John D
John D
John D
Rockefeller
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Información personal
Causa de la
Aterosclerosis
muerte
Residencia Cleveland
Nacionalidad estadounidense
Religión Protestantismo
Familia
Familia
Familia Rockefeller
nobiliaria
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Obras
Riverside Church
notables
Índice
[ocultar]
1Inicios
o 1.1Infancia
o 1.2Carrera temprana
o 1.3El imperio de Rockefeller
o 1.4Fuerza y sentido de la oportunidad
o 1.5La conquista de Cleveland y la expansión nacional
2La Standard Oil Trust, Dominio Total
3Estados Unidos contra Rockefeller
4Vida privada
o 4.1Matrimonio
5Final de su vida
6Creencias y ética
7Fortuna personal
8Apariciones en obras artísticas
9Véase también
10Referencias
o 10.1Notas
o 10.2Bibliografía
11Enlaces externos
Inicios[editar]
Infancia[editar]
John Davison Rockefeller nació en Richford (Nueva York), el 8 de julio de 1839, en una
famila de clase media descendiente de inmigrantes alemanes (y estos descendientes de
franceses hugonotes que se trasladaron a Alemania en el siglo XVII) llegados a Estados
Unidos en 1733. Su madre, Eliza, era una mujer muy organizada y dedicada a atender a
su familia y su padre, William Avery Rockefeller, no fue modelo de fidelidad conyugal ni
ejemplo para sus seis hijos. Alejado del seno familiar por largos periodos, cuando volvía
sus bolsillos por lo general estaban llenos de dinero e increíblemente volvía cargado de
regalos para su mujer y sus hijos. Mucho más tarde, John descubriría que su padre no era
más que un impostor, que visitaba las reservas indígenas vendiéndoles a sus moradores
toda suerte de objetos y posteriormente fue mucho más rentable la venta de productos
farmacéuticos, que vendía como panacea para el cáncer.
De su madre Eliza heredó no sólo el físico, sino también la estricta moral calvinista,
además de muchos de los principios básicos de su vida, entre ellos el orden y la
dedicación.
John Davison demostró ser desde muy joven inteligente y aplicado. Se mudó con su
familia a Ohio, Cleveland, donde su padre había conseguido una mejor oportunidad de
trabajo. Ahí estudió en varios colegios públicos.
Ya desde muy joven Rockefeller mostraba gran interés por los negocios. De hecho,
recolectaba piedras para pintarlas y luego venderlas a sus compañeros, cuyos pagos
depositaba en un frasco azul, que él mismo denominó más tarde como su primera «caja
fuerte», que guardaba celosamente en su habitación, logrando, a la larga, amasar la
pequeña fortuna de 50 dólares, que para la época representaba una suma de dinero
considerable. Rockefeller alega que fue entonces cuando pudo aprender una de las
lecciones más valiosas de su vida, cuando un día un amigo de su padre fue a su casa a
pedirle un préstamo para saldar un par de deudas que estaban a punto de vencer. Su
padre no tenía el dinero, pero él sí, y acordó prestárselo con un interés del 7 %.
Rockefeller se sorprendería posteriormente cuando, al cabo de un año, recibió una suma
monetaria muy superior a la que había dado originalmente. Por ello se fijó la máxima de su
vida:
No trabaje por el dinero, deje que el dinero trabaje por usted.
Su innato gusto por los negocios lo estimuló aún más la escuela comercial de Cleveland,
de donde salió a los 16 años. Ese mismo año obtuvo su primer empleo en una empresa de
corredores y comerciantes en granos, donde trabajó con general beneplácito sin fijarse en
horarios, perdido en ese mar de cifras que tanto lo apasionaba. Por la noche, en la cama,
repasaba mentalmente las operaciones financieras del día, tratando de descubrir en qué
podría haber obtenido mejores ganancias.
Ya a sus 16 años, John Davison Rockefeller era contador en Cleveland y mostraba gran
competencia en esta rama, trabajando para la firma Hewit and Tuttl y otras empresas,
llegando al punto de que, al tercer año en el susodicho sector, ya ganaba 600 dólares
anuales (una suma considerablemente alta, teniendo en cuenta que era el año 1857), pero
cuando le negaron un aumento de 200 dólares, decidió instalar un negocio por cuenta
propia. Tenía ahorrados 800 dólares, pero aún le faltaban otros 1000 para crear su
primera firma de corretaje. Su padre se los adelantó con un interés anual del 10 %, hasta
que alcanzara la mayoría de edad. Así fundó, con su socio M. B. Clark, la firma Clark &
Rockefeller, que obtuvo, en el primer año, beneficios por 4000 dólares y en el segundo
cuadruplicó la suma.
