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          LA RESTAURACIÓN DE UNA CUBIERTA DE MADERA CON DECORACIÓN PINTADA PROCEDENTE DE LOS FONDOS DEL MUSEO DE LA ALHAMBRA Purificación Marinetto Sánchez Jefe del Departamento de Conservación de Museos. 1 Patronato de la Alhambra y Generalife 2 Estrella Arcos von Haartman y Joaquín Gallego Martín, QUIBLA RESTAURA S.L. METODOLOGÍA: Estudio histórico/artístico; consolidación estructural; consolidación decorativa; analítica de los materiales y policromía; reintegración polícroma y estructural de conservación Faldón trapezoidal cabecero de una cubierta de madera de par y nudillo que fue de limas moamares de la que sólo le queda una lima en cada extremo. La tablazón de la falda se separa en dos en altura dejando dos espacios longitudinales a decorar. Conserva del almizate la vuelta hasta el primer nudillo. Sus dimensiones son: 295’5cm anch base; 125cm long. nudillo; 197 alt.; 8’8cm de grosor máximo (fig. 1) Fig.1: Faldón de la cubierta después de la restauración (foto: Quibla restaura SL) La cubierta según los datos conservados en el libro de registro del Museo de la Alhambra, donde se conserva, proviene de una “casita sobre la Rauda Real de la Alhambra”. Haciendo un seguimiento de ella sobre estos datos, nos encontramos que en la Guía de Granada de Manuel Gómez-Moreno, en la p. 124: “al otro lado de éste [patio del Harén] y muy cerca del Palacio Imperial ha descubierto D. Mariano Contreras las ruinas de un edificio árabe, que en tiempos de los Reyes Católicos fue unido al piso alto de la Casa Real por medio de un cobertizo, derribado ahora como ya se dijo y después hubieron de arrasarlo por estorbar quizá al Palacio nuevo… por donde tenía directa comunicación ambos edificios”. Y en la p. 87 nos indica: [Hablando del patio del Harén] “habitaciones altas al sur del patio… a mano izquierda del cenador se construyó después de la Reconquista, y acaba de ser lamentablemente destruido, un cobertizo con armadura de par y nudillo cubierto de pinturas moriscas bien ejecutadas, entre ellas se distinguen las armas y empresas de los Reyes  1 Estudio histórico-artístico La restauración se realizó entre los meses de julio de 2008 y marzo de 2009, por un equipo formado por Ana Herranz Martín, Elisa Quiles Faz (soporte de papel), Joaquín Gallego Martín (consolidación de estructura) y dirigida por Estrella Arcos von Haartman. 2             Católicos; hizose indudablemente tal obra para unir la casa descrita con cierto edificio arábigo, cuyas ruinas están descubriendo [la Rauda]”. Leopoldo Torres Balbás, en su trabajo “Paseo por la Alhambra. Una necrópolis nazarí: la Rauda”, p. 15. Hace la siguiente alusión: “La Rauda de los jardines de la Alhambra quedaría entonces abandonada y, sin duda, al poblarse el recinto con soldados y cristianos viejos, aun en tiempo de los Reyes Católicos, reformada y ampliada, debió servir de vivienda, unida por un cobertizo sobre arcos que salvaba el foso, al patio vulgarmente llamado pario del Harén, con la planta alta del cuarto de los Leones. Restos del techo de madera, pintada a lo morisco que tuvo ese cobertizo, se conservan en las habitaciones de Carlos V en la Casa Real” Entre la documentación reunida y trabajada por Antonio Vilar Sánchez en su libro Los Reyes Católicos en la Alhambra, hace mención que en un documento de 1499) p. 105: “A principios de noviembre…Se retomaron en estos meses las obras…y algunos trabajos en la zona del pasadizo que llegaba hasta la antigua Rauda Real. Para todas ellas se adquirió en noviembre, además de madera, un gran numero de ladrillos, yeso y clavos” Este resto de armadura es uno de los extremos de cierre que nos proporciona el ancho del pasadizo y confirma en detalle su riqueza decorativa pintada sobre una pieza con pares muy delgados. La madera utilizada es álamo blanco o peralejo, madera débil como para un uso estructural y además, unida a una estructura de pares de poca escuadría, nos indica que