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CATEDRAL DE CHARTRES FINAL

INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y LA CIUDAD II CATEDRAL DE CHARTRES OMAR FUENTES GARCÍA A01367233 DRA. ESKA ELENA SOLANO MENESES INDICE Introducción…………………………………………………………………………………………. 3 Prefiguración………………………………………………………………………………………… 4 Materiales, Equipamiento y Mobiliario…………………………………. 6 Partes de la Catedral…………………………………………………………….. 9 Simbología e Iconografía……………………………………………………… 14 Contexto Histórico………………………………………………………………………………. 22 Expansión Agraria………………………………………………………………… 23 Renacimiento Urbano………………………………………………………….. 23 Comercio…………………………………………………………………………….. 24 Conflictos Bélicos………………………………………………………………… 24 Sociedad……………………………………………………………………………… 25 Cultura………………………………………………………………………………… 25 Ciencia………………………………………………………………………………… 26 Arte Gótico…………………………………………………………………………. 26 Historia Chartres………………………………………………………………… 27 Cristianismo……………………………………………………………………….. 27 Refiguración………………………………………………………………………………………. 29 Bibliografía………………………………………………………………………………………… 30 INTRODUCCIÓN El edificio gótico sustituyó a varias construcciones más antiguas, que sucesivamente fueron modificándose a lo largo del tiempo. Ya se tienen noticias desde el siglo IV, de una catedral que fue ampliada y reconstruida en el S. IX, en el XI y, más tarde, en el siglo XII, tras un incendio ocurrido en 1194. A pesar de las dificultades y las sucesivas catástrofes, el entusiasmo y la devoción de los habitantes de Chartres, no cesó durante todo este tiempo. La historia de la catedral de Chartres está llena de anécdotas y leyendas piadosas como las que se relatan en "El Libro de los Milagros", escrito durante la construcción del edificio, y donde se nos cuentan hechos inauditos y extraordinarios relacionados con curaciones y prodigios sobrenaturales. El edificio fue consagrado en octubre de 1260. A lo largo de su historia ha sufrido algunas modificaciones hasta el siglo XVIII. El arquitecto de Chartres levantó la nueva catedral sobre los cimientos de la anterior, lo que permitió una cierta rapidez en el avance de las obras. Aunque la cronología de su construcción no es totalmente exacta, puede afirmarse que la nave principal estaba ya concluida en 1220, las partes bajas del crucero fueron levantadas entre 1200 y 1235 y el coro, deambulatorio y las capillas radiales, se construyeron entre 1210 y 1230, y las partes altas del transepto, entre 1225 y 1245. La consagración, como se ha indicado antes, se retrasó hasta 1260 debido, quizá, a la terminación de la labor escultórica de los pórticos del transepto. A parte, remodelaciones posteriores, como las realizadas en el coro en 1753 o la sustitución de la cubierta original por una armadura metálica tras el incendio de 1836, destaca la fecha de la terminación de la torre norte de la fachada en 1507 y que corresponde a una estética del gótico tardío. Expresa una madurez, una perfección y una uniformidad —debido también al breve tiempo en que fue construida, probablemente bajo la dirección de un solo maestro de obras, el desconocido pero magnífico “maestro de Chartres“— que la sitúan en la cúspide del arte. PREFIGURACIÓN Se dice que la anterior iglesia albergo la túnica de la Virgen María, “La Santa Camisia”. Fue cedida por el emperador Carlomagno (876) que lo había recibido como regalo durante su visita a Jerusalén. Desde la antigüedad la veneración de la reliquia la ciudad gozaba de un próspero comercio centrado en las ferias que se celebraban en las cuatro grandes festividades marianas del año: la Purificación, la Anunciación, la Asunción y la Navidad. En el año 1145, con la ayuda del pueblo el obispo Godofredo de Lèves, comenzó las obras sobre la catedral edificada por Fulberto, debido a un incendio. El pueblo creía que se había quemado la reliquia de la Sancta Camisia. Una vez extinguido, se encontró sano y salvo en la tesorería. El cardenal informo a la gente que la reliquia había supervivido al incendio con la ayuda de la Virgen María, esto dio fuerzas a los vecinos para ayudar en la construcción de la nueva Catedral de Chartres. En 1194 comenzaron las obras con los planos del primer arquitecto con el fin de preservar el aspecto armonioso de la catedral, aunque no concluyo la construcción con el proyecto definitivo del arquitecto original. Es la primera en la que se utilizó de forma racional la técnica de los arbotantes que permitían elevar más las bóvedas. Una catedral gótica es un gran espacio, más o menos complicado, cubierto de bóvedas. Bóvedas que se hacen necesarias porque se quiere construir todo el edificio en piedra y, como se sabe, la piedra, empleada como elemento de soporte horizontal, no puede cubrir grandes espacios, pues se rompería. Las bóvedas, es decir, la disposición de la piedra a lo largo de líneas curvas en vez de planas, constituyen la solución al problema. Pero, a su vez, plantean otros, también considerables. En primer lugar, pesan; en segundo lugar, este peso tiende a descargarse hacia los lados de la misma bóveda, y no hacia abajo. Por lo tanto, no sirve apoyar las bóvedas sobre pilastras: éstas se derrumbarían como bolos. Es necesario apuntarlas, o sea, apoyarlas en unos muros tan gruesos que puedan resistir su empuje, o bien en otras bóvedas que absorban dicho empuje, oponiendo otro contrario. Los constructores románicos (los que precedieron a los góticos) hicieron ambas cosas: pusieron a los lados de sus techos grandes murallones y al mismo tiempo adosaron a las bóvedas mayores de las naves algunas bóvedas menores, usadas para cubrir algunos recintos secundarios, o de servicios, como los denominados matroneum, generalmente construidos sobre las naves laterales de las iglesias. Esto resolvía el problema arquitectónico, pero impedía abrir ventanas en los muros laterales, cubiertos por el matroneum. Los arquitectos góticos fueron más allá. Comprendieron que era inútil levantar grandes muros por doquier, ya que el peso de las bóvedas se descarga en algunos puntos bien precisos, y estos puntos eran