La Investigación
Experimental
aplicada a la
Arqueología
Antonio Morgado
Javier Baena Preysler
David García Gonzalez
( e d i t o r e s )
Colaboran:
Esta obra ha sido confinanciada además, por el proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación: Algo más que bifaces:
hacia la definición técnica y tecnológica de los conjuntos líticos del Pleistoceno de la región de Madrid
(proyecto HAR2010-20151).
© Producción editorial:
Antonio Morgado
Javier Baena Preysler
David García Gonzalez
© Fotografías: Sus autores
© Textos: Sus autores
Primera edición: Octubre de 2011
Maquetación: Álvaro Sedeño Márquez
Impreso en Andalucía por Imprenta Galindo, SL (Ronda, Málaga)
Índice
Pág.
• PRESENTACIÓN: Francisco CONTRERAS CORTES ........................................................................................................... 15
• INTRODUCCIÓN: Antonio MORGADO, David GARCÍA GONZÁLEZ y Javier BAENA PREYSLER ..................................... 17
• I. Experimentación, Arqueología experimental y experiencia del pasado en la Arqueología actual
Antonio MORGADO y Javier BAENA PREYSLER ............................................................................................................... 21
BLOQUE I: TECNOLOGÍA Y TRACEOLOGÍA LÍTICA PREHISTÓRICA Y SU EXPERIMENTACIÓN ........................................ 29
• II. Las experimentaciones aplicadas a la tecnología lítica. Jacques PELEGRIN .................................................... 31
• III. Reflexiones epistemológicas sobre Arqueología y tecnología lítica experimental. Hugo G. NAMI ............. 37
• IV. Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como medio de representación dinámico
de la información obtenida a nivel experimental
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG,
Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER ............................................................................................. 45
• V. Aproximación tecno-económica del debitage discoide de puntas pseudo levallois:
el aporte de la experimentación
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO y Iluminada ORTEGA ....................................................... 53
• VI. Aptitudes y condicionantes en la utilización de percutores líticos: el ejemplo comparativo del
yacimiento musteriense “El turó de la Batería” (Girona-España)
Rafel ROSILLO, Antoni PALOMO, Felipe CUARTERO y Juan Francisco GIBAJA ........................................................... 61
• VII. Las “bolas” o “boules de caliza” Musterienses : ¿percutores? El ejemplo del “fasonado”
de las raederas bifaciales de quina de Chez-Pinaud (Jonzac, Francia)
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI ................................................................................. 69
• VIII. Elaboración de un protocolo de experimentación lítica para la comprensión de los comportamientos
técnicos y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
Michel BRENET, Mila FOLGADO, Laurence BOURGUIGNON y Iluminada ORTEGA ..................................................... 77
• IX. Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la
vallée du Côa (Portugal)
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luis LUIS ................................................................................................................. 87
• X. Investigaciones actualístico-experimentales para aproximarse a la tecnología paleoindia:
comparación de las secuencias de reducción folsom-lindenmeier y fell de la Patagonia
Hugo G. NAMI ................................................................................................................................................................. 97
• XI. Observaciones experimentales sobre las puntas de proyectil fell de Sudamérica
Hugo G. NAMI .............................................................................................................................................................. 105
• XII. Preliminary approach to the human behaviors of the early Holocene in south-east Asia:
contextual experimentation on local materials
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL,
Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA ................................................................................................................... 113
Índice
Pág.
• XIII. Análisis traceológico del utillaje lítico documentado en el asentamiento Neolítico de Zafrín
(Islas Chafarinas). Configuración de un programa experimental dirigido al reconocimiento del
uso de los perforadores. Juan Francisco GIBAJA, João MARREIROS, João CASCALHEIRA, Antoni PALOMO,
Antonio F. CARVALHO y Manuel ROJO ..................................................................................................................... 123
• XIV. Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de sección plana en el Neolítico del sur
de la Península Ibérica desde la experimentación
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO .......................................................................................... 131
• XV. Experimentando con geométricos Juan F. GIBAJA, Antoni PALOMO y Josep ARMENGOL ................................ 141
• XVI. Experimentación e interpretación: El ejemplo de “La Figuereta”. Un taller de puntas de
flecha del Neolítico final localizado en el poblado de Les Jovades (Cocentaina, Alicante, España)
Eduard FAUS TEROL .................................................................................................................................................. 149
• XVII. Les haches polies de la Corse : données archéologiques appliquées à l’expérimentation
Antonia COLONNA .................................................................................................................................................. 157
• XVIII. Procesando pescado: reproducción de las huellas de uso en cuchillos de sílex experimentales
Virginia GARCÍA DÍAZ y Ignacio CLEMENTE CONTE ............................................................................................. 163
• XIX. Análisis tecnológico del conjunto laminar de Cabezos Viejos (Archena, Murcia, España):
una aproximación experimental
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ y Ignacio MARTÍN LERMA ......................... 171
• XX. El procesado de los cereales en Menorca (Islas Baleares, España) durante la Edad del Hierro.
Una aproximación a partir de la etnología y la Arqueología experimental
Antoni FERRER ROTGER ............................................................................................................................................. 179
• XXI. Diagrama dinámico de secuencias de reducción: aproximación metodológica
para el análisis de núcleos líticos y remontajes (DSR)
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE ................................................................................................................................. 185
• XXII. Estudio experimental del substrato gestual previo a la adquisición de la tecnología lítica experimental
Núria GERIBÀS ARMENGOL, Marina MOSQUERA MARTÍNEZ y Josep Mª VERGÈS BOSCH ................................ 191
• XXIII. Análisis experimental de la variabilidad en la producción de lascas por parte de talladores actuales
Marcos TERRADILLOS BERNAL y Rodrigo ALONSO ALCALDE ............................................................................. 197
BLOQUE II: EXPERIMENTANDO CON OBJETOS BIÓTICOS Y REPRESENTACIONES SIMBÓLICAS ............................ 203
• XXIV. Identificando estrategias de adquisición del combustible leñoso en antracología:
¿puede contribuir la experimentación a determinar el calibre de los carbones en contexto arqueológico?
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON ........ 205
• XXV. La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental
para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU ............................................................................. 213
10
Índice
Pág.
• XXVI. El empleo del utillaje óseo no elaborado en el tratamiento de pieles paleolítico. Un caso experimental
Paula ORTEGA MARTÍNEZ ..................................................................................................................................... 225
• XXVII. Los incisivos de castor utilizados como instrumentos de trabajo. Rastros de uso experimentales
para una aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
Ignacio CLEMENTE CONTE y V. Olga LOZOVSKA .................................................................................................. 231
• XXVIII. La Arqueología experimental como instrumento para la interpretación de las herramientas
en asta de La Draga (Banyoles, Catalunya)
Edgard CAMARÓS, María SAÑA, Àngel BOSCH, Antoni PALOMO y Josep TARRÚS ......................................... 239
• XXIX. Análisis de los artefactos de madera del yacimiento Neolítico lacustre de La Draga.
Aproximación experimental
Antoni PALOMO, Raquel PIQUE, Oriol LOPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRUS ....................... 245
• XXX. Complément d’expérimentation de fabrication d’éléments de parure en coquillages marins d’après
les sites ateliers et les sources de matières premières dans l’Aude, sud de la France
Paulette PAUC .......................................................................................................................................................... 255
• XXXI. Los adornos-colgantes en el Paleolítico superior: experimentación sobre las
perforaciones en Littorina obtusata. Bárbara AVEZUELA ARISTU, Ignacio MARTÍN LERMA,
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ ............................................................................ 263
• XXXII. La atribución de la autoría a partir del análisis de la forma del dibujo figurativo
paleolítico y experimental: aplicación de un modelo de escalamiento multidimensional
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO y Imanol AMAYRA CARO ............................................................................ 271
• XXXIII. La forma del dibujo figurativo paleolítico a través de la experimentación: determinación de la
validez de un modelo de análisis de la figura a través de la estadística y la psicología cognitiva
Imanol AMAYRA CARO y Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO ........................................................................... 279
BLOQUE III: EXPERIMENTACIÓN SOBRE ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS,
LA FORMACIÓN DEL REGISTRO Y TAFONOMÍA ........................................................................................ 287
• XXXIV. Arqueología Experimental aplicada al urbanismo. Un procedimiento para trazar y orientar
estructuras ortogonales en época romana
Margarita ORFILA PONS ....................................................................................................................................... 289
• XXXV. Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en
las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA,
José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ ............................................................................... 299
• XXXVI. Experimentación en el almacenaje en silos en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
David ASENSIO, Ramon CARDONA, Conxita FERRER, Jordi MORER, Josep POU y David TOUS ....................... 311
• XXXVII. Investigación y Arqueología experimental. La preparación de los adobes y otros elementos
de barro en el yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
Margarida GENERA I MONELLS ......................................................................................................................... 319
11
Índice
Pág.
• XXXVIII. La combustión del estiércol: aproximación experimental a la quema en montón de
los residuos de redil
Josep María VERGÈS BOSCH ............................................................................................................................ 325
• XXXIX. Missing: Un experimento a largo plazo para evaluar procesos tafonómicos ocurridos
en yacimientos arqueológicos. Isabel CÁCERES, Marta FONTANALS, Josep Mª VERGÉS, Ethel ALLUÉ,
Diego E. ANGELUCCI, Mª de Lluc BENNÀSAR, Dan CABANES, Itxaso EUBA, Mª Isabel EXPÓSITO,
Ana GARCÍA y Patricia MARTÍN .......................................................................................................................... 331
• XL. Aproximación experimental al procesado de carcasas de lepóridos durante el Epipaleolitico.
El caso de la Balma del Gai (Moia, provincia de Barcelona, España)
Lluís LLOVERAS, Marta MORENO-GARCÍA, Jordi NADAL, Pilar GARCÍA ARGÜELLES y Alícia ESTRADA ............... 337
• XLI. Creación de un referente experimental para el estudio de las alteraciones causadas
por dientes humanos sobre huesos de conejo
Alfred SANCHIS SERRA, Juan Vicente MORALES PÉREZ y Manuel PÉREZ RIPOLL .................................................. 343
• XLII. Experimentando con lobos; secuencia de acceso, consumo y dispersión de una carcasa
de équido en la Sierra de la Culebra, Zamora (Península Ibérica)
Montserrat ESTEBAN-NADAL, Isabel CÁCERES y Carlos TARAZONA .................................................................... 351
• XLIII. Tafonomia experimental aplicada à Antropologia Forense: implicaçőes para a compreensăo
dos registos arqueológicos
Maria Teresa FERREIRA y Eugénia CUNHA ........................................................................................................... 357
BLOQUE IV: TECNOLOGÍA CERÁMICA Y METALURGICA EXPERIMENTALES ............................................................... 363
• XLIV. La policromía de las terracotas arquitectónicas en época romana y su experimentación arqueológica
María Luisa RAMOS ................................................................................................................................................ 365
• XLV. Áreas fuente de arcilla: estudio analítico y experimental
Daniel ALBERO SANTACREU y Jaume GARCÍA ROSSELLÓ ...................................................................................... 371
• XLVI. Identificación de agregados líquidos en pastas cerámicas
Aixa SOLANGE VIDAL .............................................................................................................................................. 377
• XLVII. Áreas fuente de arcilla. Identificación y análisis de plasticidad
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU ................................................................................... 385
• XLVIII. Para aprender no hay edad: irregularidades frecuentes en la cerámica realizada
por aprendices adultos. Aixa SOLANGE VIDAL ............................................................................................... 393
• XLIX. No todo es lo que parece: Reproducción experimental de matrices decorativas cerámicas
documentadas en el Neolítico Antiguo. Olga GÓMEZ PÉREZ ....................................................................... 401
• L. La producción alfarera prehistórica en la Serranía de Ronda (Málaga, España).
Experimentación con materias primas locales y temperaturas de cocción
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO .................................................................................................. 409
12
Índice
Pág.
• LI. Reproducir la cerámica ibérica: un nuevo reto de Arqueología experimental
Ramón CARDONA, Jordi CHOREN, Mireia CRESPO, José Miguel GALLEGO y Josep POU ........................................ 417
• LII. Investigación y Arqueología experimental. Una aproximación al repertorio ceramológico
del yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
Margarida GENERA I MONELLS ................................................................................................................................. 425
• LIII. Fabricación de alfares en el ámbito de la Bahía de Cádiz (España)
Rita BENÍTEZ MOTA, Pedro Luís RUIZ MACÍAS, Mª José TORREJÓN GARCÍA, Sebastián BAYÓN JORDÁN
y Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ ....................................................................................................................... 431
• LIV. Aportación experimental al proceso técnico de la vasija de reducción durante el Calcolítico
en el sur de la Península Ibérica
Alberto OBÓN, Abel BERDEJO, Francisco MORENO JIMÉNEZ, Juan TERROBA VALADEZ, Antonio MORGADO,
José Antonio LOZANO, David GARCÍA GONZÁLEZ, Hugo AVALOS y Pablo GILOLMO ............................................ 439
• LV. Experimentando con metales. La funcionalidad en arqueometalurgia
Carmen GUTIÉRREZ, Ignacio MARTÍN, Charles BASHORE y Álvaro SIMÓN .............................................................. 447
• LVI. Fundición experimental de cascabeles prehispánicos. Análisis del trabajo de S. Long
Raúl YBARRA ............................................................................................................................................................. 453
BLOQUE V: LA EXPERIMENTACIÓN DEL PASADO APLICADA A LA DIDÁCTICA Y EL PATRIMONIO HISTÓRICO ........... 459
• LVII. Parque Arqueológico do Vale do Côa: entre os dados da experimentação arqueológica e o público
Jorge D. SAMPAIO y Thierry AUBRY ....................................................................................................................... 461
• LVIII. Talleres de Arqueología experimental sobre tégulas, ímbrices y antefijas en las
termas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria, España)
María Luisa RAMOS, María LACAL RUIZ y María José ÁLCEGA MARTÍNEZ ....................................................... 469
• LIX. 10 ans d’Archéologie expérimentale en relation avec les publics:
habitat néolithique, atelier de coroplaste gallo-romain
François MOSER ........................................................................................................................................................ 475
• LX. La feria de la prehistoria en Cáceres (España): una propuesta didáctica
Nova BARRERO, Antoni CANALS, Abel MORCILLO y Luna PEÑA .............................................................................. 483
• LXI. ERA: una década trabajando por la difusión. Rita BENÍTEZ MOTA ................................................................... 489
• LXII. Parque arqueológico Cella vinaria (Teià, Maresme, Barcelona):
un gran laboratorio de Arqueología experimental
Antoni MARTÍN I OLIVERAS ..................................................................................................................................... 493
Lista de Autores ............................................................................................................................................................... 503
13
Presentación
Presentación
Esta monografía presentada bajo el título “La investigación experimental aplicada a la Arqueología”, es fruto de los renovados esfuerzos en promover las publicaciones científicas que
desde el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada venimos
desarrollando. Por otro lado, esta publicación marca además nuestra colaboración con otros
Departamentos y Universidades, en este caso con la Universidad Autónoma de Madrid y, en
concreto, su Departamento de Prehistoria y Arqueología. Esta labor es ineludible dentro del
objetivo fijado de la obligación de difundir el saber dentro de la sociedad del conocimiento en
la que nos encontramos.
Por otra parte, la Arqueología Experimental viene siendo desde hace bastantes años una
asignatura impartida en la Licenciatura de Historia de la Universidad de Granada dentro del
catálogo de asignaturas de libre configuración y en los últimos años se ha incorporado también como materia formativa dentro del plan de estudios del Máster de Arqueología que
oferta nuestro departamento, siendo cada vez más numerosos los Trabajos de fin de Máster
que se realizan dentro de esta área.
La Arqueología presenta novedosas líneas metodológicas que son aplicadas al estudio
del registro material de las sociedades del pasado. A veces se ha tenido la impresión que
la Arqueología era una disciplina que, por su propia naturaleza como ciencia del estudio del
pasado y de la formación del registro material de ese pasado, no podía ser calificada como
ciencia experimental. El desarrollo de la Arqueología Experimental vino a cubrir un vacío
importante a la hora de validar las hipótesis sobre ese pasado, además de mostrar que la
Arqueología, como cualquier disciplina, podía desarrollar protocolos de contrastación desde
el presente hacia ese pasado. En este sentido, el presente volumen viene a mostrar múltiples
trabajos que toman la metodología experimental como vía heurística en la formación del
conocimiento. Pero, además de mostrar su potencial cognitivo, nos muestra otras vías de
valorar el patrimonio histórico desde la propia experiencia en el presente de los modos de
vida del pasado.
Este volumen, en el ámbito de la investigación española supone la segunda publicación
monográfica al respecto. La primera publicación se presentó en el año 2007 en la que se
presentaba más de una treintena de estudios que mostraba la novedad de dichos protocolos
experimentales en España. Esta segunda, con un carácter más internacional, muestra toda
la diversidad de ámbitos en los cuales la experimentación puede ser aplicada, desde la tecnología de los diferentes productos sociales, pasando por los sistemas constructivos y las
representaciones simbólicas hasta la propia tafonomía de la formación del registro arqueológico. Como parece quedar claro, la metodología experimental está llamada a formar parte de
cualquier proyecto de investigación que pretenda establecer la verificación de las hipótesis
formuladas desde el presente hacia un pasado que ya nunca existirá.
Francisco Contreras Cortés
DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
15
Introducción
Introducción
Antonio MORGADO*, David GARCÍA GONZÁLEZ* y Javier BAENA PREYSLER**
* Dpto. Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada. ** Dpto. Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid.
La Arqueología es una disciplina que estudia las
sociedades y su evolución histórica a partir del registro
material. La interpretación de ese pasado desde el presente
se emite hacia unas realidades sociales que plantean la
problemática de su reconocimiento y los mecanismos de
contrastación de las afirmaciones vertidas desde el presente.
De manera tradicional se había asumido que las hipótesis
en Arqueología tenían su contrastación casi en exclusiva
en el propio registro. Sin embargo, a partir de la segunda
mitad del siglo XX, desde muy diferentes corrientes teóricas
(el materialismo histórico de la Unión Soviética, la Nueva
Arqueología o los enfoques etnográficos de la Arqueología
de Europa occidental) coinciden en una nueva conceptuación
de la disciplina que demanda sistemas alternativos de
establecer mecanismos de verificación. La formulación de la
Arqueología como ciencia social demandaba observaciones y
contrastación que no sólo estuviesen basadas en las evidencias
arqueológicas. Se intentaba mitigar la contingencia generada
desde el análisis de los fenómenos arqueológicos. Este fue el
arranque de la auténtica experimentación, intentar reproducir
el fenómeno en condiciones de control de sus variables.
Algunas aproximaciones cualitativas relativas al uso y
reproducción de los artefactos se habían reproducido desde
finales del siglo XIX. Sin embargo, estas replicaciones, en
sentido estricto, no son auténticas experimentaciones sino
meras aproximaciones cualitativas a la cultura material del
pasado. A pesar de lo cual, aún hoy día se confunden las
experiencias de replicación con la auténtica experimentación.
A pesar de ello, debemos indicar que no hay experimento
sin experiencia. Estos primeros pasos permitieron sentar las
bases para el nacimiento de la experimentación arqueológica
explícitamente formulada.
La metodología experimental, como análisis de
contrastación para la Arqueología, al igual que cualquier
otra disciplina, es un protocolo que permite verificar las
formulaciones hipotéticas realizadas desde el presente
sobre la formación del registro arqueológico o de la realidad
sociocultural del pasado. Esta formulación explícita aparece
en la segunda mitad del siglo XX en la Europa occidental
(Asche 1961; Coles 1973, 1979; Ingersoll et al. 1977; Saraydar
y Shimada, 1973). Aunque su generalización en otros países,
como el caso de España, es más tardía.
Fruto de la generalización de los protocolos experimentales
en la investigación española fue la celebración por primera
vez en Santander durante el año 2005 del I Congreso de
Arqueología Experimental (Ramos Sanz et al. 2007), en
cuyo seno nació la Asociación española de Arqueología
Experimental. Los fines de esta asociación es promover
esta metodología y, a través de ella, explorar nuevas formas
de difundir y valorar el Patrimonio Histórico. La presente
monografía nace en este contexto.
Este libro reúne el conjunto de aportaciones presentadas
en el II Congreso Internacional de Arqueología Experimental
celebrado en la ciudad de Ronda en el año 2008. Esta
reunión, aunque promovida desde el ámbito de la Península
Ibérica, constituyó un foro de debate y encuentro de ámbito
internacional que reunió investigadores de Europa occidental y
América latina. La elección de la ciudad Ronda no fue fortuita.
Durante la década de los años ochenta se puso en marcha en
la comarca de Ronda un proyecto de investigación que reunió
a un grupo heterogéneo de personas entre las cuales surgió la
necesidad de experimentar ciertas tecnologías prehistóricas.
Fruto de toda esta labor se plasmó con la creación del Taller
de Arqueología Experimental de Ronda (TAER) y el Centro
Algaba de Ronda, este último tomando un entorno natural
como contexto para elaborar de manera didáctica un Centro
de difusión del Patrimonio cultural y natural (Moreno et al.
2007). Todo ello justificaba la elección de Ronda como lugar
destacado del sur de la Península Ibérica para la celebración
del II Congreso internacional de Arqueología Experimental. Sus
numerosas aportaciones, realizadas desde distintos campos
de la investigación, se han reunido en esta monografía, cuya
estructura se divide en bloques temáticos. Estos bloques
temáticos, en primera instancia, se han agrupado por
tecnologías (lítica, ósea, cerámica y elementos constructivos),
aspectos tafonómicos de la formación del registro y, por último,
un apartado dedicado a actividades e iniciativas de carácter
divulgativo, didáctico y educativo.
Si atendemos al número de publicaciones existente hasta
la fecha podemos observar como los estudios experimentales
en el campo de la tecnología lítica superan a los dedicados
a otro tipo de materiales. En el caso de la monografía que
nos atañe ocurre algo similar, y es el bloque dedicado a esta
temática el que recoge mayor cantidad de aportaciones.
17
Introducción
Debido a que es una tecnología vinculada fundamentalmente
a la Prehistoria, los estudios presentados abarcan cronologías
de este periodo, desde momentos más antiguos hasta
la denominada Prehistoria Reciente, hay que destacar,
sin embargo un trabajo que se incluye ya en momentos
protohistóricos. A su vez, es de resaltar también una serie
de aportaciones dedicadas a analizar exclusivamente los
gestos y la destreza vinculada al proceso artesanal de la
talla lítica. Debemos destacar que esta monografía no ha
aislado la tecnología lítica entre elementos tallados y pulidos,
como ocurre en la mayoría de las publicaciones. Entendemos
pertenecen a un único campo de estudio que engloba la
tecnología lítica, ya que en la mayoría de las ocasiones los
procesos para la fabricación de herramientas y utensilios
abarcan tanto acciones de talla como de pulimento.
En el segundo bloque se han reunido trabajos en relación
a materias primas orgánicas, como el hueso, piel o madera.
Junto a ellos se ha incluido estudios vinculados a expresiones
de carácter simbólico entre las que se incluyen objetos de
adorno realizados con elementos orgánicos, así como las
manifestaciones graficas. Algunos de estos estudios muestran
que la aplicación de la experimentación lleva implícita la
cuantificación estadística de la experimentación y su analogía
con las evidencias arqueológicas, como desarrollan algunos
estudios sobre representaciones rupestres.
Los análisis sobre elementos arquitectónicos y los
dedicados a la formación del registro arqueológico configuran
el tercer bloque de esta monografía. Con respecto a los
primeros, el abanico cronológico se amplía incluyendo
periodos protohistóricos e históricos. Abarca este bloque una
interesante aportación que nos indica que la experimentación
no sólo se realiza sobre la propia tecnología constructiva,
sino también puede aportar elementos de referencia sobre
los sistemas de urbanismo. Por otro lado, un campo de
experimentación en continuo crecimiento es el dedicado a
la propia formación del registro arqueológico y los procesos
tafonómicos.
El cuarto bloque está dedicado a los estudios en el
campo de la tecnología cerámica y metalúrgica. En relación
a los primeros hay que destacar que se trata de un conjunto
de aportaciones que abarcan todo el proceso técnico de la
elaboración de elementos cerámicos, por tanto, encontramos
estudios dedicados a las materias primas, tanto arcillas
como degrasantes, así como los dedicados a corroborar
hipótesis sobre la fabricación y funcionalidad de recipientes
y materiales de construcción. Si en el caso de la tecnología
lítica hacíamos alusión al mayor número de publicaciones
existentes sobre esta temática, en relación a los estudios
metalúrgicos ocurre todo lo contrario. Por lo tanto, dentro
del numero de aportaciones recibidas para la configuración
de esta monografía ocupan el puesto más bajo en cuanto a
la cantidad de ellas. Sin embargo, se trata de estudios con
proyección de futuro, que sin duda, van a generar mayor
cantidad de información y despertar el interés por la realización
de trabajos en relación a esta tecnología tan determinante
en la transformación de la forma de vida de las sociedades
humanas.
El bloque que cierra esta publicación está dedicado a
la puesta en conocimiento de actividades y propuestas de
carácter divulgativo y didáctico. No solo sirvió la reunión
celebrada en Ronda como un lugar para presentación de
estas, sino que constituyó un foro de debate para evaluar el
estado actual y futuro de estos protocolos en el ámbito de la
investigación. Por último no queremos finalizar sin resaltar
que muchos de los debates giraron sobre la delimitación
semántica de lo que llamamos “Arqueología experimental”.
Esta monografía ilustra que detrás de esta etiqueta lo que
subyace como campo semántico propio son los experimentos
del presente sobre el pasado, como metodología que implica
en última instancia el control de las variables del fenómeno
que queremos observar. No obstante, muchas veces la
etiqueta “Arqueología experimental” es también usada
en otros ámbitos y para otras realidades, más relacionada
con la “vivencia” y la “experiencia del pasado” mostradas
de manera pedagógica, didáctica y lúdica. Todo ello ayuda
al desarrollo de la Arqueología como ciencia del pasado al
servicio de la formación de nuestras sociedades del presente
que se proyectan en un futuro por construir.
Bibliografía
ASCHER, R. (1961a): “Experimental Archeology”. American
Anthropologist 63.
COLES, J.M. (1973): Archaeology by Experiment. Hutchinson,
London.
COLES, J.M. (1979): Experimental Archaeology. Academic
Press. London.
INGERSOLL, D.; YELLEN, J.E.; MACDONAL, W. (1977):
Experimental Archaeology. Columbia University Press,
New York.
MORENO JIMENEZ, F.; SÁNCHEZ ELENA, M.; TERROBA VALADEZ,
J.; AFONSO MARRERO, J.A.; MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, G.;
18
MORGADO RODRÍGUEZ, A.; MORENO GONZÁLEZ, J.C
(2007): “Un proyecto integral de Arqueología Experimental: el
poblado de La Algaba (Ronda, Málaga)”. En Ramos Sainz, M.L.
González Urquijo, J.E. Baena Preysler J. (eds.): Arqueología
experimental en la Península Ibérica. Asociación Española
de Arqueología Experimental: 37-44.
RAMOS SAINZ, M.L.; GONZÁLEZ URQUIJO, J.E.; BAENA
PREYSLER J. (eds.) (2007): Arqueología experimental en
la Península Ibérica. Asociación Española de Arqueología
Experimental.
SARAYDAR; SHIMADA (1973): Experimental Archaeology: A
New Outlook. American Antiquity, Vol. 38, No. 3: 344-350.
Antonio MORGADO y Javier BAENA PREYSLER
-IExperimentación, Arqueología experimental
y experiencia del pasado en la Arqueología actual
Antonio MORGADO* y Javier BAENA PREYSLER**
* Dpto. Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada. ** Dpto. Prehistoria y Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid.
Introducción
La Arqueología experimental como herramienta de
investigación y divulgación, o más adecuadamente, la
experimentación en Arqueología como perspectiva de
contrastación de hipótesis ha sufrido un importante progreso
en los últimos decenios (Ingersoll et al. 1977; Coles 1973 y
1979; Kelterborn 1987; Reynolds 1988 y 1999; Baena Preysler
1997 y 1999; Mathieu 2002). Este desarrollo es debido a las
posibilidades explicativas e interpretativas que su práctica tiene
dentro del análisis de la formación del registro arqueológico y
del comportamiento humano en el pasado. Su génesis entronca
con la práctica de la Arqueología formulada explícitamente
como ciencia. Su nacimiento se produce en el ámbito de la más
estricta investigación prehistórica, campo en el que la ausencia
de documentación escrita, la fragmentación de los datos, la
falta de elementos de contrastación de ciertas hipótesis y la
superación del criterio de autoridad de la experiencia empírica de
la práctica arqueológica, obligan a la búsqueda de metodologías
y recursos analíticos alternativos a la mera documentación del
registro arqueológico como base de explicación del pasado y
sus cambios históricos. A diferencia de la mera observación
pasiva (validación de las hipótesis desde el registro arqueológico
recuperado), la experimentación interviene de manera activa
en la observación haciendo posible su repetición, aislamiento
y variando sus elementos de análisis. Sin embargo, las
aplicaciones metodológicas de su práctica han estado a veces
mal estructuradas y, en ocasiones, desvirtuadas.
El presente artículo pretende realizar una revisión, no
necesariamente historiográfica, de su aplicación en Arqueología,
reflexionando sobre su marco teórico-práctico, sus procedimientos
y sus perspectivas de desarrollo. Pretendemos sondear los
ámbitos en los que esta metodología tiene cabida en la disciplina
arqueológica, con especial atención en los países donde su
aparición, siendo tardía, ha progresado rápidamente, aunque
no por ello deja de estar sujeta a los mismos problemas de
delimitación de su marco conceptual y dominios de aplicación.
La experimentación y su aplicación a la Arqueología
La metodología experimental es consustancial al desarrollo
del conocimiento científico, independientemente de las distintas
especificidades disciplinares. Aunque no existe una concepción
intemporal y universal de la ciencia o del método científico, no
es lícito defender o rechazar disciplinas o áreas de conocimiento
porque no se ajusten a ciertos criterios de cientificidad, sin que
esta afirmación implique la asunción del relativismo radical del
todo vale (Chalmers 1982). El modo científico de aprehender
la realidad está condicionado por la sociedad que produce
la ciencia, causando una interrelación objeto-sujeto donde
se inscribe el principio de objetividad y la propia generación
del conocimiento (Morin 1984). La obtención de datos, por
tanto, procede de la perspectiva de la observación (teoría), la
experiencia del observador y el desarrollo tecnológico de los
instrumentos de observación (empiria). La experimentación, a
diferencia de la mera observación, puede intervenir en el objeto
analizado variando las circunstancias del objeto observado.
Los experimentos implican también un aislamiento del objeto
de análisis sometido a observación, aislamiento en relación al
sujeto pero también aislamiento del entorno o contexto donde
su circunscribe el objeto. La realidad a estudiar u observación
es simplificada y mutilada en función de las hipótesis previas,
que le dan sentido al experimento. Esta es la constante
practicada por el método experimental y, en general, por una
ciencia moderna o clásica (Morin 1984; Prigogine y Stengers
1990). Por otro lado, como expondremos en estas páginas, el
propio desarrollo tecnológico-instrumental de la ciencia implica
también nuevas aproximaciones, incluso en el propio campo
21
Bases Metódicas sobre la experimentación aplicada a la arqueología
Capítulo I
experimental. No obstante, por otro lado hay que recalcar que
la experimentación no sólo es una metodología para la constatación de la formulación de hipótesis, también tiene un papel
heurístico, es un método de descubrimiento (Hempel 1973:
41), a partir de él se puede formular nuevas proposiciones sin
que existan hipótesis previas, que en el caso de la Arqueología
puede implicar un papel en el descubrimiento de la explicación
del pasado y la formación del registro arqueológico.
En la actualidad, los experimentos en Arqueología están
plenamente integrados en la disciplina. Aunque se podría
rastrear su génesis desde finales del siglo XIX, el esfuerzo
deliberado de la Nueva Arqueología en el mundo anglosajón
y otros enfoques teóricos de la Europa continental como el
materialismo histórico concretaron el nacimiento de la etiqueta
“Arqueología Experimental” para designar estudios que no
sólo sustentaban sus datos en el registro arqueológico (Ascher
1961a; Semenov 1964; Coles 1973 y 1979; Ingelson et al. 1978;
Hayden 1979; Reynolds 1988; Mathieu 2002). El apelativo
usado implicó la toma de consciencia de la Arqueología como
ciencia experimental. Por regla general, las ciencias naturales se han conceptuado como experimentales. No obstante,
aún reconociendo que la experimentación también podía ser
aplicada a las Ciencias Sociales, tenían en ellas un campo
limitado. El avance disciplinar y tecnológico ha supuesto que
la experimentación es un método cada vez más recurrente
para contrastar la formulación de hipótesis. En este sentido la
aplicación del método experimental a la Arqueología ha incidido
en la validación de las afirmaciones hipotéticas vertidas sobre
el registro arqueológico y sobre la realidad del pasado.
En definitiva, el desarrollo de la experimentación arqueológica
es consustancial a la propia formulación de la Arqueología como
ciencia, en el sentido más clásico de la ciencia. En ciertos casos
se había argumentado que el único referente de una ciencia
del pasado de confrontar sus hipótesis estaba contenido en el
registro arqueológico. En parte ello deriva de la adecuación
del experimento aplicado a la disciplina arqueológica. Aunque
su génesis se gesta en el siglo XIX con la adquisición de una
cierta experiencia sobre las técnicas y modos de vida de ese
pasado desde la replicación y sin ningún tipo de control más
allá de la analogía de los elementos del registro arqueológico,
de manera consciente desde la segunda mitad de siglo XX se
viene desarrollando observaciones experimentales encaminadas
a una doble vía.
La primera ha sido generada desde el papel heurístico del
método experimental, como vía de descubrimiento. En muchos
sentidos, este ha sido la primera vía exploratoria en el estudio
del pasado. Sin embargo, a veces se ha criticado a la experimentación arqueológica en su totalidad por no adecuarse a los
criterios de cientificidad que todo proyecto experimental debe
22
implicar (López Aguilar y Nieto Calleja 1985). Los puntos débiles
enfatizados han sido su aproximación inductivista, su falta de
control sobre las variables, inadecuación a marco teórico o la
imposibilidad de universalizar ciertas experimentaciones. Sin
embargo, para desarrollar algunas experimentaciones sobre
aspectos socioculturales del pasado es necesaria una previa
experiencia empírica sobre los procesos técnicos objetos de
análisis, para poder llegar a la segunda vía, la planificación
sistemática del programa experimental.
La segunda vía, la vía experimental propiamente dicha, es
utilizada como método de corroborar ciertas afirmaciones e
hipótesis sobre las técnicas y modos de vida del pasado, pero
también sobre la propia formación del registro arqueológico.
Ello implica, como ya han indicado otros investigadores, una
aproximación sistemática en la observación, el control de las
variables y la explicación de los datos adecuadas a la formulación
de hipótesis a contrastar (Ingersoll et al. 1977)
La Arqueología se dedica a conocer el pasado desde sus
restos materiales, teniendo en cuenta que el registro arqueológico es momento presente, mediante el cual se recupera
el contexto sociocultural del pasado (Schifferd 1972 y 1987).
Experimentar el pasado desde el presente es posible gracias
a dos principios que integra, que conectan, pasado y presente.
El principio de actualismo o uniformidad, mediante el
cual podemos determinar que bajo condiciones concretas los
procesos técnicos socioculturales y los procesos de formación
de los yacimientos pueden ser reproducidos en el presente. El
segundo principio es de simulación. Dada la conservación de
los elementos del registro arqueológico, una vez interpretado
y formuladas las diferentes variables, éstas pueden ser estudiadas en el presente mediante la simulación de la interacción
de dichas variables en función del tiempo. Esta simulación no
sólo se puede observar mediante la experiencia empírica (el
experimento), sino también simulada por ordenador gracias a
la modelización (como veremos más adelante).
a) Peculiaridades del experimento en Arqueología
No puede haber experimento sin experiencia. De hecho,
el experimento (acción consciente, planificada, controlada y
cuantificada en sus resultados) nace de la experiencia, siendo
esta última una particular forma de observar la realidad desde
su práctica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier
experimento sobre el pasado, en sus dimensiones socioculturales
(tecnología, funcionalidad, modos de vida…) y la conservación
de las evidencias de ese pasado (contexto arqueológico), se
desarrolla bajo parámetros de simplificación de la realidad a
observar. En este sentido, en su formalización podemos marcar
dos tipos fundamentales de prácticas experimentales:
Antonio MORGADO y Javier BAENA PREYSLER
• Los desarrollados en condiciones de control absoluto
de una o varias variables seleccionadas. En este caso la
realidad sociocultural o arqueológica se simplifica a favor del
control y medición absoluta de dichas variables, aislándolas
de la complejidad interrelacionada con otros elementos del
contexto sociocultural o del registro. Estos experimentos simplificados son desarrollados “en condiciones de laboratorio”.
En este sentido la experimentación implica observaciones
inducidas de manera artificial (Tringham 1978: 177) con el
instrumental tecnológico adecuado para la reproducción y
medición exhaustiva del fenómeno analizado.
• Ciertos experimentos proponen la interpretación de
los datos arqueológicos mediante la replicación o el experimento “de imitación” (Ascher 1961b: 793-795) también
llamados experimentos integrales (Moreno Jiménez et al.
2007). En este caso, se intenta una aproximación lo más
cercana posible a las condiciones materiales, técnicas y
productivas del fenómeno a observar. Bajo estas condiciones se pretende que la información obtenida puede
ser aplicada a la Arqueología por medio de la analogía
relacional (Ingersoll et al. 1977: XII). Para ello, las condiciones del fenómeno observado debe ser próximas a las
condiciones materiales de la realidad del pasado, aunque
siempre asumiendo lo parcial del registro arqueológico
de ese pasado. En este sentido, las experiencias previa
sobre las condiciones materiales de ese pasado (sistema
tecnológico, medios de producción, etc.) se transforman
en requisito imprescindible para poder abordar todo un
programa experimental. Por ejemplo, no se puede evaluar
hipótesis sobre cuantificación de tiempo de trabajo, especialización técnica y otros aspectos de los modos de vida
de ese pasado, sin una adecuada reproducción de esas
condiciones productivas y con una adecuada pericia en el
proceso de trabajo que se intenta reproducir en el presente.
La aproximación experimental a las condiciones técnicas del
pasado es realizado mediante la interrelación de múltiples
variables y, por tanto, sin un control absoluto de todas ellas,
primando el aspecto de adecuación paleoetnológica. En
este sentido, esta aproximación experimental se podría
calificar como “etnoexperimentación”.
Este último punto implica también uno de los elementos
conflictivos de la llamada Arqueología Experimental. Cierto tipo
de práctica experimental ha estado vinculada a la replicación
o realización de actividades o modos de vida de ese pasado.
Como hemos afirmado, en parte, la experiencia es requisito
para el experimento. Sin embargo, esta primera aproximación
heurística o exploratoria ha sido criticada reiteradamente por
no adecuarse en rigor a los criterios de cientificidad manejados
(Schiffer 1976: 5-7; López Aguilar y Nieto Calleja 1985). En
parte, esta críticas son acertadas si tenemos en cuenta que
estas prácticas “experienciales” han sido etiquetadas como
“Arqueología Experimental”. El elemento crítico de separación
entre los auténticos experimentos aplicados a la Arqueología
(Arqueología Experimental sensu extricto) y actividades de experiencias sobre el pasado, lo que podemos llamar “Arqueología
Experiencial” (Jeffery 2004). Sus límites están marcados en
si dichos proyectos experimentales responden a hipótesis
bien definidas, que serán probadas, observadas, cualificadas,
cuantificadas y entonces se aceptarán o se rechazarán a través de los procedimientos claramente definidos y razonados
(Kelterborn 1987). Esa otra actividad, en ciertos aspecto cuasi
teatral (“Arqueología Experiencial”, o simplemente experiencias sobre el pasado) intenta realizar actividades cercanas a
la manera en que se ejecutaron en el pasado, dar una visión
en el presente de ese pasado (como por ejemplo la dificultad
de maniobrar grandes bloque de piedra, cultivar los campos,
moler el grano, tallar la piedra…). Como tal, esta “arqueología
de la experiencia” realmente se confunde habitualmente con el
experimento arqueológico, bien sean los propios profesionales
o por el ciudadano en general. Tales experiencias son muy
valiosas descubriendo en sí el funcionamiento de tecnologías
antiguas y ciertos modos de vida, sin embargo, existen grandes
diferencias entre la experiencia de hacer una cosa y la verdadera
experimentación (Reynolds 1999). La diferencia que separa el
método científico de la simple vivencia sensorial.
b) Variabilidad de la experimentación arqueológica
Podemos englobar la variabilidad de experimentos arqueológicos en dos grandes grupos, que son coincidentes con las
áreas de actuación de la ciencia arqueológica:
1. Experimentos la formación del registro arqueológico y
la tafonomía.
2. Experimentos sobre la realidad sociocultural del pasado.
En este segundo bloque puede distinguirse:
• Experimentos sobre las propiedades y comportamientos
fisico-químicos de la materia prima de los objetos arqueológicos
• Experimentos sobre la tecnología, los procesos técnicos
• Experimentos sobre los modos de vida
Aunque en muchos de los casos, el ámbito de aplicación
queda limitado a nivel interpretativo, cabe destacar como
elemento común en la mayoría de los casos la existencia de un
referente en relación con la formulación de hipótesis sobre el
registro o bien sobre el comportamiento de los grupos humanos.
Existe una extensa producción científica desde antiguo que
abarca ámbitos de experimentación muy variados en los que
se aprecia un cambio importante en los modos y formas de
entender y aplicar estos procedimientos a lo largo del tiempo,
a ritmos diferentes según el campo de interés (Johnson 1978;
23
Bases Metódicas sobre la experimentación aplicada a la arqueología
Capítulo I
Reynolds 1979; Callahan 1979; 1981; Ploux 1984; Merkel 1990;
Pelegrin 1991; McBrearty et al. 1998; Crumlin-Pedersen 1999;
Tencariu 2005; Thery Parisot 2002; Denys 2002…).
c) Límites de la experimentación y la simulación
La experimentación arqueológica tiene sus limitaciones.
Existen realidades del pasado o de la formación del registro
que pueden ser observados e inferidos pero que no pueden ser
experimentados. Este límite es el que se ha argumentado para
criticar a la Arqueología Experimental en su totalidad. Podríamos
decir que esta limitación no sólo afecta a la experimentación
arqueológica. Puede ser también aplicable a la generación
de datos arqueológicos, existiendo una imposibilidad de la
observación directa del pasado. La realidad arqueológica es
momento presente para recuperar coordenadas socioculturales
de este pasado (Schifferd 1972, 1987), es decir, una realidad
con interrelación compleja de factores que tiene el tiempo
como variable. Por otro lado, la inferencia e interpretación
arqueológica siempre están adecuadas al marco teórico del
investigador y del contexto social de la investigación en general
(Trigger 1989), puesto que no hay ciencia sin sujeto. Existe por
tanto un cambio en los sujetos que intervienen dentro de los
procesos, si bien tanto los medios como el contexto tratan de
asimilarse al máximo entre sí.
Toda aproximación experimental es una simplificación
de la realidad. Diseñar un experimento es reducir una parte
de la realidad objeto de estudio al control de unas variables
dadas, seleccionando aquellos elementos a analizar, dejando
en la sombra otros. La aproximación simplificante de la ciencia
clásica fue su gran aportación (pero también limitación), el
aislamiento del fenómeno estudiado de la complejidad de
su contexto. La ciencia clásica ha generado gran cantidad de
información desde el control de las variables, simplificando su
realidad. De esta simplificación procede también su limitación
cuando se propone enfrentarse a la interrelación compleja de
múltiples variables, ya que la realidad está abierta a distintos
ámbitos de interretroacción. Sin embargo, la experimentación
depende también del desarrollo teórico-instrumental-tecnológico.
Aunque la complejidad de la realidad sociocultural del pasado
y su dinámica nos impide una observación directa, podemos
utilizar un tipo particular de metodología, la simulación.
La simulación no es exclusivamente teórica ni experimental.
Los nuevos instrumentales tecnológicos, los ordenadorescomputadoras, nos permiten procesar mucha información de
diferentes variables, aunque lo importante no es su gestión sino
la interrelación e interacción entre ellas. Así, podemos experimentar sobre dinámicas y realidades simuladas. La simulación
por ordenador inicia una nueva manera de obtener información
que se genera en experimentos inventados (Wagensberg 1985:
92). Aunque hay que enfatizar que la simulación o modelización
matemática de ciertos aspectos a investigar sobre el pasado
pueden implicar una previa recogida de datos mediante la
experimentación empírica, como condiciones iniciales que
suministran datos para la modelización. En este sentido se
vienen realizando diferentes simulaciones sobre procesos
postdeposicionales o sobre tecnologías del pasado, rutas de
transportes y navegación, batallas y otros…, o incluso sobre
los factores que influyen en la dinámica de evolución social
(Hodder 1977; Cooke y Renfrew 1979; Sabloff 1981; Orton
1982; Gilbert y Doran, 1994; Gilbert y Conte, 1995; Callaghan
1999; Mesoudi 2006; Callaghan y Bray 2007; Kohler y van der
Leeuw, 2007; Lenoble et al. 2008; Rubio Campillo 2009; Kondo
y Seino 2010…)
Aspectos derivados de la práctica experimental.
Didáctica y difusión del patrimonio histórico
En las últimas décadas, el impacto social que la Arqueología
ha tenidos se ha visto claramente reforzado por el giro metodológico de nuestra ciencia. No obstante, resulta discutible
en muchos casos establecer la verdadera intencionalidad
de centros y actividades en relación con la experimentación
sobre el pasado.
Nuestra disciplina no escapa de la creciente tendencia a la
“marketización” a que se ven sometidas todas las ciencias. El
mercado de la Arqueología ha sido tradicionalmente limitado
a ciertas instituciones del patrimonio histórico (museos y musealización de yacimientos), aunque se ha visto en la necesidad
de actualizar sus propuestas divulgativas en función de una
24
creciente demanda de productos “elaborados”, y de recursos
para su desarrollo.
Los procedimientos experimentales han supuesto una
herramienta fundamental a la hora de transmitir los conocimientos adquiridos mediante el empleo del método científico
en Prehistoria, En concreto, algunas de sus categorías (Baena
Preysler y Terradas 2005), contribuyen a la difusión de nuestra ciencia hacia sectores ajenos al desarrollo científico. Sin
embargo, dos de ellas, las réplicas y las demostraciones han
servido de base a iniciativas que se encuentran al margen del
propio proceso de investigación.
Antonio MORGADO y Javier BAENA PREYSLER
En el caso de las réplicas, aunque en países como España
el problema no resulta tan grave, en otros lugares ha servido
para generar circuitos económicos en el límite de la legalidad, enormemente perniciosos para nuestro patrimonio y la
investigación. Un estricto control del destino de los objetos
producidos así como de sus residuos debe guiar todo proceso
de experimentación.
Por otro lado, las demostraciones, han perdido su finalidad esencial (científica) para decantarse hacia objetivos más
ligados con la divulgación del conocimiento. Por lo general,
estas actividades son un excelente pretexto para transmitir,
especialmente a sectores de la población profanos en la materia, ideas generales sobre el nivel técnico y tecnológico de
las comunidades del pasado o bien para confirmar la viabilidad
de la autoría antrópica de los mismos. Una parte importante de
la filmografía y la literatura científica, así como de las propias
limitaciones de nuestra sociedad de consumo, han contribuido
a hacer estos actos más seductores al público en general. Al
amparo de este atractivo “añadido”, y merced a la falta de
control sobre los mismos, ha tenido lugar una proliferación de
actividades al margen del plano científico o didáctico, que
entran en el campo de lo estrictamente comercial, pero que no
dudan un momento en asignarse el término de “Arqueología
Experimental”.
Desde un punto de vista ético, cabría plantearse la inexactitud de presentarse como "Arqueología experimental", pues
dentro de este conjunto podemos encontrar, desde empresas
con importantes facturaciones, hasta individuos, profesionales
de la Arqueología en algunos casos, que usan estos recursos
como vías de enriquecimiento personal.
Las “Otras arqueologías experimentales”.
La experiencia del pasado en la sociedad del ocio
La experimentación arqueológica, como hemos citado, posee
una serie de valores que sobrepasan el estrecho marco de la
contrastación de hipótesis para la generación de conocimiento.
Su faceta heurística y empírica han sido aprovechadas para
conectar la Arqueología con el público en general. En este
aspecto la práctica de las demostraciones experimentales posee
un gran potencial didáctico y pedagógico para la comprensión
del pasado (Reynolds 1988; Fernández González 2000; Velázquez
Rayón et al. 2004). Queda claro que aunque etiquetadas bajo el
paraguas de Arqueología Experimental, son una actividad que
entronca con la didáctica y la difusión del pasado. En sentido
estricto debemos marcar aquí los límites de distinción entre la
experimentación arqueológica (cuyo objetivo es la generación
de conocimiento) y la experiencia del pasado (cuyo objetivo es
didáctico y pedagógico).
En distintos países, entre los que se encuentra España, se ha
explotado esta vía de la Arqueología Experimental para difundir
los modos de vida del pasado prehistórico o histórico a través
de la creación de distintos parques arqueológicos, talleres o
exposiciones (Pardo Mata 2001). Estos parques arqueológicos,
con su metodología empírica de experimentar los usos y modos
de vida, ofrecen una “vivencia” o “experiencia” simulada de
ese pasado. Son una nueva vía de difusión que va más allá de
las tradicionales visitas a los inertes yacimientos arqueológicos
y los contemplativos museos.
Sin embargo, como todo realidad es compleja porque paradójicamente no sólo posee elementos positivos. Aquí queremos
aportar algunos elementos de reflexión, a cierta práctica que
se camufla bajo el concepto “arqueología experimental”, pero
que nada tiene que ver ni con el experimento ni con la adecuada
difusión del pasado.
La primera paradoja es la que ofrecen algunos parques
arqueológicos, incluso gestionados por las administraciones
públicas, que bajo la etiqueta de “arqueología experimental”
ofrece actividades gestionadas por empresas de ocio-aventura
que conduce al público a una práctica lúdico-festiva y/o deportiva
bajo un maquillaje historicista que repite los chiclés simplificantes
de la sociedad contemporánea sobre las sociedades del pasado.
En este caso, se diluye la línea que separa la labor de difusión y
educación sobre las sociedades del pasado de las prácticas de
ocio de los parques temáticos (Disneyland, Port Aventura…). En
otros casos, en manos de la iniciativa privada, la evidencia del
parque temático es más palpable, por lo que no se esconde lo
que subyace y el objetivo principal y fin último de estos proyectos
empresariales autotitulados como “arqueoexperimenales”, el
negocio y la comercialización del pasado, llegando a la venta
de réplicas de diferentes fragmentos de ese pasado.
Enlazando con lo anterior, debemos enfatizar la segunda
paradoja de cierto tipo de prácticas artesanales que se muestran como “arqueología experimental”. En ciertas ocasiones,
realizar performance experimentales (talla de piedras, fabricación de objetos, etc.) sin un adecuado discurso del porqué los
científicos intentan acercarse a los gestos técnicos del pasado
puede causar la impresión de que estamos ante artesanía y
no una ciencia. En cierta manera se está fomentando la idea
de que puede ser practicado por cualquier tipo de persona
25
Bases Metódicas sobre la experimentación aplicada a la arqueología
Capítulo I
(artesanía-hobby), ya sea por el simple placer o por el negocio
de la venta de réplicas autocalificadas como arqueológicas.
Esta falta de distinción causa como efecto, en una sociedad
que busca el ocio por el ocio, la génesis de un nuevo amateur
de la Arqueología o neo-coleccionismo. Si en el pasado, la
Arqueología ha sufrido y sufre del coleccionismo de objetos
arqueológicos que repercute en la expoliación de dichos objetos para nutrir el afán sobre la posesión individual de objetos
arqueológicos como fragmentos del pasado por sus cualidades
como antigüedad o estética, o ambas al mismo tiempo. Este
coleccionismo traduce la idea perversa que los objetos tienen
un valor monetario derivado de la cotización en el mercado de
los objetos en función de la demanda existente. No obstante,
la madurez democrática y el avance sobre la protección del
Patrimonio Histórico ha relegado a la ilegalidad a los que
nutren ese mercado, quedando a nivel particular tachados de
expoliadores de un pasado que nos pertenece a todos para el
beneficio de unos pocos, amén de destruir irremediablemente
el libro de la historia de las secuencias arqueológicas de los
yacimientos. Sin embargo, ahora vemos cómo al amparo de
llamar a su práctica “arqueología experimental”, si bien en
países como España el fenómeno es reciente. Este “neocoleccionismo”, pretendidamente más legal, puede implicar también
cierto expolio y un paso atrás en la defensa del Patrimonio
Histórico de impredecibles consecuencias si no hay una toma
de conciencia sobre los efectos colaterales de esta práctica
que no debe ser enmascarada como auténticos experimentos
aplicados a la Arqueología.
Perspectivas
El marketing intelectual-académico en el que se mueve
la disciplina ha creado una etiqueta llamada “Arqueología
Experimental”. Esta etiqueta se hizo necesaria cuando el
registro arqueológico era el único referente y el experimento
en Arqueología era percibido como una aproximación exótica
o realizada por investigadores un tanto excéntricos. Pero,
hemos llegado a los inicios del siglo XXI con una práctica de
la disciplina Arqueológica en la que se reconoce que como tal
ciencia puede generar observaciones e información desde la
experimentación realizada en el presente sobre ese pasado. El
análisis arqueológico implica que el experimento es un método
de referencia en la confrontación de hipótesis, concurrente y
complementario al propio registro arqueológico para afianzar
y contrastar las hipótesis.
En este sentido, al contrario de algunas
interesadas afirmaciones que han negado
y limitado la aplicación de la experimentación en Arqueología, la Arqueología
Experimental no es una subdisciplina
o campo de acción particular de
la Arqueología. Sólo existe una
disciplina, la Arqueología.
No existe una Arqueología
Experimental, sino experimentos aplicados a
aspectos concretos
de los problemas
arqueológicos. En
conclusión, sólo
existen experimentos
aplicados a la Arqueología.
Por otro lado, gracias al poder
26
heurístico y didáctico de la práctica experimental, la experimentación sobrepasa el contexto de la generación de conocimiento.
La experimentación arqueológica se integra en la sociedad,
además, por la vía de la didáctica y la difusión.
Esta distinción es fundamental y podría establecer lo
acertado y lo erróneo de cierto tipo de prácticas a modo de
performance que se autotitulan como Arqueología Experimental
o “arqueoexperimentales” y que nada tienen que ver con un
experimento científico, la difusión del pasado y su didáctica.
Con esto último, no nos referimos a quien lo práctica sino a la
práctica en sí. Este tipo de actividad más tiene que ver con el
ocio y el deporte, a modo de hobby o con la aventura de vivir
un supuesto pasado en el presente.
Antonio MORGADO y Javier BAENA PREYSLER
Bibliografía
ASCHER, R. (1961a): “Experimental Archeology”. American
Anthropologist 63: 793-816.
GILBERT; N.; CONTE, R. (eds.) (1995): Artificial Societies. London:
UCL Press.
ASCHER, R. (1961b): “Analogy in archaeological interpretation”.
Southwestern Journal of Archaeology 17: 317-325.
HEMPEL, C.G. (1973): Filosofía de la Ciencia Natural. Alianza
Editorial, Madrid.
BAENA PREYSLER, J. (1997): Arqueología Experimental algo más que
un juego. Boletín de Arqueología Experimental, 1: 3-5. Madrid.
HODDER, I. (1977) (ed.): Simulation Studies in Archaeology.
Cambridge University Press.
BAENA PREYSLER, J. (1999): Arqueología experimental o
experimentación en Arqueología. Boletín de Arqueología
Experimental, 3: 2-4
INGERSOLL, D.; YELLEN, J.E.; MACDONAL, W. (1977): Experimental
Archaeology. Columbia University Press, New York.
BAENA PREYSLER, J.; TERRADAS, X. (2005). ¿Por qué experimentar
en Arqueología? Actes de los XV cursos monográficos sobre el
Patrimonio Histórico (Reinosa, julio 2004): 141-160. Santander.
JEFFERY, D. (2004): “Experiential and experimental archaeology
with examples in iron processing”. IAMS 24: 13-16.
JOHNSON, L.L. (1978): “A History of Flint-Knapping Experimentation,
1838-1976”. Current Anthropology 19 (2): 337-372.
CHALMERS, A. F. (1982): ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Siglo
XXI, Madrid.
KELTERBORN, P. (1987): “Principles of experimental research in
archaeology”. Bulletin of Experimental Archaeology 8: 11-14.
CALLAGHAN, R.T (1999): Computer Simulations of Ancient Voyaging.
The Northern Mariner/Le Marin du nord, IX, 2: 11-22.
KOHLER, T.A. Y VAN DER LEEUW, S.E. (eds.) (2007): The ModelBased Archaeology of Socionatural Systems. SAR Press: Santa
Fe, New Mexico.
CALLAGHAN,R.T.; BRAY, W. (2007): Simulating Prehistoric Sea
Contacts between Costa Rica and Colombia. The Journal of
Island and Coastal Archaeology, 2 (1): 4 – 23.
CALLAHAN, E. (1979): “The basics of Biface Knapping in the Eastern
Fluted Point Tradition: A Manual for Flintknappers and Lithic
Analysts” Archaeology of Eastern North America,7(1).
CALLAHAN, E. (1981): Pamunkey Housebuilding: An experimental
Study of Late Woodland Construction Technology in the Powhatan
Confederacy. Tesis Doctoral, Catholic Univrsity of America, 538.
COLES, J.M. (1973): Archaeology by Experiment. Hutchinson, London.
COLES, J.M. (1979): Experimental Archaeology. Academic Press.
London.
COOKE, K. L.; RENFREW, A. C. (1979): An experiment on the simulation of culture changes. In Transformations: Mathematical
Approaches to Culture Change. (A. C. Renfrew and K. L. Cooke
eds). New York: Academic Press. pp. 327-48.
CRUMLIN-PEDERSEN O. (1999): “Experimental Ship Archaeology
in Denmark” En A. F. Hardig (Ed) Experiment and Design.
Archaeological Studies in honour of John Coles 139-147
DENYS, C. (2002): “Taphonomy and experimentation”. Archaeometry
44:469-484.
FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, C. (2000): “De la incomunicación
Arqueología-sociedad: el posible papel de la Arqueología
Experimental”. Nivel Cero 8: 107-116.
GILBERT, N; DORAN, J.E. (eds.) (1994): Simulating Societies: the
Computer Simulation of Social Phenomena. London: UCL Press.
KONDO, Y.; SEINO, Y. (2010): GPS-aided Walking Experiments and
Data-driven Cost Modeling on the Historical Road of NakasendoKisoji (Central Highland Japan). In Frischer, B.; Crawford, J.W.;
Koller, D. (eds.): Making History Interactive, BAR, International
Series 2079, pp.158-165.
LENOBLE, A.; BERTRAN, P.; LACRAMPE, F. (2008): Solifluction-induced
modifications of archaeological levels: simulation based on
experimental data from a modern periglacial slope and application to French Palaeolithic sites. Journal of Archaeological
Science 35: 99-110.
MATHIEU, J.R. (ed.) (2002): Experimental Archaeology: Replicating
Past Objetcs, Behaviours and Processes. B.A.R., International
Series 1035. Archaeopress, Oxford.
MCBREARTY, S.; BISHOP L.; PLUMMER T.; DEWAR R., Y CONARD,
N. (1998): “Tools Underfoot: Human Trampling as an Agent
of Lithic Artifact Edge Modification”. American Antiquity. 63
(1): 108-116.
MERKEL, J.F. (1990): “Experimental reconstruction of Bronze
Age copper smelting based on archaeological evidence from
Timna”. In B. Rothenburg (ed), The Ancient Metallurgy of
Copper: Archaeology, Experiment, Theory Institute for Archaeometallurgical Studies (London):78-122.
MESOUDI, A. (2006): The experimental simulation of archaeological
patterns: contribution to a unified science of cultural evolution. Presented at the XVth Congress of International Union
for Prehistoric and Protohistoric Sciences. heoretical and
Methodological Issues In Evolutionary Archaeology: Toward
an Unified Darwinian Paradigm.
27
Bases Metódicas sobre la experimentación aplicada a la arqueología
Capítulo I
MORIN, E. (1984): Ciencia con consciencia. Anthropos, Madrid.
ORTON, C. (1982): Computer simulation experiments to assess
the performance of measures of quantity of pottery. World
Archaeology. 14(1): 1-20.
PELEGRIN, J. (1991): Aspects de démarche expérimentale en technologie lithique. 25 Ans d´Etudes technologiques en Préhistoire,
XIe Rencontres Internacionales d´Archeologie et d´Histoire
d´Antibes Ed. APDCA Ville de Antibes57-63.
PARDO MATA, P. (2001): “Lejre. Centro de arqueología experimental”.
Revista de arqueología 246: 40-45.
PLOUX, S. (1984): «Étude de débitages expérimentaux: la marque
du tailleur». En Préhistoire et technologie lithique. Publications
de l’URA 28, 2: 109-179. Meudon
PLOUX, S. (1991) : “Technologie, technicité, techniciens: méthode
de détermination d´auteurs et comportements techniques
individuels”. 25 ans d´études technologiques en Préhistoire:
201-214. Éditions APDCA, Juan-les-Pins.
PRIGOGINE, I.; STENGERS, I. (1990): La nueva alianza. Metamorfosis
de la ciencia. Alianza Editorial, Madrid.
RENFREW, C.; BAHN, P. (2005): Archaeology. The Key Concepts.
Routledge, New York.
REYNOLDS, P.J. (1979): Iron Age Farm: The Butser Experiment.
British Museum Publication, London.
REYNOLDS, P.J. (1988): Arqueologia experimental. Una perspectiva
de futur. Eumo Editorial, Barcelona.
REYNOLDS, P.J. (1999): “The nature of experiment in Archaeology”.
In A. F. Harding (ed.), Experiment and Desing in Archaeology.
Oxbow Books: 156-162.
RUBIO CAMPILLO, X. (2009): Motdelizació i simulació aplicades a
la recerca i interpretació de camps de batalla. Tesis doctoral,
Universitat de Barcelona.
SABLOFF, J. A. (ed.) (1981): Simulations in Archaeology. Albuquerque,
University of New Mexico Press.
SEMENOV, S. A. (1964): Prehistoric Technology. Cory, Adams and
MacKay, London.
SCHIFFER, M.B. (1972): “Archaeological context and systemic
context”. American Antiquity 37: 156-165.
SCHIFFER, M.B. (1976): Behavioral Archaeology. Academic Press,
New York.
SCHIFFER, M.B. (1987): Formation processes of archaeological
record. University of New Mexico Press, Albuquerque.
TENCARIU, F. (2005): “Experiments in pottery manufacture”. En
Dvoraková J., Dohnálkova, H., Kelm, R., Paardekooper, R. (eds):
euroREA: (Re)construction and Experiment in Archaeology –
European Platform (Hradec Králové) (SEA & EXARC) Volume
1-2004 pp 85-92.ISBN 80-239-4085-6
THERY PARISOT I. (2002): “Fuel Management (Bone and Wood)
During the Lower Aurignacian in the Pataud Rock Shelter
(Lower Palaeolithic, Les Eyzies de Tayac, Dordogne, France).
Contribution of Experimentation”. Journal of Archaeological
Science 29. 1415-1421
TRIGGER, B.G. (1989): A History of Archaeological Thought.
Cambridge University Press, Cambridge.
TRINGHAM, R. (1978): “Experimentation, Ethnoarchaeology, and
leapfrogs in archaeological methodology”. En R. A. Gould (ed.):
Explanation in Ethnoarchaeology. SAR Advanced Seminar
Series, Albuquerque: 169-200.
WAGENSBERG, J. (1985). Ideas sobre la complejidad del mundo.
Tusquets Editores, Barcelona.
28
VELÁSQUEZ RAYÓN, R.; CONDE RUIZ, C.; BAENA PREYSLER, J.
(2004): “La Arqueología Experimental en el Museo de San Isidro.
Talleres didácticos para escolares”. Estudios de prehistoria y
arqueología madrileñas 13: 3-17.
B L O Q U E
- I -
Tecnología y traceología lítica prehistórica
y su experimentación
- II Las experimentaciones aplicadas
a la tecnología lítica
Jacques PELEGRIN
Laboratoire Préhistoire et Technologie (UMR 7055, CNRS y U. Paris Ouest-Nanterre), France
Resumen
El presente artículo realiza una síntesis sobre la naturaleza
de la experimentación en el campo concreto de la tecnología
lítica. Se exponen los diferentes dominios en los cuales
la experimentación moderna puede aportar elementos
de referencia para la comprensión de la tecnología lítica
prehistórica, desde la identificación de las técnicas de
Palabras clave:
talla hasta ciertas cuestiones de orden socioeconómico. Se
concluye que no existe una Arqueología experimental en tanto
dominio particular de investigación, sólo experimentaciones
adaptadas a los problemas concretos de la investigación
arqueológica.
Tecnología lítica, experimentación, talla del sílex, técnicas de talla, métodos de talla, chaîne opératoire
Abstract
The experimentation in the field of the lithic technology
was studied in this paper. Here different points of view from
which modern experimentation is able to provide elements
for the understanding of the prehistoric lithic technology
as well as identification of flint knapping techniques and
Key words:
socio-economical questions were reported. To conclude,
the experimental archaeology does not exist as research
field but as experiments to solve specific problems of the
archaeological experimentation.
Lithic technology, experimentation, flint knapping, techniques, chaîne opératoire
Introducción
“Experimentar” consiste en probar a través de experiencias
la validez de una hipótesis y obtener datos cuantitativos
y/o cualitativos para facilitar su mejor contrastación.
Históricamente, la metodología experimental ha sido
desarrollada sobre todo en medicina (Claude Bernard) para el
estudio de mecanismos fisiológicos, permitiendo establecer
una conexión de un síntoma con una causa, o probar el efecto
de los medicamentos.
En Arqueología, el procedimiento experimental ha sido
practicado desde el siglo XIX para abordar un primer rango de
preguntas. Por ejemplo: ¿cómo fueron fabricados los bifaces
o las puntas de flecha?, ¿cuánto tiempo podría conllevar el
pulimiento de un hacha? (Evans 1872; Sehested 1884). Estas
primeras “experimentaciones” fueron por regla general mal
preparadas, poco documentadas y sin una evaluación crítica
de su resultado de cara al material arqueológico en cuestión
y, por último, raramente publicadas (Johnson 1978).
Con posterioridad, el procedimiento experimental vivió
un periodo de inactividad debido a la prioridad dada al
establecimiento de la cronología cultural del Paleolítico.
Esta situación se dilató hasta los años sesenta, e incluso
los setenta, del siglo XX. La experimentación fue retomada,
en principio, para aplicarla a la tipología (Bordes, 1961). A
partir de entonces esta metodología se ha revelado como
pertinente desde nuevas vías de investigación centradas
en los comportamientos, las técnicas y la economía de las
comunidades prehistóricas (Tixier et al. 1980; Flenniken 1984).
31
Las experimentaciones aplicadas a la tecnología lítica
B L O Q U E - I - . Capítulo II
En efecto, como hemos podido observar, en particular
para la tecnología lítica, diferentes categorías de preguntas
pueden beneficiarse de la aplicación de los procedimientos
experimentales. Pero, antes de enunciar estas categorías,
dos observaciones generales deben ser expuestas:
1.- Es conocido que la tecnología de los materiales
líticos ha tenido mayor presencia en los procedimientos
experimentales. En ello ha influido que las cadenas operativas
no son muy extensas, y, especialmente, que las propiedades
de las rocas son estables en el tiempo. Estas cadenas
operativas son más simples que para otros planteamientos
donde intervienen parámetros de orden medioambiental. Por
ejemplo, las investigaciones sobre la productividad agrícola,
sobre la alimentación del ganado, etc.
2.- La distinción propuesta desde 1965 por Jacques Tixier
(1967) entre técnicas de talla por una parte y métodos de talla
por otra parte, permite que se aborden de forma muy diferente
en el plano metodológico, cumpliendo la experimentación
un papel desigual en cada uno de ellos.
Así, por técnica de talla, J. Tixier ha distinguido las
modalidades de la ejecución de las extracciones. Estas
modalidades hacen referencia a tres parámetros (Pelegrin
1991, 1995):
• modo de aplicación de la fuerza (percusión directa,
indirecta o presión)
• naturaleza y morfología de los útiles de talla (guijarros
duros o rocas blandas, mazas de madera, chasse-lame de
ciervo, etc.)
• mantenimiento de la pieza tallada y posición del cuerpo
(sobre yunque o apoyado, con la mano, etc.)
Por el contrario, mediante el término método de talla,
J. Tixier ha designado la organización de los diferentes
levantamientos efectuados sobre una pieza tallada
(disposición en las tres dimensiones y su orden cronológico).
Cuando esta organización es reiterada –lo que es muy
frecuentemente- en una misma serie arqueológica, un
método de talla se puede identificar, correspondiendo a un
procedimiento sistemático al menos o racionalizado.
A partir de estos fundamentos, podemos exponer
las diferentes experimentaciones que se pueden aplicar
para responder a diferentes preguntas planteadas por la
investigación arqueológica.
La identificación de las técnicas de talla
Las técnicas de talla implican conocimientos y habilidades
o savoir-faire que son apropiados conocer para precisarlas
y definirlas. Su “redescubrimiento” y su distinción forman
parte de una reconstitución general de la historia de las
técnicas prehistóricas. Pero también, de manera contextual,
a través de ellas podemos esclarecer ciertos aspectos de las
relaciones entre comunidades, gracias a que éstas pueden
compartir o difundir ciertas innovaciones técnicas. Además de
permitir distinguir, según los casos, la presencia y actividad
de artesanos más o menos especializados. En consecuencia,
una distinción precisa de las técnicas de talla empleadas
por las comunidades ofrece mejores explicaciones sobre las
interrelaciones sociales en la Prehistoria que el tradicional
enfoque tipológico realizado sobre la morfología de los
objetos terminados.
No obstante, podemos decir que las técnicas de talla son
“fantasmas”. Habitualmente las colecciones arqueológicas
no documentan los útiles de talla, por lo que el registro
arqueológico es mudo al respecto. Además, como no
disponemos prácticamente de referentes etnográficos
sobre colecciones de objetos tallados, útiles de talla y
32
observaciones concretas, el referente experimental “moderno”
es indispensable para la identificación de las técnicas de
talla del pasado1.
La identificación de técnicas de talla procede de
una comparación analógica del material arqueológico
(clasificado por secuencias coherentes según el método de
talla reconocido, ya que la técnica puede cambiar según
estas secuencias) con un referente experimental lo más
completo posible (que puede ser completado por materias
primas particulares). Esta comparación se manifiesta sobre
los caracteres morfológicos y, sobre todo, sobre los signos
discretos –los “estigmas”- relacionados con los parámetros
mecánicos de la técnica (como las fisuras, ondas, etc.).
Las experimentaciones, en cuanto a las técnicas de talla,
deben pues:
1. En el campo de la tecnología lítica, los amateurs muy motivados y hábiles han
jugado un papel importante. Por ejemplo, son los casos de Léon Courtier (18961980) al que se atribuye el “redescubrimiento” de la percusión directa orgánica
que inspiró a François Bordes (1947). Igualmente, en Estados Unidos, Don Crabtree
(1912-1980) fue el fundador de varias “escuelas” (Crabtree, 1972).
Jacques PELEGRIN
• Explorar y precisar el potencial de cada técnica y sus
variantes, en cuanto a la morfología de sus productos, de
cara a evaluar sus márgenes de recubrimiento.
• Explorar o precisar los estigmas para ponerlos en
relación con ciertos parámetros, sobre la base de una
compresión “mecánica” de los estigmas visible de cada
técnica: por ejemplo, un estigma de choque extendido o
concentrado se relaciona con la dureza del útil empleado.
En realidad, y sobre todo para los periodos más recientes
de la Prehistoria, cuando varias técnicas son aplicadas un
buen diagnóstico implica un conocimiento práctico de todas
las técnicas y una discusión del diagnóstico diferencial,
argumentado por una documentación precisa de los objetos
arqueológicos y experimentales.
Por último, una mejor comprensión de los mecanismos y
parámetros de fracturación puede implicar investigaciones
de laboratorio, con la ayuda de dispositivos o máquinas
contrastables que permitan medir y documentar, por
ejemplo, las fuerzas puestas en juego, el efecto de facilitar
la fracturación debido al tratamiento térmico, etc.
En el momento presente, las principales técnicas
de talla han sido relativamente exploradas por algunos
experimentadores, como consecuencia de varios años de
aprendizaje. Pero quedan numerosas variantes por investigar
(en particular sobre el modo de sostener la pieza a tallar,
sobre la distinción precisa entre los útiles de cuerna de
ciervo y el utillaje de cobre, etc.) mientras que ciertos tipos
de productos, por ejemplo las pequeñas láminas regulares,
son difíciles de diagnosticar (percusión indirecta o presión,
incluso percusión directa orgánica o piedra blanda) (cf.
Newcomer 1975, Tixier 1982).
Los métodos de talla
Contrariamente a las técnicas, el conocimiento de
los métodos de talla no debe nada o casi nada a la
experimentación. Los métodos de talla, tratando de apreciar
la secuencia de los levantamientos, son reconocidos por una
lectura directa sobre el conjunto de materiales arqueológicos.
En ausencia de bastantes remontajes completos, puede ser
reconocido mediante la suma del conjunto de observaciones
extraídas de los esquemas diacríticos observados sobre
las piezas, lo que permite “reconstruir” el método –y
sus variantes- habitualmente reproducido en cuanto a la
disposición de los levantamientos. Las variantes del método
de talla se conciben como adaptaciones en los cambios en
la forma de la materia prima.
Así pues, es una cuestión de clasificación tecnológica y
lectura de esquemas diacríticos sobre el conjunto del material
arqueológico (Tixier 1978), dando prioridad a las piezas más
significativas (núcleos, piezas con crestas, tabletas, lascas
desbordantes, etc.). No hay necesidad, en este sentido, de
referentes experimentales.
Dicho todo ello, una vez leído el método sobre el material
arqueológico, si se busca como objetivo comentarios más
interpretativos, en particular sobre las intenciones (por
ejemplo, porqué hacer lascas desbordantes para ciertos
núcleos y lascas transversales sobre otros; es decir, sobre el
porqué de las opciones y no sólo la descripción del cómo), o
aún más, sobre el grado de predeterminación de uno u otro
método de talla, una experiencia práctica de la talla junto con
el conocimiento de una amplia gama de casos arqueológicos
puede enriquecer la discusión.
Las referencias cuantitativas
En este apartado se trata de producir datos en términos
duración y tiempo de trabajo, cantidades desechos y productos
en número y peso, a fin de responder a cuestiones de orden
económico.
Por ejemplo, delante de un conjunto de desechos de
configuración de hachas asociadas a una fosa de extracción
de sílex, ¿a cuántas hachas producidas corresponden?, ¿qué
tiempo de trabajo implica? En estos casos la reproducción
experimental, con una competencia práctica adecuada,
puede informar sobre cifras indicativas, siempre y cuando
cumpla con los parámetros cualitativos (técnicas, métodos,
materia prima efectivamente utilizada) y teniendo en cuenta
eventuales variables mediante la multiplicación de los
tests –en particular la variación natural de la materia prima
(bloques de 20 a 30 cm, grandes lascas, etc). El resultado
consiste en una aproximación media, pues no hay que olvidar
el grado de incertidumbre, o mejor aún en rangos (mínimosmáximos) de orden de una a tres, o al menos de uno a dos.
33
Las experimentaciones aplicadas a la tecnología lítica
B L O Q U E - I - . Capítulo II
Aproximación a los grados de habilidad (savoir-faire).
Problemática de la hominización, reconocimiento de aprendizajes, especialización)
En este aspecto, la experimentación puede aportar
elementos de referencia sobre cuestiones tan atractivas como
difíciles. La experimentación, en el sentido amplio, puede
ayudar contribuyendo a una profunda experiencia práctica de
las actividades y cadenas operativas que pretende analizar
la dificultad o, en otras palabras, el nivel de competencia
necesario. Supongamos que tuviéramos que tratar de
evaluar y analizar la competencia de los jugadores de tenis
o ajedrez, sin saber cómo se juega al tenis o al ajedrez,
respectivamente... Algunos casos especiales consisten
en utilizar los test experimentales, desarrollado por uno o
varios talladores actuales más o menos experimentados,
para proporcionar puntos de referencia relativos a esta
problemática.
Sobre la cuestión de los grados de especialización,
la ecuación formulada por Valentin Roux expresada en:
“calidad del rendimiento=nivel de habilitad=duración del
aprendizaje=grado de especialización”, permite también
apreciar una relativa gradación (Roux, 1990). Las etnoexperimentaciones, a priori seductoras, son difíciles de
tratar, ya que son susceptibles de ser el resultado de una
concatenación de factores socioeconómicos o, incluso,
culturales.
Interpretacion de configuraciones espaciales o estructuras particulares
La cuestión en este apartado es probar hipótesis
explicativas sobre las causas o mecanismos responsables
de algunas disposición espacial de materiales: por
ejemplo, formas de conjuntos de desechos –de talla o
de rechazo, efectos o “pseudoefectos de pared, o incluso
efectos de perturbaciones por el pisoteo u otros agentes
postdeposicionales, etc. Las pruebas experimentales
planificadas, después de considerar las diferentes variables en
juego, pueden favorecer ciertas “explicaciones”, mecanismos
o eliminar algunas hipótesis.
Traceología y estudios funcionales
Es también un dominio de estudio donde el referente
experimental juego un papel importante. Se puede distinguir
dos niveles de análisis:
a) El diagnóstico de la cinemática de empleo del material.
Mediante el estudio traceológico pieza a pieza, que permite
relacionar con un procedimiento diagnóstico por comparación
analógica con una amplia base de referencia experimental
(similar al reconocimiento de las técnicas de talla).
b) Los estudios funcionales en los cuales se busca captar
y evaluar el conjunto de parámetros que intervienen en el
subsistema técnico (Plisson 1991).
Conclusión
Finalmente, debemos concluir afirmando que no existe una
Arqueología Experimental –o Tecnología Lítica Experimentalen tanto dominio o tema concreto de investigación. No
obstante, ciertas cuestiones, en particular de orden técnico
y económico, pueden resolverse mediante enfoques
experimentales y experimentos adaptados a cada caso.
Nota: Sin que constituya en sí un “experimento”, una
introducción práctica a la talla de rocas duras es, sin duda,
un activo valioso, aunque no sea indispensable para estudiar
el material lítico arqueológico. De hecho, aprender a extraer
algunas lascas de un nódulo de sílex, retocar una raedera,
preparar y extraer golpe de buril…, es decir, adquirir
34
en algunas decenas de horas una experiencia práctica
básica de la talla puede mejorar y ejercitar la “lectura
tecnológica” de las piezas arqueológicas, sistematizada
por J. Tixier (1980). Estudiar con cuidado golpe por golpe
el resultado obtenido, los gestos del tallador y la presencia
de un observador complementario, mejoran la percepción
práctica. Además, desarrolla la capacidad de lectura de las
piezas en tres dimensiones, que son también completados
con los ejercicios de remontado sobre el material tallado
moderno o arqueológico. Esta mejor percepción facilitará
la clasificación tecnológica de los objetos, es decir, la
apreciación de su estado técnico (abandonado en proceso de
Jacques PELEGRIN
fabricación, más o menos deformado por el uso, rechazado
por amortización, roto…, etc.) y la situación de los diferentes
restos en la cadena operativa. Cualitativamente ayuda a
reconocer y detectar los accidentes de talla, reciclados
o transformaciones, y a mejor percibir, confirmado por la
experiencia, las intenciones y prioridades de los talladores
prehistóricos. Esta iniciación es, por tanto, recomendada
para todos aquellos cuyo objetivo es estudiar el material
lítico, así como para los dibujantes de dichos materiales.
Bibliografía
BORDES, F. (1947) : Etude comparative des différentes techniques
de taille du sílex et des roches dures. L’Anthropologie, 51:
1-29.
BORDES, F. (1961): Typologie du Paléolithique ancien et moyen.
Bordeaux, Delmas (Publications de l’Institut de Préhistoire
de l’univeristé de Bordeaux 1, n°1, 2 volumes).
CRABTREE, D.E. (1972): An introduction to flint working .
Occasional papers of the Idaho State University Museum,
28: 1-98.
EVANS, SIR JOHN (1872): The ancient Stone implements,
weapons and ornaments of Great Britain. New York : D.
Appleton. (édition française 1878 : Les Ages de la Pierre,
Paris, 690 p.).
FLENNIKEN, J.J. (1984): The Past, present and future of
flintknapping: an anthropological perspective. Annual Review
of Anthropology, 13: 187-203.
JOHNSON, L.L. (1978): A History of Flintknapping Experimentation:
1838-1976. Current Anthropology, n°19, 2: 337-372.
NEWCOMER, M.H. (1975): “Punch technique” and Upper
Paleolithic blades. In Swanson E.(ed.) Lithic technology:
making and using stone tools. La Haye: 97-102.
PELEGRIN, J. (1991): Aspects de démarche expérimentale en
technologie lithique.- in 25 ans d’études technologiques
en Préhistoire : bilan et perspectives. (XIèmes rencontres
internationales d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes). Juanles-Pins: APDCA: 57-63.
PELEGRIN, J. (1995): Technologie lithique: le Châtelperronien de
Roc-de-Combe (Lot) et de La Côte (Dordogne). Paris: CNRS
Editions (Cahiers du Quaternaire n°20).
PLISSON, H. (1991): Tracéologie et expérimentation : bilan d’une
situation. in : Archéologie expérimentale, tome 2 (actes
du colloque internat. de Beaune, «Expérimentations en
Archéologie; bilan et perspectives», 6-9 avril 1988). Paris :
Errance, 1991: 152-160.
ROUX, V. (1990): The psychological analysis of technical
activities : a contribution to the study of craft
specialization. Archaeological Review from Cambridge, t.
9, n°1: 142-153.
SEHESTED, N.F.B. (1884): Archaeologiske Undersoegelser :
1878-1881. Copenhagen.
TIXIER, J. (1967): Procédés d’analyse et questions de terminologie
dans l’étude des ensembles industriels du Paléolithique
récent et de l’Epipaléolithique en Afrique du Nord-Ouest.
In: Background to evolution in Africa. Bishop, W.W. & Clark,
J.D. (eds). Chicago & London: The University of Chicago
Press: 771-820.
TIXIER, J. (1978): Méthode pour l’étude des outillages lithiques.
Notice sur les travaux scientifiques présentée en vue du grade
de docteur ès lettres. Université de Paris X-Nanterre, 118p.
TIXIER, J (1982) : Techniques de débitage : osons ne plus affirmer.
In : Cahen D. et URA 28 du CRA (eds) Tailler ! pour quoi
faire. Préhistoire et Technologie lithique : Recent progress
in microwear studies. Tervuren : Musée Royal de l’Afrique
central, 1982 (Studia Praehistorica Belgica 2; Préhistoire et
Technologie lithique 2: 13-22.
TIXIER, J.; INIZAN, M.-L.; ROCHE, H. (1980): Préhistoire de la
pierre taillée 1 : terminologie et technologie. Paris : éd. Du
Cercle de recherches et d’études préhistoriques. (nouvelle
édition en français 1995, en anglais 1999, accesibles sur le
site web ARKEOTEK).
35
Hugo G. NAMI
- III Reflexiones epistemológicas sobre Arqueología
y tecnología lítica experimental
Hugo G. NAMI
CONICET.
Instituto de Geofísica Daniel A. Valencio (INGEODAV), Dpto. Ciencias Geológicas,FCEN, UBA. National Museum of
Natural History, Smithsonian Institution, Wa. D.C., E.E.U.U.
Resumen
Las nuevas perspectivas desarrolladas desde la década de
1970 cambiaron rotundamente las pesquisas líticas. De esta
manera, los análisis tecnológicos llevados a cabo con distintas
aproximaciones, fueron cruciales para avanzar en la interpretación
y conocimiento de los instrumentos de piedra. En Argentina,
el desarrollo sistemático de la tecnología lítica experimental
se generó como consecuencia de una necesidad de cambio
de enfoque para comprender a los vestigios líticos. A lo largo
de los años, un objetivo importante fue fundamentar teórica y
epistemológicamente la práctica experimental en arqueología.
Palabras clave:
Con el propósito de continuar en la persecución de esa meta, la
presente contribución agrega nuevas reflexiones y consideraciones
teóricas sobre diversos tópicos relevantes para la práctica de la
arqueología y tecnología lítica experimental. De esta forma se
plantean diversos tópicos sobre la experimentación en la ciencia,
arqueología y tecnología lítica considerados de utilidad para su
fundamento epistemológico. Se propone además una escala de
confiabilidad de los experimentos y una escala para evaluar la
duplicación de los implementos de piedra.
Tecnología litica experimental, filosofía de la ciencia, teoría.
Abstract
The new perspectives developed since the 1970s radically changed lithic research. By this way, technological
analysis that performed with different approaches was
crucial to advance in the interpretation and knowledge of
stone tools. In Argentina, the systematic development of
experimental lithic technology started as consequence of a
necessity of change in the approaches to understand stone
remains. Through the years, an important goal was the
theoretical and epistemological basis of the experimental
Key words:
practice in archaeology. With the aim to continue with that
goal, this contribution adds new reflections and theoretical
considerations on diverse topics which are relevant to the
experimental lithic technology and archaeology. Then, diverse
useful issues on experimentation in science, archaeology and
lithic technology are proposed. Besides, a scale concerning
experiments´ reliability and other one to evaluate the stone
tool’s reproductions are suggested.
Experimental lithic technology, philosophy of the science, theory.
Introducción
Desde una novedosa perspectiva, a la tradicional división
entre ciencias sociales y naturales, el filósofo Mario Bunge
propuso a las bio-sociales para aquellas híbridas que tratan
con hechos naturales y sociales. Puesto que en la formación e
interpretación del registro arqueológico intervienen variables
socio-culturales y naturales, la arqueología podría ser
considerada como una disciplina bio-social o socio-natural
en la cual la experimentación juega un papel significativo.
El mismo pensador también señala que combinando tanto
al racionalismo moderado con el empirismo moderado, el
racioempirismo resulta adecuado para cualquier investigación
concerniente a cuestiones de hecho (Bunge 2001: 59, 178 y 179).
37
Reflexiones epistemológicas sobre arqueología y tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo III
La labor científica requiere de teorías que actúen como
principios ordenadores y expliquen los fenómenos estudiados.
Las teorías pueden ser de bajo, medio y alto nivel. Las primeras
realizan generalizaciones basadas en regularidades vistas
repetitivamente y que pueden ser refutadas por la observación
de casos contrarios; las de nivel medio, intentan dar cuenta
de regularidades en múltiples cosas o entre dos o más
conjuntos de variables, las cuales deben ser suficientemente
específicas como para ser probadas mediante su aplicación
a conjuntos particulares de datos. Finalmente, las de alto
nivel son reglas abstractas que explican las relaciones entre
proposiciones teóricas relevantes en el conocimiento de las
categorías principales de fenómenos, a menudo difíciles de
contrastar. La arqueología experimental (AE), forma parte
de las investigaciones relacionadas a la teoría de alcance
o rango medio (TAM). Su objetivo es franquear el vacío
existente entre la teoría abstracta y la evidencia empírica;
tratando de mantener un nivel de análisis que vaya más allá
del descubrimiento fáctico, pero que a la vez evite caer en
arriesgadas especulaciones desligadas de la realidad. La TAM
no debe explicar la totalidad del mundo sino concentrarse
en aspectos mensurables. Su función es tender un puente
entre los hechos conocidos del contexto arqueológico
observado y los no observados del contexto sistémico. Para
construirla es necesario realizar investigaciones de alcance
medio con observaciones de hechos actuales, razón por la
cual son llamadas “actualísticas”. En otras palabras, aquella
investigación realizada con la meta de ser aplicada a problemas
de relevancia arqueológica; es decir, estudios de ciencia básica.
Las formas de llevarlas a cabo son dos; la etnoarquelogía y la
AE. Desde una perspectiva americana, la primera disciplina se
encarga de realizar estudios relacionados con la cultura material
en comunidades tradicionales con el propósito de recabar
información básica que permita ser usada en arqueología.
Con un fin similar, la AE usa el método experimental pero, una
diferencia fundamental es que el mismo arqueólogo es quien
hace sus objetos de estudio, realizando incluso una observación
participante activa en su quehacer. No obstante, es útil apuntar
que tanto las observaciones etnoarqueológicas, etnográficas
y etnohistóricas son una fuente sumamente importante de
información y formación de los arqueólogos experimentales.
En este sentido, muchas aspectos relacionados con la talla
de la piedra utilizadas por experimentadores actuales fueron
aprendidas e inspiradas en las empleadas por miembros de
comunidades tradicionales registradas en investigaciones
etnográficas, etnohistóricas o etnoarqueológicas (v. gr. Fig.
1a.-b). Puesto que el objeto o tema de la AE se refiere a
hechos, sus enunciados a sucesos y procesos; y los métodos
para confirmar sus conjeturas necesitan de la observación y
el experimento pertenece al campo de las disciplinas fácticas,
cuyos principios y conceptos filosóficos son compartidos por
las ciencias naturales, sociales o mixtas.
Generalmente, en la investigación arqueológica no hay
prueba absoluta para la explicación de un fenómeno (Ascher
1961: 810-811; Coles 1979: 94). Así, la interpretación en la
AE no busca pruebas sino posibilidades; más explícitamente,
probabilidades (no en sentido matemático). Los experimentos
arqueológicos tienen distintos objetivos relacionados con
problemas particulares y generales. Desde el punto de vista
amplio, en la actividad científica hay tres contextos que
un investigador transita en su quehacer: Se los denomina
contextos de descubrimiento, justificación y aplicación. El
de descubrimiento estudia, considera y analiza los aspectos
pertinentes para llegar a nuevas hipótesis con el objeto de
elaborar conjeturas y abrir caminos tentativos; asimismo,
descubrir proposiciones novedosas. El de justificación abarca
los esfuerzos y pesquisas con la meta de confirmar, validar
y explicar los conocimientos adquiridos. Finalmente, el de
aplicación o tecnológico tiene que ver con el desarrollo de las
aplicaciones de los descubrimientos. A menudo, en la misma
labor se mezclan dos o incluso los tres contextos, si bien es
usual que uno predomine. Por ejemplo, el experimento que
se haga como fuente generador de una teoría es diferente de
los efectuados con el fin de corroborarla o el desarrollo de
nuevas aplicaciones. Así, la AE tiene como finalidad descubrir,
describir, explicar, retrodecir y predecir aspectos relacionados
a los vestigios arqueológicos, lo cual redunda en las hipótesis
y conjeturas sobre las sociedades del pasado.
Gran parte del registro arqueológico está formado por
restos de artefactos de piedra, los cuales representan el
registro fósil de tecnologías tradicionales. Una disciplina
con claro interés en conocerlos es una rama de la AE, la
tecnología lítica experimental (TLE). Sobre la base del principio
de uniformitarismo, tiene como objetivo construir un vínculo
entre una realidad conocida -la experimental- y otra que no
lo es, la del pasado. Estas pesquisas analizan los diversos
aspectos vinculados con la producción de los artefactos líticos.
Ellos varían desde la extracción de la pieza-soporte hasta
el instrumento terminado y/o usado; pasando por todos los
estadios de su manufactura y estudiando tanto los productos
finales como los desechos de su confección.
Confiabilidad de los experimentos
Afortunadamente la AE y TLE están insertas en los
proyectos de investigaciones líticas como una práctica
habitual. Sin embargo, en su abordaje es significativo
considerar algunos requisitos mínimos y elementales. Si
38
bien se realizaron trabajos experimentales desde los inicios
de la arqueología, la práctica arqueológica en general y la
experimental en particular, se transformaron en una actividad
tan ardua como compleja. En consecuencia, tanto la continua
Hugo G. NAMI
preocupación teórica como el trabajo práctico van aportando
nuevas problemáticas que conducen a reflexionar para que
los cimientos de la disciplina sean cada vez más sólidos; de
este modo, alcance el grado que se merece en la investigación
arqueológica.
Varias décadas atrás distinguidos investigadores
establecían claramente los requisitos mínimos necesarios
para efectuar los experimentos en arqueología. En ellos
enfatizaban la necesitad de adquirir experiencia previa antes
de ponerlos en práctica. Así, más allá de las disciplinas
particulares debe ser mencionada la diferencia entre
experiencia y experimento. En este sentido, Tiles (1992) señaló
que un resultado o procedimiento experimental puede ser
confrontado siempre por la experiencia del experimentador,
el diseño del experimento o la calidad de los aparatos. Por
consiguiente, hay coincidencia que en la aplicación de
ciertas técnicas, es necesario tener experiencia; vale decir,
conocimiento ganado por la práctica y la observación. La
experiencia por sí misma no es útil para el conocimiento
científico. Debe ser continuamente retroalimentada
con bagaje científico, además de estar vinculada con
problemas y mostrar perspectivas metodológicas y teoréticas.
Entonces, la experiencia es un componente significativo
en la actividad experimental, particularmente en aquellas
investigaciones vinculadas con técnicas artesanales las
cuales están estrictamente vinculadas a la compleja
naturaleza del conocimiento tecnológico tradicional (Nami
1994, 2007, 2008). Específicamente con las reproducciones
de instrumentos prehistóricos, a pesar que no realizan
experimentos muchos talladores comerciantes y amateurs
tienen indudable experiencia. Sus reproducciones no son
artefactos experimentales; sin embargo, su conocimiento
ganado por medio de la experiencia puede ser de gran utilidad
para los arqueólogos.
Cualquier científico experimentado se encuentra en la
posición de un novicio cuando confronta por primera vez
un nuevo fenómeno (Tiles 1992: 101). Entonces, a veces es
necesaria mucha experiencia para acometer un experimento
en tecnología lítica (Kelterborn 1987). Por esta razón, antes de
experimentar con artefactos arqueológicos de manufactura
extremadamente compleja y asumir que ellos están siendo
reproducidos, es necesario hacer ejercicios de entrenamiento.
Un ejemplo interesante sobre este tópico es el experimento
replicativo de las dagas neolíticas danesas. De hecho,
cuando había pocos antecedentes sobre este tema, Callahan
(2006) invirtió muchos años de investigación, experiencia y
entrenamiento para descubrir cómo replicar en detalle estos
famosos artefactos; especialmente cómo hacer los retoques
paralelos de borde a borde en las dagas Tipo I y en zigzag
en los mangos de las dagas Tipo IV (Figs.1g-h).
En el cono sur de Sudamérica, particularmente en
Argentina, la práctica de las actividades actualísticoexperimentales conducen a reflexionar sobre tópicos que
van más allá de la actividad puramente arqueológica formal.
Solo se mencionarán algunos para justificar el porqué de
la clasificación sobre la confiabilidad de los experimentos
desarrollado más abajo. Como toda empresa humana, la labor
científica está sujeta a las consecuencias de su naturaleza. Las
causas son muy complejas y responden a factores de distinta
índole (Alberts y Shine 1994). No obstante, es significativo
apuntar que en varios lugares del mundo existe una perversa
y contraproducente exigencia académica concerniente con
las promociones, el acceso a los cargos, la nociva presión
ejercida por ciertas instituciones, la competencia profesional
y la búsqueda de subsidios, para mencionar unos pocos.
Por tal motivo, en algunas disciplinas es más frecuente de
lo pensado el empleo de ciertas prácticas que corrompen a
la ciencia, entre otros: copiar, plagiar, falsificar datos, robar
conceptos desarrollados por otros o tomarlos y hacerlos
propios con leves modificaciones sin mencionar la fuente.
A tal efecto, esos fraudes constituyen verdaderos delitos
dentro de la actividad científica; Estafas perpetradas a la
vista de la comunidad investigadores (Bunge 2000). De este
modo, considerando lo anterior, es ineludible reflexionar,
plantear y proponer una tipificación sobre la confiabilidad
de los denominados “experimentos” en tecnología lítica y
otras ramas de la AE. En algunas comunidades académicas
la AE no generó desarrollo fáctico y teórico; sin embargo,
en varios países, después de mucho trabajo práctico y
discusión, la experimentación es aceptada como un método
más de investigación normal y este desarrollo creó cierta
jerga. De hecho, cada disciplina tiene su lenguaje técnico, el
cual es una parte necesaria y aceptada en la comunicación
científica y, por ende, es privativo e inteligible solo para los
iniciados (Fox et al. 1963). En consecuencia, tanto el empleo
de jerga como de términos teóricos (Moulines 1993) no
garantiza la confiabilidad de ciertas actividades denominadas
“experimentales”. Puesto que la TLE es llevada a cabo con
técnicas simples, el hecho de confeccionar una reproducción
arqueológica puede generar individuos que piensen que están
realizando “experimentos”; por esa razón existe el riesgo de
la emergencia de impostores. En otras palabras, individuos
que le gusta simular conocimiento, relaciones o ideas aunque
no los tengan (Nami 1997/1998, 2000).
Desde un punto de vista filosófico, la deontología
concierne con la ética y moral profesional; la cual también
existe en arqueología y particularmente en la talla de la
piedra. Este hecho muestra que en el ejercicio profesional
no solo son importantes los tópicos relacionados con los
aspectos materiales y formales. Conformemente, debido
39
Reflexiones epistemológicas sobre arqueología y tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo III
al crecimiento de la AE podría ser considerada como una
disciplina emergente, es necesario realizar un rango de las
actividades etiquetadas como “experimentales”. Esto se debe
a que en ciertas ocasiones, las mismas están desvirtuadas o
crean una imagen confusa de la disciplina (Nami 1997/1998,
2000). Por eso, a continuación se propone una clasificación
del grado de confiabilidad de las prácticas “experimentales”
de acuerdo a la obediencia a ciertos criterios científicos.
Con ese objetivo, se consideran destreza y conocimiento
en la talla de la piedra, bagaje de conocimientos científicos
y, estándares profesionales relacionados con cuestiones
deontológicas. Además, en cualquier disciplina experimental
un tópico sumamente importante es informar y dar a conocer
los procedimientos y datos que permitan reproducir el
experimento, lo cual garantiza su consenso y confiabilidad
(Ziman 1978). De esta manera, se permite la verificación
inter-subjetiva, tan necesaria en la investigación científica
(Grinnell 1992). La escala sugerida es la siguiente:
A. No confiables. Son aquellas actividades que -aunque
utilizan materiales similares a los prehistóricos- no emplean
técnicas tradicionales; sus autores no tienen entrenamiento
profesional; la actividad experimental no es controlada ni
documentada; en consecuencia, debido a esta falta carecen
de documentación fidedigna y confiable en los reportes. En
la actualidad, es posible encontrar autores que se jactan de
observaciones experimentales realizadas por ellos sin dar
a conocer ni siquiera un dato de la actividad desarrollada.
Al mismo tiempo, no acreditan ningún antecedente en la
talla experimental, salvo el de haber tomado un curso con
algún tallador renombrado. También, se incluyen aquellas
actividades que carecen de mínimos estándares profesionales
concernientes a los más elementales principios éticos. Estas
prácticas son el resultado de la falta de ética y de moral
profesional con relación al uso de ideas y/o esquemas de
trabajo de los colegas sin otorgarles el crédito merecido.
Es el caso de copiar frases o párrafos sin mencionar su
fuente, ignorando el desarrollo de los temas en la literatura
nacional previamente publicada, informes, referencias u
otros resultados (cf. Nami 1997/1998, 2000).
B. Pobremente confiables. A pesar de que cumplen
con ciertos requerimientos deontológicos, la supuesta
experimentación es realizada con conocimientos muy
superficiales o elementales de talla sin desarrollar ningún
tipo de verdadera actividad científica. Podrían ser comparados
con ejercicios de entrenamiento o prácticas estudiantiles.
Los artefactos que intentan reproducir tienen poco o muy
escaso control con los especimenes arqueológicos, poca
documentación gráfica y, en consecuencia, la falta de
posibilidad de llevar a cabo la verificación inter-subjetiva. En
otras palabras, la oportunidad de repetir el experimento por
otro investigador. Según la escala desarrollada en la siguiente
sección las reproducciones tienen el nivel de A o B. Tal como
Callahan (1996: 9) afirmó: “Un ejercicio automáticamente no
constituye un experimento simplemente por la sinceridad del
artesano o la magnitud de la empresa” (Traducción del autor).
C. Confiables. Ellos cumplen con todos las condiciones
para efectuar experimentos en arqueología y específicamente
en tecnología lítica (v. gr. Coles 1979; Kelterborn 1987;
Callahan 1996). Reúnen los requisitos deontológicos
generales, y particularmente consideran los códigos de
ética en arqueología y talla. Son efectuados por personas
que tienen familiaridad con el laboreo de la piedra pero no
acreditaron una extensiva dedicación a esta actividad. Las
reproducciones fueron sujetas a un riguroso control con los
artefactos arqueológicos, llegando a adquirir los niveles más
altos en la escala sugerida en la sección que viene. Asimismo,
los informes permiten la replicabilidad del experimento por
otros colegas, mostrando honestidad y claridad en expresar
la tarea experimental.
D. Altamente confiables. Comparten los mismos
atributos que el anterior pero, son llevados a cabo por
investigadores que a través de diversos medios mostraron
un profundo conocimiento y especialización en TLE; además
haber demostrado maestría con relación a las destrezas
y el conocimiento involucrado en numerosas secuencias
y estrategias de reducción. Si están disponibles, las
piezas experimentales tienen un minucioso control con los
artefactos arqueológicos, observando tanto los estadios
tempranos e intermedios de manufactura, preformas,
productos terminados y sus desechos. Indudablemente, las
reproducciones alcanzan el más alto nivel sugerido en la
sección siguiente. Vale decir, tienen un control detallado con
el registro prehistórico. En el caso de que estos no existan
o no estén disponibles, las limitaciones de los objetivos del
experimento son explícitamente expresados y, por ende,
existe claridad y honestidad en los logros del ensayo. Las
tareas son excesivamente documentadas por medio de
dibujos, fotografías, gráficos y tablas las cuales permiten la
reproducción del experimento. En este sentido, de acuerdo
con Grinnell (1992) es posible la verificación inter-subjetiva.
Talladores actuales y niveles de reproducciones
En el mundo actual se registran dos grandes categorías de
talladores. Por un lado, están los que pertenecen a sociedades
y/o grupos que todavía conservan técnicas tradicionales y
usan conocimientos conservados y mantenidos por la tradición
40
de sus grupos (v. gr. Hampton 1999). Por el otro, la talla de
la piedra se transformó en una práctica común en el mundo
occidental generando artesanos que pueden categorizarse
como académicos, comerciantes y amateurs. Los primeros
Hugo G. NAMI
tallan piedra para discutir diversos tópicos educativos y
científicos (Fig. 1c) y muchos tienden a poner en práctica
experimentos. En algunos lugares del mundo, principalmente
en los E.E.U.U., los comerciantes y amateurs superan en
número a los académicos; aunque, con su experiencia
pueden aportar datos para la comprensión de la manufactura
de instrumentos arqueológicos. Una parte de los mismos
interactúan con éstos últimos intercambiando y brindando
información de las técnicas líticas, ya sea compartiendo
sus conocimientos, materias primas o sus productos
manufacturados. Por esa razón, muchos de ellos pueden llegar
a ser “informantes” para los arqueólogos experimentales.
Con sus logros, se generó una retroalimentación positiva
para comprender aspectos variados en la manufactura de
utensilios líticos prehistóricos (Nami 1997, 2008).
lo tanto, no confeccionan réplicas de esos especimenes. De
este modo, considerando las discusiones mantenidas en los
encuentros personales con experimentadores, acerca de los
problemas inherentes a la talla actual de la piedra como
también con el estudio de colecciones arqueológicas y sus
duplicados modernos es significativo distinguir niveles de
reproducciones. De esta manera, también se puede evaluar
con un rango de mayor precisión aquellas que desde un punto
de vista experimental responden al concepto de réplica en
un sentido estricto (Flenniken 1981). En efecto, puesto que a
menudo los artefactos originales, no siempre están accesibles
o simplemente, no son considerados, se propuso la siguiente
escala de categoría de reproducciones y se las tipificó en
cuatro jerarquías: A, B, C y D (Nami 1998). Las mismas se
detallan a continuación:
En distintos países de Sudamérica la talla de piedra
actualmente es una actividad habitual. Allí hay numerosos
talladores con disímiles niveles de destreza. Sin embargo,
antes de ir al tópico de esta sección, es importante recordar
que los restos arqueológicos muchas veces son el registro
fosilizado de tecnologías tradicionales, los cuales resultan
de un complejo sistema de conocimientos transmitidos por
mecanismos empíricos diversos. El conocimiento tecnológico
tradicional involucra diferentes tópicos relacionados
con las recetas de fabricación, tecno-ciencia y las fases
de aprendizaje, en los cuales el saber-como y el saberporqué son aspectos fundamentales. En consecuencia,
puesto que la TLE se enfrenta con los restos fosilizados de
técnicas tradicionales, es necesario ser conciente que en su
reproducción hay que considerar numerosas variables (Nami
1994, 1997, 2008).
A. Simulación del proceso y del producto. Pueden incluirse
a los especimenes que no duplican a los arqueológicos en
ninguno de sus atributos. Por ejemplo en el espesor, forma
de los lascados, preparación de las preformas, etc. La figura
1d ilustra piezas que tratan de imitar a las puntas Folsom de
Norteamérica. Si bien son semejantes en el contorno general,
el espesor, la forma de los retoques y las acanaladuras son
muy diferentes a los originales.
En la sección previa se propuso una clasificación de
la confiabilidad de experimentos en tecnología lítica. No
obstante, un tópico son los diferentes grados de certidumbre y
otro son los distintos niveles de reproducción de un artefacto
de piedra. Por ejemplo, un utensilio puede ser manufacturado
para investigar un problema arqueológico o, simplemente para
comerciar. Las acciones del artesano podrían ser las mismas
y los productos extremadamente similares, sin embargo, la
actitud es muy diferente. Esta distinción vale la pena debido
a que más allá de la reproducción, la experimentación es
una actividad científica.
Actualmente hay un número creciente de personas que
con distintas motivaciones confeccionan instrumentos líticos.
La proliferación de aquellos que con el afán de lograr bellos
productos finales o ahorrar tiempo y energía en la producción,
utilizan martillos de hierro, percutores de cobre, máquinas
sofisticadas, formas-bases cortadas “slabs” o no controlan
con el registro arqueológico la secuencia de reducción. Por
B. Simulación del proceso, réplica del producto.
Reproducen algunos rasgos de las piezas arqueológicas -v.
gr. el espesor o acanaladuras cuando las piezas poseen este
rasgo técnico- sin tener en cuenta las técnicas tradicionales,
puesto que emplean máquinas modernas o técnicas no
utilizadas en el pasado; tal como el hacha ilustrada en la
figura 1e que fue confeccionada con una alisadora eléctrica.
C. Réplica parcial del proceso, simulación del producto.
Estas piezas reproducen la totalidad o casi todos los
atributos de los artefactos arqueológicos. Por ejemplo, el
delineamiento de la forma final pero no la de los retoques.
Aunque los datos están disponibles, fueron ignorados o
considerados parcialmente en su manufactura. Este es el
caso de los estadios tempranos, secuencia de remoción de
lascas, preparación de las preformas y/o plataformas. A veces
la forma general es similar, pero los atributos métricos son
diferentes (Fig. 1f).
D. Réplica del proceso y del producto. Son aquellos
que reproducen todos los rasgos tanto cualitativos como
métricos de los especimenes originales. Siguen la secuencia
de reducción, preparación de las plataformas, la forma final
y cualquier otro detalle de relevancia (Fig. 1g-h).
Es importante destacar que los niveles C y D son los más
útiles para discutir cuestiones vinculadas con las recetas
de fabricación y el saber-cómo de las técnicas líticas.
41
Reflexiones epistemológicas sobre arqueología y tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo III
En consecuencia, discutir modelos tecnológicos y el planteamiento de hipótesis sobre la naturaleza del conocimiento
tecnológico tradicional participado de las sociedades que utilizaban las piezas reproducidas.
Figura 1. a) Ishi, el último de los
indios Yahi de California, trabajando
por presión y detalle de la forma
de sostén y manera de aplicar la
presión (tomado de Nelson 1916). b).
Kim Akerman confeccionando una
punta de proyectil con la técnica de
presión aprendida de los indígenas
autralianos (Foto del autor, 2003). c)
Reunión de talladores académicos
efectuada en 2004 con el objeto de
discutir cuestiones vinculadas con
las similitudes técnicas existentes
entre el Paleolítico superior
europeo (Solutrense) y el Paleoindio
norteamericano (Clovis). De izquierda
a derecha: Bruce Bradley, Dennis
Stanford y el autor (Foto: Mercedes
Cuadrado de Nami). d) Anverso y
reverso de las simulaciones de puntas
Folsom (categoría A) confeccionadas
por McCormick en la década de 1940s.
Ancho de la pieza de la izquierda:
24 mm (Colección Smithsonian
Institution. Foto del autor, 1994). e)
Hacha alisada confeccionada por
Ariel Gherardi (Misiones, Argentina)
manufacturada con máquinas
alisadoras contemporáneas (Foto del
autor). f) Reproducciones de puntas
de proyectil Folsom confeccionadas
por Don Crabtree que ilustran la
categoría C (colección Department
of Archaeology, University of Alberta
at Edmonton, Foto del autor, 1992).g)
Reproducciones de las dagas Danesas
Tipo I manufacturadas por Errett
Callahan (Foto del autor, 1995). h)
Réplica de las dagas danesas Tipo IV
confeccionadas por Callahan (Foto del
autor, 1995)
42
Hugo G. NAMI
Bibliografía
ALBERTS, B. Y K. SHINE. (1994): “Scientists and the Integrity of
Research”. Science, 266: 1660-1661.
ASCHER, R. (1961): “Experimental Archaeology”. American
Anthropologist 63: 763-816.
BUNGE, M. (2000). “El fraude científico”. La Nación, 30 de
octubre,
BUNGE, M. (2001): Diccionario de Filosofía. Siglo XXI Editores,
México.
CALLAHAN, E. (1996): General Operating Principles. Primitive
Technology Newsletter, 2: 9.
CALLAHAN, E. (2006): “Neolithic Danish Daggers: An Experimental
Peek”. En Apel J. y Knutsson, K. (eds.): Skilled Production
and Social Reproduction. Aspeéis on Traditional Stone Tool
Technologies., Uppsala University (Sweden), Societas
Archaeologica Upsaliensis (SAU) & The Department of
Archaeology and Ancient History, Uppsala: 115-137.
COLES, J. (1979): “Experimental Archaeology”. Academic Press,
New York.
FLENNIKEN, J. J. (1981). Replicative Systems Analysis: A Model
Applied to the Vein Quartz Artefacts from the Hoko River site.
Reports of Investigations 59. Washington State University,
Laboratory of Anthropology, Pullman.
FOX, R.; GARBUNY, G.; HOOKE. R. (1963): The Science of Science.
Methods of Interpreting Physical Phenomena. Walker and
Company, New York.
NAMI, H. G. (1994): “Paleoindio, Cazadores-recolectores
y Tecnología Lítica en el Extremo Sur de Sudamérica
Continental”. Arqueología de Cazadores-recolectores.
Límites, Casos y Aperturas, Arqueología Contemporánea
(Edición Especial) 5: 89-103.
NAMI, H. G. (1997): “Investigaciones actualísticas para
discutir aspectos técnicos de los cazadores-recolectores
del tardiglacial: El problema Clovis-Cueva Fell”. Anales
del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Humanas) 25:
151-186.
NAMI, H. G. (1997/1998): “Arqueología experimental, talla de
piedra contemporánea, arte moderno y técnicas tradicionales:
Observaciones actualísticas para discutir estilo en tecnología
lítica”. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología
22/23: 363-388.
NAMI, H. G. (1998): “Reflections on Stone Tool Reproductions: A
Folsom Example”. Bulletin of Primitive Technology, 16: 76-79.
NAMI, H. G. (2000): “Investigaciones actualísticas y piedra
tallada. I: Criterios experimentales para identificar lascas de
talla bipolar: Su aplicación en la interpretación de artefactos
arqueológicos de los extremos norte y sur de la Patagonia”.
III Congreso Argentino de Americanistas II: 229-270.
NAMI, H. G. (2008): “Theoretical Reflections on Experimental
Archaeology and Lithic Technology”. En Nami, H. G. (Editor)
Traditional Technologies: Essays in Honor of Errett Callahan.
(en prensa).
HAMPTON, O. W. (1999): Culture of Stone. Sacred and Profane
Uses of Stone among the Dani. Texas A & M University
Press, 331 pags.
NELSON, N. C. (1916): “Flint Working by Ishi”. En Hodge, F.
W. Holmes, Anniversary Volume: Anthropological Essays
Presented to William Henry Holmes, Washington D.C.:
397-402.
KELTERBORN, P. (1987): “Principles of Experimental Research in
Archaeology”. Bulletin of Experimental Archaeology, 8: 11-12.
TILES, J. L. (1992): Experimental Evidence vs. Experimental
Practice. British Journal of Phylosophy of Science, 43: 99-109.
GRINNELL, F. (1992): The Scientific Attitude. The Guilford Press,
New York and London.
ZIMAN, J. (1978): Reliable Knowledge. An Exploration of the
Grounds for Belief in Science. Cambridge University Press,
Cambridge.
MOULINES, C. U. (1993): La Ciencia: Estructura y Desarrollo.
Trotta, Madrid.
43
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG, Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER
- IV Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como
medio de representación dinámico de la información
obtenida a nivel experimental
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG, Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER
Universidad Autónoma de Madrid.
Resumen
En el presente trabajo proponemos la aplicación de un
sistema de representación gráfica basado en esquemas
diacríticos como medio de estructuración de la información
obtenida a nivel arqueológico y experimental. Es por tanto,
desde el desarrollo de diversos programas experimentales, y
su consiguiente lectura tecnológica, desde donde pretendemos
Palabras clave:
examinar nuevos métodos de representación, que nos
permitan hacer una aproximación dinámica a esquemas
operativos sobre diversas acciones de talla, considerando la
interacción de volumen del núcleo o útil tallado, la técnica
aplicada, y las series de productos o subproductos generados.
Esquemas diacríticos, tablas dinámicas, sistemas de análisis de industria lítica, experimentación.
Abstract
In the present research work we proposes a system
of representation based on diacritic diagram as a way to
structuring information gained at the archaeological and
experimental level. Therefore, from the development of
several experimental programs, and subsequent reading
technology, where we intend to explore new methods of
Key words:
representation, allowing us to make a dynamic approach
to the operative’s diagrams over different knapping actions,
considering the interaction of the core or tool knapped, the
technique used, and the series of products or by-products
generated.
Diacritic diagram, dynamic table, analysis system of lithics, experimentation.
Introducción: Problemática y objetivos
El presente trabajo surge como una propuesta enfocada
a la problemática derivada de las experimentaciones que se
presentan y publican con diferente grado de resolución, lo que
hace que en ocasiones resulte complejo establecer un marco
comparativo tanto con el registro arqueológico como entre
sí. En consecuencia, consideramos que uno de los mayores
problemas radica en sistematizar los resultados obtenidos
en los programas experimentales. En este sentido, nuestro
trabajo esta dirigido hacia la presentación de los esquemas
diacríticos experimentales, en base a la creciente relevancia
que han cobrado dentro de los estudios tecnológicos actuales
(Boëda 1982; Van Peer 1992; Stenpanchuk 1996; Vallejo y
Cortés 1996; Bourguignon 1997; Bourguignon y Turq 2003;
Bernard-Guelle 2002; Matamoros 2002; De la Torre et al.
2004; Morello 2005; Baena y Cuartero 2006).
Al mismo tiempo, han ido surgiendo otros modelos de
representación gráfica que complementan los esquemas
diacríticos, como es el caso de las matrices de tipo Harris,
las cuales permiten ver con claridad la alternancia en
el proceso de talla así como la jerarquización (Julien &
Julien 1994; Schlanger 1996; De Loecker 2005; Ríos 2006;
Jürgen Ritchen e.p; Castañeda, 2007). Sin embargo, ante la
ausencia de trabajos de carácter metodológico orientados a
la sistematización de los mismos, consideramos importante
45
Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como medio de representación dinámico de la información obtenida a nivel experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo IV
aportar nuevas vías de objetivización gráfica para el registro
lítico. La experimentación debe ser clara tanto en objetivos
como en resultados y, fundamentalmente, en la presentación
de datos, para que ésta pueda ser comparada y replicada por
otros investigadores. En este sentido, es muy frecuente en el
caso de la experimentación lítica encontrar excelentes trabajos
de réplica experimental de métodos y procesos de talla, que
quedan como un marco teórico ideal del concepto definido.
Metodología
Con el desarrollo del modelo de las tablas dinámicas,
pretendemos enriquecer el amplio abanico analítico,
metodológico y de documentación gráfica existente para
los conjuntos líticos experimentales y arqueológicos. Su
objetivo no es otro que elaborar un modelo para presentar
las experimentaciones y experiencias de talla de una forma
dinámica, comparable y cuantificable.
Las tablas dinámicas han sido elaboradas a partir
de remontajes experimentales, donde se ha numerado
diacrónicamente cada una de las extracciones. La tabla
se realiza desmontando uno a uno los levantamientos
y recogiendo de qué manera cortan o son cortadas
por extracciones anteriores. En el caso de los núcleos
arqueológicos sin remontaje estas relaciones son descritas
a partir de la lectura diacrítica.
La forma de lectura de las tablas dinámicas (como una
hoja de cálculo distribuida en columnas y filas) se basa en los
conceptos gráficos insertos en el ámbito disciplinar referente
a las Matemáticas Discretas (el mismo concepto de lectura
que nos ofrece un mapa de carreteras con la distancia de
km entre ciudades).
La simbología empleada es la siguiente:
• Los círculos (●) representan qué negativos o superficies
sirven de apoyo a las extracciones, es decir, aporta información
sobre los talones.
• Las cruces (X) qué negativos o superficies se cortan
entre sí en la cara dorsal.
• Los cuadrados (■) qué negativos o superficies son
cortadas en una cara adyacente (dorsos o desbordantes).
La tabla dinámica recoge todas las extracciones que se
han producido en orden cronológico, situadas en filas de
arriba abajo y en columnas de izquierda a derecha.
La numeración se repite en filas y columnas, con el
objetivo de ver la relación de cada extracción fila por fila
con los negativos anteriores (Fig.1. en la fila 3 que hace
referencia a la 3ª extracción, se puede observar como corta
a la superficie cortical y al negativo 1, y se apoya en la cara
ventral). Igualmente, podremos hacer una lectura de las
columnas, donde se aprecia como cada negativo es cortado
por las extracciones posteriores (Así, en la misma figura, en
la columna de la cara ventral se observa como ésta sirve de
apoyo -talón- para los 3 siguientes negativos y es cortada
en la cara dorsal del 4º).
Figura 1. Modelo de tabla dinámica donde se puede apreciar cómo se realiza la lectura de la misma tanto en filas como en columnas. Se puede apreciar, por ejemplo,
cómo las tres primeras extracciones se apoyan en la cara ventral, mientras que el último negativo (4), lo hace sobre el negativo del segundo levantamiento
46
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG, Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER
Aplicación práctica del método: El paradigma de los procesos de explotación Discoide/Levallois
Con el objetivo de analizar el grado de aplicabilidad y
el potencial interpretativo de las tablas dinámicas, hemos
optado por tomar como referencia los métodos de explotación
discoide y levallois, puesto que a nivel arqueológico es el
marco en el que estamos desarrollando nuestros proyectos
de investigación.
Del mismo modo, como cada fila hace referencia al
esquema diacrítico de cada producto, podemos rastrear
con los atributos recogidos (corta a; apoyo/talón; dorso/
desbordante) qué productos son predeterminantes y cuáles
son predeterminados.
En el modelo de explotación discoide, el protocolo
experimental se ha llevado a cabo tomando como referente los
materiales publicados en el yacimiento francés de “Champ de
Bossuet” (Bourguignon et al. 2000; Bourguignon y Turq 2003).
Así, en la tabla se distingue claramente como todas
las extracciones capturan superficie cortical, exceptuando
los productos predeterminados, en este caso puntas
pseudolevallois (negativos nº 5 y 8), que poseen dorsos y
capturan el mayor número de extracciones.
Como se observa en la figura 2, hemos combinado la
tabla dinámica con el modelo de matrices que nos muestra
claramente la alternancia, jerarquización y orden de la
producción.
Asimismo, durante todo el proceso de reducción, se puede
realizar una lectura en diagonal (Fig. 2. Representado en la
tabla con una elipse), que atestigua la alternancia continua
característica de este tecno-tipo (Bourguignon et al. 2000).
Figura 2. Tabla dinámica combinada con la matriz del modelo discoide experimental, donde queda reflejada la alternancia, la jerarquización y el orden de la producción.
En ella también podemos identificar la presencia de productos predeterminados (extracciones 5 y 8) así como, en una lectura diagonal, la alternancia continua
47
Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como medio de representación dinámico de la información obtenida a nivel experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo IV
La utilización de este método, nos ha permitido comparar
el núcleo experimental en su fase final de explotación con
uno de los núcleos procedentes del nivel II del yacimiento de
Dmanisi (Fig.3), que morfológicamente podría interpretarse
dentro del Modo 1 como un discoide e incluso un Levallois
si no se realiza una correcta lectura tecnológica.
Figura 3. Comparación entre el núcleo final experimental discoide con un núcleo procedente del nivel II de Dmanisi (Georgia)
Como se ve claramente en ambas tablas existen
diferencias notables entre las dos estrategias de talla,
siendo las más significativas que en el núcleo de Dmanisi
no hay una pauta de regularidad en la talla y hay una
alternancia discontinua (talla por series), por lo que es muy
difícil hablar de jerarquización, mientras que en el discoide
experimental queda patente la alternancia continua donde
las extracciones posteriores se apoyan en el contrabulbo
del negativo anterior.
48
En el siguiente modelo experimental, hemos trabajado
sobre las producciones de tipo Levallois Recurrente Centrípeto
(Boëda 1993), tomando para ello como referente arqueológico
el yacimiento madrileño de “El Cañaveral” (Baena et al. 2008).
En la tabla de representación del esquema levallois
(Fig.4), podemos distinguir una primera fase de limpieza y
preparación (Superficie A) y una segunda fase de explotación
(Superficie B), distinguiéndose claramente el concepto de
jerarquización (Boëda et al. 1990; Boëda 1993).
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG, Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER
Figura 4. Tabla dinámica del núcleo levallois experimental donde queda patente tanto la jerarquización de las superficies como el ritmo de la explotación
Por otro lado, se observa muy bien el ritmo de la
explotación, distinguiéndose una primera fase de explotación
plena (entre la extracción nº 1 y la 7 con talones facetados,
diedros y dorsos), una segunda fase de corrección (entre
la nº 7 y la 12 con talones lisos y negativos cortos), y una
tercera fase de plena producción (a partir de la nº 12 con
talones más preparados y dorsos), recuperándose el ritmo
de explotación, donde todas las extracciones cortan a la
anterior, conformándose así una talla en sentido perimetral.
Igualmente, se aprecian muy bien los productos
predeterminados (extracciones nº 2, 14, 20 y 23), caracterizados
por sus talones facetados/diedros y el amplio número de
negativos a los que cortan.
En este caso, el núcleo experimental en su fase final
de explotación se ha contrastado con un núcleo levallois
recurrente centrípeto del yacimiento de “El Cañaveral” (Fig.5).
Lo más destacado al establecer la comparativa en las
tablas, son las similitudes que guardan ambos núcleos en
cuanto al modelo de explotación, con una superficie de
preparación y otra de explotación.
En fase de plena producción, cada negativo corta el
anterior, caracterizándose las últimas extracciones por la
captura de un mayor número de levantamientos anteriores
(Fig. 5 negativos nº 23 modelo experimental y nº 22 núcleo
arqueológico).
49
Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como medio de representación dinámico de la información obtenida a nivel experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo IV
Figura 5. Comparación entre el núcleo levallois en su fase final experimental con uno de los núcleos procedentes del yacimiento del Cañaveral (Madrid), pudiendo contrastarse
en ambos modelos que las últimas extracciones coinciden en cuanto a sus características
Discusión: Aportes de la experimentación con tablas dinámicas a la cuestión de la variabilidad.
Los ejemplos escogidos para mostrar la aplicación práctica
de nuestra propuesta nos permiten reflexionar acerca de la
información que pueden aportar las tablas dinámicas en el
debate levallois versus discoide.
En este sentido, una de las primeras aproximaciones de
carácter experimental para la extracción de puntas Levallois
ya tenía como base la lectura diacrítica de los productos
predeterminados, permitiendo la comparación entre los
productos generados durante la experimentación con los
arqueológicos (Boëda 1982).
Del mismo modo, los criterios sobre los que se fundamenta
el debate de la variabilidad/uniformidad de concepciones
de talla para el Musteriense (jerarquización, alternancia,
técnica, grado de predeterminación y volumen del núcleo)
50
se suelen expresar en términos de presencia/ausencia
(Boëda 1994), pero raramente son abordados en detalle.
¿En qué medida se jerarquiza una explotación? ¿Cómo
influye la calidad de la materia prima y la técnica escogida
en el grado de alternancia? ¿Cuántos subproductos y de
qué tipo son necesarios para llegar a un tipo de producto
predeterminado? ¿Con qué ritmo-cadencia se suceden los
productos finales/buscados?
La experimentación por sí sola, no puede resolver
fácilmente el problema de la variabilidad de métodos
y procesos de talla, que deben haber sido reconocidos
previamente en el registro mediante remontajes arqueológicos
y esquemas diacríticos (Pelegrin 1991). Sin embargo, permite
la correlación de categorías tecnológicas o tecno-tipos, que
en ciertos estudios se presentan como categorías herméticas.
Daniel RUBIO GIL, Felipe CUARTERO MONTEAGUDO, Diego MARTÍN PUIG, Carmen MANZANO MOLINA y Javier BAENA PREYSLER
Tampoco la experimentación puede resolver el reconocimiento
de la intencionalidad de la talla/objetivo técnico, que deben
ser abordados desde una perspectiva más amplia (análisis
de cadenas operativas, análisis traceológicos, estimación
del objetivo de la producción, etc) pero sí permite evaluar
la adecuación o no a un hipotético concepto de talla, en
función de los condicionantes técnicos precisos de cada
explotación como la materia prima o la destreza del tallador
(Bracco et al. 1991; Martín et al. 2007; Alonso y Terradillos
en este mismo volumen).
Con la propuesta metodológica de las tablas dinámicas,
mostramos una nueva vía para la representación de
remontajes (experimentales o arqueológicos), donde se refleja
el encadenamiento e interrelación de series de extracciones
articuladas en una misma pieza (evolución de diferentes
métodos de talla a lo largo del tiempo), dotando así a los
registros de dinamismo y objetividad.
Por último, consideramos necesario que este método quede
abierto a la inclusión de otros parámetros interpretativos y
de análisis como la evolución volumétrica del núcleo en
función de aspectos técnicos, las direcciones de corte entre
extracciones, la comparación cuantitativa mediante diferentes
estadígrafos de los tipos de producto y su orden de sucesión,
los sentidos de superposición y direcciones de negativos, así
como aspectos relacionados con el grado de tallabilidad de
las materias primas y la destreza del tallador.
Bibliografía
BAENA PREYSLER, J.; CUARTERO, F. (2006): “Más allá de la
tipología lítica: lectura diacrítica y experimentación como
claves para la reconstrucción del proceso tecnológico”. En
José Manuel Maíllo y Baquedano, E. (eds.): Miscelánea en
homenaje a Victoria Cabrera. Zona Arqueológica, 7. Vol I:
144-161.
BAENA PREYSLER, J.; BÁREZ, S.; PÉREZ-GÓNZALEZ, A.;
LÁZARO, A.; NEBOT, A.; ROCA, M.; PÉREZ, T.; GONZÁLEZ, I.;
CUARTERO, F.; RUS, I.; POLO, J.; MÁRQUEZ, R.; CABANES, D.;
CARRANCHO, A (2008): “El yacimiento Paleolítico Cañaveral
(Coslada-Madrid). La captación de recursos líticos durante
el Musteriense Peninsular”. Arqueoweb, 9 (2): 1-32.
BERNARD-GUELLE, S. (2002): “Le Paléolithique moyen du
massif du Vercors (Préalpes du Nord)”. Etude des systèmes
techniques en milieu de moyenne montagne BAR 1033.
BOURGUIGNON, L.; TURQ, A. (2003): “Une chaîne opératoire
de débitage sur éclat du Moustérien à denticulés aquitain:
les exemples de Champs de Bossuet et de Combe-Grenal
c.14”. En M. Peresani (ed.): Discoïd lithic tecnology Advances
and Implications), BAR Interantional, Series 1120: 131-152.
BRACCO, J.; DUTOUR, O.; CHENORKIAN, R.; DEFLEUR, A. (1991):
“Gestes techniques et débitage experimental. Elements de
reflexion et potentialités de recherches dans l´étude du geste
en préhistoire”. Treballs d´Arqueologia I: 163-172.
CASTAÑEDA, N (e.p): “A methodological approach to core
analysis”. Aprroccci Metodologici integrati per lo studio
dei manufatti litici preistorici. Florencia, 13-15 de diciembre
de 2007.
BOËDA, E. (1982): “Etude experimentale de la technologie des
pointes levallois”. Studia Praehistorica Belgica, 2: 23-56.
DE LA TORRE, I.; MORA, R.; DOMÍNGUEZ-RODRIGO, M. (2004):
“La tecnología lítica del “complejo st” de Peninj (Lago Natron,
Tanzania): Análisis de un conjunto del Olduvayense africano”.
Trabajos de Prehistoria, 61 (1): 23-45.
BOËDA, E. (1993): “Le débitage discoïde et le débitage Levallois
récurrent centripète”. Bulletin de la Société Préhistorique
Française, vol. 90 (6): 392-404.
DE LOECKER, D. (2005): Beyond the site: The Saalian Archeological
Record at Maastricht-Belvédère (The Netherlands). Faculty
of Archaeology. University of Leiden.
BOËDA, E. (1994): Le concept Levallois: variabilité des méthodes.
CNRS Éditions. París.
JULIEN, C. K.; JULIEN, M. (1994). “Prehistoric technology: A
cognitive science?”. En Renfrew, C., and Zubrow, E. (eds.):
The Ancient Mind, Elements of Cognitive Archaeology,
Cambridge University Press, Cambridge: 152–163.
BOËDA, E.; GENESTE, J.M.; MEIGNEN, L. (1990): “Identification
de Chaines operatoires lithiques du paleolithique ancien et
moyen”. Paléo., 2: 43-80.
BOURGUIGNON, L. (1997): Le moustérien de Type Quina:
Nouvelle Définition d´une entité technique. Tesis Doctoral,
Tomo I y II. París X
BOURGUIGNON, L.; ORTEGA I.; BRENET, M.; LENOBLE A.;
ASTRUC L. (2000): Le gisement moustérien de Champs de
Bossuet. Document final de synthèse, AFAN, ASF et SRA
Aquitaine, Bordeaux.
JÜRGEN RICHTER, J (e.p): “L´ anlyse des chaînes opératoires
des outils bifaciaux”. En Colloque Internacional: Les cultures
a bifaces du Pleistocene inferieur et moyen dans le monde.
Emergente du sens de l’harmonie. Tautavel 25-30 Junio
de 2007.
MATAMOROS, J.T. (2002): La zona norte de Champs de Bossuet:
studio tecnológico y espacial del conjunto lítico. Trabajo de
investigación de Tercer Ciclo. Universidad Autónoma de
Madrid (inédito).
51
Análisis tecnológico y esquemas diacríticos como medio de representación dinámico de la información obtenida a nivel experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo IV
MORELLO, F. (2005): “Tecnología y métodos para el desbaste de
lascas en el norte de Tierra del Fuego: los núcleos del sitio
Cabo San Vicente”. Magallania, 33 (2): 29-56.
SCHLANGER, N. (1996): “Understanding Levallois: Lithic
technology and cognitive Archaeology”. Cambridge
Archaeological Journal, 6(2): 231-254.
PELEGRIN, J. (1991): “Sur une recherche technique expérimentale
des techniques de débitage laminaire”. En V.V.A.A.:
Archeologie Experimentale. Tome 2: La Terre. Archeologie
Aujourd’hui. Actes du Colloque International Experimentation
on Archeologie: Bilan et perspectives: 118-128.
SIMÓN VALLEJO, M. J.; CORTÉS SÁNCHEZ, M. (1996):
“Cadenas operativas líticas, algunas aportaciones al dibujo
tecnológico”. Complutum Extra, 6 (II): 89-102.
RÍOS GARAIZAR, J. (2006): Industria lítica y sociedad en la
Transición del Paleolítico Medio al Superior en torno al
Golfo de Bizkaia. Tesis Doctoral. Universidad de Cantabria.
STEPANCHUK, V. (1996): “Le Moustérien Charentien à pièces
foliacées du Gabo, Soud-Ouest de la Crimée, Ukraine”.
Paleo, 8: 225-241.
VAN PEER, P. (1992): The Levallois reduction strategy. Madison:
Prehistory Press, 1992
52
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO e Iluminada ORTEGA
-VAproximación tecno-económica del debitage
discoide de puntas pseudo-levallois:
el aporte de la experimentación
Laurence BOURGUIGNON*, Michel BRENET*, Mila FOLGADO* y Iluminada ORTEGA**
* Inrap Grand-Sud-Ouest, Pessac, France. UMR 5199, PACEA, Talence, France.
** Inrap Grand-Sud-Ouest, Pessac, France. UMR 704, «Archéologie et sciences de l’Antiquité», Paris I, France.
Resumen
En el contexto actual, la experimentación constituye una
fuente “actualista” de lectura y de comparación pertinente
frecuentemente subestimada y subutilizada. Así, un primer
referente experimental basado sobre la integridad de la
cadena operatoria Levallois definió cualitativamente y
cuantitativamente cuatro fases operatorias. No obstante, este
fraccionamiento de la cadena operatoria no está descrito con
precisión por los otros métodos y modalidades. Así, nos ha
parecido necesario enriquecer este referencial experimental
y ampliarlo a los otros métodos y modalidades Levallois y a
los otros conceptos de “débitage”, igualmente representados
en el Paleolítico medio: Quina y discoide.
Esta contribución está orientada sobre los resultados
obtenidos en el marco de una problemática relacionada
con el “débitage” discoide. La experimentación se orientó
específicamente hacia la obtención de puntas pseudos-
Palabras clave:
Levallois de manera recurrente sobre una misma matriz. Las
matrices seleccionadas han sido variadas tanto en su tipo de
material como de su calidad, morfología y tipo. Igualmente,
la modalidad (unífacial/bifacial, parcial/periférica observadas
en el contexto arqueológico) fue elegida por los talladores en
función de los contingentes y/o de su nivel de competencia.
La suma de todas estas experimentaciones ha permitido
obtener unas curvas de referencia cuantitativas por
categorías tecnológicas que varían según el modo de
introducción de las matrices y la exportación de los
productos buscados. Una primera aplicación y confrontación
de nuestros resultados con las series arqueológicas es
igualmente presentado y permite proponer hipótesis sobre
los comportamientos tecno-económicos des los diferentes
yacimientos al aire libre y en contexto cárstico.
Paleolítico Medio, experimentación lítica, enfoque tecno-económico.
Abstract
While experimentation constitutes a useful actualistic
resource for analysis and comparison, it is often underestimated
and underused in techno-economic approaches to lithic
industries. One early experimental reference base covering
the entire Levallois production sequence qualitatively and
quantitatively defined four operational phases (Geneste 1985,
1988). This division of the production sequence, however,
has not been described for the other debitage methods or
modalities. It thus appeared necessary to us to enrich the
experimental reference base and to extend it to other Levallois
methods and modalities, as well as to other Middle Palaeolithic
debitage concepts, such as discoid and Quina. This paper
presents the results obtained in a study focussed on the discoid
debitage method. The experimentation was conducted with
the specific objective of obtaining pseudo-Levallois points in
a recurrent manner on the same core.
Key words:
The dimensions of the raw material volumes selected
and knapped varied in terms of their nature, type, quality
and morphology. The different discoid modalities (unifacial,
bifacial, peripheral or partial) were tested by each
experimenter depending on their level of experience.
The results of these experiments were used to produce
quantitative graphs for each technological category, which
vary according to the mode of core introduction and the
exportation of the desired products. A confrontation of the
experimental results with archaeological assemblages in
southwestern France is also presented. This latter study
allows us to propose hypotheses concerning the technoeconomic behaviours represented at discoid production sites
in both open-air and cave or rock shelter occupation contexts.
Middle Palaeolithic, lithic experimentation, techno-economic approach.
53
Aproximación tecno-económica del debitage discoide de puntas pseudo-levallois: el aporte de la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo V
Introducción
El estudio del fraccionamiento espacio-temporal de
la cadena operatoria de producción lítica (Geneste 1985)
permite evaluar las actividades técnicas que han sido
realizadas fuera de la ocupación y su o sus modos de
funcionamiento y su función. En el caso de las industrias
Levallois aparecen claros cortes tecno-económicos. Esta
desproporción y discontinuidad entre las secuencias
operatorias acentúan la importancia de la relación
combinada “economía de producción / economía de
materiales”.
En este contexto, la experimentación constituye una
fuente “actualista1” de lectura y de comparación pertinente
frecuentemente subestimada y subutilizada. Así, un primer
referente experimental basado sobre la integridad de la
cadena operatoria Levallois definió cualitativamente y
cuantitativamente cuatro fases operatorias (adquisición,
configuración, producción y transformación) caracterizadas
por el agrupamiento de las diferentes categorías de
productos (Geneste 1985, 1988). No obstante, si este
fraccionamiento de la cadena operatoria esta descrito con
precisión y bien reconocido en el método Levallois recurrente
centrípeto, no lo esta (o en menor medida) en los otros
métodos y modalidades. A pesar de ello, el conjunto de la
comunidad científica, reconociendo el potencial informativo
que nos ofrecen estos datos tecno-económicos, ha utilizado
o utiliza estos referentes aplicándolos, a menudo, al
material arqueológico cualquiera que sea la modalidad y,
en ocasiones de método diferente.
Con el objetivo de hacer lo más fiable posible las
comparaciones entre las diferentes industrias nos ha
parecido necesario enriquecer el referencial experimental
y ampliarlo a los otros métodos y modalidades Levallois y a
los otros conceptos de “débitage”, igualmente ampliamente
representados en el Paleolítico medio: Quina y Discoide. Este
programa experimental fue promovido en el proyecto de ACR
Aquitain2, prosiguió en ARC Inrap3 y su presentación general
es objeto de una primera contribución: “Elaboración de un
protocolo de experimentación lítica para la comprensión
de los comportamientos técnicos y tecno-económicos en el
Paleolítico medio” (Brenet et al. en este volumen).
Problemática y protocolo experimental
Esta segunda contribución está específicamente
orientada sobre los resultados obtenidos en el marco de
una problemática relacionada con el “débitage” Discoide.
Para este sistema de “débitage”, la experimentación se
orientó específicamente hacia la obtención de puntas
pseudo-Levallois de manera recurrente sobre una misma
matriz. Las matrices seleccionadas han sido variadas tanto
en su tipo de material (sílex, cuarzo y cuarcita) como de
su calidad, morfología y origen (bloque, cantos rodados,
lascas). Igualmente, la modalidad (unífacial/bifacial, parcial/
periférica observadas en el contexto arqueológico) fue elegida
por los talladores en función de los contingentes y/o de
su habilidad. El nivel de competencia de los participantes
varia de “experimentado/a” a “poco experimentado/a”. Por
ultimo, cada tallador hizo una estimación de la calidad de su
realización en función de los objetivos de la investigación.
Durante la experimentación un observador como mínimo
seguía la experiencia para fotografiarla o en ocasiones filmarla
y rellenar la ficha. La totalidad de la producción y los restos
de talla, según la “transcripción” del tallador, eran recogidos
y separados por secuencia operatoria: decorticado, plena
producción, acondicionamiento de los planos de percusión
de la superficie de “débitage”.
Todas las experimentaciones realizadas han sido
registradas y estudiadas, es decir un total de 26 “débitages”
(20 en sílex y 6 en cuarzo/cuarcita). Para formalizarlas
hemos utilizado la ficha de códigos de categorías y criterios
tecnológicos empleada para el estudio de las series
arqueológicas. Un total de 3264 piezas (1339 de más de
2 cm) han sido inscritas en la base de datos del referente
experimental.
Resultados experimentales
El análisis de los “débitages” experimentales ha permitido
abordar diferentes aspectos internos al “débitage” discoide,
tal que la variabilidad de un mismo experimentador, entre
los diferentes talladores y entre los distintos materiales.
1. El actualismo, en filosofía de la ciencia (geología): “…La reconstitución del pasado…la elaboración de hipótesis que están fundadas netamente en el principio de las
causas actuales. Este principio tiene como postulado que los procesos del pasado son idénticas a las que observamos actualmente…”. Enciclopedia Universal.
2. Acción Colectiva de Investigación sobre « Le Paléolithique moyen (35-350 ka) d’Aquitaine septentrionale : émergence, développement et variabilité », sous la direction de
J.-P. Texier et J. Jaubert, Cnrs/PACEA, Umr 5199, 2003/2005.
3. Acción de Investigación Colectiva « Du Paléolithique moyen à l’émergence du Paléolithique supérieur dans le sud-ouest de la France : l’apport des données récentes à
la compréhension de la diversité des systèmes techniques dans leurs contextes environnementaux et économiques du dernier glaciaire au pléniglaciaire ». projet collectif
sous la coordination de I. Ortega et L. Bourguignon. AXE 1 des programmes ARC Inrap.
54
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO e Iluminada ORTEGA
Cada una de las etapas del análisis del referencial ha sido
tratada estadísticamente por categorías de artefactos y
según la ratio por núcleo.
Las informaciones obtenidas de estos dos modos de
análisis son complementarias: la primera permite comparar
las diferentes categorías de artefactos de cada “débitage”
entre ellas y la segunda permite de poner en paralelo los
diferentes “débitages”.
El primer nivel de variabilidad se establece entre los
diferentes grupos de talladores. Tanto los porcentajes como
las ratios ponen en evidencia desproporciones entre las
diferentes categorías y secuencias tecnológicas. La diferencia
entre el grupo de talladores “experimentados” y “poco
experimentados” se observa sobre todo en la productividad
de las puntas, el grupo de talladores experimentados obtiene
como media 6 puntas mientras que el otro grupo, menos
experimentado, obtiene solamente 4 puntas como máximo
por núcleo.
El segundo nivel de variabilidad estimado fue el de
las modalidades bi-facial o uní-facial y periférica o semiperiférica. Según el número de superficies explotadas no
aparecen muchas diferencias en cuanto al objetivo de la
producción. Que sea en porcentaje o en ratio, la producción
se sitúa alrededor de 6 puntas por núcleo. Solo se observan
algunas diferencias entre dos categorías tecnológica: las
lascas corticales y los productos inferiores a 2 cm. La
modalidad bi-facial produce más lascas corticales mientras
que la modalidad uni-facial más productos de menos de 2 cm.
Un contraste es observable entre las explotaciones
periféricas y semi-periféricas de las superficies de talla.
En efecto, una producción periférica (recurrente centrípeta)
produce más puntas, tanto en porcentaje que en ratio que una
producción obtenida desde un plano de percusión circunscrito
(semi-periférico). Esta diferencia parece normal ya que esta
modalidad afecta la casi totalidad del volumen del bloque
y en general es más productiva (cualquiera sea la categoría
de productos). Más de 7 productos por núcleo por 4 en el
caso de un “débitage” semi-periférico.
Hemos evaluado igualmente, la productividad entre los
tipos de matrices iniciales (bloques y lascas). El “debitage”
de puntas pseudo-Levallois sobre cara inferior de lasca
(ramificación, Bourguignon et al. 2004), siempre presente,
esta bien representado en los conjuntos arqueológicos
discoides. Puede llegar a representar más del 50 % de los
núcleos en Combe Grenal C. 14 y de Les Fieux IJ, por ejemplo
(Bourguignon et Turq 2003, Faivre 2008).
Las producciones experimentales sobre ese tipo de matriz
ocasionan como media, la misma cantidad de puntas que un
bloque (alrededor de 5). En consecuencia que podemos decir
de la ramificación de la cadena operativa, que según el mismo
objetivo entre la producción principal y segundaria, no entra
en línea de cuenta la productividad general de las puntas.
D I S C O I D E
Champs Combe Combe Les
St
La
de
Grenal Grenal Fieux IJ Le Roc Cézaire Beauvais Combemenue Les
Forêts Mouline
Bossuet c. 12 c. 14
Epgf
% núcleos
sobre lasca/
núcleo
23,5
31,8
56,73
61,9
10,1
Por último, hemos evaluado la posible influencia de la
materia prima en la productividad de las puntas.
La comparación entre las producciones en sílex y las
producciones en cuarcita con talladores de competencia
equivalente, experimentados, ilustra globalmente une
productividad en ratio por núcleo más importante para la
8,48
16,23
12,5
3,5
28,5
cuarcita. Esta diferencia se observa en particular en los
productos de acondicionamiento (corticales y de preparación)
y los restos de tallas inferiores a 2 cm que están mucho más
representados en las producciones sobre cuarcita. Mientras
que, las ratios de productos buscados, las puntas, están
más cercanos, con 6,8 para la cuarcita y 6,5 para el sílex.
55
Aproximación tecno-económica del debitage discoide de puntas pseudo-levallois: el aporte de la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo V
El estudio comparativo ha sido realizado en un primer
momento sobre 6 series arqueológicas al aire libre en las
cuales se había determinado un “débitage” discoide sobre
sílex y por las que beneficiábamos de la misma clasificación
por categorías y criterios tecnológicos que la empleada para
la experimentación: Champs de Bossuet (Bourguignon et
al. 2000; Lenoble et al. 2000; Bourguignon et Turq 2003b),
Les Forêts (Folgado et al. 1997; Brenet et Folgado 2003;
Guibert et al. 2004), La Mouline (Folgado in Prodéo et al.
2002, Folgado et Brenet sous presse), Combemenue (Bertran
et al. 2005; Brenet et Cretin. 2008), la Conne de Bergerac
(Brenet et al. en cours) et Beauvais (Locht 2003; Locht et
Swinnen 1994; Locht et al. 1995). Posteriormente aumentamos
el corpus con series provenientes de yacimientos en cueva a
partir de los datos bibliográficos disponibles: Combe-Grenal
C. 14 et 12 (Bourguignon et Turq 2000; Faivre 2008), Le Roc
(Geneste 1985), Les Fieux IJ (Faivre 2008), Saint-Cézaire
(Thiébaut 2005) et Le Régourdou c. 4 (Turq datos inéditos).
Aplicación a las industrias arqueológicas
Partiendo de la hipótesis de que en un grupo musteriense
podía haber talladores experimentados y no experimentados
y que frecuentemente las series arqueológicas revelan una
diversidad en el empleo de modalidades hemos reunido el
conjunto de las experimentaciones en dos grupos según
los grandes tipos de materia prima (sílex/cuarcita). En este
artículo trataremos específicamente de la modelización de
las experimentaciones en sílex.
A partir de los datos informáticos del conjunto de
la producción Discoide experimental y disminuyendo
virtualmente el numero de ciertas categorías de soportes
(lascas corticales, puntas pseudos-Levallois) hemos intentado
establecer una simulación de los modos de introducción de
las matrices a diferentes momentos de la explotación y la
exportación de los soportes buscados. Según estos criterios,
hemos obtenido seis curvas de referencia en función de la
combinación o no de dos variantes tecno-económicas (modo
de introducción de bloques y exportación de puntas), a partir
de las cuales dos caracterizan los extremos: por un lado la
producción integralmente representada y por otro lado la
producción realizada a partir de bloques decorticados con
anterioridad de los cuales solo quedan las puntas pseudosLevallois fallidas (muy atípicas), el conjunto de las lascas
ordinarias de pleno “débitage” y los núcleos.
La simple confrontación entre los datos arqueológicos y
experimentales muestra, cuando multiplicamos el número de
núcleos presentes por la media experimental de 5,4 puntas
(producción de puntas por núcleo), que todos los yacimientos
traducen una exportación intensiva de este producto: entre
75 et 92 % es decir la casi totalidad de la producción, y
seguramente la totalidad de los productos que se ajustan
totalmente al objetivo tecno-funcional.
Séries Archéologiques
Bossuet
56
Les
La
Combemenue
Forets
Conne
La
La
La
La
Mouline Mouline Mouline Mouline
locus 1 locus 2 locus 3
tot
nombre réel de pointes
926
16
5
25
4
1
2
7
nombre réel de nucléus
862
13
32
33
8
6
2
16
nombre de pointes en absolue (nb
nucléus X 5.4)
4654.8
70.2
172.8
178.2
43.2
32.4
10.8
86.4
nombre de pointes exportées
3792.8
57.2
140.8
145.2
35.2
26.4
8.8
70.4
% d’exportation de la
production
80.1
77.2
97.1
86.0
90.7
96.9
81.5
91.9
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO e Iluminada ORTEGA
• El primer grupo refleja una producción de matrices
brutas (o a penas testadas), una producción in situ y una
exportación de puntas pseudos-Levallois (yacimientos de
Champ de Bossuet y de Les Forêts). Las ratio de productos
corticales son equivalentes a las de la experimentación,
solo difieren las ratio de productos dichos de “pleno
debitage”. Específicamente en el caso de Les Forêts donde
las lascas cuadrangulares (no corticales) obtienen una ratio
mas importante que en el caso de la experimentación,
ratio explicada por una producción discoide mixta (no
especializada en la obtención de puntas) donde los dos
tipos de productos (puntas pseudo-Levallois y lascas
cuadrangulares) son buscados a la vez en la misma matriz
o en matrices diferentes.
A partir de la doble confrontación, experimentación y
producción arqueológica de una parte, yacimientos al aire
libre y contexto kárstico por otra parte, de las industrias
con elementos discoides en sílex podemos emitir algunas
hipótesis.
En primer lugar, no se observan diferencias significativas
entre las producciones discoides al aire libre y las realizadas
en contexto kárstico. Los comportamientos tecno-económicos
son diversificados tanto en cueva que al aire libre. Así la
hipótesis clásicamente aceptada de diferencia entre estos
dos tipos de yacimientos por su especialización de actividades
(taller o estación especializada frente a un hábitat) no se
aplica aquí.
No obstante esta doble confrontación pone en evidencia
tres grandes modos de funcionamiento tecno-económicos.
import
exportation Importation exportation
import
nucléus
de
de
blocs
de
en cours
pointes
décortiqués d’exploitation pointes
nucléus
Production
Spécialisée
ou Mixte
Import blocs
bruts ou à
peine testés
Champs de
Bossuet
Spécialisé
X
X
Les Forêts
mixte
X
X
Combemenue
Spécialisé
X
X
Le Roc
?
X
X
La Conne
Spécialisé
X
X
Régourdou
Spécialisé
X
X
Combe Grenal
c. 14
Spécialisé
X
X
Saint Cézaire
mixte
X
X
Combe Grenal
c. 12
mixte
X
Beauvais
mixte
X
Les Fieux
spécialisé
X
X
X?
X?
X?
X
X
57
Aproximación tecno-económica del debitage discoide de puntas pseudo-levallois: el aporte de la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo V
• El segundo grupo representa la introducción de bloques
precedentemente decorticados o conformados, la continuación
de su producción in situ y una exportación de puntas pseudoLevallois (yacimientos de Combemenue y Le Roc). El déficit
de la categoría de lascas corticales es imperceptible aunque
que no llega a la simulación experimental de una introducción
de bloques totalmente decorticados o en primera fase de
producción.
• El tercer grupo muestra la introducción de núcleos
en fase de explotación, la continuación de su producción in
situ y una exportación de puntas (yacimientos de la Conne
de Bergerac, la Mouline, Le Regourdou c. 4 y Combe Grenal
c. 14). El déficit de la categoría de lascas corticales es muy
importante, en un caso llega hasta una ratio improbable de
una lasca por núcleo (La Mouline).
• Un cuarto grupo provisional reúne por el momento
industrias que traducen comportamientos atípicos o muy
específicos. Es el caso de Saint Cézaire por el cual los datos
ilustran un déficit importante de núcleos (¿exportación de
estas matrices?) y de Les Fieux IJ y de Combe-Grenal c. 12.
Estas dos industrias ilustrarían una importación de puntas
asociadas a una exportación de núcleos, en particular por Les
Fieux donde el número de las puntas, más de 12 puntas por
núcleo, es más elevado que cualquier ejemplo experimental
(hasta los remontages más completos Beauvais o de Champs
de Bossuet no dan este ratio).
Estos resultados requieren una nueva lectura del material
arqueológico para poderlo validar.
Conclusiones
Podemos afirmar sobre la base de la comparación de
los conjuntos arqueológicos con el referencial experimental
que las industrias discoides muestran una variabilidad de
comportamientos tan compleja como la de las industrias
Levallois. Los diferentes conjuntos líticos estudiados revelan
una anticipación de las necesidades a partir de los modos de
introducción de matrices, de la exportación de productos de
primera intención e incluso de otras categorías particulares
(por ejemplo los núcleos). Al interior de estos tecno-complejos
Bibliografía
BOURGUIGNON, L.; TURQ, A. (2003): “Une chaîne opératoire
de débitage discoide sur éclat du Moustérien à denticulés
aquitain : les exemples de Champs de Bossuet et de CombeGrenal”. En Marco Peresani (ed.): Discoïd Lithic Technology.
Advances and Implications. BAR International. Series 1120,
2003: 131-152.
BOURGUIGNON, L.; TURQ, A.; FAIVRE, J. (2004): “Ramification
des chaînes opératoires: Spécificité du Moustérien?” Paléo,
16: 37-48.
BOURGUIGNON, L.; ORTEGA, I.; BRENET, M.; LENOBLE, A.;
ASTRUC, L. (2000): Le gisement Moustérien de Champs de
Bossuet. Document final de synthèse, AFAN, ASF et SRA
Aquitaine, Bordeaux.
BRENET, M.; FOLGADO, M. (2003): “Le débitage discoide du
gisement des Forets à Saint Martin de Gurçon (Dordogne)”.
En Marco Peresani (ed.): Discoide Lithic technology, Advances
and implications, BAR International Series 1120: 153-177.
58
discoides, la punta pseudo-Levallois revela un estatuto en
si misma y es el objeto de mayor movilidad.
El trabajo de comparación entre la experimentación y las
series arqueológicas realizadas sobre cuarzo/cuarcita esta en
curso de realización (D. Coulonges, M. Jarry, L.-A. Lelouvier
et V. Moure). Esta comparación permitirá de ampliar nuestro
trabajo a territorios litológicos menos propicios (Quercy y
el piamonte pirenaico) y comprobar su influencia sobre el
comportamiento de los grupos humanos.
BRENET, M. (en prensa): “La Graulet et La Conne de Bergerac
(Bergerac, Dordogne)”. Bourguignon et al. Bergerac, R.N.
21 Section Sud. D.F.S. de sauvetage urgent, en cours, Inrap,
SRA Aquitaine.
BRENET, M.; CRETIN, C.; MILOR, F.; BERTRAN, P. (2004):
Les occupations paléolithiques du site de plein-air de
Combemenue. Document Final de Synthèse, Inrap Grand
Sud-Ouest, Pessac, 97 p.
BRENET, M.; CRETIN, C. (2008): “Le gisement paléolithique moyen
et supérieur de Combemenue (Brignac-la-Plaine, Corrèze).
Du microvestige au territoire, réflexions sur les perspectives
d’une recherche multiscalaire”. En Thierry Aubry, Francisco
Almeida, Ana Cristina Araújo, Marc Tiffagom (ed.): Space
and Time: Which Diachronies, which Synchronies, which
Scales? / Typology vs Technology. Proceedings of the XV
UISPP World Congress (Lisbon, 4-9 September 2006), Vol.
21, Sessions C64 and C65. BAR S1831 2008.
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO e Iluminada ORTEGA
FAIVRE, J.-P. (2008): “Organisation techno-économique des
systèmes de productions dans le Paléolithique Moyen Récent
du Nord –Est aquitain: Combe Grenal et Les fieux“. Thèse
de l’Université de Bordeaux I.
FOLGADO, M.; BRENET, M. (en prensa): “Economie de débitage et
organisation de l’espace technique sur le site du Paléolithique
moyen de plein-air de La Mouline (Dordogne, France)”. En
Proceedings of the XV UISPP World Congress (Lisbon, 4-9
September 2006).
FOLGADO, M.; BRENET, M. (en prensa): “Economie de débitage et
organisation de l’espace technique sur le site du Paléolithique
moyen de plein-air de La Mouline (Dordogne, France)”. En
Proceedings of the XV UISPP World Congress (Lisbon, 4-9
September 2006).
FOLGADO,, M.; BRENET, M. (1997): St-Martin-de-Gurçon, “Les
Forêts”. DFS de sauvetage urgent, DRAC Aquitaine, ASF,
AFAN.
GENESTE, J.-M. (1985): Analyse lithique d’industries
moustériennes du Périgord : une approche technologique
du com-portement des groupes humains au Paléolithique
moyen. Université Bordeaux I, Thèse de Doctorat ès Sciences,
572 p., 230 pl.
GENESTE, J.-M (1988): “Système d’approvisionnement en
matières premières au Paléolithique moyen et Paléolithique
supérieur en Aquitaine”. En M.Otte (ed.): L’Homme de
Néandertal. La Mutation. E.R.A.U.L. 35: 61-70.
GUIBERT, P.; PERRAUT, A.; DUTTINE, M.; LAHAYE, C.; BRENET, M.;
FOLGADO, M. (2004): “Datation par thermoluminescence (TL)
couplée à la résonance paramagnétique électronique (RPE)
de silex chauffés provenant du site moustérien des Forêts,
Saint Martin de Gurçon, Dordogne (France)”. Paleo, 16: 11-17.
LENOBLE, A.; ORTEGA, I.; BOURGUIGNON, L. (2000): “Processus
de formation du site moustérien de Champs de Bossuet
(Gironde)”. Paleo 12: 413-425.
LOCHT, J.L. (2003): “L’industrie lithique du gisement de Beauvais
(Oise, France) : objectifs et variabilité du débitage discoid”.
En Marco Peresani (ed.): Discoid Lithic Technology: Advances
and Implications. BAR International Series 1120: 193-208.
LOCHT, J.L.; SWINNEN, C. (1994): “Le débitage discoide du
gisement de Beauvais (Oise): aspects de la chaîne opératoire
au travers de quelques remontages”. Paléo, 6: 89-104.
LOCHT, J.L.; SWINNEN, C.; ANTOINE, P.; AUGUSTE, P.; PATOUMATHIS, M.; DEPAEPE, P.; FALGUERES, C.; LAURENT, M.;
BAHAIN, J.J. (1995): “Le gisement paléolithique moyen de
Beauvais (Oise)”. BSPF, t. 92, 2: 213-226.
PRODEO, F.; CASAGRANDE, F.; DELOZE, V.; FOLGADO, M.;
GUITTON, D.; MASSAN, P. (2004): La Mouline (Saint-Astier,
Dordogne), D.F.S. de sauvetage urgent, octobre 2004, Inrap,
SRA Aquitaine, 194 p.
THIEBAUT, C. (2005). Le Moustérien à denticulés : Variabilité ou
diversité techno-économique?, thèse de doctorat Université
d’Aix-Marseille I- Université de Provence 643 p.
59
Laurence BOURGUIGNON, Michel BRENET, Mila FOLGADO e Iluminada ORTEGA
- VI Aptitudes y condicionantes en la utilización de
percutores líticos: el ejemplo comparativo del
yacimiento musteriense “El turó de la Bateria”
(Girona-España)
Rafel ROSILLO* , Antoni PALOMO**, Felipe CUARTERO** y Juan F. GIBAJA***
* Arqueolític Terra-Sub S.L. ** Universidad Autónoma de Madrid.
*** Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas e Sociais, Faro (Portugal).
Resumen
La excavación del yacimiento musteriense del Turó de la
Bateria (Girona-España) ha permitido recuperar un grupo de
percutores líticos. Para abordar el análisis de estos materiales
Palabras clave:
hemos diseñado un programa experimental que permita
comprender las aptitudes de los materiales seleccionados
como percutor con respecto a la materia prima tallada.
Musteriense, percutores líticos.
Abstract
The excavation of the Mousterian site Turó de
la Bateria (Girona-España) has recovered a group of stone
hammers. To address the analysis of these materials we have
Key words:
designed an experimental program aimed at understanding
the usefulness of selected materials that act as a hammer in
relation to the resulting stone flakes.
Mousterian, stone hammners.
Introducción
El Turó de la Bateria Excavació (TBEX) es un yacimiento
al aire libre que se enmarca a finales del Pleistoceno
medio y inicios del Superior. Fue localizado durante
los trabajos de control arqueológico del proyecto
urbanístico del acceso norte a la ciudad de Girona, en
una zona conocida como barrio de Sant Ponç (municipio
de Girona, Catalunya). El yacimiento recibe el nombre
del promontorio donde se encuentra, el cual se alza en
su punto máximo a 102 metros sobre el nivel del mar.
El TBEX, excavado parcialmente, forma parte de un
conjunto de yacimientos de características similares dentro
del sistema de terrazas del río Ter1. En concreto se ubica
dentro de una formación de vertiente entre dos de las terrazas
del río en su parte media (valle media de río Ter).
1. Puig d’en Roca I-II, Puig d’en Roca IV i Excavació, Puig d’en Roca III Can Garriga, Pedra Derta i La Jueria son algunos ejemplos. La historia de las
investigaciones en esta zona se remontan a los años 60, pero es a partir de los 70 que Josep Canal y miembros de l’Associació Arqueològica de Girona (de entre los
cuales figura el Dr Eudald Carbonell) la sondean de manera sistemática. Los trabajos en el Puig d’en Roca son pioneros en el estudio del Paleolítico Inferior de Catalunya.
61
Aptitudes y condicionantes en la utilización de percutores líticos: el ejemplo comparativo del yacimiento musteriense “El turó de la Bateria”. (Girona-España)
B L O Q U E - I - . Capítulo VI
Figura 1. Situación del yacimiento
El registro arqueológico consta únicamente de industria
lítica. Se han recuperado prácticamente 2500 objetos
repartidos en tres niveles arqueológicos, hecho que permite
la obtención de datos de tipo diacrónico, cosa poco habitual
en los yacimientos de estas características.
• Nivel 1. Depósito de terraza. 1 objeto recuperado.
Pleistoceno medio final
• Nivel 2. Suelo carbonatado marrón. 340 objetos
recuperados. Pleistoceno superior inicial.
• Nivel 3. Cabecera y cañón de alimentación de un
abanico aluvial de alta pendiente (SE-NW). 2.076 objetos
recuperados. Pleistoceno superior.
La materia prima utilizada son cantos que proceden de
las terrazas próximas del lecho del río Ter localizado a pocos
metros del yacimiento. Los métodos de talla representados
en el TBEX son básicamente tres:
• Núcleos sobre canto y lascas que reflejan un método
de talla levallois.
• Núcleos sobre canto y lascas que reflejan un método
de talla discoidal.
• Talla destinada a la configuración de útiles sobre canto:
unifaciales, bifaciales, picos.
La detección de remontajes en dos de los niveles y el
buen estado de conservación del material arqueológico con
poco índice de rodamiento permite afirmar que el registro
se encuentra en buena parte in situ.
62
El análisis del material nos ha permitido reconocer
abundantes alteraciones térmicas cosa que lleva a pensar
en que el campamento debería acoger diversas actividades
a parte de las relacionadas con la producción lítica. La
presencia de un conjunto heterogéneo de cantos rodados
con estigmas de percusión (percutores) refuerza esta idea y
a su vez nos plantea diversas cuestiones que en el trabajo
que presentamos se intentan dilucidar.
Nuestro análisis de los percutores se ha basado en un
programa que tenía como objetivo la comprensión de las
aptitudes de los materiales seleccionados como percutor
con respecto a la materia prima tallada. Para abordar este
tipo de estudio hemos planteado un programa experimental
dirigido a reconocer si existe una correlación entre tipo de
materia del percutor, los productos, los estigmas de las partes
proximales de las lascas y en una esfera más amplia con los
métodos de talla desarrollados.
El procedimiento de nuestro trabajo es el siguiente:
1. Análisis y muestreos previos
2. Planteamiento de hipótesis
3. Programa experimental
4. Conclusiones
Rafel ROSILLO , Antoni PALOMO, Felipe CUARTERO y Juan F. GIBAJA
Análisis y muestreos previos
Selección de cantos relacionados
con tareas de percusión
El Turó de la Bateria ofrece un conjunto poco cuantioso
(nº=12), si bien representativo, de cantos que se pueden
relacionar con actividades de percusión. Además de dichos
cantos no transformados mediante la talla, cabe añadir la
presencia de elementos configurados sobre canto (3), de los
cuales al menos 2 presentan claros estigmas de percusión
en la zona opuesta a un filo de configuración unifacial.
Las materias primas en que han sido seleccionados
dichos percutores o cantos probablemente vinculados a las
tareas de percusión, en principio estrictamente locales, no
difieren en exceso de las materias primas seleccionadas
para la producción lítica tallada, estando bien representados
los pórfidos, corneanas y en menor medida las cuarcitas.
Destaca sin embargo la total ausencia de cuarzos en esta
categoría, con un peso importante en la industria lítica
tallada del yacimiento. La amplia variabilidad petrológica
que sin embargo suelen presentar estos materiales, y que
condiciona en buena medida sus propiedades mecánicas y
funcionales, exige una clasificación adicional en otro orden
de criterios diferentes a los estrictamente petrológicos,
y ligada más bien a aspectos tecnológicos que deben
ser evaluados desde la experimentación. Así, hemos
considerado la textura, homogeneidad y tamaño de grano
a la hora de clasificar dichos cantos, observando que existe
una cierta preferencia por la selección de algunos cantos,
bien en corneana, bien en pórfido, cuya textura y grano las
hacen muy próximas a la arenisca independientemente de
su atribución petrográfica.
En el caso de las corneanas, su textura y tipo de
superficie pueden ser variadas, desde aquellas de grano fino
y superficie lisa a aquellas de superficie más rugosa y grano
medio, equiparables desde el punto de vista mecánico a la
arenisca, si bien con una densidad elevada. Algunos de los
cantos en este material pueden presentar una alteración
de disgregación de superficie previa a su captación y uso
posiblemente vinculados a su permanencia a la intemperie
fuera del curso fluvial (Ter), muy probablemente en la
superficie de las terrazas del mismo. Igualmente algunas
de las piezas presentan una alteración posterior a su uso,
a modo de pátina eólica o leve disolución de la superficie,
que si bien no borra los estigmas y marcas de percusión,
si enmascara en ocasiones su nitidez. Son frecuentes en
algunos cantos las descamaciones o fracturas escamosas
de superficie, muy probablemente vinculadas a una
meteorización térmica cuya relación con la acción del
fuego o el hielo debe ser evaluada. Dichas alteraciones de
superficie pueden estar vinculadas a tareas de percusión,
provocando una mayor fragilidad de cara a su uso o bien
haciendo desaparecer estigmas en caso de ser posteriores
al mismo. Del mismo modo, esta roca suele presentar
planos internos, algunos de ellos con cristalizaciones de
cuarzo o con una disolución acentuada que suponen puntos
de fragilidad más susceptibles a recibir y dirigir fracturas.
Para el caso de las cuarcitas, éstas suelen presentar
también planos de fragilidad, frecuentemente longitudinales,
de esquistosidad, que generan fracturas subparalelas a
los mismos.
Los pórfidos, caracterizados por una gran variabilidad en
cuanto a grano y textura, ofrecen 2 únicos ejemplos en el
conjunto, ambos con textura rugosa, en un caso típicamente
porfídica y en otro algo más cercana a la arenisca.
Los criterios de selección métrica y morfológica que
podemos apreciar, a pesar del escaso número de ejemplares,
parecen indicar una selección siempre entre los 8 y 13 cm
de longitud máxima, si exceptuamos uno de los cantos
configurados (22 cm.) que supera ampliamente este
rango. Las morfologías suelen ser subcirculares y ovoides,
frecuentemente espesas, y con un modelado intenso, si
bien raramente con morfologías totalmente redondeadas.
En cuanto al peso, cuya representación mostramos en
rangos de 200 gr dada la escasa entidad de la muestra,
parece existir una preferencia por la selección de cantos
entre los 200 y los 600 gr (241-662gr = 8 ejemplares) frente
a otros de mayor masa menos frecuentes. No existe ningún
canto con un peso inferior y el único ejemplar por encima de
los 2000 gr (2079 gr) corresponde a una herramineta cuya
posible relación con tareas de percusión en su superficie
no tallada es posible, pero poco probable ya que presenta
alteración de superficie.
63
Aptitudes y condicionantes en la utilización de percutores líticos: el ejemplo comparativo del yacimiento musteriense “El turó de la Bateria”. (Girona-España)
B L O Q U E - I - . Capítulo VI
Figura 2. Criterio ponderal en la selección de percutores enteros: Representadas todas las materias primas (incluyendo cantos trabajados unifaciales)
Posibilidades funcionales: estigmas y
fracturas relacionadas con la percusión
Los estigmas y fracturas que podemos vincular con tareas
de percusión, presentan un desarrollo algo variable en función
de la materia prima, planos de fragilidad internos y estado
de superficie de la misma previo al uso.
Si bien existe un amplio repertorio de tareas en las cuales
han podido ser empleados los cantos, desde la fracturación
de huesos o frutos secos, la transformación de elementos
de origen vegetal o animal, hasta el acondicionamiento de
espacios y estructuras, son fundamentalmente las tareas de
percusión relacionadas con la talla lítica aquellas que generan
marcas y fracturas más claramente visibles y reconocibles
sobre la superficie de los cantos.
Los estigmas reconocidos normalmente son piqueteos
y machacados, siendo otros estigmas como las estrías
longitudinales o transversales (hendiduras en media luna)
prácticamente inexistentes. Este tipo de estigmas, poco
específicos en cuanto a la dirección de uso del percutor
en sí mismos, se encuentran frecuentemente situados
en aquellas zonas más destacadas del canto, si bien en
numerosas ocasiones (aproximadamente en la mitad del
total del número de zonas activas caracterizadas) se hallan
en una posición ligeramente oblicua respecto a los ejes
máximos. Este hecho en muchos casos se puede vincular a
64
la selección de soportes de un redondeamiento “imperfecto”,
que ofrece zonas destacadas en esta disposición, si bien la
característica del soporte no es un condicionante constante.
Las fracturas por uso reconocidas en los percutores
estudiados normalmente son coincidentes con el eje máximo
(longitud) del canto, si bien la mayor parte de éstas se asocian
a planos de fragilidad subparalelos o longitudinales al sentido
de la fractura. Aquellas de mayor entidad en las que no es
posible reconocer un plano coincidente son transversales
respecto al eje máximo. En varios casos, especialmente en
lo que se refiere a las corneanas de textura lisa, las fracturas
son descamaciones, fracturas subparalelas a la superficie,
o estallidos producidos de forma radial desde el punto de
impacto, que en buena medida se pueden considerar como
equivalentes a machacados amplificados por la alteración
de superficie previa al uso.
La interpretación gestual que podemos extraer del análisis
de las huellas macroscópicas de uso y fracturas, apunta por
el momento a un uso con gestos variados, como mínimo 2:
• Uno de ellos frontal, rectilíneo y coincidente en la mayor
parte de los casos con el eje máximo de longitud de la pieza.
• Otro oblicuo o rasante, aparentemente tangencial, y
que puede producirse con una zona activa coincidente con
el eje máximo de la pieza, o bien ligeramente lateralizado
respecto a éste.
Rafel ROSILLO , Antoni PALOMO, Felipe CUARTERO y Juan F. GIBAJA
Planteamiento de hipótesis
Programa experimental
La selección de cantos documentada, a pesar de su
reducido número, parece predominantemente orientada a la
captación de cantos espesos, ocasionalmente alargados, en
corneanas de textura lisa o rugosa (tipo arenisca), cuyo uso
en la percusión parece variado, pero eminentemente ligado
a dos gestos: uno de percusión frontal, y uno lateralizado
u oblicuo respecto al eje de longitud de la pieza. Otros
materiales como los pórfidos, cuarcitas o calizas son algo
menos frecuentes, y en algunos casos (1 cuarcita y 1 caliza) se
pueden relacionar con la configuración de utillaje sobre canto,
a pesar de que presenten igualmente marcas de percusión
en la zona opuesta al filo configurado. Otros materiales bien
representados en la producción lítica tallada carecen por
completo de representación en forma de cantos completos,
ya sea con marcas o sin ellas.
La predilección por la corneana puede tal vez vincularse a
sus aptitudes mecánicas, si bien otros materiales igualmente
tenaces como la cuarcita están mucho menos representados;
la carencia absoluta de cuarzo, bien representado como
percutor en otros conjuntos del mismo periodo es igualmente
significativa. Este hecho implica una reflexión en torno a las
propiedades de cada uno de los materiales disponibles en
el entorno inmediato del Turó de la Bateria, así como a las
aptitudes que puedan presentar en su interacción de cara
a la talla.
Igualmente, el uso diferenciado de los mismos, en el
que hay como mínimo una dualidad gestual, implica un
comportamiento técnico en su manejo que induce a reflexionar
sobre las posibilidades de su manejo y resultados de las
mismas.
No descartamos el empleo de los cantos aquí analizados
en otras tareas diferentes a la talla lítica, si bien como ya
hemos expresado es esta actividad la que a nuestro juicio
genera más estigmas y fracturas reconocibles desde una
observación macroscópica. Tales tareas pueden ser objeto de
futuras experimentaciones y estudios. Por el momento nuestro
acercamiento al instrumental de percusión documentado
en el Turó de la Bateria pretende incidir en dos aspectos
muy concretos sobre las propiedades, selección y uso de
los mismos:
• ¿Cuál es la respuesta mecánica de las diferentes
materias primas documentadas para la talla e instrumental
de percusión documentados en el Turó de la Bateria?
• ¿Cuál es la causa de la predilección por los cantos de
corneana o pórfido de textura tipo arenisca?
• ¿Qué implicaciones tiene a nivel técnico el empleo de
un gesto frontal vs un gesto tangencial en la talla de rocas
de gran tenacidad como pueden ser pórfidos y corneanas?
El programa experimental realizado se ha organizado de
la siguiente manera:
• Recogida de materia prima próxima (cantos) a la
documentada en la excavación, con especial incidencia en
estados de superficie, planos de fragilidad internos, fisuras,
grano, densidad, textura interna y externa y otros cantos
disponibles de diferentes materias primas y morfologías.
• Prueba de aptitud técnica (experiencia preliminar):
mecanismos de ruptura diferenciados con cada tipo de
percutor y diferentes modalidades de uso (gesto violento o
amortiguado, gesto frontal, oblicuo o rasante, zona activa
destacada o de convexidad suave, centrada respecto al eje
morfológico del canto…).
• Prueba de mínimos/máximos de aplicación de fuerzaresistencia mecánica (experiencia): peso, densidad y
tenacidad de percutor/material trabajado.
• Experimentación con control de diferentes variables:
• Réplica de métodos de talla documentados sobre las
mismas materias primas.
• Control de la evolución de los estigmas y fracturas en
diferentes fases de uso del percutor en relación a la técnica
de percusión, tipos de plano de percusión-talón y proporción
núcleo-percutor.
• Control de estigmas característicos de la técnica de
percusión sobre productos y subproductos de débitage.
Conclusiones
A modo de conclusión cabe decir que:
•Los percutores confeccionados en corneana y cuarcitas
usados con gesto frontal y tangencial son aptos para la talla
de todo tipo de rocas.
• Los percutores realizados sobre rocas de estructura
porfídica usados con gesto frontal sólo son aptos para la
talla de determinadas rocas (cuarzo y ciertos pórfidos de
poca dureza). Los productos obtenidos mediante gesto frontal
presentan puntos de percusión localizados cerca de la línea
de fractura. Los talones son poco espesos y los bulbos poco
marcados. Fig. 3 A y C, Productos y percutor experimentales.
B y D Productos y percutor arqueológicos.
65
Aptitudes y condicionantes en la utilización de percutores líticos: el ejemplo comparativo del yacimiento musteriense “El turó de la Bateria”. (Girona-España)
B L O Q U E - I - . Capítulo VI
Figura 3. A y C: Productos y percutor experimentales. B y D: Productos y percutor arqueológicos
Figura 4. A y C: Productos y percutor experimentales. B y D: Productos y percutor arqueológicos
• Los percutores de rocas de estructura porfídica usados
con gesto tangencial son aptos para la talla de todo tipo de
rocas. Los productos obtenidos mediante gesto tangencial
muestran puntos de percusión localizados lejos de la línea
66
de fractura. Los talones son espesos. Presentan una rebaba
marcada y los bulbos marcados. Fig. 4 A y C, Productos
y percutor experimentales. B y D Productos y percutor
arqueológicos.
Rafel ROSILLO , Antoni PALOMO, Felipe CUARTERO y Juan F. GIBAJA
Bibliografía
BOËDA, E. (1993): “Le débitage discoïde et le débitage Levallois
récurrent centripète”. Bulletin de la Société Préhistorique
Française, 90 (6): 392-404.
GOREN-INBAR, N.; SHARON, G.; MELAMED, Y.; MORDECHAI,
K (2002): “Nuts, nut cracking, and pitted stones at Gesher
Benot Ya`aqov, Israel” PNAS 2002; 99: 2455-2460
BOËDA, E.; GENESTE, J.-M.; MEIGNEN, L. (1990): “Identification
de chaînes opératoires du Paléolithique ancien et moyen ”.
Paléo, 2: 43-88
IBAÑEZ, J.J.; GONZÁLEZ, J.E.; LAGÜERA, M.A.; GUTIÉRREZ, C.
(1990): “Knapping traces: their characteristics according to
the hammerstone and the technique used”. Le silex de su
Genèse à l’outil. Vol. II. Actes du Vº Colloque International
sur le silex. Cahiers de Quaternaire, nº 17: 547-553.
BRACCO, J.P.; DUTOUR, O.; CHENORKIAN, R.; DEFLEUR, A. (1992):
“Gestes techniques et debitage experimental. Éléments de
reflexion et potentialitées de recherches dans l’etude du geste
en prehistoire”. En Treballs d’Arqueologia, 1. Tecnología y
cadenas operativas líticas. UAB: 163-172
KORTLAND, A. (1986): “The Use of Stone Tools by Wild-living
Chimpanzees and Earliest Hominids”. Journal of Human
Evolution, 15: 77-132
COTERELL, B.; KAMMINGA, J. (1979): “The mechanics of flaking”.
En Hayden, B. Lithic Use-Wear Analysis, Academic Press,
New York: 97-112.
LEROI-GOURHAN, A. (1943): Evolution et Techniques. Vol. I:
L’Homme et la Matière and II: Milieu et Techniques. Paris:
Albin Michel
DE BEAUNNE, S. A. (1997): Les Galets utilisés au paléolithique
supérieur : approche archéologique et expérimentale. CNRS
: Supplément, Gallia Préhistoire
NAPIER, J.R (1962): “The Evolution of Hand”. Scientific American,
207: 56-62
DE BEAUNE, S. A. (2004): “The Invention of Technology”. Current
Anthropology. Vol. 45, Nº2: 139-162.
DIBBLE, H.L; PELCIN A. (1995): “The effect of hammer mass and
velocity on flake mass”. Journal of Archaeological Science,
22:429-439.
FAULKNER, A. (1972): Mechanical Principles of flintworking.
Microfilmed PHD. Washington State University microfilms,
Ann Arbour, Michigan.
GIRALT, S.; VALLVERDÚ, J.; SALA, R.; RODRÍGUEZ X.P. (1995):
“Cronoestratigraiia i paleoclimatologia de l’ocupació
humana a la vall mitjana del Ter al pleistocè mitjà i superior
inicial. Excavacions d’urgència a Sant Julià de Ramis
(anys 1991-1993)”. En Bibiana Agustí, Josep Burch, Jordi
Merino, (ed): Sèrie Monogràfica, 16, Centre d’Investigacions
Arqueològiques, Girona, 1995: 23-36
PICKERING, T.R.; EGELAND, C.P. (2006): “Experimental patterns
of hammerstone percussion damage on bones: implications
for inferences of carcass processing by humans”. Journal of
Archaeological Science, 33: 459-469.
ROSILLO R, PALOMO A, GÓMEZ B, VALLVERDÚ, J. (2008):
“Resultats de les excavacions arqueològiques del Turó
de la Bateria Excavació (TBEX) (Girona)”. VII Jornades
d’Arqueologia de les Comarques Gironines. L’Escala: 15-22
ROUSSEL, M. (2005) L’usage de la percussion à la pierre
tendre au Paléolithique moyen : approche expérimentale
et reconnaissance des stigmates de taille appliquées au
Mousterien de type Quina de “ Chez-Pinaud “ à Jonzac
(Charente-Maritime). Mémoire de Master. Université
Bordeaux I. Institut de Préhistoire et de Géologie du
Quaternaire.
67
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI
- VII Las “bolas” o “boules de caliza” musterienses:
¿percutores?, el ejemplo del “fasonado”1 de las
raederas bifaciales de quina de Chez-pinaud
(Jonzac, Francia)
Morgan ROUSSEL*, Laurence BOURGUIGNON** y Marie SORESSI***
* MPI-EVA, Dept. of Human Evolution, UMR 7041. ** INRAP, UMR 5199, Université de Bordeaux I.
*** INRAP, 525. MPI-EVA, Dept. of Human Evolution. UMR 7041.
Resumen
Varias “boules de caliza” han sido descubiertas durante
las excavaciones recientes de los niveles Musterienses
de tipo Quina del yacimiento de Chez-Pinaud en Jonzac.
Algunas de estas piezas llevan huellas de percusión en
zonas más prominentes. No obstante, este tipo de objeto,
identificado hasta ahora en las antiguas excavaciones, ha
sido frecuentemente identificado como una piedra de bola
en analogía al material etnográfico.
