C. VETTIUS LANCIA, UN CACEREÑO ENTRE
LOS FUNDADORES DE CAESARAUGUSTA
Martín Almagro-Gorbea
Miguel Beltrán Lloris inició su larga carrera en el Cuerpo Facultativo de Museos como Director del Museo de Cáceres, en el que, de 1971 a 1973, llevó a
cabo una magníica labor, que todavía recuerdo con admiración como colega
y amigo, como testimonian sus numerosas publicaciones, que tanto contribuyeron al mejor conocimiento y a la difusión de la riqueza arqueológica de esas
tierras extremeñas.
Es esa actividad abordó temas muy distintos. Uno de ellos fue catalogar
los interesantes documentos epigráicos que aparecían por toda la provincia de
Cáceres y que dio a conocer en diversas publicaciones. En la amplia serie de
epígrafes por él reunidos, queremos recordar en esta ocasión varias estelas funerarias de la zona meridional de Trujillo que ofrecen la curiosidad de mencionar
a individuos denominados Lancius, esto es, «Lancero». Este nomen, además, se
relaciona con el IIvir de la colonia de Caesaraugusta, C. Vettius Lancia. La presencia en Zaragoza de este personaje extremeño supone un cierto paralelismo,
aunque en sentido inverso, con el curriculum vital de Miguel Beltrán, hecho
que nos ha animado a dedicarle estas relexiones como homenaje de afecto personal y como recuerdo y testimonio de admiración a la labor realizada desde
aquellos años en que ambos coincidimos por las tierras extremeñas.
La mención de individuos denominados Lancius en lápidas funerarias romanas del siglo I d.C. es un hecho de evidente interés, que prácticamente ha
pasado desapercibido. La mayor parte de ellas, prácticamente todas, aparecen
en una zona muy concreta de la provincia de Cáceres. Esa zona corresponde a
lo que sería el territorium meridional del oppidum y después ciudad romana de
Turgalium,1 la actual ciudad de Trujillo, siempre al norte de la Sierra de Mon-
1
CIL II 618; A. Tovar, Iberische Landeskunde, II-2. Lusitanien, Baden-Baden 1976, 234.
111
112
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
tánchez, que la separa del territorium de la antigua Metellinum, Medellín,2 que
controlaba las Vegas Altas del Guadiana, y al Este del territorio de la antigua
Tamusia, situada en el Castro de Botija,3 otro importante oppidum que acuñó
moneda de tipo celtibérico.4 Es una zona agreste y relativamente quebrada,
por lo que en la Antigüedad debía constituir un saltus entre la penillanura
controlada por Turgalium al Norte y las Vegas Altas del Guadiana al Sur que
constituían el territorio de Metellinum.5 Su situación es de gran importancia
estratégica, pues domina la Vía de la Plata en su paso desde la cuenca del Tajo
a la del Guadiana y controla igualmente la zona oriental de la Penillanura
Cacereña, desde la que partían las vías de comunicación que hacia el Este alcanzaban la Carpetania por la cuenca del Tajo y las que penetraban en las ricas
zonas mineras de las Sierras de Guadalupe y las Villuercas, así como también
controlaba el arranque hacia el Oeste las vías que se introducían hacia las Beiras
en el corazón de Lusitania.
Las inscripciones que mencionan a algún Lancius aparecen en un área de
poco más de 15 km a la redonda en torno a la Sierra de Santa Cruz (ig. 1), elevación de 844 msnm cuyo característico peril cónico de monte-isla granítico
constituye una referencia visual muy destacada en toda la penillanura cacereña, pues es visible a más de 50 km de distancia, desde la Sierra de Miravete al
Noreste hasta la propia Cáceres al Oeste y en gran parte de las Vegas Altas del
Guadiana por el Sur. En la parte alta de esta elevación existe un castro de la
Edad del Hierro de unas 5 ha, denominado San Juan el Alto,6 con materiales
datados desde el Bronce Final hasta el inal de la Edad del Hierro, entre los que
destaca una tumba del Periodo Orientalizante7 y dos altares rupestres,8 uno de
S. Haba, Medellín Romano. La Colonia Metellinensis y su Territorio, Badajoz 1998.
F. Hernández, Excavaciones en el castro de Villasviejas de Tamuja, Mérida 1989.
4
J. Untermann, Monumenta Linguarum Hispanicarum I. Die Münzlegenden, Wisbaden
1975, A-91; J.L. Sánchez Abal, S. García Jiménez, «La ceca de Tamusia», en Actas del Primer Congreso Peninsular de Historia Antigua 2, Santiago de Compostela 1988, 149-190.
5
M. Almagro-Gorbea (ed.), La necrópolis de Medellín. III, El marco histórico de Medellín-Conisturgis, Bibliotheca Archaeologica Hispana 26-3, 2008, 1019 s.
6
A.M. Martín Bravo, Los orígenes de la Lusitania: el I milenio a.C. en la Alta Extremadura, Madrid 1999, 88 s.; J.A. Ramos, J. Esteban, O. de San Macario, «El complejo
arqueológico de San Juan el Alto (Santa Cruz de la Sierra, Cáceres). Santuarios rupestres»,
Alcántara, 79 (2014), 13 s., ig. 1.
7
Martín Bravo Los orígenes, 88 s.; Ramos et alii, El complejo arqueológico, ig. 4.
8
Ramos et alii, El complejo arqueológico, 19 s., igs. 5 a 10; M.J. Correia Santos, «Santuarios rupestres no Occidente da Hispania Indoeuropeia: ensaio de tipologia e classiicaçao», Serta Palaeohispanica J. de Hoz, Paleohispanica, 10 (2014), 147-172.
2
3
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
113
Fig. 1. Dispersión del antropónimo Lancius, concentrados en el entorno
de la Sierra de Santa Cruz, Cáceres: Antropónimos Lancius: 1, Trujillo; 2,
Madroñera; 3, Plasenzuela; 4, Puerto de la Cruz; 5, Villamesías-Abertura;
6, Alcollarín; 7, Mérida; 8, Lousa, Castelo Branco; 9, Salavessa, Nisa; 10,
Malamoneda, Hontanar, Toledo; 11, Caesar Augusta, Zaragoza.
ellos de tipo «Ulaca».9 Este contexto arqueológico indica que la Sierra de Santa
Cruz constituía el centro sacro-político ancestral del territorio circundante, que
coincide con el área de difusión del antropónimo Lancius.
El antropónimo Lancius debe considerarse la latinización de un antropónimo celto-lusitano *Lanci-os, pues deriva de la palabra lancea, como si fuera el
masculino de la misma, y signiica «lancero, portador de lanza» o, más exactamente, «el “Lanza”». Lancea es una palabra de etimología celta, *lang-ya, del
9
M. Almagro-Gorbea, F.J. Jiménez Ávila, «Un altar rupestre en el Prado de Lácara
(Mérida). Apuntes para la creación de un parque arqueológico», El Megalitismo en Extremadura (Homenaje a Elías Diéguez Luengo) (Extremadura Arqueológica 8), Mérida 2000,
423-442.