los que debían ser reforzados con pilastras adecuadas (las cuales tomaron el nombre de “contrafuertes”). El resto de la pared, que no soportaba casi nada, podía ser empleado para abrir amplísimos ventanales; es más, podía ser incluso completamente acristalado, de la misma manera que en los edificios modernos, entre un pilar y otro puede extenderse una “piel” de cristal, un curtainwall, que aisle de la lluvia y de cualquiera de los demás elementos. Pero, pensándolo bien, lo mismo podía hacerse con los matroneum, cuyo único elemento indispensable era el arco que se oponía al arco de la bóveda: el resto era inútil, arquitectónicamente hablando. Y, en efecto, podemos ver que los arcos por tranquil, o sea los grandes arcos que unen directamente las bóvedas con los contrafuertes exteriores, sustituyen a los matroneum. Como sucede siempre, a esta solución no se llegó de repente, sino a través de un lento proceso de ensayos y pruebas. Sin embargo, en Chartres, el organismo estructural gótico aparece, por primera vez, dotado de todos sus elementos desde el principio (en efecto, es la primera vez que los arcos por tranquil se realizan y son concebidos para toda la catedral y no sólo para las partes más difíciles, como el coro). Y hay más: este sistema, ya consolidado, fue aplicado con una perfección y un equilibrio de proporciones difícilmente equiparables, casi increíbles en un organismo de tan excepcional envergadura. No en balde hay quien ha comparado a Chartres con un diapasón a escala arquitectónica y quien se ha pasado media vida midiendo y estudiando cada elemento de este extraordinario templo, que, por añadidura, es uno de los pocos monumentos que disputan a las grandes pirámides egipcias la primacía de los estudios “interpretativos”, en todas las claves, desde la cabalística a la mística, pasando por la matemática-geométrica. Los trabajos comenzaron en primer lugar en la nave y 1220 la estructura principal se completó con la antigua cripta, también se construyeron las torres de la fachada principal. MATERIALES, EQUIPAMIENTO Y MOBILIARIO En una cantera ubicada a 8 km de Chartres fueron ‘milagrosamente descubiertas' las piedras que serían utilizadas para la sillería de la catedral. Por presentar escasas impurezas, por su tonalidad y por su gran resistencia a la disgregación, a esta piedra calcárea de gran dureza se la consideró el material apropiado para la construcción de la iglesia. Sin este recurso natural, el logro técnico y artístico de la catedral hubiera sido imposible. Para las esculturas exteriores, en cambio, se emplearon otro tipo de piedras de grano más fino, que permitía el tallado de motivos y figuras sin dificultad. En su interior, Chartres es un edificio carente de decoración. Su sistema se trazó pensando en las grandes vidrieras cuyo color y luz contrarrestarían la sencillez de la arquitectura. Los capiteles de la nave central están decorados con follajes y los del deambulatorio con varios motivos florales, aunque siguen siendo muy sencillos en comparación con los capiteles de los grandes templos del período anterior. Esta sencillez se entiende, también, a partir de las limitaciones del material usado en la construcción, ya que la gruesa piedra caliza excluía la posibilidad de basar el efecto de su diseño en el refinamiento del detalle. Esta sencillez de la traza hace resaltar la imponente amplitud de las masas y la armonía de las proporciones que las mantiene unidas. En el sistema gótico, se alteraron las funciones tradicionales del muro, convirtiéndose en un telón traslúcido de vidrio de color; asimismo fueron desplazadas sus funciones como soporte de decoraciones como la pintura mural o el mosaico. Si el mosaico parte del principio arquitectónico del muro compacto y opaco y del efecto de la luz producido por el reflejo derivado de la incidencia de la luz, la vidriera, en cambio se basa en la concepción traslucida del muro y de su capacidad de convertir el interior en un ámbito de color trascendente y simbólico. La superioridad del vitral traslúcido sobre el fresco o los paneles opacos está basada en que la relación de los colores y sus valores cambian permanentemente con la luz del sol, que se va renovando según las diferentes horas del día y las estaciones del año. La vidriera es sumamente sensible a las pequeñas vibraciones de luz como si se tratara de una materia viva que se transforma permanentemente. Los vidrios no son planos, sino levemente curvos, lo que posibilita conseguir diferentes juegos de luz. Su técnica fue evolucionando considerablemente a lo largo de toda la Edad Media: los vitrales del siglo XIII están compuestos de pequeñas piezas de vidrio cuyo color se incorpora a la propia materia antes de la cocción, luego son cortados con hierro candente y ensamblados en un armazón de plomo. La mayoría de los vitrales originales de las catedrales europeas fueron destruidos, sin embargo, en Chartres se encuentra uno de los conjuntos más importantes con la casi totalidad de sus vidrieras originales: de 186 se conservan 152. En ellas aparecen pequeñas inscripciones o signos que permitieron establecer quienes fueron sus donantes, lo que da idea de la gran participación y compromiso de todo el pueblo en la decoración de la catedral. En la descripción del espacio gótico que hace Hans Jantzen (1970), sostiene que con los grandes ventanales de la nave central se señala a la pared como límite espacial, pero que no es un mero recurso para convertir el interior en un espacio luminoso: con esta luz se funde todo un mundo de imágenes que agrega su efecto al del espacio interior de la catedral y contribuye en forma decisiva a la potencia sobrenatural de la arquitectura gótica. Las vidrieras figuradas provocan como experiencia inmediata la impresión de lo sobrenatural, pues esas formas y personajes aparecen como seres incorpóreos nacidos de la luz. Durante la Edad Media el oro y las piedras preciosas aparecen asociados a dos conceptos: la luminosidad y la riqueza. Por asociación con estos valores y con independencia de las funciones