Índice
Presentación
10
Fidel Ramírez Prado
Prefacio
11
Coordinadores
Primera parte
Fundamentos estratégicos
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
19
José Carlos García Ramírez
México
Envejecimiento activo y participación ciudadana
47
Paola Andressa Scortegagna, Rita de Cássia da Silva Oliveira, Flávia da Silva Oliveira
Brasil
Teorías de gerontología social
60
Aída Díaz Tendero-Bollain
México
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
76
Maricruz Rivera-Hernández
Estados Unidos
Factores de protección para la demencia en adultos mayores
en México: ¿dónde estamos?
93
Beatriz Mena Montes, Sara Torres Castro, Oscar Rosas Carrasco,
Armando Luna López, María Claudia Espinel Bermúdez
México
Segunda parte
Tópicos prácticos
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demencia:
encuadre desde un programa de ejercicio físico
126
Ignacio Martínez González-Moro, Ana López García, María Carrasco Poyatos
España
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro
cognitivo en adultos mayores
Marisol Rincón Arredondo, Lesly Beltrán Sánchez
México
143
Presentación
l acelerado envejecimiento de la población a nivel mundial representa
desafíos para el actual siglo XXI y cuyas implicaciones se maniiestan en los
niveles socio-sanitarios, político-económicos y educativos, entre otros. Diversas
instituciones educativas y universidades en América Latina, por ejemplo, se han
dado a la tarea de construir carreras profesionales orientadas al estudio de los
procesos del envejecimiento y a la formación de recursos profesionales. Tal es
el caso de las licenciaturas en gerontología, las cuales están abriendo caminos
para dar respuestas y alternativas desde los ámbitos académico, la investigación
y con modelos prácticos de intervención. La Universidad Alas Peruanas (Perú) y la
Universidad Estatal del Valle de Toluca (México), a través del convenio institucional
vienen concatenando esfuerzos y, en esta ocasión, logran materializar el primer
producto investigativo traducido en la primera publicación que tiene usted en sus
manosμ me reiero a la obra titulada “Periles sobre envejecimiento: Gerontología
para la vida activa. Una propuesta regional”, Volumen II. En dicho libro se exponen
diversos ensayos realizados por profesionales y expertos en los estudios de la
gerontología, los cuales proceden de diversas geografías y formaciones cientíicas
diferentes. Felicito el trabajo en equipo logrado en la presente publicación. Deseo
que esta edición (la primera de otras más) contribuya a fortalecer la generación
de conocimientos, ampliar los lujos de información, mejorar las prácticas
profesionales y aportar con propuestas que sirvan para fortalecer los compromisos
sociales que las universidades de cualquier parte del mundo tienen que asumir.
E
Dr. Fidel Ramírez Prado
Rector de la Universidad Alas Peruanas, Lima, Perú, 2016
10
Prefacio
T
res plumas distintas escriben este preámbulo a partir de una historia común: los retos del
quehacer gerontológico regional. El antecedente inmediato es el Volumen I de la serie
“Periles sobre envejecimiento” editado por la Universidad Estatal del Valle de Toluca, εéxico
(2014). Ahora, la presente obra correspondiente al Volumen II, es publicada por el imprimátur
de la Universidad Alas Peruanas, ubicada en la prodigiosa tierra incaica. Se agradece, en
primer lugar, a los autores y coautores de cada ensayo su participación y paciencia. También
expresamos nuestro reconocimiento al equipo revisor de los textos que componen esta
edición. Algunas contribuciones fueron replanteadas en su estructura gramatical y de sintaxis
con la inalidad de hacer entendible la lectura. Otros materiales no fueron seleccionados, por el
momento, por no reunir los criterios de elegibilidad y rigurosidad analítica. Apreciamos el talante
y compromiso profesional de Fidel Ramírez Prado, Rector de la Universidad Alas Peruanas,
por ser parte de esta historia al aceptar poder llevar a buen puerto esta publicación, la cual es
de suma importancia para los estudios gerontológicos en los países hispanoparlantes.
El abordaje del envejecimiento humano, por fortuna, ya no tiene dueño ni tampoco
es materia exclusiva de alguna ciencia o disciplina en particular. Quizás en los anales de la
historia biomédica, estudiar el ciclo de vida de la especie humana requería de investigaciones
particularizadas con un alto grado de especialización.
El siglo XXI, catalogado como la aldea o era del conocimiento compartido, viene
acompañado de vientos renovados los cuales son un reto para los discursos de la ciencia
moderna. Especialmente para aquellos enfoques cientíicos susceptibles de emprender nuevos
giros epistemológicos a partir de la relexión y comunicación multidisciplinar. δos análisis del
envejecimiento y de la vejez son más atractivos (en el campo de la educación), productivos
(cientíicamente) y eicaces (socialmente), si superan el canon ortodoxo de la exclusividad
(clínico-biológica, por ejemplo) y asumen la comunicación abierta con otras experiencias
profesionales y cientíicas para ahondar en la complejidad de los procesos de la senectud. De
paso habría que advertir que la viabilidad y factibilidad de los futuros institutos de investigaciones
del envejecimiento, tendrán que tener como atributo sustancial la multidisciplinariedad.
δa gerontología, al ser una disciplina cientíica, tiene mucho que aportar. “Periles
sobre envejecimiento, Volumen II”, lleva como subtítulo Gerontología para la vida activa. Una
propuesta regional. El presupuesto subyacente en el subtítulo es el de envejecimiento activo.
Dicho concepto es el eje rector de los ensayos que conforman esta publicación.
11
El término de “envejecimiento activo” fue adoptado por la Organización εundial de la
Salud a inales de los años λ0 del siglo XX con la intención de transmitir un mensaje más completo
que el de “envejecimiento saludable” y reconocer los factores que junto a la atención sanitaria
afectan las formas de envejecer de individuos y poblaciones. Posteriormente, la Organización
Panamericana de la Salud en el 2002, se pronuncia a favor del término envejecimiento activo
y reconoce la importancia del abordaje multidisciplinario. Al respecto dice:
“El envejecimiento activo se aplica tanto a los individuos como a los grupos de
población. Permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social
y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo
con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona
protección, seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia (….).
Mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece es un objetivo
primordial tanto para los individuos como para los responsables políticos. Además,
el envejecimiento tiene lugar dentro del contexto de los demás: los amigos, los
compañeros de trabajo, los vecinos y los miembros de la familia. Por ello, la
interdependencia y la solidaridad intergeneracional”1.
Como puede verse en la cita anterior, el estudio sobre envejecimiento ya no es
únicamente exclusivo de las ciencias biomédicas, sino también de las ciencias sociales por
ejemplo del derecho, la política, las humanidades, la salud pública y el trabajo social. Por su
parte, los trabajos de investigación de los países europeos elaboraron sus líneas de acción a
través del “FuturAge Roadmap” en el cual señalan lo siguienteμ “In scientiic terms active ageing
is used as a helpful umbrella term to encompass various combination of quality of life essentials
such as continuous labour market participation, active contribution to domestic labour (caring,
housework), active participation in community life and active leisure. It is valuable too in being
able to synthesise strands of research on aging and development science, which traditionally
have not had much in common. For example the need to combine research able to drive social
policy or cultural investments with that concerning individual level of ageing such as in regard
health, cognitive functioning and motivation. The concept of active ageing is also valuable
in social gerontology in linking the macro, meso and micro perspectives of aging research”2.
Organización εundial de la Salud. (β00β). “Envejecimiento activo. Un marco político”, en Revista Española de
Geriatría y Gerontología, 37(S2). Recuperado en http://ccp.ucr.ac.cr/bvp/pdf/vejez/oms_envejecimiento_activo.
pdf (consulta realizada julio de 2016), p. (99) 79.
2
FuturAge Roadmap. (β011). “The Future of Aging Research in Europeμ A Road εap”, Recuperado en http://
futurage.group.shef.ac.uk/road-map-lip-book.html (consulta realizada agosto de 2016), p. 12 (“En términos
cientíicos el envejecimiento activo es un término que denota varias combinaciones esenciales de la calidad de
vida tales como la participación continua en el mercado de trabajo, contribución activa en labores domésticas
(cuidado, tareas de hogar), la participación activa en la vida comunitaria y actividades de ocio y tiempo libre. Es
demasiado pretender sintetizar las líneas de investigación sobre el envejecimiento y el desarrollo de la ciencia,
que tradicionalmente no han tenido mucha convergencia. Por ejemplo, la necesidad de combinar la investigación
con la capacidad de orientar la política social o de invertir <en proyectos> culturales relativos en el nivel de
desarrollo de envejecimiento individual, con respecto a la salud, el funcionamiento cognitivo y la motivación. El
concepto de envejecimiento activo es también valioso para la gerontología social a partir de la vinculación entre
lo macro, lo mediano y las micro perspectivas de la investigación del envejecimiento”)
1
12
De la cita mencionada se iniere, entre otras cosas, la importancia de la investigación y
el papel decisivo que debe o podría tener la gerontología. Indudablemente que así como los
países europeos han trazado el mapa de la ruta que habrán de recorrer en el futuro para prevenir
los “cataclismos” del mal planeamiento y de la ausencia de políticas públicas de la vejez ante
el imparable envejecimiento poblacional, los países de América Latina y el Caribe, al parecer
duermen en sus laureles y se conforman con programas y estudios paliativos de corta efectividad.
Quizás sea una llamada de atención la que viene expresando desde hace un par de
años la Organización de Estados Americanos, a través de la Convención Interamericana
sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores que a la letra dice:
“Reconociendo que la persona, a medida que envejece, debe seguir disfrutando de una vida
plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en
las esferas económica, social, cultural y política de sus sociedades (….); Convencidos también
de que la adopción de una convención amplia e integral contribuirá signiicativamente a
promover, proteger y asegurar el pleno goce y ejercicio de los derechos de la persona mayor, y a
fomentar un envejecimiento activo en todos los ámbitos, <se suscribe la presente> Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas εayores”3.
La cita arriba mencionada habla de “fomentar un envejecimiento activo en todos los
ámbitos”. En primer lugar los países latinoamericanos, por ejemplo, tendrían que pasar
del verbo “fomentar” al verbo “implementar”. En dichos países existen grandes convenios,
excelentes marcos normativos y excelsas recomendaciones internacionales en materia de
envejecimiento. Sin embargo, pensamos que el problema no solamente es enunciar normativas
en términos de derechos sino, entre otras cosas, judicializar las recomendaciones para aplicar
planes y programas a mediano y largo plazo, eicaces y eicientes, pero sobretodo sostenibles.
No sería una idea descabellada que las universidades públicas y privadas, las cuales ofertan
licenciaturas y posgrados en gerontología, comenzaran a convocar a las academias, centros
de investigación, movimientos sociales de adultos mayores e instituciones de gobierno, a
diseñar una especie de “FuturAge Roadmap” latinoamericano.
Envejecimiento activo se puede decir con otras palabras: gerontología para la vida activa.
Somos conscientes de que los contenidos plasmados en esta publicación son insuicientes,
pero necesarios. Ante la multiplicidad de temas teóricos y prácticos, esta publicación recoge
las expresiones más signiicativas planteadas por los autores y coautores participantes. De
entrada sabemos que la mayoría de los ensayos plasmados son indicativos para futuras
investigaciones a desarrollar. El mérito lo tienen los investigadores quienes han coniado en la
Convocatoria y en la calidad editora, en la medida de lo posible, de este libro.
Otro dato que vale la pena mencionar con respecto al antecedente inmediato de la
categoría envejecimiento activo, es el de “envejecimiento exitoso”. Este último fue introducido
3
Organización de Estados Americanos. (2016). “Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos
Humanos de las Personas εayores”. Recuperado en http://www.oas.org/es/sla/ddi/tratados_multilaterales_
interamericanos_A-70_derechos_humanos_personas_mayores.asp (consulta realizada agosto de 2016). Son 41
artículos a través de los cuales se promueven diferentes estrategias para la promoción defensa y construcción de
los derechos humanos del adulto mayor en diferentes ámbitos de la vida.
13
en los debates gerontológicos en la década de 1990. Tuvo como punto de partida numerosos
estudios empíricos. Se enfocó principalmente en analizar los componentes determinantes de
la baja morbilidad, buen desarrollo cognitivo y óptima capacidad funcional física. El objetivo
es mostrar cómo los individuos pueden obtener una buena salud y una participación activa en
la sociedad a través de un estilo de vida adecuado. El éxito, por lo tanto, es envejecer bien
cuando al mismo tiempo se procura mantener bajos los indicadores de la fragilidad física,
mental y contrarrestar prácticas de autoexclusión social.
Tener salud es el punto de partida. Pues mantener o procurar el autocuidado y un
sistema de servicios de salud ampliado y digno, son una premisa insoslayable para ejercer el
derecho humano de acceso a la atención sanitaria óptima y decorosa: sin salud no hay dinero,
ni tampoco amor. Por lo tanto, envejecimiento exitoso es sinónimo de vida independiente y de
capacidad positiva de adaptación a los procesos cambiantes de la vida diaria.
La perspectiva del envejecimiento exitoso se vio enriquecida con los aportes de la
gerontología social a través de la teoría de la actividad, desarrollada a inales de los años β0
del siglo pasado. La teoría de la actividad es un constructo de la sociología y la política. Esta
teoría airma que las relaciones humanas están determinadas por los valores de cada cultura
y por las estructuras económico-políticas que organizan los roles y las funciones de cada
individuo. Esas determinaciones también afectan los estados emocionales y de salud de las
personas. Dicha teoría tuvo un gran apogeo en Europa y, en particular, en Alemania.
En la teoría de la actividad existe un presupuesto ilosóico en el cual se sostiene que
el desarrollo de las comunidades y de los individuos depende de los compromisos y de la vida
práctica con la que se asumen los desafíos de la cotidianeidad. La vida activa deseable en una
comunidad consiste en ocuparse de su propio bienestar biopsicosocial. El buen vivir de los
colectivos depende de las acciones sociales, culturales, políticas, tecnológicas, ambientales y
económicas en las cuales se pretenda maximizar el bienestar común. Sólo así el proceso de
la longevidad, de las expectativas de vida y de salud, podrán ser asegurados y aquilatados.
Por lo tanto, el envejecimiento activo constituye, por el momento, el paradigma a
impulsar desde las diferentes facetas de la academia, la investigación y las responsabilidades
sociales e institucionales. Es interesante saber la experiencia alemana donde investigaciones
publicadas en revistas de geriatría, tienen conciencia clara de los aportes de los estudios
gerontológicos. Por ejemplo, F. Kolland y R.A. Meyer Schweizer en una revista de gerontología
y geriatría sostienen lo siguiente:
“Die Aktivitätstheorie hatte dabei nicht nur eine akademische Fundierung über
entsprechende empirische Forschung, sie hatte darüber hinaus auch eine ethische
Bestimmung, nämlich ein gelungenes Leben im Alter an Aktivität und Mobilität zu
binden. Altenarbeit und Politik haben diese Werte verstärkt. So hat die Aktivitätstheorie
2002 in ein Grundlagenpapier der WHO Eingang gefunden. Der in diesem Papier
herausgestellte Ansatz des „aktiven Alterns“ könnte als Praxistheorie bezeichnet
werden. Angenommen wird von diesem Ansatz eine positive Wahrnehmung des
14
Alterns (.....). Nicht berücksichtigt wird neben der Bedingtheit von Aktivität die
Dynamik von Veränderungen hinsichtlich der Lebenssituationen im Alter. Aktivität
ist eine von mehreren notwendigen, aber keine zureichende Bedingung für
Entwicklungsfähigkeit im Alter”4.
Gerontología para la vida no solamente es otra forma de decir envejecimiento activo, sino
también es una invitación a revalorar los signiicados de vivir la vida o de llevar un proyecto de
vida donde la vejez sea una viabilidad positiva (Entwicklungsfähigkeitim Alter). Vivir la vida en
gerontología no signiica percibir la realidad como catastróica, ni el proceso de envejecer como
una etapa decrépita del ser humano. Es verdad que la existencia humana, más allá de su deinición
biológica o sociológica, está marcada por motivos que producen dolor o alegría, felicidad o
infelicidad, placer o displacer. La vida cotidiana de los seres humanos no es del todo “color de
rosa”, ni tampoco “color grisáceo”. Vivir para la vida podría ser aprender a vivir en cualquier edad,
pero especialmente en la vejez. Gerontología para la vida simultáneamente signiica, poner
todos los recursos posibles e imposibles al servicio del adulto mayor, colocar la razón, la emoción
y la pasión en el centro de las relaciones humanas para colaborar y trabajar por reconstruir
un mundo participativo, responsable, digno e incluyente “donde quepan todas las edades”.
Este libro es el inicio de una serie de capítulos a desarrollar en el futuro por futuros
gerontólogos o investigadores. Poner los pilares para la construcción ya es algo acertado. Los
autores participantes de este Volumen, desde sus trincheras, expertiz y compromisos, se han
dado a la tarea de compartirnos sus saberes y experiencias. Sus contribuciones son un ladrillo
más en la ediicación de ese mundo sin exclusión, activo, comprometido y saludable.
Los ensayistas; Paola Andressa Scortegagna, Rita de Cássia da Silva Oliveira,
Flávia da Silva Oliveira, Beatriz Mena Montes, Sara Torres Castro, Oscar Rosas Carrasco,
Armando Luna López, María Claudia Espinel Bermúdez, Maricruz Rivera-Hernández, Aída
Díaz Tendero-Bollain, Júpiter Ramos Esquivel, Adriana Marcela Meza Calleja, Ulises Hermilo
Ávila Sotomayor, Sergio Flores Cerqueda, Nora Magdalena Torres Carrillo, Blanca De Lima,
Mariela Morillo, Iveili Flores, Evelyn Colina, Marisa Silvana Zazzetta, Isabela Thaís Machado
de Jesús, Luzia Cristina Antoniossi Monteiro, Fabiana de Souza Orlandi, Miriam Jessica
Bazán Torres, Sara Torres Castro, Juan Carlos Ruiz Espíndola, Beatriz Mena Montes, Nora
Magdalena Torres Carrillo, José Carlos García Ramírez, Ignacio Martínez González-Moro, Ana
López García, María Carrasco Poyatos, Marisol Rincón Arredondo, Lesly Beltrán Sánchez,
Hugo Roberto Valderrama, Sandra Quintero, son quienes inteligente y valientemente, nos
Kolland, F y εeyer-Schweizer, R.A. (β01β). “Altern und Wertewandel”, en Zeitschrift für. Gerontologie + Geriatrie.
45:587–592 · DOI 10.1007/s00391-012-0392-5, Springer Medizine, Verlag. Recuperado en https://www.soz.univie.
ac.at/ileadmin/user_upload/inst_soziologie/Personen/Institutsmitglieder/Kolland/FK-Altern_und_Wertewandel.
pdf (consulta realizada en agosto de 2016), p. 591 (“La teoría de la actividad tuvo un desarrollo académico a
través de la investigación empírica con una pretensión ética y en la cual se buscaba una vida de éxito en la era
de la actividad y la movilidad. Estudios anteriores en política habían ya matizado y reforzado esos valores, por
lo que la teoría de la actividad es retomada en la parte de los Antecedentes del documento de la WHO <World
Helth Organization> en 2002. El enfoque expuesto sobre el "envejecimiento activo" se podría llamar la teoría de la
práctica. Lo asumido en ese enfoque, es una percepción positiva del envejecimiento (…..). No se tiene en cuenta
muchas veces la naturaleza condicional de la actividad dinámica de los cambios suscitados de la vida en la vejez.
δa actividad es una condición necesaria, pero no suiciente, para el desarrollo de una vejez viable”).
4
15
invitan a ser leídos para luego cada quien en sus centros de trabajo, en foros o coloquios,
discutan y abran los debates para derivar propuestas investigativas de mayor alcance.
En junio de 2016 se llevó a cabo el “Segundo Seminario Internacional ‘La Salud del Adulto
εayor’μ Realidades y Desafíos β016” en Santiago de Chile, organizado por la Fundación del Adulto
εayor Clotario Blest Rifo, Proyecto de Investigación FONDEF y la Pontiicia Universidad Católica
de Chile. Las ponencias giraron en torno al envejecimiento saludable y activo. Remarcaron la
importancia que tienen las investigaciones y todo tipo de estudio que contribuya a cuatro aspectos:
1) promoción a una cultura positiva del envejecimiento; 2) ampliación de acceso a los sistemas
de salud en los tres niveles de atención médica; 3) defensa y posicionamiento del adulto mayor
como sujeto de derechos y 4) políticas sociales eicaces y sostenibles en materia gerontológica.
En los tres últimos congresos realizados en América Latina, Buenos Aires (2010), estado
de México (2012) y Lima (2014), de universidades con carreras de gerontología, se ha hecho
hincapié sobre la relevancia que revisten los estudios gerontológicos. En la Declaración de
Lima (2014), uno de sus acuerdos es, entre otros, emprender la ruta difícil, pero fructífera, de
la investigación en donde las líneas de generación y aplicación de conocimientos contribuyan
al empoderamiento gerontológico. El presente libro simplemente es un testimonio congruente
puesto en acción y el cual espera ser leído, debatido y mejorado con futuras contribuciones o
en el debate en los salones de clase, en los congresos, en las instituciones donde se ofrecen
servicios de salud o en las instituciones prestadoras de servicios sociales. No olvidemos que las
buenas prácticas gerontológicas tienen que derivar en buenas estrategias teóricas y viceversa.
Esperamos que este material abone buenas semillas en el campo de la siembra para tener
luego una buena cosecha.
Coordinadores
16
Primera parte
Fundamentos estratégicos
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
José Carlos García Ramírez
Resumen
El planteamiento del problema de este trabajo consiste en discutir si en los estudios
gerontológicos existe suiciente investigación teórica que ayude a resolver asuntos prácticos.
Al respecto destaco tres ejes: a) la importancia de la educación dirigida a la investigación
gerontológicaν b) expongo los paradigmas cientíicos enfatizando la necesidad de enfrentar
la discusión teórica y metodológicaν c) presento algunas relexiones sobre el destino de la
gerontología y los desafíos a los que se enfrentan los profesionales en la materia. El propósito
del documento es indicar la importancia de la producción e interpretación de los conocimientos
sobre envejecimiento, asumir con seriedad las exigencias de saber usar metodologías
cientíicas en los procesos de investigación, y por último, sostener que no puede haber buenas
prácticas gerontológicas, si no son diseñadas correctamente estrategias teóricas.
Palabras clave
Gerontología, investigación, educación, responsabilidad social.
I.
Educación para la investigación1
“No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza”
(Freire, 1986: 42)
E
l proceso educativo es construido, interpretado e implementado por los seres humanos.
Son ellos los promotores y destinatarios de su propio proceso formativo. La educación
tiene su razón de ser porque el desarrollo cultural lo posibilita. En términos ideales la educación
1
El tema de investigación educativa en gerontología lo sugerí desde el año 2003, al formar parte del comité
de expertos cuya misión fue impulsar la licenciatura en gerontología, en la Universidad Estatal del Valle de
Ecatepec. Posteriormente, lo retomé como línea de acción estratégica en las asesorías del comité de expertos
para implementar la licenciatura en gerontología en la Universidad Estatal del Valle de Toluca. Finalmente, volví
a plantearlo en la conferencia “Hacia un modelo formativo de la investigación gerontológica, desde el ámbito de
los derechos humanos”, impartida durante el Primer Congreso Internacional de Carreras de Grado y Pregrado en
Gerontología, convocado por la Universidad Maimónides, ciudad de Buenos Aires, Argentina, realizado del 11-13
de marzo, 2010. Han transcurrido trece años y continúo siendo testigo y participante, como profesor-investigador,
del proceso de desarrollo de dicha licenciatura. El balance crítico de ese periodo histórico me permite plantear las
fortalezas, pero sobre todo las debilidades que todavía siguen alorando en tal proceso.
19
forma las perspectivas colectivas e individuales que tienden al desarrollo del género
humano. Tanto en sociedades ágrafas (sin escritura y tradición oral) como en aquellas
que crearon dispositivos escriturales, la educación de sus individuos era una prioridad
estratégica para la conservación de la memoria histórica y la convivencia cotidiana.
El fenómeno educativo fue en el pasado un aspecto sustancial en la vida de las
comunidades y los pueblos. Se tiene la idea de que a través de la educación (como forma
de adquirir conocimientos) es posible que los individuos realicen sus mejores aspiraciones,
desarrollar talentos y capacidades. La educación es sinónimo de la formación de sujetos con
capacidades para pensar, habilidades para socializar y responsabilidades para actuar. Sin
embargo, más que suministrar conocimientos es indispensable la formación de individuos
promotores de su desarrollo colectivo y personal.
Muchos cambios se han experimentado con respecto al proceso educativo. Por ejemplo,
desde el enfoque cognitivo de Piaget (1986) la afectividad y la conciencia (asimilación de los
relejos, hábitos, conductas, lenguaje y socialización) han sido consideradas como los ejes
estructuradores de las representaciones mentales y del proceso de interacción social del niño.
Por su parte, los estudios de Kohlberg (1981) pusieron sobre relieve que las combinaciones
mentales y los “juegos del lenguaje” logran su madurez por medio de la conciencia moral de
la persona adiestrada para obedecer2. Siguiendo a la psicología cognitiva, las formulaciones
planteadas por Feuerstein (1990), señalan que los caracteres particulares o maneras de ser
pueden ser modiicables y exitosas si se aplican ciertos métodos coercitivos implementados
por el psicopedagogo. Por su parte y desde el paradigma crítico, Freire (1986) grosso modo
explica el proceso educativo a partir de la práctica del diálogo interpersonal y a condición de
que sea contextualizado en función de los intereses de la comunidad. Es decir, la educación
en un sentido riguroso, es un proceso de enseñanza–aprendizaje basado en la libertad, la
autonomía y la responsabilidad comunitaria de los educandos y educadores. Estos últimos son
quienes, en principio, ejercen la “acción pedagógica” crítica a partir del análisis de la situación
social, política y económica, para denunciar y promover la transformación de las situaciones de
pobreza y exclusión causantes del debacle educacional y del subdesarrollo humano.
Las rutas a seguir en la educación (visión), las formas indispensables de educar
(misión) y los impactos del proceso (formación), son los desafíos para cualquier proyecto de
enseñanza básica o profesional. Respecto a la formación profesional, la educación no solo
se valora individualmente por la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes, sino
también por la manera de pretender responder a las necesidades que se ciernen en el entorno.
2
Por conciencia Kohlberg entiende el acto de obediencia basado en el cumplimiento moral de lo que es recto,
en el orden y en el castigo (Colby y Kohlberg, 1983: 37, 78–89). Podemos decir que al igual que Piaget, ambos
consideran que la educación es un proceso de aprendizaje y de obediencia donde el individuo aprende a convivir,
pensar y deinir criterios de formación educativa, a través de mecanismos en términos de causas y efectos. A ese
proceso se le ha denominado “psicopedagogía conductista”.
20
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Visualizar las necesidades individuales o colectivas, distinguirlas conforme a su grado de
insatisfacción o dolor y atenderlas respecto a su prioridad, representan las tareas de mujeres y
varones conscientes de sus compromisos no solamente sociales, sino humanos, como diría Freire.
Por otra parte, no se produce avance cientíico ni educativo sin investigación. δa
investigación ayuda a incrementar el conocimiento y obtener conclusiones sobre la realidad,
los fenómenos y hechos que observamos; posibilita analizar la relación existente entre los
elementos o aspectos que coniguran una determinada situación socioeducativa y muchas
veces auxilia a tomar decisiones sobre cómo intervenir en dicha situación para mejorarla.
La necesidad de investigar en la educación superior surge, por ejemplo, desde el
momento en que pretendemos conocer mejor el funcionamiento de una situación educativa
determinada —ya sea un sujeto, un grupo de sujetos, un programa, una metodología, un
recurso, un cambio observado, una institución o un contexto ambiental— o bien, cuando
buscamos dar respuesta a las múltiples preguntas que nos planteamos acerca de cómo mejorar
nuestras actuaciones educativas y en el afán de formar a los educandos en la importancia de
la investigación cientíica.
El deseo por conocer la realidad empírica (mundo de los objetos físicos) pero sobre
todo querer indagar en la complejidad de lo humano, motiva la investigación, cuya inalidad es
potenciar la transformación de la realidad a través de la innovación y la mejora de la vida cotidiana.
El sentido ético de toda investigación es la búsqueda del desarrollo y mejora de la vida humana.
Vale la pena preguntarse ¿qué signiica la investigaciónς En el “Cuadro 1” se aprecia
para qué sirve la investigación y se puede responder que en el campo de la gerontología −
como en cualquier área del conocimiento e institución de educación superior− la investigación
implica generar conocimientos, desarrollar habilidades, gestionar saberes y tecnologías
que contribuyan al crecimiento de la ciencia, para que un país pueda ser independiente al
mejorar su situación económica y posibilitar el bienestar y calidad de vida de su población. La
investigación es también un modo de vida donde el iniciado o el investigador parte del estudio
de la realidad y ofrece respuestas, en la medida de lo posible, a los desafíos humanos. La
investigación trabaja para la ciencia y en la ciencia, parafraseando a Louis Pasteur, es el alma
de la prosperidad de las naciones y la fuente de todo progreso.
21
Cuadro 1. ¿Qué signiica la investigación?
Fuente: Elaboración propia.
δa expresión “Investigación + Desarrollo” (I+D), suele utilizarse para referirse a la
generación de conocimientos, acciones institucionales coordinadas, inversión de recursos
económicos y potenciar la calidad de los productos, que en última instancia coadyuven al
desarrollo y mejora de vida de las personas. Existe también la fórmula “Investigación, Desarrollo
e Innovación” (I+D+I). El término de innovación se reiere la utilidad o rentabilidad de los
productos cientíicos en el mercado de los bienes y servicios o en aras del desarrollo industrial.
Las fórmulas anteriores hacen hincapié en la importancia de la investigación con
el objetivo de conocer mejor cómo funcionan las cosas (diagnóstico) y cómo podrían
lograr un funcionamiento óptimo, a in de obtener productos socialmente rentables en
relación al bienestar de las personas y la economía de los Estados. Un ejemplo son las
investigaciones inanciadas para analizar las posibilidades y beneicios de la introducción
de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs)3 en el ámbito educativo4, en
particular en las áreas de salud pública o de la medicina social (Martínez, 2009: 12-13).
3
En México, recientemente (octubre de 2015, Ensenada, Baja California) se llevó a cabo el Primer Taller
sobre Investigación en Tecnologías de la Información y Envejecimiento, organizado por la Red Temática de
Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social. En ese taller se expusieron avances tecnológicos en materia de
diagnósticos y terapéuticas tecnológicas aplicadas a personas ancianas. Fueron presentadas innovaciones que
en el presente y futuro se tienen que desarrollar e implementar en los sistemas de salud pública. Para más
información ver la siguiente liga: http://esds.cicese.mx/taller2015/
4
Dados los potenciales beneicios de la investigación, se considera necesario que los conocimientos y hallazgos
obtenidos a través de ella y sobre los procedimientos a utilizar para mejorar las prácticas y los productos educativos,
sean difundidos para que sean conocidos por el máximo número posible de beneiciarios. Tras efectuar la investigación
es necesario redactar un informe de investigación. Su lectura puede ser útil a las personas interesadas en poner
en práctica los conocimientos obtenidos en sus ámbitos de trabajo después de adaptarlos a las características
de los mismos: no debe olvidarse que cada contexto educativo es diferente a otro y que conviene adaptar los
conocimientos a las formas especíicas de funcionamiento que rigen en cada uno de ellos (εartínez, β00λμ 8-15).
22
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
La utilidad de las TICs es un paradigma de oportunidades en las que se pueden poner en
práctica las ecuaciones “I+D” e “I+D+I”. Por ejemplo, la aplicación de ingenierías que desarrollen
artefactos y espacios accesibles, para hacer confortable la vida de las personas mayores con
morbilidad incapacitante. El mercado de consumo destinado a los adultos mayores tiene que
ser revalorado de manera responsable y respetuosa, pues representa un sector altamente
consumidor y estratégico para el desarrollo de las economías locales (Sánchez-Vera, 2012).
La investigación en gerontología5, por ejemplo, tendrá que aceptar que la posibilidad de
ser sustentable radica en la capacidad para desarrollar proyectos de innovación cientíica,
tecnológica y humana, teniendo presente la realización de las siguientes acciones prácticas:
Cuadro 2. Acciones que facilitan realizar investigación gerontológica
Dar respuesta a la necesidad de conocer y mejorar una determinada realidad socioeducativa.
Innovar en educación y analizar los resultados y eicacia de dichas innovaciones para avanzar
en la mejora de los resultados de la intervención comunitaria.
Formular juicios de valor sobre la situación estudiada (evaluación) y establecer las causas que
inciden sobre ella (diagnóstico). Esto facilita poder intervenir para potenciar, modiicar y mejorar
las situaciones que se pretenden atender (ya sea al interior del aula, en espacios clínicos,
instituciones públicas o privadas y en la comunidad).
Tomar decisiones, y en caso necesario, generalizar conclusiones que puedan estar afectando por
igual a muchos sujetos o situaciones, lo que implica ampliar la posibilidad de actuar sobre ellas y
rentabilizar los recursos y las inversiones que se hacen en tiempo, esfuerzo y presupuesto al investigar.
Valorar el grado en que se alcanzarán determinados objetivos plasmados en un plan y programa
de intervención gerontológica.
Fuente: Elaboración propia con base en Martínez, 2009.
δas razones mostradas en el “Cuadro β” ayudan a entender la importancia que tiene
el investigar y en qué consisten los procesos de educación superior y el fortalecimiento
de la gerontología como disciplina cientíica. δa investigación puede ser individual, grupal,
institucional o interinstitucional. Sus características y condiciones posibilitan resultados en
cuanto a generación de saberes, experiencias e impactos en términos de bienestar social:
Por gerontología nos referimos a una disciplina cientíica que aborda las problemáticas sobre el envejecimiento
humano (en áreas deμ salud, cambios demográicos, seguridad social y económica), la vejez (perspectivas
histórico-culturales y político-económicas) y adultos mayores (programas de atención, campañas de promoción de
la salud, redes de apoyo y grupos de participación ciudadana). Actualmente existen en México ocho universidades
públicas con la licenciatura en gerontología, la cual es una disciplina emergente y en proceso de consolidación.
La gerontología complementa a la especialidad médica denominada geriatría. La gerontología es un entramado
multidisciplinario (véase Moragas-Moragas, 1991; García, 2008).
5
23
querer y saber investigar en gerontología, signiican afrontar problemáticas concretas y asumir
responsabilidades cientíicas, históricas y éticas6.
II.
Los embrollos de la cientiicidad
Poco común es que los estudiosos de la gerontología o de las denominadas ciencias del
envejecimiento incursionen en los aspectos internos de las teorías cientíicas y en sus criterios
de demarcación. En principio podemos decir que no se produce una buena praxis gerontológica
sin marcos teóricos que la justiiquen. Se corre el riesgo de banalizar el trabajo profesional del
gerontólogo si éste es reducido a ejecutor de procesos empíricos meramente operativos.
δa eicacia de las prácticas gerontológicas siempre deriva de buenas estrategias teóricas.
Eso lo saben quiénes investigan los fenómenos del envejecimiento desde otras áreas de
conocimiento, y con frecuencia, quienes están insertos en la práctica gerontológica se resisten
a emprender procesos relexivos. Comodidad, falta de seriedad o pereza mental pueden ser
las cortapisas que merman a los profesionales de la gerontología7. Si el gerontólogo tiene
interés por hacer investigación cientíica, es fundamental que conozca los criterios mínimos del
debate sobre la ciencia. A continuación, y de manera indicativa vamos a señalar los criterios de
demarcación epistemológica de algunos teóricos de la ciencia, para aproximarnos al sentido de la
cientiicidad occidental y cómo puede conectarse con el proceso del conocimiento gerontológico.
Para el ilósofo austriaco Karl Popper, la ciencia es un conjunto de “redes que lanzamos
con el propósito de apresar aquello que denominamos el mundo, para racionalizarlo, explicarlo
y dominarlo” (Popper, 1λ68μ 10λ). Asimismo, especiica claramente que el problema de la
objetividad de la ciencia es el único método de análisis coniable que permite comprender la
complejidad de la realidad mundana. δa pretensión de “objetividad en la ciencia” o cientiicidad
puede ser entendida a partir de las siguientes estrategias argumentativas:
En la obra La vejez. El grito de los olvidados (2003) me remito a la importancia de la ética en la senectud y señalo
que asumir la relexión crítica en torno a las personas adultas mayores no es solamente un acto subjetivo o moral,
sino ante todo es una responsabilidad histórica. Por otra parte, en mi artículo “La ética en los Centros de Día:
entre la acción del Estado y los planes de negocio”, expongo la necesidad de incluir criterios ético-normativos en
cualquier plan de acción institucional y sostengo queμ “la ilosofía no está muerta, pues la ética la viviica a partir
de las relexiones sobre las necesidades reales de la humanidad y de proponer, en la medida de lo posible, respuestas que orienten acciones institucionales. En materia gerontológica y en lo que compete al diseño de “centros
de día” (CD) para su implementación, la relexión ética tiene un papel primordial, pues sólo así se puede saber
cómo ésta se relaciona con el derecho y a la vez con temas del envejecimiento” (García, β014μ 47).
7
δuego, cuando no existen certezas en la formación cientíica del gerontólogo, aparecen algunas preguntas
tales comoμ “¿en qué voy a trabajarς”, “¿qué cosas voy hacerς”, “¿a dónde debo ir a pedir trabajoς”. Ninguna
profesión garantiza un empleo cuando el estudiante concluye sus estudios. Pero la mayoría de las profesiones sí
garantizan por lo menos que el egresado sepa en qué consiste su carrera, valore sus habilidades y conocimientos
e identidad profesional. En mi experiencia como docente en instituciones educativas, he podido diagnosticar una
“patología silenciosa” entre los alumnos y que consiste muchas veces en el desconocimiento sobre lo que es su
carrera y qué pueden hacer y saber. Dice un refrán que cuando los docentes tienen limitaciones teórico-prácticas,
el alumno tiene errores.
6
24
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
A) Como una creación que no admite comentarios supericiales, ni opiniones ξla “doxa
(
ά)” en griegoρ, ni creencias, ni nada que tenga que ver con objetos metafísicos o
que estén contaminados por perturbaciones de tipo social o histórico (Popper, 1985:
76-80). Los criterios para establecer que ‘algo’ es verdadero son determinados por el
orden del lenguaje, la rigurosidad de los conceptos, la correspondencia de los datos
con los hechos (evidencias) y la enunciación de leyes aplicables. Esa perspectiva es la
que comúnmente se ha denominado positivismo cientíico8 y que no es sino una forma
dogmática de imponer una perspectiva que habitualmente tiende a descartar otros tipos
de conocimiento (Carnap, 1971: 99-115).
B) Como dispositivo innegable dentro del desarrollo evolutivo del conocimiento humano
y la transformación o “poiesis (π ι ι )” de la naturaleza. Desarrollo del conocimiento
y actividad transformadora del entorno, han generado el ideal por medio del cual se
expresa toda producción cientíica, denominado “leyes cientíicas” (Bunge, 1997: 77).
δas leyes en el discurso de las ciencias tienen por lo menos tres signiicadosμ
Estructuras o pautas de orientación y determinación del conocimiento.
Orden metodológico para abordar y prescribir (en forma de enunciados y
conceptos) los fenómenos que acontecen en la realidad (naturaleza física,
biológica, mental, social e histórica). A esas leyes o legalidad cientíica también
se les conoce como racionalidad o “episteme ( πι τ )”.
Directrices para resolver cuestiones prácticas.
C) Como un discurso que, con independencia del rigor conceptual y deiniciones, depende
fundamentalmente de su fuerza argumentativa y de los intereses cognoscitivos
determinados por la comunidad cientíica. Esta posición suele denominarse
“argumentación cientíica intersubjetiva” (Apel, 1994: 37-92). Esa postura es de los
teóricos de la ciencia que airman que los intereses para alcanzar la verdad y la validez
de los enunciados, están situados en el convencionalismo “dialógico ( ιά
)” de las
9
comunidades de cientíicos o expertos. Por consiguiente, es la comunidad cientíica
institucionalizada la que establece los patrones de racionalidad y valida las reglas
operativas, escalas de valoración y la producción de conocimientos.
δa visión positivista de la ciencia (aunque ilosóicamente se inserta en la tradición cartesiana y los postulados
de F. Bacon) tiene su extensión en la escuela norteamericana llamada “Círculo de Viena”, para la cual la validez
del discurso cientíico depende de la correspondencia entre datos y hechos, así como también del orden lógico
de las proposiciones. Básicamente para esa escuela sólo puede caliicarse como ciencia a los discursos de las
ciencias naturales o físicas.
9
Es Karl-Otto Apel, maestro de J. Habermas, quien postuló inicialmente las reglas de operación de la comunidad
dialógica cientíica, más allá de la trascendentalidad del paradigma monológico pensante (individualismo
solipcista). Para la tradición cientíica alemana, especialmente desde la perspectiva de Apel, en las ciencias
fácticas, así como en las ciencias sociales, la validez del discurso cientíico depende de las razones dialógicas
establecidas por la comunidad cientíica cuyas reglas se basan en el diálogo intersubjetivo.
8
25
Sintetizando, la ciencia trabaja por lo menos con base en dos directrices básicas: por
un lado, fundamentando teóricamente cualquier problemática real (construye deiniciones,
demarca conceptos, contrasta hipótesis, compara y alterna teorías, ajusta leyes y desarrolla
nuevos conocimientos); y por otro lado, formula preguntas para diseñar técnicas que solucionen
problemas prácticos. De ambas vertientes se desprendió lo que Lakatos, (1983: 12, 22, 29, 35)
denomina “metodología de los programas de investigación cientíica”.
Feyerabend, otro teórico de la ciencia, está en otro momento de la perspectiva cientiicista.
Ante las concepciones empiristas y positivistas (que discriminan los conlictos generados en
el ámbito social), Feyerabend señala que además deben considerarse los factores de tipo
histórico, sociológico, psicológicos, estéticos, de creatividad o innovación, que no tienen
por qué ser menospreciados por algunos grupos cientíicos, los cuales consideran que las
externalidades no necesariamente condicionan los aspectos internos u objetivos del discurso
cientíico (Feyerabend, 1λ78μ 45, 54-78).
III.
El desarrollo de la gerontología
Antes de plantear algunas generalidades sobre el desarrollo de la gerontología en México,
quisiera señalar tres cuestiones socioeducativas que considero centrales:
1.
En este tiempo moderno10 se venera el mito de “ser joven” asociándolo con
representaciones sociales tales como la productividad, belleza e inteligencia. Muchos
países perciben a la vejez como algo deicitario y decadente (Bobbio, 1λλ7). Esa
perspectiva histórico-cultural despectiva, ha generado sesgos, prejuicios y rupturas
intergeneracionales (García, 2006).
2.
En ese escenario de hostilidad emerge la práctica gerontológica: por un lado el
dogmatismo de algunos cientíicos “duros” cree que la gerontología no cumple con
los criterios de cientiicidad. δuego, existe una desvaloración en términos laborales
de la profesión del gerontólogo, pues es considerada en muchas instituciones como
una labor adyacente o de apoyo a los equipos disciplinares de médicos, psicólogos
y trabajadores sociales.
3.
Por otro lado, tres amplios aspectos desafían el quehacer gerontológico: 1) las
instituciones de educación superior que al lograr implementar planes y programas
de licenciaturas, sólo visualizan el carácter “técnico-profesional” y no invierten
10
El concepto de modernidad ha sido objeto de una larga y compleja discusión en la historia de las ideas
ilosóicas. Esta categoría ilosóica fue analizada en la obra La vejez. El grito de los olvidados, (2003). Para los
ines de este artículo, referimos con la palabra modernidad al proceso histórico capitalista (economía de mercado
o neoliberalismo) donde la exclusión, el empobrecimiento y la discriminación de la mayoría de las personas
ancianas, tienden a globalizarse y a recrudecerse cada día.
26
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
en infraestructura investigativa (a través de posgrados). Por ejemplo, a nivel de
dirección muchas veces la investigación se percibe como si fuese una “terapia
ocupacional” que el profesorado debe ejercitar sin saber si éste tiene el peril
académico o trayectoria deseable mínima; 2) los bajos salarios del profesorado en
las universidades (tal es el caso de las estatales) mediante los cuales se inhibe el
desarrollo formativo competente; 3) el mapa curricular de las licenciaturas y los roles
de alumnos y académicos, muchas veces son reducidos a esquemas de enseñanza
basados en capacitaciones (desplazando el proceso formativo), el desarrollo de
habilidades operativas (marginando así la relexión teórico-metodológica) y la
aplicación de técnicas supericiales (omitiendo con ello la investigación multidisciplinar).
Sin embargo, una iniciativa socioeducativa que merece resaltarse en la política educativa
en εéxico consiste en la apertura y diversiicación del modelo educativo gerontológico. Esa
diversiicación abrió nuevas carreras profesionales que buscan satisfacer necesidades sociales
y educativas. Así también se han pretendido reducir las perspectivas deicitarias sobre la vejez
(por lo menos desde el ámbito teórico). Otros profesionales de diversas áreas del conocimiento,
comienzan a ver en los estudios gerontológicos una oportunidad, que a cuenta gotas, la van
incluyendo en los equipos multidisciplinares de trabajo11.
δa palabra gerontología proviene de “(
τ ) ancianos,” en griego, y “(
), estudio
o tratado”. Fue a principios del siglo XX cuando se comienza a utilizar este término con una
perspectiva más o menos sistemática. El biólogo ruso de origen judío, Elias εetschnikof (18451916), fue quien introdujo en sus estudios el concepto de gerontología. Si bien es cierto que su
formación intelectual pertenece a los campos de la microbiología, la isiología y la epidemiología,
es en su obra célebre de 1904, titulada Studien über die Natur des Menschen, donde desarrolla
un capítulo a la “Einführung in das wissenchaftliche studum des alters (Introducción al estudio
cientíico de la edad)”. Para este autor, la “altern” o envejecimiento es un proceso biomolecular
degenerativo que se va acentuando con la edad (“alters”12) (εetschnikof, 1λ04μ γβ0-γγγ).
11
Gutiérrez Robledo advierte de manera precisa que: “de manera muy semejante, la investigación del
envejecimiento en εéxico, hecha por cientíicos mexicanos, ha venido creciendo en los últimos 15 años hasta
alcanzar un nivel signiicativo, con un peso más importante que los estudios médico-biológicos y sociales, entre los
que destaca de forma muy sólida la perspectiva demográica, y más recientemente, la clínica y la epidemiológica.
Desde otro punto de vista, las investigaciones sobre envejecimiento han calado en planes de investigación y
desarrollo más recientes. Por ejemplo, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología inancia la creación de una
Red Temática de Investigación en Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social; asimismo, en los últimos años ha
inanciado más proyectos de investigación sobre envejecimiento, en su mayoría organizados en torno a la biología
y medicina, quedando en una segunda posición los de demografía y ciencias sociales. Aunque son proyectos que
se desenvuelven en campos conexos, no siempre es evidente que logren aunar esfuerzos interdisciplinares”
(Gutiérrez Robledo, 2010: 187-188).
12
Como todos sabemos, εetschnikof es considerado el padre de la gerontología. En su obra escrita al alemán
predice que los estudios sobre longevidad humana serán fundamentales para los años por venir. En esa obra se
encuentra toda una estrategia de relexión de tipo isiológica y cultural (sobre todo cuando se reiere al concepto
de “δanglebigkeit”).
27
Sus estudios de la vejez lo llevaron a escribir en 1908 otra de sus obras fundamentales para la
gerontología contemporánea titulada Die Verlängerung des Lebens, en la cual expresa que el
envejecimiento es un camino sin retorno y que solo a través del bien vivir se puede prolongar
la longevidad: educación, salud y actividad, son las claves para una vejez prolongada.
Posteriormente, de 1910–1940, aparecen las grandes teorías biológicas sobre el
envejecimiento, como son la molecular, la genética, isiológica o de los “radicales libres”, entre
otras (García, 2003: 91-146). Todas ellas se lograron gracias a los avances de la medicina
y los hallazgos clínicos traducidos en desarrollo farmacológico. Cabe destacar que durante
las primeras tres décadas del siglo XX, las ciencias biomédicas comenzaron a tener auge,
especialmente en investigaciones clínicas. Un acontecimiento geopolítico que agilizó los
descubrimientos médicos e incentivó los experimentos clínicos a través de la farmacología fue
la llamada “Primera Guerra εundial” (1λ14-1λ18). El conlicto bélico no solamente despertó
el interés por poner la ciencia al servicio de las guerras, sino también generó fuertes debates
sobre la conducta irracional del belicismo que arrastraba a una parte de la humanidad. Una
disciplina cientíica que tuvo mucha importancia durante ese periodo de conlictos bélicos y del
malestar cultural fue la psicología, a través del psicoanálisis freudiano.
Sigmund Freud es quien aborda múltiples temas sobre la psique del ser humano y
el envejecimiento no fue la excepción. Freud estableció la apertura de los estudios sobre
envejecimiento por medio de sus relexiones en torno de la libido en personas ancianas. Vejez
y sexualidad fueron analizadas de manera clínico-terapéutica, pero también desde un enfoque
socio-cultural donde las historias de vida constituyen un elemento fundamental para explicar
la génesis de la libido sexual, la represión, la disfuncionalidad, los prejuicios y los tabúes
sobre deseos y placer en las personas mayores13. De esa manera, la gerontología ya no solo
se ocupaba de las cuestiones biomédicas, sino ahora y gracias a Freud, la psicología (en
su aplicación clínico-terapéutica y social) comienza a constituirse como otro paradigma de
análisis del envejecimiento humano.
Sin embargo, fue después de la segunda guerra mundial (1945), cuando la gerontología
se separa de cierto enfoque reduccionista clínico-biológico que había hecho la biomedicina,
especialmente la geriatría. Años posteriores por medio de un proceso de discusión, la
gerontología inició la crítica y superación de los paradigmas biologicista y psicoterapéutico,
para instaurarse en el campo de las ciencias sociales (García, 2008: 123–129).
Al llegar a los 65 años de edad, Freud empezó a relexionar sobre la senectud en sus artículos "Neurosis y
angustia" y “Transitoriedad”, aunque en su carta del β1 de mayo de 18λ4, escribióμ "En todos los casos (…) la
neurosis se debe a trastornos de la vida sexual (pulsiones enfermizas), los epígrafes más generales bajo los cuales
puedo clasiicar a las neurosis son los cuatro siguientesμ l. Degeneraciónν β. Senilidad (¿qué puede signiicarς)ν
γ. Conlictoν 4. Conlagración". Por otro lado, Freud diserta sobre la vejez y la relaciona principalmente con la
sexualidad. La primera premisa de investigación clínica consiste en que los ancianos son sujetos de pulsiones, y
por ende, de energía libidinal. Por tanto, concluye Freud, es falso considerar al senecto (sea varón o mujer) como un
ser asexuado. δo que sucede es que en el proceso isiológico del envejecimiento se van fraguando la degeneración
y conlagración de la genitalidad y no de la sexualidad (Freud, 1λ81μ γγ84-γ4λ0ν García, β00γμ 115-1β1).
13
28
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Ejempliican este avance los médicos alemanes Gerald Rudinger y Ernest
Lanterman, quienes en su célebre artículo “Soziale bedingunen der intelligenz im
alter,” sostienen que la gerontología a in de sobrevivir y ser más productiva teórica
y empíricamente, deberá estar en estrecha vinculación con el “análisis histórico
(geschichtsbezogne Anknüpfung)” y social (Rudinger y δanterman, 1λλ7μ 1γ4, 1γλ-141).
En los años 50’s del siglo pasado, inicia el desarrollo de investigaciones a partir de
teorías biomédicas sobre el envejecimiento y las prácticas socio-sanitarias. En 1950 fue
fundada la primera asociación internacional gerontológica y geriátrica (International Association
of Gerontology and Geriatrics14) en Lièga, Bélgica, dedicada a las cuestiones de educación
cientíica y fomento de la investigación. Posteriormente, en 1λ51, surge la International
Association of Gerontology15 que recomendaba estudiar tres campos teórico-prácticos de
organización institucional: el sanitario (asistencial), el biológico (investigación básica en niveles
tisular, celular y molecular) y el social (cuestiones sociológicas, psicológicas, de trabajo social
y jurídicas). Finalmente, con la obra de Juan Comas16 Manual de antropología física, aparece
una nueva forma de abordaje antropológica de la vejez, desde el punto de vista de la anatomía
humana comparada, especíicamente desde la antropometría cultural (Comas, 1λ66, β8-64).
Bajo el breve panorama del proceso histórico de la gerontología ya descrito, en México se
abre por primera vez la licenciatura en Gerontología en la Universidad de San Agustín, Mérida
y en la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec, estado de México (Fernández, 2012), ambas
en el año β004. Esta última ha jugado un papel importante en el proceso de diversiicación e
implementación de la carrera en otras instituciones de educación superior.
Por otro lado, si bien es cierto que los estudios gerontológicos caminan teórica
y empíricamente a paso lento pero consistente, no sucede lo mismo con el profesional en
gerontología. Por medio de encuestas aleatorias que pude aplicar a estudiantes de dicha
carrera del β005 al β015 −como docente de algunas asignaturas en la licenciatura en
gerontología− pude observar que la mayoría de ellos no tiene una perspectiva personal de su
propio envejecimiento, ni tampoco se visualizan como senescentes.
14
La International Association of Gerontology and Geriatrics (por sus siglas en inglés IAGG), destaca como un
organismo mundial que en los últimos años ha trabajado en la promoción de investigaciones sobre el envejecimiento
humano (principalmente en la óptica médico-biológica) y sus implicaciones en las políticas de salud. Para mayor
detalle ver su página http://www.iagg.info/
15
Para mayor claridad revisar el excelente artículo de V. Korenchevski, titulado “The International Association
of Gerontology and Rapid Progress of Gerontology,” en el que resume con claridad y creatividad la perspectiva
general de dicho congreso realizado en 1951, en la ciudad de St. Louis, Missouri, EUA (véase http://www.ncbi.
nlm.nih.gov/pmc/articles/PεCβ0ββ540/ςpageο1).
16
Comas fue uno de los pioneros en estudios sobre antropología de la vejez. Su aporte consistió en abrir la
gerontología a otras formas del conocimiento. Claro que Comas lo hizo desde la perspectiva antropométrica con
base en interesantes registros cuantitativos y de clasiicación de las edades, en distintos contextos culturales.
Años más tarde sus aportes sirvieron para elaborar los primeros informes técnicos sobre envejecimiento de la
Organización Mundial de la Salud (1970).
29
δa gerontología es uno de los pocos temas cientíicos aplicados a una visión de larga
perspectiva de vida. Una gerontología profesional será aquella que tenga la capacidad de
uniicar el pasado, el presente y el futuro, analizando los retos del envejecimiento en su devenir
social, que aporte una explicación de los procesos de transición demográica, capaz de prevenir
e intervenir en los procesos de transición epidemiológica y predecir las tendencias residenciales
y explicar las nuevas formas de estructuración familiar. De allí que la gerontología se enfrentará
siempre cara a cara con las cuestiones histórico-sociales fundamentales y ante los desafíos
de sus educandos acerca de su propio proceso individual y colectivo de envejecimiento y las
oportunidades reales de empleo formal.
Según Höplinger (β00λ), la gerontología tiene conexión con diferentes áreas del
conocimiento como son:
Neurobiología, medicina y salud pública.
Fisioterapia, ortopedia y estomatología.
Odontología y nutrición.
Psiquiatría y psicología.
Práctica de los cuidados <formales (hospitales geriátricos o de
especialidad) e informales (Centros de Día y espacio familiar>.
Tecnologías aplicadas a las cuestiones de salud y de seguridad
personal.
Sociología y demografía.
Arquitectura e ingeniería.
Filosofía y educación.
Literatura y religión.
Ciencias de la comunicación y publicidad.
Turismo, economía y administración.
Deporte planeado o actividad física.
Política y derecho, entre otras.
En dichas áreas se observa la disposición abiertamente multidisciplinar. Sólo el trabajo
en equipos multidisciplinarios puede producir acciones integrales destinadas a resolver
problemas (Villar, 2013). Es indispensable reconocer que el carácter multidisciplinario de la
gerontología no es un mundo “color de rosa”, por el contrario, en él subyacen fuertes desafíos
y con frecuencia esquizofrénicos conlictos entre investigadores, trabajadores comunitarios,
profesores inclinados hacia la improvisación de técnicas, e incluso diferencias entre directivos
de centros de formación o universidades, cuyas consecuencias pueden inhibir o desalentar
las investigaciones que se encuentran más allá de su estrecha perspectiva profesional o de la
sobrecarga burocrática en sus trabajos de gestión. Entre los problemas frecuentes sobresalen:
30
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
•
Diicultades idiomáticas y de comunicación porque cada disciplina tiene sus propios
conceptos y deiniciones.
•
Ideas especíicas de la disciplina sobre la construcción de la realidad y las
correspondientes diferencias de teorías y métodos.
•
Prejuicios y falsas expectativas debido a la escasa comprensión del aporte de otras
disciplinas.
•
Problemas de dinámica de grupos cuando se impone una perspectiva teórica y
jerarquía institucional.
•
Insuiciencia en las acciones institucionales y académicas para organizar la
investigación en muchos países hispanoparlantes. Si bien es ciertos que los
institutos de geriatría o centros nacionales de atención para el adulto mayor, luchan
incansablemente por derivar políticas públicas sobre envejecimiento, sin embargo,
todavía no se logran resultados trascendentales. En el caso mexicano, la Red sobre
el Envejecimiento articulada a la Red Temática de Envejecimiento, Salud y Desarrollo
Social (ESDS), los esfuerzos organizativos y sistemáticos han sido relevantes pero
insuicientes.
•
Sin la construcción de un programa cientíico de investigación gerontológica o de
envejecimiento nacional, la investigación queda trunca o solamente se reducirá a
exquisitas disertaciones de escritorio.
La naturaleza multidisciplinaria de la gerontología habría que entenderla como formas
de comunicación social planteada en términos de colaboración, estrategias argumentativas y
respeto a la diversidad de enfoques cientíicos. Ante la necesidad de abrir nuevos caminos y
fundamentar seriamente otros horizontes interpretativos, a continuación indico la importancia
que tienen las metodologías de la investigación.
IV.
Pretensión de cientiicidad, el saber popular y métodos de investigación en el
campo de la gerontología
Habitualmente cuando se alude a la cientiicidad de la gerontología, se cree que en sí ya es
una ciencia en el sentido riguroso del término. Sin embargo, no es así. Si la gerontología es
pasada por el tamiz de las ciencias experimentales o físicas, sería considerada “pseudociencia”
ya que aún no cuenta con enunciados que pueden ser falseables o corroborados a partir de
“experimentos cruciales” (Popper, 1λ68μ γβ-γ5). Respecto al término de pretensión, reiere
el interés del investigador o cientíico por buscar o pretender que su discurso cumpla con
las reglas cientíicas básicas o que esté correctamente fundamentado en las teorías y bien
estructurado en cuanto a metodologías plausibles.
31
Cuadro 3. La pretensión cientíica
Fuente: Elaboración propia.
δa pretensión cientíica según el “Cuadro γ”, es un objetivo que todas las ciencias buscan.
Es una manera de darle fundamento objetivo al conocimiento humano. En otras palabras, es una
forma de abordar racionalmente la totalidad o relatividad de lo real para “vivir con conocimiento
de causa”, evitar la supericialidad y hacer del mundo un lugar habitable, confortable (Bunge,
1λλ7). δa racionalidad cientíica no solo se estructura a partir de epistemologías experimentales,
basadas en evidencias cuantiicables y sujetas al consenso de los expertos, también alude a
conocimientos cualitativos fundados en la observación empírica, en los saberes populares
y la sabiduría ancestral de los pueblos originarios (tradiciones culturales e históricas). Aún
perviven comunidades autóctonas donde la igura del anciano representa no solamente una
autoridad moral, sino como portador material de conocimientos útiles que sirven para conocer
e interpretar el mundo y proporcionarle sentido práctico a la vida comunitaria17.
En los recientes estudios gerontológicos persiste una tendencia académica que pretende
priorizar a las actividades empíricas o prácticas, por encima de la relexión teórica. δa discrepancia
no se reiere a que la praxis gerontológica no deba tener contenidos prácticos (puesto que es su
inalidad esencial), sino porque es de vital importancia proporcionarle a la praxis fundamento(s)
teórico(s). Si no se busca la pretensión de cientiicidad en gerontología (ya sea desde los
paradigmas médico-biológico, psicológico, de las ciencias sociales y las humanidades), el riesgo
que corre el gerontólogo es ser reducido a una marioneta que sólo repite lo que las otras áreas del
conocimiento prediquen y que su profesión sea catalogada como trabajo rudimentario, deicitario
e institucionalmente sea mal valorado (ya que se le asocia al trabajo operativo o de voluntariado).
17
Parte de la riqueza de los pueblos originarios que conformaron las grandes civilizaciones del neolítico (ÁfricaBantú, Egipto, China y Mesoamérica –aztecas, mayas e incas– son sus relatos que describen positivamente
las funciones comunitarias de ancianos y ancianas, en términos de espiritualidad, eticidad y autoridad, tanto en
comunidad como también en la familia. Ya he expuesto en otra obra el valor comunitario de la gente anciana en
la historia (véase García, 2003).
32
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Es importante mencionar que la investigación no solamente se reiere al uso de las
teorías cientíicas (ciencias experimentales, abstractas o “duras” –como la matemática– y
las ciencias sociales funcionales que han dominado a la cultura, la tecnología y la técnica),
también es relevante apoyarse en el llamado “conocimiento empírico” o saberes populares.
Dichos saberes tienen una vitalidad extraordinaria ya que además de generar conocimientos
observacionales a través del testimonio oral, también cohesionan los usos y costumbres de
una comunidad. Por ejemplo, la experiencia de las abuelas o abuelos cuando enseñan que “la
mejor época para sembrar maíz es cuando hay luna llena”.
El saber popular (δeal, β011) no necesariamente tiene su base en las teorías cientíicas,
pero sí en la experiencia, se apuntala en el sentido común de la vida cotidiana y en el conocimiento
observacional. Lo importante por destacar aquí es que ese tipo de conocimiento implica formas
particulares de investigar. El saber popular es producto o constructo de la comunidad donde los
conocimientos y las experiencias de las personas (en este caso de las abuelas y abuelos) sirven para
transmitir tradiciones, costumbres, y sobre todo, atesorar prácticas de organización comunitaria,
así como propiciar códigos de identidad cultural a través de relatos míticos (García, 1999).
Los saberes populares pretenden rescatar, promover y conservar las epistemes
comunitarias acerca de cómo trabajar la tierra, cuándo sembrar y cosechar, cómo utilizar
las lluvias de temporal, cómo atacar plagas que invaden cultivos y lorestas, saber por qué
la luna inluye en el embarazo de las mujeres, cuáles son los remedios o cura cuando hay
enfermedades infecciosas, cuáles son los métodos para educar a los niños y niñas, entre
muchos otros ejemplos.
En gerontología comunitaria o en trabajo rural, indagar en el saber popular de un poblado
o barrio, puede ser de gran utilidad no solamente para valorar y resigniicar la igura de las
personas ancianas, sino también, para contribuir al fortalecimiento y cohesión de las familias,
del vecindario y la comunidad en general a través de las redes sociales de apoyo. El saber de
raíz popular incorporado a investigaciones de gerontología comunitaria, por ejemplo, no niega
el conocimiento cientíico, al contrario lo adapta a su conocimiento empírico, a las prácticas
cotidianas y a los valores culturales del pueblo (Kymlicka, 1996). Ambos conocimientos tienen
por inalidad satisfacer necesidades concretas y hacer de la vida comunitaria un lugar de
reciprocidad, concordia y bienestar comunitario.
El conocimiento cientíico y el saber popular no deberían ser excluyentes uno del otro.
Más bien habría que encontrar convergencias y en función de ellas establecer “criterios de
demarcación”, es decir, en gerontología ambos conocimientos deben articularse de manera
creativa para generar estudios o diagnósticos situacionales, procedimientos relativos a diseñar
modelos de intervención, análisis de contextos en los que se aborden las necesidades no
satisfechas de los adultos mayores. Esos criterios pueden servir en principio para demarcar
el abordaje gerontológico, a in de complementar y enriquecer el área geriátrica (respecto al
estudio y tratamiento del binomio salud/enfermedad).
33
Cuadro 4. El saber popular como experiencia comunitaria
CATEGORÍA
SUBCATEGORÍA
El tiempo como
trabajo y memoria
colectiva
Saberes
populares
Episteme
comunitaria
DESCRIPCIÓN
El tiempo para los miembros de la comunidad no es una
dimensión abstracta separada de las actividades concretas.
Tampoco es un lapso cronometrado, continuo e independiente
de los hechos. Por el contrario, es un modo de estar y vivir de
manera comunal en el que cada miembro regula su vida en
torno a lo mundano o el trabajo, pero también en relación a
lo cosmogónico (o espiritualidad) y, así, organizar la memoria
colectiva.
Las vivencias de algunas comunidades indígenas y campesinas,
reposan muchas de ellas en sabidurías milenarias. Las
epistemes comunitarias son saberes de lo propio. Habitualmente
las experiencias de los pueblos originarios o autóctonos, se
basan en conocimientos empíricos cuyo fundamento suele ser
la tradición que por uso y costumbre generan formas de vida
altamente ricas en contenido de organización comunitaria y
en la trasferencia de conocimientos que sirven para resolver
asuntos de la vida cotidiana.
Fuente: Elaboración propia.
El “Cuadro 4” representa una posible línea de investigación para los estudios
gerontológicos. Con frecuencia son antropólogos quienes a partir de la etnografía llevan a cabo
ese tipo de investigación. Cuando se trata de estudios demográicos o epidemiológicos, los
cuales normalmente son de tipo cuantitativo, sí es posible combinarlos con trabajos de campo
donde se empoderen los saberes populares. Lo importante de la ciencia y de los saberes
populares es, como bien dice Bunge, hacer del mundo un lugar para vivir bien.
En gerontología no puede existir un modelo único y exclusivo de investigación educativa
válido y aplicable a cualquier análisis contextual, longitudinal, cuantitativo o cualitativo. Tampoco
existe una epistemología unívoca que explique teóricamente la diversidad del proceso de
envejecimiento. Epistemologías convergentes, pero multívocas permiten que la investigación
gerontológica pueda ser rica tanto en el tratamiento teórico como en las respuestas prácticas18.
Ahora bien, no es posible realizar investigación si no se plantean los caminos o las
formas para hacerla. A esas rutas para acceder al conocimiento cientíico se les denomina
18
Indudablemente que la discusión sobre el papel de la investigación gerontológica se ubica en el terreno de
la educación. La gerontagogía, en tanto disciplina educativa que se ocupa del aprendizaje, del intercambio de
saberes y experiencias y de todo aquello que sirva para empoderar a las personas mayores en comunidad
(bajo el marco del reconocimiento, la inclusión digna y la participación), constituye la esencia de la investigación
gerontológica. Véase el texto de Cristina Fernández Portero titulado “δa gerontologíaμ una nueva disciplina”
(1999), en ileμ///Cμ/Users/Usuario_UNEVT/Downloads/Dialnet-δaGerontologia-1λ585λ.pdf. Es un texto muy
útil para quienes estudian gerontología pues la autora, además de ahondar en el signiicado gerontológico del
término y ubicarlo dentro de la normatividad europea, especialmente en el caso español, plantea la importancia
de la gerontagogía (subdisciplina de la gerontología, especializada en estudiar los procesos educativos referidos
al adulto mayor) como herramienta relexiva de utilidad para la investigación.
34
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
“métodos ( τ
)” que en griego signiica “camino de acceso”. Debe quedar claro que ni la
gerontología ni sus métodos de análisis, son iguales a los de las ciencias experimentales o
ciencias exactas. Ambas ciencias son unívocas. La gerontología es multívoca. Las primeras
investigan a partir de objetos (de estudio) medibles, cuantiicables, sujetos a la experimentación
y demostración teórica, es decir:
Ejemplo 1. El gene de la APP (Proteína Precursora del amiloide) está localizado en el
cromosoma 21 en la región p21. Se ha visto que pacientes con trisomía del cromosoma 21
(síndrome de Down), a la edad de 30 años presentan patología tipo Alzheimer, además de un
aumento en los niveles de amiloide en circulación sanguínea, lo que indica que la presencia
de 3 copias del gene APP es un factor de riesgo importante.
Ejemplo 2. La escasa polaridad de alcanos, alquenos y alquinos, hacen que sean muy poco
solubles en agua. Los aldehídos y cetonas son más solubles en agua y además tienen mayores
puntos de fusión. Los alcoholes y ácidos carboxílicos presentan puentes de hidrógeno por lo
que son muy solubles en agua y tienen puntos de fusión/ebullición muy altos comparados con
los alcanos.
δos ejemplos “1” y “β”, son estructuras del lenguaje cientíico-experimental cuyas
metodologías de investigación son altamente controlables y unívocas, con marcos teóricos
especializados, y en general, aspiran a convertirse en leyes cientíicas válidas para todo proceso
bioquímico. Por su parte los lenguajes de la gerontología, al ser un área multidisciplinaria
construida con epistemologías diversas, hacen de ella una disciplina con métodos de análisis
mixtos o multívocos y cuyos resultados siempre están sujetos al cambio y la interpretación.
Eso no signiica que carezca de cientiicidad o rigurosidad la investigación gerontológica, sino
que simplemente sus estatutos de fundamentación no son equiparables u homologados con
los lenguajes de las otras ciencias mencionadas.
εi postura en la presente contribución es airmar que los objetos de estudio o las
problemáticas analizadas por la gerontología, encuentran su punto de partida en la cotidianidad,
es decir, la vida ordinaria de las personas en su contexto sociocultural y organización
económico-política, valores y creencias religiosas y sus particulares procesos orgánicos o de
salud/enfermedad. Es el mundo fáctico o de la vida donde los seres humanos desarrollan su
ciclo de vida y construyen sus historias singulares, familiares o colectivas.
Historia y vida cotidiana de los adultos mayores, son el universo que aborda el estudio
gerontológico por excelencia: ya sea para estudiar procesos particulares del individuo, sus
patologías y rehabilitaciones, analizar problemáticas epidemiológicas, examinar determinantes
sociodemográicas y políticas con incidencia en el proceso de envejecimiento, así como detectar
35
ecesidades insatisfechas relativas al acceso a las instituciones de salud, vivienda, educación,
seguridad social (Moreno y García, 2010).
En gerontología el campo de acción es práctico, sin embargo, necesariamente se
fundamenta en lo teórico y metodológico (Villar, 2013). Es práctico porque inicialmente parte de
los hechos concretos. Además sus ines también pueden serlo, ya sea para resolver problemas
cotidianos del adulto mayor o bien, para aportar elementos teóricos o herramientas técnicas
que contribuyan a entender los fenómenos prácticos. En suma, no hay teoría sin práctica
gerontológica y viceversa. En el siguiente esquema podemos visualizar el proceso teóricopráctico en la investigación gerontológica, simpliicado por motivos didácticosμ
Esquema 1. Proceso metodológico general de interconexión entre teoría y vida cotidiana
Fuente: Elaboración propia.
La investigación gerontológica comienza o parte del hecho (relacionado con el
envejecimiento, la vejez y los adultos mayores), el cual debe ser confrontado (a) con el marco
teórico (mt) disponible. Luego, se efectúa un proceso interpretativo para elegir un caso de
estudio que de nuevo es confrontado (b) con la realidad, a in de recabar datos e información
para interpretar cientíicamente el hecho. Se detecta o no un problema. Si existe, se plantea
cuál es y es confrontado (c) otra vez con el marco teórico. Después de haber planteado
correctamente el problema, se procede a estructurar los objetivos y construir la hipótesis. Una
vez señalada la hipótesis, se requiere:
Especiicar la metodología, es decir, se describe cómo se estructura técnicamente
el análisis (mencionando el para qué de los instrumentos, escalas de valoración,
procedimientos etnográicos y toda aquella herramienta a utilizar).
36
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Desarrollar los argumentos centrales a partir de explicar con precisión el problema
planteado y a la par se va probando la hipótesis. Si el desarrollo explicativo (e) sufre
alguna modiicación o refuerza y enriquece la idea para una mejor comprensión del
tema, entonces se integra como un nuevo aporte o marco teórico (mt´). Finalmente,
el alumno al concluir con el proceso teórico o analítico (f), por ejemplo, puede tener la
opción (he aquí el plus del investigador) de generar programas o modelos de atención,
cuya aplicación (g) pretende responder o mejorar las necesidades reales insatisfechas
que son derivadas de los hechos o de la vida cotidiana de los sujetos afectados.
Indudablemente quien decide emprender una investigación, tendrá que saber en
principio qué quiere lograr y sobretodo saber elegir el tema o problema a desarrollar. Este
punto de partida subjetivo es muy importante, ya que de ese punto derivará la constancia, la
disciplina y la seriedad de la persona que emprende el análisis.
Otro aspecto central −presente desde el inicio hasta el in de la investigación− es lo que
designo como los “tres pies”. Éstos reieren tres momentos que la persona o grupo investigador
debería cuidar a lo largo del trayecto investigativo: ver, juzgar y actuar. Dichas características
invitan siempre a saber mirar la realidad, detectar las problemáticas, descomponerlas en
partes, estructurar un plan metodológico (ver “Esquema 1”), sistematizar el proceso y actuar
mediante modelos o propuestas estratégicas de gestión a in de solucionar lo que se pretende
mejorar, erradicar o transformar. A continuación véase el “Esquema β” referente a la postura19
que el investigador tendrá que asumir durante el proceso relexivo sobre la realidadμ
Esquema 2. Postura del investigador y el método de los “tres pies”
Fuente: Elaboración propia.
δa postura, como concepto educativo, se reiere a las actitudes cognoscitivas del sujeto frente a la realidad.
También suele entenderse como la “toma de conciencia” del sujeto cognoscente sobre los hechos u objetos,
es decir, el “reconocimiento” que se tiene sobre el objeto de estudio. Este aspecto implica también cuestiones
emotivas, de voluntad, de compromiso y de intereses del sujeto investigador. Para tener una mejor claridad sobre
dicho concepto, véase la tesis de doctorado titulada “Educación y postura” (εartínez, β000).
19
37
δa postura del investigador es de vital importancia pues deine la actitud, aptitud y
habilidad de éste con respecto al fenómeno por estudiar. “Ver” no solamente se reiere a un
hecho de percepción, es también capacidad sensible. La sensibilidad o sensibilización es un
acto ético del investigador al momento de enfrentarse al hecho o realidad por estudiar. Es
una disposición de empatía o compromiso subjetivo para mejorar lo que no funciona bien.
La caracterizo como un acto ético porque es una elección libre de aquél que se ocupa de
algo o por alguien para buscar opciones de mejora. Es una especie de “rapport” aplicado a la
investigación. Respecto a “juzgar” es la cualidad de analizar, recolectar información, interpretar,
argumentar o explicar coherentemente el tema o problemática. Finalmente, “actuar” es pasar
del proceso estrictamente teórico a la formulación de estrategias o modelos de atención y/o
intervención práctica. En este marco, actuar es pretender resolver problemáticas en cuanto
a calidad, eiciencia, bienestar y en aspiración basada en programas diseñados para las
instituciones20 públicas o privadas, por ejemplo:
Esquema 3. Consideraciones generales “antes de” emprender programas o planes de inversión
Fuente: Elaboración propia.
El “Esquema 3” plantea las consideraciones teóricas o de fundamentación que deben tomarse
en cuenta para el éxito de cualquier empresa o modelo gerontológico por implementarse. Las
variables de “entorno” y “sector” son los campos analíticos por desarrollar de manera transversal.
20
El profesional de la gerontología tiene tareas arduas que emprender. Una de ellas es saber la metodología
requerida para la estructuración de programas o modelos de intervención gerontológica para las instituciones que
ofrecen algún tipo de servicio. En ese nivel, el gerontólogo además de saber planiicar y estructurar programas,
necesariamente tiene que desarrollar la competencia del saber gestionar para luego implementar lo propuesto.
En un artículo titulado “La ética en los centros de día para adultos mayores. Entre la acción del Estado y los planes
de negocio”, planteo de manera introductoria la importancia de la gestión (García, β014).
38
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Para la operación de planeación los estudios de factibilidad/viabilidad y recursos de
inversión/costo beneicio, son los elementos operativos necesarios.
Por otro lado, y como punto inal de este apartado, propongo algunos esquemas que
incorporan aspectos meramente indicativos para la estructuración metodológica de proyectos de
investigación y destinados a quienes están cursando el nivel licenciatura o alguna especialidad
en gerontología. Debe quedar claro que muchas veces los contenidos de dichos esquemas
varían en función de las temáticas, tipos de estudio y perspectivas metodológicas de quien
investiga o asesora.
Esquema 4. Estructura mínima o protocolo de investigación21
1
2*
3
4**
5
6***
7****
8
9
10
Planteamiento
Impactos o
Título Justiicación Antecedentes del problema y Objetivo Metodología Hipótesis Variables resultados Cronograma
marco teórico
potenciales
11
Fuentes de
Consulta
Fuente: Elaboración propia.
* Según la metodología para investigación básica y aplicada (para ciencias experimentales, biológicas o
sociales), se puede abrir un subtítulo llamado “planteamiento del problema” y tendrá que mencionarse.
** En investigación básica o teórica no son necesarios los objetivos particulares.
*** Cuando se trate de investigación clínica o se pretenda realizar estudios de muestreo epidemiológico a
partir de gráicos, recuadros o tablas, se realice análisis de varianza (incluso aplica para estudios sociales).
También si se va a hacer trabajo empírico por muestras y volumen demográico o si se aplicarán baterías (test,
encuestas, entrevistas, cuestionarios), explicar por qué, cómo y para qué se utilizarán. De la misma forma,
todo protocolo que vaya a trabajar con individuos deberá contener Carta de Consentimiento Informado.
**** En cuanto a las hipótesis existe un problema que el alumno y el asesor deberán saber: las hipótesis en los
protocolos siempre son cambiantes debido a que el fenómeno por observar varía de acuerdo a los contextos
o las pruebas aplicadas. Sin embargo, se deberá detectar la hipótesis “fuerte” de la cual se pueden derivar las
“dependientes” (aunque éstas pueden modiicarse cuando se llegue a la tesis).
Esquema 5. Estructura mínima de proyecto de investigación (tendiente a la realización de tesis)
1
2*
3
4
5
7**
8
9
10
11***
12
13
Metodología
Hipótesis
Marco
teórico
Impactos
alcanzables
Propuesta de
índice
Conclusiones
Fuentes de
consulta
Objetivos
Antecedentes
Planteamiento
del problema
Particulares
Introducción
Generales
Título
Fuente: Elaboración propia.
21
Es importante tener en cuenta que cuando se trate de algún protocolo (incluso proyecto) en donde se hable
de inversión (en dinero y especie), se deberá incluir otro subtema con el rubro de “Costos”, explicando cuáles
son los requerimientos (por ejemplo, para equipar un espacio donde se desarrollará el protocolo o proyecto de
investigación), mencionando cuál es el gasto de inversión (equipo que será patrimonio de la Institución) y el gasto
corriente (pago de servicios profesionales). Otra forma de referirse a los costos es a partir de la decisión sobre
recursos materiales, humanos y inancieros requeridos.
39
* En la introducción se planteará el por qué y para qué de la investigación. Muchas veces cambia por
“justiicación”.
** En algunas investigaciones cuantitativas o enfocadas al ámbito experimental o clínico, incluso en temas de
rehabilitación, se describen las variables (inclusión y discriminación o bien, características de las muestras
o de la población objetivo), además de mencionar la estructura de la investigación y la explicitación del
método explicativo (si es inductivo, deductivo, empleo de técnicas como son entrevistas, baterías y escalas de
valoración). Otras veces se puede “abrir” otro subtema con el nombre de “variables utilizadas” y especiicar en
qué se deberá realizar “análisis de varianza”).
*** Solamente aplicaría si se pretende realizar tesis.
Esquema 6. Estructura para tesis
1
Título
2
Índice
3
4
5**
Introducción
Capitulares
(se recomiendan
de 3-4)
Conclusiones
(a modo de propuesta de
programa de intervención)
6***
7
Glosario, abreviatura y
anexos
Fuentes de consulta
(bibliografía, hemerografía y
cibergrafía)
Fuente: Elaboración propia.
* Es opcional de tres a cuatro capítulos (dependerá del criterio del postulante y del asesor en función de la
complejidad de la temática).
** La conclusión deberá ser una breve síntesis de los capítulos explicados y luego derivar alguna propuesta
en términos de un programa operativo a implementarse, el cual buscará atender el problema o plantear un
esquema de mejora de alguna temática.
*** Este punto es de mucho apoyo para el postulante, ya que le permite integrar aspectos que habitualmente
refuerzan la investigación a partir de abreviaturas, cuestionarios, escalas utilizadas y anexos que sirven para
darle soporte a la investigación.
V.
El gerontólogo y las competencias cientíicas (a modo de conclusión)
Llegamos a un punto práctico-estratégico pocas veces tematizado en los estudios gerontológicos.
εe reiero al papel social que desempeña el graduado o licenciado en gerontología o también
denominado por los técnicos de la educación, “recurso humano”. Como ya se advirtió en
párrafos anteriores, el egresado tiene un peril que le permite desarrollar habilidades operativas
básicas para aplicar técnicas apoyadas en esquemas de información o guías y manuales de
intervención gerontológica. Dicho peril sirve para que el alumno, a través de las modalidades
de evaluación durante su carrera profesional, conozca y repita datos, fórmulas y, en pocas
ocasiones, memorice técnicas y escalas de valoración.
“δa diversidad de periles profesionales y niveles formativos que se requieren en
gerontología, hace referencia a un déicit para abarcar el fenómeno del envejecimiento
en su totalidad aún con el aporte de especialistas” (Zarebski, β01γμ 58). Es decir, dada la
complejidad de los estudios sobre la vejez, ningún profesional o especialista que pretenda
realizar investigaciones aisladas o desde su ámbito particular de estudio, podrá lograr una
visión total sobre el envejecimiento humano.
40
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Cabe destacar que algunos países europeos, como es el caso de Alemania, tienen
establecidas estrategias de planeamiento, desarrollo e implementación de modelos
gerontológicos en sus diversas áreas. Sin embargo, cuando se reieren a los profesionales
dedicados a la gerontología, no utilizan el sustantivo “gerontólogo”, sino se reieren de manera
amplia con términos como “professionellen Altersarbeit” (profesional del trabajo con adultos
mayores) en expresión de Oswald (β006), o bien “professionelle Gerontologie” (profesional en
gerontología) según Höplinger (β00λ). Ambas denominaciones no aplican exclusivamente al
gerontólogo, sino a todo aquel profesional de cualquier área del conocimiento que demuestre
las competencias teóricas y prácticas para trabajar con personas ancianas. Otro dato relevante
dicho con certeza, es que en las universidades europeas no se imparte la licenciatura en
gerontología, por lo menos en el sistema público universitario. Una competencia importante
en la formación educativa gerontológica, es que quienes coordinan las instituciones o centros
universitarios y de investigación tendrán que cumplir con el requisito de tener los grados
académicos (posgrados, diplomados, especialidades) requeridos en el área de gerontología
(social o con tendencia geriátrica).
Cuando me reiero a las “competencias del gerontólogo”, es a partir del supuesto básico
que sigue o se apega al modelo de las competencias educativas, las cuales comenzaron su
desarrollo en las universidades de América δatina a inales del siglo pasado y principios del
XXI. δa competencia principal del gerontólogo puede ser deinida como “la aptitud para afrontar
eicazmente una familia de situaciones análogas, movilizando a conciencia y de forma a la vez
rápida, pertinente y creativa, múltiples recursos de conocimiento: saberes, capacidades, micro
competencias, informaciones, valores, actitudes, esquemas de percepción, de evaluación y
razonamiento. δa competencia se realiza en la acción, en el momento especíico en que es
necesario (…) la competencia no puede preexistir, no hay más competencia que la competencia
en acción” (Perrenoud, β007μ λ). En efecto, la investigación educativa en gerontología debe
ser un constructo teórico que sirva para la acción. Sería un contrasentido generar únicamente
“acciones” aisladas para atender una problemática gerontológica sin haber realizado el
recorrido investigativo necesario, como también sería absurdo construir teoría(s) de modo
abstracto sin desplegar simultáneamente estrategias acordes para las prácticas sociales y
actitudes críticas (Moreno y García, 2010). Contrariamente al fenómeno europeo (no es común
encontrar licenciaturas en gerontología), en Estados Unidos de Norteamérica22, Canadá23 y
América δatina, los estudios gerontológicos −al menos desde el inicio del año β000− han
comenzado a diseminarse a través de licenciaturas, especialidades, diplomados y maestrías,
22
Para mayor información, consulte la siguiente página donde se recopilan planes y programas de estudios en
gerontología de algunas universidades norteamericanas: http://www.gradschools.com/programs/gerontology
(consulta realizada mayo de 2016).
23
Para el caso canadiense, consúltese también la página “Canada Gerontology University Programs” en http://
www.canadian-universities.net/Universities/Programs/Gerontology.html (consulta realizada mayo de 2016).
41
principalmente. En América Latina en particular, es donde se registra la tendencia creciente
de planes y programas (a nivel de licenciatura) y escasamente posgrados de gerontología
(Argentina por ejemplo, tiene por lo menos cuatro universidades que ofertan maestría y doctorado
en gerontología). Dicha tendencia es una de las consecuencias del proceso sociohistórico del
envejecimiento poblacional acelerado en la región. Indudablemente que la igura profesional y
cientíica (en el futuro inmediato) del gerontólogo será tan importante como el aire que se respira.
Por lo anterior, puedo concluir de manera indicativa, que el egresado de algún programa
de estudio formal (profesional) en gerontología podría ser competitivo de manera genérica,
por lo menos para coordinar establecimientos asistenciales que atienden adultos mayores;
supervisar el trabajo del personal técnico en gerontología y de cuidadores (informales y
formales); dirigir y ser participante en la elaboración y dictado de programas sociales, de
promoción y rehabilitación dirigidos a mayores sanos y enfermos; programar, dirigir y participar
en la impartición de cursos sobre formación de personal especializado en gerontología; elaborar
y diseñar políticas sociales sobre envejecimiento; trabajar con equipos multidisciplinarios;
planiicar y dirigir servicios de atención, cuidados y/o recreación para la gente mayorν organizar
programas y capacitar al personal docente del sistema educativo con el propósito de formar
sujetos transmisores de una visión sin prejuicios, integradora y activa de los ancianos en la
sociedad; promover y desarrollar investigaciones vinculadas a la temática gerontológica. Para
desarrollar todas esas potencialidades, se tendrá que ejercitar de manera permanente la
relexión y la creatividad, como bien dice Andreas Kruse (β011).
δa gerontología, el gerontólogo, los profesionales y cientíicos aines, tienen retos que
asumir de manera conjunta y uno de ellos es desarrollar las competencias en investigación
para la acción a través del trabajo multidisciplinario (Plan Gerontológico de la Conferencia
Interamericana de Seguridad Social, 2004). Como diría el poeta Machado: “Caminante no hay
camino, se hace camino al andar” y, para caminar juntos, el punto de articulación se ubica en la
pretensión del respeto y reconocimiento entre las diversas formas de conocimientos, saberes
y experiencias. Sin esas pretensiones la “rueda de la vida” no podrá girar.
42
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Fuentes de consulta
Apel, Karl-Otto. (1994). Teoría de la verdad y ética del discurso. V.I, Taurus, Madrid.
Bobbio, Norberto. (1997). De Senectute, Taurus, Madrid.
Bunge, Mario. (1997). La ciencia, su método y su ilosofía. Sudamericana Ediciones. Buenos Aires.
Carnap, Rudolf. (1971). Studies in inductive logic and probability, Vol. 1. University of California,
California Press.
Colby, A. y Kohlberg, L., et. al. (1λ8γ). “A δongitudinal Study of εoral Judgment”, en Monographs of the
Society for Research in Child. John Gibbs. Vol. 48, No. 1/2, 1-124, Nueva York.
Comas, Juan. (1966). Manual de antropología física, UNAM-ITA, México.
Fernández, García, J. Ángel. (β01β). “Educación y formación de recursos profesionales en gerontología”, en
José Carlos García Ramírez (coord.), Envejecimiento mundial y desafío regional. Nuevos paradigmas
para la investigación, la salud pública y los derechos humanos, 387-396. Plaza y Valdés, México.
Fernández, Portero, Cristina. (1λλλ). “δa gerontologíaμ una nueva disciplina”, en ile:///C:/Users/Usuario_
UNEVT/Downloads/Dialnet-LaGerontologia-195859.pdf (consulta realizada enero de 2016).
Feuerstein, Reuven. (1λλ0). “δa modiicabilidad cognitiva y el PEI (Programa de Enriquecimiento
Instrumental), en Martínez Beltrán et. al., Metodología de la mediación en el PEI, Euzkaro, Madrid.
Feyerabend, Paul. (1978). La ciencia en una sociedad libre. Siglo XXI, México.
Freire, Paulo. (1986). La educación como práctica de la libertad, Tierra Nueva, Buenos Aires.
Freud, Sigmund. (1λ81). “δa sexualidad en la etiología de las neurosis”, en Obras Completas, T. VI,
Alianza, Madrid.
García, M. Victoria. (1999). Los Tejedores de otro Desarrollo: Las Experiencias de Organización
Comunal en Totonicapán. SERJUS, Ciudad de Guatemala.
García Ramírez, J. Carlos. (2003). La vejez. El grito de los olvidados, Plaza y Valdés, México.
________________. (2006). Los derechos y los años. Otro modo de pensar y hacer política en
Latinoamérica. Los adultos mayores, Plaza y Valdés–UNEVE, México.
________________. (β008). “Hacia una fundamentación cientíica de la gerontología”, en Revista
Praxis Sociológica, Volumen 12, Universidad de La Castilla–La mancha, Murcia.
________________. (2014). “La ética en los centros de día para adultos mayores. Entre la acción del
Estado y los planes de negocios”, en Periles sobre envejecimiento. Estrategias gerontológicas en
acción, 17-57, UNEVT, México.
43
Gutiérrez-Robledo, L. Miguel. (2010). “Propuestas para una agenda de la investigación y la enseñanza
en el ámbito del envejecimiento en εéxico”, en Perspectivas para el desarrollo de la investigación
sobre el envejecimiento y la gerontecnología en México. Encuentro Nacional sobre Envejecimiento
y Salud, Investigación, Formación de Recursos y Desarrollo de Servicios, realizado del 25 al
28 de agosto de 2010. México, http://www.geriatria.salud.gob.mx/contenidos/menu1/nuestras_
publicaciones.html (consulta realizada abril de 2016).
