SIN LÍMITES
Woody Allen A PROPÓSITO DE TODO
El consejo que da a FOTOGRAMAS la agente inglesa de Woody Allen (Nueva York, 1935) tiene una doble lectura. La primera: a sus 84 años, el cineasta neoyorquino ha llegado a ese momento vital en el que la neurosis e hipocondría que han acompañado siempre a sus personajes seguramente se ajustan a su propia realidad más de lo que él desearía. Para la segunda, tiramos de alegorías: esta sobrevenida sordera puede que contribuya a amortiguar el estruendoso ruido mediático que lo ha acompañado estos últimos años. A la hora de la verdad, Allen escucha nuestras preguntas a la perfección, si bien es cierto que su voz –que aún esperamos escuchar con el timbre de Miguel Ángel Valdivieso o Joan Pera– no tiene el fuelle acostumbrado. Pero no deja de ser normal que a uno le falte algo el aire después de 70 años escribiendo comedia, 55 en el mundo del cine y casi 30 en el centro de la polémica. Para ser exactos, 28. Desde que en 1992(Ed. Alianza), unas memorias –que también llegaron a las librerías rodeadas de polémica, pero que se han convertido en un fenómeno de ventas– en las que recorre su vida y carrera profesional, pero, sobre todo, da su versión de los hechos y deja claro algo que desde sus inicios ha convertido en un mantra: uno tiene que seguir su propio criterio y no dejarse llevar por lo que piensen los demás.
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