¡Hasta en la sopa! La comida preparada gana adeptos a pasos agigantados

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Salva recibe en su domicilio un pedido de comida preparada una vez por semana. Tiene 35 años y es habitual de las webs de menús diarios desde hace dos años: "Solo cocino los fines de semana o si celebramos algo. Esto me resulta muy cómodo; pago 45 euros a la semana, me vienen siete platos, y si voy al mercado a comprar para hacerme todo esto igual me sale hasta más caro. Mira, mira… Pasta con langostinos, pollo al chilindrón, lasaña de atún, lentejas estofadas…", muestra a este equipo de Repor.

Según la asociación española de fabricantes y distribuidores, el 95% de los consumidores incluyen alimentos preparados en sus cestas de la compra. Una de esas empresas que ofrece este tipo de comida preparada es Wetaca. Efrén Álvarez es socio fundador de esta plataforma de comida a domicilio, una de las que más ha crecido en los últimos años.

“Para que esto funcione tiene que ser sano, igual que si lo hicieras en casa“

La empresa ya cuenta con 12.000 clientes que reciben 80.000 platos cada semana: "Para que esto funcione tiene que ser sano, igual que si lo hicieras en casa, sin aditivos ni conservantes que te puedan afectar a la salud, porque queremos clientes diarios y a largo plazo. Yo esto lo comparo a la ropa: hace 100 años la gente se cosía sus prendas y ya no, pues con la cocina pasará lo mismo".

Lo cierto es que cuando uno se da una vuelta por supermercados o mercados de barrio, proliferan los lineales de comida lista para consumir y con clientes de todas las edades… Porque cocinar se le hace cuesta arriba a más de uno. "Yo vivo solo y jubilado y no tengo ganas de cocinar", "salgo un momento del trabajo, me compro algo y me lo como", "los callos de aquí están muy buenos y es algo que yo no cocino en casa"… son frases recurrentes entre la clientela.

La Quinta Gama llega a los restaurantes

Pues bien, este fenómeno de "que cocine otro" también ha llegado a los restaurantes y comedores de grupo, en lo que ha venido a llamarse cocina de quinta gama. Nos lo explican en la empresa Saborea Mediterránea de Córdoba, fundada por la Asociación de discapacitados FEPAMIC. Sara Rodríguez, su directora, detalla cómo han conseguido ser más eficientes: "Decidimos que una sola cocina se encargara de dar de comer a los cinco centros que gestionamos… y viendo los buenos resultados nos embarcamos a ofrecer nuestros servicios a otros. Ahora preparamos y emplatamos para más de 200 restaurantes en Córdoba, que ofrecen nuestra comida, aunque ellos digan que la hacen ellos".

Recalentar y servir: así es la comida de quinta gama que ya se sirve en muchos restaurantes

Esta práctica está mucho más extendida de lo que la gente se cree, porque al hostelero le ahorra personal, no necesita salida de humos, no se tira comida, y además los platos siempre saben igual.

Un fenómeno en tendencia que ha generado debate. "Debería ser obligatorio ponerlo en el restaurante, porque es un engaño a la clientela", opina Francisco Sardiña, propietario y cocinero del restaurante Eume de Mataró, en Barcelona: "Yo me hago mis caldos, mis croquetas, mi pulpo, mi empanada. Es que si no al final todos ofreceremos lo mismo y con el mismo sabor", razona.

Y en Francia, ya se ha decidido que los restaurantes con cocina auténticamente propia ya dispongan de un sello distintivo para los clientes. "La gente tiene derecho a saber si lo que come y paga es industrial o no", concluye Francisco.