Hemos creado un referencial experimental en el cual los
objetos análogos han sido utilizados como percutores para dar
forma a las raederas de tipo Quina realizadas sobre soportes
bifaciales similares a los de Jonzac según el mismo esquema
operatorio observado en el yacimiento. La comparación de los
estigmas de talla observados en las lascas experimentales
Palabras clave:
muestra que la percusión con el percutor de caliza comparte
algunos estigmas con la del percutor de cuarcita y con el
orgánico. Solo la presencia de estrías concentradas en la
cara ventral permite diagnosticar la utilización de un percutor
de caliza para el “fasonado” de las raederas bifaciales.
Por otro lado, hemos determinado que la asociación de
ciertos estigmas es propia a cada uno de los percutores. La
comparación con la muestra arqueológica nos indica que los
percutores de caliza han sido utilizados en Jonzac al mismo
tiempo que los otros tipos de percutores. Por primera vez
ha sido diagnosticada la utilización de la caliza como en un
contexto más antiguo que el Gravetiense, lo demuestra la
capacidad de los Neandertales a modificar sus tradiciones
técnicas utilizando el largo panel de materiales a disposición.
Experimentación, bolas, percutor, caliza, Musteriense Quina, estigmas de talla.
Abstract
Several “limestone balls” were discovered during recent
excavation of the Quina layers at Chez-Pinaud, Jonzac. Some of
these objects show percussion marks on their protruding parts.
These objects were mainly interpreted in previous excavations
as bolas, by analogy with ethnographic data. We created an
experimental frame of reference in which analogous stone balls
were used as hammers to shape Quina scrapers on bifacial
blanks similar to the ones recovered at Jonzac, according to
the operational schema deduced from the analyses of Jonzac
assemblage. Comparison between experimental flakes shows
that limestone hammer features are shared with quartzite and
organic hammers. Only one feature, tight ripples on the first
centimeters of the inferior face of flakes, is diagnostic of using a
Key words:
limestone hammer to shape bifacial Quina scrapers. In addition,
we show that some features associations are characteristic
of each hammer type. Our study thus confirms the need to
use limestone hammer in experimental frame of references to
diagnose hammer raw materials. Moreover, comparison with
the archaeological sample shows that the limestone hammers
were used at Jonzac, as well as others types of hammer. The
use of limestone as a hammer is here described for the first
time in a context earlier than the Gravettian, and demonstrates
the Neanderthals’ abilities to change their technical traditions
by using a wide choice of the raw materials available in the
immediate environment.
Experimentation, bolas, hammerstones, limestone, Quina Mousterian , percussion features.
1. Españolización del termino francés « façonnage ». Termino que no encuentra traducción desde un punto de vista conceptual en cuanto a su utilización en Prehistoria.
69
Las “bolas” o “boules de caliza” Musterienses: ¿Percutores?, el ejemplo del “fasonado” de las raederas bifaciales de quina de Chez-pinaud (Jonzac, Francia)
B L O Q U E - I - . Capítulo VII
Introducción
El yacimiento de Chez-Pinaud (Jonzac, Francia) es
un abrigo escavado recientemente por dos equipos de
investigación, uno dirigido por J. Airvaux al final de los
años 90 (Airvaux 2004) y otro dirigido por J. Jaubert y J.-J.
Hublin (Jaubert et al. 2008). Los niveles arqueológicos del
10 al 22 han sido definidos como Musterienses de tipo
Quina y han librado numerosos restos líticos y óseos bien
conservados. El nivel 22 revela un método de producción
original de soportes de útiles retocados. Estos soportes,
son piezas bifaciales plano-convexas, “façonnées” por
percusión tangencial y lascas finas obtenidas durante la fase
de acondicionamiento de las piezas bifaciales (Soressi 2004).
Los elementos tallados con un percutor “blando”, orgánico o
mineral, que provienen de la fase de acondicionamiento de
las raederas bifaciales y unífaciales o de la fase de reavivado,
son tres veces mas importantes
que los elementos extraidos con un
percutor “duro” provenientes de un
“ débitage ” Quina o del reciclado
ciertas raederas (Soressi 2004).
No solo han sido retocados los
soportes bifaciales sino también las
lascas de acondicionamiento y de
retoque. Estas han sido igualmente
reacondicionadas y recicladas
(Soressi 2004).
En el nivel 22 existen tres
“ boules de caliza” (Lenoir 2004;
Soressi 2004) (Fig. 1). Estos objetos
descubiertos frecuentemente en los
niveles musterienses durante las
excavaciones antiguas como por
ejemplo en La Quina (Henri-Martin
1923) o en Combe-Grenal (Bordes
1961), han sido mencionados en la
literatura como “bolas”, en referencia
a las armas de propulsión utilizadas
por ciertas sociedades actuales y
sub-actuales. Actualmente, cuando
estos objetos son descubiertos en
un contexto del Paleolítico medio
se les llama “esferoides” (Debénath
et al. 1998) o “boules” (Lenoir 2004)
a causa de la fuerte connotación
etnológica del termino “bolas”.
Los tres bloques de caliza del nivel
22 llevan marcas de transformación
y de utilización. Uno de ellos tiene
70
estigmas de percusión en las zonas más prominentes (Fig. 1a).
En función de estas observaciones se profuso la posibilidad
de hubiera sido utilizado como percutor (Soressi 2004).
El objetivo de este trabajo es de distinguir los diferentes
tipos de percusión utilizados en el nivel 22, tomando como
base un referencial experimental realizado lo mas cerca
posible de las condiciones observadas en el conjunto
arqueológico. Nos centraremos especialmente en testar la
eficacidad de la caliza en ciertas acciones de “façonnage”
de las raederas bifaciales y en verificar si las “boules de
caliza” del nivel 22 son percutores de acondicionamiento.
Nuestro análisis se basan en la búsqueda de estigmas de talla
característicos de un tipo de percutor y en la combinación
de estigmas de diagnostico.
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI
Protocolo experimental
Dos talladores (L. Bourguignon y M. Roussel) han
reproducido las cadenas operatorias de “façonnage” y de
“débitage” especificas del Musteriense de tipo Quina del
nivel 22 de Chez-Pinaud.
Selección de los métodos de talla
“Débitage” de lascas según el método Quina
Hemos realizado dos “débitages” de lascas según el
método Quina (Bourguignon 1996, 1997). Para ello, hemos
optado por los percutores en cuarcita utilizados según un
gesto “entrante” con “compresión” de la materia. Aunque
este tipo de “débitage” puede realizarse con percutores de
caliza, no lo hemos experimentado porque es minoritario en
Jonzac. De hecho, la percusión con “compresión” ha sido
probada en las primeras fases de la cadena operatoria de
“façonnage”.
En total hemos analizado 53 lascas provenientes de los
dos “débitages”.
“Façonnage” de piezas bifaciales
También hemos reproducido el método de “façonnage”
identificado en el nivel 22. Son soportes extraídos con
un percutor “duro” o bloques que han sido “fasonados”
posteriormente con un percuto “blando”. Estos soportes
“fasonados” tienen una morfología plano-convexa lo que
permite la realización ulterior del retoque Quina (Soressi
2004). Una acción de “façonnage” también produce lascas
generalmente invasoras de perfil convexo que permiten
la reducción de una o de las dos caras para obtener una
morfología plano-convexa. El gesto que hemos utilizado es
tangencial con una “trayectoria curvilínea” (Bourguignon
2001). Los percutores orgánicos (madera y asta de ciervo) y
minerales (caliza) han sido utilizados con un gesto tangencial.
Hemos realizado 13 “façonnages” de los cuales 544 lascas
han sido analizadas.
Elección de los materiales
La materia percutida y la materia que percute
Hemos utilizado materiales similares los identificados en
el nivel 22 y que provienen de los alrededores del yacimiento.
Hemos recogido los bloques de sílex en los terrenos
“Santonienses” que podría ser el lugar de aprovisionamiento
de los musterienses del nivel 22 (Demars 2004). Hemos
utilizado igualmente el sílex del “Bergeracois (Maestrichtien)”
para testar si los dos materiales reaccionan de la misma
manera a los diferentes percutores en función del esquema
operatorio testado (Roussel et al. 2009).
Hemos utilizado cuatro materiales diferentes como
percutor: cuarcita, caliza, asta de ciervo y boj. Las calizas
utilizadas han sido extraídas en las canteras del “Coniacien”
situadas en un radio de 1 kilómetro alrededor del yacimiento
de Chez-Pinaud. Un canto de caliza de los aluviones de La
Dordogne ha sido igualmente utilizado para tallar el sílex
del “Bergeracois”.
Resultados
Estigmas registrados y sus atributos
Para el estudio de nuestro referencial hemos tomado en
consideración los estigmas de talla descritos en la literatura
y consensuados por los diferentes autores. Hemos observado
igualmente otros estigmas que no habían sido descritos
hasta hoy en día (Fig. 2).
Hemos observado el punto de impacto, el cono de
percusión y el bulbo que puede ser difuso o marcado. Los dos
primeros estigmas y el bulbo marcado han sido percibidos
frecuentemente como característicos de la percusión con
un percutor en cuarcita (Barnes y Kidder 1936, Bordes 1947,
1948, 1961, Pelegrin 2000). Igualmente, hemos prestado una
atención particular a las fisuras presentes en el talón y hemos
remarcado una gran variabilidad. Estas fisuras pueden ser
circulares y ocupar un ½ y ¾ de círculo en el talón. También
hemos distinguido unas grietas longitudinales paralelas y
oblicuas. La línea posterior del talón ha sido descrita como
un reborde semi-circular, semi-ovoide, irregular o liso. El
labio presenta un reborde muy claro en la línea posterior del
talón. La esquirla bulbar, accidente que describió J. Pelegrin
(2000) en los productos laminares del Tardiglaciar extraídos
con un percutor de gres, puede estar presente o ausente,
discreto, minúsculo o no arrancado. Las estrías de la cara
ventral según la definición de J. Pelegrin “…son estrías
finas y concentradas, observadas sobre varios centímetros
o sobre la totalidad de la cara ventral...” (Pelegrin 2000: 80).
Este es el segundo accidente que permite evocar la percusión
con una piedra “blanda” en el caso del “débitage” laminar
Tardiglaciar.
71
Las “bolas” o “boules de caliza” Musterienses: ¿Percutores?, el ejemplo del “fasonado” de las raederas bifaciales de quina de Chez-pinaud (Jonzac, Francia)
B L O Q U E - I - . Capítulo VII
Figura 2. Estigmas de talla reconocidos en el material experimental y
utilizados para diagnosticar la materia que percute por el “façonnage”
de las raederas bifaciales de Quina de Chez-Pinaud (fotos J. Airvaux)
72
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI
Los estigmas individuales de los tres tipos
de percusión
Percusión con un percutor en cuarcita
Durante el análisis de las lascas obtenidas a partir de los
dos “débitages” de tipo Quina realizados con un percutor en
cuarcita, pudimos observar que el bulbo tanto marcado como
difuso estaba en ocasiones asociado a un cono de percusión.
La presencia del punto de impacto y las fisuras es habitual.
Las fisuras son exclusivamente circulares y frecuentemente
en ½ círculo. La delineación posterior del talón presenta
normalmente un desbordamiento semi-circular. Sobre el
talón y en la cara ventral de las lascas Quina no se observa
ninguna fisura longitudinal o oblicua, ni labio, ni esquirla
bulbar, ni estrías concentradas.
Percusión con un percutor de madera o asta
Esta técnica de percusión, utilizada con un gesto
tangencial, no produce ni cono de percusión, ni punto de
impacto, ni desbordamiento semi-circular, ni estrías finas
concentradas en los primeros centímetros de la cara ventral.
Esta característica lo opone netamente a la percusión con
un percutor de cuarcita.
Podemos observar algunos bulbos difusos y pocas fisuras.
La línea posterior del talón es lisa o irregular con el percutor
de madera y puede presentar un desbordamiento semi-ovoide
con el percutor de asta. La presencia de un labio es frecuente
con el percutor de boj.
Constatamos la presencia de esquirlas bulbares, estigma
que no solo será específico del percutor de piedra “blanda”
(Pelegrin 2000), en un “façonnage” bifacial. Un estigma
sorprendente con el percutor en asta de ciervo es la presencia
de fisuras circulares. Las fisuras circulares habían sido
descritas únicamente para la percusión con un percuto de
piedra “dura” como la cuarcita.
Únicamente las lascas producidas con un percutor en
asta de ciervo llevan estas marcas. Estas lascas poseen
otro tipo de estigmas generalmente asociados al percutor
de cuarcita: bulbos marcados y desbordamientos semiovoides. La zona de percusión del percutor en asta de ciervo
esta situada perpendicularmente a la zona de sujeción: por
lo cual aunque la trayectoria sea curvilínea, la fuerza se
aplica perpendicularmente de la misma manera que con un
percutor en cuarcita.
Percusión con un percutor de caliza
Utilizado con un gesto tangencial en las acciones de
“façonnage”, parece ser un tipo de percusión intermediario
entre las dos técnicas descritas anteriormente. Los bulbos son
más marcados que con un percutor orgánico y al contrario los
desbordamientos semi-circulares son presentes. Los conos de
percusión y los puntos de impacto son presentes aunque de
manera menos sistemática que con el percutor de cuarcita.
En consecuencia podemos establecer que la percusión con
un percutor mineral (piedra “dura” o “blanda”) se opone a la
percusión con un percutor orgánico por la presencia de conos
de percusión, de puntos de impacto y de desbordamientos
semi-circulares.
La percusión con un percutor de caliza provoca la aparición
de fisuras longitudinales y oblicuas como la percusión con un
material orgánico. Las fisuras de tipo circular son también
frecuentes. La utilización de este tipo de percutor provoca
la aparición de un “labio” en el talón, estigma que ya había
sido reconocido por J. Pelegrin (2000) en el débitage laminar
Epipaleolítico.
Las esquirlas bulbares, consideradas por J. Pelegrin
como “estigmas evocadores de la percusión con una piedra
blanda” (Pelegrin 2000: 80) están igualmente presentes pero
no son una característica exclusiva del percutor en piedra
“blanda” ya que pueden aparecer con un percutor orgánico.
Las finas estrías bien concentradas en los primeros
centímetros de la cara ventral es el único estigma para
diagnosticar este tipo de percutor, como lo había propuesto
J. Pelegrin (Pelegrin 2000).
Síntesis sobre los estigmas del corpus experimental
Los tres tipos de percutor se distinguen los unos de
los otros por la proporción diferencial de cada uno de los
estigmas. Solo la presencia de finas estrías bien concentradas
en los primeros centímetros de la cara ventral es un estigma
exclusivo del percutor de caliza. Es un estigma “positivo”.
Cuando esta representado: diagnostica el percutor en el
caso de un esquema operatorio utilizado en nuestro caso,
el “façonnage” de soportes bifaciales plano-convexos de
las raederas Quina.
Por otro lado, ciertos estigmas son sistemáticamente
ausentes en ciertos tipos de percutor (por ejemplo, las lascas
producidas por un percutor en cuarcita no llevan nunca un
“labio” tanto en nuestras experimentaciones como en las
de nuestros predecesores) aunque pueden estar ausentes
igualmente en las lascas producidas por otros percutores (un
“labio” no esta siempre presente en las lascas producidas con
un percutor de caliza o orgánico). Los estigmas “negativos”
no son en definitiva exclusivos y no permiten a ellos solos
un diagnostico discriminante.
Los estigmas “positivos” nos permiten reconocer
únicamente un tipo de percutor y únicamente sobre un débil
porcentaje de lascas (cerca de un 5 % de los productos
experimentales realizados con un percutor de caliza). La
percusión con un percutor de cuarcita y con un percutor
73
Las “bolas” o “boules de caliza” Musterienses: ¿Percutores?, el ejemplo del “fasonado” de las raederas bifaciales de quina de Chez-pinaud (Jonzac, Francia)
B L O Q U E - I - . Capítulo VII
orgánico no puede diagnosticarse en “positivo”. Lo que nos
ha llevado a utilizar una nueva metodología que consiste en
la búsqueda de la combinación de estigmas que permitan el
mayor numero de criterios de diagnostico.
Las combinaciones de criterios de diagnostico
en el corpus experimental
Hemos reunido varias combinaciones de criterios
diagnostico de cada tipo de percutor al interior de nuestro
referencial experimental (Tabla 1).
Punto de
impacto
Fisura en el
talón
A
Presente
½ circulo
B
Presente
½ circulo
Ausente
Longitudinal
paralelo
Línea
post. talón
Para el percutor en cuarcita hemos identificado dos
combinaciones exclusivas compuestas de seis criterios.
La primera combinación esta presente en una lascas sobre
dos y la segunda en una lasca sobre tres (Tabla 1). Para el
percutor orgánico existe una sola combinación diagnostico
con siete criterios, observable únicamente en el 2,5 % de
los productos experimentales (Tabla 1). El percutor en caliza
se diagnostica gracias a una combinación de ocho criterios
que excluyen las estrías finas y concentradas que son a ellas
solas un criterio de distinción (Tabla 1).
Labio
Cono
Ausente
Presente
Bulbo
Esquirla Estrías finas y
EXPE.
bulbar concentradas
Cuarcita
Desb.S.C.
Ausente
Ausente
Ausente
26/53*
Ausente
Ausente
18/53
Ausente
Ausente
6/233
Presente
Ausente
13 /297
Ausente
11/297
Orgánico
C
Presente
Ausente
Ausente
Caliza
D
Circular
E
Presente
¾ circulo
Desb.S.C.
F
Ausente
Ausente
G
Ausente
H
Ausente
Circular
I
Ausente
Oblicuo
Liso
J
Ausente
Longitudinal
paralelo
Liso
K
Ausente
Longitudinal
paralelo
Irregular
Desb.S.C.
Ausente
Ausente
Presente
Marcado
Ausente
Ausente
6/297
Ausente
Presente
Marcado
Ausente
Ausente
5/297
Ausente
Marcado
Ausente
Ausente
11/297
Ausente
Difuso
Presente
Ausente
5/297
Ausente
Ausente
Presente
Ausente
4/297
Minúsculo
Ausente
3/297
Ausente
Ausente
Ausente
* Número de lascas que llevan la combinación de criterios de diagnostico de cada tipo de percutor en función del numero total de lascas con cada uno de los percutores.
Tabla 1. Combinación diagnóstico de los criterios que nos permiten reconocer los diferentes tipos de percusión a partir de nuestro referencial experimental de « façonnage »
de raederas bifaciales Quina (Desb.S.C. : desbordamiento semi-circular). Una célula vacía indica que la representatividad de este criterio no es importante.
74
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI
Diagnostico de la muestra arqueológica
Hemos comparado los estigmas de talla de las 597
lascas experimentales con las 193 lascas arqueológicas
descubiertas a la misma altitud que las raederas bifaciales
Quina del nivel 22 de Jonzac.
De las lascas arqueológicas, 17 llevan dos combinaciones
diagnostico del percutor en cuarcita y 7 de entre ellas
presentan dos combinaciones. En consecuencia, solo 10
representan con certitud la percusión con cuarcita.
La combinación diagnostico de la percusión orgánica
esta representada exclusivamente por una lasca y solo
cuatro combinaciones de la percusión con una caliza están
presentes en el material arqueológico (31 lascas). Entre las
31 lascas, 5 contienen varias combinaciones, lo que quiere
decir que 25 son características de la percusión con cuarcita.
Por otro lado, 11 lascas presentan el criterio exclusivo de
este tipo de percusión, las estrías finas y concentradas en
los primeros centímetros de la cara ventral.
En total, cerca de un cuarto de la muestra arqueológica
ha podido ser diagnosticada.
Conclusión
El análisis de los productos experimentales muestra
que cuando proyectamos de utilizar una gran diversidad de
materiales como percutor, solo un estigma “positivo” permite
hacer un diagnostico: las estrías finas y concentradas en los
primeros centímetros de la cara ventral son características
del percutor de caliza.
Por otro lado, varias combinaciones de criterios son
exclusivas de uno solo tipo de percutor. La transposición
de los estigmas y de sus combinaciones en las lascas
experimentales, reproducidas en las condiciones lo mas
cercanas a las de la muestra arqueológica (los mismos
materiales para los percutores, el mismo silex y el mismo
esquema operatorio), nos muestra la existencia de la
percusión con un percutor en caliza para el acondicionamiento
de las raederas bifaciales en el nivel 22, Musteriense de tipo
Quina de Chez-Pinaud.
El 20 % de los materiales arqueológicos estudiados
pueden ser atribuidos a la percusión con una caliza. Las otras
dos técnicas de percusión representan únicamente el 6 %.
Podemos por lo tanto afirmar que las “boules de caliza”
provenientes del yacimiento de Chez-Pinaud son percutores
utilizados en una acción de “façonnage” de las raederas
bifaciales Quina. Hasta hoy, la utilización del percutor en
caliza habia sido documentado únicamente en contextos
del Paleolítico superior, por ejemplo en el Gravetiense y en
el Epipaleolítico.
Nuestro estudio del nivel 22 de Chez-Pinaud en Jonzac
revela que la utilización de la caliza como percutor no es un
comportamiento específico de los Humanos anatómicamente
modernos. En Jonzac, podemos sostener que la caliza ha
sido utilizada porque estaba disponible localmente en
varios formatos (dimensión, dureza y densidad) y porque
es particularmente eficaz en la realización de las cadenas
operatorias de “façonnage” empleadas en el yacimiento.
La utilización de la caliza nos parece un comportamiento
ligado a los objetivos técnicos y al entorno. En consecuencia,
parece sorprendente que el comportamiento no este más
extendido entre los Neandertalienses. La continuación del
análisis de las “bolas” de caliza musterienses nos dirá se trata
únicamente del estado actual de la investigación. Igualmente,
deberá ayudarnos a precisar las razones de la eleccion
o exclusión de la caliza por los gropos Neandertalienses
musterienses.
Agradecimientos
Agradecemos a Jean Airvaux, Shannon McPherron,
Michel Lenoir y Jacques Pelegrin los numerosos y fructuosos
intercambios. Agradecemos igualmente a Iluminada Ortega
la realización de la traducción al español.
Bibliografía
AIRVAUX, J. (2004): Le site paléolithique de Chez-Pinaud à Jonzac,
Charente-Maritime. Premiers résultats: études sur la coupe
gauche. Préhistoire du Sud-Ouest. Supplément n° 8. 181 p.
BORDES, F. (1947): “ Étude comparative des différentes
techniques de taille du silex et des roches dures ”.
L’Anthropologie, 51: 1-29.
BARNES, A.S.; KIDDER, H.H. (1936): “Différentes techniques de
débitage à La Ferrassie”. Bulletin de la Société préhistorique
française, 33, n° 4: 272-288.
BORDES, F. (1948): “Les couches moustériennes du gisement
du Moustier (Dordogne). Typologie et techniques de taille ”.
Bulletin de la Société préhistorique française, 44, n° 3-4:
113-126.
75
Las “bolas” o “boules de caliza” Musterienses: ¿Percutores?, el ejemplo del “fasonado” de las raederas bifaciales de quina de Chez-pinaud (Jonzac, Francia)
B L O Q U E - I - . Capítulo VII
BORDES, F. (1961): Typologie du Paléolithique Ancien et Moyen.
Centre National de la Recherche Scientifique. Paris. 102 p.
& 108 pl.
BOURGUIGNON, L. (1996): “La conception de débitage Quina ”.
En Bietti, A. (dir.), Reduction Processes for the European
Mousterian. Actes du colloque international de Rome, mai
1995. Quaternaria Nova VI: 149-166.
BOURGUIGNON, L. (1997): Le Moustérien de type Quina :
nouvelle définition d’une entité technique. Université de
Paris X-Nanterre. 672 p.
BOURGUIGNON, L. (2001): “ Apports de l’expérimentation et de
l’analyse techno-morpho-fonctionnelle à la reconnaissance
du processus d’aménagement de la retouche Quina ”.
En Bourguignon, L.; Ortega, I. & Frère-Sautot, M.-C. (dir.),
Préhistoire et approche expérimentale. Monique Mergoil.
Montagnac: 35-66.
DEBENATH, A.; JELINEK, A.J.; DIBBLE, H.L.; ARMAND, D.;
CHASE, P.G.; RENAULT-MISKOVSKY, J.; TILLIER, A.-M.;
VANDERMEERSCH, B.; MERCIER, N. & VALLADAS, H.
(1998): “ Nouvelles fouilles à La Quina (Charente): résultats
préliminaires ”. Gallia Préhistoire, t. 40: 29-74.
DEMARS, P.-Y. (2004): “ Les gîtes de silex de la région de Jonzac ”.
En Airvaux, J. (dir), Le site paléolithique de Chez-Pinaud à
Jonzac, Charente-Maritime. Premiers résultats: études sur
la coupe gauche. Préhistoire du Sud-Ouest. Supplément
n° 8: 17-20.
HENRI-MARTIN, H. (1923): Recherches sur l’évolution du
moustérien dans le gisement de La Quina (Charente).
Imprimerie ouvrière. Angoulême. 95 p.
JAUBERT, J.; HUBLIN, J.-J.; MCPHERRON, SH.; SORESSI, M.;
BORDES, J.-G.; CLAUD, É.; COCHARD, D.; DELAGNES, A.;
MALLYE, J.-B.; MICHEL, A.; NICLOT, M.; NIVEN, L.; PARK,
S.-J.; RENDU, W.; RICHARDS, M.P.; RICHTER, D.; ROUSSEL,
M.; STEELE, T. E.; TEXIER, J.-P. & THIEBAUT, C. (2008):
“ Paléolithique moyen récent et Paléolithique supérieur
ancien à Jonzac (Charente-Maritime): premiers résultats
des campagnes 2004-2006 ”. En Jaubert, J.; Bordes, J.G. & Ortega, I. (dir.), Les sociétés du Paléolithique dans
un Grand Sud-Ouest : nouveaux gisements, nouveaux
résultats, nouvelles méthodes. Mémoire XLVII de la Société
préhistorique française: 203-243.
LENOIR, M. (2004): “ Les industries des niveaux du Paléolithique
moyen. Les racloirs des niveaux moustériens quelques
observations ”. En Airvaux, J. (dir), Le site paléolithique
de Chez-Pinaud à Jonzac, Charente-Maritime. Premiers
résultats: études sur la coupe gauche. Préhistoire du SudOuest. Supplément n° 8: 63-78.
PELEGRIN, J. (2000): “ Les techniques de débitage laminaire au
Tardiglaciaire: critères de diagnose et quelques réflexions ”.
En Valentin, B.; Bodu, P. & Christensen M. (dir.), L’Europe
Centrale et Septentrionale au Tardiglaciaire. Confrontation
des modèles régionaux. Mémoires du Musée de Préhistoire
d’Ile-de-France. Nemours: 73-86.
ROUSSEL, M.; BOURGUIGNON, L. & SORESSI, M. (2009):
“ Identification par l’expérimentation de la percussion au
percuteur de calcaire au Paléolithique moyen: le cas du
façonnage des racloirs bifaciaux Quina de Chez-Pinaud
(Jonzac, Charente-Maritime) ”. Bulletin de la Société
préhistorique française, 106, n° 2: 219-238.
SORESSI, M. (2004): “ L’industrie lithique des niveaux moustériens
de Chez-Pinaud à Jonzac (Charentes), fouilles 1998-99.
Aspects taphonomiques, économiques et technologiques ”
En Airvaux, J. (dir), Le site paléolithique de Chez-Pinaud à
Jonzac, Charente-Maritime. Premiers résultats: études sur
la coupe gauche. Préhistoire du Sud-Ouest. Supplément
n° 8: 79-95.
76
Morgan ROUSSEL, Laurence BOURGUIGNON y Marie SORESSI
- VIII Elaboración de un protocolo de experimentación lítica
para la comprensión de los comportamientos técnicos
y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
Michel BRENET*, Laurence BOURGUIGNON*, Mila FOLGADO* y Iluminada ORTEGA**
* Inrap Grand-Sud-Ouest, Bègles, France. UMR 5199, PACEA, Talence, France.
** Inrap Grand-Sud-Ouest, Bègles, France. UMR 704, Archéologie et sciences de l’Antiquité, Paris, France.
Resumen
El protocolo experimental que proponemos, consiste en,
enriqueciendo los referentes existentes, ampliar el campo
de las experiencias a todos los tipos de conceptos de talla
(débitage y façonnage) evaluando tanto de un punto de vista
cualitativo como cuantitativo los métodos y modalidades, las
técnicas, las limitaciones de las materias y de los volúmenes
explotados. Esta nueva base referencial será comparativa
y evolutiva.
Palabras clave:
El protocolo de experimentación describirá las condiciones
de la evolución de las experiencias, adaptadas a cada
problemática (tecno-económica, espacial, tafonómica,
etc.), el registro y el tratamiento de los datos. Por último
la comparación con las industrias arqueológicas permitirá
apreciar las potencialidades de este tipo de trabajo sobre
la comprensión de los comportamientos económicos de los
grupos humanos del Paleolítico medio.
Paleolítico medio, experimentación lítica, enfoque tecno-económico.
Abstract
In addition to enriching existing reference bases, the
experimental procedure proposed here extends the range
of experiments to all lithic knapping concepts (flaking and
shaping) while qualitatively and quantitatively evaluating the
methods, modalities, techniques, material constraints and
exploited volumes implied. The resulting reference bases are
both comparative and have the capacity to evolve.
Key words:
This experimental procedure describes the conditions of
the progression of the experiments adapted to each research
problem (techno-economic, spatial and taphonomic), recording
methods and data treatment. Finally, a few examples of its
application to archaeological industries illustrate the potential
of such a procedure for contributing to our understanding of
the economic behaviours of Middle Palaeolithic groups.
Middle Palaeolithic, lithic experimentation, techno-economic approach.
El aporte de nuevos datos
Desde hace más de diez años, en Francia, las
intervenciones de la arqueología preventiva que preceden
a los grandes trabajos de obras publicas y de ordenación del
territorio han contribuido al descubrimiento de numerosos
yacimientos del Paleolítico Medio en el sudoeste (Fig. 1
carte loc site). Estas excavaciones recientes conciernen
principalmente a ocupaciones al aire libre que se escalonan
desde los estadios isotópicos 8 y 7 como Petit Bost, en el
valle de l’Isle, Cantalouette 1, Combe Brune 2 et 3, sobre
la orilla norte de la Dordoña cerca de Bergerac, hasta el
estadio 4 como Champ de Bossuet y La Mouline en el valle
de l’Isle, La Folie en Charente o aún Combemenue en Corrèze
(Bourguignon et al. 2002a, 2004, 2006; Bourguignon et Turq
2003; Brenet et Folgado 2003, 2009; Brenet et al. 2008a,
2008b; Brenet et Cretin 2008; Folgado et Brenet 2009).
La consecuencia ha sido una multiplicación de nuevos
datos referidos a la variabilidad tecnológica intrínseca a
77
Elaboración de un protocolo de experimentación lítica para la comprensión de los comportamientos técnicos y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
B L O Q U E - I - . Capítulo VIII
las industrias líticas. Estas muestran
una diversidad tangible de las
concepciones y los métodos de
producción de los utillajes desde el
principio de Paleolítico medio. Estos
nuevos datos conciernen igualmente la
complejidad de los comportamientos
tecno-económicos al interior de las
ocupaciones y más ampliamente en el
seno de los territorios de subsistencia.
Así, ciertas ocupaciones,
implantadas sobre yacimientos de
materia prima, muestran unos modos
de funcionamiento complejos ligados
a la producción y a la utilización de
los soportes y de los útiles fabricados
e igualmente a las importaciones/
exportaciones de núcleos y a los
desplazamientos de los soportes
y de los útiles producidos. Otras
ocupaciones, al contrario, mas
alejadas de las fuentes de materia
prima, muestran una economía de
producción y de consumo que depende
prioritariamente de un aporte de las
materias explotadas bajo la forma de
bloques testados, de núcleos a veces
en curso de explotación y de utillaje
realizado sobre materias exógenas
diversificadas.
Figura 1. Localización de los yacimientos al aire libre del Paleolítico Medio descubiertos recientemente dentro
del marco de la arqueología preventiva en el Sur-Oeste de Francia
Las problemáticas abordadas
Las problemáticas, sobre las composiciones de los
conjuntos arqueológicos, la variabilidad de las cadenas
operatorias y de las economías de producción lítica así
que su posición y su función al interior de un territorio y un
entorno dado, han adquirido un alto grado de complejidad.
78
Boëda 1986), nos ha parecido necesario iniciar un proyecto
de experimentación adaptado a otros sistemas de producción
identificados en los yacimientos así que a las diversas
materias líticas explotadas.
Así, nos ha sido necesario modificar y enriquecer nuestras
tramas de categorías y criterios tecnológicos, utilizadas
ampliamente desde el principio de los años 90 e introducir
una reflexión sobre el modo de abordar, de estudiar y de
interpretar los conjuntos líticos descubiertos.
Este proyecto de experimentación lítica, iniciado hace
cinco años en el marco de una Action Commune de
Recherche sur le Paléolithique moyen en Aquitaine
septentrionale (UMR 5199 PACEA et INRAP) se prosigue
actualmente en el marco de un Axe de Recherche
Collective de l’INRAP sur le Paléolithique moyen.
Si nos referimos a los trabajos innovadores anteriores
en tecnología y tecno-economía lítica experimental y
particularmente a los estudios de Jean Michel Geneste
sobre las cadenas operatorias Levallois (Geneste 1985;
Así, esté programa tiene como objetivo la re-actualización
de los estudios tecnológicos y económicos de las industrias
y completar el referencial experimental lítico existente. Por
ultimo, este proyecto tiene como ambición convertirse en
Michel BRENET, Laurence BOURGUIGNON, Mila FOLGADO y Iluminada ORTEGA
un útil metodológico comparativo y evolutivo de ayuda al
análisis de la variabilidad de las industrias.
Las problemáticas que abordamos a través de la
comparación entre los conjuntos líticos arqueológicos y
sus referenciales experimentales razonados, provienen
de cuestiones de orden cualitativo y cuantitativo sobre las
concepciones y la economía de la producción:
• ¿Cuales son las reglas técnicas internas y especificas
de los esquemas de producción?
• ¿Estas reglas permiten pasajes y combinaciones
sobre una misma matriz entre esquemas de débitage y de
façonnage?
• ¿Cuales son las características tecno-morfo-funcionales
en los soportes buscados?
• ¿Cuales son las cantidades y proporciones de lascas
corticales, de preparación y de soportes de primera intención
generados por la producción? ¿Cual es el rendimiento, la
productividad media por núcleo?
• ¿Cual es la significación de una superabundancia o
de una carencia confirmada de ciertas categorías de lascas
o de matrices?
• ¿Como apreciar la variabilidad interna de un esquema
de débitage o de façonnage en función de contingencias
como las calidades de las materias primas y los niveles de
competencia de los talladores prehistóricos?
Las interrogaciones se refieren también a la definición
del tipo de ocupación y su estatuto al interior de un territorio
de subsistencia:
• ¿Como diferenciar los conjuntos líticos provenientes
de un taller de producción, de un alto temporal de caza, de
un campamento temporal o de un campamento residencial?
• ¿Cómo estimar el volumen de los grupos humanos, la
frecuencia y la perduración de las ocupaciones?
• Los modos de funcionamiento de las ocupaciones ¿son
específicos y tributarios de un entorno y de las posibilidades
de aprovisionamiento de materias primas?
• ¿Se pueden percibir relaciones potenciales entre
ocupaciones de naturaleza complementaria e/o idéntica al
interior de un territorio definido y supuestamente recorrido?
• ¿Cuáles son los factores que definen un territorio de
aprovisionamiento o un territorio de subsistencia?
Por último, ciertas cuestiones de orden tafonómico
conciernen la conservación y la integridad de los conjuntos
líticos:
• ¿Cómo estimar la ausencia o la presencia de la
fracción fina en términos de disposición y conservación de
ese mismo nivel?
• Las cantidades y proporciones de la fracción fina ¿son
similares entre los diferentes métodos de producción y en
función de la materia prima?
• ¿Como apreciar la calidad de la conservación de un
conjunto lítico compuesto de múltiples sistemas técnicos sobre
la base de las proporciones de los diferentes componentes
(fracción fina, gruesa,…)?
Protocolo experimental
La primera etapa de este programa ha consistido en la
elaboración de un protocolo experimental común sistemático
concretizado mediante una ficha de registro y observaciones y
una documentación fotográfica completa. Esta ficha de entradas
múltiples tiene como finalidad documentar:
• los objetivos cualitativos y/o cuantitativos previstos en
la producción en términos de método y de procedimiento(s)
de talla;
• la materia prima explotada (su origen litológico, los tipos
de módulos, las dimensiones y el peso);
• los útiles de percusión utilizados (materia, morfología,
dimensiones y peso inicial y final);
• los conocimientos teóricos y las competencias
técnicas del tallador según los objetivos fijados;
• el tiempo de ejecución, en el caso de un test
continuo;
• el tipo de suelo sobre el que se efectúa la
experimentación;
• la posición y sujeción de las matrices y percutores,
así que los gestos del experimentador;
• la apreciación general del experimentador del test
y los eventuales cambios de objetivo;
• y finalmente, en el caso de un test orientado hacia
una problemática espacial, la morfología del amas de
talla al final de la producción.
79
Elaboración de un protocolo de experimentación lítica para la comprensión de los comportamientos técnicos y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
B L O Q U E - I - . Capítulo VIII
Todos los artefactos producidos y los
desechos de talla, cualquiera que sean
sus dimensiones (polvo, esquirlas, lascas,
núcleos y percutores), son conservados.
Según la problemática el acondicionamiento de cada experimentación
se efectúa de manera diferente:
• por test si la problemática
atañe solamente a los productos
específicamente buscados.
• por secuencia operatoria si la
problemática esta orientada hacia
la representatividad de las fases de
producción (fig. 2).
Figura 2. Comparación, en ratio, de las diferentes categorías de lascas de las producciones experimentales Levallois
centrípeta y Levallois unipolar. La producción centrípeta presenta un rendimiento superior por núcleo “debitado”
Las series experimentales están así destinadas a ser
contabilizadas y estudiadas utilizando las mismas tramas de
análisis y los mismos útiles estadísticos que en las series
arqueológicas.
las cantidades y peso de los artefactos de cada secuencia
operatoria.
Todos los artefactos de más de 2 cm son, caracterizados
y clasificados, según la etapa del proceso – débitage o
façonnage - en el cual han sido producidos o han intervenido.
El corpus experimental iniciado desde 2004 se ha
enriquecido con más de 160 tests realizados en el marco
de experimentaciones dirigidas sobre problemáticas que
conciernen las producciones de débitage o de façonnage
atribuidas al Paleolítico medio.
Un inventario sintético de las experimentaciones agrupa
las informaciones generadas de este primer nivel de análisis
y reúne, por cada experimentador y por cada experimentación
Las comparaciones entre el referencial y los conjuntos
líticos arqueológicos han sido aplicadas sobre registros
variados de los cuales expondremos algunos ejemplos.
Aplicación del referencial experimental al registro arqueológico
Los primeros resultados han sido significativos desde
el principio. Seguidamente, evocaremos algunos de los
ejemplos más destacados:
El análisis de los débitages experimentales Levallois
unipolar y centrípeto ha mostrado en particular una
variabilidad marcada tanto cualitativa que cuantitativa entre
las diferentes modalidades y entre los experimentadores.
Una productividad más importante ha sido por ejemplo
observada en el débitage Levallois centrípeto en términos
de ratio (categoría de soportes por núcleo debitado) (Fig. 3).
Una primera comparación con los conjuntos líticos
del suroeste de Francia ha permitido poner en relieve
las importantes diferencias tecno-económicas entre las
ocupaciones según las formas de adquisición de la materia
80
prima, del aporte de nucleos y según los modos de exportacion
de los núcleos y/o de los soportes
Por ejemplo, en Combe Brune 2 y en Petit Bost (Dordogne),
la producción es ampliamente realizada in situ, en silex local,
orientada hacia una exportación de cerca del 20% de los
soportes de primera intención.
En los yacimientos de Chemin d’Herbe (Lot et Garonne),
de La Conne de Bergerac y de Combe Brune 1 (Dordogne)
observamos la importación de núcleos parcialmente
explotados y una exportación importante de los soportes
producidos in situ.
Otros yacimientos, como La Rogère (Dordogne) et la
Folie (Charente), atestiguan comportamientos económicos
intermediarios con una explotación de núcleos, en parte
Michel BRENET, Laurence BOURGUIGNON, Mila FOLGADO y Iluminada ORTEGA
Figura 3. Comparación, en ratios, entre la experimentación
Levallois centrípeta y diversos conjuntos líticos de
concepción Levallois. Las producciones arqueológicas
confirman una diversidad de comportamientos económicos,
los cuales, indican el aporte de núcleos, en ocasiones
parcialmente explotados, la producción, el consumo y la
exportación de una parte de la producción
Figura 4. Comparación, en ratios,
de las categorías de lascas, entre
las producciones experimentales
discoïdes en silex y cuarcita. El
rendimiento de las puntas Levallois
por núcleo es similar entre las dos
materias mientras que la cuarcita ha
sido más productiva para el resto de
categorías de lascas
importados y un consumo y una exportación de soportes
(Bourguignon 2002b; Bourguignon et al. 2008; Brenet et al.
2009; Brenet et Folgado 1998) (Fig. 4).
La experimentación efectuada sobre el débitage de
concepción Discoïde de puntas pseudo-levallois, en silex o
en cuarcita ha permitido, en un primer momento, destacar
las diferencias de productividad entre las dos materias con
experimentadores de nivel equivalente (Fig. 5). Mientras que
el rendimiento en puntas pseudo-Levallois por núcleo es muy
próximo entre las dos materias (6 a 7 puntas), el débitage en
cuarcita es más prolífico en los otros tipos de productos.
La comparación iniciada con las producciones arqueológicas
de débitage Discoïde procedentes de yacimientos al aire libre
o en abrigos abre interesantes perspectivas sobre la economía
y los modos de circulación de las puntas pseudo-Levallois
entre yacimientos como los encontrados en Aquitania o en
el norte de Francia (cf. Bourguignon et al. en este volumen).
81
Elaboración de un protocolo de experimentación lítica para la comprensión de los comportamientos técnicos y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
B L O Q U E - I - . Capítulo VIII
Figura 5. Comparación, en ratios, de las categorías de
lascas, entre las producciones experimentales discoïdes
en silex y cuarcita. El rendimiento de las puntas Levallois
por núcleo es similar entre las dos materias mientras
que la cuarcita ha sido más productiva para el resto de
categorías de lascas
Una experimentación ha sido igualmente efectuada sobre
los diferentes métodos de débitages laminares uni y bi-polares
volumétricos y de lascas alargadas Levallois y no Levallois
del Paleolítico medio e inicios del Paleolítico superior.
El objetivo principal por cada un de estos esquemas ha
consistido en obtener los productos de primera intención
variando los procesos de explotación de las superficies o
de los volúmenes de los núcleos a través de los diferentes
gestos, trayectorias (re-entrante y tangencial) y tipos de
percusión (duro y duro-blando).
Los análisis cualitativos y cuantitativos de estos tests
experimentales y su comparación con los yacimientos
arqueológicos del suroeste y el norte de Francia están
actualmente en curso de estudio (Fig. 6).
Otro ejemplo ha sido el de la confección experimental de
piezas bifaciales con el objetivo de observar la variabilidad
tanto cualitativa como cuantitativa entre las diferentes
modalidades (biconvexas y plano convexas), matrices
(plaquetas y lascas), gestos, trayectorias (reentrante y
tangencial) y tipos de percusión (duro y duro-blando).
La utilización del percutor llamado duro/blando durante
toda la confección de las piezas bifaciales ha sido confirmada,
tanto en el yacimiento de Jonzac n22 (Charente Maritime
cf; Roussel et al. en este volumen) como en la ocupación
de Cantalouette 1, (Dordogne) (Brenet et al. 2008a). En esta
ultima, la comparación entre la producción experimental y
arqueológica ha permitido confirmar la interpretación del
yacimiento como un lugar de producción y de consumo de
piezas bifaciales sin exportación (Brenet et al. 2008c) (Fig. 7).
82
Figura 7. Remontage de un débitage laminar volumétrico experimental
Michel BRENET, Laurence BOURGUIGNON, Mila FOLGADO y Iluminada ORTEGA
Figura 7. Comparación,
en porcentajes, entre la
producción experimental de
façonnage y la producción
de façonnage del yacimiento
de Cantalouette 1. Este
paralelismo confirma la
interpretación del yacimiento
como un lugar de producción
y consumo de piezas bifaciales
En último lugar, presentaremos los resultados
experimentales que se refieren al aspecto tafonómico y
a la integridad de los conjuntos líticos arqueológicos. Una
de las preguntas recurrentes concierne las cantidades y la
conservación de la fracción fina producida por las diferentes
concepciones de débitage o de façonnage en función de la
materia prima (silex, cuarcita, etc.).
Así, hemos comparado las experimentaciones de
débitage Levallois y discoïde efectuadas sobre diferentes
tipos de materia prima en función de dos grandes categorías
dimensionales: la “fracción fina” (entre 0,5 cm. y 1,9 cm.) y
las lascas de más de 2 cm.
Los porcentajes de esta fracción fina permiten diferenciar
netamente estos dos tecno-complejos. Por lo que concierne al
débitage Levallois, ésta representa entre un 70% y un 80% del
conjunto de las series experimentales, en cuanto al débitage
discoïde los porcentajes se sitúan entre 55% y 65% (Fig. 8).
Por otra parte, si observamos las ratios de los elementos
inferiores a 2 cm por núcleo, las diferencias entre los débitages
Levallois y discoïdes son aun mas marcadas, con mas de 280
elementos de menos de 2 cm en el Levallois centrípeto, mas
de 200 en el Levallois unipolar, una centena en el discoïde en
cuarcita y menos de 40 en los discoïdes en silex.
Figura8. Comparación, en porcentajes cumulados,
de las fracciones finas y gruesas provenientes de la
experimentación de débitage Levallois en silex y discoïde
en silex y en cuarcita. Las dos concepciones se diferencian:
de un lado, los débitages Levallois con 70% a 80% de
elementos inferiores a 2 cm, y de otro lado, los débitages
discordes, con 55% y 65% de este tipo de fracción
83
Elaboración de un protocolo de experimentación lítica para la comprensión de los comportamientos técnicos y tecno-económicos durante el Paleolítico Medio
B L O Q U E - I - . Capítulo VIII
Conclusión
Las experimentaciones realizadas, su registro y la
confrontación con las series arqueológicas ha resultado
ser un buen útil metodológico de análisis de la complejidad
de las industrias tenidas en cuenta. De una parte ayuda
a la comprensión de la dicotomía entre esquemas de
intención y esquemas de realización. De otra, permite
distinguir claramente ciertos rasgos técnicos específicos
de los esquemas utilizados, como los procedimientos de
percusión, las construcciones volumétricas de las matrices
líticas explotadas (en débitage o façonnage) y los caracteres
buscados sobre los soportes y útiles producidos.
Los resultados más remarcables son, actualmente, los
relacionados con las problemáticas que visan los modos de
funcionamiento de las ocupaciones estudiadas. Así, podemos
acercarnos a la comprensión de los comportamientos tecnoeconómicos a partir de las cantidades de núcleos explotados,
de los soportes buscados, de las piezas façonnées y de los
desechos.
Nos permiten, igualmente, establecer las diferencias entre
las ocupaciones y mostrar en ocasiones las economías de
debitage y/o façonnage (Perlés 1991) y el modo de circulación
de los productos.
Este programa experimental sobre el Paleolítico medio
se proseguirá en los próximos años siguiendo la misma línea
metodológica y adaptando constantemente los tests a realizar
a los interrogantes de base, a las materias y a los métodos de
producción observados. Este programa, no debe considerarse,
no obstante como un modelo inamovible si no más bien,
como un útil metodológico evolutivo, complementario de
otros análisis tecnológicos que debe tener en cuenta los
resultados que provienen de otros campos de la investigación.
Bibliografía
BOËDA E. (1986): Approche technologique du concept Levallois
et évaluation de son champs d’application : étude de
trois gisements saaliens et weichséliens de la France
septentrionale. Thèse de doctorat, université de Paris
X-Nanterre, 2 vol., 385 p.
BOURGUIGNON L.; SELLAMI F., DELOZE V.; SELLIER-SEGARD
N.; BEYRIES S.; EMERY-BARBIER A. (2002a): “L'habitat
moustérien de la Folie (Poitiers, Vienne) : synthèse des
premiers résultats”. Paléo, 14: 29-48.
BOURGUIGNON L. ; SELLAMI F., DELOZE V.; SELLIER-SEGARD
N., BEYRIES S.; EMERY-BARBIER A. (2002b): Le gisement
moustérien de La Folie, Poitiers. DFS, AFAN, Service Régional
de l’Archéologie d’Aquitaine.
84
BOURGUIGNON. L. ; BERTRAN P., DJEMA H.; HENRY-DUPLESSIS
S.; DUPLESSIS M.; TERESA-MATAMOROS J.; LAHAYE C.
(2006): Petit Bost (Neuvic), A 89 Section 2.3. Rapport Final
d’Opération, SRA Aquitaine, INRAP, 153 p.
BOURGUIGNON L.; DJEMA H.; BERTRAN P.; LAHAYE C. ET
GUIBERT P. (2008): “Le gisement Saalien de Petit-Bost
(Neuvic, Dordogne) à l’origine du Moustérien d’Aquitaine ”.
In J. Jaubert, J-G. Bordes et I. Ortega (organisateurs). Les
sociétés du Paléolithique dans un grand Sud-ouest : nouveaux
gisements, nouveaux résultats, nouvelles méthodes. Séances
de la SPF, 24-25 novembre 2006, Bordeaux, Mémoires.
SPF 47.
BRENET M.; FOLGADO M. (1998): “ Les gisements paléolithiques
du Champ des débats, de La Rogère 1, des Forets et de La
Croix de Trote. Autoroute A 89, section Arveyres–Montpon”.
Bull. Soc. Préhist. Fr.: 429-431.
BOURGUIGNON L.; TURQ A. (2003): “Une chaîne opératoire
de débitage Discoïde sur éclat du Moustérien à denticulés
aquitain : les exemples de Champs de Bossuet et de
Combe-Grenal c.14”. In Marco Peresani (ed.): Discoïd Lithic
Technology. Advances and Implications. BAR International
Series 1120, 2003: 131-152.
BRENET M.; FOLGADO M. (2003): “Le débitage Discoïde du
gisement des Forets a Saint-Martin-de-Gurçon (Dordogne)”.
In Marco Peresani (ed.): Discoid Lithic Technology, Advances
and Implications, BAR International Series 1120, 2003:
153-178.
BOURGUIGNON L.; ORTEGA I.; SELLAMI F.; BRENET M.;
GRIGOLETTO F.; VIGIER S.; DAUSSY A.; DESCHAMPS J-F.;
CASAGRANDE F. (2004): “Les occupations paléolithiques
découvertes sur la section Nord de la déviation de Bergerac
: résultats préliminaires obtenus à l’issue des diagnostics”.
Préhistoire du Sud-Ouest, 11/2004-2: 155-171.
BRENET M.; CRETIN C. (2008): “Le gisement paléolithique moyen
et supérieur de Combemenue (Brignac-la-Plaine, Corrèze).
Du microvestige au territoire, réflexions sur les perspectives
d’une recherche multiscalaire”. In Thierry Aubry, Francisco
Almeida, Ana Cristina Araújo, Marc Tiffagom (eds.): XV
World Congress UISPP (Lisbon, 4-9 September 2006). Space
and Time : Which Diachronies, which Synchronies, which
Michel BRENET, Laurence BOURGUIGNON, Mila FOLGADO y Iluminada ORTEGA
Scales / Typology vs Technology, Sessions C64 and C65,.
BAR S1831 2008: 35-44.
BRENET M.; FOLGADO M.; BERTRAN P.; LENOBLE A.; GUIBERTT
P.; VIEILLEVIGNE E. (2008a): “Interprétation de la variabilité
technologique de deux industries du Paléolithique moyen
ancien du Bergeracois : Cantalouette 1 et Combe Brune
3 (Creysse, Dordogne). Contexte géoarchéologique et
chronologique, analyse techno-économique”. In Les sociétés
paléolithiques d’un grand Sud-Ouest : nouveaux gisements,
nouvelles méthodes, nouveaux résultats. Actes des journées
de la SPF, 24-25 novembre 2006, BSPF: 57-81.
BRENET M.; FOLGADO M.; VIGIER S.; CLAUD E.; BERTRAN P.;
LAHAYE C. (2008b): Etude inter-disciplinaire des niveaux
paléolithiques de Combe Brune 2 (Creysse, Dordogne).
Bergerac, R.N. 21 section nord. Rapport Final d’Opération,
INRAP, SRA Aquitaine, 254 p.
BRENET M. ; CLAUD E.; FOLGADO M. (2008c): Production
expérimentale de pièces bifaciales à tranchant transversal
oblique, Analyse techno-économique préliminaire. Rapport
interne, Axe 141 de recherche INRAP.
BRENET M.; FOLGADO M. (2009): “Cohabitation entre débitage et
façonnage sur les gisements du Paléolithique moyen ancien
de Cantalouette 1 et Combe Brune 3 (Creysse, France) ”.
In Approches méthodologiques intégrées pour l’étude des
outils lithiques préhistoriques, Florence, 13-15 décembre
2007, Rivista di Scienze Preistoriche.
BRENET M.; VIGIER S.; CLAUD E.; BERTRAN P.; SCHWENNINGER
J. L. (2009): Economie de débitage et de matière première
sur le gisement du Paléolithique moyen récent de Chemin
l’Herbe (Saint Antoine de Ficalba, Lot - et – Garonne). Saint
Antoine de Ficalba, R.N. 21. Rapport final d’opération, INRAP,
SRA Aquitaine.
BRENET M. (en prensa): La Graulet et La Conne de Bergerac
(Bergerac, Dordogne), Bergerac, R.N. 21 section sud. D.F.S.
de sauvetage urgent, en cours, INRAP, SRA Aquitaine.
FOLGADO M.; BRENET M. (2009): “Economie de débitage et
organisation de l’espace technique sur le site du Paléolithique
moyen de plein-air de La Mouline (Dordogne, France) ”. In
Actes du 16e congrès de l’UISPP, 4-9 septembre 2006.
GENESTE J.-M. (1985): Analyse lithique d’industries
moustériennes du Périgord : Une approche technologique
du comportement des groupes humains au Paléolithique
moyen. Thèse de 3ème cycle de l’Université de Bordeaux
I, 2 vol., 567 p.
LOCHT J. L. (dir.). (2001): Le gisement de Bettencourt-Saint-Ouen
(Somme, France) : cinq occupations du Paléolithique moyen
au début de la dernière glaciation. Documents d’Archéologie
Française, Maison des Sciences de l’Homme, Paris.
SORESSI M.; BOURGUIGNON L.; BLASER F.; BRENET M.;
GRIGOLETTO F.; LOCHT J.-L.; ORTEGA I.; SWINENN C. (2008):
Le débitage laminaire au Paléolithique moyen, gestion
volumétrique des blocs. Premiers résultats. Rapport interne,
Axe 143 de recherche INRAP.
PERLES C. (1991): “Economie des matières première et économie
du débitage: deux conceptions opposées- 25 ans d’études
technologiques”. In Bilan et perspectives, Actes des XIème
rencontres internationales d’Archéologie et d’Histoire
d’Antibes, 18-20 oct 1990, Ed. APDCA, Juan-les-Pins: 35-46.
85
- IX Approche expérimentale appliquée à l’étude
des vestiges du Paléolithique supérieur de la
Vallée du Côa (Portugal)
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luís LUÍS
Parque Arqueológico do Vale do Côa. Instituto de Gestão do Património Arquitectónico e Arqueológico. I.P.
Résumé
Nous présentons des résultats que nous avons obtenus
en intégrant l’approche expérimentale à l’étude de vestiges
lithiques de sites du Paléolithique supérieur de la vallée du Côa.
Les problématiques archéologiques portent sur :
• Les techniques de fabrication d’outillages de pierre taillée
et l’interprétation de la gestion des différentes catégories de
matières premières locales et allochtones autres que le silex ;
• L’interprétation fonctionnelle des témoins de combustion,
d’occupations antérieures au dernier maximum glaciaire,
trouvés dans un contexte sédimentaire défavorable à la
conservation des ossements et des charbons ;
Mots-clés:
• Une tentative de mise en relation technique entre
des outils de quartzite trouvés en fouille et des gravures
paléolithiques.
Ces reconstitutions, élaborées comme référentiel d’étude
de vestiges archéologiques, peuvent aussi être utilisées comme
supports de diffusion des connaissances vers un plus large
public. Toutefois, nous tenons à souligner le grand pas qui
consiste à élaborer des modèles par extrapolation temporelle et
spatiale à partir des moments conservés de la vie quotidienne
de groupes de chasseurs cueilleurs qui occupèrent la région
au long de 200 siècles.
Expérimentation, Paléolithique supérieur, Outillages lithiques, témoins de combustion, gravures.
Abstract
This paper presents the results obtained by an experimental
approach applied to the study of lithic remains recovered at
Upper Palaeolithic sites of the Côa Valley.
The archaeological questions are:
• The reconstruction of lithic tools operative schemes and
the interpretation of the economy of local and extra-regional
raw-material categories;
• Functional interpretation of burnt elements, recovered in
a sedimentary context unable to preserve bone and charcoal;
Key words:
• The search of parallels between quartzite lithic tools and
the main techniques used in the Côa valley rock art.
These reconstructions were elaborated as a referential for
the study of archaeological remains, but they could also be used
for a larger public. However, we advert for the danger of using
these experimental results to elaborate models extrapolated
from these short flashes of hunter-gatherer daily life, discarded
during 200 centuries in the Côa Valley sites.
Experimentation, Upper Palaeolithic, lithic tools, burnt remains, engravings.
Introduction
La décision de conserver les gravures paléolithiques de
plein air de la vallée du Côa, dans leur contexte originel de
réalisation et l’ouverture de certains sites à la visite offrirent une
rare opportunité de créer une passerelle entre chercheurs et le
grand public. Nous exposons des données issues de la recherche
archéologique en cours qui sont appuyées par une approche
expérimentale qui permettent de répondre aux questions des
observateurs des vestiges graphiques d’un lointain passé et
d’alimenter plusieurs formes possible de diffusion que nous
discutons dans un autres article (Sampaio et Aubry ce volume).
87
Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la Vallée du Côa (Portugal)
B L O Q U E - I - . Capítulo IX
Des questions archeologiques aux protocoles
experimentaux
En 1995, lorsque nous commençâmes les fouilles
archéologiques dans la basse vallée du Côa, aucun site
paléolithique n’y était connu. Notre premier objectif fut
donc de pouvoir établir le cadre chronostratigraphique des
différentes occupations humaines. Après avoir démontré
l’existence d’occupations pendant le Gravettien, le Solutréen
et le Magdalénien, notre attention s’est progressivement
tournée vers la quête du fonctionnement des sociétés
préhistoriques qui avaient permis le développement de tels
supports graphiques. Dans le cadre du Parque Arqueológico
do Vale do Côa nous avons réalisés des expérimentations
intégrées à l’étude des centaines de milliers de vestiges
lithiques recueillis lors de fouilles menées sur neuf des sites
du Paléolithique supérieur de la basse vallée du Côa (Zilhão et
al. 1997 ; Aubry 2002 et s.p). Notre référentiel expérimental
s’est développé en fonction de trois axes.
Connaître les spécificités des ressources
lithiques du bassin versant du Côa pour en
comprendre le choix et la gestion
Dès les premières fouilles nous avons constaté la
spécificité des industries lithiques de cette région, par rapport
à ce que l’on pouvait concevoir pour le Paléolithique supérieur
du Sud-ouest de l’Europe. Contrairement à d’autres régions
où le silex est absent dans l’environnement géologique des
sites, les séries lithiques de toutes les phases du Paléolithique
supérieur de la vallée du Côa sont caractérisées par l’emploi
excessivement majoritaire du quartz (galets ou fragments
de filons) et du quartzite (galet) disponibles localement. A
cela s’ajoutent du quartz hyalin et une faible proportion de
roches filoniennes à grain fin d’origines régionales (Aubry
2005; Aubry et al. 2003, 2004; Aubry et Mangado 2003a,
2003b, 2006). Plusieurs variétés de silex qui, d’après l’étude
pétro-archéologique, ne peuvent provenir que de formations
géologiques distantes de plus de 150 kilomètres du lieu de
leur abandon, sont représentées en des proportions inférieures
à 1%. L’analyse technologique de ces silex révèle qu’ils sont
arrivés sur les sites sous forme d’outils ou d’éclats bruts.
Si l’on compare les séries de la vallée du Côa avec celles
contemporaines d’Europe centrale ou septentrionale, on
constate aussi la quasi absence de production de lames
à partir des roches locales et du silex (sur place ou près
des gîtes), pourtant considérée comme un trait spécifique
des industries lithiques du Paléolithique supérieur. Les
assemblages se caractérisent tous par la prépondérance
d’éclats en quartz et quartzite, associés à une faible
proportion de vestiges résultant de la production de lamelles
88
et d’esquilles sur des matières siliceuses filoniennes à grain
fin ou sur du cristal de roche. Une proportion infime d’éclats
en quartz et quartzite a été transformée par retouche et
les lamelles en quartz translucide et cristal de roche sont
appointées ou légèrement transformées par retouche
marginale n’en modifiant que très peu la section. Ces faits
constatés pendant toutes les phases du Paléolithique
supérieur de la basse vallée du Côa, ne souffrent jusqu’à
présent que d’une seule exception : l’utilisation d’éclats en
quartz pour la confection des grattoirs pendant le Gravettien
final. L’analyse spatiale, qui a porté sur des dizaines de
séquences de remontages de galets de quartzite taillés, révèle
le transport de certains éclats, apparemment sélectionnés
(pour leur largeur et section) ailleurs que sur leur lieu de
débitage (Aubry et Sampaio 2003a et 2003b).
Ces observations posent plusieurs questions. L’absence de
lames est-elle due à une contrainte des matières premières
disponibles localement ou à un choix culturel ? L’utilisation
privilégiée du silex d’origine lointaine pour la confection
des armatures microlithiques retouchées répond–elle à une
adaptation fonctionnelle où est-elle la conséquence d’un
choix culturel ? Quel est la relation/complémentarité entre
la production de supports lamellaires et d’esquilles à partir
de silex et celle à partir des roches siliceuses à grain fin de
provenance régionale ? Comment expliquer le faible taux de
transformation des éclats produits en quartz et quartzite ?
L’expérimentation sur des blocs et galets de quartzite
local nous a permis d’écarter rapidement l’hypothèse d’une
contrainte physique pour expliquer l’absence de production
laminaire, confortant les observations concordantes faites
pour les phases postérieures au Gravettien ancien, dans une
zone riche en silex (Zilhão 1997).
La réalisation de séries expérimentales sur les roches
siliceuses locales à grain fin et sur silex (Fig. 1A) nous a
permis de montrer que la majorité des vestiges en silex
abandonnés dans les deux niveaux stratigraphiques attribués
au Gravettien final du site de Cardina I (571 pièces en silex
pour un total de 18383 du niveau 4B et 782 pour 28213 dans
le niveau 4/10)) résulte de l’emploi de la percussion bipolaire
sur enclume (Fig. 1B). Ce procédé permet de produire des
esquilles et lamelles sur des nucléus ne dépassant pas
1 cm de longueur et donc inexploitables en percussion
lancée. (Fig. 1A). Les expérimentations et la proportion
entre nucléus et esquilles potentiellement produites (Klaric
s.p.) montrent que les pièces qui pourraient être classées
typologiquement comme des pièces esquillée ne résultent
pas d’un usage comme objets intermédiaires mais que ce
procédé est parfaitement adapté à des environnements où
les roches siliceuses à grain fin sont absentes ou disponibles
sous de petits volumes (variétés hydrothermales à grain fin
résultant d’un refroidissement rapide au contact de filons de
quartz, cristal de roche de petite taille, …). Toutefois, elle ne
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luís LUÍS
permet pas de produire des supports aussi standardisés qu’en
percussion lancée (Fig. 1). Une telle contrainte peut expliquer
une faible standardisation des armatures microlithiques des
différentes phases gravettiennes par rapport à des sites
contemporains dans des contextes riches en silex (Klaric
et al. s.p.).
La comparaison avec un référentiel expérimental nous
a aussi permis de constater la prédominance de stigmates
indiquant un débitage par percussion lancée sur les supports
des lamelles à dos tronquées de l’occupation du Gravettien
final de Cardina I, très différents des stigmates de production
en percussion posée qui a fournit les vestiges en silex
abandonnés sur le site (Fig. 1). Une telle contradiction suggère
le remplacement des armatures produites ailleurs (sur un
autre secteur du site, dans la vallée ou même à proximité des
gîtes de silex distants de plus de 150 kilomètres de leur lieu
d’abandon), cassées lors de l’usage comme projectiles, puis
remplacées par d’autres produites sur place par percussion
posées sur enclume.
Figure 1.A: séquence expérimentale de production à partir d’un éclat de silex de lamelles et d’esquilles par percussion posée sur enclume. B : Matériel archéologique
provenant de l’occupation du Gravettien final sur le site de Cardina I, lamelle et remontage d’une lamelle sur un nucléus, portant un esquillement du bulbe et une forte
ondulation du front de fracture de la surface d’enlèvement, stigmates caractéristiques de ce procédé de production
L’analyse tracéologique appliquée à une partie des séries
lithiques gravettiennes de Olga Grande 4 et de Cardina I
(Araújo Igreja s.p.; Aubry et de Araújo Igreja s.p.), fondée
sur un référentiel établi sur d’autres matériaux que le silex,
a révélé la conservation de traces d’utilisation associées à
des activités d’acquisition (chasse) et à la transformation
de matériaux tendres (os et peau) sur des outils faits sur
des supports en roches siliceuses à grain fin. Les traces
sont peu développées et les outils ne possèdent souvent
qu’un bord actif. Leur bon état de conservation suggère une
utilisation peu poussée et de courte durée, selon un schéma
de consommation qui s’écarte de ce qui est connu sur des
sites contemporains en France.
S’il est encore trop tôt pour pouvoir généraliser les
observations concernant la production et le remplacement
des armatures microlithiques en silex et en cristal de roche de
Olga Grande 4 et du Gravettien final de Cardina I, l’absence
ou la rareté des traces conservées sur les supports en quartz
et quartzite ne permet pas d’écarter leur usage sur des
matériaux tendres et d’apporter de nouveaux éléments à la
question de leur utilisation.
89
Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la Vallée du Côa (Portugal)
B L O Q U E - I - . Capítulo IX
Interpréter des témoins de combustion dans
un contexte sédimentaire où les macro-restes
organiques ne sont pas conservés
Les fouilles effectuées sur plusieurs des sites de la basse
vallée du Côa ont livré un grand nombre de fragments de
quartz, quartzite, schiste et granite qui portent, apparemment,
une altération thermique et des structures qui peuvent
être étudiées selon la méthodologie mise au point par A.
Leroi-Gourhan (1973), Leroi-Gourhan et Brézillon (1972).
L’analyse spatiale de la distribution de ces témoins de
combustions, les liaisons établies par remontage et l’étude
des structures ont permis de montrer une bonne conservation
de l’organisation spatiale post-dépositionnelle des vestiges,
rarement constatée pour des occupations antérieures au
dernier maximum glaciaire. Nous avons donc pu proposer une
hypothèse de fonctionnement des structures de combustions
des niveaux d’occupation de plusieurs sites (Aubry 1998,
2001, 2002; Aubry et al. 2002).
Dans un second temps, l’état de conservation des niveaux
d’occupations gravettiens du plateau granitique qui surplombe
le Côa nous a semblé particulièrement favorable à une étude
plus détaillée. En absence de conservation des charbons,
nous avons sélectionnés des combustibles conformes aux
reconstitutions paléo-environnementales proposées pour le
dernier maximum glaciaire de cette région (Mateus et Queiroz
1993; Queiroz et al. 2002). Nous avons ensuite réalisé une
première série d’expérimentations qui considéraient les
paramètres suivants:
• Les diverses solutions architectoniques, au niveau de
l’organisation des éléments constitutifs et de la préparation
préalable du fond ;
• La nature lithologique des éléments constituants ;
• Le temps d’exposition et la température atteinte lors
de la combustion ;
• La nature, quantité et position du combustible en
relation aux éléments pierreux ;
• La réutilisation des éléments pierreux ;
• Le fonctionnement et la fonction.
Malgré les limitations induites par la non-préservation
des macro-restes organiques et l’échelle macroscopique des
observations, les résultats obtenus indiquent que l’altération
et la fissuration des roches pendant l’exposition à la chaleur
dépendent directement de la position du combustible par
rapport aux éléments pierreux. Un plateau supérieur à 400ºC
est nécessaire, atteint avec les différents combustibles
(pin sylvestre et arbousier) pour obtenir une fracturation
semblables à celle observée sur les sites de Olga Grande
4 et 14 (Aubry et Sampaio 2003a et 2003b, Fig. 2). Cette
première phase d’expérimentation a permis de proposer
plusieurs hypothèses du mode possible de fonctionnement
des structures de combustion des niveaux d’occupation
gravettiens de ces deux sites constituées essentiellement
par des blocs de quartz.
Figure 2.
Figure 2. Référentiel expérimental
constitué pour l’interprétation
des structures de combustion du
niveau d’occupation gravettien
de la strate 3 d’Olga Grande
4. A: fissuration thermique
d’un fragment de filon de
quartz, observée lors d’une
expérimentation. B: Remontages
de fragments de quartz de la
strate 3 d’Olga Grande 4, dont la
cassure peut être attribuée à la
chauffe. C: Microphotographie
d’un cristal de quartz sur une lame
mince réalisée sur le granite de
l’environnement du site d’Olga
Grande 4. D: Microphotographie
d’un cristal de quartz présentant
une microfissuration sur une lame
mince d’une dalle de granite
de l’une des structures de
combustion
90
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luís LUÍS
Dans la suite logique de ce travail, une étude de
l’ensemble des témoins de combustion du niveau d’occupation
gravettien de Olga Grande 4 est en cours sous la responsabilité
de l’un des auteurs (J.D.S) dans le cadre d’un Master. Ce
travail intègre une observation à l’échelle microscopique,
sous forme de lames minces, d’éléments pierreux intégrés
dans des structures archéologiques, ainsi qu’une étude
de la complémentarité entre deux types de structures de
combustion du niveau d’occupation gravettien de Olga Grande
4, l’un constitué d’une accumulation de dalles de granites
(Fig. 3) et l’autre majoritairement par une accumulation à
fond plat de fragments filoniens de quartz (Aubry et Sampaio
2003a et 2003b).
A titre d’hypothèse, en fonction des remontages
d’éléments de quartz thermo-fracturés, nous avions avancé
que celles constituées de dalles de granite pourraient
avoir reçu des braises ou des cendres, postérieurement à
la combustion sur celles composées d’une sole de quartz
(Aubry et Sampaio 2003a et 2003b). Les expérimentations
effectuées en 2008 dans l’objectif de tester cette hypothèse
fonctionnelle nous ont montré que pour toutes les solutions
architectoniques et de position des braises et cendres, les
températures atteintes ne sont pas suffisantes pour permettre
la cuisson ou conserver des aliments carnés, sans que soit
ajouté du combustible.
Une observation à l’échelle macroscopique de lames
minces faites dans des dalles qui constituent deux des
structures de granite (Fig. 2D) et leur comparaison avec
un référentiel expérimental élaboré sur des fragments de
granite local révèle une fracturation des cristaux de quartz
constitutifs, comparable au réseau de diaclases observé
sur les blocs de quartz des structures de combustion. Cette
fissuration n’apparaît que sur les fragments de granite qui
ont été soumis expérimentalement à des températures
supérieures à 400 degrés. En conséquence, le déplacement
de petits fragments de quartz entre les deux catégories de
structures semble plutôt résulter d’un transport de braises
dans le but d’initier une nouvelle combustion et l’apport
involontaire des petits fragments mélangés, depuis les
structures à sole de quartz.
Les expérimentations on révélé d’autres modifications à
l’échelle microscopique outre la fracturation des cristaux de
quartz, la rubéfaction et diffusion des oxydes de fer à basse
température puis le blanchiment lorsque les températures
dépassent 500º. Ces modifications à l’échelle particulaire
peuvent avoir impliqué une fragilisation des dalles de granite
après leur chauffe et expliquer les éclats qui ont été obtenus
accidentellement lors de contact entre des dalles lors des
expérimentations (Fig. 3). De ces chocs résulteraient les
enlèvements que nous avions interprétés intuitivement
comme des aménagements de leur contour par une retouche
volontaire.
La corrélation des différentes échelles d’observation
et la constitution de référentiels adaptés permettent dès
à présent une meilleure interprétation de l’organisation
spatiale des témoins de combustion et de leur corrélation
avec les éléments lithiques taillés. La séquence chronologique
d’utilisation des différentes structures de combustion mis
en évidence par les remontages de blocs thermo-altérés
permet également une évaluation en terme de durée de
fonctionnement et de réutilisation et conforte l’hypothèse
de traitement de courte durée d’une quantité importante
de ressources carnées obtenues lors d’activité de chasse
saisonnière de grand herbivores que nous avons proposé
à partir des vestiges lithiques taillés associés (Aubry et al.
2002, Aubry, Chauvière et Sampaio s.p).
Figure 3. A et B: enlèvements
observés sur les bords d’une
dalle de granite de l’une des
structures gravettiennes de
la strate 3 de Olga Grande 4.
C et D: enlèvements produits
accidentellement après la
chauffe sur une des dalles
utilisées dans la constitution
d’un foyer expérimental.
91
Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la Vallée du Côa (Portugal)
B L O Q U E - I - . Capítulo IX
Relation technique entre vestiges de pierre
taillée et graphismes paléolithiques
Dans le cadre de la recherche du contexte archéologiques
de l’art paléolithique de la vallée du Côa, la découverte, sur
le site de Fariseu, d’un fragment de paroi gravé à la base
de la séquence stratigraphique a permis d’établir l’âge
minimal de 18 400 cal BP pour les gravures de la roche 1
et, indirectement, pour la phase ancienne des gravures de
la vallée du Côa (Aubry et Baptista 2000; Aubry 2007; Luís
200 ; Sampaio 2007; Aubry et Sampaio 2008; Mercier et al.
2006; Aubry et Sampaio 2008). Il est probable que cet âge
minimal puisse être encore reculé et que la phase graphique
soit contemporaine ou antérieure à la date de 19.020 ± 80
BP obtenue par la méthode du 14C à partir d’un charbon du
sommet de la couche la plus profonde qui soit connue à
Fariseu.
Face à cette nouvelle donnée, les pics en quartzite
provenant du niveau gravettien du site de Olga Grande 4
qui a fourni 5 dates par TL situées entre 26 800 ± 2300 et
31 000 ± 2500 BP (Fig. 4), mis en relation avec des impacts
de roches gravées (Aubry 2002), prennent une nouvelle
importance. L’analyse tracéologique réalisée par H. Plisson
a permis d’avancer une relation technique très probable
entre 4 pics examinés et plusieurs techniques ou stades
de réalisation de gravures sur des matériaux autres que
le granite local (Plisson s.p.). A partir de cette hypothèse
nous avons développé plusieurs séries d’expérimentations
en utilisant des répliques des pics afin de comparer les
impacts qu’ils sont susceptibles de produire avec ceux des
gravures conservées à quelques kilomètres, sur les rives de
la vallée du Côa.
Figure 4: Un des pics en quartzite recueillis lors de la fouille de la strate 3 du site de Olga Grande 4 (photographie J.P. Ruas)
Extrémité active des pics et morphologie des
impacts
Une première question posée par l’analyse tracéologique
consistait à comprendre si l’émoussé de l’extrémité triédrique
des pics précédait leur utilisation, dans l’objectif de les rendre
plus résistant, ou bien résultait de leur utilisation.
92
Dans cet objectif nous avons réalisé deux séries
d’expérimentations. La première, effectuée en octobre
2004, a concerné un total de 15 pics, terminés par une
extrémité triédrique, faits dans un quartzite local. Deux ont
été préalablement polies à leur extrémité triédrique pendant
quelques minutes sur la surface d’un galet de quartzite.
Ils furent utilisés en percussion indirecte avec des maillets
de bois végétal ou de cervidé (Fig. 5) et des galets, sur
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luís LUÍS
les surfaces de diaclase de blocs de schiste détachés des
affleurements de la Formation Desejosa, en percussion
indirecte. Les impacts ont été réalisés perpendiculairement
à la surface et en translatant entre chacun d’eux le pic
d’environ un cm, selon des lignes. Chaque série de négatifs
a fait l’objet d’un relevé photographique lors de sa phase
finale et d’une fiche de description qui documente l’auteur,
la nature et poids des maillets et le stade où a été constatée
une détérioration de l’extrémité active et une éventuelle
remise en forme de l’extrémité.
Cette première série d’observations nous a permis de
constater la plus grande solidité de l’extrémité des outils dont
l’extrémité avait été polie, l’un n’ayant subi aucune altération
visible macroscopiquement, au cours de l’expérimentation
de plus d’une centaine d’impacts. Les autres se sont
systématiquement esquillés lors de l’utilisation. Devant la
cassure de plusieurs des blocs de schiste choisis, les résultats
de cette première série ont été complétés par deux autres
séries sur des blocs plus volumineux, où chaque impact a
été numéroté.
Angle de l’outil et morphologie de l’impact
Nous avons entrepris un examen attentif de la morphologie
des impacts isolés, visibles sur les gravures paléolithiques
et constaté qu’ils sont minoritaires par rapport aux tracés
profondément rainurés qui masquent le plus souvent les
piquetages antérieurs. La comparaison macroscopique avec
les impacts expérimentaux, nous a conduit à tester l’influence
de l’angle de l’outil intermédiaire. En effet, l’examen des
impacts de deux figures des Rochas 1 et 2 du site de Canada
do Inferno suggérait qu’elles auraient pu avoir été réalisées
selon un angle qui n’est pas perpendiculaire par rapport à
la surface de la roche.
A cet effet nous avons choisi une paroi mise au jour lors de
travaux récents d’ouverture d’une route et l’expérimentation
a concerné deux séries de 10 impacts réalisés à l’aide du
même pic, l’une perpendiculaire et l’autre oblique. Ces
deux séries ont montré que la percussion oblique génère
des impacts d’une morphologie distincte que l’on retrouve
sur deux figures de la Rocha 2 de canada do Inferno (Fig. 6).
Dans cette position, on constate assez souvent un impact
parasite résultant d’un dérapage de l’extrémité du pic ; en
percussion perpendiculaire, ceux-ci sont plus rares.
Un apport plus subjectif concerne l’usage de la position
oblique qui semble avoir une relation évidente avec la position
du graveur et des figures par rapport à la surface gravée et
le niveau du sol.
Figure 5: Expérimentation de piquetage en percussion indirecte sur une paroi
de schiste avec une réplique des pics en quartzite de la strate 3 d’Olga Grande 4
93
Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la Vallée du Côa (Portugal)
B L O Q U E - I - . Capítulo IX
Figure 6: Tableau descriptif des impacts expérimentaux obtenus en percussion directe et indirecte, avec et sans préparation de l’extrémité active et selon l’angle d’utilisation,
comparaison avec des impacts observés sur les figures gravées du site de Canada do Inferno.
La question de la percussion directe ou indirecte
La régularité de la ligne d’impacts observée sur un équidé
de la Rocha 1 de Canada do Inferno nous avait conduit à
proposer l’utilisation de la percussion indirecte qui permet
un meilleur positionnement des impacts et un contraste plus
accentué du tracé (Aubry 2002). Néanmoins, cette dernière
série d’expériences nous a fait prendre conscience de
l’influence possible de l’utilisation de la percussion directe ou
indirecte sur la morphologie et la genèse d’impacts doubles
et de la nécessité de compléter le référentiel expérimental
(Fig. 6).
Nous avons réalisé quatre séries parallèles d’impacts
sur un même blocs, en percussion directe et indirecte et en
position oblique et perpendiculaire avec un pic à l’extrémité
triédrique préalablement polie dans l’objectif que sa
94
morphologie soit le plus stable tout au long des différentes
expérimentations. Le bloc utilisé se trouvait calé, disposé
horizontalement sur une table.
Bilan et, surtout, perspectives
Ces nouveaux résultats confirment la parfaite adaptabilité
des pics archéologiques trouvés dans le niveau d’occupation
gravettien de Olga Grande 4 pour la réalisation de piquetages.
Cependant, l’éventualité de leur préparation volontaire par
polissage pour en solidifier l’extrémité percutée avant leur
utilisation selon plusieurs techniques reste posée. Elle
nécessite de nouvelles expérimentations qui intègrent la
comparaison avec les tracés rainurés obtenus par piquetage
préalable, élargissement d’une incision et avec différents
types d’outils.
Thierry AUBRY, Jorge SAMPAIO y Luís LUÍS
La rareté des impacts isolés sur les gravures par rapport
aux traits régularisés par rainurage à profil en U ou V, rend
prématuré une généralisation de ces premiers résultats.
La diversité des impacts obtenus par un même outil en
fonction de la position du graveur et l’apparition de tracés
“ parasites ” en fonction de la position de l’outil nous ont
conduits à éliminer l’idée initiale d’utilisation d’un programme
de quantification mathématique permettant une comparaison
de la surface des négatifs. Devant la découverte de plusieurs
exemples archéologiques de tracés doubles qui semblent
correspondre à un même impact, il nous semble utile de
multiplier les observations sur les panneaux des sites de
gravure de la vallée, afin de comparer les limites des négatifs
qui forment une même figure.
Limites et perspectives de l’approche
experimentale appliquee aux vestiges
lithiques paleolithiques de la vallee du coa
Ces trois exemples d’intégration d’une approche
expérimentale basée sur la constitution d’un référentiel
adapté et intégré aux questionnements archéologiques
montrent qu’il existe une articulation possible entre ce qui
nous est parvenu et les inférences en terme technique, de
fonctionnement et de choix comportementaux. Cependant,
si ces données permettent de reconstituer de manière assez
précise de courtes séquences d’activités humaines ayant
déplacé et modifié des matériaux lithiques, elle ne fournit
aucune aide pour passer outre l’imprécision temporelle de
l’information, problème récurrent en archéologie.
Le fait que l’approche expérimentale offre la possibilité de
recréer des suites de gestes passés répond à une demande,
celle d’un public avide de revoir et de revivre des savoir-faire
artisanaux dont certains étaient encore maîtrisés par maints
de nos grands parents, mais qui ont complètement disparus
en milieu urbain. Expier cette perte de patrimoine immatériel
est peut être la raison profonde du succès des différents
succédanés qui fleurissent aujourd’hui, présentés sous un
même chapeau «d’archéologie expérimentale”.
Cette adhésion ne doit pas nous faire oublier qu’accepter
ces petites fenêtres comme une représentation fidèle du
passé présente de nombreux dangers. L’éloignement entre
médiateur et producteur de questionnement archéologique
en est un qui aboutirait vers des gestes intemporels que
l’imaginaire populaire associerait à tort au chasseur
paléolithique. D’autres découlent de la nature des questions,
la difficulté d’aborder celles liées à l’évolution humaine et
la facilité d’utiliser l’aspect technique lorsque l’on aborde le
thème des productions symboliques et non matérielles des
cultures paléolithiques.
Bibliographie
AUBRY, T. (1998): “Olga Grande 4: uma sequência do Paleolítico
superior no planalto entre o Rio Côa e a Ribeira de Aguiar”.
Revista Portuguesa de Arqueologia, volume 1, 1: 5–26.
AUBRY, T. (2001): “L’occupation de la basse vallée du Côa
pendant le Paléolithique supérieur ”. Actas do Colóquio “Les
premiers hommes modernes de la Péninsule ibérique”, Vila
Nova de Foz Côa, 22-24/10/1998. Trabalhos de Arqueologia,
17: 253 - 273.
AUBRY, T. (2002): “ Le contexte archéologique de l’art paléolithique
à l’air libre de la vallée du Côa (Portugal) ”. In D. Sacchi (Coor):
Actes du Colloque “L’art Paléolithique à l’air libre : le Paysage
modifié par l’image”: 25-38
AUBRY, T. (2005): “ Étude de l’approvisionnement en matières
premières lithiques d’ensembles archéologiques ”. In
D.Vialou, J.; Renault-Miskosvky.; M. Patou-Mathis (dir.):
Comportements des hommes du paléolithique moyen et
supérieur en Europe: territoire et milieux. Actes du Colloque
du G.D.R. 1945 du CNRS, 8-10 janvier 2003, Liège, ERAUL
111, 2005: 87-99.
AUBRY, T.; CHAUVIERE F.-X.; MANGADO LLACH, X.; SAMPAIO,
J. D. (2003): “ Constituition, territoires d’approvisionnement
et fonction des sites du Paléolithique supérieur de la
basse vallée du Côa (Portugal) ”. In Vasil’ev, S. A.; Soffer,
O.; Koslowski, J., (eds). Perceived Landscapes and Built
Environments: The Cultural Geography of Late Paleolithic
Eurasia. Oxford: Archeopress (BAR International Series,
1122: 83-92
AUBRY, T.; MANGADO LLACH, X.; FULLOLA, J. M.; ROSELL, L.;
SAMPAIO, J. D. (2004): “The Raw Material Procurement in
the Upper Paleolithic Settlements of the Côa Valley (Portugal):
New Data Concerning Modes of Resource Exploitation in
Iberia”. In Smyntyna, O. V. (ed.): The Use of Living Space
in Prehistory: Papers from a session held at the European
Association of Archaeologists Sixth Annual Meeting in
Lisbon 2000. Oxford: Archeopress (BAR International Series;
1224): 37-50.
AUBRY, T.; LUÍS, L.; SAMPAIO, J.D. (2007): “Primeira datação
absoluta para a arte paleolítica ao ar livre: os dados do
Fariseu (Vila Nova de Foz Côa)”. Al-Madan, 14: 48-52
AUBRY, T.; BAPTISTA, A.M. (2000): “ Une datation objective
de l’art du Côa ”. La Recherche, Hors série nº4, novembre
2000: 54-55.
AUBRY, T.; MANGADO LLACH, J. (2003a): “Modalidades de
aprovisionamento em matérias-primas líticas nos sítios
do Paleolítico Superior do Vale do Côa: Dos dados à
interpretação”. In Mateus, J.E.; Moreno-García, M. (eds.):
Paleoecologia Humana e Arqueociências: Um programa
multidisciplinar para a arqueologia sob a tutela da cultura.
Lisboa: Instituto Português de Arqueologia (Trabalhos de
Arqueologia; 29): 340-342.
95
Approche expérimentale appliquée à l’étude des vestiges du Paléolithique supérieur de la Vallée du Côa (Portugal)
B L O Q U E - I - . Capítulo IX
AUBRY, T.; MANGADO LLACH, X. (2003b): “ Interprétation de
l’approvisionnement en matières premières siliceuses sur
les sites du Paléolithique supérieur de la vallée du Côa
(Portugal) ”. Les matières premières lithiques en Préhistoire
(Table ronde internationale organisée à Aurillac, Cantal, du
20 au 22 juin 2002). Carcassonne: Association Préhistoire du
Sud-Ouest (Prehistoire du Sud-Ouest; Supplément nº 5): 27-40.
AUBRY, T.; MANGADO LLACH, X. (2006): “The Côa Valley
(Portugal): Lithic Raw Material and the Reconstruction
of Upper Palaeolithic Settlement Patterns”. In Bressy, C.;
Burke, A.; Chalard, P. ; Martin, H. (eds): Notions de territoire
et de mobilité: Exemples d’Europe et des premières nations
en Amérique du Nord avant le contact européen. Liège:
Université de Liège (ERAUL; 116): 41-49.
AUBRY, T.; SAMPAIO J.D. (2003a): “O Método das remontagens de
vestígios líticos: aplicação ao nível de ocupação gravettense
do sítio de Olga Grande 14 (Almendra, Vila Nova de Foz Côa)”.
In Mateus, J.E. e Moreno-García M. (eds.): Paleoecologia
Humana e Arqueociências, Um Programa Multidisciplinar
para a Arqueologia sob a Tutela da Cultura.. Trabalhos de
Arqueologia, 29: 327-330.
AUBRY, T.; SAMPAIO, J.D. (2003b): “Remontagem de rochas
termo-alteradas; um meio de reconstrução dos modos
de funcionamento de estructuras de combustão no sítio
de Olga grande 4 (Almendra, Vila Nova de Foz Côa)”. In
Mateus, J.E. e Moreno-García, M. (eds.): Paleoecologia
Humana e Arqueociências, Um Programa Multidisciplinar
para a Arqueologia sob a Tutela da Cultura. Trabalhos de
Arqueologia, 29: 331-335.
AUBRY, T.; SAMPAIO, J.D. (2008): “Fariseu: new chronological
evidence for open-air Palaeolithic art in the Côa valley
(Portugal)”. Antiquity, Vol 82 Issue 316 June 2008: http://
www.antiquity.ac.uk/ProjGall/aubry/index.html
AUBRY, T. (coord.) (s.p.): “200 Séculos da História do Vale do
Côa: incursões na vida quotidiana dos caçadores-artistas
do Paleolítico”. Trabalhos de Arqueologia, 52.
AUBRY, T.; CHAUVIÈRE, F.X.; SAMPAIO, J.D. (s.p.): “As outras
categorias de vestígios líticos”. In Aubry, T. (coord.): 200
Séculos da História do Vale do Côa: incursões na vida
quotidiana dos caçadores-artistas do Paleolítico. Trabalhos
de Arqueologia, 52.
AUBRY, T.; DE ARAÚJO IGREJA, M. (s. p.): “Inferring on the
economy of siliceous raw materials of two distinct regions
– The Côa Valley and the Massif of Sico (Portugal): a
multidisciplinary perspective”. In M. De Araújo Igreja e
I. Clemente-Conte (Coord.): Workshop “Recent Functional
Studies on Non-Flint Stone Tools : Methodological
Improvements and Archaeological Inferences”, 23-25
Maio, Lisboa (2008).
DE ARAÚJO IGREJA, M.; MORENO-GARCIA, M.; PIMENTA,
A.C. (2007): “Um exemplo de abordagem experimental da
interface Traceologia lítica/Arqueozoologia: Esquartejamento
96
e tratamento da pele de um corço (Capreolus capreolus)
com artefactos de pedra lascada”. Revista Portuguesa de
Arqueologia, vol.10, n°2: 17-34.
DE ARAÚJO IGREJA, M. (s.p.): “Estudo traceológico de
vestígios líticos de Olga Grande 4 e Cardina I: Função e
modo de funcionamento dos artefactos e outras inferências
paleocomportamentais”. In Aubry, T. (coord.): 200 Séculos da
História do Vale do Côa: incursões na vida quotidiana dos
caçadores-artistas do Paleolítico. Trabalhos de Arqueologia,
52.
LE BRUN-RICALENS, F. (2006) : “ Les pièces esquillées : état
des connaissances après un siècle de reconnaissance ”.
Paleo , 18: 95-114.
LEROI-GOURHAN, A. (1973) : Séminaire sur les structures
d’habitat. Témoins de combustion. Collège de France, Paris.
LEROI-GOURHAN, A.; BREZILLON, M. (1972) : “ Fouilles de
Pincevent. Essai d’analyse ethnographique d’un habitat
magdalénien (la section 36) ”. Paris, C.N.R.S. (Gallia
Préhistoire, 7º supplément).
KLARIC, L. (s.p.): “Les systèmes de productions de supports
d’armatures et leur place dans la gestion des ressources
lithiques : une voie privilégiée pour la compréhension des
sociétés gravettiennes de la vallée de Côa”. In Aubry, T.
(coord.): 200 Séculos da História do Vale do Côa: incursões
na vida quotidiana dos caçadores-artistas do Paleolítico.
Trabalhos de Arqueologia, 52.
KLARIC, L.; GUILLEMIN, P.; AUBRY, T. (s.p.): “ Des armatures
variées et des modes de productions variables. Réflexions
à partir de quelques exemples issus du Gravettien d’Europe
Occidentale (France, Portugal, Allemagne) ”. GalliaPréhistoire.
MATEUS, J.E.; QUEIROZ, P.F. (1993): “Os estudos da vegetação
quaternária em Portugal; contextos, balanço de resultados,
perspectivas”. In O Quaternário em Portugal. Balanço e
Perspectivas. Lisboa, Ed. Colibri: 105-131.
MERCIER, N.; VALLADAS, H.; AUBRY, T.; ZILHÃO, J.; JORONS,
J.L.; REYSS, J.L.; SELLAMI, F. (2006): “Fariseu: first confirmed
open-air paleolithic parietal art site in the Côa Valley
(Portugal)”. Antiquity. York. 80: 310, http://antiquity.ac.uk/
ProjGall/mercier/index.htm (citado em 25 de Setembro de
2006).
PLISSON, H. (s.p.): “Analyse tracéologique de 4 pics d’Olga Grande
4: des outils pour les gravures de plein air? ”. In Aubry, T.
(coord.): 200 Séculos da História do Vale do Côa: incursões
na vida quotidiana dos caçadores-artistas do Paleolítico.
Trabalhos de Arqueologia, 52.
QUEIROZ, P.F.; MATEUS, J.; LEEUWAAARDEN, W.V. (2002): “The
Paleovegetational Context”. In Zilhão, J.; Trinkaus, E., (eds.):
Portrait of the artist as a child: the Gravettian human skeleton
from the Abrigo do Lagar Velho and its archeological context.
Lisboa: Instituto Português de Arqueologia: 92-111.
Hugo G. NAMI
-XInvestigaciones actualístico-experimentales para
aproximarse a la tecnología paleoindia: comparación
de las secuencias de reducción folsom-lindenmeier
y fell de la Patagonia
Hugo G. NAMI
CONICET. Instituto de Geofísica Daniel A. Valencio (INGEODAV), Dpto. Ciencias Geológicas,FCEN, UBA.
National Museum of Natural History, Smithsonian Institution, Wa. D.C., E.E.U.U.
Resumen
Actualmente es indudable que durante el lapso ~1110 kya el continente americano estuvo habitado desde
Alaska hasta Tierra del Fuego. Los cazadores-recolectores
de ese momento poseían el más alto nivel alcanzado en la
evolución de la piedra tallada. Asimismo, como un hecho sin
precedentes en la historia de la tecnología lítica mundial,
existía una significativa diversidad morfológica en las puntas
de proyectil. Un aspecto llamativo es que muchas compartían
la forma de tratar sus bases por medio del acanalado. A nivel
Panamericano, fue utilizado en el lapso temporal de ~1,0
kya; por esa razón en la arqueología normativa tradicional
Palabras clave:
se generaron diferentes posturas sobre la dispersión de los
Primeros Americanos. Dado a la presencia de especímenes
acanalados entre las puntas colas de pescado, Cueva Fell
o Fell de Centro y Sudamérica se las enfocó con distintas
posiciones acerca de su vínculo con las norteamericanas,
principalmente con Clovis, pero también con Folsom. Esta
pesquisa se enmarcó dentro del campo de la arqueología
experimental y la arqueología comparada. Aquí se brindan los
resultados actualísticos-experimentales y comparativos sobre
las secuencias de reducción de puntas de proyectil FolsomLindenmeier de Norteamérica y las Fell de la Patagonia austral.
Tecnología lítica experimental, arqueología comparada, Paleoindio, norte y Sudamérica.
Abstract
Currently, there is not doubt that during ~11-10 kya the
Americas were inhabited from Alaska to Tierra del Fuego.
At that time, hunter-gatherers had the highest level reached
in evolution of stone tool technology. Besides, as a fact
without precedents in the lithic technology history in the
world, there was a significant projectile point morphological
variability. A striking aspect is that many of them share the
fluting in their bases. From a Pan-American viewpoint it was
used in the temporal frame of ~1,0 kya; by this reason in the
normative traditional archaeology different positions about
Key words:
the dispersion of the First Americas was generated. Due to
the presence of fluted specimens among fishtail, Fell´s cave
or, Fell points from Central and South America they were
focused with different positions about its relation with the
North Americans fluted points, mainly with Clovis, but also
with Folsom. This research was focused from the experimental
and comparative archaeology perspectives. This paper report
experimental actualistic and comparative results on North
American Folsom-Lindenmeier and Fell from southern Patagonia
reduction sequences.
Experimental lithic technology, comparative archaeology, Paleoindian, north and South America.
Introducción
La época en que se produjo el poblamiento americano es
tema de candente debate; sin embargo, no cabe duda que
dure el lapso ~11-10 ka 14C no calibrados A.P el continente
estuvo habitado desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Los
cazadores-recolectores de ese momento poseían el más
alto nivel alcanzado en la evolución de la piedra tallada;
las cuales incluyen estrategias de extracción de hojas,
núcleos preparados, refinado adelgazamiento bifacial y un
97
Investigaciones actualístico-experimentales para aproximarse a la tecnología paleoindia: comparación de las secuencias de reducción folsom-lindenmeier y fell de la Patagonia
B L O Q U E - I - . Capítulo X
extraordinario desarrollo de la técnica por presión. Asimismo,
como un hecho sin precedentes en la historia de la tecnología
lítica mundial, existía una significativa diversidad morfológica
en las puntas de proyectil. Un aspecto llamativo es que
muchas compartían la forma de tratar sus bases por medio
del acanalado (Fig. 1-2). A nivel Panamericano, fue utilizado
en el lapso temporal de ~1,0 kya; por esa razón en la
arqueología normativa tradicional se generaron diferentes
posturas sobre la dispersión de los Primeros Americanos.
Dado a la presencia de especimenes acanalados entre las
puntas colas de pescado, Cueva Fell o, Fell de Centro y
Sudamérica se las enfocó con distintas posiciones acerca
de su vínculo con las norteamericanas, principalmente con
Clovis (Nami 1997a, 2005, 2008), pero también con Folsom
(Stanford, com. pers. 1988). En consecuencia, esta pesquisa
se enmarcó dentro del campo de la arqueología experimental
y la arqueología comparada. La primera disciplina tuvo auge
durante los 1970s y su sistematización teórica y práctica en
República Argentina comenzó a fines de esa década (Nami
2001/2002). La arqueología comparativa es más reciente y
trata de una aproximación inter-regional a la comunicación
y cambio socio-cultural entre grandes regiones. Su propósito
es indagar las causas de las similitudes y diferencias en los
procesos humanos ocurridos en el mundo (Trigger 2003, www.
comp-archaeology.org). Formando parte de un estudio de
mayor envergadura llevado a cabo en el último cuarto de siglo,
aquí se brindan los resultados actualísticos-experimentales y
comparativos sobre las secuencias de reducción de puntas de
proyectil Folsom-Lindenmeier (Fo) de Norteamérica y las Fell
(Fe) de la Patagonia, extremo sur de Sudamérica. Se trata de
un experimento replicativo, cuyo objetivo fue confeccionar
modelos artificiales análogos indirectos (hardware model,
sensu Clarke 1972: 66-ss); enfatizando sobre las etapas
vinculadas con la confección de las piezas bajo estudio y así
poder entender la variabilidad en la secuencia de reducción. De
este modo, se construyeron modelos con y sin adelgazamiento
bifacial, tratando de conocer ciertos aspectos materiales y
conductuales involucradas en ellas. Además, cuestiones
relacionadas con la toma de decisiones durante las mismas.
Por ello se tuvo en cuenta: a) en lo material: las diferencias de
las materias primas: la variabilidad de las piezas-soporte, de
los estadios tempranos de manufactura y de las preformas;
las preparaciones de las plataformas; las causas de rechazo;
las formas de retoques y los implementos de talla; b) en lo
conductual: las técnicas y modos utilizados durante el trabajo,
las posiciones de sostén, los grados de concentración, la
variabilidad de las técnicas en el tratamiento de las bases,
los riesgos y finalmente, el tiempo y energía involucrados.
Tanto unos como otros sirvieron para generar hipótesis que,
en ciertos casos pudieron ser contrastados con el registro
arqueológico (cf. Nami 1997a, 1997b, 2005, 2008). Dado
que se las considera portadoras de información técnica,
son de utilidad para discutir aspectos del conocimiento
98
tecnológico tradicional de las poblaciones humanas que
las confeccionaron y usaron.
La investigación experimental
Materiales, métodos y técnicas1
Se empleó una amplia gama de materias primas de
cualidades semejantes a las arqueológicas, las cuales fueron
confeccionadas con diversas rocas silíceas, cuarcíticas
y volcánicas, también se agregó vidrio de manufactura
industrial, cuya calidad es semejante a la de la obsidiana.
Muchas de ellas -principalmente las silíceas- fueron tratadas
térmicamente para mejorar sus cualidades. Los implementos
de talla fueron variados. Para la percusión se usaron percutores
duros y blandos; categorización que se amplió a semi-duros y
semi-blandos, es el caso de los de piedra (Nami 2002). Eso se
debe a que hay diferencias cualitativas notables entre ellos
como así también los de piedra blanda y los de hueso o asta.
En efecto, a veces cuando se emplea un percutor de asta, la
extracción de una lasca durante el adelgazamiento se hace
difícil; Esto sucede porque la plataforma ofrece demasiada
resistencia, está mal preparada o la morfología del artefacto
no permite que se desprenda una lasca con ese implemento
de talla. Sin embargo, se obtienen resultados satisfactorios
empleando percutores de piedra. En otras ocasiones, de
acuerdo a la materia prima, los de piedra semi-blandos
son más aptos que los de hueso, asta o madera (Nami
2004/2005). Asimismo, es importante destacar que, con el
objeto cuantificar las propiedades de los percutores blandos
de tejido óseo, se hizo un estudio de densitometría ósea.
Esa investigación permitió observar si existían diferencias
en las densidades de los huesos y las astas usadas como
percutores. Los resultados mostraron que ambos tienen
densidades óseas semejantes (Nami y Elkin 1994) y, por esa
razón se consideró que su uso experimental alternativo no
tiene influencias notables en los productos obtenidos. En la
percusión indirecta se usaron intermediarios de asta, hueso y
-cuando no se lo consideró una variable relevante- cobre. Este
fue el caso de los ensayos en la preparación de plataformas
y las posiciones de sostén con el objeto de aplicar alguna
técnica; por ejemplo, percusión indirecta sosteniendo la
preforma con los talones para obtener las acanaladuras
en Fo. Finalmente, se emplearon retocadores simples de
hueso, asta y enmangados de cobre, tal como el Ishi stick.
Básicamente, las técnicas de talla fueron la percusión
directa e indirecta, las cuales variaron de acuerdo con las
etapas en la producción y/o el control de la pieza. La
1. La lista detallada de cada uno de los tópicos relacionados con esta sección se
puede consultar en otro lugar (Nami 1997b).
Hugo G. NAMI
percusión directa varió desde la simple ejecución con
mano libre hasta numerosas de sus variantes con la mano
sostenida o apoyada en el muslo del mismo lado; además se
usó la percusión directa sobre yunque, colocando al objeto
trabajado arriba de una superficie que, en este caso también
fue el muslo; variante que se utilizó cuando se extrajeron
lascas de núcleos o en los primeros pasos del adelgazamiento
bifacial, aunque ese hecho no excluyó su empleo en otras
actividades. En efecto, las grandes piezas habitualmente son
apoyadas y sostenidas sobre la cara externa del muslo (Nami
2006: Fig. 2). En la aplicación de esa fuerza, los núcleos fueron
envueltos en cuero o materiales que permitieran proteger la
mano y el artefacto, situación que también se repitió cuando
se recurrió a la percusión con la mano sostenida, lo cual
posibilitó controlar su sostén con la palma y los dedos. Cuando
el núcleo no fue envuelto se utilizó un trozo de cuero o de un
guante industrial. Esta protección se intensifica con el uso
de materias primas cortantes, especialmente la obsidiana
o el vidrio industrial. La técnica de presión fue la usada por la
mayoría de los talladores contemporáneos e inspiradas en las
empleadas por los indígenas etno-históricos norteamericanos
(Fig. 1: 1 en Nami 2009). En todos los casos se sostuvo a
la pieza trabajada de la misma manera y protegiendo a la
mano con un trozo de cuero acolchado. Sin embargo, varió
el modo en que se aplicó la fuerza con el implemento de
talla; A veces la fuerza fue ejerció con la muñeca; en otras
se usó al antebrazo, la cadera o las porciones internas de
los muslos para aumentarla, específicamente cuando se
empleó el Ishi stick. También, para aplicar esta técnica
(Fig. 1: 2-3) construyó una pequeña palanca tomando en
cuenta a las ideadas por algunos talladores norteamericanos
(Nami 1997a, 1997b). Considerando este pequeño y sencillo
aparato, se diseñó y confeccionó un propulsor en el cual
esté inserto un mecanismo similar, pero utilizando solamente
materiales accesibles en las economías tradicionales. Cada
uno de esos elementos están ilustrados en la figura 1: 4. Es
necesario aclarar que el uso de estas palancas suscitaron
ideas e hipótesis sobre cómo algunas técnicas pudieron
haber sido puestas en práctica y, en muchos casos generaron
alternativas que exploraron maneras más sencillas a las
originarias. Algunas son simples, ingeniosas y no superan
las técnicas tradicionales de los cazadores-recolectores en
su acervo tecnológico de trampas, lazos y otros artefactos
empleadas en sus actividades. Cuando un objeto se trabaja
con la misma técnica se producen variaciones de aprensión y,
para referirse a ellas Young y Bonnichsen (1983) introdujeron
el concepto de posiciones de sostén, las que variaron según
la etapa en el proceso de manufactura. Hay una miríada de
posiciones de sostén y variaciones de aplicación de la fuerza,
la mayoría de las cuales no deja evidencia en el registro
arqueológico. Sin embargo, en este estudio experimental, fue
significativo tenerlas en cuenta por su utilidad para discutir
ciertas hipótesis sobre las implicaciones y suposiciones
conductuales relacionadas con las similitudes y diferencias
técnicas de los conjuntos líticos en consideración.
Resultados y conclusión
Como resultado de la tarea experimental se construyeron los
modelos de manufactura de Fo y Fe considerando secuencias
de reducción segmentada en cuatro y seis estadios de acuerdo
carezcan o posean adelgazamiento bifacial (Nami 1997a,
1997b, 2003, 2008). Cuando se utilizó este procedimiento, las
etapas tempranas fueron descriptas de acuerdo al modelo
desarrollado por Callahan (1979). Ambas secuencias fueron
cuidadosamente documentas con demasía de detalles por
medio de fotografías y dibujos (Nami 1997a, 1997b, 2008).
Los modelos fueron comparados desde diversos puntos de
vista. Se observó que, entre ambas hay cierta diferencia en
la selección de las materias primas. En Norteamérica, se
preferían las rocas silíceas o cuarcitas de excelente calidad.
Además, probablemente se mejoraba a las primeras mediante
el tratamiento térmico (Nami 1999). Esa situación, podría estar
relacionada con las cualidades y propiedades físico-mecánicas
necesarias para obtener los productos finales, especialmente
durante la etapa del acanalado. En el extremo sur, aunque
en general se empleaban rocas volcánicas ácidas y negras
(andesita, basalto, etc.) muy seleccionadas, no siempre hubieran
sido útiles para Fo. En relación a la utilización de las piezas
soporte, hay una extrema variabilidad. Sin embargo, parecería
ser que los talladores de Lindenmeier tenían cierta predilección
por los nódulos tabulares a partir de los cuales realizaban
adelgazamiento bifacial. En cambio -pese a que también
empleaban este procedimiento - en las piezas patagónicas
parece que se preferían lascas delgadas. Con relación a los
estadios tempranos e intermedios de manufactura, dejando de
lado los aspectos neutros del modelo general de Callahan -tal
como la relación a/e y el promedio de la suma de los ángulosse detectaron diferencias marcadas durante la secuencia de
reducción, mayormente con la utilización de adelgazamiento
bifacial. Durante la misma, en Fo se ponía énfasis en la
preparación de las plataformas, principalmente en el estadio 4
y en los siguientes. En especial para la aplicación de la presión
durante conformación de la preforma y, particularmente para
obtener las acanaladuras. Las preparaciones de las preformas
son totalmente diferentes; en Fo está relacionada con la
obtención de las acanaladuras y por ello se hace hincapié
en la preparación de las porciones distales y de las caras
(Fig. 1:1, 5-6, Fig. 2: 1). En cambio, en Fe esta clase de
rasgo es inexistente y, por eso, estos procedimientos son
innecesarios. Otro aspecto en las preformas es la forma de
los retoques y el intervalo entre ellos; en Fo son paralelos
regulares y el espaciamiento es constante y distanciado
(Fig. 1: le); en cambio, en Fe, generalmente los retoques son
cortos, irregulares y solamente se limitan a darle la forma
final a la pieza (Fig. 2: 3-4). Si bien la técnica es la misma
99
Investigaciones actualístico-experimentales para aproximarse a la tecnología paleoindia: comparación de las secuencias de reducción folsom-lindenmeier y fell de la Patagonia
B L O Q U E - I - . Capítulo X
(presión), para replicar los atributos
arqueológicos, se necesitó utilizar
variantes en las posiciones de sostén
y en el modo de aplicarlas, situación
que implica el desarrollo y utilización
de hábitos motores diferentes. En las
puntas patagónicas las acanaladuras
son fácilmente replicables por
percusión directa, mientras que en
Fo es necesario percusión indirecta
o presión (Fig. 1:7). Cuando las bases
están adelgazadas por retoques en
ambos casos fue utilizada presión.
Otra de las desigualdades entre Fo y
Fe es que el riesgo de fractura durante
el proceso de acanalado es mucho
mayor en las puntas norteamericanas.
En los productos finales se registran
diferencias notabilísimas tanto
en el diseño como en las técnicas
empleadas en la manufactura. Por un
lado, el diseño general es diferente.
Figura 1. Piezas confeccionadas durante el
experimento comparativo Fe-Fo. 1. Estadios 4 y
5 de la misma pieza Fo. A) Biface en el estadio 4
biface por percusión directa con percutor blando
de asta. B-C) anverso y reverso mostrando una
de las caras sin modificar (B) y la preparación
de la otra por presión para el primer acanalado
(C). Materia prima: Obsidiana de Glass-Buttes
(Oregon, EE.UU.); 2. Fotografía que muestra como
se utiliza la pequeña palanca diseñada para obtener
acanalados Fo. 3. Preforma con la acanaladura
obtenida con el procedimiento mostrado en 2).
Materia prima: Ramah chert (Labrador, Canadá);
4. Propulsor en el cual se talló un pequeño aparato
que sirve para hacer palanca y acanalar. A) cuerda
empleada para atar a la preforma, B) cuero usado
para envolverla y evitar que se dañe, E) suplementos
de madera dónde se apoya el extremo de la
preforma, D-F) piezas de cuero para envolver todos
los componentes del aparato tal como se muestra
en F-G); 5. Anverso y reverso de una preforma de
obsidiana (Glass Buttes) en la que se observa el
remanente del biface tallado por percusión (A) y
el primer acanalado obtenido en la cara opuesta
(B); 6. Preforma acanalada con su respectiva
lasca y producto terminado obtenido desde la
misma. Ambas acanaladuras fueron obtenidas por
presión. Materia prima: Obsidiana (Glass Buttes);
7. Productos terminados Fo. A-B) Acanalados por
percusión indirecta sosteniendo a la preforma con
los talones. Materias primas: A) novaculita tratada
térmicamente (Arkansas, E.E.U.U.), B) Obsidiana
(Glass Buttes); 8. Productos terminados Fe. A)
Swan river chert tratado térmicamente (Canadá),
B-C) Obsidiana (Glass Buttes), D) Roca volcánica
negra (Pali Aike, Santa Cruz, Argentina)
100
Hugo G. NAMI
Los bordes de Fo son paralelos o convexos muy
atenuados, además no tienen hombros o pedúnculos. La
forma de los retoques son paralelos regulares o simplemente
tienen una delicadísima terminación por medio del pequeño
retoque paralelo corto laminar regular (ribbon flaking) el cual
fue obtenido apoyando a la preforma sobre un trozo pequeño
de madera. Desde el punto de vista técnico, esa situación
tiene implicancias en la variante de presión utilizada para
hacerlo, también en la concentración y en el tiempo y
energía invertidos. En el extremo sur en cambio, la forma
de los retoques en la regularización final no es distinto al
de las preformas, solamente se termina la pieza dejando
formas paralelas regulares o irregulares no muy extendidas
(Fig. 1: 8; Fig. 2: 4). Estas observaciones actualísticas
tienen ciertas implicancias arqueológicas, pues permiten
discutir cuestiones relacionadas con los hábitos motores
y conducta de los talladores del pasado. De hecho, desde
el punto de vista experimental, los hábitos motores y
Figura 2. 1. Secuencia
de reducción Fo-Lindenmeier
con adelgazamiento bifacial
(A) Estadio 1. Nodulo tabular
(Edwards chert, Texas, E.E.U.U.),
(B) Estadio 2. (Edwards chert,
Texas, E.E.U.U.), (C) Estadio 3
(Ramah chert, Labrador), (D)
Estadio 4 (novaculita tratada
térmicamente (Arkansas),
(E-F) Estadio 5. (E) Preforma
acanalada en una cara por
presión con palanca (obsidiana,
Glass Butte), (F) Preforma
acanalada en ambas caras por
presión con palanca (obsidiana,
Goose Lake, California,
E.E.U.U.), (G) Estadio 6. Producto
terminado acanalado por
percusión indirecta sosteniendo
a la preforma con los talones.
Materia prima: Edwards chert
tratado térmicamente. 2.
Secuencia de reducción FoLindenmeier sin adelgazamiento
bifacial. (A) Estadio 1. Lasca
primaria, (B) Estadio 2, (C)
Estadio 3, (D) Estadio 4. Materia
prima: Obsidiana, Glass Butte;
3. Secuencia de reducción Fe
que ilustra los estadios 1, 2, 3,
4, and 5 tallados con percusión
directa con mano sostenida y
percutor blando de asta (2-3)
y presión (4-5). La acanaladura
fue extraída por percusión
directa. Los números indican
los estadios. Materia prima:
1: Vulcanita, Neuquén, 2-3 y
5: RVN (Pali Aike, Argentina),
4: Dacita: Paso Limay, Río
Negro. Simplificación de los
diferentes pasos que existen
en los estadios finales en Fe (1)
Fo (2). A y C) Preparación de la
preforma para la obtención del
primer y segundo acanalado/
respectivamente. E) Producto
terminado
101
Investigaciones actualístico-experimentales para aproximarse a la tecnología paleoindia: comparación de las secuencias de reducción folsom-lindenmeier y fell de la Patagonia
B L O Q U E - I - . Capítulo X
conocimientos técnicos relacionados con la aplicación de
las variedades técnicas implicaron notables cambios en la
manufactura de ambas secuencias. En efecto, basado en
la experiencia previa de confeccionar diversas puntas de
proyectil patagónicas, no se requirió mucho entrenamiento
y ensayo de técnicas para replicar los especimenes Fe.
En cambio, el proceso de aprendizaje para confeccionar
Fo sin la utilización de maquinaria compleja, con técnicas
simples y sin compañero que sostenga a la preforma durante
el acanalado, fue de casi una década. Si bien se tuvo
entrenamiento con varios talladores Fo contemporáneos,
no fue hasta después del estudio de la colección del sitio
Lindenmeier (Nami 1999) se pudo replicar esas piezas en
todos sus atributos. Sobre esta base, es posible sugerir la
hipótesis de que los conocimientos tecnológicos tradicionales
que poseían esos grupos Paleoamericanos eran diferentes
entre sí. Las disparidades apuntadas implican diferencias
en los aspectos conductuales de los talladores. Esa es la
razón por la cual se sostiene que responden a conocimientos
Agradecimientos
Al CONICET y a la Universidad de Buenos Aires (Argentina),
Smithsonian Institution (Wa. D.C., EE.UU.) y a la Comisión
Fulbright de Argentina por el apoyo a esta investigación, a mi
Bibliografía
CALLAHAN, E. (1979): “The Basics of Biface Knapping in the
Eastern Fluted Point Tradition. A Manual for flintknappers
and lithic analysts“. Archaeology of Eastern North America
1 (1): 1-180.
CLARKE, D. (1972): “Models and Paradigms in Contemporary
Archaeology“. En Clarke, D. (ed.): Models and Paradigms
in Contemporary Archaeology. Methuen. Londres: 1-60.
NAMI, H. G. (1997a): “Tecnología lítica paleoindia de Norte
y Sudamérica: Un estudio comparativo y experimental“,
Departamento de Ciencias. Antropológicas, Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
NAMI, H. G. (1997b): “Investigaciones actualísticas para
discutir aspectos técnicos de los cazadores-recolectores
del tardiglacial: El problema Clovis-Cueva Fell“. Anales
del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Humanas), 25:
151-186.
NAMI, H. G. (1999): “The Folsom Biface Reduction Sequence:
Evidence from the Lindenmeier Collection“. En. Amick,
D. S (ed.): Exploring Pattern and Variation in Folsom Lithic
Technology: Late Pleistocene Hunter-Gatherers ofthe North
American High Plains . International Monographs in Prehistory,
Ann Arbor: 82-97.
102
técnicos tradicionales -en relación a las fórmulas para la
fabricación e incluso tecno-ciencia- distintos. Por ejemplo,
en el conocimiento empírico de las propiedades físicomecánicas de las rocas adecuadas para el acanalado Fo. A
su vez, para su ejecución este requiere de un sencillo, pero
a su vez complejo recurso técnico. Es decir un conocimiento
muy refinado de cierta física-mecánica sobre los ángulos y
vectores de fuerzas necesarias para lograr las acanaladuras.
En relación al trabajo, en los especimenes norteamericanos se
requiere mayor tiempo, energía y concentración que en los
sudamericanos. En síntesis, la comparación de los resultados
experimentales indica que las secuencias de reducción son
totalmente distintas en aspectos morfológicos de diseño,
técnicas y conductas. Eso implicaría diferentes paradigmas
tecnológicos; en pocas palabras, son estilos de manufactura
distintos. Desde el punto de vista material, los artefactos
arqueológicos reafirman estas conclusiones ya que las formas
de los estadios intermedios de manufactura y los productos
finales también indican grandes desigualdades técnicas.
mentor y amigo Dennis J. Stanford por su apoyo incondicional
durante más de veinticinco años de investigación comparativa
y experimental.
NAMI, H. G. (2001/2002): “Dos décadas de Arqueología
Experimental en la Argentina: Breves observaciones
y reflexiones“. Boletín de Arqueología Experimental 4: 7-13.
NAMI, H. G. (2002): Comentario al libro “Tecnología Lítica
Experimental. Introducción a la Talla de Utillaje Prehistórico”.
En J. Baena Preysler (ed.), BAR International Series 721,
Oxford, 1998. Trabajos de Prehistoria 59 (1): 182-185.
NAMI, H. G. (2003): “Experimentos para explorar la secuencia
de reducción Fell de la Patagonia Austral. Magallania, 30:
107-138.
NAMI, H. G. (2004/2005): “Obsidiana y percutores: Observaciones
actuales para explorar al registro arqueológico“. Boletín de
Arqueología Experimental, 6: 11-14.
NAMI, H. G. (2005): “Primeros pobladores: Arqueología y
experimentos para explorar los comienzos de la diversidad
socio-cultural americana“. Diversidad Cultural. Múltiples
miradas del presente, Colección Temática I: 19-41. Centro
de Estudios Argentino Canadienses. Buenos Aires
NAMI, H. G. (2006): “Experiments to explore the Paleoindian flakecore technology in Southern Patagonia. En Apel J. y Knutsson,
K. (eds.): Skilled Production and Social Reproduction.
Hugo G. NAMI
Aspeéis on Traditional Stone Tool Technologies., Uppsala
University (Sweden), Societas Archaeologica Upsaliensis
(SAU) & The Department of Archaeology and Ancient History,
Uppsala: 69-80.
NAMI, H. G. (2008): Experiments to Understand North and South
American Late Pleistocene Lithic Reduction Sequence: An
Actualistic and Comparative Study. En Nami, H. G. (Ed.):
Experiments and Interpretation of Traditional Technologies:
Essays in Honor of Errett Callahan, Ediciones de Arqueología
Contemporánea. Buenos Aires, (in press).
NAMI, H. G. (2011): “Reflexiones epistemológicas sobre
arqueología y tecnología lítica experimental“. En este
volumen.
YOUNG, D. Y R.BONNICHSEN. (1983): Understanding Stone
Tools: A Cognitive Approach. Peopling of the Amerericas
Process Series., Center for the Study of the Early Man. Orono.
103
Hugo G. NAMI
- XI Observaciones experimentales sobre las puntas
de proyectil fell de Sudamerica
Hugo G. NAMI
CONICET. Instituto de Geofísica Daniel A. Valencio (INGEODAV), Dpto. Ciencias Geológicas,FCEN, UBA.
National Museum of Natural History, Smithsonian Institution, Wa. D.C., E.E.U.U.
Resumen
El presente trabajo forma parte de un proyecto a
largo plazo cuyo objetivo es profundizar sobre tecnología
Paleoindia. Por esa razón, se están llevando a cabo diversas
investigaciones con especial énfasis en las tecnológicas.
Uno de los métodos más utilizados es el experimental
y con esa perspectiva se están efectuando una serie de
pesquisas sobre distintos conjuntos Paleoindios de Norte,
Centro y Sudamérica; enfatizando a las piezas comúnmente
llamadas colas de pescado, Cueva Fell o simplemente Fell,
Palabras clave:
empleadas en el lapso temporal ~11-10 ka 14C no calibrados
A.P. Enfocando a piezas ecuatorianas y uruguayas, este
artículo reporta algunas observaciones experimentales
reproduciendo puntas colas de pescado sudamericanas,
proporcionando detalles y nuevas observaciones sobre su
secuencia de reducción, cualidades de las materias primas,
técnicas de talla y diversas consideraciones de utilidad para
comprender al registro arqueológico.
Tecnología lítica experimental, Paleoindio, puntas colas de pescado, Sudamérica.
Abstract
As a part of a long term project directed to go deep in
the Paleoindian technology, diverse archaeological research
are being performed. Then, the experimental perspective is
emphasized on various lithic assemblages from North, Central
and South America; mainly focusing on the fishtail, Fell’s Cave
or just Fell projectile points dated at about 11.0-10.0 14C
Key words:
uncalibrated years B.P. Focusing the Uruguayan pieces, this
paper reports some experimental results reproducing South
American fishtail projectile points, giving details and new
observations on its reduction sequence, taking into account
raw material qualities, flaking techniques and diverse useful
considerations to understand the archaeological record.
Experimental lithic technology, Paleoindian, fishtail projectile points, South America.
Introducción
El presente trabajo forma parte de un proyecto a largo
plazo cuyo objetivo es profundizar en la tecnología de los
primeros grupos de cazadores-recolectores que habitaron
el continente americano. Por esa razón, se están llevando a
cabo diversas investigaciones arqueológicas, con especial
énfasis en las tecnológicas. Entre ellas, uno de los métodos
más utilizados es el experimental; desde esa perspectiva
se están efectuando una serie de pesquisas sobre distintos
conjuntos Paleoindios de Norte, Centro y Sudamérica;
enfatizando a las piezas comúnmente llamadas “colas de
pescado” “Cueva Fell” o simplemente “Fell”1; halladas desde
la década de 1870s, en general están asociadas a fauna
extinguida y fueron empleadas en el lapso temporal ~11-10
ka 14C no calibrados A.P.
Con el propósito de controlar y ampliar las observaciones
arqueológicas y experimentales inicialmente realizadas
con piezas de la Patagonia Austral (Nami 1997, 2003) se
estudiaron distintos colecciones de artefactos recolectados
en sitios localizados en Centro y Sudamérica. Los estudios
1. Prefiero utilizar esta denominación para referirme a la variabilidad morfológica
existente en este patrón de cabezal lítico.
105
Observaciones experimentales sobre las puntas de proyectil fell de Sudamerica
B L O Q U E - I - . Capítulo XI
de materiales arqueológicos
son imperativos, pues es
recomendable que la investigación
experimental tenga una continua
retroalimentación con los datos
prehistóricos. Particularmente,
las procedentes de las Repúblicas
de Ecuador y del Uruguay
merecen especial importancia
porque brindan vestigios sobre
los estadios tempranos e
intermedios de manufactura.
Asimismo, permiten comprender
su variabilidad como así también
la de los productos finales.
Clásicamente, el “estereotipo”
(Mayer-Oakes 1986a: Fig. 2)
de una punta cola de pescado,
es una pieza pedunculada con
hombros que presentan pequeñas
variaciones, el limbo es triangular
o lanceolado con bordes convexos
y pedúnculo de bordes cóncavos
y base cóncava (Fig. 1e). Sin
embargo, nuevas investigaciones
permitieron observar que también
eran acompañadas por una
gran variabilidad morfológica y
dimensional, que involucra tanto
a los especimenes “clásicos”
y también de distintas formas.
Desde el punto de vista de las
dimensiones, los rangos varían
desde aquellas que son verdaderas
miniaturas de ~1.5 cm (Fig. 1d)
hasta aquellas de ~≥ 6-7 cm de
longitud (v.gr. Fig.1e); Asimismo,
se presentan ejemplares
excepcionales cuyo largo podría
llegar a tener ≥ 12-15 cm (Fig. 1j).
Las investigaciones recientes,
muestran variaciones de los
limbos, ya que los hay triangulares
de bordes levemente convexos
y casi rectos (Fig.1b-c) o rectos
(Fig. 1d). En ciertas ocasiones, el
hombro tiende a ser recto (Fig. 1i).
Estas formas varían muchísimo
debido a las reactivaciones
(v.gr. Mayer-Oakes 1986b: Fig.
34-35, Nami 2007 Fig. 1, 4a-b).
106
Figura 1. Piezas arqueológicas procedentes de diferentes lugares de Sudamérica y que muestran parte de la variabilidad
existente en las puntas Fell. a) Salto Chico, Chile (tomado de Dillehay 1997 Fig. 3.2), b) Cerro El Sombrero Cima, Buenos
Aires, Argentina (tomado de Flegenheimer 2001), c) Cueva Fell, Chile (colección Museo Regional de Magallanes), d)
Ecuador (colección Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales), e-f) del río Negro Medio, Uruguay (gentileza S. Bálsamo). g)
Arroyo Vejigas, cuenca del río Santa Lucía (Uruguay, colección Sánchez), e-g) muestran el rango de variación dimensional
y morfológico de las puntas Fell “clásicas” (todas las fotos son del autor)
Hugo G. NAMI
En general, entre los pedúnculos se observan los de bordes
cóncavos (Fig.1e, j) y rectos paralelos (Fig. 1f-g, i), algunos
de los cuales son anchos (Fig. 1g) o convergentes (sensu
Leroi-Gourham 1974, cf. Mayer-Oakes 1986a: Fig. 3); Piezas
semejantes se están identificando en otros lugares de
Sudamérica (Fig. 1a). Esta situación refuerza la idea de que
en los conjuntos con puntas Fell también se fabricaban otras
formas de puntas de proyectil. Las bases de los pedúnculos
son cóncavas, aunque las hay rectas y tratadas de distinta
manera: Algunas eran acanaladas, otras adelgazadas por
retoques profundos que rebajan el espesor de casi todo el
pedúnculo como así también, retoques cortos de ~≤ 0,5 cm de
profundidad (Nami 1997 Fig. 3). Los bordes de los pedúnculos
muestran una cuidadosa abrasión; probablemente con el
objeto de embotar el filo para que no dañe alguna clase de
tiento que la sujetaba al astil. Las miniaturas -que podrían
haber sido empleadas en juguetes para niños (Politis 1998)presentan abrasión en todo el perímetro, la cual pudo haber
sido realizada para evitar lastimaduras en los infantes. Desde
el punto de vista de la manufactura se observa que a menudo
se empleaban lascas delgadas como pieza soporte, aunque
también se distingue que antes de la conformación final se
realizaba un delicado desbaste bifacial (Fig. 1e, h-j), lo cual es
de esperar cuando se trata de piezas relativamente grandes
(Nami 2003). Considerando estas variaciones, el presente
artículo da a conocer algunos resultados experimentales
reproduciendo a las puntas Fell de Sudamérica.
Materiales, métodos y técnicas
En un primer momento, los experimentos se realizaron
duplicando a las piezas clásicas exhumadas en los sitios Fell,
Pali Aike y Cueva del Medio del extremo sur de la Patagonia
(Nami 1997, 2003). Luego, con el propósito de controlar
el modelo experimental de su secuencia de reducción
se estudiaron conjuntos arqueológicos con evidencia de
estadios tempranos e intermedios de manufactura. Así,
se abordaron colecciones de distinta procedencia; las más
importantes para este tema fueron las de la región del Ilaló,
especialmente del sitio El Inga (Ecuador) y Cerro Los Burros
(Uruguay) (Nami 2000, 2001). Es útil recordar que, si bien
los conjuntos arqueológicos patagónicos poseían algunos
datos para discutir experimentalmente esa secuencia, las
de ambos países permitieron profundizar y contrastar el
modelo propuesto.
Los experimentos se llevaron a cabo utilizando materiales
similares a los arqueológicos. Las materias primas fueron
distintas clases de obsidiana (v. gr. Fig. 2f, i, 3c, i) para el
caso ecuatoriano mientras que diferentes rocas parecidas
al sílex (Fig. 2c, g-h, 3f-g) para los restantes, poniéndose
especial atención a la silcreta que fue muy utilizada por las
grupos paleoindios (Fig. 2c, 3h). Canteras de la misma se
encuentra en el territorio uruguayo y en algunas provincias
del nordeste argentino (Fig. 3h). Puesto que entre los
especimenes sudamericanos hay algunos confeccionados en
cristal de cuarzo (Nami 2009), además se usó esta roca (Fig.
2d-e). Asimismo, se empleó vidrio de manufactura industrial
(Fig. 3b, d-e) el cual es semejante a la obsidiana desde el
punto de vista de en sus cualidades de talla. El origen y
procedencia de cada una de ellas es variado y en el caso de
las mostradas en este artículo está descrito en el epígrafe
de las ilustraciones. Una gran parte de las rocas silíceas
fueron sometidas al tratamiento térmico. Se emplearon las
mismos implementos y técnicas de talla que en el experimento
replicativo de las piezas patagónicas (Nami 2003, 2011).
Los especimenes experimentales se confeccionaron a partir
de lascas delgadas cuyo espesor no superaba al producto
final (Fig. 2d-e) como así también lascas (Fig. 2a) o nódulos
tabulares que lo excedían en dos veces o más, siendo de este
modo necesaria la talla bifacial para adelgazarla (Fig. 2g).
De hecho, actualísticamente para duplicar algunas piezas
patagónicas fue necesaria la utilización del desbaste bifacial
en los estadios intermedios de manufactura. Justamente,
estas etapas estaban presentes tanto en El Inga como en
Cerro los Burros (Nami 2000, 2001). Situación que ocurre
especialmente con los ejemplares grandes dimensiones
puesto que comenzar a partir de lascas delgadas se torna un
tanto riesgoso y complicado. En efecto, el desbaste bifacial
permite obtener secciones longitudinales y transversales
parejas y uniformes; De igual forma, las simetrías necesarias
del producto final con mayor rapidez y eficacia (Nami 2003).
107
Observaciones experimentales sobre las puntas de proyectil fell de Sudamerica
B L O Q U E - I - . Capítulo XI
Figura 2. Piezas experimentales que
ilustran la variabilidad morfológica de etapas
por las que pasan las piezas en consideración.
a-b) Estadios 1 y 2 respectivamente para
confeccionar puntas Fell semejante a la
del A. Vejigas. a) es una lasca de gran
tamaño (vidrio industrial celeste opaco),
b) es una lasca con el desbaste inicial
(Obsidiana Goose lake, California), c) Núcleo
de silcreta roja (Uruguay) con su respectiva
lasca, d) cristal de cuarzo traslúcido (Puerto
Esperanza, Misiones, Argentina) y lasca
extraída en dónde se observan las fisuras e
imperfecciones del cuarzo cristalino en e),
f) Estadio 2 tallado sobre una lasca delgada
de obsidiana (Mullimica, Ecuador) en el cual
no es necesario adelgazamiento bifacial, g-h)
Estadio 2 del modelo con adelgazamiento
bifacial tallados sobre nódulos tabulares de
“Crescent chert” (Missouri, EE.UU.) tratado
térmicamente y madera petrificada sin tratar
(Chubut, Argentina), i) biface en el estadio 3
y los desechos correspondiente a una serie
de extracción de lascas (Obsidiana, Glass
Buttes), j-k) Estadios 4 confeccionados
respectivamente en obsidiana (Glass
Buttes) y vidrio ámbar a partir del cual se
confeccionó la pieza mostrada en la figura 3d
108
Hugo G. NAMI
Observaciones y conclusiones preliminares
Estos experimentos confirman y expanden a los resultados
obtenidos con las réplicas de las puntas patagónicas (Nami
1997, 2003, 2011) y puesto que las pesquisas están en
continuos avances, estas conclusiones ciertamente no agotan
las observaciones realizadas. Con relación a las puntas “colas
de pescado” clásicas, se observó que las similitudes técnicas
y morfológicas de las piezas arqueológicas estudiadas con las
patagónicas son sorprendentes (Nami 2000, 2007), situación
refrendada por la actividad experimental. Preliminarmente
se puede sostener que salvo en las materias primas, no
existen diferencias técnicas significativas para reproducir
a las piezas Fell sudamericanas. No obstante, tanto por las
nuevas observaciones de los vestigios arqueológicos como los
recientes experimentos están permitiendo profundizar en el
conocimiento de las variaciones morfológicas, dimensionales
y técnicas de las piezas en cuestión. Con relación a las
materias primas, la silcreta de Uruguay presenta muchas
desigualdades en sus cualidades de talla, especialmente
por los distintos grados de silicificación, los cambios de
textura, las inclusiones y otros defectos. Sin embargo,
algunas son excelentes y comparables en cuanto a su
calidad con las mejores rocas silíceas del mundo. En algunos
casos, fue tratada térmicamente, observándose que mejora
notablemente cuando son sometidas a temperaturas que
oscilan entre ~200° y 250°C durante un lapso de tiempo
que no supera las seis horas. No obstante, las de calidades
óptimas no necesitan de este procedimiento para ser
trabajadas; en este sentido, la figura 3i muestra un ejemplar
de silcreta procedente de Colón (Entre Ríos, Argentina) cuyo
trabajo se facilita por su gran fragilidad. Sin duda alguna, hay
ciertas diferencias para confeccionar piezas en obsidiana y
sílex, puesto que debido a su fragilidad la primer roca facilita
en gran medida su laboreo (Callahan 1979: 16). Un comentario
aparte merece el cristal de cuarzo. En efecto, tanto por las
experiencias propias con muestras de Puerto Esperanza
(Misiones, Argentina) como las realizadas en conjunto con
Dennis Stanford (Smithsonian Institution) con muestras de
los EE.UU. se observó que esta roca, si bien es muy frágil
y en algunos casos parece vidrio, las fisuras internas que
posee (Fig. 2e-f) la hacen insufrible para efectuar tareas de
lascado (Jones 2008). La figura 2 ilustra estadios iniciales
adecuados para confeccionar puntas Fell estándares, no
obstante, en esta etapa de la investigación experimental
se comenzó a trabajar en la reproducción de piezas mucho
más grandes que las habituales. Aunque en sus inicios, es
posible hacer algunas observaciones preliminares sobre el
tamaño aproximada de las piezas-soporte útiles y los estadios
iniciales tempranos para confeccionarlas (Fig. 2a-b). Los
modelos construidos para las piezas patagónicas resultaron
pertinentes en la descripción de la secuencia de reducción
del caso en consideración (Nami 2003, 2009). Ejemplares
experimentales de las etapas iniciales se ilustran en las
figuras 2 y 3. Allí se observan las formas-bases o piezassoportes adecuadas para la confección de los ejemplares
reproducidos y estadios iniciales, los cuales contemplaban
por un lado, fases con adelgazamiento bifacial y, por el otro
sin ese procedimiento. De este modo, se ilustra la reducción
bifacial en el estadios 2 o formatización inicial (Fig. 2b, g-h) y
3-4 o adelgazamientos primario (Fig. 2i) y secundario (Fig. 2j-k);
por otra parte, se ilustran las etapas finales de manufactura,
descriptas como estadio 5 y 6, o sea regularización inicial
(Fig. 3a-b) y final (Fig. 3c-h) respectivamente. También se
muestra una secuencia comenzada desde una lasca delgada
de obsidiana, razón por la cual no fue necesario desbastarla
bifacialmente (Fig. 3i). Los esquemas simplificados de
ambas secuencias se observan en la figura 3j. Así como en
los estadios tempranos, las preformas también presentan
muchas variaciones morfológicas (v. gr. Fig.3a-b). A la luz
de los experimentos, se puede afirmar que varios de los
ejemplares atribuidos a las variantes de las puntas “El
Inga” ya sea, de pedúnculo ancho (El Inga broad stemmed,
Mayer-Oakes 1986a Fig. 6: 2-3), lanceolada con hombros
(shouldered lanceolate, Mayer-Oakes 1986b Fig. 101-105),
lanceolada acanalada (fluted lanceolate Mayer-Oakes 1986b
Fig. 107-108) y lanceolada rústica (crude lanceolate, MayerOakes 1986b Fig. 111-115) podrían ser preformas de puntas
Fell (ver Fig. 3a-b, Nami 2011 Fig. 2: 4a-b fila superior). En
efecto, muchas muestran una gran rusticidad en la confección
y tienen fracturas durante las etapas finales, principalmente
durante el acanalado. Inclusive en varias de ellas es posible
observar el mamelón que fue conformado para utilizarlo como
plataforma de aplicación de la fuerza.
Desde el punto de vista de la secuencia de manufactura,
tal como se mencionó, no hay notables desigualdades entre
las puntas Fell de Patagonia, las de Ecuador y Uruguay. Sin
embargo, sobre la base de una comprensión más amplia en
lo arqueológico fue posible profundizar en el conocimiento
de las pequeñas variaciones existentes entre ellas como
así también en sus contextos. Desde el punto de vista
experimental este hecho permitió explorar otros aspectos.
Así se observó que salvo en la forma de los bordes y por
ende del limbo, no hay diferencias técnicas significativas
entre la terminación de las puntas Fell con bordes convexos
o más rectos; En estos especimenes, solamente varía su
conformación final, que también es realizada con retoques
cortos o poco profundos obtenidos por presión. Este hecho
lleva a pensar que pese a que desde el punto de vista
109
Observaciones experimentales sobre las puntas de proyectil fell de Sudamerica
B L O Q U E - I - . Capítulo XI
tipológico las pequeñas diferencias
de forma en los limbos, hombros
y pedúnculos pueden llegar a ser
sobredimensionada, son nimias
desde una perspectiva tecnológica;
Especialmente en la manufactura y,
particularmente en gran parte de
la secuencia de reducción (Fig. 3j).
Por ejemplo, para hacer hombros
rectos o curvos, solamente unos
pocos retoques por presión logran
la desigualdad. En efecto, tal
como se observa en la figura 3e-h,
resultan de pequeñas variaciones
en su conformación realizada con la
misma técnica, posiciones de sostén
y concentración Consecuentemente,
las diferencias técnicas para
reproducir los hombros rectos y
pedúnculos con bordes rectos o
expandidos son minúsculas. Una
situación semejante ocurre con
los pedúnculos de bordes cóncavos
divergentes o rectos, en los cuales
su tratamiento basal al igual que en
las piezas patagónicas fue hecho por
adelgazamiento con retoques cortos
o profundos por presión (Fig. 3f-h) y
por acanalado (Fig. 3c-e).
Figura 3. a) preforma tallada por percusión
directa y presión, acanalada en una cara por
percusión directa (Vidrio ámbar), b) preforma
mayormente tallada por presión (Crescent chert
tratado térmicamente, Missouri), c-h) Productos
terminados Fell. c) Anverso y reverso de una pieza
con el pedúnculo de bordes divergentes acanalada
en ambas caras (Obsidiana, Glass Buttes, Oregon),
d-h) pieza Fell clásicas. e) vidrio celeste, f)
“Crescent chert”, g) silex North of Junction
(Texas, EE.UU.), h) silcreta (Entre Ríos, Argentina),
i) Secuencia de reducción sin adelgazamiento
bifacial (Obsidiana, Mullimica, Ecuador), j)
Diagrama simplificado de la secuencias de
reducción experimental de las puntas Fell de
Ecuador. La parte correspondiente a las piezas
pisciformes también es aplicable a las puntas
uruguayas. A) Secuencia con desbaste bifacial,
B) Sin desbaste bifacial. 1: Forma-base o pieza
soporte, 2-4 y 2: Estadios tempranos, 5 y 3:
Preforma, 6 y 4: Producto terminado. En i-j) los
números indican los estadios
110
Hugo G. NAMI
Agradecimientos
Deseo expresar mi más sincero y profundo agradecimiento
a las siguientes personas e instituciones: W. Mayer-Oakes
(q.e.p.d.) por su entusiasmo, estímulo y apoyo para que estudie
las colecciones ecuatorianas; a E. Salazar, por su cordialidad
y ayuda durante mi estadía en Quito; a S. Bálsamo por su
amistad, continuo soporte y permitir el acceso a su colección;
a Ugo Meneghin por su incansable aliento y constante aporte
de datos; a María de las Merceces Cuadrado Woroszylo por
la lectura crítica del manuscrito; al CONICET, Smithsonian
Institution y a la Universidad de Buenos Aires por su
permanente patrocinio a mis investigaciones experimentales.
Bibliografía
CALLAHAN, E. (1979): “The Basics of Biface Knapping in the
Eastern Fluted Point Tradition. A Manual for flintknappers
and lithic analysts”. Archaeology of Eastern North America
7 (1): 1-180.
DILLEHAY, T. (1997): Monte Verde. A Late Pleistocene Settlement
in Chile. Volumen 2: The Archaeological Context and
Interpretation. Smithsonian Institution Press. Washington D.C.
FLEGENHEIMER, N. (2001). “Biface Transport in the Pampean
Region, Argentina“. Current Research in the Pleistocene,
18: 21-22.
JONES, S. (2008): Quartz Tool Technology in the Northeast
Georgia Piedmont. En Nami, H. G. (Ed.): Experiments and
Interpretation of Traditional Technologies: Essays in Honor
of Errett Callahan, Ediciones de Arqueología Contemporánea.
Buenos Aires, (en prensa).
LEROI-GOURHAM, A. (1978): “Cuadros de morfología descriptive”.
La Prehistoria. Editorial Labor. Barcelona: 157-185.
MAYER-OAKES, W. (1986a): “Early Man Projectile Points and
Lithic Technology in the Ecuadorean Sierra“. En Bryan, A. (Ed.)
New Evidence for the Pleistocene Peopling of the Americas.
Center for the Study of the Early Man, Orono: 281-294.
MAYER-OAKES, W. (1986b): El Inga. A Paleoindia site in the
Sierra of Northern Ecuador. Transctions of the American
Philosophical Society. 76 (4). Philadelphia.
NAMI, H. G. (1997): “Investigaciones actualísticas para
discutir aspectos técnicos de los cazadores-recolectores
del tardiglacial: El problema Clovis-Cueva Fell“. Anales
del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales), 25:
152-186.
NAMI, H. G. (2000): “Technological Comments of some
Paleoindian Lithic Artifacts from Ilaló, Ecuador”. Current
Research in the Pleistocene, 17: 104-107.
NAMI, H. G. (2001): “Consideraciones tecnológicas preliminares
sobre los artefactos líticos de Cerro de los Burros (Maldonado,
Uruguay)”. Comunicaciones Antropológicas de los Museos
Nacionales de Historia Natural y Antropología de Montevideo
III (1): 1-24.
NAMI, H. G. (2003): “Experimentos para explorar la secuencia
de reducción Fell de la Patagonia Austral“. Magallania, 30:
107–138.
NAMI, H. G. (2007): “Research in the Middle Negro River Basin
(Uruguay) and the Paleoindian Occupation of the Southern
Cone“. Current Anthropology, 48(1): 164-174.
NAMI, H. G. (2009): “Crystal Quartz and Fishtail Projectile
Points: Considerations on Raw Materials Selection by PaleoSouthamericans“. Current Research in the Pleistocene, 26
(enviado para su publicación).
NAMI, H. G. (2011): Investigaciones actualístico-experimentales
para aproximarse a la tecnología paleoindia: Comparación
de las secuencias de reducción Folsom-Lindenmeier y Fell
de la Patagonia. en este volumen
POLITIS, G. (1998): “Arqueología de la infancia: Una perspectiva
etnoarqueológica“. Trabajos de Prehistoria 55(2): 5-19.
111
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL, Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA
- XII Preliminary approach to the human behaviors
of the early Holocene in south-east Asia:
contextual experimentation on local materials
Antony BOREL*, Josep Maria VERGES**, Andreu OLLE**, Claire GAILLARD*, François SEMAH*, Marie-Hélène MONCEL*,
Truman SIMANJUNTAK*** y Robert SALA**
* Muséum national d’Histoire naturelle, Département de Préhistoire, UMR7194.
** Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social. Àrea de Prehistòria, Universitat Rovira i Virgili.
*** Centre for Prehistoric and Austronesian Studies, National Research and Development Centre for Archaeology, Jl. Indonesia.
Abstract
Preliminary use-wear analysis on the Holocene industries
of the Song Terus cave (Java, Indonesia) has revealed the
interesting potential of these chert artifacts for the study of
wear traces. Contextual experimentation on local material
has been carried out in order to better understand some of
Key words:
the possible human activities and their associated residues,
macro and microtraces on lithic artifacts along with some
methodological issues. The study of this material is currently
at its beginning and we propose in this paper to give an insight
into the research program.
Holocene, Java, lithic artifacts, contextual experimentation, use-wear, SEM, optical microscopy.
Introduction
South-East Asia, where continent meets archipelagos,
has undergone substantial paleo-bio-geographical changes
during the Quaternary. Different sea level variations implied
the formation and disappearance of land bridges (Voris 2000)
with related successive human dispersals. It seems that the
anatomically modern humans arrived and replaced the last
Homo erectus, around 100 000 years ago, and that the present
occupation mosaic started at the beginning of the Holocene
(Détroit 2002; Storm 2001; Sémah and Détroit 2006), hence
making the area quite culturally rich but somewhat difficult to
characterize, especially with regards to the lithic industries.
Indeed, no facies showing geographical or chronological
continuity has been found (see for instance Forestier 1998).
Song Terus cave (Fig.1) is located in the South-Eastern
part of Java, in the karstic area of the Gunung Sewu. Its
Palaeolithic stratigraphical sequence is divided into 3
stages (Keplek, Tabuhan and Terus, Sémah et al. 2004). The
upper unit, Keplek, is related to the Holocene. It has yielded
an extensive lithic and bone industry (Fadjar 2006) and a
sepulture whose 14C age is estimated at 9 300 ± 90 years B.P.
(Sémah et al., 2004).
The typo-technological studies carried out on part of
this Holocene industry (Forestier 1998 and 2000) showed
that it has no connection with already identified facies, like
Hoabinhian, Toalian or Sampungian (Forestier and PatoleEdoumba 2000), and that it has the following characteristics
(Fig.2):
• flake abundance
• simple reduction sequence
• hard hammer direct percussion
• artifacts quite elongated with a thick section and
mostly cortical
This industry shows an intensive exploitation of the rocks
in a region where the raw material, mostly flint and chert, is
113
Preliminary approach to the human behaviors of the early Holocene in south-east Asia: contextual experimentation on local materials
B L O Q U E - I - . Capítulo XII
Figure 1. Song Terus cave location on Java Island (Indonesia) (Map: Borel A.)
abundant and probably results from the flaking of nodules
and pebbles. The assemblage includes hammerstones, cores,
retouched as well as unretouched flakes. It also reveals that
some cores probably have been used as tools and that the
artifacts with notches are the most numerous among the
retouched ones. A large number of these pieces were (most
often unintentionally) burnt.
A morpho-functional approach, including a detailed
study of the shape of the artifacts and their use, is of great
interest to complement the typo-technological analysis and
improve the characterization of these assemblages. It is also
likely to help the understanding of the relationships between
humans and lithic raw material which is so particular in this
geographic area (Simanjuntak et al., in press).
Figure 2. Early Holocene flakes from the Keplek layers of Song Terus cave (Picture: MQPI)
114
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL, Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA
In this framework, a series of experimentations has been
carried out in order to establish a set of use-wear references
concerning the local materials which could have been
accessible to the humans of the early Holocene.
Methodology
Preliminary test
Prior to this experimentation, a first use-wear analysis
test had been carried out on a small series of artifacts (n =
4) coming from the Keplek layers of Song Terus. This test
was made in order to gauge the potential of this assemblage
regarding wear traces. Three of these artifacts showed usewears, particularly clear on one of them (see Fig.2, artifact
b). Macroscopically we could see a very shiny gloss, quite
typical of those produced by Poaceae. The observation of the
ventral surface revealed a very well developed undulating
polish with only few fractures (Fig.3).
with a high level of certainty, as an artifact used to work
hard material, probably a Poacea (the hypothesis of bamboo
could be evoked), in a scraping forward activity (Byrne et al.
2006; Keeley 1980; Ollé 2003; Sala 1997; Vaughan 1985;
Vergès 2003).
The same artifact
also showed striations
perpendicular to the cutting
edge which indicate a
probable scraping motion.
The polish disappears
gradually from the cutting
edge to around 0.5-1 mm
towards the center of the
artifact. Moreover, we
noticed different fractures
on the side of the polished
area (almost no fractures
appear on the other surface).
Those fractures underwent
a further polish (Fig.4). Such
multi-generations of polish
are documented by Ollé
and Vergès (2008). These
elements are more typical of
a forward scraping motion.
Besides, several non polished
delimited areas (“islands”)
appear within the polish,
and show that the worked
material was quite hard. This
artifact could be interpreted,
Figure 3. Panoramic SEM picture
of the ventral surface of a flint artifact
from the Holocene Keplek layers of
Song Terus cave: high level undulating
polish with striations perpendicular to
the cutting-edge (Picture: Borel A., Ollé
A., Vergès J-M)
Figure 4. SEM picture of the ventral surface of a flint artifact from the Holocene
Keplek layers of Song Terus cave: well developped undulating polish with different
fracture generations (Picture: Borel A., Ollé A., Vergès J-M)
115
Preliminary approach to the human behaviors of the early Holocene in south-east Asia: contextual experimentation on local materials
B L O Q U E - I - . Capítulo XII
Experimentation
After a detailed observation of the archeological
material from the Keplek layers, we characterized the
artifact series in terms of raw material and also in terms
of shape and dimensions. The raw material selected for
the experiment was chert, which represents 99 % of the
raw materials used in this site during the Holocene. We
could differentiate 2 main categories of chert, the first one
is beige (75 %), dull, marbled or vitreous and the second
one is dark brown (12.4 %), marbled and sometimes dull
or vitreous. A survey allowed us to find a variety of chert
quite similar to the beige one in the Ngrijangan locality
(around 6 km from Song Terus).
The following step consisted into setting up a panel
of activities. We selected various materials likely to have
been used by prehistoric groups. For each kind of material,
we assigned several objectives and listed the associated
actions (Table 1). Most of the objectives represent an activity
that could be related to a concrete purpose for prehistoric
humans, and just a few of them were carried out only for
a better understanding of the use-wear formation process.
Table 1: Set of worked materials, objectives and actions/motions selected for the contextual experimentation
116
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL, Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA
Concerning the tools used for this work, we produced
a set of flakes from 4 different blocks. To remain as
close as possible to what could have been done during
prehistoric times, we manufactured flakes presenting similar
characteristics to the archaeological ones. Then, for each of
the objectives, we selected 2 flakes.
Before starting the experimentation, we made a drawing
of each of the selected flakes. Then, we cleaned them with
acetone in an ultrasonic bath during 10 min in order to take
a silicone (Provil® Novo light) print of the selected edges
before use.
In order to conduct a contextual experimentation resulting
into traces that could really occur for each of the selected
activities, we utilized the first flake until it became inefficient
or until the objective was reached. Then we used the second
one during half of the time of use of the first one in order
to compare two different possible steps of the use-wear
generating process.
During the experimentation, we measured and
documented the duration of activity as well as the angle
and the direction of the working flake, and gathered any
other observation considered of particular importance for
the subsequent analysis.
Results
Although the study of the artifacts used in this
experimentation is still in progress, some results have
already been obtained.
In a first step, we collected information during the work
itself. It includes information about the kind of tools suitable
or not for a particular activity: it was very difficult to saw a
bamboo shoot of 2 cm diameter with a short cutting edge
artifact (4.5 cm) and it was more than 3 times faster (6’12”
against 21’26”) with, for instance, a somewhat thicker cutting
edge of 7.5 cm.
We could also learn about the techniques or/and methods
which could be employed to reach a specific objective. For
instance, it is particularly easy to remove the down of a
coconut (less than 13 min) with a simple flint flake if we
follow a particular pattern (Fig.5).
Some residues and use-wear analyses could be carried
out through two scanning electronic microscopes, SEM, (JEOL
JSM-6400 (conventional SEM) and FEI Quanta 600 (ESEM))
and one optical light microscope, OLM, (Optics Olympus
BH-2M) in Rovira I Virgili University (Spain) and one optical
light microscope (Zeiss Scope.A1) in Paris with lens from x5
to x50 magnifications.
In order to have a complete reference database we
observed the flakes before cleaning through SEM and
through OLM. Then, we washed them in an ultrasonic bath
with water and/or neutral phosphate-free detergent for
approximately 10 minutes to eliminate organic residues from
worked materials and within an acetone ultrasonic bath for
around 3 minutes if necessary. We carried out the same
observation under both SEM and OLM when possible. Then
we observed the cast of the edge print taken before use to
identify which traces are really resulting from the contact
with the studied material.
During the observation before cleaning we documented
different types of residues that we could encounter. We also
documented and located what could be considered as usewear. In a following step, after cleaning, we focused on the
areas that are most likely to bear use-wear and checked also
the rest of the artifact because microwear could be easily
hidden by residues, therefore invisible before cleaning (Ollé
and Vergès 2008). Both faces of the flake were observed.
So far only a few experimental flakes have been
completely observed before and after cleaning, with SEM
and with OLM, and checked over the cast of the edge obtained
before use. One of them is an artifact used to remove the
coconut down, we chose to present this one in this paper.
The work lasted 42 minutes; the motion was a unidirectional
cutting and the angle of use ranged from 45 to 90°. Before
cleaning we could detect different kind of residues. For
example, we found fibers from the down (Fig.6, a and b)
but also raphides (Fig.6, c and d) (Wadley et al. 2004). After
cleaning, we detected a few polishes (Fig.6, e and f) which,
compared to the time of use, were slightly developed. These
polishes were not very shining under optical microscope. They
followed a pattern similar to what is usually interpreted as
hard material working wear.
117
Preliminary approach to the human behaviors of the early Holocene in south-east Asia: contextual experimentation on local materials
B L O Q U E - I - . Capítulo XII
Figure 5. Method for a coconut down removal (Sketch: Borel A.)
Figure 5. Method for a coconut down removal (Sketch: Borel A.)
118
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL, Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA
Figure 6. Residues and use-wears due to a 42 min work to remove the coconut down. a) Coconut down fiber (SEM); b) Coconut down fiber (OLM); c) Raphides (SEM);
d) Raphides (OLM); e) Slight polish and fracture (SEM); f) Slight polish and fracture (OLM) (Picture: Borel A., Ollé A., Vergès J-M)
119
Preliminary approach to the human behaviors of the early Holocene in south-east Asia: contextual experimentation on local materials
B L O Q U E - I - . Capítulo XII
Discussion
The above described experimentation does not allow
us to discriminate the different use-wear for each type of
worked material because we are not comparing the used
edge after the same duration of use. Therefore, we cannot
verify, for instance, whether a certain pattern obtained after
working on bamboo for 4 minutes is not the same as the one
obtained by working on shell after 1 minute. But, even for
experimentation, it is very difficult to control all the involved
parameters during a particular work, and ensure that the
different activities are carried out following exactly the same
rules (contact angle, pressure, motion, dryness, wetness,
physical property of the raw material, etc.). So, except for
particularly clear cases, the results should be considered as
trends. It is then important to keep it in mind for the study
of the archeological artifacts and try to appraise the level
of certainty of the conclusions.
This experimentation, being deeply contextual, tries to
figure out which kind of wear a specific activity can possibly
produce. In this case, the parameters cannot all be controlled
either. Besides, the archaeological raw materials could
react differently to the stress undergone during the work
and display more or less clear use-wears, even if those raw
materials seem similar. Moreover, for some objectives, we
are not dealing with a specific, single motion, but with a
complex of motions. However, this is probably what most
often occurred during prehistoric times and the results, trends
with sufficient level of certainty, will represent essential
references to interpret archeological pieces.
Another aspect of this work, thanks to the observation on
both SEM and optical light microscope of the same point of
interest, is to compare the efficiency and the advantages of
both techniques and figure out how a same trace is displayed
on both microscopes.
SEM provides high depth of field and resolution (Fig.6,
a, c and e). It can be easily complemented by microanalysis
which permits to determine the chemical elements of a
specific structure. Thus, we can realize a very detailed
description and documentation of use-wears and residues.
Nevertheless some practical aspects limit its convenience:
the price of the equipment is not inconsiderable, hence it
generally should be shared between different laboratories
and its availability is sometimes problematic. Furthermore
this material is not portable. Regarding to the sample
preparation it requires a particular and time consuming
attention, even more if we deal with a conventional SEM
which needs a step of metallization.
The optical light microscope obviously lacks depth
of field (Fig.6, b, d and f) but this problem tends to be
compensated by extended focus systems which, combining
pictures of the same area but focused on different point,
create new, fully well focused picture. Nevertheless this
method still requires a particular equipment to obtain very
good pictures and to not be too time consuming. We can
also notice that they are not live pictures and should be
observed carefully. They should maybe have an illustrating
aim only because the recombination software can sometimes
creates patterns which were not on the original artifact.
The colors and the shining aspect of polishes provided by
OLM are also valuable. Moreover, the use of fluorescence
still needs to be more developed but is very promising
concerning residue analyses.
In other words, those 2 techniques should be considered
as complementary. Each of the described parameters should
be taken in account regarding to the aim of the study and
the possibilities in order to choose the more appropriate
equipment if not both.
Conclusion
This work opens different paths of research, particularly
for South-East Asia where humans spread over a wide
insular area of high environmental dynamism. The present
contribution addresses the archaeological understanding
of the artifact functions of pre-Neolithic groups during the
Holocene in South-East Asia (Simanjuntak et al., in press). In
addition, it develops an experimental approach carried out on
unusual materials and complemented by use-wear analysis.
Thus the project, whose preliminary stage is presented
in this paper, aims at developing a new methodology
focusing on the morphometry and morphology of the lithic
implements in close relation with the use-wear analysis. The
120
artifacts show a large diversity of forms composed of 2 to
6 potentially usable segments (from sharp cutting-edge to
back). Moreover, most of the implements seem to be utilized
without any previous retouch. The general morphology could
then be unimportant for the users of these tools who were
maybe considering each of the usable parts of the objects
independently. Indeed, the manner of using a tool could
evolve. Considering the possibilities offered by its different
sectors through its history (as demonstrated Hayden (1979)
concerning Australian Aborigines), an artifact could have a
multiplicity of functions. All these assumptions are questions
which can only be solved by a detailed study of the segments
Antony BOREL, Josep Maria VERGES, Andreu OLLE, Claire GAILLARD, François SEMAH, Marie-Hélène MONCEL, Truman SIMANJUNTAK y Robert SALA
and the use-wears of the artifacts. South-East Asia lacks
clearly identified lithic industries with respect to technology
and typology. The study of the function of the artifacts (microwear) together with their form and the detailed description
of the complex systems which govern their relations is very
likely to provides important information to better characterize
the lithic industries and hence the technical behaviors of the
early Holocene populations of the archipelagoes.
Acknowledgments
We thank all the members of the “Mission Quaternaire et
Préhistoire Indonésie” for their help and kind support. AnneMarie Sémah, palynologist, gave advice concerning the raw
material possibly available in the early Holocene. The IPHES
and the Technical Resource Service of the Universitat Rovira
i Virgili of Tarragona provided the microscopes. We thank
also the “Laboratoire de recherche et de restauration de la
Cité de la Musique” of Paris for their support and for making
their microscopes available to us. We congratulate all the
organizers of the “II Congreso de arqueologia experimental”
of Ronda in 2008. We would also like to express our gratitude
to Tim Novikoff for his revision of the English for this article.
This work was partly realized thanks to financial support from
the European program Picasso.
Bibliography
BYRNE, L.; OLLÉ, A.; VERGÈS J. M. (2006): “Under the hammer:
residues resulting from production and microwear on
experimental stone tools”. Archaeometry, Vol. 48, n°4:
549-564.
FADJAR, K.S. (2006): L’industrie osseuse de l’horizon Keplek
holocène de la grotte de Song Terus, Punung, Java est
(Indonésie). Erasmus Mundus Master thesis, speciality
«Quaternary and Prehistory». Paris (France), Muséum National
d’Histoire Naturelle, Institut de Paléontologie Humaine,
defended the 16th of June 2006, non published, 78 p.
FORESTIER, H. (1998): Technologie et typologie de la pierre taillée
de deux sites Holocènes des montagnes du Sud de Java
(Indonésie). PhD thesis. Paris (France), Muséum National
d’Histoire Naturelle, Institut de Paléontologie Humaine,
defended the 20th of April 1998, non published, 526 p.
FORESTIER, H. (2000): “De quelques chaînes opératoires lithiques
en Asie du Sud-Est au Pléistocène supérieur final et au début
de l’Holocène”. L’Anthropologie, 104: 531-548.
FORESTIER, H.; PATOLE-EDOUMBA, E. (2000): “Les industries
lithiques du Paléolithique tardif et du début de l’Holocène
en Insulinde”. Aséanie, 6: 13-56.
HAYDEN, B. (1979): Palaeolithic reflections. Lithic Technology
and ethnographic excavations among Australian Aborigines,
Camberra, Australian Institute for Arboriginal Studies, 120 p.
KEELEY, L. H. (1980): Experimental Determination of Stone Tool
Uses, A Microwear Analysis. Prehistoric archaeology and
ecology series, Chigaco: The University of Chicago Press,
226 p.
OLLE, A (2003): Variabilitat i patrons functionals en els sistemes
tècnics de mode 2. Anàlisi de les deformacions d’ús en els
conjunts lítics del Riparo Esterno de Grotta Paglicci (Rignano
Garganico, Foggia), Áridos (Arganda, Madrid) i GaleríaTN (Sierra de Atapuerca, Burgos). PhD thesis. Tarragona,
Universitat Rovira i Virgili, Dept.d’Història i Geografia, http://
www.tdx.cesca.es/TDX-0701105-120553/
OLLÉ, A.; VERGÈS, J. M. (2008): “SEM functional analysis and the
mechanism of microwear formation” in Prehistoric Technology
40 years later: Functional Studies and the Russian Legacy.
BAR International Series 1783, Verona, Italy: 39-49.
SALA, R. (1997): Formes d’us i criteris d’efectivitat en conjunts de
mode 1 y mode 2. Anàlisis de les deformacions per us dels
instruments litics del Plistocè inferior (TD6) i mitjà (TG11)
de la Sierra de Atapuerca. PhD thesis, Tarragona (Spain),
Universitat Rovira i Virgili.
SÉMAH, A.-M.; DÉTROIT, F (2006): “Sur les premiers peuplements
du Pacifique sud”. C. R. Palevol, 5: 381-393.
SÉMAH, F.; SÉMAH A.-M.; FALGUÈRES CH.; DÉTROIT F.; GALLET
X.; HAMEAU S.; MOIGNE A.-M.; SIMANJUNTAK T. (2004):
“The significance of the Punung karstic area (eastern Java)
for the chronology of the Javanese Palaeolithic, with special
reference to the Song Terus cave”. Modern Quaternary
Research in South-East Asia, Vol. 18: 45-62.
SIMANJUNTAK, T.; SÉMAH, F.; GAILLARD, C. (in press): “The
Palaeolithic in Indonesia: nature and chronology”. Quaternary
international
STORM, P. (2001): “The evolution of humans in Australasia from
an environmental perspective”. Palaeo, 171: 363-383.
VAUGHAN, P. C. (1981): Lithic microwear experimentation and
the functional analysis of a Lower Magdalenian stone tool
assemblage. PhD thesis, Pennsylvania University.
VERGÈS, J. M. (2003): Caracterització des models d’instrumental
lític de mode 1 a partir de les dades de l’anàlisi funcional dels
conjunts litotènics d’Aïn Hanech i El-Kherba (Algèria), Monte
Poggiolo i Isernia la Pineta (Itàlia). PhD thesis. Tarragona,
Universitat Rovira i Virgili, Dept.d’Història i Geografia.
VORIS, H. K. (2000): “Maps of Pleistocene sea levels in Southeast
Asia: shorelines, river systems and time durations”. Journal
of Biogeography, 27: 1153-1167.
WADLEY, L.; LOMBARD, M.; WILLIAMSON, B. (2004): “The first
residue analysis blind tests: results and lessons learnt”.
Journal of Archaeological Science, 31: 1491-1501.
121
Juan F. GIBAJA, João MARREIROS, João CASCALHEIRA, Antoni PALOMO, Antonio F CARVALHO y Manuel ROJO
- XIII Análisis traceológico del utillaje lítico documentado
en el asentamiento neolítico de Zafrín
(Islas Chafarinas).
Configuración de un programa experimental
dirigido al reconocimiento del uso de los perforadores
Juan F. GIBAJA*, João MARREIROS*, João CASCALHEIRA*, Antoni PALOMO** ***, Antonio F CARVALHO y Manuel ROJO****
* Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas e Sociais. ** Universidad Autónoma Barcelona.
*** Arqueolitic Terra-Sub S.L. **** Departamento de Prehistoria. Universidad de Valladolid.
Resumen
El presente trabajo pretende mostrar los resultados
obtenidos a partir de una experimentación específica dirigida
a conocer la utilización de uno de los instrumentos líticos
más característicos del asentamiento neolítico Zafrín (Islas
Chafarinas): los perforadores.
La idea inicial que se había planteado es que estos
perforadores fueron empleados para extraer lapas o para
horadar conchas con las que realizar ornamentos. No
obstante, el estudio traceológico realizado nos demostraba
Palabras clave:
que probablemente muchos debieron emplearse sobre
materias más blandas. De todas formas, para confirmar esta
cuestión y conocer cómo y qué tipo de huellas generaba la
extracción de lapas, configuramos un programa experimental
específico.
Asimismo, en este trabajo mostramos un primer avance
sobre el utillaje lítico documentado en Zafrín, abordando
los aspectos morfológicos, tecnológicos y funcionales, pero
deteniéndonos especialmente en el uso de los perforadores.
Neolítico, Cardial, Útiles lítico, Traceología, Perforadores.
Abstract
The present study aims to show the results obtained from
a specific experimentation evolved to recognize the use of one
of the most typical lithic tools of the Neolithic settlement of
Zafrín (Chafarinas Islands): the drills.
many of them were probably use to work softer materials.
Nevertheless to confirm this topic and know what kind of marks
were produced by the extraction of limpets, we designed a
specific experimental project.
The initial idea already proposed was that these drills
were used to extract limpets or to drill a hole in shells to make
ornaments. However, the traceological study has showed that
We also show in this paper a first advance on the lithic
industry documented in Zafrín, its morphological, technological
and functional aspects, especially the ones related with the drills.
Key words:
Neolithic, Cardial, Lithic tools, Use-wear analysis, Drills.
El asentamiento neolítico de Zafrín
Zafrín es un yacimiento arqueológico que se localiza
en la Isla del Congreso, dentro del archipiélago de las Islas
Chafarinas (Fig. 1). El archipiélago se ubica frente a la costa
de Marruecos oriental cerca de la desembocadura del río
Muluya y de la frontera argelina. Es un conjunto de tres islas
cuya superficie total emergida asciende a algo más de 50
has., y que de oeste a este se denominan: Congreso, Isabel II
y Rey. De soberanía española, dependen administrativamente
del Ministerio de Defensa y del Organismo Autónomo de
Parques Nacionales.
123
Análisis traceológico del utillaje lítico documentado en el asentamiento neolítico de Zafrín (Islas Chafarinas).
Configuración de un programa experimental dirigido al reconocimiento del uso de los perforadores
B L O Q U E - I - . Capítulo XIII
Figura 1. Localización de Zafrín y estructura de habitación
La isla del Congreso es la más extensa con 22,5 has.
De perfiles escarpados, en ella se alcanza la altura mayor,
137 msnm. Tiene una forma alargada y llega a tener un
kilómetro en el sentido norte-sur y una anchura variable. El
yacimiento de Zafrín se encuentra en el brazo sur de la isla,
en una zona donde la anchura de la superficie disponible es
de aproximadamente 150 m.
Desde el punto de vista orogénico las islas son fruto de
un vulcanismo que se articula en varios episodios eruptivos, a
finales del terciario, seguramente pliocénicos. En la actualidad
la distancia entre la línea de costa y el archipiélago es de
3,5 km., pero las islas estuvieron unidas a tierra firme, por
lo que geomorfológicamente constituyeron el extremo norte
de lo que fue un antiguo cabo de mayor prolongación que el
actual Cabo de Aguas.
En la primera mitad del siglo XX, diversos autores
(Pallary, Posac) recogen materiales arqueológicos en la
isla del Congreso, como industria lítica de sílex, molinos y
cerámicas. Pero no es hasta el año 2000 cuando se inician
los trabajos de forma sistemática con una prospección
intensiva de la isla realizada por miembros del Instituto de
Cultura Mediterránea de Melilla (ICM). Gracias a ella se pudo
124
delimitar la extensión del yacimiento, que alcanza unos 1200
m2, y su cronología, que se define claramente en torno al
horizonte de las cerámicas cardiales del Neolítico antiguo.
La espectacularidad de los hallazgos motivó el desarrollo
de una primera campaña de excavación en 2001 a cargo del
ICM, en la que se abrió un área de 4 x 4 m., y en la que, pese
a no documentarse estructuras de interés, se recuperó una
gran cantidad de material arqueológico. En el año 2003 se
desarrolló la 2ª campaña, en la que se abrió un cuadro de 2
x 2 m. que había quedado pendiente en el 2001, y tres más
de 2 x 2 m, formando una cuadrícula de 4 x 4 m. Gracias a
ello se pudieron documentar interesantes estructuras de
hábitat (hogares, cubetas) y gran cantidad de materiales
arqueológicos, especialmente cerámicos (decoraciones
cardiales) y óseos.
A partir del verano de 2004 se inicia un proyecto de
colaboración entre el ICM y el equipo de investigación de la
Universidad de Valladolid dirigido por Manuel Rojo, que se ha
plasmado en dos campañas de excavación. En la primera de
ellas se pudo documentar una pequeña cabaña oval completa,
excavada en la roca, con hogar central y diversos hogares
y estructuras de combustión en sus proximidades. En 2005
Juan F. GIBAJA, João MARREIROS, João CASCALHEIRA, Antoni PALOMO, Antonio F CARVALHO y Manuel ROJO
se efectuaron diversos sondeos en diferentes sectores del
yacimiento que sirvieron para corroborar el severo grado
de deterioro sufrido por el yacimiento como consecuencia
de la erosión. Apenas se registró lo que parece el resto de
otra posible cabaña oval y un destacado lote de materiales
(cerámicas cardiales, industria lítica tallada y pulimentada,
cáscaras de huevos de avestruz, etc.).
Caracterización morfotecnológica del utillaje lítico
Antes de abordar la cuestión del uso de los perforadores,
nos parece necesario hacer una breve presentación de las
características del utillaje lítico. A este respecto, cabe decir
que en Zafrín dicho utillaje se ha confeccionado a partir de
la explotación de tres tipos de materias primas: radiolarita
(71%), sílex (21%) y otras rocas siliceas (8%). Precisamente,
la radiolarita, que es una roca fácilmente obtenida en las
Islas, constituye una característica muy particular de este
yacimiento, ya que son pocos los contextos neolíticos en el
que está presente. Los ejemplos proceden, precisamente,
del litoral marroquí, en yacimientos como Benzú (Ceuta) y Kaf
That el Ghar (Tetúan), donde la radiolarita se encuentra en las
formaciones geológicas de los alrededores (Domínguez-Bella
y Maate 2008). Por su parte, al estar ausente el sílex en las
Islas, su procedencia debe buscarse en la parte continental
de Marruecos.
Figura 2. Perforadores neolíticos de Zafrín
125
Análisis traceológico del utillaje lítico documentado en el asentamiento neolítico de Zafrín (Islas Chafarinas).
Configuración de un programa experimental dirigido al reconocimiento del uso de los perforadores
B L O Q U E - I - . Capítulo XIII
El análisis de los núcleos nos ha permitido determinar
cuatro procesos de talla diferentes:
1. Configuración de núcleos prismáticos, sobretodo a
partir de una única plataforma.
2. Explotación de núcleos sin predeterminación, de
morfologías informes y esféricas.
3. Talla de núcleos bipolares sobre yunke.
4. Explotación de núcleos de tendencia discoide.
El sílex tiene cierta representatividad con respecto a
la talla bipolar (con 4 de los 9 núcleos, o sea, 44%), que
está orientada a la producción de laminillas de pequeñas
dimensiones y morfologías irregulares. Por su lado, la
radiolarita se emplea en todos los procesos de talla
identificados, los cuales intervienen generalmente en la
producción de lascas. Esto significa, que tanto el sílex como
la radiolarita se explotan, exceptuando casos singulares, para
la consecución de lascas a través de cadenas operativas
relativamente expeditivas.
Los útiles retocados muestran porcentajes ínfimos para
el caso de la radiolarira (10%) y relativamente escasos para
el sílex (24%). Los morfotipos más representados hacen
referencia a piezas muy simples, lo que confirma nuevamente
el carácter expeditivo de esta industria. Efectivamente,
predominan las lascas con retoques marginales (en sílex) y con
muescas (en radiolarita), registrándose también denticulados,
raspadores, raederas y, especialmente, perforadores (Fig.
2). Sólo hay tres microlitos geométricos elaborados a partir
de láminas de sílex, lo que representa apenas el 1,6% del
utillaje retocado.
Aunque los referentes no son numerosos, es
posible establecer ciertas comparaciones con el yacimiento
cardial de Kaf Taht el Ghar, en la Península Tingitana, o por
el recientemente excavado abrigo de Hassi Ouenzga, en el
Rif Oriental (Linstädter 2003; Bouzouggar 2006):
• En términos tecnológicos, se observa en Kaf Taht el Ghar
el empleo de la talla bipolar sobre yunke para la obtención
de una producción expeditiva de lascas.
• En términos tipológicos, el aspecto más significativo
es la omnipresencia de láminas de dorso en todos estos
yacimientos, elemento que diversos autores vinculan con
una tradición del Epipaleolítico regional.
El análisis traceológico
Con relación a la función de los instrumentos, cabe reseñar
que se ha estudiado un total de 235 piezas, de las cuales 59
(25.1%) presentan posibles huellas de uso, 60 (25.5%) no
están utilizadas y 116 (49.4%) las hemos catalogado como
no analizables por las características de la materia prima y
los efectos de las alteraciones.
Sea como fuere, hemos apreciado que si bien sobresalen
los útiles empleados sobre materias de distinta dureza de
origen indeterminado, hay otros instrumentos usados sobre
un amplio abanico de materias trabajadas de origen animal,
vegetal y mineral. De manera resumida, cabe apuntar que:
• Las ocho piezas utilizadas para descarnar son tanto
lascas (5 casos) como láminas (3 casos) que presentan filos
muy agudos, rectos o convexos y sin retocar.
• Hemos registrado tres instrumentos usados para cortar
y raspar piel. Dos láminas de sílex fragmentadas y una
lasca de radiolarita utilizadas para cortar piel muestran filos
agudos (20º-30º) y sin retocar. En cambio para raspar se han
empleado dos lascas, una de ellas fracturada, y otra retocada
y fragmentada, que parece ser el frente de un raspador.
• Los tres geométricos (segmentos) pudieron haberse
empleado como proyectiles ya que presentan, aunque
difusas y en ocasiones dudosas, algunas fracturas o estrías
de impacto.
126
• Cuatro lascas fragmentadas con filos muy abruptos
(80º-90º) parecen haberse destinado al raspado de una
materia ósea.
• Una lasca sin retocar fue usada para cortar
probablemente plantas no leñosas, y una pequeña lasca
retocada (raspador) y un posible buril fueron empleados para
raspar quizás madera.
• Hay tres piezas que debieron usarse sobre una materia
muy abrasiva (piel o piedras) y/o muy dura (piedra o valva).
Se trata de una lasca fragmentada, un pequeño núcleo y la
zona apical de un perforador.
• Finalmente hay un número importante de piezas sobre
las que no hemos podido definir la materia trabajada por el
mal estado de conservación de las piezas o por el escaso
desarrollo de las huellas. La mayoría se relaciona con el
trabajo de materias de dureza blanda o semidura.
Precisamente, con respecto al estudio traceológico de
los perforadores, los conocimientos previos que teníamos a
partir de los experimentos realizados sobre materias animales
y minerales duras, nos indicaban que los ápices podrían
haberse empleado mayoritariamente, no para extraer u
horadar materias duras como las lapas, como inicialmente se
había planteado (Rojo et al. 2006), sino para tal vez perforar
alguna materia blanda (Fig. 3). No obstante, para confirmar
Juan F. GIBAJA, João MARREIROS, João CASCALHEIRA, Antoni PALOMO, Antonio F CARVALHO y Manuel ROJO
estos datos decidimos organizar un programa experimental
dirigido a observar la efectividad de estos instrumentos y las
huellas macro y microscópicas que se generaban al extraer
lapas (Patella vulgata).
Figura 3. Apices de perforadores de Zafrín
El programa experimental
En la configuración del programa experimental decidimos
tallar un conjunto de lascas de sílex con los que realizamos
los perforadores. Para ello hemos seleccionado un sílex de
excelente calidad del valle del Ebro de grano fino y color
oscuro. Este tipo de sílex son óptimos para los estudios
traceológicos pues en ellos se desarrollan rápidamente los
rastros de uso y son fácilmente observables.
Para su formatización hemos utilizado dos métodos
diferentes:
• Retoque directo a mano alzada. El retocador utilizado
ha sido un pequeño canto de arenisca de grano silícico, muy
fino y de forma ovalada y alargada. La percusión directa sobre
la superficie del filo de la lasca se ha aplicado con un ángulo
de aproximadamente 90º, hecho que permite producir un
retoque abrupto y/o semi-abrupto, tanto en su cara ventral
como dorsal. El tiempo empleado para la realización de un
perforador ha sido de unos 30’.
• Retoque sobre yunke. El retocador utilizado ha sido
un pequeño canto de arenisca de grano muy fino y de
forma ovalada y alargada. Por su parte, como yunke hemos
empleado también un canto. La percusión se ha aplicado
con un ángulo que ha variado según el apoyo de la lasca
sobre el yunque, predominando una horquilla de entre 90º y
75º. Esta técnica combina el retoque directo y el conseguido
mediante el contragolpe bipolar. El tiempo empleado para
la realización de un perforador ha sido también de unos 30’.
Las dos técnicas son muy efectivas, pero la formatización
sobre yunke comporta menos errores de fractura. El retoque
directo a mano alzada conlleva menos precisión y riesgo de
fracturas cuando el ápice se adelgaza.
La extracción de las lapas se hizo en las costas del
Algarve portugués. Se tuvieron en cuenta los diferentes
lugares de aprovisionamiento y las distintas condiciones
de hábitat (dentro, parcial o totalmente fuera del agua).
En todo caso, los perforadores se emplearon en intervalos
de tiempo de 5, 10 y 15 minutos a no ser que durante el
trabajo se fracturasen o perdiesen su efectividad. Asimismo,
durante tales intervalos de tiempo se contabilizaron las lapas
extraídas, el nivel aproximado de presión ejercida y el tipo
de fracturas que se produjeron.
La experiencia realizada reveló la poca eficacia de estos
instrumentos en dicha tarea, teniendo en cuenta el número
reducido de lapas extraídas. La elevada dureza tanto de
las propias lapas como de la roca donde se encontraban
alojadas, provocó grandes y numerosas melladuras en los
ápices de los perforadores. Tal es la presión que sufrieron los
instrumentos que algunos de los ejemplares menos espesos
y con ápices más largos llegaron a fracturarse.
En términos cronométricos, durante los primeros 5 minutos
apenas se extrajeron entre 3/5 lapas, a los 10 minutos cerca
de 8/10 especimenes y a los 15 minutos únicamente 15/20
lapas.
127
Análisis traceológico del utillaje lítico documentado en el asentamiento neolítico de Zafrín (Islas Chafarinas).
Configuración de un programa experimental dirigido al reconocimiento del uso de los perforadores
B L O Q U E - I - . Capítulo XIII
Pues bien, como ya suponíamos por experimentos
realizados con otro tipo de materias duras animales o
minerales, cuando analizamos macro y microscópicamente
los perforadores experimentales observamos que las
huellas no eran similares a las registradas en las piezas
de Zafrín. Así, en todos los perforadores experimentales
hemos apreciado:
• Melladuras escalonada,s de terminación abrupta o
reflejada producto de la dureza de la materia trabajada.
• Acusados redondeamientos que provocan en poco
tiempo el embotamiento del ápice del perforador, lo que
obliga a retocarlo si se desea continuar con el trabajo.
• Numerosas estrías largas, de fondo liso y colmatadas
de pulido provocadas por el contacto con las rocas y las
lapas (Fig. 4).
• Zonas con micropulidos de trama compacta, aspecto
liso y muy brillante.
Contrariamente, lo habitual en la mayoría de los
perforadores documentados en Zafrín fue observar, siempre
que las condiciones de preservación lo permitían, ligeros
redondeamientos y zonas con micropulidos de trama abiertasemicerrada, que recuerdan más a las huellas generadas
por alguna materia blanda. De ahí nuestra propuesta de que
probablemente una parte importante de esos perforadores se
empleasen sobre piel u otra materia animal o vegetal blanda.