Entonces comenzó a invertir en el sector cafetero, con lo que aumentó aún más sus
ingresos. Pero a pesar de la gran cantidad de dinero que ganaba, Rockefeller no se sentía
complacido, pues deseaba llegar mucho más lejos y estaba decidido a lograrlo.
El imperio de Rockefeller[editar]
La inconformidad de Rockefeller respecto a sus logros y a la producción de su firma, así
como su percepción de que la industria petrolera le brindaría más oportunidades, le
indujeron a meterse en el sector industrial, en la producción petrolera. John Davison
Rockefeller era ahora un joven y acaudalado entusiasta del sector petrolero, pero ninguna
persona en aquel mundo se imaginaba que la ambición e inteligencia de este joven le
llevaría a crear el mayor monopolio de todos los tiempos y justamente sobre aquella tan
importante industria.
Fuerza y sentido de la oportunidad[editar]
Cleveland en 1857.
Desde los años 1850, Cleveland había estado experimentando un acelerado crecimiento,
especialmente en los sectores industriales, dando como resultado que, para 1861, se
había tornado en una de las ciudades más modernas y productivas de Estados Unidos,
además de ser una de las principales sedes industriales. En medio de este ambiente,
Rockefeller apreció de cerca el crecimiento paulatino que la industria petrolera empezaba
a experimentar y fue lo bastante brillante como para entender que ese combustible pronto
se convertiría en la fuente de energía del mundo.
En 1862, con los ahorros y ganancias de su firma cafetera, pasó a ser socio de la Clark &
Andrews, que comenzó instalando sus refinerías, y en cuestión de muy poco tiempo
empezó a adquirir otras en Cleveland, actividad que continuó hasta apropiarse de forma
definitiva de gran parte de las de la ciudad.
El estallido de la Guerra Civil en 1861 fue la llave de su fortuna. Dos años antes, con la
perforación del primer pozo de petróleo, comprendió que podía ganar más con su
transporte y refinación que con la explotación. Cuando la compañía ferroviaria del Atlántico
y el Oeste extendió su línea hasta Cleveland en 1863, poniendo esta ciudad en contacto
directo con Nueva York a través de la región del petróleo, supo que había llegado el
momento. Tenía 23 años e invirtió 4000 dólares como socio comanditario en la nueva firma
Clark, Andrews & Co. Las refinerías surgían como hongos en Cleveland y su entusiasmo
por el oro negro le hizo abandonar el comercio de granos. Al negarse su socio Clark a
expander la firma (le atemorizaba el pasivo de 100 000 dólares), decidieron subastar la
empresa. El 2 de febrero de 1865, la compañía salió a la venta, las apuestas subieron
rápidamente. Clark, decidido a quedarse con la firma, ofreció 72 000 dólares. Rockefeller,
imperturbable, retrucó con 72 500 dólares y se quedó con la compañía. El negocio, que en
adelante se llamaría Rockefeller & Andrews, era la mayor refinería de Cleveland, con una
capacidad de 500 barriles por día y ganancias de un millón de dólares por año, que se
duplicarían al año siguiente.
En aquella época John Davison Rockefeller se decía que sólo tenía que mostrarles a sus
competidores su cartera de inversiones y propiedades, para que estos decidieran venderle
o negociar con él. De lo contrario podían estar seguros de que Rockefeller se encargaría
de quebrarlos y llevarlos a la bancarrota. Después de todo, él dejaba muy en clara su
visión con la frase:
La competencia es un pecado, por eso procedemos a eliminarla.
Rockefeller en 1875
Su siguiente paso fue negociar con el ferrocarril tarifas preferenciales, y ese descuento fue
un arma esencial para fundar en 1870 una nueva sociedad, con 1 millón de dólares de
capital: la Standard Oil, que absorbió a la empresa Rockefeller & Andrews, que venía de
una rápida expansión, en el año 1870. Debido a que la Standard Oil había sido creada por
Rockefeller, su hermano William y varias personas más, Rockefeller pasó a liderar la
compañía.
Ahora John Davison Rockefeller controlaba una vasta red de refinerías. Además, como él
mismo había determinado que el negocio del petróleo podía generar ganancias desde más
de un enfoque, llevó a la compañía a desarrollar sistemas de extracción y transporte del
crudo, controlando así todos los aspectos de la producción petrolera.
En 1870 la Standard Oil era una de las mayores refinerías del centro de los Estados
Unidos y ya en 1872, junto con dos de los más importantes refinadores
de Pittsburg y Filadelfia, pudieron manejar a su antojo las tarifas con los ferrocarriles.