Höplinger, François. (β00λ). “Gerontologie-Deinition und Entwicklung im Blick auf den gesellschaftlichen
Fortschritt. Einstieg─zwei scherzhafte Deinitionen von Gerontologie“, en httpμ//www.hoeplinger.
com/fhtop/fhalter1O.html (consulta realizada mayo de 2016).
International Association of Gerontology and Geriatrics, en http://www.iagg.info/ (consulta realizada
junio de 2016).
Kymlicka, Will. (1996). Ciudadanía multicultural. Paidós, Barcelona.
Kohlberg, Lawrence. (1981). Essays on Moral Development, Harper and Row, Cambridge, Cambridge Press.
Korenchevski, Vladimir. (1951). “The International Association of Gerontology and Rapid Progress
of Gerontology”, en httpμ//www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PεCβ0ββ540/ςpageο1 (consulta
realizada mayo de 2016).
Kruse, Andreas. (2011). Kreativität im Alter. Universität Heidelberg, Universitätsverlag Winter.
Lakatos, Imre. (1983). La metodología de los programas de investigación cientíica.Alianza Editorial, Madrid.
Leal, Dilcia. (2011). “Saberes populares: una estrategia para la educación holística en la Escuela
Integral Bolivariana Francisco de εiranda”, en http://www.grupocieg.org/archivos_revista/2-3-1%20
(0118)%20Leal%20Dilcia%20rcieg%20febrero%2012_articulo_id74.pdf (consulta realizada enero
de 2016).
εartínez, Vázquez, F. Domingo. (β000). “Educación y postura”, Tesis para obtener el grado de doctor
en pedagogía. Facultad de Filosofía y Letras, División de Estudios de Posgrado. UNAM, México.
εartínez, Zambrano, F. (β00λ). “δas TICS en nuestro ámbito social”, en Revista Digital Universitaria,
Vol.10, Núm. 11. UNAM. México, http://www.revista.unam.mx/vol.10/num11/art79/int79.htm
(consulta realizada marzo de 2016).
εetschnikof, Elias. (1λ04). Studien über die Natur des Menschen. Verlag, Leipzig.
Moragas-Moragas, Ricardo. (1991). Gerontología social. Envejecimiento y calidad de vida. Herder,
Barcelona.
Moreno, Moreno M. Jesús y García, Ramírez, J. Carlos. (2010). “Formación de profesionales en favor
de la vejez”, en Por una cultura del envejecimiento, Instituto Nacional de las Personas Adultas
Mayores, México.
44
Fundamentos de la investigación educativa en la praxis gerontológica
Oswald, W, Lehr, U, et. al. (2006). Gerontologie. Medizinische, psychologische und sozialwissenschaftliche
Grundbegrife. Vol. I. Verlag Kohlhammer, Stuttgart.
Piaget, Jean. (1986). La toma de conciencia. Morata Editores, Madrid.
Perrenoud, Philippe. (2007). Desarrollar la práctica relexiva en el oicio de enseñar. Colección Crítica
y Fundamentos, Barcelona.
Plan Gerontológico de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social. (2004), en http://www.
cadamciss.org.ar/espanol/images/publicaciones/Aportes_para_Plan_gerontol_gico_texto.pdf
(consulta realizada mayo de 2016).
Popper, Karl. (1968). Conjeturas y refutaciones: el crecimiento del conocimiento cientíico, Arial, Barcelona.
__________. (1985). La lógica de la investigación cientíica. Técnos, Madrid.
Rudinger, G. y δenterman, E. (1λλ7). “Soziale bedingunen der intelligenz im alter”, en Zeitschrift für
Gerontologie, Mitt. Ges. Inn. Med, Wien, Berlin.
Sánchez-Vera, Pedro. (2012). “La emergencia del adulto mayor como consumidor: redimensionando
el envejecimiento en la economía de mercado”, en José Carlos García Ramírez (coord.),
Envejecimiento mundial y desafío regional. Nuevos paradigmas para la investigación, la salud
pública y los derechos humanos, 207-239. Plaza y Valdés, México.
Taller sobre investigación en tecnologías de la información y envejecimiento. (2015). Organizado por la
Red Temática Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social (ESDS) del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología, Ensenada, Baja California. http://esds.cicese.mx/taller2015/ (consulta realizada abril
de 2016).
Villar, Feliciano. (β01γ). “Desafíos de la investigación interdisciplinaria en gerontología”, en Verónica
Montes de Oca (coord.), Envejecimiento en América Latina y el Caribe: enfoques en investigación y
docencia de la Red Latinoamericana de Investigación en Envejecimiento, 189-206, UNAM, México.
Zarebski, Graciela. (2013). “Fundamentación y obstáculos en la experiencia en la Licenciatura en
Gerontologíaμ la Universidad εaimónides”, en José Carlos García Ramírez, Sergio Flores Cerqueda
(coords.), Periles sobre envejecimiento. Estrategias gerontológicas en acción, Universidad Estatal
del Valle de Toluca, México.
45
Envejecimiento activo y participación ciudadana
Paola Andressa Scortegagna, Rita de Cássia da Silva Oliveira,
Flávia da Silva Oliveira
Resumen
En una sociedad que está envejeciendo rápido examinar cómo pensar al adulto mayor y sus
condiciones de vida, es necesario y urgente. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía
y Estadística (IBGE, 2010), actualmente existen más de 21 millones de personas mayores en
Brasil. Analizar la temática dentro del contexto social implica repensar las propias condiciones
sociales impuestas, las relaciones de marginación y los prejuicios que existen sobre este
segmento de la población. Requiere también una nueva visión social sobre el adulto mayor, en
la cual deviene en sujeto social participativo, autónomo e independiente. El presente trabajo
de tipo cualitativo, es una relexión sobre el proceso de envejecimiento y considera al adulto
mayor como protagonista activo de su vida.
Palabras clave
Envejecimiento activo, adulto mayor, actor social.
Introducción
l presente estudio cualitativo tiene por objetivo relexionar sobre el proceso de envejecimiento
y considera al adulto mayor como protagonista activo de su vida. Actualmente el
envejecimiento activo representa un nuevo paradigma y rompe con los prejuicios infundados
en torno de la senectud. En oposición al prejuicio de la vejez entendida como vida inactiva,
es imprescindible demostrar la capacidad que tiene el individuo para realizar innumerables
actividades independientemente de la edad. Por ésta razón, exhortamos a los adultos mayores
para que se esfuercen por llevar una vida activa sea a través del trabajo formal o informal y
participando de manera proactiva en diferentes grupos y actividades. δa relexión sostiene una
postura crítica y propositiva de la que deriva la necesidad de incluir procesos educativos a in
de promover el fortalecimiento del envejecimiento activo.
Además del énfasis puesto sobre la actividad y ser productivos, es prioritario que las
personas mayores asuman una postura social participativa. Para alcanzar esa meta, la educación
debe coadyuvar en el empoderamiento de este segmento social y hacer posible la autonomía
e independencia de la población longeva, tanto en el espacio individual como en el colectivo.
E
47
Independencia y autonomía del adulto mayor
El envejecimiento de la población mundial es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, porque
existen impactos sociales que no fueron previstos principalmente en los países en desarrollo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2005), el proceso de envejecimiento en los
países referidos comenzó hace tres décadas aproximadamente. En alto contraste, las otras
naciones del primer mundo lo han experimentado desde hace más o menos un siglo, tiempo
suiciente para impulsar su estabilidad económica y en consecuencia, establecer políticas y
programas de atención. Brasil no es la excepción en cuanto al reto que representa el crecimiento
poblacional de los adultos mayores. Datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE,
2013) señalan que conforman el 12.6% de la población (23 millones). En el presente son más que
los niños de 0 a 6 años y en el año 2030, serán un grupo mayor al de 0 a 14 años. La población
longeva va en aumento y en la próxima década (2025), Brasil será el sexto país en el mundo
con el mayor número de personas en ese segmento, según la OMS. Frente a este panorama
demográico, es necesario repensar el envejecimiento y el contexto social de los actuales
y futuros adultos mayores. Por consiguiente, son necesarios programas y políticas públicas
que visualicen con anticipación los escenarios futuros sobre el envejecimiento poblacional.
En ese mismo horizonte, emerge la necesidad de una nueva concepción de la vejez a
partir de los esfuerzos por consolidar la identidad de la persona mayor, la cual también incorpora
el reconocimiento de su autonomía e independencia. La nueva visión promueve la capacidad
del adulto mayor para continuar activo y mantener roles sociales deinidos. δa independencia1 y
la autonomía2 permiten manejar al individuo la vida propia y hacen posible tomar decisiones sin
depender continuamente de otras personas. La dependencia es parte de la situación actual de los
ancianos debido a la ausencia de autonomía para realizar actividades de la vida cotidiana y por la
carencia de ingresos económicos, (Camarano, 2006). El contexto social en que vive la persona
mayor debe proporcionar alternativas para que pueda realizar sus actividades, desde las tareas
cotidianas hasta la obtención de ingresos suicientes para su supervivencia. En éste sentido, la
calidad de vida de los adultos mayores con mucha frecuencia está determinada por la falta de
independencia y ausencia de autonomía (Camarano, 2004; Smethurst, 2004). La independencia
presupone la capacidad para controlar su propia vida y decidir de manera libre o autónoma.
Es decir, que el sujeto pueda ejercer un rol deinido, mantenga una ocupación que lo
valore como persona y sea reconocido por su talento. En esa forma “la actividad hace posible
que las personas mayores sean independientes lo máximo posible, por el período de tiempo
más largo” (WHO, β005μ β1).
1
Independencia es “la habilidad de ejecutar funciones relacionadas a la vida diaria – esto es, la capacidad de vivir
independientemente en la comunidad con alguna o ninguna ayuda de otros” (WHO, β005μ 14).
2
Autonomía es: “(la) habilidad de controlar, manejar y tomar decisiones personales sobre cómo se debe vivir
diariamente, de acuerdo con sus propias reglas y preferencias” (WHO, β005μ14).
48
Envejecimiento activo y participación ciudadana
En consecuencia, la independencia signiica no solo la ejecución de tareas sin depender
de los demás, sino también se relaciona con la capacidad de permanecer en el mercado de
trabajo, o inclusive, volver a éste después de la jubilación. Con la inserción o reinserción en
el medio laboral, la persona jubilada, por ejemplo, puede ampliar sus ingresos y apoyar la
economía doméstica. Sin embargo, la actual forma de organización de la familia destaca por
su complejidad, dentro de ella el adulto mayor muchas veces vuelve a ser el jefe de la misma,
y por lo tanto, es responsable del sustento económico.
El panorama señalado muestra que la autonomía e independencia se vuelven una
necesidad socioeconómica, donde no tiene sentido la perspectiva del anciano dependiente e
inactivo. En los últimos años, una signiicativa parte de la población en edad avanzada se hace
cargo del sustento familiar con base en su pensión, y cuando el monto es insuiciente, ellos
buscan otras alternativas de ingresos. Si las políticas apoyaran el empleo, la educación y la
salud, a través de programas que fomenten la participación e integración ciudadana en iniciativas
socioeconómicas, culturales y espirituales (conforme a los derechos humanos), los individuos
podrían contribuir así a la instauración de sociedades justas e incluyentes, donde no importa la
edad de las personas para que éstas puedan ser remuneradas mientras envejecen (WHO, 2005).
La necesidad de impulsar alternativas que limiten o retrasen la dependencia en el proceso de
envejecimiento, con base en el fortalecimiento de las capacidades del adulto mayor, es urgente.
Por otro lado, las características del contexto social actual ya descritas, revelan
una de las grandes contradicciones en torno a cómo pensamos la vejez, pues al mismo
tiempo que muestran su vida activa también sobresalen en su contra adversidades como
los prejuicios sociales y la estigmatización. Así, “un abordaje al envejecimiento activo
busca eliminar la discriminación por la edad del individuo y reconoce la diversidad de las
poblaciones más viejas” (WHO, β005μ 46). Se percibe entonces queμ “existe relación
entre la actividad social y la satisfacción durante la vejez. Inversamente, la pérdida
de roles sociales, la viudez y la jubilación generan insatisfacción” (Oliveira, β00βμ4β).
Sobra decir que dichas insatisfacciones no pueden permanecer como las principales
razones de vida de los adultos mayores, al contrario, la sociedad debe propiciar las
condiciones para que puedan superar sus pérdidas, resuelvan sus diicultades y sean
reinsertos en nuevas actividades. Aunque existe la mentalidad predominante que asocia el
envejecimiento con la dependencia y los problemas (Camarano, 2004), la respuesta radica
en la integración social del adulto mayor, su inserción es garantía de que éste continuará
activo. Parece incuestionable que de la aceptación cabal del adulto mayor depende su
contribución –la que puede ser muy signiicativa− en la organización social y económica
del país. En esa misma dirección, “toda acción dirigida al adulto mayor, debería tomarse el
cuidado de promoverlo en el sentido de estimular su autonomía. El adulto mayor no precisa
de alguien que hable por él y luche por él. Precisa de alguien que hable y luche con él”
(Pontarolo, 2008: 120). Aunque “la proporción de la dependencia en la tercera edad es un dato
49
esencial para economistas y actuarios, quienes hacen previsiones sobre las implicaciones
inancieras de las políticas de jubilación y pensiones (WHO, β005μ 10)”, a pesar de ese
enfoque, "la dependencia puede ser reducida por políticas sociales” (Camarano, β006μ 68).
El adulto mayor como actor social
El apoyo y amparo al adulto mayor son compromisos sociales que deben articular las acciones
dirigidas a este segmento de la población con el in de contribuir a la formación de funciones
durante la vejez. Con base en esta orientación, una de las iniciativas fundamentales consiste
en promover que la persona mayor luche por sus derechos y por obtener condiciones mínimas
de supervivencia y ciudadanía. A partir de que el adulto mayor sea valorado como un sujeto
con capacidad para desarrollar actividades y desempeñar nuevos roles, el prejuicio sobre la
vejez se transforma pues el anciano supuestamente incapaz e inútil, deviene agente social
nuevo: “Gradualmente, la visión de las personas mayores como un subgrupo poblacional
vulnerable y dependiente (…) fue substituida por un segmento activo y actuante a incorporarse
en la búsqueda del bienestar de la sociedad” (Camarano, β004μ β57-β58). Cuando el adulto
mayor reconoce su capacidad de contribución al cambio y actúa a favor de sus derechos, el
contexto social puede cambiar ya que: “los viejos como colectivo social, se tornan mucho más
amenazantes de lo que la vejez representa como fenómeno biológico” (Fonte, β00βμ 1β).
Las personas al asumir su identidad como adultos mayores trascienden los límites
del prejuicio porque inician de esa forma la reconiguración de su entorno social, buscan el
reconocimiento de su desempeño y trayectoria con base en su historia de vida, ya que “la mejor
forma de construir su propia personalidad, en cualquier etapa de vida, es siempre ediicarse
sobre los cimientos de la realidad” (Steglich, 1λλβμ 61). El adulto mayor busca alternativas para
resolver diicultades que le fueron impuestas durante su vida activa, mismas que se acentúan
cuando arriba a la tercera edad: “es a partir del sufrimiento del individuo dividido y de la relación
con otros que el deseo de ser sujeto se transforma en capacidad para ser actor social” (Touraine,
1998:102). Por otra parte, al organizarse como grupo y procurar transformar la realidad en la
que se encuentra, el adulto mayor maniiesta su potencial como nuevo actor social dispuesto
a luchar por sus derechos básicos que no siempre son respetados. Este nuevo sujeto social
se estructura en una sociedad que comienza a visualizar la amplia dimensión e inluencia de
los grupos organizados de la tercera edad. Cabe destacar que la movilidad y la capacidad de
acción del nuevo actor a favor de sus derechos, desbroza el camino hacia una nueva cultura
de la vejez en Brasil. Con ese tipo de iniciativas, el adulto mayor se expresa como ser crítico,
percibe los prejuicios y la marginación social de los que ha sido objeto solo por su edad.
Según Touraine (1998), para que sea posible la formación de nuevos actores se
necesita de un cambio social en varios niveles. El mundo actual parece un conjunto de
lujos incontrolables en constante transformación lo que presupone la gestación de nuevos
50
Envejecimiento activo y participación ciudadana
movimientos sociales. La acción colectiva proviene de la voluntad individual organizada junto
con con otras o de un grupo que actúe sobre la estructura actual; en la acción organizada
construyen y transforman su propia identidad e integración con el medio en defensa de un
ideal. En esa trayectoria, cuando las personas mayores se organizan solidariamente en torno a
un objetivo, pretenden modiicar los condicionantes sociales que los oprimen. δa efectividad de
las iniciativas depende también de claridad en los objetivos por lograr a través de la movilización
y las acciones. Por lo tanto, el cambio es posible y el alcance de esa ruta se traduce además
en cimentar las bases de una nueva concepción social y cultural del envejecimiento. Empero,
existe un vacío: “lo que casi siempre falta en la aparición de nuevos grupos capaces de
impulsar acciones colectivas para defender sus convicciones, lo que falta es una deinición del
adversario” (Touraine, 1λλ8μ γ55). Durante los últimos años el peril demográico experimentó
cambios en muchos países, aunque cabe precisar que el incremento de personas mayores
no se reiere exclusivamente al aumento cuantitativo de su presencia en espacios públicos.
En las últimas décadas el comportamiento de las personas mayores ha cambiado,
se han vuelto más participativas debido a la expectativa de ser cada vez más útiles y de
vivir intensamente (Ferrigno, 2005). La cualidad del nuevo actor comienza cuando se
asume como individuo activo. Así, “la palabra ‘activo’ reiere la participación constante en
cuestiones económicas, culturales, espirituales y civiles, no solo signiica la capacidad
para estar físicamente activo o ser parte de la fuerza de trabajo” (WHO, β005μ1γ).
Envejecimiento activo: diferentes formas de asumirlo
El envejecimiento activo constituye una propuesta teórica de gran alcance porque promueve
la integración del nuevo actor en diferentes ámbitos del espacio social, además de impulsar
el reconocimiento político de este segmento de la población. Los adultos mayores, en tanto
nuevo actor político de la sociedad contemporánea, avanzan en su empoderamiento porque
representan una de las más importantes fuerzas sociales que comienzan a organizarse en el
presente milenio. Esta nueva perspectiva del envejecimiento se caracteriza por ser un “proceso
que optimiza las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el objetivo de mejorar la
calidad de vida en la medida en que las personas se hacen más viejas” (OεS, β005). Promover el
envejecimiento activo signiica mantener la actividad laboral de las personas durante más tiempo
del que actualmente se permite y disponiendo de condiciones generales para ello. Requiere
también construir las bases políticas para que las personas mayores sean reconocidas como
seres sociales y políticos, con participación constante en las cuestiones políticas, económicas
y sociales. Por otra parte, con la misma importancia que tiene la actividad sociopolítica, la
salud es condición vital de la participación en cualquier ámbito; visto desde este ángulo,
instituciones de salud y autoridades médicas, deben impulsar acciones efectivas volcadas a los
programas de prevención de enfermedades y de control de salud (Comisión Europea, 2012).
51
Asimismo, las iniciativas del movimiento social protagonizado por los adultos mayores,
necesitan incluir a los grupos etarios sin restringir las demandas tan solo al grupo de la tercera edad.
En ese sentido, es imprescindible la preparación para la vejez por medio de procesos educativos
(formales e informales), con base en el respeto a las especiicidades culturales y la superación
de estereotipos negativos. Por ende, resulta incuestionable la necesidad de buscar opciones
viables para la participación en diversos espacios conforme envejecen. Un ángulo importante
del envejecimiento activo radica en elaborar estrategias factibles para la formación continua de
trabajadores que valoren el potencial de sus habilidades y talento. Existen posibilidades viables
para conservar los empleos e impulsar su desarrollo en diferentes actividades. Esto implica que
deben crearse programas de formación y actualización sin soslayar la preparación de nuevas
funciones conforme a las características del trabajo. Entonces considerar el envejecimiento
en tanto proceso activo, no consiste solamente en sostener un innovador concepto de la
vejez, sino la concepción nueva también signiica trascender el ámbito laboral y la dimensión
política de la economía principalmente en los países en vías de desarrollo (Hessel, 2008)
Debido a la disminución de la tasa de natalidad y a la prolongación del proceso de
envejecimiento, la continuidad laboral de la población activa (trabajadores no jubilados) es
insuiciente. En consecuencia, se torna indispensable la permanencia de las personas en el
trabajo formal por más años. Para hacerlo posible, deben existir estímulos en el ámbito laboral,
ya sea en jornadas completas o parciales. Por otra parte, el envejecimiento activo requiere que
el medio asalariado eleve la calidad del trabajo, es decir, una constante capacitación técnica o
profesional durante los años en que los trabajadores presten servicio y que no disminuya con
el transcurrir del tiempo. Otro punto resaltado por Hessel (2008), se ubica en los efectos físicos
y mentales, originados por el tipo de actividades desarrolladas por el trabajo manual. Este
aspecto representa un obstáculo para permanecer en el mercado de trabajo ya que este tipo de
trabajadores suelen tener diicultades para mantenerse en actividad luego de largos períodos
de trabajo. Con frecuencia son trabajadores que no se encuentran en condiciones físicas y/o
mentales, para que en la vejez consigan desempeñar un trabajo formal o informal. Igualmente,
es importante señalar respecto a los programas de formación técnica y/o profesional, que
éstos deben ajustarse a las demandas del mercado de trabajo y contribuir en generar un
envejecimiento más saludable. Al respecto la OMS (2005:31), expresa lo siguiente: “En todo
el mundo, si más personas pudieran tener cuanto antes en su vida, oportunidades de trabajo
digno (con remuneración adecuada, en ámbitos apropiados y protegidos contra riesgos),
llegarían a la vejez todavía capaces de participar en la fuerza de trabajo. Así, toda la sociedad
se beneiciaría. En todas las partes del mundo, existe un aumento del reconocimiento de la
necesidad de apoyo a la contribución activa y productiva que los adultos mayores pueden
hacer, tanto al trabajo formal e informal, como en las actividades no remuneradas en casa
y en ocupaciones voluntarias.” Con base en la orientación referida tendría que valorarse
el potencial de los individuos y superar la visión reduccionista que considera a los adultos
52
Envejecimiento activo y participación ciudadana
mayores incapaces de aprender nuevas habilidades. Para el envejecimiento activo es prioritario
reconocer las diferentes capacidades de las personas sin importar la edad. La experiencia de
vida de cada persona determina la apropiación de conocimientos y la habilidad para realizar
diferentes actividades. Sin embargo, las competencias adquiridas empíricamente no limitan la
capacidad de aprendizaje de nuevos conocimientos, salvo aquellos casos que son resultado
de algunas patologías. Ante ese panorama, los adultos mayores pueden aprender habilidades
e incluso estudiar alguna carrera profesional, siempre que existan espacios donde puedan
ingresar sin el prejuicio de la edad como factor limitante.
Pensar el envejecimiento activo presupone la acción y ésta puede ser ligada al mercado
de trabajo o no. Los adultos mayores pueden incorporarse en nuevos grupos sociales,
realizar actividades voluntarias o también mantenerse activos en el hogar. De acuerdo con la
OMS: “Enfocarse solamente en el mercado de trabajo formal, tiende a desconocer la valiosa
contribución que los adultos mayores proporcionan al sector informal (actividades autónomas
y servicio doméstico) y al trabajo no remunerado en casa (…). El trabajo voluntario beneicia
a los adultos mayores al aumentar los contactos sociales y el bienestar psicológico, y a la
par, ofrece una relevante contribución a las comunidades y naciones” (OεS, β005μγβ). Así,
envejecer en forma saludable implica estar activo, mantenerse en condiciones adecuadas de
salud y una calidad de vida óptima. Realizar actividades permite prevenir la dependencia,
hace del adulto mayor un ser autónomo e independiente para actuar en diferentes espacios.
Por otra parte, es importante destacar que mejora la condición individual y promueve
el nuevo paradigma, ya que también despierta el interés y la voluntad de otras personas por
mantenerse activos. Estas acciones beneician directamente a la sociedad porque disminuyen
las demandas de salud y seguridad social, además de contribuir a la economía local, regional
y nacional: “Cuando el mercado de trabajo, el empleo, la educación, las políticas sociales y de
salud, así como los programas apoyan la participación íntegra de las personas en actividades
socioeconómicas, culturales y espirituales, conforme a los derechos humanos fundamentales,
los individuos continúan contribuyendo a la sociedad con actividades remuneradas mientras
envejecen” (WHO, β005μ46). El envejecimiento activo potencializa y amplía la participación del
adulto mayor en su beneicio, ya que los círculos sociales tienden a disminuir con el avance de la edad.
Pensar el envejecimiento actual y futuro es una necesidad social urgente. Las respuestas
a las problemáticas que plantea dependen en gran medida del apoyo e iniciativas del poder
público siempre y cuando éstas promuevan la autonomía, el bienestar físico y la participación
ciudadana. No obstante, son insuicientes sólo las acciones políticas para que el envejecimiento
activo sea una realidad porque estamos ante un proceso que involucra a toda la población y
es inherente al ciclo vital. En esta perspectiva, Paúl (2005: 284) argumenta que la sociedad
tiene la responsabilidad de crear espacios diversiicados, seguros y accesibles para los adultos
mayores, además de posibilitar su participación social y política, pues “la promoción de la vida
social, solidaria y voluntaria, así como el ejercicio de la ciudadanía, son una responsabilidad
53
colectiva, un deber y un derecho individual”. Es necesario establecer garantías para la
participación de todos los individuos en sociedad, no como un beneicio del Estado, sino como
un deber y responsabilidad colectiva; se trata de la participación ciudadana que construya
redes sociales para la protección y defensa de los derechos de los adultos mayores. En esa
misma tesitura, la participación tiene sentido cuando los adultos mayores forman grupos y
actúan en su calidad de sujetos autónomos, es decir, al organizarse en defensa y reclamo
de sus derechos. Emerge así el proceso de formación participativa de las personas adultas
mayores como sujeto social. En consecuencia, quienes cuidan a los ancianos, la familia y otros
agentes de la sociedad, deben involucrarse en la planiicación, implementación y evaluación
de políticas públicas, programas y actividades dirigidas a la tercera edad a in de promover el
envejecimiento activo. En ese sentido, Assis (2005:12) señala lo siguiente: “El envejecimiento
activo es una aspiración básica que potencializa el vivir, depende en gran parte de condiciones
sociales y políticas que garanticen los derechos de ciudadanía y hagan posible las prácticas
tendencialmente saludables, como pueden ser una alimentación equilibrada, actividad
física, uso placentero del cuerpo, inserción social y ocupacional dotadas de signiicado, ocio
gratiicante, además del acceso a servicios asistenciales y preventivos. Se trata de metas
complejas sobre las cuales son necesarios movimientos colectivos e iniciativas individuales
que apunten hacia la construcción de un nuevo orden social”.
En síntesis, hacer tangible el proceso de envejecimiento activo depende de múltiples y
diversas determinantes que involucran a los sujetos, las familias y la sociedad. En su conjunto,
el avance en la solución de las numerosas causas y condiciones que competen a la calidad de
vida de los adultos mayores, también incumbe al resto de la sociedad; desde la obtención de
infraestructura, servicios de salud, empleos, vivienda, recreación, hasta el derecho a organizarse,
etcétera, constituyen condiciones para vivir dignamente. Por ello, independientemente de la
edad, “cualquier esfuerzo en el sentido de promover el envejecimiento activo, resultará en una
mejora efectiva de la calidad de vida de todos” (Smethurst, β004μ 151). De esta forma, se busca
superar la clasiicación social en grupos etarios, enfocando el conjunto social y la igualdad en un
marco jurídico incluyente y justo. Otra consecuencia importante del envejecimiento activo es el
empoderamiento de la identidad, por medio de la autoairmación y la autoestima del adulto mayor
a partir de su experiencia y saber. El fortalecimiento y adquisición de poder relejará el nuevo
paradigma porque serán “participantes integrados con su edad en la sociedad, contribuyentes
activos y beneiciarios del desarrollo” (WHO, β005μ 44). Erigir una nueva concepción sobre
la vejez con base en la autonomía, la actividad y en la plena participación, hace posible la
construcción de una imagen opuesta a la que naturaliza la relación entre envejecimiento y
apatía, decadencia, aislamiento o enfermedad (Batista, 2008).
En el punto de partida hacia una nueva cultura sobre la vejez, el adulto mayor es
integrante del contexto social como ciudadano con derechos, por ejemplo, tener vivienda digna
donde vivir, entre otros. Al asumir la participación ciudadana, los adultos mayores se integran
54
Envejecimiento activo y participación ciudadana
en la ruta que pretende la transformación social. Por medio de su articulación política y cultural
contribuyen en la conservación de la identidad y memoria social, sustituyendo así la anterior
imagen del envejecimiento (Santana, 2003). Sin embargo, para que la sociedad en su conjunto
comprenda el nuevo paradigma precisa de un cambio cultural, aunque reconocer la posibilidad
e importancia del envejecimiento activo representa un primer cambio sobre cómo se ha pensado
hasta ahora el envejecimiento. Según la OMS: “la cultura es un factor transversal y determinante
en la estructura de la sociedad para comprender al envejecimiento activo” (WHO, β005μ β0).
Los cambios inician con el rechazo de la visión prejuiciada y cuando los adultos mayores
se maniiestan públicamente de manera organizada. δos adultos mayores serán capaces de
movilizar a otros grupos de la sociedad cuando establezcan su propia identidad social; ellos
tendrán que reconocerse en el proceso social, no apenas como sujeto social sino también como
un agente de cambio: “A partir del fortalecimiento de su autoimagen e identidad, el adulto mayor
será capaz de adaptarse a las transformaciones derivadas del envejecimiento, aceptándose
y contribuyendo en la formación de una nueva imagen de la vejez” (Santana, β00γμ 50). δa
identidad del adulto mayor se reiere a “aquello que lo hace reconocerse por el reconocimiento
del otro” (Stano, β007μ10). El cambio esμ “la transformación de un abordaje históricamente
centrado en los aspectos individuales y biológicos de la vejez, hacia una perspectiva que identiica
a las personas mayores como un sector social de creciente importancia” (Fonte, β00βμ λ).
Según Touraine (1998: 103), la identidad sólo será construida cuando exista
complementariedad entre tres fuerzas: “[...] el deseo personal de salvaguardar la unidad,
dividida en el mundo instrumental y el mundo comunitario; la lucha colectiva y personal contra los
poderes que transforman la cultura en comunidad y el trabajo en mercadería; el reconocimiento
interpersonal y también institucional del otro”. δa constitución del individuo ocurre cuando éste
se reconoce a sí mismo, consiguiendo así lograr el placer personal por lo que representa o por
el prestigio social que alcanza por medio de su actividad. “Es verdad que la persona mayor
no puede ser solamente defensa y luchaν es también airmación, felicidad, éxito. Pero no es
arquitecto de un orden idealμ es, esto sí, una fuerza de liberación” (Touraine, 1λλ8μ10γ). En ese
contexto puede establecer nuevas posibilidades de acción, superar el miedo y la angustia de
buscar alternativas reales de desarrollo y lucha por sus ideales. Un envejecimiento activo en
el cual demandan condiciones para expresar sus deseos y sus puntos de vista, puede hacer
de la sociedad un espacio de participación democrática. Según Oliveira (2002:49), “el adulto
mayor necesita estar integrado a la sociedad”. δa participación social debe ser entendida como
derecho de todos en su calidad de ciudadanos, independientemente de la clase social a la que
pertenezcan, raza, género o franja de edad. El derecho a la inclusión social debe ser defendido
en todas las situaciones y para todas las personas que conforman la sociedad brasileña. Sin
embargo, el reconocimiento de los derechos humanos y el respeto a la dignidad humana no
son tratados como derechos de todos en Brasil. A partir de que más grupos “minoritarios”
comiencen a movilizarse nuevos conceptos culturales podrán ser formados.
55
En este mismo orden de ideas, los adultos mayores han sido catalogados como grupo
minoritario, empero, se encuentra en curso su organización colectiva. Con este avatar van
solidiicando la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos e incorporan nuevos
conceptos sobre la tercera edad. Un signo importante al respecto radica en situaciones donde
el adulto mayor deiende y conserva su autonomía, pues es considerado un rebelde al no
aceptar más las condiciones que le son impuestas por la sociedad y la familia.
No obstante, es por su “rebeldía” que transita hacia una nueva forma de asumir su
identidad y busca alternativas innovadoras de participación e integración. “La participación
ciudadana se apoya en un concepto amplio de ciudadanía que no se restringe al derecho a
votar, sino que construye el derecho a la vida del ser humano como un todo” (Gohn, β00γμ18).
En esa dirección, el adulto mayor quiere verse reconocido en amplio y no solo cuando lo
consideran para participar en campañas políticas o para obtener su voto durante los procesos
electorales. Según Ferrigno (2005: 27) “así como los adolescentes tienen su grupo, también
los mayores sienten esa necesidad y tienen ese derecho”. Es en el proceso de integración
y organización colectiva de los adultos mayores, donde se gesta un nuevo pensamiento en
común y van estableciendo metas acordes, una de ellas radica en la búsqueda de los derechos
para todos: el derecho a disfrutar una vida con calidad y dignidad.
Desde ese mismo horizonte, el adulto mayor es partícipe de la génesis de un contexto
que pretende congregar a todos los sectores de la sociedad. En particular maniiesta su
compromiso con quienes son marginados, los necesitados de apoyo y voz para la defensa de
los derechos: “El ser humano es sociable por naturaleza y la falta de relación social es utilizada
en todas las edades como un indicador de marginación y posible desajuste social, origen
de conductas negativas hacia el individuo y la sociedad” (εoragas, β004μ1λ). δos adultos
mayores integrados al medio social y político, a través de la movilización y la participación
ciudadana, tienen menos posibilidades de sufrir marginación y empobrecimiento. La realidad
actual indica que está en aumento la visibilidad del adulto mayor y que lucha por la defensa
de sus derechos, por la ciudadanía individual/colectiva y se opone a la exclusión social, la
pauperización y las conductas sociales e institucionales prejuiciadas (Borges, 2003).
Consideración inal
A pesar de las conquistas hasta ahora obtenidas por la población de la tercera edad, por medio
de su representatividad en diferentes instancias y de las ideas del envejecimiento activo, el
proceso de su formación como nuevo actor social precisa avanzar en claridad. Conforme a
lo señalado por Whitaker (2007:107), “si el adulto mayor pierde poder aun así todavía tiene
derechos y por éstos debe continuar luchando. Cuanto menos poder, menos prestigio, pero
mayor debe ser la lucha por los derechos”. δa lucha por sus derechos debe ser reclamada
por ellos. Es cierto que no toda la población conoce sus derechos, pero entonces es evidente
56
Envejecimiento activo y participación ciudadana
la necesidad de conseguir garantías para acceder a la información como una primera acción
preventiva, sobre todo ante situaciones de discriminación y marginación. En la tarea de
organizarse la educación es de vital importancia. El conocimiento de sus derechos es una
condición básica para exigir mejores condiciones de supervivencia y una mejor calidad de vida.
Los adultos mayores que tuvieron una educación que les permite discernir lo que
les es impuesto por la sociedad y luchan contra ello, tienen la posibilidad de ser actores
sociales movilizados, por lo general, en favor de una sociedad más justa e igualitaria, y en
particular por los derechos de las personas adultas mayores. En este marco, la educación
tiene la misión de ser propulsora del cambio social pues los procesos de aprendizaje,
adquisición de conocimiento y socialización son intensiiicados. Esto signiica que la
formación de un sujeto relexivo y crítico está en curso. Por ésta razón es fundamental la
acción educativa con los adultos mayores y los ciudadanos. Una tarea trascendente es
cultivar un conocimiento consecuente y amplio sobre lo que implica el envejecimiento activo,
enseñanza sembrada desde la infancia hasta quienes conforman el sector de la tercera edad.
Fuentes de consulta
Assis, ε. (β005). Envelhecimento ativo e promoção da saúdeμ relexão para as ações educativas com
idosos. Revista APS. Río de Janeiro, 8(1), 15-24.
Batista, A. S., Jaccoud, L. B., Aquino, L. y El-Moor, P. D. (2008). Envelhecimento e dependência: desaios
para a organização da proteção social. Brasília: Ministério da Previdência Social Secretaria de
Políticas de Previdência Social, 28.
Borges, M. C. M. (2003). O idoso e as políticas públicas e sociais no Brasil. En O. R. M Von Simson, A.
L. Neri y M. Cachioni. (Eds.). As múltiplas faces da velhice no Brasi (pp. 79-104). Campinas Alínea.
Camarano, A. A. (2004). Os novos idosos brasileiros: muito além dos 60? Rio de Janeiro: IPEA.
Camarano, A. A. (β006). εecanismos de proteção social para a população idosa. En E. δ. G. Rios-Neto
(Ed.) A população nas políticas públicas: gênero, geração e raça. (pp. 67-71). Brasilia: CNPD-UNFPA.
Comisión Europea. (2012). A contribuição da EU para o envelhecimento ativo e solidariedade entre
gerações. δuxemburgoμ Serviço das Publicações da União Europeia.
Ferrigno, J. C. (β005). Ação cultural e terceira idade. A terceira idade, 16(32), 24-35.
Fonte, I. B. (2002). Diretrizes internacionais para o envelhecimento e suas conseqüências no conceito
de velhice. Encontro da Associação Brasileira de Estudos Populacionais. Anais do XII Encontro da
Associação Brasileira de Estudos Populacionais. ABEP: Ouro Preto.
57
Gohn, M. G. (2003). Movimentos sociais no início do século XXI: antigos e novos atores sociais.
Petrópolis: Vozes.
Hessel, R. (β008). Envelhecimento activo numa sociedade encanecidaμ formação em todas as idades.
Revista Europeia de Formação Proissional, Set/Dez. Lisboa, 45.
IBGE. (2013). Projeção da população do Brasil por sexo e idade para o período 2000-2060. Diretoria
de Pesquisas. Coordenação de População e Indicadores Sociais. Gerência de Estudos e Análises
da Dinâmica Demográica. Brasíliaμ IBGE.
εoragas, R. ε. (β004). As relações intergeracionais nas sociedades contemporâneas. A terceira idade.
Río de Janeiro, 15(29), 7-27.
Oliveira, R. C. S. (2002). Velhice: teorias, conceitos e preconceitos. A terceira idade, 12(25), 37-52.
Paúl, C. (2005). Envelhecimento activo e redes de suporte social. Revista Sociologia, 15, 275-287.
Pontarolo, R. S. y Oliveira, R. C. S. (β008). Terceira idadeμ uma breve discussão. Publicatio UEPG,
16(1), 115-123.
Santana, H. B. y Sena, K. δ. (β00γ). O idoso e a representação de si. A terceira idade, 14(28), 44-53.
Smethurst, W. S. (2004). Envelhecimento ativo: da intenção à ação. Anais do Seminário Quantos
Somos e Quem Somos no Nordeste. ABEP-Recife, 150-155.
Stano, R. C. ε. T. (β007). Questões do envelhecimento e suas relações com o processo de ensinoaprendizagem. A terceira idade, 18 (40), 7-14.
Steglich, L. A. (1992). Crises normais da vida adulta. Passo Fundo: UPF.
Touraine, A. P. (1998). ¿Podemos viver juntos? Iguais e diferentes. Petrópolis: Vozes.
Whitaker, D. C. A. (2007). Envelhecimento e poder. Campinas: Alínea.
World Health Organization (WHO) (2005). Envelhecimento ativo: uma política de saúde. Brasília:
Organização Pan-Americana da Saúde.
58
Teorías de gerontología social
Aída Díaz Tendero Bollain
Resumen
En estos sesenta años del desarrollo de la gerontología, se ha consolidado con irmeza su
dimensión empírica frente a su capacidad teórica, según algunos sectores académicos. No
obstante, la orientación empírica no ha sido obstáculo para el despliegue de diversas teorías
clasiicadas en una primera, segunda y tercera generación. En el presente trabajo, por medio
de un repaso teórico, se expone la importancia de seguir desarrollando el ámbito de las teorías
y se valora la vigencia de algunos aportes de las tres generaciones, con el propósito de
contribuir a la adaptación de la disciplina a las nuevas circunstancias que están marcando el
proceso de envejecimiento de los individuos, las instituciones y las sociedades.
Palabras clave
Gerontología social, teorías de primera, segunda y tercera generación.
Introducción
a gerontología se deine en 1λ05 como el estudio cientíico del envejecimiento, pero no
fue sino hasta la década de los años 50’, cuando la densidad de los estudios sobre la
materia, obligaron a situarla como "nueva" disciplina. Durante estos sesenta años sobresalió
el peril empírico de su desarrollo frente a su crecimiento teórico. Por las características
de esa trayectoria, existe consenso en considerar que la gerontología es "rica en datos y
pobre en teoría" (Cfr. Curcio, 2010) y posiblemente también por circunstancias ligadas a su
progreso como área novel del conocimiento. La raison d´être de la gerontología en su inicio,
consistió en solucionar una pléyade de problemas y las consecuencias (Achenbaum, 1995,
Cfr. Curcio, 2010) del incipiente envejecimiento de las sociedades del mundo desarrollado.
Sin embargo, cambios como el aumento de la esperanza de vida y el incremento de la
población adulta mayor, en números relativos y absolutos, ejempliican la irrupción de
cuestiones por examinar. En la geriatría se han estudiado las enfermedades y el deterioro
en la vejez, mientras que en la gerontología, la soledad, el aislamiento y la jubilación. El
objetivo original de ésta última ha sido resolver las consecuencias sociales, sanitarias
L
60
Teorías de gerontología social
y económicas del envejecimiento. Por consiguiente, la cuestión primordial no ha sido
saber sino hacer, rasgo que ha deinido su carácter práctico y hasta cierto punto a-teórico.
En virtud del carácter novel de la gerontología, posiblemente originó que su peril teórico
se alimentara de enfoques provenientes de ciencias ajenas como la psicología y la biología.
Así, los gerontólogos no requieren o no han generado un corpus teórico propio, sino que han
aplicado otros al estudio concreto sobre los adultos mayores (Johnson et al., 1980; Cfr. Curcio,
β010). Pese a las diicultades que ha enfrentado para construirse como ciencia autónoma,
existe una sólida tradición académica −estadounidense y europea− que procedió a identiicar
y clasiicar las teorías de gerontología social, con diferentes criterios taxonómicos. Entre los
autores dedicados a estas tareas iguran, Hendricks (1λλβ)ν Gognalons-Nicolet (1λλ7)ν V.
Marshall (1996); Binstock y George (2001); Estes (2001); Quadagno y Reid (1999); Bengtson,
et.al., (1997); y Settersten (1999), entre otros.
I. Aproximaciones teóricas a la gerontología social
El criterio taxonómico de V. Marshall (1996), divide las teorías en normativas e interpretativas.
Las teorías normativas priorizan a la sociedad ante el individuo en el sentido de otorgar poca
importancia a la iniciativa individual, es decir, no consideran la capacidad de hacer o elegir,
en oposición a la acción espontánea o que “les ocurran cosas” a los individuos (εarshall,
1996: 438). Por el contrario, las interpretativas incorporan la capacidad del individuo para
elegir y “pretender hacer su voluntad”. Otro criterio de clasiicación –y es el utilizado en el
presente trabajo− consiste en dividir las teorías en tres grandes conjuntosμ teorías micro o
individualistas que forman la primera generación; teorías macro, estructuralistas o de segunda
generación y teorías vinculantes o tercera generación (Hendricks, 1992; Binstock y George,
2001; Bengtson, Burguess y Parrot, 1997). Siguiendo la interpretación de Hendricks (1992),
el desarrollo de la gerontología ha sido dialéctico, donde las teorías micro o individualistas
representan la hipótesis refutada después por la antítesis (las teorías macro), para llegar a la
síntesis (las teorías que vinculan lo micro con lo macro).
Las teorías en su origen realizaron estudios a partir de la psicología social, disciplina
que se fundamentó en el enfoque del envejecimiento individual. Este primer momento del
desarrollo de la gerontología, fue sucedido por el macro o estructuralista que derivó en la tercera
generación de teorías; ésta, a su vez, es caracterizada por las propuestas que vincularon lo
macro o estructuralismo con las perspectivas micro o individualistas. La tercera generación
continuó la línea trazada por la sociología europea y estadounidense, durante las décadas
de los 80’s y 90’s que procuró su integración, en síntesis. A continuación, presentamos una
semblanza de las características principales de las teorías sociológicas del envejecimiento.
61
Teorías micro o individualistas
La primera generación de teorías1 de gerontología social, surge de la psicología y son
propuestas que pretenden explicar la adaptación o inadaptación del adulto mayor al declive,
supuestamente inevitable. En ese primer esfuerzo la cuestión esencial radica en demostrar la
capacidad de interacción del individuo en edad avanzada con su medio social; para analizarla
en toda su extensión se acudió a factores de nivel micro, como los roles, normas y grupos
sociales de referencia (Hendricks, 1992). A partir de su propósito deriva la denominación
formulada por Gognalons-Nicolet (1997), quien las nombra teorías adaptativas. La primera
generación nacida en los años 60’s del siglo XX, tiene como obras precursoras: en 1949,
Personal Adjustment in Old Age, de Cavan, Burguess, Havighurst y Goldhamer; y Older People,
publicada por Havighurst y Albrecht en 1953.
Teoría de la desvinculación
La teoría de la desvinculación se encuentra ligada con el contexto histórico que marcó el origen
del estudio del envejecimiento: durante la postguerra el enfoque predominante en las ciencias
sociales fue el estructural-funcionalismo, corriente de pensamiento que explica la sociedad
como si fuera un organismo biológico, compuesto por diferentes elementos organizados para
un funcionamiento social equilibrado (Hendricks, 1992; Estes, 2001; Binstock y George, 2001).
El lugar ocupado por los adultos mayores en ese sistema, se encuentra condicionado por la
actividad e inserción del individuo en el mercado laboral (Cumming y Henry, 1961).
Enunciada por primera vez en 1961, autoría de Cumming y Henry, la teoría de la
desvinculación sostiene que la vejez se produce cuando el individuo que envejece y la sociedad
en la que vive, se separan recíprocamente. El proceso por el que se desvinculan es considerado
natural, con fundamentos biológicos, universal y como parte del ciclo vital. Desde el punto de
vista social, la teoría en cuestión pretende dar respuesta a dos problemas: en primer lugar,
evitar que la desaparición natural del individuo tenga repercusiones en el funcionamiento del
sistema; segundo, sostener el equilibrio social con el relevo de las generaciones viejas por las
jóvenes, previniendo así el desempleo de los jóvenes.
Los aspectos criticados a la teoría de la desvinculación y observados por GognalonsNicolet (1997), se encuentran básicamente en la condición activa mantenida por muchos
adultos mayores, que pese a su edad continúan activos y realizando eicazmente funciones.
Asimismo, omite la necesidad y capacidad de contacto e interacción social de los adultos
mayores. Aunque esta propuesta no fue aceptada de manera íntegra, se puede constatar
que continúa inluyendo en el ámbito de las políticas públicas y de salud. Actualmente las
instituciones de seguridad social apuntalan su base ideológica en la desvinculación.
1
El concepto teoría es polisémico. Una de las acepciones útiles para este trabajo puede ser como "construcción de
explicaciones explícitas para dar cuenta de hallazgos empíricos" (Bengtson, Rice y Johnson, 1999; Cfr. Curcio, 2010).
62
Teorías de gerontología social
Teoría de la actividad
Gognalons-Nicolet (1λλ7), señala como artíices de esta teoría a Havighurst y Albrecht, gracias
a la obra Older People editada en 1953, así como su versión renovada de 1972, materializada
por Lemon, Bengtson y Peterson. Para V. Marshall (1996), la teoría de la actividad y la teoría
de la desvinculación no son micro, sino vinculantes y también normativas. En coincidencia con
el punto de vista del proceso dialéctico, Estes (2001) considera que la teoría de la actividad se
desarrolló en oposición a las premisas de la teoría de la desvinculación.
La teoría de la actividad sostiene que los adultos mayores mantienen los roles y
actividades que han desempeñado a lo largo de su vida, incluidas las necesidades y valores de
etapas anteriores. Su propuesta tiene en el rol social, un concepto clave que es el eje articulador
de la dimensión psicológica con el plano social. Con base en la interacción simbólica2 según
Hendricks (1992), en su primera época tiende a dar mayor importancia al aspecto cuantitativo
y su deinición de rol se ciñe a la profesión, rol parental, etcétera. δo esencial radica en la
participación social independientemente del rol desempeñado. Por otra parte, Lowenthal y
Haven documentaron la necesidad de ahondar en el examen de la calidad y la intensidad de
las relaciones interpersonales, frente al enfoque cuantitativo de roles asumidos, en 1968.
En la segunda generación de teorías, Lemon, Bengtson y Peterson (1972), introducen
una variable intermedia que destaca el ámbito cualitativo. Así, lo más importante para el sujeto
son las actividades sociales que tienen sentido para él y no la actividad por sí misma. Mientras
que Hétu (1988), sugiere no enfatizar la cantidad de interacción sino el hecho de tenerla de
una manera signiicativa. Por otro lado, si el rol social es deinido como el cargo o función
desempeñados en alguna situación o en la vida, es necesario señalar que no siempre privarse de
una actividad signiica frustración. Actualmente existen casos donde el individuo se renueva tras
abandonar funciones anteriores y obtiene mayor disponibilidad de su tiempo. Por consiguiente,
el concepto de rol resulta tan incierto como el de actividad. Se podría concluir que no es la
actividad por sí misma la que es provechosa, sino el sentido que la persona mayor le otorga.
Dentro de las críticas que ha recibido la teoría de la actividad se encuentra la de Cariou
(1995), quien la considera más apta para su aplicación en la etapa del retiro laboral que para
el envejecimiento propiamente dicho. También subraya la inadecuación de la teoría en relación
con los adultos mayores de bajo estatus socioeconómico. Por último, es importante observar
que las dos teorías −la desvinculación y la actividad− representan los primeros análisis
centrados en el individuo; sin embargo V. Marshall (1996), no las considera teorías micro, sino
vinculantes y por otro lado, normativas.
δa interacción simbólica predica que los seres humanos actúan hacia las cosas con base en el signiicado
que dichas cosas tienen para ellos, y ese signiicado, surge de la interacción social del ser humano con sus
congéneres. Ahora bien, los signiicados se modiican constantemente. (Blumer, 1λ8βμ 7).
2
63
Teoría de la continuidad
La teoría de la continuidad deriva de la teoría de la actividad. Procede también de la teoría del ciclo
vital según la valoración de Lowenthal (1975) y Neugarten (1964). Al igual que la teoría antecesora
y de acuerdo con Hendricks (1992), se sustenta en la interacción simbólica. En la perspectiva de
V. εarshall, la teoría de la continuidad puede ser clasiicada como micro a diferencia de las teorías
de la actividad y la desvinculaciónν contrario a éstas caliicadas como normativas, la considera
una teoría interpretativa. Por otra parte, es importante indicar que las obras representativas
de la teoría de la continuidad son la publicada por Rosow en 1963 y la de Atchley en 1971.
La idea básica de la teoría de la continuidad es la inexistencia de ruptura o cambio entre
la edad adulta y la vejez. Reconoce las alteraciones menores que surgen en el proceso de
envejecimiento, pero las reiere como estrategias de adaptación. δa senectud es considerada
esencialmente una prolongación de experiencias, proyectos y hábitos de vida de la etapa
anterior, de modo tal que tanto la personalidad como el sistema de valores permanecen
intactos. De los siete puntos que Cariou (1995) menciona como los más importantes de la
teoría en cuestión, para Hétu (1998) los más destacables son dos: en primer lugar, el adulto
mayor tiende a reproducir durante la vejez el ambiente de la edad adulta, con la intención de ser
coherente consigo mismo y porque puede ser el factor externo que hace posible la continuidad
de su estilo de vida. El segundo punto por destacarse, es la idea del envejecimiento como
proceso de acentuación de las líneas principales de la personalidad. El adulto mayor es más
que nunca lo que siempre fue, y a la par, se reconoce en el trayecto vivido de la infancia a la
senectud que siempre es el mismo individuo quien evoluciona y se adapta.
La teoría de la continuidad ha sido cuestionada en su base fundamental ya que la
continuidad no puede explicar por sí misma los dramáticos cambios que supone la vejez,
no clariica la acentuación de la personalidad, ni tampoco es el caso cuando se producen
reorientaciones radicales de la misma. Otro punto debatible radica en precisar el inicio de la
tercera edad, momento que es visto frecuentemente con cierto pesimismo y que no es sino el
conformado por las condiciones y hábitos presentes en el período anterior, es decir, la etapa
adulta. Derivado de este razonamiento, parecen no generar gran impacto los cambios del
envejecimiento siempre que no entren en contradicción con la etapa adulta.
Teoría del envejecimiento exitoso y productivo
La reciente teoría del envejecimiento exitoso es interesante porque expande el marco explicativo
de las teorías de la actividad y la continuidad con base en tres componentes importantes,
sintetizados por Rowe y Kahn (1997), de la siguiente manera: bajas probabilidades de enfermar
y de incapacitación por enfermedad; alta capacidad física y cognitiva; sostener un compromiso
activo con la vida. Los tres elementos se potencian mutuamente y coadyuvan en la formación de
una imagen positiva de las personas adultas mayores, a partir de su prolongada productividad.
64
Teorías de gerontología social
Entre los aciertos de este enfoque, algunos sectores académicos admiten que fomenta la
erradicación de estereotipos discriminatorios por edad, además de haber creado oportunidades
para el empoderamiento individual de los adultos mayores. Por otra parte, destaca en dicha
teoría haber identiicado cualidades o características maleables y de reversibilidad en algunos
procesos biológicos y del comportamiento, anteriormente considerados inherentes a la
vejez. Sin embargo, entre las críticas dirigidas a la teoría del envejecimiento exitoso, iguran
la de Holstein (1999) y Estes (2001), quienes observan que este enfoque atribuye toda la
responsabilidad social al individuo, criterio que aplica al ámbito laboral y de salud, generando
así expectativas laborales (especialmente para las mujeres), hasta el in de la vida.
Teorías macro o estructuralistas
Aunque las primeras teorías de la gerontología social mostraron una postura individualista, es
importante mencionar que mucho antes de que la gerontología se reconociera como área de
estudio, los padres fundadores de la investigación social, relexionaron sobre la conexión entre
la edad y la estructura social. Así, Comte contempló la relación entre el progreso, la sucesión
generacional y la longevidad; Marx y Engels consideraron cómo puede afectar la industrialización
al signiicado de la edad y el géneroν mientras que Durkheim exploró el vínculo edad-integración
social (Binstock, 2001). En la época que surge la gerontología, a mediados del siglo XX, ya
se reconocían las consecuencias de los cambios en la estructura etaria de las sociedades.
Por ejemplo, Davis y Combs en 1950 se anticiparon a los cuestionamientos originados por el
envejecimiento de las poblaciones. Aunque sus hipótesis no se probaron, su planteamiento
señaló la necesidad urgente de considerar la composición etaria de la población y su posible
relación con la estructura social. Preocupaciones similares también fueron relejadas en el primer
manual de gerontología social, Handbook of Social Gerontology, compilado por Tibbits en 1961.
Por su parte Gognalons-Nicolet (1997) apunta que la temática examinada por esta
generación fue el impacto de la organización social sobre las diferentes cohortes que envejecen.
Para Hendricks (1992), el foco de atención son las formas que adoptan los cambios de las
condiciones estructurales, que a su vez determinan los parámetros del envejecimiento y la
situación de los adultos mayores como categoría colectiva. En oposición a sus homólogos
de la primera generación, las teorías de la segunda enfatizan aspectos con gran detalle y en
abundancia, para sugerir que los enfoques centrados en el individuo mantienen una postura
reduccionista e innecesaria, en relación con interpretaciones de líneas generales. Derivado
del postulado sociológico que airmaμ el todo es más que la suma de sus partes (postura que
retrotrae a Comte, y especialmente a Marx y a Durkheim), la organización social se concibe tal
y como se establecen las condiciones de vida de los individuos. Por consiguiente, la forma de
envejecimiento es una derivación de la organización social, la agenda política y de la posición
de los individuos en la estructura jerárquica. Por ende, la unidad de análisis correcta para
dichas teorías es una circunstancia estructural, no un atributo individual.
65
Teoría de la modernización
Según Hendricks (1λλβ) la teoría de la modernización y la estratiicación etaria, son
estructuralistas y tienen bases en el funcionalismo. Desde el punto de vista de V. Marshall
(1996), la teoría de la modernización es la más representativa del pensamiento estructuralista
y que además de macro es normativa. Mientras que Gognalons-Nicolet (1997) coincide con
Hendricks (1λλβ) al clasiicarla en ese mismo sentido. Para éste último, la teoría en cuestión
sostiene que el Estado moderno promueve la exclusión social de las personas adultas mayores,
por medio de la política del retiro y la jubilación toda vez que las considera necesarias para
renovar las generaciones en el ámbito laboral, además de mantener los valores y normas
propias de la sociedad productiva. A diferencia de la sociedad tradicional en la cual el adulto
mayor gozaba de un estatus elevado, socialmente reconocido por su experiencia y sabiduría,
en la época actual −las innovaciones tecnológicas, el desarrollo industrial, los nuevos valores
educativos y sociales− lo han despojado de su estatus desembocando en una situación de
pobreza y marginación.
Teoría de la estratiicación etaria
La idea de utilizar la edad como criterio para organizar las relaciones sociales, fue formulada
por teóricos como Sorokin (1956), Parsons (1942) y Eisenstadt (1956), según Quadagno y Reid
(1999). Su propósito fue comprender: “por qué y cuándo la sociedad esgrime la edad como
mecanismo para clasiicar a las personas en las distintas posiciones y como dispositivo para
distribuir bienes y servicios” (Featherman, 1λ8γμλ). En relación con su posible clasiicación,
según Hendricks, Estes considera estructuralista a la estratiicación, teoría creada por Riley a
in de estudiar el papel e inluencia de las estructuras en el proceso individual de envejecimiento
y en la estratiicación etaria de la sociedad.
δa proposición subyacente en la estratiicación etaria, sostiene que todas las sociedades
organizan a los individuos en categorías según la edad. Tal orden además de proporcionar
identidad social, también determina la distribución de los recursos. Esta línea de explicación
analiza la disparidad en las experiencias de las cohortes etarias a través del tiempo, así como
lo que Riley y Riley (1999), denominan la interdependencia de cambios en las vidas y en las
estructuras sociales. Aunque la estratiicación etaria aparentemente relaciona la estructura
social con el nivel individual, Estes (2001) y Quadagno (1999) observan de manera crítica
algunas limitaciones a partir de una “relativa desatención al tema de poder y de las relaciones
entre clases3 sociales, dado que éstas inluyen en la estructura social, en las políticas que
se implementan y eventualmente en la experiencia del envejecimiento” (Estes, β001μ γ0).
En relación con el término “clase social” es preciso advertir que, en general, las connotaciones del concepto lo
han marginado de su utilización por parte de amplios sectores de la academia en todo el mundo.
3
66
Teorías de gerontología social
Por otra parte, Quadagno y Reid resumen las críticas y en su opinión, esta teoría “descansa
en un concepto de estructura inherentemente estático, ignora los procesos políticos inherentes
a la creación de inequidad y no toma en cuenta los patrones institucionalizados de inequidad”
(Quadagno y Reid, 1999: 347).
Desde la perspectiva de Dowd (1987), Hogan y Astone (1986), la edad es una fuente
importante de identidad social. No obstante, según Raya (β00β) –y con base en Weber− la edad
tiene un impacto menor relativo a las oportunidades u opciones y en la toma de decisiones que
el individuo enfrenta dentro de la sociedad, en comparación con otros criterios de estratiicación.
Por otro lado, al interior de cada una de las distintas cohortes etarias, rasgos como la raza, el
género y la clase social, constituyen grandes variaciones entre los individuos. En opinión de V.
Marshall (1996), esta teoría es normativa pero no puede ubicarse en el terreno macro ni micro,
sino que vincula ambos. Sin embargo, aunque relaciona aspectos macro y micro, no considera
las inequidades dentro de las cohortes.
Teoría del paradigma envejecimiento y sociedad
Estes (β001), destaca el paradigma envejecimiento y sociedad como sucesor de la estratiicación.
La autora reconoce que al desarrollar este modelo en 1999, Riley y sus contemporáneos
se enfocaron en “las involuntariamente estáticas connotaciones de la estratiicación etaria,
mediante la introducción de dos dinámicas −vidas y estructuras- para caracterizar a conjuntos
de procesos interdependientes, entre los cuales existe una relación” (Estes et al., 2001: 30).
Por otra parte, el concepto de “elementos de formación de normas” (Riley et al.,
1999: 340) aplicable a las cohortes, obedece a un movimiento dialéctico según su autora
(Riley, 1987). Esto es, en respuesta a los cambios sociales, un número considerable de
individuos pertenecientes a una cohorte cambian sus vidas al desarrollar nuevos patrones
de comportamiento y pensamiento. Estos patrones deinen entonces normas, reglas y
expectativas correspondientes a la edad, las cuales son institucionalizadas conformando así
nuevos criterios en la estructura social. Por ende, las transformaciones estructurales renuevan
el comportamiento y el pensamiento etario; constituyen cambios que a su vez afectan las
estructuras y así en lo sucesivo. De esta manera, el paradigma de envejecimiento y sociedad, y
la teoría de la estratiicación etaria, introducen la correlación macro-micro. No obstante todavía
son consideradas deicientes por no abordar con suiciencia la inequidad, en opinión de algunos
autores. En suma, según la clasiicación ambas son caliicadas como estructuralistas, la teoría
de la modernización y la teoría de la estratiicación etaria, además de su secuela, el paradigma
del envejecimiento y sociedad.
67
Teoría del ciclo vital
Dannefer y Uhlenberg (1999), explican que la teoría del ciclo vital representó en la mitad de la
década de los 70’s, una corriente emergente que llegó a ser la perspectiva predominante en la
gerontología social a mediados de los 90’s. En el criterio de V. Marshall (1996), se encuentra
entre los enfoques macro y micro, dentro del grupo de teorías vinculantes, y por otro lado, en el
área intermedia de las teorías normativas e interpretativas. Teóricos como Bengtson, Burguess
y Parrot (1997), pero también George (1993) y Settersten (1999), hallaron en ella la herramienta
idónea para el desarrollo de la tarea fundamental de las ciencias sociales, a saber: estudiar los
efectos del contexto social en el proceso individual del envejecimiento, objetivo ya señalado por
Binstock (2001). En esa dirección, Estes (2001) encontró en el ciclo vital una alternativa ante
los enfoques centrados en el envejecimiento del individuo y en los factores del envejecimiento
exitoso, la satisfacción vital, la adaptación, la desvinculación y el ajuste. Las personas
adultas mayores y las cohortes son examinadas como fase vital y explica la conformación
de las mismas a partir de factores históricos, sociales, económicos y medioambientales.
Según George (1993), el grupo de teorías del ciclo de vida relaciona los niveles macro y
micro, porque estudian los lazos entre la estructura social, los procesos sociales y los estados
psicológicos. Para Gognalons-Nicolet (1997), el ciclo de vida integra el plano psicológico y
el social en un enfoque (psicosocial) a lo largo de la vida. Por último, es importante destacar
que la teoría del ciclo vital permite integrar envejecimientos profundamente desiguales,
diferenciados por la pertenencia a determinado estrato social y género; criterio vigente en la
sociedad industrial, en los diferentes tipos de culturas y modelos de desarrollo económico.
Teoría del ciclo de vida y género
La teoría del ciclo de vida es hasta cierto punto un precedente de la teoría de la economía
política del envejecimiento, en especíico por la cuestión del género; asimismo porque en su
desenvolvimiento vincula las vidas individuales con las instituciones, el género y la edad. Así,
Arber y Ginn en 1995, valoraron como una contribución importante la inclusión de género y edad
de forma conjunta. Bury y Moen en estudios de 1995 y 1996, plantearon que la interacción del
género, ritmo biográico, envejecimiento y medioambiente político, puede ayudar a relacionar
la acción individual con las restricciones del medio social, y los aspectos macro y micro del ciclo
vital, según el género. En éste sentido, Binstock (2001) argumenta que el ciclo de vida esperado
se ha vuelto un estereotipo limitado a comprender la experiencia del hombre: comienza con la
formación educativa, seguido de años de trabajo productivo y inaliza con el retiro del medio
laboral. El estereotipo está tan incorporado en las instituciones y los individuos, olvidando que
el orden secuencial del ciclo vital constituye una invención relativamente reciente (del siglo XX)
y que caracteriza la experiencia de vida del hombre, no de la mujer. Aunque las mujeres buscan
la equidad, ellas han intentado adaptarse al modelo de ciclo vital masculino a la par de continuar
68
Teorías de gerontología social
con el trabajo doméstico que tradicionalmente les ha sido asignado. Asimismo, las diferencias
de género se han traducido en una participación ocupacional restringida y culminan en un tipo
de vejez con menor disponibilidad de recursos para ellas. Finalmente, Binstock (β001) airma
que las teorías del ciclo vital reconocen la inserción del individuo en las estructuras, además de
concebir la estratiicación en tanto fenómeno estructural y no sólo como una distribución que
surge de los atributos subyacentes en el individuo. De facto, la equidad es la justa asignación
de recursos, mientras que la inequidad signiica un “negativo social porque es producto de los
vulnerables o de los relativamente privados de recursos” (O´Rand, β001μ β08-β0λ).
Teorías del construccionismo social
Estes (2001) considera que el grupo de teorías ubicadas en el constructivismo, sostienen
que el envejecimiento y los problemas enfrentados por las personas adultas mayores, son
construcciones sociales y resultado del conjunto de ideas al respecto. Este proceso tiene lugar
en el nivel macro y en el micro, así como en el nivel meso, que es donde operan las formas
de organización. El Estado y la economía (nivel macro) pueden ser los coniguradores de la
experiencia y condición del envejecimiento; sin embargo, los individuos también participan en
la construcción de su mundo con base en la interacción personal (nivel micro) y por medio de
procesos organizacionales e institucionales (nivel meso), que constituyen la diversidad del
espacio social y la sociedad. En éste sentido, “Los problemas más importantes que enfrentan
los adultos mayores (…) son en gran medida resultado de nuestras concepciones del
envejecimiento y de los adultos mayores. Aquello que se hace para y por los adultos mayores,
lo que sabemos, incluyendo el conocimiento procedente de las investigaciones, son producto
de nuestra noción sobre la vejez. En un sentido relevante, los mayores problemas que enfrentan
los adultos mayores son los que nosotros hemos creado” (Estes, et al., 2001: 29).
Antes de abordar la economía política del envejecimiento, es importante señalar que tal
teoría se apoya en el construccionismo social, cuya tesis central sostiene que las ideas sobre
el envejecimiento son construcciones procedentes de los niveles micro, meso y macro.
La teoría de la economía política del envejecimiento (tepe)
La teoría de la economía política del envejecimiento, representa un punto de encuentro
entre la economía política, la sociología -en particular el corpus de teorías de la
estratiicación social- y la gerontología social, aunque la academia estadounidense la
sitúa claramente como una teoría de la tercera generación. Emerge en discrepancia con
las teorías de la desvinculación y la actividad
−la primera generación − y en oposición
al conjunto de teorías de la estratiicación etaria, correspondientes a la segunda
generación. No obstante, es necesario señalar que la teoría de la economía política del
envejecimiento (tepe), asimila en gran medida los aportes de las tres generaciones, aunque
la mayor parte de los elementos que retoma provienen especialmente de las últimas dos.
69
Una de las principales líneas de investigación de esta teoría, es el análisis de de la vejez
y la política social dirigida hacia los adultos mayores, así como sus consecuencias. Asimismo,
analiza las relaciones entre clase, género y raza/etnia a través del Estado de bienestar u otros
tipos de Estado. Sostiene que el estatus, así como los recursos destinados a las personas
adultas mayores y la trayectoria del envejecimiento, dependen del lugar que ocupen dentro de
la estructura social y de los factores económicos y sociales (Minkler y Estes, 1999).
La teoría de la economía política del envejecimiento, destaca el efecto de las instituciones
socioeconómicas sobre los individuos a lo largo del ciclo de vida, en especial durante la etapa
de la tercera edad (Quadagno y Reid, 1999). Esta perspectiva aplica a las políticas de seguridad
económica, salud, cuidados de largo plazo y servicio social, orientadas a la población adulta
mayor. El Estado organiza las relaciones de clases, género y raza/etnia4 a través del Estado de
bienestar u otros tipos de Estado, donde las políticas son resultado de las luchas (del Estado,
el capital y el trabajo) y de las relaciones de poder en un determinado momento histórico.
Relaciones en movimiento y tensión a partir de las contradicciones del capital y de las crisis
que éste genera (Estes, 2001).
II. Valoración de los aportes de las teorías de gerontología social
La principal crítica de la tepe a la teoría de la desvinculación, es contra la omisión de la
variabilidad que existe al interior de cada una de las cohortes etarias. δa supresión es justiicada
principalmente porque la diversidad racial y/o étnica, no estaba incluida en los estudios de las
décadas de los 50’s y 60’s del siglo XX. Al respecto Markides y Black (1995), indican que las
muestras de población durante esa época, fueron predominantemente de euroamericanos. De
igual manera, los temas del mercado de trabajo y del retiro, fueron conceptualizados a partir
de la experiencia con hombres euroamericanos de clase media. La inclusión no fue un rasgo
que caracterizara a la gerontología en su inicio, la raza, el género y la clase social estaban
presentes pero no como temas estudiados, lo cual releja −en opinión de Dressel, εinkler y
Yen, 1λλλ− un sesgo, la preferencia por determinadas temáticas y el estatus privilegiado de
los investigadores a cargo. Por otra parte, la teoría de la desvinculación continúa inluyendo en
los sistemas de seguridad social y se justiican en dicho enfoque. En esta misma dirección, las
tres teorías −de la actividad, la continuidad y del envejecimiento exitoso− son cuestionadas por
la omisión ya referida al interior de cada cohorte y actualmente tienen gran inluencia como se
maniiesta en las políticas actuales.
En la literatura estadounidense el uso del término “raza” alude a las características fenotípicas y el término
“etnia” a las características culturales. No se discrimina el término “raza” por su incorrección política ni se usa el
término “etnia” cuando se quiere signiicar “raza”. Por último, cuando se emplea el binomio raza/etnia se alude
verdaderamente a los dos conceptos.
4
70
Teorías de gerontología social
δas teorías macro o estructuralistas son deinitivamente precursoras de las teorías
vinculantes. En la historia de la gerontología, ellas representan el primer paso intelectual
que establece una línea de demarcación frente al estudio de la senectud limitado a la esfera
individual. A partir de prestar atención a la forma en que la estructuración de la sociedad y las
políticas cincelan la vejez, las teorías estructuralistas trazaron el camino que luego retomará la
teoría de la economía política del envejecimiento. La teoría de la modernización es el preámbulo
de un horizonte más amplio al incorporar el problema de la pobreza y la marginación. Pese
a las críticas hacia la estratiicación etaria, por la ausencia de la variabilidad al interior de las
cohortes, es necesario reconocer que innovó los estudios al incluir los estratos sociales, según
la edad. Esta aportación no fue desapercibida por la economía política del envejecimiento y ha
sido utilizada en su desarrollo posterior. Todas las sociedades son organizadas en categorías
conforme a la edad de sus integrantes con diversos ines, por ejemplo, para la identidad social
y la distribución de recursos. El paradigma envejecimiento y sociedad, propone una concepción
dinámica y de reciprocidad entre la estructura y el adulto mayor. Es decir, así como los cambios
en las estructuras sociales repercuten y producen cambios vitales, a su vez éstos inciden en
las estructuras, a partir de entonces la correlación macro-micro suscitó el debate desde la
segunda generación de teorías.
En lo que concierne a la tercera generación, esas teorías constituyen un paso importante
de conocimiento al proponer integrar en el análisis diferentes dimensiones que coniguran el
envejecimiento. Los aportes de la teoría del ciclo vital son: en primer lugar, asignar un lugar
destacado al contexto social y sus efectos en el proceso individual de envejecimiento. En
segundo lugar, sostener la concepción de las personas adultas mayores y de las cohortes, como
parte del ciclo vital. A su vez, las cohortes son diferenciadas por factores históricos, sociales,
económicos y medioambientales; elementos que también han existido en fases anteriores de la
vida, aunque analizados con el prisma de la ventaja y desventaja acumulativa, como resultado
de y que resulta en, la estratiicación. En tercer lugar, la teoría introduce en el estereotipo
de ciclo vital masculino la variable del género y evidencia en ese sentido, la omisión de la
experiencia de vida de las mujeres en el modelo. Por otra parte, la teoría del construccionismo
argumenta que el conjunto de ideas que se tienen sobre el envejecimiento son construcciones
sociales procedentes de los niveles macro, meso y micro. La premisa anterior fue retomada
literalmente por la teoría de la economía política del envejecimiento, tal y como lo muestra su
línea de investigación con base en la construcción social de la dependencia. A su vez, la teoría
de la economía política del envejecimiento asocia los aportes de las teorías del ciclo de vida
con los del rol social del Estado y las políticas para adultos mayores.
Finalmente, es preciso insistir en el peso determinante de las teorías en una disciplina
marcada por el predominio de su dimensión empírica, como lo es la gerontología social. La
teoría representa un esfuerzo sustantivo de un grupo de investigadores para sintetizar lo que
se conoce, adicionar nuevo conocimiento y proporcionar una guía sobre lo que todavía se
71
desconoce. Al respecto Curcio (2010) rescata la expresión de Bengtson y su equipo de trabajo
(1999), quienes señalan que la teoría es el compás con el cual se navega en el vasto mar de los
datos, los transforma en explicaciones con sentido, acerca del proceso y de las consecuencias
del envejecimiento. La teoría es crucial para que la investigación sea útil dado que su ausencia
conduce a la aplicación limitada de los hallazgos y no permite la construcción acumulativa
de conocimiento acerca de un tema o aspecto de la realidad (Bengtson, et al., 2009). En
esa misma dirección, Curcio (2010) considera relevante el punto de vista de Morin (2001),
quien insiste en que un conocimiento no es permisivo solo porque reúna una gran cantidad de
datos, ya que lo sustancial no son las cantidades sino examinar y sistematizar la información.
Por último, resulta imprescindible para el futuro de los estudios teórico-prácticos sobre el
proceso de envejecimiento, destacar la importancia de la complementación de diversas teorías
y campos cientíicos, a in de alcanzar el conocimiento interdisciplinarioμ la complejidad del
sujeto u objeto de estudio (el viejo, la vejez y el envejecimiento) en el plano de la explicación
cientíica y social, se encuentra relacionada con diversas disciplinas como la sociología, la
economía, las ciencias políticas, el trabajo social, el derecho, la arquitectura, la demografía, la
epidemiología, además de la biología y la psicología, entre otras.
Fuentes de consulta
Achenbaum, W. A. (1995). Crossing frontiers: Gerontology emerges as a science. New York: Columbia
University Press.
Arber, S. y Jay G. (1995). Connecting gender and ageing: A sociological approach. Buckingham, London:
Open University Press.
Atchley, R. C. (1971). Retirement and leisure participation: Continuity or crisis.
The Gerontologist, 11(1), 13-17.
Bengtson, V. L., Burgess, E. O and Parrott, T. M. (1997). Theory, explanation, and a third generation
of theoretical development in social gerontology. Journal of Gerontology: Series B, Psychological
Sciences and Social Sciences, 52(2), S72-S88.
Bengtson, V. δ., Rice, C. J., Johnson, ε. δ. (1λλλ). Are theories of aging importantς εodels and
explanations in gerontology at the turn of the century. En V. L. Bengtson & K. W. Schaie (Eds.).
Handbook on theories of aging. New York: Springer.
Binstock, R. H. y George, L. K. (2001). Aging and politics. En Robert H. Binstock y Linda K. George
(Eds.). Handbook of Aging and the Social Sciences. San Diego: Academic Press.
Birren, J. E. y Bengtson, V. L. (1988). Preface. En James E. Birren y Vern L. Bengtson (Eds.). Emergent
Theories on Aging (pp. IX-X). New York: Springer.
72
Teorías de gerontología social
Blumer, H. (1982). Interaccionismo simbólico: perspectiva y método. Barcelona: Hora Ediciones.
Bury, M. (1995). Ageing, gender and sociological theory. En S. Arbery y Jay Ginn (Eds.). Connecting
gender and ageing. A sociological approach, Buckingham: Open University Press.
Cariou, M. L. (1995). Personnalité et Vieillissement. Introduction a la Psychogérontologie. NeuchâtelParis: Delachaux et Niestlé.
Cavan, R. S. et al. (1949). Personal adjustment in old age. Chicago: Science Research Associates.
Cumming, E. y Henry, W. E. (1961). Growing old: The process of disengagement. New York: Basic
Books.
Curcio, C. L. (2010) Investigación y envejecimiento: del dato a la teoría. Hacia la Promoción de la Salud,
15(1), 144-166.
Dannefer, D. y Uhlenberg, P. (1999) Paths of the Life Course: A Typology. En Vern L. Bengtson y K.
Warner Schaie (Eds.). Handbook of theories of aging. New York: Springer.
Davis, K. y Combs, J. W. (1950).The sociology of an aging population. En Donald B. Armstrong. The
Social and Biological Challenge of Our Aging Population, New York, Columbia University Press.
Eisenstadt, S. N. (1973). Tradition, Change and Modernity. New York: John Wiley and Sons.
Estes, C. L. et al. (2001). Social Policy and Aging: a critical perspective, California: Sage Publications
Inc.
Featherman, D. L. (1983). Life-span perspectives in social science research. En Paul B. Baltes y Orville
G. Brim (Eds.). Life span development and behavior. New York: Academic Press.
George, L. K. (1993). Sociological perspectives on life transitionws. Annual Review of Sociology. Boston:
Allyn y Bacon, 353-373.
Gognalons-Nicolet, M. (1997). Vieillissement et âge: âge et représentation de la vieillesse. Actualité et
dossier en santé publique, 21, IV-XI.
Havighurst, R. J. and Albrecht, R. (1980). Older people. New York: Arno Press.
Hendricks, J. (1992). Generations and the generation of theory in social gerontology. International
Journal of Aging and Human Development, 35(1), pp. 31-47.
Hétu, J. L. (1988). Psychologie du vieillissement. Montréal: Méridien.
Johnson H. R. et al. (1980). Foundations for gerontological education. The Gerontologist, 20, 1-61.
Lemon, B. W., Bengtson, V. L. y Peterson, J. A. (1972). An exploration of the activity theory of
aging: Activity types and life satisfaction among in-movers to a retirement community. Journal of
Gerontology, 27, 511-523.
73
Lowenthal, M. F. (1975). Psychosocial variations across the adult life course: Frontiers for research and
policy. The Gerontologist, 15, 6-12.
Lowenthal, M. F. y Haven, C. (1968). Interaction and adaptation: Intimacy as a critical variable. American
Sociological Review, 33, 20-30.
Markides, K. S. y Black, S. A. (1995). The impact of inequality. En Robert H. Binstock y Linda K. George
(Eds.). Handbook of Aging and the Social Sciences. New York: Academic Books.
Marshall, V. W. (1996). The state of theory in aging and the social sciences. En Robert H. Binstock y
Linda K. George (Eds.). Handbook of Aging and the Social Sciences. San Diego: Academic Press.
Minkler, M. y Estes, C. L. (1999). Critical gerontology: Perspectives from political and moral economy.
New York: Baywood.
Moen, P. (1996). Gender, age and the life course. En Robert H. Binstock y Linda K. George (Eds.).
Handbook of Aging and the Social Sciences, San Diego: Academic Press.
Morín, E. (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona: Paidós.
Neugarten, B. L. (1964). Personality in middle and late life: Empirical studies. New York: Atherton.
O´Rand, A. ε. (β001) Stratiication and the δife Course. The Forms of δife-Course Capital and Their
Relationship. En Robert H. Binstock y Linda K. George (Eds.). Handbook of Aging and the Social
Sciences. San Diego: Academic Press.
Parsons, T. (1942). Age and sex in the social structure of the United States. American Sociological
Review, 7, 604-616.
Quadagno, J. and Reid, J. (1999). The Political Economy Perspective in Aging. Vern L. Bengtson y K.
Warner Schaie (Eds.). Handbook of theories of aging. New York: Springer.
Raya, E. (2002). Políticas sociales y ciudadanía: la condición social de las personas demandantes de
prestaciones sociales en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Vitoria-Gasteiz-Servicio Central
de Publicaciones del Gobierno Vasco.
Riley, M. W. (1987). On the signiicance of age in Sociology. American Sociological Review, 52, 1-14.
Riley, M. W., Fonner. A. y Riley, J. W. J. (1999). The Aging and Society Paradigm. En Vern L. Bengtson
y K. Warner Schaie (Eds.). Handbook of theories of aging. New York: Springer.
Rosow, I. (1963). Adjustment of the normal aged. En Richard Williams, Clark Tibbetts y Wilma Donahue
(Eds.). Processes of Aging. New York: Atherton, 2.
Rowe, J. W. y Kahn, R. L. (1997). Successful aging. The Gerontologist, 37(4), 433-440.
Settersten, R. A. (1999). Lives in time and place: The problems and promises of developmental science.
New York: Baywood Publishing Company.
Sorokin, P. A. (1961). Estratiicación y movilidad social. México: Instituto de Investigaciones SocialesUniversidad Nacional Autónoma de México.
74
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
Maricruz Rivera Hernández
Resumen
En la última década del siglo XXI, la investigación en el campo de la gerontología ha mostrado
interés sobre temas relacionados con la calidad de vida en adultos mayores que padecen
enfermedades crónicas. Dos indicadores de la calidad de vida son los síntomas depresivos
y los niveles de satisfacción con la vida; sin embargo, pocos estudios han examinado la
satisfacción con la vida en personas que padecen diabetes. En México, se realizó un análisis
de regresión en adultos mayores diabéticos para identiicar variables relacionadas con el
indicador de la satisfacción con la vida. Los resultados sugieren que los niveles de satisfacción
en esa población son relativamente altos. Asimismo, los resultados evidenciaron una serie de
problemas y diicultades asociadas con la enfermedad, por ejemplo, los síntomas depresivos,
complicaciones derivadas que diicultan las actividades de la vida diaria, monitoreo de glucosa,
entre otras relacionadas con la satisfacción de vida. Los datos manejados en el presente trabajo
son de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, (ENSANUT, 2012).
Palabras clave
Calidad de vida, satisfacción con la vida, diabetes, adultos mayores, depresión.
Calidad de vida en adultos mayores con diabetes
P
or más de dos décadas en México la diabetes ha sido un problema relevante de salud
pública (Hernández et al., 2013; Phillips y Salmerón, 1992). La Federación Internacional
de Diabetes señaló que México tiene el sexto lugar a nivel mundial con la mayor prevalencia de
diabetes y mantiene el duodécimo en mortalidad por esa enfermedad (International Diabetes
Federation; IDF, 2013). En el año 2012, aproximadamente el 9% de los individuos mayores
a los 20 años de edad, fueron diagnosticados por diabetes (Hernández, et al., 2013). Con
base en estos datos, la tendencia permite prever la continuidad de la enfermedad ya que
actualmente tiene una incidencia alta entre los mexicanos. Debido al aumento poblacional de
adultos mayores, el pronóstico sobre la diabetes en tal segmento indica que va a incrementarse
el número de personas mayores con esa condición. Por otra parte, los cambios en los patrones
de dieta y la falta de ejercicio físico, han favorecido el predominio de la diabetes en ese país.
76
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
El impacto económico que ocasiona la diabetes en los pacientes, la familia y la sociedad,
es un aspecto abordado por diversas investigaciones. Entre los estudios publicados al respecto
destaca el de Arredondo (β004), quien en su último artículo de β014, especiica que el monto
del costo epidemiológico y de salud, para el caso de la diabetes en México, fue de 1mil 974
millones de pesos en el año 2000 y 4 mil 836 millones, durante el 2010. Asimismo, prevé que el
monto se incrementará en 8 mil 513 millones de pesos para el año 2025, de no implementarse
cambios sustanciales del sistema de salud actual. Cabe destacar que estos costos son los más
altos en comparación con los mantenidos por países latinoamericanos como Cuba, Venezuela,
Chile, Colombia, Argentina y Brasil, entre otros.
La prevalencia de la diabetes, su aumento y los costos asociados con ésta, son algunos
de los factores de un problema de salud por examinarse desde diferentes perspectivas y en
distintos contextos. A pesar de recibir poca importancia en el medio profesional, existen algunos
estudios con un enfoque más acucioso y que dan cabida a cuestiones como el cuidado físico
y mental del diabético, además de analizar sus diversas consecuencias. Con esa perspectiva,
investigaciones en los campos de la gerontología y la medicina durante la última década del
siglo XXI, han planteado la importancia de examinar la calidad de vida en adultos mayores con
enfermedades crónicas como la diabetes. La calidad de vida abarca distintos ámbitos, entre
ellos la salud física, mental y social. Desde éste punto de vista, no es sorprendente que las
personas con esa afección tienden a reportar una calidad de vida más baja que las personas
que no la padecen. La diabetes puede ser una enfermedad difícil de sobrellevar porque exige
cambios en el estilo de vida del paciente, tales como la dieta y el ejercicio físico, para alcanzar
niveles adecuados de glucosa en la sangre. Además de los retos diarios del régimen médico,
algunos enfermos tienen que enfrentar otras complicaciones relacionadas con la diabetes y
que van en detrimento de su calidad de vida (Rubin y Peyrot, 1999). Dos factores que indican
esta calidad son: los síntomas depresivos y el nivel de satisfacción con la vida (Brown y Barrett,
2011). Sin embargo, es importante considerar que a diferencia de la poca investigación sobre
la satisfacción con la vida, los síntomas depresivos si han sido estudiados a profundidad. Con
el propósito de examinar desde este ángulo poco desarrollado el tema, el presente estudio
tiene como objetivo proporcionar elementos que apoyen la mejor comprensión de la calidad
de vida de los adultos mayores diabéticos, con base en la identiicación y análisis de algunas
variables relacionadas con la satisfacción de vida.
Satisfacción con la vida
Según el estudio sobre la satisfacción de vida de Diener (1985) y la investigación en torno
a la calidad de vida, autoría de George y Bearon (1977), la satisfacción con la vida es
deinida como la valoración subjetiva sobre los diferentes aspectos que conforman la propia
vida y constituye un factor importante de su calidad. En cambio, la insatisfacción con la vida
77
constituye un predictor en distintos campos de investigación, el de la salud física y mental, la
morbilidad y mortalidad (Koivumaa-Honkanen et al., 2000; Koivumaa-Honkanen et al., 2002;
Koivumaa-Honkanen et al., 2001; Rissanen et al., 2011). Por otra parte, diversos estudios han
demostrado que diferentes aspectos pueden contribuir a estar satisfecho con la vida, incluidos
los factores individuales y ambientales, pero también ha sido frecuente considerar los recursos
sociales, económicos y los comportamientos del autocuidado de la salud, como el ejercicio y
el ocio activo, entre otros (Berg, et. al., 2006; Borg, et al., 2006; Inal, et al., 2007). Aunque la
subjetividad del individuo parece predecir mejor que las medidas objetivas de salud (Gwozdz
et al., β010), cuando los pacientes de una enfermedad crónica son comparados −por medio de
algún método de análisis estadístico− con otros individuos de la población, a menudo reportan
una menor satisfacción con la vida (Bjordal, et al., 1995).
En esta dirección, Husaini y Moore (1990), realizaron un estudio cuyos resultados
mostraron que las personas con un padecimiento crónico, la artritis, son más propensas a
la depresión y presentaron niveles más bajos de satisfacción con la vida, a diferencia de las
que no tienen esa enfermedad. Igualmente indicaron que la depresión y la satisfacción con la
vida, pueden relacionarse con problemas de discapacidad. Una explicación plausible sobre
las diferencias, se encuentra en las divergencias de percepción respecto a lo grave de la
enfermedad y/o etapa de tratamiento recibido. Por ejemplo, un estudio sobre pacientes con
insuiciencia cardíaca y en lista de espera para un trasplante –el estudio fue antes y después de
la cirujía− mostraron una mejoría signiicativa en los niveles de satisfacción luego del trasplante
en comparación con los resultados del año anterior (Grady, et al., 1996). Del mismo modo,
Kutner y otros investigadores (2000), examinaron el estado funcional, la depresión y la satisfacción
de vida, en adultos mayores de edad similar con enfermedad renal, algunos en etapa terminal.
En los resultados, las puntuaciones de la depresión y el deterioro funcional fueron mayores
en los pacientes con tratamiento de diálisis, al inicio del estudio, pero no así después de tres
años, en comparación con sus contrapartes. Los pacientes en tratamiento de diálisis presentaron
una menor satisfacción de vida al inicio del estudio, pero no se encontraron diferencias
durante el seguimiento. Así, es posible conjeturar que los pacientes en diálisis fueron más
optimistas con el tratamiento y apreciaron más el tiempo de vida que les da ese procedimiento.
Por su parte, Laborde y Powers (1980), sugieren que los pacientes dializados
reportaron una mejor satisfacción que las personas con osteoartritis, por factores como el
dolor experimentado y la disminución en el funcionamiento físico y social que padecen los
pacientes artríticos, a diferencia de los enfermos renales en diálisis, quienes pueden presentar
esta disminución sólo por tratamiento muy prolongado. Otra probable explicación se puede
relacionar con lo grave del padecimiento, la autopercepción de la enfermedad y la autoestima,
como factores que inluyen en los resultados (Steca et al., 2013). En éste sentido, las emociones
positivas juegan un papel importante en la recuperación y adaptación a cambios drásticos,
78
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
por medio de mecanismos de resiliencia1 y afrontamiento, favoreciendo así el aumento de
satisfacción con la vida (Cohn et al., 2009). De igual forma, un estado emocional negativo puede
afectar el nivel de satisfacción y tener relación directa con síntomas depresivos y problemas de
bienestar (Barnes, 2005). Por ejemplo, Koivumaa-Honkanen (2001), descubrió una correlación
entre la escala de satisfacción con la vida y la escala de síntomas depresivos (Satisfaction With
Life Scale; SWLS). Además encontró que los pacientes con depresión tuvieron niveles más
bajos de satisfacción que las otras personas; sin embargo, los niveles aumentaron al recuperar
la salud emocional. Por otra parte, Rissanen y otros investigadores (2011), demostraron que los
individuos cuya insatisfacción con la vida permanece durante un tiempo prolongado, constituye
un estado anímico vinculado con la depresión y otros síntomas de salud mental, como la
alexitimia2, la desesperanza y la disociación, aún en las personas que no presentan indicios de
una depresión mayor. De modo similar, otros estudios han revelado que los adultos mayores
sanos, con bajos niveles de satisfacción, pueden presentar síntomas depresivos (KoivumaaHonkanen, 2004). No obstante, en el caso de los enfermos mentales con un nivel muy bajo de
satisfacción con la vida, éste puede ser un predictor de suicidio (Ponizovsky, et al., 2003).