Figura 4. Perforadores experimentales usados para extraer lapas con numerosas melladuras y estrías
Conclusiones
En este trabajo hemos centrado nuestra atención en los
perforadores del asentamiento neolítico de Zafrín por ser
uno de los útiles más característicos. Si bien el objetivo del
programa experimental que hemos efectuado ha sido el de
conocer la efectividad y el uso de tales perforadores, en las
primeras páginas hemos presentado una visión general de
la industria lítica de este yacimiento, haciendo referencia a
Agradecimientos
Este trabajo se inserta en el proyecto PTDC/
HAH/64548/2006 “The last hunter-gatherers and the first
farming communities in the south of the Iberian Peninsula
and north of Morocco: a socio-economic approach through
128
las materias primas explotadas, la tecnología empleada, los
soportes obtenidos y el uso que se hizo de ellos.
En este sentido, los experimentos llevados a cabo nos
han permitido confirmar que en la mayoría de los casos los
perforadores de Zafrín debieron emplearse no sobre materias
duras (extraer lapas o perforar conchas), sino materias de
dureza blanda como la piel.
the management of production instruments and exploitation
of the domestic resources” financiado por Fundaçao para a
Ciência e a Tecnologia (Portugal).
Juan F. GIBAJA, João MARREIROS, João CASCALHEIRA, Antoni PALOMO, Antonio F CARVALHO y Manuel ROJO
Bibliografía
BOUZOUGGAR, A. (2006): “Le Néolithique de la région de
Tanger-Tétouan: contribution de la technologie lithique”.
En D. Bernal, B. Raissouni, J. Ramos y A. Bouzouggar, A.
(eds.): I Seminario hispano-marroquí de especialización en
arqueología. Universidad de Cádiz: 133-142.
DOMÍNGUEZ-BELLA, S.; MAATE, A. (2008): “Geología y
arqueometría en la región de Tánger-Tetuán. Recientes
proyectos de investigación”. En D. Bernal, B. Raissouni, J.
Ramos, M. Zouak y M. Parodi (eds.): En la orilla africana del
Círculo del Estrecho. Historiografía y proyectos actuales.
II Seminario hispano-marroquí de especialización en
arqueología. Universidad de Cádiz (Monografías del Museo
Arqueológico de Tetuán; 2): 381-395.
LINSTÄDTER, J. (2003): “Le site néolithique de l’abri d’Hassi
Ouenzga (Rif Oriental, Maroc)”. Beiträge zur Allgemeinen
und Vergleichenden Archäologie 23: 85-138.
ROJO, M.A.; BRAVO, A.; BELLVER, J.; GARRIDO, R.; GARCIA, I.;
GÁMEZ, S. (2006): Una mirada al pasado…La prehistoria
de Las Islas Chafarinas. Instituto de Cultura Mediterránea.
129
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
- XIV Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de
sección plana en el Neolítico del sur de la Península
Ibérica desde la experimentación
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Resumen
El objetivo del presente trabajo es identificar el conjunto
de técnicas que componen el método de elaboración de
los brazaletes de sección plana en el Neolítico del sur de
la Península Ibérica. Dentro de la amplia variabilidad de
elementos de adorno personal que caracterizan al Neolítico
en Andalucía, sobresale el brazalete por su alto grado de
elaboración y la dificultad que, a simple vista, entraña su
producción. Entre los diferentes brazaletes elaborados en
materiales minerales que se encuentran en el Neolítico
Palabras clave:
andaluz, hay que diferenciar dos tipos: por un lado los
brazaletes anchos, de sección plano-convexa, realizados
sobre materiales carbonatados, como mármoles, calizas o
dolomías; y por otro lado, los brazaletes finos, de sección
plana, la mayor parte elaborados sobre pizarra, esquistos,
mica esquistos y, en menor proporción, sobre caliza. En este
trabajo nos vamos a centrar en la producción de este último
tipo, pues las técnicas que se emplean en la elaboración de
un tipo y otro son totalmente diferentes.
Brazaletes líticos de sección plana, Neolítico, sur de la Península Ibérica, técnicas, método.
Abstract
The aim of this study is to identify the set of techniques
that shows the method to make flat section bracelets in
the Neolithic of the Southern Iberian Peninsula. Among
the wide variety of elements of personal adornment which
characterizes the Neolithic in Andalusia, the bracelets stand
out at first glance, because of its high degree of processing
and difficulty entailed in its production. Among the various
bracelets found in Neolithic Andalusia, they were produced
Key words:
from very different materials and minerals. Thus, two types
should be distinguished: first wide bracelets, plano-convex
section, elaborated through carbonate materials such as marble,
limestone and dolomites; and on the other hand, the thin
bracelets, flat section, mostly developed on slate, schist, mica,
and to a lesser extent, on limestone. In this paper we focus on
the production of the latter type since the techniques used in the
production of this type are totally different from the other one.
The flat section stone bracelets, Neolithic, south Iberian Peninsula, technical, method.
Introducción
Con la introducción de la economía productora, que
podemos situar en el sur de la Península Ibérica entre el VI-V
milenio a. C., aparece una compleja cultura material en la que
los adornos personales constituyen uno de sus componentes
más representativos. Se trata de objetos cuya manufactura se
encuentra alejada de la esfera de la subsistencia, pudiendo
aportar información sobre las diferentes comunidades que
los elaboraron, como el carácter cronocultural al existir
morfologías que se documentan en momentos temporales
concretos, o de carácter económico, explotación de recursos
o intercambios de determinadas materias primas.
Los primeros estudios realizados sobre los objetos de
adorno en Andalucía fueron realizados por M.ª Salud Teruel
Berbel (1986), cuyo trabajo se centró en la contextualización y
la clasificación tipológica de los diferentes objetos de adorno
del Neolítico andaluz. Sobre esta clasificación tipológica
se diferencian dos tipos de brazaletes, con morfologías y
sistemas de elaboración diferentes: por un lado los brazaletes
131
Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de sección plana en el Neolítico del sur de la
Península Ibérica desde la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo XIV
anchos, de sección plano-convexa, realizados sobre materiales
carbonatados, como mármoles, calizas o dolomías; y por
otro lado, los brazaletes finos, de sección plana, la mayor
parte elaborados sobre materiales metamórficos, pizarra,
esquistos, mica esquistos y, en menor proporción, sobre
caliza. La producción de este último tipo de brazalete es la
que nos va a ocupar en este trabajo.
Los estudios sobre la tecnología de los elementos de
adorno en el sur de la Península Ibérica se han centrado casi
exclusivamente en el estudio del registro arqueológico (Goñi
et al. 1999). En nuestro trabajo los planteamientos hipotéticos
que se extraen sobre el registro arqueológico se verifican
con una reproducción de las técnicas experimentalmente,
es decir, se comparan el proceso de trabajo del pasado y la
experiencia del presente plasmada en la experimentación.
Este tipo de investigación ha sido realizada en otros
países, con conclusiones, a nivel de extracción de materias
primas, producción y distribución de los productos (Fromont
2008). En nuestro caso, sólo nos vamos a centrar en el
apartado de la tecnología de los brazaletes finos, aunque
sea necesario atender a cuestiones como la procedencia de
los materiales empleados y su relación con los yacimientos
en los que se producen este tipo de ornamentos.
Objetivos y metodología
El principal objetivo que nos ha llevado a realizar este
trabajo ha sido identificar los procesos de trabajo llevados a
cabo en la producción de los brazaletes estrechos, así como
reproducir experimentalmente esos sistemas de trabajo para
acercarnos al procedimiento de elaboración de los brazaletes.
Hemos tenido en cuenta que se trata de una producción
realizada en el presente, lo que conlleva unas limitaciones
a la hora de comparar nuestra experiencia con la del pasado.
El brazalete aparece en multitud de yacimientos en el
sur de la Península Ibérica en su estado final, más escasos
son los restos materiales de su manufactura. El principal
problema al que nos hemos enfrentado, ha sido localizar
en el registro arqueológico esos restos. Hemos localizado
dos yacimientos, con una cronología relativa en el Neolítico
Medio, en los que se ha identificado la producción de
brazaletes. El primer caso es el yacimiento almeriense de
Cabecicos Negros (Cámalich y Martín 1999). Se trata de
un yacimiento al aire libre situado en la desembocadura
del río Antas (Vera), donde se reconoció por primera vez el
proceso de elaboración de brazaletes estrechos sobre pizarra
y calcita gris, con gran cantidad de restos de este trabajo,
así como utillaje lítico, muy probablemente relacionado
con esta actividad. Este yacimiento y su registro van a ser
claves en el planteamiento de nuestro trabajo en cuanto a
materiales y herramientas con los que vamos a desarrollar
la experimentación. El segundo yacimiento es la Cueva de
la Pastora (Sánchez Quirante et al. 1995). Situado en la
vertiente oriental de la Sierra de Baza (Granada), en las
proximidades de la localidad de Caniles. Allí se recuperaron,
en prospecciones superficiales, tres fragmentos de brazaletes
inacabados elaborados en caliza negra.
Con el registro material de estos dos yacimientos vamos
a plantear nuestra metodología de trabajo, que se puede
resumir en los siguientes apartados:
1. Identificar el tipo de material utilizado en ambos casos y
localizar su lugar de extracción en relación con el yacimiento
en el que se sitúan.
2. Analizar los fragmentos, tanto con un análisis de visu
como con la ayuda de una lupa binocular, para determinar
los trazos dejados por los diferentes trabajos que se hayan
realizado sobre las piezas, determinando cuál ha sido el
sistema utilizado para reproducirlo experimentalmente.
3. Una vez localizada la materia prima y reconocidos
los procedimientos empleados para la elaboración de los
brazaletes, ensayar experimentalmente el proceso de
trabajo atendiendo a todas las variables posibles: materiales
empleados, tiempos y demás cuestiones que vayan surgiendo
en el transcurso de la experimentación.
4. Extraídas las conclusiones de la experimentación, se
establecerán las fases técnicas que se han seguido en la
elaboración de los brazaletes y su correlación con el registro
arqueológico, comparando tanto las piezas experimentales
como las arqueológicas para verificar la reproducción
experimental del sistema de trabajo.
La producción de los brazaletes estrechos en el neolítico del sur de la península ibérica
La materia prima
Los brazaletes estrechos se elaboran principalmente en
rocas metamórficas: pizarras y esquistos, por las cualidades
foliáceas que poseen y favorecen su tallado para configurar
132
formas regulares y aplanadas, aunque también es común la
utilización de rocas carbonatadas como calcita, dolomía y
caliza. En el caso de los yacimientos estudiados aparecen
brazaletes acabados en ambas litologías, siendo más
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
destacado el uso de la pizarra en Cabecicos Negros y la caliza
en el caso de la Cueva de La Pastora. El uso de una roca u
otra parece estar relacionado con la cercanía y la calidad de
la misma, pues en ambos asentamientos la materia prima
con la que se fabrican los brazaletes se encuentra en las
proximidades. En Cabecicos Negros la pizarra utilizada no
dista más de cuatro kilómetros del yacimiento, sin que se haya
podido localizar la cantera de aprovisionamiento, seguramente
las lajas serían extraídas en este lugar y procesadas en el
asentamiento. El caso de la caliza parece ser distinto pues
esta roca no permite obtener lajas adecuadas en cantera por
lo que se usarían preformas recogidas en los lechos de los
ríos de las inmediaciones del hábitat. Así lo hemos constatado
en el caso de la Cueva de La Pastora. Tras identificar la
materia prima y realizar prospecciones se han localizado
los estratos geológicos donde aflora la caliza usada en la
elaboración de los brazaletes, mostrándose estos materiales
imposibles de ser explotados con este fin, pero también se
han recogido cantos rodados de estos mismos materiales en
la inmediaciones del yacimiento arrastrados por la erosión
desde su origen a unos diez kilómetros en la parte superior
de la Sierra de Baza. Estos cantos redondeados y aplanados
son los utilizados para la fabricación de los brazaletes.
Para la reproducción experimental hemos utilizado
pizarras y calizas recogidas en las zonas aledañas de ambos
asentamientos seleccionando el tipo de roca con dos criterios
fundamentales: similitud con las utilizadas en el pasado
y la calidad de la materia prima (homogeneidad, pureza,
inexistencia de irregularidades e impurezas, etc.)
Las técnicas que componen el método
A continuación describimos cada una de las técnicas que
se emplean en la manufactura de los brazaletes estrechos,
identificadas en base al estudio del registro arqueológico y
la reproducción experimental de las mismas. Es necesario
hacer una pequeña aclaración entre los conceptos técnica
y método pues la cadena operativa de elaboración de los
brazaletes está compuesta por un gran número de técnicas.
De esta forma el método hace referencia a la organización
de las técnicas y éstas designan las diferentes modalidades
de ejecución de un trabajo concreto (percusión directa,
presión, raspado, pulimento, etc.). Esta distinción técnicamétodo fue establecida por J. Tixier (1967:807) y aplicada
a la piedra tallada, pero en esencia puede aplicarse a
cualquier sistema de trabajo. Las técnicas que componen
el método son:
Percusión directa
Con el uso de un percutor duro se configura una preforma
circular que se aproxima a la forma del brazalete final, tanto
en su diámetro exterior como en su grosor. En el caso de la
pizarra, al ser una roca blanda se realiza una percusión
oblicua al plano de exfoliación para adelgazar la placa y otra
perpendicular a la misma para conformar la torta circular.
La caliza, al ser de mayor dureza y características físicas
similares al sílex, se talla de forma parecida a éste (Fig.
1: 1). El fin de este primer paso es configurar una preforma
circular (Fig. 1: 2) sobre la que se realizarán los siguientes
pasos de la elaboración.
Regularización de las superficies
En aquellos casos en los que la preforma sea de un
excesivo grosor se regularizan las superficies mediante el
raspado con un bloque de roca abrasiva, en nuestro caso
cuarzoarenisca, que por sus características de textura
granular y cristalina con más de un 90% de clastos de
cuarzo en mortero, angulosos y de tamaño arena (2-0,02 mm)
presenta gran capacidad de abrasión (Fig. 1: 3). La utilización
de un abrasivo de este tipo esta justificado pues se trata
de elementos que aparece en la mayoría de los contextos
neolíticos del sur peninsular, interpretados normalmente
como artefactos de molturación (molinos) suelen ser de muy
diversas litologías pero los une su carácter abrasivo. Con este
trabajo se reduce la anchura de la placa preparando la pieza
para la perforación (Fig. 1: 4). Las placas se escogerán en
función del grosor, de ahí que algunas piezas arqueológicas
que se adecuan al grosor final del brazalete no se realice
ningún tipo de abrasión de las superficies, véase el ejemplo
de las piezas arqueológicas de la Fig. 1: 2 y 4 que aunque se
encuentras en el mismo estadio de fabricación una aparece
con las superficies reguladas (4) y la otra no (2).
Como muestra la fotografía a través de lupa binocular
de la Fig. 3: A1, las técnicas de percusión directa y abrasión
se superponen la una a la otra en el caso arqueológico y en
el experimental A2. También observamos las marcas del
trabajo realizado por abrasión, donde podemos apreciar
estrías paralelas de forma anárquica y otras de forma regular
superponiéndose, son fruto del trabajo directo contra la roca
usada como abrasivo sin añadir agua o arena. Así lo hemos
verificado con la reproducción experimental de esta técnica
y queda plasmado en la similitud de las trazas arqueológicas
y experimentales (Fig. 3: A1-A2).
133
Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de sección plana en el Neolítico del sur de la
Península Ibérica desde la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo XIV
Figura 1. Esquema 1, método de producción de los brazaletes de sección plana. 2 y 4 muestran imágenes experimentales y paralelos arqueológicos: dibujos 2, 4, 6.1
y 7.2 Cabecicos Negros (Vera, Almería) (Goñi et al. 1999)
134
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
Perforación central
La horadación del orificio central es el procedimiento más
delicado y que según la técnica usada puede suponer más o
menos dificultad. Se trata de un momento de la producción
que no está presente en el registro arqueológico, por lo
que hemos tenido que deducirlo en base al estudio de la
industria lítica usada para este fin en Cabecicos Negros y la
experimentación, en el caso de la caliza si hemos identificado
claramente el proceso. Para la perforación pudieron ponerse
en práctica diversos procedimientos relacionados con el
tipo de material usado en la manufactura del brazalete.
Los elaborados en caliza, al ser un material más duro, la
horadación se realiza mediante abrasión, con un canto de
arenisca, de la parte central de la placa por ambas caras
hasta conseguir una depresión en la parte central de la pieza
(Fig. 1: 5). Este procedimiento queda patente al observar la
pieza a través de la lupa binocular, donde se ve claramente
un cambio en la dirección del trabajo de abrasión destinado a
adelgazar la zona central (Fig. 3: A3-A4). Sobre esta depresión
y en la parte más estrecha con sumo cuidado se golpea bien
de forma directa o indirectamente hasta perforar la pieza.
Es en el caso de la pizarra donde pueden emplearse más
diversidad de procedimientos al tratarse de una roca blanda
y exfoliable. Una de estas técnicas puede ser la percusión
directa lanzada, pero en la reproducción experimental no
hemos conseguido perforar la placa en ningún caso y los
productos obtenidos no aparecen tampoco en el registro
arqueológico, con lo que hay que descartar su utilización.
Otra de las técnicas es la perforación manual con el uso de
una lasca de sílex sin modificaciones secundarias (Fig. 1:
6.1). El trabajo experimental se realizo con la replicación de
estas lascas (Fig. 1: 6.2) y fueron usadas asidas con la mano
aunque pueden enmangarse para facilitar su sujeción. Con
ellas se ejerce una presión rotativa bidireccional sobre ambas
caras de la placa hasta que se perfora (Fig. 1: 6). Por último,
la perforación con taladro puede agilizar el trabajo y no se
puede descartar su uso, aunque no haya constancia directa
de su utilización en la elaboración de los brazaletes, dentro
de las industria lítica tallada presente en Cabecicos Negros
aparecen perforadores. Los de menor tamaño destinados a
la perforación de cuentas discoidales y los de superiores
dimensiones (Fig. 1: 7.1) utilizados para trabajos más bastos,
como podría ser la perforación de placas de pizarra. Para la
reproducción experimental se elaboraron estas brocas de
base laminar y se enmangaron en un vástago de madera
(Fig. 1: 7.2), aunque existen varios tipos de taladros, como
el de disco o de arco, en nuestro caso utilizamos sólo el astil
de madera para ejecutar la perforación. Consiste en colocar
la madera entre las palmas de las manos y el frotamiento
confiere un movimiento rotatorio que al mismo tiempo ejerce
una presión perpendicular hacia la placa, con una cinemática
similar a la que se usa para hacer fuego por frotación (Fig. 1:
7). En nuestro caso también hemos añadido una cuerda ligada
al extremo superior del vástago que sujeta a los pulgares,
permite ejercer mayor presión sobre el taladro disminuyendo
el tiempo de perforación considerablemente.
Percusión indirecta y presión
Con las placas ya perforadas (Fig. 2: 8) hay que proceder
al ensanchado del orificio central para eliminar la mayor
cantidad de roca y preparar la pieza para el siguiente paso de
la cadena operativa. El contorno interior del futuro brazalete
se va definiendo mediante percusión indirecta, usando como
intermediario una punta de candil de ciervo enmangada en
un astil de pequeño tamaño y una maza de madera como
percutor (Fig. 2: 9). Se va trabajando alternativamente en
ambas caras de la placa extrayendo pequeñas lascas.
La técnica de presión se realiza después de la percusión
indirecta, con un candil de asta de ciervo en nuestro caso
(Fig. 2: 11), aunque se puede utilizar cualquier madera dura
como encina o boj. En este caso se trata de un procedimiento
más delicado igualmente en las dos caras de la pieza y
que permite definir con claridad el contorno interior. Con la
presión y percusión indirecta lo que se pretende es agrandar
el diámetro del orificio para evitar el arduo trabajo que supone
la abrasión de esta zona.
Se trata del estadio de la producción donde más
fracturas se producen, esto queda patente tanto en el
registro arqueológico (Fig. 2: 10-12), como ha sucedido en
el transcurso de la experimentación. El que se usen estas
técnicas, aun con el alto grado de fallos que provocan, hay
que ponerlo en relación con la accesibilidad y la abundancia
de la materia prima que se emplea.
135
Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de sección plana en el Neolítico del sur de la
Península Ibérica desde la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo XIV
Figura 2. Esquema 2, dibujos 10, 12, 14 y 15 Cabecicos Negros
(Vera, Almería) (Goñi et al. 1999, 2003); dibujo 16 Cueva del Agua
(Prado Negro, Granada) (Teruel Berbel 1986)
136
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
Abrasión interior y exterior
Es el trabajo más arduo y tedioso, consiste en la
regularización del contorno interior y exterior del brazalete.
Se comienza trabajando en la parte interior definiendo
el diámetro final que queremos obtener, se usa un canto
de arenisca o similar con el que se van ensanchando y
eliminando las irregularidades producidas por las técnicas
anteriores (Fig. 2: 13). A continuación se sigue trabajando
en la parte exterior, con la ayuda de un bloque de roca
granulosa o el mismo canto que se usa para la zona interior.
De esta forma se va definiendo cada vez mejor el inminente
brazalete (Fig.2: 15). Este trabajo requiere más tiempo que
destreza, aunque suelen producirse fracturas al frotar la
pieza con demasiada fuerza contra la roca usada como
abrasivo (Fig.2: 14).
Tampoco hemos documentado el uso de ningún tipo
de abrasivo en este proceso en el registro arqueológico y
ha quedado ratificado con la experimentación, pues en los
casos que usamos agua y arena como abrasivos, lejos de
ayudar dificultaban el trabajo, además de generar otro tipo
de marcas totalmente diferentes, sí observamos las fotos
a la lupa binocular (Fig. 3: A5-A6) la similitud de las trazas
arqueológicas y experimentales es más que evidente.
Pulimento
Esta es la última técnica, es el momento en el que se
confiere al brazalete su aspecto final (Fig. 3: 16). En este
proceso si esta claro el uso de sustancias abrasivas, en
nuestro caso hemos usado arena de grano fino con gran
cantidad de cristales de cuarzo. El pulimento se aplicó de
dos formas, igualmente efectivas, con un bloque de arcilla
blanda o con un trozo de piel agregando la arena como
abrasivo en ambos casos. Hay que decir que no se tiene,
por el momento, constancia arqueológica de la utilización
de estos dos sistemas, pero el acabado final es el mismo
en el caso arqueológico y experimental. Así se pule la parte
exterior del brazalete, que es la zona visible (Fig. 3: A7-A8),
sin embargo en la parte interior que estará en contacto con
la piel siguen mostrándose las estrías propias del trabajo
de abrasión (Fig. 3: A5-A6).
Se ha hecho referencia a la utilización de almagre como
abrasivo (Goñi et al. 1999: 167), pero su uso hay que ponerlo
en relación con la decoración de los brazaletes, pues en
muchos casos aparecen recubiertos de engobe rojo, aunque
en algunas piezas sea difícil de identificar ya que con el paso
del tiempo y las labores de limpieza del material arqueológico
acaba por desaparecer, además el ocre no posee propiedades
abrasivas.
Valoraciones sobre la experimentación
A partir de la reconstrucción del sistema de elaboración
de los brazaletes estrechos experimentalmente se pueden
extraer las siguientes valoraciones:
1.- La materia prima, tanto en el caso de las rocas
metamórficas como las sedimentarias ha de ser homogénea
y no presentar inclusiones de otros materiales, por tanto la
selección de la materia prima es determinante en el éxito
del proceso.
2.- Las herramientas, su confección y selección, son muy
importantes, ya que condicionan en gran medida el desarrollo
del trabajo y el tiempo empleado en la elaboración del
brazalete. Hay que prestar especial atención en la selección
de las rocas abrasivas así como en la elaboración de lascas
y perforadores.
3.- El tiempo, su medición, debe tenerse en cuenta en
cualquier trabajo experimental, pero no se puede correlacionar
directamente nuestra experiencia con la del pasado. La pericia
y la práctica del artesano condicionan esta variable, así en
nuestro caso en el primer brazalete empleamos un tiempo
total de 6 h 30´, en el segundo se redujo a 4 h 50´ y en los
siguientes casos el tiempo ha ido oscilando entre las 3-4 h.
4.- Fracturas. Durante la experimentación se han
producido las mismas rupturas que en el caso arqueológico,
observándose esa similitud tanto en la técnica en la que
suceden como en los productos de desecho que se generan. El
mayor índice de fractura se produce durante el ensanchado del
orificio central con percusión indirecta y en la regularización
exterior mediante abrasión.
5.- La abrasión de las piezas se realiza sin ningún tipo
de agregado, así se ha corroborado comparando las estrías
del trabajo experimental y el arqueológico. Exceptuando el
pulido final donde sí se añaden elementos abrasivos.
6.- Los estigmas de trabajo, podemos ver una similitud
clara entre los casos arqueológicos y experimentales, aunque
se han ensayado diferentes técnicas para un mismo proceso
de trabajo. En la fotografía a lupa binocular se muestras
aquellas que tienen correlación con el registro arqueológico
y por comparación fueron las usadas.
137
Tecnología para la elaboración de brazaletes líticos de sección plana en el Neolítico del sur de la
Península Ibérica desde la experimentación
B L O Q U E - I - . Capítulo XIV
Figura 3. Fotografía
a través de lupa
binocular (16 X) donde
se muestran estrías de
las diferentes técnicas.
Piezas arqueológicas:
Cueva de la Pastora
(Caniles, Granada)
(A1, A3, A5 y A7) y
experimentales (A2,
A4, A6 y A8)
138
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA y Carlos MAESO TAVIRO
Conclusiones finales
El fin del presente trabajo ha sido deducir el sistema
de elaboración de los brazaletes estrechos en base a la
reproducción experimental de las técnicas y su contrastación
con el registro arqueológico. Según lo expuesto podemos
decir que hemos reproducido con éxito todo el proceso
experimentalmente y las conclusiones extraídas ayudan
a comprender mejor cómo pudo desarrollarse este trabajo
durante la Prehistoria. No es tan fácil aventurarse a obtener
otro tipo de conclusiones de tipo social o económico según,
la experimentación realizada.
Al inicio de nuestra investigación, el proceso de
elaboración de los brazaletes era considerado, por nosotros,
como algo muy complicado. Sin embarco en el transcurso de
la experimentación hemos constatado que se trata más de un
conocimiento exhaustivo de las técnicas y las herramientas
que la propia habilidad del artesano. Sólo es necesaria
una mínima destreza para la ejecución de las técnicas de
percusión, pero con la práctica pronto se adquiere; en los
siguientes pasos es más una cuestión de inversión de tiempo
y paciencia que la dificultad tecnológica que implica.
Según el estado actual de la investigación podemos
afirmar que la fabricación de los brazaletes es de ámbito
y consumo doméstico, sin que se haya observado, por el
momento, circulación de estos materiales, lo que será
muy difícil de constatar pues las litologías usadas en su
manufactura son comunes a la práctica totalidad de las
regiones geográficas donde se localizan los brazaletes
(Andalucía Oriental). La realización de los brazaletes
podía llevarse a cabo por cualquier persona, sin ninguna
cualificación especial, eso sí, con mayor o menor éxito,
dependiendo de la habilidad de ésta. Con esto no se niega
la existencia de artesanos especializados, que seguramente
los hubo.
Agradecimientos
Queremos agradecer al Dr. Antonio Morgado Rodríguez
la ayuda prestada a lo largo de toda la investigación, así
como al Catedrático Javier Carrasco Rus, a los estudiantes
y amigos José Manuel Fernández, Gonzalo Pulido, Belén
Cárdenas, Juan Ariza, Juan Antonio Díaz, Juan Francisco
Palacios, Fernando Giral, Antonio López y Julián López, cuya
colaboración en la experimentación ha sido crucial.
Bibliografía
CÁMALICH MASSIEU, Mª D.; MARTIN SOCAS, D.; CHÁVEZ
ÁLVAREZ, Mª E.; GOÑI QUINTERO, A. (1999): “Prospección
con sondeo estratigráfico. Cabecicos Negros”. En Cámalich
Massieu, Mª. D. y Martín Socas, D. (Dir.), El territorio
almeriense desde los inicios de la producción hasta fines
de la antigüedad. Un modelo: La depresión de Vera y cuenca
del río Almanzora. Monografías de Arqueología, Junta de
Andalucía, Sevilla, 108-123.
FROMONT, N. (2008): “Les anneaux du Néolithique bas-normand
et du nord-Sarthe: production, circulation et territoires”.
Bulletin de la Société Préhistorique française, 105-1: 55-86.
GOÑI QUINTERO, A.; CHÁVEZ ÁLVAREZ, E.; CÁMALICH MASSIEU,
M. D.; MARTÍN SOCAS, D.; GONZÁLEZ QUINTERO, P. (2003):
“Intervención arqueológica de urgencia en el poblado de
Cabecicos Negros (Vera, Almería). Informe Preliminar”.
Anuario Arqueológico de Andalucía 2000, I: 73-87.
GOÑI QUINTEIRO, A.; RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, A. M.; CÁMALICH
MASSIEU, D.; MARTÍN SOCAS, D. Y FRANCISCO ORTEGA,
M. I. (1999): “La Tecnología de los elementos de adorno
personal en materias minerales durante el Neolítico Medio. El
ejemplo del poblado de Cabecicos Negros (Almería)”. Actes
del II Congrés del Neolític a la Península Ibèrica. Universitat
de València (Valencia 1999)-Valencia, SAGVNTVUM-PLAV,
Extra 2: 163-170.
SÁNCHEZ QUIRANTE, L.; MARTÍNEZ PADILLA, C.; ROMÁN DÍAZ,
M. P.; CASSINELLO ROLDAN, M. P. Y PEREZ CARPENA, A.
D. (1996): “Comunidades neolíticas de montaña: las Sierras
de Baza y los Filabres”. I Congrés del Neolític a la Península
Ibèrica (Gavà-Bellaterra, 1995), Rubricatum, 1: 607-611.
TERUEL BERBEL, M.ª S. (1986): “Objetos de adorno en el Neolítico
de Andalucía Oriental”. Síntesis tipológica. (Memoria
licenciatura, 1986). Cuaderno de prehistoria de la Universidad
de Granada 11: 9-26.
TIXIER, J. (1967): “Procèdes d´analyse et questions de
terminologie concernant l´étude des ensambles industriels
du Paléolithique récent et de l´Epipaléolithique dans
l´Afrique du Nord-Ouest”. En W.W. Bishop y J.D. Clark (eds.)
Background to evolution in Africa. University of Chicago
Press, Chicago: 771-820.
139
Juan F. GIBAJA, Antoni PALOMO y Josep ARMENGOL
- XV Experimentando con geométricos
Juan F. GIBAJA*, Antoni PALOMO** *** y Josep ARMENGOL***
* Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas e Sociais.
** Universidad Autónoma Barcelona. ***Arqueolitic Terra-Sub S.L.
Resumen
En este trabajo presentamos los resultados de nuestros
trabajos experimentales en relación a la función de los
geométricos. A lo largo de estos años hemos realizado
distintos experimentos con el objetivo de responder a diversas
Palabras clave:
cuestiones vinculadas con los rastros que se producen
en estas piezas al ser usadas como proyectiles y con su
efectividad en base a su morfología y a la forma en como
estaban enmangados.
Península Ibérica, Neolítico, Geométricos, Proyectiles, Experimentación.
Abstract
We present the results of our experimental work concerning
the role of geometric microliths. Throughout these years
we have conducted several experiments in order to answer
Key words:
various questions related to the traces that occur in these
tools to be used as projectiles and their effectiveness
based on their morphology and how they have been hafted.
Iberian Peninsula, Neolithic, Geometrics, Projectiles, Experimentation.
Introducción y objetivos
Ya hace algunos años que venimos trabajando sobre
la morfología, tecnología y función de los geométricos.
Como consecuencia de nuestra implicación en el estudio de
contextos mesolíticos y neolíticos de la Península Ibérica,
a lo largo de estos años hemos venido haciendo una serie
de experimentos con el objetivo de definir y resolver las
múltiples cuestiones que iban surgiendo.
Los resultados obtenidos de tales estudios los hemos ido
publicando, tanto como artículos monográficos dedicados
al tema de los geométricos, como parte de los estudios
morfo-tecnológicos y funcionales llevados a cabo en
determinados yacimientos (Gibaja 2003; Gibaja y Palomo
2004; Fernández et al. en prensa). Sin embargo, a diferencia
de tales trabajos, aquí no sólo queremos detenernos en los
resultados experimentales, queremos mostrar también cuáles
son los problemas y las dificultades que nos encontramos
habitualmente a la hora de analizar la función de los
geométricos de contextos arqueológicos, pues de lo contrario
es complicado evaluar los resultados que presentamos.
Si bien los geométricos han recibido siempre una atención
especial desde el punto de vista básicamente morfológico, en
los últimos años están siendo objeto de estudios traceológicos
en el marco de tesis doctorales, masters y diversos trabajos
de investigación (Gassin 1996; García y Jardón 1999; Gibaja
2003; Gibaja y Palomo 2004; Domingo 2005; Fernández 2006;
Mazzucco 2009, Lo Vetro et al. en prensa).
En efecto, los geométricos han constituido históricamente
uno de los principales indicadores cronoculturales de las
industrias líticas mesolíticas y neolíticas de la Península
Ibérica. Tal ha sido y sigue siendo su importancia como “fósil
director” que a inicios de los 70’ del s. XX el Dr. Fortea (1971)
ya establecía para el área mediterránea de la Península Ibérica
las primeras diferencias tipológicas entre los geométricos
del Epipaleolítico y del Neolítico inicial (cardial). A partir
de aquí, la proliferación de hallazgos arqueológicos, las
continuas dataciones realizadas sobre tales contextos y las
nuevas investigaciones realizadas sobre el utillaje lítico,
han seguido incrementando el interés sobre este tipo de
141
Experimentando con geométricos
B L O Q U E - I - . Capítulo XV
instrumentos (Fortea 1971; Juan-Cabanilles 1984; Cava 1994;
Carvalho 2002; Juan-Cabanillas y Martí 2002).
Mucha ha sido la bibliografía que se ha escrito en
relación a las materias primas empleadas, las técnicas
de fabricación, la morfología que presentan o su
representatividad cuantitativa en los distintos contextos
mesolíticos y neolíticos peninsulares. Así, en general, durante
el mesolítico reciente dominan los geométricos trapezoidales
y triangulares, confeccionados con retoques abruptos y
obtenidos habitualmente con la técnica del microburil. Ello
cambia a inicios del neolítico, ya que no sólo disminuyen los
trapecios y aumentan los segmentos y los triángulos, sino
que se retocan bifacialmente y desaparece prácticamente la
técnica del microburil (Cava 1994; Juan-Cabanillas y Martí
2002). Evidentemente, tales características son generales,
ya que habitualmente se observan ciertas diferencias a
nivel regional.
No obstante, son pocos los trabajos que han abordado el
estudio de la función de los geométricos y de su efectividad
en relación a las actividades cinegéticas y de pesca durante
estos periodos. Es por ello que en el presente artículo,
elaborado con motivo del II congreso de Arqueología
Experimental, presentamos los datos obtenidos en el conjunto
de experimentos que hemos realizado, así como nuevos
experimentos que estamos configurando con el fin de resolver
otras cuestiones surgidas recientemente.
Los geométricos: los pros y los contras en la determinación de su función
Son muchos los yacimientos neolíticos de la península
en los que hemos documentado geométricos, si bien su
representatividad porcentual dentro del conjunto del utillaje
lítico es muy variable. Se trata de contextos muy diferentes
como cuevas, abrigos, asentamientos al aire libre e incluso
sepulturas.
Entre los yacimientos estudiados, a menudo muchos de
los geométricos analizados mostraban fracturas y estrías de
impacto que nos permitían no sólo confirmar que se emplearon
como proyectiles, sino proponer también, en el mejor de los
casos, cómo pudieron estar enmangados.
Sin embargo, dicha información no siempre ha sido
sencilla de obtener, ya que hay varios motivos que nos
impiden saber incluso si la pieza estuvo usada y sobre qué
se empleó. Tales motivos son:
1. Muchos de los geométricos analizados no presentan
modificaciones de uso claras. Ello puede deberse a diversos
factores:
• No llegaron a usarse. Este es muy posiblemente el caso
de muchos de los geométricos que hemos encontrado, por
ejemplo, en las sepulturas neolíticas del noreste peninsular
(Bòbila Madurell, Camí de Can Grau o Can Gambús)
(Gibaja 2003; Gibaja y Palomo 2004). En efecto, entre los
numerosos geométricos dejados como ajuar en las tumbas,
mayoritariamente de individuos masculinos e infantiles, una
buena parte no sólo están en perfecto estado, sino que no
presentan ni el más mínimo indicio de uso.
• Se utilizaron pero no se generaron fracturas o estrías
de impacto. En nuestros experimentos hemos observado
como los geométricos enmangados como puntas o barbelures
nunca se fracturan si entra en el animal y no tocan ningún
hueso. Así, tenemos algunos geométricos experimentales
142
que han sido lanzados hasta cinco veces, puesto que no
habían sufrido ninguna modificación. Esta ausencia de rastros
de uso en algunos proyectiles, ya sean intensas fracturas
macroscópicas o huellas microscópicas, también ha sido
apuntada en experimentos con puntas de flecha (González
y Ibáñez 1994; Beugnier 1997).
• Se emplearon sobre alguna materia blanda y las
huellas apenas se desarrollaron. En algunos geométricos
arqueológicos hemos tenido enormes dudas a la hora de
reconocer si se habían empleado para el corte de una
materia blanda animal como la carne o la piel fresca. El
problema reside en que las pequeñas melladuras, asociadas
a micropulidos de trama abierta, documentadas en los filos
largos no retocados de algunos geométricos, se pudieron
producir, efectivamente, por el corte de una materia blanda,
pero también durante el impacto del proyectil, en el momento
de su extracción e incluso por diversas alteraciones de tipo
mecánico producidas durante la talla, el enmnague, por
pisoteos, etc. Por consiguiente, nuestra opinión es que no
tenemos criterios válidos como para asegurar ni siquiera
que estos geométricos estuvieron usados.
2. A menudo muchos de los geométricos analizados
han sufrido alteraciones de diversa consideración. Así, por
ejemplo:
• Las modificaciones por alteración térmica pueden
provocar la pérdida de materia como resultado del craquelado
de la superficie y la aparición de cúpulas.
• Las alteraciones de tipo químico como el lustre de
suelo o la pátina nos impiden en la mayoría de los casos
analizar las piezas a nivel microscópico, con el objetivo de
registrar determinados rastros como estrías de impacto,
redondeamientos o micropulidos de uso. Esta circunstancia
nos imposibilita, además, saber si algunos de los geométricos
Juan F. GIBAJA, Antoni PALOMO y Josep ARMENGOL
se emplearon sobre materias blandas o semiduras que
generan rastros muy poco desarrollados, véase la carne, el
pescado o la piel fresca.
• Alteraciones mecánicas provocadas por el pisoteo o el
mal almacenamiento pueden tener como resultado fracturas
o estrías que en ocasiones pueden llegar a confundirse con
los generados por impacto.
3. Tampoco podemos olvidar las roturas que se producen
durante la elaboración de los geométricos. Es habitual
encontrar como en ciertas partes del geométrico, ya sea
por un error técnico o por una debilidad interna de la roca,
se pueden generar roturas que son difíciles de diferenciar
de las desarrolladas como resultado de un impacto. Por
nuestra experiencia se trata normalmente de fracturas en
90º o con terminaciones con ligeras lengüetas, acompañadas
en ocasiones de algunas pequeñas melladuras.
4. Finalmente, no podemos olvidar las fracturas y estrías
que se producen como consecuencia de tiros errados. Y es
que cuando el geométrico entra en contacto con la tierra,
una piedra, un árbol, etc, se pueden producir fracturas y
estrías muy similares a las documentadas cuando el proyectil
ha entrado en el animal y ha contactado con parte de su
esqueleto.
La función de los geométricos. Programa experimental y resultados arqueológicos
Conocer para qué habían servido los geométricos, si se
habían empleado mayoritariamente como proyectiles, cómo se
habían podido enmangar y qué efectividad tenían en relación
a su morfología, tamaño, peso y forma de enmangamiento,
han sido las cuestiones que hemos intentado resolver durante
estos últimos años a través de diversos experimentos.
Aunque los referentes experimentales publicados por
otros investigadores (Fischer 1990; Gassin 1996) han sido
enormemente valiosos, nosotros hemos realizado nuestra
propia experimentación, ya que los datos publicados no eran
homogéneos ni con respecto a su contenido, ni con relación
a los resultados obtenidos.
Por ello configuramos un programa experimental en el
que se hicieron geométricos similares a los arqueológicos
lanzados sobre dos ovejas de unos 40 Kg y sobre una piel
rellena de espuma, imitando la forma y la dureza de un
estómago, para evitar tener que esperar a obtener animales
muertos para hacer nuevos experimentos (Fig. 2: 1-3). En
efecto, para elaborar los geométricos hemos empleado un
tipo de sílex de excelente calidad con el que hemos tallado
un conjunto de láminas mediante percusión directa e indirecta
con distintos percutores de piedra, madera y asta (Fig. 1).
La segmentación de los productos laminares, previa al
retoque final del geométrico, la hemos realizado mediante
flexión con las manos o con percutores de piedra sobre
yunque. Por su parte, el retoque se ha hecho mediante
presión con un punzón de asta. El tiempo de segmentación
y retoque de los geométricos no supera los 2 minutos, lo que
permite tener una idea de la facilidad y la gran cantidad de
geométricos que se pueden hacer en un periodo corto de
tiempo.
Los 35 trapecios y segmentos experimentales han sido
introducidos, mediante un adhesivo hecho de resina de pino,
cera de abeja y tierra, en las ranuras de unos vástagos de
cedro (Cedrus sp.) de 9-11 mm elaborados industrialmente y
lanzados con un arco de 50 libras. Los lanzamientos se han
realizado cerca de los animales (4 metros), pues de esta forma
no hacíamos tiros errados y asegurábamos que las huellas que
se producían eran consecuencia exclusivamente del contacto
con el animal. A medida que íbamos tirando los proyectiles,
recuperábamos los geométricos y los astiles, y anotábamos
diversa información: cantidad de lanzamientos efectuados,
zona con la que impactaba el proyectil, (costillas, cráneo,
huesos largos, abdomen,...), estado en el que quedaban los
geométricos, etc.
Con estos objetivos, hemos enmangado los geométricos
de tres maneras: flechas de filo transversal (todo el filo largo
como zona activa), como puntas (la zona usada es el vértice
entre el filo largo y uno de los laterales retocados) y como
barbelures en las que se ha endurecido y afilado la punta
del astil y el geométrico ha estado insertado en el lateral
del mismo Los resultados con estas distintas formas de
enmangamiento han sido muy diferentes.
El aspecto más significativo con respecto a los geométricos
empleados como flechas de filo transversal, es que ninguno
ha llegado a penetrar en los animales o en la bolsa de
piel. Aunque los geométricos mostraban anchuras muy
diferentes (entre 18 y 28 mm) y la potencia del arco era
muy alta, las flechas han rebotado sistemáticamente sobre
el cuerpo o la bolsa, sin provocar heridas. La cuestión de
la anchura del geométrico era muy importante puesto que
otros investigadores habían presentado experimentos en
los que filos cortos transversales permitía al geométrico
introducirse en las presas (Gassin 1991, 1996). En nuestro
caso, independientemente de la anchura, la mayoría de estos
geométricos provocaban la rotura del astil y sólo presentan
pequeñas melladuras de (<1 mm) en dirección perpendicular
al eje como consecuencia del impacto (Fig. 2: 6-7).
143
Experimentando con geométricos
B L O Q U E - I - . Capítulo XV
Figura 1. 1, 2, 3. Percutor, compresor de asta, láminas y geométricos experimentales. 4, 5, 6. Procesos de configuración de los geométricos, flexión y retoque con
presión.7. Configuración sobre yunque. 8 y 9. Geométricos enmangados y arco longbow moderno utilizado en el experimento
En cambio, los geométricos utilizados como puntas
o barbelures han sido enormemente efectivos. Estos
han traspasado con facilidad los cuerpos de las ovejas,
provocándoles heridas letales de consideración. Pero su
efectividad no ha residido únicamente en su capacidad de
penetración, sino también en su dificultad de extracción, ya
que el extremo inferior no dejaba que se desprendiera la
flecha del interior del animal. La rotura de los geométricos
dependía de si tocaban algún hueso del animal. Ello explica,
como ya hemos comentado, que algunos geométricos se
rompieran con el primer lanzamiento y otros llegaran a
lanzarse hasta cinco veces.
Los rastros macro y microscópicos que hemos registrado
en estos geométricos usados como puntas son iguales a
los identificados por otros investigadores (Gassin 1996):
fracturas de impacto, melladuras, estrías y puntos aislados
de micropulido producidos por el contacto con el hueso. Tanto
las fracturas como las melladuras presentan una morfología
variada y un tamaño a veces por encima de los 2 mm En el
caso de las fracturas, sobresalen las burinantes o en lengüeta
144
con terminaciones abruptas o reflejadas. Con respecto a las
melladuras son más comunes las de morfología semicircular
o trapezoidal y terminación afinada o abrupta. Además, si las
melladuras generadas en los geométricos de filo transversal
presentan una dirección perpendicular al eje de la pieza, en
las puntas o barbelures muestran en ocasiones una cierta
inclinación resultado de la forma de enmangamiento del
proyectil (Fig. 2: 4-5).
Las estrías por impacto tienen igualmente un tamaño
variable y pueden aparecer aisladas o agrupadas. Por su parte,
los puntos de micropulido los hemos registrado sobre todo
en las partes más altas de la superficie y son consecuencia,
seguramente, del contacto puntual con algún hueso durante
la entrada del proyectil en el cuerpo del animal.
El programa experimental presentado demuestra que
los trapecios y los segmentos insertados como barbelures
o puntas en el extremo de los astiles no solo muestran
una mayor facilidad para atravesar la piel y los tejidos
musculares, sino que además presentan una extracción más
complicada. A diferencia del caso anterior, los geométricos
Juan F. GIBAJA, Antoni PALOMO y Josep ARMENGOL
Figura 2. 1-3. Lanzamientos de geométricos sobre una bolsa de piel y sobre una oveja., 4-5. Geométrico enmangado como barbelure cuyo impacto ha provocado una
rotura aburilada en uno de los extremos, 6-7. Geométrico enmangado como flecha de filo transversal cuyo impacto a provocado la fisuración del astil
145
Experimentando con geométricos
B L O Q U E - I - . Capítulo XV
enmangados como filos transversales nunca han penetrado
en los animales o en la bolsa de piel rellenada de espuma.
Por ello, pensamos que este tipo de geométricos pudieron
emplearse, por el intenso golpe que proporcionan, para cazar
pequeños animales como pájaros, liebres, etc. Con este tipo
de proyectiles no siempre se matarían las presas, sino que
a menudo serían heridas mediante cortes en las alas o en
las extremidades (Unger-Hamilton 1988).
Conclusiones
El programa experimental que durante estos últimos
años hemos confeccionado para abordar la efectividad
de los geométricos empleados como proyectiles y las
modificaciones que se producen en su superficie como
consecuencia de tal actividad, nos ha permitido observar
que hay claras diferencias entre los empleados como flechas
de filo transversal y las usadas como puntas o barbelures.
Pero nuestro trabajo no ha finalizado aquí. Recientemente
junto al Dr. Jesús Emilio González, de la Universidad de
Cantabria, hemos estado estudiando un contexto meso-
Bibliografía
BEUGNIER, V. (1997): L’usage du silex dans l’acquisition et le
traitement des matières animales dans le néolithique de
Chalain et Clairvaux: La Motte-aux -Magnins et Chalain
3 (Jura, France) 3700-2980 av. J.-C. Thèse de doctorat.
Université de Paris-X. Nanterre.
CARVALHO, A.F. (2002): “Current perspectives on the transition
from the Mesolithic to the Neolithic in Portugal”. El Paisaje
en el Neolítico Mediterráneo. Saguntum extra 5: 235-250.
CAVA, A. (1994): “El mesolítico en la cuenca del Ebro. Un estado
de la cuestión”. Zephyrus XLVII: 65-91.
DOMINGO, R. (2005): La funcionalidad de los microlitos
geométricos. Bases experimentales para su estudio .
Monografías Arqueológicas 41. Universidad de Zaragoza.
FERNÁNDEZ, J. (2006). “Las flechas en el Arte Levantino:
aportaciones desde el análisis de los proyectiles del registro
arqueológico del Riu de les Coves (Alt Maestrat, Castelló)”.
Archivo de Prehistoria Levantina XXVI: 101-160.
FERNÁNDEZ, J.; GIBAJA, J.F.; PALOMO, A. (en prensa):
“Geometric microliths used like projectile points by the
neolithic societies in the East of Iberia peninsula”. P@
lethnologie. Universite de Toulouse Le Mirail (France).
FISCHER, A. (1990): «Hunting with flint-tipped arrows: Results
and experiences from practical experiments». En F. Bonsall
(ed.): The Mesolithic in Europe. Papers presented at the third
international symposium. Edinburgh 1985: 29-39.
146
neolítico portugués (Amoreiras) en el que la mayoría de los
geométricos -triángulos y segmentos alargados- presentan
únicamente pequeñas fracturas de impacto en la zona apical.
Ello no coincide con nuestra experimentación, ya que las
fracturas producidas por el contacto con parte del esqueleto
de las ovejas son mucho mayores. Esta circunstancia nos
obliga, nuevamente, a replantearnos una experimentación que
explique cómo se han generado esas pequeñas fracturas. Por
ello estamos preparando un nuevo programa experimental en
el que vamos a lanzar geométricos sobre pequeños animales
tales como conejos y algún tipo de ave o pescado.
FORTEA, J. (1971): La cueva de la Cocina. Ensayo de cronología del
epipaleolítico (facies geométricas). Servicio de Investigación
Prehistórica 40: Valencia.
GARCÍA, O.; JARDÓN, P. (1999): “La utilización de los elementos
geométricos de la Covacha de Llatas (Andilla, Valencia)”.
Recerques del Museu d’Alcoi 8: 75-87.
GASSIN, B. (1991): “Étude fonctionnelle”. En D. Binder (ed.):
Une économie de chasse au Néolithique Ancien: La Grotte
Lombard à Saint-Vallier-de-Thiey (Alpes-Maritimes) .
Monographie du CRA 5: 51-60.
GASSIN, B. (1996): Evolution socio-économique dans le Chasséen
de la grotte de l’Eglise supérieure (Var): Apport de l’analyse
fonctionelle des industries lithiques. Monographie du CRA
17. CNRS Editions. Paris.
GIBAJA, J.F. (2003): Comunidades Neolíticas del Noreste de
la Península Ibérica. Una aproximación socio-económica
a partir del estudio de la función de los útiles líticos. BAR
International Series S1140. Oxford.
GIBAJA, J.F.; PALOMO, A. (2004): “Geométricos usados como
proyectiles. Implicaciones económicas, sociales e ideológicas
en sociedades neolíticas del VI-IV milenio cal BC en el noreste
de la Península Ibérica”. Trabajos de Prehistoria 61 (1): 81-97.
GONZÁLEZ, J.E.; IBÁÑEZ, J.J. (1994): Metodología de análisis
funcional de instrumentos tallados en sílex. Cuadernos de
Arqueología 14. Universidad de Deusto. Bilbao.
Juan F. GIBAJA, Antoni PALOMO y Josep ARMENGOL
JUAN CABANILLES, J.J. (1984): “El utillaje neolítico en sílex
del litoral mediterráneo peninsular”. Saguntum 18 : 49-102.
LO VETRO D.; MARTINI, F.; MAZZUCCO, N. (en prensa): Analisi
funzionale di armature geometriche da olocenici. Origini XXXI.
JUAN CABANILLES, J.; MARTÍ, B. (2002): “Poblamiento y
procesos culturales en la Península Ibérica del VII al V milenio
A.C. (8000-5500 BP). Una cartografía de la neolitización”.
El Paisaje en el Neolítico Mediterráneo. Saguntum extra
5 : 45-77.
MAZZUCCO N. (2009): Analisi funzionale di armature geometriche
da contesti Olocenici. Tesis presentada a la Università degli
Studi di Firenze, Anno accademico 2007/2008, inedita.
UNGER-HAMILTON, R. (1988): Method in Mocrowear Analysis.
Prehistoric Sickles and Other Stone Tools from Arjoune,
Syria. BAR International Series 435. Oxford.
147
Eduard FAUS TEROL
- XVI Experimentación e interpretación: el ejemplo
de ”La figuereta”, un taller de puntas de flecha
del Neolítico final localizado en el poblado de
Les jovades (Cocentaina, Alicante, España)
Eduard FAUS TEROL
Centre d’Estudis Contestans.
Resumen
Las características aportadas por el estudio técnico de
un conjunto de 24 piezas líticas, relacionadas con el proceso
de fabricación de puntas de flecha del Neolítico final,
Palabras clave:
permiten reconocer las distintas pautas seguidas y hablar
de la localización de un taller dedicado al aprendizaje de la
talla lítica especializada.
Neolítico final, fabricación de puntas de flecha, taller, aprendizaje.
Abstract
The features provided by the technical study of a
set of 24 lithic pieces, related to the manufacture
process of Late Neolithic arrowheads, make it
Key words:
possible to recognize the various guidelines followed,
as well as confirm the location of a workshop given
over to the learning of specialized lithic knapping.
Late Neolithic, arrowheads manufacture, workshop, learning.
Introducción
La presente comunicación –con alguna matización añadida
que en ningún modo altera la esencia de su contenido inicialconstituye un extracto de un trabajo más exhaustivo publicado
en nuestra revista Alberri (Faus 2004-2005) que queda ceñido
básicamente a comentar los aspectos técnicos que hemos
observado en el proceso de fabricación de puntas de flecha,
del neolítico final, localizadas en el yacimiento de Les Jovades.
El poblado prehistórico de Les Jovades se ubica en
la partida del mismo nombre en el término municipal de
Cocentaina, al norte de la provincia de Alicante. Fue descubierto
a finales de 1971 por Pere Ferrer, del Centre d’Estudis
Contestans, con la localización de una serie de materiales,
fundamentalmente sílex tallados y fragmentos de cerámica, que
quedaron visibles en el corte de una estructura prehistórica, a
la que denominamos La Figuereta, puesta al descubierto por
la ampliación de un camino vecinal y destruida algún tiempo
después por una nueva ampliación del mismo, sin haberse
podido realizar ningún sondeo ni excavación.
Al descubrimiento inicial de La Figuereta le siguió una
importante, continua e intensa labor de prospección de la
zona que, junto a las distintas intervenciones arqueológicas
realizadas, debidamente autorizadas, culminaron con el
conocimiento para la arqueología de un importante poblado
prehistórico de finales del Neolítico.
Sucintos datos de las principales
características de la industria lítica
tallada en sílex de les jovades
Los materiales localizados en el yacimiento de Les
Jovades han sido publicados en diferentes trabajos de
investigación especializados (Pascual Benito 1986, 1989;
Pascual Benito et al. 1993), los cuales han permitido reconocer
la presencia de un asentamiento agrícola que, teniendo
en cuenta la cronología aportada por los análisis del C-14
149
Experimentación e interpretación: el ejemplo de ”La figuereta”, un taller de puntas de flecha
del Neolítico final localizado en el poblado de Les jovades (Cocentaina, Alicante, España)
B L O Q U E - I - . Capítulo XVI
(4.810+/-60; 4.660+/-90 B.P.) y las características de su cultura
material, se encuadra, según las recientes sistematizaciones,
dentro del Neolítico II B (Bernabeu Aubán, 1993: 160-161).
En lo que concierne al utillaje lítico tallado en sílex,
creemos interesante reseñar, aunque sea de una manera
muy sintética, que está caracterizado por una industria mixta
de lascas y hojas, con una notable importancia del utillaje
no retocado, claro predominio de piezas con muescas y
denticulados, una importante presencia de lascas retocadas
con gran variedad morfométrica, una significativa proporción
de puntas de flecha, truncaduras, perforadores y taladros,
escasos geométricos, y pocos raspadores y buriles (Pascual
Benito et al. 1993: 73-74). De todos estos materiales son las
puntas de flecha y el estudio específico de su proceso de
fabricación, el objetivo fundamental de nuestro trabajo, el
cual queda restringido a una parte de los materiales líticos
encontrados en La Figuereta, constituido por un discreto
pero singular conjunto de piezas que siempre ha llamado
la atención por el hecho de proceder todas de una misma
estructura (Pascual Benito 1989: 41).
Proceso de fabricación de las puntas de flecha de “La figuereta”
Inventario y metodología de estudio
El examen del proceso de fabricación se ha realizado
siguiendo el siguiente esquema: identificar, siempre que
ha sido posible, el tipo de soporte utilizado, describir el
método de trabajo y las técnicas de retoque utilizadas, y por
último, relacionar las peculiaridades que hemos observado,
vinculadas al proceso de fabricación.
Para el estudio y reconocimiento de los distintos atributos
técnicos, así como de otros aspectos relacionados igualmente
con el ámbito técnico, se han tenido en cuenta los criterios
señalados por Tixier et al. (1980); Bernaldo de Quirós et al.
(1981); Inizan et al. (1995) y Baena Preysler (1998).
El conjunto estudiado está compuesto por un total de 24
piezas. El primer objetivo que nos propusimos fue clasificarlo
u ordenarlo siguiendo criterios que tuvieran en cuenta la
progresiva transformación del soporte, o sea, según un
grado de menor a mayor intensidad de trabajo y complejidad
técnica, quedando como resultado de dicha clasificación el
cuadro que relacionamos en la Tabla nº 1.
Tabla nº 1: Clasificación
FASE
ESTADIO / (FIGURA, Nº)
PIEZAS
1
ESBOZO ( 1, 1 a 4)
4
2
ESBOZO (1, 5 a 8) y (2, 1 a 3)
7
3
ESBOZO / PREFORMA (2, 4 a 8)
5
5
PREFORMA (3, 1 a 3)
3
5–6
¿FINALIZACIÓN? (3, 4 a 6)
3
6
FINAL / FRAGMENTADAS (3, 7 y 8)
2
TOTAL
Para su elaboración hemos anotado para cada una de
las piezas -a pesar de que somos conscientes de que tales
separaciones dentro del continuo proceso de fabricación
pueden resultar subjetivas- además de la fase o el momento
de fabricación en el que creemos puede encuadrarse, el
estadio aparente que representa, clasificándolo como esbozo,
preforma, o pieza terminada, conjugando e interpretando lo
150
24
mejor que hemos sabido las fases referenciadas en Baena
Preysler (1998: 79-80) y las definiciones terminológicas
señaladas en Inizan et al. 1995.
Bajo la denominación ESBOZO/PREFORMA incluimos
un total de 5 piezas (Fig. 2, nº 4, 5, 6, 7 y 8) que podrían
asimilarse morfológicamente con preformas (Fase 4, segundo
Eduard FAUS TEROL
adelgazamiento) por el mejor trabajo y definición que
presentan sus siluetas si se comparan, en sentido estricto, con
las de los esbozos (“...primera forma aún imperfecta...”, Inizan
et al. 1995: 144). No obstante, pensamos que técnicamente
se trata de soportes todavía poco adelgazados o demasiado
espesos, que no pasarían de la fase 3 (primer adelgazamiento),
para clasificarlos como preformas.
Asimismo, en el estadio ¿FINALIZACIÓN? hay
clasificados 2 pequeños fragmentos (Fig. 3, nº 7 y 8): uno
de un probable pedúnculo y otro de un extremo, al parecer
distal, procedentes de piezas que presentan un avanzado
estadio de fabricación.
Síntesis del proceso de fabricación
El o los talladores de sílex de La
Figuereta empleaba/n materias primas
silíceas mayoritariamente procedentes
del entorno local, seleccionando lascas
ordinarias, esto es, sin ningún tipo de
predeterminación previa, con córtex o sin
él, escogiendo las de mejor calidad con un
sílex de grano muy fino o fino. Estas eran
tipométricamente cortas, normalmente
espesas y a veces con accidentes de talla,
y se obtuvieron con gran probabilidad
por percusión directa dura en base a la
presencia de determinados estigmas
visibles sobre la cara de lascado y a su
espesor.
Elegido el soporte ideal era sometido
a un proceso de trabajo denominado
“façonnage bifacial” con el fin de
adelgazarlo y preparar una preforma
que posteriormente era definitivamente
configurada y terminada. Este proceso ha
sido llevado a cabo mediante métodos
o sistemas de trabajo no alternantes
y alternantes (según la zona), con la
aplicación conjunta de técnicas de
retoque, para las fases de esbozado por
percusión directa dura, percusión directa
blanda, y en una sola ocasión (con unos
pocos levantamientos puntuales) por
presión, mientras para las preformas
y para la fase de finalización, hemos
creido apreciar la percusión directa
blanda y la presión, ésta última por lo
general intensamente empleada para la
configuración definitiva de la morfología
y para la creación del pedúnculo y de
las aletas, debiendo añadir, además, la
utilización ocasional (Fig. 3, nº 1 y 7) del
tratamiento térmico del sílex previo a la
talla, como una técnica complementaria
Figura 1. Esbozos
151
Experimentación e interpretación: el ejemplo de ”La figuereta”, un taller de puntas de flecha
del Neolítico final localizado en el poblado de Les jovades (Cocentaina, Alicante, España)
B L O Q U E - I - . Capítulo XVI
de trabajo especialmente empleada que, en este conjunto, se
Las técnicas de retoque utilizadas en esta fase nos hablan
igualmente de la percusión directa dura y de la percusión
manifiesta en las fases avanzadas del proceso de fabricación.
directa blanda. Sin embargo, es el empleo intenso de esta
En este sentido, hemos creído interesante realizar una
última técnica de retoque lo que permite una correcta y rápida
reconstrucción del proceso técnico seguido en La Figuereta.
continuación del proceso, así como el desarrollo y extensión en
Unas pocas extracciones más o menos profundas e
profundidad de los retoques. No obstante, significar también
invasoras, practicadas en puntos concretos de la pieza, sobre
que hemos reconocido en esta temprana fase de trabajo,
una o sus dos caras, en unos casos aún no bifaciales y en
aunque sólo en una pieza, la utilización de la técnica de retoque
otros incipientemente, le sirven al tallador para iniciar el
por presión, para la realización de algunos levantamientos que
proceso de fabricación (Fig. 1, nº 1, 2, 3 y 4). Estas primeras
suponemos muy puntuales o concretos (Fig. 1, nº 6).
operaciones, quizás destinadas a eliminar las
principales irregularidades que contenía el soporte
elegido o simplemente para evaluar la prestancia
de éste, fueron realizadas muy probablemente
con el empleo de pequeños percutores duros
(posiblemente de naturaleza caliza y presentes
en las inmediaciones del yacimiento) y blandos
(muy probablemente de asta de ciervo, dada su
relativa presencia entre los restos faunísticos
encontrados en Jovades).
La continuación del proceso, tendente en
todo momento a reducir el volumen de cada una
de las caras del soporte, se desarrolla de manera
gradual mediante retoques bifaciales profundos,
invasores… afectando parcialmente uno o los
dos laterales, hasta llegar a afectar por completo
a uno de ellos, además de otras zonas concretas
de la pieza (Fig. 1, nº 5, 6 y 7). En otros casos,
el retoque es más cubriente aunque de factura
irregular y aparece más desarrollado sobre la cara
dorsal del soporte, siendo también parcialmente
bifacial (Fig. 1, nº 8; Fig. 2, nº 1, 2 y 3). En estos
primeros momentos del proceso de esbozado,
hemos observado en algunos ejemplares una
elección o intencionalidad en hacer coincidir la
ubicación del ápice de la futura punta en el extremo
proximal del soporte, quedando ello atestiguado en
el estrechamiento apuntado o la convergencia que
sufre el soporte en dicha zona con la eliminación
parcial o total tanto del talón de percusión como de
su bulbo (Fig. 1, nº 6; Fig. 2, nº 3). En otros casos el
ápice queda ubicado en posición normal (según su
eje técnico), o sea, sobre la zona distal o próxima a
ella y en el caso de lascas más anchas que largas,
sobre la convergencia de dos de sus bordes.
Más avanzado el proceso, pero todavía dentro
de la fase de esbozado, el retoque bifacial se
extiende en unos casos por la casi totalidad del
contorno de la pieza y en otros, enteramente, hasta
cubrir total o casi totalmente sus dos caras (Fig.
2, nº 4, 5, 6, 7 y 8).
Figura 2. Esbozos y Esbozos/Preformas
152
Eduard FAUS TEROL
La continuación de esta primera etapa o fase técnica,
tendente a lograr el máximo adelgazamiento de la pieza
(que entendemos realizada por percusión directa blanda),
le confería una morfología más regular y un volumen más
equilibrado, pasando a ser una preforma sobre la que se
aplicaba de manera más o menos intensa la técnica de
retoque a presión (Fig. 3, nº 1, 2 y 3) y, ocasionalmente, el
tratamiento térmico del sílex (Fig. 3, nº 1) con el objetivo de
lograr su acabado (Fig. 3, nº 4, 5 y 6).
Consideraciones finales: algunas reflexiones desde el punto de vista experimental
En este apartado queremos hacer una última
cavilación relacionada con la posibilidad de que podría
tratarse de una serie de piezas que fueron abandonadas
o rechazadas, independientemente del estadio de
fabricación en el que se encontraban. Unas, quizás,
por considerarlas como técnicamente incorrectas y
otras, por presentar excesivas dificultades técnicas
que intuimos de imposible o muy difícil corrección.
En este sentido, creemos que puede reforzar nuestra
suposición de que se trata de piezas técnicamente
frustradas las caracaterísticas que relacionamos a
continuación:
1. El marcado espesor de muchas de las piezas
(Fig. 1, nº 1, 6 y 7; Fig. 2, nº 1, 2, 3, 5, 7 y 8) si tenemos en
cuenta sus restantes proporciones métricas (excesiva
desproporción entre su espesor, su corta longitud y su
poca anchura).
2. La presencia y frecuencia de secciones
disimétricas e irregulares (Fig. 2, nº 1, 6 y 8) que
creemos muy difíciles de igualar durante el proceso
de adelgazamiento bifacial (Fig. 1, nº 3, 4 y 5).
3. La descompensación en el volumen de las
caras talladas, respecto del plano intermedio, en
algunos ejemplares (Fig. 1, nº 8; Fig. 2, nº 1, 3, 5 y
6) debido a procesos de adelgazamiento bifacial
irregulares o incorrectamente ejecutados.
4. Los frecuentes accidentes, sobre todo por
reflejado (Fig. 1, nº 1, 6, 7 y 8; Fig. 2, nº 3, 6, 7 y 8; Fig. 3,
nº 3) y golpes en cascada (Fig. 2, nº 2), acaecidos durante
el retoque (quizás por la falta o por una deficiente
preparación de planos de percusión, por imprecisión
en el impacto, por golpeo sobre superficies de talla
inadecuadas, por uso de percutores inapropiados,
etc.) que crean en ocasiones engrosamientos en la
parte central de la pieza, imposibles o prácticamente
imposibles de eliminar (Fig. 3, nº 2 y 3).
5. La existencia de una preforma tratada
térmicamente (Fig. 3, nº 1) con carácter previo a su
retoque con presencia de alteraciones importantes
que la dejan inservible.
Figura 3. Preformas, piezas acabadas y fragmentos
153
Experimentación e interpretación: el ejemplo de ”La figuereta”, un taller de puntas de flecha
del Neolítico final localizado en el poblado de Les jovades (Cocentaina, Alicante, España)
B L O Q U E - I - . Capítulo XVI
6. La apreciación de fracturas (Fig. 3, nº 5 y 6) durante
la configuración del pedúnculo y/o de las aletas.
7. Por último, la presencia de dos fragmentos (Fig. 3,
nº 7 y 8) procedentes de sendas piezas en avanzado estadio
de fabricación.
Son datos que, en nuestra opinión, parecen redundar en
lo mismo: estamos en presencia de un conjunto de piezas
abandonadas o inacabadas debido a errores de distinta
índole y alcance.
Pero, ¿por qué concurren tantos fallos o errores técnicos
sobre un mismo tipo de piezas? Quizás para esta pregunta
no tengamos una respuesta adecuada, aunque intentaremos
razonarla y expresar nuestra opinión.
Grosso modo, este conjunto lítico podría dividirse en tres
grupos: un primer grupo, el más numeroso, constituido por
piezas cuya característica común es la de pertenecer a las
primeras etapas de trabajo o de esbozado, donde prima el
espesor, la indefinición de sus morfologías y la frecuencia de
los accidentes de talla, algunos de ellos graves o muy graves;
un segundo grupo, poco numeroso, en el que las piezas ya
poseen una morfología apuntada muy clara aunque persisten
todavía los accidentes graves que impiden su finalización.
Por último, un tercer grupo en el que las puntas de flecha
ya están terminadas, al menos, en lo que a su morfología
y proporciones métricas ideales se refiere, pero que, sin
embargo, también presentan accidentes que fracturan alguno
de sus elementos característicos (pedúnculo, aletas).
Todo ello podría indicarnos que, en la fabricación de este
conjunto, han podido intervenir talladores con distinto grado
de tecnicidad si comparamos la calidad técnica del trabajo
de los dos primeros grupos con la del tercero. En nuestra
opinión, las manos que han realizado los esbozos y las
preformas creemos que no son las mismas que las que han
terminado algunas de las piezas de este conjunto (aunque
hayan quedado inservibles), por lo que parece existir en
estos materiales una especie de contradicción técnica: es
más fácil, a nuestro juicio, finalizar una pieza que esbozarla
y preformarla previamente, pero para poder terminarla hay
que crear una buena preforma, y ello exige tener un buen
conocimiento de los métodos de trabajo así como mucha
destreza en la aplicación de las técnicas de retoque, en
especial cuando se realiza por percusión directa; cualidades
éstas que solamente se consiguen con un dilatado proceso
de aprendizaje y práctica continuada. Por tanto, desde este
punto de vista, nos resulta difícil admitir que muchas de
esas piezas, que creemos imposibles o muy difíciles de
terminar, hayan sido esbozadas, preformadas y terminadas
por el mismo tallador.
154
En consecuencia, y tan sólo se trata de una opinión que
fundamentamos a partir de lo acontecido en nuestra propia
experiencia, cuando aprendíamos a elaborar los primeros
foliáceos sin haber asimilado conceptualmente el método
de trabajo ni tener la suficiente destreza para aplicar las
convenientes técnicas de retoque, con lo cual resultaba una
serie de piezas que presentaban similares, si no idénticas
características, a muchas de las estudiadas de La Figuereta.
La comparación y la contrastación de aquellos primeros
foliáceos experimentales con los del conjunto de la Figuereta,
nos ha permitido reconocer la identidad de muchos de los
errores técnicos presentes en el mismo y evaluar la génesis
de su producción, aportándonos, a nuestro entender, alguna
de las probables claves para su interpretación.
En base a ello, pensamos que la presencia de piezas
entre el material arqueológico con características
técnicas plenamente coincidentes con las experimentales
(marcado espesor, secciones disimétricas e irregulares,
descompensación de volúmenes, etc.) es igualmente el
resultado de procesos de adelgazamiento bifacial mal
ejecutados que atribuimos a la falta de experiencia del
tallador o de los talladores.
Por tanto, creemos que puede existir la posibilidad,
sin querer afirmar nada de modo concluyente, de que
entre los productos exista una buena parte realizada por
algún aprendiz de tallador o por aprendices con un nivel
técnico bajo o poco experimentados, bien con la finalidad
de aprender el oficio de tallador, bien como encargados de
realizar tales tareas preparatorias que posteriormente serían
revisadas, continuadas y terminadas, en su caso, por otro u
otros talladores más especializados o técnicamente mejor
cualificados.
Todos estos razonamientos nos inducen a considerar
La Figuereta, basándonos en la homegenidad técnica y las
peculiaridades del conjunto lítico estudiado, como un taller
en el que probablemente fueron realizadas, entre otras,
actividades de aprendizaje o de especialización relacionadas
con la fabricación de puntas de flecha.
Eduard FAUS TEROL
Bibliografía
BAENA PREYSLER, J. (1998): Tecnología lítica experimental.
Introducción a la talla del utillaje prehistórico . BAR
International Series 721. Oxford. England.
BERNABEU AUBAN, J.; FUMANAL GARCIA, M.P.; PASCUAL
BENITO, J.LL.; PASCUAL BENEYTO, J.; GUITART PERARNAU,
J.; OROZCO KÖHLER, T.; BADAL GARCIA, E.; BUXÓ I
CAPDEVILA, R.; MARTINEZ VALLE, R.; CALVO, M. (1993): El III
Milenio A.C. en el País Valenciano. Los Poblados de Jovades
(Cocentaina, Alicante) y Arenal de la Costa (Ontinyent,
València). Universitat de València. Departament de Prehistòria
i Arqueologia. Facultat de Geografia i Història. València.
identificadas de su cadena operativa de fabricación”. Alberri
nº 17. Centre d’Estudis Contestans. Cocentaina: 47-83.
INIZAN, M.L.; REDOURON, M.; ROCHE, H.; TIXIER, J. (1995):
Préhistoire de la pierre taillée. Tome 4. Technologie de la
pierre taillée. CREP. Meudon.
PASCUAL BENITO, J. LL. (1986): “Les Jovades (Cocentaina).
Notes per a l’estudi del poblament eneolític a la conca del
Riu d’Alcoi”. (El Eneolítico en el País Valenciano. Actas del
coloquio. Alcoi, 1-2 de diciembre de 1984). I. E. Juan GilAlbert. Diputación Provincial de Alicante: 73-87.
BERNALDO DE QUIRÓS, F.; CABRERA, V.; CACHO, C.; VEGA,
L.G. (1981): “Proyecto de análisis técnico para las industrias
líticas”. Trabajos Prehistoria, 38. Madrid.
PASCUAL BENITO, J. LL. (1989). “Les Jovades (Cocentaina,
Alacant), hàbitat del Neolític final amb estructures excavades:
sitges i fosses”. Alberri nº 2. Centre d’Estudis Contestans.
Cocentaina: 9-52.
FAUS TEROL, E. (2004-2005): “La Figuereta: Un taller de puntas
de flecha, del Neolítico Final, localizado en el poblado de
Les Jovades. Cocentaina (Alacant). Estudio de las fases
TIXIER, J.; INIZAN, M.L.; ROCHE, H. (1980): Préhistoire de la pierre
taillée. 1 Terminologie et Technologie. C.R.E.P. Valbonne.
155
Antonia COLONNA
- XVII Les haches polies de la Corse:
données archéologiques appliquées à
l’expérimentation
Antonia COLONNA
Département d’Archéologie expérimentale et de Moulage. Université de Corse.
Résumé
Les haches polies corses ont fait l’objet d’une
étude typologique basée notamment sur les données
morphologiques, morphométriques et pétrographiques. Les
données issues de ces recherches ont indiqué des résultats
essentiels, particulièrement sur les données pétrographiques.
L’ensemble de ces données archéologiques sur les haches
corses associée aux études palynologiques et pétrographiques
ont pu servir à la réalisation de haches polies expérimentales.
L’application de l’ensemble de ces résultats a pu permettre
de reconstituer la chaîne opératoire d’une hache polie, de
Mots clefs:
la recherche de matière première à la hache emmanchée.
Ces travaux ont donc permis de connaître les temps de
réalisation des différentes étapes de la lame, de choisir les
différentes essences nécessaires à la réalisation du manche
ainsi que les différentes possibilités d’emmanchements de
la lame. L’ensemble de ce travail a permis non seulement
d’étudier les outils archéologiques mais aussi de les resituer
dans leur contexte d’origine à l’aide des diverses données
archéologiques, pétrographiques, palynologiques…
Haches polies, Corse, pétrographie, palynologie, expérimentation, chaîne opératoire.
Abstract
The Corsican polished axes were the subject of a typology
study based in particular on the morphological, morphometric
and petrographic data. The data resulting from this research
indicated significant results, particularly on the petrographic
data. The whole of these archaeological data on the Corsican
axes associated with the palynologic and petrographic studies
could be used with the realization as experimental polished
axes. The application of the whole of these results could make
it possible to reconstitute the operational chain of a polished
Key words:
axe, search for raw material to the fixed axe. This work thus
made it possible to know times of realization of the various
stages of the blade, to choose the various gasolines necessary
to the realization of the handle as well as the various
possibilities of haftings of the blade. The whole of this work
made it possible not only to study the archaeological tools but
also to put in perspective them in their context of origin using
the various archaeological, petrographic, palynologic data…
Polished axes, Corsica, petrography, palynology, experimentation, operational chain.
Introduction
Les haches polies apparaissent en Corse à partir du
VI ème millénaire av. J.-C. et perdurent jusqu’au III ème
millénaire av. J.C.; durant tout le Néolithique la hache
polie a eu diverses utilisations, ce fut aussi bien un outil
agricole qu’un objet d’apparat. Elle se retrouve dans des
sites d’habitats, des zones d’activités, dans des sépultures
et lieux à destination ou fonction cultuels. Ainsi, suivant sa
fonction, la forme et la nature de la roche seront différentes.
De même, la matière première et la forme de l’objet sont
aussi le résultat d’adaptation au contexte géologique local
ou d’échanges entre communautés.
157
Les haches polies de la Corse : données archéologiques appliquées à l’expérimentation
B L O Q U E - I - . Capítulo XVII
Les donnees archeologiques
122 haches polies ont été répertoriées sur 52 sites en
Corse. Parmi ces 122 outils, 45 haches sont triangulaires,
18 ont une section longitudinale subovalaire, 18 une section
sublenticulaire et 24 ont une section transversale ovale.
Suite à cette étude nous constatons que les rapports
sur les dimensions de ces haches sont semblables. En
effet, les indices obtenus indiquent qu’il s’agit le plus
souvent de haches de petites dimensions. On note donc, une
proportionnalité dans les dimensions des haches, il s’agirait
là d’un critère recherché par les hommes préhistoriques.
Toutes ces études font l’objet d’une interprétation, les
haches de forme triangulaire à sections ovales et lenticulaires
sont les plus nombreuses; les raisons de ce choix peuvent
Figure 1. Localisation des haches
158
être nombreuses : techniques, fonctionnelles, culturelles ou
cultuelles.
Le constat est que les haches de petites et moyennes
dimensions sont majoritaire. Le contexte archéologique nous
indiquerait une utilisation essentiellement domestique ou
agricole. Toutefois, certains objets appartiendraient plutôt
à un contexte cultuel. En revanche, les haches de grandes
dimensions sont plutôt rares dans l’inventaire corse. Il est
possible, que leur utilisation n’était pas appropriée dans
l’environnement des préhistoriques et qu’ils aient préféré des
haches plus adaptées à leurs besoins. Il est possible aussi que
le temps de réalisation ait amené à préférer des petites haches
pour les utilisations quotidiennes. Les rares haches de grandes
dimensions sont des objets découverts en contexte cultuel.
Antonia COLONNA
Les donnees petrographiques et polliniques
L’étude sur la comparaison pétrographique indique qu’il
existe un approvisionnement local, les hommes préhistoriques
ont pu se fournir directement dans les gisements de matières
premières, ou bien en ramassant des galets dans les lits
des rivières. Ces dernières, correspondent à des zones
d’approvisionnements plus larges et souvent plus accessible.
Par exemple, dans le Nebbiu, la hache retrouvée sur le site
d’A Torra Gabbiola semble avoir été réalisé à partir d’un
galet en ophiolite. Or, la rivière s’écoulant à proximité du
site charrie des galets de cette même roche provenant du
Massif du Pinu.
Il existe aussi un approvisionnement régional qui peut
se faire directement au gisement ou bien par échange de
matières premières ou de produits finis.
Enfin, un approvisionnement sur de longues distances
est possible, l’hypothèse la plus probable est l’échange
entre groupes préhistoriques de blocs bruts ou de produits
finis. Nous avons ainsi observé qu’en Toscane, la majorité
des haches ont été importées de l’arc Alpin, hormis pour
l’archipel Toscan ou une hache pourrait provenir de Corse. Cela
démontrerait une circulation entre la Corse et l’aire Toscane.
En Corse, les haches déterminées pétrographiquement
ont été réalisées à partir de 19 roches différentes, le plus
grand nombre étant en jadéite et glaucophanite.
L’étude de la provenance de ces haches démontre une
origine locale et intrarégionale pour un grand nombre de
haches corses, notamment celles en glaucophanite.
Figure 2. Zones de prospections
159
Les haches polies de la Corse : données archéologiques appliquées à l’expérimentation
B L O Q U E - I - . Capítulo XVII
Des données polliniques ont été recueillies sur certains
sites, A Petra et Carcu-Modria, elles indiquent la présence
d’une phase intensive d’occupation ; il y a une ouverture
croissante de la forêt, une diminution des cistes ainsi que
des fougères et la présence de céréales, de légumineuses.
On note la présence de chêne, hêtre, frêne, essences utilisées
pour la fabrication de haches polies.
L’experimentation
En nous basant sur les différentes études menées, nous
avons réalisé un travail expérimental de chaîne opératoire
de hache polie : de la recherche de matières premières à
la réalisation de l’outil. L’expérimentation nous a permis de
reproduire les haches à partir de roches locales afin de mieux
appréhender la conception de celles-ci.
En premier lieu, nous avons recherchés des roches de
même nature que les objets archéologiques. Afin de réaliser
la chaîne opératoire qui suit nous avons utilisé des péridotites
serpentinisées affleurant le long de la route de Morosaglia
en centre Corse.
La mise en forme de l’ébauche s’est faite à l’aide d’un
percuteur de pierre (un galet). En frappant en percussion
directe avec le percuteur sur le plan de frappe, nous obtenons
des éclats de roches. L’enlèvement de plusieurs éclats nous
permet de dégager un tranchant. Puis des bords et un talon.
Nous obtenons une ébauche taillée de hache polie, cette
étape dura 1h30.
Nous avons bouchardé l’ébauche durant 3h30, cette
opération a été suivie du polissage de la lame. Nous avons
effectué le polissage de l’ébauche sur une dalle de grès
durant 2h40, en ajoutant du sable et de l’eau sur la dalle afin
qu’il y ait un effet abrasif plus important. La lame est polie
mais la surface de la hache n’est pas tout à fait lisse. Il a
été nécessaire de réaliser une seconde phase de polissage
afin d’obtenir une lame parfaitement polie.
Nous avons poli l’ébauche durant 2h40 sur un petit
polissoir à grains fin, en y ajoutant de l’eau ; l’action de la
lame sur le polissoir à grains fins donne une boue abrasive
qui permet un polissage plus soigné. Nous obtenons donc
une lame polie au niveau du tranchant et des flancs. Les
bords et le talon sont simplement bouchardés par gain de
temps. Le polissage du tranchant permet une meilleure
résistance et une meilleure pénétration lors de l’utilisation
en percussion lancée.
La deuxième étape importante de la chaîne opératoire
d’une hache polie est la fabrication du manche.
Les données archéologiques ont démontré que les
hommes préhistoriques utilisaient des bois mi-durs à durs
comme les chênes, les frênes ou les hêtres pour fabriquer
les manches. Nous avons choisi de fabriquer le manche de
notre hache en chêne.
160
Nous avons écorcé une partie du manche à l’aide d’un
éclat de silex non retouché, afin de le régulariser. Puis nous
avons continué cette étape à l’aide d’une défense de sanglier.
Les exemples archéologiques nous ont montré, que sur le site
de Chalain 3, des défenses de sangliers ont été employées
pour le raclage, le grattage ou le façonnage d’outils ou de
peaux. (Rachez E.; Pétrequin P., 1997). L’opération d’écorçage
et de raclage a duré 15 minutes.
Par la suite, nous avons creusé une mortaise à l’aide d’un
ciseau en pierre et d’un percuteur durant 4 Heures.
L’ultime étape de la chaîne opératoire d’une hache polie
est l’assemblage du manche et de la lame, nous avons choisi
d’effectuer un collage de ces deux éléments en réalisant
différentes étapes. Nous avons fabriqué un adhésif à partir
de résine de pin et de cire d’abeille.
Le mélange des deux produit une colle élastique et
résistante. La résine de pin brûlée ne colle pas, elle s’effrite,
c’est pour cela que nous avons rajouté de la cire d’abeille.
Nous avons choisi de faire brûler la même quantité de
résine et de cire (30 g) durant quelques secondes (20 s).
Nous obtenons une colle liquide qui durcit en refroidissant.
La dernière étape est l’assemblage de la lame de pierre et
du manche. Nous avons mis la colle chaude dans la mortaise
puis nous avons enchâssé la lame à l’intérieur.
Nous avons ajouté un lien autour de la hache, afin de
maintenir la lame dans la mortaise et laissé sécher la colle
durant quelques heures.
Nous obtenons une petite hache polie à emmanchement
direct, de 43 cm de long. La chaîne opératoire de cette hache
a duré un peu plus de 13h35 de la taille de l’ébauche à la lame
emmanchée. La longueur (5,9 cm), la forme triangulaire, la
roche ainsi que le poids de la lame polie correspondent aux
données inventoriées en Corse. Les hommes préhistoriques
ont pu donc réaliser ce type d’outils et s’en servir comme
haches de façonnages ou la coupe de petits arbustes. En
aucun cas ce genre de hache aurait pu servir pour l’abattage
de grands fûts.
Antonia COLONNA
Figure 3. Expérimentale de la chaîne opérationnelle
161
Les haches polies de la Corse : données archéologiques appliquées à l’expérimentation
B L O Q U E - I - . Capítulo XVII
Conclusion
Les différentes études archéologiques, palynologiques,
typologiques et pétrographiques ont aidés à mieux
appréhender la réalisation de chaînes opératoires
expérimentales.
L’étude typologique nous a permis de connaître la
morphologie des haches corses ainsi que leurs morphométries.
La pétrographie nous a indiqué la nature des roches,
essentiellement d’origines locales et la palynologie nous a
renseigné sur les essences présentes en Corse à l’époque
préhistorique. Enfin, les données archéologiques extérieures
à la Corse ont aidé à la réalisation de certaines étapes,
notamment du manche en bois, élément non découvert à
ce jour en Corse.
L’analyse de ces données et l’application à la
l’expérimentation de leurs résultats nous ont donc permis
d’appréhender la chaîne opératoire d’une hache polie, de la
recherche de matière première à l’objet fini. Cette étude a
permis de connaître les temps de réalisations d’une hache
de petites dimensions et sa possible utilisation.
L’interdisciplinarité dans ce genre de travail permet de
porter des regards d’ensemble sur les travaux expérimentaux,
l’apport d’autres disciplines dans notre étude telle que la
tracéologie pourrait apporter de nouvelles données dans
l’analyse des haches polies corses et dans la réalisation
d’études expérimentales.
Figura 4. Résultat
Bibliographie
COLONNA, A. (2007): Les haches polies de la Corse: typologie
et comparaison avec la Toscane. Programme Interreg III,
Felici Edizioni, Pise.
COLONNA, A. (2006): Les haches polies de la Corse : inventaire,
typologie, comparaison avec la Toscane et expérimentation.
Thèse d’Archéologie, Université de Corse, 680p.
COLONNA, A. (2006): «Tools of the Environmental Exploitation
to the Corsican Neolithic: Polished Stones Axes». ISEIM
2006- International Symposium on Environment Identities
and Mediterranean area.
COLONNA, A. (2002): «La chaîne opératoire relative à la
fabrication d’une hache polie». Cahiers Corsica 199-200-201,
éd. F.A.G.E.C., Borgo: 72-76.
162
RACHEZ, E.; PETREQUIN, P. (1997): «Un biseau naturel : l’incisive
de castor, Les sites littoraux néolithiques de Clairvaux-leslacs et de Chalain (Jura) – III- Chalain station 3, 3200-2900
av. J-C «. Ed de la maison des Sciences de l’homme, Paris,
vol.2: 523-527.
REILLE, M. (1976): Histoire de la végétation de la montagne
corse depuis le Tardiglaciaire. C.N.R.S.
Antonia COLONNA
- XVIII Procesando pescado: reproducción de las
huellas de uso en cuchillos de sílex experimentales
Virginia GARCÍA DÍAZ* y Ignacio CLEMENTE CONTE**
* Departamento de Prehistoria, Universidad Autónoma de Barcelona.
** Departamento Arqueología y Antropología, IMF-CSIC.
Resumen
El consumo de pescado en la prehistoria ha sido registrado
en numerosos yacimientos de diversas cronologías. Sin
embargo a nivel funcional el procesado de pescado no ha sido
generalmente identificado en los instrumentos analizados y
tampoco ha sido objeto de estudio recurrente en la mayoría
de programas experimentales. En este trabajo presentamos
Palabras clave:
los resultados de un programa experimental realizado con
instrumentos experimentales de sílex y orientado a identificar
los diversos rastros de uso que se producen en varias de
las actividades relacionadas con el procesado de pescado:
descamado, corte de cabezas y fileteado.
Traceología, pescado, prehistoria, experimentación.
Abstract
Prehistoric use of fish as a resource has been documented
in many sites of different chronology. However the study
of use-wear originated by fish processing as well as
experimental studies on this subject have not been very
common. The present work illustrates the results o fan
Key words:
experimental program carried out on experimental flint
artifacts and which aim was to identify the characteristics of
the use wears originated by the different activities related to
the processing of fish: descaling, head cutting and filleting.
Usewear, fish, Preshistory, experimental archaeology.
Introducción
El interés por conocer los recursos litorales explotados por
los grupos prehistóricos, y más concretamente las técnicas de
pesca y el procesado del pescado, ha derivado a realizar una
serie de experimentaciones también desde el campo de la
traceología o análisis funcional. A este hecho ha contribuido
el reconocimiento de huellas de uso relacionadas con esta
actividad en instrumentos arqueológicos (Semenov 1981
[1957]; Moss 1983; Vila 1985; Clemente 1995 y 1997; Briels
2004, entre otros).
El registro de un número elevado de instrumentos con
rastros de uso atribuidos al procesado (descamado/limpieza/
fileteado) de pescado en el sitio del neolítico final de La
Esparragosa (Clemente y García 2008; Ramos et al. 2008)
nos ha llevado a plantear una experimentación concreta
para intentar discernir las distintas actividades realizadas
con esos instrumentos.
En este trabajo también realizamos una revisión
bibliográfica de la descripción de los rastros de uso llevada
a cabo por diferentes investigadores e investigadoras
especialistas en traceología.
163
Procesando pescado: reproducción de las huellas de uso en cuchillos de sílex experimentales
B L O Q U E - I - . Capítulo XVIII
Rastros de uso y pescado: revisión bibliográfica
La revisión bibliográfica nos ha permitido la recopilación
de tan solo una decena de trabajos que hacen referencia a
esta problemática. Los primeros trabajos se remontan a la
publicación de S.A. Semenov, quien documenta la existencia
de cuchillos para el procesado en un yacimiento mesolítico
de Crimea. (Semenov 1981[1957]), sin embargo no menciona
nada respecto a la experimentación realizada y sus resultados.
Entre los primeros trabajos descriptivos de determinados
micro rastros como son los micropulidos, encontramos
publicaciones como la de L.H. Keeley (1980) o P. C. Vaughan
(1985), en las que mencionan una experimentación con
pescado, pero engloban las observaciones y descripciones
en la categoría general de carne o carnicería. Las primeras
descripciones de los resultados experimentales los
encontramos también para esas mismas fechas en los
trabajos de: P. C. Anderson (1981), E. H. Moss (1983) y H.
Plisson (1985). En sus experimentaciones con diversos tipos
de pescado, recogen unas huellas caracterizadas por un pulido
mate y la aparición de bandas de pulido lineales y presencia
de abundantes estrías. No coinciden entre sí en el grado de
embotamiento del filo ya que para H. Plisson y E.H. Moss éste
está fuertemente embotado mientras que para P. Anderson
es más bien ligero. También es necesario citar el trabajo de
A. van Gijn (1984/85/86), en el que considera casi imposible
determinar las huellas de uso producidas por el procesado
de pescado en materiales arqueológicos. Esta misma autora
vuelve a describir muy brevemente los resultados de sus
experimentaciones en otro trabajo posterior (Gijn 1990).
En la década de los 90 es cuando se retoma esta
problemática desde diversos centros de investigación. Así
pues, C. Gutiérrez realiza una experimentación para su tesis
doctoral en la que caracteriza el pulido de pescado como
“brillante, y con una textura áspera y rugosa” (Gutiérrez
1990: 365), observando una diferenciación del las huellas
registradas si el instrumento contacta con material duro
como las espinas o solo con material blando como la carne.
Por otra parte, distingue tres tipos diferentes de estrías, que
caracteriza como “de fondo liso en surcos paralelos”, “en
cinta” y “de fondo rugoso”. (Gutiérrez op cit.: 365).
En trabajos anteriores realizados por uno de
nosotros (Clemente 1995) llevamos a cabo una serie de
experimentaciones con diversas materias primas líticas
(sílex, cinerita y riolita) y en las que diferenciamos los rastros
según las actividades realizadas y el contacto con materias
de diversa dureza (carne, escamas, espinas). Más tarde se
completó con el análisis de cuchillos en costilla de alce
utilizados para descamar pescado (Clemente et al. 2002,
Clemente y Gyria 2003).
G.F. Korobkova y V.E.Shchelinsky (1996) se deciden
a publicar los resultados de una antigua y extensa
experimentación del laboratorio de San Petersburgo en la que
se incluyen más de 100 instrumentos, de diversas materias
primas líticas, usados sobre diversas especies de pescado.
Las huellas que registran se centran principalmente en el
pulido y las melladuras. El pulido es descrito como: mate,
diseminado y poco delimitado. Las estrías, según los autores
el rasgo más diagnóstico de las acciones realizadas, son poco
observables en los trabajos de corte mientras que en los de
descamado son de diversos tipos, se registran en ambas
caras y están orientadas perpendicularmente al filo activo.
M.R. Ioviono (2002) experimenta con instrumentos en
otra materia prima lítica diferente, la obsidiana. Este trabajo
presenta como novedad la clasificación de las escamas,
según su tamaño y dureza, como elemento importante en
la aparición y desarrollo de los rastros de uso; así como la
diferenciación de las huellas producidas por el procesado
del atún en relación con otras especies.
Por último, cabe destacar el trabajo experimental realizado
por I. Briels (2004), eviscerando y descamando pescados de la
zona Caribe. Al igual que otros investigadores considera que
en materiales arqueológicos los rastros se pueden confundir
con los de carnicería. En sus experimentos usados para
eviscerar documenta un pulido en puntos aislados y estrías
en varias direcciones, por lo general es mate aunque a veces
brillante y el filo no presenta redondeamiento. En el caso
del descamado describe un pulido con muchas variaciones,
también sin redondeamiento de los filos pero con melladuras
planas de forma trapezoidal.
Rastros de uso y pescado: una nueva experimentación
Como acabamos de ver, las descripciones de los rastros
de uso relacionados con el pescado tienen una variabilidad
muy amplia. La observación en materiales arqueológicos
de La Esparragosa (Chiclana de la Frontera, Cádiz) de un
elevado porcentaje de instrumentos líticos (58%) con rastros
atribuibles al trabajo de pescado (Clemente y García 2008;
164
Ramos et al. 2008; García 2009), nos ha llevado a plantearnos
la necesidad de volver de nuevo a la experimentación para
poder explicar la generación y distribución de unos rastros
muy desarrollados y con unas características específicas.
Para esta ocasión hemos utilizado un sílex de grano fino
proveniente de la región del Donetsk en Ucrania y las especies
Virginia GARCÍA DÍAZ y Ignacio CLEMENTE CONTE
de pescado trabajadas han sido: palometa (Brama brama),
lenguado (Solea vulgaris), dorada (Sparus aurata), lubina
(Dicentrarchus labrax) y salmonete (Mullus sumuletus).
El objetivo de la experimentación era asilar y determinar
que rastros se producen según la actividad realizada.
Los instrumentos han sido utilizados durante un tiempo
que varía desde los 5 minutos hasta una hora. Tan solo
en una ocasión se utilizó un mismo filo para realizar
todas las actividades en conjunto, por un intervalo total
de 60 minutos, para descamar, cortar cabezas y filetear
salmonetes (Tabla 1).
Los instrumentos experimentales fueron limpiados en
cubeta ultrasónica para eliminar los residuos adheridos.
Para ello se han realizado baños en Hcl diluido al 10% y
baños de H2O2 para extraer los residuos orgánicos. Una
buena limpieza de los abundantes residuos procedentes
del pescado es imprescindible para observar los rastros
de uso sin dar cabida a posibles confusiones.
Especie trabajada
Actividad realizada
Tiempo de uso en min
Palometa (Brama brama)
Descamado
10
Descamado
30
Fileteado
15
Descamado
40
Corte de Cabezas
10
Fileteado
40
Descamado
45
Descamado
60
Corte de Cabezas
5
Corte de Cabezas
10
Corte de Cabezas
15
Fileteado
15
Fileteado
30
Fileteado
45
Descamado
15
Descamado
30
Descamado
45
Fileteado
15
Fileteado
30
Fileteado
45
Descamado+corte cabeza
+extracción espinas
60
Lenguado (Solea vulgaris)
Dorada (Sparus aurata)
Lubina (Dicentrarchus labrax)
Salmonete (Mullus sumuletus)
Tabla 1. Programa experimental: especies procesadas, actividad realizada y tiempo de uso de los instrumentos
165
Procesando pescado: reproducción de las huellas de uso en cuchillos de sílex experimentales
B L O Q U E - I - . Capítulo XVIII
Descripción de los rastros observados
Descamado1
El movimiento realizado para descamar un pescado es
predominantemente transversal al eje del filo y se realiza con
un ángulo de trabajo bastante plano. De ahí que, aunque los
micro-rastros se puedan observar en ambas caras, siempre
son más desarrollados e invasivos en la cara de contacto;
mientras que las melladuras se localizan principalmente
en la cara contraria2. Según la especie de pescado que se
trate, las características de las escamas (tamaño, dureza,
flexibilidad, etc.) son diferentes y, en consecuencia, los rastros
adquieren también distintos grados de desarrollo en un mismo
tiempo de uso. Las melladuras son de tamaño diverso y con
formas predominantemente semicirculares (planas) y en
‘media luna’ (más abruptas) y con una distribución bastante
homogénea a lo largo del filo (Fig.1-1). Cuanto el tiempo
de uso aumenta, éstas van superponiendose unas a otras
formando un filo ligeramente escalonado. El micropulido
se forma con bastante rapidez, pues a los 15 minutos ya
alcanza un grado de desarrollo considerable. Es muy invasivo,
llegando a penetrar considerablemente en la pieza (Fig.12). Aunque comienza formándose en el propio borde y las
zonas elevadas de la microtopografía, el encadenamiento
de las zonas pulidas se va uniendo hasta alcanzar una trama
cerrada, registrándose en una misma pieza tramas abiertas,
semi-cerradas y cerradas. El pulido es de morfología plana y
de aspecto rugoso, con un brillo mate y ‘graso’3. No Hemos
registrado ningún tipo de estrías en estas experimentaciones
y el redondeamiento es ligero y más notable en las zonas
donde no se producen melladuras.
Corte de cabezas
La actividad de corte pone en relación al instrumento
con la materia trabajada con un ángulo más o menos recto
y con un movimiento longitudinal o paralelo al eje del
filo. En este caso, el filo entra en contacto con materias
1. En nuestra experimentación hemos analizado también instrumentos utilizados
para eviscerar pescados. Como parte de esta actividad se realiza con las manos
y el contacto del instrumento es muy tenue al usarse solo para abrir el animal,
los rastros que se producen son muy débiles, confundibles con los de actividades
de carnicería poco desarrollados y a nivel arqueológico fáciles de enmascarar
por procesos taxonómicos. También, por cuestiones de espacio en este trabajo
preferimos no desarrollar su explicación.
2. En los materiales arqueológicos de La Esparragosa, normalmente cuchillos
compuestos con varios fragmentos de lámina y enmangue paralelo, ambas caras
del filo están indistintamente en contacto con el material trabajado, pues son tan
efectivos en una dirección como en otra. De ahí que los rastros ocupen la mayor
parte de ambas superficies –dorsal y ventral – del instrumento.
3. Los términos utilizados en las descripciones del micropulido están explícitos
en trabajos anteriores (González e Ibáñez 1994, Clemente 1997).
166
de dureza diversa: piel/escamas, carne y hueso/espinashecho que se refleja también en los rastros de uso. Las
melladuras son mayoritariamente en formas semicirculares
y triangulares, de tamaño mediano-grande y más profundas
y con terminaciones más abruptas que en el caso del
descamado (Fig. 1-3). Se registran a lo largo de ambas caras
del filo y tienen diversas orientaciones. Debido al contacto
con esas diferentes materias, el micropulido presenta
también diversas características. Por una parte, un pulido
de trama más bien compacta se limita a las zonas limítrofes
del filo, ocupando especialmente las zonas elevadas de
la microtopografía y las aristas de las melladuras, que
se redondean según la cinemática ejercida. Este pulido
es brillante, entre plano y ligeramente voluminoso y con
numerosas depresiones no colmatadas en su superficie que le
confieren un aspecto rugoso. En superficies más amplias, más
hacía el interior de la pieza el pulido refleja una trama entre
semi-cerrada y cerrada, de brillo más mate y aspecto graso,
con pequeños puntos (en las zonas elevadas) más brillante
y de trama más compacta (Fig. 2-4), como consecuencia de
la combinación de una materia blanda (carne) y una dura
(hueso). Al igual que con el resto de las actividades testadas
en esta experimentación no hemos registrado la formación
de estrías y el redondeamiento es escaso debido al continuo
mellamiento del filo al contactar con las vértebras y se
localiza solamente en vértices y aristas de las melladuras
a nivel microscópico.
Fileteado
Se trata de otra actividad en la que también el instrumento
entra en contacto con ambas materias: carne y hueso. Sin
embargo en esta ocasión el ángulo de trabajo es diferente
(variando entre los 15º y 30º) y el movimiento o cinemática
del útil es más complejo ya que combina tanto una acción
longitudinal como transversal. Ambas caras del filo están
en contacto con la materia trabajada, sin embargo mientras
una (la superior) está en contacto con la carne, la inferior
contacta más con la espina dorsal del animal fileteado. Esto
hace que por ejemplo las melladuras, aunque aparezcan en
ambas caras, se reflejen más en la que con contacta con el
hueso. Éstas son predominantemente semicirculares y de
tamaño pequeño-mediano y con una distribución bastante
homogénea a lo largo del filo (Fig. 1-5). El micropulido que se
forma es muy invasivo debido a que prácticamente toda la
superficie del instrumento entra en contacto con la materia
trabajada. En ocasiones también se documenta un pulido
brillante de trama compacta muy marginal, junto al filo,
debido al contacto con el hueso (Fig. 1-5). En el resto de la
Virginia GARCÍA DÍAZ y Ignacio CLEMENTE CONTE
Figura 1. Rastros de uso producto de diversas actividades con pescados: 1 y 2: Descamado. 3 y 4: corte de cabezas. 5 y 6: fileteado.
Las fotos 1 y 3 están tomadas a 100x, el resto a 200x
167
Procesando pescado: reproducción de las huellas de uso en cuchillos de sílex experimentales
B L O Q U E - I - . Capítulo XVIII
superficie, el micropulido puede ser de trama semicerrada a
cerrada, algo más brillante que el de descamado, también de
aspecto graso y con numerosas depresiones semicirculares
en su superficie (Fig. 1-6). Si el instrumento ha sido utilizado
de forma que las dos caras del instrumento han estado en
contacto con las mismas materias el micropulido es similar
en ambas; si tan solo una de ellas ha estado en contacto con
la parte esqueletaría del animal, entonces en la contraria el
pulido es más tenue, menos brillante y de trama más abierta.
Tampoco se produce un redondeamiento de los filos acentuado
y no se documentan estrías en esta actividad.
Con uno de los instrumentos experimentales realizamos
una combinación de las distintas actividades. Se utilizó
durante sesenta minutos para descamar, cortar cabezas
y extraer las espinas de salmonetes (Mullus sumuletus),
consiguiendo con ello una combinación de todos los rastros
de uso.
Conclusión
Con esta experimentación hemos podido comprobar que
cada actividad -descamado, corte de cabezas y fileteadorelacionadas con el procesado de pescado, deja en las
superficies de los instrumentos líticos unos rastros específicos.
Aunque en el registro arqueológico no exista una selección
de los instrumentos para realizar una actividad determinada,
sino más bien al contrario que con un mismo instrumento
se realice todas las actividades; esta experimentación nos
puede ayudar a comprender esa combinación de rastros
presente en los materiales arqueológicos, pudiendo identificar
determinados rastros con actividades concretas. Esto lo
hemos podido comprobar en los instrumentos arqueológicos
de La Esparragosa, los cuales están relacionados con todos
los tipos de actividades documentadas en el procesado de
pescado, pues con ellos descamaron, cortaron cabezas y
filetearon (Clemente y García 2008; Ramos et al. 2008; García
2009). Además el grado de desarrollo de los mismos infiere
un uso prolongado de los instrumentos y el número elevado
de los mismos una gran importancia del pescado para la
economía de los pobladores del litoral en esos momentos
del IV milenio. Si previamente a esas actividades esos
instrumentos fueron utilizados para procesar otros productos
cárnicos no podemos determinarlos ya que los rastros de
uso habrían sido enmascarados por las últimas actividades
productivas desarrolladas con ellos.
Agradecimientos
Este trabajo se inserta dentro del Proyecto I+D+I
(HAR2008-04461/HIST): Recursos olvidados en el estudio
de grupos prehistóricos: el caso de la pesca en sociedades
meso-neolíticas de la llanura rusa. Financiado por Ministerio
de Ciencia e Innovación (MCI) del gobierno de España.
Bibliografía
ANDERSON, P (1981): Contribution methodologique a l´analyse
des microtraces d´utilisation sur les ouils prehistoriques.
Tesis doctoral, Universidad de Burdeos I.
CLEMENTE CONTE, I (1997): Los instrumentos líticos de
Túnel VII: una aproximación etnoarqueológica. Treballs
d’Etnoarqueología 2. CSIC, Madrid.
BRIELS, I. (2004): Use wear analysis on the archaic flint
assemblage of Plum Pice, Saba: A pilot study. Tesis doctoral,
Universidad de Leiden.
CLEMENTE, I.; GYRIA, E. Y.; LOZOVSKA, O. V. Y LOZOVSKI, V.
M. (2002): “Análisis de instrumentos en costilla de alce,
mandíbulas de castor y caparazón de tortuga de Zamostje
2 (Rusia)”. En Clemente, I. et al. (eds.): Análisis Funcional:
su aplicación al estudio de sociedades prehistóricas. B.A.R.
International Series 1073, pp.187-196. Oxford.
CLEMENTE CONTE, I (1995): Instrumentos de trabajo líticos
de los Yámanas (caneros-nómadas de la Tierra del Fuego):
una perspectiva desde el análisis funcional. Tesis doctoral,
Universidad Autónoma de Barcelona (U.A.B.). http://ccuc.
cbuc.cat/search*cat/t?SEARCH=Instrumentos+de+trabajo
+l%C3%ADticos+de+los+Y%C3%A1manas+&sortdropdo
wn=-&searchscope=23
168
CLEMENTE, I.; GYRIA, E. Y. (2003): “Análisis de los instrumentos
en costillas de alce del sitio Zamostje 2 (Nivel 7, excavaciones
de los años 1996-7)” (en ruso). Archaeological News, 10,
San Petersburgo: 47-59.
Virginia GARCÍA DÍAZ y Ignacio CLEMENTE CONTE
CLEMENTE, I.; GARCÍA, V. (2008): “Yacimientos arqueológicos
de la Bahía de Cádiz. Aplicación del análisis funcional a
los instrumentos de trabajo líticos del Embarcadero del
río Palmones, La mesa y La Esparragosa”. En Ramos, J.
(coord.), La ocupación prehistórica de la campiña litoral y
banda atlántica de Cádi. Aproximación al estudio de las
sociedades cazadoras-recolectoras, tribales comunitarias
y clasistas iniciales. Arqueología Monografías. Junta de
Andalucia. Sevilla: 185-198.
GARCÍA DÍAZ, V. (2009): Cuchillos de sílex para el procesado
de pescado en el neolítico final gaditano: el yacimiento de
La Esparragosa (Chiclana de la Frontera, Cádiz). Trabajo
de Investigación de 3er ciclo. Universidad Autónoma de
Barcelona.
GIJN, A. L. VAN (1984/85/86): “Fish polish: fact and fiction”.
Early Man News, 9-10-11. Part I, pp. 13-28. Edited for
the Comission for the Palecology of Early Man of INQUA
(International Union for Quaternary Research). Tübingen.
GIJN, A. L. VAN (1990): The Wear and Tear of Flint. Principles of
Functional Analysis Applied to Dutch Neolithic Assemblages.
Analecta Praehistorica Leidensia 22. Leiden.
GONZÁLEZ, J.E.; IBÁÑEZ, J.J. (1994): Metodología del análisis
funcional de instrumentos tallados en sílex. Cuadernos de
Arqueología nº 14. Universidad de Deusto, Bilbao.
GUTIÉRREZ SÁEZ, C. (1990): Huellas de uso: pautas de análisis
experimental. Tesis Doctoral, Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED).
IOVINO, M.R. (2002): “Processing fish with Obsidian Tools: the
microwear”. En Jerem, E y Biró, K.T (ed). Archaeometry 98.
Proceedings of 31th Symposium, Budapest, April 26-May
3, 1998.. Archaeolingua Central European Series 1. BAR,
S1043: 203-206
KEELEY, L.H. (1980): Experimental Determination of Stone Tool
Uses. A Microwear Analysis. Prehistoric Archaeology and
Ecology Series. The University of Chicago Press.
KOROBKOVA, G.F.; SHCHELINSKY, V.E. (1996): Metodika Mikromakroanalisza drevnij orudii truda. Possiiskaia Akademia
Nauk. Institut Isturii Materialnoi Kulturi. Chast 1. SantPetersburg.
MOSS, E.H. (1983): The functional analysis of Flint implements.
Pincevint and Pont d´Ambon: Two Case studies from the
French Final Paleolithic. BAR International Series, 117. Oxford.
PLISSON, H. (1985): Etude foncionnelle d´outillages lithiques
préhitoriques par l´analyse des micro-usures: recherche
méthodologique et archéoloqique . Thèse présentée à
l´Universitée de Paris I, Pantheon Sorbonne.
RAMOS, J, PÉREZ, M, CLEMENTE, I GARCÍA, V, RUÍZ, B, GIL,
M.J., VIJANDE, E, SORIGUER, M, HERNANDO, J Y ZABALA,
C. (2008): “La Esparragosa (Chiclana de la Frontera). Un
asentamiento con campo de silos en la campiña de Cádiz,
del IV milenio A.N.E”. Actas del IV Congreso de Neolítico
Peninsular.27-30 de noviembre de2006. Tomo I. Museo de
Arqueología de Alicante: 385-392.
SEMENOV, S.A. (1981[1957]): Tecnología prehistórica: estudio de
las herramientas y objetos antiguos a través de las huellas
del uso. Ed. Akal, Madrid.
VAUGHAN, P. C. (1985): Use-wear Analysis of flaked Stone Tools.
The University of Arizona Press. Tucson, Arizona.
VILA I MITJÀ, A. (1985): El ‘Cingle Vermell’ assentament de
caçadors-recol.lectors del Xè mil.leni B.P. Excavacions
Arqueologiques a Catalunya. Departament de Cultura de la
Generalitat de Catalunya nº 5, Barcelona.
169
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ y Ignacio MARTÍN LERMA
- XIX Análisis tecnológico del conjunto laminar de
Cabezos viejos (Archena, Murcia, España):
una aproximación experimental
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ*, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ** y Ignacio MARTÍN LERMA***
* Sílex. Arqueología y Difusión del Patrimonio S.L. ** Dpto. de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma de Madrid.
*** Dpto. de Prehistoria y Arqueología. UNED.
Resumen
Este trabajo se centra en el estudio del material lítico
procedente del enterramiento colectivo de Cabezos Viejos,
(Archena, Murcia, España). La identificación del método y la
técnica empleados para la confección de los útiles se apoya
Palabras clave:
en su lectura tecnológica, donde la analogía experimental
permite una contrastación con las piezas arqueológicas con
el objetivo de poder determinar la secuencia de talla y los
gestos empleados en este yacimiento.
Arqueología Experimental, tecnología lítica, traceología, huellas de Talla, Calcolítico.
Abstract
The aim of this paper is to study the lithic material from
Cabezos Viejos, (Archena, Murcia, Spain). The identification
of the methods and techniques employed for the making of
the tools proceeds from their technological lecture, where the
Key words:
experimental analogy permits to contrast the archaeological
pieces, that way, we can determine their knapping sequence
and the gestures used during the occupation of this site.
Experimental Archaeology, lithic Technology, traceology, knapping Microwears, Calcolithic.
Introducción
El presente trabajo constituye un estudio tecnológico
de los soportes laminares del conjunto lítico tallado, que
forman parte de los ajuares documentados en la cueva
de enterramiento colectivo calcolítico de Cabezos Viejos
(Archena, Murcia). El espacio funerario consiste en una
cavidad abierta a partir de una grieta, orientada al SE, con
una sala principal (Cámara A) y una cámara lateral (Cámara
B), con mayor riqueza, en cantidad y calidad, en ajuares
pulimentados y elementos de adorno personal en este
último espacio.
Este conjunto de industria lítica tallada está compuesto
por 271 hojas, 2 puñales y 40 puntas de flecha en sílex. Nuestro
objetivo es aplicar una lectura tecnológica a las láminas,
1. De las 27 piezas originales, una no ha podido ser analizada por no haber
tenido acceso a ella.
partiendo de la caracterización morfológica y la identificación
de estigmas de talla presentes en ellas, tomando como
referencia diversos programas experimentales. Por una parte,
los desarrollados por Pierre-Jean Texier, Jacques Pelegrin,
Pierre Bodu y Jacques Tixier, que han aportado un conjunto
total de 1493 hojas analizadas e incluyen series desbastadas
por percusión directa, percusión indirecta y presión (Gallet
2002: 41). En segundo lugar, por programas experimentales
propios desarrollados recientemente (Marin de Espinosa
2008), que amplían la variabilidad dentro de cada técnica.
El reconocimiento de las técnicas y la interpretación de los
estigmas permanecen indisociables al análisis de métodos
prácticos y objetivos del desbastado, que parten de un análisis
tecnomorfológico capaz de reconocer las cadenas operativas
desarrolladas y las posibles hipótesis de trabajo para la
obtención de los productos documentados (Pelegrin 1990).
171
Análisis tecnológico del conjunto laminar de cabezos viejos (Archena, Murcia, España): una aproximación experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XIX
La experimentación y contrastación arqueológica
A los datos experimentales derivados de los protocolos ya citados, hemos añadido un programa que contemplase los
distintos aspectos de la talla lítica.
Sistema de talla
Percutor/
Puntero
Abrasión
Preparación
Talla
Percutor/
puntero
prep.
Nº
piezas
Perc. directa
Asta
Arenisca
-
-
-
4
Perc. directa
Asta
Arenisca
Centrado
Percusión directa
Asta
2
Perc. directa
Asta
Arenisca
Centrado
Percusión indirecta
Asta
2
Perc. indirecta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión indirecta
Asta
4
Perc.indirecta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Asta
2
Perc.indirecta
Cobre
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Asta
2
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión indirecta
Asta
4
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Asta
2
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión indirecta
Cobre
2
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Cobre
2
Presión muleta
Cobre
Arenisca
Facetado
Percusión indirecta
Cobre
4
Presión muleta
Cobre
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Cobre
2
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión indirecta
Asta
2
Presión muleta
Asta
Arenisca
Facetado
Percusión directa
Asta
2
Tabla 1. Programa experimental con las subvariables que intervienen en la talla
El estudio, por tanto, queda orientado al diagnóstico de
las técnicas de talla mediante la observación macroscópica
(análisis morfológico y reconocimiento de estigmas
tecnológicos) y microscópica (huellas de talla que identifiquen
el gesto y los útiles empleados). Las características objeto de
análisis han sido la tipometría (longitud, anchura, espesor y
peso), las morfologías de los perfiles, los talones (incidiendo
en diversos tipos de preparaciones específicas), los bulbos
y la presencia de estigmas derivados de la talla.
Aspectos tipométricos
Longitud
Los valores máximos de longitud se establecen en 194
mm para la hoja CV 02 y el valor mínimo para CV 05 con
62 mm. Existe una amplia dispersión de las longitudes en
las hojas obtenidas tanto por percusión directa y como por
presión. Los parámetros de centralización muestran una
longitud media de 121,95 mm para el conjunto, el valor que
172
ocupa la posición central es de 126 mm y el que encontramos
con mayor frecuencia es el de 108 mm. Los parámetros de
dispersión muestran un amplio rango de 120 mm, lo que
pone de manifiesto la amplia variación presente en las
longitudes del conjunto, por tanto, los valores aparecen
dispersos (29,09 mm). El coeficiente de variación muestra
unos datos próximos a 0,24.
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ y Ignacio MARTÍN LERMA
x
Md
Mo
R
121,958333
126
108
120
σ2
σ
846,789931
CV
29,0996552
0,2386
Tabla 2. Parámetros retenidos en la longitud de las hojas
Anchura
Se ha tomado como referencia tanto la anchura medida
en su extremo (proximal, mesial y distal que se expresan
en a1, a2, a3) como la anchura máxima (am). Los parámetros
de centralización ponen de manifiesto para a1 y a3, mayor
amplitud en los extremos proximales que en los distales.
Para a2, encontramos valores intermedios que suponen una
disminución de las anchuras con respecto al incremento de
la longitud. Los valores máximos de anchura en el extremo
proximal se han obtenido para el caso de las hojas cuyo
diagnóstico ha sido la técnica por presión. El valor que ocupa
la posición central y el más repetido se sitúa en torno a 20 mm.
Los valores de dispersión muestran cifras entre el máximo
y mínimo estables para a1 y a3 de 15,5 mm y es en a2, en
dónde volvemos a encontrar un valor alejado con 11,5 mm,
lo que implicaría un valor menos disperso para los extremos
mesiales y la tendencia en el conjunto a tener hojas con
zonas mesiales más anchas. Esta hipótesis la cotejamos
con el coeficiente de variación presente en a2, con 0,1676.
σ
CV
3,93282698
15,467128
0,1972
11,5
3,36282526
11,3085938
0,1676
20
15,5
3,75632799
14,11
0,2009
21
14
3,05151248
9,3117284
0,1434
Anchura
x
Md
Mo
R
a1
19,9411765
20
19
15,5
a2
20,0625
20
20
a3
18,7
20
am
21,2777778
21
σ2
Tabla 3. Parámetros retenidos en la anchura de las hojas
Espesor
En los parámetros de centralización, la media aritmética
en el espesor (ep1, ep2 ep3 y epm) de las hojas muestra en
ep1, el menor valor, con 4,9375 mm. El conjunto suele poseer
espesores más homogéneos en su extremidad proximal,
ampliándose en su parte mesial (5,3 mm) y reduciéndose en
la distal (5 mm). Los valores que ocupan la posición central
son constantes para todo el espesor de las hojas y los que
presentan mayor frecuencia son 4 mm para ep1 y ep2 y 3 mm
para el espesor distal. Existen por lo tanto un número superior
de hojas que tienden a poseer un espesor más homogéneo
en su parte proximal y mesial.
Los parámetros de dispersión indican unos valores menos
amplios para los extremos proximales, cercanos a 1,028 mm,
que van aumentando en su extremidad mesial (1,34 mm)
y alcanzan una dispersión mayor en el extremo distal con
valores que alcanzan los 1,59 mm. Por lo tanto, los espesores
suelen ser más constantes en su extremidad proximal y van
dispersándose en desarrollo de la longitud de la hoja, como
revela el coeficiente de variación.
σ
CV
1,05859375
1,02887985
0,2083
5
1,81
1,3453624
0,2538
3
5
2,75
1,6583124
0,3317
5
5,2
2,55102041
1,59719141
0,2727
Espesor
x
Md
Mo
R
ep1
4,9375
5
4
3,5
ep2
5,3
5
4
ep3
5
5
epm
5,85714286
5´5
σ2
Tabla 4. Parámetros retenidos en el espesor de las hojas
173
Análisis tecnológico del conjunto laminar de cabezos viejos (Archena, Murcia, España): una aproximación experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XIX
Peso
El conjunto laminar de Cabezos Viejos, supone un peso
total de 432 gramos. Entre las hojas completas sin retoque,
el peso máximo es de 35 gramos, mientras que el mínimo
lo encontramos en un peso de 5 gramos.
El desbastado
La identificación de las aristas
La identificación de cada soporte tiene el objetivo de poder
establecer el desarrollo de la secuencia de levantamientos
y la posición que ocupa cada producto en el orden del
desbastado. Se establece, por tanto, una clasificación en las
hojas atendiendo al número de aristas, en la que se distinguen
cuatro tipos (Gallet 2002: 37-38). A: Una arista longitudinal,
ausente en el yacimiento. B: Dos aristas longitudinales,
distantes la una del otra, suponen el 72% en Cabezos Viejos.
C: Dos aristas muy próximas que no se prolongan más de un
cuarto de la longitud total de la hoja, identificadas en el 20%
de las hojas arqueológicas. D: Tres aristas o más, alcanzan,
apenas el 8% del conjunto. Por otra parte, se observa para
las hojas CV01, CV06 y CV17 una preparación bipolar que
disminuye el volumen de masa y rectifica la curvatura de la
hoja. Este acondicionamiento del núcleo llega a dejar un
negativo procedente de una extracción ligeramente reflejada.
La presencia de córtex es localizada en los extremos distales
de las hojas y suponen un 24%.
Estos datos ponen de manifiesto en los ajuares la
presencia de un alto porcentaje de selección de hojas que
poseen dos aristas longitudinales distantes la una de la otra,
y destacan un tipo de soporte con mayor anchura y menor
espesor con respecto al tipo A y C. Para la obtención de este
soporte la percusión/presión se realiza entre la proyección
de las dos aristas.
Preparación de talones
En anteriores análisis experimentales (Gallet 2002: 78-79)
el ángulo de inclinación sobre la arista del plano de percusión/
presión, ha revelado valores para la percusión directa entre
64º y 74º y para la indirecta entre 79 º y 86º, mientras que
para la presión, está más próximo a los 90º. Para el caso
de Cabezos Viejos, el ángulo de inclinación sobre la arista
del plano de percusión/presión, tiene un valor máximo de
90º en CV04 y un valor mínimo entre 67º para la hoja CV23.
Los levantamientos espontáneos
Los levantamientos espontáneos han sido identificados
experimentalmente en hojas obtenidas por percusión directa
con percutor blando con el núcleo apoyado sobre el muslo,
estando parte de él en contacto con el cuero. Este tipo de
estigma aparece como desconchado aislado o en grupos,
directos o inversos a lo largo de los filos de las hojas. Sus
medidas varían de apenas unos milímetros hasta casi un
centímetro. Su presencia en los extremos distales se debe
al uso de una superficie de apoyo del núcleo durante su
inmovilización. Estos resultados nos han permitido determinar
el empleo de soportes distales en hojas arqueológicas y
experimentales, tanto en la obtención de hojas por presión
como por percusión indirecta.
Las huellas de talla
Se han analizado con microscopio metalográfico la
totalidad de los talones de la colección experimental
citada, así como todos los de la colección arqueológica de
Cabezos Viejos. Las distintas huellas de talla habían sido ya
estudiadas y, en este sentido, hemos ampliado ligeramente
el espectro conocido (Ibáñez et al 1987; Gutiérrez 1998).
La principal novedad ha sido la identificación de residuos
de cobre sobre aquellas piezas experimentales que han
utilizado este tipo de material como puntero/cincel bien
174
en la presión o en la percusión indirecta; en muchos menos
casos ha sido posible su caracterización en el material
arqueológico donde, apenas, ha aparecido sobre tres
piezas y en menor cantidad. Otras huellas como estrías de
percusión o embotamiento y pulimento procedentes de la
preparación del plano de percusión a modo de shearing han
sido igualmente evidentes en la experimentación y apenas
detectadas sobre las láminas arqueológicas.
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ y Ignacio MARTÍN LERMA
Conclusiones
Se pone de manifiesto para Cabezos Viejos, la
identificación de tres técnicas diferentes para la obtención
de láminas, bien por percusión directa, percusión indirecta
ordinaria, y presión. En conclusión, la aplicación de los
parámetros obtenidos en la experimentación al estudio de
hojas del ajuar funerario de Cabezos Viejos, nos permite
proponer el empleo de las siguientes técnicas: percusión
directa con percutor blando orgánico -1 hoja1-, percusión
indirecta -20 ejemplares-2, presión -5 hojas3-.
Si atendemos a la distribución de las hojas procedentes de
distintas técnicas dentro del espacio funerario, constatamos
que la mayor lámina de todo el conjunto –elaborada mediante
percusión indirecta- junto con todas aquellas obtenidas por
presión -que implican una mayor preparación y conocimiento
técnico- aparecen exclusivamente en la cámara B. Este hecho,
unido a la riqueza de elementos pulimentados y de adorno
personal, permite confirmar una segregación del espacio a
favor de los individuos enterrados en este recinto.
Figura 1. Lectura tecnológica. Tipometría y estigmas de talla
1. CV04.
2. CV01, CV02, CV05, CV06, CV08, CV09, CV10, CV11, CV13, CV14, CV16, CV17, CV18, CV19, CV20, CV21, CV22, CV23, CV25, CV26.
3. CV03, CV07, CV12, CV15, CV24
175
Análisis tecnológico del conjunto laminar de cabezos viejos (Archena, Murcia, España): una aproximación experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XIX
Figura 2. Huellas tecnológicas sobre los talones
176
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ y Ignacio MARTÍN LERMA
Bibliografía
BAENA, J. (1998): Tecnología lítica experimental. Introducción a
la talla de utillaje prehistórico, BAR International Series 271.
BINDER, D.; PERLES, C.; INIZAN, M.L.; LECHEVALLIER, M.
(1990): “Strategies de gestion des outillages lithiques au
Neolithique”. Paleorient, 2: 257-283.
GALLET, M. (2002): Pour une technologie des débitages laminaires
préhistoriques. CNRS, Paris.
GUTIÉRREZ SÁEZ, C. (1998): “Las huellas de talla”. En J. Baena
(coord.): Tecnología lítica experimental. Introducción a la
talla de utillaje prehistórico, BAR International Series 271:
205-210.
IBÁÑEZ, J.J.; GONZÁLEZ, J.E.; LAGÜERRA, M.A.; GUTIÉRREZ, C.
(1987): “Huellas microscópicas de talla”. Kobie, 16: 151-161.
INIZAN, M.L.; BALLINGER, M.R.; ROCHE, H.; TIXIER, J. (1995):
Technologie de la pierre taillée 4. C.N:R.S. Nanterre.
INIZAN, M.LL.; REDURON-BALLINGER, M.; ROCHE, H.; TIXIER,
J. (1999): “Technology and terminology of knapped stone”.
Prèhistoire de la Pierre Taillèe, tome 5. CREP. Nantèrre
MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ, J. A. (2008): El ajuar funerario
de Cabezos Viejos (Archena, Murcia): estudio tecnológico
de las hojas en sílex. D.E.A. inédito, Universidad de Murcia.
PELEGRIN, J. (1988): “Debitage expérimental par pression.
Du plus petit au plus grand”. Technologie préhistorique.
Journée d’études technologiques en Préhistoire. Notes et
monographies techniques 25: 37-53.
PELEGRIN, J. (2002): “La production des grandes lames de silex du
Grand Pressigny”. En Guilaine (dir.): Matériaux, productions,
circulations du Néolithique à l’Àge du Bronze. Séminaire du
Collêge de France: 131-150. Éditions Errance. Paris.
PELEGRIN, J.; MORGADO RODRIGUEZ, A. (2007): Primeras
experimentaciones sobre la producción laminar del Neolítico
reciente - Edad del Cobre del sur de la Península Ibérica. En
M.L. Ramos Sainz.; J.E. González Urquijo.; J. Baena Preysler
(coord.): Arqueología experimental en la Península Ibérica:
investigación, didáctica y patrimonio: 131-139.
TIXIER, J.; INIZAN, M.L.; ROCHE, H. (1980): Préhistoire de la
pierre taillée. 2 vols. Centre de Recherches et d’Etudes
Préhistoriques. Valbonne.
177
Antoni FERRER ROTGER
- XX El procesado de los cereales en Menorca
(Islas Baleares, España) durante la Edad del Hierro.
Una aproximación a partir de la etnología y
la Arqueología experimental
Antoni FERRER ROTGER
Resumen
En este trabajo se exponen los resultados de la
experimentación realizada con molinos de vaivén de la
Edad del Hierro de Menorca. El estudio se adentra también
Palabras clave:
en la posible dimensión simbólica de estos elementos, la
existencia de la cual permitiría explicar ciertas peculiaridades
de estos molinos.
Molinos manuales, Edad del Hierro, Menorca.
Abstract
In this work are exposed the results of the
experimentation with hand mills of the Iron Age of
Menorca. This study goes inside the possible symbolic
Key words:
dimension of these artefacts, whose existence could
explain some special characteristics of this kind of mills.
Manual mills, Iron Age, Menorca.
Introducción
Los molinos de vaivén constituyen un elemento
extraordinariamente abundante en el registro arqueológico
de la Edad de Hierro en la isla de Menorca pero, pese a
todo, continúan siendo unos útiles poco estudiados. A lo
largo del año 2007, y gracias a una beca de investigación
concedida por el Institut Menorquí d’Estudis, se llevó a cabo
un trabajo de análisis estadístico de los molinos de vaivén
que se encuentran depositados en el Museo de Menorca, con
la intención de establecer tipologías dentro de este conjunto
de utensilios, tanto en lo que respecta a su forma como a sus
dimensiones. Los molinos analizados proceden de poblados
de la Edad del Hierro situados en el tercio sureste de la isla
(Binicalaf, So Na Caçana, Talatí de Dalt, Torelló, Torre d’en
Galmés, Trebalúger y Trepucó).
En el contexto de esta investigación se llevaron a cabo
una serie de experimentos de molienda con algunos molinos,
con la intención de determinar el rendimiento y el modo
exacto de funcionamiento de estos útiles.
Para realizar estos experimentos, se seleccionaron tres
bases o partes pasivas y cuatro elementos móviles o partes
activas1. Estas últimas piezas se escogieron en función de
la forma de su parte ventral (la que está en contacto con
el cereal en el momento de la molienda) de manera que
estuvieran representadas las tres formas detectadas en el
conjunto estudiado: plana, cóncava y convexa. El trigo que
se utilizó fue el Triticum durum, la misma especie de la que
se había documentado la molienda, a través del análisis de
fitolitos, en tres de los molinos recuperados en el yacimiento
de Talatí de Dalt (Juan Tresserras y Matamala Mellin 2005).
1. Se dejó constancia, en las fichas de inventario del Museo de Menorca
correspondientes a estas piezas, de que han sido utilizadas en estos experimentos,
para evitar confusiones si, en un futuro, se pretende realizar algún tipo de análisis.
179
El procesado de los cereales en Menorca (Islas Baleares, España) durante la Edad del Hierro. Una aproximación a partir de la etnología y la arqueología experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XX
Figura 1. Base de molino menorquín de la Edad del Hierro (procedente del
yacimiento de Trepucó)
Debido a las enormes dimensiones de las partes móviles
de estos molinos (la longitud media está en torno de los 51
cm. y el peso medio en torno de los 25 Kg) partimos de la
hipótesis según la cual estos utensilios serian manejados
entre dos personas, de forma bastante diferente a los típicos
molinos de vaivén. Para las partes activas con la parte ventral
de forma convexa, por otro lado, nos planteamos que su
forma de utilización podría ser parecida a la de los batanes,
molinos líticos manuales utilizados aún en la actualidad en el
occidente de Bolivia y el norte de Perú. Estos molinos constan
de una piedra plana, fija, y una parte móvil llamada uña o
mama. La uña se sostiene con ambas manos y se mece sobre
los alimentos, gracias a la gran curvatura de su parte ventral.
En base a las experiencias realizadas, no tuvimos más
remedio que desechar ambas hipótesis. Aunque el peso de
la parte activa de los molinos talayóticos es considerable,
es perfectamente manejable por una sola persona. Por otro
lado, en las piezas activas con la parte ventral convexa, la
curvatura no es lo suficientemente pronunciada como para
mecerlas sobre el grano, al modo de las uñas de los batanes
quechuas.
Podemos afirmar, no obstante, que el rendimiento
que se puede obtener con los molinos talayóticos es,
aproximadamente, de un quilogramo de harina por hora,
180
Figura 2. Partes móviles de molinos menorquines de la Edad del Hierro
(procedentes del yacimiento de Binicalaf)
muy parecido al que se obtiene con otros tipos de molinos
de vaivén típicos de la Edad del Hierro (Portillo Ramírez
2006). El enorme peso de la parte superior facilita, en cierto
modo, el trabajo de la persona que muele el grano, porque
esta se ve liberada del esfuerzo de presionar sobre el grano
con la parte móvil. Una parte de la fuerza necesaria, por lo
tanto, la realiza el propio peso de la piedra. En los molinos
de vaivén típicos, con una parte activa más pequeña, la
persona que debe moler se sitúa en posición arrodillada, con
el molino delante, en sentido longitudinal. La parte móvil se
coge con las dos manos, y se pone un puñado de grano a la
parte proximal, que se va arrastrando cabeza adelante con
la mano, presionando, y se recoge al volver hacia atrás. La
operación se debe repetir tantas veces como sea necesario
para transformar el trigo en harina (Alonso 2004). En el caso de
los molinos talayóticos, tal y como pudimos constatar a través
de la experimentación, el proceso debía de ser ligeramente
diferente. La posición de la persona encargada de la molienda
sería idéntica: arrodillada ante la base del molino y cogiendo
la pieza superior del molino con ambas manos. A pesar de
Antoni FERRER ROTGER
todo, el peso y la forma de la parte activa hace imposible
utilizarla para ir recogiendo el grano al mismo tiempo que
se va moliendo. En lugar de eso, parece que lo más práctico
seria situar uno o dos puñados de trigo en el centro de la
pieza pasiva y hacer pequeños movimientos hacia delante y
hacia atrás, no muy largos. Es inevitable, aún así, que el trigo
se desperdigue, escapándose de debajo de la parte activa.
Cada cuatro o cinco movimientos es necesario parar y recoger
el grano hacia el centro de la base, para poder continuar
moliendo. Es posible que para realizar esta operación de
reagrupar el grano se dispusiera de alguna pequeña escoba,
pero también se puede realizar con la mano de forma bastante
eficiente. En el momento de realizar esta operación es preciso
levantar, durante unos momentos, la parte activa, pero es
suficiente con levantarla de un solo lado, dejando el otro
extremo apoyado en la base del molino, de forma que no es
necesario realizar un excesivo esfuerzo. Pudimos constatar,
por otra parte, que era muy importante que la parte inferior
y superior del molino encajaran correctamente. No se puede
moler con cualquier pieza activa sobre cualquier base. De las
tres bases de que disponíamos, una era ligeramente cóncava,
y las otras ligeramente convexas. Por lo que respecta a las
partes móviles, una de ellas tenía la parte ventral plana, otra
la tenía cóncava y los otras dos ligeramente convexa. La pieza
con la parte ventral cóncava, como ya habíamos previsto,
fue inutilizable como parte activa en ninguna de las tres
bases. Con respecto a las otras, la de base plana funcionó sin
problemas sobre las bases de molino de superficie convexa;
mientras que sobre esta, las piezas de base convexa no daban
un buen rendimiento, dada la escasa superficie de contacto.
Evidentemente, estas piezas funcionaron mucho mejor sobre
la base de superficie cóncava.
A parte de la molienda del trigo hasta convertirlo en
harina, se realizaron también experimentos destinados a
averiguar la eficacia de los molinos talayóticos en la obtención
de otros productos. Cuando se habla del procesado de los
cereales, es habitual pensar exclusivamente en el proceso de
panificación, pero existen otros productos alimenticios que
pueden obtenerse, mediante procesos bastante sencillos,
a partir del trigo y otros cereales. Uno de estos productos
es el burghul (como se le conoce en los países de Oriente
Medio y el Norte de África) bulgur (como se le denomina en
Turquía) o burgol (nombre que recibe en ciertos países de
América Latina). Este producto también se utiliza en la cocina
tradicional de Menorca, recibiendo el nombre de arròs de
la terra. La elaboración de este producto es muy sencilla:
se vierte el trigo en una olla u otro recipiente parecido, se
recubre con agua y se coloca al fuego hasta que los granos
estén bien cocinados. Tras esta operación, los granos de trigo
se dejan secar y, una vez secos, se trituran. Llegado este
punto, el producto puede conservarse durante mucho tiempo,
pudiéndose cocinar de forma parecida al arroz. Aunque,
evidentemente, no tenemos constancia de la fabricación de
este alimento en época talayótica, se consideró interesante
comprobar la eficacia de los molinos de vaivén en su proceso
de elaboración. El tiempo necesario para moler un quilogramo
de este trigo hervido y seco hasta convertirlo en trozos de
unos dos milímetros de diámetro (el grosor habitual del
burghul) es mucho menor (unas cuatro veces menos) que el
que se necesita para obtener una harina lo suficientemente
fina como para hacer pan. Se debe tener en cuenta, no
obstante, que a la cantidad de tiempo y energía necesarios
por elaborar este producto habría que añadir, aparte de
los correspondientes a la molienda, los necesarios para
transportar el agua y el combustible necesarios para cocer el
trigo. A pesar de todo, es posible que, en el mundo talayótico,
se utilizaran procedimientos parecidos para procesar los
cereales. Los hornos domésticos no son, en contextos de
esta época, un elemento demasiado habitual, de forma que
no podemos afirmar que se dispusiera de medios efectivos
para panificar la harina.
Estos experimentos permitieron constatar, por otro lado,
algo que ya se había deducido previamente: las piezas móviles
con la parte ventral de forma cóncava no pudieron funcionar
como la parte activa de un molino de vaivén. Dado que la
parte dorsal de estos útiles es corresponde a las mismas
tipologías que encontramos entre aquellos que tienen la
parte ventral plana o convexa, solo cabe la posibilidad de
que se trate de piezas móviles reaprovechadas como bases
de molino, para ser utilizadas con otras partes móviles más
pequeñas.
Aunque el gran tamaño de las partes móviles de los
molinos manuales de Menorca puede ser explicado, como
ya se ha expuesto, en términos básicamente funcionales,
hay ciertos aspectos relacionados con su abundancia en
el registro arqueológico (existe una enorme desproporción
entre el número de bases y elementos móviles) y su
proceso de amortización que necesitan de explicaciones
complementarias. Algunos autores han propuesto ya,
en el contexto de otras sociedades protohistóricas, la
existencia de un trasfondo simbólico e ideológico en la
utilización de molinos de vaivén tallados sobre materias
primas de procedencias muy localizadas. Este hecho ha
sido expuesto, concretamente, para el caso de los molinos
plutónicos de época ibérica del Alto Guadalquivir (Ceprian
del Castillo y Luna 2006). Según los investigadores que se
han ocupado del estudio de estos objetos, la materia prima
de estos molinos sería un subproducto de la explotación de
filones de mineral de hierro. Los dos productos, el metal y
los molinos, se distribuirían siguiendo las mismas redes
comerciales. Los molinos, por tanto, serian uno de los
elementos que justificarían y legitimarían una cierta identidad
181
El procesado de los cereales en Menorca (Islas Baleares, España) durante la Edad del Hierro. Una aproximación a partir de la etnología y la arqueología experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XX
común de los diferentes oppida pertenecientes a la misma
etnia, con el objetivo de asegurar la circulación del hierro.
Constituirían, por lo tanto, símbolo de una identidad común
y, al mismo tiempo, símbolo diferenciador con respecto
a otras comunidades. Es interesante constatar, en este
sentido, que la materia prima utilizada para confeccionar los
molinos de vaivén ha adoptado un valor claramente simbólico
en comunidades humanas muy diversas y en contextos
geográficos y cronológicos muy dispares. En la India, por
ejemplo, se conoce un caso en que la selección de la piedra
utilizada para fabricar estos elementos se reviste también
de un claro carácter de diferenciación étnica (Smith 1999).
Aunque los molinos de vaivén menorquines no deben ser
interpretados necesariamente del mismo modo, es necesario
tener en cuenta la posibilidad de una vertiente simbólica
en la fabricación, posesión y utilización de estos elementos
por parte de la población menorquina de la Edad del Hierro.
Disponemos de otros ejemplos en los que el valor de
los molinos como diferenciador cultural no viene dado por
la naturaleza de la materia prima, sino por su forma de
funcionamiento, en oposición a otros sistemas de procesado
de los alimentos. En el México prehispánico, la forma de
preparar el maíz y los instrumentos necesarios en ese proceso
(entre los cuales se encuentran los metates o molinos de
vaivén) servían a los aztecas para diferenciarse de sus
pueblos vecinos, menos “civilizados” (Brumfield 1994). Resulta
tentador, aunque quizá demasiado arriesgado, plantear que
los molinos de vaivén pudieran llegar a ejercer algún papel de
autoafirmación identitaria frente a la progresiva aculturación
de la sociedad menorquina de la Edad de Hierro por parte
de la influencia púnica. Cabe destacar, en este sentido, que
la implantación de los molinos rotativos, que en el contexto
del Mediterráneo occidental empieza a producirse hacia el
siglo V a.C. (Alonso 1995) no acontece en Menorca hasta la
conquista romana, en el siglo II a.C.
Otro de los posibles contenidos simbólicos de los molinos
y de sus materias primeras podría ser la vinculación de los
diferentes grupos a territorios concretos de la zona norte de
Menorca. Algunos autores (Juan i Benejam 1993) han hecho
mención de la escasez de asentamientos de la Edad del Hierro
en la mitad septentrional. Esta peculiaridad en la distribución
de la población respondería a las características físicas de
la isla: la mitad norte era, en principio, menos apta para el
cultivo de cereales, pero es muy probable que se aprovechara
como zona de pasto. Cabe destacar que el tipo de rocas
que se utilizan para fabricar los molinos menorquines de la
Edad del Hierro responden, básicamente, a dos tipos: microconglomerados y areniscas, procedentes siempre de esta
zona norte de la isla, escasamente poblada. También resulta
significativa, en este aspecto, la presencia de piedras de
este tipo en el interior de los recintos de taula de numerosos
182
poblados talayóticos: So Na Caçana, Torre d’en Galmés,
Binicodrell, Binissafullet... Algunos investigadores (Gornés
Hachero 1997) han propuesto ya que estas piedras podrían
funcionar, en cierto modo, como símbolos reivindicativos de
la zona de explotación de una comunidad concreta. Es posible
que estos elementos constituyeran un reaprovechamiento de
trozos de molino como material de construcción, pero dado
que su ubicación dentro del recinto de taula es siempre la
misma (clavados en el pavimento y a la derecha del pequeño
pasillo inmediato a la entrada) cabe plantear que su utilización
no fuera casual, sino que estuviera revestida de un cierto
valor simbólico.
La interpretación de los molinos como símbolos del
derecho a explotar determinados territorios de la mitad
norte de la isla encajaría perfectamente con algunos de
los modelos sociales propuestos para la cultura talayótica,
según los cuales estos grupos podrían haber tenido una
estructura basada en el parentesco, existiendo un acceso
diferenciado a los recursos en función del rango originario
(Coll 1997). En la inmensa mayoría de los poblados de la edad
del Hierro se constata la reutilización de los molinos como
material constructivo, en muros, pavimentos y hogares. En
muchos casos se observa que los útiles dejaron de utilizarse
cuando todavía se encontraban en buen estado, enteros y
poco desgastados. Es evidente que la amortización de estos
objetos no fue consecuencia del final de su vida útil como
instrumentos para la molienda, sino que es necesario buscar
otra explicación. En el caso de que los molinos hubieran
actuado como símbolos del derecho de explotación de ciertas
áreas concretas de la zona norte por parte de los diferentes
grupos sociales, la amortización masiva de estos elementos
podría ser una consecuencia de cambios en el reparto de
los terrenos y la consiguiente pérdida del valor simbólico
de estos útiles.
Al valorar la posible vertiente simbólica de estos objetos
también es importante tener en cuenta la cantidad de
tiempo y recursos que se debían invertir en la confección
y el traslado de estos útiles hasta los poblados. Hay que
tener en cuenta que los afloramientos rocosos de donde
se extrajo la materia prima para fabricar estos objetos se
encuentran, en muchas ocasiones, a una distancia superior a
los cinco o seis kilómetros del poblado dónde se utilizaron. La
relativa lejanía de los lugares de extracción, la necesidad de
herramientas metálicas, las dificultades del transporte (con
la posible intervención de embarcaciones y/o animales de
carga) nos permiten suponer que los molinos eran objetos con
un cierto valor, derivado del esfuerzo y los recursos que era
necesario invertir en su proceso de fabricación. Este hecho
podría añadir, quizás, un componente de diferenciación social
al valor simbólico de estos elementos. Se ha constatado,
por ejemplo, que el tipo de materia primera y la tipología
Antoni FERRER ROTGER
de los molinos manuales del periodo clásico de la ciudad
de Copan, en Honduras, estaban directamente relacionados
con el estatus socioeconómico de sus usuarios (Spink 1983).
Otro posible paralelismo lo encontramos en Guatemala, en
tiempos recientes: el número de metates de que dispone una
casa es un símbolo de la riqueza de sus habitantes (Hayden
y Cannon 1984).
Es muy probable, por tanto, que en lo que respecta a los
molinos manuales menorquines de la Edad del Hierro nos
encontremos ante unos objetos en los que confluyan los
aspectos puramente funcionales y los aspectos simbólicos.
Sería interesante que ambas dimensiones fueran tenidas en
cuenta en futuros estudios referentes a este tipo de útiles.
Agradecimientos
Estos experimentos no se habrían llevado a cabo sin la ayuda de la Doctora Rachel Laudan, especialista en Historia de
la Alimentación.
Bibliografía
ALONSO, J. (1995): “Les premieres meules rotatives manuelles
dans le nord-est de la Péninsule Ibérique”. En M. C. Amouretti
y G. Comet, (eds.), La transmission des connaissances
techniques, Cahier d’Histoire des Techniques, 3.
ALONSO, N. (2004): “La transformació dels productes vegetals:
la mòlta”. En Buxó, R. (coordinador): Eines i feines del camp a
Catalunya. L’estudi de l’agricultura a través de l’arqueologia,
Girona.
BRUMFIELD, E. M. (1994): “Ethnic groups and political
development in ancient Mexico”. En Factional Competition
and Political Development in the New World, Cambridge.
CEPRIÁN DEL CASTILLO, B.; LUNA, M. B. (2006): “La circulación de
materia prima lítica en la Protohistoria: los molinos plutónicos
en el Alto Guadalquivir”. En Sociedades prehistóricas,
recursos abioticos i territorio. Granada.
COLL CONESA, J. (1997): “Aspectes de la religió i la societat
talaiòtiques de Mallorca. Els ritus funeraris” en Meloussa,
4. Maó.
GORNÉS HACHERO, J. S. (1997): “Reflexiones en torno al
simbolismo tauromorfo en la prehistoria de Menorca” en
Meloussa, 4. Maó.
HAYDEN, B.; CANNON, A. (1984): The Structure of Material
systems: Ethnoarchaeology in the Maya Highlands, Society
for American Archaeology Papers, 3. Washington D.C.
JUAN I BENEJAM, G. (1993): “El poblament de Menorca; de la
Prehistòria a la baixa romanitat (aproximació a una proposta
d’anàlisi de distribució espacial)”. Treballs del Museu de
Menorca, 13. Maó.
JUAN TRESSERRAS, J.; MATAMALA MELLIN, J. (2005): “Anàlisis
de matèria orgànica”, en Juan Benejam, G. i Pons Machado,
J.: Talatí de Dalt 1997-2001, 5 anys d’investigació a un
jaciment talaiòtic tipus de Menorca. Treballs del Museu de
Menorca, 29. Maó.
PORTILLO RAMÍREZ, M. (2006): La mòlta i triturat d’aliments
vegetals durant la Protohistòria a la Catalunya oriental.
SMITH, M. L. (1999): “The role of ordinary goods in premodern
exchange”. Journal of Archaeological Method and Theory, 6.
SPINK, M. (1983): Metates as Socioeconomic Indicators during
the Classic Period at Copan, Honduras. Ph. D. Dissertation,
Department of Antropology, Pennsylvania State University.
183
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE
- XXI Diagrama dinámico de secuencias de reducción:
aproximación metodológica para el
análisis de núcleos líticos y remontajes (DSR)
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE
Grupo de Investigación en Prehistoria Social y Económica. Instituto de Historia. Centro de Ciencias Humanas y Sociales. CSIC.
Resumen
En este trabajo se propone una aproximación metodológica
que ilustra las relaciones temporales entre extracciones de
un núcleo o un remontaje en un diagrama. El diagrama
dinámico de secuencias de reducción (DSR) ofrece además
información espacial, ya que cada superficie de talla se
presenta separada para poder observar, de un vistazo, la
complejidad del núcleo o del remontaje, su número de
superficies de talla y sus relaciones. Por último, mediante
el análisis y la clasificación de las extracciones según su
Palabras clave:
objetivo es posible entender las diferentes fases del trabajo,
el momento de abandono del proceso de reducción, si ha
habido reconfiguración o si el núcleo ha sido reciclado. Cada
tipo de extracción se clasifica por su objetivo, y un grupo de
negativos con el mismo objetivo forma una secuencia de la
reducción. De esta manera, es posible analizar y comparar
la misma secuencia en diferentes núcleos o remontajes. El
método se ilustra con algunos ejemplos procedentes de la
mina neolítica de sílex de Casa Montero (Madrid, España).
Metodología. Análisis de núcleos. Reducción lítica. Mina de sílex de Casa Montero.
Abstract
In this paper, a methodological approach to core analysis
is proposed illustrating temporal relationships between
removals in a diagram. The Reduction Sequence Diagram
(RSD) also offers spatial information, as each knapping
surface is separately presented in order to observe core
or refit complexity in a glimpse, the number of knapping
surfaces and their relationships. Finally, through the analyses
and classification of removals attending to their purpose we
can understand the different stages of work, the moment of
Key words:
abandonment of the reduction process, if there were reshaping
stages or if the core was recycled as a tool. Each removal is
classified by its purpose, and a group of removals with the
same purpose forms a stage of the core reduction. Therefore it
is possible to analyze and compare the same stage in different
cores. Some examples from the ‘Casa Montero’ Neolithic flint
mine (Madrid, Spain) will illustrate the diversity of technical
strategies by means of this methodological approach.
Methodology. Core analysis. Lithic Reduction. Casa Montero flint mine.
Introducción
El objetivo de esta propuesta metodológica es crear
una herramienta de análisis y, a la vez, un nuevo tipo de
representación gráfica que explique las diferentes fases
del trabajo que pueden observarse a través de un núcleo
o un remontaje.
Los remontajes suelen ser bastante elocuentes por sí
mismos, si son lo suficientemente completos, razón por la
cual son una herramienta fundamental en los estudios de
tecnología lítica. Sin embargo, los núcleos son el resultado
de la talla y reflejan el último momento previo al abandono.
Su morfología final no es el objetivo de la acción de
transformar la piedra, sino su consecuencia, con excepción
de las superficies de talla predeterminantes.
185
Diagrama dinámico de secuencias de reducción: aproximación metodológica para el análisis de núcleos líticos y remontajes (DSR)
B L O Q U E - I - . Capítulo XXI
En ocasiones, los núcleos son consecuencia de más de
un esquema de reducción, pero la continuación del trabajo
elimina las huellas de las extracciones anteriores. El producto
final es una morfología compleja tridimensional que contiene
datos no solo acerca de los gestos, sino también de la
habilidad o destreza individual, la tradición, las estrategias
económicas y la productividad. Por todos estos motivos,
podemos considerar a los núcleos la fracción de la cadena
operativa que, por si sola —es decir, al margen de los
remontajes—, ofrece más y mejor información acerca de
la tecnología lítica de un grupo humano.
La importancia de este tipo de objetos se refleja en
las diferentes aproximaciones que se han realizado con
anterioridad. Por un lado, tenemos las propuestas de
descripción y análisis técnico (Boëda 1994; Terradas 1995;
Conard et al. 2004). Por otro, se encuentran las propuestas
de representación gráfica de la información técnica de piezas
líticas. En unos casos, se consigue elocuencia y sencillez,
como el caso del esquema diacrítico (Dauvois 1976: 165-201).
Otras propuestas, sin embargo, requieren un importante
esfuerzo de elaboración por parte de quien lo hace y de
reelaboración por parte de quien lo lee y, desgraciadamente,
solo adaptables a piezas bifaciales (Airvaux 2006: 19; Richter
2001: 85). A destacar es el trabajo de P. Hiscock (1985)
que, aplicado a remontajes, tiene ciertas similitudes con la
propuesta que se presenta en este trabajo, sobre todo en
cuanto a la sucesión temporal de las extracciones.
Hay una serie de factores que complican la comprensión
de los núcleos. La morfología final es un importante agente
distorsionador, así que es necesario resumir y explicar los
diferentes procesos que han contribuido a dicha morfología.
Un núcleo puede haber sido abandonado antes de que la
estrategia de reducción se haya completado, o cuando el
objetivo final de la producción ha cambiado. Cuando el
trabajo en un núcleo ha sido intenso, las evidencias de
negativos anteriores desaparecen. Esto, por otro lado,
posibilita documentar nuevos usos de los núcleos, reciclaje
o reconfiguraciones. Pueden ocurrir diversos eventos durante
la talla como fracturas, aparición de vetas, reflejados,
sobrepasados, la alteración térmica accidental o intencional,
etc. Estos eventos pueden producir la interrupción del trabajo
o su replanteamiento.
También es posible que transcurra un importante lapso de
tiempo entre una extracción y la siguiente o, por el contrario,
la secuencia de reducción puede haber tenido lugar en un
corto plazo.
Por último, un factor esencial a tener en cuenta en el
análisis de núcleos es la circunstancia de que el tallador que
materializa la reducción esté aprendiendo a tallar.
El diagrama dinámico de núcleos
Para poder extraer la información técnica y el orden
cronológico del trabajo se propone un diagrama dinámico
de secuencias de reducción. El objetivo de este método es
proveer una representación gráfica de las secuencias que
han contribuido a la “historia” del núcleo. En segundo lugar,
describe la estrategia de reducción. Por último, se convierte
en una herramienta para la cuantificación de los datos y su
representación para que sea inteligible de un vistazo. El
diagrama se inspira en algunos de los conceptos del sistema
de registro estratigráfico de Harris (1979).
De la misma forma que un yacimiento es el resultado
de la acumulación de diferentes actividades antrópicas y
naturales en un período de tiempo, los núcleos presentan
evidencias de las diferentes fases de la secuencia de talla.
Las extracciones en un núcleo pueden cortar y modificar las
anteriores de la misma forma en que algunos estratos cortan
otros, contribuyendo a la complejidad final de un yacimiento.
Para la realización del diagrama se requiere, en primer
lugar, tener en cuenta tanto el concepto de superficie de
talla —que incluye las plataformas de talla—, como su
delimitación. Es importante considerar cada superficie con
alguna evidencia de trabajo como una superficie de talla.
186
La razón para adoptar este criterio es el hecho de que cada
plataforma de talla puede convertirse en superficie de talla
si está preparada.
De la misma manera, una superficie de talla puede
convertirse en plataforma de talla si es necesario. En todo
caso, el hecho es que ambas son superficies de trabajo.
Los criterios para discriminar una superficie de talla de
otra parten de la observación de núcleos y remontajes, y de
la experimentación.
En segundo lugar, es necesario identificar el objetivo de
las extracciones y superficies de talla, lo cual, en ocasiones,
es muy difícil. Una vez se han resuelto estas cuestiones,
agrupar las extracciones en secuencias es más sencillo; es
decir, consideramos una secuencia de trabajo como un grupo
de extracciones realizadas con el mismo fin. Por último, es
importante ordenar las extracciones por orden cronológico.
Esta tarea presenta habitualmente dificultades y, en
ocasiones, es imposible conseguirlo para todos los negativos,
máxime si no están relacionados entre sí espacialmente. A
este respecto resulta fundamental un trabajo de determinación
de los criterios que distinguen qué extracción es anterior y
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE
cuál es posterior. En trabajos como el de Richter (2001) el
problema es que los criterios utilizables en piezas bifaciales,
no son suficientes para objetos multifaciales.
Con toda la información anterior, se elabora el diagrama,
que consiste en la representación de todas las extracciones
visibles de un núcleo o de un remontaje —con la posibilidad
de resumir algunas de los menos importantes—, ubicadas
en sus respectivas superficies de talla, que se representan
en columnas separadas (Fig. 1).
Figura 1. A la izquierda esquema diacrítico y a la derecha DSR de un ejemplar del conjunto de núcleos de la mina neolítica de Casa Montero (Madrid, España).
ST: superficie de talla (Esquema diacrítico realizado por F.J. Fernández)
Para que los diagramas se puedan comparar, se han
establecido unas normas, de manera que la información
se represente siempre de forma idéntica (Castañeda 2009).
Cada extracción se numera según su orden en la
secuencia de reducción. Los levantamientos más antiguos
se colocan en la base del diagrama, y los sucesivos sobre
los anteriores unidos por una línea que describe el orden de
trabajo y cómo éste se desplaza de una superficie de talla a
otra. Si resulta imposible ordenar algunas extracciones en
el tiempo, deben ordenarse a la misma altura, unidas por
una línea discontinua. El objetivo es representar la secuencia
temporal, no las relaciones físicas entre extracciones, así
que las líneas redundantes deben ser omitidas. En muchos
casos, la experiencia de talla del observador que analiza
el núcleo resulta fundamental para resolver problemas de
orden entre secuencias.
Por último, a la secuencia de extracciones representada
se le añade un código de símbolos (Fig. 2). Este código recoge
información tecnológica agrupada en tres tipos: el tipo de
extracción, datos complementarios y eventos. En primer
lugar, el tipo de extracción se representa utilizando formas
geométricas en las que se inserta el número del negativo.
En segundo lugar, los datos complementarios se recogen
con símbolos y/o letras y se colocan junto a la extracción.
187
Diagrama dinámico de secuencias de reducción: aproximación metodológica para el análisis de núcleos líticos y remontajes (DSR)
B L O Q U E - I - . Capítulo XXI
Estos datos complementarios describen la dirección de las
extracciones, los accidentes, el tipo de productos, etc. Por
último, existen símbolos que hacen referencias a eventos
que surgen en el proceso completo de reducción: fracturas,
aparición de veteado, la alteración térmica accidental o
intencional o la meteorización en caso de objetos reciclados
o de secuencias de talla muy dilatadas en el tiempo.
Figura 2. Código de símbolos utilizado para la realización del DSR (ampliación a partir de Castañeda, 2009)
Una vez el diagrama está terminado, es sencillo analizar
con él los datos cuantitativos, tales como la superficie
empleada en cada secuencia, la reconstrucción del peso
y del volumen del material empleado, la proporción de
extracciones involucradas en cada fase de la cadena
operativa, o cualquier otro aspecto que se quiera cuantificar.
Este es el potencial esencial que ofrece este método,
ya que la cuantificación permite la comparación.
Mediante el diagrama se pueden contrastar diferentes
núcleos. Además, pueden establecerse secuencias que son
Agradecimientos
Este trabajo ha sido posible gracias al Convenio entre la
Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid,
el CSIC, y Autopistas Madrid Sur Concesionaria Española, S.A.
para la investigación, conservación y difusión del yacimiento
arqueológico de Casa Montero, y el proyecto ‘Minería de
188
relacionables con cambios en los objetivos de la producción,
el reciclaje, etc. El diagrama de núcleos puede funcionar
como un mapa en el que podemos codificar diferentes
tipos de datos y establecer interpretaciones no solamente
tecnológicas, sino también sociales y económicas. Varios
núcleos pueden ser similares en su morfología, pueden
presentar incluso una sucesión similar de secuencias,
pero pueden ser distintos en otros aspectos que no es
posible aprehender solo con esquemas diacríticos o largas
descripciones.
sílex y poblamiento neolítico en la Meseta peninsular:
dinámicas de explotación y asentamiento’, Dirección General
de Investigación del Ministerio de Educación y Ciencia
(referencia HUM2005-05732-C02-01). Quisiera agradecer a
Francisco Javier Fernández, las ilustraciones de este trabajo.
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE
Bibliografía
AIRVAUX, J. (2006): “Dynamique structurale et auto-organisation”.
Dialektikê. Cahiers de typologie analytique. Hommage à
Georges Laplace: 4-26.
BOËDA E. (1994): Le Concept Levallois: Variabilité des Méthodes.
CNRS. Paris.
CASTAÑEDA, N. (2009): “A methodological Approach to Core
Analysis”. Human Evolution, 24 (1).
CONARD, N. J.; SORESSI, M.; PARKINGTON, J. E.; WURZ, S.
Y YATES, R. (2004): “A Unified Lithic Taxonomy Based on
Patterns of Core Reduction”. The South African Archaeological
Bulletin, 59 (179): 12-16.
DAUVOIS M. (1976): Précis de dessin dynamique et structural
des industries lithiques préhistoriques. CNRS. París.
HARRIS E. C. (1979): Principles of Archaeological Stratigraphy.
Academic Press. London.
HISCOCK, P. (1985): “The conjoin sequence diagram: a method
of describing conjoin sets”. Queensland Archaeological
Research, 1:159-166.
RICHTER, J. (2001): “Une analyse standardisée des chaînes
opératoires sur les pièces foliacées du Paléolithique moyen
tardif”. En L. Bourguignon, I. Ortega y M.C. Frère-Sautot (eds.):
Préhistoire et approche expérimentale. Editions Monique
Mergoil. Montagnac: 77-87.
TERRADAS X. (1995): Las estrategias de gestión de los
recursos líticos del prepirineo catalán en el IX milenio BP:
el asentamiento prehistórico de la Font del Ros (Berga,
Barcelona). Treballs d´Etnoarqueología, 3. U.A.B. Bellaterra.
189
Núria GERIBÀS ARMENGOL, Marina MOSQUERA MARTÍNEZ y Josep Mª VERGÈS BOSCH
- XXII Estudio experimental del sustrato gestual previo a la
adquisición de la tecnología lítica experimental
Núria GERIBÀS ARMENGOL, Marina MOSQUERA MARTÍNEZ y Josep Mª VERGÈS BOSCH
Àrea de Prehistòria, Departament d’Història i Història de l’Art, Universitat Rovira i Virgili. IPHES (UA CSIC).
Resumen
La relación entre la tecnología lítica y el desarrollo de las
capacidades cognitivas humanas es un tema de creciente
interés en el campo de la prehistoria y la evolución humana.
Nuestro trabajo intenta aportar luz a esta compleja relación
a través del estudio de los gestos implicados en la talla
lítica. Así pues, presentamos una experimentación con el
objetivo de evaluar el sustrato gestual previo a la adquisición
Palabras clave:
de la tecnología lítica y poder hacer inferencias sobre su
surgimiento. A través de la comparación de la talla efectuada
por talladores expertos e inexpertos, discutimos el papel de
los comportamientos de percusión ligados a la obtención y
procesamiento de alimentos –como el nut-cracking observado
entre chimpancés– en el nacimiento de la tecnología lítica.
Arqueología experimental, tecnología lítica, nut-cracking, capacidades cognitivas, evolución humana.
Abstract
The relation between lithic technology and the evolution
of human cognitive capacities is gaining interest in Prehistory
and Human Evolution research fields. Our work tries to
shed light to this complex link through the study of lithic
knapping gestures. The aim of this work is to evaluate the
gestural substratum previous to the acquisition of lithic
Key words:
technology in order to make some inferences about its
emergence. We present an experimentation in which we
compare knapping performed by skilled and non-skilled
knappers. From this comparison, we hypothesize about
the role non-human primate-like technological behaviours,
such as nut-cracking, play on the dawn of lithic technology.
Experimental archaeology, lithic technology, nut-cracking, cognition, human evolution.
Introducción
La tecnología lítica ocupa un lugar preeminente en
los estudios prehistóricos y de evolución humana. Su
surgimiento se considera como una primera ruptura mental,
porque no existe ninguna otra especie animal que fabrique
herramientas. Es por ello que se percibe una estrecha relación
entre la tecnología lítica y el desarrollo de las capacidades
cognitivas humanas. Existen numerosos intentos de abordar
esta conexión desde vertientes muy variadas. Una de las
más recientes es el estudio del componente gestual de la
acción de la talla lítica desde una perspectiva cognitiva (Roux
y Bril 2005). Siguiendo esta línea de investigación, en este
artículo presentamos un trabajo experimental con el objetivo
de evaluar el substrato gestual previo a la adquisición de
la tecnología lítica para poder realizar inferencias sobre
su surgimiento. Dicho estudio se fundamenta en una
experimentación realizada para comparar la talla lítica
efectuada por personas expertas y por personas totalmente
desprovistas de conocimientos sobre lítica.
De esta forma queremos acceder a los momentos
anteriores a la talla lítica y valorar cuál podría ser su sustrato
gestual.
191
Estudio experimental del sustrato gestual previo a la adquisición de la tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XXII
Experimentación
Participantes
En el experimento participaron 18 sujetos. Éstos
fueron seleccionados exclusivamente en función de sus
conocimientos técnicos, según los cuales fueron divididos
en 2 grupos: expertos e inexpertos, con 9 talladores en cada
uno. Los talladores expertos se definen como individuos
con distintos niveles de conocimientos y práctica previos
en tecnología lítica (Harlacker 2006). Por el contrario, los
talladores inexpertos son personas que carecen de cualquier
formación práctica o teórica en talla lítica o tipología
artefactual (Stout y Semaw 2006).
Materiales
Cualquier acción de talla lítica requiere un soporte para
ser tallado y un percutor. Para asegurar la homogeneidad del
experimento usamos un material industrial como soporte,
concretamente ladrillos no refractarios de 271x131x27 mm
y 1774 g de peso.
La utilización de este material nos garantiza que el
punto de partida del experimento es el mismo para todos
los participantes y, en consecuencia, que las diferencias
gestuales observadas entre los distintos talladores se deben
exclusivamente a factores conductuales. Respetando el mismo
criterio de uniformidad, todos los sujetos usan el mismo
percutor: un canto de caliza de 85x73x52 mm y 485 g de peso.
Protocolo
Con el fin de observar el comportamiento gestual de
los sujetos, se les encomendó la fabricación de un pico
bifacial. Ésta es una morfología adecuada a los objetivos
del experimento, ya que su configuración presenta una
dificultad apropiada tanto para talladores expertos como
inexpertos. Asimismo, requiere una secuencia de producción
suficientemente larga como para que pueda darse una
variabilidad gestual representativa. Cada participante realizó
la tarea de forma individual. Ésta se explicó a cada sujeto
mostrándole un modelo de la herramienta ya fabricada sobre
el mismo tipo de soporte a configurar. Todo el proceso de talla
fue documentado con una cámara de vídeo Sony HDR-HC1E,
HDV 1080i, con una frecuencia de grabación de 50 fotogramas
por segundo, situada en frente del tallador.
Análisis
Las grabaciones se analizaron siguiendo las reglas
del método observacional (Quera 1997), método etológico
diseñado para observar y analizar cualquier comportamiento
como, por ejemplo, el proceso de talla lítica. Dicho
comportamiento se segmenta en el elemento conductual
observable más pequeño: las unidades de conducta. Cada
unidad de conducta debe ser exhaustiva y mutuamente
excluyente, por lo que ha de contar con una definición
objetiva, clara y completa, y con su propio nombre y código.
El conjunto de unidades de conducta que caracterizan un
comportamiento determinado se agrupan en el llamado
catálogo conductual (ver en Fig. 1 el catálogo conductual
utilizado en este estudio).
Finalmente, el método observacional se aplica mediante
el registro de cada unidad de conducta, permitiendo traducir
así el comportamiento a datos cuantificables y analizables
estadísticamente. En este trabajo, estos datos (Fig. 2) han
sido analizados mediante un análisis de correspondencias.
Resultados
El análisis de correspondencias (Fig. 3) pone de
manifiesto diferencias muy marcadas entre los dos grupos
de participantes (ver también Fig. 2), separando claramente a
los talladores expertos de los inexpertos, según las variables
que caracterizan su comportamiento. Sin embargo, existen
algunos rasgos compartidos. Así, por ejemplo, todos los
sujetos tallan de forma más o menos equilibrada las caras A,
B y C. El uso de la posición inclinada también es frecuente en
ambos grupos, así como el ángulo obtuso. A pesar de estas
similitudes, el resto de variables dibujan un comportamiento
gestual opuesto:
192
1. Zona de percusión. Los talladores inexpertos configuran
principalmente la zona distal, mientras que los participantes
expertos prestan atención a todas las zonas.
2. Soporte de percusión. El grupo de inexpertos usa el
soporte reverberado y el soporte sobre yunque; en cambio,
los talladores expertos no usan ningún soporte o bien usan
el soporte amortiguado.
3. Posición de la base. Como ya hemos mencionado, la
posición inclinada es dominante en todos los participantes;
sin embargo, los talladores inexpertos utilizan también de
forma importante las posiciones horizontal, vertical-horizontal
y vertical-vertical.
Núria GERIBÀS ARMENGOL, Marina MOSQUERA MARTÍNEZ y Josep Mª VERGÈS BOSCH
Figura 1. Catálogo conductual. Lista de las unidades de conducta utilizadas para el análisis del proceso de talla lítica.
Cada unidad de conducta consta de su nombre, definición y código
193
Estudio experimental del sustrato gestual previo a la adquisición de la tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XXII
Figura 2. Unidades de conducta realizadas por cada uno de los talladores (para la descripción de las abreviaturas, ver figura 1)
4. Ángulo de percusión. Los talladores inexpertos se
caracterizan por el uso del ángulo secante; por el contrario,
los expertos usan los ángulos agudo y recto.
5. Hemisferio percutido. Todos los talladores inexpertos
percuten con mayor o menor frecuencia en el hemisferio
secundario, acción no documentada entre los talladores
expertos.
6. Giro. Todas las variables relacionadas con el giro
aparecen, en el análisis de correspondencias, cerca de los
talladores expertos. Esto no significa que los talladores
inexpertos no realicen giros, sino que su incidencia es
mínima. Por el contrario, el comportamiento de los talladores
expertos en este aspecto es muy rico, incluyendo todos los
tipos posibles de giro.
Discusión
Los resultados muestran diferencias claras entre expertos
e inexpertos. Sin embargo, éstas no son, ni mucho menos,
sorprendentes. La talla lítica experimental es hoy en día un
fenómeno bastante practicado, mostrando la necesidad de
un período de aprendizaje y formación. Es por ello que no
nos extraña la incapacidad de los talladores inexpertos para
producir cualquier gesto similar a los talladores expertos.
No obstante, observamos un comportamiento bastante
homogéneo entre los talladores inexpertos que nos lleva a
pensar en la existencia de cierto componente gestual innato,
en relación a la percusión más que a la talla lítica.
194
Los gestos de talla de los participantes inexpertos son
generados espontáneamente por su cerebro, al afrontar una
tarea de la que no se tiene ningún conocimiento previo. Por
eso, creemos que su comportamiento común puede darnos
pistas sobre el surgimiento de la tecnología lítica. Aunque la
tecnología lítica es un comportamiento cultural, debió existir
un punto en la historia de la humanidad en el que nadie
conocía la naturaleza de la fractura concoidea (Harlacker
2006). Este momento corresponde al del surgimiento de la
tecnología lítica. Éste es un tema muy debatido, cuyas líneas
generales se resumen en dos tesis opuestas: por una parta,
Núria GERIBÀS ARMENGOL, Marina MOSQUERA MARTÍNEZ y Josep Mª VERGÈS BOSCH
Figura 3. Análisis de correspondencias. Relación entre las unidades de conducta (en azul, para la descripción de las abreviaturas, ver figura 1) y los sujetos experimentales,
según los ejes 1 y 2, que representan el 68,84% de inercia (45,66% y 23,28% respectivamente). Los talladores expertos (En) están representados por una equis verde (x)
y los talladores inexpertos (Nn), por una cruz roja (+)
una aparición repentina (Semaw 2000; Toth et al. 2006),
y por otra, un largo período de desarrollo no identificado
todavía arqueológicamente (de Beaune 2004; Panger et al.
2002). Se hace difícil aceptar que las primeras herramientas
puedan presentar el nivel de complejidad del esquema técnico
observado en yacimientos como, por ejemplo, Kada Gona
(Etiopía) (Semaw 2000) y Lokalalei 2C (Kenia) (Roche et al.
1999; Delagnes y Roche 2005). Por eso, los defensores de
una evolución gradual creen que la tecnología lítica derivaría
de comportamientos tecnológicos de percusión ligados a la
obtención y al procesamiento de alimentos, como el nutcracking observado entre chimpancés. La talla lítica habría
surgido de la comprensión de la posibilidad de obtener filos
cortantes a través de la percusión o la fractura de rocas,
observando las características de fragmentos desprendidos
accidentalmente al realizar tareas similares al nut-cracking
(Mercader et al. 2002).
Los resultados de nuestra experimentación se sitúan en
esta línea. Los talladores inexpertos realizan gestos similares
a las acciones de los chimpancés para abrir frutos secos. El
uso de los soportes reverberado y sobre yunque, dos de los
caracteres más importantes en la distinción entre expertos
e inexpertos, es un elemento definidor de la práctica del
nut-cracking (Foucart et al. 2005). Debemos recordar que
las acciones de los talladores inexpertos son una respuesta
espontánea al problema que se les plantea. Así pues,
tendríamos que investigar hasta qué punto estamos delante
de un comportamiento innato que podría darnos pistas sobre
el surgimiento de la tecnología lítica.
Conclusiones
Nuestros resultados muestran cierta similitud entre
los comportamientos tecnológicos de percusión ligados
a la obtención y procesamiento de alimentos, como el
nut-cracking observado entre chimpancés, y los gestos
espontáneos realizados por novicios al intentar producir
tecnología lítica. La convicción de que existe una relación
entre la tecnología lítica y el nut-cracking viene de lejos y es
defendida por numerosos estudiosos en evolución humana.
195
Estudio experimental del sustrato gestual previo a la adquisición de la tecnología lítica experimental
B L O Q U E - I - . Capítulo XXII
Desgraciadamente, faltan análisis que permitan comparar
con los mismos parámetros ambos comportamientos. De
manera que, ésta es una vía sobre la cual habría que incidir
en futuras investigaciones. En este sentido, nuestro trabajo
pone de manifiesto la viabilidad de utilizar Homo sapiens para
el estudio de los primeros estadios de la tecnología lítica.
Agradecimientos
Agradecemos a todos los talladores su participación en
este experimento. Esta investigación ha sido posible gracias
al Proyecto CGL2006-13532-C03 del Ministerio de Ciencia
e Innovación y a la beca predoctoral de N.G. del Programa
de Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de
Ciencia e Innovación (AP2006-00827).
Bibliografía
DE BEAUNE, S. A. (2004): “The Invention of Technology. Prehistory
and Cognition”. Current Anthropology, 45 (2): 139-162.
DELAGNES, A.; ROCHE, H. (2005): “Late Pliocene hominid
knapping skills: The case of Lokalalei 2C, West Turkana,
Kenya”. Journal of Human Evolution, 48: 435-472.
FOUCART, J.; BRIL, B.; HIRATA, S.; MORIMURA, N.; HOUKI, C.;
UENO, Y.; MATSUZAWA, T. (2005): “A preliminary analysis of
nut-cracking movements in a captive chimpanzee: adaptation
to the properties of tools and nuts”. En Roux, V.; Bril, B. (eds.).
Stone knapping: the necessary conditions for a uniquely
hominin behaviour. Cambridge: The McDonald Institute for
Archaeological Research: 147-157.
HARLACKER, L. (2006): “Knowledge and know-how in the
Oldowan: an experimental approach. En Apel, J.; Knutsson,
K. (eds.). Skilled production and social reproduction. Uppsala:
Societas Archaeologica Upsaliensi: 219-243.
MERCADER, J.; PANGER, M.; BOESCH, C. (2002): “Excavation
of a chimpanzee stone tool site in the African rainforest”.
Science, 296: 1452-1455.
PANGER, M.; BROOKS, A. S.; RICHMOND, B. G.; WOOD, B.
(2002): “Older than the Oldowan? Rethinking the emergence
of hominin tool use”. Evolutionary Anthropology, 11: 235-245.
PELEGRIN, J. (2005): “Remarks about archaeological techniques
and methods of knapping: elements of a cognitive approach to
stone knapping”. En Roux, V.; Bril, B. (eds.). Stone knapping:
the necessary conditions for a uniquely hominin behaviour.
Cambridge: The McDonald Institute for Archaeological
Research: 23-35.
QUERA, V. (1997): “Los métodos observacionales en Etología”.
En Peláez, F.; Veà, J. (eds.). Etología: Bases biológicas de la
conducta animal y humana. Madrid: Pirámide: 43-83.
ROCHE, H.; DELAGNES, A.; BRUGAL, J.-P.; FEIBEL, C.; KIBUNJIA,
M.; MOURRE, V.; TEXIER, P.-J. (1999): “Early hominid stone
tool production and technical skill 2.34 Myr ago in West
Turkana, Kenya”. Nature, 399: 57-60.
ROUX, V.; BRIL, B. (eds.) (2005): Stone knapping: the necessary
conditions for a uniquely hominin behaviour. Cambridge: The
McDonald Institute for Archaeological Research.
SEMAW, S. (2000): “The world’s oldest stone artefacts from
Gona, Ethiopia: their implications for understanding stone
technology and patterns of human evolution between 2.61.5 million years ago”. Journal of Archaeological Science,
27: 1197-1214.
STOUT, D.; SEMAW, S. (2006): “Knapping skill of the earliest
stone toolmakers: insights from the study of modern human
novices”. En Toth, N.; Schick, K. D. (eds.). The Oldowan: Case
studies into the Earliest Stone Age. Bloomington, Indiana:
Stone Age Institute Press: 307-320.
TOTH, N.; SCHICK, K. D.; SEMAW, S. (2006): “A comparative study
of the stone tool-making skills of Pan, Australopithecus and
Homo sapiens”. En Toth, N.; Schick, K. D. (eds.). The Oldowan:
Case studies into the Earliest Stone Age. Bloomington,
Indiana: Stone Age Institute Press: 155-222.
196
Marcos TERRADILLOS BERNAL y Rodrigo ALONSO ALCALDE
- XXIII Análisis experimental de la variabilidad en la
producción de lascas por parte de talladores actuales
Marcos TERRADILLOS BERNAL* y Rodrigo ALONSO ALCALDE**
* Área de Prehistoria, Universidad de Burgos. ** Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
Resumen
La observación detallada de la producción de lascas por
parte de talladores actuales de diferentes condiciones es un
Palabras clave:
excelente método para el análisis de diferentes variables en
los procesos de talla
Talla lítica, experimentación, percutores, cadena operativa, materias primas.
Abstract
The detailed observation of flake production by current
knappers of different conditions is an excellent method for
the analysis of different variables in the knapping processes.
Key words:
Lithic knapping, experimentation, hammer, operative chains, raw materials.
Introducción y objetivos
La experimentación en Arqueología, entendida como una
práctica científica es un fenómeno relativamente reciente
que comenzó a desarrollarse durante la segunda mitad del
siglo XX. La observación de talladores actuales (expertos
y novatos) está despertando un importante interés en las
últimas décadas. La relevancia de estos estudios se basa
en la posibilidad de comparar la producción lítica con los
repertorios arqueológicos, estableciendo paralelismos, pero
también permite confrontar los gestos y estrategias con
primates no humanos (Boesch y Boesch 1981; Byrne 2005;
Toth et al. 2006 inter alia).
Este artículo es un trabajo introductorio que pretende
analizar e interrelacionar los principales elementos que
intervienen en el proceso de producción de lascas brutas de
sílex y cuarcita a partir de la observación de un grupo diverso
de talladores actuales (novatos, experimentados, mujeres,
hombres, etc.). Estos han empleado diferentes sistemas de
reducción elegidos de forma personal en los que se plasmará
el grado de conocimiento teórico y práctico.
Se han establecido cuatro grupos de parámetros que
posteriormente se interrelacionaran:
1. Las características de los talladores a partir de sus
conocimientos teóricos y prácticos.
2. Las características de los materiales seleccionados
(tamaño, calidad, peso, morfología y relación nódulo-percutor)
3. Los métodos de talla empleados, gestos, posturas,
estilo, tiempo y “oportunismo”.
4. Los productos generados y los accidentes de talla
más frecuentes.
La interrelación de estos elementos nos permitirá llegar a
comprender: la planificación de los talladores, las estrategias
y técnicas más utilizadas y su relación con los conocimientos
teóricos y prácticos; las forma con que los talladores se han
enfrentado a los problemas de talla y la relación final entre
los materiales seleccionados y los productos originados
(tamaño, morfología, cantidad de filo, etc.).
197
Análisis experimental de la variabilidad en la producción de lascas por parte de talladores actuales
B L O Q U E - I - . Capítulo XXIII
Hipotesis de partida
A la hora de efectuar este estudio partimos de una
serie de premisas que se basan en que los talladores más
experimentados seleccionan la materia prima más óptima
(homogeneidad y fractura), así como los percutores duros
más adecuados; planificarán y aplicarán las estrategias más
apropiadas y generaran el menor número de accidentes.
La calidad de los materiales facilitará o dificultará el
desarrollo de esquemas complejos de talla, principalmente
los predeterminados. La presencia de fisuras, geodas o
impurezas favorecerá la generación de accidentes de talla y
fracturas y, finalmente su dureza marcará la fuerza necesaria
para su lascado.
Entre las condiciones estrictamente físicas de los
talladores destaca la fuerza. Este carácter esencial en la
fracturación de las rocas esta marcado principalmente por dos
factores: el dimorfismo sexual y la edad. Las mujeres tienen
una fuerza en general un 30% menor que los hombres, y en
las extremidades superiores puede llegar al 55% de media
(Laubach 1976: 533).
Dentro de estos tres grandes grupos existe un importante
número de factores adicionales que entran en juego en los
procesos de reducción que pueden influir en el resultado final
(capacidad de adaptación a nuevos materiales, motivación,
“vicios” relacionados con la talla, nula relación entre la
apariencia exterior y la calidad interior de las materias
primas, etc.).