114
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
ie. *(d)lņgh), «la larga».10 Pero Aulo Gelio (Noct. Att. 15, 30, 6-7) recoge que
Varrón consideraba la palabra lancea de origen hispano,11 lo que añade interés
a los antropónimos Lancius. Este origen lo conirman los topónimos Lancia y
los etnónimos Lancienses, todos situados en las áreas occidentales de Hispania
ocupadas por los Lusitanos y en zonas próximas (vid. infra), como estos antropónimos Lancii cacereños,12 aunque también en las Galias y otras áreas celtas
se formaron antropónimos derivados de lancea, como Lanciacus, Lancidenae,
Lancidinus, Lancio(n) y Lanciu,13 de los que derivan topónimos actuales como
Lançon, Lansac y Lanchy.14
La palabra lancea pudiera ser una palabra celta adoptada por los Lusitanos
en la Edad del Bronce como un término técnico al adoptar la lanza de estoque
como arma, pero el origen de este arma lleva a suponer que lancea debe ser una
palabra común al lusitano y celta, como ocurre con antropónimos15 y teónimos.16 Lancea pasó a la lengua latina17 y de ella a las lenguas romances.18 Nonio
recoge la interesante noticia de que la palabra latina lancea había sido usada por
primera vez por el historiador L. Cornelio Sisenna (c. 118-67 a.C.), que debió
10 J. de Hoz, «Términos indígenas de Hispania en algunos autores grecolatinos de época
imperial», en J.M. Nieto (ed.), Lógos hellenikós. Homenaje al Profesor Gaspar Moroicho
Gayo, León 2003, 525 s.
11 A. Holder, Alt-Celtischer Sprachsch atz, I-III. Leipzig 1904, 131; J. de Hoz 2003, 525526; A. Holder, «Léxico paleohispánico referido a armamento y vestidura», Paleohispanica
6 (2006), 117-118.
12 M. Almagro-Gorbea, «Lancea, palabra lusitana, y la etnogénesis de los Lancienses»,
Complutum (en prensa).
13 Holder, Alt-Celtischer, n.º 11, 140; X. Delamarre, Noms de personnes celtiques dans
l’épigraphie classique, Paris 2007, 114; F. Oxwald, Index potters’ stamps on terra sigillata
«samian ware», Margidunum 1931, 158.
14 X. Delamarre, Dictionnaire de la langue gauloise, Paris 2003, 196; X. Delamarre,
Noms de lieux celtiques de l’Europe ancienne, Paris 2012, 171.
15 J.M. Vallejo, Estudio de la antroponimia indígena de la Lusitania romana (Tesis doctoral
inédita, Universidad del País Vasco), 2002 (no consultada).
16 J.C. Olivares, Los dioses de la Hispania céltica (Bibliotheca Archaeologica Hispana 15),
Madrid 2002.
17 A. Ernout y A. Meillet, Dictionnaire étymologique de la langue latine, Paris 1985, 339340; A. Walde y J. B. Hofmann, Lateinisches etymologisches Wörterbuch, Heidelberg 1982,
757-758.
18 Holder, Alt-Celtischer, n.º 11, 131; W. Meyer-Lübke, Romanisches etymologisches Wörterbuch, Heidelberg 1968, 396.
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
115
utilizarla en sus famosas Historiae.19 Sissena fue pretor del año 78 a.C. y murió
en Creta el 67 a.C. como legado de Pompeyo luchando contra los piratas en
la Guerra contra Mitrídales, por lo que debió conocer este término en el duro
enfrentamiento de los lusitanos contra Roma, bien en las Guerras Lusitanas del
siglo II a.C. que culminan en las Guerras de Viriato (151-139 a.C.),20 o, más
probablemente, al haber participado en las Guerras de Sertorio (82-72 a.C.), en
las que conocería la eicacia de este arma, que debió adoptar el ejército romano
junto a la palabra lancea.
Este contexto histórico aumenta el interés de los antropónimos Lancius,
todos del siglo I d.C., que aparecen en una zona tan concreta de la Provincia
de Cáceres: Trujillo, Madroñera, Plasenzuela, Puerto de la Cruz, VillamesíasAbertura y Alcollarín (ig. 1). Del propio Trujillo procede la inscripción de
M(arcus). Norbanus Ture(ius) Lanci f(ilius).21 La de Annia La[n]ci f(ilia) procede
del límite entre Gaciaz y Madroñera 22 (ig. 2A). De Plasenzuela es la estela que
cita a Lancius Cili f.23 y del propio Puerto de la Cruz procede la de Lancius
Scevae f.24 (ig. 2A). La de Lancius Arconis f. procede de la zona situada entre
19 H. Malcovati, Oratorum Romanorum Fragmenta liberae rei publicae2, Torino 1955, 305
s.; E. Rawson, «L. Cornelius Sisenna and the Early First Century B. C.», he Classical
Quarterly, N.S. 29, 2 (1979), 327-346; A. Mehl, Roman Historiography, Oxford 2011, 68 s.
20 A. Schulten, Fontes Hispaniae Antiquae, IV. Las Guerras de 154-72 a.C., Barcelona
1937; L. Pérez Vilatela, Historia y Etnología de la Lusitania, Bibliotheca Archaeologica
Hispana 6, Madrid 2000, 44 s.; M. Salinas de Frías, «La jefatura de Viriato y las sociedades
del Occidente de la Península Ibérica», Palaeohispanica, 8 (2008), 89-120.
21 M. Beltrán Lloris, «Aportaciones a la epigrafía y arqueología romana de Cáceres», Caesaraugusta 39-40 (1975-1976), 35-37, n.º 16; AE 1977, 396; AA. VV., Atlas Antroponímico
de la Lusitania Romana, Mérida-Burdeos 2003, 210, n.º 526; J. Esteban Ortega, Corpus de
inscripciones latinas de Cáceres (CILC). 1: Norba, Cáceres 2007 y 2: Turgalium, Cáceres
2012, 800; HEpOL 20319.
22 Beltrán Lloris, Aportaciones a la epigrafía, 66-67, n.º 46, ig. 38; AE, 1977, 419;
J.M. Abascal, Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania, Madrid-Murcia 1994, 396; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 243; CILC 509; HEpOL 20341.
23 J. Ramón y Fernández Ochoa, «Nuevos epígrafes romanos en tierras de Cáceres», Boletín de la Real Academia de la Historia, 136, 1955, 265; ILER 112; CPILC 398; HAE, 1393;
Abascal, Los nombres personales, 396; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 249; HEpOL
20623; CILC 637.
24 Beltrán Lloris, Aportaciones a la epigrafía, 62-63, n.º 42, ig. 35; AE 1977, 416; CPILC
407; Abascal, Los nombres personales, 396; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 363;
HEpOL 20338; CILC 668.
116
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
Abertura y Villamesías25 y otra más incompleta, en la que se lee […] Lanciu[s],
procede de Alcollarín.26 A estos casos de Lancius utilizados como nomen personal se debe añadir otra inscripción de Mérida que hace referencia a un G.
