"MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE"
CONSEJO CONSULTIVO
JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO
General de División Pablo Schaffhauser Acuña
DIRECTOR DE INSTRUCCION DEL EJERCITO
General de Brigada Héctor H. Bravo Muñoz
JEFE DEPTO. IV REGL. PUBLIC. AYDS. DE INSTRUCCION
Coronel Gustavo Kunstmann Hameau
REVISTAS Y PUBLICACIONES MILITARES
DIRECTOR DEL MEMORIAL
Prof. Aux. Carlos F. Alcaide Neat
PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
Dr. SALVADOR ALLENDE GOSSENS
Presidente de la República
1970 - 1976
SALUDO DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL
S- 2 Nº 6.—Santiago, 3. XI. 1970.
Con íntima satisfacción he aceptado el honroso cargo de Ministro de
Defensa Nacional, con que me ha distinguido S. E. el Presidente de la
República, y al asumir tan importantes funciones, sean mis primeras palabras para expresar a cada uno de los miembros de las Instituciones Armadas de Chile, el testimonio de la más profunda admiración y respeto.
Hago propicia esta ocasión para manifestar que mi principal preocupación se fundamentará en el logro de los grandes ideales y propósitos que
animan al Supremo Gobierno de la Nación en cuanto al cumplimiento de
los programas que ha señalado para la Defensa Nacional.
Será también mi deber ineludible velar por el prestigio de las Fuerzas Armadas y asegurar su eficiencia para las grandes tareas que les impone la Constitución Política del Estado, lo que constituye la razón de su
existencia.
Asimismo, será compromiso del Ministro infrascrito, el garantizar
a los integrantes activos y pasivos de las Fuerzas Armadas, los más sagrados derechos de bienestar, comprensión que se merecen.
Lo anterior se encuentra avalado por aquellos hermosos años en que
tuve la oportunidad como Profesor, de contribuir a la formación de jóvenes estudiantes que hoy cumplen diversas responsabilidades como Oficiales del Alto Mando. Ello me da confianza para que el desempeño de las
delicadas funciones que asumo, sean positivas y beneficiosas para el país,
porque soy un convencido que las Fuerzas Armadas de Chile continuarán
manteniendo su posición de baluarte y garantía de las Instituciones democráticas de la República.
Anótese, comuníquese y publíquese en los Boletines Oficiales del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea.—ALEJANDRO RIOS VALDIVIA,
Ministro de Defensa Nacional.
Boletín Oficial Nº 45, de 9 de noviembre de 1970.
CURRICULUM VITAE
Coronel (R) RAFAEL VALENZUELA VERDUGO.
Ingresó como Cadete a la Escuela Militar el 1o de enero de 1928 y egresó de ella
como Subteniente en el Arma de Ingenieros el 23 de diciembre de 1930.
El Coronel (R) Valenzuela desempeñó en la Institución, todos los mandos inherentes a sus grados de oficial y Jefe, sirviendo en todas las especialidades y Escuelas de su
Arma.
Siendo Mayor pasó al Arma de Telecomunicaciones que recién se creaba.
Tiene los títulos de Oficial de Estado Mayor y Profesor de Academia.
En el decurso de su carrera se desempeñó como Ayudante de la Subsecretaría de
Guerra y del Ministro de Defensa Nacional.
Fue Director de la Escuela de Telecomunicaciones del Ejército.
Sirvió el cargo de Agregado Militar a la Embajada de Chile en Francia, en donde
siguió los Cursos de la Escuela Superior de Guerra obteniendo el título correspondiente.
Posee las condecoraciones militares chilenas por sus años de servicio, la medalla
Minerva por sus estudios en la Academia de Guerra y la Estrella de Oro Diosa Minerva.
Ha sido condecorado con la Legión de Honor de la República de Francia y la Condecoración al Mérito Militar del Ejército del Brasil.
El Coronel (R) Rafael Valenzuela es casado con doña Blanca Alicia Munita Bisquert
y tiene tres hijos.
Obtuvo su retiro de la Institución el 7 de julio de 1965, con treinta y seis años, seis
meses y quince días de servicio.
Con fecha 4 de noviembre de 1970, el Supremo Gobierno lo designó Subsecretario
de Guerra.
Coronel de Ejército (R) don RAFAEL VALENZUELA VERDUGO,
Subsecretario de Guerra
EJERCITO DE CHILE
COMANDO EN JEFE
CARLOS PRATS GONZALEZ, General de Ejército, Comandante en Jefe.
CURRICULUM VITAE DEL GENERAL DE EJERCITO
DON RENE SCHNEIDER CHEREAU
A.—Datos personales
Nombre
Grado
Arma
Especialidad Militar
Puesto actual
Fecha de nacimiento
Nombre de la esposa
Nombre de los h i jos
RENE SCHNEIDER CHEREAU
General de Ejército
Infantería
Oficial de Estado Mayor. Profesor Militar en Táctica y Operaciones e Historia
Militar.
Comandante en Jefe del Ejército
31 de diciembre de 1913. en Concepción
Carolina Elisa del Carmen Arce Durandeau
Elisa Carolina Leonor
Raúl Alfredo Leoncio
Rene Víctor Isaac
Víctor Guillermo
B.—Datos Militares
1.—Ascensos:
1961
1929
1932
1933
1935
1937
1944
1951
1957
1963
1968
1970
1963
1964
Cadete Escuela Militar
Subalféroz Escuela Militar
Alférez de Ejército
Subteniente de Ejército
Teniente de Ejército
Capitán de Ejército
Mayor de Ejército
Teniente Coronel de Ejército
Coronel de Ejército
General de Brigada de Ejército
General de División de Ejército
2.—Cursos:
1929/32
1944
Alumno de la Escuela Militar
Curso de Teniente en la Escuela de Infantería, ler. Puesto.
1947/49 Curso Recular de Academia de Guerra.
1966
Curso de Alto Comando en Academia de
Defensa Nacional.
3.—Destinar ionen:
1933
1934
1939
1944
1944
1947
1950
1950
1951
1953
1953
1954
1956
1957
Regimiento Infantería No 1 "Buin"
Regimiento Infantería Nº 7 "Esmeralda"
Escuela Militar
Regimiento Infantería No 2 "Maipo"
Escuela de Infantería. Alumno
Academia de Guerra. Alumno
Escuela «le Infantería
Academia de Guerra. Profesor
Secretario de Estudios en la misma
Academia.
Escuela Militar
Misión Militar de Chile en Washington
Cuartel General I División de Ejército
Secretario de Estudios en la Escuela
Militar.
Academia de Guerra. Profesor.
1967
1968
1968
1969
1969
Comandante del Regimiento Inf. Ref.
Mña. N9 18 "Guardia Vieja".
Agregado Militar de Chile en Paraguay
Secretario del Comando en Jefe del
Ejército.
Director de la Escuela Militar
Director de Operaciones del Cuartel General del Ejército.
Comandante de la II División de Ejército
Comandante de la V División de Ejército
Comandante en Jefe del Ejército.
4.—Medallas
y
Condecoraciones:
Nacionales:
—Estrella Militar (10 años de servicios)
—Estrella al Mérito Militar (20 años de servicios) .
—Gran Estrella al Mérito Militar (30 años de
servicios).
—Medalla Minerva (Curso Regular de Estado
Mayor).
—-Medalla Diosa Minerva (Título de Profesor
de Academia).
—Condecoración "Presidente de la República"
(Título de General de Ejército).
—Orden O'Higginiana (Postuma).
Extranjeras:
—Condecoración "Orden de Mayo ai Mérito Militar" en el Grado de Gran Oficial, conferida
por el Ejército Argentino.
—"Orden al Mérito Militar", otorgada por el Gobierno del Paraguay, en el Grado de Comendador.
—Condecoración "Cruz de la Fuerza Terrestre Venezolana", conferida por el Embajador de Venezuela en testimonio de amistad y confraternidad del Ejército de Venezuela.
Cadete
Rene Schneider Chereau
Escuela Militar 1930
Teniente Instructor René Schneider Chereau, Escuela Militar 1939.
General de División René Schneider Chereau, asume el Comando en Jefe del Ejército.
Le entrega el mando el General de Ejército Sergio Castillo Aránguiz.
General de Ejército René Schneider Chereau (Q. E. P. D),
Comandante en Jefe del Ejército.
REVISTA
BIMESTRAL
(Organo Oficial del Estado Mayor General del Ejército)
(Noviembre - Diciembre 1970)
A Ñ O L X I I I
Nº
3 58
1970
SUMARIO
Pág.
Saludo manuscrito del Presidente de la República.
Saludo del Ministro de Defensa Nacional.
Curriculum vitae del Coronel (R) Rafael Valenzuela Verdugo.
Saludo manuscrito del Comandante en Jefe del Ejército, General Carlos Prats
González.
Curriculum vitae del General de Ejército, René Schneider Chereau (Q.E.P.D.)
Circular saludo del Comandante en Jefe del Ejército.
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe del Ejército en la Moneda, con
ocasión de la entrega de símbolos de mando a los Generales recién ascendidos,
el 13 de marzo de 1970
Mensaje: 19 de Septiembre de 1970
Felicitación: 4 de Septiembre de 1970.
Conmoción e indignación nacionales causa atentado al General Schneider.—Presidente Frei llama al país a mantener la calma
Fuerzas Armadas leales al cumplimiento de su misión
Carabineros adhiere a sentimiento de repudio
Todos los sectores condenan el atentado
Agravio a Chile
Visita al General Schneider, primer acto oficial del Presidente Electo
Consternación nacional: Murió General René Schneider, comunicado oficial
Declara Duelo Nacional
Velada en la Escuela Militar
Unánime sentir: consternación política frente al deceso de un héroe de la patria.
Comunicaciones del extranjero
10
14
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22
23
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30
31
32
35
48
56
Pág.
Editoriales: Martirio de un Soldado
.'.
Un crimen horrendo
Un crimen que no debe quedar impune
,
El Gran Soldado
'.
Ilustre Soldado
Schneider y el heroísmo cívico
Emocionante despedida
Palabras pronunciadas por el Ministro de Defensa Nacional en el Cementerio
General
Despedida al Comandante en Jefe del Ejército General René Schneider Chereau
por el General de División Carlos Prats González .. .....„
Discurso del Presidente del Senado Tomás Pablo Elorza
Discurso del Presidente de la Cámara de Diputados Jorge Ibáñez Vergara
Discurso del General ( R ) . Jorge Rodríguez A
Ordenes del Comando en Jefe
Homenaje a la memoria del Comandante en Jefe del Ejército, General René
Schneider Chereau en el Senado
Circular del Comandante en Jefe
Editoriales de prensa: Duelo Nacional
El General René Schneider
A emprender la gran tarea
El Comandante en Jefe agradece solidaridad con el Ejército
Hoy hace un mes
'.
Problemas de Defensa Nacional: El Prestigio. P o r el Coronel Jorge Carmona
Yáñez
La Defensa Nacional. P o r el Coronel Mariano Navarrete C
Comunicación del Ministro de Defensa, Julio P e r e i r a L a r r a í n , al dejar el cargo,
a los señores Comandantes en Jefe de las F F . AA
El Ejercicio del Mando. P o r el Coronel F e r n a n d o F e r n á n d e z Pérez
NOTA IMPORTANTE
Toda correspondencia y el canje relacionado con
esta publicación, deben dirigirse a:
Estado Mayor General del Ejército
Publicaciones Militares
Correo 21 - Sector 3
Santiago de Chile
.
La Dirección
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En el día del Arma de Ingenieros, acompañado de su Jefe de Estado Mayor, General de
División Pablo Schaffhauser Acuña.
Inauguración del nuevo edificio del Centro de Salud del Ejército. Junto con el
Ministro de Salud.
Despide al Embajador de España.
Recibe condecoración del Ejército de Venezuela. Le es entregada por el señor
Embajador de esa nación.
En reunión social con el Cuerpo de Generales y esposas.
En el Palacio de la Moneda agradece al Presidente de la República las espadas recibidas
para los Generales recién ascendidos.
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SR. COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO EN LA
MONEDA CON OCASION DE LA ENTREGA DE SIMBOLOS DE MANDO A LOS GENERALES
RECIEN ASCENDIDOS EL 13 DE MARZO DE 1970
E
S un alto honor para mí agradecer en nombre de las Fuerzas Armadas y en particular
de los Generales y Almirantes agraciados, la entrega de sus símbolos
de mando y de la medalla que otorga Su Excelencia el Presidente de
la República; es propicia la oportunidad para que en este acto tan
significativo, se viertan conceptos y
sentimientos que pueden precisar
el significado que le damos a este
acontecimiento y sus proyecciones a
las Instituciones, ya que a ellas toca en algo tan importante como son
sus Altos Mandos o sea sus conduc-
tores y responsables frente a la autoridad civil y frente al país.
Creo que individualmente cada
General y Almirante ha sentido la
emoción de una culminación profesional y la retribución a una vida
entregada a una causa noble. y grande, que en gran parte se sustenta
en estímulos como éstos que sólo
pueden valorar y sentir quienes han
vivido y quienes han comprendido
el ejercicio de la profesión de las
armas.
Creo que al ser investidos los Generales y Almirantes por nuestro
Generalísimo y representante del
Homenaje al General René Schneider Chereau
Poder Ejecutivo culmina con este
simbolismo un proceso legal, que
deposita en los integrantes del Alto
Mando de las Fuerzas Armadas, la
confianza y la fe de la ciudadanía
y de los Poderes del Estado.
En las distintas etapas de gestación de quienes integran los Altos
Mandos, están representadas en forma muy clara la doble ubicación de
las Fuerzas Armadas: como parte
integrante y representante de la
Nación y como estructura del Estado. Lo permanente y lo temporal,
que orientan su doctrina con principios y normas —por una parte—
de prolongada vigencia y que por
otra armonizan y contrapesan los
cambios periódicos que rigen su vida política, dentro de un régimen
legal. Esto es lo que fundamenta la
personalidad de las Fuerzas Armadas y de sus Altos Mandos para encauzar sus pensamientos y sus actuaciones y que a la vez establece
sus deberes, sus derechos y sus responsabilidades frente al país, frente a los poderes del Estado y particularmente frente a las propias Instituciones.
En la comprensión de esta relación entre el Estado y sus Fuerzas
Armadas, creo que radica en buena
parte el destino del país. Frente a
un mandato legal que impone un deber para éstas, necesita recibir del
Estado el apoyo moral y material
que las capacite para actuar con eficiencia; necesitan que se reconozca
su verdadera función para ser empleada en el ámbito que realmente
les corresponde; necesitan vivir al
margen de las alternativas y de la
lucha política y partidista por que
no debe alterar su pensamiento legal y su posición de imparcialidad,
para mantener así con solidez y
11
profundidad su acción compensadora y moderadora.
: Necesita en suma, mantener el
respeto y la fe que en ellas tiene la
ciudadanía, porque es en estos sentimientos que fundamenta la eficacia de su empleo en las misiones que
la Nación les ha encomendado.
Nuestro país ha desarrollado su
vida junto a sus Fuerzas Armadas
con una muy clara visión de su significado y trascendencia y así las
ha empleado en conflictos internacionales e internos y así también las
ha mantenido en sus largos períodos de paz. En esta forma ha sido
posible cimentar una doctrina institucional, que define claramente su
función y sus responsabilidades. Es
tal vez esta herencia lo más importante en nuestra vida como organismo armado y es muy probable
que sea ella la que en gran medida
ha contribuido a la estabilidad política de nuestro país. Los Altos
Mandos somos celosos de esta consigna y fundamentamos nuestra
eficiencia y nuestra respetabilidad
frente a la Nación mientras más
profunda y sólida sea esta convicción entre sus componentes y mientras más clara y definida esté en el
poder civil del cual dependemosEste acto, Excmo. Señor Presidente, tiene este trascendente alcance. La entrega que habéis hecho
a los Sres. Generales y Almirantes
de los Símbolos de mando y de la
medalla que otorga vuestro alto cargo, ratifican por una parte vuestra
confianza y la del país, y por otra
recibís en acto recíproco, la expresión de lealtad de los mandos y de
las Instituciones que representan.
En nombre de ellos es que os expreso mis sentidos agradecimientos.
Acompañado de la delegación en la apertura del Congreso
Recibe honores en la Plaza Bulnes acompañado de los Comandantes en Jefe de la
Marina y Aviación.
Se retira del Congreso Nacional el 21 de Mayo de 1970 lo acompañan los Generales
Manuel Pinochet y Osear Bonilla.
Con su Jefe de Estado Mayor, General de División Pablo Schaffhauser Acuña y el
Director de Operaciones, General de Brigada Ervaldo Rodríguez T. y ayudantes.
Saluda al Coronel Alberto Labbé T., al hacerse cargo este último de la
Dirección de la Escuela Militar
En el Tedeum del 18 de septiembre de 1970,
de la Armada, Aviación y
Entrevistado por el locutor radial César Antonio
Santis, en la Parada Militar.
En su cátedra en la Academia de Guerra
En campaña.
En campaña.
En campaña.
ihn campana.
En Puerto Williams con su Ayudante el Teniente Coronel Santiago Sinclair O.
El Coronel Schneider con su esposa señor Elisa Arce Durandeau y sus hijos siendo
Comandante del Regimiento de Infantería "Guardia Vieja" en Los Andes 1961
El Comandante en Jefe con su señora e hijos el día que el menor ingresaba a la
Escuela Militar.
El Comandante en Jefe con su esposa señora Elisa Arce D. y su hijo Víctor el día en
que el Cadete recibe su espadín, 1970.
En una exposición de cuadros en compañía de don Fernando Morales Jordán, profesor
de Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes, del señor Ministro de Educación don
Máximo Pacheco y del General de Brigada (R) don Gregorio Rodríguez Tascón.
EL ARTISTA
Cuando el Memorial del Ejército me pidió que escribiera la semblanza
pictórica del General don René Schneider Chereau (Q. E. P. D. ), acepté la tarea
como un gran honor y me puse a ella con unción.
Siempre resulta difícil aislar, por su carácter de totalidad, algún rasgo de
la persona y mucho más lo es aún en una tan fecunda en manifestaciones de
calidad humana. No obstante, me alienta la esperanza de lograr develar, para
los lectores del Memorial del Ejército, la faz artística de su rica personalidad.
Nos unía, fuera de nuestras muchas veces común vida militar y mi permanente admiración por su inteligencia y rectitud, una amistad nacida de la
pasión común por el color, la linea y la forma. Es desde allí que, me atrevo a
reseñar el quehacer pictórico del General Schneider.
Producto de su gran inquietud por todas las cosas, era su expresión artística que se alternaba entre su propio pintar, visitas a los talleres de artistas
amigos, exposiciones y algunas veces, allá en Antofagasta, contemplamos a más
de algún pintor, mientras construía ese mundo de ficción que sólo se da en la
tela. Todo aquello, trastrocado dentro de su persona, impulsaba al hombre
sensible a proyectar sus propias vivencias.
Dentro de sus características personales, estaba la disciplina, rigurosidad y
modestia con que enfrentaba cada empresa que se proponía realizar. Así, en la
pintura, empezó con infinita paciencia, por el difícil y fatigoso camino de copiar
figuras de proceres militares que luego regalaba a las Unidades o Reparticiones en las que prestaba servicios. El José Miguel Carrera de la Academia de
Guerra, el Ignacio Carrera Pinto del Club Militar y otros, son exponentes de
obras de tal naturaleza.
Como pintor, poseía algo indispensable en un artista: un agudo sentido de
autocrítica que le hacía desechar muchos trabajos que el consideraba indignos
de mostrarse.
En su etapa posterior, fue dejando los retratos de figuras históricas, para
buscar su propia expresión original. Producto de este afán, son los paisajes de
diferentes sitios, especialmente de Punta Arenas. Algunas de sus obras, escapan
del mero figurativismo, para adquirir características expresionistas, como por
ejemplo, "Carnaval" y en las que se evidencia un mayor dominio técnico y soltura
expresiva.
Hay en la casa del General Schneider, un altillo en donde había instalado
su taller. Allí una tarde, me expresó que el día que se retirase del Ejército, tendría más tiempo para pintar. Ahora, todo allí está quieto: el atril, los pinceles
y la tela en blanco.
JORGE COURT MOOCK,
Coronel (I).
GRAVE EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO
CONMOCION E DIGNACION
NACIONALES CAUSA ATENTADO
AL GENERAL SCHNEIDER
PRESIDENTE FREI LLAMA AL PAIS
A MANTENER LA CALMA
El texto completo de la declaración del Jefe del Estado es el siguíente:
hechos, he reunido al Consejo Superior de Seguridad Nacional y,
después de escuchar las opiniones
de los señores Ministros y Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y General Director de Carabineros e Investigaciones que lo
integran, he adoptado las siguientes medidas:
"He estimado indispensable dirigirme al país para expresar el sentimiento de profunda indignación
que existe en el Gobierno y en el
pueblo de Chile por el alevoso atentado de que ha sido víctima el Comandante en Jefe del Ejército, Ge- 1. —El Gobierno, inmediatamenneral René Schneider. Este atenta- te después de conocer los hechos,
do no es sólo el ataque al Jefe del los denunció a la Justicia Militar,
Ejército, sino a la Institución mis- la que inició en la misma mañana
ma y a todas las Fuerzas Arma- la investigación correspondiente,
das, y deja de manifiesto el propó- Asimismo ordenó el acuartelamiensito de sus autores de alterar la to en primer grado de las Fuerzas
-vida democrática del país.
Armadas, Carabineros e InvestigaAnte la gravedad de éste y otros ciones. Se está realizando una am-
20
MEMORIAL DEL EJERCITO
plia acción policial para ubicar y
detener a los posibles implicados.
2. —Se han adoptado todas las
medidas para controlar las salidas
de la ciudad, la periferia y el centro de Santiago. Asimismo se ordenó una estrecha vigilancia y control de los aeropuertos.
3. —El Gobierno ha decretado
Estado de Emergencia en todo el
país, dictando los decretos correspondientes y designando a los jefes militares, los que ya se han hecho cargo de las respectivas zonas,
con instrucciones de que apliquen
rigurosamente las disposiciones legales de que están investidos y que
les permiten controlar el orden público, desbaratar y prevenir cualquier atentado y detener y castigar
a los tranagresores. Asimismo se
ha instruido a los intendentes para
que apliquen la Ley de Seguridad
del Estado ante cualquier hecho
que tienda a alterar la tranquilidad
pública.
4. —He dado instrucciones para
la aplicación en toda su integridad
del Plan de Seguridad Nacional
aprobado con anterioridad por dicho Consejo para afrontar cualquier situación de emergencia.
5. —He dado curso a la renuncia
que desde hace algunos días me
presentara el señor Director Gene-
ral de Investigaciones, don Luis
Jaspard, y he designado interinamente en ese cargo al General (R)
don Emilio Cheyre, que actualmente se desempeña como Jefe del Servicio de Informaciones del Ministerio de Defensa Nacional, quien se
hizo cargo de inmediato de sus
funciones.
El Gobierno no descansará en su
obligación de ubicar y castigar a
los responsables de este criminal
atentado, y ha tomado todas las
medidas para asegurar que el proceso electoral termine en forma
normal.
Pido a todos los chilenos que colaboren a mantener la tranquilidad. Pido a los órganos de prensa, radio y televisión que adopten
una actitud serena y cuidadosa en
sus informaciones, sin dar acogida a los rumores que sólo favorecen a quienes pretenden subvertir
el orden público.
Muchos han estado contribuyendo este último tiempo a la violencia en el país, pero lo ocurrido hoy
muestra hasta dónde puede llegar
la violencia y el extremismo.
Debe ser un propósito nacional, mas allá de cualquier posición
partidista, eliminar toda posibilidad de que hechos como éstos puedan repetirse. Y que caiga sobre
sus autores no sólo el castige de la
ley, sino el repudio de toda la ciudadanía".
FF. AA. LEALES AL CUMPLIMIENTO
DE SU MISION
RESIDIDA por el Ministro
de Defensa Nacional, Sergio Ossa Pretot, celebró
una reunión la Junta de Comandantes en Jefe, a cuyo término se
entregó la siguiente declaración
oficial:
"La Junta de Comandantes en
Jefe, reunida extraordinariamente en la mañana de hoy presidida
por el señor Ministro de Defensa
Nacional, acuerda condenar y repudiar con la máxima energía el
cobarde atentado de que ha sido
víctima en la mañana de hoy el
Comandante en Jefe del Ejército
señor General don René Schneider
Chereau.
"Dicho atentado no sólo afecta
al Ejército de Chile, sino a las
tres instituciones Armadas, las
que lo califican solidariamente como un vejamen a dichos Institutos.
"Advierte a toda la ciudadanía
que acciones tan deleznables como
ésta, no harán variar su reiterada
y permanente actitud de cumplimiento cabal de su misión.
"La Justicia Militar inició de
inmediato la investigación de estos hechos con el máximo de sus
atribuciones para sancionar inexorablemente a los culpables directos
e indirectos. Por su parte, las tres
Instituciones Armadas emplearán
todos sus recursos para colaborar
en su total esclarecimiento. Firman: Carlos Prats González, General de División, Comandante en
Jefe del Ejército Suplente; Hugo
Tirado Barros, Almirante, Comandante en Jefe de la Armada; Carlos Guerraty Villalobos, General
del Aire, Comandante en Jefe de
la Fuerza Aérea; Sergio Ossa Pretot, Ministro de Defensa Nacional.
"Santiago, 22 de octubre de
1970. "
Carabineros adhieren a sentimiento de repudio
COMUNICADO DEL GENERAL DIRECTOR
E
L General Director de Carabineros de Chile entregó
en la tarde de ayer a nombre de su Institución, el siguiente
comunicado:
Ante la consumación del alevoso atentado de que fuera víctima
en la mañana de hoy el Comandante en Jefe del Ejército, General
don René Schneider Chereau, perpetrado a mano armada y a traición por elementos antisociales o
extremistas, el General Director
de Carabineros y la Institución a
su mando, se adhieren al unánime
sentimiento de repudio por tan cobarde e injustificada agresión que
vulnera las normales expresiones
de nuestro régimen jurídico y democrático. A la vez, reafirman
ante el país su inquebrantable voluntad de proseguir con renovada
perseverancia en el cumplimiento
de sus deberes en pro de la paz y
el orden social, que la pasión engendrada en las tinieblas del fanatismo, pretende negar o entorpecer.
Carabineros reitera al Ejército
de Chile, a la dignísima señora y
familia del señor General Schneider, los sentimientos más profundos de su fraternal solidaridad y
patriótica adhesión en esta hora,
a la vez que formula votos fervorosos por la pronta recuperación
de tan egregio militar, ejemplo. de
caballerosidad, ponderación y altivez.
TODOS LOS SECTORES
CONDENAN EL ATENTADO
I NSTITUCIONES que representan a gremios, entidades
políticas y estudiantiles so
unieron con enérgicas frases condenatorias a las críticas en contra
de lps autores del atentado contra
la vida del Comandante en Jefe del
Ejército, General René Schneider.
El Consejo de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de Chile expresó en
una declaración pública su indignación por lo que califica de "cobarde crimen" que "ha suscitado
en todos los miembros de esta Facultad, conscientes de que a través
de él pretenden sus autores, elementos terroristas de la ultraderecha, desencadenar el caos en nuestro país e impedir la culminación
democrática del proceso eleccionario".
El Consejo Nacional de la Juventud democratacristiana condenó
enérgicamente "el atentado terrorista y expresa su solidaridad total con el comandante Schneider
y las Fuerzas Armadas chilenas, y
hace votos por su pronta recuperación". Añadió que la JDC repudia
"al terrorismo como método de
acción política, el que debe estar
vedado en cualquier situación política para los cristianos".
El Movimiento Renovador Unión
Democrática de Chile repudió el
atentado y expresó "nuestra máxima protesta en desagravio a las
FF. AA. de Chile, en especial al
Ejército de Chile, que ha sabido
entregar al país gloria, honor y
tradición de verdadera colaboración nacional".
Envió también "nuestro profundo sentir a la esposa, hijos y familiares del señor general Comandante en Jefe del Ejército".
La Democracia Cristiana Universitaria manifestó "su más absoluta condena y repudio al criminal
atentado" contra el General Schneider, en tanto que el Comité Femenino Chileno de Unidad de la
Universidad de Chile declaró:
"Creemos nuestro deber denunciar el criminal y cobarde atentado
ocurrido en la mañana de ayer, en
la persona del Jefe del Ejército,
General René Schneider, quien
simboliza la actitud patriótica y
constitucional de nuestro Ejército,
del cual nos sentimos orgullosas.
Deseamos al General Schneider un
pronto y total restablecimiento".
Los dirigentes de la Federación
de Estudiantes de la Universidad
Católica de Valparaíso condenaron
el atentado terrorista y exigieron
de las "autoridades competentes la
aplicación enérgica y rigurosa de
todos los medios a su alcance para
castigar a aquellos que, como último acto tendiente a impedir el
cumplimiento de la voluntad popular, han atentado contra el jefe
de una institución respetada por el
pueblo".
El Senado Académico de la Universidad Católica de Valparaíso
ofreció "al General Schneider y al
Ejército de Chile su total solidaridad en esta hora crítica".
24
MEMORIAL DEL EJERCITO
El Centro de Alumnas del Liceo
de Niñas Nº 8 de San Miguel repudió el atentado y pidió que el
Gobierno y la justicia tomen "las
más enérgicas y estrictas medidas
para dar con el paradero de los criminales y antipatriotas que desean
boicotear el proceso constitucional
que comenzó con la victoria del
compañero doctor Salvador Allende y que culminará con la decisión
del Congreso Pleno".
GREMIOS Y PROFESIONALES
El Consejo General del Colegio
de Abogados entregó una declaración en que dice:
1º Que ¡condena enérgicamente
el atentado alevoso cometido contra
el señor Comandante en Jefe del
Ejército, General don René Schneider y, consecuencialmente, repu.
dia todo acto cometido en desmedro del derecho vigente;
2º Que expresa su solidaridad a
la familia del General don René
Schneider y a las Instituciones Armadas de la República;
3º Que insta a todos los abogados
a cumplir con fe la misión que les
compete para obtener el imperio
del derecho, la realización de la
justicia y el perfeccionamiento del
sistema democrático dentro de las
normas jurídicas como corresponde en una nación civilizada.
La mesa directiva del Consejo
Regional Santiago del Colegio de
Periodistas de Chile expresó su
más enérgico repudio en contra del
atentado y manifestó "su adhesión
al jefe militar y reitera su absoluta confianza de que las instituciones armadas, cumplirán, una vez
más con su tradición democrática".
Emitieron también declaraciones
condenatorias las directivas de los
sindicatos Profesional e Industrial
de la Embotelladora Andina S. A.;
la Confederación General de Cooperativas de Chile; la Federación
Nacional de los Trabajadores de la
Salud; la Cámara de Comercio Minorista de Chile y diversas confederaciones agrícolas.
La Confederación Nacional del
Comercio Detallista Establecido y
de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile declaró: "En nombre
de nuestras cámaras y sindicatos,
el Consejo Nacional se dirige a la
opinión pública para expresar su
protesta y repudio por el atentado
de que fuera víctima el señor Comandante en Jefe del Ejército, don
René Schneider".
REPUDIAN ATENTADO:
U. de Chile, CUT. y Ferroviarios
También piden al Gobierno que
tome todas las medidas necesarias
que las circunstancias aconsejan,
para evitar que la tranquilidad
del país se vea alterada. Además,
pide sanciones ejemplares contra los sediciosos que pretenden
atentar contra la vida del doctor
Salvador Allende. Finalmente, señala que las directivas nacionales
de los diferentes gremios ferroviarios se declararon en sesión permanente y todas sus bases en estado de alerta.
Homenaje al General René Schneider Chereau
Repudio estudiantil
La Universidad Técnica del Estado, por su parte, entregó una
declaración en la que condena el
atentado, señalando que corresponde a la acción de quienes quieren impedir la instauración del gobierno de Salvador Allende.
La declaración dice: "La Comunidad de la Universidad Técnica,
representada por su comité directivo, la Federación de Estudiantes
y la Asociación de Profesores y
Empleados, reunidos hoy en sesión
extraordinaria, expresa su más
enérgico repudio y condena el cobarde atentado criminal contra el
General René Schneider.
"La Comunidad Universitaria
declara que este hecho es la culminación de una cadena de atentados perpetrados con el fin de impedir la instauración del Gobierno
Popular en el país. Exige una
exhaustiva investigación que conduzca efectivamente a la identificación de los culpables y de sus
instigadores o autores morales, de
modo que permita la aplicación de
las sanciones correspondientes, para establecer —además— las implicancias políticas.
"La Comunidad Universitaria
llama a todo el pueblo de Chile a
mantenerse alerta y activo, para
que el doctor Salvador Allende sea
confirmado por el Congreso Pleno
el próximo sábado 24 del presente
mes y asuma el Mando Supremo
de la Nación".
Su más enérgico repudio al cobarde atentado contra el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, dio a conocer
la Central Unica de Trabajadores,
en una declaración oficial que en-
25
tregó al mediodía de ayer su Consejo Directivo Nacional.
El texto de dicha declaración es
el siguiente:
"El Consejo Directivo Nacional
de la Central Unica de Trabajadores de Chile, reunido extraordinariamente esta mañana, consideró
los alcances del criminal y cobarde atentado de que fuera víctima
el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau, acordó lo siguiente:
" 1 . —Condenar enérgicamente lo
ocurrido al distinguido militar.
"2. —Exigir el rigor de la, ley
para sancionar a los implicados en
el deleznable atentado cometido en
su contra.
"3. —Convocar a un Plenario
Extraordinario de Federaciones
para hoy (ayer), a las 17 horas,
a fin de analizar la situación provocada por el recrudecimiento de
la campaña terrorista de grupos
de ultra derecha, reafirmando la
decisión de la clase trabajadora
de intensificar el estado de alerta
y enfrentar con máxima decisión
las maniobras golpistas de los derrotados del 4 de septiembre, que
pretenden desconocer el limpio y
legítimo triunfo del pueblo de Chile".
LOS FERROVIARIOS
También el gremio ferroviario,
representado por la Federación Industrial Ferroviaria de Chile, entregó una declaración pública, en
la que condena el hecho señalado.
Al mediodía, la Directiva de la
FECH hizo un llamado a los estudiantes, para que permanecieran
en estado de alerta y concentrados
en sus escuelas, en espera de un
26
MEMORIAL DEL EJERCITO
nuevo comunicado del Comité Ejecutivo de la Federación.
LA APEUCH
Condenar enérgicamente el atentado contra la vida del General
René Schneider, acordó la Asociación de Profesores y Empleados
de la Universidad de Chile.
En un comunicado oficial dado
a conocer a las 13 horas de ayer,
la APEUCH ordenó paralizar in-
mediatamente las labores de todos
los trabajadores universitarios en
defensa del gobierno popular. La
orden fue en el sentido de permanecer en sus lugares de trabajo,
en espera de las instrucciones de
la CUT y de la Directiva Nacional.
A las 16 horas se inició un plenario de dirigentes para tratar la
situación producida a raíz de este
hecho.
EL COMERCIO
ESTABLECIDO A LA
OPINION PUBLICA
E
L Consejo Nacional de la
Confederación, en nombre
de nuestras Cámaras y Organizaciones representativas del
Comercio expresa su más enérgica
protesta y repudio por el atentado
de que fuera víctima el señor Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Ch.
La Confederación juzga prudente rendir un homenaje de reconocimiento a nuestras Fuerzas Armadas, a las que un desconocido elemento quiso conmover, hiriendo al
primer depositario de su tradición
y de su deber.
Nuestros cien mil asociados, comerciantes, industriales y artesanos han mantenido siempre una posición gremial ajena a las inquietudes partidistas; no obstante, en
desafortunados momentos como éste no debe silenciarse, ya que el
General Schneider fue víctima de
un acto repudiable, desconocido en
nuestra limpia tradición democrática.
Actos de terrorismo de este 6rden amenazan la tranquilidad social, causando zozobra en el Comercio Establecido de Chile. Es por
ello que el Consejo Nacional de la
Confederación del Comercio Detallista y de la Pequeña Industria de
Chile recomienda que junto con
respetar la tradición democrática
del país se procure la permanente
y normal atención del público consumidor desde Arica a Magallanes.
Este es el mejor tributo de reconocimiento que podemos rendir
al distinguido militar que se debate
entre la vida y la muerte por culpa
de un irresponsable y por cuya
pronta recuperación formulamos
nuestros más sinceros deseos.
Santiago, octubre 23 de 1970, '
CONFEDERACION DEL COMERCIO
DETALLISTA ESTABLECIDO Y LA
PEQUEÑA INDUSTRIA DE CHILE
HOMBRES DE EMPRESA
REPUDIAN ATENTADO
NOTA DE LA CONFEDERACION DE LA PRODUCCION Y EL
COMERCIO
L
A Confederación de la Producción y del Comercio envió una nota de condolencias al Ejército de Chile por el sensible fallecimiento del General señor Schneider. La nota dice textualmente:
"Señor General
don Carlos Prats González
Comandante en Jefe del
Ejército de Chile.
Presente.
Señor General:
La Confederación de la Producción y del Comercio, en nombre de
todas las actividades económicas
privadas nacionales, agrupadas en
la Sociedad de Fomento Fabril, la
Cámara Central de Comercio, la
Saciedad Nacional de Minería, la
Sociedad Nacional de Agricultura
y la Cámara Chilena de la Construcción, hace llegar por el digno
intermedio de usted a todo el Ejérto de Chile sus expresiones de profundo pesar por la muerte del que
fue su Comandante en Jefe, General don René Schneider Chereau.
Los hombres de empresa de Chi-
le, representados por esta Confederación, condenan y repudian en
la forma más enérgica el alevoso
atentado que ha privado al país de
un soldado ejemplar y un gran
servidor de las instituciones republicanas, arrojando sobre nuestra
vida nacional la trágica sombra de
un crimen político.
Al amparo de esas instituciones
a las cuales el General Schneider
consagrara su vida, todos los habitantes de Chile pueden cumplir,
a su vez, sus tareas propias en el
desarrollo económico y social del
cual dependen la grandeza y el
bienestar de la Nación.
Hacemos votos para que tan doloroso sacrificio represente en el
futuro de Chile el afianzamiento
de la unidad de todos en torno al
ideal de patriotismo que siempre
inspiró los actos del General Schneider.
Saludan al señor Comandante en
Jefe del Ejército con su mayor consideración".
Jorge Fontaine Aldunate, Presidente. — Eduardo Dagnino McDonald, Gerente.
EDITORIAL
AGRAVIO A CHILE
E
L estupor y la indignación
ha experimentado ante el
que nuestro pueblo siempre
terrorismo han sido visibles en todo el país frente al cobarde atentado contra la vida del Comandante en Jefe del Ejército, General
René Schneider. El Gobierno también comparte el sentimiento colectivo que reclama la mayor energía en la acción contra los culpables. Por ello, se pusieron en juego los mecanismos que la justicia
chilena posee para apresar y sancionar ejemplarmente a los hechores.
La repulsa nacional frente al
atentado se debe a su calidad de
doble ultraje: contra la vida humana y contra las Fuerzas Armadas. El hecho mismo de que existan grupos de chilenos que piensen
que pueden atentar impunemente
contra una institución cívica fundamental como el Ejército, en la
persona misma de su Comandante
en Jefe, es inaceptable para el pueblo de Chile. La tradición histórica chilena no sería la misma sin
la participación heroica de su
Ejército y debemos entender que
un agravio inferido al Ejército es
una afrenta contra esa tradición.
Precisamente por eso, Chile entero y su Gobierno siente como propia la incalificable agresión contra el General Schneider.
El terrorismo es, por otra parte,
un recurso que siempre tiende a
destruir las bases de la convivencia democrática y a provocar un
caos artificial, ajeno a la estabilidad de nuestra evolución histórica.
En ese sentido, podemos afirmar
que todo terrorismo tiene una dimensión política, en la medida en
que sus autores saben que están
alterando las reglas del juego en
una sociedad determinada y postulando la violencia individual como
fórmula de acción. Claramente, su
objetivo es desencadenar reacciones masivas.
Este es un nuevo atentado contra Chile: además de agraviar al
Ejército, los responsables del atentado aspiran a abolir las relaciones
políticas pacíficas que han imperado en nuestro país durante la
generalidad de su desarrollo histórico, en el momento mismo en que
la situación política se consolida.
Homenaje al General René Schneider Chereau
La declaración oficial de la Democracia Cristiana pone énfasis
precisamente en ese punto: "Procedimientos fascistas como éste
—se lee en la declaración— deben
ser extirpados sin vacilación y sin
piedad de nuestra vida ciudadana
porque, más que contra las personas, atentan contra el derecho soberano del pueblo chileno de decidir por métodos democráticos el
destino de su patria".
La Junta de Comandantes en
Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, presidida por el Ministro de Defensa, también se ha
hecho cargo públicamente del sig-
29
nificado que el atentado tiene. "Dicho atentado —dice la declaración
oficial— no sólo afecta al Ejército
de Chile, sino a las tres Instituciones armadas las que lo califican
solidariamente como un vejamen a
dichos Institutos".
No puede caber duda alguna que
el Gobierno y las Fuerzas Armadas, con el respaldo unánime del
pueblo de Chile, se han unido vigorosamente para combatir sin reservas a los que pretendieron menoscabar el prestigio del Ejército, la
vida de su Comandante en Jefe y
el marco democrático de toda una
Nación.
En Argentina preocupa salud
del General Schneider
E
L General de Brigada Alberto Nicolás Roeatagliatta,
Director General de Administración del Ejército de Argentina, llegó ayer al país acompañado
de su esposa, enviado por el Comandante en Jefe de su país, General Alejandro Lanusse, con el
objeto de imponerse personalmente
del estado de salud del Comandante en Jefe del Ejército, General
René Schneider Chereau.
El alto jefe militar de la vecina
nación, en breves declaraciones
formuladas a "El Mercurio", manifestó que el Ejército de su patria, su Comandante en Jefe y él,
personalmente, lamentaban profundamente el atentado contra el
General Schneider.
Dijo que "siento una gran admiración por el Comandante en Jefe chileno. Cultivamos una leal
amistad en el período en que ambos éramos agregados militares en
Paraguay. Su atentado me ha con-
movido íntimamente, al igual que
a mi país y a mi familia. Ha sido
como un ataque contra uno de los
míos, pues nos apreciábamos como
verdaderos hermanos".
Dijo que traía los sentimientos
del más profundo pesar par lo
acontecido y que todos esperaban
que su vitalidad, fe y fortaleza le
recuperaran del duro trance por el
que pasa.
En horas de la tarde se entrevistó con el Comandante en Jefe suplente, General Carlos Prats, y
posteriormente con el Ministro de
Defensa Nacional, Sergio Ossa
Pretot, a quien transmitió el mensaje dolorido del Ejército de su
país por el alevoso ataque de que
fue víctima el General Schneider.
En seguida se trasladó al Hospital Militar para visitar al enfermo, donde tuvo oportunidad de
conversar con la esposa de éste y
sus familiares.
Representación Oficial Peruana a los funerales
E
PRESENTANTES del Ejército y de la República del Perú llegaron a las 18. 30 horas
de ayer para estar presentes en los
funerales del Comandante en Jefe
del Ejército de Chile, general René
Schneider.
La delegación está compuesta por
el Dr. Gustavo Silva Aranda, Secretario General de la Presidencia de
la República del Perú; el general de
división Arnaldo Wilkerlied, Jefe
del Estado Mayor, General del Ejército de Perú, y su ayudante, el mayor Mario Velásquez.
La primera actividad oficial de
esta misión fue visitar la capilla ardiente levantada en la Escuela Militar, donde reposan los restos del
general Schneider, presentando los
saludos del Ejército y del Gobierno
peruanos a la familia y a los altos
jefes militares de nuestro país.
VISITA A GENERAL SCHNEIDER,
PRIMER ACTO OFICIAL
DEL PRESIDENTE ELECTO
E
L primer acto oficial realizado por el Presidente Electo,
Salvador Allende, momentos
después que el Secretario del Senado, Pelagio Figueroa, le hizo entrega del documento mediante el
cual el Congreso Pleno lo designó
en ese cargo, fue concurrir al Hospital Militar con el objeto de conocer personalmente el estado de salud en que se encontraba en esos
momentos el Comandante en Jefe
del Ejército, René Schneider Chereau.