La práctica de experimentaciones con talladores de
diferentes sexos y condiciones físicas; que poseen distintos
grados de habilidad y experiencia confirmarán o refutarán
estas hipótesis básicas.
Metodología
Para abordar estas hipótesis se ha diseñado un programa
experimental en el que han participado 11 talladores
seleccionados en virtud de sus niveles de savoir faire,
conocimientos teóricos, dimensiones corporales, fuerza y sexo.
Cada uno de ellos ha realizado dos experiencias de talla, la
primera sobre cuarcita y la segunda sobre sílex neógeno. Se
ha distribuido sobre el suelo una amplia variedad de bases de
estas materias primas con diferentes formatos y cualidades.
Entre ellas, cada tallador ha seleccionado libremente una base
para extraer lascas, así como un máximo de dos percutores
duros para cada experimentación.
El único objetivo propuesto para dichas experiencias fue el
de obtener lascas sin que se les especificara la cantidad ni la
morfología de las mismas, dejando a la elección del tallador
las estrategias y técnicas a seguir para lograr este objetivo.
Para el primero de los experimentos, los talladores eligieron
un percutor y un canto de cuarcita, ambos provenientes de la
terraza +12-14 del río Tormes (Pelayos, Salamanca). Mientras
que para el segundo optaron entre diferentes nódulos de
sílex neógeno (Villalbal, Burgos) y percutores de cuarcita
provenientes de la terraza 8 a +35m. sobre el río Arlanzón
(Ibeas de Juarros, Burgos).
Todos los experimentos fueron filmados y fotografiados,
y en ellos se recogieron las relaciones de tamaño, peso
y calidad entre el percutor y el nódulo seleccionado, los
métodos, estrategias, técnicas de talla empleados, gestos,
posturas, estilo, fuerza aplicada, generación y resolución de
problemas de talla y observaciones varias. Finalmente se
procedió al estudio de los productos generados; descripción
y sistematización de los accidentes de talla más frecuentes.
Análisis
Conocimientos previos teóricos y prácticos
El nivel de experiencia y habilidad en la práctica de la
talla lítica, así como los conocimientos teóricos sobre la
tecnología lítica y los mecanismos de fractura de las rocas,
son importantes elementos a tener en cuenta. El “saber hacer”
es un factor que influye desde el inicio de la cadena operativa
con la elección de una materia prima apropiada, continuando
con los sistemas para extraer los productos de una forma
optima. Con conocimientos más reducidos aumentan las
198
dificultades de talla, principalmente en la resolución de
accidentes y disminuye la complejidad y la previsión.
De esta forma, hay cuatro talladores con una gran
experiencia práctica y teórica (4, 5, 8 y 9), tres con
conocimientos prácticos medios (1, 2 y 10) dos de los cuales
tienen importantes conocimientos teóricos (1 y 2), dos con un
nivel práctico bajo (6 y 7) y finalmente dos con conocimientos
nulos (3 y 11) (Fig. 1).
Marcos TERRADILLOS BERNAL y Rodrigo ALONSO ALCALDE
Figura 1 Principales parámetros evaluados en la experimentación
Selección materia prima y su relación
con el percutor
Para la producción de lascas los trabajos experimentales
recomiendan que el peso del percutor deba ser 1/3 del peso
de la matriz (33%) (Baena 1998: 51). En este experimento
los talladores eligieron entre más de 100 percutores y
matrices de diferentes morfologías y pesos procedentes
del río Tormes, del río Arlanzón (cuarcita) y de la plataforma
Villalbal-Rubena (sílex).
Para analizar la relación entre las matrices y los percutores
se he establecido, en virtud de la bibliografía existente y del
objetivo del experimento, que el peso “ideal” del percutor
debe oscilar entre un 28% y un 38% del peso de la matriz.
A partir de esta premisa se ha comprobado como en los
experimentos sobre canto cinco de los once talladores han
elegido percutores y matrices equilibradas (relación positiva)
(Fig. 2). De estos todos presentan altos conocimientos
teóricos (2, 4, 5, 8 y 9) y cuatro de ellos a su vez tienen un
alto (4 y 5) o muy alto dominio práctico de talla (8 y 9). Por lo
que respecta al resto de talladores se ha constatado como
aquellos que poseen una baja o nula práctica de talla (3, 6
y 11) han elegido percutores de más peso al igual que el
tallador 10. Mientras que únicamente los talladores 1 y 7
han seleccionado percutores de menor peso que el “ideal”.
En las experiencias de talla sobre sílex, únicamente dos
talladores han elegido percutores y matrices equilibradas (1
y 8), siendo uno de ellos el tallador con más conocimientos
teóricos y prácticos del experimento (8). Entre los que han
elegido un percutor de mayor peso se sitúan de nuevo,
aquellos talladores inexpertos o con bajos conocimientos
prácticos de talla (3, 6 y 11) al igual que los talladores 2
y 4. Mientras que talladores con altos conocimientos han
preferido seleccionar percutores de menos peso (5 y 9). La
misma dinámica de actuación desarrolló el tallador 7, quien
en sus dos experiencias se declinó por percutores de menor
peso que el ideal.
Los talladores inexpertos tienden a seleccionar percutores
de mayor peso, mientras que aquellos que tienen una mayor
experiencia teórico-práctica realizan una selección más
ajustada, al menos en el caso de la cuarcita, al “ideal” 1/3.
Sobre las características y morfologías de las matrices, los
talladores más experimentados (4, 5, 8 y 9) han seleccionado
las matrices principalmente por su homogeneidad así como
por un formato apropiado para el desarrollo de técnicas más
exigentes como levallois y discoide. El tallador 5 ha elegido
una matriz de gran tamaño que le ha permitido desarrollar una
estrategia de explotación recurrente priorizando la obtención
de lascas de gran formato. Por su parte, dos de los talladores
más inexpertos (6 y 11) han tendido a seleccionar las matrices
de menor tamaño y por tanto también de menor peso.
En el caso concreto de las matrices de cuarcita, el
desconocimiento de las características internas de las
mismas por todos los talladores (excepto el 5) ha provocado
que tanto los talladores medios (1 y 2) como de los más
experimentados (4, 5, 8 y 9), a pesar de seleccionar a priori
matrices con buenos formatos no han sabido identificar la
presencia de fisuras internas, lo que ha condicionado los
procesos de talla.
199
Análisis experimental de la variabilidad en la producción de lascas por parte de talladores actuales
B L O Q U E - I - . Capítulo XXIII
Figura 2: Relación entre la matriz y el percutor
Métodos, gestos, posturas y estilo
Posturas y gestos
La totalidad de los talladores han realizado su
experimentación sentados, sin que ninguna indicación
influyera en ello. El apoyo de las matrices ha sido un
importante elemento diferenciador entre los protagonistas.
Los talladores 3 y 11 con conocimientos nulos y el 7 con
reducidas habilidades han colocado la matriz directamente
sobre el suelo a lo largo de la mayor parte de la secuencia.
Este hecho se debe a que facilita la organización de las
manos y les permite concentrarse únicamente en una de ellas
para sumar mas fuerza y subsanar la falta de coordinación.
Aunque en el tallador 7, si que ha concebido el suelo como
un yunque y lo ha utilizado como un instrumento técnico,
una importante causa de esta elección es el dolor que le
habían causado los anteriores golpes en la pierna por falta
de control en este tipo de apoyo.
Los talladores más experimentados que han seleccionado
matrices grandes durante los primeros momentos han apoyado
ésta sobre la pierna. A medida que el nódulo se ha reducido
de tamaño lo han sujetado únicamente con la mano.
Estrategias de Talla
Los talladores más experimentados han optado por las
técnicas y procesos más complejos: bifacial centrípeto, técnica
levallois y ésta finalizada con reducción discoidal (Fig. 1). La
única excepción es el tallador 5 que ha optado por una talla
oportunista, rápida, generando productos de gran formato y
cierta estandarización, a través de una explotación unifacial
centrípeta masiva.
Los talladores con experiencia media y baja han
improvisado las estrategias de talla según avanzaba la
reducción y se iban generando accidentes, para finalizar
con procesos bifaciales alternantes. Dos de ellos (10 y 7)
200
han finalizado uno de sus experimentos con la utilización de
una tercera cara de extracción como último recurso ante de
abandonar el proyecto. El tallador 7, con experiencia media,
es el único que ha desarrollado una secuencia de talla con dos
generaciones al intervenir sobre una lasca de gran formato
de sílex que él mismo había generado.
Los talladores con experiencia nula han efectuado
percusiones repetitivas no productivas tanto en áreas muy
internas de la matriz (3 y 11), como sobre extremos destacados
de la arista sagital (11) sin generar productos susceptibles
de ser utilizados.
En la secuencia desarrollada por estos dos talladores no se
ha observado en ningún momento algún matiz de aprendizaje
por ensayo-error. No se atisba ninguna rectificación en la
estrategia errónea y sólo han finalizado el proceso cuando
han acabado “fatigados”.
Accidentes de talla
Los accidentes generados por los talladores más
experimentados se reducen a un escaso número de reflejados
provocados por la complejidad de la gestión de los ángulos
en sistemas levallois, así como las fracturas de tipo siret.
Por su parte el tallador 5, por sus percusiones violentas ha
generado productos desbordantes.
Las talladoras medianamente experimentadas han
producido numerosos debrises en ambos materiales por
golpes muy externos que han fracturado las cornisas.
Destacan también los reflejados por una incorrecta elección
de ángulos y los embotes de las cornisas por golpes muy
externos. Los talladores con experiencia nula sólo han
provocado fracturas.
Todos los talladores, hasta los más experimentados, en
algún momento de la secuencia han generado accidentes
y sólo los de baja o nula habilidad han tenido que abortar
Marcos TERRADILLOS BERNAL y Rodrigo ALONSO ALCALDE
la talla por esta razón. Únicamente el experimento sobre
sílex del tallador 8 se ha desarrollado en una secuencia sin
incidencias negativas.
Productos Generados
A nivel general, la producción de lascas en estos
experimentos ha sido alta, destacando la generada por
los mejores talladores. Los talladores novatos no han sido
capaces de crear elementos operativos, aunque en el caso
del tallador 3, su insistencia en la percusión ha generado
dos fragmentos con filo potencialmente utilizable.
La mayor parte de los productos de estos procesos no
muestra características que les puedan poner en relación con
las estrategias que los han generado, excepto en un número
muy escaso de productos de los mejores talladores (8).
Por otra parte, en los talladores con experiencia nula,
o bien no han generado productos y la base presenta un
importante número de percusiones en el área central (11), o
bien los productos son fragmentos con la presencia de estas
percusiones repetitivas.
Los talladores más experimentados han generado
productos con una cierta homometría, con formatos
homogéneos, incluso con cierta estandarización, ya sea
con estrategias levallois (4, 8 y 9) o puramente oportunistas
(5). Estos han efectuado una primera fase de descortezado
que aparece reflejada en las lascas. Un caso particular es la
del tallador 5 que con una talla rápida, masiva y oportunista.
Los talladores con experiencia media han generado
productos heterométricos y heterogéneos con lascas muy
pequeñas, planas y con plataformas muy finas en el caso
de las mujeres; y productos espesos y masivos en el caso
de los hombres. En ambos casos aparecen productos con
presencia de córtex en toda la secuencia.
Aquellos que tienen una experiencia nula no han sido
capaces de producir lascas bien definidas, lo sumo, han
generado algún fragmento con filo escasamente utilizable.
Conclusiones
1. Entre los 11 talladores hay varios grupos que han
aprendido juntos o que han compartido maestro. Esto se
refleja en la similitud de diferentes variables como son:
determinados vicios en la abrasión decontextualizada
de la cornisa (1 y 2) o por las secuencias y esquemas de
descortezado triangulares (8 y 9).
2. La materia prima condiciona los procesos de talla y
los resultados tanto de talladores experimentados como
novatos. Cuanto mayor es la calidad de la materia prima
mayores son las diferencias cualitativas de los procesos de
talla y de los resultados entre inexpertos y experimentados.
3. Se ha documentado una importante dificultad en la
selección de percutores apropiados al tamaño de la matriz
y a las dimensiones de la mano y el brazo. Este problema
ha sido más importante en el caso de las mujeres, que por
su menor fuerza han estado más forzadas en la sujeción
del percutor. La única diferencia relevante entre mujeres y
hombres es la fuerza aplicada y su utilización en la resolución
de determinados problemas de talla. Los talladores más
novatos han escogido percutores desproporcionadamente
grandes.
4. En la mayor parte de las experimentaciones
(principalmente de cuarcita) se han escogido formatos de
grandes dimensiones. De la misma forma, al ser materiales
de calidad media en fases avanzadas de la reducción ha
sido muy importante el gesto de percusión para no generar
accidentes y para regenerar los ángulos.
5. Los talladores novatos apoyan la matriz en el suelo y
golpean en áreas centrales de la matriz sin que los resultados
negativos hayan provocado un aprendizaje inmediato.
6. Hay accidentes de talla que se pueden relacionar con
la experiencia de los talladores. De esta forma, los novatos
generan principalmente embotamientos y numerosos debrises,
producidos al golpear en zonas muy próximas a las cornisas.
Los más hábiles producen fracturas siret y reflejados por la
intensidad de la talla inicial y por el empleo en fases finales
de ángulos planos.
7. Los mejores talladores han desarrollado sistemas
complejos de talla con una importante planificación, en los
que se sigue una secuencia bifacial centrípeta, levallois y
finalmente discoidal. Para una producción numerosa de lascas
simples es innecesaria la aplicación de estas estrategias de
complicada ejecución, pero estos talladores han aplicado
aquellas técnicas con las que están más familiarizados.
8. Los talladores con experiencia media emplean
estrategias centrípetas, alternantes y recurrentes; bifaciales
o trifaciales sin planificación únicamente cuando es la única
solución para continuar la talla al no regenerar los ángulos.
9. Los productos resultantes no reflejan por si mismos
las características de los procesos de talla que los han
generado, salvo en las escasas lascas levallois producidas
y en el esquema unifacial centrípeto masivo y oportunista
que ha creado lascas masivas y con cierta estandarización.
201
Análisis experimental de la variabilidad en la producción de lascas por parte de talladores actuales
B L O Q U E - I - . Capítulo XXIII
Agradecimientos
No hubiera sido posible la realización de esta
experimentación y de este artículo sin la colaboración
desinteresada de los talladores: Diego Arceredillo, Amélia
Bargalló, Ángel Carrancho, Felipe Cuartero, Diego Martín,
Leticia Menéndez, Miguel Ángel Pérez, Sandra Pérez y Mónica
Terradillos.
Marcos Terradillos Bernal es becario de la Cátedra
Atapuerca (Fundación Atapuerca y Fundación Duques
de Soria). Este trabajo se ha desarrollado dentro del
Proyecto Pleistoceno y Holoceno de la Sierra de Atapuerca:
Paleobiología y Paleoeconomía de las poblaciones humanas
III (CGL2006-13532-C03-03.
Bibliografía
BAENA PREYSLER, J. (1998): Tecnología Lítica experimental.
Introducción a la talla de utillaje prehistórico. BAR
Internacional Series (vol. 721). Oxford.
LAUBACH, L.L. (1976): “Comparative muscular strength of men
and women”. Rewiew of the literature aviation, Space and
Environmental Medicine, 47: 532-534.
BOESCH C.; BOESCH, H. (1981): “Sex differences in the Use
of Natural Hammers by Wild Chimpanzees: A Preliminary
Report”. Journal of Human Evolution, 10: 585-593.
TOTH, N., SCHICK, K.D.; SEMAW, S. (2006): “A comparative
study of the stone tool-making skills of Pan, Australopithecus
and Homo sapiens”. En N. Toth & K. D. Schick (eds.): The
Oldowan: Case studies into the Earliest Stone Age. Stone
Age Institute Press. Indiana: 155-222.
BYRNE, R.W. (2005): “The maker not the tool: The cognitive
significance of great ape manual skill”. En V. Roux & B.
Bril (ed.): Stone Knapping: The Necessary Conditions for
a Uniquely Hominid Behaviour. McDonald Institute for
Archaeological Research. Cambridge: 53-71.
202
B L O Q U E
- II -
Experimentando con objetos bióticos
y representaciones simbólicas
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON
- XXIV Identificando estrategias de adquisición del
combustible leñoso en antracología:
¿puede contribuir la experimentación a determinar el
calibre de los carbones en contexto arqueológico?
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON
CEPAM-CNRS, UMR 6130.
Resumen
La cuestión de las modalidades de selección del
combustible adquiere una dimensión particular en los sitios
de cazadores colectores prehistóricos, para los cuales el corte
de madera en pie es una posibilidad técnica difícilmente
demostrable arqueológicamente. Esta práctica puede tener
implicaciones socio-económicas particulares, tales como
el almacenamiento de la leña, que alude a una anticipación
de las necesidades en el marco de una ocupación larga o
de un reasentamiento de los grupos humanos en el mismo
sitio. Al contrario, una estrategia de adquisición basada en
la recolección de la madera muerta puede sugerir duraciones
de ocupaciones cortas y, por extensión, una más grande
movilidad de los grupos. El reconocimiento del diámetro de la
madera carbonizada encontrada en los hogares prehistóricos
puede representar un elemento de discriminación entre estas
Palabras clave:
dos estrategias de adquisición, ya que en una población
forestal la madera muerta se compone esencialmente de
ramas de menor calibre.
Para verificar que la discriminación de lotes de madera
de calibres diferentes es realizable a través el estudio de
sus residuos de combustión, se realizaron diez combustiones
experimentales con pino (Pinus sp.): tres fuegos de troncos
gran calibre y siete fuegos alimentados con calibres pequeños
a medianos. Se midieron 4500 carbones superiores a 4 mm
por análisis de imagen utilizando dos métodos diferentes. Los
resultados indican que, aún si las proporciones de clases de
calibres presentes en los lotes no reflejan la realidad de los
diámetros iniciales, los perfiles de las medidas resultaron
suficientemente distintos como para poder ser discriminados
por análisis factorial discriminante.
Antracología, calibres, combustible leñoso, experimentación.
Abstract
In prehistoric hunter-gatherer sites, the question of fuel
selection strategies acquires a particular dimension: wood
cutting is technically possible but difficult to evidence archaeologically. This practice can have specific socio-economic
implications such as wood storage, which suggests an
anticipation of the energetic needs of the human groups in
the context of a long occupation of the site and/or its further
reinvestment. On the contrary, a selection strategy based on
the gathering of dead wood can allude to short durations
of occupation and consequently, to a greater mobility of the
groups. Therefore, the possibility to determine the diameter
of the wood used in prehistoric hearths may contribute to
the recognition of those acquisition practices, since in a tree
Key words:
population, dead wood is mostly composed of branches of
small calibre.
In order to verify that charcoal analysis allows discriminating
wood batches of different calibres after their combustion,
ten experimental combustions of pine wood (Pinus sp.) were
undertaken: tree fires of big trunk bases and seven fires
of small to medium diameters. 4500 charcoals superior to
4 mm were measured with image analysis software. Two
different measuring methods were compared. The results
indicate that, even though the measured calibre classes do
not correspond to the reality of the initial diameters, the
measures were sufficiently different to be discriminated
through factorial analysis.
Anthracology, calibres, fire wood, experimentation.
205
Identificando estrategias de adquisición del combustible leñoso en antracología: ¿puede contribuir la experimentación a determinar el calibre de los carbones en contexto arqueológico?
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIV
Introducción
Hoy en día la antracología tiende a adquirir una doble
vocación paleobotánica y paleo-económica a través de
cuestionamientos que abarcan no solamente la reconstrucción
de la vegetación pasada, sino también las modalidades de
gestión del combustible por los grupos humanos (Uzquiano
1997; Théry-Parisot 2001; Breicher et al. 2002; Théry-Parisot
et al. (eds) 2009). En efecto, el hombre, por sus preferencias,
sus costumbres y sus decisiones representa el primer
filtro tafonómico (en su sentido más amplio) del depósito
antracológico, susceptible de ocasionar distorsiones de
la información botánica original (Théry-Parisot et al. a
publicarse). En este contexto, se admite que, al igual que
en muchas sociedades actuales, las estrategias de selección
del combustible encontrado en los hogares arqueológicos
se efectuaron en base a criterios múltiples tales como
especie, estado sanitario e higrométrico de la madera,
calibre, etc. Por ello, desde los últimos años los antracólogos
trabajan en el desarrollo de nuevos utensilios que permitan
detectar particularidades ante combustión en los carbones
arqueológicos, y así caracterizar las modalidades de gestión
del combustible leñoso (Marguerie y Hunot 2007). Así, un
cuestionamiento específico abarca la reconstitución de los
calibres de la leña usada en los hogares arqueológicos
(Marguerie 1992; Dufraisse 2002; 2006), desarrollado en
particular para documentar de manera más precisa el
funcionamiento de las carboneras medievales y modernas
(Ludemann 2002; 2006; Paradis 2008). Tomando en cuenta
estos trabajos anteriores, realizamos una nueva serie de
experimentaciones en el laboratorio del CEPAM (UMR 6130,
Valbonne, Francia) a fin de tratar de elaborar un utensilio
adaptado a nuestras problemáticas específicas centradas
en los períodos del Paleolítico y del Mesolítico.
Efectivamente, el objetivo del trabajo que se presenta
aquí era elaborar nuestro propio modelo de caracterización
de los calibres de la leña usada por los grupos humanos,
para así evidenciar estrategias de adquisición en términos
de recolección o, al contrario, de corte de la madera. Para
estos periodos, esta práctica puede tener implicaciones
socio-económicas particulares, tales como el almacenamiento
de la leña, que alude a una anticipación de las necesidades
en el marco de una ocupación larga o de un reasentamiento
de los grupos humanos en el mismo sitio. Al contrario, una
estrategia de adquisición basada en la recolección de la
madera muerta puede sugerir duraciones de ocupaciones
cortas y, por extensión, una más grande movilidad de los
grupos.
Así, además de contribuir al conocimiento de las
modalidades de gestión del combustible y aportar información
sobre el modo de vida de los cazadores colectores
prehistóricos, aquello puede ser parte de problemáticas
mas generales que incluyen el estatus del yacimiento, la
caracterización de complejos tecno-culturales y, finalmente,
el tipo de medio ambiente, ya que evidenciar los modos de
adquisición también permite evaluar la representatividad
paleoecológica de los diagramas antracológicos, que pueden
adquirir un significado diferente según si la leña representa
madera muerta o árboles en pie (Théry-Parisot 2001; ThéryParisot y Texier 2006).
El postulado
La madera muerta producida naturalmente por los árboles
se compone esencialmente de ramas pequeñas (inferiores a
10 cm de diámetro) y, más puntualmente, de árboles enteros
caídos. De manera opuesta, una población en pie presenta
una mayor diversidad de individuos, y el panel de calibres
que lo componen debe ser más amplio, con los calibres de
gran tamaño bien representados. Así, nuestro postulado es
que el reconocimiento del diámetro de la madera encontrada
después de su combustión en los hogares prehistóricos puede
representar un elemento de discriminación entre estas dos
estrategias de adquisición.
Si se elaboran histogramas de proporciones de los
calibres presentes en cada muestra, entonces éstos
deberían reflejar las poblaciones de las cuales provienen
según las modalidades de la adquisición (en términos de
206
madera muerta o de madera en pie), lo que nos llevó a
definir dos modalidades. Si la adquisición del combustible
está orientada hacia la recolección de la madera muerta en
el suelo (modalidad 1), el histograma de las proporciones
debería de representar mayoritariamente calibres inferiores a
10 cm y la presencia de troncos debería de ser solo puntual.
En cambio, si el método de adquisición consiste en el corte
de madera en pie (modalidad 2), entonces el histograma
de proporciones se aproxima a un modelo en el cual todas
las clases de calibre están representadas, incluyendo una
proporción elevada de calibres grandes. Ahora en teoría, si
medimos en nuestros carbones la distancia de la posición
del último anillo de crecimiento al corazón de la rama, por
el cálculo del radio podemos deducir el calibre del cual
proviene. Según el perfil del histograma obtenido con las
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON
medidas, se deberían de poder deducir las clases de calibres
correspondientes. Parece sencillo, pero recordemos que lo que
se está midiendo de este modo es la posición de proveniencia
de cada carbón adentro del tronco (cf. Marguerie; Ludemann;
Dufraisse op. cit.). Por ello, es importante especificar que
las medidas obtenidas no representan los diámetros reales
de las ramas utilizadas para la combustión, sino diámetros
máximos por carbón (Fig. 1).
Figura 1. Los carbones provienen de cualquier parte del tronco
Verificación experimental: material y objetivos
En consecuencia, nuestro primer paso fue producir series
de referencia experimentales con pino (Pinus sp.) de pequeño
y mayor calibre, que elegimos clasificar respectivamente como
muestras de « recolección » o de « corte » de la leña. Los
lotes de referencia creados para la modalidad 1, (recolección)
comprendían: cinco lotes de fuegos alimentados con calibres
inferiores a 10 cm (mod. 1a) y dos lotes para los cuales se
quemó un árbol entero, compuesto en gran parte de pequeños
calibres inferiores a 5 cm, el diámetro de la base del tronco
siendo de 17 cm (mod. 1b). Los tres lotes de referencia de
la modalidad 2 (corte de leña), estaban compuestos por
troncos de gran diámetro (40 cm). Las combustiones fueron
efectuadas en la chimenea del laboratorio de antracología
del CEPAM, lo que permitió su monitoreo (temperaturas,
duración de la combustión, etc.). Todos los residuos fueron
recolectados y tamizados. Sólo los carbones de tamaño
superior a 4 cm fueron seleccionados para el experimento.
La selección de lotes de referencia “extremos” (ausencia
de calibres medianos) y el descarto de carbones pequeños
fueron totalmente deliberados, ya que en esta primera etapa
nos parecía importante verificar que la discriminación fuera
posible bajo condiciones ideales. Estas debían permitir
la comparación de los métodos de medida del diámetro
máximo disponibles, el establecimiento de perfiles para
cada referencia experimental llevando a la creación de un
modelo estadístico discriminante (AFD) de las dos prácticas.
207
Identificando estrategias de adquisición del combustible leñoso en antracología: ¿puede contribuir la experimentación a determinar el calibre de los carbones en contexto arqueológico?
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIV
Métodos: medición y cálculo
Cada carbón fue colocado plano transversal hacia arriba
y fotografiado con una videocámara conectada a una lupa
binocular y a un ordenador dotado del software de análisis
de imagen « image pro-plus » (Fig.2). Este software permite
calibrar y medir objetos, agrandándolos entre seis y 40 veces.
Dos métodos de medición por análisis de imagen fueron
utilizados y comparados; el utensilio “círculo” que calcula
directamente el radio a partir de la delineación del anillo de
crecimiento y el método de trigonometría en un triangulo
rectángulo que se basa en el ángulo y la distancia entre 2
radios leñosos según la fórmula R= d/Sin a1. Además, se
midió la longitud y anchura de cada carbón. Se efectuaron
4500 medidas en 750 carbones. Cabe mencionar que en los
lotes de la modalidad 2 compuestos por calibres inferiores
a 10 cm, solo el utensilio círculo fue utilizado ya que estos
lotes provienen de un trabajo anterior hecho por una de
nosotros (Chrzavzez 2006).
Figura 2. Métodos de medición empleados
Entre más pequeña la superficie de observación, más
aumenta la probabilidad de medir con precisión solo diámetros
pequeños, ya que en diámetros importantes así como en
superficies de observación pequeñas, los radios leñosos
llegan a aparecer paralelos y los anillos de crecimiento
rectilíneos. Tomando en cuenta estos límites, definimos
una categoría máxima de calibres: “superior a 15 cm”. En
el ámbito de limitar al máximo la imprecisión inherente al
método de medición, las medidas obtenidas se repartieron
en clases de 5 cm.
Entonces, se figuraron las proporciones de calibres
iniciales de la madera componiendo cada lote experimental,
a título de referencia con los resultados obtenidos en los
carbones experimentales con los dos métodos de medición.
La representación gráfica se hizo en proporciones de
superficies por clase de calibre, ya que se decidió que el
volumen inicial no es conocido en lotes arqueológicos. Al
contrario, la conservación de la superficie tenía sentido en
una lógica de ponderación, ya que se mide cierto diámetro
para un tamaño de carbón el cual puede ser muy variable.
Resultados: medidas obtenidas
En los gráficos aparece claramente que, aún estudiando
un gran número de carbones (entre 100 y 250 por fuego),
los resultados no coinciden con las proporciones iniciales
de superficies (Figs. 3a a 3d). En efecto, el utensilio círculo
como la trigonometría llegan a una sobre representación
de las clases pequeñas y a una subevaluación de las clases
1. R siendo el radio (en términos geométricos), d la distancia entre dos radios leñosos (en términos anatómicos) y a el ángulo entre esos dos mismos radios.
208
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON
de calibres más grandes (véase un ejemplo en la Fig. 3a).
Aún tomando en cuenta el hecho que la combustión puede
llevar a una retractación media de la madera de un 20%,
las medidas obtenidas parecen ser totalmente dependientes
del método de medición. Si comparamos los resultados
obtenidos con los resultados esperados, pudimos observar
que en todos los casos, la clase más pequeña [0-5] aparece
sobre representada (Figs. 3a a 3d).
La clase más grande aparece ausente o subrepresentada.
Sin embargo, el método de medición por trigonometría parece
mejor, ya que el utensilio círculo subestima aún más los
diámetros mayores, (favoreciendo a los pequeños), lo que
concuerda con los resultados de Paradis (op. cit.) y puede
justificar el uso del método de trigonometría, que toma más
tiempo pero llega a mejores resultados.
Figura 3. Resultados obtenidos: proporciones de superficies medidas (barras) vs. proporciones de superficies calculadas antes de la combustión (línea)
Sin embargo, en ninguno de los casos existe adecuación
total entre nuestras medidas y la proporción inicial de
calibres. Por otra parte, la reproducibilidad de las medidas
para cada referencial, tanto con el utensilio círculo como con
la trigonometría, muestra que los resultados obtenidos no
son la obra del azar, sino que muestran cierta coherencia: los
perfiles de los histogramas parecen representar los lotes de
los cuales provienen. Esta última constatación nos permitió
conservar los lotes que no beneficiaron de la medida por
trigonometría para la etapa siguiente, la construcción del AFD.
El modelo discriminante
Partiendo de los perfiles de nuestros histogramas,
decidimos construir un modelo discriminante AFD en el
cual inyectamos los resultados obtenidos para nuestros tres
lotes de carbones2. En este caso, la interpretación de lotes
arqueólogicos no se funda en proporciones reales de calibres de
combustible, pero en un perfil establecido experimentalmente.
2. El AFD no permite trabajar con variables interdependientes como frecuencias relativas. Por consiguiente se inyectaron a la matriz los cálculos brutos de superficies
por clase de diámetro.
209
Identificando estrategias de adquisición del combustible leñoso en antracología: ¿puede contribuir la experimentación a determinar el calibre de los carbones en contexto arqueológico?
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIV
El test del Lambda de Wilks muestra que la diferencia
entre los baricentros de los tres grupos es significativa,
puesto que la clasificación a posteriori es idéntica a nuestra
clasificación inicial (Fig. 4). Es interesante notar que el AFD no
mostró diferencia alguna según si se inyectaron las medidas
obtenidas con el círculo o con el método trigonométrico.
Figura 4. Resultados obtenidos: grupos discriminados por el AFD
210
Con los dos métodos, recolección y corte se discriminaron
de manera satisfactoria; el tercer lote (árbol con una gran
proporción de calibres menores), aparece como intermediario
pero no recorta los dos conjuntos, aun si estadísticamente se
aproxima al grupo “recolección”, conformemente a nuestra
clasificación inicial.
Julia CHRZAVZEZ, Auréade HENRY y Isabelle THÉRY-PARISOT con la colaboración de Alain CARRÉ y Claire DELHON
Conclusión
Estos resultados preliminares muestran que es posible
proponer una orientación de los modos de adquisición de la
leña a través de este modelo. La experimentación permitió
pasar de un enfoque teórico de la medida de los calibres a
una situación concreta. La medición por análisis de imagen
ha resultado ser un buen método aun si su precisión depende
de los calibres iniciales de la muestra. Hemos visto que los
perfiles de las medidas obtenidas no corresponden a la
realidad, pero que son “característicos” de los lotes de los
cuales provienen y han llevado a discriminar estadísticamente
las modalidades definidas inicialmente. Sin embargo, nuestro
referencial experimental tiene aun que ser enriquecido
y validado con series intermediarias. Además, hay que
permanecer consciente del hecho de que estrategias de
recolección de la madera pueden ser basadas en la selección
de calibres grandes y viceversa, lo que tiene que ser discutido
para cada caso, tomando en cuenta los resultados obtenidos
por las otras disciplinas arqueológicas. Por el momento,
parece posible discriminar conjuntos arqueológicos según
las dos modalidades definidas, la recolección y el corte de
la madera, pero esto no es un objetivo en sí si la discusión
de los resultados no abarca un ámbito más amplio sobre
el estatus, la duración de ocupación, el contexto técnico y
cultural de cada yacimiento.
Bibliografía
BREICHER, H.; CHABAL, L.; LECUYER, N.; SCHNEIDER, L. (2002) :
“Artisanat potier et exploitation du bois dans les chênaies
du nord de Montpellier au XIIIe s. (Hérault, Argelliers, MasViel)”. Archéologie du Midi médiéval, 20: 57 - 106.
CHRZAVZEZ, J. (2006): Collecte du bois de feu et
paléoenvironnements au paléolithique. Apport
méthodologique et étude de cas : la grotte de Fumane dans
les Pré-Alpes Italiennes. Mémoire de Master Archéologie
et Environnement, Université de Paris I.
DUFRAISSE, A. (2002): Les Habitats littoraux néolithiques des
lacs de Chalain et Clairvaux (Jura, France) : collecte du
bois de feu, gestion de l espace forestier et impact sur
le couvert arboréen entre 3700 et 2500 av J.C. Analyses
anthracologiques. Thèse de doctorat, Univ. de Franche-Comté.
DUFRAISSE, A. (2006): “Charcoal anatomy potential, wood
diameter and radial growth”. En Dufraisse A. (ed.): Charcoal
analysis : new analytical tools and methods for archaeology.
Papers from the table-ronde held in Basel 2004 . BAR
International Series 1483, Archaeopress, Oxford: 47-60.
LUDEMANN, T. (2002): “Anthracology and forest sites - the
contribution of charcoal analysis to our knowlege of natural
forest vegetation in south-west Germany”. En S. Thiébault
(ed.): Charcoal analysis: methodological approaches,
palaeoecological results and wood uses. Proceedings of the
2nd International Meeting of Anthracology, Bar Int. Series
1063, Archaeopress, Oxford: 209-217.
LUDEMANN, T. (2006): “Anthracological analysis of recent
charcoal-burning in the black forest, SW Germany”. En A.
Dufraisse (ed.): Charcoal Analysis: New Analytical Tools and
Methods for Archaeology. Papers from the Table-Ronde held
in Basel 2004. BAR Int. Series 1483: 61-70.
MARGUERIE, D. (1992): Évolution de la végétation sous l’impact
humain en Armorique du néolithique aux périodes historiques.
Travaux du Laboratoire d’Anthropologie, Préhistoire,
Protohistoire et Quaternaire Armoricains 40.
MARGUERIE, D.; HUNOT, J.-Y. (2007): “Charcoal analysis and
dendrology: data from archaeological sites in north-western
France”. Journal of Archaeological Science, 34 (9): 1417-1433.
PARADIS, S. (2008): Étude dentro-anthracologique : une approche
méthodologique pour l’étude du calibre des bois. Mémoire
de Master Sciences, Technologies, Santé. Université de
Bourgogne 2007.
THERY-PARISOT, I. (2001) : Economie des combustibles au
Paléolithique. Expérimentation, Anthracologie, Taphonomie.
D.D.A. 20, CNRS Editions, Paris.
THÉRY-PARISOT, I. (2002): “Gathering of firewood during the
Palaeolithic”. En S. Thiébault (ed.): Charcoal analysis:
methodological approaches, palaeoecological results and
wood uses. Proceedings of the 2nd International Meeting of
Anthracology, BAR Int. Series 1063, Archaeopress, Oxford:
243-249.
THÉRY-PARISOT, I.; COSTAMAGNO, S.; HENRY, A. (eds). (2009):
Gestion des combustibles au Paléolithique et au Mésolithique
: nouveaux outils, nouvelles interprétations. Proceedings of
workshop 21. UISPP, XV congress (Lisbon, 4-9 September
2006). BAR Int. Series 1914, Archaeopress, Oxford.
THERY-PARISOT; TEXIER, P.-J. (2006): “L’utilisation du bois mort
dans le site moustérien de la Combette (Vaucluse). Apport
d’une approche morphométrique des charbons de bois à la
définition des fonctions de site, au Paléolithique.” Bulletin
de la Société Préhistorique Française, 103 (3) : 453-463.
THÉRY–PARISOT, I; CHABAL, L. con la contribución de J.
CHRZAVZEZ (aceptado). “Anthracology and taphonomy,
from wood gathering to charcoal analysis. A review of
the taphonomical processes modifying anthracological
assemblages, in archaeological contexts”. En Andrew C.
Scott and Freddy Damblon (eds): Charcoal taphonomy: its
geological significance. Palaeogeography, Palaeoclimatology,
Palaeoecology.
UZQUIANO, P. (1997): “Antracología y métodos: Implicaciones en
la Economía Prehistórica, Etnoarqueología y Paleoecología”.
Trabajos de Prehistoria, 54 (1): 145-154.
211
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
- XXV La fabricación de soportes en asta de cérvido en
el Auriñaciense. Una aproximación experimental
para la comprensión del procedimiento
de hendido en asta de ciervo
José Miguel TEJERO*, Marianne CHRISTENSEN** y Pierre BODU***
* SERP (Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques). Departament de Prehistòria, Historia Antiga i Arqueologia. Universitat de Barcelona. ** UMR 7041 CNRS ArScan - Ethnologie Préhistorique. Université Paris I Panthéon-Sorbonne.
*** UMR 7041 CNRS ArScan - Ethnologie Préhistorique. MAE, Maison René-Ginouvès.
Resumen
La transformación de las materias óseas goza en la
actualidad de un renovado interés por las aproximaciones
tecnológicas a las industrias prehistóricas. Esta aproximación
pasa necesariamente por la construcción de referenciales de
los estigmas técnicos, pero también de los procedimientos
y métodos de obtención de los soportes.
Uno de los procedimientos de extracción de soportes en
materias óseas mejor conocidos del Paleolítico Superior es
la extracción por doble ranurado longitudinal, atestiguado
únicamente a partir del Gravetiense. En el Auriñaciense se
pusieron en práctica otros procedimientos para fabricar los
soportes en materias óseas – procedimientos de fracturación
longitudinal (hendido) o fracturación por percusión difusa –.
Palabras clave:
Sin embargo, la realización operativa de estos procedimientos
sigue siendo poco conocida en la actualidad.
Con el objeto de caracterizar mejor esta fase de
fabricación de los soportes para azagayas, hemos llevado
a cabo un programa experimental. Guiados por una lectura
tecnológica exhaustiva del material arqueológico español,
hemos testado el esquema de transformación por fracturación
mediante percusión indirecta sobre asta de ciervo. Los
resultados obtenidos aportan nuevos índices respecto a
la identificación de los soportes y restos de fabricación.
También ponen de relieve la posibilidad de predeterminar
las dimensiones de los soportes y por tanto de las futuras
azagayas.
Industria ósea. Tecnología. Experimentación. Asta de ciervo. Auriñaciense. Paleolítico Superior.
Azagaya de base hendida.
Abstract
The transformation of the osseous material gains at
present a renewed interest by technological approaches to
prehistoric industries. This approach necessarily involves the
construction of technical reference of the marks, but also
the procedures and methods involved for obtaining blanks.
One of the best known extraction processes of blanks with
osseous materials during Upper Palaeolithic is the extraction
by longitudinal grooving, observed only since the Gravettian.
During the Aurignacian, other ways of producing blanks were
attested by fracturing procedures such as splitting or diffuse
percussion. However, the operational sequence of these
Key words:
procedures remains little known at present.
In order to better characterize this stage of manufacture
of the blanks fore bone projectile point, we conducted an
experimental program. Guided by a thorough technological
reading of the Spanish archaeological material, we have
tested the scheme of transformation by fracturing using
indirect percussion on deer antler. The results provide further
indications as to the identification of blanks, rough-outs and
manufacturing waist. One of the results also emphasize the
possibility to predetermine the size of the blanks and thereby
that of the future projectile point.
Bone Industry. Technology. Experimentation. Antler red-deer. Aurignacian. Upper Palaeolithic.
Split based point.
213
La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
B L O Q U E - II - . Capítulo XXV
Introducción
Uno de los procedimientos de extracción de las materias
óseas mejor conocido en el Paleolítico Superior es la
extracción por doble ranurado longitudinal. Sin embargo
éste no está atestiguado más que a partir del Gravetiense
(Goutas 2004). En el Auriñaciense, se pusieron en juego otros
procedimientos para fabricar los soportes en materias óseas.
Según los restos de industria ósea, se trata de procedimientos
de hendido longitudinal (Liolios 1999) o fracturación por
percusión (Averbouh 2002).
Las investigaciones tecnológicas de los últimos años
sobre la transformación de las materias duras animales en el
inicio del Paleolítico Superior hacen mención de la utilización
del hendido para la producción de soportes, especialmente
para las azagayas (p.e.: Hahn 1974; Knecht 1991, 1993).
Sin embargo ninguna detalla la realización operativa de
este procedimiento, que de este modo sigue siendo poco
conocido en la actualidad
El objetivo de nuestra aproximación experimental
es caracterizar esta fase de fabricación de las azagayas
auriñacienses y constituir un referencial experimental que
nos permita identificar los estigmas, las piezas y los restos
de fabricación asociados al procedimiento del hendido
longitudinal.
Las bases para un programa experimental
Nuestro punto de partida es la lectura tecnológica
del material óseo Auriñaciense peninsular, realizada en
el marco del proyecto de tesis doctoral de uno de los
firmantes (JMT), en el cual se integra también el proyecto
experimental que presentamos. Nuestro interés se ha
centrado también en el resto del equipamiento Auriñaciense lítico y óseo – con el objetivo de utilizar, a lo largo de nuestra
experimentación, útiles similares a aquellos susceptibles de
haber participado en la producción de soportes por hendido en
el Auriñaciense. Nuestro programa se ha guiado también por
las experimentaciones desarrolladas por otros investigadores.
Los soportes producidos por el procedimiento de hendido,
son difíciles de identificar en el registro arqueológico.
Éstos están débilmente predeterminados, pero se puede,
no obstante apreciar una cierta homogeneidad entre estos
elementos: se trata de soportes alargados – tipo baguette
– de morfología rectangular o sub-triangular, que presentan
planos de fractura rectilínea u oblicua sobre sus bordes
laterales. Cuando los planos de fractura no alcanzan la
longitud total del bloque de materia, pueden tener también
trazas del arrancamiento final por flexión para desprender
el soporte del bloque (Fig. 1).
Figura 1. Atributos
técnicos que pueden
observarse en los
soportes obtenidos
mediante hendido
longitudinal
214
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
Una revisión de las publicaciones en que se analizan
diferentes conjuntos de industria ósea auriñaciense de la
Península Ibérica, denota la ausencia elocuente de datos
sobre la producción de soportes en asta de cérvido para
fabricar las azagayas (Mújika 1991; Rueda 1987). Esta misma
ausencia, se constata en las colecciones de industria que
se componen esencialmente de objetos acabados, en todo
caso cuando se trata de colecciones antiguas.
Un examen entre los restos de fauna de algunos sitios
clave, como Castillo, Conde o Cierro, cuyas excavaciones se
remontan a inicios del siglo XX nos ha permitido localizar
diferentes soportes, a los que se añaden los obtenidos en
las excavaciones recientes de los yacimientos de Covalejos
– nivel B (2) – (Sanguino y Montes 2005) y Labeko Koba
– nivel V – (Mújika 2000). En el caso de Covalejos, sus
excavadores han integrado estas piezas en el conjunto de
industria ósea aunque sin identificarlas como soportes,
mientras que el ejemplar de Labeko ha sido descrito como
“...una tira de asta de sección subrectangular, en deplorable
estado de conservación, muestra un plano de aserramiento
longitudinal” (Mújika 2000: 364).
Otros elementos han sido interpretados como piezas
intermedias a partir de las marcas de utilización macro y
microscópicas, consistentes en compresión de las fibras
óseas, pequeñas estrías y fisuras y pérdidas de fragmentos
de materia. La caracterización y disposición de estos
estigmas no dejan lugar a dudas sobre su utilización como
piezas intermedias, como han señalado diversos autores
(Tartar 2003a, b).
Hay que añadir a estos soportes y piezas intermedias, la
recuperación de diversos restos de fabricación.
En cuanto a las piezas líticas, únicamente nos hemos
interesado por aquellas asociadas a las azagayas de base
hendida que hubieran podido intervenir en el esquema
operativo de la fabricación de los soportes (lascas, núcleos
y piezas astilladas o esquillées).
Entre los trabajos experimentales sobre el trabajo de las
materias óseas en el Paleolítico Superior inicial, únicamente
D. Liolios, ha llevado a cabo una experimentación para
producir soportes a partir de astas de reno (Liolios 1999).
Determinadas observaciones extraídas de este trabajo
experimental han sido tenidas en cuenta en la elaboración de
nuestro protocolo, de igual modo que algunas conclusiones
obtenidas en nuestros test preliminares llevados a cabo en
2005 y 2006 con el fin de familiarizarnos tanto con el material
como con los diferentes gestos técnicos del procedimiento1.
1. Los trabajos previos se desarrollaron en el Taller “TechnOs, école thématique
du CNRS», durante el mes de mayo de 2005 celebrado en Aix-en-Provence
(Bouches-du Rhônes) en el que trabajamos astas de reno y en el Seminario
«Technologie de l’industrie sur matières dures animales» organizado en el marco
de los estudios de Master de la Universidad de Paris I y celebrado en el Centre
archéologique d’Étiolles (Essonne), en junio de 2006, donde continuamos nuestros
ensayos con astas de ciervo.
El protocolo
Cuando los criterios de identificación son evidentes,
parece que la mayor parte de las azagayas del Auriñaciense
español fueron fabricadas en asta de ciervo. Esa es la razón
por la que hemos escogido explotar únicamente cuernas de
este taxón.
Se han trabajado 5 astas de muda de módulo medio
(5/6 mm de espesor máximo de cortical).
Algunos de los útiles intermedios en asta de ciervo
utilizados han sido obtenidos a partir de los candiles o las
puntas suprimidas durante la preparación de nuestras astas
(Fig. 2b y 2d).
Estos útiles intermedios han sido accionados por
percutores en madera de boj (550 gr.) y en asta de ciervo
(600 gr.) (Fig. 2a).
Los útiles líticos utilizados se han fabricado en sílex,
así como en cuarcita proveniente de la cuenca del río Pas
junto a la cueva de El Castillo (Fig. 2c). El seccionado ha
sido efectuado con grandes lascas en bruto y retocadas
(140 mm de longitud máxima y unos 300 gr. de peso), así
como dos núcleos con un ángulo cortante cercano a los 45o.
Estos útiles se han utilizado sosteniéndolos directamente
con la mano. Otros fragmentos de hojas de formas más o
menos rectangulares han sido enmangados en fragmentos
de asta de ciervo y de reno vaciados.
Todos los parámetros y variables consideradas como
diagnósticos o con una mayor influencia en el proceso,
así como los resultados obtenidos, han sido registrados
en una ficha confeccionada específicamente para esta
experimentación.
215
La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
B L O Q U E - II - . Capítulo XXV
Figura 2. Útiles empleados en la experimentación. Percutores de madera de boj y asta de ciervo (A).
Piezas intermedias en asta de cérvido (B y D) y sílex (“pièces esquillées”) (C)
Desarrollo de la experimentación
Empezamos por trabajar los bloques según un mismo
esquema operativo:
1. preparación de las astas por supresión de candiles
y de puntas molestas para el seccionado de las perchas.
2. fabricación de bloques secundarios por percusión
directa cortante segmentando las astas.
3. hendido longitudinal de los bloques mediante percusión
indirecta.
La primera operación ha consistido en la preparación de
los bloques primarios (astas enteras) eliminando algunos
candiles y puntas de la corona, con el objeto de suprimir las
216
partes molestas para el seccionado y recuperar determinados
elementos que transformaremos en piezas intermedias. Han
sido suprimidas por segmentación empleando una percusión
directa cortante bifacial, con ayuda de lascas grandes en bruto
y retocadas así como núcleos en sílex. El desprendimiento
final se ha llevado a cabo por percusión directa, utilizando
grandes bloques de riolita. En total, se han necesitado, en
general, entre 15 y 25 minutos para la segmentación y el
desprendimiento de cada elemento según su diámetro.
La operación siguiente ha sido la segmentación
transversal de las perchas para la obtención de bloques
secundarios cilíndricos. Se han utilizado los mismos útiles
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
que anteriormente (lascas de sílex y núcleos), y también
pequeñas lascas de sílex y de cuarcita enmangadas. La
técnica ha sido la misma: percusión directa cortante desde
dos caras para la segmentación y percusión difusa con un
gran bloque para la separación final. Como en la anterior
fase, hemos trabajado siempre manteniendo el asta sobre
una superficie de madera para obtener una mejor penetración
del útil y evitar que el asta absorbiera sin más el golpe o
que rebotara (Fig. 3).
Figura 3. Secuencia del proceso de obtención de soportes: preparación del asta mediante supresión de candiles y seccionado transversal
para la obtención de bloques secundarios
217
La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
B L O Q U E - II - . Capítulo XXV
A partir de 4 astas, hemos obtenido 12 bloques – siendo
su longitud máxima de 330 mm y el más pequeño de 117 mm.
Los bloques, obtenidos por entallaje bifacial y
desprendidos por flexión, presentan una fractura en dientes
de sierra que aparece en el momento de la ruptura de las
zonas de sujeción laterales no entalladas. Estas extremidades
irregulares se han mostrado importantes para el hendido
en percusión indirecta, puesto que permiten un buen
emplazamiento de la parte activa de la pieza intermedia
para iniciar el hendido (Fig. 3).
La siguiente etapa de nuestro protocolo experimental es
el hendido longitudinal de los bloques secundarios (Fig. 4).
Figura 4. Secuencia del proceso de obtención de soportes: hendido longitudinal mediante percusión indirecta
218
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
El conjunto de bloques se han trabajado en seco a
excepción de uno sobre el que hemos intentado el hendido con
la materia congelada. La experiencia de D. Liolios (1999), junto
a nuestros propios ensayos previos, muestran que el asta de
cérvido responde mucho mejor al hendido cuando está seco.
Este hecho estaría en relación con la mayor resistencia a la
fractura de un asta mojada (o fresca) probablemente porque
presenta una mayor capacidad de absorción del impacto al
ser la materia más flexible.
La primera etapa es la de asegurar un plano de percusión
limpio. Cuando el tejido esponjoso es demasiado prominente
en relación al tejido compacto (marcado por dientes de sierra),
impide el buen emplazamiento de la pieza intermedia en el
ángulo entre dos dientes. En ese caso es necesario regularizar
este plano, al menos parcialmente, suprimiendo la parte del
tejido esponjoso molesta.
Posteriormente hemos procedido a un hendido por
percusión indirecta unipolar (un solo plano de percusión).
El mejor resultado se ha obtenido iniciando una línea de
fractura a partir de una de las depresiones en dientes de
sierra en el tejido cortical. Una pieza biselada en asta, con
la parte activa estrecha presentando un ángulo cortante de
alrededor de 20/25o es suficiente para asegurar la separación
de las fibras del tejido compacto. Cuando la fisura se ha
iniciado y propagado unos milímetros, es necesario insertar
un segundo útil intermedio, esta vez con extremidad distal
cónica (candil o punta en bruto) en el tejido esponjoso en
el punto más próximo de la línea de fractura. Esta pieza se
hunde en el tejido esponjoso y mantiene abierta la línea de
fractura ejerciendo una presión radial y permitiendo de ese
modo progresar la fisura al percutir nuevamente sobre el eje
de ésta con el útil biselado. De este modo la línea de fractura
progresa de manera perfectamente recta.
Cuando esta primera línea de fractura llega casi a
la mitad de la longitud del bloque secundario, se inicia
una segunda fractura paralela a la primera a la distancia
requerida correspondiente a la anchura del soporte que
se desee extraer. Pequeños golpes, a nivel de la fractura
principal, hacen progresar las dos fracturas hasta el final del
bloque. Cuando no surgen contratiempos esta operación es
extremadamente rápida (10/15 minutos).
Diferentes problemas pueden aparecer a lo largo de
la experimentación, en particular concernientes al control
del hendido. El más importante y también el más frecuente
es la de la propagación desviada de la línea de fractura.
En ocasiones ésta diverge oblicuamente en relación al
eje longitudinal del bloque escapando lateralmente. Este
problema parece estar provocado por una mala dirección
del inicio de la fisura y tiene como consecuencia un soporte
demasiado corto. Parece que determinados parámetros tienen
una incidencia sobre este fenómeno: la posición de la pieza
intermedia en el momento de iniciar la línea de fractura
es determinante para la dirección que ésta va a tomar. Es
también importante que el bloque a hendir se mantenga
perfectamente recto, es decir, el eje de extracción debe ser
perpendicular al plano de trabajo.
Por otro lado, la presencia de pequeñas fisuras, producidas
a lo largo del proceso de segmentación del asta, pueden
también ser responsables de la propagación oblicua de la
línea de fractura. Entonces es necesario redirigirla.
Aún en los casos en los que ha sido necesario adoptar
diferentes soluciones ante los problemas surgidos, el proceso
de hendido y desprendimiento de los soportes no se ha
demorado más de 20/30 minutos.
La presencia de piezas astilladas (pièces esquillées) en
determinados niveles auriñacienses españoles y su asociación
en la literatura científica a equipamientos empleados en el
trabajo del asta, del hueso y de la madera (Le Brun-Ricalens
2006; Lucas y Hays 2004), nos ha motivado a evaluar la
utilidad de lascas y fragmentos de hoja de sílex y cuarcita
en el procedimiento del hendido.
Los resultados no han sido satisfactorios. Las piezas se
rompieron después de varios minutos de trabajo y no fueron
eficaces ni para iniciar la fractura ni para propagarla.
Resultados
Hemos obtenido un total de 13 soportes a partir de 7
bloques secundarios (Fig. 5. Tabla 1).
La morfología de los soportes es rectangular o subrectangular en nueve casos. Tres soportes son sub-triangulares
y el último cuadrangular. Sus secciones varían entre planoconvexas (8), biconvexas (3) y sub-triangulares (2). En las
combinaciones de delineación de los planos de fractura
(derecho/izquierdo) el caso más frecuente es el de un plano
recto asociado a un plano oblicuo.
La longitud de los soportes varía entre 86 mm a 212 mm
y las anchuras entre 17 y 46 mm. El espesor mínimo es de
2 mm y el máximo de 27 mm.
De nuestra experimentación se desprende la importancia
de disponer de un plano de hendido que presente dientes de
sierra para emplazar y sujetar el útil intermedio con precisión
y poder controlar el punto inicial de hendido. Controlando
estos dos aspectos es posible producir soportes de un
módulo métrico regular, casi “estandarizadas”, o en todo
219
La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
B L O Q U E - II - . Capítulo XXV
Figura 5. Ejemplos de soportes (“Baguettes”) obtenidos en la experimentación. Los dos soportes situados a la derecha se encuentran en proceso de
confección para testar la fabricación de azagayas de base hendida
soporte
morfología
Sección
Medidas (l/a/e)
(mm.)
Planos fract.
long.
Planos fract. trans.
1A
subtriangular
plano-convexa
120x34x14
recto/recto
recto/lengüeta
1B
rectangular
subtriangular
113x17x16
recto/recto
abrupto/lengüeta
1C
rectangular
plano-convexa
118x28x13
oblicuo/oblicuo
abrupto/lengüeta
1D
rectangular
plano-convexa
143x36x18
recto/oblicuo
abrupto/lengüeta
1D
subrectangular
plano-convexa
131x26x12
recto/recto
recto/lengüeta
2A
subtriangular
plano-convexa
112x28x8
recto/recto
abrupto/lengüeta
2B
cuadrangular
plano-convexa
212x32x27
oblicuo/recto
abrupto/recto
2C
subtriangular
biconvexa
86x27x12
oblicuo/oblicuo
abrupto/Lengüeta
2D
rectangular
subtriangular
112x21x14
recto/oblicuo
abrupto/lengüeta
2E
subtriangular
biconvexa
120x23x18
recto/recto
abrupto/lengüeta
5A
rectangular
biconvexa
161x46x2
recto/oblicuo
recto/lengüeta
5A.2
rectangular
plano-convexa
168x43x2
recto/oblicuo
recto/recto
5B
rectangular
plano-convexa
152x38x21
recto/oblicuo
recto/recto
Tabla 1. Morfometría de los soportes experimentales y descripción de los planos de fractura de los mismos
220
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
caso soportes de una morfología no aleatoria, como puede
observarse en el registro arqueológico español (por ejemplo
en Castillo).
Otra de las constantes que resultan es la casi total
ausencia de restos que se limitan a los candiles y puntas
seccionadas en el momento de la preparación del bloque
secundario en el caso de que no hayan sido posteriormente
utilizados como piezas intermedias o como mangos. El
procedimiento de hendido por percusión indirecta permite una
explotación casi integral del asta y de los bloques secundarios.
Esto concuerda con las colecciones arqueológicas españolas
en las que los restos de fabricación están poco representados,
sin olvidar evidentemente una eventual infra-representación
unida a la dificultad de reconocerlos entre los vestigios
arqueológicos.
El estado de la materia prima es otro elemento importante.
Según nuestros resultados, el asta de ciervo responde
netamente mejor a la fuerza impuesta por el hendido cuando
está seco. Lo que se desprende de nuestros ensayos es que
un asta mojada, tiene tendencia a absorber los golpes al ser
más flexible. Entonces la propagación de la línea de fractura
se ralentiza o en todo caso se propaga con mayor dificultad.
Conclusiones
La correlación de los estigmas técnicos del material
arqueológico y del experimental confirma a grandes rasgos
el esquema técnico operativo deducido parcialmente a partir
del material arqueológico analizado y que consiste en: la
segmentación transversal del asta por percusión directa
cortante, el hendido longitudinal por percusión indirecta y el
desprendimiento final del soporte por flexión (arrancamiento).
Los estigmas observados en el material experimental se
resumen esencialmente en aplastamientos o compresiones
en la zona del tejido esponjoso donde se ha emplazado el
útil intermedio. A nivel del tejido compacto se observa una
compresión de la materia y en algunos casos un lustre en
el plano de fractura (Fig. 6).
Figura 6. Estigmas presentes en
los soportes experimentales.
Compresión o aplastamiento del
tejido esponjoso (T.E.). Compresión
y lustre en el tejido o zona cortical
(Z.C.). Las marcas se corresponden
con las zonas de inserción de los
útiles intermedios
221
La fabricación de soportes en asta de cérvido en el Auriñaciense. Una aproximación experimental para la comprensión del procedimiento de hendido en asta de ciervo
B L O Q U E - II - . Capítulo XXV
Estos estigmas que señalan el emplazamiento de las
piezas intermedias durante el hendido, son extremamente
difíciles de observar en las piezas arqueológicas. Esta
dificultad de lectura junto al, en general, mal estado de
conservación del material arqueológico auriñaciense español,
hace que los estigmas visibles se limiten en la práctica a los
planos de fractura laterales y al arrancamiento en lengüeta
del desprendimiento final del soporte.
Por tanto la combinación de los estigmas observados
en los soportes arqueológicos (planos de fractura laterales,
compresión de la materia cortical y esponjosa, lengüeta
de arrancamiento) encuentran su paralelo en los soportes
obtenidos en el curso de nuestra experimentación.
Las piezas intermedias experimentales sobre candiles o
puntas en bruto, utilizadas para el hendido también presentan
estigmas de percusión similares a los observados sobre las
piezas arqueológicas. Las marcas se presentan en forma de
aplastamientos, estrías y embotamientos a nivel de la parte
distal. En la parte proximal, los estigmas de percusión se
resumen esencialmente en un repliegue de las fibras óseas
y pérdidas de pequeños fragmentos de materia en ocasiones
importantes.
Agradecimientos
Este trabajo se enmarca en el Groupement de Recherche
Européen (GDRE) PREHISTOS: Prehistoric explotation of
osseus materials in Europe. Appearance and diffusion of
technical and functional inventions from the Palaeolithic to
the Iron Age (CNRS et Partenaires Italiens, Hongrois, Belges,
Russes, Bulgares et Espagnols). www.gdreprehistos.com.
La investigación también forma parte del Grup de Recerca
de Qualitat de la Generalitat de Catalunya SGR2005-00299
y el proyecto HAR2008-00103 MICINN.
Bibliografía
AVERBOUH, A. (2002): L’industrie en matières osseuses
du Paléolithique. Document pour une caractérisation
chrono-culturelle des principes de transformation et des
productions associées. Etabli en vue de la sélection uu
matériel d’exposition des nouvelles salles du Musée national
de Préhistoire des Eyzies de Tayac. Musée National de
Préhistoire. Les Eyzies de Tayac. p.
GOUTAS, N. (2004): Caractérisation et évolution du Gravettien
en France par l’approche techno-économique des industries
en matières dures animales (étude de six gisements du
Sud-ouest). Thèse doctorat. UFR d’Histoire de l’Art et
l’Archéologie. Paris I Panthéon-Sorbonne. Paris. 675 p.
222
En cuanto a las características métricas, las dimensiones
(longitud y anchura) pueden ser controlados de manera
relativamente fácil. La longitud del soporte será correlativa
a la del bloque secundario y su anchura estará en función de
la zona de inserción de las piezas intermedias para iniciar el
hendido. Con el procedimiento del hendido es posible extraer
soportes de una longitud superior a 20 cm, lo que permitiría
la producción de azagayas de gran dimensión como una
de las de base hendida de la cueva de El Castillo – nivel
Auriñaciense Delta (18) (16,9 cm).
Por último, es importante insistir también en que el
aprovechamiento prácticamente integral del asta por este
procedimiento, produce escasos restos de fabricación que se
reducirían a determinadas partes de los bloques secundarios
si el soporte no ha alcanzado la longitud total del mismo
y a candiles y puntas que no se hayan posteriormente
aprovechado como piezas intermedias. Esta constatación
se corresponde con los restos presentes en los niveles
auriñacienses españoles.
Agradecemos a la Asociación ARPE por haber puesto a
nuestra disposición las instalaciones del Centre archéologique
d’Etiolles durante la experimentación.
Nuestro agradecimiento más sincero a los estudiantes,
Malvina Baumann, Claire Lucas, Romain Malgarini y Pierre
Mauger, sin cuya entusiasta participación no habríamos
podido llevar a cabo este trabajo.
HAHN, J. (1974): “Analyse des sagaies du Paléolithique supérieur
ancien en Europe. Méthodes et premiers résultats”. En Camps
Fabrer, H. (Eds.): 1èr. Colloque international sur l’industrie de
l’os dans la préhistoire: Abbaye de Sénanque, 18-20 avril 1974.
Université de Provence. Paris: 119-128.
KNECHT, H. (1991): Technological innovation and design during the
Early Upper Paleolithic: A Study of Organic Projectile. Ph. D.
Department of Anthropology. New York University. New York.
520 p.
KNECHT, H. (1993): “Splits and wedges: The techniques and
technology of Early Aurignacian antler working”. En Knecht, H.;
Pike-tay, A.; White, R. (eds.): Before Lascaux: The complex record
of the Early Upper Paleolithic. CRC Press. Boca Ratón: 137-162.
José Miguel TEJERO, Marianne CHRISTENSEN y Pierre BODU
LE BRUN-RICALENS, F. (2006): “Les pièces esquillées: État des
connaissances après un siècle de reconnaissance”. Paleo,
18: 95-114.
RUEDA, J. M. (1987): “La indústria òssia del Paleolític Superior
de Serinyà: Reclau Viver i Bora Gran d`En Carreras”. Cypsela,
VI: 229-236.
LIOLIOS, D. (1999): Variabilité et caracteristiques du travail des
matières osseuses au debut de l’Aurignacien: Approche
technologique et economique . Thése de doctorat.
Département d’Ethnologie et de Sociologie comparative.
Université Paris X-Nanterre. Paris. 359 p.
SANGUINO, J.; MONTES, R., (2005): “Nuevos datos para el
conocimiento del Paleolítico Medio en el centro de la
región Cantábrica: La cueva de Covalejos”. En Montes,
R.; Lasheras, J. A. (eds.): Actas de la reunión científica :
neandertales cantábricos, estado de la cuestión, celebrada
en el Museo de Altamira los días 20-22 de octubre de 2004.
Ministerio de Cultura. Monografías del Museo de Altamira
20. Santander: 489-504.
LUCAS, G.; HAYS, M. A. (2004): “Les pièces esquillées du site
paléolithique du Flageolet I (Dordogne): outils ou nucléus?”.
En Bodu, P.; Constantin, C. (eds.): Approches fonctionelles en
Préhistorie. XXVè Congrès Préhistorique de France. Nanterre
24-26 novembre 2000. Société Préhistorique Française.
Joué-les-Tours: 107-120.
MÚJIKA, J. A. (1991): La industria ósea del Paleolítico Superior
y Epipaleolítico del Pirineo Occidental. Tesis doctoral inédita.
Universidad de Deusto. Bilbao. 1351 p.
MÚJIKA, J. A. (2000): “La industria ósea del Paleolítico Superior
inicial de Labeko Koba (Arrasate, País Vasco)”. Munibe, 52:
355-376.
TARTAR, E. (2003a): L’exploitation de l’os a l’Aurignacien.
L’exemple de l’outillage en os aurignacien ancien de la
Grotte des Hyènes à Brassempouy. Approche technologique,
économique et fonctionnelle. Mémoire DEA. Historie de
l’Art et Archéologie. Paris I Panthéon-Sorbonne. Paris. 51 p.
TARTAR, E. (2003b): “L’analyse techno-fonctionnelle de l’industrie
en matières osseuses dites “peu élaborée”. L’Exemple des
pièces intermédiaires en os de l’Aurignacien Ancien de la
Grotte des Hyènes (Brassempouy, Landes)”. Préhistoire
Anthropologie Méditerranéennes, 12: 139-146.
223
Paula ORTEGA MARTÍNEZ
- XXVI El empleo de utillaje óseo no elaborado en
el tratamiento de pieles paleolítico.
Un caso experimental
Paula ORTEGA MARTÍNEZ
Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.
Resumen
En este estudio se presentan los resultados de un
programa experimental que ha tenido como finalidad
analizar y reconocer la funcionalidad de diversos útiles y
huesos utilizados en el Solutrense cantábrico, con visibles
marcas antrópicas. Se ha pretendido, a través de la práctica
experimental y la comparación con el registro arqueológico,
Palabras clave:
obtener un modelo de interpretación causa-efecto más
completo que los utilizados hasta ahora, de la producción y
empleo de útiles óseos presentes en el suelo arqueológico
con especial atención a aquellos utilizados en el tratamiento
de pieles.
Solutrense Cornisa Cantábrica, Hueso utilizado, traceología, huellas de uso, alisador,
Tratamiento de pieles.
Abstract
In this study the results of an experimental program
are presented with the aim of analyze and recognize the
functionality of several tools and bones, with visible anthropic
marks, used in the Cantabrian Solutrense. Through the experimental practice, and the comparison with the archaeological
Key words:
record, it has been sought to obtain a model of interpretation
“reason-efect” more complet that the used ones till now,
of the production and employment of bone tools present in
the archaelogical soil with special attention to those used
in the skins treatment.
Solutrean, Cantabrian cornice, used bone, traceology, used marks, smoother skin treatment.
Introducción
La investigación presente se centra en el estudio de la
cadena operativa de los útiles englobados en el grupo de
los denominados “huesos utilizados” analizando pues la
potencialidad de los mismos a través de las huellas de uso y la
reproducción experimental de determinadas labores presentes
en la vida paleolítica.
De este modo se ha planteado un estudio articulado en
dos partes, por un lado, se ha llevado a cabo un programa
experimental que ha tenido como finalidad analizar y reconocer
la funcionalidad de diversos útiles y huesos utilizados en el
Solutrense cantábrico con visibles marcas antrópicas todos
ellos recuperados en el yacimiento de Las Caldas; por otro se
han estudiado las marcas fruto de la experimentación para
compararlos con los primeros.
La cueva de Las Caldas, situada en el valle del Nalón
(Asturias, España), presenta una gran estratigrafía, conservado
una de las secuencias cronológicas más completas de la
Península Ibérica en el segmento temporal comprendido entre
20.753 y 12.600 (21.600-12.900 cl B.P.).
Las industrias más antiguas conservadas son las
pertenecientes al Solutrense Medio. Estos aparecen en el
fondo de la Sala I, y abarcan los niveles del 18 al 12, con
dataciones entre 20.735 ± 405 cl B.C./A.D, para el nivel 12 del
pasillo, (Corchón 1999: 12-14). Sobre estos niveles descansan
niveles del Solutrense Superior y evolucionado. El Solutrense
superior abarca desde los niveles 7 a 11, con una datación
de 19.710±470 cl B.C. para el nivel 11 y 19.115 ± 445 cl
B.C./A.D., para el nivel 9. El solutrense terminal comprende
los niveles del 6 al 3 (Corchón 1999: 12-14).
225
El empleo de utillaje óseo no elaborado en el tratamiento de pieles paleolítico. Un caso experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVI
Es en la Sala II en la que se conserva una rica secuencia
propia del Magdaleniense. Los niveles del Magdaleniense
inferior son los comprendidos entre el XI y XIII y se superpone
a un nivel solutrense terminal en el fondo de esta sala.
Metodología
El análisis de los útiles óseos realizado en este trabajo, se
ha articulado en torno al concepto de cadena operativa1. Esto
ha permitido tener una visión dinámica de la consecución,
elaboración y uso de estas herramientas paleolíticas desde
su origen, comenzando por la obtención del soporte, para
centrarnos, en otro nivel de conocimiento, en el propio
desarrollo tecnológico, prestando especial atención a los
aspectos técnicos de la modificación de los soportes utilizados
posteriormente como útiles. Del mimo modo, este eje central
permitirá discernir el grado de abstracción y sistematización
poseído por estas sociedades, ya que el concepto abstracto
del útil finalizado o de la herramienta deseada es un aspecto
necesario para la elaboración de un útil por un artesano.
Para corroborar las hipótesis planteadas a partir
del concepto de cadenas operativas se ha recurrido en
este estudio a la ayuda que proporciona la arqueología
experimental, replicando cada interpretación con un referente
experimental concreto. Se ha pretendido reproducir el
fenómeno en condiciones controladas científicamente de
manera que se alcancen conocimientos empíricos alcanzando
un conocimiento de manera instrumental, y tangible
(Terrades y Clemente 2001: 90), controlando las variables
que intervienen en el proceso tecnológico.
Esto permite hacer una comparación y asimilación
entre las trazas dejadas en la experimentación y las piezas
arqueológicas, aislando las huellas conservadas y pudiendo
inferir, para cada una, una labor concreta
Para el estudio de las piezas, y las trazas impresas en
ellas, tanto las obtenidas de forma experimental como las
arqueológicas, se ha procedido a un estudio exhaustivo,
articulado en dos fases de examen: el análisis macroscópico y
el análisis microscópico. El primero está basado en el estudio
de los aspectos macroscópicos de las piezas haciendo un
análisis preliminar de la superficie, desde una perspectiva
mecánica, que se puede auxiliar con lupas de poco aumento,
entre x20 y x80 (Sidéra et al. 2006: 295). En el segundo, se
procede a un estudio exhaustivo de la superficie ósea de las
piezas, utilizando para ello una lupa binocular zoom Leika
que corresponde al modelo MZ162. Gracias al nivel superior
de detalle que permiten estos microscopios, se realiza un
análisis detallado de las superficies, pudiendo llegar a
reconstruir distintos procesos, de manera que se observan
los trazos técnicos, el orden en el que se suceden a través
de la superposición de los mismos y el grado de utilización
o la dirección del gesto.
Desarrollo experimental
El programa experimental que se ha desarrollado para
la comprensión de las cadenas operativas de los huesos
utilizados se estructura en dos fases: La primera fase se
basa en la fractura ósea, en este trabajo ulnas y fémures
de bóvidos (Bos Taurus) junto con metápodos del mismo
animal, que provoca la extracción de fragmentos óseos,
soportes para la utilización posterior; La segunda, en
cambio, atañe a la potencialidad y funcionalidad de estos
útiles. En esta fase, se han reproducido diferentes labores
domésticas imprescindibles en la vida prehistórica., a
la vez que se controlan las alteraciones y variables que
condiciona el entorno, tomando los resultados de la primera
experimentación como punto de partida.
La parte central del programa, expuesta en este artículo,
está basada en el procesamiento de una piel de cordero
(Ovis aries). Esta experimentación se planteó con el fin de
comprobar cómo el frotamiento de las herramientas con la
grasa conservada en la piel, produce una fricción que se
plasma en los filos utilizados.
Para reproducir los posibles pasos en el tratamiento de la
piel en época paleolítica se ha comenzado por el estiramiento
de la misma, para lo que se construyó un bastidor a base
de listones de madera y cordel de fibras vegetales, de
considerable estabilidad para facilitar el tensionado de la piel.
Para la sujeción de la piel en el bastidor se ha procedido a
realizar pequeños agujeros en el borde de todo el contorno de
la piel, utilizando para ello, un fragmento aguzado de hueso,
obtenido en la experimentación de fractura anteriormente
comentada, realizando una torsión del fragmento óseo,
de forma giratoria, en ambos sentidos, completando un
1. El concepto de cadena operativa entendida como “los diferentes momentos de la fabricación desde la materia prima hasta el objeto final” fue planteada en primer lugar
por M. Gauss en 1947 posteriormente ha sido retomada por M Marget en 1953.
2. Lupa MZ16, con un rango de aumento de x7,1 a 115x, con un iluminador que proporciona luz fría rasante, transmitida a través de doble haz de fibra óptica y con una
cámara fotográfica asociada.
226
Paula ORTEGA MARTÍNEZ
movimiento con un ángulo aproximado de 180º. Se ha obviado
la presencia de las patas tanto delanteras como traseras que
se mantuvieron naturales ya que la extracción de las mismas
provocaría un corte fresco en la piel que conllevaría la rotura
de la misma en el tensionado.
Seguidamente, se pasaron unos cordones de fibras
vegetales por cada uno de los agujeros atándolos por
separado al bastidor, ya que de esta forma podemos corregir
las diferencias en el estirado de la piel.
En la operación propia de raspar la cara interna de la
piel, se ha empleado un fragmento natural de hueso fresco,
que dispone por la propia rotura ósea un frontal despejado
y redondeado.
El raspado de la piel se realizó durante un tiempo
aproximado de veinte minutos, extrayendo restos grasos
de la misma. Los gestos se orientaron siempre de la parte
superior hacia la inferior y con un cierto movimiento desde
el centro hacia el exterior. (Fig. 1.)
Figura 1. Proceso experimental, raspado de la cara interna de la piel
Con esta labor observamos que la piel cambia
sensiblemente el color conforme va perdiendo una capa de
grasa tras otra. A la vez que se ha comprobado el pulimento
de la zona activa del útil.
En un segundo paso de nuestro proyecto, se procedió a
esparcir polvo de arenisca, en un caso y hematites en otro,
por la superficie interna de la piel. Ambos elementos absorben
la humedad de la piel, lo que favorece su curtido y el raspado
de la grasa, además de las propiedades antisépticas del
segundo. Seguidamente, se reanudó la tarea de frotamiento
de la piel, realizada ahora con otros instrumentos, con el fin
de distinguir las trazas de las herramientas anteriormente
utilizadas con las nuevas. En esta ocasión el proceso duró
aproximadamente quince minutos, y se ha comprobado cómo,
ahora, la extracción de la grasa se ha visto favorecida por
esta nueva variable.
Reflexiones sobre la comparación con el registro arqueológico
Las piezas se interpretan en un modelo teórico basado en
las transformaciones con las que se va metamorfoseando el
soporte óseo. Para entender cada una de las piezas que nos
han llegado del pasado y comprender un aspecto más del
ámbito de la vida del hombre paleolítico y, en especial, los
aspectos económicos, se debe analizar todos los procesos
que ha sufrido dicha pieza, siendo el último paso, el del útil
tipificado, el más valorado por tratarse de la representación
finalizada de la voluntad del artesano.
227
El empleo de utillaje óseo no elaborado en el tratamiento de pieles paleolítico. Un caso experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVI
Según el grado de transformación del hueso, podemos
dividir el conjunto de las piezas que tienen como soporte
las materias duras animales en tres grupos: el primero, está
formado por los materiales menos transformados, aquellos
que sirven de soporte para expresiones artísticas tales como
los grabados o pinturas; un segundo grupo, corresponde a
los denominados comúnmente “Industria de hueso poco
elaborado” o “Hueso utilizado”, y que hace referencia a su
utilización en el proceso de elaboración de otras piezas, en
funciones primarias o alimenticias, sin que haya sufrido una
gran transformación (González Doña 1984); y por último, un
tercer grupo, el más estudiado y tipologizado3, que recoge
todos aquellos útiles cuya morfología responde a un largo
proceso de modelado de la forma de la pieza que ya no
conserva apenas trazos de su morfología natural.
En este estudio nos hemos centrado en la industria de
hueso poco elaborado o hueso utilizado. La diferenciación
entre ambos términos: el hueso poco elaborado y el hueso
utilizado no se ha hecho patente en las publicaciones de este
tema. A lo largo de las investigaciones sobre este tema se han
encontrado muchas dificultades en trazar los límites entre la
leve manipulación de una forma natural para su utilización y la
pieza natural que ha sido transformada debido a su utilización.
Ambos semi-grupos poseen características comunes como
son, el hecho de haber sufrido una leve transformación sin
necesidad de modelado previo, además de presentar marcas
de desgaste por la utilización prolongada.
Todo ello plantea la necesidad de establecer una
diferenciación entre una intencionalidad fabril o utilitaria,
de las necesidades puramente primarias y económicas.
(Cabrera 1984:46)
Así se puede entender como hueso poco elaborado
aquellas piezas que han sufrido una leve manipulación,
respondiendo, en la mayoría de las ocasiones, a un concepto
ideal de la pieza deseada, sin que para su obtención haya
sido necesaria una gran transformación.
Sin embargo, el concepto de hueso utilizado hace
referencia a aquellas piezas, que sin manipulación previa
han sido empleadas para una labor concreta. Estos útiles
responden a una necesidad primaria concreta, favorecidos
por una estructura morfológica determinada derivada de la
simple rotura del soporte.
Vemos cómo útiles tales como punzones, alisadores
o bruñidores, machacador, retocadores o compresores, o
3. Para el estudio tipológico se han manejado cuatro tipologías óseas publicadas
desde 1963 hasta la actualidad, tales como las realizadas por H. Camps Fabrer
(1964), I. Barandiarán (1965), S. Corchón en (1981) y G. Adán (1997).
228
incluso los tensores, son elementos que no tienen un proceso
operativo largo y sistemático. Estos útiles están realizados
sobre fragmentos óseos cuya morfología responde a una
concepción hipotética del soporte deseado, sin embargo no
son modificados, y con esto nos referimos a que no tuvieron
un proceso terciario de preparación y modelado de las
superficies en la cadena operativa.
El estudio comparativo realizado se ha centrado en
aquellos útiles empleados en la función de raspar el interior
de la piel para extraer restos de carne o elementos grasos que
pudieron conservarse tras la extracción de la misma. (Fig. 2.)
En el caso de la experimentación se utilizaron en ambas
fases un fragmento óseo que por su morfología poseía un
frente despejado y redondeado, conservando también un
visible bisel debido a la rotura propia de los huesos cuyas
aristas son vivas. Los alisadores arqueológicos estudiados
procedentes del yacimiento paleolítico de Las Caldas, son
morfológicamente piezas alargadas, en la mayoría de los
casos sobre costillas o diáfisis óseas, que poseen, al igual que
en el caso de nuestra experimentación, un frente despejado.
A nivel macroscópico todas las piezas estudiadas se
caracterizan por un pulimento en su parte distal, eliminándose
rugosidades, y produciéndose superficies lisas y uniformes,
debido al uso. Este pulimento, en ocasiones, puede extenderse
hacia las aristas laterales, de manera que las aristas y filos
propios de la fractura natural del hueso están pulidos.
Se crea así mismo un bisel perpendicular al eje longitudinal
de la pieza presentando también con un ligero abombamiento
lo que se asocia también con una zona activa redondeada.
(Cabrera et al.1978: 49; Ruiz et al. 1983: 136-137; Muñoz
Ibáñez 1994: 67). Estas marcas se identifican tan solo en la
zona activa por lo que no pueden ser confundidas con otras
deposcionales o naturales
La fricción de la zona activa del útil contra la piel crea
ciertas estrías que se perciben tan solo a nivel microscópico.
La flexibilidad de la materia que se friccione, el pulimento
pasará a ser más suave, con estrías muy finas, tan solo
apreciables con microscopía. (Ruiz et al. 1983: 139)
Una de las variables que influyen en la modalidad de
pulimento es el objeto contra el que se utiliza, así como
el tiempo de utilización, la dirección y sentido del uso o el
ángulo de incidencia (Fig. 3).
Paula ORTEGA MARTÍNEZ
Figura 2. Alisador arqueológico y alisador experimental.
Micrografía del segundo, aumento de 0,71x, 5x y 10x respectivamente
Figura 3. Alisador experimental y micrografías de las estrías del
pulido aumentos a 0,71x, 5x y 10x respectivamente
229
El empleo de utillaje óseo no elaborado en el tratamiento de pieles paleolítico. Un caso experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVI
Conclusiones finales
Así, y para finalizar se entiende que en muchas ocasiones
la investigación de la funcionalidad de los útiles paleolíticos
pasa por la experimentación, a través de la replicación en
parámetros controlados de las labores paleolíticas. Este
estudio a través del desarrollo de un programa experimental
nos acerca a esta posibilidad de interpretación, y con ello, a
un conocimiento más completo de la realidad prehistórica.
Es sin duda indispensable que el estudio experimental de las
piezas vaya acompañado de un estudio de las trazas dejadas
en el empleo de los útiles
Tras un estudio exhaustivo se ha podido aislar ciertas
trazas similares en las piezas arqueológicas como
experimentales. Es por ello que a través de este estudio
hemos podido comprobar el potencial de los fragmentos óseos
no transformados para la realización de distintas labores,
tales como el tratamiento de pieles, en época paleolítica.
Bibliografía
ADÁN ÁLVAREZ, G. (1997): De la caza al útil: la industria ósea del
Tardiglaciar en Asturias. Principado de Asturias, Consejería
de Cultura, D. L. Oviedo.
GIBAJA, J.F. (1993): “El como y el porque de la experimentación
en el Análisis funcional”. Revista de Arqueología, 14 (148):
10-15
BARANDIARÁN, I. (1967): El Paleomesolítico del Pirineo
occidental: bases para una sistematización tipológica del
instrumental óseo paleolítico. Seminario de Prehistoria
y Protohistoria, Facultad de Filosofía y Letras. Anejos de
Caesaraugusta 31, Zaragoza
GONZÁLEZ DOÑA, C. (1984): “Industria de hueso poco elaborado:
metodología. La cueva de El Castillo (Puente Viesgo)”. I
Jornadas de Metodología de Investigación Prehistórica,
(Soria 1981). Ministerio de Cultura, Subdirección General
de Arqueología y Etnografía, Madrid.
CABRERA VALDÉS, V. (1984): “La industria ósea: concepto
y método”. I Jornadas de Metodología de Investigación
Prehistórica, (Soria 1981). Ministerio de Cultura, Subdirección
General de Arqueología y Etnografía, Madrid.
GUTIÉRREZ, C. (1990): “Introducción a las huellas de uso: Los
resultados de la experimentación”. Espacio Tiempo y Forma,
Series I. 3: 15-53
CABRERA VALDÉS, V.; BERNALDO DE QUIRÓS, F. (1978):
“Principios de Estudio de la Industria de Hueso poco
elaborado”. Trabajos de Prehistoria, 35: 45-60
CAMPS FABRER, H. (1966): Matière et art mobilier dans la
préhistoire nord-africaine et saharienne. Arts et matiers
graphiques, Paris
CORCHÓN RODRÍGUEZ, M S. (1981): “Industria ósea y huesos
utilizados de la cueva de Las Caldas: Inventario tipológico
provisional”. En M. S. Corchón et al. (1981): La cueva de
Las Caldas. San Juan de Priorio (Oviedo) Excavaciones
Arqueológicas en España. Ministerio de Cultura. Dirección
General de Bellas Artes, Archivos, y Bibliotecas. Subdirección
General de Arqueología: 115.
CORCHÓN RODRÍGUEZ, M S. (1999): “Solutrense y Magdaleniense
del oeste de la Cornisa Cantábrica: Dataciones 14C
(calibradas) y marco cronológico”. Zephyrus, 52: 3-32
MUÑOZ IBÁÑEZ, F. J (1994): “Ficha para el análisis tecnotipológico de la industria ósea”. Espacio, Tiempo y Forma,
7: 63-73
RUIZ NIETO, E.; MARTÍNEZ PADILLA, C.; TORRALBA REINA, F.
(1983): “Ensayo metodológico para el estudio de Materiales
óseos”. Antropología y Paleoecología humana, 3: 129-144
SHIPMAN, P. (1981): “Applications of scanning electrón
microscopy to taphonomic problems”. Annals of New York
Academy Of Sciences, 376: 357-386
SHIPMAN, P. (2001): “What can you do with a bone fragment?”
PNAS 98(4):1335-1337
SIDERA, I.; LEGRAND, A. (2006): “Tracéologie fontionelle des
matières osseuses.” Bulletin de la Société préhistorique
française, 103 (2): 291-304
230
Ignacio CLEMENTE CONTE y V. Olga LOZOVSKA
- XXVII Los incisivos de castor utilizados como instrumentos
de trabajo. Rastros de uso experimentales para una
aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
Ignacio CLEMENTE CONTE * y V. Olga LOZOVSKA **
* Departamento de Arqueología y Antropología. Institución Milá y Fontanals, CSIC.
** The Sergiev Posad State History and Art Museum-Preserve.
Resumen
El uso de los dientes, tanto humanos como de diversos
animales, como instrumentos de trabajo tiene un amplio registro
tanto a nivel arqueológico como etnográfico. El caso que nos
ocupa en este trabajo - los incisivos de castor, resulta llamativo
por el amplio territorio geográfico donde se localizan y el amplio
espectro cronológico que ocupa el desarrollo tecnológico de
esos instrumentos. La experimentación que hemos llevado a
Palabras clave:
cabo con mandíbulas de castor tenía como objetivo el reproducir
huellas de uso en la superficie de los incisivos para usarlas
de modelos comparativos con los materiales arqueológicos de
Zamostje 2 (Rusia). Estos instrumentos son muy comunes en
los yacimientos con niveles mesolíticos (con continuidad en los
del neolítico) en todo este área geográfica de la llanura rusa.
Castor, Incisivos, Instrumentos de Trabajo, Traceología, Rusia.
Abstract
The use ot teeth, both from human and other animals,
as instruments for working other raw materials has a wide
record at archaeological and ethnographical level. The case
study of the present work =the incisive teeth of beaver= is
very interesting for the wide geographical territory envolved
as well as for the ample chronological interval that relates
to the technological development of these tools. The experi-
Key words:
mental work that has been carried out with beaver mandibles
had the aim of reproducing the teeth use wear so to be
able to utilise this set as a referente collection to compare
with archaeological material from Zaostje 2 (Russia). These
tools are very common in this area of the Russian plain in
all settlements were there are Mesolothic cultural layers
overlain by Neolithic deposits.
Beaver, Incisives, Tools, Traceology, Russia.
Introducción
Los grupos humanos prehistóricos necesitados de
numerosos productos elaborados en madera para asegurar
su subsistencia, y tras observar en la propia naturaleza del
castor, debieron concebir los incisivos de esos roedores como
un instrumento muy eficaz y especialmente capacitado para
trabajar los recursos vegetales leñosos.
Esto es un hecho que se documenta tanto en yacimientos
arqueológicos europeos como de otros continentes. Además
1. Incluso los dientes humanos intervienen en diversas actividades relacionadas
con distintos procesos productivos (Delgado et al. 2002.)
no solo es el castor el único animal que se aprovechan sus
dientes para usarlos como instrumentos1, sino que son
diversos los animales aprovechados. Así pues, podemos
observar por ejemplo en la figura 2 que presenta Maigrot
en la página 69 de su trabajo publicado en el 2001, el
uso de incisivos de capibara en América del sur (Clastres
1972), de castor en diversos pueblos de América del norte
(Leroi-Gouran 1973; Albright 1984 y Stewart 1973) y de
cerdos domésticos en Indonesia (Pétrequin y Pétrequin
1993; Maigrot 2001). Según esta misma autora, aunque
en algunas publicaciones se reconocen esos objetos como
231
Los incisivos de castor utilizados como instrumentos de trabajo. Rastros de uso experimentales para una aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVII
instrumentos pero sin saber para que se utilizaron, en otras
han sido confundidos con elementos de adorno o “jewels”.
Inicialmente sus interpretaciones funcionales se realizaron a
partir de analogías etnográficas (Petréquin 1988; Sidéra 1993)
ya que el análisis macro y/o microscópico de los rastros de
uso no se ha aplicado ampliamente hasta esta última década
(Zhilin 1998 y 2001; Maigrot 2001, 2003; Clemente et al. 2002,
etc.). Normalmente a los incisivos de castor utilizados como
instrumentos de trabajo se les ha relacionado con un trabajo
mayoritario de madera, aunque también se hayan reconocido
algunos casos de haber trabajado materias duras animales
(Zhilin 1998 y 2001; Maigrot 2003a).
En el área geográfica específica de la llanura central rusa
se registran una serie de yacimientos tales como: Veretie
I, Nushpoli, Oszerki 5 y 17, Okaemovo 5, Ivanovskoe 3 y
Stanovoe (Zhilin 2001), con niveles mesolíticos y/o neolíticos,
en los que estos tipos de instrumentos en mandíbulas
inferiores de castor son frecuentes. Aunque en algunos de
ellos se registra un número considerable de mandíbulas
de castor (p.e. 303 en Veretie I, Oshibkina 1997), es en
Zamostje 2 donde mayor número de mandíbulas de castor
se registran, duplicando el número del resto de yacimientos
juntos (más de mil)1.
Así pues, la captura del castor en Zamostje jugó un papel
importante, ya que proporcionó a sus habitantes no solo
alimento (carne y grasa) y vestimenta (pieles) u otros objetos
de cuero, sino que también materia prima para la consecución
de medios de producción como son los instrumentos de trabajo.
De ahí que en el sitio de Zamostje 2, el binomio alce/castor
suponga más del 70% de los mamíferos cazados. Además
con una cierta selección de las piezas abatidas ya que entre
el 50% y el 80% de los castores representados en el sitio
tenían una edad entre 7 y 15 años (Chaix 2004).
Los instrumentos arqueológicos
A diferencia de otros sitios arqueológicos en los que los
incisivos de castor no sufren modificación previa a su uso,
como es el caso de los sitios neolíticos del Jura (Maigrot
2001 y 2003), ni tampoco son extraídos de la mandíbula para
ponerlos en un mango de madera como ocurre en América del
norte (Albright 1984); en Zamostje 2, por lo general, tanto los
incisivos como las mandíbulas suelen presentar una serie de
modificaciones que están directamente relacionadas con la
funcionalidad del útil. Por un lado, se suele extraer la parte
esmaltada del incisivo2, para conseguir mayor superficie en
una segunda zona activa del útil (Clemente et al. 2002). Y,
por otra y en muchos de los casos, se modifica la mandíbula,
eliminándole la rama ascendente o apófisis coronoides
-Processus coronoideus- (Schaller 1996) que sirve de unión
con la mandíbula superior. En este caso es para facilitar
una mejor prensión del útil ya que va a cumplir la misión
de enmangue (Fig. 1). El fuerte lustre o brillo que presentan
estas mandíbulas podría estar relacionado con este hecho
(Chaix 2004). Un gran porcentaje de las mandíbulas de
Zamostje 2 presentan una perforación en la parte posterior
de la rama de la mandíbula –Ramus mandibulae-, bien sea
por la parte externa o interna de la misma, o por ambas, y
coincidiendo principalmente con la zona inicial del canal
donde se aloja el incisivo. Este agujero ha provocado que
se consideraran a estas mandíbulas bien como colgantes
o como instrumentos personales de larga duración y que
se conservaban colgándoselos (Chaix 2004). Pero, como
hemos anotado en nuestra experimentación (cf. infra) estas
perforaciones tienen un significado funcional, pues sirven
para introducir una cuña de madera que impide el movimiento
del incisivo en el canal y evita que éste se fracture. A la vez
permite realizar más fuerza o presión a la hora de utilizar el
instrumento, ganando así efectividad. En Zamostje 2 se han
recuperado dos mandíbulas que conservan un fragmento de
madera (Fig. 1).
Normalmente, estos instrumentos presentan una punta,
fracturada o no por el uso, que se pulimenta en mayor o
menor grado y presenta estrías con distintas orientaciones
que nos están indicando movimientos multidireccionales
del instrumento. Estas huellas suelen afectar más o menos
hasta 1,5 cm al interior del colmillo. A partir de esta
distancia, los rastros de uso ocupan especialmente las aristas
superior e inferior de la fractura longitudinal del filo, pero
ahora reflejando un redondeamiento transversal a ese eje
longitudinal, con un micropulido de trama más compacta,
estrías, de formas, tamaños y profundidades diversas que
siguen la misma orientación del movimiento. Esto nos está
indicando que estos instrumentos fueron concebidos para
levantar/extraer materia con la parte punzante que a la vez
es luego raspada para ser alisada con toda la superficie
del colmillo. De ahí que la fracturación longitudinal previa
del colmillo haya sido concebida para conseguir una mayor
superficie activa en el instrumento (Fig. 2). También es de
destacar que las partes activas de los colmillos, al igual
1. No todos los restos de mandíbulas de castor han sido analizados y por ahora no se conoce el número de instrumentos, pero por ejemplo en Veretie I se analizaron 105,
de los 303 ejemplares, y todos ellos mostraron rastros de uso (Oshibkina 1997:90).
2.Estas partes se suelen utilizar luego como soportes para la elaboración de objetos simbólicos o ideológicos tales como colgantes y/o pendientes.
232
Ignacio CLEMENTE CONTE y V. Olga LOZOVSKA
Figura 1. Zamostje 2: mandíbulas de castor utilizadas como instrumentos. Las mandíbulas de la derecha conservan un fragmento de madera para sujetar
el incisivo y hacer más efectivo el instrumento
que ocurre con los instrumentos en hueso, se redondean
con facilidad. Éste embotamiento de los filos hace que el
trabajo sea poco fructífero y se tenga que reavivar los filos
de alguna forma. Ya que resultaría inoperante practicarles un
retoque a base de percusión, por el riesgo de fracturación del
colmillo; éste reavivado o afilado del filo se realiza raspando
longitudinalmente la parte interna del colmillo con un in
strumento lítico. Esta es una actividad documentada con
mucha frecuencia en este tipo de instrumento de Zamostje 2.
Este reafilado por raspado permite conseguir una superficie
rugosa, consecuencia de superficies elevadas y superficies
deprimidas de las estrías creadas por el instrumento lítico
que raspa esa superficie, que permite que sea efectiva en
esta actividad de raspado.
En algunos casos, según el movimiento o actividad
realizada con el instrumento también se observan rastros
atribuibles al uso en la sinfisis y en las zonas óseas cercanas
al colmillo (Fig. 2), especialmente en los casos donde el ángulo
de trabajo ha sido bastante plano. A nivel macroscópico, los
rastros de uso en los colmillos se presentan en forma de un
fuerte redondeamiento que embota la punta y bordes. En
estas superficies se observan también estrías macroscópicas,
normalmente marcando movimientos “complejos” del
instrumento.
Nuestra experimentación
Resulta muy difícil llevar a cabo una experimentación
exhaustiva con huesos y mandíbulas de castor por la dificultad
que supone el abastecerse de materia prima. En la naturaleza
podemos encontrar algún esqueleto de castor, o partes de él,
por azar. Sin embargo, al llevar ya el animal un tiempo muerto
no nos sirve para llevar a cabo este tipo de experimentación ya
que los colmillos que hemos recuperado en esas condiciones
suelen estar muy secos y presentan resquebrajaduras a lo
largo de su eje longitudinal que no permiten modificarlos a
semejanza de los modelos arqueológicos. Nosotros hemos
tenido la suerte de contactar con un proyecto llevado a
cabo por biólogos del Centro Austral de Investigaciones
Científicas (CADIC-CONICET) de Ushuaia (Tierra del Fuego,
Argentina) que nos ha podido proporcionar una decena de
mandíbulas de castor.
233
Los incisivos de castor utilizados como instrumentos de trabajo. Rastros de uso experimentales para una aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVII
Figura 2. Localización de los rastros de uso en los instrumentos arqueológicos
234
Ignacio CLEMENTE CONTE y V. Olga LOZOVSKA
Figura 3. A- Mandíbulas de castor utilizadas para la experimentación. B- Incisión practicada en el
incisivo para frenar la extracción del esmalte. C- Presión ejercida en la parte distal del incisivo para extraer
el esmalte. D- izquierda, extracción del esmalte en el incisivo al que se le ha practicado una incisión
previa y en derecha, la presión ejercida en el incisivo alcanza toda su longitud
Aunque a nivel arqueológico en los
materiales de Zamostje 2 se observa también
el uso de ranurado o incisión del incisivo a
lo largo de su eje longitudinal para extraer
la parte externa del esmalte, también se
registra una extracción del mismo ejerciendo
una presión en el extremo distal del mismo.
Para evitar fracturas de los incisivos en
los materiales experimentales, nosotros
hemos procedido de esta última forma para
conseguirlos. Practicando una ranura o
incisión cuando hemos pretendido frenar
en un punto determinado la extracción del
esmalte (Fig. 3).
Una vez realizada la formatización del
colmillo y la mandíbula para su uso hemos
procedido a trabajar dos materias distintas:
asta de ciervo remojada y madera (avellano
y roble). Esta experimentación ha tenido
un doble carácter. Por un lado ha sido una
experimentación exploratoria para observar
la efectividad de los colmillos de castor
como instrumentos, es decir ver si se pueden
realizar determinadas actividades y trabajar
con ellos sobre materias duras y, por otro
lado, ha sido una experimentación controlada
donde hemos tenido bajo control una serie de
variables significativas en la formación de
rastros (Gibaja 1993; Clemente 1997; Terradas
y Clemente 2001). Como resultado hemos
comprobado que estos instrumentos resultan
realmente aptos para trabajar estos tipos
de materia aunque, eso sí, los filos o bordes
de los colmillos tienen que ser reavivados,
raspados o abrasionados, con frecuencia
y que en sus superficies se forman rastros
de uso que pueden permitirnos caracterizar
las materias trabajadas. También hemos
constatado que los colmillos, y especialmente
la parte distal o punta, se puede fracturar si
realizamos un mal gesto con el instrumento
y más aún cuando no hemos perforado la
mandíbula para frenar el movimiento del
colmillo dentro del canal. Una vez que hemos
realizado esa perforación y hemos utilizado
una cuña para frenar el colmillo el instrumento
es más efectivo en el trabajo y ofrece mayor
resistencia a fracturarse.
Al inicio del trabajo, cuando la fractura
longitudinal del colmillo es fresca y aguda,
la efectividad de estos instrumentos para
235
Los incisivos de castor utilizados como instrumentos de trabajo. Rastros de uso experimentales para una aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVII
levantar la madera y/o el asta remojada es notoria. Con
poco tiempo de trabajo se puede pelar y alisar una rama de
avellano fresca o ranurar madera de roble por ejemplo. Sin
embargo, estas aristas activas se redondean y embotan el filo
lo que dificulta seguir trabajando con el instrumento a no ser
que se reavive por medio de un raspado. En estas superficies
alteradas por el contacto de la materia trabajada es donde
se desarrollan los micro-rastros de uso, los cuales presentan
características específicas según la materia trabajada.
Los micro-rastros debidos al uso suelen presentarse en
las superficies de los instrumentos en distintos niveles de
desarrollo, por lo que las descripciones de los mismos también
pueden variar según que parte del instrumento estemos
observando. Este desarrollo, al igual que ocurre con los
instrumentos líticos p.e., puede estar influido por el estado/
dureza de la materia trabajada, la cinemática o movimiento
del instrumento, entre otras variables significativas.
En el caso de las experimentaciones que hemos llevado
a cabo con una madera blanda (avellano), otra más dura
(roble) y asta de ciervo remojada, hemos podido comprobar
que los rastros de uso producidos al trabajar madera o asta
difieren a nivel óptico (Fig. 4). Por una parte, los trabajos de
madera han producido un mayor redondeamiento de la punta
y aristas laterales del colmillo. Sobre estas zonas embotadas
se desarrolla un micropulido plano y brillante acompañado
de numerosas estrías que por lo general se orientan según la
cinemática del instrumento (Fig. 4: 4 a 6). Estas estrías tienen
diversos tamaños y diferentes profundidades dándole a la
superficie del pulido un aspecto abrasionado. En otras zonas,
donde el redondeamiento también es muy pronunciado y el
número de estrías menos, el aspecto del pulido es más liso y
brillante debido a una trama bien compacta del mismo. Y, por
otro lado, los instrumentos que hemos utilizado para raspar y
ranurar asta de ciervo suelen presentar placas de pulido muy
planas, lisas y brillantes sobre las que se reflejan diferentes
estrías y surcos de abrasión (Fig. 4: 3). Entre las formas de
las estrías documentadas en estos instrumentos llama la
atención una serie de abrasiones longitudinales brillantes
que presentan una serie de resquebrajaduras profundas
que cortan toda la superficie pulida y están orientadas en
el sentido contrario del movimiento del instrumento (Fig. 4:
2). Los otros tipos de estrías presentan también diversas
morfologías, unas con fondos rugosos y otras de fondo
liso (brillantes). El redondeamiento de la punta del colmillo
no es tan acentuado como con el trabajo de la madera ya
que a lo largo del trabajo se van produciendo una serie de
pequeñas melladuras que hacen el filo más irregular. En las
zonas más elevadas, o pequeños vértices donde no se han
producido fracturas y el contacto con la materia trabajada
es más prolongado se desarrolla un pulido que también
difiere del descrito más arriba para el trabajo de la madera.
Este pulido es de trama cerrada, no tan brillante como el de
madera, y con una superficie de aspecto más rugosa debido
a la cantidad de pequeñas microdepresiones oscuras (Fig.
4: 1). También se documentan una serie de micro-agujeros,
de formas semicirculares cuyos fondos no son ocupados
por el pulido y que ayudan también a darle este aspecto de
rugosidad a la superficie.
Figura 4. Fotos 1 a 3rastros de uso experimentales
relacionados con el trabajo de
asta de ciervo remojada; 4 a
6 –rastros de uso relacionados
con el trabajo de madera
236
Ignacio CLEMENTE CONTE y V. Olga LOZOVSKA
Discusión / conclusión
Como acabamos de ver a lo largo de este trabajo, la
elaboración y el uso de este tipo de instrumento en el área
de la llanura rusa presenta una serie de particularidades
específicas. Aunque es utilizado sin extraer el incisivo de la
mandíbula, al igual que ocurre en otros sitios como Chalain 4
(Jurà-Francia), en el caso que nos ocupa las mandíbulas han
sufrido una serie de modificaciones que permite una cómoda
prensión y una mayor eficacia en su uso. Así, incluso el agujero
realizado en la parte medial-posterior de la mandíbula tiene
un claro carácter funcional ya que insertando en él un trozo
de madera, por ejemplo, se frena el movimiento del colmillo
a lo largo del canal donde se encuentra. Esto permite que
la persona que utiliza ese instrumento pueda ejercer mucha
más presión sobre el material trabajado aumentando así
considerablemente la eficacia del instrumento y pudiendo
evitar incluso fracturas del colmillo.
También resulta curioso el corte longitudinal al que es
sometido el colmillo. Este hecho supone que a nivel funcional
estos instrumentos puedan contar con una mayor superficie
activa. Los laterales del colmillo, de formas redondeadas en
su naturaleza, no pueden ser utilizados para trabajar ya que
no poseen aristas ni ángulos que lo permitan. De hecho, en
los colmillos de castor usados como instrumentos de trabajo
en otros yacimientos, y que no habían sido modificados, todos
tienen la parte activa representada en el extremo distal del
colmillo, que es el que presenta en su naturaleza un ángulo
ideal para modificar cualquier otra materia (Maigrot 2003).
Así pues esta modificación del colmillo supone el poder
contar con varias zonas activas diferentes: - por un lado, la
parte distal y las dos aristas frescas dispuestas a lo largo
del eje longitudinal del colmillo.
Estos instrumentos resultarían muy eficaces para
la manufactura de objetos de madera, tales como los
documentados o inferidos a partir de su estudio en el sitio
de Zamostje 2: platos, canoas, cajas, remos, etc. (Lozovski
1996; Lozovski y Ramseyer 1998; Lozovska 2008). Fueron
utilizados de forma que el extremos distal del colmillo penetra
en la materia trabajada (madera, asta…) levantándola y
extrayéndola, mientras que los laterales son usados para
raspar y alisar la materia trabajada.
Por la diversidad de los movimientos que hemos detectado
se realizaron con estos instrumentos pudieron llevar a cabo
actividades diversas que permitiría la manufactura de una
variada gama de productos, principalmente los que utilizaron
madera como materia prima. Así pues, estos instrumentos
fueron utilizados como gubias-buriles y como raspadoresalisadores ya que las características de los filos utilizados
permite desbastar, raer-raspar, esculpir y alisar la materia
trabajada. De esta forma pudieron ser utilizados para la
manufactura de platos, cucharas, objetos esculpidos etc.;
así como para ranurar tanto madera como asta u otra
materia dura.
Agradecimientos
Este trabajo se inserta dentro del Proyecto I+D+I
(HAR2008-04461/HIST): Recursos olvidados en el estudio
de grupos prehistóricos: el caso de la pesca en sociedades
meso-neolíticas de la llanura rusa. Financiado por Ministerio
de Ciencia e Innovación (MCI) del gobierno de España.
Los materiales arqueológicos han sido analizados en el
Laboratorio de Traceología y Arqueología Experimental
‘S.A. Semenov’ del Instituto de la Cultura Material de
la Academia de Ciencias en San Petersburgo, gracias al
disfrute de una beca de intercambio “Marina Bueno” (CSIC)
en el 2005. Esta experimentación ha sido posible gracias a
Ernesto L. Piana y al grupo de biología del Centro Austral
de Investigaciones Científicas (Ushuaia-Tierra del FuegoArgentina) por habernos proporcionado las mandíbulas de
castor para la experimentación.
Bibliografía
ALBRIGHT, S. L. (1984): Tahitan ethnoarchaeology. Departement
of Archaeology Simon Froser University. Publication nº 15.
CHAIX, L. (2004): “Le castor, un animal providentiel pour les
Mésolithiques et les Néolithiques de Zamostje (Russie)”.
En J.P. Brugal et J. Desse (dirs.), Petits animaux et sociétés
humaines. Du complèment alimentaire aux resources
utilitaires. XXIVe rencontres internacionales d’archéologie
et d’histoire d’Antibes. Éditions APDCA: 325-336.
CLASTRES, P. (1972): Chronique des indiens Gwayaki. Coll. Terre
Humaine, éd. Plou. Paris.
CLEMENTE, I.; GYRIA, E. Y.; LOZOVSKA, O. V.; LOZOVSKI, V.
M. (2002): “Análisis de instrumentos en costilla de alce,
237
Los incisivos de castor utilizados como instrumentos de trabajo. Rastros de uso experimentales para una aplicación arqueológica: el caso de Zamostje 2 (Rusia)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVII
mandíbulas de castor y caparazón de tortuga de Zamostje
2 (Rusia)”. En I. Clemente, R. Risch y J. F. Gibaja (eds.):
Análisis Funcional: su aplicación al estudio de sociedades
prehistóricas. B.A.R. International Series 1073, pp.187-196.
Oxford.
CLEMENTE, I.; GYRIA, E. Y. (2003): “Análisis de los instrumentos
en costillas de alce del sitio Zamostje 2 (Nivel 7, excavaciones
de los años 1996-7)” (en ruso). Archaeological News, 10,
San Petersburgo: 47-59.
DELGADO, T.; VELASCO, J.; ARNAY DE LA ROSA, M.; GONZÁLEZ,
R.; MARTÍN, E. (2002): “Huellas de trabajo en piezas
dentarias de la población prehispánica de Gran Canaria”. En
I. Clemente, R. Risch y J. F. Gibaja (eds.): Análisis Funcional:
su aplicación al estudio de sociedades prehistóricas. B.A.R.
International Series 1073, Oxford: 295-305.
GIBAJA BAO, J.F. (1993): “El cómo y el porqué de la
experimentación en análisis funcional”. Revista de
Arqueología, nº 148, Madrid : 10-15
GONZÁLEZ, J.E.; IBÁÑEZ, J.J. (1994): Metodología del análisis
funcional de instrumentos tallados en sílex. Cuadernos de
Arqueología nº 14. Universidad de Deusto, Bilbao.
LEROI-GOURHAM, A. (1973): L’Home et la matière, évolution
et technique. T. 1 coll. Sciences d’Ajourd’hui, éd. Albin
Michel, Paris.
LOZOVSKA, O.V. (2008): “Dereviannie iszdeliastoainki Zamostje
2 po materialam raskopok 1995-2002 gg.”. In : A.N. Sorokin
(red.), Chelovek, adaptatsia, kultura, Rossiiskaia Akademia
Nauk, Institut Arjeologii, Moskva : 273-296
LOZOVSKI, V. M. (1996) : Zamostje 2. Les derniers chasseurspêcheurs préhistoriques de la plaine russe . Guides
Archéologiques du « Malgre-Tout ». Editions du CEDARC,
Treignes, Belgique.
LOZOVSKI, V. ; RAMSEYER, D. (1998) : “Les objects en bois du
site Mésolithique de Zamostje 2 (Russie)”. Archéo-Situla nº
25, pp. 5-18. CEDARC, Treignes (Belgique).
MAIGROT, Y. (2001) : Technical and functional study of
ethnographic (Irian Jaya, Indonesia) and archaeological
(Chalain and Clarivaux, Jura, France, 30 th century BC) tools
made from boars’ tusks”. S. Beyries and P. Petrequin (eds.),
Ethnoarchaeology and its transfers. British Archaeological
Reports, International Series, nº 983: 67-79
MAIGROT, Y. (2003a) : Etude technologique et fonctionnelle de
l’outillage en matières dures animales, la station 4 de Chalain
(Néolithique final, Jura, France). PhD thesis. University of
Paris I. Paris.
MAIGROT, Y. (2993b): “Cycles d’utilisation et réutilisations :
le cas des outils en matières dures animales de Chalain
4 (Néolithique final, Fontenu, Jura, France)”. Préhistoire
Anthropologie Méditerranéennes, t. 12: 197-207.
OSHIBKINA, S.V. (1997) : Veretie I. Poselenie epoji Meszolita na
Severe Vostochnoi Evropi. Ed. Nauka, Moskva.
SIDERA, I. (1993) : Les assemblages osseux en Bassin parisien
et rhénan du VP au ICR millénaire BC, histoire technoéconomique et culture. These de doctorat, université de
Paris 1, 3 vol. dact.
SCHALLER, O. (ed.) (1996): Nomenclatura analítica veterinaria
ilustrada. Editorial Acribia, S.A., Zaragoza.
STEWART, H. (1973): Artifacts of the northwest coast Indian.
Haucock House Publishers.
TERRADAS, X.; CLEMENTE, I. (2001). “La experimentación como
método de investigación científica: aplicación a la tecnología
lítica”. En L. Bourgignon, I. Ortega & M.C. Frère-Sautot (dirs.).
Préhistoire et approche expérimentale. Editions Monique
Mergoli, collection préhistoire nº 5: 89-94.
TYZZER, T.T. (1943) : “Animal Tooth implements from shell heaps
of maine”. American Antiquity, Vol. 8, No. 4, Society for
American Archaeology: 354-362
ZHILIN, M. (1998): “Artifacts made of animals’ teeth and jaws
in the Mesolithic of eastern Europe”. En M.Pearce and
M. Tosi (eds.), Papers from the European Association of
Archaeologists. Third Annual Meeting at Ravenna 199-Volume
1, pre-and protohistory. BAR Internacional Series 717,
Archaeopress, Oxford: 26-30
ZHILIN, M. (2001): Kostianaia industria Meszolita lesnoi szoni
vostochnoi Evropi. Rossiiskaia Akademia Nauk, Institut
Arjeologii. Moskva.
238
Edgard CAMARÓS, Maria SAÑA, Àngel BOSCH, Antoni PALOMO y Josep TARRÚS
- XXVIII La Arqueología experimental como instrumento
para la interpretación de las herramientas en asta
de La Draga (Banyoles, Catalunya)
Edgard CAMARÓS*, Maria SAÑA*, Àngel BOSCH**, Antoni PALOMO*** **** y Josep TARRÚS**
* Laboratori d’Arqueozoologi. Universidad Autónoma Barcelona. ** Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles.
*** Universidad Autónoma Barcelona **** Arqueolitic Terra-Sub S.L.
Resumen
Usando la experimentación como método de verificación
de nuestras hipótesis, hemos podido inferir el tipo de trabajo
para el que fueron empleados cuatro artefactos dentro de la
producción de la sociedad neolítica de La Draga (Banyoles,
Catalunya). Se trata de útiles confeccionados en asta de
Palabras clave:
ciervo, que a partir de un protocolo inicial experimental, se
han podido identificar como herramientas involucradas en
el proceso de talla lítica. Esta experiencia sienta las bases
para una experimentación que controle más variables.
Industria ósea, industria en asta, experimentación, talla lítica.
Abstract
Using experimentation as a verification method of our
hypothesis, we identified the type of work that four artifacts
realized inside the Production of the Neolithic society from
La Draga (Banyoles, Catalonia). We are talking about tools
Key words:
in deer horn, that thanks to a experimental protocol, we
have been able to identify as tools evolved inside the lithic
knapping. This experience establishes the bases for an
experimentation that controls more variables.
Bone tools, horn tools, experimental archaeology, lithic knapping.
Introducción
El yacimiento de La Draga esta situado en la orilla
oriental del Estany de Banyoles (Girona, Catalunya) (Fig.
1). Sus coordenadas geográficas son 42º7’41’’ N, 2º45’33’’
E y su altitud es de 170 m.s.n.m. (Tarrús 2008). Ocupa
un mínimo de 8.000 m2 y el yacimiento consta de dos
zonas, una submarina y la otra terrestre. Las condiciones
de preservación son excelentes, especialmente para la
materia orgánica, como por ejemplo los postes de roble de
sus cabañas rectangulares (idem.). El poblado lacustre de
La Draga pertenece al Neolítico antiguo (facies cardial) y fue
abandonado a finales del VI milenio cal. aC (Bosch et al. 2000).
En este yacimiento se localizaron una serie de artefactos
en asta de ciervo (Fig. 2) que han sido interpretados como
herramientas implicadas en el proceso de talla lítica. Para
verificar dicha interpretación se ha recurrido a un método
comparativo para poder interpretar el significado funcional
(Longo y Iovino 2001), la experimentación. En espera de un
análisis estadístico más completo, utilizaremos el término
experiencia para referirnos a esta aproximación, tal y como
han hecho otros autores (Dapena y Baena 2007).
239
La Arqueología experimental como instrumento para la interpretación de las herramientas en asta de La Draga (Banyoles, Catalunya)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVIII
Figura 1. Localización del yacimiento de La Draga (Banyoles, Girona)
La industria en asta analizada: Interpretación
Nuestro proyecto pretende sentar las bases de partida
para elaborar un experimento que nos permita reconstruir
los procesos de cambio que han sufrido los materiales
arqueológicos de La Draga. De esta manera podremos
“relacionar ciertos caracteres y variables que presentan esos
materiales con los procesos de transformación social (los
procesos de trabajo) o natural (los procesos tafonómicos) a
que han sido sometidos” (López Mazz et al. 2007). En este
sentido abordamos de forma inicial una verificación, en base
a la experimentación, del uso de un grupo de herramientas
de asta en la talla por percusión indirecta. Este tipo de
técnica es documentada en diversos yacimientos del neolítico
catalán y se ha planteado como una posibilidad para una
cierta producción laminar de la Draga (Palomo 2000, Gibaja
y Palomo 2006). No obstante, nuestro trabajo se ha centrado
básicamente en la comparativa de macro trazas resultantes
de la percusión y no hemos abordado por el momento la
efectividad del instrumental en los procesos de talla laminar
de la Draga o de configuración de herramientas. Este hecho
nos hace ser cautelosos en las conclusiones antes de abordar
una experimentación que englobe todos estos aspectos.
240
Los artefactos analizados para este trabajo (Fig. 2, imagen
1-2) están confeccionados sobre diferentes partes del asta
de ciervo (Cervus elaphus) (Fig. 2). A partir de los estudios
anatómicos se ha determinado que los fragmentos de asta
pertenecen al menos a dos individuos adultos diferentes.
El método de adquisición de este recurso animal podría
haber sido tanto la caza (existen evidencias en el registro
arqueozoológico) como la recolección.
El artefacto 1 (Fig. 2, imagen 1) tiene como soporte la
parte proximal (en adelante prox.) del asta de ciervo, esto
es la zona de la roseta y el inicio de la rama ascendente.
Sus medidas son: 15’9 cm de longitud (L), 3’8 de ancho
(A) y 4’6 de grosor (G). La preparación del asta para su
uso, consistió en cortarla por su parte prox. en sentido
transversal, y en sentido oblicuo en la zona distal. La región
que corresponde anatómicamente a la roseta, es la parte
activa de la herramienta, y por lo tanto también su zona prox.
Esta parte presenta una serie de trazas de origen funcional
que se han originado por el reiterado contacto del objeto con
otra materia erosiva, proporcionando una textura gastada.
Edgard CAMARÓS, Maria SAÑA, Àngel BOSCH, Antoni PALOMO y Josep TARRÚS
La zona mesial y distal presentan puntos con evidencia de
desgaste mediante pulido.
A partir de la morfología y las trazas de confección y
uso, proponemos que el artefacto 1 es un percutor, usado en
el proceso de talla lítica mediante percusión indirecta. Las
trazas de la zona prox. estarían generadas como resultado
de la percusión sobre cinceles confeccionados en materia
blanda y las de las zonas mesial y distal, producto del
enmangue del útil.
Figura 2. Artefactos analizados en este trabajo: Fragmento de asta proximal (imagen 1) y tres fragmentos de la zona de la corona (imagen 2),
así como su localización en la cornamenta de ciervo (margen derecho de la figura)
Los otros tres artefactos (Fig. 2, referenciados en la
imagen 2) tienen como soporte las puntas de la zona de la
corona de un asta de ciervo. Las medidas en centímetros
son: objeto A L: 9’4; A: 2; G: 2, objeto B L: 8’5; A: 2,1; G: 2,4
y objeto C L: 8’6; A: 1’9; G: 2’3. El método para confeccionar
los tres artefactos es el mismo. Consiste en separar las
puntas del tronco principal de la cornamenta mediante un
corte transversal.
El objeto A presenta además un pulido en la zona mesial.
La parte prox. está quemada después del uso, al igual que
las marcas de termoalteración de la cara izquierda de la
parte distal. La zona prox. presenta trazas longitudinales
que empiezan a 5 mm de la parte más prox. del artefacto
(Fig. 3, imágenes 3 y 5) y que llegan hasta unos 2 cm en
dirección a la parte distal. Es en esta zona donde se aprecia
un desgaste de la punta de la cuerna debido al uso, que ha
puesto al descubierto el tejido esponjoso del hueso (Fig. 3,
imagen 3). También se aprecia una fractura posterior a la
exposición al fuego (Fig. 3, imagen 3). La parte distal presenta
una superficie gastada originada por el reiterado contacto
con otro material erosivo.
El artefacto B presenta unas características muy similares
al anterior. Hay evidencia de trazas en sentido longitudinal en
la parte prox. (Fig. 3, imagen 1-2). La mayoría de ellas no se
prolonga más allá de los 2 cm en dirección a la zona distal.
No obstante, hay un total de 3 marcas con la misma dirección,
pero de sección más profunda, que rebasan ese límite de
los 2 cm La parte distal también presenta una superficie
gastada por el reiterado contacto con otra materia erosiva
(Fig. 3, imagen 4). En esta zona se observa una fractura como
resultado de la exposición al fuego.
El artefacto C fue confeccionado mediante el mismo
procedimiento que los dos anteriores. No obstante, debido
a las altas temperaturas a las que ha estado expuesto el
artefacto durante un considerable lapso de tiempo (causa
de las fracturas), no se han podido determinar otro tipo de
marcas antrópicas.
Hay que apuntar también que los artefactos presentan
marcas de origen biológico, puesto que los ciervos usan sus
cornamentas para distintas actividades (luchar, cavar, etc.,…)
que dejan como resultado una serie de trazas. Dichas marcas
pueden diferenciarse positivamente de las antrópicas, ya que
241
La Arqueología experimental como instrumento para la interpretación de las herramientas en asta de La Draga (Banyoles, Catalunya)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVIII
aparecen superpuestas y presentan una sección distinta.
Los artefactos además presentan una serie de hendiduras
producto de golpes, localizadas por debajo de las trazas de
uso, que no podemos interpretar como antrópicas o biológicas.
Figura 3. Imágenes en detalle donde se observan las marcas de origen antrópico en dos artefactos (A y B de la Figura 2): 1) Zona proximal del artefacto B, 2)
Zona proximal-mesial del artefacto B, 3) Zona proximal del artefacto A, 4) Zona distal del artefacto A, y 5) Detalle de la zona proximal del artefacto A
A partir de la morfología y las trazas de confección y uso,
los artefactos A, B y C son considerados como hipótesis de
partida cinceles (piezas intermedias), insertos en el proceso
de talla lítica por percusión indirecta. Las trazas de la zona
prox. se interpretan como producto del contacto del útil con
el núcleo a tallar y su desgaste como resultado de ese mismo
contacto constante y abrasionador. Las de la zona distal en
cambio, son producto de la percusión sobre el útil con otro
artefacto de materia blanda (posiblemente tipo el objeto 1).
Para poder verificar nuestras interpretaciones hemos
recurrido a la experimentación como método comparativo y
de verificación de las hipótesis iniciales.
Conclusiones en base a la experimentación: Verificación de la interpretación
Tal y como ya hemos apuntado, en este trabajo hemos
usado la experimentación para contrastar nuestras hipótesis.
La experiencia ha consistido en usar las mismas partes
anatómicas en las que están confeccionados los útiles, para
poder así realizar una comparación. Para dicho cometido
hemos usado para la talla lítica (sílex), 18 puntas de la corona
de la cornamenta de ciervo (10 usadas como compresores y 8
como piezas intermedias) y 17 bases de cornamenta (7 usadas
como percutores directos y 8 como percutores indirectos).
242
En base a la comparación del material arqueológico con
el experimental, la verificación de nuestras hipótesis ha sido
positiva. Los percutores blandos experimentales usados
de manera indirecta (golpeando contra un cincel o pieza
intermedia), proporcionan unas trazas en el artefacto que
construyen una superficie homogénea ligeramente erosionada
(Fig. 4, imagen 2), similar a la del percutor arqueológico.
Edgard CAMARÓS, Maria SAÑA, Àngel BOSCH, Antoni PALOMO y Josep TARRÚS
Figura 4. Fotografía y detalle que muestran las marcas resultantes de la aplicación de diferentes trabajos en útiles experimentales
Se ha podido verificar que las zonas pulidas en el área
mesial y distal del percutor arqueológico responden a huellas
del enmangado para el uso del artefacto. Así como también
los son las presentes en el cincel A.
El percutor involucrado en un proceso de talla lítica
indirecta ha de tener una superficie de percusión lo más
homogénea posible, puesto que lo que se busca es dirigir
una determinada fuerza a un punto concreto. Por ende, esta
acción reiterada creará también una superfície homogénea
en el artefacto intermedio, como producto de este contacto.
Dicha característica la encontramos tanto en los cinceles
experimentales como en los arqueológicos (Fig. 3, imagen 4).
La superficie resultado del contacto entre el cincel (en su
zona prox.) y el núcleo, se encuentra en las piezas intermedias
experimentales y en las de La Draga (Fig. 4, imagen 3). El
uso reiterado de los cinceles deja al descubierto el tejido
esponjoso de la punta de asta. No obstante, el artefacto B
presenta una serie de características en la zona prox. y mesial,
que plantea la posibilidad de que también fuera usado como
compresor (para el retocado) de manera ocasional. Estas
características son las marcas registradas a más de 2 cm de
la parte más prox., y las secciones profundas. La morfología
de la parte activa (Fig. 3, imagen 1) y algunas de las trazas
presentes en esta zona así como en la prox.-mesial (Fig. 3,
imagen 1-2), se asemejan a las presentes en los compresores
experimentales (Fig. 4, imagen 1). Observamos así mismo, que
el punto de apoyo en alguno de los cinceles experimentales,
proporciona una zona longitudinal más gastada. Este desgaste
se sitúa en la parte cóncava del extremo prox. del útil. El
punto de apoyo se localiza en esta parte, pues lo que se busca
es aprovechar la curvatura del cincel para dirigir la fuerza
hacia el exterior del núcleo, obteniendo así una lámina de
forma más óptima.
Conclusiones
Gracias a la experiencia realizada y aquí descrita, se han
podido confirmar las hipótesis iniciales sobre la función de
los útiles en asta de ciervo presentados en este trabajo. En
La Draga ya aparecieron útiles en puntas de cornamenta que
fueron interpretados como punzones (Rueda 2000). Tenían
evidencias de uso y abrasión o pulido en su extremo proximal
para acentuar el apuntado natural (idem.). Esos punzones
tienen una morfología muy similar a los presentados aquí.
No obstante, es la función lo que determina a la herramienta,
y gracias a la experimentación hemos podido verificar unas
243
La Arqueología experimental como instrumento para la interpretación de las herramientas en asta de La Draga (Banyoles, Catalunya)
B L O Q U E - II - . Capítulo XXVIII
interpretaciones iniciales sobre el uso de los artefactos en
asta aquí presentados. Esto evidencia la necesidad de la
experimentación en la construcción de los procesos de trabajo.
Esta experiencia sienta unas bases iniciales que
determinarán la metodología de una experimentación futura,
donde se aunaran las experimentaciones en lítica y en hueso.
De ésta manera, se podrá reproducir experimentalmente
y de manera controlada, el proceso de producción lítica
desarrollado en La Draga.
Agradecimientos
Esta investigación se ha llevado a cabo en el marco del
GRLA (Grup de Recerca Laboratori d’Arqueozoologia) y en
el marco del proyecto de investigación: Integración de la
Bioquímica a la investigación en Arqueozoología (HUM200765016). Agradecemos también a J. Tapia y M. Cueto su
inestimable ayuda.
Bibliografía
BOSCH, À.; CHINCHILLA, J.; NIETO, X.; RAURICH, X.; TARRÚS,
J. (2000): “Introducció”. En Bosch, À., Chinchilla, J., Tarrús,
J. (coords.): El poblat lacustre de La Draga. Excavacions de
1990 a 1998. Monografies del CASC. Museu d’Arqueologia
de Catalunya. Girona: 15-28.
DAPENA, L.; BAENA, J. (2007): “Pautas experimentales para el
análisis de la industria tallada en hueso”. En Ramos, M.L.;
González Urquijo, J.E.; Baena, J. (eds.): Actas del Primer
Congreso de Arqueología experimental en la Península Ibérica
(Santander 2007). Santander: 203-211.
GIBAJA, J.F.; PALOMO, A. (2006): ”Les puntes de sageta i
làmines de falç de sílex”. En Bosch, A., Chinchilla, J., Tarrús, J
(coords.): Els objectes de fusta del poblat neolític de la Draga.
Excavacions 1995-2005, Monografies del CASC. 6: 139-143.
LONGO, L.; IOVINO, M.R. (2001): “Archaeologia sperimentale
e analisi funciónale: hipótesis, verifiche, e nuove
interpretazioni”. En Bellintani, P.; Moser, L. (eds): Actas del
congreso Archeologie sperimentali (13-15 septiembre 2001,
Fiavè). Trento.
LÓPEZ MAZZ, J.; ESTÉVEZ, J.; MORENO, F. (2007):
“Experimentación para el análisis del proceso de consumo
de huevos de ñandú (Rhea americana) en la prehistoria (ca.
3100 AP) en la costa atlántica del sudeste de sud América”.
En Ramos, M.L.; González Urquijo, J.E.; Baena, J. (eds.):
Actas del Primer Congreso de Arqueología experimental en
la Península Ibérica (Santander 2007). Santander.
PALOMO, A. (2000). “La indústria lítica tallada de la Draga”. En
Bosch, A., Chinchilla, J., Tarrús, J. (coords.): El poblat lacustre
de la Draga. Excavacions de 1990 a 1998, Monografies del
CASC. 2: 197-206.
RUEDA, J.M. (2000): “La indústria òssia ”. En Bosch, À.;
Chinchilla, J.; Tarrús, J. (coords.): El poblat lacustre de La
Draga. Excavacions de 1990 a 1998. Monografies del CASC.
Museu d’Arqueologia de Catalunya. Girona.
TARRÚS, J. (2008): “La Draga (Banyoles, Catalunya), un poblat
lacustre del neolític antic a l’Europa mediterrània”. Catalan
Historical Review, 1: 171-182.
244
Antoni PALOMO, Raquel PIQUÉ, Oriol LÓPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRÚS
- XXIX Análisis de los artefactos de madera del
yacimiento Neolítico lacustre de La Draga:
aproximación experimental
Antoni PALOMO* ***, Raquel PIQUÉ*, Oriol LÓPEZ*, Àngel BOSCH**, Júlia CHINCHILLA** y Josep TARRÚS**
* Universidad Autónoma Barcelona. ** Museu Comarcal de Banyoles. *** Arqueolitic Terra-Sub S.L.
Resumen
El estudio de la manufactura y modalidades de uso de
los instrumentos agrícolas de La Draga ha sido el principal
objetivo del programa experimental que se presenta en este
trabajo. El objetivo principal ha sido contrastar las hipótesis
sobre el proceso de transformación de la materia prima y
obtener una base de datos de trazas tecnológicas y de uso
que sirva como material de referencia para el estudio de
Palabras clave:
los posibles instrumentos arqueológicos. El trabajo se ha
centrado en el proceso de manufactura del mango de la
azuela y del palo cavador. También se ha llevado a cabo una
aproximación experimental al uso del palo cavador para con
ello obtener un registro de las trazas resultantes de la acción
de remover la tierra.
La Draga, herramientas de madera, mango de azuela, palo cavador.
Abstract
The study of manufacturing and methods of use of
agricultural instruments of La Draga has been the main
objective of the experimental program as presented in this
work. The main objective was to contrast the hypotheses on
the process of transforming raw materials and a database
of technology and traces of use, which serve as reference
Key words:
material for the study of archaeological potential tools.
The work has focused on the manufacturing process of the
handle of the bat and Azuela diggers. It has also conducted
an experimental approach to the use of diggers to stick with
it to obtain a record of traces resulting from the action of
removing the soil.
La Draga, wooden tools, handel adze, digger stick.
La madera en el yacimiento neolítico de La Draga
La madera es una de las materias primas más versátiles
que se han utilizado a lo largo de la historia. Es fácil de
obtener, se encuentra disponible en muchos y diversos
ambientes, se puede trabajar con facilidad y sus propiedades
hacen de ella una materia prima que se puede utilizar para
fines muy diversos. Sin embargo, las escasas evidencias
arqueológicas de artefactos de madera hacen que se haya
dedicado pocos esfuerzos a visibilizar la tecnología de la
madera y a comprender la importancia de esta materia en las
estrategias socioeconómicas de las sociedades prehistóricas.
Una notable excepción es el excepcional registro
arqueológico del yacimiento neolítico de La Draga (Banyoles).
La excelente preservación de la materia orgánica nos ha
llevado a plantear cuestiones acerca de la manera en que
fueron elaborados y utilizados los artefactos de madera
(Bosch et al. 1996, 2000, 2004, 2005 y 2006). La Draga es
un yacimiento al aire libre que fue ocupado a finales del
VI milenio cal BC por una sociedad agrícola y ganadera
plenamente constituida. El yacimiento es un caso único en
la Península Ibérica en lo que se refiere a la conservación
245
Análisis de los artefactos de madera del yacimiento Neolítico lacustre de La draga: aproximación experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIX
de la materia orgánica; se encuentra en el borde del lago
de Banyoles por lo que el nivel arqueológico quedó incluido
en la capa freática. El ambiente saturado permanentemente
de agua de este entorno ha favorecido la preservación de la
materia orgánica, destacando varios centenares de postes
y más de un centenar de otros tipos de objetos de madera.
La diversidad de ítems y su buena conservación hacen del
yacimiento un caso único para abordar el análisis de las
primeras sociedades agrícolas.
Figura 1. A y B- Situación geográfica del yacimiento de La Draga
Durante los 15 años (1991-2005) en los que se ha estado
excavando el yacimiento se han abierto tres sectores
diferentes. Los dos primeros son terrestres y el tercero
es subacuático. El hecho que prácticamente en todos los
sectores el suelo arqueológico se ha mantenido en nivel
freático ha permitido una muy buena conservación de
materiales orgánicos.
La conservación excepcional de las materias vegetales
hacen de La Draga un marco incomparable para la
interpretación de las primeras comunidades agrícolas del
inicio del VI milenio cal ANE en el área mediterránea de la
península. No sólo permite evidenciar el aprovechamiento del
entorno lacustre, algo casi inédito hasta el momento a nivel
peninsular, sino que también permite abordar como fueron
la agricultura y la ganadería entre las primeras comunidades
agrícolas del mediterráneo occidental. La antigüedad del
yacimiento junto con la riqueza de restos orgánicos hacen de
La Draga un yacimiento único para analizar las estrategias
económicas y sociales de estas comunidades. Destaca en
246
el conjunto la diversidad de objetos de madera y los restos
de plantas y animales, tanto domésticos como silvestres, lo
que ha proporcionado datos básicos para estudiar el modelo
de tipo de ocupación y estrategia económica de un grupo
humano de finales del VI milenio cal ANE.
Una de las características más remarcables de La Draga es
el excepcional conjunto de objetos confeccionados en madera
y otras materias vegetales que ha proporcionado hasta el
momento. Entre los artefactos de madera presentes en el
yacimiento destacan los vinculados a las actividades agrícolas
y cinegéticas, además de otros posiblemente relacionados
con la construcción o el procesado de alimentos. La diversidad
de instrumentos hace de La Draga una oportunidad única de
estudiar aspectos de la caza o la agricultura que resultan
invisibles en otros yacimientos. Por otra parte, los mismos
artefactos de madera permiten analizar la tecnología de la
madera, que fue mucho más compleja de lo que permiten
vislumbrar las trazas de uso de los artefactos líticos.
Antoni PALOMO, Raquel PIQUÉ, Oriol LÓPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRÚS
Figura 2. Diferentes instrumentos de materias vegetales de La Draga
247
Análisis de los artefactos de madera del yacimiento Neolítico lacustre de La draga: aproximación experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIX
Las analogías etnográficas y actualísticas y los
paralelismos con otros yacimientos arqueológicos han
sido hasta el momento las principales fuentes para la
interpretación de la producción y función de estos objetos:
• La analogía etnográfica mediante la búsqueda de
herramientas similares en sociedades agrícolas y ganaderas
modernas.
• Los paralelos arqueológicos principalmente de
yacimientos del centro de Europa donde es habitual la
presencia de yacimientos lacustres con una preservación
de la materia orgánica en general.
• Afinidades morfológicas con objetos actuales.
Sin embargo no se han realizado hasta el momento
aproximaciones a la función y/o tecnología de las herramientas
de madera en base a metodologías que se han revelado como
idóneas en otros casos, como puede ser la experimentación y
el análisis de trazas. En este trabajo presentamos el programa
experimental que hemos desarrollado con el objetivo de
proponer una metodología para el estudio de los procesos
de producción y la función de los artefactos de madera
del yacimiento lacustre de La Draga. En este trabajo nos
centramos en las herramientas agrícolas y, entre ellas, en
los “palos cavadores” y en las azuelas, por ser algunos de
los ítems más abundantes del yacimiento.
Estudio de los procesos tecnológicos de las herramientas agrícolas de La Draga
Las materias primas
La determinación de las materias primas utilizadas es
el primer paso en el estudio de los artefactos de madera.
El objetivo es tanto determinar la especie o género que se
utilizó como la parte anatómica de árboles y arbustos que se
aprovechó. El objetivo de la determinación de las materias
primas y de las partes utilizadas es establecer regularidades
y recurrencias en el aprovechamiento de determinadas
propiedades (flexibilidad, dureza, resistencia,
etc.), así como la inversión de trabajo
para la obtención del soporte. En el
programa experimental es básico
trabajar con las mismas materias
primas que las documentadas entre
los artefactos arqueológicos. De
esta manera se puede comprender
mejor el proceso de elaboración y
contrastar la efectividad de estas materias
primas para determinados usos. La observación
de estos rasgos en el material arqueológico ha permitido
plantear hipótesis sobre el proceso de obtención de la
materia prima que han servido de base para el desarrollo
del programa experimental.
El proceso de elaboración de los artefactos
Una vez determinadas las materias primas utilizadas el
paso siguiente en el análisis de los artefactos es establecer
las hipótesis sobre los procesos de fabricación. Estas
surgen sobretodo de la presencia de numerosas trazas
en la superficie de los artefactos que fueron producidas
en diferentes estadios del proceso de elaboración. Las
trazas se enmascaran unas a las otras, pero a pesar de ello
proporcionan suficiente información sobre las acciones
248
que las han producido. Durante la inspección ocular de los
artefactos arqueológicos de La Draga fue posible detectar
diferentes tipos de trazas. Según la forma y tamaño se
consideraron resultado del segmentado del soporte mediante
el desgajado de las fibras o del desbastado mediante el uso
de herramientas de filo cortante. Así mismo se documentaron
trabajos de regularización de la superficie mediante el pulido.
El objetivo de la experimentación fue precisamente
verificar la hipótesis sobre las acciones que habían producido
los diferentes tipos de trazas. Para ello se decidió elaborar
dos tipos de artefactos (un palo cavador y un mango de
azuela) permitiendo así verificar los procesos de desbastado y
transformación del tronco. Para el replicado de los artefactos
de madera se utilizaron los mismos instrumentos que
supuestamente formaban parte del “banco de carpintería”
y que se habían recuperado también en La Draga: cuñas de
madera de boj y azuela de corneana enmangada en roble.
Antoni PALOMO, Raquel PIQUÉ, Oriol LÓPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRÚS
Estos instrumentos fueron elaborados específicamente
para el trabajo experimental. Detallamos a continuación el
protocolo seguido en la elaboración del mango de azuela y
del palo cavador:
- El mango de azuela: Se siguieron las pautas observadas
en los mangos arqueológicos (Fig. 4a). En primer lugar fue
necesario segmentar el tronco de pino longitudinalmente,
para ello se utilizaron lascas de sílex, cuñas de madera de
boj y un percutor también de boj. En segundo lugar el tronco
se hendió longitudinalmente con la ayuda de las cuñas de
boj y el percutor (Fig. 8d). Una vez obtenido un segmento
de las medidas adecuadas se procedió a rebajar la madera
sobrante con la ayuda de una azuela de corneana (Fig. 4e).
En la mayoría de los enmangues de azuela no se observaban
trazas de esta parte del proceso de elaboración ya que la
superficie estaba totalmente pulida, así una vez confeccionada
la replica se procedió al pulido con la ayuda de una roca
arenisca (Fig. 4g).
Figura 4. A/B Materiales y herramientas utilizadas; C/D Desgajamiento; E Rebaje con azuela; F. Segmentación del mango; G. Pulido con arenisca
249
Análisis de los artefactos de madera del yacimiento Neolítico lacustre de La draga: aproximación experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIX
• El palo cavador: En el caso del palo cavador la
variabilidad morfológica era mucho mayor, algunos mostraban
un extremo apuntado y otro acabado en bisel, mientras
que en otras casos tan sólo uno de los extremos acababa
en punta. También a nivel de tamaño, materias primas y
soporte la variabilidad era muy grande. Se optó por realizar el
replicado del proceso de fabricación de uno de los palos que
presentaba punta y bisel. Estos palos biapuntados además
tenían la peculiaridad que en su parte central presentan una
pequeña muesca de función desconocida. Para la confección
de los palos se utilizó madera de boj, única especie
representada entre los palos biapuntados. La dureza del boj
hizo necesario que el desgajado de la madera se iniciara
con la ayuda de lascas de sílex. Éstas, utilizadas a modo de
cuñas, permitieron, con la ayuda del percutor de boj, hendir
ligeramente la madera en el plano transversal. Esta primera
hendidura permitió posteriormente encajar las cuñas de boj
y continuar con el desgajado en sentido longitudinal. Este
proceso de desgajado longitudinal se repitió en no menos
de tres ocasiones hasta obtener un segmento de tronco de
dimensiones adecuadas (Fig. 5). A continuación se procedió
a rebajar la madera sobrante con la ayuda de la azuela hasta
conseguir un artefacto de dimensiones y forma adecuados.
Siguiendo el ejemplo arqueológico se procedió finalmente
a pulir los extremos.
El trabajo experimental realizado permitió verificar las
hipótesis del proceso de elaboración observadas en los
artefactos arqueológicos, a la vez que aportó nuevos datos
de las fases iniciales del desbastado de la madera, menos
visible a partir de las trazas. Así mismo se pudo evaluar el
tiempo invertido. Por otra parte se pudieron caracterizar los
residuos producidos durante el proceso de elaboración, con lo
que se aportaron datos para discriminar instrumentos y restos
de talla. En conjunto por lo tanto el trabajo experimental se
reveló fundamental tanto para comprender el tipo y cantidad
de trabajo invertido en la elaboración de los artefactos como
para reconocer y discriminar los productos y su proceso de
elaboración.
La función de los artefactos
Otra de las incógnitas que plantean los artefactos
de madera arqueológicos es su función. Como hemos
señalado anteriormente ésta se ha inferido generalmente
por paralelos etnográficos o arqueológicos. Sin embargo la
madera, como otros tipos de materias primas, sufre, como
consecuencia del uso, un determinado tipo de desgaste que
produce trazas muy diversas. Por ello la experimentación se
revela también fundamental para comprender las acciones
que han provocado determinadas trazas y por lo tanto la
función de los artefactos de madera. El objetivo del trabajo
250
experimental fue la contrastación de las hipótesis realizadas
sobre su uso probable.
Los palos apuntados y biapuntados de La Draga son
uno de los artefactos cuya función era necesario contrastar.
En una primera instancia, y por paralelos etnográficos, se
estableció que podría tratarse de palos cavadores, por lo tanto
relacionados con los trabajos agrícolas de remover la tierra
previamente a la siembra. Con esta hipótesis de partida se
llevó a cabo un trabajo experimental del uso de replicas de
palos cavadores, el trabajo experimental consistió en remover
la tierra con los palos confeccionados experimentalmente.
Este trabajo tenía por objetivo tanto contrastar la efectividad
de los instrumentos en esta actividad como llevar a cabo un
registro de las trazas que esta actividad deja en las partes
activas.
• El trabajo experimental de remover la tierra: El
trabajo se llevó a cabo en una parcela de tierra de 5x5 m
Fue registrado el tiempo de trabajo de cada palo cavador y
el tipo de trabajo efectuado, éste principalmente consistió
en clavar uno de los extremos y posteriormente hacer
palanca para desgajar la tierra (Fig. 5g). Uno de los palos
fue enmangado en forma de pico, aprovechando la oquedad
central que hemos mencionado anteriormente, y utilizado en
esta otra modalidad. El pico se mostró también efectivo, de
hecho se podía trabajar con más rapidez, si bien el impacto
en la punta produjo desperfectos más rápidamente que en
el caso anterior. El proceso experimental de uso de los palos
cavadores es el que nos ha servido de base para obtener la
colección de referencia tan necesaria para poder realizar el
estudio traceológico de dichas herramientas.
El análisis de las trazas tecnológicas y funcionales
El análisis tecnológico y funcional de las herramientas
de madera arqueológicas no se puede llevar a cabo sin el
análisis de trazas. El objeto de estudio de este análisis son
las marcas producidas durante la elaboración y el uso que
se puedan conservar en la superficie de los artefactos. Hasta
el momento se ha considerado que es uno de los métodos
más objetivos para poder acercarse a determinados procesos
de trabajo. En este sentido, el análisis de trazas aporta
conocimientos muy válidos para el estudio de las relaciones
sociales de producción y reproducción (Clemente 1997).
En la superficie de los instrumentos se encuentran dos
tipos de trazas: las tecnológicas, producidas durante la
manufactura del instrumento y las funcionales, producidas
por el desgaste del uso. Será a través de la observación del
primer tipo de trazas que se podrá inferir con que instrumento
y de que manera fueron elaborados y estudiando el segundo
se puede determinar sobre que materia y como se ha utilizado
el instrumento estudiado.
Antoni PALOMO, Raquel PIQUÉ, Oriol LÓPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRÚS
Figura 5. A Materiales y herramientas utilizadas; B/C/D Segmentación del tronco; E Rebaje con azuela; F Pulido con arenisca; G Utilización del palo cavador
251
Análisis de los artefactos de madera del yacimiento Neolítico lacustre de La draga: aproximación experimental
B L O Q U E - II - . Capítulo XXIX
A la hora del estudio, tal como apuntan otros autores
(Clemente 1997), a todas estas trazas sería necesario añadirles
aquellos resultados de procesos ante y postdeposicionales.
Estas, si no son debidamente reconocidas, pueden destruir
y/o ocultar las trazas de uso y tecnológicas. Además, para
que todo este análisis se pueda desarrollar es necesario
obtener previamente, mediante la experimentación, una base
comparativa de trazas. Así podremos reconocer las diferentes
trazas de cada acción, materia,… teniendo en cuenta las
diferentes variables. La experimentación en traceología
acaba siendo el único camino por el cual un investigador
puede acabar elaborando una base comparativa para poder
contrastar hipótesis (Gibaja 1993).
De acuerdo con estos planteamientos se procedió
al registro de las trazas producidas durante el trabajo
experimental. Fruto de nuestro proceso experimental se
pudieron caracterizar diferentes tipos de trazas que deberían,
en un futuro, permitirnos determinar procesos tecnológicos
y funcionales sufridos por los artefactos arqueológicos de
madera:
• Las trazas tecnológica. La realización de observaciones
en la superficie de las replicas experimentales previamente
al uso ha permitido registrar las trazas tecnológicas. Las
trazas observadas fueron: desgajamiento, desbastado, estrías
tecnológicas y pulido tecnológico.
• Las trazas funcionales. Con posterioridad al uso de las
réplicas experimentales la observación de la superficie de
Figura 6. Muestra de madera y su correspondiente molde positivo de yeso
252
los artefactos permitió asimismo registrar nuevos tipos de
trazas: fracturas, melladuras, aplastamiento, erosión, estrías
funcionales y pulido funcional.
Problemática de la observación
de trazas en madera arqueológica
La madera presenta unas cualidades diferentes a las
demás materias primeras sobre las cuales tradicionalmente
se ha trabajado el análisis de trazas, y es por eso que la
metodología debe adaptarse a sus peculiaridades. Las
herramientas de madera recuperadas en un medio lacustre
como el yacimiento de La Draga son objetos altamente
valiosos, pero igualmente frágiles. Debido a esta fragilidad,
todo el material orgánico saturado de agua requiere una
serie de acciones para asegurar su perdurabilidad (Aguer
2006). Durante el proceso de restauración de las piezas
arqueológicas algunas trazas se deforman y pasan a ser
irreconocibles. Por ello es necesario realizar el análisis
de las trazas antes de su restauración. La manipulación
de estas piezas previamente a su consolidación debe
realizarse con sumo cuidado para no dañarlas.
La utilización de moldes de silicona, yeso y resina
permite llevar a cabo un análisis en condiciones adecuadas.
Se puede conseguir una copia fiel de las trazas a analizar,
que al mismo tiempo es fácilmente manipulable y
resistente.
Antoni PALOMO, Raquel PIQUÉ, Oriol LÓPEZ, Àngel BOSCH, Júlia CHINCHILLA y Josep TARRÚS
Conclusiones y perspectivas
El trabajo ha permitido contrastar las hipótesis sobre los
procesos de producción de los artefactos de La Draga. Ha
sido posible establecer las diferentes fases del proceso de
desbastado de la madera hasta la obtención de los productos
y registrar los residuos que se generan, proporcionando
material de referencia para su diferenciación. Así mismo se
han podido caracterizar las trazas tecnológicas y funcionales
en los artefactos experimentales, incluso cuando las
tecnológicas quedan infrarepresentadas o enmascaradas
por la superposición de las funcionales.
El trabajo experimental realizado demuestra que el
estudio de la tecnología de producción y uso de los artefactos
de madera arqueológicos puede ser realizado a partir del
reconocimiento de las características morfológicas y de las
trazas que se conservan en la superficie. Las dificultades que
presenta la madera arqueológica para su estudio pueden ser
resueltas mediante moldes de silicona, éstos proporcionan
replicas de suficiente calidad para la observación de las
trazas.
Además de todo lo expuesto, vale la pena destacar
que todo este proceso experimental permite alimentar
constantemente de nuevas propuestas el proyecto pedagógico
del Parque Neolítico de La Draga.
Bibliografía
AGUER, C. (2006): “La restauració dels objectes de fusta de La
Draga”. En Bosch, A., Chinchilla, J. i Tarrús, J. Els objectes
de fusta del poblat neolític de La Draga. Excavacions 19952005. Girona, Monografies del CASC 6.
BOSCH, A.; CHINCHILLA, J.; PIQUÉ, R.; TARRÚS, J. (1996):
“Hallazgo de los primeros utensilios de madera en el poblado
neolítico de la Draga (Banyoles)”. En Trabajos de Prehistoria,
53: 147-154.
BOSCH, A.; CHINCHILLA, J.; TARRÚS, J. (2000): El poblat neolític
de la Draga. Excavacions de 1990 a 1998. Monografies del
CASC, núm. 2, Girona.
BOSCH, A.; CHINCHILLA, J.; TARRÚS, J. (2004): “El instrumental
agrícola de madera de La Draga (Banyoles, Pla de l’Estany)”.
En Eines i feines del camp a Catalunya, Museu d’Arqueologia
de Catalunya-Girona: 90-95.
BOSCH, A.; CHINCHILLA, J.; PIQUÉ, R.; TARRÚS, J. (2005):
“Mangos y herramientas de madera neolíticos en el poblado
lacutre de la Draga (Banyoles, Girona)”. En III Congreso del
Neolítico Peninsular (Santander, 2003): 287-298.
BOSCH, A.; CHINCHILLA, J.; TARRÚS, J. (2006): Els objectes de
fusta del poblat neolític de la Draga. Excavacions 1995 –
2005. Girona: Museu d’Arqueologia de Catalunya
CLEMENTE, I. (1997): Los instrumentos líticos de Túnel VII:
una aproximación etnoarqueológica. Barcelona, Treballs
d’etnoarqueologia, 2, Universitat Autònoma de Barcelona.
GIBAJA, J. (1993). “El como y el porque de la experimentación
en análisis funcional”. Revista de Arqueología, 148: 10-15.
253
Paulette PAUC
- XXX Complement d’experimentation de fabrication
d’elements de parure en coquillages marins d’apres
les sites-ateliers et les sources de matieres premieres
dans l’aude, sud de la France
Paulette PAUC
Recherches & Développement Culturel en Corbières. UMR 5608 TRACES - AXE 3.
Résumé
Les sites-ateliers de l’Aude (F.), principal objet de l’étude
archéologique représentent un important ensemble, en
Méditerranée occidentale, datable du Néolithique au Bronze
ancien. Les ateliers de plein air, à vocation domestique,
principalement consacrés à la fabrication de rondelles
d’enfilage réalisées en test de Cerastoderma glaucum puis
occasionnellement de grains d’enfilage et de pendeloques
en coquillages, sont situés sur la partie orientale des
Corbières audoises. Le début de leur étude m’avait amenée
Mots clés:
à établir un descriptif détaillé de la technique employée
par les artisans de cette région et de démarrer une chaîne
opératoire expérimentale en 1996. Je suis actuellement en
mesure de rectifier ou de préciser certaines des hypothèses
préétablies, grâce à la révision du matériel recueilli sur les
sites, de nouvelles observations faites sur les ateliers ainsi
que la prospection de plusieurs dépôts littoraux marins
coquilliers du Quaternaire moyen en association avec un
nouveau protocole expérimental.
Ateliers, coquillages, outils, parures, expérimentations, usures.
Abstract
The sites in l’Aude, southern France, which have been the
subject of an archaeological study, represent an important
western Mediterranean group of shell bead workshops dated
to the Neolithic and Early Bronze Age. The open-air workshops,
which are situated in the eastern part of the Corbières, occur
in a domestic context and were principally devoted to the
manufacture of disc beads from the shells of Cerastoderma
glaucum and occasionally other shell beads and pendants.
The author began a detailed study of the techniques used in
Key words:
the workshops in this region in 1996, based on experimental
work. She is now in the process of correcting and clarifying
some previous hypotheses on the basis of the re-examination
of material collected from the sites, new observations made
on the workshops, and the discovery of several coastal
deposits of Quaternary marine shells and local deposits of
flint and sandstone used in the manufacturing processes, in
association with a new experimental protocol1.
Workshops, marine shells, tools, ornaments, experiments, wear.
Historique
En 1996, cinq années après la découverte d’une première
série de sites-ateliers de fabrication de rondelles d’enfilage
en test de Cerastoderma glaucum, j’ai eu l’opportunité de
participer aux Journées d’Archéologie expérimentales au
Parc archéologique de Beynac, en Dordogne. J’ai publié
dans le bilan de ces journées le balbutiement de mes
recherches archéologiques ainsi que mes premiers résultats
expérimentaux (Pauc 1997). Les rondelles sont effectuées, à
ce moment-là, à partir de coquillages déposés au bord des
étangs du littoral audois. D’autres éléments de parures sont
comparés puis certains sont simplement décrits. Le silex
1. Résumé anglais de Janet Ridout-Sharpe dans ARCHAEO+MALACOLOGY GROUP
255
Complement d’experimentation de fabrication d’elements de parure en coquillages marins d’apres les sites-ateliers et les sources de matieres premieres dans l’aude, sud de la France
B L O Q U E - II - . Capítulo XXX
employé est celui qui est mis à la disposition au Parc de
Beynac, provenant de Dordogne et d’Indre-et-Loire.
J’ai poursuivi mes recherches sur les sites archéologiques
et, parallèlement, j’ai recherché les matières premières
utilisées par les artisans préhistoriques (Pauc 2000). Les
informations géologiques relatives au Quaternaire en
Méditerranée et localement sur le paléorivage eutyrrhénien
du Quaternaire moyen (129 000 ans maximum) me permettent
de retrouver les gisements connus (Ambert et al. 1982),
(Ambert et al. 1993), (Barrière et al. 1965), (Chavan 1945) et
d’en découvrir un d’inédit (Pauc 2000). L’aspect et l’étude
biométrique de cette malacofaune sont identiques à celle
des ateliers de fabrication de parure. La liste des espèces
et variétés fossiles (Barrière 1966a) (Barrière 1966b)
correspond à la sélection des collecteurs/utilisateurs. Une
excellente disponibilité des valves de Cerastoderma glaucum,
espèce dominante dans ce niveau coquillier appelé par
les auteurs « niveau à Cardium », garantit également leur
utilisation. La collecte malacologique permet de refaire à
l’identique divers éléments de parure.
Techniques
En 1998, j’ai confectionné un second foret à pompe (Fig. 1)
tout en buis car ce taxon a été retrouvé sous forme de pollens en
région méditerranéenne depuis la Préhistoire (Vernet 1997). Pour la
construction de l’outil, je me suis inspirée du foret à pompe reconstitué
à partir d’un disque en terre cuite trouvé dans le Chalcolithique de
Bulgarie (Skakun 1993) et du modèle archaïque employé par les
indigènes des Iles Salomon (Malinovski 2002). Le poids cylindrique
est enfilé sur la tige en bois jusqu’au troisième tiers inférieur où il
se bloque grâce à la surépaisseur du bois. Le haut de la tige est
perforé pour faire passer la lanière en cuir qui s’attache de part
et d’autre de la barre d’action. La base de la tige est équipée d’un
cylindre amovible. Celui-ci est creusé d’une part pour s’enfoncer à
l’extrémité de la tige et de l’autre côté creusé pour y fixer, à l’aide
d’un morceau de cuir, la mèche en silex.
L’année suivante, j’ai mis en application le calibrage individuel
des rondelles d’enfilage en m’appuyant sur le polissoir à gorge
de Marolles-sur-Seine (Augereau et Bonnardin 1998). Ensuite
le mode de calibrage à l’unité a été précisé avec le polissoir à
gorges, en grès, de Châteauneuf-les-Martigues (Courtin 2000).
L’expérimentation montre que l’on peut calibrer de deux manières
les préformes perforées. Elles sont régularisées par frottements
répétés, perpendiculairement au contour de la pièce, sur une plaque
de grès, en creusant une gorge en forme de U - correspondant au
diamètre de la perle – (Fig. 2); techniquement, c’est la seule façon
d’obtenir une tranche plate, qui peut aussi se montrer sub-aplatie,
suivant la précision du geste. Si l’ébauche perforée est régularisée
par frottements répétés parallèlement au pourtour de la tranche, sur
une plaque de grès, cela crée une rainure en v pointu à u arrondi qui
donne une tranche anguleuse, sub-arrondie, voire arrondie suivant le
degré d’inclinaison de la bordure (Fig. 3, Fig. 4, Fig. 5).Yvette Taborin
imaginait un système de découpe, du pourtour des rondelles de la
tombe de Germignac, au moyen d’un outil tournant grâce auquel
on obtiendrait des tranches anguleuses, tout en notant également
des tranches arrondies (Taborin 1984). L’appareil supposé est un
trépan qui sert à découper des rondelles dans les coquillages de
nacre, entre autre, pour faire des boutons. En l’absence “d’outil
néolithique” spécifique, l’expérimentation par des gestes simples,
voire maladroits, a donné de semblables résultats.
256
Figure 1. Foret à pompe
Paulette PAUC
Figure 2. Calibrage perpendiculaire à l’axe de rotation
Figure 4. Tranche anguleuse
En 2001, Jacques Reinhard, spécialiste des restes textiles
au Service archéologique de Neuchâtel en Suisse, m’a
donné diverses fibres naturelles pour les expérimentations.
En choisissant au hasard, j’ai réalisé une cordelette selon
sa méthode (Reinhard 1997), à deux brins en S-2Z (Fig. 6),
que je pense en fin liber de tilleul, (Pauc et Reinhard 2002).
Figure 3. Calibrage parallèle à l’axe de rotation
Figure 5. Tranche arrondie
Il confirma l’année suivante, lorsqu’il a vu le collier, que j’ai
utilisé des fibres de chanvre. La cordelette a une épaisseur
de 1,58 mm, au niveau des raccords, à 1,10 mm au minimum.
L’essentiel est de 1,20 à 1,30 mm de diamètre. La longueur
du lien est de 80 cm sans compter le nœud. Les éléments
de parure occupent une longueur de 22 cm.
257
Complement d’experimentation de fabrication d’elements de parure en coquillages marins d’apres les sites-ateliers et les sources de matieres premieres dans l’aude, sud de la France
B L O Q U E - II - . Capítulo XXX
Figure 6. Etat initial de la cordelette
Composition du collier
Le collier (Fig.7) est composé d’éléments malacologiques
eutyrrhéniens et de perles en stéatite comprenant :
• 1 pendeloque elliptique à perforation centro-latérale et 31
rondelles d’enfilage en test de Cerastoderma glaucum (les plus
épaisses ont été tirées de valves des variétés altior (B.D.D.) et
umbonata (Wood.).
• 2 Cerithium vulgatum perforés à l’opposé de l’ouverture
naturelle par abrasion superficielle puis avec une pointe en silex
• 3 Hexaplex trunculus détériorés par l’action marine
• 3 Nassa sp. perforés à l’opposé de l’ouverture naturelle par
abrasion superficielle puis avec une pointe en silex
• 2 Monodonta turbinata, dont l’un a été cassé par l’action
marine et l’autre perforé à l’opposé de l’ouverture naturelle par
abrasion superficielle puis avec une pointe en silex.
• 1 Natica sp. cassé et roulé par l’action marine
• 10 perles en stéatite pyrénéenne ont été ajoutées entre les
éléments malacologiques.
Le poids du collier est de 70 gr.
Figure 7. Collier expérimental
258
Paulette PAUC
Resultats du port prolonge
Tous les éléments confondus présentent un lustré
occasionné par le frottement sur les vêtements de coton,
de lin et en laine ou par les manipulations pour le mettre et
l’enlever, le toucher occasionnellement et l’observer de près.
Parmi les 31 rondelles d’enfilage se trouvent trois types
d’usures caractéristiques sur quelques exemplaires : une
ovalisation du cône de perforation (Fig. 8), une déformation
anguleuse du cône de perforation (Fig. 9) et une déformation
Figure 8. Cône de l’orifice ovalisé
de l’orifice (Fig. 10). Les autres rondelles ont moins subi de
modification voire aucune. Tous les éléments montrent un
poli brillant localisé. Huit perles ont un contour irrégulier.
La rondelle de la figure 3 qui a été calibrée par frottement
parallèlement à son axe de rotation est intacte mais très
luisante. Elle conserve des traces d’abrasions qui ne peuvent
être confondues avec l’ornementation du test en section
transversale.
Figure 9. Cône de l’orifice anguleux
Une des trois coquilles d’Hexaplex trunculus a perdu une partie
du relief par l’action marine au niveau du dernier tour de spire. Pour
les besoins de l’enfilage, la cordelette passe par l’ouverture naturelle
et ressort par l’orifice artificiel. La coquille à cet endroit est très
mince. A l’usage, la ficelle a créé une entaille de 4 mm dans le test
correspondant exactement à la torsion (Fig. 11, Fig. 12). Un second
Hexaplex trunculus, un peu plus dégradé que le précédent, ne présente
qu’une petite encoche occasionnée par le frottement de la cordelette.
Sur les trois coquilles de Nassa sp ., une seule des
perforations ovales d’origine a en plus une petite encoche sur la
zone de contact avec le lien de suspension.
Le Cerithium au plus grand orifice ovale montre une petite
encoche, au niveau de la bordure amincie, causée par le frottement
répété de la cordelette. Le second Cerithium au test plus fort possède
un orifice irrégulier et anguleux, à l’opposé de l’ouverture naturelle,
qui s’est émoussé à la longue par le frottement de la cordelette.
Les autres gastéropodes n’ont pas subi de modifications
caractéristiques hormis un lustré particulièrement prononcé sur les
zones de frottements du lien de suspension. Ces zones sont blanches
alors que la teinte du test, dépigmentée, est beige claire à blanchâtre.
Figure 10. Orifice déformé
259
Complement d’experimentation de fabrication d’elements de parure en coquillages marins d’apres les sites-ateliers et les sources de matieres premieres dans l’aude, sud de la France
B L O Q U E - II - . Capítulo XXX
Figure 12. Position de la cordelette dans l’entaille
Figure 11. Entaille sur le test d’Hexaplex trunculus
Lien de suspension
Le protocole du second collier expérimental est
partiellement valide, puisque le chanvre n’est attesté
qu’à partir de l’Age du Fer. Le port quotidien, durant
un mois, montre que les rondelles d’enfilage et les
gastéropodes détériorés par l’action marine ou perforés
expérimentalement sont usés à divers niveaux ou de façon
insignifiante. Les fibres superficielles de la cordelette se
sont rompues de façon plus ou moins importante selon
l’emplacement sur le collier (Fig. 13, Fig. 14, Fig.15).
Cette expérience corrige celle de D’Errico et de ses
collègues qui ont utilisé des coquillages ramassés sur
une plage méditerranéenne pour obtenir divers éléments
de parure enfilés sur un lien en cuir et sur des liens en
chanvre. Le premier enfilage a été soumis à l’action d’un
agitateur de laboratoire et les seconds ont été portés
de un à trois mois. Le résultat n’offre pas d’usures
caractéristiques (D’Errico et al. 1993).
Figure 14. Etat de la cordelette usée au niveau latéral
260
Figure 13. Etat de la cordelette usée au niveau proximal
Paulette PAUC
Bibliographie
AMBERT, P.; ANDRE, J.; BOUTIE, P.; LEROY, S.; DE LUMLEY
H. (1993): “Corbières littorales, complexe scientifique de
Tautavel”. Livret guide de l’excursion 1993 en Languedoc
de l’association française pour l’étude du Quaternaire,
Aix-en-Provence, Etudes de Géographie physique, Suppl.
au n°XXII: 59-68.
AMBERT, P.; AMBERT, M.; MAURIN G. (1982): Géologie.- Littoraux
miocènes et quaternaires du Languedoc occidental. C-R
Académie des Sciences de Paris, t. 295, Série II: 251-254.
AUGEREAU, A.; BONNARDIN, S. (1998): “Marolles-sur-Seine “
Le Chemin de Sens“ (Seine et Marne) et la fabrication de
la parure en calcaire au Néolithique ancien ”. Bull. de la
Société Préhistorique Française, 95, n°1: 23-39.
BARRIERE, J.; BOUTEYRE, G.; DE LUMLEY, H.; RUTTEN, P.;
VIGNERON, J. (1965): “Relation entre deux surfaces
rissiennes, une plage tyrrhénienne et des industries
paléolithiques en Languedoc méditerranéen (Montels,
Hérault)”. B.S.G.F., VII: 981-997.
BARRIERE, J. (1966a): “Sur le Quaternaire marin de l’étang de
Bages et de Sigean (Aude) : Le rivage tyrrhénien du Moulin
de l’Ile “. C-R somm. B.S.G.F. (2): 79-81.
BARRIERE, J. (1966b): “Le rivage tyrrhénien de l’étang BagesSigean”. Bulletin de l’Association Française pour l’Etude du
Quaternaire, 4: 251-283.
CHAVAN, A. (1945): Sur un dépôt pléistocène à cardium près
de Gruissan (Aude). Compte Rendu Sommaire des Séances
de la Société Géologique de France: 25-26.
Figure 15. Etat de la cordelette usée au niveau distal
Conclusion
Le fait d’utiliser des coquillages sub-fossiles à divers
degrés de conservation et plus ou moins pulvérulents est un
facteur important pour l’expérimentation. La cordelette en
fibre de chanvre n’est pas exagérément coupante. Elle use
considérablement un des tests les plus fins et n’occasionne
qu’un poli localisé sur les tests les plus épais. Le diamètre
du lien de suspension largement inférieur aux plus petits
orifices est également un critère à prendre en compte.
Cela permet aux éléments de se déplacer facilement en
provoquant un frottement qui conduit à la rupture des fils
superficiels au centre des torsions. Un port prolongé dans le
temps devrait augmenter l’usure des éléments et parvenir
à rompre le lien de suspension.
COURTIN, J. (2000): Les premiers paysans du midi. Histoire de
la France préhistorique de -6000 à -4500. La maison des
roches éditeur: 1-128.
D’ERRICO, F.; JARDON i GINER, P.; SOLER i MAYOR, B. (1993):
“Critères à base expérimentale pour l’étude des perforations
naturelles et intentionnelles sur coquillages. TRACES et
FONCTION : Les gestes retrouvés”, In Actes du Colloque
international de Liège, 1990, CNRS. Etudes et Recherches
Archéologiques de l’Université de Liège, Eraul 50, Vol. 1:
243-254.
MALINOVSKI, B. (2002): Les argonautes du Pacifique occidental.
tel Gallimard Ed., (1ère édition, 1989): 606 p.
PAUC, P.; REINHARD, J. (2002): Protohistoric shell bead
manufacture and the problem of string suspension: recent
studies in the northwest Mediterranean region. En Janet
Ridout Sharpe (coord.): Malaco+Archaeology Group
Newsletter, Issue Number 2, April 2002: 2-5.
PAUC, P. (1997): Reproduction de perles circulaires réalisées en
test de Cerastoderma edule. Les Journées d’Archéologie
Expérimentale du Parc de Beynac (Dordogne, France) 19961997. Ch. Chevillot (dir.) Bilan n° : 7-66.
261
Complement d’experimentation de fabrication d’elements de parure en coquillages marins d’apres les sites-ateliers et les sources de matieres premieres dans l’aude, sud de la France
B L O Q U E - II - . Capítulo XXX
PAUC, P. (2000): “Activité de fabrication protohistorique de
parures en coquillages marins”. Bulletin de la Société
d’Études Scientifiques de l’Aude, t. CC: 23-28.
REINHARD, J. (1997): Faire une cordelette à deux brins. ARKEO
junior, éd. Faton, N° 34 : 21.
SKAKUN, N.N. (1993): New implements and specialization of
traditional industries in the Eneolithic of Bulgaria. Part 2 :
Woodworking tools, Traces et fonction : les gestes retrouvés,
Colloque international de Liège, 1990, CNRS. Études et
Recherches Archéologiques de l’Université de Liège, Eraul
50, vol. 2 : 303-307.
TABORIN, Y. (1984): “La Tombe néolithique de Germignac
(Charente-Maritime), II: Les disques percés en test de
lamellibranches”. Gallia Préhistoire, T. 27, fasc.1: 98-108.
VERNET, J.-L. (1997): L’homme et la forêt méditerranéenne de
la Préhistoire à nos jours. Editions Errance, collection des
Hespérides : 1-248.
262
Barbará AVEZUELA ARISTU, Ignacio MARTÍN LERMA, Juan A. MARÍN DE ESPINOSA y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ
- XXXI Los adornos-colgantes en el Paleolítico Superior:
experimentación sobre las perforaciones en
littorina obtusata
Barbará AVEZUELA ARISTU*, Ignacio MARTÍN LERMA*, Juan A. MARÍN DE ESPINOSA** y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ *
* Laboratorio de Estudios Paleolíticos, Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad Nacional de Educación a Distancia.
** Sílex. Arqueología y Difusión del Patrimonio S.L.
Resumen
La aparición generalizada de los objetos de adornocolgantes desde comienzos del Paleolítico superior supone
uno de los exponentes del pensamiento simbólico exclusivo
de nuestra especie. De entre las materias primas utilizadas
para este fin destacan los moluscos.
Palabras clave:
En este trabajo se realiza una experimentación sobre
los distintos tipos de perforaciones que se pueden realizar
sobre Littorina obtusata y un estudio de las huellas de uso
que se generan en los útiles líticos empleados en el proceso.
Adornos-colgantes, Littorina obtusata, tecnología, traceología, experimentación.
Abstract
The generalized presence of the personal ornaments since
the beginnings of the Upper Palaeolithic supposes one of the
items of the symbolic thinking of our specie. The molluscs
are among the raw materials used with this finality. In this
Key words:
work we present an experimental comparative collection of
perforated Littorina obtusata and we make a use wear study
of the lithic tools used on the process.
Personal ornaments, Littorina obtusata, technology, traceology, experimental approach.
Introducción
Este trabajo dedica su atención a las perforaciones
obtenidas sobre distintos ejemplares de Litorina obtusata1,
una de las especies más utilizadas a lo largo de todo el
Paleolítico superior. Este caso concreto se encuadra dentro de
una experimentación más amplia. Para el diseño de la misma
hemos tenido en cuenta trabajos de otros autores (D’errico
et al. 1993: 243-254, Francis 1982: 713-714, Taborin 1993:
255-267, Vanhaeren 2002, Yerkes 1993: 235-242).
Las técnicas
• Técnicas de desgaste: su fin es la eliminación progresiva
de finas partículas de materia prima. Estas técnicas se asocian
a la presión e implican un contacto continuado entre el útil,
la materia trabajada y la fuerza que se ejerce de una manera
1. Pequeño gasterópodo marino de máximo 15mm. de altura. Concha globosa, lisa
y pared gruesa con espiral corta y muy roma. De colorido muy variable.(Fechter et
al. 1993, Lindner 2000)
prolongada. Algunas técnicas de desgaste pueden llevarse a
cabo sólo en la superficie como preparación para la posterior
perforación (raspado o abrasión) y otras se llevan a cabo
con más profundidad (realización de incisiones, serrado o
perforación por rotación). Todas las técnicas pueden perforar
por sí solas y se pueden combinar.
263
Los adornos-colgantes en el Paleolítico Superior: Experimentación sobre las perforaciones en littorina obtusata
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXI
Raspado. La extremidad de un útil lítico produce una
perforación por raspado de una pequeña superficie siguiendo
un movimiento unidireccional.
Abrasión. Consiste en el frotamiento de un cuerpo sobre
otro, esta técnica permite regularizar o disminuir el espesor
de una superficie. Se efectúa por un movimiento circular o de
vaivén y manteniendo una presión más o menos fuerte en
función de la intensidad de la abrasión deseada (Averbouh
2000). El frotamiento de la concha sobre una superficie
abrasiva puede servir como preparación para la posterior
perforación o puede conseguir la perforación directamente.
Incisiones. Se llevan a cabo con un movimiento
unidireccional continuo con un útil en el que la parte activa,
más o menos cortante, se asemeja a un ángulo burilante.
Serrado. Consiste en obtener un orificio por el movimiento
constante de vaivén sobre la concha con un útil lítico cortante.
Rotación. Se efectúa con movimientos giratorios
alternativos de un útil perforante de una materia prima
tanto o más dura que el objeto a perforar (Barge-Mahieu
et al. 1991). Aunque se puede actuar de diferentes formas
hemos procedido manipulando el útil directamente con la
mano, es decir, sujetado por ésta o entre el dedo índice y
el pulgar, y haciéndolo girar de izquierda a derecha y de
derecha a izquierda en movimientos semicirculares que
siempre vuelven a su lugar de partida.
• Técnicas de fracturación: su finalidad es desprender
violenta e inmediatamente porciones más o menos
importantes de materia. Esta categoría engloba la presión
puntual y la percusión directa e indirecta. Basándonos en
experiencias anteriores hemos descartado la utilización de
la percusión directa por su poca efectividad.
Presión puntual. Se ejerce mediante un contacto
continuado y la aplicación de una fuerza instantánea con
la punta de un útil lítico hasta que se abre una perforación.
Percusión indirecta. Consiste en lanzar uno o varios
golpes sobre el extremo distal del útil que reposa sobre
la superficie de la concha, como efecto de este contacto
continuado entre el útil y la materia trabajada con una fuerza
instantánea se produce la perforación.
Resultados
La tabla que presentamos resume la experimentación
(Fig.1). No obstante los estigmas que caracterizan cada
técnica se pueden resumir de la siguiente manera:
Abrasión. Estrías paralelas organizadas que responden
al gesto.
Incisiones y raspado. Se han utilizado exclusivamente
como técnicas preparatorias para poder calar los útiles. No
se conservan en ninguno de los ejemplares.
Serrado. Surcos alargados, cónicos rectos, con estrías
de útil en las paredes de la perforación y levantamientos
en la cara opuesta.
Perforación por rotación. Contornos circulares,
cónicos, con estrías de útil en las paredes y levantamientos
tanto en la superficie de acción como en la opuesta. En
ocasiones, al ejercer demasiada fuerza, hemos obtenido el
desprendimiento de una parte importante de materia y la
perforación no conserva (o lo hace sólo parcialmente) los
estigmas característicos de esta acción (Fig.2).
Presión puntual. Al igual que con la rotación con esta
técnica hemos documentado accidentes de fabricación (Fig.
3). Cuando no es así y obtenemos una perforación, esta
puede presentar un contorno con una forma redondeada,
264
sin embargo, en otros ejemplares la forma de la perforación
ha sido poligonal, casi triangular, estando esta forma
condicionada por la sección de la punta de los útiles líticos
que hemos usado (Fig. 4). La perforación puede seguir las
líneas de estructura de la concha. Encontramos fisuras y
levantamientos tanto en la superficie de ataque como en la
opuesta siendo la sección siempre irregular. También resulta
interesante la obtención de perforaciones en las que la acción
ha desprendido una parte importante de la superficie de la
concha obteniendo una perforación de tamaño considerable
que no presenta las mismas características que el resto de
perforaciones obtenidas por esta misma técnica.
Percusión indirecta. Al ser una técnica más agresiva se
obtienen bastantes accidentes de fabricación, sin embargo,
también se llegan a obtener perforaciones caracterizadas
por unos contornos irregulares aunque en algún caso -como
hemos visto en otras técnicas- están determinados por la
forma de la punta del útil. Las secciones son en todos los
casos irregulares. En cuanto a las trazas macroscópicas que
podemos observar, en la superficie de ataque nos encontramos
con fisuras y levantamientos siendo la tendencia generalizada
los levantamientos aislados y los microlevantamientos. Sin
embargo, en la superficie opuesta encontramos justo lo
contrario, una tendencia a los levantamientos continuos,
acompañados, eso sí, de fisuras.
Barbará AVEZUELA ARISTU, Ignacio MARTÍN LERMA, Juan A. MARÍN DE ESPINOSA y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ
Figura 1. Tabla resumen de la experimentación con los datos relativos al estudio de las Littorina obtusata. Inst.= instantáneo, g.buril=golpe de buril,
perf. = perforador, (A)=levantamiento aislado, (C)=levantamiento continuo, (M)=microlevantamiento, (P)=estrías paralelas, (U)=estrías de útil
Figura 2. Littorina obtusata
perforada por rotación externa
con perforación en la que la
fuerza ejercida ha provocado el
desprendimiento de una parte
importante de materia (Foto: B.
Avezuela)
265
Los adornos-colgantes en el Paleolítico Superior: Experimentación sobre las perforaciones en littorina obtusata
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXI
Figura 3. Littorina obtusata, accidente de fabricación por presión externa y posterior
reutilización del ejemplar con perforación por rotación externa (Foto: B. Avezuela)
Figura 4. Littorina obtusata perforada por presión interna con levantamiento continuo y fisuras en superficie opuesta al ataque
(Foto: B. Avezuela)
Estudio traceológico de los útiles líticos
Además del estudio previo, que tenía como objetivo
los procesos de manufactura de las perforaciones sobre
concha, se ha llevado a cabo una observación traceológica
del utillaje lítico experimental empleado para efectuar
dichas perforaciones. El sílex en el que se han realizado
los útiles –perforadores, buriles y lascas- procede de Casa
266
Montero (Vicálvaro, Madrid) y presenta una buena respuesta
al uso como hemos comprobado en trabajos previos (Martin
Lerma 2008).
El comportamiento de las huellas responde a la acción
desempeñada. Es usual que las acciones de presión y
Barbará AVEZUELA ARISTU, Ignacio MARTÍN LERMA, Juan A. MARÍN DE ESPINOSA y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ
percusión desarrollen un conjunto distinto de huellas en
función del diferente equilibrio de factores que intervienen
en ellas. En la presión, el contacto es continuo, la fuerza
prolongada y se realiza sobre un único plano. A esta acción
se asocian la perforación por rotación y los gestos de
serrado. Pero hay una acción de presión, la denominada
perforación por presión puntual, en la cual el contacto no
es lo suficientemente amplio para producir una fricción
prolongada y, a estos efectos, se comporta como una acción
de percusión, con contacto no continuo.
Figura 5. Buril, empleado para perforación por percusión indirecta, con detalle de estrías y embotamiento (Foto: I. Martín)
En la percusión indirecta, el contacto también es continuo
y la fuerza instantánea. Además, hay un incremento de esta
fuerza potenciado por un recorrido en el espacio del percutor.
No obstante, cuando aplicamos este gesto a las conchas,
el contacto viene determinado por la delgadez de la capa a
perforar requiriendo apenas unos instantes.
Durante la elaboración de las perforaciones se han
fracturado buena parte de los ápices utilizados en el caso
de los perforadores, y en algunos de ellos se observa, a
simple vista, un embotamiento pronunciado. Las otras huellas
encontradas son el pulimento que se distribuye en topografías
parciales y presenta contornos imprecisos, brillo indefinido
y textura diluida. Las estrías documentadas son cortas y en
cinta, rasgo éste, junto a las macroescamas, más propio de
la percusión que de la presión, la dirección es paralela al
eje de la pieza en el serrado y oblicua en los perforadores,
aunque en este caso son muy escasas. Los desconchados
producidos por la concha, originados principalmente por el
serrado, ofrecen formas irregulares y las terminaciones son
reflejadas y en escalón, propias de materias duras.
Como conclusión, apuntar que el trabajo de concha
genera huellas como estrías, desconchados y embotamiento,
267
Los adornos-colgantes en el Paleolítico Superior: Experimentación sobre las perforaciones en littorina obtusata
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXI
las dos últimas perceptibles a simple vista, pero no llega a
desarrollar un pulimento intenso que permita caracterizar
claramente la materia trabajada, posiblemente debido al
escaso tiempo de ejecución de las perforaciones. Por otra
parte, los ápices, al fracturarse, se llevan consigo una buena
parte de las huellas generadas. Por lo tanto, las trazas más
significativas, cuando aparecen, son las estrías que nos
indican la posición del borde durante el movimiento y los
propios negativos de las roturas.
Figura 6. Perforador con estrías y fractura del ápice utilizado para perforar por rotación (Foto: I. Martín)
Reflexión final
La experimentación nos ha permitido elaborar una lista
de criterios para diferenciar distintos tipos de perforaciones.