Satisfacción con la vida en México
Existe un número limitado de investigaciones que han evaluado la satisfacción con la vida
entre los mexicanos. Sin embargo, el estudio cualitativo sobre experiencias de envejecimiento
en personas de las zonas rurales de México (Treviño-Siller et. al, 2006), mostró que las adultas
mayores, en comparación con los hombres de edad avanzada, expresaron estar satisfechas
con su vida, a pesar de vivir en la pobreza o tener problemas de salud. Este resultado puede
explicarse en parte, por el hecho de que las mujeres, pese a su edad, proporcionan apoyo a
los familiares y amigos, además de continuar ejerciendo “sus roles" en el hogar, a diferencia
de los hombres, pues ellos además del retiro laboral, se ven impedidos a cumplir sus funciones
sociales y culturales, por su edad. Otro estudio reciente (Garduño et.al, β01β) identiicó
algunos factores para prever la satisfacción de vida en mujeres menopáusicas. Los resultados
mostraron que algunos factores sociodemográicos como la ocupación y los de apoyo social,
tuvieron relación con la respuesta de las mujeres.
Debido a la gran importancia que diversos países han otorgado al tema de la calidad
y satisfacción de vida, el censo nacional de población en México del año 2012, realizado por
el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), recabó datos sobre la
satisfacción con la vida.
1
Resiliencia, capacidad para reponerse a los contratiempos o incluso resultar fortalecidos por éstos, según la
psicología positiva. Nota de los revisores de la edición.
2
Alexitimia, es un desorden de tipo neurológico que consiste en la incapacidad de hacer corresponder las palabras
(expresión verbal) con las emociones. El concepto fue desarrollado por el psiquiatra Peter E. Sifneos en 1972.
Nota de los revisores de la edición.
79
δos resultados relejan que la satisfacción fue relativamente alta entre los mexicanos,
independientemente de la edad. No obstante, también revelaron diferencias signiicativas con
respecto a los niveles de educación y otras características demográicas. En εéxico pocos
estudios en el campo de la salud han explorado los vínculos entre la satisfacción con la vida,
los comportamientos y los desenlaces de salud en adultos mayores, lo cual explica la escasa
información al respecto. El panorama general expuesto, muestra la necesidad de incluir y
abarcar en la investigación cientíica el tema de la satisfacción de vida entre los mexicanos,
enfocada en particular a las personas adultas mayores con diabetes, enfermedad crónica y
compleja que puede afectar la calidad y satisfacción de vida.
Muestra
Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del año 2012, a cargo
del INEGI, fueron utilizados en el desarrollo del presente análisis. La encuesta fue organizada
con base en un muestreo de tipo probabilístico, la cual se desarrolla por varias etapas y se
estratiica en varios rubros. δa ENSANUT, es representativa de la población mexicana a nivel
nacional y manejó una muestra de 50,528 hogares y 46,277 adultos con 20 años o más de
edad. δos datos obtenidos provienen de los γβ estados geográicos en que se divide el país e
incluye zonas rurales y urbanas. También reúne diversas características demográicas, rubros
de servicios sanitarios y el estado de salud, entre otros aspectos (Gutiérrez, 2013b). En la
ENSANUT se detectaron 1,991 personas de 60 años o más, diagnosticadas con diabetes.
Para el presente estudio fueron utilizados 1,315 casos con datos completos. Cabe precisar que
existen pocas diferencias signiicativas entre los casos con datos completos y los que tienen
valores perdidos, excepto aquellos que presentan variables relacionadas con la región de
residencia y origen étnico. Esto es, aproximadamente el 9% de los casos con valores perdidos
corresponden a indígenas, en comparación con el 4% de los que tienen valores completos. En
forma adicional se especiica que el γγ% de los casos con datos perdidos, están ubicados en
la región centro-oeste de México, comparado con el 30% de los casos completos.
Variables
El desenlace de interés para el presente trabajo es la satisfacción con la vida. La ENSANUT con
base en una escala de 7 ítems y en instrumentos diseñados por la Organización Mundial de la
Salud, evaluó la satisfacción de vida (“World Health Organization Quality of δife Instruments”).
La escala permite medir la satisfacción de los individuos en relación con la salud, las relaciones
sociales, la actividad física y la satisfacción en general. Las puntuaciones oscilaron entre 1
a 4 para cada ítem (1 ο muy insatisfecho a 4 ο muy satisfecho). Para esta escala, el alfa de
Cronbach fue α ο 0.85.
80
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
δas variables independientes incluyeron factores sociodemográicos, de salud y
autocuidado. δos datos sociodemográicos en los modelos sonμ la edad (medida en años)ν
el sexo (mujer u hombre); educación (sin educación, educación primaria, al menos obtuvo
bachillerato); el estado civil (casado o soltero); el origen étnico (sí o no); el nivel socioeconómico
medido en terciles (Gutiérrez, 2013) y el seguro de salud (sin seguro, Seguro Popular, IMSS,
ISSSTE). Los modelos también contienen información sobre las características del lugar donde
reside el individuoμ zona urbana o rural y la ubicación geográica del domicilio (oriente, centro,
oeste, norte, sur, sureste, etcétera).
En relación con la información de salud: la cantidad de tiempo transcurrido a partir
de que fue diagnosticado el individuo; cantidad de complicaciones derivadas de la diabetes;
sintomatología depresiva, medida con una versión breve de 7 ítems de acuerdo con la escala
del Centro de Estudios Epidemiológicos de la Depresión (CES-Dν α de Cronbach ο 0.7λ)ν
actividades de la vida diaria (AVD), medida con una versión reducida de 4 ítems (α de Cronbach
ο 0.85) y recodiicada a partir de variable dicotómicaμ al menos una limitación y sin limitacionesν
control monitoreado de glucosa o exámenes de laboratorio recientes, durante el último año.
Otras variables de autocontrol de la diabetes registraron: práctica de ejercicios (sí o no) y
seguimiento de alguna dieta (sí o no) en el último año. Por último, fue incorporado el tipo de
tratamiento utilizado para controlar la glucosa alta (sin medicamentos, medicina oral, insulina
con o sin medicamento oral) y visitas al médico (por lo menos cuatro veces al año/menos de
cuatro veces al año). Estas variables fueron utilizadas por ser las de aplicación más frecuente
entre los estudios sobre calidad de vida en personas con diabetes (Rubin y Peyrot, 1999).
Análisis
La muestra fue examinada por medio de estadística descriptiva. Se realizaron cálculos bivariados, correlaciones (Pearson) y prueba t-Student, para determinar la relación entre las
variables sociodemográicas, las de salud y la satisfacción con la vida. Por medio de un modelo
de regresión de mínimos cuadrados ordinarios (Ordinary Least Squares; OLS), se evaluaron
las asociaciones de la satisfacción con la vida y las variables independientes. El primer modelo
únicamente incluye las variables sociodemográicas, mientras que en el segundo se agregaron
las de salud. El modelo inal fue ajustado con todas las variables independientes y los análisis
fueron hechos con el software estadístico Stata 13.
Resultados
La tabla 1 muestra las estadísticas descriptivas de personas de 60 años o más, incluidos en el
estudio. δas puntuaciones de satisfacción para esta muestra fueron de 11 a β8 (ε ο β1, DS ο
β.5). δa edad media de los individuos que conforman la muestra, fue de 6λ años (SD ο 6.6) y
81
el 62% son mujeres. Aproximadamente, el 9% son indígenas, el 24% no tiene educación y el
10% no cuenta con seguro social (IMSS, ISSTE, Seguro Popular). En promedio los que fueron
diagnosticados con diabetes por más de 1β años (145.λ meses DS ο 157.7) y tuvieron al
menos una complicación. El 26% reportó al menos una limitación (AVD). La puntuación media
en la escala para medir la depresión CES-D, fue relativamente baja (6.7, DS ο 4.6). δa mayoría
de los participantes informaron que acuden al médico por lo menos 4 veces al año (77%), un
porcentaje mínimo de ellos sigue una dieta para la diabetes (26%) o un programa de ejercicio
(9%). Aproximadamente el 31% se monitorea la glucosa/exámenes de laboratorio y el 81% son
tratados con fármacos orales.
Table 1. Descriptive characteristics of the study sample (nο1,γ15) of older adults age 60
and older that were diagnosed with diabetes in the ENSANUT, 2012: Bivariate associations
between life satisfaction and sociodemographic, health and health-behaviors.
Variable
Life satisfaction
Sociodemographic
Age
Female
Indigenous background
Socioeconomic status
Low-income
Middle-income
High-income
Education
No education
Primary education
At least secondary education
Insurance status
Uninsured
Seguro Popular
IMSS/ISSSTE
Married
Region of residency
East central
West central
North
South/southeast
Rural residency
Health
Time since diabetes diagnosis in months
Number of diabetes complications
Depressive symptoms
At least one ADL
82
n (%) or mean (SD)
21.012 (2.56)
68.84 (6.60)
812 (61.75)
123 (9.35)
p-value
.4502
.0017
.8075
.004
390 (29.66)
516 (39.24)
409 (31.10)
<.001
317 (24.11)
804 (61.14)
194 (14.75)
.2196
129 (9.81)
450 (34.22)
736 (55.97)
788 (59.92)
294 (22.36)
396 (30.11)
322 (25.22)
293 (22.28)
392 (29.81)
145.93 (157.72)
1.18 (1.05)
6.67 (4.61)
339 (25.78)
.0095
.1240
.9612
.0595
<.0001
<.0001
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
Table 1. (continued)
Variable
Diabetes management
Glucose self-monitoring
Exercise
Diet
Diabetes medication
None
Oral agents
Insulin with and without oral agents
At least 4 doctor visits
n (%) or mean (SD)
410 (31.18)
p-value
.0063
122 (9.28)
337 (25.63)
.0225
.3928
.3943
98 (7.45)
1,069 (81.29)
148 (11.25)
1,015 (77.19)
.4864
Fuente: elaboración propia, con base en datos de la ENSANUT, 2012.
Asociaciones bi-variadas muestran que la satisfacción de vida se relacionó con el
sexo (hombre/mujer), el estado socioeconómico, estado civil, la educación, los síntomas
depresivos, las AVD, monitoreo de la glucosa/exámenes de laboratorio y el ejercicio. Como se
ha mencionado anteriormente, las puntuaciones medias de satisfacción de vida fueron altas en
esta muestra. δas puntuaciones más bajas fueron de las mujeres (β0.8, DS ο β.5 comparado
con β1.γ puntos, DS ο β.6 para los hombres)ν personas con bajos ingresos (β0.8, DS ο β.4 en
comparación con β1.4 puntos, DS ο β.8 para aquellos con altos ingresos)ν sin estudios (β0.7,
DS ο β.6 vs. β1.8, DS ο γ.1 para aquellos que tenían al menos estudios de secundaria). δos
participantes que reportaron estar casados, tuvieron niveles de satisfacción altos (β1.β, DS ο
β.5 vs. β0.8, DSο β.6), así como los que no tienen limitaciones en las AVD (β1.4, DS ο β.4 vs.
β0.0, DS ο β.8). Solamente el ejercicio y las pruebas de laboratorio/autocontrol de la glucosa,
estuvieron relacionados con la satisfacción de vida. Las personas que reportaron seguir un plan
de ejercicios tuvieron niveles más altos de satisfacción comparados con los que no practican
ningún ejercicio (β1.5, DS ο β.7 y β1.0, DS ο β.5, respectivamente). δos individuos monitoreados
con pruebas de diabetes, manifestaron una menor satisfacción con la vida (β0.7, DS ο β.4 vs.
β1.1, DS ο β.6). Por último, la relación de satisfacción de vida con los síntomas depresivos
fue negativa (r ο -.β4). δas relaciones descritas anteriormente fueron signiicativas aμ p ≤ 0.05.
La Tabla 2 muestra los resultados de los modelos de regresión. En el primer modelo, el
nivel socioeconómico y la educación, fueron los únicos predictores signiicativos de la satisfacción
con la vida. Los adultos mayores con diabetes que tienen ingresos más altos, obtuvieron una
diferencia de 0.48 puntos en la escala de satisfacción con la vida, en comparación con los que
obtienen bajos ingresos. Del mismo modo, las personas con al menos educación secundaria,
obtuvieron 0.76 puntos más que aquellos sin educación. Sin embargo, después del ajuste
con las variables de salud (modelo β) las características sociodemográicas dejaron de ser
signiicativas. En el modelo β los predictores signiicativos de satisfacción con la vida fueronμ
el número de complicaciones de la diabetes (b ο -.17), los síntomas depresivos (b ο -.0λ) y
83
el indicador de limitaciones de las AVD (b ο -1.0λ). δos tres predictores continuaron siendo
signiicativos en el modelo γ y la única variable importante relacionada con la diabetes, son las
pruebas de laboratorio/autocontrol de la glucosa. Por lo tanto, los resultados del modelo 3 son:
las complicaciones de la diabetes (b ο -.16)ν los síntomas depresivos (b ο -.0λ)ν las AVD (b ο
-1.07) y las pruebas de sangre en laboratorio/autocontrol de la glucosa (b ο -.γβ), que fueron
los predictores signiicativos de la satisfacción con la vida, después de incluir los factores de
tipo sociodemográico y los relacionados con la salud (con un valor de p ≤ 0.05).
Table 2. Associations between life satisfaction, sociodemographic and health and health
behaviors among εexican adults age 60 and older (n ο 1,γ15) diagnosed with diabetes
(estimated coeicients from OδS regression).
Age
Female
Indigenous background
Middle-income
High-income
Primary education
At least secondary education
Seguro Popular
IMSS/ISSSTE
Married
West central
North
South/southeast
Rural residency
Model 1
-.002
(0.011)
-0.282
(0.156)
0.224
(0.263)
0.081
(0.183)
0.484*
(0.219)
0.110
(0.175)
0.761**
(0.259)
-0.251
(0.257)
-0.300
(0.249)
0.220
(0.157)
-0.150
(0.198)
0.258
(0.207)
-0.072
(0.218)
0.158
84
Model 2
0.011
(0.011)
-0.205
(0.149)
0.167
(0.252)
-0.010
(0.175)
0.319
(0.210)
-0.056
(0.168)
0.462
(0.249)
-0.156
(0.246)
-0.145
(0.239)
0.219
(0.150)
-0.040
(0.190)
0.291
(0.198)
-0.046
(0.209)
0.068
Model 3
0.012
(0.011)
-0.204
(0.150)
0.178
(0.252)
-0.012
(0.176)
0.302
(0.210)
-0.058
(0.168)
0.449
(0.250)
-0.161
(0.250)
-0.175
(0.243)
0.219
(0.151)
-0.025
(0.190)
0.290
(0.199)
-0.032
(0.210)
0.078
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
Table 2. (Continued)
Model 1
(0.167)
Model 2
(0.160)
-0.001
(0.000)
-0.167*
(0.066)
-0.095***
(0.015)
-1.089***
(0.159)
0.03
0.02
0.12
0.11
Time since diabetes diagnosis
Number of diabetes complications
Depressive symptoms
At least ADL
Glucose self-monitoring
Excercise
Diet
Oral agents
Insulin with or without oral agent
At least 4 doctor visit
R-squared
Adj. R-squared
Model 3
(0.160)
-0.001
(0.000)
-0.162*
(0.067)
-0.095***
(0.015)
-1069***
(0.160)
-0.323*
(0.146)
0.243
(0.247)
0.089
(0.166)
0.131
(0.266)
0.074
(0.333)
0.036
0.12
0.11
Fuente: elaboración propia, con base en datos de la ENSANUT, 2012.
Discusión
El presente estudio se planteó contribuir al conocimiento de la satisfacción de vida en los
adultos mayores con diabetes en México. Con ese propósito fue analizada la satisfacción
con la vida y su relación con factores sociodemográicos, la salud y los comportamientos de
cuidado, en adultos con 60 años o más. Aunque estudios anteriores han demostrado que
las personas con enfermedades crónicas como la artritis, los padecimientos del corazón y la
diabetes, están menos satisfechos con la vida (Strine et al., 2008), los resultados obtenidos
en nuestro estudio sugieren que los niveles promedio de satisfacción en mexicanos adultos
mayores, son relativamente altos.
Por otra parte, los modelos de regresión lineal muestran que los síntomas depresivos,
las complicaciones de la diabetes, las actividades de la vida diaria y los exámenes/autocontrol
de glucosa, tienen una relación inversa con la satisfacción de vida. La diabetes es una condición
85
crónica pero que puede ser manejable. Los encuestados han padecido esta enfermedad
durante 12 años en promedio, posiblemente con el transcurso del tiempo aprendieron a vivir
con esta condición y la integraron como parte de su vida (Kneckt, et al., 2001). No obstante,
también es necesario destacar que los niveles de satisfacción con la vida en esta muestra,
disminuyen por las complicaciones que son consecuencia de la misma enfermedad, sobre todo
en el desempeño de las actividades de la vida diaria. Por consiguiente, los resultados permiten
plantear que el tema requiere ser estudiado en poblaciones con este tipo de enfermedad más
allá de indicadores dicotómicos.
El impacto que producen las complicaciones de la diabetes u otros eventos de la salud
sobre la calidad de vida ha sido demostrado en diversas investigaciones (Alva, et al., 2014;
Laiteerapong, et al., 2011; Quah, et al., 2011; Venkataraman, et al., 2013). Entre las distintas
diicultades originadas por la diabetes, la neuropatía y la retinopatía parecen inluir en la reducción
de la calidad de vida (Venkataraman, et al., 2013). En los resultados obtenidos casi una tercera
parte de la muestra no presentó ninguna complicación, aunque entre el 30% y 22% tienen al
menos una y dos complicaciones, respectivamente. Por otra parte, los problemas físicos más
frecuentes reportados por los encuestados son: entumecimiento de los pies y disminución en la
capacidad visual. Los estudios enfocados a la neuropatía y la retinopatía han probado que estas
complicaciones disminuyen la calidad física y mental (Sharma, et al., 2005; Van Acker, et al.,
β00λ). δa disminución de la capacidad visual y el deterioro de sensibilidad en los pies diicultan
las actividades diarias, aumentando así la dependencia de las personas. En esta perspectiva,
las medidas preventivas y el retraso de las complicaciones, producen un impacto positivo
en la satisfacción con la vida, y por lo tanto, también en la calidad de vida de los afectados.
Cabe destacar que estudios precedentes han mostrado que las personas con diabetes y
síntomas depresivos obtienen una puntuación negativa en diferentes aspectos constitutivos
de la calidad de vida, a diferencia de quienes solo padecen diabetes (Schram, et al., 2009).
Los resultados del presente análisis, también son consistentes con este comportamiento, lo
que revela una relación negativa entre los síntomas depresivos y la satisfacción con la vida
(Rissanen et al., 2011b). En éste sentido Strine (2008) indica que en los Estados Unidos de
Norteamérica, los adultos que se encuentran insatisfechos con la vida están más propensos a
experimentar síntomas de ansiedad y depresión. La relación entre la satisfacción de vida y los
síntomas depresivos, puede estar asociada parcialmente con el tipo de emociones positivas
o negativas (Cohn, et al., 2009). En el estudio de Siahpush y otros colaboradores (2008),
encontraron que las personas que se sienten más felices están más satisfechas con la vida,
lo cual representa buenas expectativas para las personas con diabetes, ya que este hallazgo
implica que un buen estado emocional podría aumentar su capacidad de recuperación. Empero,
es posible que el sentido de esta relación se invierta de modo tal que los niveles más bajos de
satisfacción aumenten los síntomas depresivos. Indudablemente la diabetes, la depresión y
los factores que determinan los niveles de satisfacción con la vida se interrelacionan (Schram,
86
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
et al., 2009). Entonces, es viable examinar estos vínculos para desarrollar propuestas de
intervención acordes con el objetivo de aumentar la satisfacción con la vida y su calidad, en las
personas con diabetes y síntomas depresivos.
Otras investigaciones también han demostrado que la satisfacción con la vida, se relaciona
con factores demográicos, como el sexo, el nivel socioeconómico, la educación, el estado civil
y el origen étnico (Fugl-Meyer, et al., 2002; Hutchinson, et al., 2004; Melin y Fugl-Meyer, 2003).
Especíicamente el caso de las personas con diabetes, presupone una relación entre la satisfacción
de vida y algún tipo de apoyo social. Sin embargo, en los resultados de nuestro estudio los ingresos
y la educación fueron factores signiicativos tan solo en el primer modelo. δuego de introducir
las variables representativas de la salud en los modelos posteriores, las variables de ingresos
y educación perdieron importancia. Estudios futuros deben examinar otras formas de apoyo
social y su impacto en la calidad de vida y la satisfacción de los adultos mexicanos con diabetes.
Por último, es necesario puntualizar que el presente estudio presenta algunas limitaciones.
En primer lugar, los datos utilizados son de tipo transversal y por esta característica la interpretación
fue cuidadosa, no es descartable la posibilidad de una causalidad inversa. En segundo término,
los datos fueron reportados directamente por los individuos, lo que representa un problema
potencial de objetividad por el posible sesgo en la selección. El análisis se realizó con base en
casos completos, aunque hubo diferencias en comparación con los casos que presentaron valores
perdidos, los cuales probablemente tienen una procedencia indígena. Por estas restricciones,
la interpretación puede sobrevalorar el resultado de los niveles de satisfacción con la vida.
En consecuencia, el presente trabajo tiene la virtud de ser uno de los primeros estudios
que explora las relaciones de la satisfacción con variables demográicas y de salud en los adultos
mayores mexicanos con diabetes. Los resultados sugieren que la satisfacción de vida está
vinculada con la salud mental y física. En la muestra analizada la satisfacción de vida se asocia
efectivamente con síntomas depresivos y las actividades de la vida diaria. Como la satisfacción
de vida está relacionada con la calidad de vida e incorpora diferentes factores, la información
estadística constituye un punto de partida para estudiarse con mayor profundidad (Strine, et
al., 2008). Las investigaciones futuras deberían continuar con el examen sobre el impacto de
los resultados físicos y mentales; analizar cómo se vinculan con la satisfacción de vida entre
los adultos mayores con diabetes y hacer extensivo el estudio en otras condiciones crónicas.
87
Fuentes de consulta
Alva, M., Gray, A., Mihaylova, B., y Clarke, P. (2014). The Efect of Diabetes Complications on Health-Related Quality of Life: The Importance of Longitudinal Data to Address Patient Heterogeneity. Health
Economics, 23(4), 487–500. doi:10.1002/hec.2930
Arredondo, A. (2014). Type 2 diabetes and health care costs in Latin America: exploring the need for
greater preventive medicine. BMC Medicine, 12(1), 136. doi:10.1186/s12916-014-0136-z
Arredondo, A. y Zúñiga, A. (2004). Economic Consequences of Epidemiological Changes in Diabetes in Middle-Income Countries the Mexican case. Diabetes Care, 27(1), 104–109. doi:10.2337/diacare.27.1.104
Barnes, P. W. y Lightsey, O. R. (2005). Perceived Racist Discrimination, Coping, Stress, and Life Satisfaction.
Journal of Multicultural Counseling and Development, 33(1), 48–61. doi:10.1002/j.2161-1912.2005.
tb00004.x
Berg, A. I., Hassing, L. B., McClearn, G. E. y Johansson, B. (2006). ¿What matters for life satisfaction in
the oldest-old? Aging & Mental Health, 10(3), 257–264. doi:10.1080/13607860500409435
Bjordal, K., Mastekaasa, A. y Kaasa, S. (1995). Self-reported satisfaction with life and physical health in
long-term cancer survivors and a matched control group. European Journal of Cancer Part B, Oral
Oncology, 31(5), 340–345. doi:10.1016/0964-1955(95)00039-9
Borg, C., Hallberg, I. R. y Blomqvist, K. (2006). Life satisfaction among older people (65+) with reduced
self-care capacityμ the relationship to social, health and inancial aspects. Journal of Clinical Nursing, 15(5), 607–618. doi:10.1111/j.1365-2702.2006.01375.x
Brown, R. L. y Barrett, A. E. (2011). Visual Impairment and Quality of Life among Older Adults: An Examination of Explanations for the Relationship. The Journals of Gerontology Series B. Psychological
Sciences and Social Sciences, 364-373. doi:10.1093/geronb/gbr015
Cohn, M. A., Fredrickson, B. L., Brown, S. L., Mikels, J. A. y Conway, A. M. (2009). Happiness unpacked: Positive emotions increase life satisfaction by building resilience. Emotion, 9(3), 361–368.
doi:10.1037/a0015952
Diener, E., Emmons, R. A., δarsen, R. J. y Griin, S. (1λ85). The Satisfaction with δife Scale. Journal of
Personality Assessment, 49(1), 71–75. doi:10.1207/s15327752jpa4901_13
Fugl-Meyer, A. R., Melin, R. y Fugl-Meyer, K. S. (2002). Life satisfaction in 18- to 64-year-old Swedes: in relation to gender, age, partner and immigrant status. Journal of Rehabilitation Medicine, 34(5), 239–246.
Garduño, M., Dolores, M., López-Fuentes, G.-A., Ivonne, N., Oudhof van Barneveld, H., Espinosa, D. y
Carmen, A. del. (2012). Satisfacción con la vida asociada al apoyo familiar en la perimenopausia y
posmenopausia. Salud Mental, 35(2), 91–98.
George, L. K. y Bearon, L. B. (1977). The meaning and mesurement of quality of life in older persons:
a manual for gerontological researchers and practitioners. Durham, N.C.: Center for the Study of
Aging and Human Development, Duke University Medical Center. Recuperado de http://catalog.
88
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
hathitrust.org/Record/000286132
Grady, K. L., Jalowiec, A. y White-Williams, C. (1996). Improvement in quality of life in patients with heart
failure who undergo transplantation. The Journal of Heart and Lung Transplantation: The Oicial
Publication of the International Society for Heart Transplantation, 15(8), 749–757.
Gutiérrez, J. P. (2013). Clasiicación socioeconómica de los hogares en la ENSANUT 2012. Salud Pública de México, 55(2), 341–346.
Gwozdz, W. y Sousa-Poza, A. (2010). Ageing, Health and Life Satisfaction of the Oldest Old: An Analysis for Germany. Social Indicators Research, 97(3), 397–417. doi:10.1007/s11205-009-9508-8
Hernández-Ávila, M., Gutiérrez, J. P. y Reynoso-Noverón, N. (2013). Diabetes mellitus in Mexico: Status of the epidemic. Salud Pública de México, 55, s129–s136.
Husaini, B. A. y Moore, S. T. (1990). Arthritis Disability, Depression, and Life Satisfaction among Black
Elderly People. Health & Social Work, 15(4), 253–260. doi:10.1093/hsw/15.4.253
Hutchinson, G., Simeon, D. T., Bain, B. C., Wyatt, G. E., Tucker, M. B. y LeFranc, E. (2004). Social and
health determinants of wellbeing and life satisfaction in Jamaica. The International Journal of Social
Psychiatry, 50(1), 43–53.
IDF. (2013). Data Visualisations. Recuperado de http://www.idf.org/diabetesatlas/data-visualisations
Inal, S., Subasi, F., Ay, S. M. y Hayran, O. (2007). The links between health-related behaviors and life
satisfaction in elderly individuals who prefer institutional living. BMC Health Services Research, 7,
30. doi:10.1186/1472-6963-7-30
Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática. (2012). Bienestar subjetivo. Recuperado de
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/investigacion/experimentales/bienestar/default.aspx
Kneckt, M. C., Keinänen-Kiukaanniemi, S. M., Knuuttila, M. L. y Syrjälä, A. M. (2001). Self-esteem as a
characteristic of adherence to diabetes and dental self-care regimens. Journal of Clinical Periodontology, 28(2), 175–180.
Koivumaa-Honkanen, H., Honkanen, R., Antikainen, R., Hintikka, J., Laukkanen, E., Honkalampi, K. y Viinamäki, H. (2001). Self-reported life satisfaction and recovery from depression in a 1-year prospective study. Acta Psychiatrica Scandinavica, 103(1), 38–44. doi:10.1111/j.1600-0447.2001.00046.x
Koivumaa-Honkanen, H., Honkanen, R., Koskenvuo, M., Viinamäki, H. y Kaprio, J. (2002). Life dissatisfaction as a predictor of fatal injury in a 20-year follow-up. Acta Psychiatrica Scandinavica, 105(6),
444–450. doi:10.1034/j.1600-0447.2002.01287.x
Koivumaa-Honkanen, H., Honkanen, R., Viinamäki, H., Heikkilä, K., Kaprio, J. y Koskenvuo, M. (2000).
Self-reported life satisfaction and 20-year mortality in healthy Finnish adults. American Journal of
Epidemiology, 152(10), 983–991.
89
Koivumaa-Honkanen, H., Kaprio, J., Honkanen, R., Viinamäki, H. y Koskenvuo, M. (2004). Life satisfaction and depression in a 15-year follow-up of healthy adults. Social Psychiatry and Psychiatric
Epidemiology, 39(12), 994–999. doi:10.1007/s00127-004-0833-6
Kutner, N. G., Brogan, D., Hall, W. D., Haber, M. y Daniels, D. S. (2000). Functional impairment, depression, and life satisfaction among older hemodialysis patients and age-matched controls: A prospective study. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, 81(4), 453–459. doi:10.1053/
mr.2000.3878
Laborde, J. M. y Powers, M. J. (1980). Satisfaction with life for patients undergoing hemodialysis and
patients sufering from osteoarthritis. Research in Nursing & Health, 3(1), 19–24. doi:10.1002/
nur.4770030105
δaiteerapong, N., Karter, A. J., δiu, J. Y., εofet, H. H., Sudore, R., Schillinger, D., … Huang, E. S.
(2011). Correlates of Quality of Life in Older Adults With Diabetes The Diabetes & Aging Study.
Diabetes Care, 34(8), 1749–1753. doi:10.2337/dc10-2424
Melin, R., Fugl-Meyer, K. S. y Fugl-Meyer, A. R. (2003). Life satisfaction in 18- to 64-year-old Swedes:
in relation to education, employment situation, health and physical activity. Journal of Rehabilitation
Medicine, 35(2), 84–90.
Phillips, M. y Salmerón, J. (1992). Diabetes in Mexico--a serious and growing problem. World Health
Statistics Quarterly. Rapport Trimestriel De Statistiques Sanitaires Mondiales, 45(4), 338–346.
Ponizovsky, A. M., Grinshpoon, A., Levav, I. y Ritsner, M. S. (2003). Life satisfaction and suicidal attempts
among persons with schizophrenia. Comprehensive Psychiatry, 44(6), 442–447. doi:10.1016/
S0010-440X(03)00146-9
Quah, J. H. M., Luo, N., Ng, W. Y., How, C. H. y Tay, E. G. (2011). Health-related quality of life is associated with diabetic complications, but not with short-term diabetic control in primary care. Annals of
the Academy of Medicine. Singapore, 40(6), 276–286.
Rissanen, T., Viinamäki, H., Honkalampi, K., Lehto, S. M., Hintikka, J., Saharinen, T. y Koivumaa-Honkanen, H. (2011a). Long term life dissatisfaction and subsequent major depressive disorder and poor
mental health. BMC Psychiatry, 11(1), 140. doi:10.1186/1471-244X-11-140
Rubin, R. R. y Peyrot, M. (1999). Quality of life and diabetes. Diabetes/Metabolism. Research and
Reviews, 15(3), 205–218. doi: 10.1002/(SICI)1520-7560(199905/06)15:3<205::AID-DMRR29>3.0.CO;2-O
Schram, M. T., Baan, C. A. y Pouwer, F. (2009). Depression and Quality of Life in Patients with Diabetes:
A Systematic Review from the European Depression in Diabetes (EDID) Research Consortium.
Current Diabetes Reviews, 5(2), 112–119. doi: 10.2174/157339909788166828
Sharma, S., Oliver-Fernandez, A., Liu, W., Buchholz, P. y Walt, J. (2005). The impact of diabetic retinopathy on health-related quality of life. Current Opinion in Ophthalmology, 16(3), 155–159.
90
Calidad de vida en adultos mayores mexicanos con diabetes
Siahpush, M., Spittal, M. y Singh, G. K. (2008). Happiness and Life Satisfaction Prospectively Predict
Self-Rated Health, Physical Health, and the Presence of Limiting, Long-Term Health Conditions.
American Journal of Health Promotion, 23(1), 18–26. doi:10.4278/ajhp.061023137
Steca, P., Greco, A., Monzani, D., Politi, A., Gestra, R., Ferrari, G. Parati, G. (2013). How does illness
severity inluence depression, health satisfaction and life satisfaction in patients with cardiovascular
diseaseς The mediating role of illness perception and self-eicacy beliefs. Psychology & Health,
28(7), 765–783. doi:10.1080/08870446.2012.759223
Strine, T. W., Chapman, D. P., Balluz, L. S., Moriarty, D. G. y Mokdad, A. H. (2008). The associations
between life satisfaction and health-related quality of life, chronic illness, and health behaviors
among U.S. community-dwelling adults. Journal of Community Health, 33(1), 40–50. doi :10.1007/
s10900-007-9066-4
Treviño-Siller, S., Pelcastre-Villafuerte, B. y Márquez-Serrano, M. (2006). Experiencias de envejecimiento en el México rural. Salud Pública de México, 48(1), 30–38. doi: 10.1590/S003636342006000100006
Van Acker, K., Bouhassira, D., De Bacquer, D., Weiss, S., Matthys, K., Raemen, H. Colin, I. M. (2009).
Prevalence and impact on quality of life of peripheral neuropathy with or without neuropathic pain
in type 1 and type 2 diabetic patients attending hospital outpatients clinics. Diabetes & Metabolism,
35(3), 206–213. doi: 10.1016/j.diabet.2008.11.004
Venkataraman, K., Wee, H. L., Leow, M. K. S., Tai, E. S., Lee, J., Lim, S. C., Thumboo, J. (2013).
Associations between complications and health-related quality of life in individuals with diabetes.
Clinical Endocrinology, 78(6), 865–873. doi:10.1111/j.1365-2265.2012.04480.x
91
Factores de protección para la demencia en adultos mayores
en México: ¿dónde estamos?
Beatriz Mena Montes, Sara Torres Castro, Oscar Rosas Carrasco,
Armando Luna López, María Claudia Espinel Bermúdez
Resumen
La demencia representa un problema de salud que atañe a los adultos mayores a nivel
mundial. México no es la excepción ya que estudios en nuestro país revelan una prevalencia
aproximada del 7.5%. δa demencia es un síndrome caracterizado por el déicit progresivo
del funcionamiento cerebral, el Alzheimer (EA) es la más frecuente y conocida cuyo principal
factor de riesgo es la edad (envejecimiento). Asimismo han sido identiicados algunos factores
de protección para prevenir la demencia como son la dieta rica en antioxidantes, la actividad
física, la genética, la estimulación cognitiva, algunas actividades sociales y mantener normales
algunos parámetros clínicos: tensión arterial, colesterol, homocisteína, folatos y la vitamina
B12. En la presente colaboración son descritos diferentes tipos de demencia, principalmente
Alzheimer, su isiopatología y los factores protectores. Igualmente se destina una sección para
mencionar las investigaciones en México en torno a las demencias.
Palabras Clave
Demencia, adultos mayores, protección preventiva, etiopatologías.
Introducción
E
l envejecimiento de la población en muchos sentidos es un logro, el incremento de la expectativa
de vida es resultado principalmente de avances cientíicos en el campo de la medicina, hábitos
de higiene, tipo de alimentación y estilos de vida particulares de algunos individuos e incluso
de algunas poblaciones. Actualmente en México la esperanza de vida promedio es de 72 años.
El Consejo Nacional de Población en el año 2005 (CONAPO, 2007) señaló que en México
residen 8.2 millones de personas con edades de 60 años o más y estima que el proceso
de envejecimiento demográico en nuestro país ocurrirá en menor tiempo al observado en
países más desarrollados. Paulatinamente México será un país con mayor número de adultos
mayores que niños menores de 5 años. Se prevé que entre β007−β050 la proporción de personas
menores a los 15 años disminuirá de 30.0% a 17.4 %. La población del grupo de la tercera edad
(de 65 años o más) aumentará de casi 5% en 2007 a 21% en 2050. Las principales causas de
93
muerte en las personas adultas mayores son: las cardiovasculares (28.6% de incidencia en
mujeres y hombres), enfermedades crónico degenerativas (15.5% hombres y 16.5% mujeres)
y la diabetes mellitus (11.6% hombres y 15.7% mujeres).
En εéxico como en el resto del mundo, muchos cientíicos se han enfocado a estudiar
las enfermedades crónicas degenerativas puesto que son padecimientos prolongados; por lo
general son enfermedades que también requieren de terapia o medicamentos incosteables
para la mayoría de las familias que sobreviven con un salario mínimo. Dentro del conjunto de
enfermedades crónico-degenerativas que afectan a la población de adultos mayores destacan
las demencias. Por desgracia actualmente no existe cura o tratamiento eicaz para enfrentar
estas patologías y en su mayoría aún se desconoce su origen.
I. Deinición de demencia
La demencia es un síndrome adquirido caracterizado por el declive progresivo del funcionamiento
cerebral que implica alteraciones del comportamiento, cambios en la personalidad, un gradual
deterioro de las funciones mentales superiores que conllevan a la incapacidad funcional tanto
en el ámbito social como en el laboral (Sosa, et. al., 2010).
II. Clasiicación
δas demencias según su etiopatogenia respectiva, son clasiicadas principalmente en tres gruposμ
1) Demencias primarias o degenerativas
• Enfermedad de Alzhaimer
• Demencia por cuerpos de Lewis
• Degeneración del lóbulo frontotemporal
• Formas focales
2) Demencias secundarias
• Demencia vascular
• Otras
3) Demencias combinadas o de etiologia múltiples
• Demencia mixta (vascular y degenerativa)
• Otras
En las demencias primarias el factor isiopatológico radica en la hipofunción o pérdida
de neuronas, así como en la sinapsis debido a alteraciones intrínsecas en el metabolismo
neuronal. Suelen mostrar una peculiar distribución, el fenómeno de vulnerabilidad selectiva
para determinados tipos neuronales, selectividad de lesión regional y presencia material de
inclusión. En las demencias secundarias el factor isiopatológico también estriba en la pérdida
94
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
neuronal aunque por causas externas a su metabolismo (por trastornos vasculares, lesiones
traumáticas, infecciosas, etcétera). Mientras que en las demencias combinadas existe a la vez
más de una causa suiciente que origina el síndrome de demencia, generalmente Alzheimer
con lesiones de tipo vascular (Alberca y López, 2002).
III. Tipos de demencia y su isiopatología
3.1 Demencia tipo Alzheimer
δa demencia tipo Alzheimer (EA), ha sido deinida como una afección progresiva y degenerativa del cerebro que causa deterioro de la memoria, el pensamiento y la conducta. Las alteraciones producidas interieren en la vida diaria, laboral y social de las personas. De acuerdo a
las causas que la originan, la EA se clasiica enμ
a) EA de tipo familiar. La causa se origina por la presencia de mutaciones en los genes que
codiican las proteínas precursoras del amiloide (APP), presenilina1 (PS1) y presenilina
2 (PS2).
Su trasmisión es autosómica dominante y comprende sólo de 5% a 10% del total de los
casos, inicia entre los 35 y 40 años de edad y es conocida por sus siglas EOAD en inglés
(early-onset Alzheimer disease) cuyas manifestaciones son muy agresivas.
b) EA de tipo esporádico. Demencia de causa desconocida, comprende más del 90%
del total de casos y comienza después de los 65 años de edad, identiicada por sus siglas
en inglés LOAD (late-onset Alzheimer disease). El principal factor de riesgo genético
asociado con éste tipo de EA es la presencia del alelo 4 de la apolipoproteína E (ApoE).
El diagnóstico deinitivo de la EA es realizado post-mortem, mediante estudios
histopatológicos que conirman la presencia de marañas neuroibrilares (εNF) y las placas
neuríticas (PN).
δas marañas neuroibrilares (εNF) son acumulaciones citoplasmáticas ibrilares en las
neuronas. δa unidad estructural de la εNF se denomina ilamento helicoidal apareado (FHA).
Es posible encontrar en cada ilamento proteínas asociadas como la ubiquitina, vimentina y
péptido -amiloide (εasters, et. al., 1985), la composición de los FHA radica en los extremos
amino y carboxilo de la proteína TAU y el núcleo del ilamento altamente insoluble, está compuesto por 6 o 7 fragmentos de la proteína TAU (Wischik, et. al., 1988; Brion, 2006).
TAU (τ) es una proteína importante del grupo de las MAPs (proteínas asociadas con los
microtúbulos), predominantemente expresada en células nerviosas y que promueve el ensamble
y la estabilización de los microtúbulos de las neuronas. Se encuentra mayoritariamente en
los axones y está involucrada con el transporte anterogrado axonal, aunque también puede
encontrarse asociada a la membrana (Maas, et. al., 2000).
95
Otra característica histopatológica son las placas neuríticas, antes conocidas como
“placas seniles”, término que actualmente comienza a estar en desuso. δas placas neuríticas
(PN) son estructuras esféricas ibrilares, descritas por lo general como agregados extracelulares
cuya estructura plegada mide aproximadamente 10-β00 µmν se encuentran rodeadas por
neuritas distróicas, astrocitos y células de la microglía activadas (Sisodia y Price, 1λλ5).
El componente principal de las PN es un péptido de ~4kDa denominado amiloide ( A)
cuya longitud presenta una variación de 39 a 43 aminoácidos, los de 40 y 42 aminoácidos
son los péptidos más hidrofóbicos y citotóxicos. El péptido -amiloide se forma a partir que se
procesa la proteína precursora del amiloide (APP) a través de la vía amiloidogénica.
δa función isiológica del APP es incierta pues suele asociarse con adhesión celular,
señalización, maduración neuronal, apoptosis (Yang, 2008) y el proceso de coagulación
(Rodney, et. al., 1991). El gene del APP está localizado en el cromosoma 21, zona p21. Se
observa en pacientes con trisomía del cromosoma 21 (síndrome de Down), que a los 30 años
presentan patología tipo Alzheimer con aumento de los niveles
amiloide en circulación
sanguínea, lo que indica la presencia de 3 copias del gene APP como un factor de riesgo
importante (Schupf y Sergievsky, 2002). Según la última revisión sistemática realizada por
Shea y colaboradores, existen cerca de 28 mutaciones en el gene APP como causa directa de
la enfermedad de Alzheimer del tipo familiar (Shea, et. al., 2016).
El procesamiento del APP mediante la vía amiloidogenica genera 2 productos como
consecuencia de secretasa (BACE1)μ un producto soluble sAPP liberado al espacio extracelular
y un producto carboxilo terminal anclado a la membrana, denominado C99. Este fragmento
C99, sirve de sustrato para la secretasa que corta a nivel intramembranal. De este último corte
se generan un fragmento AICD dentro del citoplasma y el péptido amiloide ( A) cuya longitud
varía dependiendo de los diversos sitios de corte de secretasa (Dries y Yu, 2008). Existe otra
vía en el procesamiento del APP, en la cual participa en primer lugar la α secretasa (ADAε10)
y posteriormente el paso inal de esta vía es realizado por el corte de secretasa, vía que tiene
especial interés debido a que durante este procesamiento no se genera el péptido amiloide ( A).
Actualmente las investigaciones cientíicas son enfocadas hacia la regulación y
modulación de las 3 secretasas α, y participantes en el procesamiento del APP, principalmente
para favorecer el desarrollo de fármacos inhibidores de la y secretasas con el propósito de
encontrar un posible tratamiento de la EA.
δa α secretasa (ADAε10) es una glicoproteína de membrana tipo 1 de la familia ADAε
(disintegrin-metalloproteinases) cuyo gene se localiza en el cromosoma 15. Los ratones
transgénicos de ADAM10 (-/-) mueren en la etapa embrionaria debido a defectos importantes en
el desarrollo de somitas y vasculogénesis (Jorissen, et. al., 2010). La región promotora del gene
ADAM10 ha sido estudiada a profundidad ya que en pacientes con la EA se ha encontrado ADAM10
en concentraciones disminuidas (Sennvik, et. al., 2000). Es importante mencionar que en 2009
fueron descritas 2 mutaciones raras Q170H y R181G, ambas localizadas en el gene ADAM10 a
96
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
partir de siete familias con EA de aparición tardía, lo que mediante estudios in vitro ratiicó que las
β mutaciones afectan la actividad de esta proteína y los niveles de amiloide (Kim, et. al., 2009).
La
secretasa (BACE1) es una proteína aspartil proteasa transmembranal. El
gene BACE1 (beta-site APP cleaving enzyme 1) se encuentra en el cromosoma 11q23.3.
Estudios realizados en ratones con deiciencia de BACE-1, demostraron casi total ausencia
de fragmentos A (provenientes del APP) depositados en el cerebroν éste es un resultado
signiicativo puesto que estos ratones no mostraron algún daño físico importante (δuo, et.
al., 2001; Cole y Vassar, 2008). Un ejemplo al respecto es la molécula NB-360 (inhibidor de
BACE1) la cual aún está en fase 1 de experimentación, aunque en animales modelo de la
EA se ha logrado detener el proceso inlamatorio y bloquea la acumulación del amiloide beta
(Neumann, et. al., 2015). El último paso en la formación del amiloide beta está determinado
por la gamma ( ) secretasa, de la familia proteínica I-Clip, es decir, las proteínas que cortan al
interior de la bicapa lipídica de la membrana; secretasa es un complejo multiproteico formado
principalmente por 5 componentes: presenilina 1 ó 2 (PS1 ó PS2), nicastrina (NCT), la proteína
anteriormente nombrada pharynx-defective, ahora conocida por sus siglas en inglés APH1, la
proteína presenil enhancer-2 (PEN-2, por sus siglas en inglés) y por la proteína transmembranal
tipo 1 (TMP21), siendo la presenilina 1 (PS1) o 2 (PS2) el sitio activo de este complejo.
Según la última revisión sistemática realizada por Shea y colaboradores, se registraron
en la base de datos aproximadamente 220 mutaciones del gene de la presenilina 1 (PSEN1)
y β8 en el gene de la presenilina β (PSENβ), identiicadas y clasiicadas por familias con
enfermedad de Alzheimer (Shea, et. al., 2016). Ambas presenilinas, PS1 y PS2, presentan una
homología del 67%, lo cual ha sugerido funciones distintas ya que los ratones carentes de PS1
mueren antes de nacer, además de mostrar malformaciones en esqueleto y cerebro, mientras
que los ratones carentes de PS2 sólo han desarrollado ibrosis pulmonar y hemorragias en
edad adulta (Shen, et. al., 1997; Verdile, et. al., 2007).
Al igual que en el caso de BACE1, las moléculas inhibidoras de la PS1 son prometedoras
para lograr aminorar la formación del amiloide beta (A ), en ésta perspectiva un ejemplo es la
molécula FδZ que disminuye la formación del A en estudios in vitro (Ye, et. al., 2014). Es importante
apuntar que el A es constantemente anabolizado y catabolizado en el cerebro (Seubert, et. al.,
1993) ya que existe un balance en los procesos de síntesis y degradación que mantiene los niveles
de A constantes. En los cerebros de sujetos sin presentar EA, los niveles del péptido A en el
espacio intersticial son en extremo bajos (Andreasen y Blennow, 2002). Por otra parte, nuevas
proteínas en la barrera hematoencefálica van siendo incorporadas en las investigaciones (Cai,
et. al., 2015) relacionadas con la EA en un proceso conocido como aclaramiento (clearance)
del A , el cual se reiere a la entrada y salida del A desde el torrente sanguíneo al cerebro
y viceversa (igura 1). Estas moléculas son los receptores: LRP1 (Low density lipoprotein
receptor-related protein 1) y RAGE (Advanced glycosylation end prouct-speciic receptor).
97
Figura 1. Flujo del amiloide beta en la barrera hematoencefálica, la entrada es mediada por RAGE y por LRP1.
Fuente: Figura tomada y modiicada de Cai y otros investigadores. Role of RAGE in Alzheimer's
Disease. Cell εol Neurobiol. β015. Aclaramiento del amiloide beta, es el lujo de salida de este péptido
hacia el torrente sanguíneo mediante el receptor δRP1 y el lujo de entrada mediante RAGE, un proceso
isiológico normal que recientemente se ha incorporado al estudio y comprensión del Alzheimer.
3.2 Demencia Vascular
δa demencia vascular DV fue identiicada por primera vez en pacientes con neurosíilis por
Otto Binswagner y Alois Alzheimer. La mayoría de los estudios coinciden en que la DV es la
segunda causa de demencia después de la EA. El término de demencia vascular actualmente
comienza a suscitar controversia, en forma alterna se propone el término deterioro cognitivo
vascular para referirse a la disminución de capacidad en las funciones cognitivas cuya causa
básica es el daño vascular. Tanto el cuadro clínico como los cambios cognitivos de la DV son
altamente variables, dependen del calibre de los vasos y la zona del cerebro con afectación.
Al menos tres características patológicas han sido comúnmente asociadas con la
demencia vascular: 1) los infartos en grandes arterias, 2) infartos en pequeñas arterias o
infartos lacunares que son generalmente subcorticales, y 3) la isquemia subcortical crónica
que conduce a la pérdida selectiva de neuronas, células gliales y células endoteliales. Otras
dos características con frecuencia asociadas con la DV incluyen la angiopatía amiloide cerebral
(CAA) y la esclerosis del hipocampo. Cabe destacar que la CAA se caracteriza por la deposición
y la acumulación de amiloide beta en las arterias pequeñas del cerebro (Rohn, 2014).
Varios factores de riesgo para la DV han sido identiicados y entre los cuales estánμ
el envejecimiento, la hipertensión, la diabetes mellitus, la obesidad, el síndrome metabólico,
hiperlipidemia, accidente cerebrovascular recurrente, enfermedad cardíaca, el tabaquismo, la
apnea del sueño, niveles elevados de homocisteína y la ateroesclerosis (Román, 2004).
98
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
Clasiicación de la DV con base en la neuro-imagen (Kanekar y Poot, β014).
Demencia Vascular de grandes vasos
1. Demencia multi-infarto (múltiples infartos que involucran áreas corticales y subcorticales)
2. Infarto de cuencas
3. Demencia de un solo infarto
4. Hipoperfusión y encefalopatía isquémica
Demencia Vascular de pequeños vasos
1. Demencia vascular subcortical
2. Lacunares
3. Espacios perivasculares
4. Infartos cerebrales silenciosos
Microhemorragias y la demencia
CAA, angiopatía amiloide cerebral; CADASIL, arteriopatía cerebral autosómica dominante
con infartos subcorticales y leucoencefalopatía; Herns, nefropatía hereditaria endoteliopatía
retinopatía y accidente cerebrovascular.
Figura 2. Imágenes de resonancia magnética (RM) pertenecientes a un paciente masculino de 69 años de edad
con demencia e infarto en la arteria cerebral posterior.
Fuente: Imagen tomada y modiicada de Kanekar y Poot. Neuroimaging of vascular dementia.
Radiol Clin North Am. 2014. Los infartos del hemisferio izquierdo tienen una mayor incidencia en la
demencia en comparación con los del hemisferio derecho. Las imágenes de RM muestran un gran
infarto en la zona temporal-occipital izquierda con una leve dilatación del cuerno temporal. Existe
pérdida de volumen leve del lado izquierdo del hipocampo.
99
3.3 Degeneración del lóbulo frontotemporal
La degeneración del lóbulo frontotemporal (FTLD) es una demencia heterogénea, clínicamente
es deinida como un síndrome que produce un cambio gradual y progresivo en el comportamiento
y la conducta personal y/o por una disfunción del lenguaje gradual e irreversible (McKhann, et.
al., 2001). Arnold Pick fue quien inicialmente describió las características clínicas a partir de
un paciente con atroia lobar circunscrita a los lóbulos frontal y temporal, asociada con afasia
progresiva, en 1892 (Todman, 2009).
Los primeros síntomas suelen producirse sin afectar otros dominios cognitivos como la
memoria y rara vez se presentan inicialmente en una edad más allá de 75 años. En algunos
casos, el déicit observado en el comportamiento y el lenguaje también son acompañados
de afectación progresiva de las neuronas motoras o parkinsonismo. Neuropatológicamente,
FTD es causada por la degeneración neuronal en los lóbulos frontal y temporal, las neuronas
afectadas frecuentemente muestran inclusión intracelular TAU-positivas muy distintas de las
marañas neuroibrilares (Brun, 1987).
Del β5% al 40% de los casos con FTD son familiares, se han identiicado algunas
mutaciones en los casos acompañados de parkinsonismo con ligamento genético vinculado
al cromosoma 17q21 (FTDP-17), cerca del gene TAU (MAPT). El fenotipo con mutaciones en
MAPT es variable y comprende desde tipos clásicos como FTDP-17, degeneración cortibasal
CDB, hasta lobular frontotemporal, DLDH (Hernández y Ávila, 2007).
Los estudios genéticos moleculares han demostrado que las consecuencias bioquímicas
de las distintas mutaciones a nivel de proteínas son diversas, incluida la reducción o el aumento
de la unión de TAU a los microtúbulos y el aumento de la agregación de TAU. La mayoría de las
mutaciones en el gene MAPT se ubican en el exón 9 al 12, una región importante para la función
óptima de TAU como la unión con los microtúbulos, polimerización y regulación dinámica, además
se han sugerido otros mecanismos como la inestabilidad genómica, alteraciones en el transporte
axonal, y alteraciones en la unión de TAU con la membrana plasmática (Rossi y Tagliavini, 2015).
3.4 Demencia por cuerpos de Lewy
Clínicamente la Demencia por cuerpos de Lewy (DCL) se caracteriza por deterioro cognitivo
progresivo con un curso luctuante, alucinaciones visuales recurrentes y el parkinsonismo.
Hasta la aparición de los criterios de diagnóstico planteados por el Taller Internacional del
Consorcio para la Demencia con Cuerpos de Lewy, en 1996, puesto que los casos de DCL
solían ser erróneamente clasiicados como enfermedad de Alzheimer (EA), enfermedad de
Parkinson (EP) o superposición de ambos tipos (McKeith, et. al., 1999).
En comparación con la EA, la atroia del lóbulo temporal es menos pronunciada en la DCδque
la atroia cerebral difusa (con su dilatación ventricular ex vacuo), las intensidades periventriculares
y de la sustancia blanca tampoco diferencian la DCL de la EA o de la Demencia Vascular (DV).
100
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
El hallazgo histológico deinitorio de la DCδ es la presencia de los denominados
cuerpos de Lewy (CL) en las neuronas corticales que constituyen inclusiones citoplasmáticas
eosinóilas y redondeadas, cuyo principal componente es la α-sinucleína, además de
ubiquitina y proteínas de neuroilamento, aparecen también abundantes placas de
amiloide (similares a las del Alzheimer) y escasas marañas neuroibrilares. Por el contrario,
los cuerpos de Lewy también se observan con frecuencia en los casos del clásico
EA, incluso en pacientes con mutaciones en APP, PSEN1 y PSEN2 (Hamilton, 2000).
δa α-sinucleína pertenece a una familia de proteínas pequeñas (de 11γ a 14γ aminoácidos)
que son pronunciadamente expresados en el tejido nervioso, en las terminales presinápticas
(Irizarry, et. al., 1996), localización sináptica, aunque también nucleares de la proteína que llevó a la
nomenclatura “sinucleína”. El gene de la α-sinucleína está localizado en 4qβ1.γ–qββ. Los últimos
informes también indican un posible papel de la α-sinucleína en la patogénesis de la DCδ, basados
en la observación de la presencia de cuerpos de Lewy corticales y la demencia en la Enfermedad
de Parkinson que pueden ser dependientes de la dosis del gen α-sinucleína (Scott, et. al., 2000).
3.5 Demencia mixta
La demencia mixta es una mezcla de demencia en la que coexisten la enfermedad del
Alzheimer y la demencia vascular. εixed dementia caused by the blood low in brain
compromised by the stroke. δa demencia mixta es originada porque el lujo sanguíneo
es afectado en el cerebro y It shows the common feature of the alzheimer and vascular
dementia. eees común entre las personas de edad avanzada (Langa, et. al., 2004).
Autopsias de reportes clínicos de demencia mixta han revelado que coexisten: placas
neuríticas, marañas neuroibrilares, infartos lacunares, isquemia periventricular, registrados
en 24% al 28% de los casos reportados como Alzheimer (Massoud, et. al., 1999).
Las causas de la demencia mixta son las siguientes:
•
Mixed dementia caused by the high blood pressure. Demencia mixta resultante de la
presión arterial alta.
•
High cholesterol causes to the small blood vessel in the brain can causes death of
brain cell. El colesterol alto provoca que el pequeño vaso sanguíneo en el cerebro se
altere y ocasione la muerte de células cerebrales. It causes due to disease in artery.
Anormalidades del ritmo cardiaco a causa de la demencia.
Debido a la Debido a la enfermedad en la arteria. Heart rhythm abnormalities causes to the
mixed dementia.
101
IV. Factores de protección preventiva para las demencias
Para entender el concepto factor de protección, comenzaremos por señalar que la epidemiología
estudia los factores que causan o están asociados con determinada enfermedad, su prevalencia,
incidencia y distribución que afectan a poblaciones humanas, con el objetivo de encontrar las
formas de su prevención y control. Es relativo al punto de la prevención donde encontramos a los
denominados ‘factores de riesgo’ y ‘factores de protección’. δa identiicación de estos factores
es crucial para que los especialistas en materia de salud pública y quienes toman decisiones
al respecto implementen acciones conjuntas encaminadas al bienestar de la población.
Sobre la enfermedad de la demencia, han transcurrido más de 100 años desde que
Alois Alzheimer estableció su deinición, a partir de entonces se han logrado identiicar pocos
factores de protección, promovidos actualmente como medidas preventivas en el segmento
poblacional de adultos mayores. δa mayoría de las evidencias cientíicas muestran que la
genética, la dieta, el ejercicio, estimulación cognitiva y actividades sociales, así como los valores
normales de homocisteína, folatos y vitamina B12, son factores de protección para la demencia.
4.1 Genética
La genética como factor de protección conforma un área de investigación reciente en
comparación con la búsqueda de factores de riesgo genético de las demencias. El comienzo de su
investigación data de muchos años y se ha logrado identiicar a cuantiosas mutaciones puntuales
en un gran número de genes que pertenecen a diversas proteínas con funciones en el cerebro;
históricamente en la mayoría de ellas primero se identiicaron los locus genéticos y tiempo
después se identiicaron las proteínas, su estructura y funciones, tal es el caso de las presenilinas.
Actualmente sabemos que las mutaciones puntuales en genes bien deinidos constituyen la
causa directa de las formas familiares de las demencias: en caso de mutaciones en los genes APP,
PSEN1 y PSEN2 son causa de la Enfermedad de Alzheimer tipo familiar, mientras que mutaciones
ligadas al cromosoma 17 en el gene MAPT o el gene de progranulina (PGRN) causan la demencia
frontotemporal del tipo familiar. Sin embargo, para aquellos casos esporádicos de la EA, que son
más del 95% del total, el único factor de riesgo genético contundente es la presencia del alelo
4 de la apolipoproteína E (ApoE) (Xu Y, et. al., 1993; Raber, et. al., 2004; Belbin, et. al., 2007).
APOE es una lipoproteína de 299 aminoácidos que se expresa principalmente en
el hígado, aunque el cerebro es el segundo órgano que la produce −después del hígado−
de manera abundante (Xu, et. al., 1999) sintetizada por los astrocitos y la microglía. A nivel
cerebral APOE es el principal transportador de colesterol (Tamboli, et. al., 2008). La forma
alélica más frecuente es γ (78%) que contiene el aminoácido cisteína en la posición 11β
y arginina en la 158. El alelo 4 se presenta en aproximadamente 15% y se diferencia de
la anterior porque en la posición 11β y 158 se codiica para una arginina. El alelo β es el
menos frecuente (7%) y contiene cisteína en las posiciones 112 y 158 (Ashford, 2004).
102
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
El resultado de la sustitución de diversos aminoácidos es un cambio estructural
que para el caso de 4 hace que se unan a partículas del tipo VδDδ (lipoproteínas de muy
baja densidad), mientras que γ y β se unen a lipoproteínas de alta densidad (HDδ).
El mecanismo de neuroprotección de la isoforma β se basa en esta ainidad estructural
a HDL, investigaciones recientes han revelado que de las 3 isoformas de apoE, la isoforma β
exhibe los mejores resultados en la señalización del factor semejante a la insulina, así como
en el transportador de la glucosa (GLUT4); con estos resultados se consideró la necesidad
de implementar estrategias para la potenciación de esta vía de insulina/glucosa como una
intervención de protección para la EA (Keeney, et. al., 2015).
4.2 Dieta
δa dieta es uno de los factores más importantes del estilo de vida modiicable que puede tener
un papel determinante en la prevención del deterioro cognitivo y las demencias. La Secretaria
de Salud ha recomendado que los adultos mayores sigan una dieta con base en el plato
del bien comer que incluye por lo menos un alimento de cada grupo, disminuir el consumo
de azúcar, sal, grasa y alimentos condimentados. Para aquellos casos donde la dentadura
del adulto mayor no se encuentre bien, éste no debe privarse de comer sano, sólo precisa
cambiar la consistencia de los alimentos adaptando su preparación: pollo deshebrado, puré de
verduras, frijoles molidos, fruta cocida o de pulpa, por ejemplo (Llaca y Pérez, 2009).
Patrones dietéticos son descritos en combinación con buenos biomarcadores cerebrales
en sujetos cognitivamente normales, en los que destaca la asociación con un mayor consumo
de frutas y vegetales frescos, granos enteros, pescado y lácteos bajos en grasas, así como un
mínimo consumo de dulces, papas fritas, lácteos con alto contenido graso, carne procesada
y mantequilla, los resultados son alentadores pues a partir de nutrientes del tipo “protectores”
surgirán mejores estrategias de prevención para la enfermedad de Alzheimer (Berti, et. al.,
2015). En relación al consumo de café, té y cafeína igualmente han sido señalados como
factores de protección para el deterioro cognitivo y la demencia (Panza, et. al., 2015),
aunque epidemiológicamente existen muchas controversias, un modelo en rata de la EA,
exhibe resultados muy prometedores de uno de los componentes del café: el eicosanoilo-5hidroxitriptamidas (EHT) (Basurto-Islas, et. al., 2014).
Por otro lado, los polifenoles son compuestos aislados a partir de una amplia variedad
de productos alimenticios, bebidas, frutas, verduras, hierbas y alimentos de origen vegetal que
están inversamente relacionados con la incidencia de varias enfermedades degenerativas, entre
ellas las demencias. Se ha estimado que una dieta equilibrada debe proporcionar alrededor
de 1 g de polifenoles por día. Los polifenoles que son antioxidantes naturales actúan mediante
varios mecanismos moleculares, reaccionando con los radicales libres o incrementando la
expresión de genes del sistema antioxidante (Hügel y Jackson, β015). Relativo especíicamente
a la neuroprotección, existe un polifenol derivado del chocolate, la Epicatequina, lavonol
103
antioxidante y anti-trombótico que inhibe el procesamiento de la proteína precursora del
amiloide APP y disminuye los niveles del beta amioloide en el modelo animal (Cox, et. al., 2015).
El resveratrol, que es un polifenol derivado de las uvas rojas y presente en el vino, se
ha posicionado rápidamente como una molécula anti envejecimiento. El efecto benéico del
resveratrol sobre la función cognitiva principalmente en la EA, consiste en el efecto inhibitorio
de actividad de la beta secretasa y la disminución del beta amiloide (Hu, et. al., 2015); también
reduce la vía inlamatoria tras disminuir la activación de la microglia y TNFα (Cheng, et. al.,
2015), incrementa la plasticidad sináptica y en su acción aumenta la expresión de la sirtuina
SIRT1, la que a su vez suprime la producción del beta amiloide mediante la activación de la α
secretasa ADAM10 (Donmez, et. al., 2010).
Resultados de un modelo en rata sobre la demencia vascular, revelaron una disminución
en los marcadores de muerte celular (apoptosis), en especíico uno de daño oxidante
(malondialdehído), así aumento en la actividad de la superoxido dismutasa y el glutatión, como
algunos de los efectos de la neuroprotección del resveratrol (Ma, et. al., 2013; Sun, et. al., 2014).
4.3 Ejercicio
Un adulto mayor pierde la habilidad para hacer cosas aunque no sólo debido a los efectos
del envejecimiento, sino parcialmente por la inactividad o sedentarismo. La Organización
Mundial de la Salud, (OMS, 2016) recomienda al respecto que los adultos mayores dediquen
150 minutos semanales para realizar actividades físicas moderadas aeróbicas o algún tipo
de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos y de ser posible una combinación de
ambas.
Es necesario precisar que la actividad física no sólo signiica ejercitar deportes, también
incorpora actividades recreativas, ocupacionales o de ocio, caminatas, andar en bicicleta,
tareas domésticas, juegos y ejercicios físicos programados en el contexto de las actividades
diarias, familiares y comunitarias.
Se han descrito dos niveles de intensidad para el ejercicio:
•
Vigoroso: Trotar, correr, ejercitarse en bicicleta de forma rápida, ejercicios aeróbicos,
natación, con una duración mínima de 20 minutos.
•
Moderado: Caminata a paso rápido, jardinería, pedaleo lento en bicicleta y trabajo
intenso en casa, con una duración de 30 minutos (Chávez, et. al., 2004).
Los ejercicios de resistencia moderada indicados para adultos mayores son:
•
•
•
•
•
•
Nadar
Andar en bicicleta
Bicicleta estática
Jardinear (cortar el pasto, usar el rastrillo)
Caminar rápido en una supericie inclinada
Trapear o escobillar el piso
104
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
•
•
•
Jugar tenis en pareja
Jugar vóleibol
Remar
La condición física constituye un paso necesario en el proceso de prescripción del
ejercicio físico para adultos mayores, por razones de seguridad, eiciencia y control individual de
los resultados. Los aspectos más importantes a evaluar son: la resistencia cardiorrespiratoria,
la composición corporal, la fuerza y resistencia muscular, lexibilidad, equilibrio y coordinación.
Previamente al inicio de un plan de ejercicios es necesario que el adulto mayor sea revisado
por un médico donde se incluya un examen físico, un historial clínico y una revisión detallada
de la función del corazón, en particular la frecuencia cardiaca (Heredia, 2006).
Un plan de ejercicios debe tener 3 etapas:
•
Calentamiento
•
•
Parte principal
“Vuelta a la cama”
La ejecución de los ejercicios de calentamiento tiene como objetivo preparar al adulto
mayor, física y emocionalmente, en forma progresiva al nivel adecuado de actividad, adaptando
paulatinamente el corazón, la circulación y respiración, así como los músculos y tendones, antes
de pasar a una mayor intensidad, para evitar lesiones o incluso la muerte. En la parte principal
del plan debe considerarse la intensidad, duración y el tipo de ejercicio. Mientras que en la etapa
denominada “vuelta a la cama”, el adulto mayor debe volver a la situación del punto inicial a
través de ejercicios de relajación, de movilidad articular y concentración. Una sesión de ejercicio
aeróbico en los adultos mayores, restaura la respuesta del músculo a la insulina que mejora la
función endotelial (Fujita, et. al., 2007) y atenúa los cambios del número de células satélite (Shefer,
et. al., 2010), lo cual mantiene al organismo muscular en condiciones óptimas y saludables.
El efecto neuroprotector del ejercicio, ha permitido sustentar una gran cantidad de artículos
sobre investigaciones en seres humanos como en modelos animales, principalmente modelos
transgénicos de ratones con la enfermedad de Alzheimer. Estudios como el realizado por el
proyecto japonés Mihama-Kiho, han trabajado la combinación de la actividad física con la música,
para el mantenimiento de una buena función cognitiva en los Adultos Mayores, con resultados
positivos (Satoh, et. al., 2014), puesto que la música estimula la sensibilidad, la actividad motriz y
motora potencializando el contacto con otras personas. Entre los varios efectos del ejercicio en
la estimulación cerebral, podemos señalar la acción de la serotonina, dopamina y noradrenalina
como moléculas centrales en la adaptación neuronal asociadas al ejercicio (Lin y Kuo, 2013).
δa igura γ sintetiza los resultados de experimentos del grupo de δin TW en β015μ ratones
doble mutantes APP/PS1 que maniiestan la enfermedad de Alzheimer fueron ejercitados, tanto
la morfología dendrítica como otros parámetros fueron comparados con el grupo de ratones
105
sedentarios. δos resultados son muy evidentes en la igura donde se resalta el mejoramiento
de la red dendrítica de las neuronas de las regiones CA1 y CA3 del hipocampo de los ratones
ejercitados con y sin la mutación de la enfermedad de Alzheimer (Lin, et. al., 2015).
Figura 3. Protección neuronal y mejoramiento de la memoria en un modelo de ratón transgénico de la EA.
Fuente: Imagen tomada (y modiicada) de δin TW, β015. “Running exercise delays neurodegeneration
in amygdala and hippocampus of Alzheimer's disease (APP/PS1) transgenic mice. Neurobiol Learn
εem.” Efecto del ejercicio (Ex) de larga duración (10 semanas) sobre la morfología dendrítica de
neuronas en las regiones CA1 y CA3 del hipocampo, en ratones transgénicos de la EA Tg (Ratones
doble mutantes APP/PS1). Abreviaturas: Wt: Ratones control; Tg: Ratones con la EA; Sed: Ratones
sedentarios; Ex: Ratones bajo un régimen de ejercicio.
4.4 Estimulación cognitiva y actividades sociales
La estimulación cognitiva es un proceso adaptado a las necesidades individuales, consiste
en actividades que apoyan el funcionamiento de las distintas capacidades y funciones
(percepción, atención, razonamiento, abstracción, memoria, lenguaje, procesos de orientación
y praxias); si estas actividades se realizan en diferentes períodos de la vida pueden proteger
contra la demencia o retrasar la aparición de la enfermedad. En éste sentido un estudio reveló
que la estimulación cognitiva y el esfuerzo físico están relacionados con un menor riesgo de
demencia, incluso en personas con baja escolaridad. (Karp, et. al., 2009).
Los tratamientos de estimulación cognitiva pueden ser grupales o individuales. Se
realizó un estudio a personas con demencia (Spector, et. al., 2003), asignados en un grupo de
intervención y otro control por 7 semanas, se observaron cambios signiicativos en la evaluación
cognitiva. Las actividades se basaron en juegos de palabras, manejo de dinero, presentación
de personajes famosos de la actualidad y manejo de información sobre tiempo y espacio.
La interacción social es asociada con un riesgo mínimo de desarrollar demencia (Simonsick,
2003). La interacción puede ser actividades llevadas a cabo en contacto con seres queridos,
como parte de un club social o realizar actividades de voluntariado.
También existen actividades que se realizan de manera regular y que pueden ser
utilizadas como medio de estimulación cognitiva, por ejemplo, las reuniones familiares y/o de
amigos. Durante la convivencia se pueden realizar dinámicas de apoyo a los adultos mayores
106
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
con deterioro cognitivo o enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, pedir a cada persona que
diga su nombre e intereses, para que después lo repita cada integrante del grupo incluido el
enfermo, esto optimizará la evocación de nombres (Kesslak, et. al., 1997).
4.5 Normalidad en parámetros clínicos (tensión arterial, homocisteína, folatos y
vitamina B12)
Hipertensión arterial
δa hipertensión arterial es una enfermedad que no maniiesta síntomas durante mucho
tiempo y sin un tratamiento adecuado para su control puede desencadenar complicaciones
cardiovasculares, cerebrovascular y renales críticas. La obesidad y el envejecimiento son
sus principales factores de riesgo. Se estima que dos de cada tres adultos mayores padecen
hipertensión (Mateos-Cáceres, et. al., 2012).
Mediante estudios epidemiológicos se ha demostrado que existe una asociación entre
la hipertensión y la enfermedad de Alzheimer tipo esporádico, sobre todo que los cambios en la
presión sanguínea diastólica correlacionan con el declive cognitivo de ancianos con alto riesgo
para ésta demencia (Wysocki, et. al., 2012).
Uno de los sistemas que controlan la presión arterial es el renina-angiotensina-aldosterona, en el cual la angiotensina II (AngII) es una molécula intermediaria. La angiotensina II a
nivel central, ha sido implicada con varias patologías del sistema nervioso central destacando
en los cerebros de pacientes con EA; cercana a los depósitos de amiloide beta ha sido encontrada una inmunoreactividad positiva de moléculas como Ang II, AT1R (receptor para AngII) y
ACE, Enzima Convertidora de Angiotensina (Savaskan, et. al., 1991, 2001).
En éste sentido, diferentes evidencias sugieren que el uso de ciertos fármacos
antihipertensivos puede ayudar a disminuir la incidencia del Alzheimer. Wang y colaboradores
(2007), estudiaron el efecto de 55 fármacos antihipertensivos en la producción del péptido beta
amiloide del ratón transgénico de Alzheimer Tgβ576, de los cuales identiicaron 7 que reducen
la acumulación del beta amiloide 40 y 42; entre ellos también se comprobó que el Valsartán
−un antihipertensivo del tipo de los bloqueadores del receptor de angiotensina− disminuye los
niveles de proteína beta amiloide en forma oligomerizada, además de mejorar el aprendizaje
espacial del ratón transgénico de Alzheimer Tg2576 (Wang, et. al., 2007). Un efecto similar
fue obtenido por medio de la Nilvadipina, antihipertensivo del tipo bloqueadores de los canales
de calcio, pues tras de administrar Nilvadipina a ratones transgénicos de Alzheimer Tg2576 y
PS1/APPsw, se inhibe la producción del péptido amiloide beta, progresa el transporte de dicho
péptido hacia la barrera hematoencefálica (aclaramiento) y también mejora el aprendizaje y la
memoria espacial (Bachmeier, et. al., 2011; Paris, et. al., 2011). Actualmente la investigación
sobre el efecto benéico de los antihipertensivos, que van desde la prevención, el control de la
hipertensión y su uso en pacientes con EA en etapas tardías, continúa.
107
Colesterol
La hiperlipidemia (colesterol en suero), particularmente hacia la mitad de la vida (26 años),
aparentemente está asociada con un mayor riesgo de demencia debido a la promoción de
daños provocados a nivel vascular en el cerebro (Anstey, et. al., 2008; Stewart, et. al., 2007).
Por otra parte, se ha descubierto que en el líquido cefalorraquídeo de pacientes
con enfermedad de Alzheimer, se encuentran disminuidas las concentraciones de
lípidos fosfocolina/colina, sus metabolitos y la medida de lisofosfatidil colina/colina.
También fue encontrado un menor contenido de fosfolípidos totales en la región frontal,
temporal, núcleo caudado e hipocampo de pacientes con enfermedad de Alzheimer de
inicio temprano, con respecto a pacientes de inicio tardío (Haughey, et. al., 2010). El
tratamiento intra-ventricular de pacientes con Alzheimer de inicio temprano con el lípido
monogangliosido 1, GM1, detiene el deterioro cognitivo, mejora el rendimiento motor y las
evaluaciones neuropsicológicas (Svennerholm, et. al., 2002). En los animales transgénicos
PS/ APP bajo el mismo tratamiento se reduce la acumulación de A en el cerebro.
Modelos animales han demostrado que las balsas lipídicas en la corteza frontal de
ratones viejos, presentan una disminución en los niveles de colesterol y esterol, un incremento
en el contenido de esingomielina y ácidos grasos saturados, así como un aumento en la
tasa fosfolipídos/colesterol. Estos cambios que dependen de la edad fueron más evidentes en
animales transgénicos APP /PS1 (Fabelo, et. al., 2012).
Por otra parte, algunos estudios observacionales han sugerido una asociación entre
el uso de estatinas y la baja incidencia de demencia (Chatterjee, et. al., 2015). Las estatinas
inhiben la HMG-CoA reductasa (3-hidroxi-3-metil-glutaril-CoA reductasa) que es una enzima
intermediaria en la síntesis de colesterol. Datos de estudios en modelos animales sugieren
posibles mecanismos subyacentes en la función benéica de la atorvastatina para la prevención
de EA, incluida la reducción del beta amiloide, los niveles de la -secretasa (BACE1) y el estrés
oxidativo. Sin embargo, la importancia del tratamiento con estatinas en la EA es aún objeto
de debate, dado que algunos ensayos clínicos aleatorizados no mostraron ningún beneicio
signiicativo, posiblemente debido al efecto pleiotrópico de las estatinas (Barone, et. al., 2014).
Homocisteína
La homocisteína (HC) es un aminoácido azufrado, es sintetizado como producto intermedio
del metabolismo de la metionina por acción de la enzima metionina adenosil transferasa
(MAT). La metionina se puede regenerar a partir de la homocisteína por remetilación, catálisis
de la enzima homocisteínametiltransferasa (HMT), la cual requiere de vitamina B12 y de 5,
10 -metilentetrahidrofolato para su correcto funcionamiento; el 5, 10-metilentetrahidrofolato
actúa como cosustrato cuando convertido a 5-metilentetrahidrofolato por la enzima
metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR).
108
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
Al mismo tiempo la homocisteína se puede combinar con la serina para dar cistationina
por transulfuración y por acción enzimática de la cistationina -sintetasa (CS) y su coenzima el
fosfato de piridoxal.
Tanto la vitamina B6 como la vitamina B12, actúan como coenzimas en el metabolismo
de la metionina y de la homocisteína, es por esto que se releja una estrecha relación entre los
niveles plasmáticos de estas vitaminas y los niveles de homocisteína. El ácido fólico regula la vía
metabólica que es catalizada por la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR), la cobalamina
(B12), regula la vía catalizada por la metionina sintetasa y la vitamina B6 actúa como cofactor
para la cistationina sintasa (Sánchez Cuevas, et. al., 2009)
Estudios realizados en pacientes con edad avanzada, reportan que aquellos que tienen
concentraciones plasmáticas de homocisteína (HC) por arriba de los 14 mol/L, tienen el doble
de riesgo de presentar demencia, comparados con los que tienen valores normales (Seshadri,
et. al., 2002).
Vitamina B12 y folatos
La vitamina B12 (cianocobalamina) participa como cofactor del sistema nervioso (Síntesis de
neurotransmisores, síntesis de mielina y obtención de energía) y su deiciencia causa diversos
trastornos neurológicos, incluyendo un tipo particular de demencia (O'Neill y Barber, 1993). La
deiciencia de vitamina B12 es causa poco frecuente de demencia reversible, tipo que consiste
en una disfunción cognitiva global con lentitud, falta de concentración y fallas de la memoria.
Son frecuentes las manifestaciones psiquiátricas: depresión, manía y psicosis paranoide
que maniiesta alucinaciones visuales y auditivas. No se describen afasia ni otros defectos
neurológicos focales (Behrens, et. al., 2003).
Estudios de Douaud y otros investigadores (2013), probaron que la disminución de
concentración de la homocisteína mediante un tratamiento con altas dosis de vitaminas B (ácido
fólico 0.8 mg, vitamina B6 20 mg, vitamina B12 0.5 mg), retrasan el proceso de disminución del
volumen cerebral. Dicho tratamiento redujo hasta siete veces la atroia cerebral (igura 4) en
regiones cerebrales (materia gris) importantes en la EA, incluido el lóbulo temporal.
109
Figura 4. La vitamina B atenúa la pérdida del volumen de la materia gris cerebral. Comparación de
la pérdida del volumen de la materia gris, entre un grupo de adultos mayores que recibió placebo y
otro grupo tratado con vitamina B.
Fuente: Imagen tomada y modiicada de Douaud G, et.al., β01γ “Preventing Alzheimer's diseaserelated gray matter atrophy by B-vitamin treatment,” USA.
V. Investigaciones en México sobre la demencia. ¿Dónde estamos?
5.1 Epidemiologia de las demencias en México
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en México (ENSANUT, 2012) se encontró
una prevalencia para demencia de 7.9% similar a la que fue encontrada por el Grupo de
Investigación en Demencias 10/66, (Figura 5), de la Asociación Internacional de Alzheimer en
2008 (Gutiérrez-Robledo, 2014).
Figura 5. Prevalencias ajustadas para la demencia en México.
Fuente: Grupo de expertos en demencia 10/66 ADI; Encuesta Nacional de Salud y Nutrición,
(ENSANUT), México. Comparativo y ajuste sobre la prevalencia de demencia entre los adultos
mayores 65 años de edad en nuestro país.
110
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
5.2 Banco de cerebros en México
Sin duda los trabajos del Dr. Raúl Mena López como fundador del primer banco de cerebros
de Latinoamérica, en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (CINVESTAV),
destacan por su reconocimiento a nivel mundial. Después de realizar estudios posdoctorales
al lado del Dr. Wischik en el laboratorio del Banco de Cerebros de Cambridge, UK, el Dr. Mena
recibe la primera donación de un cerebro humano por parte del Hospital General de México en
colaboración con la Dra. Laura Chávez (Luna-Muñoz, et. al., 2015).
δas políticas implementadas por el Dr. Raúl εena para la funcionalidad eicaz de un banco
de cerebros son:1) Programas de donación de cerebros; 2) un grupo multidisciplinario integrado
por investigadores clínicos, que esté disponible las 24 horas del día; 3) acceso al servicio de
autopsias, y 4) obtención y mantenimiento de equipo para el manejo y almacenamiento de
tejidos cerebrales humanos.
En 1994, con la colaboración de la Asociación Mexicana para la Investigación de
Enfermedades Neurodegenerativas y Plasticidad Cerebral (AMIENPLAC) A.C., fue posible
elaborar un proyecto que incluye todos los lineamientos para el manejo y administración de tejido
cerebral para la investigación en México, así como las implicaciones bioéticas de un banco de
cerebros humanos para la investigación, publicadas en México (Mena, et al., 1998: 125-134).
5.3 Genética de la Enfermedad de Alzheimer en México
Los trabajos pioneros sobre la genética de la enfermedad de Alzheimer en nuestro país, iniciaron
con un estudio sobre la asociación entre el alelo E4 y la demencia Alzheimer, en pacientes
que viven en la Ciudad de México y tiene descendencia española (Castelli, et. al., 2002).
Posteriormente los estudios familiares describen la mutación Ala431Glu en el exón 12 del gene
PSEN1, en familias del estado de Jalisco con la Enfermedad de Alzheimer, proponiendo un
efecto fundador para estas familias en dicha región del país (Yescas, et. al., 2006).
Años después la publicación del estudio de 49 casos con 141 controles, reveló
que el marcador genético apoE4 no se asocia con la EA en la población mexicana,
lo que suscitó controversias con lo reportado en la literatura cientíica (VillalpandoBerumen, et. al., 2008). A partir de estos resultados comienza la búsqueda de
marcadores genéticos del tipo polimorismos de un solo nucleótido o SNPs.
El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía SSA, inicia con la asociación de
polimorismos genéticos en genes de beta y gamma secretasas asociados con la enfermedad
Alzheimer en pacientes mexicanos (Campos-Peña, et. al., 2009).
Tiempo después la Universidad Veracruzana, propone la expresión del gene NCSTN
de la proteína Nicastrina, en linfocitos sanguíneos, como un probable biomarcador de la
enfermedad de Alzheimer (Herrera-Rivero, et. al., 2013).
111
En el año 2014, un estudio de 50 casos y 47 controles de la Clínica Geriátrica del Hospital
General Núm.17, IεSS, ciudad de εonterrey, encuentra asociación entre el polimorismo genético
c.1-765G>C en el gene de la ciclooxigenasa COX2 y el daño cognitivo en pacientes con diabetes
(Díaz De León González, et. al., 2014). A la par son descritas 4 mutaciones A8003C, T8082C,
C8201T y G7933A en el gene MTCO II, correspondiente a la Citocromo C oxidasa mitocondrial,
en pacientes con probable Enfermedad de Alzheimer del Hospital de Especialidades del Centro
Médico Nacional de Occidente, sita Guadalajara, Jalisco (Loera-Castañeda, et. al., 2014).
Para el año β015, es propuesto un peril de diagnóstico para la EA, con base en 4 genes
MAPT, APP, NCSTN y BACE1, a partir de un banco de sangre integrado por 36 pacientes con
EA, en el Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana, Jalapa (HerreraRivero, et. al. β015). Asimismo en β015, el genotipo CC del polimorismo rsββ0λλ7β del gene IDE
de la enzima degradadora de la insulina, conocida por participar en la degradación del amioloide
beta, fue asociado con la enfermedad de Alzheimer en pacientes diabéticos de la Clínica
Geriátrica del Hospital General Núm. 17, IMSS, Monterrey (Gutiérrez-Hermosillo, et. al., 2015).
A partir del banco de DNA de 96 pacientes con EA y 100 controles, es descrita la asociación
de la EA esporádico con el polimorismo rsβ0417 en el gene PTGSβ de la prostaglandinaendoperóxido sintasa 2, proteína relacionada con la síntesis de prostaglandinas, prostaciclinas
y tromboxanos, destacando como la primera investigación en considerar la ancestría genética
y el admixure genético de la población mexicana para el estudio de la enfermedad de Alzheimer
(Toral-Rios, et. al., 2015).
5.4 El papel de los cuidadores y el tema de la calidad de vida en pacientes con
demencia en México
La demencia se ha caracterizado por el deterioro progresivo e irreversible de las funciones
cerebrales e intelectuales; las áreas principalmente afectadas son las de memoria, pensamiento
y conducta. En los pacientes con demencia regularmente se agravan el comportamiento, el
estado de ánimo, la función ejecutiva y el sueño. Estos factores afectan negativamente la
calidad física y emocional de vida de los pacientes. Los efectos en su conjunto conllevan a una
mayor dependencia del paciente respecto de sus familiares, quienes prestan cuidados a largo
plazo lo cual impacta en el aspecto emocional y económico de las familias.
La familia debe ocuparse nos solo de enfrentar el día a día de los cuidados del paciente,
sino también debe anticiparse a los nuevos síntomas según la fase de la enfermedad. Para
los familiares implica actualizarse sobre la información en torno a la enfermedad y acercarse
a expertos en demencias: geriatras, neurólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud
como enfermeras, neuropsicólogos y profesionales con experiencia sobre cuestiones de
cuidados de los enfermos con demencia.
112
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
La evidencia muestra que la persona a cargo de los cuidados requiere atención social
y de salud especíica, ya que a medida que la enfermedad se despliega con todas sus caras
los cuidados se modiican, lo que hace del cuidado una labor cada vez más demandante. Esto
impacta de manera directa en la salud física y mental del responsable del cuidado, quien a su
vez tiene problemas de estrés, calidad de vida deteriorada, síntomas depresivos, exceso de
cansancio y perturbaciones del sueño, llevándolo así a la sobrecarga de trabajo en el cuidador.
La sobrecarga para quien proporciona cuidados es un fenómeno complejo que impacta
en la calidad de la atención que reciben los pacientes con demencia, y por lo tanto también en
su calidad de vida, por ello investigadores en nuestro país se han dado a la tarea de generar
conocimientos nuevos que apoyen al cuidado y la calidad de vida de los pacientes con demencia.
En éste sentido, la validación de una encuesta cuyo propósito fue medir la calidad de vida en
pacientes mexicanos con demencia tipo Alzheimer, vascular y mixta, fue desarrollada en el
2010, por investigadores del entonces Instituto de Geriatría (Rosas-Carrasco, et. al., 2010).
Un año después, por medio de un estudio donde participaron 143 cuidadores primarios
de pacientes con demencia y 30 cuidadores de adultos mayores sin demencia, en dos hospitales
de la Ciudad de México, fue mostrado el uso a nivel clínico de una escala psicométrica, con una
versión corta de 7 ítems y otra larga de 22 (Screen Caregiver burden), para medir la sobrecarga en
las personas que atienden pacientes con demencia en nuestro país (Guerra-Silla, et. al., 2011).
El hallazgo del síndrome disejecutivo, los trastornos del sueño, la escolaridad y la
depresión en el cuidador, están asociados con un mayor nivel de sobrecarga de tareas del
responsable de los cuidados (Rosas-Carrasco, et. al., 2014), asimismo el panorama muestra la
necesidad de implementar intervenciones multifactoriales dirigidas al cuidador a in de reducir
la carga, fortalecer habilidades para el manejo del paciente, prevenir la depresión psicológica,
mejorar la salud y disminuir la dependencia funcional y la hospitalización a futuro.
Otro estudio cualitativo en México, exploró lo que representa la demencia en la familia
del enfermo, fueron encontradas palabras de uso frecuente, el resultado fue: para el 90%
conlictos, enfermedad, pérdida de memoria, sentimientos, mientras que el 80%, un proceso
natural, necesidades, tratamientos costosos, entre otros (Juárez-Cedillo, et. al., 2013).
Conclusiones y perspectivas en torno a las demencias en México
El conocimiento de los probables factores protectores contra la EA puede ayudar en la prevención
o reducción del riesgo de la enfermedad. La demencia por ser una enfermedad importante de la salud
pública, ha propiciado que organismos internacionales como el Alzheimer´s Disease International
(ADI) contribuyen de manera signiicativa en la creación y desarrollo de planes de atención y
prevención de ésta enfermedad en todo el mundo y México no ha sido la excepción (ADI, 2015).
Especialistas en demencias de los institutos nacionales de salud de México, como el
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “εanuel Velasco Suárez” y el Instituto Nacional
113
de Psiquiatría “Ramón De δa Fuente εuñiz,” bajo la conducción del director general del Instituto
Nacional de Geriatría, en colaboración con el Instituto Nacional de las Personas Adultas
Mayores, la Federación Mexicana de Alzheimer A.C. y el apoyo del ADI, crearon en 2014 el
”Plan de Acción Alzheimer y otras demencias” que se ha impulsado en todos los aspectos.
El plan promueve el bienestar de las personas con Enfermedad de Alzheimer y otras aines,
además de atender a sus familiares mediante el fortalecimiento de la respuesta del Sistema
de Salud mexicano, en sinergia con todas las instituciones encargadas de salud. Entre sus
estrategias formuladas para la prevención destaca la ‘Estrategia 1 Prevención y promoción de
la salud mental’. (Gutiérrez-Robledo, 2014).
La Estrategia 1 fortalece las campañas de prevención de la diabetes, obesidad, hipertensión
e inactividad física para reducir los factores de riesgo asociados a la demencia (Gutiérrez-Robledo,
2014). De aquí la importancia del fortalecimiento al área de investigación en el campo de las
demencias, desde lo molecular hasta lo social, para construir evidencia cientíica actualizada y sólida,
con el objetivo de apoyar a los pacientes con demencia, sus cuidadores primarios y las familias.
