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"MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" CONSEJO CONSULTIVO JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO General de División Pablo Schaffhauser Acuña DIRECTOR DE INSTRUCCION DEL EJERCITO General de Brigada Héctor H. Bravo Muñoz JEFE DEPTO. IV REGL. PUBLIC. AYDS. DE INSTRUCCION Coronel Gustavo Kunstmann Hameau REVISTAS Y PUBLICACIONES MILITARES DIRECTOR DEL MEMORIAL Prof. Aux. Carlos F. Alcaide Neat PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA Dr. SALVADOR ALLENDE GOSSENS Presidente de la República 1970 - 1976 SALUDO DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL S- 2 Nº 6.—Santiago, 3. XI. 1970. Con íntima satisfacción he aceptado el honroso cargo de Ministro de Defensa Nacional, con que me ha distinguido S. E. el Presidente de la República, y al asumir tan importantes funciones, sean mis primeras palabras para expresar a cada uno de los miembros de las Instituciones Armadas de Chile, el testimonio de la más profunda admiración y respeto. Hago propicia esta ocasión para manifestar que mi principal preocupación se fundamentará en el logro de los grandes ideales y propósitos que animan al Supremo Gobierno de la Nación en cuanto al cumplimiento de los programas que ha señalado para la Defensa Nacional. Será también mi deber ineludible velar por el prestigio de las Fuerzas Armadas y asegurar su eficiencia para las grandes tareas que les impone la Constitución Política del Estado, lo que constituye la razón de su existencia. Asimismo, será compromiso del Ministro infrascrito, el garantizar a los integrantes activos y pasivos de las Fuerzas Armadas, los más sagrados derechos de bienestar, comprensión que se merecen. Lo anterior se encuentra avalado por aquellos hermosos años en que tuve la oportunidad como Profesor, de contribuir a la formación de jóvenes estudiantes que hoy cumplen diversas responsabilidades como Oficiales del Alto Mando. Ello me da confianza para que el desempeño de las delicadas funciones que asumo, sean positivas y beneficiosas para el país, porque soy un convencido que las Fuerzas Armadas de Chile continuarán manteniendo su posición de baluarte y garantía de las Instituciones democráticas de la República. Anótese, comuníquese y publíquese en los Boletines Oficiales del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.—ALEJANDRO RIOS VALDIVIA, Ministro de Defensa Nacional. Boletín Oficial Nº 45, de 9 de noviembre de 1970. CURRICULUM VITAE Coronel (R) RAFAEL VALENZUELA VERDUGO. Ingresó como Cadete a la Escuela Militar el 1o de enero de 1928 y egresó de ella como Subteniente en el Arma de Ingenieros el 23 de diciembre de 1930. El Coronel (R) Valenzuela desempeñó en la Institución, todos los mandos inherentes a sus grados de oficial y Jefe, sirviendo en todas las especialidades y Escuelas de su Arma. Siendo Mayor pasó al Arma de Telecomunicaciones que recién se creaba. Tiene los títulos de Oficial de Estado Mayor y Profesor de Academia. En el decurso de su carrera se desempeñó como Ayudante de la Subsecretaría de Guerra y del Ministro de Defensa Nacional. Fue Director de la Escuela de Telecomunicaciones del Ejército. Sirvió el cargo de Agregado Militar a la Embajada de Chile en Francia, en donde siguió los Cursos de la Escuela Superior de Guerra obteniendo el título correspondiente. Posee las condecoraciones militares chilenas por sus años de servicio, la medalla Minerva por sus estudios en la Academia de Guerra y la Estrella de Oro Diosa Minerva. Ha sido condecorado con la Legión de Honor de la República de Francia y la Condecoración al Mérito Militar del Ejército del Brasil. El Coronel (R) Rafael Valenzuela es casado con doña Blanca Alicia Munita Bisquert y tiene tres hijos. Obtuvo su retiro de la Institución el 7 de julio de 1965, con treinta y seis años, seis meses y quince días de servicio. Con fecha 4 de noviembre de 1970, el Supremo Gobierno lo designó Subsecretario de Guerra. Coronel de Ejército (R) don RAFAEL VALENZUELA VERDUGO, Subsecretario de Guerra EJERCITO DE CHILE COMANDO EN JEFE CARLOS PRATS GONZALEZ, General de Ejército, Comandante en Jefe. CURRICULUM VITAE DEL GENERAL DE EJERCITO DON RENE SCHNEIDER CHEREAU A.—Datos personales Nombre Grado Arma Especialidad Militar Puesto actual Fecha de nacimiento Nombre de la esposa Nombre de los h i jos RENE SCHNEIDER CHEREAU General de Ejército Infantería Oficial de Estado Mayor. Profesor Militar en Táctica y Operaciones e Historia Militar. Comandante en Jefe del Ejército 31 de diciembre de 1913. en Concepción Carolina Elisa del Carmen Arce Durandeau Elisa Carolina Leonor Raúl Alfredo Leoncio Rene Víctor Isaac Víctor Guillermo B.—Datos Militares 1.—Ascensos: 1961 1929 1932 1933 1935 1937 1944 1951 1957 1963 1968 1970 1963 1964 Cadete Escuela Militar Subalféroz Escuela Militar Alférez de Ejército Subteniente de Ejército Teniente de Ejército Capitán de Ejército Mayor de Ejército Teniente Coronel de Ejército Coronel de Ejército General de Brigada de Ejército General de División de Ejército 2.—Cursos: 1929/32 1944 Alumno de la Escuela Militar Curso de Teniente en la Escuela de Infantería, ler. Puesto. 1947/49 Curso Recular de Academia de Guerra. 1966 Curso de Alto Comando en Academia de Defensa Nacional. 3.—Destinar ionen: 1933 1934 1939 1944 1944 1947 1950 1950 1951 1953 1953 1954 1956 1957 Regimiento Infantería No 1 "Buin" Regimiento Infantería Nº 7 "Esmeralda" Escuela Militar Regimiento Infantería No 2 "Maipo" Escuela de Infantería. Alumno Academia de Guerra. Alumno Escuela «le Infantería Academia de Guerra. Profesor Secretario de Estudios en la misma Academia. Escuela Militar Misión Militar de Chile en Washington Cuartel General I División de Ejército Secretario de Estudios en la Escuela Militar. Academia de Guerra. Profesor. 1967 1968 1968 1969 1969 Comandante del Regimiento Inf. Ref. Mña. N9 18 "Guardia Vieja". Agregado Militar de Chile en Paraguay Secretario del Comando en Jefe del Ejército. Director de la Escuela Militar Director de Operaciones del Cuartel General del Ejército. Comandante de la II División de Ejército Comandante de la V División de Ejército Comandante en Jefe del Ejército. 4.—Medallas y Condecoraciones: Nacionales: —Estrella Militar (10 años de servicios) —Estrella al Mérito Militar (20 años de servicios) . —Gran Estrella al Mérito Militar (30 años de servicios). —Medalla Minerva (Curso Regular de Estado Mayor). —-Medalla Diosa Minerva (Título de Profesor de Academia). —Condecoración "Presidente de la República" (Título de General de Ejército). —Orden O'Higginiana (Postuma). Extranjeras: —Condecoración "Orden de Mayo ai Mérito Militar" en el Grado de Gran Oficial, conferida por el Ejército Argentino. —"Orden al Mérito Militar", otorgada por el Gobierno del Paraguay, en el Grado de Comendador. —Condecoración "Cruz de la Fuerza Terrestre Venezolana", conferida por el Embajador de Venezuela en testimonio de amistad y confraternidad del Ejército de Venezuela. Cadete Rene Schneider Chereau Escuela Militar 1930 Teniente Instructor René Schneider Chereau, Escuela Militar 1939. General de División René Schneider Chereau, asume el Comando en Jefe del Ejército. Le entrega el mando el General de Ejército Sergio Castillo Aránguiz. General de Ejército René Schneider Chereau (Q. E. P. D), Comandante en Jefe del Ejército. REVISTA BIMESTRAL (Organo Oficial del Estado Mayor General del Ejército) (Noviembre - Diciembre 1970) A Ñ O L X I I I Nº 3 58 1970 SUMARIO Pág. Saludo manuscrito del Presidente de la República. Saludo del Ministro de Defensa Nacional. Curriculum vitae del Coronel (R) Rafael Valenzuela Verdugo. Saludo manuscrito del Comandante en Jefe del Ejército, General Carlos Prats González. Curriculum vitae del General de Ejército, René Schneider Chereau (Q.E.P.D.) Circular saludo del Comandante en Jefe del Ejército. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe del Ejército en la Moneda, con ocasión de la entrega de símbolos de mando a los Generales recién ascendidos, el 13 de marzo de 1970 Mensaje: 19 de Septiembre de 1970 Felicitación: 4 de Septiembre de 1970. Conmoción e indignación nacionales causa atentado al General Schneider.—Presidente Frei llama al país a mantener la calma Fuerzas Armadas leales al cumplimiento de su misión Carabineros adhiere a sentimiento de repudio Todos los sectores condenan el atentado Agravio a Chile Visita al General Schneider, primer acto oficial del Presidente Electo Consternación nacional: Murió General René Schneider, comunicado oficial Declara Duelo Nacional Velada en la Escuela Militar Unánime sentir: consternación política frente al deceso de un héroe de la patria. Comunicaciones del extranjero 10 14 19 21 22 23 28 30 31 32 35 48 56 Pág. Editoriales: Martirio de un Soldado .'. Un crimen horrendo Un crimen que no debe quedar impune , El Gran Soldado '. Ilustre Soldado Schneider y el heroísmo cívico Emocionante despedida Palabras pronunciadas por el Ministro de Defensa Nacional en el Cementerio General Despedida al Comandante en Jefe del Ejército General René Schneider Chereau por el General de División Carlos Prats González .. .....„ Discurso del Presidente del Senado Tomás Pablo Elorza Discurso del Presidente de la Cámara de Diputados Jorge Ibáñez Vergara Discurso del General ( R ) . Jorge Rodríguez A Ordenes del Comando en Jefe Homenaje a la memoria del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau en el Senado Circular del Comandante en Jefe Editoriales de prensa: Duelo Nacional El General René Schneider A emprender la gran tarea El Comandante en Jefe agradece solidaridad con el Ejército Hoy hace un mes '. Problemas de Defensa Nacional: El Prestigio. P o r el Coronel Jorge Carmona Yáñez La Defensa Nacional. P o r el Coronel Mariano Navarrete C Comunicación del Ministro de Defensa, Julio P e r e i r a L a r r a í n , al dejar el cargo, a los señores Comandantes en Jefe de las F F . AA El Ejercicio del Mando. P o r el Coronel F e r n a n d o F e r n á n d e z Pérez NOTA IMPORTANTE Toda correspondencia y el canje relacionado con esta publicación, deben dirigirse a: Estado Mayor General del Ejército Publicaciones Militares Correo 21 - Sector 3 Santiago de Chile . La Dirección 60 61 62 64 65 66 68 99 102 104 107 109 114 115 138 139 140 141 143 144 146 149 15' 162 En el día del Arma de Ingenieros, acompañado de su Jefe de Estado Mayor, General de División Pablo Schaffhauser Acuña. Inauguración del nuevo edificio del Centro de Salud del Ejército. Junto con el Ministro de Salud. Despide al Embajador de España. Recibe condecoración del Ejército de Venezuela. Le es entregada por el señor Embajador de esa nación. En reunión social con el Cuerpo de Generales y esposas. En el Palacio de la Moneda agradece al Presidente de la República las espadas recibidas para los Generales recién ascendidos. DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SR. COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO EN LA MONEDA CON OCASION DE LA ENTREGA DE SIMBOLOS DE MANDO A LOS GENERALES RECIEN ASCENDIDOS EL 13 DE MARZO DE 1970 E S un alto honor para mí agradecer en nombre de las Fuerzas Armadas y en particular de los Generales y Almirantes agraciados, la entrega de sus símbolos de mando y de la medalla que otorga Su Excelencia el Presidente de la República; es propicia la oportunidad para que en este acto tan significativo, se viertan conceptos y sentimientos que pueden precisar el significado que le damos a este acontecimiento y sus proyecciones a las Instituciones, ya que a ellas toca en algo tan importante como son sus Altos Mandos o sea sus conduc- tores y responsables frente a la autoridad civil y frente al país. Creo que individualmente cada General y Almirante ha sentido la emoción de una culminación profesional y la retribución a una vida entregada a una causa noble. y grande, que en gran parte se sustenta en estímulos como éstos que sólo pueden valorar y sentir quienes han vivido y quienes han comprendido el ejercicio de la profesión de las armas. Creo que al ser investidos los Generales y Almirantes por nuestro Generalísimo y representante del Homenaje al General René Schneider Chereau Poder Ejecutivo culmina con este simbolismo un proceso legal, que deposita en los integrantes del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, la confianza y la fe de la ciudadanía y de los Poderes del Estado. En las distintas etapas de gestación de quienes integran los Altos Mandos, están representadas en forma muy clara la doble ubicación de las Fuerzas Armadas: como parte integrante y representante de la Nación y como estructura del Estado. Lo permanente y lo temporal, que orientan su doctrina con principios y normas —por una parte— de prolongada vigencia y que por otra armonizan y contrapesan los cambios periódicos que rigen su vida política, dentro de un régimen legal. Esto es lo que fundamenta la personalidad de las Fuerzas Armadas y de sus Altos Mandos para encauzar sus pensamientos y sus actuaciones y que a la vez establece sus deberes, sus derechos y sus responsabilidades frente al país, frente a los poderes del Estado y particularmente frente a las propias Instituciones. En la comprensión de esta relación entre el Estado y sus Fuerzas Armadas, creo que radica en buena parte el destino del país. Frente a un mandato legal que impone un deber para éstas, necesita recibir del Estado el apoyo moral y material que las capacite para actuar con eficiencia; necesitan que se reconozca su verdadera función para ser empleada en el ámbito que realmente les corresponde; necesitan vivir al margen de las alternativas y de la lucha política y partidista por que no debe alterar su pensamiento legal y su posición de imparcialidad, para mantener así con solidez y 11 profundidad su acción compensadora y moderadora. : Necesita en suma, mantener el respeto y la fe que en ellas tiene la ciudadanía, porque es en estos sentimientos que fundamenta la eficacia de su empleo en las misiones que la Nación les ha encomendado. Nuestro país ha desarrollado su vida junto a sus Fuerzas Armadas con una muy clara visión de su significado y trascendencia y así las ha empleado en conflictos internacionales e internos y así también las ha mantenido en sus largos períodos de paz. En esta forma ha sido posible cimentar una doctrina institucional, que define claramente su función y sus responsabilidades. Es tal vez esta herencia lo más importante en nuestra vida como organismo armado y es muy probable que sea ella la que en gran medida ha contribuido a la estabilidad política de nuestro país. Los Altos Mandos somos celosos de esta consigna y fundamentamos nuestra eficiencia y nuestra respetabilidad frente a la Nación mientras más profunda y sólida sea esta convicción entre sus componentes y mientras más clara y definida esté en el poder civil del cual dependemosEste acto, Excmo. Señor Presidente, tiene este trascendente alcance. La entrega que habéis hecho a los Sres. Generales y Almirantes de los Símbolos de mando y de la medalla que otorga vuestro alto cargo, ratifican por una parte vuestra confianza y la del país, y por otra recibís en acto recíproco, la expresión de lealtad de los mandos y de las Instituciones que representan. En nombre de ellos es que os expreso mis sentidos agradecimientos. Acompañado de la delegación en la apertura del Congreso Recibe honores en la Plaza Bulnes acompañado de los Comandantes en Jefe de la Marina y Aviación. Se retira del Congreso Nacional el 21 de Mayo de 1970 lo acompañan los Generales Manuel Pinochet y Osear Bonilla. Con su Jefe de Estado Mayor, General de División Pablo Schaffhauser Acuña y el Director de Operaciones, General de Brigada Ervaldo Rodríguez T. y ayudantes. Saluda al Coronel Alberto Labbé T., al hacerse cargo este último de la Dirección de la Escuela Militar En el Tedeum del 18 de septiembre de 1970, de la Armada, Aviación y Entrevistado por el locutor radial César Antonio Santis, en la Parada Militar. En su cátedra en la Academia de Guerra En campaña. En campaña. En campaña. ihn campana. En Puerto Williams con su Ayudante el Teniente Coronel Santiago Sinclair O. El Coronel Schneider con su esposa señor Elisa Arce Durandeau y sus hijos siendo Comandante del Regimiento de Infantería "Guardia Vieja" en Los Andes 1961 El Comandante en Jefe con su señora e hijos el día que el menor ingresaba a la Escuela Militar. El Comandante en Jefe con su esposa señora Elisa Arce D. y su hijo Víctor el día en que el Cadete recibe su espadín, 1970. En una exposición de cuadros en compañía de don Fernando Morales Jordán, profesor de Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes, del señor Ministro de Educación don Máximo Pacheco y del General de Brigada (R) don Gregorio Rodríguez Tascón. EL ARTISTA Cuando el Memorial del Ejército me pidió que escribiera la semblanza pictórica del General don René Schneider Chereau (Q. E. P. D. ), acepté la tarea como un gran honor y me puse a ella con unción. Siempre resulta difícil aislar, por su carácter de totalidad, algún rasgo de la persona y mucho más lo es aún en una tan fecunda en manifestaciones de calidad humana. No obstante, me alienta la esperanza de lograr develar, para los lectores del Memorial del Ejército, la faz artística de su rica personalidad. Nos unía, fuera de nuestras muchas veces común vida militar y mi permanente admiración por su inteligencia y rectitud, una amistad nacida de la pasión común por el color, la linea y la forma. Es desde allí que, me atrevo a reseñar el quehacer pictórico del General Schneider. Producto de su gran inquietud por todas las cosas, era su expresión artística que se alternaba entre su propio pintar, visitas a los talleres de artistas amigos, exposiciones y algunas veces, allá en Antofagasta, contemplamos a más de algún pintor, mientras construía ese mundo de ficción que sólo se da en la tela. Todo aquello, trastrocado dentro de su persona, impulsaba al hombre sensible a proyectar sus propias vivencias. Dentro de sus características personales, estaba la disciplina, rigurosidad y modestia con que enfrentaba cada empresa que se proponía realizar. Así, en la pintura, empezó con infinita paciencia, por el difícil y fatigoso camino de copiar figuras de proceres militares que luego regalaba a las Unidades o Reparticiones en las que prestaba servicios. El José Miguel Carrera de la Academia de Guerra, el Ignacio Carrera Pinto del Club Militar y otros, son exponentes de obras de tal naturaleza. Como pintor, poseía algo indispensable en un artista: un agudo sentido de autocrítica que le hacía desechar muchos trabajos que el consideraba indignos de mostrarse. En su etapa posterior, fue dejando los retratos de figuras históricas, para buscar su propia expresión original. Producto de este afán, son los paisajes de diferentes sitios, especialmente de Punta Arenas. Algunas de sus obras, escapan del mero figurativismo, para adquirir características expresionistas, como por ejemplo, "Carnaval" y en las que se evidencia un mayor dominio técnico y soltura expresiva. Hay en la casa del General Schneider, un altillo en donde había instalado su taller. Allí una tarde, me expresó que el día que se retirase del Ejército, tendría más tiempo para pintar. Ahora, todo allí está quieto: el atril, los pinceles y la tela en blanco. JORGE COURT MOOCK, Coronel (I). GRAVE EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO CONMOCION E DIGNACION NACIONALES CAUSA ATENTADO AL GENERAL SCHNEIDER PRESIDENTE FREI LLAMA AL PAIS A MANTENER LA CALMA El texto completo de la declaración del Jefe del Estado es el siguíente: hechos, he reunido al Consejo Superior de Seguridad Nacional y, después de escuchar las opiniones de los señores Ministros y Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y General Director de Carabineros e Investigaciones que lo integran, he adoptado las siguientes medidas: "He estimado indispensable dirigirme al país para expresar el sentimiento de profunda indignación que existe en el Gobierno y en el pueblo de Chile por el alevoso atentado de que ha sido víctima el Comandante en Jefe del Ejército, Ge- 1. —El Gobierno, inmediatamenneral René Schneider. Este atenta- te después de conocer los hechos, do no es sólo el ataque al Jefe del los denunció a la Justicia Militar, Ejército, sino a la Institución mis- la que inició en la misma mañana ma y a todas las Fuerzas Arma- la investigación correspondiente, das, y deja de manifiesto el propó- Asimismo ordenó el acuartelamiensito de sus autores de alterar la to en primer grado de las Fuerzas -vida democrática del país. Armadas, Carabineros e InvestigaAnte la gravedad de éste y otros ciones. Se está realizando una am- 20 MEMORIAL DEL EJERCITO plia acción policial para ubicar y detener a los posibles implicados. 2. —Se han adoptado todas las medidas para controlar las salidas de la ciudad, la periferia y el centro de Santiago. Asimismo se ordenó una estrecha vigilancia y control de los aeropuertos. 3. —El Gobierno ha decretado Estado de Emergencia en todo el país, dictando los decretos correspondientes y designando a los jefes militares, los que ya se han hecho cargo de las respectivas zonas, con instrucciones de que apliquen rigurosamente las disposiciones legales de que están investidos y que les permiten controlar el orden público, desbaratar y prevenir cualquier atentado y detener y castigar a los tranagresores. Asimismo se ha instruido a los intendentes para que apliquen la Ley de Seguridad del Estado ante cualquier hecho que tienda a alterar la tranquilidad pública. 4. —He dado instrucciones para la aplicación en toda su integridad del Plan de Seguridad Nacional aprobado con anterioridad por dicho Consejo para afrontar cualquier situación de emergencia. 5. —He dado curso a la renuncia que desde hace algunos días me presentara el señor Director Gene- ral de Investigaciones, don Luis Jaspard, y he designado interinamente en ese cargo al General (R) don Emilio Cheyre, que actualmente se desempeña como Jefe del Servicio de Informaciones del Ministerio de Defensa Nacional, quien se hizo cargo de inmediato de sus funciones. El Gobierno no descansará en su obligación de ubicar y castigar a los responsables de este criminal atentado, y ha tomado todas las medidas para asegurar que el proceso electoral termine en forma normal. Pido a todos los chilenos que colaboren a mantener la tranquilidad. Pido a los órganos de prensa, radio y televisión que adopten una actitud serena y cuidadosa en sus informaciones, sin dar acogida a los rumores que sólo favorecen a quienes pretenden subvertir el orden público. Muchos han estado contribuyendo este último tiempo a la violencia en el país, pero lo ocurrido hoy muestra hasta dónde puede llegar la violencia y el extremismo. Debe ser un propósito nacional, mas allá de cualquier posición partidista, eliminar toda posibilidad de que hechos como éstos puedan repetirse. Y que caiga sobre sus autores no sólo el castige de la ley, sino el repudio de toda la ciudadanía". FF. AA. LEALES AL CUMPLIMIENTO DE SU MISION RESIDIDA por el Ministro de Defensa Nacional, Sergio Ossa Pretot, celebró una reunión la Junta de Comandantes en Jefe, a cuyo término se entregó la siguiente declaración oficial: "La Junta de Comandantes en Jefe, reunida extraordinariamente en la mañana de hoy presidida por el señor Ministro de Defensa Nacional, acuerda condenar y repudiar con la máxima energía el cobarde atentado de que ha sido víctima en la mañana de hoy el Comandante en Jefe del Ejército señor General don René Schneider Chereau. "Dicho atentado no sólo afecta al Ejército de Chile, sino a las tres instituciones Armadas, las que lo califican solidariamente como un vejamen a dichos Institutos. "Advierte a toda la ciudadanía que acciones tan deleznables como ésta, no harán variar su reiterada y permanente actitud de cumplimiento cabal de su misión. "La Justicia Militar inició de inmediato la investigación de estos hechos con el máximo de sus atribuciones para sancionar inexorablemente a los culpables directos e indirectos. Por su parte, las tres Instituciones Armadas emplearán todos sus recursos para colaborar en su total esclarecimiento. Firman: Carlos Prats González, General de División, Comandante en Jefe del Ejército Suplente; Hugo Tirado Barros, Almirante, Comandante en Jefe de la Armada; Carlos Guerraty Villalobos, General del Aire, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea; Sergio Ossa Pretot, Ministro de Defensa Nacional. "Santiago, 22 de octubre de 1970. " Carabineros adhieren a sentimiento de repudio COMUNICADO DEL GENERAL DIRECTOR E L General Director de Carabineros de Chile entregó en la tarde de ayer a nombre de su Institución, el siguiente comunicado: Ante la consumación del alevoso atentado de que fuera víctima en la mañana de hoy el Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider Chereau, perpetrado a mano armada y a traición por elementos antisociales o extremistas, el General Director de Carabineros y la Institución a su mando, se adhieren al unánime sentimiento de repudio por tan cobarde e injustificada agresión que vulnera las normales expresiones de nuestro régimen jurídico y democrático. A la vez, reafirman ante el país su inquebrantable voluntad de proseguir con renovada perseverancia en el cumplimiento de sus deberes en pro de la paz y el orden social, que la pasión engendrada en las tinieblas del fanatismo, pretende negar o entorpecer. Carabineros reitera al Ejército de Chile, a la dignísima señora y familia del señor General Schneider, los sentimientos más profundos de su fraternal solidaridad y patriótica adhesión en esta hora, a la vez que formula votos fervorosos por la pronta recuperación de tan egregio militar, ejemplo. de caballerosidad, ponderación y altivez. TODOS LOS SECTORES CONDENAN EL ATENTADO I NSTITUCIONES que representan a gremios, entidades políticas y estudiantiles so unieron con enérgicas frases condenatorias a las críticas en contra de lps autores del atentado contra la vida del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider. El Consejo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile expresó en una declaración pública su indignación por lo que califica de "cobarde crimen" que "ha suscitado en todos los miembros de esta Facultad, conscientes de que a través de él pretenden sus autores, elementos terroristas de la ultraderecha, desencadenar el caos en nuestro país e impedir la culminación democrática del proceso eleccionario". El Consejo Nacional de la Juventud democratacristiana condenó enérgicamente "el atentado terrorista y expresa su solidaridad total con el comandante Schneider y las Fuerzas Armadas chilenas, y hace votos por su pronta recuperación". Añadió que la JDC repudia "al terrorismo como método de acción política, el que debe estar vedado en cualquier situación política para los cristianos". El Movimiento Renovador Unión Democrática de Chile repudió el atentado y expresó "nuestra máxima protesta en desagravio a las FF. AA. de Chile, en especial al Ejército de Chile, que ha sabido entregar al país gloria, honor y tradición de verdadera colaboración nacional". Envió también "nuestro profundo sentir a la esposa, hijos y familiares del señor general Comandante en Jefe del Ejército". La Democracia Cristiana Universitaria manifestó "su más absoluta condena y repudio al criminal atentado" contra el General Schneider, en tanto que el Comité Femenino Chileno de Unidad de la Universidad de Chile declaró: "Creemos nuestro deber denunciar el criminal y cobarde atentado ocurrido en la mañana de ayer, en la persona del Jefe del Ejército, General René Schneider, quien simboliza la actitud patriótica y constitucional de nuestro Ejército, del cual nos sentimos orgullosas. Deseamos al General Schneider un pronto y total restablecimiento". Los dirigentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso condenaron el atentado terrorista y exigieron de las "autoridades competentes la aplicación enérgica y rigurosa de todos los medios a su alcance para castigar a aquellos que, como último acto tendiente a impedir el cumplimiento de la voluntad popular, han atentado contra el jefe de una institución respetada por el pueblo". El Senado Académico de la Universidad Católica de Valparaíso ofreció "al General Schneider y al Ejército de Chile su total solidaridad en esta hora crítica". 24 MEMORIAL DEL EJERCITO El Centro de Alumnas del Liceo de Niñas Nº 8 de San Miguel repudió el atentado y pidió que el Gobierno y la justicia tomen "las más enérgicas y estrictas medidas para dar con el paradero de los criminales y antipatriotas que desean boicotear el proceso constitucional que comenzó con la victoria del compañero doctor Salvador Allende y que culminará con la decisión del Congreso Pleno". GREMIOS Y PROFESIONALES El Consejo General del Colegio de Abogados entregó una declaración en que dice: 1º Que ¡condena enérgicamente el atentado alevoso cometido contra el señor Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider y, consecuencialmente, repu. dia todo acto cometido en desmedro del derecho vigente; 2º Que expresa su solidaridad a la familia del General don René Schneider y a las Instituciones Armadas de la República; 3º Que insta a todos los abogados a cumplir con fe la misión que les compete para obtener el imperio del derecho, la realización de la justicia y el perfeccionamiento del sistema democrático dentro de las normas jurídicas como corresponde en una nación civilizada. La mesa directiva del Consejo Regional Santiago del Colegio de Periodistas de Chile expresó su más enérgico repudio en contra del atentado y manifestó "su adhesión al jefe militar y reitera su absoluta confianza de que las instituciones armadas, cumplirán, una vez más con su tradición democrática". Emitieron también declaraciones condenatorias las directivas de los sindicatos Profesional e Industrial de la Embotelladora Andina S. A.; la Confederación General de Cooperativas de Chile; la Federación Nacional de los Trabajadores de la Salud; la Cámara de Comercio Minorista de Chile y diversas confederaciones agrícolas. La Confederación Nacional del Comercio Detallista Establecido y de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile declaró: "En nombre de nuestras cámaras y sindicatos, el Consejo Nacional se dirige a la opinión pública para expresar su protesta y repudio por el atentado de que fuera víctima el señor Comandante en Jefe del Ejército, don René Schneider". REPUDIAN ATENTADO: U. de Chile, CUT. y Ferroviarios También piden al Gobierno que tome todas las medidas necesarias que las circunstancias aconsejan, para evitar que la tranquilidad del país se vea alterada. Además, pide sanciones ejemplares contra los sediciosos que pretenden atentar contra la vida del doctor Salvador Allende. Finalmente, señala que las directivas nacionales de los diferentes gremios ferroviarios se declararon en sesión permanente y todas sus bases en estado de alerta. Homenaje al General René Schneider Chereau Repudio estudiantil La Universidad Técnica del Estado, por su parte, entregó una declaración en la que condena el atentado, señalando que corresponde a la acción de quienes quieren impedir la instauración del gobierno de Salvador Allende. La declaración dice: "La Comunidad de la Universidad Técnica, representada por su comité directivo, la Federación de Estudiantes y la Asociación de Profesores y Empleados, reunidos hoy en sesión extraordinaria, expresa su más enérgico repudio y condena el cobarde atentado criminal contra el General René Schneider. "La Comunidad Universitaria declara que este hecho es la culminación de una cadena de atentados perpetrados con el fin de impedir la instauración del Gobierno Popular en el país. Exige una exhaustiva investigación que conduzca efectivamente a la identificación de los culpables y de sus instigadores o autores morales, de modo que permita la aplicación de las sanciones correspondientes, para establecer —además— las implicancias políticas. "La Comunidad Universitaria llama a todo el pueblo de Chile a mantenerse alerta y activo, para que el doctor Salvador Allende sea confirmado por el Congreso Pleno el próximo sábado 24 del presente mes y asuma el Mando Supremo de la Nación". Su más enérgico repudio al cobarde atentado contra el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, dio a conocer la Central Unica de Trabajadores, en una declaración oficial que en- 25 tregó al mediodía de ayer su Consejo Directivo Nacional. El texto de dicha declaración es el siguiente: "El Consejo Directivo Nacional de la Central Unica de Trabajadores de Chile, reunido extraordinariamente esta mañana, consideró los alcances del criminal y cobarde atentado de que fuera víctima el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau, acordó lo siguiente: " 1 . —Condenar enérgicamente lo ocurrido al distinguido militar. "2. —Exigir el rigor de la, ley para sancionar a los implicados en el deleznable atentado cometido en su contra. "3. —Convocar a un Plenario Extraordinario de Federaciones para hoy (ayer), a las 17 horas, a fin de analizar la situación provocada por el recrudecimiento de la campaña terrorista de grupos de ultra derecha, reafirmando la decisión de la clase trabajadora de intensificar el estado de alerta y enfrentar con máxima decisión las maniobras golpistas de los derrotados del 4 de septiembre, que pretenden desconocer el limpio y legítimo triunfo del pueblo de Chile". LOS FERROVIARIOS También el gremio ferroviario, representado por la Federación Industrial Ferroviaria de Chile, entregó una declaración pública, en la que condena el hecho señalado. Al mediodía, la Directiva de la FECH hizo un llamado a los estudiantes, para que permanecieran en estado de alerta y concentrados en sus escuelas, en espera de un 26 MEMORIAL DEL EJERCITO nuevo comunicado del Comité Ejecutivo de la Federación. LA APEUCH Condenar enérgicamente el atentado contra la vida del General René Schneider, acordó la Asociación de Profesores y Empleados de la Universidad de Chile. En un comunicado oficial dado a conocer a las 13 horas de ayer, la APEUCH ordenó paralizar in- mediatamente las labores de todos los trabajadores universitarios en defensa del gobierno popular. La orden fue en el sentido de permanecer en sus lugares de trabajo, en espera de las instrucciones de la CUT y de la Directiva Nacional. A las 16 horas se inició un plenario de dirigentes para tratar la situación producida a raíz de este hecho. EL COMERCIO ESTABLECIDO A LA OPINION PUBLICA E L Consejo Nacional de la Confederación, en nombre de nuestras Cámaras y Organizaciones representativas del Comercio expresa su más enérgica protesta y repudio por el atentado de que fuera víctima el señor Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Ch. La Confederación juzga prudente rendir un homenaje de reconocimiento a nuestras Fuerzas Armadas, a las que un desconocido elemento quiso conmover, hiriendo al primer depositario de su tradición y de su deber. Nuestros cien mil asociados, comerciantes, industriales y artesanos han mantenido siempre una posición gremial ajena a las inquietudes partidistas; no obstante, en desafortunados momentos como éste no debe silenciarse, ya que el General Schneider fue víctima de un acto repudiable, desconocido en nuestra limpia tradición democrática. Actos de terrorismo de este 6rden amenazan la tranquilidad social, causando zozobra en el Comercio Establecido de Chile. Es por ello que el Consejo Nacional de la Confederación del Comercio Detallista y de la Pequeña Industria de Chile recomienda que junto con respetar la tradición democrática del país se procure la permanente y normal atención del público consumidor desde Arica a Magallanes. Este es el mejor tributo de reconocimiento que podemos rendir al distinguido militar que se debate entre la vida y la muerte por culpa de un irresponsable y por cuya pronta recuperación formulamos nuestros más sinceros deseos. Santiago, octubre 23 de 1970, ' CONFEDERACION DEL COMERCIO DETALLISTA ESTABLECIDO Y LA PEQUEÑA INDUSTRIA DE CHILE HOMBRES DE EMPRESA REPUDIAN ATENTADO NOTA DE LA CONFEDERACION DE LA PRODUCCION Y EL COMERCIO L A Confederación de la Producción y del Comercio envió una nota de condolencias al Ejército de Chile por el sensible fallecimiento del General señor Schneider. La nota dice textualmente: "Señor General don Carlos Prats González Comandante en Jefe del Ejército de Chile. Presente. Señor General: La Confederación de la Producción y del Comercio, en nombre de todas las actividades económicas privadas nacionales, agrupadas en la Sociedad de Fomento Fabril, la Cámara Central de Comercio, la Saciedad Nacional de Minería, la Sociedad Nacional de Agricultura y la Cámara Chilena de la Construcción, hace llegar por el digno intermedio de usted a todo el Ejérto de Chile sus expresiones de profundo pesar por la muerte del que fue su Comandante en Jefe, General don René Schneider Chereau. Los hombres de empresa de Chi- le, representados por esta Confederación, condenan y repudian en la forma más enérgica el alevoso atentado que ha privado al país de un soldado ejemplar y un gran servidor de las instituciones republicanas, arrojando sobre nuestra vida nacional la trágica sombra de un crimen político. Al amparo de esas instituciones a las cuales el General Schneider consagrara su vida, todos los habitantes de Chile pueden cumplir, a su vez, sus tareas propias en el desarrollo económico y social del cual dependen la grandeza y el bienestar de la Nación. Hacemos votos para que tan doloroso sacrificio represente en el futuro de Chile el afianzamiento de la unidad de todos en torno al ideal de patriotismo que siempre inspiró los actos del General Schneider. Saludan al señor Comandante en Jefe del Ejército con su mayor consideración". Jorge Fontaine Aldunate, Presidente. — Eduardo Dagnino McDonald, Gerente. EDITORIAL AGRAVIO A CHILE E L estupor y la indignación ha experimentado ante el que nuestro pueblo siempre terrorismo han sido visibles en todo el país frente al cobarde atentado contra la vida del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider. El Gobierno también comparte el sentimiento colectivo que reclama la mayor energía en la acción contra los culpables. Por ello, se pusieron en juego los mecanismos que la justicia chilena posee para apresar y sancionar ejemplarmente a los hechores. La repulsa nacional frente al atentado se debe a su calidad de doble ultraje: contra la vida humana y contra las Fuerzas Armadas. El hecho mismo de que existan grupos de chilenos que piensen que pueden atentar impunemente contra una institución cívica fundamental como el Ejército, en la persona misma de su Comandante en Jefe, es inaceptable para el pueblo de Chile. La tradición histórica chilena no sería la misma sin la participación heroica de su Ejército y debemos entender que un agravio inferido al Ejército es una afrenta contra esa tradición. Precisamente por eso, Chile entero y su Gobierno siente como propia la incalificable agresión contra el General Schneider. El terrorismo es, por otra parte, un recurso que siempre tiende a destruir las bases de la convivencia democrática y a provocar un caos artificial, ajeno a la estabilidad de nuestra evolución histórica. En ese sentido, podemos afirmar que todo terrorismo tiene una dimensión política, en la medida en que sus autores saben que están alterando las reglas del juego en una sociedad determinada y postulando la violencia individual como fórmula de acción. Claramente, su objetivo es desencadenar reacciones masivas. Este es un nuevo atentado contra Chile: además de agraviar al Ejército, los responsables del atentado aspiran a abolir las relaciones políticas pacíficas que han imperado en nuestro país durante la generalidad de su desarrollo histórico, en el momento mismo en que la situación política se consolida. Homenaje al General René Schneider Chereau La declaración oficial de la Democracia Cristiana pone énfasis precisamente en ese punto: "Procedimientos fascistas como éste —se lee en la declaración— deben ser extirpados sin vacilación y sin piedad de nuestra vida ciudadana porque, más que contra las personas, atentan contra el derecho soberano del pueblo chileno de decidir por métodos democráticos el destino de su patria". La Junta de Comandantes en Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, presidida por el Ministro de Defensa, también se ha hecho cargo públicamente del sig- 29 nificado que el atentado tiene. "Dicho atentado —dice la declaración oficial— no sólo afecta al Ejército de Chile, sino a las tres Instituciones armadas las que lo califican solidariamente como un vejamen a dichos Institutos". No puede caber duda alguna que el Gobierno y las Fuerzas Armadas, con el respaldo unánime del pueblo de Chile, se han unido vigorosamente para combatir sin reservas a los que pretendieron menoscabar el prestigio del Ejército, la vida de su Comandante en Jefe y el marco democrático de toda una Nación. En Argentina preocupa salud del General Schneider E L General de Brigada Alberto Nicolás Roeatagliatta, Director General de Administración del Ejército de Argentina, llegó ayer al país acompañado de su esposa, enviado por el Comandante en Jefe de su país, General Alejandro Lanusse, con el objeto de imponerse personalmente del estado de salud del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau. El alto jefe militar de la vecina nación, en breves declaraciones formuladas a "El Mercurio", manifestó que el Ejército de su patria, su Comandante en Jefe y él, personalmente, lamentaban profundamente el atentado contra el General Schneider. Dijo que "siento una gran admiración por el Comandante en Jefe chileno. Cultivamos una leal amistad en el período en que ambos éramos agregados militares en Paraguay. Su atentado me ha con- movido íntimamente, al igual que a mi país y a mi familia. Ha sido como un ataque contra uno de los míos, pues nos apreciábamos como verdaderos hermanos". Dijo que traía los sentimientos del más profundo pesar par lo acontecido y que todos esperaban que su vitalidad, fe y fortaleza le recuperaran del duro trance por el que pasa. En horas de la tarde se entrevistó con el Comandante en Jefe suplente, General Carlos Prats, y posteriormente con el Ministro de Defensa Nacional, Sergio Ossa Pretot, a quien transmitió el mensaje dolorido del Ejército de su país por el alevoso ataque de que fue víctima el General Schneider. En seguida se trasladó al Hospital Militar para visitar al enfermo, donde tuvo oportunidad de conversar con la esposa de éste y sus familiares. Representación Oficial Peruana a los funerales E PRESENTANTES del Ejército y de la República del Perú llegaron a las 18. 30 horas de ayer para estar presentes en los funerales del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, general René Schneider. La delegación está compuesta por el Dr. Gustavo Silva Aranda, Secretario General de la Presidencia de la República del Perú; el general de división Arnaldo Wilkerlied, Jefe del Estado Mayor, General del Ejército de Perú, y su ayudante, el mayor Mario Velásquez. La primera actividad oficial de esta misión fue visitar la capilla ardiente levantada en la Escuela Militar, donde reposan los restos del general Schneider, presentando los saludos del Ejército y del Gobierno peruanos a la familia y a los altos jefes militares de nuestro país. VISITA A GENERAL SCHNEIDER, PRIMER ACTO OFICIAL DEL PRESIDENTE ELECTO E L primer acto oficial realizado por el Presidente Electo, Salvador Allende, momentos después que el Secretario del Senado, Pelagio Figueroa, le hizo entrega del documento mediante el cual el Congreso Pleno lo designó en ese cargo, fue concurrir al Hospital Militar con el objeto de conocer personalmente el estado de salud en que se encontraba en esos momentos el Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider Chereau. El Presidente Electo llegó al recinto hospitalario a las 13. 