La Standard Oil refinaba un cuarto de toda la producción de petróleodel país, y eliminando
paso a paso a la competencia, se convirtió en un poderoso monopolio que refinaba el 95 %
de la capacidad total del país. Su equipo directivo estaba formado por un conjunto de los
más capaces financieros del país. Todos eran millonarios. Para Rockefeller, la elección del
personal siempre había sido un ingrediente importantísimo; elegía a los más capaces y
entusiastas.
A principios de 1872, Rockefeller estaba decidido a finalizar su proyecto de adueñarse de
la industria petrolera, para lo cual avanzó, dando una maniobra sin precedentes, al ayudar
a crear la South Improvement Company, una asociación que englobaba a los principales
refinadores de petróleo de Cleveland, llegando a acuerdos con las empresas ferroviarias
para obtener importantes descuentos para los miembros de la asociación. Este acuerdo
ocasionó el reclamo del público que abogó por su anulación, algo se logró de modo legal,
tres meses más tarde, ante las protestas de la gente, pero para entonces casi todos los
competidores de Rockefeller se habían visto obligados a vender o a asociarse con él. En
cuestión de tres meses, Rockefeller había comprado 22 de las 25 refinerías de Cleveland,
todo gracias a esta magnífica maniobra, pasando aquella hazaña a ser denominada la
"Conquista de Cleveland".
Luego de aquel extraordinario éxito, John Davison Rockefeller se encargó de expandir la
presencia de la Standard Oil hacia todo el país. Instalando o comprando, su objetivo era
dominar la industria. En 1878 Rockefeller controlaba el 90 % de las refinerías
de petróleo de Estados Unidos y poco después ejercía un monopolio de los canales de
distribución.
Ahora Rockefeller era, para fines prácticos, "el dueño de la industria petrolera de Estados
Unidos" y ya nada podía cambiarlo.
La creación de esta entidad, se basó en una idea que Rockefeller creó, para evitar ser
acusado de monopolio por las autoridades, dado que para el momento el gobierno ya
comenzaba a tener injerencia en la reglamentación de la libre competencia entre
empresas. Debido a ello, Rockefeller no podía adquirir de forma corriente, todas las
empresas que deseaba controlar, porque de hacerlo, las autoridades intervendrían, la
solución fue la creación del Trust, término que en inglés significa: «confianza», y que se
refería a una concentración de empresas bajo una misma dirección, el control legal de las
sociedades constituyentes se confería a la junta de administradores, cambiándose las
acciones de las compañías por los certificados del trust. De esta manera, Rockefeller
lograba unir a las distintas empresas, bajo una misma dirección central con la finalidad de
ejercer un control de las ventas y la comercialización del petróleo.
La idea de Rockefeller se materializó en 1882, creándose así la Standard Oil Trust, que fue
el primer monopolio del mundo, abarcando toda la industria petrolera estadounidense,
controlando los procesos de extracción, refino, transporte, distribución y venta de todos los
productos derivados del 90% de todo el petróleo de Estados Unidos y sosteniendo
operaciones, inversiones y actividades en decenas de otros países.
Este fue el epítome de la extraordinaria carrera empresarial de Rockefeller, que ahora era
el hombre más acaudalado de Estados Unidos y posiblemente del mundo.
Finalmente, se planteó el caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Ohio, que decretó a
la Standard Oil Trust como un monopolio ilegal y ordenó su disolución. La decisión fue
apelada por Rockefeller, pero perdió. Aun así, con todo y las exigencias de la corte,
el monopolio no se disolvió como tal hasta 1899, dado que si bien accedió a desactivar la
Standard Oil Trust, el imperio petrolífero de Rockefeller ya estaba más que afianzado, y
ese año John Davison Rockefeller estableció la Standard Oil Company en Nueva Jersey,
siendo su presidente hasta su jubilación en 1911. Este mismo año la empresa se dividió en
37 diferentes corporaciones por orden del Tribunal Superior de Justicia de Estados Unidos,
que consideró a la compañía demasiado grande y poderosa en la industria como para
continuar unida. Aun así, Rockefeller continuó manteniendo el 30 % de las acciones de
todas esas compañías y su familia continuó manteniendo la mayoría del resto de
las acciones, por lo que su fortuna no se vio afectada.
Cabe destacar que el listado de empresas que surgieron como descendientes de
la Standard Oil hoy en día son las principales compañías petroleras, no sólo de Estados
Unidos sino del mundo, contándose en la lista compañías como la Exxon Mobil, que es la
multinacional petrolera más grande del mundo, Chevron, que es otra de las grandes
multinacionales petrolíferas, ConocoPhillips, Amoco (que fue absorbida por British
Petroleum en el año 2000) y Standard Oil of Ohio, previamente conocida como Sohio.