Glosario
Envejecimiento: Proceso deletéreo, progresivo, intrínseco y universal que con el tiempo ocurre en
todo ser vivo y que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos,
aparatos y sistemas.
Proteína precursora del amiloide (APP): Proteína transmembranal tipo 1, cuyo gene se localiza en el
cromosoma 21, esta proteína al ser metabolizada por la vía amiloidogénica genera el péptido amioloide
beta. Mutaciones en el gen de esta proteína (APP) son causa directa de la enfermedad de Alzheimer
tipo familiar.
Presenilinas (PS): Proteínas con 8 pases transmembranales, que conforman el sitio catalítico de la
enzima gamma secretasa. Existen 2 tipos de presenilinas, el gene de la presenilina 1 (PSEN1) es
codiicado en el cromosoma 1, mientras que el gene de la presenilina β (PSENβ) es codiicado en
cromosoma 14. Mutaciones en los genes PSEN1 y PSEN2 producen alteraciones en la estructura de
la proteína que causan la enfermedad de Alzheimer tipo familiar.
Alelo ξ4: Una isoforma de la apolipoproteína E, altamente asociada con el riesgo de desarrollar la
Enfermedad de Alzheimer.
Beta-amiloide: Péptido de 39-43 aminoácidos, fue descrito por primera vez como el principal
constituyente de las placas neuriticas en los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Infarto cerebral: es un accidente cerebrovascular causado por un proceso de isquemia, durante el cual
muere parte de la masa encefálica debido al fallo en la irrigación sanguínea. La causa de la isquemia
es la oclusión del sistema arterial.
Lóbulo temporal: Parte del cerebro que desempeña una función importante en tareas visuales complejas,
como el reconocimiento de caras, es la corteza primaria auditiva responsable de interpretar los sonidos.
Hipocampo: Una de las principales regiones del cerebro directamente relacionada con el funcionamiento
de la memoria y las emociones.
114
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
Neuronas corticales: Neuronas que residen en la extensa capa externa de la materia gris de los hemisferios cerebrales o corteza cerebral.
Afasia: Trastorno causado por lesiones en las partes del cerebro que controlan el lenguaje.
Mutación: Proceso que da lugar a una alteración en el material genético o DNA.
Gene: Unidad física que es fundamental en la herencia, su existencia se puede mostrar a partir de
variantes alélicas y que ocupa un locus cromosómico concreto. Secuencia de DNA que codiica para
un polipéptido o una molécula de RNA.
Genética: Rama de la biología que trata de la herencia de caracteres y de la expresión de los mismos.
Exón: Segmento de DNA de un gen que se transcribe y se traduce a proteína.
Alelo: Forma alternativa de un gen situado en un locus particular.
Abreviaturas
DNA
RNA
βA
EA
Ácido desoxirribonucleico
Ácido ribonucleico
Beta-amiloide
Enfermedad de Alzheimer
DV
Demencia vascular
DM
Demencia mixta
DCL
Demencia por cuerpos de Lewy
Degeneración lóbulo frontotemporal
FTLD
PN
MNF
SNP
APP
BACE 1
εarañas neuroibrilares
Polimorismo de cambio de un solo nucleótido
Proteína precursora del amiloide
Beta-site APP cleaving enzyme 1
NCSTN
Abreviatura del gene de Nicastrina
PSEN1
ADAM10
PSEN2
TAU
Placas neuríticas
Abreviatura del gene de Presenilina 1
Abreviatura del gene de la Alfa secretasa (A disintegrin and metalloproteinase
domain-containing protein 10)
Abreviatura del gene de Presenilina 2
Proteína del grupo de las MAPs (proteínas de asociación a los microtúbulos)
115
Fuentes de Consulta
Alberca, R., López Pousa, S., (2002). Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. 2da ed. Editorial
panamericana. México. pag.667.
Andreasen, N., Blennow, K.., (β00β). Beta-amyloid (Abeta) protein in cerebrospinal luid as a biomarker
for Alzheimer's disease. Peptides. 23: 1205–1214.
Anstey, K.J., Lipnicki, D.M., Low, L.F., (2008). Cholesterol as a risk factor for dementia and cognitive
decline: a systematic review of prospective studies with meta-analysis. Am. J. Geriatr. Psychiatry.
16:343–354.
Ashford, J.W., (β004). APOE genotype efects on Alzheimer's disease onset and epidemiology. J. εol.
Neurosci. 23(3):157-65.
BacChmeier, C., Beaulieu-Abdelahad, D., Mullan, M., Paris, D., (2011). Selective dihydropyiridine
compounds facilitate the clearance of -amyloid across the blood-brain barrier. Eur. J. Pharmacol.
659(2-3):124-9.
Barone, E., Di Domenico, F., Butterield, D.A., (β014). Statins more than cholesterol lowering agents
in Alzheimer disease: their pleiotropic functions as potential therapeutic targets. Biochem.
Pharmacol. 88(4):605-16. doi: 10.1016/j.bcp.2013.10.030.
Basurto-Islas, G., Blanchard, J., Tung, Y.C., Fernandez, J.R., Voronkov, M., Stock, M., et. al., (2014).
Therapeutic beneits of a component of cofee in a rat model of Alzheimer's disease. Neurobiol.
Aging. 35(12):2701-12. doi: 10.1016/j.neurobiolaging.2014.06.012.
Bayona, H., (2010). Demencia vascular: un reto para el clínico. Acta. Neurol. Colomb. 26:Sup (3:1):69-77).
Behrens, ε., Díaz, V., Vásquez, C., Donoso, A., (β00γ). Demencia por déicit de vitamina B1βμ Caso
clínico. Rev. Méd. Chil. 131(8): 909-914.
Belbin, O., Dunn, J.L., Ling, Y., Morgan, L., Chappell, S., Beaumont, H., et. al., (2007). Regulatory region
single nucleotide polymorphisms of the apolipoprotein E gene and the rate of cognitive decline in
Alzheimer's disease. Hum. Mol. Genet. 16(18):2199-208.
Berti, V., Murray, J., Davies, M., Spector, N., Tsui, W.H., Li, Y., et. al., (2015). Nutrient patterns and
brain biomarkers of Alzheimer's disease in cognitively normal individuals. J. Nutr. Health. Aging.
19(4):413-23. doi: 10.1007/s12603-014-0534-0.
Brion, J.P., (β006). Immunological demonstration of tau protein in neuroibrillary tangles of Alzheimer's
disease. J. Alzheimers. Dis. 9(3 Suppl):177-85.
Brun, A., (1987). Frontal lobe degeneration of non-Alzheimer type. I. Neuropathology. Arch. Gerontol.
Geriatr. 6:193–208.
Cai, Z., Liu, N., Wang, C., Qin, B., Zhou, Y., Xiao, M., et. al., (2015). Role of RAGE in Alzheimer's
Disease. Cell. Mol. Neurobiol. Jul 15. [Epub ahead of print].
Calderón-Garcidueñas, L., Reynoso-Robles, R., Vargas-Martínez, J., Gómez-Maqueo-Chew, A.,
Pérez-Guillé, B., Mukherjee, P.S., et. al., (2016). Prefrontal white matter pathology in air
pollution exposed Mexico City young urbanites and their potential impact on neurovascular
unit dysfunction and the development of Alzheimer's disease. Environ. Res. 146:404-417. doi:
10.1016/j.envres.2015.12.031.
116
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
Campos-Peña, V., Mena-Montes, B., Gómez, R., Mena-Barranco, F., Meraz Rios, M.A.,(2009). Genetic
Analysis Of The Polymorphisms In The Beta And Gamma Secretase Complex And Its Association
With Alzheimer's Disease In Mexican Patients. Alzheimer's & Dementia: The Journal of the
Alzheimer's Association, Vol. 5, Issue 4, e32.
Castelli, P., Sosa, A.L., Campillo, C., Nicolini, H., Cruz-Fuentes, C., (2002). Apolipoprotein E genotypes
in a group of elderly subjects of Spanish descent living in Mexico City. Int. Psychogeriatr.
14(3):291-300. Review.
Chatterjee, S., Krishnamoorthy, P., Ranjan, P., Roy, A., Chakraborty, A., Sabharwal, M.S., et. al. (2015).
Statins and cognitive function: an updated review. Curr. Cardiol. Rep. 17(2):4. doi: 10.1007/
s11886-014-0559-3.
Chávez Samperio, Jorge; Lozano Dávila, Ma. Esther; Lara Esqueda, Agustín; Velázquez Monroy,
Oscar. δa actividad física y el deporte en el adulto mayor. Bases isiológicas. Secretaría de
Salud. Instituto Mexicano del Seguro Social. México, 2004. Disponible también en http://www.
salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/DOCSAL7516.pdf.
Cheng, X., Wang, Q., Li, N., Zhao, H., (2015). Efects of resveratrol on hippocampal astrocytes and
expression of TNF-α in Alzheimer's disease model rate. Wei. Sheng. Yan. Jiu. 44(4)μ610-4.
Cole, S.L., Vassar, R., (2008). BACE1 structure and function in health and Alzheimer's disease. Cur.
Alzheimer. Res. 5(2):100-20.
CONAPO (Consejo Nacional de Población), 2007. 8.5 millones de mexicanos tienen 60 años o más.
Disponible en: http://www.conapo.gob.mx/prensa/2007/prensa302007.pdf.
Cox, C.J., Choudhry, F., Peacey, E., Perkinton, M.S., Richardson, J.C., Howlett, D.R., (2015). Dietary
(-)-epicatechin as a potent inhibitor of
-secretase amyloid precursor protein processing.
Neurobiol. Aging. 36(1):178-87. doi: 10.1016/j.neurobiolaging.2014.07.032.
Díaz De León González, E., Gutiérrez Hermosillo, H., Cedillo Rodrígez, J.A., Reyes Romero, M.A., Camacho
Luis, A., Palacios Corona, R., et. al., (2014). Association between polymorphism c.1-765G>C of
the COX2 gene and cognitive impairment in individuals 65 years or more with diabetes from a Geriatric
Service in Monterrey, Mexico. Med. Clin. (Barc). 143(9):381-5. doi: 10.1016/j.medcli.2013.07.031.
Donmez, G., Wang, D., Cohen, D.E., Guarente, L., (2010). SIRT1 suppresses beta-amyloid production by
activating the alpha-secretase gene ADAM10. Cell.142(2):320-32. doi: 10.1016/j.cell.2010.06.020.
Douaud, G., Refsum, H., de Jager, C.A., Jacoby, R., Nichols, T.E., Smith, S.M., Smith, A.D., (2013).
Preventing Alzheimer's disease-related gray matter atrophy by B-vitamin treatment. Proc. Natl.
Acad. Sci. USA.110(23):9523-8. doi: 10.1073/pnas.1301816110.
Dries, D.R., Yu, G., (2008). Assembly, maturation, and traicking of the gamma-secretase complex in
Alzheimer's disease. Curr. Alzheimer. Res. 5(2):132-46.
Fabelo, N., Martín, V., Marín, R., Santpere, G., Aso, E., Ferrer, I., Díaz, M., (2012). Evidence for
premature lipid raft aging in APP/PS1 double-transgenic mice, a model of familial Alzheimer
disease. J. Neuropathol. Exp. Neurol. 71(10):868-81.
Fujita, S., Rasmussen, B.B., Cadenas, J.G., Drummond, M.J., Glynn, E.L., Sattler, F.R., Volpi, E., (2007).
Aerobic exercise overcomes the age-related insulin resistance of muscle protein metabolism
by improving endothelial function and Akt/mammalian target of rapamycin signaling. Diabetes.
56(6):1615-22.
117
Guerra-Silla, M.G., Gutiérrez-Robledo, L.M., Villalpando-Berumen, J.M., Pérez-Zepeda, M.U., MontañaÁlvarez, M., Reyes-Guerrero, J., Rosas-Carrasco, Ó., (2011). Psychometric evaluation of a
Spanish language version of the Screen for Caregiver Burden (SCB) in caregivers of patients with
mixed, vascular and Alzheimer's dementia. J. Clin. Nurs. 20(23-24):3443-51. doi: 10.1111/j.13652702.2010.03658.x.
Gutiérrez Robledo, L.M., Arrieta Cruz, I., (coords.) (2014). Plan de acción Alzheimer y otras demencias.
México. México: Instituto Nacional de Geriatría/Secretaría de Salud. [Online]. Available: http://
inger.gob.mx/bibliotecageriatria/acervo/pdf/plan_alzheimer_WEB.pdf
Gutiérrez-Hermosillo, H., Díaz De León-González, E., Palacios-Corona, R., Cedillo-Rodríguez, J.A.,
Camacho-Luis, A., Reyes-Romero, M.A.,et. al., (2015). C allele of the rs2209972 single nucleotide
polymorphism of the insulin degrading enzyme gene and Alzheimer's disease in type 2 diabetes,
a case control study. Med. Clin. (Barc). 144(4):151-5. doi: 10.1016/j.medcli.2013.09.035.
Hamilton, R.L., (2000). Lewy bodies in Alzheimer's disease: a neuropathological review of 145 cases
using alpha-synuclein immunohistochemistry. Brain Pathol. 10(3):378-84.
Haughey, N.J., Bandaru, V.V., Bae, M., Mattson, M.P., (2010). Roles for dysfunctional sphingolipid
metabolism in Alzheimer’s disease neuropathogenesis. Biochim. Biophys. Acta. 1801: 878–886.
Heredia Guerra, LF. (2006). Ejercicio físico y deporte en los adultos mayores. GEROINFO. RNPS.
2110. Vol. 1 No. 4.
Hernandez, F., Avila, J., (2007). Tauopathies. Cell. Mol. Life. Sci. 64;2219 –2233.
Herrera-Rivero, M., Hernández-Aguilar, M., Aranda-Abreu, G., (2015). A strategy focused on MAPT, APP,
NCSTN and BACE1 to build blood classiiers for Alzheimer's disease. J. Theor. Biol. γ76μγβ-8.
doi: 10.1016/j.jtbi.2015.03.039.
Herrera-Rivero, M., Soto-Cid, A., Hernández, M., Aranda-Abreu, G., (2013). Tau, APP, NCT and BACE1
in lymphocytes through cognitively normal ageing and neuropathology. Anais da Academia
Brasileira de Ciências, 85(4): 1489-1496.
Herrera-Rivero, M., Soto-Cid, A., Hernández, M.E., Aranda-Abreu, G.E., (2013). Tau, APP, NCT and
BACE1 in lymphocytes through cognitively normal ageing and neuropathology. An. Acad. Bras.
Cienc. 85(4):1489-96. doi: 10.1590/0001-376520130013.
Hu, J., Lin, T., Gao, Y., Xu, J., Jiang, C., Wang, G., et. al. (2015). The resveratrol trimer miyabenol C
inhibits -secretase activity and -amyloid generation. PδoS One. 10(1)μe0115λ7γ. doiμ 10.1γ71/
journal.pone.0115973. eCollection 2015.
Hügel, H.M., Jackson, N., (2015). Polyphenols for the prevention and treatment of dementia diseases.
Neural. Regen. Res. 10(11):1756-8. doi: 10.4103/1673-5374.
Irizarry, M.C., Kim, T.W., McNamara, M., Tanzi, R.E., George, J.M., Clayton, D.F., Hyman, B.T., (1996).
Characterization of the precursor protein of the non-A beta component of senile plaques (NACP)
in the human central nervous system. J. Neuropathol. Exp. Neurol. 55(8):889-95.
Jorissen, E., Prox, J., Bernreuther, C., Weber, S., Schwanbeck, R., Serneels, L., et. al., (2010). The
disintegrin/metalloproteinase ADAM10 is essential for the establishment of the brain cortex. J.
Neurosci. 30(14):4833-44. doi: 10.1523/JNEUROSCI.5221-09.2010.
118
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
Juárez-Cedillo, T., Jarillo-Soto, EC., Rosas-Carrasco, O.. (2013). Social Representation of Dementia
and Its Inluence on the Search for Early Care by Family εember Caregivers. Am. J. Alzheimers.
Dis. Other. Demen. 29(4):344-353.
Kanekar, S., Poot, J.D., (2014). Neuroimaging of vascular dementia. Radiol. Clin. North. Am. 52(2):383401. doi: 10.1016/j.rcl.2013.11.004.
Karp, A., Andel, R., Parker, M.G., et al., (2009). Mentally stimulating activities at work during midlife
and dementia risk after age 75: follow-up study from the Kungsholmen Project. Am. J. Geriatr.
Psychiatry.17(3):227-36.
Keeney, J.T., Ibrahimi, S., Zhao, δ., (β015). Human ApoE Isoforms Diferentially εodulate Glucose and
Amyloid Metabolic Pathways in Female Brain: Evidence of the Mechanism of Neuroprotection by
ApoE2 and Implications for Alzheimer's Disease Prevention and Early Intervention. J. Alzheimers.
Dis. 48(2):411-24. doi: 10.3233/JAD-150348.
Kesslak, J., Nackoul, K. & Sandman, C. (1997). Memory training for individuals with Alzheimer’s disease
improves name recall. Behavioural. Neurology. 10:137-142.
Kim, M., Jaehong, S., Donna, R., Mimy, H., Truong, K. M., Basavaraj, H., et. al., (2009). Potential lateonset Alzheimer’s disease-associated mutations in the ADAM10 gene attenuate a-secretase
activity. Hum. Mol. Genet. 20: 3987–3996.
Langa, K.M., Foster, N.L., Larson, E.B., (2004). Mixed dementia: emerging concepts and therapeutic
implications. JAMA. 292(23):2901-8.
δin, T.W., Kuo, Y.ε., (β01γ). Exercise beneits brain functionμ the monoamine connection. Brain. Sci.
3(1):39-53. doi: 10.3390/brainsci3010039.
Lin, T.W., Shih, Y.H., Chen, S.J., Lien, C.H., Chang, C.Y., Huang, T.Y. (2015). Running exercise delays
neurodegeneration in amygdala and hippocampus of Alzheimer's disease (APP/PS1) transgenic
mice. Neurobiol. Learn. Mem. 118:189-97. doi: 10.1016/j.nlm.2014.12.005.
Lin, T.W., Shih, Y.H., Chen, S.J., Lien, C.H., Chang, C.Y., Huang, T.Y., et. al. (2015). Running exercise
delays neurodegeneration in amygdala and hippocampus of Alzheimer's disease (APP/PS1)
transgenic mice. Neurobiol, Learn. Mem.118:189-97. doi: 10.1016/j.nlm.2014.12.005.
Llaca Martínez., C, Pérez Lizaur AB (2009). Alimentación en la tercera edad. En: 10 hábitos efectivos
para la salud del adulto mayor. Tomo I. Editado: Universidad Iberoamericana/Instituto de
Geriatría. ISBN: 978-607-00-1308-9.
Loera-Castañeda, V., Sandoval-Ramírez, L., Pacheco Moisés, F.P., Macías-Islas, M.Á., Alatorre Jiménez,
M.A., González-Renovato, E.D., et. al., (2014). Novel Point Mutations and A8027G Polymorphism
in Mitochondrial-DNA-Encoded Cytochrome c Oxidase II Gene in Mexican Patients with Probable
Alzheimer Disease. Int. J. Alzheimers. Dis. 2014:794530. doi: 10.1155/2014/794530.
Luna-Muñoz, J., Perry, G., Guevara, J., (2015). Raúl Mena: 1953-2014.J. Alzheimers. Dis. 45(2):325-7.
doi: 10.3233/JAD-150134.
δuo, Y., Bolon, B., Kahn, S., Bennett, B.D., Babu-Khan, S., Denis, P., et. al., (β001). εice deicient in
BACE1, the Alzheimer's beta-secretase, have normal phenotype and abolished beta-amyloid
generation. Nat. Neurosci. 4(3):231-2.
119
Ma, X., Sun, Z., Liu, Y., Jia, Y., Zhang, B., Zhang, J., (2013). Resveratrol improves cognition and reduces
oxidative stress in rats with vascular dementia. Neural. Regen. Res. 8(22):2050-9. doi: 10.3969/j.
issn.1673-5374.2013.22.004.
Maas, T., Eidenmuller, J., Brandt, R., (2000). Interaction of tau with the neural membrane cortex is regulated by
phosphorylation at sites that are modiied in paired helical ilaments. J. Biol. Chem. β75μ157γγ – 15740.
Massoud, F., Devi, G., Stern, Y., Lawton, A., Goldman, J.E., Liu, Y., et.al., (1999). A clinicopathological
comparison of community-based and clinic-based cohorts of patients with dementia. Arch.
Neurol. 56(11):1368-73.
Masters, C.L., Multhaup, G., Simms, G., Pottgiesser, J., Martins, R.N., Beyreuther, K., (1985). Neuronal
origin of a cerebral amyloidμ neuroibrillary tangles of Alzheimer's disease contain the same
protein as the amyloid of plaque cores and blood vessels. EMBO J. 4(11):2757-63.
Mateos-Cáceres, P.J., Zamorano-León, J.J., Rodríguez-Sierra, P., Macaya, C., López-Farré, A.J.,
(2012). New and old mechanisms associated with hypertension in the elderly. Int. J. Hypertens.
150107:1-10.
McKeith, I.G., Perry, E.K., Perry, R.H., (1999). Report of the second dementia with Lewy body international
workshop: diagnosis and treatment. Consortium on Dementia with Lewy Bodies. Neurology.
53(5):902-5.
McKhann, G.M., Albert, M.S., Grossman, M., Miller, B., Dickson, D., Trojanowski, J.Q., (2001). Work
Group on Frontotemporal Dementia and Pick's Disease. Clinical and pathological diagnosis
of frontotemporal dementia: report of the Work Group on Frontotemporal Dementia and Pick's
Disease. Arch. Neurol. 58(11):1803-9.
Mena López, R., Un banco de cerebros en México: Conceptos básicos. CONADIC. http://www.salud.
gob.mx/unidades/cdi/documentos/Alz-06.pdf
Neumann, U., Rueeger, H., Machauer, R., Veenstra, S.J., Lueoend, R.M., Tintelnot-Blomley, M., et. al.,
(2015). A novel BACE inhibitor NB-γ60 shows a superior pharmacological proile and robust
reduction of amyloid- and neuroinlammation in APP transgenic mice. εol. Neurodegener.
10:44. doi: 10.1186/s13024-015-0033-8.
Neumann, U., Rueeger, H., Machauer, R., Veenstra, S.J., Lueoend, R.M., Tintelnot-Blomley, M., et. al.,
(β015). A novel BACE inhibitor NB-γ60 shows a superior pharmacological proile and robust
reduction of amyloid- and neuroinlammation in APP transgenic mice. εol. Neurodegener.
10:44. doi: 10.1186/s13024-015-0033-8.
O'Neill, D., Barber, R.D., (1λλγ). Reversible dementia caused by vitamin B1β deiciency. J. Am. Geriatr.
Soc. 41(2):192-3.
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2016). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad
física y salud. Niveles recomendados de actividad física para la salud de 65 años en adelante.
http://www.who.int/dietphysicalactivity/factsheet_olderadults/es/
Panza, F., et al. (2006). Lipid metabolism in cognitive decline and dementia. Brain. Res. Rev. 51:275–292.
Panza, F., Solfrizzi, V., Barulli, ε.R., Boniglio, C., Guerra, V., Osella, A., (β015). Cofee, tea, and cafeine
consumption and prevention of late-life cognitive decline and dementia: a systematic review. J.
Nutr. Health. Aging. 19(3):313-28. doi: 10.1007/s12603-014-0563-8.
120
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
Paris, D., Bachmeier, C., Patel, N., Quadros, A., Volmar, C.H., Laporte, V., Ganey, J., et. al., (2011).
Selective antihypertensive dihydropyridines lower A accumulation by targeting both the
production and the clearance of A across the blood-brain barrier. εol. εed. 17(γ-4)μ14λ-6β.
Raber, J., Huang, Y., Ashford, J.W., (2004). ApoE genotype accounts for the vast majority of AD risk and
AD pathology. Neurobiol. Aging. 25(5):641-50.
Rodney, D., McComb, K. A., Miller, Steven, D., Carson, T., (1991). Factor Antigen in Senile Plaques of
Alzheimer's Disease. Am. J. Pathol. 139: 3; 491-494.
Rohn, T.T., (β014). Is apolipoprotein E4 an important risk factor for vascular dementiaς Int. J. Clin. Exp.
Pathol. 7(7):3504-11. eCollection 2014.
Román, G.C., (2004). Facts, myths, and controversies in vascular dementia. J. Neurol. Sci. 226(1-2):49-52.
Rosas-Carrasco, Ó., Guerra-Silla, M.G., Torres-Arreola, L. P., García-Peña, C., Escamilla-Jiménez, C.I.,
González-González, C., (2014). Caregiver burden of Mexican dementia patients: the role of
dysexecutive syndrome, sleep disorders, schooling and caregiver depression. Geriatr. Gerontol.
Int.14(1):146-52. doi: 10.1111/ggi.12072.
Rosas-Carrasco, O., Torres-Arreola, L. P., Guerra-Silla, M.G., Torres-Castro, S., Gutierrez-Robledo,
L.M., (2010). Validation of the Quality of Life in Alzheimer's Disease (QOL-AD) scale in Mexican
patients with Alzheimer, vascular and mixed-type dementia. Rev. Neurol. 51(2):72-80.
Rossi, G., Tagliavini, F., (2015). Frontotemporal lobar degeneration: old knowledge and new insight into
the pathogenetic mechanisms of tau mutations. Front. Aging. Neurosci. 7:192. doi: 10.3389/
fnagi.2015.00192.
Sánchez Cuevas, M., Jiménez Reséndiz, S.P., Morgado Vázquez, J.S., (2009). La Homocisteína: Un
aminoácido neurotóxico. REB. 28(1): 3-8.
Sánchez-González, V.J., Ortiz, G.G., Gallegos-Arreola, P., Macías-Islas, M.A., Arias-Merino, E.D.,
Loera-Castañeda, V., et. al., (2006). Altered beta-amyloid precursor protein isoforms in Mexican
Alzheimer's Disease patients. Dis. Markers. 22(3):119-25.
Satoh, ε., Ogawa, J., Tokita, T., Nakaguchi, N., Nakao, K., Kida, H., Tomimoto, H., (β014). The efects of
physical exercise with music on cognitive function of elderly people: Mihama-Kiho project. PLoS
One. 9(4):e95230. doi: 10.1371/journal.pone.0095230.
Savaskan, E., Höchli, M., Ganten, D., Chan-Palay, V., (1991). Angiotensin II Immunoreactivity in the
Human Striatum and Hippocampus of Elderly Controls and Patients with Senile Dementia of the
Alzheimer Type and Multi-Infarct Dementia. Dement. Geriatric. Cognitive. Disorders. 2: 314–323.
Savaskan, E., Hock, C., Olivieri, G., Bruttel, S., Rosenberg, C., et al., (2001). Cortical alterations of
angiotensin converting enzyme, angiotensin II and AT1 receptor in Alzheimer's dementia.
Neurobiol. Aging. 22:541–546.
Schupf, N., Sergievsky, G.H., (2002). Genetic and host factors for dementia in Down's syndrome. Br. J.
Psych. 180:405-10.
Scott, W.K., Grubber, J.M., Conneally, P.M., Small, G.W., Hulette, C.M., Rosenberg, C.K., et. al., (2000).
Fine mapping of the chromosome 12 late-onset Alzheimer disease locus: potential genetic and
phenotypic heterogeneity. Am. J. Hum. Genet. 66(3):922-32.
121
Sennvik, K., Fastbom, J., Blomberg, M., Wahlund, L.O., Winblad, B., Benedikz, E., (2000). Levels
of alpha- and beta-secretase cleaved amyloid precursor protein in the cerebrospinal luid of
Alzheimer's disease patients. Neurosci. Lett. 278:169–172.
Seshadri, S., Beiser, A., Selhub, J., Jacques, F.P., Rosenberg, H.I., D´Agostino, B., et. al., (β00β). Plasma
Homocysteine as a Risk Factor for Dementia andAlzheimer's Disease. N. Engl. J. Med. 346 : 476-486.
Seubert, P., Oltersdorf, T., Lee, M.G., Barbour, R., Blomquist, C., Davis, D.L., et. al., (1993). Secretion
of beta-amyloid precursor protein cleaved at the amino terminus of the beta-amyloid peptide.
Nature. 361(6409):260-3.
Shea, Y.F., Chu, L.W., Chan, A.O., Ha, J., Li, Y., Song, Y.Q., (2016). A systematic review of familial
Alzheimer's diseaseμ Diferences in presentation of clinical features among three mutated
genes and potential ethnic diferences. J Formos. εed. Assoc. 115(β)μ67-75. doiμ 10.1016/j.
jfma.2015.08.004.
Shefer, G., Rauner, G., Yablonka-Reuveni, Z., Benayahu, D., (2010). Reduced satellite cell numbers and
myogenic capacity in aging can be alleviated by endurance exercise. PLoS One. 5(10):e13307.
doi: 10.1371/journal.pone.0013307.
Shen, J., Bronson, R.T., Chen, D.F., Xia, W., Selkoe, D.J., Tonegawa, S., (1997). Skeletal and CNS
defects in Presenilin-1-deicient mice. Cell. 8λ(4)μ6βλ-γλ.
Simonsick, E.ε., (β00γ). Fitness and cognitionμ encouraging indings a methodological considerations
for future work. J. Am. Ger. Soc.51(4):570-571.
Sisodia, S.S., Price, D.δ., (1λλ5). Role of the -amyloid protein in Alzheimer’s disease. FASEB J. 9:366-370.
Sosa, AL., (2010). Epidemiologia de las demencias. Envejecimiento Humano una visión transdiciplinaria.
Instituto de Geriatría SSA.pp402.
Spector, A., Thorgrimsen, δ., Woods, B., Royan, δ., Davies, S., Butterworth, ε. et. al., (β00γ). Eicacy
of an evidence-based cognitive stimulation therapy programme for people with dementia:
randomised controlled trial. Br. J. Psychiatry. 183: 248-254.
Stewart, R., White, L.R., Xue, Q.L., Launer, L.J., (2007). Twenty-six-year change in total cholesterol
levels and incident dementia: the Honolulu–Asia Aging Study. Arch. Neurol. 64:103–107.
Sun, Z.K., εa, X.R., Jia, Y.J., δiu, Y.R,, Zhang, J.W., Zhang, B.A., (β014). Efects of resveratrol on
apoptosis in a rat model of vascular dementia. Exp. Ther. Med. 7(4):843-848.
Svennerholm, L., Bråne, G., Karlsson, I., Lekman, A., Ramström, I., Wikkelsö, C., (2002), Alzheimer
disease - efect of continuous intracerebroventricular treatment with Gε1 ganglioside and a
systematic activation programme. Dement. Geriatr. Cogn. Disord.14(3):128-36.
Tamboli, I.Y., Prager, K., Thal, D.R., Thelen, K.M., Dewachter, I., Pietrzik, C.U., et. al., (2008). Loss of
gamma-secretase function impairs endocytosis of lipoprotein particles and membrane cholesterol
homeostasis. J. Neurosci. 28(46):12097-106. doi: 10.1523/JNEUROSCI.2635-08.2008.
Todman, D., (2009). Arnold Pick (1851-1924). J. Neurol. 256(3):504-5. doi: 10.1007/s00415-009-0141-x.
Toral-Rios, D., Franco-Bocanegra, D., Rosas-Carrasco, O., Mena-Barranco, F., Carvajal-García,
R., Meraz-Ríos, M.A., Campos-Peña, V., (2015). Evaluation of inlammation-related genes
polymorphisms in Mexican with Alzheimer's disease: a pilot study. Front. Cell. Neurosci. 9:148.
122
Factores de protección para la demencia en adultos mayores...
doi: 10.3389/fncel.2015.00148.
Verdile, G., Gandy, S.E., Martins, R.N., (2007). The role of presenilin and its interacting proteins in the
biogenesis of Alzheimer's beta amyloid. Neurochem. Res. 32 (4-5):609-23.
Villalpando-Berumen, J.M., Mejia-Arango, S., Aguilar-Salinas, C.A., Ordonez-Sanchez, M.L.,
Gutierrez-Robledo, L.M., (2008). Apolipoprotein E epsilon4, Alzheimer's disease, and cognitive
performance in elderly Mexican Mestizos. J. Am. Geriatr. Soc. 56(4):677-82. doi: 10.1111/j.15325415.2007.01606.x.
Wang, H.X., Karp, A., Winblad, B., et. al., (2002). Late-life engagement in social and leisure activities
is associated with a decreased risk of dementia: a longitudinal study from the Kungsholmen
project. Am. J. Epipdemiol. 155(12):1081-7.
Wang, J., Ho, L., Chen, L., Zhao, Z., Zhao, W., Qian, X., Humala, N.,et al., (2007). Valsartan lowers
brain beta-amyloid protein levels and improves spatial learning in a mouse model of Alzheimer
disease. J. Clin. Invest. 117(11):3393-402.
WHOμ “Dementiaμ A Public Health Priority”. Washington, DC. β01β. [Online]. Availableμ httpμ//apps.who.
int/iris/bitstream/10665/75263/1/9789241564458_eng.pdf.
Wischik, C.M., Novak, M., Edwards, P.C., Klug, A., Tichelaar, W., Crowther, R.A., (1988). Structural
characterization of the core of the paired helical ilament of Alzheimer disease. Proc. Natl. Acad.
Sci. USA. 85 (13):4884-8.
World Alzheimer’s Report 2015. London, Alzheimer’s Disease International (ADI). [Online]. Available:
http://www.alz.co.uk/research/world-report-2015
Wysocki, M., Luo, X., Schmeidler, J., Dahlman, K., Lesser, G.T., Grossman, H., Haroutunian, V., Beeri,
M.S., (2012). Hypertension is associated with cognitive decline in elderly people at high risk for
dementia. Am. J. Geriatr. Psychiatry. 20(2):179-87. doi: 10.1097/JGP.0b013e31820ee833.
Xu, P.T., Schmechel, D., Qiu, H.L., Herbstreith, M., Rothrock-Christian, T., Eyster, M., et. al. (1999).
Sialylated human apolipoprotein E (apoEs) is preferentially associated with neuron-enriched
cultures from APOE transgenic mice. Neurobiol. Dis. 6(1):63-75.
Xu, Y., Berglund, L., Ramakrishnan, R., Mayeux, R., Ngai, C., Holleran, S.,et. al., (1999). A common
Hpa I RFLP of apolipoprotein C-I increases gene transcription and exhibits an ethnically distinct
pattern of linkage disequilibrium with the alleles of apolipoprotein E. J. Lipid. Res. 40(1):50-8.
Ye, X., Tai, W., Bao, X., Chen, X., Zhang, D., (2014). FδZ inhibited -secretase selectively and decreased
A mitochondrial production in APP-SH-SY5Y cells. Naunyn. Schmiedebergs. Arch. Pharmacol.
387(1):75-85. doi: 10.1007/s00210-013-0918-4.
Yescas, P., Huertas-Vazquez, A., Villarreal-Molina, M.T., Rasmussen, A., Tusié-Luna, M.T., López, M.,
(β006). Founder efect for the Ala4γ1Glu mutation of the presenilin 1 gene causing early-onset
Alzheimer's disease in Mexican families. Neurogenetics. 7(3):195-200.
123
Segunda parte
Tópicos prácticos
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demencia:
encuadre desde un programa de ejercicio físico
Ignacio Martínez González Moro, Ana López García, María Carrasco Poyatos
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivoμ determinar el grado de inluencia de un programa de
ejercicio físico sobre los cambios en la evolución de la marcha y el equilibrio, en personas
diagnosticadas con demencia. Por medio del test de Tinetti, 25 pacientes fueron evaluados
cada seis meses y durante un año. Los resultados registraron un declive de 1.2 puntos ±3.02,
valores no signiicativos comparados con el resultado obtenido por quienes fueron recientemente
diagnósticados y el 44% no disminuyó su puntuación. Asimismo, mostraron que los pacientes
con un diagnóstico reciente mantienen mejor las capacidades de la marcha y el equilibrio, lo
que induce a concluir que los programas de ejercicio físico deben iniciar luego del diagnóstico
a in de lograr cambios satisfactorios.
Palabras clave
Demencia, equilibrio, marcha, test de Tinetti, ejercicio físico.
Introducción
E
n sentido amplio la demencia consiste en la pérdida progresiva de las funciones cognitivas.
Es también consecuencia de una alteración degenerativa con déicits cognitivos entre
los que se encuentran: el deterioro y/o alteración de la memoria que afecta la capacidad
del individuo para aprender nueva información o recordar lo aprendido con anterioridad.
Igualmente, constituye un déicit cognitivo la afasia o pérdida de capacidad para producir o
comprender el lenguaje. Un tercer déicit es la apraxia o el deterioro de la capacidad para llevar
a cabo actividades que implican movimiento físico, pese a que la función motora se encuentra
intacta. Por último, la agnosia, consiste en la incapacidad para reconocer o identiicar objetos,
aunque la función sensorial permanezca intacta, además de alterar la ejecución de operaciones
como la planiicación, organización, secuenciación y abstracción. Estos déicits producen un
signiicativo deterioro de la salud constitutiva del sujeto (IεSERSO, β008).
126
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
Existen diferentes causas que originan la demencia, las más frecuentes son la enfermedad
de Alzheimer (Cummings, 2012) y la demencia vascular (DV); ambos padecimientos conllevan
la pérdida de las funciones cognitivas. Otras patologías que la pueden producir son: el VIH, la
enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y la de Pick (Asociación Americana de
Psiquiatría, 2002). Además de afectar la capacidad cognitiva, la demencia genera disminución
en la respuesta de alerta y reacción ante los peligros, puede producir alteraciones de la marcha
y en consecuencia genera el riesgo de provocar caídas en los enfermos (Fabre, et. al., 2010;
Rubinstein, et. al., 2003; y Wood, et. al., 2002).
En las personas con demencia las alteraciones de la marcha son producidas porque el
sistema que controla la locomoción se encuentra desorganizado y por la pérdida de funciones
ejecutivas, en particular, la atención y memoria de trabajo. Por este tipo de déicit los enfermos
de Alzheimer comparados con personas de su misma edad, presentan diicultades en la marcha,
por ejemplo: mayor lentitud al aproximarse y cruzar un obstáculo, dan pasos más cortos,
tienen menor velocidad de marcha y un inferior tiempo en la frecuencia de pasos, además de
mostrar más variación en los pasos y balanceo. De acuerdo con Sheridan y Hausdorf (β007),
la prevalencia de las alteraciones en la marcha, aumenta con la evolución de la demencia. Las
personas con un tipo de demencia distinta al Alzheimer obtienen una puntuación más baja en
los test de la marcha y el equilibrio, en comparación con el resultado obtenido por los enfermos
de Alzheimer (Allan, et al., 2005).
Con el propósito de prevenir y disminuir el riesgo de sufrir caídas, preservar las
capacidades físicas y apoyar la calidad de vida de las personas con demencia, se han impulsado
numerosos programas de ejercicio físico con este tipo de enfermos, (Viñolo, et al., 2006;
Rolland et al., 2007; Santana-Sosa, et al., 2008; Aman y Thomas, 2009; Chang, et al., 2011;
y Venturelli, et al., β011, entre otros). Asimismo, existen suicientes evidencias que prueban
la función protectora del ejercicio contra la manifestación de la demencia, si se realiza con
moderación y de forma regular (Laurin, et al., 2001; Larson et al., 2006; Ahlskog, et al., 2011; y
Colombe, et al., 2006). En la actualidad el panorama para los afectados es muy drástico pues
no existe cura para la demencia. Sin embargo, existen tratamientos farmacológicos y terapias
físicas a in de retardar el deterioro de las capacidades cognitivas (Alzheimer’s Association,
β014). Del conjunto de terapias que existen, el ejercicio físico beneicia las capacidades físicas
y las cognitivas en este tipo de pacientes, aunque es necesario profundizar sobre su eicacia
(Viñolo et. al, 2006). Lo adecuado en estas terapias es preservar las capacidades físicas bajo
óptimas condiciones durante el máximo tiempo posible para disminuir diversos riesgos, en
especial, evitar sufrir caídas. En éste sentido, el objetivo del estudio es determinar el grado de
inluencia de un programa de ejercicio físico sobre la evolución de las capacidades de marcha
y equilibrio, en un grupo de individuos diagnosticados con demencia.
127
Material y métodos
La población de estudio estuvo conformada por 25 personas, de las cuales seis son hombres y
19 mujeres. Todos ellos son usuarios del Centro de Día, institución que pertenece a la Asociación
de Familiares de enfermos de Alzheimer (AFAMUR), en la región de Murcia, España. Luego
de aprobar el proyecto, los representantes legales de la asociación irmaron el consentimiento
para que los usuarios, adultos mayores, participaran en el estudio. La edad de los individuos
oscila entre los 59 y los 88 años, con una media de 76.4 ± 8.81 años. La mayoría tienen
Alzheimer (19 individuos), otros cinco sujetos diagnosticados con demencia mixta y sólo uno
tiene otro tipo de demencia. En función del grado de deterioro global de los sujetos (GDS) el
grupo de 25 participantes fue dividido en dos: 13 individuos formaron el grupo ubicado en fase
inicial-moderada de demencia (grupo inicial), mientras que otros 12 integraron el grupo de la
fase moderada-avanzada (grupo avanzado). Las personas con GDS menor o igual a 4 puntos,
fueron asignadas al primer grupo y los que tienen un GDS mayor o igual a 6 puntos, al grupo
avanzado (Reisberg, et al., 1982). Para evaluarlos se aplicó el test de Tinetti (1986) constituido
por dos sub-escalas: una para medir el equilibrio y otra para calcular la marcha.
La evaluación del equilibrio inició solicitando al sujeto permanecer sentado en una
silla dura sin reposabrazos, con los pies en el suelo y la espalda apoyada en el respaldo.
δa puntuación establecida para los primeros ejercicios fue 0, 1 o β (donde el valor 0ο la
incapacidad para realizar la acción con normalidadν el valor βο la ausencia de alteraciones). δos
ejercicios fueron los siguientes: levantarse, intentos para levantarse, equilibrio en bipedestación
inmediata, equilibrio en bipedestación, equilibrio ante empujes, giro de 360º y sentarse. Se
evaluó con 0 o 1, (0ο la alteración y 1ο la ejecución normal). Siguiente ejercicioμ guardar el
equilibrio manteniéndose sentado de forma autónoma y conservar el equilibrio con los ojos
cerrados. La puntuación máxima para medir el equilibrio fue de 16 puntos.
Para calcular la marcha, se pidió al individuo que caminara a lo largo de ocho metros
con paso normal y dé vuelta los más rápido posible, pero de forma segura. Se le explica
previamente cuál es el punto de partida y hasta dónde debe caminar tratando de seguir
una trayectoria rectilínea. δa evaluación aplica una puntuación de 0, 1 o β, (el valor 0ο a la
alteración marcada por ese aspecto de la marchaν el valor βο la ejecución normal del mismo).
Los ejercicios son los siguientes: longitud del paso con cada pie, altura del paso con cada pie,
trayectoria y balanceo de tronco. Se valoró con 0 o 1, (el valor 0ο la alteración y el valor 1ο la
normalidad). Siguiente ejercicioμ inicio de la marcha, simetría de los pasos, luidez de los pasos
y distancia entre los talones. La puntuación máxima para medir la marcha fue de 12 puntos.
δa puntación máxima del test de Tinetti es de β8 puntos, signiica que con una puntuación
menor a 24, el individuo está en riesgo de sufrir una caída; en cambio, si la puntuación es menor
a 19 puntos, el resultado indica que el sujeto está en alto riesgo de sufrir una caída (Vega, et al.,
2010). La evaluación de cada uno de los participantes se aplicó en tres momentos distintos a lo
128
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
largo de un añoμ primera valoración inicial, la segunda seis meses después y la inal doce meses
después de la primera. Cabe señalar que todas las exploraciones estuvieron a cargo del mismo
profesionista y que el registro de datos se anotó en un formato especíico, diseñado previamente.
En el tiempo transcurrido entre cada evaluación el programa de psicomotricidad y ejercicio
físico fue impartido. Los adultos mayores participaron y asistieron por ese motivo de lunes a
viernes al Centro de Día. Fueron divididos en dos grupos con base en el GDS, realizaron sesiones
por separado y estuvieron guiados por un isioterapeuta, quien adaptó la complejidad de los
ejercicios de acuerdo con las características de cada grupo. Las actividades de ejercicio físico y
psicomotricidad fueron conducidas con el propósito de mejorar el equilibrio, la movilidad, la fuerza,
la lateralidad, la coordinación y la motricidad ina. Como materiales de apoyo fueron utilizadosμ
pelotas, aros de diferentes tamaños, globos, cintas elásticas, balones medicinales, picas, trapos,
lazos, pinzas y una diana. Cada grupo realizó cinco sesiones de 45 minutos, durante cada semana.
Como parte del proceso de estudio, se analizaron las diferencias resultantes de la
evaluación inicial y la segunda, seis meses después de la primera; asimismo, la segunda y
la tercera, doce meses después de la primera; por último, fueron examinadas las diferencias
entre la evaluación inicial y la de un año. Para el análisis estadístico de los datos fue utilizado
el programa SPSSv19. Las variables cuantitativas fueron descritas con valores medios y
desviaciones estándar y las variables cualitativas por frecuencias (porcentajes). Por otro lado,
las muestras independientes fueron examinadas con base en la prueba T para comparar los
grupos delimitados, aunque previamente fue aplicada la prueba δevene a in de asumir que las
varianzas son iguales y con una probabilidad mayor de 0.05.
En el estudio de la variabilidad se aplicó la prueba diseñada para muestras relacionadas,
la prueba T pareada. La correlación entre las variables cuantitativas fue examinada con el
coeiciente de correlación r de Pearson. Mientras que las variables dependientes son las
puntuaciones obtenidas cada vez que se aplicó el test de Tinetti. Por último, las variables
independientes fueron: el sexo, la edad, el grupo asignado, el tipo de demencia y el tiempo
transcurrido (medido en años) entre el diagnóstico y la evaluación.
Resultados
La edad media resultante fue de 76. 4 años ± 8.81; 76.5 para los hombres y 76.42 para las mujeres,
sin mostrar diferencias signiicativas entre ambos sexos. δos sujetos fueron diagnosticados
entre 0 y 12 años antes de ingresar al Centro de Día, con una media de 2.64 ± 2.81 años. El
tiempo transcurrido a partir de que hombres y mujeres fueron diagnosticados, tiene una media
de γ.66 ± 4.5 y β.γ1 ± β.1 años, respectivamente. Signiica que no se encontraron diferencias
notables en relación con el tiempo. Los pacientes del grupo inicial fueron diagnosticados con
una media de tiempo de 2.15 años ± 1.86 y los del grupo avanzado en 3.16 ± 3.58 años;
tampoco en este caso se observaron diferencias sobresalientes.
129
En cuanto al GDS del grupo más numeroso fue 4; mientras que en el grado más avanzado
solamente se incluyen dos sujetos del sexo masculino. Por otra parte, la mayoría de mujeres
del grupo avanzado tienen un GDS 5. En general, se aprecia que los hombres del estudio están
más deteriorados que las mujeres.
En la Tabla 1, se muestran los datos de las puntuaciones medias obtenidas globalmente
del test de Tinetti y su desviación estándar (sd), según el grupo, sexo, edad y tipo de demencia
para cada una de las tres evaluaciones. Desde el punto de vista estadístico no se apreciaron
diferencias signiicativas entre el grupo inicial y el avanzado, en ninguna de las tres evaluacionesν
aunque el grupo avanzado obtuvo valores ligeramente inferiores en las evaluaciones. Ambos
son grupos homogéneos y su dispersión es similar (igura 1). En los dos grupos disminuyó su
puntuación del test de Tinetti; en el grupo inicial el descenso fue progresivo, mientras que el
grupo avanzado, durante los primeros seis meses, mantuvo su puntuación.
Los hombres y las mujeres muestran puntuaciones medias similares, pero en ambos
géneros la tendencia registrada fue a disminuir, aunque más pronunciada en los varones
(igura β). δas mujeres lograron mantener su capacidad de marcha y equilibrio en forma más
eicaz, a diferencia de los hombres. En la evaluación inicial, la puntuación de los varones es
ligeramente superior a la de las mujeres, pero en las siguientes valoraciones esta diferencia
se acentúa progresivamente a favor de las mujeres. Los hombres presentaron un descenso
en la puntuación a lo largo del seguimiento, pero no signiicativo, en las mujeres el deterioro
es menos pronunciado aunque también es progresivo. A partir de la división de la población
en menores de 80 años y personas mayores a esa edad, los resultados mostraron que en las
tres evaluaciones los mayores de 80 obtuvieron una puntuación más baja y que en los otros
participantes existe un descenso mayor en el segundo semestre, esto indica la tendencia a
igualarse en puntuaciones aunque sin diferencia importante (igura γ).
Por otra parte, en función de la demencia tampoco se obtuvieron diferencias signiicativas
en las medias de los dos grupos; no obstante, el grupo que no tiene Alzheimer, mostró una
mayor dispersión de valores. Se puede observar que los enfermos de Alzheimer presentaron
puntuaciones más bajas (test de Tinetti) a diferencia de los otros pacientes en las tres
evaluaciones realizadas. Asimismo, el grupo con Alzheimer presentó un descenso progresivo
en su capacidad de marcha y equilibrio, disminución más pronunciada entre la segunda y
tercera evaluación a diferencia de las dos primeras exploraciones (igura 4). δos individuos
con otro tipo de demencia lograron mantener su puntuación en los seis primeros meses de
intervención, sin embargo, posteriormente tuvieron un ligero descenso.
En relación al tiempo transcurrido entre el diagnóstico y la intervención, el valor medio fue
de 2.64 ± 2.81 años. Separado por sexo, el resultado fue 3.66 ± 4.5 años para los hombres y 2.31
± 2.1 años en las mujeres, sin diferencias relevantes entre ambos. Para los pacientes del grupo
inicial el valor medio fue 2.15 años ± 1.8 años, los del grupo avanzado 3.16 ± 3.58 años. La Tabla
2 registra los valores medio, máximo y mínimo, separados por grupo y sexo. Los varones del
130
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
grupo avanzado son los que tienen un mayor tiempo transcurrido de haber sido diagnosticados.
En la igura 1 se puede observar −en las tres exploraciones− que el grupo con la
condición más crucial en la capacidad de marcha y equilibrio, es el de enfermos que fueron
diagnosticados desde hace cuatro o más años y es el conjunto donde se registró un declive más
pronunciado. Los adultos mayores que ingresaron al Centro de Día durante el mismo año de
su diagnóstico o el siguiente, tuvieron una mejoría en los primeros seis meses de intervención,
pero en el último periodo bajó su marca inclusive por debajo de la lograda al inicio. Por otra
parte, el grupo de individuos con dos o tres años transcurridos desde su diagnóstico, obtuvo
una puntuación superior a los otros dos grupos en las tres evaluaciones, aunque su tendencia
fue progresivamente descendente. En general no fueron encontradas diferencias atribuibles
al sexo o al tipo de demencia. Tampoco existe correlación signiicativa entre las variables del
sexo, el tiempo del diagnóstico y la edad, pero si la hubo con respecto al tiempo transcurrido
del diagnóstico y la intervención en las dos primeras evaluaciones (Tabla 3).
Después de obtener las diferencias de las medias entre las valoraciones 2ª y 1ª (Tinetti
2 – Tinetti 1) y entre la 3ª y 1ª (Tinetti 3 – Tinetti 1), se observó que existe una correlación entre
el tiempo transcurrido desde el diagnóstico con las diferencias de puntuación (Tabla 4). Esta
correlación fue negativa lo que signiica que a más tiempo transcurrido mayor es la diferencia
entre las evaluaciones. Por consiguiente, la valoración posterior tendrá valores más bajos que
la primera, es decir, pierden más puntos los que tienen más años padeciendo la enfermedad
en evolución, lo que destaca entre la segunda y la primera evaluación.
Por otra parte, los participantes fueron divididos en dos grupos en función de la
presencia o no de variación en la puntuación entre evaluaciones. En la siguiente tabla
mostramos el número de sujetos que conforman cada grupo y el porcentaje de acuerdo
con la disminución o no en la puntuación (Tabla 5). Los resultados indican que el 60% de
los casos lograron mantener la puntuación de la primera y la segunda evaluación, o sea,
no decreció ni aumentó; asimismo, muestran que el 44% no presentaron variaciones
de puntuación entre el inicio y el inal de la intervención. No está por demás subrayar
que en estos resultados no tuvieron inluencia el sexo, la edad, ni el tipo de demencia.
Discusión
El presente trabajo se propuso analizar la inluencia de un programa especíico de isioterapia,
en la capacidad del equilibrio y marcha de enfermos con Alzheimer, a in de frenar el deterioro
de estas capacidades que se maniiestan con la evolución de la enfermedad. Para evaluar
la información utilizamos el test de Tinetti y el resultado relevante fue que en el 44% de los
casos el deterioro no se agudizó durante un año. Si reducimos el tiempo del seguimiento a seis
meses, el resultado de estabilización sería el 60% de los sujetos. En el estudio participaron 25
personas, todos usuarios del Centro de Día de AFAMUR, sin anteponer criterios de selección
131
a diferencia de otros trabajos, (Toulotte, et al., 2003; Van de Winckel, et al., 2004; Littbrand, et
al., 2006; Rolland, et al., 2007; Aman y Thomas, 2009; y Kemoun et al., 2010). Fue importante
analizar a esta población de manera global, sin aplicar un criterio selectivo de individuos con las
mejores condiciones físicas, ya que segregar implica un sesgo. Por ende, no fueron excluidos
del estudio aquellos que presentan un tipo de demencia más avanzada, ni los pacientes con
patologías asociadas, tampoco a los que tienen limitaciones en movilidad.
El 76% de los sujetos son mujeres, cifra similar a la incluida en los estudios que no
seleccionan un género (Arkin, 2003; Kemoun, et. al., 2010). También la edad media (76.4
años) se ubicó en el rango utilizado por otros trabajos aines y que oscila entre los 70 (Yagüez,
et. al., 2011) y los 88 años (Williams y Tappen, 2007).
Incluimos a toda la población del Centro de Día a in de comparar a los pacientes de
Alzheimer con los pacientes afectados por otro tipo de demencia, sin encontrar diferencias
signiicativas. Cabe señalar que existen algunos estudios enfocados exclusivamente a sujetos
con Alzheimer (Steinberg, et al., 2009; Kemoun, et. al, 2010; y Venturelli, et. al, 2011), pero
también otras investigaciones no especiican el tipo demencia de los participantes (Christofoletti,
et. al, 2008a; Aman y Thomas, 2009; Chang, et. al, 2011), mientras que otros investigadores
han trabajado con demencias mixtas (Christofoletti, et. al, 2008b). A partir de las exploraciones
es posible plantear que el deterioro de algunas capacidades, no está en función de la causa
que origina la demencia sino que es su consecuencia. La mayoría de los estudios actuales
no analizan las diferencias según el grado de afectación. En cambio el estudio realizado a los
adultos mayores usuarios del Centro de Día, examinó este aspecto y probó que los individuos
con un mayor deterioro, tienden a obtener puntuaciones más críticas en la marcha y el equilibrio,
a diferencia de los usuarios con menor avance de la enfermedad.
Es importante destacar que la evaluación se aplicó cada seis meses durante un año. El
presente estudio junto con el trabajo de Viñolo y colaboradores (Viñolo et. al, 2006), se sitúan
entre los estudios publicados con el mayor tiempo invertido, a diferencia de la mayoría de los
programas que tan solo abarcan algunas semanas. La frecuencia del número de sesiones
se estableció en cinco por semana, aunque la mayoría de otras intervenciones tienen dos
o tres sesiones por semana y tres participantes en promedio que mantienen su asistencia
(Teri et. al, 2003; Van de Winckel et. al, 2004; Steinberg et. al, 2009). La causa de esta
situación subyace en el deterioro progresivo de los participantes, sin embargo, dos o tres
sesiones son insuicientes para conseguir el efecto deseadoν por otra parte, siete sesiones
por semana pueden ser excesivas pues no dan tiempo suiciente para el descanso. Ante este
panorama, la propuesta es que las sesiones sean como la asistencia escolar o laboral, esto
es, cinco días de trabajo y dos para el descanso. Con respecto a la duración de cada sesión
(45 minutos), fue deinida de acuerdo con un término medio en relación al establecido por
otras experiencias, o sea, algunos han determinado que cada sesión abarque 30 minutos
(Palleschi et al., 1996; Teri et al., 2003; Williams y Tappen, 2008; Aman y Thomas, 2009),
132
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
otros recomiendan 75 minutos, que es el caso de Santana-Sosa y colaboradores (2008).
La población de nuestro estudio, al igual que en otras investigaciones, asistió al lugar
adecuado para su atención, el Centro de Día (Viñolo, et. al., 2006; Chan et al., 2011). En
trabajos similares (Williams y Tappen, 2008; Venturelli, et., al, 2011) los participantes están
institucionalizados, pese a que algunos recomiendan hacer los ejercicios en casa (Teri,
et al., 2003; Steinberg, et al., 2009). Desde nuestro punto de vista, el Centro de Día es el
lugar apropiado para desarrollar el programa y porque además los usuarios cuentan con
los beneicios de socialización que les proporciona la institución, así como las ventajas de
recibir atención a domicilio durante el día. No obstante, es importante recomendar que en
cualquier lugar donde los pacientes practiquen ejercicio físico, sean dirigidos y supervisados.
El programa de ejercicios por nosotros aplicado, coincide con quienes plantean que es
más útil el ejercicio en grupos pequeños homogéneos (Van de Witckel et al., 2004; Netz,
et al., β007) y a cargo de un especialista, como un isioterapeuta (Aman y Thomas, β00λν
Christofoletti et al., 2009), aunque existen ejemplos donde es un familiar quien supervisa
(Steinberg et al., 2009; Teri et al., 2003; y Venturelli et al., 2011). En nuestra intervención
se potenciaron las siguientes capacidades físicas: lateralidad, equilibrio, coordinación,
motricidad ina, movilidad y fuerza. Existen otras experiencias que además incluyen la
resistencia y la capacidad que tiene el organismo para percibir las diferentes partes del cuerpo
(propiocepción), al respecto existen investigaciones como las de Hageman y Thomas 2002;
Toulotte et. al., 2003; Santana-Sosa et. al., 2008; y Kemoun et. al., 2010, entre otros. Por el
tipo de población no fue posible evaluar la resistencia; respecto a la propiocepción, implica
una tarea demasiado compleja para el estado en que se encuentran este tipo de enfermos.
Para valorar los cambios en la marcha y el equilibrio se utilizó el test de Tinetti, por ser
una herramienta de uso frecuente en este tipo de pacientes, al igual que en otros estudios
(Santana-Sosa et al., 2008; Hageman y Thomas, 2002; y Viñolo, et al., 2006). Su aplicación
es fácil y rápida, proporciona información objetiva sobre las capacidades de locomoción y el
equilibrio. Se puede administrar en un tiempo breve, sin equipos especializados y permite
realizar un seguimiento. Asimismo, experiencias precedentes han probado su eicacia ante el
riesgo de caídas y en consecuencia permite iniciar el programa de ejercicios preventivo. En el
estudio de Santana-Sosa y colaboradores (β008), encontraron diferencias signiicativas entre
un grupo participante de un programa de ejercicio físico y otro, control. En cambio Hageman
y Thomas (2008), al igual que en el presente estudio, no obtuvieron un resultado global de
mejoría en los valores del test de Tinetti.
Por una cuestión ética conviene aclarar que no fue necesario un grupo control porque la
experiencia probada de la isioterapia sustenta resultados positivos del ejercicio físico, y por otra
parte, porque negar este recurso a un grupo de adultos mayores, durante un año, tampoco es ético.
El hecho de no haber encontrado en los resultados diferencias signiicativas, no representa
un obstáculo para reconocer beneicios. εantener sin incremento de nivel a los pacientes
133
constituye un logro ante la evolución e irreversible condición de la demencia. Investigadores
como Baloh (2003), han estudiado las causas del deterioro en la capacidad de marcha y
equilibrio en un grupo de sujetos sanos, mayores de 75 años de edad. Compararon los valores
del test de Tinetti después de un año y el resultado encontrado fue una diferencia media de 0.5
puntos. Esto signiica que si en personas mayores sanas es posible esperar un descenso en la
calidad de la marcha y el equilibrio, entonces sería previsible un decremento más pronunciado
en personas con demencia. Empero, la puntuación media descendió 1.2 puntos en un año. El
resultado más relevante se encuentra en la cantidad de individuos en los que no cambió su
puntuación a lo largo del año (44%). Signiica que en el supuesto de no haber intervenido con la
frecuencia, intensidad y período de tiempo establecidos, posiblemente la cantidad signiicativa
hubiera sido menor y la disminución de puntuación más pronunciada.
Por otra parte, factores como el sexo, la edad y el grado de deterioro mental, no han sido
determinantes en la posibilidad de evitar el descenso del equilibrio y marcha. En cambio, al
estudiar la correlación entre el tiempo transcurrido desde el diagnóstico y la aplicación del test
de Tinetti, desde el punto de vista estadístico, la puntuación es signiicativa y la diferencia entre
las evaluaciones fue más negativa cuanto más tiempo ha pasado desde el diagnóstico. Estos
resultados sugieren cuán primordial es la intervención temprana (a partir del diagnóstico), para que
los resultados puedan ser más positivos y frenar el deterioro antes de un irremediable descenso.
La forma en la que fueron evaluados los participantes (por medio del test de Tinetti)
condicionó los resultados, ya que por ser tan sencilla es difícil recabar toda la información
posible y el modo de caliicar los ítems permite pocas posibilidades. Otros estudios han utilizado
test más complejos y “deportivos” a in de evaluar tiempo, velocidad y cantidad de repeticiones
del ejercicio. Investigadores como Kemoun y colaboradores (2010), aplicaron el test locometer
de Bessou. En cambio, en otros estudios (Tappen et. al., 2000; Rolland et. al., 2007; Steinberg
et. al., 2009; Aman y Thomas, 2009), evaluaron la cantidad de tiempo ocupado en recorrer
las distancias determinadas. El test get-up-and-go ha sido utilizado en varios estudios (Netz,
et al., 2007; Christofoletti, et al., 2008; y Chang, et al., 2011). El test del equilibrio sobre una
extremidad también ha sido utilizado (Rolland et al., 2007; y Chang, et al., 2011). La escala
de Ber es otra herramienta empleada por diversos investigadores (Burgener, et al., 2008;
Christofoletti, et al., 2008; y Littbrand, et al., 2011).
Por su parte, Toulotte y colaboradores (2003) utilizaron una plataforma de posturografía.
En muchos estudios se obtuvo un aumento de la velocidad de la marcha (Tappen, et al., 2000;
Hageman y Thomas, 2002; Netz, et al., 2007; Rolland, et al., 2007; Venturelli, et al., 2011).
También existen trabajos donde, además de lograr resultados positivos en parámetros de la
locomoción, mejoraron la longitud del paso y duración de la fase de doble apoyo (Kemoun, et
al., 2010). Por su parte, Christofoletti y colaboradores (2008) en sus dos trabajos consiguieron
incrementos en el equilibrio de su población de estudio.
134
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
En la experiencia de trabajo con una población de enfermos de Alzheimer y otros tipos
de demencia, importa más la calidad de las acciones que la cantidad. En la perspectiva clínica
y por sentido práctico, el test de Tinetti es suiciente para evaluar a cada uno de los sujetos y
predecir la probabilidad del riesgo de caídas y la pérdida del equilibrio. Los estudios referidos
corroboran la importancia del ejercicio físico controlado en virtud de los beneicios que produce
en el plano físico y cognitivo de todas las personas, en particular, los adultos mayores con
demencia. Es muy importante proporcionar terapia individualizada a este tipo de enfermos
porque son pacientes que requieren mucha ayuda y atención. Su situación y la de sus familiares
es crítica, muy vulnerable ya que no es posible recuperar lo perdido.
Los resultados permiten concluir que es necesario iniciar los ejercicios físicos a partir
de que los pacientes son diagnosticados. δa isioterapia supervisada por un profesional da
resultados positivos. Los individuos diagnosticados recientemente conservan las capacidades
de marcha y el equilibrio. Aquellos con un deterioro menor, muestran mejores marcas en las
evaluaciones que los que se encuentran en fase más avanzada, así lo han demostrado los
resultados de nuestro análisis.
Fuentes de consulta
Ahlskog, J. E., Geda, Y. E., Graf-Radford, N. R. y Petersen, R. C. (β011). Physical exercise as a preventive
or disease-modifying treatment of dementia and brain aging. Mayo Clinic Proceedings, 86(9). 876-884.
Allan, L. M., Ballard, C. G., Burn, D. J. y Kenny, R. A. (2005). Prevalence and severity of gait disorders
in Alzheimer’s and Non-Alzheimer’s dementias. JAGS, 53, 1681-1687.
Alzheimer’s Association. (2014). Alzheimer’s Disease Facts and Figures, Alzheimer’s & Dementia, 10 (2).
Aman, E. y Thomas, D. R. (2009). Supervised exercise to reduce agitation in severely cognitively
impaired persons. Journal of the American Medical Directors Association, 10, 271–276.
Arkin, S. ε. (β00γ). Student-led exercise sessions yield signiicant itness gains for Alzheimer’s patients.
American Journal of Alzheimer's Disease & Other Dementia, 18, 159-170.
Asociación Americana de Psiquiatría. (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos
mentales, texto revisado (DSM-IV-TR). Barcelona: Masson.
Baloh, R.W., Ying, S.H. y Jacobson, K.M. (2003). A longitudinal study of gait and balance dysfunction in
normal older people. Archives of Neurology, 60. 835-839.
Burgener, S.C., Yang, Y., Gilbert, R. y εarsh-Yant, S. (β008). The Efects of a εultimodal Intervention
on Outcomes of Persons with Early-Stage Dementia. American Journal of Alzheimer's Disease &
Other Dementia, 23(4), 382–394.
135
Chang, S. H., Chen, C.Y., Shen, S. H. y Chiou J. H. (β011).The efectiveness of an exercise programme for elders
with dementia in a Taiwanese day-care centre. International Journal of Nursing Practice, 17, 213–220.
Christofoletti, G., Oliani, M. M., Gobbi, S., Stella, F., Bucken-Gobbi, L. T. y Canineu, P. R. (2008a). A
controlled clinical trial on the efects of motor intervention on balance and cognition in institutionalized
elderly patients with dementia. Clinical Rehabilitation, 22, 618-26.
Christofoletti, G., Oliani, M. M., Gobbi, S., Stella, F. y Bucken-Gobbi, L. T. (2008b). El tratamiento
isioterapéutico ¿es efectivo en el mantenimiento físico y en la reducción del declive cognitivo de
las demenciasς Revista Iberoamericana de Fisioterapia y Kinesiología, 11(1), 11-6.
Christofoletti, G., Oliani, ε. ε., Gobbi, S., Stella, F., Bucken-Gobbi, δ. T. y Borges, G. (β00λ). Inluencia
de la actividad física en la enfermedad de Alzheimer: un caso clínico. Revista Iberoamericana de
Fisioterapia y Kinesiología, 12(2), 96–100.
Colcombe, S. J., Erickson, K. I. y Scalf, P.E. (2006). Aerobic exercise training increases brain volume in
aging humans. The Journals of Gerontology, Series A, Biological Sciences and Medical Sciences,
61(11). 1166-1170.
Cummings, J. (2012). Alzheimer’s disease diagnostic criteria: practical applications. Alzheimer's
Research & Therapy, 4(35). Recuperado de http://alzres.com/content/4/5/36
Fabre, J. M., Ellis, R., Kosma, M. y Woodm, R. (2010). Falls risk factors and a compendium of falls risk
screening instruments. Journal of Geriatric Physical Therapy, 33, 184-197.
Hageman, P. A. y Thomas, V. S. (β00β). Gait performance in dementiaμ the efects of a 6-week resistance
training program in an adult day-care setting. International Journal Geriatric Psychiatry, 17, 329–34.
IMSERSO. (2008). Informe 2008. Las personas mayores en España. Observatorio de Personas
Mayores del IMSERSO. Madrid.
Kemoun, G., Thibaud, M., Roumagne, N., Carette, P., Albinet, C., Toussaint, L., Paccalin, M. y Dugué, B.
(β010). Efects of a physical training program on cognitive function and walking eiciency in elderly
persons with dementia. Dementia and Geriatric Cognitive Disorders, 29, 109-114.
Laurin, D., Verreault, R., Lindsay, J., Macpherson, K. y Rockwood, K. (2001). Physical activity and risk
of cognitive impairment and dementia in elderly persons. Archives of Neurology, 58, 498-504.
Larson, E. B., Wang, L., Bowen, J. D., McCormick, W. C., Teri, L., Crane, P. y Kukull, W. (2006). Exercise
is associated with reduced risk for incident dementia among persons 65 years of age and older.
Annals of Internal Medicine, 144, 73-81.
Littbrand, H., Dietitian, M. C., Lundin-Olsson, L., Lindelof, N., Dietitian, L. H., Gustafson, Y. y Rosendahl,
E. (β011). Efect of a high-intensity functional exercise program on functional balanceμ preplanned
subgroup analyses of a randomized controlled trial in residential care facilities. Journal of the
American Geriatric Society, 59, 1274–1282.
Littbrand, H., Rosendahl, E., Lindelof, N., Lundin-Olsson, L., Gustafson, Y. y Nyberg L. (2006). A highintensity functional weight-bearing exercise program for older people dependent in activities of daily
136
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
living and iving in residential care facilities: evaluation of the applicability with focus on cognitive
function. Physical Therapy, 86, 489-98.
Netz, Y., Axelrad, S., y Argov, E. (2007). Group physical activity for demented older adults – feasibility
and efectiveness. Clinical Rehabilitation, 21, 977-86.
Palleschi, L., Vetta, F., De Gennaro, E., Idone, G., Sottosanti, G., Gianni, W. y Marigliano, V. (1996).
Efects of aerobic training on the cognitive performance of elderly patients with senile dementia of
Alzheimer type. Archives of Gerontology and Geriatrics, 1, 47-50.
Reisberg, B., Ferris, S. H., de Leon, M. J. y Crook, T. (1982). The global deterioration scale for assessment
of primary degenerative dementia. The American Journal of Psychiatry, 139, 1136-1139.
Rolland, Y., Pillard, F., Klapouszczak, A., Reynish, E., Thomas, D., Andrieu, S., Rivière, D. y Vellas, B.
(2007). Exercise program for nursing home residents with alzheimer’s disease: a 1-year randomized,
controlled trial. JAGS, 55, 158-65.
Rubinstein, T. C., Alexander, N. B. y Hausdorf, J. ε. (β00γ). Evaluating fall risk in older adultsμ steps
and missteps. Clinical Geriatrics, 11(1), 52-60.
Santana-Sosa, E., Barriopedro, M. I., López-Mojares, L. M., Pérez, M. y Lucía, A. (2008). Exercise
training is beneicial for Alzheimer’s patients. International Journal of Sports Medicine, 29, 845–50.
Sheridan, P. δ. y Hausdorf, J. ε. (β007). The role of higher-level cognitive function in gaitμ executive
dysfunction contributes to fall risk in Alzheimer’s disease. Dementia and Geriatric Cognitive
Disorders, 24, 125-137.
Steinberg, M., Sheppard, J. M. y Podewils, L. J. (2009). Evaluation of a home-based exercise program
in the treatment of Alzheimer’s disease: The Maximizing Independence in Dementia (MIND) study.
International Journal of Geriatric Psychiatry, 24, 680–685.
Tappen, R. ε., Roach, K. E., Applegate, E. B. y Stowell, P. (β000). Efect of a combined walking and
conversation intervention on functional mobility of nursing home residents with Alzheimer disease.
Alzheimer Disease Associated Disorders, 14(4), 196–201.
Teri, L., Gibbons, L.E., McCurry, S. M., Rebecca, G., Logsdon, R. G., Buchner, D. M., Barlow, W. E., Kukull,
W. A., LaCroix, A. Z., McCormick, W. y Larson, E. B. (2003). Exercise plus behavioral management
in patients with Alzheimer disease. A Randomized Controlled Trial. JAMA, 290, 2015-2022.
Tinetti, M. E., Williams, T. F. y Mayewski, R. (1986). Fall Risk Index for elderly patients based on number
of chronic disabilities. The American Journal of Medicine, 80, 429-34.
Toulotte, C., Fabre, C., Dangremont, B., δensel, G. y Thévenon, A. (β00γ). Efects of physical training
on the physical capacity of frail, demented patients with a history of falling: a randomised controlled
trial. Age and Ageing, 32, 67–73.
Van de Winckel, A., Feys, H., De Weerdt, W. y Dom, R. (β004). Cognitive and behavioural efects of
music-based exercises in patients with dementia. Clinical Rehabilitation, 18, 253-260.
137
Vega, J. F., Díaz, E., Barragán, A. J. y Méndez, D. H. (2010). La escala de Tinetti igual o menor a 24
puntos es un factor asociado a caídas en pacientes geriátricos. Revista Avances, 7, 31-40.
Venturelli, M., Scarsini, R. y Schena, F. (2011). Six-month walking program changes cognitive and
adl performance in patients with Alzheimer. American Journal of Alzheimer´s Disease and Other
Dementias, 26, 381-388.
Viñolo, M. J., León, M. y Iglesias, A. (2006). Valoración y tratamiento isioterápico del Alzheimer. Revista
Iberoamericana de Fisioterapia y Kinesología, 9(1), 11-19.
Williams, C. L. y Tappen, R. M. (2007). Efect of Exercise on εood in Nursing Home Residents with
Alzheimer’s Disease. American Journal of Alzheimer´s Disease and Other Dementias, 22, 389-397.
Williams, C. L. y Tappen, R. M. (2008). Exercise training for depressed older adults with Alzheimer’s
disease. Aging Ment Health, 12(1), 72–80.
Wood, B. H., Bilclough, J. A., Bowron, A. y Walker, R. W. (2002). Incidence and prediction of falls in
Parkinson’s disease: a prospective multidisciplinary study. Journal of Neurology Neurosurgery and
Psychiatry, 72, 721-725.
Yágüez, δ., Kendra, N., Shaw, K. N., εorris, R. y εatthews, D. (β011). The efects on cognitive functions
of a movement-based intervention in patients with Alzheimer’s type dementia: a pilot study.
International Journal of Geriatric Psychiatry, 26: 173–181.
Anexos
Tabla 1. Puntuación del test de Tinetti por evaluación y grupo
CLASIFICACIÓN
1ª Evaluación 2ª Evaluación 3ª Evaluación
Media ± sd
Media ± sd
Media ± sd
GRUPO
Inicial (nο1γ)
Avanzado (nο1β)
SEXO
26,3 ± 4,95
25,5 ± 3,26
25,76 ± 4,26
25,5 ± 3,23
25,46 ± 4,44
24,08 ± 3,72
Varones (nο6)
εujeres (nο1λ)
EDAD
26 ± 2,44
25,89 ± 4,62
25,16 ± 4,16
25,78 ± 3,69
23,5 ± 4,76
25,21 ± 3,9
ξ 80 años (nο1β)
ρ 80 años (nο1γ)
TIPO DEεENCIA Alzheimer (nο1λ)
No Alzheimer (nο6)
26,76 ± 2,04
25 ± 5,6
26,46 ± 3,01
24,75 ± 4,33
25,23 ± 3,87
24,33 ± 4,43
25,84 ± 4,7
26,16 ± 1,83
25,47 ± 4,24
26,16 ± 1,16
24,52 ± 4,62
25,66 ± 1,5
Fuente: Elaboración propia.
138
Evaluación de la marcha y el equilibrio en personas con demecia...
Tabla 2. Tiempo desde el diagnóstico (en años)
Nº años desde el diagnóstico
Varones
Grupo inicial
Mujeres
Grupo avanzado
N
2
Media
2,5
SD
3,5
Mínimo
0
Máximo
5
11
2,09
1,7
0
5
Varones
4
4,25
5,31
0
12
Mujeres
8
2,62
2,66
0
8
25
2,64
2,81
0
12
Población total
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 3. Correlaciones entre los años desde el diagnóstico y la puntuación del test de Tinetti en
las dos primeras evaluaciones
Tinetti 1
C. Pearson
-0,477
Años
Sig. (bilateral)
0,016
N
25
Fuente: Elaboración propia.
Tinetti 2
-0,498
0,011
25
Tinetti 3
-0,177
0,397
25
Tabla 4. Correlación entre las diferencias de las valoraciones y el tiempo (los años desde el
diagnóstico)
Años
Dif. Tinetti 2-1
Dif. Tinetti 3-1
C. Pearson
-0,551 (**)
-0,439 (*)
Signiicación
0,004
0,028
* Correlación signiicativa al nivel 0,05. ** Correlación signiicativa al nivel 0,01
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 5. Número de sujetos por cada grupo según la diferencia en su puntuación
Frecuencia
Porcentaje
Sin cambios
15
60%
Con deterioro
10
40%
Sin cambios
11
44%
Con deterioro
14
56%
Dif. Tinetti 2-1
Dif. Tinetti 3-1
Fuente: Elaboración propia.
139
Figura 1. Evolución del test de Tinetti según el grupo
Fuente: Elaboración propia.
Figura 2. Evolución del test de Tinetti según el sexo
Fuente: Elaboración propia.
Figura 3. Evolución del test de Tinetti según la edad
Fuente: Elaboración propia.
140
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Figura 4. Evolución del test de Tinetti según el tipo de demencia
Fuente: Elaboración propia.
Figura 5. Evolución del test de Tinetti según el tiempo desde el diagnóstico
Fuente: Elaboración propia.
141
Estimulación de la memoria para impedir el
deterioro cognitivo en adultos mayores
Marisol Rincón Arredondo, Lesly Beltrán Sánchez
Resumen
El envejecimiento suele estar asociado con un progresivo declive de la capacidad cognitiva del
individuo. El objetivo del estudio consiste en probar si la aplicación de un tratamiento enfocado
a mejorar la memoria de trabajo, puede incrementar los puntajes de esa capacidad en un
grupo de adultos mayores. El procedimiento fue aplicado a 25 participantes (13 individuos
que integraron el grupo experimental, 12 en el grupo control), evaluados con el apartado de
memoria NEUROPSI, antes y después del tratamiento administrado en 22 sesiones. Los
resultados del análisis estadístico mostraron que el método tuvo un efecto signiicativo, pues
se encontró un mayor puntaje después de la intervención y una consecuencia signiicativa
de grupo. Los puntajes más altos fueron obtenidos por el grupo experimental. La interacción
tratamiento-grupo alcanzó un efecto signiicativo y obtuvo un resultado distinto en cada grupo,
aunque fue mayor en el grupo experimental.
Palabras clave
Envejecimiento, declive cognitivo, memoria, adulto mayor.
Descripción del problema
S
egún datos del censo de población en México (2010), realizado por el Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI), por cada 100 personas (niños y jóvenes de 0
a 14 años) 31 son adultos mayores con 60 años de edad. Por otra parte, el estudio de Guzmán
(β01β) airma que durante 1λ50 el porcentaje de envejecimiento entre la población mexicana
fue de 7.1%; mientras que en1975 descendió a 5.7% y en el año 2000 ascendió a 6%. La
investigación estima que hacia el año 2025 el porcentaje de envejecimiento aumentará a 13.9%
y para el año 2050 ascenderá a 26.5%. Sin duda el incremento poblacional de adultos mayores
plantea múltiples problemas que conciernen a las personas, la familia, el Estado y la sociedad.
El déicit de la capacidad cognitiva y la pérdida de memoria, son algunos de los problemas
más comunes que afectan durante la senectud. Los estudios sobre los problemas de salud
frecuentes en la vejez son desarrollados por investigaciones especializadas, lo que no descarta
143
la participación académica de jóvenes universitarios en proceso formativo como gerontólogos.
En opinión de Squire (Cabrera, 2011), proporcionar a la sociedad educación adecuada
para el cuidado de la salud y autocontrol, además de ser un beneicio constituye un acuerdo
aceptado por las instituciones de salud. En éste sentido, uno de los sectores que debe
recibir atención interinstitucional es el de los adultos mayores. Con ese interés y a partir del
compromiso universitario con la sociedad, la presente investigación tiene como objetivo evaluar
la capacidad de retención de información en una población sana de adultos mayores, por ser
la diicultad más frecuente asociada con el envejecimiento, Junque,(1λλ6). El estudio consiste
en probar si un tratamiento dirigido a estimular la memoria, tiene eicacia y mejora la memoria
de trabajo, evaluada mediante una prueba neuropsicológica.
Justiicación
Elorza (Cabrera, 2011) considera a los adultos mayores un grupo marginado en diversos
aspectos, pero que deberían ser beneiciados por la educación para la salud, por medio de
programas con carácter preventivo y promoción de estilos de vida adecuados. En esa perspectiva,
son necesarias las iniciativas de educación que permitan prever la presencia de alguna
enfermedad mental, como el deterioro de la memoria y el declive cognitivo relacionado con la
edad, entre otras. Por otra parte, Mas (2008) menciona que el fenómeno del envejecimiento de
la población, plantea nuevos objetivos de investigación para las ciencias sociales y las de salud;
aunque desde el punto de vista educativo, es necesario dar información para que las personas
identiiquen algunos riesgos de salud física y emocional, asociados con el envejecimiento.
El interés por evaluar la aplicación de un programa de entrenamiento, con el
propósito de estimular la memoria de trabajo en adultos mayores, fue motivado por los
resultados de algunas investigaciones aines que no alcanzaron su objetivo principalμ
mejorar el proceso cognitivo. El presente estudio fue realizado con dos grupos, uno
experimental entrenado y otro grupo control sin entrenamiento. El proyecto buscó
beneiciar en primer lugar a los adultos mayores −quienes pidieron la implementación del
programa− y al DIF “Centro Gerontológico Plan Vida”, institución de asistencia social que
fue sede del programa. Los datos obtenidos en la interacción inicial, permitieron proponer
actividades en series para los usuarios del DIF, con la inalidad de mantener la memoria de
trabajo, pues este tipo de déicit cognitivo es el más frecuente en el envejecimiento.
Por otra parte, Gontier (2004) sostiene que este tipo de memoria puede ser dañada por
el abuso de drogas y otras condiciones psicopatológicas; aunque también existen otros efectos
importantes como la rapidez y exactitud en el proceso de aprendizaje y retención de nueva
información o en recordar datos. Estas diicultades han sido estudiadas con grupos integrados por
jóvenes y adultos mayores, para medir su desempeño respecto a las tareas de memoria de trabajo.
144
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
Fundamentación
En la historia de la psicología, Hermann Ebbinghaus fue el primero en estudiar la evolución de
la memoria. Uno de sus experimentos básicos al respecto, consistió en ejercicios de retención
de datos, por medio de β mil γ00 sílabas carentes de signiicado. Del conjunto el participante
extraía al azar series de sílabas para memorizar; el experimento tuvo como objetivo medir la
capacidad de memoria del sujeto con base en la evocación de la mayor cantidad de “palabras”
o “términos” sin signiicado (sonidos) que vocablos (Flores, 1λ7γ).
Stassen (2001) argumenta la tesis según la cual, a partir de los 60 años de edad todos
los individuos experimentan cierto deterioro cognitivo. Resultados del estudio de Schaie,
Seattle (USA) indicaron que el adulto mayor tuvo importantes declives en las cinco “principales”
capacidades mentalesμ comprensión y luidez verbal, capacidad espacial, razonamiento
inductivo y capacidad numérica. La tendencia a la disminución fue más pronunciada en
la subyacente capacidad de velocidad en el procesamiento de información y la capacidad
numérica. En otra experiencia similar (Stassen, 2001) a un grupo formado por adultos mayores
y jóvenes, se les pidió recordar de forma deliberada algún dato que estuviera en su base de
conocimientos, datos en relación con su pasado, alguna fecha famosa, hora del día, fecha de cita
con el dentista, etcétera. Los jóvenes casi siempre obtuvieron el mejor puntaje en las pruebas
a diferencia de los adultos mayores. A partir de este resultado, se concluyó que las personas
adultas mayores disponen de menor capacidad de memoria inmediata y de largo plazo, lo que
no sorprendió al investigador. No obstante, Junque (1996) diiere de esta tesis, argumentó que
el envejecimiento aunque es un proceso con pérdidas irreparables del rendimiento funcional,
el déicit de memoria no es una característica exclusiva de la senectud porque el deterioro
cognitivo puede objetivarse cuando inaliza la maduración del sistema nervioso central, o sea,
alrededor de los 30 años de edad.
Asimismo, señaló que constatar el deterioro progresivo es un asunto relativamente
simple ya que el envejecimiento implica un déicit de la capacidad cognitiva, en función
de la degeneración que experimentan las estructuras cerebrales. Postuló que el declive
neuropsicológico no es igual en todos los casos, ni afecta de forma homogénea a las estructura
cerebral, y por consecuencia, tampoco a las funciones cognitivas. En la disertación sobre la
memoria y su posible pérdida, es importante referir a Drayer, quien propuso diferenciar dos
tipos de envejecimiento. Uno de ellos es el común, con ausencia de signos neurológicos;
el otro, es la vejez exitosa que presenta un deterioro isiológico mínimo si se compara con
la condición de los jóvenes (Junque, 1996). A lo largo del envejecimiento normal es posible
detectar una historia de lesiones cerebrales mínimas, causada por condiciones ambientales
y del propio organismo; mientras que el envejecimiento exitoso, supone evitar un conjunto de
factores favorables al deterioro intelectual y es reforzado con cambios en la dieta, ejercicio y la
estimulación tanto intelectual como social (Junque, 1996).
145
El déicit de memoria en la vejez es uno de los signos que más alerta despierta en
los lectores de publicaciones cientíico-médicas y también en la sociedad por la información
difundida a través de los medios de comunicación. Desde el punto de vista de Junque (1996), es
probable que el temor sea resultado de la divulgación sobre la pérdida de memoria y sus trágicas
consecuencias, asociadas con la manifestación del síndrome de Alzheimer. Actualmente, la
capacidad para retener nueva información es una de las condiciones más afectadas por el
envejecimiento. Así, las diicultades para recordar datos correctos (relativamente importantes)
o fragmentos de experiencias, representan un temor frecuente entre la sociedad. Datos,
nombres, fechas y vocabulario de difícil comprensión es posible que no se recuerden por el
individuo durante un lapso de tiempo, sin embargo, pueden ser evocados momentos después
o simplemente se trata de olvidos producto de una distracción. Por lo general, el individuo que
presenta esta clase de olvidos es consciente del problema y siente temor al respecto.
Siguiendo con lo planteado por Junque (1996), señala que la disfunción fue caracterizada
por Kral en 1962, como forma benigna de alteración de la memoria para diferenciarla de la forma
maligna. Esta última regularmente asociada con la demencia senil que afecta la memoria de
hechos signiicativos y los irrelevantes. Asimismo, la alteración negativa de la memoria puede
ser identiicada cuando el individuo maniiesta indiferencia ante el problema o en situación
extrema desconoce la magnitud del daño. La Afectación de la Memoria Asociada a la Edad
(AMAE) impacta a toda la población después de los 50 años (Junque, 1996). Así, con frecuencia
es motivo de preocupación en las personas mayores, especialmente las que desempeñan
tareas intelectuales, los que ejercen una profesión, aunque también la alteración se releja
en las diicultades para aprender nueva información, nuevos nombres, nuevos números de
teléfono, en la retención de información (no relevante desde el punto de vista profesional o
emocional) y en el esfuerzo por recordar algún objetivo propuesto después de una distracción.
Hipótesis
Los participantes que reciban el tratamiento y concluyan el programa, obtendrán los puntajes
más altos en la evaluación neuropsicológica, a diferencia del grupo control que no lo recibió.
Objetivos
Evaluar si un tratamiento enfocado a la memoria de trabajo mejora los puntajes en adultos
mayores, por medio de una evaluación neuropsicológica.
146
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
Materiales y método
Se aplicó la prueba neuropsicológica NEUROPSI (Ostrosky-Solis, et al., 1997), la cual
especiica normas para la población mexicana y permite evaluar a detalle el proceso de
atención y memoria. El apartado diseñado para evaluar la codiicación y evocación, fue
aplicado para evaluar la memoria de trabajo. La muestra estuvo compuesta por 25 sujetos,
quienes participaron en forma voluntaria y son usuarios del Centro Gerontológico Plan Vida,
en el estado de Querétaro, México. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno
experimental, integrado por 13 sujetos con tratamiento y un grupo control de 12 sujetos, sin
tratamiento. Ambos grupos fueron evaluados al inicio y al término de la intervención. Los
participantes tienen una edad promedio de 69.9 años, el 80% son mujeres y 20% hombres.
El tratamiento consiste en una serie de ejercicios dirigidos a estimular la memoria de trabajo
y fueron administrados en 22 sesiones. Para el análisis estadístico de los datos, se utilizó la
ANOVA de dos vías con un factor de repetición de medidas (antes vs. después del tratamiento)
y un factor de grupo (grupo experimental vs grupo control). Fueron analizados los siguientes
efectos: el efecto del tratamiento; el de grupo y el efecto de la interacción del tratamiento con
el grupo. Por último, cabe precisar que el estudio es de tipo cuantitativo, de alcance explicativo
y cuasi experimental.
Marco teórico
El surgimiento e implantación de la psicología cognitiva como nuevo paradigma en la psicología,
hizo posible un avance sin precedentes en el conocimiento de la memoria humana (Vargas,
2001). Desde el punto de vista del nuevo paradigma, Hernández (2010) sostiene que existen
sistemas de información que constan de tres aspectos fundamentales: estructura, procesos y
representación. La estructura está formada por elementos que se ocupan del procesamiento de
la información (la memoria a corto plazo, largo plazo, etcétera). Los procesos son actividades: la
decodiicación, el almacenamiento y la recuperación. δas representaciones, son la forma en que
se codiica y registra la información en el sistema. Por otra parte, Hernández (β001) considera
que el individuo posee la capacidad de procesar la información a partir de representaciones,
creencias y expectativas. δa psicología cognitiva ha formulado una clasiicación de la memoria
con la que coincide Boget (1999), quien distingue una memoria en dos o tres niveles: uno a
corto plazo que consiste en el registro inmediato, percibido o producto de experiencias en la
vida cotidiana; el segundo, memoria a largo plazo, es un proceso cuya función consiste en
reorganizar datos y las experiencias a partir de contextos vividos en el pasado lejano, y por
último, puede haber la posibilidad de recordar cosas a corto y largo plazo, pero que sean
recuerdos no signiicativos y no alteren la conducta de la persona. δa memoria de largo plazo
a su vez dividida en episódica, procedimental y semántica.
