REFLEXIÓN
La Curación con Compasión
William B. Ventres, MD, MA1,2
1
Departamento de la Medicina Familiar,
Universidad de Oregon de Salud y
Ciencias, Portland, USA
2
Instituto de Estudios Históricos,
Antropológicos y Arqueológicos,
Universidad de El Salvador, San
Salvador, El Salvador
RESUMEN
En este ensayo presento mi etos personal de curación con compasión. Es una
expresión de mi creencia que puedo curar a pacientes a la vez que estoy cumpliendo
con los objeivos tradicionales de la medicina. Reviso siete principios que
fundamentan este etos. Invito a otros, incluyendo a los estudiantes de medicina,
residentes y médicos en la prácica de su profesión, a reflexionar y descubrir su propio
etos de la curación y los principios que guían su crecimiento profesional. Un
documental digital corto en inglés complementa este ensayo, para que los médicos
puedan usarlo para esimular la reflexión sobre el desarrollo personal y profesional.
Esta es una traducción no oficial del arículo adjunto en inglés: Ventres WB. Healing. Ann Fam Med 2016;
14(1) :76-78. doi: 10.1370/afm.1889.
MÁS EN LÍNEA
P
www.annfammed.org
Conflictos de interés: El autor informa ninguno.
AUTOR CORRESPONDIENTE
William Ventres, MD, MA
Urbanización Buenos Aires III, Block H
Calle Los Maquilishuat, Nº 3-A
San Salvador, El Salvador
ara algunos, el don de la curación con compasión es algo natural. Para otros es algo
que nunca logran hacerlo muy bien.
Para mí, el trabajo de convertirme en un curador ha sido una práctica deliberada
desde que empecé mis estudios en la medicina hace más de tres décadas. Ha
significado la adquisición de una gran cantidad de conocimientos biológicos e
integrarles con habilidades de realizar examinaciones clínicas y de resolver problemas
médicos. Ha significado la combinación del conocimiento y habilidades con la
sabiduría, mientras trato de ayudar a los pacientes a navegar en el sistema de atención
de salud, así como a transformar las complejidades inherentes a la atención médica
directa y hacerla más comprensible.
Además, esto ha significado el estudio reflexivo de los procesos interpersonales y
culturales que influyen en la forma en que los médicos interactuamos con los
pacientes. También ha implicado la observación del trabajo de otros médicos, tanto a
quienes son modelos a seguir y quienes no lo son. Ha significado ser testigo de actos
terapéuticos que me fueron realizados cuando yo estaba enfermo.1 También ha
incluido la reflexión de mis propias actitudes hacia los pacientes así como mis
comportamientos con ellos. Convertirme en un curador (además de un médico) ha
significado el aprendizaje continuo en el trabajo, de diversas formas de examinación y
mejorar las formas en que trato con mis pacientes, compañeros de trabajo y colegas.
No me ha sido fácil ocuparme de estas dimensiones interrelaciones de curación.
Sospecho que también ha sido difícil para otros profesionales de la medicina,
incluyendo estudiantes, residentes y médicos. Muchos artículos en revistas médicas,
libros académicos y literarios, así como películas contemporáneas me han ayudado a
considerar lo que implica la práctica de curación (ver Tabla 1). Sin embargo, el camino
hacia la integración de los conceptos propuestos por dichos medios dentro mi propia
identidad profesional ha sido especialmente difícil por las presiones del trabajo
cotidiano en un ambiente de atención médica complicada y cambiante. Empero, en
algún lugar a lo largo del camino, he desarrollado mi propio etos de curación: como
expresión de mi fe, puedo curar a mis pacientes y a la vez que cumplo con los objetivos
tradicionales de la medicina.2
En el presente ensayo y en el documental digital adjunto en inglés (http://
www.annfammed.org/content/14/1/xxx/suppl/DC1) presento este etos de la curación y
reviso los siete principios fundamentales que la fundamentan. Espero con ello que
otros profesionales, incluidos aquellos que, como yo, no son curadores naturales, , así
como quienes parecen tener naturalmente el don de la curación, consideren desarrollar
su propio etos y sus principios. Así, busco que cuando estos profesionales lleguen a la
etapa en el ciclo de vida profesional en la cual me encuentro, puedan reflexionar sobre
su desempeño con orgullo honesto, basado en un trabajo honorable y bien hecho.