En vista del renombre que poseen estas compañías hoy en día, no es difícil imaginar cuán
poderoso fue el monopolio que ejerció Rockefeller y cuán extenso resultó, dado que todas
estas son empresas que nunca faltan en ningún listado de corporaciones de gran
importancia. Pensar que todas ellas estuvieron cohesionadas por el deseo de un solo
hombre de dominar una industria, es algo que quizá resulte imposible de concebir hoy en
día. Pero lo fue, y lo más increíble se mantuvo así a lo largo de más de cuatro décadas.
En consecuencia, se puede afirmar que la actual estructuración de las principales
compañías del sector petrolífero es en su mayoría heredera del inmenso monopolio de
Rockefeller, testimonio del gran poder que ejerció y de la extensa influencia que poseyó y
que marcó a esta industria.
Vida privada[editar]
En lo que respecta a su vida privada, de Rockefeller se puede decir que gozó de la ventaja
del anonimato de aquella época, su nombre era reconocido, mas en definitiva no se vio
envuelto en ningún tipo de escándalo ni sufrió de persecución mediática. Desde joven
John Davison Rockefeller mostró siempre un carácter reservado, siempre se esforzaba al
máximo en lo que hacía y su inteligencia para los negocios era innegable, pero siempre
discreto. Rockefeller, además es considerado el hombre más rico de la historia
evaluándose su fortuna en 1400 millones de dólares o el 1,53 % del PIB estadounidense
de la época, lo que ajustado a la inflación equivaldría en 2007 a 663 400 millones de
dólares estadounidenses.
Matrimonio[editar]
Rockefeller se casó con Laura Celestia Spelman, una profesora de Nueva York, con quien
se mantuvo casado hasta su muerte y quien le dio cuatro hijas: Elizabeth, Alice, Alta y
Edith y un único hijo varón, John Davison Rockefeller Jr., quien heredaría su vasto imperio
tras su muerte. Su vida familiar transcurrió entre sus múltiples residencias y en su casa de
nueve plantas en Nueva York, donde más tiempo pasó.
Final de su vida[editar]
Rockefeller en 1911
Creencias y ética[editar]
Rockefeller era muy firme respecto a todo lo que conformaba su personalidad y su
complejo de ideologías y creencias. En primera era firmemente fiel a su iglesia,
la bautista y en segunda era extremadamente rígido respecto a su paradigma organizativo,
de planificación y de administración monetaria y de su tiempo.
En cuanto a su tendencia política, siempre apoyó al Partido Republicano.
Luego estaba su filosofía empresarial, ésta se basaba simplemente en un ideal de
profesionalismo, dado que creía y aplicaba la idea de que sólo los mejores, con más
experiencia, con más títulos y mejor preparación y determinación debían trabajar para él.
Esta filosofía se complementaba con su ideal de dominación y crecimiento exagerado, por
parte de sus negocios, creando así una idea general, que raya directamente en
el darwinismo social, bajo la clásica creencia de que sólo los mejores triunfan.
De hecho, ese ideal fue representado por él en su reflexión denominada «American
Beauty» (Belleza americana).
Su frase, célebre en la cultura capitalista estadounidense, fue pronunciada como metáfora
del darwinismo social:
El crecimiento de un gran negocio es simplemente la supervivencia del más apto... La bella rosa
estadounidense sólo puede lograr el máximo de su esplendor y perfume que nos encantan, si
sacrificamos a los capullos que crecen en su alrededor. Esto no es una tendencia maligna en los
negocios. Es más bien solo la elaboración de una ley de la naturaleza y de una ley de Dios. 10
Esta frase, representa en más de un sentido, la visión capitalista del mismo Rockefeller y
para efectos del darwinismo social, es la más representativa de todas las frases o
reflexiones que se hayan hecho sobre susodicha línea de pensamiento.
Fortuna personal[editar]
Rockefeller utiliza como referencia a la rosa americana, para explicar su punto de vista, con la
famosa frase de "American Beauty"
Los herederos de la familia Rockefeller, que lograron su vasta fortuna con el petróleo,
venderán sus inversiones en combustibles fósiles para reinvertirlas en energía limpia.
El anuncio fue hecho por Stephen Heintz, presidente del Fondo de los Hermanos Rockefeller, este
lunes, víspera de la cumbre sobre el cambio climático en la sede de Naciones Unidas en Nueva
York, y un día después de marchas multitudinarias en todo el mundo, que culminaron en la misma
ciudad.