01 horas y lo abandonó poco después de las 13. 20 horas al término de una entrevista sostenida con la jefatura médica del Hospital Militar y familiares del Comandante en Jefe. Posteriormente, Allende, declaró que para él había sido un deber moral realizar este acto como el primero en su calidad de Presidente Electo de Chile. En su declaración señaló: "Mi acto es como un homenaje a las Fuerzas Armadas, y fundamentalmente al Ejército. Nosotros tenemos conciencia que al atentar contra el ¡general no ha sido atacar una individualidad sino que se buscó al hombre que representa a la Constitución y la Ley dentro de las Fuerzas Armadas". Agregó el Presidente Electo: "Por eso creo que era un deber moral y un deber humano que mi primer acto como Presidente Electo fuera, el que he cumplido. Lamentablemente es un hecho doloroso. Espero, así como esperamos todos que se concreten las posibilidades de mejoría. Los médicos han otorgado un diez por ciento lo que ya es algo. Ojalá que pueda reaccionar eficazmente. CONSTERNACION NACIONAL MURIO GENERAL RENE SCHNEIDER COMUNICADO OFICIAL EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE INFRASCRITO TIENE EL PROFUNDO SENTIMIENTO DE COMUNICAR A TODO EL PERSONAL DE LA INSTITUCION EL SENSIBLE FALLECIMIENTO DEL QUE HASTA HACE UNOS POCOS MOMENTOS FUERA NUESTRO JEFE MAXIM O , GENERAL D O N RENE SCHNEIDER, OCURRIDO A LAS 7, 52 HORAS DE HOY C O M O CONSECUENCIA DEL ALEVOSO, COBARDE Y CRIMINAL ATENTADO DE QUE FUERA VICTIMA EL JUEVES 22 DEL PRESENTE. EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE INFRASCRITO, EN ESTOS MOMENTOS DE TAN H O N D O DOLOR, REITERA A TODOS SUS COMPAÑEROS SU FE MAS INQUEBRANTABLE Y SU CONVICCION MAS ABSOLUTA DE QUE LA INSTITUCION SABRA MANTENERSE FIRME EN FERREA U N I O N Y CONTINUARA POR ESA SENDA LIMPIA Y PATRIOTICA QUE TANTAS VECES NOS SEÑALARA NUESTRO RESPETADO GENERAL SCHNEIDER Y QUE NOS QUERIDO Y PERMITIRA CUMPLIR HOY Y SIEMPRE LA ALTA MISION QUE NOS SEÑALAN - P A R A EL MEJOR PORVENIR DE LA PATRIA-, LA CONSTITUCION Y LAS LEYES. (Fdo. ): CARLOS PRATS GONZALEZ, Comandante en Jefe del Ejército, suplente". • MINISTERIO DEL INTERIOR DECLARA DUELO NACIONAL Decreto Nº 1636. — Santiago, 25. X. 1970. Su Excelencia el Presidente de la República decretó hoy lo que sigue: Teniendo presente: Que en la mañana del 25 de octubre del presente año, ha dejado de existir el Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider Chereau; Que las circunstancias que motivaron el deceso de tan distinguido müitar, han causado un hondo sentimiento de pesar en el pueblo de Chile. Que el acervo valioso de sus virtudes personales y cívicas y el alio patriotismo que evidenció en cada uno de sus actos, lo han hecho acreedor del reconocimiento público, y Que interpretando el sentir ciudadano, el Gobierno ha dispuesto rendir un postrer homenaje a tan destacado servidor del país, al Ejército de Chile y a las demás Fuerzas Armadas, enlutadas por esta pérdida, declarando duelo nacional los días 25, 26 y 27 de octubre del año en curso, Decreto: Declárase duelo nacional en todo el territorio de la República los días 25, 26 y 27 de octubre del año en curso, con motivo del fallecimiento del Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider Chereau. Durante esos días se izará el Pabellón Nacional a media asta, en todas las Reparticiones y Oficinas Públicas y en las Unidades de las Fuerzas Armadas y Carabineros. Se faculta, además, a las personas o entidades particulares para izar en igual forma el Pabellón Nacional en todos los edificios, residencias o establecimientos de carácter privado. La Comandancia en Jefe de la Guarnición de Santiago dispondrá la realización de los honores correspondientes. Tómese razón, comuniquese y publíquese. — Eduardo Frei M. cio Rojas S. Boletín Oficial del Ejto. Nº 43, de 26 de octubre de 1970. Patri- DECLARACIONES DEL PRESIDENTE FREI: "EL GENERAL SCHNEIDER SIMBOLIZA LA NOBLEZA DEL EJERCITO DE CHILE" E L PRESIDENTE de la República, Eduardo Freí, que llegó acompañado al Hospital Militar de su señora María Ruiz Tagle, mostraba en su rostro el pesar que le causaba el fallecimiento del general Schneider. Frei que llegó a las 11. 30 horas, estuvo hasta que los restos del jefe militar fueron trasladados a la capilla ardiente erigida en la Escuela. Consultado el Primer Mandata- rio por el deceso del general, expresó: "Las palabras sobran para referirse a este horrible crimen que ha hecho perder al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. El general Schneider simboliza todo lo noble que tiene el Ejército de Chile. Es algo muy doloroso para el país y también personalmente para mí. El Ejército ha perdido un gran soldado; Chile, un gran chileno y yo un gran amigo". PESAME OFICIAL DEL MINISTRO DE DEFENSA AL EJERCITO L Ministro de Defensa, Sergio Ossa Pretot, envió al Ejército una circular que expresa: "Ante el hondo sentimiento de pesar que embarga a las Fuerzas Armadas y a la ciudadanía toda, por el fallecimiento del señor Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider Chereau, el Ministro de Defensa Nacional hace llegar a todos los miembros de las Fuerzas Armadas, en especial a los del Ejército, sus expresiones de más profundo dolor por esta irreparable pérdida. El general Schneider, a través de sus 40 años de servicio, demostró una dedicación y capacidad profesional tales que lo llevaron a ocupar el más alto sitial a que puede aspirar un militar. Su persona concentró todas aquellas virtudes que deben poseer los que han he- cho del mando un verdadero apostolado. Sencillo dentro de su fuerte personalidad, parco en su juicio, poseedor de un hondo sentimiento humano y gran comprensión, fue por estos caminos, por donde se adentró en el corazón de sus subordinados y en el respeto y afecto de sus superiores. El sacrificio del señor general Schneider, producido en los momentos en que mayores muestras de aprobación y estímulo recibía del Gobierno de la República, deberá constituir un símbolo que guíe nuestras actuaciones, rindiendo con ello un homenaje póstumo a su persona. Anótese, comuníquese y publíquese en los boletines del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. (Fdo). Sergio Ossa Pretot, Ministro de Defensa Nacional. DECLARACIONES DEL PRESIDENTE ELECTO: "Pago con la vida su lealtad a la Constitución" J UNTO con su visita personal a la familia y a los jefes de las Fuerzas Armadas, el Presidente Electo de la República, Salvador Allende Gossens, entregó una declaración oficial para expresarles sus condolencias por el alevoso crimen cometido en la persona del Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider Chereau. Al mismo tiempo se compromete a sancionar a los culpables y llama al pueblo a hacerse presente en los funerales del insigne soldado. La declaración es la siguiente: "Ante la dolorosa tragedia que significa el fallecimiento del señor Comandante en Jefe del Ejército de Chile, general Don René Schneider Chereau, alevosamente asesinado, expreso a su señora esposa e hijos, al Ejército y a las Fuerzas Armadas de la Patria el pesar y el dolor del pueblo. "El país comprende que el señor general Don René Schneider pagó con su vida su decisión inquebrantable de conservar la tradición de las Fuerzas Armadas de nuestra patria, de velar por la soberanía nacional y de mantenerse leales a la Constitución, a las leyes y al régimen democrático. "Comparto la justa indignación de las Fuerzas Armadas y del pueblo por este crimen deleznable y comprometo mi palabra de hombre y de gobernante de impulsar todas las acciones y agotar todos los medios para sancionar en la forma más drástica a los que han manchado de sangre nuestra historia y herido en su más hondos sentimientos a Chile, a las Fuerzas Armadas y a su Ejército. "El irrestricto respeto por los valores morales, profesionales y ciudadanos que orientaron la vida del General Schneider, y por los cuales cayó, constituye el auténtico homenaje que debemos rendirle. "Pido al pueblo de Santiago que concurra, solemne y serenamente, a las honras fúnebres del señor Comandante en Jefe del Ejército, como una expresión de solidaridad con las Fuerzas Armadas y de protesta por el antipatriótico crimen cometido". VELADO EN LA ESCUELA MILITAR Al mediodía los restos del general dientes al grado de Comandante en René Schneider Chereau fueron Jefe, mientras un trompeta tocaba trasladados desde el hospital hasta a silencio. la capilla ardiente erigida en la Escuela Militar. El féretro, de color En la Capilla Ardiente caoba y que estaba cubierto por el emblema patrio, fue trasladado en A las 12. 15 horas, el féretro fue un furgón mortuorio. Presidiendo el conducido por sus hijos Raúl y Víccortejo iban cinco motociclistas del tor, el Presidente Frei, el presidenCuerpo de Carabineros. Más atrás, te del Senado, Tomás Pablo; el Milos restos del Comandante en Jefe y nistro de Defensa, Sergio Ossa Preluego un radiopatrullas. Seguían en tot, y del Interior, Patricio Rojas; orden de precedencia el automóvil y el Comandante en Jefe del Ejércidel Presidenta Frei que iba acom- to, Carlos Prats, hasta el interior. pañado de su señora; el del presi- La urna quedó ubicada frente a un dente del Senado, Tomás Pablo; del gran retrato de O'Higgins. Junto a Ministro de Defensa, Sergio Ossa ella cuatro cadetes montaban guarPretot, y posteriormente un vehícu- dia. lo donde iban los familiares de la Posteriormente el vicario general víctima. castrense, Monseñor Francisco GillA las 12. 10 horas y luego de efec- more, ofició una misa por el descantuar un recorrido que comprendió so del alma del militar. Hasta la calas calles Costanera, Isidora Goye- pilla llegaron el ex Presidente de la nechea, El Golf, Presidente Riesco República Jorge Alessandri; el ex y Américo Vespucio, la urna llegó Ministro del Interior, Edmundo Péhasta la puerta de entrada de la Es- rez; el ex Ministro de Justicia Encuela Militar ubicada en la última rique Ortúzar; el Contralor General arteria mencionada. Gran cantidad de la República, Héctor Humeres, y de público estaba apostado en dicho el Cardenal Raúl Silva Henríquez. lugar y en silencio presenció la lle- Este último, luego de la misa rezó gada del cortejo. A la entrada, una los responsos fúnebres. Acto seguicompañía del establecimiento mili- do comulgaron entre otros, el Pretar le rindió los honores correspon- sidente Frei, el Ministro de Educa- Homenaje al General René Schneider Chereau ción, Máximo Pacheco, y uno de los hijos del general Schneider, Víctor, que es cadete de la Escuela Militar. De los familiares del Comandante en Jefe se encontraban presentes sus hijos Víctor y Raúl y un hermano de René Schneider. Ellos, junto al resto escucharon en impresionante silencio las palabras pronunciadas por el Cardenal. Terminada la misa se hicieron presentes la brigada de parlamentarios socialistas encabezada por el senador Aniceto Rodríguez, y por segunda vez en el día, el Presidente Electo Salvador Allende. Despedida del pueblo A partir de las 15. 30 horas, una vez que las puertas de la Escuela Militar quedaron abiertas, el pueblo de Santiago, con todas sus clases sociales representadas, parlamentarios, ex servidores de las Fuerzas Armadas y de colectividades extranjeras residentes se hicieron presentes ante el féretro ubicado en el hall principal del establecimiento. El ataúd con los restos mortales del Comandante en Jefe del Ejército fue cubierto con una bandera chilena, y un ramo de rosas multicolores que una humilde mujer depositó, abriéndose paso entre la escolta. Seis cirios acompañan a igual número de cadetes durante la larga vigilia que se inició una vez que el cuerpo del general Schneider llegó a la Escuela, y hasta las 8 horas, en que será trasladado a la Catedral Metropolitana donde se oficiará una misa de réquiem por el descanso de su alma. El homenaje del pueblo se prolon- 37 gó hasta avanzadas horas de la noche y durante el transcurso del día fue aumentando a cada momento el número de personas que llegaron al recinto militar. Estas ingresaron por la puerta principal de Américo Vespucio, y por el lado derecho del principal patio, formando una semicircunferencia para salir inmediatamente por el costado izquierdo. Se calculaba que en las primeras horas, la afluencia de público tenía un ritmo de 25 personas por minuto, que llegó hasta 50 al anochecer. Paralelamente al público fueron llegando en la tarde innumerables ofrendas florales que los efectivos militares colocaron en las escalinatas de acceso al segundo piso. En ellas estaban las banderas de Chile y de la Escuela Militar, a media asta, con un crespón negro. Detrás del féretro mortuorio se erigió un altar donde se encontraba encendido un cirio, en representación del Altísimo, y sirviendo de fondo, un monumental cuadro del fundador de la Escuela, general Bernardo O'Higgins. A la salida del edificio, el público podía firmar un libro especial de condolencias. Entre los personeros de distintas colectividades políticas que ayer llegaron a la Escuela Militar, hicieron declaraciones el presidente del Partido Radical, Carlos Morales, y el ex secretario general del MAPU, Jacques Chonchol. Ambos coincidieron en señalar que lo sucedido era el resultado de una minoría de exaltados que no representaban ningún sector de nuestra patria. Este asesinato para Chonchol, va directamente contra la tradición democrática de nuestro país y una cosa como esta no puede volver a repetirse. mm El Teniente Coronel Santiago Sinclair Oyaneder, Ayudante del señor Comandante e Jete, coloca sobre la urna el uniforme y el sable de su General 44 MEMORIAL DEL EJERCITO Orden de la Guarnición Canciller Valdés La Comandancia de la Guarnición de Santiago dictó la orden por la cual se disponen honores militares al recién fallecido Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider. Con respecto al traslado de los restos dispone que a las 8 horas de hoy deberán salir con destino a la Catedral Metropolitana, donde a las 15 horas se oficiará una misa oficial y los responsos correspondientes, por el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Raúl Silva Henríquez. Una vez terminada la misa exequial y rendidos los honores, a la salida del templo, los restos del Comandante en Jefe de la institución serán trasladados en la cureña mortuoria del Ejército hasta el Cementerio General. El atentado de que fue víctima el Comandante en Jefe del Ejército causó consternación en diversos círculos de las Naciones Unidas, especialmente en los latinoamericanos en los cuales el general René Schneider era ampliamente conocido. Así lo dio a conocer el Ministro de Relaciones Exteriores, Gabriel Valdés, quien al regresar ayer a Santiago procedente de Nueva York —donde asistió a la Asamblea de la NU— se dirigió prácticamente directo desde el aeropuerto de Pudahuel a la Escuela Militar, Dijo el Ministro que el asesinato había sido un hecho abominable en todo sentido y que en los círculos de la NU la figura del general chileno era muy conocida en razón a su prestigio y por haber servido en cargos militares diplomáticos. 46 MEMORIAL DEL EJERCITO Dr. ALLENDE Honores de Jefe de Estado recibió el Presidente Electo Salvador Allende, cuando a las 13. 40 horas de ayer llegó a la Escuela Militar para visitar la capilla ardiente donde reposan los restos del general René Schneider. Acompañado por los senadores Rafael Tarud, Hugo Miranda y otros parlamentarios y dirigentes políticos de las entidades que apoyaron su postulación, el doctor Allende permaneció en el recinto. Expresó sus condolencias a la viuda del extinto militar y a las autoridades del Ejército y en seguida se retiró. Se excusó de formular declaración alguna, aduciendo que ya había entregado una por escrito. Al llegar el Presidente Electo una formación de cadetes le presentó armas mientras un clarín dejaba oir un toque de atención. Salió a su encuentro el Director de la Escuela Militar, Coronel Alberto Labbé y al ingresar al edificio fue recibido en las gradas de la escalinata por el Comandante en Jefe suplente general Carlos Prats y otros miembros del Alto Mando del Ejército. Al retirarse fue acompañado hasta su automóvil por los generales y al despedirse, el general Prats, le expresó: "Gracias, Presidente, por su visita". El Presidente Electo de la República Dr. Salvador Allende Gossens al salir de la Capilla ardiente en compañía del señor General de División Carlos Prats González, Comandante en Jefe Suplente y del hijo mayor del señor General Schneider UNANIME SENTIR: Consternación política frente al deceso de un héroe de la patria EPRESENTANTES de todos los partidos políticos expresaron su pesar por la muerte del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider. El líder de la Democracia Cristiana, Radomiro Tomic, expresó que el General Schneider pasará a la historia como un símbolo de lo que ha sido el ejército de Chile. Creo que nunca podrá el país olvidar el testimonio que dejó en las Fuerzas Armadas, a las que dedicó toda su vida. Todo el país lamenta su desaparición. Por su parte, el senador del Partido Nacional, Víctor García Garzena, señaló que sufrió mucho con la muerte de Schneider. "Fue para mí un golpe inmenso. Esperábamos que salvara su vida. Lo conocí y lo estimé como a un hombre ejemplar. Este es un hecho aún más doloroso y esperamos que no se repita. Es el primer crimen de esta índole desde la muerte de Portales. Expreso mi pésame a la familia Schneider y a las Fuerzas Armadas". Por otra parte, el Presidente del Comando de la Unidad Popular, senador Rafael Tarud, señaló que personalmente se siente consternado: "El General Schneider representaba mucho para Chile y para las Fuerzas Armadas. Su actitud fue un ejemplo para el país. Lo lamento mucho y la emoción no me deja hacer mayores comentarios". El diputado Luis Maira dijo que Schneider "es un héroe de la Patria. Pocos hombres representaron mejor a nuestras Fuerzas Armadas. El país contrae una deuda con un gran hombre". El senador comunista Volodia Teitelboim recordó que había estudiado en el Liceo de Curicó con Schneider, pero dijo que después no lo había visto más. "Teníamos la esperanza de que se salvara. Espero que sea una muerte generosa que permita devolver a los chilenos la paz y la tranquilidad y que esto no se vuelva a repetir; cayó víctima de una organización criminal que al parecer está detectada y debe ser extirpada de raíz para que hechos como éstos no se vuelvan a repetir. Expresamos nuestro pésame a sus familiares y a las Fuerzas Armadas". PROFUNDO PESAR CAUSO LA NOTICIA EN TODOS LOS SECTORES DEL PAIS EPRESENTANTES de todos los partidos y grupos políticos concurrieron ayer a presentar sus condolencias al Ejército y a la familia del general René Schneider. El siguiente es el texto de las declaraciones emitidas por estos personeros: JORGE ALESSANDRI El ex candidato independiente a la Presidencia de la República, Jorge Alessandri, asistió a la misa en la Escuela Militar y se retiró luego de expresar sus condolencias a las Fuerzas Armadas y a la familia del general. 50 MEMORIAL DEL EJERCITO Asediado por los periodistas señaló brevemente: —"Nunca, en mi larga vida creí que pudiera ocurrir en Chile algo tan alevoso. Es lo más vil que he visto. Les ruego no me pidan más declaraciones porque me encuentro muy impresionado". ALBERTO BALTRA El senador radical, Alberto Baltra, acompañado de su esposa, Adriana Olguín, declaró: "El trágico fallecimiento del general Schneider, que todo el país lamenta, ha contribuido, sin embargo, a unir los altos valores de Chile, de tal modo que hoy es la sociedad chilena entera la que se acongoja frente al asesinato del gran soldado y condena un acto terrorista falto de sentido y que no logrará manchar la limpieza de nuestra tradición democrática. He llegado hasta aquí con mi señora a expresarle al Ejército y a las Fuerzas Armadas nuestra expresión de profunda y emocionada condolencia. PARTIDO SOCIALISTA Miembros del Comité Central del Partido Socialista, encabezados por el senador Aniceto Rodríguez, secretario general de la colectividad, y miembros de la Brigada Parlamentaria, llegaron poco antes que el Presidente Electo a la Escuela Militar. Entre ellos se contaban la senadora María Elena Carrera; el senador Carlos Altamirano; los diputados Carmen Lazo y Eric Schnake; Adonis Sepúlveda y Jaime Suárez. El senador Rodríguez expresó: "Hemos venido a expresar nuestras condolencias a los altos mandos del Ejército y nuestra más amplia solidaridad y comprensión en este minuto que vive todo el pueblo de Chile, lo cual hemos hecho presente al general Prats. Los socialistas hemos acordado suspender nuestras actividades partidarias y hemos instruido a nuestra militancia para que participe mañana en los funerales". Luego entregó la declaración oficial emitida por su colectividad cuyo texto es el siguiente: "El Comité Central del Partido Socialista ante el fallecimiento del Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider, acuerda: Iº—Expresar sus condolencias a la familia y a las Fuerzas Armadas de Chile por la irreparable pérdida del distinguido militar que fuera el general René Schneider Chereau y expresar estos sentimientos por intermedio de la Comisión Política del Partido. 2º—Encomendar al mismo organismo, represente al Partido en los funerales del soldado fallecido, el invitar a los militantes y simpatizantes del Partido a participar en ellos. 3º—Instruir a su Brigada Parlamentaria, para que solicite sesiones especiales de ambas ramas del Congreso con el objeto de rendir homenaje al ilustre extinto. 4º—Exigir a la mayor brevedad se identifique a los autores materiales del crimen y a quienes tuvieron en él una participación directa o indirecta, a fin de que se les aplique el máximo rigor de la ley. 5º—Suspender en señal de duelo la sesión programada para hoy 25 de octubre de 1970". 52 MEMORIAL DEL EJERCITO PARTIDO NACIONAL Los vicepresidentes del Partido Nacional Gustavo Alessandri, Fernando Maturana, Carmen Sáenz y el Secretario General, Patricio Mekis, se hicieron presentes en la capilla ardiente alrededor de las 13 horas. —Traemos las condolencias del Partido Nacional y se las presentaremos tanto a las Fuerzas Armadas como a la familia del general Schneider, expresó el diputado Alessandri. Por su parte, el diputado Maturana señaló que la directiva nacional, expresaba su más enérgica condena a este incalificable atentado que repudia toda la opinión pública del país. —Esperamos, agregó, que sea una advertencia a quienes buscan una vía distinta a la democrática. Es una lástima que se haya precisado de un martir para poner fin a una campaña de violencia que hemos venido denunciando sistemáticamente los nacionales y que desgraciadamente eligió a uno de los más distinguidos personeros de nuestra vida institucional. VOLODIA TEITELBOIM El senador comunista, miembro de la Comisión Política de su Partido, Volodia Teitelboim, señaló: "Creo que este asesinato se produjo con la intención de producir un efecto político, como secuestro, antes del Congreso Pleno. El general Schneider representaba un símbolo nacional del espíritu profesional y constitucional de nuestras Fuerzas Armadas. No fue un político. Simplemente cumplió con su deber militar. Tal es el pensamiento de todo el Generalato y de los jefes de las tres Armas. Esta tradición inalterable durante nuestra vida republicana se fortalece más con el signo del martirio. Terrible ha sido su muerte, pero no en vano. Creo que contribuirá a que la organización que lo asesinó —que es extraña a los métodos chilenos, aunque en ella estén chilenos comprometidos— será extirpada del país devolviendo a la nación la paz y una convivencia que excluyó siempre al crimen político. RAFAEL TARUD El presidente del API (Acción Popular Independiente), senador Rafael Tarud, integró la comitiva del Presidente Electo Salvador Allende. Señaló a la prensa a la salida de la capilla ardiente: —Hemos recibido con muy honda conternación el fallecimiento del Jefe del Ejército, general René Schneider. Hemos hecho un llamado a todos nuestros militantes y al pueblo en general para asistir a los funerales. Acordamos expresar al Ejército la solidaridad del API y darle nuestro pésame en esta hora de dolor a la familia del distinguido militar. El general Schneider es un verdadero símbolo y cayó como soldado en defensa de las más caras y puras virtudes tradicionales de las Fuerzas Armadas chilenas que honran a nuestra democracia en América latina y el mundo entero. En calidad de presidente del API hemos venido con el primer vicepresidente Lisandro Cruz Ponce para cumplir con los acuerdos que tomamos inmediatamente después de conocido el fallecimiento. Homenaje al General René Schneider Chereau CASTIGO El diputado socialista Eric Schnake manifestó: "Aparte del hecho extraordinariamente grave en el acontecer de Chile que marca la fanática decisión de algunos sectores por impedir el libre desarrollo del proceso democrático chileno, nos llena de dolor por lo que en el ámbito familiar significa el asesinato de un militar tan distinguido como éste. Esto nos lleva a hacer fervientes votos por que nunca más puedan acontecer hechos de esta naturaleza y para que los culpables sean castigados con celeridad y el máximo de rigor". PRESIDENTE DEL SENADO El Presidente del Senado, Tomás Pablo, declaró a "El Mercurio": "Creo que la muerte del general René Schneider está ligada íntimamente a su clara actitud constitucionalista que anunciara que adoptaría hace algunos meses y que imprimió siempre dentro de su institución". "El crimen no podrá ser jamás el pilar sobre el cual puedan descansar ni la libertad ni la justicia". DEMOCRACIA CRISTIANA La mesa directiva de la Democracia Cristiana concurrió a manifestar sus condolencias en la Escuela Militar. La delegación, en ausencia del senador Benjamín Prado que se halla en Valparaíso, estuvo integrada por el secretario general subrogante Mariano RuizEsquide; el vicepresidente, Jaime Castillo Velasco, el tesorero Carlos 53 Garcés y el presidente de la Juventud Luis Badilla. Mariano Ruiz Esquide, diputado, señaló: "Para nosotros los democratacristianos es especialmente doloroso lo que ha sucedido, porque significa la pérdida de un hombre dedicado a la causa de las armas puesta al servicio del régimen institucional de Chile. El país ha perdido a un gran militar y a un gran patriota. Hemos condenado el atentado como uno de los actos más viles y criminales que el país haya conocido en toda su historia. Esperamos que su sacrificio no haya sido en vano. Hemos expresado nuestras condolencias a la familia y a las Fuerzas Armadas". El senador DC Tomás Reyes Vicuña manifestó: "Esta tremenda coincidencia de la muerte del general Schneider con la culminación de un proceso político en que, para que fuera respetado en su integridad, él y las instituciones armadas jugaron un papel tan decisivo. La muerte del general es una pérdida que todo el pueblo chileno sufre con mucha profundidad y sinceridad". "UN SIMBOLO" El diputado democratacristiano Héctor Valenzuela Valderrama declaró: "Creo interpretar el sentir de todos los chilenos al lamentar el fallecimiento de un hombre convertido en un verdadero símbolo de las Fuerzas Armadas y del pueblo chileno. Lamento, además que en Chile haya aparecido este brotede violencia, que ya no sólo pretenden atentar contra las institu- 54 MEMORIAL DEL EJERCITO ciones sino contra las personas mismas. Desde otro punto de vista personal, me unía a René Schneider una amistad muy íntima con mi familia y conmigo mismo. Precisamente horas antes de sufrir ese atentado tan cobarde había estado en mi casa. Cómo iba a pensar que poco después su vida iba a ser segada en forma tan cobarde. Esta doble motivación me hace condenar el hecho y sentir el más profundo dolor en un corazón de chileno y de amigo". paz". Luego añadió: "Queremos expresar nuestro pésame más hondo a las Fuerzas Armadas y a su familia. Fuimos compañeros. Estudiamos juntos en Curicó y nos conocimos al comienzo de la vida. Ahora el compañero de su infancia quiere rendir un homenaje y creo que merece una estatua. El fue una mezcla de bondad humana y de principios. Ese fue el general René Schneider". OTRAS EXPRESIONES Una vez terminado el servicio religioso, algunas de las autoridades emitieron opiniones. El Ministro de Defensa Sergio Ossa Pretot expresó: "Qué puedo decir. Lo he tenido a mi lado durante un año, donde pasó a ser un amigo. Para mí, el general Schneider, es un ejemplo de un hombre de bien, limpio, sin un doblez y con una lealtad a su patria difícil de encontrar en un hombre. Tengo un profundo dolor, difícil de expresar. Es un ejemplo el general Schneider para Chile y tal vez para el mundo, como en los últimos momentos mostró su entereza que le caracterizó siempre. Casi la mayoría de las personalidades que llegaron al recinto hospitalario para presentar sus condolencias rehusaron formular declaraciones. Unos de los pocos Ministros de Estado que dijeron algunas palabras fueron el de Hacienda Andrés Zaldívar y de Economía Carlos Figueroa. Estos se limitaron a señalar: "Es demasiado fuerte para el país lo que ha sucedido. No tenemos palabras para expresar lo que sentimos". "ES UN SIMBOLO" Otro de los parlamentarios que se refirió a la personalidad del general Schneider con palabras emocionadas, fue el senador comunista Volodia Teitelboim. Este dijo: "El hombre tiende a la esperanza y todo Chile la tuvo por unas horas. Creo que el general Schneider se ha convertido en un símbolo. En el símbolo del hombre militar que por respeto a su vocación profesional y al sentido constitucional del soldado ofrendó su vida. Espero que sea una muerte generosa que permita devolver a los chilenos la DECLARACIONES CORTE SUPREMA El presidente de la Corte Suprema, Ramiro Méndez, visitó la capilla ardiente. Con el rostro ensombrecido, Méndez calificó de inmerecida ofensa a la limpia tradición democrática del país el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército. Al ser consultado sobre el castigo que recibirán los autores del crimen, respondió: "yo como Magistrado no puedo pronunciarme Homenaje al General René Schneider Chereau sobre esa materia. Un proceso hay que examinarlo, estudiar las pruebas y sólo cuando se encuentra en estado de sentencia, se define". GENERAL VICENTE HUERTA El Director General de Carabineros, Vicente Huerta, por su parte, reiteró la solidaridad de la policía uniformada, expresada a través de una declaración pública, con el Ejército y las Fuerzas Armadas. "Estas son horas amargas, en las que sólo cabe hacer presente el repudio a los autores materiales e intelectuales del alevoso asesinato, dijo el general Huerta. Confirmó asimismo que en la mañana de ayer se practicaron dos nuevas detenciones en relación con la agresión del general Schneider, pero declinó dar mayores detalles. "Deseo hacer presente mi congoja y los sentimientos de pesar de Carabineros tanto para el Ejército como para los familiares de mi amigo fallecido", terminó señalando el general Huerta Celis quien integró la comitiva que acompañó los restos desde el Hospital Militar hasta la Escuela Militar Bernardo O'Higgins. TOMIC "PASARA A LA HISTORIA" Tomic, ex candidato presidencial de la democracia cristiana, hizo declaraciones a raíz del trágico acontecimiento: "El General Schneider pasará a la historia como un símbolo de lo que ha sido y de lo que es y será el Ejército de Chile. Creo que nunca podrá el país olvidar, su testimonio de civismo asumiendo la plenitud de sus responsabilidades cuando fue Comandante en Jefe del Ejército. La forma ejemplar como dedicó su vida entera al servicio de las armas y esta muerte, terrible para los suyos y terrible para su patria que, sin embargo, de algún modo misterioso, consagra y sella su gran destino de soldado, de chileno y de demócrata". ADOMIRO 55 COMUNICACIONES DEL EXTRANJERO 28 Oct. 1970. NCH621 VBZ427 DEF97/MR. CVSO CQ VECA O74. CARACAS 74/73 27 1830 VENEZGOVTGHR. ETATPRIORITE. GRAL. DE DIV. CARLOS PRATS GONZALEZ CMDTE. EN JEFE DEL EJERCITO DE CHILE. SANTIAGO DE CHILE. OFICIAL CGE-015005. RECIBA ESTA HORA TRAGEDIA Y DOLOR SENTIMIENTOS PESAR EJERCITO VENEZUELA Y MIOS PROPIOS OCASION FALLECIMIENTO EX CMDTE. EN J E FE EJERCITO ESE PAIS CONMUEVE PROFUNDAMENTE QUIENES COMPARTIMOS EN DIFERENTES LATITUDES INMENSA RESPONSABILIDAD DEFENDER LIBERTAD HERENCIA NUESTROS HEROES Y PROCERES TESTIMONIO NOMBRE EJERCITO VENEZUELA FRATERNAL AFLICCION Y REPUDIO CRIMINAL VIOLENCIA. GRAL. DE BGDA. VICTOR MANUEL MALDONADO CMDTE. GRAL. DEL EJERCITO VENEZUELA. 1970 Oct. 27, 19: 42. TEGUCIGALPA, VIA TROPICAL 54 HOND/GVT 27 1429. ETAT. GENERAL CARLOS PRATS COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO CHILENO. SANTIAGO CHILE (AAC/BALBOA). CONMOVIDOS FALLECIMIENTO GENERAL RENE SCHNEIDER PUNTO EN NOMBRE EJERCITO HONDURAS Y MIO PROPIO COMA EXPRESOLE NUESTRAS MAS SENTIDAS CONDOLENCIAS Y QUE SUPREMO HACEDOR ACOJA EN SU GLORIA A TAN ILUSTRE MILITAR PUNTO. Coronel ANDRES RAMIREZ ORTEGA, JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS DE HONDURAS. COLL ETAT. EMBAJADA DE LA REPUBLICA FEDERAL DE ALEMANIA SANTIAGO. Agregado Militar Aeronáutico y Naval Santiago, 27 de octubre de 1970. Señor Comandante en Jefe del Ejército, suplente General de División Dn. Carlos Prats G., Ministerio de Defensa Nacional. Santiago. Señor General: Hoy día he recibido un telegrama de mi Comandante en Jefe del Ejército, General Alberto Schnez, el cual me permito transmitir como sigue: "Muy estimado señor General: "Con consternación y pena he recibido la noticia, que el Comandante en Jefe del Ejército chileno. General de Ejército don René Schneider Chereau, ha fallecido a consecuencia de sus graves heridas. Le ruego aceptar los profundos sentimientos del Ejército alemán y los míos ante la irreparable pérdida que ha sufrido tan inesperadamente el Ejército chileno, al cual nos une una tradicio- Homenaje al General René Schneider Chereau nal amistad. Ruego al mismo tiempo transmitir estos sentimientos a la familia del extinto General. Alberto Schnez, General y Comandante en Jefe del Ejército alemán". Saluda a Ud. muy atentamente, Franz hoyo, Teniente Coronel EM. 1970 Oct. 27, 19: 44. JERUSALEM ISR 43 27 1600 ISRGVT WETAT. COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO SUPLENTE GENERAL CARLOS PRATS GONZALEZ. SANTIAGO—CHILE. PROFUNDAMENTE CONMOVIDO POR LA TRAGICA MUERTE DEL GENERAL RENE SCHNEIDER CHEREAU HAGOLE LLEGAR MI MAS SENTIDA CONDOLENCIA. JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL EJERCITO DE DEFENSA DE ISRAEL, TENIENTE GENERAL HAIM BARLEV. BOGOTACOL 97 27 2200. ETATPRIORITE. SR. GENERAL DE DIVISION CARLOS PRATS, CDTE. EN JEFE EJERCITO CHILENO. SANTIAGO DE CHILE. ANTE DOLOR AFLIGE PUEBLO CHILENO POR RECIENTE FALLECIMIENTO SR. GENERAL DE DIVISION RENE SCHNEIDER CDTE. EN JEFE EJERCITO ESE HERMANO PAIS RUEGOLE ACEPTAR SENTIMIENTO SOLIDARIDAD Y PESAR EMBARGA 57 EJERCITO COLOMBIANO MIO PROPIO POR LAMENTABLE INSUCESO QUE ENLUTA AMERICA LATINA PUNTO ASIMISMO Y POR SU DIGNO CONDUCTO DESEO HACER LLEGAR MANIFESTACION CONDOLENCIA A INSTITUCION ARMADA BAJO SU COMANDO Y A LOS FAMILIARES DEL ILUSTRE DESAPARECIDO PUNTO AFECTUOSO SALUDO MAYOR GENERAL ALVARO HERRERA CALDERON, COMANDANTE EJERCITO; BRIGADIER GENERAL ALBERTO HAUZEUR LA VERDE, SECRETARIO GENERAL MINISTERIO DE DEFENSA. CLL ETATPRIORITE. EMBASSY OF THE UNITED STATES OF AMERICA Oficina del Agregado Militar Santiago, 27 de octubre de 1970. General de División, don Carlos Prats González, Comandante en Jefe Subrogante del Ejército. Ministerio de Defensa Nacional. Presente. Estimado General Prats: Adjunto tengo el agrado de enviarle copia de un mensaje, llegado a esta oficina con especial encargo de enviárselo a usted, de parte del General W. C. Westmoreland, Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos. Además, a continuación le envío la correspondiente traducción. "La muerte del General René Schneider Chereau ha causado honda consternación a todos los que le conocieron. De parte de todo el Ejército de los Estados Uni 58 MEMORIAL DEL EJERCITO dos deseo expresarle nuestras más sentidas condolencias por la irreparable y triste pérdida de un soldado talentoso y patriota. " Atentamente, Paul M. Wimert, Jr. Coronel, EMG; Agregado Militar. Embajada de la República Argentina Santiago, 26 de octubre de 1970. Señor Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General de División don Carlos Prats González, Ministerio de Defensa Nacional, Santiago. De mi consideración: Me dirijo a Ud. con el objeto de llevar a su conocimiento, el texto del mensaje recepcionado en esta Agregación, con la firma del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina: "PARA SER TRANSMITIDO AL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO DE CHILE: "LA FUERZA AEREA ARGENTINA HACE LLEGAR A UD. Y POR SU INTERMEDIO A TODO EL EJERCITO DE CHILE Y A LOS FAMILIARES DEL GENERAL SCHNEIDER, SU PROFUNDO DOLOR POR LA IRREPARABLE PERDIDA DEL DISTINGUIDO MILITAR CUYA VIDA ESTUVO AL SERVICIO DE LA DIGNIDAD Y LA LIBERTAD DEL PUEBLO CHILENO. —(Fdo. ): CARLOS ALBERTO REY, BRIGADIER GENERAL, COMANDANTE EN JEFE DE LA FUERZA AEREA ARGENTINA. " Sin otro motivo reitero al señor Comandante en Jefe las seguridades de mi consideración más distinguida. Jorge Fraga, Comodoro, Agregado Aeronáutico Embajada Argentina Chile. BRITISH EMBASSY, SANTIAGO. 