María Lo y su receta con miel: Honeycomb, un postre con tan solo cuatro ingredientes
- María Lo comparte en el programa Podría ser peor de RNE una receta especial con miel como ingrediente principal
- La ganadora de Masterchef 10 habla sobre los beneficios del alimento y sus orígenes en la historia


"Si las abejas desaparecieran, al hombre le quedarían cuatro años de vida". Esta cita es un bulo atribuido a Albert Einstein. En realidad, el físico nunca dijo esta frase.
Lo que si es innegable es la importancia vital de estos insectos, pues son responsables de la polinización de muchas plantas, lo que permite que se reproduzcan y produzcan alimentos. Entre ellos destaca la miel.
La ganadora de Masterchef 10, María Lo, ha hablado en el programa Podría ser peor de RNE de sus beneficios y nos ha dejado una receta con la miel como ingrediente principal.
Este producto ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. De hecho, existen evidencias en pinturas rupestres que muestran cómo los primeros seres humanos ya trepaban por las rocas para extraer este preciado producto de los panales de abeja.
Un ejemplo de ello se encuentra en la cueva de la Araña, en Valencia, donde una representación artística de hace más de 8.000 años documenta esta práctica ancestral.
Las civilizaciones antiguas también mostraron un gran aprecio por la miel. Los egipcios la utilizaban como ofrenda a los dioses y la incluían en las tumbas de los faraones. Griegos y romanos continuaron con su uso, empleándola tanto en la cocina como en la medicina, aprovechando sus propiedades curativas.
Durante la Edad Media, cuando el azúcar era un producto escaso y costoso, la miel se convirtió en el endulzante más común.
En la actualidad, además de su papel en la alimentación, la miel es un componente clave en la cosmética, gracias a sus propiedades hidratantes y regeneradoras, presentes en cremas.
Ingredientes | Preparación |
---|---|
|
|
¿Cómo hacen la miel las abejas?
Todo comienza cuando las abejas recolectoras extraen el néctar de las flores utilizando su lengua en forma de tubo. Una vez succionado, almacenan el néctar en su buche y lo transportan de regreso a la colmena.
Una vez en la colmena, el néctar pasa de abeja en abeja mediante un proceso que transforma los azúcares complejos en azúcares simples, facilitando así la producción de la miel.
Posteriormente, para reducir la cantidad de agua en el néctar y lograr la consistencia densa y dulce de la miel, las abejas baten sus alas con gran rapidez, generando una corriente de aire que acelera la evaporación del líquido.
Tras completar este meticuloso proceso, las abejas almacenan la miel en los panales y los sellan con cera, garantizando su conservación en perfecto estado hasta que sea necesario consumirla.
Pero la sorprendente organización de las abejas no termina ahí. Para comunicarse entre sí y localizar fuentes ricas en néctar, las abejas realizan un complejo baile conocido como la "danza de la abeja". A través de movimientos específicos, logran indicar a sus compañeras la dirección y la distancia exacta de la fuente de alimento en relación con el sol.
Miel monofloral y multifloral
Existen numerosas variedades de miel, cada una con su propio sabor, color y propiedades especiales. La primera gran diferencia se da entre la miel monofloral y la multifloral.
La miel monofloral proviene mayoritariamente del néctar de una única especie de flor, lo que le otorga un aroma y sabor característicos. Ejemplos comunes son la miel de romero, lavanda o azahar, que destacan por sus notas marcadas y distintivas.
Por otro lado, la miel multifloral, conocida popularmente como miel milflores, es una mezcla de néctares de diversas flores. Su sabor y propiedades pueden variar dependiendo de la región y la época del año en la que se haya recolectado.
La miel según su estado físico
Además de sus variedades según el origen floral, la miel también se clasifica según su estado físico, es decir, el formato en el que la encontramos tras su extracción y tratamiento.
Por un lado, está la miel líquida, que se filtra para mantener su estado fluido. Es ideal para consumir en crudo, ya sea para endulzar infusiones, yogures o frutas.
Otra presentación común es la miel cristalizada. Con el tiempo, toda miel pura acaba cristalizando de forma natural, lo que no significa que esté en mal estado. Para revertir este proceso, basta con calentar el tarro al baño maría a baja temperatura, evitando que pierda sus propiedades.
También existe la miel en panal, una opción menos común pero altamente apreciada. Consumirla directamente del panal ofrece una experiencia única, ya que la cera encapsula la miel pura y, al masticarla, libera su sabor intenso antes de adquirir una textura similar a la del chicle.
Por último, están las mieles pasteurizadas, que se someten a altas temperaturas para evitar la cristalización y garantizar una textura líquida constante. Sin embargo, este proceso elimina muchas de sus propiedades naturales, reduciendo su valor nutricional y beneficios.
¿Cómo podemos diferenciar una miel auténtica de una que no lo es?
Identificar una miel pura no siempre es fácil, pero hay algunos trucos que pueden ayudar.
Una de las principales señales es que la miel auténtica tiende a cristalizar con el tiempo, mientras que las adulteradas permanecen líquidas. Además, su aroma y sabor son intensos, con matices florales marcados, a diferencia de las procesadas, que suelen ser simplemente muy dulces.
Otra prueba es su reacción en agua fría: la miel pura se asienta en el fondo y le cuesta disolverse.
Sus beneficios
Más allá de su autenticidad, la miel ofrece numerosos beneficios. Sus propiedades antibacterianas y antioxidantes han sido aprovechadas desde la antigüedad, usándose incluso para tratar heridas leves y quemaduras superficiales.
También es un remedio casero muy popular para aliviar el dolor de garganta, ya sea sola o combinada con limón y jengibre. Además, es una fuente de energía natural, ideal para deportistas que buscan un aporte rápido sin recurrir a azúcares refinados.
Sin embargo, aunque la miel tiene muchas propiedades beneficiosas, su consumo debe ser moderado, ya que sigue siendo un azúcar simple y su exceso puede ser perjudicial para la salud.