fue una solución de cubierta decorativa que obligaría a tener otra encima estructural. En cuanto a conservación, por el tipo de madera, es bastante vulnerable a los ataques biológicos. La decoración pintada, muestra la originalidad de de estar sobre la madera directamente o sobre papel adherido posteriormente al montaje de la armadura, en cuyo análisis se encuentra las mismas características del papel hispanomusulmán de fabricación manual. El papel se adapta al espacio a decorar con adhesivo de cola y luego se le superpone laminas que se prolongan hasta dos centímetros unas sobre otras en algunos sitios. Ya pegadas sobre la madera se decoraron. No se ha podido saber por qué se usaron las dos soluciones ornamentales, una la de pintar sobre la madera y la otra la de pegar papel y después pintarlo. Pudo ser dos talleres diferentes o querer tapar o corregir alguna irregularidad con el papel, debido a la cual se obtiene un acabado decorativo similar con ambas soluciones e inapreciable en el resultado. La decoración en los pares tiene un fondo rojo bermellón. En el centro del papo, entre dos líneas paralelas, una roja y otra blanca, hay una cenefa de acicates dibujados en negro sobre fondo blanco (fig. 2). Las tablazones están separadas en altura en dos áreas y muestran saetinos abiselados y pintados en blanco con perlado en negro. Mª Carmen López Pertíñez, en su Tesis Doctoral sobre Carpintería en la Arquitectura Nazarí en el volumen dedicado al Catálogo de maderas del Museo de la Alhambra, dice que no presenta el faldón la doble tablazón como en los casos de las armaduras de menado, aunque si se utiliza en él unos listones, como tocaduras entre los pares y la tablazón dividiendo la altura en dos. Las tocaduras tienen la misma decoración dispuesta en simetría al centro, en el Fig 2: detalle con las tabicas en el yuga y las cual hay un pimiento del que arranca un tallo a cada flechas y decoración de la lima y pares (foto lado curvo, con pequeños brotes y prolonga su Quibla Restaura SL) desarrollo hacia el centro hasta terminar en otro pimiento más esbelto. Las tablazones juegan con dos temas, uno de sebka y el otro de tallos espirilíneos con contraespiras que terminan en motivos vegetales. El tema decorativo vegetal de la parte baja es idéntico al de la parte alta de la tablazón. Las tres calles centrales del faldón tienen el mismo motivo vegetal de tallos espirilíneos y a cada lado de éstas, ya aparecen de forma alternante la decoración de sebka y floral. El tema de sebka esta enmarcado por una línea en azul sobre un fondo rojo. Tiene dos tramas rómbicas. La dibujada en línea negra tiene palmas blancas sobremontadas unas a otras             y la otra segunda trama de sebka esta perfilada por línea blanca y relleno azul, formada por un tallo del que brota un pimiento y una tetrafolia (fig. 3). El otro tema usado para la tablazón, utiliza motivos vegetales de mayor tamaño. El dibujo está formado por tallos espirilíneos con tallos en contraespira, delineados en blanco y relleno en rojo, de los que brotan palmas sencillas, dobles y piñas. Todo el ataurique se perfila en blanco con trazos rápidos. El limbo de las palmas es de color rojo con dobles hojas en verde. El ataurique además de estar perfilado en blanco tiene destacados trazos en negro en los extremos de algunos elementos para hacerlos destacar y crear relieve en la parte superior (fig. 4). En la parte inferior se conservan unas tablillas a modo de tabicas cajeadas entre los pares. Están decoradas de forma alternante con los símbolos de los Reyes Católicos, el yugo y las flechas, como dicen los textos, lo cual nos indica el periodo de su ejecución (fig. 2). La rica policromía consta de los colores blanco, negro, bermellón, verde, azul, gris y Fig. 3: Decoración de sebka (foto Quibla Restaura SL) amarillo. Si bien los análisis indican pigmentos similares a los documentados en otras carpinterías nazaríes, según Mª Carmen López Pertiñez. En este faldón hay