El Presidente Electo llegó al recinto hospitalario a las 13. 01 horas y lo abandonó poco después de
las 13. 20 horas al término de una
entrevista sostenida con la jefatura médica del Hospital Militar y
familiares del Comandante en Jefe.
Posteriormente, Allende, declaró
que para él había sido un deber
moral realizar este acto como el
primero en su calidad de Presidente Electo de Chile. En su declaración señaló: "Mi acto es como un
homenaje a las Fuerzas Armadas, y
fundamentalmente al Ejército.
Nosotros tenemos conciencia que
al atentar contra el ¡general no
ha sido atacar una individualidad
sino que se buscó al hombre que
representa a la Constitución y la
Ley dentro de las Fuerzas Armadas".
Agregó el Presidente Electo:
"Por eso creo que era un deber
moral y un deber humano que mi
primer acto como Presidente Electo fuera, el que he cumplido. Lamentablemente es un hecho doloroso. Espero, así como esperamos
todos que se concreten las posibilidades de mejoría. Los médicos
han otorgado un diez por ciento lo
que ya es algo. Ojalá que pueda reaccionar eficazmente.
CONSTERNACION
NACIONAL
MURIO GENERAL
RENE SCHNEIDER
COMUNICADO OFICIAL
EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE INFRASCRITO
TIENE
EL
PROFUNDO
SENTIMIENTO
DE
COMUNICAR
A
TODO EL
PERSONAL DE LA INSTITUCION EL SENSIBLE FALLECIMIENTO DEL QUE
HASTA HACE UNOS POCOS MOMENTOS FUERA NUESTRO JEFE MAXIM O , GENERAL D O N RENE SCHNEIDER, OCURRIDO A LAS 7, 52 HORAS
DE HOY C O M O CONSECUENCIA DEL ALEVOSO, COBARDE Y CRIMINAL
ATENTADO DE QUE FUERA VICTIMA EL JUEVES 22 DEL PRESENTE.
EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE INFRASCRITO,
EN ESTOS MOMENTOS DE TAN H O N D O DOLOR, REITERA A TODOS
SUS COMPAÑEROS SU FE MAS INQUEBRANTABLE Y SU CONVICCION
MAS ABSOLUTA DE QUE LA INSTITUCION SABRA MANTENERSE FIRME
EN FERREA U N I O N Y CONTINUARA POR ESA SENDA LIMPIA Y PATRIOTICA QUE TANTAS VECES
NOS SEÑALARA
NUESTRO
RESPETADO GENERAL SCHNEIDER Y QUE NOS
QUERIDO Y
PERMITIRA
CUMPLIR
HOY Y SIEMPRE LA ALTA MISION QUE NOS SEÑALAN - P A R A EL MEJOR
PORVENIR DE LA PATRIA-, LA CONSTITUCION Y LAS LEYES.
(Fdo. ): CARLOS PRATS GONZALEZ, Comandante en Jefe del Ejército,
suplente".
•
MINISTERIO DEL INTERIOR
DECLARA
DUELO NACIONAL
Decreto Nº 1636. — Santiago, 25. X. 1970.
Su Excelencia el Presidente de la República decretó hoy lo que
sigue:
Teniendo presente:
Que en la mañana del 25 de octubre del presente año, ha dejado de
existir el Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider
Chereau;
Que las circunstancias que motivaron el deceso de tan distinguido
müitar, han causado un hondo sentimiento de pesar en el pueblo de Chile.
Que el acervo valioso de sus virtudes personales y cívicas y el alio
patriotismo que evidenció en cada uno de sus actos, lo han hecho acreedor
del reconocimiento público, y
Que interpretando el sentir ciudadano, el Gobierno ha dispuesto rendir
un postrer homenaje a tan destacado servidor del país, al Ejército de
Chile y a las demás Fuerzas Armadas, enlutadas por esta pérdida, declarando duelo nacional los días 25, 26 y 27 de octubre del año en curso,
Decreto:
Declárase duelo nacional en todo el territorio de la República los días
25, 26 y 27 de octubre del año en curso, con motivo del fallecimiento del
Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider Chereau.
Durante esos días se izará el Pabellón Nacional a media asta, en
todas las Reparticiones y Oficinas Públicas y en las Unidades de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Se faculta, además, a las personas o entidades particulares para izar
en igual forma el Pabellón Nacional en todos los edificios, residencias o
establecimientos de carácter privado.
La Comandancia en Jefe de la Guarnición de Santiago dispondrá la
realización de los honores correspondientes.
Tómese razón, comuniquese y publíquese. — Eduardo Frei M. cio Rojas S.
Boletín Oficial del Ejto. Nº 43, de 26 de octubre de 1970.
Patri-
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE FREI:
"EL GENERAL SCHNEIDER SIMBOLIZA LA
NOBLEZA DEL EJERCITO DE CHILE"
E
L PRESIDENTE de la República, Eduardo Freí, que
llegó acompañado al Hospital Militar de su señora María
Ruiz Tagle, mostraba en su rostro
el pesar que le causaba el fallecimiento del general Schneider. Frei
que llegó a las 11. 30 horas, estuvo
hasta que los restos del jefe militar fueron trasladados a la capilla
ardiente erigida en la Escuela.
Consultado el Primer Mandata-
rio por el deceso del general, expresó: "Las palabras sobran para
referirse a este horrible crimen que
ha hecho perder al Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas. El
general Schneider simboliza todo
lo noble que tiene el Ejército de
Chile. Es algo muy doloroso para
el país y también personalmente
para mí. El Ejército ha perdido un
gran soldado; Chile, un gran chileno y yo un gran amigo".
PESAME OFICIAL DEL MINISTRO
DE DEFENSA AL EJERCITO
L Ministro de Defensa, Sergio
Ossa Pretot, envió al Ejército una circular que expresa:
"Ante el hondo sentimiento de
pesar que embarga a las Fuerzas
Armadas y a la ciudadanía toda,
por el fallecimiento del señor Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider Chereau, el
Ministro de Defensa Nacional hace llegar a todos los miembros de
las Fuerzas Armadas, en especial
a los del Ejército, sus expresiones
de más profundo dolor por esta
irreparable pérdida.
El general Schneider, a través
de sus 40 años de servicio, demostró una dedicación y capacidad
profesional tales que lo llevaron a
ocupar el más alto sitial a que puede aspirar un militar. Su persona
concentró todas aquellas virtudes
que deben poseer los que han he-
cho del mando un verdadero apostolado. Sencillo dentro de su fuerte personalidad, parco en su juicio, poseedor de un hondo sentimiento humano y gran comprensión, fue por estos caminos, por
donde se adentró en el corazón de
sus subordinados y en el respeto y
afecto de sus superiores.
El sacrificio del señor general
Schneider, producido en los momentos en que mayores muestras
de aprobación y estímulo recibía
del Gobierno de la República, deberá constituir un símbolo que guíe
nuestras actuaciones, rindiendo con
ello un homenaje póstumo a su
persona.
Anótese, comuníquese y publíquese en los boletines del Ejército,
Armada y Fuerza Aérea. (Fdo).
Sergio Ossa Pretot, Ministro de
Defensa Nacional.
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE ELECTO:
"Pago con la vida
su lealtad a la Constitución"
J
UNTO con su visita personal
a la familia y a los jefes de
las Fuerzas Armadas, el
Presidente Electo de la República,
Salvador Allende Gossens, entregó una declaración oficial para expresarles sus condolencias por el
alevoso crimen cometido en la persona del Comandante en Jefe del
Ejército, general René Schneider
Chereau. Al mismo tiempo se compromete a sancionar a los culpables y llama al pueblo a hacerse
presente en los funerales del insigne soldado.
La declaración es la siguiente:
"Ante la dolorosa tragedia que
significa el fallecimiento del señor
Comandante en Jefe del Ejército
de Chile, general Don René Schneider Chereau, alevosamente asesinado, expreso a su señora esposa
e hijos, al Ejército y a las Fuerzas Armadas de la Patria el pesar
y el dolor del pueblo.
"El país comprende que el señor general Don René Schneider
pagó con su vida su decisión inquebrantable de conservar la tradición de las Fuerzas Armadas de
nuestra patria, de velar por la soberanía nacional y de mantenerse
leales a la Constitución, a las leyes
y al régimen democrático.
"Comparto la justa indignación
de las Fuerzas Armadas y del pueblo por este crimen deleznable y
comprometo mi palabra de hombre
y de gobernante de impulsar todas
las acciones y agotar todos los medios para sancionar en la forma
más drástica a los que han manchado de sangre nuestra historia
y herido en su más hondos sentimientos a Chile, a las Fuerzas Armadas y a su Ejército.
"El irrestricto respeto por los
valores morales, profesionales y
ciudadanos que orientaron la vida
del General Schneider, y por los
cuales cayó, constituye el auténtico homenaje que debemos rendirle.
"Pido al pueblo de Santiago
que concurra, solemne y serenamente, a las honras fúnebres del
señor Comandante en Jefe del
Ejército, como una expresión de
solidaridad con las Fuerzas Armadas y de protesta por el antipatriótico crimen cometido".
VELADO EN LA ESCUELA MILITAR
Al mediodía los restos del general dientes al grado de Comandante en
René Schneider Chereau fueron Jefe, mientras un trompeta tocaba
trasladados desde el hospital hasta a silencio.
la capilla ardiente erigida en la Escuela Militar. El féretro, de color
En la Capilla Ardiente
caoba y que estaba cubierto por el
emblema patrio, fue trasladado en
A las 12. 15 horas, el féretro fue
un furgón mortuorio. Presidiendo el conducido por sus hijos Raúl y Víccortejo iban cinco motociclistas del tor, el Presidente Frei, el presidenCuerpo de Carabineros. Más atrás, te del Senado, Tomás Pablo; el Milos restos del Comandante en Jefe y nistro de Defensa, Sergio Ossa Preluego un radiopatrullas. Seguían en tot, y del Interior, Patricio Rojas;
orden de precedencia el automóvil y el Comandante en Jefe del Ejércidel Presidenta Frei que iba acom- to, Carlos Prats, hasta el interior.
pañado de su señora; el del presi- La urna quedó ubicada frente a un
dente del Senado, Tomás Pablo; del gran retrato de O'Higgins. Junto a
Ministro de Defensa, Sergio Ossa ella cuatro cadetes montaban guarPretot, y posteriormente un vehícu- dia.
lo donde iban los familiares de la
Posteriormente el vicario general
víctima.
castrense, Monseñor Francisco GillA las 12. 10 horas y luego de efec- more, ofició una misa por el descantuar un recorrido que comprendió so del alma del militar. Hasta la calas calles Costanera, Isidora Goye- pilla llegaron el ex Presidente de la
nechea, El Golf, Presidente Riesco República Jorge Alessandri; el ex
y Américo Vespucio, la urna llegó Ministro del Interior, Edmundo Péhasta la puerta de entrada de la Es- rez; el ex Ministro de Justicia Encuela Militar ubicada en la última rique Ortúzar; el Contralor General
arteria mencionada. Gran cantidad de la República, Héctor Humeres, y
de público estaba apostado en dicho el Cardenal Raúl Silva Henríquez.
lugar y en silencio presenció la lle- Este último, luego de la misa rezó
gada del cortejo. A la entrada, una los responsos fúnebres. Acto seguicompañía del establecimiento mili- do comulgaron entre otros, el Pretar le rindió los honores correspon- sidente Frei, el Ministro de Educa-
Homenaje al General René Schneider Chereau
ción, Máximo Pacheco, y uno de los
hijos del general Schneider, Víctor,
que es cadete de la Escuela Militar.
De los familiares del Comandante
en Jefe se encontraban presentes
sus hijos Víctor y Raúl y un hermano de René Schneider. Ellos, junto al resto escucharon en impresionante silencio las palabras pronunciadas por el Cardenal. Terminada
la misa se hicieron presentes la brigada de parlamentarios socialistas
encabezada por el senador Aniceto
Rodríguez, y por segunda vez en el
día, el Presidente Electo Salvador
Allende.
Despedida del pueblo
A partir de las 15. 30 horas, una
vez que las puertas de la Escuela
Militar quedaron abiertas, el pueblo de Santiago, con todas sus clases sociales representadas, parlamentarios, ex servidores de las
Fuerzas Armadas y de colectividades extranjeras residentes se hicieron presentes ante el féretro ubicado en el hall principal del establecimiento.
El ataúd con los restos mortales
del Comandante en Jefe del Ejército fue cubierto con una bandera
chilena, y un ramo de rosas multicolores que una humilde mujer depositó, abriéndose paso entre la escolta.
Seis cirios acompañan a igual número de cadetes durante la larga vigilia que se inició una vez que el
cuerpo del general Schneider llegó
a la Escuela, y hasta las 8 horas,
en que será trasladado a la Catedral Metropolitana donde se oficiará una misa de réquiem por el descanso de su alma.
El homenaje del pueblo se prolon-
37
gó hasta avanzadas horas de la noche y durante el transcurso del día
fue aumentando a cada momento el
número de personas que llegaron al
recinto militar. Estas ingresaron
por la puerta principal de Américo
Vespucio, y por el lado derecho del
principal patio, formando una semicircunferencia para salir inmediatamente por el costado izquierdo.
Se calculaba que en las primeras horas, la afluencia de público tenía un
ritmo de 25 personas por minuto,
que llegó hasta 50 al anochecer. Paralelamente al público fueron llegando en la tarde innumerables ofrendas florales que los efectivos militares colocaron en las escalinatas de
acceso al segundo piso. En ellas estaban las banderas de Chile y de la
Escuela Militar, a media asta, con
un crespón negro. Detrás del féretro mortuorio se erigió un altar
donde se encontraba encendido un
cirio, en representación del Altísimo, y sirviendo de fondo, un monumental cuadro del fundador de la
Escuela, general Bernardo O'Higgins.
A la salida del edificio, el público
podía firmar un libro especial de
condolencias.
Entre los personeros de distintas
colectividades políticas que ayer llegaron a la Escuela Militar, hicieron
declaraciones el presidente del Partido Radical, Carlos Morales, y el ex
secretario general del MAPU, Jacques Chonchol. Ambos coincidieron
en señalar que lo sucedido era el resultado de una minoría de exaltados
que no representaban ningún sector de nuestra patria. Este asesinato para Chonchol, va directamente
contra la tradición democrática de
nuestro país y una cosa como esta
no puede volver a repetirse.
mm
El Teniente Coronel Santiago Sinclair Oyaneder, Ayudante del señor Comandante e
Jete, coloca sobre la urna el uniforme y el sable de su General
44
MEMORIAL DEL EJERCITO
Orden de la Guarnición
Canciller Valdés
La Comandancia de la Guarnición de Santiago dictó la orden por
la cual se disponen honores militares al recién fallecido Comandante
en Jefe del Ejército, general René
Schneider.
Con respecto al traslado de los
restos dispone que a las 8 horas de
hoy deberán salir con destino a la
Catedral Metropolitana, donde a las
15 horas se oficiará una misa oficial y los responsos correspondientes, por el Cardenal Arzobispo de
Santiago, Monseñor Raúl Silva
Henríquez.
Una vez terminada la misa exequial y rendidos los honores, a la
salida del templo, los restos del Comandante en Jefe de la institución
serán trasladados en la cureña mortuoria del Ejército hasta el Cementerio General.
El atentado de que fue víctima el
Comandante en Jefe del Ejército
causó consternación en diversos
círculos de las Naciones Unidas, especialmente en los latinoamericanos
en los cuales el general René Schneider era ampliamente conocido.
Así lo dio a conocer el Ministro
de Relaciones Exteriores, Gabriel
Valdés, quien al regresar ayer a
Santiago procedente de Nueva York
—donde asistió a la Asamblea de la
NU— se dirigió prácticamente directo desde el aeropuerto de Pudahuel a la Escuela Militar,
Dijo el Ministro que el asesinato
había sido un hecho abominable en
todo sentido y que en los círculos
de la NU la figura del general chileno era muy conocida en razón a
su prestigio y por haber servido en
cargos militares diplomáticos.
46
MEMORIAL DEL EJERCITO
Dr. ALLENDE
Honores de Jefe de Estado recibió el Presidente Electo Salvador
Allende, cuando a las 13. 40 horas
de ayer llegó a la Escuela Militar
para visitar la capilla ardiente donde reposan los restos del general
René Schneider.
Acompañado por los senadores
Rafael Tarud, Hugo Miranda y
otros parlamentarios y dirigentes
políticos de las entidades que apoyaron su postulación, el doctor
Allende permaneció en el recinto.
Expresó sus condolencias a la viuda del extinto militar y a las autoridades del Ejército y en seguida
se retiró.
Se excusó de formular declaración alguna, aduciendo que ya había entregado una por escrito.
Al llegar el Presidente Electo una
formación de cadetes le presentó
armas mientras un clarín dejaba
oir un toque de atención. Salió a su
encuentro el Director de la Escuela
Militar, Coronel Alberto Labbé y al
ingresar al edificio fue recibido en
las gradas de la escalinata por el
Comandante en Jefe suplente general Carlos Prats y otros miembros del Alto Mando del Ejército.
Al retirarse fue acompañado hasta su automóvil por los generales y
al despedirse, el general Prats, le
expresó: "Gracias, Presidente, por
su visita".
El Presidente Electo de la República Dr. Salvador Allende Gossens al salir de la Capilla
ardiente en compañía del señor General de División Carlos Prats González, Comandante
en Jefe Suplente y del hijo mayor del señor General Schneider
UNANIME SENTIR:
Consternación política frente al deceso
de un héroe de la patria
EPRESENTANTES de todos los partidos políticos
expresaron su pesar por la
muerte del Comandante en Jefe
del Ejército, General René Schneider. El líder de la Democracia
Cristiana, Radomiro Tomic, expresó que el General Schneider pasará a la historia como un símbolo de lo que ha sido el ejército de
Chile. Creo que nunca podrá el
país olvidar el testimonio que dejó
en las Fuerzas Armadas, a las que
dedicó toda su vida. Todo el país
lamenta su desaparición.
Por su parte, el senador del
Partido Nacional, Víctor García
Garzena, señaló que sufrió mucho
con la muerte de Schneider.
"Fue para mí un golpe inmenso.
Esperábamos que salvara su vida.
Lo conocí y lo estimé como a un
hombre ejemplar. Este es un hecho aún más doloroso y esperamos
que no se repita. Es el primer crimen de esta índole desde la muerte de Portales. Expreso mi pésame a la familia Schneider y a las
Fuerzas Armadas".
Por otra parte, el Presidente del
Comando de la Unidad Popular,
senador Rafael Tarud, señaló que
personalmente se siente consternado:
"El General Schneider representaba mucho para Chile y para las
Fuerzas Armadas. Su actitud fue
un ejemplo para el país. Lo lamento mucho y la emoción no me deja
hacer mayores comentarios".
El diputado Luis Maira dijo
que Schneider "es un héroe de la
Patria. Pocos hombres representaron mejor a nuestras Fuerzas Armadas. El país contrae una deuda
con un gran hombre".
El senador comunista Volodia
Teitelboim recordó que había estudiado en el Liceo de Curicó con
Schneider, pero dijo que después
no lo había visto más. "Teníamos
la esperanza de que se salvara. Espero que sea una muerte generosa
que permita devolver a los chilenos la paz y la tranquilidad y que
esto no se vuelva a repetir; cayó
víctima de una organización criminal que al parecer está detectada y debe ser extirpada de raíz
para que hechos como éstos no se
vuelvan a repetir. Expresamos
nuestro pésame a sus familiares y
a las Fuerzas Armadas".
PROFUNDO PESAR CAUSO LA NOTICIA EN
TODOS LOS SECTORES DEL PAIS
EPRESENTANTES de todos los
partidos y grupos políticos
concurrieron ayer a presentar sus condolencias al Ejército y
a la familia del general René
Schneider.
El siguiente es el texto de las
declaraciones emitidas por estos
personeros:
JORGE ALESSANDRI
El ex candidato independiente a
la Presidencia de la República,
Jorge Alessandri, asistió a la misa en la Escuela Militar y se retiró luego de expresar sus condolencias a las Fuerzas Armadas y
a la familia del general.
50
MEMORIAL DEL EJERCITO
Asediado por los periodistas señaló brevemente:
—"Nunca, en mi larga vida
creí que pudiera ocurrir en Chile
algo tan alevoso. Es lo más vil que
he visto. Les ruego no me pidan
más declaraciones porque me encuentro muy impresionado".
ALBERTO BALTRA
El senador radical, Alberto
Baltra, acompañado de su esposa,
Adriana Olguín, declaró:
"El trágico fallecimiento del
general Schneider, que todo el país
lamenta, ha contribuido, sin embargo, a unir los altos valores de
Chile, de tal modo que hoy es la
sociedad chilena entera la que se
acongoja frente al asesinato del
gran soldado y condena un acto
terrorista falto de sentido y que
no logrará manchar la limpieza de
nuestra tradición democrática. He
llegado hasta aquí con mi señora a
expresarle al Ejército y a las
Fuerzas Armadas nuestra expresión de profunda y emocionada
condolencia.
PARTIDO SOCIALISTA
Miembros del Comité Central
del Partido Socialista, encabezados por el senador Aniceto Rodríguez, secretario general de la colectividad, y miembros de la Brigada Parlamentaria, llegaron poco antes que el Presidente Electo
a la Escuela Militar. Entre ellos
se contaban la senadora María
Elena Carrera; el senador Carlos
Altamirano; los diputados Carmen
Lazo y Eric Schnake; Adonis Sepúlveda y Jaime Suárez.
El senador Rodríguez expresó:
"Hemos venido a expresar
nuestras condolencias a los altos
mandos del Ejército y nuestra más
amplia solidaridad y comprensión
en este minuto que vive todo el
pueblo de Chile, lo cual hemos hecho presente al general Prats. Los
socialistas hemos acordado suspender nuestras actividades partidarias y hemos instruido a nuestra militancia para que participe
mañana en los funerales". Luego
entregó la declaración oficial emitida por su colectividad cuyo texto
es el siguiente:
"El Comité Central del Partido
Socialista ante el fallecimiento del
Comandante en Jefe del Ejército,
general René Schneider, acuerda:
Iº—Expresar sus condolencias
a la familia y a las Fuerzas Armadas de Chile por la irreparable
pérdida del distinguido militar
que fuera el general René Schneider Chereau y expresar estos sentimientos por intermedio de la
Comisión Política del Partido.
2º—Encomendar al mismo organismo, represente al Partido en
los funerales del soldado fallecido,
el invitar a los militantes y simpatizantes del Partido a participar
en ellos.
3º—Instruir a su Brigada Parlamentaria, para que solicite sesiones especiales de ambas ramas
del Congreso con el objeto de rendir homenaje al ilustre extinto.
4º—Exigir a la mayor brevedad
se identifique a los autores materiales del crimen y a quienes tuvieron en él una participación directa o indirecta, a fin de que se
les aplique el máximo rigor de la
ley.
5º—Suspender en señal de duelo la sesión programada para hoy
25 de octubre de 1970".
52
MEMORIAL DEL EJERCITO
PARTIDO NACIONAL
Los vicepresidentes del Partido
Nacional Gustavo Alessandri, Fernando Maturana, Carmen Sáenz y
el Secretario General, Patricio
Mekis, se hicieron presentes en la
capilla ardiente alrededor de las
13 horas.
—Traemos las condolencias del
Partido Nacional y se las presentaremos tanto a las Fuerzas Armadas como a la familia del general Schneider, expresó el diputado
Alessandri.
Por su parte, el diputado Maturana señaló que la directiva nacional, expresaba su más enérgica
condena a este incalificable atentado que repudia toda la opinión
pública del país.
—Esperamos, agregó, que sea
una advertencia a quienes buscan
una vía distinta a la democrática.
Es una lástima que se haya precisado de un martir para poner
fin a una campaña de violencia
que hemos venido denunciando
sistemáticamente los nacionales y
que desgraciadamente eligió a uno
de los más distinguidos personeros
de nuestra vida institucional.
VOLODIA TEITELBOIM
El senador comunista, miembro
de la Comisión Política de su Partido, Volodia Teitelboim, señaló:
"Creo que este asesinato se
produjo con la intención de producir un efecto político, como secuestro, antes del Congreso Pleno.
El general Schneider representaba
un símbolo nacional del espíritu
profesional y constitucional de
nuestras Fuerzas Armadas. No
fue un político. Simplemente cumplió con su deber militar. Tal es
el pensamiento de todo el Generalato y de los jefes de las tres Armas. Esta tradición inalterable
durante nuestra vida republicana
se fortalece más con el signo del
martirio. Terrible ha sido su
muerte, pero no en vano. Creo que
contribuirá a que la organización
que lo asesinó —que es extraña a
los métodos chilenos, aunque en
ella estén chilenos comprometidos— será extirpada del país devolviendo a la nación la paz y una
convivencia que excluyó siempre
al crimen político.
RAFAEL TARUD
El presidente del API (Acción
Popular Independiente), senador
Rafael Tarud, integró la comitiva
del Presidente Electo Salvador
Allende. Señaló a la prensa a la
salida de la capilla ardiente:
—Hemos recibido con muy honda conternación el fallecimiento
del Jefe del Ejército, general René
Schneider. Hemos hecho un llamado a todos nuestros militantes y
al pueblo en general para asistir a
los funerales. Acordamos expresar al Ejército la solidaridad del
API y darle nuestro pésame en esta hora de dolor a la familia del
distinguido militar. El general
Schneider es un verdadero símbolo y cayó como soldado en defensa
de las más caras y puras virtudes
tradicionales de las Fuerzas Armadas chilenas que honran a
nuestra democracia en América
latina y el mundo entero.
En calidad de presidente del
API hemos venido con el primer
vicepresidente Lisandro Cruz Ponce para cumplir con los acuerdos que
tomamos inmediatamente después de
conocido el fallecimiento.
Homenaje al General René Schneider Chereau
CASTIGO
El diputado socialista Eric Schnake manifestó:
"Aparte del hecho extraordinariamente grave en el acontecer de
Chile que marca la fanática decisión de algunos sectores por impedir el libre desarrollo del proceso democrático chileno, nos llena
de dolor por lo que en el ámbito
familiar significa el asesinato de
un militar tan distinguido como
éste. Esto nos lleva a hacer fervientes votos por que nunca más
puedan acontecer hechos de esta
naturaleza y para que los culpables
sean castigados con celeridad y el
máximo de rigor".
PRESIDENTE DEL SENADO
El Presidente del Senado, Tomás
Pablo, declaró a "El Mercurio":
"Creo que la muerte del general
René Schneider está ligada íntimamente a su clara actitud constitucionalista que anunciara que
adoptaría hace algunos meses y
que imprimió siempre dentro de
su institución".
"El crimen no podrá ser jamás
el pilar sobre el cual puedan descansar ni la libertad ni la justicia".
DEMOCRACIA CRISTIANA
La mesa directiva de la Democracia Cristiana concurrió a manifestar sus condolencias en la
Escuela Militar. La delegación, en
ausencia del senador Benjamín
Prado que se halla en Valparaíso,
estuvo integrada por el secretario
general subrogante Mariano RuizEsquide; el vicepresidente, Jaime
Castillo Velasco, el tesorero Carlos
53
Garcés y el presidente de la Juventud Luis Badilla.
Mariano Ruiz Esquide, diputado, señaló:
"Para nosotros los democratacristianos es especialmente doloroso lo que ha sucedido, porque
significa la pérdida de un hombre
dedicado a la causa de las armas
puesta al servicio del régimen institucional de Chile. El país ha perdido a un gran militar y a un gran
patriota. Hemos condenado el
atentado como uno de los actos
más viles y criminales que el país
haya conocido en toda su historia.
Esperamos que su sacrificio no
haya sido en vano. Hemos expresado nuestras condolencias a la
familia y a las Fuerzas Armadas".
El senador DC Tomás Reyes
Vicuña manifestó:
"Esta tremenda coincidencia de
la muerte del general Schneider
con la culminación de un proceso
político en que, para que fuera
respetado en su integridad, él y
las instituciones armadas jugaron
un papel tan decisivo. La muerte
del general es una pérdida que todo el pueblo chileno sufre con mucha profundidad y sinceridad".
"UN SIMBOLO"
El diputado democratacristiano
Héctor Valenzuela Valderrama
declaró:
"Creo interpretar el sentir de
todos los chilenos al lamentar el
fallecimiento de un hombre convertido en un verdadero símbolo
de las Fuerzas Armadas y del pueblo chileno. Lamento, además que
en Chile haya aparecido este brotede violencia, que ya no sólo pretenden atentar contra las institu-
54
MEMORIAL DEL EJERCITO
ciones sino contra las personas
mismas. Desde otro punto de vista personal, me unía a René
Schneider una amistad muy íntima con mi familia y conmigo mismo. Precisamente horas antes de
sufrir ese atentado tan cobarde
había estado en mi casa. Cómo iba
a pensar que poco después su vida
iba a ser segada en forma tan cobarde. Esta doble motivación me
hace condenar el hecho y sentir el
más profundo dolor en un corazón
de chileno y de amigo".
paz". Luego añadió: "Queremos
expresar nuestro pésame más hondo a las Fuerzas Armadas y a su
familia. Fuimos compañeros. Estudiamos juntos en Curicó y nos
conocimos al comienzo de la vida.
Ahora el compañero de su infancia quiere rendir un homenaje y
creo que merece una estatua. El
fue una mezcla de bondad humana y de principios. Ese fue el general René Schneider".
OTRAS EXPRESIONES
Una vez terminado el servicio
religioso, algunas de las autoridades emitieron opiniones. El Ministro de Defensa Sergio Ossa
Pretot expresó: "Qué puedo decir.
Lo he tenido a mi lado durante un
año, donde pasó a ser un amigo.
Para mí, el general Schneider, es
un ejemplo de un hombre de bien,
limpio, sin un doblez y con una
lealtad a su patria difícil de encontrar en un hombre. Tengo un
profundo dolor, difícil de expresar. Es un ejemplo el general
Schneider para Chile y tal vez para el mundo, como en los últimos
momentos mostró su entereza que
le caracterizó siempre.
Casi la mayoría de las personalidades que llegaron al recinto
hospitalario para presentar sus
condolencias rehusaron formular
declaraciones. Unos de los pocos
Ministros de Estado que dijeron
algunas palabras fueron el de Hacienda Andrés Zaldívar y de Economía Carlos Figueroa. Estos se
limitaron a señalar: "Es demasiado fuerte para el país lo que ha
sucedido. No tenemos palabras para expresar lo que sentimos".
"ES UN SIMBOLO"
Otro de los parlamentarios que
se refirió a la personalidad del general Schneider con palabras emocionadas, fue el senador comunista Volodia Teitelboim. Este dijo:
"El hombre tiende a la esperanza
y todo Chile la tuvo por unas horas. Creo que el general Schneider
se ha convertido en un símbolo. En
el símbolo del hombre militar que
por respeto a su vocación profesional y al sentido constitucional del
soldado ofrendó su vida. Espero
que sea una muerte generosa que
permita devolver a los chilenos la
DECLARACIONES
CORTE SUPREMA
El presidente de la Corte Suprema, Ramiro Méndez, visitó la
capilla ardiente. Con el rostro ensombrecido, Méndez calificó de inmerecida ofensa a la limpia tradición democrática del país el asesinato del Comandante en Jefe del
Ejército.
Al ser consultado sobre el castigo que recibirán los autores del
crimen, respondió: "yo como Magistrado no puedo pronunciarme
Homenaje al General René Schneider Chereau
sobre esa materia. Un proceso hay
que examinarlo, estudiar las pruebas y sólo cuando se encuentra en
estado de sentencia, se define".
GENERAL VICENTE HUERTA
El Director General de Carabineros, Vicente Huerta, por su
parte, reiteró la solidaridad de la
policía uniformada, expresada a
través de una declaración pública,
con el Ejército y las Fuerzas Armadas.
"Estas son horas amargas, en
las que sólo cabe hacer presente el
repudio a los autores materiales e
intelectuales del alevoso asesinato,
dijo el general Huerta.
Confirmó asimismo que en la
mañana de ayer se practicaron dos
nuevas detenciones en relación
con la agresión del general Schneider, pero declinó dar mayores detalles.
"Deseo hacer presente mi congoja y los sentimientos de pesar
de Carabineros tanto para el
Ejército como para los familiares
de mi amigo fallecido", terminó
señalando el general Huerta Celis
quien integró la comitiva que
acompañó los restos desde el Hospital Militar hasta la Escuela Militar Bernardo O'Higgins.
TOMIC
"PASARA A LA HISTORIA"
Tomic, ex candidato
presidencial de la democracia cristiana, hizo declaraciones a raíz del trágico acontecimiento:
"El General Schneider pasará a
la historia como un símbolo de lo
que ha sido y de lo que es y será el
Ejército de Chile. Creo que nunca
podrá el país olvidar, su testimonio
de civismo asumiendo la plenitud
de sus responsabilidades cuando
fue Comandante en Jefe del Ejército. La forma ejemplar como dedicó su vida entera al servicio de
las armas y esta muerte, terrible
para los suyos y terrible para su
patria que, sin embargo, de algún
modo misterioso, consagra y sella
su gran destino de soldado, de chileno y de demócrata".
ADOMIRO
55
COMUNICACIONES DEL EXTRANJERO
28 Oct. 1970.
NCH621 VBZ427 DEF97/MR.
CVSO CQ VECA O74.
CARACAS 74/73 27 1830 VENEZGOVTGHR.
ETATPRIORITE.
GRAL. DE DIV. CARLOS PRATS
GONZALEZ CMDTE. EN JEFE DEL
EJERCITO DE CHILE.
SANTIAGO DE CHILE.
OFICIAL CGE-015005. RECIBA ESTA HORA TRAGEDIA Y DOLOR SENTIMIENTOS PESAR EJERCITO VENEZUELA Y MIOS PROPIOS OCASION
FALLECIMIENTO EX CMDTE. EN J E FE EJERCITO ESE PAIS CONMUEVE
PROFUNDAMENTE QUIENES COMPARTIMOS EN DIFERENTES LATITUDES INMENSA RESPONSABILIDAD
DEFENDER
LIBERTAD
HERENCIA
NUESTROS HEROES Y PROCERES
TESTIMONIO NOMBRE EJERCITO VENEZUELA FRATERNAL AFLICCION Y
REPUDIO CRIMINAL VIOLENCIA.
GRAL. DE BGDA.
VICTOR MANUEL MALDONADO
CMDTE. GRAL. DEL EJERCITO
VENEZUELA.
1970 Oct. 27, 19: 42.
TEGUCIGALPA, VIA TROPICAL 54
HOND/GVT 27 1429.
ETAT.
GENERAL CARLOS PRATS COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO CHILENO.
SANTIAGO CHILE (AAC/BALBOA).
CONMOVIDOS FALLECIMIENTO GENERAL RENE SCHNEIDER PUNTO EN
NOMBRE EJERCITO HONDURAS Y
MIO PROPIO
COMA EXPRESOLE
NUESTRAS MAS SENTIDAS CONDOLENCIAS Y QUE SUPREMO HACEDOR
ACOJA EN SU GLORIA A TAN ILUSTRE MILITAR PUNTO.
Coronel ANDRES RAMIREZ ORTEGA,
JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS
DE HONDURAS.
COLL ETAT.
EMBAJADA DE LA REPUBLICA
FEDERAL DE ALEMANIA
SANTIAGO.
Agregado Militar Aeronáutico
y Naval
Santiago, 27 de octubre de 1970.
Señor Comandante en Jefe
del Ejército, suplente
General de División Dn.
Carlos Prats G., Ministerio
de Defensa Nacional.
Santiago.
Señor General:
Hoy día he recibido un telegrama de mi Comandante en Jefe del
Ejército, General Alberto Schnez,
el cual me permito transmitir como sigue:
"Muy estimado señor General:
"Con consternación y pena he
recibido la noticia, que el Comandante en Jefe del Ejército chileno.
General de Ejército don René
Schneider Chereau, ha fallecido a
consecuencia de sus graves heridas. Le ruego aceptar los profundos sentimientos del Ejército alemán y los míos ante la irreparable pérdida que ha sufrido tan
inesperadamente el Ejército chileno, al cual nos une una tradicio-
Homenaje al General René Schneider Chereau
nal amistad. Ruego al mismo tiempo transmitir estos sentimientos a
la familia del extinto General.
Alberto Schnez,
General y Comandante
en Jefe del Ejército
alemán".
Saluda a Ud. muy atentamente,
Franz hoyo,
Teniente Coronel
EM.
1970 Oct. 27, 19: 44.
JERUSALEM ISR 43 27 1600 ISRGVT
WETAT.
COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE GENERAL CARLOS
PRATS GONZALEZ.
SANTIAGO—CHILE.
PROFUNDAMENTE
CONMOVIDO
POR LA TRAGICA MUERTE DEL GENERAL RENE SCHNEIDER CHEREAU
HAGOLE LLEGAR MI MAS SENTIDA
CONDOLENCIA.
JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL
EJERCITO DE DEFENSA DE ISRAEL,
TENIENTE GENERAL HAIM BARLEV.
BOGOTACOL 97 27 2200.
ETATPRIORITE.
SR. GENERAL DE DIVISION CARLOS PRATS, CDTE. EN JEFE EJERCITO CHILENO.
SANTIAGO DE CHILE.
ANTE DOLOR AFLIGE PUEBLO
CHILENO POR RECIENTE FALLECIMIENTO SR. GENERAL DE DIVISION
RENE SCHNEIDER CDTE. EN JEFE
EJERCITO ESE HERMANO PAIS RUEGOLE ACEPTAR SENTIMIENTO SOLIDARIDAD Y PESAR EMBARGA
57
EJERCITO COLOMBIANO MIO PROPIO POR LAMENTABLE INSUCESO
QUE ENLUTA AMERICA LATINA
PUNTO ASIMISMO Y POR SU DIGNO
CONDUCTO DESEO HACER LLEGAR
MANIFESTACION CONDOLENCIA A
INSTITUCION ARMADA BAJO SU COMANDO Y A LOS FAMILIARES DEL
ILUSTRE
DESAPARECIDO
PUNTO
AFECTUOSO SALUDO MAYOR GENERAL ALVARO HERRERA CALDERON,
COMANDANTE EJERCITO; BRIGADIER GENERAL ALBERTO HAUZEUR
LA VERDE, SECRETARIO GENERAL
MINISTERIO DE DEFENSA.
CLL ETATPRIORITE.
EMBASSY OF THE
UNITED STATES OF AMERICA
Oficina del Agregado Militar
Santiago, 27 de octubre de 1970.
General de División, don
Carlos Prats González,
Comandante en Jefe Subrogante del Ejército.
Ministerio de Defensa Nacional.
Presente.
Estimado General Prats:
Adjunto tengo el agrado de enviarle copia de un mensaje, llegado a esta oficina con especial
encargo de enviárselo a usted, de
parte del General W. C. Westmoreland, Comandante en Jefe del
Ejército de los Estados Unidos.
Además, a continuación le envío
la correspondiente traducción.
"La muerte del General René
Schneider Chereau ha causado
honda consternación a todos los
que le conocieron. De parte de todo el Ejército de los Estados Uni
58
MEMORIAL DEL EJERCITO
dos deseo expresarle nuestras más
sentidas condolencias por la irreparable y triste pérdida de un soldado talentoso y patriota. "
Atentamente,
Paul M. Wimert, Jr.
Coronel, EMG;
Agregado Militar.
Embajada de la
República Argentina
Santiago, 26 de octubre de 1970.
Señor
Comandante en Jefe del
Ejército de Chile,
General de División don
Carlos Prats González,
Ministerio de Defensa
Nacional,
Santiago.
De mi consideración:
Me dirijo a Ud. con el objeto de
llevar a su conocimiento, el texto
del mensaje recepcionado en esta
Agregación, con la firma del Comandante en Jefe de la Fuerza
Aérea Argentina:
"PARA SER TRANSMITIDO AL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO
DE CHILE:
"LA FUERZA AEREA ARGENTINA
HACE LLEGAR A UD. Y POR SU INTERMEDIO A TODO EL EJERCITO DE
CHILE Y A LOS FAMILIARES DEL
GENERAL SCHNEIDER, SU PROFUNDO DOLOR POR LA IRREPARABLE
PERDIDA DEL DISTINGUIDO MILITAR CUYA VIDA ESTUVO AL SERVICIO DE LA DIGNIDAD Y LA LIBERTAD DEL PUEBLO CHILENO. —(Fdo. ):
CARLOS ALBERTO REY, BRIGADIER
GENERAL, COMANDANTE EN JEFE
DE LA FUERZA AEREA ARGENTINA. "
Sin otro motivo reitero al señor
Comandante en Jefe las seguridades de mi consideración más distinguida.
Jorge Fraga,
Comodoro,
Agregado Aeronáutico
Embajada Argentina
Chile.
BRITISH EMBASSY,
SANTIAGO.
27 de octubre de 1970.
Estimado General:
He recibido un telegrama de
Londres del Air Chief Marshal Sir
John Grandy, Jefe Interino de Defensa, en el cual me ha pedido
transmitirle el siguiente mensaje:
"Quedé hondamente conmovido
al conocer la atroz muerte del General René Schneider que se produjo durante el fin de semana último. Los Jefes de Estado de las
Fuerzas Armadas Británicas desean hacer llegar su profunda
aflicción a los familiares y al
Ejército de Chile por la pérdida
de tan distinguido oficial. "
Muy atentamente,
David Hildyard,
Embajador de
S. M. Británica.
General de División
don Carlos Prats González,
Jefe del Estado Mayor de
la Defensa,
Ministerio de Defensa,
Santiago.
Homenaje al General René Schneider Chereau
MINISTERIO DE DEFENSA
Comando en Jefe del Ejército
Buenos Aires, 26 de octubre de
1970.
Señor General:
Ante la trágica circunstancia
que enluta al Ejército de vuestro
país, por la irreparable pérdida
que significa para el mismo el fallecimiento de su Comandante en
Jefe, General de Ejército don René Schneider, que fuera víctima
de un criminal atentado, me asocio al dolor que los embarga expresando a Ud. y por su digno intermedio, a todos los integrantes
del Ejército hermano, mis más
sentidas condolencias haciéndole
llegar el sentimiento de fraternal
solidaridad del Ejército Argentino.
Formulando votos por la pronta superación del dramático trance y por la fortaleza del espíritu
chileno, saludo al señor General
con mi más distinguida consideración.
Alejandro Agustín Lanusse,
Teniente General
Comandante en Jefe del
Ejército.
Al señor Jefe del Estado
Mayor Conjunto a cargo
del Comando en Jefe del
Ejército Chileno,
General de División don
Carlos Prats González,
Santiago de Chile—Chile.
EDITORIALES
MARTIRIO
DE UN
L traslado de los restos mortales del asesinado Comandante en Jefe del Ejército,
General René Schneider, desde la
Escuela Militar a la Catedral Metropolitana a temprana hora de
esta mañana, dio lugar a una impresionante manifestación de duelo
ciudadano que preludia la honda
solemnidad popular que tendrán
sus funerales. Miles y miles de chilenos han adherido con su presencia al duelo que aflige a la República por el martirio sufrido por
el Jefe de nuestro Ejército. Hasta el
último chileno comprende que el
General Schneider ha sido inmolado alevosamente porque fue en todo instante un celoso sostenedor de
la legalidad democrática y republicana, y entiende que su muerte
es el último y heroico sacrificio de
un soldado que así ha encarnado la
firme tradición constitucionalista
de nuestro Ejército y de las Fuerzas Armadas en general. La República conmovida hoy por esta tremenda pérdida humana tiene derecho, sin embargo, a mostrarse orgullosa del temple y la entereza
de sus Fuerzas Armadas y de la
honda comunicación que éstas mantienen con el pueblo, del cual son
parte inseparable, como lo muestran los acontecimientos decisivos
que el país ha vivido en las últimas
semanas, a raíz del proceso constitucional derivado de la voluntad
ciudadana expresada en las urnas
SOLDADO
el 4 de septiembre, así en un instante en que el luto cubre a Chile
por la desaparición de uno de los
personeros máximos de la nacionalidad. El Comandante en Jefe
del Ejército, las Fuerzas Armadas
y el país en su conjunto pueden
encontrar consuelo, fe y esperanza
en el común destino patriótico, y
en el común destino de la patria al
comprobar el sentimiento de honda
humanidad nacional con el que los
chilenos honran la memoria del
ilustre soldado abatido por la mano asesina y traidora. Las glorias
históricas de nuestro Ejército por
extensión lógica y natural, de nuestras Fuerzas Armadas, han sido
reverdecidas ¡con el sacrificio del
General Schneider, en el contexto
de esta era nueva que viven el
mundo y nuestra patria, y reafirman el mandato de servicio a los
intereses de la comunidad y el pueblo, que todos los hombres de armas de Chile acatan desde el instante que juran la bandera. El
martirio del General Schneider fecunda esta tradición y consagra la
unidad entre las Fuerzas Armadas
y el pueblo en un sentimiento que
sin duda, alcanza un extraordinario vigor histórico concreto sobre
el cual el esfuerzo, el espíritu de
sacrificio y la generosidad de todos
los chilenos debe construir un porvenir más justo y más lihre para
los hijos de esta nación.