27 de octubre de 1970. Estimado General: He recibido un telegrama de Londres del Air Chief Marshal Sir John Grandy, Jefe Interino de Defensa, en el cual me ha pedido transmitirle el siguiente mensaje: "Quedé hondamente conmovido al conocer la atroz muerte del General René Schneider que se produjo durante el fin de semana último. Los Jefes de Estado de las Fuerzas Armadas Británicas desean hacer llegar su profunda aflicción a los familiares y al Ejército de Chile por la pérdida de tan distinguido oficial. " Muy atentamente, David Hildyard, Embajador de S. M. Británica. General de División don Carlos Prats González, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Ministerio de Defensa, Santiago. Homenaje al General René Schneider Chereau MINISTERIO DE DEFENSA Comando en Jefe del Ejército Buenos Aires, 26 de octubre de 1970. Señor General: Ante la trágica circunstancia que enluta al Ejército de vuestro país, por la irreparable pérdida que significa para el mismo el fallecimiento de su Comandante en Jefe, General de Ejército don René Schneider, que fuera víctima de un criminal atentado, me asocio al dolor que los embarga expresando a Ud. y por su digno intermedio, a todos los integrantes del Ejército hermano, mis más sentidas condolencias haciéndole llegar el sentimiento de fraternal solidaridad del Ejército Argentino. Formulando votos por la pronta superación del dramático trance y por la fortaleza del espíritu chileno, saludo al señor General con mi más distinguida consideración. Alejandro Agustín Lanusse, Teniente General Comandante en Jefe del Ejército. Al señor Jefe del Estado Mayor Conjunto a cargo del Comando en Jefe del Ejército Chileno, General de División don Carlos Prats González, Santiago de Chile—Chile. EDITORIALES MARTIRIO DE UN L traslado de los restos mortales del asesinado Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, desde la Escuela Militar a la Catedral Metropolitana a temprana hora de esta mañana, dio lugar a una impresionante manifestación de duelo ciudadano que preludia la honda solemnidad popular que tendrán sus funerales. Miles y miles de chilenos han adherido con su presencia al duelo que aflige a la República por el martirio sufrido por el Jefe de nuestro Ejército. Hasta el último chileno comprende que el General Schneider ha sido inmolado alevosamente porque fue en todo instante un celoso sostenedor de la legalidad democrática y republicana, y entiende que su muerte es el último y heroico sacrificio de un soldado que así ha encarnado la firme tradición constitucionalista de nuestro Ejército y de las Fuerzas Armadas en general. La República conmovida hoy por esta tremenda pérdida humana tiene derecho, sin embargo, a mostrarse orgullosa del temple y la entereza de sus Fuerzas Armadas y de la honda comunicación que éstas mantienen con el pueblo, del cual son parte inseparable, como lo muestran los acontecimientos decisivos que el país ha vivido en las últimas semanas, a raíz del proceso constitucional derivado de la voluntad ciudadana expresada en las urnas SOLDADO el 4 de septiembre, así en un instante en que el luto cubre a Chile por la desaparición de uno de los personeros máximos de la nacionalidad. El Comandante en Jefe del Ejército, las Fuerzas Armadas y el país en su conjunto pueden encontrar consuelo, fe y esperanza en el común destino patriótico, y en el común destino de la patria al comprobar el sentimiento de honda humanidad nacional con el que los chilenos honran la memoria del ilustre soldado abatido por la mano asesina y traidora. Las glorias históricas de nuestro Ejército por extensión lógica y natural, de nuestras Fuerzas Armadas, han sido reverdecidas ¡con el sacrificio del General Schneider, en el contexto de esta era nueva que viven el mundo y nuestra patria, y reafirman el mandato de servicio a los intereses de la comunidad y el pueblo, que todos los hombres de armas de Chile acatan desde el instante que juran la bandera. El martirio del General Schneider fecunda esta tradición y consagra la unidad entre las Fuerzas Armadas y el pueblo en un sentimiento que sin duda, alcanza un extraordinario vigor histórico concreto sobre el cual el esfuerzo, el espíritu de sacrificio y la generosidad de todos los chilenos debe construir un porvenir más justo y más lihre para los hijos de esta nación. En esta hora solemne también Homenaje al General René Schneider Chereau el país debe confiar en que la acción eficiente y rápida de sus organismos de seguridad permitirá cortar de raíz el peligro conspirativo para eliminar así. a través de la acción de la justicia los peligros del odio, haciendo que el martirio del General caído sea asimis- 61 mo un hecho ennoblecedor por la paz que habrá de imponer hasta en los más indignados espíritus su ejemplo de acatamiento a las normas superiores que rigen a las Fuerzas Armadas y al pueblo de Chile que él ofreció hasta el último instante de su noble existencia. EDITORIAL DEL 25. X. 1970 UN CRIMEN HORRENDO H A MUERTO. No existen palabras para expresar la indignación, el dolor y la repugnancia que embargan a los chilenos ante este crimen nefasto cometido por una horda fanática que procura en vano terminar con la tradición democrática del país. Pero sí existen palabras para decir claramente que los sicarios a cargo del asesinato son sólo los instrumentos de otros individuos, los "autores intelectuales" son mucho más peligrosos, más despiadados y más culpables que quienes se prestaron para apretar el gatillo. NO QUEDARA IMPUNE Existe conciencia nacional de que este crimen no puede quedar impune y de que el castigo debe alcanzar también a los instigadores, a esos sujetos despreciables que crearon el "clima" para la brutal agresión. Unos lo hicieron con su "campaña del terror", en que simularon exagerado respeto por la legalidad que, en el fondo, menospreciaban; otros con una distorsión permanente de la verdad his- tórica; algunos con una falsificación constante del verdadero sentimiento popular; y otros pocos, pero los más dañinos, reclutando hampones para llegar al asesinato. Son éstos los que no pueden escapar a la sanción que un Estado moderno, que una nación civilizada aplica a quienes atentan contra las bases mismas de su estabilidad institucional. Ninguna consideración, ningún escrúpulo legalista, deben interponerse entre el delito y su castigo, entre los complotadores —por altamente ubicados que se encuentren— y las sanciones que las leyes prescriben. Chile, que llora hoy a un mártir de la democracia y la libertad, a un héroe que vistió el uniforme de general de la República, a uno de sus hijos que, si bien no murió en el campo de batalla, cayó al servicio de los más hondos sentimientos patrióticos, no encontrará tranquilidad si no conoce los nombres de todos los feroces criminales, si no los ve sometidos al severo juicio de los tribunales competentes y si no obtiene la consiguiente vindicta. Un crimen que no debe quedar impune U N PAIS consternado, poseído por una legítima indignación y sumido en un duelo que le pertenece muy íntimamente, el nuestro que, con toda la magnitud de la tragedia que significa la muerte del general René Schneider, no está paralizado ni atemorizado, que no se dejará deslizar por las pendientes que le ponen en su camino los provocadores, alza hoy su voz con una enérgica acusación contra las fuerzas que planificaron el crimen que terminó con la vida del jefe máximo de nuestro Ejército y con una reiteración de su confianza en el espíritu democrático y constitucionalista del Ejército y de las Fuerzas Armadas de la República en general. Chile confía —y tiene razones y derecho para hacerlo— en las Fuerzas Armadas. Ellas son, por muchos motivos, cauteladoras de nuestra independencia y de la normalidad de nuestra vida constitucional. Sin practicar la vida política, son garantes de la normalidad institucional de nuestro pueblo. Hombres del pueblo, por otra parte, forman su sólida base. Y el pueblo las considera integrantes de sí mismo. Esta es una apreciación justa que los hechos culminantes de nuestra historia confirman con absoluta plenitud. Por eso mismo, la cobarde agresión que desembocó en el asesinato del general don René Schneider no sólo afecta al Ejército de Chile, sino a la totalidad de nuestros institutos armados, a lo más esencial de la República, a la nación en su conjunto y al pueblo de Chile en los momentos en que éste asume el poder, con la dignidad y la serenidad que le son características, que forman parte de su tradición y de su espíritu. El General René Schneider supo sintetizar en su actitud profesional todas las virtudes de nuestras Fuerzas Armadas. Fue un soldado ejemplar y supo ser, también, un jefe que predicó, con el ejemplo, lo que ha sido la conducta permanente de nuestros soldados más esclarecidos. Acaso estas limpias virtudes de nuestras instituciones armadas, sintetizadas, repetimos, en el ilustre soldado trágicamente desaparecido, le valieron a él la odiosidad de quienes han hecho permanentemente de la democracia y del patriotismo meras figuras retóricas basadas en el más bastardo oportunismo, mientras en la vida real se han apresurado, cada vez que la historia se los ha permitido, a pisotear tanto el concepto de patriotismo como el de democracia. A quienes así han procedido y proceden no vale la pena, en este instante de dolor ciudadano, siquiera mencionarlos por sus nombres y apellidos. Chile entero los conoce. Chile entero fue testigo de la fobia con que aludieron al difunto general cuando éste, cumpliendo con su deber, formuló lo que se ha dado en llamar "la doctrina Schneider", que no es sino una valiente y oportuna ratificación de las mejo- Homenaje al General René Schneider Chereau res tradiciones de nuestras Fuerzas Armadas, que consideran como pilar de su honor profesional su absoluta prescindencia de la política contingente. Cuando en mayo del presente año el Comandante en Jefe del Ejército, General don René Schneider, en declaraciones formuladas a un diario de Santiago, expresó que el Ejército cumpliría con su deber garantizando el normal desarrollo del proceso electoral en curso — proceso culminado sólo anteayer, cuando el Congreso Pleno, por abrumadora mayoría, designó oficialmente Presidente de la República al Dr. Salvador Allende— muchas voces se alzaron para censurarlo. Esas voces representaban los más sórdidos y antidemocráticos círculos de la política chilena. Esas voces pertenecían a individuos descalificados en lo político y en lo moral, a sujetos que han hecho de la política una manera de enriquicimiento ilícito, a representantes de intereses contrarios a los de nuestro país. Eran las voces de la antipatria, las voces de la traición y del crimen. Las voces, en fin, que empezaban a hacer la puntería contra un jefe militar pundonoroso que aparecía para ellos como un obstáculo para sus fines golpistas y antidemocráticos. Ellos son los autores intelectuales de este crimen. Menguados de mente, no supieron comprender, sin embargo, que su crimen no les reportaría los beneficios que habían calculado fríamente. Mataron al general, es cierto. Pero no fueron capaces de asesinar lo que el ilustre hombre de armas representaba: la tradición 63 constitucionalista y democrática del Ejército de Chile. Y en las filas de éste el espíritu de René Schneider permanece, porque es, también, y de manera irrenunciable, el espíritu que inspira a los que con muy legítimo derecho pueden considerarse, profesionalmente, los sucesores de las enseñanzas y las obras del fundador de nuestra nacionalidad, el general Bernardo O'Higgins, cuyo nombre lleva con orgullo y pleno sentido de la responsabilidad que ello implica, la Escuela Militar de nuestro país. Ahora, el país exige que se castigue ejemplarmente no sólo a los autores materiales del asesinato, no sólo a los mercenarios que lo cometieron, no sólo al grupo de aventureros que realizaron, primero, la encerrona y luego el asesinato del general desaparecido, sino, además, y con el mayor vigor y la máxima energía, a los autores intelectuales del crimen, a esos hombres que han ocultado cobardemente sus manos y que, en una demostración de insuperable pequeñez moral, fueron los que planificaron en sus grandes líneas "doctrinarias" un hecho que los califica como criminales miserables. El pueblo de Chile reclama y exige el castigo para esos individuos siniestros. Y tiene plena razón el pueblo para formular tal exigencia y para plantear tan justa reclamación. Porque es al pueblo al que se quiso herir de muerte. Porque la agresión contra el general Schneider partió de quienes, a través de su sacrificio, pretendían crear un clima caótico que hiciera posible una aventura golpista que pusiera a nuestro país al 64 MEMORIAL DEL EJERCITO borde de la guerra civil y en el umbral de una brutal dictadura fascista. Es el pueblo el que exige ese castigo y hace suyo el dolor del Ejército y de la digna familia del general asesinado. El pueblo que ayer, apenas se supo la noticia del deceso del general Schneider, espontáneamente junto con derramar lágrimas de ira y de dolor profundo, recurrió al mejor de sus símbolos, buscó la bandera de la patria y la izó a media asta para demostrar que el duelo que aflige al Ejército y a las Fuerzas Armadas, le pertenece también por derecho propio. Este asesinato no paralizará la vida del país. Esta provocación no apartará a los institutos armados del cumplimiento de su deber, cumplimiento que ellos son los primeros en cautelar celosamente. Este hecho tan difícil de calificar no apartará tampoco al pueblo de su ruta hacia días mejores para los hijos de este país y para los intereses de Chile. Pero este asesinato plantea a la ciudadanía la obligación de estar alerta contra las fuerzas que han demostrado que no tienen escrúpulos para llevar a cabo las más sórdidas tareas si, al ejecutarlas creen poner a salvo sus mezquinos intereses. La unidad del Movimiento Popudar se hace hoy, pues, más necesaria que nunca. Preservarla, mejorarla y enriquecerla es una tarea que participa de dos condiciones enaltecedoras: el patriotismo y la conciencia auténticamente revolucionaria, ajena a sectarismos y a aventurerismos que no hacen otra cosa que echarle carbón a la maquinaria de los enemigos de la democracia, la libertad y el patriotismo. EL GRAN SOLDADO AS palabras y las ideas faltan, sobran, se aglomeran o se ausentan ante tan solemne y trágica ocasión. Enmudezcamos e inclinémonos reverentes ante los despojos mortales del gran soldado, mártir de nuestra libertad y democracia. El General de División y Comandante en Jefe de nuestro glorioso Ejército, René Schneider Chereau, duerme el sueño eterno junto a los manes de O'Higgins, el creador de nuestra nacionalidad y nuestro padre amado. En su camino hacia la inmortalidad lo acompaña la congoja de todo un pueblo. Sírvanos de consuelo la sentencia del filósofo griego: "El varón amado por los dioses muere pronto" y, como paliativo al dolor de Chile, al de la patria toda, y al de sus seres más queridos, al de su dignísima esposa, al de sus hijos y al de sus compañeros de armas, la certidumbre de que toda muerte es viva cuando se confunde con la gloria. ILUSTRE E L pueblo reconoce a sus líderes y a sus héroes. No se equivoca. Es generoso para destacar lo que ellos entregaron a la patria. No olvida. Ayer vimos una impresionante y emocionante manifestación de dolor y de homenaje a un soldado insobornable e inquebrantable que pagó con su vida su adhesión a la gran tradición de los soldados chilenos. Nadie podría decir que las mujeres del pueblo, que hicieron cola durante horas frente a la Catedral para despedir al General Schneider, que los obreros que perdieron parte de su salario para sumarse al inmenso cortejo fúnebre eran obligados por nadie. Estaban ahí porque eso era lo que mandaba su conciencia. Querían estar presentes como estuvieron y como estarán en cada ocasión en que ellos ocupen el escenario de Chile. El General Schneider honró el uniforme de Bernardo O'Higgins. Sabía que lo mejor que posee Chile es el respeto y acatamiento a la voluntad del pueblo. El ejército que luchó hasta la muerte en Rancagua; que venció en Chacabuco; el ejército que formaba el pueblo y que independizó a Chile; el ejército que ha sido el más firme centinela de nuestra soberanía y del cumplimiento de la voluntad de los chilenos, está compuesto por hombres como el General alevosamente asesinado por los enemigos de Chile. Este General era un gran ser humano, un patriota capaz de sa- SOLDADO lir airoso de todas las pruebas por duras que fueran. Era un hombre cordial y bondadoso. Ocupaba sus escasos ratos libres en pintar. Tal vez secretamente hubiera querido cambiar las armas por el pincel. Amaba a los grandes clásicos, a Rembrandt, a Rubens, a El Greco. Le deslumhraban los impresionistas, Cezanne, Gauguin, Van Goth. Pensaba que Juan Francisco González o el Padre Subercaseaux eran grandes artistas que merecían un reconocimiento más universal. Pintaba casi con rubor sólo para dar salida a su íntima vocación de artista. Rechazaba cualquier idea de participar en una exposición, asistía deslumhrado a algunas muestras. Tal vez conociendo su pintura, sus afanes artísticos, podamos descubrir en su total dimensión al magnífico ser humano y al artista que había tras el soldado. Prefirió volcarse por entero a sus deberes, a su responsabilidad de soldado. Siempre fue riguroso, justo, pulcro y cabal. No le animaba ambición personal de ninguna especie. Su religión era el cumplimiento del deber. Y eso fue lo que caracterizó todo su quehacer, a lo largo de su carrera. Los grados le eran conferidos en virtud estricta de sus méritos. No lo envanecían. Continuaba siendo el mismo de siempre. Cuando fue elegido Comandante en Jefe del Ejército de Chile reiteró una vez más cuál era su misión. La conciencia del pueblo chile- 66 MEMORIAL DEL EJERCITO no maduraba; más allá de todas las presiones, de la campaña del terror, de la extorsión imperialista, de la felonía de la antipatria se abría paso la voluntad de elegir un Gobierno Popular. Todo se llevó a cabo a la luz del día, en elecciones limpias y democráticas. Un verdadero soldado de Chile no podía dudar acerca de a quién debían respaldar las Fuerzas Armadas. Schneider fue entonces una garantía de que el proceso constitucional se desarrollaría normalmente, con la misma limpieza con que se habían llevado a cabo las elecciones. Iría a saludar al Presidente electo en la misma tarde en que fuera consagrado por el Congreso Pleno. SCHNEIDER Y EL HEROISMO CIVICO U N EDITORIAL del viernes último, cuando aún subsistían esperanzas de vida, analizamos las causas del crimen cometido en su persona, atribuyéndolas al fanatismo y al rencor. Hoy nos encontramos ante la noticia de su muerte, después de larga y angustiosa agonía, y con antecedentes, en parte esclarecidos por la investigación. De ellos se desprende que a los elementos de perturbación moral deben agregarse la repelente acción mercenaria de los criminales y la proyección política de sus instigadores. No hay duda de que el concierto que se produjo para acechar y atacar al Co- Fue entonces cuando aparecieron los asesinos empeñados en traicionar a Chile, en obedecer a quienes les habían comprado para llevar a cabo un plan fascista siniestro. El General Schneider cayó acribillado reafirmando hasta su último minuto lo que había sido siempre y lo son y deben ser los soldados de Chile. Por eso ayer lo despedimos con congoja, con un nudo de emoción y de furia en nuestras gargantas. El General René Schneider es definitivamente un héroe de Chile, un símbolo de lo mejor y más eterno de este país nuestro al que él amó por sobre todo y más allá de la muerte. SIMON BLANCO mandante en Jefe del Ejército tuvo su raíz en la insensata creencia de que eliminando su persona quedaría expedito el camino para detener el proceso electoral. Pensaban de ese modo los autores del asesinato, hoy ya consumado, porque el General Schneider había dicho ante la faz del país, mucho antes del 4 de septiembre, que la intervención militar en política "está fuera de nuestras doctrinas", agregando: "Somos garantes de un proceso legal en el que se funda toda la vida constitucional del país". Esa posición, sostenida con firmeza por el alto jefe hasta la víspera del Congreso Pleno, se convirtió en barrera para obtener pronunciamientos militares, y llevó a grupos terroristas a la aventura criminal de quitar del medio a quien consideraban el único obstáculo de sus planes. La torpeza de su cálculo no Homenaje al General René Schneider Chereau midió la profundidad que tenía el concepto expresado por Schneider entre jefes y subalternos de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose el ataque personal en ofensa a esas instituciones y en incentivo para mantener, sin alteración alguna, la sucesión del mando y la disciplina. No ampliaremos los juicios ya expresados editorialmente acerca del significado del holocausto. Sólo queremos ahora acentuar el perfil del soldado. El comandante que cae por defender los fundamentos de la vida ciudadana desborda el límite estrecho del deber militar y se convierte en héroe cívico, es decir, en paladín de los derechos de todos los que viven bajo una misma bandera. Desde su alto cargo el General Schneider había llevado a término una restauración de los valores permanentes del Ejército, que se entregó a su comando después de días de convulsión, con el solo 67 ejemplo de su actitud, demostrando una vez más que era un educador de legiones de soldados. En su capacidad de Comandante en Jefe no hizo sino que aplicar las mismas enseñanzas que esparció en la Escuela Militar, donde tuvo destinaciones, en distintos grados, incluso el de director. Los jóvenes oficiales de mañana que hoy velan sus restos han recibido con la muerte del antiguo jefe la más completa lección de lo que es la hermandad de la milicia con el civismo. Es la última página del maestro que enseñó en las filas, como en la Academia de Guerra, con autoridad igualada pero no superada, el recto camino del deber. Corresponde a los que conservan su ejemplo esperar que la justicia repare moralmente lo que no se puede reparar después de la extinción de vida tan valiosa, arrebatada a la institución y a sus seres más queridos. Al llegar a la Catedral desde la Escuela Militar. EL PUEBLO ACOMPAÑO LOS RESTOS DEL GENERAL: EMOCIONANTE DESPEDIDA En la Catedral La congoja que afecta a los chilenos cuando desaparece alguna de sus figuras ilustres fue exteriorizada por los millares de personas que desfilaron en la Catedral Metropolitana para rendir postumo homenaje al general René Schneider. Más de una lágrima se vio rodar por la mejilla de hombres maduros, jóvenes, mujeres y soldados en retiro cuando pasaron frente al féretro que guardaba los restos del distin- guido oficial que fue abatido por balas asesinas. Fueron varias horas de ininterrumpido caminar. El cinturón humano que rodeó el principal templo católico de la ciudad parecía interminable. Una breve mirada a la urna, algunos musitando una oración y continuaba la marcha. La urna estaba flanqueada por cuatro cadetes de la Escuela Militar en tanto que en bancos laterales a la nave central y frente al lugar que ocupaba el sar- Homenaje al General René Schneider Chereau cófago estaban la viuda del extinto, una de sus hijas y el hijo menor que, al igual que su padre, ha seguido la carrera de las armas. Misa de Réquiem La Iglesia Católica en una misa oficiada por el Cardenal Arzobispo Raúl Silva Henríquez, concelebrada por el Vicario General Castrense, monseñor Francisco Javier Gillmore, y el Secretario de la Conferen- 69 cia Episcopal, monseñor Carlos Oviedo Cavada, y asistido por otros arzobispos y la casi totalidad de los capellanes de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, despidió los restos. El oficio religioso tuvo caracteres extraordinarios por la gran afluencia de altas dignidades del ámbito nacional y extranjero, significativa del gran aprecio que el general Schneider se captó en todas las esferas. Los Generales de la República acompañan a su Comandante en Jefe. HOMILIA DEL CARDENAL: SU MUERTE ES SIMBOLO DE SU FE EN LA CONVIVENCIA DEMOCRATICA E L imperativo de la fraterna unidad y un recuerdo a las palabras de Cristo, dichas antes de morir, en las que señala que "nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos", fueron el centro de la Homilía del Cardenal Raúl Silva Henríquez, en la Misa de Exequias, en honor del general René Schneider. El texto de la Homilía es el siguiente: "La Patria está de duelo: un gran soldado del Ejército de Chile ha muerto, sacrificando su vida en el altar de la Patria, por cumplir con su deber. "Por eso nos vienen a los labios las palabras del Libro Santo que acabamos de escuchar. "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos". Palabra esta del Señor y la única que puede transformar este instante de congoja en un signo de esperanza. "El Señor la pronunció horas antes de su propia muerte; la pronunció con alegría y con el ánimo de colmarnos de su propia alegría. La pronunció para enseñarnos que el dolor y la muerte pueden ser el más sublime, el más fecundo gesto •de amor. "Esta palabra ilumina nuestra congoja de hoy. Al que ha dado la En los Oficios religiosos de la Catedral, los hijos y familiares del General Schneider acompañados de las señoras de los Presidentes Frei y Allende. 72 MEMORIAL DEL EJERCITO vida por sus amigos se le llora, pero no se le pierde. Su vida alimenta y se prolonga en la vida de los mismos por quienes murió. Y su sangre adquiere una conmovedora elocuencia. Si desde el comienzo de la historia humana, la sangre del hombre derramada por su hermano, ha hablado un lenguaje elocuente. La envidia homicida de Caín es el símbolo del hombre incapaz de resistir la Luz y gozarse de la Justicia, símbolo, por eso, del hombre que pone su fe en la violencia asesina, símbolo también y de ello testimonian la Biblia y toda la experiencia humana, símbolo de la absoluta esterilidad de la violencia. Desde el episodio de Caín y Abel hasta el mártir del Gólgota, desde la muerte de Cristo hasta la de ahora, mueren con El por dar tes- timonio de la luz, la violencia se ha revelado como absolutamente estéril. Estéril, digo, para quienes pusieron su fe en ella. Siempre obtuvieron exactamente lo contrario de lo que pretendían. Ni sus conciencias encontraron paz, ni la luz que combatieron fue oscurecida, ni la palabra que los molestaba logró ser acallada. Cuando pensaron reducir sus víctimas al silencio, la sangre de ellos se alzó para hablar con más elocuencia que todas las palabras. Y de sus mismas muertes surgió inagotablemente fecundo, un manantial de vida. "Por eso lloramos, pero no perdemos al que da la vida por sus amigos. "Hoy son nueve millones de amigos, nueve millones de chilenos los que sienten renacer su hambre y sed de justicia, su pasión por la Homenaje al General René Schneider Chereau Verdad, su anhelo y vocación de Paz, su imperativo de fraterna unidad y, sobre todo, su fe en la convivencia democrática. Una nueva vida palpita en el Corazón de la Patria, una conciencia se ha hecho común y definitiva: el camino de la justicia no pasa por la violencia. "Y tal vez no lo veríamos con tanta claridad. Y nuestra comunión de sentimientos e ideales no sería tan firme y tan resuelta, sin el testimonio de esa sangre que hoy proclama, elocuente como nunca, la fecundidad de una vida entregada a la Patria. "El tiempo juzgará de la sinceridad de nuestras sentencias. Sabemos que nuestras emociones suelen ser fugaces y nuestros afectos precarios. Pero en este momento, al menos, cuando nos sobrecoge todavía la presencia corporal del amigo y del mártir, sentimos que 73 su nobleza nos obliga y su testimonio nos compromete. "Reunidos hoy en este templo, donde la Patria ha orado en todos los grandes momentos de su historia, no venimos sólo a llorar al padre, al amigo, al jefe, sino para proclamar nuestra fe en los grandes valores que su sacrificio encarna. La Patria no ha muerto. Llora emocionada con noble entereza ante un sepulcro que es también emblema de grandezas ciudadanas y mudo y elocuente testimonio de amor a las nobles tradiciones republicanas y democráticas de Chile. "General Schneider, noble soldado de Chile, Tu Dios y tu Patria hoy te coronan con el laurel de la inmortalidad que has ganado en la más bella de todas las contiendas, la de quienes dan su vida por el bien de sus hermanos". El Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Raúl Silva Henríquez, bendice los restos en la Catedral. Homenaje al General René Schneider Chereau Autoridades presentes En el sitio de honor estaban el Presidente de la República, Eduardo Frei, quien tenía a su derecha al Mandatario Electo, Salvador Allende. Los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Tomás Pablo y Jorge Ibáñez, respectivamente, y el presidente de la Corte Suprema, Ramiro Méndez, estaban todos acompañados de sus respectivos edecanes. La nave central y las laterales estaban ocupadas por los representantes diplomáticos extranjeros de todos los países acreditados en Chile. El Perú envió una delegación especial encabezada por el General de División, Arnaldo Winkerlried Benner, Jefe del Estado Mayor General del Ejército y Comandante Ge- 75 neral del mismo, representando al Ejército y las Fuerzas Armadas; Gustavo Silva Aranda, Secretario General de la Presidencia de la República, en representación del Gobierno peruano; el mayor Julio Velásquez, ayudante del general ya mencionado. Todas las misiones diplomáticas estaban encabezadas por sus respectivos jefes a quienes acompañaban sus secretarios, ministros consejeros y los adictos. Los restantes lugares eran ocupados por los jefes superiores de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, Círculo de Generales y Oficiales superiores en retiro y otras personalidades nacionales. Un costado del sitial de honor fue destinado a los familiares y amigos del general Schneider. 76 MEMORIAL DEL EJERCITO Oficio religioso Instantes después de que llegó al templo metropolitano el Presidente Frei, el Cardenal-Arzobispo inició el sagrado oficio de la misa con el sobrio y severo ritual de la Iglesia Católica que quiso de esta manera asociarse al duelo que aflige al país. Finalizada la misa, el Cardenal y los concelebrantes rezaron los responsos hasta dejar la urna en el atrio del templo, mientras las campanas de la Iglesia Catedral tañían a muerte. Además de las autoridades mencionadas, completaron el recinto de de la Catedral prácticamente todos los miembros del Senado y de la Cámara de Diputados; los Ministros y Subsecretarios de Estado, los cuerpos de generales del Ejército, Fuerza Aérea y Carabineros; los almirantes de la. Armada Nacional, casi todos los miembros superiores del Poder Judicial, el Cuerpo Diplomático en pleno, los ex candidatos a la Presidencia de la República, Jorge Alessandri y Radomiro Tomic; delegaciones de oficiales de las instituciones de la Defensa Nacional y de Carabineros, de los cuadros permanentes institucionales, cuerpo de generales y almirantes en retiro, regimientos y otras instituciones simbólicas y prácticamente todos los miembros del Ejército que no se encontraban en las formaciones. Además, se hallaba presente todo tipo de instituciones, tales como la Central Unica de Trabajadores, sindicatos, Defensa Civil, bomberos, Cruz Roja, boys scouts y girls guides, y todo cuanto fuera represen- 78 MEMORIAL DEL EJERCITO tativo de las diversas actividades nacionales. El cortejo Terminada la misa, la urna cubierta por la bandera nacional fue transportada hasta la cureña que esperaba en la puerta de la Catedral, por el Presidente Frei, el Presidente Electo, Salvador Allende, el Ministro de Defensa Nacional, Sergio Ossa; el Comandante en Jefe del Ejército, General de División, Carlos Prats; y los hijos del ilustre militar. Al aparecer el cortejo fúnebre en el pórtico la Escuela de Suboficiales presentó armas, mientras que su banda interpretaba la marcha fúnebre. Ahí se inició la lenta marcha que demoró 45 minutos hasta el Cementerio General. El cortejo fue encabezado por 45 estandartes con crespones negros portados por sus abanderados y escoltas que formaron un escuadrón de dos en fondo. Después marchaban los capellanes de las Fuerzas Armadas y Carabineros, encabezados por el Vicario General Castrense, general monseñor Francisco Javier Gillmore, y, tras ellos, encabezados por un oficial y tres alféreces de la Escuela Militar, la cureña con la urna tirada por 28 alféreces militares, navales, de aviación y de carabineros. "Tacora" Más atrás, en una soledad impresionante y sujeto de la brida por su palafrenero, marchaba el caballo "Tacora", corcel del general Schneider hasta que tuvo el mando de la II División del Ejército, y objeto de su permanente atención. "Tacora" iba enjaezado como para una Parada Militar, con sus remos enhuinchados en vendas blancas y sus crines adornados con motas cuyos colores conformaban el tricolor nacional. Familiares y Autoridades Los Presidentes al salir de la Catedral. A continuación marchaban familiares y deudos del extinto. El bloque de las máximas autoridades fue encabezado por el Presidente Frei; el Mandatario Electo, Salvador Allende, quienes tenían a sus lados a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Tomás Pablo y Jorge Ibáñez, respectivamente; presidente de la Cor- Homenaje al General René Schneider Chereau Al abandonar la Catedral. 79 80 MEMORIAL DEL EJERCITO La cureña con los restos mortales del General René Schneider deja atrás la Catedral de Santiago y avanza, en dirección al Cementerio General. El ataúd va cubierto por el pabellón nacional, sobre el cual fue colocado el uniforme de gala del militar desaparecido. El caballo "Tacora" sigue a pocos metros del que fuera su amo. Deudos, el Cuartel General de la Comandancia en Jefe, los Presidentes Eduardo Frei y Salvador Allende; los presidentes de ambas ramas del Parlamento y de la Corte Suprema, y el Ministro de Defensa encabezan el largo cortejo. Una multitud acongojada participó en los imponentes funerales. te Suprema de Justicia, Ramiro Méndez; el Ministro de Defensa Nacional, Sergio Ossa y el Cardenal Arzobispo de Santiago, Raúl Silva Henríquez. Junto a ellos integraron la larga columna los Ministros de Estado; los Comandantes en Jefe del Ejército, Armada Nacional y General Director de Carabineros. En seguida iban los escalones del Cuerpo de Generales del Ejército; C u e r p o Diplomático, integrado prácticamente por todos los embajadores acreditados en nuestro país y miembros de sus misiones; Cuerpo de Almirantes; Cuerpo de Generales de la Fuerza Aérea de Chile; Cuerpo de Generales de Carabineros; Subsecretarios; senadores y diputados; Poder Judicial; otras autoridades, delegaciones de oficiales en servicio activo de la Defensa Nacional y Carabineros; Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro, Coroneles y Capitanes de Navio en retiro; delegaciones del Cuadro Permanente de la Defensa Nacional y Carabineros y otras innumerables instituciones. ADIOS DE LAS FLORISTAS DE LAS PERGOLAS DEL MAPOCHO EXPRESIONES DE DOLOR Todos coinciden en expresar: "EL ATENTADO CONTRA EL GENERAL SCHNEIDER MERECE EL REPUDIO DE TODO EL PUEBLO. EL TERRORISMO NO SE ACEPTA EN CHILE" MEMORIAL DEL EJERCITO Ultimos honores militares Todas las Unidades y Escuelas del Ejército, brindaron sus últimos honores a su Comandante en Jefe, además de las Escuelas Matrices, Militar, Naval, de Aviación y de Carabineros. Los regimientos de fuera de la zona central enviaron sus estandartes y los de Santiago y algunos de Valparaíso y Aconcagua se encontraban formados al paso del cortejo. Así, además de la Escuela de Suboficiales que presentó armas frente a la Catedral Metropolitana 88 formaron unidades completas en las calles Puente, Avenida José María Caro, Puente Independencia, Avenida Santa María y Avenida La Paz, con sus estandartes enlutados mientras las bandas interpretaban la marcha fúnebre sucesivamente al paso de la cureña que transportaban los futuros oficiales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. Presentaron armas los efectivos de los Regimientos "Buin" y "Tacna" de Santiago; "Guardia Vieja", de Los Andes; "Yungay", de San Felipe; Blindado Nº 2 de Santiago; de Ingenieros Ferrocarrileros de Montaña de Puente Alto; los Batallones de Transporte e Intendencia, de la capital; las Escuelas de Infantería, Telecomunicaciones, Paracaidistas y Fuerzas Especiales, de Caballería y de Ingenieros, además de las Escuelas Naval, de Aviación y de Carabineros. En la plazoleta del Cementerio formó en su contorno la Escuela Militar. Homenaje de un pueblo El Diputado señor Mario Palestro integró el cortejo; es acompañado por dos miembros de su partido. Además de las formaciones militares y de un pueblo que, inclusive colgando como racimos de árboles, puertas, ventanas y cuanto lugar podía sostener un cuerpo, diversas instituciones cívicas formaron y esperaron el paso del cortejo en aquellos lugares donde la amplitud de la calzada lo permitía. Los bomberos lo hicieron en el sector de Mapocho y lugares adyacentes y sus carros extendieron sus escalas telescópicas para formar arcos engalanados con banderas chilenas, mientras dejaban oir el lastimero llanto de sus sirenas al avanzar lo más representativo de un pueblo que lloraba a ' Homenaje al General René Schneider Chereau "su general" que ofrendó la vida por la defensa de lo más preciado que tienen los chilenos: su Constitución, su libertad y su democracia. En el camposanto A las 16. 40 horas el cortejo llegó a Ja rotonda del Cementerio General, en la que en sentido circular estaba formada la Escuela Militar del general Bernardo O'Higgins, cuya banda instrumental hizo oir la marcha fúnebre. La cureña donde iban los restos del general Schneider fue instalada frente a los portaestandartes de las Escuelas Militar, Naval, de Aviación y de Carabineros, cuyos pabellones lucían enlutados con crespones negros. En la rotonda esperaban al cortejo el Jefe de las Fuerzas, general 91 Enrique Garín Cea, autoridades políticas y civiles y los representantes de los Regimientos Simbólicos de las Fuerzas Armadas. También esperaban los senadores radicales Alberto Baltra, Humberto Aguirre Doolan, Américq Acuña y Anselmo Sule, y el socialista Aniceto Rodríguez, además del Vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano, Jaime Castillo Velasco. Luego de la llagada del cortejo, un oficial del Ejército anunció que harían uso de la palabra el Ministro de Defensa, Sergio Ossa Pretot, a nombre del Gobierno; el presidente del Senado, Tomás Pablo Elorza, a nombre de esa Corporación; el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Ibáñez, en representación de ella; el Comandante en Jefe Suplente del Ejército, general de división, Carlos Prats, a nombre del Homenaje al General René Schneider Chereau 93 La cureña del Ejército, con guardia de honor, llevó los restos mortales del General René Schneider. Sobre el ataúd que envolvía la bandera de Chile, se veía, en forma dramática, el uniforme de gala del soldado asesinado. Después de los familiares, marchó el caballo del General, fiel amigo de toda la vida. Encabezando el cortejo, estaban el Presidente en ejercicio, Eduardo Frei y el Presidente electo, Salvador Allende, junto al Presidente del Senado Tomás Pablo y el Presidente de la Cámara Jorge Ibáñez, el Presidente de la Corte Suprema, Ramiro Méndez Brañas y el Cardenal Silva Henríquez y el Ministro de Defensa Sergio Ossa Pretot. El cortejo, así encabezado, cubrió cuadras y cuadras, y se demoró casi 45 minutos desde el comienzo hasta el fin. Miles de personas, cubrieron todo el recorrido, ubicándose en edificios, balcones y árboles. Ejército y de las Fuerzas Armadas y Carabineros, y el general (R) Jorge Rodríguez Anguita, en nombre de los compañeros de curso del general Schneider, de la Promoción 1932. Los oradores emplearon 45 minutos. A las 17. 30 horas la columna fúnebre enfiló hacia el interior del camposanto, a los sones de la marcha tradicional "Yo tenía un camarada", mientras las campanas de la torre central tañían solemnemente a difunto. El cortejo se detuvo frente al Panteón de los Jefes y Oficiales del Ejército, donde numerosos capellanes, representando a las instituciones armadas, Carabineros e Investigaciones, rezaron los responsos finales, a través de la voz del Vicario General Castrense, Monseñor Francisco Javier Gillmore. Monseñor Gillmore dijo: "Señor, escucha nuestra oración. Oramos porque Dios reciba en sus brazos a nuestro hermano difunto. Abandonamos en tus brazos misericor- Jefes del Ejército al llegar al Cementerio General. Mando Superior de la Armada, Fuerza Aérea y Carabineros de Chile. EN EL CEMENTERIO Homenaje al General René Schneider Chereau diosos a nuestro hermano René. Tú que siempre escuchas las oraciones de Tu Iglesia, haz que todos volvamos a reunimos en la paz de Tu Reino". En seguida fue descubierto el ataúd del pabellón nacional, el cual fue cuidadosamente doblado para ser entregado más tarde a la viuda del general Schneider. Sus hijos y los generales tomaron la urna, entrando al panteón del Ejército, mientras el corneta de la institución tocaba a silencio. El cuerpo del Comandante en Jefe del Ejército fue depositado en el nicho Nº 70 entre el "Sargento Mayor (campaña del 79) Dr. Rómulo Larrañaga Carrera" y el "Coronel Pablo Marchant F., Comandante del Regimiento Arica, 4º de Línea". 97 Al retirarse del lugar el Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, y el Presidente Electo Salvador Allende así como el resto de las autoridades, procedieron a expresar su pésame a los hijos del general y a sus familiares más cercanos. A las 17. 45 horas se retiraron del camposanto Frei y Allende, separándose en la puerta del panteón, por primera vez desde su ingreso a la Catedral de SantiagoEn los alrededores del mausoleo de la institución miles de personas permanecieron durante toda la ceremonia fúnebre tras los cordones policiales, los cuales saltaron posteriormente para acercarse a dar su despedida al Comandante en Jefe del Ejército. 98 MEMORIAL DEL EJERCITO "DESCANSA EN PAZ" Palabras pronunciadas por el Ministro de Defensa Nacional en el Cementerio General. 26 DE OCTUBRE DE 1970. Ministro de Defensa Nacional Sergio Ossa Pretot, habla en representación del Gobierno. E N nombre de S. E. el Presidente de la República y de su Gobierno, debo cumplir con la dura misión de despedir, en este dramático instante, los restos del General Sr. René Schneider Chereau, Comandante en Jefe del Ejército de Chile. Su trayectoria en el más alto cargo de su Institución, aunque breve, ha quedado indeleblemente grabada en su historia. Con gran visión, sin escatimar esfuerzos ni desvelos, fue señalando metas y caminos claros, hasta transformarse en un luchador incansable por el destino de ella. Cada uno de los días transcurridos en el ejercicio de su mando están llenos de su talento y vitalidad. Recto, justo, severo y decidido, fue ganando el respeto y la admiración de todos. En medio de una sociedad convulsionada, no pocas veces por la violencia o el temor, se alza su figura de hombre verdadero, que no titubeó en entregar su capacidad e inteligencia al noble servicio de la comunidad. Nunca una precipitación; parecía meditar en lo profundo de su conciencia cada una de sus decisiones. Sentía la inmensa responsabilidad que tenía y la supo cumplir en cada instante. 100 MEMORIAL DEL EJERCITO Su fuerza interior, y su acendrado concepto del respeto a la dignidad del hombre, se tradujeron en actitudes que emanaban de su afán de buscar siempre la verdad. Ni el odio ni la violencia tuvieron cabida en su espíritu; por eso mismo resulta inexplicable su muerte. Amó la paz y luchó por ella. Quiso siempre para Chile lo mejor. Respetó sus Instituciones y las sirvió con lealtad inquebrantable. Juró respeto a la Constitución y a la Ley. Jamás se apartó de ellas. Delicado y fino hasta el extremo, pareciera haber querido conservar sus últimas energías para no ensombrecer ni siquiera con su muerte un proceso de trascendencia para Chile. Muere al cumplir exactamente un año en su cargo. Cuando la República se vio amenazada y vivió horas graves para su régimen institucional, respondió, sin dudar un instante, al llamado que le hiciera el Presidente Frei para que asumiera el mando del Ejército. El Presidente llamó a su amigo, porque sabía que en él encontraría la respuesta de un hombre cabal, que no descansaría hasta restablecer la confianza y la tranquilidad que Chile reclamaba. Por instrucciones expresas del Presidente de la República, y después de los acontecimientos ocurridos, consideramos necesario recorrer, una por una, todas las Guarniciones de Chile. Allí pude escuchar y participar en el diálogo que abrió el Comandante en Jefe con Oficiales y Clases, para entregarles una doctrina y una orientación, que hiciera inconmovible la línea de conducta de nuestro Ejército. Y pude apreciar cómo sus pala- bras, sus ideas tan claras, orientaban y afirmaban el espíritu de la Institución. Cumplo con el encargo expreso del Presidente de la República, al señalar en esta hora, la colaboración leal e inestimable que el General Schneider le prestó en todo momento, en la tarea ineludible de un Gobernante de conducir a su país por los cauces de la democracia. El General Schneider fue mucho más que un militar de sobresalientes condiciones personales y de brillante carrera profesional. Por su vida y por su muerte, es un símbolo de lo mejor y lo más puro que un hombre puede entregar a la Institución a la que consagra su existencia; a las Fuerzas Armadas, por cuyo progreso no escatimó esfuerzos; y a su Patria, por la que llega al sacrificio de su propia vida. Porque así era el General Schneider: de fuerte y definida personalidad, sencillo en su conducta y parco en su juicio. De convicciones sólidas y profundas, de exquisita cultura, reflejaba en sus actos su espíritu superior. Parece que Dios cuando quiere escoger una víctima en un hombre de su pueblo escogiera al hombre de corazón más puro. Para el Ejército de Chile este sacrificio de Schneider es un símbolo, porque difícilmente una Institución pudiera estar mejor retratada que en este hombre y en este General. Con su muerte han pretendido destruir ese símbolo, olvidando que la muerte respeta y deja vivo lo que una existencia como la del General ISchneider ha tenido de noble y verdadero. Esto jamás podrá ser destruido. Homenaje al General Rene Schneider Chereau El sacrificio de su vida deberá constituirse en un cerco infranqueable, para que en Chile jamás pueda volver a suceder un hecho tan atroz y afrentoso. Este es el ruego que brota del corazón de todos los chilenos. En la historia de estos últimos años no podrá jamás olvidarse el ejemplo dado por el militar de selección que ofrendó su vida, mártir de la democracia y de su devoción a los principios institucionales. Excúsenme si agrego a estas palabras un testimonio personal. Raras veces ocurre en la vida que, entre hombres venidos de actividades distintas, nazca, en apenas un año de tarea común, una amistad tan profunda como sincera. Hicimos muchas jornadas juntos; lo conocí en su nobleza de hombre, de soldado, de esposo y de padre. Compartimos inquietudes y también alegrías. Nada fue oculto entre nosotros. Su alma transparente, siempre luminosa, era como acercarse a una fuente inagotable de los más puros valores. Lo digo con honor y con orgullo: Rene Schneider, General de la 101 República y Comandante en Jefe del Ejército de Chile, era mi amigo; me dio su ejemplo de vida, rectitud, solidez y fortaleza. Fundó su casa sobre roca; nada de lo que hizo en su existencia tan plena puede, por lo tanto, ser removido. Llegue a las Instituciones Armadas y en especial al Ejército, la expresión de dolor del Presidente Freí y de su Gobierno, que expresa el dolor de Chile. A la compañera de su vida, a sus hijos y familiares, nuestros sentimientos de pesar. Pedimos al Dios del Universo que mitigue para ellos esta dura prueba y les permita levantar los ojos a lo Alto, allí donde está el General Schneider, para seguir su ejemplo que vivifica. "Las almas de los justos están en las manos de Dios. Parecen haber muerto y su partida es reputada por desdicha". "No nos aflijamos como los demás que carecen de esperanza. Dios tomará consigo a los que se durmieron en él". (Libro de la Sabiduría. Cap. 3vers. 1-3. 