En algunos casos las técnicas usadas son más fácilmente
identificables, ya sea por la morfología de las perforaciones
(serrado, rotación) o por los estigmas tecnológicos (abrasión). El
caso de la presión puntual y la percusión indirecta pueden resultar
más o menos fáciles de identificar sobre material experimental,
sin embargo, a la hora de enfrentarnos a las colecciones
arqueológicas, el panorama cambia. Cuando trabajamos con las
Littorina recién perforadas, estas no han sufrido ninguno de los
procesos ante y postdeposicionales que acumulan las piezas
268
arqueológicas: huellas de uso que han borrado los estigmas
tecnológicos, fracturas de uso, procesos tafonómicos y por
supuesto alteraciones que se producen a la hora de excavar y
de manipular estos pequeños elementos (D’errico 1993: 177188). De todos los estigmas que somos capaces de identificar
sobre Littorina recién perforadas, sólo una pequeña parte llegan
a nosotros cuando analizamos el material arqueológico. En
alguna de las piezas arqueológicas en las que las huellas de
fabricación han sido totalmente borradas, no cabría descartar
que esos ejemplares fueran recogidos ya perforados (Vanhaeren
et al. 2001: 201-240) de echo esa sería la opción más cómoda.
Barbará AVEZUELA ARISTU, Ignacio MARTÍN LERMA, Juan A. MARÍN DE ESPINOSA y Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ
Hay que resaltar también que en numerosos casos los
estigmas que quedan en las perforaciones, no responden
a la técnica empleada ya que el poco control de la fuerza
ejercida sobre un material que no deja de ser delicado,
provoca unas perforaciones en las que se desprende más
cantidad de materia de la deseada. En otras ocasiones se
producen accidentes de fabricación, ya sea por el mismo
motivo, por calcular erróneamente el lugar donde se quiere
hacer la perforación o por emplear útiles demasiado grandes
en las perforaciones hechas desde el interior de la abertura
natural. La documentación de los accidentes de fabricación
para diferenciarlos de las fracturas ocasionadas por el uso
puede resultar igual o más interesante ya que nos va a permitir
en algunos casos reconstruir la cadena operativa y saber si
estos objetos se manufacturaron en los lugares donde los
encontramos o si por el contrario llegaron ya perforados al
yacimiento, abriendo de esta manera todo un abanico de
posibilidades a la hora de interpretar su presencia en los
yacimientos.
Bibliografía
AVERBOUH, A. (2000): Téchnologie de la matière osseuse
travaillée et implications palethnologiques. L’exemple
des chaînes d’exploitation du bois de cervidé chez les
Magdaleniens des Pyrenées. Tesis doctoral inédita. Université
de Paris I.
BARGE-MAHIEU, H.; TABORIN, Y. (1991): “Fiche generale
des objets de parure”. En H. Camps Fabrer (ed.). Fiches
typologiques de l’industrie osseuse prehistorique.Cahier
IV. Objets de parure. Université de Provence.
D’ERRICO, F. (1993): “Identification des traces de manipulation,
suspension, polissage sur l’art mobilier en os, bois de
cervidés, ivoire “. En Anderson, P. C; Beyries, S; Otte, M.
y Plisson, H. (dir.).Traces et fonction: les gestes retrouvés.
(Liège 1990). Eraul 50: 177-188.
D’ERRICO, F.; JARDON GINER, P.; SOLER MAYOR, B. (1993):
«Critères à base expérimentale pour l’étude des perforations
naturelles et intentionnelles sur coquillages». En Anderson,
P. C; Beyries, S; Otte, M. y Plisson, H. (dir.).Traces et fonction:
les gestes retrouvés. (Liège 1990). Eraul 50: 243-254.
FECHTER, R.; FALKNER, G. (1993): Moluscos. Blume. Barcelona.
FRANCIS, P. (1982): «Experiments whith Early Techniques for
making whole shells into beads «. Current Anthropology
23 (6): 713-714.
GONZÁLEZ URQUIJO, J. E.; IBÁÑEZ ESTÉVEZ, J. J. (1994):
Metodología del Análisis funcional de instrumentos tallados
en sílex. Universidad de Deusto. Bilbao.
GUTIÉRREZ SÁEZ, C. (1996): Traceología. Pautas de análisis
experimental. FORO. Madrid.
LINDNER, G. (2000): Moluscos y caracoles de los mares del
mundo. Omega. Barcelona.
MARTÍN LERMA, I. (2008): Industria lítica y Traceología:
Programa experimental para el estudio del
Magdaleniense en la Meseta Peninsular. Tesis de
Licenciatura, inédita, Universidad de Murcia.
MARTÍN LERMA, I.; GUTIÉRREZ SÁEZ, C.; MARÍN DE ESPINOSA,
J. A. (2008): “Estudios funcionales en Prehistoria. ¿Qué
información nos aportan los útiles líticos?”. Verdolay 11:
303-316.
TABORIN, Y. (1993): “Traces de façonnage et d’usage sur les
coquillages perforés”. En Anderson, P. C; Beyries, S; Otte,
M. y Plisson, H. (dir.).Traces et fonction: les gestes retrouvés.
(Liège 1990). Eraul 50: 255-267.
VANHAEREN, M. (2002): Les fonctions de la parure au
Paléolithique supérieur: de l’individu à l’unité culturelle.
Tesis doctoral inédita. Université Bordeaux.
VANHAEREN, M.; D’ERRICO, F. (2001): «La parure de l’enfant
de La Madeleine (fouilles Peyrony) : un nouveau regard sur
l’enfance au Paléolithique supérieur». Paléo 13: 201-240.
YERKES, R. W. (1993): “Methods of manufacturing shell beads
at prehistoric Mississippian sites in southeastern North
America”. En Anderson, P. C; Beyries, S; Otte, M. y Plisson,
H. (dir.).Traces et fonction: les gestes retrouvés. (Liège 1990).
Eraul 50: 235-242.
269
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO y Imanol AMAYRA CARO
- XXXII La atribución de la autoría a partir del análisis
de la forma del dibujo figurativo paleolítico y
experimental: Aplicación de un modelo de
escalamiento multidimensional
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO* y Imanol AMAYRA CARO**
* Departamento de Historia. Universidad de Deusto. ** Departamento de Psicología. Universidad de Deusto.
Resumen
El artículo trata de demostrar el nivel de fiabilidad y
de validez predictiva de un sistema de veinte variables
(segmentos del contorno de la figura de caballo) en la
identificación de autores individuales experimentales y
paleolíticos. Se seleccionó una muestra de 271 figuras
grabadas y dibujadas de autores experimentales (N=201) y
paleolíticos (Paleolítico Superior; N=70). La totalidad de las
figuras experimentales y paleolíticas fueron representaciones
de caballo normalizadas mediante una escala de 14 cm.
Se controló el efecto de posibles variables, como el tipo
representación y el nivel de destreza. Se aplicaron estadísticos
Palabras clave:
inferenciales univariables y multivariables (Escalamiento
Multidimensional Métrico) a fin de comprobar la hipótesis
de la identificación de la autoría y de la identificación de las
variables que son más discriminantes en este proceso. Los
resultados señalan la validez predictiva del método de veinte
variables en la identificación de autores experimentales y de
grupos de figuras paleolíticas de la misma cueva. También
se confirma el mayor grado de homogeneidad de las figuras
paleolíticas respecto al colectivo de estudiantes, siendo
similar al de los autores experimentales que realizaron la
misma copia de una figura durante diez años.
Metodología, Arte Paleolítico, Forma, Validez Predictiva, Estadística.
Abstract
The paper tries to demonstrate the level of reliability and
predictive validity of a system of twenty variables (segments
of the contour of the figure of a horse) in the experimental
identification of individual authors and Paleolithic. We
selected 271 prints and drawings figures of experimental
writers (N = 201) and Paleolithic (Upper Paleolithic, N = 70).
All the experimental figures were representations of horse
Paleolithic standardized on a scale of 14 cm. We controlled
the potential variables, type of representing and skill level.
We applied univariate and multivariate inferential statistics
Key words:
(metric multidimensional scaling) to test the hypothesis of
identification of authorship and the identification of variables
that are more discriminating in this process. The results show
the predictive validity of the method for twenty variables
in the experimental identification of authors and groups of
Paleolithic figures of the same cave. It also confirms the
higher degree of homogeneity of paleolithic figures regarding
the student group, being similar to the experimental authors
performed the same copy of a figure for ten years.
Personal ornaments, Littorina obtusata, technology, traceology, experimental approach.
Introducción
La idea de la forma que inicialmente propusieron
Breuil (1952) y Leroi-Gourhan (1995) plantea dos aspectos
principales: por un lado, el de su naturaleza, es decir las
partes del contorno más decisivas para distinguir una figura
de otra y, por otro, la interpretación de los cambios que esa
parte de la forma había sufrido en el tiempo, cambios que se
271
La atribución de la autoría a partir del análisis de la forma del dibujo figurativo paleolítico y experimental: Aplicación de un modelo de escalamiento multidimensional
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXII
consideraban generalizados y podían constituir estilos, a la
manera de los de la Historia del Arte. De esta última surge
la idea de Friedländer (1949) de que las diferencias, sobre
todo las de las partes más pequeñas de la figura, constituían
el criterio de atribución de autoría. En estudios posteriores
(Apellaniz 1991) se considera que este criterio es impreciso y
de escasa validez para interpretar la naturaleza de la línea de
contorno, sobre todo cuando en muchos casos en las figuras
paleolíticas se prescinde de partes anatómicas móviles,
como la cabeza, extremo del cuello, extremidades, en las
que tradicionalmente se presenta la variabilidad descrita
por Friedländer. Por otro lado, y respecto a la interpretación
de los cambios preconizada por Breuil y Leroi-Gourhan,
parece difícil establecer de forma empírica la agrupación
de figuras por razón de los tiempos atribuidos, regiones o
lugar de procedencia.
El método del presente estudio para establecer las
relaciones formales es el de la atribución de autoría, a
partir de dos criterios: fiabilidad y validez predictiva. La
fiabilidad del modelo se pretende determinar a través del
análisis de la consistencia o repetición de los esquemas de
las representaciones realizadas por un autor o grupos de
autores conocidos (grupo experimental) durante un periodo
conocido. En el caso de la validez predictiva se pretende
identificar a un grupo de seis autores experimentales a partir
de una serie de diez figuras copiadas grabadas por cada uno
de ellos durante un período de 10 años y de las variables
que discriminan mejor las semejanzas y diferencias entre
dichas figuras del mismo autor o grupos de autores. Un
proceder similar se sigue con otros grupos experimentales y
con el grupo de figuras arqueológicas grabadas y dibujadas,
si bien este caso se desconoce a priori al autor y el número
de representaciones que realizaron.
Método
Hipótesis
Frente a la idea de ambos investigadores de que los
cambios eran mutaciones, en el sentido histórico evolutivo,
en el presente estudio se plantea la hipótesis de que
son variaciones simultáneas y/o sucesivas distribuidas
aleatoriamente en grupos de similitudes en el tiempo y
en el espacio.
Muestra
Con el fin de establecer la supuesta autoría, se
seleccionó (azar y jueces) una muestra de 271 figuras de
caballo: 35 figuras grabadas arqueológicas del Paleolítico
Superior (Tito Bustillo, El Buxu, Le Portel, Trois Feres,
Lascaux, Les Combarelles y Hornos de la Peña), 35 figuras
dibujadas arqueológicas del Paleolítico Superior (Ekain,
Las Monedas, Tito Bustillo, Niaux, Le Portel, Roufignac, Las
Monedas, La Pasiega, El Castillo, Pech-Merle y Lascaux),
35 figuras copiadas en grabado en hueso por artistas
profesionales (copia de “ caballo chino” de Lascaux)
realizadas durante un periodo de 10 años, 35 figuras
copiadas en dibujo por artistas y/o profesionales (copia de
“caballo chino” de Lascaux), 35 figuras copiadas en dibujo
por estudiantes de Psicología (copia de “caballo chino”
de Lascaux), 35 Figuras copiadas en dibujo eligiendo un
modelo entre cuatro figuras paleolíticas por estudiantes
de Psicología, 30 figuras inventadas en dibujo a partir de
una muestra de 70 figuras de caballo paleolíticas (alumnos
Bellas Artes-no especializados) y 31 figuras inventadas
en dibujo (alumnos Bellas Artes-especializados).
272
Instrumentos
Las copias dibujadas se realizaron en una hoja Canson
Miteintes nº 111, utilizando carboncillo, mientras que en el
grupo experimental de grabados, se realizó sobre hueso,
preferentemente de vacuno, utilizando buriles de sílex. En
cada una de las piezas de hueso se grabaron cuatro figuras.
La recogida de la muestra realizó durante 15 años.
Variables
La primera fase del estudio consistió en reducir las 271
figuras arqueológicas y experimentales a una escala de 14
cm de fauces a nalga (Photoshop 6.0) y, en segundo lugar,
a la medición de las variables mediante un metro. Cada
figura fue analizada mediante un modelo de 20 variables
que describían los puntos de línea del contorno de las partes
estables de la figura de caballo: tren delantero, tronco y tren
trasero. Se omitió el estudio de las partes móviles, cabeza,
extremo del cuello, extremidades y colas, en razón de que
no siempre están presentes en las figuras paleolíticas. Por
otro lado, en el presente estudio se presentan los resultados
relacionados con el control de los efectos que tenían sobre
la representación de la figura las siguientes variables: el
nivel de destreza (dibujos de artistas profesionales frente
a estudiantes de Psicología) y el tipo de representación
(grabados y dibujos arqueológicos). Asimismo, se controlaron
otras variables que no aparecen descritas en este artículo:
número de modelos de copia en el grupo experimental (un
modelo frente a cuatro modelos) o el tipo de representación
en el grupo experimental (grabados y dibujos experimentales
del grupo de artistas profesionales).
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO y Imanol AMAYRA CARO
Procedimiento
El procedimiento seguido para la selección de los
participantes y de las 20 variables que describen la anatomía
y su medición aparece descrito en el artículo de este libro,
La forma del dibujo figurativo paleolítico a través de la
experimentación: determinación de la validez de un modelo de
análisis de la figura a través de la estadística y la psicología
cognitiva.
Una vez seleccionados los participantes y efectuadas las
medidas de cada una de las veinte variables, se procedió a
la realización del diseño a partir de cuatro fases. La primera
consistió en identificar a un grupo de artistas profesionales a
partir de las mediciones de las variables 60 copias en grabado
sobre costilla realizadas durante el periodo 10 años y de 60
figuras dibujadas con carboncillo durante el periodo de un
año. En los dos casos, los autores profesionales realizaron
reproducciones de una figura de caballo paleolítica (caballo
chino de Lascaux). Relacionado con esto, se ha tratado de
determinar las diferencias intraindividuales e intergrupales a
partir de los valores medios de ambas muestras, grabados y
dibujados, con el fin de establecer el grado de homogeneidad
de las representaciones. La segunda fase, consistió en la
identificación de los artistas profesionales y estudiantes
a partir de las reproducciones de dibujo que realizaron de
una figura de caballo paleolítica (caballo chino de Lascaux).
La tercera fase consistió en la identificación de los artistas
paleolíticos a partir de un total de 35 representaciones en
forma de grabado y 35 en forma de dibujo.
El criterio seguido en la selección del número de variables
del total de 20 utilizadas para la identificación de autores en
los tres estudios fue el de emplear las variables con mayor
valor discriminante obtenidas de los análisis inferenciales
de diferencias de medias intra e intergrupales. En el caso
de los representaciones de artistas paleolíticos, el criterio
de discriminación fue doble, por un lado, identificar las
diferencias en el total de las variables en función del tipo
de material y técnica (grabado frente a dibujo), por otro,
identificar las diferencias en el total de las variables en
función de su procedencia geográfica. Por último, mencionar
que en el estudio participaron dos investigadores y que el
procedimiento seguido fue el de ciego simple en el caso de
las representaciones de figuras paleolíticas y de los artistas
profesionales, es decir, uno de los investigadores desconocía
las figuras.
Métodos estadísticos
A fin de establecer diferencias intragrupales e
integrupales, se aplicó un Análisis de la Varianza Unifactorial
(Oneway) con la prueba de contraste DMS (p<0,05) en cada
una de las variables con el fin de identificar cuáles son más
discriminantes entre las submuestras (ver Apellániz y Amayra
2008). Por último, se aplicó el método de Escalamiento
Multidimensional Métrico (EMD-M) dirigido a identificar
dimensiones subyacentes significativas que permitían explicar
semejanzas y diferencias entre las figuras. Los indicadores
analizados fueron los siguientes: Stress de Kruskal (S-K),
correlación múltiple al cuadrado (RSQ=0,80-0,99) y análisis
de las dimensiones y de la configuración de estímulos
derivadas en el modelo de distancia euclidea. En tal sentido,
se presupone que a mayor cercanía entre los puntos, en
este caso figuras, dentro de cada uno de los cuadrantes,
mayor probabilidad de que sean similares y al contrario, a
menor cercanía entre los puntos, menor probabilidad de que
sean similares. Por otra parte, los puntos que se encuentran
dentro de la misma línea horizontal, en el mismo cuadrante
o límites entre cuadrantes y mayor cercanía, presentan el
mayor grado de similitud.
Mientras que en el caso de los sujetos experimentales
se ha optado por representar cada una de las figuras en
forma de cifras (1-60 o 1-70), dado el elevado número de
figuras que dificultaría la comprensión posterior, en el caso
de las muestras arqueológicas, menos numerosas que las
experimentales, se han sustituido los números por figuras.
Resultados
Respecto al grupo experimental, uno de los primeros
resultados confirmó la fiabilidad del método de las 20
variables, estimado mediante EMD-M, en la identificación
de grupos de autores experimentales que realizaron los
grabados en hueso (10 figuras por autor) y diez reproducciones
dibujadas. Como puede apreciarse en la figura 1, el grado de
precisión permitió identificar a cada autor en función de sus
obras a partir de la cercanía en los puntos de la distribución
(S-K=0,211; RSQ=0,86113).
En segundo lugar, fue posible identificar el nivel de
destreza cuando se comparó a dos grupos de autores en
las mismas variables. Mientras que los menos expertos
presentaban mayor heterogeneidad, los menos expertos
fueron más homogéneos (S-K=0,211; RSQ=0,86) (Fig.2).
Respecto al grupo arqueológico, los análisis estadísticos
de EMD-M se realizaron sobre el total de variables
discriminantes resultantes de un estudio previo con
ANOVA en el que se analiza la interacción estadística
273
La atribución de la autoría a partir del análisis de la forma del dibujo figurativo paleolítico y experimental: Aplicación de un modelo de escalamiento multidimensional
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXII
Figura 1. Identificación de la autoría en una muestra de seis artistas y/o profesionales (10 figuras por autor) mediante EMD-M. Copia en dibujo
del “caballo chino” de Lascaux.
resultante del tipo de técnica por procedencia geográfica
(2x3). Las variables discriminantes obtenidas fueron 11
(variables:1,2,5,6,7,8,10,12,13,15 y 20). De esta forma es
posible apreciar similitudes (figura 3) apreciables a través
de las que se identificaron grupos de grabados de caballo
de las cuevas de Lascaux, Combarelles, El Buxu, Trois Feres
y Hornos de la Peña (S-K=0,23; RSQ=0,795). Asimismo,
el modelo permite establecer similitudes formales entre
grabados de Combarelles-Lascaux-Trois Feres-El Buxu,
mientras que la distancia de estos con los de Hornos de la
Peña, el Castillo y Tito Bustillo es significativa.
En el grupo de dibujos arqueológicos se identificaron
agrupaciones entre las figuras de las cuevas de Ekain, Le
Portel, Niaux, Rouffignac y El Castillo (S-K=0,19; RSQ=0,87).
Ver figura 4.
Conclusiones
El método de 20 variables presenta una adecuada
fiabilidad y poder predictivo en los diferentes niveles de
análisis del presente estudio. En primer lugar, es capaz de
detectar las variaciones intraindividuales e intragrupales
274
de las representaciones de un mismo autor experimental.
En el caso de los artistas profesionales, se pudo detectar un
mayor grado de variabilidad intraindividual de autores, como
Frutos y García, que habían recibido una formación artística
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO y Imanol AMAYRA CARO
Figura 2. Identificación de grupos de autores en función de su nivel de formación mediante EMD-M. Copia en dibujo del “caballo chino” de Lascaux.
N=35 expertos y N=35 estudiantes
muy similar, pero inferior en general que los restantes, y que
comparten lazos de parentesco. En el resto de los autores es
posible identificar sus representaciones con mayor dificultad
por la elevada homogeneidad estadística de las medias en las
veinte variables. Entre las razones que explican esto último,
quizá la más relevante tenga que ver con la circunstancia de
que las figuras fueron repetidamente reproducidas por los seis
autores durante un periodo de 10 años, lo que favoreció una
mayor constancia o semejanza formal y, en segundo lugar,
el elevado número de figuras analizadas parece dificultar
su reconocimiento dentro del espacio bidimensional. Esta
dificultad de reconocimiento es dependiente del elevado
número de figuras que deben representarse en un espacio
gráfico reducido, lo que produce el efecto óptico de mayor
homogeneidad. A pesar de la elevada homogeneidad y del
aparente grado de solapamiento, estos factores no impidieron
su reconocimiento.
En segundo lugar, el EMD-M permite identificar a grupos
de autores a partir de su nivel de formación y/o pericia. Los
artistas profesionales presentaron una mayor homogeneidad
que los estudiantes. Este hecho también puede ser atribuible,
en parte, por la mayor familiaridad con la figura del grupo de
profesionales. Mientras que estos últimos se perfeccionaron
en su reproducción durante un periodo de 10 años, los
estudiantes no conocían el modelo y tuvieron que copiarlo
durante un breve periodo, 10 a 15 minutos. No obstante,
algunas de las figuras de los artistas y/o profesionales se
asemejan a las de los estudiantes, son las de los artistas
y/o profesionales con menor experiencia en el dibujo. Esto
confirma el valor predictivo del modelo a la hora de establecer
diferencias en función del nivel de pericia.
Respecto a las figuras del Paleolítico Superior, el menor
número en cada una de las dos condiciones, grabados y
dibujados, permite una mejor representación dentro del
espacio bidimensional. El modelo de veinte variables
permite identificar con cierta facilidad a grupos de figuras
pertenecientes a las mismas cuevas y entornos geográficos.
Respecto al grupo de grabados, es más heterogéneo a
nivel estadístico que el grupo de dibujos, lo que favorece el
reconocimiento de grupos de figuras. El estudio estadístico
275
La atribución de la autoría a partir del análisis de la forma del dibujo figurativo paleolítico y experimental: Aplicación de un modelo de escalamiento multidimensional
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXII
Figura 3. Identificación de grupos de autores de grabados paleolíticos mediante EMD-M
permite concluir que es posible diferenciar a las figuras según
su localización geográfica. A excepción de dos figuras de
El Buxu, el resto de las figuras se sitúan en coordenadas
comunes: izquierda frente a derecha, que es donde se detecta
la mayor variabilidad. Según esto, las figuras del ámbito
geográfico francés se proyectan preferentemente sobre el
lado izquierdo del espacio bidimensional frente a las figuras
del ámbito español que se proyectan sobre el lado derecho.
Un análisis previo (Apellániz y Amayra 2008) detectó que
en la muestra total de figuras paleolíticas –grabadas y
dibujadas- estas diferencias entre zonas geográficas son
menores, puesto que afectan a cuatro variables del total de
veinte (variables 5,6,7, y 20). De las cuatro variables sólo la
20 permite establecer diferencias dentro del grupo francés
(Perigord versus Pirineos), en las tres restantes, es el grupo
del Cántábrico el que presenta diferencias. Todo ello revela
la homogeneidad de la muestra de grabados.
276
Respecto a la muestra de figuras dibujadas del Paleolítico
Superior, el nivel de homogeneidad estadístico es superior al
de los grabados. Este mismo hecho fue apreciado también
en la muestra experimental al comparar los valores medios
de las veinte variables en grabados y dibujos (Apellániz y
Amayra 2008).
El grado de homogeneidad de las figuras dibujadas
permite un reconocimiento más dificultoso de su procedencia.
En cualquier caso, se detecta una mayor regularidad en
algunos grupos, como es el caso de Ekain o Le Portel. En otros
casos, como Niaux se advierten la formación de grupos de
figuras que presentan cierta independencia, a pesar de ello
mantienen en común su relativa cercanía a las de Ekain. Por
último, es posible detectar, respectivamente, semejanzas
en las figuras de cuevas de El Castillo o Pech-Merle. Sin
embargo, esta observación está pendiente de confirmación
debido al reducido número de figuras que las conforman.
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO y Imanol AMAYRA CARO
Figura 4. Identificación de grupos de autores de grabados paleolíticos mediante EMD-M. N=35
Sería necesario en posteriores estudios incrementar su
representatividad. Finalmente, una observación coincidente en
el grupo de grabados y dibujos es el grado de heterogeneidad
máxima que presenta el colectivo de figuras de Lascaux,
actuando como outliers o aberrantes.
Si se analizan conjuntamente, el grado de homogeneidad
de las figuras paleolíticas llega a ser similar al de las figuras
realizadas por artistas profesionales que reprodujeron
sistemáticamente una sola copia. Este hecho ya ha sido
apuntado en otros estudios por parte de los autores, lo
que nos lleva a concluir la no existencia de características
formales exclusivas de un tiempo y que, si bien es posible
identificar grupos de autores de figuras con grandes
semejanzas formales, este criterio no parece suficiente
para establecer la individualidad de la autoría. Es preciso,
por tanto, ensayar nuevas metodologías dirigidas a analizar
otras variables que añadan mayor validez predictiva. Entre
ellas sugerimos el estudio de las características del trazado
y del trazo, a la manera en que fue analizado por Apellániz,
Ruiz Idarraga y Amayra (2002). Por otro lado, en un reciente
estudio pendiente de publicación se analizan otras variables
que no pudieron ser evaluadas en el presente estudio. En
concreto, la secuencia y dirección del trazado y el número
de segmentos que indican los autores experimentales en
su representación.
Por último, cabría hacer un breve comentario respecto a
las limitaciones del presente estudio. Parecería recomendable
la inclusión de un mayor número de figuras de algunas cuevas
que en el presente estudio están infrarrepresentadas e incluir,
si esto fuera posible, tanto en la condición de grabados,
como de dibujos, el mismo número de representaciones
procedentes de la misma cueva como forma de establecer
criterios de autoría. En el estudio realizado, tan sólo las
figuras de Lascaux estaban presentes en las dos condiciones.
277
La atribución de la autoría a partir del análisis de la forma del dibujo figurativo paleolítico y experimental: Aplicación de un modelo de escalamiento multidimensional
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXII
Bibliografía
APELLÁNIZ, J.M. (1991): Modelo de análisis de la autoría en el
arte figurativo del Paleolítico. Universidad de Deusto. Bilbao.
APELLÁNIZ, J.M.; RUIZ IDARRAGA, R.; AMAYRA, I. (2002):
La autoría y la experimentación en el arte decorativo del
Paleolítico. La atribución de autoría contrastada con la
experimentación y la estructura lógica de la hipótesis.
Universidad de Deusto. Bilbao
APELLANIZ, J.M.; AMAYRA, I. (2008): La forma del dibujo
figurativo paleolítico a través de la experimentación: Una
aproximación desde la Prehistoria y la Psicología cognitiva.
Universidad de Deusto. Bilbao.
BREUIL, H. (1952): Quatre cents siècles d´art parietal. Centre
d´Etudes de la Documentation Préhistorique. Montignac.
FRIEDLÄNDER, M.J. (1949): El arte y sus secretos. Juventud.
Barcelona.
LEROI-GOURHAN, A. (1995): La Préhistoire de l’Art Occidental.
Citadelles-Mazenod. Paris.
278
Imanol AMAYRA CARO y Juan M. APELLÁNIZ CASTOVIEJO
- XXXIII La forma del dibujo figurativo paleolítico a través
de la experimentación: determinación de la validez
de un modelo de análisis de la figura a través de la
estadística y la psicología cognitiva
Imanol AMAYRA CARO* y Juan M. APELLÁNIZ CASTOVIEJO**
* Departamento de Psicología. Universidad de Deusto. ** Departamento de Historia. Universidad de Deusto.
Resumen
El artículo describe la validez de un método de análisis de
la forma de la figura paleolítica a través de la fragmentación
del contorno. La hipótesis planteada es que la deconstrucción
de la forma es un método adecuado para identificar el
fenómeno de la invarianza gráfica y reconocer estilos
cognitivos característicos que identifican a autores o grupos de
autores. Para ello, se seleccionó una muestra de 271 figuras
de autores experimentales (N=201) y paleolíticas (Paleolítico
Superior; N=70) de grabados y dibujos. La totalidad de las
Palabras clave:
figuras experimentales y paleolíticas son representaciones
de caballo y fueron normalizadas mediante una escala de
14 cm. Se aplicaron estadísticos inferenciales multivariables
mediante el método de componentes principales. Los
resultados confirman el fenómeno de la invarianza gráfica en
la muestra paleolítica y un estilo cognitivo de representación
de tipo secuencial y analógico muy similar al de los artistas
y/o s profesionales más experimentados.
Arte Paleolítico, Segmentación, Validez Factorial, Psicología Cognitiva.
Abstract
The paper describes the validity of a method for analyzing
the shape of the Paleolithic figure through the fragmentation
of the contour. The hypothesis is that the deconstruction of
form is an appropriate method to identify the phenomenon
of graphic and recognize invariant characteristic cognitive
styles that identify authors or groups of authors. For this
purpose, we selected 271 figures of experimental authors (N
= 201) and Palaeolithic (Upper Paleolithic, N = 70) of prints
Key words:
and drawings. All the figures are experimental and Paleolithic
representations of horses and were normalized on a scale of
14 cm. Multivariable inferential statistics were applied using
the method of principal components. The results confirm the
phenomenon of invariance shown graphically in Paleolithic
and a cognitive style of representation of sequential and
analog type very similar to the artists and professionals.
Paleolithic Art, Segmentation, Factorial Validity, Cognitive Psychology.
Introducción
El contorno de las figuras paleolíticas puede ser medido
y comparado gracias a diferentes procedimientos de
segmentación de sus partes. El análisis de los componentes
de las figuras paleolíticas es posible mediante el estudio de
las líneas de cambio que establecen los límites de zonas del
contorno. Esta metodología comenzó a desarrollarse desde
la década de 1950 por parte de psicólogos experimentales
que analizaban la percepción de la forma (Attneave y Arnoult
1956; Hoffman y Richards 1984; Biederman 1987; De Winter
y Wagemans 2006 ) y de arqueólogos (Apellániz 1987). Los
puntos de curvatura pueden servir para distinguir las zonas
convexas (curvatura positiva), donde se produce una mayor
279
La forma del dibujo figurativo paleolítico a través de la experimentación: Determinación de la validez de un modelo de análisis de la figura a través de la estadística y la psicología cognitiva
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXIII
frecuencia de la fragmentación, de las cóncavas (curvatura
negativa), donde la probabilidad de fragmentación es menor.
El conjunto de relaciones estables que conectan la
estructura de las partes o zonas de segmentación es
denominado “invarianza gráfica”. Tales relaciones parecen
preservadas cuando el objeto está sujeto a variaciones
(técnica de representación, superficie de la representación
o perspectiva). Un ejemplo de invarianza gráfica en la forma
paleolítica sería el predominio en el empleo de siluetas y/o
esbozos en perfil o el contorno cérvico-dorsal como rango
distintivo. La invarianza es un ejemplo de cómo se agrupan las
unidades de información (ej.: cabeza, tronco y extremidades)
y cómo se disponen para formar un percepto ordenado (ej.:
figura de caballo). Este proceso de agrupación gráfica puede
ser utilizado como indicador de validez (Apellániz y Amayra
2008). En relación con esto, la manera en que uno o más
atributos (segmentos de la figura) se relacionan entre sí puede
servir como medio para entender mejor la forma gráfica total
y los diferentes conceptos, cánones o constructos mentales
que subyacen al proceso de representación.
Partiendo de estas evidencias, el presente estudio
propone un modelo tentativo de variables que segmentan
la anatomía del animal y permiten normalizar y establecer
comparaciones entre diferentes figuras. Se pretende, en
primer lugar, ampliar el estudio de la forma del contorno,
perfeccionando el modelo propuesto por Apellániz (1984) y
Apellániz y Calvo (1999), mediante un sistema de agrupación
de las partes de la figura paleolítica (Paleolítico Superior) y
experimental. En segundo lugar, estudiar el significado de las
diferencias de la representación de las formas a lo largo de
un amplio período del Paleolítico Superior como medio para
reconocer los esquemas o imágenes mentales que guiaron
a los paleolíticos en sus realizaciones artísticas.
Método
Hipótesis
A partir de los objetivos señalados, formulamos diferentes
hipótesis dirigidas a comprobar la validez. La primera, que la
forma no puede ser comprendida exclusivamente de manera
macroscópica sino sobre todo mediante la aplicación de
métodos estadísticos que permiten deconstruir sus partes
y determinar el grado de semejanza o desemejanza entre
las figuras. La segunda, se plantea la existencia de un solo
estilo (invarianza gráfica) resultante de la combinación
aleatoria de elevaciones, depresiones y desplazamientos
de todas las partes de la figura sobre el eje (Apellániz y
Calvo 1999). Por último, que la construcción de las formas
de las figuras alude a mecanismos cognitivos específicos
de representación mental.
Muestra
Con el fin de establecer la supuesta existencia de una
invarianza gráfica, se seleccionó una muestra de 271 figuras
de caballo distribuidas en dos submuestras: una submuestra
de figuras del Paleolítico Superior y una submuestra de
figuras experimentales. La elección de figuras de caballo
se llevó a cabo por ser una de las más frecuentes entre las
representaciones paleolíticas. La submuestra de figuras del
Paleolítico Superior estaba integrada de 35 figuras grabadas
arqueológicas (Tito Bustillo, El Buxu, Le Portel, Tríos Feres,
Lascaux, Les Combarelles y Hornos de la Peña) y 35 figuras
dibujadas (Ekain, Las Monedas, Tito Bustillo, Niaux, Le Portel,
Roufignac, Las Monedas, La Pasiega, El Castillo, Pech-Merle
y Lascaux). La submuestra de figuras experimentales estaba
280
integrada de 35 figuras copiadas en grabado en hueso por
artistas y/o profesionales, 35 figuras copiadas dibujadas
por artistas y/o profesionales, 35 figuras copiadas en dibujo
de un modelo de caballo por estudiantes de Psicología,
35 Figuras copiadas en dibujo eligiendo un modelo entre
cuatro figuras paleolíticas por estudiantes de Psicología,
30 figuras inventadas en dibujo a partir de una muestra de
70 figuras de caballo paleolíticas (alumnos Bellas Artes-no
especializados) y 31 figuras inventadas en dibujo (alumnos
Bellas Artes-especializados).
Variables
Cada figura fue analizada mediante un modelo de 20
variables que describían los puntos de línea del contorno
de las partes estables de la figura de caballo gracias a
que todas aparecen representadas en actitud estática y
perspectiva lateral: tren delantero, tronco y tren trasero. Se
omitió el estudio de las partes móviles, cabeza, extremo del
cuello, extremidades y colas, en razón de que no siempre
están presentes en las figuras paleolíticas
Instrumentos
Las copias dibujadas se realizaron en una hoja Canson
Miteintes nº 111 (30 x 40 y 50 x 60) utilizando carboncillo,
mientras que en el grupo experimental de grabados, se realizó
sobre hueso, preferentemente de vacuno, utilizando buriles
de sílex. En cada una de las piezas de hueso se grabaron
cuatro figuras.
Imanol AMAYRA CARO y Juan M. APELLÁNIZ CASTOVIEJO
Procedimiento
La primera fase del estudio consistió en recabar una
muestra significativa de 271 figuras de caballo del Paleolítico
Superior y de figuras experimentales distribuida en ocho
submuestras homogéneas que oscilan entre 30 y 35 figuras. La
selección se realizó sobre una muestra inicial de 625 figuras
del grupo arqueológico y experimental a través de un doble
procedimiento: al azar y jueces. La elección de la muestra
experimental obedeció a la necesidad de aproximarnos a
algunas de las hipotéticas condiciones en las que se produjo
la representación paleolítica y su posible influencia sobre la
forma: a) el tipo de producción (copia o invención) a través de
la copia tanto en dibujo como en grabado y de la invención
en dibujo; b) El tipo de material y técnica: copiar grabando
en costilla y dibujar con carboncillo; c) El grado de pericia:
copiar y/o inventar la figura por personas de diferente
formación y experiencia (universitarios de Psicología, de
Bellas Artes, aficionados libres y profesionales); d) El número
de copias que un mismo autor puede realizar (una sola vez
o en series de 10); e) el número de modelos que sirven de
inspiración (copiar de uno propuesto, de uno elegido entre
cuatro modelos o inventar sobre 70); f) El tiempo: dibujar
en tiempo breve o largo.
En la muestra de figuras del Paleolítico Superior, el
criterio seguido fue seleccionar una muestra incidental de
figuras de caballo completas cuyo contorno fuese fácilmente
reproducible, tanto de figuras grabadas (muestra primera),
como de dibujadas (muestra segunda).
En el caso de la muestra experimental estuvo integrada
por diferentes submuestras y experimentos. La primera,
integrada por un grupo de seis profesionales, que realizó
una media de diez figuras grabadas en hueso durante un
período de 10 años. Cada una de las copias se inspiró en el
“caballo chino” de Lascaux. El experimento consistió en grabar
dos figuras en cada una de las caras de una pieza de hueso
utilizando buriles diedros de sílex. Previo al experimento
citado, se realizó una fase de adiestramiento consistente
en grabar la figura de Lascaux sobre pizarra, pasando luego
a la caliza de distintos grados de dureza.
El objetivo perseguido en la muestra de grabadores fue
analizar las variaciones experimentadas en la representación
de la figura durante el periodo antes señalado. La segunda
muestra estuvo integrada por el grupo de grabadores que
en esta ocasión repitieron la prueba del grabado en dibujo,
copiando el mismo modelo que habían grabado sobre una
cartulina rugosa Canson Miteintes nº 111 (formato A4) con
carboncillo. La tercera muestra, integrada por estudiantes
de Psicología de la Universidad de Deusto, realizó una copia
de dibujo del “caballo chino” de Lascaux sobre una cartulina
rugosa Canson Miteintes nº 111 (formato A4) con carboncillo.
El experimento duró entre 10 y 15 minutos. La selección de
esta muestra se realizó tras una fase de adiestramiento
consistente en la copia de un bifaz antiguo de Olduwai,
prueba en la que pudieron corregir sus errores. Los 35 más
aptos en esta reproducción fueron seleccionados por cuatro
jueces. La cuarta muestra estuvo integrada por estudiantes
de Psicología que realizaron una copia dibujada de una figura
elegida entre cuatro modelos de caballo (Apellániz y Amayra
2008: 75) que iban de lo más realista a lo más esquemático:
Tito Bustillo, Lascaux. El Castillo y Hornos de la Peña. El
criterio de selección fue idéntico al de la muestra anterior.
La quinta muestra estuvo integrada por alumnos de
la Facultad de Bellas Artes de la UPV que inventaron ,
tras la contemplación de un total de 70 figuras de caballo
paleolíticas, una figura de caballo. Los materiales con los
que se realizó la prueba fueron los mismos que en el caso de
los grabadores y alumnos de Psicología, sólo que el formato
A4 utilizado hasta entonces fue sustituido por una cartulina
Canson Miteints nº 111 (50x65). La sexta y última muestra
estuvo integrada por estudiantes de Bellas Artes que, sin
referencia de ningún modelo previo, inventaron una figura
de caballo. Los materiales empleados fueron los mismos
que en la muestra anteriormente citada.
La segunda fase del estudio consistió en medir cada una
de las 271 figuras mediante un método propio inspirado en
las aportaciones de Hoffman y Richards (1984), Apellaniz
(1987), Apellániz y Calvo (1999) y Bertamini y Farrant
(2005). El procedimiento se aplicó a las dos dimensiones
del plano (longitud y altura) y a las áreas dorsal-ventral y
anterior-posterior, obteniendo una muestra representativa
de los puntos del contorno de la figura del animal, trazando
a través de ellos líneas ortogonales a un eje que describía
la totalidad de la figura menos la cabeza.
Respecto a la dimensión de la longitud, las mediciones se
realizaron desde el punto más posterior de la figura al punto
más anterior. En el presente caso, trazando una línea que
recorre desde el saliente mayor de la nalga hasta el punto
central del pliegue de las fauces. Este segmento, a su vez,
integra otros cuatro segmentos menores correspondientes
a zonas anatómicas del cuarto trasero, tronco y cuello.
Respecto a la dimensión de la anchura y, a partir de las
convexidades y concavidades y de los puntos naturales en
los que se aprecia un cambio de dirección, se tendieron
líneas verticales que conectaban un punto el pliegue dorsal
con un punto del pliegue ventral. En resumen, se trazaron
un total de 20 líneas o variables: 5 variables en el plano de
longitud (variables 1, 3,5, 13, 15 y 20) y 15 variables en el
plano de anchura (variables 2,4,6,7,8,9,10,11,12,14,16,17,1
8 y 19) ortogonales al segmento horizontal (Fig. 1). De esta
manera se midió la proporción de todas y cada una de las
partes de las figuras representadas.
281
La forma del dibujo figurativo paleolítico a través de la experimentación: Determinación de la validez de un modelo de análisis de la figura a través de la estadística y la psicología cognitiva
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXIII
Figura 1. Modelo de veinte variables en una copia en grabado del “caballo chino” de Lascaux
La tercera fase del estudio consistió en reducir las figuras
a una escala de 14 cm de fauces a nalga (Photoshop 6.0) y,
en segundo lugar, a la medición de las variables mediante
un metro. La estandarización o normalización tenía como
objetivo reducir el error de medida y las diferencias de
tamaño entre las ocho series de figuras.
Métodos estadísticos
Previo al análisis estadístico multivariable, dirigido a
identificar la validez del método de las 20 variables, se
procedió a determinar la normalidad estadística mediante
la prueba de Kolmogorov-Smirnov (K-S>0,05; índice de
normalidad). Posteriormente, se empleó el Método de
Componentes Principales (MCP) como prueba de validez
de constructo para la determinación de diferencias en
la estructura factorial de los subgrupos arqueológicos
y experimentales. Los indicadores seguidos fueron los
siguientes: Rotación Varimax (25 iteraciones), índice KMO
(0,70 o superior), 2 BARLETT, valores propios igual o mayor
a 1, porcentaje de la varianza y saturaciones en factor
superiores a 0,40 en cada factor. El análisis se realizó con la
muestra total (N=271), con una muestra equivalente de figuras
arqueológicas y experimentales (N=140; 70 arqueológicas
y 70 experimentales) y con cada una de las submuestras.
En este último caso, y dado el reducido tamaño de las ocho
muestras, la aplicación del análisis factorial tuvo carácter
tentativo. Finalmente, se realizaron análisis de la varianza
unifactorial dirigidos a comparar las medias de las veinte
variables, si bien no se incluyen en el presente artículo.
Resultados
Una vez comprobada la normalidad estadística de las
variables, el primer análisis efectuado fue el de la validez
factorial. En el caso de la muestra total (N=271), presentó
un índice KMO=0,824 y χ 2 (190)=44491,34 (p<0,0001),
saturaciones superiores a 0,40 y predominancia de factores
puros, a excepción de una variable. El MCP identificó cinco
componentes que explican el 76,59% de la varianza: tronco,
cuello, cuarto trasero interno, longitud de la figura hasta el
282
borde del tren delantero y cuarto trasero externo. Esta misma
estructura factorial se reprodujo en la siguiente muestra
(N=140) con un porcentaje ligeramente superior: 79,71%. En
este último caso, el índice KMO=0,825, χ2 (190)= 3711,380
(p<0,0001), las saturaciones fueron superiores a 0,50 y se
apreció predominancia de factores puros, a excepción de
dos variables.
Imanol AMAYRA CARO y Juan M. APELLÁNIZ CASTOVIEJO
Tabla 1. Análisis Factorial de una muestra de 140 figuraS experimentales. Porcentajes de la varianza: Factor 1: Tronco (36,72%); b. Factor 2: Cuello (20,13%);
c. Factor 3: Cuarto trasero interno (9,15%); d. Factor 4: Longitud de la figura hasta el borde del tren delantero (8,18%); e. Factor 5: Cuarto trasero externo (5,52%)
El análisis factorial de las figuras paleolíticas (N=70),
presentó un índice KMO=0,779, χ2 (190)=1364,67 (p<0,0001),
saturaciones superiores a 0,40 y predominancia de factores
puros, a excepción de cuatro variables complejas que
saturaron en más de un factor (6, 7, 8 y 14) y un porcentaje
de la varianza del 79,65%. El análisis identificó cinco
componentes representativos de la anatomía del animal.
Cuando se desagregó la muestra paleolítica en dos
submuestras, grabados y dibujados, el análisis factorial
reveló en el grupo de los dibujados (N=35) un índice KMO=0,
717, χ2 (190)=735,84 (p<0,0001), saturaciones superiores a
0,40, predominancia de factores puros y un porcentaje de la
varianza del 82,98%. En el caso del subgrupo de grabados
paleolítico, el índice KMO=0,519 fue de carácter modesto,
χ2 (190)= 676,316 y un 85,15% de la varianza explicada. Del
resto de las seis muestras experimentales, mencionar que
en el análisis factorial de cada una de ellas, a excepción
de los estudiantes de Psicología que copiaron una figura, el
índice KMO fue inferior a 0,70. Por otro lado, los componentes
factoriales no fueron coincidentes con los detectados en el
modelo de 271, 140 y 70 figuras.
Discusión y conclusiones
El presente estudio analiza mediante procedimientos
estadísticos la validez factorial de un modelo de 20 variables
o segmentos que describen la anatomía de la figura de
caballo. En relación con la primera hipótesis, los porcentajes
de la varianza y los indicadores de ajuste obtenidos con
las muestras heterogéneas de figuras paleolíticas y
experimentales (N=270 y N=140) demuestran la validez
del modelo de 20 variables, superando el 60%, calificado
como satisfactorio, lo que permite su aplicación posterior
a las submuestras. Estos estudios factoriales revelan que
las variables se agrupan en factores lógicos: tronco, cuello,
cuarto trasero interno, longitud de la figura hasta el tren
delantero y cuarto trasero externo.
Cuando se desagregan las muestras de figuras paleolíticas
y experimentales, se detecta una mayor variabilidad en las
soluciones factoriales. En el caso de las figuras paleolíticas
las soluciones factoriales son discretas, ortogonales y en
las que predominan las variables de factor puro. En síntesis,
coinciden a grandes rasgos con el modelo factorial obtenido
en las muestras heterogéneas de 271 y 140 figuras. Estos
datos parecen revelar un interés de los autores por reflejar
de forma precisa las partes del animal, según una disposición
ordenada y serial de los componentes de la figura. En cambio,
en el caso de las figuras experimentales, las soluciones
factoriales son más difusas y con menor predominio de
variables de factor puro. Esto parece indicar una tendencia
283
La forma del dibujo figurativo paleolítico a través de la experimentación: Determinación de la validez de un modelo de análisis de la figura a través de la estadística y la psicología cognitiva
B L O Q U E - II - . Capítulo XXXIII
holística a disgregar la figura, no siguiendo un patrón
secuencial en la ordenación de las partes de la anatomía y
mostrando una tendencia a relacionar partes distantes de la
anatomía del animal en un mismo perceptor. Por lo tanto, y
en relación a la segunda hipótesis formulada, los datos del
análisis factorial parecen revelar una mayor tendencia a la
homogeneidad del grupo paleolítico frente al experimental.
Los estudios sobre diferencias de medias posteriores
confirman una mayor homogeneidad del grupo arqueológico
respecto al grupo de profesionales en cuanto a los factores
que describen la figura, si bien es algo inferior en los valores
medios de las 20 variables. Este último hecho puede
atribuirse al efecto de la práctica del grupo de grabadores
que realizó diferentes copias de un mismo modelo durante
un periodo de 10 años y al tipo de reproducción, la copia de
un único modelo, que favorece una mayor homogeneidad.
En cambio, las diferencias del grupo arqueológico con los
restantes grupos experimentales, estudiantes de Psicología y
de Bellas Artes, son todavía mayores. El grupo arqueológico
es siempre más homogéneo que los diferentes grupos que
reprodujeron una copia a partir de un solo modelo, de cuatro
modelos o que realizaron una invención. Este hecho tiene
una difícil explicación ya que las formas de caballo del grupo
arqueológico (grabados y dibujados) son más variables
tanto en tamaño, disposición o estilo, oscilando desde lo
esquemático a lo figurativo.
En conjunto, la mayor homogeneidad de las figuras
paleolíticas analizadas, a pesar del amplio rango temporal
al que pertenecen (± 25.000 años), refleja un patrón
representacional más uniforme y policanónico (las variables
se agrupan en componentes relacionados con partes
discretas del animal). Este esquema parece revelar una
estrategia analógica, analítica, secuencial y fisioplástica.
Las partes se ordenan según una lógica, revelando invarianza
gráfica. En cambio, el grupo experimental, aunque en menor
grado los profesionales o expertos, presenta una mayor
Bibliografía
APELLÁNIZ, J.M. (1984): “L’auterur des grands taureaux de
Lascaux et ses succeseurs”. L’Anthropologie, 88 (4): 539-561.
arte figurativo paleolítico y su tratamiento estadístico”.
Universidad de Deusto. Bilbao.
APELLÁNIZ, J.M. (1987): “La Aplicación de técnicas estadísticas
al análisis iconográfico y al método de determinación de
autor”. Munibe, (39-40): 39-59.
APELLANIZ, J.M.; AMAYRA, I. (2008): La forma del dibujo figurativo
paleolítico a través de la experimentación. Universidad de
Deusto. Bilbao.
APELLÁNIZ, J.M. (1992): “Modele d’analyse d’un auteur de figures
de differentes speces. Le tube de Torre”. L’Anthropologie,
96 (2-3): 453-472.
Attneave, F. y Arnoult, M.D. (1956): “The quantitative study of shape
and pattern perception”. Psychological Bulletin, 53 (6): 452-471.
APELLÁNIZ, J.M.; CALVO GÓMEZ, F. (1999): “La forma del
arte paleolítico y la Estadística. Análisis de la forma del
284
heterogeneidad: las formas son menos canónicas, parecen
seguir una lógica proposicional o abstracta, similar a la
sinécdoque, donde una parte representa al todo. Este último
hecho puede ser atribuido a diferentes factores, desde
el menor conocimiento de la anatomía del animal hasta
por factores culturales o cognitivos. En el caso del grupo
paleolítico la forma de representación es parecida a la de
los expertos, tal y como han descrito diferentes psicólogos
cognitivos en sus estudios sobre las estrategias cognitivas
de artistas habilidosos (Miall y Tchalenko 2001; Seeley
y Kozbelt 2004). Este hecho cuestiona la tesis expuesta
por autores como Damerow (1998) o Humphrey (1999) que
vincula las formas gráficas del Paleolítico Superior con las
observadas en las etapas iniciales de la inteligencia infantil.
La sintaxis gráfica de las obras paleolíticas es compleja,
pero a la vez bien ordenada de acuerdo a una lógica que
refleja, en nuestra opinión, un estilo uniforme y una forma
de pensamiento preocupado por reflejar una realidad de
acuerdo a un precepto o norma, uno de los principios que
inspiran a las sociedades y a las culturas.
Por último cabe señalar las limitaciones del presente
estudio. En primer lugar, respecto a las muestras arqueológicas
no se ha podido replicar el modelo en figuras incompletas. Este
hecho nos hubiera permitido comparar el tipo de estrategia
cognitiva y nivel de pericia seguida en la segmentación de
la forma. En segundo lugar, parecería conveniente en futuros
estudios incluir otras formas de animales que son comunes
en las temáticas de las representaciones paleolíticas. En
tercer lugar, no se ha podido reproducir todas y cada una
de las situaciones en las que se generaron las figuras, como
entornos de cuevas, paredes o formas de grabado, que
hubieran reflejado de forma más fidedigna las condiciones
originales. Por último, hubiera sido interesante la inclusión
de participantes con una mayor familiaridad de las figuras
animales y de su anatomía.
BIERDERMAN, I. (1987): “Recognition by components: A theory
of human image understanding”. Psychological Review, 94:
115-147.
Imanol AMAYRA CARO y Juan M. APELLÁNIZ CASTOVIEJO
LEROI-GOURHAN, A. (1995). La Préhistoire de l’Art Occidental.
Paris.
KOZBELT, A. (2001): “Artists as experts in visual cognition”.
Visual Cognition, 8 (6): 705-723.
DAMEROW, P. (1998): “Prehistory and cognitive development”. En
J.Jonas (ed.): Piaget, evolution and development. Lawrence
Erlbaum, Nueva Jersey.
MIALL, R.C.; TCHALENKO, J. (2001): “A painter´s eye movements:
A study of eye and hand movement during portrait drawing”.
Leonardo, 31 (1): 35-40.
DE WINTER, J.; WAGEMANS, J. (2006): “Segmentation of
object outlines into parts: A large-scale integrative study”.
Cognition, 99: 275-325.
SEELEY,W.P.; KOZBELT, A. (2004): “A visuomotor skill model
for artists´advantages in drawing,visual analysis and form
recognition”. En J.P. Frois, P.Andrade y J.F. Marques (eds.).
Art and science : Proceedings of the XVII Congress of the
International Association of Empirical Aesthetics (Lisboa):
645-648.
HOFFMAN, D.D.; RICHARDS, W.A. (1984). “Parts of recognition”.
Cognition, 18 (1-3): 65-96.
HUMPHREY, N. (1998): “Cave art, autism and the evolution of
the human mind”. Cambridge Archaeological Journal”, 8
(2): 165-191.
285
B L O Q U E
- III -
Experimentación sobre estructuras arquitectónicas,
la formación del registro y tafonomía
Margarita ORFILA PONS
- XXXIV Arqueología experimental aplicada al urbanismo.
Un procedimiento para trazar y orientar
estructuras ortogonales en época romana
Margarita ORFILA PONS
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Resumen
La orientación, en época romana, de los trazados urbanos,
parcelaciones rurales, etc., hacia los puntos cardinales, tal
como se aconseja en las fuentes literarias, no siempre se
cumplió. Factores de tipo orográfico, vientos reinantes, etc.,
impidieron ese hecho. Históricamente se ha interpretado de
Palabras clave:
diversas maneras el cómo se resolvía topográficamente ese
giro dado a las estructuras. En este trabajo se presenta un
procedimiento estandarizado para llevar a cargo esa acción,
basada en la triangulación.
Orientación, estructuras ortogonales, ritos de fundación, trazados urbanos, parcelaciones rurales.
Abstract
In the Roman era, the orientation of urban layouts and the
division of rural land into plots towards the cardinal points,
as indicated in the literary sources, was not always achieved.
Factors such as the nature of the terrain and the prevailing
Key words:
winds etc. prevented it. Historically, how that turn given to
structures was resolved topographically has been interpreted
in different ways. This work presents a standardized procedure
to carry out that action based on triangulation.
Orientation, orthogonal structures, rites of foundation, city layout, rural subdivisions.
Introducción
En época romana a cualquier acto oficial le precedía una
consulta a los designios de los dioses, el fundamentum rei
publicae que indican las fuentes literarias. Con esa acción
se pretendía no romper la llamada pax deorum, el equilibrio
entre lo divino y lo humano. ¿Qué mas importante que
fundar una ciudad? Cómo no, cuando se creaba un nuevo
establecimiento era imprescindible la “sacralización” de
ese espacio que el hombre iba a habitar. Es por ello que
se señalaba el pomerium siguiendo unos ritos marcados
desde, el sector de la religión romana vinculada a los actos
fundacionales, la disciplina auguralis, especialmente aplicada
en la instauración de coloniae. Todo esto se desarrollaba a
través de un ceremonial, la inauguratio, que hay que verla
como el primer acto oficial romano en un territorio, tanto a
nivel de Estado, como en cuanto al cariz religioso. En esos
momentos el conditor o fundador auspiciante se convertía
en augur.
Según autores clásicos como Dionisio de Halicarnaso y
su Historia Antigua de Roma, Virgilio con la Eneida, Ovidio en
Fastos, Tito Livio con su Historia de Roma desde su fundación
(Ab Urbe Condita) o Varrón en De Lengua Latina, o Cicerón y
Plutarco, este último en Vida de Rómulo, el protocolo a seguir
en los actos que regían el proceso de creación de una ciudad,
especialmente descrito para la de Roma, contenía desde
localizar un lugar dedicado a la observación del cielo para
leer los signos enviados por los dioses, a la identificación del
solar adecuado para asentar un enclave, ya fuese una ciudad,
como un campamento, una parcelación rural, etc. (Catalano
289
Arqueología experimental aplicada al urbanismo. Un procedimiento para trazar y orientar estructuras ortogonales en época romana
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIV
1960; Magdelain 1976; Catalano 1978; Rykwert 1985: 1225 y 35-54; Linderski 1986; Mastrocinque 1998; Carandini
2000a y 2007: 37-53). En ese ceremonial uno de los procesos
era la plasmación sobre el suelo, por parte del augur, de un
diagrama representado mediante dos líneas que se cortan
perpendicularmente, insertadas dentro de una circunferencia.
Esas líneas señalaban los puntos cardinales. De esa manera
se reflejaba en tierra el templum caelestis, sacralizando así
el lugar. Un espacio dividido en cuatro partes, factible a su
vez de dividirse en doce, cada una de ellas correspondiente
a una divinidad, la que el augur mencionaría en el momento
de elegir la orientación precisa para la estructura a plasmar
en ese lugar.
Regularidad, estructuras geométricas conseguidas
mediante ángulos rectos, y referenciarlos según los puntos
cardinales, parece ser la base desde donde se desarrollaron
trazados urbanos o rurales en época romana. Cómo lograr
esas orientaciones, la línea Norte-Sur, reconocida ésta como
cardo, y Este-Oeste, el decumanus, en principio debía hacerse
con la ayuda del Sol. El recorrido que este astro realiza a lo
largo del día crea unas sombras que permiten plasmar sobre
el terreno los ejes cardinales. El instrumento utilizado para
proceder a esa operación era un gnomon. Son diversos los
escritos que narraron el uso de este instrumento. Vitruvio
lo describe en su Libro I, Cap. VII, 12 de Los Diez Libros de
Arquitectura, o de forma más explícita Higinio Gromatico
en De limitibus constituendis (170, 3-8 La=135, 1-6 Th). El
proceso que se seguía ha sido representado gráficamente,
entre otros, por Le Gall (1975: 304, fig. 304), Filippi (1983:
126, fig. 97), Haselberger (1999, fig. 3), Chouquer y Favory
(2001: 90, fig. 85-86) o Gottarelli (2003b: 157, fig. 4).
Y eso es lo que se ha hecho en la práctica, empíricamente,
siguiendo esas instrucciones.
Un gnomon estaba compuesto por un sciotherum, una
varilla de bronce, recta, y un círculo a su alrededor cuyo radio
es la altura de la varilla. Previo a clavar la vara sobre el suelo
se procedía a nivelar perfectamente esa superficie en donde
se marcar el círculo para así conseguir una perpendicularidad
perfecta. No siempre era fácil llevar a cabo esa acción, de
ahí que se sospeche que también se debía realizar sobre una
placa de mármol (Rykwert 1985: 43-44). Si se lleva a cabo
directamente sobre el terreno, esa superficie en donde se
marcará la circunferencia debe estar ligeramente apisonada,
de manera que ese surco que delimita el círculo sea lo más
fino y nítido posible, de esta manera se consigue trazas más
precisas. Por otra parte ayuda que el extremo de la varilla
sea lo mas puntiagudo posible.
A partir de ese momento entra el juego el Sol. Cuando
este astro, en el inicio del día, empieza a vislumbrarse en
el horizonte, la sombra que refleja la varilla es muy tenue
290
y alargada, sobrepasando con creces el círculo por si lado
Oeste; a medida que van pasando las horas esa sombra se
va acortando, además de hacerse mas corpórea e intensa.
En un momento determinado del día la longitud de la sombra
coincide con la del radio de la varilla y su cabeza, por tanto,
toca un punto del círculo marcado alrededor del sciotherum,
ese punto debe señalarse con un clavo. La sombra continúa
acortándose hasta el mediodía, momento a partir del cual
vuelve a crecer. De nuevo, en un momento de la tarde la
punta de la sombra vuelve a tocar la circunferencia, esta
vez en el lado Este. Se marca también ese segundo punto.
Es evidente que cuando más intensa es la luz solar, mayor
nitidez tendrá la sombra, y mas fácil va a ser reconocer en
que momento toca la punta de la sombra de la varilla la
circunferencia. La siguiente operación consiste en unir esos
dos puntos marcados en la circunferencia con un cordel y
sacar el centro entre ambos mediante bisectriz. Al unir ese
punto central con la varilla del centro de la circunferencia o
sciotherum se consigue una línea perpendicular a la obtenida
en primera instancia. Esas coordenadas están marcando
respectivamente los puntos cardinales, el Este-Oeste y el
Norte-Sur y, al mismo tiempo, están definiendo un espacio
dividido en cuatro partes iguales, reflejo del templum
caelestis. La línea norte-sur está señalando el Norte, o true
north para los anglosajones, el que se tuvo en cuenta en
época antigua, cuando no se utilizaba, porque no se conocía,
la brújula. Un norte que se puede señalar cada día y en donde
más convenga en relación a la obra que se esté construyendo.
La alineación de muchos edificios, planificaciones urbanas,
parcelarios rurales, etc., coincide con los ejes cardinales. Pero
se observa también que en muchas ocasiones esos trazados
ortogonales no coinciden con esa orientación ¿Por qué no
concuerdan con los ejes iniciales? Seguramente esos giros
se efectuaron para conseguir un buen funcionamiento de las
infraestructuras de la ciudad, adaptándolas a la orografía del
lugar. Vitruvio dejó claro, siguiendo la filosofía aristotélica,
de la importancia que tiene, a la hora de crear un nuevo
establecimiento, que el lugar elegido para asentarse fuese
saludable (salubritas) para sus habitantes, es decir, algo
elevado, no húmedo, con un clima templado, evitando los
vientos sobre sus habitantes, dado que si sus calles están en
la dirección de los mismos, al ser estrechas, se difundirían
con mayor violencia. Al orientarse las calles en sentido
opuesto, se amortigua así su efecto (Vitruvio, Diez Libros
de Arquitectura, Libro I, Cap. V,1). Deja claro Vitruvio que
los asentamientos no siempre iban a tener sus estructuras
orientadas a los puntos cardinales.
Pero, ¿qué norma, en época antigua, era la que regía a
la hora de desviarse de esas alineaciones iniciales?. Esa ha
sido una pregunta planteada desde hace tiempo por diversos
autores. Hace más de treinta años, un artículo sobre la
Margarita ORFILA PONS
orientación de las ciudades romanas firmado por Le Gall (1975)
ponía en duda, con buenos argumentos, la idea hasta entonces
comúnmente admitida de que la orientación de las ciudades
romanas estaba relacionada con cuestiones religiosas, con
origen en la disciplina Etrusca, y se realizaba a partir del punto
por el que se producía la salida del Sol el día de la fundación
de la ciudad, que coincidía a menudo con el cumpleaños de
su fundador. Le Gall demostraba concretamente que ninguna
fuente literaria antigua apoya esta teoría, que la amplitud
anual del Sol (el arco comprendido entre los solsticios de
verano e invierno) en las latitudes a las que se encuentran
estas ciudades admite un gran número de variantes, y que
a partir de ellas es difícil de saber si una orientación fue
elegida por razones religiosas o prácticas. Recordemos que
el arco que abarca la variación en cuanto a los puntos de
salida, o de puesta, del Sol es de 65º, o lo que es lo mismo,
un total de hasta 182 posiciones diferentes al año.
Dentro de este debate, las observaciones de Orfila y
Moranta sobre el foro de Pollentia (ciudad romana de la
isla de Mallorca), así como la constitución de un importante
dossier de planos de ciudades romanas, han puesto en
evidencia la frecuencia del recurso de los urbanistas antiguos
a una orientación solar derivado, es decir formando con el
norte geográfico un ángulo determinado por la punta de una
triángulo pitagórico –triángulo racional en el que los tres
lados son conmensurables: 3:4:5 o 5:12:13 (Orfila y Moranta
2001; Moranta y Orfila 2002; Orfila et al. 2004; Orfila 2009).
Propuesta de un procedimiento estandarizado para orientar estructuras ortogonales
que no coincida su alineación con los puntos cardinales.
Todo empezó por el posible auguraculum…, y así es. La
lectura desmenuzada, desde un punto de vista geométrico,
de una pequeña estructura ubicada justo delante de la
fachada del templo capitolino de la ciudad romana de
Pollentia (Alcudia, Mallorca), fue el inicio que condujo a la
realización experimental aquí descrita. Sus propias medidas,
si se aplica la métrica romana del pié romano de 0,2957 m,
de 12 pies de anchura por 18 de longitud, son la clave, como
también el hecho de que esté perfectamente alineada a los
puntos cardinales.
Esta urbe mallorquina se empezó a edificar a partir de
la década del ’70 aC. como una de las consecuencias de la
intervención de Quintus Cecilio Metellus en el año 123 a.C.
sobre las islas Baleares (Orfila et al. 1999; Cau y Chávez
2003; Orfila 2000, 2004 y 2005; Orfila et al. 2006).
Esta construcción “Estructura III” llamó la atención
desde su descubrimiento. Catalogándola inicialmente
como un basamento que tanto podría haber soportado una
estatua ecuestre, se planteó también, “con las debidas
precauciones”, que se trataría de “la tribuna de las arengas”
(Arribas y Tarradell 1987: 125). Por la orientación cardinal
que se pensaba tenia se sugirió que hubiese podido tener
funciones de tipo político-religiosas o inaugurales, propias
de una colonia como lo fue Pollentia (Equip Pollentia 1994:
218-219). Más tarde fue considerada como un auguraculum
(Mar y Roca 1998: 114, Orfila, Cau y Arribas 1999: 109), idea
recogida en otras publicaciones (Orfila y Moranta 2001;
Moranta 2004; Orfila et al 2006; Salom 2006: 79-80; Orfila
2009), sin descartar que la mencionada estructura también
se hubiese acogido el mundus, la fosa fundacional.
En 2001 un artículo dedicado al trazado urbanístico de
Pollentia y su modelo de modulación, se terminó con una
adenda en la que se indicaba que esa edificación no sólo
debía leerse con esa función religiosa, se le debía añadir otra
de tipo práctico Esa hipótesis se basa en el juego geométrico
en que la propia construcción puede subdividirse utilizando
medidas en pies romanos, los 12 por 18 mencionados más
arriba, y que se explicitará más detenidamente en párrafos
siguientes (Orfila y Moranta 2001: 232). Es la interpretación
laicista de esta construcción.
Era plausible función de “instrumento” es lo que se
destaca en este escrito. La utilidad que se le confiere tiene que
ver tanto en lo concerniente a ser el punto de arranque desde
donde obtener la típica axialidad del trazado urbano romano,
que, utilizando términos empleados en las parcelaciones
rurales, sería el punto de base de la limitatio agrorum, o
lo que es lo mismo, el gromae locus en la planificación del
castrum (campamento militar). Pero también debió ser la
referencia desde donde se orientó el razado urbano de esta
urbe, pues debido a las condiciones de la orografía del terreno
no fuese factible orientarlo hacia los puntos cardinales. Es
una explicación basada en la geometría, más concretamente
en la triangulación (Orfila y Moranta 2001: 221-223 y 232;
Moranta y Orfila 2002: 138; Moranta 2004; Orfila et al. 2004;
Orfila et al. 2006; Orfila 2009).
Las medidas de 12 por 18 pies de la Estructura III del foro
de Pollentia de por sí refleja una relación de equivalencias
2:3. Es factible su subdivisión en seis cuadrados de 6x6
pies, coincidiendo 6x6x6 con el número cúbico indicado por
Pitágoras, 216, tal como Vitruvio indica en la introducción de
su Libro I, en donde describe el cubo de doscientos dieciséis
versos, un cuerpo perfectamente regular compuesto por seis
caras iguales entre sí. Pero esta pequeña edificación puede
también dividirse en combinaciones de triángulos cuyos
291
Arqueología experimental aplicada al urbanismo. Un procedimiento para trazar y orientar estructuras ortogonales en época romana
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIV
catetos señalan un ángulo de 90º, y con una relación de
equivalencias con su hipotenusa que responde a la fórmula
pitagórica a2+b2=c2 en números enteros, en concreto a sus
dos ternas más bajas, 3:4:5 y 5:12:13. Se aprecia que al
dividir en dos partes el edículo, se obtiene un juego de
triángulos cuyos catetos miden 9 y 12 pies y su hipotenusa
15, múltiplos respectivamente de la relación 3:4:5. Adosado
al lado mayor de 18 pies se puede conseguir otro triángulo
apoyado en el lado de 12, con relación 12:16:20 (cuádruplo
del 3:4:5), cuya hipotenusa formaría ángulo recto con el
primero. Otra subdivisión posible, (véase Fig. 1), es el de
cuatro triángulos ubicados en cada una de sus esquinas cuyos
catetos miden 5 y 12 pies respectivamente, siendo 13 pies el
valor de su hipotenusa. Estos cuatro triángulos enmarcan a
su vez otros cuatro internos cuyos valores en pies romanos
son de 6:8:10, múltiplos de 3, 4 y 5. Este rectángulo interno
tiene justo la orientación de la estructuración urbana de la
ciudad de Pollentia.
La identificación en este instrumento del triángulo 5:12:13
se dedujo en el momento en que se plasmó sobre la propia
estructura la paralela de las alineaciones de los edificios del
foro, en concreto la fachada del Capitolio que va en sentido
este-oeste. Al trasladar esa paralela hacia el sur, cuando
coincide con la esquina noreste del edículo, pasa justo a
5 pies en su lado oeste, 12 son los que tiene en sentido
este-oeste, es evidente que su hipotenusa es 13. Ello llevó
a la deducción de que realizando ese mismo ejercicio en
sentido contrario, es decir, colocando en sentido norte/sur
de la estructura mencionada la hipotenusa de un triángulo
5:12:13 y sus catetos orientados hacia el Oeste, éstos tienen
y proporcionan la orientación de Pollentia (Morata 2004;
Orfila et al. 2004: 255; Orfila et al. 2006: 349).
Figura 1: Triangulación interna del auguraculum de Pollentia (Orfila y Moranta 2001: 232, Fig. 16)
292
Margarita ORFILA PONS
Estas circunstancias son las que llevan a la deducción
de que esta estructura de Pollentia, fue el lugar de partida
desde donde se proyectó el trazado urbano de esta ciudad,
tanto desde el punto de vista ritual, como desde el práctico
del topógrafo (Mar y Roca 1998: 114; Orfila y Moranta 2001).
Teniendo como punto de partida las deducciones
realizadas en Pollentia, lo que se plantea aquí es generalizar
lo descubierto en este yacimiento a otros asentamientos.
El procedimiento que proponemos debió seguirse en época
antigua a la hora de orientar los trazados hipodámicos es
derivado del Sol, ejecutándose a través de la geometría.
Esto lleva implicito que se mida la desviación de los
trazados reticulares, no a través de grados, sino mediante
triángulos. Se trata de una hipótesis de trabajo basada
en la experimentación, aún en ciernes, que posibilita abrir
otras líneas de investigación, pero que quizás pueda ya en
este estadio inicial responder a algunas de las cuestiones
planteadas en la actualidad sobre esos temas. Por otra parte
esa manera de orientar las estructuras debe plantearse como
un procedimiento compatible con otros, no único.
Se plantea aquí utilizar los triángulos que responden a
las equivalencias entre sus catetos e hipotenusa a las dos
ternas pitagóricas más bajas en números enteros, la 3:4:5 y la
5:12:13. Su puesta en práctica es muy sencilla, simplemente
debe situarse la hipotenusa de uno de estos triángulos
elegidos de las dos ternas presentadas, coincidiendo con
la dirección Norte/Sur, el cardo -eje polar-, también citado
por los augures como la línea antigua (Rosada 1991: 91),
situando sus catetos, según interese, bien hacia oriente,
bien hacia occidente (Fig. 2 y 3).
Figura 2. Aplicación del triángulo 3:4:5 con los catetos orientados hacia el Oeste.
293
Arqueología experimental aplicada al urbanismo. Un procedimiento para trazar y orientar estructuras ortogonales en época romana
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIV
Figura 3. Aplicación del triángulo 5:12:13 con los catetos orientados hacia el Oeste.
De esta manera se consiguen cinco opciones
estandarizadas de orientaciones de trazados, pues a los
cuatro que se acaban de definir:
• Estructuras orientadas hacia el Oeste utilizando el
triángulo 3:4:5.
• Estructuras orientadas hacia el Este utilizando el
triángulo 3:4:5.
• Estructuras orientadas hacia el Oeste utilizando el
triángulo 5:12:13.
• Estructuras orientadas hacia el Este utilizando el
triángulo 5:12:13.
Hay que sumar una primera, la que coincide con los ejes
cardinales, el Decumanus Maximo recorre el sentido Este
Oeste y el Cardo el Norte Sur. Esto implica que desde el inicio
se tenía que tener muy claro el emplazamiento escogido y
qué orientación era la más adecuada.
La triangulación es una técnica que está presente en
todos los libros de agrimensura de época antigua (Blume
et al, 1848; Thullin 1913; Cambpell 2000; Guillaumin 2003).
Y tanto para calcular superficies como alzados de edificios.
Vitruvio mismo describe el teorema de Pitágoras en su Libro
IX, y lo utiliza a la hora de conseguir ángulos rectos (Libro X,
294
9,1). El primer triángulo de las ternas pitagóricas, el 3:4:5,
conocido también como egipcio o de Plutarco, ha llegado
hasta nuestros días. Menos suerte ha corrido el segundo,
5:12:13 (Gros 1976: 672), utilizado más esporádicamente
(Roskams 2001: 96, fig. 6), pero no por ello no empleado en la
antigüedad. Ambos, como señaló Schlikker, de hecho fueron
utilizados para diseñar grandes obras en Grecia desde época
arcaica, antes del período en que vivió Pitágoras (Schlikker
1940: 53-54). Son reconocibles también, junto a otras ternas
pitagóricas, en las construcciones egipcias. Cabe señalar
que Vitruvio presenta de forma implícita estos triángulos. Al
describir el templo toscano (Libro IV, VII), se aprecia que sus
dimensiones pueden correlacionarse con las equivalencias del
triángulo 5:12:13, dado que las proporciones del rectángulo
que tiene que tener su planta es 5:6 que al duplicarla da
10:12, una figura resultante de la unión simétrica de dos
triángulos de la terna pitagórica que se acaba de mencionar
(Moranta 2004: 148, fig. 5.4).
Si se quiere contabilizar en grados sexagesimales, una
circunferencia de 360º, la equivalencia de las orientaciones
de las estructuras plasmadas sobre el terreno aplicando
los triángulos mencionados, y siguiendo el sentido de las
agujas de un reloj, son las siguientes: si lo que se ha utilizado
Margarita ORFILA PONS
es un triángulo 3:4:5 orientando sus catetos al Este, la
variación de uno de sus lados es 36,52º y su perpendicular
126,52º; sobrepasados los 180º, las otras dos alineaciones
corresponden, respectivamente a 216,52º y 306,52º, Este
mismo triángulo hacia el Oeste, sus correspondencias son:
53,13º, 143,13º y 233,13º con 323,13º. Si se utiliza un triángulo
5:12:13, orientando sus catetos hacia el Este los grados
correspondientes a cada una de sus alineaciones son 22,37º,
112,37º, siendo sus respectivas perpendiculares 202,37º
y 292,37º. Si se sitúan los catetos de un 5:12:13 hacia el
Oeste, sus equivalencias en grados van a ser 67,38º, 157,38º,
247,38º y 337,38º, siempre es añadir 90º más a los grados
anteriores, dado que se contabiliza en ángulos rectos. Cada
grupo de estas cuatro cifras corresponde a una sola opción,
por lo que estadísticamente se reducen las combinaciones
de posibles orientaciones, y no tiene importancia cual de la
pared o línea se ha mesurado en relación al eje referencial.
Tipo de triángulo y
orientación
Sobre 360º
Sobre 360º
Sobre 360º
Sobre 360º
3:4:5 al Este
36,52
126,52
216,52
306,52
3:4:5 al Oeste
53,13
143,13
233,13
323,13
5:12:13 al Este
22,37
112,37
202,37
292,37
5:12:13 al Oeste
67,38
157,38
247,38
337,38
Tabla 1. Relación en grados de las alineaciones salientes de los triángulos aplicados.
Para analizar sobre unos restos arqueológicos si al trazar
sus estructuras se aplicó ese procedimiento es imprescindible
conocer la relación exacta entre éstas y el Norte. En muchas
ocasiones la documentación que se tiene a mano suelen
ser planimetrías sobre las que se ha marcado con una
flecha el Norte. Pero no siempre se especifica si esa flecha
está referenciada al norte polar, o lo que marca es el Norte
magnético que dio la brújula cuando se realizaron esas
planimetrías. En ese sentido cabe recordar que no suele
haber coincidencia entre la dirección del Norte Polar (el Norte
Geográfico o Norte Verdadero), el que se utilizó en época
romana, con el Magnético, el que señala la brújula, debido a
la fluctuación del propio Campo Magnético Terrestre (Lanos
1994: 3-5), la presión denominada declinación magnética,
que depende de su contextualización espacial y temporal.
Un peligro a la hora de utilizar planimetrías antiguas del que
ya alertó Romano en 1991. Un ejemplo de esas variaciones
del Norte Magnético se puede apreciar en la figura 4.23 de
Greene referente a Gran Bretaña desde el cambio de Era
hasta la actualidad (2002: 177). La diferencia en 1950 en
Italia entre el N. Geográfico y el N. Magnético era de unos
4º (Sanchirico 2007: 179, fig. 118). En el caso hispano, en
1980 la variación era de 4º Oeste en Barcelona, mientras
que en Lisboa en ese mismo año era de 8º Oeste. En 2000
Mallorca estaba a 6º,2’ Este, mientras que Lisboa lo estaba
a 8º,4’ Este.
Bibliografía
ARRIBAS, A.; TARRADELL, M., (1987): El foro de Pollentia.
Noticia de las primeras investigaciones. In A.A.V.V., Los foros
romanos de las Provincias Occidentales (Madrid, Ministerio
de Cultura): 121-136
BLUME, F.; LACHMANN, K.; RUDORFF, A. (1848): Gromati Veteres.
Die Schriften der römischen Feldemesser I-II Berlin.
CAMBPELL, J.B. (2000): The writings of the Roman Land
surveyors. Introduction, Text, Translation and Commentary.
Journal of Roman Studies Monograph, 9. London.
CARANDINI, A. (2000a): Variazioni sul tema di Romulo. Riflessioni
dopo « La nascita di Roma » (1998-1999). In Carandini, A.,
Capelli (a cura di), Roma, Romolo, Remo e la fondazione
della città (Roma): 95-150.
CARANDINI, A. (2000b): La fondazione di Roma e la morte di
Remo. In Carandini, A., Capelli (a cura di), Roma, Romolo,
Remo e la fondazione della città (Roma): 256.
CARANDINI, A. (2007): Roma. Il primo giorno (Roma).
CATALANO, P. (1960): Contributi allo studio del diritto augurale
1, Torino
CATALANO, P. (1978): “Aspetti spaziali del sistema giuridicoreligioso romano. Mundus, templum, urbs, ager, Latium,
Italia”, en Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt.
Geschichte und Kultur Roms im Spiegel der Neueren
Forschung ANRW II, 16.1, Berlin-New York, 440-553.
CAU, M.A.; CHÁVEZ, E. (2003): El fenómeno urbano en Mallorca
en época romana: los ejemplos de Pollentia y Palma.
Mayurqa, 29: 27-49
295
Arqueología experimental aplicada al urbanismo. Un procedimiento para trazar y orientar estructuras ortogonales en época romana
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIV
CHOUQUER, G. ; FAVORY, F. (2001): L’arpentage romain. Histoire
des textes–Droit -Techniques. Editorial Errance, (Paris).
EQUIP D’EXCAVACIÓ DE POLLENTIA (1994): “Resultats dels
treballs d’excavació a l’àrea central de la ciutat romana de
Pollentia (Alcudia, Mallorca): avanç preliminar”, en Pyrenae,
25, Instituto de Arqueología y Prehistoria, Universidad de
Barcelona, Barcelona: 215-224.
MAGDELAIN, A. (1976): Le pomerium archäique et le Mundus.
Revue des Études Latines LIV, 71-109. -RYKWERT, J., 1985:
La idea de ciudad. Antropología de la forma urbana en el
Mundo Antiguo. Editorial Hermann Blume, Madrid.
FILIPPI, Mª R. (1983): Le procedure: le operazione preliminari. In
A.A.V.V., Misurare la terra: centuriazione e coloni nel mondo
romano, Modena: 124-127.
MAR, R.; ROCA, M. (1998): Pollentia y Tarraco. Dos etapas en
la formación de los foros de la Hispania Romana. Empúries
51: 105-124.
GOTTARELLI, A. (2003a): Auguraculum, sedes inaugurationis e
limitatio, rituale della città fondata. Elemento di analogia
tra la forma urbana della città etrusca di Marzabotto ed il
templum augurale di Bantia. Ocnus, 11: 135-149.
MASTROCINQUE, A. (1998): Roma Quadrata, en MEFRA
(Mélanges de l’Ecole Française de Rome. Antiquité) 1101998-2: 681-697.
GOTTARELLI, A. (2003b): Modello cosmologico, rito di fondazione
e sistemi di orientazione rituale. La connessione solare.
Ocnus, 11: 151-170.
GOTTARELLI, A. (2004): Templum Solare e città fondata. La
connessione astronomica della forma urbana della città
etrusca di Marzabotto (III). In Sassatelli, A. y Govi, Culti,
Forma Urbana e artigianato a Marzabotto. Nuove prospettive
di ricerca, Università di Bologna: 101-138
GREENE, K. (2002): Archaeology: an introduction. Fourth Edition.
Ed. Routledge, London.
MORANTA, L. (2004): L’estructuració urbana de Pollentia (ss. I
a. C.-I d. C.). In Orfila, M. and Cau, M.A. (Coord.), Les ciutats
romanes del LLevant Peninsular i les Illes Balears. Pórtico.
Biblioteca Universitaria: 137-159.
MORANTA, L.; ORFILA. M. (2002): “El traçat regulador del Fòrum
de Pol.lèntia”, en II Jornades d’Estudis Locals d’Alcúdia,
2000: 129-146.
ORFILA, M. (ed.) (2000): El fòrum de Pollentia. Memòria de les
campanyes d’excavacions realitzades e ntre els anys 1996
i 1999. Ajuntament d’Alcúdia. Alcudia.
GROS, P. (1976): Nombres irrationnels et nombres parfaits chez
Vitruve, Memoires de l’Ecole Française de Roma, Antiquité,
88: 669-704.
ORFILA, M. (2004): Estat actual de les investigacions
arqueològiques a Pollentia, en Orfila y Cau (Coord.), Les
ciutats romanes del LLevant Peninsular i les Illes Balears.
Pórtico. Biblioteca Universitaria: 161-189.
GROS, P. (1996): L’architecture romaine. 1. Les monuments publics.
Les manuels d’art et d’archeologie antiques. De. Picard, Paris.
ORFILA, M. (2005): La vajilla de barniz negro y la ciudad romana
de Pollentia, (Alcudia, Mallorca). Verdolay 9: 127-140.
GROS, P.; TORELLI, M. (2007): Storia dell’urbanistica. Il mondo
romano, Editori Laterza (1º Ed. 1988), Bari.
ORFILA, M. (2009): Diseño del trazado urbano del foro de Pollentia,
en J.M. Noguera (Edt. Científico), Fora Hispaniae. Paisaje
urbano, arquitectura, programas decorativos y culto imperial
en los foros de las ciudades hispanorromanas, Museo
Arqueológico de Murcia, Monografías 3. Murcia: 203-216.
GUILLAUMIN, J.-Y. (2003): Géométrie et arpentage. Le
« géomètres » à l’èpoque néronienne d’àpres Sénèque, ad
Luc. 88, 10-13, en Histoire, Espaces et Marges de l’Antiquité,
1. Hommages à Monique Clavel-Lévêque, Besançon: 109-132.
HASELBERGER, L. (1999): “Geometrie der winde, windige
geometrie: Städtebau nach Vitruv und Aristophanes“, in
SCHWANDNER, E.-L., RHEIDT, K., (Eds.), Stad und Umland.
Diskussionen zur Archäologischen Bauforschung Band 7:
90-100..
HASELBERGER, L. (2007): “URBEM ADORNARE. Die Stadt Rom
und Ihre Gestaltumwandlung unter Augustus. Rome´s urban
Metamorphosis under Augustus“, JRA, suppl. 64.
LANOS, P. (1994) : L’Archeomagnetisme applique a la datation
des argiles cuites, en Lanos y Loyer, La datation par
archeomagnetisme: 3-17.
LE GALL, J. (1975): Les Romains et l’orientation solaire. Mélanges
de l’École Française de Rome, Antiquité 87 : 287-320.
296
LINDERSKI, J. (1986): The Augural Law, en Aufstieg und
Niedergang der Römischen Welt (ANRW) II, 16.3, Walter
de Gruyter, Berlin/New York: 2146-2312.
ORFILA, M.; ARRIBAS, A.; CAU, M. A. (1999): El foro romano de
Pollentia. Archivo Español de Arqueología, LXXII, Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Madrid: 99-118
ORFILA, M.; CHÁVEZ, Mª E.; CAU, M. A. (2006): Pollentia and the
cities of the Balearic Islands. In Abad, L., Keay, S., y Ramallo,
S. (Eds.), Early Roman Towns in Hispania Tarraconensis,
Journal of Roman Archaeology, SUPPLEMENTARY SERIES
NUMBER 62: 133-145.
ORFILA, M.; MORANTA, L. (2001): Estudio del trazado regulador
del Foro de Pollentia (Alcúdia, Mallorca). Archivo Español
de Arqueología, 74, Madrid: 209-232.
ORFILA, M.; MORANTA, L.; CHÁVEZ Mª E.; CAU, M. A. (2004):
“Disseny del traçat del fòrum de Pollentia (Alcudia,
Mallorca)”, en III Jornades d’Estudis Locals, noviembre de
2002, Alcudia.: 247-258.
Margarita ORFILA PONS
ORFILA, M.; MORANTA, L.; PUIG, A.; CAU, M. A. (2006): “El teatro
de Pollentia (Alcudia, Mallorca)”, en Márquez y Ventura
(Coords), Los teatros de Hispania. III Jornadas Cordobesas
de Arqueología Andaluza, 2002: 339-360..
ROMANO, G. (1991): Orientamenti magnetici e astronomici
nelle mappe archeologiche, en Santi, M., Archeologia e
Astronomia, Colloquio Internazionale, Supplementi 9 Rivista
dei Archeologia, Roma: 23-29.
ROSADA, G. (1991): Divisione agraria, orientamento e suolo, en
Santi, M., Archeologia e Astronomia, Colloquio Internazionale,
Supplementi 9 Rivista dei Archeologia, Roma:. 88-95.
ROSKAMS, S. (2001): Excavation . Cambridge Manuals in
Archaeology. Cambridge.
SALOM GARRETA, C. (2006): El auguraculum de la Colonia
Tárraco: Sedes inaugurationis coloniae Tarraco. Archivo
Español de Arqueología :79 -87.
SANCHIRICO, C. (2007): Elementi di topografia archeologica.
Guida practica alla documentazione sul campo nella ricerca
di superficie, Siena
SCHLIKKER, F.W. (1940): Hellenistische vorstellungen von der
schönheit des bauwerks nah Vitruv. Schriften zur Kunst
des Altertums. Archäologisches Institut des Deutschen
Reichens (Berlin).
THULLIN, C. (1913): Corpus Agrimensorum Romanorum. Opvscula
Agrimensorvm Vetervm. Stutgardiae in Aedibus B.C. Reubneri.
(Ed. 1971), Teubner-Stuttgart).
RYKWERT, J. (1985): La idea de ciudad. Antropología de la
forma urbana en el Mundo Antiguo. Editorial Hermann
Blume, Madrid.
297
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
- XXXV Experimentación sobre conservación de las
materias primas empleadas en las estructuras
constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente
del Centro Algaba
Juan TERROBA VALADEZ*, Francisco MORENO JIMENEZ**, María SANCHEZ ELENA*,
José Carlos MORENO GONZÁLEZ* y David GARCÍA GONZÁLEZ * ***
* Centro Algaba de Ronda. ** TAER (Taller Arqueología Experimental de Ronda).
*** Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Resumen
El conocimiento acerca de las materias primas utilizadas
y la arquitectura de las estructuras de hábitat durante la
Prehistoria Reciente en la Península Ibérica es muy reducido
debido a los escasos restos documentados en los distintos
yacimientos excavados, en su mayoría alzados de piedra de
viviendas o estructuras defensivas. La ausencia de elementos
que se puedan atribuir a las techumbres ha llevado a la
Palabras clave:
conclusión de que estarían conformadas por materiales
vegetales. La reconstrucción experimental del poblado de
la Prehistoria Reciente en el Centro Algaba se ha convertido
en un excelente laboratorio para corroborar hipótesis acerca
de los hábitats prehistóricos, observando la funcionalidad
de distintas materias primas y tipología de viviendas en el
marco de un clima mediterráneo.
Arquitectura prehistórica, materias primas, hábitats, reconstrucción experimental.
Abstract
The knowledge about raw materials and architecture
of the habitat structures used during the Late Prehistory of
the Iberian Peninsula is very poor due to the archaeological
excavated sites provide low information as consequence of
low documentation of stone walls of dwelling or defensive
structures. The absence of roof elements has led the con-
Key words:
clusion that these constructions would be made up of plant
materials. The experimental reconstruction of the Prehistoric
village at the Centro Algaba is an excellent laboratory to
confirm hypotheses about prehistoric habitats, in order to
observe the function of different raw materials, as well as
the type of dwelling in a Mediterranean climate.
Prehistory architecture, raw materials, habitats, experimental reconstruction.
Introducción
La experiencia descrita en este trabajo se ha llevado a
cabo en el Centro Algaba situado a unos kilómetros de la
ciudad de Ronda, en la provincia de Málaga. El Proyecto
Algaba de Ronda inició su actividad en el año 2005. Desarrolla
una actividad en relación a la investigación en la disciplina
de la Arqueología experimental y la difusión de los modos de
vida en la Prehistoria en un espacio de monte mediterráneo
con estrato arbóreo conformado en su mayoría por encinas,
quejigos en las vaguadas y algunos alcornoques junto a
todo el repertorio de plantas de monte bajo características
de este ecosistema.
La reconstrucción experimental de un poblado de la
Prehistoria Reciente que se ha llevado a cabo en el Centro
Algaba, en un entorno natural como este, intenta crear
una imagen real de cómo sería un hábitat humano en este
momento prehistórico. Para ello se han utilizado los datos
que han proporcionado los distintos estudios y analíticas
llevadas a cabo en los diversos proyectos arqueológicos en
299
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
yacimientos del sur peninsular y la experiencia del grupo de
investigación del Centro.
El lugar posee una serie de recursos que lo convierten en
un lugar optimo para la realización de este tipo de proyectos
a la hora de poder contextualizar un hábitat prehistórico
en un paisaje muy similar al que pudo que existir durante
la Prehistoria Reciente en el sur de la Península Ibérica,
momento en el que se enmarca el tipo de hábitat recreado.
En relación a la investigación en la disciplina de la
Arqueología experimental los objetivos de partida en la
construcción del poblado fueron valorar el aprovechamiento
de los recursos locales, la organización de los procesos de
trabajo, las técnicas constructivas empleadas, la cantidad
de personas, la tracción animal y el tiempo invertido. Se
utilizó únicamente tecnología propia de las sociedades de
la Prehistoria Reciente del sur peninsular a fin de cuantificar
de forma experimental las variables expuestas (Moreno et
al. 2007).
A partir de ese momento se ha llevado a cabo un
programa de investigación con el fin de cuantificar el grado
de deterioro que sufren las estructuras realizadas, en relación
con las condiciones medioambientales y las materias primas
utilizadas, que en el caso de la Serranía de Ronda presentan
importantes contrastes en variables como la temperatura,
precipitaciones, grado de humedad, etc.
La decisión de utilizar determinadas materias primas ha
derivado, por un lado de la información documentada en el
registro arqueológico, y por otro de la disponibilidad en el
entorno de ellas así como de la posibilidad de ser explotadas
teniendo en cuenta el factor de la tecnología prehistórica
necesaria para ello. En relación a las materias primas líticas,
para la construcción de las diferentes estructuras se optó por
una roca denominada calcarenita, presente en el contexto
geológico local, cuyas características físico-químicas y
mecánicas permiten su fracturación en lajas de entre 35
y 60 centímetros de longitud y un espesor medio de 10
centímetros mediante un golpe seco y bien dirigido dado
con una herramienta de percusión. En cuanto a las materias
primas vegetales los materiales más representativos que se
usaron en la construcción de la muralla, la empalizada y las
estructuras de habitación son los propios de un ecosistema
de monte mediterráneo.
En estos cinco años se han podido realizar una serie
de observaciones relacionadas con la conservación de las
estructuras.
Síntesis climática del área de estudio
La Serranía de Ronda se sitúa al sur de la Península
Ibérica y se enmarca dentro de una cadena de montañas que
se conoce como Cordillera Bética. Situada entre el valle del
Guadalquivir y el valle del Guadalhorce, la Serranía de Ronda
posee unos límites geográficos no muy bien definidos y está
conformada por un conjunto de sierras, valles y mesetas.
Entre las primeras destacan la Sierra de las Nieves al este,
Sierra de Grazalema al oeste, Sierra Bermeja al sureste o
los Montes de Cortes al suroeste. Los valles principales que
recorren la Serranía son los que conforman los ríos Genal
y Guadiaro. Por último, hay que destacar la Depresión o
Meseta de Ronda, al norte.
Este carácter geográfico heterogéneo determina que
exista una variabilidad climática acusada entre las áreas
de montaña, los valles y la Depresión de Ronda que se
materializa en las temperaturas pero sobre todo en el volumen
de precipitaciones.
Aun así, se pueden establecer unos valores medios
aplicables a todo el territorio que conforma la Serranía de
Ronda. En términos generales, la zona está enmarcada en
el área de clima mediterráneo con veranos cálidos y secos,
con elevado número de horas de sol. La entrada frecuente
300
de frentes y bajas presiones determina que se concentren
las precipitaciones en otoño y primavera.
Sin embargo, como hemos mencionado, la ubicación de
las sierras respecto al mar, determinan el grado de influencia
de este y confieren a la Serranía un clima con alto grado de
continentalidad, sobre todo en el área de la Depresión de
Ronda.
En la Serranía de Ronda el verano está dominado por el
anticiclón de las Azores que desplaza la llegada de bajas
presiones o frentes atmosféricos, y salvo algunas tormentas
excepcionales es una estación seca y cálida. Al contrario
el invierno se presenta húmedo y con temperaturas bajas,
llegándose a registrar durante estos meses valores bajo
cero. Esta circunstancia se debe a los frentes que llegan
del continente europeo y los vientos del oeste cargados de
humedad.
Finalmente, estaciones como la primavera y el otoño
suelen presentar temperaturas suaves y una inestabilidad
climática. Suelen ser los momentos donde se concentran
la mayor parte de las precipitaciones del año debido a la
dinámica producida por el anticiclón de las Azores y los
anticiclones más fríos del continente.
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
Figura 1. A. Gráfico de temperaturas medias en la Serranía de Ronda. B. Gráfico de pluviosidad media
en la Serranía de Ronda. Fuente: Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)
En términos generales estos son los parámetros que se aplican al territorio de
la Serranía en su conjunto. Sin embargo, se pueden definir, al menos tres áreas
dentro de la Serranía con características diferentes. La primera corresponde a la
zona de la Depresión de Ronda, con una alta continentalidad, veranos calurosos
e inviernos con gran cantidad de heladas y bajas temperaturas. En relación a
las precipitaciones, es la zona más seca de la Serranía con valores en torno a
los 700/800 l/m2. El área oeste y suroeste de la Serranía presenta un clima de
fuerte influencia atlántica, las temperaturas
presentan menor amplitud térmica que en la
Depresión y las precipitaciones son mucho
más abundantes, considerándose esta zona,
donde se sitúa la Sierra de Grazalema, entre
las de mayor pluviosidad de la Península
Ibérica. Por último, el área que corresponde
a la Sierra de las Nieves, presenta un clima
marcado por las bajas temperaturas, que
determina que las precipitaciones del invierno
se produzcan fundamentalmente en forma
de nieve.
La zona donde se sitúa la recreación del
poblado de la Prehistoria Reciente donde
se ha llevado a cabo la experiencia está en
el límite de la zona climática asociada a la
Depresión de Ronda y la que corresponde a
la de influencia atlántica.
A través de una estación meteorológica de
la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)
situada en el Centro Algaba, se ha llevado
un registro de las temperaturas, humedad y
precipitaciones de estos últimos años.
Los gráficos de temperatura nos indican
que nos encontramos en una zona de gran
amplitud térmica, con veranos calurosos
donde se pueden alcanzar o incluso superar
los 40°C e inviernos con temperaturas que
bajan hasta los -5°C o -8°C. En relación a
las precipitaciones, salvo en el 2005 que
constituyó un año bastante seco, el régimen de
lluvias se concentra en los meses de octubre
a mayo, con veranos con prácticamente
ausencia de precipitaciones. Durante el
invierno, aunque es un fenómeno poco
corriente, se pueden presentar en forma de
nieve. Como consecuencia de estos factores
descritos la humedad es alta durante los
meses de invierno y otoño, manteniéndose
en niveles medios durante el verano. La gran
masa forestal existente afecta a los valores
de humedad, aumentándolos respecto a zonas
colindantes. Hay que destacar que durante
los meses de Diciembre de 2009 y Enero,
Febrero y Marzo de 2010 se ha registrado
un volumen de precipitaciones muy superior
a la media, en concreto se ha medido en la
estación meteorológica un volumen de 1471,5
l/m2, siendo catalogado por la AEMET como
un valor tres veces superior al valor medio.
301
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
Figura 2. Gráfico de temperaturas máximas y mínimas registradas en la estación meteorológica del Centro Algaba de Ronda desde el año 2005 al 2009
Referencias en el registro arqueológico para la recreación de las estructuras
del poblado prehistórico
La definición de las características de los hábitats
prehistóricos ha estado marcada por los restos documentados
en numerosos yacimientos arqueológicos en diferentes
lugares, incluida la Península Ibérica (Arribas et al. 1978;
Aguayo et al. 1986 y 1989; Hornos et al. 1999; Molina et al.
2005; García 2004; Murillo et al. 2005) junto a los paralelos
que se han extraído de estudios etnográficos (Guidoni 1989)
y las aportaciones que el análisis experimental aplicado a la
302
arqueología ha realizado en las últimas décadas (Constantin
1977; Sainty et al. 1985; Reynols 1988; Monnier et al. 1991;
Pleinerová 1991; Johansen 1996; Gentizon et al. 1997; Lobisser
2006; Beck et al. 2007)
Los primeros intentos de delimitar un espacio mediante
una estructura, probablemente de material vegetal, en las
primeras sociedades agropecuarias estarían destinados al
confinamiento de ganado a fin de controlarlo y protegerlo
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
Figura 3. Gráfico de precipitaciones registradas en la estación meteorológica del Centro Algaba de Ronda desde el año hidrológico 2005 al 2010
de la incursión de animales salvajes. Estas cercas, difíciles
de documentar en el registro arqueológico, darían paso a
estructuras elaboradas en mampostería de piedra. En la
Depresión de Ronda destaca la estructura defensiva de la
Silla del Moro, adscrita a época ibérica. Se configura como un
muro continuo de 4 metros de anchura que cierra la parte más
accesible del espolón donde se asienta el poblado. Hasta el
momento se ha documentado un vano o puerta en el extremo
norte y una torre cuadrangular en la zona sureste, donde la
línea de muralla se curva en un marcado ángulo. Aunque, en
la zona excavada, la cara o paramento exterior de la muralla
aparece muy deteriorada por la reutilización de su material
en las construcciones del entorno, la pared interior presenta
una altura bien conservada de más de 1.50 metros. La fábrica
de esta muralla es una mampostería de aparejos de piedra en
seco con los que se alzaban los paramentos interno y externo,
rellenando el interior con piedras y tierra (Aguayo et al. 1992).
En la caso de la muralla recreada en el poblado de la
Algaba, las referencias arqueológicas están en las estructuras
documentadas en algunos yacimientos Calcolíticos del sur
peninsular, y más concretamente, en relación a la puerta de
acceso, al yacimiento de Los Millares (Santa Fé de Mondujar,
Almería).
Al llevar a cabo la creación de la muralla perimetral
del poblado de La Algaba, se recreó, aunque no de forma
fidedigna, la entrada monumental de este yacimiento de
Los Millares. Una barbacana de planta piriforme donde los
muros de la misma giran hacia el interior de la construcción,
delimitando de esta forma el mencionado pasillo de entrada.
La disposición de los muros de la barbacana da lugar a dos
recintos ovales, uno a cada lado de la puerta.
En el espacio delimitado por la muralla se han edificado
un total de diez estructuras de habitación de planta circular
u oval de mampostería de piedra, contando con otras cinco
en fase de construcción.
Los ejemplos de viviendas prehistóricas de planta circular
son muy abundantes en el registro arqueológico en todo el
planeta y bastante frecuentes en el Neolítico europeo. Sin
embargo, esta forma circular tan recurrente y que algunos
investigadores han relacionado con una pervivencia de
estructuras precedentes de sociedades nómadas presentan
dos características a tener en cuenta, su limitada capacidad
de aumentar su tamaño y su escasa capacidad de agregación
a otras estructuras (Vela 1995).
303
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
Este modelo de hábitat circular mantiene una pervivencia
a lo largo de toda la Prehistoria Reciente, si bien en el
Calcolítico la mayoría de las cabañas presenta planta circular
u oval, durante la Edad del Bronce se va generalizando el
uso de viviendas de planta rectangular.
Como en el caso de la muralla, se han utilizado referentes
arqueológicos a la hora de recrear las distintas cabañas, de
diversos asentamientos en Andalucía Oriental.
Este modelo de vivienda de planta circular u ovalada,
con superficies de reducidas dimensiones (inferior a 20m²),
resulta bien conocido en la provincia de Málaga; es el caso
del yacimiento de Huertas de Peñarrubia, documentada en
dos de sus tres fases de ocupación. Otros ejemplos próximos
los encontramos en Raja del Boquerón donde se excavaron
dos cabañas circulares, a los que hay que añadir el nivel III
del corte A de El Castellón de Gobantes, con una estructura
circular descubierta pero mal conocida y atribuible a la primera
mitad del siglo VIII a.C. En Cártama, la primera ocupación
viene caracterizada por la presencia de una cabaña de
planta oval constituida por un zócalo de piedra, revestido
interiormente con cal, la cual, también cubre el suelo y el
muro de adobe que se alza sobre parte del zócalo. El Poblado
de la Era, localizado en Benalmádena, evidencia restos de
un zócalo perteneciente a una cabaña circular, pero en este
caso, realizado con bloques de travertino con diversas capas
de enlucido en su cara interior, y el suelo elaborado a base
de arcilla endurecida (Gallardo 2007).
En la Depresión de Ronda encontramos referencias en las
excavaciones arqueológicas, en los niveles de la Prehistoria
Reciente, llevadas a cabo en Ronda ciudad y Acinipo.
Las cabañas documentadas en Acinipo son de planta
circular, con un zócalo de mampostería de piedra y no
presentan hoyos de postes en el interior que sustenten la
techumbre que debió de ser de forma cónica. A tenor del
análisis de los derrumbes, la altura de los zócalos no debió
ser superior al metro. La entrada de la vivienda, orientada
al Sur, presenta hacia el exterior un empedrado de forma
trapezoidal de 1 a 3 m², realizado con cantos de pequeño/
medio tamaño. El pavimento estaba constituido por una
fina capa, muy compactada, de tierra. En la parte central se
sitúan hogares circulares de barro cocido. Otros elementos
constructivos integrados en el interior de la cabaña son bancos
de piedra adosados al interior de las viviendas (Aguayo et
al. 1986, 1989).
Figura 4. Vista de las estructuras de la Prehistoria Reciente documentadas en el yacimiento arqueológico de Acinipo (Ronda, Málaga). Fuente: Museo de Ronda
304
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
En el caso de las viviendas documentadas en el yacimiento
de Los Millares, se trata de estructuras de planta circular,
con diámetros que oscilan entre los 2,50 y los 6 metros, con
zócalos de mampostería de piedra y alzados de paredes de
barro y cañizo. Las cubiertas estarían realizadas en materiales
vegetales. A su vez, también presentan hogares de barro
con un anillo perimetral, bancos adosados a las paredes y
pequeños recintos de lajas hincadas que sostenían vasijas
para contener líquidos o alimentos (Molina y Camara 2005).
En el yacimiento de El Malagón (Cullar, Granada) se han
documentado estructuras circulares con mampostería de
piedra (Arribas et al. 1978).
Materias primas usadas en la recreación de las estructuras
Hay que tener en cuenta la escasez de datos acerca
de muchos de los materiales que componían los hábitats
prehistóricos, sobre todo los referidos a las techumbres
conformadas casi en la totalidad de las ocasiones por
material vegetal, de difícil conservación en un clima con las
características del que presenta el del sur de la Península
Ibérica.
La disponibilidad de determinadas materias primas no
debe ser el único fundamento para su utilización, a esta
premisa también se une el conocimiento de las técnicas para
su obtención y uso. Si se lleva a cabo una arquitectura usando
determinadas materias primas es porque también se conoce el
tratamiento que se le debe dar a la materia prima y se dispone
de un utillaje adecuado para su transformación (Vela 1995).
Las cabañas reproducidas, de planta circular u oval, están
conformadas por un muro de mampostería de piedra trabada
con barro y un alzado que oscila entre los 80 centímetros y
el metro. Un entramado de madera, con postes y tirantas
fundamentalmente de distintas variedades de quercus: encina
(Quercus rotundifolia), quejigo (Quercus faginea) y coscoja
(Quercus coccifera), sustenta la techumbre de retama (Retama
sphaerocarpa), brezo (Erica sp.) o varetas de acebuche. Para
la fijación de la estructura de madera se han utilizado cuerdas
de esparto (Stipa tenacísima) trenzado.
La retama ha sido recogida en las inmediaciones, a
excepción de una variedad, la retama negra (Spartium junceum),
que se trajo desde el valle del Genal a unos kilómetros de
distancia. Ambas se recogieron en periodo estival u otoñal,
cuando no tienen ni frutos ni flores. Es necesaria colocarla tras
cortarla, cuando tiene un alto índice de flexibilidad.
El brezo es el único material que no se encuentra en la
finca ni su entorno, se trajo desde los montes de Cortes de
la Frontera, en el límite de las provincias de Málaga y Cádiz.
También se recoge en periodo de no floración y cuando todavía
no tiene fruto, en verano u otoño. Aunque el brezo se colocó
al cabo de dos o tres meses de su recogida, creemos que es
conveniente ponerlo también nada más cortado, cuando es
más flexible y se adapta mejor a la morfología de la estructura
de cubierta.
El junco, usado de forma esporádica en alguna cubierta
complementando a la retama y el brezo, especialmente para
los caballetes de las cabañas ovaladas, fue traído desde la
ribera del arroyo Espejo, en las inmediaciones de Ronda. En
este caso hay que respetar un periodo de secado, ya que al
secarse y comprimirse sobre la cubierta dejaría espacios
entre los haces.
Por último, el cañizo crece en los numerosos arroyos que
rodean la ciudad de Ronda.
La roca usada en la construcción de las cabañas y de la
muralla fue la arenisca bioclástica (calcarenita), una roca
sedimentaria detrítica que presenta una composición de granos
de fósiles calcareos y de cuarzo más o menos redondeados
con un tamaño arena (0,06-2mm), envueltos en un cemento
calcáreo.
A lo largo de toda la zona superior transitable del muro,
sobre la cara externa del mismo, se ha levantado una
empalizada de aproximadamente un metro de alto. Para la
elaboración de dicha empalizada se optó por un material
vegetal abundante también en la finca, ramas de acebuche,
retama y jara, fijadas a postes de encina.
Observaciones del análisis experimental de la conservación de las estructuras recreadas
La afección que sobre las estructuras constructivas ha
supuesto el paso de estos años en relación a las condiciones
climáticas expuestas en el apartado destinado a ello, ha de
complementarse con otra serie de variables de diversa índole.
Hay que tener en cuenta la premisa de que el poblado no ha
estado habitado de forma continua por un grupo de personas
que desarrolle una actividad subsistencial en él, y que sin duda
debió ser este un factor importante en la afección sobre las
materias primas que conforman las estructuras pero a la vez
también suponía una atención a la reparación mas continua
que la que han experimentado las estructuras recreadas en
el poblado prehistórico de la Algaba.
Aun así, este se encuentra situado en un entorno natural de
monte mediterráneo muy bien conservado, con todo el conjunto
305
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
de fauna que en él habita. En la finca, a su vez, se cría una
pequeña cabaña de ganado domestico conformada por bóvidos,
ovinos, équidos y cerdos, muy similar en algunas especies a la
que debió de existir en un poblado de la Prehistoria Reciente.
Esto ha permitido comprobar los problemas de conservación
en las materias primas de las estructuras en la interactuación
con los animales, salvajes, pero sobre todo domésticos. Los
bóvidos, con su envergadura, causan daños en los elementos
estructuras como las techumbres y paredes de las cabañas. El
ganado ovino, con su mayor agilidad, puede incluso acceder
a partes más altas de techumbres y cobertizos. Por último,
especies como el cerdo, que tiene una alimentación variada,
y los canidos han actuado sobre elementos óseos y cordelería
o elementos elaborados con piel, tendones, etc.
En relación a la muralla realizada en mampostería de piedra
trabada con barro, ha presentado en general, buen estado
de conservación a lo largo de estos últimos cinco años. Los
problemas que se han observado y cuantificado han estado
en relación con la sobrecarga, la pérdida del componente de
fijación del mampuesto y las características físico-químicas
de la arcilla utilizada. La composición mineralógica tanto
total como la correspondiente a la asociación de minerales
de esta arcilla se han identificado mediante difracción
de rayos-X (DRX). El análisis mineralógico de la muestra
revela que dicho material está compuesto por dos únicas
fases minerales: arcillas y cuarzo, siendo la primera de
ellas predominante (75%) y la segunda estando presente
en menor proporción (25%). Como minerales de la arcilla
se han reconocido fundamentalmente tres fases minerales:
esmectita, illita y caolinita, de entre las cuales la esmectita y
la illita se encuentran en mayores proporciones, 75% y 20%
respectivamente, mientras que la caolinita aparece solo en
pequeñas cantidades (<5%). La estructura de las esmectitas,
así como su capacidad para hincharse ante la presencia
de agua o fluidos en general, hacen que este mineral sea
altamente inestable tanto si es usado como elemento de
construcción como si se sitúa como sustrato geológico de
base en edificaciones.
Figura 5. Difractogramas. A. Composición mineralógica total de la muestra de arcilla usada en la mampostería de la muralla. B. Fracción arcillosa sin tratar.
C. Fracción arcillosa tratada con Etilenglicol
306
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
Este factor ha originado la aparición de grietas en la
muralla, que con el tiempo ha desestabilizado alguna zona
del lienzo que ha necesitado una reparación para evitar su
desplome. La afección más profunda se produjo a raíz de las
intensas lluvias que se produjeron a finales del año 2009 y
comienzos del 2010 y que afectaron fundamentalmente a la
zona de la entrada, produciendo el desplome parcial de los
bastiones que la flanquean.
Figura 6. A. Vista del alzado de la muralla donde se observa el estado de conservación de esta. B. Detalle de la aparición de grietas que recorren el alzado en sentido
longitudinal y provocan la desestabilización de la estructura. C. Detalle de grietas en la mampostería debido a los procesos relacionados con la carga. D. Vista del derrumbe
de un tramo de la muralla tras las intensas lluvias acaecidas a finales del 2009 y comienzos del 2010
307
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
En el interior de las cabañas, el revoco de barro aplicado a
las paredes se ha visto afectado por los cambios de temperatura
que han provocado un agrietamiento del mismo, por lo que
este necesitaría de frecuentes reparaciones.
Los materiales vegetales usados en la techumbre se han
mostrado bastante eficaces a la hora de proteger de elementos
del clima como las bajas y altas temperaturas, así como las
precipitaciones en forma de lluvia o nieve. A estos hay que
sumar el fuerte viento que suele producirse en ocasiones en
la zona. Los fuertes contrastes de temperatura de la Serranía
de Ronda, no solo entre el verano y el invierno, sino entre el
día y la noche, han afectado en mayor medida a la cordelería
y no tanto a las techumbres elaboradas en retama, la cual
ha mantenido sus características durante estos años. Las
reparaciones efectuadas han estado más enfocadas a la acción
del viento sobre la techumbre que al deterioro del material.
Figura 7. A. Vista de una de las cabañas donde se observa como el deterioro del material y el viento han provocado la rotura de algunas de las tirantas que sujetan
la techumbre. B. Desplazamiento de la cubierta debido al viento. C. Detalle del óptimo estado de conservación de la cordelería interior. D. Vista del revoco de barro del
interior de las cabañas que presenta agrietamiento y precipitaciones de carbonatos
308
Juan TERROBA VALADEZ, Francisco MORENO JIMENEZ, María SANCHEZ ELENA, José Carlos MORENO GONZÁLEZ y David GARCÍA GONZÁLEZ
Perspectivas
En general, podemos determinar que los materiales
usados para la construcción de estructuras de habitación
durante la Prehistoria Reciente, muestran características
óptimas de conservación frente al deterioro provocado por
los agentes climatológicos.
Debido a la escasez de datos de los que disponemos, al
margen de los zócalos de mampostería de piedra, acerca de
la estructura de los hábitats prehistóricos, las perspectivas de
futuro se orientan a la construcción de diversas tipologías de
cabañas. La realizada en el poblado prehistórico de la Algaba
es una propuesta de cómo podían estar conformadas las
techumbres de las cabañas prehistóricas, pero sin duda, se
trata solo de una hipótesis de trabajo y no anula la posibilidad
de que existieran otros tipos constructivos. También con
la premisa de que estos se adaptarían a las condiciones
del lugar geográfico donde se edificaran, y no existiría una
homogeneidad constructiva.
Lo que sí han demostrado, a raíz de esta experiencia
realizada, es que se trata de construcciones totalmente
funcionales en relación a la protección contra los agentes
ambientales, fundamentalmente la lluvia y el viento, y que
requieren de poca inversión de trabajo en reparaciones.
Aun así, un proyecto de investigación en este ámbito debe
prolongarse en el tiempo y sobre todo ser complementado
con la información que vaya generando la investigación
arqueológica y que es la que debe de aportar los elementos
para poder llevar a cabo el diseño estructural de los hábitats
prehistóricos.
Agradecimientos
A todas aquellas personas que han participado y
colaborado a lo largo de estos años en el Centro Algaba de
Ronda y especialmente a aquellas que estuvieron implicadas
en la construcción material del poblado prehistórico, José
del Rio, Daniel Torreño y sin cuya profesional labor este
trabajo no hubiera sido posible. A la Agencia Estatal
de Meteorología (AEMET) por cedernos un conjunto de
datos meteorológicos. A Carmina López Rodríguez por la
elaboración e interpretación de los análisis mineralógicos.
Bibliografía
AGUAYO DE HOYOS, P.; CARRILERO MILLÁN, M.; DE LA TORRE
SANTANA, M. P.; FLORES CAMPOS, C. (1986): “El yacimiento
pre y protohistórico de Acinipo (Ronda, Málaga)”. Campaña
de 1985. Anuario Arqueológico Andalucía 1985, vol. II,
Sevilla: 294-304.
AGUAYO DE HOYOS, P.; CARRILERO MILLÁN, M.; LOBATO
MONCAYO, R. (1988): “Los orígenes de Ronda. La secuencia
cultural según las primeras excavaciones”. Estudios de Ronda
y su Serranía, nº 1: 7-26.
AGUAYO DE HOYOS, P.; CARRILERO MILLÁN, M.; MARTÍNEZ
FERNÁNDEZ, G. (1989): “Excavaciones en el yacimiento
pre y protohistórico de Acinipo (Ronda, Málaga)”. Anuario
Arqueológico Andalucía 1986, vol. II, Sevilla: 333-337.
AGUAYO, P.; CARRILERO, M.; CABELLO, N, DIEGUES, A.;
GARRIDO, O.; MORALES, R.; MORENO, F.; PADIAL, B.; SANZ,
L. (1992): “Excavaciones arqueológicas sistemáticas en el
yacimiento de la Silla del Moro. Primera campaña 1990”.
Anuario Arqueológico de Andalucía 1990, vol. II: 248-255.
ARRIBAS PALAU, A.; NÁJERA, T.; MOLINA GONZÁLEZ, F. DE
LA TORRE; PEÑA, F.; SÁEZ PÉREZ, L. (1978): “El poblado de
la Edad del Cobre de El Malagón (Cullar-Baza, Granada)”.
Cuadernos de prehistoria y arqueología de la Universidad
de Granada, 3: 67-116
BECK, A.S.; CHRISTENSEN, L.M.; EBSEN, J.; LARSEN, R.B.;
LARSEN, D.; MØLLER, N.A.; RASMUSSEN, T.; SØRENSEN, L.;
THOFTE, L. (2007): “Reconstruction – and then what? Climatic
experiments in reconstructed Iron Age houses during Winter”.
En Rasmussen, M. Iron Age houses in flames. Testing house
reconstructions at Lejre. Lejre: Historical-Archaeological
Experimental Centre: 134-173.
CONSTANTIN, C. (1977): “Reconstitution d’une maison néolithique
à Cuiry-les-Chaudardes, Fouilles Protohistoriques de la Vallée
de L’Aisne, Paris I”. Centre de recherches protohistoriques,
Volume 12: 251-261.
DEVOS-FIRMIN, M.F.; FIRMIN, G. (1988): “Construction
d’une ferme gauloise à l’Archéodrome”. L’Archéodrome
et l’expérimentation en Archéologie, Les Dossiers de
l’Archéologie, 126: 26-29.
GALLARDO NÚÑEZ, V. (2007): “Técnicas constructivas
prerromanas de las béticas occidentales”. Revista electrónica
Arqueología y Territorio, 4. Dpto. Prehistoria y Arqueología.
Universidad de Granada: 117-139.
GARCÍA BARRIOS, A (2005): “El espacio doméstico en la
Prehistoria Reciente de la Meseta: el testimonio de las
cabañas de la Edad del Cobre en el valle Medio del Duero”.
Lancia: revista de prehistoria, arqueología e historia antigua
del noroeste peninsular, 6: 59-75
309
Experimentación sobre conservación de las materias primas empleadas en las estructuras constructivas del poblado de la Prehistoria Reciente del Centro Algaba
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXV
GENTIZON, A.L.; MONNIER, J.L. (1997): “Expérimentation en
architecture. La reconstitution d’une maison sur pilotis du
néolithique moyen”. En Pétrequin, P (ed.) Les Sites littoraux
néolithiques de Clairvaux-les-Lacs et de Chalain (Jura) -IIIChalain station 3: 3200-2900 av. J.-C. Paris: 169.
HORNOS MATA, F.; CASTRO LÓPEZ, M.; ZAFRA DE LA TORRE,
N. (1999): “Una macro-aldea en el origen del modo de vida
campesino: Marroquíes Bajos (Jaén, Spain) c. 2500-2000
cal. ANE”. Trabajos de Prehistoria, 56, Nº 1: 77-102
JOHANSEN KLEPPE, E. (1996): “The Iron Age farm - an on site
museum. The first reconstruction of a prehistoric habitation
site in Norway”. En Johansen Kleppe, E. Resi, H (ed.):
XVIIth General Conference of the International Council of
Museums. Bergen, Oslo. Universitetet i Bergen, Universitetets
oldsaksamling: 41-47.
KIRSCH, H.J. (1991): “Illite crystallinity: recommendations
on sample preparation, X-ray diffraction settings, and
interlaboratory samples”. Metamorph. Geol. 9: 665–670.
LOBISSER, W. (2006): “Construction of a circular ditch system
and houses of the middle Neolithic”. EuroREA. Journal for
(Re)construction and Experiment in Archaeology, 3: 11-15.
MARTIN, J.D. (2004): Qualitative and quantitative powder X-ray
diffraction analysis. http://www.xpowder.com
MOLINA GONZÁLEZ, F.; CAMARA SERRANO, J.A. (2005): Los
Millares. Dirección General de Bienes Culturales, Sevilla.
MONNIER, J.L.; PÉTREQUIN, P.; RICHARD, A.; PÉTREQUIN, A.M.;
GENTIZON, A.L. (1991): Construire une maison 3000 ans
avant J.C. Le lac de Chalain au Néolithique, Paris.
MORENO JIMENEZ, F.; SÁNCHEZ ELENA, M.; TERROBA VALADEZ,
J.; AFONSO MARRERO, J.A.; MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, G.;
MORGADO RODRÍGUEZ, A.; MORENO GONZÁLEZ, J.C
(2007): “Un proyecto integral de Arqueología Experimental: el
poblado de La Algaba (Ronda, Málaga)”. En Ramos Sainz, M.L.
González Urquijo, J.E. Baena Preysler J. (eds.): Arqueología
experimental en la Península Ibérica. Asociación Española
de Arqueología Experimental: 37-44
MURILLO DÍAZ, T.; FERNÁNDEZ GÓMEZ, F.; OLIVA ALONSO, D.
(2005). “Una cabaña de la edad del cobre en Valencina de la
Concepción (Sevilla)”. Revista de humanidades, 14: 177-196
PLEINEROVÁ, I. (1991): L’expérience de Brezno: reconstruction
des maisons slaves primitives. En Archéologie expérimental,
Tome 2 - la Terre: l’os et la pierre, la maison et les champs,
actes du Colloque International “ Expérimentation en
archéologie: Bilan et perspectives “, tenu à l’Archéodrome
de Beaune: 170-175.
SAINTY, J.; SCHNITZLER, B. (1985): “Construction d’une maison
néolithique a Blotzheim”. Cahiers d’Alsaciens d’Archéologie,
d’Art et d’Histoire, Volume XXVIII: 7-20.
SÁNCHEZ ELENA, M.; GARCÍA GONZÁLEZ, D. (2009): “La entidad
patrimonial Algaba de Ronda: un modelo de gestión integral
de los recursos del mundo rural”. En Ruiz González, B (coord.):
Dólmenes de Antequera. Tutela y valorización hoy: 330-342
SÁNCHEZ ELENA, M.; VALLE ARIAS, A.; GARCÍA GONZÁLEZ, D.;
ORDOÑEZ VERGARA, P. (2008): La Prehistoria en la Serranía
de Ronda. El poblado arqueoexperimental de la Finca Algaba.
VELA COSSÍO, F. (1995): “Para una Prehistoria de la vivienda:
aproximación historiográfica y metodológica al estudio del
espacio doméstico prehistórico”. Complutum, 6: 257-278
310
David ASENSIO, Ramon CARDONA, Conxita FERRER, Jordi MORER, Josep POU y David TOUS
- XXXVI Experimentación en el almacenaje en silos
en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
David ASENSIO *, Ramon CARDONA **, Conxita FERRER **, Jordi MORER *, Josep POU ** y David TOUS ***
* Moniber Rocs, S.L.
** Centre d’Estudis Lacetans.
*** S.A.F. S.L.
Resumen
Las excavaciones en el poblado de Sant Esteve d’Olius
en la comarca del Solsonés han puesto al descubierto hasta
el momento un total de 171 silos. De estos, 93 corresponden
al período ibérico mientras que el resto (78) pertenecen a
época medieval. A pesar de que la mayoría de estos silos se
hallaban recortados por su parte superior y no se conserva la
boca original, se ha podido excavar uno que permanece con
todo su perfil intacto. En este silo se introdujeron un total
de 1000 kilos de cebada el 21 del septiembre de 2007. En el
interior del mismo se han colocado tres sensores que miden de
forma constante las variaciones de temperatura y humedad.
Palabras clave:
Estos datos son registrados y trasladados periódicamente
a través de un terminal a un ordenador que realiza las
distintas gráficas. Esta recogida de datos ha permitido
observar que, pasado un período de adaptación inicial, las
condiciones de humedad y temperatura en el interior del silo
son estables y apenas sufren variación independientemente
de las condiciones atmosféricas exteriores. Más adelante,
la apertura del silo está permitiendo obtener datos sobre
el porcentaje de aprovechamiento y sacrificio del cereal
depositado.
Experimentación, silo, cereal.
Abstract
The excavations in Sant Esteve d’Olius settlement in
the region of the Solsonès have brought to light up to the
moment a whole of 171 silos. Of these, 93 correspond to
the Iberian period whereas the rest (78) belong to medieval
period. In spite of the fact that the majority of these silos
were cut away on their top part and the original mouth does
not remain, there is the exception of one silo that has been
excavated with all its profile intact. In this silo archaeologists
put a whole of 1000 kilos of barley on 21st of September
2007. Inside the silo there are three sensors controlling the
Key words:
fluctuation of temperature and humidity. This information
is registered and moved periodically through a terminal
to a computer and transformed in different graphics. The
information obtained has allowed observing that, after a
period of initial adjustment, the conditions of humidity and
temperature inside the silo are stable and scarcely have they
suffered variation independently of the atmospheric exterior
conditions. Later on, the opening of the silo is allowing
obtaining information on the percentage of utilization and
sacrifice of the deposited cereal.
Experimentation, silo, cereal.
Introducción
El objetivo de este artículo es el de realizar una primera
presentación del proyecto de experimentación sobre el
almacenaje en silos en época ibérica en el nordeste de la
península ibérica. La base arqueológica del cual parte este
proyecto son los datos que aporta el proyecto de excavación
arqueológica del yacimiento de Sant Esteve de Olius.
En el año 1996 el Centre d’Estudis Lacetans inició los
trabajos de investigación en la zona. El proyecto se ha
centrado en la excavación arqueológica de tres yacimientos:
en el asentamiento ibero-romano de la Codina; el campo de
silos de Sant Esteve de Olius y recientemente en el oppidum
de Castellvell (Asensio et al. 2001 y 2002).
En este sentido es necesaria una breve explicación del
yacimiento, así como exponer las hipótesis que nos genera tanto a
nivel de funcionamiento de los silos y de sus reutilizaciones como
las derivaciones sobre estudios de economía en época ibérica.
311
Experimentación en el almacenaje en silos en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVI
Situación del yacimiento
Olius se encuentra en la provincia de LLeida, en la comarca
del Solsonés (Fig. 1). Se trata de una comarca prepirenaica
donde se combinan campos de cultivo (sobretodo cereal),
con grandes extensiones de bosque. Brevemente, hay que
citar que, donde se encuentra este campo de silos de Olius,
destaca un notable ejemplar del románico lombardo de siglo
XII, donde resalta la cripta. Finalmente citar que a pocos
metros se encuentra un cementerio de estilo modernista.
Figura 1. Localización del yacimiento de Sant Esteve de Olius
El yacimiento se encuentra en una pequeña elevación
flanqueada por dos cursos de agua. Presenta unos 7000
metros cuadrados de superficie en una plataforma de forma
ovalada. De éstos, un 20% está ocupado por edificaciones de
factura medieval o moderna (iglesia, escuela, rectoría…). En
el resto de espacio sin construcciones se ha podido intervenir
arqueológicamente abriendo en extensión. El resultado
hasta el momento es la documentación, en el extremo sur,
de una serie de estructuras de hábitat, destacando el muro
de cierre. El resto de la zona abierta está ocupada por lo que
conocemos como un campo de silos.
En esencia este yacimiento lo podemos definir como
una gran área de almacenaje de excedentes de cereal
delimitada y protegida por una muralla, un granero fortificado
(Fig. 2). Dentro de la tipología de yacimientos de época
ibérica, este asentamiento se definiría como un núcleo de
actividad económica especializada: la acumulación y gestión
312
de excedentes de grano. En este tipo de yacimiento las
estructuras de hábitat, a diferencia de otros asentamientos
como el oppidum de Castellvell, presentan un peso específico
menor.
De las diferentes agrupaciones de silos distinguen silos
rellenos en época medieval y en época ibérica. Hasta el
momento se han excavado 93 silos rellenos en época ibérica
y 78 en época medieval.
La morfología de los silos de relleno ibérico es siempre
muy homogénea, con secciones muy similares. Por el contrario
los silos con amortizaciones en época medieval presentan
una variabilidad formal muy acusada. De hecho un grupo
importante de los rellenados en época medieval tienen una
forma y dimensiones prácticamente iguales a los rellenados
en época ibérica, y sin cortar a silos de época ibérica, a
diferencia de los de morfología claramente medieval.
David ASENSIO, Ramon CARDONA, Conxita FERRER, Jordi MORER, Josep POU y David TOUS
Siguiendo esta argumentación, creemos muy verosímil
la hipótesis que estos silos de morfología ibérica y relleno
medieval han sido reaprovechados como silos en época
medieval. Es decir, en esta zona, a partir del siglo X d.C.
se localizarían los silos ibéricos en perfecto estado (tal vez
vacíos) y listos para reutilizarlos como tales.
De hecho en la campaña del 2007 se localizó un silo
de morfología medieval completo, con la tapadera in situ
y completamente vacío su interior (Fig. 3). Fue éste el silo
que se decidió reutilizar, dando pie a este inicial proyecto
de experimentación.
Figura 2. El silo utilizado en la experimentación en el momento de su hallazgo
La experimentación
Hipótesis previas
La intervención que se pretende llevar a cabo parte de
unas hipótesis previas, relacionadas a continuación:
• Factibilidad de la reutilización de la estructura de silo
como tal diez siglos más tarde de su construcción
• Intentar hacer más precisiones sobre cómo funciona
el mecanismo de conservación.
• Registro de la pérdida de cantidad y de calidad del
grano almacenado para poder hacer precisiones importantes
en estudios de economía en la antigüedad.
El proceso
Tal como se puede desprender por lo descrito anteriormente,
la construcción del silo para llevar a cabo la experimentación
no fue necesaria. Simplemente se destapó y acondicionó
(limpiando el barro del fondo), sin revocarlo. Por lo que
respecta al grano a introducir se optó por la cebada vestida,
que es el cereal documentado en mayor proporción en este
yacimiento. Desde la intervención del año 1998 se realizan
de forma ininterrumpida recogidas de muestras de sedimento
para esclarecer cuestiones relacionadas con la explotación de
los recursos vegetales. Durante la intervención arqueológica
313
Experimentación en el almacenaje en silos en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVI
efectuada en el año 2006 se pudo documentar una cubeta,
excepcional por la presencia de una concentración de miles
de restos de cebada vestida carbonizada. La importancia de
este hallazgo ha motivado su presentación ya en un artículo
específico (López 2008).
Así, el 21 de septiembre de 2007 se introdujeron un total
de 1000 Kg de cebada vestida en el interior del silo. Al mismo
tiempo que se introducía el grano se introdujeron los sistemas
de registro (Fig. 4 y 5). La participación de la empresa SAF SL
ha sido vital para el buen desarrollo de la investigación. SAF
es una empresa pionera en servicios al sector agropecuario
y se dedica a la programación y asesoramiento para el
riego, a la prospección de suelos, a servicios de información
geográfica y a la topografía agraria. Lo que se ha hecho en
esta investigación arqueológica es aplicar esta tecnología a
la experimentación de Olius1.
Figura 3. Momento del relleno del silo. Al mismo tiempo de iban
colocando los sensores de temperatura y humedad
Figura 5. Sellado del silo.
En este caso se instalaron unos sensores de temperatura
y humedad a diferentes profundidades (inferior, media y
superior), más un sensor en el exterior para poder hacer las
comparativas pertinentes. Estas sondas van conectadas a un
datalogger con un software de descarga, recogiendo datos
de temperatura y humedad de cada sonda en períodos de
una hora, es decir 24 lecturas al día por cada sonda. Recién
instalado el sistema de registro ya se pudieron recoger los
datos iniciales de la experimentación antes del vaciado del
grano. Así la primera sonda, situada a 1’80 de profundidad,
señala una HR inicial de 70,4 y una temperatura de 23ºC. La
segunda sonda, situada a un metro de profundidad, indica
79,0 HR y 20,8ºC. Y la tercera sonda, a nivel casi de la boca
del silo, señala 80,7 HR y 20,6ºC.
Una vez vaciado el grano los parámetros son los
siguientes: sonda 1 (44,3 HR, 25,1º); Sonda 2 (43,7 HR, 24ºC).
Sonda (44 HR, 22,9ºC). La temperatura exterior es de 22,6ºC.
Una vez rellenado el silo e instalado el sistema de registro,
el silo fue tapado utilizando la misma tapadera y se selló
con una capa de barro y paja amasados, más un pequeño
montículo de tierra2 (Fig. 6).
Primeros resultados:
Como ya se ha dicho, se ha monitorizado la humedad
y temperatura en continuo para analizar la evolución de la
conservación del grano durante el periodo de almacenamiento.
Respecto a los parámetros analizados también se ha tenido en
cuenta la actividad de agua (aw) inicial y final del experimento.
La conservación de granos y semillas tiene como objetivo
reducir al máximo las pérdidas cualitativas y cuantitativas
Figura 4. El silo una vez lleno
1. Este control es muy sofisticado y funciona a base de materiales muy resistentes
que aseguran una monitorización de la humedad y la temperatura a largo plazo.
Son equipos que consumen muy poca energía y que permiten hacer intervalos de
medición desde un minuto. Las sondas van todas conectadas a un datalogger de
cinco canales con un software de descarga de datos. La autonomía de esta estación
es de dos años registrando datos.
314
2. Las formas de sellado de silos se han documentado en estudios etnográficos
realizados en el norte de África, así como también en distintas fuentes históricas.
David ASENSIO, Ramon CARDONA, Conxita FERRER, Jordi MORER, Josep POU y David TOUS
del producto. Los factores que influyen en estos cambios
son:
• Temperatura
• Humedad relativa en Equilibrio (ERH)
o Actividad de agua (aw)
• Oxigeno
• Nutrientes
• pH
• Inhibidores naturales o añadidos
Pero quizás, sea la humedad el factor más importante
de todos, ya que interviene en los cambios químicos,
las reacciones enzimáticas y en el desarrollo de los
microorganismos, condicionando el deterioro del producto.
La humedad relativa (HR) es la relación entre la cantidad
de vapor de agua que contiene el aire y la cantidad que podría
llevar cuando está completamente saturado a la misma
temperatura. Cualquier producto poroso en contacto con el
aire absorbe o pierde humedad, y habrá una transferencia de
humedad hasta que, después de un tiempo, sus valores de
humedad se equilibren. Este parámetro se denomina Humedad
Relativa en Equilibrio (ERH) y se expresa en porcentaje, o
también actividad de agua (aw) y se expresa en valores de 0-1.
En el caso de los granos almacenados en el silo de
Olius, el valor de HR que se mide es el correspondiente a
la HR existente en el espacio entre granos. Cuando este
valor de humedad se estabiliza, se asume que el sistema
ha alcanzado el estado de equilibrio y que los registros de
HR = ERH = aw del grano.
Si el aire en contacto con el grano tiene un valor de HR
inferior al valor de ERH, el agua del grano disminuirá y la
HR del aire aumentará, hasta alcanzar el equilibrio. Por el
contrario, si el aire posee un valor de HR superior al valor
de equilibrio, el contenido de humedad del grano aumentará
y pueden empezar a producirse problemas de deterioro del
producto. Esta situación se verá agravada si además se
produce un aumento de la temperatura.
Los microorganismos necesitan agua para su desarrollo,
existiendo unos valores de aw umbral, por lo que la disminución
de la aw se puede emplear como un método de preservación.
En general, el desarrollo de las bacterias se inhibe
a valores de aw< 0,85, incluyendo tanto a las patógenas
como a las que deterioran los alimentos. Las levaduras
y mohos son más tolerantes a los valores de aw bajos,
necesitándose valores de aw< 0,60 para asegurar una buena
preservación. En resumen, los valores de aw para el desarrollo
de microorganismos son:
Bacterias
• 0,90 - 0,91
• Staphylococcus aureus – 0,83
• Halofilas bacteria – 0,75
Levaduras
• 0,87 - 0,94
• Osmotolerantes – 0,60
Mohos
• 0,70 - 0,80
• Xerofilos – 0,60
La mayoría de insectos (salvo Psocoptera ) pueden
desarrollarse a valores de HR inferiores a 60%. Las arañas
(Acarina) necesitan valores de HR superiores al 60% para
completar su desarrollo.
Respecto la muestra analizada de las semillas del silo
d’Olius el resultado inicial del momento del ensayo es: aw 0.387
En cuanto la muestra analizada de las semillas del silo
d’Olius en el momento de apertura del silo3:
Fecha: 15/05/09
Sin machacar:
M1 aw 0.804
M2 aw 0.777
M3 aw 0.754
Machacadas con mortero:
M1 aw 0.774
M2 aw 0.762
M3 aw 0.755
El límite de seguridad a largo plazo de almacenamiento de
cereales (ERH = 65%) se puede derivar de una isoterma de la
curva de la humedad. Condiciones en un grano grueso suelen
variar durante el almacenamiento. En las zonas climáticas
templadas de Australia, la temperatura del grano es probable
que oscile entre 15 y 40°C durante el almacenamiento. El
contenido de humedad del grano recién cosechado también
varía, y poco a poco se equilibra (iguala-out) durante el
almacenamiento.
3. Análisis realizados en Centre d’Assessoria Dr. Ferrer.
Laboratori d’anàlisi d’aliments.
Equipo AQUALBserie 3TE serial0308991813.
315
Experimentación en el almacenaje en silos en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVI
Descripción de las análisis obtenidos
A partir de los gráficos de resumen se pueden ver las
temperaturas exteriores durante todo el período de lecturas
y la temperatura media y humedad relativa media en el
interior del silo. Destaca el diferente comportamiento entre
les temperaturas exteriores y las del silo. En el exterior, la
temperatura presenta mayor variabilidad entre los diferentes
meses y entre el día y la noche, con oscilaciones que no se
dan en el interior del silo. Durante los meses de verano la
temperatura media del silo se acerca a los valores máximos
obtenidos en el exterior. Este comportamiento se explica en
otro de los gráficos, donde se observa durante los meses de
verano una mayor gradación entre las temperaturas en las
diferentes profundidades del silo. La sonda mas superficial
presenta valores, durante estos meses, que llegan a superar
las máximas exteriores.
En lo que respecta la humedad relativa, se consigue un
ambiente estable entre el 50 y 60% de HR. Entre los meses
de septiembre y mayo, tal como puede verse en el gráfico,
los tres sensores están prácticamente estables desde el
mismo momento en que se inicia la experimentación y
sólo se observa una ligera modificación a partir de mayo,
estabilizándose la humedad poco después. Atribuimos el
ligero ascenso de humedad relativa de mayo a las intensas
lluvias de la primavera de 2008.
Si observamos atentamente el gráfico de la humedad
relativa, podemos apreciar que las sonda 2 y 3 apenas sufren
variación en comparación con la lectura tomada al inicio de
la experimentación. La sonda 1, la más superficial, recoge la
variación más brusca. Así, al cabo de un mes de cerrar el silo,
la humedad relativa de la zona superior del silo, la que está
en contacto con la losa de cierre, sube bruscamente menos de
un 20% hasta estabilizarse de nuevo y rápidamente. A partir
del mes de octubre las tres sondas recogen unos parámetros
estables que ascienden muy lentamente hasta padecer un
cambio algo más brusco a finales de mayo. Este cambio lo
recogen por igual los tres puertos interiores de recogida de
información. Entre agosto y septiembre, la humedad se ha
estabilizado de nuevo en un paréntesis entre 60 y 70% de
humedad relativa.
Apertura del silo
El 21 de marzo se abrió el silo después de justo un
año y medio. Un equipo de cinco personas destapó el silo,
primero el pequeño túmulo creado encima de la boca de
éste, dejando al descubierto en primera instancia la caja
que alberga el datalogger. Excavado el túmulo (unos 220 kg
de tierra vegetal), quedó a la vista la capa de barro amasado
con paja que sellaba la losa del silo. Se había utilizado arcilla
verde (limonita) cribada para aislar bien el silo. Esta capa de
arcilla se aplicó después de pastar, sin secado al sol previo,
depositando a continuación sobre ella el pequeño túmulo
de tierra. En la reexcavación ahora de estos sedimentos
utilizados para crear una capa hermética sobre la tapadera
del silo, se observó que esta capa de arcilla aparecía muy
homogénea, sin grietas, bien amasada y muy compacta.
Se veían aún los trozos de paja del amasado. Esta capa de
sellado tenía un metro de diámetro. Se excavó con paletín
y se guardó una muestra.
Cuando se levantaron las losas que cerraban la boca del
silo se pudo apreciar en seguida el buen estado del grano.
Se vació el contenido del silo hasta dejar una cámara de aire
de medio metro. Se recogieron cinco litros de muestra de
cebada para analíticas de pérdida de masa y humedad (Fig.
8). El vaciado parcial del silo permitió observar perfectamente
el proceso que había seguido el grano durante el tiempo
almacenado. La cebada había creado una capa de grano
germinado de unos 2’5 a 3cm. en toda la pared del silo (Fig.
9). Esta capa había servido de pared protectora del resto
del grano que se encuentra intacto. Se practicó una cata
en la pared del silo, donde el grano aparecía germinado,
para recoger una muestra y ver el espesor de dicha capa.
Se recogieron, además, 73 litros de cebada como muestra
para realizar posteriores análisis de la evolución del grano
en distintos ambientes.
Figura 6. Apertura del silo y registro de datos
316
David ASENSIO, Ramon CARDONA, Conxita FERRER, Jordi MORER, Josep POU y David TOUS
Al final, después de realizar todas las observaciones
pertinentes se volvió a sellar el silo, dejando en este caso
el sensor superior dentro de la cámara de aire de esta parte
del silo. Los otros dos sensores no modifican su situación
al encontrarse en la posición inicial del experimento, entre
el grano.
Figura 7. Vaciado del silo y cata de la pared
Consideraciones finales
Por lo que respecta a la conservación del grano de un
silo, ésta se debe básicamente a la ausencia de oxígeno (O2)
a favor de una atmósfera con una alta tasa de dióxido de
carbono (CO2), a la presencia de bajas temperaturas y una
baja humedad. Veamos si estos factores se han cumplido
en el silo de Olius.
Hemos podido ver a través de la experimentación que la
alteración del grano se produce en las paredes y en la boca
a causa seguramente de la absorción de agua procedente
de la filtración de la lluvia. Los cambios en la atmósfera
intergranular del grano del silo, que reduce continuamente
el oxígeno y aumenta el dióxido de carbono desplazan
insectos y ácaros hacia paredes y boca. (Miret 2008: 233).
También sabemos que el grano absorbe humedad de las
paredes del silo y que una prolongación excesiva del cereal
puede acarrear una subida de la humedad y por lo tanto de
los microorganismos.
El hecho que el grano se haya almacenado en el subsuelo
supone un índice de temperaturas más constante, más frescas
en verano y más calientes en invierno, pero sin cambios
bruscos que sí se producen en el exterior.
No ha habido actividad de hongos y bacterias. La mayoría
de insectos, hongos y bacterias presentan poca actividad
por debajo de los 15º.
A partir de estos datos se corrobora experimentalmente
las hipótesis previas sobre la reutilización de estructuras
de silos mil años después de su construcción. Así, los silos
identificados durante la excavación como medievales pero
con una tipología igual a los identificados como ibéricos,
pueden ser contabilizados como tales. De esta manera se
amplía la capacidad de almacenamiento total del yacimiento,
hecho que se deberá tener en cuenta al realizar estudios
económicos sobre almacenaje y distribución en el conjunto
de Olius en época ibérica.
Perspectivas de futuro
A partir de este momento se plantean nuevas hipótesis
que deberán ser experimentadas próximamente y que se
resumen en:
• Sobre el funcionamiento del silo, teniendo en cuenta
que éste no está revocado y sus paredes son el terreno
gravoso natural.
• Sobre si puede haber diversas aperturas en espacios
reducidos de tiempo y si se producen alteraciones en las
características del cereal.
• Sobre pérdida de calidad y cantidad de grano
almacenado, teniendo en cuenta que no se ha utilizado
grano elaborado según las técnicas tradicionales de segado
y secado (Miret 2008: 218).4
• Sobre la influencia del tipo y características del sellado
del silo en la evolución del cereal en el interior de éste.
4. Un buen secado con humedades inferiores al 10% evitan la proliferación de hongos
317
Experimentación en el almacenaje en silos en Sant Esteve de Olius (Solsonès, Lleida)
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVI
Agradecimientos
Agradecemos las gestiones del Ayuntamiento de Olius y a la empresa Rigasol por la cesión gratuita del grano utilizado
en esta experimentación.
Bibliografía
ASENSIO, D.; CARDONA, R.; FERRER, C.; MORER, J.; POU, J.
(2001): “Tipus d’assentaments i evolució del poblament ibèric
a la Catalunya Central (eix Llobregat-Cardener)”. Actes de
la I Taula Rodona Internacional d’Ullastret: Territori polític
i territori rural durant l’edat del ferro a la mediterrània
occidental. Monografies d’Ullastret, 2: 183-201.
ASENSIO, D.; CARDONA, R.; FERRER, C.; MORER, J.; POU, J.
(2002): “El jaciment ibèric de Sant Esteve d’Olius (Olius,
Solsonès): un centre d’acumulació d’excedent agrícola del
segle III aC a la Lacetània”. Oppidum. Revista cultural del
Solsonès, 2: 95-103.
LÓPEZ REYES, D. (2008): “Arqueobotànica de l’ordi vestit
(hordeum vulgare l.): El graner fortificat de Sant Esteve
d’Olius (Olius, Solsonès) (s. III ane)”. Cypsela, 17: 201-218.
MIRET, J. (2005): “Les sitges per emmagatzemar cereals. Algunes
reflexions”. Revista d’Arqueologia de Ponent, 15: 319-332.
318
Margarida GENERA I MONELLS
- XXXVII Investigación y Arqueología experimental.
La preparación de los adobes y otros elementos
de barro en el yacimiento protohistórico del Puig Roig
del Roget, el Masroig, Tarragona
Margarida GENERA I MONELLS
Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació, Generalitat de Catalunya, SEDPGYM
Resumen
Detallamos los procedimientos de preparación de todos
los elementos constructivos elaborados con arcilla, dando a
conocer los resultados de las analíticas practicadas en varias
de las muestras, así como los trabajos de reconstrucción de
los mismos, en el asentamiento del Puig Roig.
Los adobes son un elemento de gran importancia,
empleado no solo para la construcción de las distintas
habitaciones, sino también para las estructuras de protección
y cierre del propio poblado. Todos los muros de las estancias,
estaban construidos con un zócalo de tres a cinco hiladas
de piedra arenisca roja del Buntsansdtein, completados por
adobes adheridos entre sí por una masa de composición
Palabras clave:
arcillosa, mientras que las paredes únicamente de adobe
son utilizadas como elemento de cierre o delimitación del
espacio interior. Todas las piezas de adobe parecen estar
elaborados con una pasta de las mismas características
preparada in situ con moldes idénticos. Algunos espacios
conservaban restos de pintura policroma. Así mismo, las
techumbres estaban recubiertas también de una mezcla de
arcillas reforzadas con placas de pizarra.
En este caso, la arqueología experimental nos ha servido
una vez más para corroborar los datos obtenidos durante
la investigación y poder identificar con mayor precisión la
procedencia de los materiales empleados.
Materiales constructivos, arcilla, hábitat protohistórico.
Abstract
In this paper detailed the procedures for the preparation of
all construction elements made from clay, and to publish the
analytical results performed on several samples, as well as
the reconstruction of the same, in the settlement of Puig Roig.
The bricks are a very important element, used not only
for the construction of the rooms, but also for protective
structures and close of own town. All the walls of the rooms,
were built with a base of three to five rows of red sandstone,
supplemented by bricks stuck together by a mass of clay,
Key words:
while only adobe walls are used as sealing element or delimitation of interior space. All bricks are made with a paste
of the same features in situ prepared with identical molds.
Some spaces preserved remains of polychrome paint. Also,
the roofs were also coated with a mixture of clay reinforced
with plates of slate.
In this case experimental archeology has once again served
to corroborate the data obtained during the investigation and
to identify more precisely the origin of the materials used.
Constructive materials, clay, settlement protohistoric.
Introducción
El presente trabajo detalla los procedimientos de
preparación de todos los elementos constructivos elaborados
con arcilla, dando a conocer los resultados de las analíticas
practicadas en varias de las muestras, así como los trabajos
de reconstrucción de los mismos, en el asentamiento del
Puig Roig (Fig. 1 y 2.a).
Los adobes son un elemento gran importancia, empleado
no solo para la construcción de las distintas habitaciones,
319
Investigación y arqueología experimental. La preparación de los adobes y otros elementos de barro en el yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVII
sino también para las estructuras de protección y cierre del
propio poblado.
Este artículo comprende los siguientes apartados: a) el
asentamiento del Puig Roig del Roget: la utilización del barro
como elemento constructivo; b) técnicas de fabricación; c)
ejecución de las paredes; c) resultados de las muestras;
d) algunos datos sobre la musealización del yacimiento.
La investigación de los adobes ha sido realizada con
la colaboración del arquitecto Carlos Brull Casadó, que
también ha sido el codirector de los trabajos de adecuación
del yacimiento. Así mismo, los análisis han sido efectuados
por el Sr. Joan Enrich.
Figura 1. Situación del yacimiento del Puig Roig del Roget
El asentamiento del Puig Roig del Roget: la utilización del barro como elemento constructivo
Todos los muros de las estancias correspondientes
a la última fase de ocupación, estaban construidos con
un zócalo de tres a cinco hiladas de piedra arenisca roja
del Buntsansdtein (tonalidad cromática dominante en el
paisaje, a lo cual se debe el topónimo) completadas por
adobes adheridos entre sí por una masa de composición
arcillosa, mientras que las paredes únicamente de adobe
son utilizadas como elemento de cierre o delimitación del
espacio interior. Todos parecen estar elaborados con una
pasta de las mismas características preparada in situ con
moldes idénticos. Algunos espacios conservaban restos de
pintura policroma (Fig.2.b).
En el área central localizamos un sector de unos 10 m2,
donde se encontraron los restos de un muro de adobe, del
que se conservaban ocho hiladas (Fig.3).
320
A grandes líneas encontramos los siguientes tipos de
elementos fabricados con arcilla:
1. Placas sin límites definidos, que hemos considerado que
formarían parte del sistema de cubierta. Se han recuperado
diversos fragmentos con las improntas de ramas, cañizos y
hojas de pino.
2. En forma de anilla troncocónica. Habrían sido el
soporte de algún objeto, como posiblemente algunas vasijas
de almacenaje.
3. Los llamados propiamente adobes, en forma de
paralelepípedo, utilizados para la ejecución de las paredes,
por cuya razón son los más abundantes.
Margarida GENERA I MONELLS
Técnicas de fabricación
Figura 2. a. El Puig Roig del Roget; b. Vista aérea del asentamiento
Figura 3: Detalle de una de las habitaciones con un muro de adobe derribado
Todos los adobes, elaborados a molde presentan las
siguientes dimensiones: Longitud: 24-50 cm; Ancho: 19-20 cm.;
grosor: 15-16 cm.
En el proceso de fabricación podemos distinguir las
siguientes fases (Fig.4):
1. Amasado: con mezcla natural o bien artificial de arcilla
y arena; agua y elementos vegetales como estabilizadores.
Estos últimos cumplen la doble función de:
• Proporcionar mayor cohesión y resistencia al rozamiento
• Amortiguar las modificaciones volumétricas propias del
secado o variación de la humedad en general, mejorando,
así, el comportamiento interno del adobe.
2. Moldeado. A partir del estudio de los adobes
analizados, hemos deducido la manera de dar forma a la masa
preparada, mediante la utilización de moldes, siguiendo un
proceso que consistía en: depositar cierta cantidad de masa
dentro del molde y sobre ella esparcir una pequeña capa de
elementos vegetales triturados independientemente de los
que contenía la propia arcilla. Así sucesivamente, hasta llenar
el molde. Es, en este momento, cuando deberían ejecutarse
las impresiones que encontramos en la práctica totalidad
con la mano izquierda y con la intencionalidad de aumentar
la adherencia entre una y otras piezas.
3. Secado: Mediante la exposición de los adobes al sol,
durante un espacio de tiempo como mínimo de 2 a 3 semanas,
en las estaciones más secas. Esta fase de fabricación requería
disponer de un espacio amplio y probablemente fuera del
amparo que las construcciones del poblado ofrecían.
En la construcción de las paredes, observamos que en
primer lugar, se ha procedido a la preparación del asiento,
regularizando la cara superior del zócalo (piedra) mediante
una capa apisonada de masa de características análogas
a las del adobe. En segundo lugar, se colocaron las piezas
de adobe. La unión entre ellas se consiguió mediante una
argamasa de arcilla. La disposición de los adobes depende
del tipo de muro, según sean simples o gruesos.
De media asta. Ejecutados con aparejo a soga de juntas
desplazadas.
De asta entera. Los adobes estarían dispuestos a tizón.
Es muy probable que se utilizara una argamasa a base de
arcilla, ya que algunos adobes conservan restos de materiales
adheridos. La unión de las piezas se vería favorecida por la
existencia de las improntas practicadas con los dedos de la
mano izquierda. Esta parte imprentada siempre aparece cara
321
Investigación y arqueología experimental. La preparación de los adobes y otros elementos de barro en el yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVII
abajo. Esta posición habría favorecido la adherencia entre
las diferentes hiladas.
El muro así construido, se finaliza con la aplicación de un
fino enlucido (3-10 mm) que favorecía la unión de las piezas a
la vez que dota de mayor protección ante los efectos directos
de la humedad al conjunto del muro. En determinados casos,
encontramos un trasdosado de las losas irregulares en la
cara exterior de algunos muros, a nivel de base, con el fin
de protegerlos y a la vez de conseguir mayor estabilidad.
En la construcción de las viviendas las paredes de adobe
tendrían dos funciones: la de elementos de cierre, la de
elementos divisores de las estancias.
La diferencia fundamental es que en el primer caso la
fábrica descansa sobre un zócalo de piedra, mientras que en
el segundo la base de la pared sigue siendo la propia roca
natural o el mismo suelo de la habitación.
Resulta difícil pensar que dichas construcciones pudieran
dar cabida mínimamente a personas de 1,70 m o 1,8 cm.
de altura y pudieran resistir los efectos del viento y demás
agentes metereológicos sin la existencia de otros elementos
de apuntalamiento. Algunas de las estancias se edificaron
con la ayuda de ellos, dato documentado por la presencia
de hoyos practicados en el interior de las mismas.
Pensamos que las techumbres estarían recubiertas de
argamasa y ramajes, reforzados por placas de pizarra, cuyos
restos han aparecido durante las excavaciones.
Figura 4. Diferentes fases de elaboración de un adobe (dibujo Julià Riu Serra)
Resultados de las muestras
En 1977 ya practicamos algunos análisis sobre
diversas muestras de elementos cerámicos y de materiales
constructivos fabricados con arcilla, procedentes de varios
yacimientos pre y protohistóricos de esta misma zona entre
ellos, del propio Puig Roig.
Los análisis efectuados el año 2005 sobre otras muestras
de adobe evidenciaron, que estos materiales habían sido
322
sometidos a una cocción entre los 300 y 400º, hecho que
los hacía mucho más resistentes capaces de soportar una
presión de 4,5 K/cm2. En cuanto a la fracción fina contenida
en las pastas de los adobes encontramos los siguientes
porcentajes: (73,33% de arena – 19,33% de limos – 7,34%
arcillas), con lo cual podemos afirmar que estaban compuestos
básicamente por arenas y limos.
Margarida GENERA I MONELLS
Algunos datos sobre la musealización del yacimiento
La musealización del Puig Roig debe inserirse en la trama
explicativa de la cuenca minera. La visita conjunta con la de
las minas amplía su contenido, ofreciendo una visión más
global de lo que ha representado la minería del plomo a lo
largo de varios milenios.
Teniendo en cuenta las características del material
constructivo, en la adecuación de este yacimiento se han
seguido una serie de criterios que podemos resumir de la
forma siguiente:
• Autenticidad y rigor científico en el tratamiento de la
información a transmitir.
• Respeto hacia el entorno natural, procurando que cada
actuación afecte el mínimo de los elementos originales del
medio.
• Minimización de las intervenciones añadidas.
• Modernidad versus antiguo, en lo que se refiere a los
elementos aportados: como los elementos de señalización,
o bien, las posibles pasarelas, que habrá que instalar más
adelante, etc. Dentro de la modernidad, se ha procedido de
acuerdo con la linealidad de los factores determinantes.
En este caso, la experimentación nos ha servido para
corroborar los datos obtenidos durante la excavación y
poder identificar con mayor precisión la precedencia de los
materiales empleados. Además, nos ha permitido también,
obtener resultados mucho más rigurosos en los trabajos
de adecuación del conjunto, hasta el punto de considerar
imprescindible una fase previa de experimentación a la
consolidación y musealización de un determinado yacimiento
arqueológico.
Bibliografía
GENERA I MONELLS, M. (1986): “Els pobles de camps d’urnes al
sud-est de Catalunya: l’establiment del Puig Roig”. Tribuna
d’Arqueologia 1985-1986. Departament de Cultura de la
Generalitat: 53-61, Barcelona.
GENERA I MONELLS, M.; BAUCELLS, M.; LACORT, G.; ROURE,
M. (1985): “L’economia protohistòrica: Aspectes de la
metal·lúrgia al Priorat i a la Ribera d’Ebre”. II Reunió
d’economia antiga de la Península Ibèrica, Pyrenae, 21: 45-46
GENERA I MONELLS, M. (1991): L’Ebre final: del Paleolític al
món romà. Editat per l’Institut d’Estudis Dertosencs, núm.
37. Tortosa.
GENERA I MONELLS, M.; BRULL, C. (1987): “Consideraciones
sobre elementos de construcción en asentamientos
protohistòricos del sudeste de Catalunya”. XVII Congreso
Arqueológico Nacional, I, (Canarias 1985): 651-660. Zaragoza.
GENERA I MONELLS, M. (1994): “Introduction of Iron in Southern
Catalonia”, Actes del Congrés del XV UISPP (Bratislava,
setembre de 1991). Institut Archéologia de l’Accademie
Slovaque des Sciences Slovakia Bratislava, 93, Redigé:
JURAJ PAVUK, Nitra: 228-233, Nitra.
GENERA I MONELLS, M. (1995): El poblat protohistòric del Puig
Roig del Roget (el Masroig, Priorat). Servei d’Arqueologia,
Col·lecció Memòries d’Intervencions Arqueològiques a
Catalunya, núm. 17. Barcelona
GENERA I MONELLS, M. (2002): “La musealización de un
yacimiento del Bronce Final en el sudeste de Catalunya: el
Puig Roig del Roget (el Masroig, Priorat)”, Actes 1ª Jornadas
La Edad del Bronce en tierras valencianas y zonas limítrofes.
(Villena, 2002): 627-634.
GENERA I MONELLS, M. (2003): “Museïtzació de jaciments
arqueològics a l’Ebre: Sant Miquel de Vinebre (La Ribera
d’Ebre)”. II Congreso sobre musealización de yacimientos
arqueológicos. Nuevos conceptos y estrategias de gestión y
comunicación (Barcelona- 7, 8 i 9 d’octubre de 2002): 198-205.
Institut de Cultura-Museu d’Història de la Ciutat. Barcelona
GENERA I MONELLS, M.; BRULL I CASADÓ, C. (1996): “A model
of settlement in the later Bronze Age in Catalonia meridional
countries: the site of Puig Roig del Roget”, XIII congrés de
l’UISPP, Forlí (Póster).
GENERA I MONELLS, M.; BRULL, C; (2005): “La adecuación de
yacimientos arqueológicos: una vía de protección y difusión
del patrimonio cultural. Su aplicación en asentamientos
protohistóricos en el tramo final del Ebro”. Actas del Congreso
Arqueológico Nacional, (Huesca 2003), Bolskan, 19, (2002):
365-376. Huesca.
GENERA I MONELLS, M.; MELGAREJO I DRAPER, J.C.; MATAPERELLÓ, J.M. (2007): “La revalorització del patrimoni
arqueològic, geològic i miner en la zona del MasroigBellmunt-el Molar, el Priorat”, I Simposio de minería y
metalurgia antigua. (Mequinenza, 5-6-7 de julio de 2005):
209-230.
323
Josep María VERGÈS BOSCH
- XXXVIII La combustión del estiércol:
aproximación experimental a la quema
en montón de los residuos de redil
Josep María VERGÈS BOSCH
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social. Àrea de Prehistòria. Universitat Rovira i Virgili
Resumen
El estado de conservación del estiércol junto a la
morfología y tamaño de sus fragmentos son las principales
variables que afectan a la curva térmica y al desarrollo
temporal de su combustión, cuando esta se realiza en montón.
El estiércol expuesto al aire libre pierde sus propiedades como
combustible a mayor velocidad que el que se ha mantenido
bajo techo. Las morfologías tabulares y, de forma genérica,
los formatos grandes generan una mayor porosidad de la
Palabras clave:
estructura interna del montón, facilitando la circulación del
comburente y la evacuación de los gases de la combustión.
La buena conservación del estiércol y la porosidad de la
estructura permiten una rápida oxidación del combustible y,
consecuentemente, la obtención altas temperaturas, mientras
que la pérdida de propiedades como combustible y las
estructuras compactas dificultan la combustión, dilatándola en
el tiempo y generando temperaturas sensiblemente inferiores.
Pastores, redil, estiércol, combustión, experimental.
Abstract
The dung’s state of conservation and morphology and
size of their fragments are the main variables that affect
the thermal curve and the temporal development of the
combustion when this are carried out in a pile. The dung
exposed to open air loses their properties as combustible
faster than the one is indoor. The tabular morphologies and,
in general, the large formats generate internal structures of
the pile more porosities. This aspect make the circulation of
Key words:
the comburent easier, in the same way as the evacuation of
the combustion gases.
The good state of conservation and the porosity of the
structure allows a fast oxidation of the combustible and
therefore, the obtaining of high temperatures, while the lose
of properties as a combustible and the compact structures
difficult the combustion because they make it longer and
generate temperatures slightly lower.
Shepherds, livestock enclosure, dung, combustion, experimental.
Introducción
Numerosos yacimientos de la cuenca mediterránea,
situados cronológicamente entre el Neolítico y la Edad
de Hierro, muestran depósitos generados por actividades
ganaderas caracterizados por la alternancia de capas de
estiércol quemado y no quemado (Angelucci et al. 2009).
En algunos casos como el de la cueva de El Mirador (Sierra
de Atapuerca, Burgos) se ha observado que dicha quema,
atribuida a tareas de limpieza del redil, se llevaba a cabo
amontonando los residuos.
En el marco de los estudios que se están llevando a
cabo en la cueva de El Mirador, yacimiento que cuenta con
un depósito holoceno de 6 m de potencia (Fig. 1) derivado
principalmente del uso de la cueva como redil (Vergès et al.
2008), se ha puesto de manifiesto la importancia de conocer
325
La combustión del estiércol: aproximación experimental a la quema en montón de los residuos de redil
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVIII
los detalles de la combustión en montón de los residuos de
corral, tanto para diseñar la metodología de excavación y
muestreo, como para valorar e interpretar los datos obtenidos
en función de la posible conservación diferencial del registro
derivada de los procesos de combustión, especialmente por
lo que respecta al registro arqueobotánico (Cabanes et al.
2009). Así mismo, disponer de información precisa sobre
las temperaturas alcanzadas en el interior del montón,
su variabilidad y los detalles de las curvas térmicas se ha
revelado imprescindible para comprender la formación del
depósito arqueológico y valorar los datos arqueomagnéticos
que de él se están obteniendo. Estos estudios, pioneros en
este tipo de depósitos, están encaminados a la obtención,
entre otros datos, de curvas de variación secular del campo
magnético terrestre (Carrancho et al. en prensa).
En este trabajo se presentan los resultados de tres casos
pertenecientes a una serie experimental de carácter piloto
encaminada a identificar las variables fundamentales que
intervienen en el proceso de combustión en montón del
estiércol. Este experimento piloto pretende ser el embrión de
un extenso programa experimental destinado a caracterizar
esta variedad de contexto arqueosedimentario.
Figura 1. Cueva de El Mirador: vista de la sucesión estratigráfica correspondiente al Neolítico
La combustión del estiércol
Diversas publicaciones basadas en estudios etnográficos
y experimentales han tratado la quema del estiércol usado
como combustible en la cocción cerámica (Schütz 1992;
Sillar 2000; Palamarczuk 2004). En estos trabajos no suelen
faltar datos relativos a la duración de la combustión y a las
temperaturas máximas alcanzadas pero, por el contrario, es
poco común encontrar información detallada sobre aspectos
326
tan básicos cómo la curva térmica de la combustión, desde la
ignición hasta el final del proceso de enfriamiento. Así mismo,
cuando estos están presentes acostumbra a faltar información
detallada sobre las características del combustible, que suele
limitarse a identificar la especie generadora, o sobre las
condiciones ambientales durante la combustión, que no cabe
duda que pueden afectar al proceso de combustión. De hecho,
Josep María VERGÈS BOSCH
es habitual explicar las diferencias térmicas observadas en
distintas cocciones de cerámica a partir de una única variable:
el distinto rendimiento calórico del estiércol en función de
la especie animal que lo ha generado.
Por lo que respecta a la quema del estiércol en los
rediles no se dispone de datos experimentales, procediendo
la información disponible única y exclusivamente de la
interpretación realizada a partir de los datos de las analíticas
llevadas a cabo sobre los depósitos arqueológicos.
Con el objetivo de testar la influencia de otras variables,
como la morfología y las dimensiones de los fragmentos de
estiércol, o las condiciones meteorológicas existentes durante
la combustión, entre muchas otras, se ha optado por mantener
estable la variable del origen del combustible, utilizando el
estiércol de una misma especie (Ovis aries), procedente del
mismo redil, el Corral Roig (Castelló de Farfanya, Lleida) y
generado por el mismo rebaño.
Material y métodos
En el diseño del protocolo experimental se ha optado por
utilizar siempre la misma cantidad de combustible en peso:
12 Kg Antes de iniciar la combustión se han tomado los
siguientes datos: procedencia del estiércol (especie animal
que lo ha generado y lugar de recogida), color, peso específico,
morfología, fracción y humedad relativa del estiércol, así
como el tipo de suelo, su relieve y su humedad relativa. La
humedad del estiércol y del suelo ha sido tomada con un
medidor de humedad en sólidos modelo FMW-B.
El Corral Roig se utiliza estacionalmente como redil para un
rebaño de ovejas. La estructura dispone de una zona cubierta
y otra expuesta a la intemperie. El estiércol procedente de
la zona al aire libre se presenta granulado o en fragmentos
cúbicos de un tamaño máximo no superior a los 5 cm (Fig. 2),
mientras que el que se halla bajo techo se muestra laminado
y al arrancarlo se fractura en forma de placas de longitud y
anchura decimétricas y de grosor variable, hasta 10 cm. (Fig. 3).
Figura 2. Corral Roig: estiércol expuesto a la intemperie
La humedad relativa del estiércol fue del 28, 29 y 20%
respectivamente para las combustiones FCOVPLA-02, 03
y 04. Al hallarse contenido en un saco para su transporte
y almacenamiento, se tomaron tres mediciones, una del
estiércol de la parte alta, otro de la central y otra de la base,
y se calculó la media.
Los experimentos se han llevado a cabo en el Mas del Pep
de la Paula (Alcover, Tarragona), a 217 m.s.n.m. Las condiciones
meteorológicas durante la realización de los experimentos
FCOVPLA-02 (6 a 9-11-2008), FCOVPLA-03 (06-11-2008) y
FCOVPLA-04 (20 a 21-11-2008), fueron muy similares, y no
registraron ningún valor extraordinario para la estación, razón
por la cual no las detallaremos en este trabajo.
El suelo, de superficie plana, estaba formado por tierra
vegetal compactada por pisoteo, que mostraba una humedad
relativa del 60% en los experimentos FCOVPLA-02 y 03, y
del 75% en el 04. Los valores relativamente elevados de la
humedad del suelo se explican por las lluvias que se produjeron
antes y durante el período de desarrollo del experimento.
Figura 3. Corral Roig: estiércol resguardado bajo techo
Así mismo se ha anotado el diámetro y la altura del
montón antes y después de la combustión para documentar
grosso modo la reducción en volumen. El diámetro y altura
de los montones fueron de 65 x 28 cm para FCOVPLA-02, 50
x 27 cm para 03 y 70 x 20 cm, para 04.
327
La combustión del estiércol: aproximación experimental a la quema en montón de los residuos de redil
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVIII
Las temperaturas de la combustión han sido registradas
mediante termómetros con memoria modelo TL-309. Se han
utilizado cuatro sondas tipo K por montón ubicadas siempre
en las mismas posiciones: la S1 situada en contacto con el
suelo en el centro del montón, la S2 en el centro a unos 3
cm del suelo, la S3 en contacto con el suelo en el perímetro,
y la S4 en el centro, a unos 15 cm del suelo. Durante el
proceso de combustión se registran los datos meteorológicos
(temperatura, humedad relativa, velocidad del viento, presión
atmosférica, etc.) con una estación meteorológica portátil
(Kestrel® 4000).
La ignición del montón se ha llevado a cabo mediante un
soplete de gas butano, encendiendo simultáneamente todo
el perímetro del montón. En los casos en que este método no
ha funcionado, tras tres intentos, se ha recurrido a realizar
un fuego con leña sobre el montón de estiércol. En estos
casos se ha anotado el peso, especie, diámetro y humedad
relativa de la leña utilizada, y se han instalado sondas tipo K
para controlar esta combustión (en la superficie del montón,
entre las ramas y en la parte alta de las llamas). Este fue el
caso del experimento FCOVPLA-02.
Finalizada la combustión se han documentado las
coloraciones de las cenizas en función de su posición en el
montón y de la temperatura alcanzada, tomando muestras
en columna para su posterior estudio. Para la realización
de análisis de comparación se han conservado muestras
del estiércol.
Resultados
Las diferencias entre las combustiones realizadas con
uno u otro estiércol han sido enormes, tanto en la duración
como en el desarrollo térmico y las temperaturas máximas
alcanzadas (Gráfico 1). El proceso de combustión del estiércol
disgregado, FCOVPLA-02 (Fig. 4) se prolongó durante cuatro
días y las temperaturas máximas no superaron los 350 ºC,
mientras que el del estiércol en placas, FCOVPLA-03 (Fig. 5)
duró 6 horas, alcanzando un máximo de 850 ºC. Tras estos
dos experimentos, y con el objetivo de valorar el papel de la
morfología y la fracción, se disgregaron placas del estiércol
recogido bajo techo, hasta conseguir una fracción similar a la
del estiércol expuesto al aire libre. En este nuevo experimento,
FCOVPLA-04, la combustión se prolongo durante 30 horas
alcanzando una temperatura máxima de 650 ºC.
Gráfico 1. Curvas térmicas de los experimentos FCOVPLA-02, 03 y 04
328
Figura 4. Experimento FCOVPLA-02
Josep María VERGÈS BOSCH
Figura 5. Experimento FCOVPLA-03
Como se puede observar en el gráfico, dentro de cada
combustión existen diferencias entre las temperaturas
alcanzadas en diferentes puntos del montón, especialmente
entre las sondas situadas en contacto con el suelo (S1 y
S3) y las localizadas entre el combustible (S2 y S4). Las
temperaturas documentadas en la base del montón, en
contacto con el suelo, son sensiblemente inferiores a las
registradas por las sondas ubicadas entre el estiércol. En
el experimento FCOVPLA-02 las temperaturas de la base se
movieron entre los 180 y los 210 ºC, mientras que las de los
experimentos FCOVPLA-03 y 04, más similares entre ellos,
estuvieron entre los 500 y los 600 ºC. Estas temperaturas
son entre un 40 y un 30 % inferiores a las máximas.
Las diferencias térmicas entre el estiércol expuesto
al aire libre y el conservado a cubierto se manifiestan
nuevamente si comparamos las temperaturas mínimas de
los experimentos FCOVPLA-03 y 04 con las máximas del
experimento FCOVPLA-02. Las primeras son netamente
superiores a las segundas, llegando prácticamente a
doblarlas.
A la hora de valorar las curvas térmicas, cabe señalar
que la caída en picado de la temperatura en las sondas
FCOVPLA-02 S4 y FCOVPLA-04 S4 se debe a que estas
quedaron expuestas al aire libre como consecuencia de la
importante reducción del volumen del montón durante el
proceso de combustión.
En estos casos de estudio la incidencia de la humedad del
combustible y del suelo donde se asentaba el montón no han
sido relevantes, dado que los experimentos FCOVPLA-02 y 03,
que han mostrado los desarrollos más dispares, compartían
valores en la humedad relativa del combustible y del suelo.
El papel de las condiciones meteorológicas todavía no
ha sido analizado en detalle, si bien no se considera una
variable de peso en estos casos, dado que han sido muy
similares durante los tres experimentos.
El perímetro y el diámetro de los residuos de combustión
coinciden con el del combustible, mientras que las reducciones
de la altura son considerables. Finalizada la combustión, el
grosor de los residuos de la combustión era de sólo 4’5 para
FCOVPLA-02, 2’5 para 03 y 3 cm para 04. Esto supone una
reducción del grosor respecto al del montón de estiércol del
84, 90’8 y 85% respectivamente.
Conclusiones
Los principales resultados de este experimento piloto
señalan la gran importancia que tienen en la combustión
en montón del estiércol la morfología, tamaño y estado de
conservación del combustible. Las dos primeras variables
inciden en la estructura interna del montón condicionando
la circulación de los gases en su interior: la entrada del
comburente (el oxígeno presente en el aire) y la evacuación
de los gases derivados de la combustión. A mayor porosidad,
mayor facilidad de circulación de los gases, lo que conlleva
una mayor velocidad de oxidación y una mayor temperatura.
La exposición del estiércol a los agentes atmosféricos
afecta a su calidad como combustible, ralentizando el proceso
de combustión, dilatándolo temporalmente y generando
temperaturas sensiblemente inferiores.
La combinación de sólo estas tres variables proporciona
una enorme variabilidad en el desarrollo térmico y temporal
de las combustiones en montón, aunque el estiércol sea en
origen el mismo.
El peso en el desarrollo del proceso del resto de las
variables tenidas en cuenta no puede equipararse de ningún
modo al de estas tres, al menos en las condiciones en que
se han desarrollado nuestros experimentos, y con el número
de casos disponibles. Este hecho ha motivado que no se
haya profundizado en su análisis, habida cuenta de que se
trata de un trabajo preliminar. No obstante, no tenemos
dudas que, con una serie experimental mucho más amplia y
variada, deberíamos ser capaces de valorar la incidencia de
las condiciones meteorológicas, la altitud, el tipo y estado
del suelo, o la humedad del combustible, entre otras.
329
La combustión del estiércol: aproximación experimental a la quema en montón de los residuos de redil
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXVIII
Bibliografía
ANGELUCCI, D.E.; BOSCHIAN, G.; FONTANALS, M.;
PEDROTTI, A. Y VERGÈS, J.M. (2009): “Shepherds and Karst:
the use of caves and rock-shelters in the Mediterranean region
during the Nelolithic”. World Archaeology, 41(2): 191-214.
CABANES, D.; BURJACHS, F.; EXPÓSITO, I.; RODRÍGUEZ, A.;
ALLUÉ, E.; EUBA, I.; VERGÈS, J.M. (2009): “Formation processes
through archaeobotanical remains: the case of the Bronze Age
levels in El Mirador cave, Sierra de Atapuerca, Spain”. Quaternary
International.
CARRANCHO, A.; VILLALAÍN, J.J.; ANGELUCCI, D.E.;
DEKKERS, M.J.; VALLVERDÚ, J. Y VERGÈS, J. M. (en prensa):
“Rock-magnetic analyses as a tool to investigate archaeological
fired sediments. A case study of Mirador cave (Sierra de
Atapuerca, Spain)”. Geophysical Journal International.
PALAMARCZUK, V. (2004): “Cocción experimental de cerámica
con estiércol de llama”. Intersecciones en Antropología, 5.
Facultad de Ciencias Sociales. UNCPBA. Argentina: 119-127.
330
SCHÜTZ, I. (1992): “Sistemas tradicionales de cocción
cerámica en el norte de África. Tecnología de la cocción cerámica
desde la antigüedad a nuestros días”. Ponencias del Seminario
celebrado en el Museo de Alfarería en Agost (Alicante) del 4 al 6
de octubre de 1990. Asociación de Ceramología. Agost: 153-169.
SILLAR, B. (2000): “Dung by preferente: the choice of fuel
as an example of how andean pottery production is embedded
within wider technical, social, and economic practices”.
Archaeometry, 42: 43-60.
VERGÈS, J.M.; ALLUÉ, E.; ANGELUCCI, D.E.; BURJACHS, F.;
CARRANCHO, A.; CEBRIÀ, A.; EXPÓSITO, I.; FONTANALS, M.;
MORAL, S.; RODRÍGUEZ, A.; VAQUERO, M. (2008): “Los niveles
neolíticos de la cueva de El Mirador (Sierra de Atapuerca, Burgos):
nuevos datos sobre la implantación y el desarrollo de la economía
agropecuaria en la submeseta norte”. En Hernández, M.S.; Soler,
J.A. & López, J.A. (eds.): Actas del IV Congreso del Neolítico
Peninsular. Tomo I. Alicante: MARQ. Museo Arqueológico de
Alicante. Diputación de Alicante: 418-427.
- XXXIX Missing: Un experimento a largo plazo
para evaluar procesos tafonómicos ocurridos
en yacimientos arqueológicos
Isabel CÁCERES*, Marta FONTANALS*, Josep Mª VERGÉS**, Ethel ALLUÉ**, Diego E. ANGELUCCI***,
Mª de Lluc BENNÀSAR**, Dan CABANES****, Itxaso EUBA*****, Mª Isabel EXPÓSITO**, Ana GARCÍA** y Patricia MARTÍN**
* Universitat Rovira i Virgili. ** Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) / Universitat Rovira i Virgili.
*** Department of Philosophy, History and Cultural Heritage, University of Trento.
**** Kimmel Center for Archaeological Research. Weizmann Institute of Science.
***** GEOLAB CNRS-UMR 6042. Université de Limoges. Laboratoire SHS-3.
Resumen
En este trabajo presentamos el diseño de un experimento
a largo plazo creado para responder a cuestiones de
conservabilidad tafonómica en conjuntos arqueológicos. Una
problemática constante en muchos yacimientos es la fuerte
alteración que presentan los materiales bioarqueológicos,
que deviene, en ocasiones, en la escasez o total ausencia de
este tipo de registro. Para ello, hemos fabricado unas cubetas
en las que hemos enterrado diversos tipos de materiales,
habituales en conjuntos arqueológicos (huesos, carbones
Palabras clave:
y conchas), sometidas a unos regímenes pluviométicos
conocidos, con y sin presencia de vegetación. Los materiales
están dispuestos en las cubetas, de manera que cada año
pueda obtenerse una muestra de cada uno de los materiales.
El periodo mínimo establecido inicialmente para la duración
del estudio es de 10 años. El objetivo es que las diferentes
muestras extraídas puedan ser comparadas para observar
los cambios y modificaciones que presenten.
Experimento a largo plazo, Conservación diferencial, Bioarqueología, Tafonomía.
Abstract
This work shows the design of a long term experiment
created to answer questions on the taphonomic preservation
of archaeological assemblages. A constant issue in a number
of sites is the high degree of weathering that present the
bioarchaeological materials, which occasionally result as a
scarcity or total absence of this type of record. Therefore,
we have constructed several limestone tanks in which we
had buried different type of materials which are common
Key words:
in the archaeological record (bones, charcoal and shells),
submitted to known pluviometry and vegetation growth
parameters. The materials are disposed in a specific way in
order to allow us to extract one sample of each material type
every year. The minimal established period for the project is
10 years. The final aim is to compare the samples extracted
each year and to observe the taphonomical alteration that
they may have suffered.
Long term experiment, Differential preservation, Bioarchaeology, Taphonomy.
Introducción
Habitualmente, en Tafonomía los trabajos experimentales
a largo plazo en tiempo real son escasos, ya que la
obtención de resultados es lenta. Sin embargo, este tipo
de experimentos puede aportar información muy valiosa
sobre los procesos postdeposicionales que se desarrollan en
contextos arqueológicos y sobre el proceso de fosilización
de los depósitos (Andrews 1995). Así lo han demostrado
diferentes trabajos que se han convertido en verdaderos
referentes en esta disciplina (Behrensmeyer 1978; Andrews
1990; 1995; Andrews y Ghaleb 1999).
331
Missing: Un experimento a largo plazo para evaluar procesos tafonómicos ocurridos en yacimientos arqueológicos
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIX
El experimento tafonómico que presentamos en este
trabajo parte de una problemática común en muchos
depósitos arqueológicos: la escasez o ausencia de restos
bioarqueológicos. Aquí utilizamos como referencia dos
yacimientos arqueológicos situados en la provincia de
Tarragona (Fig. 1a): El Cavet (Cambrils) y La Cativera (El
Catllar). En estos yacimientos los restos óseos no se conservan
habitualmente y cuando lo hacen aparecen fuertemente
alterados.
El yacimiento de La Cativera se localiza en el término
municipal de El Catllar, en un pequeño abrigo situado
en el margen del río Gaià (Fig. 1b). Presenta un depósito
sedimentario de unos dos metros de potencia con 7 niveles
arqueológicos correspondientes al Paleolítico Superior
final y Epipaleolítico, con una cronología entre los 10.200 y
7.900 años bp. Este yacimiento se ha interpretado como un
campamento estacional de cazadores recolectores (Fontanals,
2001; Angelucci, 2003). El registro arqueológico recuperado
está compuesto por un importante conjunto de industria lítica,
malacofauna marina y terrestre, materias colorantes y escasa
fauna y carbones, que aparecen fuertemente alterados.