En esta hora solemne también
Homenaje al General René Schneider Chereau
el país debe confiar en que la acción eficiente y rápida de sus organismos de seguridad permitirá
cortar de raíz el peligro conspirativo para eliminar así. a través de
la acción de la justicia los peligros del odio, haciendo que el martirio del General caído sea asimis-
61
mo un hecho ennoblecedor por la
paz que habrá de imponer hasta
en los más indignados espíritus su
ejemplo de acatamiento a las normas superiores que rigen a las
Fuerzas Armadas y al pueblo de
Chile que él ofreció hasta el último
instante de su noble existencia.
EDITORIAL DEL 25. X. 1970
UN CRIMEN HORRENDO
H
A MUERTO.
No existen palabras para
expresar la indignación, el
dolor y la repugnancia que embargan a los chilenos ante este crimen nefasto cometido por una
horda fanática que procura en vano terminar con la tradición democrática del país.
Pero sí existen palabras para
decir claramente que los sicarios a
cargo del asesinato son sólo los
instrumentos de otros individuos,
los "autores intelectuales" son mucho más peligrosos, más despiadados y más culpables que quienes se
prestaron para apretar el gatillo.
NO QUEDARA IMPUNE
Existe conciencia nacional de
que este crimen no puede quedar
impune y de que el castigo debe alcanzar también a los instigadores,
a esos sujetos despreciables que
crearon el "clima" para la brutal
agresión. Unos lo hicieron con su
"campaña del terror", en que simularon exagerado respeto por la
legalidad que, en el fondo, menospreciaban; otros con una distorsión permanente de la verdad his-
tórica; algunos con una falsificación constante del verdadero sentimiento popular; y otros pocos,
pero los más dañinos, reclutando
hampones para llegar al asesinato.
Son éstos los que no pueden escapar a la sanción que un Estado
moderno, que una nación civilizada aplica a quienes atentan contra
las bases mismas de su estabilidad
institucional. Ninguna consideración, ningún escrúpulo legalista,
deben interponerse entre el delito
y su castigo, entre los complotadores —por altamente ubicados que
se encuentren— y las sanciones
que las leyes prescriben.
Chile, que llora hoy a un mártir
de la democracia y la libertad, a
un héroe que vistió el uniforme de
general de la República, a uno de
sus hijos que, si bien no murió en
el campo de batalla, cayó al servicio de los más hondos sentimientos
patrióticos, no encontrará tranquilidad si no conoce los nombres de
todos los feroces criminales, si no
los ve sometidos al severo juicio
de los tribunales competentes y si
no obtiene la consiguiente vindicta.
Un crimen que no debe quedar impune
U
N PAIS consternado, poseído
por una legítima indignación y sumido en un duelo
que le pertenece muy íntimamente,
el nuestro que, con toda la magnitud de la tragedia que significa la
muerte del general René Schneider,
no está paralizado ni atemorizado,
que no se dejará deslizar por las
pendientes que le ponen en su camino los provocadores, alza hoy su
voz con una enérgica acusación
contra las fuerzas que planificaron
el crimen que terminó con la vida
del jefe máximo de nuestro Ejército y con una reiteración de su
confianza en el espíritu democrático y constitucionalista del Ejército y de las Fuerzas Armadas de la
República en general.
Chile confía —y tiene razones y
derecho para hacerlo— en las
Fuerzas Armadas. Ellas son, por
muchos motivos, cauteladoras de
nuestra independencia y de la normalidad de nuestra vida constitucional. Sin practicar la vida política, son garantes de la normalidad
institucional de nuestro pueblo.
Hombres del pueblo, por otra parte, forman su sólida base. Y el pueblo las considera integrantes de sí
mismo. Esta es una apreciación
justa que los hechos culminantes de
nuestra historia confirman con absoluta plenitud.
Por eso mismo, la cobarde agresión que desembocó en el asesinato
del general don René Schneider no
sólo afecta al Ejército de Chile, sino a la totalidad de nuestros institutos armados, a lo más esencial de
la República, a la nación en su conjunto y al pueblo de Chile en los
momentos en que éste asume el poder, con la dignidad y la serenidad
que le son características, que forman parte de su tradición y de su
espíritu.
El General René Schneider supo
sintetizar en su actitud profesional
todas las virtudes de nuestras
Fuerzas Armadas. Fue un soldado
ejemplar y supo ser, también, un
jefe que predicó, con el ejemplo, lo
que ha sido la conducta permanente de nuestros soldados más esclarecidos.
Acaso estas limpias virtudes de
nuestras instituciones armadas,
sintetizadas, repetimos, en el ilustre soldado trágicamente desaparecido, le valieron a él la odiosidad
de quienes han hecho permanentemente de la democracia y del patriotismo meras figuras retóricas
basadas en el más bastardo oportunismo, mientras en la vida real se
han apresurado, cada vez que la
historia se los ha permitido, a pisotear tanto el concepto de patriotismo como el de democracia.
A quienes así han procedido y
proceden no vale la pena, en este
instante de dolor ciudadano, siquiera mencionarlos por sus nombres y apellidos. Chile entero los
conoce. Chile entero fue testigo de
la fobia con que aludieron al difunto general cuando éste, cumpliendo
con su deber, formuló lo que se ha
dado en llamar "la doctrina Schneider", que no es sino una valiente y
oportuna ratificación de las mejo-
Homenaje al General René Schneider Chereau
res tradiciones de nuestras Fuerzas Armadas, que consideran como
pilar de su honor profesional su
absoluta prescindencia de la política contingente.
Cuando en mayo del presente
año el Comandante en Jefe del
Ejército, General don René Schneider, en declaraciones formuladas a
un diario de Santiago, expresó que
el Ejército cumpliría con su deber
garantizando el normal desarrollo
del proceso electoral en curso —
proceso culminado sólo anteayer,
cuando el Congreso Pleno, por
abrumadora mayoría, designó oficialmente Presidente de la República al Dr. Salvador Allende—
muchas voces se alzaron para censurarlo. Esas voces representaban
los más sórdidos y antidemocráticos círculos de la política chilena.
Esas voces pertenecían a individuos descalificados en lo político y
en lo moral, a sujetos que han hecho de la política una manera de
enriquicimiento ilícito, a representantes de intereses contrarios a los
de nuestro país. Eran las voces de
la antipatria, las voces de la traición y del crimen. Las voces, en
fin, que empezaban a hacer la puntería contra un jefe militar pundonoroso que aparecía para ellos como un obstáculo para sus fines golpistas y antidemocráticos.
Ellos son los autores intelectuales de este crimen.
Menguados de mente, no supieron comprender, sin embargo, que
su crimen no les reportaría los beneficios que habían calculado fríamente.
Mataron al general, es cierto.
Pero no fueron capaces de asesinar lo que el ilustre hombre de
armas representaba: la tradición
63
constitucionalista y democrática
del Ejército de Chile. Y en las filas de éste el espíritu de René
Schneider permanece, porque es,
también, y de manera irrenunciable, el espíritu que inspira a los que
con muy legítimo derecho pueden
considerarse, profesionalmente, los
sucesores de las enseñanzas y las
obras del fundador de nuestra nacionalidad, el general Bernardo
O'Higgins, cuyo nombre lleva con
orgullo y pleno sentido de la responsabilidad que ello implica, la
Escuela Militar de nuestro país.
Ahora, el país exige que se castigue ejemplarmente no sólo a los
autores materiales del asesinato, no
sólo a los mercenarios que lo cometieron, no sólo al grupo de aventureros que realizaron, primero, la
encerrona y luego el asesinato del
general desaparecido, sino, además,
y con el mayor vigor y la máxima
energía, a los autores intelectuales
del crimen, a esos hombres que han
ocultado cobardemente sus manos
y que, en una demostración de insuperable pequeñez moral, fueron
los que planificaron en sus grandes
líneas "doctrinarias" un hecho que
los califica como criminales miserables.
El pueblo de Chile reclama y exige el castigo para esos individuos
siniestros.
Y tiene plena razón el pueblo para formular tal exigencia y para
plantear tan justa reclamación.
Porque es al pueblo al que se quiso herir de muerte.
Porque la agresión contra el general Schneider partió de quienes,
a través de su sacrificio, pretendían crear un clima caótico que hiciera posible una aventura golpista que pusiera a nuestro país al
64
MEMORIAL DEL EJERCITO
borde de la guerra civil y en el
umbral de una brutal dictadura
fascista.
Es el pueblo el que exige ese castigo y hace suyo el dolor del Ejército y de la digna familia del general asesinado.
El pueblo que ayer, apenas se supo la noticia del deceso del general
Schneider, espontáneamente junto
con derramar lágrimas de ira y de
dolor profundo, recurrió al mejor
de sus símbolos, buscó la bandera
de la patria y la izó a media asta
para demostrar que el duelo que
aflige al Ejército y a las Fuerzas
Armadas, le pertenece también por
derecho propio.
Este asesinato no paralizará la
vida del país.
Esta provocación no apartará a
los institutos armados del cumplimiento de su deber, cumplimiento
que ellos son los primeros en cautelar celosamente.
Este hecho tan difícil de calificar no apartará tampoco al pueblo
de su ruta hacia días mejores para
los hijos de este país y para los intereses de Chile.
Pero este asesinato plantea a la
ciudadanía la obligación de estar
alerta contra las fuerzas que han
demostrado que no tienen escrúpulos para llevar a cabo las más sórdidas tareas si, al ejecutarlas creen
poner a salvo sus mezquinos intereses.
La unidad del Movimiento Popudar se hace hoy, pues, más necesaria que nunca. Preservarla, mejorarla y enriquecerla es una tarea
que participa de dos condiciones
enaltecedoras: el patriotismo y la
conciencia auténticamente revolucionaria, ajena a sectarismos y a
aventurerismos que no hacen otra
cosa que echarle carbón a la maquinaria de los enemigos de la democracia, la libertad y el patriotismo.
EL GRAN SOLDADO
AS palabras y las ideas faltan, sobran, se aglomeran o
se ausentan ante tan solemne y trágica ocasión.
Enmudezcamos e inclinémonos
reverentes ante los despojos mortales del gran soldado, mártir de
nuestra libertad y democracia.
El General de División y Comandante en Jefe de nuestro glorioso Ejército, René Schneider
Chereau, duerme el sueño eterno
junto a los manes de O'Higgins,
el creador de nuestra nacionalidad y nuestro padre amado.
En su camino hacia la inmortalidad lo acompaña la congoja de
todo un pueblo.
Sírvanos de consuelo la sentencia del filósofo griego: "El varón
amado por los dioses muere pronto" y, como paliativo al dolor de
Chile, al de la patria toda, y al
de sus seres más queridos, al de
su dignísima esposa, al de sus hijos y al de sus compañeros de armas, la certidumbre de que toda
muerte es viva cuando se confunde con la gloria.
ILUSTRE
E
L pueblo reconoce a sus líderes y a sus héroes. No se
equivoca. Es generoso para
destacar lo que ellos entregaron a
la patria. No olvida. Ayer vimos
una impresionante y emocionante
manifestación de dolor y de homenaje a un soldado insobornable e
inquebrantable que pagó con su
vida su adhesión a la gran tradición de los soldados chilenos.
Nadie podría decir que las mujeres del pueblo, que hicieron cola
durante horas frente a la Catedral
para despedir al General Schneider, que los obreros que perdieron
parte de su salario para sumarse
al inmenso cortejo fúnebre eran
obligados por nadie. Estaban ahí
porque eso era lo que mandaba su
conciencia. Querían estar presentes como estuvieron y como estarán en cada ocasión en que ellos
ocupen el escenario de Chile.
El General Schneider honró el
uniforme de Bernardo O'Higgins.
Sabía que lo mejor que posee Chile es el respeto y acatamiento a la
voluntad del pueblo. El ejército
que luchó hasta la muerte en Rancagua; que venció en Chacabuco;
el ejército que formaba el pueblo
y que independizó a Chile; el ejército que ha sido el más firme centinela de nuestra soberanía y del
cumplimiento de la voluntad de
los chilenos, está compuesto por
hombres como el General alevosamente asesinado por los enemigos
de Chile.
Este General era un gran ser
humano, un patriota capaz de sa-
SOLDADO
lir airoso de todas las pruebas por
duras que fueran. Era un hombre
cordial y bondadoso. Ocupaba sus
escasos ratos libres en pintar. Tal
vez secretamente hubiera querido
cambiar las armas por el pincel.
Amaba a los grandes clásicos, a
Rembrandt, a Rubens, a El Greco. Le deslumhraban los impresionistas, Cezanne, Gauguin, Van
Goth. Pensaba que Juan Francisco González o el Padre Subercaseaux eran grandes artistas que
merecían un reconocimiento más
universal. Pintaba casi con rubor
sólo para dar salida a su íntima
vocación de artista. Rechazaba
cualquier idea de participar en una
exposición, asistía deslumhrado a
algunas muestras. Tal vez conociendo su pintura, sus afanes artísticos, podamos descubrir en su total dimensión al magnífico ser humano y al artista que había tras
el soldado.
Prefirió volcarse por entero a
sus deberes, a su responsabilidad
de soldado. Siempre fue riguroso,
justo, pulcro y cabal. No le animaba ambición personal de ninguna especie. Su religión era el cumplimiento del deber. Y eso fue lo
que caracterizó todo su quehacer,
a lo largo de su carrera. Los grados le eran conferidos en virtud
estricta de sus méritos. No lo envanecían. Continuaba siendo el
mismo de siempre. Cuando fue
elegido Comandante en Jefe del
Ejército de Chile reiteró una vez
más cuál era su misión.
La conciencia del pueblo chile-
66
MEMORIAL DEL EJERCITO
no maduraba; más allá de todas
las presiones, de la campaña del
terror, de la extorsión imperialista, de la felonía de la antipatria
se abría paso la voluntad de elegir
un Gobierno Popular. Todo se llevó a cabo a la luz del día, en elecciones limpias y democráticas. Un
verdadero soldado de Chile no podía dudar acerca de a quién debían respaldar las Fuerzas Armadas.
Schneider fue entonces una garantía de que el proceso constitucional se desarrollaría normalmente, con la misma limpieza con que
se habían llevado a cabo las elecciones. Iría a saludar al Presidente electo en la misma tarde en que
fuera consagrado por el Congreso
Pleno.
SCHNEIDER Y EL
HEROISMO CIVICO
U
N EDITORIAL del viernes último, cuando aún subsistían
esperanzas de vida, analizamos las causas del crimen cometido
en su persona, atribuyéndolas al
fanatismo y al rencor.
Hoy nos encontramos ante la noticia de su muerte, después de larga y angustiosa agonía, y con antecedentes, en parte esclarecidos por
la investigación. De ellos se desprende que a los elementos de perturbación moral deben agregarse
la repelente acción mercenaria de
los criminales y la proyección política de sus instigadores. No hay
duda de que el concierto que se produjo para acechar y atacar al Co-
Fue entonces cuando aparecieron los asesinos empeñados en
traicionar a Chile, en obedecer a
quienes les habían comprado para
llevar a cabo un plan fascista siniestro.
El General Schneider cayó acribillado reafirmando hasta su último minuto lo que había sido siempre y lo son y deben ser los soldados de Chile.
Por eso ayer lo despedimos con
congoja, con un nudo de emoción
y de furia en nuestras gargantas.
El General René Schneider es definitivamente un héroe de Chile,
un símbolo de lo mejor y más eterno de este país nuestro al que él
amó por sobre todo y más allá de
la muerte.
SIMON BLANCO
mandante en Jefe del Ejército tuvo
su raíz en la insensata creencia de
que eliminando su persona quedaría expedito el camino para detener el proceso electoral. Pensaban
de ese modo los autores del asesinato, hoy ya consumado, porque el
General Schneider había dicho ante la faz del país, mucho antes del
4 de septiembre, que la intervención militar en política "está fuera
de nuestras doctrinas", agregando:
"Somos garantes de un proceso legal en el que se funda toda la vida
constitucional del país".
Esa posición, sostenida con firmeza por el alto jefe hasta la víspera del Congreso Pleno, se convirtió
en barrera para obtener pronunciamientos militares, y llevó a grupos
terroristas a la aventura criminal
de quitar del medio a quien consideraban el único obstáculo de sus
planes. La torpeza de su cálculo no
Homenaje al General René Schneider Chereau
midió la profundidad que tenía el
concepto expresado por Schneider
entre jefes y subalternos de las
Fuerzas Armadas, convirtiéndose
el ataque personal en ofensa a esas
instituciones y en incentivo para
mantener, sin alteración alguna, la
sucesión del mando y la disciplina.
No ampliaremos los juicios ya
expresados editorialmente acerca
del significado del holocausto. Sólo
queremos ahora acentuar el perfil
del soldado.
El comandante que cae por defender los fundamentos de la vida
ciudadana desborda el límite estrecho del deber militar y se convierte
en héroe cívico, es decir, en paladín
de los derechos de todos los que viven bajo una misma bandera.
Desde su alto cargo el General
Schneider había llevado a término
una restauración de los valores
permanentes del Ejército, que se
entregó a su comando después de
días de convulsión, con el solo
67
ejemplo de su actitud, demostrando
una vez más que era un educador
de legiones de soldados. En su capacidad de Comandante en Jefe no
hizo sino que aplicar las mismas
enseñanzas que esparció en la Escuela Militar, donde tuvo destinaciones, en distintos grados, incluso
el de director.
Los jóvenes oficiales de mañana
que hoy velan sus restos han recibido con la muerte del antiguo jefe la más completa lección de lo que
es la hermandad de la milicia con
el civismo. Es la última página del
maestro que enseñó en las filas, como en la Academia de Guerra, con
autoridad igualada pero no superada, el recto camino del deber.
Corresponde a los que conservan
su ejemplo esperar que la justicia
repare moralmente lo que no se
puede reparar después de la extinción de vida tan valiosa, arrebatada a la institución y a sus seres
más queridos.
Al llegar a la Catedral desde la Escuela Militar.
EL PUEBLO ACOMPAÑO LOS RESTOS DEL GENERAL:
EMOCIONANTE DESPEDIDA
En la Catedral
La congoja que afecta a los chilenos cuando desaparece alguna de
sus figuras ilustres fue exteriorizada por los millares de personas que
desfilaron en la Catedral Metropolitana para rendir postumo homenaje al general René Schneider.
Más de una lágrima se vio rodar
por la mejilla de hombres maduros,
jóvenes, mujeres y soldados en retiro cuando pasaron frente al féretro
que guardaba los restos del distin-
guido oficial que fue abatido por
balas asesinas.
Fueron varias horas de ininterrumpido caminar. El cinturón humano que rodeó el principal templo
católico de la ciudad parecía interminable.
Una breve mirada a la urna, algunos musitando una oración y continuaba la marcha. La urna estaba
flanqueada por cuatro cadetes de la
Escuela Militar en tanto que en
bancos laterales a la nave central y
frente al lugar que ocupaba el sar-
Homenaje al General René Schneider Chereau
cófago estaban la viuda del extinto,
una de sus hijas y el hijo menor
que, al igual que su padre, ha seguido la carrera de las armas.
Misa de Réquiem
La Iglesia Católica en una misa
oficiada por el Cardenal Arzobispo
Raúl Silva Henríquez, concelebrada
por el Vicario General Castrense,
monseñor Francisco Javier Gillmore, y el Secretario de la Conferen-
69
cia Episcopal, monseñor Carlos
Oviedo Cavada, y asistido por otros
arzobispos y la casi totalidad de los
capellanes de las Fuerzas Armadas
y de Carabineros, despidió los restos. El oficio religioso tuvo caracteres extraordinarios por la gran
afluencia de altas dignidades del
ámbito nacional y extranjero, significativa del gran aprecio que el
general Schneider se captó en todas
las esferas.
Los Generales de la República acompañan a su Comandante en Jefe.
HOMILIA DEL CARDENAL:
SU MUERTE ES SIMBOLO DE SU FE EN
LA CONVIVENCIA DEMOCRATICA
E
L imperativo de la fraterna
unidad y un recuerdo a las
palabras de Cristo, dichas
antes de morir, en las que señala
que "nadie tiene mayor amor que
el que da su vida por sus amigos",
fueron el centro de la Homilía
del Cardenal Raúl Silva Henríquez, en la Misa de Exequias, en
honor del general René Schneider.
El texto de la Homilía es el siguiente:
"La Patria está de duelo: un
gran soldado del Ejército de Chile
ha muerto, sacrificando su vida en
el altar de la Patria, por cumplir
con su deber.
"Por eso nos vienen a los labios
las palabras del Libro Santo que
acabamos de escuchar. "Nadie tiene mayor amor que el que da su
vida por sus amigos".
Palabra esta del Señor y la única que puede transformar este
instante de congoja en un signo de
esperanza.
"El Señor la pronunció horas
antes de su propia muerte; la pronunció con alegría y con el ánimo
de colmarnos de su propia alegría.
La pronunció para enseñarnos que
el dolor y la muerte pueden ser el
más sublime, el más fecundo gesto
•de amor.
"Esta palabra ilumina nuestra
congoja de hoy. Al que ha dado la
En los Oficios religiosos de la Catedral, los hijos y familiares del General Schneider
acompañados de las señoras de los Presidentes Frei y Allende.
72
MEMORIAL DEL EJERCITO
vida por sus amigos se le llora, pero no se le pierde. Su vida alimenta y se prolonga en la vida de los
mismos por quienes murió. Y su
sangre adquiere una conmovedora
elocuencia.
Si desde el comienzo de la historia humana, la sangre del hombre
derramada por su hermano, ha hablado un lenguaje elocuente. La
envidia homicida de Caín es el símbolo del hombre incapaz de resistir la Luz y gozarse de la Justicia,
símbolo, por eso, del hombre que
pone su fe en la violencia asesina,
símbolo también y de ello testimonian la Biblia y toda la experiencia
humana, símbolo de la absoluta esterilidad de la violencia.
Desde el episodio de Caín y Abel
hasta el mártir del Gólgota, desde
la muerte de Cristo hasta la de
ahora, mueren con El por dar tes-
timonio de la luz, la violencia se
ha revelado como absolutamente
estéril. Estéril, digo, para quienes
pusieron su fe en ella. Siempre obtuvieron exactamente lo contrario
de lo que pretendían. Ni sus conciencias encontraron paz, ni la luz
que combatieron fue oscurecida, ni
la palabra que los molestaba logró
ser acallada. Cuando pensaron reducir sus víctimas al silencio, la
sangre de ellos se alzó para hablar
con más elocuencia que todas las
palabras. Y de sus mismas muertes surgió inagotablemente fecundo, un manantial de vida.
"Por eso lloramos, pero no perdemos al que da la vida por sus
amigos.
"Hoy son nueve millones de amigos, nueve millones de chilenos los
que sienten renacer su hambre y
sed de justicia, su pasión por la
Homenaje al General René Schneider Chereau
Verdad, su anhelo y vocación de
Paz, su imperativo de fraterna
unidad y, sobre todo, su fe en la
convivencia democrática. Una nueva vida palpita en el Corazón de la
Patria, una conciencia se ha hecho
común y definitiva: el camino de
la justicia no pasa por la violencia.
"Y tal vez no lo veríamos con
tanta claridad. Y nuestra comunión de sentimientos e ideales no
sería tan firme y tan resuelta, sin
el testimonio de esa sangre que hoy
proclama, elocuente como nunca,
la fecundidad de una vida entregada a la Patria.
"El tiempo juzgará de la sinceridad de nuestras sentencias. Sabemos que nuestras emociones suelen ser fugaces y nuestros afectos
precarios. Pero en este momento,
al menos, cuando nos sobrecoge todavía la presencia corporal del
amigo y del mártir, sentimos que
73
su nobleza nos obliga y su testimonio nos compromete.
"Reunidos hoy en este templo,
donde la Patria ha orado en todos
los grandes momentos de su historia, no venimos sólo a llorar al padre, al amigo, al jefe, sino para
proclamar nuestra fe en los grandes valores que su sacrificio encarna. La Patria no ha muerto.
Llora emocionada con noble entereza ante un sepulcro que es también emblema de grandezas ciudadanas y mudo y elocuente testimonio de amor a las nobles tradiciones republicanas y democráticas de
Chile.
"General Schneider, noble soldado de Chile, Tu Dios y tu Patria
hoy te coronan con el laurel de la
inmortalidad que has ganado en la
más bella de todas las contiendas,
la de quienes dan su vida por el
bien de sus hermanos".
El Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Raúl Silva Henríquez, bendice los restos
en la Catedral.
Homenaje al General René Schneider Chereau
Autoridades presentes
En el sitio de honor estaban el
Presidente de la República, Eduardo Frei, quien tenía a su derecha al
Mandatario Electo, Salvador Allende. Los presidentes del Senado y de
la Cámara de Diputados, Tomás Pablo y Jorge Ibáñez, respectivamente, y el presidente de la Corte Suprema, Ramiro Méndez, estaban todos acompañados de sus respectivos
edecanes.
La nave central y las laterales estaban ocupadas por los representantes diplomáticos extranjeros de
todos los países acreditados en Chile. El Perú envió una delegación especial encabezada por el General de
División, Arnaldo Winkerlried Benner, Jefe del Estado Mayor General del Ejército y Comandante Ge-
75
neral del mismo, representando al
Ejército y las Fuerzas Armadas;
Gustavo Silva Aranda, Secretario
General de la Presidencia de la República, en representación del Gobierno peruano; el mayor Julio Velásquez, ayudante del general ya
mencionado.
Todas las misiones diplomáticas
estaban encabezadas por sus respectivos jefes a quienes acompañaban sus secretarios, ministros consejeros y los adictos.
Los restantes lugares eran ocupados por los jefes superiores de las
Fuerzas Armadas y de Carabineros, Círculo de Generales y Oficiales superiores en retiro y otras personalidades nacionales. Un costado
del sitial de honor fue destinado a
los familiares y amigos del general
Schneider.
76
MEMORIAL DEL EJERCITO
Oficio religioso
Instantes después de que llegó al
templo metropolitano el Presidente
Frei, el Cardenal-Arzobispo inició
el sagrado oficio de la misa con el
sobrio y severo ritual de la Iglesia
Católica que quiso de esta manera
asociarse al duelo que aflige al país.
Finalizada la misa, el Cardenal y
los concelebrantes rezaron los responsos hasta dejar la urna en el
atrio del templo, mientras las campanas de la Iglesia Catedral tañían
a muerte.
Además de las autoridades mencionadas, completaron el recinto de
de la Catedral prácticamente todos
los miembros del Senado y de la Cámara de Diputados; los Ministros
y Subsecretarios de Estado, los
cuerpos de generales del Ejército,
Fuerza Aérea y Carabineros; los
almirantes de la. Armada Nacional,
casi todos los miembros superiores
del Poder Judicial, el Cuerpo Diplomático en pleno, los ex candidatos
a la Presidencia de la República,
Jorge Alessandri y Radomiro Tomic; delegaciones de oficiales de las
instituciones de la Defensa Nacional y de Carabineros, de los cuadros
permanentes institucionales, cuerpo
de generales y almirantes en retiro,
regimientos y otras instituciones
simbólicas y prácticamente todos
los miembros del Ejército que no se
encontraban en las formaciones.
Además, se hallaba presente todo
tipo de instituciones, tales como la
Central Unica de Trabajadores, sindicatos, Defensa Civil, bomberos,
Cruz Roja, boys scouts y girls guides, y todo cuanto fuera represen-
78
MEMORIAL DEL EJERCITO
tativo de las diversas actividades
nacionales.
El cortejo
Terminada la misa, la urna cubierta por la bandera nacional fue
transportada hasta la cureña que
esperaba en la puerta de la Catedral, por el Presidente Frei, el Presidente Electo, Salvador Allende, el
Ministro de Defensa Nacional, Sergio Ossa; el Comandante en Jefe
del Ejército, General de División,
Carlos Prats; y los hijos del ilustre
militar. Al aparecer el cortejo fúnebre en el pórtico la Escuela de
Suboficiales presentó armas, mientras que su banda interpretaba la
marcha fúnebre.
Ahí se inició la lenta marcha que
demoró 45 minutos hasta el Cementerio General.
El cortejo fue encabezado por 45
estandartes con crespones negros
portados por sus abanderados y escoltas que formaron un escuadrón
de dos en fondo.
Después marchaban los capellanes
de las Fuerzas Armadas y Carabineros, encabezados por el Vicario
General Castrense, general monseñor Francisco Javier Gillmore, y,
tras ellos, encabezados por un oficial y tres alféreces de la Escuela
Militar, la cureña con la urna tirada por 28 alféreces militares, navales, de aviación y de carabineros.
"Tacora"
Más atrás, en una soledad impresionante y sujeto de la brida por su
palafrenero, marchaba el caballo
"Tacora", corcel del general Schneider hasta que tuvo el mando de
la II División del Ejército, y objeto
de su permanente atención.
"Tacora" iba enjaezado como para una Parada Militar, con sus remos enhuinchados en vendas blancas y sus crines adornados con motas cuyos colores conformaban el
tricolor nacional.
Familiares y Autoridades
Los Presidentes al salir de la Catedral.
A continuación marchaban familiares y deudos del extinto.
El bloque de las máximas autoridades fue encabezado por el Presidente Frei; el Mandatario Electo,
Salvador Allende, quienes tenían a
sus lados a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados,
Tomás Pablo y Jorge Ibáñez, respectivamente; presidente de la Cor-
Homenaje al General René Schneider Chereau
Al abandonar la Catedral.
79
80
MEMORIAL DEL EJERCITO
La cureña con los restos mortales del General René Schneider deja atrás la Catedral de
Santiago y avanza, en dirección al Cementerio General. El ataúd va cubierto por el
pabellón nacional, sobre el cual fue colocado el uniforme de gala del militar desaparecido.
El caballo "Tacora" sigue a pocos metros del que fuera su amo. Deudos, el Cuartel
General de la Comandancia en Jefe, los Presidentes Eduardo Frei y Salvador Allende;
los presidentes de ambas ramas del Parlamento y de la Corte Suprema, y el Ministro
de Defensa encabezan el largo cortejo. Una multitud acongojada participó en los imponentes
funerales.
te Suprema de Justicia, Ramiro
Méndez; el Ministro de Defensa
Nacional, Sergio Ossa y el Cardenal Arzobispo de Santiago, Raúl
Silva Henríquez. Junto a ellos integraron la larga columna los Ministros de Estado; los Comandantes
en Jefe del Ejército, Armada Nacional y General Director de Carabineros.
En seguida iban los escalones del
Cuerpo de Generales del Ejército;
C u e r p o Diplomático, integrado
prácticamente por todos los embajadores acreditados en nuestro país
y miembros de sus misiones; Cuerpo de Almirantes; Cuerpo de Generales de la Fuerza Aérea de Chile;
Cuerpo de Generales de Carabineros; Subsecretarios; senadores y diputados; Poder Judicial; otras autoridades, delegaciones de oficiales
en servicio activo de la Defensa
Nacional y Carabineros; Cuerpo de
Generales y Almirantes en Retiro,
Coroneles y Capitanes de Navio en
retiro; delegaciones del Cuadro
Permanente de la Defensa Nacional y Carabineros y otras innumerables instituciones.
ADIOS DE LAS FLORISTAS DE LAS PERGOLAS DEL MAPOCHO
EXPRESIONES DE DOLOR
Todos coinciden en expresar:
"EL ATENTADO CONTRA EL GENERAL SCHNEIDER MERECE EL REPUDIO DE
TODO EL PUEBLO. EL TERRORISMO NO SE ACEPTA EN CHILE"
MEMORIAL DEL EJERCITO
Ultimos honores militares
Todas las Unidades y Escuelas
del Ejército, brindaron sus últimos
honores a su Comandante en Jefe,
además de las Escuelas Matrices,
Militar, Naval, de Aviación y de Carabineros.
Los regimientos de fuera de la
zona central enviaron sus estandartes y los de Santiago y algunos de
Valparaíso y Aconcagua se encontraban formados al paso del cortejo.
Así, además de la Escuela de
Suboficiales que presentó armas
frente a la Catedral Metropolitana
88
formaron unidades completas en
las calles Puente, Avenida José María Caro, Puente Independencia,
Avenida Santa María y Avenida La
Paz, con sus estandartes enlutados
mientras las bandas interpretaban
la marcha fúnebre sucesivamente
al paso de la cureña que transportaban los futuros oficiales de las
Fuerzas Armadas y de Carabineros.
Presentaron armas los efectivos
de los Regimientos "Buin" y "Tacna" de Santiago; "Guardia Vieja",
de Los Andes; "Yungay", de San
Felipe; Blindado Nº 2 de Santiago;
de Ingenieros Ferrocarrileros de
Montaña de Puente Alto; los Batallones de Transporte e Intendencia,
de la capital; las Escuelas de Infantería, Telecomunicaciones, Paracaidistas y Fuerzas Especiales,
de Caballería y de Ingenieros, además de las Escuelas Naval, de
Aviación y de Carabineros.
En la plazoleta del Cementerio
formó en su contorno la Escuela
Militar.
Homenaje de un pueblo
El Diputado señor Mario Palestro integró el cortejo;
es acompañado por dos miembros de su partido.
Además de las formaciones militares y de un pueblo que, inclusive
colgando como racimos de árboles,
puertas, ventanas y cuanto lugar
podía sostener un cuerpo, diversas
instituciones cívicas formaron y esperaron el paso del cortejo en aquellos lugares donde la amplitud de la
calzada lo permitía. Los bomberos
lo hicieron en el sector de Mapocho
y lugares adyacentes y sus carros
extendieron sus escalas telescópicas
para formar arcos engalanados con
banderas chilenas, mientras dejaban oir el lastimero llanto de sus
sirenas al avanzar lo más representativo de un pueblo que lloraba a
'
Homenaje al General René Schneider Chereau
"su general" que ofrendó la vida
por la defensa de lo más preciado
que tienen los chilenos: su Constitución, su libertad y su democracia.
En el camposanto
A las 16. 40 horas el cortejo llegó
a Ja rotonda del Cementerio General, en la que en sentido circular
estaba formada la Escuela Militar
del general Bernardo O'Higgins,
cuya banda instrumental hizo oir
la marcha fúnebre.
La cureña donde iban los restos
del general Schneider fue instalada
frente a los portaestandartes de las
Escuelas Militar, Naval, de Aviación y de Carabineros, cuyos pabellones lucían enlutados con crespones negros.
En la rotonda esperaban al cortejo el Jefe de las Fuerzas, general
91
Enrique Garín Cea, autoridades políticas y civiles y los representantes
de los Regimientos Simbólicos de
las Fuerzas Armadas. También esperaban los senadores radicales Alberto Baltra, Humberto Aguirre
Doolan, Américq Acuña y Anselmo
Sule, y el socialista Aniceto Rodríguez, además del Vicepresidente del
Partido Demócrata Cristiano, Jaime Castillo Velasco.
Luego de la llagada del cortejo,
un oficial del Ejército anunció que
harían uso de la palabra el Ministro de Defensa, Sergio Ossa Pretot,
a nombre del Gobierno; el presidente del Senado, Tomás Pablo Elorza,
a nombre de esa Corporación; el
presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Ibáñez, en representación de ella; el Comandante en Jefe Suplente del Ejército, general de
división, Carlos Prats, a nombre del
Homenaje al General René Schneider Chereau
93
La cureña del Ejército, con guardia de honor, llevó los restos mortales del General René
Schneider. Sobre el ataúd que envolvía la bandera de Chile, se veía, en forma dramática,
el uniforme de gala del soldado asesinado. Después de los familiares, marchó el caballo
del General, fiel amigo de toda la vida. Encabezando el cortejo, estaban el Presidente
en ejercicio, Eduardo Frei y el Presidente electo, Salvador Allende, junto al Presidente
del Senado Tomás Pablo y el Presidente de la Cámara Jorge Ibáñez, el Presidente de
la Corte Suprema, Ramiro Méndez Brañas y el Cardenal Silva Henríquez y el Ministro
de Defensa Sergio Ossa Pretot. El cortejo, así encabezado, cubrió cuadras y cuadras, y
se demoró casi 45 minutos desde el comienzo hasta el fin. Miles de personas, cubrieron
todo el recorrido, ubicándose en edificios, balcones y árboles.
Ejército y de las Fuerzas Armadas
y Carabineros, y el general (R)
Jorge Rodríguez Anguita, en nombre de los compañeros de curso del
general Schneider, de la Promoción
1932.
Los oradores emplearon 45 minutos. A las 17. 30 horas la columna
fúnebre enfiló hacia el interior del
camposanto, a los sones de la marcha tradicional "Yo tenía un camarada", mientras las campanas de
la torre central tañían solemnemente a difunto.
El cortejo se detuvo frente al
Panteón de los Jefes y Oficiales del
Ejército, donde numerosos capellanes, representando a las instituciones armadas, Carabineros e Investigaciones, rezaron los responsos finales, a través de la voz del Vicario
General Castrense, Monseñor Francisco Javier Gillmore.
Monseñor Gillmore dijo: "Señor,
escucha nuestra oración. Oramos
porque Dios reciba en sus brazos
a nuestro hermano difunto. Abandonamos en tus brazos misericor-
Jefes del Ejército al llegar al Cementerio General.
Mando Superior de la Armada, Fuerza Aérea y Carabineros de Chile.
EN EL CEMENTERIO
Homenaje al General René Schneider Chereau
diosos a nuestro hermano René. Tú
que siempre escuchas las oraciones
de Tu Iglesia, haz que todos volvamos a reunimos en la paz de Tu
Reino".
En seguida fue descubierto el
ataúd del pabellón nacional, el cual
fue cuidadosamente doblado para
ser entregado más tarde a la viuda
del general Schneider. Sus hijos y
los generales tomaron la urna, entrando al panteón del Ejército,
mientras el corneta de la institución tocaba a silencio.
El cuerpo del Comandante en Jefe del Ejército fue depositado en el
nicho Nº 70 entre el "Sargento Mayor (campaña del 79) Dr. Rómulo
Larrañaga Carrera" y el "Coronel
Pablo Marchant F., Comandante
del Regimiento Arica, 4º de Línea".
97
Al retirarse del lugar el Presidente de la República, Eduardo
Frei Montalva, y el Presidente Electo Salvador Allende así como el resto de las autoridades, procedieron
a expresar su pésame a los hijos del
general y a sus familiares más cercanos.
A las 17. 45 horas se retiraron del
camposanto Frei y Allende, separándose en la puerta del panteón,
por primera vez desde su ingreso
a la Catedral de SantiagoEn los alrededores del mausoleo
de la institución miles de personas
permanecieron durante toda la ceremonia fúnebre tras los cordones
policiales, los cuales saltaron posteriormente para acercarse a dar su
despedida al Comandante en Jefe
del Ejército.
98
MEMORIAL DEL EJERCITO
"DESCANSA
EN
PAZ"
Palabras pronunciadas por
el Ministro de Defensa Nacional en el Cementerio
General.
26 DE OCTUBRE DE 1970.
Ministro de Defensa Nacional Sergio Ossa
Pretot, habla en representación del
Gobierno.
E
N nombre de S. E. el Presidente de la República y de
su Gobierno, debo cumplir
con la dura misión de despedir, en
este dramático instante, los restos
del General Sr. René Schneider
Chereau, Comandante en Jefe del
Ejército de Chile.
Su trayectoria en el más alto
cargo de su Institución, aunque
breve, ha quedado indeleblemente
grabada en su historia. Con gran
visión, sin escatimar esfuerzos ni
desvelos, fue señalando metas y
caminos claros, hasta transformarse en un luchador incansable por
el destino de ella.
Cada uno de los días transcurridos en el ejercicio de su mando
están llenos de su talento y vitalidad.
Recto, justo, severo y decidido,
fue ganando el respeto y la admiración de todos.
En medio de una sociedad convulsionada, no pocas veces por la
violencia o el temor, se alza su
figura de hombre verdadero, que
no titubeó en entregar su capacidad e inteligencia al noble servicio de la comunidad.
Nunca una precipitación; parecía meditar en lo profundo de su
conciencia cada una de sus decisiones. Sentía la inmensa responsabilidad que tenía y la supo cumplir
en cada instante.
100
MEMORIAL DEL EJERCITO
Su fuerza interior, y su acendrado concepto del respeto a la
dignidad del hombre, se tradujeron
en actitudes que emanaban de su
afán de buscar siempre la verdad.
Ni el odio ni la violencia tuvieron cabida en su espíritu; por
eso mismo resulta inexplicable su
muerte.
Amó la paz y luchó por ella. Quiso siempre para Chile lo mejor.
Respetó sus Instituciones y las
sirvió con lealtad inquebrantable.
Juró respeto a la Constitución y
a la Ley. Jamás se apartó de ellas.
Delicado y fino hasta el extremo, pareciera haber querido conservar sus últimas energías para
no ensombrecer ni siquiera con su
muerte un proceso de trascendencia para Chile.
Muere al cumplir exactamente
un año en su cargo.
Cuando la República se vio amenazada y vivió horas graves para
su régimen institucional, respondió, sin dudar un instante, al llamado que le hiciera el Presidente
Frei para que asumiera el mando
del Ejército. El Presidente llamó
a su amigo, porque sabía que en
él encontraría la respuesta de un
hombre cabal, que no descansaría
hasta restablecer la confianza y la
tranquilidad que Chile reclamaba.
Por instrucciones expresas del
Presidente de la República, y después de los acontecimientos ocurridos, consideramos necesario recorrer, una por una, todas las Guarniciones de Chile. Allí pude escuchar y participar en el diálogo que
abrió el Comandante en Jefe con
Oficiales y Clases, para entregarles
una doctrina y una orientación,
que hiciera inconmovible la línea
de conducta de nuestro Ejército.
Y pude apreciar cómo sus pala-
bras, sus ideas tan claras, orientaban y afirmaban el espíritu de
la Institución.
Cumplo con el encargo expreso
del Presidente de la República, al
señalar en esta hora, la colaboración leal e inestimable que el General Schneider le prestó en todo
momento, en la tarea ineludible de
un Gobernante de conducir a su
país por los cauces de la democracia.
El General Schneider fue mucho más que un militar de sobresalientes condiciones personales y
de brillante carrera profesional.
Por su vida y por su muerte,
es un símbolo de lo mejor y lo
más puro que un hombre puede
entregar a la Institución a la que
consagra su existencia; a las Fuerzas Armadas, por cuyo progreso
no escatimó esfuerzos; y a su
Patria, por la que llega al sacrificio de su propia vida.
Porque así era el General Schneider: de fuerte y definida personalidad, sencillo en su conducta y
parco en su juicio. De convicciones
sólidas y profundas, de exquisita
cultura, reflejaba en sus actos su
espíritu superior.
Parece que Dios cuando quiere
escoger una víctima en un hombre de su pueblo escogiera al hombre de corazón más puro. Para el
Ejército de Chile este sacrificio
de Schneider es un símbolo, porque difícilmente una Institución
pudiera estar mejor retratada que
en este hombre y en este General.
