Rev Méd Chile 2004; 132: 909-911
EDITORIAL
Uso y abuso de antibióticos.
Momento de su evaluación,
más allá del ser humano
Use and misuse of antibiotics.
Time to evaluate it beyond humans
Antibiotics, once called the «wonder drugs»might be loosing their magic
through development and dissemination of bacterial resistance. We are very responsible for that by
way of inappropriate and excessive use of them. Although we have not created the problem we have
promoted, accelerated and amplified it. So we used to think. Now we can share the blame: massive use
in animal feed, seems to be contributing a great deal to the same effect, and they are not even used to
treat infections, but to promote growth and weight gain. Dubious purpose, since same effects can be
achieved with better and more hygienic feeding practices. Equal or larger amounts of antibiotics are
thought to be used for this purpose than for human health. Resistance in animal flora and transmission to humans has been inevitable. In this issue, F Cabello reports this practice in Chilean aquaculture: greater amounts than in other countries and a wider range of antimicrobials are used here, some
sharing chemical and spectrum properties with those for human use, some slowly biodegradable. This
situation may have a great impact in bacterial resistance locally, along with other untoward consequences of exposing unnecessarily salmons, humans and the environment to bioactive products. The
time to openly discuss the practice, probably quite unknown to the general public, and perhaps to some
authorities, has come (Rev Méd Chile 2004, 132: 909-10).
(Key Words: Antiba cteria l a gents; Aqua culture; Drug resista nce, ba cteria l; Pla nkton; Sa lmon)
P
ara las generaciones actuales la denominación
de «drogas milagrosas», otorgada a los antibióticos por la generación inmediatamente anterior
puede parecer un exceso, en vista de los avances
terapéuticos cotidianos en todas las áreas de la
medicina y que hoy consideramos naturales. No
obstante, para esa generación (mucha de la cual
está hoy viva, gracias, en parte, a estos primeros
antibióticos) su aparición significó una verdadera
revolución, y en muchos sentidos el nacimiento
de la medicina curativa moderna. El abuelo de
este comentarista falleció joven, víctima de una
neumonía adquirida en la comunidad que ahora
se puede tratar fácilmente, en forma ambulatoria,
con una tableta diaria por 5 días. Para los que
empezaron a salvarse tan sólo 5 años más tarde, el
calificativo de milagroso difícilmente podría en-
tenderse como exageración. Es sabido que autoridades sanitarias de países industrializados llegaron
a pronosticar el fin de las enfermedades infecciosas a la luz de estos progresos preliminares. A
poco andar se vio cuán equivocados eran estos
vaticinios, ya que no sólo han surgido nuevos
agentes y enfermedades infecciosas, sino que
hemos reconocido el rol etiológico de microorganismos en enfermedades que suponíamos no
infecciosas, han cambiado los huéspedes que, por
mayor edad o debilidad, se han hecho susceptibles a agentes poco patógenos –conocidos como
oportunistas– y hemos sido incapaces de erradicar
enfermedades infecciosas tradicionales para las
cuales disponemos de tratamientos efectivos para
los casos individuales (tuberculosis, malaria). Un
aspecto que no se tomó en cuenta a tiempo, y aún
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no se hace como corresponde, fue considerar la
capacidad intrínseca de los microorganismos en
general y las bacterias en particular de desarrollar
resistencia a estas drogas tan efectivas. Esta propiedad no ha surgido por acción de los antibióticos, y si lo hizo debió haber ocurrido hace
millones de años, pues las bacterias y los antibióticos naturales producidos por otros agentes vivos
han convivido desde siempre. Sin embargo, la
exposición a estas sustancias induce, en las
sobrevivientes, capacidades genéticas de resistir el
efecto antibacteriano, llevando al ya conocido y
preocupante tema de la resistencia bacteriana a
los antibióticos. Esta resistencia se manifiesta con
el mero uso de antimicrobianos, pero claramente
se acelera e intensifica con el mal uso y abuso de
antibióticos, cuando se exponen bacterias a estos
agentes en forma innecesaria, prolongadamente o
en dosis subterapéuticas, con lo que se desencadenan los mecanismos genéticos inductores de
resistencia y se traspasan estas propiedades entre
las bacterias1. Las consecuencias en salud humana
con patógenos de progresiva resistencia, presentes en la comunidad y en el medio hospitalario,
son una realidad conocida incluso por el público
general, aun cuando esto no se traduzca necesariamente en un uso más juicioso de estos recursos
entre los profesionales. Así, el uso inapropiado de
antibióticos, en toda la amplia gama de sus
términos, está poniendo en riesgo la persistencia
misma del «milagro» que generaron estas drogas.
Ya estamos enfrentando patologías infecciosas
para las que hemos perdido la mayoría de, si no
todas, las herramientas terapéuticas habituales: S
pneumonia e, N gonorrhoea e y H influenza e de
cada vez mayor resistencia en el medio extrahospitalario y, en el medio hospitalario, bacilos Gram
negativos resistentes a todas las cefalosporinas,
enterococo y S a ureus resistentes a las drogas de
alternativa. La pesadilla del S a ureus resistente a
vancomicina está empezando a ser una realidad
más que anecdótica.
