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DEBER EXPO

UNIVERSIDAD TECNICA DEL NORTE CARRERA: ING GESTIÓN Y DESARROLLO SOCIAL AULA: 105 FECYT INTEGRANTES: KATY PEREZ JOAHNA CASTRO GUISSELA ARCOS EDUARDO OBANDO CARLOS QUELAL TEMA: LA PRACTICA DE P´RINCIPIOS Y VALORES EN EL FORTALEZIMIENTO DE LOS GENEROS OBJETIVOS INCLUSIÓN, DIVERSIDAD, DIFERENCIA, IDENTIDAD Y EQUIDAD Garantizar la construcción de cultura de paz, basada en una educación que trabaje en conocimientos, actitudes, habilidades, emociones y competencias, que desarrollen en todos los actores educativos la autonomía moral y ética, a partir de la reflexión sobre la acción, haciendo realidad la equidad, la legalidad, la inclusión social, el respeto y la valoración de la diversidad étnica, económica, cultural, religiosa, política, sexual y de género. Fomentar la inclusión y el reconocimiento de la diferencia mediante la tolerancia, el respeto, el civismo, la comprensión, el pluralismo y la cultura ciudadana, desde la práctica reflexiva con estudiantes y comunidad educativa. Desarrollar una educación humanizante y de calidad que garantice la inclusión social, el reconocimiento, el respeto y la valoración de la diversidad étnica, cultural, ideológica, religiosa, política y económica. Desarrollar un sistema educativo con una política de ciudadanía y convivencia que garantice la inclusión social, el respeto, la aceptación y la valoración de la diversidad étnica, económica, cultural, política, sexual y religiosa. Fomentar una educación que garantice el desarrollo humano integral a través de la inclusión social, el respeto y valoración a la diversidad étnica, económica, cultural, política, sexual, bioambiental y religiosa, desde lo cognitivo, axiológico, procedimental y convivencial. Garantizar desde la educación el reconocimiento de la diversidad cultural y étnica y el reconocimiento de las diferencias como alternativa para convivencia pacifica. Generar en el sistema educativo y en la escuela reflexiones y acciones que promuevan el reconocimiento de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas. Generar en el sistema educativo y en la escuela reflexión y acciones que promuevan la equidad de género con el fin de prevenir y erradicar las desigualdades y violencias de género y promover una cultura de paz y no-violencia. Generar en el sistema educativo y en la escuela reflexión y acciones que promuevan la inclusión de la educación para la sexualidad con un enfoque de derechos constitucionales que incluya los derechos sexuales y reproductivos, garantizando la formación integral del ser humano. Contribuir a la formación de personas y comunidades afrocolombianas autónomas, con capacidad de construir y desarrollar un proyecto de vida, conforme a su realidad en el contexto de la interculturalidad. Aportar a la construcción de la identidad nacional, basada en la valoración y respeto de la diversidad étnica y cultural del país. OTROS AGENTES EDUCATIVOS Y RELACIONES CON EL ENTORNO Integrar y comprometer con responsabilidad social, los medios de comunicación a los procesos formativos, respetando los procesos educativos en el conocimiento y en la práctica de los DDHH - DIH, prevención, manejo y solución de conflictos, valores y con la consolidación de una cultura ciudadana, la convivencia, la no-violencia y la vivencia de valores. Aprovechar los medios de comunicación en los procesos de aprendizaje, para fortalecer la cultura de la paz, la no-violencia y la capacidad crítica de la comunidad, la práctica de los DDHH - DIH, la prevención, manejo y solución de conflictos, la consolidación de una cultura ciudadana, la convivencia, y la vivencia de valores. Aprovechar el potencial de los medios de comunicación para desarrollar y fortalecer la capacidad crítica de los estudiantes, promover la formación en valores, el respeto por el otro y desarrollar una cultura democrática en las que participen las instituciones de educación, la familia y su entorno. Comprometer a padres y madres de familia, docentes, niños, niñas y jóvenes en acciones que les permitan, a partir de casos concretos, manejar conflictos y proponer alternativas de solución a los problemas cotidianos de la escuela y la familia. Educar a la Familia, para que asuma con responsabilidad su compromiso en la formación de valores, derechos humanos, convivencia pacifica y resolución de conflictos. Fortalecer a la familia como espacio privilegiado para la formación en valores y derechos humanos, tarea en la cual deben coadyuvar el Estado, la empresa y la sociedad civil, con un compromiso particular de los medios de comunicación. Fortalecer