Con su muerte han pretendido
destruir ese símbolo, olvidando que
la muerte respeta y deja vivo lo
que una existencia como la del
General ISchneider ha tenido de
noble y verdadero. Esto jamás podrá ser destruido.
Homenaje al General Rene Schneider Chereau
El sacrificio de su vida deberá
constituirse en un cerco infranqueable, para que en Chile jamás
pueda volver a suceder un hecho
tan atroz y afrentoso.
Este es el ruego que brota del
corazón de todos los chilenos.
En la historia de estos últimos
años no podrá jamás olvidarse el
ejemplo dado por el militar de
selección que ofrendó su vida,
mártir de la democracia y de su
devoción a los principios institucionales.
Excúsenme si agrego a estas
palabras un testimonio personal.
Raras veces ocurre en la vida
que, entre hombres venidos de actividades distintas, nazca, en apenas un año de tarea común, una
amistad tan profunda como sincera.
Hicimos muchas jornadas juntos; lo conocí en su nobleza de
hombre, de soldado, de esposo y
de padre.
Compartimos inquietudes y también alegrías. Nada fue oculto entre nosotros.
Su alma transparente, siempre
luminosa, era como acercarse a
una fuente inagotable de los más
puros valores.
Lo digo con honor y con orgullo: Rene Schneider, General de la
101
República y Comandante en Jefe
del Ejército de Chile, era mi amigo; me dio su ejemplo de vida,
rectitud, solidez y fortaleza.
Fundó su casa sobre roca; nada
de lo que hizo en su existencia tan
plena puede, por lo tanto, ser removido.
Llegue a las Instituciones Armadas y en especial al Ejército, la
expresión de dolor del Presidente
Freí y de su Gobierno, que expresa el dolor de Chile.
A la compañera de su vida, a
sus hijos y familiares, nuestros
sentimientos de pesar.
Pedimos al Dios del Universo
que mitigue para ellos esta dura
prueba y les permita levantar los
ojos a lo Alto, allí donde está el
General Schneider, para seguir su
ejemplo que vivifica.
"Las almas de los justos están
en las manos de Dios. Parecen haber muerto y su partida es reputada por desdicha".
"No nos aflijamos como los demás que carecen de esperanza.
Dios tomará consigo a los que se
durmieron en él".
(Libro de la Sabiduría. Cap. 3vers. 1-3. 1* Epístola de San Pablo a los Tesalonicenses. Cap. 4
vers. 13).
El Comandante en Jefe del Ejército, Suplente, General de División Carlos Prats
G., despide los restos del General Schneider en el Cementerio General.
Despedida al Comandante
en Jefe del Ejército General Don René Schneider
Chereau (Q. E. P. D. ) por
el General de División
Carlos Prats González,
Comandante en Jefe del
Ejército, Suplente.
E corresponde el doloroso
deber de despedir, en representación del Ejército
de Chile, los restos mortales del
gran hombre que, hasta el día de
ayer, fuera nuestro Comandante en
Jefe.
Pero, también se me ha asignado el alto honor de expresar el
sentimiento de pesar que conmueve a la Armada Nacional, a la
Fuerza Aérea de Chile, a Carabineros de Chile y a todas las organizaciones del personal en retiro
de las cuatro Instituciones uniformadas del país.
He aquí el primer fruto del
holocausto de un soldado integérrimo. Un impulso espontáneo,
recíproco y vigoroso ha consolidado —súbita e indestructiblemente— la cohesión de las Fuerzas
Armadas y de Orden de la República, en este momento histórico,
en que Chile enfrenta una encrucijada de su destino que lo obliga
a optar sólo entre dos alternativas dinámicas para la realización
nacional; la de la violencia trastrocadora o la del sacrificio solidario.
Ante el alevoso asesinato del
Comandante en Jefe del Ejército
de Chile, que ha estremecido al
país entero, los chilenos se han
arrodillado contritos, para elevar
sus plegarias al cielo, en un anhelo
supremo de que vuelva la cordura a
los espíritus y de que impere la concordia ciudadana, para que no
desintegremos la comunidad nacional y marchemos adelante en
genuina democracia, optando por
la ruta constructiva del sacrificio
solidario.
El General de Ejército Dn.
René Schneider Chereau, nacido
en Concepción hace 57 años, tuvo
una carrera militar brillante y
ejemplar.
Homenaje al General René Schneider Chereau
Egresó de la Escuela Militar a
fines de 1932 con parches rojos de
Infantería y, como oficial subalterno, sirvió en los Regimientos
Buin, Esmeralda y Maipo, así como en la Escuela de Infantería y
en la Escuela Militar.
Se graduó de Oficial de Estado
Mayor a fines de 1949 y su nombre quedó inscrito en el Cuadro de
Honor de la Academia de Guerra.
Ya en la categoría de Jefe, se
desempeñó como Profesor de Táctica en ese Alto Instituto durante
varios años y realizó una brillante labor de mando como Comandante del Regimiento "Guardia
Vieja".
Como Oficial Superior, fue
Agregado Militar a la Embajada
de Chile en Paraguay; Secretario
General del Comandante en Jefe
del Ejército; Director de la Escuela Militar, y Director de Operaciones del Estado Mayor General del Ejército.
Ascendió a General de Brigada
en 1968 y comandó la II. D. E. con
asiento en ¡Santiago y la V. D. E.
con asiento en Punta Arenas.
Hace justamente un año fue
designado Comandante en Jefe
del Ejército en circunstancias extremadamente difíciles de la vida
de la Institución y, desde ese mismo instante se entregó por entero
a la abrumadora tarea que se impuso, de cohesionarla, reafirmar
su disciplina y formar sólida conciencia doctrinaria del papel trascendental que compete a una Institución Armada en el libre juego
de una democracia.
Gracias a su hombría de bien,
a su moralidad ejemplar, a su
auténtica sobriedad, a su buen juicio y a la solidez de su cultura personal y preparación profesional,
103
resultó triunfador en la ardua empresa, afrontando con dignidad y
altivez muchos ataques e incomprensiones.
El ascendiente de mando y el
merecido prestigio que conquistó
entre sus subalternos fueron piezas claves para garantizar el respeto a la Constitución Política del
Estado en las difíciles alternativas del proceso electoral; pero, a
la vez, esos mismos atributos le
condujeron fatalmente a la inmolación de su vida. El jueves 22 3e
este mes, 48 horas antes de que se
completara el ciclo Constitucional
de la elección de un nuevo Gobierno, fue acribillado a balazos, en
los momentos en que —como de
costumbre— se dirigía muy temprano a su gabinete de trabajo.
Su fortaleza física mantenida por
su vida austera, la resuelta acción
del conductor militar de su vehículo unida a la reconfortante abnegación y eficiencia de los cirujanos militares, le permitió sobrevivir, aunque en estado agónico.
Sin embargo, pese a su estado
fisiológico de inconciencia en la
Sala de Recuperación del Hospital Militar, su espíritu superior
permaneció vigilante y orientador,
para que sus subalternos —sobreponiéndonos a la indignación y al
dolor— nos mantuviéramos serenos e imperturbables en la línea
doctrinaria que él, con tanta firmeza y convicción, preconizó en todas las guarniciones del país.
Y ese espíritu del pundonoroso
soldado sólo descansó después de
haber sentido la certeza de que el
Congreso Pleno había cerrado el
ciclo electoral.
La muerte trágica del General
Schneider —casi al cumplir 40
años de servicios en el Ejército—
104
MEMORIAL DEL EJERCITO
ha consternado a las Fuerzas Armadas, a Carabineros de Chile y
al personal en retiro, y nuestra
indignación —ante un crimen tan
vejatorio para Instituciones que
son el cimiento de la República—
sólo podrá calmarse cuando los
culpables reciban el castigo ejemplarizador que se merecen.
El General Schneider es un héroe de la paz social y un mártir
de nuestra democracia. Tan legítima calificación justifica plenamente que el pueblo de Chile, honre eternamente su memoria e ins-
criba su nombre con rasgos indelebles en las páginas de nuestra
historia patria contemporánea.
Expresamos a su distinguida y
atribulada familia nuestras condolencias más sentidas; y, al noble
conductor que perdimos, les hacemos llegar esta oración:
¡ Mi General, desde su eterno
descanso, siga iluminándonos e
inspirándonos, para el más puro
cumplimiento de nuestros deberes
militares!
¡Querido amigo René, descansa
en paz!
"Ejemplo para el País
y sus compañeros
de Armas"
DISCURSO DEL PRESIDENTE
DEL SENADO DON TOMAS
PABLO ELORZA
Señores:
Un viento, que no era de angustia como el que hoy recorre la patria de desierto a hielo, de litoral
a cordillera, infló de esperanzas
los albos velámenes de barcos que
trajeron a nuestros océanos australes a heroicos navegantes que,
hace ya muchos años, abrieron la
flor de Chile, la "Finis Terrae"
hecha de nieve y tempestad, de sol
y de mares ilimitados, más tarde
también de libertades no conculcadas.
Presidente del Senado señor Tomás
Pablo Elorza.
Homenaje al General René Schneider Chereau
Así fue Chile, así es Chile, así
será Chile.
Tierra intrépida, amasijo de
culturas, atalaya del hombre libre,
recodo de tantos caminos, país de
rincones donde descansan esfuerzos y anhelos; Chile, más allá de
su territorio geográfico y del denso puñado de seres que lo habitan,
constituye una nación en marcha,
una república en forma, una patria con perfil definido que se dibuja en el trazo firme de la ley,
de la institucionalidad democrática.
Sí, señores, dentro del contexto
latinoamericano, somos distintos y
somos distantes. Diferentes, porque constituimos una raza homogénea en lo étnico-cultural, y lejanos, porque practicamos, desde
hace un siglo largamente sobrepasado, una democracia sin dobleces,
sin penumbras, a plena luz, donde
el pueblo, todo el pueblo, es actor
de su destino y sujeto de su historia.
Independientes y libres, el orden
jurídico y la devoción irrestricta a
la ley han posibilitado que, por
esa vía, procuremos con denuedo
alcanzar el más ancho desarrollo
colectivo, dentro de una provechosa convivencia democrática.
Ello, ciertamente, nos ha exhibido en América como un país de
rara continuidad legal, donde las
más profundas reformas sociales,
políticas y económicas se buscan y
se materializan en un clima positivo de comprensión y de serenidad. Ha habido y hay respeto entre discrepantes y, por eso, la persecución y la venganza políticas
sólo exhibían, hasta ayer, dos
nombres tan trágicos como enaltecidos por la historia: los de Ma-
105
Rodríguez y Diego Portales,
asesinados por móviles políticos, lo
que hace más repugnante la tragedia que hoy lamentamos.
Como dijera un connotado historiador nuestro "los esfuerzos del
egoísmo por detener el curso de
las legítimas transformaciones y
los del odio por empujarles por la
pendiente de la violencia, se han
estrellado frente a un muro inconmovible. Se ha caminado más
rápidamente de lo que creen los
demagogos y de lo que desean los
retrógrados".
Tal ha sido nuestro desenvolvimiento histórico, y tal lo será en
el futuro, porque, para ser libres,
sabemos que es preciso ser respetuosos de la ley, de la Carta Fundamental, del Estado de Derecho.
Y esa ley, esa Carta Fundamental y ese Estado de Derecho, tan
consubstanciales al alma del chileno, no sólo se los defiende con el
pleno y periódico ejercicio de las
potestades y deberes democráticos,
sino que, cuando se los pretende
aherrojar, se alza la espada para
proteger su plena y legítima vigencia.
De esta manera, contrariamente
a lo que ocurre en otros países, la
soberanía nacional, representada
en el Parlamento que libremente
legisla y fiscaliza, está amparada
por los cuerpos armados, custodios sin impaciencias de nuestro
sistema democrático de gobierno.
Por defender esta tradición tan
limpia y tan honrosa, por ser consecuente con una doctrina hecha
carne en los Institutos Armados,
por practicarla en su ejemplar vida cívica y profesional y por exponerla públicamente, sin asomo
de duda, en horas muy difíciles
106
MEMORIAL DEL EJERCITO
para la patria, el General don René Schneider ha caído abatido por
quienes, en insania repudiable, intentaron que este militar irreprochable, cuya muerte hoy todos deploramos, pusiese su espada inmaculada al servicio de la subversión, de la quiebra del régimen democrático, del desconocimiento de
la autoridad del Congreso y de la
abrogación de la norma constitucional. Ignoraban lo que en él era
precepto irrenunciable de su sólida formación castrense, pasión señera de su alma de soldado: los
militares, en Chile, están al servicio de la ley, cualesquiera que sean
las circunstancias que viva la república, porque sólo de ella pueden derivar el progreso y el bienestar para la comunidad nacional,
sea ella regida por el signo político que fuere.
Dentro de los inflexibles marcos de esta superior escuela de patriotismo, a la que fue fiel con su
personal sacrificio, el General don
René Schneider, Comandante en
Jefe del Ejército de Chile, observó
una conducta que es ejemplo para
el país y para sus colegas de armas. Por ello, hoy, el pueblo todo,
sin distinciones ni ausencias, le
rinde el justiciero tributo que
acompaña a quienes, por un principio y por un ideal, no vacilan en
arriesgar sus propias vidas, seguros de que, al hacerlo, fueron consecuentes consigo mismos, pero
también lo fueron con una dimensión humana que es paradigma
para sus conciudadanos de este
tiempo y de todos los tiempos que
vendrán.
Con su vida, con su sobresaliente vida de militar y chileno eminente, el General Schneider, que
incorpora su nombre a las glorias
del Ejército, ha sellado un destino
ya histórico para nuestras Fuerzas
Armadas; en defensa de la Constitución y de la ley, y no en su atropello, como sucede en otras latitudes, se debe arriesgar la existencia, a fin de que esa Constitución y esa ley sean, para el pueblo, cimientos muy firmes de su
libertad, de su poder de decisión
y de su avance irreversible.
Por eso, porque así lo ha comprendido la ciudadanía toda, sin
distinciones ideológicas, el General
Schneider ha recibido el homenaje
colectivo, expresado con un dolor
que no se oculta y con una admiración que no se soslaya.
Hombre de armas por inabdicable ímpetu vocacional, en cuya trayectoria brillante conquistó todos
los ascensos hasta culminar con el
Generalato en Jefe del Ejército,
don René Schneider era, además,
un humanista, un ser de fina y
alerta sensibilidad, que, cuando el
tiempo se lo permitía, avecindaba
su espíritu junto al campo de la
plástica, de la música, del pensamiento, de la literatura. Fue pintor ocasional y, asimismo, lector
impenitente, de modo que las inquietudes contemporáneas no le
fueron ajenas, porque creía con
Ortega y Gasset en aquello del
"hombre y sus circunstancias". De
esta manera, atrájole con pasión,
la nueva novelística latinoamericana, y las obras de Cortázar, Vargas Llosa o García Márquez no
eran extranjeras en su territorio
espiritual, como tampoco lo fueron
las de nuestros escritores o ensayistas. Todo ello vivía y convivía
en el trasiego de su alma de soldado, que supo y pudo ir más allá.
Homenaje al General René Schneider Chereau
Y tanto, que hoy, prematuramente,
debe estar junto a las de aquellos
que el Creador, por sus existencias
tan noblemente vividas, les ha
otorgado el premio de una paz y
de una felicidad que no tendrán
término.
Señores:
En nombre del Senado de la República, donde el pueblo logra su
auténtica representación pluralista, donde nace el precepto jurídico, donde la opinión pública dispone de su más alta tribuna y donde
la democracia liga su vida misma
a su normal subsistencia, rindo
nuestro más sentido y emocionado
homenaje a la memoria del General don René Schneider Chereau,
107
un soldado ilustre, que lo fue de
armas, pero también lo fue de la
Constitución y de la ley, cuya vida ejemplar y cuya muerte constituyen un compromiso solemne y
un mandato irrevocable para las
Fuerzas Armadas de Chile, como
defensoras insobornables de la libertad, del derecho y de la democracia.
A su esposa vayan nuestros sentimientos de hondo pesar, y a sus
hijos, que se inician en el áspero
camino de vivir con dignidad, el
ejemplo de su progenitor, que debe fortalecerlos en sus anhelos y
esperanzas.
He dicho.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CAMARA
DE DIPUTADOS DON JORGE IBAÑEZ
VERGARA
Discurso del Presidente de la
Cámara de Diputados señor Jorge
Ibáñez Vergara.
Excmo. señor Presidente de la
República.
Señor Presidente Electo.
Sra. Elisa Arce viuda de Schneider.
Señor Ministro de Defensa Nacional.
Señor Comandante en Jefe del
Ejército.
Señores Comandantes en Jefe de
la Armada y la Fuerza Aérea.
Señor Presidente del Senado.
Señores:
L
OS hechos son más tajantes
que las palabras. La realidad
es más patética que una frase. Por eso, parque estos hechos y
esta realidad nos superan, mis palabras serán muy pocas, apenas tal
108
MEMORIAL DEL EJERCITO
vez las necesarias, las estrictamen- Schneider nos iluminará y nos perte justas para testimoniar mi do- mitirá estar más unidos. Y de la
lor personal y el de la Cámara de interrogante surge una decisión,
Diputados de Chile ante el desapa- yo diría nacional, masiva, popular:
recimiento del señor Comandante el martirio de este ilustre General,
en Jefe del Ejército, General don de este hombre firme y bondadoso,
René Schneider Chereau.
de férrea voluntad y sensibilidad
La muerte de este noble militar abierta, ese General querido y reschileno revive para el país otros petado por sus compañeros de armomentos dramáticos de su histo- mas, querido y respetado por el
ria, en que hombres como él sacri- pueblo, nos lleva a aquella decisión.
ficaron sus vidas en defensa de los Lucharemos con todas nuestras
intereses y los valores supremos de fuerzas, con toda nuestra voluntad
la nacionalidad. Tiende también so- y todas nuestras capacidades, para
bre nosotros una interrogante y que cristalicen los valores conforuna decisión. La primera se refiere me a los cuales vivió y soñó el Gea las raíces de ese crimen delezna- neral caído. Que ellos adquieran
ble. Quienes segaron su vida re- una proyección colectiva. Haremos
presentaron en su acción la grave que su memoria permanezca viva
enfermedad que corroe la mente y en el corazón de los chilenos, como
la moral de algunos sectores mino- símbolo de unión nacional, como
ritarios del país. Su invalidez espi- expresión de respeto cívico, de caritual, su ceguera, les empujó a lidad humana, integridad profesiodestruir lo más puro e inmaculado, nal y dignidad social. Al asesinartodo aquello que encarnaba y en- lo, los criminales han hecho nacer
carna el General Schneider. Al des- a un General SGhneider más fuerte, más alto, más presente, más intruirlo, se buscó mutilar ciertos
valores permanentes de la Patria, destructible: el que todo un pueblo
ciertos rasgos que nos distinguen lleva adentro.
y que son, precisamente, los que
que recordar el sereno lepermiten el constante perfecciona- maHabría
que
lucía
escudo de armiento en la vida de nuestros con- mas don Pedroen desu Valdivia:
ciudadanos y de nuestras Institu- MUERTE MENOS TEMIDA, "LA
DA
ciones. Cabría interrogarse acerca
VIDA".
del sentido que daremos los chile- MAS
A usted, señor General don Renos a este dolor profundo; pregunSchneider Chereau, que no tetarse en torno a cómo orientare- né
mió
la muerte, le corresponde,
mos nuestra pena y nuestra indig- ahoraa que
su vida nos pertenece a
nación; plantearse si el sacrificio todos, juzgar
si somos dignos de su
heroico del General don René ejemplo.
Dio su vida
en defensa de
principios
institucionales"
Discurso
del General (R)
Jorge Rodríguez A.
General de Brigada (R) Jorge Rodríguez
Anguita, despide en nombre de los compañeros del Curso Militar 1932 al señor
General Schneider.
E
N nombre de la promoción
del curso militar de 1932
habló el General (R) Jorge Rodríguez Anguita.
Manifestó:
"No repuestos aún del terrible
impacto que ha producido en todos
los ámbitos de la ciudadanía chilena y solidaridad intercontinental el trágico fallecimiento de
nuestro querido e inolvidable compañero de curso, General de Ejército René Schneider Chereau, llegamos hasta este Campo Santo,
junto a todo Chile, en penosa peregrinación, los integrantes de la
promoción del Curso Militar del
año 1932, profundamente conmovidos ante la tragedia, ante la
muerte cruel, ante la injusticia
que significa el segamiento de una
vida que tenía derecho a continuarse más que ninguna otra, a
fin de seguir iluminando con las
luces de su privilegiada capacidad
y eficiencia profesional, ponderación y criterio, la marcha institucional en el cumplimiento de las
misiones fundamentales que la
Constitución consagra al Ejército
como uno de los integrantes de las
Fuerzas Armadas.
Distinguidas autoridades, señoras y señores:
110
MEMORIAL DEL EJERCITO
Los hombres que desde la iniciación de sus vidas y vocaciones
profesionales están llamados sabiamente por el destino a convertirse en conductores indiscutibles
de las profesiones que abrazaron
desde la adolescencia, van demostrando en cada una de las etapas
de sus vidas, condiciones extraordinarias que los van ubicando paulatinamente en esperanzas en su
juventud, rendimiento y eficiencia
en la madurez y en realización
ejemplar, cuando en virtud de los
méritos exhibidos, llegan a los
puestos de más responsabilidad de
sus Instituciones. La verdad que
afirmamos representa la vida militar del compañero de curso, General René Schneider, que hoy tengo en su representación, el penoso
deber de despedir en este Campo
Santo.
Empezamos a conocerlo en el
año 1930, cuando adolescente aún,
traspasara los muros del viejo alcázar de Blanco Encalada para
abrazar la carrera de su preferencia y de sus amores juveniles.
Poco a poco y en el inmutable
correr del tiempo que significa el
paso por todas las jerarquías de la
carrera fuimos siendo testigos de
su vocación profesional tan pura,
de su indiscutida capacidad y eficiencia, de su agradable, franco y
fraternal modo de ser y actuar,
atributos todos que le fueron destacando como cadete, alférez, oficial y Jefe de selección y que le
permitieron con toda propiedad
alcanzar el más alto grado del Escalafón de Oficiales y que la Institución reserva para sus jefes de
más reconocida capacidad. Por
razones de carrera, tuve el honor
inmenso, a través de una vida profesional muy ligada, conocer ínti-
mamente a René Schneider, apreciar sus virtudes profesionales,
admirar y respetar su profunda
calidad humana, que desbordó generosa y permanente en todos los
actos de su vida.
Es por eso que al hablar en el
triste momento de su despedida,
ante los restos mortales del querido compañero inmolado en un
alevoso crimen que todo el país y
el mundo condenan como incalificable, séame permitido realzar algunos aspectos de su ejemplar vida
profesional, que lo señalan como
un símbolo institucional, como un
héroe de paz de Chile, como figura señera que iluminará permanentemente el camino a seguir por
las generaciones de oficiales de
hoy y futuras. Recordamos en estos momentos con especial emoción:
—Al profesor de la Academia
de Guerra, durante tantos años y
donde la clarividencia de sus privilegiadas condiciones profesionales y humanas contribuyeron tangiblemente a la formación del
mando medio y superior que hoy
rige los destinos de la Institución.
—Al Director de la Escuela Militar, Instituto en el cual, al igual
que en la Academia de Guerra,
contribuyera con las luces de su
experiencia, a la formación de los
futuros oficiales del Ejército de
Chile.
—Al General de Brigada de destacada actuación en los comandos
de la II y V. D. E. y Consejos de
generales, donde diera a conocer
más que nada su relevante personalidad, ponderado criterio, comprensión profunda de los altos y
delicados problemas de la Defensa
Nacional y de la conducción particular de la Institución.
Homenaje al General René Schneider Chereau
—Al Comandante en Jefe del
Ejército, alta jerarquía y puesto
en el que demostró con la capacidad que el país entero reconoce su
fortaleza de carácter y condiciones
de mando.
—Al compañero ejemplar que
sin ostentación alguna hizo el bien
y derramó en forma generosa su
comprensión y afecto.
—Al padre y esposo ejemplar,
en cuyo hogar junto a Elisa e
hijos se ha alzado siempre un santuario de paz, cariño y unión familiar.
Señores:
Esta vida tan fructífera en calidad humana, que tenía todo el
derecho a continuar proyectándose
para bien del Ejército y de Chile,
ha sido alevosamente inmolada por
causas de odios que representan
justamente la antítesis de los sentimientos de paz, comprensión y
convivencia fraternal del compañero caído. Es por eso que en los momentos en que René Schneider con
su sacrificio pasa los umbrales de
la inmortalidad como un genuino
héroe de paz del Ejército de Chile,
envuelto en los pliegues de la bandera de la Patria, de esa bandera
que nuestro dilecto compañero amó
sobre todas las cosas en su santa
devoción a Chile y a su Institución, la promoción del Curso Militar del año 1932, rinde su póstumo
y merecido homenaje de admiración, respeto y comprensión al
compañero caído, el que en un gesto de sublime patriotismo ofrendó
su preciosa y necesaria vida en
defensa de los más caros y sanos
principios institucionales, cual es
el "cumplimiento estricto de los
deberes que señala a las Fuerzas
Armadas la Constitución de la República".
111
Con especial afecto y emoción,
hacemos llegar a Elisa, la digna
compañera de su vida, sus hijos y
familiares y a todos nuestros compañeros en servicio activo, las expresiones de nuestro sincero pesar
y dolor ante la irreparable pérdida del esposo y padre ejemplar y
del Comandante Institucional tan
respetado.
Querido compañero René: Al
despedir tus restos nos queda solamente rogar al Supremo Hacedor que la inmolación de tu fructífera vida sirva para unir a todos
los chilenos en un sentimiento permanente de comprensión y paz,
pensamiento que fueron siempre
tu Norte y el más caro de tus
anhelos.
Querido compañero de curso,
General de Ejército René Schneider Chereau, descansa en paz".
MISA EN ESPAÑA
MADRID, 29 (EFE). —En memoria del General René Schneider,
Comandante en Jefe que fue del
Ejército chileno, fue oficiada esta
mañana, en la iglesia parroquial
del Santo Cristo de la Salud, una
misa funeral, que había sido organizada por la Embajada de Chile
en Madrid.
Terminada la misa, los asistentes reiteraron al Embajador Sepúlveda Garcés las más sinceras
condolencias por la muerte del
General Schneider, muerto en las
primeras horas del pasado día 25
a consecuencias de las graves heridas sufridas en el atentado de
que fue objeto por un grupo de
terroristas el día 22 del actual.
EJERCITO DE CHILE
COMANDO EN JEFE
ORDENES DEL COMANDO EN JEFE
Saludo
Com. Jefe Ejto. A. G. Nº 405-17/204. —Santiago, 27. X. 1970.
Visto lo dispuesto en el Decreto Supremo (R) S, 1 Nº 253 de 26. X
1970, con esta fecha asumo el Mando en Jefe del Ejército, en propiedad.
En este momento tan trascendental, junto con saludar en forma muy
especial a cada uno de los componentes de la Institución, les expreso muy
sentidamente, que tengo la convicción más absoluta de que —en la más
estrecha cohesión institucional— todos sabrán continuar, como un justo
homenaje a la memoria de mi antecesor, cumpliendo con abnegación y
alto sentido profesional los deberes y obligaciones que han contraído, tanto con el Ejército como con la Patria.
Carlos Prats González, General de Ejército, Comandante en Jefe.
S. 2. Nº 12112. —Santiago, 29. X. 1970—Publíquese en el Boletín
Oficial del Ejto.
Anótese. — Por el Ministro. — Carlos Gardeweg C, Subsecretario de
Guerra.
Boletín Oficial Nº 44, de 2 de noviembre de 1970.
REPUBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
Publicación Oficial.
LEGISLATURA 311ª, EXTRAORDINARIA.
Sesión 17ª, en martes 27 de octubre de 1970.
Especial.
PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES TOMAS PABLO ELORZA, PRESIDENTE,
Y ALEJANDRO NOEMI HUERTA, VICEPRESIDENTE.
SECRETARIO, EL SEÑOR PELAGIO FIGUEROA TORO.
ORDEN DEL DIA:
Homenaje a la memoria del Comandante en Jefe del Ejército, General René
Schneider Chereau.
V.
ORDEN DEL
DIA.
El señor PABLO (Presidente).
—Tiene la palabra el Honorable
señor Teitelboim.
El señor TEITELBOIM. — Honorable Senado:
Seamos agradecidos quienes en
horas estremecidas por grandes
cambios contemplamos ejemplos
que no se olvidarán jamás, la gloria de los muertos que viven.
Honremos los espíritus que vuelan alto en la hora, no de la degradación de un pueblo ni de la
caída de una nación, sino de un
pequeño grupo crepuscular, porque para el pueblo hay hoy una
116
MEMORIAL DEL EJERCITO
aurora y para la nación, una esperanza y una certidumbre.
A pesar de que René Schneider
Chereau está ya bajo la inexorable
sombra, es de esos hombres que
hablan para el mundo largamente
y siguen defendiendo a su patria,
a su pueblo, a nuestra democracia
más allá de la muerte. Se ha hecho carne, símbolo, imagen y perfil señero de la historia. Los niños
habrán de aprender mañana en
sus aulas la lección ejemplar de
este soldado que no ganó gloria en
los campos de batalla, sino que se
convirtió en arquetipo del hombre
de armas que prefiere morir antes que violar la Constitución y la
ley.
Las oraciones catedralicias, las
bandas que ayer tocaron en su honor aires de despedida, los oficiales, los soldados, el pueblo inmenso como la humanidad que en las
calles desbordantes saludó al armón cubierto y el sitio vacío, el
caballo sin jinete, expresan el sentimiento, la reacción dolorida y airada de un país frente a una enorme tragedia histórica y a un crimen desconocido en los anales chilenos.
La conspiración y la muerte
Pero, en medio de la angustia,
nadie se engañe. Ese hombre justo no murió fulminado por el rayo del azar, ni siquiera por la furia homicida causal de unos locos.
Pereció por obra de una conspiración diabólica dirigida no sólo contra él, sino contra el Ejército, las
Fuerzas Armadas, el pueblo, el régimen democrático, la Constitución y el país.
La conjura viene desde atrás.
Pero la noche del 4 de septiembre,
después que la ciudadanía definió
su veredicto en las urnas, un grupo que adora al Becerro de Oro
por sobre Dios, la Patria, la ley y
el hombre, decidió impedir la llegada a La Moneda de Salvador
Allende, a través de todos los medios, aunque ellos fueran el pánico financiero, la psicosis colectiva
y la invocación simoníaca de los
nombres santos. Las noches santiaguinas temblaron con la explosión de sus bombas. La plata de
muchas arcas, la pasión destructiva de los que prefieren que el país
se hunda a cambio de que se mantenga a flote el barco de sus cuarenta denarios, se puso en movimiento para asesinar al candidato
triunfante, quien advirtió repetidamente al país respecto de los
planes ruines que se tramaban en
la penumbra de los salones enfurecidos. Corrió una lista larga de
condenados por la mafia. No faltaban en ella los generales de la
República. Desataron una lluvia
de anónimos, en que la cobardía se
mezcló a la infamia, a la amenaza y a las plumas blancas.
El objetivo del secuestro
Los conspiradores confiaron en
que la Democracia Cristiana se les
uniría. Fracasaron. Luego cifraron una última, desesperada e innoble expectativa en que las Fuerzas Armadas, abjurando su honor
profesional, su estricto respeto a
las normas constitucionales, abandonarían sus cuarteles para convertirse en guardia pretoriana de
Homenaje al General René Schneider Chereau
pequeños y codiciosos imperios, de
los tesoros, de los rencores y de
los crímenes de los conjurados.
Cuando toda esa planificación
tan siniestra como minuciosa, tan
extraña a nuestras costumbres políticas, y aun a las prácticas habituales del delito criollo, falló, entonces, exactamente cincuenta horas antes de la reunión del Congreso Pleno que debía consagrar
como Presidente de Chile a Salvador Allende, pusieron en marcha
el dispositivo final: raptar al General en Jefe del Ejército y anunciar al país —tenían preparado
hasta el texto sedicioso— que sería ejecutado si el 24 de octubre
se proclamaba a Allende.
La resistencia viril del hombre
sin miedo, del militar sin tacha, el
General Schneider, desbarató el
secuestro. Pagó un precio terrible,
su vida, para librar al país de la
catástrofe.
Una coraza resistente a todas las
balas
De este modo entró en el mundo
de las oscuridades infinitas y de
los más largos e interminables silencios, pero irradiando claridades
inmortales y hablando para siempre a sus compañeros de armas
que ayer, llevando su pena hasta
el confín de los grandes sufrimientos, tocaron por él un viejo himno
melancólico: "Yo tenía un camarada". Pero, a la vez, Schneider
deja una herencia civil, una página
ejemplar ligada a todo un pueblo.
Y cuando desde la sombra definitiva un hombre sigue inspirando
lecciones, quiere decir que su nom-
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bre se salvó del olvido, que su vida moral siempre recomienza, que
carga sobre su pecho una coraza
de soldado leal, resistente a todas
las balas de este mundo, a todas
las conspiraciones de la tierra.
Se ha dicho que los asesinos no
sólo cometieron el crimen del siglo, nefando y horrible. Incurrieron, además, en un error, tal vez
el más garrafal que se haya cometido en la historia por un puñado
de enloquecidos y alzados ante el
triunfo popular del 4 de septiembre.
Y, ¡oh, paradoja ciega y sanguinaria! Se ensañaron con un hombre que jamás fue político, que
nunca tuvo filiación partidista,
porque no tuvo más disciplina que
la del Ejército, más norma cívica
que la Constitución y la ley, más
filosofía que la patria y el hombre, el amor al pueblo y a la belleza.
Pero, precisamente, esa fue su
culpa: haber mantenido su fe en
el juramento, su fidelidad a la límpida misión profesional del uniformado, ajena a las tinieblas de
los mortíferos acuerdos nocturnos
y a los aquelarres de los complots,
de los que organizan y practican
la traición para implantar la tiranía y para ello se unen no con
Dios, sino con el diablo, dentro de
las fronteras y fuera de ellas.
Símbolo y ecuación
René Schneider fue el símbolo
puro de las Fuerzas Armadas chilenas; la ecuación exacta, el exponente humano más representativo
de un pensamiento común y gene-
118
MEMORIAL DEL EJERCITO
ralizado de adhesión estricta a su
papel militar.
Por lo tanto, al suprimirlo, los
homicidas erraron una vez más en
sus cálculos criminales y descabellados, porque jefes, oficiales y tropa, todos ellos, las tres Armas,
comparten su ideario institucional. Ellas son el brazo armado de
Chile, los centinelas de las fronteras, los hombres que siendo entraña de pueblo, no emergieron de él
para sojuzgarlo, sino para servir
la majestad de un derecho que no
debe ni puede ser exceptuado cuando ese mismo pueblo llega al poder.
Acaba de entrar por la puerta
grande al recinto iluminado de la
historia un hombre ensangrentado, pero tan limpio como el rojo,
el blanco y el azul de la bandera.
Ella cubrió su vida desde muchacho y ella cubrió también su urna
ayer, cuando salió de la Escuela
Militar rumbo a la Catedral, al
camposanto. A su paso estuvo el
pueblo, los trabajadores, las mujeres conmovidas con sus niños en
brazos, porque las madres querían que sus hijos pequeños dieran
la despedida al héroe, del cual seguirán hablando con reverencia
las generaciones. Su camino, que
en vida no fue simple, en la hora
de su muerte se hizo un camino
de rosas, deshojadas por las manos del amor y del respeto de humildes mujeres anónimas. Su corazón firme de soldado, que tanta
pelea le hizo a la muerte, sus ojos
delicados de pintor de domingo,
que amó los perfiles cambiantes y
los matices fugaces de la luz, hubiesen sentido el goce de las flores caídas si estuvieran abiertos.
Están cerrados para la eternidad, aunque en el momento mismo
de la clausura de sus párpados comenzó la leyenda. Empezó a nacer y a crecer en el alma del pueblo una estatua, el monumento no
al soldado desconocido, sino al soldado conocido, que se llamó y se
llamará por los tiempos de los
tiempos René Schneider Chereau,
imagen cristalina de una vocación
heroica que pone su vida y su
muerte al servicio del pueblo y de
la nación.
Llegar hasta la raíz de la conjura
Están ya establecidos en lo fundamental el origen, los móviles,
los autores, cómplices, encubridores e instigadores del complot destinado a derribar el régimen democrático chileno y que mató alevosamente al General Schneider.
El plan sedicioso se encuentra
configurado de modo inequívoco.
Pero no se trata sólo de detectar,
descubrir y sancionar a los miserables infelices, a los pobres diablos mercenarios, ni siquiera exclusivamente a los "play-boys"
multimillonarios, a la canalla dorada que participó en el crimen,
sino de detener y castigar, conforme a todo el rigor de la ley, a los
llamados "personajes claves", y
de destruir, arrancar de cuajo toda la red, seguramente con muchas, extensas y altas ramificaciones, que montó el macabro atentado político que sacude a la opinión
mundial, enluta a Chile y pretende ambientar en nuestro país la
salvaje ley de la selva, esa que nada respeta, salvo la santidad del
privilegio, el cual debe mantener-
Homenaje al General René Schneider Chereau
se y adorarse en el altar, aunque
sea al precio de la muerte, de la
sangre, aunque perezcan todos los
valores humanos, aquellos que el
pueblo chileno ha construido a lo
largo de su existencia.
El tiempo no atacará la obra del
General Schneider, su vida pródiga en dones. Pero su muerte se
tiende, además, como una mano
fuerte y generosa para impedir
que estos mismos asesinos sigan
cobrando nuevos mártires. Con toda la razón de un corazón contrito y de una conciencia alerta, el
Ejército dijo en las exequias del
caído, por intermedio del General
Prats, que su indignación "sólo
podrá calmarse cuando los culpables reciban el castigo ejemplarizador que se merecen. "
Todo el pueblo lo pide. Y estoy
cierto de que esta vez se hará justicia rápida y enérgica. No descansaremos hasta que así sea.
Sé, en primer término, la pena
irremediable de su esposa, hijos y
demás familiares. Sé el dolor de
los chilenos. La congoja sin paralelo del Ejército, de todas las Fuerzas Armadas. A ellos, los comunistas chilenos, en esta hora de duro duelo, decimos nuestro pesar
sincero.
La democracia chilena ahora lo
inscribe junto a los nombres de
los padres patrios. Allí René
Schneider tendrá su sitio en el corazón de los chilenos por los siglos
de los siglos.
El señor PABLO (Presidente).
—Tiene la palabra el Honorable
señor Jerez.
El señor JEREZ. —Señores Senadores:
119
En el día de ayer, los trabajadores de toda nuestra patria detuvieron sus labores habituales durante cinco minutos para rendir
homenaje silencioso, viril, emotivo y alerta a ese integrante del
"pueblo con uniforme", que fuera
el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General René Schneider Chereau, asesinado vilmente
por la minoría de bajo y de alto
rango que, muchas veces, durante
nuestra historia, han manchado
sus manos con sangre inocente.
Ese homenaje de cientos de miles, de millones de chilenos que
crean la riqueza de este pueblo es,
a nuestro juicio, un homenaje que
no tiene parangón; y se explica,
porque el hombre, el soldado y el
ciudadano René Schneider, rubricó con su propia vida el respeto al
veredicto y al deseo de esos cientos de miles de chilenos que, desde
todos los talleres, fábricas y regiones del agro, poco antes habían
dicho sí al Gobierno del pueblo y
que ahora lloraron al compañero
caído por las balas asesinas de los
grandes intereses de la antipatria
y de intereses extranjeros.
Hace más de un siglo fue Portales. En la última década del pasado siglo, Balmaceda fue obligado al suicidio por querer salvar a
Chile de la voracidad del imperialismo inglés. Hoy es el General en
Jefe del Ejército de O'Higgins y
Carrera quien cae por defender la
opinión mayoritaria del pueblo y
los valores que hacen de nuestro
país un raro ejemplo dentro de las
demás naciones que integramos la
Gran Patria Latinoamericana.
¡Es duro el aprendizaje político
de los pueblos que luchan por la
120
MEMORIAL DEL EJERCITO
paz, la fraternidad y la justicia! no escapa a esa visión más amplia
¡Y es difícil, por otra parte, com- y verdadera de lo real y objetivo a
prender, con una visión más am- que aludí anteriormente.
plia de lo aparentemente real, cuáPor eso, el honor de Chile y de
les son las urdiembres que rigen nuestras Fuerzas Armadas exige
los procesos de la historia y las que todos los que tienen responsacontradicciones de clases y de in- bilidad en este crimen abominatereses en el seno de las socieda- ble reciban el castigo que realdes!
mente merecen.
El pueblo de Chile no es vengaEn un sentido restringido de lo
"real" y lo "objetivo", John Fitz- tivo, pero —es necesario recalcargerald Kennedy fue asesinado por lo en toda su plenitud— tiene un
Oswald; en un sentido restringido acendrado concepto de la justicia
de lo "real" y lo "objetivo", Por- y un gran afán de la verdad.
tales lo fue por el Capitán Florín;
El pueblo exige, no la venganza,
en un sentido restringido de lo sino la simple justicia que hará
"real" y lo "objetivo", Balmaceda pagar este baldón contra nuestra
murió víctima de una bala dispa- nacionalidad, para honrar esa sanrada por su propia mano; en un gre viril, leal y generosa, derrasentido restringido de lo "real" y mada por uno de los mejores hilo "objetivo", René Schneider ha- jos de la patria en defensa del
bría sido asesinado por alguien sin respeto a la voz mayoritaria de
oficio conocido, de escasa escola- todo el pueblo chileno.
ridad, al haberse resistido el GeSeñores Senadores, nuestro honeral a un rapto que impidiera al menaje a René Schneider, nuestro
Parlamento elegir Presidente de verdadero homenaje, lo iniciareChile a Salvador Allende.
mos con todo su vigor el día 4 de
Esa clase de objetividad es la noviembre, cuando los militantes
que juzgan, muchas veces, el De- del Movimiento de Acción Popurecho y los "hombres de Derecho". lar Unitaria, junto con las demás
Sin embargo, hay otra visión de fuerzas populares, volquemos tola realidad; otro sentido de la ob- do nuestro esfuerzo y toda nuesjetividad, más vasto, más profun- tra voluntad para construir un
do, que amplía el contexto y da la Chile del que un hombre tan caverdadera interpretación del he- bal y tan patriota como fue René
cho histórico. Porque lo verdade- Schneider se habría sentido pleramente real y objetivo es que namente solidario.
Balmaceda, el Presidente mártir,
Y esa es la expresión concreta
por tomar un solo ejemplo, fue del verdadero homenaje. Aparte
asesinado por el capitalismo inglés las lágrimas y crespones, en los
y sus agentes criollos.
cuales no está muchas veces ajena
El vil asesinato de este soldado la hipocresía, ¿qué mayor tributo
de la Patria, de este verdadero podemos rendir a la memoria de
hombre de Derecho, de este inte- Balmaceda que nacionalizando
grante del "pueblo con uniforme", nuestra riquezas básicas? ¿Qué
como fue René Schneider Chereau, mejor tributo a la memoria del
Homenaje al General René Schneider Chereau
soldado mártir, René Schneider,
que haciendo real nuestra democracia y luchando por un Chile libre y progresista? Esto es lo auténtico, esto es lo genuino, que
muchas veces las palabras quieren
ocultar con la sonoridad de la elocuencia.
A su señora esposa, a sus hijos,
a su querida institución militar.
nuestra emocionada solidaridad en
el dolor. A sus camaradas, a sus
amigos, que compartieron con él
su patriotismo y lealtad al pueblo
de Chile, el compromiso de nuestra acción.
Una lección imborrable, Comandante Schneider, nos ha legado
esta muerte viril que ofreciste en
aras de la voluntad del pueblo;
una lección triste y dolorosa, pero
fuente de incalculables dones para
quienes no habían comprendido todavía que las naciones se forjan
con decisión, magnanimidad y
hombría, no obstante querer todos
que se ahorren las pérdidas humanas y sean la paz y fraternidad las
herramientas de la civilización y
el desarrollo.