simbólicas que desarrollan en el espacio gótico, las vidrieras fueron comparadas frecuentemente con las imágenes de brillo y fulgor de las piedras preciosas. Los costosos objetos de culto, a través del fulgor y la riqueza, ejercían también una función simbólica religiosa, por lo que estos elementos – cruces, relicarios, urnas, cálices, candelabros– realizados con oro y piedras preciosas, deben ser considerados en el contexto ideológico y social de su tiempo, lo que permitirá definir los límites mismos de su alcance y significación. Como referencia ostentosa al lujo, riqueza y poder, su empleo establecía una metáfora con un doble significado: como alusión a los comitentes en referencia a la riqueza y como desarrollo de valores simbólicos de carácter religioso en torno al tema de la luz, sirviendo de motivación para que la materialidad visualizada del objeto se convirtiese en una referencia a lo inmaterial y trascendente, como un verdadero agente de iluminación espiritual. El abad Suger había puesto de manifiesto el valor otorgado a estos objetos, por cuanto a través de ellos se podía trasladar la mente de lo material a lo inmaterial, de lo corpóreo a lo espiritual. El efecto se establecía en una especie de ascensión del mundo inferior al superior. PARTES IMPORTANTES DE LA CATEDRAL Encontramos un lugar magnífico en la fachada norte del templo, con un pórtico central en el que se muestra la coronación de la Virgen, junto a figuras de distintos santos y profetas. En la fachada oeste, está la entrada principal de la catedral. El “Pórtico Real” tiene tres tímpanos esculpidos y adornados con más de 700 personajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Una fachada de un edificio eclesiástico de época gótica, lo que podemos datar gracias al uso de la arquivolta apuntada, típica de esta época a diferencia de la de medio punto. Se trata de comienzos del gótico (siglo XII), pues las figuras todavía no son monumentales ni hay un dinamismo en las escenas que será típico de la escultura gótica del siglo XIII. Otra característica propia del gótico es la fusión entre la arquitectura y la escultura, formando ambas un todo único. Este pórtico se organiza de una manera tripartita, siendo la portada central de mayor anchura y altura que las laterales, reflejo de la estructura interior de la catedral. En esta división se puede notar la pervivencia de la tradición paleocristiana, cuyas basílicas se dividían de la misma manera. A su vez, cada portada se estructura de una manera ordenada, fiel reflejo del pensamiento de la época, que se basaba en el ordenamiento geométrico y matemático para alcanzar la visión divina, y en la claridad y simplificación de las formas, que dan a la arquitectura una visión serena y tranquila. Las jambas que separan las distintas puertas están formadas por haces de columnas decorados con figuras de reyes y de personajes del Antiguo Testamento. Éstas, en contraste con el románico, muestran una actitud serena, no severa. En ellas se produce una perspectiva jerárquica, pues los personajes del Antiguo Testamento son de mayor altura que los personajes de la realeza. Esta mezcla de personajes y la poca diferencia entre ellos intentan demostrar la relación entre los personajes bíblicos y la realeza para aumentar el poder de ésta. La portada representada a la izquierda se divide en dos frisos y un tímpano rodeado por arquivoltas. En la parte central se representa a Cristo en el aire acompañado por dos ángeles (la Ascensión), y en los frisos se representan a ángeles cantores y a otras figuras. Las arquivoltas muestran los símbolos del zodiaco y tareas relativas a los doce meses del año. En la portada representada a la derecha se repite la misma distribución, aunque cambian los temas iconográficos. Aquí se representan escenas marianas (I - II): en los frisos se relata la presentación del templo, y en el inferior, la Anunciación, la Visitación, la Natividad y la Anunciación a los pastores; en el centro la Maiestas Mariae como trono de Cristo entre dos ángeles; y en las arquivoltas se representan ángeles y las siete artes liberales combinadas con figuras del mundo antiguo. La portada central se divide en tres partes: un friso en su parte baja, una estructura central o tímpano, de mayor importancia, y unas arquivoltas que lo rodean. La banda inferior se estructura en grupos de tres figuras bajo una arquería, sobre haces de columnillas que, retorcidas, simulan un fuste salomónico, en cuyos intercolumnios se encuentran tres arcos de medio punto bajo los que se sitúan las figuras en grupos de tres. Sus arranques son enjarjados y pinjantes, es decir, que no apoyan en su origen. Las figuras aquí representadas, los doce apóstoles, se sitúan a la misma altura, produciéndose una isocefalia de origen paleocristiano. En las arquivoltas, las figuras de los 24 Ancianos del Apocalipsis se adaptan a la estructura. Encima del friso y rodeado por las arquivoltas, se encuentra el tema principal, la parusía o Juicio Final, en el que el Cristo entronizado vuelve triunfante bendiciendo a los fieles, a los que acoge en su iglesia. Este Cristo se encuentra inscrito en una mandorla (con forma de almendra) de tradición románica. A su alrededor se encuentran los cuatro evangelistas bajo la forma del Tetramorfos. Todas las figuras se visten según la moda cortesana de la época, y en sus vestiduras destacan los grandes pliegues. Además, en ellas el artista intenta plasmar una cierta individualización de los personajes. Encima del rosetón, la galería de los Reyes muestra 16 estatuas que representan a los reyes de Judá. Una de las características de la catedral es que sus dos torres son diferentes porque fueron construidas en dos fechas distintas. La torre sur del siglo XII mide 103 metros y es la más antigua. La torre norte de 115 metros fue terminada en 1516. En las fachadas laterales el pórtico norte, llamado de la Alianza, muestra numerosas escenas del antiguo testamento y de la vida de la virgen y las esculturas del pórtico sur o pórtico de la Iglesia reflejan las