147
La memoria episódica contiene el recuerdo de experiencias personales, por ejemplo:
“ayer me mordió un perro”, “¿dónde estuve el domingoς”. δa memoria semántica conserva
el vocabulario, los hechos generales, conceptos y relaciones, sin referencia a cómo, dónde
o cuándo se obtuvieron esos conocimientos, por ejemploμ “los perros muerden”, “para viajes
largos, es mejor usar el avión”. δa memoria procedimental cuida los patrones de actuación frente
a eventos o problemas especíicosν son modelos que pueden ser de naturaleza elemental,
por ejemploμ “ante un perro, correr”, “rechazar invitación para la discoteca”, o compuestos,
“secuencia de pasos para hacer una reserva”, etcétera.
Clasiicación de la memoria
Boget (1999) asevera que la memoria no es una función mental simple, sino que se trata de
un fenómeno complejo en el que intervienen tres sistemas: la memoria sensorial, la memoria a
corto plazo (memoria operativa o de trabajo) y la memoria a largo plazo, ésta a su vez, contiene
las memorias procedimental, semántica y episódica. Estos sistemas suelen ser descritos en
sentido igurativo con la imagen de varios almacenes donde resguardar la información.
Continúa señalando Boget, que la memoria sensorial como una estructura donde
la información proveniente de los sentidos es almacenada. El estímulo sensorial que llega
hasta su lugar (memoria sensorial), no se analiza, ni es interpretado, porque se registra en
aproximadamente 250 milisegundos, como estímulo sensorial puro. La función de la memoria
sensorial es la de prolongar la duración del estímulo, para que el individuo sea capaz de
analizar y aprovechar la información recibida, por ejemplo: durante una conversación entre
dos sujetos, uno de ellos advierte que no escuchó bien la última parte del diálogo por lo que
pide a su interlocutor que le repita lo que en apariencia no registró y en algún momento de la
repetición todavía en curso, el individuo es capaz de completar el enunciado u oración a la par
de su interlocutor. A diferencia de Boget, Stassen (2001) no se expresa por medio del concepto
de memoria sensorial, sino con base en la igura del almacén o registro sensorial. Algunos
estudios sugieren que los efectos del envejecimiento pueden ocasionar un leve deterioro de la
sensibilidad y por tanto afecta al registro sensorial.
Finalmente sostiene Boget que la memoria de corto plazo tiene un papel más activo en el
proceso mental y es clave en el funcionamiento de otras operaciones. Tiene mayor capacidad
que la memoria sensorial, es decir, retiene el tiempo suiciente la información sensorial
para ser aprovechada por otros procedimientos cognitivos y los datos tienen una duración
aproximadamente de 30 segundos. Por otra parte, la memoria operativa o de trabajo es una
función del proceso mental a corto plazo y es un componente de la actividad consciente. Según
Stassen (2001), una vez captada la información ésta es ubicada en la memoria de trabajo; su
actividad es producida en un determinado momento y hace posible el razonamiento, el cálculo
mental, extraer conclusiones y otros procesos cognitivos del proceso mental.
148
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
δa memoria a largo plazo es deinida por Boget como un lugar estable donde se va
acumulando la experiencia diaria. Descrita con otra igura, parece una enciclopedia que reúne
la información que no es utilizada en todo momento, pero subyace para ser consultada cuando
se requiere. La información contenida en la memoria a largo plazo por lo regular permanece
almacenada y su capacidad de registro es ilimitada, su duración varía de unos pocos minutos
hasta varios años. Según la clasiicación formulada por Boget , la memoria de largo plazo
tiene tres subsistemas: la memoria procedimental, la semántica y la episódica. Como su
denominación lo denota, la memoria procedimental tiene información relativa al modo o
procedimiento para ejecutar actividades; incluye cualidades motoras y de otro tipo, por ejemplo,
la habilidad necesaria para utilizar diversos objetos o la destreza para resolver una ecuación. La
memoria semántica contiene información organizada sobre el conocimiento del mundo, hechos,
conceptos, vocabulario, etcétera. La memoria episódica guarda acontecimientos ocurridos en
la trayectoria de vida y experiencias; algunos de los episodios permanecen grabados a largo
plazo y otros son olvidados.
Concebir la memoria como un proceso simple, unitario, en el cual las memorias de corto
y largo plazo representan polos extremos de un continuum, o si ambos conceptos signiican
procesos diferentes, es una cuestión que ha sido examinada por Smith y Rotirman (1970). Los
investigadores consideraron evidente que las capacidades de la memoria (de corto y largo
plazo), son distintas; por ejemplo, una diferencia es reconocible en la operación de almacenar,
ya que para la MCP parece ser inestable y limitada, sin embargo, para la MLP el mismo
procedimiento es bastante estable e ilimitado.
Memoria de trabajo, codiicación y evocación
Orbe (2012) menciona que la memoria de trabajo (MT) es un concepto introducido por Alan
Baddeley en 1976, en sustitución de la noción de memoria a corto plazo por considerarla
imprecisa, objeción discutible pero interesante. Señala también que la MT se encuentra en la
corteza pre-frontal y sus contenidos son actualizados constantemente. Se alimenta tanto de
información sensorial como de la memoria a largo plazo, distribuida por toda la corteza. La
memoria activa de trabajo utilizada en los procesos conscientes consta de tres componentes:
El ejecutivo central: determina a qué prestar atención y organiza la secuencia de
operaciones.
El bucle fonológico: maneja y mantiene en memoria el material hablado y escrito.
El bloc de notas viso-espacial: maneja y mantiene las imágenes.
149
Acerca de la memoria activa de trabajo, Manzanero (2008) argumenta que el proceso
de codiicación lleva en sí mismo la capacidad de formar una impresión o huella. Cada una
es única y especíica, está inluida por información autobiográica y se relaciona espaciotemporalmente con el episodio; asimismo, recibe suministro de la memoria semántica. Implica
que la memoria no registra la información tal como es percibida sino que transita por una
selección después de ser interpretada (lo que da signiicado) y por último, se integra a las
estructuras existentes. Según Tulving y Thomson (εanzanero, β008), la codiicación produce a
partir de cada impresión una memoria circunstancial y especíica de modo tal que existen tantas
huellas como codiicaciones, aunque la especiicidad depende de la información contextual.
En éste sentido, propusieron el principio de codiicación especíica, el cual supone que la
codiicación determina lo que se almacena y el contenido permite seleccionar cuáles indicios
por recuperarse son aprehensibles y así acceder a lo almacenado (Manzanero, 2008).
Por otra parte, Ocaña y colaboradores ( 2012) indican que durante la fase de recuperación
es cuando el individuo inalmente obtiene la información −que puede ser evocada en cualquier
momento− y que esta operación se realiza en orden. A partir de la acción de búsqueda se
dinamiza el contenido y es organizado, lo que signiica que la información es localizada
mediante estrategias de recuperación.
La teoría sobre recuperar la memoria sostiene que no es que se produzca una pérdida
en el intervalo de retención, sino que simplemente no logra ejecutarse la prueba. La teoría
referida establece tres modos especíicos de recuperación. El primero es generado cuando
nuevos estímulos −procedentes de fuentes internas o externas− son adicionados al complejo
estimularν los nuevos elementos diieren de lo aprendido originalmente, y en consecuencia,
se produce el olvido porque el contexto del estímulo (ya alterado), no responde. El segundo
modo, ocurre cuando los estímulos que salen −y que forman parte del complejo original−
son omitidos repentinamente, el complejo resulta afectado, y en consecuencia, disminuye su
capacidad para producir la reacción aprendida. El tercero es producido cuando los estímulos
durante la actividad de recuperación, son restituidos por el recuerdo, así la restitución permite
disminuir el fallo de recuperación (Ocaña, et al., 2012).
Investigaciones aines
En el estudio “Eicacia de un programa de entrenamiento en memoria de ancianos, con y
sin deterioro cognitivo” de Calero (β006), el investigador utilizó una muestra de λ8 ancianos
participantes (59 del grupo tratamiento y 39 grupo control), para ser evaluados en tres
momentosμ antes del entrenamiento, al inal del programa y nueve meses después de inalizar
el programa, por medio de pruebas del funcionamiento cognitivo. Las personas del grupo
tratamiento participaron en 14 sesiones. La intervención enseñó diferentes estrategias y
apoyos de memoria para ser aplicados en la vida diaria y reducir las diicultades retentivas.
150
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
Los resultados mostraron que los miembros del grupo de tratamiento mejoraron su rendimiento
cognitivo en las evaluaciones posteriores a la intervención. Mientras que los resultados del grupo
control tuvieron un declive signiicativo, aunque al inicio no existían diferencias entre gruposν
sin embargo, las diferencias se registraron luego de introducir el entrenamiento. Asimismo,
señala que los participantes mejoraron o mantuvieron su rendimiento cognitivo en contraste
con los que no, ya que éstos tuvieron un declive en las pruebas previas y en las posteriores al
entrenamiento. Finalmente, una de las principales conclusiones sostiene que el entrenamiento
cognitivo no solo ayudó a mejorar la memoria, sino que evitó su declive cognitivo en los adultos
mayores que fueron entrenados.
En el campo de la psicología existen experiencias en las que se han aplicado tratamientos
para mejorar la memoria desde diferentes perspectivas, con distintas metodologías e
instrumentos de evaluación. Por ejemplo, Velilla (2010) evaluó los efectos de aplicación de
un programa de estimulación cognitiva multifactorial (PECM) sobre la memoria operativa, en
pacientes con un leve deterioro cognitivo amnésico. El propósito de su estudio fue establecer la
naturaleza de los cambios que fuera posible inducir en la memoria operativa (MO) con mujeres
en edad avanzada, quienes padecen DCL amnésico (DCL-A). La muestra fue integrada por
siete mujeres seleccionadas previamente de acuerdo con los requerimientos de la investigación,
pues debían tener DCL-A. Las mujeres fueron evaluadas desde la neuropsicología y la MO,
antes y después de 24 sesiones de un PECM; cada evaluación tuvo una hora de duración
y su aplicación fue tres veces por semana. Para evaluar la memoria operativa fue utilizada
la batería diseñada por Pickering, Baqués y Gathercole. Los datos estadísticos mostraron
diferencias signiicativas (pξ0.05) y clínicamente importantes (TEρ0.75) en componentes de la
MO, especialmente de la agenda viso-espacial (AV) y del ejecutivo central (EC). La conclusión
fue que un PECM, mediante la enseñanza de estrategias (internas y externas) para fortalecer
diversas actividades, por ejemplo economizar, ordenar, controlar, planiicación de procesos de
almacenamiento y evocación, así como para reforzar los componentes de la atención, mejora
la agenda viso-espacial y los componentes del ejecutivo central.
En el mismo terreno de exploración, Cabrera (2011) llevó a cabo un estudio en la
Universidad de Baja California, εéxico, con el in de observar y medir la eicacia de la intervención
sobre la memoria operativa de trabajo −del adulto mayor− por medio de recursos educativos
didácticos, como el juego de estampas con imagen (popularmente denominado memorama),
laberintos, rompecabezas, etcétera. El estudio destacó como problemas actuales el incremento
de la población adulta mayor y el déicit en la capacidad de memoria. Las evaluaciones se
aplicaron antes (semana cero) y después (semana cinco) de la intervención educativa, a 25
sujetos organizados en dos grupos. Como instrumentos de evaluación utilizó la escala Wechsle
de Inteligencia para Adultos III (WAIS III) y el Mini Mental State Examination (MMSE), durante
cinco semanas. Asimismo, evaluó la MOT antes y después con base en el test T Student y
con la prueba ANOVA al interior de cada grupo. El grupo control no recibió intervención. En el
151
grupo intervenido, se observó una diferencia signiicativa (εεSE pο0.01β y WAIS III pο0.0β)ν
en el grupo control la diferencia mostrada no fue signiicativa (εεSE pο0.8 y WAIS III pο0.λ),
mientras que la ANOVA sólo mostró diferencias al interior del grupo intervenido. Los resultados
del estudio permitieron concluir que la intervención educativa mejoró la memoria operativa de
trabajo, además del beneicio que toda experiencia de tipo preventivo conlleva. Sin embargo,
para dar seguimiento y profundizar en el tema, el investigador recomienda prolongar el tiempo
del programa de seis a 1β meses, a in de dimensionar los alcances de la intervención.
Resultados y discusión
La ANOVA es una prueba estadística frecuentemente utilizada para encontrar diferencias
signiicativas en diseños que incluyen comparaciones entre más de dos grupos o condiciones
por examinar. El análisis estadístico permitió mostrar efectos signiicativos del tratamiento (Fο
4β.4, glο 1,βγ, Pξ0.001), con mayores puntajes después del tratamiento (ver Gráica 1).
Asimismo, mostró un efecto sustancial de grupo (Fο6.β4, glο1,βγ, Pο0.0β), los puntajes más
altos fueron los obtenidos por el grupo experimental. La interacción tratamiento y grupo, reportó
un efecto relevante (Fο 14, glο1,βγ y una Pο0.001), lo cual indica que el tratamiento tuvo un
efecto distinto en cada grupo, pero mayor en el grupo experimental (Ver Gráica β).
Aunque el grupo control presentó un incremento de puntuaciones de memoria, este aumento
no es equiparable al incremento de las puntuaciones del grupo experimental, lo que puede ser
interpretado como efecto del factor de medidas repetidas (durante el intervalo de seis meses),
es decir, que existen efectos del recuerdo reciente de la primera aplicación. Es pertinente
señalar que el centro de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), sede del programa, mantiene
un ambiente estimulante para los adultos mayores, ya que promueven actividades deportivas
y recreativas, además de mantener un control sobre su salud (física y emocional), lo que
puede contribuir al retraso del declive cognitivo en la población. δos resultados conirman que
la intervención del programa para estimular y ejercitar las habilidades cognitivas, contrarresta
algunos efectos del envejecimiento. Así, el entrenamiento no solo mejora la memoria, también
evita el declive cognitivo en las personas entrenadas, planteamiento sostenido por Calero
(β006) en “Eicacia de un programa de entrenamiento de la memoria, en ancianos con y sin
deterioro cognitivo” y con el cual concordamos.
Conclusiones
El estudio prueba que el tratamiento fue favorable. En el grupo experimental, los resultados
de la evaluación posterior a la intervención así lo demuestran, porque obtuvo un incremento
signiicativo en la puntuación de memoria y en la evaluación neuropsicológica, resultado que
no fue logrado en el grupo control. Por lo tanto, es posible concluir que el tratamiento utilizado
152
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
mejora la capacidad de memoria y representa una alternativa necesaria para retrasar el deterioro
cognitivo en adultos mayores. A partir de la intervención educativa se pueden compensar los
cambios cognitivos del envejecimiento y sus repercusiones, pues el déicit de memoria tiene
consecuencias cruciales. Colateralmente, el programa también contribuye en la adaptación
del individuo con su entorno. Sin embargo, para determinar con más profundidad el impacto
del tratamiento sobre la memoria de trabajo, precisa dar un seguimiento mayor a seis meses,
es decir, requiere de tiempo para observar a largo plazo su alcance. Asimismo, es interesante
considerar si en una intervención que comprenda un tiempo mayor a los seis meses es posible
obtener resultados similares, y de ser necesario, aplicar una tercera evaluación al grupo
experimental con igual intervalo a in de corroborar si los resultados positivos permanecen.
Finalmente, pensamos que el entrenamiento con base en actividades y ejercicios para estimular
la memoria, la atención y otros procesos cognitivos, pero sobre todo que impelen a la persona
a utilizar sus habilidades y recursos para la solución de diicultades, debería ser incluido en los
protocolos de intervención con adultos mayores.
Fuentes de consulta
Boget Lucia, T. y Penades Rubio, R. (1999). No me acuerdo. Trastornos de la memoria. Barcelona:
Océano, 12-46.
Cabrera. C., Morales, A., Arias, E., González, G., Vega, M., Coronado, A., et al. (2011). Efecto de
una intervención educativa sobre la memoria operativa de trabajo del adulto mayor: estudio cuasi
experimental con juegos populares. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 13 (2), 55-67.
Calero García, ε. D. y Navarro-González, E. (β006). Eicacia de un programa de entrenamiento en
memoria en el mantenimiento de ancianos con y sin deterioro cognitivo. Clínica y Salud, 187-202.
Flores, C. (1973). Memoria, olvido y reminiscencia. En P. Fraisse. Aprendizaje y memoria, (pp. 316317). Buenos Aires: Paidos.
Gontier, J. (2004). Memoria de trabajo y envejecimiento. Revista de Psicología, XIII, 111-124.
Guzmán, F. (14 de Junio de 2012). Periódico El Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.
mx/cultura/69019.html
Hernández, B. M. (01 de Junio de 2010). Slideshare. Recuperado de http://www.slideshare.net/
profepsi01/psicologia-cognitiva
INEGI. (7 de agosto de 2012). INEGI. Recuperado de http://www.inegi.org.mx/Sistemas/temasV2/
Default.aspxςsοest&cο17484
Smith, W. y Rotirman, N. L. (1970). Retencion y olvido. En W. I. Smith y N. L. Rotirman. Cómo se
aprende el comportamiento. (pp. 216-217). Buenos Aires: Paidós.
153
Junque Plaja, C. (1996). Alteraciones cognitivas en el envejecimiento normal en comparacion con los
deicits cognitivos en las demencias. En ε. J. Ramos Platón, A. Aguirre Berrocal, R. Druker Colin,
J. Espinar Sierra, M. Marti Nicolovius, I. Morgado Bernal, et al. Sueños y procesos cognitivos. (pp.
277-288). Madrid: Sistesis Psicologica.
Manzanero, A. L. (2008). Aspectos básicos de la memoria. En A. L. Manzanero. Psicología del
Testimonio (pp. 27-45). Madrid: Ediciones Pirámide.
Mas T. C. (2008). Mejora de la memoria en personas mayores: Variables a tener en cuenta. Papeles del
Psicólogo. Madrid: Consejo General de Colegios Oiciales de Psicólogos, 29(2), 213-221.
Ocaña Velazquez, E., Izquierdo Orozco, I., Aceves Estrada, V. y Fuentes Arana, J. C. (2012). Robertexto.
com. Recuperado de www.robertexto.com
Orbe, A. (31 de Marzo de 2012). ALTI040. Recuperado de http://alt1040.com/2012/03/memoria-detrabajo-working-memory-ram-y-biblioteca
Stassen, K. (2001). La vejez: El desarrollo cognitivo. En K. S. Berger, Psicologia del desarrollo: adultez
y vejez. Madrid: Médica Panamericana.
Vargas, J. M. (2001). Psicologia cognitiva de la memoria. Anthropos , 34-44.
Velilla-Jiménez, L. M., Soto-Ramírez, E. y Pineda-Salazar, D. (2010). Efectos de un programa de
estimulación cognitiva en la memoria operativa de pacientes con deterioro cognitivo leve amnésico.
Revista Chilena de Neuropsicología, 185-198.
154
Estimulación de la memoria para impedir el deterioro cognitivo...
Anexos
Gráica 1.
Fuente: Elaboración propia
Gráica 2.
Fuente: Elaboración propia
155
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Hugo Roberto Valderrama
Resumen
El trabajo expone las características del cuidado de las personas mayores, las de los
cuidadores y sus clasiicaciones, los modelos del cuidado y el impacto de esta actividad sobre
las familias Uno de los resultados a los que llega la presente invetsigación consiste en discernir
las características particulares que deinen a los cuidadores (formales e informales).
Palabras clave
Adultos mayores, cuidadores y taxonomía del cuidado.
Introducción
L
os seres humanos somos frágiles y vulnerables comparados con otras especies. Desde
el nacimiento del individuo hasta que tiene la capacidad de supervivencia autónoma,
transcurren varios años con dependencia casi absoluta y continua de sus progenitores. Desde
el punto de vista social, la atención de los individuos que no pueden valerse por sí mismos a
causa de su vejez o por sufrir enfermedades y tener limitaciones de algún tipo, es considerada
un deber y obligación. Todos los individuos somos seres dependientes en mayor o menor
medida, por esa condición necesitamos de otros para sobrevivir hasta el punto que la creciente
división del trabajo y la interdependencia, son rasgos de la modernidad (Tobío et al., 2010).
El paciente geriátrico
El paciente geriátrico es el sujeto que cumple con tres o más de las siguientes características:
tener 65 años de edad o más, muestra varias patologías, padece enfermedades de carácter
invalidante, con o sin patología mental acompañante y tiene problemas de tipo social en
relación con su estado de salud.
157
Con respecto a los cuidados, los ancianos integran un grupo de pacientes que plantea
problemas especiales y con necesidades especíicas en su cuidado –en comparación con los
adultos más jóvenes− como pueden serμ la dependencia, resultado del deterioro cognitivo,
diicultades y riesgos en las actividades diarias, frecuentes hospitalizaciones, etcétera. No
obstante, las condiciones de salud y la circunstancia social del paciente geriátrico, precisan de
una atención especializada y su correcta asistencia. De acuerdo con datos estadísticos, los
adultos mayores reciben cerca del 70% de los fármacos en el área de atención primaria y ocupan
aproximadamente el 50% de la capacidad de internación hospitalaria con respecto al uso de
camas. La cifra de individuos hospitalizados mayores de 75 años de edad, eventualmente llega
a cuadruplicar el número de ingresados con 15 y hasta 64 años de edad. Los adultos mayores
son los usuarios de mayor consumo de recursos sanitarios, por razones justiicadas, en
proporción con el gasto que representan las personas más jóvenes (Defensor del Pueblo, 2000).
Por otra parte, es insuiciente la cantidad disponible de enfermeras y personal de
trabajo doméstico del sistema de salud y en domicilios particulares, requerida para atender a
los enfermos en forma adecuada. Sin omitir que existen muchas mujeres que son empleadas
por el comercio y la industria, la carencia de personal genera complicaciones de grandes
dimensiones para asistir y dar cuidados a las personas mayores. Esta situación no sólo afecta
en Argentina y Latinoamérica, sino también a los Estados Unidos de Norteamérica y Europa.
Los profesionistas del campo médico ante la prolongación de la expectativa de vida
del individuo y el aumento de la población de adultos mayores, no deberían ignorar su propia
responsabilidad hacia los ancianos cuando éstos enferman o se invalidan. Una directriz ética
de los médicos sería: siempre esforzarse para que los ancianos, enfermos o discapacitados,
permanezcan en sus respectivos domicilios, reciban suicientes cuidados en condiciones
que hagan de su domicilio el hogar apropiado. Pero muchos ancianos crónicamente
enfermos permanecen viviendo en una cama de hospital o en un geriátrico. Ellos deberían
ser diagnosticados con mayor profundidad, recibir tratamiento adecuado y eventualmente,
si es inevitable, institucionalizarlos. Cuando se presentan por atención urgente, luego de
recibir el diagnóstico adecuado e iniciar el tratamiento, tendrían que ser ubicados en áreas
hospitalarias construidas y equipadas exprofeso para los pacientes geriátricos. Sin embargo,
las instituciones de salud continúan sin comprender las necesidades de este tipo de pacientes,
por ejemplo, cuando una embarazada ingresa es internada en el área de maternidad, los
pacientes quirúrgicos en cirugía, los cardiópatas en coronaria, los infantes en pediatría y a los
ancianos, a los ancianos…donde hay cama (Valderrama, 1997).
δos ancianos con enfermedad crónica pueden ser clasiicados a partir de las
características siguientes: los que pueden permanecer en casa; los que pueden ingresar al
hospital y retornar a su hogar; aquellos casos en que no es posible el regreso a su casa. Otra
subdivisión de casos socio-sanitarios puede ser:
158
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
1. Los que cuentan con condiciones para permanecer en su domicilio, en completa libertad.
2. Aquellos que son sedentarios o parcialmente ambulatorios, pero que podrían
encontrarse bien en un hogar adaptado a sus necesidades de cuidado (por ejemplo,
con ascensores, barandas en baños y pasillos, etcétera).
3. Los que deben permanecer en un instituto geriátrico por:
a) Necesitar mucho apoyo para sus tareas diarias y de pocos cuidados médicos. Son
pacientes frágiles o incapacitados para permanecer solos en un domicilio protegido.
b) Requerir de asistencia de enfermería y algunos cuidados médicos, como los
enfermos neoplásicos avanzados, insuiciencia cardiaca, etcétera.
c) Precisa de cuidado médico intenso y enfermería, como los pacientes con
incontinencia, los que requieren sujeción en camas especiales o por una
segregación del conjunto de pacientes, excitación o porque son pacientes con
demencia, necesitan un cuidado intenso (Warren, 1996).
Las personas longevas, los viejos, son los verdaderos exponentes de la salud. Ellos
cuidaron su salud por eso llegaron a la vejez y no se quedaron en el camino como los verdaderos
enfermos. Los ancianos no están enfermos por ser viejos, solo van deteriorándose de manera
inexorable como le ocurre a todo ser vivo, es decir, envejecen por el transcurrir del tiempo sobre
sus cuerpos. Cuando se entienda el envejecimiento de esta forma, entonces será reconocida la
importancia de los cuidados indispensables durante la avanzada edad. Actualmente el sistema
de salud centrado exclusivamente en sanar, tendrá que desarrollar con mayor extensión y
profundidad el concepto y visión del cuidado, en oposición a la postura que antepone el interés
lucrativo de la industria farmacéutica. A los intereses mercantiles les conviene predicar que el
objetivo del sistema de salud es sanar y por tal motivo es ignorado cualquier otro punto de vista
y análisis. Para terminar con la (falsa) disyuntiva de sanar o cuidar, el sistema debe enfrentar
el desafío de incorporar los cuidados como un componente de su compromiso. Los cuidados
no excluyen la salud, no son opuestos ni independientes de las acciones sanitarias y deberían
ser incluidos en las políticas de salud.
Pensar que los cuidados comienzan con el alta hospitalaria o que sólo compete a los
familiares −en la atención intramuros o en la domiciliaria− es una idea asimilada por la población
y aceptada entre los profesionales de la salud. Esta idea conduce a reingresos hospitalarios
evitables si no fuera por la sobrecarga de cuidados que tienen las familias luego del alta; los
familiares son rebasados por la presión de un trabajo de enfermería para el que no están
capacitados o dispuestos a asumir, y en consecuencia, necesitan que el paciente continúe
hospitalizado. Parte del panorama anteriormente expuesto, mejoraría con la disponibilidad
de servicios de cuidados, de atención domiciliaria, hospitales geriátricos, centros de día y
un conjunto de diversos servicios que el sistema de salud puede concretar y articularlos.
Por consiguiente, es indispensable resolver con criterio socio-sanitario las graves carencias
159
prevalecientes del actual sistema de salud, cuya solución tiene que responder a la necesidad
de cuidados profesionales más que a la de terapéuticas complejas.
Para entender la salud integralmente, es necesario producir un cambio cultural no
sólo por parte de quienes prestan los servicios ya mencionados, sino también del Estado
y de la sociedad demandante. Cabe precisar que la panorámica y las sugerencias hasta
aquí expuestas, no signiican apelar al regreso del Estado de bienestar del siglo XX, sino la
aspiración es impulsar un Estado en el que el sector salud incida signiicativamente sobre la
necesidad de cuidados (Galeano, 2008).
El cuidado de las personas mayores
El cuidado es un concepto en crecimiento. Como actividad existe desde la infancia a partir
del modelo de maternidad – que constituye el esquema predominante− y se encuentra en la
trayectoria de vida por distintas necesidades y en todos los grupos sociales, incluido el cuidado
de sí mismo y el de quienes cuidan ancianos (Tobío y colaboradores, 2010). Cuidar de otros y
de sí mismo ha existido en todas las culturas y grupos sociales desde lejanos tiempos. En éste
sentido, Agulló (β00β) airma que cuidar no es tan solo una actividad física sino también mentalν
signiica, sobre todo, planiicar, estar pendiente y prever las necesidades. Recibir cuidado y
cuidar de otros son actividades que existen en el seno de la vida misma y sin ellos no sería
posible su mantenimiento y desarrollo.
Otra deinición amplia sobre lo que implica cuidar, es caracterizada comoμ “un acto de
vida que signiica una variedad ininita de actividades dirigidas a mantener la vida, permitir
la continuidad y la reproducción; se trata de un acto personal y de reciprocidad que supone
ayudar a cualquier persona, quien de manera temporal o en forma deinitiva, necesita ayuda
para asumir sus cuidados vitales (…) El cuidado es entendido como el conjunto de todas
las actividades humanas físicas, mentales y emocionales, dirigidas a mantener la salud
y el bienestar del individuo, y por lo tanto, de la comunidad. Los cuidados implican varias
acciones como las destinadas a mantener una alimentación adecuada, la temperatura corporal
adaptada al medioambiente, hábitos de higiene corporal o del hogar, la prevención de peligros
o accidentes, sin olvidar las actividades fundamentales para mantener una vida armónica y
saludable, como el desarrollo de las emociones y afectos, las relaciones sociales, la actividad
laboral y el entretenimiento” (Colliére, 1λλγμ 11, 11λ). Por otra parte, Arriagada (β010) expresa
que: “Por cuidados nos referimos a gestionar y generar recursos para el mantenimiento
cotidiano de la vida y la salud; a la provisión diaria de bienestar físico y emocional que satisface
las necesidades de las personas a lo largo del ciclo vital.
El cuidado reiere los bienes, servicios y actividades que permiten a las personas
alimentarse, educarse, estar sanas y vivir en un hábitat propicio. Deinir el cuidado y medirlo es
tema que está en debate. Es complejo precisar sus límites en función de qué se hace, a quién,
160
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
dónde y cuánto tiempo, lo que plantea diicultades al dimensionar su magnitud. δa mayoría de
las investigaciones sobre esta cuestión toman como punto de partida a la persona dependiente
a in de identiicar a sus cuidadores, sin embargo, los cuidados son proporcionados en cualquier
edad y dentro de un amplio espectro de condiciones. En éste sentido todos recibimos cuidados,
en algún momento de nuestras vidas seremos beneiciarios y muchos de nosotros y nosotras,
somos o seremos cuidadores” (Arriagada, β010μ 586).
Los cuidados diarios incorporados a nuestras vidas, previenen enfermedades y
beneician la salud psicofísica. Actualmente en los hogares funcionales son parte de la vida
cotidiana y denotan amor. Ante la enfermedad los cuidados comunes deben desarrollar
características especíicas. δos cuidados son transigurados en diversas responsabilidades y
actividades: hacer trámites administrativos, gestiones varias, acompañamiento físico, apoyo
de la economía, compra de medicamentos, administración del tratamiento, entre otros. Los
cuidados son tan esenciales para las personas con dependencias al grado de constituirse
en el eje preventivo de las enfermedades y sus consecuencias, como la rehabilitación y la
reinserción social (Fassler, 2008).
Es importante recordar que el envejecimiento de la población está aumentando,
acontecimiento que genera una mayor demanda de cuidados y gran parte de ellos son resultado
del deterioro de las capacidades y sus efectos que pueden llegar a la invalidez. Sin profundizar
en otro aspecto importante del tema, basta indicar que las cohortes etarias (60-69,70-79, 80-89
y λ0 años o más), tienen demandas especíicas vinculadas a los cuidados en cada etapa de la
vida (Fassler, 2008). Pareciera evidente que en el concepto y las acciones que implica cuidar,
subyacen muchas dimensiones de asistencia, sin embargo, una compleja organización social
atiende los distintos tipos de cuidados que los seres humanos necesitan e incluye a los agentes
institucionales y sociales, la familia, el Estado, el mercado y los directamente afectados, o sea,
las personas que dan o reciben cuidados (Tobío, 2010).
Por otra parte, los cuidados pueden ser delegados en personas que están fuera del
marco familiar, su trabajo recibe remuneración o no. La tarea de proporcionar cuidados es un
servicio que maniiesta preocupación por los otros, pero también representa un compromiso
ético del individuo con la sociedad. Asimismo, existe una dimensión afectiva inherente en
el individuo que requiere cuidados y quien los brinda. Por consiguiente, el cuidado de otros
tiene una dimensión material además de un aspecto en apariencia intangible. La obligación
de cuidar a otros establecida por la ley a partir del conjunto de relaciones, al mismo tiempo
que contribuye en su construcción la conserva. En esta perspectiva, puede airmarse que los
cuidados son resultado de muchos pequeños y sutiles actos, conscientes e inconscientes que
no son del todo naturales porque implican un esfuerzo (Aguirre, 2005).
En general, el cuidado puede ser directo o indirecto. La atención directa implica la
prestación de un servicio requerido por las necesidades físicas y sanitarias del anciano. De esta
forma, existe una transferencia de tiempo y genera interacción entre las personas que prestan
161
sus servicios y quienes reciben cuidados. En el cuidado indirecto quien tiene la responsabilidad
sobre el anciano supervisa sus cuidados, aunque no tenga que interactuar con él. El trabajo de
cuidar también puede ser diferenciado en inevitable o evitable (socialmente creado). Cuando
la persona no puede llevar a cabo por sí misma las actividades diarias, sea por discapacidad
o enfermedad, entonces es inevitable la dependencia. Por otra parte, a través del progreso
son creadas necesidades (evitables) que se transforman en exigencia social e individual, por
ejemplo, abordar un taxi en reemplazo de un colectivo o de caminar (Díaz Vega, 2009).
En una incursión fugaz al valor semántico del concepto cuidar, es revelador el signiicado
del vocablo inglés care −frecuentemente utilizado en las fuentes bibliográicas del tema−
porque no corresponde a la noción de cuidar en español. La palabra inglesa contiene una
mayor riqueza semántica con una doble acepción que designa la actividad y el compromiso
implícito con el quehacer y la persona, ambos sentidos son uniicados por la responsabilidad
dentro de la misma noción (Tobío, β010)ν mientras que el signiicado al español, está limitado a
la actividad de asistencia y esmero. Desde la perspectiva de la protección social, los cuidados
comprenden la acción necesaria para garantizar la supervivencia social y orgánica de las
personas, en particular las que carecen del apoyo de otros o han perdido independencia y que
necesitan cuidados para realizar las actividades esenciales de la vida diaria (CEPAL, 2004).
El Estado moderno y la familia
Con el advenimiento de la sociedad moderna, la familia perdió gran parte de su protagonismo.
A mediados del siglo XX, el modelo de familia imperante se apuntaló en los roles de género,
cuando la participación de las mujeres en el ámbito del trabajo asalariado no era destacada.
Durante muchos años fueron los intereses económicos y los vínculos sociales los que
determinaban la formación de nuevas familias, sin importar o tener algún valor la voluntad
de los cónyuges. La idea de matrimoniarse por amor se consolidó en el siglo XX y con ella
se abrió la posibilidad de la separación; asimismo, aparecieron otras formas de convivencia y
diversidad sexual, con un reconocimiento social paulatino como nuevos modelos de familia.
La incorporación creciente de las mujeres al mercado de trabajo, fue otro de los factores
que contribuyeron a cambiar las características tradicionales de la familia, porque además
se cuestionó el modelo patriarcal dominante. El tipo de familia que acompañó al proceso
de industrialización, dejó de ser el principal ámbito de la supervivencia y de la socialización,
funciones que en la actualidad comparte con las escuelas y los medios de comunicación,
pero continúa manteniendo los cuidados, en especial de los adultos mayores, los menores,
los enfermos y quienes no pueden valerse por sí mismos (Tobío, 2010). La instauración del
Estado de bienestar, posterior a la Segunda Guerra Mundial, abrió cobertura a los servicios
de salud para toda la población y puso énfasis en las personas con dependencias. En éste
sentido, apoyó la tarea del cuidado asignada a la familia, sobre todo de las personas frágiles
162
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
y vulnerables. A la par, los gerontólogos han propuesto estrategias que garanticen el derecho
a ser cuidados como derecho de todos; pero en especial los derechos de los ancianos y
que deben cumplirse al interior de cada hogar, para sumarlos al apoyo proporcionado por el
sistema institucional y el familiar (Fassler, 2008).
Taxonomía de los cuidados
δa creciente demanda de cuidados para los ancianos, plantea la necesidad de su clasiicación
y estudio porque constituyen un componente central de la atención de salud. Básicamente se
pueden distinguir dos clases: los formales (domiciliarios e intramuros) y los que proporcionan
los familiares, “cuidados informales” (Fassler, β008). Por su parte Flores (1λλ7), deine al
cuidador como la persona encargada de atender al individuo que se encuentra en situación
de dependencia por cualquier tipo de discapacidad o incapacidad. Desde otro punto de vista,
el rol del cuidador es deinido de manera simple como la actividad de cuidar y engloba a los
cuidadores informales y formales, sin hacer distinción entre ellos (De los Reyes, 2001). De
acuerdo con un sinnúmero de investigaciones, como Campo (2000); Yanguas y Leturia, 2000;
Herrera, 1998; Úbeda, et al., 1997; Dela Rica y Hernando, 1994; y Jamieson e Illsley, 1993,
entre otras, cuando el proveedor de cuidados es un integrante de la familia, vecino o amigo
de la persona dependiente, todos son considerados como cuidadores informales. Según
Domínguez y Alcón (1998), los cuidados informales son todas aquellas acciones cotidianas del
ámbito familiar y doméstico, necesarias para mantener el funcionamiento integral y autónomo
del anciano. Aunque también son proporcionados con objeto de mantener un óptimo nivel de
independencia y calidad de vida del adulto mayor (Tesch y Römer, 2001).
Existe un estudio (Clara, et al., β005) que reiere como cuidado informal de los ancianos,
al proporcionado por la familia, los amigos o los vecinos, quienes dan cuidados instrumentales
en las actividades de la vida diaria. Es un apoyo para que los ancianos en situación de fragilidad,
dependencia o discapacitados, puedan seguir viviendo en su hogar o en la comunidad y así
evitar la institucionalización. La familia es la principal proveedora de asistencia al anciano
con dependencias, y en su interior, las mujeres son las que principalmente ejercen el rol de
cuidadoras, en su mayoría hijas o esposa. Por lo general, las mujeres son amas de casa,
quienes además de desempeñar tareas domésticas, cuidan de los demás con escaso apoyo
del sistema formal de salud. Tienen un nivel educativo básico o medio e invierten gran parte de
su tiempo al cuidado de la familia.
Por ende, cuidar en condiciones precarias implica vivir con restricciones, no solo
en relación con las actividades laborales, también en las relaciones interpersonales y del
autocuidado. En cambio, al hacer referencia al cuidado informal, signiica el trabajo remunerado
de los profesionistas o las personas (capacitadas o no), que prestan sus servicios aunque no
estén vinculados con la red social del anciano. Entonces, el cuidador formal es toda persona
163
que cuida a otro individuo, esté o no capacitado para ese trabajo y recibe a cambio un beneicio
pecuniario. Pese a su aceptación en todos los ámbitos dedicados a la atención familiar y la
salud, esta deinición omite como característica fundamental la capacitación especíica que
deberían tener los cuidadores formales.
Para Valderrama (2003), los cuidadores de adultos mayores son las personas capacitadas
por medio de cursos teórico-prácticos interdisciplinarios (impartidos por especialistas) para la
atención preventiva, asistencial y educativa del anciano y su núcleo familiar. Las personas
capacitadas apoyan el trabajo del personal de enfermería y a los gerontólogos. Su campo de
acción abarca el hogar, hospitales de día, clubes, casas de atención para jubilados, residencias
geriátricas y servicios sanatoriales. El presente trabajo, reconoce como cuidadores sólo a
quienes están capacitados y es importante diferenciarlos de los asistentes geriátricos, dado
que éstos, sin formación especíica, asumen las tareas del cuidado de ancianos en instituciones
geriátricas de Argentina.
La gerontología argentina toma como modelo las iniciativas de España en esta materia:
el peril académico, las prestaciones que beneician a los ancianos y en particular las propuestas
acerca de los cuidados y cuidadores, entre otras. δas similitudes culturales y demográicas de
ambos países son algunos de los rasgos que los aproximan, aunque países como Inglaterra e
Italia, y en forma más lejana Francia, también son importantes para la gerontología.
Por otra parte, son incluidos como cuidadores los profesionistas que forman parte de las
instituciones u organismos sociales y sus respectivas autoridades, destinados a prestar servicios
de salud y asistencia para los ancianos. Existen dos tipos básicos de cuidados formales: el
que es proporcionado como obligación de las instituciones públicas (inanciadas parcialmente
por el Estado) y el contratado por las familias. El servicio privado es una alternativa cada vez
más utilizada en España, debido a las ventajas originadas por el ingreso de migrantes de
habla hispana −fenómeno que dio lugar a una alta disponibilidad de personas, que son mano
de obra barata− y por la escasez del servicio por parte de las instituciones estatales (García,
2009). De manera sucinta, la interconexión entre cuidados formales e informales constata que:
Cuando los adultos mayores tienen uno o más descendientes, suelen contar con
cuidados informales.
Los que viven con su cónyuge, éste actúa como su principal cuidador, obtienen
escaso apoyo de las redes formales porque mientras tienen quien les dé cuidados,
los adultos mayores así lo preieren.
Los cuidados informales no proporcionados por familiares, tienden a evolucionar
hacia cuidados formales.
La zona donde se encuentra la residencia del anciano y su estatus socioeconómico,
son factores determinantes en la obtención de apoyo informal o formal; en éste
sentido, los adultos mayores con un nivel socioeconómico medio y alto, reciben
164
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
menos asistencia informal que los de niveles bajos.
Según datos estadísticos (Armi, et al., 2008), las redes formales e informales se
complementan entre sí, en un 72.4%, mientras que en el 27.6% las redes formales sustituyen
los cuidados informales. De este 27.6%, el 21.2% la actividad es temporal debido a diversos
problemas de los cuidadores informales (estrés, vacaciones, trabajo, etcétera) y solamente
en el 6.4% la sustitución es deinitiva. De quienes reciben cuidados, el 89.4% son de cuidado
informal. Es importante mencionar que en España el 7.5% de los ancianos con necesidad
de cuidados no son atendidos y una signiicativa parte del mismo porcentaje son mujeres
que tampoco se les proporciona asistencia (Katz, et al., 2000). Los cuidados, formales e
informales, combinan los servicios privados con los públicos en el 11.9% de los casos (García,
2005; Flores y Rosenberg, 2008). Conforme a este panorama estadístico, los dos tipos de
cuidados se complementan, los servicios privados tienen mayor demanda que los públicos,
aunque el modelo complementario es mayoritario. Lo evidente es que los adultos mayores
con necesidades de cuidados y que viven acompañados, dan prioridad al cuidado informal;
por ende, el cuidado formal es minoritario pero complementa al informal que es prioritario y
mayoritario. En España, el servicio público de cuidados tiene menor incidencia que el privado
(Bazo y Ancizu, 2004), mientras que en otros países, la relación complementaria de los
cuidados no es tan usual, aunque esta situación puede cambiar en función de la exigencia de
conocimiento profesional en el manejo de las diicultades.
La presencia de familias numerosas en todos los modelos de cuidado informal,
conirma la importancia de la red social más cercana al adulto mayor. El cuidado formal de
origen público es otorgado con más frecuencia a los ancianos con menos familiares, lo que
no es extraordinario pues uno de los criterios adoptados por algunas administraciones para
el suministro de servicios, radica en la ausencia de familiares en el entorno del solicitante.
Recurrir al servicio privado de cuidado formal, representa una alternativa sólo para quienes
disponen de altos ingresos y la causa no siempre tiene relación directa con el problema o
diicultades que genera la dependencia. En cambio, la probabilidad de recibir cuidado formal e
informal combinados, aumenta signiicativamente en las personas con diicultades severas.
No obstante, cabe destacar que quienes son cuidados por su cónyuge, su trabajo
probablemente no es considerado como cuidado informal, porque lo ven como ayuda
constitutiva de la vida diaria, esto es, les resulta difícil diferenciarlo del cuidado recibido antes
de la condición que causó la dependencia; sin embargo, al contrastarlo con el cuidado formal,
es más fácil de identiicar (Instituto Nacional de Estadística, β00λ). δos ancianos que son
cuidados por su cónyuge, tienen más posibilidades de recibir apoyo de las instituciones que
los viudos, los separados o divorciados, porque su pareja asume el rol de gestor y mediador
entre la persona mayor y el sistema público de cuidados. La combinación se origina a partir de
la excesiva carga de cuidados o porque el cuidado requiere habilidades que sólo conocen los
165
profesionales en la materia. Un factor importante para la recepción del servicio es el grado o
nivel de escolaridad. Un alto nivel educativo aumenta la probabilidad de recibir cuidado formal y
reduce la necesidad del cuidado informal (Otero, et al., 2003). El cuidado informal proporcionado
por familiares con alto nivel educativo, tiene un costo social y económico muy elevado, por
esa razón y en la medida de lo posible, es sustituido por el cuidado formal (García, 2009).
A partir de clasiicar los cuidados destacan por lo menos tres de sus funcionesμ su
función respecto a la autonomía y la auto-validez o independencia del anciano; el desempeño
de su papel en el caso de las personas dependientes, y inalmente, sus características en los
casos de discapacidad.
a) Autonomía e independencia (o auto-validez)1
Por función adecuada se entiende la capacidad de adaptación a las actividades de la vida
diaria pese a sufrir discapacidad física, mental o social. En los ancianos, el paso del tiempo y
las secuelas de enfermedades, pueden generar la pérdida de funciones. De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud del anciano es evaluada a partir del nivel de
las capacidades funcionales. Por ende, la valoración geriátrica precisa diagnosticar diversas
áreas, la salud mental, la física, la social, además de la capacidad funcional ubicada en la
intersección de las tres áreas (Álvarez, 2006).
Epub 2006 Feb 3. Es necesario aclarar que el concepto de autonomía es diferente de la
noción de auto-validez o independencia. La OMS indica que la autonomía es la capacidad de
controlar, afrontar y tomar decisiones individuales acerca de cómo vivir el día, conforme a las
normas y preferencias propiasν en cambio la auto-validez signiica la capacidad de realizar las
actividades de la vida diaria con independencia de otros para su consecución. Por su parte,
la Comisión Europea (1998) considera que las personas con dependencia son las que por
cuestiones ligadas a la pérdida de capacidad física o psíquica, necesitan recibir asistencia
para desempeñar las actividades diarias. Bajo esta orientación en algunos países se ha
implementado la ayuda por medio de los sistemas de salud.
b) Cuidados formales de las personas ancianas dependientes
Las diversas tareas que abarcan los cuidados son distribuidas durante la jornada de trabajo,
son continuas a lo largo de la semana, independientemente de los días feriados y de periodos
vacacionales. Destacan entre ellas los cuidados siguientes:
1
Desde la teoría critica, especialmente desde la Escuela de Frakfurt, la autonomía o la independencia
corresponden a la esfera del reonocimiento que se inicia desde la familia y se desarrolla en el ámbito social. El
primer reconocimiento social que los individuos construyen cuando existe la autonomía y la independencia, es la
autoestima. Los coordinadores de este libro pensamos que la propuesta del autor del presente ensayo, podría
relacionar los conceptos de “auto-validez” y “autoestima”. Para tal efecto se recomendaría la obra de Honneth, Axel.
(2007), “Las luchas por el reconocimiento”, Alianza, Madrid (ver particularmente el capitulo de la esfera del amor
y la importancia de los cuidados en el ámbito de la familia y las relaciones sociales) <Nota de los coordinadores>.
166
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Cuidados básicos: asearlos, alimentarlos, acostarlos, levantarlos, vestirlos,
sentarlos, lavarles los dientes, llevarlos al baño, etcétera.
Cuidados médicos: llevarlos a sus citas médicas, al hospital, controlar la
medicación, llevarlos a las actividades de la rehabilitación, etcétera.
Cuidados domésticos: suministro de víveres, preparación de la comida,
mantenimiento de ropa y limpieza, reparaciones y arreglos.
Cuidados de traslado y obtener transporte (todo tipo de transporte).
Otros: realizar gestiones y trámites administrativos de diversos asuntos, obtención
de beneicios o prestaciones sociales, pago de servicios de teléfono, etcétera.
Acompañamiento y distracción (Menéndez, 2010).
En lo que atañe a las actividades de la vida diaria y la necesidad de cuidados, cuando
un anciano tiene diicultades para realizarlas, existen cuatro posibilidadesμ
Proporcionarle cuidado informal.
Proporcionarle cuidado formal.
Combinar el cuidado informal con el formal.
No recibe cuidados.
El cuidado formal suele ser solicitado cuando la severidad de la discapacidad genera
necesidades que exceden las posibilidades de atención de los cuidadores informales. En este
sentido, las personas que viven solas –a diferencia de las que viven con algún familiar− tienen
menos probabilidades de recibir cuidado informal. Las redes sociales de apoyo, ya sea familiar
o comunitaria, son determinantes en el tipo de cuidados que puedan recibir los adultos mayores.
Cabe especiicar que la amplitud de la red social y su composición, están relacionadas con la
edad del anciano, porque a medida que su edad aumenta el número potencial de cuidadores se
reduce. Las diferencias de género evidencian que los hombres tienen más probabilidades de
recibir cuidado informal a diferencia de las mujeres, y ellas a su vez, tienen más posibilidades
de recibir cuidado formal o de ambos tipos. Estas diferencias surgen por la mayor expectativa
de vida en las mujeres, ya que están expuestas a las enfermedades crónicas incapacitantes por
más tiempo. La situación socioeconómica es también relevante con respecto a las posibilidades
de recibir cuidado. Entonces, la demanda del cuidado formal aumenta y el cuidado informal
disminuye a medida que la clase social continente del adulto mayor se amplía.
Se produce una relación directa entre el cuidado formal y el informal, cuando el cuidador
informal (un familiar) decide cuándo se requiere el cuidado formal del anciano. La intervención
determina la intensidad y los cuidados que corresponde asumir a la familia. La relación puede
ser complementaria, de suplantación o de remplazo periódico. Por otra parte, la importancia
de las tecnologías modernas de la comunicación respecto a conformar una extensión de las
instituciones de salud y asistencia, es fundamental y su intervención puede ser vital. En éste
167
sentido, los servicios de telemedicina muy frecuentes en Europa y de reciente ingreso en
Argentina −como una alternativa de atención médica− son un ejemplo de cómo los servicios
formales pueden complementar las acciones del cuidado informal (García, 2009).
Los cuidados básicos en situación de discapacidad
δa discapacidad puede ser analizada bajo tres conceptos centralesμ deiciencia, discapacidad
y minusvalía. δa deiciencia es entendida como pérdida de algunas capacidades o disfunciónν
la discapacidad como una limitación de la acción y la minusvalía como el impacto del problema
en el medio social del individuo (Puga y Abellán, 2004).
En el 2001 la OMS aprobó la Clasiicación Internacional del Funcionamiento de la
Discapacidad y de la Salud (CIF), en la que se adopta una orientación a partir de un modelo
con varios factores medioambientales. Por ende, la discapacidad es conceptualizada en forma
multidimensional de modo tal que las condiciones de salud, factores sociales y el entorno
interactúan. δa deinición de la discapacidad ha cambiadoμ de un enfoque centrado en los
aspectos psicológicos y biológicos, hacia dar prioridad al contexto y el ambiente en el que
se desenvuelve la persona. El estudio de la discapacidad pretende diseñar e implementar
medidas sociales, sanitarias y de cuidados prolongados, a in de lograr el bienestar de las
personas en situación vulnerable, entre otros de sus objetivos. En Argentina, el 92.7% de las
personas institucionalizadas en centros psiquiátricos o geriátricos, tienen alguna discapacidad
(Instituto Nacional de Estadística, 2009).
Según Karp (2005) un anciano es dependiente cuando por motivos psíquicos,
biológicos o sociales, requiere apoyo de personas e instituciones para satisfacer algunas de
sus necesidades o deseos. El dependiente necesita ayuda permanente en las actividades
de la vida diaria. Sin embargo, Puga y Abellán (2005) sostienen que la dependencia es
consecuencia de la discapacidad vista en relación con la expectativa de respuesta social. No
obstante, al considerar la dependencia como un indicador de discapacidad, se produce una
confusión empírica y teórica, porque la dependencia compele a intervenir para reducirla, pero
la dependencia por sí misma no es un signo de discapacidad. El reto actual de los cuidados
para el discapacitado es aumentar su autonomía a partir de diversas medidas, incluidas las de
tipo técnico y las de carácter personal.
Modelos del cuidado
a) El modelo maternal de cuidados
El cuidado maternal (madre-hijo) ha sido el modelo predominante de los cuidados y se ha
extendido a los grupos sociales como el de los ancianos, discapacitados y enfermos. Asimismo,
el paradigma fue incorporado al papel del Estado por medio de políticas sociales destinadas
168
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
a satisfacer las necesidades básicas de salud y para elevar la calidad de vida. Esto signiica
que el cuidado comprende actividades y vínculos en el sistema de relaciones recíprocas
imprescindibles para la vida. Al plantear los cuidados como parte de una práctica social y ética,
su signiicado y alcance trascienden el ámbito privado y se incorporan a lo público. De esta
forma el cuidado maternal como base de la noción de cuidar, se prolonga hacia otros tipos de
necesidades y formas de satisfacerlo (Tobío et al., 2010).
b) El modelo social del cuidado
El signiicado del concepto de cuidado ha crecido y aplica en distintos terrenos. Comprende
desde el espacio social cotidiano hasta el ámbito de las instituciones y el Estado. Sobrepasa el
mundo de la familia, es incorporado al plano de lo político y se transigura en diversas formas de
cuidar a los dependientes, discapacitados y enfermos. Por otra parte, así como el trabajo requiere
estar organizado, dividido y clasiicado, también los cuidados necesitan ser organizados. Con
este objetivo son delegadas diversas responsabilidades y funciones a las distintas instituciones
y al personal implicado, aunque aún se ven distantes las prestaciones adecuadas en el rubro
de salud y un modelo de asistencia equitativo. La manera en que la sociedad moderna resuelve
las necesidades de cuidados, da lugar a un sistema que integra a la familia, el Estado y los
servicios privados. Entonces, cuidar a los ancianos no debería ser solo una tarea familiar, la
responsabilidad sobre los cuidados tendría que alcanzar relevancia teórica y política como un eje
de la organización social, entre otros. El Estado de bienestar tuvo entre sus principios rectores
sostener el rol tradicional de las mujeres, el que implicaba que ellas fueran las responsables
de la estructura doméstica, el cuidado de los hombres, los niños y ancianos, a partir de
salarios suicientes de los trabajadores para la manutención de su familia (Tobío et al., 2010).
Los cuidadores
En el plano internacional durante las últimas décadas se ha “descubierto” a los cuidadores y sus
condiciones de vida, al igual que a los enfermos crónicos que requieren de cuidados prolongados
y el impacto de las actividades del cuidado de los ancianos, sobre los cuidadores (Bazo, 1998).
Entre quienes realizan los cuidados informales del individuo dependiente, es común
distinguir alguna persona por su mayor dedicación y responsabilidad y se la deine comoμ
“la persona que proporciona la mayor parte de asistencia y apoyo diario a quién padece una
enfermedad (…) es también la que permite vivir en su entorno de una manera confortable y segura
a la persona enferma, quien por razones de edad o incapacidad, es totalmente dependiente”
(Úbeda, et al., 1997: 116-120). Incluso cuando la persona dependiente es ingresada en una
institución, el cuidador o cuidadora principal es quien sigue manteniendo ese rol y actúa como
interlocutor del enfermo con el sistema formal de cuidados. Dwyer y colaboradores (1994),
deinen al cuidador principal como el individuo que dedica la mayor parte de su tiempo, medido
169
en número de horas al día, al cuidado del enfermo. Según Wilson (1989), el cuidador principal
es por lo general una persona procedente del sistema informal de apoyo, familiar o amigo y que
tiene las siguientes características: 1) Asume las principales tareas del cuidado y es consciente
de su responsabilidad; 2) Es percibido por los demás miembros de la familia como el responsable
de cuidar del enfermo; 3) No recibe remuneración por la realización de las tareas; 4) Para
seleccionar como cuidador principal a otra persona ajena a la familia, se necesita corroborar que el
elegido tenga una experiencia mínima de 6 semanas a 3 meses en tareas de cuidados.
La situación socioeconómica de los cuidadores suele verse comprometida por la falta de
tiempo destinado a su crecimiento económico, cultural, académico y para la recreación. El servicio
de dar cuidados, sobre todo con las personas que tienen altos grados de dependencia funcional,
demanda largas jornadas de trabajo sin tiempo para descansar (Giraldo, et al., 2005). Por otra
parte, existe un déicit de cantidad y calidad de las personas que brindan cuidados, puesto que
no están capacitados sobre las técnicas al respecto. Peor aún, los que si están capacitados no
reciben un pago digno, ni reciben prestación social alguna porque la actividad de cuidar ancianos
o otras personas que lo requieren, no representa una expectativa profesional (Fassler, 2008).
La red de apoyo formal o profesional, tiene una cobertura cada vez más amplia en España
y en Argentina, pero la principal sigue siendo la red de auxilio que las mujeres forman, ya que si
no fuera por ellas muchos adultos mayores no estarían atendidos ni tendrían cuidados (Tobío,
2010). No es entonces extraño que en los cuidadores informales predominen las mujeres por
el doble rol del género y el parentesco. De acuerdo con datos del Libro Blanco (IMSERSO,
2004), son las mujeres quienes por lo general dan asistencia y cuidan a varias personas en
el día discapacitados, padres, suegros, etcéteraν se transiguran en cuidadoras múltiples y
además el 17% de ellas logran compatibilizar esta labor con la de atender a hijos y nietos.
La primera Encuesta de Apoyo informal a los Mayores en España (IMSERSO, 1993, 1995),
como las más recientes, coinciden en señalar que dentro del núcleo familiar las hijas son el eje
del cuidado en el 39% de los casos. Le sigue la pareja en un 22%, a más distancia aparece
el hijo, la empleada doméstica y las demás categorías (amistades, vecindario, voluntariado),
quienes apenas representan el 10%. Las cifras también cambian en función del sexo del
anciano dependiente. Si son mujeres las que requieren cuidados, la importancia de las hijas
se incrementa hasta en 44.2% y la de los cónyuges masculinos baja en 15.3%. En el caso de
ser hombres dependientes, las esposas ocupan el primer lugar en 41.2% y después las hijas
en el 22.7%, los hijos en 8.5% y las empleadas domésticas en el 7.5% de los casos, según
estadísticas de la Encuesta de Condiciones de Vida de las Personas Mayores (IMSERSO, 2006).
Los lazos de convivencia también determinan diferencias con respecto a sus posibles
cuidadores. Las personas mayores que suelen vivir con algún familiar más joven, representan
el 35.6%, con su pareja 21.8%, solos 15.4%, con pareja e hijos 13.5%, de manera rotativa
7.8%, con alguien de la misma generación 3.9%, con un empleado del hogar 0.7%, o en una
residencia geriátrica 0.6% (IMSERSO, 2005).
170
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Los cuidadores pertenecientes a la familia, recurren a distintas estrategias para cumplir
con el cuidado, por ejemplo, organizar convivencias con el adulto mayor, establecer turnos por
periodos, acudir al apoyo familiar o extra-familiar a distancia (diferente vivienda), contratar a una
empleada profesional, gestionan asistencia domiciliaria formal o ingresan al adulto mayor en un
geriátrico. De acuerdo con la ONU (2008), las residencias geriátricas continúan siendo el último
recurso para el cuidado de los ancianos. Existen pocas plazas con un costo económico alto que
no es posible obtenerlo en muchos casos, pero tampoco se quiere acceder a ellas. Los adultos
mayores (con una media de 85 años) que viven en centros geriátricos no llegan al 5% (ONU, 2007).
Las trabajadoras, madres y cuidadoras, no pueden ni desean dejar de lado sus
actividades profesionales y recreativas para cuidar a sus padres, pero al delegar el cuidado
en otros surge en ellas el sentimiento de culpa. Este tipo de sentimiento se maniiesta también
cuando las madres llevan a sus bebés por vez primera a las guarderías o los dejaron con
los abuelos. Estas circunstancias originan tensión, contradicciones, angustias y promueven el
juicio infundado al ser estigmatizadas como malas mujeres (o peor aún, se auto-descaliican)
sean hijas, madres o cuidadoras, problemas que no afectan por igual en los hombres. Son
situaciones que están haciendo emerger como problema social el desacuerdo con una actividad
que era considerada una obligación incuestionable de las mujeres (Cerati, 1993). Según datos
de la ONU (2007), está en curso un cambio de actitud en cierta generación y detectada en la
disminución cuantitativa de hijas dispuestas a cuidar de sus padres, cuya edad oscila entre los
β0 y γλ años. δa tendencia conirma que el cuidado informal (en familia y sin apoyo formal), no
es sostenible ni es un sistema viable.
Por otra parte, la solidaridad no implica siempre armonía puesto que situaciones como
las señaladas, complican la relación padres-hijos, generan conlictos intergeneracionales y
desacuerdos en la pareja. Asimismo, el entorno social puede ejercer una presión negativa a
partir de la idea de que no se trata bien al anciano. El conlicto también puede iniciarse por la falta
de espacio, no sólo físico, sino el que da identidad e intimidad a los individuos (Agullo, 2002).
Principales características de los cuidadores informales y los formales
Las características habituales del cuidador informal son:
•
•
•
•
•
•
Mujer.
Mayor de 50 años.
Casada con hijos.
Estudios primarios.
Sin ocupación laboral remunerada (no tiene un trabajo asalariado porque se dedica
al cuidado).
Hija, cuidadora de su madre.
171
•
•
•
•
•
•
•
•
Dedicación permanente al cuidado.
Aprendió a cuidar por intuición y observando a las profesionales del cuidado.
No recibe ninguna ayuda.
Cuida por razones morales, con abnegación.
La actividad de cuidar le afecta física, económica y emocionalmente; también
condiciona su vida relacional.
Piensa que su labor no está reconocida socialmente.
Vive situaciones económicas difíciles.
Piensa que hacen falta más ayudas.
Las características habituales del cuidador formal profesional son:
•
•
Mujer.
20-30 años.
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Soltera sin hijos.
Diplomatura en Enfermería.
En la titulación no se ofrece la suiciente formación.
No cambiaría de trabajo.
Su trayectoria profesional se circunscribe al cuidado.
Piensa que su trabajo no está reconocido socialmente.
Económicamente es un trabajo bastante bien retribuido.
Es un trabajo que cansa física y emocionalmente.
Deberían existir más ayudas institucionales.
No se aprovechan los escasos recursos que existen.
Las características del cuidador formal no profesional son:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Mujer.
30-40 años.
Soltera y sin hijos.
Nivel de estudios medio (y a veces superior).
Trabajo como cuidadora: no es vocacional.
Cuida a niños/as pequeños/as y personas mayores.
No se reconoce su trabajo socialmente.
Económicamente, la retribución depende de cómo valore la familia del dependiente
el trabajo del cuidador.
Hace falta más formación para el cuidado.
Hacen falta más ayudas (Araico y Velasco, 2008: 77).
172
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Fuentes de consulta
Agulló, E. y Silveira, M. (2002). Mujeres, cuidados y bienestar social: el apoyo informal a la infancia y a la
vejez. Revista interuniversitaria de formación del profesorado. Madrid: Instituto de la Mujer. Recuperado
de
http://www.imsersomayores.csic.es/documentacion/biblioteca/registro.htm%3Fid%3D12658
Agulló, T. y Silveria, M. (2004). Mayores, actividad y trabajo en el proceso de envejecimiento y jubilación:
una aproximación psico-sociológica. España: Universidad Complutense. http://eprints.ucm.es/
tesis/19972000/S/1/S1024701.pdf.
Araico, S. y Velasco Gisbert, M. (2008). Valoración económica de los cuidados a personas dependientes.
Revista Dialnet, España.
Armi, F., Guilley, E. y Lalived’Epinay, C. (2008). The interface between formal and informal support in
advanced old age: a ten-year study. International Journal of Ageing and Later Life. Recuperado de
http://www.ep.liu.se/ej/ijal/2008/v3/i1/a1/ijal08v3i1a1.pdf
Arraigada, I. (2010). Uso del tiempo, cuidados y bienestar .La crisis de cuidado en Chile. Revista de
Ciencias Sociales. Recuperado de http://www.fcs.edu.uy/archivos/RevCienSoc27-.pdf
Aguirre, R. (2005). Lineamientos de acción y propuestas de políticas hacia las familias. CEPAL. División
de Desarrollo Social. Naciones Unidas. Recuperado de www.eclac.cl/publicaciones/.../ssc46_
Lineamientos_accion_cap6.pdf.
Bazo, M. (1998). Vejez dependiente, políticas y calidad de vida. Revista de sociología, Universidad del
País Vasco. Recuperado de httpμ//dialnet.unirioja.es/servlet/articuloςcodigoο45641
Bazo, M. y Ancizu, I., (2004). El papel de la familia y los servicios en el mantenimiento de la autonomía de
las personas mayores: una perspectiva internacional comparada. Revista Española Investigaciones
Sociológicas.
Campo, M. (2000). Apoyo informal a las personas mayores y el papel de la mujer cuidadora. Madrid:
Centro de Investigaciones Sociológicas.
CEPAL. (2004). Panorama social de América Latina 2004. Naciones Unidas. Recuperado de http://
repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11γ6β/1ββ1/S048060λ_es.pdfςsequenceο1
CEPAL. (2004). División de Población y desarrollo Santiago de Chile. Centro Latinoamericano y
Caribeño de Demografía (CELADE). Recuperado de http://www.cepal.org/es
Clara, I., Franco, G., Correa, L., Salazar, M. y Tamayo, A. (2005). Relatives as caregivers of the elderly.
Asociación Argentina de Establecimientos Geriátricos.
Colliére, M. (1993). Promover la vida. Madrid: Interamericana.
Defensor del Pueblo. (2000). La atención socio sanitaria en España: Perspectiva gerontológica y otros
aspectos conexos. Españaμ Oicina del Defensor del Pueblo. Recuperado de www.imsersomayores.
csic.es/documentos/.../defensor-atencion-01.pdf.
173
De la Rica, M. y Hernando I. (1994). Cuidadores del anciano demente. Revista de atención primaria.
España: Elsevier. Recuperado de http://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articuloproblemas-salud-sociales-los-cuidadores-14951
De los Reyes, M. (2001). Construyendo el concepto cuidador de ancianos. IV Reunión de antropología
do MERCOSUR. Foro de Investigación: Envejecimiento de la población en el MERCOSUR. Brasil:
Curitiba. Recuperado de http://www.redadultosmayores.com.ar/docsPDF/Regiones/Mercosur/
Brasil/06CuidadoresdeAncianos.pdf
Díaz Vega, P. (2004). Hacia la convergencia de los sistemas de apoyo informal y formal en cuidadores:
Un estudio de caso. Intervención psicosocial.
Dizy Menéndez, D., de la Torre Prados, I., Ruiz Cañete, O., Fernández Moreno, M., Ayuso Sánchez, L.
y García, M. (2010). Dependencia y familia: una perspectiva socio-económica. España: IMSERSO.
Domínguez Alcón C., (1998). Cuidado informal, redes de apoyo y políticas de vejez. Index de Enfermería.
Recuperado de http://www.index-f.com/index-enfermeria/revista.php
Dwyer, J., Lee, G. y Jankowski, T. (1994). Reciprocity, Elder Satisfacction, and Caregiver Stress and
Burden: The Exchange of Aid in the Family Caregiving Relationship. Journal of Marriage and the
Famil. Recuperado de httpμ//www.un.org/esa/policy/wess/wessβ007iles/wessβ007.pdf.
Fassler, C., (2008). Políticas de salud y cuidados. Una mirada desde el género. Montevideo, Uruguay:
Ediciones Trice.
Galeano, M., (2008). Los cuidados y el sistema de salud. Una mirada desde el género. Montevideo,
Uruguay: Ediciones Trice.
Galeano, M. (2008). Los cuidados y el sistema de salud. Mesa de diálogo: Políticas de salud y cuidados.
Una mirada desde el género. Montevideo, Uruguay: Ediciones Trice.
Herrera Gómez, M. (1998). Nuevos desafíos en políticas sociales: la community care. Revista Española de
Investigaciones Sociológicas. Recuperado de httpμ//dialnet.unirioja.es/servlet/oaiartςcodigoο75λ747
IMSERSO. (1995). Encuesta de Apoyo Informal a Mayores en España en 1993, Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales. Recuperado de www.imsersomayores.csic.es/estadisticas/encuestas/index.htm.
IMSERSO. (2006). Encuesta de condiciones de vida de las personas mayores en 2006. Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales. Recuperado de http://www.imserso.es/InterPresent2/groups/imserso/
documents/binario/apropositoconpm.pdf
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España. (2005). Atención a las personas en situación
de dependencia en España. IMSERSO. Recuperado de http://www.dependencia.imserso.es/
InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/libroblanco.pdf
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España. (2005). El acceso de los inmigrantes irregulares
al mercado de trabajo. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Socia-les. Recuperado de http://
www.empleo.gob.es/es/publica/pub_electronicas/destacadas/Revista/numeros/63/Est06.pdf
174
Cuidados y cuidadores de adultos mayores
Karp, D. (2005). El anciano dependiente. Una ley francesa, la realidad nacional. Un estudio comparado.
εontevideo. Recuperado de httpμ//davidmkarp.galeon.com/aiciones106β51β.html.
Katz, S., Kabeto, M. y Langa, K. (2000). Disparities in the receipt of home care for elderly people with
disability in the United States. JAMA. 284(23), 3022-3027.
Otero, A., García de Yebenes, M., Rodríguez Laso, A. y Zunzunegui, M. (2003). Unmet home care need one
community-dwelling elderly people in Spain.Aging Clinical and Experimental Ressearch. 15(3), 234-242.
Puga, L. y Abellán, A., (2004). El proceso de discapacidad. Un análisis de la encuesta so-bre
discapacidades, deiciencias y estado de salud. Españaμ Fundación Pizer.
Rogero-García, J., Prieto Flores, M. y Rosenberg, M. (2008). Health services use by older people
with disabilities in Spain: do formal and informal care matter. Ageing and Socie-ty. Cambridge:
Cambridge University Press.
Rogero García, J. (2009). Distribución en España del cuidado formal e informal a las per-sonas de 65 y
más años en situación de dependencia. Revista Española de Salud Pú-blica. Recuperado de http://
redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jspςiCveο170115λβ005.
Salmerón Álvarez y Alonso Vigil, P. (2006). Factores asociados a la institucionalización de pacientes con
demencia y sobrecarga del cuidador. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. España.
Tesch Römer, C. (2001). Intergenerational solidarity and caregiving. Z Gerontol. Geriatric, Germany, 34,
28-33. Recuperado de http://link.springer.com/article/10.1007/s003910170088#page-1
Tobío, C., Silveria Agulló, T., Gómez, M. y Martín Palomo, M., (2010). Cuidar a quienes cuidan y
cuidarnos. El cuidado de las personas un reto para el siglo XXI. La Caixa. Co-lección Estudios
Sociales. Recuperado de www.imsersomayores.csic.es/documentacion/.../registro.htm
Úbeda, I., Roca, M. y García Viñets, L., (1997). Presente y futuro de los cuidados informa-les. Revista
de atención primaria. España: Elsevier. Recuperado de http://www.elsevier.es/es-revista-atencionprimaria-27-articulo-impacto-del-hecho-cuidar-salud-11869
Valderrama, H. (2003). Manual de Cuidadores Domiciliarios. Buenos Aires: Ministerio de Desarrollo
Social de la Nación.
Wilson, H. (1989). Family caregiving for a relative with alzheimer’s dementia: coping with negative
choices. Nursing Research. 38(2), 94-98.
Yanguas, J., Leturia, F. y Leturia, M. (2000). Apoyo informal y cuidado de las personas mayores
dependientes. Revista Papeles del Psicólogo, (76). Recuperado de http://www.papelesdelpsicologo.
es/vernumero.aspςidο8γ.
175
El trabajo gerontológico como estrategia en diseño de
de programas educativos comunitarios
Sandra Quintero
Resumen
El objetivo de la presente contribución es determinar la incidencia de la unidad curricular
gerontología educativa en lo que compete al educador gerontológico para la intervención
socioeducativa con adultos mayores. Para la realización de dicha contribución se llevarón
a cabo pruebas exploratorias con estudiantes de la licenciatura en Gerontología de la
Universidad Nacional Esperimental Francisco de Miranda (UNEFM), en la localidad de Coro,
de la República Bolivariana de Venezuela. La deteccion de las debilidades y fortalezas con la
que está estructurado la Unidad Currícular de Gerontología Educativa.
Palabras clave
Gerontología, educación, aprendizaje y competencia.
Introducción
n la actualidad es ampliamente reconocido que está en curso un envejecimiento demográico
de los países en vías de desarrollo. Cabe recordar que en varios países las estructuras
organizadas de acuerdo con la edad (estructuras etáreas), fueron relativamente estables durante
la década de los años 50’s del siglo XX, mantuvieron elevados índices de fecundidad y un lento
descenso de los índices de mortalidad. A partir de entonces, entre 1950 y 1970 el 5.4% de adultos
mayores se incrementó al 7%. Los cálculos estimados para el año 2025 señalan que alcanzarán
el 14%, y el 22.6% hacia el año 2050, según datos del Centro Latinoamericano y Caribeño sobre
Demografía (CELADE, 1999), reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU,
2003). Es decir, que entre los años 1950- 2025 el grupo de personas con 60 años de edad o más,
aumentará a casi 11 veces su número inicial en relación con la cantidad de adultos mayores.
El envejecimiento poblacional es uno de los fenómenos de mayor impacto en la sociedad,
al respecto la ONU (β010) airma que la población envejece cuando aumenta la proporción de
personas mayores con 60 años de edad o más. En este marco mundial, Venezuela muestra un
envejecimiento poblacional heterogéneo y de acuerdo con las etapas de transición demográica,
E
177
está ubicado entre aquellos países en transición hacia su tercera fase, ya que “se evidencian
bajos niveles de fecundidad, natalidad y mortalidad, características que identiican el paso de
una población joven y de crecimiento rápido a una población relativamente envejecida” (Villa,
β008μ 40). Al mismo tiempo, el índice de envejecimiento alcanza el γβ.4%, lo cual signiica que
existen 32 personas mayores de 60 años edad por cada 100 menores de 15 años, según el
Instituto Nacional de Estadística ( 2011).
Este fenómeno demográico en Venezuela plantea una doble preocupaciónμ por una
parte, la necesidad de lograr un equilibrio adecuado entre los factores sociales, económicos,
ambientales y educativos, así como con los cambios en el crecimiento poblacional, su
distribución y su estructura, toda vez que ellos ejercen un papel sustancial en el desarrollo
social, en la conducta y en la salud de las personas a lo largo de la vida; por otra parte, los
problemas y las necesidades especíicas de los adultos mayores, deben ser atendidos con
base en políticas públicas adecuadas y oportunas, en ámbitos como los de salud, alimentación,
vivienda, familia, empleo y educación, entre otros.
En este escenario demográico la educación juega un papel fundamental en cuestiones
diversas que atañen al adulto mayor, su lugar en la vida familiar, en la comunidad y la vida
institucional, entre otras. Por otra parte, el profesionista en gerontología precisa de oportunidades
que le permitan aprovechar su potencial y asumir un rol protagónico como educador social en
los procesos de transformación. Así, ante el envejecimiento demográico y en respuesta a los
retos que el fenómeno plantea, desde el día 4 de julio de 1984 se implementó una terminal
educativa en gerontología, como técnico superior universitario. Sin embargo, no fue sino hasta
el año 2006 que fue aprobada la licenciatura en ese campo del conocimiento (Pensum de
estudios, Programa de Gerontología, 2006). Cabe entonces destacar que fue en el año 2008
cuando egresó la primera generación de licenciados en gerontología.
δa primera generación fue capacitada cientíica y técnicamente, así como portador
de una ética, para atender las necesidades y demandas educativas de la población adulta
mayor y tener la capacidad para intervenir como agente social de cambio. Son profesionistas
comprometidos con la promoción del bienestar de los individuos que se encuentran en proceso
de envejecimiento, pero que aún no han llegado a la vejez y desde luego con las personas
envejecidas. La formación de profesionistas en gerontología, ha sido orientada para favorecer
la manera en que los individuos experimentan un envejecimiento permanente. Por este
conjunto de cualidades la Universidad Nacional Experimental “Francisco de εiranda” (UNEFM),
es considerada cuna de la gerontología en Venezuela al ser la institución mater de un nuevo
profesional, con un pensum de estudios innovador fundamentado en el proceso de enseñanzaaprendizaje y el principio ilosóico de enseñanza-trabajo.
Con ese pensamiento, la unidad curricular (UC) de gerontología educativa, está diseñada
para que el estudiante domine las herramientas teóricas necesarias en el estudio lógico de los
aspectos básicos de la acción educativa, su historia, el marco ilosóico y los principios de su
178
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
quehacer. Las características de la formación en gerontología educativa, están orientadas para
desarrollar un peril amplio de sus egresadosμ como gerente social planiicador, coordinador de
atención integral, investigador y educador gerontológico.
A través de la operatividad de la unidad curricular de corte teórico, el estudiante desarrolla
la capacidad competente en educación gerontológica, con base en la planiicación, diseño,
aplicación y evaluación de los proyectos de educación con adultos mayores (PEAM). Los
alumnos diseñan los proyectos de intervención social a partir de un diagnóstico previo sobre
las necesidades por atender. Dado que la unidad curricular tiene un carácter exclusivamente
teórico, el conocimiento en torno a las experiencias prácticas de intervención socioeducativa,
se limita a la revisión de diagnósticos presentados en clase y/o realizados por estudiantes en
otra unidad curricular. Esta limitación constituye el interés de la autora del presente estudio,
quien consideró necesario e importante examinar la incidencia que tiene la unidad curricular
referida, en la formación del educador gerontológico.
Por otra parte, cabe destacar que de acuerdo con los requisitos académicos el alumno
deviene educador gerontológico hasta la conclusión del décimo trimestre de la licenciatura.
La unidad curricular en cuestión es caso único con ese nivel de exigencia y su estructura
tiene como base los postulados sobre la gerontología educativa, autoría de Bermejo (2004).
La presente investigación realizada entre enero-abril del 2012, tuvo por objetivo: evaluar
la incidencia de la unidad curricular en la competencia del educador gerontológico y en la
intervención socioeducativa, con alumnos formados en ese campo adscritos a la UNEFM,
Coro estado Falcón (ver fotografía 1). Como punto de partida de la exposición describimos
la estructura de la unidad curricular, después se establece su pertinencia y inalmente, se
determina con base en el análisis, la incidencia entre los estudiantes entrevistados.
Desarrollo
A) Referentes de investigación
Una de las referencias utilizadas en esta investigación es el estudio sobre las estrategias
de mediación en el aprendizaje, autoría de Bravo (2011). Su inclusión es pertinente porque
las estrategias propuestas por el autor son empleadas por los profesores del programa
de gerontología en la UNEFM. Entre las conclusiones del estudio, Bravo sostiene que los
profesores de gerontología, al impartir su respectivo curso, no aplican diversas estrategias del
aprendizaje contextualizadas y acordes con los requerimientos del estudiante. Por consiguiente,
recomendó que el cuerpo académico se esmere y utilice durante la clase diversas estrategias
para favorecer el aprendizaje de las competencias del licenciado en gerontología.
En cuanto al marco legal del país en materia de educación, la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999) es enfática al establecer que: “la educación es un
179
derecho humano y un deber social, es democrática, gratuita y obligatoria (…) la educación es
un servicio público y está fundamentada en el respeto a todas las corrientes de pensamiento,
con la inalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio y
respeto de su personalidad en una sociedad democrática”. El precepto constitucional anterior,
puede complementarse con el punto de vista de Zerpa (Cfr.2006: 35), quien advierte que: “la
educación es fundamental para el proceso de socialización y amerita el abordaje participativo
e integral de todos los sectores”.
Cabe señalar que además existe la Ley de los Servicios Sociales (LSS, 2005), dirigida
hacia los adultos (as) mayores y otras categorías de personas. En la ley se convoca a los
gobiernos locales para brindar acceso a la educación, la cultura y el deporte, a todas las personas
de avanzada edad en igualdad de oportunidades y para todos los niveles y modalidades. El
marco constitucional permite inferir que existe interés jurídico por dar atención a este segmento
de la población, como parte activa de la sociedad venezolana y que es de interés fundamental
para el educador gerontológico en favor de su ejercicio.
Por su parte, Perozo (β010) analizó el peril del licenciado en educación integral −
carrera profesional impartida por la UNERεB− y el desempeño académico de sus egresados
en instituciones educativas de la parroquia Pueblo Nuevo, ubicadas en el municipio de Baralt,
estado Zulia, Venezuela. Al contrastar el peril profesional con el desempeño laboral, encontró
confusión entre la mayoría de los directores de las escuelas ya que no existe acuerdo entre ellos
respecto a desarrollar trabajos de investigación (por parte de los docentes), en la misma zona
donde se encuentran los planteles educativos. Mientras tanto, Perozo (2010) aconsejó asignar
tareas interesantes y signiicativas a los maestros para que adquieran experiencia y así puedan
alimentar el conocimiento de los estudiantes. Asimismo, Lares (2010) planteó evaluar los diseños
pedagógicos − base de la instrucción− constitutivos del Programa de Educación de la UNEFM. El
resultado de la evaluación indica que es necesario adaptarlos de acuerdo con los lineamientos y
orientaciones que establece el plan curricular de la UNEFM, así como con el peril del egresado.
B) La gerontología educativa como Unidad Curricular (UC) en la UNEFM
La gerontología educativa como unidad curricular de la licenciatura en la UNEFM, permite al
estudiante aprehender las herramientas teóricas y metodológicas para desarrollar un trabajo
preventivo y que posibilite a los adultos mayores ejercer roles signiicativos, desarrollar su
potencial creativo, apoyar su crecimiento psicológico y disfrute de la vida, entre otros aspectos.
El egresado también está capacitado para ofrecer a la población en general un conocimiento
profundo sobre la etapa de la vejez y el envejecimiento. Es una profesión con el propósito de
modiicar actitudes, estereotipos, prejuicios y mitos sobre la vejez y destacar el envejecimiento
como un proceso normal del ser humano cualquiera que sea su edad (ver fotografía 2).
El alumno durante su formación es preparado para el abordaje socioeducativo con base
180
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
en las teorías y prácticas que competen al educador gerontológico. Es en la unidad curricular de
gerontología educativa, donde el estudiante promueve la intervención a partir de la gerogogía,
es decir, propicia la educación de los adultos mayores mediante la interacción con otros de la
misma edad o contemporáneos; fomenta un aprendizaje permanente de actitudes y valores
para mejorar la calidad de vida en este grupo de la población.
•
Fundamento ilosóico
δa necesidad de fomentar el desarrollo de la gerontología educativa, se justiica por los valores
sociales y civiles que promueve y que a la par consolidan la base teórica de la UC. En la esfera práctica,
la UC direcciona la participación con adultos mayores para promover el aprendizaje, pero sobre
todo hacia la intervención socioeducativa, entendida como: “el conjunto de técnicas apropiadas
para colocar al hombre en una posición de auto-validez y actualización de las potencialidades
en cada individuo, tanto de manera personal como social” (Orduna y Naval, β001μ 57).
•
Fundamento sociológico
En relación con el aspecto social, la dinámica que circunda la naturaleza de la UC gerontología
educativa, exige del concurso del educador, los adultos mayores y la población en general,
lo cual motiva la incorporación de más actores en el proceso educativo. En el ámbito de la
gerontología permite reconocer la necesidad de asumir la praxis educativa desde el punto de
vista de la gerogogía, esto es, educar a las personas mayores a partir de la interacción con
sus contemporáneos, además de sumar esfuerzos en éste mismo sentido para minimizar las
posibles situaciones de dependencia que puedan presentarse en la vejez.
•
Fundamento psicológico
Entre los fundamentos psicológicos del diseño de la UC, Quintero (2010: 7) expresa que se
apoyan en los aportes de εata (1λλ8μ 10β) y en el modelo de aprendizaje signiicativo de
Ausubel porque “enseñar y aprender no pueden ser equiparables, pues enseñar es solo una
de las condiciones que pueden inluir en el aprendizaje”. Asimismo tiene una de sus bases en la
perspectiva del aprendizaje constructivo señalado por εéndez y Adam (β008), quienes reieren
a Vygotsky (1936) al plantear el criterio socio-histórico-cultural, donde incorpora la psicología
de la actividad ya que: el hombre se relaciona con los objetos de la cultura, pero no lo hace solo
sino acompañado por los otros (Vygotsky, 1936). Del mismo modo, Quintero (2010) señala que
el lineamiento pedagógico se apoya en el aprendizaje cognoscitivo de Brunner al aseverar que
el aprendizaje es entendido como un proceso dinámico por el cual cambian las estructuras de
los espacios a través de experiencias.
Otras bases se encuentran en la teoría psicológica de las motivaciones humanas de
Maslow y en la contribución de Mata (1998), quienes sostienen que la motivación humana
181
debe ser analizada dentro de la personalidad individual, pues las distintas individualidades
están sujetas a varias formas de relación en virtud de las características psicológicas de cada
persona. La motivación es importante en la conducta que asumirá el individuo en un momento
especíico. Igualmente se apoya en Bandura y su teoría del aprendizaje social, al establecer
que la relación entre el procesamiento de la información y las ideas de la teoría conductista son
como las costumbres sociales de una cultura especíica, inluyen en la estructura cognoscitiva
del individuo, estableciendo así una interacción biunívoca entre individuo y medio.
•
La gerontología educativa como fundamento epistemico-educativo
Con el propósito de esclarecer el tema, Bermejo (2004) señala que la gerontología educativa inició
con los estudios de Peterson, cuando en 1976 introdujo por vez primera la denominación para
deinirla como el estudio y práctica de la enseñanza de los mayores durante su envejecimiento
(Bermejo, 2004). Más tarde, en 1980, la describe como un intento por aumentar y aplicar el
conocimiento sobre la educación y el envejecimiento, para mejorar la calidad de vida de las
personas mayores (Bermejo, 2004). En este mismo orden de ideas, el estudio referido nos remite a
Glendening (1985), quien la considera como una especialidad de la gerontología en el ámbito más
adecuado para ocuparse de la educación de los mayores, asimismo, compete a Lemieux (1986),
quien la presenta como una ciencia aplicada cuyo objetivo es el estudio del conjunto de métodos
y técnicas adecuados y reagrupados en un cuerpo de conocimiento en función del dicente mayor.
En el ámbito de la praxis, la gerontología educativa de la UC, Bermejo (2004: 129)
destaca la gerogogía por ser un punto de vista que presta atención a la educación con mayores
y el cual es deinido por Hartford (1λ76) como ‘el arte y la ciencia de enseñar a los mayores’,
mientras que Tyler (1983) por su parte la formula como la educación de las personas mayores
con otras de su misma edad, este tipo de intervención se está implantando en los últimos años,
tanto por razones de índole conceptual como práctica (ver igura 1).
Figura 1. Filosofía de atención de la gerontología educativa en el marco de la gerogogía.
Fuente: elaboración propia con base en Bermejo (2004)
182
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
•
La competencia del gerontológo como educador
Sobre la competencia del educador gerontológico se ciñen diversidad de aspectos, por esta
característica el educador de adultos mayores debe poseer cualidades especíicas que lo
distingan de otros profesionales, al respecto Bermejo (2004) indica que no es menos cierto
que su saber y saber hacer deben estar acordes con los destinatarios de su misión. En
concordancia, la unidad curricular está orientada explícitamente hacia las conceptualizaciones
sobre la educación, la gerogogía y los proyectos educativos con adultos mayores (PEAM).
Por otra parte, los contenidos procedimentales están direccionados hacia la práctica
de estrategias y métodos educativos, tomando en cuenta las capacidades de los adultos(as)
mayores. La directriz que orienta las actitudes tiene componentes cognoscitivos, afectivos y
conductuales; comprende valores éticos y la creatividad de cada estudiante, para promover la
participación de los adultos y adultas mayores en la elaboración de los PEAM. Esta formación
ha sido apreciada por Quintero (Cfr. 2009: 8) al indicar que: “la preparación académica de los
estudiantes de la licenciatura en gerontología, debe estar orientada por una visión holística,
inmersa en un contexto social dinámico donde esté presente el adulto mayor”. Sobre este
mismo punto Gilson (Cfr. β00γμ 61- 6β) airma queμ “todos hemos recibido capacidades,
talentos, que es necesario explotarlos y ponerlos en movimiento […] cada uno debe hacer lo
que le corresponde”. Con esta visión es conducida la intervención socioeducativa del educador
gerontológico. A su vez, Bermejo (Cfr. 2010: 39) sostiene que “la intervención socioeducativa
desde el punto de vista humanista tiene gran trascendencia en la persona”. δa intervención
contiene de manera implícita la educación como proceso constructivo, por eso es necesario
destacar que el uso de los conocimientos previos, provoca verdaderos cambios en la dinámica
social donde se desarrolla la persona, de allí que su interrelación sea más productiva y
participativa, donde el individuo asuma el reto que implica su propia educación en evolución
(ver igura β).
Figura 2. Evolución de modelos de intervención con mayores, Moody (1996).
Fuente: Elaboración propia.
183
Metodología
De acuerdo con el objetivo general que consiste en determinar la incidencia de la unidad curricular
(UC) gerontología educativa en la intervención socioeducativa con adultos mayores, es necesario
indicar que el presente trabajo tiene su base en un paradigma positivista, o sea, el estudio
puede ser considerado como producto del conocimiento cientíico y patrones de regularidad a
partir de los cuales se explican las interdependencias entre clases distintas de eventos fácticos
(López, 1993). El estudio es de naturaleza descriptiva y sobre las características del mismo
puede airmarse queμ “busca especiicar las propiedades, características y periles de personas,
grupos, comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis”
(Cfr. Hernández, 2010: 80). En este caso, el estudio es sobre la UC gerontología educativa del
décimo trimestre, a in de demostrar su incidencia en la caliicación profesional del educador
gerontológico, en particular la intervención socioeducativa con adultos mayores. No es un estudio
experimental, sino que se trata de una investigación “que se realiza sin manipular deliberadamente
variables. Con ello se observan situaciones ya existentes” (Hernández et. al., 2010).
De manera explícita, aseveramos que no hubo manipulación de variables ya que
solamente fueron observados los fenómenos en su ambiente natural para después analizarlos y
los datos se obtuvieron en un momento determinado. Los sujetos observados son alumnos que
cursaron la UC y tienen el bagaje de conocimientos que competen al educador gerontológico.
Por ser un estudio de campo, los datos se recogieron en forma directa de la realidad, sin
intermediación de ninguna clase. La población o universo lo integraron 12 estudiantes del
Programa de Gerontología, quienes cursaron la unidad curricular en cuestión durante el
periodo enero-abril del año 2012, fueron incluidos alumnos de ambos sexos, con predominio
del femenino, en edades comprendidas entre 20 y 27 años de edad.