Lancius Iulianus 27 y que ofrece un doble interés, pues debe tratarse de una
persona originaria de la zona de la Sierra de Santa Cruz atraída hacia la capital
la de Provincia Lisitania y, por otra, en ella Lancius ha pasado a formar parte
de un trianomina, lo que evidencia su romanización como ciudadano romano.
Al margen de esta concentración, existen otros dos Lancius aparecido en
Portugal. Uno es Lancius Tangini f., de Lousa, Castelo Branco,28 y otro es un
Lupus Lanci Quangeio Tanngo de Salavessa, Montalvão, Nisa.29 Su relación con
los Lancii cacereños es más difícil de precisar; no se puede excluir que fueran
inmigrantes, ni que se puedan considerar un indicio del lugar de origen del
nomen Lancius, pero parece más prudente considerar que testimonian la popularidad de este nomen en tierras lusitanas. Otro caso distinto es una estela
de Malamoneda, del término de Hontanar, Toledo, que hace referencia a L.
Pom(peius) Fuscinus Langiocum Fusci f(ilius).30 Malamoneda es un estratégico
lugar rico en agua al Norte de los Montes de Toledo, en una zona no alejada
geográicamente de la Provincia de Cáceres. Por ello, parece lógico que este
25 J.L. Gamallo, H. Gimeno, «Inscripciones del Norte y Sudoeste de la Provincia de Cáceres: revisión y nuevas aportaciones», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid 17 (1990), 278, n.º 3; HEp 4, 1994, 206; AE, 1991, 968; AE, 1992,
964; J. Salas, J. Rosco, «Epigrafía latina de Abertura y Villamesías», Anas 4-5 (1991-1992),
154, n.º 2.1; AA. VV., Atlas Antroponímico, 565; Delamarre, Noms de personnes, n.º 13, 114;
HEpOL 23036; CILC 885.
26 Diario de Extremadura 31.5.1964; Salas y Rosco 1992, 155; J.L. Gamallo y J.V.
Madruga, «Nuevos epígrafes extremeños (sur de Cáceres y norte de Badajoz», Gerion, 12
(1994), 290; AE 1994, 878; HEp 6, 1996, 190; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 22;
HEpOL 23276; CILC 442.
27 CIL II 573; HAE 999; ILER 4244; Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 168; AA.
VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 266; Delamarre, Noms de personnes, n.º 13, 114.
28 J.M. García, Epigrafía lusitano-romana do Museu Tavares Proença Júnior, Castelo
Branco 1984, 113, n.º 33; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 236.
29 J de Encarnaçao, Inscrições romanas do Conventus Pacensis, Coimbra 1984, 699, n.º 641;
HEp 1, 1989, 687; Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 396; AA. VV., Atlas Antroponímico, 210, n.º 283.
30 CIL II 3088; A. Palomeque, «Aportación a la arqueología de los Montes de Toledo: el
lugar de Malamoneda», Archivo Español de Arqueología 25 (1952), 168-169; HAE, 19501952, n.º 151; ILER 5479; S. Cortés et alii, «Nuevas inscripciones del Museo de Santa
Cruz», Museos 3 (1984), 79, n.º 5; J.M. Abascal, G. Alföldy, Inscripciones romanas de la
Provincia de Toledo (siglos I-III), Bibliotheca Archaeologica Hispana, 42 (2015), 52.
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
A
117
B
Fig. 2. A, Estela de Lancius Scevae f. procedente del Puerto de Santa Cruz, Cáceres;
B, Estela de Annia Lanci f. aparecida entre Gaciaz y Madroñera (según M. Beltrán Lloris).
Langiocum se interprete como Lanciocum, «de los de “el Lanza”», al ser otro
caso más de este tipo de organización familiar denominada por genitivos de
plural tan característica de la Hispania Celtica,31 que hay que interpretar como
31 M.C. González, Las unidades organizativas indígenas del área indoeuropea de Hispania (Anejos de Veleia 2), Vitoria 1986; M.C. González, J. Santos Yanguas (eds.), Las
estructuras sociales del Norte de la Península Ibérica (Anejos de Veleia, Seria Acta 1), Vitoria 1993.
118
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
gentilidades o gentes originarias de un antepasado común del que recibían el
nombre, epíteto o mote familiar característico,32 en este caso el de Lanciocum,
que los identiicaba como «de los de “el Lanza”», por lo que parece derivar de
algún Lancius desplazado desde la zona de la Sierra de Santa Cruz, dada su
relativa proximidad geográica. Por el contrario, es dudosa la referencia a un
Lancius o a una gentilidad Lanci(ocum) en la inscripción de Santa María de
Trives, Orense, de Poppilius Hirsutus Flavii Vendieci f. Lanci[…] Domo Vacoeci,
pues el posible Lanci[us] se ha interpretado como Lanci(ocum),33 Lanci(qum)34
y Lanci(cum),35 aunque más recientemente no se considera un gentilicio, sino
de un Lanci(ensis),36 seguramente de la Lancia de los Astures. Es interesante
que los antropónimos que aparecen en inscripciones con derivados de la palabra lancea son en su mayoría de tipo lusitano, como Arconis f. en VillamesíasAbertura,37 Cili f. en Plasenzuela38 y Tangini f. en Lousa,39 lo que corrobora el
carácter lusitano del antropónimo Lancius, tal como conirman otros ejemplos
derivados de la lancea, como Pictelanceus, de Chaves,40 o la cognatio MagilanM. Almagro-Gorbea, «Dos notas sobre el Bronce de Contrebia Belaisca 3 desde la
Etnohistoria celta», VII Coloquio Internacional sobre Lenguas y Culturas Paleohispánicas,
Zaragoza 1997, Salamanca 1999, 29-34.
33 EE 8, 283; J. Vives, Inscripciones Latinas de la España Romana. Antología de 6.800 textos, Barcelona 1970, 6340.
34 J. Untermann, Elementos de un atlas antroponímico de la Hispania antigua,
Bibliotheca Praehistorica Hispana, 7 (1965), 197; EE, 8, 283.
35 J. Lorenzo, Inscripciones romanas de Galicia IV. Provincia de Orense, Santiago de Compostela 1968, n.º 119.
36 B. M.ª Prósper, Lenguas y religiones prerromanas del occidente de la Península Ibérica,
Salamanca 2002, 231; M.J. Correia Santos, «Lusitanos y Vettones en la Beira Interior portuguesa. La cuestión étnica en la encrucijada de la arqueología y los textos clásicos», en P. J.
Sanabria Marcos (ed.), Lusitanos y vettones: los pueblos prerromanos en la actual demarcación
Beira Baixa, Alto Alentejo, Cáceres 2009, 186, n.º 10.