1* Epístola de San Pablo a los Tesalonicenses. Cap. 4 vers. 13). El Comandante en Jefe del Ejército, Suplente, General de División Carlos Prats G., despide los restos del General Schneider en el Cementerio General. Despedida al Comandante en Jefe del Ejército General Don René Schneider Chereau (Q. E. P. D. ) por el General de División Carlos Prats González, Comandante en Jefe del Ejército, Suplente. E corresponde el doloroso deber de despedir, en representación del Ejército de Chile, los restos mortales del gran hombre que, hasta el día de ayer, fuera nuestro Comandante en Jefe. Pero, también se me ha asignado el alto honor de expresar el sentimiento de pesar que conmueve a la Armada Nacional, a la Fuerza Aérea de Chile, a Carabineros de Chile y a todas las organizaciones del personal en retiro de las cuatro Instituciones uniformadas del país. He aquí el primer fruto del holocausto de un soldado integérrimo. Un impulso espontáneo, recíproco y vigoroso ha consolidado —súbita e indestructiblemente— la cohesión de las Fuerzas Armadas y de Orden de la República, en este momento histórico, en que Chile enfrenta una encrucijada de su destino que lo obliga a optar sólo entre dos alternativas dinámicas para la realización nacional; la de la violencia trastrocadora o la del sacrificio solidario. Ante el alevoso asesinato del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, que ha estremecido al país entero, los chilenos se han arrodillado contritos, para elevar sus plegarias al cielo, en un anhelo supremo de que vuelva la cordura a los espíritus y de que impere la concordia ciudadana, para que no desintegremos la comunidad nacional y marchemos adelante en genuina democracia, optando por la ruta constructiva del sacrificio solidario. El General de Ejército Dn. René Schneider Chereau, nacido en Concepción hace 57 años, tuvo una carrera militar brillante y ejemplar. Homenaje al General René Schneider Chereau Egresó de la Escuela Militar a fines de 1932 con parches rojos de Infantería y, como oficial subalterno, sirvió en los Regimientos Buin, Esmeralda y Maipo, así como en la Escuela de Infantería y en la Escuela Militar. Se graduó de Oficial de Estado Mayor a fines de 1949 y su nombre quedó inscrito en el Cuadro de Honor de la Academia de Guerra. Ya en la categoría de Jefe, se desempeñó como Profesor de Táctica en ese Alto Instituto durante varios años y realizó una brillante labor de mando como Comandante del Regimiento "Guardia Vieja". Como Oficial Superior, fue Agregado Militar a la Embajada de Chile en Paraguay; Secretario General del Comandante en Jefe del Ejército; Director de la Escuela Militar, y Director de Operaciones del Estado Mayor General del Ejército. Ascendió a General de Brigada en 1968 y comandó la II. D. E. con asiento en ¡Santiago y la V. D. E. con asiento en Punta Arenas. Hace justamente un año fue designado Comandante en Jefe del Ejército en circunstancias extremadamente difíciles de la vida de la Institución y, desde ese mismo instante se entregó por entero a la abrumadora tarea que se impuso, de cohesionarla, reafirmar su disciplina y formar sólida conciencia doctrinaria del papel trascendental que compete a una Institución Armada en el libre juego de una democracia. Gracias a su hombría de bien, a su moralidad ejemplar, a su auténtica sobriedad, a su buen juicio y a la solidez de su cultura personal y preparación profesional, 103 resultó triunfador en la ardua empresa, afrontando con dignidad y altivez muchos ataques e incomprensiones. El ascendiente de mando y el merecido prestigio que conquistó entre sus subalternos fueron piezas claves para garantizar el respeto a la Constitución Política del Estado en las difíciles alternativas del proceso electoral; pero, a la vez, esos mismos atributos le condujeron fatalmente a la inmolación de su vida. El jueves 22 3e este mes, 48 horas antes de que se completara el ciclo Constitucional de la elección de un nuevo Gobierno, fue acribillado a balazos, en los momentos en que —como de costumbre— se dirigía muy temprano a su gabinete de trabajo. Su fortaleza física mantenida por su vida austera, la resuelta acción del conductor militar de su vehículo unida a la reconfortante abnegación y eficiencia de los cirujanos militares, le permitió sobrevivir, aunque en estado agónico. Sin embargo, pese a su estado fisiológico de inconciencia en la Sala de Recuperación del Hospital Militar, su espíritu superior permaneció vigilante y orientador, para que sus subalternos —sobreponiéndonos a la indignación y al dolor— nos mantuviéramos serenos e imperturbables en la línea doctrinaria que él, con tanta firmeza y convicción, preconizó en todas las guarniciones del país. Y ese espíritu del pundonoroso soldado sólo descansó después de haber sentido la certeza de que el Congreso Pleno había cerrado el ciclo electoral. La muerte trágica del General Schneider —casi al cumplir 40 años de servicios en el Ejército— 104 MEMORIAL DEL EJERCITO ha consternado a las Fuerzas Armadas, a Carabineros de Chile y al personal en retiro, y nuestra indignación —ante un crimen tan vejatorio para Instituciones que son el cimiento de la República— sólo podrá calmarse cuando los culpables reciban el castigo ejemplarizador que se merecen. El General Schneider es un héroe de la paz social y un mártir de nuestra democracia. Tan legítima calificación justifica plenamente que el pueblo de Chile, honre eternamente su memoria e ins- criba su nombre con rasgos indelebles en las páginas de nuestra historia patria contemporánea. Expresamos a su distinguida y atribulada familia nuestras condolencias más sentidas; y, al noble conductor que perdimos, les hacemos llegar esta oración: ¡ Mi General, desde su eterno descanso, siga iluminándonos e inspirándonos, para el más puro cumplimiento de nuestros deberes militares! ¡Querido amigo René, descansa en paz! "Ejemplo para el País y sus compañeros de Armas" DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL SENADO DON TOMAS PABLO ELORZA Señores: Un viento, que no era de angustia como el que hoy recorre la patria de desierto a hielo, de litoral a cordillera, infló de esperanzas los albos velámenes de barcos que trajeron a nuestros océanos australes a heroicos navegantes que, hace ya muchos años, abrieron la flor de Chile, la "Finis Terrae" hecha de nieve y tempestad, de sol y de mares ilimitados, más tarde también de libertades no conculcadas. Presidente del Senado señor Tomás Pablo Elorza. Homenaje al General René Schneider Chereau Así fue Chile, así es Chile, así será Chile. Tierra intrépida, amasijo de culturas, atalaya del hombre libre, recodo de tantos caminos, país de rincones donde descansan esfuerzos y anhelos; Chile, más allá de su territorio geográfico y del denso puñado de seres que lo habitan, constituye una nación en marcha, una república en forma, una patria con perfil definido que se dibuja en el trazo firme de la ley, de la institucionalidad democrática. Sí, señores, dentro del contexto latinoamericano, somos distintos y somos distantes. Diferentes, porque constituimos una raza homogénea en lo étnico-cultural, y lejanos, porque practicamos, desde hace un siglo largamente sobrepasado, una democracia sin dobleces, sin penumbras, a plena luz, donde el pueblo, todo el pueblo, es actor de su destino y sujeto de su historia. Independientes y libres, el orden jurídico y la devoción irrestricta a la ley han posibilitado que, por esa vía, procuremos con denuedo alcanzar el más ancho desarrollo colectivo, dentro de una provechosa convivencia democrática. Ello, ciertamente, nos ha exhibido en América como un país de rara continuidad legal, donde las más profundas reformas sociales, políticas y económicas se buscan y se materializan en un clima positivo de comprensión y de serenidad. Ha habido y hay respeto entre discrepantes y, por eso, la persecución y la venganza políticas sólo exhibían, hasta ayer, dos nombres tan trágicos como enaltecidos por la historia: los de Ma- 105 Rodríguez y Diego Portales, asesinados por móviles políticos, lo que hace más repugnante la tragedia que hoy lamentamos. Como dijera un connotado historiador nuestro "los esfuerzos del egoísmo por detener el curso de las legítimas transformaciones y los del odio por empujarles por la pendiente de la violencia, se han estrellado frente a un muro inconmovible. Se ha caminado más rápidamente de lo que creen los demagogos y de lo que desean los retrógrados". Tal ha sido nuestro desenvolvimiento histórico, y tal lo será en el futuro, porque, para ser libres, sabemos que es preciso ser respetuosos de la ley, de la Carta Fundamental, del Estado de Derecho. Y esa ley, esa Carta Fundamental y ese Estado de Derecho, tan consubstanciales al alma del chileno, no sólo se los defiende con el pleno y periódico ejercicio de las potestades y deberes democráticos, sino que, cuando se los pretende aherrojar, se alza la espada para proteger su plena y legítima vigencia. De esta manera, contrariamente a lo que ocurre en otros países, la soberanía nacional, representada en el Parlamento que libremente legisla y fiscaliza, está amparada por los cuerpos armados, custodios sin impaciencias de nuestro sistema democrático de gobierno. Por defender esta tradición tan limpia y tan honrosa, por ser consecuente con una doctrina hecha carne en los Institutos Armados, por practicarla en su ejemplar vida cívica y profesional y por exponerla públicamente, sin asomo de duda, en horas muy difíciles 106 MEMORIAL DEL EJERCITO para la patria, el General don René Schneider ha caído abatido por quienes, en insania repudiable, intentaron que este militar irreprochable, cuya muerte hoy todos deploramos, pusiese su espada inmaculada al servicio de la subversión, de la quiebra del régimen democrático, del desconocimiento de la autoridad del Congreso y de la abrogación de la norma constitucional. Ignoraban lo que en él era precepto irrenunciable de su sólida formación castrense, pasión señera de su alma de soldado: los militares, en Chile, están al servicio de la ley, cualesquiera que sean las circunstancias que viva la república, porque sólo de ella pueden derivar el progreso y el bienestar para la comunidad nacional, sea ella regida por el signo político que fuere. Dentro de los inflexibles marcos de esta superior escuela de patriotismo, a la que fue fiel con su personal sacrificio, el General don René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército de Chile, observó una conducta que es ejemplo para el país y para sus colegas de armas. Por ello, hoy, el pueblo todo, sin distinciones ni ausencias, le rinde el justiciero tributo que acompaña a quienes, por un principio y por un ideal, no vacilan en arriesgar sus propias vidas, seguros de que, al hacerlo, fueron consecuentes consigo mismos, pero también lo fueron con una dimensión humana que es paradigma para sus conciudadanos de este tiempo y de todos los tiempos que vendrán. Con su vida, con su sobresaliente vida de militar y chileno eminente, el General Schneider, que incorpora su nombre a las glorias del Ejército, ha sellado un destino ya histórico para nuestras Fuerzas Armadas; en defensa de la Constitución y de la ley, y no en su atropello, como sucede en otras latitudes, se debe arriesgar la existencia, a fin de que esa Constitución y esa ley sean, para el pueblo, cimientos muy firmes de su libertad, de su poder de decisión y de su avance irreversible. Por eso, porque así lo ha comprendido la ciudadanía toda, sin distinciones ideológicas, el General Schneider ha recibido el homenaje colectivo, expresado con un dolor que no se oculta y con una admiración que no se soslaya. Hombre de armas por inabdicable ímpetu vocacional, en cuya trayectoria brillante conquistó todos los ascensos hasta culminar con el Generalato en Jefe del Ejército, don René Schneider era, además, un humanista, un ser de fina y alerta sensibilidad, que, cuando el tiempo se lo permitía, avecindaba su espíritu junto al campo de la plástica, de la música, del pensamiento, de la literatura. Fue pintor ocasional y, asimismo, lector impenitente, de modo que las inquietudes contemporáneas no le fueron ajenas, porque creía con Ortega y Gasset en aquello del "hombre y sus circunstancias". De esta manera, atrájole con pasión, la nueva novelística latinoamericana, y las obras de Cortázar, Vargas Llosa o García Márquez no eran extranjeras en su territorio espiritual, como tampoco lo fueron las de nuestros escritores o ensayistas. Todo ello vivía y convivía en el trasiego de su alma de soldado, que supo y pudo ir más allá. Homenaje al General René Schneider Chereau Y tanto, que hoy, prematuramente, debe estar junto a las de aquellos que el Creador, por sus existencias tan noblemente vividas, les ha otorgado el premio de una paz y de una felicidad que no tendrán término. Señores: En nombre del Senado de la República, donde el pueblo logra su auténtica representación pluralista, donde nace el precepto jurídico, donde la opinión pública dispone de su más alta tribuna y donde la democracia liga su vida misma a su normal subsistencia, rindo nuestro más sentido y emocionado homenaje a la memoria del General don René Schneider Chereau, 107 un soldado ilustre, que lo fue de armas, pero también lo fue de la Constitución y de la ley, cuya vida ejemplar y cuya muerte constituyen un compromiso solemne y un mandato irrevocable para las Fuerzas Armadas de Chile, como defensoras insobornables de la libertad, del derecho y de la democracia. A su esposa vayan nuestros sentimientos de hondo pesar, y a sus hijos, que se inician en el áspero camino de vivir con dignidad, el ejemplo de su progenitor, que debe fortalecerlos en sus anhelos y esperanzas. He dicho. DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CAMARA DE DIPUTADOS DON JORGE IBAÑEZ VERGARA Discurso del Presidente de la Cámara de Diputados señor Jorge Ibáñez Vergara. Excmo. señor Presidente de la República. Señor Presidente Electo. Sra. Elisa Arce viuda de Schneider. Señor Ministro de Defensa Nacional. Señor Comandante en Jefe del Ejército. Señores Comandantes en Jefe de la Armada y la Fuerza Aérea. Señor Presidente del Senado. Señores: L OS hechos son más tajantes que las palabras. La realidad es más patética que una frase. Por eso, parque estos hechos y esta realidad nos superan, mis palabras serán muy pocas, apenas tal 108 MEMORIAL DEL EJERCITO vez las necesarias, las estrictamen- Schneider nos iluminará y nos perte justas para testimoniar mi do- mitirá estar más unidos. Y de la lor personal y el de la Cámara de interrogante surge una decisión, Diputados de Chile ante el desapa- yo diría nacional, masiva, popular: recimiento del señor Comandante el martirio de este ilustre General, en Jefe del Ejército, General don de este hombre firme y bondadoso, René Schneider Chereau. de férrea voluntad y sensibilidad La muerte de este noble militar abierta, ese General querido y reschileno revive para el país otros petado por sus compañeros de armomentos dramáticos de su histo- mas, querido y respetado por el ria, en que hombres como él sacri- pueblo, nos lleva a aquella decisión. ficaron sus vidas en defensa de los Lucharemos con todas nuestras intereses y los valores supremos de fuerzas, con toda nuestra voluntad la nacionalidad. Tiende también so- y todas nuestras capacidades, para bre nosotros una interrogante y que cristalicen los valores conforuna decisión. La primera se refiere me a los cuales vivió y soñó el Gea las raíces de ese crimen delezna- neral caído. Que ellos adquieran ble. Quienes segaron su vida re- una proyección colectiva. Haremos presentaron en su acción la grave que su memoria permanezca viva enfermedad que corroe la mente y en el corazón de los chilenos, como la moral de algunos sectores mino- símbolo de unión nacional, como ritarios del país. Su invalidez espi- expresión de respeto cívico, de caritual, su ceguera, les empujó a lidad humana, integridad profesiodestruir lo más puro e inmaculado, nal y dignidad social. Al asesinartodo aquello que encarnaba y en- lo, los criminales han hecho nacer carna el General Schneider. Al des- a un General SGhneider más fuerte, más alto, más presente, más intruirlo, se buscó mutilar ciertos valores permanentes de la Patria, destructible: el que todo un pueblo ciertos rasgos que nos distinguen lleva adentro. y que son, precisamente, los que que recordar el sereno lepermiten el constante perfecciona- maHabría que lucía escudo de armiento en la vida de nuestros con- mas don Pedroen desu Valdivia: ciudadanos y de nuestras Institu- MUERTE MENOS TEMIDA, "LA DA ciones. Cabría interrogarse acerca VIDA". del sentido que daremos los chile- MAS A usted, señor General don Renos a este dolor profundo; pregunSchneider Chereau, que no tetarse en torno a cómo orientare- né mió la muerte, le corresponde, mos nuestra pena y nuestra indig- ahoraa que su vida nos pertenece a nación; plantearse si el sacrificio todos, juzgar si somos dignos de su heroico del General don René ejemplo. Dio su vida en defensa de principios institucionales" Discurso del General (R) Jorge Rodríguez A. General de Brigada (R) Jorge Rodríguez Anguita, despide en nombre de los compañeros del Curso Militar 1932 al señor General Schneider. E N nombre de la promoción del curso militar de 1932 habló el General (R) Jorge Rodríguez Anguita. Manifestó: "No repuestos aún del terrible impacto que ha producido en todos los ámbitos de la ciudadanía chilena y solidaridad intercontinental el trágico fallecimiento de nuestro querido e inolvidable compañero de curso, General de Ejército René Schneider Chereau, llegamos hasta este Campo Santo, junto a todo Chile, en penosa peregrinación, los integrantes de la promoción del Curso Militar del año 1932, profundamente conmovidos ante la tragedia, ante la muerte cruel, ante la injusticia que significa el segamiento de una vida que tenía derecho a continuarse más que ninguna otra, a fin de seguir iluminando con las luces de su privilegiada capacidad y eficiencia profesional, ponderación y criterio, la marcha institucional en el cumplimiento de las misiones fundamentales que la Constitución consagra al Ejército como uno de los integrantes de las Fuerzas Armadas. Distinguidas autoridades, señoras y señores: 110 MEMORIAL DEL EJERCITO Los hombres que desde la iniciación de sus vidas y vocaciones profesionales están llamados sabiamente por el destino a convertirse en conductores indiscutibles de las profesiones que abrazaron desde la adolescencia, van demostrando en cada una de las etapas de sus vidas, condiciones extraordinarias que los van ubicando paulatinamente en esperanzas en su juventud, rendimiento y eficiencia en la madurez y en realización ejemplar, cuando en virtud de los méritos exhibidos, llegan a los puestos de más responsabilidad de sus Instituciones. La verdad que afirmamos representa la vida militar del compañero de curso, General René Schneider, que hoy tengo en su representación, el penoso deber de despedir en este Campo Santo. Empezamos a conocerlo en el año 1930, cuando adolescente aún, traspasara los muros del viejo alcázar de Blanco Encalada para abrazar la carrera de su preferencia y de sus amores juveniles. Poco a poco y en el inmutable correr del tiempo que significa el paso por todas las jerarquías de la carrera fuimos siendo testigos de su vocación profesional tan pura, de su indiscutida capacidad y eficiencia, de su agradable, franco y fraternal modo de ser y actuar, atributos todos que le fueron destacando como cadete, alférez, oficial y Jefe de selección y que le permitieron con toda propiedad alcanzar el más alto grado del Escalafón de Oficiales y que la Institución reserva para sus jefes de más reconocida capacidad. Por razones de carrera, tuve el honor inmenso, a través de una vida profesional muy ligada, conocer ínti- mamente a René Schneider, apreciar sus virtudes profesionales, admirar y respetar su profunda calidad humana, que desbordó generosa y permanente en todos los actos de su vida. Es por eso que al hablar en el triste momento de su despedida, ante los restos mortales del querido compañero inmolado en un alevoso crimen que todo el país y el mundo condenan como incalificable, séame permitido realzar algunos aspectos de su ejemplar vida profesional, que lo señalan como un símbolo institucional, como un héroe de paz de Chile, como figura señera que iluminará permanentemente el camino a seguir por las generaciones de oficiales de hoy y futuras. Recordamos en estos momentos con especial emoción: —Al profesor de la Academia de Guerra, durante tantos años y donde la clarividencia de sus privilegiadas condiciones profesionales y humanas contribuyeron tangiblemente a la formación del mando medio y superior que hoy rige los destinos de la Institución. —Al Director de la Escuela Militar, Instituto en el cual, al igual que en la Academia de Guerra, contribuyera con las luces de su experiencia, a la formación de los futuros oficiales del Ejército de Chile. —Al General de Brigada de destacada actuación en los comandos de la II y V. D. E. y Consejos de generales, donde diera a conocer más que nada su relevante personalidad, ponderado criterio, comprensión profunda de los altos y delicados problemas de la Defensa Nacional y de la conducción particular de la Institución. Homenaje al General René Schneider Chereau —Al Comandante en Jefe del Ejército, alta jerarquía y puesto en el que demostró con la capacidad que el país entero reconoce su fortaleza de carácter y condiciones de mando. —Al compañero ejemplar que sin ostentación alguna hizo el bien y derramó en forma generosa su comprensión y afecto. —Al padre y esposo ejemplar, en cuyo hogar junto a Elisa e hijos se ha alzado siempre un santuario de paz, cariño y unión familiar. Señores: Esta vida tan fructífera en calidad humana, que tenía todo el derecho a continuar proyectándose para bien del Ejército y de Chile, ha sido alevosamente inmolada por causas de odios que representan justamente la antítesis de los sentimientos de paz, comprensión y convivencia fraternal del compañero caído. Es por eso que en los momentos en que René Schneider con su sacrificio pasa los umbrales de la inmortalidad como un genuino héroe de paz del Ejército de Chile, envuelto en los pliegues de la bandera de la Patria, de esa bandera que nuestro dilecto compañero amó sobre todas las cosas en su santa devoción a Chile y a su Institución, la promoción del Curso Militar del año 1932, rinde su póstumo y merecido homenaje de admiración, respeto y comprensión al compañero caído, el que en un gesto de sublime patriotismo ofrendó su preciosa y necesaria vida en defensa de los más caros y sanos principios institucionales, cual es el "cumplimiento estricto de los deberes que señala a las Fuerzas Armadas la Constitución de la República". 111 Con especial afecto y emoción, hacemos llegar a Elisa, la digna compañera de su vida, sus hijos y familiares y a todos nuestros compañeros en servicio activo, las expresiones de nuestro sincero pesar y dolor ante la irreparable pérdida del esposo y padre ejemplar y del Comandante Institucional tan respetado. Querido compañero René: Al despedir tus restos nos queda solamente rogar al Supremo Hacedor que la inmolación de tu fructífera vida sirva para unir a todos los chilenos en un sentimiento permanente de comprensión y paz, pensamiento que fueron siempre tu Norte y el más caro de tus anhelos. Querido compañero de curso, General de Ejército René Schneider Chereau, descansa en paz". MISA EN ESPAÑA MADRID, 29 (EFE). —En memoria del General René Schneider, Comandante en Jefe que fue del Ejército chileno, fue oficiada esta mañana, en la iglesia parroquial del Santo Cristo de la Salud, una misa funeral, que había sido organizada por la Embajada de Chile en Madrid. Terminada la misa, los asistentes reiteraron al Embajador Sepúlveda Garcés las más sinceras condolencias por la muerte del General Schneider, muerto en las primeras horas del pasado día 25 a consecuencias de las graves heridas sufridas en el atentado de que fue objeto por un grupo de terroristas el día 22 del actual. EJERCITO DE CHILE COMANDO EN JEFE ORDENES DEL COMANDO EN JEFE Saludo Com. Jefe Ejto. A. G. Nº 405-17/204. —Santiago, 27. X. 1970. Visto lo dispuesto en el Decreto Supremo (R) S, 1 Nº 253 de 26. X 1970, con esta fecha asumo el Mando en Jefe del Ejército, en propiedad. En este momento tan trascendental, junto con saludar en forma muy especial a cada uno de los componentes de la Institución, les expreso muy sentidamente, que tengo la convicción más absoluta de que —en la más estrecha cohesión institucional— todos sabrán continuar, como un justo homenaje a la memoria de mi antecesor, cumpliendo con abnegación y alto sentido profesional los deberes y obligaciones que han contraído, tanto con el Ejército como con la Patria. Carlos Prats González, General de Ejército, Comandante en Jefe. S. 2. Nº 12112. —Santiago, 29. X. 1970—Publíquese en el Boletín Oficial del Ejto. Anótese. — Por el Ministro. — Carlos Gardeweg C, Subsecretario de Guerra. Boletín Oficial Nº 44, de 2 de noviembre de 1970. REPUBLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO Publicación Oficial. LEGISLATURA 311ª, EXTRAORDINARIA. Sesión 17ª, en martes 27 de octubre de 1970. Especial. PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES TOMAS PABLO ELORZA, PRESIDENTE, Y ALEJANDRO NOEMI HUERTA, VICEPRESIDENTE. SECRETARIO, EL SEÑOR PELAGIO FIGUEROA TORO. ORDEN DEL DIA: Homenaje a la memoria del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau. V. ORDEN DEL DIA. El señor PABLO (Presidente). —Tiene la palabra el Honorable señor Teitelboim. El señor TEITELBOIM. — Honorable Senado: Seamos agradecidos quienes en horas estremecidas por grandes cambios contemplamos ejemplos que no se olvidarán jamás, la gloria de los muertos que viven. Honremos los espíritus que vuelan alto en la hora, no de la degradación de un pueblo ni de la caída de una nación, sino de un pequeño grupo crepuscular, porque para el pueblo hay hoy una 116 MEMORIAL DEL EJERCITO aurora y para la nación, una esperanza y una certidumbre. A pesar de que René Schneider Chereau está ya bajo la inexorable sombra, es de esos hombres que hablan para el mundo largamente y siguen defendiendo a su patria, a su pueblo, a nuestra democracia más allá de la muerte. Se ha hecho carne, símbolo, imagen y perfil señero de la historia. Los niños habrán de aprender mañana en sus aulas la lección ejemplar de este soldado que no ganó gloria en los campos de batalla, sino que se convirtió en arquetipo del hombre de armas que prefiere morir antes que violar la Constitución y la ley. Las oraciones catedralicias, las bandas que ayer tocaron en su honor aires de despedida, los oficiales, los soldados, el pueblo inmenso como la humanidad que en las calles desbordantes saludó al armón cubierto y el sitio vacío, el caballo sin jinete, expresan el sentimiento, la reacción dolorida y airada de un país frente a una enorme tragedia histórica y a un crimen desconocido en los anales chilenos. La conspiración y la muerte Pero, en medio de la angustia, nadie se engañe. Ese hombre justo no murió fulminado por el rayo del azar, ni siquiera por la furia homicida causal de unos locos. Pereció por obra de una conspiración diabólica dirigida no sólo contra él, sino contra el Ejército, las Fuerzas Armadas, el pueblo, el régimen democrático, la Constitución y el país. La conjura viene desde atrás. Pero la noche del 4 de septiembre, después que la ciudadanía definió su veredicto en las urnas, un grupo que adora al Becerro de Oro por sobre Dios, la Patria, la ley y el hombre, decidió impedir la llegada a La Moneda de Salvador Allende, a través de todos los medios, aunque ellos fueran el pánico financiero, la psicosis colectiva y la invocación simoníaca de los nombres santos. Las noches santiaguinas temblaron con la explosión de sus bombas. La plata de muchas arcas, la pasión destructiva de los que prefieren que el país se hunda a cambio de que se mantenga a flote el barco de sus cuarenta denarios, se puso en movimiento para asesinar al candidato triunfante, quien advirtió repetidamente al país respecto de los planes ruines que se tramaban en la penumbra de los salones enfurecidos. Corrió una lista larga de condenados por la mafia. No faltaban en ella los generales de la República. Desataron una lluvia de anónimos, en que la cobardía se mezcló a la infamia, a la amenaza y a las plumas blancas. El objetivo del secuestro Los conspiradores confiaron en que la Democracia Cristiana se les uniría. Fracasaron. Luego cifraron una última, desesperada e innoble expectativa en que las Fuerzas Armadas, abjurando su honor profesional, su estricto respeto a las normas constitucionales, abandonarían sus cuarteles para convertirse en guardia pretoriana de Homenaje al General René Schneider Chereau pequeños y codiciosos imperios, de los tesoros, de los rencores y de los crímenes de los conjurados. Cuando toda esa planificación tan siniestra como minuciosa, tan extraña a nuestras costumbres políticas, y aun a las prácticas habituales del delito criollo, falló, entonces, exactamente cincuenta horas antes de la reunión del Congreso Pleno que debía consagrar como Presidente de Chile a Salvador Allende, pusieron en marcha el dispositivo final: raptar al General en Jefe del Ejército y anunciar al país —tenían preparado hasta el texto sedicioso— que sería ejecutado si el 24 de octubre se proclamaba a Allende. La resistencia viril del hombre sin miedo, del militar sin tacha, el General Schneider, desbarató el secuestro. Pagó un precio terrible, su vida, para librar al país de la catástrofe. Una coraza resistente a todas las balas De este modo entró en el mundo de las oscuridades infinitas y de los más largos e interminables silencios, pero irradiando claridades inmortales y hablando para siempre a sus compañeros de armas que ayer, llevando su pena hasta el confín de los grandes sufrimientos, tocaron por él un viejo himno melancólico: "Yo tenía un camarada". Pero, a la vez, Schneider deja una herencia civil, una página ejemplar ligada a todo un pueblo. Y cuando desde la sombra definitiva un hombre sigue inspirando lecciones, quiere decir que su nom- 117 bre se salvó del olvido, que su vida moral siempre recomienza, que carga sobre su pecho una coraza de soldado leal, resistente a todas las balas de este mundo, a todas las conspiraciones de la tierra. Se ha dicho que los asesinos no sólo cometieron el crimen del siglo, nefando y horrible. Incurrieron, además, en un error, tal vez el más garrafal que se haya cometido en la historia por un puñado de enloquecidos y alzados ante el triunfo popular del 4 de septiembre. Y, ¡oh, paradoja ciega y sanguinaria! Se ensañaron con un hombre que jamás fue político, que nunca tuvo filiación partidista, porque no tuvo más disciplina que la del Ejército, más norma cívica que la Constitución y la ley, más filosofía que la patria y el hombre, el amor al pueblo y a la belleza. Pero, precisamente, esa fue su culpa: haber mantenido su fe en el juramento, su fidelidad a la límpida misión profesional del uniformado, ajena a las tinieblas de los mortíferos acuerdos nocturnos y a los aquelarres de los complots, de los que organizan y practican la traición para implantar la tiranía y para ello se unen no con Dios, sino con el diablo, dentro de las fronteras y fuera de ellas. Símbolo y ecuación René Schneider fue el símbolo puro de las Fuerzas Armadas chilenas; la ecuación exacta, el exponente humano más representativo de un pensamiento común y gene- 118 MEMORIAL DEL EJERCITO ralizado de adhesión estricta a su papel militar. Por lo tanto, al suprimirlo, los homicidas erraron una vez más en sus cálculos criminales y descabellados, porque jefes, oficiales y tropa, todos ellos, las tres Armas, comparten su ideario institucional. Ellas son el brazo armado de Chile, los centinelas de las fronteras, los hombres que siendo entraña de pueblo, no emergieron de él para sojuzgarlo, sino para servir la majestad de un derecho que no debe ni puede ser exceptuado cuando ese mismo pueblo llega al poder. Acaba de entrar por la puerta grande al recinto iluminado de la historia un hombre ensangrentado, pero tan limpio como el rojo, el blanco y el azul de la bandera. Ella cubrió su vida desde muchacho y ella cubrió también su urna ayer, cuando salió de la Escuela Militar rumbo a la Catedral, al camposanto. A su paso estuvo el pueblo, los trabajadores, las mujeres conmovidas con sus niños en brazos, porque las madres querían que sus hijos pequeños dieran la despedida al héroe, del cual seguirán hablando con reverencia las generaciones. Su camino, que en vida no fue simple, en la hora de su muerte se hizo un camino de rosas, deshojadas por las manos del amor y del respeto de humildes mujeres anónimas. Su corazón firme de soldado, que tanta pelea le hizo a la muerte, sus ojos delicados de pintor de domingo, que amó los perfiles cambiantes y los matices fugaces de la luz, hubiesen sentido el goce de las flores caídas si estuvieran abiertos. Están cerrados para la eternidad, aunque en el momento mismo de la clausura de sus párpados comenzó la leyenda. Empezó a nacer y a crecer en el alma del pueblo una estatua, el monumento no al soldado desconocido, sino al soldado conocido, que se llamó y se llamará por los tiempos de los tiempos René Schneider Chereau, imagen cristalina de una vocación heroica que pone su vida y su muerte al servicio del pueblo y de la nación. Llegar hasta la raíz de la conjura Están ya establecidos en lo fundamental el origen, los móviles, los autores, cómplices, encubridores e instigadores del complot destinado a derribar el régimen democrático chileno y que mató alevosamente al General Schneider. El plan sedicioso se encuentra configurado de modo inequívoco. Pero no se trata sólo de detectar, descubrir y sancionar a los miserables infelices, a los pobres diablos mercenarios, ni siquiera exclusivamente a los "play-boys" multimillonarios, a la canalla dorada que participó en el crimen, sino de detener y castigar, conforme a todo el rigor de la ley, a los llamados "personajes claves", y de destruir, arrancar de cuajo toda la red, seguramente con muchas, extensas y altas ramificaciones, que montó el macabro atentado político que sacude a la opinión mundial, enluta a Chile y pretende ambientar en nuestro país la salvaje ley de la selva, esa que nada respeta, salvo la santidad del privilegio, el cual debe mantener- Homenaje al General René Schneider Chereau se y adorarse en el altar, aunque sea al precio de la muerte, de la sangre, aunque perezcan todos los valores humanos, aquellos que el pueblo chileno ha construido a lo largo de su existencia. El tiempo no atacará la obra del General Schneider, su vida pródiga en dones. Pero su muerte se tiende, además, como una mano fuerte y generosa para impedir que estos mismos asesinos sigan cobrando nuevos mártires. Con toda la razón de un corazón contrito y de una conciencia alerta, el Ejército dijo en las exequias del caído, por intermedio del General Prats, que su indignación "sólo podrá calmarse cuando los culpables reciban el castigo ejemplarizador que se merecen. " Todo el pueblo lo pide. Y estoy cierto de que esta vez se hará justicia rápida y enérgica. No descansaremos hasta que así sea. Sé, en primer término, la pena irremediable de su esposa, hijos y demás familiares. Sé el dolor de los chilenos. La congoja sin paralelo del Ejército, de todas las Fuerzas Armadas. A ellos, los comunistas chilenos, en esta hora de duro duelo, decimos nuestro pesar sincero. La democracia chilena ahora lo inscribe junto a los nombres de los padres patrios. Allí René Schneider tendrá su sitio en el corazón de los chilenos por los siglos de los siglos. El señor PABLO (Presidente). —Tiene la palabra el Honorable señor Jerez. El señor JEREZ. —Señores Senadores: 119 En el día de ayer, los trabajadores de toda nuestra patria detuvieron sus labores habituales durante cinco minutos para rendir homenaje silencioso, viril, emotivo y alerta a ese integrante del "pueblo con uniforme", que fuera el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General René Schneider Chereau, asesinado vilmente por la minoría de bajo y de alto rango que, muchas veces, durante nuestra historia, han manchado sus manos con sangre inocente. Ese homenaje de cientos de miles, de millones de chilenos que crean la riqueza de este pueblo es, a nuestro juicio, un homenaje que no tiene parangón; y se explica, porque el hombre, el soldado y el ciudadano René Schneider, rubricó con su propia vida el respeto al veredicto y al deseo de esos cientos de miles de chilenos que, desde todos los talleres, fábricas y regiones del agro, poco antes habían dicho sí al Gobierno del pueblo y que ahora lloraron al compañero caído por las balas asesinas de los grandes intereses de la antipatria y de intereses extranjeros. Hace más de un siglo fue Portales. En la última década del pasado siglo, Balmaceda fue obligado al suicidio por querer salvar a Chile de la voracidad del imperialismo inglés. Hoy es el General en Jefe del Ejército de O'Higgins y Carrera quien cae por defender la opinión mayoritaria del pueblo y los valores que hacen de nuestro país un raro ejemplo dentro de las demás naciones que integramos la Gran Patria Latinoamericana. ¡Es duro el aprendizaje político de los pueblos que luchan por la 120 MEMORIAL DEL EJERCITO paz, la fraternidad y la justicia! no escapa a esa visión más amplia ¡Y es difícil, por otra parte, com- y verdadera de lo real y objetivo a prender, con una visión más am- que aludí anteriormente. plia de lo aparentemente real, cuáPor eso, el honor de Chile y de les son las urdiembres que rigen nuestras Fuerzas Armadas exige los procesos de la historia y las que todos los que tienen responsacontradicciones de clases y de in- bilidad en este crimen abominatereses en el seno de las socieda- ble reciban el castigo que realdes! mente merecen. El pueblo de Chile no es vengaEn un sentido restringido de lo "real" y lo "objetivo", John Fitz- tivo, pero —es necesario recalcargerald Kennedy fue asesinado por lo en toda su plenitud— tiene un Oswald; en un sentido restringido acendrado concepto de la justicia de lo "real" y lo "objetivo", Por- y un gran afán de la verdad. tales lo fue por el Capitán Florín; El pueblo exige, no la venganza, en un sentido restringido de lo sino la simple justicia que hará "real" y lo "objetivo", Balmaceda pagar este baldón contra nuestra murió víctima de una bala dispa- nacionalidad, para honrar esa sanrada por su propia mano; en un gre viril, leal y generosa, derrasentido restringido de lo "real" y mada por uno de los mejores hilo "objetivo", René Schneider ha- jos de la patria en defensa del bría sido asesinado por alguien sin respeto a la voz mayoritaria de oficio conocido, de escasa escola- todo el pueblo chileno. ridad, al haberse resistido el GeSeñores Senadores, nuestro honeral a un rapto que impidiera al menaje a René Schneider, nuestro Parlamento elegir Presidente de verdadero homenaje, lo iniciareChile a Salvador Allende. mos con todo su vigor el día 4 de Esa clase de objetividad es la noviembre, cuando los militantes que juzgan, muchas veces, el De- del Movimiento de Acción Popurecho y los "hombres de Derecho". lar Unitaria, junto con las demás Sin embargo, hay otra visión de fuerzas populares, volquemos tola realidad; otro sentido de la ob- do nuestro esfuerzo y toda nuesjetividad, más vasto, más profun- tra voluntad para construir un do, que amplía el contexto y da la Chile del que un hombre tan caverdadera interpretación del he- bal y tan patriota como fue René cho histórico. Porque lo verdade- Schneider se habría sentido pleramente real y objetivo es que namente solidario. Balmaceda, el Presidente mártir, Y esa es la expresión concreta por tomar un solo ejemplo, fue del verdadero homenaje. Aparte asesinado por el capitalismo inglés las lágrimas y crespones, en los y sus agentes criollos. cuales no está muchas veces ajena El vil asesinato de este soldado la hipocresía, ¿qué mayor tributo de la Patria, de este verdadero podemos rendir a la memoria de hombre de Derecho, de este inte- Balmaceda que nacionalizando grante del "pueblo con uniforme", nuestra riquezas básicas? ¿Qué como fue René Schneider Chereau, mejor tributo a la memoria del Homenaje al General René Schneider Chereau soldado mártir, René Schneider, que haciendo real nuestra democracia y luchando por un Chile libre y progresista? Esto es lo auténtico, esto es lo genuino, que muchas veces las palabras quieren ocultar con la sonoridad de la elocuencia. A su señora esposa, a sus hijos, a su querida institución militar. nuestra emocionada solidaridad en el dolor. A sus camaradas, a sus amigos, que compartieron con él su patriotismo y lealtad al pueblo de Chile, el compromiso de nuestra acción. Una lección imborrable, Comandante Schneider, nos ha legado esta muerte viril que ofreciste en aras de la voluntad del pueblo; una lección triste y dolorosa, pero fuente de incalculables dones para quienes no habían comprendido todavía que las naciones se forjan con decisión, magnanimidad y hombría, no obstante querer todos que se ahorren las pérdidas humanas y sean la paz y fraternidad las herramientas de la civilización y el desarrollo. El pueblo ha reconocido de pronto que el precio de la libertad y del destino fue pagado con tal alto gesto, que sólo su esfuerzo, decisión y disciplina para la construcción de una patria digna, cancela la deuda solemne que ha contraído con su Comandante. No ha de olvidar el pueblo de Chile este gesto insigne y este romano sacrificio del General Schneider, aunque pase el tiempo y nuevas tareas ocupen el ánimo y la memoria de los ciudadanos. La oscura maldad de quienes inspiraron y realizaron la doble 121 infamia de asesinar a un guerrero ilustre y de intentar paralizar la historia de la Nación, no ha prosperado, porque la sangre sólo embellece la verdad y la justicia de las causas nobles, y no acepta ser el testimonio de la infamia, del egoísmo y la barbarie. Defender la patria cuando sea necesario y, con ella, la libertad, la auténtica democracia y la vida de su pueblo, es cosa habitual para un soldado. Pero defender la conciencia de una nación que quiere conquistar su destino de Estado moderno, progresista y justo, es un hecho raro y hermoso; más aún, cuando el precio de tan superior convicción es la vida que se entrega generosa y virilmente, un hombre de armas logra, sin duda, la fama de los hombres superiores. Comandante, nuestros soldados aprenden con tu muerte que pueden ser grandes y justas algunas páginas de la historia de la guerra, pero que mayor y más bella es la gloria de la paz, de la pacífica construcción de una patria que haga justicia a los desposeídos, es decir, el momento en que civiles y militares se unen para el mismo esfuerzo y la misma creación; que Chile empieza a nacer de nuevo, bajo el signo de una voluntad rigurosa que quiere, con decisión y grandeza, un presente y un futuro libre y fraterno para sus hijos; que apoya su poder en la ciencia y en la justicia, en la educación y en el progreso, en las artes y en la industria, en las armas y en las letras; que quiere ser Chile en la historia y en la tierra, con un noble Presidente y un noble guerre- 122 MEMORIAL DEL EJERCITO ro hermanados ahora en un pacto de honor, que suscriben los hombres y las mujeres, los niños y los mayores, conmovidos por ti, General Schneider, que serás llamado en adelante, con orgullo, Comandante de la Nueva Patria. Ojalá, entonces, que tu nombre sea invocado como símbolo de la tarea que habremos de emprender juntos. Tarea difícil, que tu sacrificio torna impostergable y solemne, porque con tu decisión para la muerte y con tu sometimiento a las leyes, nos enseñaste todavía que es el Chile legítimo, el Chile centenario, pero abierto al porvenir y al pueblo, el que nos impone la obligación de construir la Nación, con nuestra cultura, con nuestras virtudes y noblezas, que en ti, General, lograron la más pura y noble expresión, porque ahora y en los años venideros se dirá en miles de escuelas y en los libros de nuestra historia, que el General Schneider murió por dar cumplimiento a las leyes que consagraron la voluntad popular. Señor Presidente, deseo expresar que, como chileno, como integrante de la Comisión de Defensa del Senado y como militante de la Unidad Popular, junto con otros hombres que integran ese movimiento del pueblo, hemos presentado esta mañana un proyecto de ley para erigir al señor General René Schneider un monumento en el recinto de la Escuela Militar del General Bernardo O'Higgins, para ejemplo de los futuros oficiales de nuestro Ejército, o en el lugar de la patria que la gratitud y el afecto de la ciudadanía señalen. Proponemos que ese monumento sea erigido por suscripción popular, porque el General Schneider pertenece, desde ahora, a lo más preciado del patrimonio de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestro pueblo. El señor PABLO (Presidente). —En seguida, tiene la palabra el señor Aguirre Doolan. El señor AGUIRRE DOOLAN. —Señor Presidente: El Senado de la República hace un alto en la mañana de hoy en sus labores legislativas para rendir un justo y merecido homenaje al ciudadano soldado y nuevo mártir de las Fuerzas Armadas de