wventres@gmail.com
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LA CURACIÓN CON COMPASIÓN
MI ETOS DE LA CURACIÓN
Como curador me comprometo con mis pacientes, según
mis capacidades, para ayudarles a enfrentar la enfermedad
con menos miedo y más dignidad, a equilibrar la realidad
con la esperanza, con el fin de que ellos se adapten a su
padecimiento de una manera significativa y les ayude a
sentirse mejor, en lugar de peor.
PRINCIPIOS QUE APOYAN MI ETOS
Siete principios claves sostienen este etos de curación.
La dignidad es el reconocimiento de que cada paciente es
una persona con valor inherente, que merece respeto,
tiempo y atención. Cada paciente es una persona completa,
no solamente una colección de órganos o vías fisiológicas,
sino una entidad integral que es a la vez cuerpo, mente
y—¡sí!—alma. Cada paciente es una persona con una
historia y un futuro, con éxitos y fracasos; una persona con
esperanzas y temores, alegrías y frustraciones; una persona
que, habiendo entrado en este mundo, se enfrentará tarde o
temprano a los desafíos del padecimiento y la enfermedad
e, inexorablemente, saldrá de él.
La autenticidad es la acción de llevar la esencia de mi
humanidad a los encuentros clínicos con pacientes. Lo que
yo aporte a estas interacciones en gran parte determina si
estas funcionan como crisoles de cambios curativos o no.
¿Estoy sinceramente interesado en mis pacientes? ¿Estoy consciente,
presente y seguro de mí mismo, sin ser arrogante? ¿Soy creativo al
responder a las necesidades de mis pacientes? Ser auténtico significa
reconocer que mi desempeño es mejor cuando soy curioso, empático y
estoy apasionado por el trabajo que realizo; reconociendo que el
combinar la construcción de la relación médico-paciente con el manejo
de los asuntos estrictamente biomédicos tiene un enorme valor
terapéutico.
La integridad es la habilidad de vincular la dignidad y la autenticidad;
es la capacidad de ver la realidad con honestidad, informada por un
conocimiento
holístico
usando
una
consciencia
bio-psico-socio-existencial.3 A nivel personal, significa mantenerse al
día con los muchos avances diagnósticos y terapéuticos nacidos de la
ciencia médica contemporánea, balanceando la aplicación de este
conocimiento científico con el entendimiento de que el sufrimiento
acompaña a todas las experiencias de la enfermedad. Relacionalmente,
significa establecer con los pacientes una “presencia compartida” de la
cual se deriven tratamientos eficaces y mejoren los resultados clínicos.4
En su esencia, la integridad en cualquier situación significa dar lo mejor
de sí mismo, con los recursos que se tengan, dondequiera que esté, cual
sea la situación presente..
La transparencia implica abordar con apertura los encuentros
curativos. Significa escuchar con atención, usando un estilo de
preguntar-y-reflexionar, reconociendo las diferencias de opinión; todo
con la esperanza de llegar a decisiones más acertadas. No se trata
solamente de transferir la información; no es simplemente recitar riesgos
y beneficios a fin de obtener el consentimiento informado de un paciente.
No es solo educar a los pacientes por al pensar en voz alta. Sin duda no
es deponer mi responsabilidad profesional de guiar la atención clínica
cuando es requerido. La transparencia es una propuesta democrática que
Tabla 1: Recursos sobre la curación y el desarrollo profesional—
Algunas preferencias personales
Artículos de revistas médicas *
Brody H. The family physician: what sort of person? Fam Med. 1998;30(8):589-593
Egnew TR. The meaning of healing: transcending suffering. Ann Fam Med. 2005;3(3):255-262
Loxterkamp D. A vow of connectedness: views from the road to Beaver’s farm. Fam Med.
