Biografia de Helen Keller en Ingles
Biografia de Helen Keller en Ingles
Biografia de Helen Keller en Ingles
KELLER, Helen (1880-1968). "Once I knew only darkness and stillness. . . . My life was
without past or future. . . . But a little word from the fingers of another fell into my hand that
clutched at emptiness, and my heart leaped to the rapture of living." This is how Helen Keller
described the beginning of her "new life," when despite blindness and deafness she learned to
communicate with others.
Helen Adams Keller was born on June 27, 1880, in Tuscumbia, Ala. Nineteen months later she
had a severe illness that left her blind and deaf. Her parents had hope for her. They had read
Charles Dickens' report of the aid given to another blind and deaf girl, Laura Bridgman. When
Helen was 6 years old, her parents took her to see Alexander Graham Bell, famed teacher of the
deaf and inventor of the telephone. As a result of his advice, Anne Mansfield Sullivan began to
teach Helen on March 3, 1887. Until her death in 1936 she remained Helen's teacher and
constant companion. Sullivan had been almost blind in early life, but her sight had been partially
restored.
Helen soon learned the finger-tip, or manual, alphabet as well as braille. By placing her
sensitive fingers on the lips and throat of her teachers, she felt their motions and learned to
"hear" them speak. Three years after mastering the manual alphabet, she learned to speak herself.
At the age of 20 she was able to enter Radcliffe College. She received her Bachelor of Arts
degree in 1904 with honors. She used textbooks in braille, and Sullivan attended classes with her,
spelling the lectures into her hand.
Keller helped to found the Massachusetts Commission for the Blind and served on the
commission. She raised more money for the American Foundation for the Blind than any other
person. She lectured widely and received honors and awards from foreign governments and
international bodies.
At her home near Easton, Conn., she wrote and worked for the blind and deaf. She died at her
home on June 1, 1968.
Keller's writing reveals her interest in the beauty of things taken for granted by those who can
see and hear. Her books include 'The Story of My Life' published in 1903; 'Optimism' (1903);
'The World I Live In' (1908); 'Out of the Dark' (1913); 'Midstream: My Later Life' (1929);
'Journal' (1938); and 'Let Us Have Faith' (1940).
Helen Keller nació en Alabama, Estados Unidos, el 27 de junio de 1880. Cuando tenía
menos de dos años contrajo fiebre. Llegó muy rápido y la dejó inconsciente. Tan rápido
como llegó, la fiebre cesó. Pero Keller quedó ciega y muy pronto quedaría sorda.
Mientras crecía, Helen aprendía a hacer pequeñas cosas, pero se daba cuenta de que algo
faltaba. Más tarde describiría su desesperación al estar entre dos personas que conversaban
y tocar sus labios, pero no entender nada. Esto le daba tanta rabia, que gritaba y pateaba
hasta el agotamiento. No era una niña fácil.
Gracias a su paciente y perseverante profesora, Anne Sullivan, Helen fue poco a poco
aprendiendo y superando sus dificultades.
Tutora desde 1887, Sullivan le enseñó a Keller el lenguaje de signos, a la vez que la
escritura. Pero no sólo eso, sino que le enseñó la disciplina y el autocontrol. Annie entendía
a Helen: ella misma era ciega.
A los siete años, Helen había aprendido cientos de palabras, que podía ordenar en
oraciones. Ese mismo verano empezó a escribir. Utilizando una plantilla, Helen podía formar
palabras en el papel. Para esto, hubo que aprender un tercer alfabeto: el braille.
Los mayores logros de Helen vinieron tras la muerte de Anne, en 1936. Helen viviría 32
años más y en ese tiempo probaría que los discapacitados pueden ser independientes.
Mi trabajo por los ciegos, escribiría, nunca ha ocupado el centro de mi personalidad. Mis
simpatías están con todos los que luchan por la justicia. Fue una activista de la igualdad
sexual y racial.
Helen viajó por primera vez en 1888, cuando dejó Alabama para ir con Annie al Colegio
Perkins, en Boston. Su rápida inteligencia y buena memoria le ganaron el nombre de niña
milagro.
A los nueve años, Helen tuvo una segunda maestra. Sarah Fuller fue la encargada de
enseñarle el próximo paso en la comunicación: hablar. Utilizando un método llamado
Tadoma, Helen sentía la posición y forma que la lengua de Sarah tomaba al hablar, y la
imitaba. Mientras aprendía a hablar, aprendía también a leer los labios de la gente poniendo
en ellos sus manos y sintiendo la forma y las vibraciones mientras hablaban.
Durante sus años ahí, Keller escribió su primer libro: La historia de mi vida. Para ayudar a
organizar y editar el libro, contrató a John Albert Macy, instructor de inglés de Harvard. El
libro tuvo tanto éxito que permitió a Helen comprar su primera casa. En 1904, Helen se
convirtió en la primera persona ciego-muda en graduarse de la Universidad.
Helen comprobó cómo el lenguaje puede liberar a los ciegos y sordos. Ella escribió: La
literatura es mi utopía. Aquí no soy esclava. Pero trabajó duro para dominar el lenguaje. En
su libro Midstream contaría su frustración con el alfabeto y el lenguaje de los sordos, aún
con la velocidad con que su maestra deletreaba las palabras en su mano. Estaba impaciente
por aprender, y su maestra nunca sería tan veloz, pensaba, como la gente que podía leer
con sus ojos. Aún así, Helen no quería ser compadecida. Sólo permítanme vivir
naturalmente y trátenme como un ser humano, diría en diversas ocasiones.
Durante los próximos 50 años de su vida, Helen produciría un gran impacto no sólo en la
sociedad americana, sino también en el mundo. Comenzó su trabajo con los ciegos en 1921,
cuando fue creada la Sociedad Americana para los Ciegos.
Mientras más se informaba, más se involucraba en los temas mundiales, como los derechos
de las mujeres, la causa de los trabajadores, equidad para las minorías y redención para los
oprimidos y no privilegiados. La ignorancia y la pobreza, escribió, son la causa de mucha
ceguera. Esos son enemigos que destruyen los derechos de los niños y trabajadores y
disminuyen la salud de la humanidad. Estas causas deben ser seguidas... y abolidas.
Helen quería llevar esperanza a aquellos que pasaban por dificultades. Por esto, viajaba por
Estados Unidos contando su historia, instando a no perder la fe y nunca rendirse cuando se
enfrenta situaciones difíciles.
Sus viajes extracontinentales comenzaron en 1930. Primero fue a las islas británicas de
vacaciones. Pronto estaba viajando por los países alrededor del mundo. Entre 1946 y 1957,
pasó por 35 países en los cinco continentes. Su última aparición pública fue en una junta del
Club de Leones, en Washington, a los 81 años, donde recibió una medalla por su trabajo
humanitario. Además de este premio, Helen recibió muchos otros por su labor humanitaria.
Helen no es sólo conocida por su trabajo y sus premios, sino por sus escritos. Redactó trece
libros y muchos artículos para revistas y periódicos. Su primer libro está disponible en
cincuenta idiomas.
Murió el primero de junio de 1968, a los 87 años. Helen dejó una gran influencia en el
mundo. Ella es una de las pocas personas que, aparentemente sin esperanzas, se sobrepuso
a sus limitaciones, superando las expectativas de todos. Su nombre es recordado por dar
esperanza a la humanidad.