Chile, el Comandante en Jefe del Ejército, General de División don René Schneider Chereau cuya trágica muerte ha enlutado a Chile. La recia conformación democrática de nuestra patria, que rebasa los lindes nacionales, había sido ejemplarmente demostrada una vez más en la limpia jornada del 4 de septiembre, y, con la suprema majestad de nuestras luchas políticas, que han esparcido la justa nombradía de la República en el mundo entero, el Congreso Pleno estampó otra página ejemplarizadora en nuestra historia, que el pueblo contempló y que Chile conoce. ¡Qué hermoso ejemplo para el mundo constituyeron ambas jornadas! ¡Qué timbre enorgullecedor para el espíritu de los chilenos la inmaculada solidez de nuestra democracia! ¡Y, por qué no decirlo también hoy desde esta alta tribuna, qué chilena grandeza en los gestos de los dos nobles de- Homenaje al General René Schneider Chereau rrotados en nuestra democrática contienda electoral, quienes, con generosa dignidad, reconocieron su condición de vencidos! ¡ Magistral ejemplo de una democracia singular en el concierto universal de los pueblos! Pero, en el interludio de estos hitos llenos de majestad y grandeza histórica, la tenebrosidad asesina y alevosa de la delincuencia criminal, que se creía desaparecida definitivamente de las normas de nuestra madurez cívica, se hizo presente. Y fue elegido como víctima y mártir un pundonoroso y ejemplar soldado que poseía la misma recia contextura patriótica y moral de quienes cimentaron nuestras glorias y pusieron las bases inconmovibles de la República. Esa víctima y mártir resultó ser el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General de División don René Schneider Chereau. Ingresado a la carrera de las armas por la inquebrantable fe en una respetable vocación, da curso a sus ascensos por el indiscutible mérito de sus talentos, su espíritu de estudio, su capacidad profesional, su ánimo superior, siendo llamado a las más altas jerarquías de esa señera institución, a quien está entregada la salvaguardia y la custodia de la nación. Aquella formación castrense le dio los conceptos de pundonor, rectitud, patriotismo, responsabilidad, justicia y dignidad profesional que conforman el alma de los grandes ciudadanos. Hombre íntegro, de principios insobornables, hizo de su carrera un sacerdocio; de sus normas mo- 123 rales, una permanente ejecutoria de vida. Su firme e irreversible convicción en el mantenimiento de la constitucionalidad y el respeto estricto a la ley que regula nuestra convivencia democrática, en la defensa de los derechos inalienables de la ciudadanía y del pueblo todo, le dieron la contextura de un acantilado en el que debían rebotar las ambiciones bastardas de los profesionales de la violencia, la anarquía y el caos, hasta herirlo de muerte, en forma cobarde y a mansalva, llenando de sombras y de sangre las limpias páginas del historial político de Chile. René Schneider Chereau es héroe y mártir de las batallas de la paz y de la continuidad institucional de Chile. Sus asesinos intentaron quebrar la ley, desviar y torcer el limpio consenso ciudadano; y él, como patriota y soldado ejemplar, ofreció su propia vida como muro de contención. Deja, al irse, con la gratitud emocionada de todo un pueblo, sin distingos, la ratificación inconfundible de la fortaleza incorruptible de nuestras Fuerzas Armadas, a cuya sombra ha de descansar seguro el porvenir de la patria. Y, más acá de su holocausto, hay un mensaje póstumo, una última lección al país entero: la grandeza y el porvenir de Chile sólo pueden descansar en la unidad de todos, sin odios ni rencores, sin venganzas ni querellas, en la constructiva mancomunidad que vio el genio de Rodó, en su observancia en los chilenos como "una marcha de trabajadores en la quietud solemne de la tarde. " No sólo se defiende a la patria 124 MEMORIAL. DEL EJERCITO desde las trincheras humeantes del campo de batalla. En las trincheras cívicas de la paz, el General Schneider ganó el combate más noble de su vida, como soldado y como mártir de la constitucionalidad y del derecho, defendiendo con su propia sangre los sagrados e irrenunciables intereses del pueblo de Chile. La Patria ha de colocarlo en uno de los más altos pedestales de su historia cívica. Los Senadores radicales, por mi intermedio, se asocian a este duelo de Chile y se inclinan reverentes ante un hombre como el General Schneider, que merece el respeto y la admiración del país entero y que vivirá en el recuerdo de los chilenos como símbolo y expresión de dignidad humana. El señor IBAÑEZ. —Señor Presidente, el Partido Nacional adhiere al homenaje que el Senado rinde a la momoria del señor Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, quien fue víctima de un atentado criminal que condenamos con la mayor energía y desde lo más íntimo de nuestra conciencia de chilenos y demócratas. Los pueblos necesitan a menudo vivir sucesos dolorosos que golpeen duramente su existencia y les sirvan para poner a prueba la vitalidad de sus reservas morales, que se templan más en la adversidad y el infortunio que en la tranquila contemplación de las horas felices. En estos tiempos, en que la unidad de los chilenos y su convivencia social han sido alteradas por tantos acontecimientos, la muerte del General Schneider ha removido el fondo de nuestros sentimientos y ha hecho aflorar una unánime y espontánea expresión de solidaridad en el repudio y el pesar por el crimen de que fue objeto ese hombre de nuestra patria. La ciudadanía no ha llorado, acongojada, al soldado caído en un acto de guerra, defendiendo el suelo de la patria. En tales circunstancias, los pueblos reaccionan impulsados por estímulos vehementes y apasionados, en los cuales se mezclan el heroísmo y la tragedia, la gloria y el drama de la muerte. El callado cumplimiento del deber en el anónimo afán de cada día requiere también el coraje de enfrentarse con las propias debilidades, que son los adversarios más poderosos de los hombres. El General Schneider ha caído defendiendo el principio del respeto a la constitucionalidad y la ley, que, en tiempo de paz, es la única causa que moviliza a las Fuerzas Armadas de Chile. Nuestra patria, que está situada en los confines del mundo y apartada, con natural modestia, de la espectacularidad de los hechos que conmueven a los pueblos, exhibe, no obstante, una historia rica en acontecimientos meritorios y en tradiciones de contenido ejemplar. Hemos progresado en un ambiente de paz y concordia, forjado mediante sacrificios, para superar nuestras limitaciones naturales y geográficas. En este esfuerzo han surgido dos elementos esenciales de nuestro desarrollo como nación: un régimen democrático, en Homenaje al General René Schneider Chereau el que la Constitución y la ley han sido los sostenedores del desenvolvimiento social, y la presencia de Fuerzas Armadas profesionales que han resguardado nuestra soberanía y hecho del acatamiento al sistema jurídico una norma de conducta invariable, que se ha constituido, con el paso de los años en el más firme aval de nuestras libertades y derechos. En ese régimen democrático tan amplio y abierto, que permite inclusive que quienes han predicado la violencia como forma de alcanzar el poder político y han hecho de ella su credo y su instrumento de acción política vengan ahora a dar lecciones de respeto a derechos humanos, sin perjuicio de sentar cátedra de rencores políticos y de pasar sobre el dolor y la reafirmación de sus principios que en estos momentos experimenta nuestro pueblo; en ese régimen democrático, repito, las Fuerzas Armadas serán siempre un baluarte de rectitud y justicia y de seguridad ante las pasiones desbordadas. El Ejército de Chile es una institución vinculada a la existencia cotidiana de nuestro pueblo. En él se funden todos los sectores de una comunidad que se afana en construir su destino, buscando satisfacer sus necesidades más preciosas. Su presencia es testimonio de tradiciones y glorias; pero, a la vez, es garantía de un futuro libre de sobresaltos y temores. Al fortalecimiento de ese principio esencial de nuestras Fuerzas Armadas dedicó su vida el General Schneider. El Comandante de Regimiento, el profesor de la Academia de Guerra, el Director de 125 la Escuela Militar, el Jefe de División, el Comandante en Jefe del Ejército, el soldado por vocación íntima y por juramento inquebrantable, supo cumplir cabalmente, en cada etapa de su carrera militar, las exigencias emanadas de su propia e íntima condición de hombre de armas. El drama de su muerte lo constituye, no sólo su trágico fin, sino el hecho de haber sido ultimado mientras mantenía la más noble y ejemplarizadora tradición de los soldados de Chile: su respeto y devoción insobornable a la Constitución y la ley. Señor Presidente, pocas veces Chile ha presenciado una demostración más auténtica de aflicción nacional que durante los actos realizados para testimoniar el duelo por el fallecimiento del General Schneider. En los momentos en que el país aún no olvidaba las grandes manifestaciones colectivas a que dieron lugar las diversas etapas de una campaña electoral que movilizó todos los recursos de convencimiento a la ciudadanía, los actos de homenaje al General desaparecido muestran una alta expresión de sentimientos nacionales. No se despidió a un caudillo ni a una personalidad avasalladora que apasionara a las masas hasta hacerlas salir a las calles para dar testimonio de su fervorosa adhesión. Se trató en esta ocasión de un hombre cuya vida había transcurrido en un medio, las más de las veces, retraído al conocimiento público, dedicado a su profesión y sin alardes que pudieran haber provocado reacciones multitudinarias. 126 MEMORIAL DEL EJERCITO ¿Por qué, entonces, estas manifestaciones tan expresivas de solidaridad y tan auténticamente sinceras para hacer llegar hasta sus restos sin vida el calor intensamente conmovedor de su afectuoso sentimiento? En el fondo, porque cada chileno quiso encontrarse a sí mismo, olvidar sus diferencias y las divisiones estériles que han agotado sus energías en recriminaciones inútiles, con el fin de expresar al General caído y al Ejército de Chile que adhería al homenaje a un hombre y a una institución que hicieron y han hecho del cumplimiento del deber una norma positiva de conducta, en cuyo ejercicio están la fórmula valedera de salvación nacional y la permanencia de los valores morales que el pueblo intuye como única garantía de un futuro prometedor y esperanzado. ¡Qué viva lección de patriotismo ha despertado el General Schneider en el último desfile en que, junto al pueblo, le tocó participar, en tan trágicas circunstancias! No fue en la celebración de las efemérides patrias, en las que tomó parte tantas veces a lo largo de su vida de soldado, mandando tropas que mostraban la marcialidad de su apostura y el flamear de sus enseñas de combate. Ha sido en la hora más triste, ante la vista de pendones enlutados y el paso lento de tropas abrumadas por el dolor, cuando se ha manifestado la conciencia de un país que ha sacudido su desaliento, para manifestarse a sí mismo su fe en la vigencia de un régimen de tolerancia, de convivencia democrática y de apego a la ley, ante la presencia de los despojos de quien murió defendiendo el patrimonio constitucional del país, que constituye su acervo más sagrado e irrenunciable. Nuestro partido hace llegar a las Fuerzas Armadas y Carabineros y, en especial, al Ejército de Chile, su más sincera condolencia por el fallecimiento de este ciudadano ejemplar que fue su Comandante en Jefe: el General señor René Schneider. Su nombre quedará grabado junto al de otros militares ilustres que rindieron su vida, en la guerra o en la paz, en servicio de la patria. El ejemplo de su sacrificio y el hondo significado que constituye su devoción al cumplimiento del deber han de ser aprovechados por las generaciones venideras como testimonio del valor moral que los soldados de Chile han aportado al desenvolvimiento de nuestra nacionalidad y al fortalecimiento de nuestro régimen de libre y democrática convivencia. A su familia y, en especial, a sus hijos, nuestros sentimientos de pesar y también de admiración, por ser ellos los más directos herederos del legado de honor, valor y patriotismo que este chileno esclarecido entregó, con su vida, a todos los ciudadanos de nuestra patria. El señor TARUD. — Señor Presidente, Honorable Senado: "Insisto en que nuestra doctrina y misión es de respaldo y respeto a la Constitución Política del Estado". Eran las palabras que definían al gran soldado y auténtico demócrata General René Homenaje al General René Schneider Chereau Schneider Chereau, el papel que juegan en nuestra difícil democracia los Institutos Armados. En defensa de estos principios cayó el 22 de octubre último. Su vida fue sesgada porque se opuso a que malos chilenos pudiesen llevar a cabo sus siniestros planes en contra de la patria. Con firmeza espartana, resistió todo tipo de presiones destinadas a alterar el curso democrático de nuestra nación. Con hombría y coraje ejemplares dijo NO a los requerimientos de los eternos conspiradores que nuevamente llegaban a golpear a los cuarteles, pretendiendo distorsionar las limpias tradiciones profesionales de nuestras queridas Fuerzas Armadas. Cayó por la democracia, cumpliendo con su deber de ciudadano y de soldado, respetando hasta el último instante de su vida la esencia de lo que es Chile: un pueblo de hombres libres, que ama por sobre todas las cosas esta libertad y que no acepta imposiciones ni vasallajes. No deseo convertir estas palabras en un homenaje que cumpla con el rito y la tradición. Creo que es imprescindible caminar por las aguas profundas que surgen del torrente de emoción y sacrificio del hecho heroico que nos reúne hoy. Toda mi modesta capacidad deseo vaciarla en los contenidos que surgen a medida que conocemos nuevos antecedentes, puesto que es deber nuestro extirpar de raíz el cáncer mortal que llevó a cometer este asesinato demencial y torpe. Chile vive un momento crítico. 127 Nuestra democracia se hace difícil; pero se defiende dando nuevas muestras de fortaleza y reciedumbre. Nuestro pueblo se ha dado un camino distinto de los tradicionales para resolver sus problemas. Por primera vez en la historia nacional surge en la arena política una combinación de partidos que pretende transformaciones de fondo en las estructuras políticas, económicas, sociales, culturales y nacionales. Antes que esta alianza asuma la plenitud del poder y ponga en marcha el programa que todo Chile conoce, ciertos elementos de nuestra sociedad se levantan subversivamente —primero en forma pacífica y ahora llegando hasta el asesinato del primer soldado de nuestro glorioso Ejército— con la intención de alterar el curso de nuestra historia. Pretenden desconocer la voluntad de Chile. Aquí se encuentra, en rápida y fílmica muestra, el nudo de la problemática de los acontecimientos desencadenados a partir de la mañana del 22 de octubre. Desde ese día, todos los chilenos hemos aquilatado, más que nunca antes, tanto el tipo de hombre que forja nuestra democracia como lo particular que ella es, insertada en el mapa político latinoamericano e incluso mundial. "El enfermo no está grave. Sufre males de muchos años. Sufre deterioros que son muy antiguos", fueron frases que dijo el General Schneider al asumir la jefatura de nuestro Ejército, después de los graves y todavía no exhaustivamente analizados sucesos del Regimiento Tacna. Serenidad, 128 MEMORIAL DEL EJERCITO fuerza, coraje para definir una situación en momentos en que otros dudan; altura de miras, honestidad y deseo de construir, son elementos que podemos deducir de las palabras que comentamos y de la situación que las provocaron. Este es el tipo de hombre que forja nuestra democracia, mucho más grande de lo que algunos piensan. "El enfermo no está grave". Estamos de acuerdo: Chile no está grave; pero no podemos dejar que la crisis que ha estado sufriendo, profundizada por este nuevo factor demencial del crimen político, torne incurable el mal. Es deber de todos los sectores sanos de nuestra Nación, de todas las fuerzas democráticas, cerrar filas, estrechar y aunar nuestros esfuerzos para liquidar cualquier nueva intentona antipatriótica y contraria al libre juego de las ideas, sostén de nuestra democracia. El General René Schneider se ha ido de nuestro lado. Su vida, ejemplo para las presentes generaciones y para las futuras, nos está indicando un camino y señalando una actitud. Antes que nada, el respeto por las limpias tradiciones democráticas que nacen en el seno de nuestro pueblo y, además, la estrecha colaboración que debe existir entre la ciudadanía civil y la uniformada, que, en conjunto, dan forma a nuestra patria y sentido a nuestra historia. En el Gobierno Popular que asumirá en algunos días más, estamos decididos a perfeccionar, y también a darles impulso creador, todas las formas que permitan es- te continuo desarrollo democrático de nuestro pueblo y Fuerzas Armadas, pilares del sistema de convivencia que nos rige. En esa línea de conducta encaminó todas sus accciones el querido General René Schneider, y nosotros seremos su continuación irrenunciable. En nombre de la Acción Popular Independiente y el mío propio, entrego a la digna señora, hijos y familiares del General Schneider, al Ejército y Fuerzas Armadas, nuestro pésame más sentido y profundo. Vuestro esposo, vuestro padre, vuestro hermano, vuestro jefe, está entrando en el regazo de nuestra Historia. El señor NOEMI (Vicepresidente). — Tiene la palabra el Honorable señor Durán. El señor DURAN. — Señores Senadores: La historia de las naciones tiene fechas coincidentes y, sin embargo, de valores antagónicos: fue un 25 de octubre de 1938 cuando un pueblo alborozado salió a la calle en forma entusiasta y feliz a gritar su triunfo democrático. Ha sido ahora, el 25 de octubre de 1970, ese mismo pueblo el que, desde la Catedral hasta el Cementerio, con un rostro amargo y triste, con pétalos de flores, dio su homenaje de despedida postrera al General en Jefe del Ejército de Chile, René Schneider Chereau, caído, en el cumplimiento varonil de sus deberes, víctima de un criminal atentado. Ingresó a la Escuela Militar Bernardo O'Higgins en 1930, con la vocación de servicio a la Patria, Homenaje al General René Schneider Chereau sentida ya en su adolescencia. Rodeado del prestigio que da una superior calidad humana y del afecto que logró entre sus compañeros, su brillante trayectoria por la Escuela como cadete cedió el paso a un alférez distinguido, a un teniente que, poco a poco, fue escalando los grados superiores de las jerarquías militares. Los mismos patios, las mismas aulas que conocieron su voz juvenil, lo vieron más tarde como Director de la Escuela Militar, enseñando a nuevas generaciones militares lo que él había aprendido de sus superiores, con el respeto que más tarde ganaba para sí, en el plantel educacional que tanto admira Chile. Con posterioridad, la Academia de Guerra oyó su voz de maestro de oficiales en el lenguaje técnico de sus especialidades; y, como siempre, logró prestigio y afecto humanos. Antes de ascender a la más alta jerarquía castrense, como oficial eficiente, ponderado y culto, se desempeñó como Agregado Militar en el extranjero. Luego, ocupó las jefaturas de la II y V Divisiones. En un bullente mundo que se transforma, en algunas latitudes con dolor y violencia, con patriótico orgullo pensamos que lograríamos el ritmo de esas velocidades de cambio al margen de la tromba destructora. Creíamos poder enfrentar el desafío de la historia, con un diálogo abierto, aunque a veces apasionado y vehemente, pero encontrando siempre un camino de respeto común. No ha sido así: la violencia fue tendiendo su manto opaco y llegó aho- 129 ra al representante más alto del Ejército de Chile. Formulamos votos para que la enseñanza de una vida entregada al servicio de Chile, para que la actitud de un hombre que supo discrepar con respeto, tolerancia y hasta con cordialidad, logre inspirar a todos quienes admiramos su ejemplo. En nombre de la Democracia Radical, expresamos a su distinguida cónyuge, hijos y familiares nuestra condolencia sentida; lo hacemos con igual énfasis amargo, a Carabineros, Fuerzas Armadas y, en especial, al Ejército de Chile. El señor NOEMI (Vicepresidente). — Tiene la palabra la Honorable señora Carrera. La señora CARRERA. —Por mi intermedio, el Partido Socialista desea manifestar su profunda consternación por la alevosa muerte del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General René Schneider Chereau. Con respeto por los sentimientos de sus compañeros de armas, queremos decirles que con su muerte no sólo sentimos la pérdida de un héroe pleno de virtudes militares, sino también el ejemplo de un héroe para nosotros, los civiles. Porque tengo sangre de un ilustre soldado de la patria en mis venas, puedo comprender, tal vez mejor que otros, la actitud del General Schneider. Los comandantes de infantería dirigen sus tropas en pleno combate, señalando el camino, fijando las metas en el fragor mismo de 130 MEMORIAL DEL EJERCITO la batalla y presentando siempre el mejor blanco al enemigo. Ayer fue Eleuterio Ramírez, con el Segundo de Línea, cuando él y la mitad de su gente murieron en la batalla de Tarapacá. También lo fueron el Comandante San Martín, con el Cuarto de Línea, en el Morro de Arica, o Ignacio Carrera Pinto que, con 77 soldados, hizo frente a un ejército. Estos son los ejemplos con los que se empapa nuestro Ejército y, especialmente, el arma de Infantería. El General Schneider era infante: le correspondió señalar el camino a la tropa, al pueblo de Chile, yendo a la vanguardia, sin miedo, para que ninguno de nosotros lo sintiera, en esta batalla entre la cordura y el caos fabricado, entre la dignidad y el servilismo, entre la fuerza arrolladora de la sensatez de un pueblo que ensaya nuevas fórmulas para avanzar y la fuerza de los que mezquinamente defienden privilegios obsoletos. Fue capitán de una batalla cuyos movimientos de tropas sólo se vislumbran, pero no por eso son menos poderosos. ¿Cuántas presiones recibió? ¿Cuántas fórmulas le presentaron para hacer torcer su destino? Sin embargo, este soldado de la patria resistió todo y tomó su papel en nuestra historia, defendiendo la idea de que debe tenerse fe en el destino de la patria, patria hecha por el sacrificio de civiles y militares, hombres y mujeres, letrados y campesinos, obreros y mineros, visionarios y hombres prácticos que, por generaciones han ido formando lo que somos: una nación sui géneris, a la que amamos no porque tenga más o menos virtudes que otras patrias, sino porque es nuestra, porque es el producto de las vidas de nuestra generación y de las que nos precedieron, y de las cuales nos sentimos orgullosos. En esta guerra entre los que luchan por ideas y los que defienden su dinero, hay otros hombres ilustres. Y el General Schneider, asesinado alevosa y cobardemente, es heredero directo de Portales, ultimado por la Reacción, y de Balmaceda, impulsado al suicidio también por ese sector turbiamente mezclado al imperialismo de la época. Estos tres hombres, que configuran los más notables crímenes políticos de Chile, tienen en común que luchaban y eran símbolos de una idea, que no era la misma, pero que ha herido en las tres épocas los intereses económicos de una minoría. Ayer hubo una conmovedora comunión entre el Ejército y el pueblo. El homenaje rendido al General Schneider es también un homenaje a las Fuerzas Armadas chilenas, y, como lo dijo nuestro partido hace más de un año, demuestra que ellas no son un compartimiento estanco en nuestra sociedad, y que con el ejemplo que nos han dado, con su capacidad de organización, con su "saber cómo hacer" cosas con disciplina, abnegación y patriotismo, son uno de los más sólidos pilares de la patria. Muchas veces incomprendidas, han sido capaces de resistir todos los embates, amando su trabajo, al que se entregan en verdadero sacerdocio, viviendo años y Homenaje al General René Schneider Chereau años en dificultades materiales, sin jamás perder la dignidad. Creemos que de esta clase de hombres el país puede aprovechar mejor sus virtudes. No debemos derrochar su capacidad y su temple, y anhelamos, más allá de cualquier problema político, su participación constructiva en las tareas que impone la historia a una nación que ansiosamente necesita avanzar. El ejemplo del General Schneider nos llama a meditación y recogimiento. Que su muerte no sea en vano; que el sacrificio de un hombre, al igual que otros hechos históricos ocurridos en estos días, nos señale que nuestra patria tiene un gran destino y que debemos asumirlo. Queremos, en esta hora, presentar a su digna esposa y a sus hijos nuestro sincero sentimiento de dolor, y a su institución, decirle que ha entrado en la historia un nuevo héroe y que apreciamos este hecho, que nos llena de responsabilidad frente al presente y al futuro. El señor SILVA ULLOA. —Señor Presidente, el asesinato cobarde y vil del Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General don René Schneider Chereau, es la circunstancia dolorosa que ha motivado la sesión de esta mañana y el sentido homenaje que el Honorable Senado de la República rinde en estos instantes. Me han resultado imposibles el silencio y la simple asistencia como formas únicas de homenaje a este distinguido soldado. Por eso, en representación de la Unión So- 131 cialista Popular, alzo mi voz con el fin de entregar nuestras sentidas condolencias a la familia de este digno General de la República. Al mismo tiempo, expresamos nuestros más profundos y puros sentimientos de fraternidad para con nuestras Fuerzas Armadas y, en particular, el Ejército de Chile. Oportunamente dimos a conocer, en declaración pública, nuestra condenación a los hechos de este crimen cobarde, señalando que esos pistoleros profesionales son sólo una parte de la maquinación alevosa. Esperamos confiados que se descubran y se den a conocer los nombres de aquellos que, en la impunidad de las sombras, mueven manos asesinas con el propósito de defender los más turbios e inhumanos intereses. Son demasiados los incidentes y episodios fraguados por los enemigos del pueblo que se han estado produciendo y que han conmovido al país y preocupado a la opinión pública. Además, cualquier acontecimiento relacionado con el proceso social tiene siempre causas más profundas que las aparentes, y siempre existe una relación entre ellos. Por eso, pensamos que sería altamente inconveniente que los órganos encargados de estas materias cumplieran sus funciones rutinariamente y sin resultados completos o se limitaran a una investigación puramente criminal. El país observa con preocupación los acontecimientos de estos días, y nuestra juventud y los trabajadores han logrado madurez y sensibilidad suficiente como para estar atentos y saber que no es- 132 MEMORIAL DEL EJERCITO tamos frente a un hecho que se pueda marginar del gran proceso que sacude a nuestra nacionalidad. La muerte del General Schneider no es un simple acto delictual que pueda segregarse, para juzgarlo separadamente de otros episodios. No es un fenómeno parcelado o el producto de alguna emoción pequeña y espontánea. La mano cobarde que le disparó alevosamente no disparó tan sólo contra el Comandante en Jefe de nuestro Ejército, sino también contra la patria, contra el futuro de nuestra juventud ansiosa de un porvenir más ancho y generoso, contra nuestros campesinos de pie y erguidos altivamente como seres humanos, como productores y como hombres; esa mano cobarde disparó en contra de nuestra clase obrera, que hoy como nunca está situada en el centro mismo de nuestra patria, resuelta a ser motor principal para dar una zancada audaz hacia adelante y establecer las bases de una república socialista. No se trataba sólo de asesinar a un hombre de alta investidura. Se trataba de usar su sangre como pretexto artero y alevoso, destinado a bloquear el vigoroso surgimiento de una conciencia chilena nueva, que está conmoviendo a América y el mundo. La interrelación, recíproca dependencia e influencia de todos estos factores, nos mueve a decir que quienes estuvieron y siguen estando en la maquinación abyecta, "aquellos hombres de siete meses", como decía Martí, deben saber que el pueblo de Chile, que siempre ha venerado sus Fuerzas Armadas, espera ahora, así como lo hizo ayer cuando marchó tras la urna del General don René Schneider Chereau hasta el Cementerio General de nuestra capital, conmovido por los sentimientos de pesar, de protesta y patriotismo, marchar todos los días — codo a codo — hombro con hombro — en una sola gran columna — pueblo obrero — pueblo campesino — pueblo juventud — pueblo poblador — pueblo uniformado—, llevando hacia adelante, contra viento y marea, la bandera de la patria. No importa la fuerza del viento ni la magnitud de la marea, porque un pueblo lúcido y organizado, un pueblo fuerte y combativo, es un pueblo que jamás puede ser vencido, menos perturbado o confundido por las triquiñuelas de quienes defienden, a costa de todo, sus mezquinos intereses. El ejemplo y patriotismo del General Schneider es la más preciada herencia que deja a su patria, en este momento de nuestra historia, en que asistimos a una hora rebozante de espléndidas esperanzas y en que Chile debe cumplir su papel con dignidad, pero implacablemente. Me refiero al Chile auténtico, a aquel constituido fundamentalmente por los que con sus manos o capacidad creadora están dispuestos a construir una patria sin monopolios ni latifundios, sin ignorancia ni desnutrición, sin niños descalzos, a crear una historia distinta y definitiva para la felicidad de todos. El General Schneider ha caído víctima de la brutalidad y del espíritu bestial que inspira a quie- Homenaje al General René Schneider Chereau nes siempre han intentado, de cualquier manera, trancar la rueda de la historia. Su muerte debe ser una lección perdurable, para que la actividad cuotidiana nos lleve a comprender mejor que cuando se trata de evitar el acceso de las mayorías al poder político y a la alegría de vivir, los dueños del dinero se valen de cualquier medio, sutil o violento, pero siempre deshumanizado, para tratar de impedirlo. El recuerdo del General Schneider y el mejor homenaje a su memoria, ha de hacernos comprender que el hecho doloroso de su muerte debe permitir la materialización de las aspiraciones de todo un pueblo que anhela colmar sus expectativas pendientes desde hace largo tiempo. Señor Presidente, reitero mis condolencias y las de mi partido a su digna esposa, hijos y familia; a las Fuerzas Armadas y, en especial, al Ejército de Chile. He dicho. El señor LUENGO. — Nuestra democracia, de la que tanto nos enorgullecemos porque nos ha dado prestigio y señorío, ha vivido en estos últimos días uno de los episodios más negros de su devenir. Por razones absolutamente injustificadas, fruto de la exacerbación de los ánimos de personeros carentes de ideales, se había venido creando un ambiente de desconfianza e incertidumbre acerca de lo que sería el futuro de la nación. Mentes insanas y espíritus débiles fueron tomados por la prédica insustancial y malévola — sostenida con increíble pertina- 133 cia—, y creyeron que concertándose para imponer la violencia por sobre el orden, la fuerza por sobre las razones, podían cambiar el curso de la historia. Vano intento en un pueblo que ha hecho de la democracia una vocación. Ni se ha cambiado el curso de la historia, ni se ha logrado imponer ideas extrañas a nuestro sentimiento. Se ha hecho, sin embargo, un profundo daño a nuestra fe, a nuestra esperanza, porque, víctima de la insania de unos cuantos, ha caído un hombre que era un verdadero símbolo de nuestra nacionalidad: el General René Schneider Chereau, Comandante en Jefe del Ejército de Chile. Su asesinato, realizado fríamente y en forma desconocida entre nosotros, constituye una verdadera vergüenza para los chilenos, acostumbrados como estamos a entregar ante América y el mundo una imagen que ha hecho de Chile como la capital del Estado de Derecho y de la democracia representativa. Por eso, el crimen alevoso, que desgraciadamente llegó a consumarse, cegando una vida ejemplar y un espíritu selecto, enluta no sólo al glorioso Ejército de Chile, custodio del orden y la institucionalidad, sino también al pueblo de Chile, que ha dejado como nunca de manifiesto su dolor y que no se conformará jamás de no haber impedido la ejecución de un hecho tan dañoso como inútil. El General Schneider, como hombre y como soldado, fue recto, caballeroso, culto y disciplinado. En el cumplimiento de su deber, impuso por sobre todo su eficien- 184 MEMORIAL DEL EJERCITO cia profesional, que enseñó con éxito entre sus subalternos, entre quienes se granjeó como pocos su simpatía y su respeto. Sus profundas convicciones democráticas lo hicieron guiar su vida en el respeto a la Constitución y las leyes, lo que proclamó públicamente cuando espíritus menguados quisieron torcer la función del Ejército para comprometerlo en aventuras ajenas del todo a su tradición histórica. Su firmeza en los principios y el respeto que su personalidad imponía en los mandos medios y en las tropas del Ejército, fueron seguramente la razón por la cual unos cuantos enajenados decretaron su muerte, dando rienda suelta a sus bajas pasiones. Los autores materiales de este crimen, que hiere a Chile, a la democracia y al mundo entero, ya descubiertos y confesos, serán castigados con rapidez y en forma ejemplar, como una manera de advertir a quienes piensen continuar en el camino del delito político y la sedición, que en nuestro país esto no será jamás permitido y que nuestra tradición republicana se mantendrá como una de nuestras conquistas más preciadas. Algunos quedarán impunes ante la justicia, que no podrá llegar hasta ellos porque no aparecerán vinculados materialmente al hecho delictuoso; pero cargarán por el resto de sus vidas, con el peso de sus conciencias, que siempre les estarán recordando que ellos impulsaron en cierto modo las manos asesinas. Son los que inventaron el terror, los que sembraron la duda, los que crearon la angustia, los que desataron las pasiones. Son los verdaderos autores intelectuales de un delito que tan profundamente nos ha impresionado y que jamás deberá repetirse. En nombre del Partido Social Demócrata, cultor de un ideario que arranca del siglo pasado; en nombre de los trabajadores que son sus militantes, dejo pública constancia de nuestra congoja, y hago llegar a la distinguida esposa del General fallecido, a sus hijos, a sus familiares, a las Fuerzas Armadas y a los soldados de nuestro Ejército, los sentimientos de nuestro pesar ante el hecho irreparable que significa la desaparición trágica de un hombre símbolo, como lo fue el General René Schneider Chereau, Comandante en Jefe del Ejército de Chile. El señor CARMONA. — Señor Presidente, señores Senadores: El infame atentado contra el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General René Schneider Chereau, y su dolorosa muerte, han reunido al Senado de la República para rendir homenaje al ilustre militar y, al mismo tiempo, para reflexionar sobre estos trágicos acontecimientos. En los días turbulentos que ha vivido Chile desde la elección presidencial, el dedo de Dios señaló a un justo para que, con su martirio, nos indicara el verdadero camino. Y este justo, que murió para vivificar nuestra democracia, preservar la paz social y colocar como suprema autoridad la ley y el Derecho, fue, por sublime contraposición, el hombre de armas Homenaje al General René Schneider Chereau de más alta jerarquía en nuestra patria. Alguien ha dicho, con razón, que Chile ha madurado en estos días más que en muchísimos años. Y si lográramos obtener alguna lección de lo ocurrido, diríamos que Chile se ha encontrado a sí mismo, haciendo carne y realidad su lema de ayer, de hoy y, ojalá, de siempre, de anteponer la razón ante la fuerza. El sacrificio del General Schneider es el mejor símbolo de este encuentro y comprensión. Y son precisamente nuestras Fuerzas Armadas las que nos manifiestan en esta etapa de nuestra historia, la necesidad de recurrir a la razón y al Derecho antes que a la fuerza de las armas. Quienes asesinaron al General Schneider creyeron que, echando mano de la violencia, desencadenarían una reacción de fuerza de nuestros Institutos Armados. Si pensaron así, ¡qué poco conocen a nuestro pueblo y a sus Fuerzas Armadas! Por el contrario, provocaron una unidad férrea en estos institutos, para sostener en forma tajante y clara la doctrina de la subordinación consciente al poder civil, de acatamiento a la Constitución Política y a la ley, de respeto íntegro y sin discriminaciones ideológicas a la voluntad soberana de nuestro pueblo. La presencia y participación del pueblo en el postrer tributo que la comunidad nacional rindió ayer al General Schneider nos permiten sostener la cabal comprensión que estas ideas tienen en la inmensa mayoría de nuestro país. La conducta ejemplar del pue- 135 blo, del Gobierno y de las Fuerzas Armadas de Chile, durante la elección presidencial y después de ella, nos hace encontrar en la comunidad nacional las raíces del triunfo de la razón, sostenedora de la libertad y de la dignidad humanas, sobre la pasión y la violencia. Una sociedad que reacciona de esta manera no puede estar enferma, ni en decadencia, ni en desintegración, como opinan algunos más por servir a esquemas teóricos que por conocimiento profundo de la realidad nacional. Y nuestra democracia no puede ser solamente burguesa y formal, como también tratan de sostener algunos, sino la consecuencia de esa realidad y de esa sociedad. Ella ha demostrado ser el fruto de la lucha del pueblo, tener la fortaleza suficiente para triunfar sobre la violencia y el odio y ser el único camino para comprender las grandes transformaciones de nuestras estructuras políticas y sociales. Su muerte ocurrió tan sólo un año después de asumir la Comandancia en Jefe del Ejército, en momentos en que nuestro primer Instituto Militar vivía instantes de tensión y una crisis que ahora se aprecia como artificial. Recordamos sus palabras llenas de sabiduría en esas horas difíciles, en contraposición a otras de invocación a la patria y de agremiación del Ejército. "No aspiro a ser un general que pase a la historia, " dijo "porque ello supone, para un soldado, tener un enfrentamiento y hacer uso de sus armas". Deseaba, sí, el imperio de la razón, y luchó, consiguiéndolo 136 MEMORIAL DEL EJERCITO plenamente, por que el Ejército se encontrara a sí mismo y esculpiera en bronce la fidelidad a su misión de asegurar la paz y la libertad. Su palabra precisa y su trabajo silencioso y austero, frutos de la verdadera vocación militar y del profundo conocimiento que tenía del país, por haber servido en diversos regimientos y haber enseñado y dirigido la Escuela Militar, triunfaron sobre la pasión y la audacia. La conjunción del pueblo y de las Fuerzas Armadas en el servicio de la democracia hicieron posible la culminación del proceso electoral chileno y la elección, por el Congreso Pleno, del nuevo Primer Mandatario de la nación. Las diferentes fuerzas políticas del país demostraron su responsabilidad y consecuencia con esta conducta ejemplar del pueblo y de las Fuerzas Armadas. El General Schneider murió horas después para significar ante el país el valor de una misión cumplida. El General Schneider fue un hombre de fe en Dios. Para los cristianos, la muerte es el comienzo de la luz eterna y de la verdadera vida. Al morir, él, junto con alcanzar los dones de Dios, vivirá también para siempre en el corazón de Chile y de cada uno de los chilenos. Su martirio deja encendida la luz eterna de la libertad, símbolo de nuestra patria y razón de ser de nuestra nacionalidad. A su mensaje contra la violencia podrían aplicarse las palabras del señor Cardenal en el día de ayer: "Desde el episodio de Caín y Abel hasta el Mártir del Gólgota; desde la muerte de Cristo hasta la de aquellos profetas que en nuestros días mueren, como El, por dar testimonio de la luz, la violencia se ha revelado como absolutamente estéril. Estéril, digo, para quienes pusieron su fe en ella. Siempre obtuvieron exactamente lo contrario de lo que pretendían. Ni sus conciencias encontraron paz, ni la luz que combatieron fue oscurecida, ni la Palabra que los molestaba logró ser acallada. Cuando pensaron reducir sus víctimas al silencio, la sangre de ellos se alzó para hablar con más elocuencia que todas las palabras. Y de sus mismas muertes surgió inagotablemente fecundo, un manantial de vida. " La Democracia Cristiana doblega sus banderas ante el soldado de limpia vida y cuya muerte lo convierte en héroe de la civilidad. Los Senadores de estas bancas expresamos nuestra palabra de compañía y consuelo para su distinguida esposa y su familia en estas horas de dolor, como también a nuestras Fuerzas Armadas y, particularmente, al Ejército de Chile. Conscientes de nuestra responsabilidad política, formulamos votos por ser dignos del ejemplo extraído de esta tragedia, perfeccionando nuestra democracia en la solidaridad de los chilenos para una tarea que busque la justicia en la libertad. El señor FIGUEROA (Secretario). —El Honorable señor Noemi formula indicación para insertar en la versión de esta sesión el discurso pronunciado en el Cemente- Homenaje al General René Schneider Chereau rio General por el Honorable señor Pablo, Presidente del Senado, en honor al General Schneider. —Se aprueba. El señor FIGUEROA (Secretario). —Los Honorables señores Pablo y Contreras formulan indicación para publicar in extenso el homenaje rendido en la sesión de hoy al General René Schneider Chereau. —Se aprueba. El señor NOEMI (Vicepresidente). —Formulo indicación para que el Senado envíe a la familia HOMENAJE CORAL AL GENERAL RENE SCHNEIDER CHEREAU 18. XI. 1970. homenaje al desaparecido en Jefe del U NComandante Ejército, General René Schneider, rendirá hoy lunes, a las 11. 30 horas, la Sociedad Coral de Magallanes, que preside Julio Moris. El acto, que se realizará ante su tumba, consistirá en un oficio re- 137 del General Schneider, a las Fuerzas Armadas y, especialmente, al Ejército de Chile, una nota expresando los sentimientos de pesar de la Corporación. —Se aprueba. El señor NOEMI (Vicepresidente). —Solicito el acuerdo de la Sala para dejar sin efecto, en señal de duelo, la sesión ordinaria que la Corporación debía celebrar en el día de hoy, y, al mismo tiempo, autorizar a la Mesa para tramitar a Comisión los asuntos que lleguen, sin necesidad de dar cuenta de ellos. Acordado. ligioso y una interpretación coral de música sacra por el coro mixto de dicha Sociedad, formado por 30 voces y que será dirigido en esa ocasión por Manuel Ojeda Barría. El homenaje lo rendirá la Sociedad Coral de Magallanes en señal de gratitud por las constantes muestras de aprecio y estímulo que le dio el General Schneider cuando se desempeñó como Comandante en Jefe de la Quinta División de Ejército, con asiento en Punta Arenas. E J E R C I T O D E C H I L E ESTADO MAYOR GENERAL AYDTIA. GRAL. Nº 8 Santiago, 3 de noviembre de 1970. C I R C U L A R 1. —La H. Cámara de Diputados por oficio Nº 4. 