El yacimiento de El Cavet se halla en el núcleo urbano de
Cambrils (Tarragona), en un área delimitada por el barranco
del Regueral y la riera de Maspujols, a 1 Km de la línea de
costa (Fig. 1c). En él se han identificado alrededor de 150
estructuras excavadas en el suelo. Las intervenidas hasta el
momento han sido interpretadas mayoritariamente como silos
destinados al almacenaje de productos agrícolas (cereales),
que posteriormente, serían utilizados como basureros
(Fontanals et al. 2008). La datación obtenida para una de
ellas situaría el inicio de las ocupaciones a mediados del VI
milenio cal BC (5630), extendiéndose hasta época ibérica.
Los materiales recuperados en el interior de las fosas son
principalmente industria lítica en sílex y cerámica, hallándose
también malacofauna marina, carbones y semillas. En este
yacimiento no se ha recuperado ningún resto óseo o dental.
Problemática, hipótesis y objetivos
La problemática de la cual partimos radica en el hecho
de que en determinados conjuntos arqueológicos no se
conservan los huesos o aparecen fuertemente alterados y,
sin embargo, sí se conservan las conchas. Ello sugiere la
posibilidad de que exista una conservación diferencial basada
en la conservación de los carbonatos en detrimento de los
fosfatos. Las hipótesis de trabajo planteadas se basan en la
posibilidad de que la ausencia de huesos se deba a procesos
modificadores relacionados con las características edáficas
de los depósitos, con la acción química de las plantas, acción
bacteriana o fúngica o con la actividad hídrica. También
planteamos la posibilidad de que la causa sea la combinación
de varios de estos factores.
Los objetivos establecidos son de carácter específico
y general. Pretendemos observar las modificaciones que
aparecen en diferentes materiales sujetos a las mismas
condiciones para contrastar la influencia de las variables
controladas (vegetación, humedad, sedimento). El objetivo
último es comprender los procesos acaecidos en estos dos
depósitos, que han provocado una alteración diferencial de
los restos.
Así, el diseño de este experimento pretende valorar
aspectos concernientes al grado de conservabilidad y de
durabilidad del registro óseo durante el proceso de fosilización.
El grado de conservabilidad alude a la probabilidad de que
un fósil sea registrado en un ambiente concreto. Ello dará
lugar a la conservación, que es el resultado alcanzado por las
entidades tafonómicas durante la fosilización. Este proceso
está relacionado con la durabilidad, que es la capacidad de
perdurar en un ambiente que cambia. Así, las divergencias
en la conservación de diferentes materiales pueden deberse
a factores paleobiológicos, productivos o tafonómicos y es
lo que da lugar a lo que conocemos como conservación
diferencial (Fernández-López 2000).
Material y preparación del experimento
Hemos construido 6 cubetas utilizando placas de piedra
caliza para el fondo y los extremos y laminas de metacrilato
para los laterales. Los recipientes presentan una superficie
interior de 40 x 25 cm y una altura útil de unos 25 cm, si bien
el sedimento no ha superado los 15 cm de potencia. Con el
objetivo de evitar la acumulación de agua en su interior se han
realizado perforaciones en su base que facilitan el drenaje. Las
paredes transparentes permitirán controlar en todo momento
332
la evolución del experimento, especialmente la acción de las
raíces. En ellas se ha colocado sedimento de distinta fracción
granulométrica del yacimiento de La Cativera: una fracción
gruesa (entre 1 y 3 cms. de grosor) en el fondo de las cubetas
para permitir el drenaje y una fracción fina de < 4 mm que sirve
de lecho para los materiales y para enterrarlos posteriormente.
El sedimento fue previamente cribado para eliminar impurezas
y fue sometido a análisis químicos y mineralógicos.
Isabel CÁCERES, Marta FONTANALS, Josep Mª VERGÉS, Ethel ALLUÉ, Diego E. ANGELUCCI, Mª de Lluc BENNÀSAR,
Dan CABANES, Itxaso EUBA, Mª Isabel EXPÓSITO, Ana GARCÍA y Patricia MARTÍN
Los restos de micromamíferos utilizados para este
experimento proceden de la disgregación de egagrópilas
de lechuza (Tyto alba). Además, en cada cubeta, se ha
introducido una egagrópila entera producida por el mismo
taxón (Fig. 1f). También se han incluido en cada una de las
cubetas los huesos largos de las extremidades de un conejo
(Oriytolagus cunniculus).
En cada cubeta se han introducido restos de
macromamíferos (n=60), micromamíferos (n=10), 1 egagrópila,
1 hueso largo de conejo, carbones (n=40) y valvas de mejillón
(n=10) y de berberecho (n=10). El material contenido en cada
cubeta asciende a 132 restos, por lo que en el conjunto de
las 6 cubetas el material en estudio es de 792 restos.
En lo que respecta a la macrofauna, los elementos
esqueléticos utilizados son un fémur y un húmero frescos de
bóvido (Bos taurus) y una tibia, un fémur y un húmero de ciervo
(Cervus elaphus) secos (Fig. 1d y Fig. 1e). De estos elementos
se han utilizado exclusivamente las diáfisis, descartando
las epífisis para evitar problemas de densidad ósea. Todos
los huesos fueron fracturados mediante percusión directa
con un percutor de caliza, produciendo en total más de 400
fragmentos irregulares de dimensiones variables. Todos los
fragmentos fueron pesados, medidos y fotografiados. Parte de
los fragmentos resultantes fueron quemados a 350º en una
mufla Nabertherm L9/11/C6 durante 1 hora, otra parte fue
quemada durante el mismo tiempo a 700º. Una vez sometidos
al impacto térmico, los fragmentos fueron pesados, medidos
y fotografiados de nuevo. De cada una de las variables se
han reservado muestras de control, para futuras analíticas
de comparación.
Húmedo
Santander (Aeropuerto
de Parayas)
Los restos de malacofauna corresponden a valvas de
berberecho (Cerastoderma glaucum) y mejillón (Mytilus
galloprivincialis) (Fig. 1g). Éstos fueron fracturados por
percusión para conseguir fragmentos de dimensiones
pequeñas.
La madera utilizada para la producción de carbones
procede de pinos (Pinus halepensis) y encinas (Quercus ilex)
de los alrededores del yacimiento. Se obtuvieron porciones
centimétricas que fueron quemadas en la mufla, al igual
que los huesos, a 350º y 700º durante 1 hora (Fig. 1h). Este
material también fue pesado antes y después del proceso
de carbonización.
Las distintas muestras se han dispuesto en cada cubeta
de manera alineada y alternando el tipo de material (Fig. 1k).
De ese modo, cada año se excavará una fila, obteniendo
Mediterráneo
Reus (Base Aérea)
Xérico
Almería (Aeropuerto)
mm de
precipitación
días de
lluvia +1mm
mm de
precipitación
días de
lluvia +1mm
mm de
precipitación
días de
lluvia +1mm
Enero
123 (15,4)
13
38 (4,7)
4
23 (2,9)
3
Febrero
104 (13)
12
23 (2,8)
3
21 (2,6)
3
Marzo
105 (13)
12
35 (4,3)
4
15 (1,9)
3
Abril
125 (15,6)
13
40 (5)
6
20 (2,5)
3
Mayo
89 (11,1)
11
60 (7,5)
6
14 (1,8)
2
Junio
62 (7,7)
8
38 (4,7)
4
10 (1,2)
1
Julio
52 (6,5)
7
15 (1,9)
2
1 (0,12)
0
Agosto
72 (9)
7
51(6,3)
4
1 (0,12)
0
Septiembre
85 (10,6)
9
77 (9,6)
5
12 (1,5)
1
Octubre
135 (16,8)
12
65 (8,1)
5
28 (3,5)
3
Noviembre
146 (18,2)
13
49 (6,1)
4
28 (3,5)
3
Diciembre
117 (14,6)
12
40 (5)
4
23 (2,9)
3
Anual
1246
128
504
51
196
26
Tabla 1. Medias pluviométricas calculadas a partir de los datos extraídos del Instituto Nacional de Meteorología para el periodo 1971-2000. Entre paréntesis se
muestran los milímetros aproximados necesarios para cada una de las cubetas según sus dimensiones.
333
Missing: Un experimento a largo plazo para evaluar procesos tafonómicos ocurridos en yacimientos arqueológicos
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIX
una muestra de cada tipo y variable, a excepción de las
egagrópilas y los restos de micromamíferos y conejo, que
serán extraídos el último año.
Después de enterrar los materiales, hemos sembrado
semillas de cebada (Hordeum vulgare) con la intención de
que completen su ciclo vital y, de ese modo, obtener datos
referentes a la conservación diferencial de fitólitos (Fig. 1i)
y polen (Fig. 1j) en distintos ambientes.
Las cubetas se han colocado al aire libre aunque cubiertas
por una estructura que las protege de la lluvia, pero que
permite el paso de la luz solar. Las cubetas se disponen
agrupadas en función de si contienen vegetación o no. De
ese modo, la cebada se sembró en las cubetas pares (2, 4,
6), mientras que las impares (1, 3, 5) no contienen plantas.
Se ha diseñado un protocolo para la reproducción
de las diferentes condiciones ambientales relacionadas
con el régimen de lluvias y el crecimiento de las plantas.
Los regímenes pluviométricos que se reproducen son los
aportados por las estaciones meteorológicas sitas en los
aeropuertos de Almería, Reus y Santander. De este modo,
pretendemos reproducir un ambiente xérico, uno mediterráneo
y otro húmedo. Teniendo en cuenta las precipitaciones medias
de los lugares utilizados como referencia, se ha calculado la
cantidad proporcional de agua que hay que utilizar en cada
cubeta en función de su superficie (Tabla 1).
Primeras observaciones y futuros estudios
Durante el primer año, las principales observaciones
realizadas hacen referencia al crecimiento de la vegetación.
Hemos observado como las cubetas que contienen los
cereales crecen a un ritmo distinto según el régimen
pluviométrico al que se han sometido (Fig. 1l). La altura de
la cebada alcanzada en la cubeta sometida a condiciones
húmedas prácticamente dobla la de la cubeta sometida a
condiciones secas. Las raíces de la cebada alcanzaron el
nivel de los materiales aproximadamente a los 2 meses de
la siembra (Fig. 1ñ).
A partir del primer año del inicio del experimento se
procederá a extraer las muestras. Todas ellas, serán pesadas,
medidas, fotografiadas y sometidas a analíticas químicas.
Todos los materiales serán estudiados con microscopio óptico
y electrónico para detectar cualquier modificación superficial
o estructural. Los datos obtenidos serán comparados con
los procedentes de las muestras de control.
Teniendo en cuenta las diferentes condiciones pluviométricas
podremos realizar observaciones y comparaciones que permitan
identificar diferencias relacionadas con la vegetación o la
humedad microambiental. En caso de no observar diferencias
planteamos la hipótesis de que el principal factor modificador
sean las características del substrato. Al mismo tiempo, hemos
contemplado la posibilidad de que la ausencia de resultados
en los 10 años de estudio esté relacionada con la variable
tiempo. Por ello, si en los primeros 5 años de experimento no
se vislumbra ningún tipo de resultado, pretendemos aumentar
el número de cubetas con los mismos materiales y condiciones
ambientales, con la intención de ampliar el periodo de análisis
otros 10 años.
Como hemos dicho al principio de este trabajo, el
experimento acaba de iniciarse, por ello, no podemos mostrar
todavía datos cuantitativos. Sin embargo, tras la primera
extracción de materiales iniciaremos la recogida de datos
que serán mostrados en futuros trabajos.
Agradecimientos
Queremos dar las gracias a todas las personas que
participan activamente en las excavaciones de La Cativera
y de El Cavet y a todos los investigadores que aportan su
esfuerzo y conocimiento al estudio de los mismos. Las
intervenciones en el yacimiento de El Cavet están financiadas
por el Ajuntament de Cambrils y el Museu d’Història de
Cambrils. Los trabajos arqueológicos en La Cativera tienen
el soporte económico del Ajuntament del Catllar. Queremos
agradecer a los organizadores del II Congreso Internacional
de Arqueología Experimental el trabajo realizado durante la
celebración del mismo.
Bibliografía
ANDREWS, P. (1990): Owl, caves and Fossils. Natural History
Museum Publications. Londres.
ANDREWS, P. (1995): “Experiments in Taphonomy”. Journal of
Archaeological Science 22(2): 147-153.
334
ANDREWS, P.; GHALEB, B. (1999): “Taphonomy of the Westbury
Cave bone assemblages.” En P. Andrews, J. Cook, A. Currant
y C. Stringer (eds.). Westbury Cave: The Natural History
Museum Excavations. 1976-1984. Bristol, CHERUB: 87 -126.
Isabel CÁCERES, Marta FONTANALS, Josep Mª VERGÉS, Ethel ALLUÉ, Diego E. ANGELUCCI, Mª de Lluc BENNÀSAR,
Dan CABANES, Itxaso EUBA, Mª Isabel EXPÓSITO, Ana GARCÍA y Patricia MARTÍN
Figura 1. a) Mapa de localización de los yacimientos de referencia para el experimento. La Cativera (El Catllar, Tarragona) y El Cavet (Cambrils, Tarragona); b) Vista general
del abrigo de La Cativera (El Catllar, Tarragona); c) Vista general del yacimiento de El Cavet (Cambrils, Tarragona); d) Huesos frescos utilizados en la experimentación antes
de la fracturación; e) Huesos secos fracturados por percusión; f) Imagen de una de las egagrópilas de lechuza (Tyto alba) incluidas en las cubetas; g) Ejemplo de concha de
berberecho (Cerastoderma glaucum) y de mejillón (Mytilus galloprivincialis) antes de la fracturación; h) Fragmentos de carbones de pino (Pinus halepensis) y encina (Quercus
ilex) utilizados para el experimento. En la parte superior quemados a 700º y en la inferior a 350º; i) Estructura multicelular de una influorescencia de H. vulgare formada por
celdas alargadas de equinatas y papilas; j) Ejemplo de polen tipo Cerealia; k) Disposición final de los materiales en las cubetas; l) Vista general de la localización de las
cubetas. Se observa el distinto desarrollo de la vegetación según el régimen pluviométrico; m) Detalle de una de las cubetas durante su preparación. En la base se aprecia
el sedimento de mayor granulometría, después el sedimento fino y sobre este lecho, los materiales; n) Detalle de una de las cubetas con los materiales ya enterrados;
ñ) Detalle del crecimiento de la cebada transcurridos 3 meses desde el inicio del experimento. Se observa como las raíces han alcanzado ya el nivel de los materiales
335
Missing: Un experimento a largo plazo para evaluar procesos tafonómicos ocurridos en yacimientos arqueológicos
B L O Q U E - III - . Capítulo XXXIX
ANGELUCCI, D. (2003). “Geoarcheology and micromophology of
Abric de la Cativera (Catalonia, Spain)”. Catena, 54: 573-601.
BEHRENSMEYER, A. K. (1978): “Taphonomic and Ecologic
Information from Bone Weathering”. Paleobiology 4(2):
150-62.
FERNÁNDEZ-LÓPEZ, S. (2000): Temas de Tafonomía. Universidad
Complutense de Madrid.
FONTANALS, M. (2001). “Noves aportacions a la intervenció
del límit Pliestocè-Holocè al sud de Catalunya: l’estudi de
la indústria lítica del jaciment de la Cativera (El Catllar,
Tarragonès)”. Butlletí Arqueològic. Època V, núm. 23. Reial
Societat Arqueològica de Tarragona: 73-100.
FONTANALS, M; EUBA, I.; MORALES, J.I.; OMS, F.X.; VERGÈS,
J.M. (2008): “El asentamiento litoral al aire libre de El Cavet
(Cambrils, Tarragona)”. Actas del IV Congreso del Neolítico
Peninsular. Alicante 2006: 168-175. Alicante.
336
Lluís LLOVERAS, Marta MORENO-GARCÍA, Jordi NADAL, Pilar GARCÍA ARGÜELLES y Alícia ESTRADA
- XL Aproximación experimental al procesado de carcasas
de lepóridos durante el Epipaleolítico. El caso de la
Balma del Gai (Moià, provincia de Barcelona, España)
Lluís LLOVERAS*, Marta MORENO-GARCÍA**, Jordi NADAL*, Pilar GARCIA-ARGÜELLES* y Alícia ESTRADA* (†)
* SERP. Departament de Prehistòria, Hª Antiga i Arqueologia. Universitat de Barcelona.
** Laboratório de Arqueozoologia, IGESPAR. IH, CCHS, CSIC.
Resumen
La presencia de restos óseos de lepóridos (principalmente
de conejo, Oryctolagus cuniculus) es una constante en
los yacimientos de cazadores-recolectores de la cuenca
mediterránea de la Península Ibérica. Tradicionalmente
estos restos han sido atribuidos a la actividad cinegética
de los humanos. Nuestro trabajo pretende crear, mediante
la experimentación, unos patrones que permitan diferenciar
las marcas de corte en huesos de conejo según sean
Palabras clave:
producidas por actividades de desollado, desarticulación
o descarnado. Las variables utilizadas para el diagnóstico
son la situación anatómica, la intensidad y la orientación.
Se contrastan los resultados con trabajos previos en el
yacimiento epipaleolítico de la Balma del Gai (Barcelona),
donde se observa la existencia de las tres actividades sobre
las carcasas de conejos.
Tafonomía, restos de lepóridos, marcas de corte, carnicería, Balma del Gai, Epipaleolítico.
Abstract
Leporid bones and in particular rabbits (Oryctolagus
cuniculus) are recurrent in hunter-gatherer sites from the
Mediterranean coast of the Iberian Peninsula. Traditionally,
these remains have been associated with anthropic hunting
activities. Through experimental work we try to define cut
marks patterns produced after different processing operations
Key words:
on rabbit carcasses: skinning, disarticulation and defleshing.
Variables to record are: anatomical location, intensity and
orientation of cut marks. Results are compared to those observed in the Epipalaeolithic site of Balma del Gai (Barcelona),
where the three processing activities on rabbit carcasses
mentioned above probably occurred.
Taphonomy, leporid remains, cut marks, butchery, Balma del Gai, Epipalaeolithic.
Introducción
En los yacimientos correspondientes al Epipaleolítico,
con fechas entre 12000 y 6000 BP sin calibrar, de la cuenca
mediterránea de la Península Ibérica, la especie más
representada es, sin duda, el conejo (Oryctolagus cuniculus).
Tradicionalmente no se ha puesto en duda que su presencia
en dichos yacimientos tenga un origen mayoritariamente
antrópico. Este es el caso que nos centra, el de la Balma
del Gai, en Moià (prov. de Barcelona). Se trata de un
pequeño abrigo situado en las coordenadas geográficas
41º49’00’’ de latitud N y 2º08’19,5’’ de longitud E, a 760
m.s.n.m. Presenta diversos niveles de los que destacaríamos
los correspondientes a las ocupaciones epipaleolíticas
microlaminares (con cronologías entre el 12240±110
BP y 10030±160 BP) y algunos vestigios de ocupaciones
epipaleolíticas sauveterroides con cronologías entre
9860±400 BP y 8930±140 BP (Estrada et al. 2004). Dichos
niveles presentan una gran diversidad de restos orgánicos
que nos remiten a una importante amplitud del espectro
alimentario: grandes mamíferos, gasterópodos terrestres,
restos carpológicos, etc. (Bazile-Robert 1980; Estrada et
337
Aproximación experimental al procesado de carcasas de lepóridos durante el Epipaleolitico. El caso de la Balma del Gai (Moia, provincia de Barcelona, España)
B L O Q U E - III - . Capítulo XL
al. 2009). De todos modos, los restos óseos de lepóridos
dominan el conjunto, y si contabilizáramos su importancia,
superaría el 99% en número de restos determinados. La
presencia de marcas de corte en la cortical de los huesos de
esta especie nos llevó a afirmar la existencia de un procesado
de las carcasas de conejos que suponía su despellejado,
desarticulado y descarnado (Garcia-Argüelles et al. 2004).
La deducción de la existencia de estas actividades se
realizó de forma intuitiva según se situaban dichas marcas
en determinadas unidades anatómicas y comparando con
otros estudios anteriores, tanto en animales del mismo
tamaño o sobre mamíferos de grande porte (por ejemplo
Domínguez-Rodrigo 1997; Lupo & O’Connell 2002; Selvaggio
1994; Charles & Jacobi 1994; Larounlandie 2001; Pérez Ripoll
2001). En cualquier caso no pudimos encontrar paralelos
procedentes de la Arqueología experimental, por lo que
decidimos emprender un estudio orientado en esta línea.
Material y metodología
El trabajo que ahora se presenta se enmarca dentro de un
proyecto experimental tafonómico más amplio que pretende
crear unos patrones que permitan caracterizar los agentes
biológicos y antrópicos susceptibles de haber acumulado
restos de lepóridos en yacimientos arqueológicos (Lloveras
et al. 2008a, 2008b, 2008c).
En el caso que ahora nos ocupa, se realizó una
experimentación en la que se procesaron 9 carcasas
de conejo salvaje europeo (Oryctolagus cuniculus) para
caracterizar marcas de corte (desollado, desmembrado y
descarnado), cocción y consumo. En el presente trabajo nos
centraremos exclusivamente en las marcas de corte.
El proceso de carnicería fue llevado a cabo por dos de los
autores (LlLl y MM-G) mediante el uso de una colección de
14 instrumentos líticos (sobre cuarcita y sílex) tallados por
el equipo de paleotecnología lítica del IGESPAR.
Para el procesado de las carcasas se siguieron los
siguientes pasos:
• Desollado: se inició en los tarsos, cortando la piel.
A partir de aquí, la piel fue estirada en una sola pieza, con
algunos cortes en el área caudal, liberándola del animal,
hasta las extremidades anteriores y la cabeza, donde la piel
volvió a ser cortada, a la altura de los carpos en un caso y del
hocico en el otro. Las marcas de desollado fueron estudiadas
en todos los animales de la muestra.
• Desarticulado: se separaron los diferentes huesos
de las extremidades, así como la cabeza del tronco usando
instrumentos líticos en 7 animales (5 fueron desarticulados
en crudo y 2 una vez cocinados). Un animal fue cocinado
entero y posteriormente desmembrado sin la ayuda de
instrumentos líticos.
• Descarnado: se separó la carne de los huesos
de las extremidades y del esqueleto axial con diferentes
mecanismos en tres de los individuos (1 en crudo y 2 una vez
cocidos). En un individuo tan solo se separó la musculatura
del esqueleto, en los otros dos además se procedió a un
raspado para recuperar los restos de pequeñas porciones
de carne adheridas al hueso.
Posteriormente, los huesos de los conejos fueron
hervidos alrededor de una hora para eliminar restos de
carne que pudieran haber quedado, después fueron lavados
con agua y para finalizar el preparado antes de su análisis,
se sumergieron las muestra en acetona durante 24 horas
eliminándose así su grasa.
Las marcas de corte fueron analizadas mediante lupa
binocular, entre 10 y 40 aumentos. La metodología de registro
de las marcas se basa en la propuesta por otros autores,
antes mencionados, en la que se contempla su número y
su localización anatómica (hueso, zona, cara, lado) y sus
características, asociándolas a cada una de las actividades
de carnicería ejecutadas. Según su profundidad y anchura se
las clasifica como superficiales, moderadas o fuertes. Según
su orientación al eje principal del hueso, las clasificamos
como transversales, longitudinales y oblicuas.
Resultados
Se presentan de acuerdo con las diferentes actividades
realizadas (Tabla 1):
• Desollado
Se han diagnosticado 23 marcas de desollado, que
suponen un promedio de 2,5 por animal. El número de marcas
338
producidas por esta actividad varía substancialmente según
la persona que realiza la operación. En un caso, el número
por individuo se situó en 1,2 y en el otro caso en 4,25. Las
diferencias obtenidas deben relacionarse con variables
como la habilidad y la fuerza de la persona que lleva a cabo
el proceso.
Lluís LLOVERAS, Marta MORENO-GARCÍA, Jordi NADAL, Pilar GARCÍA ARGÜELLES y Alícia ESTRADA
MARCAS DE CARNICERÍA
Desollado
Desarticulado
Descarnado
EA
N
%
EA
N
%
EA
N
%
cráneo
13
56.5
vértebra
23
19.8
vértebra
49
48
mandíbula
6
26.1
pelvis
19
16.4
costilla
13
12.7
vértebra
2
8.7
fémur
15
12.9
pelvis
11
10.8
incisivo
1
4.3
metápodo
11
9.5
tibia
6
5.9
tibia
1
4.3
tibia
8
6.9
ulna
6
5.9
costilla
7
6
húmero
5
4.9
húmero
6
5.2
fémur
4
3.9
calcáneo
6
5.2
escápula
3
2.9
astrágalo
6
5.2
radio
2
1.9
úlna
4
3.4
metápodo
1
1
radio
4
3.4
carpal/tarsal
1
1
carpal/tarsal
4
3.4
calcáneo
1
1
escápula
3
2.6
Tabla 1. Distribución por elementos anatómicos de las marcas de carnicería halladas en cada actividad. EA: elemento anatómico; N: número de marcas
Anatómicamente, las frecuencias más altas aparecen en
el cráneo y la mandíbula y en pocos casos en las vértebras,
los incisivos y la tibia. Las marcas en el cráneo se sitúan
en los huesos premaxilar y nasal y pocas aparecen en el
neurocráneo. En el caso de la mandíbula, éstas se concentran
en la parte anterior de los incisivos. Las vértebras afectadas
por los cortes corresponden a elementos caudales. Las
marcas de la tibia se sitúan en la diáfisis.
La orientación de las marcas es transversal en 95,7%
de los casos y la intensidad del corte suele ser superficial
o moderada.
• Desarticulado
El número absoluto de marcas de corte relacionadas con
la desarticulación fue de 116, lo que supone un promedio de
16,6 por individuo. Los resultados muestran que el número
de marcas varía dependiendo de las partes esqueléticas
implicadas en esta actividad, así como si la carcasa había
sido cocinada con anterioridad, siendo menos numerosas
en estos casos. En el caso del animal desarticulado sin
instrumental lítico, con posterioridad a su cocinado, no se
observaron marcas.
La distribución anatómica de las marcas de desarticulación
muestra que casi todas las partes del esqueleto pueden
quedar afectadas, aunque la mayoría se concentran en
la pelvis, en las zonas articulares de los huesos de las
extremidades (incluyendo los huesos de los autopodios) y
también en el esqueleto axial en los casos en que se dividió
el tronco en porciones más pequeñas. Las marcas de corte
en las vértebras se concentran en el cuerpo vertebral (78%).
mientras que en las pelvis se encuentran en la zona isquiática
(58%) y en el acetábulo (32%). En los huesos largos, las
partes más afectadas son las epífisis (84%). El hueso largo
que registra más concentración de marcas es el fémur,
especialmente en la epífisis proximal. En el caso de la tibia,
contrariamente, la parte más afectada es la epífisis distal.
Por lo que respecta a las orientaciones, aunque aumenta
el registro de cortes oblicuos y longitudinales respecto el
desollado, la orientación más abundante continua siendo
la transversal (72%). La intensidad del corte es moderada
o fuerte, en cualquier caso más intensa que en las marcas
de desollado.
• Descarnado
El número total de marcas de descarnado fue de 102 con
un promedio de 34 marcas por animal. Cuando el descarnado
se realiza cortando de la musculatura el número de marcas
es bajo pero aumenta sustancialmente si los huesos son
339
Aproximación experimental al procesado de carcasas de lepóridos durante el Epipaleolitico. El caso de la Balma del Gai (Moia, provincia de Barcelona, España)
B L O Q U E - III - . Capítulo XL
raspados. Los cortes pueden aparecer en cualquier parte
de la carcasa aunque la mayoría se concentran en el
esqueleto axial (vértebras y costillas), pelvis y en las diáfisis
de los huesos largos. Como ocurre durante el proceso de
desarticulación, en la pelvis, la mayoría de las marcas de
descarnado se concentran en el área isquiática (64%) pero
no así en el acetábulo. En el caso de las vértebras, éstas se
concentran en las apófisis (76%). Las marcas localizadas en
las diáfisis de los huesos largos suponen el 74%.
La orientación de las marcas de descarnado es muy
variable. Hay un incremento importante de las marcas
longitudinales y oblicuas, que superan en conjunto a las
transversales (54% respecto 46%). La intensidad de las
marcas suele ser ligera, generalmente más superficiales
que las producidas por el desollado o la desarticulación.
Figura 1. Ejemplos del proceso experimental de carnicería llevado a cabo y de las marcas de corte producidas. a: inicio del desollado; b: proceso de desarticulación; c:
carcasa desarticulada; d: carcasa descarnada; e: marcas de corte causadas por el desollado; f y g: marcas de corte consecuencia del desarticulado; h: marcas producidas
durante el descarnado
Discusión
El proceso experimental llevado a cabo sobre carcasas
de conejo ha permitido crear unos modelos contrastables
para evidenciar actividades de desollado, desarticulado
y descarnado de huesos de lepóridos en contextos
arqueológicos, que, junto otros estudios tafonómicos
experimentales, permitirán caracterizar el origen antrópico o
natural de concentraciones de estos animales en estaciones
340
paleolíticas y epipaleolíticas. Los criterios diagnósticos
derivan del cruce de información obtenida a partir de estas
tres variables: situación anatómica de las marcas, su
intensidad y su orientación.
En este sentido, los sesgos producidos por un estudio
intuitivo sin experimentación previa se hacen evidentes.
Esto ha ocurrido con los datos que previamente obtuvimos
Lluís LLOVERAS, Marta MORENO-GARCÍA, Jordi NADAL, Pilar GARCÍA ARGÜELLES y Alícia ESTRADA
del análisis de las marcas detectadas en huesos de lepóridos
procedentes de los niveles epipaleolíticos de la Balma del
Gai según fuera su situación anatómica (Garcia- Argüelles
et al. 2004). Así, en aquel estudio se atribuyeron el 35%
de las marcas a desollado , las marcas de desarticulado se
supusieron siempre inferiores al 20% y las de descarnado
podían ascender al 55%. La incertidumbre entre las
proporciones de los valores de desarticulado y descarnado
se debía a la imposibilidad de discriminar el origen de
algunos de los cortes. Así mismo, el alto número de marcas
de desollado se debía al hecho de relacionar marcas en los
metapodios y algunos huesos del tarso a dicha actividad y
no al desarticulado, como se concluye del presente trabajo
experimental. Las diferencias entre la atribución intuitiva y
la atribución mediante experimentación pueden observarse
en el gráfico 1.
Gráfico 1. Distribución porcentual de los diferentes tipos de
marcas según el trabajo experimental y según se
habían atribuido en los restos de lepóridos de la
Balma del Gai (Garcia-Argüelles et al. 2004)
Destacaríamos de forma global de la experimentación:
• Que debe relativizarse la importancia de las marcas de
desollado, que pueden estar sobrevaloradas por cuestiones
de identificabilidad.
• Que algunas marcas tradicionalmente atribuidas
a desollado podrían estar asociadas a la desarticulación
(especialmente en los autopodios).
• Que la orientación y la intensidad de las marcas de
corte aportan una información clave.
• Que las marcas atribuibles a la desarticulación o
descarnado corresponderían con mayor frecuencia a la
segunda actividad.
Respecto al sentido de las marcas de descarnado
en carcasas de lepórido, tal vez deba relacionarse con
actividades de conservación de la carne y no con el consumo
directo. Aunque ello nos pueda, desde nuestra perspectiva,
parecer un comportamiento poco rentable, existen paralelos
etnográficos, especialmente en zonas, como el Sudoeste de
Norteamérica, donde la caza de lepóridos era una actividad
habitual y, además, solía concentrarse en determinadas
estaciones del año (Bean 1972; Spier 1978).
La posibilidad de reconocer tales marcas en los
yacimientos podría ayudar a establecer la estacionalidad
de los asentamientos. Así, nosotros, por otras evidencias
hemos propuesto la ocupación de la Balma del Gai, al menos,
durante el final del verano o el otoño (Estrada et al. 2009).
Agradecimientos
La realización de este trabajo ha sido posible gracias a
la beca de investigación SFRH/32025/2006 de la Fundação
para a Ciência e a Tecnologia (FCT) del Gobierno de Portugal,
a Lluís Lloveras. Se ha recibido soporte financiero de los
proyectos de investigación HAR2008-00103 del Ministerio
de Educación y Ciencia y SGR2005-00299 de la Generalitat
de Catalunya. Las excavaciones en la Balma del Gai son
autorizadas y subvencionadas por el Departament de Cultura
i Mitjans de Comunicació de la Generalitat de Catalunya. Así
mismo dicha excavación recibe el apoyo logístico, científico
y económico del Ayuntamiento de Moià. Agradecemos
especialmente las gestiones que, desde esta institución,
recibimos de Marta Fàbrega y Teresa Terricabras.
341
Aproximación experimental al procesado de carcasas de lepóridos durante el Epipaleolitico. El caso de la Balma del Gai (Moia, provincia de Barcelona, España)
B L O Q U E - III - . Capítulo XL
Bibliografía
BAZILE-ROBERT, E. (1980): “Les groupements à Amygdalus et
Prunus de la Fin du Tardiglaciare et au Début du Postglaciaire
en Méditerranée Nord-Occidentale”. Géobios 13: 777-780.
l’experimentation”. En L. Bourguignon ; I. ortega; M.C.
Frère-Sautot (eds): Préhistoire et approche expérimentale.
Montagnac: Monique Mergoual: 97-108.
BEAN, L.J. (1972): Mukat’s People. The Cahuilla Indians of
Southern California. University of California Press. Berkley.
LLOVERAS, LL.; MORENO-GARCÍA, M.; NADAL, J. (2008a):
“Taphonomic study of leporid remains accumulated by
Spanish Imperial Eagle (Aquila adalberti)”. Geobios 41:
91-100.
CHARLES, R.; JACOBI, R.M. (1994): “The late glacial fauna from
the Robin Hood Cave, Creswell Crags: a re-assessment”.
Oxford Journal of Archaeology 13 (1): 1-32.
DOMÍNGUEZ-RODRIGO, M. (1997): “Meat eating by early
hominids at the FLK 22 Zinjanthropus site, Olduvai Gorge
(Tanzania): an experimental approach using cut-mark data”.
Journal of Human Evolution, 33: 669-690.
ESTRADA, A.; GARCIA-ARGÜELLES, P.; NADAL, J. (2004): ”Les
excavacions a la Balma del Gai (Moià, Bages)”. Actes de les
Jornades d’Arqueologia i Paleontologia 2001. Departament
de Cultura. Generalitat de Catalunya. Barcelona: 135-143.
ESTRADA, A.; NADAL, J.; LLOVERAS, LL.; VALENZUELA,
S.; GARCIA-ARGÜELLES, P. (2009): “Acumulaciones de
gasterópodos terrestres en yacimientos epipaleolíticos.
Aproximaciones tafonómicas del registro fósil en la Balma
del Gai (Moià, Barcelona)”. Monografies del SERP 7: 83-91.
GARCIA-ARGÜELLES, P.; NADAL, J.; ESTRADA, A. (2004):
“Balma del Gai Rock shelter: an epipalaeolithic rabbit
skinning factory”. En Ph. Crombé & P. Vermeersch (ed.): Le
Mésolithique/The Mesolithic. Actes du XIVème Congrès
UISPP. BAR IS 1302: 115-120.
LAROULANDIE, V. (2001): “Les traces liées à la boucherie,
à la cuisson et àla consommation d’oisseaux. Apport de
LLOVERAS, LL.; MORENO-GARCÍA, M.; NADAL, J. (2008b):
“Taphonomic analysis of leporid remains obtained from
modern iberian Lynx (Lynx pardinus) scats”. Journal of
Archaeological Science 35: 1-13.
LLOVERAS, LL.; MORENO-GARCÍA, M.; NADAL, J. (2008c): “The
Eagle Owl (Bubo bubo) as a leporid remains acumulator.
Taphonomic analysis of modern rabbit remains recovered
from nests of this predator”. International Journal of
Osteoarchaeology. DOI: 10.1002/oa.995.
LUPO, K.D.; O’CONNELL, J.F. (2002): “Cut and tooth mark
distributions on large animal bones: Ethnoarchaeological
data from the Hadza and their implications for current ideas
about early human carnivory”. Journal of Archaeological
Science 29. 85-109.
PÉREZ- RIPOLL, M. (2001): “Les marques antròpiques en ossos de
conill”. En V. Villaverde (ed.): De neandertals a cromanyons.
L’inici del poblament humà a terres valencianes. Fundació
General de la Universitat de València: 119-124.
SELVAGGIO, M.M. (1994): Carnivore tooth marks and stone
tool butchery marks on scavenged bones: Archaeological
implications. Journal of human Evolution 27: 215-218.
SPIER, L. (1978): Yuman Tribes of the Gila River. Dover Publications
Inc. New York.
342
Alfred SANCHIS SERRA, Juan Vicente MORALES PÉREZ y Manuel PÉREZ RIPOLL
- XLI Creación de un referente experimental para
el estudio de las alteraciones causadas
por dientes humanos sobre huesos de conejo
Alfred SANCHIS SERRA*, Juan Vicente MORALES PÉREZ ** y Manuel PÉREZ RIPOLL ***
* Museu de Prehistòria de València, SIP (Servei d’Investigació Prehistòrica), Diputació de València. Grupo de Investigación
“Sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas”. Universidad de La Laguna.
** Departament de Prehistòria i Arqueologia, Facultat de Geografia i Història, Universitat de València. Grupo de Investigación
“Sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas”. Universidad de La Laguna.
*** Departament de Prehistòria i Arqueologia, Facultat de Geografia i Història, Universitat de València.
Resumen
Junto a las alteraciones producidas por instrumentos
líticos y la presencia de termoalteraciones en las zonas
marginales de los huesos, la sistematización y descripción
de los modos activos de fractura resulta fundamental a la
hora de caracterizar como antrópicos los conjuntos óseos.
A través de la experimentación, se ha pretendido poner
de manifiesto que la mordedura es la forma más lógica y
sencilla de fracturar los huesos de presas pequeñas como
Palabras clave:
el conejo. Este proceso, junto al del mordisqueo, origina
una serie de modificaciones sobre los huesos que hemos
definido y caracterizado. Además, se han podido establecer
algunas diferencias respecto a las marcas producidas por
otros predadores, fundamentalmente en el modo activo de
fractura de los huesos que consideramos exclusivo de los
grupos humanos: la mordedura-flexión.
Experimentación, Huesos de conejo, Mordedura, Mordisqueo, Flexión.
Abstract
In addition to lithic marks and fire alterations in the marginal
zones of bones, the systematizing and description of active
manners of fracture turns out to be fundamental to identify the
anthropogenic accumulations. With this experimentation, we
have observed that the bite is the most logical and simple way
to fracture the bones of small preys as the rabbit. This process,
Key words:
in addition to the nibble, originates a series of modifications
on the bone surfaces that we have defined and characterized. Also, we have observed some differences between the
anthropogenic marks and those produced by other predators,
fundamentally in the active way of bone breakage that we
consider to be exclusive of the human groups: the bite - flexion.
Experimentation, Rabbit bones, Bite, Nibble, Flexion.
Introducción
En la zona mediterránea de la península Ibérica el
conejo es muy abundante en la mayoría de los yacimientos
paleolíticos y epipaleolíticos (Aura et al. 2002; Villaverde
et al. 1996). La acumulación de sus restos en cavidades
y abrigos puede ser consecuencia de la intervención de
distintos agentes, ya que es una presa habitual en la dieta
de diversos predadores (Delibes e Hiraldo 1981), por lo que
es importante establecer si su presencia en los yacimientos
responde o no a estrategias culturales.
Durante las fases de desocupación humana de los
hábitats, diversos mamíferos carnívoros o carroñeros han
podido ocupar estos enclaves, aportando allí los restos
de su alimentación. La acción de rapaces rupícolas, pudo
contribuir también a la acumulación de estas presas a través
de la producción de egagrópilas o de restos desechados o no
ingeridos, caídos desde nidos o posaderos localizados sobre
paredes rocosas cercanas. En general, este tipo de agregados
han sido descritos de forma más frecuente en contextos
343
Creación de un referente experimental para el estudio de las alteraciones causadas por dientes humanos sobre huesos de conejo
B L O Q U E - III - . Capítulo XLI
del Paleolítico medio (Villaverde et al. 1996), momento en
el que las ocupaciones humanas parece que fueron más
cortas y esporádicas y favorecieron la intervención de estos
animales (Guillem 1997). En este sentido, en los últimos años
se han desarrollado numerosos trabajos actualistas con el
propósito de caracterizar los conjuntos producidos por diversos
predadores y así obtener referentes de comparación en los
análisis de material arqueológico (Lloveras et al. 2008a y b;
Sanchis 2000).
Los grupos humanos son otro de los potenciales
acumuladores de restos de lepóridos: en diversas fases de
la prehistoria se ha consumido su carne y otras partes blandas,
y aprovechado también sus pieles, huesos y tendones.
Prueba de ello son las grandes acumulaciones de sus restos
en numerosos sitios del Paleolítico superior regional que
muestran claras evidencias de manipulación antrópica (Aura
et al. 2002; Pérez Ripoll 2004), aunque recientemente se viene
constatando el interés humano por estas presas desde el
Pleistoceno medio (Sanchis y Fernández Peris 2008) y puede
que incluso antes (Huguet 2007). Los criterios definitorios del
carácter antrópico de los conjuntos han sido la presencia de
marcas de corte sobre los huesos, una estructura de edad
dominada por los adultos, una representación esquelética en
función de los distintos procesos carniceros, la sistematización
de fracturas intencionadas, la presencia de termoalteraciones
y la aparición de cilindros de huesos largos (Cochard 2004;
Pérez Ripoll 2005/2006; Vigne y Marinval-Vigne 1982). La
aparición de cilindros, diáfisis cuyos extremos han sido
fracturados intencionadamente (sobre todo en el húmero,
fémur y tibia), se asocia al consumo por succión de la médula
ósea contenida en su interior (Cochard 2004; Pérez Ripoll
2005-06); asociados a esta acción se han documentado
muescas y hundimientos, fundamentalmente sobre las zonas
articulares de los huesos largos, sobre restos de lepóridos
de yacimientos del Paleolítico superior del sur de Francia
(Cochard 2004). Sin embargo, también es posible que dicha
fractura sea provocada para consumir directamente las
articulaciones, en las que, pese al descarnado y limpieza de
los huesos, siempre quedan restos de paquetes musculares
y tendonales, además de una cantidad considerable de grasa
medular, sobre todo en las zonas más esponjosas (Binford
1978; Speth 2000). El consumo de estas porciones articulares,
donde se concentran tanto paquetes cárnicos como grasa ósea
y medular puede compensar la baja cantidad de lípidos que
aporta la carne de los lagomorfos (Cochard 2004). El consumo
de articulaciones óseas se ha documentado etnográficamente,
tanto en presas de pequeño tamaño, donde incluso puede
ser prioritario frente al de la médula (Landt 2004), como en
el caso de elementos esqueléticos de animales de mayor
tamaño (Brain 1976; Gifford-Gonzalez 1989; Brugal com.
pers.), alterando los huesos (chew) y originando sobre ellos
marcas que en algunos casos pueden ser muy similares a
las producidas por los dientes de algunos carnívoros (Oliver
1993; Landt 2007).
A la hora de caracterizar los conjuntos óseos, cuando los
restos presentan marcas de corte es más sencillo relacionarlos
con acciones culturales. El problema surge cuando únicamente
existen evidencias o marcas sobre los restos producidas por
dientes con similares características y que podrían estar
producidas por carnívoros y humanos (Landt 2007), lo que
incluso puede ser un problema cuando coexisten con marcas
líticas como consecuencia de la actuación carroñera.
A través de la experimentación llevada a cabo se
introducen algunos conceptos novedosos que pueden
ser muy importantes a la hora de establecer diferencias
entre las alteraciones sobre los huesos causadas por las
acciones de los dientes humanos y los de otros carnívoros.
La experimentación ya ha sido utilizada en el caso de las
aves para tratar de definir los patrones de alteración dental
producidos por humanos y otros predadores (Laroulandie
2001, 2002).
Objetivos
Los objetivos de este trabajo son:
1. Definir los procesos donde la acción dental toma parte
y las variables que intervienen.
2. Establecer y definir patrones y morfotipos de
alteraciones en los huesos producidas por la acción de los
dientes humanos.
3. Establecer diferencias entre estas alteraciones y las
producidas por otros agentes.
Experimentación y metodología de trabajo
Se ha llevado a cabo el procesado completo de cinco
conejos de monte (Oryctolagus cuniculus). Los animales
han sido pelados, desmembrados y descarnados con lascas
de sílex no retocadas, y posteriormente se ha procedido a
344
la fractura y limpieza de algunos de los huesos empleando
exclusivamente los dientes y la sujeción manual. Las acciones
se han realizado sobre los huesos largos provistos de mayor
cantidad de médula: húmero, fémur y tibia, que son los que
Alfred SANCHIS SERRA, Juan Vicente MORALES PÉREZ y Manuel PÉREZ RIPOLL
aparecen fracturados de manera más frecuente en contextos
arqueológicos (p.e., Pérez Ripoll 2004). El número total de
acciones realizadas sobre los huesos asciende a 22: 17
mordeduras y 5 mordisqueos. Debido fundamentalmente
a problemas de espacio, en este trabajo se presentan tan
solo los resultados preliminares de la experimentación. En
una próxima publicación se aportará una información más
detallada sobre el tipo de acciones llevadas a cabo y las
alteraciones producidas sobre los huesos (Sanchis et al. en
preparación).
Muestra
1
2
3
4
5
Peso (gramos)
979
1195
1152
ca. 1000
ca. 1000
Edad (meses)
ca. 4
ca. 6
ca. 5-6
ca. 4-5
ca. 4-5
Tabla 1. Peso y edad de los ejemplares empleados en la experimentación
Definición de las acciones
• La mordedura. Es la acción de presión que los dientes
efectúan sobre el hueso, con la finalidad de obtener la médula,
consumir las articulaciones de estructura más blanda, o servir
de ayuda en la desarticulación de segmentos o elementos
anatómicos. En la experimentación, las mordeduras se han
realizado colocando el hueso en la parte media-posterior de la
boca, aproximadamente entre el último premolar y el primer
molar definitivos, donde el aparato masticador alcanza mayor
fuerza (Pileicikiene y Surna 2004; Zhao y Ye 1994) y el hueso
se acomoda entre los dientes de manera más adecuada. Esta
acción puede provocar la fractura de los huesos.
• La mordedura-flexión. Además de la mordedura
propiamente dicha, se ha experimentado sobre una variante
de fractura consistente en la sujeción del hueso con los
molares por uno de sus extremos para flexionar con la mano
por el otro hasta su fractura. Los objetivos son los mismos
que los descritos para la mordedura. La flexión por sí sola,
como método de fractura, también puede ser utilizada y,
a priori, sus objetivos pueden ser similares a los de las
acciones ya explicadas. Por otro lado, la flexión puede estar
relacionada con la desarticulación manual de las carcasas de
los conejos. Este método de fractura todavía se encuentra
en proceso de estudio.
• El mordisqueo. Es la acción repetitiva de movimientos
laterales y longitudinales de los dientes para aprovechar la
carne y otros tejidos blandos adheridos que no han podido
ser retirados con anterioridad. En esta operación los dientes
participan activamente, pero podemos considerar una variante
donde los dientes sujetan el hueso y la mano estira de éste
para que se deslice sobre ellos y queden retenidos los tejidos
blandos. Ambas modalidades producen marcas diferentes.
Definición de las zonas anatómicas en cada uno de los huesos
Los tres huesos largos que generalmente aparecen
más afectados por las alteraciones de los dientes son el
húmero, fémur y tibia, ya que presentan una cavidad medular
más grande. Cada uno de ellos presenta una serie de
características concretas, referidas tanto a su longitud, como
a su desigual densidad (Pavao y Stahl 1999) y morfología.
Todas estas variables condicionan de alguna manera la
fractura, por lo que consideramos conveniente dividir de
manera virtual cada hueso largo en diversas zonas.
Modificaciones resultantes
La modificación principal es aquella causada por
la acción directa de los modos activos de fractura, los
dientes y en algunos casos la flexión. Cuando se consigue
el objetivo de fracturar el hueso, la modificación principal
resultante es la fractura directa. Sólo cuando el intento
es fallido, la modificación principal se limita a punciones
o arrastres producidos por las cúspides dentales. Las
modificaciones secundarias implican la existencia
de una fractura, la modificación principal, a la que irían
asociadas. Estas modificaciones no son intencionadas,
sino que aparecen accidentalmente al realizar la acción
directa. Fundamentalmente se trata de punciones (Fig. 2a)
345
Creación de un referente experimental para el estudio de las alteraciones causadas por dientes humanos sobre huesos de conejo
B L O Q U E - III - . Capítulo XLI
Figura 1. Zonas anatómicas en el húmero, fémur y tibia con los datos de densidad (g/cm3) propuestos por Pavao y Stahl (1999)
o arrastres, entendiendo los primeros como una perforación
superficial del hueso por impacto de las cúspides dentales,
mientras que los segundos son alteraciones superficiales
de la cortical ósea de disposición variable producidas al
arrastrar los dientes. Los arrastres se pueden originar tanto
en la fractura, si al presionar sobre el hueso las cúspides
de los molares o premolares se deslizan sobre la cortical,
como durante la limpieza del hueso, produciéndose en ese
caso las marcas generalmente con los incisivos.
La fractura debe ser entendida como un complejo
dinámico donde intervienen varios factores que se ve afectado
por una serie de variables activas y pasivas. Las pasivas son
las características propias del hueso (histología, zona, tejido
afectado y desarrollo ontogénico) y de la persona que efectúa
la acción (edad, fuerza o desgaste dental) que influyen en las
activas: colocación del hueso en la boca y la fuerza aplicada
(presión dental intencionada perpendicular al eje del hueso y
flexión manual). En el caso de la fractura, es especialmente
importante atender a su propia mecánica (Lyman 1994).
Podemos distinguir dos tipos: la fractura directa (Fig. 2b)
tiene lugar en la zona donde los dientes (en general el agente
de fractura) atacan o contactan con el hueso. Su morfología
puede ser de dos tipos principales: la muesca (Fig. 2c), es
una pérdida ósea en el borde de fractura que origina en la
pared interna un negativo oblicuo de tendencia cóncava. En
el caso de que el hueso se pueda remontar obtendríamos
una horadación (Fig. 2b), es decir, una perforación completa
del hueso. Este tipo de marca se produce sobre las zonas
óseas de mayor densidad. La fractura directa también se
puede presentar como un hundimiento (Fig. 2d), que es la
perforación de la pared ósea con un desplazamiento hacia
el interior del tejido más cortical, que se produce en zonas
de baja densidad o de hueso esponjoso. Las microfisuras
provocan que la superficie ósea se separe poco a poco
originando superficies similares a las características del
peeling (Fig. 2e). La fractura indirecta se produce como
resultado de la directa en zonas donde no hay afectación o
contacto directo con los dientes (Fig. 2f).
Discusión
La experimentación llevada a cabo ha puesto de
manifiesto que existe una relación, lógica por otra parte,
entre la densidad del hueso y la forma en que este se
fractura mediante presión dental. Así, en las zonas de mayor
densidad (por ejemplo, 5 y 4 del húmero o 2 y 3 del fémur, con
346
densidades teóricas próximas a 0,4 g/cm3), tras la mordedura
aparecen siempre horadaciones, visibles si el hueso se
remonta, y que en cada uno de los fragmentos de hueso
resultantes (los que se suelen encontrar en los yacimientos
arqueológicos) se refleja en forma de muescas más o menos
Alfred SANCHIS SERRA, Juan Vicente MORALES PÉREZ y Manuel PÉREZ RIPOLL
Figura 2. Modificaciones
principales: a: punciones; b:
fractura directa con horadación;
c: muesca; d: hundimiento; e:
hundimiento con peeling; f:
fractura longitudinal indirecta;
g: borde de fractura por flexión;
h: borde de fractura por
mordedura; i: arrastres planos;
j: punciones; k: arrastre fino y
oblicuo; l: punciones asociadas
a arrastres planos
semicirculares de desarrollo cónico más abierto en la parte
interna del cilindro. Por el contrario, en las zonas de menor
densidad (zona 2 del húmero o la 4 del fémur, con densidades
próximas a 0,26 g/cm3), al aplicar presión dental, se producen
hundimientos asociados a grietas, que normalmente no dejan
muescas tan claras como las horadaciones. En el caso de la
tibia, la mayor parte de las veces la mordedura ha ocasionado
hundimientos, tanto en la parte proximal, donde la densidad
se sitúa en torno a los 0,33 g/cm3, como en la distal (0,26 g/
cm3). Sin embargo, al menos en un caso, al morder la zona 4
distal se ha producido una horadación que se separa en dos
muescas, más semejante a las que aparecen en zonas más
347
Creación de un referente experimental para el estudio de las alteraciones causadas por dientes humanos sobre huesos de conejo
B L O Q U E - III - . Capítulo XLI
densas. Por ello, y aunque no de forma absoluta, podemos
concluir que existe una relación entre la densidad del hueso
y la forma en la que la mordedura (los dientes) lo fractura.
También la morfología y el tamaño de la superficie del
hueso determinan la posición del mismo en la boca y por
tanto, que caras suelen verse afectadas por las mordeduras.
En el caso del fémur proximal, se suelen producir en las
caras craneal-caudal, mientras que en la parte distal sobre
las caras lateral y medial. En el húmero, la colocación de
la zona proximal es más cómoda si se presiona sobre las
caras lateral y medial, mientras que la parte distal puede
variar, dado que la zona 4 distal es más redondeada y la
zona 5 más plana en las caras caudal y craneal. En la tibia,
la zona proximal presenta un perfil triangular, y la forma
más cómoda de ejercer presión sobre esta parte es apoyar
el hueso sobre la cara lateral o medial; la zona distal es más
rectangular, con las caras craneal y caudal más grandes, de
manera que resulta más cómodo apoyar el resto sobre estas
caras. Así pues, conociendo la parte del hueso que estamos
estudiando, podemos esperar una determinada forma de
afectación.
Otro aspecto importante es la identificación y descripción
de las fracturas mixtas: mordedura y flexión combinadas. Es
importante sobre todo a la hora de diferenciar estas fracturas
de las ocasionadas por mordeduras de carnívoros, dado que
estos animales no tienen la capacidad de manipulación
humana. Esto supone en el caso de los humanos, en primer
lugar, una mejor colocación del hueso en la boca; en segundo
lugar, una mejor sujeción que impide que el hueso resbale,
lo que a su vez implica una disminución de los arrastres o
punciones producidas en intentos fallidos de fractura; y por
último, una forma particular de fracturar el hueso mordiéndolo
y flexionándolo, normalmente hacia abajo. En nuestra
experimentación hemos realizado 5 fracturas mixtas, y todas
presentan algunas características semejantes. Aquellas que
se han producido sobre zonas de menor densidad (zona 5
de la tibia y 2 del húmero) presentan en las caras opuestas
dos formas de fractura diferentes. En la cara de extensión,
la zona en posición superior cuando se coloca en la boca, en
contacto con el maxilar (si la flexión se realiza hacia abajo), se
producen bordes normalmente dentados, de ángulos oblicuos
y aspecto irregular, similar al peeling, debido a la separación
de los agrietamientos previamente producidos mediante
presión dental. Por el contrario, en la cara de compresión,
normalmente la inferior, se producen fracturas transversales,
con bordes mixtos u oblicuos y de aspecto mixto. En el caso
de la flexión producida sobre zonas de mayor densidad, los
bordes de fractura suelen ser transversales y de ángulos
oblicuos, con bordes escalonados (Fig. 2g), mientras que los
bordes fracturados sólo por mordedura no presentan este
escalonamiento (Fig. 2h).
Más complicado resulta definir las alteraciones originadas
durante el mordisqueo, ya que son muy similares a las
producidas por carnívoros (Landt 2007). En unos casos
aparecen arrastres de longitud reducida y base plana que
están hechos con los incisivos (Fig. 2i). En otros, se muestran
punciones muy superficiales al rozar con el hueso las cúspides
de los premolares (Fig. 2j). Una tercera modalidad se produce
al arrastrar el hueso con la mano mientras se tiene colocado
en la zona posterior de la boca, lo que da lugar a estrías
de longitud importante, muy similares a las producidas
por instrumentos líticos (Fig. 2k). También se documentan
asociaciones de arrastres y punciones (Fig. 2l), que en todo
caso nunca aparecen con la frecuencia e intensidad de
aquellas originadas por carnívoros.
Las datos expuestos nos señalan que los grupos humanos
son capaces de causar alteraciones con sus dientes sobre los
huesos de los animales que consumen (médula, articulaciones
y restos de tejidos blandos adheridos), lo que de manera
habitual se vincula a la acción de carnívoros. En la fractura de
los huesos de conejo los modos activos principales y lógicos
son la mordedura y la flexión, que además no son excluyentes
y pueden actuar a la vez. La fractura por mordeduraflexión presenta algunas características que pueden ser de
importancia a la hora de definir el agente acumulador de los
restos (natural/cultural). La percusión como modo principal
de fractura de los huesos, sistemáticamente aplicada en los
animales de mayor tamaño, no se hace necesaria.
Bibliografía
AURA, J.E.; VILLAVERDE, V.; PÉREZ RIPOLL, M.; MARTÍNEZ VALLE,
R.; GUILLEM, P.M. (2002): “Big game and small prey: Paleolithic
and Epipaleolithic economy from Valencia (Spain)”. Journal of
Archaeological Method and Theory 9 (3): 215-267.
BINFORD, L.R. (1978): Nunamiut Ethnoarchaeology, Academic Press,
New York, San Francisco, London.
BRAIN, C.K. (1976): “Some principles in the interpretation of bone
accumulations associated with man”. En G.L. Isaac y E.R.
348
McCown (eds.): Human origins: Louis Leakey and the East
African evidence. Menlo Park: 97-116.
COCHARD, D. (2004): Les leporidés dans la subsistance paleolithique
du sud de la France. Thèse de doctorat. Université de Bordeux.
DELIBES, M.; HIRALDO, F. (1981): “The rabbit as prey in the Iberian
Mediterranean ecosystem”. En K. Myers y C.D. MacInnes (eds.):
Proceedings of the World Lagomorph Conference. University
of Guelph. Ontario: 614-622.
Alfred SANCHIS SERRA, Juan Vicente MORALES PÉREZ y Manuel PÉREZ RIPOLL
GIFFORD-GONZALEZ, D. (1989): “Ethnographic analogues for
interpreting modified bones: some cases form East Africa”.
En R. Bonnichsen y M.H. Sorg (eds.): Bone modification.
Center for the Study of the First Americans, Orono: 179-246.
PAVAO, B. Y STAHL, P.W. (1999): “Structural density assays of
leporid skeletal remains with implications for taphonomic,
actualistic and archaeological research”. Journal of
Archaeological Science 26: 53-66.
GUILLEM, P.M. (1997): “Estudio tafonómico de los quirópteros
de Cova Negra (Xàtiva). Una confirmación del carácter corto
y esporádico de las ocupaciones antrópicas”. Archivo de
Prehistoria Levantina XXII: 41-55.
PÉREZ RIPOLL, M. (2004): “La consommation humaine des
lapins pendant le Paléolithique dans la région de Valencia
(Espagne) et l’étude des niveaux gravétiens de la Cova de les
Cendres (Alicante)”. En J.P. Brugal y J. Desse (dirs.): Petits
animaux et sociétés humaines. Du complément alimentaire
aux ressources utilitaires. XXIVe Rencontres Internationales
d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes, Antibes: 191-206.
HUGUET, R. (2007): Primeras ocupaciones humanas en la P.
Ibérica: paleoeconomía en la Sierra de Atapuerca (Burgos) y
la Cuenca de Guadix-Baza (Granada) durante el Pleistoceno
inferior. Tesis doctoral inédita. Universitat Rovira i Virgili
de Tarragona.
LANDT, M.J. (2004): Investigations of human gnawing on small
mammal bones: among contemporary Bofi foragers of the
Central African Republic. Department of Anthropology,
Washington State University.
LANDT, M.J. (2007): “Tooth marks and human consumption:
ethnoarchaeological mastication research among foragers
of the Central African Republic”. Journal of Archaeological
Science 34: 1629-1640.
LAROULANDIE, V. (2001): “Les traces liées à la boucherie,
à la cuisson et à la consommation d’oiseaux. Apport de
l’experimentation”. En L. Bourguignon, I. Ortega y M. FrèreSantot (Dirs.): Préhistoire et approche experimentale. Éditions
M. Mergoil. Prehistories 5: 97-108.
PÉREZ RIPOLL, M. (2005/2006): “Caracterización de las fracturas
antrópicas y sus tipologías en huesos de conejo procedentes
de los niveles gravetienses de la Cova de les Cendres
(Alicante)”. Munibe 57/1. Homenaje a Jesús Altuna: 239-254.
PILEICIKIENE, G.; SURNA, A. (2004): “The human masticatory
system from a biomechanical perspective: a review”.
Stomatolojica, Baltic Dental and Maxillofacial Journal 6:
81-84.
SANCHIS, A. (2000): “Los restos de Oryctolagus cuniculus en las
tafocenosis de Bubo bubo y Vulpes vulpes y su aplicación
a la caracterización de registro faunístico arqueológico”.
Saguntum PLAV 32: 31-50.
SANCHIS, A.; FERNÁNDEZ PERIS, J. (2008): “Procesado y
consumo antrópico de conejo en la Cova del Bolomor
(Tavernes de la Valldigna, Valencia). El nivel XVIIc (ca 350
Ka)”. Complutum 19 (1): 25-46.
LAROULANDIE, V. (2002): “Anthropogenic versus nonantrhopogenic bird bone assemblages: new criteria for their
distinction”. En T. O’Connor (ed.): Biosphere to lithosphere.
New studies in vertebrate taphonomy. 9th ICAZ Conference,
Durham: 25-30.
SPETH, J.D. (2000): “Boiling vs. baking and roasting: a taphonomic
approach to the recognition of cooking techniques in small
mammals”. En P. Rowley-Conwy (ed.): Animal bones, Human
societies, Oxbow books, Oxford: 89-105.
LLOVERAS, LL.; MORENO, M.; NADAL, J. (2008a): “Taphonomic
study of leporid remains accumulated by the spanish imperial
eagle (Aquila adalberti)”. Geobios 41: 91-100.
VIGNE, J. ; MARINVAL-VIGNE, M.C. (1982): “Méthode pour la
mise en evidence de la consomation du petit gibier“. Animals
and archaeology 1. Hunters and their prey. Londres. BAR
International Series 163: 239-242.
LLOVERAS, LL.; MORENO, M.; NADAL, J. (2008b): “Taphonomic
analysis of leporid remains obtained from modern Iberin lynx
(Lynx pardinus) scats”. Journal of Archaeological Science
35: 1-13.
LYMAN, R.L. (1994): Vertebrate Taphonomy. Cambridge University
Press, Cambridge.
OLIVER, J.S. (1993): “Carcass processing by the Hadza: Bone
breakage from butchery to consumption”. En J. Hudson
(ed.): From Bones to Behavior: Ethnoarchaeological and
Experimental Contributions to the Interpretation of Faunal
Remains. Southern Illinois University, Carbondale: 200-227.
VILLAVERDE, V.; MARTÍNEZ VALLE, R.; GUILLEM. P.M.;
FUMANAL, M.P. (1996): “Mobility and the role of small
game in the Paleolithic of the Central Region of the Spanish
Mediterranean: A comparison of Cova Negra with other
Palaeolithic deposits”. En E. Carbonell y M. Vaquero (eds.):
The last Neandetals, the first anatomically modern humans:
a tale about human diversity. Cultural change and human
evolution: the crisis at 40 Ka BP. Universitat Rovira i Virgili,
Tarragona: 267-288.
ZHAO, Y.; YE, D. (1994): “Measurement of biting force of normal
teeth at different ages (orginal en chino)”. Hua Xi Yi Ke Da
Xue Xue Bao 25: 414-417.
349
Montserrat ESTEBAN-NADAL, Isabel CÁCERES y Carlos TARAZONA
- XLII Experimentando con lobos; secuencia de acceso,
consumo y dispersión de una carcasa de équido
en la Sierra de la Culebra, Zamora (Península Ibérica)
Montserrat ESTEBAN-NADAL*, Isabel CÁCERES** y Carlos TARAZONA
* Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social.
** Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social. Àrea de Prehistoria Universitat Rovira i Virgili.
Resumen
Se presentan las observaciones realizadas durante el
seguimiento del acceso, consumo y dispersión del cadáver de
un équido (Equus asinus) por una manada de lobos en la Sierra
de la Culebra, Zamora (Península Ibérica). La baja densidad
humana y la disponibilidad de recursos tróficos hacen de éste
un espacio natural de gran riqueza faunística, en el que ha
pervivido el lobo ibérico (Canis lupus) de forma continuada y
sin interrupciones hasta la actualidad. Las características de
este territorio han proporcionado las condiciones adecuadas
para el desarrollo de esta investigación de carácter actualista
relacionada con el comportamiento del mayor predador
de la Península Ibérica. La metodología empleada en el
seguimiento se ha basado en los aguardos continuados a
Palabras clave:
lo largo de varias jornadas, y en el registro de los restos
derivados del carroñeo pocas horas después de haberse
producido. El consumo y la dispersión del cadáver tuvo
lugar en cinco tiempos distintos. En algunos de los accesos
se constató transporte de segmentos anatómicos primero
y de elementos esqueléticos después. Los transportes se
realizaron en diferentes direcciones en una superficie de
más de 1.200m2. Se observaron mordeduras en las diáfisis de
las costillas, en el sacro, la pelvis, las vértebras lumbares y
las vertebras torácicas. En el último acceso todas las partes
esqueléticas fueron transportadas hasta puntos que no
pudieron ser localizados con posterioridad.
Arqueología Experimental, Canis lupus, Sierra de la Culebra, Tafonomía, Península Ibérica.
Abstract
Observations made during monitoring access, consumption
and scattering of an equine carcass (Equus asinus) in Sierra de
la Culebra, Zamora (Iberian Peninsula) are presented. The low
human demography and the availability of trophic resources
make this natural space to have a great diversity of fauna, in
which the Iberian wolf (Canis lupus) has continuously subsisted
until the present. The features of this territory have provided
suitable conditions for the development of the actualistic
research presented here, which is related with the behaviour
of the great predator of the Iberian Peninsula. The methodology
Key words:
has been based in a series of hides continued along seven days.
The remains derived from the scavenging were recorded few
hours after the wolves acceded the carcass. The consumption
and dispersal of the carcass took place in five different phases.
In some phases there were transport of skeletal segments in
different directions in an area of more than 1.200m². Tooth
marks were also observed to the rib fracture edges, sacrum,
innominate, lumbar vertebrae and dorsal vertebrae. In the last
phase all the skeletal parts were transported until points that
could not be located later.
Canis lupus, Experimental Archaeology, Iberian Peninsula Sierra de la Culebra, Taphonomy.
351
Experimentando con lobos; secuencia de acceso, consumo y dispersión de una carcasa de équido en la Sierra de la Culebra, Zamora (Península Ibérica)
B L O Q U E - III - . Capítulo XLII
Introducción
Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio
de arqueología y tafonomía experimental cuyo objetivo es
caracterizar las modificaciones tafonómicas producidas por
diferentes agentes bióticos en conjuntos óseos actuales.
La información que aportan estas investigaciones será
útil para discriminar el agente o agentes modificadores
de las acumulaciones óseas en contextos arqueológicos y
paleontológicos (Esteban et al. 2007; Cáceres et al. 2008).
El lobo es uno de los carnívoros con mayor capacidad de
adaptación al medio y uno de los que presenta más amplia
distribución. Habita en todo el hemisferio norte del planeta,
desde el Ártico hasta los desiertos de Arabia, predando o
carroñeando sobre todo tipo de presas (Mech and Boitani
2003). Es una especie oportunista y desde el punto de vista
trófico se comporta de una manera generalista; puede cazar o
carroñear presas de talla grande y mediana pero también se
puede alimentar de aves y de pequeños mamíferos (Blanco et
al. 2003). A lo largo de todo el Pleistoceno y el Holoceno, el
hombre y el lobo han cohabitado en las regiones templadas
del hemisferio norte compitiendo por las mismas presas. Las
relaciones de cohabitación entre estos dos agentes hacen
que este cánido pueda producir acumulaciones en puntos
que pueden tener coincidencia con los lugares de actividad
humana, ya sea en cohabitación o en sucesión a lo largo del
tiempo (Castel 2004; Rosas et al. 1999; Huguet et al. 2001).
De los estudios tróficos realizados sobre el lobo en
la Península Ibérica se deriva una gran variabilidad en su
comportamiento. Ésta se observa tanto en la selección de la
talla de la presa, en la forma de acceso, en los tiempos y en
la forma de consumo, como en el transporte de las presas
o parte de ellas (Castroviejo et al. 1975; Cuesta et al. 1991;
Llaneza et al. 2000).
Sierra de la culebra
Este espacio natural se localiza en el cuadrante
noroccidental de la província de Zamora. Además de las
principales actividades agrícolas y ganaderas se han dado
también actividades como el carboneo, el aprovechamiento de
madera y las herrerías, que han contribuido a la modificación
del paisaje vegetal original. En las últimas décadas se han
ido abandonando progesivamente la ganadería y los trabajos
del campo y se han llevado a cabo repoblaciones de pinos en
grandes extensiones. Todo estos factores han ido configurando
un característico paisaje en el que predominan grandes
extensiones de pinar y de matorral con pequeñas áreas de
bosque original. La baja densidad humana, la despoblación
y por tanto el abandono del medio rural y la disponibilidad
de recursos, han hecho de esta sierra un espacio natural de
gran riqueza faunística en el que ha pervivido el lobo ibérico
de forma continuada y sin interrupciones hasta la actualidad.
En el año 1996 fue denominada Reserva Regional de Caza
con la finalidad de gestionar y conservar las poblaciones
autóctonas de lobo (Canis lupus), corzo (Capreolus capreolus)
y jabalí (Sus scropha).
Material y método
El cadáver de asno (Equus asinus), un especimen senil con
un peso aproximado de 300kg fue depositado a unos 100m del
punto de observación (Fig. 1). La metodología empleada en
el seguimiento se basó en los aguardos. Éstos se realizaron
al amanecer y al atardecer a lo largo de 7 días en febrero
de 2005. El seguimiento de la carcasa se produjo durante
168 horas. Las modificaciones registradas se derivaron del
carroñeo realizado por una manada de lobos.
El número mínimo de lobos identificados (n=3) fue
calculado a partir de las huellas y de los excrementos.
Después de cada aguardo se procedió a la inspección de
la zona en la que se hallaban los restos de asno (Fig. 2).
En cada inspección se procedió a: relacionar las partes
consumidas, identificar los elementos anatómicos a medida
352
que se observaban mordeduras o eran desarticulados; medir
las distancias a las que eran transportados los segmentos o
los elementos anatómicos; orientar las trayectorias según el
norte geográfico; fotografiar los restos; registrar los restos
y las trayectorias sobre un plano de la zona.
Tiempo 0 (0 horas)
Depósito inicial del cadáver de asno. La presencia de
huellas y excrementos encontrados en las inmediaciones
del cadáver y en los caminos de acceso indicaban que varios
lobos estuvieron merodeando el cadáver. A pesar de ello no
se registró acceso alguno a la carcasa durante las primeras
95 horas. Varios cuervos (Corvus frugilegus) se aproximaron
a la zona donde estaba depositado el cadáver.
Montserrat ESTEBAN-NADAL, Isabel CÁCERES y Carlos TARAZONA
Tiempo 1 (96 horas después)
Después de una prolongada nevada
que nos impidió acudir a los dos últimos
aguardos, se registró el primer acceso por
parte de los lobos al cadáver. Observamos
que las extremidades posteriores estaban
comidas parcialmente. Por la cantidad de
carne consumida parecía que habían entrado
a comer varios lobos (com. per. del celador
de la reserva que nos acompañó en los
aguardos). No hubo desplazamiento alguno
de la carcasa.
Tiempo 2 (105 horas después)
La carcasa fue desplazada 5m en dirección
suroeste respecto a la ubicación original.
Los lobos consumieron completamente las
extremidades posteriores, a excepción de
los zigopodios y los autopodios. También
consumieron la zona de la pelvis, la zona
lumbar y la parte del costillar que quedaba
más expuesta. Presentaban marcas de
mordeduras los bordes de fractura de las
diáfisis de las costillas, el ala ilíaca, el pubis,
los procesos transversos de las vértebras
lumbares y los procesos espinosos de las
vértebras torácicas. No fueron comidas las
vísceras que seguían en la cavidad torácica,
al igual que las extremidades anteriores,
el cuello, el cráneo y las mandíbulas. Un
cuervo (Corvus frugilegus) se aproximó al
cadáver aunque no picoteó sobre él si no
en las inmediaciones.
Tiempo 3 (120 horas después)
En el tiempo previo al aguardo, que dejó
de nevar, los lobos volvieron a predar sobre la
carcasa. Sobre las huellas y rastros dejados
por los lobos no se acumuló nieve, así que
pudieron reproducirse los movimientos
con exactitud (Fig. 3). Detectamos huellas
de lobos (como mínimo de tres individuos)
y también tres excrementos recientes
alrededor de los restos esqueléticos. El
cadáver fue desplazado unos 45m (respecto a
la posición secundaria) y en dirección oeste,
hacia un barranco con vegetación muy densa
conformada sobre todo por pinos y brezo
(Pinus alepensis, Pinus nigra y Erica ssp.). El
arrastre se produjo en zig-zag, probablemente
Figura 1. Panorámica de la zona en la que se llevaron a cabo los aguardos
Figura 2. Registro de datos después del tercer acceso (Tiempo 3). Se puede observar sobre la nieve
parte de la trayectoria que siguieron los lobos arrastrando la carcasa de asno
como resultado del forcejeo entre los diferentes lobos de la manada. En este
punto se produjo la desarticulación de las distintas partes esqueléticas y la
dispersión y transporte en diferentes direcciones, así lo indicaban las huellas,
los excrementos, los restos de sangre, las partes dispersadas de las vísceras
que no fueron consumidas y los restos óseos.
En el punto de los 45m se localizó parte de la carcasa en conexión anatómica
(sacro, pelvis, v. lumbares, v. torácicas y 19 costillas). El esternón apareció
fracturado y las vísceras ya no estaban en el interior de la caja torácica.
353
Experimentando con lobos; secuencia de acceso, consumo y dispersión de una carcasa de équido en la Sierra de la Culebra, Zamora (Península Ibérica)
B L O Q U E - III - . Capítulo XLII
A 3m al norte encontramos las dos
extremidades posteriores. Ya en el acceso
anterior fue consumida la práctica totalidad
de la masa muscular correspondiente a los
estilopodios. En este momento seguían sin ser
consumidos los zigopodios y los autopodios,
que todavía mantenían la piel.
A 8m al suroeste encontramos dos
fragmentos de costilla en conexión anatómica.
Éstas presentaban mordeduras en los bordes
de fractura de la diáfisis.
De las extremidades anteriores sólo
se localizaron las escápulas. Una estaba a 15m
en dirección noroeste y la otra a unos 20m de
ésta.
A 41m al oeste se encontraron la cabeza
y el cuello (cráneo, mandíbula, v. cervicales,
primeras v. torácicas y 9 costillas). Estas partes
no fueron consumidas y todavía conservaban
la piel.
A 55m se localizó un fragmento de hueso
plano no identificado que ha fue parcialmente
comido y que presentaba mordeduras. En las
inmediaciones se observó una pluma de águila
real (Aquila chrysaetos).
Tiempo 4 (132 horas después)
La carcasa continuaba en el mismo lugar.
Había nuevos excrementos. Las extremidades
posteriores fueron desplazadas 6m en dirección
norte (Fig. 3).
Tiempo 5 (168 horas después)
Los lobos volvieron a predar sobre el
cadáver. No quedó ningún resto esquelético
a la vista, todos fueron transportados hasta
puntos más o menos alejados que no fueron
localizados.
Figura 3. Croquis en el que se representa la desarticulación y la dispersión del asno en los diferentes
accesos; a) Tiempo 0; b) Tiempo 2; c - h) Tiempo 3; i - j) Tiempo 4
Resumen
El grupo de cómo mínimo tres lobos accedió a la carcasa
por lo menos hasta en cinco ocasiones (tiempos). En todos los
tiempos hubo consumo pero sólo en los 4 últimos se produjo
dispersión, siendo los tiempos 3 y 5 cuando se produjeron
los mayores movimientos.
En primer lugar, los lobos consumieron parcialmente
las partes con más masa muscular de las extremidades
354
posteriores. En segundo lugar, las acabaron de consumir hasta
la altura de la tibia, y empezaron a comer la zona pélvica,
lumbar y parte del costillar. En tercer lugar, se produjo la
desarticulación por segmentos esqueléticos y elementos
anatómicos. También se produjo la fractura del esternón y
la dispersión de la masa visceral. No fueron consumidos los
zigopodios y autopodios de las extremidades posteriores,
Montserrat ESTEBAN-NADAL, Isabel CÁCERES y Carlos TARAZONA
que se mantuvieron recubiertos por la piel hasta el final del
seguimiento.
Tampoco se constató el consumo de la cabeza y el
cuello, en el período de tiempo que duró el seguimiento. De
las extremidades anteriores sólo fueron localizadas las dos
escápulas. Se produjeron marcas de mordeduras por lo menos
en el sacro, en los bordes anatómicos de la pelvis, en los
bordes de fractura de las costillas, en los procesos transversos
de las vértebras lumbares y en los procesos espinosos de las
vértebras torácicas. Debido al estado (todavían tenían piel
y restos de masa muscular parcialmente comida) en que se
encontraban los restos no pudieron ser registradas posibles
mordeduras en el esqueleto apendicular. La dispersión de los
restos se produjo en un radio de más de 1200m2. En último
lugar, todos los restos esqueléticos fueron transportados
hasta puntos desconocidos.
Discusión
Se han comparado estos resultados con los procedentes
de un estudio sobre gestión y seguimiento del lobo en el
País Vasco (Sáenz de Buruaga et al. 2006). En ese estudio
se describe y se cuantifica el consumo por lobo de ganado
doméstico (ovino, caprino, equino y bovino). El número de
equinos y bovinos muertos que muestran algún tipo de marca
de consumo asciende a 9 individuos. En nuestro estudio las
extremidades posteriores fueron las partes sobre las que los
lobos accedieron en primer lugar y fueron completamente
consumidas. En Sáenz de Buruaga et al. (2006), el 55,6% de la
muestra presenta las extremidades posteriores consumidas,
tanto en las especies mayores (equinos y bóvidos) como en
el ganado menor (ovino y caprino). Hemos podido constatar
que el esternón fue fracturado y la caja torácica abierta. La
desaparición posterior de las vísceras estaría indicando su
consumo, si bien éste no se produjo durante el primer acceso
a pesar de que parte del costillar había sido fracturado. En
el trabajo citado anteriormente, el 100% de la muestra
presenta signos de alimentación en la zona pectoral y de
éstos el 54% no conserva el esternón y las diáfisis de las
costillas aparecen fracturadas.
Por su parte, Castroviejo et al. (1975), describen, de
manera genérica y sin especificar la talla de la presa/carroña,
la secuencia de consumo por lobo en la Península Ibérica.
Se deriva de sus observaciones que los lobos empiezan
consumiendo el esternón, la axila, zona humeral y la paletilla.
También acceden a la masa muscular por las heridas hechas
en los cuartos traseros para continuar por el costillar. Estos
autores observaron que en muchos de los casos los lobos
despreciaron “el paquete intestinal, las extremidades
anteriores a partir del húmero y del cubito y las posteriores
a partir del fémur y la tibia”. Tampoco consumieron la cabeza
y el cuello por encima del pecho. Algunos de esos datos son
coincidentes con las observaciones que se presentan aquí.
Si bien en el último acceso todos los elementos esqueléticos
fueron transportados hasta sitios que no fueron localizados, en
las observaciones hechas en el penúltimo acceso, no habían
sido consumidos los zigopodios y autopodios, ni tampoco
el cuello y cabeza. La masa visceral que en primer acceso
no fue consumida, quedó dispersada en el tercer acceso y
desapareció en el cuarto.
Nadal (1996) concluyó de sus observaciones hechas
sobre el consumo de herbívoros de talla mediana y pequeña
por lobos en cautividad, que no existen claros patrones
de desmembración. A pesar de ello, sí que hay factores a
tener en cuenta en su comportamiento como: el número de
individuos; el tiempo transcurrido desde la última captura;
la edad y las características anatómicas de la presa.
El lobo es un carnívoro oportunista que se comporta con
frecuencia como un carroñero. Puede cazar o carroñear de
forma individual pero también puede hacerlo en pequeños
grupos de varios individuos. El consumo de las presas
depende, además de los factores que apunta Nadal (1996),
de otros condicionantes, entre ellos la presión del entorno,
la talla de la presa, o la existencia de crías. Todos estos son
factores subyacentes a la gran variabilidad que muestra el
lobo en su comportamiento trófico.
Conclusiones
El método empleado en este trabajo es el adecuado para
la obtención de datos empíricos relacionados con el acceso
y consumo de presas por parte de lobos.
Los resultados derivados de las observaciones permiten
confirmar la viabilidad de la experiencia para diseñar futuros
programas experimentales.
355
Experimentando con lobos; secuencia de acceso, consumo y dispersión de una carcasa de équido en la Sierra de la Culebra, Zamora (Península Ibérica)
B L O Q U E - III - . Capítulo XLII
El lobo es un carnívoro oportunista que presenta una
gran variabilidad en su comportamiento trófico. Por lo
tanto, hay que contemplar esta gran variabilidad cuando se
analiza este carnívoro como agente tafonómico en conjuntos
arqueológicos.
Son necesarios más trabajos de esta naturaleza
para poder obtener datos y poderlos constrastar, con la
finalidad de aplicar los resultados al registro arqueológico
y paleontológico.
Agradecimientos
Al Departamento de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. A Evencio, F. Gómez y R. Gómez por su inestimable
colaboración. M.E-N disfrutó de una ayuda a la investigación de la Fundación Atapuerca.
Bibliografía
BLANCO, J. C.; CORTÉS, Y.; RODRÍGUEZ, J. L. (2003): El lobo
ibérico. El misterio del monte. Edilesa Monografías Nº 68.
León.
CÁCERES, I.; ESTEBAN-NADAL, M.; FERNÁNDEZ-JALVO, Y;
BENNÀSAR, M.L. (2008): “Disarticulation and Dispersal
processes of cervid carcasses at the Bosque de Riofrío
(Segovia, Spain)”. Quinta Reunión de Tafonomía y Fosilización.
Taphos’08. Granada
CASTEL, J. C. (2004): “L’influence des canidés sur la formation des
ensembles archéologiques. Caractérisation des destructions
dues au loup”. Revue de Paléobiologie. 23
CASTROVIEJO, J.; PALACIOS, F.; GARZÓN, J.; CUESTA, L.
(1975): “Sobre la alimentación de los Cánidos Ibéricos”.
XII Congresso da União Internacional dos Biologistas da
caça. Lisboa.
CUESTA, L.; BÁRCENA, F.; PALACIOS, F.; REIG, S. (1991): “The
trophic ecology of the Iberian Wolf (Canis lupus signatus,
Cabrera, 1907). A new analysis of stomach’s data”. Mammalia
55 2: 239-254.
ESTEBAN, M.; CÁCERES, I.; PÉREZ, M. J.; CARBONELL, E.;
GALUCHINO, J.; ALLUÉ, E.; BURJACHS, F.; EXPÓSITO, I.;
CABANES, D.; FONTANALS, M.; GARCÍA-ANTON, M. D.;
OLLÉ, A.; RODRÍGUEZ, A; VAN DER MADE, J.; VERGÉS,
J. M. (2007): “Proyecto de arqueología experimental en
un espacio natural protegido en los Pirineos, (Huesca,
España)”. En Ramos, Mª L.; González, J. y Baena, J.
(eds.): Arqueología Experimental en la Península Ibérica.
Investigación, didáctica y patrimonio. Asociación Española
de Arqueología Experimental, Santander: 77-87.
HUGUET, R.; DIEZ, C.; ROSELL, J.; CACERES, I.; MORENO,
V.; IBAÑEZ, N.; SALADIE, P. (2001): “Le gisement de
Galería (Sierra de Atapuerca, Burgos, Espagne): un modele
archeozoologique de gestion du territoire au Pleistocene”.
L’Anthropologie 105: 237-257.
LLANEZA, L. RICO, M.; IGLESIAS, J. (2000): “Hábitos alimenticios
del lobo ibérico en el antiguo parque nacional de la montaña
de Covadonga”. Galemys 12 (nº especial): 93-102.
MECH, L. D.; BOITANI, L. (ed.) (2003): Wolwes. Behavior, Ecology,
and Conservation. Chicago and London. The University of
Chicago Press.
NADAL, J. (1996): “Patrones de desmembración en herbívoros
consumidos por lobos (Canis lupus)”. En Meléndez, G.; Blasco,
M. F.; Pérez, I. (eds.): II Reunión de Tafonomía y Fosilización.
Institución “Fernando el Católico, Zaragoza: 259-263.
ROSAS, A.; CARBONELL, E.; OLLÉ, A.; PÉREZ, A.; VALLVERDÚ, J.;
HUGUET, R.; CÁCERES, I.; ROSELL, J.; SALA, R.; MOSQUERA,
M.; VAN DER MADE, J.; SÁNCHEZ, A.; CUENCA-BESCÓS, G.;
RODRÍGUEZ, X. P.; RODRÍGUEZ, J.; (1999): “Contribución del
yacimiento de Galería (Sierra de Atapuerca) al Cuaternario
Ibérico”. En Díez, J.C.; Carbonell, E. (eds.) Atapuerca:
Ocupaciones humanas y paleoecología del yacimiento de
Galería: 377-390.
SÁENZ DE BURUAGA, M.; CAMPOS, M. A.; CANALES, F.;
ARBERAS, E. Y ONRUBIA, A. (CONSULTORA DE RECURSOS
NATURALES, S.L.) (2006). Seguimiento y gestión del
lobo (Canis lupus) en el País Vasco. Departamento de
Agricultura, Pesca y Alimentación de Gobierno Vasco,
Departamento de Medio Ambiente de Diputación Foral de
Álava y Departamento de Agricultura de Bizkaia. VitoriaGasteiz. Informe inédito, 304 pp.
356
Montserrat ESTEBAN-NADAL, Isabel CÁCERES y Carlos TARAZONA
- XLIII Tafonomia experimental aplicada à
Antropologia Forense: implicações para a
compreensão dos registos arqueológicos
Maria Teresa FERREIRA y Eugénia CUNHA
Departamento de Antropologia da Faculdade de Ciências e Tecnologia da Universidade de Coimbra.
Resumo
Os casos forenses onde as condições ambientais
influenciam a decomposição e consequentemente o
tempo decorrido desde a morte legitimam novos estudos
desenvolvidos em diferentes condições geoclimáticas. A
inexistência deste tipo de abordagem em Portugal justifica
o presente projecto, em desenvolvimento no âmbito de uma
dissertação de doutoramento (Ferreira, 2007).
Palavras chave:
No presente trabalho apresentamos a metodologia a
seguir no quadro dos trabalhos de Tafonomia experimental:
monitorização da decomposição de carcaças de porco (Sus
scrofa domestica). Através deste, projecto inovador em
Portugal, pretendemos integrar na reflexão dos contextos
arqueológicos os processos ocorridos durante a formação
dos sítios, nomeadamente no que concerne os estádios de
decomposição cadavérica e a sua influência no meio envolvente.
Tafonomia experimental, Intervalo post mortem (PMI), Antropologia forense, Esqueleto.
Abstract
The forensic cases which, decomposition and post mortem
interval are influenced by environmental conditions justify new
approaches in different geo-environmental conditions. These
types of studies are inexistent in Portugal, and motivated a
PhD research (Ferreira, 2007).
Key words:
The present paper describes the methodology used on our
taphonomic research with pig carrion (Sus scrofa domestica).
With this innovative project in Portugal, we expect to contribute
to the understanding of the processes of archaeological sites
formation, namely how the cadaveric decomposition influences
the surround environment.
Experimental Taphonomy, Post mortem interval (PMI), Forensic Anthropology, Skeleton.
Repeated experience teaches the investigator to be wary of relying on any single observation for estimating the time of
death, and he wisely avoids making dogmatic statements based on an isolated observation. (Adelson, 1974: 151)
Introdução
Ao antropólogo forense chegam casos que incluem restos
ósseos de cemitérios, arqueológicos, fauna e cadáveres
em vários estados de preservação (Pinheiro e Cunha 2006;
Cunha e Pinheiro 2007; Ferreira e Cunha 2008). As figuras
1, 2 e 3, onde podemos observar três indivíduos exumados
no mesmo dia, dum único talhão de um cemitério português,
são disso exemplo. Apesar de terem intervalos post mortem
idênticos, apresentam estádios de decomposição da
cabeça distintos: saponificação (Fig. 1); esqueletização
parcial (Fig. 2); e esqueletização completa (Fig. 3) (Cunha
et al., 2006). A variabilidade no microambiente tafonómico,
associada aos factores intrínsecos a cada cadáver produziram
diferentes padrões de decomposição, impedindo uma correcta
determinação do intervalo post mortem (Ferreira et al. 2007).
O exame de diversas variações tem vindo a mostrar a
presença de vários estádios de decomposição cadavérica
em contextos similares evidenciando que, caso fosse
357
Tafonomia experimental aplicada à Antropologia Forense: implicações para a compreensão dos registos arqueológicos
B L O Q U E - III - . Capítulo XLIII
desconhecido, o intervalo post mortem não poderia ter
sido determinado com exactidão (Galloway 2002). Para
complicar, um mesmo cadáver pode apresentar estádios de
decomposição distintos em diferentes regiões anatómicas
(Pinheiro 2006; Pinheiro e Cunha 2006).
Na destrinça dos contextos, e consequente determinação
das implicações legais ou arqueológicas do caso, é
indispensável uma crítica tafonómica sólida que esclareça
as condições de deposição dos indivíduos e o tempo
decorrido desde a morte. Para esta crítica é fundamental
recolher correctamente os restos, conhecer o ambiente e as
modalidades da decomposição (Hunter e Cox 2005).
O nosso projecto pretende colmatar a ausência de estudos
de reconstrução de cenários peri e post mortem para o
ocidente da Península Ibérica, desenvolvendo procedimentos
metodológicos para a avaliação do intervalo post mortem
(PMI) expressamente válidos para este contexto geoclimático.
Este objectivo exige a caracterização dos processos de
decomposição cadavérica, com particular enfoque para as
modificações dos ossos e decomposição diferencial dos
tecidos e articulações do cadáver, e para as características
físico-químicas do meio envolvente (uso de aceleradores de
decomposição, solo, sazonalidade, humidade e temperatura,
etc) (Galloway 2002).
Figura 1. Indivíduo com a região anatómica da cabeça saponificada
Figura 3. Indivíduo com a região anatómica da cabeça completamente esqueletizada
O projecto
Figura 2. Indivíduo com a região anatómica da cabeça parcialmente esqueletizada
358
Para atingir os nossos objectivos é essencial gerar
um corpus documental estatisticamente significativo, que
se pertende constituir através da descrição sistemática e
pormenorizada dos processos de decomposição cadavérica
observados durante o acompanhamento de exumações e
transladações de restos humanos provenientes de cemitérios
municipais e cujo o intervalo post mortem é conhecido.
Paralelamente, aquele objectivo exige ainda a constituição
de um acervo documental de referência, este a constituir
no âmbito de um trabalho de Tafonomia experimental em
María Teresa FERREIRA y Eugénia CUNHA
que a decomposição cadavérica de animais ocorra em
ambientes pré-estabelecidos, sendo as características do
meio e a evolução do processo de esqueletização objecto
de parametrização prévia e monitorização contínua. Devido à
dificuldade ética da experimentação em cadáveres humanos,
utilizar-se-ão cadáveres de animais, designadamente porcos
(Sus scrofa domestica).
Por fim, serão criados protocolos de recolha e escavação
sistemáticas de restos cadavéricos humanos, fundamentados
em experiências internacionais, e adaptados especificamente
ao contexto legal português. De seguida apresentamos o
protocolo de Tafonomia experimental.
O recurso à Tafonomia experimental
Na pesquisa de Tafonomia experimental utilizar-se-ão
séries de duas carcaças de porco, uma exposta e a outra
enterrada, em locais distintos. Aquando das deposições
das carcaças registar-se-ão as condições ambientais
(tipo de solo, pH, humidade, temperatura; sazonalidade e
condições meteorológicas). Periodicamente, as alterações
sofridas pelas carcaças expostas serão registadas no
Estádios
I.
Fresco
II.
Gasoso primário
III.
Gasoso secundário
IV.
Decomposição activa
local, seguindo um protocolo baseado em seis estádios de
decomposição cadavérica, definidos inicialmente por Payne
(1965) e recentemente utilizados por diversos investigadores,
nomeadamente Wilson et al. (2007) e Matuszewski et al.
(2008) (tabela 1). Após a esqueletização, todas as peças
ósseas e as suas alterações serão devidamente analisadas
e registadas.
Alterações da carcaça
- começa com a morte, inclui o rigos mortis, as hipostases e o arrefecimento;
- continua até ser visível inchaço na carcaça;
- pêlo e pele intacta;
- não há sinais evidentes de decomposição;
- ocorrência de Diptera adultas
- acumulação de gases no corpo;
- não há desarticulação;
- perda de pêlo e epiderme;
- interface solo/pele cinzenta;
- forte odor a decomposição;
- presença de grande número de Diptera adultas;
- ocorrência de larvas de Diptera
- corpo inchado;
- desarticulação dos membros;
- início da libertação de líquidos e diminuição do inchaço;
- interface solo/pele cinzenta;
- forte odor a decomposição;
- ocorrência de larvas de Diptera
- sem inchaço, “esvaziamento” da carcaça;
- desarticulação da cabeça e dos membros;
- tecidos moles e pele ainda presentes;
- pêlos no solo sob e em volta da carcaça;
- carcaça muito húmida;
- forte odor a decomposição;
- massas de larvas de Diptera alimentando-se dos tecidos moles da carcaça
V.
Decomposição
avançada
- colapso do abdomén/caixa torácica;
- a maioria dos tecidos moles liquidificou;
- carcaça constituida por pêlos, ossos, pele e produtos resultantes da decomposição dos tecidos moles;
- ossos expostos;
- carcaça está húmida;
- formação de adipocera;
- fraco odor a decomposição;
- migração das larvas de Diptera
VI.
Esqueletização
- os tecidos moles e as cartilagens desapareceram;
- a carcaça está reduzida a pêlos e ossos;
- podem restar alguns ligamentos e adipocera;
- não há odor
Tabela 1. Definição dos estádios de decomposição (baseada em Payne, 1965; Wilson et al., 2007; Matuszewski et al., 2008)
359
Tafonomia experimental aplicada à Antropologia Forense: implicações para a compreensão dos registos arqueológicos
B L O Q U E - III - . Capítulo XLIII
Após 12 meses, os enterramento serão parcialmente
escavados e recolhidos alguns ossos pares. A superfície dos
ossos será observada e registadas as suas alterações bem
como as modificações dos tecidos e articulações. Após 24
meses, as carcaças enterradas serão escavadas e exumadas
segundo os princípios da Arqueotanatologia (Duday 2006).
As peças ósseas serão analisadas (aspecto da superfície:
textura, cor, alterações pela fauna e flora; superfícies
articulares; presença ou não de tecidos moles, etc) e será
feita uma análise comparativa com as peças osteológicas
simétricas antes exumadas, tal como tem sido sugerido por
alguns autores (van Wijngaarden-Bakker 2000).
Considerações finais
A aplicação dos modelos tafonómicos deve ser feita
sistematicamente, sendo casos como o ilustrado nas figuras
1, 2 e 3, acontecimentos valiosos para a apreciação do
intervalo post mortem e a sua relação com a decomposição
e esqueletização do cadáver (Ferreira et al. 2007; Ferreira
e Cunha 2008).
A análise e interpretação das observações de campo e de
laboratório permitirão determinar o intervalo post mortem com
base nos estigmas do esqueleto, nomeadamente através: da
relação de cada variável ambiental com as alterações ósseas;
da taxa de decomposição diferencial entre articulações; da
relação entre as alterações dos ossos e a sua posição no
corpo e no enterramento; das diferenças de decomposição
ocorridas entre os diferentes ambientes; da variação da
composição do solo ao longo do processo de decomposição
cadavérica.
O estudo comparativo dos estigmas esqueléticos
observados em dois tipos de registos: sepulcral (observação
Agradecimentos
das alterações cadavéricas de indivíduos com intervalo
post mortem conhecido); e experimental (monitorização da
decomposição de carcaças de porco), permitirá caracterizar as
etapas da decomposição cadavérica em casos portugueses.
Sabendo que em contextos arqueológicos, os gestos
funerários podem ser mascarados pelas dinâmicas da
decomposição, e que a reconstrução do processo de
decomposição de um cadáver é um aspecto de primordial
importância na interpretação da inumação permitindo
aceder ao ritual de enterramento (Roksandic 2002), o
registo dos estádios de decomposição de cadáveres
em diferentes ambientes fornecem ferramentas para a
interpretação dos rituais funerários. Através deste projecto
que pretende sistematizar os estádios de decomposição
cadavérica em contextos do ocidente peninsular, esperamos
também contribuir para um melhor entendimento dos sítios
arqueológicos funerários.
Este trabalho foi desenvolvido no âmbito da dissertação de doutoramento da autora MTF, financiada pela Fundação para
a Ciência e Tecnologia (bolsa FCT SFRH/BD/40565/2007).
Bibliografía
ADELSON (1974): The Pathology of Homicide. Thomas. Springfield.
360
medicine: complementary sciences from recovery to cause
of death. Human Press. Tottowa: 117-157.
CUNHA, E.; PEDROSO, E.; SABINO, M.; SAYCHUK, O.; EIRAS,
L.; COSTA-SANTOS, J. (2006) How Forensic Anthropology
solved a series of identification errors in an urban modern
cemetery. Comunicação apresentada em XXth Congress of
International Academy of Legal Medicine. Budapest.
FERREIRA, M. T.; CUNHA, E. (2008): Representação esquelética
do tempo decorrido desde a morte: o contributo da Tafonomia
experimental. Póster apresentado no 7º Congresso Nacional
de Medicina Legal. Tomar.
CUNHA, E.; PINHEIRO, J. (2007): “Forensic Anthropology in
Portugal: from current practice to future challenges”. In
Brickley, M. B.; Ferllini, R. (eds.) Forensic Anthropology.
Cases studies from Europe. CC. Thomas. Springfield: 38-57.
FERREIRA, M. T. (2007): Tafonomia aplicada à Antropologia
forense: representação esquelética do tempo decorrido desde
a morte. Projecto de Dissertação do Programa Doutoral em
Antropologia Forense. F.C.T.U.C. Coimbra.
DUDAY, H.; GUILLON, M. (2006): “Understanding the circumstances
of decompositions when the body is skeletonized”. In Schmitt,
A.; Cunha, E.; Pinheiro, J. (eds.) Forensic anthropology and
FERREIRA, M. T.; SAYCHUK, O.; EIRAS, L.; COSTA-SANTOS,
J.; CUNHA, E. (2007): Decomposição cadavérica
diferencial:considerações acerca do intervalo post mortem.
María Teresa FERREIRA y Eugénia CUNHA
Póster apresentado no 6º Congresso Nacional de Medicina
Legal. Guimarães.
GALLOWAY, A. (2002): “The process of decomposition: a model
from the Arizona-Sonoran desert”. In Haglund, W. D.; Sorg,
M. (eds.) Advances in Forensic Taphonomy: method, theory
and archaeological perspectives. CRC Press. Boca Raton:
139-150.
HUNTER, J.; COX, M. (2005): Forensic archaeology, advances in
theory and practice. Routlege. Abingdon.
MATUSZEWSKI, S.; BAJERLEIN, D.; KONWERSKI, S.; SZPILA,
K. (2008): “An initial study of insect succession and carrion
decomposition in various forest habitats of Central Europe”.
Forensic Sci. Int., 180(2-3): 61–69.
PAYNE, J.A. (1965): “A summer carrion study of the baby pig
Sus scrofa Linnaeus”. Ecology, 46 (5): 592–602.
PINHEIRO, J. (2006): “Decay Process of a Cadaver”. In Schmitt,
A.; Cunha, E.; Pinheiro, J. (eds.) Forensic anthropology and
medicine: complementary sciences from recovery to cause
of death. Human Press. Tottowa: 85-116.
PINHEIRO, J.; CUNHA, E. (2006): “Forensic Investigation of Corpses
in Various States of Decomposition, A Multidisciplinary
Approach”. In Schmitt, A.; Cunha, E.; Pinheiro, J. (eds.)
Forensic anthropology and medicine: complementary
sciences from recovery to cause of death. Human Press.
Tottowa: 159-195.
VAN WIJNGAARDEN-BAKKER, L. (2000): “Experimental
taphonomy”. In Huntley, J.P.; Stallibrass, S. (eds.) Taphonomy
and Interpretation . Symposia of the Association for
Environmental Archaeology, nº 14. Oxbow Books. Oxford:
85-89.
WILSON, A.S.; JANAWAY, R.C.; HOLLAND, A.D.; DODSON, H.I.;
BARAN, E.; POLLARD, A.M.; TOBIN, D.J. (2007): “Modelling
the buried human body environment in upland climes using
three contrasting field sites”. Forensic Sci. Int., 169 (1): 6-18.
361
B L O Q U E
- IV -
Tecnología cerámica y
metalúrgica experimentales
María Luisa RAMOS
- XLIV La policromía de las terracotas arquitectónicas
en época romana y su experimentación arqueológica
María Luisa RAMOS
Universidad de Cantabria.
Resumen
Se analiza el proceso de policromía empleado en época romana para decorar las terracotas arquitectónicas y se
experimenta con la técnica de la pintura al temple con caseína.
Palabras clave:
Terracota arquitectónica. Antefija. Imbrice. Pintura al temple. Pintura a la encaústica.
Abstract
It is analyzed the process of polychromy to decorate architectural terracottas in Roman times. It is experimented with casein
tempera painting techniques.
Key words:
Roman age. Architectural terracotas. Antefixa. Imbrex. Tempera painting with casein. The encaustic painting.
Introducción
Desde hace ya algún tiempo venimos interesándonos por
los posibles tipos de policromía empleados para la coloración
de las terracotas arquitectónicas (Ramos y Fuentes 1998:
5-52). En España carecemos de piezas policromadas sobre
las que poder realizar los análisis químico mineralógicos que
nos pudieran aportar más datos sobre la técnica pictórica
empleada. Estas piezas eran elaboradas con arcillas, más
o menos depuradas, que luego se cocían en hornos a
temperaturas diversas, no sobrepasando en la mayoría de
los casos los 900º C. Las terracotas reciben su nombre del
italiano “Terra cotta” que literalmente quiere decir tierra
cocida. Su manufactura era estandarizada y se realizaba por
medio de moldes, aunque también son conocidos algunos
ejemplos de terracotas arquitectónicas modeladas a mano1.
Estos materiales se producían en talleres donde se fabricaban
otros elementos de construcción, como tejas y ladrillos o
cerámica común.
1. Así sucede en la antefija procedente de la Villa de Río Seco de los Quintanares
en Soria (Ramos, 1996, vol. II, 230: 576).
Las terracotas arquitectónicas se distribuyen por toda la
Península Ibérica, relacionándose con edificios de carácter
público o privado, ubicados en las ciudades romanas y su
periferia. La mayoría son producciones locales, aunque
existen algunos ejemplares realizados en Italia y que luego
eran importadas a la Península Ibérica, como es el caso de
las antefijas descubiertas en Cartago Nova (Noguera et
al. 2001: 85-101). La cronología que se establece para las
terracotas arquitectónicas, es en la mayoría de los casos, de
los ss. I a.C. al s. II d.C. Existen diversos tipos de terracotas:
lastras, simas, acróteras o gárgolas, siendo las más difundidas
las antefijas, cuyo nombre procede del latín antefixium=
ante+figuere y cuyo significado es fijar o colocar delante.
En sus orígenes tenían un valor simbólico representando
a divinidades y monstruos fantásticos que servían de
elementos apotropaícos o ahuyentadores del mal. En época
augustéa permanecen estos motivos y se incorporan otros
nuevos asociados al culto imperial, como los candelabros o
la victoria con trofeo (Ramos 2008: 780).
365
La policromía de las terracotas arquitectónicas en época romana y su experimentación arqueológica
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIV
Sabemos que todas las terracotas iban policromadas,
estos ejemplares son abundantes en la Península Itálica,
sin embargo son pocas las piezas en las que han quedado
restos de coloración en Hispania, es el caso de una antefija
procedente de Toledo en la que quedan trazos de color rojo
(Ramos, 1996 vol I: 57). Ello nos hace pensar que no se
aplicaban los colores ceramizados, es decir, fijados mediante
una fuente de calor. Sino que se daban en frío.
En el 2003 procedimos a experimentar con la técnica
de la encáustica (Ramos 2004) que describe Plinio y que
era comúnmente utilizada en superficies que tuvieran que
permanecer al aire libre. Esta técnica consiste en fundir
los pigmentos minerales en cera líquida de abeja. En
aquella ocasión pintamos un total de 10 antefijas que luego
quedaron expuestas a la intemperie por un largo espacio de
tiempo. Pasados los 3 primeros años la policromía de las
antefijas empezó a resquebrajarse y a sufrir agrietamientos
y desconchones. En la actualidad ya no quedan restos de
color. Así pues quedó demostrado, en un principio, que ésta
era una técnica ineficaz para ser utilizada por las terracotas
(Ramos 2007: 313-314).
Experimentación con la técnica de la pintura al temple con caseína
En el año 2008 procedimos a realizar otra experimentación
con una técnica pictórica diferente, al objeto de averiguar
cual pudo ser el método empleado en la antigüedad para
policromar estas piezas. Para ello nos decidimos a probar con
la técnica del temple a la caseína (Pedrola 1998: 134-136),
empleada ya en época romana2. De las técnicas de pintura
existentes que eran aplicadas en fresco, esta es una de las
pocas cuya pintura es insoluble en agua y por lo tanto ofrece
una mayor resistencia a los agentes atmosféricos. El temple
es además muy estable y de gran poder adhesivo, lo que
facilita la aplicación del color sobre superficies irregulares.
Otra característica de la caseína (caseus, “queso”) que es
una fosfoproteína presente en la leche, es su gran claridad e
intensidad luminosa. Destacan los expertos3, que ninguna otra
técnica ha resistido tan ampliamente la prueba de los años,
“sin presentar ningún tipo de cuarteamientos, fermentación y
los cambios moleculares que son característicos de los medios
grasos y resinosos”. Otro asunto a tener en cuenta es que
cuando el temple seca, no es afectado por la temperatura
ni por la humedad. Cuestiones estas que tendremos ocasión
de comprobar.
La pintura al temple se obtiene de mezclar los pigmentos
molidos, de origen mineral y orgánico con agua y cola.
Esta operación se llamaba “templar los colores”, de ahí la
denominación de pintura al temple. En la pintura al temple
con caseína eran utilizados los pigmentos mezclados con agua
y caseína como aglutinante. De esta manera fue establecida
una distinción con la pintura al fresco, cuyos pigmentos
requerían solo de la adición de agua. La caseína es insoluble
en agua de ahí su resistencia a los agentes atmosféricos.
2. Se considera que algunas pinturas pompeyanas sobre fondo de color estaban
hechas a la caseína (Pedrosa, 1998: 137).
3. www.portalmundos.com/mundoarte/tecnicas/altemple.htm
366
Elaboración de las terracotas
En esta ocasión hemos realizado el experimento en la
Tejera Covadonga, una fábrica tradicional que lleva fabricando
tejas y ladrillos desde el año 1886 en las inmediaciones de
Camargo (Cantabria). La idea de realizar allí nuestro trabajo,
partió en primer lugar de la propuesta de poder manufacturar
nuestras terracotas en una fábrica que utilizara arcillas del
entorno de las antiguas termas romanas (Fig. 1). Por otra parte
queríamos realizar productos de calidad que nos permitieran
llevar a cabo las experimentaciones al aire libre, sin menos
cabo de su integridad. Pues en el año 2003 gran parte de los
ímbrices elaborados, se destruyeron en unos pocos meses
debido a una cocción defectuosa en el horno eléctrico de la
Universidad de Cantabria.
La arcilla que hemos empleado es rica en óxido de hierro
y tiene abundante chamota4. Con ella hemos elaborado doce
antefijas con sus correspondientes ímbrices. Estas tejas han
sido cocidas en los hornos industriales de la fábrica a una
temperatura de 1100º C.
Preparación de la lechada de cal
Los análisis químico mineralógicos realizados en más
de trescientos ejemplares procedentes de la Tarraconense
(Ramos 1996: 153-197), demostraron que la mayoría de las
antefijas recibieron una lechada de cal, lo que sirvió como
fondo para acentuar la luminosidad de los colores (Ramos
2003: 185).
En nuestro experimento preparamos esta lechada de cal
de la siguiente forma: empleamos 1 kg de piedras calizas
compactas (carbonato de cal) que fueron diluidas en 3 litros
4. “Arcilla cocida y molida en granos de distinto grosor que se usa como desgrasante
en las pastas arcillosas para disminuir la merma durante el secado, especialmente en
el modelado de piezas de grandes dimensiones. Se trata de un óptimo desgrasante
ya que no aporta ningún cambio en la composición química de la masa arcillosa”
(Ramos y Fuentes 1998: 57).
María Luisa RAMOS
Figura 1. Elaboración de terracotas arquitectónicas en la Tejera Covadonga (Camargo, Cantabria)
de agua, al objeto de transformar el óxido de calcio (cal
viva) en hidróxido de calcio (cal apagada). Luego dejamos
reposar la masa por espacio de 48 h. Tiempo mínimo en el
que el hidróxido de calcio ya se había enfriado. Antes de este
proceso la cal crepita obteniéndose altas temperaturas que
pueden llegar a quemar.
En esta ocasión no hemos utilizado el óxido de plomo
que apareció en alguna de las piezas originales analizadas
(Ramos 1996: 164), ya que la pintura al temple exige otro
procedimiento que consiste en mezclar la caseína con la masa
de cal, lo que actúa como aglutinante para fijar los colores.
Preparación de la pintura al temple
Se templa la pintura convirtiéndola en una sustancia
apropiada para su uso.
Para ello se emplean los pigmentos minerales diluidos en
sustancias aglutinantes. En nuestro caso dicha sustancia es
la caseína que se obtiene del requesón de la leche o también
a partir de leche fresca desnatada.
Para su obtención hemos partido de dos fórmulas
distintas, al objeto de observar cómo se comportan cada
una de ellas y cual puede ser la más idónea:
367
La policromía de las terracotas arquitectónicas en época romana y su experimentación arqueológica
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIV
• Obtención de la caseína a partir del requesón. Para
ello hemos partido del requesón obtenido industrialmente
que se vende en el mercado. Este se presenta molido y
secado artificialmente.
• Obtención de la caseína a partir de la leche fresca
desnatada.
En ambos casos para obtener la caseína hemos recurrido
a la fórmula tradicional que consiste en mezclar el requesón o
la leche desnatada, con la cal apagada. Es necesario emplear
la cal apagada como emulsionante, ya que la caseína por sí
misma es insoluble en agua. Por cada 100 gr de requesón
hemos añadido 20 gr de cal apagada, de esta forma se
obtiene el caseínato cálcico. Después la masa se ha diluido
en agua de cal para poder ser empleada.
Se tuvo en cuenta en las pruebas que la lechada de
cal se fijara bien a la superficie de la terracota y que no
se cuartease (Fig. 2). Una vez realizadas doce pruebas con
diferentes proporciones, se vio que la fórmula más idónea
fue la aportada por la prueba número 5 que ofreció los
siguientes resultados:
• 40 cc de cal + 10 cc leche + 20 cc agua.
• 40 cc cal + 5 cc caseína seca + 100 cc agua.
Aplicación del fondo de cal
A diez de las antefijas se les aplicó la cal sin tamizar y
a dos de ellas tamizada, para luego ver las diferencias (Fig.
3). Luego se aplicó el fondo de cal mediante brocha y se
dejaron secar las piezas por espacio de dos días. Transcurrido
dicho tiempo la masa quedo perfectamente integrada en la
terracota, por lo que no fue preciso dar más manos de cal.
En total se prepararon 12 antefijas:
• 6 con masa de cal + caseína fresca (partiendo de la
leche desnatada)
• 6 con masa de cal + caseína seca (partiendo del
requesón)
Pasados 10 días desde que dimos la lechada de cal con
caseína, iniciamos las pruebas. Elaboramos una paleta con
9 muestras: Una con caseína fresca y otra con caseína seca.
Figura 2. Preparación de la paleta de pruebas para la elaboración del fondo de cal
368
Figura 3. Aplicación del
fondo de cal sin tamizar y
proceso de secado
Aplicación de la policromía
Los pigmentos naturales empleados han sido: el rojo
de óxido de hierro, el blanco de zinc y el negro de huesos
calcinados. Estos pigmentos naturales fueron mezclados con
caseína y la masa de cal, previamente preparada, que fue
tamizada por tres veces con dos tamices de diferente grosor.
De este modo conseguimos una masa lo más fina posible,
al objeto de que ligara mejor con la superficie cerámica.
Para elegir el tono más idóneo se prepararon dos paletas
de color. A la hora de elegir el color más apropiado se tuvo
María Luisa RAMOS
en cuenta que fuera el más intenso, ya que con la base del
blanco tendían a aclararse. La mezcla más idónea fue la
prueba nº 5: Los pigmentos naturales se mezclaron con la
Caseína fresca y seca en las siguientes proporciones:
• 2.5 cc cal + 50 cc leche + 150 cc agua.
• 1.5 cc cal + 5gr caseína seca (mezclada con 50 cc de
agua) + 350 cc agua.
Se pintaron las antefijas con pincel y se les dio una sola
mano, no hubo necesidad de repasar, ya que de lo contrario
nos llevábamos la película aplicada previamente (Fig.
4). Fuimos pintando las terracotas de la siguiente forma:
Primero el óvalo facial en rosa, luego la boca en rojo y los
ojos en negro. Dejamos secar unos minutos y aplicamos el
tono oscuro gris para el cabello. Todo ello había que hacerlo
con cuidado ya que la pintura estaba muy diluida y goteaba.
Por último dejamos que el color fraguase sobre la superficie
cerámica, por un tiempo mínimo de 15 días.
Figura 4. Aplicación de la pintura al temple con caseína y resultado de las pruebas de color.
Conclusiones
No es preciso administrar una segunda capa de pintura,
pues el temple cubre bien.
Los tonos aplicados se aclararon más por efecto del
fondo de cal.
Hay que utilizar los colores disueltos en la masa
(Cal+Caseína) hasta su grado de saturación, para evitar
que los tonos queden desvaídos y con poca intensidad
El fondo de cal tamizado se adhirió mejor a la superficie
de la terracota que el que no se tamizó, ya que las piedrecillas
que quedaron en la superficie de la terracota, luego cayeron
arrastrando luego la cal.
Experimentos en curso
Tres meses después de de la realización de las terracotas
con la pintura al temple, la mitad de la producción (6
terracotas) ha sido colocada a la intemperie, en una casa de
las inmediaciones de Santander. Las restantes fueron llevadas
un año después de su ejecución al yacimiento romano de
Juliobriga, situado en las proximidades de Reinosa. En ambos
casos se tuvo en cuenta poner las terracotas realizadas con
caseína fresca y con caseína seca, al objeto de analizar
su posterior comportamiento. La elección de dos lugares
geográficamente diversos atiende a la diferente climatología,
en Santander el clima es muy lluvioso y suave, en Reinosa
es un clima de montaña muy riguroso, con temperaturas
extremas.
Otro experimento que estamos llevando a cabo es el
seguimiento de tres tejas con sus antefijas policromadas a la
encaústica, que fueron colocadas en el exterior, transcurrido
un año de su realización. Queremos ver la diferencia existente
entre estas terracotas, que han tenido tiempo de que cristalice
su pintura y las realizadas en el 2003, que fueron colocadas
en el tejado, pocos días después de su elaboración. Así
podremos comparar ambos resultados.
369
La policromía de las terracotas arquitectónicas en época romana y su experimentación arqueológica
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIV
Agradecimientos
Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación
I+D titulado: Los materiales de cubrición de la Cantabria
romana. Propuesta de experimentación. (HUM 2006-1101).
Expresamos nuestro agradecimiento a la Tejera
Covadonga, en la figura de Leopoldo Arche, por la gentileza
que tuvieron con nosotros, permitiéndonos realizar parte
de la experimentación en sus instalaciones. A Luis Fuentes
Profesor de plástica de la Universidad de Cantabria y a
Carmen García Bercedo, Licenciada en Bellas Artes, por sus
útiles sugerencias y aportaciones. A María José Alcega y
María Lacal, alumnas de la Universidad, que colaboraron en
el proceso de experimentación. Y a mi profesora de inglés
Raquel.
Bibliografía
NOGUERA, J.M.; AGOSTINI, S.; STIVALETTA, N.; SANTED,
M.L. (2001): “Antefijas arquitectónicas en Cartago Nova
(Cartagena, España): Análisis Arqueométrico y procedencia
romana”. Anas, 14: 85-101.
PEDROLA FONT, A. (1998): Materiales, procedimientos y técnicas
pictóricas. Edt. Ariel, S.A., Barcelona.
RAMOS SAINZ, M. L. (2008): “Terracotas y elementos de
Coroplastia”. En Bernal, D. y Ribera, A. (eds.): Cerámicas
Hispanorromanas. Un estado de la cuestión. Universidad
de Cádiz: 775-786.
RAMOS SAINZ, M L. (2007): “Las tejas romanas en San
Juan de Maliaño (Cantabria). Proceso experimental de
su manufactura” 309-315. En Ramos, González y Baena
(eds.): Arqueología experimental en la Península Ibérica.
Experimentación, Didáctica y Patrimonio. Asociación Española
de Arqueología Experimental, Santander.
RAMOS SAINZ M.L.; FUENTES GHISLAÍN L. (1998): Arqueología
Experimental: La manufactura de Terracotas en época romana.
BAR Internacional Series 736. Hadrian Books.
RAMOS SAINZ M.L. (1996): Las terracotas arquitectónicas en
la Hispania romana: La tarraconense. 2 vols. Universidad
Autónoma de Madrid.
RAMOS SAINZ M.L. (2004): Experimentar en Arqueología
construyendo un tejado romano. DVD, Santander.
Ayuntamiento de Camargo y Universidad de Cantabria.
370
María Luisa RAMOS
- XLV Áreas fuente de arcilla:
estudio analítico y experimental
Daniel ALBERO SANTACREU y Jaume GARCÍA ROSSELLÓ
Grup de Recerca Arqueobalear (Departamento de Ciéncias Históricas y Teoría de las Artes, Universidad de las Islas Baleares).
Resumen
El estudio de las arcillas locales es importante para
poder identificar algunas conductas de los seres humanos
y aproximarnos a los esquemas de racionalidad inmersos en
la captación, procesamiento y uso de esta materia prima.
Para ello, especialmente en producciones prehistóricas,
es necesario el estudio de los materiales cerámicos pero
también de las materias primas potencialmente utilizables
en la producción. La caracterización de los recursos minerales
presentes en el territorio nos permite conocer que materias
estuvieron disponibles, accesibles y por lo tanto, también
pudieron utilizarse para la alfarería. En este contexto, se ha
Palabras clave:
iniciado un estudio de los recursos arcillosos disponibles
en la zona de Santa Ponsa (Mallorca, España). La rutina
de análisis ha combinado la experimentación con distintos
análisis arqueométricos (mineralogía, textura y estudio de
microfósiles). La aplicación conjunta de distintas perspectivas
de análisis se realiza con la finalidad de obtener el máximo
de información de los afloramientos de arcilla. Se trata de
una información que posteriormente será potencialmente
aplicable a las cerámicas arqueológicas en términos de
procedencia y tecnología cerámica.
Arcilla, materias primas, cerámica, análisis mineralógico, análisis textural, microfósiles, experimentación.
Abstract
The study of local raw materials is important to know more
about human behaviors and rationale schemes related to the
catchment, processing and uses of clay. For that, in prehistoric
pottery productions, it is important to study archaeological
pots but also it is suggestive to know more about the local
raw materials potentially employed in the production. The
characterization of clay resources gives a tool to understand
which clays are available and accessible for pottering. In this
context, we have started a research focused into the clay
Key words:
resources located in Santa Ponsa (Mallorca, Spain). Analysis
routine consists in the use of experimentation combined with
archaeometric research (mineralogy, texture and microfossil
identification). Since clay it’s a complex material we need
different perspectives to maximize the role played for raw
materials in the production and use processes. In future works
the information obtained from local clays could be compared
with the archaeological pots in terms of provenance and
pottery technology.
Clay, raw materials, pottery, mineralogical analysis, textural Analysis, microfossils, experimentation.
Introducción
La arcilla es una de las materias primas utilizadas para
fabricar diversos útiles. Los distintos usos que realizan los
seres humanos de este recurso justifican la localización y la
caracterización de las diversas vetas de arcilla disponibles.
Ello supone realizar un acercamiento a las posibilidades
minerales de las diversas poblaciones que ocupan un
territorio y evaluar la calidad de los materiales en relación
a diversas funciones. Para poder realizar una clasificación
adecuada de la cerámica y comprender ciertas acciones de
la cadena operativa, como la adicción de desgrasantes, es
371
Áreas fuente de arcilla: estudio analítico y experimental
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLV
necesario conocer las características de la materia prima. De
esta manera, en base estudios analíticos y experimentales
podemos conocer cómo se comportan distintos tipos de
arcillas bajo distintas condiciones. Arqueológicamente, es
importante la caracterización de las arcillas potencialmente
utilizables para contrastar después sus rasgos con la
composición de las cerámicas y otros artefactos. Además
de la variabilidad introducida en el conjunto cerámico por
acciones humanas, las arcillas también presentan cierto grado
de variabilidad en su estado natural. La composición de las
pastas cerámicas debe ser entendida también en términos
de la variabilidad de las materias primas dentro del área
de captación de recursos (Martineau et al. 2007; Blackman
1992; Stark et al. 2000).
Muestreo
Las diferencias composicionales de las materias
primas tienen su expresión en términos de propiedades
físicas. Los alfareros usualmente seleccionan y preparan
la pasta cerámica teniendo en cuenta estas propiedades y
características. La finalidad del trabajo consiste en conocer
la variabilidad y las cualidades (cualitativas y cuantitativas)
de las arcillas disponibles con tal de aproximarnos a los
criterios utilizados en la selección de las materias primas
(Arnold 2000; Hein et al. 2004).
La rutina de trabajo consistió en seleccionar una serie de
depósitos arcillosos de diferentes características y situados a
distintas distancias del hábitat fortificado de la Edad del Hierro
del Puig de Sa Morisca (Mallorca, España). La selección de las
muestras se realizó en base a una metodología que combina
la prospección del territorio y el análisis de plasticidad (García
y Albero, en este volumen) con la diversidad geológica del
entorno. Se pudieron seleccionar para analíticas y estudios
experimentales diversas muestras del Cretácico, Terciario,
Pleistoceno y Holoceno, que por su alta plasticidad y su
ubicación, cercana al yacimiento, se mostraron adecuadas
para el trabajo alfarero
Estudio analítico
Análisis mineralógico:
Difracción de Rayos X y análisis petrográfico
La composición mineralógica de las arcillas se ha
determinado mediante Difracción de Rayos X (DRX) utilizando
diagrama de polvo total. La intensidad de la difracción
obtenida está relacionada con la cantidad de mineral
presente en la muestra lo que permite semicuantificar
las distintas fases presentes. El análisis de DRX nos ha
permitido clasificar los sedimentos en función de los
minerales presentes y la cantidad de cada uno de ellos.
Todas las muestras presentan como principales minerales
de la arcilla ilita y moscovita. En todas las arcillas (excepto
las adscritas al Holoceno) se ha identificado también, clorita,
y en las arcillas del Terciario, además, montmorillonita. En
cuanto a los minerales no plásticos predominan, como es
habitual en ambientes sedimentarios (Quinn y Day 2007),
cuarzo y calcita. También se constata de forma accesoria
la presencia de feldespatos y dolomita. Este último mineral
se documenta en los sedimentos más cercanos a dolomías
tableadas. Cuantitativamente, se observan importantes
diferencias entre las muestras, existe una relación inversa
en la proporción de minerales plásticos y no plásticos.
Observamos arcillas con una alta cantidad de minerales de
la arcilla (>60%) y una cantidad baja de inclusiones (<40%),
y sedimentos donde la cantidad de minerales de la arcilla es
sensiblemente menor (<40%) mientras el de anti-plásticos
372
es más alto (>60%). También existe una relación inversa en
los niveles de carbonatos y cuarzo de las distintas muestras,
mientras el nivel de cuarzo de la mayoría de las muestras
es inferior a 12%, el de calcita se sitúa >23%. En cambio,
en las muestras del Cretácico y del Pleistoceno analizadas
la tendencia se invierte, el cuarzo representa cerca de un
20% mientras la calcita se reduce a <13%.
Para completar el análisis mineralógico se ha realizado un
análisis petrográfico de las vetas de arcilla más cercanas y
plásticas. Este método nos permite observar la fracción gruesa
de la arcilla y determinar ciertos atributos mineralógicos y
texturales de los sedimentos que serán concluyentes en la
comparativa que se realice después con las cerámicas en
términos de procedencia y elección tecnológica. El examen
petrográfico nos permite determinar el tamaño, la frecuencia,
la ordenación, la morfología y el grado de esfericidad de las
inclusiones presentes en el sedimento. El grado de variación
en estas variables ayuda a caracterizar arcillas y cerámicas
con un origen geoquímico común (Velde y Druc 1999: 198).
El estudio petrográfico sobre las arcillas del Terciario nos
permite corroborar la presencia de margas arcillosas con
una matriz verde/marrón (LPP/LPX) óptimamente activa con
un alto contenido en filosilicatos (60%). La escasa cantidad
de materiales no plásticos, cuarzo subangular y redondeado
(0.3 mm de tamaño), feldespatos (< 3%) y carbonatos,
incrementa la capacidad plástica de esta arcilla. Estos
Daniel ALBERO SANTACREU y Jaume GARCÍA ROSSELLÓ
datos nos indican que junto con la arcilla, también limos
y arenas muy finas conforman el depósito. Los carbonatos
detectados son básicamente fragmentos de caliza, conchas
y microfósiles así como calcita como cemento aportado en
disolución. Todas las inclusiones están muy redondeadas
y alteradas por procesos fisicoquímicos. Lo más común
son las inclusiones anhedras de caliza de hasta 1.8 mm
formadas por calcita micrítica. Finalmente, se documentan
varias inclusiones opacas de color rojizo o marrón que deben
relacionarse con la presencia de óxidos de hierro (hematites,
magnetita) formados en la arcilla a temperatura ambiente.
Estudio de microfósiles
Los foraminíferos y ostrácodos, son a menudo visibles en
lámina delgada o con binocular (tras un tratamiento previo en
cubeta de ultrasonidos), y su presencia en las arcillas debe
relacionarse con ambientes sedimentarios. El objetivo de
esta técnica consiste en clasificar los microfósiles en género
y especie en función de su morfología. Estas inclusiones
son indicativas de la edad geológica del sedimento de
forma que aportan información potencial relacionada con
los materiales utilizados por las sociedades prehistóricas.
Esta aplicación es relevante en el estudio de cerámicas
pues la información geológica obtenida del estudio de
microfósiles puede utilizarse para realizar interpretaciones
precisas sobre la procedencia de las arcillas utilizadas en la
producción cerámica. Además, el estudio de los microfósiles,
presentes en las arcillas y en las pastas cerámicas, junto
con los estudios texturales, constituyen la única forma de
constatar con seguridad si se han mezclado diferentes arcillas
(Quinn y Day 2007).
Los microfósiles detectados resultan muy variables
entre los diferentes sedimentos. Por un lado, documentamos
arcillas, como las del Cretácico, que presentan exclusivamente
foraminíferos planctónicos. Su identificación permitió datar
este sedimento obtenido de una cata realizada en una
albufera y que no aparecía en los mapas geológicos más
recientes (ITGE 1991). Por otro lado, documentamos en los
sedimentos del Terciario la presencia conjunta de fauna
planctónica y bentónica, ésta última asociada a ambientes
someros de deposición. Entre los foraminíferos planctónicos
hay que destacar el grupo de los Globigerinidae, que también
ha podido observarse en algunas cerámicas arqueológicas.
Finalmente, los depósitos de albufera adscritos al Holoceno
han mostrado únicamente la presencia de foraminíferos
bentónicos así como ostrácodos y gasterópodos. En los
sedimentos del Pleistoceno se constató la ausencia de
microfósiles.
Análisis textural
La determinación de la textura nos proporciona información
sobre el tipo de ambiente en el que se depositó el sedimento
y su grado de alteración. En base a su estudio se van a poder
precisar diferencias o semejanzas que hay entre muestras
arcillosas que tienen una composición mineralógica similar.
La caracterización de la textura, además de proporcionar
datos sobre la procedencia, tiene también importantes
implicaciones tecnológicas que afectan a distintas fases
de la cadena operativa cerámica. El tamaño y la forma de
las inclusiones, interviene activamente en los procesos
de fabricación y uso. Las inclusiones son necesarias para
consolidar la estructura de la pasta a la hora de modelar la
pieza, prevenir de la aparición de fracturas durante la fase
de secado, son indispensables para que la vasija conserve
la forma y tenga resistencia mecánica (Hein et al. 2004;
Besoain 1985: 18-19; Echallier 1984; Rice1987; Velde y Druc
1999: 140, 198).
En este sentido se han realizado análisis
granulométricos mediante difractometría láser. Este método
es de gran utilidad para caracterizar la fracción inferior a 0.5
mm y por lo tanto para conocer la proporción de arenas finas,
limos y arcillas presentes en la muestra. Para el análisis
textural láser se tamizaron las muestras y se seleccionó la
fracción inferior a 500 µm. El análisis granulométrico nos
ha permitido observar diferencias importantes en la textura
de las muestras analizadas. Por un lado, tenemos muestras
con una textura arcillo limosa (moda < 10.28 µm) que se
relacionan con los sedimentos del Cretácico y del Terciario.
Por otro lado, la arcilla del Pleistoceno ha mostrado una
textura de tipo limo arcillosa (moda = 31.5 µm). Finalmente,
el sedimento adscrito al Holoceno ha presentado una textura
limo-arenosa arcillosa (moda = 45.75 µm). En el primer grupo
textural la presencia de fracciones más gruesas (arenas
gruesas y gravas) es prácticamente inexistente, en cambio,
están presentes en pequeñas proporciones (< 5%) en las
arcillas del Pleistoceno y Holoceno.
Estudios experimentales
Agua de plasticidad y comportamiento durante
el secado
La capacidad de las arcillas para hidratarse y deshidratarse
participa de forma activa en el desarrollo de varias fases de
la cadena operativa y afecta a aspectos como el modelado
o la aparición de fracturas durante el secado y la cocción.
El comportamiento de la arcilla está estrechamente ligado
a su composición y éste tiene importantes implicaciones
373
Áreas fuente de arcilla: estudio analítico y experimental
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLV
tecnológicas que influyen en los procesos de producción y
uso. Se han realizado 40 plaquetas experimentales de arcilla
en las que se han calculado distintos índices a partir de la
cuantificación de la pérdida de peso de la muestra en húmedo
y seco. Según P. Rice (1987: 68), el cálculo del porcentaje
de agua de plasticidad (% AP) y de porosidad interna (%
PI), así como el comportamiento durante la fase de secado
a partir de mediciones relativas proporcionará la base para
conocer la cantidad de agua requerida en cada caso para
dotar de plasticidad a la arcilla y la capacidad que tiene la
misma para retenerla.
Podemos distinguir dos grupos en función del %AP de
las arcillas. Por un lado, se observan muestras con una
elevada capacidad de absorción, entre 23 y 29%. Estas
muestras resultaron aptas en la fabricación de plaquetas
experimentales y ninguna de ellas se fracturó durante
la fase de secado. Por otro lado, se documentan índices
sensiblemente inferiores a la media en las arcillas del
Pleistoceno (media 22%). La mayoría de las plaquetas
realizadas con esta arcilla se fracturaron durante el proceso
de secado, las fracturas se maximizaron durante el proceso
de cocción, fase en la que además suelen aparecer otras
fracturas nuevas. El comportamiento de esta arcilla durante
el secado fue además, diferente al observado en otras
arcillas más plásticas, como las del Terciario. Las arcillas
del Pleistoceno mostraron una mayor reducción de peso en
menos tiempo (75h), hasta alcanzar el punto crítico, cuando
se estabiliza el peso de la muestra y finaliza el periodo de
secado con una reducción de peso del 16.8%. Por el contrario,
las muestras del Terciario, con más capacidad de absorción
mostraron una pérdida de peso mayor (19.2%) pero más
gradual, el secado se prolongó hasta transcurridas 133h,
cuando se estabilizó el peso de la pieza. Este comportamiento
diferencial también se constata en la variable %PI. Las arcillas
más absorbentes (Terciario) muestran una mayor capacidad
de retener agua formando microporos (6.4%) frente a la del
Pleistoceno (3.5%).
Gama cromática
El color interviene en la manera en la que los recursos son
percibidos por las personas. Las personas utilizan una serie
de criterios perceptivos, que pueden ser compartidos, para
elegir, seleccionar y utilizar los recursos. Desde la etnografía
se ha puesto en relieve cómo los alfareros pueden desarrollar
un alto grado de interacción con los materiales que utilizan y
sus cualidades físicas. Los alfareros actuales suelen percibir
variables como el color, la textura, presencia de ciertas
partículas o el índice de plasticidad y salinidad para distinguir
(y seleccionar o rechazar) entre arcillas de distintas calidades.
El color de un sedimento está en función de su composición
mineralógica y geoquímica y puede constituir una variable
de análisis muy útil para identificar distintas formaciones
sedimentarias (Echallier 1984:6; Wilshusen y Stone 1990;
Gosselain y Livingstone 2005).
Se ha realizado una clasificación de la gama cromática
utilizando las tablas de color Munsell de las muestras secas,
húmedas y cocidas. Este tipo de clasificación cualitativa
ha evidenciado que existen importantes divergencias en
los sedimentos en función de la coloración que presentan,
especialmente en húmedo. En estado húmedo, el material
cretácico ha presentado una coloración gris (2.5Y 7/2) que
hemos atribuido a la presencia de materia orgánica y microfauna piritosa. La veta del Pleistoceno presentó colores rojizos
(7.5YR 6/5) que deben relacionarse principalmente con la
escasa presencia de carbonatos y la presencia de óxido férrico.
Los sedimentos del terciario son de color amarillento-verdoso
(2.5 Y 7/3), estos deben su color a la mezcla de minerales de
la arcilla con materia orgánica. En este caso la presencia de
óxidos de hierro es escasa y el color suele provenir del hierro
que está presente con los minerales de la arcilla. Finalmente,
la arcilla de albufera adscrita al Holoceno ha presentado un
color marrón pálido (10YR 7/3). Podemos concluir señalando
que arcillas relacionadas con diferentes épocas y con diferentes
cualidades y composición pueden distinguirse fácilmente a
partir de la coloración del sedimento.
Conclusiones
Se ha podido consignar mediante la experimentación
y el análisis de la composición la amplia diversidad de
las materias primas minerales presentes en el entorno así
como sus distintas cualidades. Los sedimentos arcillosos
analizados están formados por componentes que pueden
variar enormemente de un depósito a otro, y en menor medida
en un mismo depósito. Esta variación de los materiales se
extiende también a las características mecánicas de los
mismos. Probablemente los alfareros prehistóricos no fueron
capaces de conocer con esta precisión que componentes
374
formaban parte de estas arcillas pero seguramente pudieron
asimilar las características de los materiales que tenían
a su disposición y evaluar su grado de adecuación a las
necesidades biológicas y culturales. Podemos establecer las
siguientes categorías de arcillas en función de su adecuación
a la producción cerámica:
1) Arcillas muy aptas: Los análisis y experimentos
realizados nos indican que varios de los sedimentos
seleccionados reúnen las características básicas para ser
Daniel ALBERO SANTACREU y Jaume GARCÍA ROSSELLÓ
aptos para la producción de cerámica pues poseen ciertos
rasgos técnicos necesarios (plasticidad), son accesibles y
fáciles de identificar. Se ha podido confirmar la existencia
de arcillas, adscritas al Terciario, muy plásticas y aptas para
la confección de cerámica prehistórica. Esta alta plasticidad
se relaciona con una alta cantidad de minerales de la arcilla
y un tamaño de grano del sedimento muy fino. Estas muestras
reaccionaron bien en la fase de modelado y secado aunque,
como se expondrá en futuros trabajos, estas mismas arcillas
pueden presentar problemas potenciales derivados del alto
estrés que sufren durante el proceso de cocción consecuencia
directa de su alta capacidad para hidratarse. Los datos
preliminares obtenidos de la identificación de microfósiles
en cerámicas arqueológicas apuntan hacia la utilización de
estas arcillas del Terciario.
2) Arcillas aptas: Se ha consignado la existencia de
otras muestras de arcilla, adscritas al Cretácico y a niveles
de albufera del Holoceno, que han proporcionado resultados
satisfactorios en los test experimentales y en los análisis
realizados. Son arcillas que dadas sus características
texturales y mineralógicas presentan cierta plasticidad y
consistencia para ser modeladas y utilizadas en la producción
cerámica. Sin embargo, al contrario que en el caso anterior,
no tenemos constancia arqueológica directa de que estas
vetas fueran utilizadas. Probablemente el hecho de situarse a
una mayor distancia y su difícil accesibilidad pudieron influir
en su explotación. Estas arcillas se situarían a cotas más
bajas y en un ambiente de albufera que habría afectado a
su disponibilidad.
3) Arcillas no aptas: Son arcillas que carecen
de plasticidad o que se han fracturado durante la fase
experimental de modelado y secado, por lo tanto no son
aptas para la producción de cerámica en estado bruto. Esta
ausencia de plasticidad debe relacionarse con una cantidad
insuficiente de minerales de la arcilla (< 30%) y excesiva
presencia de carbonatos.
Agradecimientos
Este trabajo se ha desarrollado bajo los objetivos
científicos y la financiación del proyecto Producir, consumir,
intercambiar. Explotación de recursos y relaciones externas de
las comunidades insulares baleáricas durante la prehistoria
reciente (HAR2008-00708) financiado por el Ministerio de
Ciencia y Tecnología.
Bibliografía
ARNOLD, D. (2000): “Does the standarization of ceramic pastes
really mean standarization?”. Journal of archaeological
method and theory, 7: 333-375.
BESOAIN, E. (1985): Mineralogía de arcillas y suelos. Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Costa
Rica.
BLACKMAN, M. (1992): “The effect of human size sorting on the
mineralogy and chemistry of ceramic clays”. En Chemical
Characterization of Ceramics Pastes in Archaeology ,
Monographs in World Archaeology Nº 7, Prehistory Press:
113-124.
ECHALLIER, J. (1984): “Éléments de Technologie Céramique et
d’Analyse des Terres Cuites Archéologiques”. Documents
d’ Archéologie Méridionale: Méthodes et Techniques, 3.
GOSSELAIN, O.; LIVINGSTONE, A. (2005): “The source clay
selection and processing practices in Sub-saharian Africa”.
British Archaeological Reports International Series 1349:
33-47.
HEIN, A.; DAY, P.; CAU, M.; KILIKOGLOU, V. (2004): “Red clays from
Central and Eastern Crete: geochemical and mineralogical
properties in view of provenance studies on ancient
ceramics”. Applied Clay Science, 24: 245– 255.
MARTINEAU, R.; WALTER-SIMMONET, A.; GROBÉTI, B.;
BUATIER, M. (2007): “Clay Resources and Technical Choices
for Neolithic Pottery (Chalain, Jura, France): Chemical,
Mineralogical and Grain-size Analyses”. Archaeometry, 49
(1): 23-52.
QUINN, P.; DAY, P. (2007): “Calcareous microfossils in Bronze Age
Aegean ceramics: Illuminating technology and provenance”.
Archaeometry, 49 (4): 775–793.
RICE, P. (1987): Pottery analysis: A Sourcebook. The University
of Chicago Press.
STARK, M.; BISHOP, R.; MIKSA, E. (2000): “Ceramic Technology
and Social Boundaries: Cultural Practices in Kalinga Clay
Selection and Use”. Journal of Archaeological Method and
Theory, Vol. 7, No. 4: 295-331.
VELDE, B.; DRUC, I. (1999): Archaeological Ceramic Materials:
Origin and Utilization, Natural Science in Archaeology,
Springer, Berlín.
WILSHUSEN, R.; STONE, G. (1990): “An Ethnoarchaeological
Perspective on Soils”. World Archaeology, 22: 104-114.
375
Daniel ALBERO SANTACREU y Jaume GARCÍA ROSSELLÓ
- XLVI Identificación de agregados líquidos
en pastas cerámicas
Aixa SOLANGE VIDAL
Resumen
Con frecuencia se señala que en las sociedades
preindustriales la manufactura de cerámica se realiza
en zonas cercanas a las fuentes de arcillas debido a las
dificultades que presenta su acarreo. Sin embargo, en
muchos casos los bancos existentes en las inmediaciones
no tienen la plasticidad necesaria para la alfarería. Es muy
posible que en estos casos se buscaran fuentes alternativas,
aunque estuvieran más alejadas. Una alternativa, recogida
en algunos casos de alfarería etnográfica, es la utilización
de materiales de origen vegetal y animal en estado líquido
o semi-líquido para aumentar la plasticidad de las arcillas y
facilitar su trabajabilidad.
Por otro lado, en algunas sociedades formativas y
neolíticas de distintas partes del mundo se localizan ejemplos
Palabras clave:
sorprendentes de utilización de arcillas sin cocción que han
perdurado con alteraciones mínimas incluso expuestas a todo
tipo de alteraciones. Teniendo en cuenta la tradicional corta
vida útil de estos materiales, es posible que se incorporaran
otros componentes a las pastas que no se consideraron
hasta el momento.
Se propuso así una experimentación muy simple,
modelando mezclas con composiciones variadas de arcilla
y agregados orgánicos. Posteriormente, se realizaron
observaciones macroscópicas de las muestras con el fin
de determinar qué tipo de registro visible arrojarían estos
materiales y establecer una serie de parámetros que
permitieran su identificación en ejemplares arqueológicos.
Agregados orgánicos, plasticidad, durabilidad.
Abstract
It is frequently mentioned that in preindustrial societies
pottery manufacture is carried out not far from clay sources
due to the difficulties of transport. Nevertheless, in many
cases, local clays are not plastic enough for pottery making.
It is possible that in this situation potters would search for
alternative materials at longer distances. Another alternative, recorded in ethnographical groups, is the use of liquid or
semi-liquid organic materials to increase clay plasticity and
make them workable.
On the other hand, some Formative and Neolithic societies
around the world show outstanding examples of the use of
Key words:
unfired clay that survived millennia without serious damage,
even when exposed to weathering. Considering the usual short
life of these materials, we can postulate that certain components previously neglected were added to paste composition.
Thus, we proposed a simple experimentation to produce
pottery from a variety of pastes that include animal and vegetal inclusions. These samples were later macroscopically
analysed to identify the presence/absence of particular traces
and establish a parameter useful for archaeological research.
Organic inclusions, plasticity, durability.
Introducción
La cerámica ha sido tradicionalmente uno de los elementos
de la cultura material sobre el que más se ha escrito debido a
la gran versatilidad de preguntas que puede responder. Ya sea
en forma de vasija, recubrimiento o material de construcción,
los materiales arcillosos forman parte ineludible del registro
arqueológico desde hace varios milenios.
377
Identificación de agregados líquidos en pastas cerámicas
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVI
Pero, ¿qué es la cerámica? Se la define como un material
compuesto por arcilla, antiplásticos y agua, que se mezcla
y modela para finalmente tornarlo en una materia dura por
medio del fuego. Además, algunos autores (Rice 1987;
Rye 1981, por ejemplo) agregan a esta definición algunos
materiales de composición similar que solamente fueron
secados al sol.
En este trabajo proponemos que al menos parte de los
materiales cerámicos y posiblemente un buen porcentaje
de los materiales arcillosos utilizados en contextos
arqueológicos podrían incluir otro tipo de elementos dentro
de su composición: sustancias que aumentan la plasticidad
de las arcillas o que permiten su floculado y que, por lo
general, se incorporan a la pasta en estado líquido. Las
menciones a estas sustancias son prácticamente inexistentes
en los análisis de cerámica arqueológica, pero aparecen
esporádicamente en las descripciones etnoarqueológicas
(Fernández 1997).
Agregados no arcillosos
Teóricamente, la arcilla es un mineral, pero en la práctica
es una roca, es decir, una mezcla de minerales. Rara vez se
halla arcilla pura, ya que suele estar naturalmente mezclada
con diferentes porcentajes de impurezas minerales que
alcanzan hasta el 35% de su volumen. Las arcillas primarias
pueden incluir fragmentos parcialmente descompuestos de
la fuente principal de roca sólida; en el caso de las arcillas
sedimentarias, durante el proceso de acarreo se incorporan
materiales que han sufrido, cada uno de ellos, un ciclo de
erosión diferente.
La arcilla no se usa nunca sola para preparar la pasta
de modelar. En el caso de que no aparezcan asociados
naturalmente en la cantidad idónea, es necesario el añadido
de otros materiales. Las inclusiones cumplen una función tan
importante en la preparación y utilización de la pasta cerámica
que en todas las épocas se han incorporado a la arcilla.
En arqueología, se suele usar “atemperante” para referirse
a los componentes gruesos en una pasta cerámica, en
ocasiones agregados intencionalmente. Pero no siempre su
presencia es antrópica. Rice (1987) sugiere utilizar el término
“aplástico” o “antiplástico” si bien ello establece un contraste
con la naturaleza plástica de la cerámica y deja de lado otro
tipo de materiales como los que aquí presentamos, que son
en sí mismos plásticos. Como señalamos anteriormente,
en algunos casos se agregan materiales arcillos como la
atapulgita u otras sustancias generalmente orgánicas que
aumentan la plasticidad y la adherencia de las pastas al formar
polímeros orgánicos hidratados en estado de gel constituidos
por moléculas de proteína de gran tamaño. Entonces,
al referimos a este tipo de materiales, es conveniente
denominarlos “agregados”, ya que su incorporación es
siempre intencional dado que no se encuentran asociados a
los bancos arcillosos en la naturaleza.
En términos estrictos, incluso el agua añadida se puede
considerar un agreado (Rye 1981), ya que la mezcla de arcilla
y agua genera un medio plástico moldeable, que se puede
trabajar y cocer. Además del agua, con frecuencia se encuentra
378
un segundo componente que se volatiliza y provoca pérdida de
peso y tamaño durante la cocción: el material orgánico, que
en ocasiones se agrega para modificar las propiedades de
la pasta cerámica. Estos agregados por lo general no dejan
huella visible y por ello se omiten en las descripciones, pero
es importante recordarlos ya que modifican la trabajabilidad,
secado, cocción y posterior uso de la cerámica.
Tanto el registro etnográfico como el arqueológico nos
muestran un número ilimitado de materiales que pueden
funcionar como agregados, además del clásico material
inorgánico: se utilizan excrementos (London 1981); espículas
silíceas de esponjas en la Amazonia (Linné 1957:156);
sangre animal en el ártico americano (Stimmell y Stromberg
1986: 248) e incluso de cadáver (“wira”) en la Amazonia
(Fernández 1997); y distintos productos de origen vegetal
como las fibras, las cenizas (Matson 1974: 346), la paja, o el
musgo en el sudeste de los Estados Unidos (Simkins y Allard
1986). En algunas vasijas hindúes actuales se agrega a la
arcilla una mezcla de materiales, que incluye cortezas de
árbol, semillas, frutas, varios tipos de tierra (doméstica, de
labranza, etc.), cenizas, resinas, jengibre, pimientos, miel,
leche, mantequilla, azafrán, etc. (Varma 1970). Otros casos
etnográficos citados por Fernández (1997) incluyen savia,
resinas, huesos molidos y carbón.
En cuanto a los materiales arcillosos no cocidos, cabe
recordar que en algunos sitios como Perú existen estructuras
de adobe y esculturas que fueron solamente secadas al sol
(Fernández 1997). Una posible explicación para la pervivencia
de estas estructuras expuestas a condiciones climáticas
extremas (como la corriente del Niño) es la utilización de
un agregado vegetal como floculante que fortalecería la
estructura de la arcilla. Las reseñas etnoarqueológicas de
los aborígenes collkas y yamquis de la cercana sierra de
Arequipa (Perú) describen la manufactura de grandes vasijas
para granos mezclando arcilla con pulpa de cactus que, al ser
viscosa, se endurece durante el secado de la pieza y evita
la disgregación del material incluso sin cocción posterior.
Aixa SOLANGE VIDAL
En lo que respecta a los agregados orgánicos, cabe recordar
que la oxidación del carbono comienza a los 200°C, cuando se
transforma progresivamente en CO y CO2. Hacia los 400-500°C,
la arcilla comienza a oscurecerse por el desplazamiento del
carbón hacia la superficie, y no se volatilizan hasta superar
los 600-750°C en atmósferas oxidantes.
Función de los agregados
La mayoría de las arcillas se endurecen al ser cocidas
a bajas temperaturas, pero son demasiado plásticas para
modelar vasijas. Además, estas pastas suelen agrietarse
durante el secado o la cocción, a menos que se compense
el grado de plasticidad con algún agregado antiplástico.
Estos rellenos producen efectos complejos con lo cual es
imprescindible escoger la combinación correcta de arcilla y
agregados. Debido a que los materiales añadidos no contienen
agua, se disminuye su proporción en la mezcla provocando
una menor reducción del volumen de la arcilla y un tiempo
de secado más corto (Jacobs 1983). La arcilla con mayor
proporción de inclusiones tiende a tener mayor resistencia a
la humedad y un secado más estable. Sin embargo, a mayor
cantidad de materiales inorgánicos, menor plasticidad de
la arcilla, lo que aumenta la dificultad para trabajarla. La
arcilla con una proporción elevada de relleno no es muy
adecuada, por ejemplo, para la fabricación de vasijas de
paredes delgadas o para el modelado con torno.
Por otro lado, existen arcillas que presentan las
características opuestas: son poco plásticas, aún depurándolas
y remojándolas. Este tipo de arcillas se puede mejorar
agregándole materiales orgánicos. Los productos ácidos,
como el vinagre o el vino agriado (ácido acético), aumentan
la plasticidad al reducir el pH a niveles neutros en las pastas
alcalinas, facilitando la floculación de la arcilla (Grimshaw
1971). En otros casos, se agrega yogur, cerveza o fermentos
leudantes a las arcillas alcalinas para aumentar su acidez
y fomentar el desarrollo de bacterias que aumentarían la
plasticidad.
El uso de distintos tipos de excrementos es más frecuente
y difundido; de hecho, en quechua hasta tiene un nombre
específico: “khara”. Una vez preparada la mezcla, no se puede
usar inmediatamente, ya que es necesario dejarla reposar
varias semanas a la sombra a fin de que madure y se añeje,
con lo que pierde el fuerte olor característico.
El añejado de la arcilla también incrementa la plasticidad
al facilitar la absorción de agua y el desarrollo de bacterias y
ácidos. Sin embargo, la formación de moho durante el añejado
puede causar dificultades durante el modelado y la cocción
(Fina 1985). Lamentablemente, como señala Rye (1981), es
muy difícil reconocer la presencia de estos elementos en
la cerámica arqueológica. Una forma de identificarlos sería
comparar los residuos orgánicos supervivientes con coprolitos
de la fauna local y los restos de vegetales cercanos. Por otro
lado, la calcinación de los materiales orgánicos aumenta la
permeabilidad de la cerámica (Matson 1963), pero ello no
es una propiedad exclusiva de este tipo de agregados. Por
último, Fernández (1997) sugiere que un alto contenido de
sustancias orgánicas haría que la pieza cociera en un color gris
claro o mediano, aunque tampoco es éste un rasgo exclusivo.
La resistencia a formar fisuras y grietas durante el
secado está determinada por la fuerza en crudo: la fuerza
que resiste la pieza una vez seca pero sin cocer (Ryan 1965).
Una vasija con importante resistencia a la fuerza en crudo
conserva su integridad debido a que las distintas fuerzas
actuantes mantienen las partículas unidas. Los elementos
que condicionan la fuerza en crudo son, entre otros, las
partículas de grano fino, la presencia de iones de Na+ y
un estado defloculado. Por ello, el agregado de materiales
orgánicos en la arcilla aumenta la fuerza en crudo, sobre todo
cuando se agrega harina, gluten, sólidos de leche (ricos en
caseína), y savia de diversos árboles y arbustos (Norton 1970).
En la práctica, otros materiales, como los azúcares, se
agregan a los pigmentos para solidificarlos y protegerlos de
accidentes durante el secado, la cocción y el almacenamiento.
Por ejemplo, en la cerámica Talavera de Puebla (México), se
agrega miel al baño como material emulsionante (Whitaker
y Whitaker 1978). Si bien no se registra su uso para la
composición de la pasta, nada indica que no se pueda utilizar
con una finalidad similar.
Por último, se aplica una amplia variedad de extractos
vegetales como selladores, sobre todo resinas, gomas y
leche. Con frecuencia se esparcen sobre la superficie aún
tibia. Las vasijas para líquidos valiosos como el aceite, vino y
perfumes suelen sellarse; en el caso de los recipientes para
cocción, se suelen impermeabilizan con el uso, hirviendo
algún tipo de alimento de sabor agradable que deje un
residuo permanente (Rye 1981). Pese a no estar registrados
etnoarqueológicamente, todos estos elementos podrían
utilizarse para preparar la pasta, con el objetivo de reducir
la porosidad total del recipiente.
379
Identificación de agregados líquidos en pastas cerámicas
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVI
Experimentación propuesta
Enfrentados a la dificultad para localizar fuentes de
materias primas cercanas a los yacimientos debido a la
baja plasticidad de las arcillas locales, y a la imposibilidad
de identificar huellas claras de procedencia en los cortes
cerámicos, se buscaron alternativas para la preparación de
las pastas cerámicas, teniendo en cuenta la gran capacidad
de manipulación de las arcillas. Así, nos encontramos con
el escaso registro etnográfico sobre el uso de materiales de
origen vegetal y animal en estado líquido para aumentar la
plasticidad de las arcillas y facilitar su trabajabilidad.
Por otro lado, al analizar los materiales arcillosos de
sociedades formativas y neolíticas en distintas regiones,
encontramos ejemplos de arcillas sin cocción que han
perdurado con alteraciones mínimas durante siglos.
Considerando la tradicional corta vida útil de estos materiales,
planteamos la posibilidad de que en la pasta se hubiera
incorporado algún componente aún no identificado.
Se propuso entonces una experimentación muy
simple, modelando mezclas con composiciones variadas de
arcilla y agregados orgánicos. Posteriormente, se realizaron
observaciones sobre las muestras con el fin de determinar el
registro visible de estos materiales y establecer parámetros
que permitieran identificarlos en ejemplares arqueológicos.
Proceso de manufactura
1. Obtención de la materia prima
Para realizar las muestras experimentales se utilizaron dos
tipos de arcillas naturales obtenidas en bancos superficiales
en las provincias de Catamarca (región Noroeste) y de Chubut
(Patagonia), ambas en Argentina.
La arcilla de las dos primeras muestras, de características
geológicas idénticas, se obtuvo de dos puntos diferentes
dentro de la localidad de Antofagasta de la Sierra (Catamarca):
por un lado, una cantera de arcillas primarias cercanas al
poblado actual (arcilla 1.a.), que se sigue utilizando para la
fabricación de ladrillos de adobe y el recubrimiento de paredes
y, por otro, muestras del revestimiento de una probable fosa
de enterramiento en el sitio arqueológico de Cueva Cacao
1A (arcilla 1.b.). En este último caso, la estructura negativa
de piedras estaba revestida de una capa de grosor medio
de arcilla depurada, de la cual obtuvimos la muestra. Estas
arcillas son una mezcla de materiales micáceos hidrómicos
(mayormente illitas) con hasta un 5% de arcilla expandible o
montmorillonita (Vidal 2006). Es un material con buen grado
de plasticidad y diversidad de materiales aplásticos minerales
de varios tamaños que no necesita demasiada manipulación.
380
El segundo tipo de arcillas fue extraído en las proximidades
del Dique Florentino Ameghino (Chubut) y es una mezcla
de caolines naturales y barros con menos de un 10% de
impurezas. Esta arcilla es en su estado natural de un color
blanco sucio, de grano muy fino, con poca adherencia y gran
absorción de agua. Hace unas décadas se utilizaba con fines
industriales pero en la actualidad su aprovechamiento es
escaso debido a las dificultades de extracción y la poca
cantidad de material arcilloso.
2. Preparación de la pasta
La arcilla se secó al sol y se molió con mortero hasta
convertirla en partículas muy finas. Dada la escasa cantidad
de inclusiones visibles a ojo desnudo, no fue necesario cribar,
y sólo se limpiaron algunos fragmentos mayores a 3mm
presentes en la arcilla 1.a.
La arcilla así preparada se humedeció con distintas
sustancias: leche de vaca, sangre de vaca y de pollo, resina de
aloe-vera (Aloe barbadensis) y una mezcla de aserrín de hueso
fresco con restos de carne, a los que fue necesario agregar
agua. Se preparó, asimismo, una plaqueta de referencia con
arcilla, arena y agua. Las proporciones de los agregados se
mantuvieron constantes, ajustándose la cantidad de arcilla al
grado de viscosidad de la pasta. Sin embargo, la proporción
es similar en todos los casos: 1u. de agregado líquido por
cada 3u. de arcilla, muy similar al porcentaje de agregados
minerales necesarios para la arcilla 1, que suele ser del 2030% según el tipo de recipiente deseado. No hay que olvidar
que los agregados líquidos cumplen dos funciones: por un
lado, reemplazan el agua agregada por su estado líquido, y
por otro, producen alteraciones en la plasticidad de la pasta
cerámica. Ello es más notorio en el caso de la caolinita, que
no se suele mezclar con agregados, pero necesita mayor
cantidad de agua que la arcilla común. En nuestro caso, no
hemos notado ninguna diferencia importante.
La unión de los materiales no presentó dificultades, excepto
en el caso del hueso molido. Debido a que se incorporó en
crudo, conservaba un alto contenido de tuétano que en contacto
con la arcilla en polvo formó grumos, requiriendo de una mayor
inversión de tiempo y esfuerzo en el amasado inicial. La leche,
la sangre y la resina humectaron perfectamente la arcilla, sin
notarse diferencias con respecto a la utilización del agua.
Durante el añejado de la arcilla, quedó evidenciado el
contenido orgánico de los agregados: las preparaciones
despedían un fuerte olor a materia en descomposición y se
oscurecieron con manchas irregulares. Al cabo de un mes, se
Aixa SOLANGE VIDAL
recuperaron las mezclas depositadas en un lugar techado,
ventilado y cubiertas por un plástico y, tras un breve oreo
a la sombra, se las amasó. La plasticidad había mejorado
notablemente -excepto en el caso de los agregados de
resina- notándose incluso un importante cambio en la textura
de las mezclas con caolín. No había presencia de grumos ni
concentraciones diferenciales de materiales.
Con las distintas pastas así preparadas se procedió a formar
tabletas rectangulares de unos 8cm de alto por 4cm de ancho
y 0,5cm de espesor que se dejaron secar durante una semana.
3. Cocción
Las tabletas con agregados de origen animal se cocieron
en horno eléctrico a 500ºC durante dos horas. Debido a
que los agregados orgánicos se calcinan, se decidió cocer
las muestras a la temperatura más baja que permitiera la
irreversibilidad del material debido a la pérdida del agua
química contenida.
Las muestras trabajadas con resina de aloe-vera se
expusieron al sol durante dos días de la temporada estival
(ca. 30ºC), retirándolas por la noche para evitar el rocío.
Visibilidad de los desgrasantes
El segundo objetivo planteado consiste en la identificación
de cualquier tipo de alteraciones en la textura, color y
composición de la cerámica con el fin de sugerir parámetros
para su identificación en materiales arqueológicos. Se
consideraron en esta etapa los siguientes elementos: 1.
acidez/alcalinidad de la cerámica; 2. cambios de color;
3. presencia de poros/vesículas; 4. depósitos de carbón; 5.
presencia de carbonatos; 6. presencia de lípidos.
Si bien existen técnicas y equipos de alta sofisticación
para estas evaluaciones, debido a cuestiones logísticas y
presupuestarias sólo fue posible realizar analíticas simples.
Por ello mismo, ni el análisis de lípidos ni el cristalográfico
pudieron llevarse a cabo.
Otras características
Observaciones
X
Manchas grisáceas
restringidas
manchas negras y grumos
líneas de modelado
Gris
Inclusiones
visibles
mica
mica termoalterada;
basalto
X
CC1A+sangre
Rojiza- gris
mica
X
5
6
7
8
9
PV+sangre
DFA+sangre
CC1A+ave
PV+ave
DFA+ave
Rojiza
Gris
Rojiza
Rojiza
Gris
diversas
X
X
diversas
X
10
CC1A+hueso
Rojiza
astillas blancas
manchas negras
X
manchas negras poco nítidas
manchas negras poco nítidas
X
sin cavidades ni restos de
hollín, pasta muy oscura
11
PV+hueso
Rojiza
12
DFA+hueso
Gris
13
14
15
CC1A+resina
PV+resina
DFA+resina
Rosada
Rojiza
Blancuzca
Nº
Composición
Color
1
CC1A+leche
Gris
2
PV+leche
Rojiza
3
DFA+leche
4
diversas, astillas
blancas
astillas castañas y
negras
mica fina
diversas
X
cavidades, pasta muy oscura
Sin cavidades ni restos de
hollín
X
manchas negras
X
X
X
muy friable; color
homogéneo
X
Rajaduras
X
X
muy lisa
corte negro, textura
firme, rajaduras
corte negro, textura
firme, rajaduras
muy disgregable
muy firme, sin rajaduras
muy firme, sin rajaduras
Disgregable
Tabla 1. Alteraciones observables en la cerámica con agregados líquidos.
381
Identificación de agregados líquidos en pastas cerámicas
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVI
La determinación del grado de acidez/alcalinidad
se realizó con un pH-metro de campo, sumergiendo los
fragmentos de cerámica en agua destilada. En todos los casos
los valores eran neutros, un resultado esperable debido a la
indisolubilidad de la cerámica cocida.
Para evaluar los carbonatos se rociaron las superficies
y el corte fresco con ácido clorhídrico diluido. Como era
predecible, sólo reaccionó ante el hueso, aunque de manera
menos agresiva que ante la presencia de fragmentos de
hueso calcinados.
Los cambios de color se observaron a ojo desnudo, tanto
en el corte fresco como en las superficies, tomando como
referencia no sólo las muestras de cerámicas sin agregados
sino también la arcilla en estado crudo. En general, el color no
sufrió grandes alteraciones (Tabla 1): en la illita varía desde
el rojizo original a un rojizo-grisáceo, y en la caolinita no se
observa ninguna modificación del color, manteniendo siempre
el tono gris. Quizás lo más destacable es, en este caso, una
pérdida de brillo con respecto al material mezclado con agua.
La presencia/ausencia de poros o vesículas y de depósitos
carbonosos se determinó mediante la observación de cortes
frescos con una lupa binocular Kyowa Optical, modelo SDZTR-PL, con lentes lentes Nikon 3x20X, propiedad de la UCM.
Como refleja la Tabla 1, las modificaciones detectadas
son mínimas en la arcilla tradicional y nulas en la caolinita.
Contrariamente a nuestras expectativas, no se evidencia un
incremento en los poros visibles, ni la presencia de cavidades.
Asimismo, los depósitos de carbón son inexistentes,
detectándose apenas unas manchas negras aisladas que bien
podrían ser producto de la putrefacción del material orgánico
antes que de su combustión, ya que también aparecen en
las muestras con resina, que no fueron horneadas, pero no
están presentes en las muestras de referencia. Creemos que
ambas ausencias se explicarían porque, al ser incorporado
en estado líquido, el agregado (ya sea leche, sangre o resina)
se fusionó homogéneamente con la arcilla en polvo, con lo
cual no hubo posibilidad de que se concentraran cantidades
suficientes en un solo punto para que su combustión posterior
dejara manchas carbonosas, como sucede en el caso de
agregados orgánicos más compactos. En el caso del hueso,
al no estar calcinado previamente, no llegó a carbonizarse
por completo a la temperatura de cocción de las muestras,
sufriendo escasas modificaciones.
Las alteraciones más notorias son en cuanto al peso y
resistencia a la fractura de las muestras. Las tabletas con
agregados de origen animal tuvieron muy poca reducción
de tamaño por contracción pero su peso es menor al de la
muestra de referencia (ca. 10-12%). Probablemente se deba
a un aumento de la porosidad total de la pasta, aunque la
inmersión de los materiales en agua no resultó significativa
debido fundamentalmente a su estado friable por la baja
temperatura de cocción.
Las muestras trabajadas con resina no muestran cambios
significativos en tamaño ni en peso, pero sí son más
compactas y resistentes al corte, en contraposición con el
resto de los materiales, incluyendo las muestras con agua,
que tienden a ser bastante disgregables e incluso, en el caso
de la caolinita, a presentar un aspecto de granos sueltos.
Conclusiones
El registro que resulta de la utilización de agregados de
origen animal en estado líquido a las pastas cerámicas es
invisible con técnicas analíticas simples. Sería útil realizar
pruebas más sofisticadas que ampliarían el rango de
observación pero, aún así, es muy posible que los valores sean
poco significativos y coincidan con otro tipo de alteraciones
en las vasijas, como la presencia de lípidos en los poros
internos por absorción durante la cocción de alimentos.
Donde sí demostró ser más válido el estudio de los
agregados líquidos en la cerámica fue en la modificación
de las condiciones de trabajabilidad de la pasta. La mezcla
de arcilla con leche, sangre o resina es fácil de preparar y
resulta en una masa muy plástica pero a la vez firme y de
buena manipulación. Asimismo, al ser cocida, presenta
escasas grietas, incluso en el caso de la caolinita, encoge
muy poco y no se deforma, características importantes para
la manufactura de cerámica, en particular cuando se trata
382
de materiales originariamente difíciles de manipular por su
escasa viscosidad.
Por otro lado, la resina vegetal incorporada a pastas
arcillosas sin cocción posterior dio excelentes resultados en
cuanto a cohesión y resistencia a la fractura, sin provocan
alteración alguna a nivel visual.
Entonces, ¿se agregaron sustancias animales a las
cerámicas prehistóricas? No tenemos elementos diagnósticos
para aseverarlo. La analogía etnográfica y las propiedades
puestas a prueba en esta experimentación sugerirían que
podrían haber sido aprovechados, en particular cuando
no se contaba con bancos de arcillas de buena calidad
en las cercanías, o para fines específicos, como en el
caso amazónico o hindú. Por otro lado, las favorables
características floculantes de las resinas de algunos vegetales
de zonas áridas también nos hacen pensar en su posible
aprovechamiento para endurecer materiales arcillosos que
Aixa SOLANGE VIDAL
no estarían en contacto permanente con agua, pero, de
momento, su presencia en algunas creaciones de arcilla del
pasado como los cráneos humanos del PPNA, los bucráneos
del Cercano Oriente y los templos y palacios peruanos, es
sólo una posibilidad.
Agradecimientos
A mi madre por las muestras experimentales, a la profesora de cerámica Elena A. Yurkiewicz que gestionó la utilización
del horno y a Emilio Hornero por el instrumental analítico.
Bibliografía
FERNANDEZ, J. (1997): Cerámica indígena arqueológica.
Condorhuasi. Buenos Aires.
FINA, A. (1985): “Porcelain Plasticity Update”. Ceramics Monthly,
33 (6): 104-5.
GRIMSHAW, R. (1971): The Chemistry and Physics of Clay and
other Ceramic Materials. John Wiley. Nueva York.
LINNÉ, S. (1957): “Technical Secrets of American Indians”.
Journal of the Royal Anthropological Institute, 87: 149-64.
LONDON, G. (1981): “Dung Tempered Clay”. Journal of Field
Archaeology, 8: 189-195.
MATSON, F. (1963): “Some Aspects of Ceramic Technology”. En
D. Brothwell y E. Higgs (eds.): Science in Archaeology. Basic
Books. Nueva York: 592-602.
RYAN, W. (1965): “Factors Influencing the Dry Strength of Clays
and Bodies”. Transactions of the British Ceramic Society,
64: 275-85.
RYE, O. (1981): Pottery Technology. Manuals on Archaeology 4.
Taraxacum. Washington.
SIMPKINS, D.; ALLARD, D. (1986): “Isolation and Identification of
Spanish Moss Fibre from a Sample of Stallings and Orange
Series Ceramics”. American Antiquity, 51 (1): 102-17.
STIMMEL, C.; STROMBERG, R. (1986): “A Reassessment of Thule
Eskimo Ceramic Technology”. En W. Kingery (ed.): Technology
and Style. Ceramics and Civilization 2. American Ceramic
Society. Colombus: 237-50.
VARMA, L. (1970): The Indian Technique of Clay Modelling.
Pradder. Calcuta.
MATSON, F. (1974): “The Archaeological Present: Near Eastern
Potters at Work”. American Journal of Archaeology 78:
345-47.
VIDAL, A. (2006): “Análisis funcional de la cerámica utilitaria en
Casa Chávez Montículos (Prov. de Catamarca)’. Shincal: 1-11.
Universidad Nacional de Catamarca. Catamarca.
NORTON, F. (1970): Fine Ceramics, Technology and Applications.
McGraw-Hill. Nueva York.
WHITAKER, I. Y WHITAKER, E. (1978): A Potter’s Mexico. Univerity
of New Mexico Press. Albuquerque.
RICE, P. (1987): Pottery Analysis. University of Chicago Press.
Chicago.
383
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU
- XLVII Áreas fuentes de arcilla. Identificación y
análisis de plasticidad
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU
Grup de Recerca Arqueobalear (Departamento de Ciéncias Históricas y Teoría de las Artes, Universidad de las Islas Baleares)
Resumen
En el presente trabajo se propone una metodología
basada en la experimentación sobre muestras de arcilla que
tiene por objetivo la identificación de las vetas de arcilla
potencialmente utilizables en un territorio determinado. La
caracterización de las muestras de arcilla se ha basado en un
test de plasticidad sobre las diferentes arcillas identificadas
en el territorio que formaba parte del poblado de la edad
del Hierro del Puig de Sa Morisca (Calvià, Mallorca). Este
método está fundamentado en la prospección intensiva
Palabras clave:
del territorio. Se trata de un sistema poco costoso, que no
requiere una infraestructura compleja y permite descartar
un gran número de muestras que no deben ser sometidas
a lámina delgada y DRX. Para que la información obtenida
sea suficientemente válida es imprescindible determinar los
criterios en los que se basa la prospección. En nuestro caso
se han fundamentado en la etnografía, la etnoraqueología
y el análisis espacial del territorio.
Arcillas, Tecnología cerámica, Experimentación, Plasticidad, Análisis del territorio.
Abstract
In this paper we propose a methodological process
based on the experimentation carried out in clayed samples
in order to establish clay sources in a determinate area.
The sample characterization was based on plasticity tests
made on clays which were found in a near place next to
the Puig de Sa Morisca (Calvià, Mallorca) dated as Iron
age. This method was based on intensive exploration of
Key words:
the territory. This is an inexpensive system that does not
require a complex infrastructure and to discard a large
number of samples which were not subjected to thin
sections and XRD analyses. Ethnography, etnoarchaeology
and spatial analysis of the territory were the main criteria
of our prospection system.
Clays, Pottery technology, Experimentation, Plasticity, Territorial Analysis.
Introducción
El estudio que presentamos a continuación se enmarca
en el desarrollo de dos tesis doctorales centradas en la
tecnología cerámica desarrollada por las poblaciones
postalayóticas del poblado del Puig de Sa Morisca (Calviá.
Mallorca) y su entorno (IV-II a.n.e.). Este trabajo tiene por
objetivo reconocer las posibles vetas de arcilla utilizadas
por estos grupos y así profundizar el área de captación de
recursos de las personas que habitaban este territorio. Al
analizar, mediante diferentes métodos arqueométricos estas
arcillas, y compararlas con las cerámicas halladas en algunos
de estos yacimientos, se podrá precisar mucho mejor cuáles
fueron las arcillas utilizadas por estas comunidades.
La identificación de los materiales arcillosos presenta
una problemática concreta debido a las características
mineralógicas de los sedimentos, al propio método utilizado,
las modificaciones históricas del territorio y a los estudios
geomorfológicos existentes.
385
Áreas fuente de arcilla. Identificación y análisis de plasticidad
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVII
Figura 1. Area de prospección y muestras recogidas
Generalmente, la identificación de las arcillas de un
territorio se ha venido realizando mediante la observación
visual de depósitos sedimentarios que forman terrones,
están agrietados y en ocasiones aparecen parcialmente
inundados. Por un lado, existe rechazo a considerar muestras
que presentan una textura muy polvorienta (muestra 3) pero
que pueden presentar cierta plasticidad. Por otro lado, otras
que forman terrones, pueden presentar una baja plasticidad
(muestras 33, 38 y 40), o son simplemente limos (muestras
9, 20 25 y 39). En definitiva, los criterios de identificación
suelen ser arbitrarios de modo que no se puede precisar la
diferente calidad de las arcillas presentes en el territorio.
386
Así mismo, pocas veces se considera los múltiples usos
que puede tener la arcilla. La arcilla, puede ser utilizada, como
material de construcción, engobe, pintura y evidentemente
para el modelado de cerámica. Según el tamaño de las piezas,
el modelado o la función a la que van a ir destinadas, puede
condicionar la utilización de arcillas más o menos plásticas.
Igualmente, sedimentos que presentan una baja concentración
de filosilicatos, tal como arenas o gravas, pueden ser añadidos
a la matriz arcillosa para conseguir menor plasticidad, mayor
resistencia térmica, mejor resistencia mecánica o posibilitar
una menor dilatación durante el secado.
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU
Por este motivo, además de la observación de la coloración
y textura de los sedimentos disponibles en la zona, hemos
realizado a las muestras recogidas un test de plasticidad,
consistencia y elasticidad durante el secado. Somos
conscientes de que la recogida de arcillas efectuada no ha
sido completa, es decir no ha sido realizada sobre el mismo
territorio que se disponía en la prehistoria. Este hecho se
basa principalmente en dos motivos:
1. Los terrenos urbanos: El territorio actual ha sufrido
profundos cambios, fruto de dinámicas históricas diversas.
2. Los terrenos agrícolas: La identificación de arcillas
en la zona no supone que las comunidades prehistóricas
las utilizaran. Las zonas destinadas a uso agrícola ocupan
una parte considerable del territorio prospectado. En estos
terrenos los campesinos tienden a añadir tierras foráneas
y abonos con relativa frecuencia. La recogida de arcillas en
esta zona podría distorsionar los resultados obtenidos al
tratarse de materias primas contaminadas.
Área de obtención de recursos: elección del territorio a prospectar
Para definir el área a prospectar hemos utilizado criterios
arqueológicos, el territorio donde hemos recogido las
arcillas se corresponde con el Hinterland establecido para
el poblado del Puig de sa Morisca por Guerrero, Calvo y
Quintana (2006, e.p.).
A su vez, hemos utilizado información de tipo etnográfico
y etnoarqueológico, principalmente el trabajo de Arnold
(1985) y nuestros propios estudios de campo llevados a cabo
en diferentes puntos de Chile (García Rosselló 2008) y el
Sahel y la Krumiria Tunecinos. La utilización de este tipo de
estudios debe entenderse como hipótesis de trabajo, como
un marco de referencia desde el que iniciar el estudio y que
luego, deberá ser confirmado por la arqueología. Para nada
pretendemos realizar algún tipo de analogía etnográfica ya
que los contextos ecológicos y sociales varían enormemente
de unos grupos a otros y por ello no son extrapolables a las
comunidades prehistóricas (García Rosselló 2008). En este
sentido es interesante el estudio de la distancia de recogida
de arcilla realizado por Arnold (1985) sobre 110 grupos
alfareros contemporáneos.
A partir de estas dos ideas hemos desarrollado la
prospección en base a dos estrategias:
1. Una, ha consistido en prospectar intensivamente el
territorio en un radio de 4 Km en línea recta respecto al
Poblado del Puig de Sa Morisca.
2. La otra se ha basado en prospectar cualitativamente
el territorio situado a mayor distancia en base a la toponimia
y los accidentes geográficos.
La recogida se ha realizado a diferentes profundidades
según la configuración del terreno. Cuando ha sido posible
se han utilizado recortes artificiales para facilitar la recogida
a profundidades más elevadas. Nos referimos a acequias,
fosos, trincheras o pozos. Hemos considerado como una
profundidad valida los dos metros y medio en base a los
argumentos establecidos en otros trabajos (Echalier 1984).
Pero al mismo tiempo proponemos en base a diferentes
ejemplos etnográficos (García Rosselló 2008) la validez de
la recogida en superficie, una vez limpiadas las primeras
capas de tierra para evitar contaminaciones.
Propuesta metodología: test de plasticidad
El test de plasticidad (o test del anillo) se usa normalmente
por numerosos alfareros y alfareras. Como hemos señalado,
se conocen diferentes formas populares de reconocer la arcilla
como por ejemplo la existencia en el campo de balsas de
barro que se agrietan formando polígonos irregulares o la
formación de terrones cuando se extraen las muestras del
suelo. Pero es realmente la plasticidad de las muestras lo
que permite reconocer una arcilla.
La documentación de la plasticidad sirve para conocer
las posibilidades de modelado de las diferentes muestras
recogidas, por lo que se debe complementar con otros test
para conocer su comportamiento durante la cocción.
Actualmente no sabemos si en la prehistoria mallorquina
la arcilla recogida se modelaba directamente, una vez
recogida o era sometida a algún proceso de purificación
como el cribado o la decantación. Los estudios preliminares
realizados por nosotros sobre cerámicas procedentes de los
yacimientos de Son Ferrer (Mallorca, España) o Turó de Ses
Abelles (Mallorca, España) nos permiten plantear que las
arcillas eran machacadas y mezcladas con restos vegetales
pero en la mayoría de casos no eran decantadas ni cribadas.
Muchas veces las arcillas pueden ser modeladas tal como
han sido recogidas. Otra dificultad es que en muchos casos
presentan una gran cantidad de impurezas que hacen difícil
su manipulación.
387
Áreas fuente de arcilla. Identificación y análisis de plasticidad
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVII
Con el objetivo de someter a todas las muestras al mismo
patrón y evitar distorsionesse decidió dejar secar todos lo
ejemplares. Posteriormente se machacaron las muestras,
cuando fue necesario, y posteriormente fueron cribadas (tamiz
0,5 mm) con el fin de eliminar impurezas, afinar mejor sobre
las características de la muestra y que el agua se distribuyera
por la arcilla de manera homogénea.
Llegados a este punto se establecieron dos estrategias:
Primero se estableció si la muestra era plástica o no. Para
ello se distinguió entre las que permitían modelar un lazo
y las que no. La confección de los rulos se realizó sobre un
tablero de formica porque la arcilla se adhiere fuertemente
en este tipo de superficies no absorbentes.
En segundo lugar, se añadieron diferentes proporciones
de agua a las muestras que resultaban plásticas con el
fin de evitar posibles distorsiones atribuibles a fallos
en la experimentación. Hay que tener en cuenta que la
apariencia de grietas o la falta de consistencia de la arcilla
puede deberse a la cantidad de agua añadida a la muestra
porque algunos tipos de arcillas son más permeables que
otros. Variando el contenido de agua se pueden conseguir
diferentes consistencias de la arcilla que también pueden
relacionarse con el tipo de vasija que se pretende fabricar.
Según el porcentaje de agua se puede conseguir desde
un fluido cremoso, una pasta firme o un terrón dúctil. Se
confeccionaron tres anillos por muestra con diferentes
proporciones de agua para contrastar la plasticidad. En esta
fase se intentó identificar los diferentes grados de plasticidad,
fluidez y dureza de las arcillas por medio de la observación
en estado húmedo y seco y teniendo en cuenta los siguientes
factores básicos comunes a todas las arcillas:
1. La arcilla se contrae al secar y pude tornarse quebradiza.
2. Cuanto más húmeda esté mayor será la contracción.
3. Las arcillas secas se contraen menos que las grasas
con igual contenido de humedad.
4. Generalmente la arcilla se agrieta al secarse si no
tiene unos componentes que permitan adaptar el material
a la contracción.
5. Un secado uniforme reduce las tensiones de la
contracción.
6. El aumento del contenido de agua reduce la capacidad
de la arcilla de sostenerse a si misma.
388
El ensayo realizado para conocer si la proporción de agua
y arcilla era la óptima para cada muestra fue el siguiente:
1. Confección de una pasta con exceso de agua. Así se
consigue una pasta de poca consistencia pero muy maleable.
El rulo se pega a la tabla y deja restos de materia. Una vez
obtenido el lazo presenta una textura rugosa generalmente
sin grietas en estado húmedo.
2. Confección de una pasta con poca agua. Se consigue
una pasta muy consistente pero poco maleable. El rulo no
se pega a la tabla y no deja restos de materia pero puede
deshacerse varias veces durante el modelado. Una vez
obtenido el lazo presenta una textura lisa y se agrieta
fácilmente pudiendo llegar a romperse según el grado de
plasticidad de la muestra.
3. Confección de una pasta con una proporción de agua
intermedia respecto a las otras dos. El rulo no se pega a la
tabla y no deja restos de materia. Se consigue un lazo que
apenas se agrieta si la pasta es muy plástica.
Con este sistema de confección de tres lazos se elimina
la alta variabilidad en las proporciones de agua, evitando
así, observaciones incorrectas sobre el grado de plasticidad
de la pasta.
Del mismo modo se intentó identificar si se trataba de
arcillas secas o grasas. Las grasas suelen ser pegajosas
y se resquebrajan al secar, por el contrario las secas se
desmoronan con facilidad. La mejor arcilla para modelar es
un término intermedio entre las dos. Las arcillas secas se
ablandan más deprisa y necesitan menor cantidad de agua
que las grasas.