enseñanzas del Nuevo Testamento. El interior de la catedral es impactante por la altura y la amplitud de sus bóvedas que se elevan a 37 metros del suelo, por sus numerosas columnas y por la armonía del conjunto. La luz tenue que invita al recogimiento se debe a las magníficas vidrieras que adornan los ventanales. Estas son celebres por sus bellos colores y en particular por la intensidad de los azules. Si miramos la cripta de la catedral de Chartres, encontramos la más grande de toda Francia y solo superada en mundo cristiano por San Pedro de Roma y Canterbury. La imagen de la Virgen Negra con el Niño fue encargada en el año 1508. Es quizás una copia en madera negra de la Virgen de plata que se encontraba con anterioridad en el altar principal. La imagen reposa en lo alto de un pilar y es llamada a menudo la “Señora del Pilar”. Antes de la Revolución Francesa, la Catedral de Chartres contaba con una segunda Virgen Negra en su cripta. Desgraciadamente, parece que fue quemada en medio de la agitación revolucionaria, aunque algunas fuentes aseguran que la catedral no sufrió daño alguno en esta época. SIMBOLOGÍA E ICONOGRAFÍA La basílica de Chartres era centro del culto mariano en Francia y su principal reliquia era la túnica de la natividad. Como la vida de la ciudad dependía del poder divino y, más en este caso, de la protección e intercesión de la Virgen María, este sentimiento de religiosidad y bienestar económico era predominante entre la población de Chartres. Desde una perspectiva política, la sede de Chartres era uno de los episcopados reales que había ayudado a los reyes de la dinastía capeta a aumentar su ascendente sobre Francia y fue utilizada como cuña para establecer su poder. Este papel político de la ciudad exigía que la autoridad real se manifestara y exhibiera simbólicamente. La generosidad de los reyes Capetos con Nuestra Señora de Chartres tenía por objeto subrayar y realzar la importancia de la basílica como catedral de la monarquía. Las catedrales no fueron construidas solamente para el amparo de los fieles sino también para instruir a través de las imágenes. A partir de allí, puede comprenderse la riqueza iconográfica que presentan. Desde este punto de vista, las catedrales francesas son los exponentes más importantes de la cristiandad. El estilo de construcción gótico, al reducir al mínimo las superficies murales, no deja espacio para la pintura al fresco, que apenas tiene ubicación en las iglesias. Por el contrario, ofrece al arte de la vidriería un campo muy vasto, dejando para los portales y pórticos del exterior la posibilidad de una rica decoración escultórica. De esa riqueza iconográfica, la catedral de Chartres brinda un ejemplo más que destacado, no sólo por la cantidad y calidad sino también por su autenticidad. La presencia del medio burgués en la órbita religiosa de la catedral está claramente representada por algunos aspectos iconográficos que aparecen en los vitrales. De Chartres se conocen los donantes de 102 del total de sus vitrales, distribuidos de la siguiente manera: 16 eclesiásticos, 44 reyes y señores, 42 artesanos y corporaciones. Los representantes de la burguesía equiparan a los representantes del orden político tradicional, lo que se verá reflejado en la iconografía de manera singular. Las ventanas del ábside están dedicas al ciclo mariológico; la madre de Dios también ocupa el centro del gran rosetón del lado norte y sus ventanas lanceoladas, junto a representantes del Antiguo Testamento. En el rosetón del lado sur y en sus ventanas lanceoladas predomina el mundo del Nuevo Testamento. Así como la fachada oeste se abre hacia el exterior con un portal de Cristo, hacia el interior su pared de ventanales concentra su temática alrededor de la figura de Cristo. En la zona baja de las ventanas se ubicaron los ciclos narrativos relativos a eventos testamentarios, a leyendas de santos o a importantes personajes de la vida política y religiosa, como Carlomagno o Luís IX, en sucesivas escenas que ocupaban medallones de variadas formas. Las ventanas altas del piso superior y de las naves laterales tienen representados personajes de cuerpo entero, entre quienes se encuentran profetas, reyes, o alguna figura política. Estas figuras: "Aparecen como grandes figuras que flotan en la luz coloreada y parecen visiones de un sueño." (Jantzen, 1970, p. 164) Al pie de estas representaciones existían alusiones a los donantes, como el estandarte con la media roja, emblema de los tejedores de medias, otras veces eran pequeñas escenas de género relativas a la actividad propia de los donantes. Al darse a conocer mediante la representación de su ocupación profesional, se puede caracterizar qué detalles consideraban distintivos de sus oficios y artesanías, constituyendo un valioso muestrario documental de la actividad urbana y un registro de las vestimentas de la época, costumbres, equipamientos. Este aspecto marca un hito importante dentro de la historia del arte, pues, es muy significativo que los ciudadanos comunes pasen a compartir con santos y personajes políticos sectores del espacio de la arquitectura de culto que antes les estaba totalmente vedado, lo que da cuenta de cierta ruptura con el orden anterior y una jerarquización de la burguesía. Con respecto a la iconografía de las esculturas exteriores de la catedral, el pórtico del transepto norte está dedicado a la Virgen María. Es que su figura ocupa un rol decisivo en la iconografía del siglo XIII y es en este momento cuando se empieza a representar una escena propia del gótico: ‘la coronación de la virgen'. Cualquier juicio final del siglo XIII presenta a María junto a San Juan Evangelista flanqueando la figura de Jesús, desempañando el rol de intercesores del género humano. Lo que caracteriza al Juicio Final de la fachada sur de la catedral de Chartres, es que ambas figuras tienen el mismo tamaño que la figura de Jesucristo, lo que implica una notable humanización del tema. Además, las figuras alineadas en el dintel a la derecha e izquierda de Jesucristo están