888, de 27 de octubre de 1970, comunicó al Comandante en Jefe infrascrito la aprobación de esa corporación legislativa a una serie de acuerdos que dicen relación con el asesinato perpetrado en la persona del Sr. General de Ejército Dn. René Schneider Chereau (Q. E. P. D. ), y cuyos aspectos más importantes se transcriben a continuación, para conocimiento de todo el personal de la Institución: a) Protestar por tan vil y cobarde crimen y condenar enérgicamente a los autores, cómplices y encubridores de este alevoso asesinato. b) Solicitar al Ejecutivo que ordene la más amplia y exhaustiva investigación que conduzca al pronto esclarecimiento de los hechos y la aplicación de las más severas sanciones a quienes resulten culpables. c) Expresar su profundo sentimiento de pesar a todo el Ejército de Chile, a la señora viuda, hijos y familiares del Sr. General Schneider. d) Sugerir a la Municipalidad de Las Condes que cambie el nombre de la calle del atentado por el del "General René Schneider Chereau". f) Proponer al Poder Ejecutivo que se consulte en el Presupuesto General de la Nación los fondos necesarios para crear becas en la Escuela Militar con el nombre del Sr. General Schneider, en cada uno de los lugares donde existe una División de Ejército. 2. —La presente Circular será dada a conocer a la brevedad posible a todo el personal. Saluda a US. (UD. ). (Fdo. ): Carlos Prats González, General del Ejército, Comandante en Jefe. DISTRIBUCION: PLAN "A. l" (Unidades fuera de la Guarnición de Santiago por Radiograma). Es copia fiel del Original. EDITORIALES DUELO NACIONAL impresionante manifestación de pesar a que dieron L Alugar los funerales del se- ñor Comandante en Jefe del Ejército, general don René Schneider, es una prueba elocuente del reconocimiento nacional de los méritos del jefe desaparecido, de la condenación unánime que merece el cobarde atentado de que fue objeto y del sentimiento de profunda identificación del país con sus Fuerzas Armadas y Carabineros. La silueta moral del Comandante en Jefe trascenderá este momento de la historia patria para convertirse en un ejemplo de soldado chileno, amante apasionado del Ejército, profesional distinguido y garantía de acatamiento a la Constitución y a la ley. Todos ven hoy en el general Schneider no tan sólo al oficial intachable, a la víctima de asesinos a mansalva, al mártir de la idea constitucionalista sino que además comprenden que su sacrificio ha venido a unir a los chilenos en torno a los valores fundamentales de la comunidad nacional y a disponerlos a emprender bajo el nuevo Gobierno la tarea de construir una sociedad más digna y más justa. Las Fuerzas Armadas, en estrecha colaboración con Carabineros e Investigaciones, participan en las pesquisas destinadas a identificar a los culpables del crimen que ha ensombrecido estos días, tan llenos por otra parte de profunda significación. En la tarea de individualizar a los autores, cómplices y encubridores del delito encuen- tran el respaldo de toda la ciudadanía, pues la condena unánime que ha recibido este acto vejatorio para el país exige la adecuada sanción de los participantes en el atentado. Un tercer elemento se desprende de estas jornadas de duelo patrio. La injuria y el dolor que sufre una de las ramas de las Fuerzas Armadas o Carabineros lesionan a esas instituciones en conjunto y a cada uno de sus hombres, pues ellas forman un todo moral solidario. A su vez, el hecho lesivo para los institutos armados es una ofensa para el pueblo entero, que entiende que sus soldados, marinos, aviadores y carabineros no son un sector aislado sino que forman parte entrañable del país, participando del acontecer cotidiano de éste e igualmente de sus intereses más elevados y permanentes. Cuando el general Schneider cayó víctima de las balas asesinas pudo pensarse que su sangre se derramaba inútilmente y que los criminales que atentaron contra él añadían a la malicia intrínseca de su acción el agravante de ser por completo injustificada. Al contemplar el homenaje popular emocionado al general Schneider, mientras sus compañeros de armas le daban la última despedida, se comprende que su sacrificio ha tenido la virtud de unir la nación en momentos difíciles y de vincular más profundamente que nunca al pueblo y a las Fuerzas Armadas. Este es el aspecto positivo del drama que conmueve a los chilenos y que los llena de justa indignación contra quienes lo provocaron. 140 MEMORIAL DEL EJERCITO Así el país vive estas horas de dolor ciudadano en la esperanza de que ellas se resuelvan en una auténtica solidaridad, capaz de estrechar todos los esfuerzos hacia las realizaciones sociales y económicas que se propone el futuro Gobierno. En esos esfuerzos cabe un rol fundamental a las Fuerzas Armadas y Carabineros, dentro de su misión específica de velar por la seguridad exterior y la tranquilidad interior de la República, en el marco de la Constitución y de la ley. Por eso la unión que tiende a producirse es el mejor augurio para el Gobierno del Excmo. señor Allende, quien encontrará a un país que, después de las tensiones que culminan en el sacrificio del general Schneider, se muestra dispuesto al trabajo, a la disciplina responsable, a la transformación y modernización de sus estructuras así como al abandono de los privilegios. El nuevo Gobierno tendrá sin duda dificultades, pero estos días de meditación y de dolor han hecho desaparecer prejuicios y disponer los ánimos para la tarea común. EL GENERAL RENE SCHNEIDER L A muerte del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, como consecuencia del atentado de que fuera víctima en la mañana del jueves 22, ha provocado en la ciudadanía congoja, perplejidad e indignación. El Duelo Nacional por tres días decretado por el Supremo Gobierno recoge este sentimiento dominante y refleja el pesar de los chilenos por la trágica desaparición de un militar cuya brillante hoja de servicios había agregado una nueva página de honor al historial de nuestro Ejército. El General Schneider, luego de una destacada carrera profesional, llegó al más alto mando de su Fuerza en circunstancias que son de dominio público y cuando se había producido una grave alteración en el tradicional encuadramiento legal de la oficialidad. Co- rrespondió, entonces, al nuevo Comandante en Jefe la honrosa tarea de reafirmar la auténtica vocación legalista del Ejército, logrando superar totalmente la crisis provocada por elementos minoritarios. Posteriormente, el General Schneider tuvo nuevas oportunidades de poner en relieve su inalterable compromiso con la causa de la Constitucionalidad. Con motivo del proceso electoral recién concluido se mostró como un firme defensor de la doctrina oficial del Ejército al sostener que las Fuerzas Armadas respetarían el veredicto de las urnas y que si era necesario llegar a una definición en el Congreso Pleno se respetaría el veredicto del Congreso, porque así lo especificaba la Constitución. Subalternas consideraciones electorales, ajenas al espíritu ecuánime de un militar, hicieron Homenaje al General René Schneider Chereau que por estas declaraciones el General Schneider fuera tenaz e injustamente atacado por sectores políticos que habían perdido de vista la impersonalidad y universalidad de las prescripciones que rigen un Estado de derecho. Los motivos y el origen del criminal atentado que terminó recientemente con su vida no han sido todavía totalmente esclarecidos por la investigación. No obstante, el contexto político del país y el cuadro de tensiones que se ha vivido en las últimas semanas permiten suponer que el inicuo atentado no ha sido ajeno a la actitud constitucionalista sostenida por el General Schneider con rectitud y valor tales, que sólo ahora pueden apreciarse en su auténtica y heroica dimensión. 141 El General Schneider no ha sido víctima de un azar imprevisible. Cayó en el cumplimiento de una tarea cívica, cumpliendo hasta el último instante el deber inherente a su condición de militar y a la responsabilidad de su cargo con no menos heroísmo con el que puede morir un soldado en el campo de batalla combatiendo por su patria. De esta manera, el General Schneider ha pasado a incorporarse a nuestra galería de arquetipos nacionales. De aquí en adelante su memoria será un monumento perdurable al honor de nuestras Fuerzas Armadas y a la vocación de civismo y legalidad de nuestro país. La violencia puede segar la vida de un hombre, pero no las proyecciones de su espíritu. A EMPRENDER LA GRAN TAREA E N la tarde de ayer, cuando se procedió a dar sepultura a los restos del general don René Schneider, asesinado cobardemente, nuestro pueblo demostró, de nuevo, su total solidaridad y su identificación profunda con las Fuerzas Armadas, de cuyas altas virtudes fue un destacado representante el ilustre jefe desaparecido. Y en los momentos en que ese mismo pueblo se prepara para llegar al poder, para ser el ejecutor de su programa y el diseñador de su futuro y del porvenir de nuestra patria, esa identificación entre los institutos armados y las fuerzas populares cobra mayor vigencia y oportunidad. Las Fuerzas Armadas de Chile están destinadas a ser una garantía de que el pueblo podrá dedicarse tranquilamente a las nobles tareas que él mismo se ha encomendado. Dueñas de un espíritu profesional y de un amplio respeto por las tareas cívicas del pueblo, ellas constituyen un obstáculo insuperable para quienes pretendan desviar el cauce normal y democrático de la vida política chilena. Por eso mismo, el pueblo se siente con la plenitud de sus energías para emprender las tareas en- 142 MEMORIAL DEL EJERCITO caminadas al total y cabal cumplimiento de su programa, el Programa Básico de Gobierno de la Unidad Popular. El pueblo de Chile demostrará que sabe cautelar ampliamente el patrimonio nacional, haciendo realidad lo que escribió en su programa con caracteres indelebles: "El proceso de transformación de nuestra economía se inicia con una política destinada a constituir un área estatal dominante, formada por las empresas que actualmente posee el Estado más las empresas que se expropien. Como primera medida se nacionalizarán aquellas riquezas básicas que, como la gran minería del cobre, hierro, salitre y otras, estén en poder de capitales extranjeros y de los monopolios internos. Una tarea patriótica que será resistida, seguramente, por los intereses afectados, pero que, en lo fundamental, corresponde a los más altos intereses nacionales. Es indudable y esto ya nadie lo discute, que el interés general debe primar sobre el particular. La estructura política e institucional de Chile deberá ser, por tanto, un verdadero dique de contención contra los desbordes de quienes se sientan heridos por el cumplimiento de un programa aprobado por el pueblo y que contempla, por ejemplo, una aceleración y profundización del proceso de la reforma agraria; un desarrollo, como nunca lo hubo antes en el país, de 'la cultura y la educación; una política de desarrollo económico que vigorice la vida nacional resolviendo los problemas inmediatos de las grandes mayo- rías, y una democratización creciente de la nación, etcétera. Las metas que se ha fijado el pueblo son altas, pero de ninguna manera inaccesibles. Si se ponen en tensión toda» las fuerzas sociales progresistas —lo que en este caso equivale también a decir mayoritarias— del país, es posible alcanzar las metas fijadas y echar las bases para el logro de nuevas aspiraciones, para el cumplimiento de tareas aún más ambiciosas, para pavimentar el camino de Chile hacia el socialismo. Naturalmente, estas perspectivas resultan halagadoras para las grandes masas ciudadanas; mas, no lo son para pequeños grupos que no entienden, ni quieren, ni pueden entender, que, fatalmente para ellos, los tiempos han cambiado. No quieren ni pueden entender que el país necesita romper sus actuales estructuras políticas para darse otras nuevas, operativas y dinámicas, basadas en el interés general de la nación y no en los intereses particulares. Y como no quieren ni pueden entender verdades tan elementales, no han vacilado en ordenar el asesinato de un jefe militar. Pero, que tengan cuidado. No podrán repetir el crimen, no podrán levantar de nuevo la mano sobre ningún hombre patriota. El pueblo les ha dicho basta y si insisten en sus actos criminales, el pueblo se encargará de aplastarlos sin ninguna vacilación. El pueblo quiere tranquilidad para trabajar por un Chile más digno, más libre y más independiente. Más próspero también. EL COMANDANTE EN JEFE AGRADECE SOLIDARIDAD CON EL EJERCITO "El Comandante en Jefe del Ejército, a nombre de todo el personal de la institución, cumple con el deber de agradecer, en forma emocionada, a las autoridades civiles, eclesiásticas, militares y de Carabineros, representantes diplomáticos y militares extranjeros, organizaciones, instituciones y entidades de diversa índole, órganos de prensa, radio y televisión y público en general, las fervorosas muestras de sincero pesar con que adhirieron al justo y comprensible dolor que embarga al Ejército entero, por el sensible y trágico fallecimiento del que hasta ayer fuera su Comandante en Jefe, General don René Schneider Chereau, como quedara palmariamente demostrado en las imponentes honras fúnebres realizadas, tanto en Santiago como en el resto del país. Este gesto solidario, que mitiga en parte la honda congoja de los componentes del Ejército desde su actual Comandante en Jefe hasta el último conscripto, compromete su reconocimiento y eterna gratitud". CARLOS PRATS GONZALEZ, General de Ejército, Comandante en Jefe. HOY HACE UN MES I un rayo hubiese caído en pleno corazón de Chile, no habría producido tan amarga sorpresa como la que provocó el alevoso asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau, atormentando a su dignísima esposa, hijos y familiares..., a toda la ciudadanía y al viejo soldado que tuviera el privilegio de comandar el curso militar de 1932, quien lo sentía tan cerca de su alma, que hubo de refundir el gran pesar que lo ahogaba en un angustiado sollozo. Inmensamente habríamos sufrido con su muerte en un caso normal porque era un amigo incomparable, relevantes sus merecimientos, limpia y clara su actitud militar y jamás se notó una duda o una indecisión en el recto camino del cumplimiento de su deber. Era un soldado de estirpe superior que mantenía incólume la tradición inmortal que le marcaban la Constitución y las leyes de la República y nada ni nadie habría podido desviarlo de la escrupulosidad y entereza con que ejercía el mando y satisfacía las infinitas misiones que éste le imponía. Parece increíble que ese honor militar que ha sido y es el más preciado galardón de las Fuerzas Armadas de la República, desde que nacieran a la vida para obtener la independencia, libertad y soberanía de Chile, haya señalado al Comandante en Jefe del Ejército como la víctima indispensable para romper la incorruptibilidad de las fuerzas a su mando. ¿Podrá ser chileno quien atentara contra ese honor del cual todos nos sentimos orgullosos y admiran nuestros hermanos de América? ¿Será posible que exista un compatriota nuestro que pudiera imaginar siquiera que un crimen tan humillante y cobarde bastaría para amilanar o demoler el prestigio y la dignidad de los subalternos de su víctima ? ¿ Olvidan o desconocen que en la Batalla de La Concepción murieron uno a uno los 77 chacabucanos que defendían la plaza..., sin que haya existido un instante de duda durante las 18 horas que duró el combate, en que todos y cada uno ofrendaran sus vidas por mantener en alto la bandera, que encarnaba y encarnará siempre el honor militar que forma parte integrante de la Patria? ¿No es una aberración atribuir a un descendiente de alguno de los 77 de la Fama un acto tan infame y miserable? ¿No saben que el mando es una responsabilidad que se funde al honor y disciplina del soldado y que si alguien pudiera estar perturbado y pensara faltar a su deber, un crimen tan horripilante como el que cometieron fuera razón más que suficiente para que despertara y —llorando de arrepentimiento— reconociera la perfidia que iba a cometer y se transformara en roca tan firme como la que destruyeron con vandálica inconsciencia? ¡Es conveniente dejar en pie y considerar este gran signo de interrogación ! Dice el poeta "que la muerte no es la muerte..., la verdadera muerte es el olvido", y, ¿cómo va Homenaje al General René Schneider Chereau a olvidar el pueblo chileno esos tres días de congoja infinita en que vivió con el nombre del General Schneider en el corazón y una plegaria en los labios, rogando a Dios porque le devolviera la salud? ¿Cómo no conservar eternamente la visión de la columna interminable de la gran mayoría de los habitantes de Santiago acompañando el cortejo fúnebre, encabezada por los Presidentes de la República, en ejercicio y recién elegido, don Eduardo Frei y el doctor Salvador Allende, y todas las autoridades de ambos regímenes? Hay actos, misiones y sacrificios que dignifican tan altamente a quien los realiza, que fundamentan y profundizan una honrada y meritoria conciencia ciudadana... 145 ¡La nunca suficientemente lamentable muerte del General Schneider, será uno de ellos! De los 55 alumnos que integraron el curso militar de 1932, René Schneider era el único que quedaba en servicio activo y que alcanzó el alto cargo en que encontró la muerte. Sin saber aún cómo impedir que las lágrimas nublen nuestros ojos a cada instante, tenemos que reconfortar nuestros espíritus y hacer nuestros los principios fundamentales que lo llevaron al sacrificio, con la seguridad más absoluta que, con ello, honramos su memoria y aseguramos la grandeza de Chile. Guillermo Toro Concha, General de Ejército (R). PRESIDENTE ALLENDE LLAMA A ESPOSA DEL GENERAL SCHNEIDER A COLABORAR CON EL GOBIERNO L PRESIDENTE DE LA República, Dr. Salvador Allende, ofreció ayer a la viuda del General René Schneider, señora Elisa Arce, un cargo en el Consejo de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional. En una emotiva carta el Jefe del Estado le expresa a la Sra. del General: "Distinguida señora: Consciente de los servicios que su ilustre esposo, general señor René Schneider Chereau prestó al Ejército y al país durante 40 años, trazando una ejemplar trayectoria de rectitud y honorabilidad, principios que Ud. ha compartido ampliamente, estimo de justicia solicitarle su co- laboración para participar en labores del Gobierno. Consecuente con lo anterior, sería altamente grato para mí, se dignara aceptar la designación de representante de las Asignatarias de Montepío ante el Consejo de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional. Al solicitarle esta cooperación, tengo la certeza que Ud., estimada señora Schneider, interpretará ampliamente los anhelos e inquietudes de este vasto sector pasivo de las Fuerzas Armadas. Sírvase aceptar los sentimentos de mi más distinguida colaboración Salvador Allende G. Presidente de la República PROBLEMAS DE DEFENSA NACIONAL EL PRESTIGIO Coronel JORGE CARMONA YAÑEZ L AS costumbres y las leyes que heredó este siglo han tendido persistentemente a debilitar la autoridad y, en decisivos momentos históricos de algunas nacionalidades, la han hecho casi inexistente. En los hogares, los talleres, los colegios y las calles, se ha predicado contra ella, y ciertos Estados han vivido en medio de la impaciencia, la crítica contra la jerarquía y la impotencia del mando. Minada desde abajo por la incapacidad y la mediocridad, cada vez que pretendió ejercerse tuvo que vacilar, sin confianza en sí misma, y claudicar con reticencias, excusas y concesiones. Esta decadencia, resultante lógica de la descomposición moral que han venido sufriendo algunos pueblos, tal crisis, por general y profunda que haya sido, no ha durado mucho tiempo y ha engendrado sucesivamente, por reacción excesiva, la tiranía. En el fondo, los hombres necesitan ser dirigidos y encuadrarse en su organización. Necesitan Orden y Jefe. Si la autoridad vacila sobre sus fundamentos, el equilibrio natural de las cosas le procurará, tarde o temprano, otras bases más o menos buenas, pero siempre adecuadas para establecer una nueva disciplina. Entre ellas tiene un sitio privilegiado el valor individual y el ascendiente de algunos. Todo el prestigio que antiguamente las masas acordaron a la función o al nacimiento, ellas lo acuerdan hoy día a la calidad y al carácter. El hombre que manda, en cual- quier escalón que se encuentre, debe confiar, para ser seguido, más en su valer que en su elevación. No hay que confundir el poder con sus atributos. Esto no quiere decir que no sirvan para nada los viejos resortes de la disciplina, pues tendrán siempre una influencia más o menos profunda y casi mecánica; pero en un época desordenada, en el seno de una sociedad conmovida en sus bases y en sus tradiciones, las convenciones de obediencia se han debilitado y el prestigio personal del Jefe ha pasado a primer término en el ejercicio del mando. Este depende, en primer término, de un don elemental, de una aptitud natural que se traduce en un hecho afectivo, impresión o sugestión, inspirada a los demás y que escapa al análisis. Ciertos hombres emanan por naturaleza un fluido de autoridad que no nos podemos explicar exactamente en qué consiste, y que muchas veces nos deja atónitos. Aún más, no siempre hay relación entre el valor intrínseco y el ascendiente de los individuos. Se ve a gente, notable por su inteligencia y su virtud, que no tiene la sugestión del mando y, a otra menos dotada en cuanto a espíritu y corazón, que lo posee. Si el Jefe es capaz de sumar a la eficacia de los procedimientos disciplinarios conocidos, todo el peso de una virtud singular, la confianza y la esperanza ayudan a su crédito. La experiencia de los guerrero» jamás ha desconocido la importancia de la actitud. Los pequeños comandos tratan de presentarse bien ante su tropa y los grandes cuidan inteligentemente sus intervenciones. Flaubert pinta muy bien, en "Salambó", el efecto que producía la aparición calculada de Amílcar an- Crl. Jorge Carmona Y. El Prestigio te sus soldados vacilantes; cada página de los Comentarios de César muestra cómo éste medía sus gestos públicos y es conocido el cuidado que tenía Napoleón de mostrarse en condiciones de impresionar. Nada realza más la autoridad que el silencio. Hay una relación necesaria entre el silencio y la orden. El instinto de los hombres desaprueba al Jefe que prodiga las frases. Los reglamentos han recomendado siempre la concisión de las órdenes. La autoridad se afloja por la abundancia de papeles y la ola de discursos. Esta ley del silencio en la actitud militar no está de acuerdo con la idea que tiene la multitud, pues existe un prejuicio a este respecto, según el cual los acontecimientos guerreros se desenvuelven movidos por la palabra. La novela, el teatro y el cinema se han encargado de representar a los héroes accionando y perorando para mover a los hombres. La realidad desmiente este prejuicio. Es posible que la agitación verbal haya de vez en cuando provocado entre los subordinados algún impulso; pero a costa de cuánta confusión. La reserva del Jefe produce sólida impresión sólo en el caso que encierre decisión y ardor. El ascendiente nace justamente del contraste entre la potencia interior y el dominio de sí mismo. La elevación de un hombre sobre los otros, sólo se justifica si aporta a las condiciones comunes, el impulso y la garantía del carácter. El privilegio del dominio, el de- 147 recho de ordenar, el orgullo de ser obedecido, la sensación de poder que da el ejercicio del mando; el honor y la gloria que el Jefe recibe antes que nadie, sólo se justifican por la posesión de calidades superiores y por el valor con que se enfrentan las responsabilidades y el peligro. La energía del Jefe alimenta la energía de los subordinados y en muchos casos la crea. Es el prestigio lo que no tendrán nunca los figurantes de la jerarquía, los parásitos que absorben todo y no dan nada, tímidos aduladores y vacilantes sin alma. Jamás será acordada la simpatía de los espíritus ni el afecto de sus subordinados a quienes sólo ofrecen una astucia oportunista y ondulante. Se ha podido observar que los conductores de hombres, políticos, profetas, soldados, que más obtuvieron de los demás, se identificaron siempre con ideales elevados, impulsando movimientos orientados más hacia la grandeza que al interés. Así como el espíritu de los tiempos ha intentado socabar el prestigio de la autoridad individual, así también ha tratado de minar el prestigio secular de las instituciones. El fascismo y el nacismo sólo han sido posibles como una reacción violenta y como una revancha de la autoridad. Cuando las instituciones armadas han tratado de intervenir en las controversias ideológicas o políticas y se han identificado con algún sector grande o pequeño, pero siempre veleidoso, del campo de batalla político, se han contaminado con sus enfermedades, han deformado su sólida armonía mo- 148 MEMORIAL DEL EJERCITO ral, han perdido en consideración y prestigio y, en definitiva, no han ganado en perfección, ya que su código moral fue siempre más rígido y severo que el de las sociedades a que han servido. La esencia de su estructura moral y de su ética profesional jamás ha sido superada y las virtudes militares fueron siempre la más alta expresión de la moral. Ningún ciudadano tiene para con su Patria y la sociedad mayores deberes que el soldado; ningún código es más severo que el del soldado, y es por eso que se le debe a él mayor consideración y respeto. Cuando las virtudes de un pueblo decayeron y éste se hundió en la degeneración y la anarquía, el último baluarte del bien fue el Ejército. El desastre sólo vino cuando éste perdió su moral y su prestigio. La conciencia de los pueblos, como la de los individuos, se inclina naturalmente a desestimar sus propios errores, a desconocer sus pecados y justificar sus crímenes; siempre se despierta tarde y cuando ya los males han sido producidos. A través de la historia, las tendencias aristocráticas, democráticas, autocráticas o anárquicas se han sucedido, para bien o para mal, como las estaciones del año, y, sucesivamente, han demostrado sus cualidades y sus defectos, dejando un acerbo de progreso y de ruina. Los errores fueron condenados después por la posteridad y sólo una minoría fue capaz de combatirlos oportunamente. Escaparon al juicio severo de la historia los Ejércitos que, fieles a la tradición de prescindencia, per- manecieron ajenos a las variaciones ideológicas y a sus veleidades, inalterables en su moral y consecuentes con los principios básicos de su existencia y necesarios a su salud: el patriotismo, la jerarquía y la disciplina. Augustos y majestuosos en su silencio, ejemplares en su honestidad y espíritu de sacrificio, sirvieron de antítesis a la corrupción y, de medida, a la decadencia ambiente. La fuerza de un ejército no se concibe sin un espíritu que lo organice y lo vivifique y es ese espíritu el que lo hace al mismo tiempo querido y temido. La masa siente por él la consideración que ' provoca una gran fuerza moral. El rigor y la cohesión militar y su esplendor han impresionado siempre vivamente al hombre, quien en todas sus manifestaciones de arte, pintura, escultura, literatura, música, danza, arquitectura, lo ha expresado intensamente. La conservación y la vida de este "carácter" propio del Ejército requiere un régimen especial y un tratamiento adecuado, del cual son responsables la ciudadanía y el Gobierno. El Ejército, en un ambiente de respeto y consideración, tanto individual como colectivo, debe poder percibir el alma nacional, pero llevando siempre una coraza impenetrable, aisladora de toda veleidad colectiva, al margen de la cual debe permanecer inflexible e inalterable, fiel a su código moral, a sus tradiciones. Así lo exigen sus principios y así lo exige su salud. (Artículo publicado en "La Nación", de Santiago de Chile, 1940). LA DEFENSA NACIONAL CONFERENCIA LEIDA POR SU AUTOR EN EL SALON DE HONOR DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE EL 29 DE DICIEMBRE DE 1917 Coronel MARIANO NAVARRETE C, Subjefe del E. M. G. del Ejército. 1. —Consideraciones sobre la guerra. — II. —Factores que influyen en la Defensa Nacional. — III. —La acción del Ejército, sus deficiencias y el estado actual. — IV. —La influencia de la industria en la preparación para la guerra. — V. —Fondo de Defensa Nacional. — VI. —Conclusiones E L PROGRESO como la seguridad de las Naciones, depende de la previsión y solidez con que se prepara su defensa. A pesar de haber sido repetido este axioma, de todos conocidos y que a todos interesa, en los más variados tonos por los más eminentes militares, políticos y economistas de los diversos países del orbe; aunque esa aseveración se vea hoy afianzada y robustecida por la lógica indiscutible de los hechos, por la experiencia recogida en tres años de guerra mundial, nosotros, que por temperamento somos indolentes y confiamos mucho en la letra de los tratados, no hemos dado a esta delicada cuestión toda la importancia que merece, so protexto de evitar recelos internacionales o de ser muy remotas las probalidades de una guerra. Esta confianza ha sido el esco- llo en que se ha estrellado en todas las épocas de nuestra vida independiente el anhelo patriótico de esclarecidos hombres públicos y militares que, previendo con extraordinaria clarividencia las dificultades que nos podía reservar el porvenir, han querido cimentar sobre una base inconmovible el complicado organismo de la Defensa Nacional. Es de suponer que las lecciones objetivas de la guerra mundial habrán desvanecido hasta en los más obstinados sostenedores de ese pernicioso sistema, que se caracteriza por el abandono absoluto de toda medida que tienda a !a seguridad del país, la idea de continuar por este camino que inevitablemente nos conduciría a la ruina, pues no es posible que ante los hechos consumados por países más civilizados que el nuestro, queramos continuar cerrando los ojos para no ver que los tratados y las protestas de amistad son palabras vanas cuando 150 MEMORIAL DEL EJERCITO está de por medio el interés nacional. Los pueblos, como los hombres, son egoístas y se mantienen dentro de los principios de equidad, justicia y respeto mientras estiman que con ello no sufren sus propios inteteses ni se lesionan sus pretendidos derechos. Ante el más leve indicio que haga concebir la posibilidad de una amenaza que pueda alterar la situación creada a costa de sacrificios y desvelos, los individuos, olvidándose de las más sanas doctrinas, renuncian a los más caros afectos y olvidan hasta el amor filial, si ello es necesario para salvar sus intereses. Otro tanto sucede con las naciones que en su lucha constante por el progreso, están expuestas a este choque de intereses que la diplomacia no puede impedir y que traen como consecuencia inevitable la guerra, es decir la anulación de los tratados, el olvido de las protestas de amistad, para entregar la solución de la contienda al tribunal inexorable de la fuerza donde actúan como jueces supremos el fusil, las ametralladoras y el cañón. Por consiguiente, dentro de esa actividad febril en que se agitan los pueblos en su lucha diaria por el progreso y por el enriquecimiento individual y del Estado, son múltiples las causas que pueden producir la guerra e inclinar de un lado u otro los platillos de la balanza internacional, tan sensibles a presiones extrañas, y sobre todo a la acción del sentimiento patrio que se subleva a la más ligera imposición, convirtiéndose, de manso arrollo destinado a impulsar las riquezas del país, en torrente amenazador para los que pretenden desconocer sus derechos o coartar su libertad. Según lo demuestra la historia de la humanidad, la guerra es un mal inevitable que amenaza constantemente la tranquilidad de los pueblos, ya que su origen puede ser la cuestión más futil, como cualquiera de los problemas trascendentales cuya solución interesa vivamente a las democracias modernas, siempre ávidas de progreso y de bienestar económico social. La civilización ha sido impotente para modificar este estado de cosas, que forma parte de la naturaleza del hombre, limitándose su acción en este sentido el perfeccionamiento de los medios de ataque y de defensa; perfección que se ha llevado a un extremo tal que supera las más atrevidas concepciones de la fantasía, asombrando con ello al mundo que atónito contempla cómo los genios de la Ciencia y del Arte se han puesto incondicionalmente al servicio de la destrucción y de la muerte. La realidad, con su aplastadora elocuencia, se ha encargado de echar por tierra los más nobles ideales de los altruistas que soñaban con una era de paz y de amor fraternal, haciéndoles ver que hoy como ayer, predominan en el hombre Jos sentimientos egoístas en todo lo que atañe a la patria, siendo aún impotente la religión de la humanidad para sofocar los violentos latidos del corazón, que exaltado por el patriotismo herido, arrastra a los individuos al sacrificio y a la muerte para mantener incólume la bandera, el hogar y las tradiciones gloriosas del pasado. Debemos por lo tanto, estudiar el problema de la seguridad del país bajo este aspecto real, dejando para mejores tiempos, es decir, para Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional cuando la humanidad modifique su idiosincrasia, la persecución de ideales altruistas. Proceder de otro modo en presencia del conflicto mundial cuyos resultados obligarán a las naciones a vivir con el arma al brazo para terciar con ventaja en la gigantesca lucha económica que será su consecuencia lógica e inmediata, significaría por nuestra parte renunciar al engrandecimiento de la patria y dejarla en situación deprimida con respecto a sus vecinos, que penetrados de la importancia de la hora presente, estudian e impulsan el desarrollo de la industria y el comercio, dictando al mismo tiempo las medidas militares que garanticen su progreso y aseguren la paz. Exponer en forma sucinta, dejando a un lado todo tecnicismo profesional, las variadas materias que comprende el problema de la defensa del país es el objeto de esta modesta disertación con la cual no se persigue el éxito literario, sino el llevar al ánimo de este distinguido auditorio la convicción más profunda de que todo sacrificio que haga el Estado para mantener la eficiencia de las fuerzas armadas, redunda en provecho directo de la nación, que a su amparo robustece su organismo y afianza su prosperidad. II Ateniéndonos al concepto de la guerra moderna se puede decir, sin temor de incurrir en una exageración, que es la nación entera, en toda la amplitud que encierra esta expresión genérica, la que se pone al servicio de la defensa en el caso desgraciado de un conflicto. 151 En efecto, las fuerzas vivas, constituidas por el Ejército y la Armada, requieren el empleo de todos los hombres válidos para organizar con ellos las masas de tropas destinadas a defender las fronteras y a invadir el territorio enemigo, a fin de poner a cubierto el propio suelo de la desolación y ruina, a la vez que para dar a la flota los medios de utilizar su potencia y superioridad en mantener el dominio del mar y por consiguiente el intercambio comercial que asegure una fuente de entradas al país y a la fácil adquisición de todo lo necesario a su defensa. Como consecuencia de lo anterior se desprende, que la Defensa Nacional requiere también el empleo inteligente y acertado de todos los recursos de un país y la implantación de industrias que, junto con satisfacer las exigencias comerciales, incrementando la riqueza privada y del Estado, estén preparadas para suministrar en caso de guerra todo lo que las fuerzas armadas necesiten para mantener su eficiencia. El ideal en esta materia es independizarse en cuanto sea posible de los mercados extranjeros, obteniendo con ello la seguridad absoluta de contar con estos recursos, en el momento deseado, como asimismo la de que el oro invertido en su adquisición se distribuya en el propio territorio convirtiéndose en nuevas fuentes de progreso y bienestar. Además de esta contribución directa que los habitantes prestan a la nación en el transcurso de una campaña, existe otra cuya importancia se ha puesto de manifiesto con motivo de la guerra mundial: la necesidad de preparar desde el 152 MEMORIAL DEL EJERCITO tiempo de paz la movilización civil, a fin de reemplazar con los niños, con las mujeres y los ancianos los brazos de los operarios que han empuñado el fusil para defender con sus vidas la integridad del país. Al lado de esta acción que podríamos llamar material, debe desarrollarse la moral, que impone a las madres, a los maestros y al Estado la necesidad de inculcar a los niños de ambos sexos el culto de la patria que encarna todas las virtudes cívicas a fin de fortalecer su espíritu para luchar por la realización de los más atrevidos ideales de progreso o para sacrificarse por la conservación de la nacionalidad, suprema aspiración del hombre y consecuencia lógica de su amor a la libertad. Lo expuesto anteriormente basta, para demostrar que la Defensa Nacional desempeña en la vida de los pueblos la misma acción que el corazón en la existencia del hombre; a semejanza de éste alimenta y vigoriza con la savia del patriotismo las visceras de la nación, es decir el comercio, las industrias, la enseñanza, las artes y las instituciones armadas, que son los pulmones que purifican la sangre de este inmenso organismo constantemente expuesto a respirar la atmósfera viciada de la política internacional. III Según hemos visto al enumerar los factores que influyen en la Defensa Nacional, el hombre es uno de sus principales elementos, imponiéndose por tanto la necesidad de estudiar en primer lugar el papel que desempeña en ella y la mejor manera de utilizar sus servicios desde el punto de vista militar. Para felicidad del país, la idiosincrasia de nuestro pueblo, que participa de las virtudes y energías de las razas ibera y araucana, lo hace apto para las funciones militares, pues lleva en su sangre el germen del patriotismo, la más hermosa de las cualidades que debe adornar al soldado que en todo momento ha de estar dispuesto a la abnegación y al sacrificio. Tan arraigado está este sentimiento en el corazón de los chilenos, que la acción disolvente de individuos extraños que, amparados por la deficiencia de nuestra legislación social, viven en nuestro suelo, no ha podido, a pesar de la ignorancia de las clases inferiores y de la ayuda de algunos malos compatriotas apagar ese fuego interior que mantiene latente el amor a las instituciones armadas. Ellas le representan siempre las tradiciones gloriosas del pasado y la firme voluntad de conservar, a la sombra del derecho las conquistas de la libertad y la democracia. Hemos dicho que el hombre es el factor más importante de la defensa porque con él se constituye la resistencia material, a la vez que, responden a las distintas manifestaciones de su aptitud las variadas agrupaciones en que deben fraccionarse las fuerzas armadas para formar un conjunto armónico que corresponda a las necesidades reales de la guerra. Las diferencias del clima y la mayor o menor rudeza del trabajo en las distintas zonas en que se divide el país, nos permiten contar con hombres tranquilos y reflexivos a la vez que con temperamentos ardientes e impetuosos. Los primeros participan de la calma y solemnidad de las campiñas y selva del cen- Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional tro y del sur del país, mientras los segundos de la majestad soberbia de las montañas y del desierto, donde aprenden a vencer las dificultades de la naturaleza; los unos acostumbrándose desde niños a respirar el aire de las cumbres y a trepar a sus abruptas laderas, bordeando los precipicios, para contemplar desde la cima la imponente inmensidad, y habituándose como el cóndor, a la independencia; los otros, que respiran el aire cálido de las pampas salitreras, forman una generación, fuerte y abnegada, capaz de todo sacrificio, pues su carácter participa de la grandeza y energía de esa región especial que ha sido el yunque en que se ha templado y continúa templándose su vigoroso espíritu. Como se comprenderá, con tales elementos es fácil organizar un ejército fuerte que nos ponga a cubierto de las contingencias que nos reserva el porvenir, ya que nuestra política internacional tiene aún serios problemas que resolver. Debemos estar preparados para mantener la situación favorable que nos crea la apertura del canal de Panamá, pues sólo así podremos terciar tranquilos en la lucha económica que se desarrollará al terminar la guerra europea, lucha que augura días prósperos y felices para este suelo que tanto amamos. Estoy seguro que al oír lo anterior, muchos de los que me escuchan extrañarán que hable de organizar un ejército fuerte, pues convencidos estarán de que el actual llena estos requisitos y que ir más allá en esta materia sería imponer al Estado un sacrificio pecuniario que perjudicaría el desarrollo industrial. Tal vez los que así piensen recor- 153 darán que después de la revolución del 91, el Supremo Gobierno y las Cámaras, iniciaron una era de progreso para las instituciones armadas, preocupándose de organizar los cuadros del ejército permanente bajo una base más racional; de establecer el servicio militar obligatorio; de contratar instructores y profesores extranjeros; de normalizar las funciones del Comando Superior; de implantar la práctica de las maniobras, de crear nuevos institutos de enseñanza; de enviar oficiales a Europa a perfeccionar sus conocimientos; de dictar los reglamentos nuevos; de dividir el país bajo el punto de vista militar; finalmente, de votar fondos para adquirir los elementos más indispensables para el funcionamiento del Ejército que realizaba una transformación radical de los métodos y prácticas existentes hasta esa época. Esta acción benéfica de los poderes públicos ha sido debidamente apreciada por los profesionales y por la opinión unánime del país; pero la obra empezada con tanto entusiasmo y patriotismo en días de feliz memoria, no ha sido continuada con igual empeño, existiendo por esta causa grandes lagunas que interrumpen el progreso militar, impidiendo a la superioridad obtener todos los espléndidos resultados que era dable esperar de la aplicación de las nuevas leyes orgánicas y de una mejor reglamentación. ¿ A qué se debe esta repentina paralización ? Creemos que en parte se debe a las dificultades económicas por que ha atravesado el país, pero es posiblemente la causa principal, esa falsa idea que tiene la gran mayoría de nuestros hombres públicos respecto de lo que debe ser el ejérci- 154 MEMORIAL DEL EJERCITO to y de la misión que le corresponde en la vida nacional. Para desvanecer este erróneo concepto, haremos una ligera exposición destinada a explicar, en la forma más sencilla, lo que se entiende por ejército según las doctrinas nuevas, como asimismo la influencia que tiene en el desarrollo de la política internacional y en el prestigio y progreso de los pueblos. El ejército debe ser formado por todos los hombres válidos de la nación que, obligados legalmente a pagar su contribución de sangre, deben pasar por las filas del ejército permanente para recibir la instrucción técnica que los deje aptos para los fines de la guerra, al mismo tiempo que para perfeccionar su instrucción cívica y fortalecer el sentimiento de la nacionalidad que es la base en que descansa el engrandecimiento de los pueblos. Su misión durante la paz es contribuir al progreso general y a la instrucción de las clases menos preparadas, a la vez que garantir el funcionamiento de las instituciones y el respeto a las leyes siendo en caso de guerra el mejor exponente de la virilidad del país y el firme baluarte en que ha de estrellarse la ambición y la audacia de los que pretenden desconocer sus derechos u hollar su libertad. Un ejemplo así constituido contribuye al éxito de la política exterior cuya acción, apoyada en la justicia y en la fuerza puede ejercerse no sólo con la convicción que imprime la primera sino que también con la seguridad