la construcción de entornos protectores que garanticen y restituyan los derechos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes para prevenir toda forma de violencia, maltrato, explotación económica, abuso y explotación sexual, incluyendo su reclutamiento o vinculación a grupos armados ilegales. Garantizar la corresponsabilidad intra e intersectorial para el fortalecimiento de una educación para la convivencia pacífica y democrática. EDUCACIÓN EN VALORES, PARTICIPACIÓN Y CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA Fortalecer los principios éticos y de la democracia participativa y representativa, desde el accionar de cada uno de los componentes del Estado en niños, niñas, jóvenes y adultos para que a la vez éstos los fomenten en sus distintos entornos. Fortalecer los valores ciudadanos en niños, niñas y jóvenes, para que a su vez éstos los fomenten en sus familias y demás espacios de interacción social. Promover en toda la sociedad la formación e interiorización de valores humanos, psícoafectivos, contextuados y pertinentes con las necesidades del siglo XXI. Construir en las instituciones de educación una cultura de autonomía que propicie procesos de empoderamiento comunitarios. Garantizar la educación básica, media y superior para el trabajo y continuada en adultos, como elemento de equidad y convivencia pacífica. Promover desde las instituciones de educación ambientes de confianza basados en relaciones de afecto, amor fraternal, de pareja y de familia. Educar para la participación responsable y crítica, constructiva y solidaria acorde con los derechos humanos y el derecho internacional humanitario apropiada para los diferentes actores según su contexto. Educar para una participación democrática, crítica, constructiva y solidaria acorde con los derechos humanos, civiles, sociales, económicos, culturales, ambientales, el Derecho Internacional Humanitario y la practica de los valores, manejo y resolución de conflictos, no-violencia y ejercicio de la ciudadanía Promover la educación en el manejo y solución pacifica de conflictos, la ciudadanía, la participación, la democracia, la no-violencia y el análisis de los diferentes contextos. ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN ESCOLAR Resignificar los proyectos educativos institucionales, articulados por principios democráticos de calidad, que garanticen el respeto y valoración por el ambiente, los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, la práctica permanente de valores, la convivencia pacifica, la prevención, manejo y resolución concertada de conflictos para formar ciudadanos tolerantes, defensores del patrimonio cultural, cumplidores de sus deberes y exigentes de sus derechos. Garantizar que los proyectos educativos institucionales estén orientados por la práctica permanente de valores, los principios ciudadanos, la convivencia pacífica, el respeto por la pluralidad, el manejo y la resolución de los conflictos, la cultura de la legalidad y la no-violencia. Garantizar que los PEI articulen en sus currículos y planes de estudio, prácticas y procesos pedagógicos tendientes a fortalecer la participación crítica, constructiva y solidaria acorde con los Derechos Humanos, la convivencia, el Derecho Internacional Humanitario y el manejo y la resolución de conflictos. Dinamizar un currículo globalizado que profundice en la formación académica y axiológica, para el desarrollo de la personalidad moral de los niños, niñas y jóvenes, con una perspectiva ética, que contrarreste las creencias que validan las acciones colectivas contrarias a los principios y valores morales. Implementar competencias afectivas desde el currículo de manera que posibilite a padres, madres, estudiantes, profesores y comunidad en general, construir ambientes sanos y armoniosos a través del desarrollo de competencias ciudadanas y el uso adecuado del tiempo libre. Adecuar el currículo en todos los niveles de Educación, los planes de estudio y las prácticas pedagógicas en una perspectiva democrática teniendo como base el desarrollo humano integral sostenible y teniendo como base la educación en valores para una cultura el ejercicio, promoción y defensa de los Derechos Humanos, la ciudadanía y la convivencia. Revisar y ajustar las propuestas de educación para la convivencia de las instituciones de educación con la participación de todos los estamentos de la comunidad educativa respetando la pluralidad de los actores que hacen parte del proceso, siempre en el marco de la constitución y de la ley. Involucrar a la comunidad educativa en acciones que le permitan, a partir de casos