar al valor histórico (54,9 mm), mientras que
en diciembre (7,0 mm), enero (64,3 mm) y marzo
(45,9 mm) resultó inferior. En estos dos últimos meses acontecieron importantes etapas fenológicas del
cultivo experimental (desde la germinación hasta el
llenado de los granos), que coincidieron con la menor ocurrencia de lluvias en ese período. Solamente
se superaron los promedios históricos en febrero
(67,7 mm) y abril (102,6 mm).
Temperatura y humedad relativa. El periodo se caracterizó por el predominio de altas temperatura y humedad relativa (tabla 1).
Determinación del estado de sequía agrícola. El estado de sequía agrícola se determinó a
través del índice de Aridez o índice de Sequía Agrícola (IE), con la fórmula propuesta por Solano y
Vázquez (1999), para comprobar si el experimento
se efectuaba en condiciones de estrés hídrico:
IE = ETR / ETP
Donde:
ETR (o E): evapotranspiración real estimada,
dependiente del estado de humedad del suelo.
ETP (o Eo): evapotranspiración potencial estimada, dependiente de las condiciones atmosféricas.
Si ETR = ETP, el aprovisionamiento de agua al
suelo es adecuado. Cuando ETR < ETP, hay insuiciencia de agua (en este caso, IE puede ser insuiciente, crítico o muy crítico).
El mes de enero en el área de estudio culminó
con un IE de crítico a insuiciente, índice que varió
en los meses de febrero y marzo hasta regular (Centro Meteorológico Provincial Sancti Spíritus, 2014).
Composición agroquímica básica del suelo
experimental. El suelo del área experimental
corresponde al tipo Pardo con diferenciación de
carbonatos, arcilla de color pardo a pardo ligeramente
oscuro, con reacción ligera al HCl; presenta algunas
gravas en el horizonte A1, drenaje supericial e
interno bueno, y es medianamente erosionable
(Hernández et al., 1999). Se caracteriza, además,
por un contenido de macronutrientes bajo en fósforo
y potasio (2,63 mg/100 g de P2O5; 6,0 mg/100 g de
K2O), así como 1,51 % de materia orgánica y pH de
5,9. Debido al pobre contenido de nutrientes en el
suelo, se realizó una fertilización de fondo (N: 9, P: 13,
K: 17) a los 21 días en todos los tratamientos, con
dosis de 80 kg de N/ha.
Diseño experimental y análisis estadístico.
Se empleó un diseño experimental de bloques al azar,
con siete tratamientos y tres réplicas: Trichoderma +
Bradyrhizobium sp. a los 15 días (Trich. + JJ6 15d.),
Bradyrhizobium sp. + Trichoderma a los 15 días (JJ6 +
Trich.15d.), Bradyrhizobium sp. + Trichoderma en el
momento de la siembra (JJ6 + Trich.), Trichoderma
Tabla 1. Datos de temperatura y humedad en el área experimental. Año
2014.
Mes
21
Temperatura media
(oC)
Humedad relativa promedio
(%)
Enero
22,2
76,2
Febrero
23,9
77,6
Marzo
24,1
71,0
Abril
25,3
71,7
22
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Carlos J. Bécquer-Granados
en el momento de la siembra (Trich.), Bradyrhizobium sp. en el momento de la siembra (JJ6), control
absoluto (CA) y testigo fertilizado (TF), el cual consistió en una aplicación de nitrógeno de 300 kg/ha
(NH4NO3).
Los datos se procesaron estadísticamente,
según el análisis de varianza (ANOVA) (StatGraphics Plus, v. 5.1, 1994-2001, Statistical Graphics
Corporation). Las diferencias entre medias se determinaron por la prueba LSD (Least Signiicant
Difference) de Fisher (p < 0,05).
variables que se midieron:
• Peso seco aéreo (PSA, g/m2).
• Peso seco de la raíz (PSR, g).
• Longitud del tallo (LT, cm).
• Rendimiento de grano (RG, kg/ha, extrapolado).
• Número de granos por espiga (No. G/esp.).
• Peso de mil semillas (P 1 000 sem., g).
Los datos de la variable con conteo de dígitos
(número de granos por espiga) se transformaron por
√x (Lerch, 1977).
RESULTADOS Y DISCUSIóN
Se demostró el efecto positivo de la inoculación combinada de microorganismos benéicos en
triticale, en condiciones de sequía agrícola, en una
época del año con características complejas que
perjudicaron el buen desarrollo de las plantas.
Con respecto a la variable peso seco aéreo, se
observó que el tratamiento en que se combinaron la
cepa de Bradyrhizobium y Trichoderma en el momento de la siembra (tabla 2) presentó valores estadísticamente superiores al resto de los tratamientos
(613,67 g/m2), e incluso al testigo fertilizado, lo cual
indica que ambos microorganismos actuaron de forma sinérgica sobre este indicador productivo. Los
demás tratamientos, excepto Trichoderma (412,67 g/m2)
y el testigo fertilizado (440,67 g/m2), tuvieron superíndices comunes con el control absoluto.
Dado el estrés por sequía al cual se sometió el
cultivo, se deduce que Bradyrhizobium, al pertenecer
al grupo de rizobacterias con propiedades de inducción de tolerancia sistémica al estrés ambiental, produjo citoquininas que contrarrestaron el efecto negativo
del ácido abscísico en las hojas, respuesta propia de la
planta ante este tipo de estrés (Yang et al., 2009).
También Ahmad et al. (2008) encontraron que el
80 % de las bacterias ijadoras de dinitrógeno producen ácido indolacético. Esta sustancia del crecimiento
conlleva el aumento de los fenoles totales, del contenido de calcio y de la actividad de la enzima polifenol
oxidasa, que protege a la planta contra los patógenos
y mejora su crecimiento mediante la eliminación de
las especies reactivas al oxígeno, que se forman en la
planta a partir de un estrés hídrico (Chowdhury, 2003;
Yang et al., 2009). En este sentido, Vanderlinde et al.
(2010) plantearon que es probable que los rizobios
produzcan antioxidantes (catalasa), exopolisacáridos
y otras sustancias para poder sobrevivir en ambientes
extremos, sobre todo en sequía. Al respecto, se conoce
que cepas de Rhizobium sullae, aisladas en la región
semiárida de Túnez y moderadamente tolerantes a la
sequía, incrementaron de forma signiicativa la biomasa aérea seca de plantas inoculadas en este tipo de
estrés ambiental (Fitouri et al., 2012).
La cepa JJ6 que se utilizó en el presente experimento fue seleccionada anteriormente por su efecto
positivo en triticale (Bécquer et al., 2006) y en Zea
mays (Bécquer et al., 2008).
También la aplicación simple de Trichoderma
ejerció un efecto positivo en el peso seco aéreo, a
pesar de que los valores de este tratamiento fueron
Tabla 2. Comportamiento de triticale con las diferentes combinaciones de microorganismos
Variable
Tratamiento
PSA
(g/m 2)
PSR
(g)
LT
(cm)
Trich. + JJ6 15d.
287,33c
8,60b
49,42b
JJ6 + Trich. 15d.
222,63c
9,07b
48,75b
JJ6 + Trich.
613,67
Trich.
412,67b
7,47c
41,50c
c
ab
59,00a
5,07c
39,37c
a
JJ6
284,60
CA
250,43c
TF
ES ±
440,67
22,13
b
11,0
a
10,2
55,16ab
ab
9,07
53,77ab
1,06
2,50
a, b, c: valores con superíndices no comunes diieren a p < 0,05.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Inoculación con Bradyrhizobium sp. y Trichoderma harzianum en triticale
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Tabla 3. Comportamiento de triticale con las diferentes combinaciones de microorganismos
Variable
Tratamiento
Trich + JJ6 15d.
JJ6 + Trich. 15d.
No. G/esp.
RG, kg/ha
(dato extrapolado)
Peso de mil semillas
(g)
Dato transformado √x
Dato original
380,0c
21,50d
5,83b
34
c
cd
b
35
a
404,0
23,33
5,88
JJ6 + Trich.
815,3
31,33
7,07
50
Trich.
427,0c
25,67c
6,72a
45
a
b
a
a
ab
JJ6
815,3
30,33
6,91
48
CA
376,3c
24,50cd
4,81c
23
b
a
ab
42
TF
ES±
558,0
3,38843
34,00
1,03126
6,5
0,28566
a, b, c, d: valores con superíndices no comunes diieren a p < 0,05.
inferiores al que se alcanzó con la combinación del
hongo con Bradyrhizobium. Harman et al. (2004)
plantearon que la producción de ácidos orgánicos
por parte de Trichoderma favorece la solubilización
de los fosfatos, los micronutrientes y los cationes minerales, como el hierro, el manganeso y el magnesio.
En cuanto al peso seco de la raíz (tabla 2), los tratamientos JJ6 + Trich. (11,0 g) y JJ6 (10,2 g) igualaron
estadísticamente al testigo fertilizado, mientras que
JJ6 + Trich. superó al control absoluto, a Trichoderma, a JJ6 + Trich. 15d. y a Trich + JJ6 15d. La aplicación simple de Trichoderma produjo el menor valor
(7,47 g), con superíndices iguales al control absoluto.
Es evidente que la combinación de la cepa de
Bradyrhizobium con la de Trichoderma no generó
antagonismo entre estos dos microorganismos, ya
que el tratamiento donde se combinaron, así como
la aplicación simple de Bradyrhizobium sp., ejercieron un efecto positivo en el desarrollo radical.
Es posible que Trichoderma, al utilizar sus mecanismos de degradación celulolítica en las raíces del
hospedero (Haram et al., 1996), haya permitido la
entrada a las bacterias que se inocularon conjuntamente. En relación con este tema, Yanni et al.
(2001), Perrine et al. (2004) y Saritha Kumari et al.
(2009) sostienen que las moléculas promotoras del
crecimiento, como el ácido indolacético, las giberelinas y las citoquininas producidas por los rizobios
presentes, ya sea en la rizosfera o en los tejidos de
las plantas, estimulan el mayor desarrollo radical e
incrementan la capacidad de absorción de nutrientes en beneicio de la planta.
En la longitud del tallo (tabla 2) se halló superioridad estadística de JJ6 (59,00 cm) con respecto
al control absoluto, a Trich + JJ6 15d., a JJ6 + Trich.
15d. y a Trichoderma; aunque el primero no diirió
de JJ6 + Trich. (55,16 cm) ni del testigo fertilizado.
En esta variable, al igual que en la anterior, la inoculación simple de Bradyrhizobium, así como la inoculación combinada de la bacteria con Trichoderma en
el momento de la siembra, tuvo un efecto superior al
del control absoluto, al de otros tratamientos fraccionados que se aplicaron, y al de la inoculación
simple de Trichoderma.
En sentido general, se demostró que las tres
variables estudiadas aumentaron sus valores al someterse a los tratamientos de aplicación simple de
Bradyrhizobium y su combinación con Trichoderma,
por lo que la producción de itohormonas por parte
del rizobio incidió en el sistema radical, y también
a través de este pudo inluir positivamente en las
variables de desarrollo de la parte aérea, como el
peso seco y la longitud del tallo. Yanni et al. (2001)
y Rosenblueth y Martínez-Romero (2006) consideraron que los rizobios y otros microorganismos
pueden penetrar las raíces de las especies no leguminosas a través de las grietas, o por los puntos de
aparición lateral de la raíz, y establecerse en el xilema y en los espacios intercelulares de las plantas;
por lo que el radio de acción de los metabolitos emitidos por las bacterias puede llegar lejos del sistema
radical.
De todas las variables que se evaluaron en este
experimento, el rendimiento de grano, el peso de
mil semillas y el número de granos por espiga mostraron el resultado inal de todos los procesos que
ocurren en la planta, y en general, en el sistema suelo-microorganismo-planta.
24
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 19-26, 2016 / Carlos J. Bécquer-Granados
En cuanto al rendimiento de grano (tabla 3),
los tratamientos JJ6 + Trich. (815,3 kg/ha) y JJ6
(815,3 kg/ha) fueron estadísticamente superiores al
resto, e incluso al testigo fertilizado.
Saleem et al. (2007) y Van Loon (2007) informaron que muchas rizobacterias contienen la
enzima 1-aminociclopropano-1-ácido carboxílico
(ACC) diaminasa, la cual escinde al precursor del
ACC, el etileno, en α-cetobutirato y amonio, y reduce
los niveles de etileno en las plantas sometidas a estrés.
Esto permite que el sistema radical pueda desarrollarse sin la inhibición propia de dicho compuesto, lo
cual propicia una mayor absorción de nutrientes por la
planta y una mayor producción de granos.
La inoculación del cultivo no propició un alto
rendimiento de grano (entre 380,0 y 815,0 kg/ha),
pero resultó interesante que el tratamiento con aplicación de 300 kg de N/ha no superara a JJ6 + Trich.
ni a JJ6. Ello indica que estos ejercieron un efecto
positivo en la planta a pesar del estrés por sequía,
y que constituyen una mejor opción que la aplicación de fertilizante químico en estas condiciones.
Por otra parte, el rendimiento del testigo fertilizado
fue inferior al obtenido por Baset Mia y Shamsuddin (2010) y Bécquer et al. (2012b) en condiciones
climáticas más favorables.
En el peso de mil semillas (tabla 3), JJ6 + Trich.
(31,33 g) presentó superíndices comunes con el testigo fertilizado y fue superior al resto de los tratamientos, con excepción de JJ6. En esta variable,
el tratamiento simple con Bradyrhizobium resultó
signiicativamente menor al testigo fertilizado,
pero superior al control absoluto y a uno de los tratamientos de inoculación fraccionada. Ello mostró
que la calidad del grano también fue inluida por la
acción de estas variantes de biofertilización, a través de los mecanismos de absorción de nutrientes
y la acción estimuladora sobre la raíz, por parte de
las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (Saritha Kumari et al., 2009); así como a través
de la presencia de bacterias rizosféricas en diferentes partes de la planta, con su consiguiente efecto
positivo en esta (Yanni et al., 2001; Rosenblueth y
Martínez-Romero, 2006).
En el número de granos por espiga (tabla 3)
hubo tres tratamientos que no diirieron del testigo
fertilizado: JJ6 + Trich. (7,07 g), Trichoderma (6,72 g)
y JJ6 (6,91 g), y que resultaron ser estadísticamente
superiores al control absoluto, a Trich + JJ6 15d. y a
JJ6 + Trich. 15d. Al igual que en el peso seco aéreo,
se observó el efecto positivo de Trichoderma en esta
variable.
Avis et al. (2008) y Shoresh et al. (2010) reportaron las propiedades biofertilizantes de Trichoderma,
basado en el incremento de la absorción de minerales
y su solubilización, así como en la producción de
sustancias estimuladoras del crecimiento vegetal.
Estos últimos autores aseguran que la referida capacidad de Trichoderma y de otros microorganismos biocontroladores es una consecuencia de sus
habilidades de reprogramar la expresión genética
de las plantas, probablemente a través de la activación de un limitado número de vías metabólicas.
Mogle y Mane (2010) aseguraron que en semillas
de tomate tratadas con una mezcla de Trichoderma y Rhizobium se redujo la incidencia de hongos
patógenos y se incrementó la germinación. La cepa
de Trichoderma que se inoculó en este experimento fue utilizada previamente en Vigna luteola, y su
combinación con una cepa de Bradyrhizobium sp.
también mostró un efecto positivo (Bécquer et al.,
2004).
El hecho de que la aplicación simple de Trichoderma haya tenido un efecto positivo en el peso seco
aéreo y el número de granos por espiga conirma
en cierto grado las propiedades estimuladoras del
crecimiento vegetal de este hongo, las que pudieran
utilizarse en la práctica agrícola, previa comprobación en futuros experimentos con otros cultivos y
en diferentes ambientes edafoclimáticos.
Se concluye que la aplicación de Bradyrhizobium
de forma simple, o en combinación con Trichoderma, ejerció mejor efecto en las plantas que la aplicación de fertilizante químico. Se observó, además,
que el desarrollo de la parte aérea y el rendimiento de
grano no estuvieron vinculados con la aplicación de
nitrógeno mineral, sino con la inoculación.
Se recomienda realizar experimentos similares
en diferentes tipos de suelo en condiciones de estrés
por sequía, en la provincia Sancti Spíritus.
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Recibido el 21 de enero de 2015
Aceptado el 20 de octubre de 2015
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 27-32, 2016 / Azospirillum lipoferum en Megathyrsus maximus
27
Artículo Científico
Inluencia de la aplicación de Azospirillum lipoferum
en Megathyrsus maximus vc. guinea tobiatá
en un suelo Pardo Grisáceo
The inluence of application of Azospirillum lipoferum
in Megathyrsus maximus vc. guinea tobiatá in Pardo Grisáceo soil
Lázaro J. Ojeda-Quintana1, Layda Toledo-Vázquez2, Consuelo Hernández-Rodríguez2,
Yoandy Machado-Díaz2 y Eduardo Furrazola-Gómez3
1
CUM Cumanayagua, Universidad de Cienfuegos, Calle Los Filtros No. 18, Cumanayagua, Cienfuegos, Cuba
2
Estación Experimental de Suelos y Fertilizantes Escambray, Barajagua, Cumanayagua, Cienfuegos, Cuba
3
Instituto de Ecología y Sistemática. CITMA, La Habana, Cuba
Correo electrónico: ljojeda@ucf.edu.cu
RESUMEN: Durante dos años se realizó un estudio en la Estación Experimental de Suelos y Fertilizantes
Escambray (ubicada en la provincia de Cienfuegos, Cuba), con el in de evaluar el efecto de la
aplicación de diferentes dosis de Azospirillum lipoferum en Megathyrsus maximus vc. guinea
tobiatá. Para ello se empleó un diseño de bloques al azar, con siete tratamientos y tres réplicas.
Los tratamientos fueron: dosis de aplicación del biofertilizante (L ha-1): 25, 50, 75, 100 y 125;
un testigo con NPK en la siembra (45 kg ha-1 de nitrógeno en cortes alternos); y un control
absoluto. Las parcelas medían 16 m 2, con un área evaluable de 9 m 2. La cepa de A. lipoferum
utilizada fue INICA-8, con una concentración promedio de 108 ufc g-1 de semilla. Se realizaron
cuatro cortes por año, con una frecuencia de 90 días, a una altura sobre el suelo de 25 cm, y en
cada corte se evaluó el rendimiento de materia seca. La aplicación de A. lipoferum tuvo una
inluencia favorable en el establecimiento del pasto; el rendimiento acumulado fue de 27,91;
28.34; 30,17; 30,23 y 31,92 t de MS ha-1 para 25, 50, 75, l00 y 125 L ha-1, respectivamente, con
diferencia signiicativa del control. El mayor rendimiento de MS se encontró en el testigo
fertilizado (54,45 t de MS ha-1), que diirió signiicativamente del resto de los tratamientos. Se
concluye que este biopreparado puede ser una alternativa a la fertilización mineral.
Palabras clave: abonos orgánicos, bacteria ijadora del nitrógeno, rendimiento.
AbSTRACT: A study was conducted during two years at the Soils and Fertilizers Research Station Escambray
(located in the Cienfuegos province, Cuba), in order to evaluate the effect of the application of
different doses of Azospirillum lipoferum in Megathyrsus maximus cv. guinea tobiatá. For such
purpose a randomized block design was used, with seven treatments and three replications.
The treatments were: doses of application of the biofertilizer (L ha-1): 25, 50, 75, 100 and 125;
a control with NPK at planting (45 kg ha-1 of nitrogen in alternate cuttings); and an absolute
control. The plots measured 16 m2, with an evaluable area of 9 m2. The A. lipoferum strain
used was INICA-8, with an average concentration of 108 cfu g-1 of seed. Four cuttings per year
were made, with a frequency of 90 days, at a height above the soil of 25 cm, and in each cutting
the dry matter yield was evaluated. The application of A. lipoferum had a favorable inluence
on the pasture establishment; the accumulated yield was 27,91; 28.34; 30,17; 30,23 and 31,92
t DM ha-1 for 25, 50, 75, l00 and 125 L ha-1, respectively, with signiicant difference from the
control. The highest DM yield was found in the fertilized control (54,45 t DM ha-1), which
differed signiicantly from the other treatments. It is concluded that this biopreparation can be
an alternative to mineral fertilization.
Keywords: organic fertilizers, nitrogen ixing bacteria, yield.
28
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 27-32, 2016 / Lázaro J. Ojeda-Quintana
INTRODUCCIóN
La agricultura, a nivel mundial, constituye una
actividad fundamental para la subsistencia de la población humana. Diversos factores han conducido a
un proceso de deterioro de sus escasos recursos y
a una creciente diicultad para renovarlos. El suelo como base de los recursos y de la producción se
encuentra enmarcado en un ambiente complejo, heterogéneo y frágil, que evidencia una alta susceptibilidad a la erosión y una baja fertilidad natural,
con efectos sobre la producción de los cultivos, la
productividad del trabajo y la factibilidad del establecimiento de sistemas productivos sustentables.
La recuperación y mantenimiento de la fertilidad
de los suelos sobre una base sostenible constituye
un factor de gran importancia en el desarrollo de la
producción agropecuaria mundial (Rueda-Puente
et al., 2015).