37 Untermann, Elementos de un atlas, n.º 34, 58 s., mapa 58; AA. VV., Atlas Antroponímico, n.º 21, 98-99.
38 Untermann, Elementos de un atlas, n.º 34, 100, mapa 35; AA. VV., Atlas Antroponímico, n.º 21, 143-144.
39 Untermann, Elementos de un atlas, n.º 34, 170, mapa 74; AA. VV., Atlas Antroponímico, n.º 21, 313 s.
40 Pictelancea Pictelanci ilia, de Chaves, Vila Real, en femenino y masculino (CIL II
2488; A. Rodríguez Colmenero, Aquae Flaviae. I, Fontes Epigráicas.da Gallaecia meridional interior, Chaves 1997, n.º 373; Hep, 7, 1997, 1223; HepOL 8315), que signiica «Lanza
poderosa» (M.L. Albertos, «La antroponimia hispánica y la “composición en los nombres
personales galos” según K.H. Schmidt», Emerita 23 (1960), 285-308; K.H. Schmidt, «Die
Komposition der Gallischen Personennamen», Zeitschrift für Celtische Philologie 26, 228,
32
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
119
cium «de los de la Lanza Grande», de Montealegra del Castillo.41 Todos estos
nombres son característicos de las zonas occidentales de Hispania, en ocasiones
comunes a Lusitani, Astures y Vettones,42 hecho que se explica porque todos ellos
deben proceder de un substrato común originario del Bronce Atlántico.43
Con este mismo substrato hay que relacionar los etnónimos Lancienses Astures, Ocelenses, Oppidani y Transcudani, y los topónimos Lancia de las correspondientes poblaciones que constituían el centro político de esos populi, cuyo
origen y formación debe relacionarse similar al del antropónimo Lancius. Los
Lancienses Astures o Ástures, denominados también Lancienses Augustani o Lancienses Cismontani, era el populus de la población de Lacia y su territorio, que
habitaban la cuenca del río Ástur, el actual río Esla, por lo que formaban parte
de los Ástures, etnónimo que se extendió desde esa zona hasta el otro lado de la
Cordillera Cantábrica.44 Ptolomeo (2, 6, 29) sitúa a los Λαγκίατοι o Lancienses
entre los Astures (Plin. NH. 3, 28) y su capital Lancia es una ciudad bien conocida en las guerras contra Roma (Flor., Epit. 2, 33, 57; Dion Cass., Hist., 53,
25, 8; Oros., Hist., 6, 21, 9-10; It. Ant. 395, 3), situada en el cerro de Lance o
255; Prósper, Lenguas y religiones, n.º 36, 137; J.M. Vallejo, «La composición de la antroponimia antigua de la Península Ibérica», Palaeohispanica 5, 2005, 120, 123; Delamarre,
Noms de personnes, n.º 13, 149).
41 AE, 1985, 581; 1987, 614; 1988, 764; 1991, 1047; HEp, 1, 645; 3, 1993, 412; 4, 1994,
944; 5, 1995, 866; 6, 1996, 987; HEpOL, 14958; A. Balil, R. Martín Valls (eds.), Tessera
hospitalis de Montealegre de Campos (Valladolid). Estudio y contexto arqueológico, Valladolid,
1988; P. Balbín, Hospitalidad y patronato en la Península Ibérica durante la Antigüedad,
Salamanca 2006, 55. Magilanci se relaciona con el antropónimo Magilo, «el Grande», cf.
M.L. Albertos, La onomástica personal primitiva de Hispania: Tarraconense y Bética, Salamanca 1966, 143.
42 Untermann, Elementos de un atlas, n.º 34; M.L. Albertos, «Onomastique personnelle
indigène de la Péninsule Ibérique sous la domination romaine», Aufstieg und Niedergang
der Römischen Welt II, 29-2, Berlin 1983, 853-892.
43 M. Almagro-Gorbea, «Los Lusitanos», en M. Almagro-Gorbea (ed.), Protohistoria de la
Península Ibérica del Neolítico a la Romanización, Burgos 2014; Almagro-Gorbea, Lancea,
palabra lusitana.
44 J.M. Roldán, «Fuentes antiguas sobre los astures. I, Fuentes literarias», Zephyrus, 21-22
(1971), 171-238; A. Tovar, Iberische Landeskunde, II-3. Tarraconensis, Baden-Baden 1989,
335; G. Fatás, L. Caballero, C. García Merino y A. Cepas, Tabula Imperii Romani (TIR).
K-30: Caesaraugusta. Clunia, Madrid 1993, 138; N. Santos Yanguas, «Lancia de los astures
en las fuentes clásicas», Studia Zamorensia, 7 (2004), 313-326.
120
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
El Castro, en Villasabadiego, León.45 Los Lancienses Oppidani46 hoy se tiende
a identiicarlos con los Lancienses Ocelenses citados por Plinio (NH. 4, 118)
entre los oppida stipendiaria de Lusitania,47 pues ocelum es una palabra celta
equivalente a oppidum en Latín.48 Estos Lancienses Ocelenses u Oppidani ocupaban el territorio de Salvador y Penamacor desde la Sierra de la Estrella hasta
la frontera con España,49 al Norte de los Igaeditani, como indican los termini
Augustalis inter Lancienses et Igaeditanos de Salvador50 y Peroviseu51 y su capital
era Λ γκια Οππιδ να (Ptol. 2, 5, 9),52 cuya discutida ubicación hoy se considera que corresponde a Centum Celas, Colmeal da Torre, cerca de Belmonte.53
Los Lancienses Transcudani 54 se han relacionado con el río Côa a partir del
45 Roldán, 1971; AA. VV., Lancia, historia de la investigación arqueológica. Homenaje a F.
Jordá Cerdá, León 1999; E. González Alonso, «Lancia. Fuentes e historiografía», Lancia,
2 (1999), 181-206; N. Santos Yanguas, «Lancia de los astures, ubicación y signiicado histórico», Hispania Antiqua 28 (2004), 71-86; E. González Alonso, n. anterior; J. Liz Guiral
«Topografía antigua de la ciudad de Lancia (Villasabariego, León, España)», Zephyrus 60
(2007), 241-263; TIR. K-30, 138.
46 J. de Alarcão, O Dominio Romano em Portugal, Lisboa 1988, 37; J. de Alarcão, «Novas
perspectivas sobre os Lusitanos (e outros mundos)», Revista Portuguesa de Arqueologia 4-2
(2001), 296 s.; J. de Alarcão, «Ainda sobre a localisação dos povos referidos na ponte de
Alcântara», Lusitanos e romanos no noreste da Lusitânia. Actas das 2.as Jornadas de Patrimonio da Beira Interior (Guarda 2005), 119-132.
47 A. Guerra, Plínio-o-Velho e a Lusitânia, Lisboa 1995, 86; F.P. Curado, «Relexões em
torno do terminus augustalis (dito) de Peroviseu», Eburobriga, 4 (2006), 113, n.º 43.
48 Como observó M.ª Lourdes Albertos, cF.A. Guerra, Nomes pré-romanos de povos e lugares do Ocidente Peninsular (Tesis Doctoral de la Universidade de Lisboa), Lisboa 1998, 804 (no
consultada); A. Guerra, «Sobre o territorio e a sede dos Lancienses (Oppidani e Transcudani)
e outras questiões conexas», Conimbriga 46 (2007), 178-190, n.º 49, 167 s.; Prósper, Lenguas
y religiones, n.º 36, 107 s.; Curado, Relexões em torno, n. anterior, 113, n.º 43.