concretos, manejar conflictos y proponer alternativas a los problemas cotidianos de las instituciones de educación, la familia y la sociedad en general. Contribuir desde todos los niveles de educación, al reconocimiento y reflexión de los problemas sociales y de la realidad local, regional nacional e internacional. Educar en los principios de la Constitución Política de Colombia, especialmente en lo referente a la solidaridad y la mutualidad. Generar en el sistema educativo y en la escuela, reflexión y acciones que promuevan la preparación de las personas, de acuerdo con su ciclo vital, para un ejercicio autónomo, saludable, responsable y placentero de la sexualidad. Promover desde las diferentes instancias sociales y desde cada uno de los componentes y agentes del Estado, nuevas experiencias de aprendizaje que fomenten la práctica de valores universales, étnicos, culturales y corporativos, a través del ejercicio diario de la ciudadanía mediante la práctica de derechos asociados al cumplimiento de deberes. Ofrecer medios y estrategias pedagógicas que le permitan al ciudadano colombiano, identificar su rol y responsabilidad dentro de la comunidad como gestor de paz, promotor y defensor de los Derechos Humanos, y Derecho Internacional Humanitario, de los valores y la convivencia. Convertir las vivencias cotidianas y la realidad social en espacios y ambientes mediado por la reflexión y el análisis crítico para la práctica permanente de valores y convivencia pacífica. Facilitar los medios y escenarios para que niños, niñas y jóvenes desarrollen sus capacidades y talentos artísticos, deportivos y demás. Incluir la dimensión cultural desde una perspectiva étnica en los lineamientos curriculares de las áreas obligatorias y fundamentales, de acuerdo con la legislación educativa. DERECHOS, PROTECCIÓN, PROMOCIÓN Y POBLACIÓN VULNERABLE Y CON NECESIDADES ESPECIALES. Garantizar con un enfoque de derechos culturales el fortalecimiento de identidades de género diversas que resignifiquen la memoria histórica del país y la ciudadanía. Brindar atención especializada a través de programas individuales y grupales a niños, niñas, jóvenes y adultos que han vivido violencias, otras poblaciones vulnerables, con necesidades educativas especiales y con limitaciones en su salud física y mental. POLÍTICAS PÚBLICAS Propender para que la política publica en todos los entes oficiales, privados y ONGs, estén orientados al fortalecimiento de las competencias básicas de convivencia, que evidencien la transformación y el aporte de los actores del proceso, dentro de principios de equidad y transparencia. Educación Ciudadana y en Valores para Fortalecer la equidad de género Ciudadana Educación ciudadana para vivir y convivir en armonía La exposición que plasmo en este artículo viene a ser un conjunto de reflexiones, que también me hago a mí mismo, en la idea de compartir lo mejor que poseo. La educación ciudadana para construir la paz y convivencia pacífica en nuestra sociedad, parten de la convicción de que el mundo actual evoluciona y cambia a una velocidad antes desconocida, por lo que educarnos y aprender constantemente es una necesidad, individual y social. En consecuencia, renovar contenidos y conocimiento del mundo, en especial de la sociedad peruana, hace necesaria la educación permanente para recargar el ánimo y la moral. Desgraciadamente, pese al avance de la tecnociencia, prosiguen las guerras y la violencia estructural de la cual no es ajeno el Perú. Actualizar y avivar el compromiso de educar en valores, en lo que compete construir paz y convivencia pacífica tiene que ser un compromiso y tarea que no debe perder vigencia, necesitándose el concierto de voluntades de ciudadanos y ciudadanas en la búsqueda de salidas a la violencia y la creciente percepción de inseguridad pública actual. Los hogares y escuelas públicas como privadas tienen obligación ineludible de involucrarse como asimilar decisivamente que la Educación es la acción y efecto de dar óptima crianza, enseñanza y doctrina a los niños y adolescentes, para se impregnen de las elementales y básicas normas de cortesía, urbanidad y en valores, cuyo resultado final es obtener futuros ciudadanos y ciudadanas con suficiente capacidad crítica, autonomía y racionalidad en situaciones de conflicto ético sociales; en tal sentido, corresponde al Estado como objetivo prioritario promover políticas y reformas educativas coherentes, plausibles y lógicas que satisfagan la futura educación para la ciudadanía. Resulta importante para nuestra comunidad recuperar la fuerza y moral en los hogares y escuelas para educar sin distinción