El objetivo de las estrategias de manejo de los
nutrientes es lograr en los cultivos la producción requerida, de una manera eiciente, económica y sustentable. A nivel mundial existe consenso acerca de
que la agricultura basada en la dependencia exclusiva de insumos químicos no es sustentable a largo
plazo, y que solo involucrando la combinación de
fertilizantes orgánicos, abonos verdes y biofertilizantes será posible lograr una producción sostenible
de alimentos, mantener la biodiversidad del suelo y
evitar la contaminación del ambiente (Aguirre-Medina et al., 2010).
Los biofertilizantes se consideran una alternativa para sustituir parcial o totalmente los fertilizantes minerales, y el empleo de bacterias que
interaccionan con las plantas resulta una opción
viable en muchos países. En la actualidad se busca
el desarrollo de biofertilizantes con el uso de bacterias promotoras del crecimiento vegetal, en particular del género Azospirillum, el cual ija nitrógeno y
produce itohormonas (Ferlini, 2008).
La primera especie del género Azospirillum fue
aislada por Beijerinck en 1925, en Holanda, a partir
de suelos pobres en nitrógeno, y se llamó originalmente Spirillum lipoferum. Desde entonces, se han
aislado cepas de este género a partir de numerosas
especies de pastos silvestres y cultivados, de cereales y de leguminosas en climas tropicales y subtropicales, según informaron Rueda-Puente et al.
(2015). Esta bacteria ha progresado en los campos,
dando lugar a una aplicación cada vez mayor y exitosa en varias regiones del mundo, especialmente
en América del Sur y Centroamérica (Hartmann y
Bashan, 2009).
En este estudio se evaluó la aplicación de diferentes
dosis de Azospirillum lipoferum en Megathyrsus
maximus vc. guinea tobiatá, en condiciones de campo, como una opción para mejorar el rendimiento
de materia seca de esta especie de pasto.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó durante dos años, en un
suelo Pardo Grisáceo (Hernández et al., 1999), en parcelas de 16 m2 sembradas con M. maximus vc. guinea
tobiatá. Los principales indicadores de la fertilidad del
suelo mostraron los siguientes valores: pH (KCl): 5,4
por el método potenciométrico (Oicina Nacional de
Normalización, 1999c); P2O5: 4,71 mg/100 g de suelo
por el método colorimétrico de Oniani (Oicina Nacional
de Normalización, 1999b); K2O: 13,1 mg/100 g de suelo,
por fotometría de llama según el método colorimétrico de Oniani (Oicina Nacional de Normalización,
1999b); materia orgánica: 1,24 % según el método
Walkley-Black (Oicina Nacional de Normalización,
1999)a; y nitrógeno total: 0,185 %.
Se empleó un diseño de bloques al azar con siete
tratamientos y tres réplicas. Los tratamientos evaluados fueron: dosis de aplicación del biofertilizante
(L ha-1): 25, 50, 75, 100 y 125; un testigo con NPK
en la siembra (45 kg ha-1 de nitrógeno en cortes alternos); y un control absoluto.
La cepa de A. lipoferum utilizada fue la INICA-8,
con una población de 107 ufc g-1 de semilla.
En la siembra se empleó semilla botánica, con
96 % de germinación. El biofertilizante se aplicó
sobre la semilla en el momento de la siembra,
después del corte de establecimiento (corte cero), y
posteriormente en cortes alternos. Se hicieron cuatro cortes por año, con una frecuencia de 90 días, a
una altura de 25 cm sobre el suelo. Se aplicó NPK
después de la siembra, a razón de 45 kg de N ha-1, 40 kg
de P2O5 ha-1 y 120 kg de K 2O ha-1; posteriormente
se aplicó N en similar dosis, en cortes alternos. Los
portadores químicos empleados fueron nitrato de
amonio, superfosfato simple y cloruro de potasio.
Se midió, en cada corte, el rendimiento de masa
seca (t ha-1). Los resultados se analizaron mediante
un ANOVA, y cuando F resultó signiicativamente
diferente las medias se compararon según la prueba
de rango múltiple de Duncan (1955).
RESULTADOS Y DISCUSIóN
La inluencia de la aplicación de Azospirillum
en el establecimiento del pasto se muestra en la igura 1. El rendimiento de materia seca en relación con
el control absoluto resultó estadísticamente superior
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 27-32, 2016 / Azospirillum lipoferum en Megathyrsus maximus
en los tratamientos inoculados con el biopreparado,
con incrementos crecientes de acuerdo con el aumento de las dosis empleadas (13,7; 21,8; 35,7; 35,2
y 44,0 %, respectivamente). El mayor contenido de
materia seca se obtuvo con la aplicación inicial de
NPK, que diirió de todos los tratamientos. Esta
respuesta en el establecimiento no necesariamente
se le puede atribuir al biopreparado, sino al proceso
de adaptación del Azospirillum en el suelo, por lo
que debe tenerse en cuenta el efecto sinérgico de
las relaciones isiológicas que se maniiestan en el
propio pasto, el organismo inoculado y la fenología
de la planta. Hubo evidencias de una germinación
más precoz en todos los tratamientos inoculados en
relación con el testigo.
La capacidad de Azospirillum para colonizar la
rizosfera puede depender de algunas propiedades
de la bacteria, como la quimiotaxis hacia los exudados de la raíz, un metabolismo versátil que incluye
la ijación de nitrógeno, el antagonismo y la competencia con los microorganismos. En tal sentido, resulta importante su habilidad para unir las raíces de
las plantas y las partículas del suelo, lo que sugiere
que la unión de Azospirillum a las raíces involucra
dos fases distintas: adsorción y anclaje (De-Bashan
et al., 2010).
Las especies A. lipoferum y Azospirillum brasilense se caracterizan por su motilidad y respuesta
a factores quimiotáxicos, y por permanecer durante un largo período en la rizosfera de los cultivos. Estas características les conieren facilidad
para competir con la microlora nativa; por ello
se pueden encontrar en un gran número de suelos
tropicales, incluso en tundras y sitios semidesérticos (Díaz-Franco y Ortegón-Morales, 2006; García-Olivares et al., 2012). Estos criterios deben ser
29
tomados en cuenta para considerar la estabilidad
del microorganismo en el suelo y su inluencia en el
establecimiento de M. maximus vc. guinea tobiatá.
La mayoría de las investigaciones dirigidas a
mejorar la respuesta vegetal se han basado en el
uso de bacterias nativas ijadoras de nitrógeno en
cereales y forrajes, y recientemente se han incluido otras plantas, así como el empleo de productos
biológicos comerciales. En ciertas circunstancias,
la cantidad de nitrógeno ijado por estos microorganismos puede ser signiicativa, pero no explica
por sí misma el incremento del crecimiento de las
plantas. En numerosos ensayos se ha comprobado
que Azospirillum produce un incremento radicular altamente signiicativo en la etapa inicial de las
plantas en cultivo (Ramírez-Elias et al., 2014), y
ello puede inluir en una mejor respuesta en la fase
de establecimiento del pasto, como lo corroboran
los resultados expuestos con anterioridad.
Varios autores se reieren a la importancia del
período posterior a la inoculación para la sobrevivencia de los microorganismos en el suelo, donde
un gran número de poblaciones microbianas interactúan con los diversos sustratos y raíces de las
plantas. Reportes de investigaciones indican que
solamente aquellos organismos capaces de trasladarse de las semillas a las raíces e incrementar su
biomasa en la rizosfera pueden ser considerados
colonizadores competitivos de las raíces (DeBashan et al., 2007).
Con el objetivo de encontrar esta bacteria «ideal»,
se consideró importante estudiar diferentes asociaciones entre bacterias beneiciosas y tipos de plantas. Azospirillum mostró los mejores resultados y,
por ello, puede servir como modelo para todas las
bacterias asociativas y otros grupos bacterianos,
30
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 27-32, 2016 / Lázaro J. Ojeda-Quintana
tales como cianobacterias, bacterias solubilizadoras de fosfato y bacterias sulfoxidantes (Trejo
et al., 2012). Los consorcios de microorganismos
aparentemente funcionan mejor cuando se incluyen
bacterias solubilizadoras de fosfatos, Azotobacter,
rizobios, bacilos y hongos micorrízico-arbusculares
(MA). Esto se explica por los efectos sinérgicos de
cada uno de ellos en el aumento de la disponibilidad de nutrientes y la inactivación de compuestos
inhibitorios, actividades que coadyuvan a un mejor
crecimiento de las plantas.
El rendimiento de MS acumulada se presenta
en la tabla 1.
Fue evidente la respuesta del biofertilizante
en relación con el testigo absoluto en los períodos
evaluados y en el acumulado; en este último, el incremento del rendimiento de materia seca fue de
42,4; 44,6; 54,0; 54,3 y 62,9 % para 25, 50, 75, l00
y 125 L ha-1, respectivamente, sin diferencias estadísticas entre las dosis. Una valoración económica
preliminar presupone la factibilidad de emplear A.
lipoferum como alternativa de biofertilización ante
la carencia de fertilizantes minerales que sufren los
pastos. Teniendo en cuenta el aumento signiicativo
del rendimiento de materia seca respecto al control
absoluto y el costo creciente de los fertilizantes minerales sintéticos, se puede evaluar la coinoculación
de Azospirillum con otros biofertilizantes, como
las micorrizas y los microorganismos eicientes, y
también la aplicación de dosis bajas de fertilizantes
minerales para tratar de aumentar el contenido de
materia seca.
Los resultados coinciden con lo hallado por
Cuesta-Muñoz et al. (2005) en la región del Caribe
seco colombiano, en un suelo con pH cercano a la
neutralidad y bajo contenido de materia orgánica,
donde M. maximus alcanzó una alta productividad
de materia seca (alrededor de 12 a 18 t ha-1) debido
a la ijación biológica del nitrógeno y al efecto de
las itohormonas, cuando se inocularon cepas de
Azospirillum para suplir las fuentes de nitrógeno
de origen sintético. En otros cultivos, como el trigo,
el sorgo y el maíz (Díaz-zorita y Fernández-Canigia,
2009), la inoculación de semillas con Azospirillum
mostró un efecto positivo en la longitud de la espiga
(7-30 %) y en la producción de espiguillas fértiles
(12-25 %).
Huerta et al. (2008) señalaron que dentro de
los biofertilizantes se agrupan aquellos que tienen
como base microorganismos que viven normalmente en el suelo en poblaciones bajas, y que, al aumentarse por medio de la inoculación artiicial, son
capaces de poner a disposición de las plantas una
cantidad importante de elementos nutritivos mediante su actividad biológica; por ello, el determinar la presencia de Azospirillum en el tipo de suelo
donde se realizó la investigación podría corroborar
lo planteado por estos autores.
La respuesta favorable de M. maximus vc. guinea
tobiatá a la inoculación se alcanzó en un suelo con
pH de 5,4 (medianamente ácido), lo que no se corresponde con lo informado por Sánchez (citado por
(Rivera-Botía, 2008), quien planteó que el género
Azospirillum presenta un crecimiento óptimo en
rango de pH de 6,5-7,0, y señaló además que para A.
brasilense dicho rango es de 6,0-7,8; A. lipoferum,
5,7-6,8; Azospirillum amazonense, 5,7-6,5; Azospirillum halopraeferens, 6,0-8,0; y Azospirillum doebereinerae, 6,0-7,0, lo que signiica que a pesar de
estar fuera del rango recomendado, Azospirillum
Tabla 1. Efecto de la aplicación del Azospirillum en el rendimiento de materia seca.
Tratamiento
Período poco lluvioso
MS (t ha-1)
25 L ha
-1
50 L ha-1
6,32
c
7,21bc
Incremento (%)
Período lluvioso
MS (t ha-1) Incremento (%)
40,1
bc
21,59
59,8
21,13bc
Acumulado
MS (t ha-1)
Incremento (%)
43,1
b
27,91
42,4
40,1
28.34b
44,6
75 L ha-1
7,18bc
59,2
22,99bc
52,4
30,17b
54,0
100 L ha-1
7,31bc
62,0
22,92bc
52,8
30,23b
54,3
125 L ha-1
7,51bc
66,5
24,41b
61,8
31,92b
62,9
Control absoluto
Testigo fertilizado
(NPK)
ES ±
d
-
15,08
c
4,51
-
19,59
c
-
11,63ª
-
42,82ª
-
54,45ª
-
0,3817**
-
1,9118**
-
1,9901**
-
Valores con superíndices no comunes diieren a p < 0,05 (Duncan, 1955)
** p < 0,01
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 27-32, 2016 / Azospirillum lipoferum en Megathyrsus maximus
encontró condiciones para su establecimiento que
le permitieron inluir favorablemente en el pasto
inoculado.
Los estudios de más de veinte años indican que
las bacterias del género Azospirillum tienen una especial ainidad por las raíces de las gramíneas (Brasil et al., 2005), como es el caso de los pastos, que
responden con incrementos en su crecimiento y en
el rendimiento cuando son inoculados con Azospirillum spp. La secreción de sustancias promotoras
del crecimiento de las plantas (tales como auxinas,
giberelinas y citoquininas) por Azospirillum parece
estar involucrada parcialmente en este efecto (Reis
Junior et al.; Radwan et al.; Kuss et al., citados por
Cárdenas et al. (2010).
En la región del Caribe seco colombiano, Cárdenas (2007) aisló cepas de Azospirillum con el in
de evaluar su efecto en semillas de M. maximus cv.
Tanzania, en inoculación simple y en coinoculación
con una cepa fosfatosolubilizadora de Enterobacter
agglomerans (UV1), aislada de suelos algodoneros
del Cesar. Esta inoculación aumentó hasta 20 % la
proteína cruda y 45 % la materia seca, respecto a
plantas fertilizadas con fuentes nutricionales químicas en condiciones de invernadero. En la presente investigación el rendimiento de materia seca
superó el 40 %, lo que avala la respuesta favorable
de M. maximus a la inoculación con Azospirillum.
Otros autores informan que la inoculación con
A. brasilense es altamente beneiciosa en gramíneas como el maíz, la caña de azúcar, los pastos
y el sorgo, debido a que aporta de 30 a 50 % de
nitrógeno a dichos cultivos. Además de ijar nitrógeno, esta bacteria es capaz de producir hormonas
de crecimiento vegetal como ácido indolacético
(AIA), que genera un crecimiento importante del
sistema radicular, con una mayor absorción, incluso, de los propios fertilizantes minerales aplicados
(Aguilar-Piedras et al., 2008).
Los inoculantes microbianos representan una
nueva tecnología que contribuye a mejorar la productividad del sistema agropecuario a largo plazo.
Esta puede ser considerada como una tecnología
limpia, alineada con los principios de la agricultura
sustentable y opuesta al aumento abusivo de la utilización de pesticidas y fertilizantes en estos últimos
tiempos. Varios microorganismos se emplean en la
práctica agrícola habitual, y otros tienen potencialidad para ser utilizados en el futuro (Naiman et al.,
2009). Ello indica la necesidad de continuar profundizando en los mecanismos de inoculación y en las
ventajas que representan estos microorganismos en
31
la obtención de producciones más limpias y con un
costo económico menor.
Se concluye que la aplicación de A. lipoferum
inluyó favorablemente en el establecimiento de M.
maximus vc. guinea tobiatá, así como en el incremento del rendimiento acumulado de materia seca.
Asimismo, el mayor rendimiento de MS se encontró en el testigo fertilizado, que diirió signiicativamente del resto de los tratamientos. La respuesta
del rendimiento de masa seca a la inoculación respecto al control indica la posibilidad de emplear
este biopreparado como alternativa a la fertilización mineral, y se recomienda probar dosis mayores
en estudios posteriores.
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Recibido el 19 de diciembre de 2014
Aceptado el 1 de diciembre de 2015
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Canavalia ensiformis inoculada con HMA
33
Artículo Científico
Intercalamiento de Canavalia ensiformis (L.) inoculada
con hongos micorrízicos arbusculares para la producción
de forraje de Morus alba (L.)
Intercropping of Canavalia ensiformis (L.) inoculated
with arbuscular mycorrhizal fungi for the production
of Morus alba (L.) forage
Gertrudis Pentón-Fernández1, Ramón Rivera-Espinosa2, Giraldo J. Martín-Martín1,
Katerine Oropesa-Casanova1, Francisco Soto-Carreño2 y Juan Adriano Cabrera-Rodríguez2
1
Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey,
Universidad de Matanzas, Ministerio de Educación Superior
Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
2
Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, Mayabeque, Cuba
Correo electrónico: gertrudis@ihatuey.cu; tulypenton@gmail.com
RESUMEN: En un suelo Ferralítico Rojo lixiviado, en condiciones de secano, se determinó el efecto del
intercalamiento de Canavalia ensiformis (L.) inoculada con HMA, complementada con fertilizante mineral, en la producción de forraje de morera y en el estado nutricional de las plantas. Los
tratamientos se formaron por la combinación del intercalamiento de C. ensiformis (canavalia)
inoculada con HMA (con CeHMA) o no (sin CeHMA) y las dosis de fertilizante mineral (F0: sin
fertilizante; F1: 100-50-50 kg ha-1 de N, P2O5 y K 2O en cada época; F2: 200-100-100 kg ha-1 de
N, P2O5 y K 2O en cada época). Se empleó un diseño de bloques al azar con arreglo factorial. Los
mayores rendimientos se alcanzaron con CeHMA, complementada con F1 (12,15 y 16,65 t ha-1
para los años 1 y 2 respectivamente), sin diferencias de F2 sin canavalia en tres de las cuatro épocas evaluadas. En la época de lluvia se produjo el 76 % del rendimiento total del año. Existió una
relación alta y signiicativa entre el rendimiento estacional y el acumulado de lluvia caída, con
coeiciente de determinación de 0,97. La morera con CeHMA, complementada con fertilizante,
logró mantener rendimientos estables entre los cortes en cada época evaluada. El rendimiento en
la época lluviosa varió en función de la concentración de N en las hojas, que alcanzó 32,6 g kg-1
de MS. Se concluye que el intercalamiento de canavalia inoculada con HMA, complementada
con el tratamiento F1, produjo un mayor rendimiento de biomasa comestible de morera y un
mejor estado nutricional de las plantas en términos de concentración de N en las hojas.
Palabras clave: biomasa, estado nutricional, rendimiento.
AbSTRACT: On a lixiviated, non-irrigated Ferralitic Red soil, the effect of intercropping Canavalia ensiformis
(L.), inoculated with AMF, complemented with mineral fertilizer, on the production of mulberry
forage and the nutritional status of the plants was determined. The treatments were formed by
the combination of intercropping C. ensiformis (common jack bean) inoculated with AMF (with
CeAMF) or not (without CeAMF), and the doses of mineral fertilizer (F0: without fertilizer; F1:
100-50-50 kg ha-1 of N, P2O5 and K2O in each season; F2: 200-100-100 kg ha-1 of N, P2O5 and
K2O in each season). A randomized block design with factorial arrangement was used. The highest
yields were reached with CeAMF, complemented with F1 (12,15 and 16,65 t ha-1 for years 1 and
2, respectively), without differences from F2 without C. ensiformis in three of the four evaluated
seasons. In the rainy season 76 % of the total yield of the year was produced. There was a high
and signiicant relation between the seasonal yield and the accumulated amount of rainfall with
determination coeficient of 0,97. The mulberry with CeAMF, complemented with fertilizer, could
maintain stable yields between cuttings in each evaluated season. The yield in the rainy season
varied depending on the concentration of N in the leaves, which reached 32,6 g kg-1 DM. It is
concluded that the intercropping of jack bean inoculated with AMF, complemented with treatment
F1, produced a higher yield of edible biomass of mulberry and a better nutritional status of the plants
in terms of N concentration in the leaves.
Keywords: biomass, nutritional status, yield.
34
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Gertrudis Pentón-Fernández
INTRODUCCIóN
La morera (Morus alba, L.) es una especie que
se destaca por sus elevados rendimientos de forraje
destinado a la alimentación de rumiantes y monogástricos, y por su alta aceptabilidad, digestibilidad, valor nutricional y perennidad frente al corte;
también puede ser empleada como forraje verde y
conservada en forma de ensilaje o harina (Martín
et al., 2007).
Según la literatura procedente de América
Latina, el rendimiento de masa seca comestible de
esta planta puede llegar a 30-40 t ha-1 por año cuando ocurren altas precipitaciones con distribución
uniforme, en suelos de elevada fertilidad o con un
manejo adecuado de la nutrición vegetal (Almeida y
Fonseca, 2002; Dingle et al., 2005; Sanginés et al.,
2006).
En Cuba este cultivo se encuentra en fase de
extensión y se obtienen rendimientos en secano que
varían entre 8 y 12 t ha-1 año-1 de biomasa seca comestible (Martín et al., 2007). El cultivar Tigreada
se destaca por su adaptación a las condiciones de
escasas precipitaciones.