El pueblo ha reconocido de pronto que el precio de la libertad y
del destino fue pagado con tal alto gesto, que sólo su esfuerzo, decisión y disciplina para la construcción de una patria digna, cancela la deuda solemne que ha contraído con su Comandante. No ha
de olvidar el pueblo de Chile este
gesto insigne y este romano sacrificio del General Schneider, aunque pase el tiempo y nuevas tareas ocupen el ánimo y la memoria
de los ciudadanos.
La oscura maldad de quienes
inspiraron y realizaron la doble
121
infamia de asesinar a un guerrero ilustre y de intentar paralizar
la historia de la Nación, no ha
prosperado, porque la sangre sólo embellece la verdad y la justicia
de las causas nobles, y no acepta
ser el testimonio de la infamia, del
egoísmo y la barbarie.
Defender la patria cuando sea
necesario y, con ella, la libertad,
la auténtica democracia y la vida
de su pueblo, es cosa habitual para un soldado. Pero defender la
conciencia de una nación que quiere conquistar su destino de Estado moderno, progresista y justo,
es un hecho raro y hermoso; más
aún, cuando el precio de tan superior convicción es la vida que se
entrega generosa y virilmente, un
hombre de armas logra, sin duda,
la fama de los hombres superiores.
Comandante, nuestros soldados
aprenden con tu muerte que pueden ser grandes y justas algunas
páginas de la historia de la guerra, pero que mayor y más bella
es la gloria de la paz, de la pacífica construcción de una patria que
haga justicia a los desposeídos, es
decir, el momento en que civiles y
militares se unen para el mismo
esfuerzo y la misma creación; que
Chile empieza a nacer de nuevo,
bajo el signo de una voluntad rigurosa que quiere, con decisión y
grandeza, un presente y un futuro
libre y fraterno para sus hijos;
que apoya su poder en la ciencia
y en la justicia, en la educación y
en el progreso, en las artes y en
la industria, en las armas y en las
letras; que quiere ser Chile en la
historia y en la tierra, con un noble Presidente y un noble guerre-
122
MEMORIAL DEL EJERCITO
ro hermanados ahora en un pacto
de honor, que suscriben los hombres y las mujeres, los niños y los
mayores, conmovidos por ti, General Schneider, que serás llamado
en adelante, con orgullo, Comandante de la Nueva Patria.
Ojalá, entonces, que tu nombre
sea invocado como símbolo de la
tarea que habremos de emprender
juntos. Tarea difícil, que tu sacrificio torna impostergable y solemne, porque con tu decisión para la
muerte y con tu sometimiento a
las leyes, nos enseñaste todavía
que es el Chile legítimo, el Chile
centenario, pero abierto al porvenir y al pueblo, el que nos impone
la obligación de construir la Nación, con nuestra cultura, con nuestras virtudes y noblezas, que en ti,
General, lograron la más pura y
noble expresión, porque ahora y
en los años venideros se dirá en
miles de escuelas y en los libros
de nuestra historia, que el General Schneider murió por dar cumplimiento a las leyes que consagraron la voluntad popular.
Señor Presidente, deseo expresar que, como chileno, como integrante de la Comisión de Defensa
del Senado y como militante de la
Unidad Popular, junto con otros
hombres que integran ese movimiento del pueblo, hemos presentado esta mañana un proyecto de
ley para erigir al señor General
René Schneider un monumento en
el recinto de la Escuela Militar del
General Bernardo O'Higgins, para ejemplo de los futuros oficiales de nuestro Ejército, o en el
lugar de la patria que la gratitud
y el afecto de la ciudadanía señalen.
Proponemos que ese monumento sea erigido por suscripción popular, porque el General Schneider pertenece, desde ahora, a lo
más preciado del patrimonio de
nuestras Fuerzas Armadas y de
nuestro pueblo.
El señor PABLO (Presidente).
—En seguida, tiene la palabra el
señor Aguirre Doolan.
El señor AGUIRRE DOOLAN.
—Señor Presidente:
El Senado de la República hace
un alto en la mañana de hoy en
sus labores legislativas para rendir un justo y merecido homenaje
al ciudadano soldado y nuevo mártir de las Fuerzas Armadas de
Chile, el Comandante en Jefe del
Ejército, General de División don
René Schneider Chereau cuya trágica muerte ha enlutado a Chile.
La recia conformación democrática de nuestra patria, que rebasa
los lindes nacionales, había sido
ejemplarmente demostrada una
vez más en la limpia jornada del
4 de septiembre, y, con la suprema majestad de nuestras luchas
políticas, que han esparcido la justa nombradía de la República en
el mundo entero, el Congreso Pleno estampó otra página ejemplarizadora en nuestra historia, que
el pueblo contempló y que Chile
conoce.
¡Qué hermoso ejemplo para el
mundo constituyeron ambas jornadas! ¡Qué timbre enorgullecedor para el espíritu de los chilenos la inmaculada solidez de nuestra democracia! ¡Y, por qué no
decirlo también hoy desde esta alta tribuna, qué chilena grandeza
en los gestos de los dos nobles de-
Homenaje al General René Schneider Chereau
rrotados en nuestra democrática
contienda electoral, quienes, con
generosa dignidad, reconocieron
su condición de vencidos! ¡ Magistral ejemplo de una democracia
singular en el concierto universal
de los pueblos!
Pero, en el interludio de estos
hitos llenos de majestad y grandeza histórica, la tenebrosidad
asesina y alevosa de la delincuencia criminal, que se creía desaparecida definitivamente de las normas de nuestra madurez cívica, se
hizo presente. Y fue elegido como
víctima y mártir un pundonoroso
y ejemplar soldado que poseía la
misma recia contextura patriótica
y moral de quienes cimentaron
nuestras glorias y pusieron las
bases inconmovibles de la República. Esa víctima y mártir resultó ser el Comandante en Jefe del
Ejército de Chile, General de División don René Schneider Chereau.
Ingresado a la carrera de las
armas por la inquebrantable fe en
una respetable vocación, da curso
a sus ascensos por el indiscutible
mérito de sus talentos, su espíritu
de estudio, su capacidad profesional, su ánimo superior, siendo llamado a las más altas jerarquías de
esa señera institución, a quien está entregada la salvaguardia y la
custodia de la nación. Aquella formación castrense le dio los conceptos de pundonor, rectitud, patriotismo, responsabilidad, justicia y dignidad profesional que conforman el alma de los grandes ciudadanos.
Hombre íntegro, de principios
insobornables, hizo de su carrera
un sacerdocio; de sus normas mo-
123
rales, una permanente ejecutoria
de vida. Su firme e irreversible
convicción en el mantenimiento de
la constitucionalidad y el respeto
estricto a la ley que regula nuestra convivencia democrática, en la
defensa de los derechos inalienables de la ciudadanía y del pueblo
todo, le dieron la contextura de
un acantilado en el que debían rebotar las ambiciones bastardas de
los profesionales de la violencia,
la anarquía y el caos, hasta herirlo de muerte, en forma cobarde y
a mansalva, llenando de sombras
y de sangre las limpias páginas
del historial político de Chile.
René Schneider Chereau es héroe y mártir de las batallas de la
paz y de la continuidad institucional de Chile. Sus asesinos intentaron quebrar la ley, desviar y torcer el limpio consenso ciudadano;
y él, como patriota y soldado ejemplar, ofreció su propia vida como
muro de contención.
Deja, al irse, con la gratitud
emocionada de todo un pueblo, sin
distingos, la ratificación inconfundible de la fortaleza incorruptible de nuestras Fuerzas Armadas, a cuya sombra ha de descansar seguro el porvenir de la patria. Y, más acá de su holocausto,
hay un mensaje póstumo, una última lección al país entero: la
grandeza y el porvenir de Chile
sólo pueden descansar en la unidad de todos, sin odios ni rencores, sin venganzas ni querellas, en
la constructiva mancomunidad que
vio el genio de Rodó, en su observancia en los chilenos como "una
marcha de trabajadores en la quietud solemne de la tarde. "
No sólo se defiende a la patria
124
MEMORIAL. DEL EJERCITO
desde las trincheras humeantes del
campo de batalla. En las trincheras cívicas de la paz, el General
Schneider ganó el combate más
noble de su vida, como soldado y
como mártir de la constitucionalidad y del derecho, defendiendo
con su propia sangre los sagrados
e irrenunciables intereses del pueblo de Chile. La Patria ha de colocarlo en uno de los más altos pedestales de su historia cívica.
Los Senadores radicales, por mi
intermedio, se asocian a este duelo de Chile y se inclinan reverentes ante un hombre como el General Schneider, que merece el respeto y la admiración del país entero y que vivirá en el recuerdo
de los chilenos como símbolo y expresión de dignidad humana.
El señor IBAÑEZ. —Señor Presidente, el Partido Nacional adhiere al homenaje que el Senado rinde a la momoria del señor Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, quien fue víctima de un atentado criminal que
condenamos con la mayor energía
y desde lo más íntimo de nuestra
conciencia de chilenos y demócratas.
Los pueblos necesitan a menudo vivir sucesos dolorosos que golpeen duramente su existencia y
les sirvan para poner a prueba la
vitalidad de sus reservas morales,
que se templan más en la adversidad y el infortunio que en la tranquila contemplación de las horas
felices.
En estos tiempos, en que la unidad de los chilenos y su convivencia social han sido alteradas por
tantos acontecimientos, la muerte
del General Schneider ha removido el fondo de nuestros sentimientos y ha hecho aflorar una unánime y espontánea expresión de solidaridad en el repudio y el pesar
por el crimen de que fue objeto
ese hombre de nuestra patria.
La ciudadanía no ha llorado,
acongojada, al soldado caído en un
acto de guerra, defendiendo el suelo
de la patria. En tales circunstancias, los pueblos reaccionan impulsados por estímulos vehementes y apasionados, en los cuales se
mezclan el heroísmo y la tragedia, la gloria y el drama de la
muerte.
El callado cumplimiento del deber en el anónimo afán de cada
día requiere también el coraje de
enfrentarse con las propias debilidades, que son los adversarios
más poderosos de los hombres.
El General Schneider ha caído
defendiendo el principio del respeto a la constitucionalidad y la
ley, que, en tiempo de paz, es la
única causa que moviliza a las
Fuerzas Armadas de Chile.
Nuestra patria, que está situada en los confines del mundo y
apartada, con natural modestia, de
la espectacularidad de los hechos
que conmueven a los pueblos, exhibe, no obstante, una historia rica
en acontecimientos meritorios y en
tradiciones de contenido ejemplar.
Hemos progresado en un ambiente de paz y concordia, forjado
mediante sacrificios, para superar
nuestras limitaciones naturales y
geográficas. En este esfuerzo han
surgido dos elementos esenciales
de nuestro desarrollo como nación: un régimen democrático, en
Homenaje al General René Schneider Chereau
el que la Constitución y la ley han
sido los sostenedores del desenvolvimiento social, y la presencia de
Fuerzas Armadas profesionales
que han resguardado nuestra soberanía y hecho del acatamiento al
sistema jurídico una norma de
conducta invariable, que se ha
constituido, con el paso de los años
en el más firme aval de nuestras
libertades y derechos.
En ese régimen democrático tan
amplio y abierto, que permite inclusive que quienes han predicado
la violencia como forma de alcanzar el poder político y han hecho
de ella su credo y su instrumento
de acción política vengan ahora a
dar lecciones de respeto a derechos humanos, sin perjuicio de
sentar cátedra de rencores políticos y de pasar sobre el dolor y la
reafirmación de sus principios que
en estos momentos experimenta
nuestro pueblo; en ese régimen democrático, repito, las Fuerzas Armadas serán siempre un baluarte
de rectitud y justicia y de seguridad ante las pasiones desbordadas.
El Ejército de Chile es una institución vinculada a la existencia
cotidiana de nuestro pueblo. En él
se funden todos los sectores de
una comunidad que se afana en
construir su destino, buscando satisfacer sus necesidades más preciosas. Su presencia es testimonio
de tradiciones y glorias; pero, a
la vez, es garantía de un futuro
libre de sobresaltos y temores.
Al fortalecimiento de ese principio esencial de nuestras Fuerzas
Armadas dedicó su vida el General Schneider. El Comandante de
Regimiento, el profesor de la Academia de Guerra, el Director de
125
la Escuela Militar, el Jefe de División, el Comandante en Jefe del
Ejército, el soldado por vocación
íntima y por juramento inquebrantable, supo cumplir cabalmente, en cada etapa de su carrera
militar, las exigencias emanadas
de su propia e íntima condición
de hombre de armas.
El drama de su muerte lo constituye, no sólo su trágico fin, sino
el hecho de haber sido ultimado
mientras mantenía la más noble y
ejemplarizadora tradición de los
soldados de Chile: su respeto y devoción insobornable a la Constitución y la ley.
Señor Presidente, pocas veces
Chile ha presenciado una demostración más auténtica de aflicción
nacional que durante los actos realizados para testimoniar el duelo
por el fallecimiento del General
Schneider. En los momentos en
que el país aún no olvidaba las
grandes manifestaciones colectivas a que dieron lugar las diversas etapas de una campaña electoral que movilizó todos los recursos de convencimiento a la ciudadanía, los actos de homenaje al
General desaparecido muestran
una alta expresión de sentimientos nacionales. No se despidió a
un caudillo ni a una personalidad avasalladora que apasionara a las masas hasta hacerlas
salir a las calles para dar testimonio de su fervorosa adhesión. Se
trató en esta ocasión de un hombre cuya vida había transcurrido
en un medio, las más de las veces,
retraído al conocimiento público,
dedicado a su profesión y sin alardes que pudieran haber provocado
reacciones multitudinarias.
126
MEMORIAL DEL EJERCITO
¿Por qué, entonces, estas manifestaciones tan expresivas de solidaridad y tan auténticamente
sinceras para hacer llegar hasta
sus restos sin vida el calor intensamente conmovedor de su afectuoso sentimiento? En el fondo,
porque cada chileno quiso encontrarse a sí mismo, olvidar sus diferencias y las divisiones estériles
que han agotado sus energías en
recriminaciones inútiles, con el fin
de expresar al General caído y al
Ejército de Chile que adhería al
homenaje a un hombre y a una
institución que hicieron y han hecho del cumplimiento del deber
una norma positiva de conducta,
en cuyo ejercicio están la fórmula
valedera de salvación nacional y
la permanencia de los valores morales que el pueblo intuye como
única garantía de un futuro prometedor y esperanzado.
¡Qué viva lección de patriotismo ha despertado el General
Schneider en el último desfile en
que, junto al pueblo, le tocó participar, en tan trágicas circunstancias! No fue en la celebración de
las efemérides patrias, en las que
tomó parte tantas veces a lo largo de su vida de soldado, mandando tropas que mostraban la marcialidad de su apostura y el flamear de sus enseñas de combate.
Ha sido en la hora más triste, ante la vista de pendones enlutados
y el paso lento de tropas abrumadas por el dolor, cuando se ha manifestado la conciencia de un país
que ha sacudido su desaliento, para manifestarse a sí mismo su fe
en la vigencia de un régimen de
tolerancia, de convivencia democrática y de apego a la ley, ante
la presencia de los despojos de
quien murió defendiendo el patrimonio constitucional del país, que
constituye su acervo más sagrado
e irrenunciable.
Nuestro partido hace llegar a
las Fuerzas Armadas y Carabineros y, en especial, al Ejército de
Chile, su más sincera condolencia
por el fallecimiento de este ciudadano ejemplar que fue su Comandante en Jefe: el General señor
René Schneider. Su nombre quedará grabado junto al de otros militares ilustres que rindieron su
vida, en la guerra o en la paz, en
servicio de la patria. El ejemplo
de su sacrificio y el hondo significado que constituye su devoción
al cumplimiento del deber han de
ser aprovechados por las generaciones venideras como testimonio
del valor moral que los soldados
de Chile han aportado al desenvolvimiento de nuestra nacionalidad
y al fortalecimiento de nuestro régimen de libre y democrática convivencia.
A su familia y, en especial, a
sus hijos, nuestros sentimientos
de pesar y también de admiración,
por ser ellos los más directos herederos del legado de honor, valor y patriotismo que este chileno
esclarecido entregó, con su vida,
a todos los ciudadanos de nuestra
patria.
El señor TARUD. — Señor Presidente, Honorable Senado:
"Insisto en que nuestra doctrina y misión es de respaldo y respeto a la Constitución Política del
Estado". Eran las palabras que
definían al gran soldado y auténtico demócrata General René
Homenaje al General René Schneider Chereau
Schneider Chereau, el papel que
juegan en nuestra difícil democracia los Institutos Armados.
En defensa de estos principios
cayó el 22 de octubre último. Su
vida fue sesgada porque se opuso
a que malos chilenos pudiesen llevar a cabo sus siniestros planes en
contra de la patria. Con firmeza
espartana, resistió todo tipo de
presiones destinadas a alterar el
curso democrático de nuestra nación.
Con hombría y coraje ejemplares dijo NO a los requerimientos
de los eternos conspiradores que
nuevamente llegaban a golpear a
los cuarteles, pretendiendo distorsionar las limpias tradiciones profesionales de nuestras queridas
Fuerzas Armadas.
Cayó por la democracia, cumpliendo con su deber de ciudadano
y de soldado, respetando hasta el
último instante de su vida la esencia de lo que es Chile: un pueblo
de hombres libres, que ama por
sobre todas las cosas esta libertad
y que no acepta imposiciones ni
vasallajes.
No deseo convertir estas palabras en un homenaje que cumpla
con el rito y la tradición. Creo que
es imprescindible caminar por las
aguas profundas que surgen del
torrente de emoción y sacrificio
del hecho heroico que nos reúne
hoy. Toda mi modesta capacidad
deseo vaciarla en los contenidos
que surgen a medida que conocemos nuevos antecedentes, puesto
que es deber nuestro extirpar de
raíz el cáncer mortal que llevó a
cometer este asesinato demencial
y torpe.
Chile vive un momento crítico.
127
Nuestra democracia se hace difícil; pero se defiende dando nuevas muestras de fortaleza y reciedumbre. Nuestro pueblo se ha
dado un camino distinto de los
tradicionales para resolver sus
problemas. Por primera vez en la
historia nacional surge en la arena política una combinación de
partidos que pretende transformaciones de fondo en las estructuras políticas, económicas, sociales, culturales y nacionales. Antes
que esta alianza asuma la plenitud del poder y ponga en marcha
el programa que todo Chile conoce, ciertos elementos de nuestra
sociedad se levantan subversivamente —primero en forma pacífica y ahora llegando hasta el asesinato del primer soldado de nuestro glorioso Ejército— con la intención de alterar el curso de
nuestra historia. Pretenden desconocer la voluntad de Chile.
Aquí se encuentra, en rápida y
fílmica muestra, el nudo de la problemática de los acontecimientos
desencadenados a partir de la mañana del 22 de octubre.
Desde ese día, todos los chilenos hemos aquilatado, más que
nunca antes, tanto el tipo de hombre que forja nuestra democracia
como lo particular que ella es, insertada en el mapa político latinoamericano e incluso mundial.
"El enfermo no está grave. Sufre males de muchos años. Sufre
deterioros que son muy antiguos",
fueron frases que dijo el General
Schneider al asumir la jefatura
de nuestro Ejército, después de
los graves y todavía no exhaustivamente analizados sucesos del
Regimiento Tacna. Serenidad,
128
MEMORIAL DEL EJERCITO
fuerza, coraje para definir una situación en momentos en que
otros dudan; altura de miras, honestidad y deseo de construir, son
elementos que podemos deducir de
las palabras que comentamos y de
la situación que las provocaron.
Este es el tipo de hombre que forja nuestra democracia, mucho
más grande de lo que algunos
piensan.
"El enfermo no está grave".
Estamos de acuerdo: Chile no está grave; pero no podemos dejar
que la crisis que ha estado sufriendo, profundizada por este nuevo
factor demencial del crimen político, torne incurable el mal. Es
deber de todos los sectores sanos
de nuestra Nación, de todas las
fuerzas democráticas, cerrar filas,
estrechar y aunar nuestros esfuerzos para liquidar cualquier nueva
intentona antipatriótica y contraria al libre juego de las ideas, sostén de nuestra democracia.
El General René Schneider se
ha ido de nuestro lado. Su vida,
ejemplo para las presentes generaciones y para las futuras, nos
está indicando un camino y señalando una actitud. Antes que nada, el respeto por las limpias tradiciones democráticas que nacen
en el seno de nuestro pueblo y,
además, la estrecha colaboración
que debe existir entre la ciudadanía civil y la uniformada, que, en
conjunto, dan forma a nuestra
patria y sentido a nuestra historia.
En el Gobierno Popular que
asumirá en algunos días más, estamos decididos a perfeccionar, y
también a darles impulso creador,
todas las formas que permitan es-
te continuo desarrollo democrático de nuestro pueblo y Fuerzas
Armadas, pilares del sistema de
convivencia que nos rige. En esa
línea de conducta encaminó todas
sus accciones el querido General
René Schneider, y nosotros seremos su continuación irrenunciable.
En nombre de la Acción Popular Independiente y el mío propio,
entrego a la digna señora, hijos y
familiares del General Schneider,
al Ejército y Fuerzas Armadas,
nuestro pésame más sentido y profundo. Vuestro esposo, vuestro
padre, vuestro hermano, vuestro
jefe, está entrando en el regazo
de nuestra Historia.
El señor NOEMI (Vicepresidente). — Tiene la palabra el Honorable señor Durán.
El señor DURAN. — Señores
Senadores:
La historia de las naciones tiene fechas coincidentes y, sin embargo, de valores antagónicos:
fue un 25 de octubre de 1938 cuando un pueblo alborozado salió a la
calle en forma entusiasta y feliz
a gritar su triunfo democrático.
Ha sido ahora, el 25 de octubre de
1970, ese mismo pueblo el que, desde la Catedral hasta el Cementerio, con un rostro amargo y triste,
con pétalos de flores, dio su homenaje de despedida postrera al
General en Jefe del Ejército de
Chile, René Schneider Chereau,
caído, en el cumplimiento varonil
de sus deberes, víctima de un criminal atentado.
Ingresó a la Escuela Militar
Bernardo O'Higgins en 1930, con
la vocación de servicio a la Patria,
Homenaje al General René Schneider Chereau
sentida ya en su adolescencia. Rodeado del prestigio que da una
superior calidad humana y del
afecto que logró entre sus compañeros, su brillante trayectoria por
la Escuela como cadete cedió el paso a un alférez distinguido, a un
teniente que, poco a poco, fue escalando los grados superiores de
las jerarquías militares.
Los mismos patios, las mismas
aulas que conocieron su voz juvenil, lo vieron más tarde como Director de la Escuela Militar, enseñando a nuevas generaciones militares lo que él había aprendido
de sus superiores, con el respeto
que más tarde ganaba para sí, en
el plantel educacional que tanto
admira Chile.
Con posterioridad, la Academia
de Guerra oyó su voz de maestro
de oficiales en el lenguaje técnico
de sus especialidades; y, como
siempre, logró prestigio y afecto
humanos.
Antes de ascender a la más alta jerarquía castrense, como oficial eficiente, ponderado y culto,
se desempeñó como Agregado Militar en el extranjero. Luego, ocupó las jefaturas de la II y V Divisiones. En un bullente mundo
que se transforma, en algunas latitudes con dolor y violencia, con
patriótico orgullo pensamos que
lograríamos el ritmo de esas velocidades de cambio al margen de la
tromba destructora. Creíamos poder enfrentar el desafío de la historia, con un diálogo abierto, aunque a veces apasionado y vehemente, pero encontrando siempre
un camino de respeto común. No
ha sido así: la violencia fue tendiendo su manto opaco y llegó aho-
129
ra al representante más alto del
Ejército de Chile.
Formulamos votos para que la
enseñanza de una vida entregada
al servicio de Chile, para que la
actitud de un hombre que supo
discrepar con respeto, tolerancia y
hasta con cordialidad, logre inspirar a todos quienes admiramos su
ejemplo.
En nombre de la Democracia
Radical, expresamos a su distinguida cónyuge, hijos y familiares
nuestra condolencia sentida; lo
hacemos con igual énfasis amargo, a Carabineros, Fuerzas Armadas y, en especial, al Ejército de
Chile.
El señor NOEMI (Vicepresidente). — Tiene la palabra la Honorable señora Carrera.
La señora CARRERA. —Por mi
intermedio, el Partido Socialista
desea manifestar su profunda
consternación por la alevosa muerte del Comandante en Jefe del
Ejército de Chile, General René
Schneider Chereau.
Con respeto por los sentimientos de sus compañeros de armas,
queremos decirles que con su
muerte no sólo sentimos la pérdida de un héroe pleno de virtudes
militares, sino también el ejemplo
de un héroe para nosotros, los civiles.
Porque tengo sangre de un ilustre soldado de la patria en mis venas, puedo comprender, tal vez
mejor que otros, la actitud del General Schneider.
Los comandantes de infantería
dirigen sus tropas en pleno combate, señalando el camino, fijando
las metas en el fragor mismo de
130
MEMORIAL DEL EJERCITO
la batalla y presentando siempre
el mejor blanco al enemigo. Ayer
fue Eleuterio Ramírez, con el Segundo de Línea, cuando él y la mitad de su gente murieron en la batalla de Tarapacá. También lo fueron el Comandante San Martín,
con el Cuarto de Línea, en el Morro de Arica, o Ignacio Carrera
Pinto que, con 77 soldados, hizo
frente a un ejército.
Estos son los ejemplos con los
que se empapa nuestro Ejército y,
especialmente, el arma de Infantería.
El General Schneider era infante: le correspondió señalar el
camino a la tropa, al pueblo de
Chile, yendo a la vanguardia, sin
miedo, para que ninguno de nosotros lo sintiera, en esta batalla
entre la cordura y el caos fabricado, entre la dignidad y el servilismo, entre la fuerza arrolladora
de la sensatez de un pueblo que
ensaya nuevas fórmulas para
avanzar y la fuerza de los que mezquinamente defienden privilegios
obsoletos.
Fue capitán de una batalla cuyos movimientos de tropas sólo se
vislumbran, pero no por eso son
menos poderosos. ¿Cuántas presiones recibió? ¿Cuántas fórmulas le
presentaron para hacer torcer su
destino? Sin embargo, este soldado de la patria resistió todo y tomó su papel en nuestra historia,
defendiendo la idea de que debe
tenerse fe en el destino de la patria, patria hecha por el sacrificio
de civiles y militares, hombres y
mujeres, letrados y campesinos,
obreros y mineros, visionarios y
hombres prácticos que, por generaciones han ido formando lo que
somos: una nación sui géneris, a
la que amamos no porque tenga
más o menos virtudes que otras
patrias, sino porque es nuestra,
porque es el producto de las vidas
de nuestra generación y de las que
nos precedieron, y de las cuales
nos sentimos orgullosos.
En esta guerra entre los que luchan por ideas y los que defienden su dinero, hay otros hombres
ilustres. Y el General Schneider,
asesinado alevosa y cobardemente,
es heredero directo de Portales,
ultimado por la Reacción, y de
Balmaceda, impulsado al suicidio
también por ese sector turbiamente mezclado al imperialismo de la
época. Estos tres hombres, que
configuran los más notables crímenes políticos de Chile, tienen en
común que luchaban y eran símbolos de una idea, que no era la
misma, pero que ha herido en las
tres épocas los intereses económicos de una minoría.
Ayer hubo una conmovedora comunión entre el Ejército y el pueblo. El homenaje rendido al General Schneider es también un homenaje a las Fuerzas Armadas
chilenas, y, como lo dijo nuestro
partido hace más de un año, demuestra que ellas no son un compartimiento estanco en nuestra
sociedad, y que con el ejemplo que
nos han dado, con su capacidad de
organización, con su "saber cómo
hacer" cosas con disciplina, abnegación y patriotismo, son uno de
los más sólidos pilares de la patria. Muchas veces incomprendidas, han sido capaces de resistir
todos los embates, amando su trabajo, al que se entregan en verdadero sacerdocio, viviendo años y
Homenaje al General René Schneider Chereau
años en dificultades materiales, sin
jamás perder la dignidad. Creemos que de esta clase de hombres
el país puede aprovechar mejor
sus virtudes. No debemos derrochar su capacidad y su temple, y
anhelamos, más allá de cualquier
problema político, su participación constructiva en las tareas que
impone la historia a una nación
que ansiosamente necesita avanzar.
El ejemplo del General Schneider nos llama a meditación y recogimiento. Que su muerte no sea
en vano; que el sacrificio de un
hombre, al igual que otros hechos
históricos ocurridos en estos días,
nos señale que nuestra patria tiene un gran destino y que debemos
asumirlo.
Queremos, en esta hora, presentar a su digna esposa y a sus hijos nuestro sincero sentimiento de
dolor, y a su institución, decirle
que ha entrado en la historia un
nuevo héroe y que apreciamos este hecho, que nos llena de responsabilidad frente al presente y al
futuro.
El señor SILVA ULLOA. —Señor Presidente, el asesinato cobarde y vil del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General
don René Schneider Chereau, es la
circunstancia dolorosa que ha motivado la sesión de esta mañana y
el sentido homenaje que el Honorable Senado de la República rinde en estos instantes.
Me han resultado imposibles el
silencio y la simple asistencia como formas únicas de homenaje a
este distinguido soldado. Por eso,
en representación de la Unión So-
131
cialista Popular, alzo mi voz con
el fin de entregar nuestras sentidas condolencias a la familia de
este digno General de la República. Al mismo tiempo, expresamos
nuestros más profundos y puros
sentimientos de fraternidad para
con nuestras Fuerzas Armadas y,
en particular, el Ejército de Chile.
Oportunamente dimos a conocer, en declaración pública, nuestra condenación a los hechos de
este crimen cobarde, señalando que
esos pistoleros profesionales son
sólo una parte de la maquinación
alevosa. Esperamos confiados que
se descubran y se den a conocer
los nombres de aquellos que, en la
impunidad de las sombras, mueven manos asesinas con el propósito de defender los más turbios e
inhumanos intereses.
Son demasiados los incidentes y
episodios fraguados por los enemigos del pueblo que se han estado
produciendo y que han conmovido
al país y preocupado a la opinión
pública. Además, cualquier acontecimiento relacionado con el proceso social tiene siempre causas
más profundas que las aparentes,
y siempre existe una relación entre ellos. Por eso, pensamos que
sería altamente inconveniente que
los órganos encargados de estas
materias cumplieran sus funciones rutinariamente y sin resultados completos o se limitaran a una
investigación puramente criminal.
El país observa con preocupación los acontecimientos de estos
días, y nuestra juventud y los trabajadores han logrado madurez y
sensibilidad suficiente como para
estar atentos y saber que no es-
132
MEMORIAL DEL EJERCITO
tamos frente a un hecho que se
pueda marginar del gran proceso
que sacude a nuestra nacionalidad.
La muerte del General Schneider no es un simple acto delictual
que pueda segregarse, para juzgarlo separadamente de otros episodios. No es un fenómeno parcelado o el producto de alguna emoción pequeña y espontánea. La
mano cobarde que le disparó alevosamente no disparó tan sólo contra el Comandante en Jefe de
nuestro Ejército, sino también
contra la patria, contra el futuro
de nuestra juventud ansiosa de un
porvenir más ancho y generoso,
contra nuestros campesinos de pie
y erguidos altivamente como seres
humanos, como productores y como hombres; esa mano cobarde
disparó en contra de nuestra clase obrera, que hoy como nunca está situada en el centro mismo de
nuestra patria, resuelta a ser motor principal para dar una zancada audaz hacia adelante y establecer las bases de una república socialista.
No se trataba sólo de asesinar a
un hombre de alta investidura. Se
trataba de usar su sangre como
pretexto artero y alevoso, destinado a bloquear el vigoroso surgimiento de una conciencia chilena
nueva, que está conmoviendo a
América y el mundo.
La interrelación, recíproca dependencia e influencia de todos estos factores, nos mueve a decir
que quienes estuvieron y siguen
estando en la maquinación abyecta, "aquellos hombres de siete meses", como decía Martí, deben saber que el pueblo de Chile, que
siempre ha venerado sus Fuerzas
Armadas, espera ahora, así como
lo hizo ayer cuando marchó tras
la urna del General don René
Schneider Chereau hasta el Cementerio General de nuestra capital, conmovido por los sentimientos de pesar, de protesta y patriotismo, marchar todos los días —
codo a codo — hombro con hombro — en una sola gran columna
— pueblo obrero — pueblo campesino — pueblo juventud — pueblo poblador — pueblo uniformado—, llevando hacia adelante, contra viento y marea, la bandera de
la patria. No importa la fuerza del
viento ni la magnitud de la marea,
porque un pueblo lúcido y organizado, un pueblo fuerte y combativo, es un pueblo que jamás puede
ser vencido, menos perturbado o
confundido por las triquiñuelas de
quienes defienden, a costa de todo,
sus mezquinos intereses.
El ejemplo y patriotismo del General Schneider es la más preciada herencia que deja a su patria,
en este momento de nuestra historia, en que asistimos a una hora
rebozante de espléndidas esperanzas y en que Chile debe cumplir
su papel con dignidad, pero implacablemente. Me refiero al Chile
auténtico, a aquel constituido fundamentalmente por los que con
sus manos o capacidad creadora
están dispuestos a construir una
patria sin monopolios ni latifundios, sin ignorancia ni desnutrición, sin niños descalzos, a crear
una historia distinta y definitiva
para la felicidad de todos.
El General Schneider ha caído
víctima de la brutalidad y del espíritu bestial que inspira a quie-
Homenaje al General René Schneider Chereau
nes siempre han intentado, de
cualquier manera, trancar la rueda de la historia. Su muerte debe
ser una lección perdurable, para
que la actividad cuotidiana nos
lleve a comprender mejor que
cuando se trata de evitar el acceso de las mayorías al poder político y a la alegría de vivir, los dueños del dinero se valen de cualquier medio, sutil o violento, pero
siempre deshumanizado, para tratar de impedirlo.
El recuerdo del General Schneider y el mejor homenaje a su memoria, ha de hacernos comprender
que el hecho doloroso de su muerte debe permitir la materialización de las aspiraciones de todo un
pueblo que anhela colmar sus expectativas pendientes desde hace
largo tiempo.
Señor Presidente, reitero mis
condolencias y las de mi partido
a su digna esposa, hijos y familia; a las Fuerzas Armadas y, en
especial, al Ejército de Chile.
He dicho.
El señor LUENGO. — Nuestra
democracia, de la que tanto nos
enorgullecemos porque nos ha dado prestigio y señorío, ha vivido
en estos últimos días uno de los
episodios más negros de su devenir. Por razones absolutamente injustificadas, fruto de la exacerbación de los ánimos de personeros
carentes de ideales, se había venido creando un ambiente de desconfianza e incertidumbre acerca
de lo que sería el futuro de la nación. Mentes insanas y espíritus
débiles fueron tomados por la prédica insustancial y malévola —
sostenida con increíble pertina-
133
cia—, y creyeron que concertándose para imponer la violencia por
sobre el orden, la fuerza por sobre las razones, podían cambiar el
curso de la historia.
Vano intento en un pueblo que
ha hecho de la democracia una vocación. Ni se ha cambiado el curso de la historia, ni se ha logrado
imponer ideas extrañas a nuestro
sentimiento. Se ha hecho, sin embargo, un profundo daño a nuestra fe, a nuestra esperanza, porque, víctima de la insania de unos
cuantos, ha caído un hombre que
era un verdadero símbolo de nuestra nacionalidad: el General René Schneider Chereau, Comandante en Jefe del Ejército de Chile.
Su asesinato, realizado fríamente
y en forma desconocida entre nosotros, constituye una verdadera
vergüenza para los chilenos, acostumbrados como estamos a entregar ante América y el mundo una
imagen que ha hecho de Chile como la capital del Estado de Derecho y de la democracia representativa.
Por eso, el crimen alevoso, que
desgraciadamente llegó a consumarse, cegando una vida ejemplar
y un espíritu selecto, enluta no
sólo al glorioso Ejército de Chile,
custodio del orden y la institucionalidad, sino también al pueblo de
Chile, que ha dejado como nunca
de manifiesto su dolor y que no
se conformará jamás de no haber
impedido la ejecución de un hecho
tan dañoso como inútil.
El General Schneider, como
hombre y como soldado, fue recto,
caballeroso, culto y disciplinado.
En el cumplimiento de su deber,
impuso por sobre todo su eficien-
184
MEMORIAL DEL EJERCITO
cia profesional, que enseñó con
éxito entre sus subalternos, entre
quienes se granjeó como pocos su
simpatía y su respeto.
Sus profundas convicciones democráticas lo hicieron guiar su vida en el respeto a la Constitución
y las leyes, lo que proclamó públicamente cuando espíritus menguados quisieron torcer la función del
Ejército para comprometerlo en
aventuras ajenas del todo a su
tradición histórica. Su firmeza en
los principios y el respeto que su
personalidad imponía en los mandos medios y en las tropas del
Ejército, fueron seguramente la
razón por la cual unos cuantos
enajenados decretaron su muerte,
dando rienda suelta a sus bajas
pasiones.
Los autores materiales de este
crimen, que hiere a Chile, a la democracia y al mundo entero, ya
descubiertos y confesos, serán castigados con rapidez y en forma
ejemplar, como una manera de advertir a quienes piensen continuar
en el camino del delito político y
la sedición, que en nuestro país
esto no será jamás permitido y
que nuestra tradición republicana
se mantendrá como una de nuestras conquistas más preciadas.
Algunos quedarán impunes ante la justicia, que no podrá llegar
hasta ellos porque no aparecerán
vinculados materialmente al hecho
delictuoso; pero cargarán por el
resto de sus vidas, con el peso de
sus conciencias, que siempre les
estarán recordando que ellos impulsaron en cierto modo las manos
asesinas. Son los que inventaron el
terror, los que sembraron la duda, los que crearon la angustia, los
que desataron las pasiones. Son los
verdaderos autores intelectuales
de un delito que tan profundamente nos ha impresionado y que
jamás deberá repetirse.
En nombre del Partido Social
Demócrata, cultor de un ideario
que arranca del siglo pasado; en
nombre de los trabajadores que
son sus militantes, dejo pública
constancia de nuestra congoja, y
hago llegar a la distinguida esposa del General fallecido, a sus hijos, a sus familiares, a las Fuerzas
Armadas y a los soldados de nuestro Ejército, los sentimientos de
nuestro pesar ante el hecho irreparable que significa la desaparición trágica de un hombre símbolo, como lo fue el General René
Schneider Chereau, Comandante
en Jefe del Ejército de Chile.
El señor CARMONA. — Señor
Presidente, señores Senadores:
El infame atentado contra el
Comandante en Jefe del Ejército
de Chile, General René Schneider
Chereau, y su dolorosa muerte,
han reunido al Senado de la República para rendir homenaje al ilustre militar y, al mismo tiempo, para reflexionar sobre estos trágicos
acontecimientos.
En los días turbulentos que ha
vivido Chile desde la elección presidencial, el dedo de Dios señaló a
un justo para que, con su martirio, nos indicara el verdadero camino. Y este justo, que murió para vivificar nuestra democracia,
preservar la paz social y colocar
como suprema autoridad la ley y
el Derecho, fue, por sublime contraposición, el hombre de armas
Homenaje al General René Schneider Chereau
de más alta jerarquía en nuestra
patria.
Alguien ha dicho, con razón,
que Chile ha madurado en estos
días más que en muchísimos años.
Y si lográramos obtener alguna
lección de lo ocurrido, diríamos
que Chile se ha encontrado a sí
mismo, haciendo carne y realidad
su lema de ayer, de hoy y, ojalá,
de siempre, de anteponer la razón
ante la fuerza.
El sacrificio del General Schneider es el mejor símbolo de este
encuentro y comprensión. Y son
precisamente nuestras Fuerzas
Armadas las que nos manifiestan
en esta etapa de nuestra historia,
la necesidad de recurrir a la razón
y al Derecho antes que a la fuerza de las armas.
Quienes asesinaron al General
Schneider creyeron que, echando
mano de la violencia, desencadenarían una reacción de fuerza de
nuestros Institutos Armados. Si
pensaron así, ¡qué poco conocen a
nuestro pueblo y a sus Fuerzas
Armadas! Por el contrario, provocaron una unidad férrea en estos
institutos, para sostener en forma
tajante y clara la doctrina de la
subordinación consciente al poder
civil, de acatamiento a la Constitución Política y a la ley, de respeto íntegro y sin discriminaciones ideológicas a la voluntad soberana de nuestro pueblo.
La presencia y participación del
pueblo en el postrer tributo que la
comunidad nacional rindió ayer al
General Schneider nos permiten
sostener la cabal comprensión que
estas ideas tienen en la inmensa
mayoría de nuestro país.
La conducta ejemplar del pue-
135
blo, del Gobierno y de las Fuerzas
Armadas de Chile, durante la elección presidencial y después de ella,
nos hace encontrar en la comunidad nacional las raíces del triunfo de la razón, sostenedora de la
libertad y de la dignidad humanas, sobre la pasión y la violencia.
Una sociedad que reacciona de esta manera no puede estar enferma,
ni en decadencia, ni en desintegración, como opinan algunos más
por servir a esquemas teóricos que
por conocimiento profundo de la
realidad nacional.
Y nuestra democracia no puede
ser solamente burguesa y formal,
como también tratan de sostener
algunos, sino la consecuencia de
esa realidad y de esa sociedad.
Ella ha demostrado ser el fruto
de la lucha del pueblo, tener la
fortaleza suficiente para triunfar
sobre la violencia y el odio y ser el
único camino para comprender las
grandes transformaciones de nuestras estructuras políticas y sociales.
Su muerte ocurrió tan sólo un
año después de asumir la Comandancia en Jefe del Ejército, en
momentos en que nuestro primer
Instituto Militar vivía instantes
de tensión y una crisis que ahora
se aprecia como artificial.
Recordamos sus palabras llenas
de sabiduría en esas horas difíciles, en contraposición a otras de
invocación a la patria y de agremiación del Ejército. "No aspiro
a ser un general que pase a la historia, " dijo "porque ello supone,
para un soldado, tener un enfrentamiento y hacer uso de sus armas". Deseaba, sí, el imperio de
la razón, y luchó, consiguiéndolo
136
MEMORIAL DEL EJERCITO
plenamente, por que el Ejército se
encontrara a sí mismo y esculpiera en bronce la fidelidad a su misión de asegurar la paz y la libertad.
Su palabra precisa y su trabajo
silencioso y austero, frutos de la
verdadera vocación militar y del
profundo conocimiento que tenía
del país, por haber servido en diversos regimientos y haber enseñado y dirigido la Escuela Militar,
triunfaron sobre la pasión y la
audacia.
La conjunción del pueblo y de
las Fuerzas Armadas en el servicio de la democracia hicieron posible la culminación del proceso electoral chileno y la elección, por el
Congreso Pleno, del nuevo Primer
Mandatario de la nación. Las diferentes fuerzas políticas del país
demostraron su responsabilidad y
consecuencia con esta conducta
ejemplar del pueblo y de las Fuerzas Armadas. El General Schneider murió horas después para significar ante el país el valor de una
misión cumplida.
El General Schneider fue un
hombre de fe en Dios. Para los
cristianos, la muerte es el comienzo de la luz eterna y de la verdadera vida. Al morir, él, junto con
alcanzar los dones de Dios, vivirá
también para siempre en el corazón de Chile y de cada uno de los
chilenos. Su martirio deja encendida la luz eterna de la libertad,
símbolo de nuestra patria y razón
de ser de nuestra nacionalidad. A
su mensaje contra la violencia podrían aplicarse las palabras del
señor Cardenal en el día de ayer:
"Desde el episodio de Caín y
Abel hasta el Mártir del Gólgota;
desde la muerte de Cristo hasta
la de aquellos profetas que en
nuestros días mueren, como El, por
dar testimonio de la luz, la violencia se ha revelado como absolutamente estéril. Estéril, digo,
para quienes pusieron su fe en
ella. Siempre obtuvieron exactamente lo contrario de lo que pretendían. Ni sus conciencias encontraron paz, ni la luz que combatieron fue oscurecida, ni la Palabra que los molestaba logró ser
acallada. Cuando pensaron reducir
sus víctimas al silencio, la sangre
de ellos se alzó para hablar con
más elocuencia que todas las palabras. Y de sus mismas muertes
surgió inagotablemente fecundo,
un manantial de vida. "
La Democracia Cristiana doblega sus banderas ante el soldado
de limpia vida y cuya muerte lo
convierte en héroe de la civilidad.