y energía que caracterizan a la segunda; influencia que también se hace sentir en el campo de la industria y del comercio, pues las instituciones armadas son su mejor póliza de seguro y un factor poderoso para mantener la paz, único ambiente propicio para desarrollar su actividad e impulsar a su más alto grado el progreso del país. ¿Dispone el ejército permanente en la actualidad, de todos los elementos de que ha menester para cumplir su delicada misión? Antes de contestar esta pregunta nos parece oportuno explicar en qué consiste su labor, a fin de que mi distinguido auditorio pueda darse cuenta cabal de las razones que asisten a la autoridad militar para pedir encarecidamente que se atiendan, con preferencia a otros servicios, las necesidades más urgentes del Ejército. El ejército permanente es formado por los cuadros instructores de las distintas unidades que deben organizarse en caso de guerra, por el comando superior que debe encargarse de su dirección y preparación, por el personal de administración y de sanidad, por las escuelas y por las dependencias militares, es decir, los arsenales, polvorines, fábricas, etc., que son indispensables para mantener su eficiencia. Su labor puede resumirse en la forma siguiente: a) Instruir a todos los hombres válidos de que dispone el país a fin de contar con fuertes reservas en caso de guerra. b) Mantener por medio de ejercicios periódicos el valer militar de los reservistas. c) Preparar técnica y prácticamente el mayor número de oficiales y suboficiales para llenar los cuadros y los estados mayores de las unidades movilizadas, asegurando por medio de leyes equitativas su ascenso, retiro y montepío. d) Servir de base para la movilización del ejército, es decir, contar Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional con los elementos y la organización conveniente para facilitar el orden y la rapidez de esta difícil operación. e) Servir de escuela práctica de guerra para la preparación del alto comando. f) Preparar metódicamente en las fábricas y arsenales el material que se necesita para la movilización y para reemplazar lo que se pierda o inutilice durante la campaña. IV Ya hemos estudiado en el capítulo anterior el problema de la defensa del país desde el punto de vista del ejército; correspóndenos ahora analizarlo desde el aspecto no menos importante, es decir, el de los recursos que se necesitan para mantener su eficiencia. Estas necesidades consisten en armamentos, munición, explosivos, víveres, vestuario, equipo, útiles de aseo, ganado y carros; en material de sanidad, de puentes, de fortificación, de ferrocarriles, de navegación, de telégrafos y de construcción; en una densa red de buenos caminos; en plazas fuertes navales y terrestres, etc., etc.; la satisfacción de las necesidades del ejército, exige por lo tanto la actividad industrial del país en casi todas sus manifestaciones, pues hay que atender también a los combatientes y al comercio exterior, a fin de que el Estado cuente con una fuente de entradas que asegure el equilibrio económico durante el desarrollo de la guerra. El Estado puede responder a estas múltiples exigencias de dos maneras: instalando fábricas fiscales o estimulando la industria privada 155 por medio de concesiones que faciliten su implantación y garanticen el interés de los capitales que se inviertan, a la vez que su creciente prosperidad. Sobre las ventajas que ofrece uno u otro de estos sistemas deben pronunciarse los técnicos en la materia, limitándome por mi parte a manifestar, que por razones de índole militar y mientras se estudia la conveniencia de hacer instalaciones particulares, las fábricas de municiones deben ser del Estado, entregando a la competencia de la industria privada la fabricación de pólvoras, explosivos y demás elementos que tienen fácil mercado en otras ramas de la actividad comercial. Como se ve, por la enumeración que se ha hecho de las necesidades del ejército, a las cuales habría que agregar las de la armada que no están comprendidas en las primeras por ser propias de su especialidad, son estas instituciones las más fuertes y mejores consumidoras del país, y por consiguiente, constituyen una base segura que permite a los hombres de negocios apreciar la conveniencia de instalar una industria cualquiera, a la vez que la utilidad bastante aproximada que sería posible obtener. Pero fuera de este consumo limitado del tiempo de paz que, unido al de otras ramas del servicio público y a la demanda particular aseguran la vida próspera de cualquier empresa, hay también que calcular el consumo extraordinario que se produciría en caso de guerra y estar preparados para atenderlo en debida forma sin recurrir a los mercados extranjeros, con lo cual se obtendría la inapreciable ventaja de impedir la salida de fuertes 156 MEMORIAL DEL EJERCITO capitales, robusteciendo con ello la situación económica del país que necesita estar preparado pecuniariamente para soportar los desembolsos de una guerra. La mayor o menor facilidad con que se puedan realizar estos propósitos son obra exclusiva de la previsión, que aconseja estudiar desde la paz la adaptación de ciertas industrias a las necesidades de la guerra y la movilización de otras, tomando en cuenta el aumento de la producción impuesto por las circunstancias. Entre otras medidas de previsión debe figurar la obligación de los industriales de mantener siempre grandes reservas de materias primas, así como la del Estado de estudiar la movilización civil para reemplazar con los niños, las mujeres y los ancianos a los operarios que marchan a los campos de batalla. Una organización tan complicada no puede ser creada en un momento ni obra de un solo hombre: demanda tiempo y la inteligente cooperación de las eminencias científicas, militares e industriales, pues su acción debe ejercitarse en un campo muy vasto, que abarca desde la atención del niño hasta la invención de los elementos destinados a reemplazar los productos de todo orden que no existen en el propio suelo y que no es posible traer del extranjero. V Finalmente, quédanos considerar el factor dinero, que entre nosotros es siempre la parte más delicada y difícil, pues su sola enunciación basta para hacer fracasar los proyectos mejor concebidos, dándose como razón la de que el Estado no dispone de fondos y que la situación exige la más severa economía. Concepto es este último al cual se le atribuye una significación antojadiza, como es la de evitar todo gasto, siendo que la verdadera economía consiste en descartar lo superfluo e invertir los caudales públicos con honradez y talento, impulsando el progreso general y satisfaciendo las necesidades impostergables de la nación. Entre estas últimas está la defensa del país, a costa de la cual no pueden hacerse economías, porque en caso de guerra ellas traerían como consecuencia lógica la destrucción del hogar, de la propiedad, de las industrias, y lo que es más, la pérdida del honor y de la libertad. Esta aseveración no admite réplica y para evitar las consecuencias de semejante estado de cosas no hay más que un solo procedimiento eficaz: consagrar menos tiempo a las cuestiones políticas y dedicarnos por entero a impulsar el progreso del país, a fin de obtener por medio del trabajo constante y de la confianza que imprime la fuerza, un lugar preferente en el concierto de las naciones. Desgraciadamente nuestros hombres públicos, que están absorbidos por las luchas partidistas y mal informados acerca de los asuntos militares, creen de buena fe que todo está listo, que nuestro ejército y armada son los mejor organizados del continente y que con los fondos del presupuesto anual, la defensa del país está totalmente asegurada, es decir, que contamos con un aprovisionamiento de todo lo que dichas instituciones necesitan para pasar rápidamente al pie de guerra. Como se parte de un error, las Crl. Mariano Navarrete C. La Defensa Nacional deducciones tienen que ser necesariamente erradas. En efecto, la armada está constituida por un museo naval desprovisto de todo valor como arma de combate y el ejército está muy lejos de corresponder a su nombre en la verdadera acepción de la palabra. El presupuesto anual es la razón de existencia de las instituciones armadas, pues las partidas que en él se consultan son para sueldos, alimentación, forraje, vestuario, equipo, conservación de edificios, etc., pero no para la adquisición y renovación del material destinado a la movilización que debe existir en la Intendencia del Ejército y en los Arsenales de Guerra y Marina. La adquisición de todo lo que les falta a las instituciones armadas no puede ser la obra de un día, sino la resultante de un plan bien concebido que debe cumplirse metódicamente en un plazo determinado, a fin de no imponer al erario un sacrificio superior a su potencia económica ni alterar en lo más mínimo la marcha regular de los demás servicios públicos, resultado que sólo puede conseguirse creando una renta especial que, bajo el rubro de "Fondos de Defensa Nacional", se destine proporcionalmente a la compra de elementos navales y militares. La adopción de esta medida se impone con el carácter de urgente y puede clasificarse como de salvación pública, porque está destinada a proporcionar los medios para impulsar el progreso y asegurar la paz, supremo ideal cuya realización deben perseguir los gobernantes dentro de los límites del derecho y de la justicia, es decir, sin claudicaciones que hieran el patriotismo o afecten la dignidad del país, que hemos sabido conservar incólume 157 en más de cien años de laboriosa existencia. La obra es ardua y de mucho aliento, pero perfectamente realizable, si ponemos a su servicio todo el vigor y la energía de que somos capaces, cualidades que no nos faltan y de las cuales hemos dado pruebas en las situaciones difíciles por que ha atravesado el país. No escatimemos el dinero tratándose de las instituciones armadas, ya que la riqueza actual de la nación sa debe a su esfuerzo y a su sangre generosa, lo que les da el derecho de pedir los elementos que necesitan para responder de la integridad de este suelo y del honor de su bandera. Aprovechemos la experiencia recogida en la guerra mundial y preparémonos con tiempo para afrontar la lucha económica que ha de ser su consecuencia, impulsando al efecto el desarrollo de nuestra incipiente industria hasta alcanzar la potencialidad que necesitamos para vivir de nuestros propios recursos, procediendo conjuntamente al perfeccionamiento de las fuerzas armadas, pues ambas son los sólidos pilares en que debe descansar la seguridad de la patria y su futura grandeza económica. Es necesario que en todo momento tengamos presente la situación política que ocupamos en Sudamérica y los problemas cuya solución nos afecta directa o indirectamente, a fin de que nos preparemos a conciencia para una lucha desigual, en la que no contaríamos como la Gran Bretaña en la guerra europea, con una industria exuberante y con otra Francia fuerte y heroica que nos dé tiempo para ejecutar apresuradamente durante la guerra lo que debemos realizar después de un estudio profundo durante la paz. COMUNICACION DEL MINISTRO DE DEFENSA JULIO PEREIRA LARRAIN, AL DEJAR EL CARGO, A LOS SEÑORES COMANDANTES EN JEFE DE LAS FF. AA. Santiago, 4 de octubre de 1963. Señores Comandantes en Jefe del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, General don Oscar Izurieta Molina, Almirante don Hernán Cubillos Leiva y General don Eduardo liensen Franke. Presente. Distinguidos y muy estimados amigos: Como culminación de eslabonadas gentilezas y expresiones de aprecio, renovadas a lo largo de más de dos años de ejercicio del honroso cargo de Ministro de Defensa Nacional, han organizado ustedes esta magnífica manifestación, en mi honor y en el del Ministro, en ejercicio, que retorna. Acepté gustoso la invitación que me hicieron, conjuntamente con mi esposa, en un rasgo más de delicadeza, confiando en poder departir con ustedes, señoras y tanto amigos de las Instituciones Armadas y sus esposas, momentos de honrosa compañía y seguro de estar rodeado del afecto, sincero y leal, de los asistentes. Una fuerza mayor, del todo insuperable, debido a encontrarme con fiebre, me va a impedir darme el gusto de estar esta noche materialmente con ustedes —ya que espiritualmente lo estaré— como de haber agradecido, de viva voz, tan hermoso, tan estimulante, tan inmerecido y tan honroso homenaje. Sé, porque me conocen, que comprenden hasta qué punto deploro que, razones tan ajenas a mi voluntad, y, más que eso, contra mi voluntad, me priven de concurrir a un acto de tan emotivos contornos y de tan noble inspiración. Sé que sabrán excusar mi inasistencia física y pueden estar ciertos, que en diversas oportunidades propicias, me honraré con la posibilidad de estar con ustedes y sus distinguidas esposas, quienes ornamentan con su presencia, la escogida manifestación de hoy. Quiero aprovechar la oportunidad de estas líneas, escritas al correr de la pluma, pero impregnadas de sentimiento y gratitud para hacer algunas reflexiones, que no por haberlas expuesto en alguna ocasión, dejan de ser fuerte expresión de la verdad y dejan, tampoco, de ser siempre oportunas. Cuando se ha tenido la ocasión de trabajar intensamente y por largo período con ustedes, se está en condiciones de conocerlos mejor, de aquilatarlos bien, de juzgarlos. Testigo presencial de la acción que desarrollan las Fuerzas Armadas, más que eso, en algunas circunstancias, protagonista, con sus miembros, de todas las jerarquías, Comunicación del Ministro Julio Pereira se puede afirmar, con conocimiento de causa, que son dignos depositarios de una tradicición de glorias; que sus miembros, asimilados, desde temprana edad, a sus directivas básicas, inculcan y respetan, como piedras angulares de sus pirámides orgánicas, los principios insustituibles de Autoridad, Disciplina y Jerarquía. Que su vocación es edificante, pues tiene mucho de un sacerdocio laico, en aras de la Patria. Selectos, estudiosos, valientes, trabajadores, ilustrados, abnegados, cultos, responsables, constituyen lo más escogido, lo más limpio y lo más respetable de nuestra ciudadanía. Grandes espectadores del escenario público nacional, sólo actúan cuando la disciplina lo exige; con las mismas necesidades humanas y familiares que todos sus compatriotas, nada exigen, aun cuando mucho necesitan; observan, saben, a veces, mucho más que muchísimos de los que hablan, pero su deber es otro, y todas sus actividades están orientadas hacia su perfeccionamiento profesional que es su verdadera órbita. Abrazan la carrera de las armas, de niños, sabiendo que no todos serán Generales y Almirantes, y se retiran, calladamente, para seguir con ojos humedecidos el camino de su Institución, manteniendo vínculos estrechos de compañerismo creados en las aulas de las Escuelas de Armas, en los primeros aleteos del espíritu. No estudiaron para hacer fortuna, y no la hicieron; estudiaron para defender a la Patria, canalizando una vocación clara, y la defendieron con heroísmo en los campos de batalla o silenciosamen- 159 te, anónimamente también en los campos de la paz, alfabetizando; enseñando técnicas difíciles y en permanente evolución; colaborando en todas las latitudes de nuestro territorio, con preparación, al desarrollo económico y social del país, con gran desconocimiento de muchos que hacen gala de barnices de conocimientos científicos —o requeridos por una situación de emergencia nacional— organizando la cooperación a los enfermos y a los más humildes; trasladando a pobladores a casas humanas; socorriendo en los sismos a las víctimas; reforzando a las fuerzas de orden en situaciones especiales; haciendo caminos, guardando bosques, edificando escuelas, preparando la tierra con tractoristas para que haya más y mejor alimento; y cuando salen del país a seguir cursos de altos niveles o a torneos internacionales, obteniendo los primeros lugares, o sea, siempre y en todas partes, defendiendo a la Patria, en mil formas y expresiones. Son muchas y emocionantes las felicitaciones que un Ministro de Defensa Nacional de Chile recibe, ya sea verbalmente o por escrito, de parte de altas Autoridades Civiles o Militares, genéricamente empleada la expresión, extranjeras, por la calidad profesional de nuestros hombres de armas. He visto, tanto en el Ejército, como en la Armada y en la Fuerza Aérea, desde el cálido desierto del norte hasta las nevadas y gélidas bases antárticas, en difíciles, serias y sacrificadas misiones y tareas; he asistido a varias maniobras militares; he concurrido, embarcado, a tiros de combate de la Armada y a sus maniobras finales con toda la escuadra en viaje a Juan Fernán- 160 MEMORIAL DEL EJERCITO dez, de ida y regreso; he viajado en buques de superficie y en submarinos, he podido transportarme en helicóptero; he volado en bombarderos, y en todo tipo de avión; he viajado a la Antártida, navegando los mares más difíciles del mundo y después de recorrer todas sus bases en transportes de nuestra Marina de Guerra, he regresado, por el aire, partiendo del mar helado, en la majestad de esas noches inolvidables, en un anfibio de la Fuerza Aérea, aterrizando en Punta Arenas, revistando sus Unidades de las tres instituciones, en el Teatro Austral del país. Y en todas partes —y por eso he hecho esta breve relación— he visto, he palpado y constatado lo mismo: militares, marinos y aviadores, cumpliendo, bravamente, con su deber; recorriendo nuestro territorio prolongado, el ejército; los marinos surcando nuestros mares y los aviadores cruzando nuestros cielos; las tres instituciones promoviendo progreso, cooperando con las poblaciones y campos aislados y las tres, gallardas, capaces, sencillas, realizando su labor fundamental: resguardar la integridad de nuestro territorio y la soberanía nacional, cual vigilantes serenos, pero dispuestos. ¿Y qué decir de los trabajos arduos, permanentes de los Mandos, de los Comandos en Jefe, de los Estados Mayores, de los Comandos de Divisiones, de Zonas, Alas y Guarniciones? ¡, Y los Comandos de Unidades? ¿De los Consejos Superiores de Defensa, de Salud, y de tantos otros? ¡Qué seriedad en las deliberaciones, qué justicia en las apreciaciones, qué versación en las materias, qué sentido de la responsabilidad en todo! Sus Escuelas, Politécnicas, Academias, sus Fábricas y Maestranzas, exponentes de superación, trabajo, organización y dignidad, a pesar de la escasez de medios económicos. Sus Servicios de Bienestar, que tanto y tan desconocido bien humano realizan, y su permanente actividad por acrecentar las atenciones a sus miembros y a sus familiares, resolviendo problemas sociales urgentes y decisivos. ¿Qué expresar del Instituto Geográfico Militar, del Departamento de Navegación e Hidrografía de la Armada, cuyos aportes a sus respectivas Instituciones y al país son trascendentales, como lo será el Servicio de Aerofotogrametría de la Fuerza Aérea, cuya creación tiene, para mí, el honor de haberse gestado durante mi gestión ministerial y de llevar mi firma? ¿Qué decir de la sobriedad de sus vidas, de su desprendimiento constante, del esfuerzo hecho carne, de su idealismo inmaculado? ¡ Qué hermoso y qué emocionante es poder decir, con verdad, todo esto, y tanto más, que no cabrían en los marcos de esta carta! Es que las Fuerzas Armadas son la síntesis de las virtudes chilenas. De ahí su prestigio granítico; de ahí el respeto que infunden; de ahí el cariño con que las saludamos siempre. Y al ser la síntesis de las virtudes nacionales, son la exteriorización en armas de nuestra Democracia admirable. Ningún sistema de Gobierno, como el democrático, exige más esta necesidad de la unión, entre civiles y uniformados. Comunicación del Ministro Julio Pereira Por eso, los Padres de la Patria quisieron grabar, con chispas de diamante, en el corazón de los chilenos, la fraternidad. Ella hizo invencibles a los soldados de la Independencia en El Roble y Chacabuco, y si se debilitó en Rancagua, fue para robustecerse y darnos Patria definitiva, en los llanos de Maipú. Ya sabemos que, por espléndidos que sean los laureles conquistados en la arena del combate, más nobles y fecundos serán sus triunfos en el campo de la paz. Con esa divisa trabajan resueltas nuestras Instituciones Armadas y si rinden homenaje a nuestros héroes y escoltan a la Virgen y Madre del Carmelo, es porque no hay país que pueda presentar más gloriosos hechos de armas, y en un pueblo eminentemente pacifista y porque en la veneración de sus héroes se forja mejor la devoción por servir a la Patria y al rendir público homenaje a la Virgen del Carmen, saben que lo hacen a la Reina y Patrona Jurada de nuestros Ejércitos. Esta carta ya se ha extendido más de lo debido y cuyas materias han dado tema a bibliotecas enteras, contiene, como decía al empezar, consideraciones que fluyen copiosas del corazón de un chileno que, al asumir su cargo de Ministro de Defensa Nacional en agosto de 1961 dijo que dedicaría todos sus esfuerzos a cooperar con las Fuerzas Armadas. Al término de la jornada, con honda emoción, pero con orgullosa satisfacción puedo declarar en octubre de 1963, que he cumplido ante Dios y ante mi conciencia, con este propósito. Debo decir, también, que ello ha 161 sido posible gracias a la cooperación, constante, leal, inteligente y versada de las Altas Autoridades Militares y de cada uno de sus subalternos. Y, al respecto, una palabra emocionada para los señores Comandantes en Jefe, señores Subsecretarios, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Secretario del Consejo y señores Ayudantes. En esta jornada, extensa en el tiempo e intensa en el trabajo común, en los afanes solidarios, en las alegrías de muchas horas y en las inevitables dificultades de algunas, se han afinado muchos espíritus y se han creado amistades que conservaré con honra y procuraré cultivar siempre. Muchos Ministros de Defensa han sido más eficientes que yo; algunos los conocen como yo; pero, lo declaro, con énfasis, ninguno los quiere tanto como yo. Mi gratitud para el oferente de esta gran manifestación, mi amigo general Oscar Izurieta Molina, modelo de militar y ejemplo de hombre. Termino haciendo votos porque la senda de progreso de nuestras Instituciones Armadas sen siempre ascendente, para felicidad de la Patria, que tanto amamos. Hago votos, también, porque la gestión del Ministro de Defensa Nacional, mi distinguido amigo, don Carlos Vial Infante, sea muy feliz. Reciban los señores Comandantes en Jefe —altos valores de selección profesional y humana— un estrecho abrazo, rogándoles hacérselo llegar, con mi gratitud más honda, a cada uno de los gentiles asistentes, de su invariable amigo, JULIO PEREIRA LARRAIN Mem. Ejto. Nº 315 EL EJERCICIO DEL MANDO Coronel FERNANDO FERNANDEZ FERE2 1. —Generalidades. — 2. —Definiciones. — 3. —La conducta humana. — 4. —Cualidades que debe tener un Jefe. — 5. —Defectos del Jefe. — 6. —Consejos prácticos. — 7. —Evaluación del ejercicio del mando. — 8. —Problemas del mando. — 9. —El mando y la organización. — 10. —El mando en el combate. — 11. —Conclusiones. 1. —Generalidades 1. 1 El objeto de este trabajo es proporcionar a los Cdtes. militares una guía práctica para el ejercicio del mando. 1. 2 El estudio y aplicación de las normas que se señalan en este manual mejorarán las actividades del mando de todos los Cdtes. para obtener de su Unidad: mejor disciplina, alta moral y espíritu de cuerpo, y eficiencia en el trabajo. 1. 3 El "arte de mandar" y la "administración de personal" son dos materias tan íntimamente ligadas entre sí, que llegan a confundirse en muchos aspectos. El objetivo de ambas es el Hombre, causa y agente de todas las actividades de una Unidad. 1. 4 El don de mando no es algo innato. El puede adquirirse si los rasgos de la personalidad logran adaptarse a las necesidades del mando mediante la correcta aplicación de las normas, principios y técnicas que rigen el arte de mandar. Es un arte que cual- quier persona que tenga la capacidad mental y física y la integridad moral que se espera de un Oficial o Clase, puede obtener, cultivar y practicar. 1. 5 El ejercicio del mando es un concepto amplio. Constituye un conjunto que es resultado de todo lo que el Jefe hace en los variados aspectos de su trabajo y en su vida cotidiana, para contribuir a cimentar los vínculos entre él y sus subordinados, y entre los componentes de su Unidad. Todo lo que el Jefe haga en su papel de instructor, maestro, administrador, comandante y consejero, contribuye a estos fines en forma positiva o negativa. La más sencilla corrección o la más firme advertencia; un contacto momentáneo o largas horas de experiencia común; la más breve sugerencia o la orden más completa y detallada, todos tienen en sí el poder de aumentar o disminuir la relación eficaz y la influencia personal que existe entre el Jefe y sus subordinados. 1. 6 Para obtener mejores re- Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Matul sultados, el Jefe debe aprovechar sus cualidades más destacadas y corregir sus defectos. Junto con ello, debe aplicar los principios del arte de mandar y traducirlos en órdenes y actos dirigidos a mejorar la moral, disciplina, espíritu de cuerpo y eficiencia de la Unidad. La influencia que en esta forma ejerce el Cdte. le permite dirigir a su personal e incorporarlo al esfuerzo común. Para lograr esta moral, el Cdte. debe comprender a sus hombres y las razones de su comportamiento bajo diversas influencias. 1. 7 El don de mando incluye la comprensión, el análisis, la predicción y el control del comportamiento humano. En el ejercicio del mando, el Jefe mantiene estrecho contacto sólo con un pequeño grupo de personas, de las cuales él depende para dar a conocer su voluntad y para cumplir sus propósitos. 1. 8 Existen dos tipos de Jefes: el autoritario y el persuasivo. El Jefe autoritario usa normalmente su poder o autoridad en forma dogmática. El Jefe persuasivo predica con el ejemplo y toma en consideración el elemento humano, en toda su complejidad. Este tipo de Jefe considera las diferencias entre los individuos, sus capacidades y limitaciones, cualidades y defectos, de carácter físico, mental y emocional. Lo normal es que el Jefe sea persuasivo, pero que tenga la capacidad de ser autoritario para imponerse y manejar situaciones de emergencia. 1. 9 El Cdte. tiene dos responsabilidades básicas: 163 —El cumplimiento de su misión, y —El bienestar de sus subordinados. Las dos actividades tienen igual importancia. En caso de producirse un conflicto entre ambas responsabilidades, se le deberá dar mayor importancia al cumplimiento de la misión. Normalmente, el cumplimiento de la misión ayudará a satisfacer la responsabilidad por el bienestar del personal. 1. 10 De acuerdo con el principio orgánico de la "Unidad de Mando", el Cdte. es el único responsable de todo lo que hace o deja de hacer una Unidad. Esta responsabilidad no puede ser delegada en subalternos. 1. 11 El ejercicio del mando militar moderno implica complejas y múltiples funciones a saber: —Investigar: reunir antecedentes. —Prever: preparar, para no improvisar. —Instruir: mantener la Unidad entrenada para ejecutar lo previsto. —Resolver: tomar decisiones para dar solución a los problemas del mando. —Organizar: estructurar y tener en alistamiento la Unidad. —Ordenar: transmitir las resoluciones a los subordinados para su cumplimiento. —Fiscalizar: velar por el fiel cumplimiento de lo ordenado. Todas estas actividades pueden ser delegadas por el Cdte., en subalternos de mayor o menor jerarquía, salvo la de resolver, que es privativa de él. 1. 12 La guerra y la administración moderna no permiten que 164 MEMORIAL DEL EJERCITO un Cdte. por sí sólo, por muy eficiente que sea, pueda llevar a cabo todas estas funciones. Mientras más alto es el escalón del mando, más necesario es para el Jefe contar con una Plana Mayor o Cuartel General asesor que le coopere en el ejercicio del mando. 2. —Definiciones 2. 1 Don de mando militar. Es el arte de persuadir y dirigir hombres de tal manera que se obtenga de ellos su obediencia, confianza, respeto, lealtad y cooperación voluntarios, a fin de cumplir ia misión. 2. 2 Mando. Es la autoridad ejercida por los Oficiales y demás personal del Ejército sobre sus subordinados, en virtud del grado, antigüedad y puesto que desempeñan. 2. 3 Mando militar. Es el que corresponde por naturaleza al Oficial de Armas y al de otro escalafón, por excepción, sobre personal que le está subordinado, en razón del puesto que desempeña o de una comisión asignada, y que tiende directamente a la conservación de los objetivos del Ejército. Este mando es total, se ejerce en todo momento y circunstancia y no tiene más restricciones que las establecidas expresamente en las Leyes y Reglamentos vigentes. 2. 4 Sucesión de mando. Es el orden de precedencia para asumir las funciones, responsabilidades y atribuciones inherentes al mando. 2. 5 Rango. Es el conjunto de prerrogativas de orden protocolar que le corresponden a un Oficial debido al grado que inviste o el cargo que desempeña. 2. 6 Moral. Es el estado mental de un individuo, expresado a través de su voluntad para cumplir su deber y para participar como miembro de un equipo en la obtención de un objetivo de éste. La buena moral se manifiesta por un impulso positivo de parte del individuo, por un empuje mayor del esperado, y un ahinco y entusiasmo, casi una intuición, con respecto a los deseos del Jefe. Una mala moral se manifiesta por insatisfacción, indiferencia, falta de disciplina e indolencia. 2. 7 Disciplina. Es la actitud individual o colectiva que asegura una pronta obediencia a las órdenes y una adecuada iniciativa ante la ausencia de ellas. ¡2. 8 Espíritu de cuerpo. Es la lealtad a una Unidad; es el orgullo de estar en ella, demostrado con entusiasmo por sus miembros. 2. 9 Eficiencia. Es la habilidad, pericia o destreza, ya sea táctica, técnica o física del individuo y de la Unidad, para el cumplimiento de la misión asignada. 2. 10 Control. Es la actividad por medio de la cual se determina si el trabajo que se está llevando a cabo se hace según los deseos del Jefe. 2. 11 Dirección. Es la actividad por medio de la cual se encamina la intención y las actividades hacia el fin perseguido, con la cual se obtiene también la colaboración de los subordinados. 2. 12 Coordinación. Es el proceso mediante el cual se canalizan las diversas actividades, y se combinan de manera que cada una se efectúe en un momento y forma determinados, en relación con otras actividades. Con esto se persigue alcanzar los objetivos establecidos, Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando en la forma más eficiente posible y con el mínimo de pérdidas. 2. 13 Cooperación. Es el hecho de trabajar para otras persona o conjunto de personas, aportando lo mejor de la capacidad, a fin de alcanzar un objetivo común. 2. 14 Autoridad. Es el derecho de una persona de exigir de otras la realización de ciertos deberes. 2. 15 Atribuciones. Es el conjunto de facultades que da a una persona el cargo que ejerce. 2. 16 Responsabilidad. Es la obligación moral, legal o reglamentaria por la ejecución de ciertos deberes asignados. En otro sentido, es el atributo moral o crédito que posee una persona. 2. 17 Deberes. Obligaciones. Conjunto de actividades que se exige ejecutar a una persona según el puesto que ocupa. 2. 18 Líneas de comunicación verticales (conducto regular). Son aquellas que representan la vía normal que deben seguir las órdenes e informes entre un Jefe y un Subalterno. Constituyen el conducto regular. Ellas pueden ser: —Línea de autoridad, que van desde el Jefe hacia el subalterno. —Líneas de responsabilidad, que van desde los subalternos hacia sus Jefes. 2. 19 Líneas de comunicación horizontales. Están representadas por los contactos que mantienen mandos de similar autoridad o jerarquía. Las materias que por ellas se tratan son de interés mutuo. 2. 20 Canales técnicos. Constituyen un tipo especial de "líneas de comunicaciones". Se generan por necesidades de carácter específico. Pueden ser verticales u horizontales. Facilitan el trabajo y 165 alivian de asuntos de rutina y detalles al Jefe. Los canales técnicos deben ser conocidos y autorizados previamente por el Jefe competente, para ser permisible su empleo. Las materias que se tratan por "canales técnicos" son normalmente detalles, asuntos de rutina y de carácter concreto. 3. —La conducta humana 3. 1 El arte de mandar incluye la comprensión, predicción y control del comportamiento de los hombres. El Cdte. llegará a mejores resultados si hace un esfuerzo constante por comprenderse mejor él mismo y comprender a sus subordinados. 3. 2 Todos los hombres son diferentes. La personalidad de cada individuo es la suma total de sus características físicas, mentales y emocionales, del medio en que ha vivido y de sus antecedentes. Por otra parte, la personalidad de los hombres está cambiando constantemente a medida que adquiere madurez y obtiene más experiencia. 3. 3 Las características físicas y mentales ayudan a determinar los tipos de trabajo para los cuales está mejor capacitado un hombre. Las características emocionales son partes importantes de la personalidad de un hombre y determinan muchas veces su conducta ante determinadas situaciones. 3. 4 Hay tres factores que forman la personalidad: —La herencia física, mental y emocional con que llega al mundo, impuesta por la naturaleza. —Las modificaciones que el ambiente introduce en esta herencia: 166 MEMORIAL DEL EJERCITO hogar, escuela, iglesia, Ejército, medio social, nivel económico y cultural, etc. —Las experiencias que sufre el hombre a través de su vida, que lo afectan física, mental y emocionalmente. Ellas desempeñan un papel definitivo en su conducta ante la vida. 3. 5 Toda persona necesita satisfacer ciertas necesidades básicas, que determinan formas de comportamiento de los individuos. Ellas son incentivos y motivación para los seres: —Necesidades físicas, relativas a alimentación, vestuario, abrigo, y las funciones normales del cuerpo. —Seguridad para su persona y para los suyos. —Aceptación social del grupo en que vive. —Necesidad de reconocimiento; es decir, tener pruebas frecuentes y tangibles de que progresa, y que ese progreso es apreciado por los demás. 3. 6 La satisfacción de las necesidades señaladas induce a los individuos a colocarlas como metas en su vida. Una comida puede ser una meta cuando se sufre hambre. Un ascenso puede ser otra meta cuando se busca seguridad y reconocimiento. 3. 7 Cuando no se logra satisfacer las necesidades alcanzando las metas indicadas, se sufre una frustración. El grado de frustración depende del valor que asignemos a la meta que nos hemos impuesto. La demostración externa de frustración puede tomar la forma de ira, llanto, nerviosidad o agresividad. La repetición de frustraciones graves puede ocasionar trastornoa psicológicos, si no tiene la capacidad de sobreponerse a ellas, ya sea insistiendo con firmeza hasta vencer el obstáculo o cambiando la meta por otra, que sea aceptable. El que se capacita y se acostumbra a vencer los problemas y frustraciones, logra tener una personalidad bien desarrollada. 3. 8 Cuando el hombre llega al Ejército, cambia del ambiente del hogar y escuela en que estaba acomodado, a otro totalmente desconocido, al cual debe adaptarse. Inicialmente sufre numerosas frustraciones, pues tiene que cambiar muchas de las metas e ideales que antes tenía, por otros, útiles en la vida militar. Si el hombre logra vencer los obstáculos, decimos que se ha adaptado, y a la inversa. 3. 9 Es responsabilidad del mando determinar cuáles son las necesidades de sus hombres y proporcionar la ayuda necesaria para que ellas sean satisfechas. En caso contrario, se producen frustraciones. Si el soldado se da cuenta que dentro del Ejército puede satisfacer sus necesidades, la adaptación se producirá rápidamente. Si el Cdte. logra que las metas e ideales del hombre coincidan con los del grupo, el soldado luchará para conquistarlas y se convertirá en el mejor defensor de la Unidad. 4. —Cualidades que debe tener un Jefe 4. 1 Todo Jefe debe tener una serie de cualidades personales que al hacerse presentes en sus actividades diarias, le ayudan a ganarse el respeto, lealtad, obediencia y cooperación voluntarias de sus Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando hombres. A la inversa, existen rasgos inconvenientes o defectos en la personalidad, que tienen una influencia negativa en el ejercicio del mando. Cada Cdte. debe estudiar sus puntos fuertes y débiles para mejorar sus condiciones de mando, pues estos rasgos afectan directamente al comportamiento de sus hombres, en forma positiva o negativa. 4. 2 Las principales cualidades que debe reunir un Jefe son las siguientes: —Integridad. —Preparación profesional. —Confiabilidad. —Tacto. —Entusiasmo. —Valor. —Resistencia. —Carácter. —Lealtad. —Capacidad de decisión. —Iniciativa. —Justicia. —Apariencia personal. —Abnegación. —Inteligencia. 4. 3 Integridad. Es la rectitud de carácter, manifestada a través de la práctica de la moralidad, veracidad y honradez profesional. Es un rasgo característico, indispensable en un Jefe. 4. 4 Preparación. Nada atrae más rápidamente la confianza y el respeto de los subordinados que demostrar tener conocimientos profesionales. Los subalternos detectan rápidamente al Jefe que carece de preparación profesional. La preparación profesional de un Jefe debe complementarse con una cultura general adecuada a su grado. 167 4. 5 Confiabilidad. Es el grado de confianza que se tiene en un Jefe por el desempeño apropiado de sus obligaciones. Este cumplimiento espontáneo y voluntario de las órdenes del superior no significa una obediencia ciega y sumisa. Antes de ordenar, el Jefe superior toma en cuenta las sugerencias de sus subordinados; pero una vez que aquél adopta una resolución, el Jefe subordinado debe prestarle su apoyo completo y enérgico, sirviendo así a la idea del superior. 4. 6 Tacto. Es la capacidad de tratar con otras personas sin causar ofensa. Es la habilidad de decir y hacer lo correcto en el Fugar y momento oportunos. Lo anterior requiere de un amplio conocimiento de la naturaleza humana y respeto por los demás. En el trato con subordinados, la crítica, cuando sea indispensable, debe hacerse de tal manera que lo que se quiere decir se entienda claramente. La crítica, sin embargo, no debe desanimar al subordinado; menos aún ofenderlo. La prudencia indica que el Jefe no debe intervenir y juzgar asuntos de la vida privada de sus subordinados. Si se le pide ayuda, escuchar con atención y simpatía y cooperar con alguna solución. La cortesía es una parte del tacto, que no se debe descuidar al tratar con subordinados. Es un error de un Jefe exigir cortesía hacia su persona, pero no practicarla hacia sus subordinados. El superior debe cuidar que su cortesía no derive en debilidad en el mando. El subordinado debe cuidar que su cortesía no derive en servilismo. Por lo general, un modo sereno 168 MEMORIAL DEL EJERCITO y cortés aunque firme de dirigirse a una persona, producirá la reacción más pronta y adecuada. Hay ocasiones de emergencia en que un tono enérgico es deseable para lograr una rápida reacción del subordinado. Ello no significa tampoco que se cometa un agravio con la persona. El Jefe debe tratar a los demás en la misma forma que desea que lo traten a él. 4. 7 Entusiasmo. Es la demostración de interés sincero, con una actitud jovial y optimista en el desempeño del trabajo. El entusiasmo y su antónimo, la apatía, son contagiosos y son copiados por los subordinados. El es especialmente importante en la instrucción y educación física. 4. 8 Valor. Constituye una cualidad mental que reconoce el temor del peligro o de la crítica, pero que le permite a un hombre proceder ante uno u otro con calma y firmeza. El Jefe debe tener tanto valor moral, como físico. El valor moral significa conocer y defender lo que es correcto, ante la desaprobación de otros. Un Jefe que tenga valor moral admitirá sus errores, pero hará cumplir sus decisiones cuando esté seguro de que tiene la razón. Se tiene miedo a lo desconocido. La práctica y familiarización ante situaciones peligrosas, hace desaparecer el miedo y trae confianza a la persona. 4. 9 Resistencia. Este factor está relacionado con el valor y la tenacidad en el logro de un objetivo. La capacidad para resistir el dolor, la fatiga, la angustia y los sufrimientos, requiere de fortale- za física y moral, y de una mente bien equilibrada. Para atraerse el respeto de los subordinados, el Jefe debe poseer en alto grado esta capacidad de resistencia. La falta de resistencia puede ser interpretada como falta de valor por parte del Cdte. Para aumentar la resistencia, el Cdte. debe someterse constantemente a ejercicios físicos y mentales extraordinarios y formarse el hábito de finalizar a toda costa cualquier tarea que se emprenda. 4. 10 Lealtad. Es la capacidad de ser fiel al país, al Ejército, a la Unidad, al Jefe y a los subordinados. Para demostrar la cualidad de lealtad: —Estar pronto a defender a los subordinados. —Nunca mostrar la más leve indicación de desacuerdo con las órdenes de su superior, cuando imparta instrucciones a los subordinados. —Cumplir todas las misiones recibidas en la mejor forma posible, y apoyar con firmeza las órdenes del superior. —No discutir con otras personas los problemas particulares de sus subordinados. —Defender la Patria, el Ejército, la Unidad, sus Jefes, compañeros y subordinados, cuando sean injustamente atacados. —No criticar a los superiores ni permitir tales discusiones. 4. 11 Capacidad de decisión. El Jefe debe tener la capacidad para adoptar resoluciones con rapidez y seguridad, y para transmitirlas en forma clara y enérgica a sus subordinados. Todo problema puede tener varias soluciones. El Jefe ejecutivo reúne los antecedentes, los estu- Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando dia en forma serena y rápida, y llega a una decisión positiva en forma directa, sin rodeos. Esta cualidad se puede desarrollar mediante la práctica y experiencia. 4. 12 Iniciativa. Tenerla es poseer la capacidad de dar comienzo a algún trabajo o actividad que beneficie a la Unidad o al conjunto, aun cuando no hayan órdenes para ello. La iniciativa es una virtud indispensable a todo Cdte., en especial cuando está aislado y se presentan situaciones imprevistas, de urgente resolución, como sucede en el combate. Muy ligada a la iniciativa está la cualidad de ser ingenioso para adoptar soluciones con medios escasos, o que no son los normales y adecuados. La falta de medios u órdenes no justifica la inactividad de un Jefe. 4. 