49 F.P. Curado, «A Martin Calvo e aos povoadores do Fundão, Eburobriga, 2 (2004), 81;
Guerra, Sobre o territorio, 178-190.
50 CIL II 460.
51 J.L. Vaz, «Inscripcões romana do Museu de Fundão», Conimbriga, 16, 1977, 27-29;
Curado, Relexões em torno, n.º 47.
52 J.L. García Alonso, La Península Ibérica en la Geografía de Claudio Ptolomeo, Anejos de
Veleia. Series Minor, 19 (2003), 119.
53 Guerra, Sobre o territorio, n.º 49, 186 s.; A. Guerra, h. Schattner, «El Foro y el Templo de Lancia Oppidana: Nueva interpretación de Centum Celas (Belmonte)», en T. Nogales (ed.), Ciudad y foro en Lusitania Romana - Cidade e foro na Lusitânia Romana, Mérida,
333-342.
54 Guerra, Sobre o territorio, n.º 48, 805; Guerra, Sobre o territorio, n.º 49, 173 s.; Pérez
Vilatela, Historia y Etnología, n.º 20, 226; M. Osorio, O povoamento romano do Alto Côa,
Guarda 2006, 84 s.; Correia Santos, Lusitanos y Vettones, n.º 36, 187.
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
121
siglo XVI,55 pero en la actualidad se supone que *Cuda pudo ser el nombre de
la Sierra de Malcata en la Antigüedad,56 por lo que ocuparían la parte oriental
de la meseta de Sabugal, al norte de la Sierra de Malcata.57 El emplazamiento
de Lancia Transcudana también es discutido,58 pero hoy se tiende a identiicar
con Póvoa do Mileu, cerca de Guarda.59
En conclusión, el antropónimo Lancius y los gentilicios, nombres familiares
o cognationes relacionados, así como los etnónimos Lancienses y los topónimos
de poblaciones denominadas Lancia evidencian la popularidad de estos derivados de la palabra lancea entre los Lusitani. La palabra lancea denominaba la lanza de estoque, arma muy antigua procedente de astas de madera con su punta
endurecida al fuego (Herodot. 7, 71, 74), que se mantuvo en los conservadores
ritos militares romanos (Serv. Ad Aen. 760; Cass. Dio 1, 73),60 anteriores a la
Edad del Bronce, cuando las sociedades preurbanas de la Europa Protohistórica pasaron a usar lanzas con punta metálica para que penetraran con más
eicacia,61 estructura mantenida hasta la Edad Moderna. Su prestigio como
arma explica que diversos grupos guerreros preurbanos se autodenominaran
«lanceros», como los Δω εĪ griegos, los hastati itálicos, los Quirites sabinos,
los Berybraces celtas, los Gaesati galos y los Lancienses y Lancii lusitanos.62 Todos estos pueblos «lanceros» de la Europa protohistórica ayudan a entender el
signiicado del etnónimo Lancienses y de los antropónimos Lancii y derivados,
pues debían denominar a fratrías guerreras de la iuventus armadas con lanzas,
que se autoidentiicaban y denominaban por este arma, tras pasar ritos iniciáticos que procedían de la Edad del Bronce. Este hecho rebasa el marco lingüístico, al tratarse de auto-denominaciones propias de grupos humanos de carácter
A. de Resende, De antiquitatibus Lusitaniae, Évora 1593, 78-79.
Alarcão, Novas perspectivas, n.º 46, 297.
57 F.P. Curado, «A proposito de Conimbriga e Coniumbriga», Gaya. Actas do I Congresso
Internacional sobre o rio Douro (1986), Vila Nova de Gaia 1988-1994, 216, 224; Guerra,
Sobre o territorio, n.º 49, 173.
58 Alarcão, Novas perspectivas, n.º 46, 297.
59 P.C. Carvalho, «Identiicação e representação espacial das capitais de civitates da Beira
Interior», en Lusitanos e romanos no noreste da Lusitânia. Actas das 2.as Jornadas de Patrimonio da Beira Interior, Guarda 2005, 160; Guerra, Sobre o territorio, n.º 49, 176 s.
60 L. Fiebiger, s. v. «Hasta pura», Paulys Real-Encyclopädie der Klassisches Altertumwissenschaft 7, 2508-2509.
61 R. Davis, he Early and Middle Bronze Age Spearhead of Britain (Prähistorische Bronzefunde V, 5), Stuttgart 2012, 22.
62 Almagro-Gorbea, Lancea, palabra lusitana, n.º 12.
55
56
122
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
guerrero que utilizaban la lanza con un claro sentido identitario.63 Sin excluir la
opinión tradicional sobre la celticidad de los Lancienses,64 al considerar este etnónimo céltico derivado de la palabra celta αγ Īα (Diod. 5, 30, 4), los Lancii
y Lancienses deben considerarse Lusitanos por motivos etno-culturales, 65 aunque no se debe olvidar la gran proximidad entre Vettones y Lusitanos a causa
de su identidad de substrato.66 Esta explicación es igualmente válida para los
Lancienses Astures, por lo que los Lancii, como los Lancienses, relejarían un
substrato anterior a la Edad del Hierro, característico de los Lusitanos, paralelo
al que relejan los antropónimos y otros elementos culturales comunes a Lusitani, Vettones y Astures.67
Con los individuos con nomen relacionado con lancea del entorno de la
Sierra de Santa Cruz se debe relacionar el IIvir de la colonia de Caesar Augusta
en los años 4-3 a.C., C(aius) Vet(tius) Lancia.68 Es un caso de especial interés,
pues este duovir de Caesar Augusta asocia los antropónimos Vettius y Lancia,
este último quizás Lancia(nus), como probable romanización de Lancius como
cognomen, hecho que lleva a suponer que sería un lusitano o vetón originario de
ese territorio meridional de Turgalium, de donde proceden los antropónimos
Lancius.
C. Vettius Lancia, junto a Cn. Dom(itius) Ampian(us), acuñó una de las más
interesantes emisiones de monedas de Caesar Augusta, formada por dupondio,
as y semis, datada con toda precisión en el año 4-3 a.C., pues los ases hacen
M. Navarro, «Grupo, cultura y territorio. Referencias onomásticas «identitarias» de los
celtíberos y de los restantes pueblos del norte de la Citerior», en A. Caballos, S. Lefebvre (eds.), Roma generadora de identidades. La experiencia hispana (Collection de la Casa de
Velázquez 123), Madrid 2011, 107, n.º 2, 115 s.