Las técnicas de recolección de la información utilizadas fueron la entrevista y la
observación por ser: “un método de recolección de datos que consiste en el registro sistemático,
válido y coniable de los comportamientos y situaciones observables, a través de un conjunto de
categorías y subcategorías” (Cfr. Hernández et al., 2010: 260). La observación consistió en captar
mediante la vista y en forma sistemática, cualquier fenómeno, hecho o situación producida en el
aula de la UC gerontología educativa, enfocada en especial a los estudiantes que la cursaron.
Con relación a la técnica de entrevista, se utilizó la de tipo estructurada, la cual según
Sabino (Cfr.1995: 56): “se apoya en un instrumento donde las preguntas son establecidas con
anterioridad y se le plantean al sujeto entrevistado”. La entrevista fue auto-administrada, el
cuestionario se entregó a partir de una previa explicación sobre su intención y se obtuvieron
respuestas con el consentimiento informado respectivo. El cuestionario estuvo conformado
por treinta (30) preguntas cerradas, cuyas opciones se diseñaron conforme a la escala de
Likert (Hernández et al., 2010: 246) tales como: totalmente de acuerdo (TD), de acuerdo (DA),
ni de acuerdo ni en desacuerdo (NDND), en desacuerdo (ED), totalmente en desacuerdo (TD).
184
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
También es importante resaltar que el instrumento fue tipo cuestionario y llevó por nombre
GECEGISEG-UNEFM (Quintero, 2011).
La validez del instrumento, según Pérez (Cfr. 2006: 80) es: “aquella revisión exhaustiva del
instrumento antes de ser aplicado, la cual se confía a un panel de especialistas en metodología
y conocedores de la materia en estudio”. En este sentido, el instrumento (cuestionario) fue
validado por una doctora en ciencias de la educación, autora del libro Gerontología Educativa
−que sirvió de apoyó en la presente investigación− y consultora autónoma en España e
Iberoamérica; participó un médico con maestría en gerontología (académico del Programa
en Gerontología, UNEFM), un licenciado en educación, con mención en ciencias sociales,
maestría en historia de Venezuela y doctorado en gestión turística (docente LUZ, sede Punto
Fijo y Baralt, sede Coro); una socióloga con maestría en docencia para la educación superior
(académica del Programa Gerontología UNEFM) y una licenciada en educación con maestría
en docencia para educación superior (docente Baralt, sede Coro).
Para determinar la coniabilidad del instrumento, se aplicó una prueba piloto a un grupo
de cinco sujetos con similares características de la población deinitiva, pero no pertenecientes a
ella. El cálculo de coniabilidad fue realizado de acuerdo con el coeiciente para correlación Alfa
de Cronbach y con la aplicación del programa estadístico computarizado SPSS for Windows
versión 17, se obtuvo un valor Alfa de 0.7927. Este resultado indica que el instrumento posee
una alta coniabilidad de acuerdo con los parámetros establecidos para la interpretación de
este tipo de coeiciente (ver tabla 1).
Tabla 1. Interpretación del coeiciente de coniabilidad.
RANGOS
De 0.81 a 1.00
De 0.61 a 0.80
De 0.41 a 0.60
De 0.21 a 0.40
De 0.01 a 0.20
MAGNITUD
Muy alta
Alta
Moderada
Baja
Muy baja
Fuente: Ruiz, C. (2002: 70). Instrumentos de investigación educativa.
Para cumplir con el objetivo del estudio, la información obtenida fue procesada mediante
un análisis estadístico descriptivo que permite tabular, codiicar y procesar la información
de acuerdo con los indicadores y por medio de un análisis cualitativo-cuantitativo; los datos
presentados en tablas especiican porcentajes (Hernández, et al., 2010: 287). La representación
porcentual fue analizada a partir de la tendencia de respuesta y fue utilizada la media como
promedio auténtico de una distribución, por ser la medida de tendencia central de uso frecuente.
185
Resultados y discusión
a) Fundamento ilosóico
Aspecto Gnoseológico (naturaleza del conocimiento en el aprendizaje). El 87.5% de los
entrevistados está totalmente de acuerdo en que la UC ofrece momentos de aprendizaje, para
saber implementar espacios de participación socioeducativa con adultos mayores, aunque la
actividad es desarrollada en el marco de supuestas realidades, favoreciendo así la competencia
del educador gerontológico. Aspecto Ontológico (la manera como se concibe la realidad en el
aprendizaje), el 79% de los entrevistados está totalmente de acuerdo en que la UC describe la
realidad del aprendizaje e integra la realidad del estudiante y la del adulto mayor.
Aspecto Axiológico (importancia de los valores en el aprendizaje), el 79% de los
entrevistados está totalmente de acuerdo en que los contenidos de la UC están orientados hacia
el fomento de los valores como educador gerontológico, los cuales fortalecen su formación
profesional. Aspecto Epistemológico (la capacidad de producción de conocimiento), el 83%
de los entrevistados estuvo totalmente de acuerdo en que la facilitadora expone diversas
necesidades de adultos mayores para el diseño de proyectos socioeducativos, en el aula de
clases.
b) Fundamento psicológico
Sobre el Aprendizaje Signiicativo (Ausubel), el 8γ% de los entrevistados está totalmente de
acuerdo en que dentro de la UC, se organizan actividades cuyos contenidos permiten relacionar
los conocimientos en gerontología educativa con el impartido en otras unidades curriculares,
lo que fortalece a esta competencia. En relación con el Aprendizaje Constructivo (Vygotsky), el
λβ% de los entrevistados reiere que las actividades de la UC estimulan el aprendizaje social
activo y propician el aprendizaje constructivo entre los alumnos de manera grupal, en favor de
esta competencia.
Respecto al Aprendizaje Cognoscitivo (Brunner), el 58.3% de los entrevistados está
totalmente de acuerdo en que la UC maneja material teórico que sustenta la estructuración de
la unidad curricular examinada y que motiva al estudiante hacia la comprensión del ámbito de
su competencia. En cuanto al Aprendizaje Humanista (Maslow), el 75% de los entrevistados
está totalmente de acuerdo en que la UC orienta la formación de esta cualidad en el educador
gerontológico y permite al estudiante comprender la necesidad educativa de los adultos
mayores, en favor de esta competencia. Con relación al Aprendizaje Social (Bandura), el
66.5% de los entrevistados está totalmente de acuerdo con la UC, ya que permite al alumno
comprender y transformar la relación entre el individuo y el ambiente, capacidad que favorece
la competencia del educador gerontológico.
186
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
d) Fundamento sociológico
Sobre la realidad biopsicosocial del adulto mayor, el 54% de los entrevistados está de
acuerdo en que la UC desarrolla estrategias metodológicas para comprender la realidad
biopsicosocial de los adultos mayores, lo que representa una perspectiva fundamental en la
intervención socioeducativa. En relación al entorno físico-social del adulto mayor, el 71% de
los entrevistados está totalmente de acuerdo en que la UC genera conciencia en los alumnos
sobre las necesidades especíicas de los adultos mayores, las cuales representan algunos de
los pilares de la intervención socio-educativa tanto del entorno físico como social.
e) Competencia del educador gerontológico
Sobre el pilar ‘Aprender a conocer’, el 71% de los entrevistados está totalmente de acuerdo con la
UC porque promueve el proceso cognitivo (atención, memoria y aprendizaje) del alumno y permite
la comprensión teórica de esta competencia. Respecto del pilar ‘Aprender a hacer’, la UC desde
el punto de vista práctico, limita el desarrollo del educador gerontológico en las comunidades
con adultos mayores, considerando que el diagnóstico-pronóstico elaborado por el alumno –
previo a la intervención socioeducativa− requiere de la participación de los adultos mayores.
En relación con el pilar ‘Aprender a saber convivir y participar’, el 100% de los entrevistados
se encuentra totalmente en desacuerdo con haber elaborado un diagnóstico participativo con
adultos mayores de la UC en cuestión, que favorezca la competencia practica como educador
gerontológico; asimismo, los entrevistados señalaron que para diseñar el proyecto educativo
de intervención, utilizaron un diagnóstico previo realizado por ellos, pero en otra UC. Sobre
el pilar ‘Aprender a ser’, el 75% de los entrevistados está totalmente de acuerdo con la UC
porque promueve la relexión sobre la competencia práctica del educador gerontológicoν en
ese sentido, sugieren que la UC sea revisada con el propósito de favorecer la calidad de la
práctica dentro de la comunidad con adultos mayores, durante el curso de la unidad curricular.
Consideración inal
Con base en la descripción de las variables ya presentadas, es evidente que la estructura de
la UC orienta la competencia del educador gerontológico desde el punto de vista teórico y por
lo tanto incide en la formación académica de manera positiva. Sin embargo, los entrevistados
reieren que al momento de elaborar el proyecto con adultos mayores (PEAM) para la intervención
socioeducativa –y que constituye el último producto académico de la UC-, donde es requisito
realizar un diagnóstico-pronóstico, el proyecto no puede ser dimensionado en la práctica por la
constitución estrictamente teórica de la UC. Debido a esta limitación los alumnos de gerontología
educativa recurren a los diagnósticos elaborados en otras unidades curriculares o por otros
compañeros. Por otra parte, la UC no prevé formas de corroborar la necesidad planteada en el
187
diagnóstico, aun cuando exista de manera latente; ante tal circunstancia sugieren la revisión
de la UC en este aspecto. Por consiguiente, se concluye que durante el curso de la UC, ésta
tiene una incidencia positiva en el plano teórico aunque no así en la práctica, especíicamente
cuando se visita a la comunidad para determinar una necesidad real.
Ante el panorama descrito, los alumnos también sugieren que el Programa de Gerontología
establezca mecanismos permanentes que hagan posible la revisión de las UC −que conforman
el pensum de la licenciatura en gerontología− a través de la evaluación y cambios pertinentes
en relación con la competencia que forma. Asimismo, promover mediante la práctica algunos
cambios y la consolidación de la UC, manteniendo ante todo la visión de la integración social
enmarcada en la justicia social y educativa del adulto mayor. Una de las recomendaciones
destacadas considera la dinámica demográica del envejecimiento poblacional en Venezuela
para propiciar –a través del papel estratégico de la educación universitaria− el desarrollo
integral sustentable del adulto mayor de manera conjunta con el estudiante, a in de construir
una sociedad democrática y participativa, la creación de espacios y foros de participación
social que favorezcan la diada universidad-comunidad de modo permanente.
Fuentes de Consulta
Bermejo, L. (2004). Gerontología Educativa. Cómo diseñar proyectos educativos con mayores. España:
Médica panamericana.
Bermejo, L. (2010). Envejecimiento activo y actividades socioeducativas con personas mayores.
España: Medica panamericana.
Bravo, M. (2011). “Estrategias de mediación del aprendizaje empleado por los profesores del programa
de gerontología de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de εiranda” de Coro Estado
Falcón”. (Trabajo de grado para optar al título de εagister Scientiarum en docencia para la
educación superior). Universidad Nacional Experimental “Rafael εaría Baralt”, UNERεB. Sede
Coro, Venezuela.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Gaceta Oicial Nº 5.453.
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2010). Metodología de la investigación. Perú: Editorial Mc
Graw Hill.
Gilson, N. R. (2003). Semillas de esperanza. Venezuela: Coro estado Falcón.
Instituto Nacional de Estadísticas. (INE). (2011). Venezuela.
Lares, T. (2010). Evaluación de los diseños instruccionales del programa de educación de la Universidad
Nacional Experimental “Francisco de εiranda”. (Trabajo de grado para optar al título de εagister
Scientiarum en docencia para la educación superior). Universidad Nacional Experimental “Rafael
188
El trabajo gerontológico como estrategias en diseño de programas...
εaría Baralt”. Sede Coro, Venezuela.
Ley de los Servicios Sociales. (β005). Gaceta oicial Nº γ8.β70.
López, A. (1993). La investigación y sus conocimientos. En M. Bustillos (Comp.). Publicaciones del
Centro educativo diocesano. Venezuela: Universidad del Zulia.
Mata, L. (1998). Aprendizaje, teóricos y teorías. Universidad Nacional Experimental “Rafael María
Baralt”. Zulia. εaracaibo, Venezuela.
Méndez, L. y Adam L. (2008). Ciencia de la Educación permanente. Sus campos, sociodidaxia y
praxiología ética. Caracas, Venezuela: FEDUPEL.
ONU. (β00γ). Relexiones del informe del Centro δatinoamericano y Caribeño de Demografía (CEδADE).
Orduna, G. y Naval, C. (2001). Gerontología educativa. España: Ariel Educación.
Pensum de Estudios Programa de Gerontología (2006). Universidad Nacional Experimental “Francisco
de εiranda”. Programa de Gerontología. Sede Coro-Venezuela.
Pérez, A. (2006). Guía metodológica para anteproyectos de investigación. Venezuela. FEDUPEL.
Perozo, O. (β010). Peril profesional del licenciado en educación integral de la UNERεB y el desempeño
laboral en instituciones educativas de la parroquia Pueblo Nuevo, Municipio Baralt, estado Zulia.
(Trabajo de grado para optar al título de Magister Scientiarum en docencia para la educación
superior). Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt. Sede Coro, Venezuela.
Quintero, S. (2010). Diseño Instruccional Gerontología Educativa. Venezuela: Programa de Gerontología,
UNEFM.
Ruiz, C. (2002). Instrumentos de investigación educativa. Venezuela.
Sabino, C. (1995). El Proceso de Investigación. Santa Fe: Editorial Panamericana.
Villa, δ. (β008). Disparidad demográica y envejecimiento poblacional en los municipios Baruta, El Hatillo, y
Sucre, estado Miranda Venezuela. (Tesis inédita para obtener el título de licenciado en gerontología).
Universidad Nacional Experimental “Francisco de εiranda”. Programa de Gerontología. Sede
Coro, Venezuela.
Zerpa, J. (2006). La educación en la Sociedad del Conocimiento y su importancia en el proceso de
socialización a través de la interacción escuela-familia-comunidad. Recuperado de http://www.uft.
edu.ve/postgrado/omega_digital/OD_Octubre2007/descargables/La%20educaci%C3%B3n_en_
la_sociedad_del_conocimiento.doc.
189
Anexos
Fotografía 1. Estudiantes entrevistados acompañados de la investigadora.
Fuente: elaboración propia.
Fotografía 2. Estudiantes, docente- investigadora, profesores y obreros, en espacios académicos del
programa de gerontología de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de εiranda”.
Fuente: Elaboración propia.
190
Tercera parte
Diseños curriculares y
modelos de intervención
Fundamentos estratégicos para la formación de recursos
profesionales en gerontología: experiencia de la UNEVT
Sergio Flores Cerqueda
Con todo mi cariño para mi abuela, Amalia Méndez García, luz
de la comunidad, ejemplo moral y reconciliación de las familias.
Resumen
Instaurar nuevos centros universitarios es la mejor inversión para el presente y futuro de
las comunidades tendientes a envejecer. Destinar recursos para impulsar la creación y
el desarrollo de instituciones de educación superior que además de diversiicar opciones
contemplen las necesidades de su contexto, constituye una iniciativa incuestionable. En
éste sentido, actualmente los estudios gerontológicos son un paradigma atractivo y de alta
responsabilidad social, a nivel mundial. Según Moragas-Moragas, los programas sobre
estudios gerontológicos tendrán que ser adoptados y apoyados por las políticas educativas de
cada región, pues sin invertir en la formación de recursos humanos consagrados para atender
las diversas necesidades derivadas del envejecimiento poblacional, las incertidumbres sobre
las poblaciones envejecidas tendrán un alto costo social1.
Palabras clave
Gerontólogo, modelo educativo, diseño curricular.
Gestión y creación de la Universidad Estatal del Valle de Toluca (UNEVT)
L
a educación es un factor determinante para el mejoramiento individual y social de los
mexiquenses. δa necesidad de resolver la cuestión de la pobreza y digniicar la vida
comunitaria en municipios como Ocoyoacac, donde se fundó una institución universitaria que
tiene una oferta de licenciaturas innovadoras con alto nivel de preparación teórico-práctica,
εoragas−εoragas, Ricardo (1λλ1). Gerontología social. Envejecimiento y calidad de vida. Herder, Barcelona.
Ricardo Moragas es un teórico español entre los más importantes actualmente en cuestiones de planes y
programas de estudios gerontológicos.
1
193
cuyo peril educativo encuadra con las condiciones regionales y que además debe proporcionar
atención a los diferentes problemas de la comunidad ocoyoaquense en particular y al estado de
México en general, son los ejes centrales de la Universidad Estatal del Valle de Toluca (UNEVT)2.
Bajo el contexto jurídico de recomendaciones de tipo internacional3, nacional y estatal,
nació la Universidad Estatal del Valle de Toluca, ubicada en el municipio de Ocoyoacac, Estado
de México. El decreto de su creación fue publicado en la Gaceta del Gobierno el 20 de enero
de 2009 y que a la letra dice:
“Artículo1. Se crea la Universidad Estatal del Valle de Toluca como un organismo público
descentralizado del Gobierno del Estado de México, con personalidad jurídica y patrimonio
propios, con domicilio social en el municipio de Ocoyoacac y sectorizada a la Secretaría de
Educación. Artículo 2. La Universidad, tendrá como objeto: I) Impartir educación superior
en los niveles de δicenciatura, Especialización, εaestría y Doctorado con validez oicial,
para formar de manera integral profesionistas competentes con un amplio sentido ético,
humanístico y nacionalista, así como un elevado compromiso social y aptos para generar y
aplicar creativamente conocimientos en la solución de problemas; II) Organizar y realizar
actividades de investigación en las áreas donde proporcione educación, atendiendo
fundamentalmente los problemas estatales, regionales y nacionales, en relación con las
necesidades del desarrollo socioeconómico de la entidad; y III) Formar individuos con actitud
cientíica, creativos, con espíritu emprendedor, innovador, orientados al logro y superación
personal permanente, solidarios y sensibles con las realidades humanas, integrados
efectivamente y comprometidos con el progreso del ser humano, del país y del Estado”4.
El decreto en su primer artículo da cuenta del espíritu fundacional del recinto como un
espacio de estudios universitarios donde la comunidad no solo ingrese para capacitarse, adquirir
conocimientos y competencias, sino que también forme valores éticos y responsabilidad5.
Construcción de la licenciatura en gerontología
El proceso constructivo de la nueva licenciatura derivó de un riguroso análisis del mercado
educativo a partir de varios estudios: diagnósticos situacionales sobre la educación, tendencias
demográicas, estudios socio-económicos, fundamentación teórica de la licenciatura, ubicación
de las principales causas epidemiológicas y servicios de salud, entre otros análisis que
determinaron la viabilidad del programa de estudios. Cabe destacar que el documento rector
CEIFRHS integró los estudios en una carpeta, la que fue modelo para el diseño de programas
a nivel federal y en el seminario de actualización sobre la estructuración de planes y programas
Vid. http://www.unevt.edu.mx/
Los planes de Acción Internacional sobre el Envejecimiento constituyen una base política a nivel mundial,
proponen principios generales y directrices sobre las maneras en que la comunidad internacional, los gobiernos
y las sociedades en su conjunto puedan hacer frente a los retos del envejecimiento: a) El derecho a la protección
de personas envejecidas en situación de desventaja social y vulnerabilidad relativa a la salud, b) Promover los
modelos de envejecimiento activo y productivo.
4
Gaceta del Gobierno del Estado Libre y Soberano del Estado de México (2009), Martes 9 de Enero, Núm. 12,
Toluca de Lerdo, México, pp. 2-3.
5
Ibidem. pp. 4-5.
2
3
194
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
de salud (actividad que logró reunir a más de 15 instituciones del sector salud y de educación
superior, públicas y privadas).
La licenciatura en gerontología es una carrera profesional basada en aptitudes
(conocimientos), habilidades y actitudes, cuya directriz principal es la comprensión del
envejecimiento humano6. Su objetivo es crear profesionistas con base en una formación
interdisciplinaria teórico-metodológica y práctico-humanista de estudio, con la capacidad y
competencias para atender las necesidades de tipo social, de salud, psicológicas, ambientales,
económicas y jurídicas de los adultos mayores7, orientadas a la intervención preventiva, de
rehabilitación y que además promueva el envejecimiento activo.
La misión de formar profesionistas exitosos en gerontología, también asume la
responsabilidad de capacitar al alumno a partir de los requisitos de la investigación cientíica.
La formación de tipo interdisciplinario del futuro gerontólogo es de suma importancia, pues
implica el conocimiento sobre los modelos teóricos de diferentes disciplinas cientíicas, que
lo habilita para intervenir con conocimiento de causa y las herramientas adecuadas, con un
óptimo nivel competitivo. Asimismo, multiplica las capacidades y habilidades a in de encontrar
solución a los problemas de los adultos mayores. Saber conjugar la responsabilidad social con
la investigación cientíica constituye la fórmula innovada por la licenciatura en gerontología, a
partir de los objetivos contemplados en la misión de la Universidad8, los criterios de calidad
educativa y el peril del egresado.
Diseño del Plan de Estudios
La Universidad Estatal del Valle de Toluca, en congruencia con su compromiso por elevar
la calidad de la educación superior, conformó un grupo de expertos9 cuyo compromiso fue
asesorar el diseño del plan y programa de estudios de la licenciatura en gerontología. Durante
las reuniones fue analizada la estructura lógica del proyecto, su factibilidad y sustentación (la
interrelación de asignaturas, peril del egresado, estudio de mercado, etcétera). Otro aspecto
discutido fue el ‘estructural’ relativo al proceso formativo: examinaron los antecedentes históricos,
cientíicos, el marco normativo internacional, datos socio-epidemiológicos, infraestructura
física, campos clínicos e intervención práctica.
Moragas-Moragas, Ricardo (1991). Gerontología social. Herder, Barcelona.
Leopold, Luis (1999). Formación profesional: el caso de la Gerontología. Estudio de necesidades y aportes para
un diseño curricular.
8
Vid. http://www.unevt.edu.mx/mision_visionobjetivo
9
Agradecemos a los doctores (as): Laura Angélica Basaldúa Merino, representante del Instituto Mexicano del Seguro
Social; Benita Soledad Gutiérrez Ramírez, responsable del programa de atención al envejecimiento del Instituto de Salud
del Estado de México; Carolina Rayón Rangel, representante del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas
de México; José Carlos García Ramírez, miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT y Catalina
Soriano Reyes, Coordinadora de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Autónoma del Estado de México.
6
7
195
Por último, fue examinada la composición orgánica de la estructura
curricular, análisis horizontal y vertical de las asignaturas (entre materias y
semestres), con el propósito de que éstas relejaran un determinado tipo de
conocimiento y un núcleo académico formativo10 en las áreas médico-biológicas,
socio-familiares, económica, jurídica, política, de la conducta y las humanidades.
δa experiencia y especialidad de quienes formaron el grupo pionero, signiicó un respaldo
sustantivo para el diseño del Plan y Programa de Estudios de la licenciatura; sin embargo, la
experiencia formativa a nivel internacional constituye un marco de referencia indispensable,
por ello han colaborado especialistas de varios países11.
Sobre el licenciado en gerontología
El gerontólogo es un profesionista reconocido por diversas instancias educativas de México
y con presencia en países de América Latina y el Caribe (como lo son Brasil, Perú, Uruguay,
Argentina, Panamá, Colombia, y Venezuela, entre otros). Su conocimiento y quehacer lo deinen
como el profesionista caliicado para atender los problemas derivados del envejecimiento,
además de sujeto productor de teoría y (tendiente a lo) práctico, cuya intervención social
genera impactos medibles y de beneicio comunitario.
δa igura jurídica del δicenciado en Gerontología en εéxico, es de reciente creación.
La Secretaría de Educación Pública es la institución responsable de expedir el título y cédula
profesional que validan al postulante con el grado de licenciatura, es decir, como alumno que
cursó cuatro años que conforman el plan de estudios y cumplió con el 100 % de créditos
del programa, el servicio social, acreditación de una lengua extranjera y con el proceso de
titulación (vía promedio, tesis, tesina o seminario).
Proceso formativo
En la UNEVT, la gerontología estudia los procesos asociados al envejecimiento a partir de una
vertiente holística: de salud, psicológica, afectiva y socio-familiar. El modelo educativo tiene los
siguientes objetivos especíicosμ
Proporcionar una atención y evaluación integral, instrumentada y metódica con
perspectiva humanista.
10
La información se encuentra en V. Korenchevski, (1951). “The International Association of Gerontology and Rapid
Progress of Gerontology”. Véase la página web: httpμ//www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PεCβ0ββ540/ςpageο1
11
Agradecemos la orientación brindada por los siguientes expertos: Dr. Ricardo Moragas-Moragas (IMSERSO,
Universidad de Barcelona); Dra. Miriam Jessica Bazán Torres, de la Universidad Alas Peruanas; Dra. Rosa Yuka
Sato Chubaci, de la Universidad de São Paulo, Brasilν Mtra. Mónica Navarro, de la Universidad Nacional Tres de
Febrero de Argentina.
196
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
Orientar al personal de servicios, familiares y cuidadores del adulto mayor, sobre las
formas profesionales para su atención.
Generar proyectos de intervención y estrategias especíicas de promoción y prevención
de salud que contribuyan al logro del envejecimiento digno12, saludable13 y participativo14.
Contribuir en la construcción del envejecimiento saludable y exitoso a in de elevar
la calidad de vida tanto en lo individual como en lo social.
Maximizar las competencias teórico-prácticas del alumno para encauzarlo en
la investigación, la planiicación y gestión de paradigmas orientados a resolver
problemas de la vida diaria del adulto mayor actual, futuro y de su entorno.
Quien cursa la licenciatura en gerontología, aprende a utilizar metodologías y técnicas
de investigación cuantitativas, como cualitativas. El proceso formativo del futuro profesionista
oscila entre aprender a dominar información crítico-analítica, la conducción tutorial para la
intervención práctica en comunidades y clínicas, y la aplicación de conocimientos y técnicas
para resolver problemas prácticos15.
Competencias profesionales
La ‘mística’ universitaria que anima el área de gerontología, está enfocada a tomar decisiones
basadas en la gestión de los conocimientos adquiridos y habilidades desarrolladas, aplicados
en áreas público-privadas, la docencia y la investigación. El gerontólogo egresado de la
Universidad Estatal del Valle de Toluca, tiene una capacitación multidisciplinaria que le permite
detectar necesidades insatisfechas (socio-psicológicas, cuidados, bienestar y salud), analizar
causas y consecuencias del envejecimiento poblacional y elaborar modelos de atenciónintervención, a in de contrarrestar situaciones de fragilidad.
Pertinencia del gerontólogo
La gerontología por ser una disciplina abierta a otros campos del saber, colabora con
la demografía, las ciencias biomédicas (la geriatría, por ejemplo), las ciencias sociales, la
arquitectura y la tecnología biomédica, entre otros. En su intervención construye soluciones
integrales para contribuir no solo a entender las diicultades del envejecimiento, sino también
12
Leopold, Luis (1999). Formación profesional: el caso de la Gerontología. Estudio de necesidades y aportes para
un diseño curricular.
13
Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento en México 2001, 2003, (2004). Secretaría de Salud e Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) México.
14
Villareal Martínez, M. (2006). Mecanismos participativos en el diseño e implementación de leyes, políticas y
programas sobre envejecimiento. CEPAL, Santiago de Chile.
15
Documento directriz de la δicenciatura en Gerontología para aspirar al reconocimiento oicial del CEIFRHS
(UNEVT, 2012).
197
para resolver los problemas especíicos de la población de adultos mayores y así promover
su desarrollo, el bienestar individual y colectivo. A partir de las cualidades y alcances de
la gerontología, y por tanto del gerontólogo, puede airmarse que representan un capital
sustantivo para la región. Concretamente nos referimos a que los alumnos de la licenciatura
en gerontología de la UNEVT, pueden coadyuvar en forma eicaz, eiciente y profesional en la
elaboración de diagnósticos, evaluar, prevenir e intervenir en los problemas del envejecimiento
de la población mexiquense. Sin invertir en la educación y en la investigación es imposible
satisfacer las necesidades materiales que se ciernen en toda estructura social.
En síntesis, la participación de los gerontólogos en el entorno social tiene alta utilidad,
ya que además del trabajo de campo, apoyarán a las instituciones de salud y asistencia –que
así lo requieran− con personal caliicado. εenospreciar la educación y la investigación por
desinformación o prejuicio, es un obstáculo que impide reconocer sus aportes y beneicios
con claridad. La importancia estratégica de ambas áreas donde el gerontólogo demuestra sus
conocimientos y habilidades forma parte de un desafío a nivel mundial, pero en el plano local
los gerontólogos debemos responder a las necesidades objetivas de la población pre-senecta
y adulta mayor mexiquense (véase cuadro 1).
Cuadro 1. Ventajas profesionales del Gerontólogo en el área de Salud Pública.
Nivel sanitario
Psicogerontológico
Comunitario
Diseña y evalúa el expediente
gerontológico que direcciona el manejo
de la salud/enfermedad. Aplica técnicas
de rehabilitación en enfermedades
crónico- degenerativas.
Diseña y evalúa el expediente
gerontológico
que
conlleva
el plano de la salud mental y
propone esquemas de apoyo que
contribuyan al empoderamiento
de la autonomía del adulto
mayor y mejoramiento de su vida
diaria. Asimismo, coadyuva en
la capacitación del personal de
salud que atiende a los adultos
mayores, basada en temas
como la autoestima, pérdida y
fortalecimiento de las capacidades
cognitivas, entre otros.
Favorece estilos y calidad
de vida del adulto mayor en
situaciones no dependientes.
También fortalece y mejora la
relación intergeneracional e
intrafamiliar. Asimismo, posibilita
el desarrollo de sus capacidades
productivas
y
recreativas.
Finalmente, puede contribuir
para que el adulto mayor sea
consciente de sí mismo como
sujeto de derechos y como actor
político capaz de velar por su
propio bienestar y desarrollo.
Elabora programas de educación
y organiza cursos preventivos para
promover la salud y los cuidados.
Construye programas de actividades
físicas, recreativas y ocupacionales
tendientes a elevar la calidad de vida y
bienestar del adulto mayor.
Fuente: Elaboración propia con base en el documento CEIFRHS de la Licenciatura en Gerontología (UNEVT, 2012).
A modo de conclusión
A seis años de su apertura, la Licenciatura en Gerontología ha concretado entre otras de
sus iniciativas innovadoras, impartir Cursos de Actualización. Aunque se han organizado
como actividad eventual, se pretende obtener el aval institucional para que los cursos sean
permanentes. Atañen al personal docente –como una forma de apoyar el desarrollo de las
competencias académicas y de investigación práctica, con incorporación de los estudiantes− y
al compromiso de los gerontólogos con la comunidad, en particular de adultos mayores, por
198
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
ser los beneiciados más importantes.
A continuación, me permito describir a grandes rasgos cuáles han sido los cursos.
1. En coordinación con la Universidad de Murcia (julio de 2012), fue realizado el
“Primer encuentro internacional académico y de investigación en gerontología:
εéxico-España”. δa principal intervención fue la del destacado investigador Dr.
Pedro Sánchez Vera,16 quien compartió su experiencia sobre política pública, la
economía y la implementación de las recomendaciones internacionales hacia un
envejecimiento productivo y activo.
2. Con base en la directriz: la actividad física como estrategia para lograr un
envejecimiento activo y saludable (OMS, 2015), se llevó a cabo el “Primer curso
gerontológico México-Cuba: la actividad física como modelo de intervención
gerontológica”. Bajo la conducción del εtro. Saúl εaximiliano Díaz de los Reyes,17
especialista en la materia, el curso proporcionó una metodología de ejercicio
físico (el diagnóstico, desarrollo y planiicación) especíica para adultos mayores
con enfermedades crónico-degenerativas o alguna discapacidad físico-funcional,
a in de optimizar las oportunidades del bienestar físico, social y mental.
3. Fue impartido el “Curso de actualización académica en intervención psicogerontológica”. δa destacada εtra. εónica Navarro,18 disertó sobre las
categorías de la psicogerontología orientadas a la aplicación en problemas de
la vida diaria que acompañan al adulto mayor. Asimismo, su curso se apoyó
en los resultados encontrados por estudios cuantitativos y de interpretación
cualitativa, provenientes de la experiencia argentina que la facilitadora compartió.
16
Ha desempeñado los cargos de director e investigador del ICE de la Universidad de Murcia y de la Escuela
Universitaria de Trabajo Social. Principal investigador del grupo Sociología del bienestar y envejecimiento.
Miembro del Resarch Commitee on Sociologgy of Aging (RC11) of International Sociological Association.
Integrante de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y de la Sociedad Murciana de Geriatría y
Gerontología (SMGG). Fundador del Grupo 25 (Sociología de la Vejez) de la Federación Española de Sociología.
εiembro del consejo editorial de la revista Quehacer Cientíico (εéxico). Integrante do Corpo de Redacção de
Cadernos de Ciências Sociais, Universidad de Porto, Portugal. Integrante de Estudos Interdisciplinares sobre
o Envelhecimento da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (Brasil). Miembro del consejo de redacción
de la revista Multidisciplinar de Gerontología, España. Asesor del V Programa Marco de la Unión Europea:
"Envejecimiento de la Población.” Integrante del comité organizador del International Network for the Prevention
of Elder Abuse (del INPEA), España, 2006.
17
Funcionario de la Vicepresidencia de Docencia, Ciencia, Técnica y Medio Ambiente del Instituto Nacional de
Deportes, Educación Física y Recreación de Cuba. Profesor del departamento de Cultura Física Terapéutica de la
Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte “εanuel Fajardo” de δa Habana. Imparte la cátedra
universitaria sobre el adulto mayor, en la Universidad de La Habana, como parte del Programa de “Educación y
Promoción de Salud”. Actualmente es profesor-visitante de nuestra licenciatura en Gerontología-UNEVT.
18
Destacada investigadora argentina y conferencista internacional. Es autora de varios ensayos sobre el
envejecimiento. Actualmente dirige la especialidad en intervención y gestión gerontológica de la Universidad
Nacional Tres de Febrero, (UNTREF), Buenos Aires, Argentina. Ha sido docente del posgrado en Gerontología
por más de 20 años. Sus líneas de trabajo son la intervención clínica y socio-comunitaria en Psicogerontología.
199
4.
La experiencia de trabajo con idosos19 (adultos mayores) brasileiros, es un
ejemplo singular de intervención gerontológica, por ese motivo la Dra. Rosa
Yuka Sato Chubaci20 nos compartió sus conocimientos basados en el modelo
la “Dança Senior”. El curso utilizó algunas herramientas de trabajo a partir de
músico-terapia, baile, la planiicación de ejercicio físico y movimientos corporales
de bajo impacto, la socialización intergeneracional y trabajo grupal. La Dança
Senior como un modelo de trabajo comunitario, produce efectos positivos en el
participante que aspira al “envelhecimento saúdavel” (envejecimiento saludable)
y eleva la calidad de salud psico-afectiva, (Estatuto do idoso, 2003).
5. δa “Primera cátedra maestraμ Psicogerontología y envejecimiento activo” a
cargo de la Doctora Rocío Fernández-Ballesteros,21 es una de las actividades
académicas más sobresalientes. Los estudios sobre el envejecimiento realizados
por la catedrática, son referentes obligados para la gerontología en Latinoamérica.
A partir de dos enfoques, socioepidemiológico y de integración social, la cátedra
incorporó varios puntos temáticos en un amplio recorrido: desde la revisión de las
estructuras esenciales de la psicología aplicada a la gerontología, con base en las
teorías que la conforman, exposición de las técnicas de organización, intervención
y evaluación de datos clínicos, técnicas de socialización y psicoterapéuticas, hasta
la organización, diseño y aplicación de herramientas de organización comunitaria.
Convenios y movilidad estudiantil
Otro avance no menos importante por destacar, radica en la consolidación de los convenios
de colaboración enfocados principalmente a la movilidad estudiantil, lo cual ha sido un
logro emprendido por y en virtud de nuestro modelo educativo, con resultados notables.
δos acuerdos han sido el resultado de estrategias especíicas a in de
enriquecer los procesos de enseñanza profesional y en ellos tiene prioridad el beneicio
puntual de los alumnos. Por tal motivo, el estrechar lazos académcos con distintas
universidades y la movilidad estudiantil hacia diferentes países, son clave esencial en el
empoderamiento de los periles profesionales y cientíicos de la comunidad universitaria.
En la actualidad el mundo experimenta una transformación demográica sin precedentes.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2015) del Perú, indica que la población
19
Es obligación de la familia, la comunidad, las instituciones y el poder público asegurar al adulto mayor, con absoluta
prioridad, el derecho a las condiciones de vida digna, acceso a la salud, alimentación, educación, trabajo, ciudadanía y
libertad. Para más información consultar: Estatuto do Idoso e marcos normativos complementares (β00γ), São Paulo.
20
Vid. http://lattes.cnpq.br/8045230714750062
21
Cientíica española, una de las más importantes actualmente en tópicos de Psicogerontología y envejecimiento
activo. Catedrática emérita por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Vid. http://www.uam.es/personal_
pdi/psicologia/rfb/
200
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
adulta mayor (con 60 años de edad o más) es de 3 millones 11 mil 50 personas que representan
el 9.7% de la población. De este total, 1 millón 606 mil 76 son mujeres (53.3%) y 1 millón
404 mil λ74 son hombres (46.6%), son porcentajes que relejan la tendencia denominada
feminización del envejecimiento.
En éste contexto, los trabajos realizados por la Universidad Alas Peruanas (UAP) a
través de la Licenciatura en Gerontología22 y a partir de un modelo de intervención comunitaria,
fue posible que 26 de nuestros estudiantes obtuvieran información socio-cultural (costumbres,
tradiciones) y planiicación de diagnósticos en materia de saludν los universitarios conocieron
comunidades de las localidades de δima, εiralores y Callao. Asimismo, colaboraron con varios
espacios de residencia para adultos mayores, geriátricos y casas de día, donde conocieron las
condiciones de acceso a ellos, infraestructura física, administración de recursos, estrategias de
rehabilitación, nutrición, actividad física, y acciones socio-recreativas, entre otras funciones y áreas.
De acuerdo con la estimación del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE,
2015), en el 2020 la población de adultos mayores en Brasil representará 37. 8% del total de la
población, lo que sin duda será un desafío para el sector público e institucional. La Universidad
de São Paulo (USP) en β005 comenzó a formar profesionistas en gerontología,23 con base en
un peril socioeducativo de alto impacto en ámbitos como el familiar, de salud y comunitario. δa
gerontología en Brasil está direccionada por el lema: “A gestão do envelhecimento saúdavel”
(gestar el envejecimiento saludable).
Un acercamiento al trabajo gerontológico en Brasil fue posible para cinco de nuestros
estudiantes, quienes fueron enviadas a tomar el curso: “Gerontología y modelos de atención
para adultos mayores en Brasil”.
Los estudios sobre el envejecimiento que ha realizado la Unión Europea, en particular
España, son fuentes imprescindibles de la gerontología. Por ésta razón tres alumnas tomaron
el curso “Neuropsicología y educaciónμ memoria, emociones y aprendizaje,” en la Universidad
Complutense de Madrid.
Por otra parte, es necesario fortalecer a los estudiantes con el aprendizaje de un
segundo idioma; si además existe la posibilidad de conocerlo en un país que lo posee como
su lengua oicial, la oportunidad es invaluable. Con ese propósito dos estudiantes harán una
estancia temporal en la Universidad Alberta (U Alberta)24 Canadá, para que perfeccionen su
conocimiento del idioma inglés. En relación con la movilidad estudiantil, la UNEVT considera
que no solo es una experiencia lúdico-recreativa para el alumno que fue beneiciado, sino
también una oportunidad para desarrollar la competencia profesional. En éste sentido, los
estudiantes durante su estancia en otro país tienen que gestionar y establecer vínculos con
La UAP, es pionera en el Perú, por innovar al implementar el programa de Gerontología. Vid. http://www.uap.
edu.pe/esp/programacionacademica/pregrado/30/Inicio.aspx
23
Vid. httpsμ//uspdigital.usp.br/jupiterweb/listarGradeCurricularςcodcgο86&codcurο86γ00&codhabοβ0γ&tipoοN
24
La U Alberta cuenta con el departamento de especialidades en Geriatría y Gerontología para mayor información
véase: http://guides.library.ualberta.ca/medicine-medical-specialties/geriatrics-gerontology
22
201
instituciones educativas, grupos colegiados o estudiantiles, involucrados con el estudio de la
gerontología. Al retornar mostrarán evidencia de los modelos sociales de atención para las
personas adultas mayores canadienses, con base en el “protocolo de movilidad estudiantil”.
Cabe mencionar que de 2014 al primer semestre de 2016, aproximadamente 33 alumnos(as)
han sido los beneiciados25.
δa UNEVT ha sido anitriona de gerontólogos provenientes del Perú, Panamá y Brasil,
son profesionales interesados en el trabajo académico-investigativo, clínico-asistencial así
como de intervención-atención, realizado por nuestra Universidad en las comunidades, aunque
es importante señalar que durante su estancia temporal han desarrollado investigación en la
Clínica Integral Universitaria26. La UNEVT deviene referente para la gerontología en el contexto
internacional por la asertividad de sus modelos en los terrenos pedagógico, de salud y socio-familiar.
Por esta atracción, en el periodo de 2014 a Julio de 2016, fueron acogidos 19 gerontólogos (as)
de dichos países.27 Asimismo, se han establecido vínculos interinstitucionales con universidades
de América δatina, Norteamérica y Europaν cuyos propósitos principales sonμ fortalecer el peril
cientíico y profesional de los alumnos y promover estructuras de investigación, entre otros.
Producción editorial
La difusión de la investigación gerontológica, así como la producción editorial en esta materia,
son esfuerzos que además de buscar acercar a los estudiantes a una modalidad especíica de
divulgación, pretenden llegar a lectores interesados en cuestiones sobre el envejecimiento y los
adultos mayores. En esta perspectiva la UNETV, a través de la Licenciatura en Gerontología, ha
publicado dos libros. El primero: “Envejecimiento mundial y desafío regional, nuevos paradigmas
para la investigación, la salud pública y los derechos humanos”, fue galardonado por la δXVII
Legislatura del Senado de la República Mexicana, como la mejor obra de investigación sobre
Envejecimiento y Derechos humanos, 2015. Coordinado por el Dr. José Carlos García Ramírez28,
profesor-investigador de nuestra licenciatura, la publicación galardonada establece un diálogo
sobre el tema del envejecimiento humano a nivel mundial. Participaron un total de 35 investigadores
25
En cumplimiento con los convenios celebrados, nuestros estudiantes han realizado estancias con una duración
promedio de 20 días.
26
Para mayor información véase: http://www.unevt.edu.mx/clinica_integral_universitaria
27
δa información de las estancias en la UNEVT, se encuentra relejadas en los informes anuales (β014-β016) de
la Rectoría. Véase: http://www.unevt.edu.mx
28
Es autor de varias obras publicadas: La vejez. El grito de los olvidados (2003); Los derechos y los años. Otro
modo de pensar y hacer política en Latinoamérica: los adultos mayores (2006), entre otras. Profesor invitado
en universidades de países como Alemania, Turquía, Estados Unidos, Argentina, Colombia. En el periodo de
1990-1995, participó en campañas de alfabetización para adultos mayores en la Ciudad de México. De 20072008 participó en las jornadas de alfabetización y derechos civiles con mujeres hispanas recluidas en el Federal
Detention Center (Cárcel Federal) en Seattle, Washington, USA. Actualmente labora en la Universidad Estatal
del Valle de Toluca. Pertenece a la red del Kompetenzzentrum Alter (Centro de Competencias de la Vejez) del
Instutut für Gerontologie (Instituto de Gerontología) de la Universidad de Heidelberg, Alemania".
202
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
de diversos países como Alemania, Portugal, Italia, EUA, Chile, Argentina, España y México.
A partir de diferentes disciplinas y contextos, los especialistas relexionan de manera
crítica sobre la vejez del individuo y el envejecimiento de las poblaciones. En su conjunto,
son colaboraciones que fortalecen el andamiaje académico-cientíico del profesional en
gerontología. El libro es también resultado del quehacer cientíico riguroso, ya que además
de aportar información especializada generadora de conocimiento, responde a cuestiones
concretas que contribuyen a direccionar todo tipo de iniciativas institucionales en materia de
envejecimiento, política pública y derechos humanos29.
En congruencia con las recomendaciones de organismos internacionales como la ONU
y la Comisión de Estudios para América Latina (CEPAL), la Asamblea sobre Envejecimiento,
Madrid, (2002) y el Plan Gerontológico Iberoamericano (2003), toda institución educativa
que imparta la licenciatura en gerontología, deberá producir y promover investigaciones
que contribuyan a tener una mejor comprensión del fenómeno del envejecimiento y buscar
las medidas prácticas que coadyuven en la solución de problemas de salud-enfermedad,
rehabilitación, dependencia, familia, derechos humanos, inserción social, autonomía, tecnologías
rehabilitadoras, proyectos productivos, educación, problemas psico-afectivos y políticas sociales.
Bajo esta directriz la estructura de nuestra segunda publicación “Periles sobre
envejecimiento: estrategias gerontológicas en acción, tomo I” incorpora en tres apartados
−estrategias, ensayos e investigaciones de campo− la participación de investigadores
latinoamericanos, además de incluir un trabajo autoría de algunas de nuestras alumnas30.
Los programas de estudio en gerontología y su evaluación
Por otra parte, hemos sido convocados consecutivamente durante cuatro años (en particular el
director titular de la Licenciatura en Gerontología) por el Comité Estatal Interinstitucional para la
Formación de Recursos Humanos para la Salud (CEIFRHS), adscrito al Instituto de Salud del
Estado de México, organismo encargado de evaluar planes y programas sobre gerontología,
a in de formar parte del comité. Al respecto y en mi calidad de evaluador me permito señalar
tres aspectos importantes.
Primero, para las escuelas de educación superior no públicas, sino privadas, el modelo
educativo de la licenciatura en gerontología representa una alternativa profesional tan prometedora
que de 2012 a 2016 se han presentado tres programas de gerontología para su evaluación.
García Ramírez, José Carlos (2012). Envejecimiento mundial y desafío regional, nuevos paradigmas para la
investigación, la salud pública y los derechos humanos. Plaza y Valdés, México.
Vid. http://www.plazayvaldes.com.mx/…/envejecimiento-mundi…/1897/
30
García Ramírez, J. C. y Flores-Cerqueda S., (2015). “Periles sobre envejecimiento: estrategias gerontólogicas
en acción”. UNEVT, México. Vid. http://www.unevt.edu.mx/publicaciones
29
203
Segundo, al momento de emitir la opinión técnica y derivado del análisis de cada
programa, se observaron serias inconsistencias; basta señalar solo algunas: en su estructura
lógica presentan mínima factibilidad y escasa sostenibilidad (sin relación del peril de las
asignaturas con el peril del egresado)ν en relación con el proceso formativo, estructuralmente no
se perciben (antecedentes históricos, cientíicos, marco normativo internacional, diagnósticos
socio-epidemiológicos); respecto a la composición no existe análisis horizontal y vertical entre
asignaturas. Los problemas detectados básicamente son una desarticulación entre materias
y semestres. δas asignaturas no son monotemáticas, no relejan ningún tipo de conocimiento
y solo son nominales, esto es, que las materias carecen de núcleo académico-formativo.
Asimismo, destaca en los proyectos presentados la idea del profesional en gerontología como
sujeto que proporciona asistencia (cuidador).
Tercero, una problemática común a las coordinaciones en cada universidad, es la visión
parcial de lo que implica la gerontología, lo que deriva en que el cargo de coordinador de la
licenciatura lo asume por lo general un psicólogo, enfermera o médico. Actualmente de ocho
universidades que imparten esta licenciatura solo una institución es dirigida por un gerontólogo.
Un eje que las instituciones públicas o privadas deberían considerar para la dirección
estratégica del modelo educativo, es la designación de un gerontólogo en la conducción.
Las rutas de planeamiento de la gerontología en la UNEVT son:
Lineas de Acción
1. Gestión y asesoría
2. Movilidad estudiantil (intercambios y convenios)
3. Cursos de actualización académica
4. Encuentros internacionales
5. Investigación (publicaciones y participaciones en congresos)
Ante tales circusntancias, el modelo eductivo de la UNEVT, constituye una politica
educativa en acción, puesto que asume con responsabilidad el proyecto de envejecimiento
nacional como una tarea fundamental para los proximos años y ante los cuales las instituciones
de educación superior tendrán que estar asumiendo tambien sus responsabilidades propias.
204
Fundamentos estrategicos para la formación de recursos profesionales...
Fuentes de consulta
Estatuto do Idoso e marcos normativos complementares. (β00γ). São Paulo.
Gaceta del Gobierno del Estado Libre y Soberano del Estado de México (2009). Martes 9 de Enero (12),
Toluca de Lerdo, México, 2-5.
García Ramírez, J. C. (2015). Envejecimiento mundial y desafío regional, nuevos paradigmas para la
investigación, la salud pública y los derechos humanos. México: Plaza y Valdés.
García-Ramírez J. C. y Flores-Cerqueda S. (2015). Periles sobre envejecimiento: estrategias
gerontológicas en acción. UNEVT, México.
IBGE. (β015). Estudios Demográicos. São Paulo.
INEI. (2015). Censo de población. Perú.
Korenchevski, V. (1951). The International Association of Gerontology and Rapid Progress of
Gerontology. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2022540/
Leopold, L. (1999). Formación profesional: el caso de la Gerontología. Estudio de necesidades y aportes
para un diseño curricular. Multiplicidades Ediciones, Montevideo.
Moragas-Moragas, R. (1991). Gerontología social. Herder, Barcelona.
εoragas−εoragas, R. (1λλ1). Gerontología social. Envejecimiento y calidad de vida. Herder, Barcelona.
Organización de las Naciones Unidas. (2002). Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento.
Madrid, España.
Organización Mundial de la Salud. (2015). Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud. Washington.
Plan Gerontológico Iberoamericano, (2003). Madrid.
Secretaría de Salud e Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática. (2004). Encuesta
Nacional de Salud y Envejecimiento en México 2001; 2003. México.
Villareal Martínez, M. (2006), Mecanismos participativos en el diseño e implementación de leyes,
políticas y programas sobre envejecimiento. CEPAL, Santiago de Chile.
205
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas en la
formación de profesionales en gerontología
Miriam Jessica Bazán Torres
Para mi Padre, con amor eterno.
Resumen
La presente contribución tiene como objetivos describir el proceso de gestación y nacimiento
de la Escuela Profesional de Gerontología de la Universidad Alas Peruanas, compartir las
experiencias clave que inspiraron la creación del modelo educativo, así como los obstáculos
que se presentaron durante el proceso. Finalmente, resumir los aportes de dicha escuela en la
vida institucional, socioeducativa y en nuestros grupos de interés, a través de actividades de
extensión académica, proyección social, movilidad estudiantil, y voluntariado. Puedo señalar
que este modelo educativo es pionero y líder en la formación de recursos profesionales en
gerontología en el Perú.
Palabras clave
Modelo educativo gerontológico, institución, vinculación académica.
Antecedentes institucionales
L
a Universidad Alas Peruanas (UAP)1 fue gestada por iniciativa del doctor Fidel Ramírez
Prado2, en aquel entonces Presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa
1
La promotora de la UAP es la Cooperativa de Servicios Múltiples Alas Peruanas, fundada en 1968. Está
integrada por más de 30 mil socios que pertenecen a las Fuerza Armadas del Perú, incluyendo al personal
civil que labora en esta dependencia. El movimiento cooperativo se sustenta en los principios de solidaridad,
educación y democracia bajo la máxima de servir a la sociedad peruana. Para mayor información consulte la
página institucional http://www.uap.edu.pe
2
Por acuerdo unánime de la promotora de la UAP, el 8 de febrero del 2000 fue nombrado rector de la Universidad
Alas Peruanas, Fidel Ramírez Prado, quien después fue incorporado al pleno de la Asamblea Nacional de
Rectores (ANR), desempeñando el cargo hasta la fecha de rector de la UAP. Ramírez Prado tiene estudios de
doctorado en Business Administration (Barrington University, Alabama, Estados Unidos). Es también doctor en
Educación (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) y en Derecho (Universidad Inca Garcilaso de la Vega).
Es maestro en Administración (Universidad San Martín de Porres). Cuenta con reconocimientos en materia de
seguridad nacional por diversos institutos de países como Estados Unidos, España, Canadá, Inglaterra, Rusia,
Panamá, México e Israel). Para mayor información al respecto, consúltese la siguiente dirección electrónica http://
www.uap.edu.pe/Esp/Nosotros/Universidad/Autoridades.aspx
207
de Ahorro y Crédito Alas Peruanas. En marzo de 1989, la Asamblea General de Delegados
de la Cooperativa Alas Peruanas aprobó por unanimidad el rectorado de Francisco Ramírez
Prado, encargándole llevar con éxito la encomienda del proyecto educativo universitario. En
1994 bajo la presidencia del licenciado, Aguilar Bailón de la Cruz, se presentó al Congreso
de la República (Congreso Constituyente Democrático-CCD) el proyecto de creación
Nº 1485/94 de la Universidad Alas Peruanas. En 1995 continúan los trámites siendo
Presidente de la Cooperativa el doctor Ricardo Díaz Bazán. Para ese entonces se crea el
Consejo Nacional para la Autorización del Funcionamiento de Universidades (CONAFU),
único organismo encargado de aprobar o rechazar los proyectos de universidades en Perú.
En 1996 bajo la presidencia del Consejo de Administración de la Cooperativa Alas
Peruanas del ciudadano Estanislao Chujutalli Muñoz y del doctor Fidel Ramírez Prado como
Gerente General, el CONAFU aprueba con fecha 26 de abril la Resolución Nº 102-1996-CONAFU
que autoriza el funcionamiento de la Universidad Alas Peruanas3. Desde entonces, la UAP ha
seguido todos los pasos legales que formalizan y garantizan su existencia y expansión a nivel
nacional e internacional.
δa Universidad Alas Peruanas, por su origen y propósitos, se deine como una institución
humanista, social y cooperante. La UAP practica una formación profesional permanente
inspirada en una ética personal, social y profesional, así como también la generación y
desarrollo del conocimiento cientíico, humanístico y tecnológico, claramente expresados en
la Visión la cual dice que la UAP es “una institución acreditada y solidaria, relacionada con
sus entornos nacional e internacional, congruente con los avances cientíicos y tecnológicos
de punta, para impulsar el desarrollo del país”4. Mientras que la Misión también sostiene el
compromiso de “formar hombres buenos y sabios que respondan a las innovaciones que
se desarrollan en nuestro país, con la participación creativa de todos los estamentos que
conforman la Universidad Alas Peruanas”.
Con base a lo señalado en la Misión y Visión de la UAP, se puede deducir que la
responsabilidad de la UAP se centra en coadyuvar al desarrollo nacional mediante la
generación de conocimientos, de tecnologías y de la ejecución de prácticas que beneicien
el contexto general del país y se extiendan a entornos sociales de otros países de la región
latinoamericana.
Los inicios de la licenciatura en gerontología
Iniciar una carrera profesional no es cosa fácil, sin embargo, la UAP sensible y atenta a las
necesidades educativas de la sociedad,cuando recibió de la Dra. Miriam Jéssica Bazán Torres
3
En el mes de noviembre del año 1999, el CONAFU con resolución Nº 656 declara la adecuación de la UAP al régimen
de Sociedad Anónima en virtud al Derecho Legislativo Nº882 "Ley de promoción de la inversión en educación".
4
Para mayor información ver: http://www.uap.edu.pe/Esp/Nosotros/Universidad/Inicio.aspx
208
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
la propuesta de creación de Escuela Profesional de Gerontología, tuvo a bien apostar por un
nuevo modelo educativo en donde el estudio del envejecimiento fuese el eje rector. A dicho
estudio se le dominó “modelo educativo gerontológico”5, encargándosele a la Dra. Bazán la
elaboración de este proyecto único y pionero en el Perú.
Para desarrollar dicho modelo se inició con el estudio de factibilidad, basado en el análisis
de mercado, diagnósticos socio-epidemiológicos, tendencias demográicas, fundamentación
teórica de la profesión, estructuración de los núcleos gerontológicos formativos, así como la
estructuración de una metodología capaz de integrar dichos núcleos y, inalmente, el diseño
del mapa curricular.
Cabe destacar que para poner en marcha la carrera profesional de gerontología fue
necesario el trabajo multidisciplinario de un equipo de profesionales aines a la gerontología y
cuya inalidad era la de construir los consensos requeridos para su validación6.La experiencia
y especialidad de quienes conformaron el grupo pionero, signiicó un respaldo sustantivo para
el diseño del Programa de Estudios de la carrera profesional. Sin embargo, la experiencia
formativa a nivel internacional constituyó un marco de referencia indispensable y para lo cual
se tomaron diferentes opiniones de expertos de otros países7.
El modelo gerontológico
La Escuela Profesional de Gerontología es pionera y única en Perú por ser líder en
la formación de gerontólogos comprometidos con la problemática social de la población
adulta mayor. Los alumnos reciben una formación multidisciplinaria que les permite tener una
visión holística del proceso de envejecimiento y los hace competentes en el trabajo individual
y comunitario a través de su intervención gerontológica. Es una de las nueve carreras
profesionales que forman parte de la Facultad de Medicina Humana y Ciencias de la Salud.
5
Por resolución N° 3919-2006-R-UAP de fecha 26 de mayo de 2006, se aprobó el funcionamiento e implantación
de la Escuela Profesional de Gerontología Social adscrita a la Facultad de Medicina Humana y Ciencias de la
Salud. Dadas las tendencias regionales y los estudios comparativos realizados por la UAP, emitió la solicitud N°
de 093-2012-D-FMHYCS-UAP, con fecha 07 de enero de 2013, el Decano de la Facultad de Medicina Humana y
Ciencias de la Salud en la cual se justiicaba el cambio de denominación de la Escuela Profesional de Gerontología
Social. Con base a las facultades jurídico-legales del Rector de la UAP, se emite el dictamen favorable para modiicar y
actualización las siguientes denominaciones: Escuela Académico Profesional de Gerontología, Carrera profesional
de Gerontologíaν grado académico de “Bachiller en Gerontología” y con el título “Profesional de Gerontólogo”.
6
Para desarrollar este proyecto, la Dra. Miriam Bazán, convocó a: Frank Johny Quintana Orihuela (médico),
Carlos Hualpayunca Villafuerte (psicólogo) y Juana Consuelo Zavaleta Melgar (nutricionista). Posteriormente
se sumaron al equipo pionero los psicólogos Thelma Rita Barbarán Torres y Máximo Augusto Ñiquen Vallejos.
Mi profundo agradecimiento al grupo de expertospioneros, así como a los docentes fundadores: Manuel Jesús
Bazán Torres (abogado), Tomás Julián Delgado Arenas(educador), Martha Berrocal (médico), Héctor Víctor
Manuel Arana Soto (sociólogo).
7 Mi agradecimiento al Lic. Omar Peña Reina, ex-Decano de la Facultad de Gerontología de la Universidad San
Buenaventura de Bogotá-Colombia, y al Dr. Enrique Vega García, Director de Envejecimiento para América
Latina y el Caribe de la OPS- Washington D.C. quienes aportaron con sus opiniones y experiencia a la formación
de esta naciente carrera profesional en el Perú.
209
Cuadro 1. Plan de estudios de la Licenciatura en Gerontología UAP
Fuente: Elaboración propia.
Al concluir con el plan de estudios (10 semestres académicos) y cumpliendo con los
requisitos de titulación, el egresado de la carrera obtiene en primera instancia el grado académico
de Bachiller en Gerontología8 y posteriormente el Título Profesional de Gerontólogo9, los cuales
son inscritos en el Registro Nacional de Grados y Títulos de la Superintendencia Nacional de
Educación Superior Universitaria10, que se creó en julio del 2014 en reemplazo de la Asamblea
Nacional de Rectores.
Se puede señalar que una experiencia sustantiva la cual le dio mayor asertividad al
modelo educativo fue la estancia que tuvo la doctora Miriam Jéssica Bazán Torres en el Centro
de Capacitación Golden Meiren Haifa, del programa educativo Mashav-Israel, en el 2004. En
esa estancia estudió y analizó los “Servicios para la tercera edad en la familia y la comunidad”
que el estado israelí brinda a su población adulta mayor. Como parte de la formación recibida
en ese país, logró detectar la importancia que tienen la religión (el judaísmo), la familia, las
tradiciones y las redes de apoyo para con la gente mayor. Indudablemente la intervención
gerontológica constituye una pieza angular en los servicios de atención.
8
Para los egresados con la Ley UniversitariaN° 23733, Artículo 22: cumplidos los estudios satisfactoriamente se
accederá automaticamente al Bachillerato. En Juliodel 2014 se promulga la nueva Ley Universitaria N° 30220
que señala en su Artículo N°45.1 que para optar el grado de Bachiller, el egresado requiere haber aprobado los
estudios de pregrado, así como la aprobación de un trabajo de investigación y el conocimiento de un idioma
extranjero, de preferencia el inglés o una lengua nativa.
9
Ley Universitaria N° 23733, Artículo 22: El Título Profesional se obtendrá, mediante Tesis, experiencia profesional
de tres años, u otra modalidad que estima la universidad. Ley N° 30220, Artículo 45.2: Para optar el Título Profesional
se requiere el grado académico de Bachiller y la aprobación de una tesis o trabajo de suiciencia profesional.
10
Ley N° 30220, Artículo 12: Créase la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU)
como organismo público, técnico especializado adscrito al Ministerio de Educación... Artículo 13: La SUNEDU es
responsable, en el marco de su competencia, de supervisar la calidad del servicio educativo universitario.
210
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
Otra experiencia importante fue el intercambio académico que se tuvo en su momento
con la Universidad de San Buenaventura, de Bogotá-Colombia. De esa experiencia se logró
identiicar la metodología de planeamiento y de aplicación de modelos gerontológicos desde
una perspectiva del trabajo social y de apoyo en los servicios de salud.
Ambos acercamientos internacionales, a partir de convenios y de vinculación
interinstitucional, también favorecieron el diseño curricular de la carrera profesional de
gerontología.
Marco jurídico que fundamentó la formación de la carrera profesional de gerontología
La Escuela Profesional de Gerontología nace teniendo como sustento legal una serie de
normas y recomendaciones de nivel nacional e internacional11.
1.
DECRETO SUPREMO Nº 005-2002-PROMUDEHque aprueba el Plan Nacional
Para Las Personas Adultas Mayores 2002 – 200612
2.
DECRETO SUPREMO Nº 006-2006-MIMDES que aprueba el Plan Nacional de
Adulto Mayor 2006 -201013
3.
Ley 28803:Ley de las Personas Adultas Mayores del 19 de Julio de 200614.
11
Plan de Acción Internacional de Madrid sobre Envejecimiento 2002- Cuestión 4, en sus Medidas señala: a)
Iniciar y promover programas de educación y formación para los profesionales de la salud y de los servicios
sociales y de las personas que atienden a otros en un contexto no estructurado respecto de los servicios y
la atención para las personas de edad, incluidas la gerontología y geriatría, y apoyar a todos los países, en
particular a los países en desarrollo, en estas actividades; b) Instituir programas de educación continuada para los
profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar
y la atención de las personas de edad, así como de los aspectos sociales y psicológicos del envejecimiento; c)
Ampliar la educación profesional en gerontología y geriatría, incluso haciendo esfuerzos especiales para ampliar
la matrícula de estudiantes de geriatría y gerontología.
12
La Medida N° 35, de este D.S. señala: Establecer convenios con universidades y otras organizaciones
que desarrollen acciones concertadas de promoción de lasalud y envejecimiento saludable, para el diseño e
implementación de programas de capacitación, en gerontología y geriatría, dirigido a los profesionales vinculados
al tema de las personas adultas mayores, a nivel regional.
13
Medida N° 41: Promover programas de capacitación en gerontología y geriatría en educación superior, formando
recursos humanos caliicados para la atención de personas adultas mayores.
14
Ley 28803, Ley de las Personas Adultas Mayores: Artículo 17°.- Programas Especializados:El Estado, en
coordinación con las universidades, impulsa la formulación de programas de educación superior y de investigación
en las etapas de pre-grado y post-grado en las especialidades de Geriatría y Gerontología, en todos los niveles
de atención en salud, así como de atención integral a las personas adultas mayores, dirigidos a personal técnico
asistencial. Recientemente con fecha 30/06/2016 se promulga la nueva Ley de las Personas Adultas Mayores
N°30490, que deroga a la anterior, pero que también señala en su Artículo 21 la necesidad de formar recursos
humanos en gerontología: “Las universidades e institutos de Educación Superior impulsan la educación e
investigación de la temática de personas adultas mayores”.
211
Visión y misión de la Escuela Profesional de Gerontología UAP
Nuestra visión: “Ser la Escuela Profesional líder en el Perú y América Latina en la formación de
gerontólogos, reconocidos por su alta calidad humana y profesional y por nuestra contribución
a la población adulta mayor”.
Nuestra misiónμ Formar profesionales en gerontología altamente caliicados y reconocidos a
nivel nacional e internacional, proactivos, con valores altruistas y trascendencia humanística,
con objetivos y metas claras, que generen conocimientos, ejecuten proyectos y desarrollen
estrategias de solución a la problemática social de la población adulta mayor.
Peril del Ingresante a la carrera de gerontología
El peril del ingresante tiene como función garantizar la calidad del proceso educativo desde
sus inicios. Los siguientes son los requisitos deseados en un postulante que desea estudiar la
carrera profesional de gerontología:
1. Sensibilidad y compromiso con la persona adulta mayor.
2. Estabilidad emocional y buena salud mental.
3. Vocación de servicio.
4. Capaz de trabajar en equipo.
5. Facilidad para comunicarse en su entorno.
6. Ser solidario(a), justo(a), afable, responsable y puntual.
7. Estar informado sobre la carrera de gerontología.
8. Respeto a las normas y a las líneas de autoridad.
9. Hábitos de lectura.
10. Creatividad e interés por la investigación.
Peril del graduado en gerontología
El Egresado de la Escuela Profesional de Gerontología UAP, está capacitado para:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Organizar, dirigir y administrar todo tipo de instituciones, centros y/o servicios para
personas adultas mayores.
Tiene una visión holística del proceso de envejecimiento.
Conoce las políticas sociales y normatividad de las personas adultas mayores.
Aplica y formula la normatividad para el funcionamiento de centros e instituciones
gerontológicas y geronto-geriátricas.
Aplica los programas de intervención socio-educativa para personas adultas mayores.
Aplica técnicas e instrumentos de evaluación gerontológica.
212
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Realiza intervención gerontológica utilizando indicadores de evaluación y resultados.
Identiica los síndromes y enfermedades crónicas degenerativas más frecuentes de
las personas adultas mayores.
Identiica los cambios psicológicos del proceso de envejecimiento y la vejez, y realiza
intervención gerontológica no psicoterapéutica.
Planiica y dirige dinámicas de desarrollo de participación social.
Lidera la articulación e inclusión de las personas adultas mayores en su entorno social
y familiar.
Planiica y ejecuta programas de promoción de la salud para un envejecimiento activo.
Promueve y produce investigaciones y obtiene nuevas teorías del envejecimiento y
vejez.
Orienta el trabajo multidisciplinario del equipo gerontológico.
Capacita y supervisa el trabajo de cuidadores(as) y auxiliares que cuidan a personas
adultas mayores.
Se actualiza y capacita permanente en el campo gerontológico.
Campo laboral del gerontólogo
Una de las ventajas de esta joven carrera profesional es el amplio y creciente mercado laboral
dentro y fuera del país. La población adulta mayor actualmente demanda profesionales
especializados, sensibles y comprometidos en la atención de sus necesidades y de su
problemática social.
Cuadro 2. Campo laboral del gerontólogo
Fuente: Elaboración propia
213
Por muchos años, las instituciones para personas adultas mayores han sido y siguen
siendo administradas por profesionales de distintas disciplinas que no cuentan con formación
en envejecimiento; o peor aún, por persona que no tienen ninguna preparación, como si con el
pasar de los años las personas perdieran el derecho de recibir la atención que se merecen. Ante
esta realidad problemática, nace la carrera de gerontología como respuesta a una necesidad
tangible y creciente, que es común sobre todo en países con realidades semejantes a la nuestra.
El reto para las presentes y futuras generaciones de gerontólogos, es desarrollar
las estrategias para conquistar ese potencial mercado laboral gerontológico que requiere
con urgencia de su aporte profesional especializado, pero que muchas veces no conoce la
existencia de esta carrera profesional.
En el Perú las instituciones donde progresivamente se están insertando laboralmente
nuestros egresados de la Escuela Profesional de Gerontología son: Programa Nacional de Vida
Digna (PNVD) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), Centros del Adulto
εayor (CIAε) de las εunicipalidadesν Casa del Pensionista de la Oicina de Normalización
Previsional (ONP); Centros de Atención Residencial para personas adultas mayores (CARPAM)
públicos y privados; Programa de Etapa de Vida Adulta Mayor (EVAM) del Ministerio de Salud
(εINSA)ν Centros Gerontogeriátricos de Atención Residencial de la Beneicencia Pública de
Lima; CentrosGeriátricos de las Fuerzas Armadas, Universidad Alas Peruanas (UAP), entre otros.
A las anteriormente descritas se suman otras instituciones que brindan servicios a la
población adulta mayor, donde aún falta incorporar al gerontólogo como parte de su equipo
multidisciplinario de profesionales que otorguen las prestaciones especializadas mediante el
trabajo coordinado e interdisciplinar; entre ellas: Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social
(MIDIS); Defensoría del Pueblo; Ministerio Público; Centros de Atención Residencial de las
Embajadas; Centros de Desarrollo Integral de la Familia (CEDIF) del Programa Integral
Nacional para el Bienestar Familiar (INABIF); Gobiernos Regionales; Instituciones religiosas;
Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP), entre otras.
Vinculación académica internacional
El compromiso de establecer una serie de actividades a través de las cuales la carrera de
gerontología pudiese establecer acercamientos entre sí, tuvo su partida de nacimiento en el
1er Congreso internacional de carreras de grado y pregrado en gerontología, organizado por
la Universidad Maimónides del 11 al 13 de marzo 2010 en Buenos Aires- Argentina15. En esta
cita académica histórica se congregaron por vez primera nueve universidades de cinco países
latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú).
Posteriormente en el 2012, la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec- UNEVE, fue
la encargada de organizar el II Congreso Internacional de Programas y Carreras de grado y
15
http://weblog.maimonides.edu/congresogerontologia/
214
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
posgrado en Gerontología, contando con la participación de la Universidad Maimónides de
Argentina y la Universidad Alas Peruanas, quien asumió la posta de organizar en el 2014 el
siguiente encuentro de programas y/o carreras de gerontología.
Así, el III Congreso Latinoamericano de Universidades con carreras de gerontología,
realizado en la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), del 21 al 24 de Abril del 2014 se denominó
“GERONTÓLOGO, Garantía de Envejecimiento con Calidad”,porque tuvo como objetivo
resaltar la importancia del rol del Gerontólogo, como el profesional experto en envejecimiento,
capacitado, sensible y comprometido con la atención de las demandas sociales de la población
adulta mayor; así como su compromiso en la construcción de una Cultura de Envejecimiento en
todos los grupos etarios. Se contó con la participación de ponentes nacionales e internacionales
(México, Argentina, Brasil, Colombia, Israel, Cuba, Panamá) entre otros.
La importancia de este tercer evento académico fue fundamental, pues logró convocar
a doce Directores de Programas y Carreras de Gerontología de seis países de América
Latina, (Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú y por primera vez Panamá se sumó a esta
convocatoria), quienes asumieron importantes acuerdos, los mismos que fueron suscritos en la
denominada “Declaración de δima” que contiene el Plan de Acción, Cooperación Académica,
Estudiantil y Profesional de los Programas y/o Carreras Universitarias de Gerontología.
Cuadro 3. Declaración de Lima, 2014
Fuente: Elaboración por Directores de las licenciaturas en gerontología, 2014.
El primer acuerdo de este documento fue conformar la “Red Panamericana de Programas
y/o Carreras Universitarias de Gerontología”16, encargándole a la Dra. Miriam Jéssica Bazán
Torres, Directora de la Escuela Profesional de Gerontología de la Universidad Alas Peruanas,
emprenda las coordinaciones para la constitución de la Red Panamericana.
Dentro de los objetivos de la constitución de la Red se señalan entre otros: evaluar
los diseños curriculares de las carreras de Gerontología a in de actualizar los programas
de estudio, potenciar la movilidad estudiantil y docente,establecer convenios de colaboración
16
La Red Panamericana de Programas y/o Carreras Universitarias de Gerontología ha sido conformada e inscrita
en los Registros Públicos de Lima, Perú.
215
interinstitucional, estimular la investigación como parte fundamental en la construcción de un
marco teórico, metodológico y epistemológico de la gerontología.
Para darle continuidad a los acuerdos de la Red Panamericana de Programas y/o
Carreras Universitarias de Gerontología17, del 24 al 27 de Octubre del 2016, se llevo a cabo del
“IV Congreso δatinoamericano de Universitarias con Carreras de Gerontología” en la ciudad de
Medellín, organizado por la Universidad Católica del Oriente de Rio negro- Antioquia, Colombia.
Convenios y movilidad estudiantil internacional
Teniendo como fundamento lo establecido en la Declaración de Lima, en el que se
indica que toda institución educativa dedicada a la formación de recursos profesionales en
gerontología, deberá promover el fortalecimiento académico de la gerontología; la Escuela
Profesional de Gerontología de la Facultad de Medicina Humana y Ciencias de la Salud de la
UAP, y la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Toluca (UNEVTMéxico) a través de sus Directores de Carrera, se sumaron a promover este fortalecimiento
inter-institucional, consistente en la primera experiencia latinoamericana de movilidad estudiantil
entre alumnos de gerontología.
1. εarzo β007μ δa presentación oicial de la Escuela Profesional de Gerontología ante la
prensa y la sociedad, se realizó el siete de marzo del 2007 en la Asamblea Nacional de
Rectores. Como parte de ese mismo acto protocolar, se irmó el Convenio de cooperación
interinstitucional entre la Universidad Alas Peruanas y la Universidad San Buenaventura
de Bogotá – Colombia y asistió el Decano de la Facultad de Gerontología de la USB.
2. Noviembre del 2013:
• Una delegación de dos docentes y diez estudiantes de la Escuela Profesional
de Gerontología UAP, asistieron al II Congreso Latinoamericano de Gerontología
Comunitaria 2013, realizado en Argentina, del 14 al 16 de noviembre de ese año,
donde se aportó con dos ponencias de nuestras docentes y la participación activa
de nuestras estudiantes en las diferentes mesas de trabajo.
• Se irma el Convenio internacional entre la Universidad Alas Peruanas y la
Universidad Estatal del Valle de Ecatepec. Para tal in, recibimos la visita de una
delegación de docentes de esta última Universidad.
3. Julio 2014: La Universidad Alas Peruanas (UAP) y la Universidad Estatal del Valle de
Toluca (UNEVT), suscriben una importante alianza estratégica.
17
httpsμ//www.facebook.com/RPUPG/ςrefοts&frefοts
216
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
•
Del 09 al 30 de Agosto del 2014, la Escuela Profesional de Gerontología de la UAP
recibe a la primera delegación de becarios mexicanos para realizar el “I Curso de
Especialización Internacional en Gerontología Comunitaria”. Esta primera delegación
estuvo conformada por estudiantes procedentes de la Universidad Autónoma del
Estado de México, Universidad Mexiquense del Bicentenario y Universidad Estatal
del Valle de Toluca, haciendo un total de 10 becarios.
4. Diciembre 2014: La Universidad Sao Paulo de Brasil y la Universidad Alas Peruanas
irman un Convenio de cooperación mutua entre ambas casas de estudio.
5. Febrero del 2015, dos alumnos de la Escuela de Gerontología UAP, asistieron al “Curso
Internacional de Actualización Académica en Intervención Psicogerontológica” organizado
por la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Toluca.
6. Agosto 2015, por segunda vez, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado
de México, a través de su programa de becas estudiantiles, hace posible una nueva
movilidad estudiantil internacional de México a Perú, del 09 al 29 de Agosto del 2015, para
realizar el “Curso internacional en Modelos de Intervención Gerontológica: Comunidad y
Envejecimiento”. En esta oportunidad se recibieron a 15 estudiantes de gerontología y 2
de enfermería de las Universidades Autónoma del Estado de México, Estatal del Valle de
Ecatepec y Estatal del Valle de Toluca UNEVT, haciendo un total de 17 becarios.
7. Octubre 2015: alumnas de gerontología de la UAP participan del Congreso Iberoamericano
de Gerontología organizado por la Universidad Mayor de San Andrés en Bolivia.
8. Agosto 2016: Por tercera oportunidad, el Gobierno del Estado de México, a través de
la Secretaría de Educación del gobierno mexiquense, brindó la oportunidad para que
alumnos destacados realizaran pasantía en la Escuela Profesional de Gerontología UAP.
Fueron diecisiete estudiantes que realizaron el “Curso de Especialización en Modelos
de Intervención Gerontológica: Comunidad y Envejecimiento” de las Universidades
Mexiquense del Bicentenario, Nacional Autónoma de México (FES Iztacala), Estatal del
Valle de Ecatepec, Tecnológica de México, Autónoma del Estado de México y Estatal del
Valle de Toluca.
Voluntariado gerontológico
El proceso educativo debe estar orientado a promover que los estudiantes conozcan e
identiiquen en comunidad la problemática integral de sus grupos de interés, relexionen
sobre ella, e intervengen mediante la puesta en práctica de valores que los convierta en
los protagonistas de acciones solidarias de sana convivencia.
217
En este sentido, se crea el Programa de Voluntariado de la Escuela Profesional
de Gerontología “Gerontólogos en acción”, que tiene carácter intergeneracional y
cobra fuerza porque nace como respuesta a las recomendaciones del Plan de Acción
Internacional de Madrid 200218.
Reconocimientos
En todo este cuadro explicativo del modelo educativo gerontológico de la UAP que me permito
compartir, puedo atreverme a señalar el dinamismo permanente de la carrera profesional, ya que
la exigencia institucional universitaria está atenta a las mejoras y a las innovaciones educativas.
δa gerontología en cualquier parte del mundo requiere de procesos administrativos eicientes,
competencias académicas solidadas e innovadoras, y respaldo de las instituciones públicas
y privadas, para que los programas de atención gerontológica puedan ser sólidos y viables.
Debido a su intervención e impacto en la sociedad, la Escuela Profesional de Gerontología
ha recibido el reconocimiento del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en dos
oportunidades, dentro de la categoría instituciones privadas, como la mejor institución que se
ha destacado por su trabajo y actividades a favor de las personas adultas mayores.
La UAP está convencida de la perspectiva interinstitucional en la cual la gerontología
peruana pueda también aprender de otros procesos formativos y aportar a la vez experiencias
enriquecedoras por ejemplo, las estancias estudiantiles, los acercamientos académicos y los
casos exitosos obtenidos en los impactos a nivel de la sociedad peruana.
Como puede observarse, el equipo académico que compone la Escuela de Gerontología de la UAP,es consciente de que las metas alcanzadas deben de permanecer y mejorarse.
Existen otros objetivos de la Declaración de Lima pendientes. Ser autocríticos en cualquier
propósito de la vida profesional implica humildad y deseo de seguir aprendiendo.Asumimos la
autoevaluación como un valor humano importante, el cual constituye un elemento signiicativo
para emprender tares futuras; sobre todo en los debates racionales y responsables los cuales
deberán desarrollarse en un ambiente respetuoso, multidisciplinario y propositivo.
18
Plan de Acción de Madrid 2002: “Cuestión 4, Objetivo 2, Medida e) Alentar a las personas de edad que realicen
tareas de voluntariado a que aporten sus conocimientos en todas las esferas de actividad, en particular las
tecnologías de la información Cuestión 5: Solidaridad intergeneracional. La solidaridad entre las generaciones a
todos los niveles -las familias, las comunidades y las naciones- es fundamental para el logro de una sociedad para
todas las edades. La solidaridad constituye también un requisito previo primordial de la cohesión social y es el
fundamento tanto de la beneicencia pública estructurada como de los sistemas asistenciales no estructurados”.
218
La experiencia de la Universidad Alas Peruanas...
Fuentes de consulta
Consejo Nacional para la Autorización y Funcionamiento de Universidades. Resolución N°
10β-λ6-CONAFU, (1λλ6). “Funcionamiento de la Universidad Alas Peruanas”, Universidad Alas
Peruanas, Lima.
Proyecto de Creación de la Escuela de Gerontología Social, (2005), Universidad Alas Peruanas, Lima.
Resolución Nº γλ1λ-β006-R-UAP, (β006). “Creación de la Escuela Profesional de Gerontología Social”,
Universidad Alas Peruanas, Lima.
Resolución N° 10679 – 2013 – R – UAP, (2013). “Cambio de denominación de la Escuela Profesional
de Gerontología”, Universidad Autónoma εetropolitana, δima.
Resolución N° 1067λ – β01γ – R – UAP, (β01γ). “Cambio de denominación de Carrera de Gerontología”,
Universidad Alas Peruanas, Lima.
Resolución N° 10679 – 2013 – R – UAP, (2013). Cambio de denominación de título profesional de
Gerontólogo, Universidad, Alas Peruanas, Lima.
Resolución N° 10679 – 2013 – R – UAP, (2013). Cambio de denominación de grado académico de
bachiller en Gerontología, Universidad Alas Peruanas, Lima.
Resolución N° 10679 – 2013 – R – UAP, (2013). “Cambio de denominación de la Escuela Profesional
de Gerontología”, Universidad Alas Peruanas, δima.
.
219
El modelo gerontológico de vivienda:
caso de un conjunto habitacional en Brasil
Marisa Silvana Zazzetta, Isabela Thaís Machado de Jesús,
Luzia Cristina Antoniossi Monteiro, Fabiana de Souza Orlandi
Resumen
Con el aumento de la expectativa de vida en Brasil, el derecho a la vivienda digna y accesible
para las personas adultas mayores, constituye una de las necesidades básicas que las
políticas públicas están obligadas a atender. La vivienda funcional, el entorno adecuado,
equipos de profesionales para apoyar a la persona mayor, son características centrales que
deben incluirse. En este trabajo realizamos algunas relexiones sobre la vivienda digna y la
importancia de la responsabilidad social de las políticas de gobierno en Brasil (principalmente
las políticas de vivienda para el adulto mayor).
Palabras clave
Adulto mayor, vivienda, políticas, modelos de atención.
Introducción
E
studios del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), indican que el 85% de la
población brasileña habita en las urbes y la principal determinante que lo corrobora es la
migración del campo a la ciudad iniciada a partir de los últimos 20 años (IBGE, 2012). A diferencia
del medio rural, la mayoría de las ciudades disfrutan de una mayor riqueza, diversidad económica,
ambiental, política y cultural. Empero, todavía existen desigualdades en las condiciones y
oportunidades equitativas para sus habitantes (Carta εundial do Direito às Cidades, β006). No
obstante, fue implementado un programa de urbanización denominado “Diseño Universal”, el
cual establece criterios para hacer accesibles los diferentes ambientes para todas las personas.
De acuerdo con el IBGE (2012), la población brasileña es de 190.755.199 millones
de habitantes, de los cuales el 51% son mujeres (97 millones) y 49% hombres (93 millones).
El contingente formado por adultos mayores −conforme al Estatuto del Adulto εayor, ubica
221
en dicho segmento a las personas con 60 años de edad o más− es de β0.5λ0.5λλ millones,
cifra que representa el 10.8% del total de la población. Dentro del mismo segmento, 55.5%
(11.434.487) son mujeres y 44.5% (9.156.112) son hombres (Küchemann, 2012). El censo
notiica que γ.7 millones de personas mayores viven solas y aumentó su cifra en β0% durante
un período de 20 años (1992-2012). El crecimiento poblacional en Brasil es claro e inequívoco.
Desde el año 1940, la población de adultos mayores mantiene altas tasas de crecimiento.
De acuerdo con el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, en un período de diez
años (1997-2007), el país presentó un crecimiento relativo en el orden de 21.6% y el conjunto
de personas mayores fue de 47.8%. La porción de la población con 80 años de edad o más,
alcanzó un valor todavía superior a 86.1% (Ramos, et. al., 2010).
El aumento en la visibilidad social de la persona adulta mayor, fue uno de los factores
que movilizaron a los órganos del gobierno y organismos independientes, para dar atención
a las nuevas necesidades derivadas por tal incremento en los ámbitos de salud, asistencia y
seguridad social. Sin embargo, el envejecimiento poblacional es un desafío para la habilidad de
elaborar políticas que respondan a las nuevas necesidades, y a la par, aseguren el proceso de
desarrollo económico y social de forma continua (Rodrigues y Rauth, 2007). En ese contexto,
se requiere relexionar sobre la relación entre la demanda de vivienda por parte de las personas
mayores y las condiciones de la misma, lo que compete también a la coniguración actual
del espacio urbano. Dado que surgen necesidades diversas derivadas del envejecimiento, la
urbanización adecuada −por ejemplo, la funcionalidad y el entorno ambiental− implica crear
estrategias arquitectónicas funcionales y dignas para ellos. Cabe destacar que la vivienda
digna no es sólo “un techo para vivir”, sino ante todo debe ser funcional, decorosa y libre de
barreras arquitectónicas, que proporcione al adulto mayor sentido de satisfacción, seguridad y
confort. δa llamada de atención especíica va dirigida a garantizar la longevidad en el ámbito
domiciliar hasta el inal de la vida, con la certeza de que los ancianos recibirán distintas clases
de apoyo y tendrán acceso a los diferentes servicios.
Directrices arquitectónicas de la política internacional relativas a la vivienda del adulto
mayor y las normas brasileñas
En el ámbito mundial las directrices recomendadas sobre la vivienda para los adultos mayores,
encuentran su orientación primera en la agenda internacional de políticas públicas para este
tipo de población, registradas en la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en
Viena, 1982 (Santos, 2014) así como en el documento sobre Envejecimiento Activo de 2001,
desarrollado por la Organización εundial de la Salud (OεS). Ambos documentos deinen que la
vivienda segura y apropiada es condición básica para el bienestar del adulto mayor. La ubicación
de la casa, el entorno, los servicios y transporte óptimos, son características necesarias para la
interacción social y evitar el aislamiento. Asimismo, la Segunda Asamblea Mundial con sede en
222
El modelo gerontológico de vivienda...
Madrid, estableció la vivienda como un principio fundamental en relación con los derechos de
accesibilidad y seguridad social, igualmente, el organismo mundial destacó la autonomía del
adulto mayor en lo que concierne a la elección del ambiente para residir (Estatuto do Idoso, 2003).
En el ámbito local, es necesario señalar que durante las dos últimas décadas del siglo
XX en la historia social de Brasil, el país ha experimentado cambios de gran envergadura,
principalmente en el plano de la participación de la sociedad en las elecciones políticas. Este
período posiblemente representa un punto de inlexión que obligó al gobierno brasileño a realizar
un conjunto de reformas democráticas. Fueron incluidos aspectos sociales anteriormente
suprimidos de la política, con el objetivo de mantener un equilibrio entre las prioridades
sociales y las diicultades económicas. En ese horizonte fueron garantizados los derechos
fundamentales del segmento de la población que nos ocupa, mediante el acceso universal e
integral a la salud, los derechos sociales y la vivienda (Constitución Federal Brasilera ,1998:
artículo 6˚). La Política Nacional del Adulto Mayor (Ley Nº. 8842/94), reglamenta las áreas de
habitación y urbanismo con base en la prescripción de cuatro medidas: destinar unidades bajo
régimen de comodato en casas-hogares; generar programas de mejoramiento y adaptación de
las instituciones de residencia, considerando la independencia y la locomoción del individuo;
garantizar el acceso a la vivienda popular y disminuir las barreras arquitectónicas y urbanas
(Política Nacional do Idoso, 1996).
Por otra parte, cabe destacar que en el año 2003 se promulgó en el país la Ley 10.741
relativa al adulto mayor. Se trata de una indicación normativa que abarca un abanico amplio
de derechos sociales y políticos sobre la “protección integral” del adulto mayor. Es un marco
legal que representa un paso importante, posterior a las recomendaciones del Plan de Madrid
(Pasinato, β01γ). En relación a la vivienda el artículo γ7 del Estatuto do Idoso (β00γ) especiicaμ
“El adulto mayor tiene derecho a una vida digna, tanto en el seno de su familia natural o
sustituta, o desacompañado de sus familiares, cuando así lo desea, o también en institución
pública o privada”. El mismo artículo señala que la asistencia integral será otorgada cuando
no existe apoyo familiar, en caso de abandono o por carecer de recursos para subsistir. De
esta forma todas las instituciones de asistencia y los diseños de construcción habitacional,
quedan obligados por ley a cumplir con los servicios y requerimientos mandatados. Asimismo,
establece la obligación de mantener actualizado el padrón de vivienda y los registros de salud,
alimentación, rehabilitación, promoción social y sanitaria.
Por su parte, el artículo 38 del Estatuto do Idoso (2003), también ordena que: “en todos
los programas habitacionales, públicos o subsidiados con recursos públicos, el adulto mayor
tendrá prioridad en la adquisición del inmueble para residencia propia y deben contar con
una reserva destinada al adulto mayor del 3% de las unidades; además, las iniciativas deben
contemplar equipamientos urbanos comunitarios, eliminación de barreras arquitectónicas
y criterios de inanciamiento compatibles con los parámetros de jubilación y pensión, para
garantizar el acceso” Por consiguiente, la cuestión de vivienda para el adulto mayor como
223
derecho básico, es tema central de las prioridades por atender tanto en foros internacionales
como en el marco jurídico brasileño.
Modelos de atención gerontológica: opciones para adultos mayores
En Brasil, el Estatuto del Adulto Mayor es un modelo de asistencia social que tiene dos
modalidades: asilar y no-asilar1. Se entiende por modalidad asilar, la atención del individuo en
régimen de internación, sin vínculo familiar o sin condiciones de proveerse a sí mismo su propia
subsistencia, de modo tal que pueda satisfacer sus necesidades de vivienda, alimentación,
salud y convivencia social. Este modelo aplica en los estados y municipios del país (Estatuto
do Idoso, 2003). Existen varias modalidades: establecimientos de larga estadía, residencia
temporal, casa hogar y república, cuyas características exponemos a continuación.
Los establecimientos de larga estadía cumplen con diversos objetivos, por ejemplo,
ofrecer abrigo, posibilitar asistencia social y de salud al adulto mayor que no
tiene condiciones para permanecer con su familia o en su domicilio, entre otros.
El resolutivo de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, los ha deinido como
estancias gubernamentales (o no), con carácter de residencia y son destinados
al domicilio colectivo de personas con 60 años de edad o más, con o sin soporte
familiar, en condición de libertad, dignidad y ciudadanía (Anvisa, 2005).