La morera se caracteriza por sus elevados
requerimientos de nutrientes, fundamentalmente
de N, y su concentración en las hojas puede alcanzar 40 g kg-1 de MS (Liu et al., 2002; Martín,
2004). Con el in de obtener mayores rendimientos de forraje con concentraciones adecuadas de
nitrógeno se utilizan, por lo general, altas cantidades de fertilizante nitrogenado, que en dependencia de las condiciones edafoclimáticas varían
entre 260 kg ha-1 y 400 kg ha-1 de N por año (Rodríguez et al., 1994; Cifuentes y Kee Wook, 1998;
Benavides, 1999).
Las altas dosis de fertilizantes implican elevados costos de producción (Elizondo, 2007), por lo
que, en función de reducir dichos insumos, resulta
importante evaluar prácticas de manejo de la nutrición que hayan resultado efectivas en otros cultivos, tales como el uso de abonos verdes (CIDICCO,
2004) y de inoculantes micorrízicos (González,
2014).
Los abonos verdes, particularmente los del grupo
de las leguminosas, presentan beneicios asociados
no solo al aporte de N vía ijación biológica, sino
también al reciclaje de nutrientes, el incremento de la
actividad biológica del suelo, la cobertura del suelo, el
mantenimiento de la humedad y el control de arvenses
(Ramos et al., 2001; Elfstrand et al., 2007), los cuales
constituyen aspectos favorables para el cultivo de
la morera.
Por otra parte, en los últimos años se han incrementado los resultados acerca del efecto positivo
de los inoculantes micorrízicos arbusculares al
ser aplicados a los cultivos, ya que se establece
una simbiosis micorrízica efectiva que hace que
aumente la toma de nutrientes, garantiza altos
rendimientos y produce disminución en las necesidades de fertilizantes (Rivera et al., 2007;
González, 2014). Si bien la morera es un cultivo
micótrofo, son escasos los estudios acerca de la
importancia de su inoculación con HMA y, en lo
fundamental, estos se localizan en la India (Ram
Rao et al., 2007).
En Cuba y en la región de Centroamérica son
insuicientes las experiencias con morera manejada
con inoculantes micorrízicos y canavalia intercalada; por lo que el objetivo de la investigación fue
determinar el efecto de esta práctica de manejo,
complementada con fertilización mineral, en la producción de forraje de morera en función de la época
del año, y su relación con la concentración de N en
las hojas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación geográica. El experimento se
realizó en áreas de la Estación Experimental Indio
Hatuey, ubicada entre los 22°, 48ꞌ y 7ꞌꞌ de latitud
norte, y los 81° y 2ꞌ de longitud oeste, a 19,01 msnm;
en el municipio de Perico, provincia de Matanzas,
Cuba.
Características edafoclimáticas. El suelo se corresponde con el tipo genético Ferralítico
Rojo lixiviado, según Hernández et al. (2015), y con
el tipo Nitisol Ferralítico Ródico, Líxico, Eutrico,
según FAO (2014). La topografía es llana, con pendiente de 0,5 a 1,0 %, y la profundidad hasta la roca
caliza es de 1,50 m.
Los valores de pH y las concentraciones de Ca
y Mg intercambiables (tabla 1) fueron típicos de estos suelos, que presentaron además valores bajos de
K intercambiable. La concentración de P disponible
fue baja y la de materia orgánica (MO) puede considerarse alta para el agrupamiento de los suelos Ferralíticos, e indica que es un suelo poco degradado
(Hernández et al., 2014).´
La duración del estudio fue de dos años, y
este se realizó en una plantación de morera cv.
Tigreada con cuatro años de establecida. El área
experimental se caracterizó por un régimen de
precipitación que varió más entre años y épocas,
comparado con la temperatura media del aire
(tabla 2).
35
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Canavalia ensiformis inoculada con HMA
Tabla 1. Indicadores químicos del suelo.
pH
(H2O)
MO
(%)
(mg kg )
Valor medio
6,14
4,17
7,90
0,09
±z1 ES x
0,20
1,13
5,04
0,01
Valor
Indicador
P
K
-1
Na
Ca
Mg
0,14
11,10
3,90
0,02
0,20
0,57
-1
(cmol kg )
±z1 ES x: límite de conianza para α = 0,05
Para los análisis se emplearon los siguientes métodos: pH en H 2O: potenciometría, relación suelo-agua: 1:2,5; MO: Walkley
y Black; cationes intercambiables: extracción con NH4Ac 1 mol L -1 a pH 7 y determinación por complejometría (Ca y Mg) y
fotometría de llama (Na y K); P: Oniani (extracción con H 2SO4 0,1 N, y determinación por espectrometría UV-visible).
Tabla 2. Comportamiento de algunas variables climatológicas.
1er. año
época
2do. año
Precipitación
(mm)
Temperatura
(°C)
Precipitación
(mm)
Temperatura
(°C)
época lluviosa (mayo-octubre)
932,8
26,1
1 129,2
26,3
época poco lluviosa (noviembre-abril)
156,3
21,2
322,7
20,5
1 089,1
23,6
1 451,9
23,4
Año
Descripción de los experimentos
El tamaño del área fue de 1 000 m 2; el marco
de plantación consistió en surcos dobles (0,50 m x
0,50 m x 1 m) y se correspondió con una densidad
de 26 666 plantas ha-1.
Las parcelas experimentales tenían una supericie de 13,5 m2 y estaban conformadas por 36 plantas,
de las cuales se consideraron 12 en el área de cálculo,
con una edad homogénea. El corte se efectuó cada 90
días, a una altura de 30 cm.
Diseño y tratamientos. Se empleó un diseño
de bloques al azar con arreglo factorial y cuatro réplicas. Los tratamientos fueron:
• Factor 1: intercalamiento (A): sin canavalia intercalada e inoculada con HMA (sin CeHMA);
canavalia intercalada e inoculada con HMA (con
CeHMA).
• Factor 2: dosis de fertilización mineral (B): F0:
dosis 0 de fertilización mineral; F1: 100, 50, 50
kg ha-1 de N, P2O5 y K 2O por época; F2: 200, 100,
100 kg ha-1 de N, P2O5 y K 2O por época.
Procedimiento. La canavalia se sembró de
forma manual, en los meses de mayo y noviembre de
cada año, con un marco de siembra de 0,75 x 0,54 m
y una localización con respecto al surco de morera
de 0,25 m. Las semillas fueron inoculadas previamente con una cepa de Glomus cubense, mediante
el método establecido por Rivera et al. (2006), con
0,15 g de inoculante por semilla en cada época del
año. El inoculante micorrízico consistió en esporas
y otros propágulos, y fue preparado por la tecnología
del EcoMic® (Fernández et al., 2000) en el departamento de biofertilizantes y nutrición de plantas del
Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA)
–Mayabeque, Cuba–, con un título de 25 esporas
por cada gramo de inoculante como mínimo; 60
días después de la siembra la canavalia se cortó
para forraje verde, la biomasa aérea se fraccionó
en partes iguales y se colocó en forma de arrope
alrededor de la morera, en una proporción de 1,25
plantas de canavalia por cada planta de morera.
Los fertilizantes se aplicaron en forma manual,
sobre la supericie del suelo y en la base del tallo,
a los siete días en los meses de mayo y noviembre.
Se mantuvieron las labores de limpieza manual de las plantas arvenses durante todo el período
experimental; y se asumió el criterio de no aplicar
riego, en correspondencia con la realidad de la mayoría de las explotaciones agropecuarias.
Mediciones
Rendimiento de masa seca de biomasa
comestible (t ha-1 en cada época). Se determinó mediante la suma del rendimiento de la masa
seca de las hojas y de los tallos tiernos, y se expresó
como masa seca acumulada en cada época del año
(rendimiento estacional).
Rendimiento de masa seca comestible por
corte. Se determinó mediante la suma de la masa
seca de las hojas y de los tallos tiernos en cada
corte.
36
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Gertrudis Pentón-Fernández
Concentración de N en las hojas de morera
(g kg-1 MS). En cada época se determinó la concentración de N como porcentaje de la masa seca
de las hojas, según el método analítico descrito por
Paneque et al. (2010) a partir de la digestión húmeda con H2SO4 + Se.
Análisis estadístico. Se veriicó la normalidad de la distribución de los datos en todas las
variables a través de la prueba modiicada de
Shapiro Wilk, y la homogeneidad de la varianza
utilizando la prueba de Levene. En cada corte y
época del año se efectuaron análisis de varianza
y comparación de medias mediante la prueba de
Duncan (1955). Asimismo, se realizó análisis de
muestras pareadas (Steel y Torrie, 1992) y posterior prueba de t.
Se establecieron relaciones, a través de análisis de regresión, entre el rendimiento de biomasa
comestible y las precipitaciones acumuladas en
cada época del año, y entre el rendimiento relativo
de biomasa comestible (con respecto al tratamiento
CeHMAF1) y la concentración de N en las hojas.
Para estos análisis se consideraron los criterios de
Guerra (1986).
El paquete estadístico empleado fue Infostat
2008 (Di Rienzo et al., 2008).
RESULTADOS Y DISCUSIóN
En términos de rendimiento estacional de biomasa comestible de morera, fue signiicativa la
interacción entre los factores en estudio (tabla 3).
Se encontraron altos rendimientos en la época lluviosa en los tratamientos con CeHMA en presencia
de las dosis de fertilizantes F1, sin diferencias con
F2 con y sin canavalia intercalada; ello demostró
los beneicios del intercalamiento cuando el forraje
recibe el 50 % de las dosis de fertilizantes minerales necesarios para alcanzar sus altos rendimientos.
De acuerdo con los estudios de Shankar et al.
(1999) y Martín (2004), los aportes de nutrientes
vía fertilizantes en dosis inferiores a 300 kg de N
ha-1 por año no suplen los requerimientos del cultivo de morera. No obstante, en las condiciones
de este estudio el tratamiento F1 resultó efectivo
en cada época, al ser utilizado como complemento de la CeHMA. Ello se explica, entre otras razones, por un posible funcionamiento eiciente de
los HMA. Según señalan Siqueira et al. (2010),
en presencia de un suministro de nutrientes por
debajo del óptimo se estimula el crecimiento de
las estructuras micorrízicas y aumenta la eiciencia de absorción y la extracción de nutrientes
minerales; esto último fue demostrado por Solaiman et al. (2014).
En relación con el rendimiento de biomasa en
la época poco lluviosa, en el primer año se obtuvo una respuesta signiicativa a la mayor dosis de
fertilizante mineral sin CeHMA, y en el segundo
año el mayor valor se halló en los tratamientos con
fertilización mineral.
La respuesta productiva de la morera a las dosis
de fertilizantes corroboró los resultados de Shankar
Tabla 3. Efecto del intercalamiento de canavalia en el rendimiento estacional (t ha-1) de biomasa seca comestible de
morera.
Dosis de fertilización (B)
CeHMA (A)
época lluviosa
1er. año
F0
F1
b
Sin CeHMA
5,77
Con CeHMA
5,69b
F2
F0
b
a
6,74
9,02
9,56a
9,17a
1,82
F1
d
2,39c
F2
b
F2
b
F0
a
2,65b
8,44b
13,20a 12,65a 2,97bc 3,45ab 3,45ab
0,30***
0,16*
2,50
10,43
3,51
3,90a
2,59bc
7,66
2,48
F2
a
8,46
Medias época
12,61
F1
c
7,25
0,07***
t
F1
c
2,89
0,37**
t
F0
a
época poco lluviosa
2do. año
2,64
ES (A x B) ±
Medias año
época lluviosa
2do. año
época poco lluviosa
1er. año
3,29
8,12**
7,57**
5,08
6,86
5,04*
Letras distintas indican diferencias signiicativas p ≤ 0,05 según Duncan (1955).
ES (A x B) ± indica el error estándar de la interacción entre los factores: A (intercalamiento) y B (dosis de fertilización).
*p < 0,05 **p < 0,01 ***p < 0,001. La comparación entre épocas y años se realizó mediante prueba de muestras pareadas (valores
de cada tratamiento en ambas épocas) y prueba de t correspondiente (Steel y Torrie, 1992).
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Canavalia ensiformis inoculada con HMA
et al. (1999) en un ensayo en el que se evaluaron dosis de N (300 y 400 kg ha-1 por año) y de K (120, 160
y 200 kg de K 2O), y los mayores incrementos en el
rendimiento y la composición química de las hojas
se alcanzaron con las dosis más altas.
Se apreció efecto de las precipitaciones acumuladas por época del año en el rendimiento de masa
seca comestible en los tratamientos más productivos (CeHMA complementada con F1, y F2), con
un coeiciente de determinación alto y signiicativo
(ig. 1).
Los resultados demostraron la importancia de
la lluvia para el crecimiento de la morera en condiciones de secano, y los altos coeicientes de determinación sugieren que esta es la variable fundamental que
deine que una época sea más productiva que otra, e
incluso explican la variación en el rendimiento entre los años en condiciones en las que el suministro
de nutrientes no es limitante.
El rendimiento de biomasa comestible en cada
corte en los tratamientos más productivos (ig. 2)
indicó que canavalia intercalada e inoculada con
HMA, complementada con las dosis intermedias
de fertilizantes, logró mantener rendimientos similares entre los cortes de la época lluviosa. Todo
parece indicar que la fertilización garantizó suicientes nutrientes al cultivo a corto plazo, lo que
se manifestó en el primer corte, y además debió
estimular la inoculación y funcionamiento efectivo
de HMA en la morera, con el consiguiente beneicio del rendimiento en el segundo corte.
37
La mayor concentración de N estuvo relacionada con la fertilización mineral (tabla 4), y en
tres de las cuatro épocas evaluadas hubo también inf luencia significativa de CeHMA; ello se
explica, entre otras razones, porque las plantas
inoculadas con HMA absorben más N del suelo
(Gryndler et al., 2009).
Solo existió interacción entre los factores en
estudio en la época lluviosa del primer año. Además, la concentración de N en las hojas se ubicó en
el rango óptimo reconocido para la especie (Benavides, 1996; Noda, 2005).
El efecto de la época resultó signiicativo, y fue
mayor la concentración de N en la época poco lluviosa en todos los tratamientos; ello estuvo relacionado con la mayor acumulación de N en presencia
de un menor crecimiento.
La relación entre el rendimiento de biomasa
comestible y la concentración de N en las hojas, en
la época lluviosa, se presenta en la igura 3. Las variaciones del rendimiento en función de la concentración de N fueron signiicativas, lo que indica una
suiciencia de los nutrientes en los tratamientos más
productivos, asociados a CeHMA complementada
con fertilización mineral.
En la época poco lluviosa las variaciones
del rendimiento en función de la concentración
de N no fueron signiicativas, y los coeicientes de
determinación presentaron valores de 0,38 y 0,58.
Se concluye que en las condiciones de este estudio se corroboró el alto grado de dependencia de
38
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Gertrudis Pentón-Fernández
Tabla 4. Efecto del intercalamiento de canavalia en la concentración de N en las hojas de morera (g kg-1 MS).
Dosis de fertilización (B)
CeHMA
(A)
época lluviosa
1er. año
época poco lluviosa
1er. año
época lluviosa
2do. año
época poco lluviosa
2do. año
F1
F2
F0
F1
F2
Factor
A
F0
F1
F2
Factor
A
F0
F1
F2
Factor
A
Sin
26,3c
CeHMA
29,0b
29,1b
28,8
31,7
31,8
30,8b
26,3
28,8
29,1
28,1
28,7
31,5
32,0
30,7b
Con
27,4c
CeHMA
31,9a
32,6a
30,0
35,7
34,6
33,4a
27,0
29,6
29,8
28,8
30,0
33,9
33,4
32,4a
29,4b
33,2a
32,7a
26,6b 29,2a
29,5a
29,4c 32,7a
32,7a
F0
Factor
B
ES ±
(A x B) 0,4*
(A) 0,4***; (B) 0,5***
(A) 0,3 ns; (B) 0,4***
(A) 0,3**; (B) 0,3***
Medias
época
29,4
32,1
28,4
31,6
t
11,25**
5,47**
Medias
año
30,74
29,77
t
2,34*
Letras distintas indican diferencias signiicativas a p ≤ 0,05, según Duncan (1955).
ES (A x B) ± indica el error estándar de la interacción entre los factores: A (intercalamiento), B (dosis de fertilización).
*p < 0,05 **p < 0,01 ***p < 0,001 ns: no signiicativo.
La comparación entre épocas y años se realizó mediante prueba de muestras pareadas (valores de cada tratamiento en ambas
épocas) y prueba de t correspondiente (Steel y Torrie, 1992).
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 33-40, 2016 / Canavalia ensiformis inoculada con HMA
la producción intensiva de la morera respecto al
suministro de nutrientes y a las precipitaciones, en
condiciones de secano.
El intercalamiento de canavalia inoculada con
HMA, complementada con la dosis intermedia de
fertilizantes minerales, produjo en la biomasa comestible de la morera mayor rendimiento y mejor
estado nutricional de las plantas, en términos de
concentración de N en las hojas.
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Recibido el 2 de noviembre de 2014
Aceptado el 18 de diciembre de 2015
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Mesofauna edáica en una inca agroecológica
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Artículo Científico
Variación de los componentes de la mesofauna edáica
en una inca con manejo agroecológico
Variation of the components of the edaphic mesofauna in a farm
with agroecological management
Ana Socarrás Rivero e Irma Izquierdo Brito
Instituto de Ecología y Sistemática, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
Carretera de Varona km 3½, Capdevila, Boyeros, AP 8029, C P 10800, La Habana, Cuba
Email: anameri@ecologia.cu
RESUMEN: Con el objetivo de evaluar la variación de los grupos de la mesofauna edáica a partir de la
aplicación de métodos agroecológicos, se realizó un estudio en una inca con más de 20 años
de establecida en la provincia Artemisa (Cuba). Anteriormente la inca no recibió enmiendas
orgánicas y se utilizaba como área de pastoreo para el ganado Cebú con una carga baja. Se
transformó el área de pastizal en tres sistemas productivos: 25 % de forraje, 25 % de policultivo
y 50 % de pastizal tradicional, que fue designado como área control. El área de forraje se
estableció en forma de mosaico, con pequeñas parcelas de cultivos perennes, y contó con
un suministro periódico de abonos orgánicos; mientras que el área de policultivo integró un
sistema de rotación de cultivos de ciclo corto, fundamentalmente, y se le aplicó compost. Los
muestreos se realizaron en las épocas poco lluviosa y lluviosa, a los seis y ocho años de la
transformación. Se recolectó un total de 1 915 microinvertebrados edáicos pertenecientes al
phylum Arthropoda, representado por dos sub-phylum, tres clases, dos subclases, seis órdenes
y dos familias. Las curvas de dominancia-diversidad mostraron que en el pastizal y en el área
de forraje las comunidades faunísticas fueron más abundantes y diversas, y se distinguieron
por una alta dominancia de los microartrópodos detritívoros. En el área de policultivo no se
presentaron taxones dominantes. Se concluye que el comportamiento de la mesofauna edáica
fue altamente dependiente del tipo de manejo del suelo y de la estacionalidad.
Palabras clave: biodiversidad, manejo del suelo, sistema de explotación.
AbSTRACT: In order to evaluate the variation of the groups of the edaphic mesofauna from the application of
agroecological methods, a study was conducted in a farm with more than 20 years of establishment
in the Artemisa province (Cuba). Previously the farm did not receive organic amendments and it
was used as a grazing area for zebu cattle with a low stocking rate. The area was transformed into
three productive systems: 25 % of forage, 25 % of polycropping and 50 % of traditional pastureland,
which was designated as control area. The forage area was established in mosaic form, with small
plots of perennial crops, and had a periodical supply of organic fertilizers; while the polycropping
area integrated a short-cycle crop rotation system, mainly, and compost was applied. The samplings
were carried out in the dry and rainy seasons, six and eight years after the transformation. A total of
1 915 edaphic microinvertebrates was collected, belonging to the phylum Arthropoda, represented by
two sub-phyla, three classes, two subclasses, six orders and two families. The dominance-diversity
curves showed that in the pastureland and in the forage area the fauna communities were more abundant and diverse, and were distinguished by a high dominance of detritivore microarthropods. In the
polycropping area no dominant taxa were present. It is concluded that the performance of the edaphic
mesofauna was highly dependent on the type of soil management and the seasonality.
Keywords: biodiversity, soil management, exploitation system.
INTRODUCCION
La sostenibilidad se ha desarrollado tradicionalmente por el hombre, y las culturas rurales han creado paisajes heterogéneos para el uso y la explotación
de los recursos naturales. Cuando el hombre crea
parches de distintos hábitats, ofrece más recursos
para las especies que él mismo desea incrementar, ya
que cada componente tiene una tasa diferente de renovación de la biomasa (Morais y Franklin, 2008).
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Ana Socarrás Rivero
Los estudios realizados por Funes-Monzote
y Monzote (2000) mostraron que los sistemas integrados ganadería-agricultura, con un manejo
agroecológico basado en los recursos naturales disponibles, presentan capacidad y potencial suiciente para sostener producciones intensivas.
La aplicación de los métodos agroecológicos en
áreas donde se combinan las actividades ganaderas
y agrícolas incluye la introducción de materiales orgánicos mediante el empleo de compost, desechos
vegetales y excreta animal; el uso de plantas de cobertura y la rotación de cultivos; lo que contribuye
al mejoramiento de las propiedades físicas y químicas del suelo y a una mayor diversidad biológica
(Robaina, 2010).