caracterizando a los representantes de todas las clases sociales: burgueses de ambos sexos, monjes y monjas, reyes, papas, obispos, caballeros. Otra particularidad iconográfica de la catedral es la manera en que están representados los trabajos, los meses y las siete artes liberales. Cada una de estas últimas responde a los atributos fijados por el gramático africano Martianus Capella. En lugar de estar aislados en medallones, aquí ocupan la arquivolta de las puertas derecha e izquierda de la fachada occidental, incorporándose formalmente a la estructura plástico-arquitectónica, lo que les permite una relación más inmediata con las escenas centrales de la Natividad, de la Virgen en Majestad y de la Ascensión de Cristo. Sumado a esto, aparecen en la fachada ciertos detalles típicos de la actividad campesina de la región que resultan de una observación directa de la realidad. La vida activa del campo y la vida reflexiva representada por las artes liberales están presentes aquí. La unión de estos dos modos de vida constituye un hallazgo de Chartres. Toda esta iconografía está inserta en el ordenamiento lógico racional que constituye la construcción catedralicia, verdadero símbolo terrenal de un ordenamiento superior y que, en última instancia, está íntimamente ligado a la actividad social y económica de la ciudad. El 24 de octubre de 1260, la catedral se consagro ante la visita del Rey Louis IX (el santo) y su familia. El 4 de junio de 1836 un incendio destruyó las cerchas de la techumbre de castaño danés. El arquitecto Edouard Baron la sustituyó la madera por una estructura de hierro fundido cubierta por láminas de cobre, imitando la técnica usada en la catedral de Maguncia (Alemania). Durante este periodo de tiempo y después de numerosas restauraciones siempre se mantuvo el estilo gótico de la catedral. La primera iglesia de la que tenemos constancia se construyó hacia el año 360. Ésta desapareció en un incendio, durante un saqueo visigodo sobre el 740 o 750. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos en el 858, y el obispo Gisleberto mandó reconstruirla y ampliarla. De aquella iglesia, queda una capilla de la que forma parte la actual cripta. Durante el S. XII, la ciudad sufrió dos terribles incendios, el último afectó también a la catedral.  De éste, sólo quedó en pie las torres y la fachada occidental y la cripta. Al principio se pensó en el incendio, provocado por un rayo, como un castigo de Dios, pero al encontrarse la túnica de la Virgen intacta, se plantea la idea de volver a edificar el templo. La reconstrucción fue financiada por los Capetos, dinastía vinculada tradicionalmente a Chartres, por el cabildo y por los gremios locales, estos últimos movidos por intereses económicos, ya que, la catedral traería de nuevo peregrinos a la ciudad. Hacia 1220 el cuerpo principal estaba concluido, en tan solo 26 años. Para la construcción se empleó piedra de canteras de la zona. El edificio es de planta cruciforme, organizado en tres naves, de ellas la principal consta de 28 metros, y una altura muy superior a las otras dos. Al final de ésta, encontramos como pavimento el famoso laberinto. La estructura de la Catedral de Chartres posee una gran rigurosidad y pureza, cada elemento se ajusta perfectamente a su función, adquiriendo el sistema una gran eficacia y perfección. Los esfuerzos de la nave central, que posee una gran altura, son transmitidos únicamente a través de ligeros arbotantes rematados por contrafuertes. La dificultad de la construcción de esta catedral radica en sus colosales dimensiones, que ponen de manifiesto la trascendencia de la arquitectura religiosa en la época. La catedral, muestra tres niveles perfectamente diferenciados en el alzado de la nave; arcadas, triforio y claristorio o zona en la que se sitúan los ventanales con vidrieras, célebres por el intenso y bello color azul, especialmente conocida es la llamada Ventana de la Virgen Azul, de principios del siglo S. XIII, que representa a la virgen con el niño. Y así descubrimos una ventana de deambulatorio que todavía lleva el nombre —muy apropiado, por cierto— de Notre-Dame-de-la-Belle-Verriére (“Nuestra Señora de la Bella Vidriera”). No es ésta la única confianza que los constructores se tomaron con la vidriera, ni la única mezcla entre lo sagrado y lo profano. El laberinto de la catedral de Chartres, inscrito en el pavimento y situado a pocos metros de la entrada principal. Patrimonio medieval, es de los pocos que se mantienen en la actualidad, con otros como los de Reims, Amiens. Ocupa todo el ancho de la nave central. Con más de 12 metros de diámetro y 264 metros de recorrido, a través de once círculos concéntricos. Como curiosidad, su diámetro coincide con el que tiene el rosetón de la fachada principal. El laberinto data del siglo XIII. Se piensa que puede estar inspirado en el laberinto de Dédalo. En las fuentes históricas, al laberinto de la catedral se le denomina “El Camino de Jerusalén”, ya que el acto de recorrer el laberinto de rodillas, recitando el Miserere, era considerado una penitencia que otorgaba indulgencias. El tiempo invertido en recorrerlo era aproximadamente una hora, justo lo que se tarda en caminar una legua (5 km), que fue la distancia que recorrió Jesús hasta el Monte Calvario. Así, popularmente también es conocido este laberinto como “La legua”. La catedral de Chartres tiene la suerte de tener el conjunto más bello de vitrales de los siglos XII y XIII. Este conjunto se ha conservado en muy buenas condiciones, dado el trabajo de restauración. Por sus proporciones, orientación, simbolismos y entorno, la catedral de Chartres estaba creada para estimular la psique y relajar el espíritu del hombre. El centro de la catedral se sitúa en el segundo y tercer intercolumnio del coro que rea el emplazamiento del altar hasta que se modificó su emplazamiento en el siglo XVI. Es curioso ya que, en este mismo punto, a 37 metros bajo él se halla el nivel del agua del pozo y a la misma distancia se encuentra el pináculo de la bóveda gótica cuyas ojivas