La residencia temporal es un servicio, público o privado, que ofrece un régimen
de internación por corto tiempo. Está diseñada para la atención del adulto mayor
dependiente que requiere cuidados bio-psico-sociales sistematizados, por un período
máximo de 60 días (Estatuto do Idoso, 2003).
La casa-hogar es una alternativa que proporciona una óptima convivencia de
la persona con la comunidad, el modelo promueve la participación, interacción y
autonomía del adulto mayor. En éste sentido, se trata de una modalidad que rompe
con la práctica tutelar y asistencialista, siempre que sea posible contar con la red de
servicios local. Es una opción destinada para quien se encuentra solo o alejado de
la convivencia familiar y con renta insuiciente para su sobrevivencia (Estatuto do
Idoso, 2003).
La República es un tipo de residencia para el adulto mayor independiente y está
organizada en grupos conforme al número de usuarios.
La palabra “asilar”, según el Diccionario da δengua Portuguesa, reiere el acogimiento (acolher), como acción
de caridad o asistencia hacia la gente vulnerable. Para los lectores hispanoparlantes, se entiende por “asilar” el
proceso formal de institucionalización de los servicios de atención. Por su parte, la categoría de “no asilar”, aunque
no está explicitada en el documento, podría deducirse como todo aquel servicio de apoyo informal brindado por
las redes sociales (Nota del coordinador Sergio Flores Cerqueda).
1
224
El modelo gerontológico de vivienda...
En cuanto al origen de su inanciamiento, es obtenido parcialmente por medio de
recursos de la jubilación para garantizar la prestación continua, con base en una renta mensual
vitalicia y otras formas (Estatuto do Idoso, 2003).
Es importante destacar que las anteriores opciones no descartan la posibilidad de que
otras instituciones con formas más especíicas de atención, emanen de la propia comunidad
o por parte de la iniciativa privada o pública, con el propósito de promover e integrar al adulto
mayor con su respectiva familia y la sociedad. En las modalidades de asilo ya descritas, con
frecuencia se encuentran algunos adultos mayores que comparten los recursos que les son
proporcionados con otros grupos demandantes de servicios (Varoto, 2005).
Retos
El principal reto por enfrentar consiste en hacer de la vivienda un lugar funcional a lo largo
del proceso de envejecimiento. Este desafío signiica generar condiciones biopsicosociales
óptimas, es decir, condiciones dignas que sirvan para empoderar la vida independiente y
autónoma. Es obligación de quienes toman las decisiones políticas y sociales, instrumentar
medidas efectivas para garantizar el derecho a la vivienda. Sin embargo, estudios al respecto
muestran que el adulto mayor no tiene posibilidades de acceso a una casa adecuada para vivir
dignamente en nuestra sociedad (Pinheiro, 2012).
En un marco más amplio, las condiciones demográicas de diversos países del mundo,
revelan que la cifra de adultos mayores casi supera cualquier posibilidad de atención a todas
sus demandas, particularmente, las de servicios residenciales de larga estadía. Ante esa
diicultad el estudio cualitativo sobre la vivienda digna debe incluir la dinámica del proceso de
envejecimiento y las características de la senectud. Abarcar esos requisitos puede satisfacer
algunas necesidades como las de apoyo y cuidados, pues las condiciones de habitabilidad de
la vivienda, por lo general, son insuicientes para atender la complejidad de vivir la vejez en el
domicilio hasta el inal de la vida.
Por otra parte, la búsqueda de residencia unipersonal viene aumentando en el contexto
brasileño. En apariencia la residencia unipersonal es una opción para el adulto mayor que
quiere vivir de manera independiente, ya que es consecuencia de una disyuntiva entre la
independencia o la posibilidad de vivir solo al no encontrar otras personas que puedan cohabitar
con él (Camargos et al., 2009).
Existe una opción de residencia cuasi-individual para personas con mayor o menor
grado de dependencia y para quienes requieran ser asistidos de manera integral; representa
una opción a pesar de tener espacios de uso colectivo, por ejemplo, cuartos, baños, comedores,
entre otras áreas. Ante la ausencia de apoyo por parte de la familia del anciano, algunas
modalidades de asistencia asumen la responsabilidad de atender las necesidades derivadas
de esa carencia (Varoto, 2005). Empero, si el individuo requiere atención integral, la mayoría de
225
las instituciones de asilo solo proporcionan servicios temporales y no tienen personal de apoyo
profesional. Si existe en Brasil una política nacional y un estatuto que establecen el derecho
de la persona mayor a ejercer su autonomía, entonces la persona podría elegir y decidir dónde
envejecer, independientemente de su estado funcional. Además, cuando el individuo envejece
en situación de dependencia, los ambientes deberían adaptarse a sus necesidades de soporte
y cuidados. Esto signiica que el medio y los servicios deberían brindar múltiples apoyos a ese
tipo de población (Perracini, 2011).
En un país con pronunciada desigualdad social y económica, como lo es Brasil, la
política de vivienda para el adulto mayor debería comprender diversos servicios, infraestructura
adecuada y opciones de inanciamiento (Born y Boechat, β011). Pese a contar con una
política nacional de atención al envejecimiento y una ley del adulto mayor2 que establecen las
responsabilidades de la familia, la comunidad y el Estado, aún subsisten carencias sustanciales;
por ejemplo, existen asilos que no se apegan a las Normas de Funcionamiento de Servicios de
Atención al Adulto εayor y otros sin personal caliicado, ni espacios físicos adecuados.
Para Varoto (2005), las propuestas innovadoras para atenuar dependencias
funcionales, sociales y psicológicas, deben priorizar y estimular la interacción social.
Direccionar la atención y cuidados en esa perspectiva, permite prevenir y retardar la
institucionalización del anciano, porque lo mantiene con su familia, en su hogar y con los
servicios básicos de cuidados. Los geriátricos deben seguir la legislación vigente y ofrecer
amparo en condiciones de habitabilidad y accesibilidad (Boas, 2011). Las iniciativas del
diseño de vivienda que promueven la inclusión del adulto mayor en el medio social, son
indispensables. Las viviendas no deben ser albergues temporales para quienes viven en
situación de abandono y pobreza, sino espacios habitables, adecuados y objetivamente
planiicados (εonteiroν εonteiro, β01γ). δa vivienda representa un reto donde conluyen
varios aspectos determinantes, como el urbanístico, cultural, político y económico, entre otros.
δa presente relexión pretende hacer hincapié en el concepto de vivienda accesible,
digna y segura. La vivienda digna conlleva la posibilidad de articular los diversos servicios y
adecuarlos a las necesidades especíicas de la senectud. Resulta de vital importancia fortalecer
el hecho de que el adulto mayor viva en su hogar hasta el in de sus días y rechace habitar en
instituciones de larga estadía disfuncionales e inadecuados.
Descripción del caso: características del conjunto habitacional para adultos mayores
Por medio de la extensión universitaria en un conjunto habitacional para adultos mayores, en São
Paulo, Brasil, fue posible conocer las características del conjunto y a los residentes adultos mayores.
Art. 3o da Política Nacional do Idoso (Lei Federal núm. 8.842 de 04/01/1994). Cfr. Estatuto do Idoso. E marcos
Normativos Complementares (Nota del coordenador, Sergio Flores Cerqueda).
2
226
El modelo gerontológico de vivienda...
El acercamiento de los universitarios responde al propósito de fortalecer y ampliar la red
de interlocutores integrados a la singular iniciativa. Diseñado por la Secretaría Municipal de
Habitación bajo el compromiso de ofrecer condiciones adecuadas de vivienda, la propuesta
urbana contempla fortalecer los vínculos familiares del adulto mayor y con los residentes, facilitar
la socialización y proporcionar servicios públicos y privados. Para que las personas mayores
puedan vivir en ese núcleo habitacional, precisan inscribirse en el catastro implementado
por la Secretaría Municipal de Habitación y mediante lista de espera, son seleccionados. La
unidad habitacional cuenta con 32 casas, dos de ellas fueron adaptadas para personas con
necesidades especiales y cada una cuenta con cuatro cuartos. Dos profesionistas del área
social prestan sus servicios a los residentes en el transcurso del día, durante cinco días a la
semana; la gestión para que envíen a los trabajadores sociales es a través de la Secretaría
Municipal de Asistencia y Desarrollo Social.
Imagen 1. Conjunto Habitacional Recanto Feliz “εaria Antonia Salinas Fortes”, Araraquara.
Fuente: Machado, i. t. j. (2013).
Los residentes tienen 70 años de edad. Son personas autónomas que viven solas cuyos
vínculos familiares están deteriorados. Las actividades desarrolladas por estas personas son
enfocadas hacia la cultura, tiempo libre, educación física y ambiental. Cabe señalar que el conjunto
de casas también recibe colaboración de diversos organismos y otras instituciones interlocutoras.
A partir de los rasgos del núcleo habitacional, es posible reconocer en ella algunas
características del modelo de casa-hogar. Sin embargo, no corresponden a ninguno de los
modelos socio-asistenciales previstos y estipulados por la ley. En el ejemplo descrito, la ausencia
de profesionistas que auxilien en tiempo integral y directamente en el cuidado de las personas con
pérdidas funcionales, lo diferencia de los modelos ya establecidos. Asimismo, fue posible veriicar
que los residentes con edad avanzada, tienen por lo menos una enfermedad crónica y viven solos.
Ante ese panorama resulta previsible que los ancianos cuya enfermedad progrese,
perderán a corto plazo la capacidad para continuar viviendo solos; en consecuencia necesitarán
atención especializada en otro lugar por fuera de su casa, y en algunos casos, requerirán de
227
cuidados continuos. Sin duda nuevas demandas de cuidado integral y prolongado surgirán
si se pretende que ellos cuenten con el usufructo de sus viviendas hasta el inal de su vida.
La tendencia actual muestra que los adultos mayores pasan temporalmente parte de su
vida en ese tipo de espacios, sin embargo, cuando ya no pueden contar con este servicio, ellos
son canalizados hacia instituciones de larga estadía. Brasil será en los próximos diez años, el
sexto país del mundo con mayor número de ancianos. δa proyección signiica que la tendencia
precisa ser repensada en el presente porque en los próximos años y en términos estructurales,
la capacidad de atención de las diferentes modalidades de asilo será rebasada e insuiciente,
no podrá responder a la demanda de cuidados continuos.
Consideración inal
Según la Constitución Federal de Brasil, los derechos sociales son derechos fundamentales.
δos preceptos deinen el quehacer de las políticas públicas, pues éstas instrumentan las
medidas necesarias a in de concretizar los derechos, entre otros, el de vivienda. Inherente al
ser humano, la vivienda representa la expresión mínima del derecho a la vida. En éste sentido,
la carencia de vivienda adecuada para atender las necesidades del adulto mayor hasta el in
de la vida, constituye un reto que tendrá que confrontar la sociedad.
La Política Nacional sobre el Adulto Mayor y el Estatuto del Adulto Mayor, son los dos
grandes marcos legales brasileños que trazan directrices y contribuyen a tener acceso a
la vivienda digna. El marco jurídico obliga a cualquier modalidad de residencia a mantener
padrones de habitación compatible. Por ende, no existen argumentos válidos para que las
diferentes modalidades y políticas, en materia de vivienda, no atiendan las adecuaciones
imprescindibles e integrales. La prestación de cuidados básicos en los diseños de vivienda
para adultos mayores, tiene que cubrir las distintas necesidades en su conjunto para alcanzar
mayores estándares de calidad y bienestar hasta el inal de la vida. Aunque todavía existen
diicultades que obstaculizan acceder a una vivienda y frente al incremento del envejecimiento
poblacional, estos espacios domiciliares se tornan absolutamente necesarios para un
signiicativo segmento de la poblaciónμ los adultos mayores.
228
El modelo gerontológico de vivienda...
Fuentes de consulta
Agência Nacional de Vigilância Sanitária (ANVISA). (2005). Recuperado de http://bvsms.saude.gov.br/
bvs/saudelegis/anvisa/2005/res0283_26_09_2005.html
Boas, M. A. V. (2011). Estatuto do Idoso Comentado. Rio de Janeiro: Editora Forense.
Born, T., Y Boechat, N. S. (2011). A Qualidade dos Cuidados ao Idoso Institucionalizado. Em E. V.
Freitas et al. Tratado de Geriatria e Gerontologia. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan.
Carta εundial do Direito à Cidade. (β006). Recuperado de httpμ//5cidade.iles.wordpress.com/β008/04/
carta_mundial_direito_cidade.pdf
Camargos, M. C. A., Rodrigues, C. J. M. y Machado, J. C. (2009). Percepção entre a solidão de idosos
residentes em domicílios unipessoais no município de Belo Horizonte. Recuperado de http://www.
cedeplar.ufmg.br/pesquisas/td/TD%20377.pdf
Camarano, A. A. y Pasinato, M. T. (2013). O envelhecimento da população na agenda das políticas
públicas. Recuperado de http://www.ipea.gov.br/agencia/images/stories/PDFs/livros/Arq_16_
Cap_08.pdf
Constituição Federal do Brasil. (1λ88). Recuperado de httpμ//www.planalto.gov.br/ccivil_0γ/constituicao/
constituicao.htm
Estatuto do Idoso. (2003). Recuperado de http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/leis/2003/l10.741.htm
IBGE. (2012). Recuperado de http://www.ibge.gov.br/apps/populacao/projecao/index.html
Küchemann, B. A. (β01β). Envelhecimento da população, os cuidados e cidadaniaμ velhos dilemas e
novos desaios. Sociedade e Estado, 27(1), 165-180. Recuperado de http://www.scielo.br/scielo.
Monteiro, L. C. A. y Monteiro, J. C. (2013). Políticas públicas de habitação para idososμ Dignidade
Aldeia Programa O Estado de São Paulo. Anpur, 15, 1-16. Recuperado de http://www.anpur.org.br/
revista/rbeur/index.php/anais/article/view/4509/4378
OMS. (2005). Envelhecimento ativo: uma política de saúde. Recuperado de http://bvsms.saude.gov.br/
bvs/publicacoes/envelhecimento_ativo.pdf
Perracini, ε. (β011). Planejamento e Adaptação do Ambiente para Pessoas Idosas. Em E. V. Freitas et
al. Tratado de Geriatria e Gerontologia. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan.
Pinheiro, N. M. (2012). Estatuto do Idoso Comentado. Campinas: Servanda.
Plano de Ação Internacional para o Envelhecimento. (β00β). Recuperado de httpμ//www.
observatorionacionaldoidoso.iocruz.br/biblioteca/_manual/5.pdf
Política Nacional do Idoso. Sección I (1996). Recuperado de http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/leis/
l8842.htm
229
Ramos, J. L. C., Menezes, M. R. y Meire, E. C. (2010). Idosos que moram sozinhos: desafíos e
potencialidades do cotidiano. Baiana de Enfermagem, 24(1), 43-54. Recuperado de http://www.
portalseer.ufba.br/index.php/enfermagem/article/viewArticle/5527
Rodrigues, N. C. y Rauth, J. (2007). Os Desaios do Envelhecimento no Brasil. En E. V. Freitas et al.
Tratado de Geriatria e Gerontologia. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan.
Santos, C. T. B. (β014). Envelhecimento no Brasilμ a formulação de políticas para a estruturação dos
serviços de saúde abrangentes. Tempus Actas de Saúde Coletiva, 8(1), 51-55. Recuperado de
http://www.tempusactas.unb.br/index.php/tempus/article/view/1454
Varoto, V. A. G. (β005). E quando a dependência chegarς Um estudo das organizações disponíveis
para idosos em uma cidade média do interior. (Tesis inédita para el título de doctor). Universidad
Federal de São Carlos. Recuperado de httpμ//www.bdtd.ufscar.br/htdocs/tedeSimpliicado/tde_
arquivos/neto@200.136.241.56/1/TDE-2005-05-19T12:22:53Z-671/Publico/TeseVAGR.pdf
230
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
Blanca De Lima, Evelyn Colina, Iveili Flores, Mariela Morillo
Resumen
Se exploró el curso de vida de algunos ancianos institucionalizados con el propósito de
detectar los factores que condujeron al internamiento. La cuestión fue abordada como un
estudio de casos múltiples, exploratorio y descriptivo. Participaron seis ancianos residentes
en instituciones de asilo, ubicados en el estado Falcón, Venezuela. La exploración del proceso
reveló dos tiempos: el primero caracterizado por la no generación o desestructuración de la
familia de destino; en el segundo momento, la enfermedad fue detectada como detonante del
proceso de internación. Los parámetros que subyacen a lo largo del curso de la vida y que
desembocaron en la internación, fueron encontrados en la dinámica familiar hasta culminar
con la vida en soledad. Las diferencias de las trayectorias individuales son anuladas a partir
de la institucionalización.
Palabras clave
Trabajo, familia, educación, salud, vejez.
Introducción
E
l estudio articula dos cuestiones, cada una en distinto nivel de conocimiento para la
gerontología social: una es la teoría social sobre el envejecimiento y la otra, el proceso
que conduce a la internación gerontológica. El proceso que deviene en la institucionalización,
probablemente constituye la experiencia personal de mayor impacto debido a su carácter
pluridimensional y a las pérdidas que comporta. El anciano que culmina su vida en una
institución de larga estancia, cede derechos y deberes a cambio de un bienestar básico que
nunca alcanza a sustituir la vida en familia y comunidad.
Para examinar el tema hemos utilizado como fundamento la teoría del curso de la vida. El
objetivo fue analizar el decurso de vida en varios ancianos residentes en instituciones geriátricas,
para encontrar los posibles enlaces entre la trayectoria de vida con el proceso de internación.
La investigación gerontológica en Venezuela, muestra a la familia como factor determinante
del ingreso de los adultos mayores en los centros geriátricos. Sin embargo, frecuentemente
232
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
la decisión es antecedida por un cuadro clínico, motivo por el que suelen asociarse las
enfermedades con el ingreso al geriátrico. El objetivo principal del presente estudio es develar la
trama social que conduce al evento denominado institucionalización del anciano, a partir de un
recorrido por el curso de su vida a través de las trayectorias educativa, laboral, de salud y familiar.
Participaron seis ancianos de los siguientes centros geriátricos: Casa Alivio Padre Pío,
Centro de Servicio Social Residencial “Doctor José Dolores Beaujón” (en Coro, estado Falcón) y
Casa Hogar “Dios es Amor” (sita en Cumarebo, estado Falcón). Tres participantes son hombres
y tres mujeres: un chofer (92 años), un jornalero (81 años), un pequeño comerciante (88 años),
una médica (68 años), una asistente doméstica (83 años) y una nana y asistente doméstica
(80 años). Se analizó el relato autobiográico el cual fue obtenido mediante una entrevista
abierta que además integró acotaciones micro-sociológicas de contexto. Por una cuestión
ética sus identidades permanecieron anónimas. Fueron identiicados mediante la abreviatura
Aε (adulto mayor), seguida de un número asignado −en secuencia ordenada del uno al seis−
los números pares corresponden a sujetos femeninos y los impares a sujetos masculinos. Se
realizó un seguimiento periódico de los participantes. El AM 3 y la AM 6 fallecieron en el año
2012, después de presentar cuadros depresivos, el deceso del AM 1 ocurrió en el año 2013.
Los tres murieron en la institución geriátrica. La AM 4 y el AM 5 continúan institucionalizados
en condiciones de salud agravadas: AM 4 perdió totalmente la vista y AM 5 de apoyarse en
muletas pasó a silla de ruedas. Solamente la AM 2, quien es la más joven del grupo, conserva
las mismas condiciones de salud y continúa viviendo en la misma institución.
Teoría del curso de vida
La teoría del curso de vida adopta un punto de visto macro y sociológico, enfatiza los cambios
históricos y los vínculos en las trayectorias evolutivas, entre y dentro de cada generación, como
factores importantes para entender el desarrollo desde que la persona nace hasta su muerte.
En su inicio, la teoría destacó los aspectos psicológicos y socio-culturales del transcurso de
vida y mostró poco interés por factores de tipo biológico. Sin embargo, en la medida que se ha
desarrollado el examen de las distintas dimensiones (biológica, psicológica y social), analizar el
curso de vida es cada vez más complejo. Por ejemplo, estudios de psicología han demostrado
que mientras algunas capacidades continúan desarrollándose hasta edades avanzadas,
otras declinan tempranamente. En investigaciones biológicas descubrieron que los individuos
compensan la disminución neurobiológica con el manejo de recursos socioculturales, lo que
da como resultado cierto balance, un estado de compensación a lo largo del curso de vida que
sólo se pierde en la vejez muy avanzada (Gastrón y Lacasa, 2009).
Glen Elder Jr., con base en una investigación (1974), publicó “Children of the Great
Depressionμ social change in life experience”, en la que estableció los principios teóricos
233
del curso de la vida1, mismos que exponemos a continuación:
•
Principio del desarrollo a lo largo del curso de la vida (lifelong processes): el desarrollo
y envejecimiento humano son procesos que inician al nacer y culminan con la
muerte. La vida es organizada conforme a los tiempos biológico, histórico y social;
el resultado de su interacción es un patrón que afecta la forma de pensar, sentir y
actuar del individuo. Interactúan porque nacer, crecer y morir, aunque son hechos
biológicos, su signiicado es una construcción social o hechos. Por otra parte, existe
una perspectiva sociocultural que subraya la edad y su signiicado en la organización
social. Sin embargo, el desarrollo está incrustado en el transcurso de la vida, y por
tanto, forma parte del tiempo histórico; en ese sentido un estudio adecuado de los
cambios en el curso de vida, necesita incluir todas las etapas y generaciones, desde
la infancia hasta la vejez. El principio del desarrollo humano, a lo largo del curso
de vida, se deslinda de la teoría del ciclo vital (life span) porque el ciclo reiere al
individuo sin contexto, es decir, sin historia social ni cultural. Asimismo, se desmarca
del ciclo de vida (life cycle) ya que este enfoque remite a secuencias de eventos
centrados y limitados al ciclo de reproducción biológica, de una generación a otra,
aunque no todos los individuos procrean descendencia. Frente a esas teorías es que
se propone el principio del “desarrollo a lo largo del curso de la vida”, porque permite
visualizar al individuo en relación dinámica con su contexto.
•
Principio de la acción humana (agency): los individuos construyen su propio curso de
vida al hacer elecciones y llevar a cabo acciones dentro de los límites y oportunidades
impuestos por la historia y sus circunstancias sociales. Las fuerzas históricas son
determinantes sobre el decurso de las trayectorias de la familia, la escuela y el trabajo;
las trayectorias a su vez, inluyen en el comportamiento y las líneas de desarrollo
individual. A partir del contexto las personas son capaces de seleccionar caminos
a seguir por sus propias elecciones. Por consiguiente, no existe un curso de vida
predeterminado y totalizante en sentido estricto. Por otra parte, Gastrón y Lacasa
(β00λ) se apoyan en el concepto de “negociación” a in de explicar las acciones de
cada individuo para construir su curso de vida, por medio de modelos sociales. Blanco
y Pacheco (2003) destacan el libre albedrío o libertad de acción del individuo, aunque
siempre limitado e inevitablemente atado a las fuerzas económicas y sociales.
•
Principio del tiempo histórico y lugar (time and place): el curso de vida de la
persona varía según los acontecimientos y tiempos que involuntariamente vive.
Las trayectorias pueden tener retrasos, retrocesos o avances que dependen de las
circunstancias políticas, económicas, etcétera, por ejemplo, las guerras, depresión
económica, bonanzas económicas, entre otras. Signiica que los tiempos históricos
son incorporados en el desarrollo de vida de las personas y que las etapas no pueden
estudiarse de manera aislada, ya que la experiencia de cada individuo inluirá en
los procesos y relaciones posteriores. Es decir, que nuestras vidas son procesos
continuos y no simples eventos capturados o entendidos como si fuesen fotografías
instantáneas (Gastrón y Lacasa, 2009).
•
Principio del tiempo en la vida (timing): el efecto producido por las transiciones
y sucesos en el desarrollo del curso de vida, depende de cuándo ocurren.
Los principios referidos se encuentran en las obras: “The Life Course as Developmental Theory” (1998) y “The
Emergence and Development of Life Course Theory” (2004), de Glen Elder.
1
234
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
Las expectativas en cada edad, incluyen ideas sobre cuándo y en qué orden deben
seguirse los acontecimientos y transiciones. Cuando el acontecimiento se produce
y no cumple las expectativas convencionales, sus efectos pueden ser adversos,
como en casos de viudez, retiro laboral imprevisto, matrimonio tardío, embarazo
precoz, orfandad, etcétera. El tiempo de vida es entendido como la consecuencia
de un suceso especíico sobre el desarrollo o en la transición de una etapa de
vida a otraν el efecto dependerá de la edad especíica del individuo en el momento
de ocurrir el acontecimiento y las consecuencias son distintas en cada persona.
Gastrón y Lacasa (2009) sugieren tres posibles formas de estudiar el curso de vida
a partir del tiempo: 1) el tiempo entendido como edad individual; 2) el tiempo en
relación al conjunto de individuos organizados a partir de la edad (cohorte), y 3) el
tiempo entendido como historia.
•
Principio de vidas relacionadas, vinculadas o enlazadas (linked lives): la vida se
desarrolla con base en la interdependencia y las inluencias sociales e históricas
son expresadas a través de la red construida por vidas enlazadas. Los lazos con
otras personas importantes, son convertidos en formas de control que restringen
y canalizan las decisiones y acciones individuales. La interdependencia permite
entender la importancia de la familia y los otros grupos sociales donde transcurre
la vida de una persona. Así, el principio de vidas vinculadas establece que el adulto
mayor no puede verse sino inserto en un contexto social, particularmente la familia,
cuyas redes parentales afectivas transmiten elementos de una generación a otra. Las
vidas vinculadas forman redes de apoyo que funcionan en la práctica asegurando el
bienestar del individuo a lo largo de su vida. Tienen además un papel normativo
sobre qué y qué no hacer. La mecánica del funcionamiento de la red varía según
factores de cultura y otros.
La operatividad de los principios ya expuestos, utiliza tres conceptos básicos: a) trayectoria;
b) transición y c) punto de inlexión (turning point). Son conceptos cuya función es captar el
movimiento del contexto histórico y de la biografía como parte del mismo:
a) La trayectoria es la línea de vida altamente variable y sin un modelo que la
predetermine. Todos los escenarios presentes en la vida de un individuo (familia,
trabajo, acción política, por ejemplo) tienen su propia trayectoria.
b) δa transición hace referencia a cambios de estatus que pueden o no estar planiicados,
pero que siempre implican un ajuste del individuo al interior de una institución o
grupo de pertenencia. Los ritos de paso, por ejemplo, marcan transiciones y nuevos
estatus. Las transiciones ocurren en cada escenario de la vida de un individuo.
c) El punto de inlexión o turning point, remite a las vivencias cruciales que implican
cambios profundos en el transcurso de la vida y no asociadas forzosamente con lo
negativo. La muerte de un familiar o la viudez sirven de ejemplo, pero también un
nuevo matrimonio o un proceso migratorio.
235
Análisis de los casos
a) Trayectoria educativa
En la trayectoria educativa de los participantes, fue posible identiicar dos líneas relacionadas
con la procedencia rural o urbana, en combinación con un componente socioeconómico.
Durante el seguimiento fue evidente una relación directa entre la procedencia rural y casi
nulo acceso a la educación formal, lo que puede explicarse por el contexto de un aparato
educativo precario durante los años de la infancia. La educación de la mayoría de los
participantes, tuvo su base en la transmisión oral de conocimientos de mayores a menores. La
alfabetización y el aprendizaje de oicios dependieron, en gran medida, del entorno familiar.
En relación a la posibilidad de realizar una trayectoria educativa formal, en el medio rural
estuvo ausente, aunque presente en el entorno urbano, situación combinada con pobreza en
el caso rural y con mejor posicionamiento socioeconómico para quienes vivieron en las urbes.
Fue evidente la articulación de características geográicas, económicas y sociales, como
factores que determinaron los límites y alcances del nivel escolar de los adultos mayores.
A partir del principio teórico de la acción humana, puede sostenerse que
cada uno de los individuos participantes manejó su vida y actuaron en función
de las oportunidades y limitaciones del medio social donde se desenvolvieron.
Las diferencias de género en el medio rural fueron importantes en la transición del
escenario laboralμ las mujeres recibieron una educación limitada a los oicios del hogar y que
reproduce un patrón cultural que impidió su acceso al mercado de trabajo, a diferencia de los
hombres. Ellos lograron salir del medio rural para su incorporación al mercado de trabajo urbano,
adquiriendo así nuevas competencias que les permitieron mantener una vida pública en ambos
entornos. Por otra parte, ambos géneros tuvieron la experiencia del trabajo infantil como un
acontecimiento que marcó sus respectivas vidas y fueron detectables sentimientos negativos y
positivos al respecto. Por ejemplo, en la Aε 4, su rostro relejó tristeza y dolor al relatar esa etapa
de vida. Por el contrario, el AM 1, expresó alegría al evocar su experiencia de trabajo durante
la adolescencia e incluso recordó a las personas que conoció y sus relaciones interpersonales.
Este rasgo de transición no corresponde al caso de la AM 2, pues ella sí tuvo acceso
a la educación formal y permaneció en el sistema educativo. Su avanzada formación hizo
posible su salida del ámbito de lo doméstico para incorporarse al mercado de trabajo y asumir
un nuevo estatus y otros roles. Similar panorama fue encontrado en el AM 3, un comerciante
del medio urbano. En ambos casos fue observable la satisfacción experimentada al narrar de
manera alegre y orgullosa su desarrollo escolar.
En otro orden de ideas, es importante referir que la edad de cada uno de los participantes
−en relación con el tiempo histórico− permitió ver con mayor claridad el principio de lugar
y tiempo vinculado con la trayectoria educativa, pues la mayoría de los adultos mayores
participantes pertenecen a cohortes nacidas en Venezuela durante el periodo de la dictadura
236
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
del General Juan Vicente Gómez (1λ08-1λγ5). Época principalmente rural, sin un aparato
educativo plenamente consolidado y con un índice elevado de analfabetismo. Las condiciones
de lugar y tiempo, fueron determinantes en la vida de los adultos mayores, entonces niños
o jóvenes, pues impidieron que recibieran una formación escolar o académica que hiciera
posible la mejora social y económica de sus respectivas vidas.
El caso de la AM 2 fue distinto ya que nació en las condiciones posteriores a la dictadura,
cuando la economía petrolera favoreció además de la movilidad social (emerge la clase media
profesional), la trayectoria laboral de AM 2. Durante la presidencia de Eleazar López Contreras
(1935-1941), la cantidad de escuelas e instituciones de cultura creadas supera toda la historia
republicana de Venezuela; el presupuesto destinado a la educación fue incrementado en 82%,
fue creado el Instituto Pedagógico Nacional y otras instituciones de cultura. Sin duda la época
destaca por una política en materia educativa muy amplia y continuada por los gobiernos
posteriores (Vilda, 1997). Las nuevas condiciones de tiempo histórico facilitaron a la AM 2 –la
más joven del grupo- recibir una formación académica, oportunidad inexistente para los otros
adultos mayores pertenecientes a cohortes anteriores.
Por otra parte, cabe mencionar la importancia de encontrar similitud con otras experiencias
de Latinoamérica como el caso de México. Blanco y Pacheco (2003) en su estudio sobre
cohortes femeninas nacidas en la década de los años 30’ del siglo XX en México, encontraron
el modelo social predominante que limitó el papel de las mujeres al hogar, es decir, el rol que
las obligaba a privilegiar a la familia frente al trabajo extra doméstico, y por otro lado, aunque
en menor proporción, también detectaron el caso de las mujeres que trabajaron toda su vida
en forma asalariada. La trayectoria de algunas mujeres pertenecientes a la sub-cohorte de los
años 50’, en Venezuela, muestra cómo la ubicación en otro tiempo histórico puede ser favorable
pues accedieron a una educación formal y lograron estudiar una profesión. Los cambios de
contexto modiicaron los roles de las mujeres, entre otras características diferentes que en su
conjunto son inherentes al surgimiento de la clase social media-media y media-alta, como en el
caso de la AM 2. La trayectoria educativa fue relacionada con la del ámbito laboral, el resultado
mostró escenarios heterogéneos a partir de la capacidad individual, incluidas las ventajas
sociales que tuvieron (o no) para contrarrestar el rezago educativo predominante en el grupo.
b) Trayectoria laboral
En la trayectoria laboral de los AM se encontró un rasgo en común: la presencia del trabajo infantil,
con excepción de la AM 2. Siendo niños(as) todos trabajaron (para una tercera persona), por un
salario o pago en especie, destinado al sustento de sus respectivas familias. Sin duda alguna
trabajar durante su niñez fue la causa que cercenó la posibilidad de recibir educación formal, lo
que afectó más a las niñas a diferencia de los niños. Esta situación conirmó la relación directa
entre el acceso a una educación formal y el trabajo de los menores de edad. La trayectoria
237
lineal en secuencia es: medio rural (deserción escolar), trabajo en la niñez (bajos ingresos).
Sin embargo, dentro del escenario adverso los hombres tuvieron la opción de aprender oicios
de mayor remuneración, con movilidad laboral y posibilidades de mejoras económicas y
sociales, oportunidades que les fueron negadas a las AM 4 y AM 6, pues ellas fueron cedidas
bajo la condición de “concertadas” desde su niñez2. No obstante, en el conjunto de participantes
existen dos excepciones, la AM 2 realizó estudios universitarios y el AM 3, luego de desempeñar
varios cargos, logró hacerse de un capital que le permitió obtener su independencia económica
y posteriormente tener su propio negocio comercial.
En el panorama expuesto el principio teórico del lugar y tiempo fue identiicado nuevamente, ya que los adultos mayores que se capacitaron en oicios laboraron en las urbes, además de la mujer que se profesionalizó, aportaron a la seguridad social y en la actualidad gozan
de una pensión y/o jubilación. Escenario distinto para el AM 5, quien no salió del medio rural y
también para las mujeres cedidas, quienes representan una experiencia singular. El resultado
del estudio sobre las trayectorias laborales, son escenarios individuales disimiles. Pese a las
diferentes rutas todos culminaron en una institución geriátrica, lo que requiere investigarse con
otros casos para encontrar el punto que uniica esta diversidad en la vejez.
c) Trayectoria de salud
La trayectoria de salud de los adultos mayores participantes, reveló que la etapa de su niñez
estuvo marcada por las enfermedades infectocontagiosas y parasitarias comunes a la demografía
en países con múltiples adversidades como Venezuela. Las campañas de vacunación apenas
comenzaban en este país y no tenían un alto impacto en el territorio nacional, lo que destaca la
importancia del tiempo y lugar histórico que uniicó a estos adultos mayores en su trayectoria de
salud. Por otra parte, es en el tránsito hacia la vejez cuando fueron detectadas diferencias de
salud entre los participantes, con excepción de uno que aseveró estar sano. En su actual vida
en el centro geriátrico, la mayoría manifestó padecer dolencias asociadas a los oicios y labores
desempeñados en el pasado o la presencia de enfermedades crónicas. Asimismo, el retiro
laboral fue debido a problemas de salud. Otro rasgo observable fue el mayor deterioro físico de
los participantes que realizaron labores u oicios de baja caliicación. Cabe destacar que el Aε
5 fue mordido por serpientes venenosas tres veces y en momentos distintos, estos episodios
culminaron con la amputación del miembro inferior derecho; mientras que la AM 2 narró con
profunda tristeza que el deterioro de su salud la obligó a abandonar su profesión médica.
2
La concertación como fenómeno sociocultural fue común en Venezuela. Mediante la concertación un menor de
edad era dado al cuidado de otros para su crianza, por lo general a una familia de mejor nivel social y económico
que la de procedencia. El menor concertado era destinado a las labores que los señores de la casa de acogida
consideraran conveniente para su formación, generalmente oicios domésticos. δa familia de origen se desprendía del menor con la conianza en que tendría un mejor futuro, iría a la escuela y aprendería algún oicioν aunque
esto quedaba a discreción de la familia que lo tenía concertado.
238
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
Con excepción del AM 3, todos los ancianos externaron que fue un problema de salud la
causa determinante de su institucionalización. Sin embargo la internación gerontológica está
vinculada con la ausencia de una familia; el vacío es resultado de la viudez, divorcio, hijos que
emigraron o murieron, hijos que nunca tuvieron, etcétera. Son vidas sin lazos con un núcleo
familiar lo que constituye un factor común entre los participantes. El principio de vidas enlazadas
no aplica en estos casos y a partir de la ausencia de una familia cualquier enfermedad puede
llegar a ser crucial. El arribo a la condición de dependencia sin tener apoyo familiar o de
alguna red social, representa el punto de inlexión que marca un cambio radical en la vida. Son
personas que al ingresar a una institución geriátrica son vistas por igual o de modo uniforme
porque sus distintas trayectorias fueron moldeadas por un mismo acontecimiento en su vejez.
Una característica compartida fue el incremento de las patologías manifestadas
después de la internación gerontológica. Todos los adultos mayores participantes en el estudio
desarrollaron nuevos problemas de salud por deterioro biológico que limita su autonomía. Por
ende, pleno sentido tiene la tesis de Morillo (2000) al sostener que la institucionalización del
adulto mayor genera en él problemas de salud y de orden psicosocial.
d) Trayectoria familiar
El primer elemento que destacó en la trayectoria familiar es la ausencia de uno o ambos
progenitores durante la infancia. Por esta carencia, excepto el caso de la AM 2, la crianza fue
responsabilidad de un progenitor, de las abuelas o madrinas. La notoria ausencia del padre revela
que el cuidado recae por lo general en las iguras femeninas, tendencia que remite a la propuesta
explicativa sobre la familia popular venezolana de Moreno (1997). La investigación plantea el
predominio de un tipo de familia centrado en el matriarcado con base en la díada madre-hijos
y el padre ausente o de presencia débil, lo que se denomina un ausente sociológico.
Del conjunto de casos, la AM 2 fue la más favorecida en términos de trayectoria familiar
pues creció cuidada por ambos progenitores -situación que evocó con mucha alegría- hasta
que formó su familia de destino. Tuvo una educación formal completa y una vida desarrollada
en el medio urbano, con una familia nuclear. Su trayectoria conigura un caso representativo
de individualidad favorecida por las mejoras sustanciales de los años 50’ y 60’ del siglo XX, en
Venezuela. Las familias de clase media durante esas décadas disfrutaron de cierta bonanza y
son los años en que esta adulta mayor convivió con sus padres.
En alto contraste la AM 4 y la AM 6, representan el extremo más vulnerable y débil de las
estructuras matriarcales en situación de pobreza. Fueron niñas dadas en concertación por su
madre o madrina respectivamente, decisión originada por la inopia. Al crecer, son mujeres que
ocuparon el más bajo escalón social, y aún más al extremo una de ellas, sin opción alguna para
superar esta condición. Es el caso de la AM 6, quien narró con lágrimas en su rostro la pérdida de
su madre, así como una trayectoria de vida dura, sobrecargada de trabajo y responsabilidades,
239
circunstancias por las que no logró formar una familia de destino. Al proseguir con su relato, dejó
traslucir una ira contenida al recordar el maltrato general que recibió por parte de su madre de
crianza, expresando con profundo dolor que hasta su nombre de pila le había sido cambiado.
También en esta categoría se observó que la mayoría de los participantes tuvieron la
opción -y lo hicieron- de formar una familia de destino, exceptuando el caso que no procreó
descendencia. Sin embargo, la familia no permaneció a lo largo del tiempo, su desaparición
fue producida por diversas causas; el divorcio de la AM 2 por ejemplo, quien al recordar lo
acontecido expresó rabia y frustración, ya que su vida en pareja estuvo caracterizada por
la violencia doméstica. En otros casos, la desintegración familiar fue resultado de una mala
relación con parientes políticos (el yerno), la viudez o migración de los hijos. Esta última
situación marcó la vida del AM 5, pues relató la separación de sus descendientes con lágrimas
en su rostro y haciendo pausas.
Respecto a los motivos del ingreso al geriátrico, las palabras vejez, soledad −entendida
como la carencia voluntaria o involuntaria de compañía− y enfermedad, se revelaron como
los conceptos descriptivos en la respuesta de los participantes. Cada uno de ellos vislumbró
su futuro y visualizaron la posibilidad del geriátrico conforme envejecían o estaban solos y/o
enfermos, pero ninguno relaciona la ausencia de familiares con la institucionalización. Pese a
lo anterior, el centro de larga estadía llega a ser una sustitución de la familia, de la compañía
perdida, de la familia desintegrada o ausente. La institución geriátrica representa también un
sitio de cuidados ante la vulnerabilidad que impone la enfermedad en un individuo incapacitado
para cuidar de sí mismo. De manera dolorosa, el sinsentido que parece signiicar la institución
geriátrica se diluye y emerge una lógica, la racionalidad que explica y justiica su función y
perdurabilidad en el tiempo y que rebasa todas las teorías e ideas en contra de su pertinencia.
Retomando la cuestión de si vislumbraron o no la posibilidad de vivir en asilo, destaca
poderosamente la respuesta de las niñas concertadas, actuales adultas mayores. Son mujeres
que nunca pensaron la posibilidad de ser institucionalizadas, sólo sometidas a presión
aceptaron, así lo explicitaron cuando narraron su vida. Fue observable cuán profundo impactó
el acontecimiento en la AM 6, pues exteriorizó mucho resentimiento al momento de relatarlo.
Todo indica que ambas mujeres coniaban en la red familiar donde estaban insertas, creyeron
en ser retenidas y amparadas por la red social hasta el in de sus días, bajo la ideaμ yo te cuidé,
tú me cuidarás. La AM 6 realizó sus cálculos y supuso que de 13 niños que cuidó, alguno de
ellos al crecer se haría cargo de la AM 6, pero sus expectativas fallaron. La institucionalización
aconteció de manera inesperada para ella y hasta el presente lo externa, pero quizás la familia
de concertación ya había decidido con mucha anticipación que − llegado el término de vida
útil para el trabajo de esta mujer− el asilo geriátrico fuera su destino conveniente. δa Aε 6
puede encontrarse en la categoría de “desaparecido social” acuñada por Gofman (1λ7γ), para
explicar la situación de individuos que aunque existen, han sido cosiicados, perdiendo así su
condición humana.
240
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
En el caso de la AM 4, a partir de que enfermó le ofrecieron la opción de ser
institucionalizada, aceptó hacer la solicitud, aunque superado el cuadro clínico y mejorar,
mostró resistencia para ingresar pero su rechazo no fue aceptado. La ausencia de una familia
de destino, la enfermedad y la pérdida de función social son detonantes de los procesos de
institucionalización (De Lima y Chirino, (2006).
En otro orden de ideas, la ausencia de redes femeninas como elementos que pueden
evitar la institucionalización, fue notoria (De Lima y Sánchez, 2008). Este vacío tiene su lógica
porque el núcleo familiar había desaparecido o no se formó familia de destino, y es al interior de
la familia, donde surgen las redes femeninas que dan apoyo al adulto mayor. Por otra parte, es
importante el factor vivienda en la vida de los ancianos, sobre todo si ellos son los propietarios
porque impide el internamiento gerontológico según Sívoli (1994). Cuando el adulto mayor es
el titular de la vivienda, la propiedad se torna un recurso de poder a su favor y por negociar
en su beneicio. δa vivienda es objeto de intercambio por parte de la persona mayor con sus
descendientes para recibir a cambio alimentación, cuidados, compañía y otros elementos; los
descendientes por su parte obtienen alojamiento y otros aportes adicionales como el cuidado
de los nietos. δos intercambios son tratos implícitos con una elevada eicacia social, afectiva
y económica, ya que cohesionan a los miembros de la familia, impiden la institucionalización
y retienen al anciano en su comunidad. Pero en los casos aquí estudiados, la vivienda pese
a tenerla, no fue elemento de retención. Fue evidente que la propiedad de una casa, en
ausencia de familia de destino, le resta sentido a la propiedad como recurso de intercambio,
es decir, lo que puede ser un recurso de poder requiere un núcleo familiar que lo active, que
le dé sentido. El ejemplo más representativo es el AM 3, quien ante el hecho de quedar viudo
decidió vender no sólo la vivienda sino todos sus activos para institucionalizarse. Sin hijos, por
haberlos perdido y fallecida su esposa, ninguno de sus recursos materiales promovió el deseo
de vivir con la comunidad. En un acto voluntario el AM 3 cambió su destino de vida en soledad
por la compañía en una institución geriátrica; invirtió parte de sus activos –como último gesto
amoroso– en la construcción del túmulo de su esposa.
Paulatinamente la heterogeneidad de trayectorias se fue diluyendo porque en la
trayectoria de vida fueron sembrados una serie de parámetros invisibles, como los denomina
Hidalgo (2001); son características que lentamente aproximaron todas estas vidas bajo un
común denominador: la carencia de una familia de destino. Sin embargo, los adultos mayores
no visualizaron que esta carencia sería el detonante que los conduciría a una vejez en
institucionalización. La palabra familia no es pronunciada por ellos en su respectivo relato,
ni tampoco al explicar las razones que direccionaron su vida hacia la institucionalización. La
referencia a la familia subyace en palabras como solo, soledad y enfermedad.
El panorama hasta aquí expuesto necesita destacar el principio del tiempo en la vida
puesto que fue observable ante diversos momentos de la trayectoria familiar: primero en los
casos de viudez temprana o inesperada (AM 1, AM 3, AM 4 y AM 5). En el caso de la AM 2,
241
un accidente inesperado que dejó secuelas de salud derivó en la internación geriátrica; para
la AM 6 su institucionalización fue un hecho inesperado. Los acontecimientos que salieron
o rompieron con el orden esperado, provocaron efectos adversos en cada uno de ellos, sus
emociones enfatizadas por el lenguaje gestual lo denotan y su respectiva trayectoria de vida al
ingresar en el centro de larga estadía culminó equiparada, nivelada en un solo plano.
En resumen, podemos aseverar que no fue la pobreza, ni el nivel de estudios alcanzado
o el monto de los ingresos, lo que condujo a los adultos mayores a la institucionalización. En la
familia, en la erosión o carencia de un núcleo familiar se ubica la clave para comprender estas
historias de vida y sugiere la importancia de hacer investigaciones cualitativas o cuantitativas
de mayor envergadura, para dar seguimiento a este proceso. Sobre la base de una familia
inexistente, y por lo tanto con ausencia de redes familiares de apoyo, el adulto mayor es
retenido por el medio social sólo mientras se muestra auto-válido y sin requerir de cuidados
especiales. Con base en un diagnóstico puntual y un cuadro de enfermedad −que puede o no
ser superado− se concretó el ingreso a la vida en un centro geriátrico. A partir de este punto el
adulto mayor se encuentra obligado a ceder deberes y derechos a cambio de que la institución
le proporcione seguridad. De esta forma el anciano está sometido a la dinámica de intercambio
referida por Gofman (1λ7γ).
El panorama descubierto conirma lo encontrado por otros estudios aines en Venezuela
(Ramos, et., al, 2003). Al ingresar a la institución cerrada, todos los participantes sufrieron
rupturas de diferente orden, abandonaron sus pertenencias, su posición social, sus afectos,
algunos voluntariamente, otros no. Por ejemplo, la AM 6 experimentó la pérdida de quienes
consideraba sus nietos, ocasionándole una ruptura afectiva. Para el AM 1 y el AM 3, implicó
pérdidas de tipo material pues tuvieron que vender su respectiva casa y en el caso de la AM
β, perdió su estatus como profesionista en medicina. El culmen inal a partir de trayectorias de
vida muy diferentes entre sí, es la equiparación o uniformidad que impone la institución como
mecanismo de control ante la diversidad de sujetos por ser normados (Gofman, 1λ7γ).
Queremos cerrar el análisis profundizando sobre el principio de desarrollo a lo largo del
curso de la vida. Desde la infancia se van adicionando elementos que advierten o anticipan lo
que será el curso de vida hasta llegar a la vejez; por ejemplo, la pobreza, la falta de educación
y la ausencia de seguridad social, generan una vejez vulnerable o de alta fragilidad. Los
parámetros invisibles se comienzan a desarrollar, casi siempre, alrededor de la cuarta década
de vida (por viudez, pérdida de los hijos, divorcios, etcétera) y se suman hasta culminar en
la institucionalización. Como excepción existen otros indicios que emergen desde la juventud
cuando no se logra procrear o no se forma la familia de destino. En las trayectorias de familia
examinadas, factores diversos no tuvieron el curso socialmente esperado, es decir, salieron de
la secuencia lógica de la familia de destino: el hombre suele ser mayor que la mujer, procrean
hijos -especialmente hijas-, existen nietos, vida en familia extensa hasta la muerte, el esposo
muere antes que la esposa, etcétera. Se trata de un modelo cultural que cuenta con redes
242
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
femeninas de apoyo, son familias extensas y conglomeradas, con una línea de cuidados de
mujeres a mujeres y un paradigma que por encima de todo retiene al adulto mayor en su núcleo
familiar. Sin embargo, en los casos estudiados se perdieron uno o más de los descriptores de
la familia venezolana.
Consideraciones inales
La respuesta a la interrogante sobre cuáles son los factores del curso de la vida que se sumaron
para culminar en la institucionalización de los seis adultos mayores, la encontramos en la
desestructuración de la familia de destino o su no creación, en una primera instancia y la enfermedad
como segundo detonante. Factores que han sido observados por su orden de aparición durante
el estudio, pero no en el enfoque de los profesionistas y personal involucrado con los ancianos; la
trayectoria familiar y después la historia de salud fueron determinantes en la internación geriátrica.
El resultado del estudio representa una alerta en contra de la estereotipia que sostiene la
causalidad de la institucionalización del adulto mayor por medio del binomio salud-enfermedad
combinado con la pobreza. La tendencia proviene de una perspectiva biomédica reduccionista
que omite la dimensión histórica, social y cultural del proceso. Las características que fueron
asociadas con su vida por los propios ancianos, como residentes en la “internación gerontológica”,
revelan un escenario multidimensional donde puede advertirse como guía la vejez, mas no
cualquier vejez, sino la que relacionaron con la soledad –aspecto que conduce de manera
directa a la familia de destino– y los problemas de salud en soledad. El trasfondo que subyace
en el estereotipo que asocia la institucionalización sólo o primordialmente con enfermedad,
proviene del discurso biomédico anclado en las estructuras del discurso gerontológico.
La explicación biomédica niega el principio del desarrollo en el curso de vida, donde se
van adicionando elementos de diverso origen y donde el ámbito social antecede a los problemas
de salud, que pueden culminar en la internación gerontológica. Parece inverosímil que esta
perspectiva médica de la vejez, creada en el siglo XIX, se encuentre aplicada en la actualidad.
Estamos ante un paradigma en el que la ancianidad queda centrada y atada a patologías,
etiologías y declinaciones biológicas (De Lima y Jaber, 2009). Ni la trayectoria familiar, ni laboral ni
otro aspecto fuera de la esfera biomédica pueden incorporarse en este tipo de estudio. El anclaje
del discurso gerontológico en el enfoque biomédico constituye un obstáculo de conocimiento
que impide ver las distintas dimensiones que han marcado a ese cuerpo y a la categoría social
de adultos mayores. La visión biomédica de la senectud es parte de la mentalidad occidental y
su imaginario, por ende, se ha generalizado la idea de la vejez como sinónimo de enfermedad
y enfermedad implica recluir en un geriátrico. Bajo esta perspectiva no existe desarrollo del
curso de la vida a partir de trayectorias, sino solo dos grandes díadas: juventud-salud y vejezenfermedad. Este enfoque –como acertadamente señala Elder– está relacionado o parece
emular con la concepción del ciclo vital que distorsiona el análisis e impide comprender los
243
procesos (el desarrollo) con raíces sociales, pues ignora la historia y el marco socio-cultural.
El principio del desarrollo a lo largo de la vida sostiene que la existencia está organizada
socialmente en los tiempos biológico, histórico y social. En el grupo estudiado el tiempo histórico
permitió explicar y comprender la diversidad de las trayectorias educativa y laboral, así como las
similitudes en el historial de salud de la infancia. No obstante, es necesario advertir que el tiempo
histórico debe ser valorado con mucho cuidado, pues los mismos sucesos tuvieron efectos
diferentes en el desarrollo de vida en cada adulto mayor; el impacto dependió del género, el
nivel socioeconómico y otros factores fuera de los alcances de este estudio. El tiempo social fue
clave explicativa para comprender la institucionalización de los participantes. Los parámetros
invisibles sembrados a lo largo del desarrollo de la vida y que inalmente desembocaron en la
internación gerontológica, fueron encontrados en la dinámica de conformación de la familia de
destino y cuya cima es la vida en soledad. El tiempo biológico –plasmado en los casos donde
hubo una enfermedad de coyuntura–, encubre lo que en realidad constituye un drama social:
la ausencia de familia. Fue clara la relación del tiempo biológico con el principio de tiempo en
la vida porque la enfermedad aparece en un momento especíicoμ cuando no existe familia. δa
enfermedad es un hecho biológico e incluso preciso –pues el cuadro clínico puede o no ser
superado– pero es posible que modiique radicalmente el curso de vida en el plano de lo social
cuando se carece de una estructura familiar.
Por consiguiente, debe combatirse el estereotipo que sitúa la enfermedad como
causa exclusiva o máxima de la institucionalización. El internamiento del adulto mayor en un
geriátrico requiere examinarse desde una perspectiva sociocultural, porque con la pérdida de
la familia de destino el principio de vidas relacionadas o enlazadas se diluye, se pierden los
lazos sociales que retienen al anciano en su comunidad. En consecuencia, no existe red de
apoyo y solidaridad que asegura el bienestar y permite el cuidado durante la enfermedad. En
los casos estudiados fue a partir de esas pérdidas que el principio de la acción humana fue
vulnerado. En una visión de conjunto: fue encontrada una gama de escenarios observables
que van desde la decisión autónoma de enrumbar su propia vida hacia una residencia de
larga estadía, hasta el extremo de quienes tomaron una decisión por otro sin consultarlo,
vulneraron así la condición humana y determinaron el destino de una persona en situación
de extrema indefensión. En apariencia, la institucionalización es un acontecimiento brusco,
inesperado, pero luego de examinar el desarrollo del curso de la vida, en realidad se advierte
que la percepción del evento es resultado de una suma de parámetros invisibles al lego, pero
detectables por un gerontólogo si aplica las estrategias adecuadas.
En términos gerontológicos la institucionalización puede ser caliicada de indeseada,
mas no como un evento sorpresivo o inesperado. Por otra parte, aunque encontramos
escenarios heterogéneos, con diferentes rutas educativas, laborales, de salud y familiares,
asociadas al género, contexto geográico y nivel socio-educativo, las diferencias individuales
son prácticamente anuladas por el culmen de la institucionalización. Sin embargo, también
244
Institucionalización y curso de vida en adultos mayores
fue posible entrever rasgos comunes sobre la trayectoria familiar, imperceptibles a los propios
ancianos. Asimismo, conforme los participantes fueron envejeciendo, se detectó una importante
coincidencia –por encima de cualquier otra trayectoria– que devino en hilo conductor: la
ausencia de familia de destino, y por consiguiente, de la red familiar de cuidados y apoyo. Este
hallazgo aproximó la investigación con la reciente propuesta sobre el envejecimiento social: la
perspectiva de análisis a partir de las redes sociales (Hidalgo, 2001).
Para cada uno de los participantes llegar a la vejez signiicó transformarse en un ser
expuesto a la discriminación, tratados como si fuesen desviados sociales por ser ante todo
diferentes. Las características del desviado social lo colocan en una situación de vulnerabilidad
frente al conjunto social e inevitablemente vive subordinado, dependiente y propenso a sufrir
represión en sus expresiones más descarnadas. La internación gerontológica representa
una acción coercitiva sobre las personas desacreditadas, sujetadas al control y vigilancia
permanente mientras se cierra su curso de vida. En éste sentido, coninar a los ancianos en
el geriátrico adquiere una connotación social incriminatoria, son individuos marcados por el
resto de sus días, lo que es posible explicar con base en el concepto de estigma y el proceso
desacreditador planteado por Gofman (1λ70). En el grupo de los seis adultos mayores la
desacreditación no tiene como base los cambios corporales o estigmas físicos, sino por la
carencia de familia, es decir, por un estigma social.
Por último, consideramos que el estudio cualitativo a partir de los principios y conceptos
de la teoría sobre el curso de vida, fue exitoso. En el marco de las teorías del desarrollo,
adoptar este enfoque permitió visualizar el envejecimiento a través de varias dimensiones.
Su aplicación a todas las etapas de la vida no la descaliica como propuesta teórica sobre el
envejecimiento; al contrario, una de sus fortalezas radica en su visión longitudinal y diacrónica
pues permite comprender el presente a partir del pasado. En futuras investigaciones y como
profesionistas en ejercicio de la gerontología, nos será imposible avanzar sin concebir al adulto
mayor como un ser social donde su pasado es tan importante como el presente. Deinitivamente
el diseño de proyectos, programas de trabajo y aplicación de políticas construidos desde la
gerontología, dependerán del éxito de los estudios donde el adulto mayor, por sobre todo, sea
visto como un ser social en desarrollo.
245
Fuentes de consulta
Blanco, M. y Pacheco, E. (2003). Trabajo y familia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes
de mujeres mexicanas. Papeles de Población, 9 (38). Recuperado de http://www.redalyc.org/
articulo.oaςidο11β0γ805
De δima, B. y Jaber, J. (β00λ). δa mirada inocenteμ una relexión sobre el estudio de la gerontología en
Venezuela. Altepepaktli, 5(10), 11-18.
De Lima, B. y Chirino, C. (2006). Vulnerabilidad Social e Institucionalización del Adulto Mayor en
Venezuela. En M. Ribeiro y L. López (Eds.). Tópicos Selectos en Políticas de Bienestar Social.
Grupos Vulnerables, Género, Juventud y Salud. México, Gernika.
De Lima, B. y Sánchez, Y. (2008). Redes femeninas, familia popular y ancianidad en Venezuela.
Perspectivas Sociales, 10(1), 53-84.
Elder Jr., G., Kirkpatrick, M. y Crosnoe, R. (2004). The Emergence and development of Life Course
Theory. En J. Mortimer y M. Shanahan. (Eds.). Handbook of the Life Course. Recuperado de http://
books.google.co.ve/books
Elder Jr., G. (1998). The Life Course as developmental theory. Child Development, 69(1). Recuperado
de cds.unc.edu/CCHD/S2010/02-22/ELDER%20 (1998).pdf
Gastrón, L. y Lacasa, D. (2009). La percepción de cambios en la vida de hombres y mujeres, según
la edad. Población y Sociedad, 16(1), 3-28. Recuperado de http://dialnet.unirioja.es/servlet/
articuloςcodigoογβ6508λ
Gofman, E. (1λ70). Estigma. Buenos Aires, Amorrortu.
Gofman, E. (1λ7γ). Internados. Buenos Aires, Amorrortu.
Hidalgo, J. (2001). El envejecimiento: Aspectos Sociales. Costa Rica: Universidad de Costa Rica.
Moreno, A. (1997). La Familia Popular Venezolana. Caracas: Fundación Centro Gumilla.
Morillo, M. (2000). Estudio Evaluativo de la Casa Hogar Dios es Amor, Cumarebo estado Falcón. (Tesis
inédita de técnico superior universitario). Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda,
Coro, Venezuela.
Ramos, P., Larios, O., Martínez, S., López, M. y Pinto, J. (2006). Prevención y Promoción de la Salud
en el Anciano Institucionalizado (La Residencia como Espacio para la Convivencia y la Salud).
Comunidad de Madrid. Recuperado de http://www.madrid.org/cs/
Sívoli, L. (1994). Modelo Social de Envejecimiento, Barrio Pueblo Nuevo, Santa Ana de Coro, Estado
Falcón. (Tesis inédita de técnico superior universitario). Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda, Coro, Venezuela.
Vilda, C. (1997). Proceso de la cultura en Venezuela III. Siglo XX. Caracas: Fundación Centro Gumilla.
246
Afectividad y memoria de las personas mayores en torno
a la migración: sentimientos por la partida hacia Estados Unidos
Júpiter Ramos Esquivel, Adriana Marcela Meza Calleja, Ulises Hermilo Ávila Sotomayor
Resumen
El presente trabajo plantea una relexión sobre el impacto que produce la migración en el plano
afectivo de las personas mayores. Nuestro objetivo es analizar y mostrar el modo en que la
vejez experimenta la migración, desde la afectividad y la memoria compartida. Para cumplir
con el objetivo recuperamos las entrevistas provenientes de diversos trabajos de investigación,
realizados entre los años 2007-2012, en el estado de Michoacán, México.
Palabras clave
vejez, afectividad, memoria compartida, trasnacionalización.
La vejez, los afectos y la migración
niciamos con una breve relexión sobre la situación de las personas mayores en el contexto
de la migración internacional y en particular hacia los Estados Unidos de Norteamérica (EUA).
En el acercamiento al tema de la migración destaca la importancia del terreno de los afectos,
la memoria y la identidad. El objetivo de la disertación es aportar algunas características que
permitan trazar posibles líneas de investigación por ahondar en el futuro próximo. Con ese
propósito analizamos las formas mediante las cuales se relaciona la vejez con la migración.
Los abuelos y padres de familia, son quienes sienten la partida de sus hijos e hijas del hogar
−y del país de origen− rumbo a los EUA, por distintas razones. El desplazamiento de los
hijos o nietos modiica las condiciones de vida de ambos abuelos, padres o familiares y la
de los propios migrantes. El fenómeno de la migración constituye una experiencia donde los
integrantes del núcleo familiar son imbricados simbólica y afectivamente, pese a la distancia
geográica y el tiempo transcurrido.
El eje que recorre y articula el análisis, está ubicado en el plano de los afectos y las
emociones. Ambos aspectos serán considerados desde un punto de vista psicosocial y estarán
comprendidos dentro del concepto de afectividad, entendida principalmente como interacción.
Es decir, la afectividad es interacción expresada con afectos y emociones –que las personas
construyen− sobre acontecimientos especíicos o alguna situación, a partir de signiicados
I
248
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
compartidos. Asimismo, la afectividad permite referir a la vejez y el envejecimiento en una
perspectiva social más que individual. En éste sentido la vejez es una situación y experiencia
social, que forma parte de la cultura −con sus representaciones y signiicados− en los diferentes
grupos de la sociedad, aunque también se asocia con cambios físicos y psicológicos cuando
se estudia de manera individual. De igual forma, la migración1 es considerada una situación
y experiencia cuyo sentido principal es construido a partir de condicionantes sociales. Según
Sassen (2007) la migración por ser un resultado social conforma afectos y sentimientos en torno
suyo que no pueden ser deinidos sólo como experiencia individual, puesto que se encuentran
dentro del conjunto de signiicados y representaciones sociales sobre la migración.
Por otra parte, la vejez puede ser conceptualizada como la etapa o edad cuya
naturaleza es la memoria. El tiempo (pasado, presente y futuro) adquiere un sentido diferente
al establecido en anteriores etapas y es resultado del conlicto de identidad propiciado por las
condiciones adversas a la senectud. Los ancianos inmersos en una situación crucial pueden
re-signiicar las experiencias del pasado con un sentido diferente, sobre todo por el modelo de
familia predominante en México, donde sus características son clave en la construcción de la
identidad. La memoria es uno de los aspectos esenciales del envejecimiento actual desde el
punto de vista social. La identidad tiene su base esencial en los recuerdos de acontecimientos
que la conformaron y donde fueron construidos los principales propósitos de vida, por ende, la
vejez se sostiene en la memoria compartida. La persona se esfuerza por encontrarle sentido a
la vejez en una sociedad cambiante, anhela proseguir con las representaciones y signiicados
construidos en épocas anteriores y deposita sus expectativas sobre la inclusión social en la
familia y el trabajo. Relacionar la vejez con la memoria y la afectividad, es motivo de una relexión
que pretende mostrar las formas en que los adultos mayores sienten la partida de sus familiares.
Por un lado, la vejez es una situación social donde la memoria juega un papel importante para
mantener los recuerdos que dan sentido a la identidad del anciano que busca la continuidad y la
inclusión. Por otro, la memoria es inherente al plano afectivo y elemento vital de los recuerdos
acerca de hechos o acontecimientos; por lo general son recuerdos donde mujeres y hombres son
protagonistas, pero que también forman parte del segmento poblacional de adultos mayores.
No existe una vejez sin memoria y ni memoria sin afectividad, su relación es siempre dialéctica.
Implicaciones de la migración: sentimientos y recuerdos allende las fronteras
El problema de la migración por sí mismo genera múltiples discusiones y análisis en
torno a sus consecuencias en el plano social. Es una cuestión donde todos estamos implicados
como ciudadanos del mundo, ya que cada día más personas emigran hacia otras latitudes en
búsqueda de trabajo y alternativas de vida. En el contexto global las migraciones crecen a
Para el presente trabajo, el uso del concepto de migración se reiere al fenómeno internacional, especíicamente
de México hacia Estados Unidos de Norteamérica.
1
249
medida que aumenta su complejidad; los motivos que la propician y las posibilidades -legales e
ilegales- para lograrlo se agudizan ya que la internacionalización de la producción y el trabajo
(cuyo desarrollo va a la par de la transnacionalización) incide en la reconiguración de la
familia en contextos de migración. Según Sassen (2003; 2007), el problema no solo puede ser
explicado a partir de cuestiones como la expulsión y atracción (la pobreza y desempleo), sino
que también es necesario examinar otros factores contextuales y subjetivos. La migración es
un proceso mundial intrincado y en su evolución han surgido ideas para explicarla. Por ejemplo,
la transnacionalización es entendida como un lujo que no reiere solamente la movilidad
geográica de las personas, sino que en su curso incorpora relaciones de intercambio de recursos
económicos, objetuales y simbólicos, mercancías y valores culturales (Guarnizo y Smith, 2009)2.
Los migrantes son los constructores de una realidad transnacional donde las relaciones
y las redes sociales de contacto -creadas por migrantes que son parte de ellas- son lujos
sociales y psicológicos. A través de los lujos son dinamizados los afectos y expectativas en
torno a un destino y vinculan a los artíices de esa realidadμ comunidades, pueblos, grupos,
etcétera. La realidad transnacional remite a la construcción de enlaces o ‘puentes’ que
incorporan formas de intercambio de las y los implicados en la migración: los que se marchan
y los que no. Con base en la transnacionalización se ha propuesto el concepto (polémico) de
“hogares transnacionales” que signiica la forma de unidad simbólica de los migrantes con
sus familiares, de modo tal que el núcleo familiar puede existir en ambos puntos geográicos.
El hogar existe en la mente de las personas migrantes como imagen de unidad (Mummert,
1999). En la vida del migrante los valores, las tradiciones y las identidades, son características
importantes que perviven luyendo de un lado a otro de la geografía con su carga simbólicaν
son construidas y reconstruidas en función del intercambio que da paso a nuevas percepciones
y representaciones sobre la vida familiar3. Asimismo, la realidad transnacional extiende los
límites de las relaciones afectivas, las identidades son reconstruidas e incorporan el episodio
de la migración y las formas de intercambio, para dar lugar y sentido a la experiencia cotidiana
de “estar lejos”. δa transiguraciónμ “ocurre en múltiples niveles (desde arriba y desde abajo).
El nivel local son las colectividades, los hogares, las redes familiares, entre otros grupos que
crean y reproducen otro tipo de espacio social, transnacional” (Guarnizo y Smith, β00λμ 67).
Por consiguiente, el problema trasciende la relexión sobre un simple origen y
destino puesto que es una realidad donde los grupos sociales, las comunidades o personas,
2
Portes (2004) entiende por transnacionalización: el conjunto de relaciones de índole material y simbólico que conectan
a través de las fronteras nacionales y son construidas “desde abajo”, principalmente por los migrantes y sus bases.
3
En el lujo existe intercambio de elementos que hacen posible la continuidad y mantenimiento de identidades,
tradiciones y valores. Pueden ser objetos personales, comida, bebidas, ropa, música, fotografías, etcétera. Cosas
que dan sentido y nuevos sentidos a la vida del migrante. En este tipo de intercambios, afectos y signiicados
están en constante movimiento, permiten construir formas de sentir y percibir la vida transnacional. En éste
sentido, sugerimos ver el trabajo de Martínez, et al., 2010, sobre el imaginario que se construye en torno a la
comida y su intercambio en algunas familias transnacionales del estado de Michoacán, México.
250
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
mantienen sus lazos pese a la distancia geográica. En la realidad o lujo transnacional la
familia y los abuelos con sus inherentes principios, percepciones, representaciones y afectos,
están implicados. La migración genera situaciones cruciales para quienes decidieron marchar,
pero también en los que no partieron. Para quienes se van, la migración signiica enfrentar
−según sus posibilidades− riesgos y peligros para llegar a un destino y abandonar el grupo
de pertenencia y la comunidad; los que no emigran se ven obligados a construir un sentido y
signiicado de la migración, adecuarse a la ausencia con los recursos más cercanos (discursos,
prácticas, afectos, fotografías, etcétera). En los adultos mayores la percepción de la migración
es diferente de la que tienen las y los hijos. El sentido es distinto para quienes emigran (pues
tal vez no son afectados como cónyuge, hijo o hija), pero sí los conduce a tomar un giro
distinto respecto a su lugar en la familia, a la cual tendrán que responder por su ausencia.
Para quienes emigran, el acto de partir puede agudizar los conlictos (previos) en relación a
su rol en familia y la sociedad, produce momentos críticos para quienes son padres o madres.
En la mayoría de los casos existe implicación afectiva como integrantes del núcleo familiar,
mientras que en otros el conlicto puede ser mucho más profundo por las responsabilidades
que conlleva ser padre o madre. Ante los peligros para una migrante hija o hijo, tienen la idea
que él o la migrante “siempre será hijo de un padre o de una madre”, según lo expresa una
persona mayor de Michoacán.
Cuando airmamos que en las relaciones transnacionales están implícitos los valores,
las percepciones, representaciones e incluso identidades de las personas mayores, nos
referimos a que la migración de las y los hijos hacia los EUA, con frecuencia la partida los
obliga a reconigurar sus expectativas de vida en las nuevas circunstanciasν el cambio implica
re-signiicar el sentido de las relaciones con su familia pues trastoca las representaciones
y signiicados de padre o madre, abuelo o abuela, para replantearse su respectivo rol
dentro de la familia4. En el siguiente fragmento, pueden percibirse algunos rasgos al
respecto. La persona piensa en lo complejo y difícil que es ser padre a la distancia5: DA:
“(…), yo (sic), me da mucho pendiente cuando no tienen trabajo, simplemente ahora no hace
mucho a un hijo me lo descansaron donde estaba trabajando, en una fábrica (en Estados Unidos),
ya me agarraron los nervios. Por eso digo que sí es feo comerse uno los nervios, uno solito porque,
porque yo me ponía a pensar y ‘taba en el rancho y me ponía a pensar’ ¡ay qué va a hacer mi hijo!
‘taba pagando una casa, taba pagando unos carros y con su familia’, ¿que irá a hacer mi
muchachoς yo batallaba piense y piense (…)”.
4
En nuestra experiencia de trabajo con personas mayores, esto es parte de lo que hemos observado. La representación
sobre la migración que ellos tienen, parece involucrar este tipo de condiciones, de reconiguraciones integradas
como una totalidad en la forma en que representan esta situación. De cualquier manera, debemos reconocer
que nuestro punto de vista es limitado y ante todo invitamos a relexionar críticamente nuestros planteamientos.
5
Los fragmentos de entrevistas que a continuación se incluyen, son una recuperación del material entresacado
de tres trabajos de investigación en los que participamos con personas mayores de 65 años de edad, del estado
de Michoacán, entre los años 2007-2012. En los trabajos fue incorporado el tema de la migración hacia los EUA
o ha sido un tema revelado en las distintas entrevistas.
251
Para las personas mayores que sienten la partida de sus hijos con destino a los EUA,
son de vital importancia estos aspectos de su vida. Las consecuencias de esta situación
para ellas y ellos, se encuentran relacionadas con ámbitos individuales, pero igualmente con
aspectos sociales. Con la migración algunos intercambios, ciertas prácticas, adquieren un
sentido diferente debido a la distancia geográica e involucran afectos y sentimientos, que
en el plano social, han sido construidos en familia y por la comunidad de pertenencia. La
dimensión afectiva es cuestionada al marcharse a otro país, sin embargo, el migrante busca
reairmar sus emociones y afectos a pesar de saberse en una situación complicada. δos
grupos y comunidades en general, construyen una “cultura material” a partir de un universo
de objetos a los que atribuye signiicado(s) por medio de relaciones afectivas. Esta forma de
afectividad e interacción se encuentra “(…) cargada de prácticas culturales, por ejemplo los
objetos utilizados como recuerdos que facilitan crear continuidades, permiten asociarse con
personas y lugares geográicamente distantes y que apoyan los relatos, por medio de los
cuales se pueden adquirir y expresar conocimientos compartidos acerca de lugares lejanos y
sus habitantes” (Boruchof, β00λμ γ57).
En consecuencia, diversos estudios reconocen este tipo de efectos de la migración
sobre las relaciones intrafamiliares, su estructura y roles. Al respecto Mummert (1988)6 estudió
la manera en que la familia −que envía a uno de sus integrantes a los EUA− enfrentó una
serie de cambios y ajustes originados por la separación no tan prolongada; asimismo observó
que en situaciones similares es la mujer quien retoma un rol central dentro del núcleo familiar.
Igualmente, Alarcón (1988: 346)7 examina las consecuencias de la migración y aborda el período
en que el hombre se ausenta por trabajar en los EUA; la investigación mostró que durante ese
tiempo la familia experimenta la fase más crítica, sobre todo cuando tienen niños pequeños
y que las consecuencias tienen connotaciones afectivas que irrumpen en la vida familiar.
En la misma tesitura Fonseca y Moreno (1988) analizaron tres generaciones de migrantes
de Michoacán, México. El estudio permite entrever las consecuencias afectivas de las y los
migrantes por el hecho de ser protagonistas y buscar un mejor futuro para ellos y su familia.
Espinosa (1998)8 relexiona sobre el dilema al que se enfrentan la mayoría de los migrantesμ
el retorno o la transnacionalización. Los migrantes hacen proyectos con independencia de los
límites fronterizos, aunque es frecuente que suscitan conlicto por discrepar con los proyectos
de su familia, o con los planes de su pareja, por motivos de educación, economía, etcétera.
6
En su artículo “Mujeres de migrantes y mujeres migrantes de Michoacán: nuevos papeles para los que se quedan
y para las que se van”, coordinado por Thomas Calvo y Gustavo López, en Movimientos de población en el
Occidente de México, publicado por Centre d´Etudes εexicaines et Centraméricaines y El Colegio de εichoacán.
7
En su artículo “El proceso de norteñizaciónμ Impacto de la migración internacional en Chavinda, εichoacán”,
coordinado por Thomas Calvo y Gustavo López, en Movimientos de población en el Occidente de México,
publicado por Centre d´Etudes εexicaines et Centraméricaines y El Colegio de εichoacán.
8
En su libro El dilema del retorno. Migración, género y pertenencia en un contexto trasnacional, publicado por El
Colegio de Michoacán y El Colegio de Jalisco.
252
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
En la migración se experimentan todo un conjunto de sentimientos, no solo por quienes se
encuentran esperando sino igualmente en quien anhela regresar. Hernández (2002) analiza
los efectos en el ámbito de las identidades y cuestiones religiosas, además de relexionar
sobre las consecuencias en ambas dimensiones. Leco (2009) a partir de un estudio sobre
una comunidad michoacana, elucida sobre las consecuencias de la migración, más allá del
origen y un destino, engarzando factores tales como la participación política, la economía, la
arquitectura, los sentimientos, la cultura, la familia, entre muchos otros. Mientras que LópezCastro (1988, 2003), destaca el problema de la migración desde sus motivaciones hasta la forma
y características del complejo trayecto hacia los EUA, en el caso particular de los mexicanos.
El estudio reiere cuestiones como las ideas, las costumbres, las víctimas olvidadas, la salud y
la religión, en el plano individual, familiar y colectivo. El amplio abanico de observaciones del
referido estudio muestran el conjunto de sentimientos que son fruto de la migración.
Algunos trabajos recientes incluyen tanto los efectos psicológicos y sociales de la
migración, así como la dimensión afectiva. Por ejemplo, Salgado (2006: 53-59) aborda un
conjunto de problemas relacionados con el estrés generado a partir de los conlictos de
adaptación y aculturación, además de las responsabilidades de la familia que espera el retorno,
en particular la de mantener la estabilidad, la salud y la unidad familiar. Vivir con la presión
de la ausencia, sobre todo del cónyuge o quien es jefe de familia, produce sentimientos de
aislamiento y marginación y existe la percepción de vacío o falta de apoyo emocional. La salud
psicológica es afectada por la desintegración familiar, la falta de apoyo por parte de los hijos y
la incapacidad para controlar la violencia intrafamiliar.9 Otro estudio importante en este mismo
sentido es el de Marroni (2009),10 quien diserta sobre las fracturas y costos (moral y emotivo)
producidos por la migración. Dedica particular atención al tipo psicológico manifestado por
quien emigra (el síndrome de Ulises en los hombres), como en la persona que espera el retorno
(el síndrome de Penélope en las mujeres), así como las diicultades para mantener el equilibrio
marital. El estudio referido sostiene que en las fracturas y los efectos emocionales es donde
se forjan los sentimientos del individuo y los de grupo. Finalmente, remitimos la investigación
de Ramos (2012), quien analiza la importancia de emociones y sentimientos como el dolor,
la tristeza, la nostalgia, angustia y esperanza, entre otros, como ejemplos de las emociones
experimentadas por los migrantes.
δa relexión hasta aquí expuesta pretende mostrar que la migración trasciende fronteras
por medio de la afectividad. Por consiguiente, es posible aseverar que existe una “afectividad
transnacional” que supera distancias y extiende los límites en el plano de lo simbólico.
9
Salgado, V. (2006), Problemas psicosociales de la migración internacional. En Salud Mental, V. 19, Suplemento
de abril, México. Leco (2009) resalta diversos efectos de la migración en el seno familiar para quienes se quedan,
como las y los hijos, o los que se quedan al cuidado de abuelos, tíos o hermanos y hermanas.
10
En su libro Fronteras perversas, familias fracturadas. Los indocumentados mexicanos y el sueño americano,
publicado por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP y el Grupo
Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza, A. C.
253
Emigrar hacia otra latitud geográica, modiica la vida de la persona que sale de su país
y la vida de su familia. Sus respectivos sentimientos y emociones están entretejidos, y ante la
migración, son reconstruidos gracias a la memoria compartida y la profunda afectividad que
luye hasta sincronizar con los logros personales y familiares. Asimismo, tiene la capacidad
de responder ante las situaciones críticas conirmando la unidad del migrante con su familia.
δa memoria compartida, los recuerdos, son dinamizados y luyen incorporándose al complejo
escenario. Ante la migración hacia los EUA la memoria es ancla sumergida en la profundidad
de las costumbres, el paisaje y los amigos, es decir, son recuerdos que unen al individuo con su
grupo de pertenencia y la comunidad. Las y los migrantes se esfuerzan por conservar su identidad
para resistir la lejanía y mantener los lazos con la familia y la comunidad que los espera11. En
éste sentido la memoria y la afectividad son colectivas12 puesto que son construidas mediante
los signiicados, representaciones y prácticas compartidas. δa “evidencia” de cómo las y los
migrantes sienten la partida, se encuentra en las diversas formas de expresar sus emociones
y afectos, o sea, a través de la afectividad y memoria construida sobre tal acontecimiento. En
los ancianos ambas tienen una marcada presencia ya que se conjugan con su etapa de vida,
a in de continuar con su rol en la familia y la sociedad. Para ellos la afectividad está presente
en los recuerdos que reconiguran la partida de las y los hijos. Ellas y ellos tienen una particular
forma de sentir la partida. Por ejemplo, Sra. SN:
“(… ) ¿cómo le diréς, que aunque yo esté sola, pero digo, gracias a Dios tengo una pura mujer
y ésta ya tiene más de 20 años, pero yo digo, bueno, si aquí no pudo hacer nada ella y allá Dios
la socorrió, que sea feliz, no le hace que esté lejos de mí, me habla si, a ella Diosito la socorrió y
ella le hizo la lucha, ¡qué bueno! (...)”.
La vejez como una situación hecha de memoria y afectividad
La vejez puede pensarse como una situación eminentemente social puesto que es construida
por medio de signiicados, representaciones y prácticas sociales13. Es ediicada con base en
experiencias, imágenes y percepciones que impregnan el sentido común y con frecuencia son
11
Un ejemplo se expresa en la relación entre la migración y la religión, que permite mantener lazos trasnacionales
con la comunidad de origen y con las familias. Portes y Rumbaut (2010) dan cuenta de cómo en diversos grupos
y organizaciones de migrantes se establece esta relación trasnacional con la religión. En la relación se expresan
no solo valores y creencias, también permite mantener la memoria de la comunidad, establecer lazos constantes
y lograr unión como grupo social. Lo mismo ocurre con muchas otras formas de relacionarse con la comunidad
y la familia, donde la memoria constituye un elemento clave para mantenerlas. El deseo de no olvidar el origen,
pero más el anhelo por recordarlo de diversas maneras, a la distancia.
12
Cuando se menciona en este trabajo a la memoria, ésta es entendida como un proceso social, construida como
memoria compartida y colectiva.
13
No es objetivo del presente trabajo deinir a la vejez o analizar las discusiones al respecto. Nos interesa
solamente resaltar nuestra posición en la que damos un peso importante a la forma social en que se construye
la vejez. Nosotros partimos de reconocer a la vejez como una situación social, más que una etapa del desarrollo
humano o del ciclo vital.
254
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
incorporadas por los adultos mayores en su propia deinición (Ramos, β00λ). En perspectiva
psicosocial, la vejez se constituye por representaciones, memoria compartida, afectos,
objetos, ritmos, lugares, etcétera. Por ende, la vejez es entendida como situación social y el
envejecimiento como su proceso. Si bien el envejecimiento presenta diferencias individuales,
como grupo social la vejez comparte signiicados y representaciones construidas por y en
la cultura, en especial por la memoria colectiva, las tradiciones y el imaginario social. Las
personas comparten ciertas experiencias y prácticas sociales que los deinen como grupo
y que son elementos constitutivos de identidad (Ramos et al., 2008). En el grupo social de
adultos mayores se desarrolla un particular vínculo con el pasado y con la forma en que la
cultura y la sociedad cambian a través del tiempo.
Las diversas características que forman la vejez la sitúan envuelta en el tiempo. A
diferencia de las generaciones más jóvenes, las personas mayores desarrollan raíces profundas
con las tradiciones, valores y normas, con la memoria colectiva y con una estructura simbólica
mantenida aun con el paso de los años. Entonces, la vejez sintetiza estas características e
ineludiblemente remite a formas especíicas de vivir y de pensar la experiencia del tiempo.
En éste sentido, la vejez representa la voz y el rostro del “tiempo acumulado,” compendia
acontecimientos, recrea las maneras de narrar y de esta forma propicia la subsistencia de las
identidades14. Por otra parte, con frecuencia la “edad” es deinida como “tiempo acumulado”,
cuyo sentido y signiicado sintetiza y uniica los acontecimientos y experiencias del individuo y los
grupos15. En términos generales el punto de vista cientíico explica el envejecimiento por medio de
acontecimientos y cambios que suceden en el cuerpo, la mente y las relaciones de los individuos.
Existen varios conceptos relacionados con el envejecimiento, por ejemplo cambio y evolución,
que son formas diferentes de sintetizar acontecimientos, según el enfoque de cada teoría16.
Para la sociedad contemporánea, el tiempo no es sólo un parámetro, también es
una forma de sintetizar los acontecimientos, momentos, ritmos, etapas, fechas, etcétera,
experiencias que son expresadas así por sentido práctico (Elias, 1984; 2010). La memoria y la
afectividad son síntesis de acontecimientos que analizadas a detalle son relativas al tiempo.
Las emociones y afectos son acontecimientos (de tiempo), que se reviven y experimentan por
medio de signiicados “importantes” para las personas.
14
No sostenemos la idea de vejez como experiencia homogénea, sino que las personas mayores que la
experimentan, pese a las variaciones de grupos e historias, por lo general tienen en común esta característica por
diversos condicionamientos sociales.
15
Como señala Elias (1984, 2010), la noción de tiempo y sus formas de síntesis han cambiado en el paso de
sociedades primitivas a otras mucho más complejas y desarrolladas. La misma noción de tiempo ha cambiado
en el proceso histórico. Entonces es importante considerar la relación de los términos con la historia y la cultura
de una sociedad. No es lo mismo la edad y la vejez ahora que en otros momentos de la historia, pues los
acontecimientos que sintetizan y su mismo proceso de construcción son diferentes.
16
Diversas disciplinas analizan la vejez desde este punto de vista. En el caso de la psicología, es común resaltar los
períodos, las etapas e incluso los acontecimientos importantes en cada edad. Es notorio el énfasis en delimitar el
tiempo en fases o momentos críticos, donde se distingue la edad de una persona en términos biológicos, psicológicos
o sociales. No dejan de ser formas de sintetizar las experiencias sociales con las que podemos estar o no de acuerdo.
255
Estas formas de síntesis y el tiempo, son construcciones sociales (Elias, 1984, 2010). Por
ende, resulta inevitable que al compartir el recuerdo sobre los acontecimientos, reieren de
modo implícito una narrativa particular sobre su construcción y el tiempo. En función de cada
perspectiva son construidas narrativas diferentes sobre un tema o suceso, lo que también
aplica a la vejez pues es entendida con distintos enfoques. Como señala Fernández-Christlieb
(β00β), los acontecimientos están hechos de signiicados y al mismo tiempo producen unidad.
δos signiicados sintetizan el tiempo y expresan la situación porque son una unidad con sentido.
Si el tiempo tiene algún signiicado, lo tiene para la persona, es un signiicado simbólico en
el lenguaje de una sociedad (Elias, 1λ84, β010). Desde éste punto de vista la vejez uniica y
sintetiza memoria y afectividad. Uniica signiicados, representaciones, experiencias, prácticas,
tradiciones, valores, relaciones e instituciones17. Por ende tiene sentido airmar que entre
vejez, memoria y afectividad existe interrelación, sobre todo porque se coniguran a partir de
acontecimientos de tiempo.
Gergen (1λλ6) sostiene que las expresiones emotivas son signiicativas sólo cuando
están insertas en secuencias particulares temporales de intercambio, esto es, las emociones
son constitutivas de la narración, el relato y la conversación. Si la vejez es una situación social
donde la memoria tiene una función importante, es porque se forma a partir de cambios y
nuevos sentidos que este momento plantea para las personas y la sociedad. Referir cambios
es remitir al tiempo y la memoria. Cuando las personas se preguntan a sí mismas quiénes son,
tienen que “mirar hacia atrás” y descubrir en el pasado cuáles son los acontecimientos que dan
sentido a su experiencia, a su identidad.
En la vejez se presta mayor atención al pasado y se tiene una aguda necesidad
de encontrar sentido al presente y al futuro. Como dimensiones equiparables, es posible
pensar que la vejez es identidad y la identidad memoria, triada formada por las experiencias
(individual, grupal o colectiva), así como de los momentos fundacionales de la personalidad y
la cultura, lo que da sentido al yo. Los periodos o momentos de crisis interpelan la identidad,
son acontecimientos que la ponen a prueba conigurándose tanto para sí como para las demás
personas18. A diferencia del énfasis puesto en los cambios del ciclo vital, nuestra relexión destaca
la memoria y la afectividad como procesos sociales de la vejez. Según Fernández Christlieb
(2002), entre el nacimiento y la madurez las vicisitudes de los años imprimen arrugas cual huellas
en la piel, pero entre los albores de una vida y la última experiencia transitan los recuerdos.
Esto podría airmarse en sí de la “edad,” como también de las “etapas”, los “ciclos”, los “períodos,” o según
Fernández Christlieb (2002), de las épocas que también constituyen acontecimientos. Sin embargo, la “acumulación
de tiempo” no es suma de acontecimientos, pues el tiempo es en sí mismo unidad simbólica sintetizada que
integra las experiencias sociales. Si el tiempo sintetiza tales experiencias, no es que las acumule, sino que
las conigura, las integra a través del lenguaje y la cultura. δa edad signiica algo porque para nosotros tiene
signiicado o sentido, por ejemplo, el tiempo en relación con la muerte, Elias (1λ84, β010). Se puede decir que la
cultura es tiempo como el tiempo es espacio, memoria y afectividad.
18
Dubar (2002) señala esta doble dimensión de la identidad, tanto para sí como para los otros.
17
256
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
En el devenir -del primer al último de los acontecimientos- los recuerdos colman a la persona con
afectividad colectiva. El último acontecimiento en la vida de una persona lleva los vestigios del
trayecto, sobre todo los recuerdos que conforman la identidad. Cuando una persona recuerda,
re- memora, signiica que evoca los acontecimientos pasados y es “invadido” por la nostalgia
que no es sino afectividad. La nostalgia por lo acontecido es tan profunda a medida que ha
transcurrido más tiempo desde que ocurrió el acontecimiento y el momento en que es recordado.
δa nostalgia, puede ser identiicada en la expresiónμ “ahora no es como antes...antes era…”
para dar a entender que antes (el pasado) era distinto, cambió. La nostalgia es un sentimiento
que por ser parte de la dimensión afectiva, es social. Es imposible experimentar emociones
o sentimientos sin un lenguaje y sus signiicados, como tampoco es posible tener recuerdos
sin relación alguna con los grupos, la colectividad y la sociedad19. Según Hepworth (1998), las
emociones20 para ser comprensibles por otros, requieren compartirse y ser transmitidas por el
lenguaje en común u otras formas de comunicación (por ejemplo, los símbolos no verbales). La
afectividad tiene la forma de las cosas que no es otra que las del espacio y tiempo al igual que
la vejez. Por ende, en la migración o circunstancias relacionadas con la familia, los ancianos
tienen vínculos profundos con la memoria y la afectividad para darle sentido a su presente.
Una persona mayor al evocar su experiencia como migrante expresa lo siguiente:
“(…) pues mire, en aquellos años estaba más pacíico porque a uno lo llevaban contratado, yo
fui cuando iba contratado de Monterrey o de acá del lado de California, cuando se contrataba en
la frontera y…yo nunca vi migración21 por allí que anduviera apañando, agarrando a alguien o
correteando a alguien ¿por quéς porque todo estaba más pacíico(…)”.
Para los adultos mayores, su pasado está integrado por acontecimientos fundacionales
o por momentos cruciales. Por ejemplo, el momento inicial de su experiencia como trabajadores
o como amas de casa, el comienzo de la vida matrimonial o en pareja, los momentos críticos
de la relación entre padres e hijos, y por supuesto, la experiencia de emigrar hacia otro país.