Por su parte, la diversidad biológica contempla a las comunidades de organismos del suelo que
están divididas en tres grandes gremios: bacterias,
hongos y diferentes grupos de la fauna, en los que
se encuentra la mesofauna. Esta categoría del edafón interviene de manera directa en los procesos
de fragmentación y redistribución de los residuos
orgánicos, lo que facilita la descomposición de la
materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes
en la zona radicular, así como la aceleración del reciclaje de nutrientes y la mineralización del fósforo
y el nitrógeno (Morais et al., 2010); ello garantiza
el mantenimiento de la productividad del suelo. La
mesofauna, por otra parte, es muy sensible a los
cambios climáticos y a las perturbaciones antrópicas del medio edáico, que le ocasionan variaciones
en su densidad y diversidad.
El objetivo de este estudio fue evaluar la variación
de los grupos de la mesofauna del suelo en diferentes
sistemas productivos (forraje y policulivo) con la aplicación de métodos agroecológicos, comparados
con un pastizal tradicional.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en una inca agroecológica
de una hectárea, ubicada en la localidad de Cangrejeras (provincia Artemisa, Cuba), donde se integró
la actividad ganadera (75 %) y la agrícola (25 %). El
suelo está clasiicado como Ferralítico Rojo típico
(Hernández et al., 1999). En la tabla 1 se muestran las características físico-químicas de este
para cada una de las áreas, las cuales se describen
a continuación.
Área de pastizal (P) con más de 20 años de establecida, sin enmiendas orgánicas (área control), en
la cual pastaba ganado Cebú en una carga baja. La
comunidad vegetal predominante estaba integrada
por Megathyrsus maximus, Cynodon nlemfuensis y
Teramnus uncinatus.
Área de forraje (F) originada del área de pasto,
sometida a régimen de manejo de corte, en la que
se aplicaba fertilización con compost de desechos
vegetales y estiércol. Los forrajes predominantes
eran caña de azúcar (Saccharum oficinarum), king
grass (Cenchrus purpureus). y leucaena (Leucaena
leucocephala).
Área de policultivo (C), procedente igualmente
del área de pasto, en la que, además del tratamiento
orgánico mencionado en F, se practicaron rotaciones de cultivos de ciclo corto, fundamentalmente
yuca (Manihot esculenta), maíz (Zea mays), plátano
(Musa spp.), frijol (Phaseolus vulgaris), calabaza
(Cucurbita melopepo), boniato (Ipomea batatas),
tomate (Lycopersicon esculentum) y espinaca (Spinacia oleracea). En esta área se utilizó abono orgánico en forma de compost y humus de lombriz,
a razón de 4-6 t/ha-1 según la disponibilidad de estos; y se incorporaron los residuos de cosecha. Las
áreas F y C, en el momento del estudio, contaban
con ocho años de establecidas.
En cada área se tomaron cinco muestras de suelo a una profundidad de 0-10 cm, con un cilindro
de 5 cm de diámetro por 10 cm de profundidad,
siguiendo un diseño de muestreo completamente aleatorizado. Las recolectas se efectuaron a los
seis y ocho años de la transformación de las áreas
(forraje y policultivo), tres en el periodo lluvioso
(mayo, julio y octubre) y tres en el periodo poco
lluvioso (diciembre, febrero y marzo).
Se utilizaron embudos Tullgren durante siete
días para la extracción de la fauna edáica, sin nin-
Tabla 1. Características físico-químicas de los primeros 10 cm del suelo (Izquierdo et al., 2003).
pH (H2O)
MO (%)
DA (g cm-3)
CRA (%)
Pasto (P)
6,0
3,65
1,34
50,0
Forraje (F)
6,5
5,14
1,06
60,0
Cultivo (C)
6,4
4,14
1,16
54,0
Área
MO: materia orgánica; DA: densidad aparente; CRA: capacidad de retención de agua.
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Mesofauna edáica en una inca agroecológica
guna fuente artiicial de luz y calor. Se contaron y
separaron los individuos mediante el microscopio
estereoscópico, se conservaron en alcohol al 70 %,
y después se identiicaron, según la clasiicación de
Brusca y Brusca (2003) para los insectos y la de
Krantz y Walter (2009) para los ácaros. Con estos
datos se obtuvo la densidad (ind.m-2) de cada taxón
en cada período.
Para caracterizar la estructura, es decir, el ordenamiento numérico de los órdenes que conformaron las comunidades de la mesofauna en cada
una de las áreas, se construyeron las curvas de
dominancia-diversidad a partir de los logaritmos
decimales de la abundancia (Magurran, 1989). Se
aplicaron métodos estadísticos no paramétricos
(Hammer et al., 2012) y se utilizó el paquete PAST,
versión 2.16.
RESULTADOS Y DISCUSIóN
Composición taxonómica de la mesofauna del suelo
Se recolectaron un total de 1 915 individuos
del phylum Arthropoda, representado por dos subphylum, tres clases, dos subclases, seis órdenes y
dos familias. En particular, la subclase Arachnida
estuvo representada por cuatro órdenes: Oribatida,
Astigmada, Mesostigmada y Prostigmada; por su
parte, el orden Mesostigmada comprendió a las familias Gamasidae y Uropodidae (tabla 2).
Análisis de la dominancia-diversidad
de la mesofauna del suelo
Las curvas de rango-abundancia a los seis años
de haberse iniciado la transformación y en ambas
épocas del año no mostraron una pendiente acentuada,
lo que indica que no hubo dominancia acentuada de
grupos de la pedofauna edáica (ig. 1).
En sentido general, en la época poco lluviosa
se apreció una ligera dominancia de los grupos
Oribatida y Gamasidae en las tres áreas de estu-
dio. En el caso de los oribátidos, está reportado en la
literatura como el grupo de ácaros más abundantes
en el medio edáico por su gran plasticidad ecológica (Chocobar, 2010). Gamasidae ocupó el segundo
lugar, por su abundancia; este taxón es depredador
de estados inmaduros de oribátidos y colémbolos,
por lo que su abundancia depende del número de sus
presas (Salmane y Brumelis, 2010). En estas mismas
áreas se encontraron grupos con abundancia intermedia, como Astigmada, Collembola y Psocoptera;
mientras que Uropodidae y Prostigmada mostraron
abundancia rara. Uropodidae es una familia de ácaros estrictamente dependiente de la estabilidad del
medio edáico, por lo que constituye un criterio preciso del estado ecológico de los suelos.
En la época lluviosa el comportamiento de los
taxones siguió una tendencia semejante a la de la
época poco lluviosa (ig. 1). Es importante destacar el incremento en los valores de Uropodidae en
el área de forraje, al estar favorecidos por el mejoramiento de las condiciones edáicas (humedad,
cobertura del suelo y aporte de materia orgánica)
y la aparición de Psocoptera y Prostigmata como
grupos raros. Estos últimos taxones son más abundantes en situaciones de déicit hídrico, por lo que
en esta época del año no resultan favorecidos. En
el policultivo Astigmada incrementó su abundancia, lo cual indica que había perturbación en el
medio edáico.
Mientras, en la época poco lluviosa, a los ocho
años de producirse las modiicaciones, las curvas
fueron más abruptas y se mantuvo la dominancia de
los taxones Oribatida y Gamasidae (ig. 2). Según
Magurran (1989), los grupos con mayor número de
individuos ocupan una gran proporción del nicho, y
hacen una mayor utilización de los recursos disponibles. Uropodidae continuó manifestándose como
taxón raro en las tres áreas de estudio; y se debe
señalar que la época poco lluviosa no favorece el
establecimiento de este grupo zoológico.
Tabla 2. Composición taxonómica y funcional de la mesofauna edáica.
Sub-phylum
Clase
Subclase
Orden
Hexapoda
Entognatha
-
Collembola
Insecta
Pterygota
Psocoptera
Detritívoro
Cheliceriforme
Chelicerata
Arachnida
Oribatida
Detritívoro
Mesostigmada
Familia
Grupo tróico
Phylum
Arthropoda
Detritívoro
Gamasidae
Uropodidae
Depredador
Detritívoro
Astigmada
Fungívoro
Prostigmada
Depredador
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Ana Socarrás Rivero
Se observó en el policultivo un ligero incremento de los valores de Psocoptera, beneiciado por
la época del año y las perturbaciones ocasionadas
por las prácticas agrícolas aplicadas en esta área.
En la época lluviosa, en las áreas de forraje y
pastizal prevalecieron fundamentalmente Oribatida
y Gamasidae (ig. 2). Se debe destacar la mayor presencia de Uropodidae en estos usos, lo que indica
que ocurrió un cambio favorable en las condiciones
edáicas. En el pastizal, el taxón con menor número
de individuos fue Prostigmada; este orden es abundante en áreas oligotróicas y con déicit hídrico,
lo que explica su presencia como grupo raro. En el
forraje los grupos accidentales fueron Astigmada,
Psocoptera y Prostigmada, que constituyen indicadores de perturbación y de déicit hídrico en el suelo; tales condiciones no debieron manifestarse en
esta área en la época de mayor pluviosidad (ig. 2).
En el área de policultivo hubo baja abundancia de
los taxones presentes y poca diferencia entre ellos.
Predominaron grupos con abundancia intermedia,
como Oribatida, Astigmada, Psocoptera, Collembola y Gamasidae, con escasa dominancia numérica. Los de menor presencia fueron Uropodidae y
Prostigmada.
El comportamiento de Astigmada sugiere
perturbación en el sistema debido a las prácticas
agrícolas y a la pobre cobertura del suelo. Serrano
(2010) y Cabrera et al. (2011) señalaron que, en ecosistemas con una mayor intervención humana, la
abundancia y la distribución más equilibrada de los
diferentes grupos de la fauna del suelo están condicionadas por la escasa acumulación de recursos,
lo que trae consigo una disminución de los grupos
más sensibles y la proliferación de organismos invasores o indicadores de perturbación del edafón.
Según la expresión de las curvas de rangos de
abundancia se podría plantear que el pastizal y el forraje son comunidades faunísticas más abundantes y
diversas, respecto al cultivo. Los artrópodos del sue-
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Mesofauna edáica en una i nca agroecológica
lo tienden a preferir hábitats caracterizados por una
estructura heterogénea de la vegetación, e incluso
están relacionados con el aumento de la variedad del
recurso a descomponer (Wardle et al., 2006).
Composición tróica de los grupos
de la mesofauna del suelo
Las comunidades de microartrópodos del suelo
estuvieron compuestas por cuatro categorías tróicas en todos los sistemas estudiados: detritívoros,
depredadores, fungívoros y xilófagos (tabla 2). Estas categorías desempeñan un importante papel en
la estabilidad ecológica del suelo.
En ambas estaciones y años de muestreo existió
un incremento en el número de individuos detritívoros con respecto al resto de los grupos tróicos en
las tres áreas estudiadas, con un pico en la estación
lluviosa y en el área de forraje (ig. 3). Este último
sistema estaba conformado por caña de azúcar y
king grass, especies que garantizan una cobertura
constante por el aporte de hojarasca al suelo, y también por leucaena, leguminosa arbórea que mejora
las condiciones de fertilidad. En esta área se aplica-
45
ron otros manejos agroecológicos, como el arrope
e incorporación de materia orgánica (heces y orina). La aplicación de tales prácticas sostenibles en
el tiempo favorece el establecimiento de este grupo
tróico (Gelvez-Pardo, 2009).
Los depredadores se destacaron por su abundancia en todas las áreas, épocas y años de muestreo. La representatividad de este grupo en las áreas
se debe a una relación directa con sus presas. En el
estudio, los grupos que conformaron esta categoría
tróica fueron depredadores de estados inmaduros
de oribátidos y colémbolos (detritívoros), los cuales se encuentran muy abundantes. Decaëns (2010)
planteó que los artrópodos detritívoros y los depredadores son los más dominantes en términos de
densidad.
En el pastizal, en el periodo menos lluvioso y a
los seis años se observó un incremento signiicativo
de los detritívoros, y no signiicativo de los depredadores y fungívoros. En el área de forraje, en esta
misma estación del año se registró el aumento de
los fungívoros y xilófagos de forma no signiicativa
(ig. 3). Los fungívoros estaban representados por
46
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Ana Socarrás Rivero
Astigmada, grupo de ácaros indicador de perturbación del suelo. Los xilófagos, representados por el
orden Psocoptera, preieren esta época del año para
expresar su máxima abundancia, lo que se manifestó en los resultados.
Con el transcurso de los años (ocho) la presencia de depredadores en el pastizal se igualó en ambas épocas, y la temporada más seca favoreció a los
fungívoros; mientras que en el periodo lluvioso solo
se incrementaron las poblaciones de detritívoros y
xilófagos (ig. 3). Esta área, a pesar de llevar más de
20 años de establecida, estuvo sometida a un sistema de pastoreo con carga baja, lo que no aportó
grandes volúmenes de materia orgánica al sistema;
además tenía poca cobertura del suelo y baja riqueza vegetal, y no contaba con adición externa de
materia orgánica. Todos estos elementos inluyen
en el desarrollo uniforme de las comunidades de la
mesofauna edáica.
En el área de forraje, en la época de lluvia y a
los ocho años de establecida el área, solo aumentaron signiicativamente los detritívoros. Esta área
poseía suicientes fuentes de material orgánico para
ser descompuesto por dichos organismos. Los restantes grupos tróicos decrecieron en esta estación
del año (ig. 3). Los depredadores y fungívoros están constituidos por microartrópodos que son indicadores de inestabilidad e infertilidad del suelo,
condiciones que no se expresaron en esta época y
sistema. Un comportamiento similar de los grupos
detritívoros, depredadores y fungívoros fue informado por Socarrás y Robaina (2011) en el mismo
tipo de suelo, época del año y en diferentes usos de
la tierra en las provincias Mayabeque y Artemisa.
En el área de cultivo se observó un ligero decrecimiento (no signiicativo) de los detritívoros al
aumentar el tiempo de establecimiento de esta área,
en ambas estaciones del año, aunque el número de
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 41-48, 2016 / Mesofauna edáica en una inca agroecológica
individuos de este grupo tróico estuvo por debajo
de lo reportado para los sistemas restantes (ig. 3).
En estas mismas condiciones se observó un incremento de depredadores, xilófagos y fungívoros en
la época poco lluviosa con respecto a la lluviosa, lo
que denota perturbación y estrés hídrico por defecto. La proporción de los diferentes grupos tróicos
en esta área indica que los métodos aplicados no
garantizaron las condiciones edáicas que propiciarían una actividad faunística potencial del sistema.
Robaina (2010) obtuvo resultados similares en un
área de caña de azúcar, al ser este sistema el más
perturbado por las prácticas agrícolas aplicadas.
De manera general, la composición de los grupos tróicos de la mesofauna edáica expresa capacidades diferentes en la regulación de los procesos
edáicos. En este estudio, el área de forraje y la
de pasto se distinguieron por una alta dominancia
de los microartrópodos encargados de la descomposición de la materia orgánica (indicadores de
fertilidad y estabilidad) y una caída brusca de la
abundancia del resto de los grupos tróicos (indicadores de perturbación e infertilidad) del medio
edáico. Según Zerbino et al. (2008), la riqueza de
especies vegetales, los cambios en las propiedades
del suelo y el manejo inluyen en la amplia disponibilidad de recursos y en el equilibrio de los diferentes grupos tróicos.
En el caso del área de cultivo, la proporción de
los diferentes grupos tróicos no se manifestó de la
misma manera; se apreció una disminución notable de
la abundancia de detritívoros con respecto a las otras
áreas. Por otro lado, las diferencias en cuanto a la
abundancia entre los grupos tróicos presentes en este
uso disminuyeron, y no aparecieron taxones dominantes. En este sistema la cobertura vegetal era muy
pobre; además, el efecto del laboreo y la exposición
incrementan la evaporación y producen mayor desecación del suelo y, como consecuencia, alteraciones en
la abundancia y diversidad de los grupos detritívoros
de la mesofauna edáica (Siddiky et al., 2012).
Se concluye que las áreas de forraje y de pasto se distinguieron por una alta dominancia de los
microartrópodos encargados de la descomposición
de la materia orgánica y por una disminución de la
abundancia del resto de los grupos tróicos del medio edáico.
El comportamiento de la mesofauna edáica en
las áreas fue altamente dependiente del tipo de manejo del suelo y de la estacionalidad.
Asimismo, en el área de forraje se observó un
salto cualitativo y una tendencia a la recuperación
47
de la fertilidad y del equilibrio de la biota del
suelo.
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Aceptado el 4 de enero de 2016
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Francisco Reyes-Ocampo
49
Artículo Científico
Desempeño y balance económico-inanciero de la producción
de alimentos en una inca diversiicada
Economic-inancial balance and food production performance
in a diversiied farm
Francisco Reyes-Ocampo1, Edel Pérez- Pérez2, Jesús Suárez-Hernández1
y Juan Francisco González-Nodarse1
1
Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey,
Universidad de Matanzas, Ministerio de Educación Superior
Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
2
Dirección de Economía, Perico, Matanzas, Cuba.
Correo electrónico: frankr@ihatuey.cu
RESUMEN: Se realizó, durante tres años, una evaluación del desempeño y del balance económico-inanciero de
la producción de alimentos en la inca diversiicada Guamá, ubicada en la Estación Experimental
de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, para determinar en qué medida la diversiicación de la
producción agrícola podría contribuir al incremento de la productividad. Para ello se introdujeron
cuatro modalidades de comercialización: autoconsumo, mayorista, minorista y venta al turismo.
La eiciencia económica en el tercer año de evaluación alcanzó un favorable costo por peso
ingresado ($ 0,83) y una rentabilidad de $ 0,17 por cada peso gastado. Asimismo, la correlación
salario medio-productividad permitió pagar los salarios y obtener un resultado inanciero positivo
en los períodos analizados. Se concluye que el fortalecimiento del manejo agrícola, a partir de un
efectivo diseño espacial y temporal de estrategias agroecológicas diversiicadas, podría ofrecer
oportunidades para un mejor aprovechamiento de la tierra. Asimismo, el incremento de los
ingresos de la inca por la venta mayorista y minorista de productos agrícolas podría ser una
estrategia conveniente para lograr la rentabilidad. Estos resultados pueden servir como referente
para considerar a las incas diversiicadas como un camino hacia el desarrollo sostenible.
Palabras clave: diversiicación, explotaciones agrarias, rentabilidad.
AbSTRACT: An evaluation of the performance and economic-inancial balance of food production in the
diversiied farm Guamá, located at the Pastures and Forages Research Station Indio Hatuey,
was carried out during three years, in order to determine to what extent the diversiication of the
agricultural production could contribute to the increase of productivity. For such purpose four
commercialization modalities were introduced: self-supply, wholesale, retail and sale to the tourism
industry. The economic eficiency in the third year of evaluation reached a favorable cost per peso
($ 0,83) and a proitability of $ 0,17 for each peso spent. Likewise, the mean salary-productivity
correlation allowed to pay the salaries and obtain a positive inancial result in the analyzed periods.
It is concluded that the enhancement of agricultural management, from an effective spatial and
temporary design of diversiied agroecological strategies, could offer opportunities for a better
land utilization. Likewise, the increase of the farm’s incomes due to the wholesale and retail sale
of agricultural products could be a convenient strategy to achieve proitability. These results can
serve as referent to consider diversiied farms as a path towards sustainable development.
Keywords: diversiication, agricultural exploitations, proitability
INTRODUCCIóN
La agricultura sostenible se ha convertido en
una vía para garantizar una alimentación sana y
estable, sin afectar el medio ambiente (De Shutter,
2010). Al respecto, en estudios realizados por Altieri (1997) y Rosselló-Oltra et al. (2012) se demostró
que con el empleo de técnicas agrícolas sostenibles
se producen alimentos más sanos y frescos, con una
concentración mayor de minerales; las cosechas
son iguales o mayores que con los métodos convencionales, con bajo costo de producción y ambiental;
asimismo, se produce menos erosión de los suelos,
así como una mayor rentabilidad a largo plazo.
Los sistemas agrícolas con base agroecológica
se han convertido en una necesidad incuestionable,
debido a la situación actual de la agricultura cubana,
50
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Balance económico-i nanciero en una i nca diversiicada
por lo que se retoman las experiencias campesinas
olvidadas por la agricultura convencional; las cuales, junto a los resultados cientíico-técnicos, son
decisivas para el desarrollo sostenible de la agricultura (Guzmán y Morales, 2012).
En Cuba, desde los años noventa del pasado siglo, se ha producido una transición hacia la agricultura sostenible, caracterizada por sustituir insumos
químicos (importados) por biológicos (disponibles
localmente), con fuerte énfasis en la protección ambiental y la agrodiversidad. Las pequeñas y medianas incas, altamente diversiicadas, heterogéneas
y complejas, han demostrado que pueden alcanzar
niveles más elevados de eiciencia productiva y
contar con más recursos que los sistemas especializados de agricultura y ganadería a mayor escala
(Funes-Monzote et al., 2011).