2001;33(4):244-247
Miller WL. Routine ceremony or drama: An exploratory field study of the primary care clinical
encounter. J Fam Pract. 1992;34(3):289-296
Scott JG, Cohen D, Dicicco-Bloom B, Miller WL, Stange KC, Crabtree BF. Understanding healing
relationships in primary care. Ann Fam Med. 2008 6(4):315-322
Libros académicos y literarios
Cassell EJ. The Nature of Suffering and the Goals of Medicine, 2nd ed. New York, NY: Oxford
University Press; 2004
Kleinman A. The Illness Narratives: Suffering, Healing, and the Human Condition. New York, NY:
Basic Books; 1988
Nepo M. Surviving Has Made Me Crazy. Fort Lee, NJ: CavanKerry Press, 2007
Remen RN. Kitchen Table Wisdom: Stories that Heal. New York, NY: Riverhead Books; 1996
Williams WC. The Doctor Stories. New York, NY: New Directions Publishing Corporation; 1984
Películas contemporáneas
Demme J. Philadelphia. Culver City, CA: TriStar Pictures; 1993
Haines R. The Doctor. Burbank, CA: Touchstone Pictures; 1991
Lynch D. The Elephant Man. Hollywood, CA: Paramount Pictures; 1980
Nichols M. Wit. Los Angeles, CA: HBO Films/Avenue Pictures Productions; 2001
Salles W. Diarios de Motocicleta [The Motorcycle Diaries]. Buenos Aires, Argentina: Argentina-USAChile-Perú; Filmfour/South Fork Pictures/Tu Vas Voir Production; 2004
*Estos artículos reflejan mi desarrollo como médico de familia. Los residentes y médicos de otras especialidades
bien pueden encontrar guías para desarrollar de su propio etos de la curación con compasión de los autores de sus
respectivas disciplinas.
reduce las asimetrías de poder entre mis
pacientes y yo, una que fomenta un
colaboración de dar-y-recibir para aclarar
inquietudes, explorar opciones y enfocarse en
las soluciones.
La solidaridad es el entendimiento de que
estoy trabajando con, y no solo para mis
pacientes. Mis pacientes y yo, a pesar de las
diferencias
en
nuestras
educaciones,
condiciones sociales o situación económica,
vivimos en un mundo interdependiente. Todos
se benefician cuando la atención que deseamos
para nosotros mismos también podemos
desearla para otros. A través de mi elección de
trabajo—dónde, cómo y con quién
practico—expreso mi creencia en la
solidaridad. A través de una actitud sin
prejuicios, una confianza cómoda y una buena
dosis de humildad sincera transformo esa
creencia en curación.
La generosidad es la disposición de entregar
mi tiempo, recursos y a mí mismo. A diferencia
de altruismo (el cual implica una presencia
heroica motivada por el sacrificio), la
generosidad sugiere intercambio: ofrezco a
otros atención médica competente; a cambio
recibo su confianza y respeto. Así, la
generosidad implica un sentimiento recíproco
de gratitud por la oportunidad de ayudar y ser
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LA CURACIÓN CON COMPASIÓN
de curación con compasión cada día.
ayudado, gratitud compartida no sólo con mis pacientes, sino
también con los otros profesionales de la salud que participan
de su cuidado.
La resiliencia—el poder de recuperación o la aptitud de
adaptarse—es la capacidad de caer y volver a levantarse, errar
el juicio el conocimiento y seguir adelante; saber cuándo he
hecho menos de lo posible; valorar honestamente una
situación y sus circunstancias; moverme hacia el perdón,
reavivar las llamas de la sabiduría y crecer. La resiliencia es
un proceso tanto humilde como enriquecedor, que me anima
aprender de mis errores y de mis logros.
Palabras claves: Educación médica, Bioética, Filosofía de la
medicina, Relaciones médico-paciente, Competencia profesional
Presentado 30 de mayo 2015; presentado, revisado 19 de agosto
de 2015; aceptado 15 de octubre 2015.