Durante décadas se ha culpado exclusivamente
al mal uso en el ser humano por esta generación de
resistencia y, por supuesto con mucha razón, tanto
en el medio extra como intra hospitalario. Últimamente, se han iniciado campañas en muchos países
para limitar su uso a condiciones probadamente
necesarias y se ha tenido incipiente éxito. En Chile,
la exigencia de una «receta retenida» para el ex-
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pendio de antibióticos desde 1998, puede considerarse un verdadero hito en la materia. A poco andar
ya se pudo objetivar una disminución de la venta
de antimicrobianos en farmacias2. Su efecto en la
sensibilidad a antimicrobianos aún está por evaluarse. Está pendiente la campaña entre los profesionales de la salud y la población general para
disminuir su indicación, en el primer caso, y la
excesiva solicitud de receta en el segundo.
Sin embargo, hasta hace muy poco no se había
analizado el uso en ganadería, avicultura y acuicultura y su eventual impacto en la diseminación de la
presión antibiótica desde la flora animal a la
humana. En este número de la revista, Cabello3,
revisa con profundidad, capacidad analítica y con
clara advertencia sobre sus consecuencias, el uso
de antimicrobianos en el cultivo del salmón, actividad en la que probablemente la mayoría de la
población general y los profesionales de la salud
tienen mínimo conocimiento de su ocurrencia.
Cabello advierte, además, que las cantidades usadas en esta actividad en el país están muy por
sobre los estándares de otros países productores y
que la variedad de productos usados es muy
extensa. ¿Qué objeto puede tener usar rutinariamente antimicrobianos en la alimentación de ganado, aves o peces sanos, con fines industriales? La
razón fundamental es obtener un producto de
mayor peso, de ahí su denominación de «promotores de crecimiento». ¿Cómo funcionaría este mecanismo, en nada comparable al uso en el ser
humano? Tratando infecciones subclínicas de animales expuestos a patógenos varios a través de la
alimentación, o por contacto con otro que se
traducirían en un menor desarrollo corporal del
animal. ¿Cuánta evidencia hay para sustentar este
planteamiento? No mucha. Se estima que el aumento de peso de ganado sometido a esta práctica no
es de más de 10-15%4, y en aquellos países
europeos en donde la práctica se ha restringido o
eliminado y reemplazado por técnicas más higiénicas de alimentación se ha obtenido el mismo peso
que el de animales alimentados con suplemento
antibiótico. Claramente, la práctica tiene efectos
contraproducentes demostrados: proliferación en el
animal y liberación al medio ambiente de bacterias
resistentes con claro potencial zoonótico (Ca mpyloba cter spp, Enterococcus sp y Sa lmonella s spp);
utilización de antimicrobianos de similar naturaleza
química a la de productos usados en humanos, con
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USO Y ABUSO DE ANTIBIÓTICOS - M Wolff R
potencial desarrollo de resistencia a estos productos (avoparcina y resistencia cruzada de Enterococcus a vancomicina)5, eliminación al medio de
productos escasamente biodegradables y que mantienen su acción y presión antibiótica en el ambiente por tiempo prolongado, exposición de personas
a estos productos con ejercicio en su propia flora
de esta presión o, incluso, desarrollo de alergia a
ellos. El artículo comentado toca el tema específico
del uso de antibióticos con fines de promoción de
crecimiento en acuicultura, pero es, sin duda,
extrapolable a la ganadería y avicultura. Este
editorialista no está al tanto de la magnitud de la
práctica en esos campos, pero comparte la opinión
del autor sobre sus eventuales consecuencias.
Cabello ha hecho muy bien en informar a la
comunidad médica, y desde ésta a la general, del
problema, que no tiene por qué atentar contra una
actividad de tan alta trascendencia económica en el
país. Tan sólo ha sumado su voz a las de otras
autoridades, países e instituciones sanitarias internacionales para racionalizar su uso, restringirlo a
las escasas condiciones en donde ha sido demostrado como eficaz y seguro, limitarla a las cantidades mínimamente necesarias, sólo con aquellos
productos que no tendrán efecto persistente en el
tiempo y que no tengan composición química y
mecanismo de acción similar a los usados en
medicina humana4-6. Estas condiciones, sin duda,
formarán parte de los requisitos que se le pongan a
nuestras exportaciones en los nuevos escenarios
económicos que se avecinan en el futuro inmediato. Están todas las condiciones para empezar a
cumplirlos. Esperar mucho más puede ser un
desacierto, con serias consecuencias sanitarias y
económicas.
Marcelo Wolff R.
Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
Hospital San Borja Arriarán, Santiago de Chile.
mwolff@vtr.net
REFERENCIAS
1. AMERICAN ACADEMY OF MICROBIOLOGY. Antibiotic resistance: an ecological perspective. America n
Society for Microbiology. 2002.
2. WOLFF M. Cambios epidemiológicos en las enfermedades infecciosas en Chile durante la década
1990-2000. Rev Méd Chile 2002; 130: 353-62.
3. CABELLO F. Antibióticos y acuicultura en Chile:
Consecuencias para la salud humana y animal.
Rev Méd Chile 2004; 132: 1001-6.
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4. Forum: Antibiotic resistance, the interplay between antibiotic use in animals and human beings.
The La ncet Infect Dis 2003; 3: 47-51.
5. GORBACH S. Antimicrobial use in animal feed; time
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