Al respecto, Funes-Monzote (2009) considera
que si se logra una mayor biodiversidad en las incas, más cerca se está de obtener una producción
agroecológica basada en la conservación de la naturaleza y el respeto al medio ambiente.
Sobre la base de la experiencia existente, en
Cuba se encaminan los esfuerzos hacia la búsqueda
de soluciones viables que contribuyan a la conversión de los sistemas productivos en agroecológicos.
Una estrategia fundamental para lograr la diversiicación agroecológica es la implementación del
enfoque de sistema, y, por ende, el considerar la
inca como un todo, con el in de incrementar sus
producciones y reducir los costos, así como realizar
un uso más eiciente de los recursos disponibles y
un manejo consciente de las interacciones entre sus
componentes, a través de la práctica de una agricultura con enfoque agroecológico y principios de
sostenibilidad.
Tomando en consideración lo antes expuesto,
el objetivo del presente estudio fue evaluar integralmente el desempeño y la eiciencia económica-inanciera de la producción de alimentos en la
inca diversiicada Guamá, y así determinar en qué
medida la diversiicación de la producción agrícola
contribuye al incremento de la productividad.
METODOLOGÍA
El estudio se realizó durante tres años, en la
inca Guamá, que se encuentra ubicada en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey –municipio de Perico, provincia de Matanzas,
Cuba–, sobre un suelo Ferralítico Rojo. La precipitación anual promedio es de 1 200 mm, de los
cuales aproximadamente el 70 % cae entre mayo
y octubre. La temperatura promedio es de 26,9 °C;
mientras que la humedad relativa varía entre 82 y
85 %, y alcanza los valores más altos durante la
época de mayor precipitación. La inca dispone de
un área de 8,2 ha y su distribución se muestra en la
igura 1.
Previamente a esta evaluación, en la inca Guamá se emplearon durante dos años altos insumos
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Francisco Reyes-Ocampo
externos (fertilizantes, insecticidas y herbicidas)
y se alcanzaron bajos niveles de productividad
(2,2 t/ha año -1)1. Con el objetivo de convertir esta
inca en agroecológica, durante el segundo año de
estudio del sistema se fortaleció la asociación de cultivos (policultivos), con énfasis en las áreas donde
estaban plantados los frutales y la jatropha (Jatropha curcas, una arbórea apropiada para la producción de biodiesel), para hacer productiva el área
total de la inca.
Además se desarrollaron otras prácticas agroecológicas de bajo costo para mejorar la productividad, como la diversiicación (producción de cuatro
nuevos cultivos en el tercer año: piña, arroz, aguacate y papa), la rotación de cultivos, el reciclado de nutrientes, y la utilización de bioproductos (IHplus®,
Biobras-16®, EcoMic®, Rizhobium) y abonos orgánicos (humus de lombriz y cachaza descompuesta).
Se aplicó el concepto de sistema, que es la unión
de componentes físicos relacionados entre sí de forma
tal que actúen como un todo, con un objetivo determinado, y que reaccionen como tal ante estímulos
externos (Funes-Monzote et al., 2009; Gliessman y
Rosemeyer, 2010); se diseñó el modelo conceptual del
sistema a evaluar2, con la descripción de las entradas,
las salidas, y sus componentes (ig. 2).
Las entradas del sistema estuvieron representadas
por los insumos, entre ellos los nuevos resultados de
la ciencia y la tecnología, las semillas de las variedades mejoradas y los bioproductos; mientras que en las
salidas se tuvieron en cuenta las producciones agrícolas (tales como frutas, granos y viandas), las materias
primas para la producción de biodiesel y bioabonos
y los servicios ambientales, en correspondencia con
la literatura consultada (Alonso y Guzmán, 2010; Di
Falco et al., 2010), para garantizar de forma práctica la
sustentabilidad ecológica de la inca.
La metodología utilizada se basó en el análisis
de sistemas (Checkland y Holwell, 1998), y se cuantiicó la eiciencia económica de la inca. Se evaluaron datos de tres años, así como el rendimiento y
la evolución del sistema. Además, se introdujeron
cuatro modalidades de comercialización: autoconsumo mayorista, minorista y venta al turismo, como
alternativa para identiicar la eiciencia económica.
51
Para realizar el balance económico se confeccionó una planilla (periodo de tres años) donde se
registraron los elementos necesarios para hacer los
cálculos. Asimismo, se revisaron los datos relacionados con la inca, que estaban archivados en las
áreas de economía, estadística y recursos humanos,
tales como: área, tipo y cantidad de alimento utilizado, productos obtenidos, producciones insumidas
en el proceso, y costos.
En la realización del balance inanciero se utilizó el sistema contable desarrollado por AGROMIN
(2005), y se compararon los resultados de cada año.
Los ítems utilizados fueron los siguientes:
1. Ingresos agrícolas.
2. Ingresos forestales.
3. Otros ingresos.
4. Gastos agrícolas.
5. Gastos forestales.
6. Otros gastos.
Resultado ($) (1 + 2 + 3) – (4 + 5 + 6)
Relación costo/beneicio = total de gastos / total
de ingresos
RESULTADOS Y DISCUSIóN
Los cambios en el diseño productivo de la inca
permitieron una mayor diversiicación y una mejor utilización de las prácticas agroecológicas. Los resultados
de la diversiicación (ig. 3) se correspondieron con los
productos agrícolas de mayor demanda, favorecidos con la producción de cuatro nuevos cultivos, lo que
propició ampliar la oferta de alimentos en la localidad
con producciones que se consideran satisfactorias.
Estos beneicios brindados por la inca se pueden atribuir al manejo integrado, que propició el
aprovechamiento adecuado del espacio, y a la aplicación de tecnologías sencillas y de bajo costo, que
permitieron hacer más eicientes las labores (Alonso et al., 2009) y demostrar que existen alternativas
que contribuyen a una mayor eiciencia y eicacia
de los sistemas de producción.
Al analizar los volúmenes alcanzados en los
tres años de evaluación, se apreció una tendencia al
crecimiento después de la implantación del sistema
(ig. 4), con la mayor producción (27 960 kg) en el
tercer año. Resultados similares se obtuvieron en dos
En incas agroecológicas cubanas se considera entre 7 y 10 t/ha/año como una productividad favorable (Vera, 2011).
En el modelo y su aplicación se utiliza el concepto de inca agroenergética, concebida como «la explotación productiva donde se
desarrollan, mejoran y evalúan tecnologías e innovaciones para producir, de forma integrada, alimentos y energía, la cual se emplea
como insumo para producir más alimentos en la propia inca, con el propósito de mejorar la calidad de vida rural y proteger el
ambiente» (Suárez et al., 2011).
1
2
52
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Balance económico-i nanciero en una i nca diversiicada
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Francisco Reyes-Ocampo
incas del poblado de San Antonio de los Baños –en
Artemisa, Cuba– (Funes-Monzote, 2009), donde se
evaluaron los indicadores de sostenibilidad entre 2000
y 2004. En la inca objeto de estudio, este mayor rendimiento pudo estar asociado al aumento de la diversidad
de cultivos, el reciclaje de nutrientes (con la mejora de
la fertilidad del suelo) y la utilización de técnicas ecológicas. Los sistemas diversiicados que combinan cultivos, frutales y plantas asociadas ofrecen considerables
oportunidades para la sostenibilidad de los ecosistemas
y la eiciencia en el uso de los recursos internos y externos.
En correspondencia con el aumento de la biodiversidad agrícola se incrementó la autosuiciencia
alimentaria, lo que se manifestó en una mayor producción en la inca. Estos resultados conirman el potencial que tienen las incas diversiicadas para enfrentar
las limitaciones productivas de las regiones tropicales
(Funes-Monzote et al., 2011) y las limitaciones ambientales, económicas y sociales del desarrollo agrícola
sostenible, ya que aumentan la agrodiversidad y proporcionan importantes servicios ambientales, con un
incremento de la productividad de los sistemas (Tilman
et al., 2001). Además de estos beneicios, se hace necesario disponer de un análisis económico-inanciero
para incidir en una mayor eiciencia económica.
Análisis económico-inanciero de la inca
Guamá
Las incas diversiicadas constituyen una estructura que puede ser viable en las condiciones actuales
como práctica de una agricultura a pequeña escala,
cuyas producciones logran ser importantes sin demandar costos elevados (Pimentel et al., 2005).
Al analizar los indicadores inancieros (ig. 5)
se pudo apreciar una correlación salario medio-
53
productividad en dos de las cuatro variables (autoconsumo y turismo), que se deterioró considerablemente y se agudizó en el autoconsumo, ya que no se
realizaron ventas o estas fueron mínimas, y no hubo
ventas al sector turístico en el segundo año. En las
dos restantes se observó un equilibrio entre la productividad y el salario medio, ya que en el segundo
año se logró un valor de $ 0,40 en dicha correlación,
lo que permitió pagar el salario y obtener un resultado inanciero positivo en los periodos analizados.
Asimismo, se apreció un crecimiento desmedido del fondo de salario en el segundo año, el cual
disminuyó en el tercero. Ello se debió a que una
parte de las producciones se empleó para el ahorro
de costos (autoconsumo), pues de lo contrario la entidad a la que pertenece la inca debía desembolsar
176,4 MP.
El costo constituye uno de los indicadores más
importantes de la inca: mientras más bajo sea para
darle cumplimiento al plan de producción en cantidad y calidad, mayor será la efectividad. En los
costos se maniiesta el nivel de gestión económica,
y el grado de utilización de los recursos y de la tierra
(Páez, 2008).
En la igura 6 se puede apreciar que las modalidades mayorista y minorista aportaron mayores
resultados, con 10,2 MP como promedio de los tres
años en la mayorista y 13,2 MP en la minorista, y
mejores indicadores de eiciencia económica.
Se demostró que la venta mayorista (a Frutas
Selectas y Acopio) fue la mejor variante para contribuir a la rentabilidad de la inca, ya que en esta
no interviene el proceso comercial de atención al
cliente, ni el impuesto sobre las ventas; tampoco se
incumple con la función de la inca, que es la producción de alimentos.
54
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Balance económico-i nanciero en una i nca diversiicada
El costo por peso fue de $ 0,83 en el periodo analizado, lo que satisizo las expectativas iniciales de la
inca, ya que permitió obtener una rentabilidad de
$ 0,17 por cada peso invertido; máxime si se considera
que en los primeros tres años, aunque se incrementan
las producciones, también lo hacen los costos debido
a las inversiones.
Cualquier estrategia para que la inca sea sostenible debe ser capaz de producir alimentos con el
mínimo daño ambiental y a bajo costo en insumos
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 49-55, 2016 / Francisco Reyes-Ocampo
externos (Gorinkiel, 2006), por lo que no debe desestimarse la importancia del impacto inanciero al
adoptar sistemas diversiicados para promover cambios en el uso de la tierra. Ello hace más relevante
estos resultados, que se convierten en referentes que
señalan a las incas integradas de alimentos y energía como un camino hacia el desarrollo sostenible.
CONCLUSIONES
El fortalecimiento del manejo agrícola a partir de
un efectivo diseño espacial y temporal de estrategias
diversiicadas agroecológicas ofrece oportunidades
para alcanzar una mayor productividad de la tierra.
Asimismo, el incremento de los ingresos de la
inca con las ventas mayoristas y minoristas de productos agrícolas podría ser una estrategia conveniente para lograr la rentabilidad y la correlación salario
medio-productividad, así como permitiría pagar los
salarios y obtener un resultado inanciero positivo.
Se recomienda incluir, dentro del objeto social
del Módulo de Alimentos y Energía de la EEPF
Indio Hatuey, que las incas tengan la posibilidad
de realizar ventas a las entidades mayoristas o en
fronteras, para contribuir a la implementación de
los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del
Partido Comunista de Cuba.
AGRADECIMIENTOS
A las Maestras en Ciencias Elvira Ortiz y Vivian Sánchez por su colaboración en el procesamiento de la información económica.
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Recibido el 29 de abril de 2015
Aceptado el 13 de octubre de 2015
56
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Miguel Suárez-Castellá
Artículo Científico
Cadenas de valor de productos agropecuarios en seis
municipios de Cuba. I. Metodología para su diseño1
Value chains of farming products in six municipalities of Cuba.
I. Methodology for their design2
Miguel Suárez-Castellá1, Gilberto Hernández-Pérez1, Carlos Roche-Hernández1, Marisol Freire-Seijo2,
Osmel Alonso-Amaro3 y Maybe Campos-Gómez3
1
Facultad de Ingeniería Industrial y Turismo, Dpto. de Ingeniería Industrial,
Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Ministerio de Educación Superior
Carretera a Camajuaní km 5 ½, Santa Clara, Villa Clara, Cuba
2
Instituto de Biotecnología de las Plantas, Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Villa Clara, Cuba
3
Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, Universidad de Matanzas, Matanzas, Cuba
Correo electrónico: miguelsc@uclv.edu.cu
RESUMEN: En Cuba las cadenas de valor constituyen una nueva ilosofía de trabajo en el ámbito agropecuario,
pues con estas se pretende lograr una integración horizontal entre entidades que se asocian con
un mismo in. El objetivo de esta investigación fue describir el procedimiento metodológico para
el diseño de cadenas de valor de productos agropecuarios a escala local, obtenidos en 30 incas
seleccionadas de Matanzas y Villa Clara, que están insertadas en el proyecto internacional Coinnovación. Se aplicó la técnica de expertos y la de grupos multidisciplinarios, se efectuó el análisis del
desempeño y de los factores críticos, y se utilizaron los mapas de procesos. También se diseñaron
cuestionarios para la realización de entrevistas a los diferentes actores; y para la conformación de
mapas de cadenas de valor especíico por producto agropecuario y para cada productor, se aplicaron técnicas de dinámicas de grupo. El principal resultado fue la descripción de las fases y pasos
para el diseño de las cadenas de valor. Se concluye que el procedimiento metodológico que se propone para el diseño de cadenas de valor de productos agropecuarios a escala local se distingue por
la deinición de un modelo general de cadena de valor, el cual posibilita deinir los mapas genéricos
de cadenas de valor por producto y de ellas las especíicas para el contexto de cada inca, teniendo
en cuenta la presencia de actores con múltiples funciones, modelos de gestión y propiedad. Todo
ello lo diferencia de las experiencias existentes en el país y constituye un referente a tener en cuenta.
Palabras clave: agricultura, desarrollo rural, innovación.
AbSTRACT: In Cuba value chains constitute a new work philosophy in the farming sector, because with them
a horizontal integration among entities that are associated with the same purpose is intended to be
achieved. The objective of this research was to describe the methodological procedure for the design
of value chains of farming products at local scale, obtained in 30 selected farms in Matanzas and
Villa Clara, which are inserted in the international project Co-innovation. The techniques of experts
and multidisciplinary groups were applied, the analysis of performance and of the critical factors was
carried out, and the process maps were used. Questionnaires were also designed interviewing the different actors; and for the conformation of maps of speciic value chains per farming product and for
each farmer, and group dynamics techniques were applied. The main result was the description of the
stages and steps for the design of value chains. It is concluded that the methodological procedure proposed for the design of value chains of farming products at local scale is distinguished by deinition
of a general model of value chain, which allows to deine the generic maps of value chains per product
and from them the speciic ones for the context of each farm, taking into consideration the presence
of actors with multiple functions, management models and ownership. All these differentiate it from
the existing experiences in the country and constitute a referent to be taken into consideration.
Keywords: agriculture, rural development, innovation.
Artículo generado del proyecto internacional «Coinnovación en procesos agrarios para fortalecer la soberanía alimentaria en Cuba»;
inanciado por la Unión Europea (OIKOS- Cooperação e Desenvolvimento, de Portugal).
2
Paper generated from the international Project «Co-innovation in agricultural processes to enhance food sovereignty in Cuba»;
funded by the European Union (OIKOS- Cooperação e Desenvolvimento, from Portugal)
1
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Cadena de valor de productos agropecuarios
INTRODUCCIóN
En la actualidad existen razones suicientes para
que la producción de alimentos sea concebida como
una estrategia de desarrollo endógeno en todos los países a nivel mundial, y más aún en los considerados en
vías de desarrollo o subdesarrollados. En ese sentido,
Piñones y Kobrich (2006) señaló como una prioridad
fehaciente el empleo de cadenas agroalimentarias, las
que deine como «las sucesivas y diversas transformaciones de que son objeto los alimentos desde el momento en que el agricultor siembra la semilla hasta la
última etapa en que se vende al consumidor inal».
Otros autores, como IMD (2015), también coinciden en que las cadenas de valor constituyen una opción de integración entre las entidades y los actores
que participan desde la generación de los productos
primarios hasta el consumidor para satisfacer las
demandas de los clientes. En ello radica su aporte principal, aunque una mayor competitividad y
la aplicación de innovaciones de todo tipo también
son elementos que las distinguen.
Las cadenas de valor para productos agropecuarios en Cuba se han tratado en la literatura especializada, y entre las experiencias prácticas se citan
la del aceite comestible y la de la leche vacuna (Pardillo-Baez et al., 2012; Hernández et al., 2015), que
constituyen productos que cubren la demanda de alcance nacional, asociados a empresas comercializadoras conocidas y a empresas multinacionales. Se hace
énfasis en la integración de los actores de la cadena
a partir de procedimientos similares para el diseño y
diagnóstico de esta, pero condicionados por las particularidades del entorno en que se desarrollan, como lo
describen varios autores (Schwab, 2010).
Respecto a las metodologías existentes en el
país para el diseño de cadenas de valor de productos agropecuarios con alcance local, el eje central
debería ser la innovación derivada de los resultados
cientíicos, ya que es un elemento novedoso, y más
aún si estos resultados se ajustan a las condiciones
de la economía. En esa dirección se desarrolló el
presente estudio, que tuvo como base la transferencia de las tecnologías propuestas por varios centros
de investigación. De ahí que el objetivo fuera describir el procedimiento metodológico para el diseño
de cadenas de valor de productos agropecuarios a
escala local, obtenidos en incas seleccionadas de
las provincias de Matanzas y Villa Clara (Cuba), las
cuales se encuentran insertadas en el proyecto internacional Coinnovación –presentado en el año
2010 a la Comisión de Seguridad Alimentaria de la
Unión Europea.
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METODOLOGÍA
Aspectos generales del proyecto
Coinnovación y resultado estimado
del sistema de gestión integrada
de la cadena de valor de productos
agropecuarios
Esta investigación se enmarcó en los resultados
previstos en el proyecto «Coinnovación en procesos
agrarios para fortalecer la soberanía alimentaria en
Cuba», enfocado a demostrar el impacto, en la seguridad alimentaria, de una correcta articulación entre el
sector productivo y el de servicios, y de estos con las
instituciones cientíicas. El objetivo general del proyecto fue contribuir a la seguridad alimentaria de la
población en zonas urbanas y suburbanas de las provincias de Matanzas y Villa Clara; mientras que uno
de los objetivos especíicos se basó en incrementar la
producción y fortalecer la cadena de valor de productos
agropecuarios a través de una experiencia piloto de integración investigación-producción en seis municipios
de las mencionadas provincias. Entre los resultados a
alcanzar, se incluyó la implementación y validación
de un sistema de gestión integrada de la cadena de
valor (SGICV), que disminuyera al menos el 40 %
de las pérdidas poscosecha, contribuyera a satisfacer la demanda de alimentos de la población en los
municipios seleccionados, y, además, facilitara el acceso de las entidades productivas a nuevos servicios
técnicos.
Los socios del proyecto fueron: OIKOS de Portugal y CARE-France como instituciones extranjeras; y por la parte cubana: la Estación Experimental
de Pastos y Forrajes Indio Hatuey de la Universidad
de Matanzas, el Instituto de Biotecnología de las
Plantas y el Centro de Investigaciones Agropecuarias, ambos de la Universidad Central de Las Villas.
El proyecto se desarrolló en 30 entidades productivas (incas), pertenecientes a 23 formas productivas
correspondientes a diferentes cooperativas de créditos y servicios (CCS), cooperativas de producción
agropecuaria (CPA), unidades básicas de producción
cooperativa (UBPC) y unidades empresariales de base
(UEB), en los municipios Martí, Perico y Colón, de la
provincia de Matanzas, y en los de Camajuaní, Placetas y Manicaragua, de la provincia de Villa Clara.
Entre los participantes en las cadenas de valor
de productos agropecuarios a nivel local se citan las
formas productivas anteriormente mencionadas;
entidades provinciales y municipales del Ministerio
de la Agricultura –MINAG– (empresas agropecuarias, las direcciones de sanidad vegetal y de suelo,
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Miguel Suárez-Castellá
LABIOFAM, empresa de Acopio, empresa comercializadora Frutas Selectas, mercados agropecuarios);
tiendas mayoristas y minoristas de comercio; los centros de investigación asociados al proyecto; bancos de
créditos y Empresa Nacional de Seguros; así como las
distintas formas de trabajo por cuenta propia asociadas
a productos agropecuarios y alimentos.
La ilosofía de trabajo del proyecto referente al SGICV se apoyó en un sistema horizontal de
transferencia de tecnologías (40 en total, de ellas
14 relacionadas con la producción de cultivos como
alimento humano, 15 para la producción animal y
11 de uso general) en el contexto local que abarcó
todo el encadenamiento de actores, desde la producción hasta la comercialización de los alimentos
a la población, lo cual se presenta en la igura 1.