cruzadas están perfectamente calculadas para soportar el peso de la cúpula. Con un diseño majestuoso y alcista, el peregrino no puede menos que perderse en los mil y un detalles de esta catedral. Fue el escritor Luis Charpentier quien dijo en su libro “El misterio de la catedral de Chartres”: “fisiológicamente, las corrientes telúricas, y las de otro tipo, sólo pueden ingresar en nosotros a través de una columna vertebral erecta y vertical. El hombre sólo puede ascender a un estado superior manteniéndose erguido”. Otro punto de interés es aquel que forma el punto central del crucero, allí se suponía que el crucero recibía toda la fuerza alquímica de la luz que emanaba de las tres vidrieras policromadas dejándose llevar el cuerpo por toda la armonía de sus proporciones, su musicalidad y sus formas arquitectónicas. Otro curioso punto de esta catedral es una gran losa que no sigue el mismo posicionamiento que el resto, colocada en forma de rombo, en el ala occidental del crucero sur. En esta losa lo primero que nos llama poderosamente la atención en su saliente brillante que sale de él y que no está colocado ahí por el azar, todo lo contrario, es un punto en el cual, a mediodía del solsticio de verano un rayo de luz entra por la transparente vidriera de San Apolinar e ilumina ese punto exactamente y de forma magistral. Es evidente que en este lugar ha habido una confabulación de sus constructores para indicarnos el carácter mistérico de la catedral. La catedral está construida siguiendo la ley del número de oro (1618) y todas las distancias entre los pilares y longitudes de la nave, los cruceros y el coro, son, todas, múltiplos del número de oro. La catedral de Chartres es famosa por sus vidrieras (al igual que la exuberante Saint Chapel) y por la figura de la Virgen en ella. Destaca de entre todas ellas la denominada como Notre-Dame-de-la-Belle-Verrière, del siglo XII. Otro dato curioso de esta catedral son sus reliquias, se guarda con especial celo la supuesta túnica que María llevaba cuando nació Jesús y que fue donada en el siglo 876 por un nieto de Carlomagno. CONTEXTO HISTÓRICO BAJA EDAD MEDIA (1000-1400) Francia se constituye en torno a la familia de los Capeto. Durante el reinado de Felipe II Augusto -1180-1223-, supo aprovechar las dificultades de sus grandes rivales de Inglaterra (Enrique II, Ricardo Corazón de León y Juan Sin tierra) y de Alemania (Enrique VI y Otón IV). En lo religioso el rey se apoya en la orden de Cluny y la monarquía se convierte en principal protectora de la iglesia. Francia logra la unidad con Luis XI, después de expulsar a los ingleses y de apoderarse de los ducados de la casa de Borgoña. ECONOMÍA A partir del siglo XI, la cristiandad europea conoció una etapa de expansión. Mejoró notablemente el cultivo de los campos y se roturaron muchas tierras antes incultas. Esta renovación de la vida agraria posibilitó a su vez la reanimación de los cambios, el auge de los burgos y el crecimiento de la población. El ritmo de crecimiento de la población europea fue más acusado en el siglo XII que en el XIII. El siglo XII fue el que registró más roturaciones de tierras y por ello mismo fue también el de mayor impulso demográfico. En el siglo XIII el equilibrio se mantiene aunque comienza los primeros síntomas de agotamiento, parece evidente que en la segunda mitad del siglo XIII se observa en Europa una tendencia a la superpoblación, pues el crecimiento demográfico sostenido chocó con el estancamiento de la producción y la dificultad de buscar tierras nuevas que roturar. EXPANSIÓN AGRARIA Después del año 1000 los campos pudieron ser mejor cultivados, la causa fundamental Fueron las mejoras técnicas que se aplicaron y ante todo el perfeccionamiento del utillaje: el arado de rueda y vertedera mejoró el sistema de tiro de los animales, el atalaje, la difusión de los molinos de viento, pero lo que siempre fue considerado el gran puntual que aceleró la expansión agraria en Europa fue la rotación trienal. Aparte de las mejoras técnicas que permitieron un aumento de los rendimientos y la conquista de nuevos espacios, otros dos factores actuaron como estímulo al progreso de la agricultura: el renacimiento del comercio y el auge de los núcleos urbanos. La expansión agraria fue acompañada de un fortalecimiento de los poderes señoriales. No obstante, el campesinado saco ventajas importantes de las nuevas condiciones arrancando libertades o reduciendo las abusivas banalidades. Estas libertades se fijaban en documentos escritos, que son las llamadas “cartas franquicias”. Se puede citar como ejemplo la de Beaumont de 1182 que incluso preveía la participación de la comunidad aldeana en la administración del señorío. RENACIMIENTO URBANO La expansión demográfica, el excedente de los productos del campo y la mayor especialización en el trabajo, son los factores que explican suficientemente en muchos casos el desarrollo de las ciudades. La ciudad medieval se define ante todo por su función económica. La conquista de libertades exige una acción tenaz por parte de sus habitantes, unidos en un “movimiento comunal”. Los reyes a cambio de su apoyo les concedieron privilegios y libertades, es decir, derechos frente al poder de los señores feudales, pero con el tiempo quedaron en manos de las familias más ricas y de los gremios. COMERCIO A partir de siglo XI triunfa el intercambio de hombres, de productos e ideas. Las peregrinaciones, las cruzadas y el renacimiento del comercio son aspectos del despegue de Europa. En lugares de encuentro periódico surgieron las ferias, las más importantes sin duda fueron las de Champagne en los siglos XII y XIII y con ello las nuevas técnicas comerciales: el desarrollo del crédito, el nacimiento de la banca y la creación de sociedades mercantiles. Las florecientes ciudades del norte de Italia, la industria de Flandes y la Hansa germánica eran los polos de un intenso tráfico de productos en la Europa del siglo XIII. La importancia de las ferias de Champagne se debe a la política llevada a cabo por los condes, otorgando