64 A. Schulten, Los Cántabros y astures y su guerra con Roma, Madrid 1943, 107.
65 Almagro-Gorbea, Lancea, palabra lusitana, n.º 12.
66 M. Almagro-Gorbea, «Lusitanos y Vettones», en Lusitanos y Vettones. Los pueblos prerromanos en la actual demarcación Beira Baixa - Alto Alentejo - Cáceres-2007, Cáceres 2009,
15-43; M. Almagro-Gorbea, «El centro interior de Portugal y el origen de los lusitanos»,
en Cem anos de investigação arqueologica no interior centro. Castelo Branco, 2008 (Materiães
para o estudo das antiguidades portuguesas do Museu de Francisco Tavares Proença Junior),
Castelo Branco 2010, 177-218; Almagro-Gorbea, Los Lusitanos, 183-194.
67 Almagro-Gorbea, Lancea, palabra lusitana, n.º 12.
68 Albertos, La onomástica personal, n.º 41, 128; A. Burnett, M. Amandry, P. P. Ripollés,
Roman Provincial Coinage¸ I. From de Dead of Caesar to the dead of Vitelius (44 BC-AD 69),
London 1992 (= RIC), 319-321; Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 246 y 396; Correia
Santos, Lusitanos y Vettones, n.º 36, ig. 2, n.º 5.
63
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
123
Fig. 3. Dupondio, as y semis de la emisión de Caesar Augusta del 4-3 a.C.
de C. Vettius Lancia (según P. P. Ripollés).
referencia a la XX tribunicia potestad de Augusto.69 Los dupondios muestran
en su anverso de tres estatuas togadas sobre su pedestal vistas de peril, que
P. P. Ripollés, Las acuñaciones provinciales romanas de Hispania, Bibliotheca Numismatica Hispana, 8 (2010), 213, n.º 319-321.
69
124
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
probablemente debieron erigirse en el Foro de la nueva colonia, que había sido
fundada hacía aproximadamente unos 10 años. La del centro, de tamaño algo
mayor, representa a Augusto capite velato y con un simpulum en su mano derecha como pontíice máximo, que se dirige hacia ese lado, donde se alza la
estatua de Cayo Cesar, quizás una alusión a que el año 5 a.C. Cayo había
recibido la toga viril y el pontiicado, mientras que a su espalda queda Lucio
Cesar, el hermano menor de Cayo, representado a tamaño algo más reducido.
Alrededor corre la leyenda organizada en dos sentidos: hacia a arriba, IMP AVG
C CAES COS DESIG y hacia abajo, L CAES. El reverso ofrece un vexillum entre
dos estandartes legionarios sobre sus soportes, en los que aparecen los números
VI, IIII y X, que corresponden a las legiones de los veteranos establecidas en la
nueva colonia de Caesar Augusta. Una inscripción exterior situada en la parte
izquierda y en el exergo indica: CAESAR-AVGVSTA, mientras que entre las astas
de los estandartes se ha dispuesto el resto de la inscripción: II VIR-CN DOM
AMPIAN-C VET LANCIA.
Los ases muestran en el anverso la cabeza de Augusto a derecha con corona
de laurel y, alrededor, en sentido contrario a las agujas del reloj, la leyenda IMP
AVGVSTVS (DIVI F) TRIB POTES XX, mientras que el reverso representa el acto
de fundación de la colonia, quizás por el propio Augusto?, pues aparece en pie
a la izquierda sobre la línea de exergo un sacerdote con túnica y capite velato dirigiendo la yunta de bueyes hacia la derecha con la que se trazó el perímetro de
la colonia de acuerdo con el ritual del sulcus primigenius. Alrededor, en sentido
de las agujas del reloj, la leyenda: CAESAVGVS-CN DOM AMP C VET LANC, y
en el exergo: II VIR. Por último, los semises muestran en el anverso la cabeza de
Augusto a derecha con corona de laurel y, alrededor, en sentido contrario a las
agujas del reloj, la leyenda AVGVSTVS IMP y en el reverso un vexillum sobre su
base y alrededor, en sentido de las agujas del reloj, la leyenda: CAESAVGVST-CN
DO AMP C VE LANC y, a los lados del asta, II VIR.70
La igura del duovir C. Vettius Lancia ofrece el interés de que parece haber
jugado un papel destacado en los años iniciales de Caesar Augusta, a juzgar por
la emisión monetaria de la que es titular junto con Cn. Domitius Ampianus. El
tipo del anverso del dupondio permite suponer que debió encargarse, junto a
Domitius Ampianus, de hacer el monumento a Augusto y a sus hijos adoptivos,
Cayo y Lucio, y la fecha de la emisión, en el año 4-3 a.C., indica que seguraPara las emisiones de Caesar Augusta, A. Gil Farrés, «La ceca de la colonia Caesaraugusta», Ampurias 13 (1951), 65-111; A. Beltrán, «Las monedas antiguas de Zaragoza»,
Numisma, 20 (1956), 9-40; Ripollés, Las acuñaciones provinciales, n.º anterior, 204-232.
70
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
125
mente se hizo para conmemorar la el decenalium de la fundación ocurrida unos
10 años antes y a la que aluden todos los tipos de esa emisión monetaria.
Interesa analizar el nomen y el cognomen de C. Vettius Lancia para poder precisar
su origen. Su cognomen Lancia no está documentado en otros casos, se interprete
simplemente como Lancia o como una abreviación de Lancia(nus).71 En todo caso,
parece la romanización del nomen Lancius, frecuente, como se ha indicado, en la
zona cacereña de Santa Cruz de la Sierra, en un proceso similar al de G. Lancius
Iulianus en Mérida, sin excluir que Lancia pueda ser la romanización de un gentilicio indígena Lancicum. Todo ello lleva a suponer que C. Vettius Lancia era un
individuo originario o, al menos oriundo de esa zona de la Provincia de Cáceres.
Es interesante que a una conclusión parecida lleva el análisis de su nomen.
Éste aparece siempre abreviado como Vet., por lo que habitualmente se ha leído
como Vettius, sin excluir otras posibilidades como Vetus, Vetto o Vettiacus, este
último igualmente documentado en un IIvir de Caesaraugusta,72 lo mismo que
Vettonianus,73 cognomen de otro IIvir de Caesaraugusta en época de Tiberio que
acuñó un semis como L. Funi. Vet.74 que se ha leído como Fun(isulanus) Vet(to) o
mejor Vet(tonianus),75 por estar probablemente relacionado con el senador de época
lavia L. Funisulanus L.F. An. Vettonianus.76 De todas estas posibilidades la más
lógica parece Vettius, pues se trata de un personaje de época augustea cuyo cognomen resulta ser igualmente frecuente en la zona de Trujillo y Mérida.77 Esta doble
coincidencia no puede considerarse casual, ya que es muy difícil explicarla de otro
modo, lo que lleva a la concluir que C. Vettius Lancia, con gran probabilidad, procedía de esa zona cacereña del entorno de la Sierra de Santa Cruz. En efecto, del
territorio meridional de Trujillo, la Turgalium de los Vettones,78 proceden diver-
71 Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 396. Para Lancianus, Gil Farrés, La ceca de la
colonia, n.º 70; Albertos, La onomástica personal, n.º 41, 128.
72 RIC 345-349; Ripollés, Las acuñaciones provinciales, n.º 69, núms. 345-351.
73 Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 119 s.