Los Senadores de estas bancas expresamos nuestra palabra de compañía y consuelo para su distinguida esposa y su familia en estas horas de dolor, como también
a nuestras Fuerzas Armadas y,
particularmente, al Ejército de
Chile. Conscientes de nuestra responsabilidad política, formulamos
votos por ser dignos del ejemplo
extraído de esta tragedia, perfeccionando nuestra democracia en
la solidaridad de los chilenos para una tarea que busque la justicia en la libertad.
El señor FIGUEROA (Secretario). —El Honorable señor Noemi
formula indicación para insertar
en la versión de esta sesión el discurso pronunciado en el Cemente-
Homenaje al General René Schneider Chereau
rio General por el Honorable señor Pablo, Presidente del Senado,
en honor al General Schneider.
—Se aprueba.
El señor FIGUEROA (Secretario). —Los Honorables señores Pablo y Contreras formulan indicación para publicar in extenso el
homenaje rendido en la sesión de
hoy al General René Schneider
Chereau.
—Se aprueba.
El señor NOEMI (Vicepresidente). —Formulo indicación para
que el Senado envíe a la familia
HOMENAJE CORAL AL GENERAL RENE SCHNEIDER
CHEREAU
18. XI. 1970.
homenaje al desaparecido
en Jefe del
U NComandante
Ejército, General René
Schneider, rendirá hoy lunes, a
las 11. 30 horas, la Sociedad Coral
de Magallanes, que preside Julio
Moris.
El acto, que se realizará ante su
tumba, consistirá en un oficio re-
137
del General Schneider, a las Fuerzas Armadas y, especialmente, al
Ejército de Chile, una nota expresando los sentimientos de pesar de
la Corporación.
—Se aprueba.
El señor NOEMI (Vicepresidente). —Solicito el acuerdo de la
Sala para dejar sin efecto, en señal de duelo, la sesión ordinaria
que la Corporación debía celebrar
en el día de hoy, y, al mismo tiempo, autorizar a la Mesa para tramitar a Comisión los asuntos que
lleguen, sin necesidad de dar cuenta de ellos.
Acordado.
ligioso y una interpretación coral
de música sacra por el coro mixto
de dicha Sociedad, formado por 30
voces y que será dirigido en esa
ocasión por Manuel Ojeda Barría.
El homenaje lo rendirá la Sociedad Coral de Magallanes en señal de gratitud por las constantes
muestras de aprecio y estímulo que
le dio el General Schneider cuando se desempeñó como Comandante en Jefe de la Quinta División
de Ejército, con asiento en Punta
Arenas.
E J E R C I T O
D E
C H I L E
ESTADO MAYOR GENERAL
AYDTIA. GRAL. Nº 8
Santiago, 3 de noviembre de 1970.
C I R C U L A R
1. —La H. Cámara de Diputados por oficio Nº 4. 888, de 27 de octubre
de 1970, comunicó al Comandante en Jefe infrascrito la aprobación de
esa corporación legislativa a una serie de acuerdos que dicen relación con
el asesinato perpetrado en la persona del Sr. General de Ejército Dn. René
Schneider Chereau (Q. E. P. D. ), y cuyos aspectos más importantes se transcriben a continuación, para conocimiento de todo el personal de la Institución:
a) Protestar por tan vil y cobarde crimen y condenar enérgicamente
a los autores, cómplices y encubridores de este alevoso asesinato.
b) Solicitar al Ejecutivo que ordene la más amplia y exhaustiva
investigación que conduzca al pronto esclarecimiento de los hechos y la
aplicación de las más severas sanciones a quienes resulten culpables.
c) Expresar su profundo sentimiento de pesar a todo el Ejército de
Chile, a la señora viuda, hijos y familiares del Sr. General Schneider.
d) Sugerir a la Municipalidad de Las Condes que cambie el nombre
de la calle del atentado por el del "General René Schneider Chereau".
f) Proponer al Poder Ejecutivo que se consulte en el Presupuesto
General de la Nación los fondos necesarios para crear becas en la Escuela
Militar con el nombre del Sr. General Schneider, en cada uno de los lugares donde existe una División de Ejército.
2. —La presente Circular será dada a conocer a la brevedad posible
a todo el personal.
Saluda a US. (UD. ).
(Fdo. ): Carlos Prats González, General del Ejército, Comandante
en Jefe.
DISTRIBUCION:
PLAN "A. l"
(Unidades fuera de la Guarnición de Santiago por Radiograma).
Es copia fiel del Original.
EDITORIALES
DUELO NACIONAL
impresionante manifestación de pesar a que dieron
L Alugar
los funerales del se-
ñor Comandante en Jefe del Ejército, general don René Schneider,
es una prueba elocuente del reconocimiento nacional de los méritos del jefe desaparecido, de la
condenación unánime que merece
el cobarde atentado de que fue
objeto y del sentimiento de profunda identificación del país con
sus Fuerzas Armadas y Carabineros.
La silueta moral del Comandante en Jefe trascenderá este momento de la historia patria para
convertirse en un ejemplo de soldado chileno, amante apasionado
del Ejército, profesional distinguido y garantía de acatamiento a la
Constitución y a la ley.
Todos ven hoy en el general
Schneider no tan sólo al oficial intachable, a la víctima de asesinos
a mansalva, al mártir de la idea
constitucionalista sino que además
comprenden que su sacrificio ha
venido a unir a los chilenos en torno a los valores fundamentales de
la comunidad nacional y a disponerlos a emprender bajo el nuevo
Gobierno la tarea de construir una
sociedad más digna y más justa.
Las Fuerzas Armadas, en estrecha colaboración con Carabineros
e Investigaciones, participan en las
pesquisas destinadas a identificar
a los culpables del crimen que ha
ensombrecido estos días, tan llenos por otra parte de profunda
significación. En la tarea de individualizar a los autores, cómplices
y encubridores del delito encuen-
tran el respaldo de toda la ciudadanía, pues la condena unánime
que ha recibido este acto vejatorio para el país exige la adecuada
sanción de los participantes en el
atentado.
Un tercer elemento se desprende de estas jornadas de duelo patrio. La injuria y el dolor que sufre una de las ramas de las Fuerzas Armadas o Carabineros lesionan a esas instituciones en conjunto y a cada uno de sus hombres, pues ellas forman un todo
moral solidario.
A su vez, el hecho lesivo para
los institutos armados es una
ofensa para el pueblo entero, que
entiende que sus soldados, marinos, aviadores y carabineros no
son un sector aislado sino que forman parte entrañable del país,
participando del acontecer cotidiano de éste e igualmente de sus
intereses más elevados y permanentes.
Cuando el general Schneider
cayó víctima de las balas asesinas
pudo pensarse que su sangre se derramaba inútilmente y que los criminales que atentaron contra él
añadían a la malicia intrínseca de
su acción el agravante de ser por
completo injustificada.
Al contemplar el homenaje popular emocionado al general
Schneider, mientras sus compañeros de armas le daban la última
despedida, se comprende que su
sacrificio ha tenido la virtud de
unir la nación en momentos difíciles y de vincular más profundamente que nunca al pueblo y a las
Fuerzas Armadas. Este es el aspecto positivo del drama que conmueve a los chilenos y que los llena de justa indignación contra
quienes lo provocaron.
140
MEMORIAL DEL EJERCITO
Así el país vive estas horas de
dolor ciudadano en la esperanza
de que ellas se resuelvan en una
auténtica solidaridad, capaz de estrechar todos los esfuerzos hacia
las realizaciones sociales y económicas que se propone el futuro Gobierno.
En esos esfuerzos cabe un rol
fundamental a las Fuerzas Armadas y Carabineros, dentro de su
misión específica de velar por la
seguridad exterior y la tranquilidad interior de la República, en el
marco de la Constitución y de la
ley.
Por eso la unión que tiende a
producirse es el mejor augurio para el Gobierno del Excmo. señor
Allende, quien encontrará a un
país que, después de las tensiones
que culminan en el sacrificio del
general Schneider, se muestra dispuesto al trabajo, a la disciplina
responsable, a la transformación y
modernización de sus estructuras
así como al abandono de los privilegios.
El nuevo Gobierno tendrá sin
duda dificultades, pero estos días
de meditación y de dolor han hecho desaparecer prejuicios y disponer los ánimos para la tarea común.
EL GENERAL RENE SCHNEIDER
L
A muerte del Comandante
en Jefe del Ejército, General René Schneider, como
consecuencia del atentado de que
fuera víctima en la mañana del
jueves 22, ha provocado en la ciudadanía congoja, perplejidad e indignación. El Duelo Nacional por
tres días decretado por el Supremo Gobierno recoge este sentimiento dominante y refleja el pesar de los chilenos por la trágica
desaparición de un militar cuya
brillante hoja de servicios había
agregado una nueva página de honor al historial de nuestro Ejército.
El General Schneider, luego de
una destacada carrera profesional,
llegó al más alto mando de su
Fuerza en circunstancias que son
de dominio público y cuando se había producido una grave alteración en el tradicional encuadramiento legal de la oficialidad. Co-
rrespondió, entonces, al nuevo Comandante en Jefe la honrosa tarea de reafirmar la auténtica vocación legalista del Ejército, logrando superar totalmente la crisis provocada por elementos minoritarios.
Posteriormente, el General
Schneider tuvo nuevas oportunidades de poner en relieve su inalterable compromiso con la causa
de la Constitucionalidad. Con motivo del proceso electoral recién
concluido se mostró como un firme defensor de la doctrina oficial
del Ejército al sostener que las
Fuerzas Armadas respetarían el
veredicto de las urnas y que si
era necesario llegar a una definición en el Congreso Pleno se respetaría el veredicto del Congreso,
porque así lo especificaba la Constitución. Subalternas consideraciones electorales, ajenas al espíritu
ecuánime de un militar, hicieron
Homenaje al General René Schneider Chereau
que por estas declaraciones el General Schneider fuera tenaz e injustamente atacado por sectores
políticos que habían perdido de vista la impersonalidad y universalidad de las prescripciones que rigen un Estado de derecho.
Los motivos y el origen del criminal atentado que terminó recientemente con su vida no han sido todavía totalmente esclarecidos
por la investigación. No obstante,
el contexto político del país y el
cuadro de tensiones que se ha vivido en las últimas semanas permiten suponer que el inicuo atentado no ha sido ajeno a la actitud
constitucionalista sostenida por el
General Schneider con rectitud y
valor tales, que sólo ahora pueden
apreciarse en su auténtica y heroica dimensión.
141
El General Schneider no ha sido víctima de un azar imprevisible. Cayó en el cumplimiento de
una tarea cívica, cumpliendo hasta el último instante el deber inherente a su condición de militar y
a la responsabilidad de su cargo
con no menos heroísmo con el que
puede morir un soldado en el campo de batalla combatiendo por su
patria. De esta manera, el General Schneider ha pasado a incorporarse a nuestra galería de arquetipos nacionales. De aquí en
adelante su memoria será un monumento perdurable al honor de
nuestras Fuerzas Armadas y a la
vocación de civismo y legalidad de
nuestro país. La violencia puede
segar la vida de un hombre, pero
no las proyecciones de su espíritu.
A EMPRENDER LA GRAN TAREA
E
N la tarde de ayer, cuando
se procedió a dar sepultura
a los restos del general don
René Schneider, asesinado cobardemente, nuestro pueblo demostró,
de nuevo, su total solidaridad y su
identificación profunda con las
Fuerzas Armadas, de cuyas altas
virtudes fue un destacado representante el ilustre jefe desaparecido.
Y en los momentos en que ese
mismo pueblo se prepara para
llegar al poder, para ser el ejecutor de su programa y el diseñador de su futuro y del porvenir
de nuestra patria, esa identificación entre los institutos armados
y las fuerzas populares cobra mayor vigencia y oportunidad.
Las Fuerzas Armadas de Chile
están destinadas a ser una garantía de que el pueblo podrá dedicarse tranquilamente a las nobles
tareas que él mismo se ha encomendado. Dueñas de un espíritu
profesional y de un amplio respeto por las tareas cívicas del pueblo, ellas constituyen un obstáculo
insuperable para quienes pretendan desviar el cauce normal y democrático de la vida política chilena.
Por eso mismo, el pueblo se
siente con la plenitud de sus energías para emprender las tareas en-
142
MEMORIAL DEL EJERCITO
caminadas al total y cabal cumplimiento de su programa, el Programa Básico de Gobierno de la
Unidad Popular.
El pueblo de Chile demostrará
que sabe cautelar ampliamente el
patrimonio nacional, haciendo realidad lo que escribió en su programa con caracteres indelebles: "El
proceso de transformación de nuestra economía se inicia con una política destinada a constituir un
área estatal dominante, formada
por las empresas que actualmente
posee el Estado más las empresas
que se expropien. Como primera
medida se nacionalizarán aquellas
riquezas básicas que, como la gran
minería del cobre, hierro, salitre
y otras, estén en poder de capitales extranjeros y de los monopolios internos.
Una tarea patriótica que será
resistida, seguramente, por los intereses afectados, pero que, en lo
fundamental, corresponde a los
más altos intereses nacionales. Es
indudable y esto ya nadie lo discute, que el interés general debe
primar sobre el particular.
La estructura política e institucional de Chile deberá ser, por tanto, un verdadero dique de contención contra los desbordes de quienes se sientan heridos por el cumplimiento de un programa aprobado por el pueblo y que contempla, por ejemplo, una aceleración
y profundización del proceso de la
reforma agraria; un desarrollo,
como nunca lo hubo antes en el
país, de 'la cultura y la educación; una política de desarrollo
económico que vigorice la vida nacional resolviendo los problemas
inmediatos de las grandes mayo-
rías, y una democratización creciente de la nación, etcétera.
Las metas que se ha fijado el
pueblo son altas, pero de ninguna
manera inaccesibles.
Si se ponen en tensión toda» las
fuerzas sociales progresistas —lo
que en este caso equivale también
a decir mayoritarias— del país, es
posible alcanzar las metas fijadas
y echar las bases para el logro de
nuevas aspiraciones, para el cumplimiento de tareas aún más ambiciosas, para pavimentar el camino de Chile hacia el socialismo.
Naturalmente, estas perspectivas resultan halagadoras para las
grandes masas ciudadanas; mas,
no lo son para pequeños grupos
que no entienden, ni quieren, ni
pueden entender, que, fatalmente
para ellos, los tiempos han cambiado.
No quieren ni pueden entender
que el país necesita romper sus
actuales estructuras políticas para
darse otras nuevas, operativas y
dinámicas, basadas en el interés
general de la nación y no en los
intereses particulares.
Y como no quieren ni pueden
entender verdades tan elementales, no han vacilado en ordenar el
asesinato de un jefe militar.
Pero, que tengan cuidado.
No podrán repetir el crimen, no
podrán levantar de nuevo la mano sobre ningún hombre patriota.
El pueblo les ha dicho basta y si
insisten en sus actos criminales,
el pueblo se encargará de aplastarlos sin ninguna vacilación.
El pueblo quiere tranquilidad
para trabajar por un Chile más
digno, más libre y más independiente. Más próspero también.
EL COMANDANTE EN JEFE AGRADECE
SOLIDARIDAD CON EL EJERCITO
"El Comandante en Jefe del Ejército, a nombre de todo
el personal de la institución, cumple con el deber de agradecer,
en forma emocionada, a las autoridades civiles, eclesiásticas,
militares y de Carabineros, representantes diplomáticos y militares extranjeros, organizaciones, instituciones y entidades de
diversa índole, órganos de prensa, radio y televisión y público
en general, las fervorosas muestras de sincero pesar con que
adhirieron al justo y comprensible dolor que embarga al Ejército entero, por el sensible y trágico fallecimiento del que hasta
ayer fuera su Comandante en Jefe, General don René Schneider
Chereau, como quedara palmariamente demostrado en las imponentes honras fúnebres realizadas, tanto en Santiago como
en el resto del país.
Este gesto solidario, que mitiga en parte la honda congoja
de los componentes del Ejército desde su actual Comandante en
Jefe hasta el último conscripto, compromete su reconocimiento
y eterna gratitud".
CARLOS PRATS GONZALEZ, General de Ejército, Comandante en Jefe.
HOY HACE UN MES
I un rayo hubiese caído en
pleno corazón de Chile, no
habría producido tan amarga sorpresa como la que provocó
el alevoso asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau, atormentando a su dignísima esposa,
hijos y familiares..., a toda la
ciudadanía y al viejo soldado que
tuviera el privilegio de comandar
el curso militar de 1932, quien lo
sentía tan cerca de su alma, que
hubo de refundir el gran pesar
que lo ahogaba en un angustiado
sollozo.
Inmensamente habríamos sufrido con su muerte en un caso normal porque era un amigo incomparable, relevantes sus merecimientos, limpia y clara su actitud
militar y jamás se notó una duda
o una indecisión en el recto camino del cumplimiento de su deber.
Era un soldado de estirpe superior que mantenía incólume la tradición inmortal que le marcaban
la Constitución y las leyes de la
República y nada ni nadie habría
podido desviarlo de la escrupulosidad y entereza con que ejercía el
mando y satisfacía las infinitas
misiones que éste le imponía.
Parece increíble que ese honor
militar que ha sido y es el más
preciado galardón de las Fuerzas
Armadas de la República, desde
que nacieran a la vida para obtener la independencia, libertad y
soberanía de Chile, haya señalado
al Comandante en Jefe del Ejército como la víctima indispensable
para romper la incorruptibilidad
de las fuerzas a su mando. ¿Podrá
ser chileno quien atentara contra
ese honor del cual todos nos sentimos orgullosos y admiran nuestros hermanos de América?
¿Será posible que exista un
compatriota nuestro que pudiera
imaginar siquiera que un crimen
tan humillante y cobarde bastaría
para amilanar o demoler el prestigio y la dignidad de los subalternos de su víctima ? ¿ Olvidan o desconocen que en la Batalla de La
Concepción murieron uno a uno
los 77 chacabucanos que defendían
la plaza..., sin que haya existido
un instante de duda durante las
18 horas que duró el combate, en
que todos y cada uno ofrendaran
sus vidas por mantener en alto la
bandera, que encarnaba y encarnará siempre el honor militar que
forma parte integrante de la Patria? ¿No es una aberración atribuir a un descendiente de alguno
de los 77 de la Fama un acto tan
infame y miserable? ¿No saben
que el mando es una responsabilidad que se funde al honor y disciplina del soldado y que si alguien pudiera estar perturbado y
pensara faltar a su deber, un crimen tan horripilante como el que
cometieron fuera razón más que
suficiente para que despertara y
—llorando de arrepentimiento—
reconociera la perfidia que iba a
cometer y se transformara en roca tan firme como la que destruyeron con vandálica inconsciencia?
¡Es conveniente dejar en pie y
considerar este gran signo de interrogación !
Dice el poeta "que la muerte no
es la muerte..., la verdadera
muerte es el olvido", y, ¿cómo va
Homenaje al General René Schneider Chereau
a olvidar el pueblo chileno esos
tres días de congoja infinita en
que vivió con el nombre del General Schneider en el corazón y una
plegaria en los labios, rogando a
Dios porque le devolviera la salud? ¿Cómo no conservar eternamente la visión de la columna interminable de la gran mayoría de
los habitantes de Santiago acompañando el cortejo fúnebre, encabezada por los Presidentes de la
República, en ejercicio y recién
elegido, don Eduardo Frei y el doctor Salvador Allende, y todas las
autoridades de ambos regímenes?
Hay actos, misiones y sacrificios
que dignifican tan altamente a
quien los realiza, que fundamentan
y profundizan una honrada y meritoria conciencia ciudadana...
145
¡La nunca suficientemente lamentable muerte del General
Schneider, será uno de ellos!
De los 55 alumnos que integraron el curso militar de 1932, René
Schneider era el único que quedaba en servicio activo y que alcanzó el alto cargo en que encontró la
muerte.
Sin saber aún cómo impedir que
las lágrimas nublen nuestros ojos
a cada instante, tenemos que reconfortar nuestros espíritus y hacer nuestros los principios fundamentales que lo llevaron al sacrificio, con la seguridad más absoluta que, con ello, honramos su
memoria y aseguramos la grandeza de Chile.
Guillermo Toro Concha, General
de Ejército (R).
PRESIDENTE ALLENDE LLAMA A ESPOSA DEL
GENERAL SCHNEIDER A COLABORAR CON
EL GOBIERNO
L PRESIDENTE DE LA
República, Dr. Salvador
Allende, ofreció ayer a la viuda del
General René Schneider, señora
Elisa Arce, un cargo en el Consejo
de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional.
En una emotiva carta el Jefe del
Estado le expresa a la Sra. del General:
"Distinguida señora: Consciente
de los servicios que su ilustre esposo, general señor René Schneider Chereau prestó al Ejército y al
país durante 40 años, trazando una
ejemplar trayectoria de rectitud y
honorabilidad, principios que Ud.
ha compartido ampliamente, estimo de justicia solicitarle su co-
laboración para participar en labores del Gobierno.
Consecuente con lo anterior, sería altamente grato para mí, se
dignara aceptar la designación de
representante de las Asignatarias
de Montepío ante el Consejo de la
Caja de Previsión de la Defensa
Nacional.
Al solicitarle esta cooperación,
tengo la certeza que Ud., estimada
señora Schneider, interpretará ampliamente los anhelos e inquietudes de este vasto sector pasivo de
las Fuerzas Armadas.
Sírvase aceptar los sentimentos
de mi más distinguida colaboración
Salvador Allende G.
Presidente de la República
PROBLEMAS
DE
DEFENSA
NACIONAL
EL PRESTIGIO
Coronel JORGE CARMONA YAÑEZ
L
AS costumbres y las leyes
que heredó este siglo han
tendido persistentemente a
debilitar la autoridad y, en decisivos momentos históricos de algunas nacionalidades, la han hecho casi inexistente.
En los hogares, los talleres, los
colegios y las calles, se ha predicado contra ella, y ciertos Estados
han vivido en medio de la impaciencia, la crítica contra la jerarquía y la impotencia del mando.
Minada desde abajo por la incapacidad y la mediocridad, cada
vez que pretendió ejercerse tuvo
que vacilar, sin confianza en sí
misma, y claudicar con reticencias,
excusas y concesiones.
Esta decadencia, resultante lógica de la descomposición moral
que han venido sufriendo algunos
pueblos, tal crisis, por general y
profunda que haya sido, no ha durado mucho tiempo y ha engendrado sucesivamente, por reacción excesiva, la tiranía.
En el fondo, los hombres necesitan ser dirigidos y encuadrarse en
su organización. Necesitan Orden
y Jefe.
Si la autoridad vacila sobre sus
fundamentos, el equilibrio natural
de las cosas le procurará, tarde o
temprano, otras bases más o menos
buenas, pero siempre adecuadas para establecer una nueva disciplina.
Entre ellas tiene un sitio privilegiado el valor individual y el ascendiente de algunos.
Todo el prestigio que antiguamente las masas acordaron a la
función o al nacimiento, ellas lo
acuerdan hoy día a la calidad y
al carácter.
El hombre que manda, en cual-
quier escalón que se encuentre,
debe confiar, para ser seguido, más
en su valer que en su elevación.
No hay que confundir el poder con
sus atributos.
Esto no quiere decir que no sirvan para nada los viejos resortes
de la disciplina, pues tendrán siempre una influencia más o menos
profunda y casi mecánica; pero
en un época desordenada, en el seno de una sociedad conmovida en
sus bases y en sus tradiciones, las
convenciones de obediencia se han
debilitado y el prestigio personal
del Jefe ha pasado a primer término en el ejercicio del mando.
Este depende, en primer término, de un don elemental, de una
aptitud natural que se traduce en
un hecho afectivo, impresión o sugestión, inspirada a los demás y
que escapa al análisis. Ciertos
hombres emanan por naturaleza
un fluido de autoridad que no nos
podemos explicar exactamente en
qué consiste, y que muchas veces
nos deja atónitos.
Aún más, no siempre hay relación entre el valor intrínseco y el
ascendiente de los individuos. Se
ve a gente, notable por su inteligencia y su virtud, que no tiene la
sugestión del mando y, a otra menos dotada en cuanto a espíritu y
corazón, que lo posee.
Si el Jefe es capaz de sumar a
la eficacia de los procedimientos
disciplinarios conocidos, todo el peso de una virtud singular, la confianza y la esperanza ayudan a su
crédito.
La experiencia de los guerrero»
jamás ha desconocido la importancia de la actitud.
Los pequeños comandos tratan
de presentarse bien ante su tropa
y los grandes cuidan inteligentemente sus intervenciones.
Flaubert pinta muy bien, en "Salambó", el efecto que producía la
aparición calculada de Amílcar an-
Crl. Jorge Carmona Y. El Prestigio
te sus soldados vacilantes; cada
página de los Comentarios de César muestra cómo éste medía sus
gestos públicos y es conocido el
cuidado que tenía Napoleón de mostrarse en condiciones de impresionar.
Nada realza más la autoridad
que el silencio.
Hay una relación necesaria entre el silencio y la orden.
El instinto de los hombres desaprueba al Jefe que prodiga las
frases.
Los reglamentos han recomendado siempre la concisión de las
órdenes. La autoridad se afloja
por la abundancia de papeles y la
ola de discursos.
Esta ley del silencio en la actitud militar no está de acuerdo con
la idea que tiene la multitud, pues
existe un prejuicio a este respecto, según el cual los acontecimientos guerreros se desenvuelven movidos por la palabra. La novela, el
teatro y el cinema se han encargado de representar a los héroes
accionando y perorando para mover a los hombres.
La realidad desmiente este prejuicio.
Es posible que la agitación verbal haya de vez en cuando provocado entre los subordinados algún impulso; pero a costa de
cuánta confusión.
La reserva del Jefe produce sólida impresión sólo en el caso que
encierre decisión y ardor.
El ascendiente nace justamente
del contraste entre la potencia interior y el dominio de sí mismo.
La elevación de un hombre sobre los otros, sólo se justifica si
aporta a las condiciones comunes,
el impulso y la garantía del carácter.
El privilegio del dominio, el de-
147
recho de ordenar, el orgullo de ser
obedecido, la sensación de poder
que da el ejercicio del mando; el
honor y la gloria que el Jefe recibe antes que nadie, sólo se justifican por la posesión de calidades
superiores y por el valor con que
se enfrentan las responsabilidades
y el peligro.
La energía del Jefe alimenta la
energía de los subordinados y en
muchos casos la crea.
Es el prestigio lo que no tendrán nunca los figurantes de la
jerarquía, los parásitos que absorben todo y no dan nada, tímidos
aduladores y vacilantes sin alma.
Jamás será acordada la simpatía de los espíritus ni el afecto de
sus subordinados a quienes sólo
ofrecen una astucia oportunista y
ondulante.
Se ha podido observar que los
conductores de hombres, políticos,
profetas, soldados, que más obtuvieron de los demás, se identificaron siempre con ideales elevados,
impulsando movimientos orientados más hacia la grandeza que al
interés.
Así como el espíritu de los tiempos ha intentado socabar el prestigio de la autoridad individual,
así también ha tratado de minar
el prestigio secular de las instituciones.
El fascismo y el nacismo sólo
han sido posibles como una reacción violenta y como una revancha
de la autoridad.
Cuando las instituciones armadas han tratado de intervenir en
las controversias ideológicas o políticas y se han identificado con
algún sector grande o pequeño, pero siempre veleidoso, del campo de
batalla político, se han contaminado con sus enfermedades, han
deformado su sólida armonía mo-
148
MEMORIAL DEL EJERCITO
ral, han perdido en consideración
y prestigio y, en definitiva, no han
ganado en perfección, ya que su
código moral fue siempre más rígido y severo que el de las sociedades a que han servido. La esencia de su estructura moral y de
su ética profesional jamás ha sido superada y las virtudes militares fueron siempre la más alta expresión de la moral.
Ningún ciudadano tiene para
con su Patria y la sociedad mayores deberes que el soldado; ningún
código es más severo que el del soldado, y es por eso que se le debe
a él mayor consideración y respeto.
Cuando las virtudes de un pueblo decayeron y éste se hundió en
la degeneración y la anarquía, el
último baluarte del bien fue el
Ejército. El desastre sólo vino
cuando éste perdió su moral y su
prestigio.
La conciencia de los pueblos, como la de los individuos, se inclina
naturalmente a desestimar sus propios errores, a desconocer sus pecados y justificar sus crímenes;
siempre se despierta tarde y cuando ya los males han sido producidos.
A través de la historia, las tendencias aristocráticas, democráticas, autocráticas o anárquicas se
han sucedido, para bien o para mal,
como las estaciones del año, y, sucesivamente, han demostrado sus
cualidades y sus defectos, dejando
un acerbo de progreso y de ruina.
Los errores fueron condenados
después por la posteridad y sólo
una minoría fue capaz de combatirlos oportunamente.
Escaparon al juicio severo de la
historia los Ejércitos que, fieles a
la tradición de prescindencia, per-
manecieron ajenos a las variaciones ideológicas y a sus veleidades,
inalterables en su moral y consecuentes con los principios básicos
de su existencia y necesarios a su
salud: el patriotismo, la jerarquía
y la disciplina.
Augustos y majestuosos en su
silencio, ejemplares en su honestidad y espíritu de sacrificio, sirvieron de antítesis a la corrupción
y, de medida, a la decadencia ambiente.
La fuerza de un ejército no se
concibe sin un espíritu que lo organice y lo vivifique y es ese espíritu el que lo hace al mismo tiempo querido y temido.
La masa siente por él la consideración que ' provoca una gran
fuerza moral.
El rigor y la cohesión militar y
su esplendor han impresionado
siempre vivamente al hombre,
quien en todas sus manifestaciones
de arte, pintura, escultura, literatura, música, danza, arquitectura,
lo ha expresado intensamente.
La conservación y la vida de
este "carácter" propio del Ejército requiere un régimen especial y
un tratamiento adecuado, del cual
son responsables la ciudadanía y
el Gobierno.
El Ejército, en un ambiente de
respeto y consideración, tanto individual como colectivo, debe poder percibir el alma nacional, pero llevando siempre una coraza
impenetrable, aisladora de toda veleidad colectiva, al margen de la
cual debe permanecer inflexible e
inalterable, fiel a su código moral,
a sus tradiciones.
Así lo exigen sus principios y
así lo exige su salud.
(Artículo publicado en "La Nación", de Santiago de Chile, 1940).
LA DEFENSA NACIONAL
CONFERENCIA LEIDA POR SU AUTOR EN EL SALON DE HONOR DE LA
UNIVERSIDAD DE CHILE EL 29 DE DICIEMBRE DE 1917
Coronel MARIANO NAVARRETE C,
Subjefe del E. M. G. del Ejército.
1. —Consideraciones sobre la guerra. — II. —Factores que influyen en la
Defensa Nacional. — III. —La acción del Ejército, sus deficiencias y el
estado actual. — IV. —La influencia de la industria en la preparación para
la guerra. — V. —Fondo de Defensa Nacional. — VI. —Conclusiones
E
L PROGRESO como la seguridad
de las Naciones, depende de
la previsión y solidez con que
se prepara su defensa. A pesar de
haber sido repetido este axioma, de
todos conocidos y que a todos interesa, en los más variados tonos por
los más eminentes militares, políticos y economistas de los diversos
países del orbe; aunque esa aseveración se vea hoy afianzada y robustecida por la lógica indiscutible de
los hechos, por la experiencia recogida en tres años de guerra mundial, nosotros, que por temperamento somos indolentes y confiamos
mucho en la letra de los tratados, no
hemos dado a esta delicada cuestión toda la importancia que merece, so protexto de evitar recelos internacionales o de ser muy remotas
las probalidades de una guerra.
Esta confianza ha sido el esco-
llo en que se ha estrellado en todas las épocas de nuestra vida independiente el anhelo patriótico de
esclarecidos hombres públicos y militares que, previendo con extraordinaria clarividencia las dificultades
que nos podía reservar el porvenir,
han querido cimentar sobre una base inconmovible el complicado organismo de la Defensa Nacional.
Es de suponer que las lecciones
objetivas de la guerra mundial habrán desvanecido hasta en los más
obstinados sostenedores de ese pernicioso sistema, que se caracteriza
por el abandono absoluto de toda
medida que tienda a !a seguridad
del país, la idea de continuar por este camino que inevitablemente nos
conduciría a la ruina, pues no es
posible que ante los hechos consumados por países más civilizados
que el nuestro, queramos continuar
cerrando los ojos para no ver que
los tratados y las protestas de
amistad son palabras vanas cuando
150
MEMORIAL DEL EJERCITO
está de por medio el interés nacional.
Los pueblos, como los hombres,
son egoístas y se mantienen dentro
de los principios de equidad, justicia y respeto mientras estiman que
con ello no sufren sus propios inteteses ni se lesionan sus pretendidos
derechos. Ante el más leve indicio
que haga concebir la posibilidad de
una amenaza que pueda alterar la
situación creada a costa de sacrificios y desvelos, los individuos, olvidándose de las más sanas doctrinas, renuncian a los más caros afectos y olvidan hasta el amor filial,
si ello es necesario para salvar sus
intereses. Otro tanto sucede con las
naciones que en su lucha constante
por el progreso, están expuestas a
este choque de intereses que la diplomacia no puede impedir y que
traen como consecuencia inevitable
la guerra, es decir la anulación de
los tratados, el olvido de las protestas de amistad, para entregar la solución de la contienda al tribunal
inexorable de la fuerza donde actúan como jueces supremos el fusil,
las ametralladoras y el cañón.
Por consiguiente, dentro de esa
actividad febril en que se agitan los
pueblos en su lucha diaria por el
progreso y por el enriquecimiento
individual y del Estado, son múltiples las causas que pueden producir
la guerra e inclinar de un lado u
otro los platillos de la balanza internacional, tan sensibles a presiones
extrañas, y sobre todo a la acción
del sentimiento patrio que se subleva a la más ligera imposición, convirtiéndose, de manso arrollo destinado a impulsar las riquezas del
país, en torrente amenazador para
los que pretenden desconocer sus derechos o coartar su libertad.
Según lo demuestra la historia de
la humanidad, la guerra es un mal
inevitable que amenaza constantemente la tranquilidad de los pueblos, ya que su origen puede ser la
cuestión más futil, como cualquiera
de los problemas trascendentales
cuya solución interesa vivamente a
las democracias modernas, siempre
ávidas de progreso y de bienestar
económico social.
La civilización ha sido impotente para modificar este estado de cosas, que forma parte de la naturaleza del hombre, limitándose su
acción en este sentido el perfeccionamiento de los medios de ataque y
de defensa; perfección que se ha
llevado a un extremo tal que supera
las más atrevidas concepciones de
la fantasía, asombrando con ello al
mundo que atónito contempla cómo
los genios de la Ciencia y del Arte
se han puesto incondicionalmente al
servicio de la destrucción y de la
muerte.
La realidad, con su aplastadora
elocuencia, se ha encargado de
echar por tierra los más nobles ideales de los altruistas que soñaban con
una era de paz y de amor fraternal,
haciéndoles ver que hoy como ayer,
predominan en el hombre Jos sentimientos egoístas en todo lo que atañe a la patria, siendo aún impotente la religión de la humanidad para
sofocar los violentos latidos del corazón, que exaltado por el patriotismo herido, arrastra a los individuos
al sacrificio y a la muerte para
mantener incólume la bandera, el
hogar y las tradiciones gloriosas
del pasado.
Debemos por lo tanto, estudiar
el problema de la seguridad del país
bajo este aspecto real, dejando para mejores tiempos, es decir, para
Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional
cuando la humanidad modifique su
idiosincrasia, la persecución de
ideales altruistas. Proceder de otro
modo en presencia del conflicto
mundial cuyos resultados obligarán
a las naciones a vivir con el arma
al brazo para terciar con ventaja
en la gigantesca lucha económica
que será su consecuencia lógica e
inmediata, significaría por nuestra
parte renunciar al engrandecimiento de la patria y dejarla en situación deprimida con respecto a sus
vecinos, que penetrados de la importancia de la hora presente, estudian e impulsan el desarrollo de la
industria y el comercio, dictando al
mismo tiempo las medidas militares
que garanticen su progreso y aseguren la paz.
Exponer en forma sucinta, dejando a un lado todo tecnicismo
profesional, las variadas materias
que comprende el problema de la
defensa del país es el objeto de esta
modesta disertación con la cual no
se persigue el éxito literario, sino
el llevar al ánimo de este distinguido auditorio la convicción más profunda de que todo sacrificio que haga el Estado para mantener la eficiencia de las fuerzas armadas, redunda en provecho directo de la nación, que a su amparo robustece su
organismo y afianza su prosperidad.
II
Ateniéndonos al concepto de la
guerra moderna se puede decir, sin
temor de incurrir en una exageración, que es la nación entera, en toda la amplitud que encierra esta expresión genérica, la que se pone al
servicio de la defensa en el caso
desgraciado de un conflicto.
151
En efecto, las fuerzas vivas, constituidas por el Ejército y la Armada, requieren el empleo de todos
los hombres válidos para organizar
con ellos las masas de tropas destinadas a defender las fronteras y a
invadir el territorio enemigo, a fin
de poner a cubierto el propio suelo
de la desolación y ruina, a la vez que
para dar a la flota los medios de
utilizar su potencia y superioridad
en mantener el dominio del mar y
por consiguiente el intercambio comercial que asegure una fuente de
entradas al país y a la fácil adquisición de todo lo necesario a su defensa.
Como consecuencia de lo anterior
se desprende, que la Defensa Nacional requiere también el empleo
inteligente y acertado de todos los
recursos de un país y la implantación de industrias que, junto con
satisfacer las exigencias comerciales, incrementando la riqueza privada y del Estado, estén preparadas
para suministrar en caso de guerra
todo lo que las fuerzas armadas necesiten para mantener su eficiencia. El ideal en esta materia es independizarse en cuanto sea posible
de los mercados extranjeros, obteniendo con ello la seguridad absoluta de contar con estos recursos,
en el momento deseado, como asimismo la de que el oro invertido
en su adquisición se distribuya en el
propio territorio convirtiéndose en
nuevas fuentes de progreso y bienestar.
Además de esta contribución directa que los habitantes prestan a
la nación en el transcurso de una
campaña, existe otra cuya importancia se ha puesto de manifiesto
con motivo de la guerra mundial:
la necesidad de preparar desde el
152
MEMORIAL DEL EJERCITO
tiempo de paz la movilización civil,
a fin de reemplazar con los niños,
con las mujeres y los ancianos los
brazos de los operarios que han empuñado el fusil para defender con
sus vidas la integridad del país.
Al lado de esta acción que podríamos llamar material, debe desarrollarse la moral, que impone a las
madres, a los maestros y al Estado
la necesidad de inculcar a los niños
de ambos sexos el culto de la patria
que encarna todas las virtudes cívicas a fin de fortalecer su espíritu
para luchar por la realización de
los más atrevidos ideales de progreso o para sacrificarse por la conservación de la nacionalidad, suprema aspiración del hombre y consecuencia lógica de su amor a la libertad.
Lo expuesto anteriormente basta,
para demostrar que la Defensa Nacional desempeña en la vida de los
pueblos la misma acción que el corazón en la existencia del hombre;
a semejanza de éste alimenta y vigoriza con la savia del patriotismo
las visceras de la nación, es decir
el comercio, las industrias, la enseñanza, las artes y las instituciones
armadas, que son los pulmones que
purifican la sangre de este inmenso
organismo constantemente expuesto a respirar la atmósfera viciada
de la política internacional.
III
Según hemos visto al enumerar
los factores que influyen en la Defensa Nacional, el hombre es uno
de sus principales elementos, imponiéndose por tanto la necesidad de
estudiar en primer lugar el papel
que desempeña en ella y la mejor
manera de utilizar sus servicios desde el punto de vista militar.
Para felicidad del país, la idiosincrasia de nuestro pueblo, que participa de las virtudes y energías de
las razas ibera y araucana, lo hace
apto para las funciones militares,
pues lleva en su sangre el germen
del patriotismo, la más hermosa
de las cualidades que debe adornar
al soldado que en todo momento ha
de estar dispuesto a la abnegación
y al sacrificio.
Tan arraigado está este sentimiento en el corazón de los chilenos, que la acción disolvente de individuos extraños que, amparados
por la deficiencia de nuestra legislación social, viven en nuestro suelo, no ha podido, a pesar de la ignorancia de las clases inferiores y
de la ayuda de algunos malos compatriotas apagar ese fuego interior
que mantiene latente el amor a las
instituciones armadas. Ellas le representan siempre las tradiciones
gloriosas del pasado y la firme voluntad de conservar, a la sombra
del derecho las conquistas de la libertad y la democracia.
Hemos dicho que el hombre es el
factor más importante de la defensa porque con él se constituye la resistencia material, a la vez que, responden a las distintas manifestaciones de su aptitud las variadas
agrupaciones en que deben fraccionarse las fuerzas armadas para
formar un conjunto armónico que
corresponda a las necesidades reales de la guerra.
Las diferencias del clima y la
mayor o menor rudeza del trabajo
en las distintas zonas en que se divide el país, nos permiten contar
con hombres tranquilos y reflexivos
a la vez que con temperamentos ardientes e impetuosos. Los primeros
participan de la calma y solemnidad de las campiñas y selva del cen-
Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional
tro y del sur del país, mientras los
segundos de la majestad soberbia
de las montañas y del desierto, donde aprenden a vencer las dificultades de la naturaleza; los unos acostumbrándose desde niños a respirar
el aire de las cumbres y a trepar a
sus abruptas laderas, bordeando los
precipicios, para contemplar desde
la cima la imponente inmensidad, y
habituándose como el cóndor, a la
independencia; los otros, que respiran el aire cálido de las pampas salitreras, forman una generación,
fuerte y abnegada, capaz de todo
sacrificio, pues su carácter participa de la grandeza y energía de esa
región especial que ha sido el yunque en que se ha templado y continúa templándose su vigoroso espíritu.
Como se comprenderá, con tales
elementos es fácil organizar un
ejército fuerte que nos ponga a cubierto de las contingencias que nos
reserva el porvenir, ya que nuestra
política internacional tiene aún serios problemas que resolver. Debemos estar preparados para mantener la situación favorable que nos
crea la apertura del canal de Panamá, pues sólo así podremos terciar tranquilos en la lucha económica que se desarrollará al terminar
la guerra europea, lucha que augura días prósperos y felices para este suelo que tanto amamos.
Estoy seguro que al oír lo anterior, muchos de los que me escuchan extrañarán que hable de organizar un ejército fuerte, pues
convencidos estarán de que el actual llena estos requisitos y que ir
más allá en esta materia sería imponer al Estado un sacrificio pecuniario que perjudicaría el desarrollo industrial.
Tal vez los que así piensen recor-
153
darán que después de la revolución
del 91, el Supremo Gobierno y las
Cámaras, iniciaron una era de progreso para las instituciones armadas, preocupándose de organizar los
cuadros del ejército permanente bajo una base más racional; de establecer el servicio militar obligatorio; de contratar instructores y
profesores extranjeros; de normalizar las funciones del Comando
Superior; de implantar la práctica
de las maniobras, de crear nuevos
institutos de enseñanza; de enviar
oficiales a Europa a perfeccionar
sus conocimientos; de dictar los reglamentos nuevos; de dividir el país
bajo el punto de vista militar; finalmente, de votar fondos para adquirir los elementos más indispensables para el funcionamiento del
Ejército que realizaba una transformación radical de los métodos y
prácticas existentes hasta esa época.
Esta acción benéfica de los poderes públicos ha sido debidamente
apreciada por los profesionales y
por la opinión unánime del país;
pero la obra empezada con tanto
entusiasmo y patriotismo en días de
feliz memoria, no ha sido continuada con igual empeño, existiendo por
esta causa grandes lagunas que interrumpen el progreso militar, impidiendo a la superioridad obtener
todos los espléndidos resultados que
era dable esperar de la aplicación
de las nuevas leyes orgánicas y de
una mejor reglamentación.