Principales metodologías para el diseño
de cadenas de valor de productos agropecuarios,
y su adecuación a las condiciones en Cuba
Las cadenas de valor que se formaron presentaron el enfoque del modelo general, según Briz et al.
(2009), quienes establecieron que la agregación de
valor se puede desarrollar en todos o en algunos de los
eslabones de la cadena (ig. 2); además, este se tiene en cuenta en los productos inales (del producto
agropecuario primario al transformado) de las cadenas (Riisgaard et al., 2010; Companioni, 2011).
Mancero (2007), Díaz y Torres (2011) y Gomes
(2012) propusieron procedimientos y técnicas para
el diagnóstico y diseño de las cadenas de valor en
la producción agropecuaria. Según Piñones y Kobrich (2006), se dispone de un inventario internacional de metodologías y herramientas de trabajo
para el desarrollo y/o promoción de agrocadenas,
las cuales se tuvieron en cuenta y se mencionan a
continuación: a) desarrollo de la cadena de valor;
b) creación y consolidación de alianzas: elementos
metodológicos; c) enfoque participativo de la cadena
de mercado; d) identiicación de las oportunidades
de mercado y mercadeo en cadenas de valor: una guía
para facilitadores del desarrollo empresarial rural;
e) desarrollo territorial de agroempresas rurales;
f) formación de grupos de trabajo para procesos
de desarrollo empresarial rural: manual de campo;
g) diseño de estrategias para aumentar la competitividad de cadenas productivas con productores
de pequeña escala: manual de campo; h) alianza
de aprendizaje para el desarrollo agroempresarial;
i) enfoque de las vinculaciones de mercado;
j) alianzas productivas en agrocadenas; k) CADIAC:
enfoque de cadenas y diálogo para la acción; l) guía
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Cadena de valor de productos agropecuarios
para la formación de alianzas público-privadas para
la innovación agrícola y la agroindustria; m) análisis participativo de la cadena de valor (APCV);
n) enfoque de desarrollo económico local; o) guía
metodológica para el análisis de cadenas productivas;
p) INFO-Cadena (Instrumento FOster Cadenas).
En términos generales, estos procedimientos
para el diseño y diagnóstico de cadenas de valor de
productos agropecuarios se utilizan a escala de un
país o asociados a grandes empresas comercializadoras de esos productos; aunque, según Hernández
(2012), contemplan un grupo de aspectos comunes
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que se cumplen también en el ámbito local, los cuales se muestran en la igura 3.
Para el diseño del procedimiento, se adecuaron
a las condiciones propias de la producción agropecuaria cubana diferentes aspectos de las citadas metodologías, con énfasis en las especiicaciones más
importantes señaladas por Díaz y Torres (2011),
entre las que se enuncian: la presencia de múltiples
formas de gestión de la producción, tanto estatales
como no estatales; entidades que operan bajo un
sistema presupuestado y que realizan simultáneamente funciones gubernamentales y empresariales;
múltiples variantes para la comercialización de las
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Miguel Suárez-Castellá
producciones agropecuarias, y la concentración de
los insumos tecnológicos fundamentales en manos
del Estado.
Por otra parte, se realizó la recolección y análisis de la información, se aplicaron las técnicas de expertos y de grupos multidisciplinarios, se efectuó el
análisis del desempeño y de los factores críticos, y se
utilizaron los mapas de procesos. Se diseñaron entrevistas semiestructuradas para los diferentes actores;
y para la conformación de mapas de cadenas de valor especíico por producto agropecuario y para cada
productor se aplicaron técnicas de dinámicas de grupo
entre los productores, los representantes de los servicios técnicos y inancieros y los comercializadores,
con el in de precisar las similitudes existentes.
RESULTADOS Y DISCUSIóN
El procedimiento general para el diseño de cadenas de valor de productos agropecuarios en las condiciones cubanas, y especíicamente en las incas y
municipios seleccionados, se muestra en la igura 4.
En Cuba existen algunas experiencias de diseño
de cadenas de valor para determinados productos,
como es el caso del aceite comestible, pero con un alcance nacional; en las cuales no se tienen en cuenta
las entidades presentes a nivel local. No obstante, se
consideraron como referente para el presente estudio.
La aplicación del procedimiento que se propuso se sustentó en dos aspectos básicos: la capacitación de los actores de las cadenas y su participación
en todas sus fases y pasos.
El procedimiento propuesto se inició (fase I) con
las transferencias tecnológicas identiicadas y aceptadas por cada productor y los resultados del diagnóstico
técnico-productivo realizado en cada inca, mediante
la valoración in situ de las condiciones que deben garantizarse para que los procesos de asimilación de las
tecnologías sean exitosos. Ello permitió deinir los productos comercializables que se generaban en cada caso,
la agregación de valor a realizar, los componentes de
las cadenas y sus interrelaciones; se tuvo en cuenta las
particularidades de la producción agropecuaria cubana,
según Díaz y Torres (2011) y Gomes (2012), así como
la elaboración de un modelo general de las cadenas de
valor para productos agropecuarios a nivel local.
Es importante destacar que este modelo se basó
en los cambios que están sucediendo en Cuba como
parte de la implementación de los Lineamientos
de la política económica y social del Partido y la
Revolución; entre los que se encuentran: la concepción del desarrollo desde los municipios; la descentralización de la economía a nivel municipal y
la generación de ingresos para su utilización a ese
nivel; los programas anuales de autoabastecimiento
alimentario local (como herramienta para la planiicación, organización y control de las tareas); los
programas integrales de desarrollo municipal (como
herramientas de proyección estratégica a mediano y
largo plazos); el otorgamiento de las tierras ociosas
a productores y cooperativas que cambian la matriz
productiva agropecuaria del país; la ampliación del
trabajo por cuenta propia; la presencia de nuevas iguras y formas de comercialización de los productos;
así como la política de beneicios de precios para la
compra de productos agropecuarios; todos con la inalidad de priorizar la alimentación de la población.
En el paso 1 se propone la identiicación de los
valores a agregar por cada componente de la cadena, a
partir de la evaluación de las respuestas del cuestionario aplicado a quienes generan las tecnologías transferidas a los productores y a los propios productores, y
se consideran los insumos y servicios técnicos que se
requieren en cada caso, desde el proceso productivo
hasta la comercialización del producto; criterios que
coinciden con los adoptados por Melgar (2006).
En el paso 2 se indica deinir los productos comerciables y sus detalles, los impactos que estos
generan en la satisfacción de la demanda de alimentos en el municipio, los niveles actuales de producción y las afectaciones por concepto de pérdidas de
producción a causa de la falta de encadenamiento.
En el paso 3 se proyecta la identiicación de las entidades que forman parte de las cadenas de valor con un
enfoque de proceso, y se incluyen aquellas que brindan
productos y/o servicios para que se realice la producción
concebida. Los componentes de las cadenas de valor se
clasiicaron como: proveedores, servicios técnicos y inancieros, acopio y beneicio, procesamiento, distribución y comercialización, y entidades reguladoras.
En el paso 4, con el resultado de las entrevistas
a los directivos de las entidades y los productores,
se orienta la caracterización general de cada entidad
clasiicada y se precisan las interacciones entre estos;
así como las brechas existentes en esas relaciones.
Por último, en el paso 5 se proyecta la formación
de un modelo general de cadena de valor para productos agropecuarios, el cual se diseña gráicamente
para visualizar las relaciones entre los distintos componentes desde la demanda del producto, así como el
proceso inicial de producción del alimento hasta que
está disponible para su consumo por la población.
También se pudo constatar que el amplio proceso
de transferencias tecnológicas generó un abundante
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Cadena de valor de productos agropecuarios
surtido de productos que requerían encadenamientos especíicos, pero con ciertas similitudes.
Este resultado permite reairmar por qué es necesario disponer de un modelo general que sirva de base
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para el diseño de las cadenas de valor de productos
agropecuarios a nivel local, ya que se pueden determinar las relaciones similares entre los componentes
de las cadenas para los diferentes productos, y a esto
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Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Miguel Suárez-Castellá
se le adiciona que se tuvieron en cuenta las particularidades propias de la economía cubana a esa instancia.
De ahí que este modelo general no solo es aplicable a escala nacional, sino también a la entidad de comercialización minorista de productos agropecuarios,
acorde con las experiencias de De Ferran y Grunert
(2007), Coursaris et al. (2008) y Di Giacomo y Patrizi (2010); aunque las metodologías que emplean estos
autores enfatizan en la identiicación, el diagnóstico
y la integración de los actores, y están determinadas
por las condiciones especíicas del entorno, por lo que
esas especiicidades pueden limitar su utilización.
En la fase II, el primer paso para realizar el
diagnóstico técnico y organizativo de los componentes de las cadenas de valor en cada uno de los
municipios seleccionados en el proyecto parte de la
preparación de las entrevistas semiestructuradas a
cada actor (ofertante, cliente, reguladores).
El segundo paso consiste en aplicar las entrevistas concebidas, procesar y resumir la información
resultante del diagnóstico, y inalmente, mediante
talleres participativos, validar los resultados de este.
Mientras, en el paso 3 se precisan las brechas de
cada entidad participante en la cadena de valor, de
acuerdo con una clasiicación referida a la ocurrencia, tanto de las causas internas de las organizaciones
como de la inluencia de los factores externos (por
ejemplo, a nivel de provincia y/o país, ya sea por organismos decisores sectoriales y/o por entidades regulatorias). En correspondencia con lo anterior, se deine
el nivel de inluencia de cada problema detectado en
cada servicio técnico y inanciero en las cadenas de
valor y se evalúa su inluencia (alta, media y baja) mediante técnicas de expertos, que incluyen, entre otros,
a los representantes de los productores, de los ofertantes de servicios y de los gobiernos locales. Esta valoración permite diseñar y ordenar estratégicamente las
medidas de solución correspondientes.
En la fase III se procura la conformación de las
cadenas de valor correspondientes por producto agropecuario, las que incluyen los mapas de estos y un
manual de proceso para los productores. El diseño de
las cadenas de valor de cada producto agropecuario y
para cada productor se obtiene de la adecuación del
modelo general de cadena de valor a los modelos genéricos de cadenas de valor por producto. En el paso
1 se precisan, para cada producto, los componentes
de cada cadena de valor y sus interrelaciones.
En el paso 2 se procede a la confección de los
mapas genéricos de las cadenas de valor por producto
agropecuario, donde aparecen todas las entidades que
deben participar y todas las opciones comerciales de
los productos de la cadena para su consumo por la población, en correspondencia con las particularidades
propias de este proceso en la actualidad cubana. Estos
mapas constituyen una herramienta novedosa dada la
alta participación de diversos actores de las cadenas
de valor a nivel local, lo que facilita el diagnóstico.
Ello diiere de lo informado por Bolwig et al. (2010),
Di Giacomo y Patrizi (2010) y Köbrich (2012), quienes
no utilizan esta herramienta, sino que se enfocan más
a los mapas especíicos de las cadenas.
En el paso 3 se propone la elaboración de los mapas de cadenas de valor especíico por producto agropecuario y para cada productor, los cuales se adecuan
a las condiciones particulares en cada caso, aunque
siempre expresarán lo que se debe hacer y no lo que
realmente se realiza en esos momentos. Por otra parte,
se precisan las similitudes entre las cadenas de valor
especíico por producto y para cada productor.
En el paso 4 se indica la elaboración de los
manuales de procesos de cada cadena de valor por
producto y por productor, en los que se hace una
descripción detallada de sus procesos fundamentales: de contratación de la producción, de producción
(incluye la contratación de insumos y servicios) y
de distribución y comercialización de los productos. El contenido de estos manuales incluye: los mapas de cadenas de valor y un resumen descriptivo
de estos, la descripción de cada proceso mencionado
bajo un formato de «paso a paso», la relación de las
entradas a cada proceso con las actividades propias
que lo componen, y sus salidas.
En la fase IV, paso 1, se precisan los puntos críticos que persisten en Cuba y en especial a nivel
municipal para la implementación de las cadenas de
valor, las cuales fueron creadas y validadas durante
toda la aplicación del procedimiento en los distintos
trabajos de grupo realizados con los actores de estas cadenas. En el paso 2 se deinen las estrategias
de implementación de las cadenas de valor para los
productos agropecuarios a nivel local en dos etapas:
una primera, en la cual se logra la integración de
las correspondientes demandas en la planiicación
anual de cada actor de la cadena (implica elaborar
un plan coherente entre los actores de la cadena
para lograr una integración superior al 50 % y, por
ende, una disminución sensible de pérdidas en la
producción y la poscosecha, un incremento en los
rendimientos y los ingresos de los productores (y
con ello una mayor satisfacción de la demanda de
alimento por la población); y una segunda etapa
destinada a la optimización de estas relaciones mediante una logística integrada.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 56-63, 2016 / Cadena de valor de productos agropecuarios
CONCLUSIONES
El procedimiento metodológico que se propone para el diseño de cadenas de valor de productos
agropecuarios a escala local se distingue por la deinición de un modelo general de cadena de valor, el
cual posibilita deinir los mapas genéricos de cadenas de valor por producto y de ellas las especíicas
para el contexto de cada inca, teniendo en cuenta
la presencia de actores con múltiples funciones y
modelos de gestión y propiedad. Así, se diferencia
de las experiencias existentes anteriormente en el
país, y constituye un referente a tener en cuenta.
Además, se reairma que este proceder debe
sustentarse en el fomento de los procesos de innovación, participación y capacitación permanente; lo
cual contribuirá a enfrentar lo compleja y particular
que resulta la realización de una gestión con enfoque de cadena a nivel municipal en el contexto de
la agricultura cubana, dentro de la actualización del
modelo económico del país.
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Recibido el 4 de marzo de 2015
Aceptado el 4 de enero de 2016
64
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Randolph Delgado Fernández
Artículo Científico
Caracterización de los sistemas de producción caprina
en la provincia Ciego de Ávila
Characterization of goat production systems
in the Ciego de Ávila province
Randolph Delgado-Fernández
Centro de Investigaciones de Bioalimentos, Carretera a Patria km 1½, Morón, Ciego de Ávila
Correo electrónico: especialistazootecnia1@cibacav.cu
RESUMEN: Durante el período enero-mayo de 2015, se caracterizaron los sistemas de producción caprina en
todos los municipios de la provincia Ciego de Ávila. Fueron visitados 215 productores caprinos,
tanto privados como estatales, y se les aplicaron encuestas semiestructuradas, a nivel de inca
y en sus respectivas bases productivas. El total de animales de los productores encuestados
fue de 25 735, lo que equivale al 86 % de la masa de la provincia. El municipio Baraguá
sobresalió como el de mayor cantidad de cabezas (8 206), seguido por el municipio Majagua
(5 233 animales), los que poseen el 44,9 % del total de la masa de la provincia. La edad
promedio de los criadores resultó inferior a 60 años en más del 90 % de los encuestados, y
predominó el nivel de instrucción secundario o técnico, el cual es adecuado para asimilar
un proceso de capacitación sobre la especie caprina. La raza o fenotipo predominante fue
la mestiza o criolla, aunque en Baraguá predominó la raza Nubia y en otros municipios, la
mestiza Alpina, introducida en años anteriores. El peso al sacriicio fue óptimo en Baraguá,
Florencia, Majagua y Venezuela (22-25 kg para machos caprinos de seis meses de edad), y
la peor situación la presentó Morón con un peso muy inferior. La caracterización realizada
permitió identiicar una insuiciente atención hacia los campesinos vinculados a la crianza
caprina, sistemas con pastoreo extensivo sobre coberturas naturales y bajo uso de otras fuentes
de alimentación alternativas, deiciencias técnico-constructivas de las instalaciones, deiciente
control de parásitos, escaso tratamiento de los residuales antes de usarse y una limitada
orientación y formación técnica brindada por la Empresa de Ganado Menor, la Asociación
Cubana de Producción Animal y otros centros del territorio.
Palabras clave: cabra, diagnóstico, producción animal.
AbSTRACT: During the period of January-May, 2015, the goat production systems were characterized in
all the municipalities of the Ciego de Ávila province. Two hundred and ifteen goat raisers,
private as well as state ones, were visited and semi-structured surveys were applied, at farm
level and in their respective productive bases. The total animals of the surveyed raisers was
25 735, which is equivalent to 86 % of the stock in the province. The Baraguá municipality stood
out as the one with the highest quantity of heads (8 206), followed by the Majagua municipality
(5 233 animals), which have 44,9 % of the total stock of the province. The average age of the
raisers was lower than 60 years in more than 90 % of the respondents, and the high school
or technical level prevailed, which is adequate if the training process about the goat species
should be assimilated. In general, the crossbred or creole genotypes prevailed, although the
Nubia breed prevailed in Baraguá and the Alpine crossbreed, introduced in previous years,
predominated in the Primero de Enero and Majagua municipalities. The weight at slaughter was
optimum in Baraguá, Florencia, Majagua and Venezuela (22-25 kg for six-month-old bucks),
and the worst situation was observed in Morón with a much lower weight. The characterization
made allowed to identify the insuficient attention received by the farmers linked to goat raising,
extensive grazing systems on natural covers and little use of other alternative feeding sources,
the technical-constructive deiciencies of the facilities, the parasite control, the scarce treatment
of wastes before being used, and the limited technical orientation and training provided by the
responsible entities of the territory.
Keywords: goat, diagnosis, animal production
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Sistemas de producción caprina
INTRODUCCIóN
Hace alrededor de 8 000 años, los caprinos se
contaban entre las primeras especies de animales
domesticadas por el ser humano. Desde entonces,
esta especie ha sido muy utilizada por el hombre,
debido a su carne, leche y piel, y a otras ventajas
entre las que se destaca el uso de sus excretas como
abono orgánico y al control que hacen estos animales de los matorrales (ACPA, 2005). En muchos países subdesarrollados, las cabras continúan siendo
los principales animales que cubren las necesidades
del hombre (Blanchard, 2004).
El manejo del ganado caprino impone nuevos
retos en los años venideros del siglo xxi para atenuar los efectos negativos que el hombre ocasiona
al ecosistema. En este sentido, Flores y Ramírez
(2013) informaron que existen diferentes alternativas que permiten revertir este proceso, tal como
la crianza sostenible, basada en el uso de insumos
disponibles en la inca y que considera de forma integral los aspectos socioculturales y económicos, lo
que posibilita evaluar la realidad que se vive en las
zonas rurales.
A nivel internacional, China e India se ubican
en los dos primeros lugares en cuanto a la cantidad de cabras que poseen, pero en el caso de China,
sus indicadores productivos se ubican entre los más
bajos, debido a aspectos como el clima, los sistemas de manejo, la alimentación, la capacitación a
los productores y los sistemas de comercialización.
En cambio, India ocupa el primer lugar como país
productor de leche (Aréchiga et al., 2008).
En Cuba, la crianza del ganado caprino está
muy vinculada al entorno rural, y se orienta hacia
la producción de carne y leche en los diferentes
sistemas de alimentación, donde la variabilidad
estacional de los recursos forrajeros disponibles
condiciona, de manera importante, el estado nutricional de los animales a lo largo del año, según reiere Bidot (2013). Ello exige decisiones oportunas
que permitan el mejoramiento de su productividad
mediante el empleo de sistemas tecnológicos sostenibles y el fortalecimiento de la infraestructura,
sustentados sobre la base de un sistema de gestión
tecnológica y de la innovación, para incrementar la
producción de carne y leche en la ganadería caprina
(Rabasa et al., 2012; Pesántez et al., 2014).
La actual estrategia de recuperación agropecuaria de Cuba está orientada a la gestión de una política
de desarrollo rural sostenible que posibilite articular
el crecimiento económico con la preservación de los
65
recursos naturales y el medio ambiente. Se trata
en el mejor sentido, lejos de contradecirse, de una
combinación armónica de la cultura de trabajo agrícola tradicional con los nuevos enfoques empresariales de la organización del trabajo y la gestión en
la agricultura, para situar sobre bases sostenibles el
desarrollo agropecuario del país.
Los sistemas de producción caprina en Cuba
se encuentran generalmente en manos de pequeños
productores que manejan de forma tradicional los
rebaños (Oicina Nacional de Estadística e Información, 2014), lo cual se ve relejado inalmente
en la productividad y la competitividad del sector
caprino.
La caracterización de los sistemas de producción
caprina en la provincia de Ciego de Ávila permitiría
conocer los puntos críticos sobre los cuales accionar
con vista a mejorar los indicadores productivos y de
sostenibilidad, base fundamental para el desarrollo
de la industria caprina, y de ello dependerán en gran
medida el rendimiento, la productividad y la aceptación
por parte del consumidor.
Por lo antes expuesto, el objetivo de este estudio
fue caracterizar los sistemas de producción caprina
de la provincia de Ciego de Ávila.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en el período comprendido entre enero y mayo del 2015, y abarcó todos los
municipios de la provincia Ciego de Ávila. Durante
este período fueron visitados 215 productores caprinos, tanto privados como estatales, a los cuales
se les aplicaron encuestas semiestructuradas a nivel de inca y en sus respectivas bases productivas
(tabla 1).