Asimismo, para la mayoría de los ancianos la familia tiene un lugar central. El núcleo familiar
mantiene las tradiciones, normas y valores que apuntalan el deber ser, y por consiguiente,
establece cómo se debe corresponder en el plano de los apoyos.
De esta manera, si la familia fue formada bajo la orientación de brindar apoyo material
y emocional a sus integrantes, el envejecimiento tiene expectativas mucho más positivas que
19
Diversos autores sostienen que las emociones y los afectos son construidos socialmente en relación con diversos
signiicados, los discursos sociales y en función del contexto social. Así lo plantean autores como Hepworth (1λλ8),
Fernández-Christlieb (2002), Harré (2003), Belli (2009), Belli e Iñiguez-Rueda (2008) y Ovejero (2011) entre otros.
20
En este caso, el término emoción se relaciona con lo que denominamos afectividad. El término en inglés no
es muy utilizado pero si el de emoción (emotion); no obstante, como señala Fernández-Christlieb (2002, 2007),
ambos se reieren a un punto de vista colectivo o social. En español y especíicamente en la psicología general,
afectividad y emoción no son equiparables, se reieren a dos puntos de vista, el de lo colectivo o social y el de lo
individual, respectivamente.
21
El entrevistado se reiere a la policía fronteriza y anti-inmigrante de los EUA.
257
cuando no se dan apoyos22. En el pasado reconstruido por la memoria, la familia ocupa un
lugar central y constituye uno de sus principales marcos sociales23.
Sentir la partida: ¿Por qué se van los hijos “al otro lado”?
δa vejez no está constituida solo por el pasado, pues no reiere al pasado como tal cuando
aseveramos que está hecha de memoria. Memoria no es pasado, sino una forma de reconstituirlo
(Halbwachs, β004b). Esto no signiica que el tiempo pasado fue mejor o peorν ni tampoco es
verdadero que el adulto mayor vive del pasado. Lo que realmente denota es la incorporación
de sentido a la identidad (individual y social), para lograrlo el individuo tiene que mirar hacia el
pasado, hacer memoria para conirmar el sentido de sí mismo, el yo en contexto y las cosas
que lo deinen24. Aunque nunca se ve el pasado de la misma forma ni es igual en cada persona,
lo mismo sucede con la afectividad. Airmar que la vejez es afectividad no signiica un estado
de sentimentalismos y depresiones, sino que se trata de una situación en la cual los afectos y
acontecimientos toman un sentido distinto por la necesidad de darle continuidad a la identidad25.
Las personas mayores recuerdan experiencias que permitan continuar con su identidad
en momentos de incertidumbre, inseguridad y falta de apoyo. Pero sobre todo porque el continuum
del tiempo, la sucesión de los acontecimientos, parece imponer la necesidad de mirar hacia el
pasado, revisar el camino recorrido para enfrentar situaciones cruciales, como la migración o el
abandono. Para los ancianos en el pasado se encuentran los acontecimientos importantes de un
gran trayecto de vida, en el que formar una familia es fundamental y a partir de ella han construido
su identidad como padres o madres. La migración pone en riesgo su rol y son cuestionadas las
expectativas forjadas hasta ese momento, de ahí que la difícil experiencia es construida como
un acontecimiento afectivo. Al ver a los hijos(as) partir se esforzarán por encontrarle sentido
a su ausencia y la distancia; esperan encontrar respuestas a cómo organizar su familia y las
relaciones de padre e hijos. Los adultos mayores que emigraron en su juventud piensan desde
su experiencia la marcha de las y los hijos; quienes no lo fueron, recuperarán los valores,
las normas de familia y el papel de padres proveedores y fuentes de apoyo. Solo así pueden
justiicar el por qué se van los(as) hijos “al otro lado”, como posibilidad de mejorar la vida. Sr. FAμ
“(...) Yo no me pude ir en aquél tiempo, porque pus, cómo dejaba a mis hijos aquí, si no yo también
me hubiera ido (…) sí, yo no me podía ir porque tenía mis hijos y tenía que estar al pendiente
22
En algunos adultos mayores hemos reconocido estas cuestiones. Generalmente la familia es el espacio básico
de relaciones de las personas mayores o donde se espera recibir el apoyo en caso de necesitarlo. Cuando no
ocurre así, los efectos emocionales son muy fuertes (Ramos, 2009).
23
Halbwachs (2004a) sostiene que la memoria es experimentada por los grupos en continuidad, los cuales son
circunscritos en espacio y tiempo.
24
Fentress y Wickham (2003) señalan que al recordar nos representamos a nosotros mismos y nuestro entorno.
En la medida en que nos descubrimos, somos lo que recordamos.
25
Así como el tiempo es un continuum, según Elías (1984, 2010) también es una identidad, lo que desde nuestro punto
de vista no deja de ser integración de acontecimientos vitales, de situaciones vitales que constituyen un continuum.
258
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
de ellos para darles de comer y saber si comían o no. ¿Cómo me ibaς (...)”.
Marroni (2009) señala cómo la migración coloca a las abuelas y abuelos en una
situación distinta a la establecida, antes del partir de los nietos. La circunstancia es diferente
dependiendo del género. El género masculino atraviesa por mayores conlictos porque ellos
suelen ser desplazados de su rol paterno. En cambio las mujeres asumirán roles de mayor
participación con los hijos de las y los que se van: Sra. CM:
“(...) Como cuando se fue mi hija, pues, ella se fue con su esposo y la más chiquita nada más y
me dejaron aquí los niños, que eran dos niñas y un niño, siempre yo los tenia al pendiente (…)
pues yo digo que está mal, pues ¿vedaς, porque la familia esta acá y ellos allá (...)”.
En los relatos de las personas mayores sobre este fenómeno global, aparecen relejadas
formas en que la memoria recupera sentidos y signiicados tradicionales en torno a la familia,
son historias en las que ellos están inmersos afectivamente. Los adultos mayores tienen
expectativas cifradas sobre las hijas y los hijos, pues ellos constituyen su principal apoyo o
por lo menos de los que más esperanzas tienen. La representación de la vejez se vincula con
otras como las de la familia o el trabajo, para entender el por qué tienen o no apoyo de las y
los hijos. Si la migración se interpone entre las expectativas, la forma de comprenderla será
recuperando los contenidos de sus representaciones (Ramos, 2009; Ávila y Torres, 2010).
Además, serán vinculadas con la identidad y los roles familiares para reairmarseμ Sr. ABμ
“(…) en ese sentido yo digo una cosa, aunque se case un hijo no deja de ser hijo de un padre y
si lo tiene debe de ver por él hasta el in. Si está en Estados Unidos quiere decir que esta allá en
mejor para la vida y forma de que, tiene más forma para ayudar a aquella persona y primeramente
Dios ayudando a sus padres (…) la familia debe de vigilar que (el padre) ande limpiecito, bien
comido, su pelo bien cortado, que ande afeitadito (…)”.
δa narración ejempliica cómo construyen la vejez y su representación vinculada con la
experiencia, otros signiicados y el sentido común. Relejan la idea que tienen sobre la migración.
Asimismo, muestran diferencias de género y roles, al tiempo que evidencia la importancia del
apoyo de las(os) hijos y la función del cuidado. El punto de vista del entrevistado, también
es ejemplo del crisol que es la vejez y cómo la familia y la migración son incorporadas a la
representación de la edad. En los relatos aparece una respuesta al por qué emigran los hijos
e hijas hacia los EUA y cuál es su relación con las expectativas.
A partir de la narración que nos compartieron los adultos mayores de Michoacán pueden
asumirse algunas consideraciones. Por ejemplo, la migración es una situación que modiica
e incide sobre las expectativas de apoyo, impacta las relaciones intrafamiliares y conlleva
afectividad. Para la mayoría de las personas mayores, la posibilidad de no recibir apoyo de
los hijos(as), nietos(as) o quedarse solos está fuertemente relacionada con el abandono. Para
ellos es muy próxima la posibilidad entre envejecer y ser abandonado, con mayor preocupación
259
si se considera la percepción que tienen de la migración; ésta es vista como un acontecimiento
que trastoca las condiciones de vida y con la incertidumbre de perder el contacto con las y los
hijos, quienes dan sentido de identidad a los padres. Sra. NV: “los padres se están quedando
solos, a veces hasta con la familia que dejaron (los hijos)…No hacen nada ni aquí ni allá y
olvidan a la familia”.
Así como la familia está construida por acontecimientos fundacionales y de memoria
compartida, la falta de contacto y apoyo también impactan la dimensión afectiva, pueden
originar experiencias como el olvido, el abandono, la soledad, la tristeza, entre otras. El “olvido”
precisa ser analizado relativo a la continuidad y la identidad. Un padre (o madre) abandonado
por los hijos, es un padre olvidado al igual que los hijos que se quedan, son hijos(as) olvidados.
El olvido es una forma de ruptura con el continuum o por lo menos una reconiguración. Cuando
se olvida es porque ya no se recuerda, no se reconstituye con el mismo sentido que tuvo
en el pasado. Al esforzarse por recordar ‘algo’ éste es movilizado desde donde está, quizás
implicado en la identidad o en la memoria compartida. Para Fernández-Christlieb (2002), el
olvido aparece cuando la rapidez deviene objeto por derecho propio, por la rapidez se comienza
a dejar todo atrás. Halbwachs (2004a) sostiene que el olvido tiene lugar cuando los vínculos
afectivos de grupo se pierden y para evocar es necesario que los recuerdos estén vinculados a
los grupos o comunidad que son el marco contextual. Si la identidad de ambos (madre y padre)
es vulnerada en momentos críticos −como lo es la migración de sus hijos− entonces ellos
buscan una explicación de lo que está sucediendo. Recurren a palabras, símbolos, afectos,
emociones y sentimientos que circulan en el medio social y parecieran explicarla.
Las razones aducidas por lo general son de tipo afectivo, la afectividad es entonces
foco referente ante circunstancias incomprensibles. Vinculada a los acontecimientos y con el
tiempo, la afectividad es más observable cuando ambos padres perciben una mayor distancia
y tienen menor contacto con las y los hijos. La migración no es clara para algunas de las
personas entrevistadas y la idea que tienen al respecto, es resultado del sentido común o de
las opiniones que escucharon en el espacio público como las calles, el mercado, la tienda, en
las reuniones familiares e incluso son ideas basadas en los relatos de quienes han emigrado y
regresaron. Estas ideas vagas están presentes cuando se ven obligados a enfrentar la partida,
luego el acontecimiento es confuso, no se encuentran las respuestas. A partir de entonces la
afectividad se despliega y comienza a incorporarse.
Los distintos sentimientos y emociones originados por la partida son el sufrimiento, la
tristeza y la soledad, entre otros, pero su intensidad se produce en la medida que cambia las
expectativas de la familia y los hijos, además de las diferencias de género. Para las mujeres
la migración puede ser un acontecimiento casi inexplicable, pero sus emociones son más
evidentes; en los hombres puede observarse una mayor aceptación por la posibilidad del
empleo y por ser hijos que a su vez son padres, vinculada al rol de principales proveedores de
260
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
la familia26.
La relación entre vejez, memoria y afectividad, en el contexto de la migración, es construida
y articulada a partir de la familia por ser la principal afectada. Si la vejez está constituida de
memoria compartida, se debe en gran medida porque mantiene en curso la construcción de la
familia. Por lo general la vejez es considerada una etapa donde las emociones y sentimientos
como la tristeza, depresión y soledad, son más pronunciados. Sin embargo, es una idea
errónea porque ante situaciones críticas, cualquier respuesta individual conlleva emociones,
sentimientos y afectos. Todos estamos hechos de afectividad, como todos estamos hechos
de memoria. Cuando se vive una situación donde existe incertidumbre y desconianza sobre
el estado presente y la vida futura, surge el temor que afecta la estabilidad y calidad de vida
de los ancianos. Con base en nuestra experiencia de trabajo con adultos mayores, pensamos
que la migración de los hijos(as) es una situación donde las emociones son enfocadas en la
travesía y sus peligros −lo que genera sentimientos de angustia y sufrimiento− así como en la
inminente falta de contacto directo con los hijos, principalmente. La posibilidad de no volver a
ver a sus hijos signiica perder apoyo, aloran sentimientos de tristeza y soledad. Sra. DAμ
“Como él (hijo) que se me fue, yo no quería que se fuera, porque él ya me había comentado que
se quería ir, pero pues como yo no lo dejé, o sea que yo le dije a su papá que no le consiguiera
dinero, que no, porque yo no quería que se fuera. Por lo que me platicaban, pues, los peligros que
corren al irse para allá y él de todos modos agarró y se fue y ni avisó siquiera (…)”.
Es una realidad que los migrantes establecidos en los EUA construyen redes sociales
de apoyo –donde luye además del apoyo material, lo afectivo− aunque también es real que
para las personas mayores no signiica lo mismo estar lejos que cerca, ya que prevén la
posibilidad de necesitar de las hijas e hijos ausentes en momentos críticos, por ejemplo, padecer
alguna enfermedad (Meza y Ramos, 2012; Meza et. al, 2013). Los que tienen posibilidades
de viajar a los EUA lo hacen principalmente por ver a sus hijos, por la necesidad del contacto
directo y no por querer ir a un país que, pese a los esfuerzos para impedirlo, les ha quitado
a las hijas e hijos, quienes son los que dan sentido a su rol de padres o madres. Sra. NV:
“(…) yo el ir, más que nada el ir es por uno (un hijo) que no tiene papeles y él tiene como, ¿quéς
9 años que se fue y por eso he ido también. Los otros, mire, todos tienen papeles, todos trabajan,
si quieren me vienen a ver y el que no tiene, ese sí, hasta que tenga papeles, si Dios le da licencia
que le den pues bueno, ya no hay tanta urgencia, pero mientras él no tenga pus tendré que ir,
pero para mí no es bonito allá (…)”.
26
Para profundizar al respecto, véase el trabajo de Ávila y Torres (2010). La representación social del abandono
en la vejez y las percepciones sobre la falta de apoyo social muestran diferencias en relación con el género. Las
mujeres suelen expresar más los afectos y sentimientos implicados en el abandono que los hombres. Ellos pueden
justiicar la falta de apoyo de las y los hijos, por las obligaciones familiares y laborales (Ramos, β00λ). De igual
forma en otros estudios en los que hemos colaborado, se ha identiicado la diferencia entre las representaciones
sobre la migración y sus consecuencias, en función del género (Meza et al., 2013).
261
¿Qué es la migración sino un acontecimiento crucial en la vida de las familias y de las
identidadesς El migrar lleva consigo la posibilidad del olvido. Contra ese riesgo la gente que
emigra hacia los EUA se esfuerza por no perder sus lazos, sentir la cercanía de su familia,
acortar distancia, trata de seguir compartiendo un mismo idioma y los mismos sentimientos. El
migrante no deja de ser hijo o hija, padre o madre, es vecino o un amigo, por esos vínculos es
inevitable sentir su partida. Sin embargo, ser una persona olvidada es el peor de los escenarios
posibles para los adultos mayores, es sentir soledad, signiica la imposibilidad de ser padre o
madre para un hijo, el apoyo, la compañía, dejar de ser. No importa si los hijos e hijas tienen
que partir pero que no se olviden de ellas y ellos. Si los hijos(as) están ausentes, a pesar de
la distancia permanecen los sentimientos de su partida. La forma más dramática de sentir la
partida sería ser olvidados y olvidar. No obstante, para los entrevistados quedan muy claros los
límites y las distancias. Si las hijas e hijos emigran no importa tanto la distancia geográica como
los signiicados y sentido de las cosas. Si todo sigue igual, si continúan siendo familia, si los
roles de género se reairman, si el contacto permanece, si las expectativas se mantienen, por
más corta que sea la distancia la memoria es distinta. δas fechas signiicativas, el nacimiento
de los nietos, los logros compartidos, todo va incorporándose en la memoria de la partida y
constituye una de las formas de continuidad. Así puede ser más fácil justiicar el partir hacia
otro país, es decir, cuando existen motivos para emigrar y un sentido compartido. Sra. MSA:
“Pues hay veces que se van porque no tienen trabajo, que a ver si hacen algo mejor que aquí, se
compran un lotecito o hacen su casita, porque bueno, al menos el mío (hijo) quería terminar su
casita y ya a ver si se viene (…)”.
Aunque es inminente la reestructuración de la familia como uno de los impactos de la
migración, ésta consecuencia no elimina todo lo expuesto hasta aquí. Las personas mayores
serán afectadas y tendrán que apoyar a la nuera y a los nietos, pero la nueva coniguración
los sitúa como protectores y proveedores. Es verdad que por el mismo fenómeno mundial
con frecuencia las mujeres se quedan solas, pero también lo es que las abuelas y abuelos
son el apoyo fundamental (Marroni, 2009). Si la memoria y la afectividad no son construidas
en tiempo presente sino conigurando el pasado, cualquier reconiguración de la familia no
puede ser una alternativa ni logra restituir la coniguración anterior. Por otra parte, un simple
ajuste no despertaría sentimientos tan profundos ni es parte de la memoria; empero, como
acontecimiento es integrado en la historia de vida en cada uno de los afectados, forma parte
de la historia familiar y es incluida en su identidad.
Si la memoria es un resultado social, lo es porque es construida en función de los demás y
el mismo razonamiento aplica a los recuerdos. Las personas mayores guardan en la memoria
este tipo de acontecimientos como momentos cruciales de su vida y de sus respectivas familias,
son recuerdos reconigurados ante cada suceso, bueno o malo que la migración conlleva.
Muchos abuelos (as) atesoran cartas, fotografías, monedas, telegramas, objetos e imágenes
262
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
que dan cuenta del acontecimiento, memorizan las fechas y recuerdan las condiciones en que
sus hijos partieron de su tierra natal. Ellos construyen una perspectiva especíica del suceso
como padres o madres; compartirán con la nuera, el yerno y los nietos, los recuerdos del partir
y el avatar, pero no será el proceso idedigno.
Para las mujeres que ven partir a su pareja, la experiencia es distinta que la de madres
y padres: “Como sea, ellas y ellos nunca dejan de ser padres, ellas y ellos nunca dejan de ser
hijas e hijos”. Algunas parejas se divorcian por no compartir la decisión de emigrar, la relación
se diluye. Por lo general son las mujeres quienes al ser abandonadas tienen que reconigurar
su vida y el sentido de la misma, superar la decisión crucial. Pero ser padre o madre o ser hijo,
es un vínculo que no se rompe por una decisión. Esta idea es común en los adultos mayores
lo que produce una perspectiva singular del acontecimiento. Existe una trayectoria de vida
compuesta por recuerdos y afectos compartidos, construida a partir del signiicado social de la
familia. Se trata de un proceso que ninguna persona mayor decide sino que está determinado
por el contexto social. Por ende, la gente recuerda hechos y personas vinculadas con su
identidad y cultura generacional (Middleton y Edwards, 1992a).
A modo de conclusión: “dicen que la distancia es el olvido”
Para inalizar es necesario destacar que los recuerdos y la memoria remiten a un mundo integrado
que se extiende más allá del sí mismo (εiddleton y Edwards, 1λλβa). El signiicado atribuido
a los objetos y fechas, los afectos experimentados por la migración y su reconiguración, son
procesos relativos a los grupos sociales y la identidad. En éste sentido, desglosamos las formas
especíicas que vinculan a los adultos mayores con sus hijos ausentes-migrantes por medio
de la afectividad y la memoria. No sabemos si este objetivo fue cubierto satisfactoriamente,
esperamos que el lector logre enfocarlo así. Debemos admitir que nuestro objetivo pretendió
nutrirse de las experiencias que algunas personas mayores nos compartieron por medio de
pláticas y escuchar sus relatos. Son personas insertas en un contexto social determinado y por
lo tanto, no representan todo el segmento poblacional de adultos mayores.
Entrever en su historia y relatos las formas mediante las cuales algunas personas
mayores de Michoacán, incorporaron la experiencia de la migración de sus hijos(as) en su vida
y cómo la construyen a partir de la afectividad y la memoria, fue un acercamiento interesante
para plantear varios puntos de análisis. No sabemos si el alcance de esta relexión los releja o
por lo menos aporta un punto de vista, pero sí destaca la importancia del tema. El acercamiento
con los ancianos(as) facilitó encontrarnos con su realidad, observar desde su horizonte y
emociones cómo se encuentra el problema de la migración en su pensamiento, cómo sintieron
el partir de las y los hijos, cómo la recuerdan y la reconstruyen. Si la vejez está compuesta de
memoria y afectividad, es muy probable que en ella no tenga cabida el olvido. Creemos que
los adultos mayores, aun cuando son los olvidados de las ciencias sociales en México, ellos no
263
viven en el olvido. Las personas mayores no son tema de moda dentro de los estudios sobre
la migración, no representan una experiencia tan “signiicativa” como la que tienen las mujeres
o los hijos(as) de los migrantes. Sin embargo, ellos existen y nos dan señales de ser uno de
los pilares de la memoria compartida, a pesar de las distancias y los espacios, porque también
son una red de apoyo para las hijas e hijos que se van.
Ellas y ellos, personas mayores, no están hechos de olvido. Si así fuera y sin importar
las distancias, ya hubieran olvidado quiénes son sus hijos, de quiénes son padres, pero
no lo hacen porque las generaciones que ahora viven la vejez son portadoras de sentido y
signiicados arraigados sobre la familia, sus roles y normasν a su manera, se esfuerzan por darles
continuidad. Si no lo hicieran ¿qué sería de ellosς ¿Olvidoς Aun cuando los hijos migrantes
puedan olvidarlos, ellas y ellos los siguen sintiendo, los reieren puesto que su identidad como
padre o madre depende de ellos. ¿Qué haría un padre o una madre si estuviera en la posición
de los entrevistadosς Por lo general son personas que no tienen una elevada escolaridad,
viven en situación de pobreza, con necesidad apremiante de obtener ingresos, la mayoría sin
seguridad social, sin apoyo social, sin muchas redes de apoyo. ¿Qué harían si olvidan a sus
hijos que se fueron a los EUAς Dejarían de sentir, dejarían de tener gran parte de su memoria.
No sabemos si la distancia implica olvido −como reza la canción popular− lo que sí sabemos
es que la lejanía implica afectividad y memoria: cuanto más grande es la distancia se produce
una mayor necesidad de recordar. Entre más lejos necesiten mirar para reconocer el camino
andado o para visualizarlo hacia adelante, la necesidad de las personas mayores por recordar
y hacer memoria es muy grande. Más que recordar como un acto en soledad es un ejercicio de
conversación. Desde éste punto de vista podríamos considerar que la relexión ya expuesta ha
estado inmersa en la práctica socrática del diálogo y la ilosofía del lenguaje.
La memoria está hecha de conversaciones, los recuerdos son conversaciones con
otros, es el territorio donde se reconstituyen y tienen sentido las identidades27. Si no fuera por
el diálogo ¿Cómo se recordaríaς, ¿A quién o qué se recordaríaς ¿Puede recordarse ‘algo’ que
no esté relacionado con los demásς Incluso olvidar es una cuestión de grupos, es una cuestión
social. δos signiicados y las prácticas mantienen la memoria de las tradiciones y las costumbres.
Cuando son olvidadas signiica que la memoria se perdió. Por ello iniciamos nuestra relexión
resaltando la transnacionalización a in de subrayar que la migración trasciende fronteras e
incluye aspectos simbólicos y culturales, en virtud de los cuales se tiene contacto con el país de
origen, la familia y la comunidad. El migrante es resultado de la cultura y portador de ella. En tal
perspectiva y contexto, las personas mayores juegan un papel importante porque en la familia
reestructurada ellos son quienes la cuidan, son una red de apoyo, un contacto permanente
y son las iguras que mantienen los recuerdos, la memoria de la familia y la comunidad.
No obstante, la migración de los hijos confronta a las personas mayores con su propia
27
Middleton y Edwards (1992) sostienen que los recuerdos son conversacionales y que los hablantes participan
de una conversación a partir de lo que entienden y recuerdan. El hablar viene modiicado muchas veces por la
memoria colectiva. Fernández-Christlieb (2002) relaciona de igual forma los recuerdos y la memoria con el lenguaje.
264
Afectividad y memoria de los personas mayores en torno a la migración...
situación, los expone a la necesidad de entender la vida de ser migrante y construir formas que
permitan dar continuidad a su rol y mantener a la distancia la tradición. Los adultos mayores son
auténticos “guardianes de la tradición familiar” (para evocar a Giddens). Ellos en mucho contribuyen
al mantener viva la memoria, la que permite acortar distancias, borrar los límites y para lograrlo
la afectividad es un lujo o “correa de transmisión”. Cuando ‘algo’ no se puede decir, es inefable
pero se siente. Sentir es ‘algo’ que no siempre logra expresarse con palabras, solo se siente y ya.
Lo mismo pasa con la migración, es un acontecimiento que invade con sentimientos, pareciera
imposible hacer algo más, solo esperar a que los migrantes recuerden y no olviden. Sr. AT:
“(…), cuando se van, ya me da tristeza, porque digo, ya se van, ¿cuándo voy a volverlo
a ver otra vezς y piensa uno, pues de todos modos, este (…) (pausa) en ellos, porque uno
de todos modos, eh, yo digo que el padre no deja de pensar en ellos aunque ellos ya estén
unos hombres ya de edad, también de todos modos uno sigue siendo así, su padre de ellos
y le da a uno el mismo pendiente de cuando están grandes que cuando están chicos (...)”.
Fuentes de consulta
Belli, S., Iñiguez-Rueda, L. (2008). El estudio psicosocial de las emociones: una revisión y discusión de
la investigación actual. Revista de Psico, 39, (2), Recuperado de http://revistaseletronicas.pucrs.
br/ojs/index.php/revistapsico/issue/current pp. 139-151.
Belli, S. (2009). La construcción de una emoción y su relación con el lenguaje: revisión y discusión de
un área importante de las ciencias sociales. Revista Theoria, 18(2), 15-42. Recuperado de http://
www.ubiobio.cl/miweb/webile/media/1λ4/v/v18-β/0γ.pdf
Dubar, C. (2002). La crisis de las identidades. La interpretación de una mutación. Madrid: Bellaterra.
Elias, N. (1984, 2014). Sobre el tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.
Fentress, J. y Wickham, C. (2003). Memoria Social, Frónesis. Universitat de Valencia.
Fernández-Christlieb, P. (2002). Psicología colectiva e historia y memoria. En Flores (Coord.). Senderos
del pensamiento social, (pp. 37-54) México: Ediciones Coyoacán.
Fernández-Christlieb, P. (2007). La hechura de los sentimientos. En M. Aguilar y A. Reid. (Coords.).
Tratado de Psicología Socia, (pp. 281-298). Barcelona: Anthropos-UAM.
Gergen, K. (1996). La emoción como relación. Realidades y Relaciones. Barcelona: Paidós, 259-288.
Halbwachs, Maurice (2004ª). La memoria colectiva. Zaragoza: Prensas Universitarias.
Halbwachs, M. (2004b). Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Anthropos.
265
Harré, R. (2003). The social construction of emotion. En M. Gergen y K. Gergen. Social construction, a
reader (pp. 146-148). Londres: SAGE.
Hepworth, M. (1998). Ageing and emotions. En G. Bendelow y W. Simon. Emotions in social life, critical
themes and contemporary issues. Nueva York: Routledge.
Leco, C. (2009). Migración indígena a Estados Unidos. Purhépechas en Burnsville, Norte Carolina.
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Martínez, T., Ramos, J., Navarro, G. y Meza, A. (2010). La comida como puente imaginario entre México
y Estados Unidos de Norteamérica. En S. Rivera, R. Díaz, I. Reyes, R. Sánchez y L. M. Cruz
(Coords.). La Psicología social en México, Vol. XIII (pp. 89-94). México: AMEPSO.
Meza, A., Magallán, I., Ramos, J., Luna, F., Ávila, U., Avelino, I. y Martínez, G. (2013). Calidad de vida:
percepciones y representaciones en personas mayores del Estado de Michoacán, México. Revista
educación y desarrollo, Guadalajara: Universidad de Guadalajara, (24), 29-36.
Meza, A. y Ramos, J. (2012). La situación de los adultos mayores del Estado de Michoacán: condiciones de
salud, socioeconómicas, materiales, apoyo social y percepciones sobre su calidad de vida. En Martínez,
Diana (Coord.), Caleidoscopio Migratorio, Morelia, México: UMSNH-UAZ-CONACYT-COECYT.
Middleton, D. y Edwards, D. (1992ª) Introducción. En D. Middleton y D. Edwards. Memoria compartida,
la naturaleza social del recuerdo (pp. 17-37). Barcelona: Paidós.
Middleton, D. y Edwards, D. (1992b). Recuerdo conversacional, un enfoque sociológico. En D. Middleton
y D. Edwards. Memoria compartida, la naturaleza social del recuerdo, (pp. 17-37). Barcelona: Paidós.
Mummert, G. (1999). Juntos o desapartados: migración internacional y fundación del hogar. En G.
Mummert. Fronteras fragmentadas. México: El Colegio de Michoacán-CIDEM.
Portes, A. y Rumbaut, R. (2010). Religión, la presencia duradera. En A. Portes y R. Rumbaut. América
inmigrante (pp.239-272), Sevilla.
Ramos, J., Meza, A., Maldonado, I., Ortega, P. y Hernández, T. (2011). Aportes para una conceptualización
de la vejez. Revista educación y desarrollo, Guadalajara: Universidad de Guadalajara, (11), 47-56.
Ramos, J, Meza, A. y Ortega, P. (2008). Una perspectiva de la Vejez. Experiencia de aprendizaje
desde un programa de atención. Revista Educación y Desarrollo. Guadalajara: Universidad de
Guadalajara, (12) 47-55.
Ramos, J. (2009). El abandono y la vejez: un estudio de representaciones sociales en personas mayores
de 60 años de la ciudad de Morelia. (Tesis inédita de Maestría en Psicología Social). Universidad
Autónoma de Querétaro.
Ramos, E. (2012). Dolor y gozo: la estructura psíquica de las familias transnacionales. Revista migración
y desarrollo. Red Internacional de Migración y Desarrollo, 10(18), 165-185.
Sassen, S. (2003). Los espectros de la globalización. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Sassen, S. (2007). Una sociología de la globalización. Buenos Aires: Katz Editores.
266
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
Torres Castro Sara, Ruiz Espíndola Juan Carlos,
Mena Montes Beatriz, Torres Carrillo Nora Magdalena
Resumen
El proceso de envejecimiento de la sociedad ha propiciado un nuevo enfoque al respecto para
su atención. La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (2002), incorpora y
reconoce el principio de la equidad que implica el trato proporcional y justo de hombres y mujeres,
sin hacer distinciones para el bienestar, la corresponsabilidad y la atención preferente. Esta ley
pone énfasis en la integridad, dignidad y preferencia orientadas hacia una vida de calidad, es
respetuosa de la integridad física, socioemocional y sexual, además de mandatar protección
ante toda forma de explotación, violencia, discriminación, por ser un problema que requiere
ser atendido por la familia, la sociedad y las autoridades de todo nivel político. Este trabajo
tiene como objetivo revisar el marco jurídico actual sobre el maltrato a las personas adultas
mayores en México, bajo la expectativa de incorporar a la agenda pública: la erradicación y
prevención del maltrato a los adultos mayores, con la inalidad de evitar la violación de sus
derechos humanos.
Palabras Clave
Maltrato, adulto mayor, legislación.
Introducción
E
l proceso de envejecimiento de la sociedad ha propiciado un nuevo enfoque acerca del adulto
mayor. En la actualidad hacer referencia al maltrato en adultos mayores y la necesidad de
revisar el marco jurídico sobre sus derechos parece contradictorio, ya que muchos de ellos son
personas activas: algunos desempeñan una actividad en la economía informal (INEGI, 2005: 96) o
son jubilados, otros tienen expectativas de educación, o se ejercitan en gimnasios y se encuentran
empoderados dentro de su hogar. Sin embargo, el maltrato frecuentemente no es reconocido,
quizás porque existe un deiciente registro e incomprensión del problema (Giraldo, β010μ 86).
268
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
Históricamente el maltrato del adulto mayor fue identiicado clínicamente por un médico
británico, quien lo dio a conocer por medio de su publicación en 1975, con la denominación de
abuela apaleada, granny bashing (Burston, 1λ75). Durante las últimas cuatro décadas −inales
del siglo XX y primeros años del XXI− organismos nacionales e internacionales han hecho
esfuerzos para que sea reconocido como un problema que afecta la salud física y mental de las
víctimas (OMS/INPEA, 2002). El interés que el problema ha suscitado cada día aumenta más
entre antropólogos, sociólogos y abogados, aunque frente al problema se tiene la convicción
de que la sociedad desde sus diversos ámbitos de competencia debe aportar soluciones. El
presente trabajo se propone como objetivo revisar el marco jurídico del maltrato a personas
adultas mayores en México y aportar algunas consideraciones.
I. Deinición de maltrato en adultos mayores
δa Declaración de Toronto en β00β, acordó la deinición del “εaltrato de personas mayores
como acción única o repetida, o falta de respuesta apropiada que ocurre en cualquier relación
donde existe una expectativa de conianza y la cual produce daño o angustia a una persona
anciana”(OεS, β00βμ3).
Tipos de maltrato en personas adultas mayores
Existen varios tipos de maltratoμ físico, psicológico/emocional, sexual, inanciero o simplemente
los que relejan un acto de negligencia intencional o por omisión.
Maltrato físico
Se trata del “Daño corporal, dolor o deterioro físico, producidos por fuerza física o violencia
no accidental” (εoya y Barbero, β005μ β5). Algunas formas del maltrato físico sonμ mediante
empujones, golpes, forzar a la persona a comer o beber algo, obligarlo a estar en una postura
física inapropiada, sujetar o atar, pellizcar, quemar con cigarrillos o líquidos, jalonear el cabello,
zarandear, derramarle comida o agua encima y abuso sexual.
Este tipo de abuso puede ser identiicado por cualquier lesión incompatible con el relato
testimonial o porque no fue tratada correctamente, las lesiones pueden ser observadas como
laceraciones, cortes, heridas punzantes, magulladuras simétricas, fracturas, hematomas en la
piel con distintos estadios de evolución, lesiones en áreas escondidas del cuerpo, déicit de
higiene cutánea, ropa o cama sucia, pérdida de peso inexplicable, quemaduras con cigarrillos,
estufas, cáusticos, por fricción, así como errores reiterados en el suministro de la medicación,
cambios inesperados del comportamiento, entre otros (Moya y Barbero, 2005).
269
Maltrato psicológico
Consiste en verbalizaciones denigrantes contra los adultos mayores o conductas que atentan
contra su dignidad (De la Cuesta, 2001), por ejemplo, provocarles angustia emocional, estrés, o
generar situaciones en detrimento de su identidad y autoestima. El maltrato “supone la negación
del valor personal del mayor, ignorar o contrariar de modo expreso sus deseos, no respetar
su intimidad y obstaculizar el contacto con sus referentes afectivos” (De la Cuesta, β001μγ0).
Maltrato económico
Es la “utilización no autorizada, ilegal o inapropiada de los fondos, propiedades o recursos
materiales de una persona mayor” (εoya y Barbero, β005μ β5). Algunos rasgos que lo indican
sonμ pérdida inexplicable de dinero o cheques, irmas en documentos que no se parecen
a la suya (justiicadas aduciendo que ya no puede escribir bien) cambios repentinos en las
disposiciones del testamento, transmisión de poderes cuando el anciano no es capaz de tomar
decisiones, desconocimiento acerca del estado inanciero de su cuenta o preocupación por
el mismo, inusitado interés del cuidador por hacerse cargo de la persona mayor, queja de la
persona mayor por tocar sus efectos personales sin autorización, desaparición de joyas, falta de
confort que no corresponde a su nivel socioeconómico, principalmente (Moya y Barbero, 2005).
Maltrato Sexual
Son todos los comportamientos (gestos, insinuaciones, exhibicionismo, etcétera) o cualquier
forma de contacto sexual, intentado o consumado y no consentido, o con personas incapaces
de dar consentimiento. Puede detectarse a partir de algunos signos: hematomas en las mamas
o en áreas genitales, infecciones genitales o venéreas inexplicables, sangrados vaginales o
anales inexplicables, manchas de sangre en la ropa interior, queja de asalto sexual o violación
(Moya y Barbero, 2005).
Negligencia, prevalencias y facores asociados al maltrato
La negligencia es el “rechazo, negativa o fallo para iniciar, continuar o completar la atención de
las necesidades del cuidado de una persona mayor, ya sea voluntaria o involuntariamente, por
parte del responsable (de forma implícita o acordada) de su cuidado” (εoya y Barbero, β005μ
25). En estudios sobre la prevalencia del maltrato en personas adultas mayores a nivel mundial
(Cooper et. al., 2008), los resultados oscilan de 3% a 27.5%. Según datos de la Encuesta del
Maltrato a Personas Adultas Mayores en México, la prevalencia es de 16.2 % (Giraldo, 2006).
Entre los factores relevantes fueron encontrados, el género (femenino), la edad mayor
a 70 años, el estado civil divorciado o separado, el bajo nivel de escolaridad y en ocupación
quienes se dedican al hogar (Lach, 1997; Dyer, 2000; Campbell, 2001; Shugarman, 2003;
Iborra, 2008; y Ruelas, 2009). Los factores relativos a la salud física y mental fueron hallados
270
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
principalmente asociados con la comorbilidad (Shugarman, 2003; Ruelas, 2009), discapacidad,
dependencias física y mental (Giraldo, 2014; Pérez, 2008), lesiones evidentes (Ruelas, 2009),
alcoholismo, incontinencia, (Shugarman, 2003), depresión y demencia (Iborra, 2008; Pérez,
β008 Dyer, β000). Otros factores detectados están relacionados con el peril del cuidador
asociados con estrés, ansiedad, sobrecarga, depresión (Pérez, 2008; Iborra, 2008) expresión
de ira, abuso de sustancias adictivas y de alcohol (Iborra, 2008), además de otros factores no
menos importantes del ambiente como la cultura de la violencia (Iborra, 2008), escaso apoyo
social y baja calidad de las relaciones (Ruelas, 2009; Pérez, 2008).
II. Leyes federales y Leyes de la Ciudad de México que protegen a las personas adultas
mayores víctimas de maltrato (1917-2002)
México cuenta con más de 40 leyes que protegen a las personas adultas mayores víctimas
del maltrato. Son identiicadas cinco δeyes federalesμ δa Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos (1917); Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar
(1996); Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007); Ley
General de Salud (1984); Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (2002).
β.1 Constitución Política de los Estados Unidos εexicanos. Gaceta Oicial de la
Federación. 5 de Febrero, 1917.
“Artículo 1. […] queda prohibida toda discriminación motivada por el origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones
de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que
atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos
y libertades de las personas. Con esta disposición se protegen los derechos humanos de
todos los miembros de la sociedad mexicana”.
β.β δey de Asistencia y Prevención. δey de la Violencia Familiar. Gaceta Oicial del
Distrito Federal, 8 de julio de 1λλ6. Diario Oicial de la Federación, λ de julio de 1λλ6
Aunque se trata de una ley local, exclusiva para la Ciudad de México, es bastante ilustrativa y
deine lo que debe entenderse por maltrato.
“Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se entiende por:
I. Generadores de violencia familiar: Quienes realizan actos de maltrato físico, verbal,
psico-emocional o sexual hacia las personas con las que tengan o hayan tenido algún
vínculo familiar;
II. Receptores de violencia familiar: Los grupos o individuos que sufren el maltrato físico,
verbal, psicoemocional o sexual en su esfera biopsicosexual; y
271
III. Violencia familiar: Aquel acto de poder u omisión intencional, recurrente o cíclico,
dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o
sexualmente a cualquier integrante de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar,
que tengan parentesco o lo hayan tenido por ainidad civilν matrimonio, concubinato o
mantengan una relación de hecho, y que tiene por efecto causar daño, que puede ser de
cualquiera de las siguientes clases:
A) Maltrato físico.- Todo acto de agresión intencional en el que se utilice alguna parte
del cuerpo, al.3gún objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño
a la integridad física del otro, encaminado hacia su sometimiento y control;
B) Maltrato psicoemocional.- Al patrón de conducta consistente en actos u
omisiones repetitivos, cuyas formas de expresión son: prohibiciones, coacciones,
condicionamientos, amenazas, actitudes devaluatorias, de abandono y que
provoquen en quien las recibe, deterioro, disminución o afectación a su estructura de
personalidad. Todo acto que se compruebe que ha sido realizado con la intención de
causar un daño moral a un menor de edad, será considerado maltrato emocional en
los términos de este artículo, aunque se argumente como justiicación la educación
y formación del menor.
C) Maltrato sexual.- Al patrón de conducta consistente en actos u omisiones reiteradas
y cuyas formas de expresión son: inducir a las personas mencionadas en la fracción
III del presente Artículo, a la realización de prácticas sexuales no deseadas o que
generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la
pareja que generen un daño. Así como los delitos a que se reiere el δibro Segundo,
Parte Especial, Título Décimo Quinto del Código Penal para el Distrito Federal,
es decir, delitos contra la libertad y la Seguridad Sexuales y el Normal Desarrollo
Psicosexual, respecto a los cuales la presente Ley sólo surte efectos en el ámbito
asistencial y preventivo”.
β.γ δey General de Acceso de las εujeres a una vida libre de Violencia. Diario Oicial de
la Federación. 1 De Febrero De 2007
Orientada a la protección y defensa de las mujeres, es una ley que por supuesto incorpora a
la adulta mayor, contiene dispositivos que pueden ser considerados e incorporados en otros
ordenamientos a in extenderla al gremio masculino.
“Artículo 5.- Para los efectos de la presente ley se entenderá por:
(…) VI. Víctimaμ δa mujer de cualquier edad a quien se le inlige algún tipo de violenciaν
(…) Artículo 12.- Constituye violencia docente: las conductas que dañen la autoestima de
alumnas mediante actos de discriminación por sexo, edad, condición social, académica,
272
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
limitaciones y/o características físicas, que les inligen maestras o maestros”.
β.4 δey General de Salud. Diario Oicial de la Federación, 7 de febrero de 1λ84
“Artículo 171. Los integrantes del Sistema Nacional de Salud, deberán dar atención
preferente e inmediata a menores de edad y ancianos sometidos a cualquier forma de
maltrato que ponga en peligro su salud física y mental.
Asimismo, proporcionarán atención a quienes hayan sido sujetos pasivos de la comisión
de delitos que atenten contra la integridad física o mental o el normal desarrollo
psicosomático de los individuos.
En estos casos, las instituciones de salud podrán tomar las medidas que sean necesarias
para la protección de la salud de los menores y ancianos, sin perjuicio de dar intervención
a las autoridades competentes”.
β.5 δey de los Derechos de las Personas Adultas εayores. Diario Oicial de la Federación.
25 de junio de 2002
“Artículo 22. Corresponde al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, garantizar
a las personas adultas mayores:
…
VI. La denuncia ante las autoridades competentes, cuando sea procedente, de cualquier
caso de maltrato, lesiones, abuso físico o psíquico, sexual, abandono, descuido o
negligencia, explotación, y en general cualquier acto que perjudique a las personas
adultas mayores;
…
Artículo 50. Cualquier persona que tenga conocimiento del maltrato o violencia contra las
personas adultas mayores deberá denunciarlo ante las autoridades competentes”.
Leyes de la Ciudad de México (2000-2009)
Para la Ciudad de México de 2000 a 2009, se publicaron 6 leyes que contemplan la
protección de adultos mayores y las principales son: Ley de los Derechos de las Personas
Adultas Mayores del Distrito Federal (2000); Ley de Acceso para las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia del Distrito Federal (2008) y el Acuerdo A/009/2010 del Procurador
General de Justicia del Distrito Federal, por el cual fue instaurada la Agencia Especializada
en Atención a Personas Adultas εayores Víctimas de Violencia Familiar (β010)”.
273
2.6 Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el Distrito Federal. Gaceta
Oicial del Distrito Federal, 7 de marzo del β000.
“Artículo 28.- Corresponde al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en el Distrito
Federal, en materia de personas adultas mayores:
…
VII. Hacer la denuncia ante las autoridades competentes, cuando así proceda, por casos
de maltrato, lesiones, abuso físico o psíquico, sexual, abandono, descuido o negligencia,
explotación, y en general, todo acto que dañe a las personas adultas mayores”.
2.7 Código Penal del Distrito Federal. Gaceta Oicial del Distrito Federal. 16 de julio de
2002
“Capítulo VI. Explotación Laboral de Menores, Personas con Discapacidad Física o
Mental y Adultos Mayores.
Artículo 299 Bis.- Se impondrán de cuatro a dieciséis años de prisión y de cien a
seiscientos días de multa, al servidor público que no imponga una medida cautelar cuando
se encuentre en peligro la víctima u ofendido del delito de violencia familiar, delitos contra
la mujer, lesiones o se trate de la protección de niñas, niños o miembros de comunidades
indígenas, discapacitados o adultos mayores”.
2.8 Ley de Atención y Apoyo a las Víctimas del Delito para el Distrito Federal. Gaceta
Oicial del Distrito Federal. ββ de abril de β00γ.
“Artículo 15. La Procuraduría y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, en el
ámbito de su competencia respectiva, proporcionarán asesoría y protección a menores,
personas adultas mayores y personas discapacitadas en situación de víctimas u ofendidos.”
2.9 Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito
Federal (δGAεVδV). Gaceta Oicial del Distrito Federal. βλ de enero de β008.
“Artículo 3. Para efectos de la presente Ley se entenderá por:
IV. Discriminación contra las mujeres: Toda distinción, exclusión o restricción de las
mujeres por cuestiones de género, edad, salud, características físicas, posición social,
económica, condición étnica, nacional, religiosa, opinión, identidad u orientación sexual,
estado civil, o cualquier otro que atente contra su dignidad humana, a in de menoscabar
o anular el ejercicio de sus derechos;
X. Mujeres en condición de vulnerabilidad: Aquellas en situación de mayor riesgo de ser
víctimas de violencia por su raza, origen étnico, edad, discapacidad, condición social,
274
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
económica, de salud, embarazo, lengua, idioma, religión, opiniones, orientación sexual,
estado civil; cuando tengan la calidad de migrante, refugiada, desplazada o privada de
la libertad por mandato judicial; por ser víctima del delito de trata de personas, turismo
sexual, prostitución, pornografía, privación de la libertad o cualquier otra condición que
anule o menoscabe su derecho a una vida libre de violencia;
XIX. Víctimaμ δa mujer de cualquier edad que sufra algún tipo de violencia”.
III. Acuerdo número A/009/2010 del Procurador General de Justicia del Distrito Federal,
por el que se crea la Agencia Especializada para la Atención de las Personas Adultas
Mayores Víctimas de Violencia Familiar. Gaceta Oicial del Distrito Federal, 9 de abril
del 2010
“Primero.- Se crea la Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas
Mayores Víctimas de Violencia Familiar, adscrita a la Fiscalía de Procesos en Juzgados
Familiares.
…
Tercero.- La Agencia Especializada conocerá de los hechos de violencia familiar en los
que se encuentren involucradas personas adultas mayores como víctimas u ofendidos,
iniciando, integrando y determinando las indagatorias correspondientes
…
Quinto.- La Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas Mayores Víctimas
de Violencia Familiar, proporcionará asesoría jurídica en asuntos del orden familiar a las
personas adultas mayores que lo soliciten, y en su caso, las canalizará a las instituciones
correspondientes”.
3.1 Ley del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal. Comité Coordinador
para la Elaboración del Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos del Distrito
Federal agosto de 2009
“Artículo 4.- Toda persona o grupo de personas que habiten o transiten en el Distrito
Federal son titulares de los derechos humanos reconocidos por la Constitución Política de
los Estados Unidos εexicanos, en los tratados internacionales irmados y ratiicados por
México y las leyes aplicables al Distrito Federal. Su ejercicio implica deberes correlativos
de respeto a los derechos de los demás”.
3.2 Leyes estatales en México (1999-2015)
En México están contempladas 30 leyes vigentes en 30 entidades del país (anexo 1), por
orden cronológico la primera corresponde al estado de Yucatán: Ley para la Protección
275
Social de las Personas en Edad Senescente, cuya publicación fue el 13 de agosto de 1999;
mientras que la ley estatal más reciente, publicada el 9 de diciembre de 2015, es la Ley de los
Derechos de las Personas Adultas Mayores de Nayarit. Con base en esta información puede
airmarse que en εéxico existe una cobertura territorial amplia en materia de derechos de los
adultos mayores. Sin embargo, es necesario profundizar sobre cada una de estas leyes, ya
que algunas son muy generales y otras muy particulares; por ejemplo, la Ley de Desarrollo,
Protección, Integración Social y Económica del Adulto Mayor del estado de Jalisco, reconoce
el derecho de las personas mayores de setenta años de edad que no tengan ingresos y se
encuentren sin la protección de los sistemas de seguridad social del estado o de la federación,
a ser beneiciados con una pensión alimenticia. Cabe destacar que cada ordenamiento de
las 30 leyes locales, es representativo de la protección y los mecanismos que garantizan los
derechos de las personas adultas mayores, cuya confección está orientada hacia ese objetivo.
No obstante, algunas leyes hacen referencia precisa a la integración social y económica de
los adultos mayores y otras enfatizan sólo la atención, por ejemplo, la Ley de Atención a las
Personas Adultas Mayores del estado de Tlaxcala, 2006.
3.3
Ámbito de aplicación de las leyes que protegen a las personas adultas mayores
víctimas de maltrato
En relación con las disposiciones federales contenidas en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, el Artículo 1° indica que está prohibida toda discriminación motivada por
la edad o cualquier otro motivo que atente contra la dignidad y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades. Esta disposición constituye el sustento jurídico que
garantiza las condiciones materiales y legales para proteger los derechos humanos, a favor de
los adultos mayores que sean víctimas del maltrato.
En la Ciudad de México existen leyes como: la Ley de Asistencia y Prevención de la
Violencia Familiar, publicada el 8 de julio de 1λλ6 en la Gaceta Oicial del Distrito Federal y en
el Diario Oicial de la Federación el λ de julio del mismo año, la δey General de Acceso de las
εujeres a una Vida δibre de Violencia, publicada en el Diario Oicial de la Federación el 1º de
febrero de 2007, entre otras.
Es necesario analizar la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (2002),
que de conformidad con su artículo primero, es una ley de orden público, interés social y de
observancia general en los Estados Unidos Mexicanos, esto es, que tiene carácter federal
a in de garantizar los derechos de los adultos mayores, así como establecer las bases y
disposiciones para su cumplimiento mediante la regulación de:
a) La política pública nacional para la observancia de los derechos de las personas
adultas mayores;
b) Los principios, objetivos, programas, responsabilidades e instrumentos que la
administración pública federal, las entidades federativas y los municipios deberán
276
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
c)
observar en relación con la planeación y aplicación de la política pública nacional, y
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores.
Asimismo, en el Artículo ββ, fracción VI, dispone y especiica que corresponde al Sistema
para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) hacer la denuncia ante las autoridades competentes,
si es procedente, del caso de maltrato, lesiones, abuso físico o psicológico, sexual, abandono,
descuido, negligencia, explotación, y en general, cualquier acto que perjudique a las personas
adultas mayores. Por lo tanto, la ley secundaria determina que es el Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el organismo público que debe brindar atención ya que
tiene la atribución de solicitar la intervención de las autoridades competentes a in de garantizar
los derechos de las personas adultas mayores en caso de maltrato. El mandato es expreso,
sin embargo, la cuestión de fondo que está pendiente, es investigar si se está acatando la
orden de manera cabal y en la medida necesaria, es decir, si este sistema es suiciente para
atender la denuncia y canalizarla a la autoridad que le corresponde sustanciar o resolver.
Por otra parte, el Artículo 50 del ordenamiento en cita, establece la obligación de
cualquier persona que tenga conocimiento del maltrato o violencia inligida en personas adultas
mayores para denunciarlo ante las autoridades competentes. También está expresamente
mandatado por la ley que en el supuesto de que el agraviado no acuda ante la autoridad
competente o al DIF, puede ser cualquier otra persona la que denuncie el hecho cuando sea
testigo in fraganti del acto. Empero, los preceptos referidos aunque aparentan dar claridad
para denunciar el maltrato, se limitan a indicar o enunciar que los casos de maltrato serán
canalizados a la autoridad competente, esperemos que apliquen al mayor número de casos,
los probablemente pocos en los que sí se denuncia. En síntesis: nos referimos a que muchas
leyes son disposiciones de carácter general, el maltrato aplica a cualquier persona no solo al
adulto(a) mayor y constituye un delito que debe denunciarse, pero es necesario promover la
cultura de la denuncia y ésta se conseguirá si se tiene claridad sobre cuál es la institución que
en primera instancia atiende la denuncia del maltrato en adultos mayores.
Son diversos los ordenamientos jurídicos promulgados para otorgar protección a la
mujer a través de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
(LGAMVLV), la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres y la Ley General para la Igualdad entre
Mujeres y Hombres, además de considerar las disposiciones constitucionales. En materia de
leyes secundarias y para el tema especíico, es necesario destacar que la δGAεVδV tiene por
objetivo garantizar la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las
mujeres, promover su desarrollo integral y plena participación en todas las esferas de la vida
conforme a los siguientes principios: igualdad jurídica entre la mujer y el hombre, respeto a la
dignidad humana, no discriminación y libertad, entre otros.
¿En qué se centra la conducta violenta contra las mujeresς Cualquier acción u omisión
basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial,
277
económico, sexual o la muerte en el ámbito privado y público. Esto es, la ley especiica que
víctima es la mujer de cualquier edad a quien se le inlige violencia. Además la ley deine que
el empoderamiento es un proceso por el que las mujeres −en cualquier situación donde son
víctimas de opresión, desigualdad, discriminación, explotación o exclusión− transitan hacia un
estadio de conciencia, autodeterminación y autonomía, manifestado en el ejercicio del poder
democrático que emana del goce pleno de sus derechos y libertades.
La ley la protege contra cualquier acto de violencia, sea esta psicológica, física,
patrimonial, económica, sexual o cualesquiera otras formas análogas que lesionen o sean
susceptibles de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres. La Ley de Protección de
las Persona Adultas Mayores (2002), tiende a prevenir la violencia en el ámbito familiar (Artículo
7), considerada como el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar,
someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y
sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo Agresor tenga o haya tenido
relación de parentesco, por consanguinidad, ainidad, de matrimonio, concubinato, mantengan
o hayan mantenido una relación de hecho.
Está previsto que el Estado instrumente las medidas y acciones para proteger a las
víctimas de violencia familiar, entre ellas, garantizar a las mujeres seguridad, el ejercicio pleno
de sus derechos humanos, asesoría jurídica y atención psicológica gratuita, así como favorecer
la separación y alejamiento del Agresor con respecto a la Víctima, instalación y mantenimiento
de refugios para las víctimas y sus hijas e hijos, entre otras. Asimismo, la ley tiene además un
apartado “De las órdenes de protección,” que implica acciones de urgente aplicación a partir
del interés superior de proteger a la víctima y son básicamente precautorias y cautelares,
que pueden ser de emergencia, preventivas y de naturaleza civil. Asimismo, la protección se
traduce también en no permitir que el patrimonio de la víctima sea trastocado, lo cual es un
paso muy signiicativo.
δa δey de los Derechos de las Personas Adultas εayores, en el Artículo 1 reiere
como su objetivo garantizar el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores,
sin diferenciación de sexo o condición económica. Son personas adultas mayores aquellas
que cuenten con la edad de sesenta años o más y que se encuentren domiciliadas o en
tránsito en el territorio nacional. En materia de género la ley dispone que con base en los
roles, atribuciones y representaciones culturales de hombres y mujeres toman como base la
diferencia sexual, exclusivamente. La observancia y aplicación de estos derechos tienden a no
hacer diferencias, principalmente la autonomía y autorrealización, la participación, la equidad,
la corresponsabilidad y la Atención preferente.
Todas las garantías aplican por igual a hombres y mujeres sobre su integridad, dignidad,
preferencias, integridad física, psicoemocional y sexual, contra toda forma de explotación y
para recibir protección por parte de la comunidad, la familia y la sociedad, así como de las
instituciones federales, estatales y municipales, por una vida libre, sin discriminación, con
278
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
calidad, en entornos seguros y dignos que cumplan con sus necesidades y donde ejerzan
libremente sus derechos. El Estado es garante de cada una de estos derechos ya que
expresamente lo mandata la ley.
Por otro lado, la ley establece que se brindará y se darán las condiciones para que en
todos los procedimientos tengan certeza jurídica, como lo son:
•
•
•
•
Recibir un trato digno y apropiado en cualquier proceso judicial que los involucre, ya
sea en calidad de agraviados, indiciados o sentenciados.
Recibir el apoyo de las instituciones federales, estatales y municipales, para el ejercicio
y respeto de sus derechos.
Recibir asesoría jurídica gratuita en los procesos administrativos o judiciales de que
sean parte y contar con un representante legal cuando lo considere necesario.
En los procedimientos señalados en el párrafo anterior, debe tener prioridad la
protección del patrimonio personal y familiar, y cuando sea el caso, encontrarse sin
presiones ni violencia.
A partir de conceptos precisos en materia de atención preferencial, con base en la
información procedente de todas las instituciones públicas y privadas a cargo de programas
sociales y registros, se elaboran los programas que se requieren, es decir, el Estado
fundamentalmente a través del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores y del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, obtiene la información necesaria
para determinar los programas y cobertura que beneicien a las personas adultas mayores.
La familia juega un papel importante y la ley también prevé el deber del Estado para
apoyarla, proporcionando a la persona adulta mayor los satisfactores para su atención y desarrollo
integral, como son otorgar alimentos, fomentar la convivencia familiar, prevenir que cualquiera de
sus integrantes cometa discriminación, abuso, explotación, aislamiento, violencia y acciones que
pongan en riesgo los bienes del adulto mayor. Esta disposición tiene gran relevancia, ya que es
obligación de cada familiar impedir que en su seno sean afectados los derechos del adulto mayor.
En el ámbito institucional corresponde a cada secretaría de Estado funciones especíicas
que tienden a la protección de la mujer adulta mayor. Por ejemplo, la Secretaría de Educación
Pública garantiza el acceso a la educación pública en todos sus niveles y modalidades; el Sector
Salud, el derecho a la prestación de servicios públicos de salud, integrales y de calidad. Al
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, corresponde prestar servicios de asistencia y
orientación jurídica gratuita, en especial para la seguridad de su patrimonio, brindar protección
en casos o situaciones de riesgo y desamparo, haciéndolo del conocimiento a la Procuraduría
General de la República, y en su caso, a las respectivas autoridades federales competentes,
por cualquier delito, atención y seguimiento de quejas y la violación de sus derechos. La
denuncia, si es procedente, por maltrato, lesiones, abuso físico o psíquico, sexual, abandono,
descuido o negligencia, explotación, y en general, por cualquier acto que perjudique a las
279
personas adultas mayores.
Para el ejercicio de la protección de la persona adulta mayor, el INAPAM es eje de la
política nacional y su objetivo general es conducir las acciones contempladas en la Ley de los
Derechos de las Personas Adultas Mayores. En éste sentido es procurador del desarrollo humano
integral y virtual órgano de consulta y asesoría con las siguientes atribuciones: transversalidad
en la instrumentalización de las políticas públicas; en cada una de las entidades federativas y
municipios garantiza el fortalecimiento de las dependencias y organismos responsables de la
aplicación de las disposiciones legales, impulsando acciones de protección y asesoramiento
para presentar denuncias; hacer visitas de inspección y vigilancia a instituciones públicas y
privadas a in de veriicar las condiciones de atención y calidad de vidaν hacer del conocimiento
de las autoridades competentes las anomalías detectadas; promover una cultura de protección,
comprensión, cariño y respeto que favorezca un clima de interrelación generacional, a través
de los medios de comunicación, entre otras de sus atribuciones.
Acerca de quién(es) pueden hacer la denuncia, la ley dispone que puede presentarla
cualquier persona y su queja será remitida a la Comisión Nacional de Derechos Humanos,
o de ser el caso, a las comisiones estatales de Derechos Humanos. Las formalidades del
procedimiento se llevan a cabo conforme a la ley y el reglamento del organismo de protección
de los Derechos Humanos, con base en los principios de inmediatez, concentración y rapidez,
asimismo se procurará el contacto directo entre los quejosos o denunciantes y las autoridades
respectivas. Cualquier persona que tenga conocimiento del maltrato o violencia contra las
personas adultas mayores deberá denunciarlo ante las autoridades competentes.
Conclusiones y recomendaciones
En efecto, tanto la Carta Magna como lo dispuesto por las leyes internacionales suscritas por
México, consideran el derecho a una vida libre de violencia y respeto a la persona. Es necesario
insistir en alentar una cultura sobre el conocimiento de los derechos y llevarlos a buen puerto
mediante la implementación de programas encaminados a su goce, ejercicio y respeto. Para
enfrentar el problema del maltrato, es necesario implementar los mecanismos especíicos que
permitan prevenirlo e identiicarlo, y en su caso, sancionar los actos de violencia cometidos por
parte de familiares o de cualquier persona. Son indispensables las instituciones y programas
destinados al cuidado, defensa y representación del adulto mayor. La expectativa es incorporar
a la agenda pública: la erradicación y prevención del maltrato en los adultos mayores, esto es,
evitar la violación de sus derechos humanos.
¿Qué hacer ante la posibilidad o inminente situación de maltratoς δas redes de apoyo
social formales e informales son un importante catalizador para orientar y brindar apoyo a las
personas mayores víctimas de algún tipo maltrato, a la familia y personas que son testigos de
la violencia. La persona adulta mayor víctima de una situación de maltrato tiene a su alcance
280
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
una red de apoyo informal, como la familia, vecinos, amigos o personas de conianza para
conversar sobre el tema y sentirse apoyada moral y emocionalmente.
En México existen redes de apoyo formales como las instituciones que ofrecen orientación
y asesoría para la denuncia, es el caso de las Comisiones Estatales de Derechos Humanos,
el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (nacional o estatal), Red de Unidades de
Atención y Prevención para la Violencia Intrafamiliar, Ministerios Públicos, Institutos Estatales
de la Mujer, Institutos para la Atención de los Adultos Mayores en la Ciudad de México y la
Agencia Especializada para la Atención de las Personas Adultas Mayores Víctimas de Violencia
Familiar del Distrito Federal (INGER, 2015).
Fuentes de consulta
Acuerdo registrado con el Núm. A/009/2010 del Procurador General de Justicia del Distrito Federal por
el que se crea la Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas Mayores Víctimas
de Violencia Familiar (2009). Gaceta Oicial del Distrito Federal 9 de abril de 2010. Recuperado
de http://www.adultomayor.df.gob.mx/images/pdf/agencia_especializada.pdf
Burston, G. R. (1975). Granny battering. British Medical Journal. 3, 592.
Campbell, A. (2001). Risk Factor characteristics in carers who physically abuse or neglect their elderly
dependants. Aging and Mental Health. 5(1), 56-62.
Corsi, J. (2001) Violencia Familiar: Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social.
México Editorial Paidós.
Constitución Política de los Estados Unidos εexicanos. Diario Oicial de la Federación. Recuperado
de http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/cn16.pdf
Cooper, C. et al. (2008). The prevalence of elder abuse and neglect: a systematic
review. Age and Ageing, 37: 151–160.
De la Cuesta, J. L. (2006). Maltrato psicológico. El maltrato de personas mayores.
Detección y prevención desde un prisma criminológico interdisciplinar. (pp. 23-38) Donostia: Gipuzkoa.
Dyer, M. D., Pavlick, V., Murphy, K. y Hyman, D. (2000). The High Prevalence of Depression and
dementia en elder abuse or neglect. Journal of the American Geriatrics Society, 48(2), 205-208.
Giraldo, M. L. (2006). Análisis de la información estadística: Encuesta sobre el Maltrato a las Personas
Adultas Mayores en el Distrito Federal 2006 (EMPAM 2006). Gobierno del Distrito Federal-Instituto
de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM).
Giraldo, M. L. (2010). Maltrato a personas mayores. El residente. 5(2), 85-91.
281
Iborra, I. (2008). Factores de riesgo del maltrato de personas mayores en la familia de población
española. Revista de Servicios Sociales, 4λ-57. Recuperado de ileμ///Users/saratorrescastro/
Downloads/DialnetFactoresDeRiesgoDelMaltratoDePersonasMayoresEnLaFa-3021586.pdf
INGER. (2015). Preguntas frecuentes. Recuperado de http://www.geriatria.salud.gob.mx/contenidos/
menu5/envejecimiento_preguntas.html#diez)
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. (2005). Los adultos mayores en México.
Peril sociodemográico al inicio del siglo XXI. Recuperado de http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/
contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/adultosmayores/Adultos_mayores_
web2.pdf
Lach, M., et al. (1997). Risk factors for reported Elder abuse and neglect: a nine-year Observational
Cohort Study. The Gerontologist. 37(4), 469-474.
δey de Acceso a las εujeres a una Vida δibre de Violencia del Distrito Federal, Gaceta Oicial del
Distrito Federal el 29 de enero de 2008. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
pdf/LGAMVLV_171215.pdf
δey de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar. Gaceta Oicial del Distrito Federal el 8 de Julio
de 1λλ6 y en el Diario Oicial de la Federación el λ de Julio de 1λλ6. Recuperado de httpμ//info4.
juridicas.unam.mx/adprojus/leg/10/354/
δey de los Derechos de las Personas Adultas εayores en el Distrito Federal. Diario Oicial de la
Federación el 25 de junio de 2002. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
pdf/245.pdf
δey de los Derechos de las Personas Adultas εayores. Diario Oicial de la Federación el 7 de febrero
de 1984. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/245.pdf
δey General de Acceso de las εujeres a una Vida δibre de Violencia. Diario Oicial de la Federación
el 1º de febrero de 2007. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/
LGAMVLV_040615.pdf
δey General de Salud (1λ84)ν Diario Oicial de la Federación 1λ84. Recuperado de httpμ//www.diputados.
gob.mx/LeyesBiblio/ref/lgs.htm
Misyuk, Y., et al. (β01γ). Added value of Elder abuse deinitionsμ A review. Ageing Research Reviews
12, 50-57.
Moya, A. y Barbero, J. (Coord.). (2005). Malos tratos a personas mayores: Guía de actuación.
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Secretaría de Estado de Servicios Sociales Familias y
Discapacidad. IMSERSO.
OMS. (202). Declaración de Toronto para la Prevención Global del Maltrato de las Personas Mayores.
Ginebra: OMS.
282
Marco jurídico del maltrato en adultos mayores en México
Pérez, G. (2008). Factores de riesgo asociados al maltrato hacia personas mayores con demencia en
el ámbito comunitario. Revista de Servicios Sociales. 19-31.
Ruelas, M. G. y Salgado, V. N. (2009). Factores asociados con el auto-reporte de maltrato en adultos
mayores de México. Revista Chilena de Salud Pública 13(2), 90-99.
Shugarman, L. et al. (2003). Identifying Older People at Risk of Abuse During Routine Screening
Practices. The American Geriatrics Society, 51(1):24-31.
WHO/INEPA. Missing Voices: Views of older persons on elder abuse. Ginebra: World Health Organization.
Anexo 1. Leyes de los Estados de México (1999-2015)
NOMBRE
PUBLICADA
ESTADO
2010
LEY PARA LA PROTECCIÓN ESPECIAL DE
LOS ADULTOS MAYORES DEL ESTADO DE
AGUASCALIENTES
LX LEGISLATURA H. CONGRESO DEL ESTADO
DE AGUASCALIENTES. 23 DE AGOSTO DE 2010
AGUASCALIENTES
2012
LEY DE LOS DERECHOS, PROTECCIÓN E PERIÓDICO OFICIAL, 06 DE ENERO DE 2012
INTEGRACIÓN DE LAS PERSONAS ADULTAS
MAYORES EN EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA
BAJA CALIFORNIA
2001
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS DECRETO Núm. 1320 H. CONGRESO DEL
ADULTAS MAYORES EN EL ESTADO DE BAJA ESTADO DE BAJA CALIFORNIA SUR. 14 DE
CALIFORNIA SUR
JUNIO DE 2001
BAJA CALIFORNIA
SUR
2005
LEY DE PROTECCIÓN DE ADULTOS MAYORES DECRETO Núm.150, P.O. 3355, 28 DE JUNIO DEL
PARA EL ESTADO DE CAMPECHE
2005, LVIII LEGISLATURA
CAMPECHE
2004
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DECRETO
Núm.
β45,
δA SEXAGÉSIεA
DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES DEL PRIMERA LEGISLATURA CONSTITUCIONAL
ESTADO DE CHIAPAS
DEL HONORABLE CONGRESO DEL ESTADO
LIBRE Y SOBERANO DE CHIAPAS, EN USO
DE LAS FACULTADES QUE LE CONCEDE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA LOCAL.
A 5 DE
NOVIEMBRE DEL 2004
CHIAPAS
2009
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS DECRETO Núm. 752/09 I P.O. 13 DE NOVIEMBRE
ADULTAS
MAYORES
DEL
ESTADO
DE DE 2009
CHIHUAHUA
CHIHUAHUA
2005
LEY DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
PARA EL ESTADO DE COAHUILA DE ZARAGOZA
PERIÓDICO OFICIAL VIERNES 10 DE JUNIO DEL
2005
COAHUILA DE
ZARAGOZA
2004
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE LOS ADULTOS
EN PLENITUD DEL ESTADO DE COLIMA
DECRETO Núm. 104 LEY APROBADA EL 25 DE
AGOSTO DE 2004
COLIMA
2003
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS DECRETO 212, 62 LEGISLATURA, P.O. 48 BIS DE
ADULTAS MAYORES DEL ESTADO DE DURANGO FECHA 15/06/2003
2008
LEY DEL ADULTO MAYOR DEL ESTADO DE
εÉXICO
DECRETO Núm. 182, SECCIÓN CUARTA DE
LA GACETA DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE
εÉXICO, εIÉRCOδES 6 DE AGOSTO DE β008
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS LEY PUBLICADA EN EL PERIÓDICO OFICIAL
ADULTAS MAYORES PARA EL ESTADO DE DEL GOBIERNO DEL ESTADO
2013
GUANAJUATO
Núm. 179, TERCERA PARTE, DE FECHA 8 DE
NOVIEMBRE DE 2013
LEY NÚMERO 375 DE LOS DERECHOS DE LAS PERIÓDICO OFICIAL Núm. 94 MARTES 16 DE
2004 PERSONAS ADULTAS MAYORES DEL ESTADO DE NOVIEMBRE DE 2004
GUERRERO
LEY DE LOS DERECHOS DE LOS ADULTOS DECRETO NUM. 373. PERIÓDICO OFICIAL, EL
2010
MAYORES DEL ESTADO DE HIDALGO
12 DE ABRIL DE 2010
2006
LEY
DE
DESARROLLO,
PROTECCIÓN Núm. 21388/LVII/06.- EL CONGRESO DEL
INTEGRACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA DEL ESTADO DECRETA, APROBACIÓN: 27 DE JULIO
ADULTO MAYOR (JALISCO)
DE 2006
283
DURANGO
ESTADO DE
εÉXICO
GUANAJUATO
GUERRERO
HIDALGO
JALISCO
NOMBRE
PUBLICADA
ESTADO
2013
LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL A LAS PERIÓDICO OFICIAL DEL ESTADO, 24 DE ENERO
PERSONAS ADULTAS MAYORES DEL ESTADO DE 2013, TOMO: CLVI, Núm. 13, SEXTA SECCIÓN
DE MICHOACÁN DE OCAMPO
2010
LEY DE DESARROLLO, PROTECCIÓN E P.O. 4808 DE FECHA 9 DE JUNIO DE 2010
INTEGRACIÓN DE LAS PERSONAS ADULTAS
MAYORES PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO
DE MORELOS
2014
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DECRETO Núm. 651 APROBADO EL 4 DE
DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES EN EL DICIEMBRE DEL 2014 Y PUBLICADO EN EL
ESTADO DE OAXACA
PERIÓDICO OFICIAL No. 51 DE FECHA 20 DE
DICIEMBRE DEL 2014
OAXACA
2005
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS DECRETO Núm. 167. P.O. DE FECHA 07 DE ENEADULTAS MAYORES EN EL ESTADO DE NUEVO RO DE 2005.
LEÓN
NUEVO LEÓN
MICHOACÁN DE
OCAMPO
MORELOS
LEY DE PROTECCIÓN A LOS ADULTOS MAYORES
PARA EL ESTADO DE PUEBLA
PARA
SUS
EFECTOS.
DADO
EN
EL
PALACIO DEL PODER EJECUTIVO, EN LA
HEROÍCA PUEBLA DE ZARAGOZA. 15 DE
DICIEMBRE DE 2000
2008
LEY DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
DEδ ESTADO DE QUERÉTARO
PERIÓDICO OFICIAL TOMO CXLI
DICIEMBRE DE 2008.
2007
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS HONORABLE PODER
ADULTAS MAYORES DEL ESTADO DE QUINTANA AGOSTO DE 2007
ROO
2009
LEY DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES
PARA EL ESTADO DE SAN LUIS POTOSI
P.O. 04 DE JULIO DE 2009
2007
LEY DE LOS ADULTOS MAYORES DEL ESTADO
DE SONORA
B. O. EDICIÓN ESPECIAL Núm. 14, CON FECHA 7
DE SEPTIEMBRE DE 2007.
SONORA
2003
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE LAS PERSONAS PERIÓDICO OFICIAL SUP. B: 6333 DEL 17 DE
ADULTAS
MAYORES
EN
EL
ESTADO MAYO DE 2003.
DE TABASCO
TABASCO
2000
2001
LEY
DE
LOS
DERECHOS
PERSONAS
ADULTAS
EN EL ESTADO DE TAMAULIPAS
LEGISLATIVO,
16 DE
2
PUEBLA
QUERÉTARO
DE
DE
LAS D E C R E T O Núm. 535. H. CONGRESO DELESTADO.
MAYORES - CD. VICTORIA, TAM., 28 DE NOVIEMBRE DEL
AÑO
2001.-DIPUTADA
PRESIDENTA.-LIC.
BLANCA GUADALUPE VALLES
QUINTANA ROO
SAN LUIS POTOSÍ
TAMAULIPAS
2006
LEY DE ATENCIÓN A LAS PERSONAS ADULTAS PERIÓDICO OFICIAL DEL GOBIERNO DEL
MAYORES
ESTADO EL DÍA 3 DE NOVIEMBRE DEL 2006.
TLAXCALA
2005
LEY QUE RECONOCE EL DERECHO DE LAS GACETA OFICIAL, ÓRGANO DEL GOBIERNO
PERSONAS FÍSICAS, MAYORES DE SETENTA DEL ESTADO DE VERACRUZ DE IGNACIO DE LA
AÑOS DE EDAD, QUE NO TENGAN INGRESO LLAVE EL LUNES 14 DE FEBRERO DE 2005
ALGUNO Y SIN LA PROTECCIÓN DE LOS
SISTEMAS DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO
O DE LA FEDERACIÓN, A RECIBIR UNA PENSIÓN
ALIMENTICIA DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE
VERACRUZ DE IGNACIO DE LA LLAVE
VERACRUZ DE
IGNACIO DE LA
LLAVE
2015
LEY DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PERIÓDICO OFICIAL, ÓRGANO DEL GOBIERNO
ADULTAS MAYORES PARA EL ESTADO DE DEL ESTADO DE NAYARIT. 9 DE DICIEMBRE DEL
NAYARIT
2015
NAYARIT
1999
LEY PARA LA PROTECCIÓN SOCIAL DE LAS DECRETO Núm. 214 H. CONGRESO DEL
PERSONAS EN EDAD SENESCENTE DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE YUCATÁN, 13
ESTADO DE YUCATÁN
DE AGOSTO DE 1999
YUCATÁN
2006
LEY DE PROTECCION DE LOS DERECHOS DE
LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES PARA EL
ESTADO DE ZACATECAS
DECRETO
Núm.
265,
HONORABLE
QUINCUAGÉSIεA OCTAVA δEGISδATURA DEδ
ESTADO 13 DE JUNIO DEL 2006
Fuente: http:// www.diputados.gob.mx
284
ZACATECAS
Sobre los autores
Ana López García
Española. Doctora en Envejecimiento por la Universidad de Murcia. Investigadora en la Universidad de
Murcia y Fisioterapeuta del Centro AFAMUR de Murcia, España.
E-mail: lopez_garcia_ana@hotmail.com
Adriana Marcela Meza Calleja
Mexicana. Maestra en Psicología de la Salud y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de
Guadalajara. Especialidad en Estudios de Género por la Universidad Pedagógica Nacional. Es profesora
Investigadora. Sus líneas de investigación son los aspectos psicosociales del envejecimiento.
E-mail: mine888mine@yahoo.com.mx
Armando Luna López
Mexicano. Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Geriatría, Doctor en Biología
Experimental por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Experto en estrés
oxidante y envejecimiento celular.
E-mail: oscar_rosas_c@hotmail.com
Beatriz Mena Montes
Mexicana. Adscrita al Departamento de Investigación Básica del Instituto Nacional de Geriatría.
Maestra en Ciencias en la Especialidad de Biomedicina Molecular por el CINVESTAV-IPN. Experta en
susceptibilidad genética de la enfermedad de Alzheimer.
E-mail: bettyiasi@yahoo.com.mx
Blanca De Lima
Venezolana. Licenciada en Antropología Social. Escuela Nacional de Antropología e Historia. México
(1979), Maestra en Arquitectura Investigación y Docencia, UNAM, México (1995). Doctora en Historia
(2001). Profesora jubilada por la Unidad de Investigaciones Gerontológicas de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda, Coro, estado Falcón. Ha sido reconocida como investigadora de
alto rendimiento del Programa de Estímulo a la Innovación e Investigación del MPP. Cuenta con más
de 50 publicaciones entre libros, capítulos para libros, artículos de revistas arbitradas y de catálogos
para museos. Finalmente obtuvo el Premio regionales y nacional por Venezuela por su destacada labor
en la investigación.
E-mail: blancadelima@hotmail.com
Evelyn Colina
Venezolana. Licenciada en Gerontología. Colabora en la Unidad de Investigaciones Gerontológicas de
la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, Coro, Estado Falcón, Venezuela. Cuenta
con Seis años de experiencia prestando sus servicio en el Departamento Social de la Alcaldía del
municipio de Bolívar, Venezuela.
E-mail: Evecm12@gmail.com
286
Sobre autores
Fabiana de Souza Orlandi
Brasileña. δicenciada en Enfermería por la Universidad Federal de São Carlos (1λλλ). Cuenta
con el Máster en Enfermería por la UNICAMP (2004) y es Doctora en Ciencias por la Escuela de
Enfermería de la Universidad de São Paulo (2011). Es profesora adjunta del Departamento de
Gerontología de la UFSCar, así como también del Programa de Pos Graduación en Enfermería de
la Universidad Federal de São Carlos. Pertenece al Grupo de Investigación Salud y Envejecimiento
en temas sobre transmisibilidad de HIV en Mujeres (GPETHIM) y colabora en el grupo de estudios
e investigación sobre buenas prácticas de control de transmisión de patógenos relacionada a la
asistencia en salud. Participa en la Asociación Brasileña de Enfermería e Nefrología. Actualmente es
coordinadora del Curso de Graduación en Gerontología de la Universidad Federal de São Carlos.
E-mail: fabi_ferreira@yahoo.com.br
Flávia da Silva Oliveira
Brasileña. Licenciada en Derecho. Cuenta con el Máster en Ciencias Sociales. Doctorante en Ciencias
Jurídicas por la Pontiicia Universidad Católica de Argentina. Es profesora y coordinadora del curso
de Derecho de la Facultad Unión y docente del Programa Universidad Abierta para la Tercera Edad.
E-mail: lasoliveira@uol.com.br
Hugo Roberto Valderrama
Argentino. Doctor en ciencias de la salud por la Fundación Barceló, cuenta con master en gerontología
social por la Universidad de Barcelona, especialista universitario en gerontología y geriatría por la
Universidad J.F. Kennedy y Médico egresado de la Universidad de Buenos Aires. Creador de la currícula
de los cursos de formación y del Movimiento de formación de cuidadores de ancianos en Argentina.
Autor del Manual Argentino para el Cuidado de Ancianos y de numerosos artículos sobre gerontología
en medios locales y nacionales. Creador y past-director y docente de la Universidad de los Adultos
Mayores de la Universidad Católica de Santa Fe. Autor de leyes Provinciales y Nacionales vinculadas a la
ancianidad. Evaluador de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria. Actualmente
es el Director de la Licenciatura en Gerontología en la Universidad Católica de Santa Fe.
E-mail: drhugovalverderrama@gmail.com
Ignacio Martínez González Moro
Español. Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina de la Educación Física y del Deporte.
Profesor Titular de la Universidad de Murcia. Actualmente es el coordinador del Máster en Envejecimiento
de la Universidad de Murcia, España.
E-mail: ignaciomgm@um.es
Isabela Thaís Machado de Jesus
Brasileña. Estudiante de la δicenciatura en Gerontología en la Universidad Federal de São Carlos
(UFSCar), Brasil. Es becaria de la Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo, con el
proyecto “Cuidadores de adultos mayores frágiles en el contexto de vulnerabilidad social: sobrecarga,
posibilidades e limitaciones del cuidado y la política de asistencia social”. Pertenece al grupo de
investigadores de Gestión en Envejecimiento. Actualmente forma parte del proyecto de Extensión “Luz,
Cámera y la εejor Edad e Acción”.
E-mail: isabela.machado1@gmail.com
Iveili Flores
Venezolana. Licenciada en Gerontología y en Economía. Tiene experiencia en los servicios
gerontológicos en centros médicos ambulatorios en el estado Falcón, Venezuela. Colabora en la Unidad
de Investigaciones Gerontológicas de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda.
Coro. Estado Falcón, Venezuela.
E-mail: iveili@hotmail.com
José Carlos García Ramírez
Mexicano. Doctor en Humanidades en el área de ilosofía política por la Universidad Autónoma
Metropolitana, Iztapalapa. Es autor de libros y artículos sobre el tema de envejecimiento. Ha participado
como profesor invitado en Universidades de Alemania, Turquía, Estados Unidos, Argentina, Colombia
287
con temas relacionados al envejecimiento, los derechos humanos y la política pública. Del 2007-2008
participó en las jornadas también de alfabetización y derechos civiles con mujeres hispanas recluidas
en el Federal Detention Center (Cárcel Federal) en Seattle, Washington, Estados Unidos. Actualmente
labora en la Universidad Estatal del Valle de Toluca. Recientemente fue aceptado como investigador
en el Kompetenzzentrum Alter und Instutut für Gerontologie (Centro de Competencias de la Vejez del
Instituto de Gerontología) de la Universidad de Heidelberg, Alemania.
E-mail: josecarlosgarcia357@gmail.com
Júpiter Ramos Esquivel
Mexicano. Maestro en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Querétaro y Doctor en Ciencias
Sociales por la Universidad de Guadalajara. Es profesor Investigador. Sus líneas de investigación son
Psicología de la Vejez y estudios del trabajo y lexibilidad.
E-mail: mine888mine@yahoo.com.mx
Luzia Cristina Antoniossi Monteiro
Brasileña. Doctora en ingeniería urbana por la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar). Cuenta
con estudios de derecho empresarial por el instituto nacional de pos-graduación. Es docente del
programa de pos-graduación en gerontología y profesora adjunto en el Departamento de Gerontología
de la UFSCar. Líder del grupo de investigación en derecho, ciudad y envejecimiento. Sus líneas de
investigación son: planeamiento, accesibilidad y movilidad urbana; políticas habitacionales de atención
para el adulto mayor; derechos y legislación sobre envejecimiento. Tiene experiencia en las áreas:
derecho urbanístico y planeamiento urbano; Políticas públicas y derechos del adulto mayor.
E-mail: cristinaantoniossi4@gmail.com
María Claudia Espinel Bermúdez
Mexicana. Investigadora de la Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica, por la UMAE del
Hospital de especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente-IMSS. Maestra en Ciencias de
Sistemas de Salud.
E-mail: mclaudia_espinel@yahoo.com.mx
María Carrasco Poyatos
Española. Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesora de la Universidad Católica
San Antonio de Murcia. Actualmente es Investigadora en los Instituto Universitario de Investigación
en Envejecimiento de la Universidad de Murcia, y de la Asociación de Familiares de Enfermos con
Alzheimer (AFAMUR) también de Murcia, España.
E-mail: mcarrasco@ucam.edu
Maricruz Rivera Hernández
Estadunidense. Doctora en Gerontología y Maestra en Salud Pública por la Universidad Miami, Oxford,
OH. Cuenta con estudios en Ingeniería Industrial por el Instituto Tecnológico de Culiacán. Sus líneas
de investigación versan sobre salud y asistencia sanitaria de los hispanos de edad avanzada. Tiene
artículos servicios de atención al envejecimiento, asistencia sanitaria y tópicos selectos en gerontología.
Actualmente es investigadora del Centro de Investigación de Gerontología y Salud de la Universidad de
Brown, Estados Unidos.
E-mail: Maricruz_Rivera-Hernandez@Brown.Edu
Mariela Morillo
Venezolana. Licenciada en gerontología. Cuenta con la especialización en gerontología social, con
trece años de experiencias en los servicios ofrecidos por el Departamento Social de la Alcaldía del
municipio Miranda. Colabora en la Unidad de Investigaciones Gerontológicas de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda.
E-mail: marielamori@gmail.com
Marisa Silvana Zazzetta
Argentina naturalizada brasileña. Cuenta con doble Licenciatura en Servicio Social por la Escuela
Superior de Sanidad (1990) y por la Universidad Nacional de Entre Ríos (1993), Argentina. Posee la
288
Sobre autores
especialización en Gerontología Social por la Pontiicia Universidad Católica de Río Grande do Sul
(1996), Brasil. Es miembro titular de la Sociedad Brasilera de Geriatría y Gerontología. Cuenta con
estudios de εaster en Servicio Social por la Pontiicia Universidad Católica do Río Grande do Sul (1λλ6)
y Doctora en Servicio Social por la Pontiicia Universidad Católica de Río Grande do Sul (β00β), Brasil.
Actualmente es profesora adjunta y Jefa del Departamento de Gerontología de la Universidad Federal de
São Carlos (UFSCar), Brasil. Sus líneas de investigación sonμ vejez, fragilidad, cuidados y soporte social.
E-mail: marisam@ufscar.br
Miriam Jéssica Bazán Torres
Peruana. Médico Cirujano de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica. Doctora en Educación.
Cuenta con el Máster en Administración y el Diplomado en Docencia Universitaria por la Universidad
Alas Peruanas. Es Maestra en Economía con orientación en Salud por la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Ha tomado cursos en Israel, México, Colombia, Cuba, Bolivia, Argentina, Chile. Es
fundadora y actualmente directora de la Escuela Profesional de Gerontología y Presidenta de la Red
Panamericana de Carreras y/o Programas de Gerontología.
E-mail: mjbazant@hotmail.com
Oscar Rosas Carrasco
Mexicano. Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Geriatría. Medico geriatra por
la Universidad Nacional Autónoma de México. Experto en calidad de vida del paciente con demencia,
sobrecarga del cuidador y fragilidad.
E-mail: oscar_rosas_c@hotmail.com
Paola Andressa Scortegagna
Brasileña. Cuenta con el Máster en Educación y tiene la licenciatura en Pedagogía. Es doctorante
en Educación por la Universidad Estatal de Ponta Grossa. Actualmente es profesora del Programa
Universidad Abierta para la Tercera Edad (UEPG).
E-mail: paola_scortegagna@hotmail.com
Rita de Cássia da Silva Oliveira
Brasileña. Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Santiago de Compostela
(USC). Cuenta con el post-doctorado en Educación por la USC. Profesora del Departamento de
Educación y del Programa de Postgrado en Educación de la Universidad Estatal de Ponta Grossa.
Actualmente es coordinadora del Programa Universidad Abierta para la Tercera Edad.
E-mail: soliveira13@uol.com.br
Sandra Quintero
Venezolana. Magister Scientiarum en Docencia para Educación Superior, Licenciada en Gerontología
por la Universidad Nacional Francisco de Miranda (UNEFEM) y Doctorante de Ciencias Gerenciales.
Investigadora nacional certiicada PEII-Aβ. Autora de los libros Gerontología Ciencia para la vida (β01γ)ν
Manual de Buenas Practicas Gerontológicas como vivir feliz más de 100 años (2015). Ha ocupado
puestos gerenciales. Se ha desempeñado como docente-tutora en el programa de Gerontología de
la UNEFε. Columnista, locutora universitaria, es productor independienteμ“Gerontología al día” en
Medios de comunicación radial, televisivos, impresos, digitales desde 2011. Evaluadora de programas
de pregrado y posgrado. Organizadora de eventos académicos en gerontología. Ha sido galardonada
por su labor profesional. Actualmente es directora del Programa Gerontología y Coordinadora de la
Unidad de Investigaciones Gerontológicas (UNIGER) en la UNEFM.
E-mail: investigacionsandraquintero@gmail.com
Sara Torres Castro
Mexicana. Investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Geriatría. Maestra en Ciencias
en Sistemas de Salud por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Experta en los temas de salud
mental, depresión y en enfermedad de Alzheimer.
E-mail: saratorrescastro@gmail.com
289
Sergio Flores Cerqueda
Mexicano. Maestro en Ciencias de la Educación por la Universidad del Valle de México. Licenciado en
Gerontología por la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec. Doctorante en Educación. Sus líneas de
investigación versan sobre estructuración de diseños curriculares en planes y programas universitarios
en gerontología. Cuenta con artículos sobre temas gerontológicos. Es Coordinador del δibroμ “Periles
sobre envejecimiento, Volumen I. Estrategias gerontológicas en acción” (β014), UNEVT. Evaluador
de proyectos para Adultos Mayores del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECyT).
Evaluador de planes y programas educativos en Salud por el CEIFCRHIS del Instituto de Salud del
Estado de México. Integrante del Comité Estatal de Atención al Envejecimiento del Estado de México.
Representante Institucional ante el Programa para el Desarrollo Profesional Docente de Tipo Superior
de la SEP. Miembro activo de la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría A. C. Ha sido
condecorado con la “Distinción Honoriica de Profesor Visitante” por la Universidad Alas Peruanas, Perú.
Actualmente es Director de la Licenciatura en Gerontología en la Universidad Estatal del Valle de Toluca.
E-mail: gerontología.2014@gmail.com
Ulises Hermilo Avila Sotomayor
Mexicano. Licenciado en Psicología con orientación en Psicología Social por la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo. Es maestro en Ciencias Sociales con especialidad en Estudios Rurales
por el Colegio de Michoacán A. C. Sus líneas de investigación son los aspectos psicosociales del
envejecimiento y la migración.
e-mail: ulisesavila@hotmail.com
290
Solapa 1
Solapa 2