74 RIC, I, 361; Ripollés, Las acuñaciones provinciales, n.º 361. La lectura del nombre en las
monedas plantea dudas, cf. Gil Farrés, La ceca de la colonia, n.º 69, 68, n.º 7, aunque lo lee
como C. Vetus Lancianus.
75 Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 119, n.º 51.
76 A. Caballos Ruino, Los senadores hispanorromanos y la romanización de Hispania (Siglos
I III). I, Prosopografía, Écija, 1990, n° 78; F. Des Bosc-Plateaux, Un parti hispanique a
Rome? Ascension des elites hispaniques et pouvoir politique d’ Auguste a Hadrien, 27 av. J.-C.138 ap. J.-C. (Bibliotheque de la Casa de Velazquez 32), Madrid 2005, n° 36.
77 Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 246; AA. VV., Atlas Antroponímico, 339.
78 CIL II 618; Tovar, Iberische Landeskunde, n.º 1, 234.
126
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
sos antropónimos en Vett-, de tipo Vettius y Vetto,79 que, aunque documentados
por toda Hispania, son especialmente frecuentes en la misma zona extremeña de
la Provincia de Cáceres que los Lancii, pues hay testimonios de Abertura, Santa
Cruz de la Sierra y Trujillo (2 casos), además de 4 casos de Mérida como capital
provincial, y otros de Elvas y Faião, cerca de Sintra, en Portugal, más otro caso en
Alcolea del Río, Sevilla, y una Vettila en Mérida.80 Por su parte, Vetto es un cognomen considerado latino que se concentra igualmente en Lusitania, especialmente
en Extremadura,81 sobre todo en Augusta Emerita, por ser la capital de la Provincia,
donde han aparecido cinco antropónimos, uno de los cuales debe considerarse uno
de los más antiguos documentos epigráicos de la colonia, por corresponder a la
primera o segunda generación de colonos.82 Aparece usado una vez como idiónimo y otra como patronímico en una inscripción de Abula, que Navarro interpreta
como una denominación local de ambiente indígena, aunque salvo en este caso,
nunca es utilizado como origo ni como antropónimo en denominaciones de tipo
peregrino, sino como cognomen de ciues Romani.83 En Hispania se conocen 2 casos
en la Provincia de Cáceres, procedentes de Oliva de Plasencia e Herguijuela, 7
en la de Badajoz, 4 en Augusta Emerita, 2 en Capara y otro en Malpartida de la
Serena. Fuera de Extremadura se conocen 2 en Abula-Ávila, 1 en Lisipo-Lisboa, 1
en Canania-Alcolea del Río, Sevilla, 1 en Segobriga, Cuenca y 2 en Saguntum. A
ellos se añaden los documentados fuera de Hispania: 1 en Sextatio, en la Aquitania,
1 en Castellum Celtianum, en Numidia y 1 en Roma, sin contar con el derivado
Vettonianus, que no responde ya a este contexto.84
De estos antropónimos en Vett- debe proceder el etnónimo Vettones,85 si se consideran como autodenominación de un grupo sub-tribal local de esa zona de
Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 543 s.; AA. VV., Atlas Antroponímico, 339,
mapa 324; Navarro, Grupo, cultura, 115 s., cuadros 2 y 3, ig. 2.
80 Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 246.
81 Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 543 s.; AA. VV., Atlas Antroponímico, 339,
mapa 324; Navarro, Grupo, cultura, 118, ig. 2.
82 Se trata de Alius Veto, documentado en un epitaio desaparecido de inicios del siglo I
d.C. (CIL II 529; CIL II 601; Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 118, n.º 40, uno de cuyos
dedicantes es C. Viriaci[u]s Vetto.
83 Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 116-117, cuadro 2.
84 Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 119, cuadro 3.
85 M. Almagro-Gorbea, «Celtas y Vettones», en J. Álvarez-Sanchís (ed.), Arqueología Vettona.
La Meseta Occidental en la Edad del Hierro, Zona Arqueológica 12 (2009), 54-60, ig. 5; M.
Almagro-Gorbea, «Lusitanos y Vettones», en Lusitanos y Vettones. Los pueblos prerromanos
en la actual demarcación Beira Baixa - Alto Alentejo - Cáceres-2007, Cáceres 2009, 15-43
79
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
127
Fig. 4. Antropónimos en Vect- (), Vict- (), Vetto () y en Vetti- () en
el Suroeste de Hispania: 1, Herguijuela; 2, Oliva de Plasencia (Capara); 3,
Trujillo; 4, Santa Cruz de la Sierra; 5, Abertura; 6, Mérida; 7, Malpartida
de la Serena; 8, Elvas; 9, Lisboa; 10, Faião; 11, Beja; 12, Villanueva del
Río; 13, Alcolea del Río; 14, Ávila, 15, Segobriga, Cuenca; 16, Sagunto; 17,
Tarragona; 18, Sextantio (Substantion, Provenza); 19, Roma; 20,
Castellum Celtianum (Numidia).
Extremadura, cuyo uso posteriormente se habría extendido a poblaciones más
o menos aines de un área mucho más amplia, como parece haber ocurrido
con los Ástures, que inicialmente eran los pobladores del río Astura,86 el Esla,
etnónimo más tarde atribuido a una región mucho más amplia. Sin embargo,
M. Navarro considera que el proceso fue el inverso y que Vetto, como su derivado Vettonianus, era una denominación con connotaciones de origen pero en
la que primaba cierta consideración de prestigio atribuida a los Vettones.87 Aún
así, la frecuencia de cognomina en Vett- de Extremadura (ig. 4) revela que, bajo
J.L. García Alonso, «Ethnic Names in Spain», en Celtic and other Languages in Ancient
Europa, Salamanca 2008, 84 s.
87 Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, 115 s.
86
128
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
un posible nombre romano, se reconoce otro indígena con la misma raíz que
la del etnónimo Vettones. Este etnónimo se ha considerado de origen céltico a
juzgar por su etimología88, pues se ha relacionado con la raíz *wegh-, «mover»,
por lo que signiicaría «los que se mueven», «los nómadas». Sin embargo, Tito
Livio (35, 7, 6), al referirse a una coalición contra los romanos formada el
193 a.C. por vacceos, vettones y celtíberos, ofrece la versión Vectonibus, lo que
permite suponer que el etnónimo originario fuera Vectones, derivado de la raíz
*vek-ti-, *uiktā, «lucha» y *veik-, «fuerza, energía hostil», *uoikā, «fuerza vital»,
documentada en antiguo irlandés como fecht y en antiguo galés como guith,
que signiican «combate, expedición de guerra»,89 raíz con la que también se
ha formado el etnónimo Ordovices «los luchadores con martillo». Vettones, por
tanto, signiicaría «Los Luchadores», con el signiicado concreto de «Los que
razzian» o «los que hacen expediciones guerreras», sentido conservado en el
término galés guith (vid. supra), por lo que parece un etnónimo muy apropiado
para la mentalidad y la autoidentiicación de un pueblo celta de características
claramente expansivas. Con esa misma raíz *vek-ti- y *veik- se han formado
otros antropónimos prerromanos, como Vectius y Vecticia en la Galia Narbonense, Victovalos y Vectrix en la Aquitania, Vectissus en la Germania Superior
y Vectimaros y Vecturios en la Belgica, además de nombres compuestos, como
el galo Con-victo-litavis o el galés Matgueit (<*Matu-vectos).90 En Hispania resultan menos frecuentes los antropónimos formados por esta raíz, pues sólo se
ha señalado un Vecti muy dudoso en Tarragona91 y una Victulla en Mérida.92
En consecuencia, tanto el nomen, probablemente Vettius, como el cognomen,
probablemente Lancia, de C. Vettius Lancia llevan a considerarlo originario del
territorio meridional de Turgalium, probablemente del entorno de la Sierra de
Santa Cruz. Tanto los Vettii como los Lancii deben considerarse denominaciones de «grupos reducidos»,93 aunque llama la atención que ni los Lancienses ni
los Lancii han sido analizados en los crecientes trabajos dedicados a los etnóni-
García Alonso, Ethnic Names, n.º 86, 93 s.