de géneros desde el nivel inicial, primario y secundario, futuros ciudadanos y ciudadanas, con deberes y también con derechos, insistiéndose en ambos polos, comprometiéndonos en saber transmitir a nuestros hijos y estudiantado que les necesitamos para la transformación social con sentido de vida, convencidos que nuestro compromiso con su sociedad es un factor de crecimiento personal y de realización. En realidad, corresponde desde la etapa paterno familiar con apoyo del educador sembrar conocimiento conceptual y actitudinal para el logro de una mentalidad ciudadana que apoye y promueva los procesos de paz y convivencia pacífica en todos y cada uno los espacios geográficos del territorio nacional. La Educación en nuestro país está cargo del Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Educación. Es obligatoria y gratuita en las instituciones educativas y universidades públicas. Los niños y adolescentes siguen un proceso educativo de acuerdo con la evolución física, afectiva y cognitiva, en sus diferentes niveles educativos que la ley establece para cada caso. Pese al tiempo transcurrido y políticas como reformas educativas promovidas y puestas en ejecución por el Estado, no ha surtido los efectos deseados surgiendo en la mente de los ciudadanos peruanos la interrogante: quién o quiénes son los reales y verdaderos responsables de cimentar la educación ciudadana para la paz, prevenir la violencia y educar en valores para el desarrollo en nuestra sociedad? Debemos tener presente que durante la Cumbre del Milenio (18SEP2000) y Cumbre Mundial de 2005, los representantes de 191 países, incluido el Perú, reafirmaron como Objetivos de Desarrollo del Milenio: "Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal. Velar para que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria". "Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para el 2015". Sin embargo, actualmente somos mudos testigos que la educación en nuestro país ha perdido el norte, ha caído en la indefinición y olvidado su objetivo fundamental: la formación de la personalidad ético moral. Inicial y permanentemente, esta formación corresponde, principal e ineludiblemente, a la familia, sin obviar responsabilidad a la escuela, a los medios de comunicación social, al espacio público en todos sus extremos. Por tanto, apremia, volver a valores como: el respeto, la convivencia, el esfuerzo, la equidad o la utilización razonable de la libertad, que permita como principal finalidad favorecer el desarrollo de las personas libres e íntegras a través de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal, en tanto, resulta vital que familia-hogar y profesor-escuela, responsablemente formen futuros ciudadanos con criterio propio, respetuoso, participativo y solidarios, incidiéndose asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable, además también que conozcan sus derechos. La educación en valores tiene como prioridad prevenir la violencia, correspondiéndole al hogar y escuela como a las autoridades responsables del Sector Educación nacional, regional y local, hacer propuestas transformadoras curriculares que permitan trabajar desde el núcleo familiar y en el aula, con niños y adolescentes, en aspectos imprescindibles como: la mediación, la solidaridad, el diálogo, el respeto a la diferencia, equidad, justicia; aprender a vivir y resolver conflictos juntos y de manera pacífica, y aprender a ser ciudadanos y ciudadanas conscientes, responsables, activos y solidarios tanto en la costa, sierra y selva peruana. También debemos incluir las universidades públicas y privadas peruanas a lo largo y ancho del territorio nacional, en la educación en valores, opinando desde mi modesto punto de vista en dos aspectos: 1.- La formación académica, la formación científica que da como universidad a la formación profesional de los estudiantes de la población peruana; y, 2.- Persuadir e inculcar en la formación profesional el concepto de los valores. Finalmente, corresponde desde el más alto nivel educativo (Ministerio de Educación, Direcciones Regionales de Educación y Unidades de Gestión Educativa), diseñar y ejecutar a partir del reto que entraña la extensión territorial del país, la política cultural peruana de educación en valores, poniéndose especial énfasis a las diferencias socioeconómicas y demográficas entre disparejas regiones y comunidades de diferente raigambre cultural y étnico; en tal sentido, estimo que esta sería una vía adecuada para el desarrollo democrático basado en la participación, en la igualdad de oportunidades, en la equidad, aprendizaje que no debe quedar relegado