Para conocer el comportamiento plástico de las arcillas
es conveniente establecer si presentan una fracción gruesa o
fina. La arcilla gruesa no será tan maleable como la fina. Para
identificar si la muestra presenta una fracción gruesa basta
con disolver la arcilla en agua hasta que se deshaga. No nos
parece acertado discriminar las arcillas por presentar arenas
o por ser muy finas ya que las arcillas pueden mezclarse
entre sí o añadirles arenas o arcillas que en apariencia
parecen muy poco plásticas como se ha podido documentar
etnográficamente (García Rosselló 2008) y además según el
tipo de vasija que se quiere fabricar se pueden utilizar pastas
más o menos groseras.
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU
Descripción de las variables utilizadas:
Características de la muestra tratada:
Consistencia física una vez seca:
Desmenuzada- desecha- suelta/ terrones/ Parte en terrones y parte desmenuzada- suelta
Machacado: Si / No
Color: Es una variable aproximada: anaranjada/ rojiza-granate/ blanca/ parda-gris/ marrón/ Negruzca
Fracción: Con esta variable se pretende realizar una aproximación a la existencia de gravas una vez que la muestra se
disuelve en agua: Gruesa/fina
Modelable: Se establece si se puede formar un: Rulo/ Lazo
Nº rulos con grietas profundas o fracturas:
Consistencia: Se consigna si la muestra mantiene la forma una vez manipulada o si la pierde: Muy baja (no se consigue
formar un rulo)/ Baja (no se consigue formar un lazo)/ Media (las puntas del lazo se desmoronan)/ Alta (el lazo mantiene
la forma)/ Muy alta (el lazo mantiene la forma pero es difícil de modelar por su rigidez)
Grado de plasticidad: Es la variable que nos permite conocer las posibilidades de modelado de la muestra: Baja
(Fractura del lazo)/ Media (Grietas profundas)/ Alta (Grietas poco profundas)/ Muy alta (Sin grietas)
Proceso de secado: Con esta campo se pretende conocer el comportamiento de contracción de la muestra durante el
secado: Aumento del agrietado/ Se fractura/ Se mantiene igual
Textura: Grasa/ seca
Restos minerales en la criba: Se consigna si ha simple vista se observa algún tipo de partículas pétreas. Se establece
igualmente el tamaño.
Presencia de materia orgánica : Se refiere a la existencia de raíces o de otro tipo de materiales biológicos.
Figura 2. Test de plasticidad
por tipos de muestras
389
Áreas fuente de arcilla. Identificación y análisis de plasticidad
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVII
Resultados
390
Para establecer la idoneidad de las muestras para ser
utilizadas en el trabajo alfarero se han utilizado tres variables:
consistencia, plasticidad y contracción durante el secado.
El motivo es que aunque una arcilla puede resultar muy
plásticas puede presentar una baja homogeneización durante
el proceso de secado o pueden presentar una consistencia
tan baja que se desmorone sin aguantar la forma dada. En
algunos casos puede que las arcillas que no son de buena
calidad sean aptas para el modelado si se mezclan con
inclusiones de diferente origen o con otras arcillas o gravas.
estas muestras tienen una mala contracción durante el secado
aumentando el número de grietas en los lazos modelados
con mezclas más secas pudiendo llegar a fracturarse. Este
grupo esta compuesto por las muestras: 4, 5, 6, 7, 30, 34 y 36.
Tipo 8: Finalmente este tipo se caracteriza por presentar
una alta plasticidad. Además su consistencia es muy
alta y durante el secado no se agrieta lo que le da unas
características óptimas para el modelado. Este tipo está
definido exclusivamente por la muestra 26.
Distinguimos diferentes tipos:
Tipo 1: Son muestras no plásticas. Se caracterizan
por presentar una consistencia muy baja por lo que no se
consigue formar un rulo o colombino de arcilla. En este grupo
se incluyen las muestras: 1, 8, 41, 11, 12, 18, 23 y 32.
Tipo 2: Son muestras no plásticas. Estos sedimentos
tienen una consistencia baja, aunque se puede formar un
rulo no se puede modelar un lazo. Este tipo esta formado por
las muestras 9, 14, 20, 21, 25, 29, 31, 33 y 39.
Tipo 3: Son muestras no plásticas. Estas muestras tienen
una consistencia media lo que permite formar un lazo pero
se agrietan o fracturan. Los lazos de este tipo se agrietan
y fracturan independientemente de la proporción de agua
introducida en la mezcla. Componen este grupo las muestras
2, 3, 16, 22, 28 y 40.
Tipo 4: Son muestras de plasticidad media. Tienen
una consistencia alta pero los lazos con una proporción
equilibrada o reducida de agua se agrietan. Presentan una
buena homogeneidad de contracción durante el secado ya
al finalizar este proceso se mantienen igual. Las muestras
de este tipo son: 10, 13, 15 y 27.
Muestras tipo 5: Presentan una plasticidad media.
Tienen una consistencia alta pero los lazos se agrietan
independientemente de la proporción de agua que se utilice.
En casi todos los casos se fracturan durante el proceso de
secado. Las muestras de este tipo son: 24, 35, 37 y 38.
Tipo 6: Presentan una buena o muy buena plasticidad.
Tienen una consistencia media porque los lazos no mantienen
la forma. Estas muestras tienen una contracción homogénea
durante el secado. Este grupo esta compuesto por las
muestras: 17 y 19.
Tipo 7: Presentan una buena o muy buena plasticidad.
La plasticidad muy alta se refiere a muestras que tienen
una consistencia alta o muy alta porque los lazos mantienen
las formas y además presentan cierta rigidez. Curiosamente
Comportamiento de las muestras
A partir de los comportamientos de las arcillas durante la
experimentación podemos distinguir entre muestras plásticas
y muestras no plásticas:
A. Muestras no plásticas (Suponen el 65% de las
muestras recogidas). Se caracterizan por presentar un grado
de plasticidad bajo. Se trata de los tipos 1, 2, 3 y 5. El 1 y 2
tienen una consistencia baja que impide formar rulos. En el 3
los rulos que se forman se agrietan siempre. El tipo 5 aunque
presenta cierta plasticidad se fractura durante el secado por
lo que la calidad de la muestra es bastante baja. Algunas
de estas muestras, que presentan abundante cantidad de
arenas, pudieron mezclarse con arcillas puras para evitar el
choque térmico producido durante la cocción o el secado,
para mejorar la consistencia de las arcillas o para aumentar
la plasticidad de las mismas.
Siendo conscientes que con el añadido de antiplásticos o
desengrasantes podría mejorarse la consistencia y plasticidad
de algunas arcillas hemos desechado las que no mantienen
la forma del rulo y las que forman grietas profundas. Esto es
debido a que sería más lógico utilizar las arcillas de mejor
calidad existentes en el entorno más que utilizar otras
arcillas de peor calidad. La mayoría de muestras no plásticas
se obtuvieron en lechos de torrentes (muestras 2, 3, 8, 11,
12, 20, 21, 25, 31, 32, 39, 40, 35) o zonas inundadas con
abundantes restos orgánicos (muestras 8, 28). La razón de
obtener muestras de los lechos de torrentes obedece a la
existencia de algunos pueblos alfareros actuales (Por ejemplo
las mujeres Mapuches: García Rosselló 2008) que utilizan
esta estrategia. Como se verá algunas muestras recogidas en
lechos de torrentes han resultado muy plásticas (muestra 5)
o medianamente plásticas (20%). Sin embargo el 80% de las
muestras obtenidas en lechos de torrentes no eran plásticas.
Dentro de este grupo se pueden incluir algunos
afloramientos anaranjados profundos (muestras 18, 24 y
37) o blanquecinos superficiales (muestras 16 y 22).
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ y Daniel ALBERO SANTACREU
B. Muestras plásticas (35%). Nos referimos a los tipos 4,
6, 7 y 8 que presentan una plasticidad media o alta. Dentro
de las arcillas plásticas distinguimos entre las de calidad
media y las de buena calidad.
El 42% de estas muestras se han obtenido en cotas
relativamente profundas (2 mts), el 21% en lechos de torrente,
otro 21% en laderas o llanos superficiales y un 15% en los
acantilados de la costa. Proceden de vetas ocres (muestras
15 y 26), anaranjadas (muestras 13, 27, 30 y 34), blanquecinas
(muestras 19 y 36) y pardas (muestras 4, 5, 6, 7).
B1. Arcilla de calidad media. Tipos 4 y 6. Estas arcillas
se caracterizan por presentar una plasticidad media (tipo 4)
o por no tener una consistencia suficiente para mantener la
forma (tipo 6). La procedencia de estas muestras es variada:
lechos de torrentes, acantilados, y laderas y llanos profundos.
B2. Arcillas de buena calidad. Tipos 7 y 8. Son arcillas
muy plásticas y con una buena consistencia. La distinción
está en el proceso de secado, mientras que el tipo 7 puede
agrietarse durante el secado, el tipo 8 no. A excepción de
las muestras 5 y 34 únicamente se agrieta el rulo más seco.
Bibliografía
ARNOLD, D. (1985): Ceramic theory and cultural process,
New studies in Archaeology, Cambridge University Press,
Cambridge.
GARCÍA ROSSELLÓ, J. (2008): Etnoarqueología de la producción
cerámica: Identidad y territorio en los valles centrales de
Chile. Mayurqa 32. Número monográfico.
ALBERO SANTACREU, D. (2007): Primeras aproximaciones a la
tecnología cerámica prehistórica en la península de Calviá
(Mallorca). Arqueología y Territorio, 4. Departamento de
Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada: 70-86.
GUERRERO, V.M.; CALVO, M. QUINTANA, C. (2006, e.p.): Territori
i intercanvi: La influencia púnica a la comunitat talaiòtica
del Puig de Sa Morisca. I Jornades de Arqueología Balear.
391
Aixa SOLANGE VIDAL
- XLVIII Para aprender no hay edad: irregulares frecuentes
en la cerámica realizada por aprendices adultos
Aixa SOLANGE VIDAL
Resumen
Las corrientes teóricas de finales del siglo pasado
empiezan a considerar a los distintos individuos que generaron
el registro arqueológico. Es entonces cuando irrumpe la
concepción de los niños como aprendices que participaban en
las tareas artesanales mientras incorporaban las habilidades
necesarias para el desarrollo de su vida adulta. Sin embargo,
las descripciones etnográficas y etnoarqueológicas mencionan
también artesanos que empiezan a modelar siendo adultos:
inmigrantes a centros alfareros, viudas, discapacitados o
sucesores de alfareros.
Los escasos estudios de aprendices suelen considerar la
decoración realizada por niños aborígenes, vinculando las
irregularidades presentes a las etapas del desarrollo psicomotriz de los menores y a sus restricciones de tamaño y fuerza.
Palabras clave:
Empero, no se ha sistematizado aún el registro generado por
aprendices adultos, donde no hay impedimentos de desarrollo
pero, aún así, su producción difiere de la de los expertos
debido su escaso conocimiento de las técnicas necesarias.
Con el fin de obtener una descripción de las alteraciones
en la cerámica producida por aprendices adultos durante su
formación, se relevaron los trabajos iniciales de un taller
comunitario de alfarería donde concurren tanto niños como
adultos sin experiencia previa en el trabajo de la cerámica.
Registramos los tipos de vasijas, la variabilidad métrica y
los defectos de conformación, decoración y cocción. Así,
pretendemos elaborar un modelo de la cerámica realizada
por aprendices adultos que pueda trasponerse a la realidad
arqueológica.
Aprendiz, niños, adultos, cerámica, defectos de manufactura.
Abstract
The new theoretical frameworks at the turn of last century
started to consider the many agents generating the archaeological
record and incorporated the idea of children as apprentices
that collaborated in the many subsistence and crafting tasks
while acquiring the abilities needed for adult life.
Ethnographic and ethnoarchaeological descriptions also
mention artisans that started crafting as adults: immigrants
to pottery-production centers, widows, handicapped people
or heirs to retired potters.
The few studies considering apprentices usually consider
decoration by aboriginal children and relate the irregularities to
their psycho-motor development as well as size and strength
Key words:
restrictions. There is not current systematization of the produce
by adults, which is not hampered by their body development
but is still different from experts’ due to their scarce knowledge
of the necessary techniques.
In order to provide a description of the irregularities produced
by adult apprentices during their formation we recorded the
first vessels made in a pottery learning workshop by children
and adults without previous crafting experience. We consider
the type of vessel, metrical variability and manufacture, as
well as decoration and firing defects. In this way, we propose
a model to identify pottery made by adult apprentices in the
archaeological record.
Apprentice, children, adults, pottery, craft marks.
Introducción
Cuando hablamos de alfareros, utilizamos un término
muy amplio que incluye por lo menos tres tipos de personas
vinculadas a la manufactura cerámica: el alfarero strictu
sensu, el ayudante y el aprendiz. En esta ocasión queremos
ahondar en el concepto de aprendiz, con la intención de
identificar a los individuos que participan en esta etapa.
393
Para aprender no hay edad: irregularidades frecuentes en la cerámica realizada por aprendices adultos
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVIII
Las publicaciones etnográficas y etnoarqueológicas
son bastante ambiguas sobre la edad en que se aprende
a hacer cerámica. Casi sin excepción, mencionan que el
aprendizaje comienza en el ámbito doméstico “desde niños”,
sin especificar la edad, aunque en la mayoría de los casos no
se trata de aprendices, sino de ayudantes que colaboran en
alguna actividad no especializada. Incluso cuando sí participan
en el modelado de piezas como en Ticul (México), donde los
niños fabrican escudillas a molde en épocas de gran demanda,
los ceramistas los califican como no-alfareros ya que no
poseen la capacidad suficiente para realizar “verdadera”
cerámica modelada (Arnold 1999) y se limitan a unas pocas
formas simples que sólo se amplían posteriormente en el
caso de mujeres solteras, madres abandonadas y viudas que
dependen de los ingresos de la alfarería para vivir.
En la mayoría de los casos, el aprendizaje de la cerámica
comienza en la adolescencia. En Udaipur (India), los jóvenes
complementan el aprendizaje de la cerámica con otros
estudios tradicionales (Kramer 1991). En algunas tribus
amazónicas, las mujeres sólo tienen acceso a la arcilla
después de parir el primer hijo (Lévi-Strauss 1986). Incluso
en Europa, algunos alfareros tradicionales se incorporan a
la actividad tras la jubilación o muerte de los alfareros de
la familia.
En general, los datos etnográficos nos hablan de diversas
edades en las que se realiza el aprendizaje de la cerámica. En
el caso de los niños aprendices, se considera que producen
recipientes pequeños y de escasa calidad técnica debido
tanto a sus dimensiones corporales como a sus capacidades
cognitivas y motrices (Tabla 1). Si bien en los adultos estas
restricciones no tienen cabida, la falta de experiencia y
práctica con el material debería dejar un registro reconocible.
Pese a que algunas dificultades técnicas son comunes entre
ambos grupos etarios, algunos autores (Kramer 1991, por
Edad
Capacidad
<2
Se usan materiales pero no se formatizan
piezas.
Gestos técnicos: empujar, estirar, retorcer,
agujerear.
4
Se forman rollos, bolas, tortas de barro;
concepto de simetría
5-7
Se realizan formas reconocibles
8-13
Se logra un mayor realismo mediante el
modelado de formas reconocibles.
Gestos técnicos similares a los de los adultos.
Tabla 1: Relación entre edad y capacidad artística tridimensional (adaptado de
Bagwell 2002: Tabla 5.1)
394
ejemplo) consideran que, por más inexperto que sea un
aprendiz adulto, su trabajo difícilmente muestre una muy mala
calidad. Sin embargo, los casos estudiados son pocos y no se
presenta una descripción de las irregularidades observadas.
Propusimos así el análisis de piezas realizadas por
aprendices en dos ámbitos de educación normada donde se
enseña cerámica mediante indicaciones, pero también en
forma práctica, dejando espacio a los intereses e inquietudes
de los participantes. Uno de ellos es la Casa-Taller-Museo
“Escultor Santiago Parodi”, donde asiste un grupo de niños
de hasta 12 años y otro de adultos, totalizando 15 personas
entre ambos. La misma profesora, Elena Ana Yurkiewicz,
dicta también clases de cerámica en la escuela primaria Nº
48 de Caseros, provincia de Buenos Aires (Argentina) a niños
de 4º grado, con edades comprendidas entre ocho y 11 años.
Una vez ubicadas las piezas de cerámica, se procedió
a fotografiarlas y describirlas, tomando en cuenta las
irregularidades presentes en el diámetro, el grosor de las
paredes, el tamaño de la pieza (altura y diámetro máximo),
las marcas de herramientas y las irregularidades en el
alisado, junto con la técnica de manufactura utilizada y la
edad del aprendiz. Las mediciones cuantitativas se hicieron
con calibre y se repitieron en tres puntos diferentes. Otras
variables que afectan al conjunto de la pieza se registraron
visualmente, como la variación en simetría, tamaño y grosor
de la pieza, la presencia de grumos y fisuras, la calidad
del acabado de superficie y la circularidad en el caso de
los recipientes simétricos. Además, se registró el tipo de
decoración y su calidad.
Debido a que es frecuente que los adultos abandonen las
clases luego de un tiempo que no necesariamente coincide
con la culminación del aprendizaje de las técnicas básicas,
nuestra muestra se vio reducida a cuatro aprendices con un
total de 15 piezas. En el caso de los niños, la muestra es más
amplia, con un total de 37 ejemplares de 12 niños.
Técnicas de manufactura
La elección de la técnica de manufactura está en gran
medida condicionada por las instrucciones de la profesora
basadas en su propia experiencia, si bien ella deja espacio
a la utilización de alternativas que ya se conozcan o se
experimenten. Hemos registrado cinco técnicas diferentes
en el caso de las vasijas realizadas por los niños y tres en las
de los adultos (Fig. 1). La técnica de planchas superpuestas y
uso de moldes, que podría considerarse como la más simple
y fácil de aprender, está presente con valores similares en
ambos grupos. La de planchas superpuestas sin ayuda de
moldes es ligeramente más numerosa en el grupo de los niños.
Donde sí se nota una marcada diferencia es en la utilización
Aixa SOLANGE VIDAL
de rodetes. Esta técnica se considera de las más difíciles,
no tanto para levantar las piezas sino debido al proceso
asociado de unir los rollos, alisarlos y adelgazar las paredes.
En el caso de los adultos, esta técnica alcanza el 40% de la
muestra debido a la versatilidad de formas y tamaños que se
pueden obtener; los niños, por el contrario, la complementan
con piezas logradas mediante pellas modeladas y bloques
desbastados, dos técnicas inexistentes en el registro adulto.
Figura 1. Técnicas de manufactura empleadas
Figura 2. Irregularidades presentes en las piezas
Defectos e irregularidades
Hemos considerado apropiado hacer una evaluación de
conjunto de la pieza y señalar aquellos defectos visibles,
sin mediciones cuantitativas, debido a que muchas veces
una pequeña desviación en un punto de la vasija puede
incidir negativamente en el aspecto general, mientras que
una imperfección aún mayor podría quedar disimulada
dentro del total de la pieza. Por ello, estas comparaciones
no están basadas en las mediciones que presentaremos
posteriormente.
Dentro del grupo de los adultos se observa una menor
incidencia de errores de amasado (no hay fisuras y las
piezas con grumos constituyen sólo individuos aislados). Los
problemas de simetría, ya sea en la base/boca o en la pieza
en su conjunto están presente en casi la mitad de la muestra,
pero generalmente se trata de pequeñas desviaciones que
son más notorias debido al mayor tamaño del recipiente y
al escaso grosor de las paredes de la pieza (Fig. 2).
Donde sí es más evidente la falta de experiencia de estos
aprendices es en los acabados. El tratamiento de superficie
es muy irregular en la mitad de los casos (cabe destacar que
hay un alto número de bruñidos, inexistente en el caso de los
niños debido a que la docente considera que por su escaso
manejo de las herramientas y ansias por terminar el trabajo
rápidamente no lo aplican de manera correcta y quiebran las
395
Para aprender no hay edad: irregularidades frecuentes en la cerámica realizada por aprendices adultos
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVIII
piezas aún crudas). Además, se nota un importante porcentaje
de piezas con grosores irregulares. Como veremos al tratar
este tema, en términos cuantitativos la diferencia es mínima
e incluso ligeramente más alta que en el caso de los alfareros
más expertos. Lo que sucede en este caso es que la imagen
en conjunto queda desvirtuada, como sucede con el tema
de la simetría, debido a las características de las piezas.
En cuanto a la decoración, prácticamente no se notan
fallos excepto una ligera asimetría y algunas dificultades
en la aplicación de pigmentos experimentales. Cabe notar
que las decoraciones implican esmero, con reproducción de
elementos culturales definidos y utilización de diversidad
de técnicas, incluyendo pastillajes, incisiones muy finas y
apéndices.
Los recipientes realizados por los niños tienen el
mismo tipo de defectos, pero con ligeras variantes en la
representatividad. Los problemas de amasado son los más
evidentes: la mayoría de los recipientes tiene un alto número
de grumos visibles en el perfil de las paredes y el 20% de las
piezas presentan fisuras que se produjeron por un deficiente
amasado y falta de obliteración durante el tratamiento de
las superficies.
El porcentaje de recipientes con problemas de simetría
es apenas superior que en el caso de los adultos, excepto
en el caso de los apéndices y decoraciones, donde es muy
notorio. Como indicáramos, aquí tiene mucho peso el tipo
de recipiente, porque al tratarse de recipientes más bastos,
de paredes gruesas y formas pequeñas, las diferencias no
son tan notorias en el conjunto.
Debido a esta apariencia de piezas macizas y a las
técnicas utilizadas, las terminaciones (dejando de lado el
plano decorativo) como recortado y terminación del borde y
tratamiento de superficie son menos irregulares, teniendo en
cuenta que nos limitamos al alisado en este último caso, y
que en el mismo se notan los grumos y fisuras que señalamos
para del amasado.
Variabilidad en los diámetros
Proponemos aquí una evaluación cuantitativa de la
variabilidad observable en los diámetros de boca (Fig. 3) y
de base (Fig. 4) de los recipientes, independientemente del
grosor de las paredes que, como vimos, puede resaltar o
aminorar el efecto general de simetría de la pieza. Ambos
diámetros fueron medidos sólo en aquellas piezas con
contorno circular, de ahí ciertas diferencias numéricas en
la cantidad analizada.
En cuanto a porcentajes, observamos que, en la medición
del diámetro de boca, aproximadamente un 30% de las piezas
realizadas por niños excede el rango tolerado de variación
en una vasija (una media de 3mm). Si a ello sumamos los
Figuras 3 y 4. Variabilidad en los diámetros de boca y base
396
recipientes que se encuentran al borde de este valor (10%)
junto con las reducidas dimensiones de los recipientes,
tendríamos que casi la mitad de las cerámicas presentan
variaciones de diámetro.
El caso de los adultos presenta los valores opuestos, pero
con un total casi idéntico. El 38% de las piezas analizadas
serían consideradas defectuosas en cuanto a su diámetro
de boca en comparación con el trabajo de un experto. Sin
embargo, es destacable un mayor dominio de la técnica
-pese a que son más complejas en cuestión de simetría- ya
que sólo el 13% se excede del margen de 3mm y casi un
25% está bajo este límite.
Aixa SOLANGE VIDAL
El diámetro de base presenta menor variabilidad,
probablemente debido a que la mayoría de las piezas
estudiadas se comenzaron a modelar por la base, logrando un
mayor control al carecer de restricciones estructurales. Casi
el 70% de los recipientes realizados por adultos no presenta
variaciones de circunferencia, con un 25% de casos en el
límite tolerable y sólo una pieza (5%) anómala.
En los ejemplos de los niños encontramos que también
el 60% de las piezas no tienen irregularidades de diámetro,
pero en este caso sólo el 10% se encuentra dentro de los
3mm de tolerancia y el 30% se excede de este margen.
Grosor de las paredes
La mayor parte de los textos de aprendizaje de alfarería
y los casos etnográficos registrados coinciden en que la
uniformidad en el grosor de las paredes es uno de los
resultados más difíciles de lograr debido a que requiere de
experiencia y habilidad motriz para conseguir una superficie
lisa, sin irregularidades. Por ello, en todos los casos de
cerámicas arqueológicas se atribuye a los niños/aprendices
la cerámica que presenta mayores variaciones. Hay que tener
en cuenta que el grosor está condicionado por el tamaño del
recipiente, ya que son necesarias paredes más gruesas para
sostener el incremento de peso que implica una vasija de
Figura 5. Grosor de las paredes
grandes dimensiones. Asimismo, el rango de variabilidad
tolerada depende del grosor total, ya que una diferencia de
1mm en una vasija de paredes finas implica una variación
del 50% mientras que en una tinaja de 45cm de altura no
superará el 10%. En los casos considerados (Fig. 5), se trata
de recipientes de tamaños pequeños a medianos, como
veremos más adelante, con paredes finas (>4mm) a medianas
(entre 4 y 6mm), siendo estas últimas las más numerosas. En
estos casos, es esperable una variación media de 1-2mm.
Más de la mitad de adultos y la tercera parte de los niños
entran dentro del rango esperado. El caso de los adultos es
particularmente notorio debido a que el 40% de los recipientes
están realizados por superposición de rollos, una técnica
que requiere un exhaustivo rebajado y alisamiento de las
paredes para lograr la uniformidad esperada. De hecho, no
sólo la variabilidad general es baja, sino que un 30% de los
recipientes no muestran variación alguna, no distinguiéndose
de los recipientes realizados por expertos. En el caso de los
niños, sólo el 10% de las cerámicas no presenta variación,
coincidiendo con las muestras de tamaños más pequeños.
La mayoría de las piezas restantes se alinean en torno de
los 3mm de variabilidad, con un 20% de vasijas de adultos
y un 30% de las de los niños en cifras anómalas que llegan
a los 7mm en el primer caso y a los 9mm en el segundo,
en piezas de tamaño mediano y un grosor medio de entre
12mm y 19mm.
Tamaño de los recipientes
Además de las técnicas y defectos de manufactura,
una variable frecuentemente citada para la identificación
del trabajo de los aprendices, en particular en el caso de
los niños, es el tamaño del recipiente realizado. Cuando
se habla de jóvenes, se interpreta que ello se debe a las
restricciones de tamaño del aprendiz; cuando son adultos,
se apela a la dificultad implicada en la realización de vasijas
de tamaños mayores, ya sean realizadas en una sola etapa
o, más frecuentemente, en varios momentos distanciados
por tiempos de secado.
Para determinar el tamaño de los recipientes realizados
hemos calculado las alturas de las piezas y sus diámetros
máximos. Aproximadamente la mitad de las piezas realizadas
por los adultos son piezas abiertas como platos o escudillas,
con muy poca altura y diámetros medios. Los trabajos de los
niños también incluyen un alto número de piezas abiertas, en
este caso, planas. Estos trabajos son los que se ubican en
la franja de altura entre los 20mm y 50mm, y comprenden la
mitad de la cerámica realizada por los niños y la tercera parte
de la de los adultos. El diámetro es sumamente variable en
397
Para aprender no hay edad: irregularidades frecuentes en la cerámica realizada por aprendices adultos
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLVIII
estos ejemplos, con un grupo situado en torno a los 100mm
(condicionado en gran medida por el modelo enseñado en
clase que los niños imitan repitiendo dimensiones y formas)
y otro entre 160mm y 250mm, cuando se trata de vasijas
globulares o tubulares, menos condicionadas por las pautas
de enseñanza.
En el caso de los adultos tampoco hay una correlación
entre la altura y el diámetro máximo de la pieza: si bien se
prefieren alturas de una media de 30mm y, por otro lado,
de 70mm, los diámetros son muy variables, prefiriéndose la
franja de entre 100mm y 150mm.
Figuras 6 y 7. Altura y diámetro máximo de las piezas
Existen en ambos casos vasijas con alturas medianas en
torno a los 250mm y diámetros de hasta 300mm, pero son
muy escasas y responden fundamentalmente a ejemplares
experimentales. En cuanto a los valores obtenidos de los
trabajos de los niños, ninguno supera los 170mm de altura
y están modelados en una sola etapa. El diámetro, por el
contrario, se divide claramente en dos subconjuntos: uno
de entre 50mm y 110mm, y otro entre los 160mm y 300mm,
independientemente de la altura de la pieza.
Conclusiones
Sin lugar a dudas, los artesanos inexpertos tenderán
a cometer errores con más frecuencia y en mayor número,
como recuerda Finlay (1997). Como se ha indicado con
frecuencia, y queda reflejado en esta experimentación, los
errores se suelen centrar en la dificultad para lograr una pieza
simétrica en cualquiera de sus aspectos, las irregularidades
en el tratamiento de superficies, en particular aquellas que
implican una mayor inversión de tiempo y habilidad como el
bruñido, y las diferencias en el grosor de las piezas.
Estas variables, las más complejas de controlar, reflejan
un alto número de irregularidades tanto entre los aprendices
más jóvenes como en los adultos, si bien en distintas
proporciones, con gran número de ejemplares fallidos en la
producción de los niños.
Otros casos son más específicos de un grupo etario. Si
bien el adulto experimenta con acabados de superficie más
variados, no siempre exitosamente, los niños se limitan
a los alisados y reflejan un alto grado de asimetría en la
398
decoración aplicada con cualquier tipo de técnica (pintura,
incisión, pastillaje, etc.).
En cuanto a los diámetros, consideramos que no son
elementos confiables para la evaluación del grado de
experiencia del alfarero. Los diámetros de base presentan
mínimas desviaciones; los de boca son un poco más variables,
pero tampoco son determinantes.
El tamaño de la vasija tampoco resultó representativo
de un grupo específico. Tanto los niños como los adultos
realizaron vasijas de tamaño pequeño a mediano, ligeramente
más grandes en el caso de los segundos, pero sin grandes
variaciones.
Las diferencias en el grosor de las paredes, al igual
que la presencia de irregularidades y marcas de dedos o
herramientas en las mismas, es bastante notorio en el caso
de los niños, tanto en términos visuales como cuantitativos. El
grosor constante de las paredes es una de las características
más remarcables en una vasija, y, a su vez, una de las más
Aixa SOLANGE VIDAL
difíciles de lograr, como refleja la experimentación, donde
muy pocos aprendices, en su mayoría adultos, fueron capaces
de conseguirlo.
Otra variable donde sí se evidencia una mayor
diferenciación es en el preparado de las pastas. Pese a contar
con arcillas industriales, la falta de un correcto amasado en
el caso de los trabajos de los niños resultó en la presencia
permanente de numerosos grumos visibles en las paredes
de las piezas, y en la generación de fisuras cuando comenzó
el secado, que no fueron reparadas por los alfareros. En el
trabajo de los adultos, aún cuando en ocasiones trabajaron
con arcillas naturales, este problema es prácticamente
inexistente, sugiriendo que no sólo se logró un amasado
más homogéneo sino que se prestó mayor atención a las
imperfecciones, eliminándolas en caso de aparecer durante
el modelado o secado de las piezas.
¿Son las variaciones que señalamos visibles en el registro
arqueológico? Creemos que sí, y que no sólo nos permiten
detectar la presencia de aprendices; en algunos casos hasta
podríamos señalar la edad del mismo o la presencia de varios
participantes en una misma obra.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de los
aspectos observados es exclusivo. Es en su conjunto cuando
podemos recomponerlos. Evidentemente, una vasija alisada
internamente pero con un diámetro de boca muy pequeño no
permite su manipulación con manos adultas. De la misma
manera, un cántaro de un metro de altura es inabarcable
para un niño de diez años, al menos en su totalidad, aunque
pudo haber trabajado en alguna parte del mismo. Más allá, el
tamaño no es suficiente para determinar la edad del alfarero:
normalmente, durante el aprendizaje, las piezas producidas
son pequeñas a medianas debido a su menor complejidad.
La combinación de la variación del grosor de las paredes
con el tratamiento de superficie y la simetría general de la
pieza es, a nuestro entender, el conjunto de factores más
fiable para sugerir la presencia de aprendices y deducir su
edad. La calidad de la pasta cerámica utilizada es otro factor
diferencial, ya que los adultos, aprendices o expertos, realizan
un trabajo más completo previo al modelado y repiten la
operación en caso de ser necesario. Sin embargo, hay que
ser muy cautos en este caso, porque es posible que en la
confección de las vasijas los aprendices sólo se integren
en una parte de la cadena operativa, decorando piezas ya
moldeadas por un experto (Vidal 2006) o modelando a partir
de una materia prima seleccionada, preparada y amasada
por el alfarero (Vidal y Maicas 2006).
Evidentemente, la alfarería es un producto social, y en
todas las cerámicas, aún en aquellas realizadas por los
aprendices, se refleja la totalidad en la que los alfareros
están inmersos: las personas presentes, las tradiciones
pasadas y las necesidades futuras.
Agradecimientos
A mis padres por el registro documental y fotográfico,
a la profesora Elena Ana Yurkiewicz por su paciencia y
consejos, y a todos los alfareros grandes y pequeños de
la Casa-Taller-Museo “Escultor Santiago Parodi” y del 4º
grado de la escuela Nº 48 de Caseros, provincia de Buenos
Aires, Argentina.
Bibliografía
ARNOLD, D. (1999): “Advantages and Disadvantages of Verticalhalf Molding Technology: Implications for Production
Organization”. En J. Skibo y G. Feinman (eds.): Pottery and
People: A Dynamic Interaction. University of Utah Press.
Salt Lake City: 50-80.
BAGWELL, E. (2002): “Ceramic Form and Skill. Attempting to
Identify Child Producers at Pecos Pueblo, New Mexico”. En
K. Kamp (ed.): Children in Prehistoric Puebloan Southwest.
University of Utah Press. Salt Lake City: 90-107.
FINLAY, N. (1997): “Kid knapping: the missing children in lithic
analysis”. En J. Moore y E. Scott: Invisible People and
Processes. Writing Gender and Childhood into European
Archaeology. Leicester University Press. Londres: 203-12
KRAMER, C. (1991): “Ceramics in Two Indian Cities”. En W.
Longacre (ed.): Ceramic Ethnoarchaeology. The University
of Arisona Press. Tucson: 205-230.
LÉVI-STRAUSS, C. (1986): La alfarera celosa. Paidós. Barcelona.
VIDAL, A. (2006): “Los Alfareros de las Cuevas: Propuesta de
análisis de la tecnología cerámica en el Neolítico medio-final
andaluz”. Actas del IV Congreso de Neolítico de la Península
Ibérica, Alicante: 320-328.
VIDAL, A.; MAICAS, R. (2006): “Cerámica funeraria en el Neolítico
Final: Los Churuletes, Purchena Almería”. Actas del XV
UISPP, Lisboa: 442.
399
Olga GÓMEZ PÉREZ
- XLIX No todo es lo que parece:
Reproducción experimental de matrices decorativas
cerámicas documentadas en el Neolítico Antiguo
Olga GÓMEZ PÉREZ
Dpto. Prehistoria i Arqueologia. Facultat Geografia i Història. Universitat de València
Resumen
En este trabajo presentamos los primeros resultados de
nuestra fase de experimentación, basada en la reproducción
de las matrices y gestos necesarios para llevar a cabo
las técnicas decorativas documentadas en los materiales
procedentes de algunos de los yacimientos en curso de
Palabras clave:
estudio del Neolítico Antiguo. Se estiman las condiciones y
factores que influyen en la caracterización de las matrices,
indagando sobre el tipo de instrumental que fue utilizado
para llevarlas a cabo.
Arqueología experimental, Cerámica, Estilo, Cadena operativa, Técnicas decorativas, Matrices
decorativas, Neolítico Antiguo.
Abstract
This paper presents the first results of our phase of experimentation, which centres on reproducing ceramic patterns
and the necessary gestures to carry out the decorative technologies documented in the materials recovered from some
Key words:
of the sites in process of study dating to the Early Neolithic.
There are estimated the conditions and factors that influence
the characterization of the ceramic patterns, as well as the
type of set of instruments which was used to carry out them.
Experimental archaeology, Ceramics, Style, Chaîne opératoire, decorative Technologies,
decorative patterns, Early Neolithic.
Introducción
El estudio y revisión de materiales cerámicos del Neolítico
Antiguo procedentes de yacimientos arqueológicos de las
comarcas centromeridionales del País Valenciano, como las
conocidas cavidades de Cova de l’Or (Beniarrés, Alicante) y
Cova d’En Pardo (Planes, Alicante), entre otras, proporcionan
un repertorio amplio y heterogéneo de técnicas decorativas
integradas dentro del denominado grupo de la cerámica
impresa mediterránea (Bernabeu 1989). En el curso de nuestro
trabajo, la complejidad de dicho registro nos alentó a llevar
a cabo una revisión y redefinición de las características
propias de cada técnica mediante la experimentación,
dado que el análisis exhaustivo de las matrices decorativas
dejadas por los instrumentos impresos sobre la arcilla fresca
es prácticamente inexistente en la bibliografía del registro
cerámico peninsular.
De este modo, en el contexto actual de nuestra disciplina,
bastante al margen todavía de estudios experimentales,
las técnicas decorativas continúan siendo la base para
definir secuencias cronológicas. Aún con todo, existe cierta
heterogeneidad de criterios a la hora de caracterizar las
propias técnicas, así como un problema de representación
en los dibujos tradicionales, hecho que han destacado
algunos autores al llevar a cabo un excelente trabajo
de experimentación sobre las impresiones cardiales y
pseudocardiales en la Meseta española (Jiménez y Rojas
2008). Consecuentemente en este trabajo se propone
una terminología más práctica y menos arbitraria ante la
amalgama existente de términos diferentes para denominar
y definir las impresiones, y una forma de representación de
los recipientes cerámicos distinta al dibujo tradicional.
401
No todo es lo que parece: Reproducción experimental de matrices decorativas cerámicas documentadas en el Neolítico Antiguo
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIX
Cabe mencionar que el presente artículo se inserta en
una amplia investigación centrada en la sistematización de
los estilos cerámicos del registro arqueológico procedente
del ámbito geográfico arriba mencionado, constatando la
variabilidad cronológica y espacial mediante su caracterización
morfo-tipológica, tecnológica y decorativa, aplicando los
conceptos teóricos de estilo y de cadena operativa, con su
consiguiente metodología. La definición de estilos cerámicos a
nivel local y regional, puede aportarnos información acerca de
procesos sociales de transmisión cultural, de la existencia de
redes sociales, y de acciones y procesos de carácter cotidiano
de estas comunidades humanas, valorando el desarrollo,
alcance y repercusión de tales actividades.
Desarrollo y conformación de la metodología de trabajo
La presente experimentación se introduce como un
método analítico en respuesta a una serie de cuestiones e
hipótesis que han ido surgiendo a lo largo del estudio. En
un principio, y antes de entrar en contacto con la arcilla, se
fueron ideando una serie de estrategias para formular unos
pasos de trabajo adecuados, asumiendo que la reproducción
experimental no es una simple cuestión de imitación ni
replicación. Finalmente el protocolo de trabajo ha quedado
compuesto por cinco apartados, las cuales se exponen a
continuación.
En primer lugar se ha llevado a cabo una recopilación
sistemática de matrices decorativas del registro arqueológico
en una base de datos de Filemarker, dentro de una ficha más
extensa de tecnología. La decoración se trata dentro del
campo de tecnología, concebida como un proceso tecnológico
pormenorizado (Calvo et al. 2004) dentro de la cadena
operativa de producción cerámica. En la ficha se describen
los rasgos morfológicos de los patrones impresos, quedando
aspectos tecnológicos macroscópicos como humedad de las
paredes, grosor de las superficies, presencia de inclusiones
y otros tantos, recogidos en campos diversos. A medida
que se describen las impresiones también se registran
fotográficamente, guardándose en un archivo que se puede
enlazar en la base de datos fácilmente, creándose una corpus
de ilustraciones.
El segundo paso ha consistido en el agrupamiento de las
matrices por el número de puntas del instrumento u objeto
impreso y por su morfología. Sin obviar las connotaciones
que tiene la palabra instrumento, relacionado con una acción
humana de elaboración de un objeto, en este trabajo se
recoge su carácter más laxo para referirse a aquello que sirve
de medio para hacer algo o conseguir un fin, en este caso
realizar una matriz cerámica decorativa. De esta forma se han
registrado tres tipos: instrumento de punta única o simple;
instrumento de punta doble; y instrumento de punta múltiple.
Dentro del primer tipo es donde encontramos las
morfologías más diversas (recta, rectangular, circular,
anillada, ovalada, indeterminada; etc) y destaca la gran
regularidad de la mayoría de las matrices. Como instrumento
de punta múltiple característico tenemos las impresiones de
402
peine o gradina, objetos recuperados en el propio registro
arqueológico de algunos de estos yacimientos. Fuera de este
sistema clasificatorio quedan los patrones propios de las
impresiones realizadas con bibalvos marinos, sea cual sea
la parte que se imprime. Este conjunto se trata a parte por
poseer una entidad propia muy característica y resultar más
práctico a la hora de abordarlo. En el interior del grupo se
distingue entre impresión de concha no cardial e impresión
de concha cardial, esta última con todas sus modalidades
posibles de decoración (impresión de borde, de natis o el
denominado arrastre cardial).
Una vez agrupadas las matrices, se hace una propuesta
de los objetos e instrumentos con los que pudieron haberse
realizado las impresiones. En este sentido debemos de
situarnos cronológicamente en el momento de elaboración de
las vasijas y descartar por entero objetos o cosas inexistentes,
como por ejemplo ciertas especies vegetales. El contacto
directo con los materiales arqueológicos cerámicos ha abierto
la oportunidad de ver otro tipo de restos arqueológicos
recuperados en los mismos yacimientos, generando hipótesis
a favor o en contra sobre la posibilidad de que algunos de
ellos hubiesen o no sido usados en la producción cerámica.
Igualmente se ha recurrido a la bibliografía existente sobre
objetos de hueso, adorno y malacofauna acerca de los
yacimientos valencianos estudiados (Pascual 1998).
La cuarta fase de trabajo la ha protagonizado la selección
y elaboración de objetos e instrumentos para reproducir los
patrones impresos decorativos. No hay que perder de vista
el hecho de que para decorar la cerámica se necesitan un
conjunto de materiales ajenos a la propia masa cerámica.
Consiguientemente, este proceso tecnológico engloba
diferentes materias primas y objetos necesarios, algunos de
los cuales raramente se conservan en el registro arqueológico
debido a su carácter perecedero. Para llevar a cabo el presente
trabajo hemos recopilado varios materiales como formas
vegetales, ramas, piñas y bellotas, varias clases de fauna
malacológica, huesos sin trabajar y dientes de animales, así
como vértebras de pescado, gasterópodos como caracoles o
lapas, fragmentos de cerámica o arcilla seca, sílex y piedras
de tamaño diverso.
Olga GÓMEZ PÉREZ
En cuanto a la elaboración de instrumentos, la observación
directa de restos arqueológicos referida anteriormente ha
servido de gran ayuda en algunos casos, especialmente en
el caso de los objetos de hueso. Dichos instrumentos, a
excepción de un punzón y una espátula, se han elaborado
en madera, simulando los hallados en el registro, pues el
hueso es una materia más difícil de trabajar y por lo que
hemos podido apreciar, si bien puede influir en la nitidez de
la matriz no difiere demasiado en otras variables.
Finalmente se han llevado a cabo las reproducciones de
patrones cerámicos impresos decorativos. Respecto a este
punto observamos rápidamente que era necesario usar arcilla
y no otro tipo de pasta industrial preparada para modelar, y
menos la pastelina de uso escolar. Estos preparados pueden
servir para hacer pruebas de diversa índole y descartar a priori
acciones e ideas preconcebidas, pero no son aptas para la
reproducción de las improntas en sí mismas al carecer de
los rasgos de plasticidad y humedad específicos de la arcilla.
La distinción de los tipos por número de puntas de los
objetos nos ha llevado a trabajar por grupos, preparándose
tres ejemplares de tablillas de arcilla con porcentajes de
desgrasante distintos para trabajar con cada uno de los
tipos, resultando un total de cinco grupos al considerar el tipo
concha y el tipo cordón (elemento plástico al cual se le ha
aplicado decoración) además de los tres grupos anteriormente
descritos. Sobre cada una de las tablillas se imprimen los
objetos oportunos, recopilando en el ordenador las variables
referentes a los aspectos relacionados con la masa arcillosa,
el instrumento y el gesto técnico, documentando todo
fotográficamente.
Como es lógico, durante el proceso de reproducción se
han descartado múltiples tablillas, llegando a formalizar este
protocolo después de una extensa trayectoria de trabajo. Sin
embargo, durante ese intervalo de tiempo se han generado
numerosas ideas que, sumadas a las hipótesis originales,
han aumentado y enriquecido el estudio positivamente.
Resultados de la fase experimental
A continuación vamos a resumir y valorar
los resultados producto de la experimentación,
centrándonos en ejemplos concretos que nos
permitan explicar de forma clara y concisa parte de
las conclusiones a las que hemos llegado.
Respecto al primer tipo clasificado como
instrumentos de punta simple o única, el elemento
punto impreso se localiza en esquemas decorativos
neolíticos. En la mayor parte de la bibliografía este
elemento se atribuye a la impresión de punzón,
pero la experimentación pone en entredicho esta
afirmación. Como se observa en la figura 1, la
impronta P.1 se ha hecho con el extremo distal de
un gasterópodo, mientras que P.6 se ha realizado con
el extremo distal de una caracola terrestre. Por otra
parte, P.2 es producto de la impresión de una rama,
P.3 de un punzón de madera, P.4 del extremo distal
de una bellota y P.5 de la punta de una pluma de ave.
El mismo caso se repite para la matriz simple
elíptica o lenticular, representadas en la figura 2. Este
tipo de impronta habitualmente se clasifica como
ungulación al estar realizada con la uña del dedo,
representada en el ejemplo E.2, pero semejante
morfología resulta de la impresión de una zona
del borde de concha de borde liso, concretamente
Venerupis pullastra, (ejemplo E.1) o de la aplicación
del borde redondeado de una escama o bráctea de
pino (E.3).
Figura 1. Representación de la matriz impresa del punto mediante instrumentos diversos
403
No todo es lo que parece: Reproducción experimental de matrices decorativas cerámicas documentadas en el Neolítico Antiguo
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIX
Figura 3. Representación de la matriz impresa simple de morfología anillada
mediante instrumentos diversos
Figura 2. Representación de la matriz impresa simple de morfología elíptica mediante
instrumentos diversos
La matriz anillada se consigue usando diferentes objetos
como un instrumento de madera con esa morfología (A.1), una
rama (A.2), con un pedazo de pluma fracturada (A.3) y con un
hueso de conejo, Oryctolagus cuniculus (A.4), documentados
en la figura 3.
Respecto al tipo concha, llama la atención la asimilación
de la mayor parte de impresiones de concha como cardial,
habiendo otro tipo de bibalvos utilizados también, además de
otros elementos que imitan esta clase de matrices (Jiménez
y Rojas 2008). Como se muestra en la en la figura 4 puede
resultar un tanto complicado distinguir la correspondencia
de las impresiones con sus especies de malacofauna
determinada, aunque la impresión de Chlamys varia (C.1)
es tal vez la más diferente del conjunto.,
Como se ha visto en el apartado anterior, la reproducción
de las improntas cerámicas se ha realizado utilizando una
serie de instrumentos diferentes, creando elementos diversos
como el punto, el trazo corto o el trazo largo. Todo ello
variando, entre otros, el grado de ataque, la presión ejercida,
el estado de humedad de la arcilla y del propio instrumento.
Como resultado se han obtenido una relación de variables
404
y factores, algunas relacionadas entre sí, que inciden en la
morfología, nitidez y profundidad de la matriz, así como en la
yuxtaposición y superposición de las improntas, información
que se recoge de forma breve en la figura 5.
La morfología de la matriz esta íntimamente vinculada
con la forma del instrumento impreso. También el estado
de humedad de la arcilla es de vital importancia, ya que
a mayor humedad la forma del instrumento se desfigura
porque al presionar la arcilla parte de ella sale hacia el
exterior, creándose rebabas alrededor de la impresión, por
lo que es conveniente esperar a que la arcilla alcance un
determinado punto de sequedad antes de imprimir el objeto.
Esto es debido a que cuando la arcilla esta demasiado húmeda
tiene más plasticidad, y las impresiones pueden perder parte
de su fisonomía, siendo más nítidas cuanto más seca se
encuentra, como muestra la figura 6. Con todo, el instrumento
es determinante y no todos se comportan por igual ante las
mismas propiedades físicas de la arcilla, si bien se cumple
la norma de que cuanto más detalle tienen las improntas
más próxima al punto de cuero ha estado la arcilla, como el
caso inferior del natis cardial impreso de la figura 6. Otros
aspectos que influyen son el grado de inclinación del gesto
técnico, que puede cambiar el aspecto de las matrices según
sea el tipo de instrumento. Del mismo modo, si la presión
ejercida durante la impresión se modifica, o se produce un
pequeño movimiento de balanceo cuando el instrumento
esta en contacto con la arcilla, la forma resultante de las
matrices puede variar.
Olga GÓMEZ PÉREZ
Figura 4. Representación de la impresión del borde de diferentes especies malacológicas
Respecto a la mayor o menor nitidez de la matriz, como
ya se ha señalado, el estado de humedad de la arcilla
juega un papel fundamental. Sin embargo, la presencia
de inclusiones afectará en ocasiones específicas a la
perfección de la impronta, cuando sean muy abundantes
y de granulometría muy vasta, difuminando la silueta y el
interior de la impronta, apreciándose peor. Por otra parte,
el instrumento tiene más implicaciones ya que cuando se
decora con arcilla un tanto plástica se debe de ir retirando
parte de la pasta arcillosa que se queda adherida al
objeto, pudiéndose ir humedeciendo este a medida que
se hacen las impresiones para evitar tal adherencia. La
forma, el grado de conservación del frente de ataque del
instrumento y la perfección de dicha parte distal pueden
originar pequeñas modificaciones, por ejemplo en el caso
de tener alguna fisura o una minúscula parte de la zona
distal que sobresalga mínimamente. Respecto al gesto
técnico además de influir las mismas variables que en
la morfología de la matriz, se aprecia que la velocidad
con la que se ejecuta la decoración es determinante,
especialmente cuando se hace de manera rápida y no se
tiene una gran destreza, quedando algunas matrices muy
marcadas y otras mucho menos.
La profundidad de las improntas, además de depender
de la presión, entre otras cosas depende del grosor de la
pared, principalmente cuando las paredes son finas, pues el
grado de impresión debe de adecuarse para evitar atravesar
la pared del recipiente. De otro lado, los instrumentos con
un desarrollo distal muy corto no podrán originar improntas
demasiado profundas.
Figura 5. Detalle de la nitidez y morfología de la impresión del natis cardial variando
el estado de humedad de la arcilla y del instrumento impreso
405
No todo es lo que parece: Reproducción experimental de matrices decorativas cerámicas documentadas en el Neolítico Antiguo
B L O Q U E - IV - . Capítulo XLIX
INSTRUMENTO
ARCILLA
GESTO TÉCNICO
-Estado de humedad
-Grado de inclinación
-Movimiento de balanceo
-Presión ejercida
Nitidez de la matriz
-Estado de humedad
-Perfección distal
-Grado de erosión o
rodado del frente de
ataque
-Estado de humedad
-Presencia de
inclusiones
-Homogeneidad impresión
del frente de ataque del
instrumento.
-Presión ejercida.
-Velocidad de ejecución.
Yuxtaposición y
superposición de las
impresiones
-Morfología
-Tamaño
-Estado de humedad
-Presencia de
inclusiones
-Velocidad de ejecución.
-Habilidad del alfarero.
-Desarrollo distal
-Estado de humedad
-Presencia de
inclusiones
-Grosor de la pared
-Presión ejercida
Morfología de la matriz
Profundidad
-Morfología
Figura 6. Tabla donde se registran distintas variables que inciden en las matrices decorativas cerámicas dependiendo del instrumento, la masa arcillosa y el gesto técnico
En la yuxtaposición y superposición de las impresiones
realizadas con un mismo instrumento incide principalmente
la proximidad que guardan las impresiones entre ellas y la
habilidad de la persona que lleva a cabo la decoración. La
morfología del objeto es significativa, pues por ejemplo para
hacer una línea recta con borde de una concha de cardium
edule, si la concha entera es muy curva hará más dificultosa
la tarea y será preferible incluso fragmentarla y usar un
fragmento de ella. Esto además permitirá unir la última
sinuosidad resultante de la impronta anterior con la que se
va a hacer a continuación mucho más fácilmente, evitando la
superposición entre los distintos elementos que conforman
las matrices decorativas. También los objetos cuya parte
distal no se observa directamente desde el plano frontal al
recipiente desde el cual se ejecuta el gesto tienen una mayor
probabilidad de superposición.
Valoración de la investigación experimental
La falta de evidencias materiales directas del proceso
decorativo cerámico hacen de la experimentación el recurso
más acertado para indagarlo, constituyendo un método de
aproximación al registro arqueológico objetivo y eficaz capaz
de generar preguntas y respuestas, frente a la generación
de toda una literatura basada más en la observación que
no en la práctica.
El método experimental evidencia y reafirma la
complejidad de las técnicas decorativas cerámicas, motivo
de este trabajo, mostrando la dificultad de reconocer el
instrumento exacto que se imprime en muchos casos, por
lo que “no todo es lo que parece”. Así, debemos de ser
cautos a la hora de hacer afirmaciones rotundas, por lo
que consideramos la necesidad de eliminar apriorismos
tradicionales utilizados habitualmente en nuestra disciplina,
tales como impresión de punzón o impresión de espátula.
406
Estas denominaciones asocian un tipo de instrumento
concreto a improntas de determinada morfología que la
experimentación desecha completamente al no encontrar
la supuesta correspondencia directa que encierra la propia
terminología. Por ello, debemos de asumir las limitaciones
que impone el propio registro arqueológico, lo que no
supone rechazar nuevas propuestas de estudio ni dejar de
intentar obtener una mayor información a nivel cuantitativo y
cualitativo. Por consiguiente, proponemos una terminología
más objetiva y dinámica, basada en la clasificación de las
propias matrices, sin identificar el objeto de antemano, y en
la que se pueden introducir multitud de instrumentos, para
tratarlos de diferente modo según sean las necesidades y
preguntas que se le hacen al registro.
En otro sentido, se propone una nueva forma de
representación de formas y recipientes cerámicos, basada
Olga GÓMEZ PÉREZ
Agradecimientos
Esta investigación ha sido posible gracias a una becacontrato FPU (AP-2004-2882) concedida por el Ministerio de
Educación y Ciencia, adscrita al departamento de Prehistoria
y Arqueología de la Universidad de Valencia. Asimismo, los
resultados del presente trabajo forman parte del proyecto
de investigación HUM2005-06498-C02-01: Cerámica y
Estilo 2. El Neolítico Antiguo en el Mediterráneo español.
Subvencionado por el Ministerio de Educación y Ciencia.
Dirección General de Investigación.
Agradecemos sinceramente el apoyo mostrado al Dr.
Joan Bernabeu Aubán y a Lluis Molina Balaguer durante el
transcurso de este trabajo, así como a los directores de las
excavaciones y a las instituciones que nos han permitido
disponer del material cerámico.
Bibliografía
Figura 7. Ejemplo de propuesta de representación gráfica de los recipientes cerámicos.
Vaso 540 de la Cova de l’Or (Beniarrés, Valencia)
en la documentación fotográfica de las piezas, con un ejemplo
en la figura 7. Esta idea ha surgido durante el desarrollo de
nuestra investigación por las dificultades inherentes de los
dibujos tradicionales de las publicaciones científicas, tal y
como ya han destacado otros autores (Jiménez y Rojas 2008),
al ser una interpretación subjetiva, imperfecta, imprecisa e
incluso a veces errónea, de la decoración.
BERNABEU, J. (1989): La tradición cultural de las cerámicas
impresas en la zona oriental de la Península Ibérica. Trabajos
Varios del S.I.P., 86. Diputación de Valencia.
CALVO, M.; FORNÉS, J.; GARCÍA, J. Y JUNCOSA, E. (2004):
“Propuesta de cadena operativa de la producción cerámica
prehistórica a mano”. Pyrenae: revista de prehistòria i
antiguitat de la Mediterrània Occidental, 35 (1): 75-92.
JIMÉNEZ GUIJARRO, J.; ROJAS RODRÍGUEZ-MALO, J. (2008):
“Caracterización de las cerámicas impresas cardiales y
pseudocardiales de la Cuenca del Tajo”. En M. S. Hernández,
J. A. Soler y J. A. López (eds): IV Congreso del Neolítico
en la Península Ibérica (Alicante 27-30 de Noviembre del
2006): Tomo II: 222-230. Museo Arqueológico de Alicante,
Diputación de Alicante.
PASCUAL BENITO, J. LL. (1998). Utillaje óseo, adornos e ídolos
neolíticos valencianos. Trabajos Varios del SIP, 95. Diputación
de Valencia.
407
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO
-LLa producción alfarera prehistórica en la Serranía
de Ronda (Málaga, España). Experimentación con
materias primas locales y temperaturas de cocción
Berna PADIAL*, Pedro AGUAYO** y Francisco MORENO***
* Grupo de Investigación “Ulises” (HUM/266), Departamento de Historia, Geografía e Historia del Arte. Universidad de Almería.
** Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada. ***Taller de Arqueología Experimental de Ronda.
Resumen
Se ha partido de la revisión de la bibliografía sobre las
cocciones cerámicas experimentales, en hornos simples de
cocción al aire libre u horneras, de las condiciones de cocción
y temperaturas alcanzadas. Hemos realizado experimentos
al aire libre, en hornera, y en laboratorio, horno eléctrico,
con muestras cerámicas, realizadas con materias primas
Palabras clave:
locales, para evaluar las temperaturas de cocción alcanzadas,
medidas con sistemas pirométricos y a través del reflejo en
la mineralogía de partida y resultante, para establecer la
materia prima, el tipo de hornos utilizados y las temperaturas
de cocción de cerámicas arqueológicas locales.
Alfarería prehistórica, materias primas, hornos experimentales, temperaturas de cocción.
Abstract
It has split of the review of the bibliography on the cocciones
ceramic experimental, in simple ovens of cocción to the free
air or bakers, of the conditions of cocción and temperatures
achieved. Have realized experiments to the free air, in baker,
and in laboratory, electrical oven, with ceramic samples, rea-
Key words:
lized with local raw material, to evaluate the temperatures of
cocción achieved, measures with systems pirométricos and
through the reflection in the mineralogía of split and resultant,
to establish the raw material, the type of ovens used and the
temperatures of cocción of ceramic archaeologic local.
Alfarería prehistoric, raw materials, experimental ovens, temperatures of cocción.
En memoria de Enrique Barahona
Introducción
Al adentrarse en la experimentación alfarera (Arnal
1986; Delneuf 1991; Garidel 1985), tan importante es el
conocimiento de las tierras (Clop 2007) y sus productos
cerámicos, como el conocimiento de los sistemas empleados
en el pasado en los procesos técnicos de elaboración y cocción
de la alfarería (Ramos 2002).
Los primeros hornos no serían más complicados que
una simple hoguera a cielo abierto u horneras, sin ninguna
clase de estructura, esto supondría la realización de estas
cocciones en el sitio que más conviniese, sin necesidad de
tener un lugar construido y permanente para tal fin (Schütz
1992). Este tipo de hornera es el más primitivo de los “hornos”
documentados y que aún continúa vigente en algunas zonas,
en las que la alfarería sigue realizándose de la manera más
simple (AA. VV. 1992).
En este sentido, M. Licka (1991), ha llevado a cabo
cocciones experimentales con distintos tipos de estructuras
de cocción. En todos los casos se ha tenido en cuenta la
temperatura a la que se ha llegado en cada una de las
cocciones, mediante el control de las mismas por medio de
un sistema pirométrico. En la cocción más simple, o sea, la
cocción a cielo abierto, en hornera, señala una temperatura
máxima alcanzada de 700ºC. En la cocción que realiza en
una estructura en fosa, poco profunda, se han medido tres
cocciones, señalando que la duración, la temperatura y el
consumo de combustible, es prácticamente igual a la cocción
409
La producción alfarera prehistórica en la Serranía de Ronda (Málaga, España). Experimentación con materias primas locales y temperaturas de cocción
B L O Q U E - IV - . Capítulo L
en hornera. Sin embargo, en la cocción en fosa profunda,
la temperatura media alcanzada es de 820ºC, llegando a
registrarse incluso una temperatura de 920ºC. Otro tipo de
estructura que utiliza, es el horno cilíndrico abierto, que alcanza
una temperatura máxima de alrededor de 850ºC. El último
sistema de cocción empleado en la cocción experimental
es el “horno primitivo”, siendo ésta, una forma de cocción,
en la que el espacio en el que se sitúa el combustible se
encuentra separado del lugar en el que coloca la cerámica,
los resultados obtenidos con esta cocción demuestran que
se pueden alcanzar temperaturas de hasta 950ºC, señalando,
además, que durante la cocción se consume poco combustible,
en comparación con los otros tipos de cocción precedentes.
La documentación de estos sistemas de cocción pasa
desapercibida en la mayoría de los trabajos arqueológicos,
pues al carecer de estructura, no deja huella visible en el
sitio con el paso del tiempo. Aparte de esto, habría que
tener en cuenta, como hemos señalado, que las cocciones
se realizarían sin grandes preparaciones, allí donde se
encontrara el combustible, con lo que se realizarían más o
menos alejadas de los poblados, con lo que resulta difícil
llegar a documentarlas. M. Delneuf (1991), en lo referente al
espacio de la cocción, apunta en su observación etnográfica en
el norte del Camerún que “será difícil de identificar las áreas
de cocción después de su abandono prolongado”.
La característica principal de la cocción en hornera es
que la cerámica está en contacto directo con el combustible
y el fuego por lo que la cocción no es uniforme, ya que al
carecer de estructura de regulación, es imposible conseguir
una temperatura homogénea y constante (Vázquez 2003).
Las tonalidades combinadas de colores que aparecen en una
misma vasija, tonos reductores y oxidantes, así como toda
una gama intermedia, sería un buen índice para identificar
los sistemas de cocción al aire libre o en fosa, en donde la
cerámica y el combustible está en contacto directo. Como
apunta G. B. Arnal (1991), que ha realizado cocciones de
distintas formas, en cocciones de este tipo existen diferencias
en cuanto a las temperaturas y ambientes entre la base
del “horno” y la parte superior de hasta 100ºC, llegando a
alcanzarse en la base 800ºC, mientras que en la parte superior
la temperatura máxima alcanzada es de 700ºC, alcanzándose
ésta última en tres horas, mientras que a la otra temperatura
se llega más tarde.
Al tener que subir considerablemente la temperatura
ambiente, la cerámica se somete en poco tiempo a un cambio
químico muy acusado, por lo que cada una de las fases de
la cocción requiere su tiempo, con lo que hay que evitar en
todo momento los choques térmicos bruscos que pueden
deteriorar la pieza. Cuando las piezas cerámicas estallan en
410
el horno, suele ser por cuatro razones: porque entran húmedas
al horno, porque se calientan o enfrían demasiado rápido,
o porque la arcilla ha estado mal amasada, conteniendo
aire entre la pasta que al calentarse se expansiona y
acaba por romper la pieza, y por último, porque la arcilla
tenga una composición, tanto química como mineralógica,
inadecuada, lo que provoca que, durante la cocción, se
produzcan compuestos con alta capacidad de expansión o
contracción que la hagan romperse.
La determinación de las temperaturas a las que fueron
cocidas las cerámicas arqueológicas es una de las cuestiones
que más ha preocupado a los arqueólogos. Sin embargo, la
temperatura máxima que se obtiene durante la cocción no
es siempre la misma. Como señala J. C. Echallier (1984),
“el resultado obtenido con la cocción depende a la vez,
de la naturaleza (composición mineralógica y química) del
material de partida, de la granulometría de los componentes,
de la curva de subida de la temperatura, de la temperatura
máxima, de los diversos grados de la curva de enfriamiento y
de la evolución de la atmósfera de cocción en el curso de las
diferentes etapas”. Nosotros consideramos que habría que
tener en cuenta, también, el tipo de combustible utilizado en
la cocción, ya que todos no tienen el mismo poder calorífico
(Chabal y Laubenheimer 1994). G. B. Arnal (1991), en este
sentido, afirma que el volumen del combustible necesario
en la cocción está en función tanto del procedimiento de
cocción empleado, como del tipo de madera, ya que unas
queman más rápidamente que otras y no tienen el mismo
poder calorífico.
Según E. Sempere (1992), la temperatura acumulada en la
hornera, no suele sobrepasar los 800ºC, y debido a la rapidez
del proceso, es durante un espacio de tiempo muy corto en
el que se mantiene dicha temperatura; en este sentido, M.
Picon (1995) para las cerámicas del Rif, cocidas por este
sistema, indica temperaturas entre 600-750ºC (medida por
dilatometría). Sin embargo, I. Schütz (1992) en la cocción
al aire libre, a la que asistió en Slit (Marruecos), señala un
máximo de temperatura de 860ºC, controlada con pirómetro
y mantenida durante un corto espacio de tiempo.
Para Echallier (1984), los diferentes elementos que
determinan los resultados de la cocción, deben integrar la
función tiempo, ya que es tan importante la duración del
proceso, como la temperatura absoluta alcanzada para el
desarrollo de la cocción. Es por esta razón que incluso en
el dominio industrial, la cocción de cerámicas se controla
con la ayuda de conos pirométricos, donde la fusión
integra, a la vez, la temperatura y el tiempo, y no utilizan
la ayuda de pirómetros que no suministran más que una
medición de temperatura puntual. Estando de acuerdo en
que una cocción larga es más importante que una cocción
a temperatura elevada.
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO
El sistema que necesita más combustible es la cocción
abierta (hoguera). J. B. Arnal (1991) señala que en la cocción
abierta, para conseguir 700ºC se necesita un volumen de
combustible igual a casi doce veces al de la hornada, y la
fosa cerrada no requiere más que de seis a ocho veces. En
este sentido, para Arnal el perfeccionamiento en el desarrollo
de los sistemas de cocción, van unido a la disminución de la
cantidad de combustible que se necesita en cada caso, es,
por tanto, importante el conocimiento de las temperaturas
de cocción, a la hora de tener en cuenta la evolución de
los sistemas de cocción de los más primitivos a los más
complejos.
Experimentación en el campo
A la hora de realizar la experimentación en el campo
nos hemos centrado, como materia prima de partida, en
los dos grupos de tierras que tradicionalmente han venido
utilizándose en la alfarería de la zona y que poseen similares
características mineralógicas (Aguayo et al. 1998).
Las arcillas que corresponden al primer grupo de tierras
son las más antiguas, desde el punto de vista geológico, se
localizan en un afloramiento cercano a la ciudad de Ronda,
la cantera de Los Tejares (RA-001), no reflejadas en este
experimento. El segundo grupo de tierras lo constituyen un
extenso depósito de arcillas marinas, de edad TortonienseMesiniense, que fue caracterizado y cartografiado por F.
Serrano (1979), además de otros autores, como formación
postorogénica de La Mina.
De estas arcillas las localizadas en las inmediaciones del
asentamiento de Ronda la Vieja se muestrearon empezando
por las de una cantera de tierras situada en la parte norte,
muy próxima al yacimiento arqueológico, que es un lugar
tradicional de explotación de tierra, tal y como pone de
manifiesto su denominación toponímica “El Tejar” (RA009). Además se muestreo otro afloramiento situado al sur
(RA-008), y un tercero en el sudeste (RA-011), no utilizado
en la experimentación, dada la abundante contaminación
con carbonatos. También experimentamos con tierras de
esta misma formación que se encuentran en la base del
asentamiento arqueológico cercano de La Silla del Moro
(RA-005).
Como ya hemos señalado (Aguayo et al. 1992), el muestreo
de los afloramientos de arcilla próximos al asentamiento de
Ronda la Vieja, así como su posterior estudio, han puesto
de manifiesto la correlación entre las matrices de las
cerámicas arqueológicas y las muestras de arcilla analizadas,
dándonos como resultado que existe la misma asociación
de foraminíferos y nannoplancton en las matrices cerámicas
y en los depósitos de arcilla, con lo que se hacía necesario
llevar a cabo la experimentación con este tipo de materia
prima para analizar su comportamiento.
La arcilla se recogió de los afloramientos señalados, con
un procedimiento muy simple, o bien, después de la lluvia, o
directamente en la misma cantera, con lo que entonces, el
proceso es un poco más complicado, ya que hay que triturarla,
añadirle agua, decantarla o no, y dejarla en reposo durante
varios días, hasta que esté lista para ser modelada.
En la experimentación hemos procedido a la fabricación
a mano de un variado repertorio de recipientes cerámicos,
reproduciendo fielmente los prototipos arqueológicos (Garrido
et al. 1995). El modelado a mano representa la manera
más simple de trabajar la arcilla. El proceso de fabricación
se realizó siguiendo de forma integral las observaciones
arqueológicas. Así pues, la captación de tierras, la preparación
de los barros y la elaboración de las piezas se basa en los
datos suministrados por la investigación arqueológica y
etnográfica.
Las técnicas más comunes, utilizadas en el modelado
a mano, que nosotros hemos reproducido, consisten en el
simple estiramiento de la masa de arcilla, por ahuecamiento
de la misma, utilizando el sistema de rollos o “churros”, o
bien empleando moldes naturales para su ejecución.
Conseguidas las formas deseadas (Fig. 1 y 2), el
tratamiento de las superficies (espatulado, bruñido, alisado,
etc.) y las decoraciones (plásticas, pintadas, incisas, etc.),
se efectúan con la utilización de reproducciones de los
instrumentos que han sido identificados en el registro
arqueológico (discos, punzones y espátulas de hueso, cantos
rodados, etc.), consiguiendo resultados y aspectos muy
próximos a los logrados en la Prehistoria.
Figura 1. Conjunto de vasijas experimentales, muestras cerámicas y conos
pirométricos dispuestos para la cocción en hornera.
411
La producción alfarera prehistórica en la Serranía de Ronda (Málaga, España). Experimentación con materias primas locales y temperaturas de cocción
B L O Q U E - IV - . Capítulo L
Posteriormente, se controlan los procesos de secado antes
de proceder a la cocción de las piezas cerámicas. La arcilla
debe quedar bien seca, eliminando el agua por completo,
sin ser expuesta al sol, ni a las corrientes de aire para evitar
que el porcentaje de roturas durante la cocción sea alto. El
material modelado contiene una parte importante del agua
absorbida. Se puede considerar que una pasta arcillosa
propia para el modelado, contiene alrededor del 18 al 25%
de agua en su peso. Una fuerte elevación de la temperatura
de cocción en este estado producirá una vaporización rápida
del agua que causará daños irremediables en la cerámica.
Las fuerzas de unión que fijan el agua absorbida son muy
débiles y una simple evaporización va a permitir obtener una
eliminación progresiva de esta agua durante el secado. En el
transcurso del secado, el producto cerámico, que aún está
crudo, va a pasar por diferentes estados de consistencia:
verde, cuero, y después, crudo.
Figura 2. Resultado de la cocción experimental en hornera de algunas vasijas cerámicas y conos pirométricos.
La cocción
La cocción experimental, aquí considerada (Garrido et
al. 1995), partió de experiencias previas realizadas al aire
libre, sin utilizar ningún tipo de estructura. La variabilidad de
los resultados obtenidos en esas cocciones, en cuanto a las
temperaturas alcanzadas y los productos obtenidos, nos llevó
a plantearnos una planificación y control del proceso mucho
más riguroso, mediante una cocción controlada al aire libre.
Las vasijas se han cocido por este procedimiento, por
ser ésta la técnica de cocción más rudimentaria con la que
empezar los trabajos de experimentación y comprobar si con
ella nos acercábamos a las temperaturas y características
generales observadas analíticamente en las cerámicas
prehistóricas.
412
La hoguera u hornera a cielo abierto se realizó en
un terreno llano, sin una previa preparación del lugar, ni
realización de ningún tipo de fosa, parapetos de piedras,
etc. (Fig. 1). Con anterioridad a la operación de hornear, se
procedió al precalentamiento, tanto de la superficie donde
se iba a ubicar la hornera, como de las piezas cerámicas.
En las zonas de clima más cálido, el precalentamiento se
suele realizar exponiendo, sencillamente, las piezas al sol
antes de cocerlas.
Una vez que se ha horneado, la cerámica se fue tapando
con ramajes a los que se prendió fuego. A medida que estos
se van consumiendo, se les va añadiendo más leña. La leña
utilizada en nuestro caso fue de encina, aprovechando la
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO
limpieza que de estos árboles se estaba haciendo en las
cercanías, calculando que se emplearon un total de unos
tres mil k. El control del fuego es muy importante, ya que
unos minutos de exceso o insuficiencia pueden representar
el éxito o el fracaso de muchas jornadas de trabajo. El
combustible se coloca formando un montículo encima
de la cerámica hasta que la hoguera se reduce a ascuas,
dejándose éstas hasta que se consuman, para poder sacar
las piezas cuando no estén al rojo vivo, con lo que pueden
pasar varios días, como fue nuestro caso, en el que tuvimos
que esperar al tercer día para recuperar las cerámicas.
La combustión es rápida por lo que las temperaturas
más altas se consiguen en poco tiempo pero el enfriamiento
de las ascuas es lento. Con este tipo de cocción, en
los momentos de máximo calor, éste no se reparte de
forma uniforme alcanzando cada zona de la hoguera una
temperatura distinta, y un tipo de cocción, reductora u
oxidante, también diferente.
En nuestro caso, la temperatura de cocción se controló
utilizando para ello medios pirométricos (pirómetro y conos),
con lo que pudimos comprobar que ésta no sobrepasó los
720ºC, temperatura, considerada la más alta a la que llegaron
a fundirse los conos, pero su distribución no fue homogénea,
pues en distintas zonas de la hoguera se fundieron total
o parcialmente conos pirométricos de distintos valores,
aunque siempre por encima de los 600ºC, lo que contrasta
con limites demasiado bajos, hasta los 300˚C, umbrales
recogidos en cocciones experimentales y etnoarqueológicas
(Gosselain, 1992).
Junto a las piezas cerámicas se introdujeron una serie
de placas y rollos fabricados con las mismas tierras que las
empleadas en las reproducciones de las cerámicas. Estas
piezas cerámicas fueron distribuidas por las distintas zonas
de la hoguera, y se realizaron con el objeto de ser el material
experimental con el que se trabajará después, para no tener
que romper las vasijas producidas (Fig. 1).
Experimentación en el laboratorio
Para poder hacer más precisiones sobre las temperaturas
de cocción se procedió a efectuar experiencias de cocción
en horno eléctrico (Padial 1999), lo que permite por un lado
tener un control más preciso de la temperatura, aunque, en
contrapartida, se trabaja siempre en condiciones de cocción
oxidante, lo que introduce una cierta incertidumbre sobre la
posibilidad de comparación de los resultados (Picon 1993;
Echallier y Montagu 1985).
Para estas experiencias se eligieron las mismas muestras
de tierras procedentes de afloramientos que se encuentran
en las inmediaciones del yacimiento de Ronda la Vieja y Silla
del Moro, como la RA-005, RA-008 y RA-009, ya utilizadas
en la cocción experimental realizada al aire libre.
La arcilla se preparó de la misma manera que para la
confección de las cerámicas experimentales. Con la arcilla
amasada se moldearon placas de 2 x 2 cm, con un grosor de
1 cm, aproximadamente. Después del proceso de secado se
introdujeron en el horno para su cocción. Una vez alcanzada
cada temperatura de cocción deseada, se mantuvo ésta
durante dos horas. Terminada la cocción las muestras se
dejaron enfriar hasta el día siguiente. Como es evidente,
en este caso el sistema de cocción es muy distinto al de las
cocciones al aire libre. En éstas, el máximo de temperatura
se mantiene en un corto periodo de tiempo, mientras que
el enfriamiento es más lento. En el horno eléctrico, las
temperaturas alcanzadas se mantienen durante más tiempo;
esto es importante ya que se pueden producir diferencias de
composición mineralógicas en las mismas muestras, cocidas
a la misma temperatura, pero con tiempos de maduración
diferentes.
La cocción se realizó a distintas temperaturas, desde
los 500 a los 1000ºC, en intervalos de 100ºC, salvo para
los 800ºC, que se coció también a 850ºC, para precisar la
formación de las fases de alta temperatura. (Se cogió como
temperatura más baja para el inicio la de 500ºC, ya que en
la cocción experimental, como hemos señalado, el cono con
la temperatura más alta se fundió a los 720ºC.
Las temperaturas de cocción no fueron siempre las
mismas. En el caso de la muestra RA-011, las cocciones se
realizaron entre 700 y 900ºC porque, en pruebas previas, se
puso de manifiesto que no era adecuada para la fabricación
de cerámicas, ya que se desmoronaba con el tiempo debido
a la hidratación de los gránulos de cal formados por la
descomposición de la calcita durante la cocción.
Análisis mineralógico por difracción de rayos x
Se estudió la mineralogía de los materiales antes y
después de la cocción con objeto de determinar la evolución
de la misma con la temperatura y la aparición de nuevas fases
mineralógicas, como consecuencia de la cocción (Padial 1999).
Los resultados de este análisis se recogen en la tabla 1,
la cual está organizada por bloques en los que la primera fila
corresponde al material sin cocer, la segunda a los resultados
de algunas cerámicas experimentales cocidas en la hornera
413
La producción alfarera prehistórica en la Serranía de Ronda (Málaga, España). Experimentación con materias primas locales y temperaturas de cocción
B L O Q U E - IV - . Capítulo L
(M. horn.) y el resto a los diferentes rangos de temperatura,
con las mismas tierras.
Mineralogía de las tierras experimentales: crudas o
cocidas en laboratorio y hornera:
Muestra Q Cal. F.K. Plag. Fil. Dol. Hem. Gehl. D+W.
RA-005
M. horn.
500°C
600°C
700°C
800°C
850°C
900°C
1000°C
11
14
8
10
17
23
24
24
23
13 2
12 2
16 2
12 3
t 2
t 2
0 0
0 5
0 17
1
4
2
2
2
3
11
9
17
68
64
68
71
79
72
41
36
t
4
4
4
2
t
t
0
0
0
t
t
t
t
0
t
t
2
2
0
0
0
0
0
0
11
11
18
0
0
0
0
0
0
13
13
23
RA-008
M. horn.
500°C
600°C
700°C
800°C
850°C
900°C
1000°C
10
30
8
9
16
16
27
28
31
18
12
17
14
t
t
0
0
0
2
4
3
3
2
3
0
0
9
2
1
1
1
2
2
15
14
23
68
53
70
73
78
78
36
34
t
t
0
1
t
t
t
0
0
0
t
0
t
t
2
1
t
0
0
0
0
0
0
0
0
9
8
10
0
0
0
0
0
0
13
16
27
RA 009
M. horn
500°C
600°C
700°C
800°C
850°C
900°C
1000°C
13
12
9
8
20
24
29
31
38
14 5
18 1
15 2
16 3
4 7
2 4
0 0
0 7
0 15
2
1
1
2
1
1
9
14
17
62
65
72
68
68
69
47
27
t
4
3
1
3
t
0
0
0
0
t
0
t
0
0
0
t
t
t
0
0
0
0
0
0
7
7
10
0
0
0
0
0
0
8
14
20
Se, puede observar que la mineralogía de las muestras
no cocidas es muy similar, lo que era de esperar dado que
provienen de la misma formación geológica, es decir la
Formación la Mina. Los minerales mayoritarios son (en orden
414
de abundancia) filosilicatos, calcita y cuarzo. La dolomita
aparece en cantidades pequeñas y en la muestra RA-008
sólo como trazas.
Dentro de este conjunto de muestras cocidas, las pautas
de variación de la mineralogía con la temperatura de cocción
se repiten con gran regularidad, reflejando las relaciones
de las fases de alta temperatura (gehlenita, diópsidowollastonita) entre sí y con otros componentes tales como
los filosilicatos o la calcita.
Se pueden distinguir 4 intervalos de temperatura que
podrían describirse cualitativamente como sigue:
1. Temperaturas bajas (hasta 600-650ºC). La mineralogía
de las muestras cocidas es muy parecida a la de las arcilla
sin cocer. Las variaciones de detalle observadas pueden
achacarse al error de la determinación y probablemente no
son significativas.
2. Temperaturas medias (650-825ºC). Se observa
claramente una disminución neta de la calcita y dolomita
que va acompañada de un aumento paralelo de la proporción
aparente de cuarzo. La calcita y dolomita que queda dentro
de este margen de temperatura es pequeña (8% de calcita
como máximo), o bien, trazas. Los filosilicatos permanecen
inalterados o sufren un ligero incremento aparente. No
aparecen fases de alta temperatura.
3. Temperatura alta (850-950ºC). Desaparición completa
de calcita y dolomita. Aparición de fases de alta temperatura
(Gehlenita y Diópsido y/o Wollastonita). La aparición de
estas fases va acompañada de un incremento claro del
feldespato potásico y muy destacado de las plagioclasas, lo
que invita a pensar que se trata de la formación de fases de
alta temperatura que se suman a los minerales heredados
presentes en las tierras crudas (Linares et al. 1985: 489). Por
otro lado los filosilicatos decrecen netamente a medida que
se formando las fases de alta temperatura.
4. Temperatura muy alta (> 950ºC, o bien 1000ºC o más).
Se caracteriza por la desaparición total o casi total de los
filosilicatos laminares, que aparecen a lo sumo en forma de
trazas. La desaparición es muy brusca y debe de suceder
entre 900 y 1000ºC. Hay un incremento relativo neto (en
comparación con el intervalo anterior) de las fases de alta
temperatura (Gehlenita, Diópsido/Wollastonita) y también
del Feldespato potásico y de las Plagioclasas.
El comportamiento del cuarzo con la temperatura no está
muy claro. Da la impresión de que en el primer tramo de bajas
temperaturas hubiera una pequeña disminución aparente,
pero no es significativa. Después aparecen incrementos que
coinciden con la desaparición o disminución de otras fases
como los carbonatos o filosilicatos. Hay que tener en cuenta
que la cuantificación efectuada se expresa como porcentaje
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO
de los minerales cristalinos y no se tienen en cuenta la
aparición de material amorfo, que es difícil de cuantificar por
Difracción de Rayos X. Quizás también influyan los cambios
en el poder reflectante de este mineral con la temperatura de
cocción. En resumen, parece que este mineral posee escaso
valor para el diagnóstico de las temperaturas de cocción.
Otro mineral que se detecta con más claridad en los
tramos de alta temperatura son los hematites, que aparecen
probablemente como consecuencia de la deshidratación y
recristalización de oxi-hidróxidos más o menos amorfos de
hierro, normalmente asociados a las arcillas. Este proceso
es el que produciría el incremento de tintes rojizos que
acompañan a las altas temperaturas de cocción (esto no
sucede en las tierras fuertemente calcáreas que toman tintes
amarillo claro (Barahona 1974). En las muestras estudiadas los
hematites se hacen detectables en el tramo de temperatura
de 900-1000ºC.
Conclusión
Las temperaturas de cocción determinadas en las muestras
cerámicas arqueológicas, mediante difracción de R-X, ATD, área
especifica, densidad aparente y dilatometría, han proporcionado
rangos de entre 800 y 1000°C, con bastante precisión, al utilizar
de manera combinada un conjunto variado y complementario
de métodos analíticos y por la comparación con producciones
experimentales realizadas en el campo y en el laboratorio (Padial
1999). La cocción experimental al aire libre permitió conocer
que las cerámicas arqueológicas fabricadas a mano fueron
cocidas a temperaturas superiores a los 750°C, temperatura
máxima alcanzada en la cocción experimental, ya que las
arqueológicas muestran en algunos casos fases incipientes de
alta temperatura (Diopsido, Wolastonita o Gelenita), que no
aparecían en las experimentales, y total ausencia de Dolomita
en las cerámicas arqueológicas, presente en las arcillas crudas
y en las cerámicas experimentales.
Las temperaturas de cocción y la atmósfera de la misma
nos ha permitido concluir, de manera indirecta, pues no se
ha documentado ninguna estructura de cocción prehistórica
de manera directa, como es habitual, el uso de hogueras u
horneras para las producciones a mano, con algún tipo de
estructuras asociadas, fosas o parapetos, que mejoren su
funcionamiento, como lo prueban las temperaturas alcanzadas,
siempre superiores a las de la cocción experimental.
Bibliografía
A.A.V.V. (1991): Experimentation en archeologie: bilan et
perspectivas. Actes du Colloque International (Beaune
1988), Tomo 1.
BARAHONA, E. (1974): Arcillas de ladrillería de la provincia de
Granada: evaluación de algunos ensayos de materias primas.
Tesis Doctoral de la Universidad de Granada, 49.
AGUAYO, P.; CAPEL, J.; GARRIDO, O. y PADIAL, B. (1992):
“Identificación de áreas fuente de arcilla para la fabricación
de cerámicas arqueológicas”. XXXII Congreso Nacional
de Cerámica y Vidrio. Boletín de la Sociedad Española de
Cerámica y Vidrio, Vol 31, n° 4: 171–176.
CHABAL, L.; LAUBENHEIMER, F. (1994): “La céramique, document
technique, économique, culturel”. Recontres internationales
d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes. Éditions APDCA:
99–129.
AGUAYO, P.; BARAHONA, E.; GARRIDO, O. y PADIAL, B. (1998):
“Estudio preliminar de los depósitos de arcilla utilizados
para la elaboración de cerámicas arqueológicas en la
Depresión Natural de Ronda”. En J. Bernabeu, T. Orozco y
X. Terradas (eds.): Los Recursos Abióticos en la Prehistoria.
Caracterización, aprovisionamiento e intercambio. Collecció
Oberta. Sèrie–Història, 2:173–188. Universitat de Valencia.
ARNAL, G. B. (1986): “La céramologie préhistorique expérimental”.
Archéologie Experimentale, cahier, n° 2: 5-36.
ARNAL, G. B. (1991): “Etude thermique des cuissons de type
prehistorique”. Archeologie Aujourd’hui. Actes du Colloque
International “Experimentation en archeologie: bilan et
perspectives”. (Beaune 1988), Tomo 1: 237–242.
CLOP, X. (2007): Materia Prima, Cerámica y Sociedad. La gestión
de los recursos minerales para manufacturar cerámicas del
3100 al 1500 ANE en el noroeste de la Península Ibérica.
BAR International Series 1660.
DELNEUF, M. (1991): “Un champ particulier de l’experimentation
en cerámique: les atelliers de poterie traditionnelle du Nord–
Cameroun”. 25 Ans d’Etudes Technologiques en Préhistoire.
XIe Rencontres Internationales d’Archéologie et d’Histoire
d’Antibes. Editions APDCA, Juan–les–Pins: 65–81.
ECHALLIER, J. C. (1984): Eléments de technologie céramique
et d’analyse des terres cuites archéologiques. Documents
d’archéologie meridionale; Methodes et techniques, 3.
Association pour la Diffusion de l’Archéologie Méridionale.
Lambesc.
415
La producción alfarera prehistórica en la Serranía de Ronda (Málaga, España). Experimentación con materias primas locales y temperaturas de cocción
B L O Q U E - IV - . Capítulo L
ECHALLIER, J. C.; MERY, S. (1992): “L’évolution mineralogique et
phisicochimique des pates calcaires au cours de la cuisson:
experimentation en laboratoire et aplication archeologique”.
Document et travaux. IGAL, Cergy, 16: 87–118.
PICON, M. (1993): “Etnoarchéologie et recherches en laboratoire:
le cas des techniques céramiques”. Ethnoarchéologie:
justification, problèmes, limites. Éditions APDCA, Juan–
les–Pins: 115–126.
GARIDEL, Y. (1985): “Experimentation practiques de technologies
ceramiques”. Document d’Archeologie Méridionale, 8:
133–139.
PICON, M. (1995): “Pour une relecture de la céramiques
marocaine: caractéristiques des argiles et des produits,
tecniques de fabrication, facteurs économiques et sociaux”.
Ethno-Archéologie Méditerranéenne. Finalités, démarches et
résultats. Collection de la Casa de Velazquez, 54: 141-158.
GARRIDO, O.; MORENO, F.; PADIAL, B. (1995): “Arqueología
Experimental: una forma de acercarse al pasado”. Revista
de Arqueología, 166: 4–14.
GOSSELAIN, O. P. (1992): “Bonfire of the Enquiries. Pottery
Firing Temperatures in Archaeology: What For?”. Journal
of Archaeological Science, 19: 243-259.
LICKA, M. (1991): “Resultats d’experiences relatives a la
cuisson de la céramique prehistorique dans différents
types de structures de cuisson et de fours: premiere étape”.
Archeologie Aujourd’hui. Actes du Colloque International:
Experimentation en archeologie: bilan et perspectives.
(Beaune 1988). Tomo 1:203–208.
LINARES, J.; HUERTAS, F.; CAPEL, J. (1983): “La arcilla como
material cerámico. Características y comportamiento”.
Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada,
nº 8: 479-490.
PADIAL, B. (1999): La producción alfarera pre y protohistórica
del asentamiento de Ronda la Vieja (Málaga). Aspectos
tecnológicos y sociales. Tesis Doctoral, Universidad de
Granada.
416
RAMOS, Mª. l. (2002): “Historia de la tecnología cerámica: ensayo
experimental de su manufactura”. J. Torres (coord.): Historica
et Philological: in honoren José María Robles. Universidad
de Cantabria. Santander: 255-284.
SCHÜTZ, I. (1992): “Sistemas tradicionales de cocción cerámica en
el norte de África”. Tecnología de la cocción cerámica desde
la antigüedad a nuestros días, Asociación de Ceramología.
Agost: 153-169.
SEMPERE, E. (1992): “Catalogación de los hornos de España
y Portugal”. Tecnología de la cocción cerámica desde la
antigüedad a nuestros días, Asociación de Ceramología.
Agost: 185-237.
SERRANO, F. (1979): Los foraminíferos planctónicos del Mioceno
superior de la Cuenca de Ronda y su comparación con los
de otras de las cordilleras béticas. Tesis de la Universidad
de Málaga.
VAZQUEZ, J. M. (2003)”Aproximación etnoarqueológica a la
temperatura de cocción de la cerámica”. Gallaecia, 22:
407-412.
Berna PADIAL, Pedro AGUAYO y Francisco MORENO
- LI Reproducir la cerámica ibérica:
un nuevo reto de arqueología experimental
Ramon CARDONA*, Jordi CHOREN**, Mireia CRESPO**, José Miguel GALLEGO** y Josep POU*
* Centre d’Estudis Lacetans.
** Equip de Reconstrucció Històrica Ibercalafell.
Resumen:
La cerámica ibérica es el material más
representativo y porcentualmente el más elevado de los
que se recupera en las excavaciones de este período. Con
todo, su elaboración, que suponía un elevado grado de
precisión artesanal y conocimientos técnicos, se desconoce
completamente. Con el objetivo de intentar reproducir una
cerámica que alcanzó una gran calidad (pasta sándwich,
sonoridad metálica...) se está construyendo en Verdú (Urgell,
Lérida) la réplica de un horno alfarero ibérico. Concretamente
se ha tomado como modelo el horno de la Casa Grande (Alcalá
de Júcar, Albacete) por su buen estado de conservación y la
fiabilidad de los resultados de su excavación. La construcción
de este horno experimental se ha llevado a cabo en los terrenos
del ceramista Enric Orobitg, el cual será el encargado de aportar
los conocimientos técnicos en las distintas fases del proyecto,
desde la confección de los distintos recipientes cerámicos,
reproduciendo formas, texturas y grosores de los originales
ibéricos, hasta el control de las cocciones en el horno.
Palabras clave:
Experimentación, cerámica, horno.
Abstract: The Iberian ceramics are the most representative
material also in percentage terms that archaeologists recover
from excavations of this period. In spite of this, its production,
which supposed a high degree of handcrafted precision and
technical knowledges, is not known completely.
With the aim to try to reproduce ceramics that reached a
great quality (sandwich fractures, metallic sonority ...) a reply
of an Iberian kiln is being constructed in Verdú (Urgell, LLeida).
Concretely there has been taken as a model the pottery kiln
of Casa Grande (Alcalá del Júcar, Albacete) for its good state
of conservation and the reliability of the results of excavation.
The construction of this experimental oven is situated
in the workshop of the ceramist Enric Orobitg, who will be
in charge of contributing the technical knowledges in the
different phases of the project, from the confection of the
different ceramic containers, reproduction of forms, textures
and thickness of the original Iberian ceramics, up to the control
Key words:
La experimentación consistirá, por un lado en la
reproducción de cerámicas a torno y de elementos decorativos
de las mismas, en los casos que estén documentados. Por otra
parte, se incide en la construcción de las diferentes partes
que componían este tipo de hornos, recreando las técnicas
constructivas de época ibérica aplicadas a estructuras de
combustión. Así mismo, se experimentará con distintos tipos
de cámaras de cocción. Los datos de temperatura de las
distintas hornadas a realizar se llevarán a cabo con pirómetros
que permitirán relacionar temperaturas conseguidas con el
resultado final de la cocción de la cerámica.
Paralelelamente a este trabajo, el Centre d’Estudis
Lacetans está llevando a cabo la excavación del horno de
Corral Nou/Hortes de cal Pons en Pontons (Alt Penedès). Los
resultados de estas excavaciones permitirán profundizar en
el estudio y posterior reproducción de los hornos alfareros
ibéricos.
of the temperatures in the oven.
The experimentation will consist, on the one hand, on the
reproduction of wheel ceramics and of decorative elements of
documented cases. On the other hand, it will be very important
the construction of the different parts that were composing
this type of kilns, recreating the constructive technologies
of Iberian period applied to structures of combustion. At the
same time it will be experimentation in different types of
combustion chambers. The information of temperature of
the different firings will be tested by pyrometers that will
allow relating temperatures obtained with the final result
of the cooked ceramics.
Parallel to this work, Centres d’ Estudis Lacetans has
begun the excavation of the oven of Corral Nou/Hortes de
Cal Pons in Pontons (Alt Penedès, Barcelona). The results
of the excavation of these Iberian kilns will allow studying
in depth ancient ceramic kilns and their later reproduction.
Experimentation, ceramics, pottery kiln.
417
Reproducir la cerámica ibérica: un nuevo reto de Arqueología experimental
B L O Q U E - IV - . Capítulo LI
La localidad de Verdú
Verdú es un municipio de la provincia de Lérida, que
se encuentra a unos 60 kilómetros de esta ciudad, en la
comarca de Urgell, cuya capital es Tárrega, importante
nudo de comunicaciones, y de la que se halla a unos 5
kilómetros. Es un municipio de 36 km2, que se halla a 434
m.s.n.m. y de aproximadamente un millar de habitantes
(Fig. 1). La elección de la localidad de Verdú para llevar a
cabo esta experimentación se debe a varios motivos. En
primer lugar porque Verdú es una población famosa por su
cerámica negra de tradición medieval, en la que se realiza
anualmente una feria de la cerámica como escaparate de
artesanía cerámica de las tierras de Lérida. Todavía existen
en el pueblo talleres y hornos que preservan todos sus
elementos tradicionales. Así mismo, trabajan en el pueblo
ceramistas que conservan las técnicas antiguas de cocción a
leña. Entre estos artesanos destaca Enric Orobitg, ceramista
inquieto que ha construido un horno de estilo moruno como
réplica de los hornos tradicionales de Verdú. Dispone de un
terreno anexo a su taller, un antiguo molino harinero del
monasterio de Poblet de los siglos XVI-XVII, donde realiza
talleres didácticos destinados a escolares y que, en un
futuro, pretende ser un parque temático de experimentación
y divulgación cerámica. El horno se realiza en este terreno
annexo, entre la carretera que va de Verdú al Mas de Bondia
y el río Xercavins (UTM X 345316.19 /Y 460847.68 o Lat. 41º
36’ 44.12’’ N/ Long. 1º 8’ 36.91’’ E).
Se dispone por tanto de valiosos elementos etnográficos
que permiten obtener información allí donde no llegue la
documentación arqueológica. Entre estos elementos cabe
Figura 1. Localización del pueblo de Verdú
señalar la existencia de hornos y talleres de principios del
siglo XX que han estado en funcionamiento hasta hace
pocos años. También perviven otras instalaciones utilizadas
en el proceso de la fabricación de la cerámica como balsas,
canalizaciones, tornos, patios, etc. asociados a esta actividad,
así como las canteras para la extracción de tierras adecuadas
para la producción cerámica. Los factores enumerados hasta
ahora han permitido que perviva una rica tradición oral y
que se conserve abundante documentación en archivos y
museos que ha permitido la producción de audiovisuales y
bibliografía específica sobre el tema.
Proyectos de investigación arqueológica de época ibérica en la zona
Tanto la comarca del Urgell como las vecinas son objeto
de importantes proyectos de investigación arqueológica
tanto a nivel de intervenciones programadas como a nivel
de excavaciones de urgencia, debido al elevado número de
yacimientos existentes. Destacan las excavaciones de los
yacimientos ibéricos del Molí del Espígol, gestionado por el
Museu Comarcal de l’Urgell, y del asentamiento de Vilars,
en Arbeca, cuyos trabajos de excavación y puesta en valor
coordina la Universitat de Lleida. En el mismo municipio de
Verdú se está llevando a cabo, desde 2000, la excavación
de la fortaleza ibérica de Estinclells, proyecto conjunto del
Museu Comarcal de l’Urgell y del Centre d’Estudis Lacetans.
Los distintos trabajos realizados han puesto de manifiesto
la existencia de una rica y variada cerámica ibérica ilergeta, al
mismo tiempo que han permitido constatar arqueológicamente
la existencia de hornos cerámicos ibero-romanos y romanos.
418
Figura 2. Uno de los hornos de les Hortes de Can Pons, en Pontons (Alt Penedés)
Ramón CARDONA, Jordi CHOREN, Mireia CRESPO, José Miguel GALLEGO y Josep POU
Además de estos trabajos, y una vez iniciado el proyecto
objeto de este artículo, una parte del equipo inició, en
noviembre de 2008 la excavación de los hornos cerámicos
ibéricos de les Hortes de Can Pons (Pontons, Alt Penedés). Se
trata de unos hornos con una cronología del siglo IV aC que
conservan prácticamente enteras las cámaras de combustión
y gran parte de las cámaras de cocción (Fig. 2).
La elección del horno de la "Casa grande"
La elección de este horno viene motivada por distintos
condicionantes. En primer lugar, se trata de uno de los hornos
más conocidos del mundo ibérico, cuya excavación ofrece
unos datos fiables. En este sentido, su nivel de conservación
permite conocer algunas medidas esenciales, como las del
praefurnium, las del hogar inferior, pilar central y parrilla,
así como las del laboratorio. También se tiene constancia
y medidas de una puerta de carga y descarga. Otros datos
importantes son el grosor de las paredes y las medidas
de los adobes. De hecho, la publicación de la excavación
de este horno por Santiago Broncano y Jaume Coll en
Noticiario Arqueológico Hispánico (Broncano y Coll, 1988)
se ha convertido en una referencia en el mundo ibérico ya
que, entre otras, se establece una de las tipologías para
hornos más utilizada. Además, la publicación del horno va
acompañada de un estudio técnico de cubierta abovedada.
El horno de la Casa Grande correspondería al tipo B6, es
decir, circular con pilar central exento de la pared (Fig. 3).
Figura 3. Planta y reconstrucción
del Horno de la Casa Grande
(según Broncano y Coll, 1988)
Figura 4: Ensayo de horno experimental de George Dalamvellas y Cultural Movement
of Margarites (Crete-Greece). Centre for the Study of Tradicional Pottery
Hay que decir también que se ha utilizado información y
datos técnicos sobre otros hornos de estructura muy parecidos
a los ibéricos y que han estado en uso hasta la actualidad
en zonas del Mediterráneo como Grecia. Destacamos
los complejos alfareros de Margarites (Creta) con hornos
cilíndricos de dos cámaras. La cámara superior no va cubierta
y tiene una puerta lateral de carga y descarga. En lo que atañe
a la cámara inferior, ésta está sostenida por una columna
central. La parrilla era la parte más difícil de construir y para
ello se necesitaban constructores especializados en este tipo
de trabajos1 (Fig. 4).
Objetivos del proyecto
1. Agradecemos la colaboración
del ceramista George
Dalamvellas y al Cultural
Movement of Margarites Centre
for the Study of Tradicional
Pottery, por su interés en nuestro
proyecto y por asesoramiento
técnico a la hora de construir
la parrilla del horno de Verdú)
Evidentemente, todo proyecto de arqueología experimental
debe partir de unas hipótesis previas y debe intentar
alcanzar unos objetivos terminales. Por lo que respecta a las
hipótesis previas se resumen en la utilización de materiales
y técnicas que la arqueología ha podido documentar, tanto
en excavaciones propias como en las llevadas a cabo y
publicadas por otros equipos de investigación. Allí donde la
arqueología no proporciona datos suficientes se recurre a
paralelos etnográficos. En el presente caso estos paralelos
se hallan en la misma localidad de Verdú, donde, tal y como
se ha comentado, se ha realizado hasta hace pocos años
419
Reproducir la cerámica ibérica: un nuevo reto de Arqueología experimental
B L O Q U E - IV - . Capítulo LI
el proceso de elaboración y cocción de cerámica de forma
artesanal. Los distintos análisis (químicos, ceramológicos…)
publicados sobre utilización de determinadas tierras para
la elaboración de cerámicas, pigmentos, o temperaturas
conseguidas en cocciones también se utilizan como base
en las hipótesis previas de trabajo.
Los objetivos del proyecto son los que se relacionan a
continuación:
1. Conocer el proceso de construcción de un horno de
tiro vertical de gran diámetro
2. Estudio de los procesos de reducción y oxidación de
la cerámica en época ibérica
3. Estudio del control de temperatura
4. Estudio experimental de la organización interna
de un horno ibérico
5. Concienciación de la complejidad de procesos
que intervienen en la producción cerámica
6. El proceso de producción cerámica como el
principal condicionante de los estilos cerámicos ibéricos
7. Cocción y estabilización del horno
8. Elaboración de cerámicas con las mismas formas que
las cerámicas ibéricas originales mediante torno
9. Decoración de la cerámica mediante pigmentos
naturales
10. Cocción de vasijas de diferente tamaño
11. Estudio de la cerámica tipo sándwich
El estudio experimental de la arqueología del trabajo
cerámico que se pretende llevar a cabo queda resumido en
el siguiente cuadro:
El proyecto en la actualidad
De entre los diferentes objetivos enumerados, hasta el
momento se ha incidido en los objetivos 1, 8 y 9. Por lo que
respecta al objetivo número 1, se ha construido la cámara
de combustión del horno. Para ello, en primer lugar se ha
realizado, con la ayuda de una máquina retroexcavadora una
fosa circular de 3,50m de diámetro en el lugar donde se iba a
construir el horno para intentar reproducir el emplazamiento
original del horno. El horno original se construye en una
fosa circular de 3’50 m de diámetro por 1’80 de altura. Se
construye directamente en la roca, adaptandolo al plano
inclinado de esta.
De esta forma la cámara de combustión queda por debajo
del nivel del suelo y, orientada hacia el W, protegida de los
vientos locales más persistentes. Para poder acceder a ella
se ha habilitado una rampa. Para la construcción del muro
perimetral del horno se han elaborado 236 adobes de 48 x
24 x 9 cms que se han distribuido en 10 hiladas de 17 adobes
cada una, más dos hiladas de 33 adobes.
Para la construcción del pilar central se han utilizado 176
adobes de 30 x 15 x 9 cms distribuidos en 8 hileras de 22
adobes cada una. Las medidas de estos adobes son las que
tenían los adobes recuperados en la excavación del Horno
de la Casa Grande. Además, se ha calculado que para la
construcción de la cámara de cocción serán necesarios 920
adobes de 30 x 15 x 9 cms (46 adobes x hilada x 20 hiladas),
siempre teniendo en cuenta la restitución hipotética que hacen
los autores de la excavación del horno de Alcalá del Júcar.
420
Figura 5. Extensión de adobes para la construcción de la cámara de combustión
Los adobes se han realizado con arcilla de tejería
proveniente de la cercana localidad de Arbeca,
concretamente de la empresa Excavaciones Vilalta S.L.
“Turguet”. Esta arcilla se ha pasado por una criba cuya
malla era de aproximadamente 1 cm de grosor. Con esto se
conseguía una materia prima de granulometría adecuada
para ser trabajada una vez mezclada con agua en una balsa
de decantación ya existente en el taller de Enric Orobitg.
La arcilla era mezclada posteriormente con paja, en una
proporción aproximada de un 20-25%, e introducida en
Ramón CARDONA, Jordi CHOREN, Mireia CRESPO, José Miguel GALLEGO y Josep POU
Figura 6. Prueba de resistencia de los adobes
Figura 7. Pared perimetral de la cámara de combustión y arranque del pilar central
los moldes de madera que le confieren su configuración
final (Fig. 5).
Una vez realizados los adobes se llevó a cabo una prueba
para comprobar la resistencia a elevadas temperaturas.
El horno utilizado para ello fue un horno industrial Pujol.
Se cocieron dos adobes de medida grande (48 x 24 x 9
cms) y uno de pequeña (30 x 15 x 9 cms). La primera fase
de cocción fue lenta, entre 30º i 120º para eliminar el
agua higroscópica, y hasta 450º para eliminar el agua
estructural (proceso de deshidroxilación o deshidratación).
Posteriormente, se fue aumentando la temperatura hasta
llegar a los 1060º. El resultado fue positivo, ya que las tres
piezas introducidas resistieron perfectamente las altas
temperaturas (Fig. 6).
La construcción de la cámara de combustión del horno
se inicia desde una pequeña rasa de cimentación. De hecho
sabemos que el horno original descansa sobre el terreno
geológico y sólo aparecen piedras en la zona de la boca.
La técnica utilizada para la elaboración del aparejo de la
cámara en las cinco primeras hiladas es la colocación de
los adobes de mayor tamaño “a sogas” unidos con barro
elaborado con la misma tierra usada en la elaboración
de los mismos. A partir de la sexta hilada los adobes
sobresalen hacia el interior creando un sistema de falsa
cúpula, y a partir de la décima hilada los adobes se colocan
“a tizón” continuando el sistema de falsa cúpula. La pared
del horno del Júcar no presenta un cierre uniforme ni
continuo, ya que los soportes de la parrilla están hechos
de arranques de arcuaciones de forma hemisférica que
sobresalen del muro.
Por lo que respecta a la construcción del pilar central
se levantó con los adobes de menor tamaño colocados
con la técnica de “soga y tizón” y siguiendo el mismo
esquema que la pared perimetral, pero en este caso, los
adobes empezaban a sobresalir desde la tercera hilada.
De esta manera se reproducía la misma curvatura que en
el horno original de Casa Grande (Fig. 7).
La mayor complejidad en la construcción viene dada a
la hora de realizar las toberas. El horno original disponía
de 53. Según sus excavadores, las centrales y perimetrales
se construyeron al mismo tiempo que se levantaban la
pared y el pilar y se iba configurando la parrilla, mientras
que los centrales fueron realizados a posteriori, una vez
terminada ésta. La propia dinámica de la construcción nos
inclina a pensar que todos los agujeros para las toberas
fueron realizados durante el proceso de edificación. Éstos
se realizaron mediante la colocación de troncos circulares
de 8 cms de diámetro colocados en los intersticios que
quedaban entre los adobes que iban conformando la falsa
Figura 8. Pilar central con el sistema empleado para la elaboración de las toberas
421
Reproducir la cerámica ibérica: un nuevo reto de Arqueología experimental
B L O Q U E - IV - . Capítulo LI
cúpula (Figs. 8, 9 y 10). De este modo coincidían exactamente
con las toberas del horno original. Finalmente, la parrilla es
regularizada por la parte superior rellenando los huecos con
fragmentos de adobe y barro sobrantes (Fig. 11). Mientras el
barro estaba tierno, antes de secarse, fue necesario mover
los troncos mediante un ligero movimiento de rotación para
evitar que se quedaran pegados y dificultara su extracción
posterior.
En lo referente a los objetivos 8 y 9, se ha elaborado
un torno de alfarero manual con el que se han empezado
a realizar algunas réplicas de formas cerámicas ibéricas
de poca complejidad, tales como oinokoes o kálatos. Así
mismo se ha experimentado la decoración mediante la
mezcla de óxido de hierro triturado y agua para ser aplicado
posteriormente con espátulas y pinceles sobre las piezas
antes de ser cocidas.
Figura 10.Cerramiento de la cámara de combustión. La parrilla se va configurando
Figura 9. Detalles de la cámara de combustión a medida que ésta se va cerrando
Figura 11. Parrilla a punto de terminar su regularización
Próximas actuaciones
A la hora de redactar este artículo, el proyecto se halla en
el punto que se describe en el apartado anterior. Siguiendo
con los objetivos previstos, los próximos pasos a realizar
serán los siguientes:
a. Construcción de la boca del praefurnium
b. Instalación de pirómetros en la cámara de combustión
c. Cocción de la cámara de combustión
d. Construcción de la cámara de cocción
e. Realización de piezas cerámicas con arcillas de la zona
de los hornos excavados en Pontons
f. Inicio de la experimentación en la cocción de piezas
cerámicas
Epílogo
La elaboración de la cerámica en época ibérica era un
proceso altamente tecnificado. Prueba de ello es la calidad
de las cerámicas autóctonas presentes a lo largo de los
422
distintos territorios ocupados por esta cultura. El estudio
de hornos en un elevado grado de conservación como el de
Casa Grande o los de Pontons permiten obtener más datos
Ramón CARDONA, Jordi CHOREN, Mireia CRESPO, José Miguel GALLEGO y Josep POU
sobre esta actividad. En primer lugar, ponen de manifiesto
la elevada complejidad a la hora de construir los propios
hornos cerámicos. El proyecto que se está llevando a cabo
en Verdú quiere incidir principalmente en este aspecto y,
por ello el reto que se ha asumido no sería posible sin la
colaboración de las más de treinta personas que, hasta el
momento han participado en él. Miembros de Ibercalafell,
del Centre d’Estudis Lacetans, arqueólogos y estudiantes
de arqueología que han participado de forma desinteresada
en los trabajos desarrollados hasta ahora y sin los cuales
no habría sido posible llegar hasta aquí. Esperamos poder
seguir contando con su entusiasmo y predisposición para
poder continuar el proyecto.
Bibliografía
BRONCANO, S.; COLL CONESA, J. (1988): “Horno de cerámica
ibérica de La Casa Grande, Alcalá del Júcar (Albacete)”.
Noticiario Arqueológico Hispánico, 30. Madrid: 187-229.
ESCOLÀ A.; BARROBÉS, E. (1995): Aprendre a través de la
ceràmica negre de Verdú. Dolce Fulmine Edicions. Apartat
4 UAB (Bellaterra).
GREGORY, IAN. (1997): Construcción de Hornos, Gustavo Gili.
Barcelona.
ΒΑΛΛΙάΝΟΥ, Χ. ΠΑΔΟΥΒά Μ. (1986): Τα κρητικά αγγεία του
19ου και 20ου αιώνα. Μορφολογική, κατασκευαστική μελέτη.
Μουσείο Κρητικής Εθνολογίας Κέντρο Ερευνών. Ιδρυμα του
πολιτιστικού συλλόγου Μεσαράς, 3 Αθήνα (Athens).
BLITZER H. (1984): “Tradicional pottery production in Kentri,
Crete”. En P. P. Betancourt (ed.): Workshops, materials,
techniques and trade, East Cretan White-on-Dark Ware.
Pensylvania: 143-157.
BRYANT, G. (1971): Experimental Romano-British kiln firings
at Barton-on-Humber, Lincolnshire. Workers’ Educational
Association, Barton-on-Humber Branch, Occasional Paper
No. 1.
CORDER, P. (1959): “The structure of Romano-British pottery
kilns”. Archaeological Journal: 114: 10-27.
GREFF G. (1988): “Les potiers du site gallo-romain de Bliesbruck
(Moselle): reconstitution experimentale de tours et production
de ceramiques a a Archeologie d’Aujourd’hui”. Archeologie
experimental, tome 1, Le feu; métal et céramique: 214-226
SEMPERE FERRÁNDIZ, E. (1992): “Catalogación de los hornos
de España y Portugal” en Tecnología de la cocción cerámica
desde la antigüedad a nuestros días. Ponencias del Seminario
celebrado en el Museo de Alfarería en Agost (Alicante)
del 4 al 6 de octubre de 1990, Asociación de ceramología,
Alicante: 187-237
HASAKI, ELENI (2002): Ceramic kilos in Ancient Greece:
technology and Organization of Ceramic Workshops.
University of Cincinnati.
CUOMO DI CAPRIO, NININA (2007): Ceramica in archeologia
2: antiche tecniche di lavorazione e moderni metodi di
indagine. Roma.
423
Margarida GENERA I MONELLS
- LII Investigación y arqueología experimental.
Una aproximación al repertorio ceramológico del
yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget,
el Masroig, Tarragona
Margarida GENERA I MONELLS
Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació. Generalitat de Catalunya, SEDPGYM, SEHA, AFEAF.
Resumen
Nos proponemos profundizar en los aspectos tecnológicos
de las cerámicas recuperadas en el yacimiento pre-ibérico
del Puig Roig del Roget, el Masroig (Priorat, Tarragona), que
hemos identificado como un hábitat de antiguos mineros y
metalúrgicos de la cuenca del Priorat.
En estos momentos se trata de uno de los primeros
testimonios de urbanismo, de los hasta la fecha conocidos
en Catalunya, cuya planta, de calle central, se encuentra
prácticamente visible. Además, en él se ha recuperado uno
de los útiles de hierro más antiguos del principado y se trata
de uno de los registros donde tenemos documentadas las
primeras explotaciones de galena en dicha cuenca.
Palabras clave:
Hemos recurrido a la arqueología experimental por dos
motivos principalmente:
1. Como comprobación de las diferentes fases de la
cadena operativa seguida en la fabricación de las cerámicas
en dicho yacimiento, complementando los datos aportados
por las analíticas.
2. Como estrategia de divulgación científica, que nos
permite, además, la participación interactiva del público no
especializado.
En definitiva, la experimentación puede ser una vía muy
eficaz para proyectar los resultados de la investigación
arqueológica a la sociedad actual.
Cerámica, cuenca minera Priorat-Tarragona, protohistoria
Abstract
In this paper we study the technological aspects of the
ceramics recovered in the pre-Iberian archeological site
called Puig Roig of Roget, the Masroig (Priorat, Tarragona),
we have identified this site like a habitat of ancient mining
and metallurgical.
It is the one of the earliest evidence of urban planning, so
far known in Catalunya, whose plant, main street, is practically
visible. Addition, he has recovered one of the oldest iron tools
and a galena mine.
Key words:
We have used experimental archeology for two main reasons:
1. As proof of the different phases of the operational
chain followed in the manufacture of ceramics in this field,
complementing the information provided by the analytics.
2. As scientific outreach strategy that allows us to further
the interactive participation of the general public.
In short, experimentation can be a very effective way to
project the results of archaeological research to society.
Pottery, mining basin Priorat-Tarragona, protohistory
Introducción
Con esta comunicación nos proponemos profundizar en
los aspectos tecnológicos de las cerámicas recuperadas en
el yacimiento pre-ibérico del Puig Roig del Roget, situado
en la localidad del Masroig (Priorat, Tarragona).
Su investigación forma parte del proyecto El Ebro
final, vía de comunicación y medio de explotación
de recursos naturales durante la antigüedad, tema
que será desarrollado en el Aula Pedagógica, que, en
425
Investigación y Arqueología experimental. Una aproximación al repertorio ceramológico del yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
B L O Q U E - IV - . Capítulo LII
un futuro próximo actuará, como centro de interpretación,
en las dependencias del nuevo ayuntamiento del Masroig,
inaugurado hace escasamente dos años. En estos momentos
estamos trabajando para que pronto se convierta, no solo en
un foco de dinamización cultural, sino también en un espacio
donde se lleven a cabo actividades dirigidas a la educación
histórica y ambiental, especialmente para los escolares.
En este caso, hemos aplicado las técnicas y métodos
propios de la arqueología experimental para reproducir el
mobiliario cerámico de dicho yacimiento, con el doble fin
de la investigación y enseñanza de determinados modos de
vida detectados en dicho asentamiento.
En el marco del presente congreso la elección del tema
de las cerámicas se fundamenta en los hechos siguientes:
1. Se trata del material arqueológico mejor representado.
La gran parte corresponde a vasijas elaboradas a mano y poco
más del 5 % pertenece a piezas fabricadas al torno. Además,
su estudio nos puede aportar una información muy amplia, y
a la vez precisa, sobre el origen, vías de circulación, aspectos
socio-económicos y cronología de los distintos hallazgos.
2. Permite una aproximación a la vida cotidiana de las
diferentes poblaciones, al constituir uno de los testimonios
más significativos de las conductas de un determinado
grupo humano. En algunos casos, incluso podemos contactar
directamente con el artesano que manufacturó la pieza, ya
que además con cierta frecuencia podemos encontrarnos
la impronta de su propia mano, dejadas sobre la arcilla
todavía blanda.
En la presente comunicación trataremos los siguientes
puntos:
1. El yacimiento: una síntesis
2. Una aproximación a las prácticas alfareras: El
asentamiento del Puig Roig
2.1. Características
2.2. Cadena operativa
2.3. Resultados de las analíticas
3. Consideraciones finales
Figura 1.
El yacimiento: una síntesis
El asentamiento se encuentra en la cima de un pequeño
cerro constituido por materiales rojos del Buntsandstein a
los que debe el topónimo, situado en el término municipal
del Masroig, en la misma comarca del Priorat, junto al río
426
Siurana, afluente del Ebro, en las inmediaciones de una
antigua dependencia de la cartuja de Escaladei.
A partir de 1976 se ha llevado a cabo un plan de
investigación integral que ha permitido conocer la casi
Margarida GENERA I MONELLS
totalidad de la planta (1.400 m2) de un poblado de calle
central que cronológicamente podemos atribuir a finales de
la edad del Bronce – I edad del Hierro (siglos X y VII).
Se han documentado dos fases de habitación y la de
abandono, que determina el final definitivo de la ocupación
humana en este paraje:
La fase inicial podría corresponder al momento de su
ocupación por un reducido grupo humano, que se habría
instalado en los abrigos de los alrededores, así como
en pequeñas cabañas, los vestigios de las cuales se
encuentran en el propio cerro. Habría sucedido de inmediato
la siguiente fase, de la cual tenemos documentado un
poblado del que sólo conocemos, por el momento, algunas
estructuras constructivas, principalmente en lo que se
refiere a los elementos perimetrales, (muralla y torre de
control). Finalmente, encontramos un segundo asentamiento,
correspondiente a un poblado de calle central, trazado de
acuerdo a un diseño urbanístico, que si bien sigue unos
parámetros muy sencillos, responde claramente a una
planificación previa. Entorno al año 600 a.C., este lugar habría
sido abandonado definitivamente, final que viene marcado
por un incendio que afectó la totalidad del recinto.
El potencial mineralógico existente en la zona donde se
halla ubicado, principalmente en galena argentífera, además
de cobre y plata en la antigüedad, es uno de los factores
que determinaron la instalación de dicho asentamiento, que
hemos identificado como un antiguo hábitat de mineros y
metalúrgicos de época protohistórica. En él se ha encontrado
uno de los primeros útiles de hierro documentados en
Catalunya y se trata de uno de los registros más antiguos
que nos documenta la explotación de la galena en la cuenca
minera del Priorat.
Una aproximación a las prácticas alfareras; el asentamiento del puig roig
Características
Consideramos cerámica todo aquel material de tierra
cocida, sea cual fuere su forma, técnica, decoración,
acabado, revestimiento y cocción. En consecuencia, aquí
nos referimos también a los pondera, terracotas, así como
algunos elementos constructivos hechos de barro, pero no
los adobes, que son tratados en un trabajo a parte.
Figura 2
El material cerámico ha sido muy abundante, con un
altísimo predominio de la cerámica a mano, tal y como se ha
dicho en párrafos anteriores. En conjunto, aparece una gran
variedad de formas, dimensiones y diversidad de acabados
y elementos decorativos.
La escasa representación de piezas fabricadas al torno
casi siempre corresponde a vasijas de filiación fenicia que en
determinados casos presentan bandas pintadas, y engobes
rojos, o imitaciones de ellas, hechas a mano,
Cadena operativa
La elaboración de un objeto cerámico comporta un
proceso, a lo largo del cual intervienen una serie de
operaciones que abarcan desde la acción de concebir una
determinada pieza, el diseño acorde con el uso y funcionalidad
específicos, hasta su total fabricación. Por tanto, todo
ello, no solamente requiere cierta capacidad creativa por
parte del artista alfarero, sino que
además supone una acumulación
de conocimientos técnicos que
permitan evitar que fracase alguna
de las etapas de todo el proceso,
que puede ser largo y complejo,
durante las primeras fases de la
prehistoria, en particular.
Resultados de las analíticas:
Los análisis por difracción de
R/X y ATD nos aportan la siguiente
información:
Del muestreo efectuado
sobre diversos tipos de cerámica,
podemos distinguir 3 grupos:
• Muestras sin hematites
• Muestras con hematites
• Muestras con calcita
mayoritariamente.
Figura 2.
427
Investigación y Arqueología experimental. Una aproximación al repertorio ceramológico del yacimiento protohistórico del Puig Roig del Roget, el Masroig, Tarragona
B L O Q U E - IV - . Capítulo LII
De todo ellos se desprende, que
las vasijas incluidas en el tercer
grupo, representan un conjunto de
características homogéneas desde
el punto de vista arqueológico que
corresponde a la cerámica local.
Del hecho de que los elementos
de calcita sean muy abundantes se
deduce que, en general la cerámica
sla temperatura de cocción fue
bastante baja, como máximo 850º.
Figura 3.
Consideraciones finales
En el paraje del Puig Roig del Roget encontramos uno de los ejemplos
de urbanismo, más antiguos de los registrados en Catalunya, cuya visita
se complementa perfectamente con la de las minas de Bellmunt, ya que
después de las investigaciones realizadas a lo largo de muchos años lo
atribuimos a un hábitat de antiguos mineros y metalúrgicos que ya
explotaban la galena del entorno.
En síntesis, podemos afirmar que los inicios y generalización de
la cerámica representa un paso tecnológico muy importante de la
humanidad, ya que a pesar de responder a unas necesidades básicas
que comporta la supervivencia, es el reflejo
de la extraordinaria capacidad del hombre de
crear utensilios, plásticamente de gran belleza
con una simplicidad de formas y elementos
decorativos que nos muestran una vez más la
gran maestría manifestada por los humanos
con la ayuda de sus manos, en las técnicas
de combinar armónicamente, la tierra, el agua
y el fuego, que en el caso de las sociedades
metalúrgicas, ya habían alcanzado un alto
nivel cultural.
Así mismo, recurrimos a la arqueología
experimental por dos motivos principalmente:
1. Para comprobar las diferentes fases de
la cadena operativa seguida en la fabricación
de los objetos cerámicos, complementando los
datos aportados por las analíticas.
2. Como estrategia de divulgación científica,
que nos permite además la participación
interactiva del público no especializado.
En definitiva, la experimentación puede
ser una vía muy eficaz para aproximar la
investigación arqueológica a la sociedad.
Figura 4. Tipos de cerámicas localizadas en el Puig Roig. Dibujo: Julià Riu Serra
428
Margarida GENERA I MONELLS
Bibliografía
D’ANNA, A.; DESBAT, A.; GARCIA, D.; SCHMITT, A.; VERHAEGHE,
F. (2003): La céramique. La poterie du Néolithique aux temps
modernes. Editions Errance. Collection “Archéologiques”.
BUBBICO, G.; CROUS, J. (1997): Arte e tecnica della ceramica.
Demetra. Bologna.
ORTON, C.; TYERS, P.; VINCE, A. (1997): Cerámica en arqueología.
Editorial Crítica. Barcelona.
GENERA I MONELLS, M. (1979): Evolució del poblament
prehistòric i protohistòric: a les comarques de la Ribera d’Ebre
i el Priorat: inventari arqueològic. Tesi doctoral. Universitat
de Barcelona. [Inédita].
GENERA I MONELLS, M. (1979): “Classificació i anàlisi de les
ceràmiques prehistòriques i protohistòriques”. Butlletí
Informatiu de ceràmica, Escola de Ceràmica de la Bisbal,
octubre, 1979: 14-16.
GENERA I MONELLS, M. (2005): “Aplicacions didàctiques d’un
jaciment del Bronze final -primera edat del Ferro: el cas de
l’establiment del Puig Roig del Roget (el Masroig, Priorat)”.
XIII Col·loqui Internacional d’Arqueologia de Puigcerdà
(Puigcerdà, 14-16 de novembre de 2003): 1191-1206.
GENERA I MONELLS, M. (2005): “Patrimonio arqueológico
y medio natural: propuestas de protección integral en el
área del Priorat (Tarragona)”, II Simposio sobre mineria y
metalurgia históricas en el sudoeste europeo (Madrid, 24-27
de junio de 2004): 147-154.
GENERA I MONELLS, M. (2007): “Le Village protohistorique du
Puig Roig del Roget, (el Priorat): spécialisation artisanale
et signification socio-économique.”, L’Économie du fer
protohistorique: de la production à la consommation. Actes
du XXVIIIe Colloque de l’AFEAF (Toulouse, 20-23 mai 2004),
Supplément Aquitania 14/2 : 407-415.
GENERA I MONELLS, M. (2006): “Metodologia per a l’estudi i
classificació de les ceràmiques: possibles aplicacions en el
camp de la arqueologia”. Actes del I Congrés d’analítiques
aplicades a l’Arqueologia (Igualada, 3-5 de febrer de 2005):
47-46.
GENERA I MONELLS, M.; PLANA, F., TRAVERIA, A. (1980):
“Algunas consideraciones sobre tecnología de cerámicas
prehistóricas y protohistóricas”. Actas de las Jornadas
Científicas sobre Cerámica y Vidrio. Sección de Ciencia
básica de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, con
la colaboración de la Universitat de Barcelona. Facultat de
Ciències Geològiques: 307-314.
GENERA I MONELLS, M.; PLANA, F., TRAVERIA, A. (1981):
“Anotaciones sobre metodología para el estudio de las
cerámicas”. Actas del Congresos de la UISPP (México, 19-24
de octubre de 1981): 36
GENERA I MONELLS, M.; CASAS, J.M.; MELGAREJO I DRAPER,
J.C. (2003): “La revalorització del patrimoni arqueològic,
geològic i miner en la zona del Masroig-Bellmunt-el Molar,
el Priorat”, I Simposi de mineria i metal·lúrgia antiga (Seròs,
5-6-7 de maig de 2000).
VV.AA (1993): “Dictionnaire des céramiques antiques en
Méditérranée nord-occidenale”. Lattara 6, Lattes.
429
- LIII Fabricación de alfares en el ámbito de
la Bahía de Cádiz (España)
Rita BENÍTEZ MOTA, Pedro Luís RUIZ MACÍAS, Mª José TORREJÓN GARCÍA, Sebastián BAYÓN JORDÁN
y Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ
ERA. Laboratorio de Arqueología Experimental
Resumen
En este artículo, presentamos los primeros resultados
del trabajo realizado en el Laboratorio de Arqueología
Experimental ERA. Se sometieron a experimentación
Palabras clave:
sistemática diversos aspectos de las técnicas constructivas
aplicables a época romana y la fabricación de alfares en el
ámbito de la Bahía de Cádiz.
Horno romano, Bahía de Cádiz, experimentación, cocción.
Abstract
In this article, we present the results of the work realized
in the Laboratory Experimental Archaeology ERA. There surrendered to systematical experimentation, diverse aspects
Key words:
about constructive technologies applicable to the roman age
and to the manufactures of “alphar” from Bahía de Cádiz.
Roman furnace, Bay of Cadiz, experimentation, firing.
Descripción y objetivo del proyecto
El objetivo primordial de este trabajo, y de todas las
actividades que desarrollamos en ERA, es la utilización de la
arqueología como instrumento de conocimiento y valoración
del Patrimonio histórico-arqueológico, ya que pensamos
que no se puede apreciar aquello que no se conoce. Es aquí
donde la arqueología experimental juega un importantísimo
papel, ya que a través de ella podemos reproducir tecnologías
de épocas anteriores. La Arqueología experimental es una
Ciencia que en la actualidad se encuentra en auge y cuya
definición es difícil de ofrecer debido a su carácter novedoso
y actual. Autores como Rowlands, Coles o Baena Preysler
trabajan en perfilar dicho concepto, por lo que cabe divagar
en estas cuestiones.
Elaboración del proyecto
Breve reseña del contexto histórico-geográfico
“Cádiz, que gracias a la intrepidez de sus habitantes
en las cosas del mar y a su adhesión a los romanos, ha
experimentado un tal incremento de su fortuna de todo orden
que, a pesar de alzarse en el extremo de las tierras, es la
más famosa de todas”, con estas palabras que Estrabón
acuñó en su “Geografía” queremos poner de manifiesto, la
preponderancia que tuvo Gades en el ámbito comercial del
Imperio Romano.
431
Fabricación de alfares en el ámbito de la Bahía de Cádiz (España)
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIII
El comercio se convirtió en la fuente principal de la
prosperidad Imperial, y especialmente el comercio marítimo
interprovincial. Por ello, la provincia Betica se alzó con
uno de los principales enclaves comerciales, situado en
la desembocadura del Guadalquivir, la Bahía de Cádiz.
No debemos olvidar la coyuntura que se presenta tras la
proclamación imperial de Augusto, ya que existe una libertad
casi absoluta para comerciar y que todo el comercio cuenta
con iniciativa privada.
Junto a este periodo de aperturismo mercantil, debemos
destacar otro dato importante, ya que Gades cuenta con
el patrocinio de “Los Balbo”. Esta familia, se ganó a pulso
el apoyo imperial tras sus colaboraciones con César en
importantes batallas. Tanto es así, que Augusto nombra
cónsul a L. Cornelio Balbo, siendo este el primer provinciano
que consigue ese honor.
El comercio en la Bahía gaditana se centraba en los
productos de primera necesidad. La característica “triada
mediterránea” formaba el grueso de la mercancía, aunque
también cabe destacar la fructífera producción de salazones
y la fabricación de uno de los manjares más solicitados del
Imperio, el garum.
Además de todo lo expuesto, las características
geográficas de la Bahía de Cádiz la convierten en un marco
incomparable para ser un importante enclave comercial.
Desde tiempos fenicio-púnicos, los ríos Guadalete y
Guadalquivir actuaron como importantes vías de acceso hacía
el interior, facilitando el comercio con los pueblos autóctonos.
Al mismo tiempo, Gades ostentaba el control marítimo de
la zona del estrecho de Gibraltar, por lo que el paso del
Mediterráneo al Atlántico era un monopolio gaditano. No
olvidemos el concepto de “portus gaditanus” y su actuación
como estación aduanera de la Baetica.
La producción anfórica de la Bahía de Cádiz, no es más
que una evidente consecuencia de la lucrativa coyuntura
que ofreció Gades a lo largo del periodo “altoimperial”.
El ánfora, como elemento fundamental de transporte de
mercancías, provocó el auge de otro sector industrial, la
alfarería. El número de ánforas necesitadas en este creciente
periodo productivo era colosal, por lo que la cifra de figlinas
o alfares, era proporcional. La documentación textual y la
arqueológica constatan una amplia producción anfórica en
la Bahía, que además queda refrendada por la aparición
de “gadium amphorae” por todos los rincones del Imperio.
Como característica generalizada en la Bahía, los
alfares se encuentran ligados a las “villae”, por lo que el
grueso de la producción no se encontraba en Gades. Los
grandes comerciantes contaban con importantes alfares
de su propiedad, que situaban cerca de la boca de la Bahía
432
para contar con una mayor vivacidad en sus movimientos
mercantiles. Por ello, todas las poblaciones que bordean
la costa, cuentan en su registro arqueológico con un amplio
número de “figlinae”, entre las que cabe destacar Puerto Real,
San Fernando, Chiclana y el Puerto de Santa María. Nuestro
estudio experimental se centrará en los alfares cercanos a
la Villa de Puerto Real, dada la cercanía de estos hornos con
el Laboratorio de Arqueología Experimental ERA.
Descripción de la documentación arqueológica
Como citamos con anterioridad, contamos con un fructífero
registro arqueológico, en lo que a “figlinae” se refiere, dentro
del ámbito de la Bahía de Cádiz. La capacidad productiva de
las “villae” queda constatada, tras la aparición en las dos
últimas décadas de numerosos restos arqueológicos, donde
el alfar es el protagonista principal.
Centraremos nuestro estudio, en un número limitado de
estos alfares, eligiendo los más significativos de las zonas
de Puerto Real y Chiclana, ya que estos poseen la estructura
tipológica más frecuente en la comarca, y que posteriormente
replicaremos en ERA.
Cerro de Ceuta: cerro de 53 m de cota máxima, cuenta
con amplia escombrera en torno a una depresión circular
de 8 m de diámetro. Se constata la aparición de una villa y
de dos hornos cuyos alfares se dedican básicamente a la
producción anfórica. Toda la producción ronda el siglo I d.C.
La verdadera relevancia de este enclave no es el horno en
si, mal conservado, si no el propio cerro que cuenta con un
“barrero”. De esta manera se verifica la existencia en la zona
de un punto de extracción de la materia prima.
Torrealta: este alfar fue dado a conocer por Jiménez
Cisneros, ubicado entre el término municipal de Puerto
Real y el de Medina Sidonia. En las labores de excavación
se documentaron dos hornos de idéntica factura, de planta
circular y con doble cámara (4,25 m de diámetro). Poseía
pilar central y disposición radial de los arcos de sustentación.
Estas “suspensurae” tenían un buen estado de conservación
en uno de los dos elementos. Compartían fachada levantada
con restos cerámicos y piedra ostionera que les daba un
aspecto robusto y compacto. La tipología de estos hornos
es la denominada Cuomo IA, su periodo de utilización se
corresponde con el siglo I d.C. y la producción era, casi
en su totalidad, dedicada a las ánforas. Aunque se haya
constatado producción de cerámica común cuya diversidad
formal se ignora (Lazarich et al 1991).
Olivar de los Valencianos: Jiménez Cisneros llevó a cabo
excavaciones donde se documenta la aparición de un horno
de planta circular con doble cámara (6 m diámetro), parrilla
Rita BENÍTEZ MOTA, Pedro Luís RUIZ MACÍAS, Mª José TORREJÓN GARCÍA, Sebastián BAYÓN JORDÁN y Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ
con pilar central y arcos radiales, también de la tipología
Cuomo IA. Contaba como elemento diferenciador con un
pasillo que conectaba el laboratorio con una habitación
contigua, al parecer, acceso de la pars urbana de la villa.
(García Vargas 1998). Su cronología podemos enmarcarla
entre los siglos I y II d.C.
El Gallinero: horno hallado cerca del caño del Trocadero,
en una zona recientemente urbanizada. La existencia de
cuatro zonas de vertidos propició la localización de un posible
horno (García Vargas 1995: 124-129). La excavación reveló
su planta circular y el sistema de arcos radiales (Cuomo IA).
Dicho alfar contaba con un muro de contención que sólo
dejaba el flanco sur libre, donde se situó el praefurnium.
La cámara de cocción contaba con un acceso simple en la
parte este. Podemos datar esta estructura dentro del primer
cuarto de la primera centuria de nuestra era.
El Fontanar: a muy poca distancia del Río Iro, a su paso
por Chiclana, se documenta la aparición de dos alfares
de planta circular, con 3 m de diámetro con parrilla sobre
arcos radiales y con praefurnium de bóveda de medio punto.
Posee, al igual que los anteriores una característica común,
su tipología Cuomo IA. Según la morfología de los restos,
podemos datarlo en torno al primer tercio del siglo I d.C.
(Lagóstena 1996).
Puente Melchor: esta excavación tiene una amplia
repercusión en el ámbito arqueológico de la Bahía de
Cádiz puesto que, además de los alfares, posee diferentes
estructuras pertenecientes a una “villae” de grandes
dimensiones. Las primeras noticias acerca de la misma,
aparecen a mediados del siglo pasado, pero no se lleva a
cabo una excavación sistemática hasta 1994, con motivo de
la realización de una variante de la nacional IV entre el Puerto
de Santa María y Puerto Real. Nuevas intervenciones (Lavado,
2004) han dejado al descubierto diferentes estructuras.
Depósitos anfóricos, restos de grandes habitaciones, e
incluso vestigios de un espacio funerario, convierten a este
yacimiento en el de mayor extensión conocido en el ámbito de
la alfarería. También su cronología abarca un amplio margen
de utilización, ya que sus restos productivos conocidos hasta
el momento se sitúan entre la tardorrepública y principios
del siglo IV.
Puente Melchor cuenta con cinco hornos bien
documentados, pero son dos los que cuentan con mayor
documentación monográfica, ya que se encuentran en un
perfecto estado de conservación. (Millán y Lavado 2001). El
primero de ellos, denominado Horno A, cuenta con la tipología
más común en la comarca (Cuomo IA), estructura de planta
circular con un diámetro de 5,75 m., una parrilla apoyada sobre
arcos radiales, que a su vez descansan sobre un pilar central
de 1,5 m. La cámara de cocción conserva una altura de 3 m y
junto a esta, aparece un pequeño y estrecho pasillo de 0,56 m.
El praefurnium sólo pudo excavarse desde el interior ya que
estaba completamente cegado por tierra, aun así, contaba
con un espacio abovedado por la unión de arcos de medio
punto. El alfar paralelo al anterior, al que Lavado calificó como
Horno B presentaba un sistema de sustentación diferente al
anterior, ya que poseía una serie de brazos perpendiculares a
la boca del prefurnio (Cuomo ID), que formaban una bóveda
interior que atravesaba de extremo a extremo la cámara de
combustión. La parrilla apareció desplomada, pero la boca
del praefurnium contaba con un perfecto arco apuntado de
fábrica de ladrillo. Probablemente el dintel de dicho arco
sirviera de sustento a la parrilla (Lavado 2004). El resto de
las dimensiones eran análogas al anterior alfar comentado.
Hipótesis de trabajo.
Una vez expuesta la relevancia estratégica de la Bahía
de Cádiz y contrastado el registro arqueológico, optamos
por la réplica y puesta en marcha de un alfar (Cuomo IA)
romano. Intentaremos contrastar hipótesis del desarrollo de
construcción de un alfar, y del proceso de cocción. Factores
como la temperatura alcanzada, la resistencia a las altas
temperaturas o el resultado de la cocción de las piezas
cerámicas, serán valorados en este trabajo experimental.
Junto a todo lo citado anteriormente, haremos referencia a
un debate que está en boga, la posibilidad de existencia de
cúpula en hornos de esta tipología.
Reconstrucción experimental
Preparación de los elementos constructivos
Fabricación del elemento constructivo: el ladrillo de
adobe. La extracción de la arcilla se efectuó en un barrero
a 500 m dirección este, en la finca propiedad del laboratorio.
La proximidad de los barreros, agiliza la producción al
proporcionar materia prima abundante e inmediata.
El otro elemento imprescindible para confeccionar el
adobe, es la fibra vegetal. En nuestro caso, utilizamos la
castañuela, una fibra vegetal muy común en los humedales
de la zona. Este vegetal sirve como elemento de cohesión
al barro. No debemos olvidar que este barro no necesita
433
Fabricación de alfares en el ámbito de la Bahía de Cádiz (España)
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIII
decantación, puesto que va a ser utilizado como elemento
constructivo y que las pequeñas piedras pueden ayudar a
dar consistencia a las piezas.
Con posterioridad, el barro será triturado con un pisón para
que se humedezca por completo. El barro triturado junto con
la castañuela y agua serán mezclados en barreños que luego
iremos vertiendo en unos moldes preparados al efecto. Estos
moldes están fabricados en madera, a modo de batería con
5 unidades cada una. A lo largo del proceso de fabricación
del adobe, utilizamos 15 moldes, con unas dimensiones de
78x12x4, por lo que en cada tirada fabricamos 75 adobones.
Debemos rellenar estos moldes, luego enrasar la parte
superior y eliminar los restos para, pasados unos minutos,
retirar el molde y dejar secar los adobes. El proceso de
secado es lento, para que los adobes sean duros y resistentes
ante las posteriores cocciones. El tiempo aproximado de
secado es de un mes, periodo en el que debemos vigilar
los adobones e ir girando sus caras, para que el secado sea
paulatino por todos los lados. Se fabricaron 2200 piezas. Tras
el proceso de secado, las dimensiones finales de cada pieza
fueron 7x12x4 cm, siendo estas un poco más pequeñas que
el tamaño usual del “sesquipedalis”, el ladrillo estándar
utilizado por los romanos.
La arquitectura efímera
a) El soporte de los arcos. La estructura de soporte o
suspensurae, es vital para el desarrollo de la construcción
del horno. Los arcos que conforman la estructura interior
de la cámara de combustión, deberán ser suficientemente
sólidos para soportar el peso de la parrilla, pero además no
pueden ocupar mucho espacio ya que deben dejar hueco
para el combustible.
El soporte de los arcos se confeccionará en madera,
teniendo unas dimensiones 46x10x7cm Su función principal
será facilitar la construcción de los arcos radiales, ya que en
un principio los adobes descansarán sobre esta estructura de
madera. Este soporte, reposará con uno de sus extremos, en
el pilar central y el otro en la pared del alfar, de tal forma que
el arco nazca en la pared de forma trabada con los adobes,
y muera en dicho pilar central. Los arcos secundarios no
descansan en el pilar central, sino que lo hacen sobre los
arcos principales, por ello, la estructura del soporte contará
con una pequeña ramificación que hace posible su apoyo en
el pilar central.
b) El soporte del praefurnio. De igual manera que para
construir los arcos, necesitamos la ayuda de otra estructura
efímera para la confección del “praefurnium”. Estas
estructuras serán dos arcos unidos por tablillas. El arco interior
434
será de mayor tamaño (10x46 cm) que el exterior (10x35 cm)
para dar al praefurnio una boca en forma de embudo. Con
posterioridad, sobre esta estructura, se construirá una falsa
bóveda de cañón por aproximación de arcos de medio punto.
Selección de la ubicación del alfar y preparación
del terreno
Es una evidencia reseñar que la colocación del alfar no
es un elemento aleatorio, y que por el contrario, la ubicación
del mismo es una operación muy estudiada. Son varios los
elementos técnicos a tener en cuenta para que el posterior
trabajo sea completamente satisfactorio.
En primer lugar, deberemos buscar un lugar con pendiente,
para facilitar la construcción del horno. Al situar el alfar en
una zona sobreelevada, conseguimos facilitar el trabajo en
varios campos. El praefurnium, debe quedar en una zona de
fácil acceso, ya que es fundamental para mantener activa
la cámara de combustión. Esta cámara de combustión será
ubicada aprovechando la pendiente, para utilizar el mismo
terreno como refuerzo (a modo de contrafuerte natural) de
las paredes de la cámara. De esta forma, el praefurnio y la
cámara de combustión quedarían por debajo del nivel del
suelo y en un nivel inferior. El otro factor a tener en cuenta
será la orientación, ya que deberemos estudiar cual es la
dirección del viento predominante para situar la boca del
praefurnium a contraviento, evitando el excesivo consumo
de combustible.
Las limitaciones con las que contamos dentro de nuestro
laboratorio, en lo que al terreno se refiere, provocaron que la
fabricación del alfar fuese muy compleja. La ladera idónea
para la colocación del horno ronda el 30% de pendiente,
mientras que el desnivel con el que contábamos en el
Laboratorio Experimental, era del 2%. De este modo, nos
vemos obligados a modificar la estructura del terreno, para
ubicar los elementos del alfar en el lugar más factible.
Situamos la cámara de combustión por debajo del nivel
del suelo y para ello debimos desalojar 1,5 m3 de tierra. A
continuación, desmantelamos 1,5 m más, para la ubicación
del prefurnio. De este modo, la cámara de cocción quedó
60 cm por encima del nivel natural del suelo.
La orientación correcta del praefurnio con respecto a los
vientos hubiera sido hacia el oeste, pero como ya citamos con
anterioridad, el terreno nos obligó a alterar las condiciones
óptimas. Situamos la boca del prefurnio en dirección este, de
manera que nos vimos obligados, a efectuar las cocciones
los días de viento en calma. De tal modo que sin viento,
provocamos un ahorro de combustible así como un mayor
control de las curvas de temperatura durante la cocción.
Rita BENÍTEZ MOTA, Pedro Luís RUIZ MACÍAS, Mª José TORREJÓN GARCÍA, Sebastián BAYÓN JORDÁN y Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ
La confección del alfar
La distribución y el estudio geométrico.
Una vez dispuestos todos los elementos constructivos,
ejecutamos un estudio geométrico previo. La disposición de
los arcos debe estar completamente estudiada para que no
coincidan con la boca del praefurnio.
El alfar, de planta circular como ya hemos advertido,
cuenta con diámetro exterior de 1,5 m e interior de 1,2 m,
por lo que su radio es de 0.75 m. Su perímetro es de 4,71
m, los ocho arcos principales se separarán 0,59 m entre sí.
El diámetro del pilar central, será de 50 cm. Al comenzar
a levantar la pared de la cámara de combustión, debemos
comenzar a dejar el espacio donde trabaremos los ladrillos
del praefurnio. No podemos hacer coincidir el nacimiento de
los arcos con la boca de dicho praefurnium, por lo que cuando
hagamos las marcas cada 0,59 m para separación entre arcos,
debemos situar el nacimiento de los arcos coincidiendo con
la estructura saliente del praefurnio.
La cámara de combustión y el “praefurnium”
La cámara de combustión y el praefurnium deben ser
construidos simultáneamente. Comenzaremos elevando la
pared de la cámara de combustión con hiladas de ladrillos
en aparejo común, que combinaremos con el alzado del
praefurnio para ir trabando ambas estructuras. Las hiladas
de ladrillos se colocarán de manera transversal con respecto
el eje del pilar central. De esta forma la pared queda más
delgada pero bien protegida ante las dilataciones, ya que
el muro exterior de tierra ejerce como contrafuerte. En
el momento en que no contamos con esa pared natural,
invertiremos la colocación de los ladrillos y pasaremos a
ubicarlos por su parte más reducida (7 cm) en dirección al
pilar central. Fueron siete las hiladas levantadas hasta llegar
al nacimiento de los arcos, siendo la altura de 35 cm. Esta
elevación es consecuencia de la altura de los ladrillos (4 cm)
más el mortero (este mortero está íntegramente fabricado
con barro bien triturado y agua.)
Una vez constituida la cámara de combustión,
construiremos otro elemento básico, el pilar central. Con
un diámetro de 50 cm levantaremos la circunferencia
con adobe, hasta llegar a la altura adecuada. Luego será
rellenado con mortero y restos de adobes en mal estado.
A posteriori, debemos centrarnos en la construcción de los
arcos radiales. Cada 0,59 m., debemos ubicar la estructura
efímera correspondiente, para con posterioridad y sobre
esta estructura de madera, comenzar a colocar los ladrillos.
El adobe se apoyaría a lo largo de la estructura buscando
la clave (punto más elevado con 10 cm) desde ambas
direcciones. El segundo ladrillo más cercano al pilar central,
se colocará de manera perpendicular, siendo utilizado
como recurso técnico, ya que sobre los salientes del mismo
descansarán los arcos secundarios.
El pilar central solo puede acoger los ocho arcos
principales por lo que los arcos secundarios se apoyarán en
los principales en su extremo más próximo al pilar central,
modificando la estructura efímera que les sirve de soporte.
Esta situación cuenta a su vez con otra importante variación.
Como hemos comentado previamente, existen dos arcos
principales que nacen justo donde comienza la estructura
del prefurnio, por lo que lógicamente, dos arcos secundarios
tendrán que ser apoyados, no sobre la pared de la cámara de
combustión, si no sobre el arco de medio punto que forma
el nacimiento de la falsa bóveda del praefurnio.
La parrilla
Una vez elevada la pared de la cámara de combustión
y finalizado el proceso de edificación de los arcos radiales,
iniciaremos la siguiente fase, la construcción de la parrilla.
La parrilla nace sobre la altura máxima de los arcos, por
lo que esa altura nos dará el nivel (madera y plomada) y la
disposición horizontal de la misma. Dispondremos círculos
concéntricos de ladrillos de tal forma que aparecen los
primeros orificios de salida de aire al exterior. El proceso
se desarrolla de manera lógica y matemática. Separamos
un círculo concéntrico de otro con medio ladrillo de adobe.
Obtenemos un resultado de 80 orificios de salida.
Otro factor importante a tener en cuenta, es el relleno
que indiscutiblemente debemos ir añadiendo a los huecos
que se crean entre la altura máxima del arco y que es donde
descansa la parrilla, y la altura donde nacen los mismos. Este
elemento debe ser tenido en cuenta desde que comenzamos
a construir la parrilla.
El laboratorio o cámara de cocción
La cámara de cocción nace a raíz de la continuación
de la pared de la cámara de combustión. La parrilla queda
totalmente trabada a la pared de la cámara de combustión, y
en ese orden seguimos elevando la pared. Serán 8 las hiladas
de ladrillos utilizadas para alcanzar una altura de 40 cm (8
hiladas x 4 cm del ancho del ladrillo + el mortero). Finalmente
se recubre la pared interior con un poco de mortero para
aportar a la estructura una mayor consistencia.
El resultado final será de una cámara de 1,20 m de
diámetro interior por 40 cm de altura (450 litros de volumen).
435
Fabricación de alfares en el ámbito de la Bahía de Cádiz (España)
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIII
Elaboración de las piezas cerámicas
TIPOLOGÍA CERÁMICA
CANTIDAD
Ollas
9
Trípodes
10
Cuencos Pitorro
10
Morteros
7
Coladores
11
Jarras
13
Botellas
9
Nasiternas
10
Dolias
13
Ánforas
21
Lucernas
21
Kalathos
12
Urnas
14
Piezas varias
37
Total Nº piezas
189
tiempo, pasamos a realizar una primera cocción (bizcochado)
con el objetivo de dar consistencia a la figlina y asegurarnos
de que todas sus estructuras están en perfecto estado. Esta
cocción se realiza sin contenido cerámico, consideramos esta
como una prueba de resistencia del horno, ante las altas
temperaturas que con posterioridad deberá soportar. La
cámara de combustión se fue cargando de manera progresiva,
dejando el horno en funcionamiento durante un periodo de
cinco horas. Es en este periodo donde también desaparecen
las estructuras efímeras que hasta el momento habían
soportado tanto el peso de los arcos como del praefurnio.
Realizado el bizcochado con éxito, pasamos a realizar una
prueba de carga, en la que uno de nuestros compañeros, con
un peso de 90 kg, se subió encima de la parrilla. El resultado
de la prueba fue satisfactorio.
Una vez terminada esta fase procedemos a la carga de
las piezas cerámicas. Las piezas que ocuparán la base de la
parrilla y por lo tanto, que serán introducidas en una primera
tanda, serán las más pesadas y voluminosas (dolias, kalathos,
nasiternas y algunos morteros). Debemos ir situando las
piezas, de manera que no obstruyamos las salidas de aire
de la parrilla. Continuaremos introduciendo nuevas tandas,
conformando de esta forma, nuevos pisos superiores con
piezas de menor entidad.
En esta fase fueron ubicados los conos pirométricos,
indispensables para conocer la temperatura alcanzada en
el interior del horno. Fueron 16 unidades las utilizadas, en
grupos de 4 (termoscopios escala de Seger).
Figura 1. Relación de la tipología cerámica elaborada
La tipología utilizada fue amplia y variada, realizando
cerámica común. Dentro de esta encontramos varios grupos,
entre los que se encuentra la cerámica de cocina (ollas,
trípodes, cuencos con pitorro, mortero), cerámica de mesa
(jarras, botellas, nasiternas), cerámica de almacenaje y
transporte (dolias y alguna tipología anfórica). Todas las
piezas fueron efectuadas en escala real, exceptuando las
dolias y las ánforas que fueron reproducidas en una escala
1:4. Al margen de la cerámica común, también optamos por
incluir en la cocción varias lucernas, cerámica de tipología
ibérica, como Kalathos y urnas y otras piezas de tipología
diversa (Fig. 1).
La cocción
La cocción previa y la carga del alfar
Tras la construcción del alfar pasamos a la fase de
cocción. Previamente el horno sufrió un proceso de secado al
aire libre durante un periodo de siete días. Transcurrido este
436
CONO
TEMP.
016
760ºC
011 a
900ºC
08 a
965ºC
05 a
1010ºC
Figura 2. Conos pirométricos
La cocción las piezas
Ubicadas las piezas dentro de la figlina, deberemos cubrir
el laboratorio para evitar que el calor se disipe con facilidad.
Construiremos una cúpula efímera. No existe en el registro
arqueológico de la Bahía de Cádiz, ningún horno donde se
documente la existencia de cúpula como tal. Si constan
algunos alfares donde aparecen indicios de su arranque
Rita BENÍTEZ MOTA, Pedro Luís RUIZ MACÍAS, Mª José TORREJÓN GARCÍA, Sebastián BAYÓN JORDÁN y Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ
por aproximación de ladrillos, pero nunca se ha constatado
en los diferentes niveles de excavación, material derruido
sobre la parrilla que pueda constituir una cúpula de grandes
dimensiones. Cabe destacar, que una cámara de cocción al
aire libre, es más operativa, ya que facilita el trabajo de carga.
En nuestro experimento optamos por fabricar la cúpula
con tejas de barro rojo. Se colocaron sobre las piezas
cerámicas, dejando espacio entre las mismas, para que el
laboratorio tuviera tiro entre las piezas y comunicáramos con
pequeños orificios, desde la cámara de combustión hasta la
parte superior de la cúpula (a modo de pequeñas chimeneas).
Posteriormente las tejas se cubrieron con adobe, para dar
mayor solidez a la falsa cúpula.
La combustión no comienza de manera efectiva dentro
de la cámara, sino que iremos efectuando la combustión por
aproximación. Con esta técnica conseguimos que el cambio de
temperatura dentro del horno no sea muy brusco y evitamos
que la figlina sufra importantes dilataciones. Situaremos
una hoguera en el exterior de la boca del prefurnio, con
madera de encina (Ilex coccifera) autóctona de la zona. Una
vez prendida la hoguera iremos aproximando las brasas de
manera paulatina, hasta ir introduciendo el combustible
en el interior de la cámara. El proceso de cocción fue
estudiado detenidamente, ya que el periodo de aumento
de la temperatura duró 14 horas. Este momento del proceso
de cocción será mucho más transparente si observamos la
gráfica (Fig. 3).
Figura 3. Grafica de curva de temperatura/tiempo
Figura 4. Comparación entre gama de color y temperatura asociada
Como podemos observar, la temperatura irá en aumento
a lo largo de todo el proceso, siendo el momento clave entre
la quinta y séptima hora. En este lapso de tiempo, es cuando
el horno alcanza la temperatura de 500 ºC, instante en el
que la cerámica comienza a perder el agua química. A partir
de este periodo, el aumento de temperatura se hace muy
costoso, y como se refleja en la gráfica, llegar a los 900 ºC
fue muy laborioso.
Además de contar con la gráfica y el estudio termoscópico
a través de los conos de Seger, utilizamos otra técnica muy
común entre los especialistas en cerámica, la pirometría
óptica. Esta se basa en la radiación emitida por los cuerpos
calientes en función de su temperatura. De esta forma puede
asignarse a los colores de la pasta, las temperaturas que
acompañan (aproximadamente) (Fig. 4).
COLOR
º C.
Rojo más bajo visible
475
Rojo más bajo visible a rojo oscuro
475-650
Rojo oscuro a rojo cereza
650-750
Rojo cereza a rojo cereza brillante
750-815
Rojo cereza brillante a naranja
815-900
Naranja a amarillo
900-1090
Amarillo a amarillo claro
1090-1315
Amarillo claro a blanco
1315-1540
Blanco a blanco deslumbrante
1540 y más
437
Fabricación de alfares en el ámbito de la Bahía de Cádiz (España)
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIII
Los resultados de la cocción
Podemos afirmar con rotundidad que los resultados de
esta experimentación fueron óptimos. El horno apenas sufrió
deterioros después del proceso de cocción. Fueron dos grietas
en el laboratorio lo únicos daños reseñables, pero estas se
pueden reparar con facilidad. Dada las altas temperaturas
alcanzadas por la figlina, es todo un éxito que esta mantenga
su estructura original intacta. Pero hemos maximizado los
resultados, ya que de todas las piezas que se introdujeron en
la cámara de cocción (189 en total) sólo hubo dos fracturas.
Además dichas fracturas, no venían provocadas por fallos de
cocción. Un asa de cerámica común se fracturó por defecto
de fabricación y la base de un kalathos se desprendió porque
se introdujo demasiado húmedo.
Conclusiones y perspectivas del proyecto
Después del análisis del proceso de fabricación y
utilización del alfar, llegamos a la conclusión de que la
estructura del praefurnio debe ser modificada. Se necesita un
mayor caudal de aire para oxigenar el interior de la cámara
de combustión, por lo que a la hora de construir un nuevo
horno deberemos aumentar la capacidad del prefurnio. A
colación de lo expuesto, nos encontramos con otro problema,
la curva de temperatura fue demasiado larga. Esto es debido
a dos motivos, la entrada de poco oxigeno en la cámara y la
dificultad de introducir el combustible dentro de la misma.
El periodo de 14 horas durante el que se alargo el proceso
de aumento de temperatura, deberá ser disminuido a unas
8 horas aproximadamente. Para ello, será imprescindible
aumentar la boca del praefurnio, como ya hemos advertido.
Otro factor reseñable en esta experimentación es el índice
de fractura de las piezas. El porcentaje de fracturas (1,5%) es
muy bajo, y esto puede ser debido al parsimonioso espacio
que transcurre desde que comienza la cocción hasta que se
alcanzan los 900 ºC. La pasta apenas sufre cambios bruscos
y la temperatura en los momentos claves (500 ºC) se modifica
al cabo de casi 90 minutos, por lo que las piezas no sufren
de manera significativa. Es probable, que si la curva de
temperatura hubiese sido más ágil, las piezas se hubiesen
resentido en mayor número.
Bibliografía
BAENA PREYSLER, J. (1998): “La Arqueología Experimental, algo
más que un juego”. Boletín de Arqueología Experimental,
1: 2-5.
BERNAL CASASOLA, D.; LAGÓSTENA BARRIOS, L. (2004):
“Talleres alfareros y producciones cerámicas en la Bética
romana”. Actas del Congreso Internacional Fliginae Baeticae
noviembre 2003. Cádiz.
COLES, J. (1979): Experimental Archaelogy. Academic Press,
London.
CUOMO DI CAPRIO, N. (1988): La ceramica en Archeologia. La
Fenice.
EIROA, J.J. (1999): Nociones de tecnología y tipología en
Prehistoria. Ariel. Barcelona.
GARCÍA VARGAS, E. (1998): La producción de ánforas en la Bahía
de Cádiz en época romana. Gráficas Sol, Sevilla.
438
GARCÍA VARGAS, E. (1998): “Las ánforas del alfar del Gallinero
en el contexto de las producciones anfóricas de la Bahía”.
Actas de las VI jornadas de Historia de Puerto Real. (Puerto
Real 1998): 55-84.
LÁZARO LAGÓSTENA, L. (1993): “El alfar romano del Cerro de
Ceuta, Puerto Real”. Habis, 24: 95-104.
LÓPEZ DE LA ORDEN, M.D. (1981): “Hornos cerámicos romanos
en el Olivar de los Valencianos (Puerto Real)”. B.M.C. II
Cádiz: 59-62
MILLÁN LEÓN, J.; LAVADO FLORIDO, M.L. (2001): “El complejo
industrial de Puente Melchor, (Puerto Real, Cádiz)”. Congreso
Internacional Ex Baetica Amphorae (Écija, Sevilla 1998),
Vol. I: 215-225.
PÉREZ FERNÁNDEZ, J.A. et al. (1989): “El Portus Gaditanus.
Estación aduanera de la Bética”. Revista de Arqueología
104: 29-38.
- LIV Aportación experimental al proceso técnico de la
vasija de reducción durante el Calcolítico en el sur
de la Península Ibérica
Alberto OBÓN*, Abel BERDEJO*, Francisco MORENO JIMÉNEZ**, Juan TERROBA VALADEZ***, Antonio MORGADO****,
José Antonio LOZANO*****, David GARCÍA GONZÁLEZ*** ****, Hugo AVALOS* y Pablo GILOLMO*
* Investigador independiente. ** Taller de Arqueología Experimental de Ronda. *** Centro Algaba de Ronda.
**** Dpto. Prehistoria y arqueología. Universidad de Granada.
***** Instituto andaluz de Ciencias de la Tierra, CSIC-UGR.
Resumen
El objetivo de este trabajo es someter a prueba un modelo
de proceso técnico que considera la vasija de reducción
como elemento principal de la tecnología metalúrgica
calcolítica. Aquí presentamos los resultados preliminares
Palabras clave:
obtenidos a partir de los experimentos realizados en el
Centro de Arqueología Experimental de la Algaba (Ronda,
Málaga) así como un protocolo experimental y propuestas
para estudios futuros.
Arqueología experimental, metalurgia, vasija de reducción, edad del cobre.
Abstract
The aim of this study is testing a model of technical
process based on the reduction-vessel as principal element
of the metallurgy technology during the Copper age. Here
we report preliminary results obtained in accordance with
Key words:
experiments carried out at the Algaba de Ronda Experimental
Center (Málaga, Spain), as well as an experimental protocol
and prospects for further studies.
Experimental Archaeology, metallurgy, reduction-vessel, copper age.
Introducción. Experimentación, arqueología y metalurgia
La importancia del método experimental aplicado a
la Arqueometalurgia radica en la capacidad de someter a
prueba hipótesis acerca de las características tecnológicas
y los gestos técnicos mediante observación controlada,
contrastando científicamente los resultados para validar
o desechar la interpretación arqueológica (Ingersoll et al.
1977; Coles 1979: 243; Reynolds 1988: 12; 1999; Mohen
1990: 35-37; Ambert 1998: 1). Además permite generar
nuevas preguntas, siendo un medio exploratorio del pasado
(Reynolds 1988: 16; Morgado y Baena en este volumen), y
contribuye a la comprensión de la formación y deterioro del
registro arqueológico (Ingersoll et al. 1977).
A pesar del potencial descrito apenas se ha recurrido
a este método en el estudio arqueometalúrgico del cobre
de la Península Ibérica. En las últimas décadas algunas
investigaciones han utilizado la experimentación como
medio de aproximación a la tecnología del cobre obteniendo
interesantes resultados (Rovira 1999; Hunt et al. 2001;
Rovira y Gutiérrez 2003; Rovira et al. 2009;). Aun así, hay
que resaltar la escasez de experimentos afrontados de
forma integral, es decir, con la adecuación material a la
globalidad tecnológica objeto de estudio (Coles 1979: 38;
Moreno Jiménez et al. 2007).
Nuestro objetivo no es aislar variables sino llevar
a la práctica un modelo de proceso técnico con los
requerimientos mínimos inferido a partir de los referentes
arqueometalúrgicos. Por ello, se ha prescindido del uso de
elementos actuales, como compresores para la inyección de
439
Aportación experimental al proceso técnico de la vasija de reducción durante el Calcolítico en el sur de la Península Ibérica
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIV
aire u otros medios o materiales. Sin embargo, no podemos
decir que hay experimento sin experiencia. La mayor parte de
las pruebas iniciales deben considerarse como experiencias
previas (Jeffery 2004) y están encaminadas a potenciar un
conjunto de gestos, habilidades y destrezas necesarias para
llevar a cabo la cadena operativa y descubrir sus posibilidades
técnicas. Posteriormente se llevaron a cabo los experimentos
que tuvieron como objetivo corroborar hipótesis y definir el
proceso técnico de funcionamiento de la vasija de reducción
como elemento clave de este modelo tecnológico.
Fuentes de materias primas para la metalurgia del cobre en el sur de la península Ibérica
La Cordillera Bética se sitúa al sur-sureste de la Península
Ibérica. Los yacimientos de cobre existentes en esta, se
concentran fundamentalmente en las Zonas Internas (en
cualquiera de sus tres Complejos tectono-estratigráficos:
Malaguide, Alpujárride o Nevado Filábride) mientras que
en la Zonas Externas su presencia se limita a lugares más
puntuales.
Dentro de la Zonas Internas de la Cordillera Bética,
los indicios de minerales de cobre son muy numerosos, en
diferentes paragénesis, morfologías y metalotectos. Aun así,
los depósitos en los que los minerales de cobre constituyen la
mena principal se encuentran muy dispersos, siendo raras las
zonas en donde se presentan con una notoria concentración.
En el Complejo Maláguide, el cobre aparece tanto en las
areniscas como en las pizarras y calizas de edad Carbonífero
Inferior; fundamentalmente como malaquita y en menor
medida: limonita, calcopirita, siderita, azurita, pirita, goethita,
bornita, calcosina, covellina, ankerita, pirolusita, cuarzo y
calcita. También aparece en las areniscas triásicas como
malaquita y azurita.
En el Complejo Alpujárride, el cobre aparece en calizas,
dolomías, calcoesquistos, filitas y cuarcitas de edad
fundamentalmente Triásica, principalmente como malaquita
y en menor medida: azurita, limonita, eritrina, pirita, galena,
tetraedrita, calcopirita, pirolusita, covellina, goethita,
calcosina, bornita, digenita, cinabrio, cerusita, cobaltina, cobre
nativo, wad, tirolita, anabergita, oligisto, wulfenita, calcita y
cuarzo. Tanto las del Maláguide como estas, responden a una
mineralización primaria (sinsedimentaria o sindiagenética),
correspondiendo a removilizaciones posteriores.
En el Complejo Nevado-Filábride, los depósitos de
minerales de cobre encajan en micaesquistos y cuarcitas,
tanto de edad Paleozóica como Triásica. Fundamentalmente se
trata de filones constituidos por: siderita, y en menor medida:
limonita, goethita, hematites, malaquita, azurita, calcopirita,
pirita, mispiquel, cobre gris, galena, blenda, cuprita, cobre
nativo, tenorita, bornita, oro, bismutina, calcoestibina,
antimonita y cuarzo.
Por otro lado, en las rocas pertenecientes al Vulcanismo
del sureste peninsular (Cabo de Gata, Almería), encontramos
cobre en las andesitas piroxénicas de edad NeógenoCuaternaria, se presentan como malaquita, calcosina y cuarzo
dentro de la chimenea brechoide (Torres 1987) (Fig. 1).
Tecnología de vasija de reducción o vasija-horno
En el sur de la Península Ibérica se han hallado restos
arqueometalúrgicos del proceso de transformación en
decenas de yacimientos con cronologías del IV-III milenio a.C.
(Gómez Ramos 1999: 45-46; Montero 1999; Hunt y Hurtado
1999). A grandes rasgos, predomina un tipo de tecnología
simple y eficaz con la vasija de reducción como elemento
donde transformar el mineral (Rovira y Ambert 2002: 101 y
108; Rovira 2005). La utilización de vasijas de cerámica, sin
tratamiento especial, como recipiente para la reducción del
mineral en la metalurgia del cobre prehistórico se puso de
manifiesto a finales de los años ochenta (Montero et al. 1988:
7; Rovira 1989: 361; Delibes et al. 1989: 81-96; Hook et al.
1990), como un rasgo tecnológico distintivo de la Península
Ibérica en esta cronología identificado también en el sur de
Francia (Rovira y Ambert 2002: 89).
440
Están ampliamente representadas dentro de contextos
de la Edad del Cobre del sur peninsular (Los Millares,
El Malagón, Almizaraque, Zambujal, Cabezo Juré, etc.).
Suelen tener formas abiertas, poco profundas y las paredes
exteriores están alisadas o sin tratamiento (Moreno et al.
1994: 32-33). Las superficies externas no presenten signos
de haber estado expuestas al fuego y contienen adherencias
escoriáceas y mineral parcialmente reducido únicamente por
el interior (Hook et al. 1991: 68; Gómez Ramos 1999: 37). La
vasija se enterraría en un hoyo excavado en la tierra cuyo
medio refractario mejoraría el rendimiento térmico (Gómez
Ramos 1999: 25). Los diámetros de boca más frecuentes
oscilan entre 15 y 30 cm, aunque hay algún ejemplo de mayor
tamaño (Rovira 2005: 94).
Alberto OBÓN, Abel BERDEJO, Francisco MORENO JIMÉNEZ, Juan TERROBA VALADEZ, Antonio MORGADO,
José Antonio LOZANO, David GARCÍA GONZÁLEZ, Hugo AVALOS y Pablo GILOLMO
Probablemente la forma abierta facilita la oxigenación
de los minerales durante la combustión y ayuda a mantener
las altas temperaturas. Por el contrario, el ambiente reductor
no era muy estricto ya que se forman frecuentemente
óxidos ferromagnéticos (Gómez Ramos 1996: 141). Según
la observación de las escorias, se alcanzan picos de hasta
1250 ºC, pero los datos demuestran que resultaría difícil
mantener constante esta temperatura (Moreno Onorato et al.
1994: 32-33). Los componentes habituales de las adherencias
son magnetita, hematites, cuprita y delafosita que indican
condiciones oxidantes y temperaturas entre 1000 y 1200 ºC
(Rovira 2005: 94).
Cabe destacar como algunas excavaciones recientes
ponen de manifiesto la existencia de otros rasgos tecnológicos
durante el III milenio a.C. En el suroeste de la Península Ibérica
se han documentado hornos de paredes alzadas ubicados
en áreas específicas para la actividad metalúrgica fuera
de la zona de hábitat, evidencias de potentes sistemas de
ventilación (corroborados por el diámetro de los orificios de
salida del aire de algunas de las toberas), e incluso el uso de
fundentes (Sáez et al. 2003: 630; Nocete 2004; Nocete et al.
2008: 717-732). Las interpretaciones realizadas del registro
arqueológico documentado defienden el uso de la tecnología
de vasija horno de forma similar al sureste, pero con distinta
intensidad y especialización. Se han registrado hornos en
Valencina de la Concepción, Cabezo Juré, yacimientos del sur
de Portugal (Nocete 2004: 293-294) y también en el sureste
en el yacimiento de las Pilas (Mojácar, Almería) (Camalich
y Martín 1999: 267) (Fig. 1).
Figura 1. Ubicación de yacimientos calcolíticos en relación a las principales mineralización de cobre en el sur de la Península Ibérica
Protocolo experimental
Este acercamiento a la tecnología calcolítica de vasija de
reducción fue posible al reunir todos los elementos materiales
asociados a esta. La deducción de un proceso técnico viable
comienza observando cómo interactúan las variables entre
sí y modificando parámetros tales como las dimensiones
de la estructura de combustión, las características de los
recipientes cerámicos o los tiempos o el tamaño de triturado
del mineral hasta obtener una fórmula de operaciones y
gestos que permiten transformar la materia prima de manera
eficiente. Es importante considerar el paralelismo en las
441
Aportación experimental al proceso técnico de la vasija de reducción durante el Calcolítico en el sur de la Península Ibérica
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIV
limitaciones físico-químicas, idénticas en el Calcolítico y
en la actualidad.
Durante la actividad experimental se ha procedido
según un protocolo de cuantificación de variables, tales
como el registro de la temperatura, cantidades de mineral y
combustible, características y dimensiones de la estructura
y los recipientes, volumen de inyección de aire, tiempos de
trabajo o número de individuos implicados en la inyección
de aire. Posteriormente se contrastaron los datos analíticos
de composición y características del material experimental
y el obtenido de referentes arqueológicos, para ello se
tomaron muestras en los distintos procesos implícitos en
la cadena operativa y cuyos resultados se desarrollarán en
posteriores trabajos.
El mencionado criterio de experimentación integral implicó
la elaboración de una serie de elementos cerámicos y líticos
necesarios para la metalurgia calcolítica (Moreno et al.
2007). En relación a la cerámica, las experiencias realizadas
recogen todo el proceso, desde la obtención y preparación
de la arcilla, la mezcla con minerales como el cuarzo como
desgrasante, la manufactura con diferentes técnicas y la
cocción. La materia prima procede de contextos geológicos
locales de la Depresión de Ronda. Se confeccionaron una serie
de recipientes cerámicos de diversos tamaños que ejercieron
la función de vasijas-horno, crisoles y molde de punzón. En
relación a las vasijas de reducción se modelaron cuencos
semiesféricos de borde recto con diámetros de la boca en
torno a los 250 mm y una profundidad de 80 a 100 mm. Las
toberas realizadas presentaban una longitud entre los 90 y
110 mm, una sección de entrada en torno a los 25 mm y una
de salida de unos 5 mm. Para los tubos de soplado se han
usado ramas de sauco (Sambucus Nigra) o cañas vaciadas
por el interior, con una longitud en torno a un metro.
Cuando la experimentación arqueometalúrgica afronta
problemáticas concretas referidas a una ubicación geográfica
determinada, los minerales de cobre utilizados deben
provenir de mineralizaciones explotadas por las comunidades
prehistóricas en ese ámbito territorial para poder obtener
datos de composición contrastables (Happ 1997: 17). En
este caso hemos utilizado dos tipos de carbonatos de cobre,
unos procedentes de las minas de la Serranía de Ronda,
concretamente del paraje conocido como la Alcahuria cercano
a la población de Montecorto, (Málaga) (Lozano et al. 2010) y
otros de mineralizaciones cercanas a la población de Toussit
(Marruecos) en la cordillera del Riff. Ambas presentan una
composición mineralógica similar a las registradas en los
yacimientos calcolíticos mencionados con anterioridad.
En relación al combustible empleado, salvo en
excepciones, apenas contamos con datos antracológicos.
Taxones como los Quercus o los Olea están representados al
ser especies con un alto potencial calórico. Por el momento
no existe ninguna prueba fehaciente del uso de carbón. En la
cadena operativa experimental desarrollada en este trabajo
se ha usado principalmente leña de encina.
Por último, intervienen otros elementos de industria lítica
y ósea como machacadores de piedra y soportes para el
triturado del mineral, láminas de sílex o palas-recogedoras
de combustible realizadas sobre escapulas de bóvidos.
Descripción de los experimentos
Centrándonos en el proceso de trasformación, sin incluir
la adquisición de la materia prima, podemos describir la
cadena operativa puesta en práctica y validada en los
siguientes pasos:
1. Triturado de mineral en fragmentos entre 5-30 mm.
2. Transformación del mineral. Incluye la tostación y
reducción mediante el aporte calórico y condiciones de
oxidación/reducción en una o varias operaciones.
3. Procesado de la escoria. Machacado de la escoria y
separación manual del cobre metálico.
4. Fundición y moldeo. Fundición de las pepitas y vertido
del cobre líquido sobre el molde.
5. Acabado del objeto.
En las distintas experiencias llevadas a cabo hemos
sometido a prueba un conjunto de estructuras de combustión
442
y recipientes cerámicos con diferentes características,
principalmente en cuanto a las dimensiones. Para las
dos primeras experiencias diseñamos una estructura
de mampostería con un diámetro interior de 40 cm que
presentaba dos entradas laterales con toberas de cerámica.
Otros tubos de soplado dirigían el aire desde arriba
directamente a la vasija que contenía el mineral. Tras un
calentamiento previo utilizando como combustible leña de
encina, se introdujo más combustible y malaquita machacada
en polvo en el interior de un recipiente cerámico de pequeñas
dimensiones.
El resultado de la primera experiencia fue mineral tostado.
Durante la segunda, el recipiente cerámico se fragmentó
obteniendo, principalmente, mineral parcialmente reducido.
En estas experiencias corroboramos cómo al introducir el
mineral en fragmentos pequeños y no reducido a polvo,
los procesos de transformación y aglutinamiento del cobre
Alberto OBÓN, Abel BERDEJO, Francisco MORENO JIMÉNEZ, Juan TERROBA VALADEZ, Antonio MORGADO,
José Antonio LOZANO, David GARCÍA GONZÁLEZ, Hugo AVALOS y Pablo GILOLMO
metálico se ven favorecidos, tal y como habían señalado
otros autores (Coghlan 1940; Tylecote 1974; Rovira 2003).
El producto obtenido en esta operación de reducción fue
el de tortas de escoria con cobre atrapado que se suele
presentar fragmentos con forma esférica. Para alcanzar las
temperaturas necesarias en los procesos de reducción y
fundición del mineral fue necesario un aporte continuo de
aire a la estructura de combustión.
Los resultados de las pruebas anteriores nos condujeron
a replantear el tipo y dimensiones de la estructura de
combustión. La siguiente estructura que diseñamos tampoco
rentabilizó bien la energía. Consistía en una cubeta de 40
cm de diámetro con un anillo exterior de barro de 60 cm de
diámetro y una profundidad de 20cm. Obtuvimos abundante
escoria de consistencia muy frágil y mineral parcialmente
reducido.
En las pruebas siguientes se ajustó una vasija de
reducción en una cubeta de las mismas dimensiones que
el recipiente cerámico, de forma que el borde sobresalía
ligeramente. Observamos cómo así se optimiza la ventilación
y el mantenimiento de la temperatura. La vasija presentaba
una forma semiesférica, pasta grosera y abundante
desgrasante. Las medidas eran de 9 cm de altura y 22
cm de diámetro en la boca, similares a las documentadas
en yacimientos arqueológicos (Rovira 2005: 94). Hemos
comprobado cómo las características de la vasija (materia
prima, manufactura y dimensiones) son determinantes en el
éxito de las operaciones metalúrgicas. Esta pieza cerámica
experimental permitió la realización de varias reducciones,
siendo reutilizada sin perder su capacidad de uso, hecho que
no corrobora la hipótesis de la rotura obligatoria de la vasija
para la extracción de la torta de escoria en cada reducción.
Figura 2. Cadena operativa experimental en relación con los restos de actividad metalúrgica documentados en yacimientos arqueológicos del sur peninsular
443
Aportación experimental al proceso técnico de la vasija de reducción durante el Calcolítico en el sur de la Península Ibérica
B L O Q U E - IV - . Capítulo LIV
En estas experiencias se empleó encina como combustible
y carbonatos de cobre (malaquita y azurita) provenientes
de los mencionados contextos geológicos, triturados en
fragmentos entre 4 y 5 mm.
Tras una fase de precalentamiento de la vasija cerámica
se introdujo el mineral en el interior. La leña, aunque en
menor medida que el carbón (Craddock 2001: 161), ayuda
en el proceso de reducción al desprender monóxido de
carbono facilitando la reacción necesaria. La oxigenación
se realizó mediante aire soplado a pulmón en relevos de
dos personas durante tiempos que oscilaron entre los 35
y 45 minutos. Durante la parte final de la fase de soplado
se cubrió la vasija con una piedra y/o con ceniza y brasas
para lograr un ambiente reductor. La escoria resultante era
consistente con abundantes gotas de metal atrapadas en
todas las experiencias realizadas.
Las dos últimas pruebas consistieron en el proceso de
fundición del cobre metálico obtenido por reducción, utilizando
la misma estructura y un procedimiento similar de soplado
exclusivamente en ambiente oxidante. Esta vez el recipiente
actuaba a modo de vasija-horno sensu estricto, hecho que
pone en duda de nuevo el concepto “vasija de reducción”
(Rovira y Ambert 2002). El cobre se introdujo en un crisol, tras
un precalentamiento de diez minutos se continúo con una fase
de soplado con una duración no superior a los 15 minutos
tras la que el cobre se licuó y con el vertido en el molde de
este el resultado final fue la obtención de un punzón (Fig. 2).
Perspectivas
Esta cadena experimental ha desarrollado de forma
integral el proceso metalúrgico desde el procesado del
mineral hasta el objeto acabado, generando consigo una
serie de datos susceptibles de ser contrastados con el registro
arqueológico. Los resultados de las distintas analíticas que
se están llevando a cabo serán puestos de manifiesto en
posteriores publicaciones.
Valoramos este trabajo como un interesante acercamiento
empírico a la tecnología metalúrgica calcolítica que nos
permitirá realizar nuevos experimentos de comprobación
sobre ciertas hipótesis. Destacamos el hecho de que la
propia experiencia implica la generación de observaciones
y reflexiones acerca del proceso tecnológico implicado,
con los mínimos requerimientos en cuanto a los elementos
técnicos y materiales.
No obstante, todavía existe un amplio abanico de aspectos
tecnológicos que han sido propuestos como propios de la
primera metalurgia que son susceptibles de ser sometidos
a prueba con el método experimental. La adquisición de
las destrezas técnicas y materiales nos permite abordar
cuestiones como el rendimiento del mineral con esta
tecnología, el posible uso de fundentes, la intencionalidad
o no de los cobres arsenicados, los tipos de inyección de
aire, los tipos de combustible y otros aspectos, como por
ejemplo el utillaje lítico implicado en la tecnología del cobre
en el Calcolítico.
Bibliografía
AMBERT, P. (1998): “Métallurgie préhistorique, Métallurgie
expérimentale, les fours, état de la question, perspectives de
recherche”. En M.C. Frere-Sautot (coord.): Paleometalurgie
des cuivres, Monographies Intrumentum 5, Ed.Monique
Mergoil, Montagnac: 1-16
CAMALICH MASSIEU, Mª.D.; MARTÍN SOCAS, D. (coord.) (1999):
El Territorio almeriense: Desde los inicios de la producción
hasta finales de la antigüedad. Un modelo: La depresión
de Vera y Cuenca del río Almanzora. Consejería de Cultura,
Junta de Andalucía, Sevilla.
COGHLAN, H. H. (1940): “Prehistoric copper and some
experiments in smelting”. Transactions of the New-comen
Society, 20: 49-65.
COLES, J.M. (1979): Experimental Archaeology. Academic
Press. London.
CRADDOCK, P.T. (2001): “From hearth to furnace: Evidences
for the earliest metal smelting technologies in the Eastern
Mediterranean”. Paléorient, 26/2: 151-165.
444
DELIBES, G.; FERNÁNDEZ-MIRANDA, M.; FERNÁNDEZ-POSSE,
M.D.; MARTÍN, C. (1989): “El poblado de Almizaraque”. En
Homenaje a L. Siret (1934-1984): 167-177.
GÓMEZ RAMOS, P. (1996): “Hornos de reducción de cobre y
bronce en la Pre y Protohistoria de la Península Ibérica”.
Trabajos de prehistoria, 53 (I): 127-143..