privilegios excepcionales a los mercaderes que allí acudieran. Los artículos que allí se negociaban eran los paños procedentes de las industrias flamencas, la seda y las especies. Desde mediados del siglo XIII, se observa un cambio trascendental en las ferias de Champagne, cada vez son menos un centro de venta de paños y más un lugar en el que se realizan operaciones financieras, un “banco permanente del occidente” (Le Goff). Esto supuso la decadencia de las ferias de Champagne. Una de las causas del declive, fue la apertura de la ruta marítima entre Italia y Flandes, la atracción creciente de París y el auge de Brujas. CONFLICTOS BÉLICOS En Francia al morir el último Capeto sin sucesión masculina 1328, la corona le fue atribuida a Felipe VI de Valois, contra los posibles derechos de Eduardo III de Inglaterra, único nieto varón de Felipe el hermoso por línea femenina, este conflicto sucesorio conducirá a la Guerra de los Cien Años (1337-1453). En la Guerra de los Cien Años se distinguen dos períodos: el primero desde el comienzo hasta la muerte del rey francés Carlos V el Sabio, el segundo, desde el advenimiento de Enrique IV al trono de Inglaterra hasta el final. En este conflicto hay que destacar la figura de la doncella de Orleáns, Juana de Arco. Pero la cuestión sucesoria no era la única causa del conflicto, los intereses económicos ingleses y franceses chocaban, competían en el comercio con las ricas ciudades de Flandes. SOCIEDAD BAJO MEDIEVAL El crecimiento de las ciudades y el movimiento comunal modificaron en parte a la sociedad europea de los siglos XII y XIII, lo cierto es que los burgos constituían una realidad nueva. El contrato entre el señor y el vasallo se fue cada vez debilitando más. Los elementos de debilidad del sistema feudal eran muy visibles en el siglo XIII. El enriquecimiento por vías totalmente diferentes de los mercaderes o de los banqueros, quería decir que ya no era la aristocracia rural la única que detentaba la riqueza. Los campesinos, constituyeron en la Edad Media la gran mayoría de la población. Con el desarrollo de los burgos y la expansión de la artesanía y del comercio se modificó en parte esta situación, pero el campesinado seguía siendo numéricamente muy superior a la población urbana. CULTURA A partir de mediados del siglo XI, la cultura y la transmisión del saber experimentaron un profundo cambio ligado a las transformaciones socioeconómicas sobrevenidas en Occidente entre los siglos XI y XIII. En la Alta Edad Media las escuelas monásticas fueron los centros de saber por excelencia, a partir de Carlomagno se añadieron las escuelas catedralicias y episcopales. En el siglo XII la escuela catedralicia era la institución escolar urbana. Poco a poco fueron adquiriendo notoriedad por alguna de las enseñanzas impartidas en ellas: Orleáns, por la gramática y retórica; París, por la dialéctica y la filosofía. En algunas ciudades, además de la escuela catedralicia, había escuelas laicas, se daban conocimientos de la lectura y escritura y nociones de matemáticas, útiles para los comerciantes y mercaderes. A partir de finales del siglo XII, el pensamiento europeo pasó por una serie de vicisitudes que provocaron la lenta disolución de la escolástica, preparando el terreno para el triunfo del humanismo renacentista. El divorcio de la fe y la razón, teología y filosofía, contribuyeron a dar vía libre al empirismo. CIENCIA Los avances técnicos y científicos culminarán en la Baja Edad Media con el proceso de recepción del saber greco-árabe en el mundo cristiano occidental. En cosmología y astronomía, la filosofía árabe-aristotélica influyó en los principios de la explicación científica y en las teorías sobre el universo. Frente a las teorías aristotélicas, se aceptaba las hipótesis de Ptolomeo, la tierra como centro del universo. Años más tarde, Copérnico hará frente a esta concepción y formulará la teoría heliocéntrica. En cuanto a la química medieval se conoce a partir del siglo XIII el cambio de cualidad y sustancia de los objetos. La aportación más destacada al avance científico fue el método de destilación de líquidos mediante alambiques. En medicina hubo muchos avances y pequeñas publicaciones a partir de la Peste Negrade 1348, fue famoso el libro del médico Jaume de Agramunt titulado “Regiment de preservació de pestiléncia”; la cirugía avanzó bastante, y gracias a los métodos de diagnóstico y de prevención, muchas enfermedades, entre ellas la lepra, se fueron reduciendo. ARTE GÓTICO El arte gótico es producto de una nueva sociedad y el empleo de la luz fue una de las principales aportaciones. Sus orígenes deben buscarse en la evolución del arte románico. Las principales innovaciones son el arco apuntado y la bóveda de crucería, así los edificios son más altos y ligeros, los arbotantes y el reparto de empujes en pilares reducen el espesor de los muros, y las vidrieras policromadas crean iluminación en el interior. La escultura tiende a independizarse de su función arquitectónica; el sentido del poder y la gloria de los personajes esculpidos, verdaderos retratos, da lugar a la aparición de tumbas, príncipes a caballo o esculturas de los reyes o de los señores de las repúblicas. Las figuras aparecen independientes y sobre todo muestran en sus actitudes sentimientos humanos, como la dulzura de la virgen o el sufrimiento de Cristo. HISTORIA EN CHARTRES, FRANCIA Se ubica en el cruce de los caminos. Es el punto transitorio de los inmigrantes de Britana que se dirigían hacia París, mientras se considera como una vía comercial importante por los negociantes que llevan sus mercancías al norte o sur de Europa. Desde el siglo XV, la influencia de París predomina y Chartres es rebajada a un plano inferior. Chartres es una ciudad al pasado antiguo. Descubrimientos arqueológicos han permitido establecer que existía durante la civilización megalítica. En el siglo IV, los pueblos gálicos hicieron de Chartres unos de sus centros importantes por su situación geográfica privilegiada: se posa sobre un promontorio erosionado por el