a una asignatura ni su práctica limitada al interior de los aulas escolares. Sólo así se contribuiría construir una sociedad más justa y solidaria. Contribución de la educación en el fortalecimiento de la seguridad ciudadana A manera de introducción y con el ánimo de conocer escuetamente el desarrollo de la educación a través de la historia - de lo que no es ajeno nuestro país -, conocemos que esta tenía un carácter global, indiferenciado, consistente en la transmisión de tradiciones y modos de conducta que aseguraban la continuidad estática de la sociedad. La educación en los pueblos orientales basado en los grandes libros sagrados, en los poemas que legaban la enseñanza de los dioses-sabios, como los libros de Confucio y de Lao-Tsé, en China; los Vedas, los Upanishads y el Código en la India; el Talmud en Palestina; la Biblia entre los israelitas, etc.; obras que congregaban las normas morales y la sabiduría de cada civilización, en cánones y apotegmas. La instrucción pública surgió en la Grecia preclásica, basándose principal y esencialmente en la supremacía de la razón, la crítica y la libertad individual que valoraron al hombre, su intelecto y su personalidad. El surgimiento del Renacimiento y los cambios sociales, económicos y políticos desarrollados en el continente europeo impulsaron el desarrollo de los intereses reales del hombre, su individualidad y personalidad con independencia de las creencias religiosas, el desarrollo de las disciplinas científicas y matemáticas, y a su vez las artísticas. La invención de la imprenta fomentó y alentó la difusión de los conocimientos ampliando el universo de la educación para hacerla mucho más popular y accesible a las nuevas sociedades. El cambio renacentista dio paso a doctrinas como el racionalismo, generándose el progreso científico y humano del mundo moderno, reemplazándose el verbalismo de la enseñanza pública, por el conocimiento a través de la razón y la experiencia. La Revolución Francesa marcó un giro en la educación, la que se orientó hacia los principios de libertad, de tolerancia y de respeto a la personalidad individual; además estableció la enseñanza gratuita y obligatoria para los niños, comprometiéndose al Estado para que la garantice, educación que permaneció invariable hasta la revolución pedagógica del siglo XVIII, en que los nombres de Helvetius, Rousseau y Locke, entre otros, se identifican con la defensa ante la sociedad de la personalidad propia del individuo, situación que inspiró un doble plano individuo-sociedad, lo que despertó la atención de los gobiernos en la formación de sus ciudadanos, proceso que desde el año 1946 alcanza nivel internacional con la creación de la UNESCO, organismo educativo dependiente de la ONU. Las libertades democráticas ¿Qué significa ser libre en el contexto de nuestras sociedades complejas? Existen al menos dos sentidos decisivos de libertad: el primero remite a la posibilidad de actuar sin interferencias ni amenazas. En este sentido, por libertad se entiende que cada individuo goza del derecho a realizar determinadas actividades sin que nadie -ni el gobierno, ni organización social alguna, ni algún otro individuo se lo impida. Por ejemplo, todo ciudadano es libre de asistir a la iglesia de su preferencia, de trabajar en tal o cual empleo, de formar una familia, de votar por un partido, etc. Su libertad así entendida puede verse como la posibilidad de elegir entre diversas alternativas sin verse sujeto a sanciones, amenazas o impedimentos; es, por ende, una libertad frente a los demás y frente a las instituciones sociales y políticas. La igualdad política de la democracia La igualdad jurídica y política de todos los ciudadanos es el segundo valor fundamental de la democracia moderna. Este valor no significa que se cancelen todas las diferencias o incluso desigualdades de corte económico, social, cultural o físico, sino que ninguna de tales diferencias o desigualdades puede legitimar el dominio de unos seres humanos sobre otros y, por ende, la preeminencia política de los primeros sobre los segundos. Por eso, es un principio básico de los procedimientos democráticos que cada ciudadano tenga derecho a un voto y sólo a un voto, y que ningún voto valga más que los demás. De esta manera, en el momento de emitir los sufragios desaparecen las diferencias intelectuales, físicas o socioeconómicas, y cada votante tiene exactamente el mismo peso en los comicios, sin importar su ocupación, su sexo, su fortuna o sus capacidades personales. La fraternidad como valor democrático Afirmar el valor de la fraternidad, es decir, afirmar que todos los seres