Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

MiBiblioteca13.pdf

Manuel Area Moreira O pinión ¿SON NECESARIAS LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES EN LA ESCUELA DIGITAL? E n el ámbito escolar, desde hace más de un siglo, el libro impreso es considerado el canon del saber y del conocimiento, el referente de lo que debe enseñarse y aprenderse. Esta visión de la escolaridad se consolidó de tal manera que la simbiosis entre el libro y la escuela fue tan profunda que surgió un tipo de libro singular y especíico para el trabajo en el aula: el libro de texto. Este material didáctico, a lo largo de muchas décadas, fue evolucionando hasta convertirse en el recurso casi indispensable para la labor docente de forma que lo que se enseñaba y lo que se aprendía era lo que estaba impreso en sus páginas. De forma paralela, en numerosas escuelas y colegios fue surgiendo la necesidad de crear bibliotecas que ofrecieran otro tipo de libros con potencial pedagógico como las colecciones de libros infantiles y juveniles, de enciclopedias, de diccionarios, de obras de literatura, de libros ilustrados y demás materiales didácticos que fueran útiles tanto para los estudiantes como para los profesores. Por todo ello, una biblioteca escolar, era un lugar necesario y complementario de los procesos educativos desarrollados en el interior de las aulas. La biblioteca era, de este modo, un territorio de animación a la lectura, un centro de recursos o materiales didácticos, y un foco o espacio para la ampliación del conocimiento que no estaba en los libros de texto. Con la generalización de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) los tiempos están cambiando profundamente y existen muchas probabilidades que, a medio plazo, los libros de texto y demás publicaciones impresas empiecen a desaparecer del interior de las aulas. Esta hipótesis no es ciencia icción. Algunos países ya han anunciado la implantación de políticas educativas destinadas a sustituir los libros de texto por materiales educativos digitales. Por ejemplo, en Corea del Sur el Ministerio de Educación ha planiicado que los tablets y otros dispositivos electrónicos sustituirán a los libros de texto de papel en el año 2014. En EE. UU. varios estados federales como Florida o California ya han comenzado este proceso. Incluso la SETDA (Asociación de directores de tecnología educativa de los estados) reclaman que este proceso acabe en el curso 2017-2018. Existen muchas voces que pregonan la necesidad y urgencia de que la escuela se apropie de la tecnología digital y transforme de modo radical su práctica pedagógica. Entre otras razones porque la red o web 2.0 hacen posible que los estudiantes se conviertan en creadores o constructores de contenidos, y no sean meros receptores de información vehiculada a través de los libros. Herramientas digitales como editores de fotografías, de textos, de videos, de diapositivas, de mapas conceptuales, de creación de sitios web, de blogs, de wikis, redes sociales de intercambio de mensajes e información, entre otras muchas, están permitiendo que el alumnado pueda aprender a expresarse y comunicarse mediante múltiples lenguajes y formas simbólicas. Asimismo, los variados recursos o herramientas que ofrece internet, o la web 2.0, permiten que un docente pueda seleccionar y mezclar aquellos objetos digitales (un texto electrónico, un video, un blog, un portal web, una presentación multimedia, una actividad online, o cualquier otro producto) para que su alumnado desarrolle tareas de aprendizaje en torno a los mismos. La pregunta es inevitable: en este nuevo contexto donde los materiales didácticos tradicionales de papel empiezan a desaparecer, ¿tienen sentido y utilidad las bibliotecas escolares? Mi posición es que sí. La razón principal es que las escuelas serán seguramente a medio plazo uno de los pocos espacios sociales donde los niños encuentren libros en papel. Deiendo que en la escuela estén presentes muchos materiales de distinta naturaleza (impresos, audiovisuales, sonoros, multimedia, realidad aumentada, manipulativos, etc.). El uso pedagógico de distintas y variadas tecnologías proporcionará a los estudiantes experiencias de aprendizaje valiosas que les ayudarán a desarrollar conocimientos de distinta naturaleza cognitiva y emocional. Las bibliotecas escolares no debieran ser solo un recuerdo del esplendor pasado del libro, sino que debieran ser el contrapunto necesario para desarrollar experiencias culturales paralelas a las que se obtienen en el ciberespacio. * Manuel Area Moreira es catedrático de Pedagogía en la Universidad de La Laguna. Mi Biblioteca, año IX, n. 32, invierno 2013 13