J. Pokorny, Indogermanisches etymologisches Wörterbuch, Bern-München 1958, 1128.
90 Albertos, La onomástica personal, n.º 41, 244.
91 Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 539.
92 EphE. VIII, 59; Abascal, Los nombres personales, n.º 22, 546; AA. VV., Atlas
Antroponímico, n.º 21, 342.
93 E.W. Haley, Migration and Economy in Roman Imperial Spain¸ Barcelona 1991, 22;
Navarro, Grupo, cultura, 115 s.
88
89
C. VETTIUS LANCIA, un cacereño entre los fundadores... | Martín Almagro-Gorbea
129
mos de la antigua Hispania a pesar de su interés.94 Vettii y Lancii debían ocupar
territorios muy similares y próximos en la Provincia Lusitania, por ser gentes,
grupos sub-tribales o cognationes quizás relacionadas, como parece indicar este
IIvir de Caesaraugusta C. Vet(ttius?) Lancia, lo que lleva a suponer que sin duda
sería originario de dicha zona (vid. supra).
C. Vettius Lancia ejerció su magistratura como IIvir el 4-3 a.C. y es posible
que en esa fecha celebrara los decenalia de la fundación de la colonia de Caesar
Augusta, fundada muy probablemente hacia el 14 a.C. como colonia inmune
por veteranos de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina.95 Resulta
muy atractiva la hipótesis de que C. Vettius Lancia fuera un veterano de alguna
de ellas, quizás de la X, la más vinculada a Lusitania, en las que habría militado
durante su participación en las Guerras Cántabras,96 hasta la práctica inalización de éstas en la campaña de Agripa del 19 a.C.
C. Vettius Lancia ejerció su magistratura como IIvir el 4-3 a.C. Unos 10
años antes se había fundado Caesar Augusta, c. 14 a.C.,97 cuando debió recibir
su recompensa como veterano. Resulta atractivo, a partir de estos datos, intentar una reconstrucción teórica de la vida de este personaje desde la hipótesis
lógica de que fuera un veterano de alguna de las legiones fundadoras. En época
de Augusto un legionario tenía que hacer un mínimo de 20 años de servicio,
que se supone que eran 25 para las tropas auxiliares, aunque en la práctica ese
tiempo podía ser mucho mayor antes de licenciarse y recibir como premio la
ciudadanía romana;98 por tanto, su inicio en la milicia debe retrotraerse al menos hacia el año 39 a.C. o ines del decenio anterior. Además, como el ingreso
en el ejército romano se realizaba a partir de los 16/17 años, se puede suponer
94 J. Untermann, «Los etnónimos de la Hispania antigua y las lenguas prerromanas de la
Península Ibérica», en M. Almagro-Gorbea, G. Ruiz Zapatero (eds.), Paleoetnología de la
Península Ibérica (Complutum 2-3), Madrid 1992, 19-33; B. M. Prósper, «En los márgenes
de la lingüística celta: los etnónimos del Noroeste de la Península Ibérica y una ley fonética
del Hispano-celta Occidental», Palaeohispanica, 8 (2008), 35-54; P. de Bernardo, «Linguistically Celtic ethnonims: towards a classiication», en Celtic and other Languages in Ancient
Europa, Salamanca 2008, 101-118; Navarro, Grupo, cultura, n.º 63, etc.
95 J. Arce, Caesaraugusta, ciudad romana, Zaragoza 1979, 27-34; M. Beltrán Lloris, G. Fatás
Cabeza, Historia de Zaragoza. César Augusta, ciudad romana, Zaragoza 1998, 10 s.
96 Schulten, Los cántabros, n.º 64, 107; E. Peralta (ed.), Las Guerras Cántabras, Santander 1999.
97 A pesar de la discutida fecha de la fundación, hoy se acepta casi por unanimidad el 14
a.C., cf. Beltrán Lloris, Fatás Cabeza, Historia de Zaragoza, n.º 95, 10 s.; G. Fatás Cabeza
(ed.), Guía Histórico-Artística de Zaragoza, Zaragoza 2008, 669 s.
98 Y. Le Bohec, El ejército romano, Barcelona 2004, 87 s.
130
Etudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris
que debió nacer, muy probablemente en el entorno de la Sierra de Santa Cruz,
hacia el 56 a.C. o quizás algún año antes, hacia el 60 a.C., en la generación
inmediatamente posterior a las Guerras de Sertorio.
Por consiguiente, pudo perfectamente haber participado no sólo en las guerras del Segundo Triunvirato, sino en las Guerras Cántabras,99 que se desarrollaron del 29 al 19 a.C., en las que pudo haber transcurrido buena parte de su
milicia. Si se hubiera incorporado desde el inicio de la guerra, tendría entonces
al menos 27 años, mientras que cuando Agripa las inaliza el 19 a.C., su edad se
acercaría o rebasaría ya los 40 años. Como la fundación de Cesar Augusta se llevó a cabo el 14 a.C., en esa fecha tendría al menos 42 años y cuando ejerció su
magistratura de IIvir, debía haber superado ya los 50 años, si no se aproximaba
a los 60. Según estos cálculos, sería entonces uno de los últimos miembros de
la 1.ª generación de la nueva colonia y, aunque no se puede excluir que se trate
de un miembro de la 2.º generación, la asociación de Vettius y Lancia en su
trianomina inclina a preferir la hipótesis señalada.
De acuerdo con este juego de posibilidades, puede darse por buena la reconstrucción a grandes rasgos de la vida de C. Vettius Lancia. A juzgar por su
nombre y procedencia, debió ser un «lancero» lusitano o vetón, que, tras sus
años de milicia al servicio de Roma, que en buena parte coinciden con las Guerras Cántabras, acabó su vida como ciudadano romano en la colonia de Caesar
Augusta, por lo que representaría un buen ejemplo del ascenso de un lancero
indígena a la ciudadanía romana.
99
Vid. supra, n.º 96.