humanos deben tratarse como hermanos significa, en primer lugar, enfatizar los valores antes mencionados de la libertad y la igualdad de los ciudadanos. Pero significa algo más, que resulta importante para el buen funcionamiento de los procedimientos democráticos. A saber, que a pesar de sus diferencias y conflictos de intereses o de opinión, los miembros de una sociedad no deben verse como enemigos, es decir, como divididos en bandos contrapuestos e irreconciliables, sino, en todo caso, como copartícipes parcialmente conflictivos en la formación de la voluntad política nacional. En otras palabras, la democracia requiere, para funcionar correctamente, que los conflictos no excluyan la cooperación, y que la cooperación no excluya los conflictos. Por ello es éste, quizás, el valor más difícil de entender y asumir dentro de las democracias modernas, pues supone dejar atrás tradiciones y actitudes no sólo autoritarias sino beligerantes, fuertemente arraigadas en la historia de la humanidad, y pasar a concebir y practicar la política de un modo distinto, tolerante y racional. PLURALISMO Las sociedades modernas están cruzadas por una diversidad de intereses, concepciones, puntos de vista, ideologías, proyectos, etc. Las diferencias de oficio, de riqueza, de educación, de origen regional, etc., construyen un escenario donde coexisten diferentes corrientes políticas. Cambiar la institución educativa para formar en valores Proyecto de sociedad y formación en valores El debate pedagógico de los últimos años sobre las finalidades de la educación, ha considerado la urgente necesidad de incorporar en el currículo escolar la formación y práctica en valores. Tal proposición se ha argumentado en la imperiosa contribución que las instituciones educativas deben dar a la problemática social, en la cual los derechos y prácticas de convivencia fundadas en el respeto y la equidad, se yerguen únicamente como buenos propósitos. Diversas experiencias sobre currículo y formación en valores en los últimos años, han generado importantes lecciones que dan cuenta de i) los límites de la formación en valores reducida a discursos de corte ético y moralizador, que no se expresan efectivamente en la vida cotidiana de la institución educativa, y ii) la estrecha vinculación entre formación en valores y proyecto de sociedad y vida pública y privada que se busca construir. A partir de dichas lecciones, podemos afirmar que la formación en valores que un sistema educativo promueve no es relevante si carece de un norte que señale el modelo de sociedad que se quiere construir. No es, por tanto, una suerte de “eje transversal” -como se diría ahora- que promulga valores “neutros” o principios éticos universales, que pueden ejercerse de manera individual, sin la presencia de un “otro”. Formar en valores conlleva un conjunto de prácticas y contenidos éticos y filosóficos que dan cuenta de modelos de relación entre individuos que interactúan y participan en un espacio social determinado. La formación en valores requiere de espacios, procesos y prácticas donde la mediación positiva de conflictos, la participación en la construcción de normas y la no discriminación por ningún tipo de motivos, constituyan el clima de una institución educativa. Los valores más allá de preceptos morales La formación en valores en una institución educativa integra varios aspectos. No se circunscribe -como se ha dicho- a la retórica desde la perspectiva del adulto, sino que integra propósitos y acciones para difundir información crítica, de interacción con procesos sociales concretos vinculados con la problemática particular de la niñez y juventud y el involucramiento de directivos, maestros y alumnos en la resolución de conflictos, que faciliten la asunción de actitudes de convivencia positiva, en todo momento y espacio de la vida escolar. A nuestro parecer, los ámbitos temáticos que deben constituir los ejes de organización de una propuesta de formación en valores en escuelas y colegios podrían ser los siguientes: importancia de la individualidad y desarrollo de la autoestima; respeto por las diferencias, equidad de género y valoración de la identidad generacional. Dichos ámbitos temáticos se fundamentan en una triple perspectiva: Acercar al niño y al joven a su propia complejidad y potencialidad individual y generacional; valorar tal potencialidad a partir de un tratamiento metodológico que incorpore al niño y al joven como sujeto con derechos y responsabilidades, y forjar valores de respeto a la individualidad, la diferencia, la diversidad y la identidad generacional, a partir de espacios concretos de