río Eure, un río de media envergadura. Así, es un campo de observación estratégico y una base de transporte por el comercio del trigo. La ciudad de Chartres tenía una de las pocas escuelas episcopales, fundada por Anselmo de Laón (gran teólogo) que se cerró a su muerte. Se hizo célebre por la cantidad de estudiantes como fue el Obispo Fulberto (siglo XI) en estilo románico, que incluyó una enorme cripta. El obispo era discípulo de Gerberto de Reims (fue nombrado Papa bajo el nombre de Silvestre II) se dedicó a la reconstrucción de la antigua catedral carolingia de Chartres. CRISTIANISMO Y ALGUNAS TRADICIONES En las leyendas, los druidas creían que éste era un lugar en el que las energías espirituales emanaban del subsuelo. En la actualidad recibe el nombre de Chakra, lugar de poder asociado con el color verde y las energías del 4º Chakra (centro del corazón, el amor y la devoción). En aquella época, los galos erigían estatuas a la diosa madre protectora en la que esta aparecía acompañada de niños. Los antiguos cristianos quizás descubrieron alguna de estas esculturas y fue este hallazgo lo que les inspiró a crear la leyenda medieval de que los druidas habían predicho la historia de que una virgen daría a luz a un niño por el bien de la humanidad. Durante la época galo-romana, se creía que las aguas subterráneas que recorren este lugar habían sido veneradas por los druidas. Dice también la leyenda que los soldados romanos atacaron a los cristianos cuando estos se encontraban celebrando su fe en el santuario de la Virgen. Parece que los cristianos identificaron a la diosa madre de los druidas con la Virgen María. Esto podría haber sido también la base para la futura idea de construir una magnífica catedral en este emplazamiento. De hecho, se empezó a construir sobre la colina de Chartres en el siglo IV d. C. En los primeros siglos del cristianismo se vivió en esta región una lucha entre las antiguas tradiciones de Chartres y las nuevas. Sin embargo, cuando llegó al poder el emperador Constantino, el cristianismo ya parecía estar bien asentado. Hubo al menos cinco catedrales en el lugar, siempre vinculadas al culto a la Virgen María, que se convirtió también en la patrona de Chartres. El mayor tesoro de esta iglesia lo constituía un pedazo de tela que se creía que había formado parte de una prenda de ropa (conocida como la Sancta Camisa) que llevaba María cuando dio a luz a Jesús. En el año 876, la catedral ya era conocida como importante destino de numerosas peregrinaciones. Los peregrinos creían que la tela de la Santa Camisa de la Virgen era muy milagrosa. Cuando los normandos atacaron la ciudad en el siglo X, el obispo de Chartres hizo ondear la reliquia en lo alto de la iglesia, haciendo huir a los invasores y llevando a las gentes de Chartres a creer que estaban bajo la protección de la Virgen María. Chartres sirvió como escuela al Obispo San Ibo (patrón de los abogados) empeñado en la aplicación de las leyes principalmente entre los más pudientes y el escritor y filósofo inglés Juan de Salisbury también recibió parte de su formación en Chartres. Es en esta época, siglo IX, cuando la catedral recibe una preciada reliquia: la túnica que se suponía usada por la Virgen María en el momento del nacimiento de Jesús. Esto le sumó importancia al lugar, y el peregrinar de muchos fieles a la ciudad, hizo que los grupos burgueses de Chartres fueran aumentando, al mismo tiempo que los gremios adquirían cada vez más importancia REFIGURACIÓN La catedral de Chartres es un icono de la arquitectura Gótica. A pesar de que sea una “copia” de Notre Dame, muchos edificios se han inspirado en esta maravilla arquitectónica, ya que tiene características únicas y que no se habían visto jamás. Una de estas características son los arbotantes que sobresalen de la nave principal y más que un elemento estético ayuda estructuralmente a que el techo con bóvedas de crucería sea estable y no tenga riesgos de falla al estar a 27 metros del suelo. Hay dos cosas que tienen la función de esteticidad, que a mi parecer son los elementos que más atraen de esta catedral. La primera son las dos torres que se alzan en todo su esplendor y una característica muy peculiar es el hecho de que sean completamente diferentes, la primera de ellas, la más antigua que fue terminada en el siglo XII con 103 metros de altura y la segunda, terminada en 1516 con una altura de 115. Esto a me causa mucha curiosidad por que del techo a la punta de la torre más alta hay un total de 88 metros lo cual es una distancia muy grande y no encuentro la razón por la cual hicieron esto. La segunda son todos los vitrales que en total son 102, todos donados por gente del pueblo para alabar a su religión y a su virgen. Todos los vitrales cuentan una historia, un hecho bíblico. Esto de representación e iconografía es muy común en catedrales góticas ya que no tienen nada de diseño ni ornamentación en el interior del edificio, esto quiere darnos a entender que las catedrales no solo estaban para practicar la religión sino también para dar mensajes a los que vayan, ya que hay todo tipo de mensajes en las esculturas exteriores de los arcos y en los vitrales de la catedral. La catedral de Chartres fue un edificio necesario para el pueblo ya que después del incendio que sufrió el antiguo edificio sobre el que está construido, los habitantes de Chartres ya no tenían un lugar de oración y predicación. Está necesidad se vio reflejada en el apoyo de las personas para reconstruir este monumental edificio. Algo que me pareció extraordinario fue el tiempo de construcción de la catedral, que fueron unos 26 años. Un tiempo bastante corto comparándolo con la magnitud de la obra; claro, esto solo fue del cuerpo principal, pero esto fue suficiente para que los habitantes lo pudieran usar para sus fines comunes. En lo particular es un edificio que me gustó mucho por el hecho de ser de tener características góticas y la ingeniería que conlleva levantar un techo de 37 metros de altura. 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