Como criterio de selección de los productores
se tuvo en cuenta que dispusieran de, al menos, 20
reproductoras, de acuerdo con la información disponible en la Empresa de Ganado Menor (EGAME)
y el censo actualizado del Centro Nacional de Control Pecuario (CENCOP) de Ciego de Ávila.
En este sentido, la masa caprina total de la
provincia se estima en 29 925 cabezas de ganado,
según censo actualizado del CENCOP en enero de
2015 (tabla 2).
Las encuestas se elaboraron según la guía-diagnóstico propuesta por Landini et al. (2013), con la
inclusión de indicadores tecnológicos, económicos,
ambientales y sociales para las incas, sugeridos
por Leeuwis y Aarts (2011). En la investigación se
aplicó un enfoque de sistema, de acuerdo con lo
propuesto por Landini (2012).
66
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Randolph Delgado Fernández
Tabla 1. Encuestas aplicadas a caprinocultores de la provincia de Ciego de Ávila.
Cantidad de encuestas aplicadas
Sector privado
Sector estatal
Baraguá
Municipio
55
55
-
Primero de Enero
15
14
1
Florencia
20
19
1
Venezuela
15
13
2
Ciego de Ávila
20
18
2
Majagua
30
27
3
Ciro Redondo
20
19
1
Chambas
15
14
1
Bolivia
15
14
1
Morón
10
10
-
Total
215
203
12
Tabla 2. Rebaño caprino por categoría (enero de 2015), provincia Ciego de Ávila.
Machos caprinos
Municipio
Crías
Desarrollo
Ceba
Hembras caprinas
Sementales
Total
Cría
Desarrollo
Reproductoras
Total
Total
general
Chambas
96
51
0
55
202
177
163
539
879
1 081
Morón
300
87
0
93
480
348
260
1 382
1 990
2 470
Bolivia
378
280
380
179
1 217
379
502
461
1 342
2 559
1ero de Enero
378
210
6
84
678
363
446
1109
1 918
2 596
Ciro Redondo
233
137
69
113
552
252
241
709
1 202
1 754
Florencia
274
166
68
110
618
295
231
798
1 324
1 942
Majagua
751
636
0
326
1 713
727
788
2 005
3 520
5 233
Ciego de Ávila
250
156
76
133
615
384
349
1 023
1 756
2 371
Venezuela
328
172
47
153
700
231
319
463
1 013
1 713
Baraguá
1 067
857
21
449
2 394
1 003
1 818
2 991
5 812
8 206
Total
4 055
2 752
667
1 695
9 169
4 154
5 117
11 480
20 756
29 925
Fuente: CENCOP (2015).
En la caracterización de la inca o del criador
se consideraron los aspectos socioeconómicos, la
infraestructura, las capacidades tecnológicas y el
potencial humano respecto a la producción caprina.
Ello facilitó identiicar las principales diicultades
que limitaban la crianza de la especie y la posible
solución de estas mediante la formulación de programas de capacitación.
RESULTADOS Y DISCUSIóN
El total de animales de los productores encuestados alcanzó una cifra de 25 735 cabezas, lo que
signiica que se logró encuestar a los poseedores del
86 % de la masa de la provincia. Ello fue el resultado
directo de centrar la atención en campesinos con rebaños de 20 reproductoras o más, y ofrece información
más completa sobre la tipiicación de la crianza caprina. Igualmente resultó signiicativo que, de las 215
encuestas, 203 fueron aplicadas en el sector privado
y solo 12 en el sector estatal, lo cual coincide con lo
planteado por Bidot (2013) y Oicina Nacional de Estadística e Información (2014), quienes indicaron que
la crianza caprina de Cuba se encuentra, en lo fundamental, en manos de los productores privados.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Sistemas de producción caprina
El municipio Baraguá sobresalió como el de
mayor cantidad de cabezas (8 206), seguido por
el municipio Majagua (5 233), lo que representó el
44,9 % del total de la masa de la provincia. El
municipio de Chambas resultó el de menor cantidad
de cabezas (1 081).
Al hacer el desglose por cada una de las categorías
de animales (ig. 1) sobresalió igualmente, por su gran
número de reproductoras, Baraguá (2 991), seguido
por Majagua (2 005).
Se evidenció una mayor tradición en la crianza caprina en el municipio Baraguá, con 20 años
de experiencia, seguido por Majagua con 17 años;
mientras que en Ciego de Ávila se hallaron los productores de menos experiencia, con apenas cinco
años desde que se incorporaran a la actividad, y el
resto ocupaba una posición intermedia entre ambos. En todos los municipios el dueño de la inca
era del sexo masculino, predominantemente.
Cuando se analizaron las causas de la cría de
esta especie, en Baraguá y Majagua (mayores productores) se constató la inluencia de la tradición;
sin embargo, en Ciego de Ávila (municipio capitalino) predominó la crianza caprina fundamentalmente como alternativa económica, y en otros
municipios como Morón y Venezuela se combinó
tanto la necesidad económica como la alternativa
familiar.
La edad promedio de los criadores en la generalidad de los municipios resultó inferior a 60 años
en más del 90 % de los encuestados. Predominó el
noveno grado (secundario o técnico), lo que indicó
que existía un nivel de instrucción adecuado para
asimilar un proceso de capacitación sobre la especie caprina.
Se conoció que todos los productores asociaban
la crianza caprina con otras, y cada municipio tenía
67
sus particularidades. En Baraguá predominó la asociación con ganado ovino, seguido de Ciego de Ávila con ganado vacuno de carne-leche. El municipio
Majagua manifestó esta misma preferencia, pero en
menor medida y más dirigida a la producción de
leche; mientras en Morón se prefería la asociación
con aves.
En la tabla 3 se presentan las principales características de los rebaños caprinos en los municipios
estudiados.
El número de reproductoras en los rebaños osciló entre 40 y 60 para Baraguá y Majagua, y fue
inferior o igual a 20 ejemplares en Chambas y Ciego de Ávila. Es necesario resaltar que en todos los
municipios, en la generalidad de los casos, la edad
de los rebaños oscilaba entre dos y tres años.
La proporción semental: reproductora se consideró apropiada en la mayor parte de los municipios, y se ubicó en el rango de 1:15-25; no sucedió
así en Primero de Enero, Ciro Redondo y Venezuela, donde este aspecto se manejó más deicientemente. Este rango coincide con el señalado por
zamora-Piñango (2009), quien indicó que en los rebaños caprinos se usa como sistema reproductivo la
monta natural o libre y los animales son manejados
en rebaños únicos, con una reproducción estacional
que impide utilizar más eicientemente al semental.
En todas las incas encuestadas se emplearon sementales con dos a tres años de edad (machos medianos), lo que según Bidot (2013) resulta adecuado,
y se deben rotar cada 1,4-1,7 años con el propósito
de evitar la consanguinidad.
Por otra parte, la raza o fenotipo predominante
en los municipios fue la mestiza o criolla, reconocida
por su precocidad, proliicidad, rusticidad, resistencia
a las enfermedades y a condiciones difíciles de
alimentación, aunque en los rebaños de Baraguá
68
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Randolph Delgado Fernández
Tabla 3. Principales indicadores de los rebaños caprinos por municipio.
Municipio
Indicador
Reproductoras
en el rebaño:
• ≤ 20
• 21-39
• ≥ 40
Edad promedio
del rebaño (años)
Proporción
semental/
reproductora
• 1/15-25
• ˃ 1/25
Raza
predominante
Objetivo de la
crianza caprina:
• Carne
• Leche
Ch.: Chambas
Mor.: Morón
Ch.
Mor.
Bol.
P. E.
C. R.
Fl.
Maj.
C. Á.
Ven.
Bar.
(x)
()
()
()
(x)
()
()
(x)
()
()
(x)
()
()
(x)
()
()
(x)
()
()
()
(x)
(x)
(x)
()
()
(x)
()
()
()
(x)
2,8
4
2,4
4
4
3,6
3
2
2,6
2
(x)
()
(x)
()
(x)
()
()
(x)
()
(x)
(x)
()
(x)
()
(x)
()
()
(x)
(x)
()
Mestiza Mestiza Mestiza
(x)
()
(x)
()
Bol.: Bolivia
P. E.: Primero de Enero
(x)
()
Mestiza
Mestiza
Mestiza Nubia Nubia
Nubia Mestiza
Alpina
Alpina
(x)
()
(x)
()
C. R.: Ciro Redondo
Fl.: Florencia
había preponderancia de la raza Nubia y en otros
municipios, como Primero de Enero y Majagua,
predominó la mestiza Alpina, introducida en años
anteriores.
En todos los municipios, con excepción de Baraguá, la crianza de caprinos se realizó con el propósito de obtener carne, no de comercializar la leche. En
Majagua predominó el objetivo de entregar animales
como pie de cría. El aspecto externo de la madre fue el
criterio predominante para su posible selección, aunque también se consideró el tamaño de la cría y el tipo
de parto, indistintamente. Sin embargo, no se tuvo en
cuenta el ancho de las caderas, las ubres bien implantadas, la verticalidad de la vulva respecto al cuerpo, el
buen desarrollo o condición corporal (2,5-3,5 en una
escala de 5) y la ausencia de defectos (en los aplomos y
con más de dos pezones) como criterio para su eliminación (venta o sacriicio) del rebaño, como sugieren
Silanikove et al. (2010).
El sistema de alimentación usado mayoritariamente en los municipios fue el extensivo, sustentado básicamente en el pastoreo continuo de especies
naturales de baja calidad, en suelos de fertilidad natural, con bajo contenido de materia orgánica y deiciente drenaje interno (Sánchez et al., 2011). La base
(x)
()
(x)
()
Maj.: Majagua
C. Á.: Ciego de Ávila
(x)
()
(x)
()
()
(x )
Ven.: Venezuela
Bar.: Baraguá
alimentaria que se empleó en los rebaños caprinos de
estos municipios dependió de los recursos disponibles
en cada localidad. En Ciego de Ávila y Morón, con
ambiente urbano predominante, el pastoreo incluyó las
guardarrayas, cañadas y cunetas, debido a que los poseedores de caprinos no contaban siempre con tierras
destinadas para pastorear.
Solo en Baraguá, Majagua y Ciro Redondo se
contaba con equipos que permitían procesar los alimentos voluminosos potencialmente disponibles;
esa suplementación se incluía limitadamente junto con otros recursos del territorio y/o la inca en el
período seco, por lo que los animales no cubrieron
sus requerimientos; en ello inluyó el déicit de alimentos en los potreros y los altos gastos energéticos
por el pastoreo. No obstante, existe un potencial de
subproductos y desechos de cosechas (caña de azúcar,
cítricos, viandas y granos) que, a partir del diseño de
estrategias integrales a nivel de inca y acorde con las
demandas de la especie, pudieran cambiar el panorama actual de esa base alimentaria.
A partir de lo anterior, se impone trabajar en un
mayor aprovechamiento de los subproductos que pueden
ayudar en la suplementación a esta especie, sobre todo
en la época de menor abundancia de pastos. Según
69
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Sistemas de producción caprina
Benavides (2010), la sostenibilidad de la agricultura
y de los recursos naturales se reiere al uso de los
recursos biofísicos, económicos y sociales, según
su capacidad, en un espacio geográico que permite
satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes y futuras. En el anterior contexto, Altieri
y Toledo (2011) señalaron como necesaria la
identiicación de las potencialidades rurales, a partir
de sus especiicidades, y la posibilidad de solución
de sus problemas con la participación activa de los
actores sociales, con menor dependencia externa.
En los municipios Baraguá y Majagua predominaron los productores con más de 20 hectáreas
de tierra, lo que permitiría, a partir de un reordenamiento de sus producciones, poder contar con áreas
destinadas al desarrollo de los caprinos. Morón, Venezuela y Ciego de Ávila, con muy pocas tierras o sin
estas, se encuentran más limitados para organizar de
forma sostenible su base alimentaria (tabla 4).
La infraestructura mínima que permitía proteger al rebaño de las lluvias y las radiaciones solares
directas se caracterizó por su grado de rusticidad,
como en Venezuela, y este fue menor en Baraguá.
Por su parte, la orientación de las naves no
constituía un elemento de importancia para los
criadores de caprinos, pues aunque la posición N-S
es la recomendada en el hemisferio Norte (Borroto
et al., 2011), con el in de recibir los efectos beneiciosos de la incidencia solar y mantener la higiene
del piso, esto no se tomó en consideración por la
mayoría de los productores y acrecentó el riesgo de
afectación a la salud en el rebaño.
La situación higiénica de las incas caprinas en
los municipios era aceptable, a pesar de no tener
una disponibilidad real de productos como el carbonato de calcio (cal) o el formaldehído (formol),
de probada efectividad para esos ines. Ello pudiera
poner en riesgo la higiene y la salud de la masa caprina, y explica la alta incidencia parasitaria (60-75 %)
declarada por los productores, con énfasis en los
endoparásitos.
Se apreció que más del 50 % de los productores practicó alguna limpieza de sus naves, aunque el
barrido y recogida diarios se realizó solo por el 20 %
de los encuestados. Esos residuos frescos se usaban
como fuente de materia orgánica directamente en
el suelo en el 70 % de las incas, sin tratamiento
previo; solo en Baraguá, Majagua y Venezuela recibieron algún procesamiento, lo cual evidenció una
limitada cultura en este sentido, ya que la eiciencia
de su uso resulta baja en las áreas donde se aplica de
esa forma.
Antes del tratamiento antiparasitario, en ningún
caso se realizó envío de muestras de heces fecales
al laboratorio provincial de diagnóstico veterinario
para determinar el tipo de parasitismo presente, y
se constató preferencia por el uso del Labiozol®
(Albendazol sulfóxido, LABIOFAM, Cuba) en el
Tabla 4. Características principales de las instalaciones dedicadas a los caprinos.
Municipio
Indicador
Ch.
Mor.
Bol.
P. E.
C. R.
Fl.
Maj.
C. Á.
Ven.
Bar.
4
11
2
8
2
13
4
11
5
15
3
17
8
22
2
18
2
13
26
29
• Guano
10
5
13
14
19
19
20
5
15
30
• Fibrocemento
1
1
1
1
1
5
13
10
• zinc
1
1
1
2
2
12
• Otro
3
3
15
10
15
2
13
4
16
20
19
11
11
9
1
14
35
20
12
3
7
3
9
6
10
5
13
7
12
8
20
10
15
5
15
5
50
Orientación de la nave:
• N-S
• Otra
Tipo de techo:
Tipo de piso:
• De rocoso
• De tierra
Tipo de nave:
• Muy rústica
• Poco rústica
Ch.: Chambas
Mor.: Morón
Bol.: Bolivia
P. E.: Primero de Enero
1
3
C. R.: Ciro Redondo
Fl.: Florencia
Maj.: Majagua
C. Á.: Ciego de Ávila
3
Ven.: Venezuela
Bar.: Baraguá
70
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 64-71, 2016 / Randolph Delgado Fernández
70 % de los encuestados, sin rotar el antihelmíntico
empleado o usar la carta Famacha©. Lo anterior,
sin duda, predispone a la aparición del fenómeno de
resistencia a los antiparasitarios en la masa caprina
(Nari et al., 2013).
Unido a lo anterior, solo el 60 % de los caprinos
recibieron anualmente tratamiento antiparasitario,
debido a la inestabilidad en el abastecimiento de este
producto y al uso limitado de la medicina alternativa.
Los municipios Baraguá y Majagua, donde existe
amplia tradición en la crianza caprina, se destacaron
por el uso de la medicina verde, con variantes tales
como lavados con hojas de ceiba (Ceiba pentandra
(L.) Gaertn.) y yagruma (Cecropia peltata) después
del parto para evitar infecciones. Además se apreció
el uso de la infusión de hojas de guayaba (Psidium
guajava L.) contra las diarreas, y las semillas de
calabaza (Cucurbita pepo L.) en dosis de 100 a 150 g
como anticestódico.
Las incas de caprinos en Baraguá, con mayores
rebaños, sacriicaron anualmente el doble de cabezas
en comparación con los otros municipios, y además se
utilizó la contratación con la EGAME en el 80 % de
aquellas que vendían sus caprinos para ser sacriicados.
Sin embargo, aunque en el municipio de Majagua el
70 % de sus incas tenía contratos, ello aportó menor
cantidad de animales para el sacriicio; algo similar
ocurrió en Morón, donde ninguna de las incas realizó
la contratación como práctica para la venta de caprinos
que se sacriicaban anualmente para carne.
Entre las ventajas de esta crianza los productores
señalaron: a) su comportamiento alimentario, el
ramoneo y el consumo de una gran variedad de
plantas la hacen lexible en la selección de dietas
para satisfacer sus necesidades nutricionales; la
cabra puede consumir mayor cantidad de alimentos
por unidad de peso y produce, a su vez, más leche por
unidad de peso vivo; b) la poca inversión que exige la
especie y la posibilidad de utilizar sus producciones
para el autoconsumo familiar. Lo anterior coincide
con los estudios de Ortega-Cerdà y Rivera-Ferre
(2010), que le atribuyen importancia a esta crianza
en la seguridad alimentaria de pequeños y medianos
productores.
Los precios de venta tuvieron una notable variación, pero la mayoría osciló entre 12,50 y 13,00
CUP/kg, que es el establecido para compra de
machos jóvenes de 14,00-19,99 y 20 kg, respectivamente, y está acorde a lo estipulado en la Resolución 6 del Ministerio de la Agricultura (2015).
El peso al sacriicio se comportó de forma idónea
en los municipios Baraguá, Florencia, Majagua y
Venezuela, y fue de 22-25 kg para machos caprinos
de seis meses de edad; la peor situación la presentó
Morón con un peso muy inferior al señalado, lo cual
limita el rendimiento potencial de la canal en esa
especie (Hernández, 2004).
En el diagnóstico realizado a las incas de productores de caprinos solo se reconoció por el 60 %
de los encuestados a la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) como un factor importante
para su nivel de información. También se planteó
que en los municipios no se han efectuado talleres
de intercambio de experiencias; solo el 20 % de los
productores han recibido alguna instrucción sobre
la especie, aunque más del 95 % de los encuestados mostró interés en participar en programas de
capacitación.
La mayoría de los productores (78 %) reconocieron la aplicación de nuevas variantes tecnológicas como una alternativa para mejorar la
productividad y la eiciencia en las incas. La asistencia técnica a través de la EGAME, de las sedes
universitarias municipales y del centro de creación
de capacidades del CITMA (Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente) en cada municipio
solo se valoró como positiva por el 40 % de los encuestados.
CONCLUSIONES
A partir de la caracterización realizada se concluye que:
• La alimentación de la masa se basa fundamentalmente en el pastoreo extensivo sobre coberturas naturales, sin hacer un uso óptimo de otras
fuentes alternativas de alimentación.
• Las instalaciones presentan deiciencias técnico-constructivas y notable grado de rusticidad.
• Exiten deiciencias en el control de parásitos,
con uso preferente de un mismo antiparasitario.
• Se les realiza escaso tratamiento a los residuales antes de usarse.
• La orientación y formación técnica por la EGAME,
ACPA y otros centros del territorio es aún limitada; existe un interés generalizado de los productores por recibir capacitación.
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Recibido el 16 de junio de 2015
Aceptado el 23 de diciembre de 2015
72
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 72-75, 2016 / Rosa M. Rodríguez-Calle
Comunicación corta
Caracterización de la torta obtenida del prensado del fruto
de Jatropha curcas
Characterization of the cake obtained from pressing
the Jatropha curcas fruit
Rosa M. Rodríguez-Calle1, J. Suárez-Hernández1
y Yanet Támbara-Hernández2
1
Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey
Universidad de Matanzas. Ministerio de Educación Superior
Central España Republicana CP 44280, Matanzas, Cuba
2
Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, La Lisa, La Habana, Cuba
Correo electrónico: rosa.maria@ihatuey.cu
RESUMEN: Jatropha curcas posee un potencial considerable, que radica en su alto contenido de aceite para
la producción de biodiesel. Se realizó un estudio con el objetivo de determinar algunos indicadores químicos de la torta obtenida del prensado del fruto de esta oleaginosa. Se obtuvieron los
siguientes valores: humedad: 3,80 %; ceniza: 7,02 %; contenido de extractos en agua: 10,7 %;
contenido de extractos en etanol: 6,3 %, lo que indicó que la cantidad de compuestos solubles
en solventes polares fue alta. El valor promedio de la lignina de Klason fue de 6,32 %. La torta
estaba compuesta por 51,9 % de carbohidratos (los glucanos representaron el 31,7 %) y 32,2 %
de proteína cruda. Se concluye que la torta de J. curcas, previamente detoxiicada, se convierte
en una alternativa para su empleo en la alimentación animal.
Palabras clave: alimentación de los animales, biodiesel, carbohidratos, proteínas.