GÓMEZ RAMOS, P. (1999): Obtención de metales en la prehistoria
de la Península Ibérica. BAR International Series 753.
Archaeopress, Oxford.
HAPP, J. (1997): “Descobrir la metal-lurgia del cobre a partir de
l´experimentació”. Cota Zero, 13: 93-102.
HOOK D.R.; FREESTONE, I.C.; MEEKS, N.A.; CRADDOCK, P.T.;
MORENO, Mª.A. (1991): “The early production of copper-alloys
in South-East Spain”. En A. Pernicka and G.A. Wagner (eds.):
Archaeometry ‘90: Proceedings of the 27th International
Symposium on Archaeometry, 2-6 April 1990: 65–76.
Alberto OBÓN, Abel BERDEJO, Francisco MORENO JIMÉNEZ, Juan TERROBA VALADEZ, Antonio MORGADO,
José Antonio LOZANO, David GARCÍA GONZÁLEZ, Hugo AVALOS y Pablo GILOLMO
HUNT ORTIZ, M.A.; HURTADO, V. (1999): “Suroeste”, En
G. Delibes; I. Montero (coords.): Las primeras etapas
metalúrgicas en la Península Ibérica. II. Estudios regionales
Instituto Universitario Ortega y Gasset- Ministerio de
Educación y Cultura: 275-331.
HUNT ORTIZ, M.; HURTADO PÉREZ, V.; GALLARDO FUENTES,
V.; POLVORINOS DEL RÍO, A. (2001): “El valor de los
ensayos experimentales para la interpretación de los restos
arqueológicos prehistóricos.” En Gómez Tubío, B.; Respaldiza
Galisteo, M. A. y Pardo Rodríguez, M. L. (eds.): Actas del III
Congreso Nacional de Arqueometría (Sevilla, Diciembre de
1999), Universidad de Sevilla: 533-542.
INGERSOLL, D.; YELLEN, J.; MACDONALD, W. (1977):
Experimental archaeology. Columbia University Press.
New York.
JEFFERY, D. (2004): “Experiential and experimental archaeology
with examples in iron processing”. IAMS, 24: 13-16.
LOZANO J. A.; MORGADO A.; MARTÍN-ALGARRA A.; AGUAYO P.;
GARCÍA D.; MORENO F.; TERROBA J. (2010): “La explotación
prehistórica e histórica de la montaña de Malaver (Ronda,
España): un patrimonio minero singular”. En Romero Macías,
E.M (coord.): Patrimonio Geológico y Minero. Una apuesta
por el desarrollo local sostenible. Universidad de Huelva:
431-442.
MOHEN, J. (1990): Metalurgia prehistórica, introducción a la
Paleometalurgia. Colección Prehistoire, Ed. Masson, Paris.
MONTERO RUÍZ, I; CONSUEGRA, S; ROVIRA, S. (1988):
“Arqueometalurgia. Fuente auxiliar de la Historia”. Revista
de Arqueología, 85: 5-13.
MONTERO RUÍZ, I. (1999): “Sureste”, En G. Delibes; I. Montero
(coords.): Las primeras etapas metalúrgicas en la Península
Ibérica. II. Estudios regionales Instituto Universitario Ortega
y Gasset- Ministerio de Educación y Cultura: 333-354.
MORENO JIMÉNEZ, F.; SÁNCHEZ ELENA, M.; TERROBA VALADEZ,
J; AFONSO MARRERO, J.A.; MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, G.;
MORGADO RODRÍGUEZ, A.; MORENO GONZÁLEZ, J.C.
(2007): “Un proyecto integral de Arqueología Experimental:
el poblado de la Algaba (Ronda, Málaga)”. En Ramos M.L.;
González J.E; Baena, J. (eds.): Arqueología experimental en
la Península Ibérica: 37-45.
MORENO ONORATO, Mª.A.; MOLINA GONZÁLEZ, F.; CONTRERAS
CORTES, F. (1994): “La investigación arqueometalúrgica de la
Prehistoria Reciente en el Sureste de la Península Ibérica”.
En D. Vaquerizo (coord.): Minería y metalurgia en la España
Prerromana y romana: 13-54.
NOCETE, F. (coord.) (2004): ODIEL. Proyecto de Investigación
Arqueológica pare el análisis del Origen de la Desigualdad
Social en el Suroeste de la Península ibérica. Monografías de
Arqueología, 19. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía.
Sevilla.
NOCETE, F; QUEIPO, G; SÁEZ, R; NIETO, J M; IGNÁCIO, N.;
BAYONA, M.R; PERAMO, A; VARGAS, J.M; CRUZ-AUÑÓN,
R; GIL-IBARGUCHI, J.I; SANTOS; J.F. (2008): “The smelting
quarter of Valencina de la Concepción (Seville, Spain):
the specialised copper industry in a political centre of the
Guadalquivir Valley during the Third millennium BC (27502500 BC)”. Journal of Archaeological Science, 35:. 717-732.
OBÓN ZÚÑIGA, A. (2010): Aportación experimental al proceso
técnico de la metalurgia del cobre durante el IV-III mil. a.n.e.
en el sur de la Península Ibérica. Trabajo de Máster, UGR.
Granada. Inédito.
REYNOLDS, P.J. (1988): Arqueología experimental. Una
perspective de futur. Estudis Universitaris de Vic.
REYNOLDS, P.J. (1999): “The nature of Experiment in Archaeology”.
En A. F. Harding (ed.): Experiment and design in Archaeology
in honour of John Coles. Oxford Books: 156-162.
RODRÍGUEZ BAYONA, M. (2008): La investigación de la actividad
metalúrgica durante el III Milenio A.N.E. en el Suroeste de
la Península Ibérica. La Arqueometalurgia y la aplicación de
análisis metalográficos y composicionales en el estudio de la
producción de objetos de metal. BAR British Archaeological
Reports. Oxford.
RODRÍGUEZ-VINCEIRO, F.J.; FERNÁNDEZ, L.E.; CLAVERO, J.L.;
ROMERO, J.C.; THODE, C. GARCÍA PÉREZ, A.; SUÁREZ, J.;
BARRERA, M.M.; PALOMO, A. (1992). “Estado actual de la
investigación arqueometalúrgica prehistórica en la provincia
de Málaga”. Trabajos de Prehistoria, 49: 217-242.
ROVIRA, S. (1989): “Arqueología y Arqueometalurgia”. Boletín
de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología,
27: 45-50.
ROVIRA, S. (1999): “Una propuesta metodológica para el estudio
de la metalurgia prehistórica: el caso de Gorny en la región
de Kargaly (Orenburg, Rusia)”. Trabajos de Prehistoria, 56:
85-113.
ROVIRA, S. (2003): “Resultado de un primer experimento de
fundición de minerales de cobre en el arqueódromo de
Borgoña”. En Fernández J. y Herrán, J.I. (coords.): Mineros
y fundidores en inicio de la edad de los metales. El Midi
Francés y la Península Ibérica:75-81.
ROVIRA, S. (2005): ”Metalurgia de crisol: La obtención de
cobre en la Prehistoria de la Península Ibérica”. Metallica.
Sociedad Española para la defensa del Patrimonio Geológico
y Minero, 5: 87-94.
ROVIRA, S.; AMBERT, P. (2002): “Vasijas cerámicas para
reducir minerales de cobre en la península Ibérica y Francia
meridional”. Trabajos de prehistoria 59: 89 -105.
ROVIRA, S.; GUTIÉRREZ, A. (2003): “Toro 2001. Crónica de un
proceso de fundición experimental de minerales de cobre”.
En J. Fernández y Herrán, J.I. (coords.): Mineros y fundidores
en inicio de la edad de los metales. El Midi Francés y la
Península Ibérica: 70-74.
ROVIRA, S; MONTERO, I; RENZI, M. (2009): ”Experimental CoSmelting to Copper-tin Alloys”. En Kienlin T.L. y Roberts,
B.W. (coords.): Metals and Societies: 407-420.
SÁEZ, R.; NOCETE, F.; NIETO, J.M.; CAPITÁN, M.A.; ROVIRA, S.
(2003): “The extractive metallurgy of copper from Cabezo
Juré, Huelva, Spain: chemical and mineralogical study of
slags dated to the Third Millennium BC”. The Canadian
Mineralogist, 41: 627- 638.
445
Carmen GUTIÉRREZ, Ignacio MARTÍN, Charles BASHORE y Álvaro SIMÓN
- LV Experimentando con metales.
La funcionalidad en arqueometalurgia
Carmen GUTIÉRREZ*, Ignacio MARTÍN**, Charles BASHORE* y Álvaro SIMÓN*
* Dpto. de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma de Madrid.
** Dpto. de Prehistoria y Arqueología. UNED.
Resumen
Presentamos en este trabajo un balance de los
experimentos sobre funcionalidad de los instrumentos
metálicos, desarrollados a lo largo de los últimos años
en la Universidad Autónoma de Madrid. En él insistimos
Palabras clave:
en la necesidad de precisar el protocolo experimental así
como evaluar las aportaciones reales que este tipo de
procedimientos proporciona a la comprensión del pasado.
Metalurgia, Arqueología experimental, Traceología, Prehistoria.
Abstract
In this paper we present a balance of the experiments about
metallic tools functionality that have been undertaken during
the last few years at the Universidad Autónoma de Madrid.
Key words:
We insist on the necessity to precise the experimental protocol
and evaluate the real contribution that this type of procedures
can provide to the comprehension of the past.
Metallurgy, Experimental archaeology, Traceology, Prehistory.
Introducción
Desde el año 2002 hemos venido desarrollando en la
Universidad Autónoma de Madrid una nueva línea de trabajo
que aplica la Traceología al material metálico prehistórico.
Fruto de este proceso son las publicaciones presentadas
en diferentes congresos y revistas1. El objetivo principal ha
sido acercarnos a la comprensión de la funcionalidad a este
tipo de material, en el que el uso principal ha sido asumido
generalmente a partir de la clasificación tipológica (Fernández
Manzano y Montero 2001).
El paso de la Traceología lítica a la metálica conlleva una
serie de problemas que han dificultado el pleno desarrollo
1. Badal, et al 2005; Gutiérrez Sáez 2002; Gutiérrez Sáez et al 2005, 2008, e.p.;
Gutiérrez y Soriano 2008, Soriano y Gutiérrez e.p.
de esta línea de investigación. Podemos resumir estos
inconvenientes en los siguientes aspectos. La infraestructura y
los conocimientos técnicos para desarrollar la experimentación
son más costosos que en otras materias; en este sentido, los
procesos tecnológicos añaden sus propias trazas a las que
se superpondrán las de uso. En segundo lugar la presencia
mayoritaria de corrosiones y la necesidad de procesos de
restauración y consolidación no nos permiten acceder a la
superficie original donde poder discriminar siempre las causas
de cada tipo de huellas. Por otra parte, esta investigación se
tiene que ceñir, por necesidad, a las materias de base cobre,
puesto que aquellas de hierro se ven demasiado dañadas
por la oxidación.
447
Experimentando con metales. La funcionalidad en arqueometalurgia
B L O Q U E - IV - . Capítulo LV
La experimentación con metal
Entendemos por experimentación en Traceología el
método en que diversas materias físicas interactúan entre
sí generando unas trazas características de cada conjunción
de variables. Para ello es necesario diseñar un protocolo
experimental donde cada uno de los factores que intervienen
en el proceso esté claramente definido. La finalidad de este
protocolo es proporcionar una colección experimental que nos
sirva de referencia para el estudio del material arqueológico.
La compresión, en términos funcionales, de este material
arqueológico debe de proporcionar respuestas que solventen
cuestiones concretas. Muy diferente es el objetivo de las
recreaciones, donde los procesos de manufactura no tienen
que estar tan claramente especificados y cuya finalidad es
generalmente la didáctica.
Los factores en juego se denominan variables y se
clasifican en independientes y dependientes. Las primeras
están constituidas por aquellos elementos que participan
en la experimentación mientras que las dependientes son
las propias huellas.
Variables independientes
Dentro de la experimentación en metal se tienen en
cuenta la materia prima, los procesos de trabajo, los útiles,
las acciones, las materias trabajadas y el tiempo de uso.
Figura 1. Vertido de cobre fundido y molde de arena
448
La materia prima seleccionada, hasta el momento, en
los experimentos se ha centrado en cobre puro y cobre con
estaño en distintas proporciones (5% y 15%). Los procesos
de trabajo emprendidos han sido forja en frío, forja en
caliente, fundido, recocido y limado. La variación tanto de las
materias primas como de los procesos de trabajo proporciona
distintos grados de elasticidad, tenacidad y dureza-fragilidad
e implica cambios en las respuestas del instrumento ante el
uso. Estos aspectos son bien conocidos gracias al empleo
de diversas técnicas analíticas y metalográficas, aplicadas
tanto al material arqueológico como al experimental.
Los útiles empleados en la prehistoria reciente son muy
variados, por ello hemos hecho una selección básica que se
irá ampliando con el tiempo. En ella hemos incluido punzones,
sierras, cuchillos-puñal y hachas planas, piezas todas
presentes en el registro arqueológico desde el Calcolítico
al Bronce pleno peninsular. Las acciones realizadas con
este instrumental son cortar, serrar, grabar, perforar y talar.
Cada una de las acciones está definida por una conjunción
de subvariables específicas (Gutiérrez y Soriano 2008).
Finalmente decidimos limitar el tiempo de uso a una hora en
el grueso de los experimentos, a excepción de un programa
específico en el que diversas piezas se utilizaron dos horas
a modo de control (Soriano y Gutiérrez e.p.).
Carmen GUTIÉRREZ, Ignacio MARTÍN, Charles BASHORE y Álvaro SIMÓN
Por último debemos de precisar que hemos optado por
emplear unos instrumentos metalúrgicos actuales: fragua
con motor, yunque y juegos de sierras, limas y martillos
de metal. Nuestro objetivo básico es, por el momento, ver
la variación de las huellas según la interactuación de los
distintos elementos. Más adelante será preciso llevar a
cabo un nuevo programa con instrumentos de producción
que repliquen los originales.
Los experimentos
Los programas experimentales llevados a cabo hasta el
momento han sido ya publicados anteriormente (Gutiérrez y
Soriano 2008), a ellos remitimos para mostrar el diseño de
un protocolo experimental. Nos parece importante comentar
algunos de los problemas surgidos en los experimentos de
metalurgia. Entre ellos, por ejemplo, el suministro de metal.
La imposibilidad de encontrar en el mercado bronces de
aleaciones específicas nos obligó a producir nuestros propios
bronces a partir de cobre puro y estaño en polvo. Por otra
parte, no siempre ha sido fácil alcanzar la temperatura de
fundición que requiere el cobre -1.083º- debido, sobre todo,
a combustibles poco adecuados. Pero uno de los principales
obstáculos con que nos hemos encontrado ha sido el tema
de los moldes. Hemos fabricado moldes en arcilla cruda,
arcilla refractaria cocida y arenisca, todos ellos se acababan
rompiendo después de unos pocos vertidos. La solución la
encontramos en el uso de arena de fundición, que retiene
bien el metal y puede moldearse para cada ocasión.
Con estas circunstancias, algunas de las piezas fundidas
no han podido ser aprovechadas, ya que han quedado
inutilizadas en la forja posterior debido a la presencia de
burbujas y fisuras internas. Sin embargo, estos obstáculos
han contribuido, sin duda, a una mayor formación a lo largo
de la experimentación.
Variables dependientes: las huellas de uso
Como se ha citado anteriormente, cada conjunción
específica de variables independientes genera una serie de
variables dependientes, las conocidas como huellas de uso.
En el campo del metal, así como en los de materias óseas y
piedras pulimentadas, los procesos de manufactura exigen
un fuerte pulido final para procurar el acabado de las piezas.
Este proceso, ausente en la talla lítica, produce un amplio
campo de huellas tecnológicas sobre las que se superpondrán
las de uso y que no siempre es posible discernir. Por ello, el
repertorio de huellas que podemos encontrar sobre estos
útiles puede deberse a cualquiera de estas dos causas,
añadiéndose, en el metal, las trazas producidas durante
los procesos de limpieza y restauración, así como aquellas
derivadas de los procesos postdeposicionales.
En general podemos identificar tres grandes grupos de
huellas, aunque no todos tienen la misma capacidad a la hora
de diagnosticar las variables independientes que las han
causado (materia trabajada, acción, proceso tecnológico…).
El primer grupo es el de las deformaciones mecánicas
tales como depresiones bien de carácter amplio o de tipo
lineal, que nos indican la existencia de algunas modalidades
de trabajo (fisuras e incisiones) y la dirección del instrumento
durante el uso (estrías). Un segundo tipo de alteraciones
mecánicas afectan, sobre todo, a los filos activos e implican
su deformación (muescas y rebordes) o, incluso, su rotura.
En este caso, son equivalentes a los llamados desconchados
sobre útiles líticos, y, como ellos, tienen escasa capacidad
diagnóstica, especialmente cuando aparecen de forma
aislada.
Dentro del segundo grupo, deformaciones físico-químicas,
encontramos dos tipos de trazas muy diferentes. Por una parte
el pulimento, huella fundamental para identificar la materia
trabajada, pero a la que no siempre es posible acceder en las
piezas metálicas arqueológicas porque suele quedar oculta
por las corrosiones. Un segundo tipo lo forman las propias
corrosiones, que suponen una alteración de las piezas que
puede llegar a eliminar el núcleo metálico en su caso más
extremo. Hay que distinguir entre corrosiones propias del
metal y otras debidas a agentes externos. Entre las primeras
destaca la tenorita, que se desarrolla desde la creación del
objeto metálico en su intento por regresar a su estado mineral
inicial. En los objetos experimentales hemos podido observar
que, debido a la eliminación de la capa de tenorita por la
fricción producida durante el uso, se originan huellas como
las bandas de lustre y las alteraciones diferenciales. Otra
cuestión es poder determinar estas huellas sobre objetos
arqueológicos, donde el desarrollo de la tenorita es tan
pronunciado que impide la identificación de dichas trazas.
Además, sobre las piezas metálicas, es común encontrar un
conjunto de alteraciones originadas generalmente durante
el proceso postdeposicional.
Finalmente, en circunstancias excepcionales, es posible
detectar residuos adheridos a la pieza que nos ofrecen
una información de primera mano sobre aspectos como
enmangamiento y recubrimiento. Es el caso de restos de
fibra de lino encontrados en varios puñales argáricos y
conservados gracias a los procesos de mineralización citados
(Alfaro Giner 1984; Badal et al 2005).
449
Experimentando con metales. La funcionalidad en arqueometalurgia
B L O Q U E - IV - . Capítulo LV
Figura 2. Funcionalidad de las piezas metálicas y huellas de uso
450
Carmen GUTIÉRREZ, Ignacio MARTÍN, Charles BASHORE y Álvaro SIMÓN
Resultados
Los resultados obtenidos hasta el momento van en
relación a la serie de objetivos propuestos a lo largo
del tiempo. Viniendo del campo de la Traceología lítica,
inicialmente tratábamos de conocer qué tipo de huellas
podían desarrollarse en el metal. En este sentido, el primer
programa fue de tipo general. Sobre estas piezas obtuvimos
un muestrario de las huellas más características, citadas
anteriormente. A partir de esta base, nuestra finalidad
era tratar de precisar el comportamiento de variables
fundamentales como la materia prima y los procesos
de manufactura del metal, dado que, como ya hemos
mencionado, ambos aspectos determinan las propiedades
mecánicas del objeto metálico.
Para este segundo objetivo, diseñamos un pequeño
programa experimental que nos permitió comprobar la
variación en el registro de huellas en función de los distintos
metales empleados (Soriano y Gutiérrez e.p.). En la actualidad,
tratamos de definir el papel que los diferentes procesos de
trabajo pudieran tener en la génesis de las trazas.
Conclusiones
A modo de reflexión final, creemos conveniente apuntar
que somos conscientes de las limitaciones que esta disciplina
presenta. Fundamentalmente señalaríamos la gran cantidad
de variables independientes a contrastar. Una vez sentadas
las bases concernientes a la elaboración del objeto, es preciso
ir ampliando nuestro conocimiento a base de programas
controlados dedicados expresamente a comprender el
comportamiento del trabajo de una gama más amplia de
útiles metálicos (herramientas y armas), utilizados sobre
diversas materias primas y acciones.
Otro gran campo de investigación tiene que centrarse,
necesariamente, en el problema de las corrosiones. Es
conocido que la práctica totalidad de piezas metálicas que
se recuperan en el registro arqueológico están afectadas
por algún tipo de alteración. Obviando aquellas que son
prácticamente irrecuperables para la investigación es posible
actuar sobre el resto. En primer lugar, dando una llamada de
atención a los restauradores para que traten de documentar
todo el proceso de restauración y limpieza, tanto en los
elementos que eliminan como en aquellos otros que añaden
(por ejemplo, distintos tipos de estrías). Por nuestra parte,
profundizando en el estudio de estos procesos que se inician
con la elaboración de la pieza, como la tenorita, y se agudizan,
en el caso de contacto con algunas materias trabajadas.
La consecución de estos logros a partir de la base
experimental tiene como fin poder determinar la funcionalidad
del material metálico prehistórico, por el momento no en
términos de una lectura exhaustiva, dado que las huellas
más diagnósticas son problemáticas en nuestro caso pero, al
menos, que nos permita acercarnos a comprobar si la pieza
fue usada y evaluar su potencial funcional.
Agradecimientos
Este trabajo comenzó a realizarse gracias a la concesión
del Proyecto 06/0133/2002: Traceología sobre material
metálico. Metodología de estudio y aplicación a instrumentos
metálicos del Museo Arqueológico Nacional, concedido por
la Comunidad de Madrid.
Igualmente nuestro agradecimiento a todos los alumnos
que han colaborado a lo largo de la experimentación: Gregorio
Almodóvar, Claudia Alonso, Pablo Alonso, Sonia AlonsoRodríguez, Cristina Arias, José Manuel Arribas, Rafael Blanco,
Carlos Campayo, Virginia Gutiérrez, Rubén Hernández, Abel
Jiménez, Eloy Jiménez, Alba López, Gregorio Manglano,
Carolina Martín, Sergio Martín, Francisco Murcia, Olga de
Miguel, Nieves Mora, Javier Muñío, Andrés Nicolás, Juan
Sampedro, Helena Sanz e Isabel Serrano.
Bibliografía
ALFARO GINER, C. (1984): Tejido y cestería en la Península Ibérica.
Bibliotheca Praehistorica Hispana XXI. Madrid.
BADAL, E.; GUTIÉRREZ, C.; CABRERA, A.; CORTÉS, M.; SIMÓN,
M.D.; PARDO, A.I.; SÁNCHEZ, A.; GÓMEZ, M.J. (2005):
“Evidencias de materias orgánicas en instrumentos metálicos
del Calcolítico y Edad del Bronce andaluces”. En J. Molera.; J.
Farjás.; P. Roura.; T. Pradell. (eds.): Avances en Arqueometría
2005. Actas del VI Congreso Ibérico de Arqueometría:
229-239.
451
Experimentando con metales. La funcionalidad en arqueometalurgia
B L O Q U E - IV - . Capítulo LV
FERNÁNDEZ MANZANO, J.; MONTERO RUIZ, I. (2001): “El estudio
de la metalurgia: una historia de frustraciones y aciertos”. En
M.L. Ruiz-Gálvez Priego (ed.): La Edad del Bronce, ¿Primera
Edad de Oro de España?: 31-54.
GUTIÉRREZ SÁEZ, C. (2002): “Traceología aplicada al material
metálico: límites y posibilidades”. En I. Clemente.; R.
Risch; J.F. Gibaja. (eds.): Análisis funcional. Su aplicación
al estudio de las sociedades prehistóricas. I Congreso
Peninsular de Análisis Funcional. Barcelona. BAR
International Series 1073: 261-272.
GUTIÉRREZ SAÉZ, C.; ALONSO HERRERO, P.; ARIAS JORDÁN,
C.; CAMPAYO GARCÍA, C.; GARCÍA MOLDES, A.; JIMÉNEZ
ARÉS, E.; MÁRQUEZ GONZÁLEZ, R.; MARTÍN BLANCO,
C.; MONTERO RUIZ, I.; MURCIA MUÑOZ, F.; ROVIRA
LLORENS, S.; SERRANO GÓMEZ, I. (e.p.): Arqueometalurgia
experimental y funcionalidad. Las huellas de uso. V Congreso
de Arqueología Peninsular. Faro (Portugal).
GUTIÉRREZ SAÉZ, C.; GARCÍA MOLDES, A.; JIMÉNEZ ARÉS, E.;
MÁRQUEZ GONZÁLEZ, R.; CAMPAYO GARCÍA, C. (2008):
“Microwear analysis and metal tools. The study of use
wear traces and the contribution to the understanding of
protohistoric societies”. En L. Longo.; N. Skakun (eds.):
Prehistoric Technology 40 Years Later: Functional Studies and
the Russian Legacy. BAR International Series 1783: 471-474
GUTIÉRREZ SÁEZ, C.; SORIANO LLOPIS, I. (2008): “La funcionalidad
sobre material metálico. Bases y aplicaciones de estudio”.
En S. Rovira Llorens.; M. García-Heras.; M. Gener Moret.
I. Montero Ruiz (eds.): Actas del VII Congreso Ibérico de
Arqueometría: 432-447. Madrid.
452
GUTIÉRREZ, C.; MÁRQUEZ, R.; MARTÍN, C.; ALONSO, P.; JIMÉNEZ,
E.; CAMPAYO, C.; GARCÍA, A.N.; MURCIA, F.; SERRANO,
I.; ARIAS, C.; PARDO, A.I. (2005): “Arqueometalurgia y
funcionalidad: una nueva aproximación al estudio de los
metales en la Prehistoria”. En O. Puche Riart.; M. Ayarzagüena
Sanz (eds.): II Simposio sobre Minería y Metalurgia Históricas
en el Sudoeste Europeo: 107-113. Consejo Superior de Colegios
de Ingenieros de Minas, Instituto Geológico y Minero de
España, Excmo. Ayuntamiento de Ciempozuelos. Madrid.
KIENLIN, T. L.; OTTAWAY, B. S (1998) “A flanged axes of the
North-Alpine Region: an assesment of the possibilities of
use-wear analysis on metal artefacts”. En C. Mordant.; M.
Pernot.; V. Rychner. (eds.): L’atelier du bronzier en Europe du
XXº au VIII siècle avant notre ère. Paris, CTHS
OTTAWAY, B.; ROBERTS, B. (2003): “The use and significance of
socketed axes during Late Bronze Age”. European Journal
of Archaeology, 6.2: 119-140.
VIVET, J-B. (1997): “Un exemple d’analyse tracéologique
sur bronzes: les haches du dépot de Tréboul. Éléments
d’interprétation”. En M-Ch. Frére-Sautot. (dir.):
Paléometallurgie des cuivres. Monographies Instrumentum
5: 173-178.
SORIANO, I.; GUTIÉRREZ, C. (e.p.): “Use-wear analysis on metal:
the raw material and metallurgical work process influence”.
En Archaeometallurgy in Europe 2007. Publicación en CD.
Ed. Associazione Italiana di Metallurgia.
Carmen GUTIÉRREZ, Ignacio MARTÍN, Charles BASHORE y Álvaro SIMÓN
- LVI Fundición experimental de cascabeles prehispánicos.
Análisis del trabajo de S. Long
Raúl YBARRA
Resumen:
La técnica de fundición de joyería a la cera
perdida se inició en América en la región de Perú alrededor
del año 1000 a.C. para llegar por vía marítima o terrestre
a Mesoamérica entre los años 600 a 800 d.C., a través
de intercambios comerciales entre los distintos pueblos
indígenas de Costa Rica y Mesoamérica.
La información que se posee en la actualidad sobre estos
métodos antiguos de elaboración de joyería es básicamente
la registrada en el Códice Florentino por Fray Bernardino de
Sahagún (1548 - 1561). A pesar de los detalles contenidos
en dicho documento, estos no cuentan con la información
técnica suficiente que permitan la reproducción de dichos
procesos. El único trabajo experimental publicado sobre la
técnica de fundición prehispánica fue realizado en 1964
por Stanley Long quien hace un estudio para reproducir
cascabeles. A partir de entonces, este trabajo ha servido
como referencia bibliográfica para innumerables artículos
de arqueología que traten el tema de la metalurgia en la
América Precolombina.
Palabras clave:
Long interpreta los escritos del Códice Florentino para la
elaboración de los moldes de barro, como sistemas cerrados
de fundición en donde el diseño de cera, los canales de
fundición y ventilación, el crisol y el metal que va a ser
fundido, se encuentran en el interior de un molde único. Esta
forma de elaboración de moldes no permite la explicación
de diversos factores técnicos que son importantes en el
proceso de fundición.
El objetivo del presente trabajo, es comparar el método de
trabajo usado por Long en 1964, con el proceso de fundición
desarrollado en nuestro laboratorio, el cual consiste en una
interpretación diferente del Códice Florentino ya que se utiliza
un sistema separado y abierto de molde y crisol, así como
la forma de fundición del metal, el cual se realizó soplando
aire por un cañuto de metal a las brazas de carbón, que es
más apegado a lo descrito por las referencias bibliográficas
de la época. Así mismo, se apoyó el trabajo experimental
con observaciones morfológicas de cascabeles originales
prehispánicos, lo cual permitió la obtención de piezas
similares a las mostradas en los museos.
Arqueología experimental, instrumentos musicales, cascabeles, metalurgia, metales, joyería,
oro, plata, cera perdida, fundición.
Abstract: In the Americas, use of the lost-wax technique
According to Long’s interpretation of passages in the
Florentine
Codex on the production of clay molds, the process
in jewelry-making began in the region of Peru around 1000
was based on closed casting systems in which the original
B.C. and, by approximately 600-to-800 A.D., had spread to
wax design, the casting and ventilation channels, the crucible,
Mesoamerica through commercial exchanges, following land
and the metal that was to be melted, were all placed inside
or sea routes, among different indigenous peoples in Costa
one sole mold. However, this form of elaborating molds does
Rica and Mesoamerica.
not allow us to explain a series of technical factors that are
Most of the information currently available on ancient
keys to the casting process as a whole.
methods of jewelry production comes from the Florentine
The objective of this study is to compare the method of
Codex (Códice Florentino) written by Fray Bernardino de Saelaboration that Long followed in his 1964 study with the
hagún (1548-1561). Though it contains considerable technical
casting process developed in our laboratory, based on a distinct
detail, the information in that document has proven insufficient
interpretation of the Florentine Codex. Our approach utilizes a
to allow the modern researcher to successfully replicate the
separate, open mold and crucible, and a distinct method of casting the metal that involves blowing air on the charcoal embers
processes involved. The only published experimental work on
through a metal tube. Not only is this procedure much more
Prehispanic casting techniques appeared in 1964, by Stanley
similar to the method described in bibliographic sources from
Long, who conducted a study designed to reproduce bells based
the epoch, it is also supported by extensive experimental work
on that ancient source. Ever since, his research has stood as
and
detailed observations of the morphological characteristics
a primary bibliographical referent for innumerable articles in
of
original
Prehispanic bells from archaeological sites. Using
the field of archaeology that deal with the topic of metallurgy
it,
Raul
Ybarra
has succeeded in producing pieces similar to
in Precolumbian America.
those on display in museums.
Key words: Experimental archaeology, musical instruments, bells, metallurgy, metals, jewelry, gold, silver, lost-wax, casting.
453
Fundición experimental de cascabeles prehispánicos. Análisis del trabajo de S. Long
B L O Q U E - IV - . Capítulo LVI
Introducción
La técnica de fundición a la cera perdida, fue el proceso
más ampliamente usado por los antiguos orfebres para
la elaboración de los cascabeles de metal. Dentro de la
descripción que hizo Fray Bernardino de Sahagún sobre el
proceso de fundición de joyería, menciona como se puede
utilizar un cascabel para la decoración de un collar de oro.
(Sahagún 1981; Caso 1969)
Se piensa que esta técnica de fundición se inició en
América en la región de Perú alrededor del año 1000 a.C. para
posteriormente desarrollarse en Colombia y Costa Rica. Este
conocimiento de fabricación de joyería llegó a Mesoamérica
entre los años 600 a 800 d.C., probablemente por vía marítima
o terrestre a través de intercambios comerciales entre los
distintos pueblos indígenas de Costa Rica y Mesoamérica.
(Falchetti 2003; Hosler 2002)
La información que se cuenta en la actualidad sobre los
métodos antiguos de elaboración de joyería es la registrada
por Fray Bernardino de Sahagún en capítulo: “De la manera
de labrar de los plateros su libro” en su libro noveno de la
“Historia General de las Cosas de la Nueva España” (1548 1561). Desde el punto de vista técnico, estas descripciones no
cuentan con el detalle suficiente que permitan la reproducción
de dichos procesos. (Sahagún 1981)
En este libro, Fray Bernardino de Sahagún reseña el mismo
proceso de fundición a la cera perdida, de dos maneras casi
idénticas, con excepción del proceso en donde se describe
la colocación del canal de fundición y el horneado y vaciado
del metal al interior del molde de barro. En el escrito original
traducido del Náhuatl al español por Ángel María Garibay para
la edición de 1956 por Editorial Porrúa (tomo 3, págs. 67-72)
se puede leer estas dos versiones de la siguiente manera:
Versión 1.
20.- Cuando se ha cubierto y revestido lo que se moldea,
por dos días aún se seca, y luego se le pone el tubo para el oro,
también hecho de cera; ése es el tubo que se le hace al oro.
21.- Por allí ha de entrar cuando es derretido y otra vez
con él se conecta. Se dispone el crisol, también es de carbón,
de hechura ahuecada.
22.- Luego así se toma el carbón; allí es cuando se funde y
liquida el oro, con lo cual luego entra el tubo de comunicación,
con esto se entuba por allí y corre. Se pone en el suelo.
23.- Cuando se ha fundido el artefacto, el collar que se
intentó, o cualquiera de las cosas mencionadas, se pule con
un pedrusco, y cuando ya se ha pulido, es cuando se le da
un baño de alumbre.
454
Versión 2.
45.- Cuando se ha secado, es precisamente cuando se le
ponen las tapas, de puro carbón basto, con lo cual se reviste
totalmente el molde. Como en dos días se seca.
46.- Luego se le pone en la cera el llamado tubo de
contacto, es cilíndrico, primeramente se redondea: éste es
el conducto por donde ha de entrar el oro.
47.- Puesto el tubo, luego se van poniendo los crisoles
en que se ha de derretir el oro.
48.- Cuando todo se ha dejado listo, como va dicho, luego
se pone en el fuego, se calienta totalmente: allí sale, arde la
cera que se halla dentro, la que se había puesto.
49.- Cuando ya se fue la cera, cuando ardió, luego se
enfría: es entonces cuando se coloca sobre la arena burda.
50.- Es cuando, por fin, se funde, entra al crisol, se pone en
el carbón, y el oro que allí entra por otro lado en un cucharón
se derrite. Allí acaba todo esto, con esto queda hecha la obra.
51.- Cuando ha nacido, se ha fundido y ha sido hecho
el artefacto, luego va a un baño de alumbre, en un cazo de
cobre, en el cual hierve a borbollones. (Sahagún 1981)
Long interpreta la versión uno de los escritos del Códice
Florentino para la elaboración de los moldes de barro, como
sistemas cerrados de fundición en donde el diseño de cera,
los canales de fundición y ventilación, el crisol y el metal que
va a ser fundido, se encuentran en el interior de un molde
único. Esta forma de elaboración de moldes no permite la
explicación de diversos factores técnicos que son importantes
en el proceso de fundición. (Long 1964)
En nuestro laboratorio de investigación, realizamos un
total de 27 fundiciones de diseños de cascabeles, siguiendo
al igual que Long, los escritos originales de Fray Bernardino
de Sahagún, y estudiando cuidadosamente las ilustraciones
del Códice Florentino. Así mismo se llevaron a cabo estudios
morfológicos de diversos diseños y estilos de cascabeles
originales prehispánicos con la finalidad de podernos apegar
con mayor fidelidad a los posibles métodos de trabajo
utilizados en la época antigua en Mesoamérica.
De las 27 fundiciones experimentales realizadas se
obtuvieron 19 cascabeles completos y 8 incompletos. Las
causas por las cuales algunos de los diseños salieron
incompletos son: a) diámetro inadecuado del canal de
fundición, y/o b) por la temperatura inadecuada del molde
de barro o del metal al momento del vaciado de este. Así
mismo, se observó que la mitad de los cascabeles presentaban
Raúl YBARRA
adherencias de metal en su superficie, la cual se originó cuando el metal llenó un espacio creado de manera accidental
durante el proceso de elaboración del molde de barro (Fig. 1).
Figura 1. Imágenes que ilustran el proceso experimental de fundición
de cascabeles por Raul Ybarra usando un fuelle de boca, diseños
elaborados en cera, moldes de barro, vertido del metal fundido al
interior del molde y dos diseños de cascabeles transformados en
plata. (Fotografía: Raul Ybarra)
455
Fundición experimental de cascabeles prehispánicos. Análisis del trabajo de S. Long
B L O Q U E - IV - . Capítulo LVI
Los resultados y experiencias obtenidos con estas
investigaciones, aunado con él estudio morfológico de
diversos cascabeles prehispánicos, nos permitió encontrar las
siguientes diferencias entre el método de trabajo realizado
por Long en 1964 y nuestro laboratorio, para la fundición
de cascabeles. Dentro de estas diferencias cabe resaltar
las siguientes:
1) Modelado del diseño en cera:
Para modelar la cera sobre el núcleo de barro, Long
aplicó una lámina aplanada de cera. En nuestro laboratorio
se observó que el método de enrollado de hilos de cera
alrededor del núcleo de barro, fue el método más adecuado
para la obtención de una pieza con un grosor uniforme,
independientemente que el hilo se aplane para dar un
aspecto liso o se deje como tal. Lo anterior concuerda con
nuestras observaciones realizadas en cascabeles originales,
en donde se encontró como en la mayoría de los diseños
con superficie lisa, esta se logro mediante el enrollado y
aplanado posterior de los hilos de cera colocados sobre un
núcleo de barro endurecido (Fig. 2).
2) Reservorio de metal:
La utilización de un reservorio amplio de metal en el
canal de fundición no ha sido documentada y Long lo utilizó
en su estudio, argumentando que este no es un detalle
de importancia, además de haber utilizado un horno con
ventilación eléctrica para el horneado del molde y fundición
del metal. En nuestro laboratorio, se utilizó el aire de los
pulmones a través de tubos de metal para el mismo proceso
y se observó que no se requiere de reservorios de metal
para la obtención de diseños completos. Así mismo, estos
reservorios son un detalle importante que Long pasa por
alto, ya que por la cantidad de cascabeles encontrados en
Mesoamérica y su diversidad de tamaño (siendo algunos
muy pequeños), es posible pensar que la colocación de un
reservorio en cada diseño, sería un gasto energético muy
grande de fundición de metal y desgaste humano, ya que en
la época prehispánica solo se usaban cañutos para fundir el
metal y la ventilación del carbón por medio del aire de los
pulmones de los orfebres indígenas.
3) Canales de ventilación:
No existen evidencias del uso de canales de ventilación
en cascabeles por lo que el procedimiento descrito por
Long para la colocación de este tipo de conductos sería
muy difícil de llevar a cabo para el desarrollo y fundición
de un gran número de cascabeles. En nuestras pruebas
experimentales, se obtuvieron piezas completas sin el uso de
canales de ventilación, lo cual se encuentra más de acuerdo
456
con las observaciones morfológicas realizadas a cascabeles
originales, en donde no se encontraron marcas de estos
supuestos tipos de canales en ninguno de ellos (Figs. 1 y 2).
4) Ángulo de fundición:
Long realiza sus pruebas de estudio colocando los moldes
en el horno comercial a 45 ° de inclinación para garantizar
la salida de los gases y la obtención de piezas completas.
En nuestro laboratorio se realizaron pruebas de fundición
colocando los moldes de manera vertical a 90 ° e inclinada a
45 ° y no se observó diferencia en los resultados obtenidos.
Así mismo, en el estudio morfológico de cascabeles originales
que poseían aún restos de su canal de fundición, se observó
que todos estos poseían una unión vertical con respecto al
cuerpo del diseño y ninguno mostró inclinación alguna.
5) Horneado y fundición del metal:
En su experimento Long, utiliza un horno comercial
eléctrico y no un brasero con aireación de boca. La
interpretación de Long es personal al referirse a un sistema
único de eliminación de cera, fundición de metal y vertido
de este al interior del molde, en donde desde un inicio, el
diseño de cera es colocado en la parte inferior y el crisol
con el metal en la parte superior, y conectados ambos a
45 grados por medio del canal y reservorio de fundición.
Este sistema único de fundición tiene el inconveniente de
que no se pueden reutilizar pedazos pequeños de metal
de otras fundiciones ya que estos se escurrirían por el
canal de fundición una vez eliminada la cera y darían como
resultado fundiciones defectuosas, ya que obstruirían los
conductos y áreas estrechas en el diseño. Este es un punto
muy importante, ya que en la época prehispánica todos
los canales de fundición se debieron haber reutilizado en
fundiciones posteriores, por lo complejo y laborioso que era
la obtención y refinación del metal, si se considera que en
todos estos procesos no se empleaban fuelles, sino el aire
de los pulmones de los artesanos indígenas. Por otro lado,
este sistema cerrado de fundición, impide poder utilizar metal
para fundiciones simultaneas, esto es, que al usar un crisol
externo, se puede observar cuando el molde se ha llenado
y así pasar con el metal aun líquido en el crisol al siguiente
molde que espera ser llenado. Long no menciona cuantos
diseños realizo en su experimento, ni cuantas fundiciones,
y por tanto cual fue su porcentaje de resultados. Así mismo,
no realizó experimentos con fundiciones sin canales de
ventilación para una comparación. En el experimento de
Long se emplearon 5 kg de carbón, lo cual es una cantidad
extraordinaria de recurso para la fundición de un cascabel
de menos de 2 cm de diámetro.
Raúl YBARRA
Figura 2. Imágenes de algunos cascabeles prehispánicos originales
encontrados por los propios campesinos en sus parcelas de cultivo
durante sus labores diarias de trabajo. En estas piezas se observa
cómo fueron enrollados los hilos de cera alrededor de un núcleo, lo
cual permitió un control más eficiente de la forma y grosor del diseño.
Posteriormente los hilos de cera fueron aplanados (excepto en el
cascabel de mayor tamaño) para dar un aspecto liso. En ninguna de
las piezas estudiadas se observaron restos o marcas de la existencia
de canales de ventilación o de conductos secundarios de fundición.
Nota: las fotografías y mediciones de estas piezas se realizaron In
Situ. (Fotografía: Raul Ybarra)
457
Fundición experimental de cascabeles prehispánicos. Análisis del trabajo de S. Long
B L O Q U E - IV - . Capítulo LVI
Por último, en 1972, la Dra Olsen, describe el hallazgo de
dos moldes de fundición a la cera perdida elaborados en barro
y que fueron encontrados en una tumba en el municipio de
Monte Negro, Quindio en el centro de Colombia, los cuales
nunca fueron usados y poseen una forma aplanada, con un
cuello y un embudo en uno de los extremos, que es por donde
se vierte el meta fundido. La forma de estos moldes da la idea
de que los diseños de cera fueron envueltos en una capa de
barro a la cual se le formó un cono por donde el metal fundido
debía de ser introducido. Infiriendo así mismo, el hecho de
que el metal se debió de haber calentado y fundido en un
recipiente separado (crisol). (Olsen 1972)
Conclusiones
Tomando en consideración el análisis de los pasos usados
por Long en su trabajo experimental, junto con el análisis
morfológico y resultados de fundición obtenidos en nuestro
laboratorio, se podría concluir que la interpretación que
realizo Long del Códice Florentino, no se ajusta en muchos
de sus puntos con lo que se pudo haber llevado a cabo en
la época prehispánica para la fundición de cascabeles.
Sin embargo, aun se requiere una gran cantidad de estudios
de investigación para poder comprender con mayor claridad
y exactitud los procesos técnicos que se pudieron haber
llevado a cabo en la época antigua para poder lograr diseños
de cascabeles con la delicadeza en el diseño y fino grosor
con que fueron producidos estas piezas.
Agradecimientos
Agradezco a la Lic. Katia Marmolejo Marina por su apoyo en el presente trabajo.
Bibliografía
CASO, A. (1969): El tesoro de Monte Albán. Memorias del Instituto
Nacional de Antropología e Historia. Mexico: 343-394.
FALCHETTI, A. MA. (2003): The seed of life: The symbolic power
of gold-copper alloys and metallurgical transformations,
en Gold and Power in Ancient Costa Rica, Panamá, and
Colombia. Dumbarton Oaks Research Library and Collection,
Washington, D.C: 345-381.
LONG, S. (1964): “Cire Perdue Copper Casting in Pre-Columbian
Mexico: An Experimental Approach.” American Antiquity,
30(2): 189-192.
OLSEN, K.B. (1972): “Two Prehispanic Cire Perdue Casting Moulds
from Colombia.” Man ,7(2):308-311.
SAHAGÚN, F.B. (1981): Historia general de las cosas de la Nueva
España. Editorial Porrúa, México, tomo 3: 67-72.
HOSLER, D. (2002): The Sounds and Colors of Power: The
Sacred Metallurgical Technology of Ancient West Mexico,
Cambridge. The MIT Press: 21-169.
458
B L O Q U E
- V -
La experimentación del pasado aplicada
a la didáctica y el patrimonio histórico
Raúl YBARRA
- LVII Parque Arqueológico do Vale do Côa:
entre os dados da experimentação arqueológica
e o público
Jorge Davide SAMPAIO y Thierry AUBRY
Parque Arqueológico do Vale do Côa. Instituto de Gestão do Património Arquitectónico e Arqueológico. I.P.
Resumo
O programa experimental desenvolvido pelo Parque
Arqueológico do Vale do côa (PAVC) a partir de 2003 encontra
a sua origem na tentativa de dar resposta a algumas questões
suscitadas pela investigação arqueológica desenvolvida ao
longo de mais de 10 anos em torno da contextualização
da arte paleolítica do Vale do Côa. Nesta que é a primeira
etapa do programa de Arqueologia experimental do PAVC,
partimos de 3 temas tidos como fundamentais para uma
melhor caracterização das actividades associadas à caça
Palabras clave:
e ao mundo artístico (Aubry e Sampaio, neste volume). Os
resultados obtidos no decurso de tal investigação foram
divulgados em canais da especialidade, e utilizados para
públicos indiferenciados, essencialmente através de oficinas
e reconstituições. Este artigo apresenta uma reflexão sobre as
vias possíveis de difusão de aspectos concretos do quotidiano
dos caçadores/artistas paleolíticos do vale do Côa, com um
balanço dos aspectos positivos e negativos das actividades
desenvolvidas, indagando ainda sobre a problemática da
dialéctica interpretativa.
Arqueologia experimental, divulgação, Parque Arqueológico do Vale do Côa.
Abstract
The experimental programs developed by the Archaeological
Park of the Côa Valley (PAVC) from 2003 find its origin in the
attempt to answer more than to some questions originated for
the developed archaeological inquiry throughout 10 years, on
the context of the Palaeolithic art of the Côa Valley. In that it
is the first stage of the program of experimental Archaeology
of the PAVC, we leave of 3 subjects as basic for one better
characterization, it wants of the production processes and
use of tools cut in rock, wants of the space and functional
organization of stone structures or of the relation technique
Key words:
between utensils found in the Palaeolithic excavations and
engravings. The results had been divulged in canals of the
specialty, for specific public, and of generic public, essentially
through workshops and reconstitutions. The text presented
here draws this small passage related with the spreading of
archaeology around concrete questions on the day-by-day of
the hunters/artists Palaeolithic of the Côa valley, making of
summary form a relation of the positive and negative aspects
associates to all the activities developed, inquiring on the
problematic of the to interpretative dialectic.
Experimental archaeology, spreading, Archaeological Park of the Côa Valley.
Introdução
O presente artigo expõe uma reflexão em torno da
problemática relacionada com a comunicação dos resultados
das actividades de mediação desenvolvidas nos últimos
6 anos pelo Parque Arqueológico do Vale do Côa (PAVC)
nomeadamente em relação às acções demonstrativas e
reconstitutivas levadas a cabo junto do público que aqui
aflui para visita à arte rupestre, como também associadas a
programas expositivos itinerantes e a actividades escolares
na região abrangida pelo PAVC.
461
Parque Arqueológico do Vale do Côa: entre os dados da experimentação arqueológica e o público
B L O Q U E - V - . Capítulo LVII
A abrangência cronológica deste programa reporta-se
exclusivamente ao Paleolítico superior, por duas razões em
particular: primeiramente pelo facto de terem sido colocados
no decorrer das investigações aqui levadas a cabo desde a
segunda metade da década de 90, no âmbito do projecto de
contextualização da arte paleolítica do vale do Côa (Zilhão
1997), alguns problemas relacionados com a identificação
e interpretação funcional de determinados vestígios
arqueológicos; depois, porque mais de uma década após a
decisão da conservação in situ do conjunto artístico gravado
nas margens do troço final do rio Côa, continuam a colocar-se
problemas no que diz respeito à comunicação e acesso aos
resultados da referida investigação (Aubry e Sampaio 2008:
23). Pese ainda o investimento da investigação decorrida
nestes anos, cujos resultados permitiram estabelecer as
linhas gerais da ocupação paleolítica, bem como objectivar
a cronologia de uma parte da arte gravada (Aubry e Sampaio
2008), algumas questões, ainda que revestidas de certa
minudência, continuam a revelar-se de difícil caracterização.
A abordagem experimental de problemas arqueológicos e a dialéctica interpretativa para
a ciência e para o público: o caso do Vale do Côa
Os públicos
Sendo a abordagem experimental uma parte integrante dos
métodos de estudo na Arqueologia (Sampaio e Aubry 2008),
tornou-se legítimo canalizar os seus resultados tangíveis,
como uma das vias privilegiadas para a materialização das
actividades do passado. Mas, de que forma poderemos
ultrapassar a distância que separa os dados mais ou menos
objectivos alcançados durante os trabalhos arqueológicos
e procura de “certezas” por parte do grande público? Como
optimizar a nem sempre fácil relação dialéctica entre a
investigação e a aplicação dos seus resultados junto de
um público não especializado? De uma forma geral, os
dados obtidos no âmbito da elaboração de um referencial
experimental são destinados a três grandes categorias de
público:
a) Especializado, constituído essencialmente por
arqueólogos e estudantes de arqueologia. A informação é
veiculada através das revistas da especialidade, cujo quadro
interpretativo se apresenta de forma abrangente, mas que,
entrando no campo da verosimilhança, acaba por avançar
uma hipótese;
b) Indiferenciado, através da imprensa escrita e televisiva,
cujas interpretações são veiculadas pelas recriações
históricas, arqueológicas e eventos comemorativos, em que
não se apresenta um quadro interpretativo, mas sim uma
hipótese concreta.
c) Indiferenciado, pela via da mediação patrimonial,
essencialmente a partir dos museus e projectos associativos.
No primeiro caso, em função dos dados disponíveis,
pretende-se apresentar um maior leque possível de variáveis,
objectivando a hipótese mais provável, num quadro de
1. Termo utilizado para definir o projecto de arqueologia experimental aplicado ao
povoado de La Algaba (Ronda, Málaga) (Moreno et al. 2007)
462
investigação sensu stricto ou de “aproximação integral1”,
enquanto no segundo e terceiro caso se assume uma hipótese
como sendo a mais válida ou a única. Apesar de ser cada vez
mais notória uma certa preocupação com os enquadramentos
científicos, quer ao nível da história, quer da arqueologia,
projectos há em que por falta de verbas, de determinação
ou de formação dos mediadores (ambos essenciais no
desenvolvimento de programas multidisciplinares de médio/
longo prazo), os resultados apresentam-se com imprecisões,
a maior parte das vezes imperceptíveis ao olhar do grande
público que avidamente e em número crescente, procura
estes formatos oferecidos essencialmente por museus como
um paliativo à clássica visita em espaço fechado.
Por outro lado, representando a Arqueologia experimental
o aspecto popular, lúdico e estimulante da pesquisa
arqueológica, continuam a confundir-se duas acções
complementares no sentido da demonstração prática
dos resultados de uma pesquisa, mas distintos na sua
significância: a experimentação e a reconstituição/recriação
(Sampaio e Aubry 2008: 16). Em Portugal, a tradição da
aplicação da experimentação à Arqueologia está praticamente
ausente, pelo que as instituições museológicas continuam
a divulgar com alguma pompa programas reconstitutivos,
caracterizando-os como sessões de “Arqueologia
experimental”. A questão que se coloca não é apenas a
da atribuição errónea de uma designação a uma actividade
cultural no domínio da história ou arqueologia, mas sim de
uma ideia que paulatinamente se vai concebendo no seio
da comunidade científica e académica, implicando prejuízo
na afirmação do método experimental e que por isso acaba
por não integrar os programas universitários, ao contrário
do que vem sendo hábito em países como Inglaterra, França,
Holanda, Dinamarca ou Espanha.
Jorge D. SAMPAIO y Thierry AUBRY
Os canais de divulgação: aspectos positivos e negativos
Ilustrações reconstitutivas
Não sendo objectivo deste trabalho apontar a complexa
rede de ideia passíveis de explorar em torno da objectividade e
subjectividade na forma como devem ou não ser apresentados
os “gestos” do passado (tema largamente discutido e
também por nós abordado em Sampaio e Aubry 2008: 13-17),
pretendemos apresentar alguns exemplos da aplicação dos
resultados obtidos a partir do programa experimental do PAVC.
Ora, um tipo de suporte informativo importante no contexto
da divulgação e que materializa uma hipótese provável são as
ilustrações reconstitutivas, por proporcionarem a explicação
da informação que se pretende passar de forma inteligível.
Não obstante, esta forma de divulgar manifesta algum perigo,
já que acaba por fixar um instante, um momento passado, e
este passa a ser entendido pelo público não como uma mera
hipótese mais ou menos próxima da verdade, mas como única
(a válida). Esta é uma dificuldade em que mesmo partindo-se
de dados concretos, como no caso do Vale do Côa, em que
foram produzidas uma série de ilustrações com o objectivo
de apoiar a divulgação para o grande público (a partir das
informações recolhidas em sítios onde foram investidos vários
anos de investigação) (a título de exemplo: Figs. 1 e 2), se
terá que assumir tais propostas. Mesmo tendo consciência
que o que se sugere são vivências ou acções transcorridas,
na realidade mais não se faz do que produzir passados. Aliás,
como já Vítor Oliveira Jorge já admitiu, também se produzem
sentidos, criam histórias e ampliam memórias ao longo de
uma etapa científica em que classicamente se “recolhem,
classificam e arrumam objectos…” (2003).
Figura. 1. Reconstituição de cena de pré-caça no planalto das Pedras
Altas junto aos sítios paleolíticos de Olga Grande.
Figura 2. Reconstituição de cena de tratamento de carne em estrutura
de combustão Gravettense no sítio de Olga Grande 4
463
Parque Arqueológico do Vale do Côa: entre os dados da experimentação arqueológica e o público
B L O Q U E - V - . Capítulo LVII
Reconstituição e encenação
Numa outra perspectiva, refira-se a reconstituição “Um
dia no Paleolítico superior” com encenação de carácter
lúdico, levada a cabo em 2007 pelo PAVC em parceria com
a Associação ASTA de Almeida em que, desta vez, partindose igualmente de hipóteses de interpretação dos dados
arqueológicos disponíveis (modos de utilização de estruturas
de combustão descobertas em contexto Gravettense,
dos traços de usos de pigmentos minerais, dos vestígios
relacionada com a caça, do tratamento dos alimentos, etc.)
se multiplicaram momentos, em vez de os fixar em esquemas
ou ilustrações, como no caso anterior. Representam, pois, o
mesmo perigo enquanto veículos de divulgação do passado,
como uma possível utilização dos clichés difundidos pelo
cinema, embora implicando uma participação activa do
“público transformado em actor”, constituindo uma forma
apelativa de aproximação ao passado.
Oficina de Arqueologia experimental
Uma outra forma de difundir o passado, muitas vezes
nem sempre fácil de assimilar a partir de manuais ou da
literatura especializada de acesso difícil, sobretudo quando
se quer introduzir temas recuados do passado humano,
como no caso concreto do Vale do Côa, são as “oficinas de
arqueologia experimental”.
Nesta categoria, as actividades demonstrativas
desenvolvidas nestas oficinas visam essencialmente
complementar a visita pública à arte rupestre. A oficina é
Figura. 3. Oficina de Arqueologia experimental levada a cabo no âmbito da exposição
“A arte que o Côa Guarda”
464
móvel, sendo deslocada entre a sede do PAVC, um dos centros
de recepção, as escolas da região e, pontualmente, outros
locais. A área geográfica não ultrapassa o Norte e Centro de
Portugal e o público é maioritariamente escolar (entre os 4
e os 16 anos). O restante (cerca de 10%) é indiferenciado,
participando essencialmente no contexto de exposições
itinerantes a que nos referiremos adiante, e no contexto de
datas comemorativas, quer do PAVC, quer da classificação
da Arte do Côa como Património Mundial.
As questões levantadas dizem respeito a facetas
específicas do quotidiano dos caçadores e artistas do Vale
Côa, associadas à caça: confecção, utilização e abandono
das armas; tratamento e conservação de alimentos; arte
rupestre em termos funcionais, interpretativos e cronológicos.
Estes temas, que de uma forma geral conduzem o
público aos “gestos” técnicos relacionados com a caça,
actividades domésticas e arte rupestre (Fig. 3) apresentam
muitos aspectos positivos, desde logo, o melhor suporte
comunicacional na aprendizagem da história, por proporcionar
experiências novas, criando um maior interesse pelo passado;
pelo contacto directo com os materiais experimentais (cheiro,
densidade, funcionalidade); e o “contacto emocional”,
resultando a percepção daquilo que comummente é designado
por “magia do tempo”.
Relativamente aos aspectos negativos constata-se uma
clara dificuldade na concretização das actividades de duração
mais ampla do quotidiano dos homens do Paleolítico, tal como
a construção e utilização de estruturas de
combustão e os métodos de conservação
dos alimentos. O principal problema
encontrado reside na limitação da análise
dos aspectos técnicos da arte (técnicas de
gravação, utilização dos pigmentos, …), os
quais não ajudam a ultrapassar questões
concretas e abordar o tema da interpretação
da arte rupestre.
A oficina tem sido desenvolvida, desde
2007, no contexto de uma outra modalidade
de visita: “No rasto dos caçadores
paleolíticos”, que pretende igualmente
complementar a visitação aos núcleos
de arte rupestre, dando a conhecer uma
parte importante dos territórios explorados
durante o Paleolítico superior no curso
final do rio Côa. Destacamos apenas o
facto de esta visita decorrer em dois dos
sítios ocupados durante o Paleolítico
superior e permitir uma contextualização
Jorge D. SAMPAIO y Thierry AUBRY
arqueológica da arte, sendo que os aspectos negativos
expostos anteriormente se reportam à dificuldade técnica na
apresentação ao nível da construção e utilização de estruturas
de combustão e aos métodos de conservação dos alimentos.
Exposições
Em 2007 numa parceria com o Município da Guarda, o
PAVC elaborou o material para uma exposição de carácter
itinerante “A Arte que o Côa Guarda – Arte rupestre e
Arqueologia do Vale do Côa”, de forma a divulgar aquele que
é considerado o maior conjunto de arte rupestre Paleolítica de
ar livre em todo o mundo bem como os cerca de 10 anos de
trabalhos arqueológicos dedicados ao estudo dos vestígios
dos grupos humanos que tão sabiamente gravaram esta arte.
Para além das réplicas de arte rupestre e de arte móvel,
uma parte da exposição é dedicada à apresentação de uma
reconstituição de um acampamento Gravettense com base
nos dados arqueológicos obtidos durante as intervenções
no sítio de Cardina (Sta. Comba, V. N. Foz Côa). (Figs. 4 e 5).
Figura 4. Reconstituição
de parte de acampamento
Gravettense patente na
exposição itinerante “A Arte
que o Côa Guarda”
Figura 5. Pormenor de parte do
acampamento Gravettense patente
na exposição itinerante “A Arte que
o Côa Guarda”
465
Parque Arqueológico do Vale do Côa: entre os dados da experimentação arqueológica e o público
B L O Q U E - V - . Capítulo LVII
Esta exposição é regularmente complementada por duas
oficinas (“oficina de arqueologia experimental” e “oficina dos
pequenos arqueólogos”) que pretendem esclarecer tópicos
relacionados com as principais actividades das reconstituições
estáticas apresentadas.
Como já referimos atrás, este tipo de interpretação
caracteriza-se pela necessidade de escolher uma única ou
um número reduzido de soluções técnicas para exemplificar
cada categoria de actividade implicando, desde logo, uma
perda da diversidade interpretativa e pela separação espacial
(artificial) para a simplificação da mensagem ligada a cada
uma das actividades, sendo estes os aspectos negativos
que salientamos.
(com grande ênfase à formação em campo incluindo um breve
contacto com os trabalhos a ser desenvolvidos do Museu
de Altamira (Espanha), dedicadas em exclusivo ao período
que enquadra cronologicamente o grosso da arte rupestre
do vale do Côa. Apesar de ainda não se ter proporcionado
o encaixe profissional (excepto a colaboração mantida com
um dos recém-formados), há a expectativa de que o Museu
do Côa possa vir a reverter tal situação.
Museologia
No âmbito da preparação dos conteúdos museológicos
para os diferentes espaços do Museu do Côa (equipamento
com data de abertura prevista até ao final do presente ano)
foram levados a cabo as seguintes acções:
a) Reconstituições arqueológicas para produção de
audiovisuais (Sala do Território, Homem e Tempo), com o
objectivo de se mostrar o processo de formação dos sítios
arqueológicos;
b) Réplicas arqueológicas:
• Percurso entre os objectos e os comportamentos,
nomeadamente as etapas associadas às actividades da
caça e domésticas
• Cortes estratigráficos , contextualizados por
reconstituições de solos arqueológicos.
Formação
Do ponto de vista da formação, o PAVC associou-se à
empresa Setepés2, proporcionando consultoria científica num
Curso de Técnicas de Arqueologia Experimental decorrido
entre Junho e Outubro de 2007, em Freixo de Numão (Vila
Nova de Foz Côa).
Apesar de ter decorrido numa região distante dos
grandes centros urbanos e por ter dedicado o seu programa
formativo a questões técnicas associadas ao Paleolítico
superior, a formação saldou-se extremamente positiva
(Fig. 6). A taxa de cumprimento foi de 99%, ao longo de
4 meses, em horário maioritariamente pós laboral. O
conteúdo programático foi idealizado de forma a proporcionar
uma componente pedagógica e de serviço educativo
relevante, intercalado com questões de teor teórico/prático
2. Empresa do sector criativo, gestora de projectos artístico-culturais.
466
Figura 6. Apresentação pública de exposição resultante do curso de
“Técnicas de Arqueologia experimental”
Ainda por altura do arranque deste curso, foi levada
a cabo uma sessão de Arqueologia Experimental na
Meda no âmbito de um fórum dedicado à valorização do
património regional. Teve por objectivo avaliar o panorama
deste domínio, reunindo os projectos que em Portugal têm
desenvolvido de forma mais ou menos enquadrada programas
experimentais. Sabendo à partida que a aplicabilidade do
método experimental em Arqueologia estava no seu estádio
inaugural, essencialmente com os trabalhos orientados para
problemas arqueológicos concretos desenvolvidos no vale
do Côa, o PAVC orientou esta sessão voltada para os temas
Investigação e Divulgação.
Jorge D. SAMPAIO y Thierry AUBRY
No decorrer da sessão foram apresentados os principais
projectos a decorrer em Portugal com componentes
interpretativas e experimentais associadas, ou não, a museus
resultando uma primeira impressão das potencialidades e
problemas especialmente decorrentes de problemáticas
arqueológicas. Por outro lado, discutiram-se e perspectivaramse vias possíveis para a implementação de projectos nesta
área.
Divulgação e o grande público
A partir dos mesmos resultados, os técnicos do PAVC
deram consultoria científica e participaram na realização
de um documentário sobre a arte e a arqueologia do vale
do Côa no final do ano transacto, levado a cabo pelo Canal
História (Vale do Côa: dois Patrimónios Mundiais). Ora, as
questões abordadas durante a construção do guião cujo fio
narrativo permitiu a ligação da arte à arqueologia ou, de
outro modo, das actividades associadas à caça e ao labor
doméstico às actividade artísticas durante o Paleolítico
superior, colocaram algumas dificuldades relacionadas com
as propostas experimentais e a dialéctica interpretativa,
das quais a materialização da hipótese mais verosímil se
revelou particularmente difícil. Muitas vezes, a arqueologia
experimental não se traduz numa resposta fácil, umas vezes
pela dificuldade em gerir as variáveis em função dos dados
disponíveis, outras, porque simplesmente não se obtêm
quaisquer resultados que se coadunem com o leque de
interpretações possíveis. No caso concreto, optou-se por
tratar apenas facetas passíveis de reconstituir com base
nas experiências já levadas a cabo, tendo consciência que
estas poderão passar a constituir a garantia do cientista.
Por a arqueologia experimental ser um método eficaz no
ensino da história mais recuada do homem, dando resposta
às questões sociais que reivindicam uma arqueologia muito
mais próxima do público, dotada de outros métodos, de
emoção e simultaneamente sentido crítica, é necessário
que os dados encaminhados para a tão popular fórmula
documental, obedeçam a uma apertada malha de estudos
levados a cabo com rigor e multidisciplinaridade, mas que
também revelem o poder de decisão do arqueólogo face a
ideias pré-feitas, de fácil assimilação, como (ainda) acontece,
por exemplo, em relação à forma repetitiva de apresentar o
Homem de Neandertal. Habituamo-nos a ver um antepassado
de barba e cabelo comprido a caminhar sistematicamente na
neve, oculto por um sem número de peles encardidas e mal
preparada! Esta é apenas uma das muitas rotinas explicativas
que a ciência fez questão de alimentar sem avançar novas
e mais folgadas propostas do ponto de vista interpretativo.
Conclusão
O programa científico e a sua vertente experimental
não podem ser breve ou fragmentário. Deve cumprir
metodologias temporalmente longas face à forma como
os dados são apresentados pelos Media nos seus vários
formatos e consumido pelo grande público. O arqueólogo
experimentalista deve, pois, ter um papel interventivo de
forma a seguir as várias etapas da concretização do saber
em Arqueologia. Desde o estádio inicial em que se identifica
um problema no sentido da caracterização funcional de
determinados objectos, estruturas e/ou das associações
possíveis entre ambos, passando pela construção de
um programa experimental com capacidade temporal e
multidisciplinar, até à divulgação dos resultados, os quais
devem, cada vez mais, ultrapassar o clássico quadro de
divulgação hermética e especializada. Porém, até que ponto
devemos integrar tais resultados num discurso demonstrativo
como aquele que começa a ser praticado pelas instituições
museológicas, em que mais não se expõe do que flashes
ou segmentos específicos do conhecimento e com base em
dados arqueológicos sem relação com o lugar?
Sabendo que a divulgação sempre padecerá de uma certa
visão de conjunto em relação às sociedades, vivências que
integram os gestos do passado, a solução passará certamente
por uma cada vez maior integração do domínio experimental
nos métodos de estudo da Arqueologia de forma a “preencher
vazios”, ou pelo menos, aclarar dúvidas, acrescentando
dados novos à ciência e ao público. Por outro lado, surgem a
ritmo crescente os programas reconstitutivos, movidos pela
alavanca das necessidades rítmicas da política, nem sempre
desenvolvidos com base em protocolos experimentais, os
quais parecem concorrer para que o passado seja divulgado à
la carte, respondendo às pressões do denominado “mercado
da cultura da memória”.
Devemos ressaltar que, tal como fizemos ao longo do
texto, o arqueólogo experimentalista deve manter uma atitude
diligente, não devendo negligenciar ou menosprezar qualquer
uma das vias de difusão dos dados arqueológicos, quando
empreende uma qualquer acção no âmbito experimental e/
ou interpretativo que implique uma comunicação de dados
sobre o passado humano. É imperioso que, acima de tudo, se
reconheçam os objectivos e as limitações de tais actividades.
467
Parque Arqueológico do Vale do Côa: entre os dados da experimentação arqueológica e o público
B L O Q U E - V - . Capítulo LVII
Bibliografia
AUBRY, T.; SAMPAIO, J. D. (2008): “Dos dados arqueológicos ao
grande público: o exemplo do Vale do Côa”. In Sampaio J. D.;
Aubry, T. (ed.): Fórum Valorização e Promoção do Património
Regional. Actas das sessões; Vol. 4. Porto: ACDR de Freixo
de Numão: 22-33.
JORGE, V.O. (2003): “Fecundidade de uma perspectiva pragmática
“inquietante” (no sentido de Boaventura Sousa Santos) em
Arqueologia” In: Actas do 3º Congresso de Arqueologia
Peninsular. Porto: ADECAP. Vol. I: 143-153.
MORENO, F.; SANCHEZ, M.; TERROBA, J.; AFONSO, J.;
MARTINEZ, G.; MORGADO, A.; MORENO, J. (2007): “Un
proyecto integral de arqueología experimental: el poblado de
La Algaba (Ronda, Málaga)”. In Arqueología experimental en
la Península Ibérica: investigación, didáctica- y patrimonio.
Asociatión Espanola de Arqueología Experimental. Santander:
37-43.
SAMPAIO, J. D.; AUBRY, T. (2008): “Testar e recriar em
Arqueologia: balanço e perspectivas”. In Sampaio J. D.;
Aubry, T. (ed.): Fórum Valorização e Promoção do Património
Regional. Actas das sessões; Vol. 4. Porto: ACDR de Freixo
de Numão: 10-21.
ZILHÃO, J. (coord.) (1997): “Arte Rupestre e Pré-História do Vale
do Côa. Trabalhos de 1995 – 1996”. Relatório Científico ao
Governo da República portuguesa elaborado nos termos da
resolução do Conselho de Ministros nº 4/96, de 17 de Janeiro.
468
Jorge D. SAMPAIO y Thierry AUBRY
- LVIII Talleres de Arqueología experimental sobre tégulas,
ímbrices y antefijas en las termas romanas de
San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria, España)
María Luisa RAMOS SAINZ, María LACAL RUIZ y María José ÁLCEGA MARTÍNEZ
Universidad de Cantabria
Resumen:
El descubrimiento en 1995 de las Termas
de San Juan de Maliaño, puso en marcha en el año 2000
un primer estudio sobre los materiales arquitectónicos de
cubrición de época romana, denominado “Estudio analítico
y experimental del material constructivo de época romana
procedente de San Juan de Maliaño (Parayas, Camargo)”.
Subvencionado por la Consejería de Cultura del Gobierno
de Cantabria. A partir del año 2006 y hasta el 2009, el
Ministerio de Educación y Ciencia nos concedió un Plan
Nacional I+D, titulado “Los materiales cerámicos de cubrición
en la Cantabria romana: propuesta de experimentación
(Ref. HUM2006-11101)”. Parte de los resultados de la
experimentación en la reproducción de los diversos materiales
cerámicos de cubrición (tégulas, imbrex y antefijas), han
sido utilizados para el funcionamiento de la puesta en
Palabras clave:
Tégula, imbrex y antefija.
Abstract: The discovery in 1995 of the Thermal baths of
Maliaño’s San Juan, started in the year 2003 the first study
on the architectural materials of copulation of Roman epoch,
called “analytical and experimental Study of the constructive
material of Roman´s period proceeding from Maliaño’s San
Juan (Parayas, Camargo) “. Subsidized by the Council of
Culture of the Government of Cantabria. From 2006 until
2009, the Department of Education and Science granted to
us a National Plan I+D, qualified “ The ceramic materials of
covering in the Roman Cantabria: offer of experimentation (Ref.
HUM2006-11101) “ Some of the results of the experimentation in the reproduction of the diverse ceramic materials of
covering (tégulas, imbrex and antefijas), have been used for
the functioning of the putting in march of the workshops of
Key words:
marcha de los talleres de arqueología experimental. Estos
talleres, permiten a los alumnos y alumnas de la E.S.O, vivir
la experiencia de ser un auténtico artesano romano, para
ello se fabrican las tejas siguiendo las mismas técnicas de
manufactura y empleando las mismas herramientas que en
la antigüedad romana se tenían.
El objetivo de estos talleres, es que los alumnos conozcan
la Historia de la antigüedad romana en la Comunidad de
Cantabria, fomentar el Patrimonio Arqueológico de una
manera lúdica y comprensible, así como, dar a conocer
la disciplina de la Arqueología Experimental, que con el
paso de los años se ha convertido en un magnífico método
didáctico para presentar y difundir hacia un público variado,
la reconstrucción de los modo de vida de las sociedades
del pasado.
experimental archaeology. These workshops, they allow the
pupils of the E.S.O, to live through the experience of being an
authentic Roman craftsman, for it the tiles are made following
the same technologies of manufacture and using the same
tools that in the Roman antiquity(antique) were had.
The aim of these workshops, it is that the pupils know
the History of the ancient Roman in Cantabria, to encourage
the Archaeological Patrimony in a playful and understandable
way, as well as to release the discipline of the Experimental
Archaeology which through the years has turned into a great
didactic method to present and to disseminate towards a varied
public, the recreation of the way of live that had societies
from the past.
Tégula, imbrex, antefija and workshops of experimental archaeology.
Introducción
A partir del descubrimiento de las Termas de San Juan
de Maliaño en 1995, se puso en marcha en el año 2003
un primer estudio sobre los materiales arquitectónicos de
cubrición de época romana, denominado “Estudio analítico
de las tégulas e ímbrices procedentes de las termas de San
Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria)”, donde se describe
469
Talleres de Arqueología experimental sobre tégulas, ímbrices y antefijas en las termas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria, España)
B L O Q U E - V - . Capítulo LVIII
el proceso de manufactura de los de las ímbrices1, tégulas2 y
antefijas3. Este proyecto fue financiado por la Consejería de
Cultura Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria. En él no
solo se procedió a la recopilación, catalogación y estudio de
los materiales arqueológicos, sino que también se acompañó
de la puesta en marcha de los talleres experimentales.
En el año 2004 la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento
de Maliaño financió un proyecto de investigación que culminó
con la realización de un documental (Ramos, 2004) en el que
se recoge todo el proceso de manufactura de los ímbrices,
tégulas y antefíjas.
En el año 2006, el Ministerio de Educación y Ciencia (Plan
Nacional I+D+I/2004-2007) financia el proyecto titulado: “Los
materiales cerámicos de cubrición en la Cantabria romana.
Propuesta de experimentación” (Hum2006-11101) en la que
se inscribe el presente estudio.
Objetivos
Los objetivos que se han planteado al inicio de este taller
han sido los siguientes:
• Dar a conocer la disciplina de la Arqueología
Experimental, que se ha convertido en un magnífico método
didáctico para presentar y difundir hacia un público variado,
la reconstrucción de los modos de vida de las sociedades
del pasado.
• Dar a conocer la Historia de la antigüedad romana en
la Comunidad de Cantabria.
• Crear una conciencia colectiva que fomente la
conservación y protección del Patrimonio Arqueológico.
• Colaborar con los centros escolares y poner a su
disposición una oferta didáctica orientada al conocimiento
sobre el patrimonio cultural, que ayude al alumnado a
acercarse al hecho histórico, rompiendo las barreras
existentes entre el libro de texto y la mera recepción de los
conocimientos.
• Poner en contacto directo a los alumnos con la materia
arqueológica y las técnicas de excavación, permitiéndoles
hacer ejercicios de interpretación de los materiales aparecidos
en los yacimientos.
• Enseñar cómo los artesanos de época romana
trabajaban en la producción de los materiales cerámicos
constructivos de un tejado.
Los talleres experimentales
El taller resaltará la importancia del material
arqueológico como fuente de información para
el conocimiento y revaloración de nuestro
pasado, así como el trabajo de investigación
del arqueólogo.
En un principio estos talleres, fueron
pensados para un publico reducido de
estudiantes de Secundaria de edades
comprendidas entre los 12 y 18 años, pero con
la evolución de los mismos y su buena acogida,
se ha visto la oportunidad de ampliarlos hacia
un público mucho más variado, sin necesidad
de que éste tenga conocimiento sobre dicho
tema. Al inició de cada taller, se visualiza un
documental y se abre un foro de debate, en el
cual cada participante da a conocer al resto, las
impresiones que le ha sugerido el tema.
1. Teja curva
2. Teja plana
3. Del latín antefixum, «colocar o fijar delante».
470
Figura 1. Grupo de alumnos de 18 a 25 años realizando el taller
María Luisa RAMOS, María LACAL RUIZ y María José ÁLCEGA MARTÍNEZ
Preparación del taller
Para la realización de este taller experimental centrado
en la reproducción del material constructivo cerámico de
cubrición empleado en época romana, ha sido necesario hacer
un trabajo experimental sobre la manufactura y fabricación de
las tejas aparecidas en el yacimiento de Las Termas de San
Juan de Maliaño. (Ramos Sainz 2007, 309-315; 2004, DVD4).
En estos talleres los datos que se emplean de este estudio
son el proceso de manufactura en la elaboración del imbrex
y antefija utilizando tanto la técnica como los instrumentos
de trabajo propios de época romana:
• Materia prima: lo ideal es utilizar arcilla pura sin tratar
pero con los medios que contamos hoy día y su dificultad de
adquisición en los talleres experimentales, se reemplaza por
arcilla depurada y amasada.
• Barbotina hecha con arcilla y agua, usada como
pegamento en alfarería.
• En vez de usar ceniza para evitar que la arcilla se
pegue a los moldes, ésta es sustituida por polvos de talco.
• Moldes reducidos a escala ½ tanto de los dos necesarios
para la realización del imbrex como del requerido para la
fabricación de la antefija.
• Rodillos para amasar, palillos de ceramista para retocar
y pinceles para alisar.
Figura 2. Molde trapezoidal y corneta que da forma curva al ímbrice
Los pasos que los alumnos deben seguir para la
realización de dichos elementos constructivos tienen un
orden establecido:
• La peya de arcilla que reciben los alumnos debe ser
colocada en el primer molde del imbrex con forma trapezoidal
4. Esta película documental ha recibido diversos galardones en los festivales
internacionales de cine arqueológico, véase palmarés en página web:
http://personales.unican.es/ramosml
5. Nombre tradicional que dan los tejeros a este instrumento que consiste en una
pieza de madera de forma semicilíndrica de la que sale un asa tubular para su agarre.
que ha sido previamente preparado con los polvos de talco
para evitar que la arcilla se pegue al molde. Luego se amasa
con el rodillo hasta cubrir toda la superficie del mismo. El
final del molde tiene una pieza móvil que permite al alumno
sacar la teja con facilidad sin riesgo a que pierda la forma
o quiebre.
• El ímbrice se deposita en el segundo molde o corneta5
de forma semi cilíndrica encargada de dar la forma curva
a la teja. Para su fácil desmoldado, la corneta cuenta con
un mango de agarre que permite al alumno dar una breve
471
Talleres de Arqueología experimental sobre tégulas, ímbrices y antefijas en las termas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria, España)
B L O Q U E - V - . Capítulo LVIII
sacudida para que la teja resbale y pueda ser colocada sobre
una superficie lisa.
• El tercer molde corresponde a la antefija, esta presenta
un motivo de cabeza de sátiro, su elaboración consiste en
rellenar el molde mediante la técnica del estampillado, es
decir presionando con los dedos para que se copien con
fidelidad todos los rasgos. Luego se deja en reposo unos
minutos para que el barro pierda parte del agua y permita el
desmoldado de la pieza al reducirse el volumen de la arcilla.
• Para unir la antefija al imbrice se hacen incisiones
en ambas piezas por la zona en la que se van a pegar con
líneas inclinadas en ambas direcciones que luego pasan a
embadurnarse de barbotina con la ayuda del pincel. En la zona
de unión se debe ejercer una presión moderada para que se
agarre bien. Para que la unión sea más sólida se refuerza la
zona con dos rollos de arcilla que son colocados en la parte
superior en inferior de la junta que une la antefija al ímbrice.
• Se realiza un rollo más grueso que vaya desde la parte
posterior de la antefija a la parte superior del imbrice haciendo
la función de asa. Para pegar dicha pieza se emplea el mismo
sistema que hemos explicado anteriormente.
Los destinatarios más comunes de toda esta información
son alumnos de la ESO y Bachillerato, abarcando edades
comprendidas entre los 12 a 18 años. Por regla general los
talleres son una actividad extraescolar que permite al alumno
ampliar los conocimientos adquiridos en clase.
En ocasiones este tipo de receptores pueden verse
obligados a asistir y participar en los talleres por parte de
su profesor y, en un principio dichos alumnos no transmiten
ningún tipo de interés por dicha practica pero tras visualizar
el documental y saber que van a llevar a la practica ese
conocimiento recién adquirido, les estimula la curiosidad
por aprender una cosa totalmente diferente y novedosa a
lo que ellos no están acostumbrados.
En cambio los talleres que se han impartido fuera del
ámbito educativo difieren mucho de aquellos en los que el
alumno está condicionado a participar por obligación, de
tal manera que estos otros se muestran mucho más activos
durante el debate y tras la proyección del documental, así
como en la realización de la práctica.
• Por último la pieza terminada se deja secar hasta que
pierda toda el agua sobrante y no se deforme al manipularla.
Figura 3. Molde y desmoldado de la antefija
Emisores y receptores
Para poder impartir estos talleres, los encargados deben
tener una formación académica especializada en Arqueología
ya que dicha formación permite al tutor encargado de los
talleres dominar las diferentes propuestas: proyección del
documental con sus respectivas explicaciones y resolución
de las dudas surgidas; práctica y dominio de la técnica de
la manufactura de los materiales cerámicos de cubrición
romanos.
472
Figura 4. Emisor y receptor en el taller
María Luisa RAMOS, María LACAL RUIZ y María José ÁLCEGA MARTÍNEZ
Experiencia transmitida y adquirida
Este taller es algo diferente a lo que la gente está
acostumbrada a ver o asistir. El protagonista, no es el
emisor sino los propios participantes al involucrarse con la
realización de la parte práctica, permitiéndoles dar a conocer
sus experiencias y obligándoles a mostrar su creatividad a
pesar de que esta tenga una cierta limitación, ello se debe
a que las piezas que van a reproducir se realizan a partir de
unos moldes dejando solo rienda suelta a su imaginación en
el momento de marcar su pieza con un signo, dibujo, símbolo
o incluso sus propias iníciales. El recurso más empleado a
la hora de decorar la pieza, es el de marcar con un punzón
su nombre y apellidos.
Generalmente son grupos que no tienen una formación
profesional en el campo de la Arqueología, por lo que es un
aspecto totalmente desconocido para ellos resultándoles
más emocionante y atractivo el taller ya que no solamente
se están divirtiendo sino que, sin que sean conscientes de
ello, están adquiriendo unos conocimientos culturales que
para ellos eran desconocidos y ello les permite conseguir
unas habilidades y destrezas en la comprensión del tema a
tratar. Además al llevar a la práctica la teoría, esta es mejor
asimilada y adquirida con mayor facilidad que simplemente
visualizando un DVD porque la información sin aplicación se
pierde al poco tiempo de ser adquirida.
Conclusiones
Podemos concluir con una serie de reflexiones:
En los talleres libres:
• Para el público en general estos talleres resultan
diferentes y aunque, generalmente son grupos que no tienen
una formación en dicho campo, les resulta muy atractivo y
se observa que disfrutan con su realización.
• Los propios alumnos agradecen a los monitores el
tiempo empleado en las explicaciones y en la resolución
de las dudas que puedan ir surgiendo a lo largo del taller,
ya que el resultado para ellos suele ser muy satisfactorio.
• La participación femenina sigue siendo más elevada
que la masculina rondando su edad entre los 35-50 años.
Figura 6: Taller con niños
Todos los participantes
• Todos los participantes aprenden a valorar y respetar
el patrimonio arqueológico.
Figura 5: Taller con adultos
• Descubren la dificultad que representa elaborar las
tejas romanas y valoran el trabajo de los tejeros antiguos.
• Pierden el miedo a preguntar, por el ambiente
distendido que se consigue, lo que permite hacer patentes
sus inquietudes de forma más espontánea.
• Comprenden mejor la manufactura de los elementos
cerámicos de cubrición, una vez que han visualizado el
documental, pero afirman sus conocimientos cuando los
ejecutan ellos mismos. No hay que olvidar que la información
sin aplicación se pierde al poco tiempo de ser adquirida.
• Muestran interés por la Historia de Cantabria y en
particular por la Arqueología.
• Poder llevarse a casa el resultado de su trabajo les
resulta muy grato.
En los talleres para alumnos de la ESO
473
Talleres de Arqueología experimental sobre tégulas, ímbrices y antefijas en las termas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria, España)
B L O Q U E - V - . Capítulo LVIII
Bibliografía
RAMOS, M. L.; FUENTES GHISLAÍN L. (1998): Arqueología
experimental: La manufactura de terracotas en época romana.
BAR Internacional Series 736.
RAMOS, M. L. (2007): “Las tejas romanas de San Juan de Maliaño
(Cantabria). Proceso experimental de su manufactura”. En
Primer Congreso Español de Arqueología Experimental,
Santander: 309-315.
RAMOS, M. L. (2004): “Experimentando en Arqueología:
construyendo un tejado romano”, Consejería de Cultura del
Gobierno de Cantabria y Universidad de Cantabria. Película
documental de 36´ de duración.
RAMOS, M. L. (2003): “Tejas romanas procedentes de las
termas de San Juan de Maliaño (Cantabria): Estudio
analítico y experimental”. En C.A.E.A.P Veinticinco años de
investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de Cantabria,
Santander: 173-191.
474
María Luisa RAMOS, María LACAL RUIZ y María José ÁLCEGA MARTÍNEZ
- LIX 1O ans d'archéologie expérimentale en relation
avec les publics: habitat néolithique, atelier de
coroplaste gallo-romain
François MOSER
Conservateur du patrimoine en retraite
Résumé
En tant que conservateur chargé du jeune public et de
la pédagogie, j’ai été conduit à rechercher les gestes du
passé afin de mieux faire comprendre les techniques de
fabrication et les fonctions des objets présentés dans les
vitrines d’un musée pluridisciplinaires. La pratique des fouilles
Mots clefs:
Habitat néolithique, construction, four de potier gallo-romain, figurines, moules.
Abstract
As a curator in charge of the young and the education system, I was driven to find the gestures of the past to make them
better understand the technics of the making and fonctions of
the pieces shown in the window of a museum multidisciplinary.
Key words:
archéologiques m’a conduit à pratiquer la même démarche
en plein air : reconstitution d’un habitat préhistorique et
de son contenu. Reconstitution d’un atelier de fabricant de
figurines en terre blanche et de son four et corrélativement
utilisation intensive des outils reconstitués.
The practice of archeologic excavations made me do the same
thing in the open: reconstruction of a prehistoric habitat and its
contents. Reconstruction of the studio of the maker of figurines
in white clay and his oven, and the correlation of that with the
use of the reconstructed tools.
Neolithic habitat, construction, gallo-roman potter’s oven, figurines, moulds, masks.
L'introduction
L’archéologie expérimentale, du fait de mon métier (j’étais
conservateur de musée chargé du jeune public) a toujours
été liée à l’enseignement.
On ne peut enseigner que ce que l’on conçoit bien,.,
Et pour bien faire comprendre l’immensité du savoir
faire des « hommes-préhistoriques » et des « Hommes du
passé »mieux vaut avoir certaines de leurs connaissances
techniques et, ainsi, l’apprentissage conduit à
l’expérimentation.
Reconstitution d’un habitat du neolithique
C’est pourquoi il y a une douzaine d’années j’ai eu
l’occasion de reconstituer en vraie grandeur (avec des
adolescents) une maison de type de celles découvertes
à Charavines dans l’Isère au pied des Alpes françaises)
mesurant 12 m x 4 m et composée de trois nefs (pour la partie
close) et d’un auvent (Fig.1). Le but premier était de montrer à
des « gamins de banlieue » que l’on peut faire de belles choses
avec des matériaux simplement prélevés dans la nature.
Parallèlement nous avons essayé de comprendre quelle
était la forme des superstructures pour que la construction
et l’utilisation demandent le moins d’efforts possibles.
475
10 ans d’Archéologie expérimentale en relation avec les publics: habitat néolithique, atelier de coroplaste gallo-romain
B L O Q U E - V - . Capítulo LIX
Dans un premier temps nous avons opté pour un toit très pointu pensant que l’eau et la neige s’écouleraient mieux et
qu’ainsi le chaume durerait plus longtemps.
Figure 1. Vue générale
Determination de la forme des superstructures
Nous avions constaté dans plusieurs fouilles et sur des
ruines de maisonnettes chiliennes et italiennes que les
murs s’écroulaient sur eux-mêmes symétriquement de part
et d’autre de leur axe, donc que le toit ne devait pas porter
essentiellement dessus, il reposait donc essentiellement sur
les poteaux centraux. De ce fait l’entrait (barre horizontale)
devait être noué au niveau du chevron. Comme la hauteur
moyenne d’un homme du néolithique moyen était de 1,65
m, et pour faire des économies de matière première, nous
avons placé les entraits à 1,67 m, ce qui, compte tenu de la
largeur conservée de la maison originale, nous a donné le
profil de la construction et donc la hauteur du mur: 1mètre.
(Fig. 2).
Cette hauteur, apparemment faible n’est pas gênante pour
l’utilisation des lieux, car-sur l’original- les litières étaient
conservées le long des murs.
En fait les fouilles archéologiques montrent que la durée
de vie des maisons de bords de lacs n’excédait pas dix ans.
Leur incendie volontaire ou leur abandon précédait la ruine
de la couverture et était lié au vieillissement de l’ossature,
et à l’accumulation de détritus qui engendrait la prolifération
de la vermine. Il faut noter que bien des peuples actuels
qui utilisent les architecture de bois et paille brûlent ou
abandonnent volontairement leur habitat au bout d’un certain
temps tant à cause du pourrissement des montants et de la
vermine envahissante.
Construction
Contrairement aux maisons de bord de lac, les poteaux
de notre reconstitution n’ont pu être plantés profondément,
et en utilisant des pics en bois de cerf et des pelles en
omoplate, nous ne pouvions creuser à plus de 60cm et cela
ne se justifiait pas.
Comme dans les premières constructions de Charavines,
les bois choisis sont de faibles diamètres (10 à 15 cm pour
476
les éléments porteurs, 8 à 12 pour les autres) ce qui permet
de les couper et de les transporter facilement à bras, mais
oblige à en multiplier le nombre.
Compte tenu de la difficulté de faire des tenons et
mortaises en l’absence d’outils métalliques, nous avons
préféré utiliser uniquement des assemblages par brelage
(nœud) ou profiter de fourches naturelles (Fig.3).
François MOSER
Comme aucune échelle néolithique n’est conservée, nous
avons cherché à nous en passer : ainsi nous avons commencé
par assembler au sol chaque pignon et chaque profil de la
maison que nous avons mis en place pour le premier à l’aide
d’une chèvre, et après l’avoir consolidé nous l’avons utilisé
pour dresser les autres que l’on solidarisait avec des barres
horizontales. Cette méthode avait l’avantage de ne pas avoir
à faire de nœuds à quatre ou cinq mètres au-dessus du sol
(Fig.4) . Des poteaux de petit diamètre ont été plantés dans
l’axe du mur pour le clayonner. Des chevrons ont ensuite
été attachés tous les trente centimètres sur les fermes en
utilisant ceux qui étaient déjà fixés pour progresser.
Figure 2. Profil
Figure 3. Assemblages et noeuds
Faute de mieux le toit a été réalisé en chaume du
commerce pour des raisons d’intendance, de manque de
temps et de matériaux : nous aurions souhaité une couverture
en brandes (bruyère géante) ou en écorce mais la saison ne
s’y prêtait pas. Les gerbes de 20 cm de diamètre étaient
tiercées et ficelées (Fig.5).
Le clayonnage des murs a reçu un mélange d’argile de
sable et de paille projeté uniquement à partir de l’intérieur
puis lissé.
A l’origine nous n’avions prévu qu’une seule porte de 80
cm par 40 fermée par une peau de sanglier passée à l’ocre
et séchée, mais la prudence (nous recevions du public) nous
a incité à créer une deuxième porte adaptée au fauteuils
roulants, en plastique transparent montée sur cadre maintenu
en place par deux ficelles. Elle pouvait ainsi servir d’issue de
secours, mais restait dissimulée par un tissu opaque pour
conserver l’ambiance.
Il n’y avait donc qu’une seule porte et pas de cheminée :
les fumées étaient évacuées à travers la toiture assurant ainsi
non seulement une certaine chaleur, et aussi une garantie
contre les souris et les insectes.
Le foyer était surmonté d’une sorte de séchoir en bois vert
changé souvent qui servait aussi de pare-étincelles (Fig.6).
477
10 ans d’Archéologie expérimentale en relation avec les publics: habitat néolithique, atelier de coroplaste gallo-romain
B L O Q U E - V - . Capítulo LIX
Figure 4. Elévation
Figure 5. Toit
Figure 6. Intérieur
Le long de chaque mur avaient été disposées des
accumulations de fougère qui, recouvertes de peaux de
cervidés servaient de siège ou de litière. Par goût, mais
sans preuve nous avons ajouté un petit four domestique en
argile sur clayonnage. Le foyer était circonscrit par un gros
boudin d’argile.
Une meule et des poteries complétaient le décor car cette
maison a accueilli pendant dix ans des élèves de classesdécouvertes ainsi que des adultes pour les stages d’été.
Son evolution
478
Douze années ont permis de voir son évolution, sa
dégradation.
faiblesses dues essentiellement à la bonne volonté que les
adolescents avaient mis à serrer les nœuds.
Les éléments les plus fragiles étaient les ficelles
exposées aux intempéries : qu’ils s’agissent de cordelettes
expérimentales en liber de tilleul ou de sisal du commerce :
il fallait les changer au bout de trois ans, mais celles qui
étaient au sec ont bien tenu. La toiture avait aussi quelques
Mais le plus grave fut l’attaque des moisissures et des
insectes xylophages : nous avons du changer le poteau central
du pignon principal au bout de cinq ans, tandis qu’un poteau
d’angle est tombé de lui-même complètement vidé au bout
de 9ans (Fig.7). A l’intérieur certains poteaux qui séparaient
François MOSER
les nefs et soutenaient les entraits ont été sectionnés et sont
restés suspendu avant de s’affaisser, ce qui montre bien que
les matériaux étaient surdimensionnés.
Sa disparition
Alors que nous avions commencé à en bâtirune autre
cette maison a brûlé un soir d’orage (le 7 juin 2007) nous ne
saurons jamais si l’incendie est lié à la foudre ou à un acte
de négligence (cigarette oubliée) ou de malveillance (Fig.9).
Figure 9. Après l’incendie
Figure 7. Angle pourri
Peut avant l’incendie, nous avons mesuré un abaissement
général de la bâtisse de trente centimètres, ce qui est dû
à l’enfoncement des poteaux pourrissant dans le sol, et au
tassement de celui-ci (Fig.8).
Dès le lendemain de l’incendie nous avons placé une
clôture pour que les ruines ne soient pas piétinées, et pouvoir
faire des observations sur leur évolution.
En fait elle semble s’être consumée de l’intérieur car les
flammes n’ont absolument pas dépassé les limites des murs.
L’écroulement des murs gouttereaux s’est fait vers
l’extérieur, sous la poussée des fermes, ce qui contredit les
observations faites en fouille et sur des incendies récents :
donc on ne peut tirer de règle !
Figure 8. Vue en 2006
Le feu a été suffisamment violent pour cuire les pots
(Fig.10) que nous avions laissé sécher, pour fragmenter des
blocs de grès et de silex(les fissures ne sont apparues que
quelques jours ou quelques semaines après des pluies) Les
os mis en réserve dans le grenier sont tombés à l’aplomb de
leur position d’origine, mais se sont rapidement desquamés.
Il fut aussi possible d’observer pendant quelques jours les
motifs de paniers en paille et ronce transformés en cendre
mais les premiers coups de vent et les premières pluies ont
tout fait disparaître.
479
10 ans d’Archéologie expérimentale en relation avec les publics: habitat néolithique, atelier de coroplaste gallo-romain
B L O Q U E - V - . Capítulo LIX
Les gestes d’un coroplaste
(fabricant de statuettes en terre) gallo-romain.
La découverte des restes d’un atelier daté de la fin du II°
siècle avec ses milliers de tessons de figurines, de vases, de
moules suivie de leur présentation dans les vitrines du musée
nous ont poussé à analyser les techniques de fabrication et
à retrouver les gestes.
Ces gestes sont beaucoup plus simples que bien des
archéologues le laissent croire.
Figure 10. Poterie cuite par l’incendie
Le four, presque cuit pendant l’incendie, a survécu plus
de deux ans. Le pignon arrière s’écroule peu à peu et la
végétation envahi le site.
Tout près de ces ruines, nous avons entrepris la
construction d’une nouvelle maison sur le même plan, mais
avec un toit à très faible pente. Il apparaît que sa construction
est plus longue à réaliser, car il faut que les murs soient
beaucoup plus hauts, ce qui nécessite plus de temps pour le
clayonnage (collecte et mise en place des fascines) et pour
la projection de l’argile pénible à extraire et à malaxer. Mais
le confort est le même.
Nous en avons profité pour essayer différents types de
cloison : troncs contigus, argile sur clayonnage et argile sur
un tissage de faisceaux de paille entrelacés entre des perches
horizontales comme dans les cloisons des maisons du XIX°
siècle. Ces essais n’ayant pas encore vieilli il est difficile
de se prononcer sur les avantages des uns et des autres.
Pour fabriquer un moule, il faut d’abord se donner le mal
de réaliser un prototype, à moins, comme l’a fait Celilius
notre coroplaste, d’acheter un tirage réalisé par un autre
artisan . Il faut alors repérer le plan de symétrie, écraser une
boule d’argile sur une face, régulariser le bord selon le plan
de symétrie, décoller-ce qui déforme un peu-, et rétablir la
forme initiale. Il faut recommencer avec l’autre face et faire
sécher les deux pièces de moule.
Il est préférable de les faire cuire, mais ce n’est pas
indispensable. Ensuite il faut estamper de l’argile dans
chacune des pièces de moule en prenant soin de ne pas
dépasser les bords et de laisser au moins un petit creux.
Ce petit creux est capital car pour démouler il faut tapoter
le bord de la pièce de moule ce qui provoque une légère
déformation du positif et permet à l’air de pénétrer entre le
moule et l’objet. Notez bien : l’expérience montre qu’il est
capital que le moule soit relativement peu cuit pour rester
poreux : des moules trop cuits, donc imperméables ont
été retrouvés jetés intacts car ils étaient imperméables et
faisaient ventouse sur l’argile molle.
La cuisson dans un four à flamme directe nécessite un
certain doigté car l’argile utilisée par Celilius contenait
un peu de fer et il ne fallait pas qu’il s’oxyde. Il faut donc
doser le combustible et l’air ambiant pour éviter à la fois
l’oxydation, en apportant trop d’oxygène et la réduction en
apportant trop de bois.
La fabrication des lampes suit exactement le même
processus à ceci près qu’il faut veiller à faire les parois les
plus fines possibles, non pour économiser l’argile, mais pour
avoir la plus grande capacité possible. Le figure 12 montrent
le processus:
On notera que l’on peut modifier le médaillon à loisir en
estampant un sigillum quelconque dans l’argile fraiche de la
pièce de moule récemment estampée (Fig.13) (ici le bibendum
Michelin, sur médaillon de la lampe des estampages de têtes
de figurines de l’atelier de Celilius.)
Figure 11. La nouvelle maison en cours vue arrière
480
François MOSER
Figure 12. Modèle plein et pièces. Estampage. Démoulage. Collage des valves et perforations
Figure 14. Masque celilius antique
Figure 13. Autre poinçon autre médaillon
481
10 ans d’Archéologie expérimentale en relation avec les publics: habitat néolithique, atelier de coroplaste gallo-romain
B L O Q U E - V - . Capítulo LIX
Dans un coffre réserve d’argile et sur toute la surface de
l’atelier furent mis au jour les débris d’un masque de théâtre
(fig.14) dont les dimensions permettaient de l’utiliser. Il
possédait tout autour de la tête, une série de trous. Il avait
été fait avec des colombins très plats, larges de 5cm et épais
de 0,8cm .Le nez, les cheveux et le diadème étaient rapportés.
Confectionné dans une terre jaunâtre, il avait été engobé de
blanc et localement peint à l’argile rouge.
A la demande d’une troupe de comédiens, la compagnie
Skald, nous l’avons reproduit et fait des adaptations. Nous
pensions que les trous servaient à fixer un filet destiné à
maintenir le masque sur la tête tout en supportant la perruque.
Ces masques se sont révélés trop pesants et encombrants
pour être ainsi portés. C’est pourquoi nous avons rajouté des
poignées permettant de les utiliser comme certains masques
vénitiens (Fig. 15).
Figure 15. Compagnie Skald masques
482
François MOSER
- LX La feria de la Prehistoria en Cáceres (España):
una propuesta didáctica
Nova BARRERO*, Antoni CANALS**, Abel MORCILLO* y Luna PEÑA**
* Equipo Primeros Pobladores de Extremadura.
** Área de Prehistòria. IPHES. Departament d’Història i Geografia. Universitat Rovira i Virgili.
Resumen
El Equipo de Investigación Primeros Pobladores de
Extremadura, desde su constitución en 1999, tiene marcadas
como líneas de actuación la investigación del Pleistoceno en
la región extremeña, la formación de un equipo de jóvenes
investigadores con carácter multidisciplinar, y la socialización
de los conocimientos adquiridos. En ésta última línea se
enmarcan varias actividades. Una de las más destacadas es
Palabras clave:
la Feria de la Prehistoria, que en sus dos ediciones de 2007 y
2008, ha conseguido posicionarse como una de las actividades
culturales con más proyección en la ciudad de Cáceres. Sus
objetivos comprenden la divulgación del Pleistoceno en
general y de los yacimientos prehistóricos extremeños en
particular. Todo ello a través de actividades participativas
e interactivas, que conjugan aspectos educativos y lúdicos.
Prehistoria, Cáceres, socialización, Maltravieso, didáctica.
Abstract
The First Settlements Extremadura Research Team, founded
in 1999, has three main goals: the research of Pleistocene period
at Extremadura, to perform a transdisciplinary research team
made up by junior scholars and finally the socialization of the
knowledge acquired about Palaeolithic, that include different
activities. One of them is the “Prehistoric Funfair”, that has
been celebrated in two different editions (2007 and 2008) and it
Key words:
currently represents one of the most known and famous cultural
events in Cáceres (Extremadura). The aim of this event is to
stir general public’s interest in Pleistocene period and also in
the archaeological sites located at Extremadura, throughout
interactive and participative activities that fit recreational and
educative ways to learn.
Prehistory, Cáceres, socialization, Maltravieso, didactics.
Introducción
La “Feria de la Prehistoria” (Cáceres 2007 y 2008) es
una actividad enmarcada dentro de las líneas de actuación
del Equipo de Investigación “Primeros Pobladores del
Extremadura” (EPPEX).
La constitución del Equipo de Investigación tiene lugar
en el año 1999. En esos momentos y hasta la actualidad,
los estudios de Pleistoceno se encuentran en nuestro país
por primera vez a la cabeza de la investigación en cuanto a
resultados, publicaciones y divulgación en este campo, al
mismo tiempo que asistimos a un interés social creciente
por la evolución humana.
En este contexto el EPPEX se forma bajo tres líneas de
actuación básica: Investigación del Pleistoceno en esta
región y así superar la carencia de información al respecto;
Formación de un equipo joven multidisciplinar; y, en tercer
lugar, Socialización de los conocimientos adquiridos a través
de las líneas anteriores (Canals et al. 2004).
483
La feria de la prehistoria en Cáceres (España): una propuesta didáctica
B L O Q U E - V - . Capítulo LX
Antecedentes
El Equipo Primeros Pobladores tiene puesto en marcha
desde hace más de nueve años un proyecto de investigación
que se sustenta en una serie de yacimientos arqueológicos
de gran interés científico. Se trata de los yacimientos al aire
libre de Vendimia (Díaz, I. et al. 2004) y El Millar (Díaz, O. et al.
2004), y en el contexto del Calerizo, la cueva de Maltravieso
(Peña et al. 2008; Rodríguez et al. 2008) representa, al igual
que la de Santa Ana (Carbonell et al. 2005) y el Conejar, una
de las múltiples entradas a la red cárstica que esta formación
ha desarrollado. Los grupos humanos que transitaban entre
los humedales y el Calerizo, desde el Paleolítico Inferior
hasta la Edad de Bronce, utilizaron estos refugios naturales.
Para la difusión de la Prehistoria en general y, en
particular, de los nuevos conocimientos que el estudio de
estos yacimientos ha generado, y con el objetivo de implicar a
la ciudadanía en la valoración y el cuidado de su patrimonio,
EPPEX desarrolla un amplio programa de actividades de
divulgación, donde se refuerzan los caracteres didácticos
y pedagógicos. Entre ellas, cabe destacar exposiciones,
conferencias, programas de colaboración con centros de
enseñanza cercanos a los yacimientos, visitas guiadas, etc.
(Barrero et al. 2008b; Canals et al. 2008; Morcillo et al. 2008)
Por su complejidad y por los valores educativos que aporta,
la “Feria de la Prehistoria” es sin duda uno de los proyectos
más destacados. Éste surge del éxito obtenido por los talleres
didácticos realizados por miembros de EPEEX para diferentes
cursos en Centros de Profesores y Recursos de la región. Su
continuación, se vio materializada en talleres de prehistoria
didácticos adaptados a la educación secundaria, que se han
llevado a cabo en distintos institutos de Extremadura y de
Castilla y León durante los últimos años (Morcillo et al. 2008).
Concepción y carácter
La “Feria de la Prehistoria”, en sus dos ediciones (2007
y 2008), tiene como objetivo llevar a cabo un proceso de
socialización de los conocimientos sobre el Paleolítico en
general y el extremeño en particular. En este sentido, la
Feria está concebida para traspasar la frontera científica
en el ámbito de la Prehistoria y devolver los conocimientos
adquiridos en los programas de investigación a la sociedad.
Sin duda, al plantearse esta actividad desde el propio equipo
de investigación se asegura el rigor de los contenidos y,
de otro lado, se consigue hacer participe a la sociedad de
un proceso de adquisición de conocimiento, que suele ser
minoritario.
La “Feria de la Prehistoria” fue ideada desde sus inicios
como una actividad con doble finalidad, la educativa y la
lúdica. Su carácter educativo emana de sus propios objetivos,
a saber, que las personas que participen en la Feria aprendan
y conozcan aspectos generales sobre el Paleolítico, como
la paleoecología, los modos de vida y la tecnología de los
homínidos, así como los últimos descubrimientos llevados
a cabo en el Complejo Cacereño. Por otro lado, aprovecha el
carácter lúdico de las actividades para hacer de la Feria una
actividad más didáctica. Así, las actividades programadas,
como talleres y audiovisuales, pretenden ser una actividad
práctica y participativa, en un contexto externo a la educación
formal. No sólo se ofrecen demostraciones en vivo de
ciertas especialidades, sino que se hace partícipe al público,
implicándolo tanto en el discurso como en las actividades.
Los talleres, así como el resto de la programación de
la Feria, están conducidas por arqueólogos profesionales,
investigadores que además tienen experiencia en el campo
de la divulgación. Estos talleres están complementados por
el stand de “Memoria histórica de la cueva de Maltravieso” y
“El ciclo de cine”. Se trata de un evento en el que se integran
diferentes actividades que “coinciden” con la excavación de
la cueva de Maltravieso, que a su vez es expuesta al público
en el stand de “Maltravieso directo”.
Público
484
La Feria de la Prehistoria está dirigida a un público no
especializado, desde alumnos de la E.S.O. hasta adultos
de cualquier edad, que participa de forma interactiva como
actores y receptores.
y en función de las exigencias logísticas y organizativas, se
decidió dividir la actividad en dos bloques: dos días dedicados
en exclusiva a los grupos escolares con cita previa y tres días
al público en general.
En este sentido, se ha buscado una doble proyección
de la actividad: los escolares y el público en general. Para
atender específicamente las necesidades de ambos grupos
Se habilitó un stand de recepción que, además de recibir
al público, tenía la función de realizar un registro de datos
básicos para valorar los resultados de público y el perfil
Nova BARRERO, Antoni CANALS, Abel MORCILLO y Luna PEÑA
del visitante. Estos estudios han reflejado que el perfil del
visitante ideal son familias que mayoritariamente residen
en la propia ciudad de Cáceres. En este sentido, el programa
de comunicación (prensa, señalización urbana, revistas
especializadas) cumplió su objetivo, ya que ésta es una
actividad dirigida principalmente a los ciudadanos cacereños
y, tal y como has reflejado los registros de público, éste ha
sido el perfil medio del visitante.
Objetivos
El objetivo general de este conjunto de actividades
es promover y reforzar en la comunidad educativa y en la
sociedad el interés por la prehistoria y la evolución humana.
En este sentido se busca complementar los conocimientos
adquiridos en el ámbito académico así como fomentar el
interés de los jóvenes en el proceso investigador.
En decir, se pretende introducir en la conciencia social
los nuevos descubrimientos científicos fundamentados en la
investigación, de manera que los conocimientos científicos
sustituyan los mitos y leyendas generados en torno a este
periodo.
Además, la difusión y puesta en valor del patrimonio
paleolítico de la Cueva de Maltravieso es otro de los fines
de esta actividad.
Metodología general
Para la consecución de los objetivos planteados se ha
utilizado la metodología que se aplica habitualmente a
los talleres demostrativos de arqueología experimental.
Los stands organizados fueron 6: Industria Lítica, Arte y
Pensamiento Simbólico, Fuego, Caza, Tecnología de Hueso
y Madera y Cerámica
No obstante, para cubrir las necesidades específicas de
esta actividad concreta y del espacio en el que se realiza (el
Parque de Maltravieso), se han adaptado los talleres además
de complementarlos con otras actividades como “Memoria
Histórica de Maltravieso”, “Punto de Lectura”, “La Prehistoria
en el Cine” y las Jornadas de Puertas Abiertas “Maltravieso
Directo”. En relación a este punto, cabe aclarar que la “Feria
de la Prehistoria” se realiza simultáneamente a la excavación
de la cueva de Maltravieso, cerrada al público por motivos
de conservación de su conjunto rupestre. Así, en este stand
se puede visitar virtualmente la cueva, y observar en directo
el proceso de excavación.
Por otro lado, como complemento fundamental, en la
segunda edición de la Feria de la Prehistoria se ha editado
la “Guía didáctica de la Prehistoria en el Calerizo Cacereño”
(Barrero et al. 2008a). Dirigida a un público inexperto y a
escolares, en la Guía queda
recogida toda la información
transmitida en la Feria, es
decir, conocimientos básicos y
generales de Prehistoria basados
especialmente en los últimos
descubrimientos realizados en
las excavaciones de las cuevas
del Calerizo.
Respecto a la organización
de los talleres (Fig. 1 y Fig. 2)
cada stand constaba de un
Coordinador, especialista en
la materia impartida, y dos o
más monitores con funciones
de apoyo al coordinador como
abastecimiento de materiales y
Figura 1. Taller de Fuego, Feria de la Prehistoria
(Cáceres, España). Foto: Eppex
485
La feria de la prehistoria en Cáceres (España): una propuesta didáctica
B L O Q U E - V - . Capítulo LX
asesoramiento al público sobre las distintas actividades que
se llevaban a cabo, el inicio de cada sesión de demostración
y el recorrido adecuado.
Este recorrido, dado que la feria es una actividad dinámica
e interactiva, es prefijado, aunque no obligatorio. Puede ser
variable según las inquietudes culturales e intereses de los
visitantes, dotándoles de libertad para asistir a uno u otro
de los talleres. No obstante, hay que tener en cuenta que
todos los talleres funcionaban simultáneamente, por lo que se
desarrolló un tríptico-mapa con la disposición de los mismos
dentro del parque y la ruta recomendada, entregado al inicio
de la visita en el stand de entrada, recepción y bienvenida
de la Feria.
Cada taller tenía el objetivo de divulgar un aspecto
concreto de los modos de vida de los homínidos en la
Prehistoria, pretendiendo mostrar los conocimientos
necesarios para su comprensión y su puesta en práctica de
una forma atractiva y práctica. Para dotar a la actividad de
coherencia y cierta homogeneidad, todos los talleres contaban
con una estructura organizativa similar:
• Los talleres comienzan con una explicación teórica
de los conceptos necesarios para la comprensión de su
contenido.
• A continuación, se presentan los materiales que se
usan para las diferentes actividades.
• Posteriormente, se realiza una demostración de las
técnicas de producción y uso de esos objetos.
• Finalmente, se pasa a la participación de los visitantes,
aunque el grado depende de lo que permiten las circunstancias
de cada taller.
Figura 2. Taller de Cerámica, Feria
de la Prehistoria (Cáceres, España).
Foto: Eppex
Resultados
Respecto a los resultados, como ha sido ya reiterado en
otros contextos para actividades similares, resulta difícil
cuantificar y resumir el carácter, la cantidad y la calidad de
los resultados sociales. No obstante, en cuanto a resultados
cuantitativos si podemos acercarnos a unas cifras relativas
a través de una comparación muy simple. El Centro de
Interpretación de la Cueva de Maltravieso situado en el
Parque donde también se localiza la cueva y donde se lleva
a cabo la Feria de la Prehistoria, recibió en el año 2005
unos 2.500 visitantes. Durante la 1º Feria de la Prehistoria
se recibieron 1.538 visitantes y durante la 2º Feria 2.270.
486
Por tanto, atendiendo a estos números, los resultados de
público conseguidos son todo un éxito (Fig.3).
Además, la presencia de los medios de comunicación
durante la Feria de la Prehistoria ha sido habitual, numerosa
y constante desde su presentación en la Rueda de Prensa
hasta la clausura de la misma. En ella, participaron los medios
televisivos y principales periódicos regionales, así como los
medios radiofónicos. En total, entre las dos ediciones, en
prensa escrita se recogieron unos 30 impactos y en torno al
centenar de impactos en publicaciones on-line y noticieros
webs.
Nova BARRERO, Antoni CANALS, Abel MORCILLO y Luna PEÑA
Por otro lado, los resultados cualitativos son en este
caso de beneficio social: además de despertar el interés
de parte de la ciudadanía cacereña por el Paleolítico y el
patrimonio arqueológico de la región, un resultado tangible
ha sido la utilidad de la Guía Didáctica editada, actualmente
utilizada como complemento en los centros de enseñanza
pública de Cáceres.
Figura 3. Estadísticas de público de la II Feria de la Prehistoria
Conclusiones
En base a los resultados obtenidos, la valoración de la
Feria es muy positiva, ya que se han alcanzado los objetivos
planteados -difusión y socialización de la Prehistoria– gracias
a la aplicación de una metodología propia adaptada a esta
actividad y al uso de instrumentos innovadores. Dados los
buenos resultados de la 1ª Feria de la Prehistoria, tanto en
el funcionamiento como en la excelente acogida entre la
ciudadanía cacereña, en el 2008 se llevó a cabo una segunda
edición, dando paso a una Feria más completa y ambiciosa.
A tenor de la afluencia de público recibida, el éxito de la
2º Feria de la Prehistoria ha quedado patente. La confluencia
de diferentes tipos de actividades didácticas y a la vez
lúdicas con un proceso científico, en este caso la excavación
arqueológica de la cueva de Maltravieso, son las claves
fundamentales del éxito de la “Feria de la Prehistoria”. Por
otro lado, la superación de los resultados en la 2º Feria de
la Prehistoria respecto a la primera edición, tienen como
factor principal la continuidad. La oportunidad de repetir
este evento permitió mejorar y ampliar los contenidos y
actividades realizadas, en base a la experiencia previa, lo
cual se ha visto proporcionalmente reflejado en el número
de asistentes.
De la positiva respuesta del público se desprende que
este tipo de actividades, como la Feria de la Prehistoria, en
las que se combinan aspectos formativos y no se abandona
el carácter lúdico esperable de un encuentro informal, son
muy interesantes como herramienta complementaria de las
instituciones educativas formales. Por ello, nuestro nuevo
objetivo es conseguir que con el paso del tiempo podamos
institucionalizar La Feria de la Prehistoria en el calendario
de actividades culturales de la ciudad de Cáceres.
Agradecimientos
Quisiéramos agradecer a todas las instituciones que han
participado en la Feria de la Prehistoria de un modo u otro
su implicación, especialmente a los patrocinadores, Caixa
Catalunya y el Ayuntamiento de Cáceres, así como a las
entidades colaboradoras, Dirección General de Promoción
Cultural y Dirección General de Patrimonio Histórico de la
Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura,
Filmoteca de Extremadura y Museo de Cáceres. Además,
487
La feria de la prehistoria en Cáceres (España): una propuesta didáctica
B L O Q U E - V - . Capítulo LX
esta actividad así como las excavaciones de la cueva de
Maltravieso se han llevado a cabo gracias al esfuerzo
de muchas personas: los miembros del Equipo Primeros
Pobladores de Extremadura, además de varios colegas de
Tarragona, Madrid y Murcia.
Bibliografía
BARRERO, N.;CANALS, A.; MORCILLO, A; PEÑA, L. (eds.) (2008a):
Guia Didàctica de la Prehistoria en el Calerizo Cacereño.
ADEAEX, Cáceres.
BARRERO, N.; CANALS, A.; MORCILLO, A; PEÑA, L. (2008b):
“La Exposición como medio de difusión de los Proyectos
de Investigación: La exposición itinerante La Cueva de
Maltravieso. Cáceres hace 350.000 años”. Actas del Congreso
El Mensaje de Maltravieso 50 años después (Cáceres,
2006), Memorias del Museo de Cáceres, nº 8, Museo de
Cáceres, Cáceres
CANALS, A.; SAUCEDA, I.; CARBONELL, E. (2004): “The projet
“The first settlers in Extremadura” and the Paleolithic in
the Salor area.” Acts of XIVth U.I.S.P.P. BAR International
Series 1239: 157-167
CANALS, A.; BARRERO, N.; MORCILLO, A. (2008): La Cueva de
Maltravieso. Cáceres hace 350.000 años, Adeaex, 2007,
Cáceres
CARBONELL, E.; CANALS, A.; SAUCEDA, I.; BARRERO, N.;
CARBAJO, A.; DÍAZ, O.; DÍAZ, I.; FERNÁNDEZ, R.; GARCÍA,
F.J.; PEÑA, L.; GARCÍA, M.; GIL, J.; GUERRA, S.; LEÓN, L.M.;
MANCHA, S.; MANCHA, E.; MEJÍAS, D.; MERINO, R.M.;
MORANO, M.; MORCILLO, A.; MUÑOZ, L.; RODRÍGUEZ, A.;
JULIÀ, R.; GIRALT, S.; FALGUÈRES, C. (2005): “La grotte de
Santa Ana (Cáceres, Espagne) et l’évolution technologique
au Pléistocène dans la Péninsule ibérique”. L’anthropologie,
109: 267-285.
488
DÍAZ, I.; MEJÍAS, D.; SANABRIA, D.; RODRÍGUEZ, A. (2004): “El
Paleolítico medio en Extremadura: Yacimiento “Vendimia”
(Malpartida De Cáceres).” En E. Allué, A. Canals y E.
Carbonell (eds.): Primer Congreso Peninsular de Estudiantes
de Prehistoria: 82-66.
DÍAZ, O.; BARRERO, N.; MANCHA, S. (2004): “El Paleolítico
Medio en Extremadura: El Yacimiento El Millar (Cáceres).”
En E. Allué, A. Canals y E. Carbonell (eds.): Primer Congreso
Peninsular de Estudiantes de Prehistoria: 75-81.
MORCILLO, A.; BARRERO, N.; PEÑA, L.; CANALS, A. (2008):
“Maltravieso y la difusión didáctica de la Prehistoria. A
propósito de unos talleres didácticos de arqueología y
prehistoria”. Actas del Congreso El Mensaje de Maltravieso
50 años después (Cáceres, 2006), Memorias del Museo de
Cáceres, nº 8, Museo de Cáceres, Cáceres
PEÑA, L.; BARRERO, N.; MORCILLO, A.; CANALS, A.; MOSQUERA,
M. (2008): “La industria lítica en cuarzo de la cueva de
Maltravieso (Cáceres)”. Actas del Congreso El Mensaje
de Maltravieso 50 años después, Memorias del Museo de
Cáceres, nº 8, Museo de Cáceres, Cáceres
RODRÍGUEZ, A.; MUÑOZ, L.; CANALS, A. (2008): “Una
aproximación zooarqueológica al yacimiento de la cueva de
Maltravieso”. Actas del Congreso El Mensaje de Maltravieso
50 años después, Memorias del Museo de Cáceres, nº 8,
Museo de Cáceres, Cáceres
Nova BARRERO, Antoni CANALS, Abel MORCILLO y Luna PEÑA
- LXI ERA: una década trabajando por la difusión
Rita BENÍTEZ MOTA
ERA, Laboratorio de Arqueología Experimental
Resumen
En este artículo hablamos del Laboratorio de Arqueología
Experimental ERA, como una experiencia empresarial
Palabras clave:
novedosa, donde se ha utilizado la arqueología experimental
como herramienta de difusión de nuestro patrimonio.
Arqueología Experimental, Difusión de patrimonio, Talleres Didácticos.
Abstract
In this article we talk about the Archaeology Laboratory
Experimental ERA, entrepreneurial experience as a novel,
Key words:
which has been used experimental archaeology as a tool to
disseminate our heritage.
Experimental archeology, Diffusion of heritage, educational workshops.
Introducción
El Laboratorio de Arqueología Experimental ERA
comienza su andadura en la primavera de 1998. Nace
con la vocación de establecer un pequeño puente entre
la investigación, y la docencia que por otra parte nunca
debían estar separadas. Pero desgraciadamente son muchas
las veces que los arqueólogos, o científicos en general
publicamos en revistas especializadas ajenas al colectivo
de docentes que en principio son los responsables de la
educación de las nuevas generaciones, y que al no disponer
de herramientas suficientes no pueden transmitir valores
de respeto, admiración, y por tanto protección de nuestro
patrimonio.
Diez años después, nos hemos afianzado en el empeño de
difundir nuestro patrimonio arqueológico a través de talleres
didácticos. Hemos convertido la Arqueología Experimental en
fuente de la que emanan los talleres didácticos que adaptados
a todos los niveles curriculares ofrecemos a los alumnos que
nos visitan; siempre convencidos de que nuestro eslogan
”Solo se puede amar y respetar aquello que se conoce”, ha
sido la esencia de nuestra empresa.
La aventura de un laboratorio de humanidades
Desde nuestro comienzo nos hemos centrado en
prestar servicios culturales, educativos y de ocio, siempre
relacionados con la difusión del Patrimonio, la Cultura y la
Arqueología.
• Reproducciones de piezas arqueológicas
Realizamos reproducciones de algunas de las piezas
arqueológicas más significativas de Andalucía. Algunas piezas
están incluidas en el portal de Internet facilitado por la Excma.
Diputación de Cádiz denominado “Mercadeando”, donde se
presentan productos artesanales de empresas del Sur de
Europa y del Norte de África. Nuestros productos pueden
encontrarse en las tiendas de algunos de los principales
museos de Andalucía y de algunos yacimientos de Cádiz, que
la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales de
la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía gestiona.
489
ERA: una década trabajando por la difusión
B L O Q U E - V - . Capítulo LXI
Además, en el Centro De Interpretación de la Cultura
Dolménica en Zalamea La Real (Huelva), en la sede Provincial
de la Tesorería General de Seguridad Social en Cádiz, y en
el Museo Municipal de El Puerto de Santa María, pueden
encontrarse reproducciones de material arqueológico.
• Actividades educativas y de ocio dentro del marco
del plan familia
Además llevamos 7 años gestionando actividades
educativas en 15 centros escolares de la Bahía de Cádiz.
• Participación en excavaciones de urgencia y en
campañas de excavación en Gibraltar.
Colaboramos dentro del “Gibraltar´s Caves Proyect” en
las campañas de excavación en Gorham´s Cave en los años
1997,1998 y 1999; Bray´s Cave en los años 2000, 2002 y
2003; Forbe´s Quarry en el año 2001.
Además hemos realizado la dirección y codirección
en distintas excavaciones de urgencia en los términos
municipales de Jerez y Puerto de Santa María, así como
dragados en Sancti Petri, en la punta del boquerón en los
últimos años.
• Actividades culturales, educativas y de formación
Este sector de la empresa es nuestra piedra angular, pues
fue gracias a nuestras actividades educativas basadas en la
arqueología experimental como comenzó nuestro viaje. Con
el mismo espíritu de nuestros inicios basado en un deseo de
difundir nuestro Patrimonio Cultural, y arqueológico hemos
realizado durante estos años diferentes actividades dentro
y fuera de nuestras instalaciones.
• Actividades para escolares y otros colectivos
Desde hace años atendemos diariamente en nuestras
instalaciones a grupos de escolares y otros colectivos de toda
la provincia y limítrofes, desarrollando la actividad “Cádiz:
Una inmersión en el pasado”. Ofrecemos la posibilidad
de que se encuentren con el medio natural al tiempo que
pueden aprender Historia, realizando una inmersión en el
pasado, y practicando en primera persona, los modos de
vida de cada época.
Sin perder de vista el rigor científico, hemos elaborado una
serie de talleres adaptados a los currículos de las distintas
etapas. Aunque en un primer momento, las actividades para
escolares desarrolladas en el Laboratorio estaban centradas
490
en la Prehistoria, los excelentes resultados a nivel pedagógico
han posibilitado la ampliación del espectro histórico en que
estas se centran, desarrollando talleres que explican el
mundo protohistórico en la Bahía de Cádiz, impartiéndose
estos talleres en el yacimiento de Doña Blanca, así como el
mundo clásico, en Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia
y en yacimientos de Cádiz capital (Museo Arqueológico,
Factoría de Salazón, Teatro Romano y Columbarios).
• Cursos de formación para el profesorado del CEP
de Cádiz y Jerez
Siguiendo la misma línea pedagógica desarrollamos
Cursos de Estrategias Didácticas impartidas en coordinación
con los CEP de Jerez y Cádiz, destinados a profesores de
Enseñanza Primaria y Secundaria. Estos cursos han tenido
como objetivo utilizar el conocimiento de nuestro Patrimonio
como herramienta educativa.
• Jornadas de Historia de Puerto Real
Se desarrollan en colaboración con el Área de Cultura del
Ayuntamiento de Puerto Real, así como con el colectivo de
docentes “Aula XVI”. Participan los alumnos de secundaria y
bachillerato de la localidad. ERA ha organizado dos Jornadas
de Historia de Puerto Real: VIII Jornadas de Historia “Paseo
por el amanecer” en el 2000 y “Figlinae” Jornadas de Historia
de Puerto Real en 2003.
• Programa de Campos de trabajo de servicio
voluntario para jóvenes en colaboración con el
Instituto andaluz de la juventud titulado:”recuperación
etnográfico I y II”
Durante el verano del 2002 y 2003 realizamos dos campos
de trabajo con jóvenes de toda España. La actividad consistió
en la reproducción de una cabaña de la Edad del Cobre en
la primera edición, y otra de la Edad del Bronce en la edición
segunda, basándonos en todo momento en los contenidos
científicos que aportan las excavaciones arqueológicas.
• Cursos de revalorización de conocimientos y
actividades tradicionales: cerámica y objetos de
fibra vegetal
En el ámbito del proyecto Equal-suratlántico, se
organizaron cursos por parte del Instituto de Medio Ambiente,
en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente, la
Consejería de Empleo, y los Ayuntamientos de Puerto Real
Rita BENÍTEZ MOTA
y de Ayamonte. La finalidad fue la potenciación del respeto
a los Parque Naturales, y la generación de estrategias de
autoempleo en Municipios con servidumbre hacia los Parque
Naturales. Desarrollándose en ERA durante la campaña
2003/04. El rescate de estas técnicas ancestrales a punto de
extinguirse permitió su uso como instrumento de desarrollo
económico.
• Elaboración de maletines didácticos
ERA ha elaborado un material didáctico cuyos elementos
hacen referencia a la vida cotidiana de la prehistoria. Todos
los elementos son perfectamente manipulables por los
alumnos, lo que permite un aprendizaje mucho más práctico.
• Cursos de formación profesional ocupacional
El 10 de Marzo del 2004 se nos concede la autorización
para el funcionamiento como Colaboradores y Homologación
de especialidades para la Formación Profesional Ocupacional,
por la Conserjería de Empleo y Desarrollo Tecnológico del
servicio Andaluz de Empleo. En la campaña 2004/2005, se
inician los primeros cursos, éstos giran en torno a la temática
y objetivos que siempre ha tenido presente el Laboratorio,
“Alfarero Ceramista” y “Elaborador de Objetos de Fibra
Vegetal”. Estos mismos cursos se imparten de nuevo en el
año 2005/2006.
• Dinamizaciones de museos y recintos
arqueológicos
Desde 2001 se han realizado dinamizaciones en distintos
Museos: Gibraltar, El Puerto de Santa María, Cádiz y Córdoba,
y recintos arqueológicos como Baelo Claudia y Doña Blanca,
con motivo de fechas señaladas en el calendario cultural,
como el Día de Andalucía, Día Internacional del Turismo,
Día Internacional del Deporte, Día Internacional de los
Museos, etc.
• Colaboración con la UCA en la asignatura de
metodología de la investigación arqueológica
A través de un convenio de colaboración con la UCA
llevamos desde el año 2006 tutorizando en nuestras
instalaciones a alumnos que cursan la asignatura de
Metodología de la Investigación Arqueológica impartida,
por el profesor Don José Antonio Ruiz Gil. Apoyándolos en
sus trabajos de arqueología experimental.
Hemos intentado resumir lo que ha sido nuestra empresa
durante estos años. Cada vez somos más las personas que han
pasado a formar parte de esta aventura empresarial novedosa
e ilusionante. Nuestra dilatada experiencia avalada por la
consecución de numerosos reconocimientos, nos ha dotado
de una serie de recursos pedagógicos y educativos, que nos
han permitido transmitir a miles de escolares andaluces
valores como la conservación de nuestro patrimonio, y un
mayor interés por nuestra historia.
491
Rita BENÍTEZ MOTA
- LXII Parque arqueológico Cella Vinaria
(Teià, Maresme, Barcelona):
un gran laboratorio de Arqueología experimental
Antoni MARTÍN I OLIVERAS
Resumen
CELLA VINARIA es el nombre del parque arqueológico
localizado en Teià (Maresme-Barcelona), situado alrededor
del yacimiento de Vallmora y que fue inaugurado el pasado 20
de junio de 2009. Las estructuras excavadas y documentadas
entre 1999 y 2005 corresponden a un centro de producción
vitivinícola romano que estuvo operativo entre el siglo I a.C
y el siglo V d.C. El Proyecto de Arqueología Experimental que
Palabras clave:
en estos momentos se está ejecutando prevé la reintegración
parcial de estructuras constructivas, el estudio técnico y
funcional de los componentes y la reproducción in situ de
dos grandes prensas romanas de biga y la formalización de
un viñedo romano experimental que reproduzca las diferentes
técnicas de plantación y sistemas de conducción de viña en
la antigüedad.
Parque Arqueológico, centro de producción vitivinícola romano, arqueología experimental,
reconstrucción de dos prensas romanas de biga, viñedo romano experimental.
Abstract
CELLA VINARIA is the name of an archaeological park
located in Teià (Maresme-Barcelona), around an archaeological
site called Vallmora that was inaugurated last 20th June 2009.
The structures excavated and documented between 1999
and 2005 correspond to a Roman wine production centre in
operation since 1st B.C. to 5th A.D. At the present time it is
developing an Experimental Archaeology Project that includes
Key words:
the restoration of constructive structures and the technical and
functional study of components, for “in situ” reconstruction
of two great Roman wine lever presses and the formalization
of a Roman experimental vineyard field that reproduces the
different plantation techniques and vineyard drive systems
in the antiquity.
Archaeological park, Roman wine production centre, experimental archaeology, reconstruction of two
Roman lever wine presses, Roman experimental vineyard field.
“Volgoque veritas iam attributa vino est.” Caius Plinius Secundus, Naturalis Historia XIV, 141
Introducción
El Parque Arqueológico CELLA VINARIA que dispone
de un Plan Director, de un Proyecto Museológico, de un
Proyecto Museográfico y de diversos proyectos urbanísticos,
arquitectónicos y otros estudios específicos propios, es ya
una realidad tangible des del pasado 20 de junio de 2009,
día en que se inauguró oficialmente, abriendo sus puertas
al público. Se trata de un modelo de equipamiento complejo
en el cual, cubriendo un área de unos 25.000 m2, conviven
inicialmente tres elementos que ofrecen diferentes recursos
al visitante: Un Centro de Acogida Turística (CAT) con un
espacio expositivo multimedia sobre la romanización en
Cataluña, un viñedo romano experimental y el yacimiento
vitivinícola romano de Vallmora musealizado. Así a partir de
la dinamización y puesta en valor de este bien patrimonial se
pretende dar a conocer el fenómeno histórico del orígen, el
desarrollo y la expansión de la producción vitivinícola en la
antigua región Layetana y el comercio del vino tarraconense
en época romana, entre los siglos I a.C. y V d.C.
493
Parque arqueológico Cella Vinaria (Teià, Maresme, Barcelona): un gran laboratorio de Arqueología experimental
B L O Q U E - V - . Capítulo LXII
El yacimiento vitivinícola romano de vallmora
Está situado en el término municipal de Teià (MaresmeBarcelona), a 93 metros de altura sobre el nivel del mar,
muy próximo a un área de descanso de la Autopista C-32
(Palafolls-Barcelona). Su situación topográfica UTM es:
31TDF426593 (x= 442621, y= 4593523) y de coordenadas
Greenwich: 2º 18´ 45” / 41º 29´ 28”. Se encuentra localizado
en la antigua región Layetana, cuyo nombre proviene del
etnónimo λαιαιτανοί-laeetani, con el cual se designaba
al pueblo íbero que habitaba este territorio (Untermann
1993: 24). El conjunto se define por toda una serie de
ámbitos, estructuras productivas y de almacenaje que de
forma escalonada se adaptan a la topografía terrazada del
terreno y un gran espacio central de almacenaje a cielo
abierto con grandes tinajas de fermentación, dolia defossa,
entorno del cual se estructuran las diferentes dependencias.
El área que presenta un mejor estado de conservación es
el ala norte situada en las terrazas superiores. Se han
localizado un total de tres salas de prensado o torculares,
que presentan dos prensas de biga cada una, dando un total
de seis prensas documentadas, aunque el funcionamiento
efectivo de éstas parece reducirse a la coexistencia de dos
ámbitos de prensado y, por lo tanto, de cuatro prensas con
sus correspondientes depósitos, documentándose en todo
el yacimiento un total de 8 estructuras de este tipo (cinco
depósitos y tres ámbitos). También tenemos varias áreas de
almacenaje o cellae vinariae, algunas con claras evidencias
de tener cubierta y otras que apenas conservan recortadas
en el terreno las huellas alineadas de los fondos de dolia
defossa, además de otras dependencias anexas de trabajo
y habitación de la mano de obra. A nivel cronológico todas
estas estructuras forman parte de un mismo conjunto con
una horquilla temporal, que abarcaría desde el s. I a.C.
hasta inicios del siglo V d.C. Las estructuras conservadas,
aunque pertenecientes a diferentes períodos, nos ofrecen
una lectura interpretativa y una secuencia estratigráfica
suficientemente clara. Igualmente la interpretación técnica
y funcional de la mayoría de las estructuras productivas está
siendo satisfactoria y su estudio nos permitirá entender
mejor los diferentes procesos y procedimientos vitivinícolas
de época romana, los cuales se han convertido en nuestro
principal objeto de estudio (Rodà et al. 2005; Martín et al.
2007; Martín 2009, Martín y Bayés 2009).
Figura 1.
El yacimiento
de Vallmora una
vez excavado.
Restitución
hipotética
tridimensional
del torcularium
superior. Proceso
de reintegración
de estructuras
murarías
494
Antoni MARTÍN I OLIVERAS
El programa de investigación como marco para el desarrollo de la metodología experimental
Hoy por hoy cualquier proyecto de dinamización y
valorización del patrimonio debe implementar un Programa
de Investigación paralelo que nutra de contenidos al
discurso expositivo, a partir del desarrollo de diferentes
proyectos específicos que cubran los diferentes aspectos del
conocimiento científico1. Este conocimiento del yacimiento se
ha plasmado en dos niveles de concreción. De un lado, a nivel
macroespacial mediante su situación en el contexto histórico,
sociocultural, temporal y arqueológico del territorio que lo
rodea y, del otro, a nivel microespacial, mediante el registro
de la secuencia estratigráfica, la documentación exhaustiva e
interpretación técnica y funcional de las diferentes estructuras
productivas y de habitación que lo conforman y el estudio
pormenorizado de la cultura material recuperada. El estudio
en el gabinete y el laboratorio de los datos obtenidos durante
la fase de excavación (1999, 2003-2004) ha permitido un
mejor conocimiento de estas estructuras y materiales y el
desarrollo de una serie de hipótesis interpretativas planteadas
a partir de las evidencias arqueológicas que nos proporciona
el propio yacimiento con la participación de diferentes
especialistas y profesionales (arqueólogos, antropólogos,
arquitectos, ingenieros, físicos, técnicos en conservaciónrestauración, informáticos geólogos, enólogos, viticultores,
etc.). El resultado de estas investigaciones (2005-2009) se
ha ido plasmando en una serie de documentos científicotécnicos dando como resultado un exhaustivo estudio
interpretativo a nivel técnico-funcional de las diferentes
estructuras constructivas y productivas, las cuales se han ido
representando gráficamente en restituciones volumétricas
tridimensionales mediante ordenador. No obstante, las
hipótesis planteadas virtualmente pueden ser contrastadas
mediante la experimentación. El proceso experimental se
convierte pues en un tercer estadio del proceso cognitivo,
en un elemento fundamental y crítico de la arqueología
como investigación del pasado, en una herramienta más de
reflexión interpretativa post-excavación que mediante la
prueba empírica y la contrastación de resultados, aprueba
las hipótesis anteriormente formuladas y hace que estas se
conviertan en conclusiones, o bien las refuta provocando el
necesario planteamiento de hipótesis alternativas (Bardavio
et al. 2001: 44).
La Arqueología experimental: aspectos teóricos y epistemológicos
Es un hecho aceptado que la experimentación ha
contribuido de manera eficaz al desarrollo de la disciplina
arqueológica, por lo que respecta, entre otras, a sus
aportaciones como herramienta interpretativa y de
evaluación científica de los diferentes procesos constructivos,
tecnológicos y funcionales. Así desde su nacimiento en
la década de los 60 en el mundo anglosajón a partir de
los estudios de Ascher (1961, 1970); Coles (1973, 1979);
Ingersoll et al. (1977); Tringham, (1978) y Reynolds (1979);
su desarrollo y aplicación en Dinamarca, Francia, Bélgica
y Alemania, sobre todo por lo que respecta al estudio e
investigación de la tecnología constructiva y funcional de
estructuras habitacionales y útiles de época prehistórica y
protohistórica; consagraron ésta metodología en Europa. En
España y en Cataluña la utilización del método experimental
1. En el plan director ya se indicaba que éste programa era uno de los más importantes
ya que se constituía como la principal fuente de información que debía aportar los
diferentes conceptos para poder desarrollar la presentación del yacimiento, situándolo
en su contexto geográfico, histórico, sociocultural y cronológico.
2. Por lo que respecta a Cataluña caben destacar, los proyectos desarrollados
en los yacimientos del Poblat ibèric i medieval de L’Esquerda (Masies de Roda y
Roda de Ter, Osona, Barcelona) con participación activa del propio P. J. Reynolds
des del año 1990 hasta su fallecimiento en el año 2001, de la Ciutadella Ibèrica
de Calafell (Baix Penedès, Tarragona), y del Poblat Neolític de la Draga (Banyoles,
Pla de l’Estany, Girona).
como herramienta interpretativa y de investigación aplicada
ha sido más tardía, desarrollándose en los últimos veinte
años2. No obstante, su aplicación cada vez más frecuente
dentro de la arqueología clásica hace que, cada vez más,
constatemos su utilización en el estudio de las técnicas, los
materiales y la tecnología constructiva, el estudio tecnológicofuncional de la maquinaria, el utillaje, las herramientas y los
procesos productivos de época romana (Vertet 1983; Ramos
y Fuentes 1998; Calero 2004; Ramos 2005, 2007; Martín
y Bayés 2009). El proceso experimental necesariamente
realza la interpretación (Reynolds 1999), aunque existan
diferentes escalas y tipos de actuaciones, agentes, conceptos
y elementos que intervengan y condicionen éste: Experiencias,
experimentos, experimentadores, reproducciones, réplicas,
demostraciones, destrezas, docencia, etc., (Baena 2005).
Un experimento es por definición un método que sirve
para establecer una conclusión razonada a partir de una
hipótesis inicial (Reynolds 1999) y se define como una vía
metodológica de marcado carácter empírico que permite
reconstruir, o al menos realizar aportaciones, sobre el
contexto socioeconómico de comunidades del pasado
a través de la reinterpretación tecnofuncional de los
testimonios arqueológicos (Baena y Terradas 2005: 142). A
nivel teórico distinguimos entre tres y cinco tipos de procesos
495
Parque arqueológico Cella Vinaria (Teià, Maresme, Barcelona): un gran laboratorio de Arqueología experimental
B L O Q U E - V - . Capítulo LXII
experimentales: constructivos o de replicación, técnicofuncionales o de proceso y de simulación o contextuales (Coles
1979; Callahan 1995; Reynolds 1999)3. También cabe destacar
su valor añadido como recurso museográfico y de presentación
al público y el potencial didáctico y pedagógico que ofrecen,
tanto la reproducción de los procesos productivos, como las
propias réplicas de la maquinaria, el utillaje y los objetos
antiguos (Bardavio et al. 2001: 46).
El proyecto de Arqueología experimental
Los necesarios trabajos de consolidación, reintegración y
recuperación volumétrica de las estructuras constructivas y
productivas excavadas: Muros, revestimientos, pavimentos
hidráulicos y soportes de piedra de las estructuras de pisado
(calcatoria), prensado (torcula), depósito (laci) y almacenaje
(dolia), supusieron, por un lado, la asunción de una serie de
premisas y de criterios establecidos por los tratados y las
cartas internacionales de restauración que se debían de
respetar4, y, por otro lado, la asunción de los preceptos y la
metodología de la arqueología experimental a través de la
aplicación de una serie de hipótesis de trabajo establecidas a
partir de la interpretación de los datos obtenidos en el registro
arqueológico durante la fase de excavación, mediante las
analíticas post-excavación y el estudio técnico-funcional de
la maquinaria de prensado y sus mecanismos de maniobra,
los cuales se querían reproducir. Todo ello complementado
con la consulta de las fuentes escritas antiguas y la
búsqueda de paralelos arqueológicos y/o etnográficos y/o
experimentales, aplicando, en la medida de lo posible, un
criterio de proximidad contextual para aquellos datos de
los que no se tenían referencias explícitas (Martín y Bayés
2009: 223-224).
La reintegración de estructuras constructivas y productivas: aspectos metodológicos
En la reintegración se tuvieron en cuenta todos los
criterios y premisas anteriormente citados, definiéndose
las estructuras y elementos arqueológicos que se querían
recuperar y/o reconstruir:
a) Reintegración de estructuras murarias, revestimientos
y pavimentos hasta máxima cota de conservación por tal
de hacer comprensibles volumétricamente los diferentes
ámbitos y estructuras documentadas durante la excavación.
b) Recuperación de los niveles de circulación antiguos
a partir de las evidencias y los datos proporcionados por el
registro arqueológico.
c) Reconstrucción in situ de dos prensas romanas de
biga con diferentes sistemas de maniobra de torno encajado
en fosa de maniobra y de tornillo con contrapeso a partir
de las evidencias arqueológicas localizadas en la sala de
prensado superior.
d) Construcción de una sección hipotética de cubierta
romana en la sala de prensado superior a partir del estudio
de las necesidades de riostramiento de las estructuras de
prensado.
e) Adecuación y posicionamiento de dolia defossa
originales conservados e instalación de réplicas en los
3. La arqueología experimental se sirve de la reproducción de estos aspectos
tecnológicos y funcionales para analizar conductas y comportamientos, procesos
(naturales y/o antrópicos) y para crear sistemas y subsistemas integrales o globales.
4. Carta de Atenas 1931, Carta de Venecia 1964, Del Restauro 1987, Carta de
Cracovia 2000, entre otras.
496
lugares donde había constancia arqueològica de su existencia
y posicionamiento de casquetes superiores en superficie para
indicar sobre el terreno posibles alineaciones.
Por lo que respecta a la metodología empleada en la
selección y utilización de los materiales constructivos se
priorizaron aspectos como:
a) La legibilidad, estabilidad y reversibilidad de éstos.
b) La determinación y selección de los materiales y de las
técnicas, tanto de la manposteria (material pétreo, estudio de
morteros, tapiales, etc.), como de la carpintería (tipología de la
madera, estructura, forma y dimensiones de los componentes,
etc.) contrastándolos con los datos subministrados por la
evidencia arqueológica del propio yacimiento.
c) La utilización de materias primas y componentes
procedentes del yacimiento o de los alrededores: piedra
de construcción (granodiorita biotítica), fragmentos de
ladrillos, dolia, tegulae e imbrices, estos últimos íntegramente
recuperados durante la excavación.
d) La utilización de mortero compuesto de cal i conglomerado
de arena (cal hidráulica y sauló) como elemento de unión de
la manposteria, respetando las “recetas” vitrubianas en
la proporcionalidad de los componentes: 1:3 (Vitrubio, De
Architectura II, V, 5) 1:2 (Vitrubio, De Architectura, II, V, 6)5.
e) La recuperación de los niveles de circulación a partir
de la proyección de los pavimentos de opus signinum
existentes, empleando los mismos materiales y técnicas
Antoni MARTÍN I OLIVERAS
constructivas: Mortero, sauló y cerámica triturada en
proporción 1:2:1(Vitrubio, De Architectura II, V, 7).
sobre todo por lo que respecta a la determinación de las
dimensiones reales de sus componentes6.
f) La recuperación de las cotas hipotéticas de circulación
de las diferentes terrazas que configuran el yacimiento a
partir de la proyección vertical y en alzado de las huellas
de los fondos de dolia defossa documentados, teniendo en
cuenta que estos originalmente se encontraban enterrados
entre un 50 % y un 75 % de su volumen.
b) Los datos y descripciones que nos proporcionan las
fuentes escritas (Catón, Plinio, Varrón Columella, etc.),
respecto de los materiales empleados: tipologías de madera,
estructura y forma de los componentes, técnica constructiva,
etc.
Por lo que respecta a la metodología empleada en la
selección de los materiales y en el estudio técnico-funcional
de las dos prensas romanas de biga, reconstruidas en la sala
de prensado superior se priorizaron:
a) Los datos que nos proporcionaban las evidencias
arqueológicas documentadas en el propio yacimiento,
c) El óptimo funcionamiento técnico de las propias
prensas por lo que respecta al correcto desarrollo de las
maniobras de prensado.
d) Los datos proporcionados por los paralelos
arqueológicos y/o etnográficos y/o experimentales, sobre
todo para aquellos aspectos que no se pudieron resolver a
partir de la aplicación de los criterios anteriores.
Figura 2. Proceso
de reconstrucción
in situ de las dos
prensas romanas
de biga
5. El sauló es una variedad de arena autóctona de la comarca del Maresme formada a partir de la desintegración de la
roca granítica local (granodiorita biotítica) por meteorización y su posterior arrastre por torrentes y ramblas mezclándose
con otros componentes arcillosos. Aunque parece ser que los romanos solo utilizaban cales aéreas en sus compuestos,
nosotros hemos utilizado por motivos de practicidad y seguridad en el trabajo, cal hidráulica grasa, la cual se diferencia
de las anteriores en que fragua más rápido, evitando apelmazamientos y deslizamientos peligrosos en la obra de
manposteria (Calero 2003).
6. Cabe señalar que curiosamente la evidencia arqueológica coincidió casi en un 90 % con las dimensiones “catonianas” de
los diferentes componentes y mecanismos de las prensas que este autor nos describe en su obra De Agricultura, XVIII-XVIIII.
497
Parque arqueológico Cella Vinaria (Teià, Maresme, Barcelona): un gran laboratorio de Arqueología experimental
B L O Q U E - V - . Capítulo LXII
El viñedo romano experimental 7
Dentro del proyecto general del parque arqueológico, cabe
destacar la formalización de un viñedo romano experimental
en los terrenos adyacentes al yacimiento, con la plantación
de algo más de una hectárea de cepas (12.729,23 m2). La
selección de la variedad de uva a plantar supuso el primer
hándicap en la toma de decisiones para su formalización. Así
pese que algunos autores como J.P. Brun, basándose en Plinio
(Naturalis Historia XIV, 29-30), señalan el orígen balcánico
(región del Epiro), de la variedad hispana coccolobis; ante
la dificultad de identificación de las variedades antiguas
a partir de las analíticas de caracterización de residuos
vegetales y orgánicos del yacimiento8; se optó por plantar
12.237 m2 de viñedo con la variedad tradicional autóctona
de la comarca, denominada “pansa blanca”, como heredera
de esta tradición vitícola secular. Igualmente a fin de poder
hacer un posterior estudio de rendimientos y productividad,
también se han experimentado diferentes sistemas de
conducción. Así 4.488,19 m2 se han plantado con el sistema
tradicional de viña baja, plantada en alveus, sin soportes y
podada en vaso, sistemas de orígen púnico, ya descritos
por Columella (De Arboribus IV, 1-2), y que según este autor
clásico, explicaría el alto rendimiento productivo obtenido
Figura 3. Proceso
de plantación,
desarrollo y
crecimiento del
viñedo romano
experimental
7. Este viñedo se pudo formalizar gracias al convenio subscrito en marzo de 2009 entre
el Ajuntament de Teià y la empresa Alella Vinícola SL, patrocinadora del proyecto
CELLA VINARIA des de sus inicios, que ha asumido la plantación y cuidado de éste
aportando los recursos técnicos, materiales y humanos (un viticultor y un geólogo/
enólogo profesionales que se han sumado al equipo de investigación), necesarios
para el desarrollo de este proyecto específico de investigación aplicada: Parc
Arqueològic CELLA VINARIA- Projecte per la creació d’una vinya romana experimental
en els terrenys adjacents al jaciment vitivinícola romà de Vallmora (Teià-Maresme)
(segles I aC-V dC), el cual ha sido recientemente subvencionado por la Agència de
Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR) de la Generalitat de Catalunya.
8. Vide Juan Tresserras, J.; Matamala, J.C. (2004): Vil·la romana de “El Veral de
Vallmora” (Teià., El Maresme). Caracterització de restes vegetals i residus orgànics.
Anàlisi preliminar. Barcelona (inédito).
498
en las provincias hispanas citerior y ulterior y también en
la región laeetana, por el ahorro de costes productivos
que suponía su utilización (Brun 2004:264). También se
han plantado unos 492,04 m2 de viña “borde” con sistema
de conducción en pérgola típicamente itálico y variedad a
determinar a posteriori. El resto de superficie 7.749 m2 se
ha plantado con técnica de emparrado moderno para poder
hacer un estudio comparativo de productividad. Gracias a
este viñedo experimental podremos analizar, en un primer
estadio de nuestra investigación, los aspectos vitícolas del
Antoni MARTÍN I OLIVERAS
cultivo de la vid en época antigua (selección de variedades,
sistemas de plantación, injertos, crecimiento y desarrollo,
poda, vendimia, estudio de rendimientos, etc.). Hoy por
hoy, este viñedo se encuentra en período de crecimiento y
desarrollo, esperándose obtener la primera cosecha para el
año 2011. Posteriormente se experimentaran los diferentes
procesos de vendimia, prensado y técnicas de vinificación
antiguas a fin de poder obtener vinos romanos experimentales,
que nos permitan aproximarnos y contrastar hipótesis sobre
los procesos de vinificación en época romana.
Finalmente cabe señalar a título de conclusión que todas
estas actuaciones e intervenciones han sido planteadas y
planificadas como un ejercicio de máximo rigor científico en
la línea de las últimas tendencias de la investigación aplicada
y de la arqueología experimental (Martín y Bayés 2009: 216).
Bibliografía
ASCHER, R. (1961): “Experimental archaeology”. American
Anthropologist 63, 4 Menasha: 793-816.
ASCHER, R. (1970): “Cues 1: design and construction of an
experimental archaeological structure”. American Antiquity
35, 2, Washington: 215-216.
BAENA, J. (2005): “Experimentos y Arqueología “. Actualidades
Arqueológicas. Pasado y presente: http://swadesh.iia.unam.
mx/actualidadesArqueologicas/actualidadesArqueologicas/
pag.%20actual/opinion.htm
JUAN TRESSERRAS, J.; MATAMALA, J.C. (2004): Vil·la romana
de “El Veral de Vallmora” (Teià., El Maresme). Caracterització
de restes vegetals i residus orgànics. Anàlisi preliminar.
Barcelona (inédito).
MARTÍN I OLIVERAS, A. (2009): “Parc Arqueològic Cella Vinaria
(Teià-Maresme-Barcelona) Descobrint el celler romà de
Vallmora”. El Vi Tarraconense i Laietà. Ahir i Avui. Actes del
Simposi. Tarragona-Teià 2007. Tarragona: 193-213.
BAENA J.; TERRADAS X. (2005): “Por qué experimentar en
Arqueología”. Actas de los XV cursos monográficos sobre
el patrimonio histórico, Reinosa, 2004: 141-160.
MARTÍN I OLIVERAS, A.; BAYÉS, F. (2009): “ Cella Vinaria
de Vallmora (Teià-Maresme-Barcelona) Estudi per la
reconstrucció de dues premses romanes”. El Vi Tarraconense
i Laietà. Ahir i Avui. Actes del Simposi. Tarragona-Teià 2007.
Tarragona: 215-248.
BARDAVIO, A.; GONZÁLEZ MARCÉN, P.; GONZÁLEZ MUÑOZ,
J.; MASVIDAL, C. (2001): “ Arqueologia Experimental i
les seves aplicacions didàctiques: projectes entorn a
l’arquitectura prehistòrica al Vallès (Barcelona)”. Arqueo
Mediterrània 6, Tècniques constructives d’època ibèrica i
experimentació arquitectònica a la mediterrània, Actes de
la I Reunió Internacional d’Arqueologia de Calafell, 2000.
Treballs de l’Àrea d’Arqueologia, Universitat de Barcelona,
Barcelona: 43-58.
MARTÍN I OLIVERAS, A.; RODÀ, I.; VELASCO, C. (2007): “Cella
Vinaria de Vallmora (Teià, Barcelona) Un modelo de
explotación vitivinícola intensiva en la Layetania, Hispania
Citerior (s. I a.C.- s. V d.C.)”. HISTRIA ANTIQVA 15, Journal
of the International Research Centre for Archaelogy, Actas
del International Archaeological Symposium “Viticulture
and Olive Growing from Prehistory to the Middle Ages”
2006, Pula: 195-205.
BRUN, J.P. (2004): Archéologie du vin et huile dans l’Empire
romain. Ed. Errance. París.
CALERO, R. (2007): “Reproducción experimental de morteros
de cal grasa: El opus caementicium romano”. Boletín de
Arqueología Experimental 2006-2007. Madrid: 54-64.
CALLAHAN, E. (1995): What is experimental Archaeology?
Primitive technology newsletter 3-5, A Book of Earth Skills.
Gibbs-Smith Publisher, Salt Lake City, Utah, USA: 1.
COLES, J. M. (1973): Archaeology by Experiment. Ed. Hutchinson
& Co, Londres.
RAMOS SAINZ, M. (2005): “La construcción de un tejado
romano: propuesta de experimentación”. Actas de los XV
cursos monográficos sobre el patrimonio histórico, Reinosa,
2004: 207-226.
RAMOS SAINZ, M. (2007): “Las tejas romanas de San Juan
de Maliaño (Cantabria), proceso experimental de su
manufactura”. Arqueología Experimental en la Península
Ibérica: investigación didáctica y patrimonio. Actas del
I Congreso de Arqueología Experimental, Santander,
(Cantabria) 2005: 309-315.
COLES, J.M. (1979): Experimental archaeology. London a.o.:
Academic Press, Londres.
RAMOS SAINZ, M.; FUENTES L. (1998): Arqueología Experimental:
la manufactura de terracotas en época romana . BAR
International Series 736, Oxford.
INGERSOLL, D. W.; YELLEN, J.E.; MACDONALD, W. (ed.) (1977):
Experimental archaeology. New York.
REYNOLDS, P. J. (1979): Iron Age Farm: The Butser Experiment.
British Museum Publication, Londres.
499
Parque arqueológico Cella Vinaria (Teià, Maresme, Barcelona): un gran laboratorio de Arqueología experimental
B L O Q U E - V - . Capítulo LXII
REYNOLDS, P. J. (1999): “The nature of experiment in
archaeology”. En A. F. Hardig (ed.) Experiment and Design.
Archaeological Studies in honour of John Cole, Oxford:
157-169.
TRINGHAM, R. (1978): “Experimentation, ethnoarchaeology,
and the leapfrogs in archaeological methodology”. En
Gould, Richard A. (ed.): Explorations in ethnoarchaeology.
Albuquerque: 169-199.
RODÀ, I.; MARTÍN I OLIVERAS, A.; VELASCO, C.; ARCOS, R. (2005):
“Personatges de Barcino i el vi Laietà. Localització d’un fundus
dels Pedanii Clementes a Teià (El Maresme) a partir de la troballa
d’un signaculum de plom amb inscripció. (s. II d. C.)”. Quaderns
d’Arqueologia i Història de la Ciutat de Barcelona, QUARHIS
núm. 1, Barcelona: 46-57.
UNTERMANN, J. (1993): “Los etnónimos de la Hispania Antigua
y las lenguas prerromanas de la Península Ibérica”. En M.
Almagro y G. Ruiz (eds.): Paleoetnología de la Península
Ibérica, Madrid: 19-33.
VERTET, H. (1983) : “Les techniques de fabrication des lampes
en terre cuite du centre de la Gaule”. Revue Archéologique
Sites, Hors série 20, Avignon.
500
Lista de Autores
Pedro AGUAYO
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
paguayo@ugr.es
Daniel ALBERO SANTACREU
Laboratorio de Prehistoria. Crta. Valldemossa de
Valldemossa km 7.5 s/n 07071 (Mallorca).
daniel_albero@hotmail.com
María José ÁLCEGA MARTÍNEZ
Universidad de Cantabria. Avd. de los Castros s/n 39005
(Santander).
vesstha@hotmail.com
Rodrigo ALONSO ALCALDE
Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución
Humana (CENIEH). Avda. de la Paz, 28, 09004 (Burgos).
rodrigo.alonso@cenieh.es
Ethel ALLUÉ
Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social
(IPHES). Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35.
43002 (Tarragona).
eallue@prehistoria.urv.cat
Imanol AMAYRA CARO
Universidad de Deusto. Avda. Universidades, 24 48007
(Bilbao).
imanol.amayra@deusto.es
Diego E. ANGELUCCI
Department of Philosophy, History and Cultural Heritage,
University of Trento.
diego.angelucci@lett.unitn.it
Juan M. APELLÁNIZ CASTROVIEJO
Universidad de Deusto. Avda Universidades, 24 48007
(Bilbao).
Josep ARMENGOL
Arqueolitic. Terra-Sub S.L. C/ Sant Martirià 56, 17820
Banyoles (Girona).
jarmengolalbanell@gmail.com
David ASENSIO
Moniber Rocs, S.L. C/ Santa Anna, 25. 08800 Vilanova i la
Geltrú (Barcelona).
dasensio@ozu.es
Thierry AUBRY
Parque Arqueológico do Vale do Côa. Avda. Gago Coutinho,
19, 5150 Vila Nova Foz Côa (Portugal).
thaubry@sapo.pt
Hugo AVALOS
hugoabalos@gmail.com
Barbará AVEZUELA ARISTU
U.N.E.D. Laboratorio de Estudios Paleolíticos. Dpto.
Prehistoria y Arqueología. C/ Senda del Rey, 7, 28040
(Madrid).
barbara@bec.uned.es
Javier BAENA PREYSLER
Universidad Autónoma de Madrid. Ciudad Universitaria de
Cantoblanco. 28049 (Madrid)
javier.baena@uam.es
Nova BARRERO
C/ Pedro Corbacho, 15, 1º, 10004 (Caceres).
novabarrero@yahoo.es
Sebastian BAYÓN JORDÁN
ERA. Laboratorio de Arqueología Experimental. El
Marquesado. Carril el Mirlo s/n. Puerto Real (Cádiz).
era@eracadiz.es
CHARLES BASHORE
Universidad Autónoma de Madrid. Dpto. Prehistoria y
Arqueología. Cantoblanco, 28049 (Madrid).
cha.bashore@estudiante.uam.es
Rita BENÍTEZ MOTA
ERA, Laboratorio de Arqueología Experimental. C/ Sor
Ángela de la Cruz nº1 3. 11130 Chiclana (Cádiz).
era@eracadiz.es
Mª de Lluc BENNÀSAR
Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social
(IPHES). Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35.
43002 (Tarragona).
mlluc@prehistoria.urv.cat
Abel BERDEJO
abel_pel_com@hotmail.com
503
Lista de Autores
Pierre BODU
UMR 7041. CNRS ArScan. Ethnologie Préhistorique. MAE,
Maison René-Ginouvès. 21, Allée de l’Université, 92023
Nanterre cedex (France).
pierre.bodu@mae.u-paris10.fr
Antony BOREL
Muséum national d’Histoire naturelle, Département de
Préhistoire, UMR7194, 1 rue René Panhard 75013 Paris
(France).
antony.borel@mnhn.fr
Àngel BOSCH
Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles. Plaça de la
Font, 11. 17820 Banyoles (Girona).
Girona.macb@ajbanyoles.org
Laurence BOURGUIGNON
INRAP, 156. Avenue Jean Jaurès, F-33600 Pessac et
PACEA, UMR 5199, Université de Bordeaux I, Avenue des
facultés, F-33405 Talence (France).
laurence.bourguignon@inrap.fr
Michel BRENET
Inrap Grand-Sud-Ouest, Bègles, France. UMR 5199, PACEA,
Talence (France).
Dan CABANES
Kimmel Center for Archaeological Research. Weizmann
Institute of Science. 76100 Rehovot (Israel).
dan.cabanes@weizmann.ac.il
Isabel CÁCERES
Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35. 43002
(Tarragona).
icaceres@prehistoria.urv.cat
Edgard CAMARÓS
Laboratori d’Arqueozoologia. Universitat Autònoma de
Barcelona. Edifici M. Campus UAB. 08193 Bellaterra
(Barcelona).
Edgard.Camaros@campus.uab.cat
Antoni CANALS
Área de Prehistòria. IPHES. Departament d’Història i
Geografia. Universitat Rovira i Virgili, Plaça Imperial
Tárraco, 1, 43005 (Tarragona).
antoni.canals@prehistoria.urv.cat
Ramón CARDONA
Centre d’Estudis Lacetans. Plaça Palau, s/n. 25280 Solsona
(Lleida).
rcardona@xtec.cat
504
Alain CARRÉ
CEPAM-CNRS, UMR 6130, 250 rue Albert Einstein, F-06560
Valbonne (France).
Antonio F CARVALHO
Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas
e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro (Portugal).
a.faustino.carvalho@gmail.com
João CASCALHEIRA
Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas
e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro (Portugal).
jmcascalheira@ualg.pt
Nuria CASTAÑEDA CLEMENTE
Grupo de Prehistoria Social y Económica. Instituto de
Historia. CCHS.CSIC. C/Albasanz, 26-28. 28037 (Madrid).
nuria.castanyeda@cchs.csic.es
Júlia CHINCHILLA
Museu Comarcal de Banyoles. Museu Arqueològic
Comarcal de Banyoles. Placeta de la Font, 11. 17820
Banyoles (Girona).
Marianne CHRISTENSEN
UMR 7041 CNRS ArScan - Ethnologie Préhistorique.
Université Paris I Panthéon-Sorbonne. 3 Rue Michelet,
75006 Paris (France).
Marianne.Christensen@univ-paris1.fr
Jordi CHOREN
Equip de Reconstrucció Històrica Ibercalafell. C/ Marquès
de Samà, s/n Ap. Correos 111. 43820 Calafell (Tarragona)
j.choren@ibercalafell.org.es
Julia CHRZAVZEZ
CEPAM-CNRS UMR 6130, Bât. 1 250 rue Albert Einstein
Sophia Antipolis 06560 Valbonne, (France).
juliac@cepam.cnrs.fr
Ignacio CLEMENTE CONTE
Departamento de Arqueología y Antropología. Institución
Milá y Fontanals, CSIC. C/ Egipciaques 15, 08001
(Barcelona).
ignacio@imf.csic.es
Mireia CRESPO
Equip de Reconstrucció Històrica Ibercalafell. C/ Marquès
de Samà, s/n Ap. Correos 111. 43820 Calafell (Tarragona).
m.crespo@ibercalafell.org.es
Eugénia CUNHA
Departamento de Antropologia da Faculdade de Ciências
e Tecnologia da Universidade de Coimbra. Rua do Arco da
Traição. 3000-056 Coimbra (Portugal).
cunhae@antrop.uc.pt
Lista de Autores
Antonia COLONNA
Idt Furnelli quartier Saint Pancrace 20250 Corte (France).
antoniacolonna@yahoo.fr
Felipe CUARTERO MONTEAGUDO
Universidad Autónoma de Madrid. Ciudad Universitaria de
Cantoblanco. 28049 (Madrid)
felipecuartero@yahoo.es
Claire DELHON
CEPAM-CNRS, UMR 6130, 250 rue Albert Einstein, F-06560
Valbonne (France).
Montserrat ESTEBAN-NADAL
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social.
Plaça Imperial Tarraco, 1 43005 (Tarragona).
mesteban@prehistoria.urv.cat
Alicia ESTRADA (†)
Itxaso EUBA
GEOLAB CNRS-UMR 6042. Université de Limoges.
Laboratoire SHS-3. 39E rue Camille Guérin. 87000 Limoges
(France).
itxaso.euba-rementeria@unilim.fr
Mª Isabel EXPÓSITO
Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social
(IPHES). Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35.
43002 (Tarragona).
isaeba@prehistoria.urv.cat
Eduard FAUS TEROL
Centre d’Estudis Contestans. C/Major, 3. 03820 Cocentaina
(Alicante)
eduardfaus@ono.com
Maria Teresa FERREIRA
Departamento de Antropologia da Faculdade de Ciências
e Tecnologia da Universidade de Coimbra. Rua do Arco da
Traição. 3000-056 Coimbra (Portugal).
mtsferreira@yahoo.com
Antoni FERRER ROTGER
Plaza del Toro, 9, 07760 Ciutadella de Menorca (Illes
Balears).
antoni.ferrer@hotmail.com
Conxita FERRER
Centre d’estudis Lacetans. Plaça palau, s/n. 25280 Solsona
(Lleida).
Mila FOLGADO
24380 St. Mayme de Pereyrol, Dordogne (France).
milagros.folgado-lopez@inrap.fr
Marta FONTANALS
Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35. 43002
(Tarragona).
mfontanals@prehistoria.urv.cat
Claire GAILLARD
Muséum national d’Histoire naturelle, Département de
Préhistoire, UMR7194, 1 rue René Panhard 75013 Paris
(France)
José Miguel GALLEGO
Equip de Reconstrucció Històrica Ibercalafell. C/ Marquès
de Samà, s/n Ap. Correos 111. 43820 Calafell (Tarragona)
j.gallego@ibercalafell.org.es
Ana GARCÍA
Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social
(IPHES). Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35.
43002 (Tarragona).
anagbarbo@terra.es
Pilar GARCIA-ARGÜELLES
SERP. Departament de Prehistòria, Hª Antiga i Arqueologia.
Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8. 08001
(Barcelona).
garciaarguelles@ub.edu
Virginia GARCÍA DÍAZ
Departamento de Prehistoria, Universidad Autónoma de
Barcelona. Facultad de Letras, edificio B, 08193 Bellaterra
(Barcelona).
visi21@hotmail.com
David GARCÍA GONZÁLEZ
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
garcia.gonzalez.jdavid@gmail.com
Jaume GARCÍA ROSSELLÓ
Edificio Ramon Llull. Universitat de les Illes Balears. Ctra
Valldemossa. KM 7.5. 07122 Palma (Illes Balears).
jaume.garcia@uib.es
Margarida GENERA I MONELLS
Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació.
Generalitat de Catalunya, SEDPGYM, SEHA, AFEAF
mgenera@gencat.cat
Núria GERIBÀS ARMENGOL
Àrea de Prehistòria, Departament d’Història i Història de
l’Art. Universitat Rovira i Virgili. IPHES. Plaça Imperial
Tàrraco, 1. 43005 (Tarragona).
nuria.geribas@urv.cat
505
Lista de Autores
Juan F. GIBAJA
Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas
e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro (Portugal).
jfgibaja@ualg.pt
Pablo GILOLMO
gill99@hotmail.com
Olga GÓMEZ PÉREZ
Dpto. Prehistoria i Arqueologia. Facultat Geografia i
Història. Universitat de València. Av. Blasco Ibañez, 28.
46010 (Valencia).
olga.gomez-perez@uv.es
Carmen GUTIÉRREZ SÁEZ
Universidad Autónoma de Madrid. Dpto. Prehistoria y
Arqueología. Cantoblanco, 28049 (Madrid).
carmen.gutierrez@uam.es
Auréade HENRY
CEPAM-CNRS UMR 6130, Bât. 1 250 rue Albert Einstein.
Sophia Antipolis. 06560 Valbonne (France).
henry@cepam.cnrs.fr
María LACAL RUIZ
Universidad de Cantabria. Avd. de los Castros s/n 39005
(Santander).
maria_lacal3d@hotmail.com
Lluís LLOVERAS
SERP. Departament de Prehistòria, Hª Antiga i Arqueologia.
Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8. 08001
(Barcelona).
lluislloveras@ub.edu
Oriol LÓPEZ
Universitat Autònoma de Barcelona, Departament de
Prehistòria. 08193 Bellaterra (Barcelona).
José Antonio LOZANO RODRIGUEZ
Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. Universidad de
Granada (IACT-UGR). Av. de las Palmeras, 4 18100 Armilla
(Granada).
jalozano@ugr.es
Olga LOZOVSKA
The Sergiev Posad State History and Art Museum-Preserve,
144, Krasnoy Armii prospect, Sergiev Posad, Moskow
region, 141300 (Russia).
olozamostje@gmail.com
Luís LUÍS
Parque Arqueológico do Vale do Côa. Avda. Gago Coutinho,
19, 5150 Vila Nova Foz Côa (Portugal).
506
Carlos MAESO TAVIRO
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
carlostaviro@hotmail.com
Carmen MANZANO MOLINA
C/ Camino de Santiago, 3, 7º D. Alcalá de Henares
(Madrid).
carmen_xvii@hotmail.com
Juan A. MARÍN DE ESPINOSA SÁNCHEZ
Sílex, Arqueología y Difusión del patrimonio S.L.
info@tallarsilex.com
João MARREIROS
Universidade do Algarve. Faculdade de Ciências Humanas
e Sociais, Campus de Gambelas, 8000-117 Faro (Portugal).
jmmarreiros@ualg.pt
Patricia MARTÍN
Institut Cátala de Paleoecología Humana i Evolució Social
(IPHES)/Universitat Rovira i Virgili. Avd. Catalunya, 35.
43002 (Tarragona).
patricia.martin@prehistoria.urv.cat
Ignacio MARTÍN LERMA
U.N.E.D. Dpto. Prehistoria y Arqueología. C/ Senda del Rey,
7, 28040 (Madrid).
imartin@bec.uned.es
Diego MARTÍN PUIG
Plaza de las olives 2 1ºa 28027 (Madrid).
puigdiego@hotmail.com
Antoni MARTÍN I OLIVERAS
Carrer Pere Noguera, 12, 08329 Teià, Maresme
(Barcelona).
arqueoleg@teia.cat
Francisco MARTÍNEZ SEVILLA
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
pacolitos@hotmail.com
Marie-Hélène MONCEL
Muséum national d’Histoire naturelle, Département de
Préhistoire, UMR7194, 1 rue René Panhard 75013 Paris
(France)
Juan Vicente MORALES PEREZ
Departament de Prehistòria i Arqueologia, Facultat de
Geografia i Història, Universitat de València. C/Blasco
Ibáñez 28, 46010 (València).
juan.morales@uv.es
Lista de Autores
Abel MORCILLO
C/ Pedro Corbacho, 15, 1º, 10004 (Cáceres).
abelmorcilloleon@yahoo.es
Antonio MORGADO
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
morgado@ugr.es
Marta MORENO GARCÍA
Laboratório de Arqueozoologia, IGESPAR, I.P. Avenida da
Índia 136, 1300-300. Lisboa (Portugal).
mmoreno@igespar.pt
José Carlos MORENO GONZALEZ
Pasaje El Cante, 2 2ºA 29400 Ronda (Málaga).
logopediacarlos@yahoo.com
Francisco MORENO JIMENEZ
Finca La Torrecilla, 4. 2350 Arriate (Málaga).
pmorenopl@gmail.com
Jordi MORER
Moniber Rocs, S.L. C/ Santa Anna, 25. 08800 Vilanova i la
Geltrú (Barcelona).
jmorer@gmail.es
Marina MOSQUERA MARTÍNEZ
Àrea de Prehistòria, Departament d’Història i Història de
l’Art. Universitat Rovira i Virgili. IPHES. Plaça Imperial
Tàrraco, 1. 43005 (Tarragona).
marina.mosquera@urv.cat
François MOSER
Les Marjaudes 46200 Souillac (France).
francois.moser0227@orange.fr
Francisco J. MUÑOZ IBÁÑEZ
U.N.E.D. Laboratorio de Estudios Paleolíticos. Dpto.
Prehistoria y Arqueología. C/ Senda del Rey, 7, 28040
(Madrid).
fjmunoz@geo.uned.es
Jordi NADAL
SERP. Departament de Prehistòria, Ha Antiga i Arqueologia.
Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8. 08001
(Barcelona).
jnadal@uoc.edu
Hugo G. NAMI
ONICET. Instituto de Geofísica Daniel A. Valencio
(INGEODAV), Dpto. Ciencias Geológicas, FCEN, UBA.
Ciudad Universitaria, Pab.II, (C1428EHA), Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (Argentina).
hgnami@fulbrightmail.org
Alberto OBÓN
albertoobon@gmail.com
Andreu OLLE
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució
Social. Àrea de Prehistòria, Universitat Rovira i Virgili. Av.
Catalunya 35, 43002 (Tarragona).
Margarita OFILA PONS
Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.
Campus Cartuja s/n 18071 (Granada).
orfila@ugr.es
Iluminada ORTEGA
Inrap Grand-Sud-Ouest, Pessac. UMR 704, Archéologie et
sciences de l’Antiquité, Paris (France).
iluminada.ortega@inrap.fr
Paula ORTEGA MARTÍNEZ
Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y
Arqueología. Universidad de Salamanca. C/Cervantes s/n.
37002 (Salamanca).
ortegap@usal.es
Berna PADIAL
Jardín de la Reina, nº 4, esc. 4, 3º B. 18006 (Granada).
Antoni PALOMO
UAB. Arqueolític Terra-Sub S.L. C/Sant Martirià 56, 17820
Banyoles (Girona).
tpalomo@arqueolitic.com
Paulette PAUC
Recherches & Développement Culturel en Corbières. 11220
Coustouge (France). UMR 5608 Toulouse (France).
paulettepauc@gmail.com
Jacques PELEGRIN
Laboratoire Préhistoire et Technologie ((UMR 7055, CNRS).
Maison René Ginouvès de l'Archéologie et l'Ethnologie. 21,
allée de l’Université. F-92023, Nanterre Cedex (France)
jacques.pelegrin@mae.u-paris10.fr
Luna PEÑA
Área de Prehistòria. IPHES. Departament d’Història i
Geografia. Universitat Rovira i Virgili, Plaça Imperial
Tárraco, 1, 43005 (Tarragona).
lpg@prehistoria.urv.es
Manuel PEREZ RIPOLL
Departament de Prehistòria i Arqueologia, Facultat de
Geografia i Història, Universitat de València, Blasco Ibáñez
28, 46010 (València).
manuel.perez@uv.es
507
Lista de Autores
Raquel PIQUÉ
Departament de Prehistòria, Universitat Autònoma de
Barcelona, 08193 Bellaterra (Barcelona).
raquel.pique@uab.cat
Josep POU
Centre d’Estudis Lacetans. Plaça Palau, s/n. 25280 Solsona
(Lleida).
jpou@calafell.org
Francisco Javier RAMÍREZ MUÑOZ
ERA. Laboratorio de Arqueología Experimental. El
Marquesado. Carril el Mirlo s/n. Puerto Real (Cádiz).
era@eracadiz.es
María Luisa RAMOS SAINZ
Universidad de Cantabria. Avd. de los Castros s/n 39005
(Santander).
ramosml@unican.es
Manuel ROJO
Departamento de Prehistoria. Universidad de Valladolid. C/
Real de Burgos, s/n. 47011 (Valladolid).
marojo@fyl.uva.es
Rafel ROSILLO
Arqueolític Terra-Sub S.L. C/Sant Martirià 56, 17820,
Banyoles (Girona).
rafelrosillo@gmail.com
Morgan ROUSSEL
MPI-EVA, Dept. of Human Evolution, Deutscher Platz 6,
D-04103 Leipzig et AnTET, ArScAn, UMR 7041, Maison
René Ginouvès, 21 allée de l’Université, F-92023 Nanterre
Cedex (France).
roussel@eva.mpg.de
Daniel RUBIO GIL
C/ Huesca Nº 10, bajo 4. 28020 (Madrid).
onepato1@hotmail.com
Pedro Luís RUIZ MACÍAS
ERA. Laboratorio de Arqueología Experimental. El
Marquesado. Carril el Mirlo s/n. Puerto Real (Cádiz).
era@eracadiz.es
Robert SALA
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució
Social. Àrea de Prehistòria, Universitat Rovira i Virgili. Av.
Catalunya 35. 43002 (Tarragona).
Jorge Davide SAMPAIO
Parque Arqueológico do Vale do Côa. Avda. Gago Coutinho,
19, 5150 Vila Nova Foz Côa (Portugal).
jsampaio.pavc@igespar.pt
508
María SANCHEZ ELENA
Centro Algaba de Ronda. Ctra. Ronda-Algeciras km 4.5
Apto. Correos 159, 29400 Ronda (Málaga).
algabaderonda@hotmail.com
Alfred SANCHIS
Museu de Prehistòria de València, SIP (Servei
d’Investigació Prehistòrica), Diputació de València, Corona
36, 46003 (València).
alfred.sanchis@dival.es
Maria SAÑA
Laboratori d’Arqueozoologia. Universitat Autònoma de
Barcelona. Edifici M. Campus UAB. 08193Bellaterra
(Barcelona).
Maria.Sana@uab.cat
François SEMAH
Muséum national d’Histoire naturelle, Département de
Préhistoire, UMR7194, 1 rue René Panhard 75013 Paris
(France).
Truman SIMANJUNTAK
Centre for Prehistoric and Austronesian Studies, National
Research and Development Centre for Archaeology, Jl.
Raya Condet Pejaten 4. 12510 Jakarta (Indonesia).
Álvaro SIMÓN
Universidad Autónoma de Madrid. Dpto. Prehistoria y
Arqueología. Cantoblanco, 28049 (Madrid).
alvaro.simon@estudiante.uam.es
Aixa SOLANGE VIDAL
C/ Andaluces 26, Bajo 3. 28038 (Madrid).
aixavidal@gmail.com
Marie SORESSI
INRAP, 525 avenue de la Pomme de Pin, F-45590 Saint-Cyren-Val et MPI-EVA, Dept. of Human Evolution, Deutscher
Platz 6, D-04103 Leipzig et AnTET, ArScAn, UMR 7041,
Maison René Ginouvès, 21, allée de l’Université, F-92023
Nanterre Cedex (France).
marie.soressi@inrap.fr
Carlos TARAZONA
C/Única s/n 22636 Oliván (Huesca).
cartagra67@ hotmail.com
Josep TARRÚS
Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles (MACB). Plaça
de la Font, 11. 17820 Banyoles (Girona).
joseptarrus@telefonica.net
Lista de Autores
José Miguel TEJERO
SERP (Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques).
Departament de Prehistòria, Historia Antiga i Arqueologia.
Universitat de Barcelona. C/ Montalegre, 6 08001
(Barcelona).
jmtejero@ub.edu
Marcos TERRADILLOS BERNAL
Área de Prehistoria, Universidad de Burgos. Edificio I+D+I
Plz. Misael Bañuelos s/n, 09001 (Burgos).
mterradillos@hotmail.com
Juan TERROBA VALADEZ
Centro Algaba de Ronda. Ctra. Ronda-Algeciras km 4.5
Apto. Correos 159, 29400 Ronda (Málaga).
juanteronda@hotmail.com
Isabelle THÉRY-PARISOT
CEPAM-CNRS, UMR 6130, 250 rue Albert Einstein, F-06560
Valbonne (France).
Mª José TORREJÓN GARCÍA
ERA. Laboratorio de Arqueología Experimental. El
Marquesado. Carril el Mirlo s/n. Puerto Real (Cádiz).
era@eracadiz.es
David TOUS
S.A.F. S.L. Plaça Major, 21. 25340 Verdú (Lleida).
www.safsampling.com
Josep María VERGÈS BOSCH
Àrea de Prehistòria, Departament d’Història i Història de
l’Art. Universitat Rovira i Virgili. IPHES. Plaça Imperial
Tàrraco, 1. 43005 (Tarragona).
verges@prehistoria.urv.cat
Raúl YBARRA
Recreo 11-353 San Miguel de Allende, 37700 Guanajuato
(México).
metalurgia@raulybarra.com
509