¿ A qué se debe esta repentina paralización ? Creemos que en parte se
debe a las dificultades económicas
por que ha atravesado el país, pero
es posiblemente la causa principal,
esa falsa idea que tiene la gran mayoría de nuestros hombres públicos
respecto de lo que debe ser el ejérci-
154
MEMORIAL DEL EJERCITO
to y de la misión que le corresponde en la vida nacional.
Para desvanecer este erróneo
concepto, haremos una ligera exposición destinada a explicar, en la
forma más sencilla, lo que se entiende por ejército según las doctrinas nuevas, como asimismo la influencia que tiene en el desarrollo
de la política internacional y en el
prestigio y progreso de los pueblos.
El ejército debe ser formado por
todos los hombres válidos de la nación que, obligados legalmente a pagar su contribución de sangre, deben pasar por las filas del ejército
permanente para recibir la instrucción técnica que los deje aptos para
los fines de la guerra, al mismo
tiempo que para perfeccionar su
instrucción cívica y fortalecer el
sentimiento de la nacionalidad que
es la base en que descansa el engrandecimiento de los pueblos.
Su misión durante la paz es contribuir al progreso general y a la
instrucción de las clases menos preparadas, a la vez que garantir el
funcionamiento de las instituciones
y el respeto a las leyes siendo en caso de guerra el mejor exponente de
la virilidad del país y el firme baluarte en que ha de estrellarse la
ambición y la audacia de los que
pretenden desconocer sus derechos
u hollar su libertad.
Un ejemplo así constituido contribuye al éxito de la política exterior cuya acción, apoyada en la justicia y en la fuerza puede ejercerse
no sólo con la convicción que imprime la primera sino que también con
la seguridad y energía que caracterizan a la segunda; influencia que
también se hace sentir en el campo
de la industria y del comercio, pues
las instituciones armadas son su
mejor póliza de seguro y un factor
poderoso para mantener la paz, único ambiente propicio para desarrollar su actividad e impulsar a su
más alto grado el progreso del país.
¿Dispone el ejército permanente
en la actualidad, de todos los elementos de que ha menester para
cumplir su delicada misión? Antes
de contestar esta pregunta nos parece oportuno explicar en qué consiste su labor, a fin de que mi distinguido auditorio pueda darse
cuenta cabal de las razones que
asisten a la autoridad militar para
pedir encarecidamente que se atiendan, con preferencia a otros servicios, las necesidades más urgentes
del Ejército.
El ejército permanente es formado por los cuadros instructores de
las distintas unidades que deben organizarse en caso de guerra, por el
comando superior que debe encargarse de su dirección y preparación, por el personal de administración y de sanidad, por las escuelas
y por las dependencias militares, es
decir, los arsenales, polvorines, fábricas, etc., que son indispensables
para mantener su eficiencia.
Su labor puede resumirse en la
forma siguiente:
a) Instruir a todos los hombres válidos de que dispone el país
a fin de contar con fuertes reservas
en caso de guerra.
b) Mantener por medio de ejercicios periódicos el valer militar de
los reservistas.
c) Preparar técnica y prácticamente el mayor número de oficiales
y suboficiales para llenar los cuadros y los estados mayores de las
unidades movilizadas, asegurando
por medio de leyes equitativas su
ascenso, retiro y montepío.
d) Servir de base para la movilización del ejército, es decir, contar
Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional
con los elementos y la organización
conveniente para facilitar el orden
y la rapidez de esta difícil operación.
e) Servir de escuela práctica de
guerra para la preparación del alto
comando.
f) Preparar metódicamente en
las fábricas y arsenales el material
que se necesita para la movilización
y para reemplazar lo que se pierda
o inutilice durante la campaña.
IV
Ya hemos estudiado en el capítulo anterior el problema de la defensa del país desde el punto de
vista del ejército; correspóndenos
ahora analizarlo desde el aspecto no
menos importante, es decir, el de
los recursos que se necesitan para
mantener su eficiencia.
Estas necesidades consisten en
armamentos, munición, explosivos,
víveres, vestuario, equipo, útiles de
aseo, ganado y carros; en material
de sanidad, de puentes, de fortificación, de ferrocarriles, de navegación, de telégrafos y de construcción; en una densa red de buenos
caminos; en plazas fuertes navales
y terrestres, etc., etc.; la satisfacción de las necesidades del ejército,
exige por lo tanto la actividad industrial del país en casi todas sus
manifestaciones, pues hay que atender también a los combatientes y al
comercio exterior, a fin de que el
Estado cuente con una fuente de
entradas que asegure el equilibrio
económico durante el desarrollo de
la guerra.
El Estado puede responder a estas múltiples exigencias de dos maneras: instalando fábricas fiscales
o estimulando la industria privada
155
por medio de concesiones que faciliten su implantación y garanticen el interés de los capitales que se
inviertan, a la vez que su creciente
prosperidad.
Sobre las ventajas que ofrece
uno u otro de estos sistemas deben
pronunciarse los técnicos en la materia, limitándome por mi parte a
manifestar, que por razones de índole militar y mientras se estudia
la conveniencia de hacer instalaciones particulares, las fábricas de municiones deben ser del Estado, entregando a la competencia de la industria privada la fabricación de
pólvoras, explosivos y demás elementos que tienen fácil mercado en
otras ramas de la actividad comercial.
Como se ve, por la enumeración
que se ha hecho de las necesidades
del ejército, a las cuales habría que
agregar las de la armada que no están comprendidas en las primeras
por ser propias de su especialidad,
son estas instituciones las más fuertes y mejores consumidoras del
país, y por consiguiente, constituyen una base segura que permite a
los hombres de negocios apreciar la
conveniencia de instalar una industria cualquiera, a la vez que la utilidad bastante aproximada que sería posible obtener.
Pero fuera de este consumo limitado del tiempo de paz que, unido
al de otras ramas del servicio público y a la demanda particular aseguran la vida próspera de cualquier
empresa, hay también que calcular
el consumo extraordinario que se
produciría en caso de guerra y estar preparados para atenderlo en
debida forma sin recurrir a los
mercados extranjeros, con lo cual
se obtendría la inapreciable ventaja de impedir la salida de fuertes
156
MEMORIAL DEL EJERCITO
capitales, robusteciendo con ello la
situación económica del país que
necesita estar preparado pecuniariamente para soportar los desembolsos de una guerra.
La mayor o menor facilidad con
que se puedan realizar estos propósitos son obra exclusiva de la previsión, que aconseja estudiar desde
la paz la adaptación de ciertas industrias a las necesidades de la guerra y la movilización de otras, tomando en cuenta el aumento de la
producción impuesto por las circunstancias. Entre otras medidas
de previsión debe figurar la obligación de los industriales de mantener siempre grandes reservas de
materias primas, así como la del
Estado de estudiar la movilización
civil para reemplazar con los niños, las mujeres y los ancianos a
los operarios que marchan a los
campos de batalla.
Una organización tan complicada no puede ser creada en un momento ni obra de un solo hombre:
demanda tiempo y la inteligente
cooperación de las eminencias científicas, militares e industriales,
pues su acción debe ejercitarse en
un campo muy vasto, que abarca
desde la atención del niño hasta la
invención de los elementos destinados a reemplazar los productos de
todo orden que no existen en el propio suelo y que no es posible traer
del extranjero.
V
Finalmente, quédanos considerar
el factor dinero, que entre nosotros
es siempre la parte más delicada y
difícil, pues su sola enunciación
basta para hacer fracasar los proyectos mejor concebidos, dándose
como razón la de que el Estado no
dispone de fondos y que la situación
exige la más severa economía. Concepto es este último al cual se le
atribuye una significación antojadiza, como es la de evitar todo gasto, siendo que la verdadera economía consiste en descartar lo superfluo e invertir los caudales públicos con honradez y talento, impulsando el progreso general y satisfaciendo las necesidades impostergables de la nación.
Entre estas últimas está la defensa del país, a costa de la cual no
pueden hacerse economías, porque
en caso de guerra ellas traerían como consecuencia lógica la destrucción del hogar, de la propiedad, de
las industrias, y lo que es más, la
pérdida del honor y de la libertad.
Esta aseveración no admite réplica y para evitar las consecuencias de semejante estado de cosas
no hay más que un solo procedimiento eficaz: consagrar menos
tiempo a las cuestiones políticas y
dedicarnos por entero a impulsar el
progreso del país, a fin de obtener
por medio del trabajo constante y
de la confianza que imprime la
fuerza, un lugar preferente en el
concierto de las naciones.
Desgraciadamente nuestros hombres públicos, que están absorbidos
por las luchas partidistas y mal
informados acerca de los asuntos
militares, creen de buena fe que todo está listo, que nuestro ejército y
armada son los mejor organizados
del continente y que con los fondos
del presupuesto anual, la defensa
del país está totalmente asegurada,
es decir, que contamos con un
aprovisionamiento de todo lo que
dichas instituciones necesitan para
pasar rápidamente al pie de guerra.
Como se parte de un error, las
Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional
deducciones tienen que ser necesariamente erradas. En efecto, la armada está constituida por un museo naval desprovisto de todo valor como arma de combate y el
ejército está muy lejos de corresponder a su nombre en la verdadera acepción de la palabra. El presupuesto anual es la razón de existencia de las instituciones armadas,
pues las partidas que en él se consultan son para sueldos, alimentación, forraje, vestuario, equipo,
conservación de edificios, etc., pero
no para la adquisición y renovación
del material destinado a la movilización que debe existir en la Intendencia del Ejército y en los Arsenales de Guerra y Marina.
La adquisición de todo lo que les
falta a las instituciones armadas no
puede ser la obra de un día, sino la
resultante de un plan bien concebido que debe cumplirse metódicamente en un plazo determinado, a
fin de no imponer al erario un sacrificio superior a su potencia económica ni alterar en lo más mínimo la marcha regular de los demás
servicios públicos, resultado que sólo puede conseguirse creando una
renta especial que, bajo el rubro de
"Fondos de Defensa Nacional", se
destine proporcionalmente a la compra de elementos navales y militares.
La adopción de esta medida se
impone con el carácter de urgente
y puede clasificarse como de salvación pública, porque está destinada
a proporcionar los medios para impulsar el progreso y asegurar la
paz, supremo ideal cuya realización
deben perseguir los gobernantes
dentro de los límites del derecho y
de la justicia, es decir, sin claudicaciones que hieran el patriotismo
o afecten la dignidad del país, que
hemos sabido conservar incólume
157
en más de cien años de laboriosa
existencia.
La obra es ardua y de mucho
aliento, pero perfectamente realizable, si ponemos a su servicio todo el
vigor y la energía de que somos capaces, cualidades que no nos faltan
y de las cuales hemos dado pruebas
en las situaciones difíciles por que
ha atravesado el país. No escatimemos el dinero tratándose de las instituciones armadas, ya que la riqueza actual de la nación sa debe a su
esfuerzo y a su sangre generosa, lo
que les da el derecho de pedir los
elementos que necesitan para responder de la integridad de este
suelo y del honor de su bandera.
Aprovechemos la experiencia recogida en la guerra mundial y preparémonos con tiempo para afrontar la lucha económica que ha de
ser su consecuencia, impulsando al
efecto el desarrollo de nuestra incipiente industria hasta alcanzar la
potencialidad que necesitamos para
vivir de nuestros propios recursos,
procediendo conjuntamente al perfeccionamiento de las fuerzas armadas, pues ambas son los sólidos
pilares en que debe descansar la seguridad de la patria y su futura
grandeza económica.
Es necesario que en todo momento tengamos presente la situación
política que ocupamos en Sudamérica y los problemas cuya solución
nos afecta directa o indirectamente,
a fin de que nos preparemos a conciencia para una lucha desigual, en
la que no contaríamos como la Gran
Bretaña en la guerra europea, con
una industria exuberante y con
otra Francia fuerte y heroica que
nos dé tiempo para ejecutar apresuradamente durante la guerra lo
que debemos realizar después de un
estudio profundo durante la paz.
COMUNICACION DEL MINISTRO DE DEFENSA
JULIO PEREIRA LARRAIN, AL DEJAR EL
CARGO, A LOS SEÑORES COMANDANTES EN
JEFE DE LAS FF. AA.
Santiago, 4 de octubre de 1963.
Señores Comandantes en Jefe del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea,
General don Oscar Izurieta Molina, Almirante don Hernán Cubillos
Leiva y General don Eduardo liensen Franke.
Presente.
Distinguidos y muy estimados
amigos:
Como culminación de eslabonadas gentilezas y expresiones de
aprecio, renovadas a lo largo de
más de dos años de ejercicio del
honroso cargo de Ministro de Defensa Nacional, han organizado
ustedes esta magnífica manifestación, en mi honor y en el del Ministro, en ejercicio, que retorna.
Acepté gustoso la invitación que
me hicieron, conjuntamente con mi
esposa, en un rasgo más de delicadeza, confiando en poder departir
con ustedes, señoras y tanto amigos
de las Instituciones Armadas y sus
esposas, momentos de honrosa compañía y seguro de estar rodeado del
afecto, sincero y leal, de los asistentes.
Una fuerza mayor, del todo insuperable, debido a encontrarme con
fiebre, me va a impedir darme el
gusto de estar esta noche materialmente con ustedes —ya que espiritualmente lo estaré— como de haber
agradecido, de viva voz, tan hermoso, tan estimulante, tan inmerecido
y tan honroso homenaje.
Sé, porque me conocen, que comprenden hasta qué punto deploro
que, razones tan ajenas a mi voluntad, y, más que eso, contra mi voluntad, me priven de concurrir a un
acto de tan emotivos contornos y de
tan noble inspiración.
Sé que sabrán excusar mi inasistencia física y pueden estar ciertos,
que en diversas oportunidades propicias, me honraré con la posibilidad de estar con ustedes y sus distinguidas esposas, quienes ornamentan con su presencia, la escogida
manifestación de hoy.
Quiero aprovechar la oportunidad
de estas líneas, escritas al correr de
la pluma, pero impregnadas de sentimiento y gratitud para hacer algunas reflexiones, que no por haberlas expuesto en alguna ocasión,
dejan de ser fuerte expresión de la
verdad y dejan, tampoco, de ser
siempre oportunas.
Cuando se ha tenido la ocasión de
trabajar intensamente y por largo
período con ustedes, se está en condiciones de conocerlos mejor, de
aquilatarlos bien, de juzgarlos.
Testigo presencial de la acción
que desarrollan las Fuerzas Armadas, más que eso, en algunas circunstancias, protagonista, con sus
miembros, de todas las jerarquías,
Comunicación del Ministro Julio Pereira
se puede afirmar, con conocimiento
de causa, que son dignos depositarios de una tradicición de glorias;
que sus miembros, asimilados, desde temprana edad, a sus directivas
básicas, inculcan y respetan, como
piedras angulares de sus pirámides
orgánicas, los principios insustituibles de Autoridad, Disciplina y Jerarquía.
Que su vocación es edificante,
pues tiene mucho de un sacerdocio
laico, en aras de la Patria.
Selectos, estudiosos, valientes,
trabajadores, ilustrados, abnegados,
cultos, responsables, constituyen lo
más escogido, lo más limpio y lo
más respetable de nuestra ciudadanía.
Grandes espectadores del escenario público nacional, sólo actúan
cuando la disciplina lo exige; con
las mismas necesidades humanas y
familiares que todos sus compatriotas, nada exigen, aun cuando mucho necesitan; observan, saben, a
veces, mucho más que muchísimos
de los que hablan, pero su deber es
otro, y todas sus actividades están
orientadas hacia su perfeccionamiento profesional que es su verdadera órbita.
Abrazan la carrera de las armas,
de niños, sabiendo que no todos serán Generales y Almirantes, y se
retiran, calladamente, para seguir
con ojos humedecidos el camino de
su Institución, manteniendo vínculos estrechos de compañerismo creados en las aulas de las Escuelas de
Armas, en los primeros aleteos del
espíritu. No estudiaron para hacer
fortuna, y no la hicieron; estudiaron para defender a la Patria, canalizando una vocación clara, y la
defendieron con heroísmo en los
campos de batalla o silenciosamen-
159
te, anónimamente también en los
campos de la paz, alfabetizando; enseñando técnicas difíciles y en permanente evolución; colaborando en
todas las latitudes de nuestro territorio, con preparación, al desarrollo económico y social del país, con
gran desconocimiento de muchos
que hacen gala de barnices de conocimientos científicos —o requeridos por una situación de emergencia nacional— organizando la cooperación a los enfermos y a los más
humildes; trasladando a pobladores
a casas humanas; socorriendo en los
sismos a las víctimas; reforzando
a las fuerzas de orden en situaciones especiales; haciendo caminos,
guardando bosques, edificando escuelas, preparando la tierra con
tractoristas para que haya más y
mejor alimento; y cuando salen del
país a seguir cursos de altos niveles o a torneos internacionales, obteniendo los primeros lugares, o sea,
siempre y en todas partes, defendiendo a la Patria, en mil formas
y expresiones.
Son muchas y emocionantes las
felicitaciones que un Ministro de
Defensa Nacional de Chile recibe,
ya sea verbalmente o por escrito, de
parte de altas Autoridades Civiles o
Militares, genéricamente empleada
la expresión, extranjeras, por la calidad profesional de nuestros hombres de armas.
He visto, tanto en el Ejército, como en la Armada y en la Fuerza
Aérea, desde el cálido desierto del
norte hasta las nevadas y gélidas
bases antárticas, en difíciles, serias
y sacrificadas misiones y tareas; he
asistido a varias maniobras militares; he concurrido, embarcado, a
tiros de combate de la Armada y a
sus maniobras finales con toda la
escuadra en viaje a Juan Fernán-
160
MEMORIAL DEL EJERCITO
dez, de ida y regreso; he viajado
en buques de superficie y en submarinos, he podido transportarme
en helicóptero; he volado en bombarderos, y en todo tipo de avión;
he viajado a la Antártida, navegando los mares más difíciles del mundo y después de recorrer todas sus
bases en transportes de nuestra
Marina de Guerra, he regresado,
por el aire, partiendo del mar helado, en la majestad de esas noches
inolvidables, en un anfibio de la
Fuerza Aérea, aterrizando en Punta Arenas, revistando sus Unidades
de las tres instituciones, en el Teatro Austral del país.
Y en todas partes —y por eso he
hecho esta breve relación— he visto, he palpado y constatado lo mismo: militares, marinos y aviadores,
cumpliendo, bravamente, con su deber; recorriendo nuestro territorio
prolongado, el ejército; los marinos
surcando nuestros mares y los aviadores cruzando nuestros cielos; las
tres instituciones promoviendo progreso, cooperando con las poblaciones y campos aislados y las tres,
gallardas, capaces, sencillas, realizando su labor fundamental: resguardar la integridad de nuestro
territorio y la soberanía nacional,
cual vigilantes serenos, pero dispuestos.
¿Y qué decir de los trabajos arduos, permanentes de los Mandos,
de los Comandos en Jefe, de los Estados Mayores, de los Comandos de
Divisiones, de Zonas, Alas y Guarniciones? ¡, Y los Comandos de Unidades?
¿De los Consejos Superiores de
Defensa, de Salud, y de tantos
otros?
¡Qué seriedad en las deliberaciones, qué justicia en las apreciaciones, qué versación en las materias,
qué sentido de la responsabilidad
en todo!
Sus Escuelas, Politécnicas, Academias, sus Fábricas y Maestranzas, exponentes de superación, trabajo, organización y dignidad, a
pesar de la escasez de medios económicos.
Sus Servicios de Bienestar, que
tanto y tan desconocido bien humano realizan, y su permanente actividad por acrecentar las atenciones
a sus miembros y a sus familiares,
resolviendo problemas sociales urgentes y decisivos.
¿Qué expresar del Instituto Geográfico Militar, del Departamento
de Navegación e Hidrografía de la
Armada, cuyos aportes a sus respectivas Instituciones y al país son
trascendentales, como lo será el
Servicio de Aerofotogrametría de
la Fuerza Aérea, cuya creación tiene, para mí, el honor de haberse
gestado durante mi gestión ministerial y de llevar mi firma?
¿Qué decir de la sobriedad de sus
vidas, de su desprendimiento constante, del esfuerzo hecho carne, de
su idealismo inmaculado?
¡ Qué hermoso y qué emocionante
es poder decir, con verdad, todo esto, y tanto más, que no cabrían en
los marcos de esta carta!
Es que las Fuerzas Armadas son
la síntesis de las virtudes chilenas.
De ahí su prestigio granítico; de
ahí el respeto que infunden; de ahí
el cariño con que las saludamos
siempre.
Y al ser la síntesis de las virtudes nacionales, son la exteriorización en armas de nuestra Democracia admirable.
Ningún sistema de Gobierno, como el democrático, exige más esta
necesidad de la unión, entre civiles
y uniformados.
Comunicación del Ministro Julio Pereira
Por eso, los Padres de la Patria
quisieron grabar, con chispas de
diamante, en el corazón de los chilenos, la fraternidad. Ella hizo invencibles a los soldados de la Independencia en El Roble y Chacabuco,
y si se debilitó en Rancagua, fue
para robustecerse y darnos Patria
definitiva, en los llanos de Maipú.
Ya sabemos que, por espléndidos
que sean los laureles conquistados
en la arena del combate, más nobles
y fecundos serán sus triunfos en el
campo de la paz.
Con esa divisa trabajan resueltas nuestras Instituciones Armadas
y si rinden homenaje a nuestros
héroes y escoltan a la Virgen y Madre del Carmelo, es porque no hay
país que pueda presentar más gloriosos hechos de armas, y en un
pueblo eminentemente pacifista y
porque en la veneración de sus héroes se forja mejor la devoción por
servir a la Patria y al rendir público homenaje a la Virgen del Carmen, saben que lo hacen a la Reina
y Patrona Jurada de nuestros Ejércitos.
Esta carta ya se ha extendido
más de lo debido y cuyas materias
han dado tema a bibliotecas enteras, contiene, como decía al empezar, consideraciones que fluyen copiosas del corazón de un chileno
que, al asumir su cargo de Ministro
de Defensa Nacional en agosto de
1961 dijo que dedicaría todos sus
esfuerzos a cooperar con las Fuerzas Armadas.
Al término de la jornada, con
honda emoción, pero con orgullosa
satisfacción puedo declarar en octubre de 1963, que he cumplido ante Dios y ante mi conciencia, con
este propósito.
Debo decir, también, que ello ha
161
sido posible gracias a la cooperación, constante, leal, inteligente y
versada de las Altas Autoridades
Militares y de cada uno de sus subalternos. Y, al respecto, una palabra emocionada para los señores
Comandantes en Jefe, señores Subsecretarios, Jefe del Estado Mayor
de la Defensa, Secretario del Consejo y señores Ayudantes.
En esta jornada, extensa en el
tiempo e intensa en el trabajo común, en los afanes solidarios, en las
alegrías de muchas horas y en las
inevitables dificultades de algunas,
se han afinado muchos espíritus y
se han creado amistades que conservaré con honra y procuraré cultivar siempre.
Muchos Ministros de Defensa han
sido más eficientes que yo; algunos
los conocen como yo; pero, lo declaro, con énfasis, ninguno los quiere tanto como yo.
Mi gratitud para el oferente de
esta gran manifestación, mi amigo
general Oscar Izurieta Molina, modelo de militar y ejemplo de hombre.
Termino haciendo votos porque la
senda de progreso de nuestras Instituciones Armadas sen siempre ascendente, para felicidad de la Patria, que tanto amamos.
Hago votos, también, porque la
gestión del Ministro de Defensa Nacional, mi distinguido amigo, don
Carlos Vial Infante, sea muy feliz.
Reciban los señores Comandantes
en Jefe —altos valores de selección
profesional y humana— un estrecho abrazo, rogándoles hacérselo
llegar, con mi gratitud más honda,
a cada uno de los gentiles asistentes, de su invariable amigo,
JULIO PEREIRA LARRAIN
Mem. Ejto. Nº 315
EL EJERCICIO DEL MANDO
Coronel FERNANDO FERNANDEZ FERE2
1. —Generalidades. — 2. —Definiciones. — 3. —La conducta humana. —
4. —Cualidades que debe tener un Jefe. — 5. —Defectos del Jefe. —
6. —Consejos prácticos. — 7. —Evaluación del ejercicio del mando. —
8. —Problemas del mando. — 9. —El mando y la organización. — 10. —El
mando en el combate. — 11. —Conclusiones.
1. —Generalidades
1. 1 El objeto de este trabajo
es proporcionar a los Cdtes. militares una guía práctica para el
ejercicio del mando.
1. 2 El estudio y aplicación de
las normas que se señalan en este
manual mejorarán las actividades
del mando de todos los Cdtes. para obtener de su Unidad: mejor
disciplina, alta moral y espíritu
de cuerpo, y eficiencia en el trabajo.
1. 3 El "arte de mandar" y la
"administración de personal" son
dos materias tan íntimamente ligadas entre sí, que llegan a confundirse en muchos aspectos. El
objetivo de ambas es el Hombre,
causa y agente de todas las actividades de una Unidad.
1. 4 El don de mando no es algo innato. El puede adquirirse si
los rasgos de la personalidad logran adaptarse a las necesidades
del mando mediante la correcta
aplicación de las normas, principios y técnicas que rigen el arte
de mandar. Es un arte que cual-
quier persona que tenga la capacidad mental y física y la integridad moral que se espera de un
Oficial o Clase, puede obtener, cultivar y practicar.
1. 5 El ejercicio del mando es
un concepto amplio. Constituye un
conjunto que es resultado de todo
lo que el Jefe hace en los variados
aspectos de su trabajo y en su vida cotidiana, para contribuir a cimentar los vínculos entre él y sus
subordinados, y entre los componentes de su Unidad.
Todo lo que el Jefe haga en su
papel de instructor, maestro, administrador, comandante y consejero, contribuye a estos fines en
forma positiva o negativa. La más
sencilla corrección o la más firme
advertencia; un contacto momentáneo o largas horas de experiencia común; la más breve sugerencia o la orden más completa y detallada, todos tienen en sí el poder
de aumentar o disminuir la relación eficaz y la influencia personal que existe entre el Jefe y sus
subordinados.
1. 6 Para obtener mejores re-
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Matul
sultados, el Jefe debe aprovechar
sus cualidades más destacadas y
corregir sus defectos. Junto con
ello, debe aplicar los principios del
arte de mandar y traducirlos en
órdenes y actos dirigidos a mejorar la moral, disciplina, espíritu de
cuerpo y eficiencia de la Unidad.
La influencia que en esta forma
ejerce el Cdte. le permite dirigir
a su personal e incorporarlo al esfuerzo común. Para lograr esta
moral, el Cdte. debe comprender
a sus hombres y las razones de su
comportamiento bajo diversas influencias.
1. 7 El don de mando incluye
la comprensión, el análisis, la predicción y el control del comportamiento humano. En el ejercicio del
mando, el Jefe mantiene estrecho
contacto sólo con un pequeño grupo de personas, de las cuales él depende para dar a conocer su voluntad y para cumplir sus propósitos.
1. 8 Existen dos tipos de Jefes: el autoritario y el persuasivo.
El Jefe autoritario usa normalmente su poder o autoridad en forma dogmática.
El Jefe persuasivo predica con
el ejemplo y toma en consideración
el elemento humano, en toda su
complejidad. Este tipo de Jefe considera las diferencias entre los individuos, sus capacidades y limitaciones, cualidades y defectos, de
carácter físico, mental y emocional.
Lo normal es que el Jefe sea
persuasivo, pero que tenga la capacidad de ser autoritario para
imponerse y manejar situaciones
de emergencia.
1. 9 El Cdte. tiene dos responsabilidades básicas:
163
—El cumplimiento de su misión, y
—El bienestar de sus subordinados.
Las dos actividades tienen igual
importancia. En caso de producirse un conflicto entre ambas responsabilidades, se le deberá dar
mayor importancia al cumplimiento de la misión. Normalmente, el
cumplimiento de la misión ayudará a satisfacer la responsabilidad
por el bienestar del personal.
1. 10 De acuerdo con el principio orgánico de la "Unidad de Mando", el Cdte. es el único responsable de todo lo que hace o deja de
hacer una Unidad. Esta responsabilidad no puede ser delegada en
subalternos.
1. 11 El ejercicio del mando militar moderno implica complejas
y múltiples funciones a saber:
—Investigar: reunir antecedentes.
—Prever: preparar, para no improvisar.
—Instruir: mantener la Unidad
entrenada para ejecutar lo previsto.
—Resolver: tomar decisiones para dar solución a los problemas
del mando.
—Organizar: estructurar y tener en alistamiento la Unidad.
—Ordenar: transmitir las resoluciones a los subordinados para
su cumplimiento.
—Fiscalizar: velar por el fiel
cumplimiento de lo ordenado.
Todas estas actividades pueden
ser delegadas por el Cdte., en subalternos de mayor o menor jerarquía, salvo la de resolver, que es
privativa de él.
1. 12 La guerra y la administración moderna no permiten que
164
MEMORIAL DEL EJERCITO
un Cdte. por sí sólo, por muy eficiente que sea, pueda llevar a cabo todas estas funciones. Mientras
más alto es el escalón del mando, más necesario es para el Jefe
contar con una Plana Mayor o
Cuartel General asesor que le coopere en el ejercicio del mando.
2. —Definiciones
2. 1 Don de mando militar. Es
el arte de persuadir y dirigir hombres de tal manera que se obtenga de ellos su obediencia, confianza, respeto, lealtad y cooperación
voluntarios, a fin de cumplir ia
misión.
2. 2 Mando. Es la autoridad
ejercida por los Oficiales y demás
personal del Ejército sobre sus subordinados, en virtud del grado,
antigüedad y puesto que desempeñan.
2. 3 Mando militar. Es el que
corresponde por naturaleza al Oficial de Armas y al de otro escalafón, por excepción, sobre personal
que le está subordinado, en razón
del puesto que desempeña o de una
comisión asignada, y que tiende directamente a la conservación de
los objetivos del Ejército. Este
mando es total, se ejerce en todo
momento y circunstancia y no tiene más restricciones que las establecidas expresamente en las Leyes y Reglamentos vigentes.
2. 4 Sucesión de mando. Es el
orden de precedencia para asumir
las funciones, responsabilidades y
atribuciones inherentes al mando.
2. 5 Rango. Es el conjunto de
prerrogativas de orden protocolar
que le corresponden a un Oficial
debido al grado que inviste o el
cargo que desempeña.
2. 6 Moral. Es el estado mental
de un individuo, expresado a través de su voluntad para cumplir
su deber y para participar como
miembro de un equipo en la obtención de un objetivo de éste. La
buena moral se manifiesta por un
impulso positivo de parte del individuo, por un empuje mayor del
esperado, y un ahinco y entusiasmo, casi una intuición, con respecto a los deseos del Jefe. Una mala
moral se manifiesta por insatisfacción, indiferencia, falta de disciplina e indolencia.
2. 7 Disciplina. Es la actitud
individual o colectiva que asegura
una pronta obediencia a las órdenes y una adecuada iniciativa ante
la ausencia de ellas.
¡2. 8 Espíritu de cuerpo. Es la
lealtad a una Unidad; es el orgullo de estar en ella, demostrado
con entusiasmo por sus miembros.
2. 9 Eficiencia. Es la habilidad,
pericia o destreza, ya sea táctica,
técnica o física del individuo y de
la Unidad, para el cumplimiento
de la misión asignada.
2. 10 Control. Es la actividad
por medio de la cual se determina
si el trabajo que se está llevando
a cabo se hace según los deseos
del Jefe.
2. 11 Dirección. Es la actividad
por medio de la cual se encamina
la intención y las actividades hacia el fin perseguido, con la cual
se obtiene también la colaboración
de los subordinados.
2. 12 Coordinación. Es el proceso mediante el cual se canalizan
las diversas actividades, y se combinan de manera que cada una se
efectúe en un momento y forma
determinados, en relación con otras
actividades. Con esto se persigue
alcanzar los objetivos establecidos,
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
en la forma más eficiente posible
y con el mínimo de pérdidas.
2. 13 Cooperación. Es el hecho
de trabajar para otras persona o
conjunto de personas, aportando
lo mejor de la capacidad, a fin de
alcanzar un objetivo común.
2. 14 Autoridad. Es el derecho
de una persona de exigir de otras
la realización de ciertos deberes.
2. 15 Atribuciones. Es el conjunto de facultades que da a una
persona el cargo que ejerce.
2. 16 Responsabilidad. Es la
obligación moral, legal o reglamentaria por la ejecución de ciertos
deberes asignados. En otro sentido, es el atributo moral o crédito
que posee una persona.
2. 17 Deberes. Obligaciones.
Conjunto de actividades que se exige ejecutar a una persona según
el puesto que ocupa.
2. 18 Líneas de comunicación
verticales (conducto regular). Son
aquellas que representan la vía
normal que deben seguir las órdenes e informes entre un Jefe y un
Subalterno. Constituyen el conducto regular. Ellas pueden ser:
—Línea de autoridad, que van
desde el Jefe hacia el subalterno.
—Líneas de responsabilidad, que
van desde los subalternos hacia
sus Jefes.
2. 19 Líneas de comunicación
horizontales. Están representadas
por los contactos que mantienen
mandos de similar autoridad o
jerarquía. Las materias que por
ellas se tratan son de interés mutuo.
2. 20 Canales técnicos. Constituyen un tipo especial de "líneas
de comunicaciones". Se generan
por necesidades de carácter específico. Pueden ser verticales u horizontales. Facilitan el trabajo y
165
alivian de asuntos de rutina y detalles al Jefe.
Los canales técnicos deben ser
conocidos y autorizados previamente por el Jefe competente, para ser permisible su empleo.
Las materias que se tratan por
"canales técnicos" son normalmente detalles, asuntos de rutina y de
carácter concreto.
3. —La conducta humana
3. 1 El arte de mandar incluye la comprensión, predicción y
control del comportamiento de los
hombres.
El Cdte. llegará a mejores resultados si hace un esfuerzo constante por comprenderse mejor él
mismo y comprender a sus subordinados.
3. 2 Todos los hombres son diferentes. La personalidad de cada
individuo es la suma total de sus
características físicas, mentales y
emocionales, del medio en que ha
vivido y de sus antecedentes. Por
otra parte, la personalidad de los
hombres está cambiando constantemente a medida que adquiere madurez y obtiene más experiencia.
3. 3 Las características físicas
y mentales ayudan a determinar
los tipos de trabajo para los cuales está mejor capacitado un hombre. Las características emocionales son partes importantes de la
personalidad de un hombre y determinan muchas veces su conducta ante determinadas situaciones.
3. 4 Hay tres factores que forman la personalidad:
—La herencia física, mental y
emocional con que llega al mundo,
impuesta por la naturaleza.
—Las modificaciones que el ambiente introduce en esta herencia:
166
MEMORIAL DEL EJERCITO
hogar, escuela, iglesia, Ejército,
medio social, nivel económico y
cultural, etc.
—Las experiencias que sufre el
hombre a través de su vida, que
lo afectan física, mental y emocionalmente. Ellas desempeñan un papel definitivo en su conducta ante
la vida.
3. 5 Toda persona necesita satisfacer ciertas necesidades básicas, que determinan formas de
comportamiento de los individuos.
Ellas son incentivos y motivación
para los seres:
—Necesidades físicas, relativas
a alimentación, vestuario, abrigo,
y las funciones normales del cuerpo.
—Seguridad para su persona y
para los suyos.
—Aceptación social del grupo en
que vive.
—Necesidad de reconocimiento;
es decir, tener pruebas frecuentes
y tangibles de que progresa, y que
ese progreso es apreciado por los
demás.
3. 6 La satisfacción de las necesidades señaladas induce a los
individuos a colocarlas como metas en su vida. Una comida puede
ser una meta cuando se sufre hambre. Un ascenso puede ser otra
meta cuando se busca seguridad
y reconocimiento.
3. 7 Cuando no se logra satisfacer las necesidades alcanzando
las metas indicadas, se sufre una
frustración. El grado de frustración depende del valor que asignemos a la meta que nos hemos impuesto. La demostración externa
de frustración puede tomar la forma de ira, llanto, nerviosidad o
agresividad.
La repetición de frustraciones
graves puede ocasionar trastornoa
psicológicos, si no tiene la capacidad de sobreponerse a ellas, ya sea
insistiendo con firmeza hasta vencer el obstáculo o cambiando la
meta por otra, que sea aceptable.
El que se capacita y se acostumbra a vencer los problemas y frustraciones, logra tener una personalidad bien desarrollada.
3. 8 Cuando el hombre llega al
Ejército, cambia del ambiente del
hogar y escuela en que estaba acomodado, a otro totalmente desconocido, al cual debe adaptarse. Inicialmente sufre numerosas frustraciones, pues tiene que cambiar
muchas de las metas e ideales que
antes tenía, por otros, útiles en la
vida militar. Si el hombre logra
vencer los obstáculos, decimos que
se ha adaptado, y a la inversa.
3. 9 Es responsabilidad del
mando determinar cuáles son las
necesidades de sus hombres y proporcionar la ayuda necesaria para
que ellas sean satisfechas. En caso contrario, se producen frustraciones.
Si el soldado se da cuenta que
dentro del Ejército puede satisfacer sus necesidades, la adaptación
se producirá rápidamente.
Si el Cdte. logra que las metas
e ideales del hombre coincidan con
los del grupo, el soldado luchará
para conquistarlas y se convertirá en el mejor defensor de la Unidad.
4. —Cualidades que debe tener un
Jefe
4. 1 Todo Jefe debe tener una
serie de cualidades personales que
al hacerse presentes en sus actividades diarias, le ayudan a ganarse el respeto, lealtad, obediencia y
cooperación voluntarias de sus
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
hombres. A la inversa, existen rasgos inconvenientes o defectos en
la personalidad, que tienen una influencia negativa en el ejercicio del
mando.
Cada Cdte. debe estudiar sus
puntos fuertes y débiles para mejorar sus condiciones de mando,
pues estos rasgos afectan directamente al comportamiento de sus
hombres, en forma positiva o negativa.
4. 2 Las principales cualidades
que debe reunir un Jefe son las siguientes:
—Integridad.
—Preparación profesional.
—Confiabilidad.
—Tacto.
—Entusiasmo.
—Valor.
—Resistencia.
—Carácter.
—Lealtad.
—Capacidad de decisión.
—Iniciativa.
—Justicia.
—Apariencia personal.
—Abnegación.
—Inteligencia.
4. 3 Integridad. Es la rectitud
de carácter, manifestada a través
de la práctica de la moralidad, veracidad y honradez profesional. Es
un rasgo característico, indispensable en un Jefe.
4. 4 Preparación. Nada atrae
más rápidamente la confianza y
el respeto de los subordinados que
demostrar tener conocimientos profesionales. Los subalternos detectan rápidamente al Jefe que carece de preparación profesional. La
preparación profesional de un Jefe debe complementarse con una
cultura general adecuada a su grado.
167
4. 5 Confiabilidad. Es el grado
de confianza que se tiene en un
Jefe por el desempeño apropiado
de sus obligaciones. Este cumplimiento espontáneo y voluntario de
las órdenes del superior no significa una obediencia ciega y sumisa. Antes de ordenar, el Jefe superior toma en cuenta las sugerencias de sus subordinados; pero una
vez que aquél adopta una resolución, el Jefe subordinado debe prestarle su apoyo completo y enérgico, sirviendo así a la idea del superior.
4. 6 Tacto. Es la capacidad de
tratar con otras personas sin causar ofensa. Es la habilidad de decir y hacer lo correcto en el Fugar
y momento oportunos. Lo anterior
requiere de un amplio conocimiento de la naturaleza humana y respeto por los demás.
En el trato con subordinados, la
crítica, cuando sea indispensable,
debe hacerse de tal manera que lo
que se quiere decir se entienda claramente. La crítica, sin embargo,
no debe desanimar al subordinado;
menos aún ofenderlo.
La prudencia indica que el Jefe
no debe intervenir y juzgar asuntos de la vida privada de sus subordinados. Si se le pide ayuda,
escuchar con atención y simpatía
y cooperar con alguna solución.
La cortesía es una parte del tacto, que no se debe descuidar al
tratar con subordinados. Es un
error de un Jefe exigir cortesía
hacia su persona, pero no practicarla hacia sus subordinados.
El superior debe cuidar que su
cortesía no derive en debilidad en
el mando. El subordinado debe cuidar que su cortesía no derive en
servilismo.
Por lo general, un modo sereno
168
MEMORIAL DEL EJERCITO
y cortés aunque firme de dirigirse
a una persona, producirá la reacción más pronta y adecuada. Hay
ocasiones de emergencia en que un
tono enérgico es deseable para lograr una rápida reacción del subordinado. Ello no significa tampoco que se cometa un agravio con
la persona.
El Jefe debe tratar a los demás
en la misma forma que desea que
lo traten a él.
4. 7 Entusiasmo. Es la demostración de interés sincero, con una
actitud jovial y optimista en el
desempeño del trabajo. El entusiasmo y su antónimo, la apatía,
son contagiosos y son copiados por
los subordinados.
El es especialmente importante
en la instrucción y educación física.
4. 8 Valor. Constituye una cualidad mental que reconoce el temor del peligro o de la crítica, pero que le permite a un hombre proceder ante uno u otro con calma
y firmeza.
El Jefe debe tener tanto valor
moral, como físico.
El valor moral significa conocer y defender lo que es correcto,
ante la desaprobación de otros. Un
Jefe que tenga valor moral admitirá sus errores, pero hará cumplir sus decisiones cuando esté seguro de que tiene la razón.
Se tiene miedo a lo desconocido. La práctica y familiarización
ante situaciones peligrosas, hace
desaparecer el miedo y trae confianza a la persona.
4. 9 Resistencia. Este factor está relacionado con el valor y la
tenacidad en el logro de un objetivo. La capacidad para resistir el
dolor, la fatiga, la angustia y los
sufrimientos, requiere de fortale-
za física y moral, y de una mente bien equilibrada.
Para atraerse el respeto de los
subordinados, el Jefe debe poseer
en alto grado esta capacidad de
resistencia. La falta de resistencia puede ser interpretada como
falta de valor por parte del Cdte.
Para aumentar la resistencia, el
Cdte. debe someterse constantemente a ejercicios físicos y mentales extraordinarios y formarse
el hábito de finalizar a toda costa
cualquier tarea que se emprenda.
4. 10 Lealtad. Es la capacidad
de ser fiel al país, al Ejército, a
la Unidad, al Jefe y a los subordinados. Para demostrar la cualidad de lealtad:
—Estar pronto a defender a los
subordinados.
—Nunca mostrar la más leve
indicación de desacuerdo con las
órdenes de su superior, cuando imparta instrucciones a los subordinados.
—Cumplir todas las misiones recibidas en la mejor forma posible,
y apoyar con firmeza las órdenes
del superior.
—No discutir con otras personas
los problemas particulares de sus
subordinados.
—Defender la Patria, el Ejército, la Unidad, sus Jefes, compañeros y subordinados, cuando sean injustamente atacados.
—No criticar a los superiores
ni permitir tales discusiones.
4. 11 Capacidad de decisión. El
Jefe debe tener la capacidad para
adoptar resoluciones con rapidez
y seguridad, y para transmitirlas
en forma clara y enérgica a sus
subordinados.
Todo problema puede tener varias soluciones. El Jefe ejecutivo
reúne los antecedentes, los estu-
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
dia en forma serena y rápida, y
llega a una decisión positiva en
forma directa, sin rodeos.
Esta cualidad se puede desarrollar mediante la práctica y experiencia.
4. 12 Iniciativa. Tenerla es poseer la capacidad de dar comienzo
a algún trabajo o actividad que
beneficie a la Unidad o al conjunto, aun cuando no hayan órdenes
para ello. La iniciativa es una virtud indispensable a todo Cdte., en
especial cuando está aislado y se
presentan situaciones imprevistas,
de urgente resolución, como sucede
en el combate.
Muy ligada a la iniciativa está
la cualidad de ser ingenioso para
adoptar soluciones con medios escasos, o que no son los normales y
adecuados.
La falta de medios u órdenes no
justifica la inactividad de un Jefe.
4. 13 Justicia. Ser justo es observar imparcialidad y ecuanimidad en el trato a los demás.