AbSTRACT: Jatropha curcas has a remarkable potential, which lies on its high oil content for biodiesel
production. A study was conducted in order to determine some chemical indicators of the cake
obtained from pressing the fruit of this oil plant. The following values were obtained: moisture:
3,80 %; ash: 7,02 %; content of water extracts: 10,7 %; content of ethanol extracts: 6,3 %, which
indicated that the quantity of soluble compounds in polar solvents was high. The average value
of Klason lignin was 6,32 %. The cake was composed by 51,9 % of carbohydrates (glucans
represented 31,7 %) and 32,2 % of crude protein. It is concluded that the J. curcas cake, previously
detoxiied, becomes an alternative for its use in animal feeding.
Keywords: animal feeding, biodiesel, carbohydrates, proteins.
INTRODUCCIóN
El agotamiento de los combustibles fósiles ha
conllevado el desarrollo de estudios para obtener
fuentes alternativas de energía, en correspondencia
con las condiciones de cada país. Se han estudiado
diferentes variedades de plantas con rendimientos
satisfactorios, como la higuerilla (Ricinus communis L.), el girasol (Helianthus annuus L.), la palma
africana (Elaeis guineensis Jacq.), la soya (Glycine max), la colza (Brassica napus L.), el maíz (Zea
mays), el algodón (Gossypium herbaceum) y la
jatropha (Jatropha curcas), según lo señalado por
Singh et al. (2008).
J. curcas es una arbórea nativa de México y
América Central, pero se encuentra en otros países
de América Latina, Asia y África (Liu et al., 2007).
En Cuba está presente en casi todas las provincias.
La explotación de esta planta cada día se extiende
con mayor fuerza en la India, China, Brasil, Guatemala y en algunos países africanos, los cuales están
trabajando para perfeccionar las técnicas de cultivo
y el procesamiento industrial de su biomasa y/o residuo. Es una especie multipropósito, con innumerables atributos y un potencial considerable.
Esta planta puede ser una excelente alternativa
para los agricultores en la reforestación de zonas
erosionadas que se encuentran en regiones donde
sus cultivos han perdido el valor comercial, e incluso puede emplearse como una especie alternativa.
El aceite de sus semillas tiene usos nutricionales y
culinarios, y se ha incorporado también en la producción de cosméticos y jabón.
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 72-75, 2016 / Caracterización de la torta del fruto de J. curcas
La torta que resulta del prensado del fruto de
J. curcas es un subproducto obtenido de la semilla
una vez que se le extrae el aceite, el cual tiene poco
valor comercial debido principalmente a la presencia de compuestos tóxicos (ésteres de fórbol y curcina) y antinutricionales (inhibidores de tripsina,
ácido fítico y curcina). Esta se ha evaluado como
sustrato para la producción de biogás (Ali et al.,
2010; Raheman y Mondal, 2012) y bioetanol celulósico (Ncube et al., 2012), y como biofertilizante
(Raheman y Mondal, 2012) y fungicida (Saetae y
Suntornsuk, 2011). La torta derivada de la extracción de aceite tiene un alto potencial para complementar y sustituir a la harina de soya (Belewu y
Sam, 2010). Una vez detoxiicada, puede ser utilizada como alimento animal, por su alto contenido y
calidad de la proteína (Makkar et al., 1998; AbouArab y Abu-Salem, 2010; Aguirre, 2011; Saetae y
Suntornsuk, 2011).
El objetivo de este estudio fue realizar una caracterización química de la torta obtenida del prensado del fruto de J. curcas.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPF IH),
situada en una zona aledaña a la comunidad España
Republicana, municipio Perico, provincia de Matanzas; en el punto geográico determinado por los
22° 48’ y 7’’ de latitud norte y los 81° y 2’ de longitud oeste, a 19,01 msnm (Academia de Ciencias de
Cuba, 1989).
Obtención y caracterización de la materia
prima
La torta provenía de un proceso previo de extracción de aceite, realizado de forma mecánica a
temperatura de 60oC, para lo cual se empleó una
prensa hidráulica con adaptación de un sistema de
vacío. Se analizaron 5 muestras de torta, de 1 kg
de peso cada una; estas se molieron y se pasaron a
través de un tamiz cuyo diámetro era de 2 μm, con
el objetivo de lograr un tamaño de partícula más
uniforme. Posteriormente, se conservó en bolsas de
nailon a una temperatura de -20 oC hasta su posterior uso.
Se determinaron los siguientes indicadores:
el contenido de humedad y de ceniza, los extractos en agua y en etanol, la lignina de Klason
(como el residuo de la hidrólisis ácida analítica
de la biomasa) y los carbohidratos (cromatografía líquida de alta resolución), según las técnicas
73
descritas por la AOAC International (2000). Además se determinó el contenido de proteína cruda
por el método Kjeldahl (Gaviria y Bernal, 1995).
RESULTADOS Y DISCUSIóN
La torta residual tuvo 3,8 % de humedad, lo
que representa el contenido de agua de la muestra.
Ello se debió a la acumulación de materia seca (mayormente aceite y proteína) en la semilla durante
su maduración. En estudios realizados a semillas
de J. curcas procedentes de Paraguay y Argentina
se encontraron contenidos de humedad signiicativamente diferentes (6,50 ± 0,10 y 7,20 ± 0,10, respectivamente), según señalan Montes et al. (2011).
El valor promedio de ceniza de la torta residual
fue de 7,02 %, el cual brinda una aproximación de
su contenido de minerales. Este resultado coincide con los de Saetae y Suntornsuk (2010), Saetae
y Suntornsuk (2011) y Saetae et al. (2011), quienes
obtuvieron alrededor de 8 % de ceniza en la torta
de J. curcas resultante de la extracción de aceite.
Por su parte, Makkar et al. (1998 ) y Martínez-Herrera et al. (2006) hallaron un rango de 4,4-4,8 %
de ceniza.
Por su parte, el contenido de extractos en agua
y en etanol fue de 10,65 % y 6,32 %, respectivamente, lo cual indica que la cantidad de compuestos
solubles (proteínas, carbohidratos y minerales) en
solventes polares fue alta. Todos estos compuestos
resultan de gran importancia desde el punto de vista nutricional, ya que son considerados la fracción
energética de la muestra, que aporta la energía necesaria para que ocurran los procesos metabólicos
(Damodaran et al., 2010). En cuanto a la determinación de lignina de Klason, considerada la mayor
barrera química para la digestión de los forrajes
(Deschamps, 1999), se obtuvo un valor de 6,32 %,
comparable al 6,1 % de la paja de arroz, un residuo
de cosecha muy utilizado en la ganadería (Gellerstedt y Henriksson, 2008).
En el presente estudio se obtuvo un valor alto
de carbohidratos (51,9 %), superior a lo informado por Makkar et al. (1998) y Peralta-Flores et al.
(2012) en estudios con J. curcas, donde obtuvieron
35,0 % y 15,1 % de carbohidratos, respectivamente.
Estos valores se consideran aceptables, principalmente los de glucanos, que representaron el 31,7 %
(tabla 1), los cuales son necesarios para el desarrollo y crecimiento animal debido a que intervienen
directamente en el metabolismo. Resulta importante el contenido encontrado en las muestras, pues de
ello depende, en gran parte, la calidad de la nutrición
74
Pastos y Forrajes, Vol. 39, No. 1, enero-marzo, 72-75, 2016 / Rosa M. Rodríguez-Calle
Tabla 1. Contenido de carbohidratos en la torta de J. curcas
Carbohidrato
Porcentaje
Glucanos
31,7
xilanos
14,3
Galactanos
2,9
Arabinanos
3,0
animal, ya que estos son convertidos rápidamente
en ácidos grasos volátiles y constituyen una fuente
inmediata de energía para la multiplicación de la
lora ruminal (Robles, 2008).
El contenido proteico fue de 32,2 %, mucho
menor que el referido por Makkar et al. (1998)
para la torta residual a partir de J. curcas de Cabo
Verde (56,4 % de PC) o la de Nicaragua (61,2 % de
PC); pero superior a los informados por Rakshit et
al. (2008), Mahanta et al. (2008), Martínez et al.
(2010), Saetae y Suntornsuk (2011) y Saetae et al.
(2011), los que oscilaron entre 23 y 28 %.
También es mayor al hallado por Flores y Cruz
(2010) en las accesiones Cabo Verde e India Salvadoreña (contenidos inferiores a 20,20 % y 21,38 %,
respectivamente) y a los obtenidos en Africa (25 %)
por Nzikou et al. (2009).
Otros autores, como Saetae et al. (2011), reportaron que cuando esta materia prima se desgrasa totalmente, después del proceso previo de extracción
de aceite, se obtiene entre 53 y 58 % de proteína. En
este caso, la semilla no fue separada de los núcleos
y a la torta obtenida no se le retiró el aceite supericial; ello pudo ser la causa de la diferencia entre el
valor obtenido y lo reportado en la literatura.
El contenido de proteína obtenido en este estudio resulta elevado al compararlo con el de otras
fuentes de proteína vegetal que actualmente son
utilizadas en la industria alimentaria. Ello sienta
las bases para la caracterización y la determinación
de las características funcionales de las fracciones
mayoritarias de las proteínas en la torta de prensado obtenida del fruto de esta especie. Además,
según Phengnuam y Suntornsuk (2013), resulta
necesario conocer la digestibilidad de los aminoácidos, que son utilizados como fuente de proteína,
para realizar la formulación de las dietas acorde a
los requerimientos de cada especie.
Se concluye que la torta obtenida del prensado del fruto de J. curcas posee un alto contenido
del carbohidrato glucano, biomolécula de vital
importancia para el desarrollo y crecimiento de
los animales, y un aceptable contenido proteico;
por lo que, previamente detoxiicada, podría convertirse en una alternativa para su empleo en la
alimentación animal.
AGRADECIMIENTOS
Los autores de este trabajo agradecen la colaboración de la ingeniera química Evelyn Cabeza
Sánchez por los aportes realizados en la realización
de los ensayos y el análisis de los resultados
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Recibido el 9 de abril de 2015
Aceptado el 26 de octubre de 2015
NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN
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• Artículo científico. Se expondrán, de
forma profunda y detallada, los resultados de investigación o la aplicación
de resultados en las temáticas definidas por el comité editorial.
• Comunicaciones cortas. Se publicarán
reportes preliminares relevantes sobre
resultados de investigación o aplicación de resultados. Deben contener una
introducción muy breve sobre el tema,
donde se indica la urgencia o el interés
de la información y los resultados más
importantes del trabajo. Se debe agregar
suficiente información con el fin de que
quien lo desee pueda replicar la metodología. Los manuscritos de comunicaciones cortas no deben tener una extensión
mayor a 10 páginas (en Word).
• Notas técnicas: Se refieren a la publicación del desarrollo de técnicas o metodologías innovadoras, o su adaptación,
modificación, promoción y divulgación
de carácter científico. Incluye métodos
de mejoramiento, análisis estadísticos,
aparatos o instrumentos de campo, invernadero o laboratorio. La sección de
Discusión puede tomar un tono más expositivo (cualitativo) que crítico. Tendrán
una extensión máxima de cinco páginas.
• Análisis y comentario. Se presentará el
análisis de una situación específica, realizado por un especialista con reconocida
trayectoria en la temática. Puede contener datos, puntos de vista u opiniones, así
como observaciones personales; y debe incluir una revisión de la literatura apropiada
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y la dirección electrónica del autor para
correspondencia.
La participación en la obtención de datos, en la facilitación de procesos de investigación o en la coordinación del trabajo y/o
supervisión general del grupo de investigación no justifica la autoría. En estos casos,
los involucrados pueden aparecer al final del
artículo, en la sección de agradecimientos.
resUMen. El resumen no excederá las
250 palabras y se redactará en un solo párrafo. Debe incluir el objetivo de la investigación,
los principales aspectos metodológicos, el diseño experimental, los resultados más importantes y las conclusiones.
Palabras clave. Se debe incluir
un mínimo de tres palabras clave y un
máximo de cinco, las cuales pueden ser
compuestas y no deben aparecer en el
título. Como referencia se puede consultar el AGROVOC Thesaurus, de la
FAO (http://www.fao.org/aims/ag_intro.
htm?searchtext=), y el Tesauro Agrícola,
de la National Agricultural Library –del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos– (http://agclass.nal.usda.gov/
agt_Espanol/download_es.shtml).
introdUcción. La introducción
debe incluir brevemente la importancia
del problema dentro del marco del estudio, las limitaciones de la investigación,
los antecedentes más relevantes y el objetivo concreto del trabajo. Toda información debe estar respaldada con citas
bibliográficas actualizadas, que sean
de fácil acceso en centros de información, bibliotecas o a través de Internet.
En este acápite, toda mención de especies vegetales o animales debe incluir
su nombre científico completo, seguido
de su clasificador. Toda indicación posterior de ese nombre científico se hará
solo con la letra inicial del género seguido de la especie, o con el uso de nombres
comunes que hayan sido previamente
señalados. El nombre de la especie se
debe escribir en letra cursiva, no así el
clasificador. Los nombres de las variedades se deben poner con minúscula (por
ejemplo: Panicum maximum Jacq. var.
trichoglume) y los de los cultivares, con
mayúscula (por ejemplo: Choris gayana
Kunth cv. Callide). Los nombres comunes
se escribirán en minúscula (por ejemplo:
pangola, hierba elefante, pasto estrella,
rizobio, entre otros).
Materiales Y Métodos. Se sugiere el uso de subtítulos para separar
los distintos aspectos de la sección de
materiales y métodos. Esta incluirá el lugar donde se efectuó la investigación, el
periodo y las condiciones climáticas –si
procede–, la descripción detallada de los
materiales utilizados (suelos, semillas,
especies de plantas y animales, entre
otros) y el procedimiento experimental.
Los métodos deben indicar claramente
NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN
DE LOS ARTÍCULOS
las variables que se pretende medir y su
precisión, por lo que se debe incluir el
diseño experimental, los tratamientos,
la unidad experimental, los métodos de
muestreo y el tipo de análisis estadístico.
resUltados Y discUsión. Los resultados deben presentarse en forma concisa, con la ayuda de tablas y/o figuras (se
incluirán en un archivo adicional los datos que las originaron, para adecuar su diseño a los estilos definidos en la plantilla
de la revista), y se debe evitar la duplicación de información entre ellas y el texto.
Asimismo, se describirá la información
obtenida del análisis de varianza. En la discusión deben estar reflejados los criterios
del autor y las referencias a otros trabajos
que tengan relación directa con este. En
esta sección, al final, deberán aparecer las
conclusiones y las recomendaciones.
tablas, FigUras, Fotos, dibUJos
Y MaPas. Deben tener un título que se
explique por sí solo, independiente del texto;
y deben aparecer inmediatamente después de
que sean mencionados, no como anexos. Se
considerarán como figuras los gráficos, las
fotografías, los dibujos y los mapas. En estos
el título se colocará al pie; mientras que el de
las tablas se ubicará encima de ellas. La información de las tablas debe estar estructurada
lógicamente, en cuanto al cabezal y a las diferentes columnas y filas. Las fotografías deben
enviarse en archivo separado, con una resolución mínima de 300 dpi y en formato .jpg,
.eps o .tiff. Las abreviaturas que se incluyan
en las tablas y en las figuras, con excepción
de las de uso universal, deberán ser aclaradas
en una leyenda, al pie.
Las figuras y fotos se pueden incluir
en colores en la versión electrónica de la
revista, pero en la versión impresa se diseñarán en blanco y negro, por lo que el autor
debe presentarlas en estas tonalidades o en
escala de grises.
citas Y reFerencias biblio
grÁFicas. Deben contribuir al conocimiento sobre el tema y ser lo más
actualizadas posible. Las citas que aparecen en el texto del artículo deben indicar
el apellido del autor y el año de publicación. En el caso de los trabajos citados
que tengan más de dos autores se utilizará
el apellido del primero, seguido de et al.
Toda cita que se incluya en el texto deberá
aparecer en la sección de “Referencias bibliográficas”, al final del artículo, en orden
alfabético por el apellido del primer autor.
Estas incluirán los apellidos de los autores,
las iniciales de los nombres (en las bibliografías que tengan más de seis autores se
mencionarán los seis primeros seguidos
de et al.), el título completo del trabajo e
información del documento en que se publicó (artículo, capítulo de libro, tesis, etc.) y el
año de publicación. En el caso de las publicaciones periódicas (revistas, periódicos) se
debe indicar su título, el volumen, el número
y el rango de páginas; las publicaciones no
periódicas (libros, folletos, memorias de
eventos, tesis) incluirán, además, la institución o casa editora, la ciudad, el país –si esta
es poco conocida– y el total de páginas (o el
rango de páginas si se trata de un capítulo).
Los nombres de los autores van con minúscula, primero los apellidos y luego las
iniciales del nombre (s). Las comunicaciones personales no son parte de la literatura
citada, por lo que se incluyen solo dentro del
texto. Las citas obtenidas de Internet deben
ser preferentemente de publicaciones periódicas, revistas electrónicas o libros.
Ejemplos:
Contran, Nicla; Chessa, Laura; Lubinoa,
M.; Bellavitea, D.; Roggero, P. P. &
Enne, G. State of the art of the Jatropha curcas productive chain: from
sowing to biodiesel and by-products
(Review). Ind. Crops Prod. 42:202215, 2013.
Koohafkan, P. & Altieri, M. A. Sistemas
ingeniosos del patrimonio agrícola mundial: un legado para el futuro. Roma:
FAO, 2011.
Araya, J.; Benavides, J. E.; Arias, R. &
Ruiz, A. Identificación y caracterización
de árboles y arbustos con potencial forrajero en Puriscal. En: J. E. Benavides,
comp. Árboles y arbustos forrajeros de
América Central. Turrialba, Costa Rica:
CATIE, vol. 1, p. 31-63, 1994.
Campos, Maybe. Modelo de Gestión Estratégica. Experiencias en la UBPC El
Zapato, municipio Martí, provincia de
Matanzas. Tesis presentada en opción al
grado científico de Doctor en Ciencias
Agrícolas. Mayabeque, Cuba: Universidad Agraria de La Habana, 2013.
Vitta, J. Competencia entre cultivos malezas.
Sitio argentino de producción animal.
http://www.produccion-animal.com.ar.
[13/5/2013], 2013.
asPectos estadísticos
1. Se debe incluir en “Materiales y métodos” una explicación de los modelos
y métodos utilizados en el análisis
estadístico.
2. Si se aplican diseños clásicos (completamente aleatorizado, bloque al
azar, cuadrado latino, etc.) no será
necesario incluir información sobre
el modelo matemático utilizado, sino
solamente el nombre del diseño y el
número de réplicas.
3. Si se aplican diseños no clásicos, se deberá informar el modelo matemático
utilizado (con la explicación correspondiente) o citar al autor.
4. Se debe nombrar la dócima de comparación múltiple (Duncan, Scheffé,
Tukey, Newman-Keuls, etc.).
5. Se incluirán tablas de análisis de
varianza solo cuando ofrezcan
información adicional importante.
6. Las tablas de medias (con sus errores
estándar –EE–) deben resumir la in-
formación. No se incluirán datos originales, excepto en los casos requeridos.
7. Cuando se representen las dócimas de
comparación múltiple pueden incluirse
superíndices a las medias, que simplifiquen su interpretación.
8. Cuando se utilicen transformaciones
con el objetivo de validar el análisis
estadístico, existen variantes para la
presentación de las medias:
a) Informar las medias transformadas,
con sus correspondientes EE, y las
medias retransformadas.
b) Incluir las medias y los EE de los
datos retransformados, y ofrecer,
además, las medias originales.
9. En las ecuaciones de regresión se incluirán los EE.
10. En las curvas que representen ecuaciones de regresión, se señalará la dispersión de los datos a su alrededor.
11. En las figuras deben aparecer las unidades de medida y todos los elementos
imprescindibles.
otros asPectos de interés
• Los autores de las contribuciones enviadas tienen derecho a presentar sus
escritos en eventos públicos, preparar
trabajos derivados de estas, reproducirlos y distribuirlos.
• La fecha de recibido del trabajo se establecerá a partir de cumplida la primera
revisión por parte del comité editorial de
la revista.
• Los diferentes números de la revista se
divulgarán en los formatos impreso y
electrónico, y en Internet, con base en
la normativa de divulgación y cesión
de derechos por parte de los autores.
• Solo se distribuirá la versión impresa de
la revista a los centros de documentación,
instituciones y empresas afines a la rama
agropecuaria, así como a universidades y
bibliotecas. También se enviará a aquellas instituciones extranjeras con las que
se realiza canje. Asimismo, al autor principal se le hará llegar por vía electrónica
una separata de su trabajo en pdf, tanto
en español como en su versión en inglés;
así como el correspondiente índice anual: de contenido, de autores y de temáticas –el cual se publica en el número 4 de
cada año.
abreviatUras, síMbolos Y si
glas. La revista Pastos y Forrajes solo
aceptará los símbolos del Sistema Internacional de Unidades y la normativa
oficial del sistema internacional de pesos
y medidas; y con respecto a las abreviaturas, lo indicado para tal efecto por la
Real Academia de la Lengua Española.
Todas las siglas, salvo las muy socializadas por todo tipo de público (por ejemplo:
UNESCO), deben aparecer por primera
vez entre paréntesis, antecedidas por el
nombre completo del concepto o de la entidad a que hacen referencia.