Agradecimientos: Les doy gracias a Alison Deming, MFA,
Richard Frankel, PhD, y Paul Gordon, MD, MPH, por sus
comentarios reflexivos sobre este manuscrito, y a Esthela Ventres
y Virginia Lemus por su ayuda en traducirlo en español. También
les doy gracias a Keven Siegert, Brian Hischier, y Matthew
Alexander, PhD, por sus contribuciones a la documental digital de
acompañamiento.
OTRAS CONSIDERACIONES Y CONCLUSIONES
Algunos médicos y educadores de medicina argumentarán
que he perdido totalmente el punto de la práctica clínica. La
medicina es una profesión de diagnósticos y tratamientos:
cuanto mejor afinamos estas tareas, mejor atendemos a las
necesidades de nuestros pacientes. Sin negar la importancia
de llevar a cabo estas tareas, estoy completamente en
desacuerdo. Creo que la curación y la compasión pueden y
deben coexistir. También creo que los enfoques en la práctica
son parte valiosa de cualquier proceso clínico que pretende ser
terapéutico. Dado que aquí he discutido un etos y sus
principios, este no debería implicar que no utilizo técnicas
basadas en la evidencia, orientados hacia objetivos
específicos durante mis interacciones con los pacientes,
técnicas que están a la vez centradas en la relación
médico-paciente, eficientes en el uso del tiempo y
médicamente eficaces.4,5
Otros médicos y educadores argumentarán que valorar la
curación en una época obsesionada con la maximización de la
producción y las ganancias es una tontería. Estoy también en
desacuerdo vigorosamente con esta idea. Encontrar maneras
creativas de llevar mi etos de curación a la vanguardia de mi
trabajo—sosteniéndole como luces en la oscuridad para guiar
las relaciones con mis pacientes—no solo me ayuda a ayudar
a los demás mientras construyen su vida, sino también me
ayuda a prosperar personal y profesionalmente en un
ambiente desafiante para la educación y la práctica.
He definido mi etos de curación con compasión y los siete
principios que le sustentan basado en mi propia práctica de la
medicina. Mi intención no es convertirles —a los estudiantes
de medicina, a los residentes o a los otros médicos—a mis
creencias. Más bien, es invitarlos a reflexionar y descubrir su
propio etos de la curación y los principios que guían su
desarrollo profesional. Estas exploraciones apreciativas de
autoreflexión no rectificarán todos los problemas que existen
en la atención de la salud hoy en día;6 tampoco no eliminaran
los muchos factores que funcionan como detonantes de
insatisfacción profesional hoy en día.7 Sin embargo, pueden
ayudarnos a dirigir nuestros propios destinos como
participantes activos de la curación con compasión. Pueden
ayudarnos a aliviar, en alguna pequeña medida, el sufrimiento
que tienen nuestros pacientes. Pueden ayudarnos a evitar que
terminemos lamentándonos al no haber actuado bien, pero
creyendo que hemos hecho, y seguir haciendo, una diferencia
Referencias
1. Ventres B. Stepping back from the edge. Pulse: Voices from
the Heart of Medicine.
http://www.pulsevoices.org/index.php/archive/
stories/231-stepping-back-from-the-edge. Accessed May 29,
2015.
2. Hastings Center. The goals of medicine. Setting new
priorities. Hastings Cent Rep. 1996;26(6)(suppl.):S1-S27.
3. Engel GL. The clinical application of the biopsychosocial
model. Am J Psychiatry. 1980;137(5):535-544.
4. Ventres WB, Frankel RM. Shared presence in doctor-patient
communication: A graphic representation. Fam Syst Health.
2015;33(3):270-279.
5. Mauksch LB, Dugdale DC, Dodson S, Epstein R.
Relationship, communication, and efficiency in the medical
encounter: creating a clinical model from a literature review.
Arch Intern Med. 2008;168 (13):1387-1395.
6. Ventres WB, Haq CL. Toward a cultural consciousness of
self in relationship: from “us and them” to “we”. Fam Med.
2014;46(9):691-695.
7. Mechanic D. Physician discontent: challenges and
opportunities. JAMA. 2003;290(7):941-946.
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