La justicia incluye la otorgación
de premios y la impartición de
castigos, de acuerdo con los antecedentes del caso. El enojo y otras
emociones, así como todo prejuicio de raza, religión, clase social.
Arma, especialidad, grado, etc.,
deben eliminarse.
No hay nada que afecte más la
moral de una Unidad que la falta
de equidad o la parcialidad de un
Jefe hacia una persona o cierto
grupo de personas.
El prestigio que un Jefe logró
largo tiempo en adquirir, se puede ver destruido en un instante
con un acto de injusticia, motivado por una actitud apasionada o
irreflexiva.
Para impartir justicia, el Jefe
debe tener un conocimiento pro-
169
fundo de sus subordinados, de la
naturaleza humana y de las razones de la conducta de los hombres.
Toda conducta o actitud de una
persona tiene razones que la justifican, desde el punto de vista
del hombre, punto de vista que a
veces no es conveniente para la
Unidad.
Para impartir real justicia, el
Jefe debe haber predicado con el
ejemplo para así tener libertad de
acción. Esta libertad de acción se
logra también si el Jefe no tiene
compromisos que lo obliguen a hacer algo reñido con la justicia. Para ello, el Jefe debe mantener independencia, no aceptar regalos ni
lisonjas de subalternos, ni tener
favoritos.
Finalmente, el Jefe debe ser
bondadoso y tener la capacidad del
perdón, para evitar ensañarse contra determinada persona en atención a que en un acto ya pasado
actuó en mala forma.
Si existe la duda, entre castigar
o no, cuando los antecedentes o
pruebas no son claras, es preferible no castigar. Preferible es dejar sin castigo una falta, antes que
castigar a un inocente.
Hacer uso moderado de la crítica. Ella provoca la reacción del
afectado y produce descontento.
Ser objetivo. Evaluar antecedentes completos, estudiarlos en
forma racional y serena y llegar a
conclusiones equilibradas.
No abusar del poder. Si bien el
subordinado es más débil que el
superior, tiene derecho a ser escuchado y a un trato justo y correcto. No proceder con él con ánimo preconcebido.
El Jefe arbitrario nunca llegará al corazón de sus subordinados,
ni obtendrá de ellos la cooperación,
170
MEMORIAL DEL EJERCITO
lealtad y entusiasmo necesarios
para el cumplimiento de la misión.
4. 14 Apariencia personal. La
imagen general, tanto física como
moral e intelectual ante sus subalternos, debe ser motivo de preocupación de todo Jefe.
Un Jefe debe sor serio en sus actos, los que deben estar revestidos
de dignidad, de honorabilidad y de
control de sus actos y emociones.
Un Jefe que hace un espectáculo de sí mismo a causa de sus modales y lenguaje vulgares, que abusa del licor y que carece de control emocional, pierde rápidamente el respeto de sus hombres.
Se puede ser jovial, pero nunca
irónico o sarcástico. El Jefe puede usar chistes en forma medida.
El exceso de bromas y chistes pueden tener como resultado respuestas a veces ofensivas para la dignidad del Jefe por parte de los
subalternos. Un poco de humor por
parte del Jefe en una situación de
tensión puede tener excelentes resultados, siempre que el humor no
sea a costa de los afectados. Un
exceso de severidad, austeridad y
rigor en el modo de ser, destruyen
la simpatía y confianza que debe
tener el personal hacia el Jefe. Una
irritación constante y exhibiciones irrefrenables de mal genio, indican falta de control de sí mismo
y producen desconfianza en los subalternos.
El uniformo del Jefe debe constituir un ejemplo para los subordinados. Al mismo tiempo, las acciones y movimientos del Jefe deben mostrar vida y energía.
El lenguaje del Jefe debe ser
claro y sencillo. Hacer frases cortas, simples, explicativas y que no
se presten a dudas. No adoptar
un aire de superioridad ni emplear
lenguaje ordinario. No abusar del
lenguaje violento; reservarlo para situaciones extremas, en caso
de emergencia, lo que puede tener
un efecto que estimule la acción.
4. 15 Abnegación. Para ser un
verdadero Jefe, hay que compartir los mismos peligros, las mismas aflicciones e incomodidades
que pudieran afectar a los subordinados.
Dar prioridad al bienestar del
personal, antes que a los propios
intereses. No beneficiarse a costa
de los demás.
Reconocer y agradecer el trabajo desarrollado por los subalternos.
No culpar a ellos de todos los errores, y apropiarse de todo el mérito por la labor realizada.
4. 16 Inteligencia. Así como el
Jefe debe poseer preparación profesional, debe también tener un alto grado de inteligencia para realizar actos de provecho para la
Unidad y para aplicar en forma
adecuada sus conocimientos y los
principios de la conducción.
Escuchemos a A. Gavet:
"El Jefe que carece de inteligencia está sujeto naturalmente a
una cantidad de errores que sería
fastidioso enumerar. Su ilusión capital y, por decirlo así, perpetua,
consiste en no percibir en el ejercicio de su profesión sino las cosas inmediatamente visibles y presentes, las formas exteriores o el
funcionamiento maquinal. El no
tiene la intuición de la obra, de su
objeto, de sus medios, de las fuerzas que accionan el conjunto.
"Sólo sabe hacer tomar a su tropa, en el terreno, formaciones
aprendidas, y ejecutar al pie de la
letra las órdenes. Se mueve penosamente en un medio cuya natu-
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
raleza no comprende; aplica, con
razón o sin ellas, las prescripciones de sus jefes y las disposiciones reglamentarias. La Unidad que
el manda, no existe a sus ojos sino
para este solo objeto. Un manejo
de armas perfecto, ejecutado en
presencia del general-inspector, las
cuadras mantenidas conforme a todas las disposiciones reglamentar i a s . . . he aquí la coronación ideal
de su obra.
"Es esta misma falta de inteligencia la que le induce a atribuir
al papeleo el valor de las realidades.
El jefe atacado de esta enfermedad
moral, exige informes, partes, notas, estados, resúmenes, etc.; sólo
ve las cosas militares a través de
este aparato dudoso y a veces hasta la caligrafía representa para él
algo más que un medio de expresión: tiene su valor intrínseco; y
el servicio consiste en recibir y en
suministrar papeles, irreprochables en su forma y en su estructura. El papeleo se eleva entonces
a la altura de un arte que merece
ser estudiado y practicado por sí
mismo: tiene sus principios inamovibles, sus reglas exigentes y se
impone con tal insistencia, que se
llega a subordinar la acción al papel que lleva consigo.
"En suma, el jefe sin inteligencia tiene, por decirlo así, en lo moral, vista demasiado corta. En lugar de los principios, demasiado
lejanos para él, no percibe sino las
reglas rutinarias que de ellos se
derivan; si mira el objetivo, no ve
más allá de los resultados inmediatos, intermedios, que no son, en
definitiva, sino medios. Los busca
entonces, por ellos mismos y se
obstina en desarrollarlos, en perfeccionarlos, como si éstos tuvieran un valor real.
171
"Para tales espíritus limitados,
el manejo de armas no es ya un
medio para servirse del arma, sino una especie de acción rítmica;
la instrucción de tiro tiene por
objeto obtener buenos tantos por
ciento; la maniobra sirve para reproducir en el terreno los dispositivos reglamentarios, y la coronación del servicio es la revista de
inspección general.
"Estas gente llegan a perder de
vista, en la práctica, que la guerra es la función y la razón de ser
del Ejército. Lo saben perfectamente, pero esta idea no es para
ellos sino un concepto teórico: la
g u e r r a . . . ya se ocupará uno
de ella cuando llegue; pero por
ahora sólo se trata del servicio en
tiempo de paz, el cual, para ellos,
no tiene conexión con el servicio
de guerra. "
4. 17 Carácter. Otra cualidad
que debe adornar a un Jefe es el
carácter, que se manifiesta en su
tenacidad para cumplir su misión
y en la firmeza en sus opiniones
y actuaciones. El destaca al Jefe
capaz de dominar la situación, de
imponerse a los inconvenientes y
de infundir con ello confianza a
sus subalternos.
El carácter es un elemento esencial de la aptitud para el mando.
"El carácter es más raro que la
inteligencia. Oficiales hay que tienen la inteligencia despierta y
aman su carrera; y sin embargo,
moralmente los sentimos débiles:
ven claramente lo que sería necesario hacer, desearían cumplir honorablemente sus servicios, pero
carecen, por decirlo así, de acción
sobre sí mismos.
"Son impotentes para imponerse
reglas, para adoptar principios definitivos de conducta y obligarse a
172
MEMORIAL DEL EJERCITO
seguirlos, os decir, para gobernarse a sí mismos.
"El mando flaqnea entre sus
manos; unas veces ceden a un impulso de bondad; otras veces a un
ímpetu de ira; su tropa no experimenta la impresión de un poder
firme, continuo, irresistible; ni
presiente en estos jefes inciertos a
los representantes de un deber estricto, de una ley moral; y hasta
podrá suceder que no los escuche
siempre ni los siga a todas partes. "
(A. Gavet).
5. —Defectos del Jefe
5. 1 Así como el Cdte. debe exhibir ciertas cualidades que lo caractericen en el ejercicio del mando, así también puede tener defectos que empañen su personalidad, y que él debe reconocer y corregir.
Estas limitaciones de los Jefes
son raramente advertidas por
ellos. Normalmente son las demás
personas quienes las perciben y las
sufren.
Mientras más alta es la jerarquía, mayores repercusiones tienen
los actos do los Cdtes. dentro de la
organización. Sus defectos se hacen cada vez más notorios, pues
hay muchos ojos que miran hacia
él en busca de ejemplo y guía.
5. 2 El Jefe debe hacer un esfuerzo y un estudio especial de su
persona pura identificar sus limitaciones. Sólo así podrá buscarles remedio o, por lo menos,
aminorar sus efectos sobre los demás. Hay que combatir contra el
propio orgullo; hay que luchar
contra fuerzas anímicas poderosas
que, cual caballos desbocados, quieren hacer su propia voluntad. Es
una batalla dura y dolorosa, que
requiere de perseverancia, dominio
de sí mismo y fortaleza moral. El
Jefe debe hacerlo, para controlar
sus instintos, pasiones y emociones.
Veremos a continuación los principales defectos que pueden afectar a un Jefe.
5. 3 La ambición. Puede ser definida como un ansia incontrolada de poder. No debe ser confundida con el deseo sano de progreso y competencia, útil en toda organización. Lo que debe evitarse
es la actitud desmedida, que lleva
a un Cdte. a extender su autoridad más allá de los límites que le
han sido asignados, aunque ello
signifique pasar a llevar o absorber trabajos que corresponden a
otras personas. Una forma de ambición desmedida es el apropiarse
de las ideas de los demás en beneficio propio.
5. 4 La pereza. Este defecto
puede impulsar al Jefe a dejar cosas pendientes, a delegar sus funciones en personal subalterno o a
presentar problemas a sus superiores sin proponer las soluciones correspondientes. La pereza en un
Jefe, resiente toda la organización.
El rendimiento baja, los subordinados se ven recargados de trabajo y el prestigio de la Unidad
sufre una baja notoria.
Comparando la ambición y la
pereza, podríamos decir que, siendo ambas, defectos de la personalidad, son sin embargo contrapuestas. Mientras el ambicioso trata
de monopolizar para sí actividades
de superiores, compañeros o subalternos, el perezoso trata de hacer
todo lo contrario, es decir, traspasar sus propias obligaciones a
otras personas. Hay que proceder,
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
entonces, en una forma equilibrada. El Cdte., sin embargo, no puede realizar todo el trabajo; necesita DELEGAR parte de él en sus
subordinados. El Cdte. que no delega, no sabe mandar, puesto que
absorbe para sí el total del trabajo, produciendo un retardo general. El grado de delegación permisible es aquel que, de acuerdo con las circunstancias, permite:
—Que se realice con fluidez todo el trabajo.
—Que los subordinados actúen
con plenitud de atribuciones y con
misiones concretas.
—Que el Cdte. realice los trabajos de mayor responsabilidad e
importancia, y mantenga un adecuado control de lo que están haciendo sus subalternos.
5. 5 La ira. Puede definirse como el mal humor fuera de control.
Este mal humor crea normalmente resentimiento entre las personas que deben sufrirlo, sobre todo
cuando se transforma en un hábito. Sin embargo, la ira no es la
causa corriente de todos los errores. El Cdte. debe aprender a aquilatar cuando es deseable llegar
hasta este extremo. La impaciencia, como un aspecto de la ira, es
aconsejable en muchas ocasiones.
Así por ejemplo, cuando la misión
u objetivos básicos de una organización no son alcanzados en la
forma eficiente del caso. No se
puede ser tolerante con los resultados mediocres. Para aquilatar
esto, se debe evaluar el rendimiento efectivo de los subordinados.
El Jefe puede, finalmente, tener ira; sin embargo, no debe olvidar que, si ella llega a sus subalternos, pueden obtenerse resultados totalmente contrarios de los
173
que se necesitan. Debe evitarse
aquella forma de ira que impulsa
a ios Cdtes. a llamar la atención
a otras personas delante de personal subalterno, pues esto constituye una humillacióa.
5. 6 La inmoralidad. Es otro de
los defectos que pueden manchar
la personalidad de un Cdte. Los
subordinados desean sentir que sus
Cdtes. no sólo son eficientes proíesionalmente, sino que moralmente son también aceptables. Los
Cdtes. de todas las jerarquías no
deben olvidar que son observados
y que lo que ellos hagan será imitado por sus subalternos. El término "Inmoralidad" abarca la mayor parte de lo que constituyen los
vicios personales. Carece de moralidad quien promete algo a sus subalternos, sin cumplirlo. También
carece de ella aquél cuya vida privada es licenciosa o no se sujeta a
las normas legales o sociales establecidas. Igualmente inmoral es el
abuso de poder, con fines personales.
5. 7 Otra debilidad en que puede caer un Cdte. es el orgullo. Es
un delecto que se presenta calladamente. Lentamente, y sin que el
Jefe se dé cuenta, barrena su personalidad. El exceso de orgullo
puede descubrirse al contestar las
siguientes preguntas:
—¿Me muestro dispuesto a escuchar las ideas de otras personas ?
—¿Me pongo impaciente con las
sugestiones que otros hacen?
—¿ Reacciono ernocionalmente
cuando me veo sujeto a crítica
constructiva sobre mi trabajo?
—¿Me dejo llevar por la gloria
de mis éxitos pasados?
—¿Intento rodearme de gente
que piensa como yo?
174
MEMORIAL DEL EJERCITO
Los signos exteriores de orgullo desmedido pueden incluir: tener una oficina ostentosa, hábitos
o vestimenta de lujo, o el sarcasmo frecuente.
El orgullo, bien dosificado, es
sin embargo provechoso. Se puede
tener orgullo por un trabajo bien
hecho. Orgullo en este sentido, es
estimación por la propia persona.
La dificultad estriba en saber hasta dónde el orgullo es una cualidad y cuándo se transforma en
un defecto.
El orgullo como defecto, hiere
a los demás y predispone a otras
personas en contra. Como castigo, el orgulloso se ve rodeado de
aduladores que, al menor traspiés
de aquél, están prontos a abandonarlo.
5. 8 El pesimismo. Es el descontento sistemático. Al transformarse en un hábito, puede ocasionar una parálisis espiritual en
toda la Unidad. El pesimista es
un hombre indiferente, derrotado.
El temor y un sentimiento de inseguridad, son las consecuencias
del pesimismo. Para compensar
esta inseguridad, el pesimista puede tomar como contramedida la
adulación a sus superiores, agregando así otro vicio a su personalidad.
5. 9 Finalmente, la envidia, es
otro de los defectos que pueden
ensombrecer la personalidad de
un Jefe. Se ve con frecuencia el
caso de Jefes que, subsconscientemente, tratan de trabajar con gente inferior a ellos mismos. Pudiera creerse que estiman que si emplean personas muy competentes,
no podrían conservarlas. Generalmente, la verdadera razón es que
el Cdte. ve en el hombre muy capacitado una amenaza que puede
afectar su estabilidad, y envidia
su habilidad. Es corriente también que al subalterno que presenta ideas brillantes y originales se
le ridiculice o se le mantenga en
un oscurso segundo plano, para
evitar que sobresalga.
5. 10 Todos somos imperfectos.
Los Cdtes., sin embargo, tienen
la obligación, aunque sea penoso
para ellos, de identificar sus defectos y tratar de corregirlos. En
esta forma podrá mejorar en su
Unidad las relaciones entre él y
sus subordinados. El sólo intentarlo ya engrandece al Jefe, pues
es una demostración de valentía
moral.
6. —Consejos prácticos
6. 1 Existen ciertas normas y
consejos prácticos que permiten
obtener del Jefe un acertado ejercicio del mando. Ellos procuran
aplicar las características o cualidades de un Jefe a la solución
de los problemas de mando. Estos consejos se enumeran a continuación y se explican por sí solos.
6. 2 Para un mejor mando:
—Conozca su trabajo integralmente.
—Conózcase a sí mismo y trate
de mejorar su personalidad.
—Conozca a sus subordinados y
procure su bienestar.
—Mantenga a sus hombres informados.
—Predique con el ejemplo.
—Asegúrese de que el trabajo
por hacer ha sido comprendido y
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mande
está bajo control hasta su terminación.
—Desarrolle en sus subordinados el espíritu de cuerpo y la habilidad para trabajar en equipo.
—Tome resoluciones razonadas
y oportunas.
—Delegue atribuciones entre
sus subalternos, de acuerdo con
sus puestos y capacidad.
—Desarrolle el sentido de responsabilidad entre sus subordinados.
—Emplee su Unidad de acuerdo a su capacidad.
—Busque la responsabilidad y
hágase responsable de sus actos.
—Evite que sus problemas domésticos afecten la vida del Cuartel.
6. 3 Para mantener buenas relaciones con el personal:
—Cada vez que pueda, en lugar de dar órdenes directas, haga
preguntas que lleven por deducción al subordinado a cumplir alguna tarea.
—Al recibir quejas o reclamos:
* Escuchar con atención y
dejar hablar a la persona,
para que ello sirva como
una llave de escape al reclamante y exponga sus
razones.
* Hacer preguntas sobre el
el tema.
* Ver las cosas desde el punto de vista del reclamante.
* Prometer atender y buscar
solución al problema.
* Citar para una próxima
ocasión cuando el hombre
esté más tranquilo.
* Dar solución al problema.
—Para lograr cooperación:
175
'••• Exponga la importancia
del trabajo por realizar.
* Apelar a motivos nobles.
* Desarrollar el espíritu de
competencia y de pertenencia.
* Felicitar, dar aliento.
* Dar a atender que las ideas
pertenecen a la persona que
nos debe colaborar.
* Recurrir al castigo sólo en
última instancia.
—La Crítica:
* Evitarla al máximo, pues
despierta resistencia del
personal.
* Si es necesario hacerla, empezar reconociendo los méritos del afectado, hacer
ver los errores similares en
que incurre la gente; formular el cargo que corresponde, pero dar aliento al
subordinado, dando a entender que será fácil para
él corregir el error.
—Reconocer las propias faltas.
—Sea accesible a sus hombres,
no se aisle.
—Acepte las buenas ideas de
sus subordinados.
—No interfiera en la vida privada de sus subordinados.
7. —Evaluación del ejercicio del
mando
7. 1 Existen cuatro características del personal de una Unidad
que son "indicadores" del mayor
o menor éxito en el ejercicio del
mando por parte de un Cdte.:
—Moral.
—Disciplina.
—Espíritu de cuerpo.
—Eficiencia.
MEMORIAL DEL EJERCITO
Estos "indicadores" deben ser
observados constantemente por el
Cdte. para determinar si su Unidad está capacitada para cumplir
la misión.
El Cdte. debe combatir constantemente todo factor que contribuya a disminuir los "indicadores" mencionados.
Los cuatro "indicadores" están
relacionados entre sí, y todos ellos
contribuyen a determinar el grado de capacitación de la Unidad.
Aunque la disciplina, el espíritu de cuerpo y la eficiencia dependen del estado de la moral, estos
cuatro conceptos deben considerarse de igual importancia. La
moral viene a ser la suma total
de todas las actitudes del individuo.
7. 2 La moral, definida en el
Capítulo 2, está estrechamente relacionada con las necesidades del
hombre. Una alta moral le da al
Soldado una sensación de confianza y bienestar, que le permite enfrentarse a las dificultades con
valor, resistencia y determinación.
La moral no permanece constante, sino que cambia continuamente. El estado de moral de los
subordinados es un índice importante que revela la eficacia con
que el Cdte. está mandando su Unidad.
La moral puede evaluarse por
medio de inspecciones a la Unidad, o por estudio de informes
provenientes de las tropas.
En las inspecciones puede observarse:
—Eficiencia en el trabajo.
—Presentación personal.
—Formas militares.
—Higiene personal, servicios
higiénicos.
—Cuidado del armamento y
equipo.
—Condiciones del rancho y del
alojamiento.
—Cumplimiento de órdenes.
—Entretenciones.
—Reacción ante órdenes de superiores.
—Rumores.
—Etc.
De interés para esta finalidad,
son los informes relativos a:
—Personal faltando a lista.
—Desertores.
—Enfermedades simuladas.
—Castigos.
—Peticiones de traslado.
—Pérdidas de equipo.
—Etc.
7. 3 En el Cap. 2 se define la
disciplina.
La disciplina que se exige en
una Unidad militar debe ser más
estricta que la que se exige en la
vida civil. La disciplina busca formar un enérgico espíritu de servicio y cooperación, que fomente
la unión colectiva. Lo anterior es
el resultado de una buena instrucción y de un inteligente ejercicio
del mando.
Para evaluar el estado de la disciplina, el Cdte. debe observar:
—Atención que se presta a los
detalles.
—Estado de las relaciones entre Unidades e individuos.
—Cumplimiento del deber.
—Prontitud a presentarse para
el cumplimiento de los diversos
servicios.
—Respeto a los superiores.
—Esmero en el aseo y presentación personal.
Crt. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
—Saludo.
—Cumplimiento de órdenes.
—Etc.
7. 4 El espíritu de cuerpo fue
definido en el Cap. 2.
El espíritu de cuerpo no es la
suma de las personalidades de todos los componentes de la Unidad.
Equivale a la personalidad de la
Unidad.
El espíritu de cuerpo depende
de la satisfacción que sientan sus
miembros por pertenecer a una
Unidad y a la confianza que tengan en sus Jefes.
Demostraciones de espíritu de
cuerpo son:
—Demostraciones de orgullo y
entusiasmo de los hombres por su
Unidad.
—Prestigio que tiene la Unidad
entre las otras Unidades.
—Espíritu de competencia.
—Participación voluntaria del
personal en actividades de la Unidad.
—Orgullo que siente el personal
por las tradiciones e historia de
la Unidad.
—Ayuda mutua que se prestan
los componentes de la Unidad.
—Creencia de que la propia
Unidad es la mejor.
7. 5 La eficiencia de la Unidad
es la suma de las capacidades de
todos los individuos de la Unidad,
unidos bajo la dirección del Jefe
en un grupo que funciona con normalidad.
La eficiencia nace como resultado de la instrucción, principalmente. El Cdte. debe por esto emplear la mayor parte de su tiempo en dirigir y controlar la instrucción.
Para evaluar la eficiencia,
observar:
177
—Presentación personal de los
soldados.
—Estado de conservación del
material.
—Funcionamiento normal de la
Unidad.
—Condiciones de mando de los
Cdtes. subordinados.
—Prontitud y exactitud en la
transmisión y cumplimiento de órdenes.
—Prontitud y precisión en los
informes.
—Cumplimiento de las obligaciones.
—Etc.
8. —Problemas del mando
8. 1 En el ejercicio del mando,
todo Cdte. se debe enfrentar a la
solución de variados problemas.
Estos no pueden desatenderse y
deben ser resueltos prontamente,
de la manera más eficaz posible.
Al no hacerlo ellos afectarán al
rendimiento de la Unidad.
Los problemas indicados se
pueden agrupar en la siguiente
forma:
—Recepción del mando.
—Selección de Jefes subordinados.
—Formación de Jefes subordinados.
—Relaciones entre el Jefe y sus
subordinados.
—Asesoría.
—Recepción o integración del
personal nuevo.
8. 2 Para resolver cualquiera de
éstos u otros problemas, existe un
procedimiento general, que es el
siguiente:
—Estudiar con detención el problema.
—Reunir antecedentes.
MEMORIAL DEL EJERCITÓ
—Idear posibles soluciones.
—Determinar ventajas y desventajas de cada solución.
—Elegir la mejor solución como decisión final.
8. 3 Al asumir el mando de la
Unidad, el Jefe debe proceder así:
—Causar una buena impresión
inicial, que perdure en el recuerdo de los subalternos.
—Observar la Unidad durante
algún tiempo, antes de hacer
grandes cambios.
—Evaluar en la Unidad: la moral, disciplina, espíritu de cuerpo
y eficiencia profesional.
—Evaluar a los Jefes subordinados, para determinar sus puntos fuertes y débiles.
—Dar a conocer su política, y
normas a que se ceñirá en su mando.
—Predicar en todo momento
con el ejemplo ante sus subordinados.
8. 4 En cuanto a la selección de
Jefes, puede decirse que aún no
se ha ideado un método seguro para determinar si un hombre puede llegar a ser un buen Jefe.
Los sistemas generalmente utilizados con este propósito son: entrevistas para determinar diversos
rasgos de la personalidad, observación en la vida diaria y el trabajo para verificar la capacidad,
desempeño y aptitudes, informes
de otras personas sobre el hombre en estudio, calificaciones y hojas de vida, etc. Deben también
considerarse: tiempo de servicio,
antigüedad y experiencia en el
trabajo.
8. 5 El Jefe debe aprovechar
toda ocasión para traspasar a sus
Jefes subordinados su experiencia
en el arte de mandar. Es respon-
sable de la formación profesional
de estos Cdtes. Proceder así:
—Establecer en forma clara y
definida los deberes de los Jefes
subalternos. Rotación en el trabajo.
—Establecer las normas generales para el cumplimiento de estos deberes.
—Predicar con el ejemplo.
—Observar la cadena del mando.
—Empleo adecuado de la asesoría, haciendo participar a estos
Jefes en la discusión de problemas
del servicio.
—Control de las actividades de
esos Jefes.
—Recomendar lecturas apropiadas.
—Desarrollo de Academias, en
especial, aplicadas, sobre materias
profesionales.
Participación en ejercicios aplicados.
—Charlas sobre el arte de mandar.
—Etc.
8. 6 La relación que debe existir entre Jefes y subordinados,
deba caracterizarse por el respeto
y confianza mutuos. El subalterno tiene, además, el deber de la
obediencia hacia su superior.
Debe evitarse el exceso de familiaridad, pues tiende a destruir
el respeto entre los hombres.
La influencia personal del Jefe
es de gran importancia en el desarrollo de relaciones armónicas
entre los Cdtes. subordinados.
8. 7 El empleo de asesoría en
el mando es de primera importancia, pues es imposible que en esta
época moderna, con las complejidades de la técnica, táctica y administración, un Cdte. pueda es-
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
tudiar y resolver por sí solo todos
los problemas del mando.
La asesoría puede obtenerse del
Cuartel General o Plana Mayor,
de Comités de trabajo, o por medio de reuniones con Jefes subordinados.
La asesoría se gesta mediante
la discusión de un problema con
otras personas, quienes proponen
soluciones basadas en su experiencia y en sus conocimientos sobre la materia.
La asesoría más eficaz es aquella mediante la cual se alienta a
una persona a pensar en una solución propia del problema y a hablar libremente sobre la materia.
Mediante la introducción de ideas,
comentarios y preguntas adecuadas, el Jefe puede guiar al asesor
o al subalterno a buscar soluciones
lógicas y convenientes del problema.
La asesoría tiene también como
finalidad enseñar a los subordinados a trabajar en equipo, permitiéndoles aportar ideas propias y
acostumbrándolos a considerar y
respetar los puntos de vista de
otras personas.
El sistema de trabajo con asesoría tiene, entre otras, las siguientes ventajas:
—Mejora la coordinación y la
colaboración dentro de la Unidad.
—Desarrolla el espíritu de cuerpo y el trabajo en equipo.
—Facilita la impartición, difusión y cumplimiento de órdenes.
—Desarrolla en los subalternos
el sentido de "pertenencia", es decir, los hace sentirse miembros activos e importantes de la Unidad.
Lo anterior los transforma en decididos defensores de las conclu-
179
siones a que se llegó en el trabajo de equipo, facilitando así su
cumplimiento.
8. 8 El último tipo de problemas a que se ve enfrentado el Jefe es a la recepción e integración
de personal nuevo a la Unidad.
El personal nuevo debe adaptarse a las condiciones de vida y
trabajo de la Unidad. El recién
llegado se encuentra casi totalmente separado de sus amigos y
de su familia. Debe formarse nuevas amistades y desarrollar la sensación de "pertenencia" al nuevo
grupo, del cual necesita apoyo,
comprensión y aceptación.
Pueden presentarse dos casos;
—El hombre siente que está
muy limitado y controlado en la
vida militar y que carece de vida
privada. Se siente insignificante y
sin libertad.
A este tipo de personas hay que
explicarles las razones del régimen militar, cuál es el sistema de
instrucción, de vida y de trabajo
en el Ejército. Explicarles también que el Ejército no puede proporcionarles las comodidades de
la vida civil y en particular las de
sus hogares.
—El otro caso, es que el hombre se sienta con una libertad mucho mayor que la que se le daba
en el hogar, en la escuela o en la
comunidad en que vivía. Esta repentina libertad puede conducirlo
a un comportamiento descontrolado y a cometer faltas que van en
perjuicio de su persona y de la
Unidad.
Este tipo de personas también
necesita de una orientación sobre
lo que es la vida militar; pero, sobre todo, necesita consejo, guía y
control.
180
MEMORIAL DEL EJERCITO
El primer tiempo en servicio
del personal nuevo es muy importante en el desarrollo de la personalidad del joven, en su formación de hábitos y costumbres. El
Cdte. debe llevar a cabo un programa de instrucción que comprenda materias como las siguientes:
—Los peligros de la vida moderna: alcoholismo, prostitución,
homosexualidad, delincuencia.
—La formación de la familia.
Responsabilidades.
—Deberes y virtudes militares.
—Administración del sueldo.
—Los peligros de la vida militar.
—Higiene personal.
—Educación sexual.
—Etc.
En estas materias se pueden hacer asesorar por Oficiales idóneos, el Capellán, la Asistente Social y el Médico de la Unidad.
Junto con lo anterior, deben estudiarse las aptitudes físicas y
mentales del recién llegado, para
asignarlo a tareas en las cuales
pueda lograr un alto rendimiento.
Posteriormente, un programa de
rotación en el trabajo, permite enriquecer la experiencia y formar
en su plenitud al subalterno y al
futuro Cdte.
Una manera fácil de fomentar
el compañerismo y espíritu de
cuerpo y, por ende, la integración
de los jóvenes a la Unidad, es la
práctica de deportes y la organización de competencias inter-Unidades con incentivos adecuados.
El deporte, a su vez permite también el desgaste de energías, las
que, de otra manera, pueden emplearse con fines inconvenientes
para el personal o la Unidad.
9. —El mando y la organización
9. 1 Escuchemos al Conde Von
Schlieffen:
"El conductor no sólo debe saber conducir el Ejército. Debe también organizarlo, equiparlo, armarlo, instruirlo y alimentarlo.
Quizás si hayan otros que en su
lugar se encarguen de estas tareas, pero no lo harán de modo
que él tenga algo que agradecerles. El conductor no puede ponerse a la cabeza de una tropa cualquiera. Debe tener su propio Ejército. "
Lo anterior, que es aplicable a
cualquier mando, nos señala con
claridad las responsabilidades de
un Cdte. con respecto a su Unidad y nos indica también cuán
complejo es ser Jefe de una Unidad
militar.
"No hay Unidades deficientes,
sino Cdtes. deficientes. " Esta cita, que se atribuye a Napoleón,
tiene hoy también plena validez.
9. 2 Nuestro Ejército tiene la
siguiente definición de Organización Militar:
"Organización militar es una rama de la Ciencia de la Guerra que,
sobre la base de factores históricos, geográficos, estratégicos, tácticos, etc., determina la cantidad,
calidad, proporción, estructura,
relaciones, etc., que debe darse
a los efectivos de un Ejército o
de sus partes, para obtener un
rendimiento óptimo en la paz y
en la guerra. "
9. 3 Todo Cdte. debe tener un
conocimiento teórico y práctico de
organización militar. Tiene también la obligación de conocer la
T. O. E. o documento que establezca la organización de su Uni-
Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
dad, su estructura general, las relaciones entre sus elementos constitutivos, las dotaciones de personal y material. El mando y la organización tienen relación estrecha.
9. 4 La misión de la Unidad
debe repartirse entre sus elementos constitutivos, dividiendo el trabajo en tareas homogéneas, especializadas. De aquí nace la estructura de la Unidad.
El Cdte., junto con ello, debe
señalar a sus Jefes subordinados
las normas de ejecución y debe
entregar los medios para cumplir
las tareas.
Evitar duplicación de esfuerzos
y superposición de atribuciones y
responsabilidades.
9. 5 Se entiende por amplitud
de control, la cantidad de subordinados que pueden ser dirigidos
y controlados en forma adecuada
por un Jefe.
La capacidad de un Jefe para
controlar las actividades de otros
está limitada por factores psicológicos y físicos. Si el límite de
control es muy grande, la organización es difícil de manejar e ineficiente.
Desde el punto de vista psicológico, es preciso reconocer que una
persona sólo puede prestar atención a un número limitado de cosas a la vez, después de lo cual se
produce falta de control y confusión.
Desde el punto de vista físico,
el grado de control sobre los subordinados depende de la cantidad de
personas controladas, del tiempo
de que se dispone para este objeto,
de la distancia entre el Jefe y sus
subordinados, de los medios de enlace existentes, del tipo de traba-
181
jo que realizan los subordinados,
de la experiencia y preparación
del Jefe y de sus subordinados, de
la personalidad del Jefe y de sus
subordinados.
La experiencia indica que la
cantidad de personas u órganos
subordinados que pueden controlarse en forma adecuada, oscila
entre tres y ocho. Mientras más
alto es el escalón del mando, menor debe ser esta cantidad, en
atención a la mayor complejidad
y trascendencia de los problemas
que se presentan.
Para mejorar el control, debe
reducirse la cantidad de personas
que intervienen en la tramitación
de los problemas.
9. 6 La cadena del mando es
una sucesión de Cdtes., desde un
superior a sus subordinados, por
intermedio de los cuales se ejerce
el mando.
Estos Cdtes. materializan el
"conducto regular" y se encuentran ubicados en las líneas de comunicación verticales a que se hizo mención en el Capítulo 2.
Esta sucesión de Cdtes. es conocida en "Organización" como
"la línea".
La cadena del mando mantiene
la disciplina y la estabilidad, detenta la autoridad y tiene la responsabilidad de todo lo que sucede en las Unidades.
Para que la cadena del mando
sea efectiva y no haya roces ni órdenes contrapuestas, es indispensable observar el principio orgánico de la "Unidad de Mando".
Sólo en esta forma puede haber
claridad en las órdenes y sabrán
los subordinados ante quién deben responder.
9. 7 Los organismos asesores,
182
MEMORIAL DEL EJERCITO
tales como Cuarteles Generales y
Planas Mayores, están fuera de
la cadena del mando; no tienen
autoridad por sí mismos sino a
través del Cdte. a quien colaboran. Los asesores trabajan para
el Cdte. y sirven sus ideas.
Los asesores deben proporcionar
al Cdte. una colaboración anónima, impersonal, inteligente y eficiente. El Cdte. delega en los
miembros de su Cuartel General
o Plana Mayor algunas de sus
atribuciones, salvo la de resolver,
que es privativa de él.
10. —El mando en el combate
10. 1 El desempeño del personal en la instrucción, en especial
práctica, es el mejor indicativo de
la forma cómo actuará cada soldado en el combate. De allí la importancia que debe asignarle el
Cdte. al control y desarrollo de la
instrucción.
10. 2 La potencia de combate
de una Unidad se ve disminuida
por una serie de factores adversos, a saber: temor, pánico, desaliento, sensación de aislamiento y
falta de confianza del soldado,
tanto en sí mismo, como en sus
armas, en sus Jefes y compañeros.
Estos fenómenos pueden llegar a
paralizar a los individuos, hacerlos totalmente inútiles y aún peligrosos para la Unidad. Todo Cdte.
debe estar capacitado para reconocer prontamente los síntomas
de estos fenómenos, y así tomar
oportunamente las medidas del caso.
Estos factores son fluctuantes;
su presencia depende de la situación que se vive. Son normalmen-
te los Cdtes. de Escuadra o Sección los que primero perciben estos síntomas en sus Unidades y
quienes deben tomar las medidas
necesarias en primera instancia.
10. 3 En el caso de Unidades
aisladas, no debe permitirse que
se desarrollen rumores que lleven
a creer al personal que se les ha
olvidado, que están abandonados,
o que tienen una misión "de sacrificio". Esta situación las puede
dejar muy vulnerables a la acción
psicológica del adversario.
Debe asegurarse a las tropas
que el superior conoce y aprecia
debidamente la situación, que confía en la capacidad de la Unidad
para salir del paso y cumplir la
misión, y que él los ayudará en
la mejor forma posible.
10. 4 El temor, aunque es una
emoción aflictiva que puede llegar
hasta paralizar a un individuo,
es en realidad la forma cómo la
naturaleza prepara biológicamente al cuerpo para la acción. El
funcionamiento del organismo se
acelera en todo sentido; incluso
se pierde hasta la sensación de fatiga.
La instrucción es muy importante para evitar los efectos negativos del miedo. Hay que acostumbrar al hombre a reaccionar
por hábito ante órdenes específicas de combate. La acción misma
se encarga de combatir al temor.
10. 5 Los rumores destruyen
la confianza y crean la incertidumbre. El personal puede imaginarse peligros o situaciones inexistentes y crearse un estado de
alta sensibilidad al comportamiento emocional e irracional.
Los rumores, en especial los
más verosímiles, circulan con
Crt. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando
gran rapidez. Los que escuchan se
excitan, y reaccionan de una manera irracional hasta con las más
leves sugerencias, hasta causar
un pánico colectivo.
Una vez que el soldado pierde
su capacidad para razonar debido
a la influencia de los rumores, éstos ya no necesitan ser creíbles
para ser aceptables por la masa.
Un rumor que apoya una sospecha o un odio, que comprueba
un temor o expresa un esperanza,
será repetido y reforzado por las
emociones de la persona que lo
narra. Cuando los rumores se esparcen mucho y muy rápidamente, significa que hay odios, temores y esperanzas comunes entre
las personas que los repiten.
Los rumores son muy peligrosos y deben ser controlados por el
Cdte. Es necesario identificarlos,
desacreditarlos y eliminarlos en su
fuente de origen. Para este fin
hay que mantener siempre informado al personal y desarrollar en
ellos confianza hacia sus jefes.
Los hombres necesitan saber
qué es lo que sucede, qué se necesita de ellos y con qué medios se
cuenta para cumplir la misión.
10. 6 El pánico se desarrolla
cuando un soldado se siente dominado por el miedo. Se hace presente por una fuga repentina o
una paralización.
El pánico puede producirse por
causas críticas reales o imaginarias, como son las creadas por los
rumores, el terror y la propapanda enemiga.
El pánico aparece cuando los
individuos se sienten incapaces para dominar una situación crítica.
El ejemplo negativo de algunos
183
arrastra al pánico a Unidades
completas. Tal es el caso de soldados que, presos de terror, corren hacia la retaguardia; tras de
ellos se suman otros. El pánico es
contagioso. El terror de unos aumenta el terror de los otros. El
hombre, transformado en un ente
irracional, pierde el sentido del
honor y la disciplina.
Las tropas con experiencia,
bien instruidas, organizadas, equipadas, disciplinadas y dirigidas,
rara vez ceden al pánico, debido a
que confían en que todos estos factores les ayudarán a dominar cualquier situación. Esta capacidad de
resistencia al pánico fluctúa, por
otra parte, de acuerdo con el estado psicológico y físico de las tropas, la situación táctica del momento y las condiciones de vida.
El Cdte. debe estar constantemente preocupado de reconocer
los factores que conducen a la incertidumbre y el pánico, para tratar de contrarrestarlos, a saber:
—Escasez de armas y abastecimientos.
—La oscuridad.
—Nuevas armas del enemigo.
—Hambre, sed y fatiga de las
tropas.
—Inquietud, inseguridad, tensión, espera ansiosa y desconocimiento de la situación que se vive.
—Nostalgia, aburrimiento, rumores y pérdida de fe en la causa.
—Fuertes pérdidas, reveses,
órdenes contradictorias, comunicaciones deficientes.
—Ausencia de Jefes o falta de
confianza en ellos.
184
MEMORIAL DEL EJERCITO
Las dotes de mando del Cdte.
son el principal baluarte contra el
pánico. El Cdte. debe actuar con
firmeza en la etapa de instrucción.
Hay que tomar resoluciones rápidas
y firmes al primer síntoma de pánico. La serenidad, valor y carácter de un Jefe son decisivos para
el control de una situación de esta
naturaleza.
10. 7 El espíritu ofensivo de la
tropa debe ser mantenido a toda
costa por el Cdte., en especial en
los períodos de inactividad. Ello
permite lograr objetivos con un
mínimo de pérdidas en combate.
Esto se logra con la acción directa del Cdte., su ejemplo personal, la práctica constante en campaña, control de la instrucción,
premios y mantención de una alta moral y disciplina.
11. —Conclusiones
11. 1 No hay ningún tipo de
empresa humana donde sea tan
importante que el Jefe comprenda
todos los aspectos de su profesión,
como en la carrera de las armas.
Un Cdte. militar está investido de
un alto grado de autoridad, que
se extiende a materias consideradas generalmente como particulares o personales en la vida civil.
Todo lo que concierne a la existencia del soldado, a su capacidad,
su preparación profesional, etc.,
deben interesar al Cdte.
El Cdte. debe preocuparse de
asuntos tales como: alimentación,
vestuario, bienestar, instrucción,
formación moral, etc., de sus subordinados.
En tiempo de guerra, la vida
misma del soldado depende de las
decisiones del Cdte.
Las decisiones del Jefe militar influyen, pues, directamente
sobre la vida profesional y privada del individuo, en grado mucho
mayor que las decisiones de otros
Jefes en la vida civil.
11. 2 No hay honor mayor en
el Ejército que recibir la responsabilidad del mando de una Unidad. Cualquier mando es un privilegio que brinda al verdadero
profesional una espléndida oportunidad para incrementar su capacidad, ganar confianza en sí
mismo y darse a conocer como un
conductor.
El hecho de que una Unidad esté bien o mal instruida, bien o
mal administrada, que cumpla o
fracase en sus misiones, que contenga hombres de alta o baja moral o disciplina, depende de un solo factor: la capacidad de mando
de su Cdte.
Los Grandes Capitantes como
Alejandro, Aníbal, Julio César,
Federico el Grande y Napoleón
dieron pruebas de que la capacidad de mando del Jefe puede suplir la inferioridad numérica, la
falta de equipo y la adversidad.
Es deber moral y profesional de
todo Cdte. mejorar sus condiciones de mando, desarrollando sus
cualidades y corrigiendo sus defectos. El estudio, la práctica y el
entrenamiento constante, permiten alcanzar estas metas. Que este trabajo sirva a esta finalidad.
A V I S O
A
LOS
C O L A B O R A D O R E S
1. —El "MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" brinda sus páginas
a los miembros de las Fuerzas Armadas y civiles, invitándolos a colaborar
en la obra de propaganda cultural que tenga relación directa o indirecta
con la Defensa Nacional.
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ideas, siempre que ellas redunden en beneficio de la cultura general y
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Nº 95, de 27. VI. 1960).
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oficio original, a espacio dos y con un margen izquierdo de cuatro centímetros.
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contraste suficiente a fin de que puedan ser reproducidas sin dificultad.
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acuerdo a las modalidades de nuestro idioma y no ser hechas en forma
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