El Fondo se une con esta iniciativa a una coalición de filántropos comprometidos con desprenderse
de más de US$50.000 millones en activos de combustibles fósiles.
Es parte de una creciente iniciativa global llamada Global Divest-Invest, que comenzó hace varios
años en predios universitarios.
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someterse a un suicidio asistido
Según los informes, los compromisos de fondos de pensiones, grupos religiosos y grandes
universidades se han duplicado desde el inicio de 2014.
Visión a futuro
Heintz dijo que la medida para desprenderse de sus inversiones en el negocio de los combustibles
fósiles estaría en línea con los deseos del magnate petrolero John Davison Rockefeller.
"Estamos convencidos de que si estuviera vivo hoy, como el astuto empresario que vislumbraba el
futuro, dejaría atrás los combustibles fósiles para invertir en energía limpia y renovable", afirmó
Heintz en un comunicado.
Rockefeller fue uno de los fundadores, en 1870, de la Standard Oil Company, que se convirtió en la
mayor compañía refinadora de petróleo del mundo y gracias a la cual se hizo el hombre más rico del
planeta.
A fines de julio de 2014, los activos de inversión del fondo estaban valorizados en US$860 millones.
"Hay un imperativo moral para preservar un planeta saludable", manifestó Valerie Rockefeller
Wayne, tataranieta de Rockefeller y fiduciaria del Fondo, según la citó el diario The Washington
Post.
Derechos de autor de la imagenAPImage captionEste domingo culminaron en Nueva York
manifestaciones globales contra el cambio climático.
"Desafortunadamente hay dos problemas con esto: si decimos que hemos logrado lo que nos
propusimos y nos desprendemos de los combustibles fósiles, el mundo será un lugar mejor, pero hay
demasiada gente muy pobre cuya vida será mucho más miserable y puede morir si no tiene acceso a
energía a precios razonables", señaló.
"Mucha gente ha argumentado que estarían en peor situación si renuncian a invertir en energía, pero
no creo que sea necesariamente así", afirmó Welch. "Pienso que los mercados son bastante eficientes
y pagan un precio razonable; se pierde un poco sin la diversificación previa, pero no mucho".
Derechos de autor de la imagenGETTYImage captionLa última conferencia sobre el cambio
climático, en 2009 en Copenhague, terminó sin resultados.
¿Oportunismo?
Se espera que este martes asistan 125 jefes de estado y de gobierno a la cumbre sobre el cambio
climático en la sede de la ONU. Es el primer encuentro de esta naturaleza después de la fracasada
conferencia de Copenhague en 2009.
El secretario general, Ban Ki-moon, espera que los líderes puedan lograr progreso en un acuerdo
universal sobre el clima que sea firmado por todos los países para fines de 2015.
Pienso que los Rockefeller entienden que cualquiera sea su decisión, no causará mucho
impacto en los combustibles fósiles del mundo, así que no creo que se estén engañando
a sí mismos. Aún así, piensan que es la decisión correctaIvo Welch, profesor de
Finanzas y Economía de la Escuela de Administración Anderson de la UCLA
El domingo cientos de miles de manifestantes salieron a las calles en más de 2.000 ciudades en todo
el mundo, para exigir una acción urgente contra el cambio climático y restricciones a las emisiones
de carbono. A las marchas también se unieron líderes empresariales, activistas ecologistas y
celebridades.
El profesor Welch no considera que el anuncio de los Rockefeller, en este contexto, conllevara algo
de oportunismo: "No creo que haga diferencia alguna, los mercados dan buenos retornos a las
petroleras tomando en cuenta todas las protestas y eventos de la ONU; es muy difícil ser oportunista
y ganar dinero, que es lo que tratan de hacer todos en los mercados financieros".
"Los Rockefeller, hasta donde yo sé, no tienen información privilegiada acerca del suministro o la
demanda global por petróleo, que influyen sobre las bolsas de valores", expresó. "El mercado del
petróleo es tan eficiente, es una parte tan grande de la economía, que no hay un modo fácil de
pronosticar lo que va a hacer".
Aunque la motivación de los Rockefeller sea ética, el vacío de sus inversiones en combustibles
fósiles será llenado por otros.
"Pienso que ellos entienden que cualquiera sea su decisión, no causará mucho impacto en los
combustibles fósiles del mundo, así que no creo que se estén engañando a sí mismos", opinó Welch.
"Aún así, ellos piensan que es la decisión correcta".
"Creo que la humanidad está en aprietos y debemos encontrar alternativas a los combustibles fósiles
y el modo de hacerlo es inventando tecnología mejor y más limpia, no con la desinversión",
concluyó.
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