13 Justicia. Ser justo es observar imparcialidad y ecuanimidad en el trato a los demás. La justicia incluye la otorgación de premios y la impartición de castigos, de acuerdo con los antecedentes del caso. El enojo y otras emociones, así como todo prejuicio de raza, religión, clase social. Arma, especialidad, grado, etc., deben eliminarse. No hay nada que afecte más la moral de una Unidad que la falta de equidad o la parcialidad de un Jefe hacia una persona o cierto grupo de personas. El prestigio que un Jefe logró largo tiempo en adquirir, se puede ver destruido en un instante con un acto de injusticia, motivado por una actitud apasionada o irreflexiva. Para impartir justicia, el Jefe debe tener un conocimiento pro- 169 fundo de sus subordinados, de la naturaleza humana y de las razones de la conducta de los hombres. Toda conducta o actitud de una persona tiene razones que la justifican, desde el punto de vista del hombre, punto de vista que a veces no es conveniente para la Unidad. Para impartir real justicia, el Jefe debe haber predicado con el ejemplo para así tener libertad de acción. Esta libertad de acción se logra también si el Jefe no tiene compromisos que lo obliguen a hacer algo reñido con la justicia. Para ello, el Jefe debe mantener independencia, no aceptar regalos ni lisonjas de subalternos, ni tener favoritos. Finalmente, el Jefe debe ser bondadoso y tener la capacidad del perdón, para evitar ensañarse contra determinada persona en atención a que en un acto ya pasado actuó en mala forma. Si existe la duda, entre castigar o no, cuando los antecedentes o pruebas no son claras, es preferible no castigar. Preferible es dejar sin castigo una falta, antes que castigar a un inocente. Hacer uso moderado de la crítica. Ella provoca la reacción del afectado y produce descontento. Ser objetivo. Evaluar antecedentes completos, estudiarlos en forma racional y serena y llegar a conclusiones equilibradas. No abusar del poder. Si bien el subordinado es más débil que el superior, tiene derecho a ser escuchado y a un trato justo y correcto. No proceder con él con ánimo preconcebido. El Jefe arbitrario nunca llegará al corazón de sus subordinados, ni obtendrá de ellos la cooperación, 170 MEMORIAL DEL EJERCITO lealtad y entusiasmo necesarios para el cumplimiento de la misión. 4. 14 Apariencia personal. La imagen general, tanto física como moral e intelectual ante sus subalternos, debe ser motivo de preocupación de todo Jefe. Un Jefe debe sor serio en sus actos, los que deben estar revestidos de dignidad, de honorabilidad y de control de sus actos y emociones. Un Jefe que hace un espectáculo de sí mismo a causa de sus modales y lenguaje vulgares, que abusa del licor y que carece de control emocional, pierde rápidamente el respeto de sus hombres. Se puede ser jovial, pero nunca irónico o sarcástico. El Jefe puede usar chistes en forma medida. El exceso de bromas y chistes pueden tener como resultado respuestas a veces ofensivas para la dignidad del Jefe por parte de los subalternos. Un poco de humor por parte del Jefe en una situación de tensión puede tener excelentes resultados, siempre que el humor no sea a costa de los afectados. Un exceso de severidad, austeridad y rigor en el modo de ser, destruyen la simpatía y confianza que debe tener el personal hacia el Jefe. Una irritación constante y exhibiciones irrefrenables de mal genio, indican falta de control de sí mismo y producen desconfianza en los subalternos. El uniformo del Jefe debe constituir un ejemplo para los subordinados. Al mismo tiempo, las acciones y movimientos del Jefe deben mostrar vida y energía. El lenguaje del Jefe debe ser claro y sencillo. Hacer frases cortas, simples, explicativas y que no se presten a dudas. No adoptar un aire de superioridad ni emplear lenguaje ordinario. No abusar del lenguaje violento; reservarlo para situaciones extremas, en caso de emergencia, lo que puede tener un efecto que estimule la acción. 4. 15 Abnegación. Para ser un verdadero Jefe, hay que compartir los mismos peligros, las mismas aflicciones e incomodidades que pudieran afectar a los subordinados. Dar prioridad al bienestar del personal, antes que a los propios intereses. No beneficiarse a costa de los demás. Reconocer y agradecer el trabajo desarrollado por los subalternos. No culpar a ellos de todos los errores, y apropiarse de todo el mérito por la labor realizada. 4. 16 Inteligencia. Así como el Jefe debe poseer preparación profesional, debe también tener un alto grado de inteligencia para realizar actos de provecho para la Unidad y para aplicar en forma adecuada sus conocimientos y los principios de la conducción. Escuchemos a A. Gavet: "El Jefe que carece de inteligencia está sujeto naturalmente a una cantidad de errores que sería fastidioso enumerar. Su ilusión capital y, por decirlo así, perpetua, consiste en no percibir en el ejercicio de su profesión sino las cosas inmediatamente visibles y presentes, las formas exteriores o el funcionamiento maquinal. El no tiene la intuición de la obra, de su objeto, de sus medios, de las fuerzas que accionan el conjunto. "Sólo sabe hacer tomar a su tropa, en el terreno, formaciones aprendidas, y ejecutar al pie de la letra las órdenes. Se mueve penosamente en un medio cuya natu- Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando raleza no comprende; aplica, con razón o sin ellas, las prescripciones de sus jefes y las disposiciones reglamentarias. La Unidad que el manda, no existe a sus ojos sino para este solo objeto. Un manejo de armas perfecto, ejecutado en presencia del general-inspector, las cuadras mantenidas conforme a todas las disposiciones reglamentar i a s . . . he aquí la coronación ideal de su obra. "Es esta misma falta de inteligencia la que le induce a atribuir al papeleo el valor de las realidades. El jefe atacado de esta enfermedad moral, exige informes, partes, notas, estados, resúmenes, etc.; sólo ve las cosas militares a través de este aparato dudoso y a veces hasta la caligrafía representa para él algo más que un medio de expresión: tiene su valor intrínseco; y el servicio consiste en recibir y en suministrar papeles, irreprochables en su forma y en su estructura. El papeleo se eleva entonces a la altura de un arte que merece ser estudiado y practicado por sí mismo: tiene sus principios inamovibles, sus reglas exigentes y se impone con tal insistencia, que se llega a subordinar la acción al papel que lleva consigo. "En suma, el jefe sin inteligencia tiene, por decirlo así, en lo moral, vista demasiado corta. En lugar de los principios, demasiado lejanos para él, no percibe sino las reglas rutinarias que de ellos se derivan; si mira el objetivo, no ve más allá de los resultados inmediatos, intermedios, que no son, en definitiva, sino medios. Los busca entonces, por ellos mismos y se obstina en desarrollarlos, en perfeccionarlos, como si éstos tuvieran un valor real. 171 "Para tales espíritus limitados, el manejo de armas no es ya un medio para servirse del arma, sino una especie de acción rítmica; la instrucción de tiro tiene por objeto obtener buenos tantos por ciento; la maniobra sirve para reproducir en el terreno los dispositivos reglamentarios, y la coronación del servicio es la revista de inspección general. "Estas gente llegan a perder de vista, en la práctica, que la guerra es la función y la razón de ser del Ejército. Lo saben perfectamente, pero esta idea no es para ellos sino un concepto teórico: la g u e r r a . . . ya se ocupará uno de ella cuando llegue; pero por ahora sólo se trata del servicio en tiempo de paz, el cual, para ellos, no tiene conexión con el servicio de guerra. " 4. 17 Carácter. Otra cualidad que debe adornar a un Jefe es el carácter, que se manifiesta en su tenacidad para cumplir su misión y en la firmeza en sus opiniones y actuaciones. El destaca al Jefe capaz de dominar la situación, de imponerse a los inconvenientes y de infundir con ello confianza a sus subalternos. El carácter es un elemento esencial de la aptitud para el mando. "El carácter es más raro que la inteligencia. Oficiales hay que tienen la inteligencia despierta y aman su carrera; y sin embargo, moralmente los sentimos débiles: ven claramente lo que sería necesario hacer, desearían cumplir honorablemente sus servicios, pero carecen, por decirlo así, de acción sobre sí mismos. "Son impotentes para imponerse reglas, para adoptar principios definitivos de conducta y obligarse a 172 MEMORIAL DEL EJERCITO seguirlos, os decir, para gobernarse a sí mismos. "El mando flaqnea entre sus manos; unas veces ceden a un impulso de bondad; otras veces a un ímpetu de ira; su tropa no experimenta la impresión de un poder firme, continuo, irresistible; ni presiente en estos jefes inciertos a los representantes de un deber estricto, de una ley moral; y hasta podrá suceder que no los escuche siempre ni los siga a todas partes. " (A. Gavet). 5. —Defectos del Jefe 5. 1 Así como el Cdte. debe exhibir ciertas cualidades que lo caractericen en el ejercicio del mando, así también puede tener defectos que empañen su personalidad, y que él debe reconocer y corregir. Estas limitaciones de los Jefes son raramente advertidas por ellos. Normalmente son las demás personas quienes las perciben y las sufren. Mientras más alta es la jerarquía, mayores repercusiones tienen los actos do los Cdtes. dentro de la organización. Sus defectos se hacen cada vez más notorios, pues hay muchos ojos que miran hacia él en busca de ejemplo y guía. 5. 2 El Jefe debe hacer un esfuerzo y un estudio especial de su persona pura identificar sus limitaciones. Sólo así podrá buscarles remedio o, por lo menos, aminorar sus efectos sobre los demás. Hay que combatir contra el propio orgullo; hay que luchar contra fuerzas anímicas poderosas que, cual caballos desbocados, quieren hacer su propia voluntad. Es una batalla dura y dolorosa, que requiere de perseverancia, dominio de sí mismo y fortaleza moral. El Jefe debe hacerlo, para controlar sus instintos, pasiones y emociones. Veremos a continuación los principales defectos que pueden afectar a un Jefe. 5. 3 La ambición. Puede ser definida como un ansia incontrolada de poder. No debe ser confundida con el deseo sano de progreso y competencia, útil en toda organización. Lo que debe evitarse es la actitud desmedida, que lleva a un Cdte. a extender su autoridad más allá de los límites que le han sido asignados, aunque ello signifique pasar a llevar o absorber trabajos que corresponden a otras personas. Una forma de ambición desmedida es el apropiarse de las ideas de los demás en beneficio propio. 5. 4 La pereza. Este defecto puede impulsar al Jefe a dejar cosas pendientes, a delegar sus funciones en personal subalterno o a presentar problemas a sus superiores sin proponer las soluciones correspondientes. La pereza en un Jefe, resiente toda la organización. El rendimiento baja, los subordinados se ven recargados de trabajo y el prestigio de la Unidad sufre una baja notoria. Comparando la ambición y la pereza, podríamos decir que, siendo ambas, defectos de la personalidad, son sin embargo contrapuestas. Mientras el ambicioso trata de monopolizar para sí actividades de superiores, compañeros o subalternos, el perezoso trata de hacer todo lo contrario, es decir, traspasar sus propias obligaciones a otras personas. Hay que proceder, Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando entonces, en una forma equilibrada. El Cdte., sin embargo, no puede realizar todo el trabajo; necesita DELEGAR parte de él en sus subordinados. El Cdte. que no delega, no sabe mandar, puesto que absorbe para sí el total del trabajo, produciendo un retardo general. El grado de delegación permisible es aquel que, de acuerdo con las circunstancias, permite: —Que se realice con fluidez todo el trabajo. —Que los subordinados actúen con plenitud de atribuciones y con misiones concretas. —Que el Cdte. realice los trabajos de mayor responsabilidad e importancia, y mantenga un adecuado control de lo que están haciendo sus subalternos. 5. 5 La ira. Puede definirse como el mal humor fuera de control. Este mal humor crea normalmente resentimiento entre las personas que deben sufrirlo, sobre todo cuando se transforma en un hábito. Sin embargo, la ira no es la causa corriente de todos los errores. El Cdte. debe aprender a aquilatar cuando es deseable llegar hasta este extremo. La impaciencia, como un aspecto de la ira, es aconsejable en muchas ocasiones. Así por ejemplo, cuando la misión u objetivos básicos de una organización no son alcanzados en la forma eficiente del caso. No se puede ser tolerante con los resultados mediocres. Para aquilatar esto, se debe evaluar el rendimiento efectivo de los subordinados. El Jefe puede, finalmente, tener ira; sin embargo, no debe olvidar que, si ella llega a sus subalternos, pueden obtenerse resultados totalmente contrarios de los 173 que se necesitan. Debe evitarse aquella forma de ira que impulsa a ios Cdtes. a llamar la atención a otras personas delante de personal subalterno, pues esto constituye una humillacióa. 5. 6 La inmoralidad. Es otro de los defectos que pueden manchar la personalidad de un Cdte. Los subordinados desean sentir que sus Cdtes. no sólo son eficientes proíesionalmente, sino que moralmente son también aceptables. Los Cdtes. de todas las jerarquías no deben olvidar que son observados y que lo que ellos hagan será imitado por sus subalternos. El término "Inmoralidad" abarca la mayor parte de lo que constituyen los vicios personales. Carece de moralidad quien promete algo a sus subalternos, sin cumplirlo. También carece de ella aquél cuya vida privada es licenciosa o no se sujeta a las normas legales o sociales establecidas. Igualmente inmoral es el abuso de poder, con fines personales. 5. 7 Otra debilidad en que puede caer un Cdte. es el orgullo. Es un delecto que se presenta calladamente. Lentamente, y sin que el Jefe se dé cuenta, barrena su personalidad. El exceso de orgullo puede descubrirse al contestar las siguientes preguntas: —¿Me muestro dispuesto a escuchar las ideas de otras personas ? —¿Me pongo impaciente con las sugestiones que otros hacen? —¿ Reacciono ernocionalmente cuando me veo sujeto a crítica constructiva sobre mi trabajo? —¿Me dejo llevar por la gloria de mis éxitos pasados? —¿Intento rodearme de gente que piensa como yo? 174 MEMORIAL DEL EJERCITO Los signos exteriores de orgullo desmedido pueden incluir: tener una oficina ostentosa, hábitos o vestimenta de lujo, o el sarcasmo frecuente. El orgullo, bien dosificado, es sin embargo provechoso. Se puede tener orgullo por un trabajo bien hecho. Orgullo en este sentido, es estimación por la propia persona. La dificultad estriba en saber hasta dónde el orgullo es una cualidad y cuándo se transforma en un defecto. El orgullo como defecto, hiere a los demás y predispone a otras personas en contra. Como castigo, el orgulloso se ve rodeado de aduladores que, al menor traspiés de aquél, están prontos a abandonarlo. 5. 8 El pesimismo. Es el descontento sistemático. Al transformarse en un hábito, puede ocasionar una parálisis espiritual en toda la Unidad. El pesimista es un hombre indiferente, derrotado. El temor y un sentimiento de inseguridad, son las consecuencias del pesimismo. Para compensar esta inseguridad, el pesimista puede tomar como contramedida la adulación a sus superiores, agregando así otro vicio a su personalidad. 5. 9 Finalmente, la envidia, es otro de los defectos que pueden ensombrecer la personalidad de un Jefe. Se ve con frecuencia el caso de Jefes que, subsconscientemente, tratan de trabajar con gente inferior a ellos mismos. Pudiera creerse que estiman que si emplean personas muy competentes, no podrían conservarlas. Generalmente, la verdadera razón es que el Cdte. ve en el hombre muy capacitado una amenaza que puede afectar su estabilidad, y envidia su habilidad. Es corriente también que al subalterno que presenta ideas brillantes y originales se le ridiculice o se le mantenga en un oscurso segundo plano, para evitar que sobresalga. 5. 10 Todos somos imperfectos. Los Cdtes., sin embargo, tienen la obligación, aunque sea penoso para ellos, de identificar sus defectos y tratar de corregirlos. En esta forma podrá mejorar en su Unidad las relaciones entre él y sus subordinados. El sólo intentarlo ya engrandece al Jefe, pues es una demostración de valentía moral. 6. —Consejos prácticos 6. 1 Existen ciertas normas y consejos prácticos que permiten obtener del Jefe un acertado ejercicio del mando. Ellos procuran aplicar las características o cualidades de un Jefe a la solución de los problemas de mando. Estos consejos se enumeran a continuación y se explican por sí solos. 6. 2 Para un mejor mando: —Conozca su trabajo integralmente. —Conózcase a sí mismo y trate de mejorar su personalidad. —Conozca a sus subordinados y procure su bienestar. —Mantenga a sus hombres informados. —Predique con el ejemplo. —Asegúrese de que el trabajo por hacer ha sido comprendido y Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mande está bajo control hasta su terminación. —Desarrolle en sus subordinados el espíritu de cuerpo y la habilidad para trabajar en equipo. —Tome resoluciones razonadas y oportunas. —Delegue atribuciones entre sus subalternos, de acuerdo con sus puestos y capacidad. —Desarrolle el sentido de responsabilidad entre sus subordinados. —Emplee su Unidad de acuerdo a su capacidad. —Busque la responsabilidad y hágase responsable de sus actos. —Evite que sus problemas domésticos afecten la vida del Cuartel. 6. 3 Para mantener buenas relaciones con el personal: —Cada vez que pueda, en lugar de dar órdenes directas, haga preguntas que lleven por deducción al subordinado a cumplir alguna tarea. —Al recibir quejas o reclamos: * Escuchar con atención y dejar hablar a la persona, para que ello sirva como una llave de escape al reclamante y exponga sus razones. * Hacer preguntas sobre el el tema. * Ver las cosas desde el punto de vista del reclamante. * Prometer atender y buscar solución al problema. * Citar para una próxima ocasión cuando el hombre esté más tranquilo. * Dar solución al problema. —Para lograr cooperación: 175 '••• Exponga la importancia del trabajo por realizar. * Apelar a motivos nobles. * Desarrollar el espíritu de competencia y de pertenencia. * Felicitar, dar aliento. * Dar a atender que las ideas pertenecen a la persona que nos debe colaborar. * Recurrir al castigo sólo en última instancia. —La Crítica: * Evitarla al máximo, pues despierta resistencia del personal. * Si es necesario hacerla, empezar reconociendo los méritos del afectado, hacer ver los errores similares en que incurre la gente; formular el cargo que corresponde, pero dar aliento al subordinado, dando a entender que será fácil para él corregir el error. —Reconocer las propias faltas. —Sea accesible a sus hombres, no se aisle. —Acepte las buenas ideas de sus subordinados. —No interfiera en la vida privada de sus subordinados. 7. —Evaluación del ejercicio del mando 7. 1 Existen cuatro características del personal de una Unidad que son "indicadores" del mayor o menor éxito en el ejercicio del mando por parte de un Cdte.: —Moral. —Disciplina. —Espíritu de cuerpo. —Eficiencia. MEMORIAL DEL EJERCITO Estos "indicadores" deben ser observados constantemente por el Cdte. para determinar si su Unidad está capacitada para cumplir la misión. El Cdte. debe combatir constantemente todo factor que contribuya a disminuir los "indicadores" mencionados. Los cuatro "indicadores" están relacionados entre sí, y todos ellos contribuyen a determinar el grado de capacitación de la Unidad. Aunque la disciplina, el espíritu de cuerpo y la eficiencia dependen del estado de la moral, estos cuatro conceptos deben considerarse de igual importancia. La moral viene a ser la suma total de todas las actitudes del individuo. 7. 2 La moral, definida en el Capítulo 2, está estrechamente relacionada con las necesidades del hombre. Una alta moral le da al Soldado una sensación de confianza y bienestar, que le permite enfrentarse a las dificultades con valor, resistencia y determinación. La moral no permanece constante, sino que cambia continuamente. El estado de moral de los subordinados es un índice importante que revela la eficacia con que el Cdte. está mandando su Unidad. La moral puede evaluarse por medio de inspecciones a la Unidad, o por estudio de informes provenientes de las tropas. En las inspecciones puede observarse: —Eficiencia en el trabajo. —Presentación personal. —Formas militares. —Higiene personal, servicios higiénicos. —Cuidado del armamento y equipo. —Condiciones del rancho y del alojamiento. —Cumplimiento de órdenes. —Entretenciones. —Reacción ante órdenes de superiores. —Rumores. —Etc. De interés para esta finalidad, son los informes relativos a: —Personal faltando a lista. —Desertores. —Enfermedades simuladas. —Castigos. —Peticiones de traslado. —Pérdidas de equipo. —Etc. 7. 3 En el Cap. 2 se define la disciplina. La disciplina que se exige en una Unidad militar debe ser más estricta que la que se exige en la vida civil. La disciplina busca formar un enérgico espíritu de servicio y cooperación, que fomente la unión colectiva. Lo anterior es el resultado de una buena instrucción y de un inteligente ejercicio del mando. Para evaluar el estado de la disciplina, el Cdte. debe observar: —Atención que se presta a los detalles. —Estado de las relaciones entre Unidades e individuos. —Cumplimiento del deber. —Prontitud a presentarse para el cumplimiento de los diversos servicios. —Respeto a los superiores. —Esmero en el aseo y presentación personal. Crt. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando —Saludo. —Cumplimiento de órdenes. —Etc. 7. 4 El espíritu de cuerpo fue definido en el Cap. 2. El espíritu de cuerpo no es la suma de las personalidades de todos los componentes de la Unidad. Equivale a la personalidad de la Unidad. El espíritu de cuerpo depende de la satisfacción que sientan sus miembros por pertenecer a una Unidad y a la confianza que tengan en sus Jefes. Demostraciones de espíritu de cuerpo son: —Demostraciones de orgullo y entusiasmo de los hombres por su Unidad. —Prestigio que tiene la Unidad entre las otras Unidades. —Espíritu de competencia. —Participación voluntaria del personal en actividades de la Unidad. —Orgullo que siente el personal por las tradiciones e historia de la Unidad. —Ayuda mutua que se prestan los componentes de la Unidad. —Creencia de que la propia Unidad es la mejor. 7. 5 La eficiencia de la Unidad es la suma de las capacidades de todos los individuos de la Unidad, unidos bajo la dirección del Jefe en un grupo que funciona con normalidad. La eficiencia nace como resultado de la instrucción, principalmente. El Cdte. debe por esto emplear la mayor parte de su tiempo en dirigir y controlar la instrucción. Para evaluar la eficiencia, observar: 177 —Presentación personal de los soldados. —Estado de conservación del material. —Funcionamiento normal de la Unidad. —Condiciones de mando de los Cdtes. subordinados. —Prontitud y exactitud en la transmisión y cumplimiento de órdenes. —Prontitud y precisión en los informes. —Cumplimiento de las obligaciones. —Etc. 8. —Problemas del mando 8. 1 En el ejercicio del mando, todo Cdte. se debe enfrentar a la solución de variados problemas. Estos no pueden desatenderse y deben ser resueltos prontamente, de la manera más eficaz posible. Al no hacerlo ellos afectarán al rendimiento de la Unidad. Los problemas indicados se pueden agrupar en la siguiente forma: —Recepción del mando. —Selección de Jefes subordinados. —Formación de Jefes subordinados. —Relaciones entre el Jefe y sus subordinados. —Asesoría. —Recepción o integración del personal nuevo. 8. 2 Para resolver cualquiera de éstos u otros problemas, existe un procedimiento general, que es el siguiente: —Estudiar con detención el problema. —Reunir antecedentes. MEMORIAL DEL EJERCITÓ —Idear posibles soluciones. —Determinar ventajas y desventajas de cada solución. —Elegir la mejor solución como decisión final. 8. 3 Al asumir el mando de la Unidad, el Jefe debe proceder así: —Causar una buena impresión inicial, que perdure en el recuerdo de los subalternos. —Observar la Unidad durante algún tiempo, antes de hacer grandes cambios. —Evaluar en la Unidad: la moral, disciplina, espíritu de cuerpo y eficiencia profesional. —Evaluar a los Jefes subordinados, para determinar sus puntos fuertes y débiles. —Dar a conocer su política, y normas a que se ceñirá en su mando. —Predicar en todo momento con el ejemplo ante sus subordinados. 8. 4 En cuanto a la selección de Jefes, puede decirse que aún no se ha ideado un método seguro para determinar si un hombre puede llegar a ser un buen Jefe. Los sistemas generalmente utilizados con este propósito son: entrevistas para determinar diversos rasgos de la personalidad, observación en la vida diaria y el trabajo para verificar la capacidad, desempeño y aptitudes, informes de otras personas sobre el hombre en estudio, calificaciones y hojas de vida, etc. Deben también considerarse: tiempo de servicio, antigüedad y experiencia en el trabajo. 8. 5 El Jefe debe aprovechar toda ocasión para traspasar a sus Jefes subordinados su experiencia en el arte de mandar. Es respon- sable de la formación profesional de estos Cdtes. Proceder así: —Establecer en forma clara y definida los deberes de los Jefes subalternos. Rotación en el trabajo. —Establecer las normas generales para el cumplimiento de estos deberes. —Predicar con el ejemplo. —Observar la cadena del mando. —Empleo adecuado de la asesoría, haciendo participar a estos Jefes en la discusión de problemas del servicio. —Control de las actividades de esos Jefes. —Recomendar lecturas apropiadas. —Desarrollo de Academias, en especial, aplicadas, sobre materias profesionales. Participación en ejercicios aplicados. —Charlas sobre el arte de mandar. —Etc. 8. 6 La relación que debe existir entre Jefes y subordinados, deba caracterizarse por el respeto y confianza mutuos. El subalterno tiene, además, el deber de la obediencia hacia su superior. Debe evitarse el exceso de familiaridad, pues tiende a destruir el respeto entre los hombres. La influencia personal del Jefe es de gran importancia en el desarrollo de relaciones armónicas entre los Cdtes. subordinados. 8. 7 El empleo de asesoría en el mando es de primera importancia, pues es imposible que en esta época moderna, con las complejidades de la técnica, táctica y administración, un Cdte. pueda es- Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando tudiar y resolver por sí solo todos los problemas del mando. La asesoría puede obtenerse del Cuartel General o Plana Mayor, de Comités de trabajo, o por medio de reuniones con Jefes subordinados. La asesoría se gesta mediante la discusión de un problema con otras personas, quienes proponen soluciones basadas en su experiencia y en sus conocimientos sobre la materia. La asesoría más eficaz es aquella mediante la cual se alienta a una persona a pensar en una solución propia del problema y a hablar libremente sobre la materia. Mediante la introducción de ideas, comentarios y preguntas adecuadas, el Jefe puede guiar al asesor o al subalterno a buscar soluciones lógicas y convenientes del problema. La asesoría tiene también como finalidad enseñar a los subordinados a trabajar en equipo, permitiéndoles aportar ideas propias y acostumbrándolos a considerar y respetar los puntos de vista de otras personas. El sistema de trabajo con asesoría tiene, entre otras, las siguientes ventajas: —Mejora la coordinación y la colaboración dentro de la Unidad. —Desarrolla el espíritu de cuerpo y el trabajo en equipo. —Facilita la impartición, difusión y cumplimiento de órdenes. —Desarrolla en los subalternos el sentido de "pertenencia", es decir, los hace sentirse miembros activos e importantes de la Unidad. Lo anterior los transforma en decididos defensores de las conclu- 179 siones a que se llegó en el trabajo de equipo, facilitando así su cumplimiento. 8. 8 El último tipo de problemas a que se ve enfrentado el Jefe es a la recepción e integración de personal nuevo a la Unidad. El personal nuevo debe adaptarse a las condiciones de vida y trabajo de la Unidad. El recién llegado se encuentra casi totalmente separado de sus amigos y de su familia. Debe formarse nuevas amistades y desarrollar la sensación de "pertenencia" al nuevo grupo, del cual necesita apoyo, comprensión y aceptación. Pueden presentarse dos casos; —El hombre siente que está muy limitado y controlado en la vida militar y que carece de vida privada. Se siente insignificante y sin libertad. A este tipo de personas hay que explicarles las razones del régimen militar, cuál es el sistema de instrucción, de vida y de trabajo en el Ejército. Explicarles también que el Ejército no puede proporcionarles las comodidades de la vida civil y en particular las de sus hogares. —El otro caso, es que el hombre se sienta con una libertad mucho mayor que la que se le daba en el hogar, en la escuela o en la comunidad en que vivía. Esta repentina libertad puede conducirlo a un comportamiento descontrolado y a cometer faltas que van en perjuicio de su persona y de la Unidad. Este tipo de personas también necesita de una orientación sobre lo que es la vida militar; pero, sobre todo, necesita consejo, guía y control. 180 MEMORIAL DEL EJERCITO El primer tiempo en servicio del personal nuevo es muy importante en el desarrollo de la personalidad del joven, en su formación de hábitos y costumbres. El Cdte. debe llevar a cabo un programa de instrucción que comprenda materias como las siguientes: —Los peligros de la vida moderna: alcoholismo, prostitución, homosexualidad, delincuencia. —La formación de la familia. Responsabilidades. —Deberes y virtudes militares. —Administración del sueldo. —Los peligros de la vida militar. —Higiene personal. —Educación sexual. —Etc. En estas materias se pueden hacer asesorar por Oficiales idóneos, el Capellán, la Asistente Social y el Médico de la Unidad. Junto con lo anterior, deben estudiarse las aptitudes físicas y mentales del recién llegado, para asignarlo a tareas en las cuales pueda lograr un alto rendimiento. Posteriormente, un programa de rotación en el trabajo, permite enriquecer la experiencia y formar en su plenitud al subalterno y al futuro Cdte. Una manera fácil de fomentar el compañerismo y espíritu de cuerpo y, por ende, la integración de los jóvenes a la Unidad, es la práctica de deportes y la organización de competencias inter-Unidades con incentivos adecuados. El deporte, a su vez permite también el desgaste de energías, las que, de otra manera, pueden emplearse con fines inconvenientes para el personal o la Unidad. 9. —El mando y la organización 9. 1 Escuchemos al Conde Von Schlieffen: "El conductor no sólo debe saber conducir el Ejército. Debe también organizarlo, equiparlo, armarlo, instruirlo y alimentarlo. Quizás si hayan otros que en su lugar se encarguen de estas tareas, pero no lo harán de modo que él tenga algo que agradecerles. El conductor no puede ponerse a la cabeza de una tropa cualquiera. Debe tener su propio Ejército. " Lo anterior, que es aplicable a cualquier mando, nos señala con claridad las responsabilidades de un Cdte. con respecto a su Unidad y nos indica también cuán complejo es ser Jefe de una Unidad militar. "No hay Unidades deficientes, sino Cdtes. deficientes. " Esta cita, que se atribuye a Napoleón, tiene hoy también plena validez. 9. 2 Nuestro Ejército tiene la siguiente definición de Organización Militar: "Organización militar es una rama de la Ciencia de la Guerra que, sobre la base de factores históricos, geográficos, estratégicos, tácticos, etc., determina la cantidad, calidad, proporción, estructura, relaciones, etc., que debe darse a los efectivos de un Ejército o de sus partes, para obtener un rendimiento óptimo en la paz y en la guerra. " 9. 3 Todo Cdte. debe tener un conocimiento teórico y práctico de organización militar. Tiene también la obligación de conocer la T. O. E. o documento que establezca la organización de su Uni- Crl. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando dad, su estructura general, las relaciones entre sus elementos constitutivos, las dotaciones de personal y material. El mando y la organización tienen relación estrecha. 9. 4 La misión de la Unidad debe repartirse entre sus elementos constitutivos, dividiendo el trabajo en tareas homogéneas, especializadas. De aquí nace la estructura de la Unidad. El Cdte., junto con ello, debe señalar a sus Jefes subordinados las normas de ejecución y debe entregar los medios para cumplir las tareas. Evitar duplicación de esfuerzos y superposición de atribuciones y responsabilidades. 9. 5 Se entiende por amplitud de control, la cantidad de subordinados que pueden ser dirigidos y controlados en forma adecuada por un Jefe. La capacidad de un Jefe para controlar las actividades de otros está limitada por factores psicológicos y físicos. Si el límite de control es muy grande, la organización es difícil de manejar e ineficiente. Desde el punto de vista psicológico, es preciso reconocer que una persona sólo puede prestar atención a un número limitado de cosas a la vez, después de lo cual se produce falta de control y confusión. Desde el punto de vista físico, el grado de control sobre los subordinados depende de la cantidad de personas controladas, del tiempo de que se dispone para este objeto, de la distancia entre el Jefe y sus subordinados, de los medios de enlace existentes, del tipo de traba- 181 jo que realizan los subordinados, de la experiencia y preparación del Jefe y de sus subordinados, de la personalidad del Jefe y de sus subordinados. La experiencia indica que la cantidad de personas u órganos subordinados que pueden controlarse en forma adecuada, oscila entre tres y ocho. Mientras más alto es el escalón del mando, menor debe ser esta cantidad, en atención a la mayor complejidad y trascendencia de los problemas que se presentan. Para mejorar el control, debe reducirse la cantidad de personas que intervienen en la tramitación de los problemas. 9. 6 La cadena del mando es una sucesión de Cdtes., desde un superior a sus subordinados, por intermedio de los cuales se ejerce el mando. Estos Cdtes. materializan el "conducto regular" y se encuentran ubicados en las líneas de comunicación verticales a que se hizo mención en el Capítulo 2. Esta sucesión de Cdtes. es conocida en "Organización" como "la línea". La cadena del mando mantiene la disciplina y la estabilidad, detenta la autoridad y tiene la responsabilidad de todo lo que sucede en las Unidades. Para que la cadena del mando sea efectiva y no haya roces ni órdenes contrapuestas, es indispensable observar el principio orgánico de la "Unidad de Mando". Sólo en esta forma puede haber claridad en las órdenes y sabrán los subordinados ante quién deben responder. 9. 7 Los organismos asesores, 182 MEMORIAL DEL EJERCITO tales como Cuarteles Generales y Planas Mayores, están fuera de la cadena del mando; no tienen autoridad por sí mismos sino a través del Cdte. a quien colaboran. Los asesores trabajan para el Cdte. y sirven sus ideas. Los asesores deben proporcionar al Cdte. una colaboración anónima, impersonal, inteligente y eficiente. El Cdte. delega en los miembros de su Cuartel General o Plana Mayor algunas de sus atribuciones, salvo la de resolver, que es privativa de él. 10. —El mando en el combate 10. 1 El desempeño del personal en la instrucción, en especial práctica, es el mejor indicativo de la forma cómo actuará cada soldado en el combate. De allí la importancia que debe asignarle el Cdte. al control y desarrollo de la instrucción. 10. 2 La potencia de combate de una Unidad se ve disminuida por una serie de factores adversos, a saber: temor, pánico, desaliento, sensación de aislamiento y falta de confianza del soldado, tanto en sí mismo, como en sus armas, en sus Jefes y compañeros. Estos fenómenos pueden llegar a paralizar a los individuos, hacerlos totalmente inútiles y aún peligrosos para la Unidad. Todo Cdte. debe estar capacitado para reconocer prontamente los síntomas de estos fenómenos, y así tomar oportunamente las medidas del caso. Estos factores son fluctuantes; su presencia depende de la situación que se vive. Son normalmen- te los Cdtes. de Escuadra o Sección los que primero perciben estos síntomas en sus Unidades y quienes deben tomar las medidas necesarias en primera instancia. 10. 3 En el caso de Unidades aisladas, no debe permitirse que se desarrollen rumores que lleven a creer al personal que se les ha olvidado, que están abandonados, o que tienen una misión "de sacrificio". Esta situación las puede dejar muy vulnerables a la acción psicológica del adversario. Debe asegurarse a las tropas que el superior conoce y aprecia debidamente la situación, que confía en la capacidad de la Unidad para salir del paso y cumplir la misión, y que él los ayudará en la mejor forma posible. 10. 4 El temor, aunque es una emoción aflictiva que puede llegar hasta paralizar a un individuo, es en realidad la forma cómo la naturaleza prepara biológicamente al cuerpo para la acción. El funcionamiento del organismo se acelera en todo sentido; incluso se pierde hasta la sensación de fatiga. La instrucción es muy importante para evitar los efectos negativos del miedo. Hay que acostumbrar al hombre a reaccionar por hábito ante órdenes específicas de combate. La acción misma se encarga de combatir al temor. 10. 5 Los rumores destruyen la confianza y crean la incertidumbre. El personal puede imaginarse peligros o situaciones inexistentes y crearse un estado de alta sensibilidad al comportamiento emocional e irracional. Los rumores, en especial los más verosímiles, circulan con Crt. Fernando Fernández P. El Ejercicio del Mando gran rapidez. Los que escuchan se excitan, y reaccionan de una manera irracional hasta con las más leves sugerencias, hasta causar un pánico colectivo. Una vez que el soldado pierde su capacidad para razonar debido a la influencia de los rumores, éstos ya no necesitan ser creíbles para ser aceptables por la masa. Un rumor que apoya una sospecha o un odio, que comprueba un temor o expresa un esperanza, será repetido y reforzado por las emociones de la persona que lo narra. Cuando los rumores se esparcen mucho y muy rápidamente, significa que hay odios, temores y esperanzas comunes entre las personas que los repiten. Los rumores son muy peligrosos y deben ser controlados por el Cdte. Es necesario identificarlos, desacreditarlos y eliminarlos en su fuente de origen. Para este fin hay que mantener siempre informado al personal y desarrollar en ellos confianza hacia sus jefes. Los hombres necesitan saber qué es lo que sucede, qué se necesita de ellos y con qué medios se cuenta para cumplir la misión. 10. 6 El pánico se desarrolla cuando un soldado se siente dominado por el miedo. Se hace presente por una fuga repentina o una paralización. El pánico puede producirse por causas críticas reales o imaginarias, como son las creadas por los rumores, el terror y la propapanda enemiga. El pánico aparece cuando los individuos se sienten incapaces para dominar una situación crítica. El ejemplo negativo de algunos 183 arrastra al pánico a Unidades completas. Tal es el caso de soldados que, presos de terror, corren hacia la retaguardia; tras de ellos se suman otros. El pánico es contagioso. El terror de unos aumenta el terror de los otros. El hombre, transformado en un ente irracional, pierde el sentido del honor y la disciplina. Las tropas con experiencia, bien instruidas, organizadas, equipadas, disciplinadas y dirigidas, rara vez ceden al pánico, debido a que confían en que todos estos factores les ayudarán a dominar cualquier situación. Esta capacidad de resistencia al pánico fluctúa, por otra parte, de acuerdo con el estado psicológico y físico de las tropas, la situación táctica del momento y las condiciones de vida. El Cdte. debe estar constantemente preocupado de reconocer los factores que conducen a la incertidumbre y el pánico, para tratar de contrarrestarlos, a saber: —Escasez de armas y abastecimientos. —La oscuridad. —Nuevas armas del enemigo. —Hambre, sed y fatiga de las tropas. —Inquietud, inseguridad, tensión, espera ansiosa y desconocimiento de la situación que se vive. —Nostalgia, aburrimiento, rumores y pérdida de fe en la causa. —Fuertes pérdidas, reveses, órdenes contradictorias, comunicaciones deficientes. —Ausencia de Jefes o falta de confianza en ellos. 184 MEMORIAL DEL EJERCITO Las dotes de mando del Cdte. son el principal baluarte contra el pánico. El Cdte. debe actuar con firmeza en la etapa de instrucción. Hay que tomar resoluciones rápidas y firmes al primer síntoma de pánico. La serenidad, valor y carácter de un Jefe son decisivos para el control de una situación de esta naturaleza. 10. 7 El espíritu ofensivo de la tropa debe ser mantenido a toda costa por el Cdte., en especial en los períodos de inactividad. Ello permite lograr objetivos con un mínimo de pérdidas en combate. Esto se logra con la acción directa del Cdte., su ejemplo personal, la práctica constante en campaña, control de la instrucción, premios y mantención de una alta moral y disciplina. 11. —Conclusiones 11. 1 No hay ningún tipo de empresa humana donde sea tan importante que el Jefe comprenda todos los aspectos de su profesión, como en la carrera de las armas. Un Cdte. militar está investido de un alto grado de autoridad, que se extiende a materias consideradas generalmente como particulares o personales en la vida civil. Todo lo que concierne a la existencia del soldado, a su capacidad, su preparación profesional, etc., deben interesar al Cdte. El Cdte. debe preocuparse de asuntos tales como: alimentación, vestuario, bienestar, instrucción, formación moral, etc., de sus subordinados. En tiempo de guerra, la vida misma del soldado depende de las decisiones del Cdte. Las decisiones del Jefe militar influyen, pues, directamente sobre la vida profesional y privada del individuo, en grado mucho mayor que las decisiones de otros Jefes en la vida civil. 11. 2 No hay honor mayor en el Ejército que recibir la responsabilidad del mando de una Unidad. Cualquier mando es un privilegio que brinda al verdadero profesional una espléndida oportunidad para incrementar su capacidad, ganar confianza en sí mismo y darse a conocer como un conductor. El hecho de que una Unidad esté bien o mal instruida, bien o mal administrada, que cumpla o fracase en sus misiones, que contenga hombres de alta o baja moral o disciplina, depende de un solo factor: la capacidad de mando de su Cdte. Los Grandes Capitantes como Alejandro, Aníbal, Julio César, Federico el Grande y Napoleón dieron pruebas de que la capacidad de mando del Jefe puede suplir la inferioridad numérica, la falta de equipo y la adversidad. Es deber moral y profesional de todo Cdte. mejorar sus condiciones de mando, desarrollando sus cualidades y corrigiendo sus defectos. El estudio, la práctica y el entrenamiento constante, permiten alcanzar estas metas. Que este trabajo sirva a esta finalidad. A V I S O A LOS C O L A B O R A D O R E S 1. —El "MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" brinda sus páginas a los miembros de las Fuerzas Armadas y civiles, invitándolos a colaborar en la obra de propaganda cultural que tenga relación directa o indirecta con la Defensa Nacional. 2. —Los colaboradores tienen el derecho de expresar libremente sus ideas, siempre que ellas redunden en beneficio de la cultura general y profesional de los miembros de la Institución. 3. —La Dirección del Memorial no se hace responsable de los conceptos emitidos por los autores sobre su firma y se reserva el derecho de publicar o rechazar los trabajos presentados (O/Cdo. E. M. E. PI Nº 95, de 27. VI. 1960). 4. —Los artículos serán presentados escritos a máquina, en papei oficio original, a espacio dos y con un margen izquierdo de cuatro centímetros. 5. —Los gráficos serán elaborados a tinta china negra, en papel transparente y en tamaño que permita apreciar bien los detalles. Las fotografías serán de tamaño postal, perfectamente nítidas y deberán tener el contraste suficiente a fin de que puedan ser reproducidas sin dificultad. 6. —Las traducciones deberán adaptarse a una redacción lógica de acuerdo a las modalidades de nuestro idioma y no ser hechas en forma literal. 7. —Los trabajos deberán ser enviados íntegros, quedando a juicio de la Dirección determinar el fraccionamiento para su publicación en dos o más números de la Revista. 8. —Las publicaciones deben enviarse al Estado Mayor General del Ejército ("Publicaciones Militares"). Correo 21 - Sector 3. —Santiago de Chile. O T . 2648 - 2. 200 Ejs. - Instituto Geográfico Militar - 1970