participación y de estrategias pedagógicas que problematicen hechos concretos y estimulen en los estudiantes la reflexión sobre sus propias manifestaciones, responsabilidades, deseos y propuestas. La construcción y formación en valores desde los referentes consustanciales al joven: su yo, su sexualidad, sus diferencias y manifestaciones generacionales, permite que dicha construcción se enriquezca y encarne en la propia dinámica de los jóvenes, en forma de respuestas a sus preocupaciones fundamentales. Calidad de la educación como aspecto consustancial a la Formación en valores La calidad de la educación está íntimamente relacionada con la capacidad de una institución para tomar decisiones en función de indicadores y resultados. Es muy común observar deficiencias en la enseñanza que no son enfrentadas por la carencia de estrategias de rendición de cuentas, entre otras. Desde esta perspectiva, un proyecto educativo que encamina a una institución a rendir cuentas y tomar decisiones de acuerdo a los resultados académicos y formativos que logra, constituye un mecanismo de fortalecimiento de la calidad de la educación, por cuanto, transparenta sus potencialidades y limitaciones. Mejorar la calidad de la educación requiere de la capacidad de una institución educativa para generar condiciones que articulen la estructura, administración y organización a los fines pedagógicos y a los requerimientos de la formación en valores. Calidad de la educación es, por tanto, un aspecto consustancial de la formación en valores. Estrategias de un proyecto educativo fundado en valores El Proyecto Educativo Institucional, además de principios, define las estrategias y sus mecanismos de implantación para consolidar un clima institucional adecuado para la formación en valores. A nuestro juicio, las estrategias que define una institución deberían propender al logro de indicadores como los siguientes: Ámbitos de estrategia Ejemplos de indicadores de clima institucional en el aula Organización institucional y participación de actores. a. El maestro genera consensos con los alumnos sobre las actividades de aprendizaje que se instrumentan. b. El curso tiene una directiva elegida democráticamente, que rinde cuentas y asume críticas. c. Los alumnos participan en procesos de autoevaluación disciplinaria. Definición y aplicación de normas. a. Los alumnos participan en la definición de normas de relación, de cumplimiento de tareas y de autoevaluación académica, de acuerdo a sus condiciones etáreas. b. El incumplimiento de normas genera sanciones previamente establecidas. c. El maestro cumple con las normas que rigen en la institución. d. Las normas y prácticas de relaciones en el aula valoran las diferencias que existen entre unos y otros. e. Las sanciones no atentan contra la autoestima de los alumnos. Toma de decisiones y resolución de conflictos. a. Los maestros resuelven conflictos de acuerdo a normas establecidas y al carácter formativo de asumir consecuencias. Hay mediación de conflictos. b. Los alumnos aprenden a resolver conflictos respetando los derechos de toda persona. Asumen positivamente la importancia de cumplir las normas. c. Las evaluaciones académicas expresan lo que realmente saben los alumnos. Transparencia y difusión de resultados a. El aula es un espacio que estimula la consecución de logros establecidos. Los estudiantes tienen conciencia de los resultados que logran. Ámbitos de estrategia Ejemplos de indicadores de clima institucional fuera del aula Organización institucional y participación de actores. a. En las instancias de dirección institucional tienen espacios de participación los alumnos y padres de familia. b. En las instancias de dirección institucional hay participación equitativa de género. c. Los procesos administrativos se subordinan a los requerimientos pedagógicos. Definición y aplicación de normas. a. Las normas que define la institución no atentan contra las expresiones particulares y culturales de los jóvenes. b. La institución revisa y evalúa con frecuencia el sentido de sus normas y reglamentos. Toma de decisiones y resolución de conflictos. a. El uso de los espacios físicos de la institución propicia equidad de género. b. Maestros, directivos y alumnos aprenden a resolver conflictos sin apelar a condiciones jerárquicas. El diálogo suplanta a cualquier forma de maltrato. Transparencia y difusión de logros a. La institución difunde resultados académicos de inicio y finalización del período escolar, entre sus alumnos y padres de familia. b. Las decisiones institucionales sobre los docentes se toman de acuerdo a logros visibles de aprendizaje. 5