algunas singularidades, como el uso de pigmentos de hierro y el uso del oropimente mezclado con pigmentos de cinabrio. La pieza presentaba un estado de conservación deficiente (figs. 1 y 5), entre cuyos daños destacaban tanto la extensión de los ataques biológicos –hongos, pudriciones y xilófagos- como la inestabilidad de su estructura a consecuencia de la pérdida de los elementos que originalmente Fig. 4: Decoración de tablazón con tallos curvados con la componían y su sustitución por tres temas vegetales (foto Quibla Restaura SL) tablones claveteados, ya que la solidez de este faldón había quedado muy mermada por el ataque de los xilófagos. El criterio general de la intervención ha sido la neutralización de los factores de deterioro que afectaban a la pieza, por lo cual se ha sometido a un tratamiento de conservación. No obstante, y dado que la limpieza ha revelado una policromía de calidad decorativa, se ha planteado la restauración de sus valores cromáticos. Las zonas de dibujo parcialmente desaparecidas se han completado, pero aquellas lagunas en las que los elementos se encontraban perdidos, se han reintegrado con un color plano; se han recuperado los valores cromáticos pero sin reinterpretar el diseño de las zonas desaparecidas para no interpretar la libertad del trazo original del dibujo hecho a mano alzada. Tampoco se ha establecido una norma cromática general, aunque de los restos de policromía conservados podría extraerse una tonalidad máxima de referencia, eligiendo por el contrario la reintegración de cada zona particular según el cromatismo aparecido tras la limpieza. Como regla general, se han respetado los criterios de reversibilidad de los materiales empleados, compatibilidad de los materiales, mínima intervención y la clara identificación de las zonas reintegradas. A partir de un tratamiento de conservación muy cuidadoso, se puede concluir que en esta intervención se ha intentado desvelar los valores artísticos de la obra y permitir su correcta visión, sin incurrir en reconstrucciones ni en interpretaciones. El buen resultado del trabajo y su buen resultado es consecuencia de la calidad de la obra.             Fig. 5: Estado de conservación del faldón antes de la restauración (foto Quibla Restaura SL) En resumen, de esta cubierta de madera, a la que se refieren los textos documentales, nos queda sólo este faldón extremo que formaba parte del pasadizo que protegía la unión entre el piso alto de la vivienda de la Qubba al-Garbiyya (sala de Abencerrajes) entre el patio del Harén y piso alto de la Rauda. Se construyó en 1499 por orden de los Reyes Católicos para unir las diferentes estancias de su Casa Real en la Alhambra. Con posterioridad, fue desmontado por Mariano Contreras Granja para volver a la solución nazarí. De la armadura sólo ha quedado este faldón que pasó a formar parte de los fondos conservados del Museo de la Alhambra con el nº de registro 1643 (17 de julio 1947). En cuando a estructura y decoración de la armadura, tiene una decoración muy próxima a la nazarí, la morisca, que es de buena calidad aunque esta realizada con una estructura débil de uso simplemente decorativo. Gracias a la restauración, se puede volver a contemplar la calidad decorativa de esta obra morisca realizada en la Casa Real Cristiana en la Alhambra que nos confirma el mantenimiento de la tradición nazarí en el uso de los pigmentos, la técnica usada en la fabricación del papel y aún la buena calidad decorativa. BIBLIOGRAFÍA • GÓMEZ-MORENO, Manuel, Guía de Granada, Granada, 1982 • LÓPEZ PERTÍÑEZ, Mª Carmen, La Carpintería en la Arquitectura Nazarí, Catálogo I, carpintería en el Museo de la Alhambra, Tesis Doctoral, Universidad de Granada, 2003. • TORRES BALBÁS, Leopoldo, en su trabajo “Paseo por la Alhambra. Una necrópolis nazarí: la Rauda”. Obra dispersa II, Archivo Español de Arte y Arqueología, Madrid, 1985. • VILAR SÁNCHEZ, Juan Antonio en su libro Los Reyes Católicos en la Alhambra, Granada, 2007.